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Clío, 2002, Nueva Época, vol. 1, núm. 28 La región y su análisis: teorías para su estudio Rigoberto Arturo Román Alarcón 1 Con el fin de arribar a una propuesta metodológica propia, que nos permita cumplir con los objetivos trazados en nuestra investigación acerca de la economía del Sur de Sinaloa, 2 examinaremos el concepto de región, así como también las diversas teorías para su análisis. Teorías aportadas fundamentalmente por geógrafos, economistas, antropólogos e historiadores que han sido determinadas por el contexto económico, político y social en que han vivido sus autores e insertas en los paradigmas prevalecientes. El concepto de región Para definir el concepto de región hay cierta ambigüedad debido a los diferentes criterios utilizados por cada una de las disciplinas que elaboran su propia definición de acuerdo a sus fines. Por ende, no es un concepto unívoco en el cual puede establecerse un tipo ideal o una teoría general de región. Es decir, no hay uniformidad metodológica de análisis, por lo que el concepto de región tiene innumerables connotaciones de acuerdo con cada especialista: geógrafos, historiadores, economistas, antropólogos, etcétera. Juan José Palacios, en esta primera aproximación al concepto de región, nos dice que “...se utiliza para identificar porciones determinadas de la superficie terrestre definidas a partir de criterios específicos y objetivos –––––––––––––– 1 Profesor e investigador de la Facultad de Historia de la UAS. 2 El objetivo general de nuestra investigación, es el de explicar las principales modificaciones de la economía Sur de Sinaloa durante el periodo de 1910-1950, a través de la identificación de los factores económicos, sociales y políticos internos y externos que las originaron. Así como también el de analizar la actividad motriz que impulsó a las demás y la influencia que tuvo la política económica en el desarrollo de la economía regional, y los efectos que han producido los cambios económicos en el aumento, composición y distribución de la población.

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Clío, 2002, Nueva Época, vol. 1, núm. 28

La región y su análisis: teorías para su estudio

Rigoberto Arturo Román Alarcón1

Con el fin de arribar a una propuesta metodológica propia, que nos permita cumplir con los objetivos trazados en nuestra investigación acerca de la economía del Sur de Sinaloa,2 examinaremos el concepto de región, así como también las diversas teorías para su análisis. Teorías aportadas fundamentalmente por geógrafos, economistas, antropólogos e historiadores que han sido determinadas por el contexto económico, político y social en que han vivido sus autores e insertas en los paradigmas prevalecientes.

El concepto de región Para definir el concepto de región hay cierta ambigüedad debido a los diferentes criterios utilizados por cada una de las disciplinas que elaboran su propia definición de acuerdo a sus fines. Por ende, no es un concepto unívoco en el cual puede establecerse un tipo ideal o una teoría general de región. Es decir, no hay uniformidad metodológica de análisis, por lo que el concepto de región tiene innumerables connotaciones de acuerdo con cada especialista: geógrafos, historiadores, economistas, antropólogos, etcétera.

Juan José Palacios, en esta primera aproximación al concepto de región, nos dice que “...se utiliza para identificar porciones determinadas de la superficie terrestre definidas a partir de criterios específicos y objetivos

–––––––––––––– 1 Profesor e investigador de la Facultad de Historia de la UAS. 2 El objetivo general de nuestra investigación, es el de explicar las principales

modificaciones de la economía Sur de Sinaloa durante el periodo de 1910-1950, a través de la identificación de los factores económicos, sociales y políticos internos y externos que las originaron. Así como también el de analizar la actividad motriz que impulsó a las demás y la influencia que tuvo la política económica en el desarrollo de la economía regional, y los efectos que han producido los cambios económicos en el aumento, composición y distribución de la población.

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preconcebidos, los cuales pueden provenir de las ciencias naturales o de las sociales”.3

Otra concepción más completa nos la proporciona el historiador Eric Van Young, quien define a la región como “... un espacio geográfico más grande que una localidad, pero más pequeño que un estado nacional, con una frontera determinada por el alcance efectivo de algún sistema cuyas partes interactúan más entre ellas que con el sistema externo”.4

Así, pues, con base en las definiciones anteriores, la región, como entidad compleja, es atribuida a una determinada porción espacial de la realidad, integrada por características múltiples que se circunscriben en la generalidad de un ámbito concreto de la realidad física. La región, geográficamente hablando, es un espacio dinámico que está en permanente movimiento, limitado por una frontera que varía en el tiempo, y que a su vez se determina por la influencia que tiene un sistema integrado por una serie de factores naturales y sociales que forman una estructura y que tienen entre sí, coherencia y especificidad.

Por ello, el concepto de región es histórico y politético, cuyo significado cambia por circunstancias de tiempo y lugar, y como tal, puede esclarecer sobre los cambios sociales producidos en el espacio a través del tiempo. “La región es una realidad cambiante, porque a lo largo del tiempo cambia la sociedad ahí asentada”.5

Asimismo, ha sido utilizado también como instrumento metodológico por diferentes disciplinas y paradigmas teóricos, con el objeto de que éste guíe el camino a seguir en aquellas investigaciones que tienen como unidad de análisis el estudio de un territorio claramente determinado, y se define a priori para determinar las variables que se van a utilizar, porque en caso contrario se podría terminar explicando un fenómeno diferente al que se pretendía. También es utilizado como recurso heurístico, a manera de hipótesis que se tiene que verificar a la luz de la historia y los datos estadísticos. Van Young

–––––––––––––– 3 Juan José Palacios, “El concepto de región” en Héctor Ávila Sánchez, (comp.), Lecturas

de análisis regional en México y América Latina, México, Universidad Autónoma Chapingo, 1993, p.104.

4 Eric Van Young, ed., Mexico’s region comparative history and development, San Diego, Center for U.S. Mexican Studies, 1992, p. 30.

5 Sergio Ortega Noriega, Un ensayo de historia regional. El Noroeste de México 1530-1880, México, UNAM, 1993, p. 10.

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dice que “las regiones son hipótesis por comprobar más que hechos asumidos”, por lo que afirma que “son buenas para pensar”.6

La región puede ser homogénea y funcional. La región homogénea es la unidad geográfica cuyas partes integrantes guardan la mayor uniformidad posible a partir de indicadores fisiogeográficos, económicos, sociales y culturales. Una muestra de región homogénea es la región natural, que resulta de la acción de las leyes de la propia naturaleza y que se constituye por el relieve, clima, hidrografía y vegetación. Este tipo de región fue utilizado por geógrafos tradicionales hasta a fines del siglo XIX, cuando el francés Paul Vidal de la Blanche propuso la “humanización del paisaje” en su obra Principios de Geografía Humana, en la que definió a la región como:

... una reserva de energía, cuyo origen se haya en la naturaleza, pero su desarrollo depende del hombre. Es el hombre el que modifica la tierra de acuerdo a sus propósitos, es el que hace surgir la individualidad y el que establece las diversas características. Es el que sustituye el efecto incoherente de las circunstancias locales por un conjunto sistemático de fuerzas.7 Con esta propuesta se produce un cambio de paradigma8 en la geografía

que durante siglos estuvo debatiéndose entre las ramas físicas y humanas. “Este nuevo concepto de región, en verdad nace al influjo de la visión de totalidad y unidad con que los geógrafos decimonónicos influidos por el romanticismo alemán habían concebido al cosmos o mundo”.9

La región funcional o polarizada es el espacio que aglutina unidades geográficas heterogéneas, que están interrelacionadas entre sí de manera funcional y que delimitan su área a partir de un centro de población importante, denominado centro nodal, sobre el cual giran las actividades económicas, políticas y sociales del resto de las localidades del área. Un ejemplo de ésta es la región económica que se sustenta en la interdependencia entre el medio natural y la acción que el hombre ha ejercido en la naturaleza a

–––––––––––––– 6 Eric Van Young, “Haciendo historia regional: consideraciones metodológicas y teóricas”,

en Pedro Pérez Herrero, (comp.), Región e historia en México (1700-1850), México, UAM- Instituto Luis Mora, 1991, p. 101.

