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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Carla González SÁBADO 25.08.2012 ENCUENTROS Crónica de una ciudad sin alma Página 4 “Memorias de la señora” Una crítica literaria En la colección de cuentos Memorias de la señora, Carmen utiliza como pretexto la memoria, que transita del presente al pasado y en un juego poético se desplaza de cara a un posible futuro. Pá g i n a 5 Cine y literatura a través del guión El cine, como arte de la imagen y de la palabra exige la excelencia del guión. Un buen guión es una buena idea, y una buena idea exige originalidad, exclusividad, ocurrencia, inteligencia y creatividad. Pá g i n a 6 Exposición de un artista genial La presencia de la obra de Man Ray en nuestro país se puede definir como la realización de uno de los grandes sueños compartidos por artistas, coleccionistas y estudiosos de la modernidad artística occidental. Pá g i n a 8 Máximo Gómez y Caamaño en la genealogía paterna del presidente Medina Página 3

Sábado 25 de agosto de 2012

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Como referencia nacional en el área, Areíto es el suplemento cultural por excelencia. Cada sábado, Areíto circula como un regalo del periódico HOY.

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A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Carla GonzálezS Á BA D O 2 5.0 8.2 012

E N C U E N T ROS

Crónica de una ciudad sin alma Página 4

“Memorias de la señora”Una crítica literariaEn la colección decuentos Memorias dela señora, Carmenutiliza como pretexto lamemoria, que transitadel presente al pasadoy en un juego poéticose desplaza de cara aun posible futuro.Pá g i n a 5

Cine y literaturaa través del guiónEl cine, como arte de laimagen y de la palabraexige la excelencia delguión. Un buen guiónes una buena idea, yuna buena idea exigeo rigi n a l i d a d ,excl u s ivi d a d ,ocurrencia, inteligenciay creatividad. Pá g i n a 6

Exposición deun artista genialLa presencia de la obrade Man Ray en nuestropaís se puede definircomo la realización deuno de los grandessueños compartidos porartistas, coleccionistas yestudiosos de lamodernidad artísticaoccidental. Pá g i n a 8

Máximo Gómez y Caamañoen la genealogía paternadel presidente Medina Página 3

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Regis Debray(Filosofo y escritor francés)“El video es un arma de guerrilla visual, que puede alimentar,en algunos innovadores, el sueño de una contrarevolución”

LI B RO S

LA GUÍA

¿DÓNDE ESTÁJOHNNY LUPANO?

Néstor Medrano es un veteranoperiodista, todavía joven, queconocemos a través de sus

crónicas y reportajes en elListín Diario. Pero como esfrecuente en el periodismo,combina este oficio con su laborliteraria. Medrano ha escritopoesías y relatos, y ahora nossorprende gratamente con susegunda novela, “¿dónde estáJohnny Lupano?”. Habiapublicado “Héroes, villanos y unaa l d e a”, en Editorial Norma. La obraque ahora pone al alcance de suslectores está recreada en lasociedad dominicana de estostiempos y tiene, entre suspersonajes principales, a ElitoBalaguer. La novela tiene 280páginas. Fue publicada porEdiciones de Cultura._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

LA COMPLEJA EXISTENCIADE LA TECNOLOGÍA

Este es un libro para gente quetenga la cabeza grande, es decir,para personas acostumbradas apensamientos profundos yreposados sobre temassustanciales del momento. Eldoctor César Cuello Nieto es uncientífico y un pensador, y así sedejar ver con mucha claridad enlas 422 páginas que acogen los 19capítulos de esta obra. El libro espresentado y elogiado por elprofesor Paul Durbin. Los temasson tecnología, ciencia, desarrollo,sociedad y medio ambiente.

MANEJO DE LA HIDROCEFALIAINFANTIL: ESPERANZAS YD E S I LU S I O N E S

Este es el libro de una maestrade la Medicina, la doctoraSonica Corona Fermín Víctor deSánchez, la primera mujerdominicana graduada deNeurocirugía. Tiene 163 páginas.

MEMORIAS REVERSIBLES

¿Quién publica más libros en laRepública Dominicana que eldoctor Marcio Veloz Maggiolo?Posiblemente la respuesta seanadie. El doctor Veloz Maggioloes un consagrado arqueólogo yescritor que cubre con excelenciacampos tan variados como lapoesía, el cuento, la críticaliteraria, la novela, el ensayo y laciencia. Es, además, uncolumnista habitual de losmedios de comunicación. Ahoranos regala “M e m o ri a sReversible s”, obra que formaparte de la Colección “Letras dela Academia”, de la AcademiaDominicana de la Lengua. Aquíse reúnen 14 textos de purosabor literario sobre las obras detrece autores sobresalientes de laRepública Dominicana. Unartículo trata sobre el grupoliterario “El Puño”, formadodespués de la Guerra de Abril de1965 y alrededor del cual sereunieron nombres que con eltiempo serían figuras claves delpensamiento y la escrituraliteraria. Los autores tratados en“Memorias Reversibles” Ví c t o rVillegas, Dulce María Loynaz,Tony Raful, Virgilio Díaz Grullón,Juan Bosch, Carlos EstebanDeive, Bernardo Vega, RenéRodríguez Soriano y RamónTejeda Holguín, Andrés L. Mateoy Antonio Fernández Spencer. Ellibro consta de 122 páginas. Fueimpreso en Editora Búho.

Miguel Ángel Fornerín

Las ciudadesl et ra d a sy el poder

A los miembros de las ciu-dades letradas se les exigecomo divisa compromisosocial y acción ética. Los

escritores e intelectuales pueden, yde hecho toman, distintas posicio-nes frente a la compleja vida cul-tural, social y política de la nación.En nuestro país es común, ademásde la relación ética entre la vida y lapalabra, que el escritor sea un por-taestandarte de los valores que lamayoría entiende como fundacio-nales y fundamentales. En un me-dio de democracia en ciernes pa-rece perentorio que el escritor asu-ma las posiciones de intelectual or-gánico, o de portavoz.

Empero las prácticas intelectua-les han sido muy diversas y parecehoy día haber cambiado de formadefinitiva. La historia dominicanatiene un repertorio de escritores,escribanos, amanuenses, periodis-tas, propagadores de especies, y losque hoy se les llama plumíferos. Enel siglo XIX tuvimos autores deste-rrados del lar patrio y otros muyacomodados a los dictadores comoSantana, Báez y Lilís.

Bajo la dictadura de Trujillo, lospublicistas entraron aliados a lapolis en periódicos y terminaroncosiendo las sábanas de la dictadu-ra en los diarios y otros escribieronfolletos contra sus antiguos com-pañeros, como es el caso de TomásHernández Franco, contra Jime-nes-Grullón. Las ciudades letradasde las últimas décadas han pisadoel mismo terreno y, a pesar de ilus-trísimas distinciones, han buscadoque el poder arríe hacia ellas partedel presupuesto nacional, que sereparte en publicidad, prensa, pu-

blicaciones de libros, embajadas,viajes y reconocimientos.

Los políticos han visto en los in-telectuales a unos dragones que so-lo dejan de lanzar fuego a través delreconocimiento, los homenajes, laslisonjas y las canonjías. Con un pa-norama así, y sin un desarrollo de lavida universitaria y sin investiga-ción académica; sin una industriaeditorial y sin una educación quedemande productos culturales ycon menos medios de reafirmacióny legitimidad, el vacío se llena desdelos aparatos del Estado. Los que en-tran en esos juegos del poder callan,cuando tienen que hablar. Vendencon su silencio –lo que podría ser–su aporte a la comprensión de larealidad histórica y social.

