9
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOMAS DE ZAMORA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES PEDAGOGÍA - 2010 “Tensiones en la transmisión de la cultura” Mgter. Marta Degl’ Innocenti Introducirse en el pensamiento pedagógico es una tarea compleja que demanda la construcción de herramientas conceptuales específicas. Parte de estas herramientas han de servir para desnaturalizar las construcciones discursivas que configuran el sentido común con el que analizamos los procesos sociales y educativos. Otras herramientas serán las que permitan ir construyendo un concepto de educación y un lugar para la pedagogía. El proceso educativo no es neutro, por ello planteamos problematizar sus límites y potencialidades especificando el contexto histórico concreto de este análisis y revisando las concepciones de mundo y de hombre que sustentan las distintas visiones de la práctica educativa 1 . La pedagogía, teoría discursiva que reflexiona sobre la educación, está atravesada por ideas contradictorias, dilemáticas y paradojales. La propuesta es develar, desocultar estás cuestiones. Vamos a analizar las contradicciones como ‘tensiones’ y los dilemas como ‘problemas’ y vamos a priorizan la dimensión política de esta práctica social. El problema más importante es la potencialidad de la transmisión de la cultura y su relación con los procesos de humanización y emancipación, tanto a nivel social como individual. Por ello, damos prioridad al análisis de la función social de la escuela y la dimensión política de la enseñanza con relación a dichos procesos Desde el campo pedagógico, la acción combinada de enfoques como el reproductivismo o la escuela nueva, han connotado negativamente el concepto de transmisión, invistiéndolo de sentidos cercanos a prácticas de control y dominación. Estas son visiones parciales de una práctica cuya mayor potencialidad reside en articular la conservación de los productos culturales con la posibilidad de generar espacios de creatividad y renovación. Nos encontramos aquí con una tensión importante: si bien es cierto que la transmisión es una forma de imposición de un recorte específico de la cultura, también es cierto que es una instancia decisiva para la conformación de la subjetividad y de una historia en común. En palabras de Hassoun (1998): “la aceptación por parte del niño de la transmisión de los hechos de cultura (...) supone la puesta en marcha de todo un trabajo de identificación”, por ello una ética de la transmisión “requiere que cada uno pueda ofrecer a las generaciones siguientes no solamente una enseñanza, sino aquello que les permitirá asumir un compromiso en relación con su historia”. Pensando también en término de tensión, es cierto que los contenidos de la transmisión no son neutros, están atravesados por cuestiones de poder y dominación así como la dinámica del transmitir implica la inculcación de una determinada visión del mundo. No obstante, la transmisión de la cultura brinda la posibilidad a las generaciones jóvenes de reconocerse en una historia, una genealogía, una pertenencia desde donde configurar la propia subjetividad. Tomando los conceptos de Hanna Arendt (1996), es posible afirmar que: “la educación es el punto en el que decidimos si amamos el mundo lo bastante como para asumir una responsabilidad por él y así salvarlo de la ruina que, de no ser por la llegada de los nuevos, sería inevitable. También mediante la educación decidimos si amamos a nuestros hijos lo bastante 1 Con objetivos analíticos, se plantea a la contradicción como una lucha de opuestos irreconciliables mientras que se entiende a la tensión como un movimiento dinámico entre estos opuestos; de modo similar, lo que caracteriza a un dilema es la imposibilidad de encontrarle una solución mientras que el problema ofrece esa posibilidad. En ambos casos, la propuesta es contextualizar la tensión o el problema y proponer una solución política. Por ejemplo, el dogmatismo en la enseñanza, tan cuestionado en algunas conceptualizaciones pedagógicas, es pensado como una herramienta potente de transmisión de conocimientos en otras. Dicho de otro modo, 'lo bueno o lo malo' de cada tensión se va a definir con relación a un contexto y esta definición será siempre política.

Tensiones 2010

Embed Size (px)

DESCRIPTION

FICHA DE CÁTEDRA

Citation preview

  • UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOMAS DE ZAMORA

    FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

    PEDAGOGA - 2010

    Tensiones en la transmisin de la cultura

    Mgter. Marta Degl Innocenti

    Introducirse en el pensamiento pedaggico es una tarea compleja que demanda la construccin de herramientas conceptuales especficas. Parte de estas herramientas han de servir para desnaturalizar las construcciones discursivas que configuran el sentido comn con el que analizamos los procesos sociales y educativos. Otras herramientas sern las que permitan ir construyendo un concepto de educacin y un lugar para la pedagoga.

    El proceso educativo no es neutro, por ello planteamos problematizar sus lmites y potencialidades especificando el contexto histrico concreto de este anlisis y revisando las concepciones de mundo y de hombre que sustentan las distintas visiones de la prctica educativa

    1.

    La pedagoga, teora discursiva que reflexiona sobre la educacin, est atravesada por ideas contradictorias, dilemticas y paradojales. La propuesta es develar, desocultar ests cuestiones. Vamos a analizar las contradicciones como tensiones y los dilemas como problemas y vamos a priorizan la dimensin poltica de esta prctica social.