7 David L. Silks, ed., Enciclopedia internacional de las ciencias sociales, vol. XII, EUA, The MacMillan Company and The Free Press, 1968, p.379.

8 Kuhn define al paradigma “...como realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica”. T. S. Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, México, FCE, 1999, p.13.

9 Daniel Hiernaux y Alicia Lindon, “El concepto de espacio y el análisis regional”, en Secuencia, núm. 25, nueva época, Instituto Luis Mora, México, enero-abril de 1993, p. 90.

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través del tiempo. Nuestro análisis lo centraremos en ésta última, porque es pertinente a la investigación que pretendemos realizar.

Teorías de análisis y desarrollo regional La necesidad de explicar las diferencias económicas en un territorio y las políticas que se deben realizar para superarlas, han originado diversas teorías sobre el análisis y desarrollo regional, que corresponden por un lado a cada uno de los momentos históricos y por otro a las inclinaciones ideológicas de sus autores.

De acuerdo con Juan José Palacios los diferentes enfoques teóricos y metodológicos se pueden clasificar en dos grupos: 1) Los que hacen abstracción de toda consideración histórica y sus conceptos pretenden ser universales y 2) Los que reconocen la vigencia del sistema social históricamente determinado.10

A su vez, el primer grupo se puede subdividir en: a) Teorías del Desarrollo Equilibrado, que incluyen las teorías del Lugar Central y Ciencia Regional, las cuales contemplan que el territorio puede ser organizado bajo un desarrollo equilibrado y armónico, en el que las diferencias regionales se resuelven por la vía de los mecanismos propios del mercado, esencialmente los precios; y b) Teorías del Desarrollo Desequilibrado, como es el caso de la Teoría de los Polos de Crecimiento, que considera que el desequilibrio económico se produce cuando los canales del crecimiento no funcionan y el libre juego de las fuerzas del mercado no conducen a la eliminación de las desigualdades regionales, sino al contrario, las incrementan a menos que el Estado intervenga para contrarrestar sus efectos.

Ambas teorías forman parte del paradigma denominado como convencional, burgués, conservador o funcionalista, el cual asume de forma implícita que el sistema capitalista se recicla indefinidamente y que los diferentes intereses de clase son funcionales o reconciliables. Plantea, además, que hay una tendencia hacia el equilibrio y la convergencia económica, que se reafirma a largo plazo y que los cambios dentro de la economía deben de ser graduales y adaptativos.11

–––––––––––––– 10 Palacios, “El concepto de región”, en Ávila Sánchez, (comp.), Lecturas de análisis

regional…, p.106. 11 Antonio Schneider e Ignacio Llamas, Análisis y aplicación de los paradigmas en

economía, México, Trillas, 1981, p. 92.

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El segundo grupo lo integra la Teoría de la Economía Política Regional12 como parte del paradigma marxista, el cual, a través del materialismo histórico percibió que los cambios de la sociedad son producto de las mismas contradicciones internas. Para éste, la actividad económica determina vínculos entre los individuos y la estructura de clases prevaleciente, por lo que la economía es un sistema de desequilibrios en el que se produce el crecimiento y el cambio, por la misma generación de excedente que se obtienen a través de la explotación del trabajo humano. Por ello, el equilibrio económico es una meta inalcanzable y el sistema capitalista debe ser sustituido.

Asimismo, en la actualidad han surgido teorías que proponen, no sólo la creación de un nuevo orden económico mundial, sino la manera de cómo lograr la integración de las regiones a la economía globalizada. Estas teorías se ligan, en nuestra opinión, al mismo paradigma convencional que se ha comentado, porque en ellas subyace la teoría del equilibrio económico. Según su análisis, este ahora se podría alcanzar con el neoliberalismo y la aplicación de un nuevo modelo de organización territorial acorde a los intereses de los países más avanzados, que han impuesto a las regiones atrasadas una estrategia de reajuste económico: libertad de comercio y de precios, reestructuración presupuestaria, desregulación cambiaria, privatización de empresas públicas, etcétera.

Sin embargo, en el presente se sigue en la búsqueda de un nuevo paradigma, porque el neoliberalismo ha sido incapaz de resolver problemas tales como la pobreza de la mayoría de la población, el desequilibrio de la riqueza, la explotación irracional de los recursos naturales y las desigualdades regionales.

Teorías del Desarrollo Equilibrado

Teoría de los Lugares Centrales Teoría de vertiente neoclásica y resultado de la aplicación de la microeconomía a la Teoría del Equilibrio General. Sus antecedentes se remontan a 1826, cuando

–––––––––––––– 12 El concepto de Economía Política es utilizado por los marxistas desde el último tercio

del siglo XIX para referirse a la ciencia económica y diferenciarla de la Economía Neoclásica. Cfr., Santiago Zorrilla Arena y José Silvestre Méndez, Diccionario de economía, México, Océano, 1985, p. 53.

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Von Thünen publica su trabajo13 acerca de las leyes económicas de la distribución espacial de la producción agrícola, con el que introduce el concepto de ubicación en la teoría económica y crea la Teoría del Costo Marginal, al proponer que el uso de la tierra está en función de los distintos precios de los bienes agrícolas, de sus costos de producción y de la distancia del mercado. Von Thünen supuso la existencia de una ciudad aislada del resto del mundo y en un plano isotrópico, físicamente indiferenciado, en el que el costo del transporte no variaba, excepto el impuesto por la distancia. Su modelo concéntrico con el que trató de explicar la distribución de las actividades agrarias y el uso del suelo, perdió vigencia en el mismo siglo XIX con el establecimiento de los centros múltiples de mercado y las modificaciones en los patrones de transporte (introducción del ferrocarril).

En el plano industrial la teoría de Von Thünen fue desarrollada por Alfred Weber,14 quien en 1909 analizó la relación de dependencia que tenían los precios con respecto a su cercanía o lejanía del mercado; su teoría señala dos fuerzas de localización fundamentales: la orientación del transporte y la orientación de la mano de obra. Éste fue el primer teórico de la localización que estudió explícitamente la aglomeración y para él los factores de la misma pueden ser generales y especiales. Los factores generales son aquellos necesarios para cualquier industria, por ejemplo, los costos del transporte y del trabajo, y la renta de la tierra. Los especiales son los concernientes a una industria en particular, llámese insumos, factores físicos, tecnología, etcétera.

Posteriormente, retomando la propuesta de Von Thünen, el geógrafo Walter Christaller desarrolla en 1933,15 la Teoría de los Lugares Centrales incorporando variables geográficas y económicas. El autor partiendo de la idea de que los asentamientos no surgen de manera desordenada, sino que debe de haber un principio que regule su distribución, intenta elaborar una teoría general que a través del método deductivo explique el tamaño, número y distribución de la población. Para ello, la sustenta en un espacio isotrópico (llano y homogéneo) característico de la vasta planicie del norte de Europa y

–––––––––––––– 13 J.H. von Thünen, Der isolierte staat, Hamburg, Perthes, 1826; traducción al inglés, Von

Thünen’s isolated state, Oxford, Pergamon Press, 1966. Su teoría representó el inicio de la Teoría de la Economía Espacial y en su momento reflejó la situación económica prevaleciente en los estados alemanes, que eran fundamentalmente agrícolas.

14 Cfr. Alfred Weber, Der standort der industrien, Tubingen, 1909; hay traducción en ingles: Theory of the location of industries, Chicago, University of Chicago Press, 1957.

15 Walter Christaller, Die zentralen orte in Suddeutschland, Jena, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1933; traducción al ingles: Central places in southern Germany, Englewood Cliffs, Prentice Hall, 1966.

