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  • I. JUDASMO Y MAGIA

    Hasta hace relativamente poco tiempo era muy escasa la atencin que ve-na dedicndose al estudio de la magia y de las diversas artes ligadas a su prc-tica en el judasmo1. Es probable que esta falta de atencin responda a la err-nea creencia, muy extendida hasta tiempos recientes entre los hebrastas y losestudiosos del mundo judo en general, de que los judos haban mostrado muypoco inters a lo largo de la historia por la magia. Los autores del siglo XIX,fuertemente influidos por el racionalismo dominante en el pensamiento cien-tfico en esa centuria, se esforzaron por subrayar los aspectos ms propia-mente racionalistas de la cultura juda, en un intento por demostrar que staera ya en la Edad Media compatible con la de su tiempo. Pero incluso en tiem-pos ms recientes, y en concreto por lo que se refiere al judasmo hispano enparticular, las investigaciones acerca de la cultura hebrea han centrado su aten-cin de forma preferente en la produccin histrica, filosfica y literaria engeneral, descuidando en cierto modo campos que, como la medicina, la astro-loga o la magia culta, son tan importantes para el hombre y para la sociedadmedieval.

    En el momento actual no existe ninguna duda de que el recurso a la ma-gia fue habitual en el judasmo, desde la Antigedad bblica y hasta tiempos

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    1 La nica obra extensa acerca de la magia juda sigue siendo la de Joshua Trachtenberg, Je-wish Magic and Superstition. A Study in Folk Religion. New York, 1939 (nueva edicin en NewYork, Atheneum, 1977), obra que se ha quedado algo anticuada y que, adems, se centra funda-mentalmente en la cultura askenaz, dejando algo relegado al mundo sefard. Aunque menos am-bicioso en sus objetivos, es tambin de inters el estudio de J. Zimmels, Magicians, Theologiansand Doctors. London, 1952, en el que se aborda el estudio de la magia juda entre los siglos XIIy XIX; utilizando como fuente de informacin principal la literatura de Responsa, el autor se cen-tra en particular en los aspectos mdicos de las prcticas mgicas.

    Los judos y las ciencias ocultas en la Espaamedieval

    Enrique CANTERA MONTENEGROUniversidad Nacional de Educacin a Distancia

  • muy recientes, tanto a nivel terico como en mltiples aspectos de la vida co-tidiana, en particular como mtodo alternativo de la medicina2. Y esto es es-pecialmente significativo por lo que se refiere a la Edad Media, cuando medi-cina, astrologa y magia eran saberes cientficos estrechamente ligados.

    La magia medieval se sita en un plano prximo a religin y ciencia, auncuando fue duramente combatida por una y otra3; de este modo, la tradicinreligiosa juda rechaza la magia, que es tachada de brujera y de hereja. La ac-titud de la Tor ante la magia, la adivinacin y la supersticin es la de conde-na terminante, al considerarlas no slo como manifestaciones idoltricas, sinotambin como un desafo a la libertad soberana de Yahveh en el gobierno delas cosas o en la revelacin del destino que les reserva. La condena contenidaen el Deuteronomio es contundente:

    No ha de hallarse en t quien haga pasar a su hijo o su hija por el fue-go, ni autor de adivinaciones, ni agorero por las nubes, ni adivino, ni mago,ni encantador, ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muer-tos. Porque constituye abominacin de Yahveh todo hombre que hace talescosas, y por causa de estas abominaciones, Yahveh, tu Dios, va a arrojar aesas naciones de delante de t (Deuteronomio, XVIII, 10-12).

    El xodo condena estas prcticas con la misma severidad que los ms re-probables ritos de los pueblos paganos en particular los holocaustos de ni-os, y proclama la pena de muerte para quien incurra en ellas:

    No dejars que viva ninguna hechicera (xodo, XXII, 18).

    La condena de la magia no deja tampoco ningn lugar a la duda en los es-critos de los profetas (Isaas, III, 18-23; Jeremas, XXVII, 9; Malaquas, III,5) y de los reyes de Israel (I Samuel, XXVIII, 3; 2 Reyes, XXIII, 24).

    No obstante los judos, como los dems pueblos de la Antigedad con-temporneos suyos (cananeos, asirios, babilonios, egipcios), recurrieron confrecuencia a prcticas mgicas y a la prediccin del futuro, en especial en losmomentos de incertidumbre4. Quiz por este motivo, o con el propsito de ju-daizar antiguas costumbres paganas, la Tor admite ciertas prcticas que tie-

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    2 As se pone de manifiesto en algunos de los ms recientes estudios sobre la magia juda,entre los que merecen ser destacados los de Ron Barkai, Science Magic and Mythology in theMiddle Ages. Jerusalem, 1987; L'us dels Salms en la mgia jueva de l'Edat Mitjana i el Renai-xement: El llibre Shimush Tehil.lim, en La Cbala. Barcelona, 1989, pp. 17-57, y Significadode las aportaciones de los judos en el terreno de la medicina, la astrologa y la magia, en ngelSenz Badillos (ed.), Judos entre rabes y cristianos. Luces y sombras de una convivencia. Cr-doba. Ediciones El Almendro, 2000, pp. 73-85.

    3 Ron Barkai, L'us dels Salms en la mgia jueva de l'Edat Mitjana i el Renaixement...,p. 17.

    4 El propio rey Sal, pese a haber desterrado de Israel el ocultismo, consult con la pitoni-sa de Endor antes de entrar en batalla con los filisteos, haciendo sta que se le apareciera el re-

  • nen su fundamento en la magia primitiva como el rito arcaico de la purifi-cacin de los leprosos (Levtico, XIV, 4-7), la ordala con el agua amarga aque era sometida la mujer sospechosa de adulterio para probar su inocencia(Nmeros, V, 11-31), o la frmula para la preparacin del aceite de uncin(xodo, XXX, 23-25), aun cuando confirindoles un nuevo significado quereforzaba el principio bsico de la religin juda, que no es otro que la sumi-sin absoluta a la voluntad de Yahveh.

    Tambin el Talmud, libro caracterizado en general por un acentuado ra-cionalismo, condena de forma terminante la magia y la brujera, a las que con-sidera meras prcticas de charlatanera, y relaciona la magia de las mujerescon vicios sexuales (Sanh. 67a).

    La condena de la magia por la Tor como culto idoltrico a los dioses pa-ganos, y por el Talmud como prctica propia de los amorreos5, constituy unaxioma que se transmiti entre los judos, de generacin en generacin, hastatiempos recientes. Durante siglos los expertos judos en asuntos de jurispru-dencia religiosa (halak) rechazaron de forma contundente unas prcticas queconsideraban sospechosas de idolatra6; los argumentos justificativos de esterechazo son de muy diversa naturaleza: por el uso de las Escrituras Sagradascon una finalidad profana; por el uso de ensalmos y conjuros utilizados pro-fusamente en el ritual de la magia pagana y que, como tal, la Tor desaproba-ba de forma expresa; o por el uso de amuletos, a los que se llegaba a conferirpoderes sobrenaturales.

    Pero si la teora en relacin con la magia era clara y terminante, la reali-dad era mucho ms difusa. As, ninguno de los maestros del Talmud negaba elpoder de la magia e, incluso, pese a estar prohibida su prctica, algunos deellos combatan la magia negra con lo que podra denominarse magia blanca.Ms tarde, en tiempos plenamente medievales, la actitud de los rabinos espa-oles fue, en general, muy permisiva hacia la magia, llegando algunos de ellosa practicarla personalmente. Incluso, algunas ceremonias pseudorreligiosas,en uso todava en la actualidad, tienen un indudable origen mgico y supers-ticioso: son, entre otras, la conocida como tashlij, consistente en sacudir lasropas sobre las aguas de un ro o arrojar migajas al mismo el primer da de lafiesta de Rosh ha-Shan (Ao Nuevo judo), simbolizando que los pecados co-metidos a lo largo del ao que finalizaba eran arrojados al agua para que se losllevara la corriente (en sus orgenes se trata, con toda probabilidad, de un ritopropiciatorio de los espritus de las aguas); la kapar, rito de inmolacin sus-

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    cin fallecido rey Samuel. Sal sera condenado por esta reprobable accin de necromancia conla derrota ante sus enemigos (I Samuel, XXVIII, 3-25).

    5 Pueblo semita al que se hace mencin en la Biblia; se considera descendiente de Amorreo,hijo de Canan. Procedan los amorreos del noroeste del Prximo Oriente, si bien ocuparon pau-latinamente nuevos territorios hacia el este y el valle del Jordn.

    6 Ron Barkai, L'us dels Salms en la mgia jueva de l'Edat Mitjana i el Renaixement..., pp.26-27.

  • titutivo de la vida de la persona en cuyo nombre se ejecuta, como rescate sim-blico por sus pecados, y que consiste en el sacrificio de un gallo por cada fieljudo la vspera de Yom Kippur (Da del Gran Perdn), gallo que era luego dis-tribuido, normalmente, entre los indigentes de la comunidad7; o la que tienelugar en Hoshan rab (= la gran splica), es decir el sptimo da de la fiestade Sukkot (fiesta de los Tabernculos), cuando se golpea el suelo con un ma-nojo formado por cinco ramas de sauce, y que parece ligada en sus orgenes alas invocaciones por la lluvia8.

    La oposicin ms visceral en el judasmo a toda creencia o prctica mgi-ca fue a lo largo de toda la Edad Media la mantenida por algunos intelectualesracionalistas, muy en particular Maimnides (1138-1204), quien las tilda deprcticas idoltricas y supersticiosas. La justificacin de su condena se hacedesde la fe religiosa y desde la lgica, apoyndose en la Tor y en la que lconsidera la ciencia verdadera, es decir la ciencia griega y, ms en concreto,el pensamiento aristotlico. As, se opone decididamente a la costumbre, muyextendida en su tiempo, del uso de amuletos, lo que considera contrario a larazn y a la doctrina religiosa, y se burla de quienes se dejan seducir por laspredicciones de los astrlogos:

    Sabed, seores, que todas esas cosas referentes a los decretos de losastros, que dicen que pasar tal cosa o tal otra, o que el momento del naci-miento de una persona determina que ser de tal manera y que le sucedertal cosa y no tal otra, creer en ellas no es cosa de sabios sino de tontos9.

    Pero, frente a la postura radical de Maimnides, otros sabios judos adop-taron posiciones menos beligerantes en relacin con la magia. Es el caso deldestacado jurista cataln Shelomoh ben Adret (1235-1310), como se deducede la correspondencia epistolar que mantuvo con el judo provenzal En BonetAbram, y que es un buen reflejo de la controversia que en torno a la obra deMaimnides se entabl en el seno del judasmo sefard desde principios del si-glo XIII, todava en vida del gran filsofo hispano-judo. Frente a la toma depostura de En Bonet Abram quien, apoyndose en la autoridad de Maimni-des, arremete contra todas las artes y prcticas relacionadas con la magia, benAdret deja abierta la puerta a su uso con fines teraputicos; as, afirma que no

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    7 Pese a la reticencia de las autoridades rabnicas, el rito de la kapar estuvo muy extendi-do entre los judos de poca medieval. Con el fin de poner algn tipo de cortapisas a esta prcti-ca popular, las autoridades de las comunidades judas espaolas procuraron que el rito fuera rea-lizado por el hazzn (servidor de la sinagoga) en nombre de la comunidad, y no por cada familiade forma individual.

