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P · A V · N 28 · E 19 A 1 S 2013 · : 1853-8290 E L D IARIO DEL J UICIO L A P ERLA · C ÓRDOBA · A RGENTINA 28 EDITORIAL Sobrevivir no es solamente seguir vivo. Quienes nos llamamos sobrevivientes del te- rrorismo de Estado podemos hoy hacer algu- nas disquisiciones acerca del significado so- ciológico que tiene nuestra condición: el ser parte de una generación diezmada, entremez- clada por héroes y demonios. Pero haber pasado por campos de extermi- nio y estar declarando en estos juicios, signifi- ca algo más que estar vivos. Poder relatar de cara a un tribunal de la nación y dándoles la espalda a los represores, los límites de indigni- dad a los que fuimos sometidos, es posible só- lo parándose en la fortaleza de la verdad. Los juicios como instancia jurídica y pública permiten a todas las víctimas ser escuchadas. Y también es una posibilidad para escucharse. Esto sirve como articulador de una variedad de visiones acerca de cómo participaron o no los prisioneros, quienes estando en situación de denigrante sometimiento y esclavitud fueron obligados a asumir roles que nunca eligieron. Estos debates se van dando en el transcurso del juicio, y creemos que debemos abordarlos. Aunque no le compete a este diario echar a ro- dar definiciones, sí reconocer que la estigma- tización de las víctimas como ‘colaboradores’ es lo que los represores intentan instalar en sus defensas, negando su condición de víctima y restándole así valor a su palabra. Pero las pruebas surgen a montones. La res- titución de los cuerpos, la aparición de fosas, la cantidad de juicios que se llevan adelante en el país son la prueba de que vamos por buen camino, y eso los pone nerviosos. Quienes con- vivieron con la impunidad se sintieron apoya- dos desde los monopolios mediáticos y hoy le temen a una Ley de Medios que desnuda sus complicidades. Algunos optan por permanecer prófugos, mientras otros ensayan amenazan- tes pasos de comedia. Próximos a cumplir 30 años de democracia, aún queda mucho por hacer. Estos días partici- pamos de un ejemplo electoral a la vez que fes- tejamos la restitución de la identidad de un nieto más. Ya son 109, y seguimos contando. Distinguir las contradicciones es un ejerci- cio que las Madres nos enseñaron y lo siguen aplicando. Profundizar esta democracia es lo principal, y es una manera de avanzar en la búsqueda de la verdad y la justicia. Aún nos quedan muchos nietos por hallar, muchos pró- fugos por encontrar y muchas crueldades por juzgar. Pongamos el esfuerzo en lo más impor- tante: vivir con la dignidad que nunca nos pu- dieron arrebatar. Sobrevivientes Entrevista a Jorge Auat, fiscal de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de la Nación Páginas y · P C P C Los prófugos: nuevos casos, viejos problemas “En ninguno de los otros países de la región en los que se llevan adelante juicios por estos crímenes los imputa- dos optan por la vía del escape”. P L B · Página R E G P La historia de la recuperación de los restos de las víctimas del terrorismo de Estado M P Manuel Bomheker EL INGENIERO SIMÓN DASENCHICH –EX DIRECTOR DE LA EMPRESA EPEC– RELATÓ EL SECUESTRO DE GRACIE- LA GEUNA Y EL ASESINATO DE SU ESPOSO JORGE CA- ZORLA, HECHOS QUE PRESENCIÓ POR CASUALIDAD EN JUNIO DE 1976. GEUNA, POR SU PARTE, PRESTÓ TESTI- MONIO ANTE EL TRIBUNAL EN UNA LARGA AUDIENCIA DE SIETE HORAS DE DURACIÓN, EN LA QUE DESMENU- ZÓ EL ACCIONAR DEL TERCER CUERPO DE EJÉRCITO. ENTRE OTROS TESTIGOS, TAMBIÉN TESTIFICÓ CARLOS PUSSETTO, EN VIDEOCONFERENCIA DESDE BARCELONA. El sorprendente relato de un testigo imprevisto LAS AUDIENCIAS DE LAS ÚLTIMAS SEMANAS ACUMULARON LARGOS Y PORMENORIZADOS TESTIMONIOS Simón Dasenchich. Durante años retuvo en su memoria los hechos que casualmente presenció en el Área Material Córdoba. Ahora pudo ponerles nombre y apellido. Página

Será Justicia Nº 28

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Page 1: Será Justicia Nº 28

P · A V · N$ 28 · E 19 A 1 S 2013 · : 1853-8290

EL DIARIO DEL JUICIO LA PERLA · CÓRDOBA · ARGENTINA 28

EDITORIAL

Sobrevivir no es solamente seguir vivo. Quienes nos llamamos sobrevivientes del te-

rrorismo de Estado podemos hoy hacer algu-nas disquisiciones acerca del significado so-ciológico que tiene nuestra condición: el serparte de una generación diezmada, entremez-clada por héroes y demonios.Pero haber pasado por campos de extermi-

nio y estar declarando en estos juicios, signifi-ca algo más que estar vivos. Poder relatar decara a un tribunal de la nación y dándoles laespalda a los represores, los límites de indigni-dad a los que fuimos sometidos, es posible só-lo parándose en la fortaleza de la verdad.

Los juicios como instancia jurídica y públicapermiten a todas las víctimas ser escuchadas. Ytambién es una posibilidad para escucharse.Esto sirve como articulador de una variedad devisiones acerca de cómo participaron o no losprisioneros, quienes estando en situación dedenigrante sometimiento y esclavitud fueronobligados a asumir roles que nunca eligieron. Estos debates se van dando en el transcurso

del juicio, y creemos que debemos abordarlos.Aunque no le compete a este diario echar a ro-dar definiciones, sí reconocer que la estigma-tización de las víctimas como ‘colaboradores’es lo que los represores intentan instalar en

sus defensas, negando su condición de víctimay restándole así valor a su palabra.Pero las pruebas surgen a montones. La res-

titución de los cuerpos, la aparición de fosas,la cantidad de juicios que se llevan adelante enel país son la prueba de que vamos por buencamino, y eso los pone nerviosos. Quienes con-vivieron con la impunidad se sintieron apoya-dos desde los monopolios mediáticos y hoy letemen a una Ley de Medios que desnuda suscomplicidades. Algunos optan por permanecerprófugos, mientras otros ensayan amenazan-tes pasos de comedia.Próximos a cumplir 30 años de democracia,

aún queda mucho por hacer. Estos días partici-pamos de un ejemplo electoral a la vez que fes-tejamos la restitución de la identidad de unnieto más. Ya son 109, y seguimos contando.Distinguir las contradicciones es un ejerci-

cio que las Madres nos enseñaron y lo siguenaplicando. Profundizar esta democracia es loprincipal, y es una manera de avanzar en labúsqueda de la verdad y la justicia. Aún nosquedan muchos nietos por hallar, muchos pró-fugos por encontrar y muchas crueldades porjuzgar. Pongamos el esfuerzo en lo más impor-tante: vivir con la dignidad que nunca nos pu-dieron arrebatar.

