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BICC, I, 1945 RESEÑA DE LIBROS 381 mente tasada la personalidad de Alvaro en medio de las influencias y t.adiciones literarias que sufrió y, al propio tiempo, compartió. Y para enriquecer el valor de tan completa contribución al estudio de la historia y la cultura medioeval española, el autor presenta una tra- ducción de la Vita Eulogti sobre la cual nada nos es lícito decir, por el momento, ante la dificultad de consultar la Patrología de Migne '-. FERNANDO ANTONIO MARTÍNEZ TOMAS NAVARRO, Manual de entonación española. New York, Hispanic Institute in the United States, 1944, 306 págs. Como simple iniciado y entusiasta de los estudios de español no prometo a mi ocasional lector un comentario a fondo de este trabajo del profesor Navarro. Solamente voy a darle' una idea muy general, valiéndome de la transcripción de unos pasajes que contienen obser- vaciones de interés común. Pido de antemano excusas muy rendidas por la magnitud de las citas, y espero que la molestia que este proce- der acarrea quede en parte compensada por el valor intrínseco de las mismas. Y aquí unos apartes de la introducción al citado Manual: "Al desarrollar ahora las nociones anticipadas en el Manual de pronun- ciación española, en el capítulo concerniente a la entonación, uno de los propósitos de este trabajo ha sido precisamente presentar en forma organizada y metódica una serie de cuestiones que puedan promover el interés hacia un campo de estudio de naturaleza tan rica como poco cultivada". "Por otra parte este [trabajo] trata ... de ser útil para la enseñanza práctica del español. La tradición gramatical, que no sin resistencia, ha ido concediendo algún espacio a la pronunciación de los sonidos en el estudio de las lenguas modernas empieza a advertir que las formas de la entonación .. . actúan también en muchos casos con el carácter y papel de verdaderos elementos gramaticales. Y al mismo tiempo ha ido ganando terreno la experiencia de que las inflexiones tónicas de la voz, abandonadas a su propio impulso, no se producen siempre con acierto, ni en el empleo del idioma nativo, ni mucho menos en el manejo de una lengua extranjera. La impropiedad de la entonación altera el sentido de lo que se dice no menos que la im- propiedad del léxico o de la sintaxis". Que la entonación altera el sentido de lo que se dice lo muestra bien claro el autor cuando escribe, en las págs. 215-216 de su Manual: "la común opinión concede [excepcional importancia] al tono emocio- *- Por la nota 3 de la |>á^. 311 {Oh. cit.) de Menéndez Pelayo nos ciamos cuenta de la traducción castellana de la Vida de Eulogio, debida a Ambrosio de Morales, e inserta en el libro xiv de su Crónica. 12

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NAVARRO TOMÁS NAVARRO TOMÁS NAVARRO TOMÁS

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  • BICC, I, 1945 RESEA DE LIBROS 381

    mente tasada la personalidad de Alvaro en medio de las influenciasy t.adiciones literarias que sufri y, al propio tiempo, comparti. Ypara enriquecer el valor de tan completa contribucin al estudio dela historia y la cultura medioeval espaola, el autor presenta una tra-duccin de la Vita Eulogti sobre la cual nada nos es lcito decir, porel momento, ante la dificultad de consultar la Patrologa de Migne '-.

    FERNANDO ANTONIO MARTNEZ

    TOMAS NAVARRO, Manual de entonacin espaola. New York, HispanicInstitute in the United States, 1944, 306 pgs.

    Como simple iniciado y entusiasta de los estudios de espaol noprometo a mi ocasional lector un comentario a fondo de este trabajodel profesor Navarro. Solamente voy a darle' una idea muy general,valindome de la transcripcin de unos pasajes que contienen obser-vaciones de inters comn. Pido de antemano excusas muy rendidaspor la magnitud de las citas, y espero que la molestia que este proce-der acarrea quede en parte compensada por el valor intrnseco de lasmismas. Y aqu unos apartes de la introduccin al citado Manual:"Al desarrollar ahora las nociones anticipadas en el Manual de pronun-ciacin espaola, en el captulo concerniente a la entonacin, uno delos propsitos de este trabajo ha sido precisamente presentar en formaorganizada y metdica una serie de cuestiones que puedan promoverel inters hacia un campo de estudio de naturaleza tan rica comopoco cultivada".

