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Se abre más la boca del cocodrilo El INEI acaba de colgar en su portal internet las Cuentas Nacionales del 2007. Y los resultados confirman que el crecimiento económico de 45% del PBI del 2002 al 2007 ha continuado concentrando el ingreso nacional. En efecto, en ese periodo, los salarios disminuyeron del 25% del PBI en el 2002 (cuando comienza el boom) al 21.9% del PBI en el 2006, cifra que no mejoró en el 2007. O sea que los salarios han perdido 3.1% del PBI en estos años. El exacto inverso le pasó al excedente de explotación (1), que del 2002 al 2006 aumentó de 58.7% a 61.9% del PBI y el 2007 llegó a 62.1%. La ganancia del excedente de explotación fue 3.4% del PBI. A esto le hemos llamado las tijeras de la desigualdad o “boca de cocodrilo” (ver “Salarios y PBI 2006”, www.cristaldemira.com, 12/11/2007). En valor monetario, la pérdida salarial es inmensa: el PBI del 2007 fue S/. 410,939 millones. Con el 30.1% (como en 1991) los trabajadores habrían recibido S/. 123,700 millones. En cambio, con el 21.9% del 2007 solo reciben S/. 90,000 millones, es decir, S/. 33,700 millones menos. Pero los empresarios en el 2007 reciben S/. 38,600 millones más en el 2007 que en el 2001 por su 3.4% del PBI adicional. Esto no sucede en otros países de América Latina, donde el crecimiento económico aumenta la participación de la masa salarial en el PBI. En Argentina y Brasil, este aumento –que es sinónimo de mayor igualdad– es un objetivo de la política económica. Pero en el Perú la participación de los salarios en el PBI viene bajando desde hace 30 años. El “gran hachazo” lo dio la hiperinflación del primer gobierno de García: los salarios quedaron en solo 32% del PBI. Después, el fujishock de agosto de 1990 produjo otro agudo bajón de 1991 a 1993.

Se Abre Más La Boca Del Cocodrilo

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Se abre más la boca del cocodrilo

El INEI acaba de colgar en su portal internet las Cuentas Nacionales del 2007. Y los resultados confirman que el crecimiento económico de 45% del PBI del 2002 al 2007 ha continuado concentrando el ingreso nacional. 

En efecto, en ese periodo, los salarios disminuyeron del 25% del PBI en el 2002 (cuando comienza el boom) al 21.9% del PBI en el 2006, cifra que no mejoró en el 2007. O sea que los salarios han perdido 3.1% del PBI en estos años. 

El exacto inverso le pasó al excedente de explotación (1), que del 2002 al 2006 aumentó de 58.7% a 61.9% del PBI y el 2007 llegó a 62.1%. La ganancia del excedente de explotación fue 3.4% del PBI. A esto le hemos llamado las tijeras de la desigualdad o “boca de cocodrilo” (ver “Salarios y PBI 2006”, www.cristaldemira.com, 12/11/2007). 

En valor monetario, la pérdida salarial es inmensa: el PBI del 2007 fue S/. 410,939 millones. Con el 30.1% (como en 1991) los trabajadores habrían recibido S/. 123,700 millones. En cambio, con el 21.9% del 2007 solo reciben S/. 90,000 millones, es decir, S/. 33,700 millones menos. Pero los empresarios en el 2007 reciben S/. 38,600 millones más en el 2007 que en el 2001 por su 3.4% del PBI adicional.

Esto no sucede en otros países de América Latina, donde el crecimiento económico aumenta la participación de la masa salarial en el PBI. En Argentina y Brasil, este aumento –que es sinónimo de mayor igualdad– es un objetivo de la política económica. Pero en el Perú la participación de los salarios en el PBI viene bajando desde hace 30 años. El “gran hachazo” lo dio la hiperinflación del primer gobierno de García: los salarios quedaron en solo 32% del PBI. Después, el fujishock de agosto de 1990 produjo otro agudo bajón de 1991 a 1993.

Durante los años de crecimiento económico se prometió a la población que ya venía el “chorreo”, que había que ser “pacientes y tolerantes”. Mientras tanto, se mantenían invariables las leyes antilaborales promulgadas después del autogolpe del 5 de abril del 92: allí nacieron los “services”, se anularon muchos derechos laborales y se hizo casi imposible la sindicalización. 

Esta legislación proempresarial continuó bajo Toledo y ahora, el Decreto Legislativo 1086 (Ley Mypes) del 2008 amplía la definición de pequeña empresa, la misma que tiene un régimen laboral más “flexible”: así, una gran cantidad de trabajadores ya no percibe 14 sueldos y se recorta la gratificación y las vacaciones. A lo que se agrega que no se quiere aplicar el gatillo del salario mínimo vital de apenas S/. 27/mes ni, menos, elevarlo de S/. 550 a 750/mes para reactivar la economía, como pide la CGTP.