    El problema ms importante es la potencialidad de la transmisin de la cultura y su relacin con los procesos de humanizacin y emancipacin, tanto a nivel social como individual. Por ello, damos prioridad al anlisis de la funcin social de la escuela y la dimensin poltica de la enseanza con relacin a dichos procesos

    Desde el campo pedaggico, la accin combinada de enfoques como el reproductivismo o la escuela nueva, han connotado negativamente el concepto de transmisin, invistindolo de sentidos cercanos a prcticas de control y dominacin. Estas son visiones parciales de una prctica cuya mayor potencialidad reside en articular la conservacin de los productos culturales con la posibilidad de generar espacios de creatividad y renovacin.

    Nos encontramos aqu con una tensin importante: si bien es cierto que la transmisin es una forma de imposicin de un recorte especfico de la cultura, tambin es cierto que es una instancia decisiva para la conformacin de la subjetividad y de una historia en comn. En palabras de Hassoun (1998):

    la aceptacin por parte del nio de la transmisin de los hechos de cultura (...) supone la puesta

    en marcha de todo un trabajo de identificacin, por ello una tica de la transmisin requiere que

    cada uno pueda ofrecer a las generaciones siguientes no solamente una enseanza, sino aquello

    que les permitir asumir un compromiso en relacin con su historia.

    Pensando tambin en trmino de tensin, es cierto que los contenidos de la transmisin no son neutros, estn atravesados por cuestiones de poder y dominacin as como la dinmica del transmitir implica la inculcacin de una determinada visin del mundo. No obstante, la transmisin de la cultura brinda la posibilidad a las generaciones jvenes de reconocerse en una historia, una genealoga, una pertenencia desde donde configurar la propia subjetividad. Tomando los conceptos de Hanna Arendt (1996), es posible afirmar que:

    la educacin es el punto en el que decidimos si amamos el mundo lo bastante como para asumir

    una responsabilidad por l y as salvarlo de la ruina que, de no ser por la llegada de los nuevos,

    sera inevitable. Tambin mediante la educacin decidimos si amamos a nuestros hijos lo bastante

    1 Con objetivos analticos, se plantea a la contradiccin como una lucha de opuestos irreconciliables mientras que se entiende a la

    tensin como un movimiento dinmico entre estos opuestos; de modo similar, lo que caracteriza a un dilema es la imposibilidad de encontrarle una solucin mientras que el problema ofrece esa posibilidad. En ambos casos, la propuesta es contextualizar la tensin o el

    problema y proponer una solucin poltica. Por ejemplo, el dogmatismo en la enseanza, tan cuestionado en algunas conceptualizaciones

    pedaggicas, es pensado como una herramienta potente de transmisin de conocimientos en otras. Dicho de otro modo, 'lo bueno o lo

    malo' de cada tensin se va a definir con relacin a un contexto y esta definicin ser siempre poltica.

  • Marta Degl Innocenti Pedagoga 2010

    Tensiones en la transmisin de la cultura 2

    como para no arrojarlos de nuestro mundo y librarlos a sus propios recursos y prepararlos con

    tiempo para la tarea de renovar un mundo comn.

    En este sentido estamos en presencia de otras tensiones: la educacin debe proponer modelos a seguir o debe dejar hacer? Se debe dirigir el desarrollo infantil o se lo debe dejar librado al desarrollo espontneo? Con respecto a la transmisin cultural, tambin est en juego la posicin del adulto, su autoridad frente al nio o al joven. Para Arendt, desechar esa autoridad es negarse a asumir la responsabilidad del mundo al que se los ha trado. Aceptarla implica revisar el hecho de que la educacin no puede renunciar a la tradicin y aun as debe desarrollarse en un mundo que ya no se estructura gracias a la autoridad ni se mantiene unido gracias a la tradicin.

    Transmitir la cultura no implica evitar a los nuevos los obstculos y conflictos que se les presentarn cuando intenten conciliar la historia pasada con lo actual de su deseo subjetivo. Implica s asumir y responsabilizarse por la asimetra del vnculo y no caer en el proteccionismo ni en el abandono.

    Meirieu (1998) sostiene que la educacin debe centrarse en la relacin entre el sujeto y el mundo humano que lo acoge; su funcin es permitirle construirse a s mismo como sujeto en el mundo y heredero de una historia en la que sepa qu est en juego, capaz de comprender el presente y de inventar el futuro.

    La tarea pedaggica consiste en movilizar todo lo necesario para que el sujeto entre en el mundo, se sostenga en l e incorpore los saberes elaborados por los hombres en respuesta a los interrogantes que han constituido la cultura humana y los subvierta con respuestas propias. El sujeto debe ser introducido y no moldeado, ayudado y no fabricado. Por su parte el adulto debe renunciar a ser la causa del otro, sin renunciar a ser su padre, sin negar su poder educador.

    La transmisin de saberes no se realiza nunca de modo mecnico, supone una reconstruccin por parte del sujeto que ha de inscribir en su proyecto y de los que ha de percibir en qu contribuyen a su desarrollo.

