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418 RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS sayo de Paz. Ojalá que la obra misma sirva de inspiración a otros investiga- dores mexicanospara abordar, en forma directa y explícita, la cuestión de la estética comparada -o si se prefiere, el problema .de la estética desde un ángulo comparativo- que tan rara es en nuestro medio; su tratamiento hace g;ranfalta para la comprensión de nues- tro ser y nuestra cultura, considerando el gran progreso que ha experimentado la crítica de arte en las últimas décadas, por lo cual es de esperar que el terreno quede ya preparado al advenimiento del nuevo tipo de ensayoque deseamos, v para el cual El arco r la lira consti- tuye una avanzada formidable. Por vía de documentación transcri- bimos el contenido de la obra: Intro- ducción, Poesía r poema. El poema: El lenguaje, El ritmo, Verso r prosa, La imagen. La revelación poética: La otra orilla, La revelación poética, La inspi- ración. Poesía e historia: La consagra- ción del instante, El mundo heroico, Ambigüedad de la novela,El Verbo en- carnado. Epílogo: El arco r la lira. Apéndices: 1. Poesía, Sociedad,Estado. n. Poesía r respiración. Ill. Whitman, poeta de América. MIGUEL BUENO Ethics in Theory and Practice, por Thomas E. Hill. Thomas Cro- well Company, New York, 1956. Éste es uno de los mejores manuales de Ética publicados en los últimos tiempos en Estados Unidos. El libro está dividido en tres partes: "Ética Teó- rica", "Una Teoría Operativa" y "Éti- ca Práctica". La primera está dedica- da a la exposición y crítica de los prin- cipales tipos de teoría ética. Las teorías están ordenadas sistemática más bien que históricamente. En cada caso, se considera el representantemástípico de la teoría, sin tomar en cuenta su posi- ción dentro de la secuencia histórica. Las exposiciones son lúcidas y las crí- ticas del autor agudas, aunque no espe- cialmente profundas. El modo de disponer las distintas teorías sirve para presentárnoslascomo una serie sucesiva de definiciones, más v más próximas, de lo bueno y lo recto. HilI principia por examinar las teorías que niegan cualquier definición cognos- citiva, las teorías emotivas y de apro- bación social, haciendo especial hinca- pié en la obra de A. J~Ayer y Edward Westermarck; despuésprosigue con las teorías reflexivas y de aprobación teo- lógica, haciendo énfasis en Joseph But- ler y Emil Brunner; la teoría formal de la consistenciaracional de Kant y de la conformidad moral de Ross; las teo- rías de la naturaleza universal del es- toicismo; las teorías de la naturaleza evolutiva de Spencer y Nietzsche; las teorías de la naturalezahumanade Aris- tóteles (excelencia humana), de Green (autorrealización); las teorías hedonis- tas de Epicuro, Bentham, MilI y Sidg- wick; las teorías apetitivas de Hobbes, Ralph Barton Perry y John Dewey. Se echan de menos las teorías de Platón, Spinoza y los fenomenólogos, todos los cuales parecen ser impopula- res entre los escritores norteamericanos de libros de texto. La teoría de G. E. Moore se usa en la segundaparte como "teoría operativa" a la luz de la cual se analizan las teorías de la primera par- te. Las secciones de la segunda parte son "El significado del 'bien' ", "El or- den de los valores intrínsecos" y "El orden y el significado de lo recto". En la tercera parte se discuten los principios y métodosde la ética prácti- ca tales como la prudencia, la justicia, la benevolencia; los valores de la ética personal: vida, salud, inteligencia; la ética de las actividades económicas; la ética de los sistemas económicos, de la producción económicay de la dis- tribución; la ética de la política, tal como los objetivos del Estado, los dere- chos y diferencias de los ciudadanos de

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sayo de Paz. Ojalá que la obra mismasirva de inspiración a otros investiga-doresmexicanospara abordar, en formadirecta y explícita, la cuestión de laestética comparada -o si se prefiere,el problema .de la estética desde unángulo comparativo- que tan rara esen nuestro medio; su tratamiento haceg;ranfalta para la comprensión de nues-tro ser y nuestra cultura, considerandoel gran progreso que ha experimentadola crítica de arte en las últimas décadas,por lo cual es de esperar que el terrenoquede ya preparado al advenimientodel nuevo tipo de ensayoque deseamos,v para el cual El arco r la lira consti-tuye una avanzada formidable.

Por vía de documentación transcri-bimos el contenido de la obra: Intro-ducción, Poesía r poema. El poema: Ellenguaje, El ritmo, Verso r prosa, Laimagen. La revelación poética: La otraorilla, La revelación poética, La inspi-ración. Poesía e historia: La consagra-ción del instante, El mundo heroico,Ambigüedad de la novela,El Verbo en-carnado. Epílogo: El arco r la lira.Apéndices: 1. Poesía, Sociedad,Estado.n. Poesía r respiración. Ill.Whitman,poeta de América.

