294
3 2 o ñ A 8 1 0 2 1 1 3 1 - 5 0 4 1 N S S I Trabajo, arte y cultura Dossier 2018 Número 37 ISSN 1405-1311 Año 23

Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

  • Upload
    others

  • View
    3

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

32 oñA81 02

1131- 5041 NSSI

3732 oñA

81 0211 31- 5041

NSSI

Trabajo, arte y cultura Dossier

2018

Número 37

ISSN 1405-1311

Año 23

Page 2: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

Publicación semestral de ALAST Asociación Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Comité EditorialDirector

Roberto Benencia (conicet-unaj)

Héctor Palomino (fcs-uba)

Martín Moreno (cenep)

Mirta Vuotto (fce-uba)

Marta Panaia (conicet-iigg-uba)

Claudia Jacinto (cic/ides-conicet)

Diego Szlechter (ungs-idei-conicet)

Comité Asesor InternacionalAdriana Marshall (Argentina)

Dan Cornfield (Estados Unidos)

Enrique de la Garza Toledo (México)

Harry Katz (Estados Unidos)

Héctor Lucena (Venezuela)

Helena S. Hirata (Francia)

John Humphrey (Inglaterra)

Juan José Castillo (España)

Marcia de Paula Leite (Brasil)

Marcos Supervielle (Uruguay)

Mariela Quiñones (Uruguay)

Martha Novick (Argentina)

Michel Freyssenet (Francia)

Michelle de la Rosa (Italia)

Nadya Araujo Guimaraes (Brasil)

Rainer Dombois (Alemania)

Richard Hyman (Inglaterra)

Adalberto Cardoso (iesp-uerj)

José Ricardo Ramalho (ifcs-ufrj)

Diseño, diagramación y armado Estudio de Diseño Beatriz Burecovics

Corrección Teresa Cillo

Imagen de tapa Panel con figuras. Fuente: Metropolitan Museum of Art (US)https://images.metmuseum.org/CRDImages/ao/original/DP221260.jpg

Indizacióndialnet

Latindex folio único 7189 folio digital 25000Fecha de alta 26-12-2017Latinindex Catálogorevencyt Código RVR05

ISSN1405-1311 ISSN digital 1856-8378

Expediente de Derechos de Autor Nº 5354837

Expediente de Derechos de Autor versión digital 5354839

La información contenida en los artículos publicados en este número es responsabilidad exclusiva de los autores.

Contacto

[email protected] www.alast.info/relet_ojs

Impresión: Bibliográfika Carlos Tejedor 2815, B1605CJI Munro, Buenos Aires, Argentina

Sede Legal: Instituto de Desarrollo Económico y SocialAráoz 2838 (C1425DGT) CABA. Argentina Tel: 4804 4949 Fax: 4804 5856 [email protected]

Page 3: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

temas de debate

5 ¿Sociólogo de la dominación? La cuestión del trabajo en la obra de Pierre Bourdieu

Maxime Quijoux

resultados de investigación

25 Las relaciones laborales en empresas multinacionales en Argentina y Brasil

Julieta Haidar y Agustina Miguel

55 Mercado de trabajo, estructura sectorial heterogénea y perfiles educativos de la fuerza de trabajo: un análisis del comportamiento de los ingresos laborales (1992-2014)

Agustín Salvia, María Noel Fachal y Ramiro Enrique Robles

jóvenes investigadores

97 La nueva camada. Experiencias de renovación sindical en la Argentina protagonizadas por jóvenes en la última década

Patricia Ventrici

125 “Volver a recuperar la empresa”. Indagaciones sobre la participación en empresas recuperadas por sus trabajadores a partir de una etnografía

Cynthia Srnec

dossier actividades culturales y trabajo

161 Presentación

María Noel Bulloni

Revista Latinoamericana de Estudios del TrabajoRevista Latino-americana de Estudos do Trabalho

Año 23, número 37, Año 2018

Índice

Page 4: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

169 Músicos e intermediarios en los espacios de creación y cultura. La Roma-Condesa en la Ciudad de México

Rocío Guadarrama

197 Culturepreneurship y condiciones del trabajo en las industrias creativas. Una aproximación a partir del caso de la música independiente

Guillermo Quiña

221 Trabalho, imigração e relações de gênero no contexto da mundialização: músicos do Leste europeu no Brasil

Liliana Rolfsen Petrilli Segnini

reseñas bibliográficas

253 Teorías de la organización. Un enfoque crítico, histórico y situado

Marcela Mandiola

repertorio de tesis

261 Acción sindical frente a la integración regional. Agendas regionales de las centrales sindicales argentinas en el mercosur (2003-2015)

Tania Julieta Rodriguez

actividades académicas

275 8ª Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales. Primer Foro Mundial de Pensamiento Crítico. CLACSO

276 XIIª Bienal del Coloquio de Transformaciones Territoriales. (augm)

278 IX Congreso de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Trabajo (alast)

Todos los artículos de este número fueron arbitrados por dos lectores ciegos, y tres en caso de no acuerdo.

Page 5: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

Temas de debate

Page 6: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST
Page 7: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

5 ¿Sociólogo de la dominación?... | págs. 3-22

ResumenA pesar de su reconocimiento internacional, la sociología de Pierre Bourdieu no ha de-jado de suscitar las mismas controversias desde hace cuarenta años: sus principales conceptos adolecerían de sesgos deterministas que ocultarían la capacidad de los ac-tores para pensar y actuar autónomamente en relación con su socialización primaria. El medio social de origen, la escuela y el Estado convergerían en la producción de agentes vinculados a su posición social a través de su habitus, legitimando y participando así en la reproducción y los mecanismos de dominación de la sociedad. Sin embargo, estos debates ignoran el papel que dedica Bourdieu al trabajo y al empleo, cuando no se equi-vocan. Mientras que la contribución del sociólogo se reduce a menudo a una nueva de-mostración de dominación, un examen cuidadoso de toda su obra revela que el trabajo es un punto de inflexión teórico: si bien constituye un espacio en el que la explotación económica y la violencia simbólica están interrelacionadas, el asalariado también re-presenta un apoyo capaz –y único– de que los agentes tengan otra relación con su desti-no social; y, por lo tanto, ofrece, a diferencia de la escuela y de la cultura, las condiciones para una verdadera emancipación.

PalabRas claveBourdieu. dominación. TraBajo. Habitus. emancipación.

¿Sociólogo de la dominación? La cuestión del trabajo en la obra de Pierre Bourdieu

Maxime Quijoux

Maxime Quijoux es Sociólogo, Investigador del cnrs y miembro del laboratorio Professions, Institutions, Temporalités (printemps) en la Universidad Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines, Francia. Se dedica a la sociología de la socialización, de la acción colectiva y de la democracia en el trabajo.

Recibido: marzo de 2018 | Aprobado: mayo de 2018

Page 8: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

6 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

abstRactDespite its international stature, Pierre Bourdieu’s sociology has been the subject of constant controversy for forty years: its main concepts are said to suf fer from de-terministic biases that obscure the ability of actors to think and act autonomously in relation to their primary socialization. Social environment of origin, school and State would converge in the production of agents attached to their social position through their habitus, thus legitimizing and participating in the reproduction of society and the mechanisms of domination. Yet these debates ignore Bourdieu’s role in work and employment, if they are not mistaken. While the sociologist’s contribution is still of-ten reduced here to another demonstration of domination, a careful examination of his studies as a whole reveals that work constitutes a theoretical tipping point: while it constitutes a space in which economic exploitation and symbolic violence are arti-culated, wage labour also represents a support capable –and unique– for agents to have a dif ferent relationship to their social destiny and thus of fers, unlike school and culture, the conditions for real emancipation.

Key woRdsBourdieu. dominaTion. Work. Habitus. emancipaTion.

Page 9: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

7 ¿Sociólogo de la dominación?... | págs. 3-22

introducción

“Sus textos fascinan por sus análisis y atacan por su teoría” (Certeau de, 1990: 94). Mientras que el debate en Francia sobre el legado de Pierre Bourdieu sigue suscitando muchas controversias, a veces de manera viru-lenta (Joly, 2018), la fórmula de Michel de Certeau tiene la virtud de sinte-tizar en algunas palabras la ambivalencia que suscitan los conceptos del sociólogo: frente a todos aquellos para quienes Bourdieu produjo un efecto “sociológicamente” revelador (Mauger, 2005), se levanta una multi-tud de adversarios quienes, a pesar de sus heterogeneidad disciplinaria o cronológica en su oposición, le hicieron a menudo las mismas críticas, ya sean personales –se le reprocha sus conductas verticales y de clan (Heinich, 2007)–, epistemológicas –algunas rechazan la confusión que supuestamente hace entre ciencia y política al fin de su vida (Lapeyronnie, 2004: 621-661)– o teóricas, acusando a su sociología de “dogmática” y “determinista”.

Entre todas esas reclamaciones que componen estas últimas críticas, una parte sustancial de sociólogos y filósofos se levanta, en efecto, en contra del rol débil, cuasi nulo, que su teoría del mundo social deja a las “potencialidades individuales”: postulando que las acciones de los agen-tes, incluso sus estrategias, son condicionadas por su historia social de clase hecha habitus, Bourdieu mostraría la incapacidad de analizar las propiedades constitutivas de la racionalidad de los actores, impidiendo así volver entendible sus posibilidades de acción. Esta crítica es quizá más fuerte cuando tiene que ver con los miembros que pertenecen a posicio-nes subalternas de la sociedad: al hacer de la desposesión cultural, la delegación política y la violencia simbólica las principales características de los “dominados”, Bourdieu no solo ha despertado la desconfianza de los partidarios de las teorías del actor, sino que también ha llevado a algu-nos de sus colaboradores históricos a desaprobar análisis considerados demasiado simplistas, si no “miserabilistas” (Grignon y Passeron, 1989). En este sentido, incluso dieron lugar a la creación de una nueva escuela teórica, en la que el pensamiento de Bourdieu sigue muy vivo hoy en día (Boltanski y Thevenot, 1991; Boltanski, 2009; Barthe et al., 2013: 175-204).

Aunque en su mayor parte todavía no se ha estudiado suficientemen-te, tanto por sociólogos del trabajo como por partidarios de los “Bourdieu Studies”, la cuestión del trabajo en la obra de Bourdieu constituye un objeto paradigmático, en el sentido de que combina todas las propiedades de la dominación –y, por tanto, los escollos asociados a ella– y las

Page 10: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

8 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

condiciones de su superación: examinando sucesivamente la génesis y las formas que toman estas dominaciones en el ámbito profesional, y luego los efectos sociales que el trabajo asalariado produce en los individuos, se puede constatar que, detrás de esta aparente paradoja, se esconde un análisis de Bourdieu desconocido e inesperado. Si bien puede ser una fuente obvia de explotación, el trabajo es, en realidad, el único espacio, a sus ojos, –sin comparación con la escuela o la familia, lugares de repro-ducción por antonomasia– que ofrece tanto las condiciones como las herramientas para una “racionalización” de la acción de los agentes. No es algo menor en un sociólogo como Bourdieu: en definitiva, él asigna al trabajo, mucho más que una función socializadora, un poder de transfor-mación individual de lo social, que, en este sentido, constituye una insti-tución determinante de nuestra civilización.

“la doble verdad del trabajo”El conocimiento que tenemos de los análisis del trabajo de Bourdieu se limita, a menudo, a un texto titulado “La doublé vérité du travail” (Bourdieu, 1996). Publicado por primera vez a mediados de los años noventa en un número doble sobre “Nuevas formas de dominación en el trabajo”, fue reimpreso un año más tarde en Méditations pascaliennes (Bourdieu, 1997).

Con el don, el trabajo es un “caso” diseñado para ilustrar sus análisis de la violencia simbólica, constituyendo así un ejemplo emblemático. En unos pocos párrafos, Bourdieu pretende demostrar que el mundo profesio-nal no es simplemente un lugar de explotación objetiva que se definiría solo por su dimensión económica. Después de Marx, nos invita a una “segunda inversión” (Ídem: 291) que consiste en sacar a la luz la “verdad subjetiva” del trabajo, es decir, la contrapartida simbólica de su esclavitud.

Encontramos aquí toda la ontología teórica de su sociología: el traba-jo ha logrado hacer caso omiso de su verdad objetiva imponiendo un conjunto de satisfacciones personales y colectivas, “irreducibles a la sim-ple renta en dinero, [que] forma parte de las condiciones reales para la realización del trabajo y la explotación” (Ídem: 291). Desde el interés en la tarea hasta las recompensas simbólicas ligadas a la profesión, desde la convivencia de los colegas hasta la libertad de producir, todos estos “már-genes de libertad” y “beneficios” no son, como se suele pensar, formas de emancipación del trabajo, sino, por el contrario, todas las propiedades de la propia sumisión.

Page 11: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

9 ¿Sociólogo de la dominación?... | págs. 3-22

Para Bourdieu, todo lo que constituye “implicación en el trabajo” es una manifestación de su servilismo y falta de conocimiento: Los trabaja-dores pueden contribuir a su propia explotación a través del esfuerzo que realizan para apropiarse de su trabajo por medio de las a menudo dimi-nutas y casi siempre “funcionales” libertades que se les dejan y bajo el efecto de la competencia derivada de las diferencias –en relación con los trabajadores cualificados, los inmigrantes, los jóvenes, las mujeres– que constituyen el espacio profesional que opera como campo (Ídem: 292).

Esta propensión a invertir en trabajo es, entonces, “[...] indudable-mente tanto más importante cuanto que las expectativas colectivas pues-tas en el puesto están más en línea con las disposiciones de sus ocupantes” (Ídem: 293), aunque tampoco es necesario aislar las situaciones laborales más exigentes, como el trabajo en cadena. Porque, si posibilita cualquier acción contraproducente –disparo, sabotaje o sofoco–, el “margen de libertad” no impide “... la posibilidad de inversión en el trabajo y la auto-explotación” (Ídem: 293). Al contrario, paradójicamente, es porque se percibe como una conquista (por ejemplo, la libertad de fumar un cigarri-llo, de moverse, etc.) o incluso un privilegio (concedido a los más antiguos o más calificados) que puede ayudar a enmascarar la restricción global que hace que valga el valor (Ídem: 294) y, en última instancia, contribuir a su servidumbre. Tanto más cuanto que los actores dominantes no dudan en promover esta “libertad de juego” a través de nuevas formas de super-visión participativa que explícitamente pretenden explotar esta disposi-ción para hacer bien su trabajo.

En síntesis, para Bourdieu, no hay salvación en su obra, porque todo lo cercano o lejano relacionado con nichos o formas de libertad “[...] y que ‘las teorías de la resistencia’ se apresuran a celebrar, en una preocupación por la rehabilitación, como evidencia de creatividad” (Ídem: 294) es, en resumen, solo la expresión subterránea, poderosa y renovada de la explo-tación capitalista. Esta “doble verdad del trabajo” no es nueva ni específica del capitalismo, ni mucho menos.

Desde su perspectiva, las transacciones económicas son irreducibles únicamente en su dimensión material, ya que el conjunto de los intercam-bios humanos obedece a intereses específicos; incluso cuando dan todas las apariencias de desinterés porque escapan a la lógica del interés “eco-nómico” (en el sentido restringido) y se dirigen hacia intereses inmateria-les y difícilmente cuantificables, como en las sociedades “precapitalistas”

Page 12: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

10 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

o en la esfera cultural de las sociedades capitalistas, las prácticas no dejan de obedecer a una lógica económica (Bourdieu, 1980: 209).

Si Bourdieu quiere demostrar que existe un “mercado de bienes sim-bólicos”, compuesto por su propia lógica de ganancias y acumulación –como el campo artístico o científico–, ante todo busca poner de relieve la función de este mercado, sobre todo económico, en la perpetuación del orden social. Porque, para Bourdieu, no solo no es un don “gratuito”, sino que, en muchos casos, es el instrumento que permite ocultar o legitimar intereses, sobre todo los más “lucrativos”: “poseemos para dar”, nos dice,”pero también poseemos dando”. Un regalo que no es devuelto puede convertirse en una deuda, una obligación duradera (Ídem: 216). Don o deuda, participa, entonces, en la misma lógica esclavizadora:

[...] las obligaciones abiertamente económicas impuestas por el usurero, o las obligaciones morales y los vínculos emocionales creados y sostenidos por el don generoso, en definitiva, la violencia abierta o simbólica, la vio-lencia censurada y eufemística, es decir, la violencia irreconocible y reco-nocida” (Ídem: 216-17).

En sociedades poco diferenciadas donde los vínculos “comunitarios” no permiten relaciones comerciales explícitas, la explotación de la mano de obra es casi imposible sin el ejercicio de esta “doble verdad”. En ausen-cia de relaciones sociales y referencias capitalistas, la “producción de bie-nes o servicios no tiene sentido ni existencia específica y, al igual que la división sexual o generacional, es una de esas relaciones arbitrarias de explotación [transformadas] en relaciones duraderas porque se fundan en especie” (Ídem: 191). En las sociedades cabilas de los años sesenta, Bourdieu informa de muchas situaciones en las que el “capitalismo sim-bólico” no solo sustituye a la acumulación económica, sino que también contribuye a la explotación de una mano de obra sumisa. Así :

[...] la estrategia de acumular el capital de honor y prestigio [...] permite a las familias numerosas tener la máxima mano de obra durante el período de trabajo y, al mismo tiempo, reducir el consumo al mínimo; la contra-partida de estos servicios puntuales, limitados a períodos de emergen-cia, como la cosecha, es menos onerosa por cuanto que se prestará, ya sea en forma de trabajo, pero fuera del período de plena actividad, o en otras formas, como la protección, el préstamo de animales, etc., a cambio (Ídem: 201).

Page 13: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

11 ¿Sociólogo de la dominación?... | págs. 3-22

Para Bourdieu, solo se puede ver aquí “... una forma disfrazada de compra de mano de obra o la extorsión clandestina de las tareas”, que solamente es posible porque está bajo “... el disfraz de los thiwizi, la ayuda voluntaria, que también es una tarea, una tarea de voluntariado y ayuda forzada” (Ídem: 201), es decir, “bajo la doble verdad de prácticas intrínsecamente equivocas y ambiguas” (Ídem: 201).

Como presuponen permanentemente una relación basada en la necesidad de una mano de obra estable y barata, las relaciones entre el pequeño terrateniente y su arrendatario –los Khammes– arrojan aun más luz sobre la naturaleza ambigua de esta doble verdad. Porque si tenía a su disposición un conjunto de medios coercitivos para retener a su “emplea-do” agrícola –como la toma de toda su cosecha–,”al manifestar su rango, el maestro tenía interés en excluir de la relación ‘económica’ cualquier garantía que no fuera la fidelidad exigida por el honor, tratando como asociado a su khammes, quien, por su parte, solo pedía entrar, con la com-plicidad de todo el grupo, en esta ficción interesada pero capaz de propor-cionarle una representación honorable de su condición” (Ídem: 219-220).

En este contexto, la violencia simbólica aparece como un signo casi de debilidad por parte del dominante, sobre todo porque, a su vez, implica toda una obra “costosa” –porque es permanente– de encubrimiento de desigualdades económicas. Porque si el capital “económico” actúa solo en la forma eufemística del capital simbólico, Bourdieu afirma que “esta con-versión del capital, que es la condición para su eficacia, no es automática: requiere, además de un perfecto conocimiento de la lógica de la economía de la negación, de la incesante atención y de todo un montón de trabajo, que es esencial para establecer y mantener relaciones, y también inversio-nes importantes, tanto materiales como simbólicas” (Ídem: 221), ya sea la ayuda política contra la agresión, el robo, las ofensas o insultos, o la ayuda económica, que a menudo es muy costosa, especialmente en el caso de la hambruna (Ídem: 220), Sin embargo, todos estos esfuerzos seguirían siendo ineficaces si no fueran acompañados por “.... la voluntad (sincera) de ofrecer estas cosas más personales, por lo tanto más preciosas que los bienes o el dinero, porque, como dicen, no pueden ‘prestarse o tomar pres-tado’, como el tiempo, el tiempo para hacer estas cosas ‘que no se olvidan’, porque se hacen bien, cuando es necesario –atenciones, gestos, bondad–” (Ídem: 221). En última instancia, en una economía de “mala fe”, “si la auto-ridad se percibe siempre como una propiedad de la persona, es que la violencia suave requiere que la persona que la ejerce se pague de su persona”

Page 14: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

12 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

(Ídem: 221). Pagar de su persona. o sea mancharse un poco de sangre. En otras palabras, donarse para extorsionar mejor el trabajo de los demás.

Desafiando tanto los tópicos populistas sobre las resistencias en el trabajo como los tópicos esencialistas sobre las solidaridades “mecánicas” de las sociedades no capitalistas, este análisis “simbólico” de la explota-ción de la mano de obra le ha llevado finalmente a superar el distrito rutinario de los objetos de la sociología del trabajo interesándose por el trabajo sacerdotal. Más que el de un artista, esta “profesión” es un caso típico de una empresa económica que necesita ser negada para existir mejor. La actividad sacerdotal se basa en “dos verdades: la económica y la religiosa, que la niega” (Bourdieu, 1994: 202) y, en este sentido, posee todas las propiedades de la violencia simbólica:

[...] la empresa religiosa es un emprendimiento con una dimensión econó-mica que no puede confesarse como tal y que funciona en una especie de negación permanente de su dimensión económica: Hago un acto económi-co, pero no quiero saberlo; lo hago de tal manera que me puedo decir a mí mismo y a los demás que no es un acto económico –y solo puedo ser creíble para los demás si yo mismo lo creo... (Ídem: 202-203).

[...] La explotación de la mano de obra se esconde aquí bajo la ropa de la filiación familiar [...] Transfigurándolo en relaciones de parentesco espiri-tual o de intercambio religioso ... el trabajo solo puede presentarse ... a través de la lógica del voluntariado [incluyendo] por parte de los emplea-dos, agentes religiosos subordinados.

[Por ejemplo, los que limpian iglesias o mantienen y decoran altares (Ídem: 204-205)], para quienes la inversión se hace esencialmente en forma de un don de trabajo, una ofrenda voluntaria de dinero y tiempo (Ídem: 205).

Entonces, a partir de esta verdad subjetiva no solo permite que la explotación avance “enmascarada”, sino que también descalifica cual-quier intento de objetivar las actividades que sostienen a esta comunidad. Cuando la unión del personal laico de la Iglesia trató de definir las profe-siones que representaba, chocó con la definición implícita de estas profesiones defendidas por los empleadores (es decir, los obispos que, por supuesto, rechazan esta designación). Las tareas sagradas son irreduci-bles a una codificación puramente económica y social: el sacristán no tiene “profesión”; realiza “un servicio divino” (Ídem: 203). Cualquier deseo de salario es desacreditado pues “... los actos religiosos son su fin en sí

Page 15: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

13 ¿Sociólogo de la dominación?... | págs. 3-22

mismos y quien los realiza es recompensado por el hecho mismo de reali-zarlos” (Ídem: 206). En esta empresa donde lo único que vale la pena es “... el propósito religioso del trabajo” (Ídem: 205),”[...] los obispos responden que la paga es una palabra que no existe en este universo” (Ídem: 206)

Este ejemplo ofrece, entonces, mucho más que una visión sorpren-dente sobre las formas de dominación en un mundo laboral poco conoci-do: al destacar “las empresas (escuela, médicas, caritativas, etc.) que, operando sobre la lógica del voluntariado y la oferta, tienen una ventaja considerable en la competencia económica (entre estas ventajas, el efecto etiqueta...) [pero que] solo pueden beneficiarse de estas ventajas si se reproducen continuamente las condiciones de la ignorancia de su dimen-sión económica” (Ídem: 207), Bourdieu destaca una forma de explotación que, como han demostrado especialmente las obras recientes (Hély, 2009; Simonet, 2010; Hély y Moulévrier, 2013), no ha dejado de desarrollarse en los últimos veinte años.

“el fin de un mundo”En la medida en que contribuye a la subordinación de las tareas o situa-ciones apremiantes, la “doble verdad” que caracteriza al trabajo no cesa nunca de ser una violencia “suave”, a menudo imperceptible. Parece casi anecdótico al lado de las situaciones sociales y profesionales que Bourdieu relata tanto en Argelia como en Francia. Porque Bourdieu es tanto, si no menos, un sociólogo del trabajo como del empleo. Sus estudios de los asa-lariados argelinos le llevaron a darse cuenta muy pronto de los efectos económicos y “existenciales” –a menudo trágicos– de la inactividad sobre los trabajadores. Mucho antes de la “crisis” de los años setenta, que puso fin al pleno empleo, y de las primeras encuestas sobre las consecuencias del desempleo en Francia, Bourdieu informa con precisión sobre el alcan-ce y la intensidad de la “desorganización sistemática del comportamiento, la actitud y las ideologías” (Bourdieu et al., 1964: 353) producidas por el no empleo o el subempleo.

En efecto, las privaciones y la inseguridad provocadas por estas últi-mas están perturbando las estructuras colectivas que regulaban estas sociedades –actividades agrícolas, estructuras patriarcales, economía de “buena fe”– sin permitir las condiciones necesarias para la “elaboración de un plan de vida racional” (Ídem: 356), obligándoles a concentrar todos sus esfuerzos en “satisfacer las necesidades inmediatas” (Ídem: 356). La inconstancia y los bajos ingresos impiden a estos hombres “elaborar un

Page 16: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

14 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

proyecto de vida, es decir, un sistema coherente y jerárquico de finalida-des planificadas o proyectadas, abrazando en la unidad de una aprehen-sión la conducta presente y el futuro que trabaja para hacer realidad” (Ídem: 359). El desempleo, por lo tanto, no solo priva a los argelinos de los medios esenciales para alcanzar la inevitable marcha de la racionaliza-ción mundial, sino que los condena a la impotencia política impidiendo todos los poderes ref lexivos y prospectivos. En efecto, “los sub-proletarios son miseria e indigencia, sufrimiento e infortunio: no están suficiente-mente alejados de su condición para constituirla como objeto” (Ídem: 308). Aquí no hay media medida o “doble verdad”. Para el sociólogo, el desempleo sumerge al individuo en la “alienación absoluta [que] le priva de la conciencia misma de la alienación” (Ídem: 309) en el momento de la independencia del país.1

Treinta años más tarde, Bourdieu describe el creciente empobreci-miento de la clase obrera francesa casi en los mismos términos. En La misère du monde (Bourdieu (dir.), 1993), las vidas que Bourdieu relata ates-tiguan la forma en que la desestabilización de un “cosmos” –esta vez tra-bajador– conduce a los mismos efectos sociales. En “La Rue des Jonquilles”, por ejemplo, Bourdieu pinta un cuadro sociológico que nos recuerda a los campesinos cabilas “descampesinados” por la colonización francesa. Los habitantes de este barrio obrero, en manos de la desindustrialización, se presentan como “supervivientes de un inmenso desastre colectivo”, igno-rando todos los marcos económicos y temporales que estructuraron la vida individual y colectiva:

Con las fábricas, es su razón de ser la que ha desaparecido: entraron en ellas naturalmente, a menudo muy temprano, a partir de los 14 años, des-pués del certificado escolar, en la continuidad de sus padres, y les asigna-ron naturalmente a sus hijos. Es también su pasado, y todo el mundo de las relaciones profesionales, que intentan perpetuar lo mejor que pueden, aprovechando cada oportunidad para reunirse en el café o en el supermer-cado, que es separado de su residencia por carreteras rápidas, donde pasan las mañanas charlando. Pero, sobre todo, es su futuro, la continuación y

1 Destacando la “madurez” política del pueblo argelino, quiere dejar claro que la verdadera revolución del país no podrá evitar la salarización de la sociedad argelina:”Al no poseer en la actualidad este mínimo de dominio que es condición para un esfuerzo deliberado y racional para apoderarse del futuro, todos estos hombres se entregan a un resentimiento incoheren-te en lugar de ser animados por una verdadera conciencia revolucionaria. [Pierre Bourdieu, «De la guerre révolutionnaire à la révolution», en Bourdieu, 2008: 118.19].

Page 17: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

15 ¿Sociólogo de la dominación?... | págs. 3-22

justificación de su pasado, el de sus hijos e hijas, que hoy están destinados a permanecer mucho tiempo en una escuela secundaria lo suficientemente eficiente como para desviarlos de la fábrica, sin poder ofrecerles nada más, la mayor parte del tiempo, que títulos devaluados, es decir, muy a menudo en esta región en crisis, la promesa del desempleo (Ídem: 22).

Aquí, una vez más, la “verdad subjetiva” del trabajo se ha ido erosio-nando bajo la verdad más objetiva y humillante. La descalificación profe-sional de “Monsieur Leblond” no hace más que ilustrar la desolación frente a esta depresión:

[...] el sueldo se redujo entre un 30 y un 40% ; [...] los equipos de trabajo se redujeron a veces a la mitad, como los suyos, de nueve a cuatro, [...] y esto para una producción constante o incluso incrementada; las restricciones y mayores controles para minimizar ausencias, incluso en caso de enferme-dad [...]; sindicatos debilitados, en particular por la difultad de movilizar a los trabajadores desencantados, que se consideran afortunados de tener un empleo... (Ídem: 22-24).

Todo lo que hasta ahora ha hecho del trabajo una fuente de equilibrio y seguridad, se está convirtiendo en un mundo desconcertante y peligro-so. El texto que introduce la obra, “La Rue des Jonquilles”, su universo y sus gentes, solo anuncia, entonces, toda una serie de retratos de obreros o empleados, que tienen en común encarnar “el fin de un mundo” (Ídem: 25), el colapso, más o menos lento, más o menos evidente, de un universo, ciertamente socialmente dividido, pero coherente y estructurante.

la igualdad imposible de la feminización del mundo del trabajo

Como cualquier grupo estigmatizado, para Bourdieu las mujeres llevan un “coeficiente simbólico negativo” que “afecta negativamente a todo lo que son y hacen” (Bourdieu, 1998: 128). Este valor negativo tiene una consecuencia singular en el mundo del trabajo: la feminización que ha acompañado los cambios en el mercado laboral en los últimos treinta años no significa una mejora concomitante de la condición de la mujer en ese medio. Para Bourdieu, todo sucede como si su presencia descali-ficara invariablemente las tareas y los puestos de trabajo. Afirma: “Si las estadísticas muestran que los denominados oficios cualificados tienen más probabilidades de ser masculinos que femeninos, mientras que el

Page 18: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

16 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

trabajo asignado a las mujeres es ‘no cualificado’, se debe en parte a que cualquier comercio, sea cual fuere, está de alguna manera matizado por el hecho de que lo realizan hombres (que, en este sentido, son todos, por definición, de calidad)” ; e ilustra su argumento haciendo de un deter-minado sector un caso general: del mismo modo que el dominio más perfecto de la esgrima no podía abrir para un plebeyo las puertas de la nobleza de la espada, así también las teclistas, cuya entrada en el comer-cio del libro ha suscitado tremenda resistencia de los hombres, amena-zados en su mitología profesional de trabajo altamente cualificado, no son reconocidas como haciendo el mismo oficio que sus compañeros varones, de los cuales están separados por una simple cortina, aunque hacen el mismo trabajo (Ídem: 87). Sin embargo, unas pocas páginas más tarde, reconoce que la situación de las mujeres está cambiando –más educación, menos trabajo doméstico, más trabajo remunerado, más divorcios, etc.– principalmente debido a dos factores: el acceso a la edu-cación superior y el desarrollo concomitante de los asalariados y su extensión a la esfera pública (Ídem: 122).

Pero Bourdieu pone inmediatamente en perspectiva este cambio y subraya que, si bien las mujeres tienen cada vez más acceso al mundo del trabajo, siguen estando relegadas a “los puestos más bajos y precarios que se les reservan” (Ídem: 126), por ejemplo, en el servicio público. Agrega:

La mejor prueba de las incertidumbres sobre la condición de la mujer en el mercado laboral es, sin duda, el hecho de que siempre se les paga menos que a los hombres, todos ellos en igualdad de condiciones, y que obtienen puestos inferiores con las mismas cualificaciones, y, sobre todo, que se ven más afectados proporcionalmente por el desempleo y la inseguridad labo-ral, y que se ven más relegados a empleos a tiempo parcial, lo que, entre otras cosas, tiene el efecto de excluirlas casi infaliblemente de los juegos de poder y las perspectivas de carrera. Dado que están vinculadas al Estado social y a las posiciones “sociales” dentro del campo burocrático más vul-nerable a las políticas de precariedad, todo permite predecir que serán las principales víctimas de la política neoliberal orientada a reducir la dimen-sión social del Estado y promover la “desregulación” del mercado de traba-jo (Ídem: 128).

Casi veinte años después, solo podemos lamentar que los hechos le hayan dado la razón.

Page 19: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

17 ¿Sociólogo de la dominación?... | págs. 3-22

el asalariado como horizonte de emancipación

Ante tales análisis del trabajo y de los trabajadores, viejos y constantes, Bourdieu bien podría ser culpado aquí cuando define a la clase obrera en términos estrictos de desposesión política y cultural. Esto sería equivo-carse sobre una definición del trabajo que está lejos de ser reducido a su única “doble verdad” o a brillar solo por su ausencia. Por el contrario, el trabajo es inseparable de una dimensión profundamente estructuradora, que tal vez se expresa mejor si falta o aparece solo intermitentemente. Al analizar el sistema salarial argelino, Bourdieu mostró que, junto al océano de trabajos miserables, había formas marginales pero actuales de integra-ción salarial. Lejos de ser meros aislados individuales y/o socialmente insignificantes en una sociedad tradicional en declive, Bourdieu muestra que el trabajo “... no es solo un medio de ganarse la vida y asegurar la sub-sistencia de la familia: la propia vida profesional, con sus ritmos tempora-les y espaciales, las disciplinas y regularidades que impone, constituye el marco de la existencia individual”. Añade: “Como el equilibrio emocional, el sistema de marcos temporales y espaciales en los que se desenvuelve la vida no puede formarse sin los parámetros del trabajo regular. Toda la vida se deja a la incoherencia” (Bourdieu et al., 1964: 355-356). En este sen-tido, incluso llega a demostrar empíricamente la existencia de una corres-pondencia entre los asalariados, las condiciones de vida y el proceso de racionalización: las condiciones de empleo estable y progresivo, el trabajo libre y cualificado y la remuneración -adecuada o incluso buena contribu-yen efectivamente a las diversas formas de racionalización de los valores éticos, que se caracteriza por dos niveles principales: argumenta que:

[...] el análisis de datos estadísticos sobre comportamientos, actitu-des y opiniones nos permite discernir varios tipos de actitudes económi-cas, asociadas a diferentes condiciones materiales de existencia. El empleo permanente y los ingresos regulares dan acceso a lo que se puede llamar el nivel de seguridad: entre las personas con ingresos entre 400 y 600 francos, el fin de la actividad económica sigue satisfaciendo las nece-sidades, y el comportamiento obedece al principio de maximizar la segu-ridad (Pierre Bourdieu, “La société traditionnelle: attitude à l’égard du temps et conduite économique”, en Bourdieu, 2008: 96-97).

Este primer nivel corresponde entonces menos a una actitud pros-pectiva que a un efecto de histéresis de situaciones anteriores marcadas por el no empleo. Es necesario alcanzar un nivel socioeconómico más alto para liberarse finalmente de las garras de la vida cotidiana. Este “umbral

Page 20: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

18 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

empresarial”, que Bourdieu fija en “800 nuevos francos” por hogar, “[...] coincide con un cambio global de comportamientos y actitudes, la raciona-lización del comportamiento que tiende a extenderse a la economía doméstica, el lugar de la última resistencia. Los comportamientos tienden a componer un sistema organizado según un futuro abstracto, aprehendi-do y controlado por la predicción y el cálculo” (Ídem: 96-97). Pero, al ofrecer tanto las condiciones como las herramientas del ethos racionalista, el traba-jo asalariado no solo autoriza la organización de la vida individual o fami-liar. Porque, mientras que el desempleo condena a los sub-proletarios a la incapacidad ref lexiva y, por tanto, a la incompetencia política, la estabili-dad del empleo y de los ingresos, por otra parte, permite la formación de una “conciencia temporal abierta y racional”, la única forma de comprome-terse en las luchas políticas, incluidas las más revolucionarias, gracias a las condiciones de existencia y “[...] porque han podido adquirir, en su vida profesional, una actitud progresista y racional” (Bourdieu, 1964: 311-312). De hecho, “[...] solo los individuos que tienen un sistema coherente de aspira-ciones y exigencias, capaces de situarse en la lógica del cálculo y de la pre-visión... pueden captar su existencia de manera sistemática y realista en referencia a un futuro colectivo, y aceptar deliberadamente los sacrificios o renuncias solidarias con cualquier acción revolucionaria” (Ídem: 311-312). Bourdieu va aun más lejos: atribuye virtudes inesperadas a la organización del trabajo afirmando que conduce a formas avanzadas de discernimiento político. Bourdieu concluye que, “acostumbrados a someterse a exigencias racionales y propensos al realismo por la propia naturaleza de sus activida-des cotidianas [...] los proletarios son, de todos los trabajadores, los menos accesibles a las seducciones de la demagogia” (Ídem: 386-387).

Por la primacía de esta investigación, de quien la realiza y del contex-to muy particular en el que se lleva a cabo, uno estaría entonces tentado a cometer un nuevo error circunscribiendo este análisis solamente a la era argelina de Bourdieu. Este riesgo de sesgo se ve agravado por el hecho de que su trabajo se reduce generalmente a los objetos más visibles de su obra, como la escuela o la cultura.

Sin embargo, la revisión de sus principales obras muestra que la cen-tralidad del interés del sociólogo en el empleo asalariado se mantiene constante. A principios de los años ochenta, Bourdieu hizo traducir y publicar a los desempleados del Marienthal de Lazarsfeld (Lazarzfeld, Jahoda y Zeisel, 1981). Casi veinte años después de la publicación de Travail et travailleurs en Algérie, esta publicación atestigua no solo su constante

Page 21: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

19 ¿Sociólogo de la dominación?... | págs. 3-22

preocupación por este tema, sino también el papel esencial que asigna al trabajo en nuestra sociedad. Con el sentido de la fórmula que lo caracte-riza, nos recuerda que, al perder sus empleos, “los desempleados han perdido las miles de cosas en las que la función socialmente conocida y reconocida, es decir, todos los propósitos establecidos de antemano, se lleva a cabo y manifiesta concretamente, sin ningún proyecto consciente, en forma de necesidades y emergencias –citas ‘importantes’, trabajos a entregar, cheques a enviar, presupuestos a preparar– y todo el futuro ya dado en el presente inmediato, en forma de plazos, fechas y horarios a respetar, autobuses a tomar, cadencias a mantener, trabajos a realizar (Pierre Bourdieu, “Préface”, en Lazarzfeld, Jahoda y Zeisel, 1981: 9-10).

Aislados, estos millares de cositas parecen anecdóticos, mientras que su unidad determina un “universo objetivo de incentivos e indicaciones que orientan y estimulan la acción y, por lo tanto, el conjunto de la vida social” (Ídem: 9-10). A partir de ahí, se entiende que, tan pronto como el trabajo deja de ejercer esta inf luencia, el trabajador sufre una gran deses-tabilización que, en Bourdieu, provoca la sumersión del tiempo vacío. Porque si la inactividad conduce a la exclusión y a la angustia,

[...] el trabajo es la base, si no el principio, de la mayoría de los intereses, expectativas, demandas, esperanzas e inversiones en el presente (y en el futuro o pasado que implica), En definitiva, uno de los grandes cimientos de la ilusión como compromiso con el juego de la vida, en el presente, como presencia en el juego, por lo tanto en el presente y en el futuro, como inver-sión primordial –que la sabiduría siempre ha enseñado identificando el desgarrador alejamiento del tiempo y el desgarrador arrancamiento del mundo hace tiempo–, es el tiempo mismo (Ídem: 10-11).

Por lo tanto, el tiempo es una relación social y los asalariados son los factores determinantes en esta relación. Sin trabajo, el individuo es “poseí-do” por el tiempo. Al condicionar su participación “en el juego de la vida”, su presencia permite revertir esta relación, manteniendo el tiempo.Esta asociación entre el tiempo, la ganancia salarial y la existencia social adquiere entonces un significado particular cuando se vuelve a situar –y se restaura– en todo el sistema conceptual del sociólogo. Cuando Bourdieu publicó sus Méditations pascaliennes a finales de los años 90, fueron un punto decisivo en este último intento de explicar su sociología. En un libro bajo la crítica a la “razón escolástica” y la afirmación consustancial de los principios de habitus, el trabajo asalariado adquiere un estatus especial,

Page 22: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

20 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

tanto más cuanto que sigue apareciendo como una de las pocas institucio-nes susceptibles de “arrebatar” a los agentes de las contingencias sociales y, en este sentido, abrir un horizonte de posibilidades. Si bien muestra que, a diferencia de la ilusión intelectualista del sujeto, las elecciones y proyec-tos que se solidarizan con él, la acción de los agentes es ininteligible ya que se resta de sus condiciones de vida, de las que es producto, el trabajo es en realidad la base elemental de todo sentido práctico. En un orden social donde “la adaptación a las exigencias tácitas del cosmos económico es accesible solo a quienes poseen un mínimo de capital económico y cultural, es decir, un mínimo de poder sobre los mecanismos que deben controlar”

(Bourdieu, 1997: 322), a través de las condiciones socioeconómicas que per-mite y las regularidades temporales que impone, el trabajo autoriza un desprendimiento del presente en beneficio de una mirada al futuro. En comparación con estos tiempos casi libres de las posiciones escolásticas o con el tiempo cancelado de los sub-proletarios, Bourdieu indica que expe-riencias tan diferentes como la del trabajador, el pequeño funcionario, el mozo del café, el cuadro sobrecargado de trabajo, tienen algo en común: presuponen, además de las condiciones generales ya mencionadas, como la existencia de tendencias constantes en el orden económico y social en las que se insertan y en las que se puede confiar, condiciones especiales, tales como tener un empleo estable y ocupar una posición social que impli-que un futuro seguro, posiblemente una carrera como trayectoria predeci-ble (Ídem: 323-324).

Desde entonces, si el vocabulario ha cambiado un poco, los primeros análisis de Bourdieu de los sub-proletarios argelinos se han convertido en una ley sociológica de las condiciones de la acción “racional”. Bourdieu agrega que:

Este conjunto de seguridades, fianzas y garantías, que se esconden de la vista por sus efectos, son condición para la constitución de esta relación estable y ordenada en el futuro, que es el principio de todas las condiciones denominadas “razonables”, incluido el orden establecido. La posesión de los seguros mínimos relativos al presente y futuro, que se registran en el hecho de tener un empleo permanente, y los seguros asociados es, de hecho, lo que confiere a los agentes las disposiciones necesarias para afrontar activamente el futuro, ya sea entrando en el juego con aspiraciones más o menos ajustadas a sus posibilidades, o intentando controlarlo, a escala individual, por un plan de vida, o, a escala colec-tiva, por un proyecto reformista o revolucionario, fundamentalmente diferente de un estallido de revuelta milenaria (Ídem: 324. Itálicas nuestras).

Page 23: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

21 ¿Sociólogo de la dominación?... | págs. 3-22

En el capítulo conclusivo de una obra sociológica, pero con reivindi-caciones filosóficas, cuyo propósito no es menos que sustituir la defini-ción “científica” de la acción del hombre por error escolástico, sobre todo existencialista, el papel que Bourdieu asigna al trabajo ilumina más que un simple posicionamiento teórico: reafirmando, después de cuarenta años de carrera, que el trabajo permite “las disposiciones necesarias para afrontar activamente el futuro”, Bourdieu ofrece en efecto las posibilida-des de una “conversión” teórica en su aparato conceptual: porque, si bien sus análisis del desempleo, sobre todo en términos de desposesión radical e impotencia política, revelan las dimensiones más conocidas y criticadas de su obra, ahora sabemos que su obra se limita a aquellos aspectos deter-minista y miserable. Aun mejor, evitando “torcer el palo en la otra direc-ción”, sabemos que la comprensión y el uso de los propios pensamientos, y por lo tanto la comprensión del mundo social, deben contar a partir de ahora con un nuevo objeto y herramienta: el trabajo.

Page 24: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

22 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

bibliografia

Barthe, Yannick et al. (2013), “Sociologie pragmatique: mode d’emploi”. Politix, 3, N° 103, pp. 175-204.

Boltanski, Luc (2009), De la critique. Précis de sociologie de l’émancipation. París, Gallimard, nrf Essais.

Boltanski, Luc y Laurent Thevenot (1991), De la justification. Les économies de la grandeur. París, Gallimard.

Bourdieu, Pierre (1980), Le sens pratique. París, Minuit.

––––– (1994), Raisons pratiques. París, Le Seuil.

––––– (1996), “La double vérité du travail”. En: Pierre Bourdieu (dir.), “ Les nouve-lles formes de domination au travail”. Actes de la recherche en sciences sociales, vol. 114, septembre, pp. 89-90.

––––– (1997), Méditations pascaliennes. París, Liber.

––––– (1998), La domination masculine. París, Liber.

Bourdieu, Pierre (dir.) (1993), La misère du monde. París, Le Seuil.

Bourdieu, Pierre (coordinado por Yacine T.) (2008), Esquisses Algériennes. París, Le Seuil

Bourdieu, Pierre, Alain Darbel, Jean-Paul Rivet, Claude Seibel (1964), Travail et travailleurs en Algérie, Mouton. París, Mouton.

Certeau de, Michel (1990), L’invention du quotidien. París, Folio. Essais.

Grignon Claude y Jean-Calude Passeron (1989), Le savant et le populaire, misérabi-lisme et populisme en sociologie et en littérature. París, Gallimard.

Heinich, Nathalie (2007), Pourquoi Bourdieu. París, Gallimard.

Hély, Matthieu y Pascale Moulévrier (2013), L’économie sociale et solidaire, de l’utopie aux pratiques. París, La Dispute.

Hély, Matthieu (2009), Les métamorphoses du monde associatif. París, puf. coll. “Le lien social”.

Joly, Marc (2018), Pour Bourdieu. París, cnrs éditions.

Lapeyronnie, Didier (2004), “L’académisme radical ou le monologue sociologi-que. Avec qui parlent les sociologues?”. Revue Française de Sociologie, 45-4, pp. 621-661.

Lazarzfeld Paul, Marie Jahoda y Hans Zeisel (1981), Les chômeurs de Marienthal. París, Minuit.

Mauger, Gérard (2005), Rencontres avec Pierre Bourdieu. París, Ed. Le Croquant.

Simonet, Maud (2010), Le travail Bénévole, engagement citoyen ou travail gratuit? París, La Dispute.

Page 25: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

Resultados de investigación

Page 26: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST
Page 27: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

25 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

ResumenEl objetivo de este trabajo es reconocer y comparar las características que asumen las relaciones del trabajo en filiales de empresas multinacionales (emn) localizadas en dis-tintos países de América Latina, así como los factores que intervienen en su configura-ción. Los casos seleccionados son Bimbo y Citi en la Argentina y Brasil entre 2003 y 2013. Para ello utilizaremos como marco teórico el enfoque estratégico, con soporte en las nociones de configuración socio-técnica y estrategia sindical. La hipótesis de trabajo es que: a) la acción de las empresas multinacionales en los paí-ses receptores está orientada por estrategias corporativas definidas a nivel central; b) sin embargo, tales estrategias deben adaptarse al entorno, al marco institucional y

Las relaciones laborales en empresas multinacionales en Argentina y Brasil

Julieta Haidar Agustina Miguel

Este trabajo es producto de una investigación realizada en el marco del proyecto conacyt (México) “Estrategias de relaciones laborales de empresas trasnacionales mexicanas y de países desarrollados en América Latina” (2012-2015), dirigido a nivel internacional por Enrique De la Garza y en la Argentina por Cecilia Senén González. Esta investigación fue profundizada en el proyecto ubacyt (Argentina) “Relaciones laborales en filiales de empresas multinacionales en Argentina y Brasil” (2016-2019), diri-gido también por Cecilia Senén González.Julieta Haidar es Licenciada en Ciencia Política (unr), Doctora en Ciencias Sociales (uba) y docente de la Universidad de Buenos Aires (uba) y de la Universidad Nacional de Entre Ríos (uner). Pertenencia institucional: iigg/uba-uner.Agustina Miguel es Licenciada en Relaciones del Trabajo (uba) y becaria doctoral del conicet con lu-gar de trabajo en el Instituto de Investigaciones Gino Germani (iigg/uba).

Recibido: marzo de 2018 | Aprobado: marzo de 2018

Page 28: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

26 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

a la interacción con los actores estatales y sindicales locales; c) todo esto marca simi-litudes y diferencias en las características que asumen las relaciones laborales de las empresas en los distintos países.

PalabRas claverelaciones laBorales. empresas mulTinacionales. argenTina. Brasil.

abstRactThe objective of this paper –“Industrial relations in multinational enterprises in Argentina and Brazil”– is to recognize and compare the characteristics assumed by the industrial relations in subsidiaries of multinational enterprises located in dif fe-rent countries of Latin America, as well as the factors that af fect its configuration. The selected cases are Bimbo and Citi in Argentina and Brazil between 2003 and 2013. The strategic approach will be used as a theoretical framework, with support in the notions of socio-technical configuration and union strategy. The hypothesis is that: a) the action of multinational enterprises in the receiving coun-tries is guided by centrally defined corporate strategies; b) however, such strategies must be adapted to the environment, the institutional framework and the interaction with states and unions; c) all of which points out similarities and dif ferences in the characteristics assumed by industrial relations of the companies in the countries.

Key woRdsindusTrial relaTions. mulTinaTional enTerprises. argenTina. Brasil.

Page 29: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

27 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

introducción

Este trabajo se asienta en tres planos de análisis sobre los que existen abundantes antecedentes: los estudios comparados, las relaciones labora-les, las empresas multinacionales (emn). Las preguntas que orientan la investigación son: ¿Qué similitudes y diferencias caracterizan a las rela-ciones del trabajo en filiales de empresas multinacionales localizadas en distintos países de América Latina? ¿Qué factores operan y de qué modo en la configuración de tales similitudes y diferencias?

A fin de abordar esta problemática, proponemos trabajar desde el enfoque estratégico o strategic choice, con soporte en las nociones de confi-guración socio-técnica y estrategia sindical, enfoque que se presenta como el abordaje más apropiado a fin de realizar un estudio comparado de las características que asumen las relaciones del trabajo en empresas multinacionales radicadas en países latinoamericanos.

Siguiendo la perspectiva clásica del strategic choice (Kochan, Katz y McKersie, 1994; Locke, Kochan y Piore, 1995; Locke y Thelen, 1998), enten-demos que las relaciones laborales constituyen el campo que resulta de la interacción entre, por un lado, las fuerzas del contexto (económicas, polí-ticas, culturales), el marco institucional y la estructura histórica preexis-tente, y por el otro, las decisiones estratégicas de los actores (trabajadores y sus sindicatos, empresarios y el Estado). Contexto, marco institucional e historia condicionan pero no determinan las estrategias de los actores, los cuales hacen jugar su subjetividad, entendida como la capacidad de dar sentido y decidir. Definido un objetivo, trabajadores/sindicatos, empresarios y Estado eligen (tienen opciones) los medios para alcanzarlo, puesto que intervienen valoraciones subjetivas y condicionantes, pero no determinaciones que obliguen a seguir un curso inevitable de acción. Bajo estas premisas, las fuerzas económicas y tecnológicas dejan de ocu-par un lugar central en la configuración de las relaciones laborales, como el enfoque sistémico proponía (Kerr, Dunlop, Harbison y Myers, 1965; Dunlop, 1978).

Bajo estas premisas vamos a describir las características de las rela-ciones laborales en las filiales de las emn en cada país y a analizar cómo operan en su configuración las estrategias macro de las casas matrices de las emn, el contexto económico, político e institucional de los países recep-tores, las estrategias de las filiales locales, los Estados y los sindicatos. Las dimensiones de las relaciones laborales a tener en cuenta incluyen: nivel

Page 30: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

28 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

de empleo (incorporación o reducción de puestos de trabajo); organiza-ción del trabajo (grado de automatización, polivalencia); modalidad con-tractual, con énfasis en la subcontratación laboral; negociación colectiva (nivel de agregación y contenidos); activismo gremial (sindicatos intervi-nientes, presencia de delegados en planta) y conf lictividad laboral (fre-cuencia, principales demandas).

La hipótesis de trabajo es que: a) la acción de las empresas multina-cionales en los países receptores está orientada por estrategias corporati-vas definidas a nivel central; b) sin embargo, tales estrategias deben adaptarse al entorno, el marco institucional y la interacción con los acto-res estatales y sindicales locales; c) todo ello marca similitudes y diferen-cias en las características que asumen las relaciones laborales de las distintas empresas en los distintos países.

Para llevar a cabo esta investigación, seguiremos la metodología de caso propuesta por Yin (1984), la cual pretende alcanzar una generaliza-ción analítica en la que el desarrollo previo de teoría se usa para comparar los resultados empíricos del estudio de caso y. a su vez, se construye teoría con la técnica de comparación y replicación de resultados para los casos múltiples. A partir de la comparación de casos, es posible replicar los resultados de la investigación.

Los casos seleccionados en este estudio son Bimbo y Citi en la Argentina y Brasil entre 2003 y 2013. Elegimos las empresas Bimbo y Citi a fin de relevar una diversidad de anclajes productivos: mientras que Bimbo pertenece al sector alimentación dentro de la industria, Citi forma parte del sector bancario dentro de los servicios. La Argentina y Brasil entre 2003 y 2013 fueron elegidos porque responden, con matices, al desa-rrollo de gobiernos progresistas en América Latina, lo que a priori supone una inclinación más favorable a la clase trabajadora frente al capital.

Asimismo, construimos un corpus documental con los informes rea-lizados por las empresas a nivel global y en cada país. Para la Argentina, realizamos además entrevistas en profundidad a dirigentes y delegados gremiales; en el caso de Brasil, utilizamos como soporte las investigación de Ramalho y Salles (2016) que forman parte de un proyecto dirigido por el profesor Enrique De la Garza, “Configuraciones Productivas y Relaciones Laborales en Empresas Multinacionales en América Latina”, del cual somos integrantes.

Page 31: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

29 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

En un primer apartado, consideraremos algunas herramientas teóri-cas para el análisis comparado de las empresas multinacionales y presen-taremos cuáles son las principales estrategias corporativas llevadas a cabo por Bimbo y Citi a nivel global.

En un segundo momento, vamos a acercarnos al estudio de las emn en la Argentina y Brasil. Para ello, realizaremos, en primer lugar, una sucinta caracterización de cada país, especialmente en materia de políti-cas laborales y sindicales, entre 2003 y 2013, y, en segundo lugar, avanza-remos con la descripción de las estrategias de las filiales locales.

Por último, en las conclusiones preliminares, trazaremos algunas líneas comparativas que den cuenta de las similitudes y diferencias en las características que asumen las relaciones laborales de las empresas en los distintos países, así como de los factores que intervienen en su configuración.

el estudio comparado de las empresas multinacionales

Existe coincidencia en señalar que, a partir de los años setenta, se produ-ce a nivel internacional un proceso de reestructuración capitalista carac-terizada por la mundialización de los mercados, la introducción de innovaciones tecnológicas y la reorganización del trabajo. Asimismo, se identifica que, si bien esta es una tendencia mundial, las relaciones labo-rales presentan diferencias entre países y dentro de un mismo país, entre sectores e incluso entre empresas (Bamber, Lansbury, Wailes y Wright, 2016; Levesque y Murray, 2004).

Esta caracterización suscitó investigaciones desde el campo de las Relaciones Labores destinadas a identificar cuál es el factor que mejor explica esta diversidad, y en ese marco se abrieron interrogantes en torno al grado de incidencia de los actores y de las presiones estructura-les en este proceso. Esta pregunta remite al clásico debate de las ciencias sociales entre agencia y estructura, el cual, dentro de las Relaciones Laborales, se expresó en dos posiciones: quienes sostienen que son mayormente las instituciones de regulación laboral las que determinan las características de las relaciones del trabajo (Thelen, Steinmo y Longstrem, 1992) y quienes entienden que estas deben atribuirse a la acción de los actores, sobre todo de las empresas (Katz y Darbishire, 2000; Kochan, Katz y Mc. Kerise, 1994).

Page 32: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

30 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Dentro de este campo de estudios y a fin de superar las lecturas dico-tómicas, se han elaborado otras teorías que piensan la relación en térmi-nos de interacción y que son tributarias del enfoque estratégico o strategic choice, según el cual –como desarrollamos en el apartado anterior– las relaciones laborales no están definidas únicamente por presiones estruc-turales ni por las decisiones de los agentes, sino que resultan de la interac-ción de diferentes factores: el contexto, el marco institucional, la historia y las opciones estratégicas de los actores (Thelen, Steinmo y Longstrem, 1992; Di Maggio y Powell, 1991; Locke, Kochan y Piore, 1995).

Este enfoque pluridimensional se muestra como el más potente para llevar a cabo estudios comparados, y por ello resulta el más apropiado para indagar sobre las características que asumen las relaciones del tra-bajo en las filiales de empresas multinacionales (emn) en países de América Latina: las emn, ¿actúan de la misma manera en todos los países en los que se asientan?, ¿Cómo incide el contexto político, económico, cultural del país receptor, cómo sus instituciones y marcos regulatorios y cómo los actores locales?, ¿Qué similitudes y diferencias caracterizan a las relaciones laborales en las filiales de emn radicadas en distintos países?

La implantación de emn en países considerados subdesarrollados fue estudiada desde distintas perspectivas, que De la Garza (2016) agrupa en los enfoques de: el centro-periferia y la nueva división internacional del trabajo, el capitalismo global y el sistema mundo, el transnacionalismo y la combinación entre aprendizaje tecnológico, cadena de valor y upgrading.

Estas producciones, si bien han realizado importantes aportes al estudio de las emn en países emergentes, están viciadas por enfoques funcionalistas y teleológicos (entienden que hay un avance continuo y armónico hacia el desarrollo), deterministas (de la tecnología) o estructu-ralistas (subvalúan las relaciones de producción). Una limitación análoga presentan los debates sobre la convergencia o divergencia situados desde una perspectiva teórica institucionalista que privilegia el análisis de los sistemas nacionales de relaciones laborales. Mientras que, según los par-tidarios de la tesis de la convergencia, las emn trasladarán las prácticas de relaciones laborales imperantes en sus países de origen a los países recep-tores (Womack, Jones y Roos, 1990; Mueller, 1994 citado por Ortiz et al., 2007), para los que defienden la divergencia, los marcos regulatorios marcan heterogeneidades (Hall y Soskise, 2001; Katz y Darbishire, 2000; Ferner y Quintanilla, 2002).

Page 33: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

31 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

El rasgo común de estas interpretaciones es que tienden a perder de vista aspectos subjetivos atinentes a la capacidad de acción de los actores, o a subordinarla a relaciones de presión-resistencia con las instituciones locales. Frente a estas perspectivas y en el marco general del enfoque estratégico, consideramos enriquecedora la propuesta de De la Garza (2001) y Hernández (2012 y 2014) de aprehender la relación entre estruc-turas-subjetividades-acciones que se juega en la intervención de las emn desde una perspectiva “configuracionista” o de la “configuración socio-técnica”, entendida como: una estructura en la que participan la tecnolo-gía, la organización, las relaciones laborales, el perfil de la mano de obra y las culturas. Según De la Garza, los sujetos interaccionan, y esas interac-ciones conllevan significados, que no son solo conocimientos, sino tam-bién emociones, valores éticos, estéticos y formas de razonamiento cotidianos.

Esta perspectiva, junto con las determinaciones de carácter más estructural, repone al análisis de las relaciones laborales la noción de que los sujetos que toman las decisiones luchan por el poder y que la subjeti-vidad importa en tanto implica diversas formas de construir los significa-dos y decidir. En otros términos, las presiones no se convierten mecánicamente en acciones, sino que pasan por el aparato de dar signifi-cado de cada sujeto social involucrado.

Advertimos, no obstante, que, cuando De la Garza utiliza el concepto de configuración socio-técnica para pensar las emn, tiende a enfatizar que son las empresas las que detentan la iniciativa en el proceso productivo, mientras que los trabajadores y sus organizaciones aparecen como acto-res más pasivos o reactivos frente a las estrategias empresarias. En el presente trabajo, en cambio, entendemos que existe una relación dialécti-ca entre sindicalismo y reestructuración capitalista y que las organizacio-nes sindicales son sujetos estratégicos dentro de esta relación (Silver, 2005; Hyman, 1981), por más que, a partir de los años ochenta a nivel internacional y en ese marco en los Estados Unidos y México, se extendió un modelo de relaciones laborales que tendió a dejar a los sindicatos por fuera de la interlocución con los Estados y las empresas.

En esta investigación tomamos a Bimbo y Citi como dos casos poten-tes para estudiar las características de las relaciones laborales en filiales de empresas multinacionales, atendiendo a los múltiples factores que operan en su configuración.

Page 34: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

32 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

El Grupo Bimbo es una empresa panificadora oligopólica con capital mayoritario de origen mexicano (75%); tiene presencia en veintidós países en América, Asia y Europa y emplea a nivel global a 145.000 trabajadores; produce y comercializa diez mil productos a través de cien marcas, el más importante de los cuales es el pan; abarca 2.200.000 puntos de venta, 52.000 rutas de distribución, 165 plantas (Fuente: Bimbo, Informe anual 2013).

Bimbo tiene setenta años de presencia en el mercado mexicano; su internacionalización se produce hacia finales de los años noventa, perío-do en que principalmente se expandió hacia América Latina, alcanzando luego mayor agresividad con su entrada a los Estados Unidos, Canadá y España, de la mano de la implementación de nuevas estrategias globales productivas. Este proceso implicó la expansión y diversificación a través de: la compra de compañías extranjeras o la apertura de nuevas plantas; la informatización y automatización de los procesos operativos de ventas, lo que le permitió estar en red con sus filiales, tener información concen-trada y un mayor control de procesos, personal y ventas; y la inversión en logística.

Desde inicios de los años 2000 el grupo Bimbo busca integrar y coor-dinar f lujos de recursos y productos diversificados y en expansión a esca-la global, teniendo como eje la implementación de un Enterprise Resource Planning (erp) system, una plataforma de software unificada de gestión de los sistemas de compras, producción, contabilidad, finanzas, marketing, ventas, etc., desarrollada por Oracle (Fuente: Bimbo, Informe anual 2012).

No obstante, Hernández (2016) señala que, si bien Bimbo desarrolló una alta capacidad de operación en México gracias a un sistema central de distribución y comercialización, ello no ha podido consolidarse como estrategia global, dado que las características disímiles en las preferen-cias de los mercados (más dietéticos), así como las diferencias en las nor-mas sobre la distribución y consumo de cada país y en la forma de adquirir los productos alimenticios por los consumidores, han limitado la integración de la estrategia de Bimbo México en lo internacional y le ha impedido introducir productos nuevos de su propio portafolio.