Sobrevivientes

Entrevista a Jorge Auat,fiscal de la Procuraduríade Crímenes contra laHumanidad de la NaciónPáginas y · P C P

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Los prófugos: nuevoscasos, viejos problemas“En ninguno de los otros países de laregión en los que se llevan adelantejuicios por estos crímenes los imputa-dos optan por la vía del escape”.P L B · Página

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La historia de larecuperación de los restos de las víctimas delterrorismo de Estado

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EL INGENIERO SIMÓN DASENCHICH –EX DIRECTOR DELA EMPRESA EPEC– RELATÓ EL SECUESTRO DE GRACIE-LA GEUNA Y EL ASESINATO DE SU ESPOSO JORGE CA-ZORLA, HECHOS QUE PRESENCIÓ POR CASUALIDAD ENJUNIO DE 1976. GEUNA, POR SU PARTE, PRESTÓ TESTI-

MONIO ANTE EL TRIBUNAL EN UNA LARGA AUDIENCIADE SIETE HORAS DE DURACIÓN, EN LA QUE DESMENU-ZÓ EL ACCIONAR DEL TERCER CUERPO DE EJÉRCITO. ENTRE OTROS TESTIGOS, TAMBIÉN TESTIFICÓ CARLOSPUSSETTO, EN VIDEOCONFERENCIA DESDE BARCELONA.

El sorprendente relatode un testigo imprevisto

LAS AUDIENCIAS DE LAS ÚLTIMAS SEMANAS ACUMULARON LARGOS Y PORMENORIZADOS TESTIMONIOS

Simón Dasenchich. Durante años retuvo en su memoria los hechos que casualmente presenció en el Área Material Córdoba. Ahora pudo ponerles nombre y apellido.

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2 EL JUICIO POR DENTRO 19 de agosto al 1 de septiembre | Será Justicia

Lo que se anunció como una sim-ple introducción previa al testi-monio, resultó ser una pieza deliteratura realista brillante; trági-ca y brillante. Poner en palabrasel horror, explicarlo, hacerlo di-mensionable, es una empresa es-pinosa, difícil. Pero Carlos Pus-setto tomó una hoja y en la ante-sala al relato de sus días en LaPerla, leyó esas líneas –las suyasy de tantos otros– que enmude-cieron la sala de audiencias deTribunales Federales II.

“En La Perla se saltaron y so-brepasaron sus propias leyes, lasque ellos mismos impusieron.Saltaron su propia humanidad.Pero sacrificar su propia humani-dad formaba parte del métodoque ellos mismos crearon. Loque los prisioneros fuimos obli-gados a hacer no puede ser eva-luado por los parámetros de hoy.Uno no era penetrado sólo a tra-vés de la tortura física, sino quepenetraban en nuestra noche, ennuestra infancia, en nuestro afec-to y en nuestra taza de agua dia-ria. Caer en La Perla no era sola-mente caer en una comisaría, nose trataba sólo de aguantar la pi-cana. Era infinitamente más com-plejo y profundo. El muerto que-ría vivir y el vivo quería morir”.Así describía el testigo aquellosmomentos dramáticos que le to-có vivir allá por el año 76.

Su declaración tuvo lugar el 31de julio pasado a través de una

videoconferencia desde el consu-lado argentino en Barcelona.

La megacausa La Perla ocurreen tiempo real, pero lo allí narra-do por los testigos se resignificay recobra valor constantemente,pese a la distancia con el mo-mento de las enunciaciones.

“N . A - ”. Con esa fra-se, el ex Mayor Barreiro (imputa-do en la causa) se encarga de ex-plicar a Pussetto su suerte.

El joven militante de la Juven-tud Universitaria Peronista (JUP)fue secuestrado por fuerzas mili-tares el 22 de noviembre de 1976,cuando se dirigía a Cosquín paracumplir con sus compromisos la-borales de pintor. Eran las ocho yveinticinco de la mañana. Paraque comprendiera cabalmente,Barreiro agrega: “Vos te moristeesta mañana. Desde las 8:30, es-

tás muerto”.El flagelo al que eran someti-

dos los presos políticos no teníaque ver únicamente con torturasfísicas, sino que recaía sobre to-da la integridad del ser humano.

“El 17 de febrero un sargentode apellido Facino me lleva a unaoficina y me dice: «Hoy te vamosa fusilar». Para mí fue un alivio.Le pido despedirme de Mabel, micompañera, a quien habían se-cuestrado unas semanas des-pués de mí, y me contesta: «No, alos hijos de puta como vos no seles puede permitir eso». Me de-jan en la oficina. Vuelven y meponen una copa de sidra en lamano y me cantan el feliz cum-pleaños”. Ese, efectivamente, erael día de su cumpleaños, y esaera la perversidad del método.“La ambigüedad profunda: «Teregalo flores y mañana te revien-to en la tortura». Eso era un hilo

rojo que atravesaba todo ahíadentro”, señaló Pussetto.

“L”. La confianza era unsentimiento esquivo para quie-nes eran sometidos a tanta atro-cidad en los centros clandestinosde detención. El método tambiénconsistía en generar una sensa-ción de soledad absoluta, de in-seguridad. Para ello existían ac-ciones como el “lancheo”. “Nosobligaban a recorrer la ciudad ynos mostraban en la calle paramarcar gente, para seguir repro-duciendo la cadena de secuestroy tortura. La reacción de los com-pañeros era algo demoledor”.

La perversión del métodoNUEVOS TESTIMONIOS SOBRE LAS TORTURAS EN LA PERLA • CREATIVOS DEL HORROR

P Pussetto: “No puede ser que existan proyectos políticos que gene-ren estas situaciones, que hagan con ellos lo que hicieron con ellos,para que ellos hagan con nosotros lo que hicieron con nosotros”.

D - B,C P - LP. R - .“U - ”, .

MARÍA ELBA MARTÍNEZ

La búsqueda de verdad y justicia signóla trayectoria de María Elba Martínez,abogada cordobesa del Servicio de Pazy Justicia (Serpaj) que falleció en la ma-ñana del domingo de agosto. Su lu-cha señaló la complicidad de poderesen lo que hoy se define certeramentecomo dictadura ‘cívico-militar’.

Investigó el rol de empresas comoMercedez Benz, Papel Prensa o la fi-nanciera Condecor –gerenciada por eljefe de La Perla, Héctor Verges–, ade-más del despojo a los hermanos Iacca-rino y el robo de bienes de desapareci-dos. Junto a Adolfo Pérez Esquivel, pu-so al descubierto la complicidad de laIglesia Católica denunciando al Arzo-bispado de Córdoba, presidido en esemomento por Raúl Primatesta.

Desde una visión amplia de losDDHH, María Elba llevó adelante cau-sas contra las privatizaciones y contrala corrupción del gobierno de Angeloz.Fue abogada querellante en el casoMaders, representó a la familia de Da-vid Moreno –el niño asesinado por lapolicía el de diciembre de –, ya las Madres de Barrio Ituzaingó.

Fue querellante en los juicios Menén-dez II () y Videla (), y su luchallegó hasta tal punto que la causa queconstituye el núcleo del juicio La Perlalleva su nombre: “Adolfo Pérez Esquivel- María Elba Martínez, su denuncia”.

¡Hasta siempre!

El actual candidato a diputadonacional por la UCR, OscarAguad, era Ministro de Seguri-dad en 1997 cuando –merced areiteradas amenazas contra supersona– Luis Urquiza debióvolver a exiliarse en Dinamarca.Allí había recidido hasta 1993,cuando decidió retornar al paísacompañado de su familia.

Durante esos años, el diputa-do provincial Atilio Tazzioli seencontraba realizando una in-vestigación acerca de la incor-poración de represores a lasfuerzas de seguridad provincialen plena democracia. Urquizase reunión con él para corrobo-rar esa información.