Es notable el esfuerzo de gruposminoritarios que piensan que debeexistir una opinión bien formada,ética, crítica, que hable a la nación;mientras que los que viven en la im-postura, sobre todo los que antespertenecían al sector de la izquier-da, viven mediante el acomodo es-tatal, disfrutan de una vida que nopodrían ganarse como intelectua-les, como escritores y opinantes.

A esta situación han contribuidolos nuevos aparatos estatales decultura; entidades en las que se dis-fraza la coaptación y el posiciona-miento. El intelectual a sueldo nopuede pensar, solo debe repetir lasconsignas del poder. Las ciudadesletradas se han ido convirtiendo encentros de acomodaciones políti-cas y donde la política hinca sudiente acaba la criticidad, pues, so-lo las razones de Estado pueden te-ner valor en su marco.

Para que las comunidades le-tradas ejerzan la función que pa-rece exigir la sociedad es necesa-rio que las universidades vuelen adarle justo valor a la vida intelec-tual, a sus profesores e investiga-dores; que exista una posiciónacadémica y estatal donde los in-telectuales puedan hacer una vidai n d e p e n d i e n t e.

1923 EL 25 DE AGOSTO NACIÓ ÁLVAROM UTIS , escritor y poeta colombiano,

uno de los grandes escritores hispanoamericanoscontemporáneos. Ampliamente premiado harecibido, entre otros, el Premio Nacional de lasLetras Colombianas 1974 y 1983, Premio XavierVillaurrutia 1988, el Premio Príncipe de Asturias delas Letras 1997, el Premio Reina Sofía de PoesíaIberoamericana 1997 y el Premio Cervantes 2001._

1900 Friedrich Nietzsche, filósofo alemán,falleció el 25 de agosto. Fue uno de los

pensadores modernos más influyentes del siglo XIX,

LA HISTORIA/Fuente: Portal de Bibliófilo Enmascarado

creador del Superhombre, como término filosófico._

1984 FALLECIÓ EL 25 DE AGOSTOTRUMAN CAPOTE, escritor y

periodista de investigación norteamericano. Autorde la obra “A sangre fría”, en la que relata lahistoria real del asesinato de toda una familia._

1880 NACIÓ EL 26 DE AGOSTOGUILLAUME APOLLINAIRE,

seudónimo del poeta, novelista y ensayistafrancés Wilhelm Apollinaire de Kostrowitsky. Soncélebres sus “ideo gramas”, en que la tipografía

sirve para dibujar objetos con el texto mismo delpoema, en un intento vanguardista deaproximarse al cubismo._

1632 JOHN LOCKE, pensador inglésconsiderado el padre del empirismo

y del liberalismo moderno, nació el 29 de agosto.Su obra más importante es “Ensayo sobre elentendimiento humano”._

1935 FALLECIÓ EL 30 DE AGOSTOHENRI BARBUSSE, periodista y

escritor francés.

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A RE Í TO 3Sábado 25 de ag ostode 2 012 H OY

G e n ea l o g í apaterna delp res i d e nteDanilo MedinaL a genealogía del presidente Danilo

Medina Sánchez, al menos por su lí-nea paterna, es rastreable hasta el si-glo XVI y los personajes de su ascen-

dencia, localizables tanto en la ciudad deSanto Domingo como en diferentes ciuda-des del Sur del país, entroncan con notablesfiguras de la historia nacional.

El presidente Medina nació en Arroyo Ca-no, Bohechío, San Juan, el 10 de noviembrede 1951, y su padre, Juan Pablo Medina de losSantos, nació en San Juan de la Maguana el26 de junio de 1918. Su progenitor es hijo deJosé María Medina Báez y Lucía Blasina delos Santos. José María Medina Báez era hijo asu vez de Gaspar Medina Báez y Ana Joa-quina Báez Tejeda, quienes se casaron enBaní el 4 de marzo de 1870, y hermano deJosefa Medina Báez, esposa de Álvaro Caa-maño Sanjurjo, madre del general FaustoCaamaño Medina y abuela del coronel Fran-cisco Alberto Caamaño Deñó, presidente dela República en 1965. De manera que el pre-sidente Medina y el coronel Caamaño resul-tan “primos segundos”.

El bisabuelo Gaspar Medina Báez era hijode Juan Pablo Medina Báez, nacido en Baní el28 de junio de 1796, y María Josefa Báez delVillar. A su vez, Juan Pablo Medina Báez erahijo de Sebastián Medina Arias y Ana BáezHernández, quienes contrajeron matrimo-nio con posterioridad a 1790. Cabe destacarque esta quinta abuela, Ana Báez Hernández,era hija de Damiana Hernández y FranciscoBáez Arambule, hermano de Pablo BáezArambule, bisabuelo del generalísimo Má-ximo Gómez. Así las cosas, el Libertador deCuba era “primo tercero” de Gaspar MedinaBáez, bisabuelo del presidente Medina.

Por la línea de Francisco Báez Arambule

se asciende en su genealogía hasta el quin-to abuelo de este personaje, Juan de Aram-bule, casado con Ana de Maldonado, na-cido en España.

La tatarabuela María Josefa Báez del Villarestaba vinculada a esa misma familia Báez,pues era bisnieta de Jerónimo Báez Peguero,tío de Pablo Báez Arambule, el bisabuelo deMáximo Gómez. Por la línea de JerónimoBáez Peguero es posible remontarse hastalos tatarabuelos paternos y maternos de es-te, Antonio Báez y Juana de Ledesma y Ma-nuel Henríquez y Petrona de Aranda, per-sonajes del siglo XVII. Por la línea del Villar seconocen ocho generaciones anteriores en eltiempo, hasta llegar a José del Villar y Beatrizde la Serna, personajes del siglo XVI.

Entretanto, por la línea de la bisabuelaAna Joaquina Báez Tejeda, a partir de su ma-dre María del Socorro Tejeda Santos, es po-sible remontarse hasta Lorenzo Tejeda y Anade Tiedra en el siglo XVII, mientras que por lalínea materna del padre de María del Soco-rro, Lorenzo Tejeda de Lara, se asciende has-ta Marcos de Lara y Juana de La Vega, tam-bién en el siglo XVII.

Volviendo al quinto abuelo, Sebastián deMedina Arias, tenemos que era hijo de Vi-cente de Medina Merced y Rafaela Arias ynieto de Manuel de Medina Valera, fallecidoen 1798, y Francisca de la Merced, fallecidaen 1786. Esta octava abuela, Francisca de laMerced, era hija de Juan Luis de las Mercedese Inés Peguero, quienes se casaron en 1714.Inés Peguero, a su vez, era hija de EstebanPeguero Escalante y Francisca Ortega Pas-trana, quienes se unieron en matrimonio en1672. Esteban Peguero Escalante era herma-no de Gregorio Peguero Escalante, abuelo deLuis José Peguero Ortiz, fundador y primer

historiador de Baní, autor de la obra “His -toria de la conquista de la isla Española deSanto Domingo”, que escribió en 1762.

Por la línea del séptimo abuelo Manuel deMedina Valera se conocen tres generacionesanteriores hasta llegar a sus bisabuelos,Alonso de Medina y María Díaz, naturales deSevilla, España. El hijo de estos, Luis de Me-dina Díaz, se casó en 1683 con Jerónima deCastro, hija de Alonso Garabito y Rufina deCastro en la Catedral de Santo Domingo.

Entretanto, por la línea del décimo abueloEsteban Peguero Escalante, se conocen tam-bién cuatro generaciones más antiguas, has-ta remontarse a sus tatarabuelos paternos ymaternos en el siglo XVII, Diego Peguero yGregoria Gómez Portes, y Alonso Cuevas yJerónima de Noboa, respectivamente, estosúltimos naturales de Azua.

