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LA RUTA DEL ESCLAVO SITIOS DE MEMORIA DE EN ARGENTINA, PARAGUAY Y URUGUAY Villa Ocampo, Argentina 28 de octubre de 2009

Sitios de Memoria de La Ruta del Esclavo en Argentina ...unesdoc.unesco.org/images/0019/001906/190690s.pdf · dicho taller, lleva más de quince años desarro-llándose en concordancia

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LA RUTA DEL ESCLAVO

SITIOS DE MEMORIA DE

EN ARGENTINA, PARAGUAY Y URUGUAYVilla Ocampo, Argentina 28 de octubre de 2009

SITIOS DE MEMORIA DE“LA RUTA DEL ESCLAVO”

EN ARGENTINA,PARAGUAY Y URUGUAY

Villa Ocampo, Argentina 28 de octubre de 2009

© UNESCO 2010

ISBN 978-92-9089-153-6

Edificio MERCOSUR

Dr. Luis Piera 1992

11200 Montevideo, Uruguay

Teléf. (598-2) 413 20 75

Fax. (598-2) 413 20 94

www.unesco.org.uy

Primera edición: agosto de 2010

Tiraje: 300 ejemplares

Dirección general: Jorge Grandi

Supervisión general: Frédéric Vacheron

Coordinación general: Gabriela Pacheco

Edición de textos: Maximiliano Maito

Diseño y edición: Proyecto Villa Ocampo

Diseño de tapa: María Wright / Hernán Turina

Diseño de interior: Hernán Turina

Impreso en CONTARTESE GRAFICA S.R.L

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1 / PRÓLOGO / Jorge Grandi

2 / INTRODUCCIÓN / María Susana Pataro

/ Frédéric Vacheron

/ Marta Goldberg

3 / ARGENTINA, PARAGUAY Y URUGUAY / Ignacio Telesca

/ Mónica Gorgas

/ Carlos Moreno

/ Ana Frega

4 / CARIBE LATINO / Jesús Guanche

/ Laënnec Hurbon

/ Nilson Acosta

5 / TURISMO CULTURAL / Jordi Tresserras

6 / PARTICIPANTES

7 / BIBLIOGRAFÍA

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ÍNDICE

Es para mí un gran placer presentar esta publi-cación que da cuenta del trabajo realizado en el taller “Sitios de Memoria de la Ruta del Esclavo en Argentina, Paraguay y Uruguay”.

El proyecto internacional de “La Ruta del Esclavo”, marco en el que se encuentra inserto dicho taller, lleva más de quince años desarro-llándose en concordancia con el mandato de la UNESCO de garantizar el entendimiento mutuo entre las culturas, buscando la construcción de una civilización humana basada en la paz, la jus-ticia y la equidad.

Día a día el contexto global nos presenta nue-vos retos, por ello, tal como lo plantea el lan-zamiento de 2010 como “Año Internacional de Acercamiento de las Culturas” es necesario con-tribuir a que se disipe la confusión generada por la ignorancia, los prejuicios y las exclusiones, que son fuente de tensiones, inseguridad, violencia y conflictos. Para lograrlo es primordial estimular la cohesión social, el diálogo intercultural, el co-nocimiento mutuo y el respeto, a fin de alcanzar un marco de valores compartidos y una ética uni-versal, que nos permita vivir juntos y en paz.

En este sentido, y conforme a las nuevas di-rectrices establecidas en 2005, el proyecto busca extender su labor a distintas regiones del plane-ta en aras de profundizar el diálogo, a menudo traumático, que la trata transatlántica de escla-vos provocó en todo el mundo. Así, el Sector Cul-tura trabaja dicho proyecto a través del fomento

PRÓLOGOTALLER “SITIOS DE MEMORIA DE LA RUTA DEL ESCLAVO EN ARGENTINA, PARAGUAY Y URUGUAY”

y la valorización del patrimonio y las culturas vi-vas, haciendo hincapié en la comprensión de las manifestaciones artísticas y culturales que surgie-ron como resultado del diálogo entre los africa-nos y los demás pueblos con que se encontraron en distintas rutas de esclavitud.

En América Latina y el Caribe, especialmente, los procesos de esclavitud transformaron pro-funda y duraderamente la realidad, confirién-dole una identidad particularmente plural. En este contexto el proyecto debe entenderse como parte de un proceso que busca conocer mejor nuestro mundo explicándolo a partir de concep-tos que giran en torno a la Diversidad Cultural, al Diálogo, al Desarrollo y al Patrimonio tanto tangible como intangible, así como una forma de recuperar la memoria de un pasado existente que ha sido ignorado o negado durante mucho tiempo.

A través del lanzamiento del proyecto “Sitios de Memoria de la Ruta del Esclavo en Argentina, Paraguay y Uruguay” realizado el pasado 28 de octubre en Villa Ocampo (Buenos Aires) la Ofici-na de UNESCO en Montevideo busca dar nueva fuerza a una iniciativa que ha logrado grandes resultados en el Caribe Latino y que en el Río de la Plata tiene como antecedente el Simposio “La Ruta del Esclavo en el Río de la Plata: su historia y sus consecuencias”.

En este punto no quiero dejar de hacer re-ferencia a la pertinencia de llevar a cabo dicho lanzamiento en la mítica residencia de Victoria

2 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

“Creo profundamente que la civilización universal tiene mucho que perder al reducir al silencio a civilizaciones enteras. Si las voces de las culturas africanas, las culturas indias, las cul-turas asiáticas se callaran (...) eso constituirá un empobrecimiento de la civilización humana. Si la mundialización que se nos propone desembo-cara en un monólogo reductor, ello crearía una civilización condenada a marchitarse. Creo en el intercambio. Y el intercambio sólo puede reali-zarse sobre la base de la estima recíproca”.

Los invito a compartir esta publicación con-fiando que la misma sea solo el comienzo de un fructífero camino a recorrer.

Jorge Grandi

Ocampo, dado que ella y por consiguiente, su le-gado, constituyen un símbolo inequívoco de la promoción del Diálogo intercultural basado en el respeto de valores compartidos.

Es así que la presente publicación pretende la difusión de las ideas que surgieron en torno a di-cho taller y que en esta instancia tuvo como anti-cipo y fundamento teórico al Seminario Interna-cional “La Ruta del Esclavo en el Río de la Plata: aportes para el diálogo intercultural”. Asimismo, gracias al desarrollo que “Sitios de Memoria” al-canzó en el Caribe Latino y en el marco del for-talecimiento de la cooperación sur-sur, el taller pudo contar con la participación de entendidos especialistas de la región los cuales compartieron sus experiencias, ayudando así a configurar una nueva hoja de ruta para el proyecto.

Al respecto, quiero mencionar que este taller fue posible gracias a la colaboración de la Oficina Regional de Cultura de la UNESCO en La Habana y de la Cátedra UNESCO de Turismo Cultural en Argentina, así como a la coordinación del equi-po del Sector Cultura de nuestra Oficina en Mon-tevideo y el de Villa Ocampo. Agradezco a ellos y a todos quienes participaron en el taller el inesti-mable aporte y colaboración brindada.

Para despedirme, no encuentro mejor forma de hacerlo que citando al desaparecido Aimé Cé-saire, uno de los más grandes pensadores y escri-tores caribeños, que ha inspirado fuertemente La Ruta del Esclavo.

Prólogo 3

Director de la Oficina Regional

de Ciencia de la UNESCO para

América Latina y el Caribe y

UNESCO cluster MERCOSUR

ción entre las diferentes Agencias de las Naciones Unidas y a la extensión hacia áreas geográficas que han estado menos activas.

El Proyecto cuenta con diversas herramientas en el campo normativo, en el aspecto técnico, en el ámbito de la conservación y en el de la difu-sión. También cuenta con el concurso de fondos privados o de agencias de cooperación interna-cional, con Programas asociados, con el apoyo de universidades, fundaciones, centros de estudio, Cátedras UNESCO, agencias de Naciones Unidas, Comités Nacionales del Proyecto y con el respal-do técnico e institucional de las Oficinas de la UNESCO en el terreno.

Algunos instrumentos normativos con los que cuenta el proyecto son:• Declaración Universal sobre la Diversidad Cultu-ral (2001): se reconoce por primera vez la diver-sidad cultural como “un patrimonio común de la humanidad” cuya salvaguardia constituye un im-perativo concreto y ético, inseparable del respeto por la dignidad humana.• Convención para la protección del patrimonio mundial, cultural y natural (1972): orientada a preservar sitios naturales y culturales de valor universal excepcional, cuya destrucción o dete-rioro constituiría una “pérdida nefasta” para la

Preservar sitios con un pasado difícil implica desafíos que van mas allá de las cuestiones téc-nicas. La memoria es una construcción colectiva y el olvido también.

Décadas de investigación en historia, socio-logía, musicología, letras y cultos religiosos, muestran que la presencia africana está viva y se recrea constantemente. Reconocer nuestra multiculturalidad, en la que están presentes los elementos indígena, afro y europeo, es un cami-no sanador para reflexionar sobre el pasado y pensar en el futuro, teniendo en consideración que la lucha por los derechos humanos es una lucha por la memoria.

Entre 1983 y 1993 el historiador francés Pierre Nora acuñó el concepto de “lugares de memo-ria” y profundizó la distinción entre historia y memoria. Comparada con la historia, que siem-pre ha estado en la mano de aquellos que de-tentan el poder, la memoria aparece como la historia de aquellos que no tienen derecho a la historia: “la memoria recuerda y la historia olvi-da”. Y la memoria entonces parece fundirse en el concepto de identidad. No hay identidad sin memoria, pero tampoco hay memoria espontá-nea. Por lo tanto, hay que identificar los “luga-res de la memoria”

EL PROYECTO INTERNACIONAL DE LA UNESCO “LA RUTA DEL ESCLAVO”

El Proyecto fue lanzado en 1994 por iniciativa de Haití y de otros países africanos. Diez años después cumplió con su primera fase que coinci-dió con la celebración del Año Internacional de las Naciones Unidas para Conmemorar la Lucha contra la Esclavitud y su Abolición.

En 2006 el Proyecto inicia una nueva fase marcada por una estrategia que lo sitúa entre la historia y memoria, la investigación científica y la acción social y política. La nueva línea estraté-gica del Proyecto apunta a una mayor coordina-

PERTINENCIA DE TRABAJAR “SITIOS DE MEMORIA” EN EL RÍO DE LA PLATAMaría Susana Pataro

4 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

2 / introducción

El Proyecto de la Ruta del esclavo se organiza en cuatro programas:• Programa científico sobre redes temáticas (lucha contra el racismo, la discriminación y la xenofobia).• Programa para la enseñanza y educación.• Programa para la promoción de las culturas y las formas vivas de las expresiones artísticas y espirituales.• Programa de turismo cultural para la identifi-cación, restauración y promoción de los sitios y lugares de memoria.

fico ilícito.• Programa Memoria del Mundo (1992): contri-buye con la conservación del patrimonio docu-mental del mundo a través de técnicas apropia-das, y permite el acceso al mismo a través de la digitalización de archivos y la publicación y dis-tribución de libros, CD y DVD. Ejemplos:

- Patrimonio documental del Virreinato del Río de la Plata (Argentina)- Patrimonio documental de los pueblos escla-vos del Caribe (Barbados)- Archivo de Negros y Esclavos (Colombia)- Registro de los Esclavos del Caribe Británico entre 1817 y 1840 (Bahamas, Belice, República Dominicana, Jamaica, St. Kitts, Trinidad y Tobago y Reino Unido).