    "Por otra parte este [trabajo] trata . . . de ser til para la enseanzaprctica del espaol. La tradicin gramatical, que no sin resistencia,ha ido concediendo algn espacio a la pronunciacin de los sonidosen el estudio de las lenguas modernas empieza a advertir que lasformas de la entonacin . . . actan tambin en muchos casos con elcarcter y papel de verdaderos elementos gramaticales. Y al mismotiempo ha ido ganando terreno la experiencia de que las inflexionestnicas de la voz, abandonadas a su propio impulso, no se producensiempre con acierto, ni en el empleo del idioma nativo, ni muchomenos en el manejo de una lengua extranjera. La impropiedad de laentonacin altera el sentido de lo que se dice no menos que la im-propiedad del lxico o de la sintaxis".

    Que la entonacin altera el sentido de lo que se dice lo muestrabien claro el autor cuando escribe, en las pgs. 215-216 de su Manual:"la comn opinin concede [excepcional importancia] al tono emocio-

    *- Por la nota 3 de la |> .^ 311 {Oh. cit.) de Menndez Pelayo nos ciamoscuenta de la traduccin castellana de la Vida de Eulogio, debida a Ambrosio deMorales, e inserta en el libro xiv de su Crnica.

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    nal en la valorrcin de las palabras y en la calificacin de las personas.El tono es en muchos casos, ms que las palabras mismas, lo quesatisface y persuade o molesta y ofende. En el trato diario, esencial-mente afectivo, donde el sentimiento que se adivina importa desdeluego ms que las palabras que se oyen, el tono produce o disiparecelos, suscita cuestiones y entorpece o facilita la relacin social. Ene desacuerdo frecuente entre la significacin litera! de las n.ilnhra';y el sentido de la entonacin, se pone ms confianza en lo que eltono da a entender que en lo que las palabras manifiestan".

    Y volviendo a la Introduccin: "Tanto para el que estudia unidioma con la aspiracin de hablarlo con propiedad y correccin comopara el que se interesa por el anlisis de su carcter y estructura desdeel punto de vista lingstico, el conocimiento de la entonacin repre-senta un valioso y decisivo progreso en la difcil conquista e interpre-tacin del modo de ser que el acento de ese idioma representa. Nose penetra enteramente en el dominio de una lengua mientras no seconoce la intimidad de su entonacin".

    "Hay personas particularmente reacias a aprender cualquier acentoque no sea el que adquirieron con su lengua materna. Estas personasque, al estudiar una lengua extranjera, encuentran natural tener queejercitarse en la prctica de extraas formas gramaticales y aun desonidos de rara articulacin, se oponen, sin embargo, con tenaz re-sistencia, a imitar inflexiones de entonacin a las que no estn acos-tumbradas. Para algunos, la violencia de esta imitacin llega hasta asignificar algo como la renuncia a alguna parte de la propia persona-lidad. El pudor de desnudarse de los hbitos de la lengua propia paraacomodarse a los de una lengua extranjera tiene en la entonacin sums fuerte reducto. La realidad es, sin embargo, que las formas me-ldicas de la lengua natal no pertenecen al individuo en mayor gradoque el timbre de los sonidos, la flexin del verbo o la construccin delas frases. El estudio metdico de la entonacin ensea a ver en lasformas tnicas de la lengua un carcter annimo y social, anlogo alde los dems elementos fonticos y morfolgicos que componen elorganismo del idioma. Pronunciar el espaol con entonacin inglesao el ingls con entonacin espaola es en suma una impropiedad se-mejante a la que se comete al hablar cualquiera de estas lenguas bajola influencia de los sonidos o gramtica de la otra".