Precisamente, Carlos Yanice-lli (miembro de la patota del D2,condenado en la causa Videla eimputado en este juicio) habíasido designado Jefe de la Poli-cía en aquel momento, por elmismísimo Aguad. Cuando sehizo pública la denuncia de Taz-zioli, Urquiza comenzó a seramenazado de muerte. Tras norecibir el resguardo del dirigen-

te radical, decidió irse del país.“En el juicio de 2010, Aguad

fue mencionado no sólo por mí,sino también por el periodistaMariano Saravia y por el ex fis-cal de Estado, Alberto Zapiola.Pero no se lo citó para que die-ra explicaciones sobre lo ocu-rrido en 1997”, señaló Urquiza.Luego agregó: “Ni siquiera fuecapaz (Aguad) de leer el NuncaMás, donde ya estaba mencio-nado Yanicelli; ni la causa en laque había sido procesado en el87, que no prosperó por el le-vantamiento carapintada”.

TESTIGOS • LUIS URQUIZA: EXILIADO EN DEMOCRACIA

Candidato reclamadoE O A .

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Desde Barcelona. La sala de audiencias, instantes antes de que comenzara la videoconferencia con el testigo Carlos Pussetto.

El plan del horror no debía tenerfisuras externas, y muchos me-nos internas. Todo lo que pudie-ra constituir un cabo suelto re-presentaba un peligro para losrepresores en el poder. Los pre-sos políticos fueron torturados,deshechos psicológicamente yasesinados sin piedad.

Pero la persecusión y los tor-mentos fueron extensivos paraquienes, dentro de las fuerzasmilitares, intentaron rehusarse aser parte del genocidio.

Oscar Morán –incorporado alEjército el 10 de agosto de 1976–brindó testimonio el pasado 8 de

agosto. Fue testigo de un casodonde resultó asesinado JorgeDante Bustos, un efectivo de lasfuerzas. Morán contó que fue élquien le tomó los datos para laplanilla de ingreso al Ejército.

Luego aseguró que a princi-pios de septiembre empezó a co-rrer el rumor de que Bustos ha-bía desaparecido, “que era de-sertor”. Poco después, según re-lató Morán, un suboficial le co-mentó que Bustos “iba disparan-do para el norte, y lo pescó elEjército y lo liquidó”.

Sin embargo, el ex militar des-cribió varias situaciones en las

que sus compañeros de armashabían ido tras el soldado Bus-tos. “Una vez, en un descanso,un compañero que era chofer,Roldán, me dice: «Ya hemos idodos o tres veces a buscarlo y, laúltima vez que fuimos, el tenien-te Romero le mató el perro en lacasa». Después supe que Bustoshabía ido a buscar la libreta (alDestacamento 141) porque le ha-bían dado de baja por razonesde salud... y ese día desapare-ció”. Esto sucedió el 10 de sep-tiembre de 1976, cuando Bustoscontaba con 20 años de edad.Aún permanece desaparecido.

EL CASO DEL SOLDADO BUSTOS • HACIA ADENTRO DE LAS FUERZAS ARMADAS

Sin lugar para el disensoB 1976.

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3El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 28 EL JUICIO POR DENTRO

Militantes de la Juventud Univer-sitaria Peronista (JUP), los espo-sos Graciela Susana Geuna y Jor-ge Omar Cazorla fueron secues-trados la siesta del 10 de junio de1976 de su casa en barrio GeneralPaz por una patota del Ejército.

A pesar de su resistencia, losmetieron en sendos autos, quearrancaron rumbo a La Perla. Enel camino, Graciela pudo abrirdesde adentro el baúl y saltó a laruta, mientras Jorge aprovecha-ba la confusión para escapar. Aella la recapturaron frente alÁrea Material Córdoba (AMC):“Me metieron en el auto y seacostó un tipo encima mío y otroal otro lado, y me dijo: «Tu mari-do es boleta»”, recordó la testigo.

Una vez en La Perla, la obliga-ron a asomarse al baúl del otroauto y ver el cadáver de su espo-so, al que “le salía sangre del pe-cho”. Para Geuna, el victimariode Cazorla fue el imputado José‘Chubi’ López, entonces personalcivil de Inteligencia. “Yo no lo vi,pero adentro lo decían. López meodiaba, quería que me mataranporque él sabía que este momen-to iba a llegar”, recordó.

E . Esedía, Simón Dasenchich salía de laAMC en el mismo instante en quela joven pareja intentaba fugarsede sus captores, y presenció elasesinato por la espalda de Ca-zorla y la recaptura de Geuna.

“Escucho uno o dos estampi-dos que proceden de la ruta 20.Un muchacho con el torso des-nudo corre en dirección al Cen-tro. Se siente un nuevo estampi-do y él cae. Giro la cabeza bus-

cando el origen del sonido, y veoun Fiat 125 o 128 con el baúlabierto, y al lado una persona le-vantándose como si hubiera es-tado rodilla al piso con un armaen la mano; corre hacia el caído”.

“Corro para comentar al guar-dia lo que vi, cuando veo que vie-ne corriendo una jovencita, gri-tando: «¡Sálvenme! ¡Me van a ma-tar!». Era muy jovencita. La vení-an persiguiendo y ella cae, conlas manos atadas atrás. En unsantiamén, el que venía atrás conun revólver en la mano, muy cor-pulento, la levanta y se la lleva”.Así relató Dasenchich a los jue-ces del Tribunal Oral Federal Nº 1las escenas que habían quedadocongeladas en su memoria. Du-rante muchos años, para él, esasvíctimas no tuvieron nombres.

Lo que les dio identidad fue un li-bro en el que el ingeniero y fun-cionario del Correo Argentino le-yó lo que entonces había visto:La Perla - Historia y testimonios deun campo de concentración, deAna Mariani y Alejo Gómez.

Así fue que Dasenchich se pu-so en contacto con Geuna, y losabogados que la representan co-mo querellante –y luego la Fisca-lía– lo propusieron como testigo.Finalmente pudo denunciar loque aquel día intentó en vano alescribir en un acta que, ni loscustodios de la Fuerza Aérea enla AMC ni los policías de la Sec-cional 10ª, quisieron recibirle.

V . Desde suexilio en abril de 1979, GracielaGeuna ha declarado en numero-

sas ocasiones desde el exterior.El 1º de agosto se sentó por pri-mera vez ante un tribunal argen-tino para contar su experienciacomo sobreviviente de uno delos más feroces centros de exter-minio de la dictadura.

Durante siete horas, Geunaaportó datos sobre los numero-sos crímenes del staff de La Per-la. En particular, trazó un perfilde Héctor Pedro Vergez, el pri-mer jefe del ex CCD, quien “seatribuía la creación del ComandoLibertadores de América y variosde sus crímenes”. “Incluso des-pués de su traslado a Buenos Ai-res, siempre volvía. No podía vi-vir sin La Perla”, reveló.

“El campo existe en el marcode una sociedad que lo normali-zó. El proceso para familiarizarse

con los crímenes es antes que na-da social. Hubo treinta años denormalización de los desapareci-dos por parte de la sociedad. Hi-cieron todo lo posible para ena-jenarnos a nosotros mismos.Después de lo vivido, creo másque nunca en la humanidad, porla intransigente, enconada, em-pecinada búsqueda de justicia eneste país”, reflexionó Geuna.

D . A sus 80años, Amelia Yolanda Pafundi de-claró sobre la desaparición de suhija embarazada Alicia NoemíGiunto y su yerno, y sobre supropio cautiverio en La Perla, adonde la llevaron para disuadirlade que no los buscara.