EL TRABAJO SOBRE LOS SITIOS DEMEMORIA – ALGUNOS EJEMPLOS

África y el Caribe anglófono El Programa sobre la Ruta del Esclavo para

África fue lanzado en Accra, Ghana, en abril de 1995. A su vez, el Programa sobre la Ruta del Es-clavo para el Caribe anglófono, en St. Croix (Islas Vírgenes, Estados Unidos) en 1990. Ambos apun-tan a identificar, restaurar y promover sitios, edi-ficios y lugares de memoria vinculados a la trata negrera, localizados a lo largo de un itinerario. La primera fase del programa (1997-1999) con-sistió en llevar a cabo misiones de apoyo inter-sectorial en cuatro regiones prioritarias:

- Región 1: Senegal, Gambia, Guinea, Sierra Leona- Región 2: Ghana, Benin, Nigeria- Región 3: Angola, República Centroafricana, Congo- Región 4: Tanzania, Mozambique, Malawi.

En la segunda fase (1999-2001) las misiones se hicieron extensivas a todos los países involucra-dos, con el fin de establecer una lista exhaustiva de los sitios vinculados a la trata e incluirlos en un mapa.

Maria Susana Pataro 5

humanidad. Ejemplos:- Benin: Palacio Real de Abomey - Brasil : Centro histórico de Salvador de Bahía - Gambia: Islas James - Ghana : Fuerte y castillos - Haití: Citadela de Sans Souci - Mozambique: Isla de Mozambique - Panamá: Fortificaciones de Portobelo- San Lorenzo - Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte: Puerto marítimo mercantil de Liverpool - Saint Kitts y Nevis : Parque nacional dela fortaleza de Brimstone Hill - Senegal: Isla de Gorea - Tanzania: Ruinas de Kilwa Kisiwan- Cabo Verde: Cidade Velha

• Convención para la salvaguardia del patri-monio cultural inmaterial (2003): se define el Patrimonio Cultural Inmaterial como los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, grupos e indi-viduos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural. Ejemplos:

- La lengua, la danza y la música de los Garifuna (Belice, Guatemala, Honduras y Nicaragua)- La Samba de Roda de Recôncavo de Bahía (Brasil)- El espacio cultural de Palenque de San Basi-lio (Colombia)- La Tumba Francesa (Cuba)- El espacio cultural de la Fraternidad del Espí-ritu Santo de los congos de Villa Mella (República Dominicana)- La tradición del teatro bailado Cocolo (República Dominicana)

• Convención para la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales y artísticas (2005): junto a las dos anteriores, cons-tituye uno de los tres pilares de la conservación y promoción de la diversidad creativa.• Convención para la salvaguardia del patrimo-nio cultural subacuático (2001): protege legal-mente el patrimonio subacuático propiciando los medios para preservarlo del saqueo y el trá-

Océano ÍndicoEn las Islas del Océano Índico Sudoccidental se

ha desarrollado un programa para la salvaguar-dia del patrimonio oral a través de una investiga-ción específica orientada a identificar y registrar la Memoria Oral de las Islas.

El trabajo preliminar de catalogación y preser-vación de tradiciones orales fue clave para la ul-terior preparación de un inventario comprensivo de lugares y sitios de memoria relativos a la trata esclavista en el Océano Índico. Caribe Latino

En 2006 tuvo lugar en La Habana una reunión de expertos y representantos de Haití, Cuba, República Dominicana y Aruba, organizada por la Oficina Regional de Cultura de UNESCO para América Latina y el Caribe en cooperación con el Proyecto La Ruta del Esclavo. Allí se acordó un conjunto de métodos y criterios para identificar, registrar, evaluar, conservar y dar a conocer las evidencias tanto materiales como inmateriales de la Ruta del Esclavo en el Caribe.

La idea de “Ruta” envuelve una dinámica de movimiento de pueblos, civilizaciones y culturas, de intercambio de personas, de bienes y de ideas, en tanto que “Esclavo” hace referencia no sólo al fenómeno universal de la esclavitud sino, de ma-nera más precisa y explícita, al comercio de seres humanos desde África por el Océano Atlántico, el Océano Indico y el Mar Mediterráneo.

Paradójicamente, el choque brutal provocado por la trata entre millones de africanos, amerin-dios y europeos en América y el Caribe generó un diálogo intercultural único y fecundo, trasfor-

LANZAMIENTO DEL PROYECTO SITIOS DE MEMORIA DE LA RUTA DEL ESCLAVO EN ARGENTINA, PARAGUAY Y URUGUAYFrédéric Vacheron

6 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

Esculturas: Mirta Olivera

[email protected] / www.desdeelmar.com

Fotografías: Edgardo Almeida

[email protected]

Citando a Elie Wiesel, Premio Nobel de la Paz: “el verdugo mata siempre dos veces, la segunda por el silencio”

Ignorar u ocultar los acontecimientos históri-cos importantes constituye un obstáculo para el entendimiento mutuo, la reconciliación y la co-operación entre los pueblos. Por ello la UNESCO ha decidido romper el silencio sobre la trata de esclavos y la esclavitud que abarcó a todos los continentes y provocó trastornos considerables que modelaron las sociedades modernas.

Frédéric Vacheron 7

En este sentido será muy importante para la investigación la sinergia entre al menos dos con-venciones fundamentales: la Convención sobre Patrimonio Mundial de 1972 y la relativa al Patri-monio Inmaterial de 2003. Se tomará también en consideración la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001 y la Convención sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales de 2005.

EL PROYECTO SITIOS DE MEMORIA

En la regiónEl proyecto cuenta con un exitoso anteceden-

te en la región, más precisamente en el Caribe Latino a través de la labor desarrollada en Aruba, Cuba, Haití y Santo Domingo. Gracias a ello en el presente taller tendremos el placer y el benefi-cio de contar con la presencia y colaboración de algunos de los notables expertos que han traba-jado y continúan haciéndolo en dicha experien-cia, tales como: Laënnec Hurbon, Nilson Acosta y Jesús Guanché Pérez. Ellos nos transmitirán las planificaciones y acciones realizadas, los logros alcanzados así como las lecciones aprendidas, contribuyendo además a reforzar la colaboración sur-sur.

En el Río de la PlataHan sido numerosos y diversos los seminarios y

encuentros llevados a cabo en distintas sedes de América Latina y el Caribe en los que el Río de la Plata se hizo presente a través del Simposio cele-brado en Montevideo en 2005 sobre la historia y las consecuencias de la Ruta del Esclavo en el Río de la Plata.

En el presente se están llevando a cabo una serie de acciones entre las cuales se cuenta la celebración de este taller “SITIOS DE MEMORIA EN ARGENTINA, PARAGUAY Y URUGUAY” el cual es ejecutado como parte de la nueva estrategia para el Proyecto Internacional “La Ruta del Es-clavo”.

mando estas regiones en un escenario excepcio-nal de multiculturalismo.

Conocer mejor y dar a conocer los componen-tes de este encuentro forzado permitirá a los pueblos afectados, y también a todos los demás, asumir una memoria común y crear las condicio-nes necesarias para un auténtico acercamiento abierto al porvenir.

INTERSECTORIALIDAD Y MULTIDISCIPLINARIE-DAD: SITIOS DE MEMORIA

El proyecto “La Ruta del Esclavo” es un pro-grama intersectorial que afecta a todos los ámbi-tos de competencia de la Organización. Por ello la UNESCO creó un equipo especial para el de-sarrollo de las actividades en relación al estudio de la trata de esclavos y sus consecuencias. Es así que la División de Políticas Culturales y Diálogo Intercultural se encarga de la coordinación y el seguimiento de las actividades del proyecto, el cual se apoya también en el Comité Científico In-ternacional y numerosos Comité Nacionales.

Dada la amplitud y profundidad del proyecto éste abarca valores tanto materiales como inma-teriales y combina enfoques de biodiversidad, antropología y economía, lo cual hace posible su abordaje desde diferentes aspectos. Este múl-tiple enfoque se traduce en distintas líneas de acción, y es así que dentro de esa variedad mul-tidisciplinar el Programa Cultura tiene entre sus prioridades: el apoyo a la investigación científica, el inventario y preservación de los lugares y sitios de memoria, la promoción de las culturas vivas y las tradiciones orales.

El hecho de abordar el proyecto a través de los Sitios de Memoria permite cumplir con importan-tes aspiraciones en forma simultánea, como por ejemplo, a través de la investigación científica distinguir y rescatar la memoria olvidada cuestio-nando así la memoria inventada.

Los objetivos principales del taller son:• Reunir expertos del gobierno, la sociedad civil, instituciones académicas y otras organizaciones interesadas en la planifi cación y ejecución del proyecto.• Dar a conocer los trabajos que se están desa-rrollando en Argentina, Paraguay y Uruguay en relación a la esclavitud, la trata de esclavos y las culturas afro.• Conocer y analizar la experiencia desarrollada en el Caribe Latino.• Plantear estrategias de abordaje, en aras de lograr un trabajo coordinado y coherente en los tres países.• Proponer líneas de acción en el tiempo.

OBJETIVOS DEL PROYECTO SITIOS DE MEMORIA DE LA RUTA DEL ESCLAVOEN ARGENTINA, PARAGUAY Y URUGUAY

A CORTO PLAZO: • Fomentar la investigación científi ca y multidis-ciplinaria para salvaguardar la memoria de las culturas afro.• Realizar encuentros a nivel nacional y consti-tuir equipos de trabajo, defi niendo una persona como punto focal que actúe como referente de cada país. • Establecer una red de expertos y especialistas con el objetivo de promover la cooperación entre investigadores e instituciones especializadas.• Promover la información y la sensibilización de las autoridades locales y de la comunidad en ge-neral con el fi n de asegurar la protección de los sitios.• Identifi car los sitios y evaluar su estado de pre-servación con miras a promover la inclusión de los Sitios de Memoria de valor excepcional y / o la Ruta como tal, en la Lista Indicativa del Patri-monio Mundial.• Reforzar la preservación de las tradiciones orales.• Reforzar la preservación de los archivos.

8 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

A MEDIANO Y LARGO PLAZO: • Organizar campañas de sensibilización y ela-borar materiales pedagógicos.• Identifi car nuevos socios para apoyar el pro-yecto.• Reforzar la cooperación intersectorial e intera-gencial.• Evaluar las condiciones de promoción de estos sitios con miras al desarrollo de programas cultu-rales y / o turísticos.• Orientar en la preparación de los posibles expe-dientes de nominación de los Sitios de Memoria y/o la Ruta como tal para la inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial así como en las dos Listas del Patrimonio Inmaterial.• Organizar actividades en los sitios de memoria identifi cados con el fi n de promover las culturas vivas.