    8 Vase sobre este particular el excelente libro de Threse et Mendel Metzger, La vie juiveau Moyen ge, illustre par les manuscrits hbraques enlumins du XIIIe au XVIe sicle. Fri-bourg. Office du Livre, 1982, p. 260.

    9 Epstola a los rabinos de Marsella sobre la astrologa (1194); texto tomado de David Ro-mano, La ciencia hispanojuda. Madrid, Mapfre, 1992, p. 192.

  • debe ser considerada como idoltrica aquella accin que procurara la curacinde una persona, aunque presentara atisbos mgicos, y que para tal fin es lci-to utilizar y experimentar medios e instrumentos que no figuren ni en la Torni en libros de medicina10.

    El confusionismo existente en el seno del judasmo en torno a la licitud oilicitud de recurrir a prcticas mgicas se pone de manifiesto en la obra de Yis-haq ben Moseh ha-Levi (?-c. 1414), ms conocido como Profiat Durn, quienfue astrlogo del rey Juan I de Aragn. Critica este autor la costumbre de lossabios judos de recurrir a fuentes extraas al judasmo, a lo que l achaca lascalamidades padecidas por las comunidades hebreas de Alemania, Francia yEspaa; frente a ello, insiste en la necesidad de retornar a la literatura sagradajuda y, en concreto, se refiere al libro de los Salmos como lleno de virtudes,llegando a afirmar que fue la devocin de los judos de Aragn a este libro loque los salv de las desgracias sufridas por sus correligionarios en otros terri-torios hispanos en el trgico ao de 1391. Pero lo ms significativo es que suautntica pasin por el libro de los Salmos le lleva tambin a ensalzar el librollamado Sfer Shimush Tehil.lim (= Libro del uso tergico de los Salmos), pro-bablemente el ms importante tratado mgico judo de toda la Edad Media yel Renacimiento, y del que se conserva una treintena de manuscritos con dis-tintas versiones.

    La polmica en torno a la admisibilidad o inadmisibilidad de la magia enel judasmo se agudiz en los ltimos tiempos de la Edad Media y en el primerRenacimiento, y se expresa en el enfrentamiento entre la escuela racionalistamaimonidiana y las corrientes cabalistas y neoplatnicas preconizadoras delmisticismo judo11. Un anlisis detenido de la cuestin invita a considerar la

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    10 Ron Barkai, L'us dels Salms en la mgia jueva de l'Edat Mitjana i el Renaixement...,pp. 29-30.

    11 Se denomina con el nombre de Cbala una determinada tendencia mstico-teolgica sur-gida en el seno del judasmo, y cuyo objetivo consista en hacerle retornar a su tradicional con-cepcin mtico-mstica y asctica de la vida, en abierta oposicin a los planteamientos raciona-listas. El origen del cabalismo se encuentra en Provenza, pero su mayor desarrollo tuvo lugar enla Pennsula Ibrica y, ms en concreto, en Castilla, a lo largo de los siglos XII y XIII.

    La Cbala consiste en un amplio conjunto de teoras metafsicas, dogmticas y exegticas.Dios, el En-Sof (= el Infinito), es el principio de todas las cosas. Entre Dios y los hombres se ha-llan las diez Sefirot, propiamente los diez nmeros primitivos, es decir las diez potencias emana-das de la divinidad y que son reflejo de las distintas cualidades divinas. Las Sefirot condicionanla evolucin de los acontecimientos segn un orden especfico y son, adems, el camino apro-piado para el trnsito del alma hacia Dios.

    Con frecuencia la Cbala estuvo asociada con la magia, la adivinacin y la astrologa, y laexgesis cabalstica con la gematra (mtodo exegtico que interpreta una palabra o una frase porel valor numrico de sus letras) y con la temur (mtodo exegtico basado en la permutacin deletras), procedimientos mediante los que los sabios cabalistas pretendan profundizar en el cono-cimiento de los misterios de la Tor. Asimismo, el desarrollo de la Cbala coincide en el tiem-po con el florecimiento de la literatura mgica popular en el judasmo medieval, siendo fcil-mente observable la existencia entre ellas de una profunda interrelacin, por cuanto el objetivo de

  • tendencia dominante en el judasmo a consentir las prcticas mgicas, de for-ma que la actitud de Maimnides de firme oposicin a la magia, por razonescientficas y religiosas, parece minoritaria en la sociedad juda, pese al granprestigio personal y cientfico de que su nombre estuvo rodeado a lo largo detoda la Edad Media.

    La actitud favorable o, cuando menos, condescendiente hacia la magia enel judasmo ortodoxo puede obedecer en parte, muy probablemente, a que,pese a presentar rasgos sospechosos de idolatra, no era vista como un peligroreal para la fe, al carecer de un soporte ideolgico firme que pudiera conside-rarse como sustitutivo de la religin. Es lo contrario que suceda con las ramasde la ciencia y del conocimiento profano que podan afectar de forma ms omenos directa a la religin cosmologa, astronoma, fsica, metafsica,que aparecan a los ojos de los rabinos como un desafo, cuando no como unautntico peligro, para los principios de la fe12. Adems, es habitual que la ma-gia juda medieval recurra a fuentes religiosas, principalmente a la Tor y alTalmud, as como a la literatura rabnica, apelando siempre al poder supremode Dios y de los ngeles, lo que contribua tambin a alejar de ella las sospe-chas de hereja.

    En definitiva, las condenas bblica y talmdica no fueron suficientes paraapartar a los hebreos de la magia y la adivinacin, que ocupan un importantelugar entre las creencias y las prcticas cotidianas de los judos espaoles enpoca medieval.

    II. LITERATURA MGICA JUDA EN LA EDAD MEDIA

    La relacin de los judos y judeoconversos espaoles con la magia y la he-chicera, y en menor medida con la brujera, queda constatada por la presen-cia de buen nmero de judeoconversos en los procesos inquisitoriales de he-chiceras de fines del siglo XV y del siglo XVI, as como por la relativafrecuencia con que en ellos se alude a manuscritos hebreos de experimentos y

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    una y otra consiste en la descripcin de la estructura del cosmos y de las fuerzas que all actan.En definitiva, la Cbala prctica propici un autntico florecimiento de la magia juda medieval,y contribuy decididamente a extender la fama de los judos como magos y hechiceros.

    Una buena aproximacin al conocimiento de la Cbala puede encontrarse en los libros dePerle Besserman, Cbala y misticismo judo. Introduccin a la filosofa y la prctica de las tra-diciones msticas del judasmo. Barcelona. Oniro, 1998; Adolphe Franck, La Cbala. Barcelona.Humanitas, 1983; Israel Gutwirth, The Kabbalah and Jewish Mysticism, New York. Philosophi-cal Library, 1987; Aryeh Kaplan, Meditation and Kabbalah. York Beach (Maine). Samuel Wei-ser, 1986; Moses Luzzatto, General Principles of the Kabbalah. New York. Samuel Weiser, 1970;A. Safran, La cbala. Barcelona. Martnez Roca, 1976; Gershom Scholem, La cbala y su sim-bolismo. Madrid. Siglo XXI, 1979; y en la obra colectiva titulada La Cbala. Barcelona, 1989.

    12 Ron Barkai, L'us dels Salms en la mgia jueva de l'Edat Mitjana i el Renaixement...,p. 32.

  • prcticas mgicas. Como pone de manifiesto Sebastin Cirac, estos manuscri-tos se inspiraban en libros mgicos y cabalsticos, en los que se contenan fr-mulas para la curacin de todo tipo de males13.

    A lo largo de la Edad Media las comunidades judas distribuidas portoda la Europa occidental y central dispusieron de diversos tratados de ca-rcter mgico, algunos de los cuales procedan de tiempos antiguos, en tan-to que otros fueron compuestos en poca medieval. Entre los escritos primi-tivos alcanzaron gran notoriedad el Sfer ha-razim (= Libro de los secretos),que se considera de poca talmdica, y el Sfer Raziel ha-malakh (= Librodel ngel Raziel), un conjunto de escritos msticos, cosmolgicos y mgicosque fueron integrados en el siglo XIII en un todo unitario por el mstico ale-mn Eleazar ben Yehudah de Worms. Estos libros fundamentan la accinmgica en el conocimiento de la estructura del cosmos, saber ste que, jun-to con las ciencias ms prximas a la cosmologa (matemticas, geometra,astronoma y astrologa), permitira al mago hacer actuar a las fuerzas supe-riores; se encuadran, por tanto, en lo que se conoce como literatura mgi-ca erudita, que tuvo tambin un gran arraigo a lo largo de la Edad Mediaentre musulmanes y cristianos, siendo considerada como parte inseparabledel pensamiento cientfico14. Quiz la obra cumbre de magia terica medie-val sea el Picatrix, atribuida al astrnomo y matemtico hispano-musulmnAl-Qasim Maslama Ibn Ahmad, conocido como Al-Magrit (= el madrile-o); esta obra fue traducida al hebreo, y conoci una gran difusin entre lascomunidades judas hispanas.

    Otra rama de la magia juda medieval se sustenta en el uso de los librossagrados del judasmo y en las plegarias. La utilizacin de versculos de laTor con finalidad teraputica o en frmulas de exorcizacin es muy anti-gua, y aparece ya documentada en el Talmud. Entre las obras que puedenser encuadradas en este grupo deben ser destacadas la Havdal de rabAquiva, libro elaborado en poca ganica en los crculos esotricos de Ba-bilonia, y que se extendi por las comunidades judas europeas a partir deItalia; el Sfer Shimush Torah (= Libro de los usos tergicos de la Tor);el Sfer gematriyot (= Libro de las identidades numricas), tambin cono-cido como Sfer Eliyahu (= Libro de Elas), que sustenta su accin mgi-ca en el conocimiento de los nombres ocultos de la divinidad en la Sagra-da Escritura; el Midrash Tehil.lim (= Midrash sobre los Salmos), en el quese contienen comentarios de los Doctores del Talmud acerca de algunosversculos del Salmo 91; y, especialmente, el Sfer Shimush Tehil.lim(= Libro del uso tergico de los Salmos), en el que la accin mgica se sus-

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    13 Sebastin Citrac Estopan, Los procesos de hechiceras en la Inquisicin de Castilla laNueva (Tribunales de Toledo y Cuenca). Madrid, 1942.

    14 Ron Barkai, L'us dels Salms en la mgia jueva de l'Edat Mitjana i el Renaixement...,p. 19.

  • tenta en el uso adecuado de la Biblia y, en particular, de los Salmos, y queaunque algunos autores lo consideran del siglo XI, es decir de poca ganica, probablemente sea ms acertado retrasar sus orgenes hasta el si-glo XIII.

    Asimismo, incluso lleg a atribuirse origen judo a algunas obras conside-radas de carcter propiamente mgico, como la Clavicula Salomonis. Estaobra, atribuida en la Edad Media al rey bblico Salomn, prototipo del sabioautor de libros mgicos15, tuvo una gran difusin entre las comunidades judasdel Occidente europeo, especialmente en Italia y la Pennsula Ibrica, pese aque tambin era consultada profusamente por magos y hechiceros no judos16.Se trata de una obra con un claro contenido astrolgico, en la que a lo largode su texto se recogen numerosas invocaciones, frmulas y procedimientosmgicos, con referencia detallada a los instrumentos que deban utilizarse encada caso. Pese a su muy improbable origen judo, Caro Baroja considera queguarda una muy estrecha relacin con el Sfer Raziel ha-malakh de Eleazarben Yehudah de Worms, as como que presenta un carcter marcadamente ju-daico17.