Estando vendada, un interroga-dor le inquirió: “¿Por qué busca asu hija?”. “Perdón, ¿el que hablaes hombre o mujer?”, le preguntóAmelia. “¡Hombre!”. “Entoncessólo alguien que ha llevado a unniño en su vientre durante nuevemeses puede entenderme”.

Tiempo después de su libera-ción, supo por conocidos que vi-vían en cercanías de La Perla,que “los militares quemaban loscuerpos con cal viva”.

Providencia y memoria combinadaspara reconstruir un alevoso crimen

INSTANTÁNEAS DEL HORROR • UN LIBRO SOBRE LA PERLA LE PERMITIÓ AL TESTIGO PONERLE NOMBRES A LAS VÍCTIMAS DE UN SECUESTRO Y HOMICIDIO

E S D G G J C. P , G . A P, .

Amelia Yolanda Pafundi. Brindó su testimonio el jueves de agosto y contó cómo los genocidas quemaban los cuerpos con cal viva.

IMPUTADOS · ADMITIÓ LAS DESAPARICIONES Y SU PASADO CARAPINTADA

“Yo cumplía órdenes y no me escudo de-trás de eso. Pero podía suponer qué lespasaba. Ese es un tema de cada uno, nohace a mis responsabilidades”, contestóel ex mayor Ernesto Barreiro a la pre-gunta del abogado Miguel Ceballos so-bre el destino de los prisioneros “trasla-dados” desde el campo de La Perla. “¿Yqué les pasó?”, insistió el querellante.“Mire, supongo que no están... Yo supo-nía que iban a desaparecer”, fue la reve-ladora respuesta del imputado.

A su vez, ante el pedido de ClaudioOrosz –abogado querellante– para queaclare cuáles eran los “métodos no orto-doxos” de interrogatorios a los que se

había referido, Barreiro relativizó: “Haypersonas que dicen que fueron tortura-das por haber permanecido atadas yvendadas en un calabozo sin poder ha-blar con nadie. ¿Eso es tortura? ¿Una bo-fetada es tortura? ¿Un plantón es tortu-ra? Bien, entonces todo es tortura”.

El ex oficial de Inteligencia había co-menzado su alocución con una referen-cia al levantamiento “carapintada” deabril de : “Un testigo dijo que yosalgo en una foto con el coronel Aldo Ri-co, con casco y uniforme de combate,durante Semana Santa del . En el ,hubo dos focos: Córdoba y Campo deMayo. En Córdoba, soy yo el iniciador”.

La doble confesión de BarreiroTESTIMONIOS · MARÍA ISABEL GIACOBBE

María Isabel Giacobbe fue secuestradaen julio de frente a la Facultad deCiencias Económicas. En La Perla sufriólas mayores aberraciones.

Dos personas la miraban desde unFord Taunus verde mientras se reían iró-nicamente. “No sabía lo que estaba pa-sando, pero empecé a pedir socorro. Ahíme pegaron dos trompadas”, expresó latestigo ante el tribunal. La secuestrarony, una vez arriba del auto, el propio LuisManzanelli le cubrió la cara con su cam-pera. Su primer destino fue La Perla. Allísufrió las torturas más terribles. MaríaIsabel Giacobbe estaba embarazada, pe-ro desde el principio intentó disimularlo

por miedo a sufrir aún peores vejacio-nes. Finalmente, dio a luz en la cárcel ysu hijo tiene hoy años.

La testigo dijo reconocer a algunos delos imputados. Además de Manzanelli, a‘Gino’ Padován y Ernesto Barreiro. La lle-vaban a la ‘parrilla’ para torturarla.

“Un día me dicen que me desnude.Empiezan a estaquearme a una cama debronce antiguo y me aplican la picana enlos pies”, relató Giacobbe. En una oca-sión, le bajaron la venda y le mostrarondos mapas: uno del Partido Revoluciona-rio de los Trabajadores (PRT) y otro quedecía Montoneros. Ambos tenían alfile-res con tarjetas de colores.

“Superaron todas las barreras”

P “Un muchacho con el torsodesnudo corre hacia el Centro.Se escucha un estampido ycae... Veo a una persona levan-tándose, con un arma en lamano... y correr hacia el caído”,relató Dasenchich, ex trabaja-dor del Área Material Córdoba.

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4 19 de agosto al 1 de septiembre | Será Justicia INFORME ESPECIAL • LOS GENOCIDAS PROFUGOS Y EL RIESGO Q

Gustavo Ramón de Marchi y Jorge AntonioOlivera fueron condenados a reclusiónperpetua y 25 años de prisión respectiva-mente, a principios de julio pasado, en elhistórico juicio que se concretó en el Rec-torado de la Universidad Nacional de SanJuan. El 25 de julio, luego de ser traslada-dos al Hospital Militar Central CirujanoMayor Doctor Cosme Argerich, se escapa-ron y aún permanecen prófugos.

El caso de Olivera y De Marchi vuelve aponer sobre el tapete cuestiones que tie-nen que ver con el funcionamiento del sis-tema judicial en torno a las causas vincu-ladas con los crímenes cometidos durantela última dictadura. “Para mí, el caso deSan Juan amerita que, por lo menos, seanalice cuál es el grado de responsabili-dad que permitió un traslado que luegodio lugar a la fuga. Hay mucha tela paracortar acá, porque lo sucedido habilita,naturalmente, suspicacias. Lo que yo digoahora no es con la intención de poner a al-guien bajo sospecha. La sospecha es na-tural, surge por el sólo hecho de observarel caso. En este caso hay una evidente ma-niobra por parte del imputado y esa ma-niobra no es advertida por los operadoresjudiciales. Los imputados se presentan ypretenden traslados, cuando las patologí-as no son lo suficientemente graves y losinformes médicos carecen de claridad.Uno advierte que esos informes habilitanque antes de su análisis esté definida la si-tuación. Algo extraño parece estar suce-diendo. Pero de todas formas, la respon-sabilidad del operador judicial es tomar

todos los recaudos, que acá parecen nohaberse tomado. Y eso se paga con mone-da de impunidad”, comentó al respecto eldoctor Jorge Auat, titular del organismoencargado de la coordinación y segui-miento de las causas por violaciones a losderechos humanos.

U . En nuestro paíshay alrededor de sesenta prófugos que de-berían estar dando respuestas ante la jus-ticia por su participación en crímenes co-metidos durante la última dictadura.

Más allá de que cada uno de los casosmerece ser analizado de manera particu-lar, Auat propone mirarlos desde tres án-gulos. “Hay casos de detenidos profuga-dos, como los de San Juan, en los que serefleja la falta de previsión de los opera-dores judiciales”. En estos, esa falta deprevisión aparece como uno de los temascentrales. Si se analiza la situación, secomprende que hay operadores judicialesque, según Auat, “disponen las medidasdesde una perspectiva poco responsable.Porque si uno se detiene en las razonespor las que se da lugar al traslado, las pa-tologías presentadas no son patologíasque habiliten a pensar en tomar esa me-dida. Puntualmente, es difícil pensar queuna patología dermatológica o psicológicajustifique un traslado a Buenos Aires. Unose resiste a pensar que San Juan no tengaun dermatólogo o un psicólogo".

Otro de los puntos desde los que sepuede analizar la situación de represoresfugados tiene que ver con quienes em-

prenden su escape a partir de haber sidobeneficiados con excarcelaciones otorga-das por los funcionarios judiciales. Haytambién aquí falta de previsión y, además,una decisión jurídica que abre la posibili-dad a los detenidos a accionar de esta ma-nera. O sea, existen tribunales que otor-gan la excarcelación a los imputados ycuando se ordena nuevamente su deten-ción para avanzar en el proceso, se cae enla cuenta de que se ha concretado una fuga.