MIGUEL BUENO

Ethics in Theory and Practice, porThomas E. Hill. Thomas Cro-well Company, New York, 1956.

Éste es uno de los mejores manualesde Ética publicados en los últimostiempos en Estados Unidos. El libroestá dividido en tres partes: "Ética Teó-rica", "Una Teoría Operativa" y "Éti-ca Práctica". La primera está dedica-da a la exposición y crítica de los prin-cipales tipos de teoría ética. Las teoríasestán ordenadas sistemática más bienque históricamente. En cada caso, seconsidera el representantemás típico dela teoría, sin tomar en cuenta su posi-ción dentro de la secuencia histórica.

Las exposiciones son lúcidas y las crí-ticas del autor agudas, aunque no espe-cialmente profundas.

El modo de disponer las distintasteorías sirve para presentárnoslascomouna serie sucesiva de definiciones, másv más próximas, de lo bueno y lo recto.HilI principia por examinar las teoríasque niegan cualquier definición cognos-citiva, las teorías emotivas y de apro-bación social, haciendo especial hinca-pié en la obra de A. J~Ayer y EdwardWestermarck; despuésprosigue con lasteorías reflexivas y de aprobación teo-lógica, haciendo énfasis en Joseph But-ler y Emil Brunner; la teoría formal dela consistencia racional de Kant y de laconformidad moral de Ross; las teo-rías de la naturaleza universal del es-toicismo; las teorías de la naturalezaevolutiva de Spencer y Nietzsche; lasteorías de la naturalezahumanade Aris-tóteles (excelencia humana), de Green(autorrealización); las teorías hedonis-tas de Epicuro, Bentham, MilI y Sidg-wick; las teorías apetitivas de Hobbes,Ralph Barton Perry y John Dewey.

Se echan de menos las teorías dePlatón, Spinoza y los fenomenólogos,todos los cuales parecen ser impopula-res entre los escritores norteamericanosde libros de texto. La teoría de G. E.Moore se usa en la segundaparte como"teoría operativa" a la luz de la cual seanalizan las teorías de la primera par-te. Las secciones de la segunda parteson "El significado del 'bien' ", "El or-den de los valores intrínsecos" y "Elorden y el significado de lo recto".

En la tercera parte se discuten losprincipios y métodosde la ética prácti-ca tales como la prudencia, la justicia,la benevolencia; los valores de la éticapersonal: vida, salud, inteligencia; laética de las actividades económicas;la ética de los sistemas económicos,de la producción económicay de la dis-tribución; la ética de la política, talcomo los objetivos del Estado, los dere-chos y diferencias de los ciudadanos de

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Diánoia, vol. 3, no. 3, 1957
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los estadosdemócratas; y la ética de lasrelaciones internacionales.

El autor define la Ética como la in-vestigación de la rectitud, la bondad yel deber de la actividad voluntaria, y ca-racteriza a la teoría ética como aquellarama de la Ética que busca revelar ydefinir los sentidos de los términos mo-rales "para suministrar la más coheren-te interpretación de la experiencia mo-ral del hombre". La ética práctica esla aplicación de la ética teórica a losproblemas de la vida social y personal.En la Introducción el autor discute losdatos y métodos de la ética. Los datosde la ética son todas las experienciasmorales de los hombres, mostradas ensu evolución a partir de las costumbrestribales, para las que la moralidad con-siste principalmente en una conformi-dad heterónoma, hasta las éticas de so-ciedades más amplias como las deGrecia e Israel, que culminan en la su-premacía del individuo como tal.

"A partir de este tumulto de influen-cias variadas, dos tipos de moralidadmoderna puede decirse... han emergi-do. Uno es el modo de vía demócra-ta-cristiana, que retiene las tendenciasuniversales e individualistas de los idea-les universales anteriores", el otro es elmodo de vida totalitaria, identificadaerróneamentepor el autor con el modode vida "marxista", "el cual, aunquereteniendo una cierta clase de univer-salismo. .. abandona la interioridad yla tendencia hacia el individualismo ...V retorna a la cruel supresión de todolo que le rehusa su conformidad."

Los métodos de la Ética "consistenprincipalmente en aquellas investigacio-nes psicológicas y lógicas que caen den-tro de la intención e implicaciones deljuicio ordinario, tal como ha sido em-pleado desde hace mucho por los filó-sofos para determinar los significadosbásicos de cualquier término".