    Por ltimo, como se indicaba al comienzo de este apartado, en la docu-mentacin inquisitorial hispana de fines del siglo XV y de todo el siglo XVIse encuentran abundantes referencias a tratados hebreos de magia sinduda, de menor importancia, que seran utilizados por magos y hechice-ros judos y judeoconversos, y an cristiano-viejos. Prueba evidente de laprofusin de escritos hebraicos de magia es la quema generalizada de estetipo de obras que tuvo lugar a fines del siglo XV ante el convento de San Es-teban de Salamanca, segn se contiene en un informe del inquisidor generalPacheco18.

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    15 La fama del rey bblico Salomn como mago se remonta a la Antigedad, encontrando sufundamento en los mismos libros bblicos. Ms tarde, los musulmanes desarrollaron toda una le-yenda en torno a este rey, de cuya inmensa biblioteca de libros mgicos slo se habran salvadoel Testamento y la Clavicula; el resto habra perecido en un incendio.

    16 La literatura apcrifa salomnica o pseudosalomnica prolifer en poca medieval,siendo perseguida por los tribunales inquisitoriales. Como seala el jurisconsulto Francisco deTorreblanca, entre los libros del marqus de Villena que en 1434 orden quemar Lope de Ba-rrientos, obispo de Cuenca, haba algunos salomnicos; este mismo autor atribua a los ju-dos espaoles la prctica de la magia y su enseanza en la ciudad de Toledo, as como la po-pularizacin de ciertos libros llenos de signos, caracteres y oraciones misteriosas, como la Cla-vicula Salomonis y otras obras de medicina supersticiosa y de necromancia (Julio Caro Baroja,Vidas mgicas e Inquisicin. Madrid. Istmo, 1992, 2 vols.; vase vol. I, p.161).

    17 Julio Caro Baroja, Vidas mgicas e Inquisicin, vol. I, pp. 162-163.18 Consulta de D. Andrs Pacheco, inquisidor general, a S.M. sobre aprobacin de los li-

    bros, recogida por Cristbal Prez Pastor en su Bibliografa madrilea, parte tercera (1612 a1625), Madrid, 1907, pp. 441b-442a (informacin tomada de Julio Caro Baroja, Vidas mgicas eInquisicin, p. 162 y p. 173, nota 22).

  • III. CREENCIAS Y PRCTICAS MGICAS DE LOS JUDOS EN POCA MEDIEVAL

    Por lo que se refiere en concreto a las prcticas mgicas ms habituales en-tre los judos espaoles en poca medieval, todo parece indicar que no con-servaban tradiciones mgicas propiamente hebreas que puedan considerarsereminiscencia de ancestrales creencias transmitidas de generacin en genera-cin. Por el contrario, se trata siempre de supersticiones y de frmulas mgi-cas y hechiceriles idnticas, bsicamente, a las de cristianos y musulmanescontemporneos suyos, si bien, en ocasiones, con algunos matices diferencia-dores; es sta una manifestacin ms del proceso de aculturacin al que, comotodo grupo socio-religioso minoritario, en cualquier tiempo y lugar, estabansometidos los judos hispanos en la Edad Media.

    Los fines que trataban de propiciar los magos y hechiceros judos me-diante la prctica de la magia eran tambin idnticos a los que perseguan losmagos cristianos y musulmanes; estos objetivos nos resultan conocidos a tra-vs de la literatura mgica, que nos ofrece muy valiosas informaciones acercade los problemas y las preocupaciones que aquejaban a los individuos, a lasfamilias y a la comunidad hebrea en su conjunto.

    Sin duda ninguna, la principal ocupacin de los magos y hechiceros erala lucha contra las enfermedades. De este modo, las peticiones relacionadascon el tratamiento de enfermedades constituyen en el Sfer ShimushTehil.lim el 18% del total de peticiones; habitualmente se limitan a indicarel miembro o el rgano humano afectado, sin que se haga un diagnstico,propiamente dicho, de la dolencia19. En poca medieval, uno de los proce-dimientos ms habituales para luchar contra las enfermedades era el sortile-gio llamado de las gotillas, del que se encuentran abundantes referenciasen documentacin inquisitorial de fines del siglo XV y del XVI20. En pocaspalabras, consista en llenar una escudilla con agua, al tiempo que se pro-nunciaba el nombre de la persona enferma; seguidamente se vertan en la es-cudilla unas gotas de aceite, cera, pez o plomo fundido al fuego (en ocasio-nes se echaban unos granos de trigo, cebada, oro, plata, aljfar, coral ombar, en nmero de cinco a nueve), y se colocaba sobre la cabeza del en-fermo. En la mezcla del aceite con el agua, o en la efervescencia del plomo,el curandero adivinaba la causa del mal. A continuacin colocaba la es-cudilla en otras partes del cuerpo del enfermo, al tiempo que invocaba la mi-sericordia divina o a los Patriarcas de Israel. Por ltimo, se haca desapare-

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    19 Ron Barkai, L'us dels Salms en la mgia jueva de l'Edat Mitjana i el Renaixement...,p. 38.

    20 Interesantes noticias sobre el sortilegio de las gotillas se ofrecen en el libro de MichaelMolh, Usos y costumbres de los sefardes de Salnica. Madrid-Barcelona. C.S.I.C., 1950, pp.277-278, as como en la obra ya citada de Sebastin Cirac.

  • cer la escudilla con su contenido, con lo que se supona que desapareceratambin el mal del enfermo. Este sortilegio, que presenta variedades regio-nales y a travs del tiempo, era tambin utilizado frecuentemente por curan-deros y hechiceros cristianos. Otro procedimiento empleado tambin confrecuencia, conocido como medir la cinta, consiste en realizar con unacinta diversas mediciones del cuerpo de la persona que se pretende sanar; elresultado de estas mediciones determinara el mal padecido, al que se trata-ra de poner remedio mediante la recitacin de diversos conjuros y plegarias.La curacin de enfermedades de los ojos se haca aplicando barro hecho abase de tierra cogida en la sepultura de un hombre justo; es sta una prcti-ca que est en relacin con la creencia, muy extendida en poca medieval,de la facultad que posean los sepulturas de los hombres santos y justos parasanar enfermedades con el simple contacto.

    No cabe duda de que si el curandero o hechicero poda tener xito en lacura de afecciones de escasa importancia, para las que dispondra de reme-dios a base de hierbas medicinales conocidas por la sabidura popular, muypoco podra hacer en el caso de enfermedades ante las que tampoco la me-dicina conoca remedio y que, con frecuencia, se achacaban a encantamien-tos. De este modo, al lado de enfermedades que presentaban caractersticasclnicas claras y manifiestas, haba otras que, al carecer de ellas, se achaca-ban a los malos espritus y a los demonios, como luego veremos con mayordetalle.

    Otras frmulas hechiceriles tenan por fin predisponer favorablemente a lapersona amada, o propiciar su pronto regreso si se encontraba ausente. Comoen los casos anteriores, los procedimientos empleados eran muy simples y,con frecuencia, mezclaban lo sacro y lo profano; incluso, los hechiceros jude-oconversos caan con frecuencia en un eclecticismo de prcticas y de frmu-las relacionadas unas con la religin juda y otras con la cristiana. Entre losprocedimientos utilizados para lograr el amor de una mujer, estaba muy ex-tendido el que empleaba la sangre de una gallina o de una paloma, de plumaspreferentemente blancas, para escribir con ella el nombre del hombre que de-seaba ser amado; estas letras se borraban con agua pura que, seguidamente,era dada de beber a la mujer.

    En otras ocasiones se trataba de propiciar un buen viaje, para lo que se so-licitaba la proteccin frente a fieras y bandidos. A este fin, era frecuente dar alviajero una moneda que ste entregara al final de su viaje a un pobre, tenien-do en cuenta que se consideraba que el mensajero de caridad reciba siempreuna especial proteccin divina.

    Otro objetivo que se pretenda alcanzar mediante el recurso a la magia erala proteccin frente a los enemigos, sea a ttulo individual o colectivo; as, sien unos casos se trataba de propiciar la liberacin de algn individuo de la cr-cel, en otros se buscaba la derogacin de alguna disposicin expulsoria o con-traria a los intereses de la comunidad hebrea en su conjunto.

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  • Otra cuestin de no menor inters es la que se refiere a los materiales em-pleados en las prcticas mgicas y hechiceriles. Por lo que se refiere a las ma-terias primas utilizadas, stas deben ser siempre puras si se pretende lograralgo positivo. As el agua, muy utilizada en la magia, debe tratarse necesaria-mente de agua limpia, recin cogida en la fuente o en el ro, y depositada enrecipientes nuevos y no empleados con anterioridad. Tambin es habitual lautilizacin en preparados mgicos de aceite y miel, considerados productospuros por su aspecto lmpido y transparente; adems, el aceite tena connota-ciones sagradas en el judasmo, por cuanto era usado en el antiguo Israel paraungir a reyes y sacerdotes, as como para encender las lmparas del Templo y,ms tarde, de las sinagogas. No cabe duda tampoco de que la frecuente utili-zacin en poca medieval del aceite y la miel en medicina, con fines terapu-ticos, contribuira a incrementar sus potenciales virtudes a los ojos de los ma-gos y hechiceros. Cuando se emplea tierra, sta ha de ser tierra virgen, es decirno labrada; ya se ha hecho referencia anteriormente a las cualidades terapu-ticas otorgadas a la tierra cogida en la tumba de un hombre santo, y que nece-sariamente habra de ser virgen por la obligacin para los judos de enterrarseen tierra no labrada. Lo contrario suceda cuando el ritual mgico lo que pre-tenda era causar un dao a alguna persona: en estos casos deba emplearseagua turbia o tierra cogida en los caminos.

    Los magos judos empleaban tambin de forma asidua en sus prcticas elincienso, pese a que los rabinos y maestros del judasmo medieval considera-ban un acto idoltrico su uso fuera del Templo; es muy probable que este re-chazo del incienso por parte del judasmo oficial tenga mucho que ver conla costumbre cristiana de incensar en las iglesias. Asimismo recurran fre-cuentemente a amuletos o talismanes que, en la mayor parte de los casos, con-sistan en plantas o en miembros del cuerpo de un animal, as como en placasmetlicas o en cintas de pergamino (qeme'ot entre los judos) en las que esta-ban escritos nombres del Creador, frases bblicas, algn versculo del libro delos Salmos, una bendicin, un conjuro o una figura geomtrica, principalmen-te el hexagrama o estrella de David (magun David) y el pentagrama o sellode Salomn. Est fuera de toda duda el valor inmenso que en la religin y enla magia judas se concede a nombres y a palabras sagradas tomadas de la Bi-blia, lo que no debe resultar extrao teniendo en cuenta el valor que la magiade la palabra y, en particular, la magia del nombre, ha tenido siempre en lamagia y en la hechicera, en cualquier tiempo y cultura21. Del mismo modo,

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    21 En 1486 el erudito humanista italiano Giovanni Pico della Mirandola trat de organizaren Roma un debate pblico en torno a diferentes cuestiones relativas a la magia y, en particular,acerca del poder mgico de ciertas palabras hebreas; partiendo de la tradicin cabalstica, soste-na que las palabras hebreas pronunciadas por Dios tenan un poder especial.