Por otro lado, está el caso de las perso-nas que son citadas a la indagatoria y nose presentan. “Eso se paga con moneda deimpunidad”, dice Auat, quien aclara que elprincipal problema de la existencia deprófugos es la imposibilidad de avanzaren los procesos, ya que “si uno no tienesujeto al cual imputar, no hay juicio. Y sino hay juicio, hay impunidad”.

“Una vez que existe el prófugo, uno de-be tomar medidas para ordenar las deten-ciones, pero eso ya es un tema de otrasagencias, como las de prevención o las po-liciales. Una de las medidas que se toma-ron en torno a este tema, se basa en laspropuestas por el Grupo de Acción Finan-ciera Internacional (GAFI) que establecióel financiamiento del terrorismo comouno de los crímenes conexos al lavado.Argentina adhirió a ese tratado en diciem-bre del año 2011. La particularidad locales que se agrega una definición de terro-rismo de Estado y en esa definición se es-tablece el listado de prófugos. A partir deeso, la legislación establece la posibilidadde congelar los bienes sin aviso previo.Eso nos da la posibilidad de congelar au-tomáticamente los movimientos de cuen-tas de los prófugos. Desde que ese meca-nismo se puso en marcha, hubo cinco ca-sos en los que los represores terminaronpor ser detenidos. En todos ellos, los pró-fugos se presentaron en los bancos paraver qué pasaba y fueron detenidos, algoque demuestra también la impunidad conque muchas de estas personas se mueventodavía en la Argentina”.

E . “Hay dos ámbi-tos de análisis en estos casos”, dice Auat,“uno es el jurídico-judicial, donde el juezordena la captura, y otro cuando la orden

Nichos del sistema judicial en los quese refugia la política de impunidad

REPORTAJE • JORGE AUAT, FISCAL GENERAL DE LA PROCURADURÍA DE CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD, Y UN DEBATE PENDIENTE | Por César Pucheta

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GUSTAVO OLIVERA Y JORGE DE MARCHI • SIGUE LA BÚSQUEDA DE SUS PARADEROS

Los genocidas fugados continúan prófugosLos represores, que el pasado 4 de ju-lio habían sido condenados a prisiónperpetua y a 25 años de cárcel en SanJuan, desaparecieron sin dejar rastro.Se fugaron del Hospital Militar CosmeArgerich de Buenos Aires, luego de lasentencia. El gobierno argentino ofre-ce una recompensa de dos millones depesos a quien aporte información so-bre su paradero. La justicia federal yarealizó dos allanamientos en el límiteentre Misiones y Corrientes, pero notuvieron resultados positivos.

“Es difícil pensar que unapatología dermatológica o

psicológica justifique untraslado a Buenos Aires”.

Los fugados: JorgeOlivera (izquierda) y

Gustavo De Marchi(derecha).

Jorge Auat. Según el fiscal general, deben acelerarse las causas para evitar el peligro de la impunidad.

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5El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 28 QUE COMPORTAN PARA EL AFIANZAMIENTO DE LA DEMOCRACIA

1-BUENOS AIRESRubén Eduardo AlcuriEduardo AlfonsoAldo Mario ÁlvarezCarlos Alberto ArroyoNéstor Ramón BuzattoFernando Federico DelgadoJorge Luis GarcíaMiguel Ángel García MorenoRoberto Oscar GonzálezLuis Esteban KyburgJuan Carlos LinaresRicardo Joaquín MolinaEmilio Alberto Rimoldi FragaTeodoro SabbinoPedro Osvaldo SalviaMario Alfredo SandovalEduardo Salvador UllúaJuan Carlos Vázquez SarmientoRaúl Arturo ViglizzoJorge Raúl VildozaRicardo Luis Von Kyaw

2-MENDOZA Ricardo AlekWalter Tomás EichornEfrén Darío Ferreyra

Héctor Adán GiménezMarcelo LeónJorge LinaresJuan Bautista LuceroErnesto Guillermo LuchiniVicente Omar Navarro MoyanoGuillermo Mario OcampoJosé Luis PiedraJosé Osvaldo RiveiroHumberto Romero TelloAlberto Horacio SilvaErnesto Solas

3-SAN JUANGustavo Ramón De MarchiJorge Antonio OliveraCarlos Luis MalattoJorge Horacio PáezEduardo Vic

4-SANTA FEJuan Carlos Francisco BossiCarlos IsachCésar Heriberto PeraltaAntonio Tuttolomondo

5-SALTAAntonio Arrechea AndradeOscar Chapur

6-CÓRDOBAHugo Armando BarbozaEduardo Bonifacio Ríos

7-MISIONESManuel Alfredo Montenegro

8-FORMOSAÁngel Ervino Spada

9-CHACOCarlos Domingo Mora

10-ENTRE RÍOSJosé Darío Mazzaferri

11-TUCUMÁNHéctor Mario Schav

12-JUJUYJuan Carlos Jones Tamayo

13-SAN LUISOscar Nicanor Aguirre

ya está en manos de quienes deben em-prender la búsqueda. Y allí los análisis de-ben realizarse sobre cada caso puntualpara determinar el lugar de la grieta delsistema. Pero yo soy un convencido deque en general el tema de los prófugos de-be ser enmarcado en la historia de las cau-sas. Porque todos estos procesos estuvie-ron marcados por políticas de impunidady estrategias de impunidad. Así, tenemos,por un lado, a la impunidad normativa–que tiene que ver con la vigencia de lasleyes–, y la impunidad estratégica –queconsiste en utilizar todos los recursosprocesales para concretar un proceso‘eterno’, sin conclusión–”.

Desde la unidad que realiza los segui-mientos de los juicios por delitos de lesahumanidad cometidos por la dictadura,hace tiempo que se han reorientado losobjetivos. Se busca mejorar los resortesjurídicos para evitar el riesgo que repre-senta la dilación de los procesos, que mu-chas veces conlleva como principal peli-gro la posibilidad de la fuga.

“La nulidad de las leyes de impunidadtiene diez años y ese no es un dato menora la hora de analizar el proceso. Por un la-do, tenemos juicios que se eternizan y nopermiten una reconstrucción histórica so-bre lo que sucedió. O se los atomiza en pe-queños juicios con pocos imputados y po-cas víctimas. Esa dilación y esas decisio-nes tienen sus responsables y esos res-ponsables están dentro del sistema judi-

cial, que todavía tiene nichos en los quese refugia la política de impunidad. Nos-otros hemos advertido muchas veces queel gran problema es el tiempo que tarda-mos en llegar al juicio. Y es necesarioavanzar en propuestas que aceleren lascausas porque estamos en permanentepeligro de impunidad. Son hechos que su-

cedieron hace muchos años. Los imputa-dos están en una situación biológica queacrecienta el riesgo a medida que pasa eltiempo. Y eso pasa también con las vícti-mas. Muchos se mueren antes de conocerla sentencia en los juicios en los que susfamiliares son víctimas. A mi modo de ver,en esos casos también hay impunidad”.