En la teoría emotiva de Ayer, deacuerdo con la cual las proposicionesgenuinamente éticas no tienen signifi-cado cognoscitivo, Hill encuentrael mé-

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rito de que "esta concepción ha puestoel problema de la teoría ética y de lainterpretación de los términos éticosclaramenteantenosotros"; pero su aser-to decisivo acerca de la falta de sentidocognoscitivo de las proposiciones mo-rales no puede sostenerse. "En general,la evidencia de la plenitud de sentidode los términos morales es mucho másfuerte que cualquier evidencia que pu-diera ser dirigida en su contra, porcuanto necesitamos no tener serias du-das acerca de la posibilidad de embar-carse en la búsqueda de una filosofíamoral." La ventaja de la teoría de laaprobación social de Westermarck esla de mostrar el contexto social de lamayoría de nuestras convicciones mo-rales; pero su desventaja es ser "de-masiado variable en relación con todoslos sentidos ordinarios de los términosmorales, para merecer mucha conside-ración".

En las teorías de Butler y Brunner,Hill ve un avance metodológico en re-lación a las teorías de la aprobaciónsocial; pero encuentra todavía insufi-oiente su interpretación de los términosmorales. La virtud de la teoría kantianaradica en su insistencia sobre el hechode que la vida moral es una vida derazón y debe basarse sobre la clarapercepción de sus principios racionalesfundamentales. La teoría kantiana delsignificado formal de lo recto sobre-pasa todas las teorías de la aprobaciónal reconocer que la rectitud de un actose engarza no con las actitudes de unobservador, sino con las característicasdel acto mismo. El imperativo categó-rico parece estar muy próximo del meo-llo mismo de las exigencias de la razónen la esfera práctica; pues el primerrequisito de la razón es la consistencia,y conducirse de acuerdo con el impe-rativo no es más que la consistencia enla práctica. La gran desventaja de lateoría kantiana es, naturalmente,su fal-ta de un orden moral explicito y lavaciedad de la razón. Se puede con-sistentementequerer cualquier cosa con

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tal de que no importe lo que suceda. Sino importa el caos que pueda resultarde la mentira, o la aniquilación quepueda resultar de la muerte de todos,no hay inconsistencia en mentir o ensuicidarse.La otra teoría formal discutida en el

libro es la de la conformidad moral deRoss. Compartecon la teoría de la con-sistencia el acertado reconocimiento deque la rectitud envuelve un elementoformal y, al mismo tiempo, desarrollael factor de la conformidad con las cir-cunstancias de un modo mucho másaplicable a las acciones específicas queel imperativo de Kant. Pero la teoríafalla en su definición de la característi-ca específica moral de la conformidad,distinguida de las otras clases de con-formidades situacionales. Por lo tanto,no es prácticamente más iluminativaque las otras teorías. Hill muestra quela falla de esta teoría consiste en sunegativa a llevar el análisis de los tér-minos éticos -en estecaso, del término"recto"- más adelante todavía. Suconclusión, por lo que toca a las teoríasformales, es que ni la consistencia, nila conformidad, ni ningún otro factorformal, parecen bastar en sí mismospara distinguir lo recto de lo errado, ydebe añadirse la referencia al deseo olos valores. En consecuencia,·pasa aexaminar las teorías materiales.

Pero aun a éstas les acaece ser defi-cientes. La teoría estoica de la raciona-lidad de la naturaleza y la teoría evo-lucionista de Spencer son demasiadoamplias como para ofrecer testimoniosdetallados en cuanto al uso de los tér-minos morales. Particularmente, no ha-cen una clara distinción entre hecho yvalor.; la naturaleza no le puede deciral hombre lo que es bueno, sólo puedeayudarle a descubrir cómo puede obte-nerse efectivamenteel bien. Las teoríasde Aristóteles y de Green son presen-tadas como aspectos específicos de lasteorías naturalistas, que encuentran lomoral en la realización de la naturalezahumana. Estas teorías, de acuerdo con

Hill, ofrecen un considerable avance enrelación con otras teorías naturalistaspor apuntar a un campo mucho másrestringido, en el que los sentidos mo-rales pueden ser investigados con buenéxito y los valores realizados; pero sonaún muy amplias como para expresaradecuadamente la realidad del juiciocrítico moral. Por ende, es menesterdisponer de criterios más específicos.v Hill nos los presenta en las teoríashedonista y apetitiva. En el desarrolloque va del hedonismo egoísta de Epi-curo al hedonismouniversalista de MilIy Sidgwick, ve el desarrollo de un mé-todo utilitarista que consiste en la pro-gresiva definición de lo bueno como lacaracterística suficientementeespecíficade las experiencias, primero en las fór-mulas de Bentham sobre el predominiodel bien sobre el mal, después en lasexigencias de MilI de una promocióndel bien común,y finalmente en la ideade Sidgwick acerca de lo que conducea la mayor,cantidad de bien para todoslos que están afectadospor el acto.