    La educacin ha de concebirse entonces como el movimiento por el cual los hombres y mujeres permiten a sus hijos vivir en el mundo y decidir su suerte en l. La educacin es un movimiento, un acompaar, un acto nunca acabado que consiste en hacer sitio al que llega y ofrecerle los medios para ocuparlo. Por ello, para Meirieu:

    el enseante es siempre un pasador, un mediador a una cultura sin la cual el que llega

    vagara en una bsqueda desesperada de sus orgenes, de palabras con que pensar sus emociones

    y cuidar sus heridas, de herramientas para entender el mundo y dar sentido a los hechos con que

    topa, de conceptos para acceder a la comprensin de lo que le ocurre y de lo que ocurre a sus

    semejantes.

    Al asumir estas tensiones, se piensa a la pedagoga como praxis que debe construirse permanentemente. Por un lado, sin caer en el pesimismo, se reconoce la fuerza de la educacin en los procesos de reproduccin y legitimacin del orden social. Por otro, sin caer en el optimismo, se valora la potencialidad de la educacin para transmitir la cultura y las condiciones de apropiacin y asimilacin de los productos sociales creados histricamente.

    La tensin naturaleza - cultura

    Hay algunas concepciones que reducen la nocin de hombre a la idea que ste tiene de s mismo o a sus relaciones individuales con otros individuos aislados como l. Hay teoras que refuerzan los aspectos genticos o innatos en el desarrollo del individuo. Pero hay tambin otras formas de pensar lo social en las que la influencia de la cultura y de la educacin son fundamentales para el proceso de humanizacin.

    Sin embargo, sabemos que la educacin tiene lmites. La fuerza de la naturaleza es poderosa. Como ejemplo, el sndrome de Down o mogolismo, no permite fantasear demasiado con las posibilidades infinitas de la educacin. La naturaleza condiciona y predispone, plantea posibilidades y ofrece recursos y la cultura puede desarrollarlos. Sin ella, sin la cultura, la vida humana ni siquiera puede calificarse como tal.

  • Marta Degl Innocenti Pedagoga 2010

    Tensiones en la transmisin de la cultura 3

    Los avances cientficos en el rea de la gentica actualizan el inmemorial debate natura vs nurtura genes contra aprendizaje- pero an no hay respuestas que puedan ser comprobables con relacin a la capacidad del hombre para modificar la naturaleza humana.

    Sin embargo, las experiencias vividas por el sujeto en el entorno social y cultural moldean su subjetividad a travs de los procesos de socializacin y endoculturacin. Bourdieu (1983-1987) interpreta este proceso como una violencia simblica de imposicin de habitus seleccionados por el arbitrario cultural.

    Desde la perspectiva de la cultura, la educacin es un proceso de endoculturacin que supone, por un lado, una seleccin y transmisin de significaciones; por otro, la asimilacin y subjetivacin de la cultura en cada agente que se incorpora a ella. En el mismo proceso educativo, la cultura se crea y se produce, ya sea transformando como conservando sus contenidos simblicos.

    Las aptitudes y propiedades que caracterizan al hombre no se transmiten por la herencia biolgica, son formados en el curso de la vida merced a la asimilacin de la cultura creada por las generaciones precedentes. Ninguna experiencia individual, por rica que fuere, puede conducir por s sola a la formacin de un pensamiento abstracto lgico o matemtico. Los hombres slo pueden adquirir la facultad de pensar y los conocimientos gracias a la asimilacin de lo que ya adquirieron las generaciones anteriores.

    Lo que caracteriza a la asimilacin de la cultura es el hecho de que crea en el hombre nuevas aptitudes, nuevas funciones intelectuales. Esta asimilacin no se realiza por el mero contacto con los objetos o herramientas del mundo circundante sino que requiere de la comunicacin con los otros hombres. La relacin del individuo con el mundo est siempre mediatizada por las relaciones con otros hombres, por ello, la comunicacin es la condicin necesaria y especfica de la vida del hombre en sociedad.

    Este proceso de asimilacin de la cultura requiere de la educacin, como base fundamental para la transmisin de las adquisiciones del desarrollo social e histrico de la humanidad a las generaciones siguientes. Tambin a travs del mismo es que la cultura se reproduce y se transforma. Pero este proceso no es neutro ya que no vivimos aislados en una cultura definible y caracterizable sino que convivimos en un interjuego complejo de culturas dominantes y culturas dominadas. Las culturas dominantes se apropian de los elementos de las ms dbiles, transformndolos en el sentido de sus propias significaciones.

    Por esto es preciso considerar el proceso desigual de apropiacin y reproduccin de la cultura, tanto a nivel material como simblico. En el sistema educativo, la mayora de los nios sufre un proceso de deculturacin ya que la escuela est pensada desde los sectores medios y urbanos. La propuesta escolar tiende a llevar esas formas de vida, sus interpretaciones de la realidad a todos los sectores de la comunidad. El capital cultural de los sujetos que ingresan es desconocido o arrollado, provocando una ruptura que les impide desarrollar coherentemente su evolucin y generando formas diversas de fracaso escolar que confirman las desigualdades de origen.