INFOGRAMA • TODOS LOS IMPUTADOS PRÓFUGOS EN EL PAÍS

CASOS PARADIGMÁTICOS • NORBERTO TOZZO Y ERNESTO BARREIRO

N T. Esuno de los responsa-bles de la ‘Masacre deMargarita Belén’, ocu-rrida el de diciem-bre de . En el año se fugó a Brasil,luego de que un há-beas corpus concedi-do por la Cámara Fe-deral de Apelacionesde Resistencia dejarasin efecto una ordende captura emitidapor la Justicia Federal.En el fue deteni-do en Río de Janeiro yextraditado a la Argentina en mayo de. Al conceder la extradición, Brasildeterminó que la causa de los asesina-tos había prescripto, lo que imposibilitaque el represor sea juzgado por esos he-chos. Con lo cual, Tozzo fue juzgado úni-camente por privación ilegítima de la li-bertad de sólo cuatro personas.

E ‘N’ B.Había sido detenidoen en Córdoba.Cuando la Cámara Fe-deral lo convocó a de-clarar, él se negó yese fue uno de los ar-gumentos para la re-vuelta de la SemanaSanta de ese año, quederivó en la aproba-ción de la Ley de Obe-diencia Debida. Consu mujer, Ana DeliaMaggi, Barreiro huyóa Estados Unidos en. Pero en el ,

la justicia norteamericana lo detuvo enArlington por haber proporcionado da-tos falsos en su ingreso al país. En Esta-dos Unidos, Barreiro fue condenado aseis meses de prisión para luego ser de-portado. Hoy es uno de los acusadosque está sentado en el banquillo en lamegacausa La Perla - La Ribera.

Dos prófugos que mandaron de vuelta

Quiénes son los prófugos

Capturado en Brasil. Norberto Tozzo.

L J E, P C I, P (F P), A S P-. L C E L S (C), 57 .

EL JUICIO, DÍA X DÍA

DÍA 65 - MARTES 06/08

La queja mediática“Quiero pedir al Tribunal que se le advierta ala prensa que si van a publicar algo, que se-an fotos verídicas”, plantea el abogado Osval-do Viola, en referencia a una fotografía de losacusados publicada en un diario local con eltítulo: “Amenazas desde el banquillo”. “Enuna semana donde ha salido un fallo vergon-zoso de la Justicia de Córdoba contra el perio-dismo de investigación (la sentencia contra elperiodista Hernán Vaca Narvaja), me pareceque no corresponde a este Tribunal decirlenada a la prensa”, le retruca el querellanteClaudio Orosz. Por último, el juez Julián Fal-cucci aclara que el Tribunal no tiene “nadapara decir sobre el trabajo del periodismo”.

DÍA 66 - MIÉRCOLES 07/08

Vergez y la seguridad“En los años 70 la gente podía dormir tran-quila, no como ahora”, asegura al iniciar sudeclaración el ex capitán Héctor Pedro Ver-gez, quien a partir del golpe de Estado del24 de marzo de 1976 comandó el mayor cam-po de exterminio del interior del país.

Acosta y la piedad“(Graciela) Geuna dice que me gustaba ma-tar. No sé de dónde saca eso. Si es así, acáhemos visto pasar a mucha gente que estuvoen La Perla, lo que quiere decir que me privéde matar a unos cuantos”, declara el ex capi-tán Jorge Exequiel Acosta, quien sucedió aVergez en la jefatura del campo.

DÍA 67 - JUEVES 08/08

El hombre del perfume“(Luis) Manzanelli tenía un perfume de bue-na calidad. El olor te aterrorizaba...”, reme-mora la ex prisionera política María IsabelGiacobbe, quien padeció al ex suboficial co-mo secuestrador y torturador en La Perla. Lareferencia se suma a la de otros testigos queseñalaron este particular rasgo del apodado‘Hombre del Violín’.

DÍA 68 - MARTES 13/08

Un juez dignoLisa Beatriz Monje fue secuestrada los prime-ros días de febrero de 1975 por una patota delex Departamento de Informaciones (D2) de laPolicía de Córdoba. Su familia presentó unhabeas corpus y quince días después el juezfederal Humberto Vásquez ordenó su libera-ción. “(El juez) le dijo a mi papá que me saca-ra de la provincia de Córdoba inmediatamen-te, porque cuando los de Informaciones seenteraran que estaba en libertad, iban amandar a casa a las Tres A”, narró la testigo.

DÍA 70 - JUEVES 15/08

Otra sobre la Fiat y van...El ex obrero de Fiat - Concord, Ettore Forneri,suma una nueva acusación contra la empresaautomotriz con sede en Córdoba, por sumi-nistrar información sobre sus trabajadores alos represores. “Yo deduzco que ellos teníaninformación de adentro (de la fábrica), y sos-pecho que venía de los directivos”, manifies-ta el testigo. Al ser Forneri liberado, el coro-nel Jorge González Navarro le anunció que nolo iban “a molestar más”, pero que “ya estabadespedido de la Fiat”.

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Tanto en la provincia de Córdoba como enel resto del país, las fuerzas de seguridadpracticaron un método sistemático y or-ganizado de tortura, donde la detenciónilegal se proyectó en el entierro de suscuerpos en fosas comunes. La inhumaciónclandestina no sólo implicó la desapari-ción forzada de personas, sino también lasustracción de sus identidades.

Los cuerpos fueron enterrados como‘NN’ (sigla que significa ‘ningún nombre’)y bajo una lógica común: sin previo repor-te a la justicia, sin autopsia que determinela causa de fallecimiento, y sin ataúdes nielementos de identificación personal.

El caso de las fosas comunes descubier-tas en el cementerio San Vicente, en laprovincia de Córdoba, no fue un hallazgomenor. El dato de su existencia se dio a co-nocer a través de los testimonios de em-pleados de la Morgue cordobesa y del per-sonal del mismo cementerio ante la Comi-sión Nacional de Desaparición de Perso-nas (CONADEP), creada en 1984. Los testi-gos declararon que a partir de 1976 miem-

bros de las fuerzas de seguridad entrega-ron a la Morgue judicial de la ciudad unagran cantidad de cadáveres sin identificar.En marzo de 1984, personal de la Munici-palidad de Córdoba realizó una excava-ción que destruyó una parte de esa fosa.

C . En 2002,comenzó a trabajar en el cementerio SanVicente el Equipo Argentino de Antropolo-

gía Forense (EAAF). Al año siguiente se abrió la causa ‘Averi-guación de Enterramientos Clandestinos’,tramitada en el Juzgado Federal Nº 3, acargo de la Dra. Cristina Garzón de Lasca-no, actuando como fiscal la Dra. GracielaLópez de Filoñuk.

Anahí Ginarte, antropóloga y encargadaactualmente del EAAF en Córdoba, explicóa Será Justicia el proceso de trabajo en

San Vicente. “En total exhumamos 135cuerpos, de los cuales consideramos queaproximadamente cuarenta tienen algunarelación con el terrorismo de Estado. Deese grupo, logramos identificar a quincepersonas”.

El equipo trabaja en coordinación conla Iniciativa Latinoamericana para la Iden-tificación de Personas, proyecto con elcual cruzan información genética de losrestos hallados para luego compararlacon muestras de sangre de los familiares.

“También trabajamos en los alrededo-res de Campo La Ribera, a partir de las de-nuncias que fue recopilando el equipo deinvestigación del Espacio para la Memo-ria. Desde 2004, además, estamos reali-zando excavaciones en La Perla –explicaGinarte– y actualmente trabajamos paraidentificar restos óseos que aparecieronen un pozo de agua en la localidad cerca-na de Unquillo”.