Mural realizado por el artista afrouruguayo Ruben Galloza

(1991) en ocasión del 50 aniversario de la Asociación Cultu-

ral y Social Uruguay Negro (ACSUN). Fuente: ACSUN

Marta Beatriz Goldberg 9

LA ESCLAVITUD EN EL RÍO DE LA PLATA

Marta Beatriz Goldberg

¿Quiénes eran? Bajo la denominación de negros se “cosifica-

ron” seres humanos deportados de África. Los que se trajeron al Río de la Plata eran bantús provenientes de Congo, Angola y Mozambique. Una vez desembarcados en Buenos Aires, des-pués de ser revisados, tasados y carimbados a fuego, eran vendidos como “negros bozales” o “costal de huesos”. Los propietarios los bautiza-ban y les ponían un nombre y su propio apellido como indicación de que les pertenecían. Cuando aprendían el idioma y un oficio pasaban a llamar-se “ladinos”.

La mayoría de ellos era transportada por co-merciantes, a menudo portugueses, desde Bue-nos Aires hacia la ciudad de Córdoba del Tucu-mán, donde se bifurcaba el camino para dirigirse, en un caso a Chile y en el otro, al Alto Perú (hoy Bolivia). En el trayecto se abastecían los merca-dos del interior.

El ingreso más frecuente de esclavos fue me-diante el contrabando, que se vio favorecido por la ubicación geográfica de Buenos Aires, muy alejado de los centros de poder y muy cer-cano a las posesiones portuguesas. Este hecho fue fundamental para la economía de la región que prácticamente vivía de un comercio que era ilegal pero cuya práctica cotidiana, en la que es-taban implicados hasta los mismos funcionarios reales, era aceptada y conocida. Estos esclavos rápidamente “legalizados” costaban aproxima-damente la sexta parte de los que se traían desde el puerto de Cartagena.

¿Que hacían?• Trabajaban en talleres artesanales o realizaban tareas de servicio doméstico.

• Eran principalmente herreros, hojalateros, car-pinteros, zapateros, albañiles, sastres, panade-ros, sombrereros, chocolateros y barberos.

• Trabajaban en las pulperías, vendían aceitunas, empanadas, dulces, masas, alfajores, escobas y plumeros de fabricación propia.

• En las iglesias y conventos se desempeñaban como servidores domésticos, mulatillos o músicos.

• También ejercían los oficios de hormiguereros, lenguaraces, peones de expediciones oficiales, trompeteros y verdugos.

• Casi todas las lavanderas eran negras y la gran mayoría también cocineras, planchadoras y sir-vientas.

• Obligadas por sus amos, las esclavas ejercían la prostitución.

Según el padrón de Buenos Aires de 1810:

• En el hospital de los Betlemitas había 16 escla-vos que eran, mucamos, enfermeros y camilleros.

• De los 240 sacerdotes de la ciudad, 23 de ellos poseían 85 esclavos.

• Los 48 hacendados de Buenos Aires poseían 120 esclavos.

• De los 301 carpinteros, 64 poseían esclavos.

• De los 284 zapateros, 45 se repartían 109 es-clavos.

• Benito de Aispurúa –un sombrerero- poseía 32 esclavos.

• De los 547 comerciantes, 233 poseían 998 es-clavos.

• Los 364 pulperos poseían 324 esclavos.

¿Cuántos eran?• Población afro en Buenos Aires

- 1744: 16,9%- 1778: 28,4%

- 1810: 26,1%- 1938: 13,8%

• Se estima que la inmigración forzada de afri-canos entre 1740 y 1810 llega a los 45.000 indi-viduos.• Índice de masculinidad en la población afro de Buenos Aires

- 1744: 115 varones cada 100 mujeres- 1827: 58 varones cada 100 mujeres

• Causas principales de la aparente desaparición de la población afro en la Argentina

- En 1812 se prohíbe la trata.- Entre 1813 y 1822 se promovió la utilización

intensiva de la población masculina de entre 13 y 60 años en las vanguardias de las guerras inde-pendentistas.

- Entre 1820 y 1870 se promovió la utilización intensiva de la población masculina de entre 13 y 60 años en las guerras internas y externas.

10 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

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Distribución de la población argentina por etnias (1778)

En el ejército Frecuentemente los esclavos fueron utilizados

en las milicias y ejércitos. Desde 1664, los negros y mulatos de Buenos Aires integraban unidades de milicias segregadas, práctica que fue común durante toda la época colonial. Había unidades de blancos, de indios y de negros y mulatos. Los indios se destacaban en la caballería; los negros y mulatos, en la infantería. En 1801, los batallo-nes de castas (integrados por indios, negros y mulatos) formaban el 10% de la milicia de 1600 hombres que defendía la ciudad. Estos batallo-nes segregados tuvieron una excelente actuación en 1806 y 1807 cuando las tropas inglesas inva-dieron la ciudad.

La situación anárquica y la militarización que caracteriza al período comprendido entre 1810 y 1870 exigieron el mantenimiento de estas fuer-zas. A partir de 1813 una serie de decretos inició la práctica del Rescate de Esclavos para la Gue-rra. Los propietarios fueron obligados a vender al Estado parte de sus esclavos varones de 13 a 60 años. Ingresaron como libertos a los cuerpos de infantería y de artillería de los ejércitos liberta-dores, donde cobraban la mitad de la paga bajo la promesa de libertad después de servir cinco años. Dicha promesa no fue cumplida y el servi-cio se prorrogó por tres o más años y muchos sobrevivientes fueron utilizados en las guerras ci-viles posteriores y en las expediciones contra los indios.

• Los soldados africanos fueron la mayor parte de la tropa de los fuertes que se levantaron en lu-gares absolutamente inhóspitos y alejados de los poblados para defender las fronteras interiores en la lucha contra los indios.

• Aproximadamente 2000 soldados negros cru-zaron la Cordillera de los Andes acompañando a San Martín y, entre 1816 y 1823, libraron batallas en Chile, Perú y Ecuador. Sólo sobrevivieron 150.

- Baja fecundidad.- Alta mortalidad infantil.- Alta mortalidad causada por enfermedades y epidemias.- En 1840 se prohibió efectivamente la trata.- En 1860 se abolió definitivamente la escla-vitud.

La familia esclavaSólo los jesuitas favorecieron el matrimonio y

la formación de las familias esclavas. Se resistían a permitirlo otras órdenes religiosas y los pro-pietarios individuales tanto eclesiásticos como laicos. La legislación protegía el matrimonio es-clavo pero no la convivencia con sus hijos, que podían ser vendidos a partir del destete. Sin em-bargo cuando una pareja de esclavos recurría a la justicia en defensa de su matrimonio y la con-vivencia, la aplicación de la ley era generalmente favorable a los propietarios.

Luego del desarraigo y el transplante a tierras desconocidas, los esclavos construyeron lazos para sobrevivir. Estos se basaban en la memoria de sus tradiciones, en la experiencia inmediata de su condición y en el sentimiento de pertenen-cia a sus “Naciones Africanas”.

Formas de obtención de la libertad

Los propietarios raras veces concedían la ma-numisión por razones humanitarias o agradeci-miento. Mucho más frecuente era la compra por el esclavo mismo de su propia libertad mediante el sistema de la “coartación”, es decir, a través de una serie de abonos periódicos. Dicha posibi-lidad estaba relacionada con el trabajo realizado por el esclavo fuera de las propiedades del amo, que le permitía acumular un capital con la ayuda de familiares o asociaciones.

El camino a la abolición En 1813 la Asamblea dispuso la Libertad de

Vientres que indicaba que quienes nacieran a partir de entonces pasaban a ser libertos. El “Pa-

tronato” era el derecho que regulaba la custodia del liberto por el amo de su madre. El mismo de-bía servirle hasta los 16 ó 20 años según fuese va-rón o mujer. En la práctica, el Patronato funcionó como una esclavitud encubierta ya que el amo podía vender ese Patronato.

• La abolición de la esclavitud fue decretada defi-nitivamente para Buenos Aires, en 1860, pero ya regía para las Provincias a partir de la promulga-ción de la Constitución en 1853.

Marta Beatriz Goldberg 11

Esculturas: Mirta Olivera

[email protected] / www.desdeelmar.com

Fotografías: Edgardo Almeida

[email protected]

12 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

SITIOS DE LA MEMORIA DE LA PRESENCIA AFRICANA ESCLAVIZADA EN EL PARAGUAY HASTA 1870Ignacio Telesca

3 / Argentina, Paraguay y Uruguay

Población esclavizada existió en el Paraguay desde los primeros tiempos de la colonia hasta su abolición definitiva en 1870. Por la propia situa-ción económica del Paraguay, caracterizada por una constante pobreza, los dueños de esclavos eran fundamentalmente las órdenes religiosas: jesuitas, dominios, mercedarios y franciscanos. A mediados del siglo XVIII, estas órdenes concen-traban más de la mitad de la población esclaviza-da de la provincia del Paraguay.

Su trabajo fundamental se daba en las es-tancias en donde varones y mujeres realizaban diferentes actividades relacionadas con la gana-dería, agricultura, vestimenta, construcción, etc. El trabajo doméstico formaba parte también de sus funciones al igual que el practicar diferentes oficios que redituaban a sus amos.

Esta situación económica de la provincia, cuya principal actividad era el trabajo en los yerbales, más el escaso dominio territorial con el que con-taba generó que la relación entre los diferentes grupos étnicos fuese muy fluida. En estas interre-laciones los europeos ya estaban ausentes desde 1575, último año en que se verifica un contingen-te migratorio a Paraguay. Regresarán una vez creado el virreinato del Río de la Plata en 1776 y de la mano de las actividades comerciales.

Los descendientes de africanos en unión con indígenas y mestizos dieron origen al grupo de los pardos libres. Ante esto, las autoridades pu-sieron en práctica la institución del ‘amparo’.

Desde fines del siglo XVI estaba en vigencia en los territorios de la corona española la obli-gación por parte de los pardos libres de pagar el

marco de plata como tributo. Sin embargo, rápi-damente se dieron cuenta de la dificultad para cobrarlo ya que al “ser gente que no tiene asien-to ni lugar cierto” era conveniente “obligarlos a que vivan con amos conocidos” y que sean ellos quienes tengan que pagar el tributo “a cuenta del salario.” (1)

Ante la imposibilidad que tenía el pardo libre de pagar su marco de plata, éste era pagado por algún ‘español’ amparador, para quien la familia del pardo en cuestión tenía que redituarle con trabajo. Al decir de Félix de Azara, una esclavitud encubierta. Con el tiempo la institución del am-paro se fue degenerando convirtiéndose en “un medio que usan los Gobernadores para gratificar a sus favoritos”.

A tal punto esta población de pardos libres fue importante que, para 1741 se fundó el pueblo de Emboscada al estilo de los pueblos de indios. La finalidad del mismo, como su nombre lo indica, fue “contener las invasiones y hostilidades que ejecutaban los infieles por aquella frontera [nor-te] con imponderables estragos a la provincia”.(2) Emboscada se encuentra a menos de 40 kilóme-tros de Asunción.