    El lenguaje, como complejo de nociones del mundo acumuladas por la sociedad y transmitidas a cada uno de sus miembros por medio de la educacin, por un lado deja su huella en los modos de pensar, sentir y actuar. Por otro, constituye la primera estructura de legitimacin del orden social. Junto con el lenguaje el hombre aprehende una forma de ver el mundo y una clasificacin de los fenmenos de la realidad. Los distintos procesos sociales, los hbitos y creencias, el sistema de relaciones entre los hombres, las instituciones polticas, el gusto artstico dominante, contribuyen por medio del lenguaje a la formacin de la mentalidad y de las actitudes del hombre. Cualquiera sea su posicin en el espacio social, el hombre es parte integrante de esas relaciones sociales dadas y de ellas es producto.

    La forma de concebir los procesos psquicos tales como el lenguaje, el pensamiento lgico, la memoria como aptitudes innatas o propiedades inmutables del alma es utilizada, generalmente, por las ideologas que intentan justificar la desigualdad existente entre los pueblos y las clases sociales. Hoy el discurso neoliberal ha incorporado al debate ideolgico una nueva razn de desigualdad y discriminacin: la pobreza. Para Llomovate y Kaplan, (2005) las diferencias sociales se transmutan en diferencias entre naturalezas predeterminadas ya desde el nacimiento.

    A travs de estos argumentos se ocultan las verdaderas causas de la desigualdad social, favoreciendo las

    explicaciones que se basan en la supuesta deficiencia innata de la poblacin pobre.

  • Marta Degl Innocenti Pedagoga 2010

    Tensiones en la transmisin de la cultura 4

    Desde esta perspectiva, las desigualdades sociales y escolares no radican en la gentica, no son propiedades ni aptitudes innatas. Estas tienen su origen en la desigual distribucin de las condiciones materiales y simblicas que caracteriza a sociedades y escuelas en el actual contexto histrico y poltico.

    Visiones antagnicas de una misma prctica

    Para desnaturalizar las construcciones sociales es necesario comprender la diferencia entre pensamiento y realidad. Los procesos sociales se desenvuelven independientemente de que los pensemos o de las formas en que los pensemos. Por ejemplo, la educacin es un proceso de la realidad que puede o no ser pensada, mientras que la pedagoga es el conjunto de pensamientos acerca de la educacin que se renen en un marco terico y discursivo.

    En este proceso de construccin de herramientas para pensar la educacin, partimos de aceptar dos visiones amplias del mundo y de la sociedad. Una de ellas la denominamos teora del orden o dominante y la otra, teora del conflicto o crtica.

    Las caractersticas de la relacin entre educacin y sociedad son analizadas desde perspectivas tericas antagnicas en el marco de las concepciones bsicas de la teora del orden y de la teora del conflicto.

    La sociologa dominante, est vinculada orgnicamente a la burguesa y surge para conservar su hegemona sobre el resto de la sociedad. En sus conceptualizaciones tericas no cuestiona a la sociedad, sino que la comprende como una organizacin racional y democrtica. Racional en tanto que responde a la divisin social del trabajo en la sociedad industrial y a la necesidad de alcanzar con eficiencia un fin concreto. Democrtica por la igualdad de oportunidades que ofrece. Las diferencias entre los hombres estn determinadas por la distribucin natural de habilidades y porque el criterio de seleccin son el mrito, el rendimiento, la productividad y la eficiencia. La sociedad est dividida en estratos socioeconmicos funcionalmente ligados entre s y todos son necesarios; son los requerimientos del trabajo los que plantearn una jerarquizacin social.

    Desde esta perspectiva, el sistema educativo inicia la diferenciacin entre los individuos para su colocacin posterior dentro de la divisin social del trabajo. Se asigna a la educacin la funcin de promover la movilidad social y la escuela debe poner el nfasis en la existencia de un mtodo cientfico neutral y ahistrico. Los pases dependientes son caracterizados como atrasados y subdesarrollados y no han logrado el desarrollo del primer mundo por carecer de los factores humanos adecuados, disposiciones que enuncian el fracaso de la tarea escolar.

    En este marco, se critica a la escuela por su desajuste con el sistema productivo, por el atraso de los contenidos en relacin al avance cientfico. Por su incapacidad para transmitir efectivamente a los estratos sociales inferiores las habilidades, valores y lealtades indispensables para la supervivencia del todo social.

    La cosmovisin de la burguesa en torno a la conformacin, desarrollo de la sociedad y el papel que juega en ello la educacin se transmite a todos los estratos sociales a travs de los intelectuales. Segn Gramsci est cosmovisin de la burguesa es denominada sentido comn.

    La sociologa crtica se ocupa fundamentalmente en demostrar la posicin de clase de la sociologa dominante y denuncia la visin idlica de la educacin que viene proponiendo la pedagoga liberal desde ms de un siglo atrs. Esta sociologa busca destruir el mito de la neutralidad de la escuela y del conocimiento cientfico.

    Esta perspectiva parte de dos conceptos fundamentales: el reconocimiento de una sociedad dividida en clases y la dependencia de los pases latinoamericanos. La sociedad no deja de ser una totalidad integrada a travs de la hegemona poltica, econmica y cultural de uno o varios grupos que comparten los mismos intereses para el control y dominio de los dems grupos. Estos grupos dominantes utilizan el consenso y la represin para llevar la direccin de la vida social, no sin encontrar oposicin y resistencia de los dems grupos.