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de la hipótesis de que “... toda aglomeración está constituida con el fin de proporcionar cierto número de bienes y servicios a su área de influencia”.16

Sus abstracciones las aplica al espacio geométrico, cuando plantea que las ciudades del nivel mínimo de especialización (actividades primarias) se encuentran establecidas y forman un área de influencia o región complementaria llamada hinterland, que tiene la forma hexagonal de una ciudad de mayor tamaño y especialización denominada lugar central, el cual se encarga de distribuir los bienes y servicios centrales, cuyos precios aumentan conforme se incrementa la distancia entre el sitio del consumidor y el lugar de la oferta, porque son mayores sus costos de transporte. Por lo tanto, en un espacio homogéneo y llano, el consumidor racional se trasladará al lugar más cercano para realizar sus compras.

Con lo señalado se establece una jerarquía dentro de los lugares centrales en relación al grado de especialización de los bienes y servicios que se ofrecen, y la importancia del área de influencia abastecida. Cuanto mayor es su especialización, mayor será su alcance, y la jerarquía espacial se erige cuando los lugares centrales pequeños y sus regiones complementarias son incluidos dentro de áreas de mercado de los lugares centrales más grandes.

Asimismo, los lugares centrales deben tener un área geográfica que produzca una demanda suficiente de un bien que asegure una ganancia mínima para que puedan ser rentables, lo que determina su umbral, el cual depende, a su vez, de la especialización de los bienes y servicios ofrecidos; mientras más especializados sean, requieren de un umbral más alto al ser menos consumidos por la población. Así, los límites del área de influencia del lugar central quedarían demarcados donde están ubicados los consumidores más distantes. “La región complementaria de un lugar central es determinada ideal y fundamentalmente por el rango de los bienes centrales en ese lugar”.17

La Teoría del Lugar Central de Christaller es enriquecida por el economista August Lösch en 1940, quien con su Teoría de la Localización y del Equilibrio Territorial,18 aplica el método inductivo e introduce los principios de organización, y para construir la jerarquía, propone un modelo de abajo hacia arriba, partiendo del proveedor de un bien de menor especialidad, en donde los costos del transporte son determinantes. ––––––––––––––

16 Alfonso Corona Rentería, La economía urbana. Ciudades y regiones mexicanas, México, Instituto Mexicano de Investigaciones Económicas, 1974, p. 96.

17 Christaller, Die zentralen orte…, p. 6 18 Cfr. August Lösch, Die raumliche ordnung der wirtschaft, Jena, 1940; traducido al

inglés: The economist of location, New Haven, Yale University Press, 1954; traducido al español: Teoría económica espacial, Buenos Aires, El Ateneo, 1957.

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A partir de lo realizado por Christaller y Lösch, se han desarrollado con bases empíricas otros planteamientos tales como: los Sistemas Mercantiles Dendríticos, los Sistemas Solares de Distribución y los Sistemas Reticulares de Distribución.

Los Sistemas Mercantiles Dendríticos elaborados por E. A. Johnson en 1960, fueron propuestos con base en una investigación que realizó sobre los mercados haitianos, en los que “...los centros de nivel más bajo son tributarios de uno y sólo un centro de nivel más alto”.19

Los Sistemas Solares de Distribución aportados por William O. Jones (1972) en su estudio sobre el comercio de alimentos en el África Occidental, encuentra cómo las regiones articuladas por el comercio rural no tienen ciudades o centros de mercado de tamaño intermedio, por lo que “... cada centro tiene un hinterland con un mercado relativamente autónomo”.20

Los Sistemas Reticulares de Distribución propuestos por Paul y Laura Bohanan, al estudiar a los tiv (el mayor grupo tribal de Nigeria) observaron que en ellos, la cohesión se basaba en un sistema igualitario de parentesco y no en un sistema político centralizado. Esto los hacía indiferentes a las oportunidades económicas, porque algunos valores primordiales de su cultura tales como la autosuficiencia, eran incompatibles con el principio de mercado. “No tienen lugares centrales, en este sistema los pequeños mercados rurales están regularmente interrelacionados mediante el comercio. Pero los flujos son originalmente horizontales entre centro equivalentes o entre campesinos”.21

La Teoría del Lugar Central es considerada como el primer estudio serio, que ha tratado de explicar coherentemente la ordenación general de los asentamientos sobre una base científica, y ha sido el punto de partida de las aportaciones posteriores sobre el tema. Sin embargo, ha habido críticas a esta teoría, y se han centrado en los señalamientos siguientes:

Esta teoría se basa en el supuesto de isotropía espacial, que sólo existe en un modelo ideal y no en la realidad, no hay homogeneidad total ni en las regiones, ni en las naciones.

Se considera estática y ahistórica porque plantea teóricamente una ordenación óptima y estable de los asentamientos, pero no estudia el origen y desarrollo de estos sistemas en el tiempo. Ello no le permite captar la permanente transformación de los asentamientos debido al progreso técnico de

–––––––––––––– 19 Carol Smith, “Sistemas económicos regionales: modelos geográficos y problemas

socioeconómicos combinados”, en Pérez Herrero, (comp.), Región e historia…, p. 69. 20 Ibíd., p. 70. 21 Ibíd., pp. 74-75.

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los transportes y comunicaciones, de los incrementos demográficos y del ingreso y del consumo. Por lo tanto, no está formulada para predecir la variación, sino para explicar las relaciones espaciales

La Teoría de la Ciencia Regional Denominada también como la Teoría del Equilibrio Parcial, fue iniciada por Walter Isard a fines de los años cuarenta. Éste autor, desde una perspectiva pragmática, utiliza un concepto flexible de región, totalmente funcional, concebida ésta como una división oportuna y una unidad referencial de análisis.

Se le conoce también como la Teoría de la Macroeconomía Regional, porque aplica ecuaciones keynesianas en el análisis de los flujos económicos de una región o un sistema de regiones. En esta teoría, las actividades económicas ya están localizadas con base en la Teoría del Lugar Central, y su análisis se limita a describir cuantitativamente la estructura de los flujos generados por las diversas actividades económicas y sus interrelaciones.

La Ciencia Regional es una escuela de análisis matemático, cuyas propuestas, más que regionalizar, se utilizan para el análisis espacial de fenómenos concretos y para la problemática del mercado. Isard señaló que la base de la planificación regional es la Teoría de los Costos Comparativos y reconoció, además, la necesidad de la interdisciplina para llevar a cabo la investigación de los fenómenos sociales en su dimensión espacial. Por eso, la llamada Ciencia Regional agrupa un conjunto de conceptos que tratan de ser la síntesis teórica de segmentos de distintas disciplinas, que convergen en el estudio de los procesos sociales que se desarrollan en las áreas específicas llamadas regiones. Para Walter Isard:

La Ciencia Regional es el análisis sintetizado (integrador) de la política, economía, sociología, cultura y factores psicológicos que influyen en el desarrollo de una región significativa o sistema de regiones [....] es el estudio del desarrollo del espacio-tiempo de una sociedad y su población en toda su dimensión social, económica, política y psicológica.22 No obstante, la interdisciplinariedad manifestada, la crítica que se hace a

esta teoría es que sus seguidores, en la práctica, se enfocaron a desarrollar técnicas y modelos cuantitativos para aplicarlos en las regiones, dejando a un lado el contexto social, el momento histórico, la situación política, la atmósfera ideológica, etc., como si la economía regional fuera una esfera independiente.

–––––––––––––– 22 Walter Isard, Introduction to regional science, Englewood Cliffs, Prentice Hall,

1975, p.5.

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Así, el predominio de las matemáticas en los estudios de la Ciencia Regional, hizo que estos se consideraran más dentro del campo de la abstracción del conocimiento y que tuvieran limitaciones para responder algunas cuestiones sociales relativas al desempleo, disparidades entre ricos y pobres, y problemas de bienestar social.

