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TEXTO UNIVERSITARIO COMPILADO DE NEUROPSICOLOGÍA Willy Valle Salvatierra Código……………….. Compilador Chimbote, Perú

TEXTO UNIVERSITARIO - ULADECH · análisis de los trastornos del lenguaje expresivo y receptivo, pudieron diagnosticar la localización de una lesión cerebral. Este hecho señala

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TEXTO UNIVERSITARIO

COMPILADO DE NEUROPSICOLOGÍA

Willy Valle Salvatierra

Código………………..

Compilador

Chimbote, Perú

2

NEURO PSICOLOGÍA

Serie UTEX

Primera Edición 2015

Willy Valle Salvatierra (Comp.)

De esta edición Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote

Jr. Leoncio Prado N° 443 Chimbote, Ancash – Perú

Telf.: (043) 327846.

Editado por:

……………………………………

Texto digital

Decreto Legislativo 822 – Ley sobre el Derecho de Autor

Artículo 43º.- Respecto de las obras ya divulgadas lícitamente, es permitida sin

autorización del autor:

a) La reproducción por medios reprográficos, para la enseñanza o la realización

de exámenes en instituciones educativas, siempre que no haya fines de lucro y en la

medida justificada por el objetivo perseguido, de artículos o de breves extractos de

obras lícitamente publicadas, a condición de que tal utilización se haga conforme a los

usos honrados y que la misma no sea objeto de venta u otra transacción a título

oneroso, ni tenga directa o indirectamente fines de lucro.

3

ÍNDICE GENERAL

ÍNDICE GENERAL ....................................................................................................... 3

PRESENTACIÓN DEL DOCENTE .......................................................................................... 4

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 5

UNIDADES DE APRENDIZAJE ..................................................................................... 6

PRIMERA UNIDAD: FUNDAMENTOS BÁSICOS DE LA NEUROPSICOLOGÍA ................... 7

Capítulo I: FUNDAMENTOS BÁSICOS DE LA NEUROPSICOLOGÍA ........................................ 8 1.1. DEFINICIÓN DE NEUROPSICOLOGÍA ....................................................................................... 8 1.2 ORGANIZACIÓN Y FUNCIÓN CEREBRAL ................................................................................ 19 1.3 FUNCIONES CEREBRALES SUPERIORES ................................................................................. 42

RESUMEN ...................................................................................................................... 76

AUTOEVALUACIÓN ......................................................................................................... 77

SOLUCIONARIO DE LA AUTOEVALUACIÓN ....................................................................... 79

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ....................................................................................... 80

SEGUNDA UNIDAD: DAÑOS NEUROPSICOLÓGICOS Y ALTERACIONES DE LAS

FUNCIONES SUPERIORES......................................................................................... 81

CAPÍTULO II: DAÑOS NEUROPSICOLÓGICOS Y ALTERACIONES DE LAS FUNCIONES

SUPERIORES ................................................................................................................... 82 2.1 ETIOLOGÍAS DEL DAÑO CEREBRAL ............................................................................................... 82 2.2 SÍNDROMES PREFRONTALES ........................................................................................................ 95 2.3 ASIMETRÍA CEREBRAL ................................................................................................................ 106 2.4 ALTERACIÓN DEL LENGUAJE (AFASIA, ALEXIA Y AGRAFIAS) ....................................................... 120 2.5 ALTERACIONES PERCEPTIVAS (AGNOSIA) ................................................................................... 126 2.6 AMNESIA .................................................................................................................................... 140 2.7 DEMENCIA ................................................................................................................................. 150

RESUMEN .................................................................................................................... 181

AUTOEVALUACIÓN ....................................................................................................... 183

SOLUCIONARIO DE LA AUTOEVALUACIÓN ..................................................................... 185

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ..................................................................................... 186

TERCERA UNIDAD: EVALUACIÓN, INFORME Y REHABILITACIÓN NEUROPSICOLÓCA 187

CAPÍTULO III: EVALUACIÓN, INFORME Y REHABILITACIÓN NEUROPSICOLÓCA ................ 188 3.1 EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA ............................................................................................ 188 3.2 INFORME NEUROPSICOLÓGICO Y EL DIAGNÓSTICO .................................................................. 206 3.3 REHABILITACIÓN NEUROPSICOLÓGICA ...................................................................................... 224

RESUMEN .................................................................................................................... 228

AUTOEVALUACIÓN ....................................................................................................... 229

SOLUCIONARIO DE LA AUTOEVALUACIÓN ..................................................................... 231

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ..................................................................................... 232

4

PRESENTACIÓN DEL DOCENTE

El docente, Willy Valle Salvatierra, es Psicólogo,

docente de la Escuela Profesional de Psicología, ha

realizado estudios de Filosofía. Asimismo, concluyó los

estudios de Maestría en Psicología Clínica. Es autor de la

obra de literatura filosófica “Fuga Mundi” (2005). Ha

realizado diferentes investigaciones en el campo de la

psicología y actualmente preside la Asociación de

Investigación y Desarrollo Humano “Comprender”.

5

INTRODUCCIÓN

Estimado estudiante:

La asignatura de Neuropsicología se encuentra en el III Ciclo de estudio de la Carrera

Profesional de Psicología. Esta asignatura es fundamental para tu formación

profesional en tanto que aporta con las bases fisioanatomicas del sistema nervioso,

sus alteraciones y sus consecuencias en la conducta. Es decir el objetivo básico de la

asignatura es conocer las diferentes alteraciones neurológicas y su importancia con el

comportamiento humano.

Siempre el hombre ha querido dar respuesta a los diferentes fenómenos que ocurren

en la naturaleza. Pero hay un fenómeno que aún hay conocimientos no concluyentes,

el comportamiento humano. Una de las posibles explicaciones es la que nos da la

neurociencia. En su proceso de desarrollo nos encontramos con una etapa en la que

se empezó a dar más interés a aquellas alteraciones en el comportamiento en relación

a los daños neurológicos. Es que a finales de la II guerra mundial empezaron a

aparecer “casos raros” llamando fuertemente la atención de los investigadores.

Naciendo así la neuropsicología, que se abordará en la I unidad, así como las bases

neuroanatómincas de los procesos psicológicos superiores.

La II unidad, se la dedica a la revisión de las causas que dañan el sistema nervioso y

sus los síndromes y trastornos más comunes.

En la III unidad, se revisarán temas relacionados a la evaluación, elaboración del

informe y rehabilitación neuropsicológica.

Por último no me queda más que decir: Bienvenido, y te deseo los mejores deseos de

éxitos esperando contar con tu activa participación (consultas, comentarios y

sugerencias).

Espero que tu paso por esta asignatura sea significativo en tu formación como futuro

psicólogo.

Willy Valle Salvatierra

6

UNIDADES DE APRENDIZAJE

7

PRIMERA UNIDAD:

FUNDAMENTOS BÁSICOS DE

LA NEUROPSICOLOGÍA

8

Capítulo I: FUNDAMENTOS BÁSICOS DE LA

NEUROPSICOLOGÍA

Para el desarrollo del Capítulo I la información se tomará de:

Contreras, G. N. (2013). Manual para la exploración neurológica y

las funciones cerebrales superiores. Recuperado de

http://site.ebrary.com/lib/bibliocauladechsp/reader.action?docID=109

95575&ppg=16

Romero, E., Y Vázquez, G. (2002). Actualización en neuropsicología

clínica. Argentina: Editorial Nobuko.

Guzmán Cervantes, E. (1983). Neuropsicología. Colombia:

Universidad Nacional de Colombia.

1.1. DEFINICIÓN DE NEUROPSICOLOGÍA

Para Romero y Vázquez (2002, p.9-11)

La conceptualización más aceptada actualmente de la neuropsicología clínica

se refiere a la misma como a una ciencia que se ocupa de la evaluación y estudio en

general de la expresión comportamental de una disfunción cerebral. (M. Lezak 1983)

Esta relación entre el comportamiento y disfunción cerebral se apoya en los

conocimientos que posee la ciencia, de que todas las conductas desde las más

sencillas a las más complejas, están mediatizadas por un proceso fisiológico de

características neuroquímicas y bioeléctricas, que tienen lugar en el sistema nervioso

central. (K. Heilman y E. Valesntein 1985).

Este modo de definir la Neuropsicología probablemente tiene su origen en las

primeras investigaciones realizadas por Broca y Wernicke, quienes basándose en el

análisis de los trastornos del lenguaje expresivo y receptivo, pudieron diagnosticar la

localización de una lesión cerebral. Este hecho señala claramente que un

comportamiento disfuncional, como pueden ser las dificultades de comprensión del

lenguaje hablado, o de expresión del mismo, tienen un correlato orgánico cerebral. (M.

Quinteros Rountree, 1995).

V. Feld, desde su enfoque sostiene que la Neuropsicología actual se ubica “en

el cruce que componen la neurología y las neurociencias, por un lado y la psicología

por el otro, y esto es el sustrato que intenta explicar la base material sobre la que se

asientan los fenómenos de la psiquis humana.” (V. Feld 1998).

9

Estudiosos más comprometidos con las realidades socio políticas de los

países en los que desarrollaron su trabajo, generaron un pensamiento que pone el

acento en el origen social del desarrollo de las funciones cerebrales. Esta

conceptualización considera que en el especial intercambio que el individuo realiza

con su ambiente se produce una tarea de aprendizaje mediante una internalización

adaptativa del mundo circundante. En esta tarea, y solo por el factor social

determinante, el cerebro desarrolla su potencialidad y de esa forma va adquiriendo las

capacidades que no estaban desde un principio en su estructura.

Desde otra perspectiva, la importancia atribuida en exceso al aspecto

genético de la organización del sistema nervioso, sería la determinante de los límites

estructurales a los que deberá atenerse el sistema. Por lo cual, más allá de la

estimulación del medio, el sustrato biológico es el que facilitaría o entorpecería toda

tarea adaptativa y de aprendizaje. (K. Heilman y E. Valenstein, 1985).

Sea cual fuere nuestra posición al respecto creo que debería cuidarse de

cualquier forma, caer en una apreciación simplificadora del desarrollo de la conducta

humana, ya que sabemos que la evolución cognitiva es mucho más compleja que una

relación lineal cerebro-comportamiento. El aporte relativamente reciente de la

psicología cognitiva ha dado una nueva aproximación a estos fenómenos, desde la

perspectiva de los “sistemas" y la “modularidad".

La perspectiva cognitivista, pondrá el acento en la investigación, partiendo de

la patología para poder comprender así el funcionamiento normal de la mente humana.

(A. Parkin, 1999 - Ellis y Young, 1992).

La concepción proveniente de la psicología cognitiva respecto del

procesamiento mental estructurado por módulos, da una perspectiva más clara en el

momento de investigar qué parte del sistema fracasa y como ese fracaso se expresa

en la conducta humana.

En este sentido, Alan Parkin clarifica la cuestión estableciendo que “La

neuropsicología cognitiva se basa en observaciones cuidadosas del comportamiento

que exhiben las personas con lesiones cerebrales, pero también está guiada por un

marco teórico: el proporcionado por la psicología cognitiva". (A. Parkin, 1999).

No obstante, a raíz de disfunciones o directamente daño en el cerebro,

nuestro comportamiento y la estructura de nuestro pensamiento pueden cambiar. Y la

Neuropsicología se ocupa de estos cambios, de su evaluación, de la necesidad de

darle un diagnóstico a ese material extraído durante la evaluación, y de diseñar

programas de rehabilitación personalizados y acordes a un pronóstico basado en los

datos obtenidos de los tests y de la historia del individuo.

10

En el ámbito de la clínica, muchas de las evaluaciones neuropsicológicas son

solicitadas por colegas para contribuir al diagnóstico de diversas enfermedades

mentales.

Frecuentemente se piden estudios a fin de planificar el tratamiento y la

rehabilitación. Y por lo tanto el informe final debiera incluir no solo el tipo de trastorno

neuropsicológico, sino la posible localización de la lesión si se trata de un daño

cerebral sospechado, o al menos indicar en qué hemisferio se percibe mayor

disfunción.

Si la evaluación está destinada a planificar el cuidado del paciente, sugerimos

incluir una descripción detallada de las capacidades cognitivas y características de

personalidad, y los cambios cognitivos y emocionales ocurridos a través del tiempo.

Debe tenerse en cuenta que ciertas medicaciones producen efectos que se

reflejan en la performance de algunas pruebas y pueden interferir el rendimiento.

Lo mismo puede ocurrir con trastorno del estado de ánimo y síntomas de

ansiedad en su fase aguda. Todos estos factores deberían ser consignados en el

informe para completar adecuadamente la información de la persona que se somete a

una evaluación.

La rápida evolución en los últimos años, de la Neuropsicología como

disciplina independiente, ha tenido como contrapartida el creciente interés por parte de

los psicólogos y médicos clínicos, que ven en estos estudios una valiosa ayuda en los

problemas prácticos de diagnóstico, evaluación y rehabilitación de pacientes

sospechosos de daño o funcionamiento cerebral anómalo, constituyéndose así

también en un instrumento de significativa importancia para la psiquiatría.

1.1.2. Aspectos históricos

Para Guzmán (1983, p.19-26)

Parte de los datos a continuación son tomados de la Historia de las Ciencias

del Cerebro de Stevens (1974) y de la Historia de la Neurología recopilada por

Haymaker y col., (1970).

En un comienzo fue necesario descubrir que el órgano regulador de la

conducta era el cerebro (Hipócrates) y no el corazón (Aristóteles). En el siglo II de

nuestra era, Galeno enunció un sistema nervioso consistente en tubos vacíos que

transmitían "espíritus animales" desde los ventrículos cerebrales al cuerpo. Vino el

oscurantismo de la Edad Media y, (excepto entre los árabes y judíos), la ciencia

empírica cayó en manos de barberos, charlatanes, y, a lo sumo, brujos merecedores

11

de la hoguera. El Renacimiento vio surgir gigantes como Leonardo da Vinci que se

atrevieron a practicar autopsias y a "escrutar los misterios" del cuerpo humano,

considerado como sagrado y ajeno al dominio del conocimiento humano.

Ya en el siglo XVI se habían descrito las principales estructuras microscópicas

del cerebro (cerebelo, tallo, ventrículos, tálamo, pineal, hemisferios y pares craneales).

Willis (1664) propuso los mecanismos básicos de irrigación sanguínea carotídeo-

vertebral y describía el intercambio entre una red de vasos y otra, (anastomosis) sin

abandonar el dogma de Galeno. Por la misma época, Descartes basó su modelo de

conducción en un mecanismo de "compuertas" que dejaban pasar ciertos estímulos

hasta el cerebro, y que parece ser válido contemporáneamente. Su sistema de

movimientos reflejos recuerda la inervación recíproca de Sherrington; Descartes

avanzó además la noción de las ideas innatas, relacionadas hoy en día con la

programación filogenética de los códigos del Sistema Nervioso Central (SNC). Aquí la

teología entró en conflicto con la ciencia y Descartes detuvo sus pesquisas.

Los descubrimientos en electricidad y química del siglo XVIII permitieron

concebir que los organismos estaban dotados de características eléctricas. Al conectar

un músculo de rana a dos placas de metales diferentes, éste se contrae, de dónde

Galvani dedujo una electricidad inherente a todo organismo vivo cuyo origen podría

ser el cerebro. Pero Volta, el inventor de la pila, demostró que la contracción muscular

se debía a la descarga eléctrica generada por la pila.

En el siglo XIX Johannes Müller propuso que cada nervio conducía cierto tipo

de sensación específica (que recuerda las "vías marcadas" modernas con códigos

altamente desarrollados y específicos). Su discípulo, Dubois-Reymond, en 1850

registró por primera vez un impulso nervioso al insertar en una fibra nerviosa dos

electrodos finos conectados al galvanómetro. Cuando se estimulaba el nervio, la

corriente se invertía, fenómeno que Dubois-Reymond, llamó "variación negativa" y que

no era sino el impulso nervioso. Pensó pues que la velocidad de transmisión del nervio

era comparable a la del rayo. Helmholtz registró sistemáticamente las diferencias en el

tiempo que el músculo tardaba en contraerse según la distancia de la estimulación y

estimó una velocidad de conducción de unos 40 a 60 metros por segundo, lo que

descartaba la naturaleza eléctrica del impulso. Los avances en fisiología y bioquímica

de este siglo explicaron la naturaleza de la transmisión nerviosa.

12

A finales del siglo XVIII se habían descrito las estructuras macroscópicas,

pero no se había establecido todavía la diferencia entre un sistema sensorio y uno

motor. El cerebro se concebía como un sensorio común, más o menos indiferenciado.

En 1811 el gran anatomista inglés Bell, propuso la existencia de nervios motores y

sensoriales. Independientemente de Bell, el francés Magendie (1822) descubrió el

mismo hecho y además, observó que las raíces posteriores o dorsales de la medula

espinal son sensorias y que las anteriores o ventrales son motoras. Dicha ley de Bell

Magendie, sentó las bases para diferenciar estructural y funcionalmente el sistema

espinal. Faltaba descubrir esto mismo para el cerebro. A comienzos del siglo XIX se

produjo un hecho que trascendería hasta nuestros días en el pensamiento científico.

Un fino neuroanatomista, Gall, radicado en Inglaterra, describió la decusación

piramidal en tallo, el origen de los pares craneales así como la sustancia gris como

"asiento del pensamiento". Paradójicamente, nadie recuerda a Gall por sus méritos,

sino por haber puesto de moda la frenología. Propuso que diversas regiones

cerebrales "representaban" facultades y cualidades humanas detectables según los

abultamientos del cráneo. La posibilidad de que, con una inspección del cráneo se

lograra conocer lo "más íntimo" de la persona tuvo tanto éxito comercial que la

frenología cayó en descrédito científico. Debe reconocerse, sin embargo, que aunque

ni el método ni las hipótesis de Gall eran adecuadas o científicas, la intuición era

correcta al anticipar áreas de especialización en el cerebro.

La reacción conservadora por parte de científicos tradicionalistas no se hizo

esperar. Flourens, célebre médico francés, fue el primero en realizar ablaciones

sistemáticas de diversas partes del cerebro a partir de lo cual rebate la frenología y la

especialización del cerebro, y llega a la idea del SNC como un "sensorio común". Sus

ideas persistieron hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando volvió a imperar el

"localizacionismo" no ya a la manera especulativa de Gall, sino con pruebas

experimentales.

En 1870 Fritsch y Hitzig (trabajando en el tocador de la señora Hitzig porque

no disponían de laboratorio) insertaron electrodos epidurales en el área pre-rolándica

de perros e hicieron pasar una corriente, lo que producía movimientos musculares

determinados. Era el área motora. Posteriormente Hitzig delimitó la corteza motora

(luego el cerebro no era "común"), y aclaró los principios de inervación contralateral.

A partir de esto, se desarrolló el afán por buscar zonas del cerebro

diferenciables por su actividad eléctrica. Por 1879 el alcalde inglés, Catón, insertó

13

intracorticalmente dos electrodos conectados a un galvanómetro sin necesidad de

pasar corriente y observó la misma inversión de potencial registrada por su antecesor

Du Bois-Reymond. Posteriormente Catón registró en cuero cabelludo un tipo de

actividad espontánea eléctrica diferente de la registrada intracranealmente. Poco

después Beck descubrió que la actividad espontánea se interrumpía al introducir una

"distracción" súbita al animal (efecto de lo que posteriormente se conocería como

formación reticulada). Beck divulgó más rápidamente que Catón sus hallazgos, pero el

mérito de sentar las bases de la electroencefalografía recae sobre Catón.

Paralelamente a la investigación neurofisiológica, la anatomía intentaba

"localizar" funciones mentales. Desde la Edad Media se habían descrito numerosos

cuadros mentales por lesiones en el cerebro, entre ellos diversos tipos de lo que hoy

se conoce como afasia. Hacia 1825, Crighton, propuso que la dificultad para emitir

correctamente una palabra se debía a una desconexión entre la idea y el signo

expresivo lingüístico que transmite la idea. Poco después Bouillaud y Lordat

postularon la existencia de un "centro motor" del habla, común con el de la deglución.

Hasta 1860 no se había relacionado el trastorno del lenguaje con la parálisis en el

hemicuerpo derecho. En pleno auge de la escuela francesa de medicina, Paul Broca

practicó la autopsia de un paciente que se creía, comprendía pero no hablaba (sino las

sílabas Tan-Tan). A partir de la lesión izquierda anterior que presentaba en la autopsia,

Broca concluyó que "hablamos con el hemisferio izquierdo".

Junto con Fritsch y Hitzig, Broca se considera como el fundador del

"localizacionismo", o sea, de la relación entre áreas corticales específicas y

determinada función. En la misma década (1860-1870), Munk terminó de levantar los

"mapas" corticales correspondientes a funciones somestésicas, visuales y acústicas y

preparó un perro con los lóbulos occipitales extirpados que veía pero no reconocía los

objetos (agnósico), y que era hemianópsico y no ciego de un ojo, como se creyera

hasta entonces. Con esto definió la decusación de las vías visuales en el quiasma. Por

la misma época (1873) Sir David Ferrier describió los campos visuales frontales y el

"centro auditivo" para sonidos hablados. A veces menos acertado que Munk, Ferrier

era más brillante y cosa importante, aún para nuestros días, trabajaba al amparo de la

escuela neurológica anglo-sajona que estaba tomando la ventaja que todavía hoy

prevalece sobre las escuelas del continente.

Estudios como los de Munk y Ferrier iniciaron la era de la neuroanatomía

experimental. Hacia fines del siglo. Charles Beevor y Víctor Horsley inventaron el

14

método de coordenas cerebrales tri-dimensionales (esterotaxis) que permite localizar

externamente con bastante precisión áreas profundas del cerebro.

El "Zeitgeist" o espíritu de los tiempos impuesto por las condiciones

ideológicas, tecnológicas (y hasta políticas) se revela en toda época. Entre 1860 y

1890, el afán de localizar anatómicamente las funciones mentales superiores invadió

la clínica y comenzaron a proliferar las especulaciones sobre "centros de

representación". En 1869 Bastian propuso cuatro centros cerebrales para el lenguaje a

saber: visual-verbal, auditivo-verbal, gloso-kinestésico e "ideatorio-manual".

Charcot se basó en las ideas de Bastian para levantar un diagrama de los

"centros intelectuales", que explicaba prácticamente todos los fenómenos afásicos

aprácticos y agnósicos (...). Lissauer (1890-1892) describió enfermos con visión intacta

pero con deficiencias en reconocer objetos (como los perros de Munk). Freud llamó

este fenómeno agnosia.

Entre 1875 y 1900 Wernicke y Dejérine se adelantaron a su época por lo que

tuvieron más resonancia años después de su muerte. Wernicke propuso que sólo

aquellas funciones psicológicas más elementales pueden asignarse a áreas corticales

definidas y estableció un modelo teórico para diversos síndromes cerebrales

(particularmente para las afasias). Diferenció los efectos sensorio-motores de destruir

un área cortical o de interrumpir las vías aferentes a tal región. Basándose en los

modelos de Wernicke, Dejérine (1890-1900), volvió al concepto de dos tipos de afasia:

motora y receptiva. Con evidencias anatomopatológicas claras, sintetizó las causas de

los diversos defectos en funciones superiores tras determinadas lesiones cerebrales

(síndromes corticales y síndromes de "desconexión"). Hace años surgió una escuela

en Boston dirigida por Geschwind que ha gozado de considerable prestigio y que tomó

los esquemas de Wernicke y Dejérine.

Hacia 1900 surgió la misma reacción contra el localizacionismo que se

produjo en el siglo XIX; Pierre Marie en 1906, Pick en 1913 y Alajouanine

posteriormente, decidieron no reconocer sino un tipo de desórdenes "intelectivos"

causados por daños en el hemisferio izquierdo. Esta corriente predominó durante

algún tiempo en Francia y degeneró en elucubraciones más filosóficas que científicas

sobre la naturaleza del "pensamiento" y de los símbolos, aunque últimamente parte de

dichas intuiciones se han revelado acertadas. Ya entrado el siglo, las ciencias básicas

del cerebro ven avances espectaculares en neuroanatomía, electrofisiología,

15

bioquímica y biofísica. Los trabajos encaminados hacia el estudio de funciones

corticales son menos brillantes. Por un lado está Von Gudden a final del siglo, quien

descubrió las proyecciones específicas talámico-corticales, Fleschsig, quien propuso la

división de la corteza en zonas primarias, secundarias y de asociación, y Ramón y

Cajal, premio Nobel de 1906 por sus trabajos en histología del sistema nervioso y su

teoría de la neurona como entidad anatómica y funcional separada. Por el otro lado las

figuras son de menor brillo como Marie, Liepmann, y Kleist quien, a pesar de un

trabajo dedicado, propuso un mapa (...) que no se diferencia mucho de la concepción

de Gall.

En la primera mitad de este siglo pocos seguidores de la escuela holística

tuvieron en cuenta la especificidad de los sistemas talámico-corticales. Los pocos que

trabajaron con este modelo se apoyaban en las brillantes proposiciones de John

Hughlins Jackson hacia 1870. Integrando sus observaciones clínicas con los

datos de sus colegas ingleses y alemanes, describió la organización de la corteza

motora y fue el primero en establecer una jerarquía encefálica, según la que los

niveles inferiores, básicos para mantener la vida, estarían bajo control de los niveles

superiores (corticales) básicos para funciones intelectuales. Para la idea de un control

inverso (tallo a corteza) tendrían que esperarse los trabajos de Bremer (1933) y

Moruzzi y Magoun (1949) sobre el papel de la formación reticulada y proyecciones

talámico-corticales inespecíficas. Jackson también observó que las funciones más

refinadas y dependientes del aprendizaje son las primeras en alterarse tras lesiones

cerebrales, cosa que llamó desintegración progresiva de funciones. En cuanto más

severa la lesión, más primitiva (ontogenéticamente) sería la conducta remanente. Fue

el primero en señalar la predominancia del hemisferio derecho para ciertas funciones

(cantar, interpretar música) y emitir lenguaje "emocional", así como el valor pronóstico

de que la lesión fuera lenta (con pocas secuelas) o aguda (con severas secuelas). En

la misma línea de pensamiento, Von Monakow (1914) anotó que las partes sanas del

cerebro pueden alterarse transitoriamente por una lesión determinada (fenómeno de

diasquisis).

Si bien estas anotaciones clínicas fueron altamente consideradas entonces, la

conceptualización del Sistema Nervioso Central como un aparato jerárquico era tal vez

demasiado filosófica y compleja para una época en la cual resultaba más reforzante

investigar en neurofisiología y clínica los efectos de lesiones cerebrales.

16

En plena reacción behaviorista Watsoniana, (modelo estricto estímulo-

respuesta) hacia la década de los 20 y 30, pocos investigadores norteamericanos se

atrevían a apartarse de los datos observables "puros" o se permitían hacer inferencias

sobre los procesos intermediarios que suceden en la "caja negra". De aquí que el

campo de la neuropsicología fue absorbido por la medicina. El proponer una acción

global del cerebro se confundía fácilmente con la adhesión más o menos tácita a la

teoría de la Gestallt, tan impregnada de filosofía y cuyos términos en general no se

prestaban a la operacionalización clara. Uno de los innovadores fue Karl Lashley

quien, en su famosa monografía Brain Mechanisms and Behavior (1929), trataba de

demostrar que la acción del cerebro es equipotencial (o sea que todas las áreas son

equivalentes desde el punto de vista funcional), y que el déficit comportamental

subsiguiente a una extirpación correlaciona más con la extensión que con la

localización de la lesión. Los experimentos de Lashley extrapolaban del cerebro de la

rata (mamífero, con pobre dotación cortical primaria) al cerebro del hombre, lo que no

es enteramente válido. Sin embargo, Lashley aportó una corriente fresca a la rígida

psicología conductista al señalar que el modelo respuesta-refuerzo o estímulo

respuesta no siempre es válido y que existen diferentes niveles de análisis del

comportamiento. En The Problem of Serial Order in Behavior (1950) expone que el

modelo operante no tiene cabida como explicación de conductas (abiertas o

encubiertas) con características de ser pre-programadas a nivel central (movimientos

de alcance, hablar, escribir). Uno de los neurólogos norteamericanos de mayor peso y

quien contribuyó a instaurar una visión clínica holística del cerebro fue Denny-Brown

Un investigador paralelo a Lashley fue Goldstein, neurólogo interesado en las

funciones mentales superiores y con una clásica formación gestálltica. Excelente

observador clínico, configuró un esquema de la organización del cerebro como un

órgano inter-actuante. Junto con Gelb, el primer psicólogo neurológico, Goldstein

proponía una acción de masa del cerebro humano, equivalente a la propuesta por

Lashley en los Estados Unidos y por Head en Inglaterra. Contribuyó con varios

conceptos que, aunque vagos y poco operacionables en la época, son de suma

utilidad para la observación clínica tales como la pérdida de la actitud abstracta o

categoría! tras lesiones cerebrales en general. Replanteó conceptos propuestos por

Jackson de signos por exceso o por defecto (subsiguientes a la desinhibición o

inhibición de otros sistemas) y subrayó la interacción de factores "orgánicos" y

"psicógenos" en la conformación de cuadros mentales neurológicos. Por su lenguaje

ambiguo y poco operacionable (particularmente en Estados Unidos, en la época de

máximo auge del pragmatismo), sólo hasta poco antes de su muerte (1969), fue

17

cuando los estudiosos contemporáneos del área descubrieron el valor de las obras de

Goldstein, de Lashley y de Head. Fueron los datos de la neurofisiología de los años

posteriores los que vinieron a confirmar la correcta orientación de las intuiciones de

estos autores. Por ejemplo, Rassmussen y Penfield (1947) con estimulaciones

sucesivas de las áreas pre y post-rolándicas observaron que no todas las células de la

corteza pre-rolándica son motoras y que no todas las de la corteza post-rolándica son

sensorias.

Hasta la segunda mitad de este siglo priman las escuelas asociacionistas del

cerebro. Excepto unas pocas figuras de estatura científica como Lashley, Goldstein,

Gelb y Head, la mayoría de los investigadores trabajan con un marco teórico

localizacionista estrecho y elemental. Aunque a menudo se pretenda lo contrario,

todavía hoy en día se tiende a trabajar con este punto de referencia. Esta confusión

provendría de que, actualmente se sabe que el modelo localizacionista puro no

corresponde a la organización cerebral pero no se dispone de un modelo estructurado

que dé cuenta de la generación de operaciones complejas. Una cosa es saber lo que

es la organización del cerebro y otra cosa es saber lo que no es. Es posible que la

mayoría de los grandes investigadores en esta área, a pesar de rechazar los modelos

localizacionistas, en final de cuentas echan mano de los recursos de estos esquemas.

Desde hace unos 20 años se está trabajando en este sentido la inter- relación

bioquímica-anatomía-físiología y comportamiento y es de esperarse a que finales de

siglo se haya llegado a la operacionalización del tipo de preguntas plantea- das en

términos generales por Goldstein y Lashley.

ESTADO ACTUAL DEL PROBLEMA

En el momento existe una brecha entre la neurología y la neurofisiología. En

la práctica clínica se tiende a concebir el sistema nervioso central en términos de

"centros de representación" (incluso para funciones tan complejas como hablar o

calcular) pero a nivel de ciencias básicas se sabe que el cerebro no es tan sencillo. La

mayoría de los cuadros clínicos humanos se han descrito desde hace años, pero es

este el momento en que todavía se desconoce gran parte de su significado. Sin dejar

de estudiar la patología (que no se puede controlar experimentalmente), la corriente

científica intenta especificar las condiciones óptimas de activación de ciertos sistemas

cerebrales en condiciones normales, lo que requiere de técnicas muy refinadas

neurofisiológicas y neuropsicológicas. Entre ellas se cuentan la electroencefalografía

por computador, los potenciales evocados, el registro de unidades aisladas, los

programas de refuerzo automatizados, los estudios de flujo regional sanguíneo con

18

isótopos, y los instrumentos psicofísicos tales como el taquistoscopio, los equipos de

sonido adaptados al laboratorio, etc.

Paralelamente al estudio en profundidad de sistemas específicos, la

paleoneurología y neuroanatomía comparada han contribuido sustancialmente a la

concepción unitaria del sistema nervioso central. En cuanto más evolucionado un

organismo, más grados de libertad adquiere el animal respecto de sus necesidades

internas y externas y queda más libre, en el sentido de que sus comportamientos son

más adaptables, flexibles y modifícables con la experiencia.

19

1.2 ORGANIZACIÓN Y FUNCIÓN CEREBRAL

Para Guzmán (1983, p.26-36)

A. MODELOS EVOLUTIVOS DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Cada especie dispone de un repertorio de respuestas garantizado por la

programación filogenéticamente determinada del sistema nervioso central (SNC). Los

"temas" centrales de conformación de proteínas nucleicas y citoplasmáticas parecen

ser básicamente similares a lo largo y ancho del fenómeno biológico. La información

externa que incide en el núcleo altera de diversas formas las proteínas que, por

cambios conjugados con el citoplasma y la membrana conformarán la "memoria" y

sobre ésta, el resto de operaciones codificadas (Llinás y col., 1977).

Herrick, uno de los más importantes neuroanatomistas de este siglo desarrolló

un modelo de evolución de la corteza o manto cortical (pallio) que se advierte ya en

reptiles y anfibios. Por carecer de sistemas cortico-subcorticales diferenciados, los

receptores periféricos de los vertebrados "inferiores" son muy especializados y no

requieren mayor procesamiento central. Estos animales por tanto tienen poco poder de

comparación y resolución integrada de memorias del exterior. En las especies más

derivadas, subsisten remanentes de estos sistemas sensoriales que llegan a diversos

niveles de tallo cerebral. Se señala esto para disipar la idea de que en el hombre, toda

función superior se realiza en corteza, como si ésta actuara excluyendo el resto del

cerebro. Los procesos corticales no son disociables de los subcorticales, y no se

equiparan a funciones "conscientes" e "inconscientes".

En las tortugas la corteza olfativa se separa de la hipocámpica y surge un tipo

de "corteza general" penetrada por proyecciones somestésicas. En los mamíferos

primitivos se aprecia el importante manto neocortical que empuja la corteza olfativa

hacia la parte rostral y el hipocampo hacia la parte medial del cerebro. La corteza es

invadida por poderosas proyecciones talámico-corticales altamente mielinizadas y

específicas, provenientes de sentidos a distancia (visión y audición). En los primates y

particularmente en el hombre se hacen prominentes las áreas de integración como

corolario en el refinamiento en la capacidad receptiva de todo el sistema. El término

corolario no implica una relación de causa-efecto o de prioridad en el tiempo. Las leyes

de la evolución se conocen de modo muy fragmentario pero carecen de fin teleológico

y siguen una línea de variaciones al azar de las cuales privará una solución biológica

(no necesariamente la mejor posible).

Para que exista un aparato asociativo, se requieren elementos por asociar, y

éstos se dan a medida que los receptores y sistemas sensoriales y motores se refinan.

(Herrick, 1933). Un sistema nervioso central que dispone de vías antiguas

20

filogenéticamente (con empalmes en núcleos sub-talámicos) y de vías recientes muy

rápidas y directas, resultó en la combinación de procesos multisensoriales en forma

tan compleja y tan procesada que en último término se llegó a operar con conceptos

en lugar de operar con perceptos.

B. MODELOS FUNCIONALES DEL SISTEMA NERVIOSO PRIMATE

El sistema nervioso central se concibe hoy como un complejo unitario formado

por diversos aparatos diferenciados y especializados que actúan en un concierto

temporal filogenética y ontogenéticamente determinado. A pesar de la simplificación de

los esquemas propuestos, que subdividen el SNC en sistemas aislados, son útiles

como punto de referencia transitorio. A continuación se enuncian algunos supuestos

que parecen regir la organización cerebral y sistematizados por Nauta (1960) Brown

(1977) y Kelso y cois., (1981). Ninguno de ellos es explicativo por sí solo pero cada

principio enunciado tiene validez, al menos en un momento dado de la interacción

organismo-contexto significativo.

1. Principio de la Organización Jerárquica

Se basa en la premisa jacksoniana de que en el SNC se dan varios niveles de

desarrollo filo y ontogenético, del más primitivo al más evolucionado y que mantienen

relaciones recíprocas de auto-regulación mutua. Estas relaciones parece ser

jerárquicas tanto anatómica como funcionalmente. En vertebrados primitivos se dan

sistemas relativamente "difusos" e indiferenciados, capaces de acciones inmediatas,

centradas en torno del eje axial corporal y sin relaciones recíprocas (o sea, más o

menos autónomos e independientes del contexto externo e interno). En cuanto más

evolucionado el animal, aparecen sistemas sensoriales con vías mielinizadas y

rápidas, dispuestas en paralelo con los sistemas más antiguos (Llinás, 1974; Nauta,

1960) y que confluyen en ciertas zonas de proyección del SNC. La disposición en

paralelo se complementa con el serial según la cual el mismo tipo de datos se analiza

progresivamente a través de varias sinapsis. Los sistemas en paralelo aseguran cierta

redundancia necesaria de funciones? A nivel de corteza es raro que la confluencia de

operadores en serie y en paralelo confluya sólo en una región. Este desarrollo permite

acciones des-centradas del cuerpo y percepciones estables a la vez que una gran

flexibilidad operativa, puesto que cada zona puede operar diferencialmente según el

contexto.

Al hablar de jerarquía, no se implica que los niveles "superiores" controlen

unilateralmente a los "inferiores". Como los diversos niveles parecen operar sobre

datos diferentes (de uno o de diversos estímulos) el control o interacción es mutuo.

21

Asimismo, las funciones mentales "superiores" y las "primarias" se hallan en estrecha

interrelación. La jerarquía se concibe más como el nivel de análisis de datos en el cual

opera un sistema dado. La organización jerárquica garantiza los máximos y mínimos

necesarios de redundancia gracias a los sistemas codificados en serie y en paralelo

que permiten un alto grado de fidelidad en la transmisión de auto-control y de

capacidad de comparar datos, lo cual aumenta la precisión y estabilidad del medio

interno y externo.

2. Principio de los Gradientes de Especialización

Un gradiente se define como la relación entre el cambio de una magnitud en

función de otra magnitud (vgr: la luminosidad de una fuente de luz disminuye

logarítmicamente con el cuadrado de la distancia de la fuente). En neurofisiología, este

principio se refiere al incremento o decremento en el umbral de respuesta de una

célula ante determinada característica de estímulo, en función de las interconexiones

anatómicas de dicha célula y de su propio código genético. La "especificidad" en el

cerebro es casi siempre relativa, incluso cuando se habla a nivel celular. Las células

no responden ante los estímulos conocidos en nuestro mundo psicológico, sino ante

características o dimensiones físicas muy específicas. Por ejemplo, del aviso de

"proteja su ambiente" visto desde el autobús, algunas células del sistema visual

pueden responder a la luminosidad, otras a los ángulos, otras a los colores, etc. Para

cada uno de los parámetros enunciados existen células que responden óptimamente,

o sea, con mayor eficiencia. La eficiencia de respuesta de una célula se define, entre

otros, por los siguientes parámetros: corta latencia de respuesta, alto número de

pulsos por segundo (o sea, alta frecuencia) y mínimo requisito de intensidad del

estímulo (o sea, menor umbral). Dichas unidades específicas tienden a agruparse en

núcleos o poblaciones con características histológicas y funcionales similares. En la

corteza, son importantes las "áreas de proyección" talámico-corticales primarias y

secundarias en las cuales la mayoría de las células (pero no todas) responden mejor a

una o varias características de una modalidad dada (visual, auditiva, etc.). Sin

embargo, cualquier célula es capaz de responder ante un estímulo "inespecífico"

(electricidad, agente químico, etc.) si su intensidad es lo suficientemente alta como

para activarla. La probabilidad de hallar células específicas para una modalidad dada

disminuye en función de la distancia de las áreas de proyección talámico-corticales. En

cambio, aumenta la probabilidad de hallar células que respondan simultánea e

integradamente ante varias características de impulsos o ante condiciones internas

(órdenes) muy especificadas. Según investigaciones sobre potenciales de calcio

(Llinás, 1980) se cree que cada tipo de neurona cerebelar tiene su propio "lenguaje"

22

(código de pulsos), altamente específico en condiciones fisiológicas. Pero esta

especificidad se refiere a los microcódigos de cada célula. El neurólogo o el psicólogo

observa conductas globales que son productos emergentes de los microcódigos

individuales bajo condiciones fisiológicas. Por tanto, no necesariamente se observará

"especificidad" para áreas muy amplias ante macroestímulos que llevan información

muy diversificada.

3. Principio de la lateralización progresiva de funciones

La lateralización progresiva de funciones (o diferencias hemisféricas) parece

ser un fenómeno eminente pero no exclusivamente humano (Nottebohm, 1973;

Ettlinger y col., 1969). Una vez realizado el análisis diferencial en uno u otro

hemisferio, los datos se intercambian y comparan por conexiones inter-hemisféricas

llamadas comisuras. Esto permite una respuesta integrada ante un estímulo

procesado en diversos niveles, con diversos grados de precisión y en "lenguajes"

diferentes. Hoy se sabe que, por disponer de diferentes operadores, cada hemisferio

es dominante para determinadas funciones. En la mayoría de la gente (diestra y zurda)

el hemisferio izquierdo es dominante (aunque no de modo absoluto) para el lenguaje, y

el derecho lo es para el análisis topológico de tipo no semántico y no fonológico.

4. Principio de las Heterarquías

Los principios enunciados anteriormente no implican una uni-direccionalidad

del flujo de información (del más "inferior" al más "superior") aun cuando,

tradicionalmente, así se ha aceptado. De lo contrario, si los "centros de funciones

superiores" se lesionan, los de "funciones inferiores" quedarían operando al azar, lo

cual no es correcto, y no deben concebirse los centros telencefálicos como "controles"

absolutos de los centros medulares o bulbares. La relación de control es mutua, lo que

garantiza una enorme plasticidad funcional al SNC. Esto es lo que se denomina

heterarquía o reciprocidad de función (Kelso y col., 1981): Mediante esta disposición,

una misma estructura puede asumir diversas funciones según las demandas de la

tarea, las demandas internas (cognitivas o viscerales) del sujeto, y según las inter-

relaciones con otras estructuras que en ese momento dado inter-actúen con la primera

estructura. Como esto crearía una capacidad ilimitada de operatividad que no sería

adaptativa, el SNC tiene limitaciones y auto-controles derivados de la filogenie. Así,

incluso en el humano, la coalición (ver Kelso y col.,1981) de condiciones organísmicas

y de condiciones externas asigna valores altamente específicos a los patrones de

disparos y a los tiempos diferenciales de excitación e inhibición de conjuntos limitados

de estructuras inter-relacionadas. El punto de vista coaliciona! considera pues, las

23

acciones dentro de un contexto dado, lo cual permite un ajuste muy refinado entre el

valor del estímulo y el valor de la respuesta (aunque la respuesta muscular sea la

misma, el procesamiento central no lo es, si las demandas de la tarea son diferentes).

A lo largo de este texto, se hará mención a este modelo jerárquico-heterárquico con

sus aplicaciones a la patología.

C. MODELOS ESTRUCTURALES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Un sistema se define como un conjunto de variables seleccionadas por el

observador dentro del conjunto infinito de variables presentes (Hobson, 1979). La

noción de sistema es pues, relativa y limitada por la arbitrariedad del

observador.Puede cambiar a medida que la tecnología avanza. Es lo que ha sucedido

con la concepción del SNC. El Sistema Nervioso Central de todo organismo obedece a

un conjunto limitado de leyes generales. Según Llinás (1974) "todos los cerebros

constituyen básicamente una elaboración progresiva de temas viejos (primitivos)".

A partir de una célula ideal, el complejo de membranas externas recogen la

información del medio y, por cambios transitorios (o permanentes) estructurales en las

proteínas, comparan las señales emitidas por el interior de la célula, o sea, por los

programas genéticamente determinados e impresos en el núcleo. Cuando los cambios

transitorios generados por la comparación de los programas internos con los externos

resulta en una conformación molecular diferente que "protruye" de la membrana

externa, se dice que estas proteínas llevan ciertas memorias (Llinás, 1977). El medio

externo, a través de la membrana, suministraría al núcleo la información que le

recuerda a éste cuando y qué parte de su mensaje genético debe expresar. En

términos "platónicos", según Llinás y col., (1977), sería el núcleo el que "vería"

indirectamente la realidad y que expresaría su mensaje genéticamente transmitido

según las circunstancias externas.

A partir de estos temas centrales moleculares, se han desarrollado diversos

modelos de SNC con las ventajas y desventajas del momento tecnológico en que se

les describe. Teniendo en mente que por su misma definición, el "sistema" es variable

a través de los tiempos y de los observadores, se tomará un modelo teórico-estructural

esbozado por Mac Lean (1972) y Brown (1977). El SNC primate consistiría en cuatro

niveles: a) nivel sub-cortical sensorio-motor; b) límbico presentacional; c) cortico-

representacional; d) simbólico asimétrico (cuyo desarrollo es más prominente en el

humano).

Estos cuatro niveles (arbitrarios) no son temas aislados. Según la especie,

emergen con diversas interrelaciones unos de otros y se entrelazan unos en otros.

24

1. Nivel sub-cortical sensorio-motor

Se concibe como el conjunto de estructuras de tallo, hipotálamo y diencéfalo

que regulan la constancia del medio interno y que dirigen la actividad del organismo en

relación con el medio ambiente en general, y con las actividades de auto-

abastecimiento. Las principales estructuras de que consta son: estructuras de tallo con

los núcleos de los pares craneanos y núcleos de células que regulan el sistema

autónomo (corazón, pulmón, temperatura, etc.) así como los que originan aferentes y

eferentes somáticos (voluntarios o concientes) que inervan cabeza y cara, la sustancia

gris periacueductai con sus proyecciones hipotalámicas y la formación reticulada (FR),

la cual va desde la parte inferior del tallo hasta los núcleos intralaminares del tálamo.

Hasta hace poco se concebía la FR como un sistema "difuso" e "inespecífico"

pero parece tratarse de un sistema altamente diferenciado y especificado histológica,

neuroquímica y funcionalmente. La FR constituye un integrador sensorio-motor y un

controlador del estado neurofisiológico y comportamental (Hobson, 1979). Por

integración sensorio-motora se entiende "el conjunto de procesos neuronales

mediante los que la especificidad espacio-temporal de las diversas entradas

sensoriales se compara y se unifica para emitir una respuesta motora organizada"

(Hobson, 1979). En este aspecto, la FR actúa como comparador que "vigila" lo que

entra (sensaciones) y lo que sale (órdenes de movimientos) y coordina una acción

coherente. No tiene directo control sobre sensación o movimiento en sí, puesto que

consta de neuronas de segundo y tercer orden, pero modula el efecto de aferentes y

eferentes. Esta regulación en general se realiza en conjunción con estructuras de

tálamo (FR telencefálica) y es su duración del orden de milisegundos (coordinación de

movimientos de ojos al perseguir un objeto visual con movimientos de ajuste de cuello

y tronco para equilibrar el cuerpo) por lo que se dice que es fásica.

La modulación del estado neurofisiológico y comportamental se refiere a la

"asignación de valores de facilitación e inhibición de conjuntos de poblaciones

neuronales "(Hobson, 1979)" cuya actividad global se revela en un conjunto de

propiedades medibles e identificables (sueño, vigilia, atención dirigida, etc.). La FR

puede desviar los valores de circuitos específicos alterando sus características

sensorio-motoras (vgr: el "filtro" o barrera sensorial durante el sueño, la velocidad de

descarga de otros sistemas, el orden de prioridades de llegada o salida de diversos

circuitos o la dirección del flujo de información). Redistribuye pues, impide o facilita la

transmisión de información según el estado y según las contingencias externas (fijadas

por los sistemas sensoriales específicos). Los estados regulados por la FR son, según

Nauta (1960, 1971):

25

a) Estado visceral o valores fijados al medio interno (homeostasis) tanto

autónomo, visceral como neuroendocrino. Regula vgr., temperatura, osmolaridad,

ritmo cardíaco, niveles de CO , ciclos hormonales, etc.

b) Estado esquelético, que se refiere al control por parte del tallo de patrones

motores, (reflejos de locomoción, respiración, etc., independientes del

servomecanismo del exterior). A este nivel también se regulan las motoneuronas alfa

que deben facilitarse o inhibirse en medula espinal para generar determinado

movimiento específico y armónico, cuya orden general fue lanzada por los centros

"superiores". Brown (1977) supone que se trata de un nivel de motilidad refleja en la

cual no hay meta o noción del espacio externo. Por esto, no se considera como acción

(la cual requiere de mayor integración sensorio-motora de primer orden).

c) Estado cortical. La FR de tallo controla los niveles de actividad encefálica y

actúa como filtro de entrada de los estímulos que suben desde medula espinal hasta

diencéfalo (Moruzzi y Magoun, 1949). Por alteración selectiva de los umbrales de

disparo de tálamo y corteza, la FR puede imponer barreras funcionales sensorio-

motoras (como en el sueño) o facilitar estos sistemas (como en la atención).

2. Nivel límbico presentacional

Su nombre supone que, a este nivel, las percepciones y reacciones son en su

mayoría inmediatas. No existiría una representación interna de los estímulos, a menos

que se hallen presentes o se necesiten vitalmente. Este complejo comprende el

sistema límbico telencefálico que emerge y se sobre-impone al sensorio-motor-

subcortical. Involucra paleo-corteza y supone cierta especialización sensorial de primer

orden. El alambrado básico de tal complejo conforma la corteza rinencefálica (olfativa

o piriforme), área septal, corteza amigdálar, hipocampo y sistema fornical, junto con

corteza cingulada y sistemas motores extrapiramidales originados en núcleos sub-

corticales y cerebelo, habénula, cuerpos mamilares y estructuras sub-talámicas. A este

nivel se analizan básicamente estímulos posicionales, olfativos y químicos (feromonas,

humedad, etc.), y orientación selectiva a estímulos relevantes de la tarea (Papez,

1937). El sistema "traduciría" en sensaciones para el resto del cerebro, los datos

detectados por los sistemas de hipotálamo y tallo. Por ejemplo, el hipotálamo lateral y

regiones aledañas detectan niveles de presión osmótica en sangre, impulsos que son

enviados al sistema límbico telencefálico, el cual traduciría para el resto del cerebro el

dato de presión osmótica en la "sensación" de sed, con lo que se integra un

comportamiento ordenado y coherente hacia una meta (constancia de la presión

osmótica). Estos estímulos son de una altísima especificidad (hambre, sed, frío) y

requieren por tanto, de circuitos finamente acoplados a las demandas del estímulo.

26

Estos sistemas estabilizarían comportamientos filogenéticamente

determinados que requieren cierta elaboración espacio-temporal con principios de

control de la acción (cuidado y crianza de la prole, construcción de nidos, reservas de

comida, rituales sexuales, lucha o caza, etc.). A pesar de la anticipación temporal que

implican, estos comportamientos se basan poco en la experiencia individual pasada ya

que se presentan en forma casi perfecta desde la primera vez (Timbergen, 1951). Se

desencadenan ante un patrón específico de estímulos sin un análisis integrado del

significado contexto, lo cual puede llevar a errores fatales. Por ejemplo, un pez

eyaculará ante cualquier estímulo visual siempre y cuando éste sea redondo y con

rayas horizontales azules y rojas; normalmente tal patrón visual responde al vientre de

su hembra, pero puede ser un artefacto pérfidamente introducido por un psicólogo.

Afortunadamente los psicólogos no abundan en la naturaleza y tales errores son raros.

A este nivel, simplemente las combinaciones de búsqueda de objetos son inmediatas y

se acompañan de manifestaciones emocionales inmediatamente desencadenadas

ante la situación.

Existen cuatro grandes fuerzas motivacionales que mantienen en el tiempo

las "emociones" ya citadas a saber: alimentación, reproducción, rabia y miedo y

permiten llegar a la meta predeterminada. Con esto no se implica que exista una

"conciencia" del tiempo o de su duración pero el SNC permite ya interacciones

basadas en patrones de respuestas guiados por relojes biológicos internos (ritmos

circadianos, ultradianos, bianuales, etc.). Sobre esta programación filogenética pueden

introducirse, hasta cierto punto, variaciones por aprendizaje (Hodos, 1976). Incluso

animales decorticados a nivel talámico pueden establecer respuestas condicionadas

clásicas.

3. Nivel cortico-representacional

A este nivel se supone que el mundo externo adquiere cierta estabilidad e

invarianza para el organismo, que permite trazas estables con representaciones más o

menos primitivas e isomorfas del objeto ausente.

Anatómicamente se desarrolla y emerge de paleocorteza. Implica el

refinamiento de los sistemas talámico-corticales que son: a) los núcleos talámicos de

relevo específico (extrínsecos) se desarrollan concomitantemente con los sistemas

corticales "primarios" y "secundarios". Reciben proyecciones de sistemas sensoriales

filogenéticamente muy recientes y proyectan a zonas corticales primarias. Además,

integran la salida cortical de los sistemas motores piramidales; b) los núcleos

talámicos de asociación (intrínsecos) con sus proyecciones cortas intra-talámicas y sus

conexiones a grandes áreas corticales de asociación que, junto con los sistemas de

27

relevo específicos, contribuyen a configurar imágenes externas estables, con un

almacenamiento en memoria permanente; c) los sistemas integradores de lóbulos

parietales, frontales y corteza para-límbica mediante los cuales se estructura

internamente un modelo estable e invariante de la realidad externa (en continuo

cambio), siempre y cuando se disponga de la mutua relación de los sistemas

motivacionales, atencionales y viscerales sub-corticales.

El contexto externo, aunque no tiene valor definido para una sola actividad,

tiene un valor muy específico (semántico o no) según el cual el SNC se activa o se

inhibe. Aunque a nivel humano no parecen existir "desencadenadores" específicos de

acciones, cada inter-acción momentánea del exterior (y todo su significado) con el

SNC (y su ruido de fondo), crea una serie de operaciones delimitadas, específicas,

diferentes entre sí (aunque la respuesta global sea la misma) y cuyo substrato

fisiológico radicaría en los patrones de tiempos de activación de las estructuras

implicadas en una operación ante un contexto. Se trata pues, de ver al animal

respondiendo ante una situación dada; no únicamente respondiendo.

El contexto externo configura la percepción del movimiento deliberado

(acción) por lo que el animal no depende exclusivamente d,e "desencadenadores"

específicos, desligados del resto del medio ambiente. Un aparato así dispuesto

permite aplazar con cierto margen de libertad la respuesta, lo que conlleva un aumento

en la capacidad de aprendizaje. Por tanto, las expresiones emocionales y la actividad

en general son más flexibles, menos estereotipadas y permiten una inter-acción muy

versátil con el mundo exterior.

Tal refinamiento operativo se logra en virtud de una compleja organización

citoarquitectónica, estructural y funcionalmente jerárquica, específica e integrativa a la

vez; la neo-corteza muestra una organización laminada en seis capas: según la

función preponderante de la región, algunas capas estarán más desarrolladas que

otras (vgr., la capa V de células piramidales en corteza motora es muy gruesa, a

expensas del desarrollo de otras capas) sin una demarcación fija. Simplemente se

observa una diferenciación gradual de la arquitectura celular y de la relativa

importancia que adquieren ciertos tipos de células y conexiones según la función

predominante. La citoarquitectura de los hemisferios, fue delimitada por Brodman en

1910 (Fig. 1-3) y se tomará repetidamente como referencia con fines puramente

geográficos, y no para especificar funciones.

La especificidad de las áreas corticales es relativa y se refiere a funciones

preponderantes pero no absolutas que dependen de la probabilidad de hallar células

óptimas para determinadas características de estímulo. En zonas corticales

28

somestésicas, por ejemplo, aproximadamente un 80% de las células responden a

estimulación somestésica primaria pero un 20% son células motoras.

Tal superposición de funciones motoras y sensorias recuerda la anotación de

Jackson (1898): "la unidad constituyente del sistema nervioso central en su totalidad

es sensorio-motora y (...) al menos en los niveles intermedios y superiores, las

.provincias llamadas motoras o sensorias en realidad no son sino principalmente

motoras o principalmente sensorias".

4. Nivel simbóiico-asimétrico

A este nivel se opera con símbolos o representaciones lógicas de los objetos

y sus relaciones. Utiliza un sistema articulado de símbolos que permite toda una

estructuración y cognición interna, reversible a voluntad e independiente del exterior.

El humano es la especie en la que este nivel se distingue claramente. El substrato

anatómico consiste en tendencias a leves asimetrías en extensión y en profundidad de

ciertas áreas. El hemisferio izquierdo parece tener mayor superficie en el plano

temporal y el derecho parece tener mayor volumen de masa en regiones parietales

(Cap. IV). Cada hemisferio procesa diferencialmente aspectos de la información

sensorial externa (y posiblemente de la interna o visceral) e implica una organización

dual de operaciones que permite un continuo proceso de comprobación y comparación

de los datos. Los hemisferios se comunican entre sí mediante conexiones inter-

hemisféricas llamadas comisuras.

En cuanto más distancia de las áreas primarias, más parece diferir el

funcionamiento de los dos hemisferios. Cada hemisferio "escogería" aquellas

características del estímulo que procesa con mayor eficiencia y, una vez analizado y

procesado el dato, lo integra con las operaciones realizadas en el hemisferio

contralateral. Hablando muy esquemáticamente, por ejemplo, de una frase oída, el

hemisferio izquierdo operaría sobre las características fonéticas específicamente

verbales (pausas muy cortas, transiciones abruptas de frecuencia, y "carácter

simbólico") mientras que el derecho operaría sobre atributos tales como melodía, tipo

de voz, "musicalidad" y probablemente otras características simbólicas que hoy por

hoy no se han podido identificar satisfactoriamente.

Este doble aparato permite una diversidad y simultaneidad de operaciones tal

que resultó en un cerebro capaz de un lenguaje. En ausencia de la realidad física

externa, el lenguaje la representa, no de modo isomorfo (como podría suceder en el

nivel cortico-representacional, probablemente común a vertebrados diferenciados) sino

de modo simbólico y reversible a voluntad, con lo que aparece, entre otros, la mentira

y el arte. Mediante este sistema, la especie humana es capaz de analizar su propio

estado de conciencia así como la estructuración misma que hace del medio interno.

29

Extrapolando metafísicamente, podría pensarse que el hombre, además de "estar

consciente", "es consciente" de dicho estado y por tanto puede tomarse como objeto

de estudio. O sea, puede "descentrarse" y analizar el exterior desde su propio punto

de vista y desde puntos de vista externos y ajenos a su persona, cosa que otros

primates no parecen hacer sino a nivel muy elemental.

Anexo de la sesión 2: Áreas de Brodmann

Ha habido una controversia histórica acerca de la localización de las

funciones en la corteza cerebral. En un extremo encontramos a quienes mantienen

que cada porción específica de corteza tiene una función también específica, no

compartida por ninguna otra región cortical (teoría localizacionista). En el otro, están

los que mantienen que la corteza es uniforme y actúa como un todo, de manera que

cuanto más compleja es una función, más cantidad de corteza necesitará, y al revés

(teoría holística o antilocalizacionista). Como suele suceder, parece que la verdad se

encuentra en un punto intermedio. En la actualidad, se considera que algunas áreas

de la corteza están más relacionadas con un tipo de funciones que con otras, sin

embargo, la mayoría de las funciones requieren la acción integrada de neuronas de

diferentes regiones. Vemos que es una teoría que está de acuerdo con la localización

funcional, pero con un significado más amplio.

Mapas anatómicos

Se observó que las diferentes áreas corticales presentan diferencias

estructurales bastante evidentes (por ejemplo, corteza agranular frente a granular).

Entonces, algunos anatomistas intentaron trazar mapas de la corteza teniendo en

cuenta estas diferencias y parcelaron la corteza en diferentes áreas. El sistema más

utilizado como referencia es el que creó Brodmann en 1909; dividió la corteza de cada

hemisferio en cincuenta y dos áreas con diferentes estructuras, y sugirió que las

funciones que realizaban también eran diferentes.