    En el sistema capitalista, la principal funcin de la prctica educativa consiste en el ocultamiento de la relacin economa-poltica. La representacin del hombre como individuo libre

  • Marta Degl Innocenti Pedagoga 2010

    Tensiones en la transmisin de la cultura 5

    y autnomo (persona jurdica), oculta la existencia de las clases sociales2 y de las relaciones

    sociales como relaciones de produccin. La dependencia tiene un origen histrico de violencia poltica, militar, formal y legalmente aceptada en el mbito internacional de la poca e histricamente legitimada como conquista y colonizacin por los pases dominantes.

    Para la teora del conflicto, la igualdad de los hombres oculta el hecho de las diferencias entre las clases. Destaca que si existen diferencias (hombres desposedos) no es un problema estructural del sistema sino un defecto corregible por medio de la beneficencia, la distribucin de la riqueza, la educacin, etc. Y en ltimo anlisis la miseria subsiste porque es inherente a la naturaleza humana imperfecta.

    La visin del Estado como representante del inters general y garante del bien comn oculta el hecho de sus antagonismos y de su contenido de clase. El Estado es presentado como una entidad pblica, es decir, no representativa de ningn inters particular de sujetos o grupos; su poder sobre la sociedad tiene su fuente en la libre voluntad de los individuos.

    La sociologa crtica caracteriza a la educacin como uno de los aparatos ideolgicos del Estado utilizados para reproducir la estructura de clases y para legitimar la desigualdad a travs del velo de la meritocracia. Lo que importa en la escuela no es el conocimiento como forma de aumentar la productividad y la igualdad real de oportunidades. Lo que se busca lograr es la interiorizacin de valores y lealtades correspondientes con los intereses de los sectores dominantes.

    La teora pedaggica es considerada un apndice de las ideologas dominantes tendiente a justificar el sistema poltico vigente y el rol del sistema educativo en el seno del mismo. An cuando aparezca como crtica de dicho sistema, tales reflexiones y cuestionamientos no superan el condicionamiento ideolgico en el cual se inscriben.

    La educacin como prctica social

    Los conocimientos prcticos, cotidianos, obstaculizan el desarrollo de un pensamiento crtico y fundamentado; por ello, es preciso interpelar el sentido comn, cuestionar esos conocimientos cotidianos. Para ello, necesitamos ubicar la prctica educativa en un contexto histrico y poltico, favoreciendo as la desnaturalizacin de la vida social y escolar. Todo proceso educativo slo puede interpretarse de una manera contextual, es decir, considerando las sociedades concretas e histricas en las cuales se desarrolla, las concepciones de mundo y de hombre que lo sustentan.

    La educacin es una prctica social, un quehacer humano determinado en un contexto determinado. Esta prctica se constituye en una situacin histrica determinada sobre ciertas condiciones econmico-sociales bsicas. La prctica humana es siempre social, esto es que supone e implica una organizacin ms amplia en la cual se inscribe y cumple cierta funcin.

    El anlisis de la prctica educativa no puede realizarse en abstracto sino en tanto condicionada y condicionante en un espacio social determinado; en cada poca, presenta caracteres peculiares y cumple funciones especficas.

    La educacin, como prctica social e histrica, produce, reproduce y brinda herramientas de transformacin tanto a nivel individual como a nivel social y cultural. Se dice que la educacin produce porque es a partir de ella que el individuo se constituye como sujeto individual y social. Es decir que construye su subjetividad y, como sujeto social, incorpora las caractersticas propias de su poca.

    Algunas posturas tericas concuerdan en atribuirle a la educacin dos funciones generales fundamentales: de conservacin o reproduccin y de renovacin o transformacin de la vida sociocultural y del hombre. La educacin, como habamos expresado, es a la vez un proceso personal y social, de conservacin y transformacin. Todo ser humano se desarrolla como tal slo y en funcin de este proceso formador y en el marco de una sociedad y una cultura que requieren de los hombres para su continuidad y avance histrico. Este avance puede darse en forma de

    2 Si bien el concepto de clase social es complejo, es posible distinguir grupos que explotan y dominan a otros grupos que son explotados y dominados. La intencin es rescatar el concepto de antagonismo de intereses entre estos grupos.

  • Marta Degl Innocenti Pedagoga 2010

    Tensiones en la transmisin de la cultura 6

    ruptura o evolucin; esto implica una concepcin bsica que sustenta toda interpretacin de la educacin: el cambio.

    La educacin construye subjetividad, supone la modificacin de los actores involucrados; se trata de transformaciones no efmeras, con cierto grado de perdurabilidad que afectan al sujeto y a la sociedad. A nivel social, la transmisin de la cultura permite la conservacin y la renovacin de las estructuras objetivas de cualquier organizacin social.