    Poco ms adelante Navarro bosqueja los diversos aspectos de laentonacin: lgica, emocional, volitiva, idiomtica. La emocional "cons-tituye el fondo primitivo de donde, sin duda, proceden las demsformas y manifestaciones de esta materia". La idiomtica "muestra lacadencia habitual del habla de cada pas, el dejo caracterstico de cadadialecto y hasta el sello que imprimen en el lenguaje de cada in-dividuo las circunstancias especiales de su actividad o profesin ha-bitual y de su propia y particular manera de ser".

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    El propsito del Manual "ha sido ante todo . . . estudiar la entona-cin espaola en su aspecto idiomtico y literario". Para esto Navarroutiliza especialmente los discos autgrafos del Archivo de la Palabrade Madrid (Centro de Estudios Histricos). Una lectura atenta nosha permitido anotar entre las voces recogidas y estudiadas las de Se-rafn Alvarez Quintero, Miguel Asn, Catalina Barcena, Po Baroja,Benaventc, Concha Espina. Menndez Pidal, Ortega Gassct, Unamunoy otros, es decir, "escritores, profesores, artistas y acadmicos proce-dentes de diversas regiones" de Espaa.

    "Se hace tambin alusin en algunos casos a modalidades regiona-les de entonacin, espaolas e hispanoamericanas".

    Considera Navarro que "la entonacin literaria muestra visible-mente en sus inflexiones esenciales el elemento castellano que le haservido de base".

    "El fondo de esta tradicin se manifiesta [tambin] en la entona-cin del espaol hablado en Amrica". A propsito de ste, observa:"Los acentos hispanoamericanos difieren entre s, como los espaoles,considerados especialmente sobre la base del habla popular. Entre lasclases instruidas las inflexiones moderadas del tono, la proporcin demedidas en la composicin de los grupos fnicos y el orden generalde los elementos meldicos de la palabra ofrecen en todos los pasesde Hispanoamrica caracteres esencialmente semejantes, los cualescoinciden a su vez con las lneas fundamentales de la entonacin es-paola. La semejanza de maneras de la diccin urbana y selecta enlos pases hispanoamericanos revela la existencia, desde antiguo deun determinado concepto de pronunciacin y entonacin distinguidaso correctas, el cual, como ideal ortolgico, va unido en Espaa y Am-rica al cultivo de la lengua literaria y a las normas del buen tratosocial". Por lo que toca a Colombia estas afirmaciones resultan incon-trovertibles.

    Dice Navarro que a menudo el papel de su trabajo ha de reducirse"a ofrecer una informacin meramente descriptiva de hechos que po-drn hallarse no slo en espaol sino tambin en otras lenguas" yexplica esta forzosa limitacin por la relativa escasez de los trabajospublicados sobre entonacin y porque stos no se han hecho siempre"con la unidad de mtodo indispensable para poder sealar el carctery extensin que a cada tipo meldico corresponde".

    Como final de la introduccin nuestro autor se refiere brevementea los estudios de entonacin en espaol y en otras lenguas. Para elespaol cita indicaciones de Arajo, trabajos de Gili Gaya y los suyospropios, que hasta ahora vienen a ser indudablemente los ms completos.