Emboscada continúa existiendo en el mismo lugar y se pueden apreciar hoy testimonios de edificaciones de fines del siglo XVIII. Existe una asociación de afro-descendientes de Emboscada interesada en recuperar su historia. También una de las fiestas tradicionales del pueblo es la que se realiza en el día de San Francisco Solano donde parte de la población utiliza máscaras de kamba y de guaicurú rememorando los antiguos enfren-tamientos.

De las antiguas estancias pertenecientes a las órdenes religiosas, la más conocida es la de Para-

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“Por más de doscientos años el Paraguay se fue constituyendo étnicamente a partir de la interre-lación entre indígenas, africanos, mestizos y los frutos de esas relaciones”

Ignacio Telesca 13

guarí que pertenecía al colegio jesuítico de Asun-ción hasta su expulsión en 1767. Para ese tiempo vivían allí 530 esclavos, entre adultos y niños, mu-jeres y varones.

Paraguarí se encuentra a menos de 70 kilóme-tros de Asunción, y no se conservan edificios de aquella época. También existe una comunidad de afro-descendientes llamada Kamba kokue, “cha-cra de los negros” en guaraní, que en los últimos años ha tomado muy a pecho su identidad afro.

No existe ningún testimonio arquitectónico o edilicio de las diferentes rancherías de esclavos que cada uno de los conventos tenía en Asun-ción, sin embargo se sabe su ubicación original.

La presencia afrodescendiente más importan-te en el Paraguay de hoy es la de Kamba kua. Sus orígenes están poco estudiados aunque ellos se reconocen como descendientes de los esclavos que trajo José Gervasio Artigas cuando se exilió en el Paraguay en 1820. Aunque haga falta un trabajo de investigación profundo, es la organi-zación más importante de afrodescendientes, en relación con otras del continente. Incluso poseen un ballet muy importante y muy conocido en el Paraguay. Su fiesta tradicional es el 6 de enero, día en que celebran San Baltasar.

Antes de la abolición de la esclavitud, se había decretado la libertad de vientres por la cual los nacidos a partir del 1 de enero de 1843 serían lla-mados libertos y tendrían que servir a sus ‘seño-res’ hasta la edad de veinticinco años los varones y veinticuatro las mujeres. Sin embargo, la guerra contra la triple alianza (1864-1870) les llegó pri-mero que la libertad.

Los esclavos que fueron confiscados por el Es-tado, sea por pertenecer a los opositores al go-bierno o a las órdenes religiosas suprimidas en 1824, no ganaron su libertad sino que pasaron a formar parte de la esclavatura del Estado.

Los esclavos siguieron dedicándose a las mismas actividades que previamente, aunque el Estado contando ahora con una población esclava propia la utilizó como mano de obra para las obras públi-cas y para los nuevos establecimientos industriales que fueron surgiendo, como la fundición de hie-rro, los astilleros y arsenales, entre otros.

Una vez acabada la guerra en 1870, las si-guientes generaciones tuvieron la necesidad de dotarse de una nueva identidad, de una nueva comprensión del ser paraguayo. En aquella opor-tunidad, tanto la presencia de afrodescendientes como de los mismos indígenas va a ser sistemáti-camente negada, al igual que la lengua guaraní.

Años más tarde, al celebrarse el centenario de la independencia, Arsenio López Decoud no du-daba en afirmar que “existe entre nosotros una perfecta homogeneidad étnica: el pigmento ne-gro no ensombrece nuestra piel.”

Recuperar hoy la presencia afrodescendiente en el Paraguay no sólo es saldar una deuda his-tórica con esta población que llegó esclavizada a América y que luego continuó siendo cons-tantemente marginada e ignorada. Es también comenzar a repensar una nueva identidad en Paraguay. La proximidad del bicentenario de la independencia es una oportunidad especial para pensar un Paraguay multicultural, en su presente y en su historia.

“La independencia de 1811 no significó ningún cambio para la población afro-descendiente en el Paraguay. La esclavitud recién se abolió en 1870 y el porcentaje de la población esclavizada alcanzaba el 4%”.

“El actual edificio del parlamento en Asunción se levantó en el antiguo solar ocupado por el colegio de los Jesuitas, en el espacio ocupado por una ranchería de esclavos.”

14 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

“Coronación de los Reyes Congo” obra del artista Rubén GallozaFuente: Revista Día del Patrimonio 2007: Culturas Afrouruguayas de la Comisión del Patrimonio Cultural de la

Nación, Uruguay. Karla Chagas, Natalia Stalla y Oscar Montaño.

RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LOS MUSEOS EN EL CONOCIMIENTO DE LA TRATA Y LA ESCLAVITUDMónica Risnicoff de Gorgas

Los museos que aducen ser los lugares de la memoria por excelencia han omitido hasta tiem-pos recientes tratar un tema que plantea interro-gantes sobre la condición humana: la cuestión de la esclavitud.

Y aunque pareciera que nada escapa a su ám-bito de acción, hasta finales del siglo XX, no se puede constatar la existencia de museos consa-grados a la historia de la esclavitud. Para Carlo A. Celius se trata de un rechazo y una negación que

Mónica Risnicoff de Gorgas 15

encuentran su explicación en el origen mismo de la institución museal.

Institución occidental por origen y estructu-ra, los museos nacen para acompañar el proceso de las naciones europeas en formación. Llorenç Prats explica que “todos estos museos contri-buían en el fondo a celebrar la nación, a la gloria de la cual aportaban su concurso [de modo que] por medio de estas instituciones, la nación rendía un homenaje perpetuo a sí misma, convirtiéndo-se así en la principal instigadora de este nuevo culto, del cual era, al mismo tiempo, sujeto y ob-jeto”.

En los países no europeos se produce un fe-nómeno similar. Ya en 1973 Hughes de Varine enunciaba que “a partir de principios del siglo XIX, el desarrollo de los museos en el resto del mundo es un fenómeno puramente colonialista. Han sido los países europeos los que han impues-to a los países no europeos su método de análisis del fenómeno y patrimonio culturales”.

Las colecciones y exhibiciones de los museos contribuyen a fundar las identidades nacionales que se fundan en la dominación europea sobre el mundo. “El museo, en tanto que lugar de afirmación de las identidades occidentales y por consecuencia de celebración de la superioridad del hombre blanco no puede ni siquiera imagi-nar una representación museal de la trata y de la esclavitud.”

Para Celius el fundamento estructural de esa negación descansa precisamente en el hecho de que el museo es originariamente una emanación del poder, y por lo tanto un museo consagrado a la esclavitud resulta inconcebible en esa relación de poder.

La comprensión del rol social del patrimonio y el museo y el reconocimiento del valor de la diversidad cultural hacen eclosión en los noventa operándose transformaciones en los sistemas ex-

positivos y sobre todo en las posturas éticas que dan sustento a los discursos del museo.

En Hispanoamérica y particularmente en Ar-gentina los cambios de paradigma y el reconoci-miento del museo como espacio de representa-ción pueden atribuirse en gran parte al desarrollo de una Museología Latinoamericana, reconocién-dola como ciencia del hombre, como disciplina en formación que se ocupa de las relaciones específi-cas entre el hombre y una realidad configurada a partir de las distintas visiones del mundo.

Una museología teórica e histórica que se pro-pone documentar el proceso de cómo las cultu-ras prehispánicas, la esclavitud y las minorías han sido presentadas en los museos por presencia y por ausencia. Entendiendo al proceso museoló-gico como ejercicio de lectura del mundo que posibilita a los sujetos sociales la capacidad de interpretar y transformar la realidad.

El inicio de este proceso que implica repen-sar nuestra historia y replantear la institución museal se ha producido ya hace un tiempo, pero los relatos históricos que sustentan los sistemas de exhibición tienen significativas ausencias, el tema de los esclavos negros se menciona espe-cialmente y es tema de debate en encuentros de especialistas, pero no está presente en las exhibi-ciones permanentes. Y creemos que esa situación no deviene de la falta de testimonios materiales (que son escasos) sino de ciertas resistencias in-ternas que es nuestro deber analizar.

Se reconoce al museo como espacio de poder, pero planteando la posibilidad de formación de juicios críticos desde el mismo museo, como op-ciones válidas de resistencia a ese poder; y sobre todo como agente de dinamización cultural, de recuperación de la memoria, que interviene en la protección del patrimonio integral más allá de su propio espacio.

16 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

Entendiendo que el museo comunica no sólo mediante las exhibiciones sino que tiene otros mecanismos para cuestionar supuestos, se han ido incorporando algunas actividades enfatizando el hecho de que en nuestra sociedad la vitalidad de las expresiones culturales de los afrodescendien-tes está presente en múltiples manifestaciones y creaciones culturales de la vida cotidiana.

En el museo de la Estancia Jesuítica de Alta Gracia (Córdoba) testimonio tangible en su ma-terialidad de la presencia de los esclavos negros que lo hicieron posible, se viene realizando una serie de acciones que intentan pulsar las opinio-nes de los visitantes, escuchando sus opiniones, atendiendo a sus juicios y prejuicios, evitando el discurso asimétrico en el que el especialista impo-ne sus puntos de vista.

Nos sorprendió la acogida favorable a los es-pectáculos de música, danzas y canciones tradi-cionales con reminiscencias afroamericanas. Los trabajos de taller posteriores a estos eventos, con participación activa de públicos variados, puso de manifiesto que cuando al público se le da la oportunidad de pensar y expresarse, su respuesta es de gran madurez y que existe real conciencia de que los problemas de discriminación, explota-ción económica y abuso de poder están vigentes en nuestro mundo actual.

Formamos parte de una sociedad en la que el olvido es consecuencia de la negación como idiosincrasia.

“La Lavandera”. Litografía de César Hipólito Bacle.

Trages y costumbres de la Provincia de Buenos

Aires. 36 litografías en colores de Bacle y Cª

Fuente: Revista Día del Patrimonio 2007:

Culturas Afrouruguayas de la Comisión del

Patrimonio Cultural de la Nación, Uruguay.

Karla Chagas, Natalia Stalla y Oscar Montaño.

Exposición de fotografías “Nuestro Patrimonio in-

material: un tesoro vivo por descubrir” UNESCO.

Hoy en la Argentina, en un sitio de la memo-ria el compromiso no se reduce a presentar al negro esclavizado como parte del pasado, si no más bien a poner en valor la vigencia de su aporte cultural y sobre todo a animarse a que el museo sea ámbito de discusión de esas problemáticas en nuestro propio medio social e histórico.

Carlos Moreno 17

Mucho se habla de la no presencia de la gen-te de color en obras de arquitectura y en una cantidad de cosas. Pero al trabajar con los monu-mentos y con la historia de la tecnología, encon-tramos una visión diferente.