Teorías del Desarrollo Desequilibrado

Teoría de los Polos de Crecimiento Teoría que utiliza un enfoque funcional de región y representa la consolidación del espacio nodal. Su principal promotor fue el francés Francois Perroux, quien desde la economía refutó el paradigma regional tradicional (Teoría del Lugar Central) al adoptar con su Teoría de los Polos de Crecimiento (1955),23 un tipo de análisis que no privilegia los fenómenos del mercado y del precio. Su propuesta se considera fundamentalmente como una teoría de desarrollo porque a través del estudio de los mecanismos y transmisión del desarrollo “... trata de explicar el cambio estructural en el sistema económico al igual que en el social y aun en el institucional".24

En su teoría plantea que las desigualdades regionales se producen porque “... el crecimiento económico no es igual en todas partes y se manifiesta en puntos o polos de crecimiento con intensidad variable, se difunde por medio de diferentes canales, con distintos efectos terminales sobre el conjunto de la economía”.25

Perroux concibió el espacio económico de manera abstracta, como un campo de fuerzas centrífugas y centrípetas, por lo que el crecimiento económico desequilibrado no es más que la sucesión de polos dinámicos a través del tiempo. Define al polo de crecimiento como el centro generador de la actividad económica con capacidad de multiplicación, en el que se concentra capital, transportes y la industria motriz, que influye sobre las demás, originando crecimiento y modificando la estructura productiva.

–––––––––––––– 23 Francois Perroux, “Notas sobre el concepto de los polos de crecimiento”, en Ávila

Sánchez, (comp.), Lecturas de análisis regional…, el artículo original fue publicado como “Note sur la notion de pole de croissance”, Economie Apliquée, vol. VII, núm. 1-2, 1955.

24 Tormod Hermansen, “Polos y centros de desarrollo en el desarrollo nacional y regional. Elementos de un marco teórico”, en Antoni Kublinski, (comp.), Polos y centros de crecimiento en la planificación regional, México, FCE, 1977, p. 13.

25 Perroux, “Notas sobre el concepto de los polos de crecimiento” en Ávila Sánchez, (comp.), Lecturas de análisis regional…, p. 84.

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Para él, la industria motriz es generadora de actividad económica por su capacidad de multiplicación, al disminuir costos y precios, incrementar la oferta y la demanda, y transformar las expectativas de los agentes económicos; las actividades son interdependientes y no sólo están conectadas por el precio, sino también por la producción y los costos. La industria motriz se caracteriza por su tamaño, generación de impulso y su gran capacidad de innovación; al igual que Schumpeter, Perroux considera la innovación empresarial como uno de los factores principales del proceso económico, porque al crear nuevas industrias trae como resultado una mayor productividad general y una mayor especialización y división del trabajo. También señala que las industrias motrices no son las que emplean la mayor parte de la población económicamente activa, sino las que tienen mayor influencia directa o indirecta sobre el bienestar y la economía regional.

La teoría de Perroux fue desarrollada por el geógrafo galo Jacques Boudeville, quien con su obra,26 le dio un contenido geográfico a las nociones abstractas del espacio y del polo de crecimiento, al proyectar los cambios del espacio funcional en el espacio geográfico, y al considerar el espacio económico como la aplicación del espacio matemático sobre el espacio geográfico.

Fue él quien subrayó el carácter regional del espacio económico, al vincularlo con el espacio geográfico, mediante transformaciones funcionales que describen propiedades importantes de los procesos económicos, y basándose en la concepción de región de Perroux, señala que las regiones pueden analizarse en tres niveles: región homogénea, región polarizada y región plan. Indica, también, que las regiones homogéneas son de inspiración agrícola, las regiones polarizadas de inspiración industrial y las regiones plan, de inspiración prospectiva.

La región puede caracterizarse por su mayor o menor uniformidad es más o menos homogénea. En segundo lugar puede estudiarse desde el punto de vista de su mayor o menor coherencia, es decir de la interdependencia de sus diversas partes, según se encuentra más o menos polarizada. Puede, en fin contemplarse de acuerdo al fin que se persiga, el programa que se trace: es la región plan. 27 Señala, además, que para delimitar el área de influencia de una región

polarizada es difícil, porque “...existen tantas fronteras como tipos de flujos

–––––––––––––– 26 Jacques Boudeville, El espacio económico, Buenos Aires, EUDEBA, 1969. 27 Ibíd., p. 15.

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económicos. El esfuerzo ulterior consiste en combinar esos flujos con el fin de trazar las fronteras de una esfera de influencia lo más general posible”.28

Boudeville establece la articulación entre la Teoría de los Polos de Crecimiento con la Teoría del Lugar Central, cuando analiza la evolución de los polos de crecimiento y trata de ubicarlos en el espacio geográfico, y como la Teoría de los Polos de Crecimiento no es una teoría de localización, tiene que recurrir a la Teoría del Lugar Central que sí “...toma en cuenta las interdependencias existentes entre actividades de servicios resultantes de su división del trabajo”.29

La Teoría de los Polos de Crecimiento propuesta por Perroux y desarrollada por Boudeville, se llevó a la práctica en Francia durante la década de los cincuenta y sirvió como base para la reorganización territorial y la acción regional que permanece hasta el presente.

Otras Teorías Con base en la Teoría del Desarrollo Desequilibrado, otros autores como Albert Hirschman, Gunnar Myrdal y John Friedman, en los años cincuenta, utilizaron el concepto de polo de crecimiento a la manera inglesa para desarrollar sus respectivas propuestas, es decir, como la ampliación de las diferencias entre dos extremos.

Hirschman,30 en lugar de polo de crecimiento utiliza centros de crecimiento. Este autor considera que el crecimiento económico es por necesidad geográficamente desequilibrado, ya que el progreso económico no surge en todas partes al mismo tiempo, y cuando se origina, hay fuerzas que producen su concentración espacial en los puntos de partida. Por ello, es en estos últimos donde se deben concentrar las inversiones para alcanzar una rápida expansión industrial, porque en caso contrario, las inversiones que se emprendan de manera arbitraria se convertirán en un obstáculo para el crecimiento económico.

Contemporáneo de Hirschman, Gunnar Myrdal, partidario de la Teoría de la Divergencia Regional, introduce el concepto de causación circular acumulativa en su obra,31 con el que explica la desigualdad existente entre los países capitalistas de escaso y mediano desarrollo y los desarrollados. Para Myrdal, esta desigualdad se amplía conforme pasa el tiempo y el crecimiento

–––––––––––––– 28 Ibíd., p. 22. 29 Hermansen, en Kublinski, (comp.), Polos y centros…, p. 50. 30 Albert Hirschman, La estrategia del desarrollo económico, México, FCE, 1961. 31 Gunnar Myrdal, Teoría económica y regiones subdesarrolladas, México, FCE, 1979.

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de una región dependerá de su capacidad productora y de sus exportaciones; si su producción es para el interior, su crecimiento será lento, y si es para la exportación, tendrá un crecimiento acelerado por el influjo monetario neto que recibe de otras regiones.

Asimismo, el economista John Friedman,32 apoyándose en los autores anteriormente señalados establece que los polos de crecimiento dependerán no sólo de la capacidad de la industria como motor de desarrollo para producir efectos multiplicadores, sino también de la capacidad de desarrollo social que tenga la población donde se establezca. Por otra parte, enriquece el concepto de polo de crecimiento de Perroux, al señalar que en cada sistema espacial que ha alcanzado cierto grado de madurez, puede haber uno o más polos de crecimiento interdependientes y con gran influencia en el espacio organizado.

La crítica más importante que se hace a la Teoría de los Polos de Crecimiento es que aporta poco a la explicación acerca de cómo se origina el proceso de crecimiento económico; el por qué se produce en algunos lugares y no en otros, y cuáles son los mecanismos de transmisión espacial del desarrollo.

Se le cuestiona también la arbitrariedad con la que determina el polo de crecimiento y su área de influencia. Igualmente, se le objeta, que haya sido utilizado ideológicamente para justificar la polarización económica y para fomentar los desequilibrios regionales.