Áreas corticales

La neocorteza de cada hemisferio está formada por las siguientes áreas: las

áreas sensoriales primarias, el área motora primaria y las áreas de asociación.

1) Áreas sensoriales primarias

Reciben información sensorial directamente de los núcleos talámicos

específicos. Cada sentido (visión, audición, etc.) tiene su área sensorial primaria, que

30

codifica esta información sensorial. Tienen una organización topográfica, en la cual

hallamos representado en la superficie de la corteza la superficie corporal, el mundo

externo o el rango de frecuencias audibles.

Hay tres áreas principales:

– Corteza somastésica o somática primaria. Recibe información de

sensibilidad general (tacto, dolor, temperatura, presión, etc.) a partir del núcleo ventral

posterior del tálamo.

– Corteza visual primaria. Recibe información visual del núcleo geniculado

lateral del tálamo.

Corteza

auditiva

primaria.

Recibe

informació

n auditiva

del núcleo

geniculado

medial del

tálamo.

2) Área motora primaria

Está localizada en el lóbulo frontal. En esta área se originan los tractos

motores descendentes (por ejemplo, fascículo piramidal) que van desde la corteza a

las motoneuronas del tronco y la médula para controlar la ejecución de los

movimientos del cuerpo.

3) Áreas de asociación

La mayor parte de la neocorteza humana es de asociación y se subdivide en

los dos tipos siguientes:

a) Unimodal

31

– También llamada corteza sensorial de nivel superior.

– Se localiza junto a un área primaria.

– Elabora la información que recibe del tálamo o del área primaria a un nivel

más complejo.

b) Multimodal

Integran más de una modalidad sensorial y reciben información de las

diferentes áreas sensoriales de asociación. Planifican movimientos. Tienen funciones

intelectuales superiores (lenguaje, escritura, pensamiento abstracto, percepción

integrada, etc.).

Áreas sensoriales de la corteza cerebral

En este subapartado, conoceremos cuáles son, dónde se localizan y las

funciones principales de las áreas que procesan informaciones sensoriales como el

tacto, la visión o la audición.

Corteza somatosensorial

a) Área somestésica primaria

Ocupa la circunvolución poscentral (áreas 1, 2, 3 de Brodmann), tanto por la

parte lateral como por la medial:

• La mayoría de las aferencias provienen del núcleo ventral posterior del

tálamo. Estos axones llegan al córtex mediante la cápsula interna.

• A cada hemisferio le llega la información de sensibilidad general (tacto, dolor,

etc.) del lado contralateral del cuerpo.

• Hay una representación topográfica o somatotópica del cuerpo. Cada mitad

contralateral está invertida (hacia abajo, los pies, en la parte superior de la corteza, y

la cabeza, en la inferior). Esta representación del cuerpo humano en la corteza recibe

el nombre de homúnculo sensorial. (…)

La corteza sensorial somática primaria está situada en la circunvolución

poscentral, recibe información del núcleo ventral posterior talámico y tiene una

organización somatotópica.

b) Corteza somestésica de asociación

• Se encuentra principalmente en la parte superior del lóbulo parietal por la

parte lateral y medial (áreas 5 y 7 de Brodmann).

• Recibe fibras del área somestésica primaria.

32

• Se integran los datos relacionados con las sensaciones generales. Permite

la valoración y comprensión global de las características y la identificación de un

objeto mediante el tacto y el sentido de la posición, es decir, el reconocimiento de este

objeto.

• Cuando se produce una lesión en esta corteza sucede lo siguiente: la

persona se da cuenta de las sensaciones generales del cuerpo, pero no es capaz de

interpretar la información que recibe basándose en la experiencia previa. Estos déficits

en el reconocimiento de los objetos por medio de un determinado sentido, aunque el

sentido esté básicamente intacto, se suelen llamar agnosias . En el caso de una lesión

extensa de las áreas 5 y 7, se producen agnosias táctiles. Existen diferentes tipos de

agnosias táctiles y una de éstas es la asterognosia o incapacidad de identificar un

objeto común mediante el tacto sin la ayuda de la vista.

La corteza sensorial somática de asociación se encuentra en el lóbulo parietal

y sirve para el reconocimiento de los estímulos mediante el tacto.

Corteza visual

a) Área visual primaria

• Se encuentra en el lóbulo occipital (área 17 de Brodmann), por la parte

lateral, aunque sobre todo por la medial; también se denomina corteza estriada,

debido a su aspecto.

• Su principal fuente de entradas es el cuerpo geniculado lateral del tálamo.

• La corteza visual primaria de cada hemisferio recibe información del campo

visual contralateral, que proviene de los dos ojos.

• Hay una representación topográfica del campo visual contralateral

procedente de ambos ojos. Esta representación recibe el nombre de retinotópica:

pequeñas regiones concretas de la retina están representadas en pequeñas regiones

concretas de la corteza, y las zonas adyacentes a la retina quedan representadas en

zonas corticales también adyacentes.

• La lesión de la corteza visual primaria de un hemisferio provoca la aparición

de zonas ciegas (escotomas) en el campo visual contralateral a la corteza lesionada.

(...)

La corteza visual primaria está situada en el polo occipital, recibe información

del cuerpo geniculado lateral talámico y posee una organización retinotópica.

b) Corteza visual de asociación

Contiene las siguientes regiones:

33

• La región que rodea el área visual primaria en el lóbulo occipital (áreas 18 y

19)

• Una gran parte del lóbulo temporal (áreas 20, 21 y 37) llamada área visual

inferotemporal.

La corteza de asociación visual se encarga, en conjunto, de relacionar la

experiencia visual actual con la pasada, reconoce lo que vemos y aprecia su

significado.

La estimulación eléctrica provoca alucinaciones muy vivas de escenas del

pasado, lo cual indica que tiene un papel en el almacenamiento o recuerdo de

memorias visuales. Las lesiones de esta zona producen agnosias visuales o dificultad

para la interpretación de los estímulos.

Lesiones en la corteza visual de asociación

Una lesión en la parte medial del lóbulo temporal inferior provoca

prosopagnosia, una incapacidad de reconocimiento de caras, incluso las de personas

muy familiares. Una lesión en las áreas 18, 19 y 37 provoca acromatopsia , un déficit

que provoca la dificultad de distinción de los colores.

Corteza auditiva

a) Corteza auditiva primaria

La mayor parte de ésta se encuentra en la pared ventral de la cisura de Silvio,

es decir, en la superficie superior del lóbulo temporal; corresponde a las áreas 41 y 42

de Brodmann. La corteza auditiva primaria recibe la mayor parte de sus aferencias del

núcleo geniculado medial del tálamo (que recibe información principalmente del oído

contrario, si bien también recibe de unas cuantas fibras del ipsilateral). Hay una

proyección tonotópica, es decir, el rango de frecuencias audibles está representado de

manera ordenada en la corteza auditiva.

La corteza auditiva primaria está situada en el lóbulo temporal, recibe

información del núcleo geniculado medial del tálamo y tiene una organización

tonotópica.

b) Corteza auditiva de asociación

• Se encuentra en la parte posterior del área 22 de Brodmann, en el lóbulo

temporal, y permite una percepción más elaborada de la información acústica.

34

• La lesión de esta área en el hemisferio dominante (en general, el izquierdo),

la cual recibe el nombre de área de Wernicke, da lugar a graves problemas de

comprensión del lenguaje.

La interpretación del lenguaje es una de las funciones de la corteza auditiva

de asociación.

Otras áreas sensoriales

a) Corteza olfatoria

El sistema olfatorio tiene las siguientes características:

• Es el único que no hace relevo en el tálamo, y también es el único cuya

corteza sensorial primaria es paleocortical en lugar de neocortical. Es ipsilateral (cada

hemisferio recibe información de la fosa nasal del mismo lado).

• La corteza olfatoria primaria se encuentra en la base del encéfazo y se

proyecta a la corteza de asociación olfatoria que ocupa el área 28 de Brodmann y se

denomina corteza entorrinal.

• El sistema olfatorio recibe información de los bulbos olfatorios, los cuales

reciben fibras directamente del epitelio olfatorio.

• Los estímulos olfatorios producen respuestas emocionales y viscerales, y

evocan recuerdos, dado que las áreas olfatorias conectan con zonas del sistema

límbico, como la amígdala y el hipocampo.

b) Corteza gustativa

• Se localiza en la parte inferior del lóbulo parietal, adyacente a la

representación de la lengua en la corteza somatosensorial (área 43).

• El núcleo ventral posterior del tálamo recibe información del núcleo

gustatorio del tronco y se proyecta a la corteza gustativa.

• Su lesión bilateral produce alteración o pérdida de la sensibilidad gustativa.

c) Corteza vestibular

La localización más probable de esta corteza se halla en el lóbulo parietal,

junto a la corteza somestésica primaria, si bien también se piensa que podría existir un

área vestibular secundaria en el lóbulo temporal.

Áreas motoras de la corteza cerebral

En cada hemisferio de la corteza motora, que se encuentra situada en el

lóbulo frontal, podemos distinguir las siguientes partes:

• Un área motora, equivalente a un área sensorial primaria.

35

• Áreas premotoras, equivalentes a un área de asociación unimodal.

Contienen dos zonas: el área premotora y el área motora suplementaria.

Área motora primaria

Se encuentra en la circunvolución precentral, tanto medial como lateral, y

ocupa el área 4 de Brodmann. Su capa V está hiperdesarrollada y contiene células

piramidales gigantes de Betz (las neuronas de mayor tamaño del SNC de los

mamíferos).

Envía las órdenes para que se ejecuten los movimientos voluntarios y

establece órdenes motoras en torno a cuándo y cómo se tienen que mover los

músculos.

El área motora primaria es el origen de gran parte de las fibras del fascículo

piramidal. Sus principales aferencias provienen de la corteza premotora, la corteza

somestésica y el núcleo ventral lateral del tálamo.

Existe una organización topográfica: el cuerpo está representado, igual que

en la corteza somestésica, de manera contralateral e invertida. La superficie cortical de

mayor tamaño se dedica al control de las partes del cuerpo que requieren una

precisión motora también mayor, como las manos, la boca y los labios.

La estimulación produce, en la parte contralateral, movimientos aislados de un

músculo o de un pequeño grupo muscular, como la flexión de un dedo, que la persona

no puede evitar. La lesión unilateral completa de esta área provoca hemiplejia

(parálisis) del lado contralateral del cuerpo.

Áreas premotoras

Se encuentran justo delante del área motora primaria. Corresponden a las

áreas 6 8, que tienen la corteza premotora en la parte lateral y la corteza

suplementaria, en parte medial de la corteza. Las áreas premotoras controlan la

corteza motora primaria; no provocan movimientos de los músculos, sino que se

encargan de elaborar planes de acción que establecen las secuencias de movimientos

que son necesarios para el desarrollo de una acción voluntaria. Podemos apreciar

ligeras (y no muy conocidas) diferencias en las funciones de las dos áreas premotoras:

• El área premotora suele participar en la programación de respuestas

motoras cuando realizamos movimientos guiados por un estímulo externo (por

ejemplo, auditivo).

• El área motora suplementaria interviene en la programación y coordinación

de movimientos complejos, como la coordinación bimanual.

36

Las áreas premotoras también dan lugar a fibras piramidales. La estimulación

de estas áreas produce movimientos lentos que afectan a grandes grupos musculares

(premotora) y movimientos descritos como posturas, tales como, por ejemplo, girar la

cabeza y el tronco hacia el lado contralateral (suplementaria).

La lesión de las áreas premotoras produce una alteración de la secuencia

normal de la activación de los músculos durante el movimiento. En muchas ocasiones,

podemos observar un deterioro de la capacidad para ejecutar de manera apropiada

una habilidad motora aprendida, sin que exista parálisis, llamado apraxia.

Ejemplos de apraxias

Hay muchos tipos de apraxias, por ejemplo, una lesión en las áreas

premotoras impide que una persona utilice objetos de uso cotidiano y haga

movimientos de cierta complejidad (lavarse los dientes, peinarse, abrir una puerta con

una llave –puede girar primero la mano para abrir y después intentar meter la llave en

la cerradura–, etc.). A veces, la incapacidad afecta a la escritura, y entonces recibe el

nombre de agrafía.

Áreas de asociación multimodal

Además de las áreas de asociación unimodales, adyacentes a las principales

áreas sensoriales y a la corteza motora primaria, también hay zonas de la corteza

denominadas corteza de asociación multimodal o polimodal. Estas áreas se

encuentran involucradas en los procesos cognitivos y reciben proyecciones de las

cortezas de asociación unimodal, así como de otras áreas corticales y subcorticales.

Hay tres áreas de asociación multimodal: corteza parietooccipitotemporal, corteza

prefrontal y corteza de asociación límbica.

Corteza parietooccipitotemporal

Se encuentra en las zonas de intersección entre los lóbulos parietal, occipital

y temporal, correspondiente a las áreas 39, 40 y parte de 19, 21, 22, 37 y 39 de

Brodmann. Así pues, se halla intercalada entre las áreas de asociación unimodal

somática, visual y auditiva.

Está relacionada con funciones sensoriales superiores y recibe proyecciones

de todas las cortezas sensoriales. Desde un punto de vista global, valora las

informaciones que provienen de otras cortezas, integra las diferentes informaciones

sensoriales actuales y las compara con experiencias pasadas. También es necesaria

para el lenguaje.

37

Se almacenan en ella los recuerdos perceptivos (aunque también “hay”

recuerdos en asociación unimodales).

Las lesiones de esta área suelen ser lesiones que afectan al lóbulo parietal

inferior lugar a lo siguiente:

• Agnosias imposibilidad de reconocer objetos mediante un sentido, aunque

éste se encuentre básicamente intacto.

• Apraxias: incapacidad para llevar a cabo acciones, si bien los músculos

necesarios sí son capaces de realizarlas en un contexto diferente.

• Dificultad del aprendizaje de tareas en relación con el entorno, problemas

relacionados por aspectos espaciales, como anomalías en el orden espacial del

esquema corporal (generalmente, hemisferio derecho).

• Alteraciones del lenguaje y aparición de afasias (en general, hemisferio

izquierdo o dominante).

• Un trastorno llamado negligencia contralateral. Las características de este

trastorno son las siguientes: Se las áreas de Las lesiones de que pueden dar:

– Hay lesiones amplias del lóbulo parietal derecho (áreas 7 y 40).

– Apreciamos una negligencia de la estimulación somastésica, visual y

auditiva del lado del cuerpo y el espacio contralateral a la lesión. El paciente puede

ignorar e incluso negar la existencia de la parte izquierda del cuerpo, así como ignorar

las mitades izquierdas de los objetos.

Corteza prefrontal

Incluye todas las partes de la corteza frontal que se encuentran delante de las

áreas motoras. Corresponde a las áreas 9, 10, 11 y 12 de Brodmann. parte de la

corteza, junto con la de asociación parietooccipitotemporal, que ha desarrollado en los

primates, especialmente en los humanos (ocupa el interior la amplia frente que

tenemos los humanos). Hay que estudiar su función en primates, ya que en el resto de

los animales es casi inexistente. Para conocer las funciones de la corteza prefrontal,

disponemos de los tipos de estudios siguientes:

1) Estudios de pacientes con daños en esta zona por traumatismos,

trastornos vasculares, tumores..., que muestran que la corteza prefrontal es importante

para tomar decisiones, planificar respuestas, para la inhibición conductual, la

capacidad de anticipación de las consecuencias del comportamiento, etc. El caso de

Phineas Gage En 1848, Phineas Gage, encargado de un equipo de construcción

ferroviaria, instalaba una carga explosiva con una barra de hierro de un metro de

longitud. De repente, la carga explotó y la barra salió disparada en dirección a su

38

mejilla y le salió por la frente, destruyendo gran parte de la corteza prefrontal. El

paciente sobrevivió, pero su personalidad cambió; antes del accidente era muy

trabajador, inteligente, responsable y después se volvió poco trabajador, irresponsable,

inconstante, impulsivo (hacía planes y los abandonaba de inmediato), infantil o

fantasioso, despreocupado por su futuro o las consecuencias de su conducta. La

página web de Phineas Gage, uno de los pacientes más famosos en la historia de la

neurociencia, es: http://www.deakin.edu.au/hmnbs/psychology/gagepage/

2) Estudios de pacientes a los que se les ha extirpado quirúrgicamente parte

de la corteza prefrontal para tratar algún problema conductual o neurológico muestran

que esta región participa en el razonamiento abstracto, el razonamiento crítico, la

iniciativa, la concentración y atención, etc.

Similitudes con la esquizofrenia

Durante la primera mitad del siglo XX se utilizaron diferentes métodos para

separar la corteza prefrontal del resto del cerebro (lobotomías o leucotomías

prefrontales), con el fin de tratar psicosis severas y otros trastornos como el trastorno

obsesivocompulsivo o la ansiedad extrema. Cabe decir que estos tratamientos se

fueron abandonando cuando aparecieron los fármacos. Los resultados eran

provechosos para tratar el trastorno, ya que los pacientes se volvían más

despreocupados y no angustiados. No obstante, aparecieron efectos negativos: no

seguían las normas sociales y eran irresponsables, no tenían capacidad de

concentración ni atención, perdían la iniciativa y la espontaneidad, y también el

razonamiento abstracto. Vemos cómo algunas de las alteraciones que producen las

lesiones de la corteza prefrontal son similares a las alteraciones conductuales que

provoca la esquizofrenia, enfermedad en la que el lóbulo prefrontal suele ser de menor

tamaño que en personas que no sufren este tipo de lesiones.

3) Estudios de lesiones bilaterales de la corteza prefrontal en monos tienen

como consecuencia que éstos pierden la capacidad para realizar tareas de memoria

en las que la respuesta del animal tiene que llegar tras un periodo de demora o retraso

con respecto al estímulo. Estas diferencias muestran que esta región cortical participa

en la memoria a corto plazo o memoria operativa, que es la que utilizamos para

retener información durante un tiempo hasta que elaboramos una estrategia de

respuesta (por ejemplo, retener un momento un número de teléfono que nos acaban

de decir).

39

Corteza límbica

Esta corteza se localiza en el lóbulo temporal por la parte lateral y los lóbulos

frontales, parietales y temporal, por la parte medial. Corresponde aproximadamente a

las áreas 11, 38, 23, 24 y 28 de Brodmann. Recibe gran parte de sus entradas desde

el archi y paleocórtex y áreas relacionadas con éstas, y está en relación directa con los

procesos de memoria y de emoción. La lesión de esta zona comporta la alteración de

la memoria a largo plazo y de la respuesta emocional, como por ejemplo, una

sedación del paciente (sobre todo cuando la lesión se halla en la parte prefrontal). La

actuación coordinada de los intrincados circuitos corticales de las áreas de asociación

o “corteza superior” tiene como fruto el desarrollo de los procesos conocidos como

inteligencia, personalidad, etc.

Áreas del lenguaje

El lenguaje es una función muy lateralizada , ya que en la mayoría de los

diestros, y aproximadamente un 85% de zurdos, las áreas que controlan el lenguaje se

encuentran en el hemisferio izquierdo . El hemisferio que se encarga de las funciones

de lenguaje se llama hemisferio dominante. De todos modos, el hemisferio derecho o

el no dominante, aunque no produce propiamente lenguaje, también tiene algunas

funciones lingüísticas, como, por ejemplo:

• La comprensión de palabras sencillas.

• La comprensión y producción de aspectos relacionados con el tono

emocional de lenguaje, su ritmicidad, la entonación, la musicalidad, el énfasis, etc., es

decir, los aspectos afectivos o prosódicos del lenguaje.

¿Cuáles son las áreas corticales del lenguaje?

Hay dos áreas corticales en el hemisferio dominante especializadas en el

lenguaje:

a) Área motora o expresiva del lenguaje

Se encuentra en el lóbulo frontal y la conocemos como área de Broca (44 y 45

de Brodmann). Es la que lleva a cabo la programación motora para la generación del

lenguaje. Una lesión en esta área provocará un problema en el lenguaje cuyo nombre

es afasia de Broca (o motora, o de expresión) , cuyas características principales son

las siguientes:

• Dificultades articulatorias (pero los músculos funcionan bien).

• Habla (y lectura) lenta, vacilante, sin fluidez.

40

• Lenguaje con significado, pero las frases están mal construidas desde un

punto de vista gramatical (verbos no conjugados, falta de adverbios, preposiciones,

pronombres, etc.). Así pues, omiten todas las palabras de la frase excepto las más

significativas y suelen hablar y escribir de manera telegráfica.

• Anomia, que es una dificultad para denominar objetos (no les sale la palabra

que quieren decir).

• Se encuentran, relativamente, con pocas dificultades para entender lo que

les dicen o leen.

• Son conscientes de sus problemas de lenguaje.

b) Área sensorial o receptiva del lenguaje

Contiene dos áreas: el área de Wernicke (22 de Brodmann), que está en la

parte superior del lóbulo temporal, y el área posterior del lenguaje (39 de Brodmann),

situada en la parte posterior del lóbulo parietal. Es la que efectúa la comprensión del

lenguaje. Una lesión en esta área provoca un problema en el lenguaje que se conoce

como afasia de Wernicke (o sensorial o de comprensión) , que tiene como principales

características las que siguen:

• Falta de comprensión lingüística, tanto del lenguaje hablado como del

escrito. • Expresión verbalmente fluida, pero ininteligible, sin sentido. • Parafasias, que

son cambios de una palabra por otra.

• Uso de palabras sin significado.

• El lenguaje es gramaticalmente correcto, pero desconcertante desde un

punto de vista semántico.

• El paciente no es consciente de su trastorno. También encontramos otros

tipos de afasia, como la de conducción, que consiste en una lesión de la vía que

conecta el área de Wernicke con la de Broca, el fascículo arqueado. Estos pacientes

hablan como un afásico de Wernicke, pero entienden el lenguaje.

Por norma general, hay una cierta recuperación de las afasias, incluso en

casos graves, pero depende del tamaño y la localización de la lesión; la afasia de

Wernicke tiene un pronóstico algo peor. Es muy probable que la recuperación se deba

al hecho de que las funciones lingüísticas pasan a ser asumidas por el hemisferio no

dominante intacto.

Asimetría cerebral

Los dos hemisferios no son simétricos, sino que hay diferencias entre éstos,

tanto tipo anatómico como funcional. Estas diferencias son las siguientes:

41

• Asimetría anatómica. Algunas zonas del hemisferio izquierdo son mayores

que las correspondientes en el hemisferio derecho (por ejemplo, algunas zonas del

lóbulo temporal o la cisura lateral).

• Asimetría funcional. El hemisferio izquierdo está especializado, en la

mayoría de las personas, en las funciones del lenguaje, mientras que el derecho lo

está en aspectos más emocionales.

La aproximación al estudio de estas asimetrías ha sido múltiple. Se han

estudiado enfermos operados por los neurocirujanos para evitar la formación de un

foco epiléptico en el hemisferio contralateral al del foco original, seccionando el cuerpo

calloso y la comisura anterior. Estos pacientes se dice que tienen el cerebro hendido.

En personas normales se ha utilizado un anestésico, el amital sódico, para inyectarlo

en la arteria carótida y, de esta manera, eliminar funcional y reversiblemente un

hemisferio. Cuando el hemisferio izquierdo está anestesiado, el individuo no puede

hablar. Los resultados de diferentes enfermedades, tumores, accidentes vasculares y

traumatismos han aportado muchos datos en torno a las funciones de cada hemisferio.

Estudios más modernos con neuroimágenes muestran qué áreas del cerebro están

funcionando de manera más activa mientras que estamos efectuando diferentes

actividades (lenguaje, música, etc.).

Los resultados de todos estos estudios muestran que un cerebro en

condiciones normales funciona como una unidad, aunque podemos establecer algunas

diferencias funcionales entre los dos hemisferios. Estas diferencias son las siguientes:

• Hemisferio dominante:

– Tiene una mayor capacidad para el lenguaje.

– Elabora la información de manera secuencial, analítica y temporal.

– Es más eficiente en operaciones lógico matemáticas.

– Es más hábil en el análisis dualista de la realidad exterior.

• El hemisferio no dominante:

– Tiene una capacidad más reducida para el lenguaje, pero es muy posible

que tenga más para los aspectos prosódicos y emocionales.

– Es superior en operaciones visuales y espaciales, así como en las

geométrico constructivas. Es más emocional, artístico y musical.

– Está más especializado en un análisis global, holístico, del mundo externo.

42

1.3 FUNCIONES CEREBRALES SUPERIORES

Para Contreras (2013, p.75-104)

En el momento de la evaluación neoropsicológica es necesario conocer las

funciones cerebrales superiores, para el desarrollo del tema seguimos a Contreras

(2013, p.75-104)

Las funciones cerebrales superiores forman el sustrato afectivo, cognoscitivo

y de acción con el que la persona se enfrenta a la existencia para, al captarla de

manera íntegral, planear un proyecto de vida, llevar a cabo las acciones premeditadas

y sostenidas para desarrollarlo y, así, transformarse y modificar el entorno en forma

favorable. El sustrato morfo-funcional de las funciones cerebrales superiores está

constituido por la interacción entre el centroencéfalo y la corteza cerebral, mediante

circuitos reverberantes centroencéfalo-córtico-centroencefálicos. Para su

funcionamiento, el encéfalo trabaja en tres bloques:

• De activación (tallo cerebral y centroencéfalo).

• De recepción, almacenamiento y comprensión de información (lóbulos

occipital, temporal y parietal).

• De planeación, ejecución y evaluación de la acción (lóbulo frontal).

La exploración de las funciones cerebrales superiores de una persona dará

cuenta de la integración morfo-funcional de dichos circuitos. Para comprender el

funcionamiento de este equipo complejo, su estudio se divide en:

Ritmo circadiano: núcleo supraquiasmático. Vigilia y funciones cerebrales

superiores: formación reticular, locus coeruleus (noradrenalina), núcleo

pedúnculopontino (acetilcolina), núcleo dorsal del rafe (serotonina), locus níger

(dopamina), tálamo, hipotálamo posterior (histamina) y corteza cerebral.

Sueño no Mor: hipotálamo ante rior y núcleos intralaminares del tálamo

(gaba). Sue ñ o Mor: Núcleo pedúnculo-pontino (acetilcolina), sistema límbico y

corteza cerebral fronto-occipital. A continuación se estudian cada una de ellas.

43

Figura 09. Funciones cerebrales superiores. Tomado de Contreras (2013, p.76)

Figura 10. Bloques funcionales del encéfalo. Tomado de Contreras (2013, p.76)

44

Cuadro1. Sistemas excitatorios e inhibitorios de la corteza cerebral. Tomado de Contreras (2013, p.77)

Sistema Origen Neurotransmisor Función

Colinérgico Núcleo pedunculoprotuberancial de la sustancia reticular

Acetilcolina Activa a la neocorteza para la atención, la memoria y las funciones intelectuales

Dopaminérgico Locus níger mesencefálico

Dopamina

Modula la movilidad, el funcionamiento cognoscitivo y neuropsiquiátrico

Noradrenérgico Locus ceruleus sustancia reticular de la protuberancia

Noradrenalina Influye sobre el centroencéfalo y la neocorteza para regular la atención y la ansiedad

Serotoninérgico Núcleo dorsal del rafe en la sustancia reticular de la protuberancia

Serotonina

Influye en ambos hemisferios cerebrales como inhibidor, regula la ansiedad, la desinhibición y la agresión

Gabaérgico Núcleos intralaminares del tálamo

Gaba Posibilita el sueño

Cuadro 2. Funciones cerebrales superiores. Tomado de Contreras (2013, p.77)

I. Ritmo vigilia-sueño IX. La orientación espacial

II. La atención X. Las praxias

III. La agresividad y la pasividad XI. El pensamiento correcto

IV. La vida afectiva XII. El cálculo numérico

V. Las gnósias XIII. La conducta voluntaria

VI. La memoria XIV. El aprendizaje

VII. El lenguaje XV. Las funciones cerebrales

superiores y la creatividad

VIII. El esquema corporal XVI. La conciencia

45

I. RITMO VIGILIA-SUEÑO

DEFINICIÓN

El estado de despierto y el estado de dormido son fenómenos cíclicos que

suelen establecerse desde los primeros años de vida.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

El estado de despierto (vigilia) y el estado de dormido (sueño) se integran en

la interacción entre el Sistema Reticular Activador Ascendente (SARA), el

centroencéfalo y la corteza cerebral, de la siguiente manera:

Con la luz del día, que entra por la vía visual, el núcleo supraquiasmático del

hipotálamo anterior activa a la parte posterolateral del hipotálamo que contiene

neuronas que liberan hipocretinas e histamina, las cuales activan al sistema reticular

activador ascendente del tallo cerebral, que estimula a la corteza cerebral a través del

tálamo y mantiene el funcionamiento cerebral durante el estado de despierto. Por el

contrario, con la oscuridad de la noche (ausencia de luz) el núcleo supraquiasmático

del hipotálamo anterior, activa al área ventrolateral del hipotálamo que contiene

neuronas GABAérgicas, las cuales, junto con la melatonina producida por la glándula

pineal, inhiben al sistema reticular activador ascendente del tallo cerebral y activan a

los núcleos intralaminares del tálamo que contienen neuronas GABAérgicas; de esta

manera bloquean el paso de estímulos hacia la corteza cerebral y mantienen el estado

de dormido durante la noche. El estado de despierto posee las siguientes

características:

• La actividad sensorial.

• La actividad centroencefálo-cortical.

• La mirada al frente y aberturas palpebrales abiertas.

• La postura erecta.

• El aumento de la descarga simpática.

• Las manifestaciones electroencefalográficas de ondas alfa α y beta β .

El estado de dormido posee las siguientes características:

• La privación de la actividad sensorial.

• La disminución de la actividad centroencéfalo-cortical.

• El cierre de las aberturas palpebrales.

• La pérdida de la postura erecta.

• El aumento de la descarga parasimpática.

• La desaparición de las ondas alfa α y beta β en el electroencefalograma.

Es importante tomar en cuenta que sólo en el estado de despierto se

presentan en su plenitud el resto de las funciones cerebrales superiores.

46

TÉCNICA EXPLORATORIA

Pregunte al paciente:

• ¿Cuál es el horario en que se duerme y se despierta?

• ¿Ha habido variación desde que está enfermo?

• ¿Presenta dificultades para dormirse?

• ¿Duerme tranquilo o ha tenido pesadillas?

Precise la duración de las alteraciones. Interrogue sobre el uso o abuso de

drogas hipnóticas. Identifique en el momento de la exploración si el paciente está

alerta o despierto o somnoliento o estuporoso o en estado de coma.

NORMALIDAD

Figura 11. Estructuras encefálicas, redes neuronales y neurotransmisores participantes en las funciones cerebrales superiores. Ritmo circadiano : núcleo supraquiasmático. Vigilia y funciones cerebrales superiores: formación reticular, locus coeruleus (noradrenalina), núcleo pedúnculopontino (acetilcolina), núcleo dorsal del rafe (serotonina), locus niger (dopamina), tálamo, hipotálamo posterior (histamina) y corteza cerebral. Sueño no MOR: hipotálamo anterior y núcleos intralaminares del tálamo (GABA). Sueño MOR: Núcleo pedúnculo-pontino (acetilcolina), sistema límbico y corteza cerebral fronto-occipital. Tomado de Contreras (2013, p. 79).

47

La duración del estado de despierto y el estado de dormido varía con la edad;

es mayor el estado dormido en el niño y mayor el estado de despierto en el anciano.

La persona adulta mantiene el estado de despierto entre 14 y 18 horas y el estado de

dormido entre 6 y 10 horas.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Insomnio. Imposibilidad de conciliar el sueño sin que dependa de una causa

exterior. Se observa en las siguientes patologías: excitación psíquica, causas físicas

como dolor, disnea, hipertiroidismo, diabetes, procesos pruriginosos1 crónicos, abusos

en sustancias ricas en cafeína, excesos alimenticios nocturnos y farmacodependencia

con estimulantes.

• Estado de alerta. Se debe al aumento de la descarga simpática y se

caracteriza por insomnio, dilatación pupilar, sequedad de mucosas, taquicardia,

conversación rápida y atropellada; se presenta en la farmacodependencia con

estimulantes.

• Parasomnia. Trastornos de la conducta durante el sueño como son enuresis,

terrores nocturnos, pesadillas, sonambulismo.

• Obnubilación. Es la depresión de la vigilia, en la cual el paciente puede ser

despertado con estímulos leves.

• Somnolencia excesiva diurna. Aumento en la necesidad de dormir durante el

día, también llamado hipersomnia; se presenta en las siguientes patologías: tumores y

encefalitis de hipotálamo posterior y región del tercer ventrículo, depresión, meningitis,

encefalopatía, narcolepsia, apnea del sueño y epilepsia.

• Estupor. Hay una marcada disminución de la actividad mental y física; para

obtener respuesta hay que aplicar estímulos intensos como el dolor.

• Estado de coma. Se debe a la depresión de los circuitos centroencéfalo-

corticales por lo que el paciente no puede ser despertado. Se presenta en las

siguientes patologías: coma metabólico, endocrino, alcohólico, infeccioso, traumatismo

craneoencefálico, accidente cerebrovascular, epilepsia, intoxicación con monóxido de

carbono, barbitúricos y fenotiazinas.

1 Que produce prurito (picor)

48

II. ATENCIÓN

DEFINICIÓN

La atención es la capacidad que tiene la persona de seleccionar o hacerse

cargo de algo que le interesa, que le afecta o le compromete en un tiempo dado; ese

algo se llama objeto de atención.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

Cuando la atención se dirige hacia un objeto real, los órganos de los sentidos

cooperan al máximo; además intervienen el estado de vigilia, la memoria, el

pensamiento correcto y la voluntad, todo esto sostenido por el matiz afectivo que

despierta ese objeto. De esta manera, la atención tiene su base morfo-fisiológica en el

centroencéfalo y el lóbulo frontal que activan a toda la corteza cerebral. Para ello

intervinienen mediadores químicos como la noradrenalina, la dopamina, la serotonina

y la acetilcolina.

TÉCNICA EXPLORATORIA

Para iniciar, muestre al paciente los siguientes elementos gráficos alineados:

Indíquele que los vea durante un minuto; después, ocúltelos y pregúntele:

¿Cuántos elementos gráficos vio usted? ¿Cuántos lados tiene la figura del centro?

¿Cuántos lados tiene la última figura? ¿Cómo se llama la última figura? Escuche y

valore sus respuestas. A continuación, muestre de nuevo al paciente los mismos cinco

elementos gráficos durante 30s; ahora ocúltelos y ordénele que los dibuje en el mismo

orden. Observe y valore sus respuestas. Por último, solicítele que ponga atención a lo

que se le va a ordenar; que primero escuche y luego realice lo que se le diga; ordénele

“cierre los ojos”, luego “abra la boca” y al final “levante los brazos”, hágalo. Observe y

valore sus respuestas.

NORMALIDAD

49

Toda persona mayor de diez años es capaz de atender y realizar de manera

correcta lo solicitado arriba; esto significa integridad de los circuitos centroencéfalo-

corticales participantes.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Hipoprosexia o la aprosexia. Es la disminución o pérdida de la atención. Se

presenta en padecimientos como esclerosis vascular cerebral, hipotiroidismo,

demencia, cisticercosis de la base del cerebro, craneofaringioma, adenoma hipofisiario

y el déficit de atención con hiperactividad.

• H i perprosexia . Es la hiperactividad de la atención sobre varios objetos a la

vez. Se observa en el hipertiroidismo, farmacodependencia con estimulantes y en

estados delirantes.

III. AGRESIVIDAD-PASIVIDAD

DEFINICIÓN

La agresividad es la capacidad que tiene la persona para oponerse y dominar

los obstáculos que se le presentan en la vida. La pasividad es un estado contrario, en

el que la persona no se compromete de manera integral con las actividades que

realiza en su vida.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

La agresividad se integra en el circuito formado por el núcleo amigdalino, el

hipotálamo, el tálamo óptico, la circunvolución del cíngulo y la 5a. circunvolución

temporal. La base bioquímica de la agresividad reside en la acción de la testosterona,

la adrenalina y la dopamina al estimular las neuronas del circuito mencionado. La

pasividad se integra en el circuito formado por el hipotálamo, el tálamo óptico y el

lóbulo frontal.

TÉCNICA EXPLORATORIA

Para empezar, valore la conducta agresiva o pasiva que el paciente ha

mostrado durante el estudio clínico. A continuación, pregunte al paciente: ¿qué hace

usted cuando alguien le busca pleito? ¿Qué hace usted cuando alguien molesta a su

novia? ¿Qué hace usted cuando alguien molesta a sus familiares? Escuche y valore

sus respuestas. Después investigue entre los familiares, amigos y compañeros del

paciente acerca de su conducta agresiva o pasiva, y si ésta ha cambiado desde que

está enfermo.

50

NORMALIDAD

Cada persona es un caso particular; hay quienes tienen un umbral más bajo

para la agresividad; otros tienen mayor tendencia a la pasividad. Las experiencias

juegan un papel importante.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

Las crisis de agresividad en que la persona ataca sin motivo objetos o

personas cercanas; se presentan en la epilepsia, las neoplasias y la cisticercosis del

lóbulo temporal que irriten el núcleo amigdalino; también se presentan en los estados

de tensión y fatiga crónicos.

IV. VIDA AFECTIVA O VIDA SENTIMENTAL

DEFINICIÓN

La vida afectiva es la capacidad de compromiso que tiene la persona en favor

o en contra de determinados objetos, personas o situaciones de la existencia; es la

base de la voluntad y de la acción en el ser humano. Consta de los siguientes

componentes: los sentimientos agradables (la alegría, la ilusión, el deseo, la pasión, la

esperanza y el amor en todas sus formas) que propician la creatividad para el bien

común; los sentimientos desagradables (la angustia, la tristeza, la desesperanza, la

desilusión, el hastío, la indignación, el coraje, el rencor y el odio) que paralizan o llevan

a la destrucción; y la emoción que es un estado sentimental indefinido y pasajero.

Mediante la vida afectiva se captan los valores, que son:

• Hedónicos: permiten disfrutar los placeres que la vida otorga.

• Vitales: cuidar la salud y procrear hijos.

• Económicos: el dinero como medio para lograr otros valores.

• Estéticos: captar y cultivar la belleza en todas sus formas.

• Éticos: respetar a los demás y responsabilizarse de las propias acciones.

• Científicos: acceder y cultivar el conocimiento científico.

• Religiosos: creer en un ser superior que nos cuida, nos ayuda y nos espera

con los brazos abiertos para cuando regresemos a él.

El compromiso con los objetos o situaciones de la existencia empieza cuando

la persona que los conoce descubre en ellos valores que provocan agrado, alegría,

satisfacción, deseo de mejorarlos y poseerlos; o bien, encuentra en éstos antivalores

que provocan desagrado, tristeza, repudio y deseo de destruirlos. Así, la vida afectiva

de la persona determina su acción.

51

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

La vida afectiva tiene su sustrato morfo-funcional en el centroencéfalo, en

especial en el tálamo óptico, donde se le pone el matiz afectivo de agrado o desagrado

a todo lo captado; de aquí ascienden los impulsos para activar a toda la corteza

cerebral, especialmente el lóbulo frontal del hemisferio cerebral derecho. A nivel del

tálamo óptico, el hipotálamo y la circunvolución límbica se secretan endorfinas que son

capaces de producir estados afectivos agradables y suprimir el dolor.

TÉCNICA EXPLORATORIA

Para iniciar, observe el estado de ánimo del paciente durante la sesión clínica.

Valore su concordancia con las circunstancias de su padecimiento. A continuación,

explore la vida afectiva del paciente haciéndole preguntas como las siguientes: ¿cómo

percibe hoy sus sentimientos? ¿Qué es lo que más le preocupa en la actualidad?

¿Qué es lo que más le ha gustado hacer durante su vida? ¿Qué es lo que usted cree

que vale la pena en su vida? ¿Qué es lo que usted más desea lograr en su vida y que

acciones realiza para alcanzarlo? ¿Qué es lo que más ha repudiado durante su vida?

¿Cómo es su relación interpersonal con sus familiares, con sus compañeros de la

escuela y el trabajo? ¿Cómo ha influido su enfermedad en la relación con las personas

con las que usted convive? De las personas que usted conoce ¿A quién quiere más?

¿Quiénes son las personas que usted considera que lo quieren más? Suponga que

tuviera que elegir entre su esposa(o) y sus hijos ¿A quién escogería? Escuche y valore

sus respuestas.

Por último, investigue con los familiares y amigos del paciente sobre su tipo

habitual de estado de ánimo (talante) y si se ha modificado con la enfermedad actual.

NORMALIDAD

Toda persona mayor de cinco a ñ os presenta determinado compromiso por

valores que le son favorables a ella misma y a las personas que quiere; asimismo,

muestra repudio por antivalores que van en contra de ella misma y de las personas

que quiere.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Tristeza. Es un estado sentimental desagradable que lleva a la supresión de

la actividad física; se presenta cuando se pierde algo valioso que es muy importante

para la existencia; se presenta en la depresión.

52

• Angustia. Es un estado sentimental desagradable que se acompaña de una

sensación de cuerpo extraño en la faringe y aparece como respuesta a un grave

problema afectivo no resuelto.

• Manía. Es un estado sentimental donde se pasa con facilidad de la alegría a

la cólera; se presenta en trastornos maniaco-depresivos.

Atímia o la hipotímia. Es la falta o disminución en la expresión de los estados

afectivos; se presenta en la demencia y en los trastornos maniacodepresivos.

V. GNÓSIAS

DEFINICIÓN

Las gnósias son las percepciones de las características de los objetos que al

ser coordinados o armonizados, brindan el conocimiento íntegro de dichos objetos. Se

dividen en: olfatorias, visuales, gustativas, acústicas, vestibulares y somestésicas.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

Las gnósias se integran con nivel a los circuitos tálamo-cortico-talámicos con

los lóbulos temporal, parietal y occipital. Las gnósias olfatorias, acústicas y

vestibulares se integran en la interacción tálamocortical con el lóbulo temporal; las

gnósias visuales se integran en la in-teracción tálamico-cortical con el lóbulo occipital;

por último, las gnósias so-mestésicas se integran en la interacción tálamo-cortical con

el lóbulo parietal.

TÉCNICA EXPLORATORIA

Se ofrece al paciente por separado objetos comunes como una naranja, un

durazno, unas llaves, entre otros; primero, cuando éste se encuentre con los ojos

cerrados, solicítele que reconozca el olor, el sabor, el sonido, la forma, el tamaño, la

textura, el peso, entre otros, de ese objeto. Luego, indique al paciente que abra los

ojos e identifique la forma, los colores, el tamaño y la textura de ese objeto. Para

terminar, solicítele que diga el nombre del objeto. Para explorar las gnósias

vestibulares, indique al paciente que se siente en un banco giratorio y que cierre los

ojos; gírelo a la derecha, luego a la izquierda; póngalo en movimiento, luego

deténgalo; en cada caso pregúntele ¿Qué le hago? Valore sus respuestas.

NORMALIDAD

Toda persona mayor de cinco años de edad es capaz de identificar los objetos

comunes por sus características así como el sentido del movimiento; esto da cuenta

de la integridad de las conexiones tálamo-corticales que participan en las gnósias.

53

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Agnosia. Es la incapacidad para captar las características de los objetos.

• Anosmia. Incapacidad para percibir los olores.

• Ageusia. Incapacidad para percibir el sabor de los objetos.

• Amaurosis o ceguera. Pérdida total de la visión.

• Anacusia o sordera. Incapacidad para percibir los sonidos.

• Anestesia. Incapacidad para percibir la sensibilidad en sus diversas

modalidades.

• Baroagnosia. Incapacidad para percibir la sensibilidad al peso.

• Estereoagnosia. Incapacidad de reconocer las cualidades de un objeto por

medio del tacto.

• Vértigo. Es una sensación de movimiento casi siempre rotatorio, en que las

cosas que lo rodean se mueven o el paciente siente que lo hace. Se presentan en

padecimientos vasculares cerebrales, traumatismos craneoencefálicos, cisticercosis

cerebral, neoplasias cerebrales, epilepsia, demencia, entre otros.

VI. MEMORIA

DEFINICIÓN

La memoria es la capacidad de citar en este momento lo acontecido tiempo

atrás. El proceso de la memoria consta de la grabación, el almacenamiento y la

reproducción de la información. Se divide en memoria para hechos recientes (minutos,

horas y días) y memori a para hechos remotos (semanas, meses y años). Los factores

que favorecen la memoria son: el estímulo debe ser intenso, debe repetirse varias

veces; es necesario poner interés en aquello que se desea memorizar y relacionarlo

con aquello que ya se conoce; la memorización se facilita si estamos descansados,

bien nutridos, sanos y en un ambiente propicio.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

La memoria para hechos recientes tiene su sustrato morfofuncional en las

conexiones del hipotálamo y el tálamo óptico con la corteza cerebral de la 5ª

circunvolución temporal y el hipocampo. La memoria para hechos remotos se integra

entre el centroencéfalo y la corteza cerebral del lóbulo occipital para las imágenes

visuales, la cara externa del lóbulo temporal para las imágenes auditivas, la parte

anterior de éste para los olores, la inferior de la circunvolución parietal ascendente

para los sabores, la cara externa del lóbulo parietal para el movimiento del cuerpo; el

lóbulo parietal para la forma, el peso, la textura y la temperatura de los objetos, así

54

como la memoria al dolor somático; el lóbulo de la ínsula y la cara inferior del lóbulo

frontal para el hambre, la sed y el dolor visceral.

TÉCNICA EXPLORATORIA

Al explorar la memoria para hechos recientes, proceda de la siguiente

manera: pregunte al paciente sobre algo de lo acontecido durante la sesión clínica, por

ejemplo: ¿Qué molestias me dijo usted que ha tenido? ¿Qué sustancias le di a oler

hace un rato? ¿Qué objetos le di a tocar en sus manos hace un rato? Escuche y valore

la concordancia de sus respuestas. Para explorar la memoria para hechos remotos,

proceda de la siguiente manera: pregunte al paciente sobre algunos acontecimientos

trascendentes, por ejemplo: ¿qué le recomendé en su última visita médica? ¿En qué

fecha se celebra la Independencia de México? ¿Qué día, mes y año ocurrió el último

terremoto que devastó a la Ciudad de México? ¿Qué se celebra el 25 de diciembre de

cada año? Escuche y valore la concordancia de sus respuestas.

NORMALIDAD

Toda persona mayor de diez años es capaz de contestar de manera correcta

lo que se le ha preguntado; esto significa integridad en los circuitos centroencéfalo-

corticales participantes.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Amnesia. Es la incapacidad para citar en este momento lo acontecido tiempo

atrás. En la amnesia para hechos recientes la persona olvida lo que iba a hacer, por

ejemplo: al llegar a un sitio no recuerda a qué fue y tiene que regresar a preguntar a

los familiares; el daño está en la 5ª circunvolución temporal y el hipocampo; se

presenta en alcohólicos y desnutridos. Otros pacientes, además, presentan amnesia

para hechos remotos, olvidan en dónde viven, el nombre de los hijos y lo que sucedió

durante la exploración; existe daño difuso en la región témporo-parieto-occipital del

hemisferio dominante; se presenta en esclerosis vascular cerebral, demencia,

enfermedad de Alzheimer, epilepsia, intoxicación con monóxido de carbono y en

pacientes psiquiátricos tratados con electrochoques.

• Fabulación. Es la invención de un tema diferente al preguntado debido a la

amnesia que presenta el paciente con demencia.

• Amnesia retrógrada: Es la incapacidad para recordar lo acontecido minutos u

horas antes de un traumatismo craneal o un accidente vascular cerebral.

• Amnesia anterógrada. Es la incapacidad para recordar lo acontecido a partir

del momento de un traumatismo craneal o un accidente vascular cerebral; en sentido

55

estricto este término no debe usarse, pues no se puede pedir que se recuerde lo que

no se ha grabado.

• Ilusiones. Son percepciones incorrectas de los objetos o los

acontecimientos; por ejemplo, el paciente dice “mientras camino noto que las casas

tienen un halo blanco a su alrededor”, otro paciente dice “de vez en vez veo la cara de

la gente llena de espinas”, otro paciente relata “la voz de la persona con quién platico

de repente se hace chillona, como de rata”. Las ilusiones visuales y acústicas son

frecuentes en la epilepsia del lóbulo temporal. A las ilusiones también pertenecen la

sensación “de lo ya visto” y “de lo ya vivido”.

• Alucinaciones. Son percepciones sin objeto externo o acontecimiento;

ejemplos: el paciente ve, oye, percibe un olor o percibe un sabor sin que exista

estímulo externo que lo origine. Se deben a la estimulación de las áreas corticales

donde se almacena la memoria. Se presentan en epilepsia del lóbulo temporal,

farmacodependencia y delirio.

• Dismnesia. Es la incapacidad en un momento dado para recordar detalles de

lo acontecido y hacerlo con facilidad después; se presenta en el alcoholismo y la

desnutrición.

VII. LENGUAJE

DEFINICIÓN

El lenguaje humano es un medio de comunicación en el cual se utilizan

signos sonoros y visuales, por medio de los cuales captamos y expresamos

sentimientos y pensamientos a nuestros semejantes.

El lenguaje se divide en:

• Mímico. Comprende los signos que de manera intencional se realizan con

las manos y los músculos de la expresión facial.

• Oral. Consta de las palabras pronunciadas.

• Escrito. Usa las palabras escritas. Tiene como referente todo lo existente.

• Musical. Utiliza las notas musicales y sobre todo, transmite estados

afectivos.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

El lenguaje mímico se integra en el hemisferio derecho, de la siguiente

manera:

• Se ven las señas (zona 17).

• Se recuerdan las señas (zonas 18 y 19).

• Se comprende el significado de las señas (zonas 19, 39 y 40).

56

• Se formula la respuesta (zonas 39 y 40).

• Se realizan las se ñ as (zonas 4 y 6).

El lenguaje oral se forma en el hemisferio izquierdo, de la siguiente manera:

• Se oyen las palabras (zonas 41y 42).

• Se recuerdan las palabras (zonas 21 y 22).

• Se comprende el significado de las palabras (zonas 37, 39 y 40).

• Se formula la respuesta (zonas 39 y 40).

• Se expresa la respuesta verbal (zonas 44 y 45).

El lenguaje escrito se integra en el hemisferio izquierdo, como sigue:

• Se leen las palabras (zona 17).

• Se recuerdan las palabras vistas (zonas 18 y 19).

• Se comprende el significado (zonas 19, 39 y 40).

• Se formula la respuesta (zonas 39 y 40).

• Se escribe la respuesta verbal (zonas 4 y 6).

El lenguaje musical se forma en el hemisferio derecho, de la siguiente

manera:

• Se oyen o se leen las notas musicales (zonas 41y 42 o 17).

• Se recuerdan las notas musicales oídas o vistas (zonas 21 y 22 o 18 y 19).

• Se comprende el significado de las notas oídas o vistas (zonas 37, 39 y 40 o

19, 39 y 40).

• Se formula la respuesta (zonas 39 y 40).

• Se expresa la respuesta motora o verbal (zonas 4 y 6 o 44 y 45).

TÉCNICA EXPLORATORIA

Figura 12. Áreas de Brodman. Tomado de Contreras (2013, p. 87).

57

Examine en el paciente la comprensión y expresión del lenguaje en sus

diversas modalidades.

• Lenguaje mímico

Realice con sus manos señas al paciente, tales como “venga”, “adiós”,

“siéntese”, “vamos a comer”, “le hablan por teléfono”, entre otras y solicítele en cada

caso que diga su significado.

Ahora, pídale que haga las señas con las que quiera decir “venga”, “adiós”,

“siéntese”, “espéreme un rato”, “le hablan por teléfono”, entre otras. Observe sus

respuestas.

• Lenguaje oral

Indique de manera verbal al paciente que haga lo que se le solicita: “cierre los

ojos”, “abra la boca”, “con su mano izquierda tápese el ojo izquierdo”, entre otros.

Observe sus respuestas. Después contestarán preguntas como las siguientes: ¿Cómo

se llama usted? ¿Dónde vive? ¿Dónde estamos? ¿Qué día es hoy?

Escuche sus respuestas. Muestre al paciente varios objetos de uso común

como un peine, una cuchara, un cepillo dental, un vaso, unas llaves y solicítele que los

nombre.

• Lenguaje escrito

Muestre al paciente órdenes escritas como las siguientes: “abra la boca”,

“cierre los ojos”, “levante los brazos”, entre otras. Indíquele que haga lo que dice ahí.

Solicítele que lea un párrafo en voz alta y lo explique. Observe sus respuestas. Ahora,

proporcione papel y lápiz solicitándole que escriba unas frases. Dicte un párrafo y que

el paciente lo escriba. Observe sus respuestas.

• Lenguaje musical

Muestre al paciente la grabación de una melodía conocida; solicítele que la

escuche y comente a qué tipo de música pertenece, qué instrumentos están tocando,

que sentimientos le transmite, entre otros. Pídale al paciente que silbe o cante una

melodía conocida.

NORMALIDAD

Por lo regular cualquier persona mayor de 10 años, comprende el significado

del lenguaje y puede expresarlo en cualquiera de sus modalidades; esto significa

integridad en los circuitos tálamo-corticales participantes.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Dislexia. Disminución de la capacidad para aprender a leer.

58

• Alexia. Es la incapacidad para leer. La lesión se localiza en lóbulo occipital

izquierdo zonas 18 y 19.

• Agrafia. Es la incapacidad para ejecutar el lenguaje escrito. La lesión se

sitúa en la parte posterior de la 2 a circunvolución frontal izquierda. Cuando la lesión

es poco manifiesta hablamos de disgrafia.

• Defecto en el habla espontánea. Formula la respuesta pero tarda mucho en

expresarlas. La lesión está en el centroencéfalo.

• Afasia. Es la incapacidad del paciente para comprender y expresar el

lenguaje oral, a pesar de no existir defecto visual, auditivo o motor. En los grados más

ligeros se denomina disfasia.

• Afasia nominal. El paciente no encuentra el nombre apropiado del objeto que

se le muestra a pesar de que sabe para qué sirve. La lesión se encuentra en las zonas

21, 22 y 37 de Brodmann.

• Afasia de comprensió no afasia de Wernicke. Al no comprender el

significado de las palabras, el paciente no puede establecer la relación entre éstas y el

objeto. Éste habla mucho (verborrea) y su conversación no tiene relación con el tema

tratado. La escritura está perturbada, hay imposibilidad o dificultad para comprender el

lenguaje oral o escrito, la repetición de las palabras se halla alterada. La lesión se

localiza en las zonas 37, 39 y 40 del hemisferio dominante.

• Afasia de expresión o afasia de Broca. No puede hablar aunque el aparato

de la fonación esté normal, a pesar de que comprenda el significado. La lesión está

situada en las zonas 44 y 45 del hemisferio dominante.

• Afasia adinámica. Es la incapacidad de expresar pensamientos por propia

iniciativa. El daño se localiza en las paredes del tercer ventrículo. Las alteraciones del

lenguaje se presentan en las siguientes patologías: epilepsia, infartos y hemorragias

de putamen, tumores primitivos o metastásicos del lóbulo frontal, demencia presenil,

traumatismos craneoencefálicos, cisticercosis cerebral, accesos de jaqueca y ataques

isquémicos transitorios, poliomielitis, difteria, enfermedad de Parkinson, infartos del

lóbulo parietal.

VIII. ESQUEMA CORPORAL

DEFINICIÓN

El esquema corporal es la representación o mapa cortical de las diversas

porciones del organismo. Mediante esta función cerebral la persona capta las diversas

partes de su cuerpo como propias. El esquema corporal consta de una porción

derecha y otra izquierda en cuanto a los tegumentos y los músculos estriados.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

59

El esquema corporal se integra entre el centroencéfalo y el lóbulo parietal. Las

diversas partes del cuerpo se reconocen como propias en la interacción del tálamo con

la encrucijada témporo-parieto-occipital (zonas 39 y 40 de la figura 9-4).

TÉCNICA EXPLORATORIA

Para iniciar, examine la percepción de las diversas partes del cuerpo, como

sigue: el paciente debe estar con los ojos cerrados, después aplique estímulos táctiles

y dolorosos, asimismo explore el sentido de la posición de los diversos segmentos

corporales, sobre todo de las extremidades; en cada caso, pregúntele¿qué le hago?

¿En dónde lo siente? Valore sus respuestas. A continuación, examine el

reconocimiento de la propiedad de las diversas partes del cuerpo, como sigue: se ñ ale

una mano del paciente, luego la otra, después un pie y pregúntele ¿de quién es esa

mano? ¿De quién es ese pie? Valore sus respuestas. Después, indique al paciente

que imite los movimientos que usted realiza: Levante su mano derecha, cierre los ojos,

con la mano izquierda tóquese la rodilla derecha, con la mano derecha tóquese el

hombro izquierdo. Observe al paciente y valore sus respuestas. Para finalizar, ordene

al paciente: levante su mano izquierda; con la mano derecha tóquese la oreja

izquierda; con la mano izquierda tóquese el hombro derecho; con la mano derecha

tóquese la rodilla izquierda. Observe al paciente y valore sus respuestas.

NORMALIDAD

Toda persona después de los ocho años de edad percibe y reconoce las

partes de su cuerpo como de su propiedad; esto significa integridad de los circuitos

tálamo-corticales participantes.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Hemiasomatognosia. Desconocimiento de pertenencia del hemicuerpo

izquierdo. Aparece en las lesiones del lóbulo parietal derecho.

• Autotopoagnosia. Desconocimiento de las diversas partes del cuerpo al ser

estimuladas, no las localiza ni las nombra de manera correcta.

• Alucinaciones del esquema corporal. Se presenta por intoxicación con LSD

y, o mezcalina.

• Anosognosia. El paciente no admite que tiene defectos debido a daño en los

lóbulos frontales. Se presentan en padecimientos vasculares cerebrales, adicciones,

demencias, neoplasias y cisticercosis, entre otros.

60

IX. ORIENTACIÓN ESPACIAL

DEFINICIÓN

La orientación espacial es la capacidad que tenemos de percibir la relación

que guarda nuestro cuerpo con los objetos del entorno.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

En la orientación espacial participan la visión y los impulsos vestibulares, la

información propioceptiva del alargamiento muscular y la presión en la planta de los

pies; de tal manera que se integra entre el centroencéfalo y la corteza cerebral de los

lóbulos occipital, temporal y parietal del hemisferio cerebral derecho en especial, en la

encrucijada temporo-parieto-occipital, (cuadro 9-1 y figuras 9-2 y 9-6). TÉCNICA

EXPLORATORIA

Para empezar, indique al paciente que señale adelante y atrás; arriba y abajo;

a la derecha y a la izquierda. Observe y valore sus respuestas. A continuación, ordene

al paciente que señale hacia el oriente y el poniente; hacia el norte y el sur. Observe y

valore sus respuestas. Luego, muéstrele un plano de la red del metro de la Ciudad de

México y pregunte: ¿cuáles estaciones paso al ir del Zócalo al Hospital General en el

metro? Escuche y valore sus respuestas. Para finalizar, pregunte al paciente acerca de

su actitud sentimental o arraigo a su casa, su colonia o su pueblo, como sigue: ¿se

cambiaría usted de donde vive en la actualidad hacia otro lugar? ¿Por qué? Escuche y

valore sus respuestas.

NORMALIDAD

Toda persona mayor de cinco años se orienta con relación a lo que le rodea;

la orientación con relación a los puntos cardinales y la ubicación de las estaciones del

metro se logra a mayor edad; el arraigo sentimental al ambiente generalmente se logra

en los adultos. Todo esto significa integridad de los circuitos centroencéfalo-corticales

participantes.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Desorientación espacial. Es la incapacidad de percibir la relación que guarda

la posición del cuerpo con el entorno y se manifiesta como la incapacidad para

describir la ubicación de las habitaciones de una casa, para decir cómo llegar de un

lugar a otro con base en un mapa. Se presenta en lesiones extensas del hemisferio

cerebral derecho que afectan a los lóbulos occipital, temporal y parietal, como

61

traumatismos craneoencefálicos, neoplasias, neurocisticercosis, farmacodependencia

y demencia, entre otros.