Hace algunos años, durante un curso en Alta Gracia (Córdoba), los alumnos -que eran alum-nos para guías- preguntaban por qué no había nada de los negros. Nosotros les dijimos que había mucho de los negros. La iglesia y otras instalaciones, por ejemplo, las hicieron dos jesui-tas que sabían qué querían y trescientos veinte esclavos que generaban la materialidad. Para apreciar el valor, tenemos que resignificar mu-chas cosas que se escribieron en clave blanca y dejaron de lado la historia de sus protagonistas.

Nuestra sociedad que parece no ser racista, en realidad sí lo fue. Hay un episodio muy signi-ficativo que se produjo en el Perú, en el Callao, en 1824, cuando uno de los regimientos más prestigiosos de Buenos Aires se subleva y abraza la causa realista. Un soldado de color, Antonio Díaz, conocido como Falucho, se negó a subir al pabellón argentino con el estandarte español, y fue asesinado en ese acto. Esta historia la res-cata Mitre muchos años después, y en 1893 le levantan una estatua en la actual Plaza Retiro. Sin embargo, al negro Falucho le dio vergüen-za estar ahí y de a poco se fue caminando hasta un rincón en Palermo, donde nadie lo ve, en la Plaza Dorrego. Eso es un síntoma de qué va pa-sando con nuestra sociedad. Yo quiero recalcar que no quedan edificios hechos especialmente para la comunidad de color, pero sí queda una gran parte de nuestro patrimonio hecho por la comunidad de color. Y creo que resignificar esas cosas, que no están en ninguna placa, ayudaría a una comprensión mutua. De otro modo parece que los edificios se hicieran sólo porque hubo un arquitecto. Esto mismo pasa con las comunida-des aborígenes de las misiones jesuíticas. Ningu-na de esas construcciones -algunas de ellas son patrimonio de la humanidad- se podrían haber

hecho si no hubiera existido la comunidad de co-lor que les daba forma. Sucedió lo mismo cuando se construyó la catedral de Buenos Aires en 1893: el obispo se quejaba de que no tenía más que “puros negros imperitos” para levantarla.

La ruta del esclavo da cuenta del proceso de traslado, pero para captar la tragedia y el des-arraigo hay que ver también el desarrollo de la comunidad a través de las generaciones y lo que dejó su obra. En Alta Gracia por ejemplo hay una ranchería, y está sumergida. En La Candelaria es-tán las construcciones donde estuvieron alojados los esclavos, en Santa Catarina también. En todas las misiones jesuíticas, aparte de la obra está el espacio. Quedan muchas referencias materiales, y si esas paredes hablaran, lo harían acerca de una comunidad que fue quebrada para serle útil a otra cultura. Nuestro trabajo sería incompleto si no rescatamos esa significación en los monu-mentos y dejamos de darle solamente la clave blanca.

INTERVENCIÓN

Carlos Moreno

Muchas obras de arquitectura, trabajos arte-sanos y monumentos fueron realizados por esclavos. Debemos recomponer la presencia del esclavo como artífice del trabajo produ-cido en nuestra región y abandonar la clave blanca para aprehender la historia de la hu-manidad en su conjunto.

18 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

Es necesario interrogarse acerca de los luga-res de la esclavitud en la memoria de los uru-guayos. En Uruguay, las comunidades de afro-descendientes constituyen un caso extremo de silenciamiento del pasado. En los últimos años se han realizado varios esfuerzos para revertir esa situación. Confluyen en ello las acciones im-pulsadas por asociaciones del colectivo afro, el desarrollo de la investigación científica y la im-plementación de políticas públicas a nivel nacio-nal y departamental. Sin embargo, estas son aún insuficientes.

Durante el año 2009, en el marco de la imple-mentación del proyecto “La Ruta del Esclavo” se fue conformando un grupo operativo integrado con representantes de organismos públicos a ni-vel nacional y del departamento de Montevideo, así como referentes de distintas asociaciones y organizaciones del colectivo afrouruguayo. Con-tó con la presencia y colaboración del Sector Cultura de la Oficina de UNESCO con sede en Montevideo. Las reuniones de discusión e inter-cambio se centraron en la elaboración de los ob-jetivos específicos y estrategias para el desarrollo de “La Ruta del Esclavo en Uruguay”, así como en la búsqueda de caminos para la necesaria in-corporación de referentes del colectivo afrouru-guayo en la formulación e implementación de este proyecto. Entre los objetivos a lograr se in-cluyeron: a) la profundización del conocimiento sobre las condiciones del tráfico y de la esclavi-tud en esta región; b) la investigación sobre las culturas, lenguas, música, vestimenta, rituales de las poblaciones esclavizadas, con miras a recons-truir los lazos con los orígenes; c) la visibilización de sus formas de resistencia y preservación de sus valores culturales; d) la valoración de la con-tribución de la diáspora africana en la construc-ción de la historia y las tradiciones nacionales; e) la exposición de las consecuencias de la esclavi-tud en la actualidad y f) la promoción de estruc-turas sociales más respetuosas de la diversidad, equitativas y democráticas. Las líneas de trabajo

definidas en el corto y mediano plazo combinan la investigación, la enseñanza y la divulgación, centradas en la definición de los “sitios de me-moria” concebidos como lugares desde donde romper el silencio y objetivar la problemática de la esclavitud.

Para la elaboración de este primer borrador sobre los “sitios de memoria” he contado con valiosos aportes de la Prof. Karla Chagas y la Lic. Jacqueline Geymonat.

Los sitios indicados a continuación se carac-terizan por su diversidad, tanto por la variedad espacial y geográfica, como por su función. So-bre ellos, sin descartar otros que puedan surgir de la reflexión colectiva, habrá que continuar trabajando.

Colonia del Sacramento, Departamento de Colonia. En 1995 la UNESCO declaró el casco histórico de la ciudad como Patrimonio Cultu-ral Mundial. Esta población fue fundada por la Corona Portuguesa en 1680, constituyendo el centro poblado más antiguo que permanece hasta el presente en el territorio del actual Uru-guay. En oportunidad de su declaratoria como patrimonio mundial se resaltaron sus valores arquitectónicos y su trazado original, así como los intercambios culturales propiciados por su condición fronteriza y posesión alternada entre España y Portugal. Su incorporación como uno de los “sitios de memoria”, además de recordar el papel de Colonia en el tráfico de esclavos en la zona, ubicando orígenes y aportes de esa po-blación esclavizada, constituye un ejemplo de la utilización de los conflictos hispano portugueses para la generación de mecanismos de resistencia y de búsqueda de caminos de libertad.

Estancia “Calera de las Huérfanas”, Departa-mento de Colonia. Establecida por los jesuitas a mediados del siglo XVIII en el rincón que forman el arroyo de Las Vacas y el Río de la Plata, la Es-

SITIOS DE MEMORIA DE LA ESCLAVITUD EN EL URUGUAY

Ana Frega

Ana Frega 19

tancia de la Calera de las Huérfanas tenía por ob-jeto sostener el Hospicio y Colegio de “Nuestra Señora de Belén” radicado en Buenos Aires. El establecimiento contó con una importante dota-ción de fuerza de trabajo esclava. En los inventa-rios realizados con motivo de la expulsión de los jesuitas y posterior administración por parte de la Junta de Temporalidades se registró la existen-cia de una “Rancheria con veinte y dos ranchos de paja para el alojamiento de los negros casa-dos”, así como tres cuartos destinados a los escla-vos solteros. La población de la estancia puede estimarse en unas 200 personas, entre peones libres (indios y criollos conchavados) y esclavos. La documentación incluye también los nombres, edades, lugares de procedencia y oficios de los esclavos que allí se encontraban. Se contabiliza-ron 169 esclavos, entre hombres, mujeres y niños. En su mayoría eran recién llegados de distintos lugares de África tales como Angola, Bengala, Benguela, Congo, Mamanbuera, entre otros.

A mediados del siglo XX, iniciativas privadas y acciones públicas concretaron la adquisición del predio por parte de la entonces Comisión Nacional de Turismo y se iniciaron algunas accio-nes para su preservación. En 1976 la Capilla y las edificaciones de la antigua Estancia de Las Vacas o de Calera de las Huérfanas fueron declaradas Monumento Histórico Nacional. En 1999, ges-tionado por el Consejo Ejecutivo Honorario de Colonia y con la financiación del Ministerio de Turismo y del Ministerio de Educación y Cultura, se emprendió un proyecto de puesta en valor cultural. En ese marco se inició la investigación arqueológica, aunque no se pudo culminar todo lo proyectado por falta de recursos. En la actua-lidad se han retomado los trabajos de investiga-ción que permitirán obtener información consis-tente sobre las condiciones de vida y trabajo de los esclavos en el medio rural.

Barrios Sur y Palermo, Departamento de Mon-tevideo. En la segunda mitad del siglo XIX tanto

las Salas de Nación como las celebraciones y fies-tas de los afrodescendientes pasaron a realizarse en la Ciudad Nueva y al sur del Cordón (en los ac-tuales barrios Sur y Palermo), intensificando allí la concentración de la población de ese origen. Hacia la década de 1880, el área costera sur de la ciudad de Montevideo fue objeto de empren-dimientos inmobiliarios con destino a obreros y empleados. Conocidas como casas de inquilina-to y “conventillos”, en esas edificaciones convi-vieron familias de afrodescendientes con inmi-grantes, principalmente españoles e italianos, y familias “criollas”. El conventillo renovó y recreó las tradiciones de los afrodescendientes en Mon-tevideo. Los barrios Sur y Palermo pasaron a ser identificados como el “lugar” de las comparsas, el tamboril y la tradición afro montevideana. La realización del “Desfile de Llamadas” desde fines de la década de 1950 contribuyó a reforzar esa identidad.

Con la restauración del gobierno democrático en la década de 1980, se declararon Monumen-tos Históricos a algunos de los padrones de las viviendas del Barrio “Reus al Sur”.

Caserío de los Negros, Barrio Capurro, Depar-tamento de Montevideo. Ubicado en la costa de Montevideo, en la margen izquierda del arroyo Miguelete, fue el espacio físico que desde fines del siglo XVIII y en el período de mayor apogeo del tráfico sirvió para el arribo y depósito de la población esclavizada traída al Río de la Plata, primero por la Real Compañía de Filipinas y luego por traficantes particulares. Desde 1787 se exten-dió permiso a la Real Compañía de Filipinas para traficar esclavos, datando de 1788 los primeros arribos a Montevideo. Entre las obligaciones con-traídas por la Compañía figuraba la construcción de un “depósito” para la cuarentena y resguar-do de los esclavos hasta su venta. El mismo pasó a llamarse “Caserío de Filipinas” o “Caserío de los Negros”. Si bien las operaciones no dieron los resultados esperados y esta Compañía abandonó

20 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

al poco tiempo este tráfico, en virtud de que en 1791 la Corona española señaló a Montevideo como puerto de introducción de esclavos para el Río de la Plata, Chile y Perú, este tipo de comer-cio fue muy intenso hasta el inicio de la revolu-ción de independencia. Con la ruptura del orden colonial el lugar pasó a tener otros usos de tipo militar –alojamiento de tropas o de prisioneros, por ejemplo-, y hasta se pensó destinarlo a usos sanitarios como la construcción de un lazareto. Con el tiempo fue siendo desmantelado por los vecinos. Durante varias décadas, sin embargo, se conservó ese nombre para la denominación del paraje.