    En 1494 el sabio humanista alemn Johann Reuchlin construy un sistema sobre nocionescabalsticas, sosteniendo que el nombre Jess (bajo la variante IESUH), en estrecha relacin conel Tetragrama judo YHWH (= Yahveh, es decir Adonay o el Seor) era la suprema palabra para

  • las frmulas para combatir el mal de ojo incluan habitualmente la lectura dedeterminados versculos del libro de los Salmos que hacen referencia a la pro-teccin de Yahveh al pueblo de Israel. Igualmente, y pese a las declaracionesde los rabinos, que insisten en hacer de la mezuz22 y de las tefil.lim23 smbo-los exclusivamente religiosos, no era raro que los fieles judos las convirtieranen autnticos amuletos24.

    En ocasiones se confera a los amuletos y talismanes el poder de hacer mi-lagros y se les llegaba a rendir culto de adoracin, lo que supona una abomi-nacin de carcter idoltrico para el judasmo. Algunos procesos inquisitoria-les de fines del siglo XV ofrecen interesantes noticias acerca del uso deamuletos por parte de judeoconversos acusados de judaizantes; este es el casode Pedro Bernal, vecino de la localidad alcarrea de Molina de Aragn, aquien en el proceso que se le sigui se le pregunt si posea algn simulacro25o alguna mandrgora que adorase26. Pese a que el acusado declar que no po-

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    realizar milagros (Richard Kieckhefer, Magie et sorcellerie en Europe au Moyen ge, en Ro-bert Muchembled, Magie et sorcellerie en Europe du Moyen ge nos jours. Pars. Armand Co-lin, 1994, pp. 17-44; vase p. 43).

    22 La mezuz (= jamba de una puerta), consiste en un pequeo trozo de pergamino en el queestn escritos, en letra hebrea cuadrada, dos pasajes del Deuteronomio (VI, 4-9, y XI, 13-21), enlos que se proclama la unicidad de Dios, exaltando su poder absoluto y su providencia; en el re-verso, y en letra muy grande, se escribe la palabra Shadday (= Todopoderoso), uno de los nom-bres bblicos de Dios. El pergamino, enrollado con el texto hacia dentro, se coloca en una pequeacaja, con una abertura que deja ver la palabra Shadday, y se sita en la jamba derecha de la puer-ta principal de la casa; su presencia garantiza la proteccin de quienes habitan la vivienda. Todojudo piadoso, al entrar o salir de la casa, toca con su mano o besa la mezuz, al tiempo que pro-nuncia una bendicin o hace una invocacin a la proteccin divina.

    23 Tambin conocidas como filacterias (del griego phylaktrion = objeto que protege oque guarda). Consisten en dos pequeas cpsulas, de forma cbica o cilndrica, generalmente decuero y de color negro, que contienen unos pequeos trozos de pergamino en los que estn es-critos ciertos pasajes de la Tor (Deuteronomio, VI, 4-9, y XI, 13-21; xodo, XIII, 1-16) que afir-man la unicidad divina y que recuerdan la liberacin de los israelitas de la esclavitud de Egipto.Todos los judos varones mayores de trece aos (mayora de edad religiosa en el judasmo) debenceirse las tefil.lim durante los oficios sinagogales de la maana (Shaharit) de todos los das dela semana, excepto los sbados y los das festivos, as como en otros das especialmente solem-nes. Las dos tefil.lim se cien una a la frente, entre los ojos (tefil.lah shel rosh), y la otra al brazoizquierdo (tefil.lah shel yad), mediante unas tiritas de cuero negras que dan siete vueltas al brazoy cuatro sobre la mano y los dedos.

    24 Una autoridad rabnica de la categora del alemn Rab Me'ir de Rothenburg (m. 1293)lleg a admitir que fij en su casa veinticuatro mezuzot, con el fin de impedir la entrada en ellade los demonios.

    25 Imagen hecha a semejanza de una persona o de una cosa sagrada.26 La mandrgora o mandrgula es una planta herbcea, con fruto amarillo y de olor agra-

    dable, que se usaba en medicina como narctico, y acerca de cuyas propiedades corran en la An-tigedad mltiples fbulas; en Oriente era considerada como afrodisaca, y capaz de devolver lafertilidad a una mujer estril.

    El carcter mgico conferido a esta planta parece obedecer a que su raz recuerda, vaga-mente, a una figura humana al revs; al atribuirle una cierta personalidad, quienes la desenterra-ban teman que pudiera vengarse de ellos, por lo que con frecuencia lo hacan mediante una cuer-

  • sea ningn tipo de amuleto similar, un testigo del promotor fiscal, llamadoGil Martnez, manifest que en cierta ocasin haba visto cmo Pedro Bernaly Fernando Verde, tambin vecino de Molina de Aragn,

    sacavan una mandrgula e la ponan en la mesa, e la adoravan, e dezan:T eres mi dios, e t eres mi seor, e t me das los bienes que yo tengo, ea t los agradezco. E despus desto dicho, la besaban en el rabo27.

    Tambin a las piedras preciosas se les confera poder mgico y capacidadprotectora contra diversos peligros, lo que para algunos autores pudiera guar-dar relacin con el pectoral adornado con piedras preciosas que llevaba elSumo Sacerdote en el Templo de Jerusaln (xodo, XXVIII, 17-20). Pese aque en la literatura mgica juda de poca medieval no son abundantes lasmenciones acerca de la eficacia de las piedras preciosas, la creencia popularconsideraba al rub (odem en hebreo) la piedra propia de Rubn, y le otorga-ba efectos protectores contra el aborto y la esterilidad de la mujer; la esmeral-da (barket en hebreo) sera la piedra de Lev, confirindole la capacidad deconceder la sabidura a un hombre y, en forma de polvo, la de rejuvenecer alos viejos; el topacio (pitda en hebreo) sera la piedra de Simen, consideradaapropiada para curar enfermedades, en particular las oculares; la amatista(ahlam en hebreo) sera la piedra de Gad, a la que se confera la capacidadde proteccin en las batallas, as como frente a los demonios; y el nix(shoham en hebreo) sera la piedra de Jos, a la que se otorgaba el poder deconceder el xito en sociedad28.

    Para proteger a los nios de la accin maligna de las brujas se colocaba ensus cunas, y cerca de la habitacin en la que dorman, trbedes29, ruda30 y er-vato31, o les colgaban del cuello una bolsita con dientes de ajo, ramas de ca-nela, granos de sal y polvo de carbn; asimismo se confera al coral esta vir-tud protectora de los nios de corta edad.

    Entre los ritos de proteccin de los nios tuvo una enorme importanciaa lo largo de toda la Edad Media, y an en los tiempos modernos, la cere-

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    da atada al cuello de un perro, para que la posible venganza recayera sobre el animal. Su uso es-taba recomendado en los tratados mgicos para las afecciones de los ojos, para heridas, para mor-deduras de serpiente, para el dolor de odos, para la gota y para otros mltiples males.

    27 Archivo Histrico Nacional, Inquisicin, legajo 1930, n. 7 (Enrique Cantera Montene-gro, Solemnidades, ritos y costumbres de los judaizantes de Molina de Aragn a fines de la EdadMedia, en Actas del II Congreso Internacional Encuentro de las Tres Culturas. Ayuntamien-to de Toledo, 1985, pp. 59-88; vase p. 88).

    28 Enciclopedia Judaica Castellana, Mxico, 1948-1951, voz supersticin, vol. X, pp.127-128.

    29 Aro o tringulo de hierro con tres pies, sobre el que se colocan al fuego sartenes o asa-dores.

    30 Planta perenne, de olor fuerte y desagradable.31 Planta herbcea, cuyo fruto se usaba frecuentemente en medicina.

  • monia de las fadas o estrenas (vijola en el rea lingstica catalana) que,pese a estar muy extendida entre los judos, no era exclusivamente juda, yque algunos autores han puesto en relacin con el fatum de poca romana;la noche en que tena lugar esta ceremonia reciba el nombre de noche deviola (nit de vijola en cataln), y entre los hebreos noche de shemir (=guardia, vela). Se trata de una fiesta con ocasin del nacimiento de un nue-vo miembro de la familia, que tena lugar la sptima noche despus del na-cimiento de una nia, y la vspera de la circuncisin (que ha de realizarseal octavo da del nacimiento) en el caso de los varones; es bastante conoci-da a travs de algunos cuentos mgicos y piezas breves de teatro de los si-glos XVI y XVII, que incluyen relatos detallados de la misma. El recin na-cido, vestido de blanco, era lavado con agua en un bacn o recipientecncavo en el que se vertan, adems del agua, algunos granos de oro, pla-ta, aljfar, trigo o cebada, al tiempo que se recitaban ciertas plegarias. Sufinalidad consista en ahuyentar el mal de ojo y propiciar la buena suerte (labuena estrella) para el recin nacido, lo que no resulta extrao en unmundo que conoca unas elevadsimas tasas de mortalidad infantil; era, portanto, uno ms de los ritos de proteccin que acompaaban el nacimientode nios hasta tiempos relativamente recientes. Esta ceremonia fue muyfrecuente entre judos y mudjares espaoles, pese a no estar prescrita nipor la religin juda ni por la musulmana, lo que invita a pensar en un fe-nmeno de sincretismo a travs de influencias mgicas o del folclore his-pano32.

    Entre los remedios mgicos de los judos se recomendaba con insistenciala recitacin de plegarias y la combinacin de letras o palabras, en muchos ca-sos sin sentido aparente, as como los sortilegios mgicos con los nombres deDios. El mago no se contentaba con el uso de los nombres de Dios que apa-recen reflejados en los textos sagrados y en los libros de oraciones que podr-an ser llamados oficiales33, sino que acuda tambin a los nombres ocultos,que trataba de hallar, principalmente, en los versculos del libro de los Salmos.La tcnica de los nombres ocultos qued consolidada en la magia juda me-dieval, fundamentalmente por dos razones: porque los nombres ocultos tienenun papel relevante en el sistema de la Cbala especulativa, y porque una ramade la literatura mgica musulmana, que sin duda influy en el judasmo, se

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    32 Miguel ngel Motis Dolader, Religin y cultura total juda, en Los Judos, Vitoria,Fundacin Sancho el Sabio, 1992, pp. 15-96 (en concreto, pp. 46-48).

    33 Adems de Yahveh, los nombres ms utilizados para hacer referencia a Dios son los deAdonay (plural mayesttico de Adon = mi Seor); Elohim (plural mayesttico de Eloah, tr-mino que aparece en la lengua potica y proviene de l); l (Dios supremo entre los semi-tas); Sebaoth (literalmente, huestes o ejrcitos: por tanto, Dios de los ejrcitos); Shad-day (literalmente, Dios de las montaas; a veces traducido por Dios Todopoderoso o porel Seor); Sother; El Santo; El Altsimo; El Eterno; Pastor; Rey; Roca; o Fortaleza (= Ciu-dadela, Hroe).

  • sustenta en el uso de los nombres secretos de Al, otorgando virtudes tera-puticas y milagrosas a sus diferentes combinaciones34.