La Teoría de la Economía Política Regional Esta teoría emerge en la década de 1970 bajo la orientación metodológica del marxismo, porque los autores de esta doctrina no desarrollaron ninguna teoría relacionada con el análisis regional, y sólo explicaron las diferencias económicas espaciales existentes en el régimen capitalista, dentro de una nación o entre los países, como un producto de la división del trabajo. Señalaron que dentro de una nación hay una división del trabajo industrial y comercial con respecto al trabajo agrícola, que dio como resultado la separación entre ciudad y campo; y entre los países, éstas disimilitudes fueron producto del diferente desarrollo de las fuerzas productivas relacionadas con el nivel de la división del trabajo.33

–––––––––––––– 32 Cfr., John Friedman, “La estrategia de los polos de crecimiento como instrumento de la

política de desarrollo” en Economía y Desarrollo, núm. 6, La Habana, Instituto de Economía de la Universidad de la Habana, 1971.

33 C. Marx y F. Engels, “La ideología alemana”, en Obras escogidas, tomo I, Moscú, Progreso, 1973, pp. 16-17.

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Los seguidores de esta teoría argumentan que la inexistencia de los procesos espaciales en sí, originan que no haya una ciencia puramente espacial, por lo que se debe partir de los procesos sociales que son los que producen las diferencias en las regiones. Por ello, los marxistas se sustentan en conceptos de la Economía Política y del Materialismo Histórico para tratar de explicar la organización espacial, la cual consideran como la manifestación lógica del sistema social que organiza la producción y la distribución de la riqueza, como un modo particular de las relaciones sociales de producción.

Los análisis regionales marxistas abordan más las relaciones de clase que las relaciones espaciales, por lo que insisten que en la formación histórica de la región son determinantes las clases sociales que luchan por el excedente económico y la acumulación de capital, que se refleja también en la organización espacial. Por eso “...las diferencias regionales son el resultado de la forma de apropiación del capital en ámbitos territoriales específicos”.34

Para los marxistas, el análisis de la estructura de clases es fundamental para definir la base productiva y comprender el proceso de contradicciones surgidas dentro de la sociedad. Igualmente, es relevante la acción del Estado en las regiones, porque es el encargado de conducir el modelo de desarrollo nacional, que acelera las diferencias regionales a través de las políticas que inciden en el territorio, al igual que la respuesta que tienen las clases sociales ante éstas.

Desde la posición marxista, el argentino Alejandro Roffman, en 1974, propuso la región como un concepto integral,35 partiendo del supuesto de que toda sociedad ordena su espacio y le imprime una forma específica de organización, por lo que necesariamente todo espacio nacional y sus divisiones geográficas reflejarán la formación económica y social de cada momento histórico. Así, pues, sugiere el concepto de formación económica y social propuesto por la corriente marxista, para poder identificar la distribución de los fenómenos socioeconómicos en el espacio. Plantea, además, que éste concepto se debe analizar de forma dinámica, como un proceso de permanente acomodamiento y reajuste, que puede ser resultado de cambios en el desarrollo de las fuerzas productivas y por ende, de la redistribución del excedente social. Asimismo, se debe estudiar de manera articulada, independientemente de que su análisis se haga de manera nacional o regional.

–––––––––––––– 34 Blanca Ramírez V., La región en su diferencia: los valles centrales de Querétaro 1940-

1990, México, UAM-UAQ-RNIU, 1995, p.13. 35 Cfr., Alejandro Roffman, Desigualdades regionales y concentración económica. El caso

argentino, Buenos Aires, Planteos, 1974.

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Por otro lado, los historiadores mexicanos Alejandra Moreno y Enrique Florescano, bajo la influencia marxista que hace hincapié en el devenir histórico del espacio, proponen el concepto de región histórica, a través del cual explican la organización territorial de México como “... producto de las relaciones sociales de dominio prevalecientes en los sucesivos tiempos históricos de una región”.36

Dentro de ésta misma orientación metodológica, Brigitte Boehm de Lameiras incluye al historiador argentino Mario Cerutti en sus investigaciones sobre historia regional del norte de México, que en lugar del concepto de región, prefiere emplear el de ámbito regional, al cual define como “...un espacio territorial que desborda –por momentos aún con mucha amplitud– la región geográfica que la enmarca, pero sin dejar de reconocer en el seno de ésta su centro fundamental”.37

Como parte del marxismo figura también el geógrafo mexicano Ángel Bassols Batalla, quien propone el concepto de región geoeconómica, que define como el espacio producto de la interacción de los factores sociales y naturales a través del tiempo, y con base en ella indica que las regiones son objetivas, dinámicas, que pueden coincidir con las regiones naturales y existe en ellas una ciudad decisiva para su desarrollo.38

Otro marxista latinoamericano, Francisco de Oliveira, en su trabajo sobre la región noreste de Brasil,39 especifica que la reproducción del capital y sus formas tienden hacia la homogeneización del espacio, pero ésta no es general, ya que este proceso es por definición desigual y combinado. Para él, la dimensión política de una región se manifiesta en el control que las clases sociales dominantes ejercen sobre ellas.

La crítica en torno a la corriente marxista de análisis regional se ha centrado en la unilateralidad de sus estudios sobre el desarrollo del capitalismo, que se han dirigido más a explicar las leyes de acumulación del capital a nivel mundial o nacional que en las propias regiones. Por ello, sus indagaciones se han elaborado bajo el supuesto de que las regiones son

–––––––––––––– 36 Cfr., Alejandra Moreno y Enrique Florescano, “El sector externo y la organización

espacial y regional de México (1521.1910)”, en Ávila Sánchez, (comp.), Lecturas de análisis regional…, p. 389.

37 Mario Cerutti, “Contribuciones recientes y relevancia de la investigación regional sobre el siglo XIX”, en Carlos Martínez Assad, (coord.), Balances y perspectivas de los estudios regionales en México, México, UNAM-Porrúa, 1990, p. 27.

38 Ángel Bassols Batalla, México: formación de regiones económicas, México, UNAM, 1992, pp. 24-25.

39 Francisco de Oliveira, Elegía para una re(li)gión, México, FCE, 1982.

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productos del capitalismo y explicando que todas las causas que originaban una región dependían del contexto internacional, sin reconocer la dinámica interna que emanaba dentro del mismo seno regional, fundamental para el establecimiento del capitalismo. “De esa manera el marxismo de los años setenta dio como resultado una disminución del énfasis en el análisis de la concreción de los procesos que se desarrollaban en la región misma, para centrarlos en niveles mucho más genéricos de los procesos que les dan origen”.40

Teorías de Análisis Regional en la Economía Globalizada Con la globalización y el cambio de la economía del bienestar por el liberalismo económico, el panorama económico mundial se ha modificado. Esta nueva situación caracterizada por una mayor internacionalización del capital, producto de una nueva división del trabajo, es impuesta por los países desarrollados con el objeto de disminuir costos y conquistar mercados locales. Internacionalización del capital que ha desembocado en la formación de bloques económicos, que tienden a borrar los límites fronterizos a través del intercambio comercial y la inversión, originando un espacio económico uniforme a través de una gran cantidad de subespacios.

Por otra parte, la globalización ha traído consigo el surgimiento de nuevas formas de organización del trabajo y el desarrollo de nuevas tecnologías: microelectrónica, biotecnología, telecomunicaciones, informática, etc.; así como también, la utilización de nuevos materiales que han puesto en duda los fundamentos básicos del análisis y desarrollo regional. El desarrollo de las comunicaciones ha relativizado el principio de la distancia, clave para la diferenciación territorial, y que en el mundo actual no tiene la misma validez. Pasa lo mismo que con el principio de la contigüidad, indispensable para la integración de las regiones, y todavía válido para la conformación de regiones y bloques económicos, pero no determinante para la organización de la producción en la economía globalizada.41

Al respecto, la microelectrónica ha hecho posible la flexibilidad de los puestos de trabajo, el ajuste de las relaciones salariales y el quiebre del modelo corporativo-sindical. Por ello, la organización del trabajo en la economía global se ha hecho bajo las vías neotayloriana (desintegración territorial de los procesos de trabajo), californiana (aglomeración de capacidades individuales) ––––––––––––––

40 Doreen Massey, “Las regiones y la geografía”, en Blanca Ramírez V. (comp.), Nuevas tendencias en el análisis regional, México, UAM, 1991, p. 26.