X. PRAXIAS

DEFINICIÓN

Las praxias constituyen la capacidad de realizar movimientos voluntarios

aprendidos y planeados con una finalidad.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

Las praxias constan de un esquema de comprensión y un plan de ejecución.

El esquema de comprensión o ideatorio de las praxias se integra en la

interacción del tálamo con la corteza cerebral de la encrucijada témporo-parieto-

occipital (zonas 39 y 40 del hemisferio dominante). La ejecución de las praxias se

integra en la interacción del tálamo con la corteza cerebral de la 1a. y 2a.

circunvoluciones frontales izquierdas, por delante le la circunvolución frontal

ascendente (zonas 4 y 6), donde nacen las vías piramidal y sinergista.

TÉCNICA EXPLORATORIA

Para examinar el esquema ideatorio de las praxias, muestre al paciente las

siguientes figuras e indíquele que las copie: Una línea recta, un círculo, un triángulo,

un cuadrado, un pentágono, un cubo, una cara, una persona, una casa y un árbol.

Observe y valore sus respuestas. Para examinar la ejecución de las praxias, ordene al

paciente que dibuje, sin mostrárselas, las siguientes figuras: una línea recta, un

círculo, un triángulo, un cuadrado, un pentágono, un cubo, una cara, una persona, una

casa y un árbol.

NORMALIDAD

Toda persona mayor de cinco a ñ os tiene la capacidad de idear y ejecutar las

praxias solicitadas; esto significa integridad en los circuitos tálamo-córtico-talámicos

participantes.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Apraxia. Incapacidad para realizar movimientos voluntarios aprendidos y

planeados con una finalidad.

• Apraxia ideatoria. El paciente dice “puedo hacer con mis miembros lo que

deseo pero no tengo la representación mental de lo que debo hacer”; y es que está

62

alterado el esquema de comprensión. La lesión se localiza en la región temporo-

parieto-occipital izquierda.

• Apraxia motora. El paciente dice: “sé lo que tengo que hacer, pero cuando lo

voy a ejecutar los miembros no me responden”, el esquema ideatorio es normal, pero

los miembros encargados de ejecutarlo no lo pueden hacer. El daño se localiza en la 1

a y 2 a circunvoluciones frontales izquierdas.

• Apraxia ideomotora. Están presentes los defectos de la praxia ideatoria, pero

se agrega algún movimiento ajeno a la praxia que se realiza. Aquí el daño cerebral es

más extenso.

• Se presentan en padecimientos vasculares, neoplasias y lesiones

traumáticas del encéfalo.

XI. PENSAMIENTO CORRECTO

DEFINICIÓN

El pensamiento correcto es la capacidad de enlazar representaciones

mentales, conceptos, juicios y razonamientos sobre un objeto de estudio, con base en

los principios lógicos y en concordancia con la realidad. Mediante su aplicación se

tiene éxito en la vida.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

El pensamiento correcto se integra entre las conexiones del núcleo

dorsomediano del tálamo óptico y la corteza cerebral de la cara anterolateral del lóbulo

frontal izquierdo (zonas 9, 10 y 11).

TÉCNICA EXPLORATORIA

Explore la capacidad del paciente para aplicar el principio de identidad, que

establece “Una cosa es ella misma”, de la siguiente manera, pregunte al paciente:

¿este reloj que tengo en la mano es el mismo que tiene en su mano aquella persona?

Escuche y valore su respuesta. Explore la capacidad del paciente para aplicar el

principio de no contradicción, que establece “de algo no se debe predicar lo contrario

al mismo tiempo”, de la siguiente manera, pregunte al paciente: ¿usted puede estar

enfermo y no estar enfermo al mismo tiempo? Escuche y valore su respuesta. Explore

la capacidad del paciente para aplicar el principio de razón suficiente o principio de

fundamentación del juicio, que establece “Todo juicio emitido debe ser fundamentado”,

de la siguiente manera, pregunte al paciente: ¿qué cree usted que pasará si pone a

calentar agua durante algún tiempo? ¿Por qué hierve el agua? Escuche y valore sus

respuestas. Explore la capacidad del paciente para realizar razonamientos inductivos ,

63

en donde se parte de casos particulares en las premisas y el resultado final o

conclusión contiene un algo de más que no estaba en las premisas; pregunte al

paciente: Premisas. Qué le pasa:

• ¿Al agua al calentarla a alta temperatura?

• ¿A la leche al calentarla a alta temperatura?

• ¿A la cerveza al calentarla a alta temperatura?

Conclusión

Por lo tanto, ¿qué le pasará a todos los líquidos al calentarlos a alta

temperatura? Escuche y valore sus respuestas.

Explore la capacidad del paciente para realizar razonamientos deductivos , en

donde se parte de premisas generales para llegar a una conclusión, la cual no posee

algo más que no esté en las premisas que la fundamentan; planteé al paciente:

Premisas

• La enfermedad por virus de inmunodeficiencia humana mata a los seres

humanos.

• Juan Pérez está enfermo por el virus de inmunodeficiencia humana.

Conclusión

Por lo tanto, ¿qué le va a pasar a Juan Pérez?

Escuche y valore sus respuestas.

Explore la capacidad del paciente para realizar razonamientos por analogía,

en donde se comparan características semejantes entre dos o más objetos de estudio;

pregunte al paciente:

• ¿Qué significa Más vale pájaro en mano que ciento volando?

• ¿Qué significa El que a buen árbol se arrima buena sombra lo cobija?

• ¿Qué significa El que con lobos anda a aullar se enseña?

Escuche y valore sus respuestas.

NORMALIDAD

Toda persona mayor de quince años es capaz de aplicar los principios lógicos

y realizar razonamientos sobre un objeto de estudio; esto significa integridad

morfofuncional de los circuitos tálamo-cortico-talámicos participantes.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Euforia es el optimismo y felicidad aparentes sin causa justificada.

• Moria es la alegría constante, la tendencia a decir chistes y la conducta

pueril.

• Pérdida del pensamiento abstracto. Sobre todo la incapacidad para realizar

conjuntos al no poder llevar a cabo razonamientos por analogía.

64

• Pérdida de la autocrítica. Es la incapacidad para realizar introspección sobre

los pensamientos y las acciones de la propia persona.

• Pérdida de la iniciativa para atender asuntos de la vida cotidiana.

• Indiferencia hacia sus problemas.

• Soliloquios. Son monólogos continuos.

Se presentan en la demencia, los traumatismos craneoencefálicos que

afecten al lóbulo frontal, las neoplasias del lóbulo frontal y la intoxicación alcohólica,

entre otros.

• Aceleración del pensamiento, manifestada por verborrea, con varias ideas a

la vez que se precipitan en forma desordenada; se presenta en el hipertiroidismo.

• Bradipsiquia. Es el retardo en el pensamiento con asociación pobre de

ideas; se presenta en el hipotiroidismo y la depresión.

XII. CÁLCULO NUMÉRICO

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

El cálculo numérico se integra entre las conexiones tálamo-corticales

correspondientes a la encrucijada témporo-parieto-occipital (zonas 39 y 40) del

hemisferio dominante. La diferencia existente entre los signos de los números se

comprende en las zonas 9, 10 y 11 del lóbulo frontal que envían y reciben fibras del

núcleo dorsomediano del tálamo.

TÉCNICA EXPLORATORIA

La complejidad de los cálculos numéricos dependerá del grado de escolaridad

del paciente. Se realiza siempre utilizando dígitos para efectuar sumas, restas, uso del

cero y números negativos. Para iniciar, muestre al paciente dos dedos, luego cinco

dedos, después siete dedos y así de manera consecutiva. Pregúntele cada vez

¿Cuántos son? Valore sus respuestas. Ahora, solicítele que realice sumas, como

sigue: muestre por ejemplo, tres dedos con la mano izquierda y dígale “sí a éstos”, al

tiempo que muestra cuatro dedos con la mano derecha, “le agregamos éstos”

¿Cuántos son? Realice un par de ejemplos más con distintos dígitos. Valore sus

respuestas. Enseguida, solicítele que realice restas como sigue: muestre cuatro dedos

con la mano izquierda y dígale “sí a éstos” mientras muestra dos dedos con la mano

derecha, “le quitamos éstos” ¿Cuántos quedan? Realice un par de ejemplos más con

diversos dígitos. Valore sus respuestas. A continuación, para el uso del número cero,

solicítele que realice una resta que al final tenga como resultado cero, por ejemplo,

con su mano izquierda muéstrele cinco dedos y dígale “sí a éstos”, muestre cinco

dedos con la mano derecha, “le quitamos éstos” ¿Cuánto queda? Pregúntele el

65

significado del número cero. Valore sus respuestas. En el caso de pacientes con

escolaridad apropiada, se solicita que realicen restas cuyo resultado es un número

negativo, por ejemplo, muestre dos dedos con la mano izquierda y diga: “sí a éstos”,

ahora muestre cinco dedos con la mano derecha, y se ñ ale: “le quitamos éstos”,

¿cuántos quedan? Valore la respuesta. También se puede examinar el cálculo

numérico al solicitarle al paciente que realice por escrito sumas y restas con cuatro

cifras. Puede usarse también una serie ascendente de números, como la siguiente: 2,

3, 5, 8, 13, 21; pídale que observe bien esta serie y diga qué numero sigue y por qué.

Valore la respuesta (número 34, porque resulta de la suma de los dos anteriores).

NORMALIDAD

Toda persona con escolaridad de primaria es capaz de realizar las

operaciones aritméticas fundamentales: sumar, restar, multiplicar y dividir; usar el cero

y números negativos. Esto significa que los circuitos tálamo-corticales

correspondientes están íntegros.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Acalculia. Pérdida de la capacidad de realizar cálculos matemáticos. La

podemos encontrar en las siguientes patologías: trombosis de la porción terminal de la

arteria cerebral media izquierda, neurocisticercosis, gliomas infiltrantes parieto-

occipitales, síndrome de Gerstmann.

XIII. CONDUCTA VOLUNTARIA

DEFINICIÓN

Es la capacidad que tiene la persona de elegir lo que considera valioso en su

vida y de realizar las acciones necesarias para lograrlo. La conducta voluntaria está

constituida por las acciones, praxias o hábitos que cada persona realiza como

producto de su elección; es aprendida, es examinada por el pensamiento correcto, la

memoria ofrece los materiales en forma de gnósias, la vida afectiva les coloca una

carga agradable o desagradable, de donde resulta el mantenimiento de la atención y la

voluntad en las acciones que tienen como finalidad alcanzar ciertos valores. Por lo

regular éstos son básicos como el logro del placer, el de lo económico y el de lo vital;

en ocasiones la conducta voluntaria se dirige hacia la obtención de valores superiores,

tales como son los valores estéticos, religiosos, éticos y científicos.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

66

La conducta voluntaria tiene su base morfofuncional en la interacción entre el

hipotálamo y el tálamo óptico con la corteza cerebral de los diversos lóbulos; en

particular, el frontal, de donde se originan las vías sinergista y piramidal para realizar el

acto voluntario. Al realizar algunos de éstos como son ejercicio físico, leer, estudiar, al

hacer actividades encaminadas al logro de valores se secretan endorfinas y

encefalinas por estructuras cerebrales que provocan bienestar e incluso euforia, lo

cual retroalimenta la realización de dicha conducta voluntaria.

TÉCNICA EXPLORATORIA

Empiece con valorar la colaboración voluntaria que ha mostrado el paciente

durante el estudio clínico. Pregunte al paciente: ahora que usted sane de su

enfermedad, ¿qué es lo que va a hacer con su vida? Escuche y compare la

congruencia de su respuesta con lo comentado por el paciente en la función de: la vida

afectiva. Investigue entre los familiares, amigos y compañeros del paciente sobre lo

que más le gusta hacer, el cuidado y empeño que pone en ello y lo sostenedor que es

en sus acciones. A continuación, pregúnteles cuál ha sido su desempeño en roles

como hijo, estudiante, trabajador, padre, entre otros, así como sus hábitos como hacer

ejercicio físico, leer, tomar bebidas alcohólicas, fumar, usar drogas, entre otros. Al final,

pregunte al paciente el porqué de esa conducta.

NORMALIDAD

Toda persona mayor de diez años muestra una serie de acciones, praxias o

hábitos encaminados al logro de lo que considera valioso en la vida.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Apatía. Se caracteriza porque el paciente se encuentra retraído,

desinteresado e indiferente. Se presenta en la depresión y el alcoholismo crónico.

• Hipobulia o abulia. Es la disminución o falta de realización de los actos

voluntarios que antes el paciente llevaba a cabo.

• Negativismo es la resistencia que presenta el paciente a cambiar de actitud.

• Soliloquios. Se presentan en la demencia.

• Tics. Se presentan en la neurosis de ansiedad.

• Convulsiones. Se presentan en la epilepsia, las neoplasias y la cisticercosis

cerebral.

• Movimientos coreicos. Surgen en la fiebre reumática.

67

• Movimientos atetósicos. Forman parte de la parálisis cerebral infantil. Se

presentan en la depresión, el alcoholismo crónico, la farmacodependencia, las

secuelas de traumatismo craneoencefálico y de padecimiento vascular cerebral.

XIV. APRENDIZAJE

DEFINICIÓN

El aprendizaje es un proceso mediante el cual el sujeto identifica y resuelve

los problemas que se le presentan en la vida cotidiana, de tal manera que lo lleva a

pensar, a decir y a actuar de manera diferente y acorde a la nueva situación.

Constituye un proceso integrador apoyado por funciones mentales como la vida

afectiva, la atención, las gnósias, la memoria, el lenguaje, las praxias, el pensamiento

correcto y la voluntad.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

El proceso de aprendizaje se puede dar de dos maneras. Por un lado, por

aferencia de nueva información sobre el objeto de estudio proveniente del entorno o

del propio cuerpo, la cual activa las vías visual, auditiva y somato– sensoriales que, a

su vez, activan los circuitos tálamo– corticales, combinándose con la información

almacenada en memoria sobre dicho objeto de estudio, bajo el arbitrio de la corteza

cerebral de la parte anterior del lóbulo frontal. Por otro lado, el aprendizaje se puede

realizar a través de la introspección; en este caso, se examina la información que

sobre el objeto de estudio está almacenada en la memoria, al activar los circuitos

cortico– tálamo– corticales con la colaboración de la corteza cerebral de la parte

anterior del lóbulo frontal; esto da origen a nuevas elaboraciones que concuerden con

la realidad y con el pensamiento correcto, permite identificar y resolver los problemas

que se le presentan al sujeto.

TÉCNICA EXPLORATORIA Solicite al paciente que se aprenda, en el

transcurso de 10 intentos, la siguiente lista de 10 palabras: casa, gato, puente, noche,

pastel, mano, bosque, mesa, pera y aguja. Ahora, solicítele resolver los siguientes

problemas aritméticos:

• Juan tiene cinco naranjas y Antonio seis, ¿cuántas tienen entre los dos?

• María tiene nueve peras y da tres, ¿cuántas le quedan?

• Un vendedor de libros gana 25 pesos en cada uno de los 6 libros que ha

vendido, ¿cuánto ha ganado en total?

• Tenemos 18 libros en dos estanterías.

Si en una de ellas hay el doble que en la otra, ¿cuántos hay en cada una?

68

NORMALIDAD

Toda persona con escolaridad primaria resuelve sin dificultad los problemas

planteados.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Dificultades en el aprendizaje de la lectura, la escritura, el cálculo y la

solución de problemas. Se presenta en la dislexia, en secuelas de meningoencefalitis,

traumatismo craneoencefálico, neurocisticercosis, neoplasias cerebrales, enfermedad

vascular cerebral, entre otros.

XV. FUNCIONES CEREBRALES SUPERIORES Y CREATIVIDAD

DEFINICIÓN

La creatividad es la capacidad espiritual asociada al funcionamiento del lóbulo

frontal, que permiten transformar los pensamientos y sentimientos en acciones,

posibilitan que la persona resuelva los problemas que se le presentan en la vida, de

manera aceptada por la sociedad.

El proceso creativo consta de las siguientes fases:

• La delimitación del campo ; es decir, tener claridad sobre cuál es el

problema que se pretende resolver, el objetivo que se pretende alcanzar.

• La búsqueda de los conocimientos y antecedentes relacionados con el

problema.

• La planeación; es decir, el diseño de la secuencia de actividades que se

seguirá para alcanzar la solución.

• La ejecución de las actividades para alcanzar la solución.

• La evaluación de los resultados alcanzados en relación a los objetivos

propuestos.

• La retroalimentación recibida que permite mejorar en lo venidero.

La creatividad se apoya en el funcionamiento cerebral y, en especial, en

funciones del lóbulo frontal entre las que destacan la atención ejecutiva, la inhibición,

la memoria de trabajo, la planeación, la flexibilidad cognitiva y el monitoreo.

• La atención ejecutiva es un proceso que permite estar al tanto de los

estímulos en la realización oportuna de tareas novedosas.

• La inhibición es la capacidad de continuar o detener el pensamiento o la

acción.

• La memoria de trabajo permite mantener en la mente la secuencia de

pensamientos o acciones.

69

• La flexibilidad cognitiva permite buscar alternativas de solución a los

problemas.

• El monitoreo permite la detección y corrección de errores en el

procesamiento mental, así como en la ejecución de las acciones.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

Para la creatividad de la persona, la corteza de la parte anterior de los lóbulos

frontales, en sus regiones dorsolateral, orbitofrontal y ventromedial recibe aferencias

del núcleo dorsomedial del tálamo óptico y envía sus impulsos al neoestriado (núcleo

caudado y putamen) y a la sustancia nigra, los cuales las envían, a su vez, al globus

palidus y de ahí de nuevo al tálamo en su núcleo ventrolateral, donde forma tres

circuitos: el dorsolateral, el orbitofrontal y el ventromedial; el núcleo ventrolateral del

tálamo también recibe aferencias del cerebelo y envía los impulsos voluntarios a la

corteza motora, de donde nacen las vías sinergista y piramidal que envían dichos

impulsos a los músculos esqueléticos estriados voluntarios que ejecutan los

movimientos.

TÉCNICA EXPLORATORIA

La creatividad se explora al evaluar la capacidad del sujeto para resolver

problemas.

70

En un primer momento, se le plantea el siguiente problema en forma verbal:

Un agricultor siembra maíz en 10 hectáreas de tierra. De cada una cosecha

obtiene seis toneladas de mazorcas. Si entrega la tercera parte al gobierno, ¿cuántas

toneladas le quedan? Valore los resultados.

En un segundo momento, se solicita al paciente realice la tarea de la Torre de

Hanoi, como sigue:

Se presenta el tablero con sus tres postes y cuatro aros de diferente tamaño,

ordenadas de abajo a arriba y de mayor a menor en forma piramidal, en el primero de

éstos. El objetivo de la tarea es desplazar todos los aros del primero al tercer poste, de

manera que formen de nuevo una pirámide.

Las instrucciones son las siguientes:

Figura 13. Sustrato morfofuncional de las funciones ejecutivas donde la parte anterior del lóbulo frontal es el eslabón más importante. Tomado de Contreras (2013, p.99)

71

Usted debe pasar los aros del primero al tercer poste, para lo que deberá

tener en cuenta tres reglas del juego:

• Tomar cada uno de los aros y colocarlo en otra posición.

• Siempre que coloque un aro encima de otro, el que se sitúe arriba deberá

ser menor que el de abajo.

• Realice la tarea en el menor número de movimientos que le sea posible.

Observe y valore los resultados.

NORMALIDAD

Toda persona mayor de 10 años resuelve de manera exitosa las tareas

planteadas. Esto significa adecuado funcionamiento de las redes neuronales cortico-

talámicas, tálamo-frontales y fronto-estriatales implicadas.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

• Dificultad para centrarse en una tarea y finalizarla sin un control ambiental

externo.

• Impulsividad. Es la dificultad en el autocontrol para inhibir un pensamiento o

acción. Se presenta en lesión del lóbulo frontal.

• Perseverancia. Presencia de un comportamiento rígido, poco flexible, con

conductas estereotipadas.

• Dificultades en el establecimiento de nuevos repertorios conductuales junto

con una falta de capacidad para utilizar estrategias operativas.

• Limitaciones en la productividad y en la creatividad con falta de flexibilidad

cognitiva.

• Incapacidad para la abstracción y dificultades para anticipar las

consecuencias de su comportamiento.

Estas alteraciones cognitivo-conductuales se conocen como síndrome

disejecutivo y se presenta en padecimientos del lóbulo frontal, como neoplasias,

traumatismos craneoencefálicos, padecimientos cerebrovasculares, esquizofrenia,

trastornos obsesivo-compulsivos, por déficit de atención y el social de la personalidad.

XVI. CONCIENCIA

DEFINICIÓN

La conciencia es el conocimiento integrado de un objeto, una persona o una

situación, que el sujeto adquiere al aplicar su escala de valores a los objetos, las

personas y las situaciones, dentro de un contexto sociocultural que preserve el bien

72

común y los derechos de los demás. Esta función cerebral superior permite al sujeto

darse cuenta, percatarse de quién es él o ella; con qué capacidades, apoyos y

limitaciones cuenta; cuáles son los propósitos de su proyecto de vida; qué hace para

alcanzar esos propósitos; cuáles son sus éxitos y fracasos que ha tenido y por último,

qué realiza para mejorar, repito, dentro de un contexto sociocultural que preserve el

bien común y los derechos de los demás.

FUNDAMENTO MORFOFISIOLÓGICO

En el acto de conciencia participan los circuitos cortico– tálamo– corticales,

los materiales de la memoria, la corteza cerebral de la encrucijada témporo– parieto-

occipital y de la parte anterior de los lóbulos frontales.

TÉCNICA EXPLORATORIA

Solicite a la persona que valore, mediante la aplicación de su escala

axiológica, los siguientes aspectos:

• Un objeto, una manzana, entre otros. La persona evaluada puede decir:

desde el punto de vista hedónico es agradable disfrutar su sabor agridulce; desde el

aspecto vital nos proporciona carbohidratos y vitaminas para nuestra salud; desde lo

económico el cultivar manzanas y venderlas es importante porque en el mercado

tienen un precio considerable; desde la estética, las manzanas tienen formas y colores

variados y se ven hermosas en arreglos frutales o en los bodegones; desde lo ético

podríamos decir que no se vale meterse a la huerta ajena a robarse las manzanas;

desde el enfoque científico, continúa la investigación y aplicación de los conocimientos

para producir manzanas de mejor calidad; y desde el punto de vista religioso,

podríamos citar que las manzanas forman parte de la ofrenda a los muertos en la

cultura mexicana.

• Respecto a un paciente en cama y doliente. Es probable que la persona

evaluada diga: desde el punto de vista hedónico, no es nada agradable ver a alguien

así; desde el aspecto vital, es importante que recupere sus capacidades para que se

cure y siga adelante con su proyecto de vida; desde lo económico, su atención y

cuidados tiene un costo que el enfermo, su familia o una institución tendrá que cubrir;

desde la cuestión estética, un artista puede crear una obra de arte que permita

expresar los estados sentimentales como la tristeza y la compasión que se generan al

ver un cuadro así; desde la perspectiva ética, esperamos que el paciente goce de sus

derechos de ser atendido para que recupere la salud; desde el punto de vista

científico, la persona enferma, en cama y doliente ha movido a los investigadores y al

personal de salud a generar y aplicar medicamentos y procedimientos quirúrgicos para

73

que recuperen la salud; y desde el aspecto religioso, el paciente y sus seres queridos

realizan oraciones para que un ser superior ayude a que recupere la salud.

• Una situación. Se encuentra a la entrada de una estación del metro de la

Ciudad de México, un señor de pueblo toca una melodía con un violín y su hijita le pide

a usted una moneda. Quizá la persona evaluada diga: desde el punto de vista

hedónico no es una situación placentera; desde el punto de vista vital, se nota que el

padre y su hija se esfuerzan por ganarse el alimento; desde el aspecto económico,

muestra que estas personas tienen que emigrar a las ciudades porque nuestro país no

está generando las mejores condiciones de existencia para la población; desde el

concepto estético, es bello escuchar música purépecha con un violín bien afinado;

desde el aspecto ético, se vale apoyar a estas personas con una moneda que no

altera el bolsillo; desde el punto científico no hay mucho que comentar; y desde el

punto de vista religioso, pienso que padre e hija dicen “a Dios rogando y con el canto

dando”. Escuche y valore sus respuestas y con ello su nivel de conciencia.

NORMALIDAD

Toda persona mayor de veinte años posee una escala axiológica y procede

con criterios que preserven el respeto a los demás y el bien común.

PRINCIPALES ALTERACIONES Y PADECIMIENTOS

La falta de conciencia se manifiesta en:

• Los vicios, la deshonestidad y los delitos.

Lo anterior implica falta de consolidación o deterioro de los circuitos tálamo–

frontales por diversos procesos patológicos, tales como secuelas de

meningoencefalitis, farmacodependencia y alcoholismo, neurocisticercosis, neoplasias

cerebrales, enfermedad vascular cerebral entre otros.

CONSIDERACIONES FINALES

Así pues, las funciones cerebrales superiores constituyen el sustrato afectivo,

cognoscitivo y de acción con el que la persona se enfrentan a su vida cotidiana para

identificar y resolver los problemas que se le presentan, en un contexto aceptado en la

sociedad. De acuerdo -a lo antes dicho-, la persona despierta y atenta recibe

información de los órganos de sus sentidos que incorpora a nivel de la corteza

cerebral, pasando por el centroencéfalo. Mediante las funciones afectivas, en la

interacción del tálamo con el sistema límbico, logra la voluntad para comprometerse

con los objetos valiosos. A través de las funciones cognoscitivas, en la interacción del

tálamo con la neocorteza cerebral, logra la inteligencia que le permite captar los

74

objetos valiosos. Con la voluntad y la inteligencia, la persona es capaz de desarrollar

su creatividad e innovación al fijarse propósitos respecto a lo valioso captado, elaborar

un plan y ejecutar las acciones necesarias para lograrlos, teniendo conciencia del

contexto social en que se encuentra y, de esta manera, ser exitosa y autotrascender.

De no ser así, podrá revisar dónde estuvo la falla o el error para corregirlo e intentarlo

de nuevo, para de esta manera mejorar y progresar. Para ser exitosa y autotrascender,

la persona debe lograr de manera progresiva la integración y armonía entre su cuerpo,

su mente y su espíritu; consideramos que esto se alcanza al poner en práctica los

siguientes hábitos relacionados con el ejercicio de las funciones cerebrales superiores

que hemos descrito:

• Dormir el tiempo indispensable para sentirse recuperado.

• Ingerir alimentos nutritivos en horarios apropiados.

• Realizar ejercicio físico cotidianamente.

• Someterse a detección temprana y tratamiento oportuno de enfermedades.

• Disfrutar y compartir actividades placenteras.

• Contar con un empleo remunerado.

• Cultivar las relaciones interpersonales de colaboración.

• Platicar los problemas con las personas adecuadas.

• Respeto y responsabilidad por uno mismo y por los demás.

• Reforzar la autoestima de manera cotidiana.

• Cuidar a los seres queridos.

• Amar y percibirse amado.

• Estar en paz con uno mismo, con los demás y con un ser superior.

• Cultivar un área del conocimiento o del arte y compartirla con otros.

• Estar claro de su misión en la vida y hacer algo a diario para alcanzarla.

75

Éxito y autotrascendencia

Figura 14. Funcionamiento cerebral en la persona. Tomado de Contreras (2013, p. 103).

76

RESUMEN

La primera unidad se enfoca en los fundamentos básicos de la

neuropsicología, para lo cual se desarrollan las distintas definiciones, la organización y

las funciones cerebrales. La conceptualización más aceptada actualmente de la

neuropsicología clínica se refiere a la misma como a una ciencia que se ocupa de la

evaluación y estudio en general de la expresión comportamental de una disfunción

cerebral. Esta definición tiene sus orígenes en los trabajos realizados por Broca y

Wernicke, quienes en sus estudios clínicos sobre el lenguaje lograron identificar las

zonas lesionadas del cerebro.

Hay casos clínicos en los que pese a la lesión de alguna parte del cerebro, las

otras siguen funcionando es que se reconoce el papel que juegan las distintas

estructuras del SNC y de la corteza cerebral. La corteza cerebral es una fina lámina

de neuronas con sus interconexiones que forma una capa de pocos milímetros de

grosor que cubre la superficie irregular de los hemisferios cerebrales.

En la actualidad, se considera que algunas áreas de la corteza están más

relacionadas con un tipo de funciones que con otras, sin embargo, la mayoría de las

funciones requieren la acción integrada de neuronas de diferentes regiones. Vemos

que es una teoría que está de acuerdo con la localización funcional, pero con un

significado más amplio. Algunos anatomistas intentaron trazar mapas de la corteza

teniendo en cuenta estas diferencias y parcelaron la corteza en diferentes áreas. El

sistema más utilizado como referencia es el que creó Brodmann en 1909; dividió la

corteza de cada hemisferio en cincuenta y dos áreas con diferentes estructuras, y

sugirió que las funciones que realizaban también eran diferentes.

Asimismo es necesario conocer las funciones cerebrales superiores que

forman el sustrato afectivo, cognoscitivo y de acción con el que la persona se enfrenta

a la existencia para, al captarla de manera íntegral, planear un proyecto de vida, llevar

a cabo las acciones premeditadas y sostenidas para desarrollarlo y, así, transformarse

y modificar el entorno en forma favorable. El sustrato morfo-funcional de las funciones

cerebrales superiores está constituido por la interacción entre el centroencéfalo y la

corteza cerebral, mediante circuitos reverberantes centroencéfalo-córtico-

centroencefálicos.

77

AUTOEVALUACIÓN

1. La definicion de Neuropsicologia es: estudio de los efectos psicológicos del

daño cerebral en pacientes humanos.

Falso Verdadero

2. Minimisó la importancia del cerebro, reduciéndolo a un sistema de

refrigeración:

a) Pavlov

b) Luria

c) Broca

d) Aristóteles

3. Sospechó que los seres humanos tenemos un cerebro "integrado", es

decir, que hemos heredado el cerebro de los reptiles y que, al evolucionar como

mamíferos, no descartamos el cerebro de los reptiles, sino que lo mantenemos

perfectamente integrado en un cerebro mayor.

a) E. Punsent

b) J. Gall

c) T. Willis

d) C. Darwin

4. ... componente del sistema nervioso responsable de los reflejos (arco

reflejo),

a) Médula espinal

b) Cerebro

c) Los nervios

d) Tronco cerebral

5. ... activa con impulsos de vías colaterales específicas excitadas por varios

órganos de los sentidos, o incluso de estímulos originados en zonas corticales

(principales de áreas asociativas).

a) SARA

b) Tronco cerebral

c) El neurotrasmisor

d) La motivación

6. El cerebro medio se corresponde con el

a) Romboencéfalo

b) Diencéfalo

c) Mesencéfalo

d) Neoencéfalo

78

7. ... Desempeña un papel fundamental en el procesamiento emocional,

aprendizaje y modulación de la atención. Proporciona una etiqueta emocional a la

huella mnésica.

a) Ganglios basales

b) El hipocampo

c) La amígdala

d) Tálamo

79

SOLUCIONARIO DE LA AUTOEVALUACIÓN

1v, 2d, 3c, 4a, 5a, 6c,, 7c

80

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Contreras, G. N. (2013). Manual para la exploración neurológica y las

funciones cerebrales superiores. Recuperado de

http://site.ebrary.com/lib/bibliocauladechsp/reader.action?docID=10995575&

ppg=16

Romero, E., Y Vazquez, G. (2002). Actualización en neuropsicología clínica.

Argentina: Editorial Nobuko.

Guzmán Cervantes, E. (1983). Neuropsicología. Colombia: Universidad

Nacional de Colombia.

81

SEGUNDA UNIDAD: DAÑOS

NEUROPSICOLÓGICOS Y

ALTERACIONES DE LAS

FUNCIONES SUPERIORES

82

CAPÍTULO II: DAÑOS NEUROPSICOLÓGICOS Y

ALTERACIONES DE LAS FUNCIONES SUPERIORES

Para el desarrollo del Capítulo II la información se tomará de:

Ardila, A. y Ostrosky, F. (2012). Guía para el diagnóstico

neuropsicológico. Recuperado de

http://www.ineuro.cucba.udg.mx/libros/bv_guia_para_el_diagnostico

_neuropsicologico.pdf

Ardila, A., y Rosselli, M. (2007). Neuropsicología clínica.

Recuperado de

http://site.ebrary.com/lib/bibliocauladechsp/reader.action?docID=107

79715&ppg=30

Portellano, J. A. (2005). Introducción a la neuropsicología.

Recuperado de

http://site.ebrary.com/lib/bibliocauladechsp/reader.action?docID=104

98361&ppg=54

Redolar, R. D., Blázquez, A. J. L., y González, R. B. (2013).

Neuropsicología. Recuperado de

http://site.ebrary.com/lib/bibliocauladechsp/reader.action?docID=108

31840&ppg=408

2.1 ETIOLOGÍAS DEL DAÑO CEREBRAL

Para Ardila y Rosselli (2007, p. 11-23)

Existen condiciones neurológicas que alteran el funcionamiento normal del

cerebro, entre las cuales se encuentran: 1) Las enfermedades cerebrovasculares,

también conocidas como accidentes cerebrovasculares ( ACV ); 2) los traumatismos

craneoencefálicos ( TCE ); 3) los tumores cerebrales; 4) las infecciones del sistema

nervioso; 5) las enfermedades nutricionales y metabólicas; 6) las enfermedades

degenerativas; y 7) la epilepsia. En este capítulo examinaremos cada una de estas

patologías, señalando sus características principales y su forma de evolución. (...)

2.1.1 ENFERMEDAD CEREBROVASCULAR (ACV)

83

Los problemas vasculares constituyen una de las causas más frecuentes de

las afecciones neurológicas en el adulto. Se estima que aproximadamente un 50% de

la patología neurológica se debe a problemas cerebrovasculares.

Se denomina enfermedad cerebrovascular a cualquier alteración en el

funcionamiento cerebral originado por alguna condición patológica de los vasos

sanguíneos. La patología vascular puede observarse en las paredes de los vasos, por

acumulación de material, por cambios en la permeabilidad o por ruptura de sus

paredes. El

flujo

sanguíneo

puede

obstruirse por

un trombo o

un émbolo, o

por un

incremento

en la

viscosidad de

la sangre

(Adams y

Victor, 1985).

El cerebro es

uno de los órganos que más dependen de una cantidad apropiada de oxígeno para su

adecuado funcionamiento. Los ACV producen una severa reducción de glucosa y de

oxígeno, lo cual interfiere en el metabolismo celular normal; así, una interrupcion

superior a cinco minutos es suficiente para matar las células de la región afectada,

dando como resultado un infarto o una necrosis isquémica y, por lo tanto, un daño

irreversible.

CLASIFICACIÓN

Entre los accidentes cerebro-vasculares se distinguen dos grandes grupos:

los isquémicos y los hemorrágicos. Isquemias En los ACV isquémicos los síntomas se

deben a un decremento o una interrupción del flujo sanguíneo en el tejido cerebral.

Esta disminución se puede deber a: 1) una trombosis, se refiere a la creación de una

formación que interrumpe el flujo sanguíneo; 2) un embolismo, esto es, un coágulo,

burbuja de aire, grasa o cualquier otra formación de material que obstruye un vaso

pequeño después de haberse transportado por el torrente circulatorio de los vasos de

Figura 15. Tipos de accidentes cerebro vasculares. Tomado de http://www.culturamix.com/wp-content/uploads/2012/02/afasia-tem-cura-5.jpg

84

mayor calibre, y 3) la reducción del flujo sanguíneo en el cerebro, debida

frecuentemente al endurecimiento de las arterias (arterosclerosis) o a la inflamación de

los vasos (vasculitis). El término accidente isquémico transitorio ( AIT ) se refiere a la

presencia de signos neurológicos focales cuya recuperación completa (o

aparentemente completa) se observa en las primeras 24 horas de haberse originado la

sintomatología, este accidente puede ser recurrente. El paciente muestra pérdida

súbita de una función neurológica y/o neuropsicológica por un corto tiempo. A menudo,

se pierde también la visión (amaurosis fugaz) y el lenguaje (afasia). Durante el

accidente, los signos neurológicos y neuropsicológicos son indistinguibles de los

observados durante la formación de un infarto cerebral. En el caso de los AIT

recurrentes, la recuperación entre un accidente y otro es prácticamente completa. En

caso de isquemia cerebral permanente se produce un infarto cerebral y la muerte

neuronal. Al parecer, esta última se debe a las toxinas que se producen cuando a la

célula le falta la irrigación sanguínea normal. La isquemia produce una estimulación

excitatoria en los receptores NMDA (N-metil-d-aspartato). Esta sobreestimulación de

los receptores es tóxica y lleva a la muerte neuronal. El bloqueo de estos receptores

puede reducir significativamente el tamaño del infarto producido por la isquemia.

Hemorragias Los ACV hemorrágicos se producen por la ruptura de un vaso, lo cual

permite que la sangre se filtre en el parénquima cerebral. Este accidente puede ir

desde una hemorragia pequeña, a veces asintomática, hasta una hemorragia masiva

que produzca la muerte. La causa más frecuente de los ACV hemorrágicos es la

hipertensión arterial (HTA). Las hemorragias producidas por HTA generalmente son

intracerebrales. En caso de hemorragias severas, se produce el desplazamiento de

otras estructuras cerebrales y frecuentemente la sangre invade los ventrículos

cerebrales. El tipo de lesión vascular que se produce con la hipertensión no está del

todo claro; sin embargo, parece relacionarse con la debilidad de las paredes arteriales.

Las hemorragias producidas por HTA rara vez se observan en la corteza cerebral,

pues usualmente son subcorticales; por lo tanto, su sintomatología inicial casi siempre

es neurológica y rara vez neuropsicológica. Los accidentes hemorrágicos suelen

afectar los núcleos basales, el tálamo, el cerebelo y la protuberancia. La segunda

causa más frecuente de ACV hemorrágicos es la ruptura de un aneurisma —protusión

o embombamiento de las paredes arteriales por defectos en la elasticidad de las

mismas—. Los aneurismas son como bolsas cuyas paredes son más delgadas que la

pared del vaso normal, por lo que es más fácil que se rompan. Aparecen por lo general

en arterias grandes, como la carótida interna, y en los vasos que integran el polígono

de Willis, sobre todo a nivel de la arteria comunicante anterior y de las arterias

comunicantes posteriores. A pesar de que los aneurismas se deben, por lo común, a

85

defectos de origen congénito, pueden desarrollarse por HTA, arterosclerosis,

embolismos o infecciones.

Entre los síntomas frecuentes del sangrado de un aneurisma están la cefalea

y los signos y síntomas focales correspondientes a los sitios lesionados, como

consecuencia de la presión focal y la hemorragia. Los angiomas son malformaciones

arteriovenosas de los capilares que resultan en anormalidades en el flujo sanguíneo

cerebral. Estas malformaciones pueden tener diámetros de unos cuantos milímetros, o

ser de gran tamaño, produciendo un efecto de masa. Como en los aneurismas,

presentan paredes delgadas que fácilmente se rompen. La ruptura de una

malformación grande puede producir una hemorragia intracerebral o una hemorragia

subaracnoidea.

LOCALIZACION CARACTERÍSTICAS

CEREBRALES • Se producen por ruptura de vasos o sangrado de una arteria en el interior del cerebro. • Suponen el 75% del total de las hemorragias. • Las más frecuentes se producen en el interior de los ventrículos cerebrales, aunque también se pueden localizar en ganglios basales, cerebelo, tálamo o tronco cerebral. • Se asocian a hipertensión y se presentan con disfunción repentina de un Área localizada. • Son frecuentes las manifestaciones de hemiparesia o la dificultad para emitir palabras.

SUBARACNOIDEO • Son el resultado de una extravasación de sangre al espacio subaracnoideo o leptomeníngeo. • Son la consecuencia de la ruptura de un aneurisma, acumulándose la sangre entre el tejido cerebral y la piamadre. • Se manifiestan con cefalea intensa, vómitos, rigidez de nuca y pérdida de conciencia. • El pronóstico es muy negativo si el estado de inconsciencia dura más de 48 horas.

SUBDURALES • Se producen por acumulación de sangre entre la duramadre y el aracnoides. • Suelen estar causadas por traumatismo craneoencefálico. • Su inicio es súbito, con confusión, obnubilación y náuseas.

EPIDURALES • La hemorragia se localiza entre la duramadre y Tabla interna del cráneo. • Suelen ser causadas por traumatismo craneoencefálico. • Su inicio es súbito con manifestaciones de cefalea intensa, confusión obnubilación, náuseas, vómitos y vértigos.

Cuadro 02. tomada de Portellano (2005, p. 41)

86

SINTOMATOLOGÍA

La forma en que se presentan los ACV es característica, pues producen

súbitamente un déficit neurológico focal (vg., hemiplejía, afasia). En casos severos, se

puede presentar con un estado de coma. El déficit neurológico puede durar segundos,

minutos u horas, e incluso días, dependiendo del tipo de accidente. En los ACV

embólicos, el comienzo es súbito y el déficit neurológico llega rápidamente a su

máximo nivel. En los ACV trombóticos y en las hemorragias por hipertensión, el déficit

neurológico puede desarrollarse en cuestión de minutos u horas. La pérdida de

conciencia es usual en los ACV hemorrágicos, pero no en los ACV oclusivos.

En cuanto a la recuperación, ésta se produce durante las horas, días o

semanas siguientes al accidente vascular. Al disminuir el edema y la diasquisis, la

sintomatología se reduce a las secuelas focales. El déficit neurológico y/o

neuropsicológico refleja el sitio y el tamaño de la lesión. En ocasiones, incluso, se

puede determinar la rama de la arteria comprometida. La tomografía axial

computarizada (TAC) y la resonancia magnética (RMI) pueden demostrar la presencia

de hemorragias, infartos, aneurismas y deformidades ventriculares. La arteriografía

revela oclusiones de los grandes vasos, así como aneurismas y malformaciones

vasculares.

2.1.2 LOS TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS (TCE)

Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) son la causa más frecuente de

daño cerebral en personas menores de 40 años. Los TCE puede afectar el cerebro

porque: 1) pueden lesionar directamente el cerebro, como en el caso de una herida

por arma de fuego; 2) pueden interrumpir el flujo sanguíneo cerebral, dando origen a

una isquemia y en algunos casos a un infarto; 3) pueden causar hemorragias y

hematomas, incrementando la presión intracerebral; 4) como en cualquier tejido, en el

cerebro se produce inflamación como consecuencia del trauma (edema), llevando

igualmente a un incremento en la presión intracerebral; 5) se fractura el cráneo

(traumatismo abierto) y se incrementa la posibilidad de infección; y finalmente, cuando

6) las cicatrices que deja el TCE pueden convertirse en un foco epiléptico, cuyas

manifestaciones clínicas aparecerán meses después del traumatismo. El daño

cerebral producido por un TCE puede ser primario a contusión, laceración y

hemorragia, o secundario a isquemia, anoxia, edema y hemorragia intracraneal.

CLASIFICACIÓN Los traumatismos craneoencefálicos pueden dividirse en dos

grandes grupos: abiertos y cerrados. En los primeros el cráneo sufre una penetración,

con la posibilidad de que fragmentos del hueso se incrusten en el parénquima

cerebral. Generalmente, quienes sufren este tipo de traumatismo no pierden la

87

conciencia y las alteraciones neurológicas y neuropsicológicas son secundarias a la

lesión cortical focal. Este tipo de TCE es común en casos de heridas por arma de

fuego. En los TCE cerrados el cerebro sufre por los efectos mecánicos de la rápida

aceleración y desaceleración (contusión o conmoción), como sucede comúnmente, por

ejemplo, en un accidente de tránsito. Aunque no haya fractura de cráneo, el cerebro

puede sufrir lesiones debidas sobre todo al efecto del golpe y el contragolpe que

eventualmente puede afectar los lóbulos frontales y temporales; el impacto contra el

ala menor del esfenoides que divide la fosa anterior de la fosa media del cráneo se

asocia con contusión cerebral. El movimiento del cerebro causa hemorragias

pequeñas que pueden fortraumatismo hematomas, los cuales, unidos al edema, son

una causa potencial de presión sobre otras estructuras cerebrales. Generalmente en

los TCE cerrados se pierde la conciencia probablemente como consecuencia de

alteraciones en las estructuras del tallo cerebral. En TCE leves la pérdida de la

conciencia puede presentarse por un tiempo muy breve.

SINTOMATOLOGÍA

Generalmente los TCE dejan como secuelas defectos en la memoria

(amnesia principalmente anterógrada pero también retrógrada), cambios

comportamentales (vg., irritabilidad) y defectos cognoscitivos más difusos

(bradipsiquia, defectos atencionales, disminución en la capacidad de concentración,

etc.) (Ardila, 1985b). Las secuelas cognoscitivas y comportamentales dependen de la

severidad del TCE. Los TCE leves pueden dejar secuelas mínimas que no

imposibilitan al individuo en su vida laboral y social; los graves, sin embargo, pueden

dejar secuelas graves que impiden una adecuada adaptación ulterior del paciente.

Para medir la severidad de los TCE se utilizan diversos criterios, como el puntaje

obtenido en la Escala de Glasgow2, la duración del estado de coma y la ampliación del

periodo de amnesia postraumática.

2.1.3 LOS TUMORES CEREBRALES

La palabra tumor se refiere al crecimiento anormal de células, organizadas en

forma atípica, que crecen a expensas del organismo pero que no cumplen un

propósito dentro de éste (Walsh, 1990). Se les denomina también neoplasias

(formaciones nuevas).

2 La escala la puede descargar del siguiente enlace http://www.meiga.info/Escalas/Glasgow.pdf

88

CLASIFICACIÓN

Los tumores o neoplasias pueden ser benignos o malignos. Los benignos

pueden crecer fuera del cerebro (tumores extracerebrales), como sucede en el caso

de los meningiomas, que son derivados de las meninges. Su crecimiento es

típicamente lento y pueden alcanzar un gran tamaño sin que se observe

necesariamente una sintomatología evidente. La sintomatología aparece generalmente

como consecuencia del efecto de masa sobre otras estructuras cerebrales. Los

tumores benignos permanecen bien definidos y no se infiltran en el parénquima

cerebral; por lo tanto, su resección quirúrgica es relativamente fácil y, una vez

extraídos, usualmente no vuelven a desarrollarse. Sin embargo, un tumor benigno

situado en un lugar de difícil acceso quirúrgico puede causar la muerte por herniación

del tallo cerebral. Los tumores malignos, por otra parte, surgen frecuentemente de las

células gliales, se infiltran y se confunden con el tejido cerebral, por lo que su

resección es más difícil. Por lo común reaparecen en casos en que se logra

resecarlos. Los gliomas representan los tumores malignos más frecuentes

(aproximadamente 45% de los tumores cerebrales); sin embargo, su grado de

malignidad es variable. Entre los gliomas se pueden mencionar los astrocitomas, los

oligodendriogliomas y los glioblastomas. Los primeros pueden tener un bajo grado de

malignidad y un crecimiento relativamente lento; los oligodendriogliomas representan

un tipo de tumor particularmente lento en su crecimiento, y los glioblastomas son

altamente malignos, con una alta velocidad de crecimiento. Estos últimos pueden

considerarse como gliomas de alta malignidad. Una pequeña cantidad de tumores

cerebrales son metástasis, es decir, células tumorales que han sido transportadas

desde otro punto de origen del cerebro (los pulmones, el sistema digestivo, etc.) y por

eso reciben el nombre de tumores secundarios, en contraposición a los tumores

primarios, que han tenido su origen en el propio sistema nervioso. Los tumores que

con mayor frecuencia producen metástasis al cerebro son los del pulmón y del seno;

en general, son múltiples y su pronóstico es muy reservado.

SINTOMATOLOGÍA

La presentación clínica de un tumor es variable y depende de la localización

del mismo. Las crisis convulsivas son la primera manifestación clínica en muchos de

los pacientes con neoplasias; en otros, las primeras manifestaciones pueden mostrar

disminución en la capacidad de concentración, y lentificación en la comprensión y en

la capacidad cognoscitiva general. En casos de hipertensión endocraneana son

frecuentes la cefalea, el vómito, la presencia de papiledema (aumento del disco óptico)

y la diplopia (visión doble). Algunos pacientes presentan alteraciones neurológicas y/o

89

neuropsicológicas muy focales que permiten sospechar una alta probabilidad de un

tumor y diagnosticar con cierta precisión su localización en el cerebro. (…).

2.1.4 LAS INFECCIONES DEL SISTEMA NERVIOSO

Se presentan cuando el cuerpo es invadido por un microorganismo patógeno

que produce de una enfermedad. Entre los agentes infecciosos están los virus, las

bacterias, los hongos y los parásitos. Las infecciones cerebrales generalmente tienen

el foco infeccioso de origen por fuera del cerebro, en lugares como los oídos, la nariz y

la garganta. En ocasiones, tienen un origen hematógeno, un trombo infectado o un

émbolo de bacteria que penetra en las estructuras cerebrales a través de la sangre. En

algunos casos las infecciones se producen directamente como resultado de una

punción lumbar, TCE o una cirugía. Las infecciones pueden afectar el tejido cerebral

por varias razones. En primer lugar, pueden interferir en el flujo sanguíneo cerebral,

generando trombosis o hemorragias de los capilares; tienen, además, la capacidad

para alterar seriamente el metabolismo de las células o las características de la

membrana celular, afectando las propiedades eléctricas de la misma. El edema que

generalmente aparece como consecuencia de una infección puede abarcar diversas

estructuras cerebrales, y alterar su función normal. La reacción de defensa del

organismo contra la infección es fuente potencial de alteraciones en el sistema

nervioso. La producción de pus (un fluido compuesto básicamente de células blancas)

modifica el líquido extracelular y su producción puede incrementar la presión dentro

del cerebro.

CLASIFICACIÓN

Las infecciones se pueden dividir, dependiendo del tipo de huésped

infeccioso, en virales, bacterianas, micóticas y parasitarias. Infecciones

Virales

Un virus es un agregado encapsulado de ácido nucleico que puede estar

constituido de DNA o RNA. Los virus llamados neurotrópicos tienen proclividad por el

sistema nervioso, como es el caso de los que producen la poliomelitis y la rabia. Los

virus pantrópicos, como el del herpes simple, atacan todo el cuerpo, incluyendo el

sistema nervioso. Las células del sistema nervioso presentan una susceptibilidad

diferencial a los diferentes virus, la cual depende de la presencia de receptores

específicos en la membrana sobre los cuales se fija el virus. Los efectos del virus

sobre el sistema nervioso dependerán de la susceptibilidad diferencial que presentan

las células al virus. Si se fija en las meninges, se presenta una meningitis; si

compromete células parenquimatosas del cerebro o la medula, puede dar origen a

90

trastornos aún más severos como la encefalitis y poliomelitis, respectivamente (Adams

y Victor, 1985).

Infecciones bacterianas

La palabra bacterium se refiere a cualquier microorganismo generalmente de

una sola célula, que no posee clorofila y que se multiplica por simple división celular.

Las infecciones bacterianas del sistema nervioso son resultantes de una invasión de

estos microorganismos generalmente por vía sanguínea. Las infecciones bacterianas

producen generalmente meningitis y en ocasiones pueden formar abscesos cerebrales

que se inician como pequeños focos de bacteria purulenta (productora de pus) que

causa la necrosis (muerte) de las células de la región afectada. A medida que las

bacterias se multiplican y destruyen el número mayor de células, el absceso actúa

como una masa que ocupa espacio e incrementa la presión intracraneana.

Infecciones micóticas

Son producidas por hongos que llegan al sistema nervioso. El sistema

nervioso central es usualmente resistente a las infecciones micóticas, sin embargo

estas defensas pueden romperse en personas que sufren enfermedades importantes

como tuberculosis y leucemia.

Infecciones parasitarias

Se le llama parásito al organismo que vive a expensas de otro (el huésped).

Diferentes tipos de parásitos pueden invadir el sistema nervioso central; los más

importantes son la malaria, que puede producir el paludismo cerebral; las amebas, que

al ingresar al cerebro pueden producir una encefalitis y abscesos cerebrales; y el

cisticerco, que puede producir signos neurológicos focales y aun un deterioro

cognoscitivo generalizado.

SINTOMATOLOGÍA

Muchas de las infecciones del sistema nervioso se derivan de infecciones

originadas en otras partes del cuerpo y por ello se asocian con síntomas como fiebre,

malestar general e hipotensión. Desde el punto de vista neuropsicológico,

generalmente se evidencia un síndrome confusional agudo, caracterizado por

desorientación temporo-espacial, defectos atencionales, fallas en la memoria y, en

ocasiones, agitación psicomotora. Entre de los síntomas observados en casos de

hipertensión endocraneana se incluyen cefalea, vértigo, náusea y convulsiones. En

casos de encefalitis por herpes simple son frecuentes las alteraciones

91

comportamentales (vg., desinhibición, impulsividad) y las alteraciones graves de la

memoria.

TRATAMIENTO

El tratamiento varía según el tipo de infección. Las enfermedades virales son

difíciles de tratar y por lo general se espera a que la enfermedad siga su curso. En

caso de rabia se administra la vacuna antirrábica con el fin de producir inmunidad

antes de que la infección alcance el cerebro; una vez que se inicia la enfermedad, el

desenlace es inevitablemente fatal. El tratamiento para las infecciones bacterianas

consiste en la aplicación de antibióticos. (...).

2.1.5 LAS ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABÓLICAS

La desnutrición puede llegar a producir defectos neurológicos y

neuropsicológicos graves. La falta de nutrientes específicos como las vitaminas, al

igual que las anormalidades circulatorias derivadas de la desnutrición, puede dejar

secuelas neurológicas importantes. El alcohol es un factor generador de las

enfermedades nutricionales debido su acción inhibidora sobre la absorción de tiamina

y a la frecuente asociación entre disminución en la ingestión de alimentos y

alcoholismo. El síndrome de Korsakoff constituye una de las enfermedades

nutricionales más importantes para la neuropsicología. Muchos trastornos cerebrales

son producto de disfunciones en otros órganos, como los riñones, el hígado, el

páncreas y las glándulas endocrinas. Trastornos metabólicos, como la hipoglicemia o

la falla hepática, pueden presentarse como estados de coma o síndromes

confusionales agudos. Otras enfermedades metabólicas, como el hiperparatiroidismo,

son causa potencial de demencia y psicosis. (...).

2.1.6 LAS ENFERMEDADES DEGENERATIVAS

Las enfermedades degenerativas implican una pérdida progresiva de las

células nerviosas, que derivan en signos y síntomas neurológicos. Entre las

enfermedades degenerativas se encuentran los síndromes de demencia progresiva,

como el mal de Alzheimer, los síndromes de demencia progresiva asociados con otras

anormalidades neurológicas, como la enfermedad de Huntington y la enfermedad de

Parkinson, y los síndromes caracterizados por alteraciones de la postura, de

movimientos o de pérdidas sensoriales progresivas sin defectos cognoscitivos

evidentes (Adams y Victor 1985). Las enfermedades neurológicas degenerativas que

se asocian con la pérdida progresiva de las funciones cognoscitivas (lenguaje,

memoria, atención, pensamiento, habilidades espaciales y construccionales) y

92

comportamentales se denominan demencias. La demencia de tipo Alzheimer

representa aproximadamente 60% de todas las demencias. Los estudios patológicos

de los pacientes con enfermedad de Alzheimer muestran una pérdida significativa de

neuronas colinérgicas, particularmente en el núcleo basal de Meynert. Se describen

igualmente degeneración de células en la corteza cerebral y el hipocampo, con un

aumento significativo de placas seniles. La enfermedad de Huntington se asocia con

un defecto genético de carácter autosómico dominante y se caracteriza por la

aparición de movimientos coreicos y alteraciones de tipo demencial. Estudios

patológicos han demostrado una degeneración de los núcleos basales

(particularmente el núcleo caudado) y de la corteza frontal. Aparentemente el

neurotransmisor más estrechamente asociado con esta enfermedad es el Ácido Gama

Amino Butírico (GABA, por sus siglas en inglés), que actúa como inhibidor en el

sistema nervioso central. El temblor, la rigidez (o hipoquinesia) y la hipertonía son

características de la enfermedad de Parkinson. Los pacientes con esta enfermedad

presentan una pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas, debido a una

degeneración de la sustancia negra. (…)

2.1.7 LA EPILEPSIA

Son una condición neurológica caracterizada por la presencia de alguna

actividad paroxística correlativa a cambios desorganizados en la actividad neuronal de

la corteza cerebral. Su prevalencia en la población general va aproximadamente de

0.5% a 2.0%. La razón, a nivel del sistema nervioso, de los trastornos convulsivos era

desconocida hasta 1929, cuando Hans Berger desarrolló el electroencefalograma

(EEG). Con la invención del EEG se puede determinar la relación entre cambios

eléctricos de la corteza cerebral y la presencia de fenómenos convulsivos.

CLASIFICACIÓN

Dependiendo de la etiología se pueden distinguir dos tipos de epilepsia: la

primaria y la secundaria. La epilepsia primaria o idiopática surge espontáneamente, sin

que exista un daño estructural establecido del sistema nervioso, por lo que su causa

es desconocida, aunque se supone la existencia de factores de tipo genético. La

epilepsia secundaria o sintomática la que deriva de una infección, un tumor, una

malformación o alguna otra condición neurológica que crea en el cerebro un foco

irritativo epileptogénico, capaz de presentar una actividad eléctrica anómala. En este

tipo de epilepsia se puede establecer el origen de las convulsiones, y su manifestación

se relaciona con la localización específica del foco patológico. Según sus

manifestaciones clínicas, las crisis epilépticas se pueden clasificar en dos grandes

93

grupos: parciales (o focales) y generalizadas, dependiendo de si comprometen en

forma parcial o total la corteza cerebral. Las parciales se subdividen a su vez en crisis

parciales simples y crisis parciales complejas; en las crisis parciales simples no existe

compromiso de la conciencia, en tanto que en las crisis parciales complejas se

presenta un compromiso de la conciencia. Por compromiso de conciencia se entiende

la ausencia de responsibidad ante estímulos del medio y la existencia de amnesia del

episodio. Se distinguen cuatro tipos de crisis parciales simples, a saber: motrices,

sensoriales, autónomas y psíquicas. Entre estas últimas se encuentran las crisis

perceptuales (ilusiones y alucinaciones), mnésicas, disfásicas, afectivas y

cognoscitivas. Las crisis parciales complejas se originan en el lóbulo temporal y se

caracterizan por la falta de responsibidad a los estímulos del medio (vg., el paciente no

responde cuando se le llama), por la presencia de automatismos, es decir,

movimientos repetitivos esteriotipados —movimientos de masticación, chupeteo,

etcétera—, y porque el paciente, a pesar de estar alerta, no recuerda lo sucedido

durante el episodio. Las crisis parciales complejas pueden durar usualmente varios

minutos. Las crisis generalizadas se inician comprometiendo de manera simétrica

bilateral la corteza cerebral, sin presentar signos focales. Las crisis de tipo tónico-

clónicas generalizadas (TCG ) o de gran mal se caracterizan por la pérdida súbita de

la conciencia y la presencia de actividad motora: primero se observa una fase tónica,

durante la cual aumenta el tono muscular, y luego una fase clónica, en la que ocurren

sacudidas rítmicas. Cuando el paciente recupera la conciencia parece confuso y

desorientado (estado post-ictal). Con frecuencia, las crisis TCG se combinan con crisis

parciales simples, es decir el paciente presenta inicialmente una sintomatología focal

(vg., sensación de hormigueo, movimientos rítmicos de una extremidad, etc.) que

después se extiende a todo el organismo. En las crisis generalizadas de ausencia o

pequeño mal hay interrupciones recurrentes de la conciencia, y la actividad motora

que se observa son parpadeos, rotaciones de los ojos o movimientos de cabeza. Estos

ataques tienen una duración muy corta (unos cuantos segundos). El perfil

electroencefalográfico del paciente con ausencias es característico, pues se presenta

el patrón conocido como espiga-onda de tres ciclos por segundo. Se trata de crisis

características de la infancia. En las crisis aquinéticas el enfermo cae al suelo de

manera súbita; su duración es muy breve y se observan usualmente en niños. Los

espasmos mioclónicos consisten en la flexión y extensión súbita del cuerpo, y

frecuentemente se inician con un grito.