El espacio fronterizo con Brasil, actuales De-partamentos de Artigas, Rivera, Tacuarembó, Ce-rro Largo, Treinta y Tres y Rocha. La persistencia de los conflictos bélicos y las guerras civiles en ambos Estados, así como la importante presen-cia de hacendados brasileños en los territorios

uruguayos próximos a la frontera, favorecieron la persistencia de la trata y de las condiciones de vida y de trabajo de la población esclavizada en el Estado Oriental. Entre las vías ensayadas se con-taron la captura y traslado a Brasil para su venta de población afrodescendiente residente en Uru-guay, así como el arribo de “peones contratados” por quince o más años, traídos desde Río Grande del Sur por sus antiguos amos para trabajar en las haciendas que poseían en territorio urugua-yo. Pero el espacio fronterizo también fue un ca-nal de libertad para los esclavos del Imperio de Brasil. Además de las fugas, favorecidas por el debilitamiento de los controles durante los epi-sodios militares, aquellos que fueron traídos por sus antiguos amos al territorio oriental, lucharon en los tribunales para evitar su “re-esclavización” al regresar al territorio brasileño. Queda abierto el camino para recoger y evaluar las distintas ini-ciativas sobre posibles lugares de memoria de la esclavitud en la vasta zona fronteriza con Brasil.

Composición integrada por las siguientes imágenes:�Vista parcial del cerco o manga de piedra del “Oratorio de los Correa”, estancia ubicada en la zona de Castillos-

Rocha (foto: Natalia Stalla); Fachada del Conventillo “Medio Mundo” del Barrio Sur-Montevideo, pintada por

estudiantes de la Escuela de Bellas Artes en 1965, en el marco del “Taller de Pintura Mural” (foto: Diario “El

País”); Pipa de barro hallada en la zona de las rancherías de los esclavos casados de la Estancia “Calera de las

Huérfanas”- Colonia (foto: Lic. Jacqueline Geymonat); Vista parcial de los restos de los “Conventillos de Ansi-

na”, en el barrio Reus al Sur-Montevideo (foto: Karla Chagas).

Jesús Guanche 21

NUEVOS SITIOS DE MEMORIA DEL LEGADO AFRICANO EN CUBA

Jesús Guanche

Como resultado del encuentro internacional auspiciado por la Oficina Regional de Cultura para América Latina y el Caribe de la Oficina Re-ginal de Cultura de la UNESCO para Sitios de Me-moria de la Ruta del Esclavo en el Caribe Latino, efectuado en La Habana, Cuba, del 17 al 19 de mayo del 2006, se propuso elaborar por cada uno de los países que conforman el cluster que atien-de esta Oficina (Cuba, Haití, República Dominica-na y Aruba), cinco nuevos sitios de memoria don-de se combinan por primera vez el patrimonio edificado o el natural con el patrimonio cultural vivo, también denominado en diversos documen-tos y contextos como «patrimonio cultural inma-terial» o «patrimonio cultural intangible».

En esa ocasión, junto con la evaluación del pri-mer decenio de trabajo relacionado con el Pro-yecto UNESCO sobre La Ruta del Esclavo (1994-2004) se propuso su continuidad a partir de las relaciones de los contenidos de varias Convencio-nes de la UNESCO. De este modo, el patrimonio cultural construido o de carácter natural se vincu-la con sus creadores, portadores y transmisores, a la vez que evidencia la riqueza y los modos en que se manifiesta la diversidad cultural mediante los nuevos sitios de memoria propuestos.

• La Nueva Estrategia para el Proyecto Ruta del Esclavo, aprobada por la UNESCO en febrero de 2006, propone la realización de inventarios para la preservación del patrimonio material y sitios de memoria que permita:

- Preparar mapas geográficos que presenten sitios, edificaciones y lugares de memoria por regiones y por países.

- Establecer itinerarios de memoria para pro-mover el turismo cultural.

- Fomentar la preparación de candidaturas para que nuevos sitios sean incluidos en la Lis-ta del Patrimonio de la Humanidad.

- Incentivar la extensión de sitios ya inscritos en la Lista para garantizar una mayor presen-cia del patrimonio relacionado con la Ruta del Esclavo.

- Estimular a los Estados parte para que pro-pongan sitios o itinerarios culturales relacio-nados con la ruta de la esclavitud.

En el caso específico de Cuba, se cuenta con un inventario nacional que incluye 705 lugares con diversos niveles de declaratoria, desde espacios y sitios ya declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad, Monumento Nacional, Monumento Local, Zona de protección y múltiples espacios aun sin declarar, pero que son testimonios de la huella histórico-cultural de la esclavitud.

En una primera etapa se seleccionaron diez si-tios de memoria, que tras ser evaluados por una representación del Comité Cubano de la Ruta del Esclavo vinculado con el patrimonio cultural, se llegó a la propuesta solicitada de cinco sitios por cada país. Se propusieron los sitios del Cafetal Angerona (Monumento Nacional), en La Haba-na; los Asentamientos poblacionales Regla-Gua-nabacoa (Monumento Nacional), en La Habana; el Castillo de San Severino (Monumento Nacio-nal), en Matanzas; el Ingenio La Demajagua (Mo-numento Nacional), en Granma; y el Coto minero y poblado de El Cobre (Monumento Nacional), en Santiago de Cuba.

Los cinco sitios propuestos, independiente-mente de su ubicación rural o urbana, de su esta-do de conservación aceptable vinculado a la vida cotidiana o en condiciones ruinosas, tienen un denominador común en relación con la marca-da herencia africana: las religiones populares re-creadas desde la época colonial. Estos sitios, bien fueron construidos por africanos y descendientes esclavizados, bien fueron lugares de trabajo, de rebeldía o de reclusión, todos se encuentran muy vinculados con las religiones que rinden culto a los orichas, a las fuerzas de la naturaleza, a los

4 / caribe latino

22 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

oráculos, a los ancestros y otras concepciones que no se excluyen mutuamente. Estas expresiones, independientemente de los saberes, habilidades y recurrencia de la memoria oral y escrita, se en-cuentran objetivadas de múltiples maneras, des-de las casas-templo y otros recintos donde se con-sagra la práctica de los rituales, hasta el conjunto de objetos que los propios practicantes emplean.

Foto: Casa del Ingenio Manaca Iznaga. Trinidad y Valle de los Ingenios, Cuba.

Fuente: Multimedia Sitios de Memoria de la Ruta del Esclavo en el Caribe.

De este modo el patrimonio cultural se asocia con los saberes, habilidades, espacios y valores de la cultura cotidiana de sus pobladores, de quie-nes construyen y transforman permanentemente el sentido de pertenencia a los sitios en que na-cieron o donde emigraron para crear sus familias y transmitirle así a las nuevas generaciones la sig-nificación simbólica de los lugares de memoria.

Laënnec Hurbon 23

La esclavitud en las Américas se basa sobre una estrategia explícita de amnesia cultural, que consistió en hacer del esclavo una entidad que no tiene ascendiente ni descendiente. El esclavo debe parecer desnudo, sin pasado ni futuro. Hay que comprender eso a partir de la visión del uni-versalismo cristiano que ha sido instrumentaliza-do como una manera de extender Europa más allá de sí mismo, a partir de la conquista de fines del siglo XV.

La esclavitud transatlántica se focalizó sobre un grupo humano específico que los amos carac-terizaron por el color y la ausencia de cultura. Por eso se despliega una política de deportación para crear un tipo particular de sociedad, la sociedad de plantación, donde los esclavos deben vivir como en un campo de concentración.

Y eso es nuevo en la historia de la esclavitud. Así asistimos a una doble perspectiva de los amos: de un lado la pretensión de atribuir la condición humana al esclavo a partir de su introducción a la cultura y la religión del amo, y de otro lado la esclavitud es concebida como una institución es-tatal de larga duración que constituyó una parte importante del desarrollo del mundo occidental.

La gran sorpresa de los amos en todos los paí-ses donde la esclavitud ha sido institucionaliza-da es la increíble resistencia de los esclavos. Esta resistencia fue orientada directamente contra la estrategia de amnesia cultural. En primer lugar, los esclavos manifestaron un especial interés y aun una cierta pasión para la sepultura de los esclavos fallecidos. Pues la esclavitud no signifi-ca solamente el arrancamiento de los africanos negros del continente africano, es también y en particular una muerte social y una muerte cultu-

ral. El culto a los muertos sería el primer momen-to de contestación de la condición esclavista; éste supone una negación de la muerte social en la medida en que el esclavo fallecido entra en con-tacto con los antepasados y las divinidades afri-canas. Se puede decir que el culto de los muertos sería una manera de dotarse de una relación con el origen, el pasado y al mismo tiempo de crearse un futuro. La mayoría de las cofradías de los es-clavos a través de todos los países de América La-tina y del Caribe tenían como objetivo principal organizar la sepultura de los esclavos fallecidos. A partir de las fiestas ocasionadas por la sepultu-ra, se establecieron poco a poco las bases de las religiones afro-americanas que ofrecían un nue-vo mundo simbólico y favorecían un reconoci-miento mutual, un vínculo social y la producción de una comunidad solidaria. Desde el culto de los muertos y las manifestaciones religiosas apare-cen una serie de artes que tienen la originalidad de integrar y reinterpretar muchos elementos de la cultura y de la religión impuesta por los amos. Evidentemente, los esclavos entraron en resisten-cia a través de la creación de una nueva cultura para la recuperación de su dignidad humana.

Quisiera subrayar la unidad y la diversidad de la memoria de la esclavitud. A mi juicio, la memoria de la esclavitud hace a la unidad de los pueblos del Caribe, e igualmente de Amé-rica Latina. Hay una diversidad de las memorias al mismo tiempo que dependen del factor de la evolución histórica particular de cada pueblo. Por ejemplo en las Antillas francesas, hubo una ocultación de la historia de la esclavitud hasta los años 1970 o aun 1980, a través de la política de asimilación a la cultura francesa. En Puerto Rico

LA MEMORIA DE LA ESCLAVITUD Y LA RUTA DEL ESCLAVO EN HAITÍLaënnec Hurbon

Con la justificación de la conversión del escla-vo a la religión y a la cultura del amo, se le im-pone la prohibición total de su cultura anterior.

Después de las aboliciones en el siglo XIX para los esclavos recientemente libertados, la me-moria de la lucha contra la esclavitud es una fuente de identidad y mantiene una capacidad permanente de lucha contra el racismo.

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y en Republica Dominicana, hubo una política de blanqueamiento sistemático. Por el contrario, en Jamaica y en Estados Unidos se vive todavía una cierta contemporaneidad de la trata y la esclavi-tud. De allí se puede comprender la emergencia

Foto: Vista de la Cubierta de La Citadelle, Ramírez et Sans Sousi, Haití.

Fuente: Multimedia Sitios de Memoria de la Ruta del Esclavo en el Caribe.

del Rastafari que es una anamnesis de la trata y la esclavitud. Así estos países tienen algunas difi-cultades de hacer memoria de la esclavitud, pues la memoria supone que la esclavitud es algo ya pasado.