    Especial poder se confiere en la magia juda al Tetragrmmaton, como sedenomina a las cuatro letras (YHWH: yod, heh, wav, heh) que componen elnombre sagrado de Yahveh, nombre de Dios que fue revelado por l mismo aMoiss con ocasin de la aparicin en la zarza ardiendo35, y cuya pronun-ciacin est estrictamente restringida en el judasmo, ya desde los tiemposms remotos, por respeto al nombre sagrado de Dios, de forma que slo puedeser pronunciado en determinadas ceremonias clticas especialmente solem-nes36. En contraposicin al nombre Elohim que, segn la tradicin rabnica,hace referencia a la severidad de Dios como juez supremo, el Tetragrmma-ton exalta su misericordia. Como sealan algunos autores, el Tetragrmmatonera para los judos la frmula suprema para operar milagros37, utilizndosecon frecuencia para curar enfermos o como frmula exorcizadora para la ex-pulsin de los demonios.

    El importante papel que la magia de la palabra tuvo entre los judos es re-saltada por el marqus don Enrique de Villena quien, al referirse a los mila-gros que podan obrarse mediante la invocacin de nombres o palabras sagra-das, dice que en esta prctica alcanzaron grandes secretos los hebraiquistas,y que l la haba aprendido, entre otros, de los judos Rab Saraya y maestreHasday Crescas, as como del italiano maestre Pedro de Tosiano38.

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    34 Ron Barkai, L'us dels Salms en la mgia jueva de l'Edat Mitjana i el Renaixement...,pp. 43-44.

    35 xodo, III, 13-15.36 Ya en el siglo VIII a.C. el Tetragrmmaton sagrado se consideraba impronunciable para

    cualquiera que no fuera el Sumo Sacerdote. En la actualidad se suele sustituir por la expresinha-Shem (= el Nombre) en todo tipo de situaciones, excepto en la lectura litrgica de la Tor,en las bendiciones y en las oraciones, en las que se sustituye, normalmente, por Adonay.

    Sin embargo, el misticismo judo conserv, al menos desde el perodo tanatico (tannaim=maestros, transmisores de la tradicin oral; son los antiguos sabios y maestros del judasmo,cuya accin tuvo lugar, principalmente, entre los aos 10 y 220 d.C.), la tradicin de cantar re-petitivamente el nombre sagrado de Dios. Ms tarde, los cabalistas cantaban el nombre de Yah-veh en sus meditaciones, combinando la pronunciacin de cada una de sus letras individuales conejercicios especficos de respiracin, cuyo origen se atribua a las enseanzas originales de losProfetas. La primera letra del Nombre yod (Y) se pronuncia Yah, coincidiendo la exala-cin del aliento con la vocal larga ah; la segunda letra heh (H) es muda y forma parte delsonido Yah espirado; la tercera letra Wav (W) se pronuncia Weh, coincidiendo la espi-racin con el sonido eh; la letra final heh (H) es muda y forma parte del sonido Weh es-pirado (Perle Besserman, Cbala y misticismo judo. Introduccin a la filosofa y la prctica delas tradiciones msticas del judasmo, p. 53, nota 7).

    37 Richard Kieckhefer, Magie et sorcellerie en Europe au Moyen ge, p. 43.38 Marcelino Menndez y Pelayo, Historia de los Heterodoxos Espaoles (edicin prepara-

    da por D. Enrique Snchez Reyes). Madrid. Consejo Superior de Investigaciones Cientficas,1963 (2. ed.), 8 vols. (en concreto, vol. II, pp. 440 y 442-443).

    Hasday Crescas (1340-1412) es un importante filsofo anti-racionalista, que naci en Bar-celona y que particip activamente en la vida intelectual y poltica de su tiempo, llegando a cola-

  • Parece fuera de toda duda que estas tcnicas mgicas guardan profunda re-lacin con la autntica fascinacin que el hombre medieval senta por la es-critura, lo que tiene su expresin ms patente en el esmero con que se elabo-raban los manuscritos y, de forma muy especial, en su muy cuidada grafa. Porlo que en concreto respecta a la cultura juda, se conocen bastantes escritosque tratan sobre el alfabeto hebreo y la forma de sus letras; particular rele-vancia tuvo el cabalista aragons Abraham ben Semu'el Abulafiah (1240-1291), para quien el alfabeto hebreo de 22 letras sera el ms perfecto de to-dos, ya que por medio de l podra llegarse a dominar las setenta lenguas delos hombres39.

    Es muy probable que el gran desarrollo que la magia de la palabra tuvoen el judasmo se encuentre en ntima relacin con la Cbala. La magia caba-lstica se caracterizaba, en buena medida, por la posesin de un aparato cien-tfico, que obligaba al mago o hechicero a la realizacin de ciertas operacio-nes matemticas; coincide, as pues, con lo que Giordano Bruno denominamagia matemtica, que utiliza figuras y caracteres geomtricos, nmeros yclculos aritmticos, as como los tiempos y los movimientos de la Astrologa,o el encantamiento mediante la mirada (ptica). En definitiva, diversos auto-res cabalistas buscaban los secretos de la divinidad y de la Creacin en la for-ma de las letras y, en particular, en sus mltiples combinaciones y permuta-ciones (gematra y temur)40. As, el autor recientemente citado Abraham benSemu'el Abulafiah, en lnea con lo que se ha denominado Cbala prctica,

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    borar de forma intensa con los reyes de Aragn y de Navarra; en 1387 ejerca como rabino en lacomunidad de Zaragoza. Escribi diversas obras contra el aristotelismo y contra el cristianismo,sustentndose en los principios de la Cbala; su obra fundamental es 'Or 'Adonay (1410), en laque refuta los argumentos expuestos por Maimnides en su Gua de perplejos.

    Rab Saraya es, con toda probabilidad, Zerahyah ben Yishaq ha-Levi (tambin llamado Fe-rrer Saladn). Se trata de un discpulo de Hasday Crescas; fue rabino de Zaragoza, y se enfrental racionalismo y a los falsos intelectuales de su comunidad. Intervino activamente en la Disputao Controversia de Tortosa, que tuvo lugar entre enero de 1413 y noviembre de 1414.

    (Sobre ambos personajes, vase ngel Senz-Badillos y Judit Targarona Borrs, Dicciona-rio de autores judos. (Sefarad. Siglos X-XV). Crdoba. Ediciones El Almendro, 1988, pp. 48-49y 202, respectivamente).

    39 Ron Barkai, L'us dels Salms en la mgia jueva de l'Edat Mitjana i el Renaixement..., p.56, nota 94.

    40 Los msticos cabalistas otorgaban a las letras del alfabeto hebreo un valor numrico, queempleaban para sus clculos; estos valores son los siguientes:

    lef: 1 Yod: 10 Kof: 100Bet: 2 Kaf: 20 Resh: 200Gumel: 3 Lmed: 30 Shin: 300Dlet: 4 Mem: 40 Tav: 400Heh: 5 Nun: 50 Kaf final: 500Wav: 6 Smek: 60 Mem final: 600Zayin: 7 Ayin: 70 Nun final: 700Jet: 8 Peh: 80 Peh final: 800Tet: 9 Tsad: 90 Tsad final: 900

  • proftica o exttica, trataba de determinar en varias de sus obras el modo dellegar a la unin exttica con la divinidad mediante la pronunciacin reiterati-va de los nombres de Dios, recurriendo para ello a mltiples combinacionesde sus letras, as como tambin a la utilizacin de diversas tcnicas de medi-tacin como la respiracin controlada, la msica, el canto (salmodia o cantu-rreo), la fijacin de la mirada, o ciertos movimientos rtmicos de la cabeza yel cuerpo; entre sus obras merecen ser destacadas las tituladas Or ha-skel, so-bre las combinaciones de las cuatro letras del Nombre divino, y Sfer hayyeha-olam ha-ba (tambin llamada Sfer ha-shem), en la que explica el nombredivino de 72 letras41. En parecida lnea, el cabalista castellano Ya'aqob benYa'aqob ha-Kohn (mediados del siglo XIII), en su Perush surat ha-tiyyot,lleva a cabo un completo comentario acerca de la forma de las letras del alfa-beto hebreo42. Para l, las letras tienen una forma externa de la que cabe de-ducir su contenido interno; el mejor ejemplo de ello sera el de la letra lef, laprimera letra del alfabeto hebreo, en cuyos rasgos se encontraran los de todaslas dems letras, lo mismo que toda la Creacin se encuentra en Dios y de lsurge43.

    En definitiva, el uso con fines mgicos de los nombres ocultos de Dios seconvirti en un procedimiento habitual en la magia juda de fines del siglo XVy del siglo XVI, en un momento en el que el mesianismo rebrot con una inu-sitada fuerza en el judasmo, surgiendo en el seno de la comunidad hebrea nu-merosos personajes que afirmaban ser capaces de obtener la Redencin delpueblo de Israel mediante el recurso a la magia.

    Pero, adems del recurso a los nombres ocultos de Dios, la magia judautilizaba tambin otros procedimientos para sus conjuros. Entre ellos adquiriuna considerable notoriedad el de la analoga, que se sustenta en la creen-cia de que los milagros que tuvieron lugar en otro tiempo, y que son narradosen los libros bblicos, pueden volver a operarse si el mago sabe utilizar los me-dios adecuados para ello; supone, por tanto, una dimensin psicolgica, queotorgaba mayor seguridad en el xito de la accin mgica al que la ejecutabay al que la requera44. As, para buscar la proteccin frente a una enfermedad,el mago o hechicero recordaba la curacin milagrosa del rey de Jud Ezequ-as, narrada en el libro de los Reyes45, y recitaba el salmo 88, consistente en ellamento profundo y el ruego a Dios por parte del afligido; o en los casos deembarazos complicados se evocaban los embarazos milagrosos de las mujeresde los Patriarcas, las madres de Israel, en particular el embarazo de Sara, la

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    41 ngel Senz-Badillos y Judit Targarona Borrs, Diccionario de autores judos. (Sefarad.Siglos X-XV), pp. 2-3.

    42 Ibdem, p. 121.43 Ron Barkai, L'us dels Salms en la mgia jueva de l'Edat Mitjana i el Renaixement...,

    p. 44.44 Ibdem, p. 45.45 II Reyes, XX, 1-11.

  • mujer de Abraham, segn se narra en el Gnesis46, al tiempo que se recitabael salmo 69, en el que se suplica la ayuda divina.

    En los conjuros de la magia juda era tambin habitual el recurso a los n-geles47, cuyos nombres aparecen frecuentemente escritos con letras grandes,del mismo modo que los nombres de Dios, como seal ms evidente del po-der que se les confera48. Adems, en muchos casos, las peticiones que se ele-vaban a los ngeles se dirigan a ellos no como mediadores entre los hombresy Dios, sino en la creencia de que ellos mismos podan satisfacerlas, lo quefue contundentemente rechazado, como idoltrico, por numerosos sabios ju-dos, principalmente por Maimnides y por los maestros de generaciones pos-teriores que siguieron su magisterio.