Esta investigadora grafica esta problemática en la contrastación entre Bimbo en México y en los Estados Unidos. Cuando la compañía quiso implementar la misma estrategia de distribución y comercializa-ción en el país vecino, el resultado fue fallido, llevó a una crisis financiera

Page 35: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

33 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

de la empresa y a su rescate por parte del Estado que le condonó el pago de impuestos. En México, por ejemplo, es en la tienda de abarrotes donde se comercializa el pan de caja, mientras que en los Estados Unidos es vía los supermercados. Asimismo, en México, el 58% de la producción es distribuida por terceros al igual que en algunos países de América Latina. La distribución en los Estados Unidos constituyó un problema, ya que el sindicato transportista no aceptó repartir en horas fuera de su jor-nada laboral, al tiempo que la empresa tuvo que negociar mejores com-pensaciones y el seguro de salud con los trabajadores.

En materia de relaciones laborales Bimbo cuenta en México con el sindicato como garante de la paz laboral, sin embargo, no todos los sindi-catos en los distintos países funcionan de esta manera. Una vez más, Hernández, al comparar el desempeño del grupo en México y en los Estados Unidos, advierte que cuando Bimbo compró las compañías nor-teamericanas no tuvo en cuenta los planes de pensiones y que las plantas, además de estar en muchos casos obsoletas, contaban con una mano de obra en edad de jubilarse y que el costo de cubrir las pensiones fue equi-valente a 80 millones de dólares. Según esta autora, el objetivo de ser una empresa multinacional implicó múltiples mediaciones y aprendizajes, entre ellos que las legislaciones laborales, los sindicatos y sus representan-tes no operan bajo las mismas leyes, instituciones y culturas sindicales en todos los países del mundo.

Por su parte, Citigroup es la mayor transnacional de servicios finan-cieros en el mundo y el tercer banco de los Estados Unidos. Con sede central en Nueva York desde su fundación en 1844, alcanzó a extender su presencia a 160 países. Para 2014 contaba con 265.300 empleados, con doscientos millones de clientes y dieciséis mil oficinas alrededor del mundo.

Las estrategias de Citigroup pueden definirse como dinámicas, ya que se replantean y reestructuran continuamente, en función de una política agresiva de expansión. Al respecto, Hernández (2016) sitúa tres momentos clave que marcaron los ejes directrices de las principales estra-tegias y que impactaron en América Latina.

En primer lugar, un proceso de reestructuración iniciado a fines de los años ‘90 y principios de 2000, que tuvo gran impacto por su implemen-tación a largo plazo. El objetivo estuvo enfocado en convertir a Citigroup en una empresa de negocios globales a través de la reestructuración de: a)

Page 36: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

34 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

el modelo de negocios, estrategia que implicó una descentralización de las operaciones, pasando de la dimensión geográfica regional a la organiza-ción en red global –es decir, los clientes ya no serían las compañías locales sino las grandes corporaciones globales–; b) la tecnología, a través de la plataforma tecnológica Global Transaction Services para aplicar el nuevo modelo basado en la red global de negocios, lo que implicó una mayor estandarización, automatización y control de procesos que permitió reforzar la eficiencia y reducir costos; c) la organización, mediante una reingeniería propia de la industria automotriz (lean production, f lujo con-tinuo), que buscó aumentar las exigencias para reducir tiempos y defec-tos. Esto implicó una precarización y f lexibilización del trabajo para los niveles más bajos (disminución de personal y de los bonos y compensacio-nes, pérdida de la calificación, control del proceso de trabajo, aumento de tareas y rapidez en la ejecución).

La segunda reestructuración se produjo con la crisis mundial de 2008, luego de que la enorme pérdida declarada por el banco1 impulsó a su rescate por parte del gobierno de los Estados Unidos. Esta instancia implicó el despido a nivel mundial de 52.000 trabajadores de todos los niveles,2 la venta de activos, la implementación de un nuevo sistema de control, un cambio de estrategia hacia la banca global de consumo y la división del modelo de negocios en la banca tradicional y Citi Holding. Para el año 2009 Citigroup efectuó una reingeniería para constituir la banca global de consumo y migró todo el sistema hacia una única banca digital, con más banqueros y un 20% menos de sucursales,3 lo que implicó una reducción de personal (de 160.000 a 130.000).

La tercera reestructuración se ubica en 2014, momento en que cobra-ron protagonismo los fraudes por falta de controles vinculados a Banamex, su filial mexicana. Esta nueva crisis de confianza y de pérdidas económi-cas impulsó el reforzamiento de los mecanismos de control, la

1 El año 2007 cierra para Citigroup con una pérdida de 10.000 millones de dólares en solo tres meses. (Véase: <http://www.elmundo.es/mundodinero/2008/09/15/economia/1221477647.html>. Consultada: 28/02/2017).

2 Para más información véase; <https://www.pagina12.com.ar/diario/economia/ 2-115218-2008-11-18.html>. Consultada: 28/02/2017.

3 En octubre de 2014 el presidente de Citigroup anunció la retirada de la institución financiera de seis países latinoamericanos: Panamá, Guatemala, Costa Rica, Honduras, Nicaragua y Perú. Un año y medio más tarde, confirmó el cierre de la banca de consumo en Brasil, la Argentina y Colombia.

Page 37: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

35 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

profundización de la estrategia tecnológica y el abandono de la banca de consumo para volver al modelo de negocios tradicional: la banca corpora-tiva y la banca de inversión.

las filiales locales

ArgentinaEn diciembre de 2001 se produjo una de las crisis más fuertes en la histo-ria de la Argentina. La renuncia del entonces presidente Fernando De la Rúa fue la divisoria de aguas entre un modelo de país abiertamente neo-liberal vigente durante la década de 1990 y la transición al período deno-minado como “posconvertibilidad”, signado por un modelo identificado con los progresismos latinoamericanos de la década de 2000. Desde el breve gobierno de Eduardo Duhalde (2 de enero de 2002-25 de mayo de 2003), hasta el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) y los dos manda-tos de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), la economía giró en torno a la devaluación de la moneda nacional para aumentar las exporta-ciones. La etapa iniciada en 2002 se caracterizó por la reactivación y cre-cimiento de la economía, el mercado interno y el empleo, con una impronta política del Estado más favorable a los trabajadores.

Uno de los datos más relevantes del período bajo estudio es la recu-peración del empleo (pasó del 37,8% en 2003 al 42,9% en 2012) y la caída del desempleo (del 17,3% en 2003 al 7,2% en 2012), revirtiendo la tendencia vigente durante el neoliberalismo, al tiempo que el empleo no registrado en el sistema previsional también tuvo una evolución favorable, pasando del 49,2% en 2003 al 34,4% en 2012 (indec). No obstante, con la crisis mun-dial de 2008, la baja en los niveles de inversión llevó a la estabilización de los indicadores del mercado de trabajo.

Otro aspecto significativo de este período fue la alianza entre el gobierno de Néstor Kirchner y la central sindical mayoritaria, la Confederación General del Trabajo (cgt), impulsada por la necesidad de fortalecer el poder político del gobierno, que había asumido con el 22% de los votos. Aunque la central no negocia salarios ni condiciones de tra-bajo de manera directa, tiene una marcada participación política, ya que negocia con el Estado la definición de las políticas económicas, laborales y sociales de alcance nacional, de modo tal que esta coalición permitió una mayor intervención estatal en los conf lictos laborales y el estímulo a la negociación colectiva.

Page 38: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

36 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Este mecanismo logró instalarse como la forma de concertación pre-dilecta de los sindicatos, tal como lo demuestran los datos sobre la evolu-ción de la cantidad de acuerdos y convenios colectivos de trabajo (cct)4 homologados por el gobierno para el período 2003-2012: mientras que en 2003 se homologaron 348 acuerdos y convenios, en 2010 la cifra se multi-plicó casi seis veces, ascendiendo a 2.038. Asimismo, las cláusulas salaria-les fueron el contenido predominante de la negociación. En este sentido, este mecanismo adquirió un rol central como instituto laboral de deter-minación salarial y de diálogo social para la resolución de la puja distribu-tiva. La cobertura de la negociación colectiva5 pasó de 1.200.000 a 4.200.000 trabajadores, dato que también expresa el crecimiento del empleo registrado. Por otra parte, aunque la estructura de la negociación continuó siendo mayoritariamente descentralizada a nivel de la empresa, la sanción de la Ley de Ordenamiento Laboral en 2004 otorgó supremacía a la negociación de actividad sobre la de empresa.

Por último, cabe señalar que el piso salarial a nivel general, es decir, transversal a todas las actividades económicas y lugares de trabajo, ha sido concertado en el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil, un mecanismo de diálogo social entre representantes del gobierno, actores sindicales y empresariales. Si bien el Consejo fue creado por ley en 1991, estuvo inactivo desde 1993 y volvió a funcionar en 2004. Entre este año y el año 2014, el salario mínimo subió, en términos nominales, un 948%, lo que da cuenta de la expansión produ-cida en el período estudiado.

BimboLa empresa Bimbo se asentó en 1997 en el Parque Industrial de Pilar, a 60 kilómetros de Buenos Aires; elabora pan industrial blanco, negro y bolle-ría a través de diferentes líneas productivas. Una de las características de este establecimiento es el alto nivel de automatización alcanzado, lo cual

4 Los convenios colectivos de trabajo son cuerpos completos de ley negociados entre empresas y sindicatos, mientras que los acuerdos refieren a aspectos específicos, en general salarios. Ambos requieren de la homologación del Ministerio de Trabajo para tener validez.

5 Una de las características del modelo sindical argentino es la vigencia del principio “erga omnes” para la materia negociada. Esto quiere decir que las cláusulas que surgen de la negociación colectiva rigen para todos los trabajadores que se encuentren bajo la representación del sindi-cato, independientemente de que estén o no afiliados al mismo.

Page 39: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

37 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

obedece a que, en el contexto de la paridad 1 peso–1 dólar establecida por el régimen de convertibilidad, el precio de la mano de obra resultaba caro en comparación con México (siete a uno) y con los Estados Unidos (seis a uno). Ello llevó a la empresa a automatizar las operaciones tanto como fuera posible, a diferencia de México, en donde no valía la pena llevar a cabo esta inversión porque comparativamente era más conveniente pagar la mano de obra.

En efecto, los niveles de automatización alcanzados por Bimbo son superiores a los de la media del sector, lo cual, según los delegados gre-miales entrevistados, impacta en la mano de obra porque la máquina suplanta a los trabajadores, lo que, sin embargo, no genera reducciones abruptas porque la empresa tiene una política de no despedir (Trajtemberg et al., 2006).

El grupo Bimbo, impulsado por una política de concentración del mercado, adquirió en el año 2011 la compañía de alimentos Fargo (en sus orígenes argentina, luego propiedad de otro empresario mexicano), líder del mercado de pan industrial, con lo cual pasó a concentrar cerca del 80% de la producción del pan industrializado blanco y negro en el país y el monopolio de venta de pan de molde en Argentina. En abril de 2016, adquirió además el área de pan congelado y medialunas de la empresa La Salteña, propiedad de un grupo norteamericano. Además, a fines de ese año Bimbo inauguró un nuevo establecimiento en la Provincia de Córdoba destinado a la fabricación de pan de molde y bollería.

En relación con el proceso productivo, las estrategias de la empresa en Argentina se ajustan a los objetivos y líneas definidas a nivel central, por lo cual muchas de las directivas provienen de México. En este sentido se ubica el intento de implementar la política de distribución zonificada de Bimbo central, lo que ha generado tensiones con los distribuidores locales.

Sobre este punto vale aclarar que en la Argentina los canales de comercialización son variados: no solo incluyen los súper e hipermerca-dos, sino también pequeños almacenes, kioscos y otros locales gastronó-micos, especialmente para los productos de bollería. Esta heterogeneidad implica la diferenciación entre vendedores y repartidores: mientras que los primeros se encargan de la distribución en los supermercados, los repartidores son cuentapropistas que facturan a Bimbo en forma men-sual. Estos últimos no son trabajadores directos, están fuera de convenio,

Page 40: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

38 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

aunque deban utilizar el camión y la ropa con el logo de Bimbo (cuyo costo está a cargo del trabajador). Cada uno de los repartidores cuenta con un centro de distribución y con una cartera de clientes, recibe una cantidad de mercadería para vender en forma diaria y, en caso de haber un sobran-te, Bimbo solo se hace cargo de un 15% del total.

La empresa, en sintonía con los lineamientos de la casa central, viene tratando de implementar una política de distribución con camiones pro-pios y presiona a los repartidores para que cedan su cartera de clientes, lo cual ha generado conf lictos con los trabajadores cuentapropistas locales. Por lo tanto, existen al menos tres tipos de trabajadores en Bimbo Argentina: los cuentapropistas, los empleados de forma directa y estable y, además, los subcontratados, dado que la empresa recurre a esta moda-lidad para el mantenimiento de calderas y los servicios de enfriamiento –lo cual es una tarea regular–, así como para otras periféricas como la limpieza y la seguridad.

Con respecto a los trabajadores de planta, Bimbo, como miembro de la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (ftia), firmó un convenio para el establecimiento de Pilar, el N° 923/07E, con el sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (stia), el cual se articula con el convenio de actividad N° 244/94. Los trabajadores de Fargo están regidos en cambio por el cct 231/94 firmado entre la Federación Obreros y Empleados de Panaderías y Afines de la Provincia de Buenos Aires y la Federación Industrial Panaderil de la Provincia de Buenos Aires. Ambos convenios fijan condiciones de trabajo similares en cuanto a jornada de trabajo (8 horas), polivalencia funcional con criterios de mejora continua, capacitación, elementos de protección y presencia gremial. Sin embargo, quienes están regidos por el convenio de empresa de Bimbo gozan de salarios superiores a los que se establecen en el conve-nio de la actividad de alimentación, y también a los de quienes están contemplados en el convenio de panaderos.

Asimismo, la política de relaciones laborales del grupo Bimbo se orienta a involucrar a los trabajadores en las problemáticas de la empresa, bajo la noción de que no hay empleados sino colaboradores y de que exis-ten valores compartidos. Al respecto, un delegado señala que la política de recursos humanos es bajada del grupo Bimbo México y consiste en dar participación a “la gente”, inculcar valores, trabajo en equipo, bajo la idea de que “la empresa somos todos”.

Page 41: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

39 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

Con respecto a la conf lictividad laboral, el de la producción de pan es un sector con bajos niveles de conf licto, ya que, si bien tanto en Bimbo como en Fargo, los trabajadores están afiliados sindicalmente, son firmas que buscan que las disputas se solucionen hacia el interior de las empresas.

Citibank Citibank opera en la Argentina desde 1914, siendo la primera sucursal en el extranjero. La misma pertenece a la regional latinoamericana –que incluye entre otros países a Brasil, Uruguay, Paraguay, Perú, Ecuador, Venezuela–, pero se rige por las pautas regulatorias impuestas por el Banco Central de la República Argentina.

Durante los primeros años posteriores a la crisis de 2001 la banca argentina ingresó en una etapa de crecimiento basada en el crédito al consumo. Más aún, frente a la crisis mundial de 2008, el sistema contó con mejores defensas que en 2001 por los instrumentos de política mone-taria y cambiaria fijados por el Banco Central y la independencia respecto del mercado de capitales global para el fondeo de los bancos.

En el caso de Citi Argentina, esta neutralización de la crisis se vio ref lejada en la incorporación de personal durante el período 2009-2012, pasando de 2.518 trabajadores a 2.923 (Citibank Argentina, 2010, 2011 y 2012), sin contabilizar el personal subcontratado. Sin embargo, durante algunas semanas, la empresa prohibió trabajar horas extras y recortó las ventas de los trabajadores del call center, quienes vieron disminuido su salario. Por otra parte, el sindicato denunció una reducción de personal encubierta por acuerdos de desvinculación voluntaria.

Coincidente con el momento de la crisis, el sindicato señaló que la empresa llevó a cabo una reestructuración tecnológica, aunque no se esta-bleció una vinculación directa entre ambos sucesos. Una de las posibles causas de esta reingeniería podría guardar relación con la disposición gubernamental que regula, fundamentalmente, la remisión de utilidades al exterior. Sobre este punto, Citi Argentina informó acerca del desarrollo tecnológico que tuvo que emprender para reducir el impacto en los costos de las operaciones y a la vez cumplir con los requerimientos regulatorios del país. Uno de los principales desarrollos es el de la plataforma de inter-net FX Pulse, mediante la cual los clientes pueden preparar, firmar y

Page 42: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

40 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

enviar en forma electrónica sus operaciones de cambio, así como efectuar el seguimiento en línea de todos los productos de comercio exterior.

En cuanto a las modalidades de empleo, la tercerización laboral constituye el aspecto de mayor conf lictividad en Citi Argentina. A los casi tres mil empleados efectivos hay que sumar otros mil trabajadores sub-contratados, principalmente, a través de empresas de servicios eventuales o consultoras. Esta situación perjudica a la Asociación Bancaria6 en tanto hay trabajadores que no son encuadrados dentro de la actividad. Los puestos de trabajo con mayor cantidad de trabajadores subcontratados pertenecen al sector del call center, aunque también se tercerizan los servi-cios de seguridad, limpieza, clearing bancario, recepción de valores, siste-mas y servicio técnico.

En el call center los contratos eran por tres meses, renovables hasta que el banco decidiera rescindir o efectivizar al trabajador; no primaba la efectivización sino la renovación de contratos. Uno de los principales con-f lictos con respecto a este tema se suscitó en 2009 y derivó en un acuerdo donde la Asociación Bancaria obtuvo el carácter de bancario para los tra-bajadores de los call centers de la actividad (previamente estaban encua-drados en comercio), fijó la jornada laboral en seis horas e intimó a todos los bancos a que los efectivizaran. En Citi, la presión del conf licto logró un acuerdo de incorporación de 137 trabajadores del call center a la planta del banco.

Esta dinámica negociadora responde a las mencionadas característi-cas que asume la negociación colectiva durante la posconvertibilidad: si bien hay un único convenio de actividad7 que rige la actividad bancaria y que se actualiza mediante sucesivos acuerdos suscriptos por todas las entidades, también se firman acuerdos por empresa cuando hay reclamos puntuales dentro de cada banco. Sobre este punto es preciso señalar que

6 La representación de los trabajadores en Citi y en la actividad bancaria en general está a cargo de la Asociación Bancaria (Sociedad de Empleados de Banco). Esta organización sindical res-ponde al tipo de actividad y su representación tiene alcance en todo el territorio nacional. En el plano internacional forma parte de uni-Global Union.

7 Aunque el cct bancario es del año 1975, continúa por el criterio de ultraactividad. Este significa que el cct sigue vigente aunque haya terminado su período de cobertura (que suele ser de 2 a 3 años) hasta que se firme uno nuevo.

Page 43: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

41 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

prevalece la negociación diferenciada entre la banca pública, la banca privada nacional y la banca privada extranjera.8

Otros reclamos frecuentes tienen que ver con el incumplimiento de la jornada y las categorías del convenio, el pago de horas extras, las prác-ticas anti-sindicales y el maltrato laboral. Las prácticas anti-sindicales son parte de una estrategia empresaria de carácter global e incluyen la perse-cución gremial y la resistencia a cualquier iniciativa de afiliación al sindi-cato, al punto de que se presiona a los trabajadores perjudicando una posible promoción. El caso de la organización sindical argentina es la más difícil de aceptar por parte de la dirigencia de los Estados Unidos, si se tiene en cuenta que Citibank no tiene gremial en toda América,9 con la excepción de la Argentina.

Brasil10

Al igual que en el caso argentino, los años 2000, durante los cuales gober-nó el Partido dos Trabalhadores (pt), fueron de crecimiento económico y de mejora en los indicadores de empleo. En el plano económico, la suba del precio de los commodities y la devaluación de la moneda nacional luego de la crisis cambiaria de 1999 impulsaron las exportaciones y el crecimien-to del pbi. Durante los sucesivos gobiernos laboristas, desde Lula da Silva (2003-2011) a Dilma Rousseff (2011-2016), esa dinámica de crecimiento se vio ref lejada en una mejora en los indicadores del mercado de trabajo: el desempleo descendió tres puntos, de un 9,7% en 2003 a un 6,9% en 2014; el empleo entre 2003 y 2008 pasó del 62,9% al 66,3%; y la formalidad labo-ral creció del 39,4% al 44% en el mismo período (Colombi y D’Urso, 2016). A su vez, se produjo una recuperación del salario real a partir del aumento del salario mínimo y de los reajustes salariales negociados en forma colec-tiva, lo cual constituye un indicador del fortalecimiento del sindicalismo brasileño. Sin embargo, la mejora general de los salarios no se extendió a otros aspectos importantes de las relaciones laborales que continúan

8 Citi está adherido a la Asociación de Bancos de la Argentina (aba), cámara empresarial que agrupa y representa en la negociación colectiva a casi toda la banca de capital extranjero.

9 A través de la internacional uni, la Asociación Bancaria y los bancarios de Brasil están llevando a cabo un trabajo en conjunto para sindicalizar a los bancarios de los Estados Unidos, donde la resistencia empresaria es mayor.

10 Este apartado fue realizado con aportes de la investigación de Ramalho y Salles, 2016.

Page 44: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

42 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

siendo desafíos para la acción sindical, como la legislación que reglamen-ta la subcontratación y la precariedad laboral.

Este período mantuvo el espíritu de la Nueva Constitución brasileña promulgada en 1988 luego de veinte años de dictadura militar, y que otorgó mayor protección a los trabajadores contra las estrategias de f lexibiliza-ción laboral del sector empresario, tanto nacional como multinacional. En esa incorporación de derechos laborales tuvo inf luencia el movimiento sindical encabezado por la Central Única dos Trabalhadores (cut), la principal central brasileña, surgida al calor de la resistencia al régimen militar. En los períodos democráticos, el movimiento sindical se transformó en un actor político clave, con una organización de alcance nacional. En el año 2008, durante el gobierno de Lula, la legalización de las centrales sindicales legitimó a las organizaciones sindicales en las discusiones sobre relaciones del trabajo y políticas económicas y sociales en el país.

En este sentido, las empresas multinacionales, que en general inten-tan aplicar las políticas anti-sindicales propias de sus países de origen, se ven obligadas a lidiar con la resistencia de los sindicatos y a adaptarse al marco institucional configurado en esta última década y media. Las características de la estructura sindical brasileña abonan la capacidad de presión de las organizaciones gremiales: el sindicato único favorece la existencia de grandes organizaciones por categoría; los sindicatos recono-cidos tienen una renta asegurada (el impuesto sindical) que engrosa sus recursos; la habilitación para negociar colectivamente y el reconocimiento del derecho de huelga permiten disputar, entre otras cosas, salarios y condiciones de trabajo.

Bimbo El Grupo Bimbo ingresó a Brasil con una estrategia de concentración, cuando en 2001 compró la empresa Plus Vita SA, que había sido pionera en la creación del pan de forma y controlaba el 21% del mercado brasileño; en 2008 adquirió el 75% de Nutrella, una de las más importantes fábricas de pan industrial. Luego se concentró en la red de distribución y en nue-vas unidades de producción, invirtiendo en las fábricas de Salvador (Bahía), Contagem (Minas Gerais) y Brasilia, con lo cual alcanzó a operar en total ocho plantas industriales en Brasil, incluyendo las de Gravataí (Rio Grande do Sul), de São Paulo y Mogi das Cruzes (São Paulo) y de Río de Janeiro del Estado homónimo (Bimbo do Brasil, 2011).

Page 45: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

43 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

Bimbo de Brasil tiene como principal producto los panes industriali-zados y ha invertido en la diversificación de productos del tipo pan de molde y light, especial e integral. Ese mercado movió R$ 3,5 billones en 2012 (Revista Fator Brasil, 2013), y se caracteriza por una fuerte competen-cia interna y por la presencia de empresas domésticas tradicionales de propiedad y gestión familiar y alcance nacional.

Desde la perspectiva del proceso de producción, a fin de incrementar la productividad, el grupo intensificó la automatización de sus operacio-nes, específicamente en lo que se refiere a la estandarización de máquinas y equipamientos, acompañando la integración de los sistemas de infor-mación y el perfeccionamiento de la supervisión de las operaciones (Bimbo, 2012).

Asimismo, la necesidad de adecuación al modelo de producción y estándares de calidad del grupo Bimbo se expresa en los cambios tecnoló-gicos y organizacionales implementados en la planta de Inhaúma de Rio de Janeiro, los cuales significaron una mayor presión gerencial sobre los trabajadores. De acuerdo con el Secretario General del Sindicato dos Trabalhadores nas Indústrias de Panificação e Confeitaria do Río de Janeiro (stinpan), la cultura empresarial mexicana conlleva estándares institucionales menos favorables para los trabajadores, lo que se expresa en prácticas como la ampliación de la jornada de trabajo.

En materia de negociación colectiva, el análisis de los acuerdos de trabajo firmados entre 2009 y 2014 evidencia una evolución constante del salario mínimo de los trabajadores de Bimbo en Río de Janeiro, creciendo en esos cinco años un 64%. En parte, ello se explica por un proceso de formalización de las negociaciones, dado que, si bien en los primeros acuerdos muchos mecanismos de remuneración complementaria estaban ausentes, luego fueron integrados al salario.

Con respecto a la subcontratación, Ramalho y Salles (2016) señalan que su presencia es ostensible en actividades de distribución en amplia escala y de micro distribución, lo cual es habilitado por la legislación brasileña.

Por otro lado, la empresa respeta el derecho a la actividad sindical, lo que incluye los permisos gremiales, al tiempo que el acuerdo de 2011/2012 incorporó la garantía de acceso del sindicato al lugar de trabajo, permi-tiendo el acompañamiento de la fiscalización del ambiente de trabajo por

Page 46: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

44 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

dirigentes sindicales, previo entendimiento con la dirección de la empresa.

El principal componente de conf lictividad laboral no se halla por tanto en el salario ni en el reconocimiento gremial, sino en las condiciones de trabajo, denunciadas gracias al proceso de fiscalización sindical. Al respecto, el stinpan denunció la insalubridad en la fábrica de Inhaúma (Rio de Janeiro) y logró comprobarla en 2010 durante una fiscalización de los órganos de la Justicia del Trabajo, en la que se constató que faltaba ventilación por clausura de ventanas.

Además, se verificaron casos de enfermedades ocupacionales y acci-dentes de trabajo entre los operarios de la planta, por no cumplir con las normas de salud y seguridad del trabajo.

Citibank Las primeras sucursales en Brasil fueron inauguradas en 1915 y, a partir de entonces, Citibank mantuvo una estrategia de crecimiento continuo que le permitió posicionarse como líder del conglomerado financiero.

A fines de los años 2000, en medio de un contexto caracterizado por una alta concentración bancaria, Citibank Brasil adoptó una estrategia de “nicho” que significó la vuelta a su negocio principal con un perfil de clien-te específico, de altos ingresos. La recuperación de su estrategia tradicio-nal se basó, en mayor medida, en la reducción de los costos y, consecuentemente, en el desarrollo de sistemas automatizados de servi-cios como la plataforma Home Banking.

Con respecto a la modernización tecnológica, Citibank Brasil orienta sus estrategias a cambios más generales, de estandarización de servicios y procesos bancarios y financieros a través de plataformas globales inte-gradas (Proyecto Rainbow/Drive to Common desde 2011) y del gerencia-miento de información (Global Data Roadmap desde 2009). La reducción de la cartera de servicios y la integración de plataformas tecnológicas nacionales permiten disminuir los costos de operaciones y expandir y homogeneizar los servicios.

Ramalho y Salles (2016) destacan la falta de autonomía de la filial brasileña en materia tecnológica, prevaleciendo operaciones directamen-te subordinadas a la estrategia global de Citigroup. Tal es así que la recon-figuración de las áreas de operaciones en la regional latinoamericana

Page 47: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

45 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

implicó la relocalización y centralización del sector tecnológico en México, en detrimento de las estrategias nacionales.

Las modalidades de empleo no fueron ajenas a estas estrategias de negocio y tecnología. Se produjo una reducción de personal de un 25% en solo dos años: mientras que en 2011 el banco declaraba una plantilla de 8.091 trabajadores, hacia mediados de 2013 la cantidad se redujo a 6.103. A su vez, la subcontratación laboral fue otra expresión de la reestructura-ción productiva, mostrando elevados índices para el año 2012. La centra-lidad que la tercerización laboral ocupa en las estrategias de Citibank Brasil se cristaliza en un 46,7% del total de trabajadores subcontratados (7.046). El resultado de la generalización de la subcontratación en la empresa es la heterogeneidad o dualidad de las condiciones de trabajo (el salario de los trabajadores tercerizados resulta dos tercios menor que el de los bancarios efectivos) y la cobertura gremial, ref lejada en la dismi-nución del número de sindicalizados y el menoscabo de la capacidad de organización y movilización colectiva. No obstante, las organizaciones sindicales que actúan en el sector tienen el objetivo de ampliar su repre-sentatividad en los propios segmentos subcontratados.

A su vez, los autores destacan otros grupos de trabajadores que rea-lizan parte de las tareas bancarias en condiciones todavía más precarias. Por ejemplo, los empleados de agencias de lotería efectúan actividades bancarias desde 2003, aunque las agencias no fueron consideradas insti-tuciones financieras por la legislación brasileña. También, empleados de call centers, como Contax S.A. en el caso de Citibank, realizan operaciones de trasferencia, pago, débito, préstamo, entre otras.

Las condiciones de trabajo de los empleados efectivos del sector ban-cario son negociadas principalmente por el sp Bancarios,11 manteniendo una práctica a nivel sectorial y a escala nacional. Los autores destacan el baluarte del sindicato por haber introducido y preservado esta modalidad de negociación en tiempos de ofensiva estatal contra los trabajadores, como fue el proceso de apertura comercial vigente durante la década del ‘90. A su vez, otro punto fuerte del sindicalismo brasileño en el sector bancario, en especial en la Confederação Nacional dos Trabalhadores do

11 El Sindicato dos Bancários e Financiários de São Paulo, Osasco e Região, fundado en el año 1923 y nucleado en la cut, actualmente representa a más de 142.000 empleados de los bancos públicos y privados.

Page 48: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

46 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Ramo Financeiro (contraf),12 es una amplia visión sobre las formas de organización de las empresas del sector a nivel mundial, que permite aumentar el grado de inf luencia de los sindicatos al establecer una articu-lación internacional vía los Acuerdos Marco Internacionales. Este proceso de internacionalización de la acción sindical, permitido por el volumen, concentración, sindicalización y movilización política de los trabajadores bancarios, tiene el objetivo de promover estrategias de acción sindical en países cuyos marcos regulatorios laborales tienden a ser más liberales.13

En definitiva, si bien la filial local tiene un alcance relativamente restringido en materia tecnológica, sus potestades son mayores en el manejo del personal. La sede norteamericana se encuentra con dificulta-des para operar bajo el marco regulatorio laboral brasileño y, fundamen-talmente, para afrontar una estructura sindical con poderes superiores a los de la casa matriz. Las estrategias clave que fortalecen a las organiza-ciones sindicales bancarias en Brasil se basan en la negociación colectiva a nivel sectorial y en la articulación internacional.

conclusiones

Las preguntas que orientaron esta investigación son: ¿Qué similitudes y diferencias caracterizan a las relaciones del trabajo en filiales de empre-sas multinacionales localizadas en distintos países de América Latina?;¿Qué factores operan y de qué modo en la configuración de tales similitudes y diferencias?

Para dar respuesta a las mismas, realizamos un estudio comparado de casos, Bimbo y Citi en la Argentina y Brasil entre 2003 y 2013, susten-tado en el enfoque estratégico, tomando aportes de la teoría configuracio-nista y dando un lugar más relevante a la acción de las organizaciones sindicales dentro de las relaciones laborales. Este enfoque, a nuestro jui-cio, tiene como principal virtud que permite realizar múltiples compara-ciones, en nuestro caso, dentro de un mismo país y entre empresas. En

12 La contraf, nacida en 2006 y nucleada en la cut, fue creada para representar a las distin-tas categorías de trabajadores que se desempeñan en el sistema financiero, incluso a los subcontratados.

13 Una muestra de la acción internacional se cristalizó en 2014 con la firma del primer Acuerdo Marco Global con el banco Itaú, a través del uni-Global Union. Dicho instrumento estableció un piso para las condiciones de trabajo y relaciones laborales entre la empresa y sus trabaja-dores a nivel mundial.

Page 49: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

47 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

estas conclusiones y dada nuestra pregunta de investigación, privilegia-mos comparar las estrategias de las empresas multinacionales en los dis-tintos países. En ese marco sugerimos las siguientes hipótesis:

a) La acción de las empresas multinacionales en los países receptores está orientada por estrategias corporativas definidas a nivel central.

Tanto en Bimbo como en Citi advertimos que, en líneas generales, las principales políticas corporativas son aplicadas en los países receptores. En el caso de la empresa de origen mexicano, eso se expresa en la tenden-cia a su expansión y concentración de capital, a través, fundamentalmen-te, de la adquisición de otras marcas (en la Argentina Fargo y La Salteña, en Brasil Plus Vita y Nutrella), en los procesos de automatización, en la organización centralizada de la distribución y las ventas y en una cultura laboral de carácter consensual que intenta involucrar a los trabajadores y las organizaciones sindicales en las decisiones de las empresas bajo la premisa de que no hay empleados sino colaboradores.

Por su parte, las estrategias de Citigroup a nivel global marcaron también la línea de las filiales locales, signadas por la incorporación de tecnología y un gran dinamismo para afrontar las sucesivas crisis, ya sea a nivel general, como la crisis mundial de 2008, o a nivel de la compañía, como fue el “escándalo Banamex” en 2014. En este sentido, a fines de los ’90 y principios de 2000, la primera reestructuración de largo plazo se enfocó en la conformación de una red global de negocios. Este objetivo fue instrumentado a través de la estandarización, automatización y con-trol de procesos en pos del aumento de la eficiencia y la reducción de costos. Luego, en medio de la crisis mundial, en 2008, la compañía impul-só una reestructuración del negocio y de la tecnología. En último lugar, la crisis de confianza que sacudió a Citigroup en 2014 impulsó el abandono de la banca de consumo.

b) Sin embargo, tales estrategias deben adaptarse al entorno, el marco institucional y la interacción con los actores estatales y sindicales locales.

Entre 2003 y 2013, la Argentina y Brasil tuvieron gobiernos de carác-ter progresista que torcieron la dirección neoliberal de los años ’90, lo que supuso una mayor intervención del Estado en la economía y en el mundo del trabajo. Esto se expresó en las políticas de control de cambio y de comercio, así como en la mayor protección normativa y gubernamental

Page 50: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

48 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

sobre los trabajadores y sus organizaciones, las cuales, por su parte, reco-braron protagonismo y capacidad de intervención, proceso al que llama-mos en producciones previas “revitalización sindical” (Senén y Haidar, 2009).

Tanto en la Argentina como en Brasil, se produjo un crecimiento del empleo, una caída del desempleo y del empleo no registrado, un aumento de la negociación colectiva y de los salarios reales. En ambos, se fomenta-ron instancias de diálogo social con participación de las organizaciones gremiales. Y los sectores alimentación y bancario no son la excepción; los sindicatos son poderosos y tienen gran presencia en las plantas, lo que ha sido un escollo para las políticas de las empresas matrices.

Una de las principales líneas estratégicas de la empresa es la automa-tización, pero en su implementación se advierte que la misma es afectada por los marcos económicos, políticos e institucionales de cada país, así como por las relaciones de fuerza existentes entre los actores de las rela-ciones laborales. Mientras que en la Argentina la automatización se vio facilitada en los años ’90 (cuando la empresa llegó al país) por la vigencia de la ley de convertibilidad que hacía que la incorporación de tecnología fuera más económica que el empleo de mano de obra, al resultar esta comparativamente más cara que en otros países, en Brasil se llevaron a cabo cambios tecnológicos a fin de adecuarse al modelo de producción y los estándares de calidad del grupo Bimbo.

En relación con Citi, como señalamos antes, en la Argentina y Brasil encontramos la continuidad de los lineamientos de la sede central nor-teamericana en cuanto a las estrategias del negocio y tecnológica, pero es destacable que en el primer caso los desarrollos de tecnología tuvieron que adaptarse a los requerimientos regulatorios del Banco Central, mien-tras que las estrategias de la filial brasileña parecieron estar más subordi-nadas a la política global de Citigroup.

c) Todo esto marca similitudes y diferencias en las características que asumen las relaciones laborales de las empresas en los distintos paí-ses, en lo que refiere a: nivel de empleo; organización del trabajo; modali-dad contractual; negociación colectiva; activismo gremial y conf lictividad laboral.

Page 51: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

49 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

Las relaciones laborales en Bimbo y Citi en cada país se configuraron en la complejidad de la interacción de distintos factores, entre ellos los que aquí estudiamos: las políticas globales de las empresas y las particu-laridades de los modelos institucionales, las tradiciones y las relaciones de fuerza con los sindicatos intervinientes.

En el caso de Bimbo, como hemos señalado, existe una ideología de conciliación entre obreros y patrones, lo cual se expresa en la participa-ción de los trabajadores, llamados colaboradores, y de los sindicatos, en procesos de mejora continua. Consideramos que la fuerte tradición sindi-cal en la Argentina, y en menor medida en Brasil, así como su participa-ción protagónica en la negociación colectiva, facilitaron el desarrollo de este perfil.

En efecto, en ambos países en el período bajo estudio, los gremios intervinieron en la definición de las características de la organización del trabajo, de las condiciones de trabajo y de los salarios, gracias al poder que les es propio y también a la existencia de instancias institucionales de negociación colectiva: los acuerdos y convenios colectivos de trabajo.

En ambos se advierte que los salarios de los trabajadores de Bimbo son superiores a los de la media del sector y que los sindicatos, a través de sus delegados, tienen fuerte presencia en las plantas.

Sin embargo, en materia de subcontratación, las características son disímiles y esto se vincula a las especificidades de la legislación laboral en cada país. Mientras que en Brasil la misma es más tolerante, en la Argentina hay una regulación que limita esta modalidad de contratación.

Con respecto a los problemas y conf lictos de Bimbo en cada país, también advertimos algunos puntos de similitud y diferencia. En el caso de la Argentina, el mayor problema tiene que ver con la resistencia a los intentos de la empresa de concentrar el proceso de distribución y de des-armar la red de distribuidores existentes, política que, según señalamos en la descripción global de Bimbo México, se repitió en los Estados Unidos y generó resistencias similares. En la Argentina esta problemática está asociada a que Bimbo compró otra empresa, Fargo, que venía con tradi-ciones y prácticas diferentes, con lo cual la concentración de capital exige a la empresa adaptar la implementación de sus políticas a las particulari-dades de las compañías. Más allá de ello, los niveles de conf lictividad en la Argentina son bajos.

Page 52: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

50 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

En Brasil, en contraste, el nivel de conf lictividad ha sido alto y su origen radicó en las malas condiciones de trabajo, asociadas a problemas de insalubridad. Los mismos fueron denunciados por la intervención sindical utilizando los instrumentos institucionales disponibles para ello.

En el caso de Citi, la primera reestructuración implicó la precariza-ción y f lexibilización de las condiciones de trabajo y las modalidades de contratación (reducción de personal, intensificación del trabajo y aumen-to de la tercerización laboral), lo que se agravó en 2008 a partir de las pérdidas de rentabilidad durante la crisis, que redundaron en una nueva oleada de despidos a escala mundial.

No obstante, uno de los aspectos más relevantes que atraviesan a los países es la tercerización laboral. Si bien el contexto y el marco institucio-nal argentino y brasilero resultaron más favorables a los trabajadores (caída del desempleo, recuperación del empleo formal, recomposición del salario), la mejora general de las condiciones de trabajo no avanzó sobre otros aspectos importantes del mercado de trabajo. En las sucursales de Citi de Argentina y Brasil, el sector más afectado por esta estrategia pro-ductiva fue el call center; más aún, en el caso brasileño la tercerización fue más extendida, al mantener una proporción de personal subcontratado de casi la mitad de la totalidad de los trabajadores, y dada la posibilidad de externalizar las tareas bancarias en las agencias de lotería.

En Citi, al igual que en Bimbo, el poder de las organizaciones sindi-cales, en un marco político-institucional favorable, fue central para opo-ner resistencia a las políticas de relaciones laborales provenientes de la casa matriz. En el caso argentino, se conformó la única gremial interna de Citibank en toda América, a la vez que el sindicato que actúa en el sector bancario logró incorporar a los trabajadores tercerizados de los call centers dentro de su ámbito de representación, incluyendo una efectivización parcial de los tercerizados de Citi.

Entendemos que el estudio de las emn en los países de América Latina exige un riguroso y complejo análisis comparativo en que se pon-gan en relación diferentes dimensiones. En esta investigación nos propu-simos contribuir a esta tarea a través del análisis articulado de las estrategias globales, las características económicas, políticas e institucio-nales locales y las acciones de las organizaciones sindicales.

Page 53: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

51 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

bibliografía

Bamber, Greg, Russell Lansbury, Nick Wailes y Chris Wright (2016), International & Comparative Employment Relations. Sage Publications.

Colombi, Ana Paula y Lucila D’Urso (2016), “Ação sindical na Argentina e no Brasil: uma análise a partir dos casos da CUT e da CGT no alvorecer do sécu-lo XXI”. Trabajo presentado en el VIII Congreso Latinoamericano de Sociología del Trabajo organizado por la alast Buenos Aires. Disponible en: <http://docplayer.com.br/58226465-Acao-sindical-na-argentina-e-no-brasil-uma-analise-a-partir-dos-casos-da-cut-e-da-cgt-no-alvorecer-do-seculo-xxi.html>.

De la Garza, Enrique (2001), “La epistemología crítica y el concepto de configura-ción”. Revista Mexicana de Sociología, vol. 63, Nº 1, pp. 109-127.

––––– (2016), “Empresas Multinacionales, discusiones teóricas y alternativas metodológicas para su estudio”. En: Enrique De la Garza y Marcela Hernández Romo (coord.), Configuraciones productivas y relaciones laborales en empresa multinacionales en América Latina. Ciudad de México, Gedisa.

Di Maggio, Paul y Walter Powell (1991), The New Institutionalism in Organizational Analysis. Chicago, The University of Chicago Press.

Dunlop, John (1978), Sistemas de Relaciones Industriales. Barcelona, Ediciones Península.

Ferner, Anthony y Javier Quintanilla (2002), “Between Globalization and Capitalist Variety: Multinationals and the International Dif fusion of Employment Relations”. European Journal of Industrial Relations, Nº 8 (3), pp. 243-250.

Hall, Peter y David Soskice (eds.) (2001), Varieties of Capitalism: The Institutional Foundations of Comparative Advantage. Oxford, Oxford University Press.

Hernández Romo, Marcela (2012), Estrategias Empresariales de Subcontratación Internacional. La inf luencia de la Configuraciones Culturales y Subjetivas. México D.F., uam/pyv.

––––– (2014), “Alternativas para el análisis de las multinacionales. ¿Hacia dónde va el Neo-institucionalismo?” Trabajo, año 8, N° 12, pp. 27-64.

––––– (2016), “Las Configuraciones y Estrategias Productivas, de Relaciones Laborales y Sindicales en Grandes Corporaciones en México”. En: Enrique De la Garza y Marcela Hernández Romo (coord.), Configuraciones productivas

Page 54: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

52 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

y relaciones laborales en empresa multinacionales en América Latina. Ciudad de México, Gedisa.

Hyman, Richard (1981), Relaciones industriales: una introducción marxista. Madrid, Blume.

Katz, Harry y Owen Darbishire (2000), Converging Divergences. Ithaca (ny), ilr-Cornell University Press.

Kerr, Clark, John Dunlop, Frederick Harbison y Charles Myers (1965), El industria-lismo y el hombre industrial. Buenos Aires, eudeba.

Kochan, Thomas, Harry Katz y Robert McKersie (1994), The transformation of American industrial relations. Ithaca (ny), ilr/Cornell University Press.

Levesque, Christian y Gregor Murray (2004), El poder sindical y la economía mun-dial. Bilbao, Manu Robles-Arangiz Institutua.

Locke, Richard, Thomas Kochan y Michael Piore (1995), Employment Relations in a Changing World Economy. usa, mit Press.

Ortiz, Luis, Xavier Coller, Tony Edwards, Chris Rees y Michael Wortmann (2007), “Relaciones laborales en fusiones y adquisiciones transnacionales. Una aproximación política”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, N° 120, pp. 11-40.

Ramalho, José Ricardo y Rodrigo Salles (2016), “Estrategias Corporativas y Relaciones de Trabajo en Empresas Transnacionales Norteamericanas y Mexicanas en Brasil”. En: Enrique De la Garza y Marcela Hernández Romo (coord.), Configuraciones productivas y relaciones laborales en empresa multinacio-nales en América Latina. Ciudad de México, Gedisa.

Senén González, Cecilia y Julieta Haidar (2009), “Los debates acerca de la ‘revita-lización sindical’ y su aplicación en el análisis sectorial en Argentina”. Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, año 14, N° 22, pp. 5-32.

Silver, Beverly (2005), Fuerzas del trabajo. Los movimientos obreros y la globalización desde 1870. Madrid, Akal.

Thelen, Kathleen, Sven Steinmo y Frank Longstreth (1992), Structuring politics. Historical institucionalism. Cambridge, University Press.

Locke, Richard y Kathleen Thelen (1998), “Comparações contextualizadas: uma abordagem alternativa para a análise da política sindical”. Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo. v. 4, Nº 8, pp. 109-158. São Paulo, alast.

Page 55: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

53 Las relaciones laborales en empresas multinacionales... | págs. 25-54

Trajtemberg, David, Hernán Varela, Bárbara Medwid y Cecilia Senén González (2006), “Relaciones laborales en el sector alimentación”. Trabajo, Ocupación y Empleo, N° 6, pp. 159-215.

Womack, James, Daniel Jones y Daniel Roos (1990), The Machine that changed the world. New York, Rawson, Mc. Millan.

Yin, Robert (1984), Case study research: Design and methods. Beverly Hills (CA), Sage Publishing.

Otras fuentesBimbo do Brasil (2011), “Grupo Bimbo: uma empresa altamente produtiva e ple-

namente humana”. Disponible en: <http://slidegur.com/doc/1493773/grupo-bimbo-sustainability---adce-sp>.

Bimbo do Brasil (2010), “Relatório de Responsabilidade Socio-Ambiental 2009”. Disponible en: <http://www.bimbobrasil.com.br/RELATORIO_BIMBO_final.pdf>.

Bimbo (2013), Informe anual 2013. Disponible en: <https://www.grupobimbo.com/sites/default/files/INFORME%20ANUAL%202013.pdf>.

Citibank Argentina (2009-2013), Reportes de Sustentabilidad de los años 2009 a 2013. Disponibles en: <https://www.argentina.citibank.com/acerca_de_citi/reportes_sustentabilidad/main.htm>.

Elmundo.es (2008), “Cronología de la crisis de los mercados financieros”. 15 de septiembre. Disponible en: <http://www.elmundo.es/mundodine-ro/2008/09/15/economia/1221477647.html>. Consultada: 28/02/2017.

Página/12 (2008), “El hilo se corta por lo delgado”. 18 de noviembre. Disponible en: <https://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-115218-2008-11-18.html> Consultada: 28/02/2017.

Revista Fator Brasil (2013). “Setor de pães industrializados fatura R$ 3,5 bi em 2012”. 27 de marzo. Disponible en: <https://www.revistafatorbrasil.com.br/ver_noticia.php?not=30215>. Consultada: 22/03/2017].

Page 56: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST
Page 57: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

55 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

ResumenEn el siguiente escrito se propone un abordaje de la desigualdad distributiva a nivel de la fuerza de trabajo contemplando la relación que asumen las credenciales educa-tivas, la inserción laboral y los ingresos monetarios en el mercado de trabajo del Gran Buenos Aires. Para ello, se analizan dos períodos atravesados por políticas económi-cas diferentes: a) la década caracterizada por la implementación de las reformas es-tructurales de perfil neoliberal (1992-2001); y b) el período de políticas “heterodoxas”

Mercado de trabajo, estructura sectorial heterogénea y perfiles educativos de la fuerza de trabajo: un análisis del comportamiento de los ingresos laborales (1992-2014)

Agustín SalviaMaría Noel FachalRamiro Enrique Robles

Este artículo fue elaborado en el marco de los siguientes programas: a) Red incasi, proyecto fi-nanciado por el programa de investigación Horizonte 2020 de la Comisión Europea bajo el Marie Sklodowska-Curie GA No 691004, coordinado por el Dr. Pedro López-Roldán. Sus contenidos refle-jan la visión del autor, y la Agencia no se responsabiliza por el uso que pueda hacerse de esta in-formación; b) programas del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina y “Cambio Estructural y Desigualdad Social” del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires. Los autores agradecen al Lic. Santiago Poy su contribución en la elaboración de las bases de datos utilizadas en este estudio.

Agustín Salvia es Doctor en Ciencias Sociales, Investigador Principal del conicet, Director del Programa Cambio Estructural y Desigualdad en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires (iigg-uba) y del Programa del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica (odsa-uca). María Noel Fachal es Licenciada en Sociología de la Universidad de Buenos Aires y Becaria de Doctorado del conicet con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires (iigg-uba). Ramiro Enrique Robles es Licenciado en Sociología de la Universidad de Buenos Aires y Auxiliar de Investigación en el Instituto Gino Germani (iigg-uba).

Recibido: octubre de 2017 | Aprobado: marzo de 2018

Page 58: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

56 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

que inicia con la reactivación post-crisis (2003-2014). Asimismo, se discute tanto con la tesis que asocia la disminución de la desigualdad distributiva con la forma en que se distribuyeron los premios a la educación, como con aquella que enfatiza la relevancia de los cambios en materia de políticas y regulaciones laborales para explicar dicha disminución. Por oposición, este estudio aborda la desigualdad distributiva a la luz de los límites que imponen la heterogeneidad estructural, sus cambios durante estas décadas y sus efectos sobre los mercados laborales urbanos. El análisis hará uso de las bases de micro-datos correspondientes al área metropolitana del Gran Buenos Aires de la Encuesta Permanente de Hogares (eph) relevada por el indec para un conjun-to de años testigo, tanto en su modalidad puntual como continua.

PalabRas clavedesigualdad remuneraTiva. educación. heTerogeneidad esTrucTural.

abstRactThe following paper –“Labor market, heterogeneous sectorial structure and educa-tional profiles of the workforce: an analysis of labor income behavior (1992-2014)”– proposes an approach to distributive inequity at the level of the labor force, consi-dering the relationship assumed by educational credentials, labor insertion and monetary income in the labor market of the Area Metropolitana de Buenos Aires. To do so, we analyze two dif ferent economic periods: a) the decade characterized by the implementation of neoliberal structural reforms (1992-2001); and b) the period of “heterodox” policies that began with the post-crisis recovery (2003-2014). In addition, it argues with the thesis that associates the reduction of distributive inequity with the way in which the educational prizes were distributed, as well as with the one that emphasizes the relevance of the changes in labor policies and regulations to explain said decrease. By contrast, this study addresses distributional inequity in the light of the limits imposed by structural heterogeneity, its changes during these decades, and its ef fects on urban labor markets. The analysis will use the micro-data bases corres-ponding to the Area Metropolitana de Buenos Aires of the Encuesta Permanente de Hogares (eph) surveyed by indec for a set of witness years, both in its punctual and continuous modality.

Key woRdsdisTriBuTive inequaliTy. educaTion. sTrucTural heTerogeneiTy.

Page 59: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

57 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

introducción

A poco de comenzar el siglo xxi, la Argentina inició un proceso de reduc-ción de la desigualdad en la distribución del ingreso que contrastó con el aumento que tuvo lugar durante la década de los años noventa (Beccaria y Maurizio, 2012; Gasparini et al., 2011; Salvia y Vera, 2013; Trujillo y Villafañe, 2011). La literatura coincide en atribuir a las remuneraciones laborales un papel central en estos procesos. La dinámica de este proceso se asocia, en general, a las cambiantes políticas económicas, sociales y laborales que atravesaron al país durante el último cuarto de siglo: en primer lugar, un período signado por la implementación de políticas de estabilización, apertura comercial y liberalización económica (1992-2001); y, en segundo lugar, luego de la crisis 2001-2002, una etapa de recupera-ción y crecimiento bajo políticas heterodoxas orientadas al mercado interno (2001-2015). Estas políticas impactaron de manera diferente sobre la estructura productiva, el funcionamiento del mercado de trabajo y la configuración de la estructura ocupacional.

En este marco, una parte de los estudios sobre los cambios en la des-igualdad de los ingresos laborales enfatiza la importancia del mercado laboral como protagonista central de este proceso. Se argumenta, por ejemplo, que el aumento de la desigualdad registrada durante la década anterior y su posterior reducción después de la crisis 2001-2003 se expli-carían, mayormente, por un crecimiento primero y una baja después de los premios a la educación superior, siendo esto resultado de ajustes en la oferta y demanda de calificaciones, en un contexto en donde el crecimien-to económico experimentó un salto tecnológico (Gasparini et al., 2011; Gasparini y Lustig, 2011; Cornia y Martorano, 2012).

Desde otra perspectiva, algunos estudios priorizan el efecto de las políticas económicas, laborales y de ingresos sobre la demanda de empleo, las tasas de registración de trabajadores afiliados a la seguridad social y la fijación de remuneraciones, dependiendo esto último del protagonismo ejercido por instituciones como la negociación colectiva o el salario míni-mo. En los años noventa, el deterioro social habría estado asociado a las políticas de apertura comercial, privatización de empresas públicas, f lexi-bilización laboral y desregulación económica, con efectos regresivos sobre el mercado interno; mientras que el mercado laboral habría recuperado progresividad a partir de 2003, en el marco de un fuerte crecimiento del

Page 60: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

58 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

empleo, caída en los niveles de “informalidad” laboral1 y ejercicio de polí-ticas activas en materia salarial (Beccaria y Maurizio, 2012; Beccaria, Maurizio y Vázquez, 2015).

Por último, no menos importantes han sido los esfuerzos dedicados a dar cuenta de los cambios y las continuidades en la distribución del ingreso laboral como efecto de la heterogeneidad estructural entre sectores formales e informales que atraviesa al mercado laboral (Prebisch, 1949; prealc-oit, 1978; cepal, 2012). Desde esta perspectiva se afirma que el aumento de la desigualdad laboral durante el período neoliberal se habría debido tanto a una mayor participación en los ingresos laborales por parte de los trabajadores de las unidades económicas más dinámicas, incluido el sector público “modernizado”, como a una retracción en la participación de las remuneraciones generadas en las micro-unidades económicas informales. Una vez pasada la crisis e iniciada la rápida reac-tivación productiva, la caída de la desigualdad habría partido de una dinámica más compleja: menor concentración relativa de ingresos en el segmento de profesionales independientes así como en las micro-unida-des informales de empleo asalariado y no asalariado –esto a pesar de que los ingresos derivados del sector público y de unidades económicas for-males aumentaron su concentración, compensando esto con una menor desigualdad interna (Salvia, 2012; Salvia y Vera, 2013)–. En consecuencia, el bienestar general habría aumentado pero la heterogeneidad estructural, medida en términos de brechas de ingresos entre sectores, se habría man-tenido casi inalterada (Salvia y Vera, 2013; Salvia, Vera y Poy, 2015).

Retomando esta perspectiva, se revisa el papel jugado por oferta y demanda de calificaciones educativas en el mercado de trabajo como explicación de los cambios en la distribución de las remuneraciones durante el período 1992-2014. En tal sentido, cabe preguntarse: ¿Cuál fue el comportamiento de los ingresos laborales horarios según el nivel edu-cativo de la fuerza de trabajo, pero también según el tipo de unidad eco-nómica de inserción laboral? ¿En qué medida la coexistencia de divergentes segmentos ocupacionales dentro de la estructura productiva y el mercado de trabajo resulta relevante para explicar la relación entre educación,

1 El enfoque legal califica de “informal” al empleo asalariado no registrado, al cual, en general, se lo identifica cuando el empleador no efectúa en beneficio del trabajador los descuentos jubilatorios establecidos por ley. Cabe aclarar que, tal como se amplía más adelante, en este trabajo se adopta una caracterización sectorial de informalidad diferente a la mencionada.

Page 61: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

59 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

precariedad laboral e ingresos horarios durante las últimas décadas? A estas preguntas subyace la hipótesis de que un factor clave que explicaría los cambios en los niveles de remuneración laboral son las desigualdades productivas entre sectores económico-ocupacionales.

Para responder a las preguntas formuladas, el trabajo examina los cambios experimentados durante el período 1992-2014 en el modo en que correlacionaron los niveles educativos y los ingresos laborales horarios de la población ocupada. En función de testear la hipótesis propuesta, se evalúa el papel del sector de inserción económico-ocupacional en dicha relación a lo largo del tiempo.2 Con el objetivo de otorgar mayor robustez a los resultados, se utilizan pruebas de regresión con el fin de estimar las brechas entre sectores ocupacionales y niveles educativos en las tasas de retorno en los ingresos laborales. En tanto que los fenómenos objeto de estudio se desarrollaron durante contextos macroeconómicos diferentes, el análisis se segmentó en tres fases político-económicas: i) el período 1992-1998, como expresión de la etapa caracterizada por reformas de aper-tura y liberalización económica; ii) el período 1998-2003, en donde dicho modelo experimenta crecientes desajustes financieros y, posteriormente, una crisis económica, política y social terminal en 2001-2002; y iii) el período 2003-2014, un ciclo largo de crecimiento a través de la puesta en práctica de “políticas heterodoxas”, fundamentalmente orientadas a pro-teger el mercado interno y reactivar la capacidad reguladora del Estado (Damill, Frenkel y Rapetti, 2015).

Para cada período se examinan los cambios en los ingresos laborales horarios de la ocupación principal netos de obligaciones fiscales (para el caso de los asalariados), dividiendo para ello el ingreso corriente “de

2 Con el fin de aproximar una clasificación operativa sectorial a las distintas formas de inserción laboral, siguiendo la tradición prealc-oit (1978 y trabajos anteriores; Salvia et al., 2008; Salvia, 2012), el sector privado formal se compone de patrones, obreros o empleados de estableci-mientos con más de 5 ocupados y trabajadores autónomos profesionales; el sector público está formado por obreros o empleados ocupados cualquiera sea el nivel o segmento nacional, provincial o municipal del mismo; y el sector micro-informal se compone de patrones, obreros o empleados de establecimiento de hasta 5 ocupados, trabajadores por cuenta propia no pro-fesionales y el servicio doméstico a los hogares.

Page 62: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

60 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

bolsillo” por la cantidad de horas trabajadas durante el mismo período.3 Con el fin de no perder casos y neutralizar el sesgo generado por los nive-les variables de “no respuesta” a las preguntas de ingresos, se procedió a su estimación para cada año y tipo de fuente laboral (Salvia y Donza, 1999; Donza, 2015).4 La evidencia empírica se extrajo de los micro-datos de la Encuesta Permanente de Hogares (eph) del indec, correspondientes al área metropolitana del Gran Buenos Aires –conformada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 24 municipios–.5 Los años tomados como ventana para el análisis fueron 1992, 1998, 2003 y 2014, agregándose en algunos apartados años intermedios: 1994, 2001, 2007, 2010 y 2012. Debido a las mejoras metodológicas aplicadas sobre la eph en 2003, y con el fin de hacer comparable el conjunto de indicadores, se aplicó sobre las variables de estudio una metodología de empalme retrospectivo habilita-da por la eph-indec (2003).6

debate teórico: principales enfoques en el estudio de la desigualdad distributiva La inf luencia de la educación sobre la distribución de los ingresos consti-tuye una discusión todavía vigente. Desde la sociología, la visión tradicio-nal se remonta a las teorías funcionalistas de la estratificación, encarnadas

3 Los ingresos laborales fueron puestos a valores constantes (pesos del cuarto trimestre 2014). Los ingresos corrientes de la serie 1992-1994-1998-2001-2003 fueron deflactados según el ipc del indec, pero para los años posteriores a 2006 se utilizaron deflactores basados en ipc 7 Provincias y el ipc gb (elaborado por ex técnicos de indec). Esta decisión se apoya en la recono-cida alteración que sufrió el ipc del indec a partir de 2007 (cels, 2009).

4 El método aplicado para estas estimaciones puede consultarse en Salvia y Donza, 1999. No obstante, debe aclararse que, en este caso, esta imputación solo se llevó adelante para las ba-ses “puntuales” de la eph (1992-1998-2003), pero no para las de la modalidad “continua” (2003-2014), dado que, ya a partir de 2003, el indec ofrecía bases de datos con imputaciones de ingre-sos no declarados.

5 La serie histórica de ingresos monetarios solo se puede estimar de manera consistente para el Gran Buenos Aires (Ciudad de Buenos Aires y 24 partidos del Conurbano), en donde vive aproximadamente un tercio de la población total del país. Según datos del Censo de Población del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (indec) de 2010, el Gran Buenos Aires ocupa una superficie total de 2.590 kilómetros cuadrados, reúne 12,8 millones de habitantes –lo cual re-presenta una concentración cercana al 32% de la población total del país– y produce alrededor del 40% del pbi nacional.

6 La serie de mediciones “puntuales” realizadas por la eph en los meses de Octubre de 1992-1994-1998-2001 fue ajustada, con el fin de hacerla comparable con las mediciones “continuas” reali-zadas los cuartos trimestres de 2003-2007-2010-2012-2014, a partir de la muestra de empalme provista para el primer semestre de 2003 por el indec (véase Salvia et al., 2008).

Page 63: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

61 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

inicialmente en los trabajos de Davis y Moore (1945), replicadas en los análisis sobre movilidad social en la sociedad industrial (Germani, 1963; Lipset y Bendix, 1963). En la perspectiva económica neoclásica, la relación entre educación e ingresos es tradicionalmente abordada a partir de la teoría del capital humano (Schultz, 1961; Becker, 1957 y 1962; Mincer, 1975). Según este enfoque, la inversión en capital humano por parte de un indi-viduo es similar a la decisión de una empresa de invertir en maquinaria. En una economía de mercado, la educación constituye un costo en el presente para obtener un mayor f lujo de ingresos en el futuro. Por lo cual, la inversión en capital humano inf luye en la trayectoria del ciclo de vida de la relación ingreso-edad. La teoría del capital humano asigna a la edu-cación un papel preponderante en la explicación de las desigualdades remunerativas entre los trabajadores.