La madre del séptimo abuelo Manuel deMedina Valera, Juana Andrea Valera, era hijade Andrés Hernández Andújar Valera y JuanaCastellanos Pérez, naturales de Hincha. Laparentela colateral en este nivel generacionalrevela consanguinidades interesantísimas: lamadre de Andrés Hernández Andújar Valera,María Manuela Hernández Andújar y Legui-samón, era hermana de Juan Diego de An-dújar y Leguisamón, abuelo de María Fran-cisca Andújar (abuela a su vez del generalJosé María Cabral Luna, héroe de la batalla deSantomé; bisabuela del general Marco An-tonio Cabral Figueredo y quinta abuela de losescritores Marcio Veloz Maggiolo y HéctorIncháustegui Cabral); de Antera Josefa An-dújar de Soto, esposa de Gregorio PerellóHernández, tronco de la familia Perelló deBaní y tatarabuela del jurista santiaguero Dr.Federico C. Álvarez; de Andrés Antonio An-dújar de Soto, padre de Ana, Agueda y MaríaMarcelina de Andújar de Lara, conocidas co-mo “Las vírgenes de Galindo”, por su ase-sinato en 1822 por soldados haitianos, y deFermina Andújar de Soto, madre en uniónlibre con el presidente Buenaventura Báez deAmelia Báez Andújar, esposa del generalMarco Antonio Cabral Figueredo, y madre asu vez, entre otros, de Ramona Cabral y Báez,madre del reputado abogado Eduardo Sán-chez Cabral; de José María Cabral y Báez,tronco de la familia santiaguera Cabral Ber-múdez, y Mario Fermín Cabral y Báez, padredel poeta Manuel del Cabral. Por la línea deAndrés Hernández Andújar Valera es posibleremontarse hasta los sextos abuelos pater-nos y maternos de este, Melchor de Andújar yMariana Sánchez y Pedro Azcona y FelipaReyes, personajes del siglo XVI.

Como queda visto, el presidente DaniloMedina tiene múltiples ancestros con raícesen España y las Islas Canarias, afincados ennuestro suelo con numerosos descendientesen Santo Domingo, el valle de Baní, Azua ylas poblaciones fronterizas de Bánica e Hin-cha, que fueron testigos de la historia de unaregión clave en el desarrollo de la isla en lossiglos XVI y XVII.

Instituto Dominicano de Genealogía

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4 Sábado 25 de ag ostode 2 012H OY A RE Í TO

Crónica de unaciudad sin alma

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tro sELOGIO DE

LA TASCALEONARDO BOFF

D ebido a mi «gitanismo intelec-tual», hablando siempre en mu-chos sitios y ambientes sobre in-finidad de temas que van desde

la espiritualidad a la responsabilidad so-cioambiental y hasta sobre la posibilidaddel fin de nuestra especie, los organiza-dores, por deferencia, suelen invitarme aun buen restaurante de la ciudad. Lógi-camente, guardo la buena tradición fran-ciscana y celebro los platos con comen-tarios elogiosos. Pero me queda siempreun mal sabor de boca, que impide que elcomer sea una celebración. Me acuerdode que la mayoría de las personas amigasno pueden disfrutar de estas comidas, yespecialmente los millones y millones dehambrientos del mundo.

En este contexto me viene a la mente elconsuelo de las tascas, o tabernas. Megusta ir a las tascas pues ahí puedo comersin mala conciencia. Las hay en todo elmundo, también en las comunidades po-bres, en las cuales trabajé durante años.Ahí se vive una real democracia: la tasca(donde van las personas con menor po-der adquisitivo) acoge a todo el mundo.Puede estar allí tomando su caña un pro-fesor universitario al lado de un peón de laconstrucción, un actor de teatro en lamisma mesa que un pillo, y hasta un bo-rracho tomando su traguito. Es sólo llegar,ir sentándose y gritar: «póngame una ca-ñita bien fría».

La tasca brasileña es más que su visual,con azulejos de colores fuertes, el santoprotector en la pared, generalmente un sanAntonio con el Niño Jesús en brazos, elsímbolo del equipo de futbol aficionado, ylos anuncios de colores de las bebidas. Latasca es un estado de espíritu, el lugar deencuentro con los amigos y vecinos, de laconversación hasta las tantas, de la discu-sión sobre el último partido de futbol, loscomentarios sobre la novela preferida, lacrítica a los políticos y las palabrotas bienmerecidas contra los corruptos. Pronto to-do el mundo se hace amigo, dentro de unincipiente espíritu comunitario. Aquí na-die es rico o pobre. Es, simplemente, genteque se expresa como gente, usando el len-guaje del pueblo. Hay mucho humor, chis-tes y bravatas. A veces, como en el estadode Minas, se improvisan unos cantares quealguien acompaña con la guitarra.

A nadie le importa la condición generalde la barra o de las mesas. Lo importantees que el vaso esté bien limpio y sin grasa;si no, estropea la espuma cremosa de lacaña, que debe tener unos tres dedos. Na-die se molesta por cómo está el suelo opor el estado del baño.

Los nombres son de lo más variado, de-pendiendo de la región del país. Puede serLa Bodega de la Vieja, El Bar de Sacha, LaTasca de Don Gomes, el Bar del Giba, LaTasca del Joia, El Pavo Azul, La Cofradía delChivo Perfumado, La Casa Llena, o muchosotros. Belo Horizonte es la ciudad de Brasilque tiene más tascas, y celebra todos losaños el concurso de la mejor comida detasca. Los platos también son variados, ela-borados generalmente a base de recetas ca-seras y regionales: la carne secada al sol delNordeste, la carne de cerdo y el tutú (pastade frijoles con harina de mandioca y ba-nanas fritas) de Minas. Los nombres soningeniosos: mexidoido chapado (mixto decarnes a la plancha), porconóbis de sabu-gosa (debe su nombre al cerdo y a las hojasde una planta llamada ora pro nobis), cos-tilla de Adán (costillita de cerdo con man-dioca), torrezno de barriga. Hay un platoque aprecio sobremanera que ofrecen en elMercado Central de Belo Horizonte y fuepremiado en uno de los concursos: bife dehígado encebollado con jiló (frutillo amar-go muy popular). Si de mí dependiera, esteplato debería figurar en el menú del ban-quete del Reino de los cielos que el Padrecelestial va a ofrecer a los bienaventurados.

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.No duerme nadie.Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñany el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinasal increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.No duerme nadie.Hay un muerto en el cementerio más lejanoque se queja tres añosporque tiene un paisaje seco en la rodilla;y el niño que enterraron esta mañana lloraba tantoque hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmedao subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.Pero no hay olvido, ni sueño:carne viva. Los besos atan las bocasen una maraña de venas recientesy al que le duele su dolor le dolerá sin descansoy al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.Un díalos caballos vivirán en las tabernasy las hormigas furiosasatacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.Otro díaveremos la resurrección de las mariposas disecadasy aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudosveremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero,a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puenteo a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,donde espera la dentadura del oso,donde espera la mano momificada del niñoy la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.No duerme nadie.Pero si alguien cierra los ojos,¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!Haya un panorama de ojos abiertosy amargas llagas encendidas.No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.Ya lo he dicho.No duerme nadie.Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,abrid los escotillones para que vea bajo la lunalas copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.

Poema Ciudad sin sueño de Federico García Lorca

Nací en el corazón del Cibao, enla ciudad que se preciaba deser limpia y hermosa, hoyconvertida en una pequeñaurbe desorganizada, sucia yllena de basura. En los años

80, decidí seguir mis sueños, llené mis ma-letas de utopías y tomé el rumbo hacia laciudad capital. Luego volví a hacer maletashacia Europa. Quería satisfacer mis necesi-dades y mis ansias de desarrollar mi inte-lecto. Han pasado ya 30 años de esta aven-tura. Ya no sé quién soy. Mis raíces, como miorigen étnico, tienen caminos diferentes.Con orgullo, sigo siendo santiaguera, peropreservo en mi memoria el recuerdo del San-tiago de mi infancia y adolescencia, que yano existe. No me siento capitaleña, a pesar deque llevo viviendo en esta jungla de cemento,basura y desorden, más tiempo que en la ciu-dad donde abrí mis ojos al mundo.