    Desde lo individual, el hecho educativo propone al sujeto la identificacin con identidades sociales vlidas y legtimas dentro de un orden social que est fijado y sedimentado en estructuras objetivas, es decir, en sistemas y prcticas simblicas como el lenguaje, instituciones, rituales, normas, etc. Desde lo social, el hombre se inserta en un ambiente preestablecido y es quien va a reproducir las estructuras objetivas de ese ambiente o las va a transformar superando las acomodaciones pasivas mediante la vigorizacin de la funcin renovadora de la educacin.

    Para Ricardo Nassif (1974), la educacin contiene, por su misma estructura, la fuerza reproductora y su negacin; constituye un proceso slo aprensible en su movimiento. La educacin genera ms educacin, la estimula o la exige; no se desgasta sino que por el contrario tiene efectos multiplicadores que, en algn grado, ensancha las posibilidades de quienes la van poseyendo, an cuando no sean esas las intenciones de quienes la regulan. Suponiendo que el propsito nico de un sistema educativo sea reproducir fielmente las condiciones, las formas socioeconmicas y culturales vigentes, la accin educadora entrega herramientas, despierta poderes intelectuales e inicia criterios de valoracin. El dominio del alfabeto es, en cualquier espacio social, el inicio de un cierto tipo de autonoma.

    No obstante, la desigualdad de oportunidades para la apropiacin de capital cultural y las formas en que se universaliza el conocimiento, son lmites claros en esta funcin de transformacin o renovacin. Si bien la historia demuestra que la reproduccin de las formas socioculturales vigentes nunca es literal, no siempre el hecho educativo supera las funciones primarias de adaptacin y endoculturacin de la educacin. De todos modos, la funcin crtico-creativa es la que le da a la educacin su mayor especificidad.

    Perspectivas de anlisis de la prctica educativa

    La distincin analtica en niveles permite establecer algunos caracteres generales de la prctica educativa. Se habla de un nivel de hecho porque la educacin se da antes e independientemente de que se reflexione sobre ella o se realice como una accin consciente y deliberada. Esta nocin es importante para no asociar lo educativo con lo escolar exclusivamente, el hecho educativo es anterior a las instituciones de enseanza.

    Independientemente de lo que se proponga y haga la institucin escolar, en toda sociedad se da una prctica educativa de hecho. La misma por estar vinculada a las estructuras econmicas, puede resultar incluso ms efectiva que la prctica institucionalizada. Ejemplo de esto lo encontramos en la familia y en los medios masivos de comunicacin. Para Bourdieu, es esta educacin primera o familiar la que va a sentar, en gran parte, los cimientos que condicionarn las posibilidades de acceso a la cultura.

    Desde esta perspectiva, la educacin puede caracterizarse como un proceso de integracin de los sujetos a las estructuras de una sociedad para lograr la conservacin de lo bsico de dichas estructuras. Este proceso de integracin, al que se lo conoce como socializacin se dar con caracteres y rasgos determinados segn el espacio social de que se trate.

    A nivel de propsito, la prctica educativa se constituye en tanto prctica deliberada que persigue ciertos fines ms o menos explcitos por medio de instituciones especializadas y se recorta sobre la base de la prctica educativa de hecho. En su origen la institucin educativa fue el intento de hacer ms eficaz, ms econmica, ms organizada la educacin dada como prctica efectiva.

    Las prcticas institucionalizadas se entienden vinculndolas con las estructuras poltico-ideolgicas del espacio social del cual son parte. En la organizacin del sistema educativo, en los fines propuestos, toda prctica educativa representa los intereses de la clase dominante y cumple siempre una funcin poltica aunque no se lo proponga.

  • Marta Degl Innocenti Pedagoga 2010

    Tensiones en la transmisin de la cultura 7

    El nivel de reflexin surge como respuesta a los requerimientos de lo educativo a nivel de hecho y de propsito. Las reflexiones sobre la educacin adquieren especial desarrollo cuando se advierten inadecuaciones entre la prctica educativa de hecho y la que se verifica como propsito. En este nivel se encuentran la pedagoga, la sociologa, la filosofa y la epistemologa de la educacin, entre otras.

    La pedagoga como discurso se crea cuando aparecen nuevas demandas sociales de sujetacin de los hombres, cuando se requieren otros tipos de integracin social, de formacin, que no se logran con las modalidades anteriores. Se transita de una concepcin en la que el hombre es gobernado por decisiones divinas con un destino predeterminado a la idea de un hombre capaz de erigirse como arquitecto de su propio destino.

    Para analizar la problemtica de la educacin, es fundamental comprender que las subjetividades se producen y regulan a travs de formas sociales de naturaleza histrica, formas que transportan y encarnan intereses particulares.

    La funcin poltica de la escuela en la organizacin del poder

    En la actualidad cuando se piensa en la educacin, normalmente se piensa en la escuela. Para pensar una sociedad sin escuelas es necesario realizar un esfuerzo de abstraccin. Pero eso no siempre ha sido as, su aparicin est ligada a la constitucin de los estados modernos, en el momento histrico en que se da la consolidacin de las sociedades disciplinarias.

    En los tiempos de la Revolucin Francesa se acrecienta la importancia asignada a la educacin y la preocupacin por difundir y perfeccionar la instruccin como factor necesario y suficiente para el progreso y felicidad de los pueblos. El proceso de cambio revolucionario de las estructuras sociopolticas del estado, protagonizado por la burguesa, introduce variantes en la dinmica de las relaciones de produccin, esto requiere la integracin y acomodacin a las nuevas condiciones de vida y de trabajo.