“Una vez que sabemos a quién pertene-cen los restos, el juez da la orden de de-volución y nosotros le informamos perso-nalmente a la familia. Estamos atentos asu voluntad y a los tiempos que necesi-tan”, explica la antropóloga del EAAF. “Elduelo y la angustia es grande. Para las fa-milias es como si la persona hubieramuerto en ese momento. Pero también esuna verdad que estuvo oculta duranteaños y recién hoy se hace pública. Y a es-to hay que comunicárselo a la sociedad”

6 19 de agosto al 1 de septiembre | Será JusticiaMEMORIAS EN PRESENTE

HISTORIAS DE VIDA • DELEGADO GREMIAL DEL SEP, SUS RESTOS FUERON IDENTIFICADOS EN 2005

En el año arribó a la Argentina una delegación de científicosforenses enviados por la Asociación Americana para el Avance dela Ciencia, que reunía a la academia norteamericana. Llegaron pa-ra colaborar con el trabajo de la Conadep, y tenían a su cargo unaexhumación en el cementerio del Gran Buenos Aires.

Un grupo de estudiantes de las carreras de Antropología y Ar-queología de la Universidad de Buenos Aires se sumó para pres-tar su colaboración a la tarea de aquellos científicos. Después dedos años de trabajo, se consolidaron como el Equipo Argentino deAntropología Forense (EAAF). Hoy es una institución legalmentereconocida, no gubernamental e independiente que trabaja en laaplicación de ciencias forenses.

A la fecha, han desplegado su tarea en distintos países, donderecuperaron los restos de víctimas de violaciones a los derechoshumanos. Según un informe oficial del EAAF, algunos de los or-ganismos que han solicitado sus servicios son el Tribunal Interna-cional por Crímenes de Guerra en la ex Yugoslavia de las NacionesUnidas, la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas para El Sal-vador, la Comisión Especial para la Búsqueda de Desaparecidos enBrasil, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la ComisiónPresidencial Verdad y Justicia de Haití y la Comisión Presidencialde Bolivia para la búsqueda de los restos de Ernesto ‘Che’ Gueva-ra; entre otros reconocidos organismos.

La tarea que desarrolla el Equipo consiste en la exhumación derestos óseos para su posterior identificación y devolución a lasrespectivas familias. En la provincia de Córdoba trabajan los an-tropólogos Facundo Rivares y Anahí Ginarte, junto a una médicaforense y un grupo de la carrera de Antropología de la Universi-dad Nacional de Córdoba, que colabora con el Equipo. “Nuestratarea cotidiana es en laboratorio o en campo. Normalmente esta-mos en el Instituto de Medicina Forense, que es donde tenemoslos restos del cementerio de San Vicente”, afirma Ginarte.

El EAAF recibe a los familiares de personas desaparecidas en elMuseo de Antropología, ubicado en el centro de la ciudad.

Una ardua tareaHugo Estanislao Ochoa

EL EAAF · EQUIPO ARGENTINO DEANTROPOLOGÍA FORENSE

A los 9 años, ‘Huguito’, como lo llamaban, salía a venderleche a la gente del barrio. En aquel entonces recibía acambio unos centavos, que eran para él una forma de co-laborar con los gastos de la casa.

Hugo nació el 13 de noviembre de 1933 en La Cumbre,(Punilla, Córdoba). Hijo de Rosa-rio Díaz y Sereno Ochoa, siendoya un joven de 20 años, comien-za a trabajar en una empresa me-talúrgica. Allí siempre defendiólos derechos de sus compañerosy estuvo agremiado. Luego fuechofer en el Ministerio de BienestarSocial y delegado del Sindicato deEmpleados Públicos (SEP).

“Él pensaba que con la políticapodía cambiar el estilo de vidade las personas más necesita-das. Pensaba en la gente, le dabaprioridad a los jóvenes, les anda-ba buscando actividades para queparticipen”, rememora AdrianaOchoa, una de sus hijas. Adriana re-cuerda también que su padre milita-ba en la Juventud Peronista (JP).

En 1952, Hugo conoció a quien luego fue su esposa ymadre de sus hijos: Elena. Por ese entonces, la metalúr-gica había sido tomada por los empleados y Elena, veci-na de la fábrica, solía pasar caminando por aquellas ca-lles. Hugo, detrás del enrejado, no perdía oportunidad derecitarle piropos. Fue el comienzo de su historia juntos.

Después de vivir un tiempo en San Vicente, la familia semudó a Nicolás Avellaneda, un barrio fabril. Allí, Hugo yElena criaron a sus cinco hijos: Roberto, Fanny, Adriana,Hugo y Humberto. “Una de las anécdotas que tengo conmi papá y que siempre recuerdo es que cuando éramos

chicos, el primero de los hermanos que se levantaba, li-gaba la miga del pan untado en el mate cocido y pasadopor azúcar. Era como un premio por haberse levantado,entonces entre nosotros estábamos atentos a ver quiénlo hacía primero”, recuerda Adriana entre emociones y ri-

sas contenidas.Hugo llevaba a su casa el pos-

tre que recibía en el comedor dela fábrica, y lo repartía entre sushijos. Lo mismo hacía en Navi-dad o en la noche de Reyes.Siempre se las ingeniaba para lle-varles algún que otro regalo.

En el patio de la casa familiarhabía un pequeño tallercito. Allíel matrimonio tenía un torno demadera con el que hacían arte-sanías. Era un modo de vivircuando el dinero no alcanzaba.Junto a su esposa, Hugo fabrica-ba mates y tablas de carne.

“Por ahí limpiábamos la casa ypapá nos hacía renegar. Entraba,se sacudía el aserrín en el comedory salía corriendo”, cuenta Adriana.

Gran conocedor de la música, a su papá le gustaba mu-cho entonar tangos. A veces cantaba en los bares. “Cuan-do mi mamá se enojaba, él le cantaba un tango para quese le pasara”, dice Adriana. “Era tremendo, pero tenía sucarácter. No cambiaba de parecer fácilmente, te daba to-dos los fundamentos”.

Sus restos fueron encontrados por el EAAF y devueltosa su familia en el año 2005. Como parte de la iniciativa dealumnos, familiares y compañeros del SEP, el Centro Edu-cativo de Nivel Medio para Adultos Nº 70 de Alto Alberdilleva su nombre: Hugo Estanislao Ochoa.

Saldando cuentas con el pasadoRESTITUCIÓN DE LA IDENTIDAD · LA RECUPERACIÓN DE LOS RESTOS ÓSEOS DE LAS VÍCTIMAS ENTERRADAS DE FORMA CLANDESTINA

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El trabajo de confrontar el horror. Miembros del EAAF, realizando su tarea en el Cementerio San Vicente (2003).

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7El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 28 INSTITUCIONALES

Este ejemplar contó con el aporte solidario de las siguientes organizaciones:

· Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC)· Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA)· Asociación Gremial de Empleados del Poder Judicial de la Pcia. de Cba. (AGEP)· Sindicato Luz y Fuerza - Córdoba· Unión Obrera Gráfica Cordobesa (UOGC)· Cooperativa Integral de Carlos Paz (Coopi)

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8 CONTRATAPA

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CONTACTO SERÁ JUSTICIA:Santa Fe 11, Bº Alberdi

Córdoba, ArgentinaTel: (0351) 4256502

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Consejo Editor: Por Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Cba.: Betty Argañaraz, Rosario Rodríguez, María del Carmen Torres, Angel Villanueva. Por Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba: Lucas FanchínDirección General: Sebastián Puechagut • Secretaría de Redacción: Agostina Parisí · Redacción: Alexis Oliva, César Pucheta, Miguel Magnasco • Corrección: Victoria Picatto • Dir. de Arte: Sebastián Puechagut · Diseño: Pablo Gamboa Fotografía: Manuel Bomheker, Nicolás Castiglioni · Ilustración: Francisco Ferreyra · Distribución: Julia Soulier, Ernesto Torres • Colaboraron en este número: Matilde Nasser, Adriana Ochoa, Anahí Ginarte, Hernán CappellettiAdministración: Mario Toranzo • Impresión: Comercio y Justicia Editores • Producción gráfica y editorial: Usina Creativa - agencia de comunicación - Tel: (0351) 4271736 - usinacreativa.com.ar - [email protected]