Más recientemente, desde esta perspectiva se argumenta que, en la actual fase de integración de los mercados a nivel mundial, el aumento en los niveles de educación de la fuerza de trabajo tendría un papel clave en los cambios distributivos observados en América Latina (Lustig, López-Calva y Ortiz-Juárez, 2013). Otras trabajos resaltan también la creciente relevancia que tiene la adquisición de mayores titulaciones entre la mano de obra para competir por la absorción de los f lujos de inversión y, en consecuencia, acceder a mejores puestos de trabajo (Carlson, 2002; Neira, 2007; Paz, 2007). Según algunos círculos ortodoxos, la liberalización eco-nómica en contextos de mercados laborales poco f lexibles conduciría inicialmente a un aumento de la desigualdad entre los salarios de traba-jadores calificados y no calificados; sin embargo, con el tiempo, y cuanto más elásticos sean lo mercados, dicha desigualdad debería retraerse como resultado del aumento creciente que experimentaría la oferta labo-ral de mayor calificación (Galiani y Sanguinetti, 2003).

Al respecto, los resultados que presentan Lustig, López-Calva y Ortiz Suárez (2011 y 2013) para los casos de Argentina, México, Perú y Brasil, países en donde se experimentaron reformas de liberalización económi-ca, apuntan a destacar que la desigualdad en los ingresos laborales, luego de crecer, disminuyó a partir del nuevo milenio como resultado de las variaciones experimentadas por el “premio” por calificación. ¿Cómo expli-car el incremento en los rendimientos de la educación con una oferta de mano de obra calificada creciente? Según los autores mencionados, fun-damentalmente porque, a pesar de existir una oferta creciente, la deman-da de mano de obra calificada se habría incrementado a mayor velocidad

Page 64: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

62 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

(Lustig, López-Calva y Ortiz-Juárez, 2011). La reasignación sectorial de la producción y el empleo hacia sectores de mayor capital intensivo habría operado a favor de una demanda competitiva creciente de mano de obra calificada, sobre todo de los trabajadores con grado universitario.

En los años noventa en la Argentina, Cruces y Gasparini (2009) seña-lan que, si bien el efecto directo de la liberalización económica en la des-igualdad salarial habría sido modesto, el efecto indirecto –por su repercusión en inversiones de capital intensivo y la adopción de nuevas tecnologías de producción y organización intensivas en el trabajo califica-do– habría sido un factor relevante, tanto para sesgar la demanda laboral como para aumentar las brechas salariales por educación. A partir de una mayor demanda de trabajadores calificados, el premio por escolaridad habría crecido de manera significativa. Este efecto, generado por el aumento de la demanda, habría más que compensado la presión a la baja que, por otra parte, generaba la creciente oferta de fuerza de trabajo con estudios superiores (Gasparini et al., 2011). En términos más específicos, durante los años noventa el incremento de la demanda relativa de traba-jadores más calificados no habría sido acompañado por un incremento similar en la oferta, que, a pesar de haberse movido de forma análoga, lo hizo sensiblemente más lentamente. El resultado de este retraso en la oferta relativa respecto de la demanda relativa de mano de obra fue un incremento significativo de la prima salarial producto de la educación (Ciaschi, 2017). Estos mismos autores encuentran que los trabajadores no calificados perdieron terreno tanto en términos de salarios por hora como de horas de trabajo durante los años noventa y que estos cambios tuvieron un papel muy importante en la distribución de los salarios y el ingreso familiar.7

7 Cruces y Gasparini (2009) indican que, en este período, la economía del país experimentó un fuerte aumento en la intensidad de uso de mano de obra calificada en la mayoría de los sec-tores de la economía por un cambio tecnológico sesgado en favor del trabajo más calificado. Este avance en términos de la calificación de los trabajadores habría sido particularmente marcado en los sectores de manufactura de baja y de alta tecnología, en el comercio y en la administración pública. Siguiendo esta línea argumental, estos autores hacen suya las con-clusiones de Esquivel (2007) respecto de los factores que aumentaron la desigualdad entre los ingresos de los trabajadores calificados y los no calificados, concluyendo que el aumento de la desigualdad durante los años de apertura económica fue resultado principalmente de un incremento en los ingresos de los trabajadores más calificados, más que como efecto de una reducción de los salarios de los no calificados (2011: 189-190), aspecto especialmente destacado por los enfoques teóricos en competencia.

Page 65: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

63 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

En contraste con lo ocurrido en la década de liberación económica, la caída de la desigualdad en los años 2000 habría tenido como contexto una reducción de las brechas de ingreso salarial entre los trabajadores (Lustig, López-Calva y Ortiz-Juárez,, 2013; Cornia, 2011). Dos tendencias explicarían esta caída: por una parte, el continuado incremento de la ofer-ta de trabajadores con educación superior, ahora por debajo de la deman-da de puestos de mayor calificación, en un contexto de desaceleración del cambio tecnológico; y, en segundo lugar, el aumento en la escolaridad media en la oferta laboral, induciendo a una reducción de la desigualdad por educación, en un contexto en donde el aumento del mercado interno y de las exportaciones de materias primas habrían inducido a aumentar la demanda trabajadores de mediana o baja calificación. El incremento de la oferta relativa de mano de obra más calificada, así como la desacele-ración de la demanda relativa de mano de obra de alta calificación, habrían morigerado los efectos de disponer de mayores credenciales edu-cativas (Ciaschi, 2017). De esta manera, el mercado laboral habría genera-do una caída de las primas laborales de la mano de obra más calificada (Gasparini et al., 2011; Gasparini y Lustig, 2011).8

En Argentina, varios trabajos señalan que los cambios en el nivel edu-cativo de la fuerza trabajo solo explican una parte de la caída de la des-igualdad y que el argumento centrado en el premio a la educación no es suficiente para comprender el menor y/o mayor bienestar social generado en cada uno de los períodos considerados (Beccaria, Maurizio y Vázquez., 2015). Estos priorizan el impacto de los cambios en la demanda agregada de empleo, sus efectos sobre el desempleo y la precariedad laboral, los pro-cesos sociales de segmentación, el papel de los sindicatos y de instituciones como el salario mínimo, las regulaciones vigentes en materia de contrata-ción laboral y las convenciones colectivas de trabajo (Beccaria y Maurizio, 2012; Bertranou y Maurizio, 2011; Trujillo y Villafañe, 2011).

8 Aunque inicialmente el choque tecnológico y la apertura comercial de los años noventa ha-brían tenido un efecto desigualador, se supone que este debió haber perdido fuerza con el tiempo. Al respecto, se argumenta que tales procesos necesitan tiempo para que los traba-jadores no calificados desplazados sean reasignados dentro de una economía más abierta (Gasparini et al., 2011). En igual sentido, en cuanto a los desajustes entre oferta y demanda de trabajo calificado, se argumenta –siguiendo a Bourguignon, Ferreira y Lustig (2004)– que tal resultado es consecuencia del tiempo en que los rendimientos crecientes por escolaridad su-perior deben ajustarse a una oferta creciente de mano de obra de alta escolaridad; a partir de ese momento dichos rendimientos deberían bajar ((Lustig, López-Calva y Ortiz-Juárez, 2011).

Page 66: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

64 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Desde una perspectiva estructuralista, se argumenta que ambos tipos de mecanismos que regulan las remuneraciones se hallan fuerte-mente afectados en contextos en donde la heterogeneidad estructural atra-viesa el funcionamiento del sistema productivo, las relaciones sociales y el mercado de trabajo. Esta describe la coexistencia bajo un mismo sistema socioeconómico de un sector de productividad relativamente próxima a la que permiten las técnicas disponibles a nivel del mercado mundial –en el que se concentran las inversiones y el progreso técnico–, junto a un conjunto de unidades económicas de productividad medida con baja capacidad de competencia internacional –pero que participan, aunque con menor intensidad, del proceso de acumulación y de los cambios tec-nológicos–; así como a una serie de actividades económicas de subsisten-cia, intensivas en mano de obra, tecnológicamente rezagadas y, por lo tanto, de muy baja productividad. Los patrones de empleo y distribución que se originan a partir de esta estructura heterogénea tienden a ser regresivos (Prebisch, 1949; Pinto, 1968; Rodríguez, 2001).9

Un dato sobresaliente de estos sistemas sería la incapacidad estruc-tural del sector dinámico e intermedio de absorber a toda la mano de obra, por lo que parte de ella se debe ocupar en actividades de subsisten-cia. Conforme a este abordaje, los elementos asociados a la demanda de empleo, específicamente las características del tejido productivo, asumen especial relevancia en la explicación de las brechas remunerativas entre unidades económicas y trabajadores.10

En este contexto, la estructura productiva heterogénea se reproduce debido a una persistente insuficiencia de demanda laboral por parte de los sectores más dinámicos, lo cual genera escasas posibilidades de inser-ción en el sector moderno para una proporción significativa de la mano de obra y, bajo la perspectiva de análisis que aquí se propone, da lugar a la emergencia y reproducción en el tiempo del llamado sector informal. Este

9 La tesis de la heterogeneidad estructural fue la base del programa inicial de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Prebisch, 1949 y 1970). Actualmente, la cepal ha re-tomado el enfoque como marco interpretativo del persistente subdesarrollo latinoamericano (Cimoli, Primi y Pugno, 2006; cepal, 2012).

10 Según este enfoque, la coexistencia de sectores económicos caracterizados por niveles de pro-ductividad y utilización de tecnología diferentes da lugar a una estructura ocupacional donde los ingresos se determinan según la productividad social del segmento económico-ocupa-cional de inserción (Pinto, 1976; Ocampo, 2001; Rodríguez, 2001). Véanse también Di Filippo y Jadue, 1976; Chena, 2010; Salvia, 2012.

Page 67: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

65 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

concepto, elaborado inicialmente por la prealc-oit (1978) durante la déca-da del setenta, engloba a un conjunto de actividades y puestos de trabajo caracterizados por: a) su orientación a la subsistencia económica; b) los bajos o nulos niveles de productividad; y c) la existencia de una división del trabajo poco desarrollada. En conjunto, estos elementos contribuirían a la generación y reproducción de puestos laborales insuficientemente remunerados, de fácil acceso pero marcada inestabilidad y posible ausen-cia de adecuación a las regulaciones normativas de la esfera del trabajo (Hussmanns, 2004).11

En los abordajes neoclásicos del mercado laboral antes mencionados encontramos que los cambios en la desigualdad salarial se explican por variaciones en el dinamismo de la oferta y demanda de diferentes tipos de calificación. Aquí se considera que este argumento resulta insuficiente a la hora de indagar los mecanismos causales detrás de la formación de la demanda de empleo, específicamente la estructura productiva caracteri-zada por sensibles heterogeneidades. De la misma manera, las políticas macroeconómicas y laborales que dan lugar a cambios o continuidades en las relaciones de empleo y los ciclos de crecimiento no resultarían sufi-cientes para dar cuenta de la variación de la desigualdad. Su alcance estaría sensiblemente condicionado por la multiplicidad de escenarios tecnológicos y productivos que ostentan los diversos sectores de la demanda de empleo, fenómeno que se traduciría en una persistente hete-rogeneidad y asimetría en la posibilidades de acumulación de capital y generación de puestos de trabajo de calidad (Salvia, Vera y Poy, 2015). Cabría preguntarse en qué medida los perfiles educativos y las primas salariales correspondientes no están en realidad condicionadas –cuando no determinadas– por las condiciones tecnológicas, organizativas, pro-ductivas e, incluso, comerciales y político-laborales, bajo las que operan de manera desigual las unidades productivas en un sistema económico. Según este supuesto, tanto la composición de la demanda como el nivel de

11 La distinción entre sectores corresponde al abordaje de las brechas de productividad en las diferentes unidades económicas donde se generan los ingresos de los trabajadores. El tama-ño del establecimiento y la calificación de los no asalariados son utilizados como indicadores “proxy” para la distinción de dichas brechas (prealc-oit, 1978; Tokman, 1978). Estas dos dimen-siones resultaron significativas a los estudios que realizara la prealc-oit en la década del seten-ta, dado que las mismas permiten identificar diferentes estratos de productividad en los que se inserta la fuerza de trabajo, lo cual es de esperar repercuta en las remuneraciones.

Page 68: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

66 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

las remuneraciones por nivel educativo estarían afectados por los rindes de productividad, costos y/o beneficio que generan tales condiciones.12

composición de la fuerza de trabajo según el nivel educativo y la inserción ocupacional

Un primer análisis obliga a examinar los cambios ocurridos en el perfil educativo de la población ocupada en el área metropolitana del Gran Buenos Aires, a nivel general y para cada sector económico-ocupacional, a lo largo de las tres fases macroeconómicas: 1992-1998, 1998-2003, 2003-2014. Las Tablas 1, 2 y 3 brindan información relevante al respecto. En ellas se presentan los máximos niveles de educación alcanzados por los ocupados clasificados en tres categorías: 1) Hasta si: ocupados sin instruc-ción, con primaria incompleta o completa y secundaria incompleta; 2) sc-tui: ocupados con secundaria completa o estudios terciarios o universi-tarios incompletos; y 3) tuc: ocupados con estudios terciarios o uni-versitarios completos.

La Tabla 1 registra la evolución del nivel educativo de la mano de obra por sector laboral. La Tabla 2 registra sus variaciones interanuales. En primer lugar, se confirma el aumento en el nivel educativo de la población ocupada a lo largo del período 1992-2014, expresándose esto en: a) la caída de los ocupados con hasta secundaria incompleta (37% interanual, -1,7 anual); b) en el aumento de los trabajadores con secundario completo (51% interanual, 2,3% anual), como; c) con estudios superiores completos (95% interanual, 4,3% anual). En segundo lugar, se hace evidente que este pro-ceso no fue lineal a lo largo de los períodos estudiados.13

12 Un aumento en la inversión en capital físico e innovaciones tecnológicas, o incluso un mayor control oligopólico de los mercados a nivel de las unidades económicas, amplía la brecha de productividad entre trabajadores, de manera independiente de su nivel de escolaridad, más allá de que la demanda de calificaciones también pueda verse segmentada por este motivo. Por lo mismo, la no consideración de estas desigualdades productivas estructurales podría estar sobreestimando el papel de las primas salariales por educación.

13 En efecto, se observan diferencias según las etapas macroeconómicas por factores más pro-bablemente vinculados con los cambios en la demanda de empleo: entre 1992-1998, en un con-texto de fuertes cambios tecnológicos, con baja demanda agregada de empleo y reestructu-raciones sectoriales, la demanda se concentró más en los niveles educativos medio y superior, mientras que los ocupados de baja calificación perdían empleos.

Page 69: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

67 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

Tabla 1. Distribución de la población ocupada por máximo nivel educativo alcanzado según sector de inserción y año seleccionado. Gran Buenos Aires. Años 1992, 1998, 2003 y 2014Sector de inserción Máximo nivel

educativoAño

1992 1998 2003 2014

Sector Privado Formal Hasta si 60,4% 52,5% 35,4% 32,6%

sc-tui 25,7% 29,5% 37,0% 42,3%

tuc 13,8% 18,0% 27,7% 25,1%

Sector Público* Hasta si 45,9% 37,0% 24,6% 13,6%

sc-tui 25,8% 26,2% 32,4% 35,2%

tuc 28,3% 36,8% 42,9% 51,2%

Sector Micro- informal Hasta si 72,0% 66,8% 61,6% 55,5%

sc-tui 24,4% 27,7% 31,8% 36,2%

tuc 3,6% 5,5% 6,6% 8,3%

Total Población Ocupada Hasta si 63,5% 56,4% 47,0% 39,8%

sc-tui 25,7% 28,9% 33,9% 38,8%

tuc 10,9% 14,7% 19,1% 21,3%

Nota: *Excluye empleados públicos ocupados en programas públicos de empleo. Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre 1992 y 1998, y cuartos trimestres 2003-2014).

Tabla 2. Variación promedio anual en la distribución de la población ocupada por máximo nivel educativo alcanzado según sector de inserción y período de análisis. Gran Buenos Aires. Años 1992-2014Sector de inserción Máximo nivel

educativo1992-1998 1998-2003 2003-2014 1992-2014

Sector Privado Formal Hasta si -2,2 -6,5 -0,7 -2,1

sc-tui 2,5 5,1 1,3 2,9

tuc 5,1 10,8 -0,9 3,7

Sector Público* Hasta si -3,2 -6,7 -4,1 -3,2

sc-tui 0,3 4,7 0,8 1,7

tuc 5,0 3,3 1,8 3,7

Sector Micro-informal Hasta si -1,2 -1,6 -0,9 -1,0

sc-tui 2,3 3,0 1,3 2,2

tuc 8,8 4,0 2,3 5,9

Total Ocupados Hasta si -1,9 -3,3 -1,4 -1,7

sc-tui 2,1 3,5 1,3 2,3

tuc 5,8 6,0 1,0 4,3

Nota: *Excluye empleados públicos ocupados en programas públicos de empleo. Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre 1992 y 1998, y cuartos trimestres 2003-2014).

Page 70: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

68 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Este proceso continuó durante el período recesivo 1998-2003. Pero este sendero se interrumpió en parte en la etapa 2003-2014, en donde el mayor crecimiento de la demanda agregada de empleo, en especial hacia el mercado interno y a través de actividades de bajo requerimiento en calificaciones (construcción, industria de bienes de consumo, comercio, servicios personales, etc.), retrajo la tendencia anterior. De esta manera, en sentido confirmatorio de una serie de supuestos relativamente acepta-dos (Gasparini et al., 2011), si bien siguieron creciendo los puestos con trabajadores de nivel educativo medio o superior, este crecimiento tuvo lugar a una tasa mucho más baja. En parte, esto último responde a la recuperación que tuvo la demanda de empleo hacia los segmentos de bajo nivel educativo. Pero estas tendencias no se reproducen de igual manera cuando se considera el sector productivo de inserción, medido por el tipo de unidad económica. Las Tablas 1 y 2 son ilustrativas en cuanto a estas diferencias:

i) Se constata las diferencias estructurales presentes en la composi-ción educativa de la fuerza de trabajo según sector de inserción, así como su persistencia en el tiempo.14

ii) Destaca la variación positiva experimentada tanto por los ocupa-dos con educación media como con educación superior en los tres secto-res considerados, aunque con diferencias de magnitud muy notables.

iii) En tercer lugar, la información también hace evidente que estos procesos no avanzaron al mismo ritmo, dependiendo del tipo de unidad económica: durante el proceso de liberalización económica, las mayores caídas en las ocupaciones de bajo nivel educativo tuvieron lugar en el sec-tor privado formal y en el sector público, pero solo este último continuó este mismo sendero durante el período siguiente. En cambio, para el sec-tor micro-informal, la lenta reducción de ocupaciones de baja calificación casi no registró cambios, un comportamiento que seguramente estuvo más fuertemente determinado por la oferta que por la demanda laboral.

iv) Por último, en cuanto a los cambios en la participación de los ocu-pados con estudios superiores, llama la atención algunos procesos

14 Al respecto, destaca que, entre 1992 y 2014, el sector privado informal redujo a casi la mitad los ocupados de baja calificación (de 60% a 33%) y el sector público modernizado siguió este mis-mo sendero, pero con mayor intensidad (de 46% a 14%); el segmento micro-informal lo hizo muy por debajo de la media (de 72% a 53%), constituyéndose en el principal sector refugio de los segmentos de baja calificación.

Page 71: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

69 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

coincidentes con observaciones hechas por los diferentes enfoques en debate, pero que se hacen más evidentes al segmentar por tipo de inser-ción. Por una parte, en efecto, la demanda de ocupaciones más calificadas crece fuertemente durante los años noventa, a la vez que decrece post-crisis 2001-2002, siendo el sector privado formal su principal protagonis-ta en ambos casos. Al mismo tiempo, la demanda de empleo con educación media crece a un ritmo relativamente más parejo entre los tres sectores, antes y después del cambio del modelo macroeconómico.

Por último, la Tabla 3 resume buena parte de los resultados que inte-resa destacar en este apartado. En principio, según estos datos, en el contexto de un aumento casi continuo de puestos ocupados por profesio-nales, la desigual distribución de tales capitales, lejos de reducirse, se mantuvo casi inalterada a lo largo del tiempo, resultando sus variaciones más sensibles al rimo de los ciclos económicos que a supuestas políticas de reconversión o refundación productiva.15 Solo el sector público parece haber seguido un proceso continuo de profesionalización de sus ocupa-dos, ampliándose por lo tanto la brecha entre este sector y el resto. A su vez, la menor desigualdad relativa que af lora hacia 2014 entre los sectores privados parece estar más vinculada a una retracción en la demanda de perfiles profesionales por parte del sector privado formal que a la leve mejora registrada en el segmento micro-informal. De esta manera se con-firma que, acompañando el aumento en las calificaciones educativas de la fuerza de trabajo, las desigualdades entre sectores de inserción se habrían mantenido casi inalteradas en materia de distribución de recursos más calificados.16

15 Estos datos son coincidentes con las evidencias presentadas por Salvia y Vera (2015) en cuanto a los efectos de los cambios en la composición educativa de los ocupados de cada sector sobre la precariedad laboral.

16 En este contexto, no cabe descartar un deterioro por el efecto “credencialismo”, el cual plantea que, en presencia de una demanda agregada de trabajo decreciente y una oferta de trabajado-res calificados creciente, aquellos trabajadores con mayor escolaridad empiezan a tomar los puestos de los trabajadores no calificados, quienes son desplazados hacia el desempleo o el subempleo. Ese ajuste reduce el salario promedio de los trabajadores calificados por medio de un efecto de composición, pero el mercado laboral se torna más rígido para los trabajadores menos calificados, quienes pierden sus empleos o trabajan menos horas. El resultado es un aumento en la desigualdad (Maurizio, 2001).

Page 72: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

70 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Tabla 3. Razón de probabilidad de contar con estudios terciarios y/o universitarios completos según sector de inserción con respecto a la población ocupada. Gran Buenos Aires. Años 1992, 1998, 2003 y 2014

Sector de inserción Año

1992 1998 2003 2014

Sector Privado Formal 1,312 1,274 1,621 1,237

Sector Público* 3,230 3,379 3,188 3,872

Sector Micro-informal 0,306 0,338 0,299 0,334

Total Ocupados 1 1 1 1

Nota: *Excluye empleados públicos ocupados en programas públicos de empleo. Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre 1992 y 1998, y cuartos trimestres 2003-2014).

comportamiento en la evolución del ingreso de acuerdo con el nivel educativo y el sector de inserción ocupacional Según los enfoques que centran su atención en los atributos de la fuerza de trabajo –específicamente en su nivel de educación–, cabría esperar variaciones casi automáticas en las remuneraciones y en brechas de ingresos laborales.17 Sin embargo, la evidencia empírica no parece ajustar plenamente con esta teoría. Tal como se ha mencionado, una buena parte de los estudios disponibles sobre los cambios distributivos ocurridos en la Argentina durante las últimas dos décadas enfatizan la importancia que tuvo primero el aumento y luego la reducción de los premios a la educa-ción, tanto como causa del empeoramiento de la desigualdad en los ingre-sos del trabajo durante el período de políticas neoliberales, como de la mejora observada en la misma durante el período de políticas hetero-doxas (Cornia, 2011; Gasparini et al., 2011).

Para la década de los noventa, la evidencia permite corroborar un proceso de reasignación sectorial de la demanda de empleo, así como cambios en la composición de las cualificaciones dentro de los sectores, los cuales habrían favorecido a los trabajadores calificados, en particular a los graduados universitarios. A partir de esta mayor demanda de

17 Estos planteos se encuentran tanto en producciones locales como internacionales que, al apo-yarse en postulados más o menos restringidos de la teoría del capital humano, enfatizan la importancia prioritaria de esta relación para explicar las desigualdades en la distribución de los ingresos laborales (Carlson, 2002; Giménez, 2005; Herrera, 2010; Paz, 2007).

Page 73: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

71 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

trabajadores calificados, la prima salarial por escolaridad habría crecido de manera significativa, de tal manera que el efecto generado por el aumento de la demanda de recursos formados habría más que compensa-do la presión a la baja que generaba, por otra parte, la creciente oferta de trabajadores con estudios superiores (Gasparini et al., 2011). Pero, entran-do a los años 2000, diversos factores se habrían combinado para crear un sendero de distribución del ingreso más progresivo. En principio, la rápi-da recuperación de la crisis de 2001-2002, los ajustes salariales a la baja luego de la devaluación, la gran expansión del empleo, los cambios indu-cidos por los nuevos precios relativos, una actualización tecnológica más lenta, instituciones y políticas laborales más fuertes y una red de protec-ción social más amplia, habrían operado en este sentido. En este contexto, se habría verificado una reducción de las brechas de ingreso salarial (Cornia y Martorano, 2012; Lustig, López-Calva y Ortiz-Juárez, 2013). Esto habría ocurrido como resultado, principalmente, de una demanda de puestos de mayor calificación por debajo de la oferta de trabajadores con educación superior, y, asimismo, de un aumento en la escolaridad media en la oferta laboral, lo cual habría inducido a una reducción de la des-igualdad por escolaridad entre los ocupados (Gasparini et al., 2011).

En cambio, Beccaria, Maurizio y Velázquez (2015), si bien buscan destacar el impacto igualador del proceso de regulación y afiliación a la seguridad social durante el último decenio, constatan una reducción del efecto de la educación superior sobre las primas salariales. Al respecto, se argumenta que su efecto distributivo habría estado más asociado a los cambios en la composición del empleo por nivel educativo y a la calidad de los mismos, más que a factores de mercado. Según estos autores, la reduc-ción en las brechas salariales a partir de los años 2000 sería el resultado de un aumento de la demanda de puestos de calificación intermedios (educación media), junto con un incremento relativo mayor de estos sala-rios, en comparación con los salarios profesionales (educación superior).18 Este comportamiento se explica fundamentalmente por el aumento de la demanda de empleo, la intervención de políticas laborales activas y las presiones de trabajadores y actores sindicales. Como resultado de este

18 A este respecto (Beccaria y González, 2006) aclaran que la “tasa de retorno promedio a un año extra de educación aumentó a lo largo de la mayor parte del período 1974-2003”. Si bien tuvo fluctuaciones y una reducción entre 1989 y 1993, “la tendencia al crecimiento reapareció desde mediados de los noventa, seguida, a partir de 2003, por una reducción que, sin embargo, no pudo compensar el crecimiento previo.”

Page 74: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

72 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

proceso, los salarios habrían aumentado más entre los segmentos de cali-ficación con menos años de escolaridad, a la vez que esta evolución habría sido más regresiva para los segmentos laborales con mayor educación.

En términos generales, las predicciones planteadas por ambas pers-pectivas se verifican a partir de los datos presentados en las Tablas 1 y 2 del apartado anterior. Sin embargo, corresponde en este apartado exami-nar si las explicaciones sobre el comportamiento de los ingresos laborales ajustan con la evidencia reunida en este trabajo, y si acaso estas eviden-cias no obligan a una revisión de algunos de los supuestos generalmente aceptados como válidos.19

En principio, el Gráfico 1 da cuenta de la evolución de los ingresos horarios a pesos constantes de la fuerza de trabajo del Gran Buenos Aires según nivel educativo. Un primer dato que llama la atención es el particu-lar incremento que registró la brecha de ingresos laborales entre 1992 y 1998 asociada al aumento significativo que experimentaron las remunera-ciones horarias de los trabajadores con educación superior, la caída en el ingreso del segmento menos calificado y la invarianza experimentada en el caso de los trabajadores con educación media. A esta tendencia le siguió una caída entre 1998 y 2003 –como efecto de la crisis 2001-2002– en los ingresos laborales horarios en los tres segmentos; aunque mucho más marcada para los trabajadores con calificación profesional, para quienes incluso la caída habría ocurrido antes de las crisis. Llegado a este punto (2003), junto a una recuperación parcial en las remuneraciones, la brecha de ingresos laborales entre segmentos educativos tendió a aumentar –hasta 2007–, para luego comenzar a retraerse hasta llegar en 2012-2014 a los niveles más bajos de toda la serie. En general, los ingresos laborales horario de este período estuvieron muy por debajo de los niveles alcan-zados en la década anterior, destacándose en particular la imposibilidad de los segmentos profesionales de recuperar los niveles alcanzados en ese período.

19 Pero antes de examinar la evidencia, resulta importante tener en consideración una serie de aspectos a partir de los cuales se explican eventuales diferencias entre las distintas aproxi-maciones: i) en este trabajo se consideraron las remuneraciones horarias a precios reales de trabajadores tanto asalariados como no asalariados; ii) se han estimado los ingresos no decla-rados por perceptores individuales según tipo de ocupación; y iii) se ha aplicado un empalme retrospectivo que hacen más comparables los resultados que ofrece la eph-indec para el perío-do objeto de interés.

Page 75: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

73 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

Gráfico 1. Evolución de la media de ingresos laborales horarios reales para los trabajadores según nivel educativo. Gran Buenos Aires. Años 1992-2014. (En pesos del 4° trimestre de 2014)

Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre de 1992, 1994, 1998, 2001 y 4° trimestre de 2003, 2007, 2010, 2012 y 2014).

Estas evidencias parecerían refutar la tesis que afirma que habrían sido las ocupaciones de baja y media educación las que habrían contribui-do a una mayor equidad distribuida durante el período de políticas hete-rodoxas; esto incluso considerando que el segmento de educación media siguió aumentando su participación en el total del empleo y que el seg-mento de baja calificación bajó el ritmo de su retracción (Tablas 1 y 2). Por el contario, en el contexto del aumento que experimentó la participación de trabajadores con educación superior en el total del empleo, se confir-maría la tesis de que la reducción de la desigualdad en los ingresos labo-rales se habría debido a una retracción en las remuneraciones profesionales (Gasparini et al., 2011).

Ahora bien, la evolución de la desigualdad tomando los ingresos laborales por nivel educativo ¿es la misma cuando este análisis se hace cruzado por sectores ocupacionales, en este caso privado formal, público y micro-informal? El Gráfico 2 muestra la evolución registrada por los ingresos horarios de los ocupados según esta clasificación.

En principio, los datos son coincidentes con evidencias previas (Salvia, 2012; Salvia y Vera, 2013; Salvia et al., 2015) en cuanto a dar cuenta de un giro regresivo en las brechas de ingresos laborales por sector de inserción durante la primera parte del período 1990-1998, pero no inicial-mente sino ya avanzada la década. Destaca el hecho de que los primeros años se registran las menores brechas de ingreso laboral y que las brechas

20

0

20

40

60

80

100

120

140

1992 1994 1998 2001 2003 2007 2010 2012 2014Año

Ingr

eso

hora

rio re

al

Hasta SI

SC-TUI

TUC

Total Ocupada

Año

Ingr

eso

hora

rio re

al

Page 76: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

74 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

1992 1994 1998 2001 2003 2007 2010 2012 2014

20

40

60

80

100

120

140

Ingr

eso

hora

rio re

al

Sector privado formal

Sector público

Sector micro informal

Total población ocupada

mayores se observan en la fase final del modelo, previo a la crisis de 2001-2002. Durante este período, el crecimiento de la desigualdad estuvo vin-culado, en primer lugar, al aumento en el nivel de los ingresos de los trabajadores del sector público y –aunque en menor medida– del sector privado formal; y, al mismo tiempo, a la caída de los ingresos laborales del segmento de trabajadores de unidades micro-informales. Es recién con la crisis 2001-2002 que los ingresos laborales vuelven a converger, aunque a niveles menores de remuneración real cualquiera sea el sector. Por último, a partir de 2003, las remuneraciones de los tres sectores comenzaron a recuperase manteniendo casi sin variación sus diferencias de arranque. Pero esto último comenzó a modificarse luego de 2007, y ello como resul-tado de tres procesos: i) mayor incremento de los ingresos laborales en el sector público; ii) amesetamiento de los ingresos medios en el sector pri-vado formal; y iii) caída en los ingresos laborales medios del segmento micro-informal.

En cualquier caso, el Gráfico 2 muestra cómo a lo largo de los tres períodos considerados –al comparar las curvas correspondientes a cada sector– persisten importantes diferencias entre aquellos ocupados de unidades económicas informales y aquellos ocupados en unidades del sector formal o del sector público. Pero, al contrario de lo que muchas veces se supone, habría sido el sector público –y no el sector privado for-mal– el principal responsable en la ampliación de la brecha de ingresos, tanto durante la fase neoliberal como durante el período heterodoxo.

0Año

Gráfico 2. Evolución de la media de ingresos laborales horarios reales para los trabajadores según sector de inserción. Gran Buenos Aires. Años 1992-2014. (En pesos del 4° trimestre de 2014)

Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre de 1992, 1994, 1998, 2001 y 4° trimestre 2003, 2007, 2010, 2012 y 2014).

Ingr

eso

hora

rio re

al

Page 77: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

75 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

Ahora bien, cabe preguntarse en qué medida este particular comporta-miento no está determinado por los cambios en la composición educativa experimentada por los sectores ocupacionales. Para evaluar esta hipóte-sis, los Gráficos 3, 4 y 5, muestran la evolución de los ingresos laborales reales por nivel educativo para cada sector de inserción.

Gráfico 3. Evolución de la media de ingresos laborales horarios reales para los trabajadores del sector privado formal. Gran Buenos Aires. Años 1992-2014. (En pesos del 4° trimestre de 2014)

Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre de 1992, 1994, 1998, 2001 y 4° trimestre 2003, 2007, 2010, 2012 y 2014).

Gráfico 4. Evolución de la media de ingresos laborales horarios reales para los trabajadores del sector público. Gran Buenos Aires. Años 1992-2014. (En pesos del 4° trimestre de 2014)

Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre de 1992, 1994, 1998, 2001 y 4° trimestre 2003, 2007, 2010, 2012 y 2014).

23

0

20

40

60

80

100

120

140

1992 1994 1998 2001 2003 2007 2010 2012 2014Año

Ingr

eso

hora

rio re

al

Hasta SI

SC-TUI

TUC

Total sector

0

20

40

60

80

100

120

140

1992 1994 1998 2001 2003 2007 2010 2012 2014Año

Ingr

eso

hora

rio re

al

Hasta SI

SC-TUI

TUC

Total sector

Año

Ingr

eso

hora

rio re

al

23

0

20

40

60

80

100

120

140

1992 1994 1998 2001 2003 2007 2010 2012 2014Año

Ingr

eso

hora

rio re

al

Hasta SI

SC-TUI

TUC

Total sector

0

20

40

60

80

100

120

140

1992 1994 1998 2001 2003 2007 2010 2012 2014Año

Ingr

eso

hora

rio re

al

Hasta SI

SC-TUI

TUC

Total sector

Año

Ingr

eso

hora

rio re

al

Page 78: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

76 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Gráfico 5. Evolución de la media de ingresos laborales horarios reales para los trabajadores del sector micro-informal. Gran Buenos Aires. Años 1992-2014. (En pesos del 4° trimestre de 2014)

Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre de 1992, 1994, 1998, 2001 y 4° trimestre 2003, 2007, 2010, 2012 y 2014).

A partir de estos datos se desprenden una serie de observaciones relevantes:

i) El movimiento que siguen los ingresos laborales por nivel educati-vo en el sector privado formal parece ser el principal determinante del comportamiento observado a nivel agregado, en particular, debido al mayor aumento que registraron en este sector los premios a la educación superior durante el contexto de las políticas neoliberales, y su mayor retracción con la crisis 2001-2002, a partir de lo cual la brecha vuelve a crecer, para volver a caer al final del período como efecto de la conducta de este segmento educativo.

ii) El patrón de comportamiento del ingreso de los ocupados del sec-tor público por nivel educativo muestra, a lo largo del tiempo brechas mucho menores a las registradas por el sector privado formal; esto se debe tanto a ingresos profesionales más bajos como a ingresos medios más altos en los trabajadores menos calificados. Sin embargo, su evolu-ción muestra aumentos en la desigualdad interna acompañando a las fases en donde tuvieron lugar mejoras reales en las diferentes categorías educativas, tanto en 1992-1998 como en 2003-2014. Solo durante la fase recesiva y más crítica del período (1998-2003), en el contexto de ajustes salariales en el sector público, la brecha entre estas remuneraciones ten-dió a achicarse.

.

0

20

40

60

80

100

120

140

1992 1994 1998 2001 2003 2007 2010 2012 2014Año

Ingr

eso

hora

rio re

al

Hasta SI

SC-TUI

TUC

Total sectorIngr

eso

hora

rio re

al

Page 79: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

77 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

iii) En cuanto al comportamiento de los ingresos laborales por nivel educativo en el sector micro-informal, se destaca una diferencia muy marcada con respecto a los otros dos sectores. En primer lugar, la des-igualdad interna entre calificaciones no habría aumentado durante la fase 1992-1998; siendo llamativos los similares niveles de ingreso que registran las categorías educativas superior y media, debido a las remu-nerativas significativamente más bajas –con tendencia a la caída– que presentan los ocupados con estudios superiores, como a los ingresos más altos que registran los ocupados de nivel educativo medio. Pero este com-portamiento experimenta un cambio durante la etapa recesiva y de crisis (1998-2003), convergiendo con los ingresos de los trabajadores de bajo nivel educativo. En la fase de políticas heterodoxas, se observa, primero, un aumento de la desigualdad y, luego, una relativa convergencia, al igual que lo ocurrido con el sector privado formal, pero con premios a la educa-ción superior y media por debajo de las de este sector; estas diferencias solo se reducen en el caso de los trabajadores de baja calificación.

Las diferentes tendencias observadas en las categorías de educación por sector de inserción confirman las desigualdades estructurales que, además de otros factores, condicionan la dinámica de los premios labora-les y sus desigualdades internas. Para hacer clara la evidencia empírica en que se apoya esta afirmación, la Tabla 4 exhibe las brechas de ingreso de los ocupados de acuerdo con nivel educativo y tipo de inserción laboral para los cuatro años tomados como ventana de las diferentes fases políti-co-económicas analizadas. Estas brechas representan la distancia relativa que posee el ingreso horario medio en cada categoría respecto de la media de ingreso laboral horario para el total de los ocupados en cada año; por lo tanto, un valor mayor a 1 supone que dicha categoría se encuentra por encima de la media de ingreso del total de los trabajadores registrada para un año particular, mientras que un valor por debajo señala que dicho ingreso está por debajo del promedio general.

En conjunto, la información presentada confirma las inferencias surgidas de los Gráficos 3, 4 y 5, a la vez que reafirma la importancia de la inserción sectorial como determinante de estos comportamientos. Sin embargo, un proceso destacable que se desprende y se hace más evidente a través de los datos de la Tabla 4 es el hecho de que, con excepción del sector micro-informal, mientras que las desigualdades laborales basadas en los premios a la educación tendieron primero a aumentar (durante las

Page 80: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

78 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

políticas de liberalización económica) y luego a caer (durante las fase de polí-ticas heterodoxas), como efecto –aunque no únicamente– de la crisis 2001-2002, las brechas de ingresos según sector de inserción se ampliaron de manera significativa, claramente a favor de los ocupados en los sectores público y privado formal, y en marcada desventaja para el segmento de ocupados en micro-unidades informales. Estos datos reafirman la tesis de que una parte no menor de las desigualdades en la distribución del ingreso laboral tiene como protagonista a las unidades económicas según sus diferenciales en materia de productividad, estructura organizacional, modo en que participan de los mercados de trabajo, regulaciones a las que están sometidas y vinculaciones con el resto del sistema económico (Salvia, 2012).

Tabla 4. Evolución de las brechas entre las medias de ingresos laborales horarios reales según nivel educativo y sector de inserción, respecto del total de la fuerza de trabajo ocupada. Gran Buenos Aires. Años 1992, 1998, 2003 y 2014. (En pesos del 4° trimestre de 2014)

Sector de inserción Máximo nivel educativo

Año

1992 1998 2003 2014

Sector Privado Formal Hasta si 0,75 0,71 0,75 0,78

sc-tui 1,18 1,09 1,15 1,10

tuc 2,18 2,53 1,98 1,55

Total Formal 1,06 1,16 1,24 1,11

Sector Público* Hasta si 0,75 0,84 0,72 0,84

sc-tui 1,25 1,51 1,11 1,33

tuc 1,36 1,95 1,96 1,90

Total Público 1,06 1,44 1,38 1,56

Sector Micro- informal Hasta si 0,78 0,67 0,61 0,63

sc-tui 1,42 1,26 0,79 0,81

tuc 1,40 1,16 1,51 0,99

Total Informal 0,96 0,85 0,73 0,72

Total Ocupados Hasta si 0,76 0,68 0,66 0,69

sc-tui 1,25 1,19 0,98 1,01

tuc 1,82 2,13 1,9 1,55

Total Ocupados 1,00 1,00 1,00 1,00

Nota; *Excluye empleados públicos ocupados en programas de empleo transitorio. Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre 1992 y 1998, y 4° trimestre 2003-2014).

Page 81: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

79 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

ingresos horarios según nivel educativo, sector de inserción y calidad del empleo Para ofrecer mayor robustez a los análisis presentados, se consideran en este apartado los resultados que arrojaron una serie de modelos minceria-nos20 de regresión lineal en procura de estimar el modo y la fuerza con que un conjunto de variables relevantes incidieron en los ingresos horarios laborales reales de los trabajadores, y, en ese marco, evaluar su capacidad para dar cuenta de desigualdades endógenas y cambios en el tiempo.21 Debido a la distinta prevalencia que presentan las relaciones salariales en unidades económicas ubicadas en uno u otro sector de la estructura pro-ductiva, y dada la importancia que tiene la categoría salarial en la percep-ción de ingreso por parte de la fuerza de trabajo, estas ecuaciones también se ajustan segmentando a la población de ocupados en asalariados y no asalariados. El examen de la variación proporcional en los ingresos labo-rales para asalariados y no asalariados ofrece un escenario analítico más preciso y robusto para la evaluación de nuestras hipótesis.22

En este sentido, la tesis que subyace a la aplicación de estos modelos es que los factores estructurales ejercen una inf luencia dominante y cre-ciente en el tiempo sobre las diferencias en los ingresos laborales horarios

20 Mincer (1975) elaboró una función de ingreso para explicar el salario real de un trabajador en función de sus años de escolaridad y de otras características. La estimación de la función del ingreso permite calcular la tasa de retorno de la educación o de otros factores intervinientes en la ecuación.

21 El modelo de regresión múltiple basado en el método de mínimos cuadrados consiste en la elaboración de una ecuación que permita aproximarse al valor asumido por una variable nu-mérica en función de la presencia o ausencia de valores correspondientes a otras, así como el peso que cada una de estas tenga en la predicción de la variable explicada. Para tal efecto, se aplica un modelo de regresión lineal múltiple sobre el logaritmo natural de los ingresos laborales horarios. En este caso, se analiza el impacto de una serie de características referidas a la unidad económica, el puesto de trabajo y el capital educativo de los trabajadores sobre la variación proporcional de los ingresos a percibir. La transformación logarítmica del ingreso permite una lectura de la razón de variación de los ingresos frente a un cambio en una unidad en las variables predictoras. Con estas consideraciones en mente, resulta relevante aclarar que el método de regresión lineal múltiple no permitiría evaluar directamente el nivel y cambio en el fenómeno de la desigualdad misma, sino que, a través de la identificación de los factores que más inciden en el ingreso horario, otorga un panorama concreto sobre aquellos elementos que estarían por detrás de estos cambios –así como su intensidad–; entre los modelos econo-métricos que permitirían un análisis de este tipo se encuentra el método de descomposición Oaxaca-Blinder (Beccaria y Groisman, 2008) o el análisis de descomposición de los indicadores de desigualdad de Gini (Leibbrandt, Woolard y Woolard, 1996).

22 Si bien se parte en este trabajo de un enfoque diferente, la mayoría de los pocos estudios para el caso argentino restringen sus análisis a los ingresos salariales.

Page 82: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

80 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

de la fuerza de trabajo, incluso controlando los efectos que tienen sobre dichos ingresos la educación formal –medida a partir de tres categorías de nivel educativo– y las políticas laborales –observadas a través de la regulación del empleo–, así como otros factores fuertemente asociados a la demanda agregada de empleo como las ramas de actividad y la catego-ría ocupacional. En el caso de las ramas de actividad, la posibilidad de controlar su efecto específico resulta muy importante debido a su particu-lar correlación con los sectores de inserción ocupacional, así como, aun-que en menor medida, con los niveles educativos de la fuerza de trabajo. De esta manera, las variables consideradas en estos modelos fueron: a) el nivel educativo alcanzado (menos de secundario incompleto, secundario completo/terciario o universitario incompleto, y universitario/terciario com-pleto); b) la rama de actividad (industria, construcción, servicios y otras ramas);23 c) el sector económico-ocupacional de inserción (público, priva-do formal y micro informal); d) la regulación del empleo (empleo regulado y no regulado); d) la categoría ocupacional (trabajadores asalariados y no asalariados).24 En términos formales, el modelo ajustado para cada venta-na temporal queda representado a través de la siguiente ecuación –ecua-ción (1)–:

Ln Y = α0 + β1.X1 + β2.X2 + β3.X3 + β4.X4 + β5.X5 + µ (1)

En este sentido, Ln Y representa el logaritmo natural de los ingresos horarios de los trabajadores para cada año de análisis; el factor X1 consti-tuye el efecto de los niveles educativos de la fuerza de trabajo; el componen-te X2 expresa la inf luencia de las ramas de actividad; el factor X3 considera el efecto de las variables correspondientes al sector económico-ocupacional; el componente X4 da cuenta del efecto de la regulación del empleo; y el factor X5 corresponde a la categoría ocupacional. El término α0 expresa el valor de la constante, la cual expone el efecto indiferenciado de las categorías de

23 “Otras ramas” incluye: comercio, transporte, hogares con servicio doméstico, administración pública y defensa, suministro de electricidad, gas y agua.

24 Dado el carácter no métrico de las variables independientes consideradas en el modelo teó-rico, se adoptó el criterio de transformar las categorías de cada variable nominal en variables “dummy” (0 para ausencia y 1 para presencia de la característica), excluyendo en cada caso una categoría de comparación (cuya incidencia estimada es representada de manera indiferencia-da por la constante).

Page 83: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

81 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

comparación de las variables predictoras. Por último, el factor µ represen-ta los efectos sobre la variable endógena ignorados por el modelo.

Al segmentar por tipo de relación laboral (asalariada y no asalariada), el modelo ajustado para cada ventana temporal se representa a través de dos ecuaciones separadas –(2) y (3)–cada una dando cuenta de un análisis de la variación proporcional en los ingresos laborales para sus diferentes atributos –nivel educativo, rama de actividad y sector de empleo– pero separando los universos de acuerdo al tipo de ingresos (asalariados y no asalariados).

Ln W = α0 + β1.X1 + β2.X2 + β3.X3 + β4.X4 + µ (2)

Ln π = α0 + β1.X1 + β2.X2 + β3.X3 + β4.X4 + µ (3)

En la ecuación (2) se representa el logaritmo natural de los ingresos horarios de los trabajadores asalariados para cada año de análisis. En este caso, las variaciones de ingreso medidas corresponden a W, asociada al ingreso procedente del trabajo asalariado. En la ecuación (3) se representa el logaritmo natural de los ingresos horarios de trabajadores autónomos y patrones o empleadores. Aquí, las variaciones se significan con el símbolo π, comúnmente asociado a retribuciones del capital y utilizado en este tra-bajo para identificar los ingresos laborales de carácter autónomo, utilida-des y beneficios.

La Tabla 5 presenta los Coeficientes B de regresión y los coeficientes de correlación parcial estimados por el método de mínimos cuadrados sobre el logaritmo natural de los ingresos horarios reales de los trabajado-res ocupados en el área metropolitana del Gran Buenos Aires. Según los resultados alcanzados, los R2 dan cuenta –en todos los años considera-dos– de una bondad de ajuste del modelo que oscila entre el 20% y el 30% según el año.

i) En primer lugar, el modelo general (1) confirma la tendencia en cuanto al aumento de los retornos educativos con educación superior durante la etapa de políticas de liberalización económica (1992-1998). Sin embargo, tal como fue también señalado, la brecha entre los ingresos horarios de los ocupados con educación media y los ingresos de los ocu-pados de bajo nivel educativo no cambia de manera sensible. Para el

Page 84: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

82 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

mismo período, destaca el hecho de que la variación proporcional del ingreso laboral es negativa en 1992 para los ocupados en el sector público con respecto a los ocupados en micro-unidades informales (controlando los efectos nivel educativo, la rama de actividad y la regulación del empleo). Pero este particular fenómeno tiende a disiparse al final de esta etapa; esto se debe fundamentalmente tanto a la caída de los ingresos de las ocupaciones micro-informales como al aumento de los ingresos labo-rales de las otras dos categorías. Por su parte, en el sector privado formal se amplía levemente la brecha entre los ingresos de los ocupados en este sector en relación con los de los ocupados en el sector micro-informal. Al observar el efecto de la regulación del empleo, es posible identificar el impacto positivo que éste tiene en los ingresos durante esta primera fase.

ii) En segundo lugar, para el período 1998-2003, la fuerte caída expe-rimentada por los retornos educativos, tanto superiores como interme-dios, torna más evidente que la crisis 2001-2002 fue el principal factor igualador en la distribución del ingreso laboral por nivel educativo. En cambio, para el mismo período, los ingresos laborales de los ocupados en las micro-unidades informales pierden posiciones frente a la menor pér-dida de ingresos de los trabajadores de los sectores privado formal y público tradicional. Al mismo tiempo, destaca una profundización entre las diferencias registradas en niveles de ingresos laborales según rama de actividad: los servicios dan cuenta de una razón de variación positiva del ingreso, en comparación con la construcción –que experimenta un leve retroceso en los ingresos– y el resto de las ramas. En cuanto a la regula-ción del empleo, resulta significativo el impacto positivo que tiene en las remuneraciones en este período.

iii) Por último, durante la fase de políticas heterodoxas (2003-2014), si bien tiene lugar una caída en los premios por educación superior y media, esta no resulta en ninguno de los dos casos significativa en térmi-nos interanuales. Sin embargo, mientras que la variación proporcional por remuneración laboral de los ocupados en el sector privado-formal no experimenta variaciones significativas, tuvo lugar al mismo tiempo un aumento relevante en la de los ocupados del sector público –justamente, en los dos sectores en los que hay mayor concentración de perfiles de edu-cación media y superior–. Esto se da en detrimento de los ocupados en el sector miro-informal, cualquiera sea su nivel de educación, fenómeno que podrían resumirse en un empobrecimiento relativo de los empleos de subsistencia –particularmente frente a los trabajadores estatales– contra

Page 85: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

83 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

Tabla 5. Evolución de la incidencia de las variables seleccionadas sobre el logaritmo natural de los ingresos horarios de los ocupados. Gran Buenos Aires. Años 1992-1998-2003-2014 Variables seleccionadas 1992 1998 2003 2014

tuc ,698*** ,905*** ,645*** ,500***

(,344) (,423) (,267) (,256)

sc-tui ,353*** ,396*** ,248*** ,229***

(,246) (,238) (,124) (,139)

Hasta si - - - -

Sector Privado Formal ,150*** ,234*** ,255*** ,248***

(,116) (,151) (,131) (,153)

Sector Público¥ -,036 ,224*** ,181*** ,324***

(-,018) (,092) (,061) (,134)

Sector Micro-informal - - - -

Empleo Regulado ,207*** ,260*** ,330*** ,327***

(,147) (,164) (,173) (,190)

Empleo no regulado - - - -

Industria -,006 ,107*** ,085* -,044

(-,004) (,053) (,033) (-,020)

Construcción -,014 ,124*** ,112* ,039

(-,005) (,042) (,030) (,013)

Servicios ,104*** ,174*** ,238*** ,111***

(,074) (,108) (,120) (,066)

Otras ramas - - - -

Asalariados -,421*** -,383*** -,113*** ,061**

(-,309) (-,229) (-,056) (,034)

No asalariados - - - -

Constante 3,516 3,324 2,747 2,943

R2 corregido ,270 ,343 ,207 ,235

Notas: ¥Excluye empleados públicos ocupados en programas de empleo transitorio. *Nivel de significancia de p < 0,1 **Nivel de significancia de p < 0,05 ***Nivel de significancia de p < 0,01 Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre 1992 y 1998, y 4° trimestre 2003-2014).

Page 86: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

84 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

el resto de los empleos de la estructura productiva. En este marco, el com-portamiento de las razones de variación del ingreso laboral horario según ramas de actividad resulta relevante: los servicios, y en menor medida la construcción, sobresalen como las ramas con una mayor variación positi-va del ingreso, en comparación con la industria y otras ramas. Asimismo, el efecto de la regulación del empleo sobre los ingresos se mantiene sin cambios en esta etapa.

En términos generales, mientras que la educación formal gana rele-vancia en la determinación de la distribución del ingreso durante la fase de reformas neoliberales, con el advenimiento de la crisis 2001-2002 y la posterior fase de políticas heterodoxas, se confirma un descenso sensible en la prima por nivel educativo. Ahora bien, al mismo tiempo que esto ocurría, la heterogeneidad sectorial siguió ganando poder explicativo en la desigual distribución de los ingresos laborales, esto debido tanto a la caída general que experimentaron los premios de ingresos ofrecidos por el sector micro-informal, como a la creciente concentración de trabajado-res de baja calificación en este segmento.

Las Tablas 6 y 7 replican los resultados del mismo modelo de regre-sión, pero separando el universo de los trabajadores ocupados en asalaria-dos y no asalariados. Dicha separación da lugar a algunas modificaciones en el desempeño de los coeficientes B, la intensidad y la variación propor-cional de la relación entre los ingresos y las diferentes variables introdu-cidas en los modelos.

En referencia a los ingresos salariales (Tabla 6), una primera observa-ción es que, para la mayor parte de los años considerados, los R2 de los modelos generados dan cuenta de una mayor bondad de ajuste que a nivel general. Sin embargo, el impacto educativo sobre los cambios en los pre-mios salariales, a lo largo de tiempo, no varía significativamente de lo constatado a nivel agregado; incluso el hecho de que la mayor caída en estas brechas tuvo lugar con la crisis 2001-2002. Pero una clara diferencia entre el modelo general y el modelo ajustado para los asalariados se con-centra en el impacto de los sectores público y privado-formal, los cuales muestran en este caso (al controlarse por el efecto que generan las ramas de actividad, el nivel educativo y la regulación del empleo) un aumento casi ininterrumpido de su impacto positivo sobre las remuneraciones de los ocupados del sector público y el sostenimiento de este entre los ocupa-dos del sector privado-formal, en comparación con los asalariados de las unidades micro-informales. En paralelo, la regulación del empleo

Page 87: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

85 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

también impacta positivamente sobre las remuneraciones de los trabaja-dores asalariados.

En los ingresos no asalariados (Tabla 7), los resultados alcanzados resultan similares en cuanto a bondad de ajuste para los dos primeros años (1992-1998), a la vez que los R2 pierden capacidad explicativa en los dos últimos años del período (2003-2014). En este contexto, los premios

Tabla 6. Evolución de la incidencia de las variables seleccionadas sobre el logaritmo natural de los ingresos horarios de trabajadores asalariados. Gran Buenos Aires. Años 1992-1998-2003-2014

 Variables seleccionadas 1992 1998 2003 2014

tuc ,746*** ,914*** ,710*** ,553***

(,413) (,477) (,359) (,326)

sc-tui ,412*** ,419*** ,288*** ,231***

(,315) (,285) (,170) (,157)

Hasta si - - - -

Sector Privado Formal ,106*** ,161*** ,238*** ,209***

(,086) (,113) (,145) (,141)

Sector Público¥ -,026 ,214*** ,204*** ,327***

(-,016) (,114) (,095) (,173)

Sector Micro-informal - - - -

Empleo Regulado ,089*** ,239*** ,238*** ,318***

(,066) (,160) (,140) (,198)

Empleo no regulado - - - -

Industria ,003 ,108*** ,080* -,017

(,002) (,063) (,037) (-,009)

Construcción ,060 ,192*** ,057 -,002

(,020) (,065) (,015) (-,001)

Servicios ,069*** ,124*** ,200*** ,040

(,055) (,087) (,121) (,027)

Otras ramas - - - -

Constante 3,189 3,008 2,688 3,046

R2 corregido ,244 ,351 ,246 ,240

Notas: ¥ Excluye empleados públicos ocupados en programas de empleo transitorio.*Nivel de significancia de p < 0,1** Nivel de significancia de p < 0,05*** Nivel de significancia de p < 0,01Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre 1992 y 1998, y 4° trimestre 2003-2014).

Page 88: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

86 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

por educación siguen una evolución similar a la de los trabajadores asala-riados, pero con brechas de ingresos menos favorables para los ocupados con estudios superiores y algo más favorables para los segmentos con educación media. En relación con el premio al sector privado formal (patrones o profesionales independientes), con respecto al de los patrones y cuenta propias (con tareas no profesionales) de micro unidades infor-males, se hace evidente que las brechas en favor del primero no

Tabla 7. Evolución de la incidencia de las variables seleccionadas sobre el logaritmo natural de los ingresos horarios de trabajadores no asalariados. Gran Buenos Aires. Años 1992-1998-2003-2014

 Variables seleccionadas 1992 1998 2003 2014

tuc ,361*** ,510*** ,281** ,169*

(,149) (,196) (,084) (,067)

sc-tui ,178*** ,299*** ,131 ,231***

(,109) (,139) (,050) (,117)

Hasta si - - - -

Sector Privado Formal ,546*** ,644*** ,548*** ,481***

(,242) (,251) (,150) (,168)

Sector Micro-informal - - - -

Empleo Regulado ,424*** ,323*** ,501*** ,365***

(,292) (,177) (,212) (,195)

Empleo no regulado - - - -

Industria -,071 ,107 ,083 -,173**

(-,035) (,036) (,022) (-,059)

Construcción -,154*** ,014 ,130 ,068

(-,063) (,005) (,035) (,025)

Servicios ,207*** ,321*** ,336*** ,324***

(,107) (,142) (,120) (,147)

Otras ramas - - - -

Constante 3,408 3,294 2,705 2,908

R2 corregido ,310 ,355 ,160 ,168

Notas: *Nivel de significancia de p < 0,1**Nivel de significancia de p < 0,05***Nivel de significancia de p < 0,01Fuente: Elaboración propia a partir de la eph, indec (Octubre 1992 y 1998, y 4° trimestre 2003-2014).

Page 89: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

87 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

experimentaron cambios significativos a lo largo del tiempo; eventual-mente, se habrían acortado un poco durante las crisis 2001-2002 y tras la recuperación. Esto último, respondería a efectos de las políticas laborales más activas en materia de protección laboral que acompañan la etapa heterodoxa. En efecto, el impacto de la regulación del empleo entre los no asalariados se traduce en una disminución de los ingresos.

comentarios finales

La mayor parte de los estudios sobre la distribución del ingreso durante las últimas décadas en la Argentina enfatizan la importancia que tuvie-ron los premios a la educación como causa tanto del empeoramiento como de las mejoras observadas en la distribución del ingreso. Desde otra perspectiva, algunos estudios enfatizan los cambios en las políticas y las regulaciones laborales y sus efectos sobre las tasas de participación de los trabajadores afiliados a la seguridad social. Sin desconocer estos aportes, este trabajo examinó nuevas evidencias empíricas sobre las principales tendencias que exhibe la relación entre el nivel educativo, la inserción sectorial y los ingresos laborales de la fuerza de trabajo ocupada, asu-miendo como perspectiva de análisis la tesis de la heterogeneidad estructu-ral. En tal sentido, el estudio pondera los factores estructurales del sistema económico y sus efectos sobre los factores productivos, la seg-mentación de los mercados de trabajo y el acceso a desiguales remunera-ciones laborales.

Retomando esta perspectiva, al analizar los cambios observados en la distribución del ingreso laboral durante diferentes fases político-eco-nómicas del período 1992-2014, se interrogó sobre: i) el sentido de los cambios ocurridos en los perfiles educativos de la mano de obra según sector; ii) el comportamiento de los ingresos laborales horarios según el nivel educativo y tipo de unidad económica de inserción laboral; y iii) los efectos de una persistente coexistencia de estratos de productividad divergentes dentro de la estructura productiva y del mercado de trabajo sobre la relación entre educación y remuneraciones.

Dadas las limitaciones que ofrece la información disponible, el aná-lisis empírico se restringió al área metropolitana del Gran Buenos Aires, comparando tres períodos macroeconómicos diferentes. En primer lugar, una etapa de políticas de liberalización económica de inspiración neolibe-ral (1992-1998); en segundo lugar, una etapa en donde este modelo ingresa a una fase de crisis terminal (1998-2003); y, por último, un período de

Page 90: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

88 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

largo crecimiento del empleo, acompañado de políticas “heterodoxas” orientadas al mercado interno y políticas activas en materia de protección laboral y social (2003-2014).

A partir de este esquema, se examinaron las diferentes líneas inter-pretativas y evidencias que respaldan los actuales esfuerzos por explicar los cambios ocurridos en la distribución del ingreso laboral, ponderando el debate acerca del papel que han tenido durante los últimos años los premios por educación, las políticas laborales y las desigualdades secto-riales. Se brindaron evidencias que constatan los cambios ocurridos en los perfiles educativos de la población ocupada del Gran Buenos Aires para el período estudiado, introduciendo como dimensión de control el sector de inserción económico-ocupacional. En este sentido, se dejó cons-tancia de que las mejoras educativas a nivel general no se reproducen de la misma manera dentro de los diferentes sectores ocupacionales. En particular, fue posible destacar tanto la creciente concentración de traba-jadores con estudios superiores en el sector público, como de trabajadores de bajo nivel educativo en el sector micro-informal.

En este marco, el cuarto apartado evaluó la senda recorrida por los ingresos laborales reales según nivel educativo y sector de inserción de los ocupados, analizando este comportamiento en términos de brechas de desigualdad a lo largo de las diferentes etapas político-económicas del período. Ese análisis permitió examinar las tesis en debate dando cuenta de una serie de hallazgos importantes: i) si bien los premios educativos tendieron a converger, tal como describen los estudios en la materia, la mayor parte de la reducción en las brechas por educación ocurridas durante los años 2000 tuvieron lugar durante y/o inmediatamente des-pués de las crisis 2001-2002, debiéndose relativizar los efectos imputados al cambio en los mercados y/o en las políticas laborales durante el período heterodoxo; ii) en sentido inverso, los premios por inserción sectorial incrementaron la desigualdad en la distribución de los ingresos laborales, segmentando incluso el efecto educativo sobre los ingresos dentro de cada sector; iii) de la misma forma, el papel del sector público en este pro-ceso no es nada despreciable, tanto por su concentración de fuerza de trabajo con calificaciones superiores o universitarias, como por la mayor ventaja remunerativa que –independiente de esto último- ha ido obte-niendo durante las últimos años (en el marco de políticas reguladoras internas cada vez más favorables), teniendo este comportamiento un papel relevante en el distanciamiento experimentado por los ingresos de

Page 91: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

89 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

los trabajadores del sector micro-informal a lo largo de ambas décadas; y iv) un resultado evidente que dejan las tenencias analizadas fue el mayor “empobrecimiento” relativo de los ingresos a los que acceden los trabaja-dores ocupados en unidades micro-informales, así como la persistencia de brechas estructurales que afectan especialmente a estos segmentos.