Nilson Acosta 25

Para el Caribe, uno de los fenómenos más tras-cendentales de su historia lo fue la trata esclavis-ta, base de la economía de plantaciones colonia-les durante siglos y asiento cultural de nuestras sociedades y nacionalidades hoy en día. De este legado perduran valiosos exponentes disemina-dos por toda la región, muchos de ellos de una trascendencia universal. Sin embargo, no se ha logrado una justa valoración a escala regional del mismo, de su diversidad y dimensión, de la ri-queza cultural asociada a las comunidades que lo habitan, expresado en sus lenguas, credos, ritos, cocina, fiestas y técnicas tradicionales.

Registrar de forma documentada toda la di-versidad en que se manifiestan los Sitios de Me-moria de la Ruta del Esclavo en el Caribe Latino es por tanto una premisa fundamental para la ejecución de estrategias regionales de conserva-ción, promoción y puesta en valor de este patri-monio.

La disparidad existente en el estudio y protec-ción del patrimonio material e inmaterial, en la cual inciden sustancialmente los más de 30 años entre la Convención para la Protección del Patri-monio Mundial Cultural y Natural y la Conven-ción para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, se expresa en una mayor identifica-ción de los bienes asociados a la Ruta del Esclavo que las manifestaciones intangibles de este fenó-meno. Este “Registro de los Sitios de Memoria de la Ruta del Esclavo” tiene un mayor peso en el patrimonio material, sin obviar la cultura inma-terial de la comunidad portadora.

Objetivos:• Constatar la diversidad de las evidencias mate-riales de la Ruta del Esclavo en el Caribe, su rela-ción con la comunidad y su dimensión inmaterial expresada a través de las diferentes manifesta-ciones de las culturas vivas.

• Diagnosticar el estado de conservación de estos bienes y las políticas de gestión de los mismos. Coadyuvar a la puesta en valor de este legado en función de las estrategias de desarrollo de las co-munidades locales, incluido el turismo y los pro-yectos educativos de jóvenes y niños.

• Propiciar el estudio y conservación de este le-gado, así como estimular a los Estados partes de la Convención sobre la protección del patrimonio mundial cultural y natural a la nominación de los bienes más relevantes de la región a la lista del patrimonio mundial.

• Seleccionar los sitios de memoria más relevantes y las obras maestras del patrimonio inmaterial de la región para la realización de una publicación que contribuya al cumplimiento de los otros ob-jetivos previamente descritos.

La base metodológica para la realización de este Registro consta de tres elementos claves: • La Instrucción Metodológica tiene la finalidad de dar una visión de los objetivos del inventario y regir las pautas de recogida y procesamiento de la información a volcar en el modelo así como el formato de entrega de la misma y el cronograma de trabajo para la publicación de los resultados. • El Modelo de Registro de la Información reco-gerá en soporte de papel y digital la información solicitada en cada campo, una vez analizados y comprendidos a cabalidad los parámetros a re-gistrar según las definiciones que se plantean en esta instrucción metodológica.

• El Modelo en Formato de Texto tiene la finali-dad de facilitar la edición de la publicación final, el mismo resumirá los elementos principales del bien, su evolución histórica y valores tanto ma-teriales como inmateriales asociados, redactados de un modo más explícito.

INTRODUCCIÓN A LA METODOLOGÍA

Nilson Acosta

26 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay

Modelo de registro de la informaciónDescripción de campos:

Uno de los momentos más importantes del registro es la defi nición de los términos a utili-zar en cada campo, si bien defi nir términos como país o dirección son obvios, por momentos es necesario trabajar con otros menos usuales, en ocasiones novedosos, o específi cos de tipologías poco conocidas como los paisajes culturales y los itinerarios culturales; por lo que se requiere res-tringir el ámbito de los mismos siempre que sea posible. Sin embargo, la imposibilidad de acotar el alcance de campos como usos o denominación por ejemplo, nos advierte a su vez que no siem-pre es recomendable defi nir un ámbito rígido de variables, de lo contrario podría dar cabida a in-formación falseada o insufi ciente.

Estructura del registro de la información:El compendio de información a volcar en el mo-delo está estructurado en siete capítulos:

I- Identifi cador: contiene la información más elemental para la búsqueda e identifi cación de un bien inventariado en la base de datos.

II- Datos Generales: agrupa la información más general del bien, la cual es afín a cualquiera de las categorías inventariadas y que no requiere de un alto grado de especialización para su pro-cesamiento.

III- Manifestaciones inmateriales asociadas al bien: acorde a las categorías reconocidas por la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial se registrarán las manifesta-ciones presentes en cada bien.

IV- Datos específi cos: la diversidad de cate-gorías que integran los sitios de memoria de la Ruta del Esclavo obliga a que en cada Categoría se incluyan datos más específi cos de ellas. Cada bien registrado sólo requerirá información de su propia categoría.

V- Datos Evaluativos: aunque esta información también es general, requiere de mayor grado de especialización, la misma incluso puede estar su-jeta a valoraciones posteriores a nivel nacional o regional, su fi nalidad es coadyuvar a la diferen-ciación de los bienes excepcionales de la región.

VI- Gestión del Bien: por la importancia que tiene la gestión para la conservación del patri-monio, se dedica un capítulo específi co a este tema, con énfasis en manejo del bien, recursos y educación.

VII- Referencias: contiene básicamente la ges-tión de la información, las fuentes bibliográfi cas disponibles, los responsables de la información suministrada, notas aclaratorias, así como obser-vaciones que considere el especialista que llena el modelo, sean necesarias.

Foto: Menú de inicio de la Multimedia Sitios de Memoria de la Ruta del Esclavo en el Caribe.

Fuente: UNESCO.

Jordi Tresserras 27

LA RUTA DEL ESCLAVO EN EL PROYECTO DE RUTAS CULTURALES IBEROAMERICANAS: GESTIÓN DEL PATRIMONIO Y TURISMO SOSTENIBLE Jordi Tresserras

5 / turismo cultural

Desde que asumí una de las vicepresidencias del Comité Científico Internacional de “La Ruta del Esclavo” el trabajo se enfocó en la coordina-ción de acciones entre los países. Para ello se ha puesto en un plano de mayor importancia a la financiación recibida ya que sirve para sumar po-líticas y coordinarlas. Vista desde esta dimensión, la “Ruta del Esclavo” se enmarca dentro de todas las otras rutas de la UNESCO y de los otros orga-nismos internacionales que están trabajando en el Espacio Iberoamericano.

El Espacio Iberoamericano del Conocimiento (EIC) es un marco de trabajo que se realiza una vez al año al reunir a los presidentes, jefes de es-tado y ministros de cultura de los países que par-ticipan. El documento de base que se utiliza es de la cumbre de 2007 en Valparaíso, donde se apro-bó la Carta Cultural Iberoamericana. La Ruta del Esclavo aparece en las resoluciones de los jefes de estado desde la reunión de República Dominica-na de 2001, pero todavía no ha sido implemen-tado ya que no hay un seguimiento persistente.

• Rutas para el Diálogo Intercultural de la UNESCO- Rutas de la Seda.- Ruta del Esclavo.- Rutas de Al-Andalus (que incluye la ruta del mudéjar en América)- Ruta del Olivo.- Ruta del Cacao.

• Itinerarios Culturales y Paisajes Culturales (Ru-tas Históricas) como Patrimonio de la Humanidad

- Camino de Santiago - Quebrada de Humahuaca - Paisaje agavero de Tequila - Qhapac Ñan – Camino Principal Andino (en la lista indicativa)- Camino Real de Tierra Adentro (en la lista in-dicativa)

• Itinerarios culturales europeos con proyección hacia América

- Itinerarios europeos de patrimonio judío- Ruta de Al-Andalus

• Itinerarios culturales del MERCOSUR - Tapé Avirú – Peabirú o Camino de losGuaranís (Mundo Guaraní)- Ruta de las Misiones Jesuíticas- Camino Franciscano- Camino Real Intercontinental Español: Buenos Aires - Lima- Camino Real Portugués: Estrada Real, Camino de los Troperos- Camino del Gaucho- Rutas de los Libertadores (Rutas del Bicentenario)- Rutas de la Yerba Mate- Ruta del Cacao- Ruta de los Museos de Arqueología

• Itinerarios culturales iberoamericanos- Rutas de la Libertad-Bicentenarios Indepen-dencias Americanas / Bicentenarios Cortes y Constitución de Cádiz / Centenario Revolución Mexicana / Bicentenario Imperio Brasil - Iniciativa IBERUTAS - Iniciativa IBERMUSEOS

La Ruta del Esclavo es para estos organismos una entre otras rutas que están en la agenda política. Éstas son propuestas tanto por los mi-nisterios de cultura como por los ministerios de turismo pero no todas tienen comités científicos. La UNESCO, como institución que trabaja en el campo multilateral, siempre ha promovido que haya un comité científico. Y la gran falla de las rutas latinoamericanas es que no tienen ni un co-mité científico ni un comité local, es decir que son propuestas demasiado políticas o turísticas.

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Y aunque muchas de ellas cuenten con una fuerte financiación –del Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco Mundial, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo- es muy difícil suplir la falta de un comité científico y un comité gestor. Para el Espacio Iberoamericano se propuso que haya una declaración donde se fun-damente la creación de un laboratorio vinculado a la investigación para resaltar la importancia de generar un corpus y un sector del proyecto dedi-cado a la formación, capacitación y difusión.

En el caso de las rutas, hemos estado trabajan-do en un sitio web para informar todo lo que se ha hecho hasta ahora. Esto ayuda no sólo para tener noticias sino también para tener un foro de las actividades de los itinerarios culturales y una lista de los investigadores y gestores. Así la gente verá quién está trabajando el tema del pa-trimonio o el tema turístico por ejemplo. La web tiene también el listado de todos los proyectos que están en actividad con una explicación de lo que hay y los destinos que el gran público puede visitar.

• El objetivo de nuestro trabajo es contribuir a la conservación, valorización, gestión y aprovecha-miento sostenible del patrimonio, la diversidad cultural y las manifestaciones asociadas al legado de la Ruta del Esclavo, a través de estrategias que

faciliten la mejora de la calidad de vida de las comunidades locales. • Objetivos específicos

- Desarrollar el programa de la Ruta del Escla-vo en Iberoamérica y en los países vinculados al triángulo de la trata atlántica.- Inventariar los principales recursos culturales relacionados con la Ruta del Esclavo. - Contribuir a la puesta en valor de los sitos, monumentos y museos para su gestión cultu-ral, educativa y turística.- Editar material informativo para los centros escolares y para el desarrollo de visitas cultu-rales y turísticas

• Acciones a implementar- Coordinación de un sistema de Inventario de los principales recursos culturales relacionados con la Ruta del Esclavo. - Publicación de una guía en el 2011 con los si-tios declarados patrimonio mundial, así como las manifestaciones de patrimonio cultural inmaterial reconocidas por la UNESCO, y los sitios y manifestaciones de interés nacional asociados con la Ruta del Esclavo en Iberoame-ricana y en los países vinculados al triángulo de la trata atlántica. - Brindar asistencia técnica para ayudar a los sitios a presentar su candidatura.