Tirada de esta edición: 30.000 ejemplares de distribución gratuita · ISSN: 1853-8290 · Será Justicia es propiedad de Familiares Córdoba (Personería Jurídica 234-A-1992)Avales y reconocimientos: Beneplácito del Concejo Deliberante de Córdoba (2010) • Declaración de Interés Legislativo por la Legislatura de la provincia de Córdoba (2010) • Declaración de Interés por el Senado de la Nación (2010) • Reconocimien-to institucional del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba (2010) • Aval Institucional de la Escuela de Ciencias de la Información (2010 y 2011). Distribución: en red de organizaciones y con los siguientes diarios y periódicos:Tribuna (Bell Ville), Sumario (Alta Gracia), Energía Positiva (Sind. Reg. de Luz y Fuerza), Megáfono (Rio Cuarto), El Despertador (Jesús María), El Ciudadano (Villa Dolores), La Mañana (Cba.), Comercio y Justicia (Cba.), Tortuga (Alta Gracia)

19 de agosto al 1 de septiembre | Será Justicia

28E D JL P C

Correo de lectores: [email protected]/serajusticia

La reciente fuga de los condenados por deli-tos de lesa humanidad Jorge Olivera y Gus-tavo de Marchi colocó nuevamente el temaen el debate público. Este caso tiene la par-ticularidad de que son los primeros imputa-dos que se fugan luego de recibir una sen-tencia condenatoria, pero de ninguna mane-ra constituye una novedad en el proceso.Más bien, evidencia viejas dificultades paralas que hasta el momento sólo se han brin-dado salidas parciales que no logran conso-lidarse como soluciones.

Es importante comenzar por preguntarse:¿Por qué existen prófugos en el proceso dejusticia en la Argentina? Un dato contextualinteresante es que en ninguno de los otrospaíses de la región en los que se llevan ade-lante juicios por estos crímenes los imputa-dos optan por la vía del escape. En ese mar-co, algunos ensayos de respuesta podríanser los siguientes: en ningún otro procesode la región existe la aplicación de la prisiónpreventiva a militares -salvo en escasas ex-cepciones- y en los casos más exitosos depersecución penal -aquellos en los que seobtiene una condena- las penas no suelenser lo suficientemente altas como para serde ejecución efectiva.

En Chile, por ejemplo, sólo el 33% de loscondenados está detenido; mientras, eseporcentaje asciende a 85% en el caso argen-tino. Estos datos, sin constituir una explica-ción definitiva, permiten dimensionar porqué desde el inicio de los juicios en nuestropaís se mantiene un "plantel estable" de pró-fugos que no disminuye; logran escapar dela persecución penal que, pese a los proble-mas, es indudablemente efectiva.

El caso de Olivera y De Marchi es particu-lar, además, pues rompe con una serie desupuestos respecto de las razones por lasque se producen las fugas. Se ha argumen-tado que estas sólo ocurrían antes de la de-tención debido a filtraciones de informacióno a la lentitud de las diligencias, o cuando elimputado-detenido se encontraba a cargode las fuerzas armadas y de seguridad. Du-rante los primeros años del proceso (2006-2008 aproximadamente), la detención en de-pendencias militares o policiales se vinculóa fugas y muertes dudosas, y al goce de pri-vilegios por parte de los detenidos, que

mantenían estrecha relación -muchas vecesen calidad de superiores jerárquicos- conlas autoridades que debían custodiarlos. Es-ta última fuga, da cuenta de que es necesa-rio ampliar el rango de posibilidades de es-cape, y también de que la cadena de res-ponsabilidades va desde los jueces a cargode la detención hasta los funcionarios delServicio Penitenciario Federal encargadosde la custodia.

Las respuestas institucionales a la proble-mática han sido variadas. En 2008, la ley26.375 creó la Unidad Especial para Búsque-da de Personas Ordenada por la Justicia enla órbita del Ministerio de Justicia, Seguri-dad y Derechos Humanos con el objetivo deinvestigar el paradero de autores de delitosde lesa humanidad prófugos. A tal fin, seasignó un fondo de recompensas de cincomillones de pesos. También en 2008, el Mi-

nisterio de Defensa solicitó a los jueces fe-derales que instruyeran causas por críme-nes de lesa humanidad que los militares fue-ran retirados de los cuarteles donde cum-plían prisión preventiva bajo la custodia desubordinados. El Ministerio señaló que lasunidades militares "no tienen competenciani legal ni funcional para asegurar las deten-ciones".

Las circunstancias de la fuga de Olivera yDe Marchi motivó a las autoridades de lacartera de Defensa a dictar una resolución(85/2013) que impide la internación de per-sonal militar condenado o procesado porestos crímenes en unidades de salud de-pendientes de las fuerzas armadas, dejandoesta competencia a las agencias estatalesrespectivas (servicio público de salud na-cional y/o provincial). Esta resolución tieneaspectos muy positivos respecto al control

de serias irregularidades que se vienen pre-sentando a raíz de las internaciones en de-pendencias militares -como imputados quepermanecen internados a pesar de haber re-cibido el alta médica-, y fue una respuestarápida y concreta. Sin embargo, la premuraimpidió una reflexión más seria sobre quésucede en los casos de los imputados quetienen graves enfermedades y requieren tra-tamientos de alta complejidad que no brin-da el servicio penitenciario. En este sentido,sería importante avanzar en regular más efi-cientemente este tipo de medidas para evi-tar una escalada de recursos en su contra.

En materia de política pública respecto delas fugas, está pendiente aún la definición deun mapa de riesgo en relación con los jui-cios, y dilucidar cuáles son las redes que es-tán sosteniendo a los represores en su fuga.Permanecer prófugo de la justicia exige te-ner acceso a importantes recursos econó-micos. Está claro que hay sectores contra-rios a los juicios que facilitan estos recursospara instrumentar logísticamente las fugas.En este sentido, no es clara la política im-plementada para desbaratar este sostén.

Finalmente, algo básico en relación conuna política de búsqueda de prófugos seríacontar con información clara y fehacienteacerca de cuántos son, y con un criterio uni-ficado entre las principales instituciones en-cargadas del tema. La unidad de prófugos yla Procuraduría de Crímenes contra la Hu-manidad de la Procuración General de la Na-ción son las dos agencias estatales que reú-nen esta información, pero sus datos nocoinciden. No sólo la cantidad total de pró-fugos es un dato esencial para diseñar polí-ticas efectivas, sino también un monitoreoanual de cuántos se fugan y cuántos son ha-llados. Aún sin contar con información deltodo clara, parece evidente que, más allá decuántas detenciones se instrumenten en unaño, no logran contrabalancear las constan-tes fugas.

Según los datos del Centro de Estudios Le-gales y Sociales (CELS), la cantidad de pró-fugos para agosto de 2013 asciende, al me-nos, a 57. Capturarlos es esencial para ga-rantizar la seguridad de los centenares detestigos y otros actores de los juicios, y pa-ra fortalecer el proceso de verdad y justicia.

Por Lorena Balardini

Nuevos casos, viejos problemasCoordinadora del Área de Investigación del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)

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