Por último, una serie de modelos de regresión lineal permitieron confirmar de manera más robusta que, sin descartar el eventual efecto sobre los ingresos que pudieron haber ejercido a lo largo del tiempo los cambios en la demanda de empleo, la oferta educacional y las políticas laborales, los sectores económico-ocupacionales constituyen una fuente central en los procesos de desigualación/igualación distributiva a nivel laboral. Estas tendencias fueron corroboradas tanto para el total de ocu-pados como para los particulares universos de trabajadores asalariados y no asalariados.

Cabe entonces concluir que aquellos argumentos que predican sobre los cambios ocurridos en la distribución de los ingresos laborales en la Argentina a partir de los atributos educativos de la oferta y la demanda de calificaciones, así como aquellos que proponen explicaciones institucio-nalistas, resultan insuficientes para entender cabalmente los cambios distributivos ocurridos en el seno de la estructura económico-ocupacio-nal o velan buena parte de los mecanismos que se encuentran tras la determinación de las características de la demanda de empleo, elemento crucial en la formación de los puestos de trabajo, su calidad y consecuente nivel remunerativo. En este sentido, el análisis sectorial del mercado de trabajo, inspirado en el enfoque estructuralista, no solo resulta plausible, pertinente y eficaz para complementar estos análisis, sino que constituye una clave fundamental para comprender el modo en que persisten y se reproducen las desigualdades económicas en sistemas sociales afectados por marcadas heterogeneidades estructurales.

Page 92: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

90 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

bibliografía

Beccaria, Luis y Mariana González (2006), “Impactos de la dinámica del mercado de trabajo sobre la distribución del ingreso y la pobreza en Argentina”. Problemas del Desarollo, Revista Latinoamericana de Economía, 37 (146), pp. 97-120.

Beccaria, Luis y Fernando Groisman (2008), “Informalidad y pobreza en Argentina”. Investigación Económica, 67 (266), pp. 135-169.

Beccaria, Luis y Roxana Maurizio (2012), “Reversión y continuidades bajo dos regímenes macroeconómicos diferentes. Mercado de trabajo e ingresos en Argentina, 1990-2010”. Desarrollo Económico, 52 (206), pp. 205-228.

Beccaria, Luis, Roxana Maurizio y Gustavo Vázquez (2014), Cambios recientes en la desigualdad salarial en Argentina y sus determinantes. Los Polvorines, ungs.

––––– (2015), “Desigualdad e informalidad en América Latina: el caso de la Argentina”. En: Verónica Amarante y Rodrigo Arim (eds.), Desigualdad e infor-malidad. Un análisis de cinco experiencias latinoamericanas. Santiago de Chile, cepal, pp. 89-128.

Becker, Gary (1957), The Economics of Discrimination. EEUU, University of Chicago Press.

––––– (1962), “Investment in Human Capital: A Theoretical Analysis”. The Journal of Political Economy, 70 (5), pp. 9-49.

Bertranou, Fabio y Roxana Maurizio (2011), Trabajadores independientes, mercado laboral e informalidad en Argentina. Buenos Aires, oit.

Bourguignon, François, Francisco H. G. Ferreira y Nora Lustig (2004), The microeconomics of income distribution. Dynamics in East Asia and Latin America. New York, World Bank.

Carlson, Beverley (2002), “Educación y mercado del trabajo en América Latina frente a la globalización”. Revista de la cepal, 77, pp. 1-141.

Centro de Estudios Legales y Sociales (cels) (2009), “Presentación de recurso de reconsideración con recurso jerárquico en subsidio. Solicitan medidas”. Recuperado de <http://www.cels.org.ar/common/documentos/INDEC_recurso.pdf>.

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepal) (2010), La hora de la igualdad. Brechas por cerrar, caminos por abrir. Nueva York, Naciones Unidas.

Page 93: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

91 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

––––– (2012), Eslabones de la desigualdad. Heterogeneidad estructural, empleo y pro-tección social. Nueva York, Naciones Unidas.

Chena, Pablo Ignacio (2010), “La heterogeneidad estructural vista desde tres teorías alternativas: el caso de Argentina”. Comercio Exterior, 60 (2), pp. 99-115.

Ciaschi, Matías (2017), “Retornos a la educación y estancamiento en la caída de la desigualdad en Argentina”. En: IV Seminario Internacional Movilidad y Desigualdad Social en América Latina. La Plata, Argentina, pp. 1-21.

Cimoli, Mario, Annalisa Primi y Maurizio Pugno (2006), “Un modelo de bajo crecimiento: la informalidad como restricción estructural”. Revista cepal, 88, pp. 89-107.

Cornia, Giovanni Andrea (2011), “Economic Integration, Inequality and growth: Latin America vs. the European economies in transition”. DESA Working Paper No. 101, 2 (2), pp. 1-31.

Cornia, Giovanni Andrea y Bruno Martorano (2012), Development policies and inco-me inequality in selected developing regions, 1980-2010. Geneva, Discussion Papers No. 210.

Cruces, Guillermo y Leonardo Gasparini (2009), Los determinantes de los cambios en la desigualdad de ingresos en Argentina. Buenos Aires, Banco Mundial, Documentos de Trabajo sobre Políticas Sociales No. 5.

Damill, Mario, Roberto Frenkel y Martín Rapetti (2015), “Macroeconomic Policy in Argentina During 2002–2013”. Comparative Economic Studies, 57 (3), pp. 369-400.

Davis, Kingsley y Wilbert E. Moore (1945), “Some principles of stratification”. American Sociological Review, 10 (4), pp. 242-249.

Di Filippo, Armando y Santiago Jadue (1976), “La Heterogeneidad Estructural: concepto y dimensiones”. El Trimestre Económico, 43 (169), pp. 167-214.

Donza, Eduardo (2015), Cambios en las capacidades de consumo en la estructura social urbana. Argentina, 1992-2012·. En: Javier Lindenboim y Agustín Salvia (eds.), Hora de balance. Proceso de acumulación, mercado de trabajo y bienestar. Argentina, 2002-2014. Buenos Aires, eudeba.

Esquivel, Valeria (2007), “Género y diferenciales de salarios en la Argentina”. En: Susana Novick y Héctor Palomino (eds.), Estructura productiva y empleo. Un enfoque transversal. Buenos Aires, Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.

Page 94: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

92 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Galiani, Sebastián y Pablo Sanguinetti (2003), “The impact of trade liberalization on wage inequality: evidence from Argentina”. Journal of Development Economics, 72 (2), pp. 497-513.

Gasparini, Leonardo, Sebastían Galiani, Guillermo Cruces y Pablo Acosta (2011), Educational Upgrading and Returns to Skills in Latin America: Evidence from a Supply-Demand Framework, 1990-2010. Germany, Discussion Papers No. 6244.

Gasparini, Leonardo y Nora Lustig (2011), The rise and fall of income inequality in Latin America. New Orleans, Tulane Economics Working Paper Series, nº 1110.

Germani, Gino (1963), “La movilidad social en la Argentina”. En: Seymour Martin Lipset y Reinhard Bendix (eds.), La movilidad social en la sociedad industrial. Buenos Aires, eudeba, pp. 317-334.

Giménez, Gregorio (2005), “La dotación de capital humano de América Latina y el Caribe”. Revista de la cepal, 86, pp. 103-122.

Herrera, Soledad (2010), “La importancia de la educación en el desarrollo: la teoría del capital humano y el perfil edad-ingresos por nivel educativo en Viedma y Carmen de Patagones, Argentina”. Revista Pilquen, 12 (13), pp. 1-9.

Hussmanns, Ralf (2004), “Defining and measuring informal employment”. International Labour Office, 21, pp. 1-18.

Leibbrandt, Murray V., Christopher D. Woolard e Ingrid D. Woolard (1996), The Contribution of Income Components to Income Inequality in South Africa. Washington D.C., LSMS Series No. 125.

Lipset, Seymour Martin y Reinhard Bendix (1963), La movilidad social en la sociedad industrial. Buenos Aires, eudeba.

Lustig, Nora, Luis F. López-Calva, y Eduardo Ortiz-Juárez (2011), The Decline in Inequality in Latin America: How Much, Since When and Why. New Orleans, Tulane Economics Working Papers.

––––– (2013), “Deconstucting the decline in inequality in Latin America”. Policy Research Working Paper, 6552, pp. 1-16.

Maurizio, Roxana (2001), “Demanda de trabajo, sobreeducación y distribución del ingreso”. En: V Congreso Nacional de Estudios del Trabajo. Buenos Aires.

Mincer, Jacob (1975), “Education, experience and the distribution of earnings and employment: an overview”. En: F. Thomas Juster (ed.), Education, income and human behavior. Estados Unidos, National Bureau of Economic Research, vol. I, pp. 71-94.

Page 95: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

93 Mercado de trabajo, estructura sectorial... | págs. 55-94

Neira, Isabel (2007), “Capital Humano y Desarrollo Económico Mundial: Modelos Econométricos y Perspectivas”. Estudios Económicos de Desarrollo Internacional, 7.

Ocampo, José Antonio (2001), “Raúl Prebisch y la agenda del desarrollo en los albores del siglo XXI”. Revista de la cepal, December 2 (75), pp. 25-40.

Paz, Jorge A. (2007). “Retornos laborales a la educación en la Argentina. Evolución y estructura actual”. Documentos de Trabajo, 355, pp. 1-35.

Pinto, Aníbal (1968), “Naturaleza e implicaciones de la ‘Heterogeneidad Estructural’ de la América Latina”. El Trimestre Económico, 37 (145), pp. 83-100.

––––– (1976), “La cepal y el problema del progreso técnico”. El Trimestre Económico, 43 (170), pp. 267-284.

Programa Regional del Empleo para América Latina y el Caribe- Organización Internacional del Trabajo (prealc-oit) (1978), Sector Informal: funcionamiento y políticas. Santiago de Chile, oit.

Prebisch, Raúl (1949), “El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas”. cepal-Naciones Unidas, 63.

––––– (1970). Transformación y desarrollo: la gran tarea de América Latina. México, Fondo de Cultura Económica.

Rodríguez, Octavio (2001), “Prebisch: Actualidad de sus ideas básicas”. Revista de la cepal, (75), pp. 41-52.

Salvia, Agustín (2012), La trampa neoliberal. Un estudio sobre los cambios en la hete-rogeneidad estructural y la distribución del ingreso en Argentina: 1990-2003. Buenos Aires, eudeba.

Salvia, Agustín, Guillermina Comas, Pablo Gutiérrez Ageitos, Diego Quartulli y Feerico Stefani (2008), “Cambios en la estructura social del trabajo bajo los regímenes de convertibilidad y postdevalución. Una mirada desde la pers-pectiva de la heterogeneidad estructural”. En: Javier Lindenboim (ed.), Trabajo, Ingresos y Políticas públicas en Argentina. Contribuciones para pensar el siglo XXI. Buenos Aires, eudeba, pp. 115-159.

Salvia, Agustín y Eduardo Donza (1999), “Problemas de medición y sesgos de estimación derivados de la no respuesta completa a las preguntas de ingre-sos en la eph (1990-1998)”. Revista de la Asociación Argentina de Especialistas de Estudios del Trabajo, 18, pp. 93-120.

Salvia, Agustín y Julieta Vera (2013), “Heterogeneidad estructural y distribución de los ingresos familiares en el Gran Buenos Aires (1992-2010)”. Desarrollo Económico, 52 (208), pp. 427-462.

Page 96: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

94 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

––––– (2015), “Las desigualdades estructurales y el efecto de la educación sobre el empleo pleno”. En: Javier Lindenboim y Agustín Salvia (eds.), Hora de bal-ance. Proceso de acumulación, mercado de trabajo y bienestar. Argentina, 2002-2014. Buenos Aires, eudeba.

Salvia, Agustín, Julieta Vera y Santiago Poy (2015), “Cambios y continuidades en la estructura ocupacional urbana argentina”. En: Javier Lindenboim y Agustín Salvia (eds.), Hora de balance. Proceso de acumulación, mercado de traba-jo y bienestar. Argentina, 2002-2014. Buenos Aires, eudeba, pp. 133-172.

Schultz, Theodore W. (1961), “Investment in Human Capital”. The American Economic Review, 51 (1), pp. 1-17.

Singer, Hans W. (1950), “The distribution of gains between investing and borrowing countries”. The American Economic Review, (40), pp. 473-485.

Tokman, Víctor E. (1978), “Las relaciones entre los sectores formal e informal”. Revista de la cepal, (5), pp. 103-141.

Trujillo, Lucía y Soledad Villafañe (2011), “Dinámica distributiva y Políticas Públicas: dos décadas de contrastes en la Argentina contemporánea”. En: Marta Novick y Soledad Villafañe (eds.), Distribución del Ingreso. Enfoques y políticas públicas desde el sur. Buenos Aires, pnud/ Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.

Vera, Julieta 2013), “Informalidad y segmentación laboral desde la perspectiva estructuralista: una aplicación para la argentina”. Revista Lavboratorio, 14 (25), pp. 11-35.

Page 97: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

Jóvenes investigadores

Page 98: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST
Page 99: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

97 La nueva camada... | págs. 97-124

ResumenEn este trabajo hemos intentado señalar algunos rasgos específicos que marcaron el desarrollo sindical de la última época, haciendo hincapié en el proceso de renovación generacional de las bases gremiales. En términos generales, analizamos, por un lado, la vuelta al protagonismo de la escena de la conflictividad de los sindicatos y, dentro de ese fenómeno, la tendencia a la descentralización, es decir el crecimiento de los disputas traccionadas desde los propios espacios de trabajo en combinación con un centralismo en las instancias de negociación. Este fortalecimiento “por abajo” se tra-dujo en el despliegue de un conjunto bien heterogéneo de experiencias de diversa cualidad, radicalidad y fortaleza en los distintos sectores. Asimismo, indagamos en la traducción normativa (jurídica y legislativa) de este fenómeno y, en especial, en la incidencia del factor generacional. Para darle carnadura y analizar en concreto expe-riencias recientes llevadas adelante por jóvenes militantes sindicales, caracterizamos dos casos resonantes: la Unión Informática y el gremio de aceiteros. Ambos se ubican en el ámbito privado, en dos sectores estratégicos en la estructura económica: uno del rubro de servicios (sof tware) y otro de agroindustria (aceite). Sus construcciones

La nueva camada. Experiencias de renovación sindical en la Argentina protagonizadas por jóvenes en la última década

Patricia Ventrici

Patricia Ventrici es Doctora en Ciencia Sociales (uba), Magíster en Ciencias Sociales del Trabajo (uba), Licenciada en Sociología e Investigadora en ceil-conicet.

Recibido: septiembre de 2017 | Aprobado: marzo de 2018

Page 100: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

98 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

tienen rasgos comunes –fundamentalmente el desarrollo de procesos de renova-ción interna liderados por una nueva generación de militantes–, aunque sus perfiles político-gremiales permiten pensarlos, en contraste, como dos modelos arquetípi-cos de concepción sindical, lo que constituye una interesante muestra de la diversidad de matices que caracterizó la “reactivación por abajo” del sindicalismo en la última década.

PalabRas claveargenTina. sindicaTos. miliTancia. jóvenes.

abstRactIn this paper we have tried to point out some specific features that marked the union development of the last epoch, emphasizing the process of generational renewal of the union bases. In general terms, we analyze, on the one hand, the return to the pro-tagonism of the scene of the conflict of the unions and, within this phenomenon, the tendency to the decentralization, that is to say the growth of the disputes tractioned from the own spaces of work in combination with a centralism in the instances of ne-gotiation. This strengthening “from below” resulted in the deployment of a very he-terogeneous set of experiences of diverse quality, radicality and strength in the dif fe-rent sectors. We also investigate the normative (legal and legislative) translation of this phenomenon and, in particular, the incidence of the generational factor. To flesh out and analyze in concrete recent experiences carried out by young union militants, we characterized two resounding cases: The Information Union and the oil industry. Both are located in the private sector, in two strategic sectors in the economic structu-re: one of the services (sof tware) and another agribusiness (oil) sector. Their construc-tions have common features –fundamentally the development of internal renewal processes led by a new generation of militants–, although their political-professional profiles allow them to be seen as two archetypal models of union conception, which is an interesting example of the diversity of nuances that characterized the “uprising down” of trade unionism in the last decade.

Key woRdsargenTina. Trade unions. miliTancy. youTh.

Page 101: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

99 La nueva camada... | págs. 97-124

introducción. restauración y desafíos La etapa kirchnerista tuvo como una de sus marcas un clima político de reposición. En el marco de ciertas reconfiguraciones macroeconómicas progresivas, se alentó también en el plano discursivo la lectura de esos avances en clave de reparación, de recuperación de un modelo de país perdido, que había sido sojuzgado por el vendaval neoliberal que alcanzó su clímax en la década menemista y su colapso trágico a fines de 2001. Esta épica de la reposición situó en un lugar protagónico la vuelta de la centralidad del trabajo como el gran ordenador social por excelencia, tal como lo supo ser en las épocas de auge del llamado “capitalismo pesado”. Materialmente sustentada en una vertiginosa recuperación del mercado basada en políticas neo-desarrollistas con la clara prioridad de vigorizar el consumo en el mercado interno, una de las novedades políticas de aquel período fue el fortalecimiento del sindicalismo, que volvió a posicionarse como interlocutor político ineludible. La cualidad de esa “vuelta” fue y es materia de intenso debate1 pero se cristalizó como un elemento insoslaya-ble para pensar el nuevo mapa socio-político de la etapa.

El quiebre político que se abre en diciembre de 2015, con la llegada del macrismo al gobierno y el despliegue de su repertorio de políticas neoliberales en materia económica y laboral, instaló, por contraposición a la mística kirchnerista, un intenso clima de restauración.2 A lo largo del

1 Para ahondar en el debate sobre “revitalización sindical” en Argentina en la última década, véase Natalucci, 2013; Senén González y Haidar,, 2009; Barratini, 2013; y Lenguita, 2011.

2 El nuevo gobierno de la Alianza Cambiemos representa fundamentalmente los intereses de dos de las fracciones socio-económicas tradicionalmente más poderosas en el país: los agronego-cios y el sector financiero. Su programa económico, de claro corte neoliberal, viene forzando una redistribución regresiva del ingreso en favor de estos sectores –en muchos casos entrela-zados–, con el consecuente desmedro de las clases trabajadoras. Este programa de la ortodo-xia impuso un enfoque desregulatorio de la actividad financiera, apertura de importaciones, liberalización del flujo de capitales y pérdida de herramientas de fiscalización en materia cam-biaria. Se suma una continua espiral de endeudamiento, altos niveles de inflación sostenidos, el deterioro de los sectores industriales productivos que se habían robustecido en la última dé-cada y un progresivo ajuste del gasto fiscal. La consecuencia lógica de estas medidas ha sido el aumento notable de la precarización laboral y la pobreza. Específicamente en términos de mercado de trabajo, la tasa de desocupación en el 1° trimestre de 2017 alcanzó al 9,2% de la población económicamente activa (pea), el nivel más alto de los últimos diez años. La tasa de subocupación en el mismo período fue de 9,9% sobre la pea. La proyección de estas cifras al total del país indica que 1,8 millones de personas estuvieron desocupadas y 2 millones estu-vieron subocupadas en ese trimestre. Por otra parte, los salarios promedio de los asalariados registrados sufrieron una pérdida de poder adquisitivo significativa en 2016, que en el segundo semestre de ese año se ubicó en el 7,0% por debajo del mismo período de 2015. Los primeros meses de 2017 muestran una evolución salarial más cercana a la variación de precios, de modo que no se registraron pérdidas salariales adicionales, aunque tampoco se recuperó lo perdido en 2016. Para un análisis más detallado de la evolución de los indicadores, véanse los informes de coyuntura del Centro de Investigación e Información de la República Argentina (cifra-cta).

Page 102: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

100 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

primer año de gobierno de la Alianza Cambiemos, conforme fue ratificán-dose a paso firme y rápido la orientación de sus políticas, crecieron las expectativas sobre la reacción del actor sindical, y la pregunta por su potencial capacidad de respuesta se instaló como un interrogante clave del escenario político renovado. ¿Cuál sería la estrategia política del sindi-calismo argentino que llegaba fortalecido a la nueva etapa, frente a la avanzada neoliberal sobre la economía en general y el trabajo en particular?

La pregunta adquiere su mayor densidad política cuando entra en consideración la incidencia de una nueva generación que se sumó masi-vamente a ensanchar las bases de representación de los sindicatos en la última década, a partir de la expansión y el rejuvenecimiento acelerados del mercado de trabajo en la última década (Palomino, 2007; Palomino y Trajtemberg, 2007). Así como su dilatada permanencia en el poder en distintos contextos políticos vuelve relativamente predecible el comporta-miento político de buena parte de las dirigencias de los sindicatos más tradicionales, la incógnita fuerte pesa sobre la actitud a seguir por parte de la gran cantidad de nuevos activistas militantes –en su gran mayoría jóvenes– que vinieron a agilizar y desacomodar la dinámica interna de muchos gremios (Abal Medina, Battistini y Arias, 2009; Abal Medina y Menéndez, 2011; Svampa, 2008, Palomino, 2007; Varela, 2009; Wolansky, 2016).

Para poder construir claves de respuesta a esa gran pregunta política que demanda la época, es necesario, primero, poder esbozar una caracte-rización de esa nueva camada militante de jóvenes activistas, delegados e incluso dirigentes. Este trabajo se propone aportar en esa dirección, a partir del análisis de dos experiencias representativas de renovación sin-dical protagonizadas por jóvenes en los últimos años. Se trata, en los casos escogidos, de dos sectores estratégicos de nuestra economía, que se cuentan entre los más dinámicos y rentables: por un lado, los servicios de sof tware, y por otro, un polo clave del agronegocio como es la poderosa industria aceitera. En lo que refiere a los primeros, el desarrollo es más reciente; es un sector emergente que condensa buena parte de las formas y problemáticas de los nuevos modos del trabajo posfordistas. En relación con el segundo, se trata de una industria histórica del sector primario que en las últimas décadas creció exponencialmente, al punto de posicionar al polo aceitero situado en el cordón industrial rosarino como uno de los principales a escala global. Su raigambre rural y fabril tiende e establecer

Page 103: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

101 La nueva camada... | págs. 97-124

modos de relaciones laborales tradicionales, con dinámicas y ejes del con-f licto más clásicos de la relación fabril.

En el rastreo de los casos, nos proponemos indagar algunos rasgos generales para caracterizar ambas experiencias: el contexto general de producción y de las relaciones laborales en cada sector y sus principales ejes de conf licto, así como un breve repaso de las distintas y sucesivas etapas de su proceso de construcción gremial. Asimismo, a partir de tes-timonios de algunos de los protagonistas de estos procesos, se pone implí-citamente en comparación las distintas concepciones y lógicas de la construcción sindical manifestadas en las estrategias de comunicación desplegadas, en los modos de relación con la empresa, en las formas de lucha y en las nociones acerca de la naturaleza política del actor sindical expresadas en los distintos discursos.

Los cuadros juveniles que motorizaron estos procesos de reactiva-ción y recomposición política en los espacios de trabajo y hacia dentro de las instituciones encarnan una muestra de lo que podría concebirse, en varios casos, sobre todo en los sindicatos más tradicionales, como la pri-mera renovación generacional post-dictadura de dirigentes, cuadros y militantes sindicales. Conocemos poco sobre este nuevo sujeto; el análisis de sus testimonios y de las características de las experiencias que llevan adelante intenta ser un aporte para acercarnos a comprender un poco más de sus ideas y prácticas y contribuir a caracterizar los rasgos y hori-zontes de esta nueva generación militante en sus diferentes matices y orientaciones.

reactivación sindical, politización de los espacios de trabajo y factor generacional

Junto con los vaivenes de los siempre complejos vínculos políticos con las diferentes administraciones kirchneristas, en la pasada década el gigante invertebrado (Torre, 2004) volvió a ganar centralidad, pero atravesado por un proceso paradójico: se fortaleció en su posición de fuerza en la arena política, se revitalizó “por abajo” –en el marco del indudable ensancha-miento de sus bases de representación– y se fragmentó fuertemente “por arriba”, con procesos de división en las dirigencias de las centrales sindi-cales: la partición de la Confederación General del Trabajo (cgt) en tres fracciones y la fractura de la Central de Trabajadores de la Argentina (cta) por primera vez en su historia (Ventrici y Delfini, 2016; Etchemendy y Collier, 2008; Natalucci, 2013).

Page 104: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

102 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

La reactivación y las tensiones fueron de la mano en el desarrollo de buena parte del mapa sindical reciente. Después de haber atravesado un período de fuerte retroceso y deslegitimación del sindicalismo tradicional en el ciclo de lucha de los años noventa, donde la iniciativa política de los movimientos sociales lo eclipsó en capacidad de organización y moviliza-ción, los grandes sindicatos volvieron a ser un actor de peso en el escena-rio político. Los cambios macroeconómicos que permitieron la reconstrucción del mercado de trabajo y el crecimiento del mercado inter-no le devolvieron una capacidad de negociación perdida, que estuvo inexorablemente acompañada de un ascenso de la cantidad y diversidad de conf lictos laborales.

En el despliegue de esa conf lictividad, de incidencia sostenida durante el período, se ponen de manifiesto tres rasgos de época que nos interesa destacar: el protagonismo de los conf lictos descentralizados (impulsados desde los propios lugares de trabajo), la reposición del histó-rico debate sobre el modelo sindical basado en el unicato –con novedosas traducciones políticas y jurídicas– y la importancia del factor generacional, relativo al rol de los jóvenes activistas y militantes sindicales en este proceso.

Reactivación y descentralización En relación con el primer punto, podemos decir que los niveles de menor escala, es decir, los espacios de trabajo, se constituyeron como un territo-rio estratégico para el despliegue de la conf lictividad sindical ascendente en la etapa que analizamos. Tanto por la conformación de nuevas organi-zaciones en sectores donde no había representación sindical (en forma de asambleas, comisiones internas o cuerpos de delegados) como por la reactivación de otras que existían meramente en términos formales y se llenaron de contenido y vitalidad política, estas instancias se convirtieron en un factor dinámico insoslayable.

Los escasos relevamientos sistemáticos sobre conf lictos laborales que toman registro de los niveles en que estos se impulsan o desarrollan coinciden en resaltar esta injerencia al menos desde 2007 y hasta 2015. Los informes especiales sobre conf lictos laborales que realizaba el área de investigaciones del Ministerio de Trabajo en el anterior gobierno señala-ron una representación sostenida de los conf lictos en el lugar de trabajo de alrededor del 65%, con mayor incidencia en el ámbito privado, donde el

Page 105: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

103 La nueva camada... | págs. 97-124

promedio sobrepasa el 70%, mientras que en las dependencias estatales la proporción ronda el 50% (mteyss, 2011 y 2010). Por su parte, también la cta, desde los seguimientos trimestrales del Observatorio de Derecho Social, enfatiza el protagonismo de seccionales y sindicatos de base en la motorización de las disputas. Estos ganan terreno progresivamente en el período, pasando de representar alrededor del 50% en 2007 a alcanzar más del 80% en 2014. Los autores nombran a este proceso como descentra-lización del conf licto laboral,3 buscando destacar el fortalecimiento de las instancias de menor escala en detrimento de las direcciones a la hora de promover los conf lictos, que se combina con una negociación centraliza-da al momento de firmar los acuerdos (ods, 2015).

En su espesura política, esta reactivación militante vino a poner en evidencia contradicciones y tensiones de larga data en muchos sindicatos. La falta de renovación y de adecuación de las tan preciadas estructuras a las problemáticas de la época y los límites en la democratización interna aparecieron como los puntos nodales. En los hechos, una parte de este fenómeno se vio evidenciado en el surgimiento de una serie de casos –con conf lictos de intensidad dispar– de organizaciones de menor escala que enfrentaron tensiones con las conducciones. Esto incluye un amplio aba-nico de experiencias, con procesos organizativos de distinta cualidad y con desiguales niveles de consolidación. Comprende un espectro que incluye un degradé de niveles de institucionalización: desde el activismo disperso, la conformación de comisiones internas opositoras, seccionales, hasta el caso de máxima: la creación y formalización de un sindicato paralelo, del que sería un ejemplo el caso emblemático de los trabajadores del subte (Ventrici, 2009 y 2012).

Con menos visibilidad pero con notable vitalidad, otro núcleo de militancia creció en numerosos sindicatos, alineado con los oficialismos, robusteciendo la estructura orgánica de las instituciones, con más repre-sentantes de base y nuevos cuadros medios. Esta nueva militancia trajo también sus propias concepciones políticas, muchas veces contradictorias con los mandatos y prácticas tradicionales, aunque esas discusiones que-daran encuadradas en los esquemas de la organización.

3 Este concepto aparece previamente trabajado en Piva, 2006.

Page 106: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

104 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

El modelo sindical en cuestión. Efectos institucionalesEsta recomposición “por abajo” tuvo sus efectos institucionales, funda-mentalmente en dos niveles de traducción, el jurídico y el legislativo, en los que se puso fuertemente en objeción el modelo sindical.

Por un lado, el avance en la jurisprudencia en materia de protección a la libertad sindical y cuestionamiento al modelo basado en el monopolio de la representación (un solo sindicato con representación formal-legal por rama de actividad) fue inédita en la etapa 2008-2014. Entre esos años, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictó cinco fallos históricos que apuntaron al corazón del modelo sindical basado en la vieja y controver-tida Ley N° 23.551 de Asociaciones Sindicales. Las sucesivas sentencias fueron horadando la arquitectura de la ley al declarar inconstitucionales sus artículos más importantes (Ventrici, 2016).

En 2008 se dispuso la inconstitucionalidad del artículo 41, referido al monopolio de representación de los gremios en los espacios de trabajo (fallo “Asociación Trabajadores del Estado c\M. de Trabajo”). Centralmente, esta modificación habilitó la elección, a nivel de establecimientos, de dele-gados no pertenecientes a los sindicatos con personería gremial. Lógicamente, este gesto del máximo tribunal potenció la emergencia de nuevos procesos de organización a nivel capilar, legitimando la participa-ción por fuera de las estructuras oficiales. Complementariamente, en diciembre de 2009, otro fallo (Rossi Adriana María c/Estado Nacional-Armada Argentina) reforzó esa apertura, garantizando la tutela sindical para los delegados no pertenecientes a los sindicatos con personería gre-mial (inconstitucionalidad del artículo 52 de la Ley). Esto implicaba prote-ger la práctica sindical de estos representantes de base e impedir a los empleadores suspender, despedir o modificar las condiciones de trabajo de los delegados sin autorización judicial. Ese aval se profundizó con dos sentencias de diciembre 2014 (fallos en los casos “Codina, Héctor c/ Roca Argentina S.A. s/ Ley 23.551” y “Piñero, Héctor Ramón c/ Subpga S.A.”) en las que se explicitó la protección especial frente al despido de los dirigen-tes sindicales de asociaciones simplemente inscriptas.

Finalmente, y en sintonía con lo antedicho, el pronunciamiento de la Corte en junio de 2013 implicó un salto cualitativo en la degradación del siempre polémico unicato (Fallo ates s/Acción de inconstitucionalidad). Con el cuestionamiento del artículo 31 de la ley, el Tribunal habilitó a los sindicatos con personería jurídica a representar los intereses colectivos de

Page 107: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

105 La nueva camada... | págs. 97-124

los trabajadores frente al Estado y los empleadores. Sentó de esta manera condiciones legales de potenciales consecuencias políticas notables: expandir las posibilidades de acción en varios planos de los sindicatos sin personería gremial, acotando la exclusividad de las prerrogativas de los grandes sindicatos tradicionales.

Sugestivamente, el giro político de 2015 también se manifestó en la jurisprudencia. En junio de 2016, la Corte retrocedió rotundamente con un fallo que avaló el despido de un empleado del Correo por participar en protestas que no tenían una convocatoria sindical formal (Orellano, Francisco Daniel c/Correo Oficial de la República Argentina SA). Estableció así que el derecho a huelga le corresponde únicamente a los trabajadores sindicalizados, sentenciando que “no son legítimas las medidas de fuerza promovidas por grupos informales”.

Por otra parte, la fisura de la estructura legal del modelo sindical tuvo también un claro efecto político institucional en el plano legislativo, instalando en el parlamento la discusión sobre las formas y el contenido del sistema sindical. Siguiendo el ritmo marcado por la Corte, entre 2008 y 2014 se presentaron en la Cámara de Diputados 40 proyectos originales para la modificación de la Ley de Asociaciones Sindicales. Todas las pre-sentaciones parten de una caracterización común, la crisis de la institu-ción sindical en las condiciones contemporáneas, pero las propuestas para aggiornarla variaron en sus matices en función de la radicalidad de los distintos diagnósticos.4

La gran mayoría fue presentada por las bancadas en ese entonces opositoras y apunta a la modificación de artículos puntuales de la ley, especialmente aquellos que regulan las siempre polémicas reelecciones de los dirigentes y los procedimientos electorales dentro de los sindicatos. En ese plano, resonaron particularmente los proyectos del ex dirigente del Sindicato Único de los Trabajadores del Peaje y Afines (sutna) Facundo Moyano (en ese momento parte del Frente Para la Victoria) para promul-gar un nuevo régimen electoral sindical que rigiera por sobre los opacos y restrictivos estatutos sindicales, regulando procedimientos de convocato-ria, listas y escrutinio. Esta propuesta, que apuntaba al núcleo duro del establishment sindical, se acompañaba además de otra, que estipulaba dotar de fondos a los sindicatos con personería jurídica para fomentar

4 Para un análisis detallado de los proyectos presentados, véase Ventrici, 2016.

Page 108: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

106 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

una competencia más justa también entre los sindicatos a la hora de luchar por la personería gremial, disputa que, en términos políticos, hoy es prácticamente imposible.

Otro conjunto –minoritario– de proyectos se orientaba, en cambio, a una transformación integral, a partir de la sanción de una nueva ley para reconfigurar el sistema sindical acorde a las transformaciones del sujeto trabajador los últimos tiempos. Entre ellos se destaca la “Nueva Ley Sindical” de la Central de Trabajadores de la Argentina (cta), que hace hincapié en el anacronismo del modelo de unicidad sindical frente las formas contemporáneas de organización del capital y el trabajo que impi-de una renovación a la altura de la época y profundiza la crisis de repre-sentación dentro de las instituciones. Esta lectura, que fue el punto de ruptura entre las dos centrales sindicales, allá por los 90, sostiene la idea de un nuevo sindicalismo que incorpore las formas precarias y posfordis-tas del trabajo, junto con sus organizaciones, centralmente los denomina-dos “movimientos sociales”.

La historia argentina marca que las organizaciones sindicales son una suerte de “bestia negra” a la que ningún gobierno de turno le convie-ne enfrentar y que sus estructuras son cuasi imposibles de modificar. Estos intentos en el plano legislativo le dan la razón a esa máxima. Ninguna de estas iniciativas, ni las más osadas, ni las excesivamente moderadas, llegó tan siquiera al tratamiento en el recinto.

El factor generacional Una novedad que trajo la época y que no puede desconocerse para anali-zar el presente y proyectar el futuro del mundo sindical es el recambio generacional que lo atravesó en los últimos tiempos. Nos referímos al crecimiento de la participación de trabajadores jóvenes en la actividad sindical, mayormente en las organizaciones de base, en un contexto de protagonismo de la militancia juvenil en distintos ámbitos de la vida social y política.

A partir de 2003, se produjo un rejuvenecimiento muy considerable de las bases sindicales, intrínsecamente relacionado con el comporta-miento del mercado de trabajo desde los noventa a esta parte. El proceso de recuperación del mercado laboral –con la creación de casi 5 millones de puestos de trabajo– implicó en muchos sectores, como la industria manu-facturera una radical renovación de la fuerza de trabajo como efecto de la

Page 109: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

107 La nueva camada... | págs. 97-124

expulsión vertiginosa de trabajadores en el período de la convertibilidad y la posterior masiva incorporación de trabajadores mayormente jóvenes.

Este cambio demográfico que implicó la presencia de una nueva generación marca la llegada de un tipo de subjetividad política que avivó las tensiones políticas en muchas organizaciones. Así como les ocurre a muchas gerencias de Recursos Humanos de las empresas, en el seno de muchos sindicatos, los dirigentes se encontraron con serios problemas para fidelizar a sus nuevos miembros en las prácticas y esquemas tradi-cionales (Varela, 2009; Abal Medina y Diana, 2011). A su vez, en varios sectores de actividad, tuvieron lugar procesos de organización y movili-zación por fuera de las estructuras sindicales. Se trata de trabajadores jóvenes que, por tener modalidades precarias de contratación, no son reconocidos por los sindicatos oficiales pero ejercen una representación gremial de hecho que cuestiona la lógica sindical tradicional.

La presencia fuerte del activismo joven vino a refutar de manera contundente una tesis muy extendida en décadas pasadas (en las teorías del management pero también en la academia) que sostenía que la inexpe-riencia, junto con la relación instrumental con el trabajo y la inexistencia de responsabilidades económicas, convertía a los jóvenes en un segmento de trabajadores dóciles, más permeables a las exigencias empresariales y distantes per se del mundo gremial. Esta interpretación se desmoronó frente a las experiencias organizativas que surgieron en los tempranos noventa, con los primeros y paradigmáticos casos, como el del cuerpo de delegados del subterráneo o el de los trabajadores telefónicos de los call centers (Montes Cató, 2004; Ventrici, 2012). Esta tendencia siguió confir-mándose también en las experiencias post 2001.

En los próximos apartados planteamos una aproximación a las dos experiencias previamente referidas: por un lado, la recientemente creada Unión Informática (de los trabajadores de los servicios de sof tware); y, por otro, el tradicional sindicato de los trabajadores aceiteros. Como se ha dicho, ambas organizaciones han desplegado procesos políticos internos innovadores en los últimos años, protagonizados por jóvenes militantes y dirigentes sindicales.

En este abordaje de aproximación a los casos, nos proponemos esta-blecer una caracterización general de estos procesos a partir de describir-los analíticamente en función de sus etapas de desarrollo, los principales

Page 110: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

108 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

ejes de conf licto, los recursos puestos en juego para la construcción del colectivo gremial y las distintas concepciones políticas sobre el rol del actor sindical que se desprenden de los discursos de los protagonistas.

la unión informática

“Reiniciando el sistema” es el ingenioso slogan de la Unión Informática (en adelante ui), una de las más importantes novedades en el mundo sin-dical de los últimos años. Su relevancia se funda en varios planos. Por un lado, se trata del surgimiento de un rápido y eficaz proceso de sindicali-zación en un sector de actividad que carecía de representación gremial. En ese sentido, se inscribe en una serie de experiencias, como las de los trabajadores de mensajería o peajes, que en la última década fueron cons-truyendo la herramienta gremial en actividades antes desreguladas por completo. Sin embargo, en el caso de la ui esa significación se acrecienta por tratarse de un sector absolutamente estratégico en la configuración contemporánea de nuestras sociedades: la industria del sof tware. El ámbi-to de representación, tal como aparece planteado desde la propia ui (“industria del sof tware, tecnología, servicios informáticos y afines”), es de un alcance difuso y de gran escala pero, indudablemente, el ritmo vertigi-noso de informatización de todas las actividades hace que se inserte en los resortes clave del funcionamiento de la estructura económica, desde las grandes industrias hasta los servicios de todo tipo, destacándose aquellos relacionados con el sistema financiero, núcleo de la economía mundial.

De hecho, los comienzos de la organización se sitúan en una multi-nacional protagónica a nivel global: ibm, a la que en la ui llaman “el gigan-te azul”. La gran mayoría de quienes actualmente conforman el consejo directivo del sindicato trabajan en ibm y provienen de ese grupo primige-nio que impulsó la organización gremial en la empresa a partir de 2009, primero junto al gremio de telefónicos cepetel y luego independizándose para crear la ui. A partir de entonces, se intensificaron las protestas en la empresa, fundamentalmente por el descontento salarial. En 2010 tiene lugar la primera elección de delegados, y un año después, el 28 de julio de 2011, la ui realiza la primera huelga en la empresa, que constituiría, ade-más, la primera medida de acción directa de los trabajadores informáti-cos en Argentina. Ese día quedó marcado como una fecha mítica en la novela institucional (Hudson, 2011) de esta organización que, en términos formales, arrancó su derrotero en marzo de 2011, con el pedido de la

Page 111: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

109 La nueva camada... | págs. 97-124

inscripción gremial al Ministerio de Trabajo. Transcurrieron dos años y medio entre ese primer paso y la obtención de la inscripción gremial (en octubre de 2013), mediando varias manifestaciones, un juicio al Estado por las demoras del caso y, finalmente, una suerte de escrache en el domi-cilio del propio ministro de Trabajo (por entonces Carlos Tomada) en reclamo de la formalización. Desde los inicios, el “apadrinamiento” de la cgt, en especial de Facundo Moyano, dirigente de la Juventud Sindical, fue clave en el plano del asesoramiento político, jurídico y financiero.

En paralelo a la pelea por el reconocimiento formal, la ui mantuvo a ibm como centro neurálgico de la disputa (se realizó una huelga más en 2011 y dos más en 2013), a la vez que se dio una política de expansión en las empresas del sector, primero y fundamentalmente en el área metropolitana de Buenos Aires y luego en otras grandes ciudades del interior, como Rosario y Córdoba.

En 2015 tiene lugar otro hito en el proceso de institucionalización, cuando la Cámara Nacional de Apelaciones ordenó a ibm la reincorpora-ción en su puesto de trabajo de un delegado de la ui despedido a media-dos de 2013. El respaldo jurídico termina de coronarse a mediados de 2017 con un avance fundamental: un fallo de primera instancia que obliga a la empresa a funcionar como agente de retención de las cuotas sindicales de la ui, fundándose en la declaración de inconstitucionalidad del artículo 38 de la Ley de Asociaciones Sindicales (Ley 23.551), que restringe esa posibi-lidad solo a los sindicatos con personería gremial.

Este recorrido jurídico pude ser pensado como efecto de un proceso de construcción gremial que logró ir formando y consolidando una estructura que permitió que, en un desarrollo de alrededor de seis años, la organización tuviera presencia en aproximadamente cuarenta empre-sas de diversa gama, con un número de afiliados cercano a los dos mil.

Por las características de la propia actividad y la evolución reciente del mercado de trabajo, el promedio de edad de los afiliados ronda los 30 años, y es una población mayoritariamente masculina. Esta composición se ref leja también en el consejo directivo del sindicato, cuyos integrantes tienen un promedio etario sub-cuarenta y en el que no hay mujeres.

La industria del sof tware en nuestro país es un sector en el que se condensa gran parte de los nuevos modos de organización del trabajo y las problemáticas que estos acarrean. Teletrabajo, outsourcing, desregula-ción de las condiciones de trabajo, altos niveles de rotación y una fuerte

Page 112: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

110 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

cultura managerial que apuesta a un emprendedorismo individual como estrategia para obturar la organización colectiva son rasgos distintivos de estas empresas y la fuente de los principales conf lictos a los que se aboca la incipiente acción gremial. La interpelación al sindicato surge, en la gran mayoría de los casos, a partir del agravamiento, primero, de la condición salarial y, en segundo plano (pero de gran importancia), de la precariza-ción de las condiciones de trabajo, sumamente heterogéneas entre las distintas empresas y cuya desregulación se agudiza por las propias condi-ciones de la tarea.

En función de esto, uno de los primeros pasos de la ui fue la elabora-ción de un Convenio Colectivo de Trabajo (cct) para la actividad. Asesorados legalmente por el moyanismo (por entonces conducción de la cgt), la ui redactó el primer cct para el sector informático en el que se pautan categorías y estándares salariales, adicionales, reglas para la liqui-dación de las horas extra, guardias, homeworking y trabajo remoto o des-localizado, limitaciones a la jornada laboral, vacaciones, licencias y la creación de comisiones paritarias permanentes.

El cct es una pieza clave en la estrategia de construcción sindical de la ui. Luego de la ruptura con cepetel, una vez decidida la conformación de la ui como un gremio autónomo, el grupo dirigente, en estrecha cola-boración con la Juventud Sindical de la cgt, comenzó a delinear una estra-tegia de expansión del sindicato. El modo de construcción dentro de cada espacio de trabajo responde a un esquema de diferentes etapas que deno-minan “progresión gremial”. Se trata de una suerte de “protocolo” de acción para incentivar y ordenar el trabajo de construcción gremial. El punto de partida es el nombramiento de un delegado normalizador. Así lo explica uno de los delegados:

La progresión gremial es, imaginate una línea de tiempo, el momento cero es este; lo que sigue es empezar con un delegado normalizador, que tenga ganas de asumir el compromiso de representar a sus compañeros; tiene que tener el compromiso de capacitarse, nosotros a los delegados los capa-citamos en aspectos legales, metodologías, etc. Una vez que vos tenés un delegado en la empresa, empieza todo un laburo de concientizarlos, infor-marlos, asistirlos en sus problemas

Cuando el delegado es nombrado delegado, hay un protocolo de trabajo que el tipo tiene que seguir al pie de letra. El protocolo dice: para la etapa de relevamiento tenés que conseguir toda esta información, y con toda esa

Page 113: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

111 La nueva camada... | págs. 97-124

información emerge el relevamiento. A partir de eso, a la empresa le pre-sentamos un documento, un petitorio, diciéndole: “¿Vos estás f lojo acá, acá y acá, abramos una mesa de diálogo para que vos normalices la actividad en tu empresa y nos llevemos bien”. Cuando la empresa se niega una, dos tres veces, se vota después una asamblea, como en todas partes, como ocu-rre en la bancaria, en químicos, en plásticos, en cerámicos; en ese sentido no es que hemos inventado nada. Sí lo métodos, no utilizamos los métodos que por ahí se utilizan en el sindicalismo tradicional. Y siempre privilegia-mos tratar de llegar por el diálogo (E1).

Cuando este delegado marca la diferencia con los métodos de lo que denomina “el sindicalismo tradicional”, hace alusión a lo que desde la ui consideran una marca clave de su construcción: el trabajo sobre la imagen y la comunicación. En un sector con un perfil de trabajadores calificados, muy inf luenciados por el discurso del emprendorismo individual y una fuerte y arraigada cultura antisindical –reforzada desde la organización empresarial–, la primera gran tarea fue diseñar una estrategia para “ven-der” al sindicato desde una estética y una prédica alejadas del folklore sindical que vencieran ese rechazo inicial y permitieran involucrar a los jóvenes de a poco en el nuevo sindicato:

La mayoría de los que se acercan tienen entre 25 y 35 años; ya tuvieron dos o tres trabajos, se les pinchó el globito de que van a ser Bill Gates o Apple. Trabajamos mucho la comunicación, no usar palabras como lucha o con-f licto porque no gustan. Al trabajador informático no le podés entrar por el discurso combativo; no tiene ese perfil, salvo que sea alguien que ya viene de ese palo, y te das cuenta porque a los minutos te dice “lucha”, “compañero”. Al principio, la Secretaría de Comunicación era la más gran-de, porque le habíamos puesto un foco muy grande a nuestra política de comunicación, de publicidad, de marketing, de propaganda. Hoy camina sola, pero nos costó mucho tiempo pensar qué gustaba, qué pegaba más, qué pegaba menos. Hicimos ensayos, probábamos diferentes palabras. Lo mismo que les decimos a los chicos: “Cuando vayan a la empresa, vayan pintones”; no podés ir con la barba larga, son cosas que uno revisa mucho. Nos gustaría ir en bermudas y en ojotas pero no, no tiene llegada (E2).

Usar las mismas estrategias de la empresa pero para hacer cosas “buenas” es una de las máximas que repiten varios de los dirigentes y delegados de la ui y cuya puesta en práctica se visualiza en la asimilación de la estética empresarial en su modo de comunicación y publicidad (tanto

Page 114: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

112 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

en las redes como en comunicados y panfletos) y la impronta de las acti-vidades y los dirigentes. En ese sentido, parece primar la lógica del prag-matismo, que deja de lado el discurso más ideológico, clasista o tradicionalmente “político” (aunque muchos de sus militantes y dirigentes personalmente tengan formación y posturas claras al respecto), a la hora de convocar a los afiliados y se apela más bien a una lógica corporativa desde un “managment sindical” para lograr el objetivo principal de la organización, que, como los mismos dirigentes sostienen, es “recrear un colectivo que está roto por el individualismo y la sed empresaria” (E3). Por eso, dicen: “Lo que nosotros tratamos de hacer es plantear ‘esto conviene’, que también es completamente válido, es el bolsillo del laburante; es así, ‘te conviene, nos conviene estar juntos’” (E3). Esto se conjuga con un planteo también de conveniencia y moderación frente a los empresarios:

Después de que pasan las medidas de fuerza, van aprendiendo que noso-tros trabajamos muy ordenadamente, somos muy prolijos, no pedimos cosas de más, tampoco de menos; entonces, ahí van aprendiendo que está bueno incluso trabajar con los sindicatos; incluso muchas cuestiones de recursos humanos las resolvemos nosotros (E4).

Esta estrategia, que ha resultado notablemente efectiva para la expansión del sindicato, encuentra una de sus limitaciones en lo que podría pensarse como una “lógica del consumidor” en la relación repre-sentantes-representados. Esto hace que los afiliados conciban a la organi-zación meramente como una dadora de servicios; se establece un vínculo basado en la demanda con muy poca implicación militante. Esa dinámica aparece como un malestar recurrente en el discurso de los delegados:

A veces nos pasa que, después de una conquista, se nos empieza a caer la organización. Quieren obtener el logro y ya está (E5).

Hay una creencia de que el sindicato llega y mágicamente se soluciona todo: le va a subir el sueldo, va a tener más vacaciones. Cuando le decís que esto es un proceso y que hay que construirlo, se les cae la falsa ilusión (E6).

En consonancia con esta relación instrumental, la falta de cuadros políticos es señalada como otro de los puntos débiles de esta joven orga-nización, que se agudiza por la falta de tradición sindical en el sector.

El discurso restringido al estatus estrictamente gremial también se pone de manifiesto a la hora de plantear una posición en términos de política nacional, tanto en lo que refiere a la coyuntura como a una noción

Page 115: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

113 La nueva camada... | págs. 97-124

más general de la relación entre la actividad sindical y la política. Así lo expresa uno de los integrantes del Consejo Directivo:

Desde la Unión Informática no alentamos la participación política, diga-mos… nosotros, por ejemplo, a nivel de Consejo Directivo decidimos que no queremos; “si estás acá, estás acá”. Nosotros somos apolíticos, nuestro partido político es Unión Informática, ¿entendés? (E3).

A modo de recapitulación, resaltamos los elementos más destacados de la caracterización general, en función de los ejes de interrogación pro-puestos. Por un lado, en este caso, en el que se inaugura una trayectoria sindical en el rubro, los principales puntos de conf licto y reivindicación –además del tópico salarial, siempre central– se vinculan con las proble-máticas típicas de las llamadas “nuevas formas del trabajo”, relacionadas con la falta de regulación formal del tipo de tareas que llevan adelante esos trabajadores, que los somete a una f lexibilización constante en tér-minos de salario, jornada de trabajo, rotación de puestos y condiciones de desarrollo de las tareas.

En términos de concepción y lógica de construcción sindical, se pone el eje en la acumulación en los espacios de trabajo en el marco de una estricta cadena de jerarquías y con protocolos de “progresión gremial” que deben ser implementados por los nuevos aspirantes a delegados que se suman a la organización. En este esquema, los dirigentes señalan la centralidad de la estrategia de comunicación, que, en este caso, adquiere el estilo del “management sindical”, en un intento –ciertamente efectivo– de recuperar y resignificar estrategias empresariales para fortalecer la propia construcción. Inscriptos en una tradición más ligada al corporati-vismo clásico, junto con las estrategias de lucha más confrontativas, rei-vindican fuertemente el diálogo y la cooperación con las empresas como un rol inherente al actor sindical. A tono con esa orientación corporativis-ta, la dirección del sindicato plantea una completa prescindencia de la política nacional, en paralelo a una activa presencia en el sector moyanis-ta de la cgt. Este posicionamiento, así como es eficaz para sumar afiliados más reactivos a los discursos ideologizados, también establece límites claramente señalados por los dirigentes. Muchos trabajadores se incorpo-ran concibiendo al sindicato como una agencia de servicios, ubicándose en un lugar de clientes/consumidores que exigen pero que no se compro-meten políticamente con la organización. En una institución en plena formación, esta falta de implicancia redunda en falta de participación y

Page 116: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

114 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

en la dificultad para la formación de cuadros que sostengan la estructura organizativa.

la renovación en aceiteros

El gremio de los trabajadores aceiteros, al contrario de la experiencia de los informáticos analizada precedentemente, es de larga data. La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines obtuvo su personería gremial en el primer peronismo (1950) y contiene veintiún sindicatos de todo el país, abarcando la representación de alrededor de diez mil trabajadores de uno de los sectores más rentables de la estructura económica, en el corazón del agronegocio.

En los últimos años, los trabajadores aceiteros protagonizaron un proceso resonante en el mapa sindical argentino a partir del cambio en la conducción política de la Federación. Un primer mojón son las elecciones de 2009, en las que se pone de manifiesto la creciente incidencia de la política sindical del Sindicato de Aceiteros de Rosario (soear), de donde proviene el actual Secretario General, Daniel Yofray, y buena parte del grupo dirigente. En 2013 termina de consolidarse la ruptura de este sector –agrupado en la Lista Verde y Blanca– con la fracción del hasta entonces Secretario General Oscar Rojas. El Congreso Nacional de la Federación, realizado el 17 de julio de ese año, en Necochea, es el gran parteaguas en el relato de la renovación. Ante la evidencia de la mayoría opositora, la conducción interpuso, primero, todo tipo de escaramuzas legales para evitar la realización del Congreso e invalidar a los delegados opositores; al no poder impedirlo, recurrió finalmente a violencia explícita con patotas propias y de sindicatos aliados –Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (uatre)– para desalojar el Congreso. Finalmente, el arribo de la nueva conducción, encabezada por Yofra, abre un nuevo capítulo en la historia del gremio.

La renovada dirigencia tuvo su “bautismo de fuego” en el conf licto conocido como “el aceitazo”, la huelga más importante que se desarrollara durante el kirchnerismo. Fueron 25 días de huelga, con pérdidas multimi-llonarias para las empresas, en una pelea por perforar el techo de las paritarias (objetivo que finalmente lograron con un acuerdo cercano al 36%).

Page 117: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

115 La nueva camada... | págs. 97-124

El nuevo perfil combativo se asienta también en un discurso basista, donde se reivindica el protagonismo de los delegados y se plantea como objetivo primordial la construcción de una dinámica interna superadora de los “métodos de la burocracia”, lo cual implicó cambios concretos en el propio estatuto de la Federación. Como lo explica el propio Yofra:

El primer plenario de delegados que se hizo en la historia de la Federación fue en 2010. Venían cien delegados, de los cuales el cuarenta por ciento eran Comisión Directiva, no eran de base. Nosotros exigíamos que se hiciera de acuerdo con todos los procedimientos legales, para que no te dibujaran las cosas. Hoy tenemos doscientos delegados. Y son reales.

[...] Es fundamental darle la posibilidad a los delegados de que puedan participar de la vida gremial: elección efectiva de delegados, asambleas, que no haya separación entre las diferentes categorías de trabajadores. Cada vez que nosotros decimos algo, no es un simple anhelo, o una ilusión, una utopía que está allá lejos. Lo que decimos lo hemos conseguido, hemos demostrado que se puede hacer el cambio. Nosotros, primero, tuvimos que ganarle la Federación a la vieja burocracia, y luego tuvimos que recuperarla incluso frente a nuestros aliados en esa primera disputa. No es fácil vencer la inercia burocrática; se impone. A todos nos gusta salir de la fábrica e irnos a meter en la cama, o irnos a pescar, o la idea recreativa que puedas tener. El compromiso es a nivel de la conciencia; solo eso te permite salir de la fábrica e ir al sindicato, a una asamblea, o a bancar a otros compañeros que quizás estén en problemas. El año pasado reformamos el Estatuto para que los trabajadores no solo voten a los dirigentes nacionales de forma directa y secreta, sino que, además, se puedan postular para ejercer un cargo en la Federación, donde, por ser una entidad de segundo grado, habitualmente se vota a la dirección de los sindicatos locales y luego se elige a la conducción nacional en un Congreso. La primera elección con esta metodología va a ser en 2017 (E8).

El énfasis basista se complementa con la reivindicación de la autono-mía de clase como valor primordial de la práctica sindical, inscribiendo esta experiencia ideológicamente en una tradición de tipo obrerista, que postula la necesidad de construir una política obrera que defienda los inte-reses de la clase, con independencia de los partidos políticos y el Estado. En esa dirección se postulan sus principales reivindicaciones más allá de lo sectorial:

Page 118: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

116 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Nosotros tenemos tres puntos que consideramos que hay que discutir: salario mínimo vital y móvil, de acuerdo con la definición de la ley de con-trato de trabajo y al artículo 14 bis; eliminación del sistema de terceriza-ción y de subcontratados; y el último punto es la democracia sindical, que no la tiene el ochenta o noventa por ciento de los que integran el movi-miento obrero. Eso traería cambios rotundos dentro de la burocracia sin-dical (E8).

Aunque claramente fue Rosario el epicentro del movimiento renova-dor, la regional de Capital Federal también fue clave por su rol histórico (fue uno de los fundadores del sindicato) y por su relevancia en términos de representación dentro del gremio. En esa seccional se produjo también un proceso de renovación de las conducciones, en paralelo a la experien-cia nacional, protagonizado por activistas muy jóvenes, que se transfor-maron en la nueva dirección. Actualmente, la seccional tiene setecientos afiliados sobre alrededor de ochocientos trabajadores.

Ezequiel Roldán, el Secretario General, tiene 35 años y milita gre-mialmente desde que entró a la actividad aceitera, diez años atrás, en la planta de la empresa Nidera. Se desempeñó como delegado de planta durante dos mandatos y luego fue parte activa del núcleo activista que desplazó a la vieja dirigencia. Se trató de un proceso de construcción pau-latino, desde adentro y en coordinación con otras seccionales.

Nosotros logramos sacar a la burocracia sindical, que tenía teléfono rojo con los empresarios; te condicionaban la huelga, las medidas de fuerza. Sabíamos que la única forma que teníamos de cambiar el sindicato era del lado de adentro; de afuera no podíamos hacer absolutamente nada; por eso había que introducirse primero para lograr este cambio, que se hizo conjuntamente con el de Rosario, en 2013. Era de la comisión directiva anterior como cuarto vocal. A nosotros nos llegaban los convenios firma-dos directamente desde el Ministerio, nos decían: “Tu aumento es tanto”; no tenías ninguna posibidad de discutir. Esa arbitrariedad y esa antidemo-cracia que había en algunas empresas de aceiteros en Capital nos llevaron a esto. Era un cuerpo de delegados que estaba dividido: dos delegados de la burocacia sindical y dos en contra; fue muy difícil. El Secretario General de Capital concentraba todo el poder, porque era también presidente de la Federación y presidente de la obra social; tenía todo el poder. Me acuerdo de que, en un conf licto por las horas extras, yo llamé a una asamblea y me llamó directamente diciéndome: “Levantá ya la asamblea”. La dirigencia de

Page 119: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

117 La nueva camada... | págs. 97-124

Nidera se dio cuenta de que esta gente estaba perdiendo el control de las bases. Eso nos llevó a juntarnos con la gente de Rosario, Yofra, Dávolos, en el estudio de Carloncho para armar la oposición e ir en contra de esa buro-cracia. Se fue generando el proceso en varias fábricas donde compañeros de base empezaron a resurgir y operar del mismo modo. De nuestra plan-ta, después del Congreso de Necochea, los viejos delegados se tuvieron que ir, porque fueron repudiados por los compañeros. Ahí llamamos a eleccio-nes y armamos una comisión de delegados nueva (E9).

Héctor, de treinta y siete años, es el Secretario Gremial de Capital y antes fue delegado en la empresa. Fue su primera participación sindical y su primer trabajo. En su análisis del proceso de la nueva organización, resalta la importancia de los conf lictos abiertos en la empresa, que fueron una suerte de parteaguas donde se cristalizó la deslegitimación del pasa-do oficialismo y se afianzó la fuerza emergente de la nueva camada de militantes.

A la multinacional Nidera nosotros le hicimos, hace 6, 7 años, un paro solos, de 14 días, por salarios, feriados que no nos pagaban, mejoras del sistema de trabajo. En ese momento, teníamos delegados pero no nos representaban; el paro lo hicieron los compañeros que hoy, gracias a ese esfuerzo, se decidieron a ser delegados [...] Fue dando sus frutos. Hoy, estando en el sindicato de capital, ni nosotros nos creemos lo que estamos haciendo (E10).

Otro delegado de la seccional, de veintiocho años, que inició también su recorrido laboral y sindical en la empresa, comparte la lectura de Héctor:

Uno se postula porque estaba cansado de los anteriores delegados que venían y te boludeaban, te mentían; y los propios compañeros decían que ya estaban cansados. Por eso mismo, ellos dijeron: “Preséntese uste-des, que nos están representando más ustedes que no son delegados que ellos”. [...] Tenemos otra convicción, otra mentalidad que la gente que esta-ba antes capaz no tenía, [porque] estaba encerrada en lo suyo [...] En el conf licto de los 14 días los laburantes nos quedábamos, y los delegados, que supuestamente nos representaban, no se quedaban. Lo más satisfacto-rio es que pudimos recuperar el sindicato, sacar a los burócratas que esta-ban antes (E11).

Page 120: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

118 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Al igual que en el discurso de la conducción nacional, a la hora de pensar los principales desafíos de la coyuntura, los aceiteros de capital no deslindan su presente y futuro del contexto nacional; su mayor preocupa-ción, como plantea Yofra, es la reconstitución de una dirigencia obrera más democrática y capaz de defender los intereses de clase desde un lugar apartidario y autónomo. El Secretario gremial resume bien esa posición, cuando dice:

Hoy tenemos que invitar a delegados de otros gremios para unificarnos. Y no solamente delegados; lo mismo salir y hablar con los vecinos para bus-car la unidad de clase, porque esto sale de las casas, el paro general se tiene que armar desde las casas, el barrio; somos todo un conjunto de trabajado-res que necesitamos ir, no solamente a decirle al gobierno “pará”, sino también a la cgt, a la cta, a todos esos burócratas que están ahí, que no nos representan, porque ellos tienen otros intereses y nosotros no; nosotros queremos que todos estemos bien. Esto hay que arrancarlo de abajo hacia arriba (E10).