Dicen que con los años, el recuerdo sevuelve una necesidad vital. Cuando llegué aSanto Domingo en los lejanos 80, me pa-reció una ciudad hermosa y grande. Des-cubría, como buena y orgullosa pueblerina,cada rincón como una novedad. Recorrí losmuseos y los lugares de moda. Las presen-taciones en el Teatro Nacional eran la ver-dadera novedad. Las descubría, y en esa pe-queña hazaña personal me inicié en el mun-do del urbanismo desprovisto de alma. Conel tiempo, esta ciudad se ha convertido enun espejismo, una ficción, una locura y so-bre todo, una gran pesadilla, un territorio deconquista de los nuevos dueños de la situa-ción, como en el oeste americano del sigloXIX, que todos viajaban a California en bus-ca del oro. Esta ciudad capital, que todavíapreserva algunas, muy pocas, de sus belle-zas es una gran preocupación.

El tránsito vehicular constituye la princi-pal batalla cotidiana que debemos librar. Apesar de las grandes inversiones en las doslíneas del metro, no se ha podido mejorar el

transporte público. Los dueños de las calles,es decir, los motoconchistas, los conchos ylas voladoras, cruzan, atropellan, insultan ycontaminan el ambiente. Las luces de los se-máforos son referentes de lo que debiera ser.El rojo es un indicador de reducción de ve-locidad, no de pare. El verde indica atropelloal que está delante. Y el amarillo induce alpísalo duro y sigue sin importar. He decididono sufrir con lo inevitable. Pensé que los crá-teres existían en la luna; pero no, están aquí,en esta cosa llamada ciudad capital. Tran-sitar por las calles es un juego interminablede acelera y frena. Los constructores de lastorres improvisadas y no planificadas, des-truyen las calles, las ocupan y convierten lasaceras en sus improvisados almacenes deaprovisionamiento. Yo me pregunto ¿elAyuntamiento del DN es el responsable deregular y de hacer cumplir una cosa que sellama desarrollo urbano? ¿De quién es la res-ponsabilidad del bacheo de las calles?

La lluvia, así como aligera la carga del ca-lor veraniego, es una desgracia para los tran-seúntes y los conductores. La inexistencia deun alcantarillado adecuado obliga al agua aposarse y convertirse en improvisados lagosde aguas sucias que tardan en desaparecer.¿De quién es la responsabilidad de limpiarlas alcantarillas? ¿No tiene que ver el síndicoalgo con esto también, porque la basura esuna de las principales causas de que se tapenlos desagües?

Al transitar por la ciudad, constato queha cambiado su configuración, pero de for-ma desordenada. Los grandes edificios,construidos por doquier, sin respetar las re-glas mínimas de seguridad y urbanismo.Los peatones no tienen las aceras que es-tablece la ley para transitar. La ciudad hacrecido sin orden y sin criterio. Los respon-sables del planeamiento urbano del Ayun-tamiento del Distrito Nacional han permi-tido el crecimiento sin criterio ni control.Peor aún, como ya han reportado ingenie-ros sanitarios y civiles, la ciudad ha crecido,pero no así los servicios. Y es tan absurdo elcrecimiento, que las aguas negras compar-ten el espacio con el agua que dicen es po-table. ¿Hasta dónde va a crecer esta ciudad?¿Hasta que nos ahoguemos en aguas ne-gras, mugre y estiércol?

Mi morada móvil que me transporta porlos vericuetos de esta selva urbana, he de-cidido convertirlo en mi oasis musical.Mientras unos tocan bocinas e insultan, yoescucho música clásica, o la voz maravillosade la pequeña Jackie Evancho. Mientras ob-servo las caras de hastío, yo estoy pensandoen los temas de los artículos o en los librospendientes que debo consultar.

Esta ciudad ha perdido su alma y su en-canto. Las autoridades de la ciudad hanotorgado los permisos a constructores am-biciosos que han destruido patrimonios ar-quitectónicos de la ciudad. Una complici-dad que la historia les va a cobrar, eso esperoy no tengo dudas.

¡Qué triste vivir en una ciudad que no sue-ña! ¡Qué triste vivir en una ciudad que lasambiciones y la complicidad pública y pri-vada le han pisoteado el alma!

m u - k ie n s a n g @ ho t ma i l .co m

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A RE Í TO 5Sábado 25 de ag ostode 2 012 H OY

Pretexto y contexto en“Memorias de la señora”de Carmen Imbert-Brugal

La memoria es el único paraísodel que no podemos ser expulsados.Jean Paul[i]

Somos nuestra memoria, somos ese quiméricomuseo de formas inconstantes, ese montón deespejos rotos.Jorge Luis Borges[ii]

L iteratura y memoria son dos concep-tos coexistentes para muchos escri-tores. Desde los tiempos de la Anti-güedad hasta el Renacimiento, la

memoria no se restringía al pasado, sino quese abría hacia el presente e incluso hacia elfuturo. Los poetas estaban convencidos deescribir para el futuro, para que hubiera me-moria de sus obras y memoria de las his-torias que relataban. En los últimos versos dela Metamorfosis, Ovidio expresa la firme feen la inmortalidad de su fama.[iii] Cierta-mente, la memoria tiene una larga tradiciónen la literatura aunque se pone de moda enla posmodernidad. Son muchos los autoreslatinoamericanos que se apropiaron de ellay escribieron sus recuerdos plasmados enautobiografías o historias de otros.

Siempre se han relacionado los conceptos me-moria y olvido. Este último siempre se paseacomo el antagonista de la memoria y apa-rentemente amenaza con destruirla. El fi-lósofo y crítico francés Paul Ricoeur afirma:“En efecto, el olvido sigue siendo la ame-naza inquietante que se perfila en el tras-fondo de la fenomenología de la memoria yde la epistemología de la historia.”[iv] Pre-cisamente, la lucha constante entre memo-ria y olvido está presente en los relatos quecomponen Memorias de la señora. Comocómplice y testigo de estos, se encuentra elsujeto femenino encarnado en la imagen yen las miradas múltiples de la señora. De-trás de ese sujeto femenino está el lectorcomo sujeto paciente de las historias reu-nidas a través de los veinticinco relatos quecomponen el texto. Comento varios cuen-tos del libro para provocar su lectura comoun ejercicio necesario de nuestras propiasmemorias y recuerdos.