41 Daniel Hiernaux, “En la búsqueda de un nuevo paradigma regional, en Ibíd., pp. 38-39.

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y saturniana (sistema de fuerte integración interna). Igualmente, la biotecnología y la producción de nuevos materiales, han traído como consecuencia la pérdida de valor del principio de las ventajas comparativas, como factor fundamental para la división internacional del trabajo y las ventajas de localización han desaparecido como agentes influyentes para la reproducción del capital, resaltando más la utilización de tecnologías de punta, el flujo de capitales y los salarios bajos.42

Por lo anterior, la globalización ha traído consigo el debate de tres problemáticas: 1) La vigencia del concepto de región y su pertinencia como unidad de referencia para el análisis territorial, 2) Las medidas que hay que adoptar para incorporar las regiones atrasadas a la globalización económica y 3) Los análisis de convergencia regional.

Sobre la primera, hay algunos estudiosos que ponen en duda la importancia que tiene definir a priori el concepto de región como recurso metodológico y heurístico, como es el caso de Pablo Serrano, quien señala que para la historia: “Lo que menos importa es la teoría y la definición de conceptos para iniciar una investigación histórica. Lo que se impone es el conocimiento, recreación e interpretación de procesos regionales que se den cuenta de la evolución de la sociedad mexicana y su pluralidad. Es la realidad la que determina una definición...”.43

Sin embargo, otros especialistas creen que lo que se debe hacer es replantear la problemática de los análisis regionales, buscando un nuevo paradigma que esté de acorde con la realidad actual. Entre los impulsores de esta opinión está el francés Alain Lipietz, quien propone una nueva tipología de regiones con gran desarrollo tecnológico, con densidad de mano de obra calificada y con reserva de no calificada.44

Dentro de esta misma posición, tenemos a Daniel Hiernaux, quien indica que no debe existir desinterés por el concepto de región, sino al contrario, y propone como hipótesis: “...que la región es la unidad territorial de base que articula los diversos espacios del capital mundial y que por lo tanto el análisis regional debe de estar en el centro de las preocupaciones de los estudios territoriales”.45

–––––––––––––– 42 Ibíd., pp. 40-41. 43 Pablo Serrano Álvarez, “Historiografía regional mexicana. Tendencias y enfoques

metodológicos, 1968-1990”, en Relaciones, núm. 72, vol. XVIII, otoño de 1997, pp. 55-56. 44 Cfr., Alain Lipietz, El capital y su espacio, México, Siglo XXI, 1979 45 Hiernaux, “En la búsqueda de un nuevo paradigma regional” en Ramírez V. (comp.),

Nuevas tendencias…, p. 34.

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Apoyado en la tipología de Lipietz, Hiernaux plantea que con base en las nuevas formas de organizar las relaciones capital-trabajo y capital-capital se pueden constituir tres modelos de región: región subsidiaria producto de la integración neotaylorista, región competencia, resultado de la integración de un territorio bajo el modelo californiano, y región sistema, originada por el modelo saturniano.46

Por otra parte, acerca de la importancia y pertinencia de los estudios regionales, Blanca Ramírez señala que la globalización ha reestructurado los territorios de acuerdo con sus fines, y las inversiones externas de los países desarrollados las han dirigido hacia aquellas regiones que se han organizado conforme a las políticas de corte neoliberal. “Es por eso, que es preciso volver nuestros ojos, una vez más, al estudio de las formas particulares que adopta la organización del territorio como consecuencia de la implantación de las políticas neoliberales”.47

También sobre este aspecto, Dussel Peters afirma que la globalización está determinada por dos tendencias: la creciente flexibilización productiva y los encadenamientos mercantiles globales. Es ésta última la que pone en vigencia las investigaciones regionales, porque es ahí donde se generan los encadenamientos productivos entre las empresas y las mismas regiones. “Cabe destacar que la forma específica de integración de las naciones y sus regiones al mercado mundial dependerá grandemente de los encadenamientos mercantiles globales –es decir, de su integración en cadena del valor agregado en el mercado mundial– que las mismas logren”.48

Acerca de la segunda problemática de cómo incorporar las regiones a la globalización económica, Daniel Hiernaux después de analizar las principales características de la economía actual, señala que hay tres ámbitos de análisis regional: internacional, nacional y local. En el ámbito internacional, propone que los estudios regionales se deben de enfocar a la dinámica temporal y espacial de los bloques económicos originados por la internacionalización del capital. En el ámbito nacional, aunque hay desinterés por parte de los Estados neoliberales por desarrollar una política regional que termine con las desigualdades internas, sí lo hay para impulsar condiciones diferenciales y ––––––––––––––

46 Ibíd., p. 44. 47 Blanca R. Ramírez V. y José Tapia Blanco, “Globalización o escalas en el análisis

territorial: el inicio de un debate”, en Elsa Patiño y Jaime Castillo Palma, Globalización y reestructuración territorial, México, UAM-RNIU, 1999, p. 61.

48 Enrique Dussel Peters, “Reflexiones sobre conceptos y experiencias internacionales de industrialización regional”, en Clemente Ruiz Durán y Enrique Dussel Peters, (coords.), Dinámica y competitividad industrial, México, UNAM-Editorial Jus, 1999, p. 65.

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competitivas entre las diversas regiones que conforman un país. Por lo anterior, en el ámbito local donde las regiones tradicionales dedicadas al mercado regional y nacional están en vías de desaparecer, sí hay interés en identificar nuevas regiones nodales al estilo de Perroux que articulen la región con el ámbito internacional sin tomar en cuenta el ámbito nacional.49

Respecto al señalamiento realizado por Hiernaux acerca del interés por desarrollar nuevas regiones al estilo de Perroux, un grupo de economistas mexicanos, entre los que destaca Leonel Corona, proponen que en lugar de polos de desarrollo, se debe impulsar los polos de innovación para lograr el desarrollo regional, que se integran por la concentración espacial de empresas innovadoras y que se caracterizan por introducir nuevos productos, procesos y servicios en el proceso económico.50

Por otro lado, Manuel Castells, bajo el argumento de que los efectos directos e indirectos de la nuevas tecnologías han hecho obsoletos algunos fundamentos tradicionales de las políticas regionales, luego de analizar el impacto que tienen estas nuevas tecnologías en el desarrollo regional y la organización territorial, señala que la reestructuración de las regiones dependerá de la capacidad que tengan éstas para adaptarse al nuevo espacio industrial, y aquéllas regiones que no se integren al espacio económico dominante serán consideradas como regiones marginales generadoras de menor valor agregado. De esta manera: “el nuevo desarrollo desigual ya no se da entre productos primarios y productos manufacturados, sino entre productos de diferente nivel tecnológico cualquiera que sea su sector o actividad”.51

Por último, Sergio Boisier sugiere que el concepto de región debe ser reformulado en relación a la capacidad que tengan los espacios económicos emergentes para insertarse al contexto mundial. Para él, la región es una y múltiple al mismo tiempo, porque después de superar el fundamento de la contigüidad, cualquier región puede realizar alianzas tácticas con otras con el fin de tener una mejor posición internacional, para el logro de objetivos específicos en plazos determinados. Resalta, también, que estas regiones emergentes a la economía mundial formarían regiones transnacionales funcionales o regiones virtuales, a las cuales define como: “...el resultado de un ––––––––––––––

49 Hiernaux, “En la búsqueda de un nuevo paradigma regional” en Ramírez V. (comp.), Nuevas tendencias…, pp. 42-43.

50 Leonel Corona, “Polos de innovación en México: características y perspectivas”, en Salvador Rodríguez, Jorge Serrano y Alberto J. Villar, (coords.), Desarrollo regional y urbano en México, a fines del siglo XX, México, AMECIDR-UAM-CRIM-UAEM, 1999, p. 41.