¿Qué se puede esperar? Peor de lo mismo: en el 2008 continuará la concentración del ingreso. La consultora Gerens nos dice que la rentabilidad empresarial fue 16.6% en el 2008 (muy superior a los otros países de la

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región), mientras que los salarios siguieron estancados. En el 2009, con la crisis económica internacional han comenzado los despidos masivos y no hay seguro de desempleo para los 200,000 desempleados de mayo-junio que anuncia el propio García. 

No queda duda de que el fujimorismo económico “recargado” de este gobierno seguirá ensanchando la boca del cocodrilo. 

(1) Según el INEI, el Excedente de Explotación comprende las ganancias empresariales y el ingreso de los independientes por el trabajo por cuenta propia.

Ya no puede más la boca del cocodrilo

En el 2008, último año del “boom” de crecimiento económico, la participación de los salarios en el PBI continuó cayendo, como ha sucedido indefectiblemente cada año desde el 2002, cuando representaba el 25% del PBI. Hoy la cifra es de solo el 20.9%. Lo exacto inverso ha sucedido con las ganancias empresariales, pues el excedente de explotación subió de 58.7% del PBI en el 2002 a 63% en el 2008. 

Estos datos (que acaban de ser publicados por el INEI) demuestran claramente que la distribución de los beneficios del “boom” no favorece a los asalariados, que cada vez reciben un pedazo más chico de la torta nacional. Al analizar lo que ha sucedido desde 1991 hasta la fecha, vemos que los trabajadores han perdido 9.2% del PBI (30.1 menos 20.9), lo que equivale a un menor ingreso de los asalariados de S/. 34,375 millones, solo en el 2008 (el PBI del 2008 fue S/. 377,500 millones). 

De su lado, el excedente de explotación (que incluye el ingreso de los independientes) ha aumentado su participación en 10.3% del PBI desde el 2001 (63.0 menos 52.7), lo que equivale a un mayor ingreso de S/. 39,000 millones (también, solo en el 2008). Más claro, ni el agua. La boca de cocodrilo ha crecido aún más en el 2008 (ver “Se abre más la boca del cocodrilo, 6/04/09 y 12/11/2007, en www.cristaldemira.com).

Cuando se comparan estas cifras, vemos que estamos cada vez más cerca de los países africanos. Un estudio del 2007 de la Comisión Europea dice que si bien la participación de los salarios ha disminuido, estos alcanzaron el 58% del PIB en el 2006, es decir, casi el triple que en el Perú. 

Pero sin ir tan lejos, vemos que en Chile, en el 2006, la participación de los salarios –que también viene bajando– fue el 34.9% del PBI, según su Banco Central. O sea que los asalariados chilenos le llevan a los peruanos una mayor participación de 14% del PBI (34.9 – 20.9). Caramba. 

Otro ángulo: mientras crecía el PBI per cápita del 2002 al 2008 (que se obtiene dividiendo el PBI entre los 28 millones de peruanos), disminuía la participación de los salarios como porcentaje del PBI. Mencionar el aumento

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del PBI per cápita les encanta a García y a Carranza. Mencionar cómo caen los salarios, para ellos, es propio de “aguafiestas”. 

Estas cifras también demuestran que las quejas de los empleadores con respecto a los “sobrecostos” laborales son falsas, lo mismo que la supuesta “rigidez” de la legislación. Nada que ver. Desde que Fujimori cambió las leyes laborales después del 5 de abril de 1992, poco o nada se ha hecho para mejorarla. 

Quizá la mejor demostración sea que, si bien ya existe el marco institucional para regular el salario mínimo cada dos años, el boicot de altos funcionarios del gobierno –así como de los empresarios– a los acuerdos del Consejo Nacional del Trabajo es casi total. Hace un año no se quiso implementar el aumento “gatillo” de 27 soles. No solo eso. Ya pasaron dos años desde el último aumento del salario mínimo y debería haber propuestas para su reajuste. Pero nada. 

Finalmente, tampoco el Plan Estímulo contempla medida alguna de aumento de sueldos y salarios del sector público, lo que tendría un impacto en el aumento de la demanda interna. Lo “máximo” que hace el MEF es aumentar las “gratis” de julio y diciembre en 200 soles. Nada más.

Por lo tanto, las fauces del cocodrilo seguirán creciendo. Y lo que es peor, esta vez ya no con “boom” de crecimiento económico. Así vamos con el modelo neoliberal.