He seguido la trayectoria literaria de Car-men Imbert-Brugal y afirmo que la metáforade la señora se repite a lo largo de la misma.Desde su primera colección de relatos In-fidencias de 1989, su inclinación hacia laconstrucción de personajes/protagonistasmujeres es una constante que se ha despla-zado en sus próximas publicaciones. En suprimera novela Distinguida señora del 1995esa multiplicidad de miradas y representa-ciones del sujeto femenino a través de losrecuerdos son los hilos conductores de laobra. Le siguen su segunda y tercera novela,Volver al frío de 2003 y Sueños de salitre de2006, donde el Caribe y la diáspora domi-nicana son los contextos de las historias detantas mujeres y hombres. En su última en-trega, la colección de cuentos Memorias dela señora, Carmen utiliza como pretexto lamemoria, que transita del presente al pasa-do y en un juego poético se desplaza de caraa un posible futuro. Como contexto, manejalos diversos escenarios de nuestro hermosoCaribe, de América o hasta del mundo engeneral. Me cautiva ese futuro que descifralos recuerdos de los personajes femeninos yciertamente, el primer relato del libro lo evo-ca como esperanza: “Sin nostalgia de mí, sinmañana, el futuro solo lo entiendo cuandome miro niña, allá lejos, entre rumores deberenjenas y maracas, escuchando: Qué ni-ña tan bonita, Ismael. Cuídala, tiene muchag ra c i a .”[v] El recuerdo y su imagen de niñason las respuestas y el camino a seguir. Unode los últimos cuentos incluidos en Memo-rias de la señora lleva como título “Sin na-d i e.” El mismo recoge ese gran centro o eje,que a mi parecer, une todos los relatos: lamemoria. Cito del mismo:

“Para qué sirve la memoria, es incapaz depermitirnos gozar una soledad real. Ya nosoy yo sino todos los otros, todas las otrasque me persiguen, me asedian, como si fue-

ra la vida mirar el espejo que nadie puedeatravesar para tutearnos con las culpas y lasalegrías, con los errores y los aciertos.”[vi]

Todos estamos llenos de memorias quenos transforman y llega el momento en quesomos un reflejo de la misma. Así que, estanueva entrega de la autora nos sumerge enese espacio donde la niña, la adolescente, lajoven adulta y las señoras, todas ellas, se uni-fican en un juego al escondite con sus res-pectivos seres, como afirmó la poeta puer-torriqueña Julia de Burgos en su poema “Yomisma fui mi ruta.” En ese juego al escon-dite, la metáfora del espejo es muy sugestivay está en función de incorporar la imagen deesas señoras desde múltiples miradas. Enocasiones ese espejo solo es el reflejo dis-torsionado de esa imagen, por lo que elcuento “El secreto del espejo” es el mejorejemplo y cito: “Cuando llovía, Adelaida co-rría a los armarios y buscaba sábanas, man-tas, manteles, para envolver las agujas, lastijeras, los cuchillos, pero sobre todo los es-p e j o s.”[vii] El espejo refleja una imagen, queen ocasiones, no se quiere reconocer. Másadelante en el cuento, Adelaida ya no recuer-da ni cómo era su rostro porque ha pres-cindido del espejo y cito: “Ella no se acercabaa nada que le recordara un espejo y menos sihabía tormenta. Creo que hasta olvidó cómoera su rostro…”[viii]

En los cuentos “El amante difunto” y “Nome dijo adiós”, las voces narrativas represen-tadas por la memoria de la niña nos presen-tan historias marcadas por el dolor y la in-comprensión. En el primer cuento, la me-moria de la niña expresa su incomprensiónante la realidad de una de las protagonistas,Helen, quien sufre de trastornos mentales apartir de la muerte de su amante-amado, ha-ce quince años. La historia se traslada haciasu infancia, donde se nos hacía difícil com-prender la tragedia psicológica de muchos. Elpersonaje-protagonista de Adelaida, amigade Helen, se convierte en principal de variosde los relatos. En ocasiones, pensamos queAdelaida es una constante en la memoria dela señora, además de Ismael, compañero-es-poso de ésta. Adelaida es la amiga fiel de He-len y como un ritual, la espera diariamentepara hacerse cómplice de los recuerdos trun-cos de la otra. Nuevamente, la memoria sedesdobla. Para la voz narrativa representa losrecuerdos de un pasado inolvidable, a vecestriste; para Helen un presente continuo, puesella cree que su amado vive, habla como si loestuviera y hace quince años que falleció. Lalocura y la enajenación del mundo que rodeaes una respuesta para apalear el dolor, que enocasiones no se supera, como es el caso deHelen. Por su parte, Adelaida ayuda a sobre-vivir a Helen dentro de ese espacio que ellaha creado en la sala de su casa.

La repetición de personajes en diversoscontextos no es una casualidad, sino que

sirven para estrechar esos lazos solidariosentre ser mujer y vivir dentro de una co-lectividad dominada por hombres. El per-sonaje de Adelaida conforma ese universo yle da voz a las múltiples historias recogidasen el libro de cuentos. Adelaida, en ocasio-nes es niña, adolescente, mujer casada confamilia, en fin, amiga.

El contexto donde coexisten estos perso-najes femeninos y sus recuerdos puede sercualquier país del mundo, el Caribe o La-tinoamérica entera. A partir de ese contexto,subyace en muchos cuentos una mirada a laviolencia hacia la mujer y la familia. Tam-bién Carmen Imbert-Brugal le saca prove-cho a esa memoria como un pretexto pararescatar las historias marcadas por la vio-lencia en nuestro Caribe. Sin duda alguna, elcuento “El silencio como castigo” recoge enel título una de las metáforas más represen-tadas en la literatura escrita por mujeres pa-ra denunciar la condición de opresión de lamujer. Teresa, la protagonista, es víctima delmaltrato de su esposo, quien es impotente ydesata su condición, su trauma y su ver-güenza contra ella. Ante el maltrato del queella es víctima, el silencio se convierte en sucómplice. Ella castiga a su marido y a su fa-milia al dejar de hablarles. Así estuvo quinceaños hasta que rompe el silencio una vezfallece su esposo. En ese momento, renaceotra mujer y cito: “Como no podía desha-cerse de su cruz, optó por el silencio y no lehabló a él, ni a las cuñadas, ni a los suegros,hasta el día de la muerte de José. …Te n í aentonces Teresa, edad fresca para intentaruna nueva vida y lo hizo después que se en-trenó en el uso de la palabra…”[ix]

Son muchas las memorias de la señora oseñoras, de la niña o adolescente, en fin, dela mujer, desde el presente hacia el pasadoo como muy bien afirmé, en recuerdos ali-neados hacia el futuro. Pudiera presentarotros relatos, pero nuestra caja de recuer-dos es un universo inexplorable en toda sucomplejidad, por lo que le dejo al lector lareconstrucción de esos espacios posibles.Para culminar, mediante un micro relatoque aparece casi al final del libro, “El tiem-po, mi tiempo”, se reafirma la memoria co-mo un homenaje al recuerdo y una espe-ranza hacia el porvenir:

“Eso es el pasado, pero los siento futuro,ahora soy yo sola y si no respiro, ni como, nime muevo, ni me pienso, no existo. Ojalásupiera que otros me piensan o me recuer-dan para creer en el futuro, como lo hago yocuando me entra una parálisis de tiempo pa-ra vivir, ni dónde está, ni quién lo tiene o si yomisma soy los tiempos”.[x]

En fin, las palabras del insigne poeta es-pañol Antonio Machado me parecen muypertinentes y las pronunciaré como mi ho-menaje al libro de Carmen: “Cuando recor-dar no pueda, ¿dónde mi recuerdo irá? Unacosa es el recuerdo y otra cosa recordar.”[xi]

Carmen Imbert Brugal

No ta s

[i] Escritor alemán del siglo 18, cuyo verdaderonombre fue Johann Paul Friedrich Richter.[ii] Escritor argentino y uno de los grandesnarradores del siglo XX, cita tomada de susM e m o ri a s .[iii] Ovidio Nasón. Metamorfosis. Traducción porAntonio Ruiz de Elvira. Texto, notas e índice porBartolomé Segura Ramos. Madrid: CSIC, 3 vols:19 82-19 83[iv] Ricoeur, Paul. La Mémoire, l’histoire, l’oubli.París: Seuil, 2000.[v] Imbert-Brugal, Carmen. Memorias de la señora,Santo Domingo: Editorial Santuario, 2011: 9. Todaslas citas de la novela pertenecen a la ediciónanteriormente presentada.[vi] Memorias de la señora, 83.[vii] Pág. 33[viii] Pág. 33[ix] Pág. 48[x] Pág. 81[xi] Escritor español de la Generación del 98, citatomada de su libro Cantares, proverbios, sátiras ye p ig ra m a s .SH

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La relación entre elcine y la literatura

E l cine, como arte de la imagen y de lapalabra exige la excelencia del guión.Un buen guión es una buena idea, yuna buena idea exige originalidad,

exclusividad, ocurrencia, inteligencia y crea-tividad. No hablamos de realidad, porque lasbuenas ideas cinematográficas pueden ser–y lo han sido- totalmente surrealistas, talcomo lo demostró Luis Buñuel en su famosofilm “El perro andaluz”.