La experiencia de aceiteros muestra otro modelo –en muchos senti-dos en contraste con el anterior– del fenómeno de reactivación y repoliti-zación de los espacios productivos en la última década. Por concepción y desarrollo, se colocan cercanos a una tradición clásica de la izquierda sindical, que postula al basismo como método para recuperar el sindicato a la burocracia5 con una construcción paulatina y “desde adentro”. Si bien han demostrado ser altamente efectivos en las reivindicaciones y con-quistas estrictamente gremiales, su discurso político enfatiza la construc-ción de clase y la necesidad de desarrollar un programa obrero en unidad y con autonomía (de partidos y Estado) que fortalezca al movimiento obre-ro como actor central de la política nacional.

notas finales

En este trabajo hemos intentado señalar algunos rasgos específicos que marcaron el desarrollo sindical de la última época. En términos generales, enfocamos tres procesos que singularizaron la dinámica política interna de buena parte de los engrosados gremios durante el kirchnerismo.

5 Para profundizar el debate sobre el concepto de burocracia sindical puede consultarse: entre los textos más clásicos, a Hyman, 1978 y James, 1988, y, entre los más actualizados, a Ghigliani y Belkin, 2010; Raimundo, 2010 y Basualdo, 2010.

Page 121: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

119 La nueva camada... | págs. 97-124

Por un lado, la vuelta al protagonismo de la escena de la conf lictivi-dad de los sindicatos y, dentro de ese fenómeno, la incidencia particular y sostenida de la tendencia a la descentralización, es decir el crecimiento de los disputas traccionadas desde los propios espacios de trabajo en combi-nación con un centralismo en las instancias de negociación. Este fortale-cimiento “por abajo” de la militancia sindical, ensanchó y reavivó las bases de sustentación de las viejas organizaciones sindicales y, en muchos casos, desacomodó sus esquemas políticos. Esto se tradujo en el desplie-gue de un conjunto bien heterogéneo de experiencias de diversa cualidad, radicalidad y fortaleza en los distintos sectores, desde la reactivación de instancias, la creación de nuevas representaciones de base y seccionales, tanto oficialistas como opositoras, hasta la creación de nuevas organiza-ciones sindicales allí donde no existía la tradición gremial.

Nos interesó, asimismo, analizar ciertos movimientos en el plano normativo-jurídico y legislativo a los que interpretamos como efectos ins-titucionales de la expansión y recomposición política desde los niveles de base. Así, recuperamos los sucesivos fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que, desde 2009 y hasta 2015, horadó fuertemente con sus sentencias al modelo del unicato, amparando y promoviendo en un mismo movimiento el surgimiento de nuevas organizaciones paralelas a las tra-dicionales. Esta tendencia se revierte llamativamente a partir de 2016, cuando, con su fallo más reciente, la Corte retrocede planteando la res-tricción del derecho de huelga.

A su vez, este cambio en la legislación –fundamentalmente la decla-ración de inconstitucionalidad de artículos nodales de la Ley de Asociaciones Sindicales de 2009 en adelante– dio lugar a un ímpetu polí-tico en el parlamento por avanzar en modificaciones legales sobre el modelo sindical y el funcionamiento interno de los sindicatos. Desde modificaciones puntuales a pocos artículos hasta una nueva ley integral que revolucionara la noción de representación tradicional clásica, dece-nas de proyectos fueron presentados en la Cámara de Diputados de la Nación durante el período analizado. A pesar de la reactualización de este histórico debate, no pudo construirse un consenso político en torno a ninguna de estas iniciativas, que no llegaron en ningún caso a tratarse en el recinto.

Finalmente, destacamos un elemento que consideramos clave para dar cuenta de la actualidad y, especialmente, de las potencialidades de la práctica sindical en el futuro inmediato: el recambio generacional. El

Page 122: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

120 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

arribo masivo de jóvenes a los nuevos puestos de trabajo y a los sindicatos correspondientes es un dato ineludible para pensar la agilidad del con-f licto laboral en los últimos años y sus posibilidades de acción y parcial renovación en la nueva coyuntura histórica.

Para darle carnadura y analizar en concreto experiencias recientes llevadas adelante por jóvenes militantes sindicales, en este trabajo nos propusimos caracterizar dos casos resonantes ubicados en dos sectores del ámbito privado estratégicos en la estructura económica: la Unión Informática, del sector servicios, y el gremio de Aceiteros, en una de las ramas industriales más rentables del país.

En ambas se experimentaron notables procesos de renovación en la última década. En el primero, por la conformación de un sindicato nuevo en un sector emergente con potencialidades de expansión todavía incal-culables. En el segundo, por una construcción política gradual y muy contundente desde adentro de la organización sindical que dio lugar a un cambio en la dirigencia nacional –y de las distintas regionales– y a la lle-gada de nuevos cuadros con un lineamiento político opuesto al anterior oficialismo.

Una y otra comparten dos elementos que resultan –combinados– de particular interés. Se trata, por un lado, de procesos encabezados por trabajadores jóvenes (de menos de 35 años),6 muchos de ellos realizando su primera experiencia laboral y que, a priori, no tenían ninguna vincula-ción con el mundo sindical. Al mismo tiempo, ambos han sido notable-mente eficaces en términos de construcción política, expansión de la estructura del sindicato y conquistas de reivindicaciones, tanto a partir de conf lictos abiertos como de canales de diálogo más institucionales. Difieren claramente en sus perfiles ideológicos; mientras que los informá-ticos sostienen una concepción ligada al corporativismo más clásicamen-te sindical, los aceiteros se inscriben en una retórica más cercana al obrerismo autonomista. De ahí que sus tácticas, discursos y estilos se diferencien: la ui asume –instrumentalmente– los modos empresariales para convocar desde una lógica de servicios y beneficios; los aceiteros evocan una épica de lucha de clase y orientan sus acciones de formación y sus espacios de reunión a fomentar la conciencia entre los activistas para

6 En el caso de aceiteros este se ve especialmente en la seccional de Capital Federal, que analiza-mos en particular en el apartado.

Page 123: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

121 La nueva camada... | págs. 97-124

la defensa de los derechos de los trabajadores desde una posición autóno-ma. En este esquema de contrastes, pueden ser concebidos como dos modelos arquetípicos de concepción sindical, que constituyen una intere-sante muestra de la diversidad de matices y orientaciones que caracterizó la “reactivación por abajo” del sindicalismo en la última década.

Estos son dos casos particularmente notables y potentes de un con-junto muy vasto diverso, heterogéneo tanto en términos ideológicos como materiales, de experiencias que emergieron con fuerza en la última déca-da, al calor de la recomposición del lugar protagónico del trabajo asalaria-do y que hoy, en un contexto de plena restauración neoliberal, se ven enfrentados a un gran desafío que pone a prueba la fuerza acumulada en los años de construcción.

Page 124: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

122 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

bibliografía

Abal Medina, Paula y Nicolás Diana (2011), Colectivos resistentes. Procesos de politi-zación de trabajadores en la Argentina reciente. Buenos Aires, Imago Mundi.

Abal Medina, Paula, Osvaldo Battistini y Cora Arias (2009), Senderos bifurcados. Prácticas sindicales en tiempos de precarización sindical. Buenos Aires, Prometeo.

Barratini, Mariana (2013), “La vitalización sindical en el período de la convertibi-lidad en Argentina”. Trabajo y Sociedad, N° 20, verano. Santiago del Estero.

Basualdo, Victoria (2010), “La ‘burocracia sindical’: aportes clásicos y nuevas aproximaciones”. Revista Nuevo Topo, N° 7, septiembre/octubre, pp.103-116.

Etchemendy, Sebastián y Ruth Collier (2008), “Down but not out: Union Resurgence and Segmented Neocorporatism in Argentina: 2003-2007”. Politics and Society, vol. 35, Nº 3, set., pp. 363-401.

Gighliani, Pablo y Alejandro Belkin (2010), “Burocracia sindical: aportes para una discusión en ciernes”. Revista Nuevo Topo, N° 7, septiembre/octubre, pp. 103-116.

Hyman, Richard (1978), El marxismo y la sociología del sindicalismo. México, Ediciones Era.

Hudson, Juan Pablo (2011), Acá no, acá no me manda nadie: empresas recuperadas por obreros 2000-2010. Buenos Aires, Tinta Limón Ediciones.

James, Daniel ([1988] 2006), Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabaja-dora argentina 1946-1976. Buenos Aires, Siglo XXI Editores.

Lenguita, Paula (2011), “Revitalización desde las bases del sindicalismo argenti-no”. Revista Nueva sociedad, 232, pp. 137-149.

Montes Cató, Juan (2004), “Disciplina y acción colectiva en tiempos de transfor-maciones identitarias. Estudio sobre las mutaciones en el sector de teleco-municaciones”. En: Osvaldo Battistini (comp.), El trabajo frente al espejo. Continuidades y rupturas en los procesos de construcción identitaria de los trabaja-dores. Buenos Aires, Editorial Prometeo.

Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (mteyss) (2010), “Informes especiales sobre conf lictos laborales 2006-2010”. En: <http://www.trabajo.gov.ar/left/estadisticas/negcol/informesa.asp>.

––––– (2011), “Informes especiales sobre conf lictos laborales 2006-2010”. En: <http://www.trabajo.gov.ar/left/estadisticas/negcol/informesa.asp>.

Page 125: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

123 La nueva camada... | págs. 97-124

Natalucci, Ana (2013), “Revitalización sindical y sindicalismo peronista : encruci-jadas entre el corporativismo y la política (Argentina, 2003-2012)”. Amérique Latine Histoire et Mémoire. Les Cahiers alhim 26. [En línea]. En: <http://journals.openedition.org/alhim/4745>. Acceso: 6 abril de 2018.

Observatorio del Derecho Social (ods)-cta (2015), “Informe de coyuntura. Conf licto, negociación colectiva y mercado de trabajo 2015”. En: <http://www.obderechosocial.org.ar>.

Palomino, Héctor. (2007), “Transiciones del empleo en Argentina: del régimen de precarización a un régimen de regulación del trabajo”. Ponencia presenta-da en el V Congreso Latinoamericano de Sociología del Trabajo (alast). Montevideo. Abril de 2007. En: <http://alast.info/relet_ojs/index.php/relet/article/view/247>.

––––– (2008). “El fortalecimiento actual del sistema de Relaciones laborales: sus límites y potencialidades”. Buenos Aires, Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. [Mimeo].

Palomino, Héctor y David Trajtemberg (2007), “El auge contemporáneo de la negociación colectiva”. Revista Trabajo, Nº 3. Buenos Aires, mteyss.

Piva, Adrián (2006), “El desacople entre los ciclos de conf licto obrero y las acción de las cúpulas sindicales en la Argentina (1989-2001)”. En: Estudios del Trabajo N° 31, enero-junio, pp. 23-52.

Raimundo, Mauricio (2010), “Burocracia y democracia sindical: necesidades y herejías”. Revista Nuevo Topo, N° 7, septiembre/octubre, pp. 91-102.

Senén González, Cecilia y Julieta Haidar (2009), “Los debates acerca de la revita-lización sindical y su aplicación en el análisis sectorial en Argentina”. Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, año 14, Nº 22, pp. 5-3.

Svampa, Maristela (2008), “Argentina: una cartografía de las resistencias (2003-2008). Entre las luchas por la inclusión y las discusiones sobre el modelo de desarrollo”. Revista osal, año IX, N° 24, pp. 17-49.

Torre, Juan Carlos (2004), El gigante invertebrado. Los sindicatos en el gobierno. Argentina 1973-1976. Buenos Aires, Siglo XXI de Argentina.

Varela, Paula (2009), “¿De dónde salieron estos pibes? Consideraciones sobre el activismo gremial de base en la Argentina posdevaluación”. Revista Margen, N° 55, septiembre, pp. 1-14.

Ventrici, Patricia (2009), Organización sindical, práctica gremial y activismo de base en el subterráneo de Buenos Aires. Tesis de Maestría de la Maestría en Ciencias

Page 126: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

124 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Sociales del Trabajo del ceil-piette de conicet y la Universidad de Buenos Aires. [Inédita].

––––– (2012), Sindicalismo de base en la Argentina contemporánea. El Cuerpo de dele-gados del subterráneo. Tesis del Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. [Inédita].

––––– (2013), “Modelo sindical y nuevas expresiones de recomposición política del Trabajo. Ref lexiones a partir del caso de los trabajadores del subterráneo de Buenos Aires”. Kairos, Revista de Temas Sociales, año 17, N° 32, noviembre, pp. 20-43.

––––– (2016), “La crisis del modelo sindical. Proyectos para la modificación de la Ley de Asociaciones Sindicales”. Revista Ciencia, Docencia y Tecnología, vol. 27, N° 52, mayo. Universidad Nacional de Entre Ríos, pp. 73-105.

Ventrici, Patricia, Manuel Compañez y Federico Vocos (2012), Metrodelegados. Subte: de la privatización al traspaso. Buenos Aires, Editorial Desde el Subte.

Ventrici, Patricia y Marcelo Delfini (2016), “¿Qué hay de nuevo en el sindicalismo argentino? Relaciones laborales y reconfiguración sindical en el kirchneris-mo”. Revista Trabajo y Sociedad, n° 27. Universidad Nacional de Santiago del Estero.

Wolanski, Sandra (2016), Las nuevas generaciones del sindicalismo. Jóvenes, trabajo y organización gremial en la Argentina. Buenos Aires, Grupo Editor Universitario.

Referencias de entrevistas citadas E1- Delegado ui Rosario

E2- Secretario Gremial ui Nacional

E3- Secretario de Comunicación ui Nacional

E4- Delegado ui Capital

E5 –Delegado ui Rosario

E6- Delegado ui Rosario

E7- Delegado ui Capital

E8- Entrevista a Daniel Yofra en Revista Crisis, “Dani, el aceitoso”, N° 27, 2016

E9- Secretario General del Sindicato de Aceiteros Capital Federal

E10- Secretario Gremial del Sindicato de Aceiteros Capital Federal

E11- Delegado del Sindicato de Aceiteros Capital Federal

Page 127: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

125 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

ResumenEl presente artículo explora la problemática de la participación en empresas recu-peradas por sus trabajadores desde una perspectiva micro-sociológica y etnográfi-ca, con el propósito de comprender las articulaciones de sentidos en torno a accio-nes individuales y grupales que construyen proyectos colectivos de transformación social. El interés en el análisis de la participación en el trabajo como actividad y en los órganos de gobierno radica en su aporte a la sostenibilidad y desarrollo de estas organizaciones. Se presentan aquí los resultados de un estudio de caso realizado en Argentina en una empresa del sector industrial que fue recuperada por sus trabajadores en 2002. El caso permite explorar las tensiones que sobrevinieron en un período de trece años en el seno del proyecto colectivo entre el programa económico y el programa político.

“Volver a recuperar la empresa”. Indagaciones sobre la participación en empresas recuperadas por sus trabajadores a partir de una etnografía

Cynthia Srnec

Una versión preliminar de este artículo fue presentada en el VIII Congreso Latinoamericano de Estudios del Trabajo realizado del 3 al 5 agosto de 2016 en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. La autora agradece los comentarios de la profesora Mg. Griselda Verbeke en ese encuentro así como las sugerencias de los evaluadores anónimos que contribuyeron a mejorar la estructura y el análisis que se presentan.

Cynthia Srnec es Magíster en Ciencias Sociales del Trabajo y Socióloga por la Universidad de Buenos Aires. Se desempeña como Profesora Adjunta de la Facultad de Ciencias Económicas e Investigadora del Centro de Estudios de Sociología del Trabajo de la Universidad de Buenos Aires.

Recibido: octubre de 2017 | Aprobado: marzo de 2018

Page 128: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

126 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

PalabRas claveempresas recuperadas por sus TraBajadores. auTogesTión. parTicipación.

abstRactThis article explores the problem of participation in worker-recovered companies from a micro-sociological and ethnographic perspective, with the purpose of understanding the articulations of meanings around individual and group actions that build collective projects of social transformation. The interest in the study on participation in the work activity and in the governing bodies lies in its contribution to the sustainability and development of these organizations. The results of a case study carried out in Argentina in a company of the industrial sec-tor that was recovered by its workers in 2002 are presented here. The case allows to explore the tensions that occurred in a period of thirteen years within the collective project between its economic program and political program.

Key woRdsWorker-recovered companies. self-managemenT. parTicipaTion.

Page 129: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

127 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

introducción

En este artículo se aborda la problemática de la participación en empresas recuperadas por sus trabajadores (ert) desde una perspectiva micro-sociológica y etnográfica, con el propósito de comprender las articulacio-nes de sentidos en torno a acciones individuales y grupales que construyen proyectos colectivos de transformación social.

Las ert son unidades de producción de bienes o servicios que fueron reactivadas o mantenidas en funcionamiento de manera autogestionada por los ex asalariados ante una situación de crisis, amenaza de desman-telamiento y/o cierre de esta por parte de sus propietarios. La participa-ción representa una variable de importancia en la vida colectiva y en la dirección de las ert que, constituidas jurídicamente como cooperativas de trabajo, poseen una estructura dual como empresa y asociación demo-cráticamente gobernadas (Michelsen, 1997). Dada su dualidad organiza-cional fuertemente imbricada, las ert enfrentan desafíos para su vida democrática y su sostenibilidad que han sido otrora señalados desde diversas perspectivas en los estudios sobre organizaciones de la economía social, economía solidaria y organizaciones sin fines de lucro (Coraggio, 2005; Coraggio y Sabaté, 2010; Rothschild y Whitt, 1989; Meister, 1973; Cornforth et  al., 1988). La membresía representa el espacio de concerta-ción colectiva donde las funciones sociales, políticas y económicas de estas organizaciones se unen (Fairbairn, 2006) y les proporcionan identidad.

En este trabajo, a fin de estudiar problemáticas organizacionales que enfrentan las ert, serán considerados los aportes de las investigaciones sobre el conjunto de organizaciones de la economía social y solidaria (esys), que identifica a colectivos y prácticas de producción y circulación de bienes y servicios que, de manera autónoma y democrática, buscan satisfacer las necesidades de sus miembros y colaborar con el desarrollo sostenible de sus comunidades. Mediante la noción de esys se reconocen aquí las prácticas conf luyentes que integran la economía social, la econo-mía solidaria y del trabajo (Eme y Laville, 2004; Coraggio, 2014 y 2016).

La problemática de una débil participación y/o implicación en empre-sas autogestionadas ha sido señalada por varios dirigentes y fue retoma-da a nivel nacional y mundial por organizaciones representativas de

Page 130: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

128 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

cooperativas de trabajo.1 Esta misma preocupación la hemos relevado en observaciones y entrevistas realizadas en campo de ert2 y se halla indica-da en la literatura como parte de los problemas latentes de involucramien-to y de tensiones crecientes en torno al gobierno de la empresa. En algunos casos, estas tensiones han sido asociadas a diferencias persona-les, de género y de saberes técnicos, a la socialización asalariada y/o a categorías profesionales o jerárquicas (Bancalari, Calcagno, y Pérez Ferretti, 2008; Dicapua et al., 2011; Ferramondo et al., 2012; Dzembrowski, 2015). Los colectivos de trabajadores de estas empresas han pasado por una socialización laboral asalariada bajo relaciones jerárquicas verticales. A partir de la conversión del estatuto de la empresa a una organización de propiedad colectiva y del inicio de su proceso de autogestión, sus actores se enfrentaron cotidianamente a tensiones y problemas en relación con la toma de decisiones y su implementación en la organización de la produc-ción y la gestión administrativo-comercial. En torno a estas cuestiones nos preguntamos: ¿cuáles son las bases del involucramiento de los traba-jadores socios en las formas de gestión de estas organizaciones?; ¿cómo se representan las dinámicas de representación y gobierno?

En este artículo se presenta un estudio sobre las prácticas de partici-pación en el ámbito de una ert a partir de la exploración de las articula-ciones de sentidos y acciones individuales y grupales en la organización del trabajo, la gestión y la actividad política. En lugar de describir las modalidades oficiales de gobierno, se ha efectuado un análisis de las for-mas de participación formales e informales que permitirá conocer el sis-tema de relaciones concreto entre los trabajadores a través de la distribución de los recursos, de la organización del trabajo y de las diver-sas jerarquías establecidas.

1 Por ejemplo, a partir del lanzamiento mundial del Año Cooperativo en 2012, la Alianza Cooperativa Internacional plantea como una de las misiones de la década aumentar el nivel de la participación de los miembros y asociados. Esta misión ha sido retomada por sus afiliadas, como la Organización Internacional de las Cooperativas en la Industria y los Servicios (cicopa) y la Confederación Cooperativa de la República Argentina (cooperar).

2 Las observaciones y entrevistas fueron realizadas en el marco diversos proyectos de investiga-ción. Entre ellos: el proyecto ubacyt 2014- 2017 “Estructura y relación de empleo en la empresa cooperativa”, dirigido por la Dra. Mirta Vuotto (Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Buenos Aires) y el V Relevamiento Nacional de Empresas Recuperadas por los Trabajadores del Programa Facultad Abierta 2016-2017, dirigido por el profesor Andrés Ruggeri. (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires).

Page 131: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

129 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

En vistas de los estudios que se han publicado en otros países sobre las características institucionales de la gobernanza, mayormente desde la administración y la economía (Biondi et  al., 2010; Sainsaulieu y Laville 2013), se propone aquí un trabajo sociológico con inf luencia de la antropo-logía organizacional y del análisis crítico de las organizaciones (Amblard et al., 2005; Chanlat, 1994 y 2014), que permitirá comprender desde otro ángulo la dinámica de los gobiernos democráticos y colectivos en organi-zaciones autogestionadas. El interés en el estudio sobre la participación en las ert radica en su aporte a la sostenibilidad y desarrollo de las orga-nizaciones autogestionadas cuyo análisis, hasta el momento, ha quedado subsumido bajo la identificación del capital social o la conf lictividad de su membresía (Cornforth, 2011).

Los datos que se presentan han sido elaborados en el marco de una investigación cualitativa bajo una estrategia de triangulación múltiple y diseño f lexible (Maxwell, 1996; Denzin y Lincoln, 2005) sobre colectivos de trabajadores autogestionados radicados en la Ciudad de Buenos Aires cuyo trabajo de campo fue realizado entre 2013 y 2016, e incluye una etapa de cinco meses de observación participante en organizaciones.3

La realización de un estudio de caso bajo la perspectiva etnográfica nos parece apropiada para avanzar en el propósito de desplazar la mirada de los órganos institucionalizados y derrotar los supuestos sobre una racionalidad económica unificada, hacia la comprensión de la diversidad de las formas de hacer y pensar en su diversidad (Dufy y Weber, 2007; Villette, 2014).

El caso de ert que aquí se considera es de tipo instrumental (Stake, 1998) y ha sido seleccionado por su univocidad con el objetivo de aportar a la comprensión del fenómeno en estudio. La información obtenida a través de la técnica de observación participante fue complementada con entrevistas semi-dirigidas en 2015 a nueve socios, a seis ex trabajadores de la cooperativa y, como informantes clave, a cinco miembros de otras ert. La información relevada ha sido sistematizada a fin definir catego-rías matriciales, propiedades e interconexiones que permitiesen tener una adecuada comprensión del fenómeno sobre la base de argumentos

3 Estas intervenciones no se han realizado encubiertas, lo cual ha evitado las dificultades que implica volverse nativo y los problemas de ética asociados (Broqua, 2009). La investigación se ha enmarcado dentro de los estudios de la autora en el doctorado en Sociología de la Universidad de Buenos Aires y la Université Lumière Lyon II.

Page 132: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

130 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

teóricos y que fueron revisadas mediante el método de comparación constante (Glaser y Strauss. 2017).

El artículo se estructura de la siguiente manera: en primer lugar, se realiza una introducción del objeto de estudio, en el marco de la esys y la autogestión y se propone una grilla de análisis conceptual sobre la proble-mática de la participación. En segundo lugar, se presenta el caso de estu-dio, se interpretan y se analizan las prácticas y representaciones en torno a la participación de diferentes miembros. Por último, se señalan algunas ref lexiones finales con el objetivo de recentrar el debate sobre la partici-pación en estas organizaciones “alternativas”.

nociones para estudiar la participación en la autogestión Actualmente, la literatura internacional sobre el modo de dirección y con-trol democrático en organizaciones del sector de la esys y sin fines de lucro, que integra a las formas institucionalizadas de participación, se ha ocupado del estudio de la gobernanza (Demoustier y Richez-Battesti, 2010, Eynaud, 2015; Hoarau y Laville, 2013). La gobernanza es un concepto polisémico que ha sido tratado en su origen para analizar las formas de gobierno y de control de los accionistas en empresas privadas, luego fue extendido para estudiar el funcionamiento de programas estatales y, en las últimas décadas ha sido adoptado por el sector de la esys de las aso-ciaciones sin fines de lucro (Srnec, 2018).

La participación ha sido abordada de diferente manera de acuerdo con la naturaleza de las organizaciones, sean empresas privadas, asocia-ciones civiles sin fines de lucro, sindicatos, mutuales, cooperativas de trabajadores asociados u de otro tipo (por ejemplo, de consumo o servi-cios públicos), organismos estatales o movimientos sociales. Entendemos que esto se debe a que los actores disponen de derechos diferentes para formalmente decidir y son también distintas sus dinámicas de participa-ción y formas de implicación personal. Por ello, la participación puede entrañar un aspecto más militante, una dirección político- ideológica, un interés económico o un costado más voluntario (Vieta et al., 2016; Eynaud, Chatelain-Ponroy y Sponem, 2015; Cornforth, 2004).

Page 133: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

131 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

La autogestión en el marco de la economía social y solidaria en la Argentina recienteA nivel internacional, el término “autogestión” fue difundido como con-cepto por el Partido Comunista yugoslavo en la década de 1950 en el marco de la reorganización de su sistema económico y, particularmente, en la gestión de las empresas estatales donde se practicaron diversas modalidades de participación de los trabajadores (Meister, 1974). En Francia, el concepto se difundió durante la movilización social de mayo de 1968 como un modelo de democracia directa y participativa inspirado en la teoría marxista. El término envuelve tanto un ejercicio descentrali-zado y colectivo del poder como un proceso de representación democráti-co representativo (Mothé, 2004; Rosanvallon, 1976).

En Argentina, las primeras experiencias de autogestión documenta-das son las cooperativas de trabajo, como “La Edilicia de Pergamino”, fundada en 1928 y dedicada a la construcción. El cooperativismo de traba-jo tuvo una lenta evolución durante el siglo xx, representando una rama minoritaria del cooperativismo. No fue sino hasta que las condiciones del mercado de trabajo se agravaron a partir de mediados de la década de 1970 que su número de organizaciones creció significativamente acele-rándose en las últimas décadas y contando con apoyo estatal desde 2003 (Levin y Verbeke, 1997; Vuotto, 2011 y 2014).4 Sin embargo, con las prime-ras experiencias de recuperación de empresas a partir de 2002, el término “autogestión” fue incorporado y movilizado por los actores, entre otros, por el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (mner) (Ruggeri, 2014; Rebón y Saavedra, 2006). Hacia fines de 2017, se contabilizaron 368 ert en funcionamiento en Argentina, más del doble que las identificadas entre 2002 y 2003, que ocupan a alrededor de 15.300 trabajadores (Ruggeri, 2018). Estas experiencias, a nivel general, contaron con el apoyo de la comunidad y de otros trabajadores, de partidos políticos y

4 Actualmente se encuentran registradas 23.123 cooperativas de trabajo en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (inaes) que deben respetar la representación democrática de todos sus miembros. Datos correspondientes con el registro público de las organizaciones matriculadas en el inaes (consultado el 26/03/2018 en <http://www.inaes.gob.ar/Entidades/BuscarEntidades>).

Page 134: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

132 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

agrupaciones de estudiantes.5 El apoyo de diversos actores sociales y polí-ticos respaldó el proceso de recuperación y fue un elemento que contribu-yó a la sostenibilidad de las experiencias.

Los procesos de recuperación de empresas son un ejemplo de la imbricación de las relaciones sociales y políticas en la actividad económi-ca (Laville, 2008; Granovetter, 1985). Desde este enfoque, que rechaza una mirada formal de la economía, siguiendo a Polanyi (2011), se entiende que la sostenibilidad socioeconómica de estas experiencias autogestionadas es el resultado de la relación de las capacidades institucionales que, a su vez, dependen de “la voluntad y consistencia de las acciones sociales, polí-ticas y económicas de los trabajadores y sus comunidades inmediatas” (Coraggio, 2009: 356). Además del acceso a bienes públicos necesarios para realizar su actividad económica y garantizar los medios de vida de sus miembros, son necesarias las disposiciones para cooperar y coordi-narse en el trabajo.

El origen de las cooperativas como ert presenta características dis-tintas del resto del cooperativismo, y su identidad en tanto que “recupe-radas” es parte del discurso de las organizaciones y del discurso individual de sus asociados (Abalo y Srnec, 2009; Bialakowsky et al., 2003; Fernández Álvarez, 2004; Veronese, 2007; Wyczykier, 2009). Sin embargo, el análisis que se presenta aquí no se centra en la historia de la recuperación sino en su organización actual de trabajo y en la dinámica social, que son el marco de la acción colectiva que se ha observado. No obstante, la acción, en el caso de estudio que presentamos, se halla atravesada por referencias al proceso de recuperación y los comienzos de la cooperativa, así como a la construcción de vínculos con otras ert y colectivos de trabajadores. Ello da cuenta de que las acciones son un diálogo, un discurso con el pasado en el que se inscriben; son su telón y se despliegan esbozando vínculos con acciones futuras (Clot y Simonet, 2015; Bajtin, 2009).

5 Las primeras experiencias surgidas a partir de la crisis de 2001 fueron analizadas por varios investigadores (véase Fajn, 2003; Hudson, 2009; Fernández Álvarez, 2006; Rebón y Saavedra, 2006; Magnani, 2003, entre otros). A partir del crecimiento y del interés por estos procesos de acción colectiva, se resignificaron experiencias previas de autogestión obrera que habían recu-perado sus puestos de trabajo en empresas privadas y públicas desde 1950 (Wyczykier, 2009).

Page 135: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

133 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

La acción colectiva y la práctica de la participación Es por medio de las organizaciones como colectivo social con una mínima estructura organizacional y una dinámica de funcionamiento estable que son construidas las asociaciones representativas, como federaciones, redes y /o agrupaciones. Sin embargo, es al nivel de las personas que se edifica el compromiso y se concretan las acciones en pos de un objetivo colectivo y asociativo. Son las personas quienes consienten su adhesión e implicación en un proyecto solidario-colectivo (Giraud, 2011), siendo más visibles, en general, quienes cumplen roles de dirigentes (referentes, líde-res, delegados, entre otras denominaciones y particularidades). La parti-cipación en los proyectos colectivos posee, entonces, un nivel de adhesión subjetivo que se complementa con el soporte grupal. Luego, la coordina-ción entre grupos u organizaciones en estructuras pluri-organizacionales implica un nivel de construcción de acuerdos que denominaremos político-institucional.

Integrar una mirada sobre la participación de los actores en las orga-nizaciones nos permite comprender la naturaleza de su compromiso y su acción militante (en diverso grado) en torno a una causa colectiva. El individuo, al ser parte de un programa de acción colectiva, atraviesa la tensión entre la autonomía y el acatamiento a las máximas normativas del colectivo. Comprometerse implica la asunción de roles y responsabili-dades en la puesta en organización de esta acción colectiva (que se quiere y piensa como) transformadora de la realidad social. Sin embargo, no todos los actores se implican de la misma manera, y hay quienes simplemente adhieren aceptando el objetivo general colectivo y difieren en las estrate-gias diseñadas. En los programas políticos de organizaciones y de movi-mientos sociales en torno a un objetivo colectivo de cambio social existe un margen de malentendido sobre lo indefinido de sus estrategias y alianzas que vuelve posible la concentración y participación de actores en causas (Mathieu, 2012). La amplitud de los ideales permite la coexistencia de intereses divergentes en ese marco de lo que puede negociarse porque aún no ha sido instituido. Las lógicas de acción organizacional son la parte no instituida de las relaciones sociales que estructuran el mundo social y enmarcan el espacio donde se desarrollan las prácticas de participación.

De acuerdo con una perspectiva pragmatista, la interacción “signifi-ca que la constitución de las cosas o de los elementos depende de sus relaciones mutuas” (Zask, 2013). Esta visión permite entender que

Page 136: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

134 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

la experiencia es la base del desarrollo del individuo, siendo esta una adaptación consciente a una situación problemática. Por ello, la participa-ción es un resultado de la interacción social, y las bases de su persistencia se entienden también en este contexto. Siguiendo el desarrollo de Zask (2011), la participación implica tres registros de acción a nivel individual: el tomar parte (implicarse en una actividad común), el contribuir y el reci-bir un beneficio que responda a las necesidades y a las expectativas del individuo y que, además, sea valorado en su ambiente social. Estos regis-tros de la acción pueden ser analizados a partir de la observación de las interacciones y los discursos situados. En cambio, para Giraud, el nudo de la participación es el compromiso individual. Este compromiso se man-tendría porque representa una lealtad hacia una institución en términos ideales, por fidelidad personal a la obligación concreta contraída o a las personas que están asociadas a esta (Giraud, 2011).

Las representaciones sociales entrecruzan los registros de la acción de participar y de comprometerse en las organizaciones. Son una forma específica de conocimiento social, construido y compartido entre los gru-pos sociales, por lo que constituyen la base de la producción de una visión común en los campos profesionales. Esta visión compartida “expresa la manera en que los actores se sitúan con relación a su actividad y a sus compañeros, así como frente a las normas y roles vigentes en el espacio de trabajo” (Jodelet, 2011). Por lo tanto, entendemos que la exploración de las representaciones sociales en “acción” nos permitirá avanzar en la com-prensión de las formas de compromiso y participación en la vida colectiva que entrecruzan a la empresa y al cuerpo asociativo-político de la cooperativa.

exploración de la participación en un caso de estudio

La cooperativa de trabajo Belgrano*6 fue constituida en julio de 2002 por veintiséis trabajadores tras la declaración de quiebra y abandono de las instalaciones por parte de su propietario. La empresa Solmar*, de capital

6 Los nombres de las organizaciones en estudio y de las personas involucradas han sido mo-dificados a fin de resguardar el anonimato y confidencialidad pactados en la investigación. Se identifica con un asterisco (*) la primera vez que se menciona a las organizaciones con un nombre de fantasía. Se mantienen los nombres de cooperativas y movimientos sociales sobre cuya dinámica interna no se ha realizado aquí un análisis.

Page 137: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

135 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

nacional, se había fundado quince años antes y se situaba en un barrio industrial del sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (caba). En su momento de máxima expansión, alcanzó a emplear cincuenta y siete per-sonas que trabajaban en dos turnos de producción. Hacía fines de la déca-da de 1990, el mercado local estaba en contracción y fue disminuyendo su performance drásticamente hasta llegar a 2001 con despidos y suspensio-nes. Durante 2001 y principios de 2002, los trabajadores que quedaban realizaron paros de actividad en medida de protesta por las deudas de parte de sus salarios y atrasos en los pagos. El proceso de recuperación por parte de los trabajadores se inició cuando el propietario solicitó la quiebra en junio de 2002 por cesación de pagos y abandonó la gestión de la empresa reteniendo la documentación y equipamiento del sector de administración. Inmediatamente, los treinta trabajadores que habían permanecido contactaron al sindicato y procedieron a la ocupación pre-ventiva de las instalaciones para su custodia. La definición de armar la cooperativa entre los afectados fue rápidamente concretada. Este caso, en comparación con la media de duración otras recuperaciones,7 es caracte-rizado como de rápida resolución dado que desde la ocupación hasta la puesta en funcionamiento pasaron ocho meses. La cooperativa consiguió un acuerdo con el propietario del predio para alquilarlo y reiniciar allí mismo el negocio. Ese mismo año obtuvo de la Legislatura de la caba la declaración de utilidad pública sujeta a expropiación de los bienes intan-gibles (marcas y patentes) y los bienes muebles existentes (maquinaria y stock) en el predio donde funcionaba la fallida empresa, cedidos en como-dato en favor de las actividades de la cooperativa. Esta declaración, fue ratificada en 2004 por una ley de expropiación definitiva.

El primer presidente del Consejo de Administración (en adelante ca) fue el delegado gremial, un trabajador calificado del sector de producción. El resto del Consejo lo compusieron trabajadores de la administración y de mantenimiento, por lo que todas las áreas habían quedado representadas.

Por intermedio del sindicato, los trabajadores habían entrado en contacto con otras ert; algunas se hallaban, como ellos, en proceso de constitución como cooperativas, y lucharon juntos por la obtención de la

7 En aproximadamente 90 días consiguieron el permiso de funcionamiento de parte del juez a cargo de la quiebra de la empresa, mientras que el promedio para otras empresas fue de 174 días entre 2002 y 2004 (Ruggeri et al., 2010).

Page 138: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

136 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

declaración de utilidad pública. A través de estas se integraron al mner y también mantuvieron un contacto eventual con la Federación Nacional de Cooperativas de Trabajo y Empresas Reconvertidas (fencooter). Por el contrario, conservaron una relación más estrecha con la Federación de Cooperativas de la República Argentina (fecootra) dado que había una mayor presencia de cooperativas vinculadas a su sindicato.

La autoridad y el orden social en la producciónEl proceso de recuperación de la empresa demandó, desde la ocupación de las instalaciones, nuevas actividades y distribución de tareas que gene-raron espontáneas relaciones de cooperación y de conocimiento mutuo –por ejemplo, en la coordinación y creación de turnos para realizar las guardias, las tareas de limpieza, la preparación del almuerzo colectivo y los trámites legales para obtener la matrícula de la cooperativa, entre otras actividades–. Al haber sido interrumpida la actividad económica de producción, había quedado suspendido el orden de regulación social que esta instauraba y al cual estaban habituados para relacionarse unos con otros. Dado que todo orden es siempre inestable (Chanlat, 1994), una vez que la producción se reactivó, los puestos de trabajo fueron vueltos a ocu-par por cada trabajador tal como había sido bajo la empresa fallida, asu-miendo algunos de ellos tareas extras para cubrir los puestos vacantes. De esta manera, fue “reinstalado” un sistema de autoridad (aunque no exis-tiera más el propietario capitalista) para la organización del trabajo, y el orden social extraordinario de esta primera etapa de la recuperación se disolvió.

Durante dos años estuvimos sin nada. Por el sindicato recibíamos una bolsa de veinte productos de alimentos; todos dejaban la yerba acá y fideos; los comíamos solo con sal. Dejaban la harina para hacer torta frita; todos los días comíamos torta frita. Cuando remontamos, estuvimos bastante bien, hasta se había formado un lindo grupo de gente. En Solmar no nos permitían conversar; cuando empezamos la cooperativa nos tuvimos que conocer, pero después se diluyó. La gente cambió, también la que estaba. Pero al principio todos tirábamos del carro igual (Marisol, socia fundadora).

El testimonio de Marisol señala que los bruscos cambios ocurridos con el proceso de recuperación instaron a nuevas interacciones y una sociabilidad diferente en torno al objetivo colectivo de salvaguardar los

Page 139: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

137 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

puestos de trabajo. Sin embargo, la reinstalación del orden fabril era una señal de haber alcanzado ese objetivo y trajo aparejada la “vuelta” de com-portamientos individualistas bajo la estructura de organización del tra-bajo que era regida por una autoridad rígida, burocrática y jerárquica: “se seguía como si tuviéramos patrón” (Gastón, socio fundador). El nuevo órgano de gobierno de la cooperativa, el ca, fue fusionado con la anterior estructura jerárquica de autoridad para la organización técnica del traba-jo. Así, el ca representaba la autoridad máxima en las decisiones comer-ciales y en la gestión diaria del trabajo, de la cual dependían las figuras de dirección y control en cada área. Este sistema de categorías se hallaba correlacionado con la estructura vertical de la distribución de los recur-sos. Los retiros que percibían los trabajadores como adelantos de los retornos por los excedentes que generaba la cooperativa se distribuían de acuerdo con la jerarquía de responsabilidades y respetaban el sistema de categorías profesionales del gremio (del 1 al 10).

En pocos años los asociados reactivaron la producción y contrataron nuevos trabajadores para la administración, el taller, así como vendedores que ampliaron la clientela. Durante varios años fueron considerados por otras ert como una cooperativa “modelo”, llegando a estar conformada por cuarenta y cinco trabajadores entre 2010 y 2012. A pesar de la adecua-da organización técnica de la empresa, se acumulaban algunas contrarie-dades de productividad y de administración de los recursos que resultaron ser un problema que afectó su sostenibilidad cuando el mercado local se retrajo y aumentaron los costos de las materias primas. Desde fines de 2013, los trabajadores de los sectores de producción y mantenimiento empezaron a percibir atrasos y pagos de retiros incompletos, menores a lo pautado. Esa fue la principal señal para la mayoría de los trabajadores de la crisis financiera que atravesaba la cooperativa y expuso los problemas que la gestión no había podido resolver. Esta situación fue agravándose a través de dos efectos: 1) la disminución de los retiros, que promovió la renuncia o ausencia de muchos trabajadores, varios de ellos los más cali-ficados; y 2) la falta de crédito para comprar insumos, que generó atrasos para la elaboración de pedidos y pérdida de clientes. Luego de dos años, la continuidad de la empresa se hallaba en grave riesgo. Los resultados eco-nómicos se habían reducido drásticamente y no alcanzaban para cubrir los costos, situación que explicaba la disminución de la planta de trabaja-dores. Hacia inicios de 2015, eran trece los trabajadores asociados que se consideraban activos, aunque dos se hallaban alejados por razones de salud. El conjunto restante no alcanzaba a cubrir todas las áreas

Page 140: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

138 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

de trabajo; asimismo, la producción era inconstante. El trabajo de campo etnográfico durante ese año permitió observar las interacciones y distin-guir las representaciones manifestadas en el proceso de negociación y de definición de las opciones posibles para estabilizar la situación económica.8

Volver a recuperar la cooperativaLa situación de crisis de la cooperativa se ref lejaba al entrar al taller ya que las máquinas estaban paradas y los pocos trabajadores que quedaban se dispersaban en un amplio espacio que, por el silencio, parecía deshabi-tado. El espacio de trabajo era percibido por los trabajadores como el escenario del éxito o del fracaso de la cooperativa. En ese momento les recordaba, con angustia y bronca, una época anterior –la fase de creci-miento económico post-recuperación–: “Esto antes no sabés lo que era, no se podía pasar del trabajo que había”; “Por acá no se podía caminar, había pilas de pedidos y de materia prima”; “Éramos un montón, trabajábamos sábado y domingo”. El anterior balance exitoso de la empresa era caracte-rizado por los actores de acuerdo con el volumen de trabajo a realizar, con la cantidad de trabajadores en la planta, con la extensión de horarios de trabajo, etc., mientras que la crisis se experimentaba en la soledad, en los espacios productivos vacíos de trabajadores y de material y en el silencio generalizado.

Los asociados que se habían quedado con el propósito de reactivar la empresa manifestaban que estaban afrontando la crisis para “volver” a levantarla. Transmitían un sentimiento de frustración hacia compañeros que habían formado parte o avalado “malas administraciones” de los anteriores ca así como a varios otros que, con acciones deshonestas, no habían contribuido al bien del colectivo. En el discurso de la mayoría de los asociados presentes primaba un registro moralizante de los compor-tamientos de sus compañeros (que, en gran parte, habían abandonado la empresa) a quienes adjudicaban la responsabilidad del resultado crítico vigente. Esos comportamientos eran comprendidos por estos asociados como prácticas no solidarias y, desde su relectura en este momento de crisis, eran señalados como parte del normal funcionamiento de las

8 La opción que se había estabilizado en los últimos meses del período de observación luego fue modificada –lo cual sobrepasa el análisis presentado en este trabajo.

Page 141: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

139 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

relaciones entre los socios una vez reactivada su actividad económica hacia fines de 2002. De este modo, la explicación predominante sobre la crisis de los últimos años eludía la intervención de variables económicas, de las técnicas de gestión y de los mecanismos de control del gobierno colectivo. La mencionada separación técnica y funcional del cuerpo de trabajadores tenía un correlato en las relaciones de cooperación y colabo-ración entre pares, que eran percibidas como limitadas. Las rutinas de trabajo delimitadas en torno al puesto de trabajo asignado y la inexisten-cia de relaciones de intercambio y discusión sobre el proyecto colectivo nos permiten comprender la preponderancia de un involucramiento en el trabajo de tipo individualista. En este marco se sustenta la explicación del grupo que “resiste” sobre la responsabilidad de los comportamientos par-ticulares en el resultado económico de ese momento.

Este involucramiento de tipo individualista era reforzado por el cri-terio de distribución de los beneficios de acuerdo con el puesto de trabajo, la calificación y las horas trabajadas. Al no haber coexistido ninguna retri-bución basada en la apreciación del trabajo vincular o político, no fueron desarrollados mecanismos que fomentaran las redes de cooperación y cohesión societarias. Por ejemplo, al finalizar sus tareas, la mayoría de los trabajadores en la planta no solía prestar colaboración a otros compañe-ros de otra área, ni tampoco habían constituido comisiones de discusión sobre temas grupales-societarios o técnicos-productivos.

Durante el período de la “nueva” crisis entre 2014 y 2015, la coopera-tiva no recibía pedidos suficientes para mantener en funcionamiento la planta. En el año que hemos observado, no contaban con clientes propios y solían trabajar para otras firmas a façon o tercerizados.9 Estas modalida-des de contratación no les otorgaban un margen de excedentes suficiente para cubrir sus costos ni permitían acumular reservas. Cuando entraba un pedido, se encendían entre una y tres máquinas del taller, y el ruido, un símbolo de “vida económica”, era reconfortante para todos los socios. En algunos casos, mientras trabajaban los operarios cuyas máquinas eran movilizadas por el pedido, otros se reunían a su alrededor y los asistían realizando tareas menos calificadas, o también les cebaban mate y con-versaban para “hacerles compañía”. Para la mayoría de ellos, la vía para

9 Bajo la modalidad a façon, la cooperativa es provista de la totalidad de los insumos por la parte contratante por lo que obtienen limitados márgenes de excedentes y suelen mantenerse bajo la dependencia comercial y económica de esta.

Page 142: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

140 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

apuntalar el equilibrio económico de la cooperativa era aumentar la can-tidad de pedidos de trabajo, que permitirían generar ingresos suficientes para estar en condiciones de distribuir una remuneración satisfactoria y así recuperar parte del personal calificado necesario para asegurar el fun-cionamiento “estándar” de toda la planta. La labor de gestión de la empre-sa y de dirección del ca eran representadas como actividades de simple reemplazo en comparación con las posiciones de elevada calificación en la producción. Entendemos que, cuando una cooperativa es construida y se instala sobre una estructura preexistente del negocio y de orga-nización del trabajo, el proyecto democrático y sus posibilidades de desarrollarse de manera directa participativa son afectadas por la inercia de lo instituido. Rothschild y Whitt (1989) han señalado que las organizaciones autogestionadas se enfrentan a la “amenaza” de ser atropelladas por la cultura normativa de alrededor (jerárquica, burocrática y mercantilizada). En el caso que analizamos aquí, la disposición de los puestos de trabajo basados en la tecnología y la representación política fue yuxtapuesta sin ponerse en discusión la tradición sindical y la cultura de dirección vertical.

La construcción de lo político desde el compromiso individual y colectivo Un grupo de pertenencia es el que aporta a sus miembros una identidad (Dubar, 2000) sustentada en una historia común (como en la recupera-ción de la empresa y la fundación de la cooperativa), la cual puede comple-mentar la constituida alrededor de un oficio (y que se asienta en su trayectoria laboral) y que es parte de una narración que los posiciona en el mundo (Ricoeur, 2005). A partir de su reconocimiento mutuo como sujetos involucrados en una misma “causa”, que constituye un primer nivel de compromiso colectivo, son definidos los proyectos que los reú-nen. En este caso, la “causa” colectiva ha sido la formación de la coopera-tiva como proyecto productivo para mantener los puestos de trabajo. La cooperativa como proyecto colectivo es posible cuando el compromiso de las personas es la guía de acciones concretas que lo expresan. En el pro-yecto colectivo se articulan las representaciones individuales y colectivas en torno al trabajo y la condición de ert.

Posteriormente, en un segundo nivel de compromiso alrededor de la causa, el proyecto de trabajo (la empresa colectiva) puede encarnar un programa político. Este programa puede observarse en acciones que

Page 143: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

141 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

traducen este compromiso y exceden la actividad laboral –por ejemplo, en otras ert que han puesto en marcha un centro cultural, actividades edu-cativas y/o un centro de salud en sus locales.10

La institución de lo político es un trabajo colectivo y progresivo desde un simple conjunto de personas hasta su conformación en una comuni-dad. Lo político es constituido “a través del proceso de discusión de elabo-ración de reglas explícitas o implícitas sobre lo participable que dan forma a la vida de la ciudad” (Rosanvallon, 2003: 12).11 En Belgrano, los socios que permanecían no distinguían un programa político propio en tanto que algo diferente y por fuera (aunque pueda ser complementario) del objeto social principal: brindar trabajo a sus asociados y satisfacer sus necesidades (como figura en el Estatuto). En lugar de un programa políti-co específico, hemos identificado un accionar político. Definimos aquí un accionar político como un cúmulo de acciones que no implica una articu-lación de estrategias entre sí ni la movilización de ideologías o el tejido de colaboraciones regulares con otros actores. En esta cooperativa, el accio-nar político se centraba en actividades tales como recibir a instituciones educativas y a investigadores, participar en federaciones y asociaciones de ert y cooperativas de trabajo. Los asociados discernían que, por ser una ert, participaban de espacios políticos que antes, como empresa pri-vada, les eran ajenos, pero que esa experiencia no los había instado ni movilizado para construir una cooperativa “politizada” como otras (de las cuales se distinguían).

Entonces vos vas a la reunión de la federación y vienen y te dicen [trabaja-dores del taller] “¿adónde vas? Y ¿qué hacés? vos te vas de reunión y noso-tros nos quedamos acá trabajando, no hay resultados”. Te lo decían los propios integrantes. Ese era el desafío, poder revertir esa mirada. Había que decirles “a largo plazo esto va a funcionar”, pero nunca escucharon, nunca tuvieron un mea culpa, nadie. La verdad que esto ayudó a muchas empresas cuando creció, pero cuando no existía, era boicoteado por sus propios interesados. Parecía que no servía para nada y era estar por estar (Bruno, socio no fundador).

10 A modo ilustrativo, se mencionan algunas cooperativas situadas en el amba: entre otras, Cooperativa Chilavert Artes Gráfica, impa Cooperativa Limitada de Trabajo y Consumo, Cooperativa Gráfica Patricios y Cooperativa de Trabajo 19 de diciembre.

11 Traducción propia del francés. La noción de “ciudad” –cité– no refiere a una jurisdicción geo-gráfica, sino que debe ser entendida como persona moral (por ejemplo, una comunidad).

Page 144: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

142 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Para gran parte de los asociados que no integraban el órgano de dirección, lo político lo conformaban todas las actividades que nominal-mente no pertenecían al programa económico-comercial de la cooperati-va. Los socios comprendían los vínculos de la cooperativa con otras organizaciones como una relación instrumental, como por ejemplo con el mner o con federaciones de cooperativas tal como relata Bruno sobre su experiencia como presidente del ca. La ausencia de un programa político se distinguía también en que las asambleas no eran consideradas espa-cios de concertación de políticas ni de comunicación sobre la participa-ción de la cooperativa a través de sus representantes en otras organizaciones. La escasa valoración de la actividad de representación política como un trabajo era también socavada por la difícil evaluación de su contribución al colectivo. Toda organización brinda un sentido (varia-ble y en transformación) de pertenencia que actúa como un marco de contención a la realización de la persona (Schvarstein, 1991). Sin embargo, en caso de un desacuerdo o rechazo del grupo de compañeros el sujeto no abandona necesariamente la organización si razona que ella le provee de un beneficio deseable. La cooperativa Belgrano obraba para los asociados como un marco de contención y de seguridad económica para la repro-ducción de sus familias a través de su programa económico. En términos generales, en la cooperativa en tanto que proyecto colectivo instituido en torno al trabajo, el programa comercial-económico tenía preeminente presencia en detrimento del accionar político.

A principios de 2015, tras el abrupto recambio de la mayoría de los representantes del ca (por diferencias personales, enfrentamientos y dos casos de problemas salud) los trabajadores de Belgrano perdieron, en una primera instancia, el conocimiento de las acciones públicas y comerciales en las que la cooperativa estaba comprometida como socia de federacio-nes y de otras redes de empresas de la esys. Socios no fundadores accedie-ron a dirigir integralmente el ca ante la falta de otros candidatos. De esta manera, Laura (socia no fundadora) aclaraba que su participación no había sido fruto de un interés personal ni de un compromiso ideológico, sino que se había sentido forzada por las circunstancias, frente a la ausen-cia de candidatos: “alguien tenía que ser consejero, yo quiero que esto avance, que salgamos adelante”. Ella se había incorporado hacía cuatro años recomendada por su hermano (ex socio fundador) para realizar labores temporales. Frente a la crisis en este período que llevó a la reducción del número de asociados, por primera vez se involucró en

Page 145: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

143 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

la dirección y gestión política de la cooperativa, asistiendo a las reuniones con otras organizaciones para “defender” a la cooperativa.

En la situación crítica de la empresa, el conjunto de asociados se hallaba dividido en dos posturas principales: por un lado, quienes querían “levantar” la cooperativa y solicitaban asistencia a otras organizaciones y, por el otro, quienes proponían buscar los medios para cobrar las remune-raciones adeudadas. La primera posición integraba a Laura y a otros socios no fundadores que no compartían la trayectoria de un oficio indus-trial, y la cooperativa les había otorgado la posibilidad de recalificarse profesionalmente. Uno de ellos era Ramón que se había incorporado hacía dos años en la administración y que, tras la renuncia de varios compañe-ros, se había quedado a cargo de prácticamente todas las tareas bancarias y comerciales. Para él la cooperativa significaba el lugar donde había encontrado un empleo tras un largo período de desocupación. Había ele-gido quedarse allí para intentar recomponer su funcionamiento y lo tomaba como un desafío para crecer profesionalmente.

La segunda posición era compartida por los trabajadores que conser-vaban perspectivas de reinsertarse en el mercado o estaban próximos a jubilarse y habían rechazado conformar el nuevo ca. Este es el caso de Javier (socio fundador), un operario calificado que participó de los prime-ros gobiernos de la cooperativa. Si bien mantenía un discurso y un com-portamiento que demostraban su compromiso con la recuperación del “esplendor” de la cooperativa, desde hacía varios años rechazaba un rol político. Javier constituye un caso ilustrativo de un comportamiento abo-cado a su puesto laboral y obediente de las reglas. Su disciplina respecto de su puesto de trabajo era una característica que públicamente se admi-raba pero que no era imitada por los demás. La disciplina de Javier cues-tionaba y ponía a prueba la responsabilidad individual hacia el trabajo, lo cual instauraba tensiones dado que ante una comparación el resto queda-ba desacreditado –”nadie” trabajaba tanto como él–: “el único que cumple el horario y que es un relojito y lo será hasta el último día es Javier” (Ismael, socio fundador). De su trayectoria como operario calificado desde el inicio de la empresa privada, Javier mantiene su identificación con el oficio y la adhesión a las reglas que observa como funcionales para el buen funcionamiento de la cooperativa. Su dedicación al trabajo se ha enmarcado en el respeto de las funciones y de la estructura de autoridad de acuerdo con la división técnica y social del trabajo. Desde esa perspec-tiva, se comprenden sus esfuerzos personales por el desarrollo del

Page 146: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

144 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

proyecto de la cooperativa. Javier se lamentaba por las razones morales de la crisis de este último período y la falta de unidad: “se van dispersando las ideas de lo que es una cooperativa. En una cooperativa no debe haber privilegios para nadie, sino que el privilegio es para todos”.

A pesar de las diferentes posturas, los socios compartían un discurso sobre las estrategias a las que se veían expuestos para “sobrevivir” como proyecto colectivo. Las estrategias a nivel individual dependían de sus recursos personales en conjunto con los de sus familias, y las estrategias colectivas recaían en los contactos que podían movilizar para recibir ayuda de otras organizaciones y/o recuperar clientes. Los asociados per-cibían una distancia social entre ellos basada en el grado posible de satis-facción de sus necesidades personales y familiares. Por un lado, se ubicaban quienes contaban con otros ingresos o ahorros en sus hogares y, por el otro, quienes no poseían otra fuente de ingreso y eran cabeza de familia. Sin embargo, estas diferencias en recursos no explicaban el com-promiso y la participación en las distintas instancias de la dirección de la cooperativa. Gastón, por ejemplo, era uno de los asociados que detentaba una situación familiar económica estable y, sin embargo, se quedaba hasta las 22 horas, fuera del horario laboral para cooperar con un compa-ñero que se quedaba a cargo de la producción: “[Juan] no puede solo, esta máquina lo vuelve loco, por lo menos miro cómo salen los productos y no se vuelve loco corriendo de un lado al otro”. En la situación vigente de crisis, Juan cargaba con la responsabilidad de hacer funcionar la máquina cuyos resultados eran clave para continuar la producción a la jornada siguiente. El testimonio de Gastón pone de relieve su compromiso con la manutención del puesto de trabajo como la causa inicial del proyecto colec-tivo de recuperación de la empresa, alrededor de la cual se mantiene fiel.

Clasificaciones y estatus en tensiónEn el marco de la tradición de trabajo industrial, la remuneración es un factor de distinción, recompensa y clasificación de los obreros que fue oportunamente señalado por Mottez en la década de 1960. Para el autor (1966, citado en Quijoux, 2014), la remuneración tiene una fuerza norma-tiva por lo que los diversos sistemas de remuneración deberían ser pensa-dos como “ideologías”. Quijoux (2014) ha concluido en su investigación basada en dos casos de ert que los viejos sistemas de remuneración en la época de propiedad privada (salario, compensaciones, primas) se halla-ban incorporados en la subjetividad y prácticas de los trabajadores y aún

Page 147: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

145 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

se reproducían bajo el régimen cooperativista. Entre los casos que el autor estudió, las distintas formas de haber incorporado la retribución y reco-nocimiento de la labor conllevaban efectos de desilusión de los trabajado-res frente al cambio de sistema de gobierno y régimen de propiedad. La instalación de la igualdad de remuneración tras la recuperación de la empresa se enfrentaba a clasificaciones de valoración del oficio. En los inicios de Belgrano, la remuneración había sido establecida igualitaria para todos. Sin embargo, luego de haber recobrado la actividad económi-ca, fueron re-establecidas las diferencias en los retiros (adelantos de su remuneración) estando vinculadas a la escala salarial del gremio. Esta política de distribución de los recursos fue únicamente interrumpida –y así restablecida la igualdad de remuneración– cuando, hacia fines de 2014, el nivel de ingresos era ineficiente y las reservas se hallaban agotadas.

Anteriormente, en un período de equilibrio de las cuentas de la coo-perativa, algunos trabajadores de las categorías inferiores reclamaron reinstaurar el modelo igualitario con el propósito de obtener mejores remuneraciones. Se quejaron de las “diferencias” en la retribución por el trabajo y basaron su argumento en la común propiedad de la empresa. Este reclamo se enfrentó con la posición de los dirigentes con alta califi-cación y fuerte identificación con el oficio:

[En la cooperativa] todos querían cobrar igual y yo tengo 45 años en el ofi-cio. No es lógico que una chica que recién entró y está aprendiendo gane lo mismo. (…) Me fui porque me cansé de pelear con la gente. Yo era jefe de taller y hablaba con el jefe de producción. Es lógico tener el escalafón. Acá se creen dueños y no son dueños de nada (…) Tenés que incentivar a la gente, no puede ser que todos ganen lo mismo (Guillermo, ex socio).

Guillermo (ex socio no fundador) integró la cooperativa durante los años de su mejor desempeño económico (entre 2008 y 2011), fue miembro del ca y jefe de la sección de máquinas. Su testimonio ilustra cómo, en la opinión de los operarios más calificados, el “sistema” de la cooperativa contenía en su interior tensiones por reclamos igualitarios que desenten-dían la tradición del oficio e iban en contra de la eficacia empresarial. La conclusión sobre la necesidad de recompensar las diferentes competen-cias y la dedicación en el trabajo, siguiendo un razonamiento meritocrá-tico, también se escuchaba durante 2015, el año más crudo de su crisis luego de la recuperación. Los socios habían acordado desde fines de 2014,

Page 148: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

146 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

como se mencionó, distribuir de manera igualitaria los ingresos que generaba la cooperativa. En una ocasión, frente a la “desmotivación” generalizada, el nuevo tesorero decidió aumentar la remuneración de quienes habían trabajado el último sábado. El tesorero le comentó su deci-sión de reconocer los esfuerzos diferenciales a uno de los socios fundado-res, quien apoyó su resolución: “Está bien. Yo dije: siempre premios y castigos”. Tanto en períodos de crisis como de desempeño económico positivo, la remuneración aparece confirmada como una distinción que establece una jerarquía y puede inf luenciar los comportamientos. La eli-minación de jerarquías no es una acción sencilla cuando se proviene de una cultura societal burocratizada que la identifica como la vía de recom-pensa del trabajo (Srnec, 2016). Las jerarquías establecen distinciones que son defendidas por los sindicatos obreros a través de sus categorías profe-sionales. Decidir en una ert reestablecer o eliminar jerarquías trae apare-jada la confrontación de expectativas que ponen en discusión las identidades y representaciones en torno a la actividad laboral, al oficio y al proyecto colectivo que le “da vida”12 a la cooperativa.

Comprometerse en los roles políticosLa dirección de la cooperativa, por medio del trabajo de gestión del ca, constituía una responsabilidad que, para un grupo de ex dirigentes, debe-ría haber sido cumplida rotativamente por cada asociado al menos una vez. De esta forma, se la representa como una obligación moral de “hacer-se cargo” del proyecto colectivo. Desde esta postura, las actividades de representación política no son una tarea por cumplir por una preferencia personal, sino que, por el contrario, son parte de la función de gestión:

Yo iba a reuniones en La Plata, y volvíamos a las dos de la mañana, y me quedaba a dormir acá en la fábrica porque tenía que estar a las siete traba-jando y, si volvía a mi casa, llegaba a las 3 y media y a las cinco ya me levan-taba para venir. Entonces, dormía ahí [señala una oficina]; juntaba unos cartones y me tiraba ahí (Javier, socio fundador).

12 Con “dar vida” a la cooperativa queremos expresar que los miembros participan de una empresa colectiva de distintas maneras (y con diversos intereses): en el trabajo operativo de producción, en la gestión administrativa y comercial, en la gestión política, así como mediante la animación de las relaciones grupales y la construcción de una comunidad (Draperi, 2011).