    Las publicaciones sobre entonacin han aumentado pero queda enpie la mayor dificultad para el estudio de esa materia: es la dificultadde medir la altura de los sonidos y la falta de normas adecuadas yeficaces para interpretar y ordenar de un modo apto para la relacin

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    . . . comparativa, histrica y lingstica el valor de los resultados que

    . . . se obtienen |con el empleo de la fontica experimental].Sobre entonacin del espaol colombiano parece que se han pu-

    blicado muy pocos trabajos. Abundan s referencias generales en lostratados de gramtica y en los textos de lectura. El estudio ms serioque conocemos hasta ahora y que trata parcialmente estos temas sedebe a Toms O. Eastman ! . En el captulo m -Acento Musicalhace espordicas referencias al tono de nuestra conversacin. En la pg.37, por ejemplo, leemos: "Con un dos a manera de exponente seala-remos un acento musical ms alto que el anterior [el de preguntas,marcado con uno]. Es el que se oye en nuestras interjecciones fami-liares puh!, ih! que suenan [p22], [22], en una nota musical muyalta, con cantidad muy larga indicada con 2 y con acento dinmicofuerte indicado con el signo circunflejo. A cada paso se oyen di-logos del tenor siguiente: "y se casar ella con ese hombre? (p22);"aumentar las contribuciones el Congreso? (22)". "El que oye quealguien le ha prestado dinero a un tramposo, exclama: (m22)". Pocodespus Eastmin observa: "ih! se usa en otras partes con sentido dis-tinto y acaso con entonacin diferente. Este acento no es literario; per-tenece exclusivamente al estilo familiar". Antes de continuar en estascitas he de apuntar que Navarro estima como representacin msexacta del movimiento meldico del lenguaje la que utiliza trazosrectos o curvos que "por su posicin y direccin den idea aproximadade los movimientos de la voz". Refirindose Eastman a "un terceracento cromtico", que sita en un tono "ms bajo que la voz media"e indica con un tres, anota que en Colombia dicho acento "ocurre devez en cuando en la pronunciacin: "reconozca usted su error y pdaleperdn qui^n, yo1" que es como si se dijera "vamos, no me conoceusted". Poco despus observa que "con el mismo acento proferimoscasi siempre la interjeccin bah! [ba43], pues la cuantidad es largu-sima".

    En la pg. 39 del citado opsculo de Eastman leemos: "En algunaspartes (en Bogot, por ejemplo) es frecuente el acento de cinco y aunde siete semitonos en la conversacin reposada. Acaso por imitar laentonacin de la capital, frecuentan esa altura en otras regiones lasgentes que tratan de hablar fino". Por ltimo, en la pg. 40 encontramoslas siguientes discretas afirmaciones: "En esta materia [acento musical]no caben sino indicaciones generalsimas y no se puede hacer asevera-cin ninguna sin muchas salvedades y reservas. Hay diferencias re-gionales, diferencias por razn de edad, de sexo, de constitucin or-gnica, etc., ms an, en un mismo individuo ocurren diferencias deentonacin segn el estado de nimo o de salud en que se halle. Ases que interpretara mal las indicaciones anteriores sobre altura rea-

    1 Acentos de intensidad', de altura y de duracin. Bogot, Escuela Tipogrfica

    Salcsiana, 1926.

  • BICC, I, 1945 RESEA DE LIBROS 385

    tiva de los diversos acentos, quien les diera el carcter de frmulasprecisas, que ellas no tienen". Navarro considera en su Manual las po-sibilidades, o mejor, las realidades de cambio mencionadas por Eastmane insiste en el valor relativo de las formas meldicas de la voz; por otraparte, asienta que, pese a las inevitables modalidades dialectales y a lasinfinitas diferencias que hay de individuo a individuo, las lneasfunds mentales de la entonacin espaola no cambian arbitrariamentesino siempre dentro de un campo determinado. Las observaciones queel odo extranjero ha hecho sobre el acento espaol, agrega Navarro,subrayan la peculiar claridad y precisin de sus lneas meldicas.