Recordamos la película titulada “Ma xmon amour amour” de Ferreri, protagoni-zada por la genial Charlotte Rampling, en laque una mujer cerca de sus 40 años se aburreen su confortable mundo burgués con unmarido irreprochable y perfecto, pero, total-mente ajeno a la belleza de su esposa, la cualdesarrolla su afecto con un magnífico gorilajuguetón, cariñoso y tierno. Obviamente, elanimal es feísimo.

Guardamos el recuerdo de un guión ex-celente, con unos diálogos inolvidables, dehumor, inteligencia y complicidad con elpúblico que marcaron a la generación delos 70-80, que nos aportó el mensaje de queni el deseo tiene que ver con la belleza, ni elamor tampoco. Ferreri, clama por la comu-nicación, la ternura y la dedicación, que sepuede dar hasta con un ser de temible es-tética, lo que no es óbice para que tenga suencanto…No importa que sea con unamascota horrible. Encontramos en esta pe-lícula los matices de la comunicación y delentendimiento entre las parejas, llevados alcine con maestría.

En otros casos los cineastas se suelen ins-pirar de obras literarias, y ejercen en ellas elarte de la adaptación al guión, lo que ge-neralmente es un ejercicio arriesgado quemuy pocas veces satisface al público y a lacrítica. Verbigracia, “Les Misérables” deClaude Berry, tiene excesos de pantalla, seborra totalmente el sentimiento cristiano ymetafísico de Víctor Hugo, por la pobreza, lainjusticia y la infancia abandonada. El ci-neasta le dio a la película un giro sindical ypolítico, que anula el sentimiento de com-pasión y de amor, y logra convertirlo exclu-sivamente en rebeldía callejera. Sin embar-go, anula escenas de intimidad y pudor fren-te a la miseria existente en esta obra. De-finitivamente, en esta obra, Claude Berrytransforma la idea de Víctor Hugo para lle-varla a su propia visión, muy marcada poruna conciencia sindical contemporánea. Es

justamente la época en que grandes cineas-tas se inspiran de grandes obras para adap-tarlas a sus guiones. Es indiscutible que seenfrentan dos creadores, casi siempre el fra-caso viene cuando un gran talento como Be-rry se enfrenta a un genio como Víctor Hugo,lo que nos hace pensar que estamos frente alabismo que existe entre talento y genio.

Es por todo esto que respetamos la de-cisión de Orson Welles, quien a propósito yobsesionado por “El Quijote” expresó du-rante toda su carrera miedos y obsesionespara llevar al cine la obra. Dejó varias cintasque nunca pudo editar, ni presentar, reco-nociendo la dificultad y la proeza de adap-tación que esto implicaba, lo que no le per-mitió quedar satisfecho, pero tuvo el pudorde abstenerse.

Adaptar una obra literaria al cine es mu-cho más que escribir un buen guión; es en-trar en todas las dificultades psicológicas delos ambientes, de los silencios, de los suso-dichos y de los malosentendidos.

Marguerita Duras, escritora francesa,premio Goncourt, autora del guión “Hiros -hima mon amour” (Hiroshima con amor),terminó sus últimos años con un enfado yun disgusto mayor en la adaptación al cinede una de sus novelas cumbres, “L’ A m a n t”(El Amante), la que produjo que recibiera elfamoso premio Goncourt de la Literatura.Nunca aceptó para nada la película, y tratóal cineasta Annaud con duras palabras,hasta el punto de declarar que éste con-virtió toda la mística erótica y romántica dela paraje de amantes en “por nografía” p a ragente aburrida.

Obviamente, adaptar una obra literaria alcine es un riesgo añadido cuando él o la au-tora viven, y, además, tienen criterios cine-m a t o g r á f i c o s.

La película “La fiesta del Chivo”, de MarioVargas Llosa, en República Dominicanacausó muchas pasiones, las que ya se ha-bían iniciado con la misma obra. En estecaso, la ventaja de esta adaptación fue la dellevar al mundo una historia contemporá-nea –a veces muy olvidada en su país deorigen-, específicamente, sobre crímenes,horrores y abuso de poder de la dictadurade Rafael Leónidas Trujillo, quien se impu-so por más de 30 años, por la fuerza, lle-gando a ser uno de los dictadores más te-mibles y terribles del Caribe. Con la películase logró, además, dar a conocer la obra a

aquellos que no leen los libros. Es un as-pecto muy limitado, pero tiene su impor-tancia.

Las adaptaciones de obras como “El doc-tor Djivago”, “Lo que el viento se llevó”, “Lasuvas de la cólera”, “L’ E s p u i r”, han transmi-tido conocimiento sobre contextos históri-cos y sociales que el gran público que no leeno hubiese alcanzado el conocimiento enese sentido. Este tipo de adaptaciones tienenel valor de transmitir información, conoci-miento e interés por temas ignorados. A ve-ces, también, podemos soñar y pensar queuna película adaptada de una obra literariapuede abrir el interés hacia la lectura. Unespecialista de medios y procesos al estímu-lo de la lectura, en una investigación para laUNESCO, confirmaba que una buena his-toria adaptada al cine favorece la apertura deun 3% a un 5% de lectores hacia la obra es-crita. Este es un porcentaje que no se puededespreciar y en este aspecto, el cine es uninstrumento de motivación.

En República Dominicana, no faltan his-torias, Historia y Literatura para lanzar unaescritura cinematográfica que ponga en altael cine dominicano. Se trata de buscar esostalentos y capacitar una generación de guio-nistas para adaptar al cine obras como “LaMa ñ o s a” de Juan Bosch, “Solo cenizas ha-l l a r á s” –bolero- de Pedro Vergés; pero tam-bién, acontecimientos históricos como laGesta Constitucionalista de Abril del 65, elsecuestro de Crowley, la trágica historia delpresidente Antonio Guzmán, para acceder almundo a través de un cine inteligente y mor-daz, singular, y profundo. Y, limitar la imagendel cine dominicano a comedias muy cues-tionables, tanto en el mensaje moral comoen el mensaje artístico-cinematográfico.

Tenemos ya nuevas generaciones produ-ciendo cine inteligente y actual, como lo handemostrado Laura Guzmán Conde, con supelícula Jean Gentil, y Leticia Tonos, con suproducción “La hija natural”, concluimoscon estas dos jóvenes y recientes produc-ciones, para completar una trilogía junto aldirector Agliberto Meléndez, que ha condu-cido su carrera en una búsqueda fiel y sos-tenida por un cine dominicano digno y decalidad profesional. Y, justamente, esa cali-dad no se puede celebrar sin la excelencia deun guión que conduzca toda la idea y la ac-ción de una dirección dramática.D

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A RE Í TO 7Sábado 25 de ag ostode 2 012 H OY

Alcance ylimitaciones delmétodo crítico deGiovanni di PietroL a propuesta de Giovanni di Pietro acer-

ca de cómo analiza, con su métodoecléctico, las obras literarias responde auna pregunta que le formuló Manuel

Mora Serrano en la entrevista que le hizo y quefigura como anexo en “Otras lecturas. Más en-sayos de literatura dominicana”.