Page 149: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

147 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

El asistir a reuniones en federaciones de cooperativas o en organiza-ciones públicas era parte del rol de las autoridades del ca. por ello, Javier las asumía como una obligación que aportaba al desarrollo de la empresa: “la participación y el compromiso son importantes”. Una vez que cumplió su mandato y volvió a su puesto anterior en la producción, Javier rechazó continuar participando como representante. Su explicación encuentra sentido en su identidad sustentada en el oficio, la cual no integraba al accionar político de la cooperativa en sus obligaciones particulares.

En conjunto, quienes tenían cargas familiares o se hallaban a cargo de puestos de dirección y supervisión manifestaron que no disponían de “tiempo” suficiente para participar. Sin embargo, no se ha tratado simple-mente de barreras por el tiempo requerido y la distancia geográfica con las reuniones ni tampoco de los objetivos de las propuestas. Poder proyec-tarse uno mismo en el programa de la acción colectiva es una de las con-diciones para lograr el compromiso de los actores a través de una participación regular. Esta proyección puede estar asentada en intereses personales e individualistas o en motivaciones colectivistas. Sin embargo, estos intereses y motivaciones han sido minoritarios entre los socios; y esta situación nos permite comprender que no haya tenido lugar una dis-puta por el papel de representante político en federaciones de cooperati-vas. Este fue el caso de Jorge (socio fundador), quien accedió a ser representante ante dos federaciones y desarrollar una carrera personal por sobre los objetivos de la cooperativa. Su ascenso político pudo desple-garse porque los otros miembros del ca le dejaron cubrir ese papel puesto que sus obligaciones laborales eran exigentes:

Yo, como te expliqué el otro día, una vez que se involucró Jorge, lo dejé de lado. Yo estaba muy metido acá adentro, y todo lo demás como que lo dejé. Porque para eso necesitábamos tiempo.Pero Jorge dejó su puesto de trabajo, ¿cuál era su puesto de trabajo?Era jefe técnico, digamos, para darle una figura. Se encargaba del mante-nimiento de planta y de máquinas (Ismael, socio fundador).

En un momento fui a una reunión donde se elegían autoridades para la federación. Gerardo estaba de candidato y me dijo: “Vos tenés que hacerte cargo de la federación”; y yo estaba más preocupado por cómo sacar ade-lante a Belgrano, porque tenía la deuda. Prefiero depositar mis energías en sacar adelante a Belgrano. Entonces eligieron a Gerardo. Pero dije: “Voy a dejar a alguien en mi lugar, que lo ocupe alguien de Belgrano”. Y lo puse a

Page 150: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

148 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Jorge [se ríe], que hasta ahí no era el Jorge que después conocí, por lo menos. Lamento lo que hice, ese fue un error mío. Yo dejé mi lugar porque tenía un compromiso y pensaba que no iba a poder con todo; y, como soy así, después iba a dirigir la federación porque la tenía en la cabeza (Bruno, ex socio no fundador).

Los relatos de Ismael y Bruno nos indican también que, luego de la elección de un compañero como representante político, se vieron deslin-dados de esa tarea y las actividades de este no estuvieron sujetas a ningún control ni intercambio de información con otros socios. Tal es así que, cuando en 2015 Jorge se alejó de la cooperativa y abandonó su rol de repre-sentante por diferencias personales y razones de salud, el resto de sus compañeros desconocía las actividades que se estaban realizando en las federaciones y en otras organizaciones que integraban. Para el nuevo ca que fue electo de urgencia en ese año resultó una tarea compleja descubrir con cuáles actores podía relacionarse para solicitar asistencia económica y técnica. Asimismo, no logró reunir toda la información financiera de la cooperativa que controlaba Jorge a través de otras organizaciones. La polí-tica de delegación en un representante fue escogida con el propósito de ser eficientes en la distribución de tareas. Empero, fue subestimado el aporte que podría haber brindado a la sostenibilidad del proyecto el invo-lucramiento colectivo en la dimensión política –por medio de dispositivos de información como mecanismo de control.

consideraciones finales Este artículo se asienta en el supuesto de que es en los espacios cotidianos del trabajo concreto donde se construye una micro-política de la partici-pación, que forma parte de un entramado de actos con sentido que sostie-nen y hacen posible un proyecto colectivo como lo es una ert. Asimismo, en este entramado de actos en interacción y diálogo, pueden sobresalir acciones de oposición a lo establecido o, por el contrario, de reproducción de instituciones e idearios clásicos, heredados de la cultura burocrática jerárquica y asalariada, que estrechan las transformaciones sociopolíti-cas. No obstante, lo heredado puede permitir la innovación en su intento de conservar lo esencial –el trabajo–, como en el caso de las ert. Luego, el desafío colectivo reposa en la relación de tensiones, ineludibles en estos casos, entre la reproducción de la organización del trabajo vertical, la forma societaria cooperativa que establece una autoridad formal (con el

Page 151: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

149 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

riesgo de crear oligarquías dirigentes) y la capacidad que brinda la propie-dad colectiva de decidir de qué manera distribuir y ejercer el poder.

Este trabajo se ha insertado en la corriente del análisis crítico de la vida en las organizaciones con el propósito de comprender los desafíos que enfrentan los actores en la construcción de acciones colectivas en pos de la defensa de la autogestión y la reproducción de la vida ampliada. Los análisis de estudios de casos permiten comprender elementos de acciones colectivas de más amplio alcance que preocupan a investigadores y a miembros de una comunidad epistémica. El interés de la investigación efectuada se ha centrado en explorar la participación desde la mirada y experiencias de los actores que ocuparon posiciones diferentes en la ges-tión y la organización del trabajo. Se ha propuesto estudiar la participa-ción como una práctica compleja que atraviesa los distintos niveles de una ert: el grupal, el organizacional-institucional y el inter-institucional (den-tro del campo compartido con otras ert y organizaciones de la esys). Construir un programa político requiere tiempo y depende, en primer lugar, de la trayectoria del grupo humano (las luchas mantenidas, los códigos que construyeron de cooperación, la dinámica del liderazgo). En segundo lugar, definir y sostener un programa político propio también se halla afectado por el campo de acción y los actores con quienes interac-túan de manera colaborativa o en competencia. Este es el nivel inter-organizacional que en la cooperativa Belgrano fue intervenido a partir de un rol de representación con nula delegación, lo que impidió desarrollar un espacio de crecimiento para la experiencia política de los socios.

En el caso estudiado hemos observado cómo el involucramiento en el accionar político de la cooperativa y en su política institucional no fue una opción pretendida por la mayoría de los asociados. Este tampoco fue el objeto de un interés compartido y guiado por valores que permitieran desarrollar un compromiso militante con una causa que superara el obje-tivo general de resguardar los puestos de trabajo. Al contrario, en el momento de crisis analizado, formar parte del ca no representaba un compromiso con el proyecto colectivo, sino que constituía una acción de “tomar parte” por “descarte” ante la obligatoriedad de cubrir esos roles y la ausencia de otros voluntarios. El riesgo que corría el futuro de la coope-rativa representaba, para los fundadores, una nueva “recuperación” de la empresa. No obstante, hemos señalamos una diferencia entre los compor-tamientos por parte de los socios fundadores con los no fundadores. Los socios fundadores rechazaron formar parte del nuevo ca, alegando

Page 152: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

150 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

cansancio y falta de energía para “volver” a emprender el sacrificio que antes realizaron –estableciendo un diálogo con las experiencias pasadas–. Ante esa circunstancia, fueron los no fundadores quienes por primera vez llevaron adelante la dirección del ca, ocurriendo un recambio forzado y no planificado de generaciones de miembros dirigentes. Aun en esa etapa de crisis, se mantuvo la doble función del ca de dirección de la cooperati-va dentro de la organización y de su representación política al exterior. Dadas las condiciones abruptas del relevo, la falta de experiencia de los no fundadores y la ausencia de mecanismos de información y control de la actividad de los anteriores dirigentes, las nuevas autoridades se toparon con dificultades para “ponerse al día” con las relaciones comerciales, así como con los vínculos inter-institucionales y políticos –imbricados en la economía de la cooperativa.

El caso de la cooperativa Belgrano resulta de interés debido a que nos permite analizar las tensiones que atravesaron su historia y que se acen-tuaron ante una crisis interna a trece años de su recuperación. La coope-rativa como institución se fue organizando de manera contingente con la recuperación de la empresa, sin un plan previo, y su estructura política, de dirección comercial y organización del trabajo no propendió a una orientación consistente hacia su sostenibilidad. El equilibrio que requiere la lógica dual de las cooperativas (Michelsen, 1997) no fue alcanzado de manera estable. Había predominando una inclinación por la gestión empresarial que, no obstante, no fue acompañada por un involucramien-to colectivo en su control.

Hemos observado que alrededor del oficio se sostenía la identidad principal en el ámbito laboral de la cooperativa estudiada. El trabajo representaba la base del compromiso de los socios con la organización. Por ello, la participación en tanto que contribución al proyecto colectivo fue predominante en torno al programa económico en detrimento de un aporte al programa político de la cooperativa.

No fue comprendida la relevancia del papel a desempeñar por la aso-ciación de los trabajadores como vertiente política y propietaria del pro-yecto. En suma, primó la ausencia de acciones de participación constructivas de una consistencia institucional y que podrían haber apuntalado la sostenibilidad socioeconómica de la cooperativa.

En términos generales, las bases de la configuración de las empresas cambian con el proceso de recuperación por parte de los trabajadores,

Page 153: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

151 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

quienes conquistan capacidad de decisión sobre la organización del tra-bajo y la administración financiera. No obstante, hemos visto que, en lo cotidiano, el desafío que se les presenta es superar la “experiencia social escindida” (Tezanos, 1987) reduciendo los valores autoritarios que minan la apropiación de los procesos, la cooperación y la participación.

Page 154: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

152 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

bibliografía

Abalo, Mirta y Cynthia Srnec (2009), “Trabajo e identidad, el pasaje de asalariado a asociado. Las empresas recuperadas desde el 2001”. En: Actas del 9° Congreso Nacional de Estudios del Trabajo. Actas. Buenos Aires, aset. En: <http://www.aset.org.ar/congresos/9/grupos.htm?groupId=11>. Consultado 3/6/2013.

Amblard, Henri, Philippe Bernoux, Gilles Herreros e Yves-Frederic Livian (2005), Les Nouvelles approches sociologiques des organisations. Paris, Seuil.

Bajtin, Mijail Mijaïlovich (2009), Estética de la creación verbal. México, Siglo Veintiuno Editores.

Bancalari, Hebe, Ana María Calcagno y Liliana Pérez Ferretti (2008), “Empresas recuperadas: las voces de las mujeres. Perspectivas de género”. Anuario de investigaciones, vol. 15. En: <http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S1851-16862008000100015 consultado el 4/7/2015>.

Bialakowsky, Alberto L., Ernestina Rosendo, María Ignacia Costa, José Manuel Grima, Natalia Benzaquen, Susana Presta, Horacio Campos, Carlos Carrizo, Mario González y Guillermo Robledo (2003), “Identidad y cultura en las nue-vas formas de gestión y autogestión de los trabajadores”. En: Actas del 6° Congreso Nacional de Estudios del Trabajo. Buenos Aires, aset. En: <http://www.aset.org.ar/congresos/6/archivosPDF/grupoTematico04/011.pdf>. Consultado: 13/02/2015.

Biondi, Yuri, Stéphanie Chatelain-Ponry, Philipe Eynaud y Samuel Sponem (2010), “Quel modèle de gouvernance pour les associations?”. Politiques et management public, 27/1. pp. 3-7.

Broqua, Christophe (2009), “L’ethnographie comme engagement: enquêter en terrain militant”. Genèses, vol. 75, N° 2, pp. 109-124.

Chanlat, Jean-François (1994), “Hacia una antropología de la organización”. Gestión y Política Pública, III (2), pp. 317-64.

––––– (2014), “The forgotten contributions of the French schools of anthropology to the foundations of anthropological perspectives in the Anglophone univer-se: a comment on Morey and Luthans”. Journal of Organizational Ethnography, 3 (1), pp. 1-4.

Clot, Yves y Pascal Simonet (2015), “Pouvoirs d’agir et marges de manœuvre”. Le travail humain, 78 (1), pp. 31-52.

Coraggio, José Luis (2005), “Sobre la sostenibilidad de los emprendimientos mer-cantiles de la economía social y solidaria”. Trabajo presentado en el Seminario

Page 155: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

153 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

“De la Universidad pública a la sociedad argentina. El Plan Fénix en vísperas del segundo centenario. Una estrategia nacional de desarrollo con equidad”, Universidad de Buenos Aires. En: <http://coraggioeconomia.org/jlc/archi-vos%20para%20descargar/Sobre_la_sostenibilidad%20_Version_Caracas_.pdf>. Consultado:18/02/2010.

––––– (2009), “Sostenibilidad”. En: Antonio David Cattani, José Luis Coraggio y Jean-Louis Laville (eds.), Diccionario de la otra economía. Los Polvorines, Buenos Aires, Universidad Nacional de General Sarmiento/ clacso/Altamira.

––––– (2014), La economía social desde la periferia: contribuciones latinoamericanas. Los Polvorines, Universidad Nacional de General Sarmiento/clacso/Altamira.

––––– (2016), “La economía social y solidaria (ess): niveles y alcances de acción de sus actores. El papel de las universidades”. En: Carlos Puig (ed.), Economía Social y Solidaria: conceptos, prácticas y políticas públicas. Bilbao, Universidad del País Vasco, pp. 15-39.

Coraggio, José Luis y Alberto M. Federico Sabaté (2010), Emprendimientos socioeco-nómicos asociativos: su vulnerabilidad y sostenibilidad. Los Polvorines: Ediciones ungs.

Cornforth, Chris (2004), “La gouvernance des coopératives et des sociétés mutuelles: une perspective de paradoxe”. Économie et solidarités, revue du ciriec Canada, 35 (1-2), pp. 81-99.

––––– (2011), “Nonprofit Governance Research: Limitations of the Focus on Boards and Suggestions for New Directions”. Nonprofit and Voluntary Sector Quarterly, 41 (6), pp. 1117-1136.

Cornforth, Chris, Alan Thomas, Roger Spear y Jenny Lewis (1988). Developing successful worker co-operatives. Londres, Sage.

Demoustier, Daniele y Nadine Richez-Battesti (2010), “Introduction. Les organi-sations de l’Économie sociale et solidaire: gouvernance, régulation et terri-toire”. Géographie, économie, société, 12 (1), pp. 5-14.

Denzin, Norman K. e Yvonna S. Lincoln (2005), The SAGE Handbook of Qualitative Research. Thousand Oaks, Sage.

Dicapua, María de los Ángeles, Julieta Marcheroni, Melina Perbellini, Carlos Solero, Mirta Tavella y Norma Valentino (2011), “Empresas recuperadas: coo-peración y conf lictividad”. Revista osera 5. En: <http://webiigg.sociales.uba.ar/empresasrecuperad as/PDF/PDF_ 05/Dipacu a–%20 CIET3.pdf>. Consultada: 23/07/2017.

Page 156: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

154 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Draperi, Jean-François (2011), L’économie sociale et solidaire: une réponse à la crise? Capitalisme, territoires et démocratie. París, Dunod.

Dubar, Claude (2000), La socialisation. Construction des identités sociales et culture-lles. París, A. Colin.

Dufy, Caroline y Florence Weber (2007), L’ethnographie économique. Paris, La Découverte.

Dzembrowski, Nicolás (2015), Asociatividad para el trabajo: cooperativas de trabajo conformadas de procesos de recuperación de empresas en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Tesis de doctorado, Ciudad de Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires. Disponible en: Biblioteca Prof. Norberto Rodríguez Bustamante, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, cátalogo ALVEAR TD 0471, 270 p.).

Eme, Bernard y Jean-Louis Laville (2004), “Renovación y diversidad de las prác-ticas”. En: Jean-Louis Laville (comp.), Economía social y solidaria: una visión europea. Buenos Aires, Altamira, pp. 35-52.

Eynaud, Philippe (ed.) (2015), La gouvernance entre diversité et normalisation. Saint-Just-la-Pendue, Juris.

Eynaud, Philippe, Stephanie Chatelain-Ponroy y Samuel Sponem (2015), “Panorama et typologie des modes de gouvernance des associations”. En: Philippe Eynaud (ed.), La gouvernance entre diversité et normalisation. París, Juris, pp. 22-42.

Fairbairn, Brett (2006), “¿Cuán ‘sociales’ son las cooperativas?: tensiones, transi-ciones y la economía social de las cooperativas en Canadá”. Documentos del Centro de Estudios de Sociología del Trabajo 52. En: <http://bibliotecadigital.econ.uba.ar/?c=docin&a=d&d=docin_cesot_052>. Consultado el 25/11/2015.

Fajn, Gabriel (comp.) (2003), Fábricas y empresas recuperadas: protesta social, auto-gestión y rupturas en la subjetividad. Buenos Aires, Centro Cultural de la Cooperación.

Fernández Álvarez, Maria Inés (2004), “Sentidos asociados al trabajo y procesos de construcción identitaria en torno a las ocupaciones y recuperaciones de fábricas de la Ciudad de Buenos Aires: un análisis a partir de un caso en particular”. En: Osvaldo Battistini, El trabajo frente al espejo. Continuidades y rupturas en los procesos de construcción identitaria de los trabajadores. Buenos Aires, Prometeo Libros, pp. 345-65.

––––– (2006), De la supervivencia a la dignidad: una etnografía de los procesos de ‘recuperación’ de fábricas en la Ciudad de Buenos Aires. Tesis de Doctorado.

Page 157: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

155 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires. En: <http://repositorio.filo.uba.ar/handle/filodigital/1280. Consultado: 12/08/2016>.

Ferramondo, Marcela, María Eugenia Díaz, Candela Hernández, Denise Kasparian y Rodrigo Salgado (2012), “Función de dirección e igualdad en las Empresas Recuperadas de la Ciudad de Buenos Aires”. Revista del ccc, 14/15. En: <http://www.centrocultural.coop/revista/1415/funcion-de-direccion-e-igualdad-en-las-empresas-recuperadas-de-la-ciudad-de-buenos>. Consultada: 12/08/2016.

Giraud, Claude (2011), Qu’est-ce que l’engagement? París, L’Harmattan.

Glaser, Barney y Anselm Strauss (2017), Discovery of Grounded Theory: Strategies for Qualitative Research. New York, Routledge.

Granovetter, Mark (1985), “Economic action and social structure: The problem of embeddedness”. American Journal of Sociology, 91 (3) pp. 481-510.

Hoarau, Christian y Jean-Louis Laville (2013), La gouvernance des associations: Economie, sociologie, gestion. Toulouse, Erès.

Hudson, Juan Pablo (2009), Procesos de recuperaciones de empresas por sus trabajado-res : el desafío de la autogestión. Tesis de doctorado. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales.

Jodelet, Denise (2011), “Aportes del enfoque de las representaciones sociales al campo de la educación”. Espacios en Blanco. Serie Indagaciones, 21, pp. 133-154.

Laville, Jean-Louis (2008), “Encastrement et nouvelle sociologie économique: de Granovetter à Polanyi et Mauss”. Revue Interventions économiques. Papers in Political Economy, no 38 (diciembre). En : <https://interventionseconomiques.revues.org/245>. Consultado: 10/08/2016.

Levin, Andrea y Griselda Verbeke (1997), “El cooperativismo argentino en cifras. Tendencias en su evolución: 1927-1997”. Documentos del cesot, 6. En: <http://bibliotecadigital.econ.uba.ar/?c=docin&a=d&d=docin_cesot_006>. Consultado 10/09/2016.

Magnani, Esteban (2003), El cambio silencioso. Empresas y fábricas recuperadas por los trabajadores en la Argentina. Buenos Aires, Prometeo Libros.

Mathieu, Lilian (2012), L’espace des mouvements sociaux. Bellecombe-en-Bauges, Editions du Croquant.

Maxwell, Joseph Alex (1996), Qualitative Research Design: An Interactive Approach. Thousand Oaks (California), Sage Publications.

Page 158: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

156 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Meister, Albert (1973), “Animateurs et militants”. Esprit (1940-), no 424 (5), pp. 1093-1115.

––––– (1974), La participation dans les associations. París, Les Editions ouvrières.

Michelsen, Johannes (1997), “Las lógicas de las organizaciones cooperativas: algunas sugerencias desde la realidad escandinava”. Documentos del cesot, 2, 24. En: <http://bibliotecadigital.econ.uba.ar/?c=docin&a=d&d=docin_cesot _002>. Consultado: 20/09/2013.

Mothé, Daniel (2004), “L’autogestion entre l’utopie et la pratique. Histoire d’une définition”. Association pour la démocratie et l’éducation locale et sociale. En: <http://www.adels.org/rdv/autogestion.htm>. Consultado: 11/09/2016.

Polanyi, Karl (2011), La gran transformación. Madrid, Fondo de Cultura Económica.

Quijoux, Maxime (2014), Néolibéralisme et autogestion: L’expérience argentine. París, Éditions de l’iheal.

Rebón, Julián e Ignacio Saavedra (2006), Empresas recuperadas. La autogestión de los trabajadores. Buenos Aires, Capital Intelectual. Claves para Todos.

Ricoeur, Paul (2005), Caminos del reconocimiento: tres estudios. Madrid, Trotta.

Rosanvallon, Pierre (1976), L’âge de l’autogestion. París, Éditions du Seuil.

––––– (2003), Pour une histoire conceptuelle du politique. París, Éditions du Seuil.

Rothschild, Joyce y J. Allen Whitt (1989), The Cooperative Workplace. Potentials and Dilemmas of Organisational Democracy and Participation. Cambridge, Cambridge University Press, American Sociological Association Rose Monographs.

Ruggeri, Andrés (2014), ¿Qué son las empresas recuperadas? Autogestión de la clase trabajadora. Buenos Aires, Continente.

––––– (2018), “Las empresas recuperadas después de dos años de nuevo neolibe-ralismo”. Autogestión para otra economía, 5, pp. 7-12.

Ruggeri, Andrés, Natalia Polti, Javier Antivero, Gabriel Clark, Andrea Méndez Marichal y Paloma Elena (2010), Informe del tercer relevamiento de empresas recuperadas por sus trabajadores: Las empresas recuperadas en la Argentina, 2010. Buenos Aires, Programa Facultad Abierta, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.

Sainsaulieu, Renaud y Jean-Louis Laville (2013), L’Association. Sociologie et écono-mie. París, Fayard.

Page 159: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

157 “Volver a recuperar la empresa”... | págs. 125-158

Schvarstein, Leonardo (1991), Psicología social de las organizaciones: nuevos aportes. Buenos Aires, Paidós.

Srnec, Cynthia (2016), “La gente se apropia siempre de su trabajo. Entrevista con Philippe Bernoux”. Revista del Centro de Estudios de Sociología del Trabajo, 8, pp. 133-46.

––––– (2018), “Los usos de la gobernanza en organizaciones de economía social y solidaria ¿herramienta adecuada o modelo externo?” Documentos del ciece. [En prensa].

Stake, Robert E. (1998), Investigación con estudio de casos. Madrid, Ediciones Morata.

Tezanos, José Félix (1987), La democratización del trabajo. Madrid, Editorial Sistema.

Veronese, Marília Veríssimo (2007), Economía solidaria y subjetividad. Buenos Aires, Altamira/ Ediciones ungs.

Vieta, Marcelo, Jack Quarter, Roger Spear y Alexandra Moskovskaya (2016), “Participation in worker cooperatives”. En: David Horton Smith, Robert A. Stebbins y Jurgen Grotz, The Palgrave Handbook of Volunteering, Civic Participation, and Nonprofit Associations. Nueva York, Palgrave Macmillan, pp 436-53.

Villette, Michel (2014), “Ethnographie dans l’entreprise”. Gérer et comprendre, 117, pp. 4-9.

Vuotto, Mirta (2011), El cooperativismo de trabajo en la argentina. Contribuciones para el diálogo social. Lima, oit. Documentos de Trabajo 217.

––––– (2014), “La economía social y las cooperativas en la Argentina”. Voces en el Fénix, no 38, 46-53.

Wyczykier, Gabriela (2009), De la dependencia a la autogestión laboral. Buenos Aires, Prometeo Libros.

Zask, Joëlle (2011), Participer essai sur les formes démocratiques de la participation. Latresne, Le Bord de l’eau.

––––– (2013), “Pragmatisme et participation”. En Iliaria Casillo, Rémi Barbier, Loïc Blondiaux y Francis Chateauraynaud (ed.), Dictionnaire critique et inter-disciplinaire de la participation. París, gis Démocratie et Participation.

Page 160: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST
Page 161: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

DossierTrabajo, arte

y cultura

Page 162: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

160 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Page 163: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

161 Presentación | págs. 161-168

La problemática del trabajo en las actividades vinculadas con el campo de las artes y la cultura ha venido despertando un interés signifi-cativo desde las últimas décadas, sobre todo en países de Europa y en los Estados Unidos. En este marco, diversos investigadores han decidido poner la lupa sobre una dimensión que, hasta escaso tiempo, parecía totalmente ajena a estas actividades.

Sin duda, el significativo aumento del peso económico y del número de personas que trabajan en estas particulares esferas productivas en el contexto de desarrollo de la industria cultural en ciertos países industria-lizados, sumado a razones de índole más cualitativa, centralmente, el valor heurístico otorgado a la observancia crítica de algunos rasgos labo-rales paradigmáticos de los tiempos que corren –f lexibilidad, innovación, creatividad, inestabilidad, incertidumbre–, motivaron esta circunstancia, y actualmente podemos encontrar un nutrido conjunto de análisis y

Presentación

María Noel Bulloni

María Noel Bulloni es Doctora en Ciencias Sociales (uba), Magíster en Ciencias Sociales del Trabajo (ua), Licenciada en Sociología (udelar), Investigadora Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (conicet) con sede en Instituto de Ciencias Sociales y Administración, Universidad Nacional Arturo Jauretche (icsya-unaj). Se desempeña como Profesora Adjunta Regular en el icsya-unaj.

Recibido: abril de 2017 | Aprobado: enero de 2018

Page 164: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

162 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

ref lexiones sobre la temática (Becker, 1982; Lash y Urry, 1998; Beck, 2003; Menger, 2009; Smith y McKinlay, 2009, por citar algunos de los más relevantes).

Este Dossier pretende contribuir a avanzar en el conocimiento acerca de las características y especificidades que adquiere el trabajo en activida-des artístico-culturales de países de América Latina, donde esta temática presenta un desarrollo más dispar e incipiente. Esta propuesta se enmar-ca en una trayectoria de intercambio académico iniciada hace algunos años por un grupo de colegas de distintos países de la región en el contex-to de la Asociación Latinoamericana de Sociología del Trabajo (alast) donde se fueron hilvanando de manera articulada interesantes ámbitos de discusión.

Así, podemos referirnos en primer lugar a la conformación del Grupo de Trabajo –gt– “El trabajo técnico y artístico en el contexto de la indus-tria cultural”, en el marco del VII Congreso Latinoamericano de Estudios del Trabajo, realizado en la Universidad de San Pablo del 2 al 5 de julio de 2013. Este gt contó con la participación de un nutrido grupo de investiga-dores provenientes de distintos países latinoamericanos quienes, desde perspectivas diversas, presentaron hallazgos y ref lexiones sobre variados aspectos que hacen al trabajo (mayormente artístico, pero también de tipo técnico) en diferentes ámbitos y expresiones del arte y de cultura. En este marco, fueron problematizadas teórica y empíricamente las formas de trabajo inestable e incierto, la producción por proyectos, el trabajo f lexible y con frecuencia precario, los procesos de formación profesional y el com-plejo papel de los sindicatos en estos particulares mundos del trabajo, por señalar algunos de los aspectos más relevantes.

En segundo lugar, resulta interesante destacar la organización de una publicación que recupera el grueso de los artículos presentados en el referido gt a partir de un rico proceso de debates e intercambios. Se trata del libro Trabalho artístico e técnico na indústria cultural (Segnini y Bulloni, 2016) que, según creemos, representa un mojón importante en el terreno de los estudios del trabajo de la región en tanto que permite avanzar sobre un área de vacancia, aportando a las discusiones acerca de las maneras en que estas formas de trabajo recuperan lógicas organizativas y de regula-ción similares a aquellas tradicionalmente más investigadas, al tiempo que expresan rasgos y valores que les otorgan ciertas singularidades destacables.

Page 165: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

163 Presentación | págs. 161-168

Finalmente, con el propósito de dar continuidad y actualizar algunas de las ref lexiones e intercambios previos, fue presentado el Panel “Trabajo, sectores y espacios en los campos del arte y de la cultura en América Latina” en el VIII Congreso de alast desarrollado en Buenos Aires, desde el 5 al 7 de agosto de 2016. Los artículos que componen este Dossier se desprenden de las presentaciones desarrolladas en el marco de este Panel y fueron seleccionados por estar centrados en un mismo seg-mento de expresión artística, la música, y por haber sido elaborados por autores de distintos países latinoamericanos, a saber, la Argentina, Brasil y México. Como procuraremos poner de relieve de manera anticipada en esta escueta presentación, estos artículos comparten la preocupación analítica por las tensiones existentes entre los procesos de realización artístico-creativa y de mercantilización de las obras y de la fuerza de tra-bajo en este particular segmento productivo, en sintonía con los debates internacionales, al tiempo que contienen una riqueza conceptual y empí-rica adicional en su anclaje en la realidad de los países latinoamericanos en articulación con la singularidad analítica y de los modos de abordaje de sus autor/as.

En el primero de los artículos que componen este Dossier, “Músicos e intermediarios en los espacios de creación y cultura. La Roma-Condesa en la Ciudad de México”, Rocío Guadarrama muestra las tensiones y con-tradicciones contenidas en el campo de la música independiente en la Ciudad de México que se entreteje en los espacios locales, hacia los már-genes de la industria cultural. El esfuerzo investigativo se plantea desde una mirada multidisciplinar que articula problemáticas propias de la sociología del trabajo, la geografía económica y la economía cultural, con énfasis en los sujetos y sus interacciones. A lo largo del texto, la autora brinda una rigurosa descripción de las maneras en que son construidos los espacios culturales de expresión musical en la escena local de la Roma-Condesa, donde los rasgos novedosos que adquieren los músicos interme-diarios –y las redes de colaboración que estos articulan– constituyen elementos analíticos claves. En estos espacios, se pueden apreciar con nitidez ciertas aristas de los mundos f lexibilizados del arte, como el carácter marcadamente fragmentado e inestable del ciclo de producción y la versatilidad de los sujetos que allí participan. En este marco, los inter-mediarios, en términos de la autora, dejan de ser un engranaje organiza-tivo de la empresa cultural y devienen una especie de bisagra que une a los distintos actores de la escena local. A su vez, las redes de relaciones y vinculaciones que tejen los actores de estos espacios, y en especial los

Page 166: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

164 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

músicos intermediarios, son interpretadas como estrategias que permi-ten enfrentar algunas de las contradicciones halladas en el campo de la música independiente en México. Estas contradicciones se vinculan con un tipo de trabajo que tiende a ser autónomo, que estimula la inventiva, pero que, con frecuencia, tiene rasgos de dependencia laboral y, ligada a ello, con un trabajo idealizado, connotado positivamente pero que tam-bién condensa la imagen típica del trabajo precario, en términos de incer-tidumbre e inseguridad laboral.

Estas tensiones del trabajo artístico también son abordadas en el artículo “Culturepreneurship y condiciones del trabajo en las industrias creativas. Una aproximación a partir del caso de la música independien-te”, donde Guillermo Quiña analiza, desde una perspectiva crítica, la irrupción de los discursos en torno a las “industrias creativas”, el “trabajo creativo” y el “emprendedorismo cultural”, en articulación con los proce-sos de concentración económica, reestructuración productiva, f lexibili-zación y precarización laboral. En esta clave, en diálogo con los debates académicos vigentes, el autor problematiza las implicaciones ideológicas, políticas y económicas de la difusión del término “industrias creativas” en el ámbito político internacional, y particularmente en los países latinoa-mericanos, donde estas actividades pierden su especificidad vinculada con la difusión de la cultura y aparecen mayormente subsumidas en la lógica mercantil. En esta “retórica neoliberal”, el trabajo “creativo” aparece fuertemente asociado a la figura del emprendedor individual, preten-diendo que los trabajadores asuman acríticamente todos los riesgos que se les proponen, apelando a la carga simbólica positiva que reviste el tra-bajo artístico en el imaginario colectivo. Desde esta mirada, el análisis presentado para el caso de la música independiente en la Argentina per-mite, asimismo, visibilizar de qué manera, en paralelo con las posibilida-des abiertas por las nuevas tecnologías digitales que habilitaron una multiplicación de producciones por fuera de los grandes consorcios del sector, se generan nuevas asimetrías y dependencias, ciertamente marca-das en las realidades de los países latinoamericanos como el analizado. Como subraya el autor, lejos de perder centralidad, los conglomerados multinacionales continúan hegemonizando la dinámica sectorial, nutriéndose de estos procesos de “democratización” de la producción musical, de donde surgen algunos casos exitosos que se articulan de manera subordinada. A su vez, el artículo pone de relieve que las condi-ciones de trabajo observadas en este segmento de la música independien-te tampoco se habrían visto beneficiadas con estos cambios, sino más bien

Page 167: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

165 Presentación | págs. 161-168

lo contrario. La promoción de las figuras de productores autónomos o emprendedores culturales supone para estos trabajadores f lexibles una situación de vulnerabilidad adicional al dejarlos excluidos de las regula-ciones y protecciones propias del ámbito del derecho laboral, tanto en su dimensión individual como colectiva.

Avanzar en el conocimiento de las condiciones y regulaciones del trabajo artístico –y de sus tensiones subyacentes– también constituye uno de los objetivos nodales del tercer y último artículo que compone este Dossier. En “Trabalho, imigração e relações de gênero no contexto da mundialização: músicos do Leste europeu no Brasil”, Liliana Segnini pro-pone un desafío analítico destacable al interpelar las realidades laborales de trabajadores ligados al campo de la música en su condición de migran-tes y atenta a las relaciones de género. También aquí, la profundización de los procesos de mercantilización de las actividades artístico-culturales de las últimas décadas disparada en el marco del avance del neoliberalismo a escala planetaria constituye el contexto problemático más amplio donde se inscriben las cuestiones abordadas en este caso que –a diferencia de los textos anteriores– tiene al campo de la música erudita como ámbito privilegiado de indagación y ref lexión. La relevancia del caso analizado se fundamenta en la convergencia histórica de la crisis política y económica de los países del Este europeo tras el derrumbe del bloque comunista con la expansión de las políticas neoliberales del estado brasileño que posibi-litaron el reordenamiento en el ámbito de las actividades artístico-cultu-rales en Brasil. En este marco, como destaca la autora, se desarrolló una profunda reestructuración de las orquestas sinfónicas, f lexibilizando las modalidades de contratación, permitiendo la incorporación de candida-tos de Europa del Este que presentaban una formación de reconocida excelencia en el campo musical y que habían vivido un franco deterioro de las condiciones de trabajo en sus países de origen. La centralidad del tra-bajo para enmarcar la comprensión de estos procesos migratorios queda evidenciada en los relatos y vivencias de estos músicos, en quienes las expectativas de encontrar mejores condiciones laborales fueron determi-nantes para presentarse a las audiciones en un país tan lejano desde múl-tiples aristas. Asimismo, el artículo muestra de qué manera la cuestión de la migración permite iluminar aspectos vinculados al mundo del trabajo que de otro modo resultarían poco evidentes. En efecto, esta cuestión ha resultado muy significativa en el caso analizado en el campo de la música erudita brasileña, donde también se registran importantes diferencias vinculadas con la división genérica sexual del trabajo.

Page 168: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

166 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Estas son, pues, algunas de las cuestiones relevantes que serán abordadas en los artículos que siguen a continuación y que, afirma-mos, constituyen aportes significativos en el conocimiento de algu-nos de los mundos del trabajo escasamente explorados en los países latinoamericanos, de creciente importancia económica, política y académica en el marco de la reestructuración global contemporánea. Esperamos que los trabajos aquí presentados despierten inquietudes investigativas e incentiven el debate interdisciplinario sobre las rea-lidades laborales vigentes en los variados contextos y escenarios existentes dentro del campo de las artes y la cultura, sobre los que habrá que seguir indagando para fortalecer esta área de estudios en América Latina.

Aprovechamos para agradecer a los evaluadores externos, cuyos valiosos comentarios y sugerencias fueron centrales para mejorar y ajus-tar cada uno de los artículos presentados, y muy especialmente al Comité Editorial de la Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo por impulsar y acompañar esta iniciativa.

Page 169: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

167 Presentación | págs. 161-168

bibliografía

Beck, Andrew (ed.) (2005), Cultural Work: Understanding the Cultural Industries. Londres y Nueva York, Routledge Taylor & Francis Group. [e-book]. (Primera Edición Impresa, 2003).

Becker, Howard S. (1982), Art worlds. Berkeley y Los Ángeles (California), University of California Press.

Lash, Scott y John Urry (1998), Economías de signos y espacios. Sobre el capitalismo de la posorganización. Buenos Aires, Amorrortu.

Menger, Pierre-Michel (2009), Le travail créateur. S accomplir dans l´incertain. París, Seuil/Gallimard.

Segnini, Liliana y María Noel Bulloni (org.) (2016), Trabalho artístico e técnico na indústria cultural. São Paulo, Itaú Cultural (Recurso online).

Smith, Chris y Alan McKinlay (ed.) (2009), Creative labour. Working in the creatives industries, London, Palgrave Macm.

Page 170: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST
Page 171: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

169 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

ResumenLa idea central de esta investigación sostiene que los espacios de creación y cultura en las grandes ciudades son el resultado de una cierta forma de aglomeración de ac-tividades relacionadas con las artes y la cultura. Estos espacios se particularizan por el carácter fragmentado e inestable de los procesos de realización de la obra artística y por la versatilidad de tareas y funciones de los actores que intervienen en el largo proceso de producción, distribución y consumo cultural. Para estudiar estos procesos, elegimos un sector de la música situado en los límites o al margen de la gran industria cultural. Para ello proponemos como eje de análisis la figura del intermediario cultu-ral, que desempeña funciones intercambiables y es pieza fundamental en la orien-tación estética y en la recreación emocional de los públicos en la escena local de la Roma-Condesa en la Ciudad de México.

Músicos e intermediarios en los espacios de creación y cultura. La Roma-Condesa en la Ciudad de México

Rocío Guadarrama

Una primera versión de este artículo fue presentada en el VIII Congreso Latinoamericano de Estudios del Trabajo, Buenos Aires, Argentina, en agosto de 2016. Ambos constituyen avances del proyecto de investigación “Espacios y profesiones creativas en la Ciudad de México. Transformaciones urbanas, mercados hiperflexibles y ciudadanía”, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, México.

Rocío Guadarrama es Profesora-investigadora Titular del Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa, México. Es Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

Page 172: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

170 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

PalabRas clavemúsicos independienTes. inTermediarios culTurales. espacios de creación y culTura. Zona roma-condesa, ciudad de méxico.

abstRactThis paper discusses that urban cultural settings  in specific districts  of larger cities exist as a result of the concentration of an overwhelming of fer of artistic and cul-tural activities  in such areas. These particular cultural settings are characterized by the fragmented and unsettled lengthy processes of artistic production as well as the versatility and fickleness of artists’ duties and tasks in the production, distribution, commercialization and consumption of culture. To understand such processes, we se-lected as unit of study the cultural-intermediary performers in the independent mu-sic sector, aside from the cultural industry, who carry out multiple interchangeable activities and are a key element in providing the aesthetic orientation and emotio-nal recreation of independent music in the local scene of the Roma-Condesa district, Mexico City.   

Key woRdsindependenT music. culTural-inTermediary performers. creaTive and culTural seTTings. roma-condesa Zone, mexico ciTy.

Page 173: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

171 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

introducción

Este artículo busca explicar los procesos de intermediación artística y su manifestación en los espacios de creación y cultura de la Ciudad de México que se caracterizan por la concentración de actividades culturales y de creación artística.1 Para analizar estos procesos, elegimos una red de creadores y operadores identificados con la música llamada independien-te, situada en los límites o al margen de la gran industria cultural y del entretenimiento. Esta red tiene en la zona Roma-Condesa uno de sus anclajes territoriales preferentes.2 Los intérpretes y productores de estos géneros tienden a concentrarse en torno a pequeños y medianos estable-cimientos que singularizan las culturas alternativas urbanas. En su signi-ficado político e ideológico, son los propios sujetos relacionados con este medio los que se definen a sí mismos como independientes para subrayar su carácter autogestivo e innovador y su separación de las reglas que dominan el mundo establecido de la producción y difusión cultural. La contraparte espacial y económica de este fenómeno se manifiesta en la aglomeración de actividades relacionadas con las artes, la cultura y el ocio sostenidas en pequeñas y medianas empresas y en modalidades de empleo por cuenta propia que requieren la intermediación en pequeña escala de los procesos de producción y distribución de los bienes culturales.

El énfasis de este enfoque que relaciona espacio y economía cultural está puesto en los sujetos y sus interacciones en espacios urbanos particu-lares, como la Roma-Condesa, con atributos arquitectónicos, patrimonia-les y de localización que desde su origen favorecieron el contacto social, el sentido de pertenencia de sus habitantes y su carácter cosmopolita fomentado por migraciones de distinto origen étnico y geográfico,

1 Entre estos espacios destacan áreas con gran valor histórico patrimonial, como el Centro Histórico de la Ciudad de México y los centros de antiguas villas coloniales, como Coyoacán y Tlalpan, orientadas a usos recreativos y comerciales. Por su parte, las colonias Roma, Condesa e Hipódromo, en la Delegación Cuauhtémoc, corresponden al paradigma de lo que se conci-be como la ciudad moderna (Duhau y Giglia, 2016: 30 y 109). Para una discusión más amplia sobre el significado del término “espacio de creación y cultura” y su aplicación empírica, véase Guadarrama y Moreno [inédito].

2 Para fines de esta investigación, cuando hablamos de la zona Roma-Condesa nos referimos a un espacio urbano de intenso intercambio cultural y comercial conformado por las siguientes cinco colonias o barrios: Condesa, Hipódromo, Hipódromo Condesa, Roma Norte y Roma Sur. Estas colonias están situadas en el extremo suroriental de la circunscripción político-adminis-trativa central de la Ciudad de México denominada Delegación Cuauhtémoc.

Page 174: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

172 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

principalmente de judíos y españoles que llegaron a México desde antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial.3

En la segunda mitad del siglo xx, la vocación comercial y de servicios de la zona se consolidó a la par que la ciudad transitaba hacia una nueva etapa de desarrollo urbano-industrial. Otro elemento que acentuó pode-rosamente este patrón urbano de la Roma-Condesa fue la construcción de la primera línea del tren subterráneo, conocido como Metro, a finales de los años sesenta. A través de esta novedosa obra vial, quedó estratégi-camente comunicada con los principales espacios culturales y turísticos articulados por el Paseo de la Reforma, uno de los principales ejes viales que unen el centro y el poniente de la ciudad.4

Esta transición comercial de la Roma-Condesa se vería interrumpida por los sismos de 1985 que devastaron el centro de la ciudad. Después de un difícil paréntesis, que incluyó la migración de una parte de los afecta-dos en búsqueda de sitios más seguros para vivir y la movilización de los daminificados que decidieron permanecer en la zona para exigir la reconstrucción de sus viviendas, a la vuelta del siglo xx la Roma-Condesa recobraría su dinamismo anterior, impulsado ahora por los programas y proyectos de renovación urbana que atrajeron a nuevos habitantes.

A la postre, la Roma-Condesa se convertiría en una de las zonas de mayor concentración de actividades culturales y comerciales de la ciudad, que, hasta hoy en día, mantiene su carácter mixto habitacional y comer-cial en un entorno en el que se entremezclan casas habitación con otras transformadas en comercios, nuevos edificios residenciales y de oficinas, galerías, tiendas de diseño especializadas y de venta de antigüedades, junto a despachos de arquitectura, casas editoriales, productoras de música y de publicidad y cines de arte. Gran cantidad de bares, restauran-tes y centros nocturnos complementan este paisaje variopinto.

3 A diferencia de los distritos culturales localizados en antiguos barrios industriales y comer-ciales de las ciudades del primer mundo, la zona Roma-Condesa desde su formación, al inicio del siglo xx, fue un espacio habitacional caracterizado por estilos arquitectónicos y de vida de inspiración europea que condensaron los gustos de una pujante clase media que vivió la abrupta transición entre el antiguo régimen político modernizador conocido como Porfiriato y los regímenes surgidos de la Revolución Mexicana de 1910-1917 (Sobrino, 2016) .

4 Nos referimos al histórico bosque urbano de Chapultepec, la agitada área cultural y comercial conocida como Zona Rosa en la Colonia Juárez y el Centro Histórico de la ciudad.

Page 175: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

173 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

Para profundizar en las características de este espacio heterogéneo, centraremos nuestra atención en la figura de los intermediarios cultura-les que actúan como engranajes de los procesos de producción cultural en los espacios locales. Para ello, tomamos como eje de análisis el sector de la música independiente.

En los dos primeros apartados, se resume el debate sobre el papel de estos actores y se explica las características de la investigación que sirve de base a este artículo. En el tercer apartado, se hace una sucinta descrip-ción de la escena musical independiente en la Ciudad de México, que nos permite describir en el cuarto acápite las características particulares de los lugares de música en vivo de la Roma-Condesa. Por último, en el quin-to subtítulo, se profundiza en las distintas facetas que adoptan los músi-cos intermediarios en este espacio cultural.

los intermediarios culturales The eldest son of Richard C. Ritscher, a music educator. He col-lected and played many exotic instruments, without mastering

any. Most recently, he had been playing a vintage Conn C-Melody saxophone that once belonged to free-spirit Hal Russell. Malachi

was best known for his live concert recordings, mostly of local jazz groups who couldn’t af ford expensive studios. His license

plates said AKG C414, after his favorite microphones. Upwards of fifty recordings were eventually released commercially, with

some acclaim for their natural sound. His archive of live record-ings he had documented exceeded 2000 shows. Mostly he was

just a big fan.

Extracto de “Out of Time”, obituario escrito por el propio Malachi Ritsher antes de suicidarse el 3 de noviembre de 2006.5

5 Este apartado sobre los intermediarios culturales en el mundo de la música independiente se inspira en la figura de Malachi Ritsher (1954-2006), músico, ingeniero de grabación y activista de los derechos humanos, que fue conocido en la escena de la música underground de Chicago por su persistente y valioso trabajo voluntario de grabación de más de dos mil conciertos, en-tre los años 90 y los primeros de este siglo. De acuerdo con Marc Fischer, el trabajo de Malachi constituye una pieza fundamental para resguardar la memoria de la gente, las bandas y con-ciertos que conforman esta comunidad cultural. (Tomado del ensayo de Mark Fischer, pre-sentado en la Whitney Biennial (2014) del Whitney Museum of American Art en Nueva York). Agradezco a Mark Solotrof f por haberme introducido en la vida y obra de este personaje. (<http://www.publiccollectors.org/Malachi_Ritscher_Whitney.pdf>; <http://whitney.org/file _columns/0005/5063/malachi_ritscher_whitney-1.pdf>).

Page 176: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

174 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Desde una perspectiva sociológica, el fenómeno de los intermedia-rios tiene como antecedente el tema ineludible de la cooperación en los mundos del arte, puesto de relieve hace más de treinta años por el esta-dounidense Howard Becker (1982). Con este concepto, Becker subrayó el carácter colectivo del proceso creativo que se deriva de la división de tareas especializadas y diferenciadas. De acuerdo con este autor, particu-larmente en las artes escénicas, la división del trabajo es muy extensa y, por lo mismo, necesita mecanismos de encadenamiento más refinados de tiempos y espacios para desplegar las diferentes actividades y tareas de producción. Por lo demás, estas tareas de producción artística requieren de otras tareas de carácter “para-artístico”. En la medida en que el trabajo artístico se hizo más especializado, fue más notoria la necesidad de ajus-tarse a ciertas convenciones (normas, reglas, acuerdos, costumbres) que lo hicieran más eficiente. Estas convenciones son la base de los lazos de cooperación que conforman el mundo del arte.

Después de Becker, y hasta finales del siglo pasado, se desarrolló una abundante literatura que tiene como referencia la tendencia a la mercan-tilización de la cultura y la consolidación de las industrias culturales a mediados del siglo xx,6 tanto las identificadas con los medios de comuni-cación tradicionales (como el cine, la radio y la televisión) como aquellas referidas a nuevos procesos en la producción editorial, el diseño y las artes plásticas y escénicas (Beck, 2003; John-Steiner, 2000; Le Theule y Fronda, 2005; Menger, 2003 y 2009). La figura de los intermediarios vinculada al desarrollo de estas industrias aparece por primera vez como una suerte de ocupación para-artística incorporada a la estructura organizacional de las empresas culturales. Al finalizar el siglo pasado, y en las postrimerías del presente, nuevos estudios se orientaron a explicar el impacto de la industria cultural en los procesos de desarrollo económico y urbano y el papel de los intermediarios (Scott 1997; Florida, 2002 y 2005; Florida y Scott, 2010; Drake, 2003; Pilati y Tremblay, 2007; Cummins-Russel y Rantisi, 2012).

En el análisis de los procesos colaborativos del arte, poco a poco, se hicieron más patentes los aspectos que revelan su carácter empresarial y las estrategias de innovación sostenidas en la especialización

6 Las consecuencias más amplias de esta tendencia fueron analizadas por el filósofo y so-ciólogo alemán Theodor Adorno, en colaboración con Max Horkheimer, en su obra clásica Dialéctica de la Ilustración, cuya primera edición data de 1947.

Page 177: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

175 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

disciplinaria (John-Steiner, 2000: 73; Negus, 2002; Coulson, 2012). Al estudio de los factores estéticos de estos procesos, se sumó el de los facto-res organizacionales, corporativos y del ambiente social más amplio que tienen un impacto en la creación cultural (Le Theule y Fronda, 2005).

En esta investigación exploratoria buscamos analizar algunos de estos factores en el campo de la música independiente en México, que se debate en un trabajo que tiende a ser “autónomo”, “libre”, “pleno de elec-ciones”, con particularidades de emprendimiento (Coulson, 2012: 247), pero que, en ocasiones, tiene rasgos de dependencia laboral y aparece atrapado en la lógica del mercado y de las corporaciones. Para enfrentar estas contradicciones, los artistas establecen relaciones que les permiten sortear el multiempleo y forjar estrategias para sostenerse con contratos múltiples simultáneos, algunos de tipo laboral y otros de tipo comercial. En el caso de los músicos, estas estrategias están sostenidas en redes de amigos y conocidos que toman la forma de círculos sobrepuestos de con-tactos (Coulson, 2012: 256).

Con el propósito de analizar este tipo de redes en un caso concreto, retomamos la idea pionera del sociólogo estadounidense Charles Kadushin (1976: 770-71), quien hace cuarenta años señaló que la producción cultural requiere de un tipo especial de redes sociales singularizadas por una especie de circularidad en las relaciones entre el creador y su audiencia.

Si bien no compartimos las bases de la explicación de este autor, que provienen de las llamadas economías de escala, consideramos que su descripción sobre el carácter informal de los círculos artísticos fue pre-monitoria de las formas que hoy día toma el trabajo f lexible en el terreno del arte y la cultura. De acuerdo con Kadushin, los miembros de estos círculos no necesariamente se conocen entre sí, aunque algunas veces es posible que se forme entre ellos un centro de mayor interacción y densi-dad que la del resto del círculo. En este sentido, estas redes son de alguna manera “invisibles”, aunque pueden estar “pegadas” a estructuras más formales de tipo ocupacional, o a grupos con cierta permanencia, como las revistas o las galerías que representan a ciertos círculos intelectuales, e incluso a lugares de reunión asidua de los artistas –como es el caso de los bares y los cafés–. Algunos de estos círculos enfatizan principalmente los aspectos expresivos o lúdicos de la producción cultural, y otros

Page 178: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

176 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

claramente configuran redes con intereses de carácter utilitario pareci-das a las que están conformadas por empresas financieras y comerciales.7

Por caminos distintos a esta perspectiva funcionalista sobre los acto-res del mundo cultural, durante la segunda mitad del siglo xx y principios del actual surgieron otras perspectivas de análisis interesadas en los actores que intervienen en los procesos de intermediación y cooperación cultural. Es de particular importancia la propuesta del sociólogo francés Pierre Bourdieu (1979), quien destacó el carácter de clase de los interme-diarios culturales. De acuerdo con él, se trata de una fracción de los tra-bajadores de clase media, una especie de “nueva pequeña burguesía”, que creció en tamaño e inf luencia junto con el apogeo de la industria cultural. Su papel es crucial en los procesos ideológicos y de legitimación social del gusto.

Otros autores definieron a los intermediarios de manera más especí-fica, por su ocupación, como una clase de los servicios o del conocimiento. Sin embargo, tal como afirman Smith Maguire y Matthews (2012: 552), los intermediarios no son un grupo ocupacional monolítico. En su opinión, hay diferencias importantes entre ellos, según el lugar que ocupan en las cadenas de mercancía y por su particular experiencia en determinados campos culturales. Por ejemplo, en las artes visuales se observa que, en la medida en que se produce un incremento en la complejidad de las nego-ciaciones entre los distintos actores que participan en la circulación de los artefactos visuales (artistas, galeristas, críticos, coleccionistas, historia-dores de arte, etc.), el papel del curador se vuelve más importante en la gestión de este campo artístico (Krochmalny, 2010). Lo mismo pasa con los intermediarios de la lectura, los editores, quienes se debaten entre el amor por la literatura y la búsqueda del beneficio (Ravettino, 2013).

En el caso de la industria musical que funciona alrededor de las grandes corporaciones de producción, grabación, distribución y propa-ganda, los intermediarios son los gerentes, contadores y abogados que se ocupan de los detalles de los contratos y negociaciones con los actores y sus representantes (Negus, 2002: 506; Walker, 2008), aunque también participan de manera decisiva en la construcción de los mercados

7 Una clasificación de los intermediarios en el proceso de distribución, promoción y venta de mercancías y servicios puede verse en : <https://www.gestiopolis.com/clasificacion-interme-diarios-proceso-mercadeo/: Fecha de consulta: 28-03-2017.

Page 179: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

177 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

artísticos y en la persuasión de los gustos de los consumidores (Negus, 2002: 503-504; Smith Maguire y Matthews, 2012: 551-53).

Este último ángulo analítico resulta fundamental en esta investiga-ción que pretende explicar el fenómeno de la música independiente en los espacios locales, en los que los intermediarios constituyen una pieza clave en su arraigo y propagación.

características de la investigación

El estudio de los intermediarios en el campo de la música independiente forma parte de una investigación más amplia sobre los espacios de crea-ción y cultura en la Ciudad de México, que se caracterizan por la concen-tración de actividades culturales y de creación artística.8 Particularmente nos propusimos estudiar las actividades relacionadas con las artes (músi-ca), el diseño y la arquitectura.9

En esa investigación se estudia la conexión entre los lugares de resi-dencia, trabajo y ocio que experimentan las personas que habitan los lla-mados espacios de creación y cultura. Junto a estos procesos de pertenencia, que revelan distintas formas de identidad que no necesaria-mente están determinadas por la cercanía geográfica, se busca descubrir las relaciones sociales que se desprenden de los procesos creativos mis-mos. Para ello, aquí elegimos estudiar el caso de los músicos independien-tes. Al respecto, suponemos que estas relaciones adquieren la forma de redes o círculos creativos, que, si bien sobrepasan los límites físicos de los espacios de creación y cultura, adquieren una mayor densidad en ellos.

Para poner de relieve esta correspondencia entre espacio y creadores, tomamos como laboratorio de estudio la zona Roma-Condesa, que adoptó su forma actual después de los sismos de 1985 que azotaron particular-mente a la llamada ciudad central. De forma específica, consideramos el papel de los centros culturales y establecimientos comerciales barriales que fungen como semilleros de músicos independientes que se mueven

8 Se trata de aquellas actividades que se distinguen por transformar ideas en bienes y servicios culturales que pueden transferirse a consumidores y beneficiarios (inegi, 2014: 14).

9 Estas actividades sobresalen por el Nºero de personas ocupadas entre el conjunto de las acti-vidades culturales y de creación artística enumeradas en la clasificación internacional de ocu-paciones (Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte –scian–, 2013; Convenio Andrés Bello, 2009; inegi, 2014).

Page 180: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

178 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

por afuera de la gran industria musical. Por medio de procedimientos de geolocalización y de observación directa en la zona, seleccionamos los corredores de mayor concentración de los establecimientos relacionados con las actividades culturales y recreativas, particularmente los dedica-dos a la música en vivo.

A partir de un análisis preliminar de esta geografía musical local, dividimos estos lugares en dos grandes grupos: los foros culturales y los establecimientos comerciales. En los primeros predomina el interés por el desarrollo de proyectos culturales alternativos a los promovidos por la gran industria cultural. Los segundos son pequeños y medianos negocios en los que impera la búsqueda de beneficio, aunque en los hechos ambas motivaciones están más o menos presentes en los dos tipos de lugares.

A su vez, ambos sitios se subdividen según el género o géneros musi-cales que los distinguen. Por un lado, están los que admiten a intérpretes de carácter ecléctico, y a sus seguidores, que se identifican con arreglos novedosos de algunos géneros populares como el folclore, jazz, bossa nova, rock, tango y la música pop; y por otro lado, están los que acogen a quienes proponen una ruptura radical con la música comercial (como el punk, el ska, noise y otros).10

Estos procedimientos de observación de la economía cultural y recreativa local fueron complementados con un programa de sesenta entrevistas dirigidas a emprendedores, creadores, habitantes y visitantes de estos espacios, entre los cuales dieciocho son músicos o personas rela-cionadas con las actividades musicales que tienen sus raíces en la zona de estudio (representantes, promotores de festivales, productores de sellos discográficos y gerentes de foros culturales y establecimientos comercia-les). Las edades de este último grupo varían entre los treinta y sesenta años, y todos, salvo dos casos, son hombres. Los hay que se dedican úni-camente a la interpretación musical, pero la mayoría desempeña además otras actividades relacionadas con la música, como la composición, pro-ducción, programación y divulgación.

A todos ellos les hicimos entrevistas semiestructuradas que versan sobre: su trayectoria profesional y musical; su experiencia en los procesos de intermediación en la cadena de producción, difusión y consumo

10 Una discusión más profunda sobre el carácter independiente de los lugares de música en vivo se desarrolla en el informe final del proyecto de investigación que sirve de base a este artículo.

Page 181: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

179 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

musical; la organización y las relaciones desarrolladas para realizar su trabajo; y las características de los lugares de música en vivo, de los públi-cos y de la escena musical independiente en la Roma-Condesa y, en gene-ral, en la Ciudad de México.11 Algunos de los temas documentados en la entrevistas fueron complementados con datos obtenidos en los sitios electrónicos relacionados con la industria musical, los lugares de música en vivo y los blogs de las bandas, músicos e intermediarios de la escena musical independiente de la Ciudad de México.

Por último, identificamos las redes de músicos que se mueven en los distintos tipos de establecimientos y géneros musicales de la zona y pres-tamos mayor atención a los llamados músicos e intermediarios que cum-plen un papel central en los distintos engranes de la producción, difusión y realización de la música en vivo. A través de esta figura ambigua, mos-tramos la complejidad de esta ocupación que se caracteriza por el carácter f lexible e inestable de sus proyectos que encuentran en los espacios loca-les una plataforma para su difuminación y proyección global.

la escena de la música independiente en la ciudad de méxico De acuerdo con algunos estudios de mercado sobre las industrias globa-les de los medios de comunicación y el entretenimiento, como el realizado por PwC,12 México ocupa el segundo lugar, después de Brasil, en toda Latinoamérica. Según esta misma fuente, este mercado regional muestra características semejantes a las del mercado mundial, que ha experimen-tado una caída sostenida de la música grabada desde 2014 en contraste con el despunte de la música en vivo, la transmitida directamente por internet (streaming) y la industria de videos musicales (Martínez, 2015).

Con el objetivo de hacer frente a esta reestructuración, son notorios los esfuerzos para integrar sectorial y espacialmente a los distintos acto-res de la industria del entretenimiento y la gestión cultural. Un ejemplo de ello es el Mexico International Music Market, que tuvo su sede en

11 En la investigación más amplia se aplicaron guías de entrevista semejantes a diseñadores y arquitectos.

12 Se trata de una una empresa que presta servicios de auditoria, consultoría y asesoramiento legal y fiscal a las principales compañías, instituciones y gobiernos a nivel global. Disponible en : <https://es.wikipedia.org/wiki/PwC> y <http://www.pwc.com/gx/en/industries/entertain-ment-media/outlook.html#WhatIsTheOutlook>. Fecha de consulta: 04-04-2016.

Page 182: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

180 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

catorce foros cerrados del Centro Histórico de la Ciudad de México en marzo de 2017.13 Otra expresión de este nuevo dinamismo de la industria musical en la ciudad se muestra en la multiplicación de salas de concierto y auditorios promovidas por las grandes empresas privadas del entreteni-miento como ocesa.14

Los circuitos de la llamada música independiente no son ajenos a estos ajustes del mercado global. Su impacto en la ciudad se nota también en el surgimiento continuo de clubes, bares y foros concentrados princi-palmente en los llamados “espacios de creación y cultura”.

Otra muestra de esta dinámica son los festivales que promueven a los músicos emergentes. De acuerdo con Kevin Frippson, uno de los orga-nizadores del Friendstival, este tipo de actividades requiere de una orga-nización cada vez más profesional aunque concentrada en una escala local y con producciones pequeñas. Este formato de los festivales en esca-la mini apuesta a ser “… un balance entre proyectos pequeños y otros de mayor alcance” sostenidos en agencias independientes dedicadas a pro-mover bandas nacionales. Algunos de estos festivales buscan sacar las actividades concentradas generalmente en los espacios de creación y cultura de clase media hacia los barrios populares más alejados de la ciu-dad central.15

13 El propósito de estos foros es reunir y promover alianzas estratégicas entre los actores que conforman la industria musical, tales como intérpretes, compositores, managers, gente re-lacionada con los festivales, sellos discográficos, servicios de streaming, instituciones de cul-tura y medios vinculados con la difusion de la música. Véase “MexiMM  : mercado musical con intercambio bien afinado”. Disponible en: Forbes website: <https://www.forbes.com.mx/meximm-mercado-musical-con-intercambio-bien-afinado/#gs.sf_ge4k)>. Véase también: <http://www.chilango.com/musica/fechas-del-mexico-mercado-internacional-de-la-musi-ca/>.. Ambas fuentes fueron consultadas el 24-03-2017.