    IV. LA ADIVINACIN DEL FUTURO. LA ASTROLOGALa adivinacin del futuro constitua otra de las ocupaciones ms frecuen-

    tes de magos y hechiceros judos, lo que obedece a la preocupacin que entodo momento siente el ser humano por el porvenir. La inquietud se manifes-taba, en ocasiones, ante circunstancias de la vida cotidiana, como la prximarealizacin de un viaje, lo que llevaba a consultar a algn echador de suer-tes o especialista en ageros para determinar la fecha ms apropiada para po-nerse en camino. La partida del ser querido era acompaada por los familia-res desde la puerta de la casa, en unos casos con una bendicin, y en otros conconjuros o frmulas supersticiosas que propiciaran un feliz retorno. En otros

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    46 Gnesis, XVII, 15-21 y XXI, 13.47 Es muy interesante para introducirse en el conocimiento de la angelologa juda el docu-

    mentado estudio de Concepcin Gonzalo Rubio, La angelologa en la literatura rabnica y se-fard. Barcelona. Ameller Ediciones, 1977.

    48 Algunos de los ngeles a los que recurran los magos y hechiceros judos formaban par-te de la tradicin hebrea, como los cuatro arcngeles o ngeles mayores: Gabriel (Hombre deDios o Fortaleza de Dios, es el prncipe de la fuerza), Miguel (es el prncipe del agua, cuyamisin consiste en la proteccin de Israel), Rafael (Medicina o curacin de Dios, designandola que constitua su funcin) y Uriel (Fuego de Dios o Luz de Dios; a travs de l recibenlos hombres su conocimiento). Tambin procedan de la tradicin hebrea otros ngeles meno-res, como Raziel, Yurkemi (prncipe del granizo), Ridya (prncipe de la lluvia), Rahab(prncipe del mar), Layla (prncipe de la noche y de la concepcin), Sandalfn (herma-no asociado; alcanz gran relevancia en la literatura cabalstica), o Duma (ngel de la muer-te). Otros ngeles tenan su origen en la literatura mstica y cabalstica, como Metatrn (prn-cipe del mundo). Y en otros casos, por ltimo, se haca derivar su nombre de la peticin concretaque se formulaba, lo que tiene mucho que ver con un procedimiento habitual en la literatura m-gica juda y musulmana, que se sustenta en la creencia de que toda realidad terrena tiene asigna-do un ngel en el cielo: son, entre otros, Derashiel (derisha = Demanda), Baqshiel (baqasha = pe-ticin), Berakhiel (berakha = Bendicin) o Samahiel (simh = felicidad). Se recurra tambin confrecuencia a los ngeles de la paz, de la clera, a los de la beneficencia, a los de los sueos, a losngeles destructores (mal'ake ha-mashit), etc.

    (Vase Concepcin Gonzalo Rubio, op. cit., pp. 41-48 y 57-62, y Ron Barkai, L'us delsSalms en la mgia jueva de l'Edat Mitjana i el Renaixement..., p. 48).

  • casos se recurra a los adivinadores para conocer lo que el futuro reservaba alos hijos; por ejemplo, de Donosa Besante, judeoconversa vecina de Teruel,quien en el ao 1481 acuda a un judo de Sofen, de paso por Teruel, para quele informara si sus dos hijas contraeran matrimonio. El adivino le hizo saberque una se casara en Teruel y la otra en lugar do haya mar, prediccin porla que recibi de la conversa medio florn48 bis.

    Pero la preocupacin por conocer el futuro iba bastante ms lejos y abar-caba aspectos mucho ms complejos de la realidad humana, tales como si sedisfrutara de una vida larga y feliz, si se padecera alguna enfermedad porejemplo la lepra, autntica obsesin en los tiempos medievales por la mortan-dad y el rechazo social que comportaba o, incluso, si en circunstancias es-pecialmente difciles se mantendra la fidelidad a la fe, llegando incluso hastala aceptacin del martirio. Para ello se acuda a diversos procedimientos, en-tre los que ocupa un lugar destacado la quiromancia, es decir la adivinacindel futuro mediante la interpretacin de las rayas de las manos.

    Algunas representaciones de manos quiromnticas que se han conservadoen manuscritos hebreos de poca medieval49, sirven como fuente de informa-cin sobre las tcnicas quiromnticas hebreas y, lo que es mucho ms intere-sante, acerca de lo que constituan las preocupaciones inherentes al judo me-dieval: duracin de la vida (larga: rayas de la mueca y de la base del pulgar;breve: rayas del alto de la palma); salud y enfermedades (rayas del dedo ndi-ce y de la palma de la mano; padecimiento de la lepra: rayas del hueco de lapalma); constancia o inconstancia de la felicidad; obtencin de descendenciamasculina (rayas del dedo meique); eventualidad de un largo viaje, que po-da suponer una peregrinacin a Jerusaln o, en el peor de los casos, un exilioen tierras lejanas (rayas del hueco de la palma); si se sufrirn torturas (rayasde la base del pulgar) o el martirio (rayas de la palma). La lectura de la manopermitira tambin conocer aspectos ntimos de la conducta moral y espiritualde las personas, aspectos stos que preocupaban sobremanera a quienes for-maban parte de un grupo socio-religioso minoritario, y progresivamente re-chazado, pues no cabe ninguna duda de que una de las garantas de su seguri-dad y de su pervivencia radicaba en el mantenimiento de su cohesin interna;as, pues, se crea que las lneas de la mano podan ofrecer tambin informa-cin del mayor inters sobre si el carcter de una persona era propenso a lacastidad, a la conciliacin o a la fidelidad a la fe, o si, por el contrario, lo era

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    48 bis Manuel Snchez Moya y Jasone Monasterio Aspiri, Los judaizantes turolenses en elsiglo XV, en Sefarad, XXXII (1972), pp. 105-140 y 307-340, y XXXIII (1973), pp. 111-143 y325-356 (en concreto, XXXIII, p. 137).

    49 Es sumamente interesante la dibujada en un manuscrito hebreo francs de fines del sigloXIII, que se conserva en la British Library de Londres (Ms. Add. 11639, fol. 115 r.), y que es re-producida en el libro de T. et M. Metzger, La vie juive au Moyen ge illustre par les manuscritshbraques enlumins du XIIIe au XVIe sicle, p. 221, ilust. 324. Se trata de una mano derecha,correspondiente a un hombre, ya que para la mujer se recurra siempre a la mano izquierda.

  • a la perversin, al odio, a la calumnia y a la delacin, o al abandono de la feante la menor dificultad que pudiera presentarse.

    Otro procedimiento adivinatorio utilizado con cierta asiduidad por los ju-dos en poca medieval era el de la bibliomancia: se abra la Biblia al azar, yde la lectura del primer versculo que saltaba a la vista se determinaba si era unbuen o un mal augurio, en funcin de que se tratara del relato de un aconteci-miento histrico favorable o desfavorable para el pueblo de Israel50. Del mismomodo, si alguien recordaba un versculo bblico al despertarse se considerabatambin una profeca menor; si era algo que pudiera entenderse como un malaugurio, se recomendaba a la persona abstenerse de tomar el desayuno, con elfin de alterar el oscuro porvenir mediante la prctica virtuosa del ayuno50 bis.

    Asimismo se crea en los presagios y en el carcter premonitorio de lossueos (oniromancia). De este modo, si alguien senta escozor en la planta delpie era presagio de un viaje; si lo senta en el odo era porque iba a recibir unanueva; y si lo senta en las cejas era porque iba a encontrarse con una persona queno vea desde haca tiempo. El estornudo era signo de un mal presagio, por lo quesiempre iba acompaado de una bendicin divina para preservar a la persona delos espritus malignos51. Por lo que se refiere a los sueos, exista la creencia deque los difuntos se aparecan en sueos a sus familiares y amigos ms prximosa fin de aconsejarles, y de que tambin Dios utilizaba este medio para transmitirsus deseos a los mortales, normalmente a travs de un ngel o, con mucha mayorfrecuencia, del profeta Elas. La creencia en el carcter premonitorio de los sue-os estaba generalizada en poca medieval, y con los cabalistas la oniromanciase convirti en uno de los medios ms utilizados para obtener la revelacin divi-na en cuestiones de naturaleza escatolgica; a este fin, era habitual invocar a unngel para que actuara como mediador en la revelacin divina. Pero con la inter-pretacin de los sueos haba que tener sumo cuidado, pues se crea que tambinlos demonios podan utilizar los sueos para confundir y daar a los humanos.La importancia concedida a la adivinacin mediante la oniromancia quedaconstatada en los diversos escritos redactados con el fin de ayudar a interpretar

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    50 Es ste un procedimiento utilizado tambin de forma habitual por sus contemporneoscristianos, normalmente en las iglesias, pese a la tenaz oposicin al mismo por parte de las auto-ridades eclesisticas.

    50 bis En torno al ao 1477 Donosa Besante, judeoconversa de Teruel, tuvo un sueo muypesado que consult con el rab, quien, a su vez, lo contrast con los escritos de rab Mewnfes,de Egipto, en los que se explicaba cmo deba actuarse ante sueos extraos. El remedio pro-puesto era el habitual en estos casos: Fuerte ensueo es, faz dayuno; es el nico remedio. Elrab turolense acompa a Donosa a su casa y le mostr lo que deba hacer para conjurar el peli-gro que se cerna sobre ella; para ello, repitieron siete veces el siguiente dilogo: Donosa deca:Sueo bueno vit, sueo bueno viste, sueo bueno vit, a lo que responda el rab: Sueo bue-no viste, sueo bueno viste, sueo bueno vediste, el sueo tuyo bueno es, bueno para l, NuestroSeor lo ponga por bien, por bien. Siete veces sean sentenciados sobre del cielo, que bueno es ybueno ser [Manuel Moya y Jasone Monasterio, Los judaizantes turolenses en el siglo XV, enSefarad, XXXIII (1973), pp. 136-137].

    51 Enciclopedia Judaica Castellana, voz adivinacin, vol. I, p. 83.

  • los sueos, entre los que puede ser destacado el titulado Pitrn halomot, de She-lomoh ben Ya'aqob Almoli, que fue publicado en Salnica, en 151552.

    Con mucha frecuencia las artes adivinatorias entraban en estrecha relacincon la astrologa, ciencia que tiene como fin la prediccin del futuro de un in-dividuo o de la sociedad en su conjunto mediante el estudio de la posicin y delmovimiento de los astros53; la astrologa conoci un considerable desarrollo entrelos judos a lo largo de la Edad Media54, lo que se sustenta en la creencia de quetodo aquello que acontece en el mundo sublunar tiene su origen en la influenciarecibida de los astros, que poseeran distintas cualidades que llegaran a la Tierrasegn diferentes ngulos. La astrologa no se trata de una ciencia oculta, propia-mente dicha, por cuanto se sustenta en realidades visibles que no necesitan de ex-perimentacin; pero s puede hablarse de ciencia oculta, por la interpretacin queel astrlogo hace de los fenmenos naturales. El inters por la astrologa obedeceno slo a que el judo medieval encontr en ella respuestas a sus inquietudes y an-gustias, en particular en tiempos difciles, sino tambin, de forma muy especial, ala necesidad de profundizar en el conocimiento de determinados fenmenos as-tronmicos que permitieran fijar con absoluta fiabilidad el calendario litrgico, loque tiene una importancia fundamental en la vida religiosa juda.

    Como queda de manifiesto a travs de los numerosos ejemplos de calenda-rios litrgicos judos de poca medieval que se han conservado en libros de ora-ciones hebreos y en manuscritos de la Tor, no se trata de calendarios anualessimilares a los de nuestro tiempo actual, sino que consisten en calendarios c-clicos, cuya finalidad primordial consista en determinar las caractersticas decada ao con el fin de deducir las particularidades de su desarrollo litrgico.Comprenden ciclos de diecinueve aos, en los que el carcter de cada ao vie-ne dado por tres datos fundamentales: el da de la semana en el que se celebrael da 1. del mes de tishri, es decir la festividad de Rosh ha-shan o Ao Nue-vo hebreo; el tipo de ao de que se trata, abundante, regular o escaso; y el da dela semana en el que se celebra la festividad de Pesah (Pascua).