    A algunos rasgos de entonacin idiomtica en Colombia se refiereLpez de Mesa - aunque en forma especialmente literaria: La pobla-cin de ascendencia chibeha (departamentos de Boyac y Cundina-marca) se caracteriza entre otras cosas por "hablar con suave entonaciny ritmo lento". El grupo racial santandereano habla con "acento agra-dable que no tiene la dbil inflexin fontica del bogotano"; . . . elbumangucs (gentilicio de Bucaramanga) y en otras regiones, Pamplonapor ejemplo . . . , tienen un ritmo fontico tan garboso y preciso queparece arrogante cuando slo es franco y pleno, con una recndita mu-sicalidad de canto". El grupo ibero-afro-americano del litoral atlntico"se pronuncia explosivamente en el hablar . . . " . El acento del tipoantioqueo "es desapacible, aunque sabe y suele darle inflexiones deternura; ingrato al odo por carecer de ritmo variado, ahuecar un pocola voz hacia la tonalidad de viejo, acentuar dejativamente la frase"Habla por lo general en voz alta". El grupo caucano [espaoles, afri-canos, indgenas, "con tendencia al predominio de la blenda mulata]"tiene en su territorio dos ciudades importantes: Popayn y Cali; aqu-lla, "con un acento ms castellano . . . en la fontica"; sta, "con suavedejo tropical muy tenue y perceptiblemente altivo". En la poblacindel Departamento de Nario, con elemento aborigen muy abundante,hay hechos de morfologa, vocabulario y entonacin propios de dialec-tos indgenas. Los habitantes de las tierras bajas del Tolima y del Huilase distinguen lingsticamente por el "dejo quejoso de su acento".Como impresin personal anoto que las inflexiones circunflejas pare-cen abundar en el habla corriente de la poblacin campesina del llanotolimense-huilense.

    Por impresin directa, el autor de estas lneas puede afirmar queest de acuerdo con el parecer de Henrquez Urea, citado por Na-varro, segn el cual en Mjico . . . predomina el tono agudo y en lasaltiplanicies de Colombia es ms general la entonacin grave. Podra-mos agregar esta otra impresin: en el habla corriente de los mejicanospredomina la entonacin circunfleja, mientras que en Bogot es msgeneral la de trazos continuos.

    2 De cmo se ha formado la nacin colombiana. Bogot, Librera Colombiana,

    1934-

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    Un hecho que presta ms importancia al estudio de Navarro sonsus comparaciones entre algunos aspectos de la entonacin espaolay los correspondientes en varias lenguas europeas: ingls, francs citaliano principalmente. Veamos un caso concreto: en francs, inglsy alemn es corriente identificar la forma meldica de la pregunta or-dinaria con la del grupo enunciativo de terminacin ascendente. Elespaol, por ei contrario, distingue ia entonacin enunciativa, cor.linca meldica horizontal, de la interrogativa, con lnea meldica o-blicua. Ms adelante encontramos: "La claridad con que la entonacinespaola hace distinguir entre la aseveracin y !a pregunta desde elprincipio de cada frase puede haber contribuido a que en esta lenguano haya sido necesario establecer como norma regular la posposicindel pronombre, usada en otros idiomas para anunciar la presencia dela interrogacin [Are you . . . r, Voulez vous . . . ?, Sprechen Sie . . . ? |.Ntase en efecto que la ortografa de las lenguas que identifican laentonacin de la aseveracin y de la pregunta, con excepcin de suinflexin final, acostumbra a escribir solamente el signo de interroga-cin a! cabo de la frase, lo cual da lugar a que en ciertas oracionesde construccin no suficientemente clara, el lector tenga que corregir laentonacin despus de haber comenzado la lectura. Se ha sealado eneste sentido, la claridad de la ortografa espaola, en la que ademsdel signo de interrogacin se utiliza . . . el mismo signo invertido paraindicar el principio de la pregunta". Esto ltimo empiezan a olvidarlomuchos colombianos, al menos en los escritos de tipo familiar. Haypor otra parte una tendencia popular a leer toda pregunta con flexinfinal invariablemente ascendente.

