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LA ARGENTINA AMENAZADA DE DESINTEGRACION TOTAL Que la Argentina está signada por el desacierto histórico lo confirma su política general y particularmente su experiencia internacional. En efecto, si el país debió continuar en el espacio ocupa- do por el Virreynato del Río de la Plata, su desintegración con la paulatina pérdi- da de superficie, lo redujo en poco mas de un siglo, de cinco millones de kilóme- tros cuadrados o menos de tres, sin que ti fenómeno pueda explicarse por aplas- tantes derrotas militantes sino por la desafortunada experiencia diplomática. La atomización del viejo espacio político no respondió a causas inexora- bles ; incontrolables. Así lo demuestra la empresa política brasileña dotada de per files totalmente diferentes, como que, sistemáticamente, desde el Tratado de Tordesillas (1494) y el de Madrid (1750) ha ampliado sin cesar su territorio, desa- fiando exitosamente a toda oposición que se manifestara contra esa política, que permitió a la nación carioca expan- dirse de dos millones y medio de kilóme- tros hasta los ocho millones y medio actuales, evocando con esto la ambiciosa experiencia política que, con abstracción de ideologías, siempre caracterizó a los imperios, como lo demuestran los EE.UU. y la U.R.S.S. Nuestra desintegración territorial sigue operándose, según lo atestigua la reciente perdida de unos setenta mil kilómetros cuadrados concedidos por el Tratado del Río de la Plata al Uruguay, y tal como puede deducirse de los trámites relacionados con las Malvinas y el Canal de Beagle. Ello sin olvidar las pretensio- nes brasileras sobre la Antártida, intensi- ficadas por las enormes posibilidades petrolíferas y mineras de esa región, que podrían ser bien explotadas por Brasil o por sus asociados gracias a las modernas técnicas extractivas. Pero las amenazas para nuestra nación se agudizan porque se suma otro peligro, cuyas consecuen- cias pueden ser catastróficas par la unidad nacional. Ahora se intenta con* vertir a la Argentina en refugio para absorber gigantescos movimientos demo- gráficos cuya capacidad de asimilación o posibilidades de supervivencia en sus lu- gares 'de origen preocupan no sólo a la encumbrada burocracia internacional de las Naciones Unidas, sino también, espe- cialmente, a las potencias que con sus arreglos comerciales hoy arbitran la suer- te de las naciones y en cierta medida los destinos del mundo. Así es como, so pretexto de una baja tasa de crecimiento demográfico en Argentina y anunciando perspectivas de un éxito económico que no se vislumbra y que no permitirá absorber al actual millón de desocupados ni a los doscien- tos mil individuos que por año incre- mentan la oferta de mano de obra, se está elaborando esta nueva forma de desintegración nacional que ahora adquiere expresión con la pretenciosa denominación de política demográfica. Ella es articulada casualmente cuando se presenta el arduo problema de resolver el destino de ciertas poblaciones que ocupan territorios en conflicto o viven con libertades muy restringidas La evi- dencia es mayor si se recuerda que al mismo tiempo que las Naciones Unidas instituyen el Año Mundial de la Pobla- ción, la Argentina es escenario de impor- tantes reuniones sobre el tema, que simul- táneamente permiten a los expertos que nos visitan practicar una verdadera investigación de campo en tan ideal país para ensayar nuevas experiencias cuando no para transferirle agobiantes problemas por medio de una "invasión pacífica" o tolerada por las facciones regiminosas, más grave aún que la que intentan con nosotros algunos países limítrofes. Sería ocioso deducir las consecuen- cias resultantes de semejante despropó- sito, aunque sí debe destacarse que en un país sin vivienda, sin trabajo, sin agua en extensas zonas, con déficits hospitalarios y educativos y sin elencos políticos con arraigo nacional, instinto defensivo y co- raje cívico, la operación en ciernes no puede menos que precipitar a la Repú- blica a un vacío espiritual y caos político susceptibles de agudizar las desinteli- gencias que vienen postergando la unidad nacional desde hace más de un siglo. Ante esta posibilidad nos queda, como argentinos alertar la conciencia pública y exigir amplia publicidad y la promoción de un generalizado debate sobre la política demográfica, - q u e se lleva a cabo solapadamente-, en defensa del destino y de la unidad' nacionales frente a las transacciones y claudica- ciones que hasta ahora se producen y afligen al sufrido pueblo de nuestra Patria. Tanto el mundialismo pregonado por el Presidente de la República, como con- cretas previsiones contenidas en el Plan Trienal en vigor, despejan a la cuestión de connotaciones ideológicas para redu- cirla a un tema de Ínteres nacional que merece difusión y profundas reflexiones por parte del país. La experiencia alber- diana que confinó al gaucho al papel de gendarme custodio de una inmigración no siempre ventajosa, hoy implica una amenaza mucho peor si,como se pronos- tica en el Plan,se traducirá en la admisión de vastos contingentes de "inmigrantes de orígenes no tradicionales", adecuando la estrategia, precisamente, a los manejos de intereses extranacionales indiferentes a nuestra esencia cultural, religiosa y espiritual. MOVIMIENTO UNIFICADO NACIONALISTA ARGENTINO Secretariado Genera!, en nombre de todos los grupos adhérentes: .lorge Luis Lona, Héctor H. Hernández, Félix A. Lamas, Carlos Sacheri, Julio C. Noacco.