El tratamiento de la epilepsia requiere por lo general de medicamentos

anticonvulsivantes, como el fenobarbital y otros. El mecanismo de acción de estas

drogas no está del todo claro, pero es probable que inhiba las descargas neuronales

94

anormales, restableciendo los potenciales de la membrana. Cuando la medicación no

logra el control adecuado de las crisis, se puede utilizar un tratamiento quirúrgico,

removiendo el foco anormal.

95

2.2 SÍNDROMES PREFRONTALES

Según Ardila y Rosselli (2007, p. 187-197)

Aclarar el papel de las regiones prefrontales del cerebro en la organización

comportamental constituye una de las áreas de investigación más sobresalientes de la

neuropsicología contemporánea. Aunque se ha logrado un avance considerable desde

las primeras observaciones sistemáticas de Jacobsen (1936), aún no se comprende a

cabalidad la forma en que los lóbulos frontales actúan para organizar el

comportamiento, y cómo diferentes parámetros de éste se alteran como consecuencia

del daño prefrontal. Se entiende que los lóbulos prefrontales cumplen una función

central en la organización de la cognición o “metacognición”. O simplemente, en la

organización de la actividad dirigida y consciente (Luria, 1963, 1973, 1974). Se dice

que los lóbulos prefrontales participan también en el control ejecutivo de las diferentes

formas de actividad psicológica (Baddeley, 1986; Stuss y Benson, 1986), por lo cual es

común referirse a una función ejecutiva asociada con la actividad de las regiones

prefrontales del cerebro; se enfatiza con esto su papel básica en la planeación,

organización y control del lenguaje, la memoria, la percepción, y demás formas de

actividad cognoscitiva (Benson, 1993). En general, se puede afirmar que la actividad

de los lóbulos prefrontales del cerebro se ha asociado con: 1) la programación de la

actividad motora; 2) la inhibición de respuestas inmediatas; 3) la abstracción; 4) la

solución de problemas; 5) la regulación verbal del comportamiento; 6) la reorientación

del comportamiento de acuerdo con las consecuencias comportamentales; 7) la

adecuación de la conducta a las normas sociales; 8) la habilidad para diferir el

refuerzo; 9) la integración temporal de la conducta; 10) la integridad de la

personalidad, y 11) la prospección de la conducta (Ardila, 1984; Benson, 1993;

Damasio y Anderson, 1993; Fuster, 1989; Hécaen, 1964; Luria, 1966, 1970, 1973,

1974, 1980; Novoa y Ardila, 1987; Perecman, 1987; Pribram, 1973; Stuss y Benson,

1983, 1984, 1986, 1987). El desarrollo de los lóbulos prefrontales es reciente en la

filogenia, y su maduración es tardía durante la ontogenia. Al momento del nacimiento,

la diferenciación celular está incompleta; a los cuatro años aún no se ha terminado la

división en capas, y la piramidalización de las áreas 9 y 10 es incompleta (Stuss y

Benson, 1986). La maduración morfológica sólo se alcanza alrededor de la pubertad e

incluso más tarde (Yakovlev, 1962). Se distinguen tres zonas mieloarquitectónicas en

el cerebro: 1) La zona paramediana o límbica, que comienza su mielinización después

del nacimiento y la completa exactamente antes de la pubertad, 2) la zona mediana,

que termina la mielinización después de la primera década de vida, y 3) la zona

supralímbica, que presenta una maduración aún más tardía, mostrando una

96

mielinización lenta pero continua que se extiende durante la segunda década

(Yakovlev, 1962; Yakovlev y Lecours, 1967). La corteza prefrontal constituye una zona

supralímbica cuya maduración es en consecuencia, particularmente tardía.

Se ha intentado correlacionar la maduración cortical con el desarrollo

cognoscitivo. Thatcher et al., (1987) describieron, al utilizar medidas

electroencefalográficas, cinco estadios en el desarrollo de los hemisferios cerebrales:

el primero, que se prolonga desde el nacimiento hasta los tres años de edad, está

representado por cambios topográficamente difusos. De los cuatro a los seis años, hay

cambios a nivel fronto-temporal izquierdo y frontal derecho. El tercer estadio de

maduración se extiende de los ocho a los 10 años, e incluye la conexión de las

regiones temporales y frontales del hemisferio derecho. El cuarto y el quinto estadios

se presentan entre los 11 y los 14 años, y de los 15 a la adultez, siendo de naturaleza

bilateral e involucrando primariamente los lóbulos prefrontales. Las regiones

prefrontales representan por lo tanto las áreas cerebrales de maduración más tardía.

Para muchos autores estos cambios coinciden muy bien con las diferentes etapas en

el desarrollo cognoscitivo que describe la psicología.

FUNCIÓN EJECUTIVA: DEFINICIÓN

Función ejecutiva es un término amplio, que incluye aspectos como la

capacidad de filtrar la interferencia, el control de las conductas dirigidas a una meta, la

habilidad de anticipar las consecuencias de la conducta y la flexibilidad mental;

también incluye la moralidad, la conducta ética y la autoconciencia. En general, se

supone que el lóbulo frontal hace las funciones de programador y controlador de la

actividad psicológica. El caso de Phineas Gage es clásico en la literatura científica y

ha logrado que la patología de los lóbulos frontales sea sinónimo del síndrome

disejecutivo. Harlow (1868) describió el caso de quien era un capataz muy serio y

responsable que trabajaba en una compañía de ferrocarriles. Gage sufrió un accidente

trágico mientras colocaba explosivos en la línea del ferrocarril, pues una barra de

acero atravesó su lóbulo frontal; con todo, logró sobrevivir. Para Harlow, “Gage ya no

es el mismo”, y sus compañeros de trabajo lamentan su conducta grosera, irascible e

irresponsable. Hace poco se hizo una reconstrucción de la trayectoria de la barra por

medio de imágenes computarizadas, y se confirmó que la lesión había afectado ambos

lóbulos frontales, en particular la corteza orbitofrontal. Es interesante hacer notar que,

según el informe de Harlow, las funciones motoras y sensoriales, además de varias

habilidades cognoscitivas (como la memoria y el lenguaje), permanecieron intactas en

Gage, pero su personalidad sufrió cambios dramáticos. En principio, se creyó que los

“lóbulos frontales” eran sinónimo de función ejecutiva. En los primeros años del siglo

97

XX se logró una descripción un tanto detallada de las conexiones corticales. Y se

observó que el lóbulo frontal mantiene conexiones importantes con el hipotálamo y con

las estructuras cerebrales involucradas en la motivación y la emoción. Luria (1968,

1980) relacionó los lóbulos frontales con la programación motora, la inhibición de las

respuestas inmediatas, la reorientación de la conducta de acuerdo con las

consecuencias de la conducta, la integración temporal de la conducta, la integridad de

la personalidad y la conciencia. Los lóbulos frontales, el “controlador ejecutivo” del

cerebro, organizan las formas de conducta más complejas y características de la

especie humana. Por ende las patologías frontales alteran la conducta social, la

motivación, la regulación de los estados internos y el control de los procesos

cognoscitivos. Los lóbulos frontales regulan la personalidad y el afecto y contribuyen a

todas las formas complejas de conducta. Stuss y Levine (2002) mostraron que los

lóbulos frontales, en particular los polos frontales, participan en las habilidades típicas

del ser humano, como la autoconciencia y la temporalidad de la conducta. Los

estudios factoriales sugieren que las funciones ejecutivas incluyen diferentes

subcomponentes o subprocesos (Stout et al., 2003).

ANATOMÍA

El lóbulo frontal incluye a) las regiones posteriores de la corteza frontal

(corteza frontal agranular) relacionadas con la actividad motora. Por una parte,

corresponden al área motora primaria (área 4 de Brodmann o circunvolución

precentral), y por otra al área premotora (o área motora de asociación: áreas 6, 8 —

campo ocular frontal—, y 44 —área de Broca—). Y b ) la corteza prefrontal (o corteza

frontal granular), correspondiente a las áreas 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 45, 46, y 47 de

Brodmann, según se ilustra en la figura 11.2. A su vez, la corteza prefrontal se divide

en las regiones dorsolateral, mesial y orbital. Los componentes límbicos del lóbulo

frontal incluyen el cíngulo ante y el sector posterior de la superficie frontal orbicales

(Damasio, 1991).

La estimulación eléctrica o la destrucción de la corteza prefrontal no produce

cambios motores o sensoriales evidentes, por lo que la corteza prefrontal llegó a

considerarse como una zona “silenciosa” del cerebro. Sin embargo, hoy se sabe a

cabalidad que las lesiones prefrontales alteran las formas más complejas de la

conducta y la cognición. Las áreas prefrontales de los lóbulos frontales pueden

entenderse como áreas de asociación o áreas intrínsecas corticales. Para Luria

(1980), las áreas prefrontales corresponden a áreas terciarias (que participan en el

procesamiento de la información correspondiente a varias modalidades) de la corteza

cerebral. A su vez, los lóbulos prefrontales mantienen conexiones amplias con el

98

sistema límbico, en particular, con las áreas motoras corticales y subcorticales, y con

la corteza sensorial. CONEXIONES INTRACORTICALES Las principales conexiones

corticales se establecen con la corteza visual, auditiva y somatosensorial. La corteza

prefrontal también se conecta con la corteza premotora y, a través de ésta, con la

corteza motora primaria. Algunas proyecciones son unidireccionales (por ejemplo, al

núcleo caudado y el putamen), y otras parecen ser bidireccionales (por ejemplo, al

núcleo dorsomedial del tálamo) (Damasio y Andersen 1993). Existen múltiples

conexiones intracorticales, entre ellas el fascículo longitudinal superior, principal haz

de fibras entre las regiones posteriores y anteriores de la corteza cerebral. El fascículo

uncinado conecta el lóbulo temporal anterior con el lóbulo frontal. La corteza

orbitofrontal límbica y frontal mesial reciben proyecciones desde la circunvolución

temporal superior, y la región orbitofrontal desde la corteza temporal inferior. El cíngulo

conecta el lóbulo frontal con la circunvolución parahipocámpica. El fascículo arqueado

bordea la ínsula y conecta las circunvoluciones frontales inferior y media con el lóbulo

temporal. El fascículo occipitofrontal se extiende posteriormente, desde el lóbulo

frontal hasta el lóbulo temporal y el lóbulo occipital.

CONEXIONES SUBCORTICALES

De acuerdo con Damasio y Andersen (1993), es posible distinguir los

siguientes tipos de conexiones fronto-subcorticales:

Proyecciones desde el hipotálamo

Aunque no parece haber conexiones directas entre el hipotálamo y la corteza

prefrontal, sí se han señalado algunas conexiones indirectas, en especial a través del

tálamo.

Proyecciones desde la amígdala y el hipocampo

Se han detectado algunas proyecciones hacia los aspectos mesiales del

lóbulo frontal, en particular al giro recto y la porción subcallosa y anterior del cíngulo.

Proyecciones desde el tálamo

Éstas se dirigen sobre todo a la corteza frontal orbital desde el núcleo

dorsolateral del tálamo. Se han descrito otras conexiones adicionales, como la

proyección desde el núcleo pulvinar medial al área 8 de Brodmann.

Proyecciones a la amígdala y el hipocampo

Hay conexiones directas y conexiones indirectas por medio del cíngulo y del

fascículo uncinado.

Proyecciones al tálamo

Se dirigen hacia el núcleo dorsal medial, los núcleos intralaminares y el

pulvinar.

99

Proyecciones al hipotálamo

Son proyecciones poco claras, probablemente por medio del mesencéfalo y

de la sustancia gris periacueductual.

Proyecciones al cuerpo estriado

Se han detectado proyecciones al núcleo caudado y el putamen (cuerpo

estriado). Son importantes en particular las proyecciones desde el cíngulo y el área

motora suplementaria, relacionadas con el sistema de control motor del cerebro.

Proyecciones al claustrum, la región subtalámica y el mesencéfalo

Se dirigen por medio del fascículo uncinado y la cápsula externa. Se originan

de preferencia en las regiones orbital y dorsolateral inferior.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

Los pacientes con daño en las regiones prefrontales del cerebro no siempre

presentan cambios evidentes en su comportamiento general. Sin embargo, un análisis

cuidadoso puede descubrir alteraciones drásticas en todas las esferas de su vida

psicológica y de su actividad comportamental. Se presenta una descripción de las

características clínicas que pueden observarse en pacientes con lesiones de las

regiones prefrontales del cerebro. (...) Esto no significa que todos estos cambios se

encuentren siempre en un solo paciente: quiere decir que se trata de cambios o

alteraciones potenciales. Los trastornos en las funciones ejecutivas pueden tener

diversas etiologías (tumores, traumatismos craneoencefálicos, accidentes vasculares,

etc.). Los niños preadolescentes, tienen poca capacidad ejecutiva. En la infancia la

maduración cerebral se relaciona con cambios en las áreas prefrontales del cerebro,

responsables de la inhibición, la conservación de las representaciones internas y la

organización temporal de la conducta. El déficit atencional con hiperactividad ha sido

interpretado como una disfunción ejecutiva, que incluye aspectos tanto cognoscitivos

como comportamentales. Se propone también que los adolescentes con problemas de

conducta (agresividad, robo, incapacidad de seguir las normas sociales, etc.)

presentan un déficit en las funciones ejecutivas y en la capacidad de inhibición, el cual

es producto de disfunciones frontales (Kim et al., 2001). El daño focal frontal también

se asocia con incapacidad de controlar la agresión y es frecuente que los pacientes

con lesiones prefrontales respondan con violencia a la frustración. Los defectos en las

funciones ejecutivas son frecuentes en caso de demencia, en particular la demencia

fronto-temporal y la demencia de tipo Alzheimer. Más aún, se sabe que la disfunción

ejecutiva predice con certeza el deterioro posterior en caso de demencia (Boyle et al. ,

2004). Sin embargo, los defectos en las funciones ejecutivas también son propios de

una gran diversidad de condiciones patológicas. Por ejemplo, es común que las

demencias vasculares se asocien con trastornos ejecutivos, según la localización

100

específica de los infartos cerebrales. La enfermedad de Parkinson, la parálisis

supranuclear progresiva, la esclerosis múltiple, el síndrome de inmunodeficiencia

adquirida y la enfermedad de Wilson también se relacionan con defectos variables en

las funciones ejecutivas. Los defectos ejecutivos propios de estas patologías pueden

reflejar la falta de integración frontal en tareas de control atencional y control

comportamental. Incluso se propone que los defectos cognoscitivos detectados en la

enfermedad de Parkinson y en otras patologías subcorticales son secundarios a una

disfunción ejecutiva, como probable resultante de un trastorno en los circuitos fronto-

estriatales (Dirnberger et al., 2005; Zgaljardic et al., 2003). Las disfunciones ejecutivas

también se han encontrado en casos de traumatismos craneoencefálicos, trastornos

fronterizos de personalidad, abuso de sustancias psicoactivas y síndrome de

Korsakoff. A partir del caso de Phineas Gage, se considera que los pacientes con

lesiones prefrontales presentan no sólo cambios cognoscitivos e intelectuales, sino

también variaciones en el estilo de conducta o simplemente en la personalidad. Estas

últimas, por ejemplo, son consecuencia de daño en diferentes regiones cerebrales,

sobre todo el polo frontal. Los pacientes tienden a relajarse en términos de

comportamiento y a desplegar una conducta lúdica y eufórica. Hace ya más de un

siglo se propuso utilizar el término moria para describir esta conducta; moria es una

especie de euforia cáustica, asociada con cierta jocosidad. Sin embargo, los cambios

en el estado de ánimo son frecuentes. El paciente puede aparecer eufórico e

hipomaniaco en cierto momento, e indiferente y apático en otro. Asimismo, la

impulsividad en pacientes con patologías prefrontales resulta de su incapacidad de

prever las consecuencias de sus conductas, sus trastornos atencionales, su falta de

interés y su desconocimiento de normas sociales. La impulsividad puede observarse

en diferentes ámbitos comportamentales. En ocasiones, la impulsividad puede derivar

en agresión física o verbal. Los cambios emocionales por daño prefrontal se

relacionan con la pérdida de los aspectos más intelectuales y elaborados del

comportamiento emocional (como la apreciación artística, la capacidad de empatía y la

comprensión del humor), al tiempo que hay una exaltación de las respuestas

emocionales más inmediatas y primarias. El comportamiento emocional adquiere cierta

puerilidad. Tales cambios emocionales son más evidentes en caso de lesiones

derechas o de carácter bilateral, como sucede usualmente en casos de traumatismo

craneoencefálico. No es raro que los pacientes con lesiones prefrontales, comiencen a

realizar actos que van desde lo mínimamente inapropiado hasta lo francamente

delictivo; es decir, no tienen respeto por los turnos, no les importan los derechos de los

demás, tienen conductas explosivas y muestran alguna tendencia al robo y en general

a las conductas ilícitas. Para ellos, las normas generales de conducta no tienen

101

importancia. Los controles internos de la conducta se pierden, y los pacientes actúan

de manera inmediata ante los estímulos presentes. Su rechazo a las normas sociales

también implica alguna carencia de empatía. Las respuestas emocionales en

pacientes con lesiones en las regiones anteriores del cerebro suelen ser intensas pero

breves, lo cual hace suponer que hay una función moduladora por parte de las áreas

prefrontales. Así, el paciente pasa con facilidad del llanto a la risa. El comportamiento

emocional se vuelve muy primario, carente por lo tanto de una inercia en las

respuestas. Este tipo de conducta emocional es frecuente en niños y en animales

decorticados. La corteza cerebral, y en particular los lóbulos frontales, parecen jugar

un papel decisivo en la modulación de las emociones: por una parte, inhibe las

respuestas emocionales inmediatas, pero mantiene el tono emocional cuando el

estímulo emocional ha desaparecido. Algunos autores señalan que una función básica

de la corteza prefrontal es la capacidad de inhibir las respuestas inmediatas y diferir el

refuerzo. Tal inmediatez en las respuestas emocionales es responsable de muchas de

las características comportamentales en estos pacientes, como es el caso de su

inadecuación social y sexual. Blumer y Benson (1975) advirtieron que los dos

principales estilos de personalidad típicos de pacientes con lesiones prefrontales

guardan alguna similitud con los cuadros psicopatológicos de depresión y psicopatía.

Por ello, a las dos principales variantes del síndrome prefrontal las denominaron

seudodepresión y seudopsicopatía. En el primer caso, el paciente se muestra apático,

retraído, con un nivel de comunicación verbal notoriamente disminuido, sin ningún

interés aparente en los eventos externos, diagnósticos que suelen relacionarse con

afasia motora extrasilviana, perseveración, puntajes disminuidos en pruebas de fluidez

verbal, negligencia motora y aplanamiento emocional. En un cuadro de

seudopsicopatía el paciente se muestra eufórico, desinhibido, impulsivo, irrespetuoso,

soez e impertinente. Estas dos variantes pueden fluctuar en un solo paciente, que en

un momento puede parecer apático, ausente, y aparentemente deprimido, y luego

mostrarse agitado, impulsivo y agresivo. El papel de la corteza prefrontal en términos

de la cognición y el pensamiento se considera importante y en ocasiones provoca

controversia. Luria (1966, 1973, 1974) relacionó los lóbulos prefrontales con la

actividad consciente, y Goldstein (1944) se refirió a una alteración en el pensamiento

abstracto en pacientes con daño prefrontal. Posteriormente, una gran cantidad de

estudios se dedicaron al análisis de la ejecución en pacientes con lesiones

prefrontales en pruebas estándar de inteligencia. Algunos de ellos detectaron una

disminución en el CI asociada con patología prefrontal (Drewe, 1974; Malmo, 1948;

Petrie, 1952), aunque ha habido resultados negativos (Reitan, 1964; Stuss, Kaplan y

Benson, 1982; Teuber, 1966; Weinstein y Teuber, 1957). Al parecer, las pruebas

102

corrientes de inteligencia no son lo suficientemente sensibles al daño prefrontal, y las

habilidades intelectuales medidas con pruebas de inteligencia no se alteran

necesariamente en caso de patología prefrontal. Tampoco existe un acuerdo general

sobre los defectos de abstracción en pacientes prefrontales. Petrie (1952) recurrió a

pruebas de interpretación de proverbios y encontró una pérdida significativa en la

habilidad de generalizar, y Benton (1968) sugirió que hay una tendencia al

pensamiento concreto. Valenstein (1973) aseguró que el pensamiento abstracto se

altera cuando se aplican pruebas como la de Clasificación de Tarjeras de Wisconsin.

Otros autores proponen que los defectos aparentes en la abstracción son en realidad

el resultado de otros defectos cognoscitivos. Stuss et al ., (1982, 1983) relacionan las

fallas en la abstracción con la incapacidad de realizar cambios conceptuales y

verbalizar los significados. Stuss y Benson (1986) consideran que los defectos de

abstracción en estos pacientes son resultado de varios factores: 1) incapacidad de

traducir el conocimiento sobre hechos específicos en acciones apropiadas; 2) dificultad

para cambiar de un concepto a otro; 3) tendencia a responder ante fragmentos de la

información; 4) defecto para integrar detalles aislados, y 5) deficiencia en el manejo

simultáneo de diferentes fuentes de información. Para Ardila (1984), los defectos de

abstracción en pacientes con lesiones prefrontales son un retorno a formas infantiles

de pensamiento.

VARIANTES DEL SÍNDROME PREFRONTAL

Las características específicas

de este síndrome pueden variar de

acuerdo con la localización precisa del

daño y su extensión. Las regiones

polares, mesiales y orbitales participan en

la regulación de los estados de

activación, y cuando están alteradas no

se puede mantener un estado de

actividad adecuado porque hay

asociaciones difusas y estados

confusionales. El daño en las regiones

posteriores que están al frente de las

zonas motoras implica la aparición de

estereotipos motores y desorganización

de las formas complejas de movimientos Figura 16. Lóbulo pre frontal

Cfr. https://lh5.googleusercontent.com/

103

(programas motores), pero estos pacientes no muestran trastornos evidentes de

conciencia. Las lesiones en el área prefrontal izquierda causan defectos en el

pensamiento verbal (Luria, 1980), mientras que los cambios emocionales son más

notables en lesiones del lado derecho (Ardila, 1984). En general, los defectos de tipo

verbal (afasia extrasilviana motora, pobre generación verbal, defectos de memoria

verbal, etc.) se encuentran más relacionados con lesiones del hemisferio izquierdo, en

tanto que los defectos de tipo no verbal (errores perceptuales, pobre generación no

verbal, defectos de memoria no verbal, pobre juicio social y fallas en el reconocimiento

emocional) se han asociado con lesiones del lado derecho. Los trastornos de

perseveración son característicos de lesiones del hemisferio izquierdo o bilaterales,

mientras que los estados de aparente hipomanía e hiperreactividad (moria) se deben a

lesiones del hemisferio derecho. Estas últimas, en especial las polares, se relacionan

frecuentemente con cambios de personalidad y seudopsicopatía (Stuss y Benson,

1986). Según Luria (1977), los procesos intelectuales resultan más afectados por

lesiones del hemisferio izquierdo, sean extensas o bilaterales. La violación de las

normas sociales de conducta se nota más en caso de lesiones del hemisferio derecho.

En general, hay tres subtipos principales de síndrome prefrontal:

SÍNDROME ORBITOFRONTAL

Este síndrome está asociado con conductas de desinhibición, impertinencia,

irritabilidad, labilidad emocional, falta de tacto, distractibilidad y desinterés por los

sucesos actuales. El afecto puede presentarse como moria (un tanto excitado) o

witzelsucht (reiteración verbal de observaciones cáusticas o burlonas), descrito en

principio por Oppenheim (1880). El paciente es incapaz de responder a convenciones

sociales, y está controlado por los estímulos inmediatos. Cummings (1993) observó

imitación automática de gestos. Curiosamente, las lesiones del circuito orbitofrontal

también pueden relacionarse con trastornos de tipo obsesivo compulsivo (Saxena et al

., 2001). Eslinger y Damasio (1985) utilizan el término “sociopatía adquirida” para

describir los trastornos en la regulación comportamental, y que incluyen tanto la falta

de comprensión como el remordimiento consecuente a conductas inapropiadas. La

corteza orbitofrontal se relaciona sobre todo con el sistema límbico y con las regiones

basales del cerebro anterior.

SÍNDROME FRONTAL MESIAL

El cíngulo anterior es el origen del llamado circuito cingulado-subcortical.

GoldmanRakic y Porrino (1985) detectaron las entradas, desde el área 24 de

Brodmann, a la región ventral del núcleo estriado (núcleo caudado ventromedial,

104

putamen ventral, núcleo accumbens y tubérculo olfatorio). El daño en este circuito

causa apatía o abulia (una forma grave de apatía). Las lesiones bilaterales graves en

el área frontal media producen mutismo aquinético, es decir, el individuo está despierto

y posee autoconciencia pero no inicia ningún tipo de conducta (Ross y Stewart, 1981)

ni lo mueve motivación alguna. El mutismo aquinético en caso de lesiones bilaterales

graves puede resultar en un paciente que presenta pocos movimientos espontáneos,

puede mostrarse incontinente, y puede hablar utilizando únicamente monosílabos en

respuesta a las preguntas que se le formulan. Tampoco reacciona en términos

emocionales, aun con estímulos dolorosos, y se muestra completamente indiferente

(Damasio y Damasio, 1989). Las patologías subcorticales, como la enfermedad de

Parkinson y la enfermedad de Huntington, pueden causar apatía si el cíngulo anterior

está comprometido (Owen et al. , 1992; Antonini et al., 1995).

SÍNDROME DORSOLATERAL

Se insiste en que el circuito dorsolateral es fundamental en las funciones

ejecutivas (Cummings, 1993). El defecto más frecuente es la incapacidad de organizar

una respuesta comportamental ante la presencia de estímulos nuevos o complejos.

Los síntomas siguen todo un proceso, e incluyen la capacidad de alternar las

conductas, utilizar estrategias apropiadas y organizar la información para adaptarse a

los cambios ambientales. Las demencias subcorticales se caracterizan por defectos en

las funciones ejecutivas. Por lo general, los pacientes muestran latencias de

respuestas largas y dificultades en la recuperación semántica, aunque conservan el

reconocimiento (Butters et al., 1986). Varios estudiosos, como Luria (1969), destacan

la presencia de perseveración, conductas dependientes del estímulo y ecolalia. De

haber lesiones dorsolaterales del hemisferio derecho, hay trastornos de tipo no verbal

y paralingüístico, y en caso de lesiones dorsolaterales del hemisferio izquierdo, habrá

disminución en la fluidez verbal y afasia extrasilviana (transcortical) motora. Luria

(1980) señala que un aplanamiento emocional corresponde a lesiones bilaterales;

asimismo, hay dificultades para ordenar la información en secuencias. Las regiones

ventrales y dorsales de la corteza prefrontal podrían participar en la habilidad para

tomar decisiones racionales y evitar situaciones de riesgo (Manes et al., 2002). En

resumen, el síndrome prefrontal no es homogéneo, sino que pueden existir diversas

variantes, de acuerdo con las características (localización, extensión, etiología)

específicas del daño. Sin embargo, la distinción de diferentes subtipos según su

localización precisa, es apenas tentativa. Por último, es necesario señalar que no

todos los procesos ejecutivos se encuentran mediados por la corteza frontal (Andres y

Van der Linden, 2002), aunque los trastornos ejecutivos por patología frontal son

105

mucho más graves. Las lesiones en prácticamente todas las áreas del cerebro puede

asociarse con defectos ejecutivos (Hausen et al., 1997). (...).

MOTRICIDAD Reflejos patológicos Negligencia e impersistencia motora Tono anormal (paratonia) Anormalidades en la marcha Cambios en el control de los esfínteres Hiperactividad Ecopraxia (ecomimia) Conducta de utilización Desorganización comportamental Perseveración

ATENCIÓN Cambios en la activación Cambios en las respuestas de orientación Disminución de las formas dirigidas de atención

LENGUAJE Afasia extrasilviana motora (dinámica) Mutismo Errores de denominación Carencia de control verbal sobre el comportamiento Concretismo verbal Disdecoro verbal

PERCEPCIÓN Limitaciones en los movimientos oculares Inadecuada interpretación perceptual

COMPORTAMIENTO SOCIAL Y EMOCIONAL

Violación de las normas sociales Labilidad emocional Inadecuación sexual Excesiva familiaridad Inadecuada interpretación emocional

MEMORIA Improductividad en pruebas de retención Amnesia inespecífica Desorganización secuencial de la memoria Defectos de metamemoria Defectos en la memoria de trabajo Alteraciones en la vivencia del tiempo

PERSONALIDAD Moria (cuadro compuesto por excitación, euforia, puerilidad, otros)

Impulsividad Seudodepresión y seudopsicopatía

PROCESOS INTELECTUALES

Nivel de pensamiento concreto Nivel intelectual alterado

Cuadro 03. Resumen de las principales alteraciones cognoscitivas y comportamentales asociadas con lesiones de las áreas prefrontales del cerebro. Tomado de Ardila y Rosselli (2007, p.192).

106

2.3 ASIMETRÍA CEREBRAL

Según Portellano, (2005, p. 163-197).

2.3.1. Concepto de asimetría cerebral

Aunque en diversas especies animales se pueden observar diferencias

interhemisféricas, sin embargo, únicamente en la especie humana éstas constituyen

un rasgo específico de su mayor grado de desarrollo telencefálico. En la antigüedad ya

se intuía la existencia de posibles diferencias entre ambos hemisferios cerebrales en

los seres humanos, aunque las primeras evidencias no se empezaron a poner de

manifiesto hasta el siglo XIX, a partir de la localización de las áreas cerebrales que

regulaban el lenguaje. En 1710, Petit demostró que existe un entrecruzamiento de las

vías motoras en las pirámides bulbares, confirmando que el control motor dependía del

hemisferio opuesto al de la extremidad inervada. Más tarde, las aportaciones

realizadas por los frenólogos y las teorías localizacionistas contribuyeron al desarrollo

del concepto de dominancia asimétrica del cerebro. Dax y Bouillaud informaron del

predominio del hemisferio izquierdo para el lenguaje y posteriormente Paul Broca en

1861 demostró que –efectivamente– el centro del lenguaje expresivo estaba situado

en el lóbulo frontal izquierdo. Uno de sus pacientes, apodado “Tan”, sufrió un daño

cerebral en esta zona del cerebro, por lo que perdió definitivamente su lenguaje

expresivo, repitiendo únicamente la sílaba “tan” como única forma de expresividad

lingüística. Algunos años después el neurólogo alemán Karl Wernicke localizó el

lenguaje comprensivo en el lóbulo temporal izquierdo, mientras que otro neurólogo de

la misma nacionalidad, Hugo Liepmann, en 1900 empezó a publicar las observaciones

realizadas sobre pacientes apráxicos, comprobando que las apraxias causadas por

lesiones del hemisferio izquierdo eran de mayor gravedad que las provocadas por

lesiones homólogas en el hemisferio derecho. Todos estos hallazgos, que se

producían dentro de la corriente localizacionista entonces dominante, concedían una

mayor importancia al hemisferio izquierdo, por lo que a partir de entonces pasó a ser

considerado como el hemisferio dominante. Por el contrario, el hemisferio derecho

durante mucho tiempo ocupó un lugar secundario, ya que sus lesiones no provocaban

trastornos importantes en el lenguaje. Este papel de hemisferio subordinado ha

persistido hasta hace pocas décadas, aunque hoy ya se dispone de suficiente

información acerca de determinadas competencias cognitivas, perceptivas, motoras en

las que el hemisferio derecho tiene una mayor importancia funcional que el izquierdo

(Springer & Deutsch, 2001). Aunque la Neuropsicología y otras ciencias interesadas

por el estudio de las diferencias hemisféricas siguen utilizando de manera

generalizada el término de dominancia cerebral para referirse a la mayor importancia

107

que tiene el hemisferio izquierdo para el lenguaje, sin embargo, resulta más apropiado

hablar de asimetría cerebral o de diferenciación hemisférica, ya que ambos

hemisferios son cualitativamente distintos, es decir procesan la información de un

modo diferenciado. Mientras que el izquierdo suele ser el hemisferio dominante para el

lenguaje, en cambio el derecho lo es para el procesamiento no verbal. Las asimetrías

hemisféricas únicamente se manifiestan en las áreas de asociación cortical, siendo

aquí donde se aprecian las posibles diferencias funcionales entre ambos hemisferios.

Podemos distinguir los conceptos de diferenciación, asimetría, dominancia y

lateralidad cerebral en los siguientes términos (Portellano, 1992; Hellige, 1993).

a) Diferenciación hemisférica: el hecho de que cada hemisferio tenga un estilo

cognitivo diferente. Con menor frecuencia se utiliza el término para referirse a las

diferentes competencias que tienen ambos hemisferios.

b) Asimetría cerebral: el hecho de que una zona del cerebro tenga una

capacidad para procesar y almacenar información diferente que la región homóloga

correspondiente al otro lado del cerebro.

c) Dominancia cerebral: es el predominio de un hemisferio sobre otro en una

determinada función cognitiva. Generalmente el término de dominancia cerebral se

sigue utilizando de un modo restringido para referirse a la mayor importancia que tiene

el hemisferio izquierdo en el control del lenguaje. Tanto la asimetría como la

dominancia cerebral son procesos inconscientes, centrales e involuntarios que no se

pueden modificar mediante la educación o el entrenamiento. Únicamente ciertas

lesiones cerebrales pueden provocar un cambio en la dominancia cerebral,

especialmente si se producen durante los primeros años de vida.

d) Lateralidad: en un amplio sentido, lateralidad es un sinónimo de la

dominancia cerebral y se entiende como el predominio del hemisferio izquierdo para el

lenguaje. En un sentido más restrictivo por lateralidad se entiende la manifestación

efectora de la dominancia para el lenguaje expresada mediante la utilización

preferente de mano, pie, ojo y oído. A diferencia de la asimetría cerebral, la lateralidad

es una función consciente, voluntaria y periférica, que puede ser modificada mediante

el entrenamiento. Prueba de ello es que existe un porcentaje variable de personas con

lateralidad contrariada, generalmente zurdos que han sido obligados a utilizar la mano

derecha para escribir.

2.3.2. Asimetrías anatómicas en la especie humana

Las diferencias anatómicas interhemisféricas observadas en el cerebro

humano son menos significativas que las diferencias funcionales, destacando varias:

108

a) Aumento de la superficie ocupada en el hemisferio izquierdo por el plano

temporal del lóbulo temporal izquierdo. Esta zona corresponde al Área 22 de

Brodmann, habitualmente llamada Área de Wernicke, que es el centro más importante

del lenguaje comprensivo. Esta asimetría anatómica se observa en 6 o 7 personas de

cada 10, especialmente en los diestros.

b) Mayor prolongación de la Cisura lateral hacia la zona posterior en el

hemisferio izquierdo que en el derecho, aproximadamente en un 60% de los casos,

con lo que se dispone de una mayor amplitud de territorio cortical para el lenguaje.

c) Existen otras asimetrías menos frecuentes entre ambos hemisferios, como

por ejemplo la mayor prominencia del lóbulo frontal en el hemisferio derecho o la

mayor densidad neuronal en el Área de Broca del hemisferio izquierdo. Sin embargo,

estas y otras asimetrías son menos frecuentes, presentándose en niveles inferiores al

30% de las personas.

La presencia de diferencias neuroanatómicas entre ambos hemisferios es

poco consistente y por sí sola no justifica la diferenciación funcional existente entre el

hemisferio izquierdo y el derecho, ya que el número de personas diestras en la

población general es el 90%, muy superior al de asimetrías neuroanatómicas

observadas en el hemisferio izquierdo. Por otra parte, cuando se observan diferencias

neuroanatómicas entre los dos hemisferios, es más frecuente que se observen en

varones diestros, siendo menos habituales en zurdos o en mujeres. Por último, la

presencia de alguna asimetría anatómica en un Área hemisférica está compensada

por un mayor desarrollo anatómico en las áreas adyacentes del hemisferio opuesto.

Así, la Circunvolución de Heschl, derecho, correspondiente a las áreas auditivas

primarias del lóbulo temporal, suele estar más desarrollada anatómicamente en el

hemisferio derecho, como compensación al aumento de tamaño del plano temporal en

el hemisferio izquierdo.

2.3.3. Asimetrías cerebrales en relación al sexo

Las diferencias existentes entre el cerebro del hombre y el de la mujer se

deben a la combinación de diversos factores neurobiológicos en los que la acción

reguladora de las hormonas sexuales adquiere una gran importancia. Aunque los

factores biológicos son causales, sin embargo, la acción de los factores educativos

puede incrementar o disminuir en alguna medida las asimetrías cerebrales entre

ambos sexos. Se han propuesto numerosas interpretaciones antropológicas y

psicosociológicas para justificar las diferencias de asimetría cerebral en hombres y

mujeres; sin embargo resulta inapelable la acción diferenciadora que ejercen los

factores neurobiológicos sobre el cerebro desde el comienzo de la gestación. Desde el

109

punto de vista anatómico, es más frecuente que los varones tengan mayor asimetría

que las mujeres en el plano temporal izquierdo, que suele ser de mayor tamaño que su

homólogo derecho, mientras que en las mujeres suele existir una mayor simetría en

esta estructura. El cuerpo calloso de las mujeres suele tener un 20-30% más de fibras

que el del varón. Otra peculiaridad es que mientras que el tamaño del cuerpo calloso

en el varón tiende a disminuir en la edad adulta, en cambio en la mujer no se produce

la disminución del tamaño del cuerpo calloso, e incluso su tamaño puede

incrementarse con el paso del tiempo. Probablemente este hecho repercuta sobre la

persistencia de un mayor grado de simetría bihemisférica en las mujeres. Las

hormonas sexuales influyen en el modelamiento de las diferencias hemisféricas, ya

que la testosterona lentifica el crecimiento del hemisferio izquierdo durante las fases

iniciales del desarrollo en el varón, bloqueando el desarrollo del lenguaje. Los

estrógenos ejercen un efecto opuesto sobre el hemisferio izquierdo en las mujeres,

facilitando la adquisición del lenguaje escritor. Como contrapartida, la testosterona en

el varón es un factor que facilita la capacidad espacial del hemisferio derecho. Los

niveles más bajos de testosterona en el varón se asocian a un mejor rendimiento en

tareas de tipo verbal, mientras que las mujeres con niveles más elevados de dicha

hormona realizan mejor las tareas de tipo espacial. Por otra parte, la madurez sexual

también influye en las diferencias cognitivas, ya que las mujeres con madurez sexual

más precoz suelen obtener mejor rendimiento en tareas de tipo verbal, mientras que

los niños con madurez sexual más tardía, independientemente de su sexo, obtienen

mejores rendimientos en tareas de tipo espacial. Además, los factores hormonales no

sólo contribuyen a modelar la asimetría cerebral, sino en buena medida los estilos

cognitivos en ambos sexos. Otro aspecto diferencial entre ambos sexos es la desigual

distribución en el número de zurdos: mientras que entre los varones el porcentaje de

zurdos en la población general es del 10-12%, en cambio entre las mujeres el

porcentaje es del 6-8%. También es más frecuente la presencia de lateralidad cruzada

en el sexo femenino, ya que esta variedad de lateralización guarda mayor relación con

una simetría funcional del cerebro. Las niñas, por término medio, aprenden antes a

leer que los niños, siendo más frecuente la incidencia de dificultades específicas del

aprendizaje en el sexo masculino. De igual manera, se observan más patologías del

lenguaje y del habla en los varones, como afasia o disfemia. En términos generales,

las lesiones cerebrales que afectan al hemisferio izquierdo tienen un efecto más

devastador en los varones. Cuando se realiza la extirpación de un Área del cerebro

con finalidad terapéutica, las funciones implicadas tardan más en recuperarse y su

pronóstico es menos favorable que el de las mujeres. Del mismo modo, los cuadros

afásicos se suelen recuperar mejor cuando la lesión se produce en la mujer. Estas

110

diferencias anatomofuncionales en buena medida se deben a la presencia de un

cerebro más simétrico en las mujeres, mientras que el varón tiene las funciones más

localizadas y un cerebro con mayor grado de asimetría. El mayor desarrollo del cuerpo

calloso en las mujeres genera una mayor simetría funcional, facilitando la utilización de

estrategias cognitivas bihemisféricas de modo más frecuente que en el varón

(Benbunan & Portellano, 1995).

VARONES MUJERES

ANATOMÍA CEREBRAL • En general su cerebro es más asimétrico. • Tienen un mayor desarrollo del plano temporal izquierdo. • Presentan retraso en el desarrollo anatómico del hemisferio izquierdo. • El cuerpo calloso en la edad adulta disminuye de tamaño.

• En general su cerebro es más simétrico. • Tienen mayor simetría en el plano temporal. • Tienen el cuerpo calloso más desarrollado. • El cuerpo calloso puede incrementar su tamaño con el transcurso del tiempo.

LATERALIDAD • Mayor número de zurdos. • Menor número de zurdas. • Mayor frecuencia de lateralidad cruzada.

FUNCIONES COGNITIVAS • Más localizadas sobre áreas específicas de cada hemisferio.

• Más distribuidas en cada hemisferio. • Mayor distribución bihemisférica de funciones.

RECUPERACIÓN DE LESIONES CEREBRALES

• Efectos más devastadores tras daño cerebral. • Peor pronóstico y peores posibilidades de recuperación.

• Efectos menos invasivos tras daño cerebral. • Mayores posibilidades de recuperación funcional.

Cuadro 04. Asimetrías cerebrales del hombre y la mujer. Tomado de Portellano, (2005, p. 167).

2.3.4. Ontogénesis de la asimetría cerebral

Durante la fase fetal se van desarrollando las asimetrías anatómicas que ya

estarán definidas en el momento del nacimiento, lo que no sucede con la lateralidad,

que tiene un proceso de consolidación progresivo a lo largo de la infancia. En los

primeros meses de vida la elección de mano dominante no está presente; sin

embargo, a partir del segundo año se empieza a afianzar el predominio diestro de la

lateralidad en la mayoría de los niños. Tanto los procesos de mielinización y

sinaptogénesis como las influencias educativas determinan la consolidación del

proceso de lateralización. Durante la infancia hay un número más elevado niños y

niñas zurdos o ambidextros, aunque su incidencia tiende a disminuir con el transcurso

del tiempo, por razones educativas y neurobiológicas. Las exigencias escolares

111

condicionan la necesidad de elección de una sola mano para el aprendizaje de la

escritura. En paralelo, el propio cerebro va decantando la asimetría interhemisférica a

lo largo de la infancia, lo cual también facilita la desaparición de casos de

ambidextrismo infantil de un modo espontáneo. A partir de los 6-7 años los niños

normalmente ya tienen un suficiente grado de definición de su lateralización manual

que les permite iniciar con éxito el aprendizaje sistemático de la lectura.

Aunque se asume que el proceso de lateralización manual es una

consecuencia que viene precedida genéticamente por el predominio del hemisferio

izquierdo para el lenguaje, sin embargo, no existe suficiente consenso acerca del

momento en el que finaliza el proceso de consolidación de la lateralidad. Algunos

autores afirman que desde el mismo instante del nacimiento ya está predefinida la

lateralización del niño, mientras que otros como Lenneberg sostienen que el proceso

de lateralización es progresivo a lo largo de la infancia y termina por consolidarse al

final de la adolescencia. Entre estas dos posturas existen otros posicionamientos

intermedios que afirman que la lateralización finaliza su proceso de definición en el

transcurso de la infancia. La lateralización manual no es simplemente un atributo

motor, sino que la utilización preferente y continuada de la mano derecha o la

izquierda produce modificaciones en los engramas sensoriales y motores de la corteza

cerebral.

Por esta razón, en términos generales, no se debería cambiar la lateralización

del niño una vez que éste ha iniciado el aprendizaje sistemático de la lectoescritura (6-

7 años), ya que el cambio de mano también supone la necesidad de modificar de

alguna manera los circuitos neurales previamente establecidos, con las

correspondientes e innecesarias molestias que ello acarrea. Si el niño es ambidextro o

tiene ligero predominio en el uso de la mano izquierda para las actividades

unimanuales, es recomendable orientarle y entrenarle hacia la utilización de su mano

derecha, especialmente si tiene menos de 5 años, ya que le acarreará menos

inconvenientes. Cuando exista un predominio funcional nítido de la mano izquierda, es

mejor respetar y estimular su lateralidad zurda, pero si tiene zurdera contrariada y está

habituado a utilizar su mano derecha para escribir, sólo se debe cambiar ésta cuando

tenga menos de 5-6 años, ya que a medida que avanza el desarrollo neurobiológico,

se consolida la huella neural de la mano en las áreas encefálicas que regulan la

imagen sensoriomotriz, por lo que volver a cambiar la mano para la escritura a los

niños con zurdera contrariada generará siempre mayores problemas (Portellano,

2001). (...)

112

2.3.5. Estudio de la lateralidad

El estudio de la lateralidad es uno de los aspectos mejor estudiados de las

asimetrías cerebrales, especialmente en relación con los zurdos. La dominancia

motora de una extremidad (mano, ojo, pie y oído) en actividades de uso preferente ha

sido estudiada desde hace muchos años, tratando de comparar el tipo de lateralidad

con la eficiencia cognitiva o con determinadas variables de personalidad. Las pruebas

de lateralidad tienen una amplia tradición en la Neuropsicología, especialmente

algunas como las de Anett (Anett, 1985) el Test de Dominancia Lateral de Harris

(Harris, 1997) o el Cuestionario de Lateralidad de Edimburgo.

ACTIVIDAD MANO DERECHA

MANO IZQUIERDA

CUALQUIERA DE LAS DOS MANOS

Lanzar una pelota

Utilizar las tijeras

Utilizar el cepillo de dientes

Utilizar un cuchillo

Utilizar la cuchara

Barrer con una escoba (mano superior)

Encender una cerilla

Abrir la tapadera de una caja

Cuadro 05. Test de lateralidad de Olfield. Tomado de Portellano, (2005, p. 169).

La lateralidad no es una función dicotómica que divida a la población en

diestros y zurdos en categorías excluyentes, sino que existe un gradiente progresivo

entre los diestros completos y los zurdos completos, con diferentes niveles de

definición de la lateralidad en función de la actividad demandada. De este modo, las

personas que tienen una fórmula de lateralidad D+, (diestros completos o

consistentes), que siempre realizan todas las actividades lateralizadas con mano, pié,

ojo u oído derechos de un modo dominante, constituyen un grupo relativamente

minoritario, ya que la mayoría de los diestros y zurdos presentan un grado de

dextrismo (o de zurdera), variable. Únicamente cuando se valoran determinadas

actividades unilaterales muy discriminativas, como la mano utilizada para escribir, se

observa una dicotomización entre diestros y zurdos, ya que las personas con

113

ambidextrismo para la escritura son prácticamente inexistentes. La utilización de

pruebas de lateralidad que establecen cinco categorías diferenciadas (diestro

completo, diestro incompleto, ambidextro, zurdo incompleto y zurdo completo) puede

resultar más eficaz para discriminar posibles diferencias cognitivas en función del tipo

de lateralidad, que las pruebas de lateralidad que sólo utilizan tres categorías (diestro,

zurdo y ambidextro).

D+

DIESTRO COMPLETO O CONSISTENTE Cuando una determinada actividad de preferencia unilateral se realiza siempre con la derecha.

D-

DIESTRO INCOMPLETO O NO CONSISTENTE Cuando una determinada actividad de preferencia unimanual se realiza con la derecha en la mayoría de las ocasiones.

A

AMBIDEXTRO Cuando una determinada actividad de preferencia unilateral se realiza indistintamente con la izquierda o con la derecha.

I-

ZURDO INCOMPLETO O NO CONSISTENTE Cuando una determinada actividad de preferencia unilateral se realiza casi siempre con la izquierda.

I+

ZURDO COMPLETO O CONSISTENTE Cuando una determinada actividad de preferencia unilateral se realiza siempre con la izquierda.

Cuadro 06. Tipos de lateralidad en función de su grado de definición. Tomado de Portellano, (2005, p. 170).

(...)

Síndromes hemisféricos

1. Síndrome hemisférico izquierdo

Las lesiones de cada lóbulo cerebral producirán una gama de síntomas

específicos que dependerán de su lateralización izquierda o derecha en el cerebro

(Tabla 6.9). En general, las lesiones del hemisferio izquierdo presentan las siguientes

características diferenciales:

a) Las lesiones de menor tamaño suelen producir trastornos de mayor entidad

que las lesiones homólogas producidas sobre el hemisferio derecho.

b) Con frecuencia se producen diversos cuadros afásicos afectando al

lenguaje oral y escrito.

c) Hay mayor riesgo de que las apraxias ideatorias e ideomotoras sean de

mayor gravedad que las homólogas del hemisferio derecho.

d) Sus lesiones afectan más al pensamiento lógico conceptual y la capacidad

de abstracción, estando más preservado el pensamiento aposicional.

e) El humor tiende al pesimismo y al catastrofismo, especialmente en

determinados cuadros afásicos.

2. Síndrome del hemisferio derecho

114

El daño cerebral en el hemisferio derecho, en términos generales, suele

presentar las siguientes características:

a) Las lesiones de menor extensión en general tienen menos efectos que en

el hemisferio izquierdo, porque sus funciones están más distribuidas como

consecuencia de la mayor densidad de sus conexiones, lo que facilita la

compensación mediante neuroplasticidad intrahemisférica.

b) Son frecuentes los trastornos visoperceptivos y de orientación espacial, con

dificultad para el reconocimiento de figuras geométricas, caras, melodías, nociones

topográficas o para la orientación en el espacio externo.

c) Se producen agnosias de mayor gravedad que en las lesiones del

hemisferio izquierdo, especialmente agnosia musical, prosopagnosia y agnosia

cromática.

d) Son más graves las apraxias constructivas.

e) Sus lesiones suelen preservar la estructura simbólica del lenguaje, aunque

pueden producir trastorno en los aspectos pragmáticos, especialmente disprosodia

comprensiva o expresiva.

f) Se ve más afectado el pensamiento concreto e intuitivo, estando mejor

preservado el pensamiento conceptual.

g) Son más frecuentes los síntomas de euforia y desinhibición social,

predominando más los sentimientos anosognósicos en torno a sus déficit neurológicos

que en las lesiones del hemisferio izquierdo.

EFECTOS DE LA LESIÓN

LÓBULO HEMISFERIO IZQUIERDO HEMISFERIO DERECHO

FRONTAL • Afasia de Broca. • Afasia transcortical motora. • Pérdida de iniciativa verbal. • Perdida de fluidez verbal. • Adinamia motora. • Hemiplejia distal derecha. • Síndrome disejecutivo.

• Disprosodia motora. • Concretismo. • Fuga de ideas. • Alteración del comportamiento socioadaptativo. • Hemiplejia distal izquierda. • Síndrome disejecutivo.

PARIETAL • Trastornos de memoria sensorial verbal. • Trastornos de memoria inmediata sensorial verbal. • Desorientación autopsíquica. • Alteraciones del esquema corporal. • Apraxia ideomotora. • Apraxia ideatoria. • Acalculia. • Síndrome de Gerstmann.

• Trastornos de memoria sensorial icónica. • Trastornos de memoria inmediata sensorial espacial. • Desorientación espacial alopsíquica. • Apraxia constructiva. • Acalculia espacial. • Síndrome de heminegligencia. • Asomatognosia. • Apraxia del vestido. • Trastornos de la representación

115

• Apraxia gestual. • Apraxia oral. • Acalculia . • Trastornos de codificación simbólicoespacial integrada. • Agnosia verbal pura. • Agnosia digital. • Autotopagnosia. • Analgoagnosia.

espacial integrada. • Trastornos de atención. • Simultagnosia.

TEMPORAL • Trastornos del ritmo. • Afasia de Wernicke. • Afasia anómica. • Afasia transcortical sensorial. • Amnesia verbal. • Agnosia verbal. • Anomia para los colores.

• Disprosodia sensorial. • Amnesia espacial. • Amusia sensorial. • Agnosia para los sonidos.

OCCIPITAL • Alexia sin agrafía. • Alexia agnósica. •Agnosia semántica para denominar objetos. • Anomia para los colores.

• Alexia espacial. • Prosopagnosia. • Agnosia espacial. • Simultagnosia.

Cuadro 07. Principales manifestaciones de la lesión cerebral en los lóbulos cerebrales de cada hemisferio. Tomado de Portellano, (2005, p. 192).

3. El síndrome de desconexión

En 1874, Wernicke describió el primer caso documentado de síndrome de

desconexión dentro del hemisferio izquierdo, al describir la Afasia de conducción,

caracterizada por la pérdida de conectividad de los centros del lenguaje comprensivo y

expresivo como consecuencia de la lesión del fascículo arqueado. Posteriormente

Liepmann demostró que la desconexión callosa producía apraxia ideomotora unilateral

izquierda. Sin embargo los estudios más relevantes sobre los efectos de la

comisurotomía cerebral se deben a Sperry y a Gazzaniga, quienes a partir de los años

50 del pasado siglo, realizaron operaciones de comisurotomía para el tratamiento

quirúrgico de las epilepsias fármaco-resistentes. El síndrome de desconexión está

causado por la pérdida de conectividad anatómica y funcional entre ambos

hemisferios, como consecuencia de lesiones en las comisuras interhemisféricas,

especialmente el cuerpo calloso. La lesión congénita o adquirida de las comisuras que

conectan ambos hemisferios puede tener consecuencias variables sobre los procesos

cognitivos, ya que su misión consiste en sincronizar la información sensoperceptiva,

motora y cognitiva que recibe cada hemisferio, facilitando los procesos de

lateralización cerebral. La desconexión interhemisférica de causa congénita recibe la

denominación de agenesia del cuerpo calloso; la desconexión adquirida, provocada

mediante neurocirugía, recibe la denominación de comisurotomía, “split brain” o

116

cerebro escindido. El cuerpo calloso es la principal estructura conectiva

interhemisférica y se sitúa por debajo de la circunvolución del cíngulo. En el adulto

mide 7-8 centímetros de largo y tiene un grosor entre 10 y 18 milímetros. Está

compuesto por más de 200 millones de fibras y es la mayor estructura neuroanatómica

del interior del cerebro humano. En su anatomía se distinguen cuatro zonas:

a) Pico o rostrum, situado en la zona anterior, contiene fibras que conectan

ambos lóbulos frontales.

b) Rodilla o genu, conecta también ambos lóbulos frontales.

c) Cuerpo o tronco, une áreas frontales y parietales de ambos hemisferios.

d) Esplenio o rodete: es una zona más engrosada situada en la parte posterior

y conecta entre sí los lóbulos temporales y occipitales de los dos hemisferios.

3.1. Comisurotomía

Las comisuras interhemisféricas más importantes además del cuerpo calloso

son la comisura blanca anterior y el trígono. Otras comisuras tienen menor importancia

como la comisura posterior y el septum. Desde hace más de sesenta años se

empezaron a realizar operaciones de comisurotomía, fundamentalmente

callosotomías, que permitían disminuir la intensidad de las crisis epilépticas parciales

fármaco-resistentes que se generalizaban sobre ambos hemisferios utilizando el

cuerpo calloso como vía de propagación. Inicialmente se realizaban callosotomías

completas, aunque en la actualidad se recurre a la comisurotomía selectiva,

escindiendo únicamente la zona más próxima al foco epiléptico, y respetando las

restantes áreas del cuerpo calloso y el trígono. Desde un punto de vista clínico los

pacientes que han sufrido callosotomía siguen realizando un estilo de vida normal con

posterioridad a la operación, pudiendo pasar inadvertidos sus síntomas. Sin embargo,

pueden surgir alteraciones secundarias, especialmente si se produce lesión del

territorio arterial que vasculariza al cuerpo calloso. Únicamente mediante una

evaluación neuropsicológica más precisa se puede comprobar la existencia de

alteraciones como consecuencia de la comisurotomía:

a) Anomia táctil izquierda Los objetos que se palpan con la mano izquierda y

que no se perciben visualmente no se pueden denominar semánticamente. El

problema no se debe a un trastorno afásico ni a una asterognosia, sino que los

estímulos táctiles procedentes de la mano izquierda van al hemisferio derecho a través

de los haces de fibras subcorticales, pero la ausencia de cuerpo calloso impide la

transferencia de dicha información a las áreas del lenguaje del hemisferio izquierdo, lo

que impide su denominación. Por el contrario si se palpa algún objeto con la mano

derecha, el sujeto no se presentará anomia táctil, ya que el propio hemisferio

117

izquierdo, al que han sido transferidas las informaciones directamente, puede realizar

un procesamiento semántico de la información táctil.

b) Alexia táctil izquierda

Es una derivación de la anomia táctil izquierda y se caracteriza por la

incapacidad para identificar las letras palpadas con la mano izquierda. Este hecho no

se produce si el sujeto identifica las letras con su mano derecha, ya que la información

pasaría directamente al hemisferio izquierdo.

c) Apraxia ideomotora unilateral izquierda bajo órdenes verbales

La apraxia ideomotora de los pacientes comisurotomizados consiste en la

incapacidad para ejecutar órdenes verbales y sólo atañe al hemicuerpo izquierdo. La

capacidad para imitar gestos es correcta y las actividades gestuales de la vida

cotidiana no están modificadas. Las órdenes verbales recibidas por el hemisferio

izquierdo no pueden ser transmitidas al Área premotora del hemisferio derecho, ya que

la escisión del cuerpo calloso impide al hemisferio derecho transmitir la orden motora a

la mano izquierda.

d) Apraxia constructiva derecha

Consiste en la incapacidad para la reproducción gráfica de pruebas

visoperceptivas como la Figura Compleja de Rey en sujetos diestros, que realizan

mejor la prueba con la mano izquierda que con la derecha, ya que dicha apraxia se

caracteriza por la incapacidad para transferir al hemisferio izquierdo órdenes de tipo

icónico procedentes del hemisferio derecho. La reproducción de modelos gráficos se

realiza mal con la mano derecha, ya que las informaciones visoperceptivas que tienen

que ir desde el hemisferio derecho al izquierdo –que gobierna la mano derecha– se

realizan defectuosamente. Si le pedimos al sujeto que dibuje una casa, por ejemplo, lo

hará mejor con la mano izquierda que con la derecha aunque no sea zurdo, por esta

misma razón.

e) Hemialexia izquierda

Consiste en la incapacidad para percibir estímulos con contenido lingüístico

presentados en el hemicampo visual izquierdo bajo presentación taquistoscópica, ya

que las palabras representadas en el lado izquierdo son tranferidas al hemisferio

derecho, quien a su vez es incapaz de enviar al hemisferio izquierdo la información

verbal ante la ausencia del cuerpo calloso. En cambio, la presentación taquitoscópica

de palabras en el hemicampo visual derecho permite que las palabras puedan ser

leídas por el paciente sin dificultades, ya que acceden directamente al hemisferio

izquierdo.

f) Anomia olfatoria unilateral derecha Los olores no pueden denominarse

cuando son presentados en la ventana derecha de la nariz, sin que se trate de un

118

trastorno anósmico, sino de una incapacidad del hemisferio izquierdo para realizar la

denominación del estímulo oloroso, ya que la ausencia de cuerpo calloso impide la

transferencia de información para su tratamiento semántico. Hay que recordar que los

bulbos olfatorios situados en la base de los lóbulos frontales no presentan decusación

sino que inicialmente envían información al mismo hemisferio en el que se encuentran

situados.

g) Alexitimia La alexitimia se define como la incapacidad o dificultad para la

expresión y la interpretación de las emociones. Los pacientes comisurotomizados

suelen alcanzar puntuaciones más elevadas en cuestionarios de alexitimia y la causa

se debe a que en ausencia del cuerpo calloso, el hemisferio derecho no puede

transmitir al izquierdo las órdenes para que interprete el significado de las emociones,

produciéndose un incremento de las manifestaciones alexitímicas. En términos

generales se acepta que el hemisferio derecho es dominante en las emociones, por lo

que la pérdida de comisuras impediría transferir tanto la comprensión como la

expresión de las emociones hacia el hemisferio izquierdo.