    No deja de producir cierta admiracin el que un fenmeno taninasible como a muchos nos parece este de la entonacin haya podidoser concretado en forma tan precisa, sometido a diseccin fontica tancuidadosa y estudiado, en fin, de modo tan amplio y detenido. Note-mos, p. ej. cmo Navarro al tratar de la enumeracin, "una de lascombinaciones sintcticas [del espaol] en que se observa mayor va-riedad y riqueza meldicas" llega a fijar hasta trece modalidades di-ferentes; y estudiando la entonacin de la pregunta, materializa nuevetipos de ella.

    Como resumen de rasgos idiomticos nuestro autor consigna entreotros asertos los siguientes: "Los hechos sealados en el presente estudiono agotan toda la variedad de manifestaciones de la entonacin espa-ola. No se registran aqu modalidades y matices de cuyo perfil tnicono se ha logrado an alcanzar una idea suficientemente definida, yfalta sobre todo, como materia necesitada de investigaciones especiales,el extenso y apenas explorado campo de la entonacin dialectal".

    "Afecta particularmente al conocimiento del espaol la tradicingramatical a que aluda Bally al lamentar que el estudio y la enseanzade los idiomas modernos, al ceirse a los moldes establecidos para laslenguas muertas, haya considerado como elemento ajeno a la morfo-

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    logia de la expresin normal cualquier aspecto de la palabra no re-presentado en la escritura. La disciplina de las hablas jvenes hanecesitado en efecto adoptar el aspecto venerable de la gramtica cl-sica para merecer consideracin acadmica. Muchos de los efectos sin-tcticos que las inflexiones tnicas ponen en la diferenciacin aseve-rativa, coordinativa, etc., estaran registrados en los tratados de an-lisis gramatical si en lugar de consistir en meros movimientos de lavoz encarnaran en formas lxicas o morfolgicas que les dieran repre-sentacin sobre el papel".

    Navarro observa que en su Manual ha dado apenas una represen-tacin esquemtica del funcionamiento meldico del espaol y que"es preciso observar la palabra viva en su ambiente cotidiano paraapreciar la variedad de reflejos de insinuacin, reticencia, duda, irona,etc., que la lengua espaola en su larga experiencia histrica y en supreferencia por la expresin oral ha ido componiendo y refinando enI su I extenso sistema meldico".

    Sera quizs conveniente que el distinguido autor del Manual alu-dido en esta resea inscribiera personalmente en discos los materialesque recoge y estudia, a fin de que los iniciados en estas materias pu-dieran tener una comprobacin prctica y fiel de los principios tericosexpuestos.

    El profesor Navarro Toms ha escrito en estilo sencillo un trabajofundamental, indispensable a ios profesores de espaol y muy til paralos investigadores de la entonacin hispana dialectal 3.

    Luis FLOREZ

    T. NAVARRO TOMAS, Cuestionario lingstico hispanoamericano. I: Fo-ntica, Morfologa, Sintaxis. Buenos Aires, Inst. Filol., 1943,112 pgs.

    En este Cuestionario "destinado a intensificar el estudio del espa-ol hablado en Amrica sobre el fondo general de la lingstica his-pana" el autor recoge 517 puntos de investigacin y da instruccionespara el trabajo. Piensa l que "cada ao que pasa se borra y desapa-

    3 Nolcula. En la pg. 13, linca 7 Icemos: existe "un determinado concepto

    de pronunciacin y entonacin distinguidas y correctas, el cual, como ideal orto-lgico, ha unido en Espaa y Amrica al cultivo c la lengua literaria y a lasnormas del buen trato social". Debe de ser va unido.

    En la pg. 56, lnea t i : "Es preciso situar la divisin de ramas, despus deingenuo para que ante su monumento aparezca referido al general y no al mu-chacho". Debe ir en cursiva "ante su monumento".

    En la pg. 181, linca 10: "Las unidades interrogativas con terminacin des-cendente o circunfleja son tan regulares y abundantes como las descendentes". Laltima palabra debe de ser ascendentes.

    CampoTexto: THESAURUS. Tomo I. Nm. 2 (1945). Luis Flrez, resea a Toms NAVARRO. Manual ...