La falla de la Ética hedonista, contodo, es su intento de igualar el biencon lo placentero. Esto lleva a Hill alargumento de la "cuestión abierta" deG. E. Moore: si "bien" significa "pla·centero", preguntar si algo placenteroes o no bueno sería lo mismo que pre-guntar si algo placentero es placenteroo si algo buenoes bueno. El ser placen-tero y el ser bueno son cosas distintas.Las teorías del placer, para decirlo conlas palabras de Moore, cometen la fala-cia naturalista. Y lo mismo vale paralas teorías apetitivas.

Entonces, una vez que ha analizadolas teorías tradicionales de la ética yhabiéndolas encontradoen situación decarencia, Hill se vuelve a la teoríade Moore considerada como la base deuna "teoría operativa" de la Ética. Estáimpelido a ello por el hecho de quetodas las otras teorías a la luz de lateoría de Moore se revelan como in-suficientes. Pero la dificultad que ofre-ce la teoría de Moore es que el término

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fundamental "bien" se determina sólointuitivamente y no hay reglas pa.ra suaplicación en la práctica. No obstantetiene aquí más precisión que en nin-guna otra teoría. Hill da seis caracte-rísticas del bien según Moore: 1) Es unadjetivo no un nombre, esto es, la ca-racterística de una experiencia y nouna experiencia él mismo; 2) es unacaracterística que resulta de todas lasotras características de la experiencia,una característica omniresultante; 3)no es la mera suma de las característi-cas, sino un más o un menos; una bue-na experiencia es lo que Moore llamaun todo orgánico; 4) no es una propie-dad de las cosas, sino una cualidad delas experiencias; los objetos son intrín-secamente buenos sólo en cuanto sonexperimentados; 5) no es un com-plejo, sino una cualidad simple einanalizable; y 6) su marca distin-tiva no es ser una única, omniresultan-te, característica orgánica de ciertas ex-periencias, sino ser una característicaevaluativa o recomendatoria. Esto, esverdad, no dice nada más sino que"bien" significa "bien"; pues no haymucha diferencia entre la palabra "bien"v la palabra "valuable". Pero decir queel bien es el bien significa, por lo me-nos, impedir la identificación del biencon otros conceptos. La aprehensióndel bien se efectúa mediante una ciertaclase de intuición, y la relación del"bien" y el "deber" consiste en que loque es bueno debe ser; donde debe esuna clase de compulsión no física em-parentada con la necesidad racional,aunque con su propio y único ca-rácter.

Sobre las bases de esta no muy sa-tisfactoria caracterización del "bien" ydel "deber", Hill describe la jerarquíade los valores en un sentido muy pró-ximo al de Nicolai Hartmann, aunquesin mencionar su nombre, y estatuye lajerarquía de los valores a partir de losvalores orgánicos, pasando por los va-lores humanos fundamentales, hasta losvalores humanos espirituales más raros.

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Los valores orgánicos son: el comer, elbeber, el sexo, etc. Los humanos son:el conocer, la integridad moral, la apre-ciación estética y otros más; los espiri-tuales son: la reverencia y el amor.Además, no hay conexión sistemáticaentre estos valores, y la construcción desu jerarquía tampoco es sistemática. Ladefinición de lo recto se sigue de la delo bueno: el acto voluntario es rectoen un sentido objetivo moral compre-hensivo si, y sólo si, conduce al mayorbien intrínseco o al menor mal intrín-seco que sean posibles en las circunstan-cias que les conciernen.

Aunque éstas son unas bases muyvacilantes como para erigir una teoríaética operativa, debe concederse queésta es la única posible por ahora, da-das las limitaciones que impone la exac-ta elaboración sistemática de la teoríade Moore, que Hill no presenta. Lefalta, al par, una axiología sistemáticav las reglas exactas de su aplicaciónen la moralidad práctica. Por ende, latercera parte de este libro es más unacolección de ideas varias sobre la vidaética que una representación sistemáti-ca. Es "el intento de indicar los mássignificativos principios éticos prácti-cos y los métodosimplicados en la teoríaoperativa esbozada en la segunda par-te", y no puede evidentemente ofrecermayor precisión en el uso de los tér-minos morales que la teoría misma deMoore. Puesto que esta teoría es vaga,sus implicaciones son vagas también.Como resultado, lo que nos dice la ter-cera parte sobre la ética personal, so-cial, económica y política no es másorofundo que aquello que se dice enel mejor sermón o editorial. Ésta es lafalla típica de la ética de nuestros días,basada en la falla de la teoría ética. Talcomo se presenta este libro, debemirar-se como un buen sumario de ética ysus fallas como representativas de lasfallas de la teoría ética actual.

ROBERT S. HARTMAN