    Este proceso acelerado de cambios que implica la organizacin de un estado nacional exige la integracin de las masas a un nuevo sistema productivo-comercial. Para esto es necesario la difusin de las nuevas ideas para que el pueblo adhiera a ellas y se capacite en el ejercicio de sus deberes y derechos.

    El intento de satisfacer ambas necesidades explica el nuevo nfasis puesto en el papel de la educacin as como la institucionalizacin de la instruccin pblica. En el marco de un rgimen de tipo feudal-monrquico la educacin no es motivo de anlisis, ya que la adhesin popular al sistema est legitimada por su origen divino. La funcin educativa no aparece entonces como prctica social especfica porque ni la estructura econmica ni la poltico-ideolgica lo requieren.

    En el nuevo sistema capitalista, la prctica educativa va a cumplir predominantemente ciertas funciones acordes con las necesidades que este sistema plantea. Una de estas funciones va a ser la de mantener y perfeccionar el sistema productivo y las relaciones de produccin vigentes por medio de la preparacin de mano de obra, formacin de tcnicos, cientficos, etc. Tambin se deber asegurar la conservacin y vigencia del sistema jurdico-poltico por medio de la formacin de trabajadores no manuales como empleados, funcionarios, profesionales, docentes, etc.

    A travs de los contenidos de la enseanza y de la organizacin del sistema educativo, se apunta a conservar y difundir las ideologas dominantes. La prctica educativa se define en tanto proceso de integracin de los sujetos, como la que tiende a adaptarlos al aparato productivo contribuyendo eficazmente a su reproduccin y al sistema de relaciones sociales a travs de la internalizacin de pautas poltico-ideolgicas.

    En la sociedad capitalista en formacin esta prctica escolar tiene una funcin clara: disciplinar al futuro trabajador, civilizar a los brbaros, educar al soberano. La escuela cumple una importante funcin poltica en la organizacin del poder en el momento de construccin del estado nacional. La funcin de la escuela contina desarrollndose bajo otras formas acompaando las transformaciones del estado liberal iniciado en la etapa del capitalismo oligrquico. Observamos as que el ciudadano portador de derechos individuales constituido desde el proyecto educativo conservador que funda el sistema educativo universal, gratuito y laico ahora es interpelado como individuo consumidor y usuario de servicios.

  • Marta Degl Innocenti Pedagoga 2010

    Tensiones en la transmisin de la cultura 8

    Hablar de ciudadana remite a un proyecto poltico especfico, realizado o proyectado utpicamente como gua para la construccin de un tipo determinado de sociedad. Implica tambin la definicin de un concepto, implcito o explcito, de hombre y de cultura. Gramsci nombra al ciudadano del proyecto liberal funcionario del estado y abre la posibilidad a la formacin de un ciudadano crtico. Ve en la crisis de la escuela creada por el estado liberal el reflejo de la crisis estructural de la sociedad y de su principio ideal cultural. La cultura es sinnimo de crtica, de logro de una conciencia del propio yo; la misma libertad poltica es posterior, est condicionada al logro de esa conciencia y a la liberacin de la ignorancia.

    Hoy la funcin de la escuela es cuestionada y el fin propuesto por las polticas educativas se basa en la formacin de competencias para el trabajo y, en algunos casos, en el desarrollo de una creatividad que permita sobrevivir a la exclusin. La relacin entre educacin y poltica se limita a analizar la representacin en el sistema democrtico de los individuos y a cuidar la paz social.

    Apuntamos a recuperar el valor de la escuela en la formacin del ciudadano y la defensa de los derechos civiles. Pero es preciso revisar los conceptos de democracia y ciudadana para no caer en posturas optimistas o ingenuas al despojarlos de su relacin con la historia y la poltica. Es importante, por un lado, rescatar ciertas categoras tericas que permitan analizar la educacin desde su dimensin poltica: opresin, dominacin, explotacin, utopa, libertad. Por otro lado, proponemos revisar las prcticas educativas, para avanzar en la construccin de un pensamiento crtico que contemple a la ciudadana como el derecho a la apropiacin material y simblica de los productos generados socialmente y a la participacin activa en la poltica estatal.

    Neoliberalismo y construccin de un nuevo sujeto social

    El discurso neoliberal sostiene un modelo de crecimiento con exclusin y propone una visin del hombre slo como productor y consumidor de bienes materiales. Para ello, apunta a la construccin de un sentido comn que acepte esta sociedad como algo natural e inmodificable, quedando slo lugar para la adaptacin a la misma.

    El conformismo se nos presenta con una lgica irresistible: la lgica del capital sobre la vida, la lgica del nico sistema viable sobre la posibilidad de pensar una alternativa. Se trata de un pensamiento construido sobre un lenguaje que se pretende universal, moderno y drstico: flexibilidad, adaptabilidad, desregulacin, modernidad, eficacia, etc.