3.2. Agenesia del cuerpo calloso

El cuerpo calloso se desarrolla entre el tercer y el quinto mes de gestación,

pero por diversas causas genéticas o adquiridas puede verse interrumpido su

desarrollo. En los casos más graves se produce una agenesia completa, sin que se

formen fibras interhemisféricas. En estos casos las alteraciones neurológicas y

neuropsicológicas que presentará el niño al nacer siempre serán de mayor gravedad y

la presencia asociada de crisis epilépticas tempranas empeorará el pronóstico. La

comisura blanca anterior es mucho menos relevante anatómica y funcionalmente que

el cuerpo calloso, pero en ausencia de éste puede constituir una vía sustitutoria

alternativa para conectar ambos hemisferios. La agenesia del cuerpo calloso puede

darse dentro de un contexto malformativo y acompañarse de retraso mental o de

manifestaciones psicóticas, aunque también la inteligencia puede ser normal. Existen

dos modalidades de agenesia del cuerpo calloso según el momento de su

presentación: precoz y tardía.

a) Agenesia precoz Se produce antes de las 12 semanas de gestación. En los

casos más graves existirá agenesia completa, acompañada de ausencia o

malformación de otras estructuras comisurales como el septum o el trígono. El hueco

que tendría que ocupar el cuerpo calloso está ocupado por un acúmulo de células

formado por meningiomas, lipomas o heterotopias, sin función conectiva. En este caso

las consecuencias neurológicas y neuropsicológicas son de mayor gravedad, ya que

se producirá alteración en el proceso de organogénesis que puede afectar a otras

119

estructuras cerebrales. Puede darse la agenesia completa de manera aislada, o

combinarse con otras malformaciones como holoprosencefalia, síndrome de Dandy

Walker o esquicencefalia. El desarrollo intelectual del sujeto siempre estará

comprometido, presentando deficiencia mental severa.

b) Agenesia tardía

Se produce a partir del cuarto mes de gestación y es una agenesia de tipo

parcial. Suelen estar preservados el rostro y la rodilla del cuerpo calloso y ausente la

mitad posterior, especialmente el esplenio, ya que el desarrollo ontogenético del

cuerpo calloso se realiza en sentido anteroposterior. Desde el punto de vista

neuropsicológico el rendimiento intelectual de estos niños es variable. En un 10% de

los casos los niños con disgenesia del cuerpo calloso tienen inteligencia normal y en

algunos casos es posible que no existan síntomas, por varias razones: en primer lugar

es posible que se produzca representación bihemisférica de las funciones cognitivas.

En segundo lugar se ha podido producir un fortalecimiento de las vías motoras y

sensoriales ipsilaterales, lo que puede paliar la ausencia de transferencia de

información interhemisférica. Por último, es posible que otras comisuras, como la

comisura blanca anterior lleguen a suplir al menos parcialmente la actividad del cuerpo

calloso. Han sido descritos trastornos de lateralización como consecuencia del

desarrollo incompleto del cuerpo calloso, ya que una de sus funciones es establecer la

asimetría del lenguaje. En el test de Wada frecuentemente se demuestra que los

sujetos con disgenesia del cuerpo calloso tienen representación bilateral del lenguaje.

Determinados casos de dislexia también pueden estar asociados a agenesia y también

este fenómeno se puede producir en algunos zurdos.

120

2.4 ALTERACIÓN DEL LENGUAJE (AFASIA, ALEXIA Y AGRAFIAS)

Para Ardila y Ostrosky (2012, p. 82-88)

2.4.1 Afasia

La afasia se puede definir como una perturbación en la comunicación verbal

causada por lesiones cerebrales circunscritas (Hécaen, 1977). Apoyándose en criterios

más clínicos, Kertesz (1979) la define como un trastorno del lenguaje consecuente al

daño cerebral, caracterizada por dificultades en la producción (agramatismo y/o

parafasias), disminución en la comprensión y errores en la denominación (anomia).

Benson y Ardila (1996) definen afasia simplemente a una pérdida o trastorno en el

lenguaje causado por un daño cerebral.

A pesar de las divergencias de los distintos autores respecto de los conceptos

clasificatorios, hay ciertos puntos de coincidencia en lo que toca a la forma en que se

modifica el lenguaje, y acerca de cuál es el nivel particular alterado en caso de daño

cerebral izquierdo. A continuación presentaremos las principales categorías que

podrían considerarse, así como los aspectos sobresalientes de cada una de ellas.

1. Las lesiones temporales superiores (área 22 de Brodmann) originan

dificultades en el reconocimiento del lenguaje, que resultan básicamente de

alteraciones en el reconocimiento fonológico. Este trastorno ha sido denominado

afasia acústico-agnósica (Luria 1974); afasia de Wernicke (Goodglass & Kaplan,

1972); y afasia sensorial (Hécaen & Albert, 1978).

Se presenta como una dificultad para reconocer las palabras de forma

correcta, y en errores en su producción. El paciente no logra distinguir las oposiciones

fonológicas propias de su lengua y, en consecuencia, no diferencia el contenido

fonológico de las palabras ("sordera a las palabras"). Cuanto más cercanos sean dos

fonemas desde el punto de vista de su composición acústica, tanto mayor será la

posibilidad de su confusión. Distinciones tales como sonoridad/ sordera se hacen

especialmente difíciles, ya que suponen el reconocimiento de una marca en uno de los

miembros de la pareja, marca de la cual el otro carece (sonoridad). En casos graves,

la conversación del paciente parece una "ensalada de palabras" (jerga): habla con

relativa rapidez, pero resulta difícil comprender el significado de su lenguaje, ya que

introduce construcciones gramaticales inapropiadas (paragramatismo), sustituciones

fonológicas (parafasias literales) y semánticas (parafasias verbales).En suma, se

altera el primer eslabón necesario para la comprensión del lenguaje: la discriminación

121

de fonemas. Este problema será tanto mayor cuando más extensa sea la lesión y más

difícil la oposición fonológica.

2. Las lesiones hacia la segunda circunvolución temporal implican dificultades

para retener información verbal (amnesia verbal) y conducen a una desintegración en

el contenido fonológico del lenguaje. Este tipo de afasia se ha denominado afasia

acústico- amnésica (Luria, 1974) y afasia de conducción aferente (Kertesz, 1979).

En contraste con la forma anterior de afasia, caracterizada por un trastorno en el oído

fonético, en este caso nos encontramos con que el núcleo de la alteración está

constituido por una disminución de la memoria verbal y la imposibilidad de hallar la

correcta secuencia fonológica de las palabras. El paciente produce en su lenguaje una

cantidad considerable de parafasias fonológicas, con frecuentes aproximaciones a la

palabra buscada. A diferencia de otras formas de afasia amnésica, la presentación de

claves fonológicas no ayuda a hallar la palabra buscada, lo que señala que la

estructura fonológica de la palabra se encuentra alterada. El paciente puede repetir

sílabas y palabras, con lo cual demuestra que el análisis fonológico se conserva, pero

si le presentamos series de sílabas, palabras o frases para su repetición, comienza a

presentar errores a causa de su ordenación inadecuada y al rápido olvido de la

información verbal. El sujeto no logra comprender frases largas y oraciones complejas,

dada la disminución de su memoria verbal operativa, que le dificulta reconocer la

relación existente entre los elementos presentes en la frase. De este modo, en tal tipo

de afasia se altera la estructura de la palabra debido a una disminución en la memoria

verbal y en el reconocimiento de la secuencia fonológica que integra la palabra.

122

3. Las lesiones angulares y temporo-occipitales producen dificultades para

evocar el nombre de los objetos, trastorno que denomina afasia amnésica (Luria,

1974; Hécaen & Albert, 1978) o anómica (Kertesz, 1979). En este trastorno aparece

una dificultad básica en la denominación (ausencia de relación entre el percepto visual

y la palabra que lo representa) e inversamente, en la representación del referente de

las palabras. Por lo general, se asocia al menos con una discreta agnosia visual y

dificultades en la categorización de los objetos, aún sin utilización del lenguaje (tareas

de clasificación de objetos: frutas, muebles, etc.). Probablemente, la causa de tal

alteración sea la desconexión entre la información visual y auditiva. En circunstancias

normales las palabras evocan un referente que llegado el caso podríamos reproducir, y

a su vez, un percepto visual (la figura por ejemplo de una mesa) se asocia con un

nombre (la palabra “mesa”). El paciente utiliza en su lenguaje palabras

6. Afasia de Broca

1 Afasia de Wernicke

5 Afasia de conducción

3 Afasia amnésica

2 Afasia de conducción aferente

Figura 17. Tipos de Afasia

4 Afasia semántica

7 Afasia dinámica

123

semánticamente próximas (parafasias verbales) o de un alto nivel de generalidad

(“cosa”, “objeto”, etc.). Esta afasia se distingue porque la presentación de claves

fonológicas conduce invariablemente a la evocación correcta de la palabra, lo cual

significa que la palabra no se había olvidado sino que, simplemente, no se podía

asociar con el percepto visual.

4. La dificultad en la comprensión de estructuras lógico-gramaticales ha sido

denominada afasia semántica (Head, 1926) y aparece en caso de lesiones angulares

del hemisferio izquierdo. El paciente discrimina fonemas, recuerda la secuencia

fonológica de las palabras y las evoca adecuadamente, pero no logra comprender la

relación existente entre los miembros de una oración. Se distinguen especialmente las

siguientes dificultades: estructuras lógico-gramaticales que expresan relaciones

espaciales (adverbios de lugar y preposiciones); estructuras que denotan relaciones

de comparación (mayor, menor, peor, etc.); estructuras que señalan relaciones

espaciotemporales (antes, arriba, etc.); construcciones con oraciones pasivas y frases

subordinadas y, por último, enunciados en los que intervienen preposiciones que

permiten construcciones inversas ("el hermano de mi padre" y "el padre de mi

hermano"). Aunque el paciente reconoce todos los elementos de la oración, no logra

comprender la interrelación que existe entre ellos. Se asocia con confusión derecha-

izquierda y acalculia.

5. El daño en la región poscentral inferior y supramarginal origina dificultades

en el lenguaje repetitivo y se conoce como apraxia verbal, afasia motora aferente

(Luria, 1974) o afasia de conducción (Wernicke, 1874; Benson & Ardila, 1996;

Hécaen & Albert, 1978). En este caso, el paciente es incapaz de encontrar la posición

adecuada del aparato fonador para la articulación del lenguaje y, en consecuencia, se

halla alterada ya no la estructura del fonema, sino del articulema (unidad articulatoria).

El sujeto carece de retroalimentación sobre su aparato fonador y se muestra apráxico

en la producción del lenguaje. Se reemplazan algunas articulaciones por otras

cercanas, aunque el lenguaje espontáneo y automático tiende a estar relativamente

bien conservado. El defecto aparece especialmente en el lenguaje repetitivo, y en

particular en la repetición de secuencias poco usuales o sin sentido.

En ocasiones este defecto se ha interpretado en términos de desconexión

entre las áreas de Broca y de Wernicke, aunque igualmente puede concentrarse como

una apraxia para los movimientos implicados en la producción del lenguaje, y con igual

legitimidad, como una afasia, o como una apraxia verbal.

124

La lesión se puede ubicar en el fascículo arqueado o arquato.

6. Las lesiones en la tercera circunvolución frontal (área de Broca o área 44

de Brodmann) generan una desautomatización acompañada de perseveración en el

nivel de diferentes elementos del discurso, y carencia de elementos gramaticales

(agramatismo). Este tipo de trastorno se conoce como afasia motora eferente, afasia

de Broca, afasia no fluente o afasia expresiva. Los dos componentes distintivos de

este tipo de afasia son la desautomatización del acto verbal articulatorio (apraxia del

habla) y el agramatismo. El lenguaje expresivo requiere cambios en los movimientos

articulatorios, sucesión armónica de movimientos del aparato fonador y mantenimiento

de una determinada estructura de la palabra. La articulación de cada sonido depende

tanto de los sonidos que lo anteceden como de los subsiguientes; en consecuencia, al

alterarse la organización secuencial de los movimientos, se trastorna igualmente la

estructura de toda la palabra. Aunque el paciente puede producir sonidos aislados,

tiene dificultades al efectuar los cambios necesarios para pasar de un fonema, silaba o

palabra a otro. El sujeto utiliza inadecuadamente o elimina los elementos de estructura

de la frase (conectores gramaticales) y las terminaciones de las palabras, de modo

que su expresión adquiere un estilo telegráfico que implica impropiedad gramatical.

7. Las lesiones prefrontales (especialmente en la región anterior al área de

Broca) conducen a una adinamia de los procesos verbales, la cual se caracteriza por

ecolalia y ausencia de lenguaje espontáneo, fenómeno conocido como afasia

dinámica (Luria, 1974) o afasia motora transcortical (Hécaen & Albert, 1978;

Wernicke, 1874). El lenguaje repetitivo y la comprensión se encuentran relativamente

bien conservados, aunque el primero presenta perseveraciones, contaminaciones y

detenciones súbitas en el discurso. El defecto se muestra especialmente claro en el

habla espontánea y en el dialogo. En ocasiones, el paciente puede simplemente

suprimir toda expresión verbal, para caer en un cuadro de mutismo o semi-mutismo. A

pesar de que los aspectos formales del lenguaje se encuentran bien conservados, el

individuo es incapaz de hablar por cuanto carece de un esquema expresivo. Podría

articular, ya que dispone de los medios para producir el lenguaje, pero su adinamia

general no se lo permite.

En ocasiones, este trastorno del lenguaje se ha considerado equivalente al

defecto consecuente a la lesión del área motora suplementaria. Sin embargo, lesiones

en el área motora suplementaria en realidad alteran la habilidad para iniciar y

125

mantener el acto verbal; y a este defecto se denomina como afasia del área motora

suplementaria.

La afasia frecuentemente se asocia con alexia, agrafia y acalculia.

2.4.2 Alexia

Alexia se refiere a una alteración en la habilidad para leer consecuente a una

lesión cerebral. Se han distinguido cuatro formas principales de alexias: (1) alexia con

agrafia o alexia literal, en la que el paciente pierde la capacidad para leer y escribir,

debido a no reconocer las letras; se correlaciona con daño parietal posterior y parieto-

temporal del hemisferio izquierdo; (2) alexia sin agrafia (o alexia pura, o alexia verbal,

o alexia agnósica), en la que el sujeto puede escribir y reconocer letras, pero no logra

secuenciarlas para la lectura de palabras; (3) alexia frontal, término utilizado para

designar los defectos en la lectura propios de la afasia de Broca, en la cual aparece

una lectura agramatical, mala secuenciación, etc. y (4) alexia espacial o viso-espacial,

que consiste en la aparición de defectos en la lectura a causa de dificultades

espaciales; se observa usualmente en casos de lesiones en el hemisferio derecho; los

componentes espaciales de la lectura se ven afectados (hay negligencia espacial,

defectos en el seguimiento de renglones, etcétera) (Ardila & Rosselli, 2007).

2.4.3 Agrafias

La agrafia (defecto adquirido en la escritura como consecuencia de una lesión

cerebral) tiende a correlacionarse estrechamente con los cuadros afásicos, es decir, el

defecto en el lenguaje oral se manifiesta igualmente en la escritura: pacientes con

afasia de Broca presentan una escritura agramática, en tanto que las afasias

posteriores se manifiestan en cambios literales en la escritura (paragrafias literales),

pérdida del contenido semántico, etc. (Benson & Ardila, 1996).

126

2.5 ALTERACIONES PERCEPTIVAS (AGNOSIA)

Para Portellano (2005, p. 273-288)

2.5.1 Definición

El conocimiento perceptivo del mundo se inicia en la entrada de información a

través de los receptores sensoriales. Diversas estructuras como los órganos

sensoriales, el tálamo y las áreas primarias de la corteza cerebral registran y codifican

los diferentes estímulos táctiles, espaciales, auditivos, olfatorios, gustativos o visuales

que continuamente acceden al sistema nervioso. Sin embargo el proceso de

reconocimiento de los estímulos que conforman nuestra realidad no es únicamente

sensorial, sino gnósico, ya que es necesario que los estímulos que identificamos

inicialmente de modo fragmentado sean integrados para poderles atribuir significado.

Las gnosias son procesos de reconocimiento de los estímulos gracias a la función

integradora de las áreas de asociación del cerebro, en colaboración con diversas

estructuras corticales y subcorticales. La lesión de las áreas asociativas puede impedir

la atribución de significado a los estímulos sensoriales, provocando agnosias. La

primera referencia a las agnosias fue realizada por Sigmund Freud para referirse a

trastornos perceptivos derivados de lesiones cerebrales. Podemos definir la agnosia

como una alteración caracterizada por la incapacidad para reconocer estímulos

familiares y atribuirles significado. Las agnosias impiden la interpretación correcta del

significado de los estímulos, pero no se deben a déficits sensoriales, sino que están

causadas por lesión de áreas asociativas del córtex cerebral, frecuentemente como

consecuencia de accidentes vasculares. La lesión de otras áreas del encéfalo como el

tálamo o de fibras conectivas como el cuerpo calloso y fascículos de asociación

intracorticales también puede provocar agnosias. Puede haber agnosias unimodales o

polimodales, según afecten a una o a varias modalidades sensoriales. La mayor parte

de las agnosias sólo afectan al reconocimiento e interpretación de estímulos en medio

lado del cuerpo, recibiendo la denominación de hemiagnosias. Aunque las agnosias

pueden afectar a todos los canales sensoriales, sin embargo las que se presentan con

mayor frecuencia son las visuales y las auditivas y las menos habituales las gustativas

y las olfatorias. Los cuadros agnósicos pueden presentarse de modo aislado o

acompañadas de otros trastornos neurológicos, como por ejemplo heminegligencia.

Lissauer, a finales del siglo XIX, estableció la primera clasificación de agnosias,

diferenciando dos modalidades: aperceptivas y asociativas. La apercepción

correspondería a la primera fase del procesamiento sensorial que nos permite

identificar las características físicas de los estímulos, mientras que el proceso

asociativo es el que nos permitiría establecer comparación entre los estímulos

127

sensoriales recibidos y nuestro archivo de memoria, facilitando la atribución de

significado. Únicamente las agnosias asociativas, según la propuesta de Lissauer,

correspondería específicamente a una alteración agnósica, mientras que las agnosias

aperceptivas en realidad serían un trastorno en los receptores sensoriales o en las

áreas primarias del córtex que procesan sensorialmente los estímulos, pero no

propiamente agnosias. Sin embargo, en la actualidad se sigue utilizando la división

entre agnosias aperceptivas y asociativas, aunque con un significado diferente al

empleado por Lissauer, especialmente al referirse a las agnosias visuales. Los

requisitos que se exigen para el diagnóstico de una agnosia son los siguientes:

a) Se produce pérdida de capacidad para el reconocimiento de objetos

previamente conocidos por el sujeto.

b) Los receptores periféricos sensoriales tienen que estar indemnes, o si

existe un déficit parcial, éste por sí sólo no justifica la dificultad para atribuir significado

a los estímulos.

c) Las áreas primarias del córtex tienen que estar preservadas, sin que exista

trastorno sensitivo o motor que justifique la incapacidad para comprender el

significado.

d) No debe existir hipoestesia o anestesia que impida el reconocimiento de

los estímulos.

e) No deben existir trastornos atencionales o psiquiátricos que limiten la

capacidad para aprehender el significado del estímulo.

2.5.2 Agnosias visuales

1. Concepto

Las agnosias visuales consisten en la dificultad para el reconocimiento visual

de objetos u otras categorías relacionadas como personas, objetos o colores, estando

suficientemente conservada la agudeza visual y la capacidad de rastreo, así como las

funciones mentales superiores y el lenguaje visual. Las principales características de

las agnosias visuales son:

• Ausencia de defectos visuales que justifiquen la agnosia, aunque es

frecuente que se acompañen de trastornos sensoriales como hemianopsia o

cuadrantanopsia.

• Presencia de lesiones en las áreas de asociación visual (18-19).

• No hay déficit atencionales ni en el estado de conciencia que justifiquen el

cuadro agnósico.

• El nivel mental está preservado.

128

• Previamente a la lesión se disponía de capacidad para atribuir un significado

correcto a los estímulos visuales presentados.

En 1895 Lissauer propuso la existencia de dos modalidades de agnosias

visuales:

• Agnosias aperceptivas: incapacidad para percibir y dar significado a una

imagen como consecuencia de lesiones del hemisferio derecho, lo que impide

reconocer figuras geométricas, caras u objetos. Esta capacidad mejora cuando las

imágenes están en movimiento.

• Asociativas: la capacidad perceptiva está intacta, pudiendo existir

desconexión entre el sistema visual y el sistema límbico. Es una dificultad para dar una

correcta atribución semántica, es decir, hay incapacidad para atribuir un significado a

los estímulos visuales.

2. Agnosia para objetos

Consiste en la incapacidad para reconocer objetos y dibujos presentados en

la modalidad visoperceptiva, existiendo dificultades para la denominación, el recuerdo

o la descripción de su significado, a pesar de que está preservada la capacidad para

reconocerlos a través de otras modalidades, como por ejemplo el tacto. Los pacientes

con agnosia para los objetos son incapaces de discriminar figuras visuales que se

Figura 18. Test de figuras superpuestas para evaluar la agnosia visual de objetos

129

presentan superpuestas o entremezcladas, y también tienen problemas para identificar

visualmente figuras esquematizadas o fragmentadas. Esta agnosia iría acompañada

de fracaso en los tests de figuras superpuestas de Poppelreuter, que consisten en la

presentación de dibujos superpuestos que el sujeto tiene que identificar, o en el test de

figuras fragmentadas de Gollin, donde se inicialmente se presentan dibujos esbozados

y con contornos poco definidos; posteriormente se hacen sucesivas presentaciones

con un mayor número de detalles, hasta que finalmente se presentan con sus

contornos completos. Las agnosias para objetos están causadas por lesiones

occipitales o del cuerpo calloso. La lesión del lóbulo occipital derecho provocará un

trastorno perceptual previo a la denominación semántica, lo que impedirá reconocer

visualmente el objeto a pesar de identificar sus características físicas como brillo,

color, forma o movimiento. Las lesiones occipitales izquierdas o de la parte posterior

del cuerpo calloso (esplenio), impedirán la denominación semántica del objeto, a pesar

de que los procesos sensoriales y perceptivos estén preservados.

3. Simultagnosia

Es la incapacidad para interpretar el significado de un dibujo u objeto de una

manera global, estando preservada la capacidad para percibir sus partes de manera

aislada. El sujeto percibe las imágenes como un conjunto de detalles aislados sin

conexión. También se produce una dificultad para la síntesis, que implica –por

ejemplo– la dificultad para recordar una película, ya que el paciente sólo rememora

escenas o cuadros aislados. Si al sujeto se le presentan unas gafas puede que diga:

“... hay un círculo y otro círculo, un palo... y una barra transversal: debe ser una

bicicleta”. La simultagnosia está causada por lesiones en áreas de asociación occipital,

especialmente en el hemisferio derecho, aunque son de mayor gravedad los cuadros

de simultagnosia causados por lesiones bihemisféricas, ya que impiden la integración

y síntesis visoespacial y visoconstructiva. En algunos casos la simultagnosia puede

estar causada por lesiones del hemisferio izquierdo, afectando a la denominación

semántica.

4. Prosopagnosia Este cuadro produce una reacción de sorpresa y extrañeza

en los allegados al paciente ya que impide reconocer el rostro de familiares y seres

queridos a pesar de que no existan dificultades visuales aparentes, o con suficiente

entidad para justificar la dificultad de reconocimiento facial. El trastorno fue

inicialmente identificado en 1860 aunque la denominación de prosopagnosia fue

propuesta por Bodamer en 1947. Consiste en la incapacidad para reconocer caras

familiares o la propia cara en el espejo o en fotografías, sin que exista déficit en el área

visual primaria ni tampoco trastornos atencionales, psiquiátricos o cognitivos que lo

130

justifiquen. Los pacientes pueden identificar los rasgos individuales del rostro pero son

incapaces de reconocer la cara como perteneciente a un familiar o a un amigo, siendo

conscientes de su incapacidad. Pueden llegar a reconocer un rostro conocido

basándose en otros códigos sensoriales como la voz, el tacto o la vestimenta. Sin

embargo, mediante la inspección visual son incapaces de identificar una cara

conocida. Existen diferentes variantes de prosopagnosia:

a) Dificultad para el reconocimiento de caras conocidas.

b) Incapacidad para reconocer el propio rostro ante el espejo, siendo esta una

variante de mayor gravedad.

c) Azoognosia, consistente en la incapacidad para reconocer animales de

compañía, o distinguir los de una misma especie entre sí.

d) Dificultad para reconocer una determinada categoría de objetos, marcas

comerciales o logotipos previamente conocidos.

La prosopagnosia se produce tras lesiones que afectan al territorio

occipitoparietal o al occipitotemporal, frecuentemente como consecuencia de una

hemorragia en la arteria cerebral posterior. Las Áreas 20 y 21 de Brodmann suelen

estar frecuentemente afectadas por lesiones que provocan prosopagnosia, aunque en

ocasiones también pueden producirse lesiones hipocámpicas acompañando al cuadro.

Las prosopagnosias causadas por lesión del hemisferio derecho son más graves que

las del izquierdo, aunque la mayor gravedad del cuadro se produce tras lesiones

bihemisféricas. Es frecuente que coexistan con trastornos visuales del tipo de

acromatopsia, cuadrantanopsia o acromatopsia, si la lesión en la arteria cerebral

posterior afecta a las áreas visuales primarias. La lesión occipital derecha impide la

percepción de las caras, mientras que si la lesión implica al lóbulo temporal derecho

impediría su memorización. La lesión de áreas posteriores del hemisferio izquierdo

impediría atribuir significado semántico a las caras conocidas aunque el percepto

estuviera preservado.

5. Agnosia cromática Se define como la incapacidad para identificar colores a

pesar de estar preservados los receptores sensoriales y las áreas visuales primarias.

No suele manifestarse aisladamente, sino que habitualmente se presenta junto a otras

agnosias o formando parte de un trastorno neurológico más amplio. La agnosia

cromática está originada por traumatismos craneoencefálicos o por accidentes

vasculares cerebrales que afectan al polo occipital. Se pueden distinguir varias

modalidades de agnosia para los colores:

a) Acromatopsia

También recibe la denominación de ceguera cortical para los colores y

consiste en la pérdida de capacidad para distinguir o identificar los colores. Si la

131

acromatopsia es leve se percibirán los colores con menor brillo y menor intensidad, y

si es más grave, la percepción será en tonos grises. Puede existir hemiacromatopsia si

el trastorno sólo afecta a un área restringida del campo visual y en ese caso los

colores en dicha área se percibirán en tonos grises. La acromatopsia se debe a

lesiones temporooccipitales que afectan a las circunvoluciones lingual y fusiforme. Si

la lesión se localiza en el hemisferio derecho se suele acompañar de prosopagnosia y

si afecta al izquierdo de hemianopsia y alexia.

b) Agnosia para los colores o agnosia cromática

Se caracteriza por la incapacidad para la clasificación y la ordenación de

colores. Los pacientes son incapaces de realizar la asociación forma-color o colorear

dibujos de modo correcto (colorear el dibujo de un plátano con color amarillo o el

tomate con color rojo). El trastorno está provocado por lesiones occípito-temporales

derechas que impiden la designación de los colores, a pesar de que el componente

semántico para su denominación está preservado.

c) Agnosia para la denominación de colores o anomia para los colores

Consiste en la pérdida de capacidad para denominar los colores en ausencia

de déficit sensorial en el sistema visual que justifique por sí sólo el cuadro. El trastorno

está causado por lesiones en el lóbulo occipital izquierdo o del cuerpo calloso, siendo

frecuente que forme parte de los cuadros afásicos. Las imágenes recibidas en el

hemisferio derecho no son percibidas por las áreas del lenguaje del hemisferio

izquierdo, o bien existe dificultad de transferencia de información entre el córtex

occipital izquierdo y las regiones lingüísticas del mismo hemisferio. Los sujetos con

anomia para los colores realizan correctamente las tareas de asociación de forma-

color, pero fracasan en la denominación, por ejemplo, asocian correctamente el color

amarillo a un plátano, pero son incapaces de decir de qué color es esta fruta.

6. Alexia agnósica

Se la denomina también ceguera pura para las palabras o alexia sin agrafía,

pues a diferencia de la afasia, en la que existe incapacidad para el reconocimiento de

palabras, el paciente con alexia agnósica puede escribir espontáneamente o al

dictado, siendo incapaz de leer una frase. Las lesiones del esplenio y del lóbulo

occipital izquierdo causan este trastorno.

7. Agnosia para el movimiento

Esta modalidad de agnosia es poco habitual y se caracteriza por la

imposibilidad o dificultad de reconocer un objeto cuando éste se encuentra en

movimiento. Está causada por lesiones temporales mediales bilaterales, en la

convergencia entre el córtex occipital y el temporal.

132

2.5.3 Agnosias auditivas

Las lesiones del lóbulo temporal además de producir deficiencias sensoriales

en la codificación de los estímulos auditivos, pueden provocar agnosias auditivas, que

se definen como una dificultad para reconocer el significado de los estímulos acústicos

no verbales. Las agnosias auditivas se producen en personas sin deterioro cognitivo

que tienen las áreas auditivas primarias preservadas. Junto con las agnosias visuales,

las agnosias auditivas son las más frecuentes y las mejor estudiadas y pueden afectar

al reconocimiento musical (amusia), el reconocimiento de los sonidos no verbales

(agnosia de sonidos) o al reconocimiento verbal (agnosia verbal pura).

1. Amusia Este trastorno también denominado amusia sensorial, es un déficit

adquirido que afecta a la capacidad para reconocimiento de las características de la

música como el tono, el ritmo o la melodía. Esta incapacidad para el reconocimiento

musical se presenta en personas con audición normal en compañía de afasia o de

sordera verbal pura. La amusia está causada por lesión unilateral o bilateral de las

áreas temporales mediales que procesan la música, estando frecuentemente

implicadas las Áreas 22 y 42 de Brodmann (Adrian, 1991). Se observan síntomas

diferenciados dependiendo del hemisferio dañado.

• Tras lesiones del hemisferio derecho se presenta dificultad para el

reconocimiento de la melodía o dificultad para identificar otros elementos como el

ritmo.

• Tras lesiones del hemisferio izquierdo resulta alterada la capacidad para la

lectura de partituras musicales, la interpretación de melodías o la capacidad para el

juicio de las cualidades de las melodías musicales.

Aunque existe una clara asimetría en el procesamiento musical en la

población general, el modelo tiende a variar en función del grado de entrenamiento. Es

frecuente que las personas con mayor adiestramiento musical, tengan predominio del

oído derecho en pruebas de escucha dicótica cuando escuchan series tonales, o lo

que es lo mismo, presenten ventaja del hemisferio izquierdo para el procesamiento

musical, al contrario de los que sucede en las personas que no tienen formación

musical. De esta manera, se comprueba que el entrenamiento musical tiende a

transformar el procesamiento gestáltico de las personas sin formación musical, en otro

de signo más analítico, dirigido por el hemisferio izquierdo (Bleutel & Klimchak, 2004).

2. Agnosia para los sonidos

Es la incapacidad para identificar el significado de los sonidos no verbales

como por ejemplo el canto de un pájaro o el sonido de una alarma. Las personas

afectadas perciben los sonidos como si fueran similares, confundiéndolos entre sí. La

lesión se localiza en las Áreas 42 y 22. Si la lesión afecta al hemisferio derecho, se

133

produce agnosia para los sonidos que impide discriminar el componente perceptivo. Si

la lesión afecta al lóbulo temporal izquierdo la dificultad para identificar los sonidos se

debe a una alteración en la capacidad de atribución semántica. Aunque la agnosia

para los sonidos puede presentarse como un déficit aislado, sin embargo es más

frecuente que se manifieste en asociación con la amusia. Cuando la agnosia para los

sonidos está causada por lesiones bilaterales, el paciente tiene sordera cortical con

grave incapacidad para discriminar la naturaleza de todos los sonidos de su entorno.

3. Agnosia verbal

También se denomina agnosia verbal pura y se define como la incapacidad

para comprender sonidos verbales, estando preservada la capacidad de

reconocimiento de sonidos no verbales, en ausencia de otras alteraciones del

lenguaje. Las lesiones causantes se localizan en el giro temporal izquierdo. Se

produce una desconexión entre las áreas auditivas primarias y el Área de Wernicke

(Áreas 22 y 42). Fue descrita por vez primera en 1885 por Lichtheim, quien comprobó

que determinadas lesiones cerebrales provocaban una pérdida en la capacidad para la

comprensión, la repetición y la escritura al dictado, a pesar de que estaban

preservadas la lectura, la escritura espontánea y el lenguaje oral. Los afectados no

comprenden el significado de las palabras a pesar de que no existen alteraciones del

lenguaje simbólico.

2.5.4 Agnosias somatosensoriales

Se trata de trastornos producidos por lesión de áreas somestésicas situadas

en las zonas parietales posteriores, estando preservados los receptores sensoriales

para el tacto así como las áreas somestésicas primarias de la corteza parietal.

1. Asterognosia

Es la pérdida de capacidad para reconocer las cualidades físicas de un objeto

mediante el tacto (peso, tamaño, forma, densidad o textura), en ausencia de

hipoestesia. Está causada por lesiones de la corteza somestésica asociativa,

correspondiente a las Áreas 5 y 7 del lóbulo parietal. El trastorno fue descrito

inicialmente por Wernicke en 1885, que identificó dos modalidades diferentes:

• Asterognosia primaria o incapacidad para reconocer las características

táctiles de un objeto. Este tipo de agnosias está causado por lesiones de áreas

somestésicas primarias, por lo que sería un trastorno sensorial, y no propiamente una

modalidad de agnosia.

• Asterognosia secundaria o asimbolia, que sería la verdadera asterognosia:

el sujeto es incapaz de atribuir significado al objeto palpado mediante el tacto, a pesar

de que no está alterada la capacidad sensitiva.

134

2. Agnosia táctil

2.1. Agnosia táctil

Es una modalidad de asterognosia de menor gravedad, causada por la lesión

de las áreas 39-40 que impide reconocer los objetos mediante el tacto, estando

preservadas las áreas primarias.

2.2. Barognosia

Es la incapacidad para estimar el peso de un objeto cuando se coloca en la

mano afectada y está producida por accidentes vasculares que afectan a las áreas

parietales de asociación.

2.3. Autotopagnosia

Es un trastorno del esquema corporal que impide reconocer las partes del

cuerpo bajo órdenes o mediante imitación. Las personas afectadas son incapaces de

identificar o tocar partes del cuerpo ante una orden verbal, pudiendo manifestarse el

problema ante el espejo o sobre el examinador. El cuadro se suele acompañar de

otros trastornos como alteración en la orientación personal, agnosia digital y

desorientación derecha-izquierda. Esta agnosia puede estar causada por lesiones

parietales posteriores izquierdas. En casos leves implica dificultad para reconocer

derecha izquierda y agnosia digital. Las lesiones parietales derechas producen

dificultad para la orientación extrapersonal y la lectura de mapas, mientras que las

lesiones izquierdas producen alteraciones en la orientación personal, el

reconocimiento de partes del cuerpo o el reconocimiento derecha-izquierda.

2.4. Agnosia digital

Gerstmann definió está agnosia como la pérdida de capacidad para

reconocer, identificar, seleccionar y orientar los dedos de la mano y las del explorador,

siendo considerada como una modalidad menor de autotopagnosia. La agnosia digital

afecta a los dedos de ambas manos y forma parte del síndrome de Gerstmann. La

lesión causante se localiza en la zona posteroinferior del lóbulo parietal o en el giro

angular izquierdo.

2.5. Agnosia espacial

También recibe la denominación de déficit de orientación topográfica o

planotopocinesia. Es la incapacidad para reconocer lugares familiares o la dificultad

para orientarse en el espacio. Se pueden reconocen lugares habituales (casa, calle,

barrio...), pero se pierde la capacidad para que dichos elementos sirvan como

elementos de referencia y orientación topográfica, de tal forma que las personas son

incapaces de realizar recorridos sencillos o se pierden en su propia casa. Se debe a

lesiones que afectan a áreas occipitales o hipocámpicas del hemisferio derecho o a

lesiones occipitales o hipocámpicas bilaterales. Las presencia de lesiones en el lóbulo

135

occipital justificaría el trastorno agnósico, mientras que las lesiones hipocámpicas

justificarían el trastorno amnésico o el olvido de los engramas, necesarios para facilitar

una adecuada orientación espacial. El cuadro puede acompañarse de acalculia

espacial cuando se asocia a lesiones del hemisferio derecho. También puede

observarse agnosia espacial como consecuencia de lesiones en las áreas

prefrontales, formando parte de un síndrome disejecutivo.

2.5.5 Agnosias olfatorias

1. Agnosias olfatorias La anosmia es la pérdida temporal o prolongada en la

capacidad para identificar olores. A diferencia de otros sentidos, el del olfato está

infravalorado porque su presencia en nuestra especie no resulta de tanta importancia

para la comunicación y la supervivencia como el sentido de la vista o el del oído, por lo

que es frecuente que los trastornos olfatorios resulten infradiagnosticados. La anosmia

puede venir acompañada por la disminución en la capacidad para discriminar sabores,

aunque en pacientes anósmicos tiene que estar preservada la capacidad para la

identificación de los sabores básicos. Con el paso del tiempo el sentido del olfato

tiende a degenerarse progresivamente, calculándose que entre el 1-2% de la

población presenta este problema. La pérdida de capacidad olfatoria puede deberse a

diversos factores:

• Degeneración o lesión del nervio olfatorio.

• Traumatismos craneoencefálicos.

• Tumores en la base del lóbulo frontal.

• Degeneración de los órganos periféricos del sentido del olfato.

• Desviación de tabique nasal.

• Alergias. • Resfriado común.

• Pólipos nasales.

• Toxinas virales o bacterianas.

• Anosmia congénita. • Utilización frecuente de vasoconstrictores.

• Tabaquismo, ya que la nicotina y el alquitrán alteran la capacidad olfatoria. •

Lesiones corticales, especialmente del lóbulo temporal. • Síndrome de desconexión. •

Cuadros histéricos. Las anosmias se pueden clasificar en función de su semiología y

según la localización del problema causante de las mismas. Según su modo de

expresión se distinguen las siguientes variedades:

a) Hiposmia

Cuando el déficit es parcial, persistiendo la capacidad olfatoria aunque de un

modo disminuido. Es frecuente en procesos de catarro, rinitis o en cuadros alérgicos.

b) Anosmia selectiva

136

Cuando la pérdida del olfato se refiere sólo a determinadas sustancias y

olores. c) Hiperosmia Consiste en la presencia de una exacerbada capacidad para la

discriminación de diferentes olores.

d) Parosmia

Consiste en la percepción errónea de los olores. Suele producirse en algunos

tumores cerebrales.

e) Cacosmia

Sensación de mal olor, siendo habitual en algunos casos de rinitis atrófica y

de sinusitis crónica.

Podemos distinguir dos tipos de trastornos olfatorios según la zona donde se

produzca la lesión o alteración funcional:

a) Anosmia sensorial

Cuando la incapacidad para discriminar olores está causada por trastornos

localizados fuera de las áreas de asociación cerebrales. No se trata propiamente de un

cuadro agnósico, ya que la codificación de olores está alterada durante el proceso de

identificación sensorial.

b) Agnosia anósmica

Se debe reservar este término para los casos en los que existe incapacidad

para identificar olores, a pesar de que está preservada la capacidad para su

identificación sensorial en los sistemas periféricos y en el nervio olfatorio. Las lesiones

del lóbulo temporal pueden producir anosmia irreversible, ya que es la zona del

cerebro donde se localiza el archivo mnémico. El olfato y la memoria están muy

vinculados, ya que debemos recordar un olor para luego identificarlo. El daño en las

áreas mediales del lóbulo temporal relacionadas con la memoria no altera la capacidad

para detectar olores sino que impide su identificación. También puede producirse

agnosia anósmica en el síndrome de desconexión, cuando los estímulos olorosos se

presentan en la fosa nasal derecha, ya que la ausencia de cuerpo calloso impide que

el hemisferio izquierdo denomine los olores.

2.5.6 Agnosia para las enfermedades

1. Anosognosia

El término fue introducido por el neurólogo Joseph Babinski para referirse a la

falta de conciencia de la hemiplejia en pacientes que habían sufrido lesiones del

hemisferio derecho como parte del síndrome de heminegligencia. En la actualidad el

término tiene una utilización más amplia en el campo de las neurociencias y se refiere

a la falta de conciencia de los déficit sensitivos, motores, cognitivos o lingüísticos, que

se producen como consecuencia del daño cerebral o en sujetos con diversas

137

patologías psiquiátricas o con demencia. Junto a los pacientes con heminegligencia, el

problema también se presenta en la Afasia de Wernicke y en la ceguera cortical. En el

Síndrome de Anton-Babinski es característica la negación de la ceguera. Se trata, por

tanto, de la ausencia de conciencia o la negación de una enfermedad, ya que el sujeto

niega que tenga un problema incluso cuando se le presenta el miembro paralizado.

Las lesiones talámicas pueden impedir la integración de las distintas informaciones

sensoriales, provocando anosognosia, que también puede ser causada por

alucinaciones cinestésicas que impiden al paciente reconocer su cuerpo.

2. Asomatognosia

Se presenta como un trastorno del esquema corporal consistente en la

negación de una parte del cuerpo correspondiente a la zona hemipléjica, siendo

característica de enfermos con síndrome de heminegligencia. Cuando al paciente se le

pregunta que a quién pertenece el miembro paralizado, responde que no sabe o

afirma que pertenece al examinador, aunque el problema no se produce cuando se le

interroga por el lado no parético. Los sujetos afectados tienen pérdida de conocimiento

o del sentido del propio cuerpo y del estado del mismo, siendo habitual la negación de

su cuerpo o incluso la negación de una enfermedad evidente. Esta agnosia suele

producirse como consecuencia de lesiones agudas de la región parietal posterior del

hemisferio derecho o por lesiones talámicas y de los núcleos grises centrales.

3. Anosodiaforia

Es una modalidad de asomatognosia ligera que se caracteriza por la falta de

suficiente conciencia de la enfermedad neurológica aunque el paciente no llega a

negar su existencia, por lo que se la denomina “La belle indiference”, ya que junto a la

conciencia insuficiente del problema no existen trastornos físicos. La anosodiaforia

también ha sido descrita como un síntoma de determinadas patologías psíquicas,

especialmente en los trastornos de conversión.

4. Misoplejia

Consiste en la exacerbación del sentimiento de enfermedad neurológica y se

caracteriza por respuestas de odio o rechazo hacia el miembro paralizado.

5. Somatoparafrenia

Es una percepción distorsionada de la enfermedad neurológica que se

caracteriza por la atribución del miembro lesionado a otra persona.

6. Analgoagnosia

Es la incapacidad para la comprensión del dolor a pesar de que no exista

hipoestesia frente a los estímulos dolorosos. El paciente percibe los estímulos

dolorosos de un modo desagradable pero sorpresivo, como si el origen de la

sensación fuera ajena a él, existiendo una asimbolia frente a los estímulos

138

nocioceptivos. Esta causada por lesiones del hemisferio izquierdo, especialmente en la

zona supramarginal. El trastorno puede acompañarse de manifestaciones apráxicas y

también puede formar parte de una Afasia de conducción o de Wernicke.

Para entender la incapacidad del paciente para identificar el significado del

dolor, hay que tener en cuenta que se produce una desconexión límbico-sensorial, por

lo que si existen lesiones en la zona posterior de la ínsula pueden interrumpirse la

comunicación entre ésta y las áreas somestésicas de asociación que son las

responsables de atribuir significado a las sensaciones dolorosas.

2.5.7 Evaluación de las agnosias

1. Agnosias visuales En términos generales, resulta más fácil la identificación

de objetos reales de fotografías de objetos o figuras representadas pictóricamente, así

como la identificación de objetos completos que objetos fragmentados. De igual modo,

normalmente se perciben con mayor facilidad los objetos en movimiento que los que

se encuentran en situación estática. Se pueden evaluar las agnosias visuales pidiendo

al sujeto que realice:

a) Identificación de objetos reales.

b) Identificación de dibujos y fotografías de objetos y formas.

c) Test de Popelreuter y Lilia Ghent.

d) Identificación de figuras enmascaradas.

e) Tests de figuras fragmentadas de Gollin.

f) Test de Ishihara.

g) Denominación de colores.

h) Asociación de formas y colores.

i) Reconocimiento de caras.

j) Identificación de objetos en movimiento.

2. Agnosias auditivas

Para la evaluación clínica de las agnosias auditivas se pueden utilizar las

siguientes pruebas:

a) Identificación de melodías previamente conocidas por el sujeto.

b) Evaluación de las aptitudes musicales básicas, mediante el test de

Aptitudes Musicales de Seshore, Lewis y Saetveit. Esta prueba incluye pruebas de

evaluación de tono, intensidad, ritmo, tiempos, timbre y memoria tonal.

c) Audición de sonidos no verbales del entorno, para reconocimiento: cantos

de pájaros, ruido de sirenas o el sonido de una locomotora.

d) Subtests de la prueba de Boston para la evaluación de la afasia o del

Diagnóstico Neuropsicológico de Luria-DNA.

139

e) Identificación de sonidos verbales.

f) Escucha dicótica.

3. Agnosias somatosensoriales

La evaluación del sistema somatosensorial debe realizarse unimanual y

bimanualmente, mediante la utilización de:

a) Tests dicápticos.

b) Evaluación de la orientación personal, pidiéndole al sujeto que identifique

partes de su cuerpo, así como el lado derecho e izquierdo siguiendo órdenes verbales,

imitando al examinador o identificando partes lateralizadas en éste.

c) Evaluación de la orientación extrapersonal, pidiéndole que identifique

mapas, planos y recorridos y rutas que sean previamente conocidos.

d) Test de Piaget-Head para evaluar el esquema corporal.

e) Test de orientación espacial de Benton.

140

2.6 AMNESIA

Para Portellano (2005, p. 241-249)

1. Características de las amnesias

Las amnesias son alteraciones neurocognitivas caracterizadas por el

deterioro en la capacidad para aprender nuevas informaciones o la incapacidad para

recordar información previamente aprendida. Causan deterioro significativo del

funcionamiento social y laboral del paciente y no se producen sólo en el transcurso de

un cuadro confusional o delirante ni en una demencia. Las amnesias tienen una gran

importancia clínica ya que con frecuencia son un signo de que existe una lesión

cerebral subyacente, siendo los indicadores más sensibles de daño cerebral. Las

principales estructuras neuroanatómicas relacionadas con los síndromes amnésicos

son el diencéfalo (núcleos dorsomediales y de la línea media del tálamo) y las

estructuras mediales del lóbulo temporal (hipocampo, cuerpos mamilares y amígdala).

En términos generales las amnesias tienen las siguientes manifestaciones:

a) Preservación de la memoria reciente.

b) La memoria inmediata está preservada.

c) La memoria remota está afectada, aunque en grado variable, siendo las

experiencias del pasado más lejano las que están menos afectadas.

d) Suele existir mayor déficit de memoria episódica que de memoria

semántica.

e) Pueden existir otros síntomas acompañantes: cambios de personalidad,

pérdida de iniciativa, apatía, episodios de agitación, perplejidad, confusión y

confabulación.

Las amnesias tienen una etiología orgánica conocida o sospechada,

existiendo diferentes clasificaciones en función de su etiología, grado de reversibilidad,

tipo de material afectado o período cronológico afectado. La clasificación cronológica

las divide en amnesias anterógradas y retrógradas. La amnesia anterógrada o

amnesia de fijación, como hemos indicado, se refiere a la incapacidad para aprender

nuevas informaciones tras la aparición del trastorno que dio lugar a la amnesia, ya que

el paciente parece olvidar al mismo ritmo que se suceden los acontecimientos. La

amnesia anterógrada impide realizar nuevos aprendizajes con posterioridad a algún

traumatismo, o daño cerebral, siendo habitual esta alteración en las amnesias

hipocámpicas y en general en la mayoría de las amnesias. Cuando el paciente mejora,

la amnesia retrógrada remite desde los recuerdos más antiguos hasta los más

recientes, mientras que si se agrava, la amnesia retrógrada se extiende y se amplía

progresivamente en intervalos del pasado cada vez más antiguos. Suele ser reversible

141

en amnesias postraumáticas e irreversible en demencias avanzadas. En general los

recuerdos en este tipo de amnesia se pierden en orden inverso al momento de su

adquisición, es decir, primero desaparecen los recuerdos más próximos en el tiempo y

finalmente los más remotos, producidos en la infancia (Ley de Ribot). En algunos

casos de demencia cortical avanzada la amnesia retrógrada puede llegar a ser tan

masiva que la persona pierde incluso su identidad personal. La clasificación etiológica

divide a las amnesias en orgánicas y psicógenas. Las primeras están causadas por

lesión del sistema nervioso central, generalmente por factores traumáticos, vasculares

y tóxicos. Las psicógenas se relacionan con episodios no orgánicos (experiencias

traumáticas, trastornos psiquiátricos, etc).

2. Amnesia hipocámpica

El paradigma de amnesia hipocámpica es el referido caso de HM, que sufrió

la extirpación de uncus, amígdala, hipocampo y giro parahipocámpico, presentando a

partir de entonces amnesia anterógrada masiva que le imposibilitó la adquisición de

toda información nueva. Posteriormente a la operación quirúrgica HM mejoró el control

de sus crisis epilépticas e incluso mejoró su cociente intelectual. Sin embargo, como

consecuencia del cuadro amnésico provocado, fue incapaz de adquirir nuevos

aprendizajes, olvidando todo cuanto aprendía. La amnesia hipocámpica se puede

producir como consecuencia de traumatismos craneoencefálicos, lesiones vasculares,

intervenciones neuroquirúrgicas, parada cardíaca, intoxicaciones oxicarbonadas, o

encefalitis. En algunas ocasiones la enfermedad de Alzheimer se inicia con

manifestaciones de amnesia hipocámpica. Las lesiones hipocámpicas unilaterales

producen selectivamente amnesia anterógrada verbal o espacial, dependiendo de si la

lesión se ha producido en el hemisferio izquierdo o en el derecho. Los síntomas más

importantes de la amnesia hipocámpica son:

• La inteligencia está preservada.

• Amnesia anterógrada irreversible que impide la memorización de nuevo

material desde el momento en el que se haya manifestado la enfermedad.

• Amnesia retrógrada ligera que impide el recuerdo de acontecimientos del

pasado especialmente aquellos que están más próximos al momento en el que se

produjo el daño cerebral.

• La memoria a corto plazo está preservada.

• La memoria sensorial y la memoria inmediata también están preservadas.

• La memoria remota (terciaria) está preservada, así como los aprendizajes

previos a la lesión hipocámpica.

• La memoria implícita está preservada, aunque el sujeto no es consciente de

este hecho.

142

• El paciente tiene conciencia de su déficit de memoria.

• Habitualmente no se observan alteraciones emocionales o de personalidad

acompañando al cuadro amnésico.

3. Amnesia diencefálica

Su paradigma es la amnesia de Korsakoff, que fue descrita inicialmente por

Sergey Korsakoff en 1899. El trastorno está originado por lesión de diversas

estructuras del diencéfalo como cuerpos mamilares, fascículos mamilotalámicos,

trígono, telencéfalo basal, circunvolución cingulada y núcleo dorsomediano del tálamo.

Se acompaña de dilatación ventricular y atrofia cortical difusa. El trastorno está

producido por déficit de vitamina B 1 (tiamina), como consecuencia de malnutrición

secundaria a alcoholismo, hemodiálisis o tumores, aunque también puede estar

causada por lesiones de la arteria cerebral anterior. En el alcoholismo el trastorno

puede aparecer aisladamente o formando parte de la Encefalopatía de Gayet-

Wernicke. En algunos casos, el tratamiento precoz y continuado con vitamina B 1

puede llegar a detener el cuadro pero no su irreversibilidad, ya que tras un año de

tratamiento con grandes dosis de tiamina tan solo un 20-30% de los pacientes se

recupera. Los principales síntomas son:

• Amnesia anterógrada progresiva que produce incapacidad para memorizar

material nuevo, ya que se produce olvido a los pocos segundos de haber aprendido.

• Amnesia retrógrada con perturbación importante de la memoria remota,

creándose una laguna de amnesia que cubre un espacio de varios meses o años

previos al inicio de la enfermedad. La memoria antigua y los conocimientos culturales

están conservados y los acontecimientos más recientes se recuerdan peor que los

antiguos.

• Desorientación espacio-temporal: confunden el día, el mes, el año, o la

edad, como consecuencia de la amnesia anterógrada y se olvidan de los traslados que

realizan.

• Fabulación o confabulación, consistente en la falsificación no deliberada de

los recuerdos, que se enmascaran en narraciones de riqueza variable que sustituyen a

los recuerdos. Los pacientes se inventan historias acerca de los acontecimientos

ocurridos en el pasado, antes que admitir que están perdiendo la memoria. Pueden ser

fabulaciones pobres o tratarse de fabulaciones puramente fantásticas, imaginativas o

megalomaníacas, aunque la inteligencia y el razonamiento estén preservados. En

ocasiones se mezclan hechos antiguos con hechos recientes.

• Falsos reconocimientos, que conducen al enfermo a atribuir a un

desconocido la identidad de un allegado o familiar.

• Anosognosia, con ausencia de capacidad para reconocer su déficit.

143

• Alucinaciones.

• Apatía y pérdida de interés frente a las cosas, con indiferencia frente a los

cambios como consecuencia de la progresiva afectación y deterioro del lóbulo frontal.

4. Amnesia frontal

La lesión de las áreas prefrontales puede provocar alteración en los procesos

de memoria, que si bien no tienen la gravedad de las amnesias hipocámpicas, sin

embargo, dificultan en buena medida el procesamiento de ciertas funciones mnémicas,

ya que se ven afectados los sistemas atencionales y las funciones ejecutivas. Los

principales trastornos de memoria producidos por lesión de los lóbulos frontales son:

• Problemas de memoria a corto plazo causados indirectamente por los

trastornos de atención y concentración.

• Alteración en la memoria de trabajo, con dificultad para simultanear varias

tareas, al verse afectada la atención.

• Trastornos de metamemoria caracterizados por la tendencia a sobrevalorar

las posibilidades para memorizar. Este trastorno está estrechamente ligado a

sentimientos anosognósicos, ya que los lesionados frontales muchas veces no son

conscientes de sus dificultades de memoria o las niegan.

• Dificultad para el aprendizaje de tareas que requieran estrategias

secuenciales de la información.

• Confabulación, caracterizada por la mezcla de informaciones reales en

contextos inadecuados, disociándolos. Es una forma de llenar las lagunas de memoria,

uniendo contenidos mnémicos procedentes de contextos biográficos diferentes,

aunque sin que el paciente reconozca su problema de memoria. Este trastorno es más

acusado cuando existen lesiones diencefálicas junto a lesiones frontales.

• Amnesia del contexto, también denominada amnesia de la fuente o amnesia

de atribución. Se pueden recordar los hechos sucedidos, pero hay dificultad para

identificar su procedencia. Los pacientes son incapaces de conocer dónde han

obtenido las informaciones, existiendo alteración del contexto espacio-temporal de la

memoria.

• Trastornos de memoria episódica, derivados de la amnesia del contexto,

estando preservada la memoria semántica.

• Marcada dificultad para recordar el orden temporal en el que se han

producido los acontecimientos. La consecuencia es una alteración del sentido de la

cronología, lo que puede provocar que se atribuyan hechos o acontecimientos a

contextos equivocados.

144

• Trastornos de memoria prospectiva, con incapacidad para programar

actuaciones en un momento concreto del futuro, como acudir a una cita médica o

pagar un recibo.

5. Amnesia global transitoria

El cuadro fue descrito inicialmente por Fisher y Adams en 1958 para referirse

a un trastorno transitorio de la memoria que se observa sobre todo en personas

mayores de cincuenta años. El cuadro amnésico es de presentación aguda y se

prolonga por espacio de varias horas (entre 1 y 24), persistiendo posteriormente

amnesia lacunar. Puede estar causado por un traumatismo craneoencefálico leve o

una situación emocional que produce ansiedad, siendo recidivante en un 15-25% de

los casos. Sus principales manifestaciones son:

• No se produce pérdida de conciencia.

• Amnesia retrógrada que incluye varias horas antes del inicio del episodio.

• Amnesia anterógrada grave que oscila entre varias horas y varios días, con

predominio de la amnesia verbal sobre la no verbal.

• Desorientación, como consecuencia de la incapacidad para retener material

amnémico.

• Permanece preservada la memoria terciaria.

• Otras funciones cognitivas permanecen bien preservadas: atención,

lenguaje o identidad personal.

Progresivamente se produce la recuperación de la memoria, pero persiste

una laguna amnésica del episodio así como de los instantes que lo preceden. Es un

trastorno reversible, aunque pueden persistir trastornos residuales, especialmente en

tareas visoperceptivas. Aunque se desconoce la etiología del trastorno, se han

barajado varias hipótesis que coinciden en afirmar que se produce una disfunción

transitoria del hipocampo durante el episodio amnésico:

a) Alteración transitoria en el territorio vascularizado por la arteria cerebral

posterior, afectando especialmente al lóbulo temporal o las áreas diencefálicas, como

consecuencia de un cuadro isquémico transitorio.

b) Presencia de migrañas asociadas a problemas vasomotores en el

hipocampo que impiden la consolidación de la memoria.

c) Crisis epilépticas que afectan a ambos lóbulos temporales.

6. Amnesia postraumática

Se trata de uno de los problemas más frecuentes causado por daño cerebral

traumático como consecuencia de accidentes de tráfico, golpes o caídas que producen

traumatismo cerebral. La amnesia postraumática es una consecuencia directa o

indirecta del traumatismo, bien por efecto del impacto traumático sobre el cráneo y la

145

masa encefálica o como consecuencia del contragolpe. Tras la pérdida de conciencia,

la recuperación del cuadro se acompaña de manifestaciones amnésicas, con una

duración inferior a una semana en uno de cada diez casos, mientras que en el 60% de

las ocasiones es superior a las tres semanas. La pérdida de conocimiento se debe a

las lesiones axonales y vasculares producidas por los movimientos de cizallamiento y

torsión a que es sometido el cerebro durante el traumatismo, afectando a los centros

de la formación reticular del tronco cerebral y del tálamo, la sustancia blanca

subcortical y los hemisferios cerebrales. Las principales manifestaciones de la

amnesia postraumática con:

a) Inmediatamente después de salir del estado de coma, se produce un

cuadro de confusión mental acompañado de amnesia anterógrada y retrógrada

variables, con una gravedad directamente proporcional a la duración del coma. El

mejor parámetro es el grado de mejoría clínica de la amnesia durante la primera

semana después de haber recuperado la conciencia.

b) Durante el estado confusional el paciente, no logra retener información

alguna, presentando amnesia anterógrada.

c) Posteriormente se observa amnesia anterógrada severa y amnesia

retrógrada con patrón temporal, en el cual los acontecimientos previos al traumatismo

están borrados durante minutos, horas o días.

d) A medio plazo persistirá una laguna amnésica que no sólo afecta al período

de coma sino a los acontecimientos previos a la pérdida de conocimiento.

e) Con el paso del tiempo se produce una disminución del componente

retrógrado de la amnesia.