14 ocesa es un corporativo dedicado a la producción, promoción y operación de centros de entre-tenimiento, eventos artísticos, culturales y conciertos musicales, subsidiaria de la Corporación Interamericana de Entretenimiento que está vinculada con la compañía mexicana de medios de comunicación Televisa. Esta empresa está concebida como una herramienta de merca-dotecnia que opera como un círculo de negocios para artistas, productores y anunciantes. Recuperado de: <http://www.televisa.com/asociaciones-del-grupo/250965/ocesa/> y <http://www.cie.com.mx/mx/grupoCie.php>. Páginas consultadas el 27-09-2016.

15 Al respecto véase: <https://noisey.vice.com/es_mx/article/son-los-mini-festivales-en-mexico-los-nuevos-pequenos-mercados-de-musica-independiente> y <https://noisey.vice.com/es_mx/article/la-importancia-de-apoyar-a-tu-escena-local-y-por-que-debes-ir-al-friendstival>. La consulta de estos sitios se hizo el 24-03-2017.

Page 183: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

181 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

Aunque los lugares de música en vivo del circuito independiente se entremezclan indistintamente a lo largo y ancho del entramado urbano de la Ciudad de México y su zona de inf luencia metropolitana (Mercado, 2015), producen ciertos patrones espaciales de consumo que responden a las características de las zonas de concentración y de la población que los habita o visita, como es el caso de la Roma-Condesa

Por su parte, el tipo de músico que predomina en estos espacios es el que enfatiza su autonomía frente a los circuitos comerciales.16 Generalmente están organizados en redes y realizan trabajos intermiten-tes por proyecto, con subvenciones esporádicas públicas y privadas. Muchas veces, este tipo de músicos tiene otra profesión o desempeña otro oficio relacionado o no con el campo de la música, del cual obtiene un ingreso principal o complementario. En este sentido, podemos hablar de trabajadores por cuenta propia multiempleados y de unos cuantos peque-ños y medianos empresarios que viven en conf licto entre su habitus profe-sional y la búsqueda de logro económico, que se manifiesta en sus deseos contradictorios de permanecer en los márgenes o acceder al mainstream. Sin embargo, es difícil hablar de una categoría social o un grupo ocupa-cional monolítico y homogéneo; más bien se trata de una red f luida de actores en interacción, situados en distintos puntos de la cadena de pro-ducción y consumo cultural, al estilo de los círculos artísticos de Kadushin antes mencionados.

En las escenas locales, estas redes de actores tienen como referencia los lugares en que se produce la música en vivo, que son generalmente micro y pequeños establecimientos culturales y comerciales que viven en conf licto entre su vocación cultural y las reglas del mercado. Algunos se acercan más al modelo de un centro cultural, mientras que en otros impe-ra la lógica mercantil de bares y restaurantes, aunque es común encontrar establecimientos multifuncionales que ofrecen los servicios de restauran-te, cafetería, bar y librería y que, además, dan cabida a la exhibición de obra plástica y tienen foros para presentaciones de libros y actividades relacionadas con la música u otras artes escénicas. En general, la proximi-dad espacial acrecienta el intercambio de información entre los actores, su versatilidad en los papeles desempeñados y la mayor cercanía en las relaciones entre productores y público consumidor. Es común

16 Dominados por los grandes monopolios de comunicación privados, medios escritos y lugares de música en vivo vinculados a estos monopolios.

Page 184: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

182 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

encontrarse con productores que, a su vez, son músicos; algunos de estos últimos tienen en sus orígenes una carrera como coleccionistas de discos, y por esa vía se incorporan en los distintos puntos de la cadena de distri-bución y venta. Además, no es raro que miembros de los grupos de segui-dores realicen actividades de apoyo para organizar conciertos en vivo o ellos mismos devengan músicos.

Para profundizar en la complejidad de estas redes, a continuación describimos el caso particular de las redes y actores vinculados a los foros culturales de la zona Roma-Condesa.

la roma-condesa: un espacio de creación y cultura

Después de los sismos de 1985, surgió en la Condesa un movimiento de regeneración comercial y cultural que buscaba “el regreso a la ciudad” de una nueva clase media, principalmente joven, atraída por las rentas bajas de esta zona identificada por algunos como el Village o el Soho mexicano (Moreno Carranco, 2012). Una pieza clave de este nuevo territorio cultural emergente de la Ciudad de México fueron las cafebrerías, mezcla de cafe-terías, librerías y foros culturales, que conciliaban los intereses comercia-les del negocio con los correspondientes a un proyecto cultural con proyección local.17

La primera de estas cafebrerías fue establecida en la Condesa, en 1993.18 Su imagen versátil rompió con el diseño tradicional de las librerías del centro de la ciudad y coincide con la de los restaurantes remodelados que empezaban a volcarse sobre los espacios públicos con sus ruidosas terrazas. Ese fue el caso de los “restaurantes de barrio”, que buscaban albergar a una clientela formada de amigos, artistas y residentes, atraídos

17 Ejemplos típicos de estas cafebrerías son las seis que forman la cadena El Péndulo. Tres se loca-lizan en barrios de vocación cultural y comercial de la parte central de la ciudad –la Condesa, la Roma y la Zona Rosa, respectivamente–; una más está enclavada en el corazón comer-cial de Polanco, en el norponiente urbano, que constituye uno de los centros tradicionales más importantes de habitación de clases alta; y, finalmente, otras dos tienen su asiento en Perisur y Santa Fe, dos de los centros comerciales más dinámicos del sur y poniente, respecti-vamente. Disponible en: <http://pendulo.com/paginas/quienesSomos>. Página consultada el 24-09-2016.

18 El segundo establecimiento de la cadena de cafebrerías corresponde a la etapa de madura-ción de este boom comercial y cultural que casi veinte años después se extendió a la vecina Colonia Roma.

Page 185: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

183 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

por el formato abierto del sitio, y, simultáneamente, por los rincones ínti-mos que contenían exposiciones, presentaciones de música en vivo y otras actividades culturales y de recreación.19

Durante esos años, los grupos emergentes de la escena musical inde-pendiente de la ciudad encontraron en estos centros culturales barriales de la Condesa un lugar para darse a conocer. Actualmente, este movi-miento musical se ha extendido a la Colonia Roma, que tiene una oferta más diversificada y mejor integrada al estilo de vida de sus habitantes. De acuerdo con algunos de los promotores de este movimiento, en la Roma se busca crear establecimientos que estén en armonía con sus caracterís-ticas urbanas y culturales y que, al mismo tiempo, favorezcan un acerca-miento entre intérpretes y público. Su localización céntrica y de fácil acceso también permite el arribo de gente de distintas partes de la ciudad (ja, entrevista, 2014).

Según los músicos que actualmente se presentan en los foros, bares y restaurantes de la zona, la Roma es un lugar ideal para vivir, pero aleja-do de sus posibilidades económicas. Uno de ellos habla así de sus aspiraciones:

A mí me gustaría más vivir aquí que donde hoy vivo [...] En la Roma podría desplazarme caminando o en bicicleta a los lugares que me gustan, los cafés, los restaurantes, y luego regresar a mi casa a seguir trabajando. Sería como vivir en un pueblo dentro de la ciudad (mi, entrevistado, 2014).

La editora de una revista de música independiente, dice que la Roma es el lugar perfecto para el desarrollo de sus actividades, que exigen un intercambio permanente con socios y proveedores. Además, es céntrico y bien comunicado. Su despacho está situado a solo cinco minutos de una estación del metro y a quince minutos de su casa por autobús.

Estamos donde suceden las cosas. Aquí están los lugares de música en vivo, como El Imperial y El Pata Negra, con los que tenemos una relación permanente. Si tengo un evento en la noche, de una marca o de un cliente, puedo ir caminando desde mi oficina (cv, entrevista, 2014).

19 Disponible en: <http://www.chilango.com/cultura/nota/2013/05/31/el-pendulo-celebra-su-aniversario>. Página consultada el 24-09-2016.

Page 186: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

184 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Los lugares de música en vivoEstos lugares son muy diversos, aunque en la Roma-Condesa predominan dos clases principales: los foros culturales y los establecimientos comer-ciales. Algunos foros culturales, como las cafebrerías, responden a un modelo de negocio versátil, con intereses culturales y comerciales diver-sos, como los relacionados con la venta de libros, los servicios de restau-rante y cafetería y la presentación en vivo de actividades vinculadas con las artes escénicas. En general, los foros culturales no tienen como propó-sito la ganancia, pero buscan ser autogestivos, generar sus propios ingre-sos y mantenerse al margen de las subvenciones estatales y de la industria cultural.20

Un segundo tipo de lugares de música en vivo corresponde a los esta-blecimientos medianos y pequeños de carácter estrictamente comercial, que regularmente ofrecen los servicios de restaurante, cafetería y bar. Si bien buscan promover a grupos inexpertos de géneros populares relacio-nados con el rock, el jazz, y diversas fusiones de otros géneros, no tienen un proyecto cultural como los foros, ni se identifican explícitamente con ciertos valores contraculturales. Eso no impide que tengan un cierto impacto en el movimiento musical y la cultura juvenil local.

En este artículo, por razones de espacio, nos limitaremos a hablar de los foros multifuncionales.

Los foros multifuncionales y sus redesUna característica general de los foros culturales es dar voz a intérpretes y grupos principiantes, aunque asegurando un mínimo beneficio. Con este propósito, algunos de ellos se apoyan tanto en los ingresos generados por otras actividades asociadas (restaurantes, cafeterías y librerías) como en los músicos que cuentan con sus propios canales de difusión y asegu-ran un mínimo de entradas. Se trata de intérpretes que gozan de un cierto reconocimiento y que encuentran en estos foros un lugar para dar a conocer su obra entre nuevos públicos. En este sentido, podemos hablar de círculos artísticos que son informales, invisibles de cierta manera, pero que sobreviven pegados a estructuras más formales como la de los foros

20 Es el caso del Multiforo Cultural Alicia, fundado en 1995 con el propósito de ofrecer un espacio a las expresiones juveniles contraculturales de la Ciudad de México.

Page 187: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

185 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

culturales. Un ejemplo de ello es la venta de discos y otros artículos que identifican a los intérpretes con los lugares en que realizan sus presentaciones.

Adicionalmente, los gerentes acostumbran a programar a músicos consagrados que iniciaron su carrera en estos foros locales y que regresan para fortalecer los lazos con sus seguidores originales y, al mismo tiempo, atraer a otros más jóvenes. Aunque la cartelera de estos foros incluye a músicos de diversos géneros de música popular, que podrían convocar a públicos muy heterogéneos, es común observar una red de fans más densa que se identifica con estos foros.

A continuación analizamos la red histórica del foro El Péndulo, impulsada particularmente por uno de sus socios fundadores, músico amateur y arquitecto de profesión, y que se vincula con un grupo de poetas y compositores del norte de la ciudad. A este núcleo inicial, que f loreció al cobijo de la trova latinoamericana de los años ochenta y noventa, se suma-rían jóvenes compositores que han innovado en la trova desde otros géne-ros, como la música norteña mexicana, el bossa nova brasileño y expresiones diversas del rock, pop y folk internacional. Este carácter ecléctico de la red corresponde también a la formación musical de sus miembros. Entre los más viejos, predominan los que se formaron en la práctica, entre la poesía y la canción callejera, pero algunos de los más jóvenes tienen experiencias profesionales en diversas especialidades, y otros han hecho su carrera por los cauces institucionales a través de premios, becas y reconocimientos públicos. Sin embargo, algo que distingue a jóvenes y a viejos es que todos se apoyan en las relaciones que han tejido entre sí a lo largo de los años. Así lo describe ns (entrevista, 2014), quien, al inicio de su carrera, aban-donó sus estudios formales de música, con especialidad en jazz, para incursionar en los medios comerciales como productor de música pop, para regresar finalmente a la composición y experimentación como músi-co popular independiente. El regreso no fue fácil, recuerda, pero encontró su camino a través de esta red de cantautores.

Comencé a hacerles arreglos […] me di cuenta de que son como una gran familia, porque haces algo con uno y haces algo con todos; y así salió tam-bién más chamba. Por otro lado, mi propio proyecto empezó a agarrar onda a través de un músico muy reconocido de la escena del jazz. La relación con él me ayudó a que otros me dejaran entrar en el medio cuando se entera-ban de que yo estaba tocando con su grupo. Si alguien muy reconocido confía en ti, con eso es suficiente para que puedas entrar a su círculo de

Page 188: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

186 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

músicos y luego tú solo te ganes tu propio lugar. Este trabajo también es mucho de fiestas, para conocer gente, y así te invitan a más cosas.

En cuanto a los jóvenes trovadores que han desarrollado nuevas fusiones, la relación con la red histórica fue fundamental para impulsar su carrera. Así lo expresó mi (entrevista, 2014):

Cuando llegué a la Ciudad de México empecé a relacionarme con otros cantautores que comenzaban a tener público; ellos, a su vez, estaban rela-cionados con otros más consolidados; y así comencé a ser parte de la red de los cantautores, a presentarme con ellos de invitado […] Tuve la fortuna de que los miembros de esta red me reconocieran: y así empecé hacer mis propios contactos de trabajo en otros foros y a darme a conocer.

Este conjunto de trayectorias y actividades de los miembros de la red se articula a través de los productores y programadores del foro. La inter-mediación de estos últimos es fundamental para consolidar esta expre-sión artístico-musical en un espacio en el que constantemente se renuevan estéticas y se abren posibilidades para los jóvenes. A la par, este foro sirve para construir un público propio, que en parte es compartido por los miembros de la red pero que cambia cada vez que un nuevo intérprete visita el sitio. El reto de los socios es mantener una af luencia regular, en medio de las diferencias de edad, género y gustos de los intérpretes y sus públicos. Según el programador, junto con fomentar las carreras de los músicos noveles, se busca mantener la calidad del foro con músicos reco-nocidos y cercanos a la casa. El foro, finalmente, es un escalón para que los grupos e intérpretes den el siguiente paso hacia un nivel más profesional. “Somos el escalón que hacía falta para que el artista independiente forje una carrera verdadera”, dice ea, en la entrevista de 2014.

La arquitectura porfiriana del local y el valor patrimonial de muchos de los edificios de su entorno, además de la estética musical promovida por productores y músicos, son también elementos fundamentales en la recreación emocional del foro en la escena local. Tal como afirma Drake (2003: 515), el acceso a un espacio físico dado “….permite a los individuos [al público] entrar en contacto, conocer el know-how tácito, un estilo, un look, un sonido que no es accesible globalmente”.

músicos e intermediarios

Page 189: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

187 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

En el terreno de la música independiente, los intermediarios son persona-jes multifacéticos, que desempeñan funciones intercambiables, entre los que es común encontrar músicos formados en la práctica y otros que son principalmente aficionados. En esta cadena de producción, divulgación y distribución, se pueden identificar ciertas trayectorias típicas. Entre estas, sobresalen las de ciertos fans que se inician como coleccionistas de música, antes de introducirse en otros intersticios relacionados con la producción, la programación y la publicidad. Veamos algunos ejemplos.

ud (entrevista, 2014) tiene estudios de publicidad, pero su pasión por la música que descubrió cuando era empleado en una tienda de discos, ha marcado su trayectoria profesional. De este primer empleo, saltó a la pro-gramación de música en una estación de radio y, posteriormente, trabajó en actividades relacionadas con la edición y producción musical, que combina con sus propios proyectos en la disciplina. Así resume él mismo su trayectoria:

Empecé a escribir música en la revista de Mixup [la cadena de tiendas], donde ya estaba colaborando como jefe de redacción. Hacía entrevistas, escribía artículos, revisaba la ortografía de pe a pa, hacía de todo. Eventualmente, escribía en otras revistas de música, y eso me sirvió para conocer a la gente del medio. A pesar de estos trabajos, nunca dejé mi grupo de música. Un amigo, que colaboró en nuestras primeras presenta-ciones, me invitó a trabajar en el campo de la publicidad en internet, donde estuve diez años. Por otro lado, y para sacar provecho de tantos discos que tenía, empecé a hacer presentaciones como dj en todo tipo de lugares, bares, antros, clubes, discotecas, haciendo combinaciones muy originales. Así aprendí este oficio. Por todos estos medios, no me he despegado un solo día de la música. Es un veneno que no nos podemos quitar.

cl (entrevista, 2014) es otro coleccionista de discos, cuya obsesión por la música se inició en la adolescencia. A los trece años comenzó a tra-bajar de manera eventual, casi únicamente para comprar discos. De allí pasó a la programación de música en una estación de radio y, después, se desenvolvió en distintas tareas relacionadas con el desarrollo de proyec-tos en una compañía discográfica multinacional a la par que producía su propia música. Hoy es un exitoso productor independiente. Así resume su trayectoria en estos distintos campos relacionados con la música:

Muy joven empecé a trabajar como mesero. Cada vez que me pagaban me compraba un disco. Así llegué a tener una muy buena colección.

Page 190: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

188 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Curiosamente, en uno de los lugares en los que mesereaba, entré en contac-to con los productores de una estación de radio que en esos días empezaba sus transmisiones. Al conocer mis intereses, me invitaron a trabajar con ellos como programador. Allí estuve dos años. Mi trabajo consistía en seleccionar la música que me gustaba. Mi siguiente trabajo fue como bus-cador de talentos en un sello multinacional de discos. Otra vez, mi trabajo consistía en seleccionar su música y llevarla a las estaciones de radio. Pasados siete años, me convertí en director artístico de una de sus empre-sas. Así me relacioné con los principales grupos de rock mexicano de los 90s, como Titán, Plastilina Mosh, El Gran Silencio y otros. Muchos de sus integrantes eran mis amigos. En suma, pasé quince años en esta disquera. Mientras tanto, y desde que tenía entre 25 o 27 años, empecé a hacer mi propia música. Ahora soy un productor independiente.

A través de su carrera, estos músicos e intermediarios aprenden en la práctica a conocer los entretelones de un mercado que requiere del cono-cimiento específico de cada eslabón de la cadena de producción, distribu-ción y consumo. Su perfil no responde a la imagen tradicional de los músicos profesionales, dedicados casi exclusivamente a la interpretación y la docencia, pero tampoco a la visión de los intermediarios incrustados en la industria musical, con profesiones relacionadas con la administra-ción, gerencia de recursos humanos, producción técnica y otras orienta-das al manejo de las carreras de sus representados, poco interesados en los asuntos de la creación artística.

Hoy en día las carreras de estos músicos e intermediarios tienen distintos perfiles. Hay unos que se inclinan más a la producción y dejan en segundo plano su práctica musical, mientras que otros hacen de esta su oficio principal y, desde allí, tratan de manejar sus propias carreras. Esto último puede ser más complicado cuando llegan a ser más conocidos y se mueven en distintas escenas musicales. cl (entrevista, 2014) señala que, cuando pasa esto, los músicos tienden a delegar ciertas actividades a otros. Sucede que “… empiezan a acercarse a los que saben hacer estas cosas, y a partir de allí empiezas a escoger con quién trabajar y cómo hacerlo. Así me pasó, poco a poco fui haciendo mi propio equipo de trabajo”.

Según mi, músico que cuenta con su propia red de intermediación, en cierto punto de su carrera necesitó un representante que le ayudara a organizar sus actividades, a administrar su agenda de trabajo y a

Page 191: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

189 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

propiciar que se llenara esa agenda. Según él, es muy importante que ese representante se encargue del desarrollo logístico de su carrera, de las relaciones con los medios de comunicación, de la producción de video-clips y otros elementos necesarios para la difusión de su obra. Cosa que ya no hacen las disqueras porque hoy en día se han vuelto “…menos desarro-lladoras… siempre van siguiendo la cola al tigre”. Por su parte, cuando las disqueras descubren a esos tigres independientes y se dan cuenta de que producen dinero, empiezan a interesarse en ellos. Esta combinación entre músicos autogestivos, que desarrollan su propio concepto musical, y las disqueras, que buscan administrar esas carreras prometedoras para su beneficio, provoca una tensión que disgusta a los músicos que prefieren manejarse por sí mismos dentro de redes más limitadas pero menos comerciales.

Para ns, músico independiente (entrevista, 2014), las disqueras aso-ciadas a las grandes productoras de entretenimiento como ocesa son “lo más sucio que hay en México”. Por eso prefiere trabajar con Fonarte Latino, distribuidora de sellos y artistas alternativos latinoamericanos de distintos géneros.21 Aun con este tipo de intermediarios, más identifica-dos con el quehacer independiente de los músicos, estos deben hacer grandes esfuerzos para crear un público que les permita mantenerse en el mercado. La otra opción, que muchos prefieren, es vender directamente sus discos en sus presentaciones en vivo.

Los festivales barrialesDe la misma manera que los intermediarios radiofónicos que buscan crear comunidades de creadores-consumidores en el espacio radioeléctrico,22 en los espacios urbanos emergen geografías creativas con un sello característico.

Este fenómeno no es nuevo, pero hoy en día tiene una importancia especial a la luz de los procesos de globalización y desterritorialización de la cultura. La concentración monopólica de los procesos de producción, distribución y difusión de la música tiene como contraparte la coopera-ción local, que requiere, entre otros elementos, de la mediación espacial

21 Disponible en: < http://www.fonartelatino.com/fonarte.html>.

22 Asunto muy importante en la cadena de intermediación pero que no trataremos aquí por falta de espacio.

Page 192: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

190 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

de los actores que encuentran en ciertos barrios y lugares las condiciones para desarrollar sus carreras y fortalecer sus alianzas. Veamos el caso del Festival Marvin, que desde 2010 tiene lugar en la zona Roma-Condesa.

A finales del mes de mayo, a lo largo de un solo día y repartidos en distintos escenarios privados y públicos, actores emergentes de la escena musical independiente nacional y unos cuantos invitados extranjeros se encuentran cara a cara con sus seguidores en este espacio local de la Ciudad de México. En ese breve tiempo, la zona se convierte en un espacio de intercambio de ideas, a través de talleres y foros creativos, que permi-ten cuajar proyectos comunes y establecer estrategias de mercado con impacto local y translocal. Al tiempo que fomenta el desarrollo de proyec-tos musicales, este festival busca activar la economía relacionada con actividades culturales, recreativas y de ocio que se desarrollan en bares, restaurantes, cafés, foros y otros establecimientos culturales como libre-rías, galerías y en espacios abiertos como los parques, aceras y camellones.

Derivado de un proyecto editorial, dirigido por más de una década a un mercado juvenil de clase media, este festival pretende “difundir y apo-yar la música que no [tiene] cabida en estaciones de radio o programas televisivos”. De manera ambiciosa, su directora (cv, entrevista, 2014) lo define como una oferta cultural interdisciplinaria, que vincula la música, el cine, la literatura y el diseño editorial. Según sus organizadores, la Roma-Condesa otorga las condiciones adecuadas para una oferta de esa naturaleza ya que cuenta con los foros y las redes que integran a la comu-nidad de la música independiente. Además, la localización estratégica de esta zona central de la Ciudad de México y las características de movili-dad que ofrece (circuitos peatonales y en bicicleta) son un atractivo fun-cional que asegura la conectividad espacial.

Según cv, la organización de este festival exige, como cualquier otro, la selección adecuada de las bandas participantes, pero sin olvidar el tipo de público específico que acude cada año. Para ello es muy importante tener en cuenta la opinión de los diferentes actores que participan en su organización. “El equipo organizador hace votaciones, propone bandas, hablamos con los amigos […] Es como un consejo. Los que nos damos a esta tarea tenemos muy claro quién puede pasar y quién no”.

A diferencia de los grandes festivales de música que tienen lugar en la ciudad, como el llamado Vive Latino, promovido por uno de los grandes

Page 193: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

191 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

corporativos dedicados a la producción de conciertos musicales, este fes-tival se desarrolla con recursos que provienen principalmente de los nego-cios y emprendedores locales.

En palabras de uno de sus organizadores, lo que lo distingue es “el lugar donde sucede (…) porque lo hacemos en la Roma-Condesa, no en un gran foro” (ud, entrevista, 2014).

Aprovechamos las condiciones de los bares que se suman a la fiesta para que cada lugar ofrezca su propio programa. Pero la gente puede circular de un lugar a otro a lo largo del día con el mismo boleto. ¡Imagínate, es un Vive Latino repartido en una colonia que es muy padre para caminar, muy diver-tida para circular y llena de atractivos en qué gastar, seamos francos, por-que es una zona comercial bien tupida! Caminando de un lugar a otro puedes pasarte el día sin salir del circuito del festival. El impacto comercial está a la vista. El año pasado vendimos cinco mil boletos; entonces, tienes a cinco mil personas de todo tipo de características y condiciones económi-cas, que vienen de distintos puntos de la ciudad, moviéndose alrededor de un circuito muy grande, cerca de treinta cuadras. Todos los negocios que están en esa ruta se ven beneficiados. Particularmente los bares, que son nuestros aliados.

conclusiones

A lo largo de este artículo buscamos poner de relieve la importancia de estudiar los procesos de creación artística que están sustentados en acto-res que interactúan a través de redes o círculos artísticos y que tienen su asiento preferencial en los espacios de creación y cultura locales. Los ante-cedentes de esta discusión nos señalan la necesidad de profundizar en las particularidades de estos procesos en lugares concretos en México y América Latina y apuntan a la construcción de una perspectiva multidis-ciplinaria, que vincule las categorías del arte con las derivadas de la socio-logía del trabajo, la geografía económica y la economía cultural.

Con este propósito, estudiamos el caso de la música independiente que nos muestra el carácter fragmentado e inestable del trabajo artístico, la versatilidad de tareas y funciones de los actores que intervienen a lo largo del proceso de producción, distribución y consumo de la música y su arraigo territorial. Teniendo en cuenta estas formas f lexibles del mundo del arte, retomamos la figura del intermediario cultural que expresa las tensiones entre la tendencia a la especialización, autonomía,

Page 194: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

192 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

emprendimiento e inventiva del artista y la naturaleza cooperativa del proceso creativo para hacer frente a mercados artísticos inseguros y precarios.

Al respecto, se hace necesario profundizar en esta discusión y estu-diar situaciones concretas que podrían mostrar que la sobrevivencia de los artistas en mercados hiperf lexibles no necesariamente estimula la innovación y los proyectos autogestivos. En ocasiones, sus esfuerzos podrían desembocar en trayectorias de precariedad acumulada (Guadarrama, 2017). Por otro lado, la búsqueda de independencia de los artistas ref leja una mezcla de elementos diversos y contradictorios, estra-tégicos, estéticos e ideológicos. La independencia puede limitarse a la búsqueda pragmática de mejores oportunidades en los mercados locales, al desarrollo de emprendimientos autogestivos con fines de lucro, o bien suponer una postura estética e ideológica de franca ruptura con el arte comercial reproducido por los mecanismos instituidos públicos y priva-dos. En los hechos, se observa una mezcla de todos estos elementos, como puede advertirse en los casos estudiados, que ameritaría una discusión conceptual más profunda e investigaciones comparativas entre las distin-tas escenas de la música llamada independiente.

El caso de la Roma-Condesa muestra que existen diversas formas de independencia, según las características de los campos artísticos y cultu-rales y de los procesos de creación. El estudio de los foros, redes y festiva-les locales enclavados en la zona es un buen ejemplo de este fenómeno de independencia localizada.

A través de esta investigación exploratoria, descubrimos el carácter distinto de los foros culturales y los negocios de música en vivo, que res-ponden a intereses que se mueven entre la búsqueda de ganancia y las propuestas que intentan innovar las formas de producción artística y de creación de nuevos públicos. De esta tensión entre mercado y cultura, se derivan formas distintas de cooperación sostenidas en redes que incluyen a intermediarios, músicos y seguidores.

Por su parte, las trayectorias artístico-laborales de estos músicos nos muestran el nuevo perfil de este músico independiente polifuncional, que se acerca a la disciplina por caminos distintos a los del profesional

Page 195: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

193 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

tradicional.23 A través de su experiencia por los intersticios de la produc-ción, distribución y venta de música, sin dejar de lado sus propios proyec-tos y habilidades musicales, conforma un nuevo perfil, o más bien distintos perfiles del músico independiente. Uno de estos perfiles es el del músico intermediario que aquí estudiamos y que hoy en día se encuentra lejos del intermediario tradicional relacionado con la gran industria. Los músicos intermediarios de los foros culturales del espacio Roma-Condesa son un híbrido que se forja entre las pequeñas y medianas empresas auto-gestivas y los proyectos colectivos e individuales por cuenta propia que intervienen en los distintos escalones de los procesos de producción, comercialización y consumo cultural. Funcionan como enlaces entre los distintos actores que constituyen algunos de los círculos de la música independiente de la zona, y entre ellos y las empresas disqueras y distri-buidoras. Actúan como desarrolladores de proyectos musicales, creado-res de una estética que intenta generar sus propios moldes y promover anclajes territoriales de la música independiente en los espacios de crea-ción y cultura como la Roma-Condesa. De esta compleja interacción, resulta un tipo de expresión artístico-musical que se define como inde-pendiente y formas de trabajo y de vida que buscan separarse de los mol-des comerciales.

23 Sobre las trayectorias de los músicos profesionales véase Guadarrama, 2017.

Page 196: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

194 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

bibliografía

Beck, Andrew (ed.). (2003), Cultural Work: Understanding the Cultural Industries. Routledge, Harwood [Kindle Edition], 208 pages.

Becker, Howard S. (1982), Art worlds. Berkeley y Los Ángeles, University of California Press.

Bourdieu, Pierre (1979), La distinción. Criterio y bases sociales del gusto. España, Taurus.

Convenio Andrés Bello (2009), Cuentas Satélite de Cultura. Manual metodológico para su implementación en Latinoamérica. Colombia, Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (aecid).

Coulson, Susan (2012), “Collaborating in a competitive world: musicians’ wor-king lives and understandings of entrepreneurship”. Work, employment and society, vol. 26, Nº 2, pp. 246-261.

Cummins-Russell Thomas A. and Norma M. Rantisi (2012), “Networks and place in Montreal’s independent music industry”. The Canadian Geographer/Le Géographe canadien, vol. 56, Nº 1, pp. 80-97.

Drake, Graham (2003), “‘This place gives me space’: place and creativity in the creative industries”. Geoforum, vol. 34, Nº 4, pp. 511-524.

Duhau, Emilio y Ángela Giglia (2016), Métropoli, espacio público y consumo. México, FCE, 321 p.

Florida, Richard (2002), “The Economic Geography of Talent”. Annals of the Association of American Geographers, 92 (4), pp. 743-75.

Florida, Richard (2005), Cities and the creative class. Nueva York, Routledge.

Florida, Richard y Jackson Scott (2010), “Sonic City: The Evolving Economic Geography of the Music Industry”. Journal of Planning Education and Research, vol. 29, Nº 3, pp. 310-321.

Guadarrama, Rocío (2017), “Les paradoxes de la précarité dans l’emploi artisti-que. Le cas des musiciens professionnels au Mexique”. Revue Interventions économiques, Nº 57. En línea: <URL: http://interventionseconomiques.revues.org/3174>.

Guadarrama, Rocío y María Moreno (s/f), Nuevos espacios culturales: La Roma-Condesa en la Ciudad de México, avance de investigación. [Inédito].

Page 197: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

195 Músicos e intermediarios... | págs. 169-196

Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi) (2014), Sistema de Cuentas Nacionales de México. Cuenta Satélite de la Cultura de México, 2008-2011. México DF, inegi.

John-Steiner, Vera (2000), Creative collaboration. Nueva York, Oxford University.

Kadushin, Charles (1976), “Networks and circles in the production of culture”.  American Behavioral Scientist, Nº 19, pp. 769-784.

Krochmalny, Syd (2010), “El curador como intermediario cultural”. Revista Perspectivas Metodológicas, vol. 1, Nº 10, pp. 67-89.

Le Theule, Marie Astrid y Yannick Fronda (2005), “The organization in tension between creation and rationalization: facing management views to artistic and scientific creators”. Critical Perspectives on Accounting, Nº 16, pp. 749-786.

Martínez, Luis Roberto (2015), “México es el mayor mercado de música en vivo en Latinoamérica”. pwc, 17 julio. En: <http://www.pwc.mx/mayor-mercado-mexicano-de-musica-en-vivo-en-latinoamerica>.

Menger, Pierre-Michel (2009), Le travail créateur. S accomplir dans l’incertain. París, Éditions du Seuil, Gallimard.

Menger, Pierre-Michel (ed.). (2003), Les Professions et leurs sociologies: modèles théoriques, catégorisations, évolutions : actes du colloque de la Société française de soiologie. Colloquium 3. París, Éditions de la Maison des Sciences de l’Homme.

Mercado, Alejandro (2015), “Distritos creativos en la Ciudad de México en la segunda década del siglo XXI”. Territorios, Nº 34, pp. 183-213.

Moreno Carranco, María (2012), “La producción, el consumo y la transformación del barrio: La Condesa en la Ciudad de México”. Ponencia. México, comecso.

Negus, Keith (2002), “The work of cultural intermediaries and the enduring dis-tance between production and consumption”. Cultural Studies, vol. 6, Nº 4, pp. 501-515.

Pilati, Thomas and Diane-Gabrielle Tremblay (2007), “Le developpement socio-économique de Montréal: la cité créative et la carrière artistique comme facteurs d’attraction?”. Canadian Journal of Regional Science/Revue canadienne des sciences régionales, vol. XXX, Nº 3, (Autumn/automne), pp. 475-496.

Ravettino Destefanis, Alejandra (2013), “Los ‘nuevos intermediarios culturales’ de la lectura. Cambios en la difusión de libros en la era digital”, ponencia en las X Jornadas de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

Page 198: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

196 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Scott, Allen J. (1997), The Cultural Economy of Cities. Oxford, Joint Editors and Blackwell Publishers Ltd.

Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (scian) (2013), scian 2013.

Smith Maguire, Jennifer y Julian Matthews (2012), “Are we all cultural interme-diaries now? An introduction to cultural intermediaries in context”. European Journal of Cultural Studies, vol. 15, Nº 5, pp. 15: 551.

Sobrino, Jaime (2016), “Entre mitos y realidades: ciudades mexicanas que con-centran clase creativa”. Estudios demográficos y urbanos, vol. 31, Nº 2, pp. 501-522.

Walker, James L. Jr. (2008), This Business of Urban Music. A Practical Guide to Achieving Success in the Industry, from Gospel to Funk to R&B to Hip-Hop. Nueva York, Billboard Books.

Entrevistasea, programador de foro multifuncional, 2014, por Rocío Guadarrama [trabajo

de campo], proyecto “Espacios y Profesiones Creativas”, Ciudad de México, uam-c.

cl, músico intérprete y productor musical, 2014, por Rocío Guadarrama [trabajo de campo], proyecto “Espacios y Profesiones Creativas”, Ciudad de México, uam-c.

cv, editora y productora artística, 2014, por Rocío Guadarrama [trabajo de campo], proyecto “Espacios y Profesiones Creativas”, Ciudad de México, uam-c.

ja, gerente de foro multifuncional, 2014, por Rocío Guadarrama [trabajo de campo], proyecto “Espacios y Profesiones Creativas”, Ciudad de México, uam-c.

mi, músico intérprete, 2014, por Rocío Guadarrama [trabajo de campo], proyecto “Espacios y Profesiones Creativas”, Ciudad de México, uam-c.

ns, músico intérprete, compositora y arreglista, 2014, por Rocío Guadarrama [trabajo de campo], proyecto “Espacios y Profesiones Creativas”, Ciudad de México, uam-c.

ud, publicista, editor, productor y músico intérprete, 2014, por Rocío Guadarrama [trabajo de campo], proyecto “Espacios y Profesiones Creativas”, Ciudad de México, uam-c.

Page 199: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

197 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

ResumenEste artículo enfoca el fenómeno del llamado “trabajo creativo y emprendedor” en el ámbito de las industrias creativas a partir del caso de la música independiente en la Argentina. La noción de trabajo creativo, cada vez más movilizada en América Latina, tiende a reproducir una mirada individualista de la creatividad que contribuye a sos-tener a la forma del trabajo autónomo o “culturepreneurship” como la más adecuada para el desarrollo de las industrias creativas, a la vez que dificulta el reconocimiento en ellas de la relación laboral y, consecuentemente, del carácter de trabajadores de quienes allí se desempeñan. El objeto del artículo es advertir las condiciones concretas en que el trabajo creativo se desenvuelve en el marco del avance de los procesos de tercerización y reestructura-ción productiva del capital sobre las industrias de la cultura, que rechaza los derechos de los trabajadores que emplea y los niega como tales, en pos de contribuir a recono-cer a la cultura como ámbito provechoso para analizar las transformaciones actuales del mundo del trabajo.

Culturepreneurship y condiciones del trabajo en las industrias creativas. Una aproximación a partir del caso de la música independiente

Guillermo Quiña

Este artículo es una versión extendida y revisada de la presentación realizada en el panel “Trabajo, sectores y espacios en los campos del arte y de la cultura en América Latina” del VIII Congreso Latinoamericano de Estudios del Trabajo, Buenos Aires, agosto de 2016.

Guillermo Quiña es Sociólogo, Doctor en Ciencias Sociales (uba) y Profesor Regular Adjunto en la Universidad Nacional de Avellaneda (Departamento de Cultura y Arte). Dirige el proyecto pict-anpcyt (Programación 2015-2017, Agencia Nacional de Investigación Científica y Tecnológica): “La produc-ción de música independiente como trabajo creativo”.

Page 200: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

198 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

PalabRas claveemprendedorismo culTural. TraBajo creaTivo. iindusTrias creaTivas. música independienTe.

abstRactThis paper analyzes the so called “creative labor and culturepreneurship” within the creative industries, through the case of independent music production in Argentina. Th enotion of creative labor, increasingly used by Latin America governments, tends to reproduce an individualistic view of creativity which contributes to sustain auto-nomous forms of labor of “culturepreneurship” as appropiate for creative industries growth. At the same time, it obstructs there cognition of work relationships within it and, consequently, of the working class condition of those who work there as such. The aim of this paper is to discuss working conditions of creative labor within the fra-me of the advance of outsourcing and productive restructuring of capital on creative industries while, in doing so, it unknows workers rights and neglect them as such, with the purpose to recognize culture production, and music in particular, as a valid field for analyzing labor world changes today.

Key woRdsculTurepreneurship. creaTive laBor. creaTive indusTries. independenT music.

Page 201: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

199 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

introducción

Hace algunos años, en una conferencia organizada por la Asociación de Estudios Culturales en París, nos encontramos varios colegas de distintos países en una mesa sobre gestión cultural en América Latina. El debate giró en torno a las temáticas de activismo cultural, de la diversidad y la importancia asignada a la cultura para la participación social y comunita-ria en tiempos de fuerte concentración mediática y de las industrias cul-turales. Sin mayores diferencias, y siendo todos los expositores provenientes de países de América Latina, el inconveniente –o mejor, el disparador– surgió al intentar una traducción al inglés de los conceptos en debate, en particular el de “gestión cultural”, para ampliar la discusión a los investigadores angloparlantes allí presentes. Y es que la noción de “cultural management” (una opción de traducción literal para el término) movilizaba en los países europeos todo un conjunto de supuestos diame-tralmente opuestos a los que nosotros proponíamos discutir: el “manage-ment” de la cultura no convocaba a pensar en la militancia o el activismo de artistas, en la participación de productores o intermediarios culturales de pequeñas comunidades sino, por el contrario, en los modos de admi-nistración de la cultura entendida como un área más de la actividad eco-nómica y los negocios de empresas de entretenimiento.

No escapaba a los presentes que en América Latina las producciones culturales han tendido a asumir sentidos políticos e incluso militantes a lo largo del siglo xx, tal como, por ejemplo, había podido verse en ocasión de la conformación de los llamados “colectivos artísticos” hacia fines de la década de 1990 y su vinculación con movimientos políticos y sociales en la Argentina de 2001. Ahora bien, se trataba en este caso de una diferencia no únicamente “cultural” sino en términos de procesos históricos: varios países europeos (en especial el Reino Unido) venían llevando a cabo desde hacía ya más de una década un conjunto de reformas tendientes a some-ter a la cultura a la dinámica lisa y llana de la acumulación del capital mediante la apelación a nociones como “trabajo creativo” e “industrias creativas”, frente a lo cual se venían escuchando algunas voces críticas respecto de estos procesos; mientras, en América Latina esto era algo más reciente, y todavía no parecía advertirse el alcance ni la gravedad de la mutación en curso.

En la actualidad, a poco de cumplirse veinte años de la pionera ape-lación en Gran Bretaña a la noción de industrias creativas, el recurso a la “creatividad” parece haberse vuelto una marca obligada de las políticas

Page 202: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

200 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

culturales a escala global, una suerte de credencial de su actualización en el marco de la sociedad informacional y las tecnologías digitales. Al mismo tiempo, este proceso se ve acompañado por una suerte de exalta-ción del trabajo autónomo o “emprendedor” de los productores culturales y por un llamativo desconocimiento del carácter de trabajadores de quie-nes llevan a cabo las múltiples tareas (más o menos “creativas”) que invo-lucran estas industrias.

El objeto de este artículo es someter a discusión este proceso, llaman-do la atención sobre las implicaciones que el despliegue de la terminología “creativa” tiene sobre las condiciones de trabajo en la cultura, el reconoci-miento de sus trabajadores como tales y, consecuentemente, de los dere-chos que les asisten, destacando el rol que, en esta dirección, han asumido, en los últimos años, distintos gobiernos de nuestra región pretendida-mente distantes de la retórica neoliberal aunque efectivamente reproduc-tores de sus procesos de reestructuración productiva en el ámbito de la cultura mediante las políticas públicas implementadas.

Con el propósito de ilustrar este fenómeno, apelamos al caso de la producción musical independiente en la Argentina, valiéndonos de una aproximación cualitativa desde un enfoque metodológico interpretativo centrado en las perspectivas de sus actores que se vale de la entrevista etnográfica dada su potencialidad para recolectar datos en múltiples y diversos contextos (Sautú, 2003); asimismo, apelamos a los aportes de la economía política y al análisis de distintos documentos de políticas públi-cas que tienen por objeto a dicha producción, a sabiendas de que la reali-dad no necesariamente se representa de modo transparente a sus actores (Menéndez, 2002). El trabajo de campo que dio lugar al presente artículo, que comprende una veintena de entrevistas hechas a músicos, profesiona-les y técnicos de la actividad musical independiente así como observacio-nes de eventos musicales en vivo y ensayos,1 fue realizado entre 2015 y

1 Las entrevistas fueron realizadas por el autor así como por miembros del equipo de investiga-ción a un espectro bastante amplio de músicos, profesionales y técnicos vinculados a la músi-ca independiente, lo que incluyó músicos autogestionados (quienes editan y difunden por sí mismos su obra), con obra editada por pequeños sellos discográficos, técnicos de grabación, dueños de salas de ensayo y productores de espectáculos musicales, procurando alcanzar si-tuaciones diversas en relación con la centralidad que la actividad musical ocupara en su vida cotidiana (fuera su principal fuente de ingresos o una actividad secundaria o, directamente, una actividad no rentada). Las observaciones, por su parte, tuvieron lugar en eventos de mú-sica en vivo en espacios públicos y salas privadas, siempre que se tratara de grupos musicales del ámbito independiente.

Page 203: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

201 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

2016 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la zona sur del Conurbano bonaerense (principalmente en el Municipio de Avellaneda), en el marco de dos proyectos de investigación sobre las condiciones de trabajo de los músicos dirigidos por el autor y radicados en la Universidad Nacional de Avellaneda.

la adopción latinoamericana de la retórica de lo “creativo”Enmarcado en el contexto de la denominada economía creativa y la concepción de la cultura como un recurso para el desarrollo social y económico (Yúdice, 2002) –especialmente en los denominados países emergentes–, el llamado trabajo creativo se ha expandido de modo nota-ble durante los últimos diez años tanto en políticas públicas como en el ámbito privado en relación con las industrias creativas. Estas últimas, según su definición original por el gobierno británico en 1998, comprenden:

... aquellas que tienen origen en la creatividad, destreza y talento individual y las cuales tienen un potencial para la creación de riqueza y trabajo a través de la generación y explotación de la propiedad intelectual... [e invo-lucran las actividades de] ... publicidad, arquitectura, mercados de arte y antigu edades, artesanías, diseño, diseño de modas, cine y video, videojue-gos, musica, artes performativas, editorial, servicios de software y computación, televisión y radio (dcms, 2001: 5).

Resulta notable que, tras su pronta implementación en las políticas públicas europeas, en unos pocos años diferentes organismos oficiales en América Latina hayan comenzado a recuperar la noción de industrias creativas en sus propias políticas públicas hacia el sector cultural, espe-cialmente como clave para el desarrollo económico, social y cultural de la región.

En efecto, basta considerar unos pocos casos para advertir la rapidez con que dicho término fue adoptándose en América Latina entre 2003 y 2008. En 2003, en Colombia, el gobierno, junto con el British Council, llevó adelante un proyecto de Incubadora de Industrias Creativas “Prana” para “fomentar e incentivar empresas sostenibles del sector creativo”; en 2005, en Salvador (Brasil), se creaba el Centro Internacional das Industrias Criativas; en 2007, en el Uruguay se fundó el Departamento de Industrias Creativas (dicrea); ya en 2008, en Chile, la Corporación de Fomento de la

Page 204: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

202 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Producción implementó el Programa Territorial Integrado de Industrias Creativas en la ciudad de Valparaíso; mientras que, en la ciudad de Buenos Aires, las políticas públicas comenzaban a referirse a las “indus-trias creativas” en lugar de a las hasta entonces denominadas “culturales”.

Para Rowan (2010), quien se ha abocado a indagar el modo en que las políticas públicas europeas destinadas al ámbito cultural se han venido modificando en los últimos quince años, el giro hacia la noción de “trabajo e industrias creativas” no es meramente semántico, sino profundamente económico, pues involucra una concepción distinta de las producciones culturales, caracterizada por reconocer en ellas su capacidad generadora de recursos antes que su objetivo de atender derechos a la diversidad y al consumo cultural de la población. Esto viene, por su parte, acompañado de un giro en la política de financiamiento de la cultura, que ha tendido a virar desde un modelo del “subsidio” por otro de “créditos blandos”, algo que ha sido inicialmente implementado por Gran Bretaña –en sintonía con su inicial apelación a las industrias creativas– pero replicado luego en distintos países europeos. Esto es, en lugar de ofrecer subvenciones, se comenzaron a entregar ayudas reintegrables o microcréditos –ciertamen-te, con condiciones mucho menos onerosas para los beneficiarios que las ofrecidas por los bancos o prestamistas privados– con el objeto de que, tal como indicaba un funcionario del área de industrias culturales en Cataluña, “una parte del sector teatral, del sector cinematográfico, del sector de las artes visuales, del sector musical, deje de recibir subvencio-nes y pase a recibir fondos de financiación” (Marcé, citado en Rowan, 2010: 50). Ellos se veían, ahora, en la necesidad de sostener producciones culturales que permitieran generar los recursos financieros suficientes como para devolver el monto asignado, asemejándose, de esta manera, a un adelanto de capital, lo cual representó un importante sesgo hacia una orientación pro mercado que estas debían desplegar con vías a alcanzar “sustentabilidad” financiera.

Según este autor, dicha transformación implica la reconversión de la propia noción de cultura, que, de ser considerada un derecho, ha pasado a asumirse cada vez más como un recurso centralmente económico; en este marco, las políticas han tendido a concentrarse en la oferta cultural antes que en la demanda, propiciando el sostenimiento de aquellas pro-ducciones culturales (o creativas) capaces de generar ingresos en el mer-cado más allá de su aporte a la diversidad cultural.

Page 205: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

203 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

Es en este marco que se han consolidado las formas “proyectuales” o “emprendedoristas” entre las producciones culturales como aquellas más adecuadas a este nuevo modelo en que la cultura se constituye en genera-dora de recursos, en busca de financiamientos, patrocinios privados o apoyos institucionales o gubernamentales.

Dicho avance ha tenido lugar en distintos países del Cono Sur, bajo gobiernos de diferente signo político y ante la ausencia de análisis críticos respecto de sus supuestos e implicaciones sobre varios de los aspectos de la producción cultural local, en particular sobre sus trabajadores, bajo la aparente convicción de que estas transformaciones representarían una suerte de actualización de la cultura en un contexto de capitalismo infor-macional propio de la sociedad del conocimiento y de las nuevas tecnolo-gías digitales de la comunicación y la cultura. Solo así puede explicarse que gobiernos como el del Partido de los Trabajadores en Brasil –encabe-zado por Luiz Inácio “Lula” Da Silva y con Gilberto Gil como Ministro de Cultura–, el del Frente Amplio en Uruguay –presidido por Tabaré Vázquez– o el de la Concertación de Michelle Bachelet en Chile se hayan plegado a los mismos lineamientos de política cultural respecto de las industrias creativas que la Colombia liberal de Álvaro Uribe bajo el auspicio del British Council.

En otras palabras, nos encontramos frente a un proceso de carácter hegemónico (Williams, 1977) a través del cual la producción cultural en América Latina, así como a escala global, tanto dentro como fuera del ámbito privado, tiende a subsumirse en la dinámica de acumulación del capital bajo la apelación a las industrias y el trabajo creativos.

Culturepreneurship o individualismo creativo

Una de las figuras más difundidas en las llamadas industrias creativas es la del emprendedor, reconocida como la forma más apropiada para enca-rar los desafíos del trabajo creativo, enmarcado en un conjunto de trans-formaciones tecnológicas y para cuya dinámica resultaría inadecuada la contratación “clásica” de la fuerza de trabajo, entendiendo por esta una relación salarial con jornada laboral de extensión regulada por los conve-nios del sector. Esta es concebida como obsoleta y entorpecedora para el despliegue de la creatividad por el discurso que enarbola la noción de economía creativa, el cual tiende a presentar las regulaciones laborales, la estabilidad contractual y la regularidad de los salarios como impedimen-

Page 206: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

204 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

tos para la innovación, la creatividad y el dinamismo que exigiría la natu-raleza creativa del trabajo demandado por estas industrias.

Según Rowan (2010), la noción de “emprendedorismo” o “emprendi-zaje”, tan actualmente de moda en el ámbito de la gestión cultural y cre-cientemente referida en las políticas públicas de fomento a las industrias creativas, alude al supuesto carácter emprendedor de los productores culturales independientes en el marco del giro neoliberal que han adopta-do las políticas culturales en los últimos veinte años a escala global, incen-tivando la lógica privada de la gestión cultural al centrarse, como mencionamos, sobre la capacidad de las producciones culturales de gene-rar recursos económicos por sobre su aporte a la diversidad cultural o su contribución en términos artísticos o estéticos. El emprendedorismo, en este marco, se plantea como la forma necesaria que debe asumir un pro-yecto o producción cultural, entendido como una empresa privada inde-pendiente que se asemeja, en términos representacionales, al mito de un empresario en potencia al momento de los inicios de su proceso de acu-mulación de capital, cuando la escala de esta no le permite aún realizar grandes inversiones en maquinaria o infraestructura ni contratar nume-rosa fuerza de trabajo sino que, por el contrario, requiere del ejercicio de su propia fuerza de trabajo para el sostenimiento del proceso. Es decir, se sostiene enclaustrado en una suerte de origen mítico del productor priva-do e independiente de mercancías, como si bajo estas formas se allanara el camino a un destino promisorio de la cultura en la nueva era de las tecnologías digitales.

Ahora bien, la consagración del llamado emprendedorismo cultural no puede comprenderse en los tiempos actuales sin atender a los procesos de reestructuración que en las últimas tres décadas han sostenido una cada vez mayor fragmentación de los procesos productivos (Castillo, 1994) que han redundado en el avance de la tercerización y subcontratación laboral en el marco de una descentralización empresarial a escala global (Lash y Urry, 1998). Tal como señala Bulloni (2013), son estos procesos los que se encuentran detrás de la importancia que las redes productivas y los proyectos asumen en las llamadas industrias creativas en la actuali-dad y sobre la base de la cual en este ámbito se reniega de la relación salarial de tipo fordista. Como veremos más adelante en el caso de la música, la innovación tecnológica ha facilitado que la cadena de valor se fragmente y sean los sellos musicales más pequeños, o bien los propios músicos, quienes lleven a cabo las tareas de búsqueda, experimentación e

Page 207: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

205 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

innovación musical que décadas atrás debían financiar las grandes trans-nacionales editoras de música.

Las industrias creativas, por tanto, se encuentran sometidas como otras a los procesos de reestructuración productiva y tercerización, lo que necesariamente impacta sobre la dimensión laboral de quienes en ellas se desempeñan, ahora bajo la noción de “trabajadores creativos”. En tanto estas someten a sus trabajadores a las mismas condiciones de precariza-ción que el resto de la actividad económica a escala global, la función ideológica que llevan a cabo como parte de un entramado cultural hege-mónico que se despliega en una sociedad de clases (Williams, 1977) com-plejiza y dificulta los procesos de lucha mediante los cuales los trabajadores han enfrentado situaciones semejantes en la historia reciente. En particu-lar, la fuerte apelación a nociones de autonomía, f lexibilidad y libertad en el proceso de acumulación actual, se aloja centralmente en las actividades que caen bajo la órbita de las industrias creativas y acompaña idealmente un significativo avance del capital sobre el trabajo en el que la clase traba-jadora se ha visto cada vez más fragmentada.

En efecto, como ha indicado Banks (2010), las industrias creativas se despliegan a partir de una fragmentación de la fuerza de trabajo entre aquella porción que realiza actividades de tipo artísticas o creativas o bien de trabajo intelectual complejo y otra fracción que se encarga de labores de tipo técnico o artesanal; así, estas industrias se articulan con el proceso de dualización de fuerza de trabajo iniciado hace ya tres décadas (Katz, 2000) que se expresa en la conformación de mercados internacio-nales de fuerza de trabajo en los que, mientras que en algunos países se expande la subjetividad productiva (el llamado trabajo inmaterial, cogni-tivo, informacional complejo, etcétera), en otros se degrada (Iñigo Carrera, 2008), para ofrecer una fuerza de trabajo que se somete a jornadas labo-rales extenuantes y salarios de miseria –tales como el teletrabajo en la India o las industrias de indumentaria del sudeste asiático–. Por otra parte, a ello también ha colaborado el avance de los procesos de terceriza-ción o “outsourcing” en las distintas actividades comprendidas por las industrias creativas a escala global, a la vez que las representaciones de emprendedorismo consolidadas en la producción cultural en los últimos años han ganado posiciones hegemónicas en el marco del llamado “nuevo espíritu del capitalismo” (Boltanski y Chiapello, 2007) apelando, asimis-mo, a nociones como la de “sociedad red” (Castells, 1996) para intentar dar

Page 208: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

206 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

cuenta de una suerte de nueva era tecnológica en la que se habrían vuelto obsoletas las relaciones salariales “clásicas”.

Según Oakley (2014), el emprendedorismo cultural o “culturepreneur-ship” se sustenta en la fuerte carga simbólica del trabajo artístico-creativo, el cual, aun cuando se realiza en condiciones de inestabilidad, precarie-dad y mal pago, representa para quien lo hace una oportunidad de libre expresión –incluso con un dejo de romanticismo en relación con el lugar imaginario del artista– que lo compensa.

Sin embargo, afirma Rowan (2010), los actuales trabajadores de las industrias culturales, así como los proyectos y emprendimientos que muchas veces son caracterizados como casos de emprendedorismo en el ámbito de las industrias culturales y creativas, no se ajustan a lo que podría entenderse como emprendedorismo clásico schumpeteriano de tipo “small business” por parte de un hombre o mujer de negocios que des-pliega su pequeño capital con vistas a un crecimiento futuro. Pues, a diferencia del modelo económico de crecimiento del gasto público y pri-vado que daba sustento a esta noción de emprendedorismo, en particular en la cultura no nos encontramos en los últimos años con una situación ni remotamente cercana.

Por el contrario, tal como indica Oakley (2014), el llamado emprende-dorismo cultural involucra una miríada de situaciones y prácticas que, en su gran mayoría, se acercan a una suerte de última opción que los artis-tas, técnicos y otros trabajadores de las industrias culturales y creativas se ven forzados a asumir en pos de sostener su propia actividad. Es decir, no se trata de pequeños inversores o emprendedores sino que son trabajado-res forzados al cuentapropismo, con contratos a término, inestables y fuera de los convenios que regulan la actividad. En otras palabras, es una estrategia de supervivencia antes que una pequeña inversión privada por parte de los trabajadores culturales.

Por un lado, nos encontramos con el planteo de la llamada “precari-zación de sí” (Lorey, 2008), segun el cual en el ámbito de la cultura existe una cierta inclinación de los trabajadores al autotrabajo en condiciones de precariedad que no son infligidas por un empleador extraño sino por el propio trabajador, en atención a las ventajas que su actividad cultural le reportaría, no necesariamente económicas (hacer lo que le gusta, trabajar sin horarios fijos, etcétera) o, al menos, no inmediatamente redituables (por ejemplo, puede valorarse el aporte en términos de formación

Page 209: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

207 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

profesional). Por otro otro lado, se plantea la noción de “do what you love” (haz lo que amas) y su contraparte “love what you do” (ama lo que haces) que, más allá de la actividad cultural o creativa, segun Tokumitsu (2015), se ha consolidado como un mandato hegemónico del capitalismo actual. Según esta autora, así se facilita que el carácter laboral se diluya simbóli-camente tras una actividad que se realiza con amor y pasión, donde el trabajo se despoja de su carga negativa como “penas y fatigas” (Smith, 1994) y de la desigualdad propia de una relación de dependencia laboral para acercarse a una actividad donde los sujetos se realizan. La dimensión emocional y experiencial de la actividad laboral, en estos términos, cobra mayor fuerza e incluso tiende a eclipsar las precarias condiciones bajo las cuales se desenvuelve en términos concretos. De tal modo y en su conjun-to, este fenómeno se comprende como resultado del proceso de terceriza-ción que ha venido caracterizando a las industrias creativas y cuyo impacto sobre los trabajadores implica el desconocimiento del vínculo laboral, el empeoramiento de sus condiciones de empleo y trabajo, la pre-carización de su situación laboral y la inestabilidad de sus actividades.

En un trabajo recientemente publicado, De Peuter y Cohen (2015) analizan cómo la tendencia a desconocer el derecho al salario de los tra-bajadores de la cultura –en lugar de lo cual se les retribuye con un espacio de “visibilidad” o “exposición”– contribuye al proceso de constituirlos como emprendedores o empresarios. Pues se formula una suerte de acuerdo tácito –y forzado en el marco de su necesidad de trabajar– res-pecto de la conveniencia de aceptar salarios menores a los estipulados por convenio –o incluso desconocerlo por completo– bajo la asunción de que la difusión que obtienen al hacer pública su producción u obra les amplia-rá las posibilidades de venderla –como productores privados de mercan-cías culturales– en otros ámbitos.

Por otra parte, el modo en que se ha venido definiendo el trabajo creativo, no solo desde organismos como la unesco o desde distintas polí-ticas públicas sino incluso desde la academia, no ha podido despegarse del sesgo individualista que de diversos modos conlleva el conjunto de las transformaciones en cuestión. En efecto, tal como fueron definidas por el dcms británico, las industrias creativas asentaban su dinámica en el apro-vechamiento del copyright, es decir, en la explotación del trabajo intelec-tual bajo la forma legal de apropiación privada del trabajo social, lo cual tendió a reproducirse en la definición del trabajo creativo como una acti-vidad que se realiza a partir de una habilidad, formación,

Page 210: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

208 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

talento o destreza individual, pese a que requiera toda una articulación de distintas ocupaciones y tareas para poder llevarse a cabo. Es que defi-nir al trabajo creativo desde su supuesta particularidad encierra una dificultad: en rigor de verdad, todo trabajo es creativo en la medida en que crea valores de uso que no existían previamente, esto es, dando forma útil a la naturaleza. Para intentar evitar esa dificultad, por caso, Roldán (2010) ha procurado distinguir entre trabajos que denomina “redundan-tes” y trabajos que llama “aleatorios”: los primeros son aquellos en los que los códigos que los rigen y los procesos que despliegan permiten esperar un cierto resultado (o producto) independientemente de quién intervenga concretamente en él (o quién realiza el trabajo vivo); los segundos corres-ponden a aquellos cuyos productos no pueden deducirse de la aplicación de los códigos y procesos laborales, dado que dependen en gran medida de la “creatividad” de quien desarrolla el trabajo vivo. Más allá de que la combinación entre ambos en la realidad empírica dificulta trazar una línea demarcatoria clara, esta definición del trabajo creativo abona una mirada individualista de la creatividad –que resulta hegemónica en la actualidad– respecto de la figura del individuo emprendedor que caracte-riza al modelo laboral de las industrias creativas. Por ello resulta funda-mental abordar al llamado trabajo creativo desde una concepción que reconozca la articulación entre trabajos de distinta carga intelectual y artística, esto es, entre los típicamente más artesanales o artísticos y los de carácter técnico o asistencial, sin los cuales las producciones culturales no podrían lograrse.

A este fenómeno, que consiste en la transformación de trabajadores de la cultura en productores “autónomos”, Oakley (2014) lo denomina “emprendedorismo forzado”, algo que no resulta extraño a las realidades laborales de amplias masas de trabajadores de distintos ámbitos cultura-les e incluso de otras áreas de la economía, que en nuestra región en los últimos años se han convertido en “trabajadores autónomos” como condi-ción para poder vender su fuerza de trabajo, ahora bajo la apariencia de ofrecer un “servicio”.2

2 Como señala Paula Varela (2012), lejos de limitarse a la década de 1990, el proceso de precari-zación de la clase trabajadora en diferentes sectores de la economía continuó durante los años de la recuperación económica en Argentina desde 2003 en adelante, pese a que gran parte de las investigaciones desde las ciencias sociales sobre el fenómeno de la tercerización y precari-zación laboral se centran en los años noventa.

Page 211: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

209 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

La conf luencia de las transformaciones en el ámbito de la cultura, de la mano del fomento y desarrollo del llamado emprendedorismo cultural, con procesos más amplios de tercerización, reestructuración productiva y precarización del trabajo no es sino la contracara de un proceso de sub-sunción formal y real (Marx, 1973) del proceso de trabajo en la cultura a la dinámica capitalista contemporánea.

el caso de la música independiente

La producción de música independiente, esto es, aquella realizada por fuera de las grandes empresas del sector discográfico o de la música en vivo, representa un espacio sumamente valioso para observar los procesos antes mencionados. Y ello no solo respecto de la dimensión fáctica sino también en cuanto a las representaciones movilizadas en torno de las transformaciones actuales de las industrias creativas, pues la producción musical es uno de los ámbitos de la cultura que se suelen tomar de ejem-plo a la hora de ilustrar las transformaciones productivas vinculadas con las tecnologías digitales. Estas últimas han tendido a ser vistas, principal-mente, como el desafío a toda una dinámica de funcionamiento de la industria musical basada en la concentración de unas pocas empresas discográficas multinacionales, posibilitado por la facilidad con que, gra-cias a dichas tecnologías, en la actualidad músicos y pequeños sellos dis-cográficos pueden grabar y editar sus propias músicas.