    La fijacin de cualquier calendario se basa, necesariamente, en fenmenosastronmicos. Siguiendo los modelos sumerio y babilnico, el calendario judoest marcado por la luna, de forma que los meses se inician cuando la luna cre-ciente se observa por primera vez en el crepsculo nocturno (neomenia, o roshhodesh en hebreo). El ao judo se compone de doce meses lunares y de tres-cientos cincuenta y cuatro das completos, ms un tercio de cada da, por lo que

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    52 Enciclopedia Judaica Castellana, voz supersticin, vol. X, p. 128.53 Es lo que San Isidoro de Sevilla denomina en sus Etimologas astrologa iudicaria, frente

    a la astrologa naturalis, que tratara acerca de las influencias de los movimientos de los astros so-bre el cosmos y la naturaleza, y que, por tanto, se encuentra mucho ms prxima a la astronoma.

    54 Para una buena aproximacin general al tema de la astrologa juda en esta poca, van-se los trabajos de Jacques Halbronn, Le monde juif et lastrologie. Histoire dun vieux couple, Mi-lano, Arch, 1985, y de Ron Barkai L'astrologie juive mdivale: aspects thoriques et prati-ques, en Le Moyen ge, XCIII (1987), pp. 323-348

  • el ao solar se adelanta once das con relacin al ao lunar; por este motivo, sehizo necesario introducir cclicamente un mes ms. En ciclos de diecinueveaos, los aos tercero, sexto, octavo, decimoprimero, decimocuarto, decimo-sptimo y decimonoveno tienen trece meses (son los denominados aos embo-lsmicos), en tanto que los restantes se componen de doce meses. Estos sietemeses suplementarios, aadidos a los diecinueve aos lunares, los hacan coin-cidir con diecinueve aos solares, corrigiendo el adelanto de las estaciones ypermitiendo que el calendario judo sea fijo, de forma que se celebren siempreen la misma fecha las distintas festividades y, en particular, las tres fiestas ma-yores (yamin tobim): Pesah (Pascua) en la primera luna llena tras el equinoc-cio de primavera, Shavu'ot (Pentecosts) en verano, y Sukkot (fiesta de los Ta-bernculos) en otoo. Los meses del calendario judo son de veintinueve o detreinta das; tres meses tienen unos aos veintinueve das y otros aos treinta,lo que obedece a complejas razones de carcter astronmico, que obligan a te-ner en cuenta el cambio anual del Sol y el mensual de la Luna.

    De este modo, a lo largo de toda la Edad Media la astrologa estuvo nti-mamente ligada a la astronoma, de forma que las observaciones y clculos delos astrnomos servan como base para las predicciones y los horscopos delos astrlogos; a su vez, la fe en la astrologa sirvi como motor para el pro-greso de la astronoma, tanto o ms que el puro inters cientfico. Si en la ac-tualidad existe una ntida diferenciacin entre los campos de atencin de la as-tronoma y la astrologa, no ocurra lo mismo en la Edad Media, cuando sehaca referencia a ellas como si se tratara de trminos sinnimos; la astrono-ma sera entonces el contenido terico de una ciencia, cuya aplicacin prc-tica sera la astrologa55. Incluso, en ocasiones, un mismo individuo reuna ensu persona las condiciones de astrnomo y de astrlogo; as, la actividad cien-tfica del eminente astrnomo judeo-espaol Abraham ben Semu'el Zacut(1452 - c. 1515)56 resulta absolutamente indisociable de su labor como astr-logo, de forma que en el ao 1496, antes de la partida de la expedicin portu-guesa capitaneada por Vasco de Gama, el rey Manuel I no slo le encarg queinstruyera a los marinos en el uso del astrolabio aplicado a la navegacin, ascomo de las tablas astronmicas y de las cartas de navegacin de las que eraautor, sino que, adems, le solicit que predijera la suerte de la empresa.

    Es opinin comn de los principales especialistas en la materia que la ms im-portante aportacin creadora de los cientficos judos de poca medieval se dio enel terreno de la astronoma, tanto en Castilla como en los distintos territorios de laCorona de Aragn, colaborando activamente algunos de ellos en el perfecciona-miento de los instrumentos de observacin y clculo principalmente, astrola-

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    55 David Romano, La ciencia hispanojuda, p. 19.56 Entre otros estudios sobre la figura del clebre historiador, astrnomo y astrlogo sal-

    mantino, vase el de Francisco Cantera Burgos, El judo salmantino Abraham Zacut (siglo XV).Notas para la historia de la Astronoma en la Espaa medieval. Madrid, 1931.

  • bios, relojes auxiliares y aparatos de observacin, sobre los que elaboraron tex-tos con instrucciones para su fabricacin y uso, y en la confeccin de las llamadastablas astronmicas. La fama justamente lograda por los judos como astrnomosy astrolgos tiene su ms patente expresin en el hecho de que no hubo, prctica-mente, ningn equipo de investigacin astronmica en la Espaa medieval que nocontara con la presencia, en mayor o en menor medida, de sabios judos.

    Astrnomos judos intervinieron de forma sobresaliente en la compilacinde las ms relevantes tablas astronmicas hispanas de poca medieval, o es aellos en exclusiva a quien corresponde su autora57; son, entre otros: Moshe Se-fardi (Pedro Alfonso de Huesca - ss. XI-XII), a quien se atribuyen diversasobras y opculos de carcter astronmico, as como unas tablas consistentes enuna traduccin de algn tratado rabe; Abraham bar Hiyya (? - c. 1136), grantransmisor de ciencia y, quiz, astrlogo de reyes o familias nobiliarias, y au-tor de tres obras astronmicas y de unas tablas; Abraham ibn Ezra (1089-1164), sin duda el ms influyente de los cientficos judos altomedievales en te-rritorio cristiano, autor de diversos tratados astronmicos y de unas tablas muyutilizadas durante varios siglos, y que slo quedaron paulatinamente arrinco-nadas a partir del siglo XVI; Yehudah ben Mosheh ha-Kohn y Yishaq ibn Say-yid (segunda mitad del s. XIII), dos de los ms activos colaboradores cientfi-cos de Alfonso X y coautores de las llamadas Tablas alfonses (1272),probablemente la obra cientfica alfons de mayor alcance y la ms famosa, ci-tada y utilizada profusamente hasta que Kepler la super en 1627 con sus Ta-blas rudolfinas; Yishaq ben Yisra'el (o Yisra'eli - primera mitad del siglo XIV),autor de un importante tratado titulado Yesod olam (= Fundamento del mundo,1310), cuya finalidad consiste en la fijacin del calendario judo; Yehudah benAser y Yosef ibn Waqqar (segunda mitad del s. XIV), autores de sendas tablasastronmicas; David Bonet Bonjorn (Bonjorn= Yom Tob) de Barrio (s. XIV),autor de las llamadas Tablas astronmicas de Perpin; Ya'aqob al-Corsino(segunda mitad del siglo XIV), autor de las Tablas astronmicas de Barcelo-na; y Abraham ben Semu'el Zacut (1452-c.1515), quien goz de gran fama enCastilla y en Portugal como astrnomo y astrlogo, ciencias que ense a pro-fesores del Estudio General de Salamanca, y autor de una obra llamada Ha-hibbur ha-gadol (= Compilacin magna), que comprende unos cnones yunas tablas astronmicas que, segn algunos autores, fueron utilizadas porCristbal Coln en sus viajes a Amrica.

    Tambin en la astrologa sobresalieron los judos, de forma que desde elsiglo XIII se detecta la presencia de eminentes astrlogos hebreos en las cor-tes de los distintos reinos hispanos. Pese a que la astrologa medieval hundesus races en obras cientficas griegas, persas e hindes traducidas al rabe en

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    57 Son muy interesantes a este respecto los trabajos, ya citados, de David Romano, La cien-cia hispanojuda, y de ngel Senz-Badillos y Judit Targarona Borrs, Diccionario de autores ju-dos. (Sefarad. Siglos X-XV).

  • los siglos VIII y IX, es habitual que esta ciencia se asociara con los judos58, loque tiene mucho que ver con la extraordinaria relevancia y difusin que adqui-rieron las obras astronmico-astrolgicas de Abraham bar Hiyya y, principal-mente, de Abraham ibn Ezra.

    En efecto, es a sus aportaciones astrolgicas a lo que debe su mayor famaAbraham ibn Ezra (1089-1164); su influencia como astrlogo fue enorme entresus correligionarios y an mayor, si cabe, en el mundo cristiano, de forma que suobra figuraba en numerosas bibliotecas medievales y fue traducida al latn, ascomo a diversas lenguas romances y germnicas. Entre sus distintos tratados as-trolgicos merecen ser destacados los siguientes: el Sfer re'sit hokmah (= El li-bro sobre el principio de la sabidura), en el que expone los principios tericosde la astrologa y sus aplicaciones prcticas; el Sfer ha-mibharim (= El libro delos tiempos elegidos), acerca de los tiempos idneos para las distintas accionesdel hombre; y el Sfer ha s'elot (= El libro de las preguntas). Sus juicios o pre-dicciones astrolgicas alcanzaron gran notoriedad, en particular sus horscoposo natividades (determinacin del futuro de una persona a partir de la fecha desu nacimiento), sus interrogaciones o elecciones (averiguaciones acerca delmomento ms adecuado para realizar alguna accin con resultado positivo) y susmundiales (predicciones acerca de lo que ocurrir en un ao determinado)58 bis.

    Por su parte, Abraham bar Hiyya se esforz en conciliar astrologa y fe reli-giosa, negando que la ciencia astrolgica fuera en contra del principio de la om-nipotencia divina; en su tratado Megillat ha-megalleh llega a reconocer que ensus tareas de rabino de la comunidad hebrea de Barcelona utiliz la astrologapara determinar los das ms propicios para celebrar el matrimonio de algunasparejas. Bar Hiyya defiende la idea de que el sabio judo debe profundizar en elconocimiento de la astrologa con el fin de demostrar a cristianos y musulmanesla superioridad de la fe juda, y se esfuerza en probar astrolgicamente los que lconsidera errores de Cristo y de Mahoma, as como la verdad del judasmo.

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    58 En la Primera Crnica General de Alfonso X el Sabio, al hacer referencia a Mahoma y ala expansin de sus doctrinas, se relaciona a los judos con el conocimiento de los astros, en untono, aparentemente, despectivo. As, se afirma que Mahoma haba estudiado con un judo estre-llero, quien le haba enseado algunos principios de las religiones cristiana y juda que luegoaprovechara para dar cuerpo a la religin islmica; este judo habra vaticinado, mediante la ob-servacin de los astros, el importante papel que en el futuro habra de desempear Mahoma, antesincluso de su nacimiento: Aquel judo estrellero que dixiemos cat et asm la concordancia delas estrellas et de los planetas sobre la era del nascimiento del ninno, e entendi por ellas que avede seer aquel ninno omne mucho esforado et alado et poderoso en regno et en ley. (PrimeraCrnica General de Espaa, que mand componer Alfonso el Sabio y se continuaba bajo SanchoIV en 1289. Edicin de Ramn Menndez Pidal, Antonio Garca Solalinde, Manuel Muoz Cor-ts y Jos Gmez Prez. Madrid. Gredos, 1955, 2 vols.; vase cap. 467, p. 261b).