51 Manuel Castells, “Nuevas tecnologías y desarrollo regional”, en Ávila Sánchez, (comp.), Lecturas de análisis regional…, p. 184.

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acuerdo contractual entre dos o más regiones pivotales o asociativas –no necesariamente geográficamente contiguas– para alcanzar ciertos objetivos de corto y mediano plazo”.52

Este mismo autor, en otro texto, propone el concepto de región como cuasi-estado con el fin de romper la relación de dominación y dependencia, y llevar a cabo la descentralización político territorial, con una verdadera construcción jurídica, política, administrativa y social de las regiones. Meta que, para alcanzarla, es necesario configurar un proyecto político regional que subordine los intereses particulares al interés colectivo. Asimismo, que la región actúe como una cuasi-empresa en la que se apliquen algunas de las prácticas de la gran empresa, en lo que toca a la definición de productos y mercados, proyectos de financiamiento, recursos humanos y empleo, y promoción corporativa, para tener una mayor competitividad.53

Respecto de los estudios regionales de convergencia de la actualidad han tenido como soporte teórico los modelos de crecimiento exógeno, crecimiento endógeno y el de la Nueva Geografía Económica.

El modelo neoclásico de crecimiento exógeno propuesto por Solow en su artículo “A contribution to the theory of economic growth” (1956), realizado para el análisis de la convergencia regional, plantea que el crecimiento económico sólo será posible por la existencia de un progreso técnico exógeno. Por ello, en las economías regionales que tienen diferentes magnitudes de capital y trabajo, sus ingresos tenderán a igualarse con el tiempo, en razón a la existencia de rendimientos decrecientes de los factores abundantes, que en condiciones de libre movilidad y de acuerdo con sus respectivas productividades marginales, cambio técnico, rendimientos constantes de escala y estructura de mercados competitivos, el capital y el trabajo se desplazarán desde la región donde son abundantes hacia donde son más escasos. Así pues, la igualdad de los productos marginales de los factores, originarán, necesariamente, la igualación de los ingresos per capita de las regiones y, por ende, la convergencia, y en dado caso que las desigualdades persistan, éstas

–––––––––––––– 52 Sergio Boisier, “Postmodernidad territorial y globalización: regiones pivotales y regiones

virtuales”, en Trabajos de análisis y diagnóstico sobre las regiones, (material mimeografiado), México, INAH-SEP, 1996, p. 3.

53 Sergio Boisier, “la Gestión de las regiones en el nuevo orden internacional: cuasi-estados y cuasi-empresas”, en El desarrollo local: ¿una nueva política regional para vivir mejor?, Valencia, UIMP, 1992, pp. 9-13.

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serán transitorias y creadas por distorsiones de los mercados y obstáculos institucionales que impiden la libre movilidad de los factores.54

El segundo modelo, basado en las Teoría del Crecimiento Endógeno propuesta por Shaw, Policy implications of endogenus growth theory (1992); Arrow, The economic implications of learning by doing (1962); Romer, Endogenus technical changes (1986), plantea que el crecimiento tiene un carácter endógeno producto de los factores que origina sobre el mismo la generación de un mejor conocimiento de los hechos y el aprendizaje. Además, éstos consideran al conocimiento como un factor de producción, ya que al introducirse un nuevo conocimiento se incrementa la productividad marginal.55

Con base en la anterior teoría se cuestiona la tendencia hacia la convergencia regional, porque el crecimiento se explica por factores endógenos, tales como el mejoramiento de la calidad del trabajo por el aprendizaje y la experiencia, la existencia de complementariedades entre los factores, las inversiones en investigación y desarrollo de nuevos procesos y productos, que generan externalidades que elevan el producto de una economía y contribuyen a la difusión del cambio técnico. Así, dependiendo de la dotación de los recursos mencionados, algunas economías tenderán a crecer más que otras.56

La tercera base teórica de los análisis de convergencia regional tiene su origen en la llamada Nueva Geografía Económica, fundamentalmente en las propuestas de Paul Krugman, quien rescató la tradición de la Economía Espacial y de la Localización, reconociendo las aportaciones del análisis espacial de la Teoría de los Lugares Centrales de Christaller y Lösch, y las externalidades de Marshall.

Este autor propone para el estudio regional un modelo de rendimientos crecientes de escala y estructuras de mercado no competitivos, que sirve para observar las fuerzas centrífugas y centrípetas; de las primeras menciona que son las que producen el crecimiento de las regiones, ya que son el resultado de la interacción de las economías de escala, los costos de transporte y la movilidad de los factores. Acerca de las segundas, comenta que las empresas para explotar las economías de escala se localizan cerca de los mercados y las ––––––––––––––

54 Jorge Lotero, Sergio Restrepo y Liliana Franco, “Modelos de desarrollo y convergencia interregional de la productividad industrial en Colombia”, en Lecturas de Economía, núm. 52, Medellín, Universidad de Antioquia, enero-junio de 2000, p. 55.

55 Miguel Ángel Galindo y Graciela Malgesini, Crecimiento económico, principales teorías desde Keynes, Madrid, MacGraw-Hill, 1994, p. 104.

56 Lotero, Restrepo y Franco, “Modelos de desarrollo y convergencia interregional de la productividad industrial en Colombia”, en Lecturas de economía…, p. 53.

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fuentes de abastecimiento, por lo que esta mejor localización produce economías de aglomeración, que son concentradas por las fuerzas centrípetas que surgen por los incentivos de localización en una región con poco competidores.57

Con lo anteriormente expuesto, podemos concluir que en la actualidad, los estudios regionales continúan siendo pertinentes por la misma necesidad de mejorar el bienestar de su población, ya sea a través del desarrollo interno o de su incorporación al mundo globalizado. Ésta última posición es la que ha originado criticas a sus impulsores latinoamericanos, porque en la búsqueda de una mayor vinculación con la economía globalizada se han generado una mayor disparidad y diferenciación entre las regiones de los países subdesarrollados. Y en algunos casos, como el de México, que pertenece al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), no se han realizado internamente políticas de desarrollo regional como las establecidas en otros bloques económicos, como por ejemplo en la Unión Europea.

Propuesta teórica y metodológica para el análisis histórico-económico de la región Sur de Sinaloa. Después de revisar las distintas teorías y enfoques de cómo abordar los estudios regionales; más que adherirnos alguna corriente o adoptar algún modelo de los señalados anteriormente de manera ecléctica, retomaremos algunos conceptos e ideas planteadas por las teorías de los Polos de Crecimiento y de la Economía Política sobre análisis regional, con las que fundamentaremos nuestro propio marco teórico conceptual, que esté acorde con nuestros objetivos y que determine los límites de la región que nos proponemos estudiar. Modelo que nos servirá para definir las variables a estudiar, así como también los instrumentos necesarios para el análisis de su comportamiento. Supuestos teóricos que no se impondrán por encima de nuestro análisis empírico, porque estamos convencidos que será la reconstrucción historiográfica la que nos permitirá la elaboración de un modelo.

Nuestra propuesta de utilizar conceptos de dos teorías que pertenecen a paradigmas diferentes, porque plantean problemas y soluciones diferentes, no es con el fin de conciliarlas, sino con el de objeto de recuperar aquellas aportaciones que han realizado cada una de ellas en el análisis regional y que sean compatibles a nuestros objetivos de investigación.

–––––––––––––– 57 Paul Krugman, Development, geography and economic history, Cambridge, London,

The MIT Press, 1999, p. 61.