Sacheri 48 - La Argentina Amenazada de Desintegracion Total

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Page 1: Sacheri 48 - La Argentina Amenazada de Desintegracion Total

LA ARGENTINA AMENAZADA DE DESINTEGRACION TOTAL

Que la Argentina está signada por el d e s a c i e r t o histórico lo conf i rma su polí t ica general y par t icu la rmente su experiencia internacional . En efec to , si el país debió cont inuar en el espacio ocupa-do por el Vir reynato del R í o de la Plata, su desintegración con la paulat ina pérdi-da de superficie, lo redujo en poco mas de un siglo, de cinco millones de kilóme-tros cuadrados o menos de tres, sin que t i f e n ó m e n o pueda explicarse por aplas-tantes derrotas mil i tantes sino por la desafor tunada experiencia diplomática.

La a tomización del viejo espacio pol í t ico no respondió a causas inexora-bles ; incontrolables. Así lo demuestra la empresa polí t ica brasileña dotada de p e r files to ta lmente diferentes, como que , s is temáticamente, desde el T ra t ado de Tordesillas (1494) y el de Madrid (1750) ha ampliado sin cesar su terr i torio, desa-fiando exi tosamente a toda oposición que se manifestara contra esa pol í t ica, que permit ió a la nación carioca expan-dirse de dos millones y medio de kilóme-tros hasta los ocho millones y medio actuales, evocando con esto la ambiciosa experiencia polí t ica que, con abstracción de ideologías, siempre caracter izó a los i m p e r i o s , como lo demues t ran los EE.UU. y la U.R.S.S.

N u e s t r a desintegración territorial sigue operándose, según lo atestigua la reciente perdida de unos setenta mil ki lómetros cuadrados concedidos por el Tratado del Río de la Plata al Uruguay, y tal como puede deducirse de los t rámites relacionados con las Malvinas y el Canal de Beagle. Ello sin olvidar las pretensio-nes brasileras sobre la Antá r t ida , intensi-ficadas por las enormes posibilidades petrol í feras y mineras de esa región, que podrían ser bien explotadas por Brasil o

por sus asociados gracias a las modernas técnicas extractivas. Pero las amenazas para nuestra nación se agudizan porque se suma o t ro peligro, cuyas consecuen-cias pueden ser catas t róf icas par la unidad nacional. Ahora se in tenta con* vertir a la Argentina en refugio para absorber gigantescos movimientos demo-gráficos cuya capacidad de asimilación o posibil idades de supervivencia en sus lu-gares 'de origen preocupan no sólo a la encumbrada burocracia internacional de las Naciones Unidas, sino también, espe-cia lmente , a las potencias que con sus arreglos comerciales hoy arbi tran la suer-te de las naciones y en cierta medida los dest inos del m u n d o .

Así es como, so p re tex to de una baja tasa de crecimiento demográf ico en Argentina y anunc iando perspectivas de un éxi to económico que no se vislumbra y que no permit irá absorber al actual millón de desocupados ni a los doscien-tos mil individuos que por año incre-mentan la o fe r ta de m a n o de obra, se está e laborando esta nueva forma de d e s i n t e g r a c i ó n nacional que ahora adquiere expresión con la pretenciosa denominac ión de política demográfica. Ella es art iculada casualmente cuando se presenta el a rduo problema de resolver el d e s t i n o de ciertas poblaciones que ocupan terri torios en conf l ic to o viven con l ibertades muy restringidas La evi-dencia es mayor si se recuerda que al mismo t i empo que las Naciones Unidas ins t i tuyen el Año Mundial de la Pobla-ción, la Argentina es escenario de impor-tantes reuniones sobre el tema, que simul-táneamente permi ten a los exper tos que nos visitan practicar una verdadera investigación de campo en tan ideal país para ensayar nuevas experiencias cuando

no para transferirle agobiantes problemas por medio de una "invasión pac í f i ca" o tolerada por las facciones regiminosas, más grave aún que la que in tentan con nosot ros algunos países l imí t rofes .

Sería ocioso deducir las consecuen-cias resultantes de semejante despropó-sito, aunque sí debe destacarse que en un país sin vivienda, sin t rabajo, sin agua en extensas zonas, con défici ts hospitalarios y educativos y sin elencos pol í t icos con arraigo nacional, ins t in to defensivo y co-raje cívico, la operación en ciernes no puede menos que precipitar a la Repú-blica a un vacío espiritual y caos pol í t ico susceptibles de agudizar las desinteli-gencias que vienen pos tergando la unidad nacional desde hace más de un siglo.

Ante esta posibilidad nos queda, c o m o argentinos alertar la conciencia pública y exigir amplia publicidad y la p romoción de un generalizado debate sobre la pol í t ica demográf ica , - q u e se lleva a cabo s o l a p a d a m e n t e - , en defensa del des t ino y de la un idad ' nacionales f ren te a las t ransacciones y claudica-ciones que hasta ahora se producen y afligen al suf r ido pueblo de nuestra Patria.

T a n t o el mundia l i smo pregonado por el Presidente de la República, como con-cretas previsiones contenidas en el Plan Trienal en vigor, despejan a la cuestión de conno tac iones ideológicas para redu-cirla a un tema de Ínteres nacional que merece difusión y p ro fundas reflexiones por par te del país. La experiencia alber-diana que conf inó al gaucho al papel de gendarme cus todio de una inmigración n o siempre ven ta josa , hoy implica una amenaza m u c h o peor si ,como se pronos-tica en el Plan,se traducirá en la admisión de vastos cont ingentes de "inmigrantes de orígenes no tradicionales", adecuando la estrategia, precisamente, a los manejos de intereses extranacionales indiferentes a nuestra esencia cultural, religiosa y espiritual.

MOVIMIENTO UNIFICADO NACI ONAL IS TA A R G E N T I N O Secretariado Genera!, en nombre de todos los grupos adhérentes : .lorge Luis Lona, Héctor H. Hernández, Félix A. Lamas, Carlos Sacheri, Ju l io C. Noacco.