Léase con detenimiento la respuesta deDi Pietro: “Simple. Me fijo en los protago-nistas, lo que hacen y lo que dicen. Me pre-gunto por qué lo hacen y por qué lo dicen.Después, voy mirando si ellos tienen algunadimensión simbólica o metafórica; o sea, sirepresentan algo en específico, un concepto,un ideal. Si es así, tengo la clave al (sic) sen-tido de la novela, pues el texto estaría dra-matizando esas cosas a través de sus actua-ciones [de los protagonistas]. La próxima fa-se es preguntarme cuál es la relación entreese contenido y la sociedad o ambiente quela produjo. Esta no es una lectura sociológicade la novela, como algunos han dicho des-pectivamente: es una manera de justificar suexistencia, su razón de ser. Porque, si la obrano tiene una razón de ser, o no es buena osólo se reduce a las fantasías personales delautor, las cuales son muchas veces poco re-comendables. Tercera y última fase, es ave-

riguar qué aporta esa obra a la literatura delpaís, y, más allá de eso, a la literatura uni-versal. Esto es así porque ningún escritor,aunque lo pretenda, está escribiendo sim-plemente para su propio deleite (eso se lla-ma onanismo literario, si lo practica), sinoque siempre tiene en mente a su sociedad y,últimamente, a la humanidad, ya que per-tenece a un país y al mundo.” (Pp. 342-343).

He ahí, in extenso, el modo de operar delmétodo ecléctico de Di Pietro aplicado alanálisis de textos literarios. Ese método él loaplica incluso a ensayos literarios. Tengo laconvicción de que el método de Di Pietro, aligual que el de Roland Barthes o cualquierotro que se funde en la teoría del signo, so-lamente funciona para textos de un “p l u ra lp a r s i m o n i o s o”, como denomina el críticofrancés a las obras literarias que no sobre-pujan el estadio de una pluralidad infinita desentidos. Barthes brinda como ejemplos detextos parsimoniosos los llamados clásicosescritos por Balzac, Zola, Flaubert, Dickens,Tolstoi. Para la literatura escrita en españoldiré que los textos clásicos serían los de PérezGaldós, Pío Baroja, Clarín, Unamuno, ValleInclán, Pardo Bazán y los demás autores delllamado nacionalismo literario de la genera-

ción del 98, así como los producidos por es-critores latinoamericanos desde la indepen-dencia hasta 1950, los del modernismo, lostextos de la novela indianista, el realismo la-tinoamericano, la novela de la tierra. El de-sapego a este realismo comienza con la no-vela psicológica y culmina Borges, con algu-nos autores del “b o o m” y obras como “Cienaños de soledad”, “Pa ra d i s o” de Lezama Li-ma,“Ra y u e l a” y algunos cuentos de Cortázar.

Para la cultura dominicana, todo es textoclásico, desde Galván hasta hoy. Por esta ra-zón se explica que nuestras obras literariasno planteen el reto que Barthes señala paralas obras no clásicas, cuyos “sistemas de sen-tido pueden apoderarse de este texto abso-lutamente plural, pero su número no se cie-rra nunca, al tener como medida el infinitodel lenguaje.” (S/Z. México: Siglo XXI, 1980, p.3) Solamente la poesía dominicana en algu-nas zonas anti realistas trabajadas por Fred-dy Gatón Arce, Moreno Jimenes, Manuel Lla-nes, Rafael Américo Henríquez, FranklinMieses Burgos, Antonio Fernández Spencer yManuel del Cabral, por ejemplo, pueden as-pirar a esa pluralidad infinita del sentido.

Con la excepción quizá de los excesiva-mente simbólicos (“Poema de la hija rein-t e g ra d a”, “V l í a”, “Adán de angustias”, “Ar iele s p e ra n z a d o”, “El fuego”, “Rosa de tierra” yotros de la misma categoría), los textos li-terarios dominicanos no poseen una plura-lidad infinita de sentidos. Son simplementeplurales, ya que en ellos “no puede haberestructura narrativa, gramática o lógica delrelato; si en algún momento éstas dejan quenos acerquemos es “en la medida” (…) enque estamos frente a textos no totalmenteplurales: textos cuyo plural es más o menosp a r s i m o n i o s o.” (Barthes, ibíd.) Que son lostextos con los cuales se ha enfrentado Di Pie-tro en la novelística, la cuentística, el teatro yla poesía o el ensayo dominicanos. Y no soloDi Pietro, sino todos los críticos criollos.

Pero no es lo mismo enfrentarse con elmétodo ecléctico a textos como los cuentosfantásticos de Poe, el “Ul i s e s”de James Joyce;“En búsqueda del tiempo perdido”, deProust; los poemas de simbolismo infinitode William Blake; las elegías de Rilke; algu-nos textos de los autores de la nueva novelafrancesa (“El último año en Marienbad”,“Revoluciones minúsculas”, “Los frutos deo ro”).O a textos de un gran simbolismo co-mo “Un golpe de dados no abolirá jamás ela z a r”, de Mallarmé; y de Lautréamont (“Loscantos de Maldoror” y “Po e s í a s”); de Rim-baud (Estación en el infierno y Barco ebrio) oa las novelas de Raymond Roussel.

O enfrentarse a novelas existenciales de loabsurdo (“El castillo”, “La metamorfosis” y“El proceso”), de Kafka; poemas paradójicosde Borges o Lezama Lima o, si se desea, tiposde textos como aquellos que no dan cuentade zona geográfica alguna, ni de tiempo niconflictos aparentemente políticos o socia-les y cuyos personajes, argumento, trama otema son un yo que no se confunde con elpronombre personal. Por ejemplo, “Hori -zonte cuadrado”, o “A l t a zo r”, de Huidobro; oalgunas novelas de Macedonio Fernández,cuyo trabajo es una ética del sujeto en contrade las ideologías literarias de una época, elcuestionamiento de la literatura en curso y elplanteamiento de un nuevo discurso poé-tico. O enfrentarse con los poemas de HenriMeschonnic, los cuales trabajan, de cabo arabo, una simbólica de la acción de un sujetoque logra constituir a otros en sujetos a tra-vés de la transformación del sentido, del len-guaje y la historia.

¿Cómo podrían dar cuenta de la infinitudde sentidos métodos tan binarios como elecléctico, el sociológico marxista o funcio-nalista, el semiótico e, incluso, el paradigmade lo tradicional como es el método estilís-tico-estético? Es más fácil pisar el terreno delos textos de plural parsimonioso. No haymuchas posibilidades de equivocarse.

Debido al rechazo de estos métodos, ex-cepto el periodístico frívolo o “l i g h t”, la so-ciedad dominicana con sus lectores y suscríticos partidarios inconscientes de la teoríadel signo, no están cultural y políticamentepreparados para aceptar el tipo de críticaecléctica de Di Pietro, y mucho menos unmétodo como el semiótico que, aparte de lasfallas señaladas por nuestro crítico, no tienepertinencia en cuanto al abordaje de la li-teratura, pues sus conceptos tecnicistas es-tán adaptados al análisis de las prácticas ar-tísticas o ideológico-informativas que nousan el lenguaje humano, tal como lo ha de-mostrado Émile Benveniste en su ensayo“Semiología de la lengua” y que los semió-ticos partidarios de la teoría metafísica delsigno, consciente o inconscientemente, seniegan a aceptar, pues se les arruinaría elnegocio del monopolio de su hermenéuticaliteraria. La no aceptación de una crítica co-mo la de Di Pietro por escritores, intelectua-les, críticos y lectores prueba que el estadiocultural en que se encuentran es el del em-pirismo y su teoría del signo.