    58 bis Acerca de la contribucin de Ibn Ezra al desarrollo de la ciencia astrolgica, puedencitarse los recientes estudios de Mariano Gmez Aranda, Teoras astronmicas y astrolgicas enel Comentario de Abraham Ibn Ezra al libro del Eclesiasts, en Sefarad, LV (1995), pp. 257-272, y de Shlomo Sela, El papel de Abraham ibn Ezra en la divulgacin de los juicios de laastrologa en las lenguas hebrea y latina, en Sefarad, LIX (1999), pp. 159-194.

  • En la Corona de Aragn, Pedro IV el Ceremonioso (1336-1387) atrajo a sucorte a varios astrnomos judos, quienes elaboraron diversas tablas astronmi-cas con el fin de utilizarlas como base para levantar horscopos; Jernimo Zu-rita afirma que este monarca fue muy aficionado a la astrologa y a la alqui-mia, ciencia sta en la que tuvo por maestro al mdico judo Menahem59.Asimismo, el judo de origen francs Cresques de Viviers (? - 1391) fue as-trlogo del rey Juan I (1387-1395), muriendo asesinado en 1391 en medio delos levantamientos antijudos que tuvieron lugar en dicho ao.

    Por ltimo, tambin Abraham Zacut se interes por la astrologa, escri-biendo un tratado sobre astrologa mdica que tiene por ttulo Tratado de lasinfluencias del cielo (1486), que consta de una introduccin y tres partes. Enla primera parte trata de las nueve esferas astronmicas, as como de la co-rrespondencia de los doce signos del zodaco con los cuatro elementos funda-mentales (agua, aire, fuego y tierra) y con los distintos miembros del cuerpohumano; en la segunda se refiere a las aplicaciones mdicas de la astrologa;y en la tercera se centra en cuestiones de ndole meteorolgica, aludiendo tam-bin a las veintiocho mansiones de la Luna y a las doce casas astrolgi-cas. En un apndice trata sobre la manera de explicar los eclipses de Sol y deLuna, desde el punto de vista de la astrologa mdica60.

    Por tanto, y pese a la oposicin de algunos intelectuales racionalistas61, laastrologa tuvo una gran popularidad en el judasmo espaol, tanto entre la

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    59 Acerca de la relacin de los judos con la alquimia es interesante el estudio de RaphaelPatai, The Jewish Alchimists. Princeton University Press, 1994.

    60 David Romano, La ciencia hispanojuda, pp. 181-184.61 Es ste el caso de Maimnides (1138-1204) quien, en la epstola que en el ao 1194 diri-

    gi a los rabinos de Marsella sobre la astrologa, se refera a los astrlogos de manera despectivaafirmando que ... la ciencia astronmica nos proporciona datos sorprendentes, pero ciertos sinduda alguna, como son el clculo de las estaciones...; todo lo contrario de las quimeras de los as-trlogos, que no son nada (David Romano, La ciencia hispanojuda, p. 192).

    En trminos tambin muy duros se expresaba Yehudah ben Aser ben Yehi'el (1270-1349)quien, en sus Responsa recogidas con el ttulo de Zikrn Yehudah, afirmaba escribir ... para lle-nar con piedras las bocas de los astrlogos. Porque a causa de nuestros numerosos pecados grancantidad de judos, especialmente los que no tienen letras, siguen los caminos errneos de estospecadores los astrlogos, y segn el juicio de los astros se levantan y se acuestan, van y vuel-ven (Ron Barkai, Significado de las aportaciones de los judos en el terreno de la medicina, laastrologa y la magia, p. 83).

    Tambin el poeta Rab Sem Tob ben Yitzhak Ardutiel, ms conocido como Don Sem Tob oSantob de Carrin (c. 1290 - c. 1370), incluye en sus Proverbios Morales algunos versos que ma-nifiestan un evidente desprecio por la astrologa. As, si los versos de la estrofa 14

    Que quando es del puntoA la rrueda justyyaNon monta del mas justoAnte la su maliya,

    sugieren la vanidad de la creencia en el determinismo astrolgico, y los versos de la estrofa 26Andar aquella rruedaDel ielo e las estrellasQue jamas nunca quedaE sabe cuenta dellas?,

  • gente sencilla como entre la clase culta y dirigente. Desde los tiempos talm-dicos, buena parte de los sabios judos manifestaban su convencimiento acer-ca de la influencia de los astros sobre la personalidad de cada ser humano, quenacera, vivira y morira bajo el influjo del conjunto de astros y de planetas y,en particular, de su mazzal, es decir el signo del zodaco bajo el que haba na-cido y que marcara su existencia. El trmino hebreo mazzal (= suerte, ventu-ra, astro) dio lugar a los adjetivos espaoles mazaloso (= dichoso, feliz) ydesmazalado (= desgraciado, infeliz); del mismo modo, en judeoespaol seutiliza la expresin mazal claro como sinnimo de buena suerte, en tan-to que mazal iscuro lo sera de mala suerte62. Muy expresivo es a este res-pecto el refrn judeoespaol que dice:

    Los unos nacen con mazal y ventura;los otros con potra (= bocio) y crevadura (= hernia),

    y que recuerda mucho al refrn castellano que dice:Unos nacen con estrella y otros estrellados63.

    Algunos de los escasos horscopos que se han conservado de poca me-dieval nos permiten conocer cules eran los propsitos de las predicciones as-trolgicas. Una de las ms importantes consista en averiguar cmo los distin-tos cuerpos celestes afectaran al carcter y al destino de una persona, para loque era fundamental conocer cul era la posicin de los astros en el momentode su nacimiento; a este fin, parece que era relativamente frecuente entre losjudos espaoles, en particular entre los que residan en ncleos urbanos decierta importancia, dibujar la carta astral de los recin nacidos. Pero a travsde la posicin de los astros podran tambin los astrlogos vaticinar la conve-niencia o inconveniencia de emprender un viaje, la oportunidad o inoportuni-dad de una operacin econmica o de una intervencin quirrgica, y, en ge-neral, el resultado de cualquier accin de relevancia en la vida de una persona,as como conocer el momento ms adecuado para llevarla a cabo.

    Particularmente expresivo de lo que acaba de sealarse es el caso relativo ala operacin de cataratas del rey Juan II de Aragn, en 1468. En efecto, se con-

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    pretenden menospreciar la astrologa y advierten la insuficiencia humana para comprender el cos-mos, los de la estrofa 173

    Pues por rregla derechaEl mundo non se guia,El mucho dubdar echaA omre en astrosia,

    son tambin expresin de la absoluta increencia del poeta en la astrologa, as como en que elmundo se rija por reglas fijas (Sem Tob, Proverbios Morales. Edicin de Sanford Shepard. Ma-drid. Clsicos Castalia, 1985, pp. 86, 88 y 113).

    62 Jess Cantera Ortiz de Urbina, El refranero judeoespaol, en Paremia, 6 (1997), pp.153-162 (en concreto, p. 155).

    63 Jess Cantera, op. cit., p. 156.

  • serva una carta autgrafa de Cresques Abnarrab, mdico judo de Lrida, fe-chada en esta ciudad catalana el da 28 de septiembre de 146864, en la que co-munica al rey aragons que, pese a que le ha operado con xito de la cataratadel ojo derecho en aquel da elegidsimo de 11 de septiembre de ese ao, nole es posible fijar fecha para realizar la misma intervencin en el ojo izquierdo,porque habran de pasar doce aos hasta que la conjuncin astrolgica fuera tanfavorable como lo haba sido en la anterior ocasin. Si no quisiera esperar tan-to tiempo, Cresques informa a Juan II que el mejor momento para operar serael da 12 de octubre, mircoles, a las tres y media de la tarde. Se trata, sin dudaninguna, de una prediccin de eleccin, consistente en averiguar el momen-to ms apropiado para realizar una accin cualquiera con resultado favorable.

    Porque no cabe duda de que a lo largo de toda la Edad Media medicina,magia y astrologa, como ciencias que tratan del hombre, de su cuerpo y de sumente, estuvieron estrechamente ligadas, de forma que el mdico o curande-ro combinaba saberes mdicos con prcticas mgicas y con predicciones as-trolgicas, tanto en la medicina culta como en la popular. De este modo, nocabe imaginar en la Edad Media ni el estudio de la medicina ni su aplicacinprctica al margen de la astrologa, por cuanto se consideraba que los astrostenan una influencia directa no slo en el desarrollo del cuerpo humano, des-de el nacimiento hasta la muerte, sino tambin en los procesos de enfermedadque le afectaban; por ello, la astronoma y la astrologa formaban parte im-portante del curriculum de las escuelas y facultades de medicina. La estrechavinculacin entre medicina y magia queda tambin de manifiesto en la fre-cuencia con la que en los textos mdicos, desde la Antigedad hasta el sigloXVII, se recogen alusiones a prcticas mgicas.

    V. LA BRUJERA. LA IMAGEN DEL JUDO COMO MAGO Y HECHICERO

    Hasta aqu se ha hecho referencia, principalmente, a la magia blanca omagia protectora; en un nivel distinto se sita la magia negra o brujera, queacta a travs de maleficios, es decir de hechizos realizados con intencionesmalignas.

    Entre todos los maleficios, el que con mayor frecuencia aparece citado enla documentacin medieval, y tambin probablemente el ms temido, es elmal de ojo. Desde la Antigedad bblica los judos crean en el mal de ojo, ya l achacaban la mayor parte de los males y enfermedades; incluso el Talmud,obra caracterizada por un marcado racionalismo, se refiere al mal de ojo y se-ala entre las personas ms propensas a sufrirlo a los enfermos, a las mujeresembarazadas y parturientas, a los recin nacidos, a los recin casados, y a

    Enrique Cantera Montenegro Los judos y las ciencias ocultas en la Espaa medieval

    73 En la Espaa Medieval2002, 25: 47-83

    64 Publicada por David Romano, La ciencia hispanojuda, pp. 177-178.

  • quienes estaban de duelo durante el perodo de siete das siguientes al falleci-miento de un pariente prximo (shib).

    El mal de ojo consistira en una especie de encantamiento producido poruna vieja, con frecuencia una bruja, que proyectaba el mal sobre su vctimacon la mirada; se trata de una agresin mgica, ligada habitualmente a la en-vidia. En 1529, en su Tratado de las supersticiones y hechizeras y de la pos-sibilidad y remedio dellas, el franciscano fray Martn de Castaega daba unaexplicacin pseudocientfica del mal de ojo:

    La virtud natural expulsiva, que es una de las virtudes de la potencianutritiva, expele y lanza fuera del cuerpo todas las impuridades que no setornan en sustancias y mantenimiento del cuerpo, y lo que es ms gruesoexpele y echa por las partes inferiores, que naturaleza para ello provey yseal, y lo que no es tan grueso, por las ventanas naturales, como por laboca, por las narices y por las orejas, y lo que es muy ms sotil expele porlas vidrieras de los ojos, y as salen por los ojos, como unos rayos las im-puridades y sociedades ms sotiles del cuerpo, y cuanto ms sotiles, tantoson ms penetrantes, y ms inficionan... Y esta