7. Amnesia psicógena

Está desencadenada por factores de tipo emocional, en las que no suele

existir evidencia de alteración orgánica que justifique el problema. Podemos distinguir

tres modalidades de amnesias psicógenas: disociativas, selectivas y por ansiedad.

7.1. Amnesia disociativa

Es la incapacidad para recordar información relacionada con acontecimientos

estresantes que no es debida a un trastorno mental orgánico y es demasiado extensa

como para ser explicada como un olvido ordinario o por cansancio. La amnesia suele

ser parcial y selectiva y su extensión y alcance oscila a menudo de día en día,

dependiendo de la persona que explore al paciente, aunque siempre persiste un

núcleo común que no puede ser recordado en estado de vigilia. Los estados afectivos

que acompañan a una amnesia psicógena son muy variados, pero es rara una

146

depresión grave. Puede presentarse perplejidad, angustia y diversos grados de

comportamiento de búsqueda de atención y con menor frecuencia se observa una

tranquila aceptación del trastorno. El problema también puede acompañarse de

vagabundeo y abandono del cuidado personal. Los adultos jóvenes son los más

frecuentemente afectados, mientras que en edades avanzadas la amnesia disociativa

es menos habitual. Un ejemplo extremo de este tipo de amnesia es el producido en

varones sometidos al estrés del combate. El inicio del trastorno suele ser agudo y de

breve duración, con una terminación igualmente brusca al cabo de varias horas o

varios días. Con frecuencia han existido acontecimientos estresores precipitantes del

cuadro amnésico: amenaza física, accidente, fallecimiento de un ser querido, crisis

sentimental, etc. La fuga disociativa es una modalidad de amnesia disociativa y tiene

sus mismas características, aunque se añade un desplazamiento intencionado lejos

del domicilio o del lugar de trabajo, durante el cual el sujeto mantiene el cuidado de sí

mismo. En algunos casos llega a asumirse una nueva identidad, por lo general sólo

durante pocos días, pero a veces puede durar largos períodos de tiempo y con un

grado sorprendente de aparente autenticidad. Los desplazamientos suelen realizarse a

lugares previamente conocidos y con cierto significado afectivo para el enfermo.

Aunque existe una amnesia durante el período de la fuga, el comportamiento del

sujeto durante ella puede ser aparentemente normal para quienes no le conocen.

7.2. Amnesia selectiva

Es la incapacidad para recordar ciertos tipos de acontecimientos o detalles de

hechos ocurridos en el pasado, produciéndose una pérdida parcial de memoria de tipo

lacunar, sin que exista amnesia completa, sino sólo de tipo selectivo, afectando

solamente a parte de la información mnémica. Se olvidan selectivamente hechos que

pueden ser negativos para el equilibrio de la persona como un accidente o una

amenaza, de modo que el olvido constituye una defensa frente al hecho traumático.

Aunque no siempre resulta fácil de demostrar, como consecuencia de una situación de

estrés agudo, las amnesias selectivas pueden estar causadas por microlesiones que

generan la destrucción de capilares en el hipocampo, impidiendo que se consolide la

memoria.

7.3. Amnesia por ansiedad Una reacción de ansiedad aguda ligada a una

situación amenazante o un ataque de pánico, caracterizado por manifestaciones de

intensa angustia, pueden provocar respuestas de bloqueo que impidan la fijación de la

memoria. Por ejemplo, las víctimas de un robo, una violación o un secuestro pueden

ser incapaces de identificar la cara de los delincuentes con posterioridad al hecho,

147

aunque en el momento de producirse el evento hubiesen estado cara a cara frente a

sus agresores. Un cuadro de ansiedad también puede provocar dificultades en la

capacidad para evocar un recuerdo almacenado en la memoria. Es típico el ejemplo

del estudiante que por un nivel excesivo de ansiedad sufre un bloqueo mental ante un

examen, que le impide recordar lo que había estudiado previamente.

8. Hipermnesia

Es un trastorno cuantitativo de la memoria que se caracteriza por un

exagerado incremento en la capacidad para retener material o evocar recuerdos.

Normalmente en las hipermnesias no existe un aumento real de la capacidad mnésica

sino una mayor facilidad en el proceso de evocación de los hechos. Se pueden

distinguir dos modalidades de hipermnesia: globales y selectivas.

8.1. Hipermnesia global Se caracteriza por un incremento en la capacidad

global para memorizar todo tipo de material, que se produce de manera excepcional

en algunos sujetos o en determinadas situaciones. En personas con inteligencia

normal se han descrito algunos casos de habilidades mnémicas prodigiosas. Un

ejemplo fue documentado por Luria en su obra La mente de un Mnemónico, donde se

describe el caso de un sujeto con capacidades excepcionales para la memorización de

textos e imágenes, sin que tuviera otras alteraciones neurológicas o de personalidad.

Las hipermnesias crepusculares se caracterizan por la visión panorámica de la

totalidad o de partes de la propia biografía, actualizada momentáneamente con gran

plasticidad y detalle. Suele producirse durante la agonía o en situaciones de gran

riesgo vital. También se han descrito episodios de hipermnesia global en psicosis

anfetamínicas y durante episodios maníacos.

8.2. Hipermnesia selectiva

Son cuadros de hipermnesia excepcional para alguna modalidad selectiva de

la memoria, aunque en el resto de las funciones cognitivas el rendimiento del sujeto

sea normal e incluso deficitario. Se han descrito hipermnesias selectivas tanto en

sujetos normales como en otros afectados con diversas patologías:

a) Hipermnesias en personas normales dotadas con una excepcional

capacidad amnémica en un ámbito específico como el recuerdo de números,

imágenes o nombres.

b) Hipermnesias en diversas patologías que cursan con deficiencia mental

como el síndrome de Prader-Willy.

148

c) Durante determinadas crisis epilépticas pueden producirse episodios de

hipermnesia de breve duración.

d) En determinados autistas puede existir una extraordinaria habilidad para

memorizar listas de datos.

e) En algunas personas con trastorno obsesivo que tienden a la reiteración de

rituales de los que es difícil desprenderse.

9. Paramnesias

Las paramnesias son distorsiones patológicas de la memoria caracterizadas

porque el sujeto confunde simples representaciones con recuerdos auténticos. Los

falsos recuerdos sustituyen a los hechos reales que no puede recordar. En las

paramnesias se produce una mezcla entre recuerdos deficitarios y distorsiones o

errores graves de rememoración de los hechos acontecidos. Se pueden distinguir dos

modalidades de paramnesias: del recuerdo y del reconocimiento.

9.1. Paramnesia del recuerdo Es una alteración de la memoria que se

caracteriza por la distorsión en los acontecimientos del pasado. Hay varias

modalidades:

a) Confabulación Consiste en la mezcla de recuerdos falsos y verdaderos. El

paciente relata hechos que realmente no ocurrieron con los que se intenta compensar

la pérdida de memoria respecto al momento que se está intentando recordar. Es

frecuente este fenómeno en patologías como el Síndrome de Korsakoff.

b) Falsos recuerdos delirantes El paciente manifiesta falsos recuerdos de

contenido delirante, siendo una característica de algunos cuadros esquizofrénicos.

c) Pseudología fantástica Se trata de relatos imaginarios sobre experiencias

personales que supuestamente le han acontecido al sujeto. Suelen estar bien

articulados y pueden parecer verosímiles. A diferencia de la confabulación, en la

pseudología fantástica se intenta buscar el aprecio y el reconocimiento del interlocutor,

ya que se incluyen aspectos megalomaníacos o narcisistas, siendo un mecanismo

psicológico mediante el cual algunos individuos a base de contar exageraciones

vividas por ellos, pueden terminar creyéndose sus propias mentiras.

9.2. Paramnesia del reconocimiento Es un trastorno de la memoria que se

caracteriza por la existencia de alteraciones en el reconocimiento, distorsionando la

vivencia de los hechos. Se incluyen aquí las siguientes modalidades:

a) Falso reconocimiento

149

Identificación errónea que hace el paciente de una persona como si resultara

conocida cuando en realidad es la primera vez que la ve. Es un fenómeno típico en

demencias y cuadros confusionales.

b) Paramnesias de reduplicación

Son formas de amnesia que consisten en la creencia de que el sujeto se

encuentra en dos lugares diferentes al mismo tiempo. El paciente, generalmente

esquizofrénico, no reconoce a sus amigos o a sus familiares, pensando que éstos

actúan como dobles que suplantan a estas personas.

c) Déjà vu y Déjà vécu

Consisten en la sensación casi onírica de que las experiencias y sensaciones

que se están viviendo en el presente ya se han vivido en otro momento del pasado.

d) Jamais vu

El paciente sabe que ha experimentado antes el suceso, es decir lo recuerda,

pero no le resulta familiar, siendo un caso de recuerdo sin reconocimiento.

e) Ecmesias

Las ecmesias se definen como la pérdida de memoria de los sucesos

recientes. El sujeto olvida los últimos acontecimientos de su vida y sin embargo es

capaz de recordar acontecimientos del pasado. Los hechos pretéritos se viven como si

fueran presentes, de tal modo que la memoria constituida se transforma en memoria

constituyente. Las vivencias del pasado se reviven en el presente con gran carga

emocional. Determinadas situaciones con gran carga estresora, como por ejemplo un

bombardeo o un atraco se pueden revivir y representar con gran viveza e implicación

emocional. Las ecmesias pueden presentarse en demencias y trastornos epilépticos o

constituir auténticos delirios o alucinaciones ecméticas.

f) Síndrome de Ganser

Este síndrome fue descrito por Ganser en 1898. Es un trastorno disociativo

que se caracteriza por amnesia psicógena acompañada de otros síntomas como

pararrespuestas, trastornos de conciencia, ansiedad y posibles pseudoalucinaciones.

Las pararrepuestas son respuestas erróneas, muy próximas a la realidad, que emite el

sujeto de un modo deliberado.

150

2.7 DEMENCIA

Para Redolar, Blázquez y González (2013, p. 407-420)

El aumento de la esperanza de vida en las últimas décadas ha conllevado un

aumento de las enfermedades que se asocian con el envejecimiento. Las demencias

se han convertido en un problema de salud importante en los países desarrollados,

puesto que su prevalencia no ha parado de crecer durante los últimos años. En

Europa, el 10% de la población mayor de 65 años presenta algún tipo de signo de

demencia, y esta proporción se duplica a partir de la octava década de la vida. Solo en

España, la cifra asciende a un millón de personas afectadas en el año 2011. La

enfermedad de Alzheimer, que es la demencia más prevalente, se ha convertido en el

tercer problema más grave de tipo sanitario en los países europeos. Aunque el

Alzheimer es el tipo de demencia más conocida, existen múltiples posibilidades de

padecer una demencia y las causas y factores de riesgo varían en función de si

estamos ante un tipo u otro de enfermedad. Así, podemos padecer una demencia

como consecuencia de patología vascular cerebral, por un traumatismo

craneoencefálico (TCE) o por alteraciones metabólicas, por nombrar solo algunas

posibilidades. Algunos tipos de demencias son más frecuentes en el sexo femenino,

como el caso del Alzheimer, pero en cambio, otras se observan más en los hombres,

como ocurre en la demencia frontotemporal. El neuropsicólogo desempeña un papel

muy importante en el diagnóstico de la demencia puesto que sus síntomas son

conductuales y cognitivos y no se pueden observar y objetivar en la tomografía axial

computerizada (TAC), la resonancia magnética estructural (RM) u otras pruebas de

laboratorio. La exploración neuropsicológica determina la presencia de alteraciones

cognitivas y establece el tipo de perfil de deterioro que caracteriza a una u otra

demencia. Es determinante en el diagnóstico precoz de la enfermedad, cuando las

alteraciones cognitivas son identificables a través de las pruebas neuropsicológicas,

pero todavía no se traducen en una alteración grave y evidente en el rendimiento

cotidiano.

1. Deterioro cognitivo leve y demencia

Durante muchos años se ha intentado encontrar una nomenclatura uniforme

para las alteraciones de memoria que presentan las personas mayores que, si nos

atenemos a los baremos de las pruebas de memoria, muestran una pérdida

significativa, pero que no tienen demencia. Se trata de personas de edad avanzada,

con quejas subjetivas de pérdida de memoria, confirmadas en la exploración

neuropsicológica, pero que se muestran autónomos y funcionales en sus actividades

diarias. Entre las denominaciones más extensamente utilizadas a lo largo de los años,

151

destacan el término AMAE (alteraciones de memoria asociadas a la edad), el MCI

(siglas del inglés mild cognitive impairment ) y, en la actualidad, el deterioro cognitivo

leve (DCL). Los criterios del deterioro cognitivo leve fueron establecidos en 1999 por

Petersen y colaboradores y se refieren a la alteración subjetiva y objetivable de la

memoria en la que no hay demencia generalizada y el rendimiento cotidiano no se ve

alterado. Los criterios diagnósticos de DCL según Petersen y colaboradores (1999)

son los siguientes: quejas subjetivas de memoria; trastorno de la memoria objetivado

con tests neuropsicológicos (1,5 desviaciones por debajo de la normalidad); función

cognitiva general normal; rendimiento normal en las actividades de la vida diaria, y

ausencia de demencia. Tras la observación de que no todas las personas de edad

avanzada presentan déficit en la memoria, sino que las alteraciones en esta población

pueden afectar a distintos dominios cognitivos, se han diferenciado tres tipos de DCL:

DCL de tipo amnésico, DCL de dominio único distinto a la memoria y DCL multidominio

(que afecta a más de una función cognitiva). Diversos estudios han relacionado estos

tres subtipos de DCL con la evolución posterior de los pacientes que los padecen, y

han mostrado que el DCL amnésico evoluciona habitualmente a una enfermedad de

Alzheimer, mientras que el DCL de un solo dominio no amnésico suele evolucionar a

otro tipo de demencia distinta.

El DCL multidominio puede evolucionar más a una demencia vascular. El

DCL representa el estado intermedio entre los cambios cognitivos propios del

envejecimiento y las alteraciones que se observan en las demencias. Afecta a entre

un 10 y un 20% de la población mayor de 65 años, siendo la forma amnésica la

más frecuente, con un 11% del total.

En la actualidad, todavía no está clara la progresión desde el DCL hasta la

aparición de demencia, entre otras cosas porque no todos los pacientes acaban

desarrollando una demencia. Por tanto, el DCL podría ser un factor de riesgo elevado

para desarrollarla, pero no un predictor irrevocable. En el caso de DCL amnésico,

algunos estudios han relacionado la gravedad del déficit de memoria que presentan

con una progresión más rápida a demencia. Las personas con DCL que son

portadoras del alelo 4 de la apolipoproteína E (APOE-e4), también han mostrado una

progresión más rápida hacia la instauración de los síntomas de enfermedad de

Alzheimer que aquellas que no son portadoras.

Con resonancia magnética, se ha relacionado la pérdida de volumen del

hipocampo con la rápida progresión a demencia, y algunos estudios incluso han

152

hallado correlaciones con el tamaño ventricular. Con técnicas de neuroimagen

funcional como la tomografía por emisión de positrones (PET, siglas del inglés positron

emission tomography), que permite inferir la integridad sináptica, se ha observado que

los pacientes con DCL que presentan una reducción de la actividad metabólica en la

región temporoparietal, tienen un riesgo hasta 11 veces mayor de desarrollar

Alzheimer en los dos años siguientes que aquellos que no presentan ese patrón.

La Universidad de Pittsburg desarrolló un marcador para la PET que se fija

específicamente en el amiloide, y permite captar en imágenes la cantidad acumulada

en el tejido cerebral. Utilizando esta técnica, también se ha observado una relación

entre la cantidad de amiloide cerebral y una más rápida progresión a Alzheimer. No

obstante, en cerebros de personas que no presentaban ninguna alteración cognitiva,

también se pueden observar acumulaciones de amiloide cerebral, con lo que se pone

en duda el valor predictivo de esta técnica.

Aunque todos estos datos resultan de especial interés para ayudar a predecir

la evolución del DCL, todavía se hallan alejados de la clínica, en parte porque hasta la

fecha contribuyen a informar sobre un aumento del riesgo, pero no garantizan la

progresión irrefutable hacia la demencia. El esfuerzo económico en la utilización de

estas técnicas es en la actualidad demasiado elevado si lo comparamos con el

beneficio clínico. Recientemente, también se ha descrito un deterioro cognitivo leve

vascular en pacientes con factores de riesgo (hipertensión arterial, diabetes,

dislipemia...). Consiste fundamentalmente en déficits de las funciones ejecutivas que

se acompañan de lesiones vasculares menores visibles en la RM y capaces de

producir disfunciones leves que afectan a la conectividad del córtex frontal.

2. Concepto y clasificación de las demencias

La demencia consiste en una alteración de las funciones cognitivas, en un

individuo con un funcionamiento cognitivo previo normal, que afecta al rendimiento en

la capacidad para llevar a cabo de forma correcta las actividades de la vida cotidiana y

para cuidarse de uno mismo con eficacia. El declive del paciente estará determinado

por la historia de deterioro del individuo, por las alteraciones en el examen clínico y por

los resultados de la valoración neuropsicológica. Solamente puede realizarse un

diagnóstico de demencia en ausencia de síndrome confusional agudo, puesto que este

altera todo funcionamiento cognitivo y también los resultados de los tests

neuropsicológicos. Aunque los criterios del DSM-IV incluyen el trastorno de memoria

como la característica central en la demencia, esta puede afectar a distintas funciones

cognitivas y a la conducta sin que la memoria se vea afectada, al menos en fases

iniciales. Los criterios de demencia según el DSM-IV son:

1) Desarrollo de déficits cognitivos que se manifiestan por:

153

– Alteración de la memoria (alteración en la capacidad de aprender nueva

información o recordar información previamente aprendida).

– Una de las siguientes alteraciones cognitivas: afasia, apraxia, agnosia y

alteración de la función ejecutiva (capacidad para el pensamiento abstracto y para

planificar, iniciar, secuenciar, monitorizar y detener un comportamiento complejo).

2) Las alteraciones cognitivas de A1 y A2 deben ser lo suficientemente graves

como para provocar un deterioro significativo de la actividad laboral o social.

3) El curso se caracteriza por un inicio gradual y un curso progresivo.

4) El déficit cognitivo en A1 y A2 no se debe a: otra patología del sistema

nervioso central, un cuadro sistémico que cause demencia y abuso de sustancias.

5) Los déficits no se explican por la existencia de un síndrome confusional.

6) La alteración no se explica mejor por otro trastorno del eje I (por ejemplo,

trastorno depresivo mayor o esquizofrenia).

Además de los del DSM-IV, se han desarrollado otros criterios como los que

elaboró la Sociedad Española de Neurología, en los que además de la memoria, se

incluyen otras posibilidades como forma de inicio central. Estos criterios se

corresponden más eficazmente con la clínica puesto que hay formas de demencia que

comienzan con trastornos de conducta o trastornos de lenguaje, por ejemplo,

manteniendo la memoria reciente preservada. Las demencias se han clasificado de

diversas maneras, bien sea en función de la edad de inicio, de la etiología, de los

signos neurológicos que las acompañan, de la localización cerebral de los síntomas o

de su potencial posibilidad de tratamiento. En función de la edad de inicio , podemos

distinguir:

– Demencias preseniles, en los casos en que el proceso degenerativo

comienza antes de los 65.

– Demencias seniles, cuando se presentan en edades más avanzadas.

Aunque habitualmente las demencias se asocian con edades avanzadas,

algunas formas preseniles pueden comenzar temprano. Así, por ejemplo, es posible

diagnosticar una demencia frontotemporal o una enfermedad de Alzheimer en

personas que no alcanzan los 50 años de edad. Algunas formas de demencia

presentan los primeros signos incluso durante la tercera década, como el caso de la

enfermedad de Huntington o de enfermedades como el CADASIL.

Si consideramos la topografía del daño cerebral, podemos hablar de:

154

– Demencias corticales, en las que se afectan principalmente las áreas de

asociación corticales.

– Demencias subcorticales, en las que se afectan principalmente la sustancia

blanca subcortical y los ganglios de la base.

La enfermedad de Alzheimer o la demencia frontotemporal son ejemplos de

demencias corticales, mientras que la enfermedad de Parkinson o la enfermedad de

Huntington son tipos de demencia subcortical. En algunos casos, se utiliza el término

demencia corticosubcortical para referirse a aquellas demencias que cursan con

ambas alteraciones, como por ejemplo, la demencia con cuerpos de Lewy o la

degeneración corticobasal. Según la etiopatogenia, podemos hablar de:

– Demencias primarias, en las que el proceso neurodegenerativo no depende

de otras causas, como en el caso del Alzheimer.

– Demencias secundarias, que son aquellas que aparecen durante el curso

de otras enfermedades, como la demencia asociada a la enfermedad de Parkinson o

la demencia secundaria a un tumor o a un proceso infeccioso.

Otra forma de clasificar las demencias es teniendo en cuenta el curso y la

forma de progresión de los síntomas. Mendez y Cummings (2003) propusieron la

siguiente clasificación:

Cuadro 08. Clasificación de demencias según Mendez y Cummings (citado por Redolar, Blázquez y González, 2013, p. 413)

Inicio agudo (Menos de 24h)

Inicio subagudo (Menos de un mes)

Inicio gradual

Curso lento Secundaria a epilepsia. Neoplasias. Enfermedad de Alzheimer. Demencia frontotemporal. Atrofias corticales asimétricas. Demencia con cuerpos de Lewy. Otras demencias neurodegenerativas. Hidrocefalia normotensiva. Trastornos bioquímicos heredados. Secundaria a esquizofrenia.

Curso rápido Meningitis aguda. Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Infecciones del SNC.

Estático Encefalopatía anóxica. D. postraumática. Encefalopatías tóxicas.

Depresión.

Curso escalonado Demencia vascular. Demencia vascular. Demencia vascular.

155

y fluctuante Trastornos metabólicos. Desmielinización.

Trastornos metabólicos. Desmielinización.

Trastornos metabólicos. Desmielinización.

Algunas demencias se consideran tratables porque potencialmente pueden

ser sometidas a un tratamiento que, en algunos casos, puede revertir el cuadro. Hasta

la fecha, únicamente algunas de las demencias secundarias son suceptibles de mejora

tras el tratamiento. Los pacientes con demencias secundarias a alteraciones

metabólicas, a hidrocefalia crónica del adulto o a lesiones ocupacionales como

tumores pueden recuperar su estado cognitivo previo después de tratamiento

farmacológico o tras cirugía cerebral. Independientemente del tipo de clasificación, las

demencias no se reducen únicamente a la enfermedad de Alzheimer o la demencia

frontotemporal. Aunque estas son algunas de las más conocidas, existen múltiples

tipos de demencias, cada una de ellas con unas características neurológicas y

cognitivas diferentes, y con evoluciones y posibilidades de tratamiento también muy

distintas. A continuación se resumen algunos de los posibles tipos de demencias:

– Degenerativas primarias: enfermedad de Alzheimer, enfermedad de cuerpos

de Lewy, atrofias lobares (demencia frontotemporal, afasia progresiva primaria,

degeneración cortical posterior) y tautopatías hereditarias.

– Enfermedades priónicas : enfermedad de Creuzfelt-Jacob y insomnio

familiar fatal.

– Lesiones que ocupan espacio: neoplasia, hidrocefalia normotensiva,

hematoma subdural y abscesos y quistes. – Enfermedades infecciosas: VIH, sífilis,

encefalitis herpética, enfermedad de Lyme y enfermedad de Whipple.

– Enfermedades tóxicas: síndrome de Wernicke-Korsakoff, alcoholismo

crónico, demencia por déficit de B12, pelagra, exposición a disolventes

organofosforados, intoxicación por metales pesados y encefalopatía hepática.

– Enfermedades inflamatorias inmunológicas: encefalitis límbica

paraneplásica y lupus eritematoso sistémico.

– Enfermedades vasculares: infartos múltiples, enfermedad de Binswanger y

CADASIL (sigla del inglés autosomal dominant arteriopathy with subcortical infarcs and

leukoencephalopathy, arteriopatía cerebral autosómica dominante con infartos

subcorticales y leucoencefalopatía).

– Enfermedades que cursan con trastornos motores y sensoriales:

enfermedad de Parkinson, parálisis supranuclear progresiva, enfermedad de

Huntington, enfermedad de Wilson, degeneración corticobasal, atrofia multisistémica,

156

esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiple y enfermedad de Gerstman-

Straussler.

3. Principales tipos de demencias

3.1. La enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer (EA) es la más frecuente de todos los tipos de

demencias puesto que supone más de la mitad de todos los diagnósticos de

demencia. Aunque la mayoría de las veces se presenta en personas mayores de 65

años, también se puede presentar en edad presenil; aproximadamente entre el 1% y el

3% de todos los casos se presentan en edad presenil. La enfermedad es más

frecuente en el sexo femenino con una ratio de 3 mujeres por 1 hombre. El papel de la

exploración neuropsicológica en el diagnóstico clínico del paciente con Alzheimer

sigue siendo especialmente relevante. Aunque el diagnóstico de la enfermedad es

clínico y realizado por un neurólogo, la exploración neuropsicológica es una prueba

complementaria que permite establecer la presencia de déficit cognitivo, determinar

cuáles son las áreas cognitivas afectadas y, por tanto, determinar un perfil y establecer

un diagnóstico de compatibilidad que resultará especialmente valioso en los casos

iniciales, en los que el resto de pruebas de neuroimagen y de laboratorio son

normales, y solamente se observan déficits cognitivos específicos. También resultará

especialmente útil para diferenciar el deterioro cognitivo leve.

3.1.1. Neuropatología, etiología y aspectos genéticos La enfermedad de

Alzheimer es una enfermedad multifactorial asociada a diversos cambios

neuropatológicos. Los más -

amiloide y con la proteina tau. En la base de la enfermedad se encuentra un

-amiloide, que se

acumula en el tejido cerebral en forma de placas de amiloide, y una fosforilación

anormal de la proteína tau que produce disfunción en el interior de las neuronas. Una

escisión anómala de la proteína precursora del amiloide (APP) provoca que la

secreción del péptido resultante, en lugar de ser un -amiloide soluble que es

eliminado con facilidad, resulte ser insoluble. Al ser excretado por la neurona, se

acumula en el espacio exterior y no puede ser fagocitado por los astrocitos y las

células gliales, con el consiguiente proceso inflamatorio añadido. La proteína tau

normal es necesaria para mantener unidos los microtúbulos que forman el

citoesqueleto de la neurona, pero en la enfermedad de Alzheimer esta proteína sufre

un proceso anómalo de hiperfosforilación a causa de la acción tóxica del -amiloide, y

el citoesqueleto se desmembrana provocando la degeneración neurofibrilar y

formando la acumulación de fibrillas y microtúbulos que conforman los ovillos

157

neurofibrilares. El resultado de todo este proceso es la muerte neuronal progresiva.

Las dos características microscópicas fundamentales de la EA son la presencia de

placas de amiloide , compuestas de proteína -amiloide, y de ovillos neurofibrilares ,

compuestos por proteína tau fosforilada. El diagnóstico definitivo de EA solo puede

realizarse mediante un estudio de anatomía patológica en el que se establecen unas

ratios de presencia de ovillos neurofibrilares y placas de amiloide. La diferencia entre

un cerebro con EA y un cerebro envejecido es tan solo una cuestión cuantitativa. Las

alteraciones microscópicas en la enfermedad de Alzheimer se acompañan de un

proceso de neuroinflamación del tejido y de estrés oxidativo que, a su vez, contribuyen

a acelerar el proceso degenerativo. La etiopatogenia de la EA es múltiple, siendo

hereditaria con una transmisión autosómica dominante en un número reducido de

casos (entre el 1% y el 5%, según los estudios). Esta transmisión autósómica

dominante se ha descrito en los cromosomas 1 (gen de la presenilina 2), 14 (gen de la

presenilina 1), y 21 (proteína precursora del alimoide). Se trata de casos de comienzo

presenil. Otras alteraciones genéticas pueden influir aumentando la susceptibilidad de

padecer la EA, pero hasta la fecha solamente se ha confirmado como marcador de

susceptibilidad la presencia del Alelo e4 del gen de la apolipoproteína E (APOE) en el

cromosoma 19. No obstante, aunque no están universalmente confirmados, se han

descrito relaciones con la EA en un total de hasta 60 genes. Los genes que se han

relacionado con la enfermedad de Alzheimer son los siguientes:

– Formas preseniles (1-5%): gen de la proteína precursora de amiloide (APP),

Cromosoma 21; gen de la presenilina 1 (PSEN1), Cromosoma 14; gen de la

presenilina 2 (PSEN2), Cromosoma 1.

– Formas seniles: alelo 4 del gen de la apolipoproteína E (APOE),

Cromosoma 19.

– Otros genes estudiados : gen de la -2 macroglobulina, genes de las

interleucinas 1A y 1B, gen de la -1 antiquimiotripsina, gen de ubiquitina, gen de la

proteína tau, gen del receptor de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL), gen de

butirilcolinesterasa K y genes mitocondriales (citocromo-oxidasas I y II).

En la mayoría de los casos, la aparición de la enfermedad requiere de

múltiples factores que converjan al mismo tiempo, entre los que destacan la

predisposición genética que se puede evidenciar con los antecedentes familiares de

EA, la edad y otros factores de riesgo como la depresión o los antecedentes de

traumatismos craneoencefálicos previos. Varios estudios epidemiológicos relacionan

también el desarrollo de la enfermedad con diversos factores de riesgo vascular y con

la exposición a agentes tóxicos ambientales, como la intoxicación crónica por metales

158

como el cobre; se trata de hipótesis que, aunque plausibles, no están todavía

comprobadas.

Los cambios microscópicos que se producen en la EA generan una pérdida

neuronal que acabará extendiéndose por el córtex cerebral, pero que inicialmente

comienza por afectar a los lóbulos temporales y a las áreas de asociación

parietoocipitales. El córtex entorrinal y el hipocampo son las estructuras que se ven

afectadas en primer lugar por estos cambios, lo que da lugar a la alteración de la

memoria reciente que presentan estos pacientes como síntoma inicial. Rápidamente

estas alteraciones se extenderán a las áreas de asociación posteriores. Esta pérdida

neuronal puede observase a través de técnicas de neuroimagen estructural, sobre

todo con la RM.

Los cambios iniciales pueden manifestarse en forma de atrofia del hipocampo,

aunque su valoración requiere de estudios volumétricos que van más allá de la simple

interpretación clínica de las imágenes radiológicas. A medida que la enfermedad

avanza, la pérdida celular puede observarse en forma de atrofia cortical y de un

aumento del tamaño ventricular. La atrofia cortical, sin embargo, no es un indicativo de

Alzheimer en las fases iniciales, puesto que es normal en un cerebro que ha perdido

volumen simplemente como consecuencia del envejecimiento. Es importante saber

que las técnicas de neuroimagen por sí solas no conforman el diagnóstico de

demencia en la actualidad. Es muy común escuchar a las familiares frases del tipo “le

hicieron un TAC y le dijeron que tenía Alzheimer”. El TAC o la RM solo pueden indicar

si hay atrofia o no en el córtex cerebral. Pero muchas personas de edad avanzada

tienen atrofia y no tienen demencia. Incluso sucede, a veces, al revés: un radiólogo

puede informar de que el TAC o la RM es normal para la edad del paciente, pero este

puede manifestar signos clínicos de demencia inicial. El diagnóstico de la EA siempre

es el resultado de la historia clínica, la exploración neurológica, la exploración

neuropsicológica y el resto de las pruebas complementarias. La atrofia cortical y el

aumento del tamaño de los ventrículos, especialmente de los ventrículos laterales, se

va haciendo más visible a medida que avanza la enfermedad, hasta alcanzar grados

muy severos de atrofia.

159

3.1.2. Características clínicas

La EA comienza de forma insidiosa y tiene un curso progresivo. Desde el

diagnóstico de la enfermedad hasta la fase final se establece una media de unos siete

años aproximadamente, pero el rango de variación es amplio y mientras algunas

personan fallecen a los tres o cuatro años, otras han seguido cursos clínicos durante

periodos superiores a los 12 años, con progresiones extremas de hasta 20 años de

evolución. En general, las formas preseniles evolucionan más rápidamente. Las

características clínicas de la EA afectan tanto a las funciones cognitivas como al

comportamiento y a las emociones, y en algunos casos pueden acompañarse de

alteraciones psicopatológicas como la aparición de delirios o alucinaciones. Las

alteraciones neurológicas, sobre todo de tipo parkinsoniano, se presentan en estadios

más avanzados de la enfermedad. Los criterios más ampliamente utilizados en el

diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer son los del National Institute of

Neurological and Comunicative Disorders and Stroke/Alzheimer's disease and related

Disorders Association (NINCDS/ADRDA), que diferencia entre Alzheimer posible y

probable (McKhann et al ., 1984). Estos criterios son los siguientes:

1) Criterios para el diagnóstico clínico de enfermedad de Alzheimer probable:

Figura 19. Imágenes en RM de dos pacientes con enfermedad de Alzheimer, en la que

puede observarse un aumento significativo de los surcos corticales (atrofia) y un

aumento del tamaño ventricular. Tanto en T2 (corte longitudinal) como en T1 (corte

coronal), puede observarse la grave atrofia de estos dos pacientes que presentaban un

deterioro cognitivo grave.

Tomado de Redolar, Blázquez y González (2013, p. 418)

160

– Demencia, diagnosticada mediante examen clínico y documentada con el

mini examen mental de Folstein, la escala de demencia de Blessed u otras similares, y

confirmada con tests neuropsicológicos.

– Deficiencias en dos o más áreas cognitivas.

– Empeoramiento progresivo de la memoria y de otras funciones cognitivas.

– No alteración del nivel de conciencia.

– Comienzo entre los 40 y los 90 años, con mayor frecuencia después de los

65.

– Ausencia de alteraciones sistémicas u otras enfermedades cerebrales que

pudieran producir el deterioro progresivo observado de la memoria y de las otras

funciones cognitivas.

2) Apoyan el diagnóstico de “enfermedad de Alzheimer probable”:

– Deterioro progresivo de alguna función cognitiva específica, como lenguaje

(afasia), habilidades motoras (apraxia) y trastornos de la percepción (agnosia).

– Alteraciones conductuales y en la realización de las actividades diarias

habituales.

– Antecedentes familiares de trastorno similar, especialmente si obtuvo

confirmación anatomopatológica.

– Pruebas complementarias: líquido cefalorraquídeo normal en las

determinaciones estándar, y electroencefalograma (EEG) normal, o con alteraciones

inespecíficas, como incremento de la actividad de ondas lentas.

– Atrofia cerebral en TAC, objetivándose progresión de la misma en

observación seriada.

3) Aspectos clínicos compatibles con el diagnóstico de “enfermedad de

Alzheimer probable”, tras excluir otras causas de demencia:

– Mesetas en la progresión de la enfermedad.

– Síntomas asociados de depresión, insomnio, incontinencia, ideas delirantes,

ilusiones, alucinaciones, accesos emocionales, físicos o verbales, alteraciones de la

conducta sexual, pérdida de peso.

– Otras alteraciones neurológicas en algunos pacientes, especialmente en los

que se hallan en fase avanzada, como hipertonía, mioclonías o alteración de la

marcha.

– Convulsiones en fase avanzada de la enfermedad.

– TAC cerebral normal para la edad del paciente.

161

4) Aspectos que convierten el diagnóstico de "enfermedad de Alzheimer

probable" en incierto o improbable:

– Instauración brusca o muy rápida.

– Manifestaciones neurológicas focales, como hemiparesia, alteración de la

sensibilidad o de los campos visuales, o incoordinación en fases tempranas de la

evolución.

– Convulsiones o alteraciones de la marcha al inicio o en fases muy iniciales

de la enfermedad.

5) Diagnóstico clínico de enfermedad de Alzheimer posible:

– Demencia, con ausencia de otras alteraciones sistémicas, psiquiátricas y

neurológicas que puedan causar esa demencia, pero con una instauración,

manifestaciones o patrón evolutivo que difieren de lo expuesto para el diagnóstico de

“enfermedad de Alzheimer probable”.

– Presencia de una segunda alteración, cerebral o sistémica, que podría

producir demencia pero que no es considerada por el clínico como la causa de esta

demencia.

– En investigación, cuando se produce deterioro gradual e intenso de una

única función cognitiva, en ausencia de otra causa identificable.

6) Criterios para el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer definitiva:

– Criterios clínicos de “enfermedad de Alzheimer probable”.

– Comprobación histopatológica, obtenida a través de biopsia o autopsia.

Desde el comienzo de los cambios neuropatológicos, hasta las primeras

manifestaciones clínicas pueden pasar varios años. Durante la fase preclínica o

cuando la clínica afecta solamente a la memoria, no puede realizarse el diagnóstico de

EA, sino el de deterioro cognitivo leve, puesto que el déficit de memoria por sí solo no

es criterio suficiente. La pérdida neuronal inicial en el hipocampo se traduce en una

alteración de la capacidad de aprendizaje y en una alteración de la retención a largo

plazo, que serán casi siempre los primeros síntomas de la enfermedad. La memoria

declarativa, sobre todo la episódica –que es la más afectada–, no mejora aunque se

proporcione al paciente pistas para el reconocimiento. Junto con el déficit de memoria,

los pacientes presentan rápidamente leves signos de afectación cortical, sobre todo de

las áreas temporoparietales, destacando la presencia de déficit en la comprensión de

órdenes complejas, dificultades en la denominación y alteración en la capacidad de

integración visuomotora y visuoperceptiva compleja. Los déficits se manifiestan en

162

actividades y en conversaciones con un mínimo de complejidad. Los pacientes se

muestran con dificultades para expresar ideas complejas y para comprenderlas, y

tienden poco a poco a participar menos en las conversaciones familiares, por ejemplo.

Aunque en la vida cotidiana cometen errores como consecuencia de los déficits

anteriores, en la exploración neuropsicológica suelen observarse los primeros signos

de apraxia constructiva, apraxia ideomotriz o dificultades perceptivas en tareas

complejas. La afectación parietal derecha justifica la aparición, en algunos casos muy

temprana, de dificultades en la orientación espacial.

A medida que la enfermedad va avanzando, los déficits anteriores se van

agudizando y se van extendiendo las alteraciones a otras áreas más anteriores y

posteriores del córtex cerebral. El trastorno de memoria reciente es muy grave y

además comienzan a manifestar alteraciones en la memoria consolidada, incluso en

los elementos autobiográficos. El déficit en la denominación puede convertirse en un

problema severo, y el déficit en la comprensión hace que, a veces, los pacientes se

muestren con una afasia semejante a la afasia de Wernicke, con un lenguaje tanto oral

como escrito plagado de errores en forma de parafasias fonéticas o semánticas. El

déficit en la comprensión se hace cada vez más evidente. Los signos leves de apraxia

y los errores agnósicos se van convirtiendo en una apraxia que altera el

funcionamiento en aspectos concretos de la vida cotidiana, como abrocharse, hacer un

lazo, o incluso vestirse. La desorientación espacial probablemente impide que puedan

salir solos y los errores perceptivos se han traducido en una agnosia visual observable

por los propios familiares, a quienes llegan a confundir con otras personas. El

razonamiento y la lógica están alterados, del mismo modo que lo está la capacidad

para el cálculo, o para valorar el significado del dinero.

Finalmente, una tercera fase conduce a estos pacientes a una alteración

global y grave de las funciones cognitivas. La memoria se pierde a todos los niveles

afectando ya gravemente a los recuerdos biográficos lejanos. El déficit del lenguaje va

progresando hacia una afasia global, con lo que ni la expresión, ni la comprensión son

posibles. La agnosia es grave y pierden la capacidad de reconocer incluso a los

familiares más cercanos, o incluso a su propia imagen reflejada en un espejo. Los

signos apráxicos, que posteriormente evolucionaron a una apraxia cada vez más

severa, ahora impiden la realización de cualquier tarea que requiera programación o

secuenciación motora. Incluso el caminar deja de ser posible por apraxia de la marcha.

La EA cursa con cambios emocionales, que suelen manifestarse en las fases

tempranas. Los más frecuentes son la presencia de ansiedad o depresión, que se

observan en un 20% de los casos, con predominio de la ansiedad. Otro cambio

emocional muy frecuente y también observable en fases iniciales de la enfermedad es

163

la aparición de irritabilidad. Muy frecuentemente, los familiares advierten de la

dificultad en llevarles la contraria o de hacer notar que han cometido un error, porque

se irritan a veces muy desproporcionadamente. Los cambios de personalidad también

son frecuentes en estos pacientes. Unas veces, porque se exageran los rasgos

premórbidos, otras porque simplemente se modifican. Así, es posible encontrar

pacientes que durante toda su vida han sido huraños, distantes e independientes,

cuyas parejas explican que se han convertido en personas cariñosas, totalmente

dependientes y que se comportan respecto a ellas como si de niños pequeños se

tratara.

Con el curso de la enfermedad, es posible que se vayan añadiendo otras

complicaciones, como parkinsonismo y alteraciones neurológicas, o la presencia de

alucinaciones o estados de agitación o agresividad que complican la evolución de los

síntomas y que probablemente van a requerir un tratamiento farmacológico específico.

Los delirios o las alucinaciones, particularmente las visuales, también pueden ser una

característica en algunos pacientes con EA. Con mayor frecuencia se observan ideas

de robo, a menudo directamente relacionadas con el déficit de memoria y también con

la falta de conciencia de los déficits. Los familiares suelen explicar anécdotas como la

del paciente que guarda el monedero en un cajón y como no se acuerda de dónde lo

ha dejado, no es capaz de encontrarlo y atribuye su ausencia al hecho de que le han

robado. Finalmente, en el 90% de los pacientes con EA se observa apatía. Desde el

inicio, suele observarse una reducción de las actividades y una tendencia cada vez

más marcada al desinterés y al abandono de las aficiones.

Aunque la mayoría de pacientes con EA siguen estas características, pueden

presentarse formas de inicio distintas. Todas ellas tienen en común una evolución en la

que se alterarán todas las funciones cognitivas del paciente, mostrando una alteración

grave de la memoria, afasia, apraxia y agnosia, como síntomas característicos.

Algunos pacientes, por ejemplo, pueden comenzar acompañados de mucha afectación

frontal, en cuyo caso hablamos de enfermedad de Alzheimer de inicio frontal. Otros, en

cambio, pueden comenzar en forma de degeneración posterior, con signos de agnosia

y alteraciones visuoespaciales destacables.

3.2. La demencia con cuerpos de Lewy

La demencia con cuerpos de Lewy se caracteriza por la presencia de cuerpos

de Lewy corticales. Aunque los cuerpos de Lewy fueron descritos en la enfermedad de

Parkinson a principios de siglo xx, la presencia de estas incursiones en el neocórtex se

describió hace relativamente poco tiempo y no fue hasta la década de los sesenta

cuando se observaron por primera vez. Se consideró una entidad rara hasta los años

164

ochenta, cuando los nuevos métodos de tinción histoquímicos permitieron detectarlos

con facilidad en la corteza cerebral de muchos pacientes que habían sido

diagnosticados de enfermedad de Alzheimer. En la actualidad, representa la segunda

o tercera causa de demencia, y en mayores de 65 años supone entre un 10 y un 20%

del total de las demencias.

Los cuerpos de Lewy son inclusiones esféricas que se encuentran en el

citoplasma celular y que están compuestos por neurofilamentos y por diversas

proteínas, entre las que destaca la alfa-sinucleína.

Los cuerpos de Lewy se localizan en estructuras subcorticales y en el

mesencéfalo, al igual que en la enfermedad de Parkinson, pero además, se distribuyen

difusamente por el córtex cerebral, con gran afectación en el neocórtex frontal y en

áreas parietooccipitales. La demencia con cuerpos de Lewy es una enfermedad de

afectación cortical y subcortical que tiene un inicio frecuentemente subagudo y sigue

un curso fluctuante. Con frecuencia se inicia tras haber padecido un síndrome

confusional agudo o debuta con alteraciones perceptivas graves como alucinaciones

visuales. La progresión es variable, aunque muchos pacientes evolucionan más rápido

que los pacientes con EA, e incluso, en algunos casos puede observarse una forma

rápidamente progresiva. Afecta por igual a hombres y mujeres y es una de las

demencias donde la institucionalización es más alta debido a la combinación de

trastornos motores con síntomas neuropsiquiátricos.

3.2.1. Características clínicas

Se trata de una demencia en la que confluyen trastornos cognitivos,

trastornos motores y alteraciones psicopatológicas graves que acompañan a los

déficits. El déficit cognitivo comienza con alteración grave de la atención, con

fluctuaciones frecuentes durante el día, hasta el punto de tener la sensación de que,

por momentos, el paciente tiende a estar “desconectado”. Estos periodos de

“desconexión” son más frecuentes a medida que avanza la enfermedad. La memoria

declarativa está alterada, pero no tanto como en la enfermedad de Alzheimer, y se

observa una mayor influencia del déficit ejecutivo sobre la alteración del lenguaje, así

como una mayor capacidad para beneficiarse de las pistas en la mayoría de los casos.

Esto coincide con los hallazgos neuropatológicos en los que se observa que el

hipocampo está más preservado en estos pacientes. La alteración de las funciones

ejecutivas, en cambio, es más marcada que en la enfermedad de Alzheimer (en la

mayoría de los casos), mostrando más rigidez, más alteración conductual en forma de

irritabilidad y, muchas veces, agresividad, incluso en fases tempranas. Destacan

también los déficits visuoespaciales, visuoconstructivos y visuoperceptivos, con

165

apraxia constructiva y alteración visuoespacial muy marcada desde el inicio. El

lenguaje, en cambio, se encuentra mejor preservado que en la EA, manteniendo una

buena comprensión y sin mostrar errores afásicos destacables, debido a la

preservación del córtex temporal.

Los déficits cognitivos suelen acompañarse de alteraciones en la

sensopercepción y, más frecuentemente, de la presencia de ideas delirantes y

alucinaciones visuales. Estos trastornos están presenten en las fases tempranas en

casi un 80% de los pacientes. Las alucinaciones son muy frecuentes en este tipo de

demencia y tienen la característica de ser muy vívidas. Suelen ser visiones de

personas, animales u objetos y no es infrecuente ver a los pacientes comportarse o

hacer movimientos para interaccionar con ellos. Las alucinaciones visuales son más

frecuentes durante la noche y al despertar. Los pacientes reaccionan de forma

diferente ante estas visiones. Mientras que algunos muestran indiferencia, otros

pueden experimentar miedo y agitación. Las ideas delirantes suelen ser de tipo

persecutorio, con el delirio de robo como el más frecuente. El síndrome de Capgras,

en el que el paciente cree que un impostor ha sustituido a la pareja, también puede

observarse en esta demencia. La presencia de depresión temprana y apatía son más

frecuentes en esta enfermedad que en la EA, y suelen mostrarse muy resistentes al

tratamiento farmacológico.

Si bien las primeras manifestaciones de la demencia con cuerpos de Lewy

son la aparición de los déficits cognitivos, posteriormente se añaden los trastornos

motores asociados a la presencia de cuerpos de Lewy subcorticales, igual que ocurre

en la enfermedad de Parkinson, una enfermedad donde estas incursiones se ubican a

nivel subcortical. Los signos parkinsonianos en forma de rigidez, temblor o marcha a

pequeños pasos contribuyen a dificultar el manejo de estos pacientes en los que

aumenta el riesgo de caídas y se reduce la movilidad. Los criterios diagnósticos para

la demencia con cuerpos de Lewy establecidos por el Consorcio sobre la demencia

con cuerpos de Lewy son los siguientes ( McKeith et al ., 1996):

– Esencial: demencia progresiva, la alteración de la memoria puede no ser

evidente en las fases iniciales y en general destacan las alteraciones de la atención y

de las funciones frontosubcorticales y visuoespaciales.

– Dos o tres de los siguientes aspectos sirven para diagnosticar demencia con

cuerpos de Lewy probable. Un aspecto permite diagnosticar demencia con cuerpos de

Lewy posible: fluctuaciones de las funciones cognitivas, con variaciones notables en el

nivel de conciencia y el grado de atención, alucinaciones visuales recurrentes, bien

estructuradas, que se perciben con gran detalle y signos motores espontáneos de

parkinsonismo.

166

– Apoyan el diagnóstico: caídas repetidas, síncopes, pérdida de conciencia

transitoria, hipersensibilidad a los neurolépticos, delirios sistematizados y

alucinaciones no visuales.

– Hacen menos probable el diagnóstico: enfermedad vascular cerebral

evidente a través de signos neurológicos focales o lesiones vasculares en pruebas de

neuroimagen cerebral y evidencia en la exploración física o en las pruebas

complementarias de otra enfermedad neurológica o sistémica que pueda ser causa del

cuadro clínico.

Otras características clínicas que pueden presentarse en estos pacientes son

las alteraciones del sueño REM. Es muy frecuente que los familiares expliquen

episodios de gritos nocturnos que acompañan a sueños, o a la escenificación mientras

están durmiendo. Ello es debido a la disfunción en el sistema reticular que también se

relaciona con las fluctuaciones en la capacidad atencional. Aproximadamente un 50%

de los pacientes muestran una hipersensibilidad al tratamiento con neurolépticos, a

veces con reacciones paradójicas que aumentan los trastornos en lugar de

disminuirlos. También pueden observarse la presencia de síntomas médicos

disautonómicos, como síncopes, incontinencia urinaria o hipotensión ortoestática. La

atrofia observada en la RM es menor que en los pacientes con Alzheimer y el

predominio es bifrontal. El volumen del hipocampo no disminuye de forma significativa.

En técnicas de neuroimagen funcional, como la tomografía computerizada por emisión

de fotones individuales (SPECT, siglas del inglés single photon emission computed

tomography) se observa una reducción de la actividad en las regiones parietales

posteriores de ambos hemisferios.

La demencia con cuerpos de Lewy es una patología de afectación cortical con

deterioro progresivo de las funciones cognitivas, en la que la memoria reciente y el lenguaje

están más preservados, se observa más disfunción frontal y más alteraciones

visuoespaciales, visuoperceptivas y visuoconstructivas, así como más alteraciones

neuropsiquiátricas, entre las que son muy frecuentes las alucinaciones visuales.

3.3. Las demencias frontotemporales

Desde hace unos años se ha consensuado el término demencia

frontotemporal (DFT) para referirse al conjunto de patologías que cursan con una

disfunción progresiva que afecta al lóbulo frontal y temporal, preservando las áreas

corticales posteriores. Tienen una evolución progresiva y una duración variables que

167

puede oscilar entre los tres y los ocho años aproximadamente. Las demencias

frontotemporales incluyen la variante frontal o enfermedad de Pick, la afasia progresiva

primaria no fluente y la demencia semántica. Los avances recientes en genética e

histología de las demencias han permitido establecer una nueva clasificación que

incluye otras entidades que comparten un fenotipo similar, como la degeneración

corticobasal o la parálisis supranuclear progresiva. Clasificación histológica de las

demencias frontotemporales:

a) Tauopatías: enfermedad de Pick, degeneración corticobasal, parálisis

supranuclear progresiva, demencia con granos argilófilos, taupatía multisistémica,

taupatía inclasificable, demencia con predominio de ovillos y demencia ligada al

cromosoma 17 con parkinsonismo, por mutación del gen MAPT.

b) Ubuquinopatías:

– TDP 43 proteinopatías: DFT por mutación del gen de la progranulina, DFT

asociada al cromosoma 9 (mutación del gen VCP y enfermedad motoneurona) y DFT y

esclerosis lateral amiotrófica. – TDP 43 negativas: DFT ligada al cromosoma 3 y

enfermedad con cuerpos de

inclusión basóficos.

– Demencias sin cambios

histopatológicos específicos.

– Demencia por inclusión

neuronal de filamentos

intermedios.

3.3.1. La variante frontal

La variante frontal o enfermedad

de Pick es una demencia que

comienza por una degeneración

localizada en los lóbulos frontales

y que se caracteriza por un inicio

en forma de alteraciones del

comportamiento y de la

personalidad, y una alteración de

las funciones ejecutivas. Después

de la EA, es la demencia más

frecuente en menores de 65 años

y representa aproximadamente a

un 10% de todas las demencias.

Figura 20. TAC de un paciente afectado de la

variante frontal de la DFT. Se observa atrofia en el

córtex frontal anterior y una dilatación de las astas

anteriores de los ventrículos laterales.

Tomado de Redolar, Blázquez y González (2013,

p. 429)

168

El cuadro típico cursa con desinhibición, falta de control de impulsos,

alteración en el razonamiento y en las funciones ejecutivas. Los pacientes se muestran

descarados, sin capacidad de contenerse en decir lo que piensan, o en inhibir

conductas, a veces con agresividad verbal o incluso física. Es frecuente el descuido en

la higiene personal, así como poca contención verbal y tendencia a la coprolalia. A

veces muestran conductas compulsivas y tienden a la acumulación de objetos, a

gastar compulsivamente y, en algunos casos, a perseverar sin mesura en algún hábito

alimentario. El aumento de la libido y la desinhibición sexual también pueden estar

presentes. Aunque este es el perfil más característico, otros pacientes pueden

presentar un cuadro en el que predomine la apatía, la adinamia y la falta de iniciativa.

El cuadro clínico de disfunción frontal dependerá de si el predominio de afectación

inicial abarca más la región orbital o la región cingular. La afectación del córtex

dorsolateral determinará la alteración en las distintas funciones ejecutivas.

A pesar de las alteraciones conductuales y de los déficits ejecutivos, los

pacientes mantienen intactas las funciones más posteriores, como la capacidad de

orientación espacial, la percepción, la visuoconstrucción y visuopercepción; o aspectos

del lenguaje más posteriores, como la comprensión verbal. La memoria inmediata y la

capacidad atencional están muy alteradas; en cambio, la capacidad de aprendizaje y

la retención a largo plazo suelen afectarse secundariamente al trastorno atencional, a

la incapacidad de organizar la información a retener y también a la falta de inhibición,

que les lleva a cometer múltiples falsos positivos en las pruebas de reconocimiento. En

las pruebas de memoria episódica se muestran muy sensibles a los efectos de

interferencia y suelen mezclar el contenido de las listas a retener con el de otras

informaciones proporcionadas inmediatamente después de estas.

Aunque el lenguaje está estructuralmente intacto y los pacientes no cometen

errores de tipo afásico, como sucede en la EA, este se vuelve concreto y simple, con

dificultad para expresar ideas complejas y dificultades para entender correctamente el

contenido de frases que dependen del contexto. Tienden a la comprensión literal y

fallan en la comprensión de frases que tienen un doble sentido, lo que a veces les

lleva a errores de interpretación que son llamativos.

Desde el punto de vista clínico neuropsicológico, algunas de las variantes

histológicas de demencia frontotemporal no pueden diferenciarse, observándose

alteraciones neuropsicológicas similares tanto en la enfermedad de Pick, en la DFT

asociada al gen de la progranulina o en la DFT asociada al cromosoma 17, por

ejemplo. La presencia de determinados signos neurológicos parkinsonianos o de

algunos déficits cognitivos muy característicos contribuye al diagnóstico clínico, que a

veces resulta complejo en estadios iniciales.

169

La degeneración frontal en la variante frontal de la DFT se observa en la RM

en forma de atrofia cortical anterior, observándose el resto del córtex posterior más

preservado. Del mismo modo, el SPECT cerebral muestra un patrón característico de

hipofunción en ambos lóbulos frontales.

La variante frontal comienza por alteraciones conductuales y de la

personalidad y un déficit en las funciones ejecutivas, manteniendo preservadas las

habilidades cognitivas que dependen de circuitos y estructuras posteriores.

3.3.2. La afasia progresiva primaria

La afasia progresiva primaria (APP) describe un síndrome poco frecuente que

consiste en una alteración insidiosa y progresiva del lenguaje, en ausencia de otras

alteraciones cognitivas. Mesulam introdujo este término en los años ochenta y

estableció los criterios diagnósticos. En la actualidad se considera un síndrome clínico

que puede relacionarse con distintos trastornos neuropatológicos. La mayoría de los

pacientes con APP muestran una degeneración frontotemporal con tau positiva o

ubiquitina positiva, características de las demencias frontotemporales. Recientemente

se ha descrito una forma genética de la APP, con herencia autosómica dominante,

asociada al gen de la progranulina. El diagnóstico de APP implica la presencia de una

alteración progresiva e insidiosa del lenguaje, de aproximadamente dos años, tras los

cuales pueden comenzar a mostrarse otras alteraciones cognitivas, pero manteniendo

la afasia como déficit principal del cuadro. Los criterios de inclusión para la APP son,

según Mesulam, los siguientes: alteración del lenguaje como déficit más prominente, el

déficit del lenguaje es la causa principal de dificultades en las actividades de la vida

diaria y la afasia es el trastorno principal al comienzo de los síntomas y durante las

fases iniciales de la enfermedad. Los criterios que excluyen la APP son los siguientes:

los déficits se explican mejor por otras causas médicas u otra enfermedad

neurodegenerativa, el trastorno cognitivo se explica mejor por un diagnóstico

psiquiátrico, alteración inicial de la memoria episódica, o alteraciones visuoperceptivas

y alteración de conducta significativa inicial.

En la actualidad se distinguen tres tipos de APP: una variante no fluente, la

afasia progresiva primaria no fluente , una variante semántica, también denominada

demencia semántica y una variante donde predomina la anomia, denominada variante

logopénica.

También se han atribuido distintos patrones de afectación estructural en

estudios de neuroimagen con RM. De este modo, se ha descrito: una atrofia

170

perisilviana en la variante no fluente, una atrofia temporal anterior en la demencia

semántica y una atrofia temporoparietal en la variante logopénica.

En el año 2011 se publicaron los primeros criterios consensuados para el

diagnóstico de cada una de las variantes de la APP, producto del trabajo conjunto de

un grupo de investigadores entre los que se encuentra el propio Mesulam.

La afasia progresiva primaria es una enfermedad degenerativa que se

caracteriza por una alteración progresiva del lenguaje, que puede afectar a la

expresión, la denominación o al reconocimiento de las palabras, en ausencia de

otras alteraciones cognitivas, al menos durante los dos primeros años de evolución.

Afasia progresiva primaria no fluente

La afasia progresiva primaria no fluente (APPnf) se caracteriza por una

degeneración progresiva que afecta específicamente al córtex frontal izquierdo,

incluida el área de Broca. Los primeros síntomas consisten en una pérdida progresiva

de la capacidad expresiva del lenguaje y un déficit leve en algunas funciones

ejecutivas, sin que se alteren el resto de estructuras y funciones cognitivas. Durante

unos años, los pacientes evolucionan perdiendo progresivamente la capacidad de

comunicación a través del lenguaje hablado, mostrando una afasia progresiva de tipo

no fluido. La memoria, la comprensión del lenguaje y las habilidades visuoespaciales y

visuoperceptivas están preservadas, con lo que el paciente se muestra capaz de llevar

a cabo sus actividades de la vida diaria sin dificultad. Es muy frecuente la presencia de

apraxia del habla, es decir, un déficit en la planificación motriz del habla, a veces

presente desde las fases iniciales del déficit lingüístico. Los pacientes se muestran

agramáticos, con mucho esfuerzo en la producción y con falta de prosodia. Destaca la

presencia de parafasias fonémicas y dificultades en la denominación. El lenguaje

espontáneo se reduce significativamente. Presentan déficits en la comprensión de las

frases sintácticamente más complejas, como por ejemplo las frases pasivas, pero

mantienen la comprensión de frases simples.