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En el Museo de Arte Moderno

Man Ray: pionero de lasvanguardias del siglo XX

E n la primera planta del Museo de ArteModerno aún se mantiene abierta alpúblico la excelente exposición titu-lada “Man Ray, renacentista del siglo

XX”, integrada por 83 obras, entre fotogra-fías, esculturas, instalaciones y collages, per-mitiendo a los amantes del arte contempo-ráneo en Santo Domingo el disfrute y co-nocimiento de la producción y la trayectoriade uno de los artistas más geniales, origi-nales y creativos del pasado siglo.

La presencia de la obra de Man Ray ennuestro país se puede definir como la reali-zación de uno de los grandes sueños compar-tidos por artistas, coleccionistas y estudiososde la modernidad artística occidental que hantenido que esperar más de ocho décadas parapoder apreciar y confrontar directamente lasideas y resultados estéticos del único artistanorteamericano que compartió escenarios ycontextos con artistas europeos de la talla dePablo Picasso, Marcel Duchamp, Luis Buñuel,Salvador Dalí, Joan Miró y Max Ernst, entreotros no menos importantes, a quienes retratócon su cámara durante su estancia en París enlas primeras cinco décadas del siglo XX.

En dicha muestra, organizada por el Mi-nisterio de Cultura y el Museo de Arte Mo-derno, figuran algunas de las obras de mayorimportancia de Man Ray, muchas de ellas,piezas únicas, realizadas por el artista nor-teamericano en Nueva York y París. Asimis-mo, la presencia de la obra de Man Ray enSanto Domingo tiene mucho que ver con losesfuerzos y el entusiasmo extraordinariosdesplegados por María Elena Ditrén, direc-tora del MAM, y por la curadora españolaMarisa Oropesa, quien ha estado a cargo delcomisariado de esta magnífica exposición.

Al respecto, María Elena Ditrén ha de-clarado que “exhibir en nuestro país tan im-portante colección ha sido posible graciasal auspicio de las embajadas de EstadosUnidos y Francia en República Dominica-na, quienes sistemáticamente han dadomuestras de solidaridad en la producción,realización y desarrollo de actividades y elemprendimiento de acciones que han con-tribuido a estrechar los vínculos culturalesy el diálogo entre nuestros países”.

Asimismo, la directora delMuseo de Arte Moderno agra-deció a los coleccionistas quegenerosamente han cedido lasobras que forman parte de lamuestra, así como al Banco Po-pular Dominicano, Orange Do-minicana, Empresas Corripio ylos Amigos del MAM, por patro-cinar tan importante evento“que incluye innovadoras y clá-sicas fotografías, esculturas y di-bujos que nos han permitidoconfrontar y disfrutar las facetasmenos conocidas de este artistarevolucionario que, además defotógrafo experimental y suma-mente original, fue tambiénpintor, cineasta y escultor excepcional”.

Tal como sostiene Marisa Oropesa, “Ya enlos años veinte se integra perfectamente en lavanguardia parisina y sigue siendo el Man Raydadaísta en el que se había convertido enNueva York junto con Marcel Duchamp, po-dríamos incluso hablar de un Man Ray predadaísta en su primera época. Sin duda, susprimeros años en París (1921-1940) fueron losmás fructíferos que vivió como creador, suimaginación y su capacidad intuitiva hizo quefuera dadaísta, surrealista, fotógrafo munda-no, fotógrafo innovador, creador de objetos,pintor, cineasta, colaborador de distintas re-vistas, cronista excepcional de París”…

“Como fotógrafo de moda es sin duda elfotógrafo del glamour, pero a pesar de pa-recer un tema banal, sus fotografías de moday publicidad son todo menos frívolas. El es-tilo Man Ray está impregnado en todas ellas,hace posar a sus modelos junto con obras dearte, como esculturas de Giacometti o Bran-cusi o junto a obras de arte griego clásico yjunto a pinturas de Picasso o Picabia. Susmodelos y cómplices son personajes ya mí-ticos como Poiret, Chanel o Lanvin, PeggyGuggenheim, la vizcondesa de Noailles o suamante Meret Oppenheim”...

Man Ray (Emmanuel Radnitzsky) nace el

27 de agosto de 1890 en Fi-ladelfia. A los siete años, su fa-milia se traslada a Brooklyn,Nueva York. En 1913, tras sumatrimonio con la escritorabelga Dona Lacroix, se instalaen una comunidad de artis-tas de New Jersey. En ese mis-mo año, visita “The ArmoryShow ”, primera exposiciónde arte moderno presentadaen los Estados Unidos, dondedescubre la obra de MarcelDuchamp, especialmente supintura titulada “De s n u d obajando una escalera”que re-sultaría fundamental para su

plena identificación con las poéticas capitalesde las primeras vanguardias del siglo XX.

En 1915, compra su pri-mera cámara fotográfica, seinstala en Manhattan y sor-prende con la invención deuna técnica revolucionariaque consistía en utilizar unapistola de aire para pintar. Suinstinto creador le hizo llegaral “o b j e t o - c u a d ro” una nue-va forma de expresión y re-cursividad conceptual a tra-vés de la cual pone en abis-mo la función habitual de losobjetos. En ese mismo añorealiza su primera exposi-ción individual en la DanielGallery de Nueva York. Co-noce a Marcel Duchamp y aFrancis Picabia. Juntos for-man el “Dada neoyorquino”.

En 1920, junto a K. Dreier yMarcel Duchamp, funda la “Société Anony-m e”, una compañía que gestiona todo tipode actividad cultural vanguardista, tales co-mo exposiciones, publicaciones, instalacio-nes, películas y conferencias. En 1921, setraslada a París, instalándose en el barrio bo-

hemio de Montparnasse, entrando en con-tacto y colaborando estrechamente con losartistas del movimiento surrealista. En París,realiza sus primeras obras experimentales:“ra yo g ra f í a s” o “ra yo g ra m a s”, fotografías sa-cadas sin cámara o imágenes abstractas ob-tenidas con objetos expuestos sobre un pa-pel sensible a la luz y luego revelado.

En 1925, abandona el dadaísmo y participaen la primera exposición surrealista en la ga-lería Pierre de París. Inspirado por su modelo yamante, Alice Prin, conocida como Kiki deMontparnasse, presenta la fotografía titulada“Le Violon d'Ingres” (1924). En 1927 se interesapor el cine de vanguardia y realiza películasexperimentales, como “La estrella de mar”. Enla década de los 30 perfecciona la técnica fo-tográfica de la solarización, produciendo la se-rie de las solarizaciones (negativos fotográficos

expuestos a la luz) y sigue pin-tando en el estilo surrealista almismo tiempo que publicavarios volúmenes de fotogra-fías y rayografías.

En 1936, participa en la ex-posición “Arte Fantástico, Da-dá y Surrealismo” en el Museode Arte Moderno de NuevaYork. En 1937, publica, juntocon André Bretón, el mani-fiesto “La photographie n´estpas l´art”. En 1940, escapandode la ocupación nazi de París,se instala en Hollywood yNueva York. En 1962, tras unacena juntos, fallece su fielamigo Marcel Duchamp. En1963 aparece su autobiografíatitulada “Self-Por trait”. En1973, el Metropolitan Mu-

seum de Nueva York organiza una retrospec-tiva de su obra fotográfica. En 1976, el 18 denoviembre, a los 86 años, Man Ray muere enParís. Sus restos descansan en el Cementeriode Montparnasse, junto a los de su última es-posa, Juliet Browner, fallecida en 1991.

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Man Ray. Negro y blanca. Fotografía, 1930.

Man Ray. Autorretrato, 1930. Man Ray. Bailarina exótica. Fotografía, 1940.

Man Ray. Modelo en carretade Oscar Domínguez.Fotografía, 1930.

Man Ray. Kiki levantando elbrazo. Fotografía, 1922.