    Los modelos neoliberales son mucho ms que una propuesta econmica, poseen la capacidad de penetrar y moldear el imaginario social, la vida cotidiana, los valores que orientan nuestros comportamientos en la sociedad. La cultura de la globalizacin neoliberal est produciendo nuevas subjetividades, una de cuyas caractersticas es el terror a la exclusin y el fortalecimiento de nuevas patologas ligadas a la violencia.

    El escenario actual se caracteriza por una combinacin conflictiva de exclusin, desigualdad y legitimidad relativa pero suficiente. Para Tenti Fanfani,

    la necesidad de sostener la hegemona hoy no precisa de acciones explcitas de inculcacin, al

    estilo clsico del primer capitalismo, es decir, un ejrcito de maestros y escuelas que tienen por

    funcin civilizar, inculcando en la poblacin el habitus capitalista. Hoy hay hegemona por el

    peso de las cosas. El desempleo y el hambre son dos grandes disciplinadores sociales; hoy el

    mercado es tan superior (en la conciencia de la mayora) a cualquier otro modo de organizacin

    de la sociedad, que ni siquiera es posible pensar en medios alternativos: stos no existen en la

    realidad... ni en la conciencia.

    Es por ello que los sectores dominantes ya no se interesan por sostener la educacin pblica y, en consecuencia, tiene poco sentido hablar de crisis de la escuela ya que tal crisis no es ms que el producto de los mecanismos a travs de los cuales estos sectores reconvierten su hegemona. Hoy la escuela puede ser reemplazada por otros mecanismos pedaggicos como la educacin por Internet y es pensada tambin como un negocio factible de expansin en el mercado. Con la instalacin del discurso hegemnico del neoliberalismo la educacin pblica ha pasado a ser un bien de consumo ms para quienes tienen suficiente capital econmico para comprarla.

  • Marta Degl Innocenti Pedagoga 2010

    Tensiones en la transmisin de la cultura 9

    Norma Paviglianitti (1996) sostiene que lo caracterstico de la ciudadana es la ampliacin a todos del acceso al mundo de la esfera cultural y a la participacin en las decisiones: ambos aspectos hacen el hombre un ciudadano. En este marco, es posible pensar que la escuela tiene una tarea fundamental en la transmisin y el acceso a los bienes culturales y simblicos para las mayoras que no han tenido el privilegio de adquirirlos por herencia. Frente a este panorama, se considera importante rescatar, por un lado, el sentido de la educacin como prctica histrica y poltica y, por otro, recordar que la funcin de la escuela es la transmisin asimilacin del saber sistematizado.

    De este modo, se esboza el debate que parte de considerar a la pedagoga como un discurso poltico que puede estar inscripto en un marco legitimador o disruptor, que puede justificar o denunciar las desigualdades. Este discurso puede ser cmplice o ser crtico de las estrategias hegemnicas de los sectores dominantes. Queda como tarea entonces, revisar, analizar y decidir cmo se irn resolviendo las tensiones que constituyen la prctica educativa, ya que ninguna decisin es neutra y la diferencia es siempre poltica, es decir, es siempre a favor o en contra de intereses determinados.

    Ser sujetos activos significa entre otras cosas interpelarnos como actores posibles y responsables de los cambios. La propuesta consiste entonces en desnaturalizar las prcticas educativas, pensarlas desde una perspectiva crtica, inducir e incentivar el debate de conceptos problemas.

    Bibliografa consultada

    ARENDT, HANNA. (1996) Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios sobre la reflexin poltica. Barcelona, Pennsula. Cap. La crisis de la educacin.

    BOURDIEU, Pierre. (1983) Campo de poder y campo intelectual. Folios Ediciones, Buenos Aires.

    DEGL INNOCENTI, Marta. (2004) Transmisin cultural y pedagoga. Direccin General de Cultura y Educacin; Direccin de Educacin Superior.

    GONZALEZ RIVERA, G. y TORRES, C. (1994) Sociologa de la educacin. Corrientes contemporneas. Mio y Dvila Editores, Argentina.

    GRAMSCI, Antonio. (1997) Los intelectuales y la organizacin de la cultura. Ediciones Nueva Visin, Buenos Aires. 5ta. Edicin.

    HASSOUN, Jacques. (1998) Los contrabandistas de la memoria. Buenos Aires, Ediciones de la Flor.

    LLOMOVATE, S. y KAPLAN, C. (2005) "Revisin del debate acerca de la desigualdad educativa en la sociologa de la educacin: la reemergencia del determinismo biolgico". En: Desigualdad educativa. La naturaleza como pretexto. Noveduc. Buenos Aires.

    MEIRIEU, Philippe. (1998) Frankenstein Educador. Barcelona, Laertes.

    NASSIF, Ricardo. (1974) Pedagoga general. Buenos Aires, Kapelusz.

    PAVIGLIANITI, Norma. (1996) Ciudadana y educacin: un recorrido histrico de sus concepcio-nes. En Revista Argentina de Educacin; Buenos Aires. Ao XIV, N 24.

    TENTI FANFANI, Emilio. (2005) Notas sobre la escuela y los modos de produccin de la hegemona. En Revista Propuesta Educativa N 26, Buenos Aires.