El cuadro evoluciona hacia un déficit frontal más generalizado y, poco a poco,

hacia un deterioro global de las funciones cognitivas, que puede ocurrir al cabo de

largos años de presentar exclusivamente la degeneración focal. La RM muestra una

atrofia característica en el hemisferio izquierdo, que abarca a la ínsula, el giro frontal

inferior y las áreas premotora y motora suplementaria. Los criterios diagnósticos para

la APPnf según Gorno-Tempini y colaboradores (2011) son los siguientes:

Características diagnósticas : – Agramatismo en la producción del lenguaje. –

Esfuerzo, habla vacilante, con inconsistencias gramaticales. – Al menos presentes dos

171

de las tres características siguientes: alteración en la comprensión de frases

sintácticamente complejas, comprensión de palabras preservada, reconocimiento de

objetos preservado. Diagnóstico apoyado por neuroimagen : – Diagnóstico clínico de

variante no fluente. – La imagen debe mostrar una o más de las siguientes: atrofia

frontoinsular posterior izquierda en RM y hipoperfusión o hipometabolismo

frontoinsular posterior izquierdo en SPECT o PET. Diagnóstico con neuropatología

definida: – Diagnóstico clínico de variante no fluente. – Una de las características

neuropatológicas siguientes: evidencia histopatológica de una patología degenerativa

específica (DFT-tau, EA, etc.) y presencia de una mutación patogénica conocida.

Demencia semántica En la variante semántica, el síntoma principal es la pérdida del

conocimiento semántico, es decir, del significado de las palabras, y en concreto, de los

sustantivos. Por ese motivo, destaca una grave alteración en la denominación

(anomia), en relación con una fluidez verbal que está conservada. La comprensión de

palabras está alterada, sobre todo cuando se trata de palabras de uso poco frecuente,

y es la manifestación más evidente de la pérdida del conocimiento semántico. Los

pacientes no pueden comprender una palabra porque parecen no conocerla y se

comportan como si nunca la hubieran escuchado.

Tratando de explicar lo que le sucedía a su esposo, una mujer ponía el

siguiente ejemplo: “Cuando le pedí que me ayudara a sacar servilletas de la mesa,

entonces se quedó mirándome y dijo: ¿servilletas?, ¿qué es servilletas?”.

El déficit de comprensión, junto con la anomia, pueden ser las únicas

alteraciones que se observan en las fases iniciales. Los déficits semánticos están

presentes en diversas categorías (herramientas, personas, animales, flores...), aunque

algunos casos raros han presentado solamente déficits en una o dos categorías.

La lectura y la escritura están preservadas, pero se observa la presencia de

errores en forma de omisiones o errores fonológicos menores. El lenguaje es

gramaticalmente correcto, aunque no es infrecuente observar algunos errores

paragramáticos. La fluidez verbal se mantiene intacta, así como la capacidad para

repetir palabras o frases, la memoria reciente suele estar preservada o levemente

alterada y las habilidades visuoespaciales se encuentran intactas. Es frecuente que

desde el inicio los pacientes muestren cambios de conducta y de humor, entre los que

destacan la irritabilidad y la inadecuación en situaciones sociales. La demencia

semántica se ha asociado con atrofia en las porciones ventral y lateral del lóbulo

temporal anterior, que puede observarse de forma bilateral, pero siempre más

prominente en el hemisferio izquierdo.

172

Las mismas regiones muestran un hipofuncionalismo cuando se aplican

técnicas de neuroimagen funcional como el SPECT. Los criterios diagnósticos para la

variante semántica de la APP según Gorno-Tempini y colaboradores (2011) son los

siguientes:

Diagnóstico clínico:

– Alteración de la denominación por confrontación visual.

– Alteración de la comprensión de palabras.

– Al menos tres de las siguientes características: alteración en el

reconocimiento de objetos, particularmente de aquellos que son menos familiares,

alexia o agrafia muy leves, repetición preservada y fluidez verbal preservada.

Diagnóstico apoyado por neuroimagen:

– Diagnóstico clínico de variante semántica de APP.

– La imagen debe mostrar uno de los siguientes resultados: atrofia temporal

anterior predominante y hipoperfusión temporal anterior o hipometabolismo en SPECT

o PET.

Diagnóstico con patología definitiva:

– Diagnóstico clínico de variante semántica.

– Evidencia histopatológica de patología degenerativa específica (DFT-tau,

DFT-TDP, EA, otras).

Figura 21. Imágenes en MRI de un paciente con demencia semántica en las

que puede apreciarse la atrofia en el lóbulo temporal anterior del hemisferio

izquierdo en un corte axial y en otro coronal.

Tomado de Redolar, Blázquez y González (2013, p. 433)

173

– Presencia de una mutación genética conocida.

Variante logopénica

La variante logopénica de la afasia progresiva primaria se ha descrito más

recientemente y se caracteriza fundamentalmente por la alteración en la capacidad de

evocar palabras, tanto en el lenguaje espontáneo como en las tareas de denominación

de imágenes. La anomia se acompaña de una alteración significativa en la capacidad

de repetición de frases. Como consecuencia de la dificultad en encontrar las palabras,

el lenguaje espontáneo se muestra lento, con múltiples pausas en busca de la palabra

que se quiere decir, pero sin que se observe agramatismo y con una articulación de las

palabras intacta. Tampoco se muestran aprosódicos. A veces estos pacientes

muestran parafasias fonéticas en el lenguaje espontáneo y también en los intentos de

denominación. El déficit en la denominación no es tan grave como en la variante

semántica, y los errores que comenten suelen ser de tipo fonológico. La hipótesis de

que se trata de una alteración de la memoria fonológica a corto plazo explicaría el

hecho de que la repetición de frases está alterada, mientras que la reproducción de

palabras o frases cortas no presenta dificultades. Por el mismo motivo, muestran una

alteración en la comprensión de frases largas, más en relación con su longitud que con

su complejidad gramatical. Del mismo modo que sucedía en las otras dos formas de

APP, los pacientes mantienen estas alteraciones al menos durante dos años, antes de

que comiencen a aparecer otras alteraciones cognitivas, como el déficit de memoria o

alteraciones de tipo visuoespacial, que aun así, se mostrarán en menor grado que la

alteración en la denominación, que impedirá la comunicación verbal. Las dificultades

en encontrar la palabra suelen causar mucha ansiedad en los pacientes, que a veces

tienden a deprimirse en las fases iniciales, por la incapacidad para la comunicación,

aunque luego acaben mostrándose anosognósicos. Las imágenes típicas en la RM

son la presencia de atrofia más marcada en la unión temporoparietal: el córtex

temporal posterior, el giro supramarginal y el giro angular. Estudios histopatológicos

han mostrado que estos pacientes tienden a desarrollar una enfermedad de Alzheimer,

con lo que podría entenderse que la APP en su variante logopénica es una forma de

inicio atípica de esta. Los criterios diagnósticos para la variante logopénica de la APP

según GornoTempini y colaboradores (2011) son los siguientes: Diagnóstico clínico:

– Alteración de la evocación de palabras en el lenguaje espontáneo y en

tareas de denominación.

– Alterada la repetición de frases.

– Al menos tres de las siguientes características: errores fonológicos en el

lenguaje espontáneo, reconocimiento de objetos y comprensión de palabras

174

preservados, fluidez verbal preservada, sin dificultad en la producción del habla y

ausencia de agramatismo.

Diagnóstico apoyado por neuroimagen:

– Diagnóstico clínico de la variante logopénica de APP.

– La imagen debe mostrar al menos una de las siguientes: atrofia perisilviana

posterior izquierda o atrofia parietal en RM y hipoperfución o hipometabolismo

predominante perisilviano posterior o parietal en el SPECT o el PET.

Diagnóstico con patología definitiva:

– Diagnóstico clínico de variante logopénica de APP.

– Uno de los dos siguientes: evidencia histopatológica de una patología

neurodegenerativa específica (EA, FTLD-tau, otros) y presencia de una mutación

genética conocida.

Las tres formas de APP comparten la alteración del lenguaje como forma de

inicio y como síntoma principal. La exploración neuropsicológica resultará de especial

utilidad para aislar el déficit específico del lenguaje y valorar el estado del resto de

funciones cognitivas. Especialmente permitirá diferenciar el patrón de déficits y

contribuir a la clasificación en uno de los tres subgrupos de APP. Los cambios en la

neuroimagen estructural, si bien pueden observarse tempranamente con técnicas

específicas que permiten cuantificar el volumen del tejido cerebral en zonas

específicas, en la práctica clínica habitual pueden no ser evidentes en la simple

valoración del clínico, al menos en las fases iniciales. En la siguiente tabla se resumen

las principales alteraciones que se observan en las tres formas de APP, según Gorno-

Tempini.

APP no fluente Demencia semántica APP logopénica

Gramaticalidad Alterada Preservada Preservada

Articulación Alterada Preservada Preservada

Denominación Preservada Grave alteración con errores semánticos

Moderada alteración con errores fonéticos

Repetición Preservada Preservada Alterada con errores fonéticos

Comprensión textos y frases

Alterada en relación con la complejidad gramatical

Preservada Alterada en relación con la longitud de la frase

Comprensión palabras

Preservada Alterada Preservada

Reconocimiento de objetos

Preservada Alterada Preservada

Lectura/deletreo Preservada Alterada con Alterada con errores

175

ocasionales substituciones

fonéticos

Cuadro 09. Tomado de Redolar, Blázquez y González (2013, p. 433)

3.4. La demencia vascular

La demencia vascular representa la tercera causa de demencia después de la

enfermedad de Alzheimer y de la demencia con cuerpos de Lewy, aunque algunos

estudios la continúan situando en segundo lugar. Representa entre un 10 y un 20% de

todos los casos de demencia.

Consiste en la alteración cognitiva que se produce como consecuencia de la

presencia de lesiones vasculares cerebrales, suficientemente importante para producir

incapacidad de desenvolverse de forma autónoma en la vida diaria y para imposibilitar

a la persona para la toma de decisiones. Para poder diagnosticar una demencia

vascular, el paciente debe cumplir criterios de demencia y además presentar patología

vascular cerebral constatada con técnicas de neuroimagen. La patología vascular

susceptible de provocar demencia es variada e incluye multiinfartos subcorticales o

corticales, hemorragias o infartos amplios pero estratégicamente ubicados, entre otros.

Los factores de riesgo

vascular (dislipemia, hipertensión

arterial, diabetes, etc.) pueden

conducir a la aparición de patología

vascular cerebral y, como

consecuencia de ello, a padecer

una demencia, aunque debe

diferenciarse entre el deterioro

cognitivo vascular y la demencia

vascular. La diferencia entre ambas

radica en la forma en que los

déficits afectan al rendimiento en la

vida diaria. Los criterios

diagnósticos NINDS-AIREN para la

demencia vascular, ampliamente

utilizados en clínica y en

investigación, especifican:

– Alteración de la memoria

Figura 22. RM de un paciente con pequeños infartos

isquémicos cerebrales subcorticales. La acumulación

de pequeños infartos puede conllevar un deterioro

cognitivo que impida la autonomía personal y llegue

a considerarse una demencia.

Tomado de Redolar, Blázquez y González (2013, p.

437)

176

y en otros dos dominios, suficiente para alterar la capacidad funcional del individuo,

siendo esta alteración atribuible a los déficits cognitivos y no a déficits físicos.

– Evidencia de daño cerebrovascular reflejado por signos focales (por

ejemplo, sensoriomotores) y lesiones vasculares observadas en técnicas de

neuroimagen.

Aunque la mayoría de las veces la clínica permite diferenciar los momentos

que corresponden con los ictus, el daño cognitivo en la demencia vascular puede

cursar con lesiones cerebrales silentes. Esta sería una forma más insidiosa, producto

de la lesión en los pequeños vasos que se observa en RM, sobre todo en mayores de

65 años. Un estudio longitudinal llevado a cabo en Rotterdam demostró que las

personas con pequeños infartos silentes presentaban más deterioro cognitivo en los

siguientes cuatro años, doblaban el riesgo de demencia vascular y multiplicaban por

cinco la posibilidad de padecer un

infarto cerebral mayor. La

demencia vascular está asociada

directamente con la edad, puesto

que a mayor edad los factores de

riesgo de padecer alguna

patología vascular cerebral

aumentan, pero en algunos casos

puede observarse en personas

más jóvenes, como en el

CADASIL, una patología genética

producida por la mutación del gen

Notch 3 en el cromosoma 19, que

es una causa de demencia

vascular en adultos más jóvenes.

Se trata de una

enfermedad hereditaria

autosómica dominante en la que

los pacientes desarrollan un

proceso de afectación progresiva

de los vasos pequeños, con micro

infartos. Entre los síntomas más

importantes destacan la migraña, que suele comenzar en la tercera década, los

infartos cerebrales pequeños, con los déficits cognitivos correspondientes hasta llegar

a la demencia, y la presencia de síntomas psiquiátricos, entre los que destaca la

Figura 23. RM de una paciente de 47 años afectada

de CADASIL, con una afectación cognitiva y motora

grave. Puede observarse la lesión de la sustancia

blanca que bordea al sistema ventricular.

Tomado de Redolar, Blázquez y González (2013, p.

439)

177

depresión. Los síntomas motores y sensoriales se unen a los cognitivos, con una

evolución a brotes. Con cada infarto cerebral, aparecen nuevos síntomas, y el paciente

va perdiendo progresivamente la capacidad para deambular. En la RM se observa la

presencia de múltiples infartos lacunares, así como áreas de hipoxia subcorticales. En

algunos pacientes (un 10% aproximadamente), los déficits se van produciendo sin

llegar a identificar los infartos como tales.

3.4.1. Características clínicas

Los déficits y la evolución de los pacientes con demencia vascular pueden ser

variables, dependiendo de la causa de las lesiones y sobre todo de la localización de

estas. El daño resultante de las lesiones vasculares puede destruir estructuras

corticosubcorticales o puede quedar confinado a la sustancia blanca y los ganglios

basales, produciendo daño en circuitos específicos e interrumpiendo conexiones entre

redes que permiten sustentar funciones cognitivas y conductuales. En general, se trata

de una enfermedad que comienza de forma abrupta y sigue una evolución escalonada,

a diferencia de lo que sucede en otras demencias corticales como la EA. Los

familiares refieren periodos de estabilización, seguidos de pérdidas cognitivas más

marcadas. Se observan alteraciones neurológicas focales que afectan a la sensibilidad

o a las habilidades motrices, y la exploración del neurólogo permite observar claros

signos focales de disfunción cerebral. Destacan las alteraciones en la atención y la

memoria inmediata, mientras que la memoria episódica se mantiene más preservada

que en la EA. Los déficits en la evocación espontánea y las alteraciones en las

funciones ejecutivas afectan a la memoria de forma determinante, de forma que los

pacientes suelen mejorar mucho cuando se les proporcionan pistas de reconocimiento

en las pruebas de memoria. Otra característica de este tipo de demencia es el

enlentecimiento en la velocidad de procesamiento de la información. El déficit en el

resto de funciones cognitivas corticales es variable y depende de la localización de las

lesiones, pudiendo presentar apraxia, alteraciones del lenguaje y también alteraciones

perceptivas. Son muy frecuentes los síntomas depresivos, en parte como

consecuencia de los desequilibrios en los neurotransmisores que se producen tras las

lesiones, en parte debido a que estos pacientes preservan la conciencia de déficit, al

menos mientras no presentan un deterioro muy grave. También suelen mostrarse

apáticos, sin iniciativa, y a menudo los familiares suelen confundir estos síntomas con

tristeza o depresión. Otras veces presentan labilidad emocional, con tendencia al llanto

fácil ante escenas emotivas, o a veces, incluso ante determinados estímulos que no

tienen un carácter emotivo particular. El deterioro cognitivo en los pacientes con

demencia vascular se acompaña de una afectación motora progresiva. Presentan

178

torpeza en la pronunciación, una disartria cada vez más marcada y un déficit motor

progresivo que les acabará incapacitando para la deambulación.

En la demencia vascular podemos encontrar tanto síntomas corticales como

subcorticales, dependiendo de la causa y la localización de las lesiones que la

producen. Los déficits cognitivos cursan con enlentecimiento en el procesamiento de

la información y con alteraciones motoras y sensoriales, además de con otras

alteraciones cognitivas y psiquiátricas, entre las que destacan la depresión y la

apatía.

La demencia vascular, a diferencia de los otros tipos de demencia, es

susceptible de tratamiento, aunque entendamos por tratamiento la intervención sobre

los factores de riesgo vascular que acaban produciendo la demencia. En este sentido,

resulta de especial interés la detección temprana de la enfermedad, para tratar de

intervenir en la evolución.

3.5. La demencia subcortical

El concepto demencia subcortical se refiere al conjunto de alteraciones

cognitivas y conductuales que se producen como consecuencia del daño en las

estructuras subcorticales que afectan tanto a la sustancia blanca como a los núcleos

de la base. Albert y colaboradores en 1974 y Folstein en 1975 introdujeron el término

para referirse a las alteraciones cognitivas que presentaban los pacientes con parálisis

supranuclear progresiva y con enfermedad de Huntington, respectivamente. Ambas

son enfermedades que cursan con afectación de estructuras subcorticales y sirvieron

como modelo para explicar el conjunto de déficits que caracteriza a estos pacientes. El

denominado patrón subcortical, presente en la enfermedad de Parkinson, en la

esclerosis múltiple o en la patología vascular subcortical, por ejemplo, se diferencia de

las demencias con patrón cortical en las características generales de los déficits

cognitivos que se observan.

La demencia subcortical se caracteriza por una alteración en el recuerdo

espontáneo a largo plazo, pero con una codificación preservada, por lo que mejoran

con pistas y rinden bien en tareas de reconocimiento. Las funciones ejecutivas están

alteradas, reflejando la interrupción de los circuitos frontosubcorticales y de los

circuitos subcorticales que conectan las regiones posteriores con el córtex frontal.

Destacan la alteración en la capacidad de planificación, la formulación de hipótesis y

objetivos, la organización, la secuenciación de actividades, la abstracción y la

179

conceptualización. La atención focalizada y la atención sostenida también están

alteradas, así como la capacidad de autodirigir la conducta hacia la consecución de

una meta, o la capacidad de cambiar de una tarea o esquema mental a otro.

La afectación de la sustancia blanca y de algunas estructuras basales

producirá enlentecimiento psicomotor: bradicinesia y bradipsiquia, en algunas

patologías más marcadas que en otras. Estas alteraciones se observan en ausencia

de alteraciones propias de la afectación cortical, como afasia, agnosia o apraxia.

La exploración neurológica suele mostrar signos menores de focalidad

neurológica, debido a la disfunción de los núcleos basales o a la afectación de vías

subcorticales motoras. Las características clínicas incluyen alteraciones de la marcha,

frecuencia urinaria o incontinencia. Algunos pacientes muestran disartria o disfagia, o

muestran signos extrapiramidales sugestivos de parkinsonismo. Las lesiones en el

tracto piramidal de la cápsula interna puede provocar parálisis pseudobulbar, signo

característico de la parálisis supranuclear progresiva.

La demencia subcortical también cursa con alteraciones conductuales, entre

los que destacan la apatía y la falta de iniciativa, pero a veces también la irritabilidad u

otros signos de desinhibición frontal secundarios a la afectación de los circuitos

orbitosubcorticales. Los déficits pueden ser variados en función de las áreas o núcleos

más afectados. En la enfermedad de Huntington, la disfunción en el núcleo caudado

produce irritabilidad e impulsividad; en la enfermedad de Parkinson predomina la

depresión, y en la demencia vascular subcortical suele predominar la apatía y la

sintomatología depresiva.

Las principales demencias subcorticales son: enfermedad de Parkinson,

parálisis supranuclear progresiva, enfermedad vascular subcortical, degeneración

estrionígrica, síndrome de Shy-Drager, degeneración espinocerebelosa, calcificación

idiopática de los ganglios basales, enfermedad de Huntington, neuroacantocitosis,

enfermedad de Hallevorden-Spatz y gliosis progresiva subcortical.

Aunque el deterioro en la afectación subcortical incluye aquellas

enfermedades que afectan a estructuras o circuitos subcorticales, el término demencia

subcortical ha estado ampliamente debatido y en la actualidad se tiende a utilizar el

término frontosubcortical para caracterizar al patrón de deterioro de estas

enfermedades, que en definitiva, presentan la mayoría de los déficits como

consecuencia de la desconexión frontosubcortical.

3.6. Demencias priónicas

Las demencias priónicas o encefalopatías espongiformes constituyen un

grupo de enfermedades neurodegenerativas que se producen como consecuencia de

180

anomalías en la proteína priónica celular. Todas ellas son letales y de rápida evolución.

Afortunadamente, son enfermedades raras, que afectan aproximadamente a una

persona por cada millón de habitantes, y algunas ya han desaparecido. Las demencias

priónicas están constituidas por la enfermedad de Creuzfelt-Jakob, el insomnio fatal

familiar, el síndrome de Gerstman-StaüslerScheinken y el Kuru.

La enfermedad de Creuzfelt-Jakob (ECJ) es la más frecuente y puede

presentarse de forma esporádica, de forma hereditaria o por contagio directo a través

de material infectado utilizado en intervenciones quirúrgicas, como trasplantes de

córnea u otras intervenciones cerebrales. En 1996, se describió en Inglaterra una

variante nueva de la ECJ, conocida como la variante de las vacas locas, que se asocia

al consumo de carne de animales contaminados.

La ECJ cursa con una demencia cortical rápidamente progresiva, con un

máximo de dos años de vida después del diagnóstico. El proceso de deterioro

cognitivo es rápido y se acompaña de alteraciones neurológicas características, como

la presencia de mioclonias, parkinsonismo, ataxia o piramidalismo. Es frecuente la

presencia de alucinaciones e ideas delirantes. En el 80% de los casos el diagnóstico

se apoya en la presencia de la proteína 14-3-3 en el líquido cefalorraquídeo, aunque el

diagnóstico definitivo solamente es histológico.

El insomnio familiar fatal es un trastorno que se hereda de forma autosómica

dominante y que se asocia al codón 178 del gen PRNP (gen de la proteína priónica),

aunque se han descrito algunos casos esporádicos. Presentan una alteración que

afecta sobre todo al tálamo y al sistema reticular, además de a la capacidad para

conciliar el sueño.

Las fases habituales del sueño se ven reducidas a tan solo dos etapas: no

REM y REM, con la consiguiente falta de descanso y los efectos secundarios sobre el

sistema autonómico. Cursan con numerosos episodios confusionales y un deterioro

cognitivo subcortical de rápida evolución. La enfermedad de Gerstman-Strausser-

Scheinken es también una enfermedad hereditaria que solamente se da en unas

pocas familias. Su herencia es autosómica dominante y se produce por una mutación

del codón 102 del gen PRNP. Se caracteriza por la presencia de ataxia cerebelosa y

signos pseudobulbares. Es una demencia más tardía que en las anteriores. La vida

media es más larga, con una supervivencia de hasta tres años. El Kuru es una

enfermedad que se describió en 1957 en Papúa Nueva Guinea y que se producía

como consecuencia de las prácticas de canibalismo que se llevaban a cabo y que en

la actualidad están abolidas. Es una enfermedad altamente contagiosa, más frecuente

en las mujeres y en los niños, y cuyo curso evoluciona a una demencia rápida y a una

evolución aproximada de un año de duración.

181

RESUMEN

Después de haber visto los conceptos básicos relacionado a la

neuropsicología, veremos los daños neuropsicológicos y alteraciones de las funciones

superiores. Existen condiciones neurológicas que alteran el funcionamiento normal del

cerebro, entre las cuales se encuentran: Las enfermedades cerebrovasculares,

también conocidas como accidentes cerebrovasculares ( ACV ); los traumatismos

craneoencefálicos (TCE); los tumores cerebrales; las infecciones del sistema nervioso;

las enfermedades nutricionales y metabólicas; las enfermedades degenerativas; y la

epilepsia. En este capítulo encontrarás cada una de estas patologías, señalando sus

características principales y su forma de evolución.

En los síndromes prefrontales, las características específicas de este

síndrome pueden variar de acuerdo con la localización precisa del daño y su

extensión; cabe resaltar que las regiones prefrontales se enfatiza su papel básico en la

planeación, organización y control del lenguaje, la memoria, la percepción, y demás

formas de actividad cognoscitiva.

En la antigüedad ya se intuía la existencia de posibles diferencias entre

ambos hemisferios cerebrales en los seres humanos, lo que se llama Asimetría

Crerebral.

Existen otras alteraciones con respecto al lenguaje (afasia, alexia y agrafias)

. Las alteraciones del lenguaje es un tema complejo y ámoliamente estudiado. Entre

dichas alteraciones del lenguaje, se encuentra la afasia, que se puede definir como

una perturbación en la comunicación verbal causada por lesiones cerebrales

circunscritas. Frecuentemente se asocia con alexia, agrafia y acalculia.

La alexia se refiere a una alteración en la habilidad para leer consecuente a

una lesión cerebral, de la cual se desprenden distintas formas de alexia, dependiendo

del daño. Mientras que la agrafia (defecto adquirido en la escritura como consecuencia

de una lesión cerebral) tiende a correlacionarse estrechamente con los cuadros

afásicos, es decir, el defecto en el lenguaje oral se manifiesta igualmente en la

escritura: pacientes con afasia de Broca presentan una escritura agramática, en tanto

que las afasias posteriores se manifiestan en cambios literales en la escritura

(paragrafias literales), pérdida del contenido semántico, etc.

182

Por otro lado están las alteraciones perceptivas (AGNOSIA); las gnosias son

procesos de reconocimiento de los estímulos gracias a la función integradora de las

áreas de asociación del cerebro, en colaboración con diversas estructuras corticales y

subcorticales. La lesión de las áreas asociativas puede impedir la atribución de

significado a los estímulos sensoriales, provocando agnosia.

183

AUTOEVALUACIÓN

1. La lesión bilateral de ..... puede producir amnesia anterograda severa

y cuando las lesiones de ..... se extienden a las regiones adyacentes la severidad de

los problemas de memoria aumentan.

a) Ganglios basales

b) El hipocampo

c) La amígdala

d) Tálamo

2. Los ACV se dividen en:

a) Hemorragico y trombótico

b) Hemorragico e isquémico

c) Embólico y trombótico

d) Isquémico y embólico

3. La función ejecutiva se encuentra en:

a) Lóbulo frontal

b) Lóbulo parietal

c) Lóbulo temporal

d) Lóbulo occipital

4. Phineas Gage, es un claro ejemplo de

a) Desconexión interhemisférica

b) Sindrome prefrontal

c) Agnosia

d) Amnesia

5. El miembro fantasma es un síndrome que sufren las personas a las que se

le ha amputado alguna extremidad, y se caracteriza por el hecho de que los individuos

dicen sentir frío, calor, presión, humedad, sudor, cosquilleos, y más aún, dolor, en el

miembro que fue amputado.

Falso Verdadero

6.- La Afasia de Brogra corresponde a un problema de lenguaje:

a.- Comprensivo

b.- Expresivo

c.- Coprensivo-expresivo

7. La afasia de conducción se caracteriza por:

a.- graves alteraciones de la comprensión

b.- alteración de la repetición

c.- habla poco fluida

184

8. Uno de los siguientes tipos de afasia se caracteriza por habla no fluida,

dificultad de comprender el lenguaje e incapacidad de repetición:

a.- afasia de Wernicke

b.- afasia de Broca

c.- afasia global

9.- El hipocampo...

a.- es necesario para la evocación de recuerdos a LP

b.- participa en la conversión de la memoria a corto plazo en memoria a largo

plazo

c.- es el lugar donde se encuentra la memoria de trabajo

185

SOLUCIONARIO DE LA AUTOEVALUACIÓN

1b, 2b, 3a, 4a, 5v, 6b, 7b, 8c, 9 b

186

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ardila, A. y Ostrosky, F. (2012). Guía para el diagnóstico neuropsicológico.

Recuperado de

http://www.ineuro.cucba.udg.mx/libros/bv_guia_para_el_diagnostico_neurop

sicologico.pdf

Ardila, A., y Rosselli, M. (2007). Neuropsicología clínica. México: Editorial El

Manual Moderno. Recuperado de

http://site.ebrary.com/lib/bibliocauladechsp/reader.action?docID=10779715&

ppg=30

Portellano, J. A. (2005). Introducción a la neuropsicología. España:

McGraw-Hill España. Recuperado de

http://site.ebrary.com/lib/bibliocauladechsp/reader.action?docID=10498361&

ppg=54

Redolar, R. D., Blázquez, A. J. L., y González, R. B. (2013).

Neuropsicología. España: Editorial UOC. Recuperado de

http://site.ebrary.com/lib/bibliocauladechsp/reader.action?docID=10831840&

ppg=408

187

TERCERA UNIDAD:

EVALUACIÓN, INFORME Y

REHABILITACIÓN

NEUROPSICOLÓCA

188

CAPÍTULO III: EVALUACIÓN, INFORME Y

REHABILITACIÓN NEUROPSICOLÓCA

Para el desarrollo del Capítulo III la información se tomará de:

Ardila, A. y Ostrosky, F. (2012). Guía para el diagnóstico

neuropsicológico. Recuperado de

http://www.ineuro.cucba.udg.mx/libros/bv_guia_para_el_diagnostico

_neuropsicologico.pdf

Romero, E., Y Vazquez, G. (2002). Actualización en neuropsicología

clínica. Argentina: Editorial Nobuko.

3.1 EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA

Según Ardila y Ostrosky (2012, p. 171- 277)

La exploración neuropsicológica debe incluir la evaluación de diversos

procesos o dominios cognoscitivos. Las áreas que se deben evaluar incluyen el estado

de alerta, la habilidad intelectual general, orientación y atención, funciones lingüísticas,

funciones espaciales y visoperceptuales, habilidades viso-motoras y construccionales,

memoria, funciones ejecutivas (formulación de metas, planeación y ejecución de

planes dirigidos hacia una meta, razonamiento conceptual y abstracto) y finalmente, el

estado afectivo. (...)

Para la selección de pruebas que serán utilizadas durante la evaluación, es

necesario que estas cumplan criterios psicométricos de adecuada confiabilidad y

validez para describir las habilidades e inhabilidades cognoscitivas de un individuo.

Es importante tomar en cuenta la educación y la edad para hacer una

interpretación de los resultados. La evaluación en un idioma diferente y personas con

valores y culturas diferentes (inclusive en actividades de la vida diaria) afecta los

resultados. Un gran número de escalas funcionales incluyen reactivos inapropiados

para la población hispanohablante de bajos ingresos económicos como por ejemplo, si

pueden firmar cheques, manejar lavadora de trastes, calcular cantidades de recetas,

etc. (Ostrosky-Solís Canseco, Quintanar, Meneses & Ardila, 1985; Ostrosky-Solís,

Ardila, Rosselli, López & Mendoza, 1998).

Del mismo modo, los estados afectivos incluyendo la depresión pueden

afectar la ejecución en las pruebas neuropsicológicas y arrojar un perfil semejante a

189

pacientes con demencia progresiva. La identificación de estos pacientes es muy

importante porque el cuadro demencial puede ser reversible con tratamiento

farmacológico. El diagnóstico neuropsicológico con datos cualitativos puede ayudar a

realizar un diagnóstico diferencial.

A continuación se describen las áreas que se evalúan en un examen

neuropsicológico. En el que se incluyen algunas de las pruebas diagnósticas utilizadas

en neuropsicología.

ALERTA Escala de Coma de Glasgow (Teasdale & Jannett, 1974). Escala Comprensiva del Nivel de Conciencia (Stanczak, White, Gouvier, Moehle, Daniel, Novack & Long, 1984).

FUNCIONES MOTORAS Fuerza (Reitan & Wolfson, 1985). Lateralidad Inventario Modificado de Lateralidad Annett (Annett, 1970).

ORIENTACIÓN Orientación Tiempo (Neuropsi, Ostrosky, Ardila, Rosseli, 1999; Neuropsi Atención y Memoria, Ostrosky, Gomez-Perez, Matute, Rosseli, Ardila & Pineda, 2007; Escala de Memoria Wechsler III, Wechsler, 1997). Orientación Persona (Neuropsi, Ostrosky et al., 1999; Neuropsi Atención y Memoria, Ostrosky et al, 2007; Escala de Memoria Wechsler III, Wechsler, 1997). Orientación Espacio (Neuropsi, Ostrosky et al., 1999; Neuropsi Atención y Memoria, Ostrosky et al, 2007; Escala de Memoria Wechsler III, Wechsler, 1997). El Test de Orientación Temporal de Benton (Benton, Sivan, Hamsher, Varney & Spreen, 1994b). El Test de Orientación y Amnesia de Galveston (Levine, O'Donnell & Grossman, 1979).

ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN ATENCIÓN INMEDIATA Retención de Dígitos (Neuropsi, Ostrosky et al., 1999; Neuropsi Atención y Memoria, Ostrosky et al, 2007; Escala de Memoria Wechsler III, Wechsler, 1997). Cubos de Corsi (Corsi, 1972). (Kaplan, Fein, Morris & Dellis, 1991). Examen Mental Breve (MMSE) (Folstein, Folstein & Mchugh, 1975)

MEMORIA MEMORIA INMEDIATA (Neuropsi, Ostrosky et al., 1999; Neuropsi Atención y Memoria, Ostrosky et al, 2007; Escala de Memoria Wechsler III, Wechsler, 1997). MEMORIA DE TRABAJO (Neuropsi, Ostrosky et al., 1999; Neuropsi Atención y Memoria, Ostrosky et al, 2007; Escala de Memoria Wechsler III, Wechsler, 1997). MEMORIA A CORTO PLAZO (Neuropsi, Ostrosky et al., 1999; Neuropsi Atención y Memoria, Ostrosky et al, 2007; Escala de Memoria Wechsler III, Wechsler, 1997). MEMORIA EPISÓDICA VERBAL Prueba de Aprendizaje Verbal de Rey (Rey Auditory Verbal Learning Test RAVLT, (Schmidt, 1996). Test Verbal de California (California Verbal Learning Test CVLT, Delis, Kramer, Kaplan & Ober, 1987). Escala de Memoria Wechsler III (Wechsler, 1997). MEMORIA A CORTO PLAZO NO VERBAL Figura de Rey-Osterreith (Osterreith, 1944).

190

MEMORIA A LARGO PLAZO Entrevista de Memoria Autobiográfica (Kopelman, Wilson & Baddely, 1990). MEMORIA SEMÁNTICA (Neuropsi, Ostrosky et al., 1999; Neuropsi Atención y Memoria, Ostrosky et al, 2007; Escala de Memoria Wechsler III, Wechsler, 1997; WAIS III (The Psychological Corporation, 2002). MEMORIA PROSPECTIVA Prueba de Memoria Conductual Rivermead (Wilson, Baddeley, Cockburn & Hiorns, 1989, 1991).

LENGUAJE Examen Diagnóstico de Afasia de Boston (Goodglass & Kaplan, 1983). Batería de Afasia Western (Western Aphasia Battery WAB, Kertesz, 1982). Prueba de Denominación Boston (Kaplan, Goodglass & Weintraub, 1983). Test de las Fichas (Token test) (De Renzi & Vignolo, 1962). Fluidez Verbal (Ostrosky et al., 1999, 2007; Thurstone, 1938). Test de Vocabulario en Imágenes Peabody (Peabody Picture Vocabulary Test Third Edition [PPVT-III], Dunn, 1959).

LECTURA Esquema de Diagnóstico Neuropsicológico (Ardila & Ostrosky, 2000).

ESCRITURA Esquema de Diagnóstico Neuropsicológico (Ardila & Ostrosky, 2000).

CÁLCULO Esquema de Diagnóstico Neuropsicológico (Ardila & Ostrosky, 2000). Batería Espacial-Cuantitativa Boston. Subtest de Cálculo (Goodglass & Kaplan, 1983).

HABILIDADES MOTORAS COMPLEJAS Y HABILIDADES VISO-ESPACIALES Batería Espacial-Cuantitativa Boston. Subtest de déficits construccionales (Goodglass & Kaplan, 1983). Batería Espacial – Cuantitativa Boston. Subtest de Apraxia. (Goodglass & Kaplan, 1983). Batería Occidental de Afasia. Subtest de Apraxia (Kertesz, 1982) Grooved Pegboard (Matthews & Klove, 1964).

HABILIDADES VISOPERCEPTUALES COMPLEJAS (GNOSIAS) Test de Reconocimiento Facial (Benton & Van Allen, 1968) Prueba de Retención Visual de Benton (BVRT-5) (Benton, 1974)

FUNCIONES EJECUTIVAS (FE) Prueba de Stroop (Stroop, 1935; Golden 1978) Laberintos de Porteus (Porteus, 1959) Tarea de apuesta de “Iowa.” Iowa Gambling Task” (IGT) (Bechara, Damasio, Damasio & Anderson, 1994) Test de Clasificación de Cartas de Wisconsin (Wisconsin Card Sorting Test) (Grant & Berg, 1948) Torre de Hanoi (Dehaene & Changeux, 1997) Generación de Categorías Semánticas (Delis, Squire, Bihrle & Massman, 1992) Cuestionarios de Funciones Ejecutivas (Grace & Malloy, 2001; Gioia, Isquith, Guy & Kenworthy, 2000; Wilson, Alderman, Burgess, Emslie & Evans, 1996).

PROBLEMAS AFECTIVOS Inventario Neuropsiquiátrico (NPI) (Cummings, Mega & Gray, 1994) Índice de Ansiedad de Beck (Beck, Epstein, Brown, 1988) Inventario de Depresión de Beck (Beck, Steer & Brown, 1996) Escala de Depresión Geriátrica (GDS) (Yesavage et al., 1983)

Cuadro 10. Algunas áreas cognoscitivas y pruebas frecuentes de evaluación en neuropsicología. Tomado de Ardila y Ostrosky (2012, p.172-174)

191

ALERTA

Es necesario determinar comportamentalmente el nivel de conciencia y

estado general de activación. Los trastornos metabólicos, las lesiones frontales y

parietales pueden afectar el estado de alerta. Es inútil tratar de llevar a cabo una

evaluación detallada del funcionamiento cognoscitivo en un paciente somnoliento o en

el que existe fluctuación en su estado de alerta. Es importante reportar el nivel de

activación que muestra el paciente durante la valoración con términos como por

ejemplo “alerta y cooperativo”, o “cooperativo pero somnoliento”, o “con tendencia a la

somnolencia si no es estimulado”.

La Escala de Coma de Glasgow (Teasdale & Jannett, 1974)

Objetivo

Diagnóstico de la profundidad del estado de coma, se usa a nivel mundial

para clasificar la severidad del daño neurológico.

Descripción

Es una de las escalas objetivas más utilizadas para evaluar el nivel de alerta.

Es considerada una herramienta útil para evaluar a todos los pacientes que están

potencialmente en riesgo de deterioro neurológico, sin tener en cuenta la patología

primaria (Aulten & Crawford, 1998). Consiste en la evaluación de tres criterios de

observación clínica: la respuesta ocular, la respuesta verbal y la respuesta motora.

Tiene una consistencia interna moderada (.69), buena confiabilidad test-retest (.85) e

interjueces (.95). Se requiere de poco entrenamiento para su administración.

Administración

Se puede administrar en cuanto el paciente es ingresado al servicio médico,

no se requiere instrumentos o materiales especiales para evaluar las conductas

solicitadas en las tres subescalas.

Tiempo de administración Aproximadamente 5 minutos

Calificación

192

Aporta un dato numérico que indica el estado de alerta basado en las

respuestas oculares, respuestas verbales y respuestas motoras. La puntuación total

varía de 3 a 15 puntos. Se otorgan 3 puntos a la persona que no presenta respuesta

motora o verbal o de apertura de ojos ante estímulos dolorosos; obtiene 15 puntos

aquel paciente que está orientado, sigue instrucciones y abre espontáneamente los

ojos; los pacientes que no siguen instrucciones, no abren sus ojos o no hablan,

pueden obtener una puntuación menor o igual a 8. Los criterios a puntuar de la escala

pueden ser vistos en el Cuadro 11. De acuerdo con la puntuación obtenida se clasifica

el estado de coma como menor (15), leve (13-15 ó 13-14), moderado (9-12) o severo

(3-8).

Criterio Puntuación

Respuesta Ocular

Apertura espontánea Apertura con las órdenes verbales Apertura de ojos con el dolor No respuesta

4 3 2 1

Respuesta Motora

Obedece órdenes Localiza el dolor Retirada al dolor Respuesta flexora al dolor Respuesta extensora al dolor No respuesta

6 5 4 3 2 1

Respuesta Verbal

Orientado Confuso Lenguaje inapropiado Sonidos incomprensibles No respuesta verbal

5 4 3 2 1

Total 3-15

Cuadro 11. Muestra los criterios diagnósticos de la Escala de Coma de Glasgow para determinar nivel de alerta. Tomado de Ardila y Ostrosky (2012, p. 176)

(...)

FUNCIONES MOTORAS

Es necesario observar si el sujeto no presenta defectos motores o

sensoriales, en cuyo caso la calificación correspondiente pierde toda validez.

Básicamente, una prueba de diagnóstico neuropsicológico está diseñada para explorar

la actividad psicológica que depende fundamentalmente de la integridad de zonas

secundarias y terciarias de la corteza cerebral, y no la agudeza sensorial o la

integridad motora. Los trastornos del movimiento asociados a paresias (debilidad),

ataxia (incoordinación) y corea no forman parte de la valoración neuropsicológica,

193

excepto como factores que pueden impedir la ejecución. Sin embargo la evaluación de

la fuerza, la velocidad y la coordinación están diseñadas para localizar lesiones o

predecir la ejecución con objetivos vocacionales.

Fuerza

Se pide al paciente que apriete los dedos medio e índice del experimentador,

de forma simultánea con ambas manos y que mantenga la presión hasta que se le

indique (aproximadamente 10 segundos) (Reitan & Wolfson, 1985). Generalmente la

diferencia entre la mano dominante y la no dominante es pequeña, alrededor del 10%

sin embargo la disminución significativa puede estar asociada con lesiones de

motoneurona superior (con hipertonía e hiperreflexia), que corresponde a la alteración

en la región precentral contralateral a la mano afectada. En las lesiones prefrontales el

paciente mantiene la presión (presión forzada).

Lateralidad

Toda evaluación neuropsicológica supone siempre, como punto de partida, la

información relativa a la dominancia lateral del sujeto (destreza-zurdera).

El método más empleado, aunque no necesariamente el mejor, se refiere a la

mano que el sujeto utiliza durante la escritura. No todos los pacientes que acuden a un

servicio neuropsicológico saben y pueden escribir, y las presiones para utilizar la mano

derecha siguen siendo poderosas, aún en la actualidad. Se recomienda aclarar

siempre qué mano, pie, ojo y oído utiliza el sujeto para realizar las siguientes

actividades:

1. Con la mano: escribir, sacar un cerillo de una caja, cortar con unas tijeras,

lanzar una pelota (o golpear un clavo con un martillo).

2. Con el pie: patear una pelota.

3. Con el ojo: mirar a través de un orificio.

Cada uno de estos puntos puede clasificarse en una de tres categorías:

derecha, izquierda o mixta. Generalmente, para la mano y el pie basta con preguntar al

sujeto de qué forma realiza cada una de estas actividades, ya que este responde con

194

la mano correspondiente. Puede también observarse cómo realiza el paciente estas

actividades cuando el objeto está presente (con que mano escribe; si saca un cerillo

de una caja, con qué mano lo hace, etc.). Un índice de dominancia lateral (IDL) podrá

derivarse fácil y rápidamente calificando con un punto positivo las actividades que el

sujeto ejecuta con la mano (pie, ojo, oído) derecha, o con 0 (cero) igualmente, con la

derecha o la izquierda y con (menos uno) aquellas para las cuales existe una

preferencia izquierda, y dividiendo la suma por el total de actividades calificadas (ya

que no todas ellas son siempre calificables: el sujeto puede no saber escribir, o

presentar defectos motores o sensoriales). Un valor de + 1 indicaría una preferencia

lateral derecha de forma completa; y un valor de -1, una preferencia lateral izquierda

de forma también completa. Los valores intermedios entre + 1 y – 1, señalarían una

mayor dominancia lateral cruzada. Además de la lateralidad del sujeto, es

recomendable conocer, en la medida de lo posible, la dominancia lateral de los

familiares directos (padres y hermanos, si hay algún zurdo o ambidiestro). (...)

ORIENTACIÓN

Permite establecer el nivel de conciencia y estado general de activación. Es la

conciencia de sí mismo con relación a sus alrededores. Requiere de una confiable

integración de la atención, percepción y memoria. Un deterioro en el proceso

perceptual o en la función de la memoria puede desencadenar en un defecto

específico de orientación. Su dependencia con las diferentes actividades mentales,

hace que la orientación sea extremadamente vulnerable a los efectos de una

disfunción cerebral (Lezak et al., 2004). El defecto en orientación es uno de los

síntomas más frecuentes de una alteración cerebral y lo más común es el deterioro en

la orientación de tiempo y espacio. Durante la valoración neuropsicológica, se

establece la orientación en tiempo, espacio y persona.

La orientación en tiempo y espacio son una medida de memoria reciente ya

que evalúan la habilidad del paciente para aprender y recordar cambios constantes en

estas esferas.

La orientación en tiempo. Debe incluir el día de la semana, la fecha, el mes y

el año. El día exacto es un dato poco sensible ya que sujetos neurológicamente

intactos frecuentemente no recuerdan la fecha exacta. La desorientación temporal es

frecuente en estados confusionales agudos como por ejemplo en el delirio asociado a

trastornos metabólicos o daño cerebral difuso. También se presenta con frecuencia en

195

pacientes con demencia moderada y severa asociado a una combinación de

alteraciones atencionales y mnésicas.

La orientación en el espacio. Se relaciona con el lugar en donde se encuentra

el paciente (consultorio, hospital, casa hogar), dirección, zona de la ciudad.

La orientación en persona. Se relaciona con la información de su edad, la

fecha de nacimiento, estado civil, años de casado, número de hijos, nietos etc.

La evaluación formal de la orientación es un componente del examen mental

y se encuentra incluido en diversas pruebas como el Neuropsi (Ostrosky et al., 1999),

el Neuropsi Atención y Memoria (Ostrosky et al, 2003) y la Escala de Memoria

Wechsler III (Wechsler, 1997). (...)

ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN

En la evaluación de la integridad de las funciones cognoscitivas es necesario

establecer la habilidad del paciente para enfocar y sostener la atención, antes de

evaluar funciones más complejas como la memoria, el lenguaje o la capacidad de

abstracción.

La atención es una función compleja que interrelaciona con diversos procesos

cognitivos, asignando recursos para que la tarea que se lleva a cabo se realice de

manera eficaz. Comúnmente, pueden diferenciarse tres componentes: selección,

vigilancia y control. El normal funcionamiento de estos tres aspectos va a permitir al

sujeto ejecutar y mantener una conducta dirigida a una meta.

En la actualidad existen diversas pruebas que sirven para realizar

evaluaciones neuropsicológicas de la atención en poblaciones normales y con

patología tanto en niños, como en adultos y ancianos. El Neuropsi Atención y Memoria

(Ostrosky et. al, 2003, 2007) es un instrumento que explora de manera sistematizada

los procesos de atención, memoria y funciones ejecutivas y cuenta con datos

normativos de acuerdo a edad (6 a 85 años) y a escolaridad (0 a 24 años) en

población hispanohablante. (...)

NIVEL COGNOSCITIVO GENERAL

196

Actualmente existen diversos tipos de instrumentos que fueron diseñados

para medir el funcionamiento intelectual como son: la Escala de Inteligencia Wechsler,

escalas que miden el deterioro en el funcionamiento cognoscitivo como por ejemplo; el

examen Minimental de Folstein e instrumentos que miden un amplio rango de

funciones cognoscitivas i.e. Neuropsi, el Neuropsi Atención y Memoria y Escala

Neuropsicológica para la Evaluación de Lóbulos frontales y Funciones Ejecutivas.

Las Escalas de Inteligencia Wechsler para adultos (WAIS IV) y para niños

(WISC IV) aportan un puntaje total, un CI verbal y un CI ejecutivo. El CI verbal incluye

pruebas de información, vocabulario, semejanzas, comprensión, aritmética y retención

de dígitos. El CI ejecutivo está integrado por las subpruebas de dibujos incompletos,

diseño con bloques, ensamble de objetos o matriz de razonamiento, arreglo de

historietas y claves.

Se puede obtener también un índice de comprensión verbal, un índice de

organización perceptual, un índice de memoria de trabajo o libre de distractibilidad y

un índice de rapidez de procesamiento. (...)

MEMORIA

En el examen de la memoria es fundamental evaluar las diferentes variables

que intervienen en el proceso del examen de la memoria:

• Según la distinción basada en el tiempo o duración: memoria inmediata,

memoria de corto y memoria de largo plazo. La duración se refiere al tiempo en el que

la información permanece en el almacenaje. La memoria a largo plazo también

denominada memoria secundaria mantiene la información en un almacenaje

permanente y tiene capacidad ilimitada. La información se puede mantener por

minutos o hasta años después de la exposición inicial sin la necesidad de un

procesamiento activo. La memoria a corto plazo también denominada memoria

primaria es lo que las personas mantienen en la mente antes de ser interrumpidos o

distraídos.

• Modalidad de Presentación: se presenta material en forma visual, auditiva,

táctil o motora.

• Etapas: codificación, almacenamiento y evocación.

• Naturaleza del material: pueden ser palabra, párrafos, o material no verbal

como diseños geométricos, laberintos o caras.

197

• Tipo de presentación: se refiere a si la memorización es en un solo ensayo o

si tiene lugar durante varios ensayos.

• Tiempo de evocación: puede ser inmediata o con intervalos variables de

demora.

• Tipo de Evocación: puede ser espontánea cuando el sujeto recuerda

libremente la información; serial, se le pide que recuerde la información en el mismo

orden en el que fue presentado, con claves que facilitan el recuerdo del material ya

sea por reconocimiento (se presentan las palabras dentro de una lista que incluye más

palabras y el sujeto reconoce si estaban o no presentes), o proporcionando claves

como categorías semánticas (frutas, animales y partes del cuerpo).

• Tipo de memoria: si es memoria episódica o semántica (Tulving 1972). La

primera hace referencia a la experiencia personal, única, con una codificación espacio-

temporal (dónde y cuándo) mientras que la memoria semántica corresponde a la

información acerca de las estructuras lógicas y al almacenaje de palabras aprendidas.

Memoria dependiente del tiempo

Memoria a corto plazo (memoria de trabajo)

El almacenamiento limitado de la información (7 + 2 ítems) por periodos restringidos de tiempo (hasta unos cuantos minutos).

Memoria a largo plazo Memoria ilimitada sin restricciones.

Memoria dependiente del contenido (todas involucran a la memoria a largo plazo)

Memoria declarativa Basada en conocimientos explícitos.

Memoria episódica Almacenamiento de eventos referidos a un tiempo y lugar.

Memoria semántica Almacenamiento de hechos.

Memoria no declarativa

Memoria implícita, no requiere de la memoria episódica.

Memoria de Procedimiento Adquisición de habilidades perceptivo motoras y el aprendizaje de reglas y secuencias.

Priming (facilitación)

Incremento en la capacidad de evocación debido a la exposición previa a la información sin un aprendizaje explícito.

Memoria Cotidiana Constructos funcionales de la memoria.

Memoria prospectiva Recordar las acciones que se deben realizar.

Metamemoria Consciencia acerca del funcionamiento de la propia memoria.

Amnesia

Amnesia anterógrada Dificultad en la adquisición de nueva información

198

después de un daño cerebral.

Amnesia retrógrada

Dificultad en recordar la información previamente almacenada después de un daño cerebral.

Amnesia postraumática

Periodo de confusión con dificultad en recordar eventos momento a momento, usualmente después de una disminución del estado de consciencia.

Cuadro 12. Diferentes tipos de memoria (Adaptado de Solhberg y Mateer, 2001). Tomado de Ardila y Ostrosky (2012, p. 204-205)

(…)

LENGUAJE

En la evaluación del lenguaje, para poder determinar clínicamente una

clasificación afásica en una forma cualitativa, se deben utilizar diversos parámetros

lingüísticos: lenguaje oral (fluente o no fluente), comprensión, repetición y

denominación. A continuación se describe un ejemplo de este tipo de diagnóstico

informal.

1. Lenguaje espontáneo. Se evalúa la producción del lenguaje para analizar

sus características y clasificarlo como fluente o no fluente. Utilizando preguntas

abiertas del tipo: ¿Cómo le va?, ¿Cómo llegó hasta el consultorio?, ¿Qué ha hecho

esta mañana? ¿Qué es lo que le ocurrió?, ¿En qué trabaja usted?

2. Comprensión. Se evalúa la comprensión de distintos tipos de órdenes

graduadas por niveles de dificultad:

Órdenes simples:

Cierre los ojos, abra la boca, toque sus orejas.

Señale:

La puerta/ la mesa/ la silla/ el cuadro/ la pluma, la nariz/ las orejas/ la boca/

las cejas/ la lengua, el color rojo/ verde/ blanco/ azul/ negro.

Órdenes semicomplejas:

Mire detrás de usted, señale arriba y después el suelo, deme su reloj

Órdenes complejas:

Con el dedo pequeño de la mano izquierda, tóquese la oreja derecha; el papel

grande me lo da a mí, el mediano lo tira al suelo y el pequeño póngaselo en el bolsillo.

3. Denominación. Se señalan diferentes objetos para que el paciente los

nombre. No debe describir la funcionalidad del objeto ni explicar sus características,

simplemente debe nombrarlo, por ejemplo: diga el nombre de... (señalándolo) el

zapato/ la mesa/ la silla/ la nariz/ la pluma.

4. Repetición. El paciente debe de repetir después del evaluador, las

siguientes sílabas, palabras y enunciados:

Sílabas

199

PA/ TA/ KA/ MA/ NA/ FA/ RA/ ÑA/ PRA/ TRA.

Palabras

Casa/ coche/ camello/ bicicleta/ hipopótamo.

Enunciados

Hace calor.

María come galletas.

El río lleva mucha agua porque hoy llovió.

Juan come manzanas en la casa de su abuelo.

Esta estrategia de evaluación es suficiente para hacer un diagnóstico del

síndrome afásico con su correlación clínico-topográfica. Por ejemplo, al evaluar el

lenguaje espontáneo, por la longitud de la frase se determina si es fluente (posterior) o

no fluente (anterior.) Se debe observar si hay agilidad articulatoria (lesión en la región

anterior: articulación pobre), la prosodia, la gramática, si existen parafasias y la

pragmática del lenguaje (si respeta turnos, hace contacto visual, etc.). Los parámetros

de comprensión, denominación y repetición, igualmente deberán ser desglosados para

su análisis posterior. (...)

ESCRITURA (Esquema de Diagnóstico Neuropsicológico Ardila & Ostrosky,

2000)

El tipo de errores se puede determinar a través de la escritura espontánea,

escritura al dictado y deletreo oral.

• Escritura espontánea: se puede pedir al paciente la escritura de una oración

o pequeño párrafo acerca de lo que hicieron el día anterior, si no son capaces de

recordar algo sugiera una descripción de su casa. Se analizan las alteraciones en la

formación de letras, ortografía y composición sintáctica. Es frecuente que la escritura

del nombre y de la firma se encuentre intacto ya que estos son actos motores

automatizados para los que existe un sobreentrenamiento.

• Escritura al dictado: para analizar el tipo de error lingüístico se puede dictar

palabras regulares e irregulares.

• Deletreo oral: si la alteración de la escritura es motora en donde las letras

están pobremente formadas, ilegibles o invertidas se puede checar el deletreo oral, el

cual se encuentra intacto en agrafias dispráxicas y espaciales. La interpretación

cualitativa del tipo de errores, el análisis de la discrepancia entre la calidad de la

escritura por copia y la escritura al dictado, podrá aportar importante información

acerca de áreas cerebrales involucradas.

CÁLCULO

Es importante evaluar la lectura y escritura de números antes de evaluar la

capacidad de ejecutar cálculos aritméticos. Por ejemplo, lectura de números simples

200

(7, 2, 9, etc.) y complejos (27, 98, 109, 3008, 100003) y escritura de números al

dictado. Si se presentan errores se puede evaluar el reconocimiento (señale el número

5 o copie el numero 32).

Una vez que se ha evaluado la identificación de números se puede evaluar

las habilidades de cálculo, esto es, la ejecución de operaciones básicas (suma, resta,

multiplicación y división) con y sin reagrupamiento y la resolución de problemas

aritméticos que requieran combinación de operaciones. Por ejemplo Juan tenia 9

pesos recibió 14 pesos y gastó 12, ¿cuánto le quedó? (Ardila & Ostrosky, 2000). Ardila

y Rosselli (2002) presentan un modelo extenso para la evaluación del cálculo. (...)

HABILIDADES MOTORAS COMPLEJAS Y HABIDADES VISO-ESPACIALES

Las pruebas de apraxia se pueden dividir según la región del cuerpo en la

cual se observa el defecto:

• Apraxia de las extremidades: ideacional, ideomotora.

• Apraxias de la Cara: bucolinguofacial, ocular.

• Apraxias Espaciales: construccional, del vestir.

• Con significado y sin significado.

• Con y sin el objeto.

La mayor parte de los pacientes afásicos muestran alteraciones para seguir

instrucciones de realizar actos motores, pero su ejecución mejora cuando imitan al

examinador. Es frecuente que utilicen la parte del cuerpo como objeto, por ejemplo al

solicitarle como se lavan los dientes, utilizan el dedo índice como substituto del cepillo,

o al solicitarles cómo se peinan, utilizan la mano como el peine. La mayor parte de los

pacientes apráxicos presentan severas dificultades para ejecutar movimientos sin

significado y empeoran durante la ejecución de gestos en respuesta a órdenes

verbales (i.e “enséñame como clavas con un martillo”) comparado con la imitación o

cuando utilizan el objeto real.

A continuación se presenta un esquema de evaluación de los diferentes tipos

de apraxia.

• Apraxia bucolinguofacial: consiste en la dificultad para llevar a cabo

movimientos voluntarios de los músculos de la laringe, faringe, lengua, labios y

mejillas. Se pueden afectar movimientos sin una finalidad lingüística, como los

movimientos de soplar, sacar la lengua, hacer el gesto de besar o la mímica del llanto.

Cuando se alteran los movimientos relacionados con la producción del habla, se utiliza

el nombre de apraxia verbal, la cual presenta en general las características descritas

en la afasia motora aferente. Se examina primero bajo la orden del examinador y

después en imitación: apagar un cerillo, toser, mandar un beso, uso de un popote

(Ardila & Ostrosky, 2000).

201

• Apraxia Ideomotora: el sistema conceptual está preservado pero se

encuentra alterado el programa de producción, existe un problema en la trasmisión del

mensaje hacia el área motora del lóbulo frontal. Es importante evaluar gestos con y sin

significado que realiza el examinador utilizando la mano derecha y la mano izquierda.

Para evaluar los gestos sin significado se le pide al paciente colocar la mano en la

mejilla, hacer aros entrelazados con el pulgar y el índice o diferentes posiciones de la

mano. Para evaluar gestos con significado se pide realizar gestos simbólicos, se le

solicita al paciente que haga la mímica de los gestos para mostrar cómo se peina, lava

los dientes, utiliza las tijeras, martilla, escribe, saludar, se despide, o cómo llamar

alguien (Ardila & Ostrosky, 2000).

• Apraxia Ideacional: se altera la representación mental del acto que ha de

cumplirse, es decir, su organización secuencial. Se presenta una pérdida del plan de

acción que se manifiesta como una incapacidad para ejecutar gestos propositivos y

secuenciados dirigidos a un fin. Los gestos implicados en la realización de tareas

como preparar una carta, llamar por teléfono, etc., incluyen una serie de movimientos

elementales que los pacientes simplifican; también omiten etapas o mezclan los

movimientos de una serie con los de otra. Aunque los individuos que padecen apraxia

ideacional realizan la secuencia de movimientos de forma inadecuada, los actos

individuales pueden ser correctamente ejecutados. Se examina primero bajo la orden

del examinador y después en imitación. Se le solicita al paciente que haga la mímica

de los gestos para mostrar cómo se meta una carta dentro de un sobre, que marque el

teléfono, abrir una botella y servir el contenido, preparar una taza de café y tomarla,

prender una vela con un cerillo. En general los errores consisten en: ausencia del

movimiento adecuado, gesto alterado o torpe, asimilación de una parte del cuerpo al

objeto, errores en la utilización de los objetos (Ardila & Ostrosky, 2000).