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Acerca del empleo de la Teoría de los Polos de Crecimiento en el análisis histórico, Francois Perroux señalaba que a pesar de que los historiadores y geógrafos no utilizaban los conceptos de polo de crecimiento e industria motriz estaban familiarizados con ellos por lo que la aplicación de esta teoría en esas disciplinas:

“... equivale, pues a rechazar algunas estrecheces injustificadas que la teoría habitual nos impone, privilegiando los fenómenos del mercado y del precio [...] . Al adoptar la nueva teoría, debe volver a formularse desde su base la historia de las economías nacionales y la teoría de su desarrollo.58 La Teoría de los Polos de Crecimiento será básica en la determinación de

nuestro marco conceptual, porque nos aportará los conceptos de: polos de crecimiento, industria motriz, jerarquía y región de influencia, que modificaremos con base a nuestras necesidades.

De acuerdo a Antoni Kublinski, el concepto de polos de crecimiento se ha empleado de tres modos: como concepto teórico en actividades de investigación, como instrumento de planeación en la ejecución de diversas políticas y planes interregionales y como hipótesis en estudios históricos que se tienen que verificar a la luz de la historia y de los datos empíricos.59

Es en éste último sentido como pensamos aplicarlo, como un concepto que nos guíe durante nuestro análisis histórico económico regional, que a pesar que es definido inicialmente, éste se tiene que verificar a lo largo de la investigación. En nuestro caso, tiene que ver con la forma en que se articuló la región sur de Sinaloa, que a partir de la colonia hasta mediados del siglo XIX se efectuó a través de los centros mineros de Pánuco, Copala y Charcas que tuvieron a San Sebastián (Concordia) como polo de crecimiento y luego con El Rosario, población que además concentró otras actividades económicas y funciones político-administrativas. Posteriormente, la posición de El Rosario se trasladó al puerto de Mazatlán en la primera mitad del siglo XIX, que funcionaría como polo de crecimiento hasta la actualidad; sin embargo, es conveniente hacer la aclaración que dicho puerto aunque no fue un centro minero, controló esta actividad a través de sus relaciones mercantiles y financieras.

El concepto de polo de crecimiento que utilizaremos será como algo concreto, una ciudad que es el principal artífice del dinamismo que se expresa a través de las interrelaciones que existen entre él y su área complementaria. Es ––––––––––––––

58 Francois Perroux, La economía del siglo XX, Barcelona, Ariel, 1964, p.163. 59 Antoni R. Kublinski, (comp.), Polos y centros de crecimiento en la planificación

regional, México, FCE, 1977, p. 9.

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el centro urbano que aglutina una mayor población, la actividad económica y es el eje articulador de la actividad motriz a través de vínculos comerciales y financieros.

El concepto de industria motriz de Perroux lo adaptaremos como actividad motriz, para no incluir únicamente las actividades secundarias; y la definimos como aquélla actividad que tiene efectos multiplicadores sobre el resto de la economía regional, porque genera la principal demanda de las demás actividades económicas, cuyo dinamismo también es dependiente. Concepto que en nuestra investigación se aplica a la minería que articuló la región sur de Sinaloa con el exterior desde la etapa colonial y que funcionó como actividad motriz al impulsar el resto de la economía regional hasta las primeras décadas del siglo XX. Incluiremos también de la Teoría de los Polos de Crecimiento los conceptos de jerarquía y área complementaria (en lugar de región de influencia o hinterland) que a pesar de que fueron aportados por la Teoría del Lugar Central, los implementaremos con las modificaciones propuestas por Boudeville, para acoplarlos a la Teoría de los Polos de Crecimiento.

La jerarquía en nuestro caso será interpretada bajo la concepción del ordenamiento que se hace en torno a un principio de poder, y será aquélla que se establece entre la ciudad que funge como polo de crecimiento y los demás asentamientos que integran su área de influencia. El concepto de área complementaria, que se utilizará en sustitución de región de influencia o hinterland, no será sólo empleado como el espacio geográfico donde ejerce su influencia el lugar central a través del abastecimiento de bienes y servicios; sino que se implementará como el espacio donde ejerce su dominio el polo de crecimiento, y también como el espacio en el que existe una interinfluencia de bienes, servicios y personas, entre éste y las demás localidades que lo integran.

Para el análisis cuantitativo de nuestra región emplearemos algunos instrumentos que ha proporcionado la Teoría de la Ciencia Regional. La determinación y localización de el polo de crecimiento, actividad motriz y área complementaria desde nuestro punto de vista no representa un problema, pero su verificación si.

Este es el caso de la actividad motriz que por limitaciones estadísticas no se podrá cuantificar sus efectos multiplicadores con la utilización del método de la matriz insumo-producto (input-output), pero si de manera sencilla a través de la determinación del porcentaje correspondiente a cada actividad económica dentro del producto bruto regional (PBR) o de los métodos estadísticos de regresión simple y compleja con los que se puede analizar la

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correlación existente entre las diversas actividades económicas u otros factores internos y externos influyentes.

Podremos utilizar también como indicador indirecto el de la población económicamente activa (PEA), aunque nos es suficiente, porque se debe tomar en cuenta la productividad del trabajo, si nos refleja los cambios en la estructura económica laboral.

El área complementaria se delimitará geográficamente con base a los flujos de bienes, servicios, recursos financieros y población. Su estructura y características se determinarán internamente por la interdependencia que tenga el polo de crecimiento con su periferia y externamente por su interdependencia con otras regiones. No obstante, que el área complementaria la definiremos a priori sustentados en criterios político-administrativos, delimitándola dentro del Noroeste de México, en los municipios sinaloenses de: San Ignacio, Mazatlán, Concordia, El Rosario y Escuinapa. (véase mapa)

Sinaloa: División Municipal

Fuente: Anuario estadístico del estado de Sinaloa, edición 1997, México, INEGI-Gobierno del Estado de Sinaloa 1999, p. VIII.

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Como región económica esta demarcación podrá variar, dependiendo de los resultados de la práctica investigativa, con base en los flujos mercantiles y poblacionales, y de acuerdo con el alcance de las fuerzas centrífugas y centrípetas que se establecen en ella; porque hay tantas fronteras como tipo de flujos económicos.

La Teoría de la Economía Política de análisis regional nos aportará algunas sugerencias que han servido de sustento para criticar a las teorías de origen neoclásico y keynesiano, tales como la relacionada con el carácter ahistórico y estático, porque coincidimos con la posición marxista de que las regiones son un producto histórico, un resultado de la acción del hombre sobre la naturaleza a través del tiempo. Y en nuestra investigación la emplearemos para conocer el origen y desarrollo de los polos de crecimiento, actividad motriz y área complementaria del sur de Sinaloa. También utilizaremos de la teoría de la Economía Política Regional la propuesta de la influencia que tiene la política económica en las regiones que puede obstaculizar o acelerar su crecimiento.60

Asimismo, retomaremos de la teoría marxista de análisis regional la idea de no considerar aislada nuestra región, sino dentro de un contexto internacional y nacional, que incide en buena parte en los cambios y en las relaciones de dominio regionales.

Después de haber señalado el marco conceptual, que nos guiará durante el transcurso de la investigación, definimos nuestro concepto de región de la manera siguiente: La región es un espacio geográfico integrado por elementos naturales y sociales, producto de una historia común, interrelacionados en torno a un polo de crecimiento que controla la actividad motriz vinculada al mercado externo y que establece una jerarquía económica, política y social sobre su área complementaria, cuyos límites y desarrollo varían en el tiempo, y que depende también de la influencia de la política económica.

–––––––––––––– 60 Política económica que modela el espacio por medio del aparato jurídico administrativo,

inversión pública y de la redistribución de los recursos fiscales; Alejandro B. Roffman, Dependencia, estructura de poder y formación regional en América Latina, Buenos Aires, Siglo XXI, 1974, p. 35.