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Acosta, Nilson (Cuba)Master en Arquitectura del Instituto de Arqui-tectura de Almá-Atá, Kazajistán. Vicepresidente del Consejo Nacional de Patrimonio, Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Monumen-tos y Secretario General de ICOMOS Cuba.

Trabajó en la consecución de los sitios cubanos incluidos en la lista del Patrimonio Mundial y fue autor de la metodología de inventario de los Si-tios de Memoria de la Ruta del Esclavo en el Ca-ribe y posteriormente del Caribe Latino.

Frega, Ana (Uruguay)Doctora en Historia. Directora del Departamen-to de Historia de la Universidad de la República (Uruguay), integrante de la Comisión del Pa-trimonio Cultural de la Nación y actualmente punto focal nacional para Uruguay del proyec-to Sitios de Memoria de la Ruta del Esclavo. Es autora de “Pueblos y soberanía en la revolución artiguista” (Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 2007) y de numerosos artículos y capí-tulos de libros sobre los procesos revolucionarios y las guerras de independencia en el Río de la Plata.

Goldberg, Marta (Argentina)Historiadora. Profesora titular ordinaria de la Universidad Nacional de Luján. Es miembro del Comité Científi co Internacional del Programa “La Ruta del Esclavo” de la UNESCO y actual-mente punto focal nacional para Argentina del Proyecto Sitios de Memoria. Tiene numerosas publicaciones sobre temas de su especialidad.

Gorgas, Mónica (Argentina) Conservadora de Museos, egresada del Instituto Argentino de Museología. Directora del Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers (Córdoba, Argentina).Guanche Pérez, Jesús (Cuba) Licenciado en Historia del Arte y antropólogo. Investigador de la Fundación Fernando Ortiz. Vice Presidente del Comité Cubano de la Ruta del Esclavo.

Hurbon, Laënnec (Haití) Doctor en Sociología. Profesor de la Universidad Quisqueya (Port-au-Prince, Haití). Director de In-vestigaciones del CNRS (Francia). Entre otros ha publicado “La insurrección de esclavos en San-to Domingo” (París, Karthala, 2000). Presidente del Comité Nacional de “La Ruta del Esclavo” de Haití.

Participantes

Moreno, José Luis (Argentina) Demógrafo e historiador. Fue rector de la Uni-versidad Nacional de Luján y director del Archivo General de la Nación (Argentina). Es autor de “Éramos tan pobres”. (Buenos Aires, Sudameri-cana, 2007).

Pataro, María Susana (Argentina) Diplomática de carrera. Especialista en temas multilaterales de protección del patrimonio cul-tural y natural. Embajadora en la República Fe-deral de Nigeria y Representante ante la Comu-nidad Económica del África Occidental.

Picotti, Dina (Argentina) Filósofa. Profesora Consulta de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Directora de la especialización en Estudios Afroamericanos de la Maestría en Diversidad Cultural de la Univer-sidad Nacional de Tres de Febrero. Actualmente punto focal nacional para Argentina del Proyec-to Sitios de Memoria. Autora de “La presencia africana en nuestra identidad” (Buenos Aires, Ediciones del Sol, 1998) y de “El negro en la Ar-gentina. Presencia y negación” (Buenos Aires, Editores de América latina, 2001).

Telesca, Ignacio (Argentina/Paraguay) Doctor en Historia. Investigador del Conicet. Ac-tualmente punto focal nacional para Paraguay del Proyecto Sitios de Memoria. Posee publica-dos libros y artículos en revistas especializadas de América Latina y Europa. Entre sus obras podemos destacar “Tras los expulsos. Cambios demográfi cos y territoriales en el Paraguay des-pués de la expulsión de los jesuitas” (Asunción, CEADUC, 2009);

Tresserras, Jordi (España) Doctor en Geografía e Historia. Director de los cursos de Postgrado de Turismo Cultural de la Universidad de Barcelona. Vicepresidente del Comité Científi co Internacional del Programa “La Ruta del Esclavo” de la UNESCO.

Vacheron, Frédéric (UNESCO Montevideo)Especialista del Programa Cultura de la Ofi cina UNESCO en Argentina, Paraguay y Uruguay y ante el MERCOSUR Cultural.

31Participantes

• Andrews, George Reid, Los afroargentinos de Buenos Aires.

Buenos Aires: Ediciones de la Flor, 1980.

• Assadourian, Carlos S., El tráfi co de esclavos en Córdoba,

1588-1610. Córdoba: Dirección General de Publicaciones-Uni-

versidad Nacional de Córdoba, 1965.

• Azara, Félix de, Geografía física u esférica de las Provincias del

Paraguay y Misiones, Montevideo: Anales del Museo Nacional,

1904.

• Azara, Félix de, Viajes por la América meridional, Madrid: Es-

pasa Calpe, 1969.

• Besio Moreno, Nicolás, Buenos Aires, puerto del Río de la Pla-

ta, capital de la Argentina. Estudio crítico de su población, 1536

1936. Buenos Aires: S/E, 1939.

• Blujaki, Agustín, Pueblos de pardos libres: San Agustín de Em-

boscada. Asunción: Imprenta Militar, 1980.

• César, Julio Ramón de, Noticias del Paraguay, Asunción: Aca-

demia Paraguaya de la Historia, 2002.

• Clementi, Hebe, La abolición de la esclavitud en América Lati-

na. Buenos Aires: Editorial La Pléyade, 1974.

• Colombino, Carlos, Kambá Ra’angá. Las últimas máscaras, tex-

tos de cultura popular. Asunción: Museo del Barro, 1986.

• Concolorcorvo, El lazarillo de ciegos caminantes desde Bue-

nos Aires hasta Lima, Buenos Aires: Peuser, 1942.

• De la Fuente Machain, Ricardo, Buenos Aires en el siglo XVII,

Buenos Aires: S/E, 1942.

• De Varine, Hughes. Los museos en el mundo, Madrid: Salvat,

1973.

• Del Carril, Bonifacio, Monumenta Iconográfi ca, Paisajes, ciu-

dades, tipos y costumbres de la Argentina, Buenos Aires: Eme-

cé, 1982.

• Durán, Margarita, La estancia jesuítica de Paraguarí, Asun-

ción: Fundación, Paracuaria – UCA, 1996.

• Esteva Fabregat, C., El mestizaje en Iberoamérica, Madrid:

Alianza, 1988.

• Estrada, Marcos de, El cabo Segundo Antonio Ruiz (a) “Falu-

cho”, Buenos Aires: S/E, 1964.

• Estrada, Marcos de, Argentinos de origen africano, Buenos

Aires: S/E, 1979.

• Ford, José Miguel, Beneméritos de mi estirpe, La Plata, S/E,

1899.

• García Belsunce, César A., Buenos Aires, su gente 1800 1830,

Buenos Aires: Emecé, 1976.

• Huyssen, Andreas, En busca del futuro perdido. Cultura y

memoria en tiempos de globalización, Buenos Aires: Fondo de

Cultura Económica, 2007.

• Lafuente Machain, Ricardo de, Buenos Aires en el siglo XVII,

Buenos Aires: Emece, 1944.

• Lechini, Gladys (comp.), Los estudios afroamericanos y africa-

nos en America Latina: herencia, presencia y visiones del otro,

Buenos Aires: CLACSO, 2008.

• Llorenç Prats, Antropología y Patrimonio, Barcelona: Ariel,

1997.

• López, Vicente Fidel, Historia de la República Argentina, Bue-

nos Aires: Sopena, 1949.

• López Decoud, Arsenio, Álbum Gráfi co de la República del Pa-

raguay, Buenos Aires: Talleres Gráfi cos de la Compañía General

de Fósforos, 1911.

• Molinari, Diego Luis, La trata de negros. Datos para su estudio

en el Río de la Plata, Buenos Aires: UBA, 1944.

• Moutoukias, Zacarías, Contrabando y control colonial en el

siglo XVII, Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1988.

• Parish, Woodbine, Buenos Aires y las provincias del Río de la

Plata desde su descubrimiento y conquista por los españoles,

Buenos Aires: Editorial Hachette, 1958.

• Picotti, Dina, La presencia africana en nuestra identidad, Bue-

nos Aires: Ediciones del Sol, 1997.

• Picotti, Dina (comp.), El negro en Argentina. Presencia y nega-

ción, Buenos Aires: Editores de America Latina, 2001.

• Pla, Josefi na, Hermano Negro. La esclavitud en el Paraguay,

Madrid: Paraninfo, 1972.

• Ramos Mejía, José María Rosas y su tiempo, Buenos Aires:

O.C.E.S.A., 1952.

• Rodríguez, Cayetano, Poema que un amante de la patria con-

sagra al solemne sorteo celebrado en la plaza mayor de Bue-

nos Ayres, para la libertad de los Esclavos, que pelearon en su

defensa, Buenos Aires: Real Imprenta de los Niños Expósitos,

1807.

• Sarmiento, Domingo F., Confl ictos y armonías de las razas en

América Latina, Buenos Aires: S. Ostwald, 1883.

• Shavelzon, Daniel, Buenos Aires Negra. Arqueologia histórica

de una ciudad silenciada, Buenos Aires: Emece, 2003.

• Studer, Elena F. S. de, La trata de negros en el Río de La Plata

durante el siglo XVIII, Buenos Aires: Facultad de Filosofía y Le-

tras UBA, 1958.

• Telesca, Ignacio, Tras los expulsos. Cambios demográfi cos y

territoriales en el Paraguay después de la expulsión de los je-

suitas. Asunción: Centro de Estudios Antropológicos de la Uni-

versidad Católica, 2009.

• Todorov, Tzvetan, Las morales de la historia, Barcelona: Edi-

ciones Paídos, 1993.

• UNESCO, Meeting of the International Scientifi c Committee

of the Slave Route Project, París, 17-18 febrero 2009.

• UNESCO, Convención para la protección del patrimonio mun-

dial, cultural y natural, 1972.

• UNESCO, Declaracion Universal sobre la Diversidad Cultural,

2002.

• UNESCO, Convención para la salvaguardia del patrimonio cul-

tural inmaterial, 2003.

• UNESCO, Convención para la proteccion y promoción de la

diversidad de las expresiones culturales, 2005.

• UNESCO, La Ruta del Esclavo en el Rio de la Plata: su historia y

sus consecuencias, Memoria del simposio, Montevideo: Unesco

2005.

• UNESCO, Chefs-d’œuvre du patrimoine oral et immatériel de

l´ humanité, Proclamations 2001-2003 et 2005, Paris, 2006.

• UNESCO, Slave Route Project, Newsletter núm. 4, 2006.

• Schavelzon, Daniel, Buenos Aires Negra, Buenos Aires: Emecé,

2003.

BIBLIOGRAFÍA32 Sitios de Memoria de “La Ruta del Esclavo” en Argentina, Paraguay y Uruguay