• Apraxia del vestir: se detecta a través de la entrevista a los familiares o al

cuidador. Para evaluarla se puede observar cómo se pone el paciente alguna prenda

como un saco o chamarra que se ha volteado (Ardila & Ostrosky, 2000).

• Apraxia de la Marcha: se presenta una dificultad para iniciar los movimientos

de caminar, sentarse y para realizar movimientos abstractos como patear una pelota,

se acompaña de apraxia de los movimientos globales del cuerpo, como por ejemplo

acostarse y sentarse. Se asocia con daño frontal bilateral (Ardila & Ostrosky, 2000).

• Apraxia Construccional: en la práctica neuropsicológica las habilidades

visoespaciales y construccionales se evalúan a través de la copia de dibujos sencillos

o complejos o mediante la construcción de figuras tridimensionales. Estas tareas

combinan y requieren de actividad perceptual con respuestas motoras y tienen un

componente espacial. Dado que la ejecución de estas tareas involucra la interacción

202

de funciones occipitales, frontales y parietales, es frecuente que aún en daños leves o

durante procesos degenerativos tempranos se encuentren alteraciones. Se han

reportado errores característicos de acuerdo a la zona y al hemisferio lesionado

(Ostrosky-Solís y Ardila, 1986). Uno de los estímulos que más se ha utilizado y

validado en la práctica neuropsicológica es la Figura Compleja de Rey-Osterreith

(Osterreith, 1944). Esta figura ha sido utilizada para la evaluación de habilidades

construccionales (copia) y para la memoria no verbal (inmediata y diferida). Su

valoración se puede hacer en forma cualitativa y cuantitativa. También se pueden

utilizar la subprueba de diseño con bloques del WAIS. (...)

HABILIDADES VISOPERCEPTUALES COMPLEJAS (GNOSIAS)

Es importante establecer que el paciente presente adecuada agudeza visual y

habilidades verbales intactas. Las deficiencias en el reconocimiento de objetos y caras

se pueden evaluar con las siguientes tareas:

• Agnosia visual: se pide la descripción de objetos presentados visualmente

que no pueda identificar por ejemplo, ¿qué es un estetoscopio? También se puede

pedir parear objetos con sus dibujos (se le pide al paciente que paree objetos o dibujos

entre los que se encentran dos que son idénticos), copia de dibujos de objetos como

flores, casa, una bicicleta, exploración y denominación táctil de objetos (se pide

denominar objetos que reconocen táctilmente con los ojos cerrados) (Ardila &

Ostrosky, 2000).

• Agnosia al color: puede determinarse a partir de identificación y pareamiento

de colores, clasificación de piezas de color levemente diferentes, evocación de colores

asociados a los objetos o pareamientos color-objeto (Ardila & Ostrosky, 2000).

• Agnosia espacial: la agnosia espacial puede manifestarse como la

incapacidad para orientarse en lugares familiares, para reconocer claves topográficas

al evocar mentalmente sitios y para localizar ciudades en un mapa; o como un

desconocimiento de los estímulos localizados en un hemiespacio, en cuyo caso se

denomina agnosia espacial unilateral (o negligencia hemiespacial). Cuando a los

pacientes con agnosia espacial unilateral se les pide que realicen una variedad de

tareas en el espacio, pueden ignorar los estímulos situados en el espacio contralateral

a la lesión. Así, ante la orden de dibujar una flor, dibujan únicamente los pétalos de un

lado; cuando copian algo, copian solamente, o mejor, la mitad derecha; al leer, leen la

mitad derecha de una palabra e igualmente escriben solamente en el lado derecho de

la hoja. La evaluación de la heminegligencia espacial se puede hacer al solicitarle al

sujeto que señale o tome objetos colocados en una superficie, como una mesa.

Comúnmente, la respuesta de los sujetos es ignorar los objetos que se encuentran

colocados del lado izquierdo. Las pruebas de cancelación, son tareas con las que

203

también se puede evaluar la haminegligencia; estas tareas consisten en colocar una

hoja de papel con letras o signos claves colocados al azar entre otros que no son

claves. La tarea del sujeto consiste en marcar aquellos signos que son claves. En la

prueba de bisección de líneas se le da al paciente de frente una hoja que contiene

líneas horizontales, en donde debe marcar justo en la mitad de cada una. La ejecución

común del paciente es que la marca la realice hacia la derecha de la línea. En el

análisis de los dibujos realizados a la orden y a la copia se deben analizar las

características de los mismos, las omisiones, así como las asimetrías (Ardila &

Ostrosky, 2000).

• Agnosias auditivas: las dificultades en el reconocimiento auditivo se puede

presentar en relación a sonidos no verbales (sonidos naturales, voces, etc.). Para

evaluarla se puede hacer un pareamiento entre los sonidos y los dibujos

correspondientes, por ejemplo martillo, gallo, perro, silbidos, etc. Si se tiene dificultad

para discriminar sonidos verbales o fonemas, la alteración corresponde una variante

de la afasia de Wernicke (afasia acústico-agnósica). La pérdida total del oído fonémico

se conoce como sordera verbal (Ardila & Ostrosky, 2000). (...)

FUNCIONES EJECUTIVAS

Las funciones más complejas del humano, entre ellas las funciones

ejecutivas, son soportadas principalmente por la corteza prefrontal (Goldberg, 2001),

participan en el control, la regulación y la planeación eficiente de la conducta humana,

también permiten que los sujetos se involucren exitosamente en conductas

independientes, productivas y útiles para sí mismos (Lezak et al, 2004).

El daño o la afectación funcional de los lóbulos frontales tienen consecuencias

muy heterogéneas e importantes en las conductas más complejas del humano, desde

alteraciones en la regulación de las emociones y la conducta social, hasta alteraciones

en el pensamiento abstracto y la metacognición (Stuss & Levine, 2000). Por lo que es

necesario contar con una evaluación lo más completa posible para identificar déficits

en distintos aspectos de las funciones ejecutivas. (...)

PROBLEMAS AFECTIVOS

Los trastornos afectivos, las enfermedades psiquiátricas y sus síntomas

asociados pueden afectar negativamente la ejecución de las pruebas

neuropsicológicas. Es importante revisar tanto los síntomas psicológicos y

psiquiátricos que ha padecido el paciente como los que padece actualmente y su

impacto en sus actividades cotidianas. Los problemas afectivos como depresión mayor

y trastornos bipolares, trastornos de ansiedad, incluyendo alteraciones generalizados

de ansiedad, estrés postraumático y trastornos obsesivos compulsivos afectan la

204

ejecución de las pruebas neuropsicológicas, por lo que es importante detectar este tipo

de alteraciones.

Los trastornos emocionales y las disfunciones sociales que se presentan

después de alguna patología cerebral son quejas frecuentes en la práctica

neuropsicológica. Las causas de estas alteraciones pueden estar asociadas a

múltiples factores tales como: el resultado directo de daño estructural que afecta la

integridad de sistemas emocionales neurobiológicos que interactúan con la

personalidad pre mórbida del paciente, una reacción del paciente al fracaso para

desempeñar tareas que anteriormente realizaba sin dificultad (los pacientes

frecuentemente reportan enojo y frustración cuando son confrontados con la evidencia

de sus dificultades), pérdida de relaciones personales y sistemas de apoyo

(inicialmente los pacientes pueden estar apoyados pero cuando los familiares y

amigos se dan cuenta de que el daño es permanente muchas veces le retiran su

apoyo), factores medioambientales como problemas económicos asociados con la

enfermedad y los cambios en el estilo de vida.

La rehabilitación neuropsicológica del paciente solo podrá tener existo si se

consideran e incorpora el efecto de los factores emocionales. (...)

CONCLUSIONES

En la evaluación del impacto de una lesión o disfunción cerebral intervienen

un gran número de variables que permitirán la adaptación y el ajuste a largo plazo del

individuo, el uso de pruebas y baterías estandarizadas permite una mejor comprensión

de la naturaleza de recuperación del daño, así como de los efectos de la rehabilitación.

Sohlberg y Mateer (2001) señalan que los siguientes principios deben guiar la

evaluación de los individuos que presentan trastornos:

• El examinador deberá tener conocimientos acerca de los sistemas

cognoscitivos y la selección de instrumentos que se pueden utilizar para la valoración.

• Los instrumentos de evaluación deben ser apropiados para la edad, el nivel

educativo, los antecedentes culturales y lingüísticos y el funcionamiento cognoscitivo

actual del individuo.

• Se deberá seleccionar los instrumentos tomando en cuenta la sensibilidad y

la especificidad de acuerdo a los dominios cognoscitivos de interés y la etiología de los

problemas del cliente.

• Debido a que los efectos de una lesión cerebral dependen de múltiples

factores, la evaluación deberá ser comprensiva, y deberá incluir datos acerca del nivel

pre lesión y post lesión de variables físicas, cognoscitivas, emocionales, personalidad,

sociales y contextuales

205

• La combinación de pruebas psicométricas, observaciones estructuradas en

ambientes funcionales y evaluaciones estandarizadas del cliente, familia y/o

cuidadores y terapeutas puede aportar información que complemente el estado

funcional actual del cliente.

• Los hallazgos de la evaluación, en relación a los efectos de la lesión o la

enfermedad, deberán ser congruentes con la perspectiva patofisiológica, neurológica y

neuropsicológica y con los hallazgos de la literatura.

• Es importante identificar tanto las debilidades como las fortalezas cognitivas

y psicológicas.

• La valoración debe identificar los dominios alterados, las limitaciones

funcionales para poder alcanzar una perspectiva integrada.

• La integración de datos del individuo, de la familia y del equipo de

evaluación y tratamiento permitirá obtener una evaluación realista para poder planear

el programa de rehabilitación.

La investigación y la evaluación neuropsicológica de las alteraciones

cognoscitivo-comportamentales asociadas a los problemas de salud ha incrementado

en los últimos años. La mayor parte de la investigación se ha enfocado en comprender

la naturaleza de las disfunciones cognoscitivas en los diferentes cuadros

neuropsicologicos, determinar la utilidad de la evaluación neuropsicológica para la

detección temprana y poder determinar los perfiles característicos de las diversas

enfermedades.

A pesar de que la evaluación breve puede ser efectiva para estudios

comunitarios, estas evaluaciones no substituyen hacer un tamizaje en a las

valoraciones neuropsicológicas completas, especialmente cuando: se intenta detectar

la enfermedad tempranamente, cuando no existe un deterioro cognoscitivo importante,

cuando la persona tiene altos o bajos niveles educativos o cuando se intenta identificar

un patrón o perfil de alteraciones cognoscitivas que puedan identificar una etiología.

Es necesario que las pruebas cumplan criterios psicométricos de adecuada

confiabilidad y validez, para describir las habilidades e inhabilidades cognoscitivas de

un individuo.

La investigación en el campo de la neuropsicología clínica ha aportado

información acerca del patrón, la progresión y los correlatos neuropsicológicos de los

trastornos cognoscitivos asociados con varias enfermedades y cuadros psiquiátricos.

Se han identificado diferentes patrones de habilidades relativamente conservadas y de

alteraciones cognoscitivas se pueden intensificar en las diferentes enfermedades que

tienen diferente etiología y sitios de neuropatología.

206

3.2 INFORME NEUROPSICOLÓGICO Y EL DIAGNÓSTICO

Según Ardila y Ostrosky (2012, p. 365-400)

CARACTERÍSTICAS GENERALES

Existen diferentes modelos para la elaboración de un informe

neuropsicológico. Sin embargo, como en otras áreas clínicas, existen guías generales

relativamente estándar.

El Cuadro 13. Resume los diferentes puntos que típicamente contiene un

informe neuropsicológico.

INFORME NEUROPSICOLÓGICO

• Nombre

• Fecha de nacimiento

• Género

• Lateralidad

• Educación

• Ocupación

• Fecha de la evaluación

• Quién solicita el examen

• Motivo de consulta

• Historia del paciente

• Observación comportamental

• Pruebas administradas

• Resultados

• Conclusiones

• Sugerencias

• Nombre y firma de las personas que participaron en el examen

Cuadro 13. Esquema típico de un informe neuropsicológico. Tomado de Ardila y

Ostrosky (2012, p. 365)

ORGANIZACIÓN DEL INFORME

A pesar de que no existe un tipo de reporte único y estandarizado, se

considera que los reportes deben incluir al menos la siguiente información:

207

1. INFORMACIÓN ACERCA DE LA IDENTIFICACIÓN

Al inicio del reporte se debe presentar la información que identifica al

paciente, esto incluye el nombre del paciente, su lugar de nacimiento, lateralidad,

ocupación, edad, fecha de evaluación, fuente de referencia. Reportar la fecha de

nacimiento es preferible a la edad, pero por comodidad se pueden incluir ambas. En

áreas o ciudades bilingües es deseable incluir la información relativa a la lengua en la

cual se realizó la evaluación. Es usual presentar la educación por niveles y no por

número de años de escolarización, exceptuando las personas con niveles

educacionales limitados; por ejemplo, “3 años de educación”, “bachillerato”, etc. En

personas retiradas se indica la ocupación previa.

2. MOTIVO DE CONSULTA

Esta sección debe enunciar claramente porque se lleva a cabo la valoración

neuropsicológica y las preguntas específicas por las que se refirió al paciente. Puede

incluir un resumen de los síntomas y conductas por las que se refirió al paciente. Es

deseable copiar exacto lo que se señala en la nota de remisión. Ocasionalmente, una

persona puede solicitar un examen neuropsicológico sin ser remitida por otro

profesional; en tales casos se anota exactamente lo que dice el paciente (por ejemplo,

“se le olvidan muy fácilmente todas las cosas”).

También se debe incluir quien refiere al paciente y cuál es su relación. Esta

información establece el tipo de reporte que se entregará ya que indica la persona que

lo va a leer y el propósito específico de la evaluación. Esta información además

establece que tan amplia deberá ser la evaluación y el tipo de información que deberá

incluir el reporte. La persona que refirió al paciente y el motivo de la referencia define

el tipo de pruebas y procedimientos que serán administradas, la interpretación de los

resultados y la aplicación de los resultados. En esta sección también se puede incluir

la versión del paciente de su problema y sus preocupaciones. Esto permite comparar

la información entre la persona que lo refiere y la conciencia del problema que tiene el

paciente.

Esta sección también debe indicar si el paciente está informado acerca de

quién lo refirió y el propósito de la referencia, axial por ejemplo en los casos de

neuropsicología forense si la evaluación fue solicitada por un abogado o un juez, esta

208

sección aporta información acerca de si el paciente está informado acerca de los

límites de confidencialidad.

3. REVISIÓN DE REGISTROS

En esta sección el autor deberá enumerar todas las fuentes de las que se

obtuvo información sobre los antecedentes y la información histórica relevante. Es

importante que el lector conozca de donde proviene la información sobre el caso. En

algunas instancias la información proviene del paciente y en otros casos de los

cuidadores y familiares. En reportes forenses un inventario de los registros que se

revisaron y de las fuentes de información es especialmente crucial ya que las

opiniones que se aporten estarán basadas en los datos disponibles.

4. INFORMACIÓN SOBRE HISTORIA Y ANTECEDENTES

Se incluyen los datos básicos relevantes a la condición actual pero varía de

acuerdo al paciente. En niños se incluye la historia de desarrollo y la historia

académica (si asiste a la escuela); en personas retiradas se explica cómo ocupa el

tiempo el paciente; en ciertas condiciones es aconsejable incluir si otros miembros de

la familia presentan un problema similar (por ejemplo, en casos de retardos en el

lenguaje).

En esta sección se deberá reportar la historia que se obtuvo de los registros

revisados, de la entrevista clínica y de otros reportes. La información que se reporte

deberá ser relevante a las preguntas planteadas y es deseable incluir siempre aquella

información que apoye las conclusiones. En esta sección se deberá reportar

información sobre el nacimiento y el desarrollo, historia educativa, vocacional, medica,

social y familiar que permitan obtener una adecuada descripción del paciente. En esta

sección también se debe incluir información sobre evaluaciones neuropsicológicas

previas resaltando los hallazgos más relevantes que permitan la comparación entre la

ejecución previa y la actual.

5. OBSERVACIÓN COMPORTAMENTAL

Esta parte del reporte deberá incluir la información que se obtuvo de la

observación del paciente durante la entrevista y durante la valoración. La observación

comportamental se refiere a lo que se observó durante el examen. Es decir, se hace

209

una descripción del paciente. Se debe anotar si el paciente presenta defectos motores

o sensoriales, que potencialmente pueden afectar los resultados del examen; el estilo

de conducta general de paciente; su nivel de colaboración; su presentación personal;

etc.

Es importante resaltar las observaciones sobre la conducta interpersonal, la

higiene y la apariencia personal, conductas afectivas inaapropiadas, características de

la expresión y la comprensión lingüística, nivel de atención, de la motivación y de la

cooperación.

6. PRUEBAS ADMINISTRADAS

Se deberán incluir las pruebas y los procedimientos administrados al paciente.

Las pruebas y las versiones específicas que se administraron, por ejemplo WAIS III,

WISC IV etc.)

7. RESULTADOS

Los resultados usualmente se presentan en forma narrativa. Se deberán

reportar los resultados específicos reportando los puntajes de las pruebas y el nivel de

ejecución del paciente en cada una de las pruebas. Es preferible utilizar puntajes

estándar que puntuaciones directas; cuando se menciona una prueba se puede

introducir una muy breve explicación de ella.

Se puede organizar el reporte por áreas cognoscitivas, en forma tal que se

incluyan diferentes secciones sobre los dominios neuropsicologicos básicos, como

son: las funciones intelectuales, atención y funciones ejecutivas, memoria y

aprendizaje, lenguaje, lectura, escritura, cálculo y razonamiento matemático, y

aspectos afectivos (depresión, ansiedad, consciencia de enfermedad). Esta sección se

debe organizar en tal forma que el lector pueda encontrar información específica acera

de un área particular a través de identificar los subtítulos.

8. RESUMEN E IMPRESIÓN DIAGNOSTICA.

En esta sección se integran todos los hallazgos dentro del contexto de la

historia disponible y las observaciones aportando una interpretación de los datos. Se

210

deberá señalar y discutir el patrón de habilidades e inhabilidades. La interpretación de

los hallazgos requiere incluir toda la información que apoya las conclusiones.

Se resumen los resultados, se hace una interpretación, y se propone un

diagnóstico. Se debe explicar claramente el fundamento del diagnóstico, tanto desde

el punto de vista psicométrico como funcional. El diagnóstico se refiere a un síndrome

neuropsicológico (por ejemplo, afasia) y a su subtipo en particular (por ejemplo, afasia

de tipo Broca). Un paciente naturalmente puede presentar simultáneamente varios

síndromes. De ser posible, es deseable señalar a que categoría dentro de un sistema

suficientemente conocido y estandarizado de clasificación pertenece el diagnóstico.

Por ejemplo: “En el momento la ejecución del señor Rodríguez en pruebas

cognoscitivas no cumple los criterios diagnósticos de demencia según el Manual

Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su cuarta edición (DSM-IV). El

diagnóstico de demencia requiere una alteración significativa en la memoria, más un

defecto en el lenguaje, las habilidades práxicas, el reconocimiento perceptual, o las

funciones ejecutivas. Más aún, los defectos cognoscitivos deben causar dificultades

significativas en el funcionamiento social u ocupacional. El señor Rodríguez presenta

un defecto significativo de memoria verbal, pero se encontró una ejecución normal en

otras áreas cognoscitivas (habilidades visoperceptuales, funciones ejecutivas, etc.). Su

ejecución en algunas pruebas de lenguaje (denominación y fluidez verbal) fue

fronteriza, pero no evidentemente anormal. No se reportan defectos funcionales y el

señor Rodríguez continúa realizando sus actividades normales de la vida diaria. En

consecuencia, en la presente evaluación sólo se encuentra un defecto significativo de

memoria (Trastorno de Memoria no especificado). Sin embargo, un defecto asilado de

memoria puede ser la manifestación inicial de una demencia senil o presenil.”

9. RECOMENDACIONES

En esta sección se deberá incluir el tratamiento y las recomendaciones

específicas para guiar el cuidado del paciente. Las recomendaciones deben ser

específicas y estar claramente enunciadas. Se pueden sugerir exámenes adicionales

recomendados y exámenes de seguimiento hacia el futuro.

10. NOMBRE Y FIRMA DE LAS PERSONAS QUE PARTICIPARON EN EL

EXAMEN

211

Si varias personas participaron en el examen, se deben incluir sus nombres.

Junto a cada nombre debe ir el titulo correspondiente (por ejemplo, Dr. Pedro

Rodríguez, neuropsicólogo; Licenciado Juan de la Fuente, residente de

neuropsicología).

A continuación se incluyen dos informes neuropsicologicos realizados por

neuropsicólogos diferentes. Se puede apreciar que cada caso reportado es único y

que el estilo de cada reporte es personal.

EJEMPLOS DE INFORMES

Ejemplo 01

INFORME NEUROPSICOLÓGICO

Nombre: Elsa Cortina

Fecha de Nacimiento:

Fecha de Evaluación:

Edad: 34 Años

Lateralidad: Diestra

MOTIVO DE CONSULTA

Paciente diestra de 34 años de edad con estudios de Medicina y especialización

en Psiquiatría quien es referida por la Dra. Joan Smith, psiquiatra del Instituto de

Rehabilitación de San Diego, California para conocer el estatus cognoscitivo de la paciente

y las posibilidades de rehabilitación.

ANTECEDENTES

La información referente a la historia médica se obtuvo en entrevista con la madre

de la paciente. Se reporta que hace 3 años presentó un coma hipoglucemico no diabético.

Permaneció en terapia intensiva durante 10 días, en donde presentó tres paros

cardiorespiratorios. Gradualmente recupero su funcionalidad. Actualmente la paciente

212

presenta severas dificultades para la ejecución de las tareas de la vida diaria, no es

autosuficiente para vestirse, bañarse ni preparar sus alimentos.

Elsa vive con sus padres. Recibe terapia neuropsicológica dos veces por semana y

terapia física en su casa. Se encuentra bajo tratamiento farmacológico con Atemperator y

Fluoxetina.

CONDUCTA DURANTE LA VALORACIÓN

A la valoración se presenta una mujer diestra con edad aparente a la edad

cronológica, en adecuadas condiciones de aliño e higiene personal. Se mostró alerta y

atenta, inicialmente se percibió nerviosa y preocupada por la calidad de su ejecución pero a

medida que la valoración progreso se mostró más relajada y confiada.

Durante la evaluación la paciente mostró buen manejo de las relaciones sociales

con disposición para colaborar.

Presenta leve conciencia de enfermedad, reportó “tener problemas para vestirse y

para bañarse “sin mostrarse afectada o angustiada por sus dificultades.

No mostró dificultades para comprender las instrucciones, sin embargo debido a

sus limitaciones para manejar material visual no fue posible aplicar de manera

estandarizada todas las pruebas neuropsicológicas. No obstante, en base a su adecuada

colaboración y comportamiento se considera que los resultados que se obtuvieron son

válidos y confiables; y reflejan adecuadamente el nivel actual de su funcionamiento

cognoscitivo.

PRUEBAS ADMINISTRADAS

Entrevista Clínica, Esquema de Diagnóstico Neuropsicológico Ardila-Ostrosky,

NEUROPSI, Escala de Inteligencia Wechsler para Adultos WAIS IV, Escala de Evaluación

de Lóbulos Frontales y Funciones Ejecutivas (Flores , Ostrosky, Lozano 2007). Valoración

de Apraxias y Agnosias. Inventario de Depresión de Beck. Inventario de Ansiedad de Beck.

RESULTADOS

213

ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN

Se encuentra orientada en persona y espacio pero desorientada en tiempo

(recordó el año pero no recordó el día ni el mes). Los períodos de atención fueron cortos

con dificultad para mantener la atención dirigida durante tareas largas. Las pruebas que

exigieron mantener un alto nivel de atención se vieron muy disminuidas.

La memoria inmediata (visual y verbal) está disminuida, fue capaz de retener 5

dígitos en secuencia progresiva y solo 3 en secuencia regresiva.

Presentó severas alteraciones en la concentración y severas dificultades para

organizar su atención y mantenerla enfocada durante una tarea específica por ejemplo en

pruebas de fluidez verbal mostró una marcada dificultad para generar palabras dentro de

una misma categoría semántica, perdiendo el set mental e introduciendo palabras que no

correspondían a la categoría. No fue capaz de realizar restas sucesivas ni tareas de conteo

inverso.

FUNCIONES INTELECTUALES

Debido a sus deficiencias con el manejo de la información visual, en pruebas

intelectuales únicamente fue posible administrar la Escala de Inteligencia Verbal. Calificó

dentro de un rango normal bajo (CI Verbal=85). En la Escala Verbal, mostró adecuada

capacidad de abstracción (Semejanza, puntaje normalizado= 11), y habilidad para definir

palabras, (Vocabulario, puntaje normalizado=12) pero mostró severas dificultades para

comprender conductas apropiadas que deben presentarse ante una situación social

(Comprensión, puntaje normalizado=6 ) y limitada información práctica y de eventos

históricos y sociales, por ejemplo no recordó a que temperatura hierve el agua, cuantas

semanas hay en un año, a cuánto asciende la población de México, o en donde se

encuentra Egipto. (Puntaje normalizado =8). No fue capaz de resolver problemas

aritméticos presentados oralmente (Puntaje= 0).

AGNOSIAS

Se encontraron signos de agnosia visual y de agnosia espacial observándose

dificultades en la identificación de dibujos enmascarados y en la rotación espacial de

figuras geométricas. Presentó simultanoagnosia con dificultades para percibir

simultáneamente más de un estímulo dentro de un patrón complejo. Existen dificultades

para integrar más de un estímulo a la vez y/o utilizar claves visuales que permiten un

análisis rápido de figuras complejas.

En pruebas de detección visual, ignora la mayor parte de los estímulos situados en

el hemiespacio izquierdo, y al pedirle que señale el centro del cuerpo con los ojos cerrados,

señala el lado derecho.

No fue capaz de identificar dibujos simples de objetos comunes como flauta,

214

guitarra, o partes del cuerpo como dedo, brazo. La paciente puede ver los estímulos pero

no los puede reconocer. Es relevante que ante la palabra fue capaz de describir sus

características de manera muy precisa, explicando por ejemplo que una guitarra es un

instrumento musical de cuerdas. Es capaz de identificar líneas, formas y describir las partes

del estímulo. Pero fue incapaz de reconocer el significado de lo que ve. Estrategias como

trazar el dibujo y verbalizar ayudan levemente en la identificación. Presenta agnosia

espacial unilateral mostrando dificultades para atender el lado izquierdo del espacio.

APRAXIA

No presenta apraxia bucolinguofacial fue capaz de ejecutar adecuadamente

movimientos de soplar, sacar la lengua, hacer el gesto de besar o la mímica del llanto.

Se observó idiomotriz, con severas dificultades para imitar posiciones de la mano y

realizar secuencias de movimientos. Los problemas son más marcados en la mano

derecha. Utiliza la mano como objeto al realizar movimientos como cepillarse los dientes o

peinarse. Presenta apraxia ideacional mostrando severas dificultades para ejecutar tareas

complejas como preparar café, seguir la secuencia necesaria para encender un cigarro o

prender una vela. Presenta una severa apraxia construccional. No fue capaz de armar

rompecabezas, hacer diseños con cubos ni copiar de diseños tridimensionales. Se observó

apraxia troncopedal, con dificultades para ejecutar movimientos con el cuerpo. Presento

apraxia de la marcha con una dificultad para iniciar movimientos de caminar y para realizar

movimientos como patear una pelota.

Presenta apraxia del vestir mostrando dificultades para vestirse, manipular y

ponerse la ropa.

LENGUAJE

El lenguaje espontáneo es fluido, bien articulado, coherente en su contenido;

esporádicamente se observa olvido de palabras con ocasionales parafasias de tipo

semántico que son auto-corregidas por la paciente.

La comprensión del lenguaje esta conservada tanto para la ejecución de órdenes

sencillas y complejas como para el lenguaje dialogado.

La repetición esta conservada para palabras, frases y oraciones.

En pruebas formales de denominación presento dificultades para denominar

objetos comunes. Los problemas de denominación estuvieron asociados a errores visuales

y no alteraciones lexicales o semánticas, por ejemplo denomino a una serpiente y a un reloj

como “cinturón”. La administración de claves de tipo fonológico fueron estrategias

moderadamente eficientes para que lograra evocar la información.

Las deficiencias visuales afectaron su capacidad para leer y escribir. Fue capaz de

reconocer letras y palabras de alta frecuencia pero fue incapaz de leer oraciones. En la

215

lectura de frases y oraciones simples tendió a leer la mitad derecha del texto. La escritura

espontánea, al igual que su capacidad para escribir al dictado, está severamente afectadas.

MEMORIA

Memoria autobiográfica: el recuerdo de eventos personales se encuentra

comprometido, presenta una amnesia retrograda a partir de los 6 meses previos al evento

hipoglucemico. Recuerda algunos familiares y amigos pero olvido a diversos compañeros

de la carrera y de su trabajo.

Memoria verbal explicita: La ejecución en pruebas de memoria se vio afectada por

distracción y por la dificultad para mantener la atención dirigida. No hay una curva

ascendente de aprendizaje, el máximo número de palabras que retiene es de tres y no

aumenta con la presentación repetida de las mismas palabras.

Memoria diferida: mostró una recuperación deficiente de huellas de memoria para

palabras, frases y párrafos. La memoria diferida visual también se encuentra severamente

afectada. Con un intervalo de 20 minutos fue capaz de evocar una sola de las palabras que

previamente había repetido. El uso de claves semánticas y de reconocimiento no

incrementó su evocación.

Memoria antigua: se encuentra moderadamente afectada con dificultades para

evocar detalles históricos y sociales.

Memoria episódica. La memoria de hechos cotidianos recientes esta

moderadamente comprometida, su madre supervisa sus actividades cotidianas.

FUNCIONES EJECUTIVAS

Se encontraron severas dificultades para realizar movimientos alternos con

desautomatización del acto motor y para ejecutar secuencias motoras con la mano

izquierda y derecha. Presento severas dificultades para generar estrategias de solución de

problemas, para planear una secuencia de acciones y para inhibir respuestas En pruebas

de fluidez verbal mostró una marcada dificultad para generar palabras dentro de una misma

categoría semántica (14 en promedio) fonológica (8 en promedio) y acciones (10 en

promedio), calificado muy por debajo para su edad y nivel educativo. En estas tareas su

ejecución se vio afectada porque perdió el set mental e introdujo palabras que no

correspondían a las categorías.

CÁLCULO

Presenta una severa acalculia, no fue capaz de ejecutar cálculos aritméticos

sencillos ni de resolver problemas simples que se le presentaron oralmente.

DEPRESIÓN Y ANSIEDAD

No se encontró sintomatología depresiva ni síntomas somáticos de ansiedad.

RESUMEN E IMPRESIÓN DIAGNÓSTICA

216

En la valoración neuropsicológica se observó la presencia de problemas

atencionales, curvas no ascendentes de memoria, y dificultades en la interpretación de

material verbal abstracto y acalculia. La ejecución en tareas visuales y visoespaciales se

encuentra muy afectada. La valoración neuropsicológica reveló un síndrome de agnosia

visual, hemiatención y heminegligencia espacial, simultanoagnosia, apraxia ideomotora e

ideacional, apraxia del vestir y apraxia de la marcha.

Diagnóstico sindrómatico: Patología de la Atención, Síndrome de heminegligencia

y apraxia.

Diagnóstico topográfico: Presenta un daño en diversas regiones incluyendo

alteración parieto-occipital bilateral, existe un mayor predominio de lesiones del lóbulo

parietal derecho en unión con la corteza de asociación temporoparietooccipital y

alteraciones frontales bilaterales. Estos datos fueron corroborados con un estudio de

Resonancia Magnética.

RECOMENDACIONES:

Se recomendó implementar un programa de rehabilitación neuropsicológica con

énfasis en la recuperación funcional para que la paciente pueda volverse más

independiente. A continuación se describe parte del programa enfocado a la rehabilitación

de la apraxia del vestir que incluye utilizar técnicas compensatorias y sus habilidades

lingüísticas para compensar algunos de los déficits.

Ejercicios de educación. Desde el principio del programa será necesario trabajar

en hacer consciente a Elsa de las fallas que le dificultan la tarea de vestirse. No se

pretende dar sólo una explicación verbal, sino buscar la manera de hacerle caer en cuenta

de su déficit. Ella debe conocer en qué falla para generar sus propios mecanismos de

compensación.

(...)

Se sugiere re-valoración en un año para observar la evolución del cuadro.

Atentamente

Dra. Feggy Ostrosky

Ejemplo 02

INFORME NEUROPSICOLÓGICO

Nombre: AA

Fecha de nacimiento: 12/19/1936Ardila & Ostrosky. Diagnóstico Neuropsicológico

391

Género: Femenino

217

Lateralidad: Diestra

Educación: Universitaria

Ocupación: Retirada

Fecha de evaluación: Noviembre 2, 2009

Lengua utilizada en la evaluación: Español

Referida por: Dr. NN

MOTIVO DE CONSULTA

La señora AA es enviada a una evaluación neuropsicológica por presentar

dificultades progresivas de memoria.

ANTECEDENTES

AA es una mujer diestra de 73 años. Nació en Cuba, pero ha vivido en los Estados

Unidos desde hace 26 años. Es casada, tiene dos hijos y cuatro nietos.

En Cuba obtuvo un doctorado en pedagogía. Estuvo trabajando en docencia, pero

en Estados Unidos trabajó en ventas. Está retirada desde hace 10 años. Actualmente vive

con su esposo.

AA puede realizar normalmente las actividades de la vida diaria: cocina, limpia la

casa, y sale de compras con su esposo.

No se han observado dificultades en actividades práxicas, tales como abrir una

puerta con una llave. Puede manejar con solo mínimas dificultades de orientación espacial.

Le gusta ver televisión, viajar y reunirse con sus amigos y familiares.

Recientemente se han observado dificultades de memoria; su esposo considera

que estas dificultades son significativas y han sido progresivas; por ejemplo,

frecuentemente repite la misma pregunta varias veces, igualmente, la información que se le

da, la olvida rápidamente.

No se reportan parafasias (sustituciones de palabras) semánticas en su lenguaje.

AA niega que tenga dificultades de memoria.

No se reporta historia de traumatismos craneoencefálicos, epilepsia, accidentes

vasculares, enfermedad de Parkinson, o trastornos psiquiátricos. No fuma, ni utiliza alcohol

u otras drogas.

OBSERVACION COMPORTAMENTAL

AA es una mujer diestra, orientada en tiempo (exceptuando el día del mes) y lugar.

Puede suministrar su propia historia. No se observaron defectos en su motricidad gruesa y

fina.

Presenta cierta hipoacusia que parcialmente corrige con una ayuda auditiva.

Socialmente apropiada y cooperativa durante el tiempo de la evaluación. Lenguaje fluido

sin errores parafásicos o anómicos.

218

PRUEBAS APLICADAS

Examen Breve del Estado Mental (MMSE)

Neuropsi: Batería Neuropsicológica Breve para Hispanoparlantes

WAIS-III –versión española: Aritmética, Información, Figuras Incompletas,

Matrices,

Secuencias Letras-Números, Dígitos

Examen Multilingüe de las Afasias –versión española: Repetición, Prueba de las

fichas,

Denominación visual, Comprensión auditiva, comprensión escrita

Fluidez verbal: condición fonológica y semántica

Escala de Memoria de Wechsler: Memoria Lógica

Figura Compleja de Rey-Osterrieth –copia y reproducción inmediata

Prueba de Denominación de Boston

Dibujo de un reloj

Prueba de Praxis ideomotora

Prueba de Boston para el Diagnostico de las Afasias –Descripción oral Lámina #1

Reconocimiento de figuras superpuestas (prueba de Poppelreuter)

Prueba de Organización Visual de Hooper

RESUMEN DE LOS RESULTADOS

Nivel Cognoscitivo General

En el MMSE AA obtuvo un puntaje de 21/30 (limítrofe para su edad y su nivel

educacional). Obtuvo un puntaje de 4/5 en la sección de orientación temporal. En la sección

de memoria – evocación solo pudo recordar una de las tres palabras. Obtuvo un puntaje de

0/5 en la sección de cálculo-atención (100 menos 7). Obtuvo 2/3 en la orden verbal. Pudo

sin embargo, copiar la figura, seguir la orden escriba y escribir una frase.

En el Neuropsi su puntaje fue 77/130 (levemente anormal). Los puntajes más bajos

se observaron en las subpruebas de memoria.

Habla y lenguaje

Su lenguaje espontáneo fue fluido, y correcto en fonología, léxico y gramática. La

articulación fue apropiada. El volumen de su voz y la velocidad del habla también fueron

normales. No se encontraron parafasias en su lenguaje espontáneo.

Utilizó 39 palabras para describir la Lámina #1 de la Prueba de Boston para el

Diagnóstico de las Afasias. Exploró la figura siguiendo una secuencia izquierda-derecha.

No se encontró negligencia espacial y logró correctamente integrar la figura. No se

encontró agramatismo o paragramatismo.

La agilidad oral y verbal fue normal para su edad.

219

AA pudo seguir órdenes simples y de dos niveles, aunque fracasó en la orden

compleja incluida en el MMSE, probablemente a consecuencia de sus defectos de memoria

verbal.

Reconoció correctamente derecha-izquierda en su cuerpo y en el examinador. Fue

capaz de seguir órdenes de dos niveles utilizando la derecha-izquierda (por ejemplo, con su

mano derecha señale su oreja izquierda).

Su Puntaje en la Prueba de las Fichas del Examen Multilingüe de las Afasias

correspondió al percentil 10 (limítrofe).

Su puntaje en la Prueba de Denominación de Boston fue 40/60 (disminuido de

acuerdo con su edad y su educación). Se registraron dos parafasias semánticas, una

parafasia fonológica y una parafasia formal. No se encontraron errores resultantes de

defectos visoperceptuales.

Su puntaje en la subprueba de Denominación del Examen Multilingüe de las

Afasias se encontró en un rango anormal. No se encontraron errores en la denominación

de partes del cuerpo y colores. Sin embargo, solamente pudo denominar dos dedos.

Se encontró disminuida su ejecución en pruebas de fluidez verbal. AA pudo hallar

siete nombres de animales en un minuto (aproximadamente percentil 2). Fue capaz de

encontrar 25 palabras que comienzan con las letras F, A, y S en tres minutos

(aproximadamente percentil 10). En esta subprueba, cometió dos errores ortográficos

(hablar y zapato) cuando buscaba palabras que comenzaban con las letras A y S.

La repetición de palabras fue normal (palabras de una, dos y tres silabas). Fue

capaz de repetir una oración de hasta 11 palabras (“Trabaja en el jardín hasta que hayas

recogido todos los frijoles”) (normal). Con oraciones más largas, se observaron omisiones

de palabras

Lectura y Escritura

La lectura fue casi normal. Pudo leer palabras, oraciones y textos. Se observaron

dos paralexias morfológicas en la lectura del texto de 109 palabras incluidos en el Neuropsi.

Su comprensión de la lectura se halló disminuida y solo pudo responder a 2/3 preguntas de

comprensión de lectura.

Su puntaje en la subprueba de Comprensión Escrita –Examen Multilingue de las

Afasias, fue normal. Pudo seguir la orden escrita incluida en el MMSE.

Pudo escribir su nombre, palabras y oraciones sencillas. Su caligrafía fue normal, y

de acuerdo con su esposo, no se han notado cambios recientes en la caligrafía. Se

encontró sin embargo un error ortográfico (bicicleta -> bisicleta).

Habilidades Aritméticas

Significativamente disminuida la habilidad para realizar sustracciones

220

consecutivas; AA fracasó en la serie 100 – 7 (respondio: “98, no, no puedo”), y aún en la

serie 20 - 3 (respondió “18, 16, no sé qué más sigue”).

No pudo solucionar problemas aritméticos simples (vg., ¿cuántas naranjas hay en

dos docenas y media?). Falló tanto en las adiciones simples (5+7=11) como en las

sutracciones (11-4=9). Su puntaje en la subprueba de Aritmética de WAIS-III correspondió a

un rango anormal.

Su conocimiento numérico general también se encontró disminuido. No pudo decir

cuántos días hay en un año (respondió: “no recuerdo”), y cuántas semanas hay en un año

(“probablemente 30 o algo así”).

Memoria Verbal y no Verbal

AA pudo reportar eventos remotos y suministrar su propia historia. Estaba

parcialmente informada de los eventos sociales actuales. Pudo repetir tres oraciones, pero

al tratar de evocarlas, se observó mezcla de las huellas de memoria. Obtuvo 1/3 en el ítem

de evocación del MMSE.

Se utilizaron dos condiciones diferentes en la subprueba de Memoria Lógica de la

Escala de Memoria de Wechsler: Inmediata y diferida. AA obtuvo un puntaje de 4/50 en la

condición inmediata. Su puntaje en la condición diferida fue 3/50 (percentil 1). Dígitos en

progresión= 5; dígitos inversos=3.

En la evocación de la Figura Compleja de Rey-Osterrieth obtuvo un puntaje

anormal (2/36). Su puntaje en la subprueba de Secuencias de Letras y Números

correspondió a un puntaje escalar de 10 (normal). Su puntaje en la subprueba de

Información estuvo más de una desviación estándar por debajo de la norma. AA no logró

decir quien escribió El Quijote (una pregunta muy fácil para los hispanoparlantes), solo

pudo nombrar dos continentes, y no pudo decir en qué dirección se oculta el sol.

Habilidades Visoperceptuales y visoconstruccionales

AA pudo dibujar un reloj. La distribución espacial de los números fue correcta.

colocar las 11:10. Su puntaje en la copia de la Figura Compleja de Rey-Osterrieth fue

superior para su edad (percentil 99). Ninguno de los errores observados en la Prueba de

Denominación de Boston puede interpretarse como error perceptual.

Pudo reconocer 11 de 14 figuras superpuestas (Prueba de Poppelreuter) (normal).

Su ejecución en la Prueba de Organización Perceptual de Hooper puede considerarse

como normal para su edad (80%). Esta prueba mide la habilidad para integrar figuras

fragmentadas.

Praxis y Habilidades Motoras

Su ejecución en la prueba de habilidades práxicas ideomotoras puede

considerarse normal, a pesar que en ocasiones utilizó su mano como instrumento. Sus

221

movimientos finos con los dedos fueron normales. Pudo repetir tres posiciones de la mano

luego de una sola presentación. Pudo correctamente realizar movimientos coordinados con

las dos manos.

Atención y Funciones Ejecutivas

AA mantuvo un buen nivel de atención durante toda la evaluación. Su puntaje escalar en la

subprueba de Figuras Incompletas fue 8 (promedio bajo). Se hallaron dificultades discretas para

hallar similitudes. Su ejecución en la prueba de fluidez fonológica fue limítrofe. Su ejecución en las

pruebas de memoria de trabajo (Vg., Secuencias de Letras y Números) fue normal. Su puntaje

escalar en la subprueba de Matrices fue 9 (normal).

RESUMEN DE LOS PUNTAJES

MMSE 21/30

Neuropsi 77/130

WAIS-III Aritmética Información Figuras Incompletas Matrices Secuencias Letras-Números Dígitos Progresión Inversos

PE=4 PE=7 PE=8 PE=9 PE=1- 5 3

Examen Multilingüe de las Afasias Repetición Prueba de las fichas Denominación visual Comprensión escrita

11 palabras Percentil 10 Percentil 10 Percentil 50

Fluidez verbal Fonológica (FAS) Semántica (animales)

25 7

Escala de Memoria de Wechsler Memoria Lógica: Inmediata Memoria Lógica: Diferida Percentil 1

Percentil 1 Percentil 1

Figura Compleja de Rey-Osterrieth

Copia Reproducción inmediata

Percentil 99 Percentil 1

Prueba de Denominación de Boston 40/60

Dibujo de un reloj Correcto

Prueba de Praxis ideomotora Correcta

222

Descripción oral Lámina #1 39 palabras

Reconocimiento figuras superpuestas 11/14

Prueba de Organización Visual de Hooper 24/30

CONCLUSIONES

El nivel cognoscitivo general corresponde a un rango levemente anormal según los

puntajes obtenidos en el MMSE y el Neuropsi. Su conducta general es apropiada y

continua ejecutando correctamente las labores domésticas. No se encuentran en su historia

dificultades visoperceptual de orientación espacial o defectos en el reconocimiento.

Los puntajes en algunas pruebas neuropsicológicas pueden considerarse

normales. De hecho, sus habilidades construccionales son superiores para su edad. No se

encontraron dificultades de reconocimiento visoperceptual en las pruebas aplicadas. El

lenguaje repetitivo fue normal. No se encontró apraxia ideomotora, y de hecho, no se

hallaron dificultades en las actividades de la vida diaria.

Su lectura y escritura fueron levemente anormales. La comprensión de la lectura

estuvo ligeramente disminuida. Cometió algunos errores de ortografía extremadamente

inusuales para una persona de su nivel educacional (ablar, sapato, bisicleta).

La habilidad para hallar palabras (denominación) fue defectuosa (Prueba de

Denominación de Boston y Nombramiento Visual).

Su puntajes en pruebas de función ejecutiva se hallaron en un rango normal

inferior (vg., Matrices, secuencias de Letras y Números, fluidez verbal fonológica).

Presenta un defecto grave en sus habilidades matemáticas y falló aún en las

tareas aritméticas más sencillas.

Se encontraron puntajes significativamente anormales en las diferentes pruebas

de memoria. Aunque la memoria remota parece encontrarse en un rango normal inferior,

hay un defecto evidente en el aprendizaje de nueva información, tanto verbal como no

verbal Se encontraron puntajes significativamente anormales en prácticamente todas las

pruebas de memoria aplicadas: memorización de palabras, memoria lógica, Figura

Compleja de Rey-Osterrieth.

Además, se hallaron intrusiones y mezcla de las huellas de memoria. Su memoria

de trabajo sin embargo fue normal, pero la memoria de trabajo puede considerarse como

una función ejecutiva.

AA no cumple los criterios diagnósticos de demencia según el DSM-IV. El

diagnostico de demencia requiere un trastorno significativo en la memoria, más un defecto

en el lenguaje, habilidades práxicas, reconocimiento perceptual o funciones ejecutivas.

Además, los defectos cognoscitivos deben causar trastornos significativos en el

funcionamiento social y laboral.

AA presenta un defecto grave de memoria más dificultades en otras áreas

223

cognoscitivas. Particularmente, la denominación es defectuosa y la comprensión del

lenguaje es limítrofe. No se reportan trastornos funcionales y AA continua realizando

normalmente las actividades de la vida diaria. Hay que enfatizar su defecto

extremadamente grave en habilidades aritméticas y su ejecución superior en pruebas

visoconstruccionales.

En resumen, las habilidades no verbales fueron normales o superiores. Las

habilidades verbales se encontraron disminuidas. Los puntajes en pruebas de función

ejecutiva estuvieron en un rango promedio inferior. Las dificultades de memoria tanto

verbales como no verbales fueron graves. No se encontraron sin embargo asimetrías en la

ejecución de movimientos finos con la mano derecha y la mano izquierda. Este patrón de

habilidades cognoscitivas es inusual. No corresponde al inicio de una demencia de tipo

Alzheimer, dadas las excelente habilidades construccionales. No se ajusta al patrón de una

demencia vascular, ya que las dificultades de memoria son similares para información

verbal y no verbal. Se podría suponer que hay una degeneración del lóbulo temporal, pero

la amnesia es tanto verbal como no verbal. El mejor diagnostico tentativo parece ser

Trastorno Aislado de Memoria (DSM-IV) o Síndrome Amnésico (ICD).

Se sugiere:

1. AA es una persona relativamente activa. Es aconsejable que AA continúe realizando las

actividades domésticas. La actividad mantenida se correlaciona frecuentemente con una

progresión más lenta en los cambios cognoscitivos.

2. Se podrían sugerir algunas estrategias para compensar las dificultades de memoria,

tales como tomar notas, escribir la información, etc.,

3. Se requiere supervisión en las actividades de la vida diaria.

4. Los aspectos relacionados con la seguridad de la paciente deben revisarse con la

familia.

5. Nueva evaluación en 10-12 meses para documentar los cambios intelectuales que pueda

presentar la paciente.

Alfredo Ardila, Ph.D.

American Board of Professional Neuropsychology

Licencia del Estado de la Florida PY-5770

224

3.3 REHABILITACIÓN NEUROPSICOLÓGICA

Según Romero y Vazquez (2002, p. 119-126).

McKay Moore Sohlberg y Catherine Mateer definen a la rehabilitación

cognitiva como “un proceso terapéutico que apunta a aumentar o mejorar las

capacidades individuales de procesar y usar la información que va ingresando, para

así permitir incrementar el funcionamiento en lo cotidiano.” Los distintos métodos

tienden a habilitar al individuo para procesar y hacer uso de la información que ingresa

al sistema.

Después de una evaluación neuropsicológica se debería decidir la estrategia

de rehabilitación más adecuada a ese paciente con su trastorno y limitación

particulares.

Existen diferentes métodos entre los que se encuentran los de reactivación,

los de reorganización, y las técnicas de compensación.

En este capítulo abordaremos distintos métodos de rehabilitación en los que

están implicados estas modalidades mencionadas.

REHABILITACIÓN DE LA ORIENTACIÓN

Como fue mencionado en capítulos anteriores, cuando hablamos de

Orientación posiblemente estemos hablando de amnesia postraumática.

Por lo tanto, la rehabilitación apuntará a reconectar al paciente en tiempo y

espacio, y con sus circunstancias vitales.

Pueden utilizarse técnicas individuales o en grupos de pacientes con nivel

similar de trastornos de la orientación (Sohlberg y Mateer, 1989). No obstante, los

grupos brindan un ventaja adicional que es la confrontación con pares, y la mayor

estimulación social y cognitiva también.

Los grupos pueden reunirse diariamente y trabajar con ejercicios centrados

en temas cotidianos como identificación de hora y fecha, nombre y reconocimiento

visual de miembros del grupo y de los miembros del staff, fechas de eventos, manejo y

reconocimiento del dinero. Este programa puede organizarse de diferentes maneras

225

adaptándolo a cada grupo en particular. Es ideal para pacientes dentro de una

internación.

El tratamiento individual reconoce las mismas pautas de trabajo aunque

carece de la estimulación proveniente de los otros integrantes del grupo, que puede

confrontarlo y le permiten una identificación con otros que estén transitando por

problemas similares.

REHABILITACIÓN DE MEMORIA

Este programa está diseñado especialmente para pacientes con trastornos

primarios de memoria que impliquen dificultades en el proceso de la información.

Consta de varias partes. La primera de ellas consiste en la evaluación de la memoria

previa al tratamiento compuesta por tests específicos. Evaluación del nivel funcional

del paciente para medir el grado de autonomía al momento de inicio del programa.

Según los resultados de estas pruebas se harán las modificaciones necesarias

respecto de la frecuencia del tratamiento y la duración estimada del mismo.

La segunda parte consta de sesiones de 45 minutos lo más frecuentes

posibles, consistentes en ejercicios que involucren memoria visual, auditiva y

ejecutiva, con aumento progresivo del tiempo entre la exposición de lo que se desea

que el paciente recuerde y su evocación posterior.

Simultáneamente, y dentro de esas mismas sesiones se realiza un

entrenamiento especial para el uso de un cuaderno que el paciente deberá aprender a

usar aún fuera de sus sesiones.

Este cuaderno consta de varias secciones que se preparan según las

necesidades del paciente pero que en general abarcan datos personales y biográficos,

información de las actividades diarias, calendario para anotar entrevistas y

compromisos, etc.

Para usar este cuaderno en la vida diaria será necesario un entrenamiento

que abarque alrededor de 9 sesiones. Esto depende de la severidad del trastorno y el

nivel de eficacia que vaya alcanzando a lo largo del aprendizaje.

226

Si bien el tiempo de duración del tratamiento es variable el programa de

rehabilitación total dura generalmente 6 a 8 meses. Cada 6 meses se realiza una

nueva medición para comparar los resultados y observar el nivel de mejoría alcanzado.

TÉCNICAS DE N EUROTERAPIA

En los últimos años han tomado auge otras técnicas que tienden a la

rehabilitación mediante el mejoramiento de las funciones por medio de la

autorregulación y el reconocimiento y capacidad de cambio de los estados cerebrales

en determinadas situaciones cognitivas.

Una de estas técnicas es la de neurofeedback, también denominado

neuroterapia y que describiremos seguidamente.

NEUROFEEDBACK

Conceptualización y Antecedentes Históricos

EEG biofeedback o neurofeedback es la regulación voluntaria de la actividad

del EEG en términos de frecuencia y amplitud. Puede tomar la forma de una inducción

transitoria a diferentes estados de “arousal”, consistentes con el patrón

electrencefalográfico deseado. O bien puede tomar la forma de una adquisición

gradual de un patrón diferente de distribución de la actividad electroencefalográfica.

Frecuentemente ambos elementos están involucrados en el proceso.

En el último caso estaríamos trabajando con el aprendizaje de una respuesta.

Y los aprendizajes se conservan una vez adquiridos, sin necesidad de reforzarlos.

La técnica de entrenamiento de neurofeedback otorga los beneficios de

incrementar el nivel de alerta de los estados cerebrales.

(...)

REHABILITACIÓN Y PSICOTERAPIA

227

Hasta aquí hemos hecho un breve recorrido por las distintas formas no

farmacológicas de abordaje de trastornos mentales que tienen una base disfuncional a

nivel de las estructuras del cerebro.

Todos estos métodos son herramientas útiles para conseguir el fin último que

perseguimos con pacientes dañados en la forma en que hemos visto a través de este

trabajo. Sabemos que no debemos pretender una cura sino una forma de vuelta a la

funcionalidad de algo perdido o de algo que nunca estuvo completamente.

Podremos, en fin, esperar que el paciente adquiera mayor autonomía

mediante nuevos aprendizajes. O tal vez, en algunos casos podamos esperar

solamente una demora en el deterioro inexorable. Pero uno de los problemas

insoslayables es la modalidad de afrontamiento del déficit por parte del enfermo. Qué

métodos utiliza, qué recursos internos posee para no sucumbir a la angustia que

produce la conciencia de haber perdido habilidades, de sentirlas en menos frente a

otros, o el sentimiento de que nunca se volverá a tenerlas.

Las mediciones fundamentales para la evaluación de nuestro trabajo en

rehabilitación, no agotan todas las posibilidades de ayuda.

La psicoterapia tradicional, proporciona uno de los instrumentes más valiosos

para la recuperación y la buena evolución. El esclarecimiento y la creación de un

lenguaje propio entre paciente y terapeuta es vital y constituye la base del éxito de

cualquier intervención.

A lo largo de mi experiencia he comprobado que el paciente que verifica un

deterioro de su funcionamiento mental pone en marcha defensas que no siempre son

exitosas y que dependen de sus recursos internos en el sentido psicológico.

Acompañar, apoyar y reorientar estos recursos es función fundamental del

clínico a cargo de un paciente con daño cerebral. La evaluación de estos recursos y no

solo de los de su funcionamiento biológico, nos dará una más acabada perspectiva y

nos ayudara en el tratamiento acompañando a la persona en el difícil derrotero de la

enfermedad.

228

RESUMEN

Luego de haber conocido las funciones y daños cerebrales, es necesario

conocer también la evaluación neuropsicológica. La exploración neuropsicológica debe

incluir la evaluación de diversos procesos o dominios cognoscitivos. Dicha exploración

permite evaluar la corteza cerebral y sus niveles más altos de integración, que

incluyen principalmente los lóbulos frontales y temporales, el tálamo y el hipotálamo.

Asimismo, es importante saber realizar el informe neuropsicológico y el

diagnóstico. los informes psicológicos mantienen características generales comunes.

Existen diferentes modelos para la elaboración de un informe neuropsicológico. Sin

embargo, como en otras áreas clínicas, existen guías generales relativamente

estándar. En este caso incluiremos los siguientes aspectos para el informe;

organización del informe, información acerca de la identificación, motivo de consulta,

revisión de registros, información sobre historia y antecedentes, observación

comportamental, pruebas administradas, resultados, resumen e impresión diagnostica,

recomendaciones y nombre y firma de las personas que participaron en el examen.

Un vez identificadas las funciones deterioradas o “perdidas” se debe elaborar

un programa de rehabilitación neuropsicológica. Los distintos métodos tienden a

habilitar al individuo para procesar y hacer uso de la información que ingresa al

sistema. Después de una evaluación neuropsicológica se debería decidir la estrategia

de rehabilitación más adecuada a ese paciente con su trastorno y limitación

particulares. Existen diferentes métodos entre los que se encuentran los de

reactivación, los de reorganización, y las técnicas de compensación.

229

AUTOEVALUACIÓN

1. No es un área que se debe evaluar neuropsicoloógicamente

a. Estado de alerta

b. Habilidad intelectual general

c. Orientación y atención

d. La personalidad

2. La formulación de metas, planeación y ejecución de planes dirigidos hacia una

meta, razonamiento conceptual y abstracto; corresponde a:

a. Funciones lingüísticas

b. Funciones espaciales y visoperceptuales

c. Funciones ejecutivas

d. Habilidades viso-motoras y construccionales

3. ¿Es necesario incluir en el informe neuropsicológico, las pruebas y procedimientos

administrados?

Falso Verdadero

4. ¿De qué forma se presentan los resultados en el informe neuropsicológico?

a. Narrativa

b. Esquemático

c. Lírico

d. En estrofas

5. Parte del informe que incluye un resumen de los síntomas y conductas por las que

se refirió al paciente.

a. Diagnóstico

b. Descripción de la conducta

c. Resultados

d. Motivo de consulta

6. ¿Qué define el tipo de pruebas y procedimientos que serán administradas?

a. La pericia del profesional

b. La persona que refirió al paciente y el motivo de la referencia.

c. El CIE 10 o DSM V

d. La actualidad de las pruebas

7. ¿Se puede incluir la versión del paciente de su problema y sus preocupaciones en

230

el motivo de consulta?

Falso Verdadero

8. Método que otorga los beneficios de incrementar el nivel de alerta de los estados

cerebrales.

a. Orientación

b. Conciencia

c. Neurofeedback

d. La vigilia

9. Rehabilitación que apunta a reconectar al paciente en tiempo y espacio, y con sus

circunstancias vitales.

a. Rehabilitación. del pensamiento

b. Rehabilitación de orientación

c. Rehabilitación motriz

d. Rehabilitación de la atención

10. cuanto tiempo dura aproximadamente el programa de rehabilitación de memoria.

a. De 6 a 8 meses.

b. Un año

c. De 9 a 11 meses

d. Un mes

11. Proceso terapéutico que apunta a aumentar o mejorar las capacidades

individuales de procesar y usar la información.

a. Rehabilitación fisiológica

b. Rehabilitación cognitiva.

c. Rehabilitación motriz

d. Rehabilitación de la atención

231

SOLUCIONARIO DE LA AUTOEVALUACIÓN

1d, 2c, 3v, 4a, 5d, 6b, 7v, 8c, 9b, 10a, 11b

232

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ardila, A. y Ostrosky, F. (2012). Guía para el diagnóstico neuropsicológico.

Recuperado de

http://www.ineuro.cucba.udg.mx/libros/bv_guia_para_el_diagnostico_neurop

sicologico.pdf

Romero, E., Y Vazquez, G. (2002). Actualización en neuropsicología clínica.

Argentina: Editorial Nobuko.