Lo señalado se articula con la proliferación de producciones cultura-les “independientes” en los últimos quince años, en particular en relación con el aprovechamiento intensivo de tecnologías digitales, cuyo creci-miento ha tendido a articularse con los grandes consorcios de la industria de la cultura, pese a que, en algún momento, se asumieran en cierto enfrentamiento con ellos. Sin embargo, estas pequeñas producciones, muchas veces llevadas adelante por los propios artistas o productores culturales, hacen las veces de laboratorio de experimentación en el sector en que se desenvuelven, haciéndose cargo esos artistas o productores de un alto riesgo que anteriormente debían afrontar los grandes estudios o casas editoriales. En ello consiste la tercerización que se ha venido ope-rando, por ejemplo, en la música, gracias a la cual los sellos discográficos multinacionales hace ya dos décadas que casi no se dedican a desarrollar carreras de sus artistas sino que establecen contratos con aquellos que han alcanzado –mediante sus propios medios o bajo el impulso dado por pequeños sellos– un umbral de audiencia suficiente como para despertar

Page 212: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

210 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

su interés en distribuirlo, auspiciarlo o editarlo internacionalmente, para lo cual se valen de la gigantesca red de empresas de espectáculos, radio-difusión, televisión, prensa y comunicación que integran sus conglomera-dos multimediales.

Pese a ello, es frecuente encontrarse en el ámbito de las ciencias sociales con el señalamiento de que el abaratamiento y masificación de las tecnologías digitales tienen un efecto profundamente positivo sobre la música independiente y, por ende, sobre la diversidad musical, en la medida en que el proceso de producción resultaría mucho más barato; no harían falta ya los grandes desembolsos de capital que se requerían en otras épocas para editar un disco –menos aún, para difundirlo y distri-buirlo–, ya que las plataformas gratuitas de redes sociales o de bajo costo en internet facilitan hacerlo a los propios músicos. Autores como Anderson (2007) o Yúdice (2007) –aunque también investigadores locales como Boix (2013), Vecino (2011) o Zukerfeld (2008)– plantean que las nuevas tecnolo-gías ofrecen una gran posibilidad de desarrollo para la música indepen-diente; sin embargo, desde nuestro punto de vista, no ponen suficiente atención en los modos en que la gran industria motoriza y se nutre de estas transformaciones, lo cual termina generando el impacto contrario en términos de oferta y diversidad musical.

A esta altura ya puede advertirse fácilmente que, pese a los pronósti-cos optimistas en torno de lo digital (Anderson 2007), ni la industria musical ha abandonado sus tendencias a la concentración o reproducción del modelo de grandes hits, ni los músicos independientes han visto aumentados sus ingresos ni mejorado sus condiciones de trabajo. Por el contrario, son los grandes capitales del negocio discográfico físico y digi-tal quienes más han aprovechado el abaratamiento de costos y las nuevas posibilidades de difusión y circulación de mercancías musicales, como lo pone de manifiesto el hecho de que el mercado de la musica digital se encuentra tanto o más concentrado que el de la música en soportes físicos: en los Estados Unidos –el mayor mercado de música a escala global–, entre Amazon e Itunes se disputaban más de 2/3 partes del mercado de las descargas online de musica en los ultimos años (Dolata, 2011), mientras que el mercado de streaming musical (reproducción sobre plataformas web, sin descarga) es controlado por unas pocas corporaciones, como YouTube, Spotify, Deezer, Apple y Veevo (Ingham, 2016). Ello se debe, por una parte, a que resulta determinante para la realización de las mer-cancías (esto es, su venta) la disponibilidad de espacios multimediales

Page 213: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

211 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

de difusión: pese a que plataformas como YouTube, por ejemplo, facilitan la difusión de música independiente, es fundamental todavía el poder comu-nicativo de la TV, la radio y las publicidades de vía publica, cuyos costos resultan imposibles de afrontar para pequeños sellos y musicos autogestio-nados. Por otra parte, dado que las nuevas tecnologías digitales transfor-maron gran parte pero no todo el proceso de producción musical, más allá de las ventajas que puede representar el uso de una computadora hogare-ña, todavía sigue siendo clave el acceso a una sala de grabación con infraestructura adecuada (micrófonos, monitores, insonorización, etcéte-ra) así como al manejo especializado de las herramientas de edición, pro-cesamiento y masterización (se advierten notables diferencias de calidad segun las capacidades y presupuestos disponibles).

En este marco de transformaciones, entonces, subrayamos el hecho de que el abaratamiento de la edición musical digital facilitó los procesos de tercerización en la música: los grandes sellos discográficos se han visto liberados de la necesidad de invertir en el descubrimiento, experimenta-ción y desarrollo de nuevas músicas, actividades que suponen altos nive-les de riesgo. La conformación en los últimos quince años de todo un espacio de producciones musicales independientes o autogestionadas ha venido permitiendo a esos sellos contar con un catálogo permanentemen-te renovado, toda vez que, cuando detectan en este la presencia de alguna oportunidad de negocio, les basta para desarrollarla el establecimiento de un contrato de licenciamiento o distribución de un material usualmente ya editado o en condiciones de serlo –aunque esta tendencia a la relocali-zación de los negocios discográficos hacia los eslabones finales de la cade-na de valor no es nueva (Palmeiro, 2005).

Esto último ha alimentado el sostenimiento de una noción de emprendedorismo en la cual el músico es reconocido como inversor, administrador y patrocinador de su propio trabajo sin que ello erosione en modo alguno la hegemonía del capital en la producción cultural; por el contrario, no solo tiende a revitalizarla bajo la apariencia de mantenerse ajena a ella, en el marco de un capitalismo que apela a la creatividad, innovación y autonomía individuales, sino que, al constituirse como pro-ductores privados e independientes de mercancías musicales, los músicos facilitan a los grandes sellos la renovación de sus catálogos sin el riesgo que históricamente supuso, al comprar los derechos de lo que los músicos han producido de modo privado e independiente. Por ello, el fenómeno del emprendedorismo cultural debe ser problematizado en relación con la

Page 214: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

212 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

realidad del negocio de la música en la actualidad y con el modo en que las tecnologías digitales han incidido sobre este en los últimos tiempos.

Por su parte, tal como plantean Hesmondhalgh y Baker (2011), no puede soslayarse aquí la perspectiva de los actores respecto del tipo de trabajo que realizan, en especial de las elecciones “creativas” que se encuentran o no en condiciones de tomar, lo que para los autores consti-tuye buen trabajo (“good work”) y mal trabajo (“bad work”), aunque se com-partan las mismas condiciones de precariedad en materia salarial, sanitaria, de seguridad, etcétera. Esto, según estos autores, representa una diferencia respecto del trabajo demandando por otras industrias. En nuestro caso hemos encontrado distintos testimonios por parte de músi-cos y trabajadores del ámbito musical, donde se rescata positivamente la posibilidad de tomar elecciones fundadas en el criterio personal y esen-cialmente “no comercial”, a pesar de que se reconozca que ello pueda afectar negativamente sus propios ingresos, tanto en la actividad musical en vivo como en la editorial.

[El músico independiente] tiene toda la libertad; por ahí, tiene cierta difi-cultad en acceder a lugares para tocar, o medios de difusión; pero, por lo menos, la parte artística la controla totalmente: puede hacer un video con el director que quiere, puede subir su música a internet, puede colaborar con otros artistas. En cambio, donde está bajo un contrato [de trabajo esta-ble] no, tiene que pedir permiso para todo (Lisandro, músico independiente).

[…] está la firma nuestra en cada cosa que ponemos [N. del E.: programa-mos]; hay veces que me equivoco y me da vergüenza […] capaz que está lleno el lugar y no me gusta lo que está pasando y me siento mal […] mi laburo se basa en eso: lo que yo quiero es mostrar algo; no es que solamente sea un lugar para tomar una birra, ver una banda y ganar plata, digamos (Héctor, gestor cultural a cargo de una sala de música en vivo).

Pero, si resulta tentador coincidir con el planteo de aquellos autores en torno de las nociones de “buen y mal trabajo” en una suerte de acto de justicia con el sujeto entrevistado reconociendo su propia perspectiva, hay distintos elementos que no pueden obviarse a la luz de una mirada crítica en espacios como la producción musical independiente: primero, que la proliferación del llamado “emprendizaje” en la cultura se da, como hemos señalado, en el marco de un proceso más amplio de tercerización del empleo aun fuera de la cultura así como de una dinámica

Page 215: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

213 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

privatizadora mediante la cual se “capitaliza” su funcionamiento, lo que representa un interés de clase, a saber, la clase capitalista; segundo, que tal, como advierte Tokumitsu (2015), el actual mandato de “amar lo que uno hace” encuentra un campo fértil en la producción cultural y musical en particular, donde la relación salarial se invisibiliza o bien se rechaza tras la opción “f lexible” de autoempleo a la vez que se desplaza a un segundo plano el carácter laboral de la actividad, lo cual parece “humani-zar” aquel mismo proceso tercerizador. Finalmente, es necesario contem-plar la escala con que sucede el trabajo creativo en nuestra región. La investigación de Hesmondhalgh y Baker se ubica en Gran Bretaña, cuyo mercado musical, debe notarse, resulta 30 veces mayor que el argentino, lo cual se traduce en desiguales condiciones para quienes en él se desen-vuelven; de este modo, en nuestra región, las condiciones laborales serán proporcionalmente mucho más desventajosas frente a las dimensiones del “buen trabajo” aludido por los autores, pese a que el sentido común local tienda a idealizar al productor cultural a imagen y semejanza de sus pares europeos. A ello correspondería agregar, como señala Fumagalli, que la alienación en el capitalismo actual, en particular en relación con las actividades más vinculadas con la cultura o el llamado capitalismo cogni-tivo, se complejiza no solo por las características visibles de su dinámica productiva sino por “la estructura cultural y antropológica que la acompa-ña” (2010: 241), lo que se articula con el ya mencionado mandato acerca de amar lo que se hace y hacer lo que se ama.

En otros trabajos hemos caracterizado con cierto detalle la precarie-dad e inestabilidad del trabajo de los músicos independientes (Quiña, 2013), y no nos detendremos otra vez en ello. Pero hay algunos elementos que nos parecen centrales en lo que hace a las condiciones concretas de trabajo que se despliegan en el marco del avance del llamado trabajo crea-tivo y el emprendedorismo cultural en el ámbito musical y que se encuen-tran en sintonía con los primeros resultados del relevamiento de bandas musicales en Avellaneda sobre el que estamos actualmente trabajando.3

En primer lugar, el trabajo impago es una constante en la producción musical independiente; mayormente sucede que se elige realizar

3 Se trata de un proyecto de investigación que nuestro equipo desarrolla desde 2015 en la Universidad Nacional de Avellaneda, cuyo objeto es relevar y caracterizar la producción musi-cal independiente en el distrito de Avellaneda, en cuyo marco hemos realizado una encuesta a 161 grupos musicales actualmente en actividad. Los resultados preliminares de dicho estudio –aún en curso– fueron publicados en Quiña y Moreno, 2016.

Page 216: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

214 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

un trabajo que de modo habitual no es remunerado, aunque en ciertas ocasiones se obtenga un pago por ello, por ejemplo, como músico sesionis-ta en una grabación o invitado en un concierto en vivo. A este respecto, uno de los resultados que nos ha llamado la atención consiste no solamen-te en la bajísima incidencia del cachet como modalidad de contratación de los músicos en vivo –o la escasa importancia que muchos músicos asignan a esto como forma de retribución por su actividad, dado que en su mayoría la realizan a modo de colaboración con músicos amigos o cer-canos– sino en el significativo índice de ausencia de registro de fonogra-mas (necesario para cobrar sus regalías como compositor o intérprete), siendo que 1/3 de los entrevistados manifestó no haber registrado obra, así como también en los pocos casos de músicos que presentan planillas de obras ejecutadas ante el organismo encargado de recaudar y pagar derechos de intérpretes y compositores (en Argentina, sadaic).

Segundo, en el marco de precariedad e inestabilidad de la producción musical independiente, los vínculos personales directos ocupan un lugar central, sea para acercar oportunidades laborales, o bien porque esto faci-lita el trabajo solidario o colaborativo sin ingresos, o permitiendo que se desplieguen cuando estos sean mínimos. En esta dirección, muchos de los musicos señalaron en las entrevistas que en ocasiones comparten salas de ensayo o grabación, escenarios, o bien realizan el “sonido” de otras ban-das en conciertos en vivo, entre otras colaboraciones, lo cual facilita el sostenimiento de los proyectos musicales independientes dada la incapa-cidad financiera de la gran mayoría para afrontar la contratación de espe-cialistas, técnicos o musicos. Aun cuando se reconozca como “trabajo”, el carácter solidario o colaborativo que los actores le asignan aleja la posibi-lidad de demandar mejores condiciones laborales o de contratación, difi-cultando la acción colectiva en este sentido.

En tercer lugar, y en relación con la figura del “emprendedor” propia de las industrias creativas, no siempre descansa esta en la propia elección del trabajador; en ocasiones, la condición para desarrollar su trabajo es constituirse formalmente como productores privados e independientes de mercancías (musicales). En no pocas ocasiones, se les exige a los músi-cos que facturen sus “servicios” en calidad de autónomos como condición para cobrar un ingreso por su trabajo, desconociendo su derecho como trabajadores, ante lo cual a los músicos no les queda opción, dándose lo que, como indicamos antes, Oakley denomina “emprendedorismo forzado”.

Page 217: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

215 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

Por último, las condiciones de seguridad en el trabajo de los músicos suelen ser un aspecto desatendido en este contexto. El caso del bajista de la banda Raras Bestias, muerto el 11 de octubre de 2015 arriba del escena-rio en un bar de Rosario mientras intentaba reparar un micrófono descompuesto para continuar con su espectáculo musical, llamó recien-temente la atención de la prensa y la opinión pública sobre el problema de las inspecciones y las condiciones de seguridad de los locales donde se realizan conciertos; pero lo cierto es que esta realidad lleva muchos años en el rubro. Según nos han referido distintos músicos en el trabajo de campo, pocos son los locales donde hay instalaciones eléctricas adecua-das, sistemas de seguridad para incendios o ventilación suficiente, lo cual, asimismo. tampoco suele ser una preocupación para la gran mayoría de los músicos.

Por su parte, el Estado argentino así como el de la ciudad de Buenos Aires han venido desplegando, en relación con las industrias creativas, políticas que tendieron a desconocer el carácter de trabajadores de los productores culturales y los artistas, fomentando la consolidación de “proyectos” y “emprendimientos” culturales que, aun bajo la apariencia de constituir una alternativa a los grandes capitales de la cultura, no son sino la negación de los derechos laborales de los trabajadores.

En el plano nacional, hasta 2015 había dos iniciativas que desde el Ministerio de Cultura de la Nación resultaban elocuentes a este respecto: el Mercado de Industrias Culturales de la Argentina (mica) –evento bienal organizado desde 2011– y el programa Recalculando –presentado en la edición 2013 del mica–. Aun cuando se proponían entre sus objetivos sos-tener y promocionar producciones culturales por fuera de los “canales dominantes del mercado”, en procura de saldar desigualdades que se dan en la esfera privada de la producción cultural, ninguna contemplaba a los trabajadores de la música –los ingresos de los músicos por su trabajo ni las condiciones en que desarrollan su actividad–. Por el contrario, los tra-bajadores de la música son invisibilizados tras una gran vidriera de “emprendedores”, “gestión colectiva”, “trabajo en red” o “colaborativo”, donde pareciera no haber conf lictos entre capital y trabajo en la cultura.

Si bien dos normativas, una a escala local, la Ley de la Música de la ciudad de Buenos Aires (año 2010), la otra nacional (Ley Nacional de la Música, del año 2012), han dado lugar a institutos que se dedican a promover la música por fuera de los canales oficiales o de gran escala, son instrumentos de promoción y fomento aunque no de regulación; de hecho

Page 218: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

216 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

no hay una sola mención a los trabajadores de la música ni a sus derechos como tales.

apuntes finales

Nos parece que la articulación entre el giro discursivo en torno a las industrias creativas, el trabajo creativo y el emprendedorismo cultural y los procesos de reestructuración productiva, f lexibilización y precariza-ción laboral, que en América Latina se han vivido crudamente en las últimas décadas –incluso más allá de lo estrictamente cultural– conforma uno de los puntos centrales del proceso que no puede soslayarse en aten-ción a comprender el fenómeno en la totalidad en que se inscribe. De este modo, nos evita caer en una mirada excepcionalista de los trabajadores culturales o creativos y permite pensarlos como parte de la fuerza de tra-bajo en su conjunto; una fuerza de trabajo cuya subjetividad productiva se fragmenta crecientemente a escala global.

La producción musical independiente resulta ejemplar a este respec-to, pues se representa bajo nociones de emprendedorismo e independen-cia, e incluso levantando en ocasiones la bandera de la autogestión como extraña a los negocios de la gran industria cultural, pero no se encuentra ajena a transformaciones del mercado laboral de mayor alcance y a nivel global. Los procesos de tercerización que pueden advertirse en las distin-tas industrias culturales implican crecientes niveles de precarización de sus trabajadores, los que son contratados por fuera de la normativa de los convenios que rigen la actividad, por salarios por debajo del valor de reproducción de la fuerza de trabajo gracias a los que muchas produccio-nes culturales pueden subsistir dada la pequeña escala de su público, y con pésimas condiciones de seguridad para los trabajadores de la cultura. Pese a ello, la gran mayoría de los músicos y trabajadores entrevistados no percibe la necesidad inmediata de reclamar o exigir la mejora de dichas condiciones, más allá de que, en su conjunto, las consideren inapropiadas, precarias o desventajosas para quienes realizan o participan en la activi-dad musical independiente como trabajadores.

En este contexto, el trabajo de campo permite advertir que estos últi-mos se encuentran ante el difícil desafío de organizarse como tales en un marco que tiende a desconocer el vínculo laboral o bien a menospreciarlo como fuente de derechos, en un clima de época que resalta la capacidad creativa y la autonomía de los trabajadores de la cultura, la dimensión emotiva del trabajo –en particular en las industrias creativas–, y que tiene

Page 219: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

217 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

al Estado como uno de los actores que han sostenido esto, pese a ser res-ponsable de garantizar condiciones laborales adecuadas.

Por nuestra parte, entendemos que la comprensión de esta proble-mática requiere analizarla sin perder de vista el modo en que se articula en una totalidad que excede lo estrictamente cultural y creativo, por lo que la dimensión laboral del problema, máxime en un marco hegemónico que seduce mediante nociones como “trabajo creativo”, “industrias creati-vas” e impacto de las nuevas tecnologías, asume un papel central si pre-tendemos sostener una mirada crítica con perspectivas transformadoras sobre estas realidades en América Latina.

Page 220: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

218 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

bibliografía

Anderson, Chris (2007), La economía long tail. Barcelona, Urano.

Banks, Mark (2010), “Craft Labour and Creative Industries”. International Journal of Cultural Policy, Nº 16, vol. 3, pp. 305-321.

Boix, Ornela (2013), Sellos emergentes en La Plata: Nuevas configuraciones de los mun-dos de la música. La Plata, Universidad Nacional de La Plata. [Mimeo].

Boltanski, Luc y Eve Chiapello(2007), The New Spirit of Capitalism, London, Verso.

Bulloni, María Noel (2013), “La organización productiva y del trabajo en las redes de proyectos del cine publicitario: conf luencia de viejas y nuevas formas de subcontratación”. Papeles de Trabajo, Nº 12, pp. 19-39.

Castells, Manuel (1996), La era de la información. Economía, sociedad y cultura. México, Siglo XXI. Volumen I.

Castillo, Juan José. (1994), “Reestructuración productiva y organización del tra-bajo”. En: Juan J. Castillo, El trabajo del sociólogo. Madrid, Editorial Complutense.

Department for Digital, Culture, Media and Sport (dcms) (2001), Creative Industries Mapping Document. Londres, dcms.

De Peuter, Greig y Nicole Cohen (2015), “Emerging labour politics in creative industries”. En: Kate Oakley y Justin O’Connor (eds.), The Routledge companion to the cultural industries. Abingdon, Routledge, pp. 305-319.

Dolata, Ulrich (2011), TheMusic Industry and the Internet. A Decade of Disruption and Uncontrolled Sectoral Change. Stuttgart, University of Stuttgart.

Fumagalli, Andrea. (2010), Bioeconomía y capitalismo cognitivo. Hacia un nuevo para-digma de la acumulación. Madrid, Traficantes de Sueños.

Hesmondhalgh, David y Sarah Baker (2011), Creative labour. Abingdon, Routledge.

Ingham, Tim (2016), “Apple Music helps US recorded music market grow 8,1% in first half of 2016”. Music Business Worldwide, 20/09/2016. En: <http://www.musicbusinessworldwide.com/apple-music-helps-us-recorded-music-mar-ket-grow-8-1-in-first-half-of-2016/>. Consultada: 20/02/2017.

Iñigo Carrera, Juan (2008), El capital: razón histórica, sujeto revolucionario y concien-cia. Buenos Aires, Imago Mundi.

Page 221: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

219 Culturepreneurship y condiciones del trabajo... | págs. 197-220

Katz, Claudio (2000), La teoría del control patronal. Revista Estudios del Trabajo, Nº 19, pp. 3-34.

Lash, Scott y John Urry (1998), Economías de signos y espacios. Sobre el capitalismo de la posorganización. Buenos Aires, Amorrortu.

Lorey, Isabel (2008), “Gubernamentalidad y precarización de sí. La normaliza-ción de los productores y de las productoras culturales”. En: Boris Buden et al. (comps.), Producción cultural y prácticas instituyentes. Líneas de ruptura en la crítica institucional. Madrid, Traficantes de Sueños, pp. 57-78.

Marx, Carlos (1973), El capital. México, Fondo de Cultura Económica.

Menéndez, Eduardo (2002), “El malestar actual de la antropología o la casi impo-sibilidad de pensar lo ideológico”. Revista de Antropología Social, Nº 11, pp. 39-87.

Oakley Kate (2014), “Goodwork? Rethinking cultural entrepreneurship”, En: C. Bilton C. and S. Cummings (eds.), Handbook of Management and Creativity. Cheltenham, Edward Elgar, pp. 145-160.

Palmeiro, César (2005), La industria del disco. Buenos Aires, Observatorio de Industrias Culturales de la Ciudad de Buenos Aires.

Quiña, Guillermo (2013), “Precariedad laboral e industrias creativas”. En: VII Congresso Latino-americano de Estudos do Trabalho, São Paulo, Associação Latino-Americana de Estudos do Trabalho y Universidad de São Paulo.

Quiña, Guillermo y Federico Moreno (2016), “Las músicas independientes en los suburbios. Claves para el abordaje de su dinámica actual a partir del caso de Avellaneda, Argentina”. Cartografías del Sur, Nº 3, pp. 199-220.

Roldán, Martha (2010),“Trabajo ‘creativo’ y producción de contenidos televisivos en el marco del capitalismo informacional contemporáneo. Ref lexiones sobre el caso argentino en los dos mil”. En: Susana Sel (coord.), Políticas de comunicación en el capitalismo contemporáneo. Buenos Aires, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, pp. 69-98.

Rowan, Jaron (2010), Emprendizajes en cultura. Discursos, instituciones y contradic-ciones de la empresarialidad cultural. Madrid, Traficantes de Sueños.

Sautú, Ruth (2003), Todo es teoría: objetivos y métodos de investigación. Buenos Aires, Lumiére.

Smith, Adam (1994), Riqueza de las naciones. Madrid, Alianza.

Tokumitsu, Miya (2015), Do what you love. NuevaYork, Regan Arts.

Page 222: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

220 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Varela, Paula (2012), “Los trabajadores en la Argentina actual. Bases y contradic-ciones del retorno de los sindicatos a la escena política nacional”. Crítica e Sociedade: revista de cultura política, vol. 2, Nº1, pp. 4-25.

Vecino, Diego(2011),“Nuevos sellos discográficos. La producción de música inde-pendiente en la ciudad de Buenos Aires”. En: Lucas Rubinich y Paula Miguel (comps.), 01 10. Creatividad, economía y cultura en la ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Aurelia Rivera, pp. 101-129.

Williams, Raymond (1977), Marxism and Literature. Oxford, Oxford University Press.

Yúdice, George (2002), El recurso de la cultura. Barcelona, Gedisa.

––––– (2007), Nuevas tecnologías, música y experiencia. Barcelona, Gedisa.

Zukerfeld, Mariano (2008), “Capitalismo cognitivo, trabajo informacional y un poco de música”. Nómadas, Nº 28, pp. 52-65.

Page 223: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

221 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

ResumoO objetivo deste artigo é analisar as condições de trabalho vividas por músicos al-tamente qualificados que imigraram do Leste europeu, especialmente da Rússia, Búlgaria e Romênia, para o Brasil. Para tanto, será realizado um duplo movimento: em primeiro lugar, a partir de três fontes de pesquisa que articulam dados quanti-tativos e qualitativos –dados institucionais que informam o mercado de trabalho do músico no Brasil, entrevistas e caderno de campo–, analisar os argumentos que in-formam a passagem de um país ao outro. Em segundo lugar, evidenciar o cotidiano de trabalho descrito pelos músicos e musicistas no Brasil, tanto nos países de origem como no de destino, destacando os direitos sociais e políticos vinculados ao trabalho e a articulação entre divisão social e sexual do trabalho. Essa pesquisa contou com o apoio da unicamp, da fapesp e do cnpq.

PalavRas-chaveTraBalho. imigração. músicos de orquesTra. relações de gênero. lesTe europeu.

Trabalho, imigração e relações de gênero no contexto da mundialização: músicos do Leste europeu no Brasil

Liliana Rolfsen Petrilli Segnini

Liliana Rolfsen Petrilli Segnini è Professora Plena Universidade Estadual de Campinas. Programa de Pós graduação da Faculdade de Educação –fe e Doutorado em Ciências Sociais– ifch. Pesquisadora 1 do cnpq -Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico. Pesquisadora convida-da, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Maestría en Ciencias Sociales con orientación en Educación. Pesquisadora associada ao Centre de Recherches Sociologiques et Politiques de Paris (cresppa, umr 7217), equipe Genre Travail Mobilités (gtm).

Page 224: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

222 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

abstRactThe aim of this article is to analyze the working conditions experienced by highly qualified musicians who immigrated from Eastern Europe, especially from Russia, Bulgaria and Romania, to Brazil. To do so, a double movement will be carried out: firstly, from three sources of research that articulate quantitative and qualitative data –institutional data that inform the musician’s work market in Brazil, interviews and field workbook–, analyze the arguments that inform the passage from one country to another. Second, to highlight the daily work described by musicians and musicians in Brazil, both in countries of origin and destination, highlighting social and political rights linked to work and the articulation between social and sexual division of labor. This research was supported by unicamp, fapesp and cnpq.

Key woRdsWork immigraTion. orchesTra musicians. gender relaTions. easTern europe.

Page 225: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

223 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

introdução O objetivo deste artigo é analisar as condições de trabalho vividas por artistas que imigraram do Leste europeu, especialmente da Rússia, Búlgaria e Romênia, para o Brasil. Essa análise, realizada por uma pesqui-sadora em sociologia do trabalho e das relações de gênero, considera o trabalho o aspecto central na sua elaboração.

Duplo movimento constitui o campo de pesquisa: em primeiro lugar, a partir de três fontes que articulam dados quantitativos e qualitativos –estatísticas que informam o mercado de trabalho do músico no Brasil,1 entrevistas com músicos e musicistas2 e observações registradas no caderno de campo3–, analisar os argumentos que justificam a passagem desses artistas de um país ao outro. Em segundo lugar, analisar o cotidia-no e as condições de trabalho vividas e descritas pelos músicos e musicis-tas imigrantes no Brasil, tanto nos países de origem como no de destino, destacando os direitos sociais e políticos vinculados ao trabalho e a arti-culação entre divisão social e sexual do trabalho.4

Nessa análise é compreendido que o artista no mundo das mercado-rias vivencia constantes tensões entre o fazer artístico criativo e a compra e venda do seu trabalho, quer seja sob a forma do assalariamento ou do trabalho intermitente financiado, sobretudo, por cachês e editais (Segnini, 2015).

As pesquisas realizadas nas três últimas décadas reiteram que, em diferentes campos econômicos e países pesquisados, o trabalho permanece uma categoria fundamental para análise da sociedade (Abreu, Hirata e Lombardi, 2016). A consubstancialidade das relações sociais de classe e de

1 Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios/Instituto Brasileiros de Geografia e Estatísticas (pnad/ibge); Relação Anual de Informações Sociais/Ministério do Trabalho e Emprego (rais/mte); Observatório das Migrações Internacionais/Coordenação Geral de Imigração/Ministério do Trabalho e Emprego (obmigra/mte).

2 Foram realizadas, até o momento da elaboração deste texto, vinte e seis entrevistas, con-siderando-se os diferentes grupos de músicos que compõem o projeto (Leste europeu: 7; Intermitentes do Espetáculo: 10; Fundação Vitae: 5; Músicos brasileiros residentes em Paris não inscritos no Estatuto do Intermitente do Espetáculo: 5). Está prevista a realização de novas entrevistas com profissionais vinculados a todos os grupos citados.

3 Todas as entrevistas possibilitaram a elaboração de caderno de campo, assim como a obser-vação do trabalho dos músicos e musicistas em ensaios e espetáculos.

4 Três fontes de dados são consideradas nas estatísticas referidas: ibge/pnad, 2003 e 2014; mte/rais, 2003 e 2015; mte/Coordenação Geral de Imigração (cgig), 1998 e 2015.

Page 226: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

224 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

gênero (acrescento nacionalidades) representa um recurso heurístico que possibilita a melhor compreensão das diferenças e das desigualdades no mundo do trabalho heterônomo, mas também sua conjugação com a possi-bilidade de autonomia, de agir individual ou coletivamente (Kergoat, 2016).

O crescimento da “indústria cultural”, durante todo o século xx, pos-sibilitou a expansão da arte na forma mercadoria e provocou mudanças no trabalho artístico, pois a produção de suas obras e interpretações é pensada, a partir de então, como mercadoria, desde os primeiros momen-tos do processo criativo ou mesmo da procura do financiamento para realizá-lo.

As relações sociais no trabalho do artista se inscrevem também na efervescência das mudanças observadas no século xx, especialmente no período mais recente (Berman, 1986). O “perpétuo movimento”, ao qual se refere o autor, é frequentemente dotado de uma conotação positiva; assim, o termo modernização é constantemente evocado para designar um conjunto de mudanças que deverão ocorrer e para engendrar a adesão necessária à sua realização. O trabalho artístico é parte integrante desse “turbilhão” de contradições e mudanças, intensificado ainda mais no pro-cesso de mundialização e expansão do ideário neoliberal. Nesse contexto, reiterando Berman, o artista também se torna proletário: eles só realizam seus trabalhos se “alguém munido de capital estiver disposto a remunerá--los” (1986: 113). O autor complementa sua análise salientando a relevância do retorno aguardado, ou seja, se neste trabalho estiver inscrito a possibi-lidade de

[...] incrementar o capital. [...] Eles precisam esquematizar-se e apresentar-se sob uma luz favoravelmente lucrativa; precisam competir (não raro de forma brutal e sem escrúpulos) pelo privilégio de serem comprados, ape-nas para prosseguir em seu trabalho (Berman, 1986: 114).

No entanto, Berman previne que bons projetos dificilmente são des-cartados; relembra o autor que a burguesia é extremamente habilidosa na “extração do lucro de qualquer pensamento” (1986: 114).

O Estado representa a principal instituição no financiamento das atividades artísticas no Brasil e, nesse sentido, é necessário considerar a relevância política que a arte imprimi às suas estratégias. No entanto, sobretudo nos últimos trinta anos, é crescente a participação das grandes empresas no financiamento do trabalho artístico incentivado pelas

Page 227: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

225 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

próprias políticas públicas. As formas de racionalização nas estratégias das grandes corporações para fazerem da arte um grande negócio infor-mam a inter-relação de interesses que convergem entre si (Wu, 2006; Segnini, 2008).

Nesse contexto, a problemática das migrações expressa questões sociológicas no mundo do trabalho em dimensões ainda pouco explora-das, melhor compreendidas nesta pesquisa. A contribuição do referencial teórico desenvolvido pelo sociólogo Abdelmalek Sayad (1998) foi de funda-mental importância para recuperar a problemática do trabalho no contex-to da imigração, assim como a questão das implicações de um grupo social altamente qualificado no processo de deslocamento do país de ori-gem em direção ao país de acolhimento.

A análise elaborada neste artigo está subdividida em três tópicos: no primeiro, foi analisado o contexto no qual ocorreu o processo imigratório dos músicos do Leste europeu a procura de trabalho em outro país; no segundo, discutem-se as condições de trabalho encontradas no Brasil, especialmente na osesp, destacando a legislação que define as condições imigratórias; no terceiro, privilegiou-se a análise das relações de gênero no trabalho sinfônico. Nas considerações finais deste artigo, procurei destacar o que foi possível compreender na análise dos dados que infor-mam as especificidades vividas pelo grupo de músicos selecionados, possibilitando ir além da singularidade de um caso, trazendo para a dis-cussão as especificidades desse contexto específico para o mundo do tra-balho e dos processos imigratórios de profissionais altamente qualificados a procura de trabalho. É necessário destacar que, além de artistas e intér-pretes, eles foram formados em conservatórios em países reconhecidos internacionalmente pela excelência no campo da música e, no Brasil, foram selecionados por orquestras sinfônicas que se pretendem de pres-tígio internacional, como a Orquestra Sinfônica do Estado de São Paulo (osesp), que foi nomeada um “ícone cívico” pela relevância política que adquiriu desde a sua criação (Gall, 2000).

músicos do leste europeu em são paulo

A imigração recente de músicos russos, romenos, búlgaros, ucranianos e poloneses para o Brasil, observada a partir da década de 1990, informa mudanças políticas no contexto da mundialização. Para tanto, convergi-ram dois fenômenos estreitamente vinculados ao fortalecimento do nomeado livre mercado:

Page 228: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

226 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

• Por um lado, a fragilização política e econômica dos países comu-nistas no Leste europeu, inclusive os que constituíam a União das Repúblicas Socialistas Soviéticas (urss). A deterioração das condições de trabalho de artistas historicamente formados por conservatórios estatais, com longa tradição técnica e artística, foi uma das dimensões observadas nesse processo.

• Por outro lado, o intenso crescimento do campo musical no Brasil financiado pela expansão das leis de incentivo fiscal quer seja no âmbito federal, estadual ou municipal, e, sobretudo pela participação das gran-des corporações no processo de criação de fundações e organizações sociais privadas gerindo teatros públicos, juridicamente possível em decorrência da Reforma do Estado implementada em 1995, expressões da expansão do neoliberalismo no país.

Organizações sociais, fundações e reestruturação de orquestra5

A partir dos anos 1990, as políticas no campo da cultura estimularam que também os teatros públicos se integrassem a um projeto neoliberal, pro-curando “diminuir o tamanho do Estado, pela transferência de atri-buições estatais para o setor privado” (Di Pietro, 2009: 67).6

As orquestras sinfônicas, pouco a pouco e não sem conf litos, foram transformadas, por meio da ação do próprio Estado, em fundações e organizações sociais capazes de captar recursos privados por meio de leis de isenção fiscal para o desenvolvimento de seus programas artísticos. Nesse processo, algumas orquestras foram fechadas e outras reestrutura-das. Isso quer dizer que músicos vinculados a formações orquestrais foram submetidos a audições, que resultaram em demissões de muitos e em novas contratações, não mais de acordo com o Estatuto dos Funcionários Públicos, conforme determina a Constituição Federal de

5 Este tópico foi reelaborado a partir da comunicação apresentada pela autora deste artigo no XII Congresso Luso-afro-brasileiro (conlab) realizado em 2015, em Portugal. Título da comuni-cação: “Migrações internacionais, trabalho e formação no campo da música”.

6 A Reforma Gerencial de 1995 –a reforma gerencial do Estado brasileiro– foi iniciada pelo Ministério da Administração Federal e Reforma do Estado (mare) que existiu entre 1995 e 1998. Ver: <http://www.bresserpereira.org.br/rgp.asp>. Acesso em: 12/07/2016.

Page 229: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

227 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

1988, mas na qualidade de trabalhadores temporários (com contratos de curta duração), posteriormente transformados em celetistas.7

A reestruturação de orquestra foi uma das estratégias recorrentes nesse período e pode ser observada em muitas formações sinfônicas no Brasil,8 inclusive na história da Orquestra Sinfônica do Estado de São Paulo (osesp), hoje considerada uma referência no país.

Em 1997, audições realizadas no Brasil e na Bulgária, selecionaram um terço dos músicos que compõem hoje a orquestra, sobretudo nos ins-trumentos de corda, substituindo os músicos servidores públicos que foram afastados para compor a Sinfonia Cultura da Fundação Padre Anchieta, encerrada em 2005 por razões políticas e econômicas, no senti-do de redução dos custos do Estado com orquestras.9 Em 1997, dos 66 membros permanentes da osesp, 43 foram avaliados e, não sendo aprova-dos ou não aceitando as novas condições contratuais, foram transferidos para a orquestra acima citada, especializada em música brasileira e lati-no-americana (Gall, 2000).

Os contratos de trabalho nas orquestras vinculadas a teatros públi-cos, nesse novo formato institucional, são regidos pela Consolidação das Leis Trabalhistas (clt), o que representa uma aparente conquista, mas que efetivamente expressam uma ambiguidade ou uma contradição: por um lado, a superação da ilegalidade nas relações de trabalho estabelecidas por meio de contratos temporários renovados durante vários anos; por outro lado, a derrota da esperança de serem reconhecidos

7 Trabalhadores contratos pela Consolidação das Leis do Trabalho, forma jurídica referente às empresas privadas no Brasil.

8 Orquestra Sinfônica de Sergipe, Orquestra Sinfônica Brasileira, Orquestra Filarmônica de Minas Gerais, Orquestra Filarmônica do Espírito Santo, entre outras.

9 Ao término deste artigo, foi noticiada na imprensa brasileira a extinção da Banda Sinfônica do Estado de São Paulo e novos cortes são previstos nas orquestras vinculadas ao Instituto Pensarte: “Músicos da Banda Sinfônica do Estado de São Paulo, da Jazz Sinfônica e da Orquestra do Theatro São Pedro serão demitidos nos próximos dias. Com os cortes, a banda será extinta como corpo estável do governo do Estado de São Paulo. Cada um dos outros dois grupos perderá cerca de 20 músicos –no caso do São Pedro, a orquestra passará a ter apenas 32 integrantes–. As demissões foram confirmadas pelo Instituto Pensarte, organização social responsável pela gestão dos conjuntos, após corte orçamentário ordenado pela Secretaria de Estado da Cultura”. Fonte: <http://cultura.estadao.com.br/blogs/joao-luiz-sampaio/ban-da-sinfonica-e-extinta-jazz-sinfonica-e-sao-pedro-terao-cortes-de-musicos/>. Acesso em: 01/02/2017.

Page 230: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

228 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

na condição trabalhista de servidores públicos concursados, tal como era vivida até final da década de 1980 (Segnini, 2006).

Artistas imigrantes dos países do Leste europeu No período 1998 até 2006, é observado o crescimento do número de imi-grantes que entraram no país, de acordo com a Coordenação Geral de Imigração (cgig), com autorizações concedidas a estrangeiros: de 13.805 para 25.440. Elevado grau de escolaridade é predominante neste grupo; entre eles, o maior número de ocupados (3.255) é constituído por “artistas ou desportistas, sem contrato de trabalho”. O Brasil é reconhecido “exporta-dor” de esportistas, não país de imigração deste grupo ocupacional, o que permite a hipótese que estes números se referem, sobretudo, a artistas. Nesse período é registrada a entrada de 6.149 imigrantes oriundos do Leste europeu, região de origem de muitos músicos estrangeiros que vivem no Brasil. Os dados disponíveis se referem à Rússia, Polônia e Ucrânia (Fonte: mte, <http://www.mte.gov.br>, 01/11/2007).

No período compreendido entre 2011 a 2014, a mesma fonte de dados atualiza as estatísticas e informa que as mulheres representam um núme-ro reduzido de imigrantes (5.138 em 2014), quando comparadas ao núme-ro de homens (41.602). (Fonte: Coordenação Geral de Imigracão/Ministério do Trabalho e Emprego, 2011/2014)

Dentro desse grupo, os Profissionais das Ciências e das Artes expres-sam o maior número de contratos de trabalho firmados –25,8% em 2011, 23,9% em 2012 e 19,8% em 2013–. Entre eles, os homens representam 66% e as mulheres 34%. Trata-se do segmento com o maior número de mulheres empregadas (mte/cgig, Resumo Geral. Atualizadas até 31/12/2013).

Afinando o foco e privilegiando somente músicos imigrantes com contrato formal de trabalho –220 profissionais, no ano 2014–, é observado que 99 são oriundos da Europa. Os russos constituem o maior número de imigrantes entre os europeus (38 no total), com discreta participação maior das mulheres –20 musicistas (rais/mte, 2014).

A internacionalização de intérpretes é observada em diferentes momentos da história da música e das orquestras; significa, além de uma forma de inserção no mundo do trabalho, também uma oportunidade de aperfeiçoamento profissional e de aprendizagem. No entanto, a singulari-dade da relação entre competência profissional em música e contratos de

Page 231: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

229 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

trabalho que possibilitam “fazer mais por menos e melhor”, que orientou a reforma do Estado de cunho liberal no Brasil, informa uma nova dimen-são deste fenômeno. No contexto da mundialização, artistas altamente qualificados, mas fragilizados política, financeira e socialmente em seus países de origem, vivenciam um processo de imigração que os inscrevem em diferentes tipos de contratos de trabalho –contratos temporários, cachês ou trabalho com vínculo formal de trabalho (clt)–, como infor-mam os músicos do Leste europeu, selecionados por orquestras em vários estados brasileiros de acordo com as regras contratuais então vigentes.

No Brasil, especialmente na osesp, os músicos selecionados em 1998 com contratos temporários renovados (ou não), passaram a receber salá-rios consideravelmente maiores do que os que recebiam em seus países de origem, sobretudo no curto período de tempo durante o qual, por razões cambiais, as moedas dólar e real foram equivalentes, situação bem dife-rente do que agora é por eles informado sobre os atuais salários (2016). Por exemplo: em 1998, 4.400 reais equivaliam a 4.400 dólares (cambio em torno de R$1,00, com pequenas variações).

As remessas de dinheiro para familiares residentes na Europa, no início, está presente em várias entrevistas. Também nos primeiros meses no Brasil, eles precisavam enviar uma porcentagem do próprio salário para saldar compromisso assumido com um músico romeno que partici-pou do processo seletivo e agenciou as audições. Descoberta essa exigên-cia, regentes brasileiros contestaram e ameaçaram denunciar o esquema articulado, conforme entrevista realizada com um dos membros da dire-ção administrativa da osesp (entrevista realizada em 2014).

Os músicos do Leste europeu entrevistados informam suas motiva-ções, desafios, conquistas, mas também a saudade, a dor da separação de sua cultura e de seus familiares. Nesse sentido, homens e mulheres se aproximam em seus depoimentos, assim como em relação às incertezas vividas, conforme será melhor analisado mais adiante.

E eu, eu acho que também agora, a situação lá está pior ainda, porque quem era bom músico, saiu. Então, quem ficou, infelizmente são os que não tiveram essa oportunidade de fazer audição, de sair, de ter essa opor-tunidade de tocar em outro país. Apesar de que é muito dolorido, você deixar (o seu país), eu sinto falta, eu sinto saudades, eu tento voltar uma vez por ano. Tento sempre voltar no Natal quando a gente para aqui. Tento visitar minha família (I. K. violinista, São Paulo, 20/08/2015).

Page 232: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

230 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Os depoimentos que resultam das entrevistas reafirmam a análise elaborada por Sayad, autor que reconhece a centralidade do trabalho nas questões migratórias e se refere a um paradoxo que possibilita a análise dos dados da pesquisa numa perspectiva metodológica, duas dimensões do mesmo fenômeno que não podem ser separadas e muito menos com-preendidas de forma autônoma. Isso quer dizer que:

• Por um lado, é relevante compreender as condições vividas em seus países de origem, considerando que o trabalho é central nessa questão, bem como a consubstancialidade das relações sociais de classe, de gênero e nacionalidades;

• Por outro lado, é necessário analisar também as condições concre-tas de trabalho e suas implicações políticas, econômicas e sociais no país da chegada ou de acolhimento.

Quem parte e quem chega é o mesmo trabalhador (músico, nesta análise) o mesmo sujeito que ora é um emigrante, ora é um imigrante. “Afinal, o que é um imigrante?”, indaga Sayad. E ele mesmo responde reafirmando a centralidade do trabalho: “um imigrante é essencialmente uma força de trabalho, e uma força de trabalho provisória, temporária, em trânsito” (Sayad, 1998: 54).

Na contradição constituinte da condição migratória, nomeada como paradoxos pelo autor acima citado, inscrevem-se: o Estado e suas regras jurídicas (nas duas pontas do processo migratório); o próprio imigrante; a sociedade de origem e a sociedade de destino. O paradoxo inscreve-se nas múltiplas possibilidades de compreensão dessa condição, sem que nenhuma delas possa ser negligenciada. Assim, os imigrantes que se veem e se representam como provisórios; as comunidades de origem que os veem como temporariamente ausentes, mas que um dia retornarão; a sociedade de imigração, com a colaboração do Estado, os definem como trabalhador e outorgam o direito de permanência por meio de um estatu-to e de um visto de trabalho.

O músico é um trabalhador que desenvolve uma atividade que impli-ca um intenso engajamento frequentemente analisado na perspectiva da sua performance ou obra, resultantes de processos de trabalho que possi-bilitam a interpretação e a criação. Raramente são privilegiadas as rela-ções de trabalho implícitas nesse processo. Revela-se a obra, mas o

Page 233: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

231 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

trabalho que a elabora é quase sempre silenciado ou, pior ainda, ofuscado por idealizações.

À propósito dos músicos entrevistadosMúsicos de diferentes nacionalidades, mas que constituem o grupo de intérpretes do Leste europeu altamente qualificados porque bem forma-dos, deixaram a Rússia, a Polônia, a Hungria, a Romênia, a Ucrânia, nacionalidades que, entre outras, informam singularidades culturais e políticas que não devem ser reduzidas a uma referência geográfica. Elas expressam a vivência do comunismo sob o controle da esfera soviética após a Segunda Guerra Mundial –União das Republicas Socialistas Soviética, bloco de países socialistas separados do restante da Europa por uma “cortina de ferro”, termo cunhado por Churchill em 1946.

Nesse período, permanece a produção dos compositores russos, da Alemanha Oriental, bem como os da Polônia e Hungria, das antigas Tchecoslováquia e Iugoslávia, Romênia e Bulgária, mesmo que sob o con-trole do Estado. A primorosa pesquisa realizada por Scarpinella Bueno (2015) analisa a criação artística musical nesse período e região. O autor salienta que, mesmo com a força restritiva do regime na definição estética das obras, os músicos continuaram a exercer os seus ofícios e a formar novas gerações de artistas, com apoio do Estado. A partir dos anos 1990, os músicos do Leste europeu encontram nas orquestras fora do bloco socialista uma possibilidade de trabalho em melhores condições financei-ras e artísticas. Entre os países de destino selecionados, o Brasil.

As perguntas elaboradas nessa pesquisa referem-se às condições de trabalho que os músicos deixaram em seus países de origem e as que encontraram nos seus países de destino.

Neste texto, selecionamos nove entrevistas realizadas com músicos e musicistas oriundos do Leste europeu para informar essas questões. Seis mulheres e três homens informam a problemática referente a imigração de profissionais altamente qualificados, formados por conservatórios e professores de prestígio internacional, bem como a chegada no Brasil para participar de uma formação orquestral que procurava também reco-nhecimento internacional. Para tanto, foi instituído um polêmico proces-so de reestruturação da orquestra, por meio de audições públicas. A excelente formação de músicos dos países do Leste foi determinante para as audições organizadas pela osesp na operação “buscaresto”.

Page 234: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

232 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Com somente 45 integrantes vindos da primeira seleção –dois violinistas aprovados decidiram não assumir suas funções– a osesp ainda não era uma orquestra completa. [...] A solução encontrada pela direção da osesp para resolver esse problema foi a contratação provisória de músicos estrangeiros. A necessidade emergencial era por instrumentistas de cor-das e, por isso, a opção foi realizar audições em países com tradição na formação desse tipo de instrumentista, ou seja, na região do Leste Europeu. O maestro Roberto Minczuk foi a Sofia, capital da Bulgária, e depois a Bucareste, capital da Romênia, onde encontrou-se com o spalla Cláudio Cruz e de lá trouxeram dezesseis músicos: doze violinistas e qua-tro violistas. Essa operação de “importação” de instrumentistas ficou conhecida, entre os integrantes da orquestra, como “buscaresto”, trocadil-ho com o nome da capital romena Bucareste, combinado com a necessida-de de completar o restante do quadro da orquestra (Minczuk, 2005: 49).

Por que partir? Entre a formação profissional de excelência e a precarização das relações de trabalhoA contratação de músicos oriundos dos países do Leste europeu foi uma das estratégias observadas em várias orquestras brasileiras, em diversas regiões do país, na busca da conjugação do binômio intérpretes excelen-tes e reestruturação de orquestras sinfônicas. No final dos anos 1990, audições foram realizadas por orquestras brasileiras nos próprios países europeus, como a Romênia, por exemplo. Os músicos russos tiveram aces-so à informação do processo seletivo de diferentes formas. Alguns foram indicados por um músico brasileiro que estudava em Moscou; outro, já morando em Nova York, foi notificado pelo jornal do sindicato dos músi-cos. As mulheres harpista e violinista prestaram mais de uma vez audição na osesp, já morando no Brasil.

Esses músicos exerciam a profissão em orquestras nos seus países de origem, mas com contratos que lhes asseguravam salários baixos, em torno de 200 dólares mensais, em decorrência da grave crise econômica e política na região. Essa informação é reiterada nas entrevistas realizadas até o momento referente aos músicos que saíram do Leste, mas não é verdadeira para os que já estavam nos Estados Unidos onde realizavam um trabalho intermitente e procuravam no Brasil uma formação orques-tral de excelência com contrato permanente.

Page 235: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

233 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

A maioria dos entrevistados saíram de seus países solteiros e vieram sozinhos para o Brasil. Dois casais de violinistas vieram juntos: um já havia imigrado para o México e de lá para os Estados Unidos, onde con-correram na audição realizada pela osesp, em Nova York. O outro veio diretamente de Moscou, mas num diferente espaço de tempo, pois ele foi selecionado enviando material autoral gravado para o regente John Neschling, por indicação de um músico brasileiro que estudava em Moscou. Ela, jovem violinista, chegou um ano depois com o filho mais velho, mas só foi contratada após dois anos, após ter sido reprovada duas vezes em audições.

Todos informam que foram estimulados por seus professores, cole-gas e familiares, pois reconheciam tanto a relevante qualificação que já detinham como as dificuldades encontradas no trabalho artístico em seus países de origem. Reconheciam também que a oportunidade de vivenciar melhores condições de trabalho estava implícita nas audições propostas pela osesp, embora conhecessem muito pouco o país e a própria orquestra.

A formação artística era um valor relevante para essas famílias que contavam com o apoio do Estado para os estudos de seus filhos, quer seja na Bulgária, na Romênia ou na Rússia. As deterioradas condições de tra-balho do músico nesses países foram determinantes para que esse grupo decidisse tentar viver no Brasil, aceitar as condições propostas nas audi-ções que prestaram, sem certezas em relação ao tempo de permanência num país tão diferente em termos culturais e climáticos. As duas dimen-sões –excelência na formação e precarização das condições de trabalho nos países de origem– são reiteradas nas entrevistas, relevantes na toma-da de decisão: “vou partir”.

Eu comecei muito cedo na Bulgária. Lá, o estudo começa com quatro ou cinco anos de idade, ainda pré-escolar. Depois, são escolas, na verdade a escola é de música. [...] é tudo direcionado realmente para a música. Isso, por um lado é bom, por outro lado, se alguém decidir fazer outra coisa da vida depois, é muito difícil. [...] minha mãe é dentista, meu pai já falecido, ele era pediatra, era médico. Mas, do outro lado, a minha tia, a irmã da minha mãe, ela toca piano e é professora de solfejo. O meu tio, todos da minha geração, todos tocamos. Então, foi pela inf luência do meu tio, na verdade. Minhas primas, primos, todo mundo é músico. Tenho uma irmã, ela mora em Viena e toca na sinfônica de Viena, violino também. Cada uma está em algum lugar do mundo. As minhas primas também, uma está

Page 236: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

234 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

na Suíça, outra está na Alemanha. Eu cheguei a tocar na Bulgária numa orquestra de câmara (I. K., violinista búlgara, São Paulo, 20/08/2015).

K. S., também búlgara e violinista, foi formada pela Academia Nacional de Música Pantcho Vladigherov, em Sófia. Estudou com Eugênia Maria Popova. Na sua família só ela é musicista. Filha única, sua mãe faleceu bem antes dela vir para o Brasil, quando tinha 22 anos. Vivia com seu pai e foi estimulada pela sua professora a participar das audições que selecionavam músicos búlgaros para a Orquestra Sinfônica de Ribeirão Preto, em 1992. Foi selecionada, e sua professora a aconselhou, com vee-mência, a aceitar o trabalho, vivido com dificuldade e conf litos no início.

Era assim: os professores tinham muita inf luência sobre seus alunos. Meu pai concordou. [...] éramos 12 búlgaros e não falávamos nenhuma palavra em português. O calor era insuportável, muitas vezes eu passava mal. [...] morei, inicialmente, com 5 búlgaras, todas da orquestra. Fiquei muito amiga de uma delas e entre nós havia um clima muito difícil: nós duas contra as outras três nas questões mais simples até nas complexas. (K. S., violinista, búlgara, São Paulo, 18/01/2014).

A harpista L. K. reitera a relevância do binômio família e Estado na sua trajetória.

Então, os meus pais sempre incentivaram estudo... digamos assim; meu pai, ele estudou música quando era criança, mas com a geração pós-gue-rra, era muito mais difícil. Aquela história que tinha muita dificuldade com tudo, mas, ao mesmo tempo, meu pai fazia aula de piano, minha mãe fazia aula de violão. Assim, eles tiveram contato com música. Tem que entender o fato cultural da época; realmente o governo fazia questão de que todo mundo tivesse acesso à formação cultural em geral. Não, não era só musical, não; existiam escolas de esporte, escolas de arte, de pintura, artes plásticas, dança. Quando eu era criança eu fiz de tudo, fiz escolas e cursos sustentados pela prefeitura, eram vinculados à prefeitura. Os meus pais na época, ainda estudavam na faculdade. Eles tiveram quatro filhos muito jovens. São engenheiros, engenheiros cientistas, em metalurgia. Meu pai depois lecionava na faculdade de metalurgia lá em Moscou, e minha mãe trabalhou em uma instituição nos laboratórios voltados a pes-quisa de metais preciosos e semipreciosos. A minha mãe, quando éramos crianças, ia junto conosco nas piscinas públicas. Por exemplo, os passeios na Praça Vermelha: era praticamente todo final de semana. Meus pais nunca tiveram babá, nem empregada, nem ajuda dos avós porque os avós

Page 237: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

235 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

eram muito jovens também. Todo mundo trabalhava. Fomos criados durante o dia nos berçários, nas escolas, nas creches do Estado (L. K., russa, harpista, São Paulo, 16/06/2016).

O músico violinista F. C. foi selecionado numa audição realizada pela osesp, em Bucareste. O seu primeiro professor de violino foi o seu próprio pai. Ele justifica sua decisão de vir para o Brasil por este ser um “país exótico”: “Para os europeus, a América do Sul inteira é um lugar exótico, não? Mas, o que me motivou, em primeiro lugar, conhecer um outro país, um continente novo” (F. C., violinista romeno, 10/09/2015). No entanto, destaca que muitos argumentos foram utilizados pelo grupo de jurados na audição da qual participou, no sentido de convencê-lo de que o Brasil é um país com muitos aspectos positivos tanto para viver como para trabalhar.

Quando eles chegaram: “não, porque você vai gostar, blá, blá...”; “você está sozinho, você gosta de futebol; você gosta de sol; de praia!” É claro, todo mundo... quem não gosta? Então isso e aquilo, o povo é legal, é quente, recebe bem as pessoas, “somos assim, somos assado” (F. C., violinista romeno, 10/09/2015).

Os entrevistados são unanimes em registrar que saíram de seus paí-ses para tentar uma experiência que ainda se colocava como promessa. Pretendiam voltar, ficar no Brasil um curto período de tempo; e, nesse sentido, eles corroboram a análise elaborada por Sayad.

Uma das características fundamentais do fenômeno da imigração é que, fora algumas situações excepcionais, ele contribui para dissimular a si mesmo sua própria verdade. Por não conseguir sempre colocar em confor-midade o direito e o fato, a imigração condena-se a engendrar uma situação que parece destiná-la a uma dupla contradição: não se sabe mais se se trata de um estado provisório que se gosta de prolongar indefinida-mente ou, ao contrário, se se trata de um estado mais duradouro, mas que se gosta de viver com um intenso sentimento de provisoriedade (Sayad, 1998: 45-46).

A condição vivida “com um intenso de sentimento de provisorieda-de” é compreendida pelas idas e vindas entorno da procura das melhores condições de trabalho, tanto no país de origem quanto no Brasil, país de acolhimento. Retornar à Bulgária, à procura de um diploma considerado necessário face as novas exigências da própria orquestra brasileira, mas

Page 238: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

236 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

compreendido pouco relevante frente à excelência na sua formação reco-nhecida pelos seus pares e professores, representou conquistas e limita-ções financeiras.

Esse desejo meu [obter um diploma]... quando fomos embora daqui, clara-mente não tínhamos casa, estávamos pagando aluguel e tudo mais; mas lá na Romênia não tinha trabalho, não trabalhei, só fiz alguns cachês. E todo o dinheiro que a gente economizou nesse tempo, gastamos lá (F. C., violi-nista romeno, 10/09/2015).

Dois anos de licença da osesp estudando em Bucareste, com muito pouco trabalho, impediu que toda a família retornasse para o Brasil. Assim, desta vez ele voltou sozinho, e a mulher e filhos continuaram lá, até que a situação financeira aqui no Brasil lhe possibilitasse reunir toda a família mais uma vez.

o trabalho do músico imigrante no brasil

Todos os entrevistados vieram com contrato de trabalho temporário, mas sempre renovado. O Brasil e a osesp representavam um desafio a ser mel-hor compreendido, e a legislação brasileira, mesmo para profissionais com elevada qualificação, impõe restrições, apesar da constituição da República Federativa do Brasil de 1988 assegurar

[...] a igualdade de todos perante a lei, sem distinção de qualquer natureza, residentes no país, a inviolabilidade do direito à vida, à liberdade, à igual-dade, à segurança. No mesmo sentido, a Opinião Consultiva número dezoito, emitida pela Corte Interamericana de Direitos Humanos, estabe-lece que todos os imigrantes, independente do seu status imigratório, têm os mesmos direitos que os nativos do país onde se encontrem, incluindo os seus direitos trabalhistas (cami, 2016).

A questão migratória no Brasil pode ser resumida em dois aspectos que imprimem tensões ao debate e suas práticas: enquanto uma questão pertinente à segurança nacional ou como um direito humano (dh).

O Estatuto do Estrangeiro (Lei 6.815/81) foi sancionado pelo último general da ditadura civil-militar, João Figueiredo. Predomina, neste Estatuto, a visão securitária: a migração é submetida ao “interesse nacional”.

Page 239: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

237 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

Art. 1°. Em tempo de paz, qualquer estrangeiro poderá, satisfeitas as con-dições desta Lei, entrar e permanecer no Brasil e dele sair, resguardados os interesses nacionais.

Art. 2º. Na aplicação desta Lei atender-se-á precipuamente à segurança nacional, à organização institucional, aos interesses políticos, socioeconô-micos e culturais do Brasil, bem assim à defesa do trabalhador nacional.

Art. 3º. A concessão do visto, a sua prorrogação ou transformação ficarão sempre condicionadas aos interesses nacionais (Presidência da República/Casa Civil-Subchefia para Assuntos Jurídicos. Lei no. 6.815 de 19 de agosto de 1980).

Na perspectiva do “interesse nacional”, o visto temporário para artis-tas ou desportistas é regulamentado pelo Art. 13 e prevê a permanência no país por até três meses, renovável por mais três meses.

Art. 13. O visto temporário poderá ser concedido ao estrangeiro que pre-tenda vir ao Brasil:

I - em viagem cultural ou em missão de estudos;

II - em viagem de negócios;

III - na condição de artista ou desportista; ... (Ibid.).

Os músicos que imigraram do Leste europeu chegaram no Brasil com visto temporário. Assim, eles informam nas entrevistas que, até con-seguirem o visto permanente, eles precisavam sair do país a cada três meses (ou 6 meses), para poder voltar por mais três meses (ou 6 meses).

A Lei 6.815/1980, que rege a condição do estrangeiro no país, estabelece a competência legal do Ministério do Trabalho e Emprego para as autori-zações de trabalho. Nas situações de migração laboral é competência da Coordenação-Geral de Imigração (cgig) autorizar o trabalho do estrangei-ro, ao passo que compete ao Ministério das Relações Exteriores emitir o respectivo visto e ao Ministério da Justiça/dpf controlar a entrada, estada e saída do estrangeiro (<http://trabalho.gov.br/trabalho-estrangeiro/autorizacao-de-trabalho>).

O casamento com brasileiros ou brasileiras foi uma das formas pos-síveis para a obtenção do visto permanente e do acesso ao Registro

Page 240: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

238 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Nacional de Estrangeiros (rne) ou à (Carteira de Identidade de Estrangeiro (cie), documentos exigidos para a emissão da carteira de trabalho.10

[...] Eu só aguentei tudo isso porque eu conheci o meu marido. Ele trabal-hava na orquestra como violinista. Havia se formado em Piracicaba, onde nasceu e foi criado. Desde que nos conhecemos, começamos a namorar, e foi por causa dele que eu fiquei (K. S., São Paulo, 18/01/2014).

A harpista L. K. veio para o Brasil duas vezes a trabalho, antes de tentar, duas vezes também, audição na osesp, até conseguir um contrato permanente de trabalho. A violinista K. S. iniciou sua atividade no Brasil, na cidade de Ribeirão Preto e, posteriormente, realizou audição e foi con-tratada pela osesp.

As dificuldades no primeiro momento na chegada ao Brasil, são des-critas em diferentes perspectivas. O clima, a língua, as tensões vividas inclusive dentro do grupo de mesma nacionalidade, sobrepõem-se às dificuldades profissionais e às condições de trabalho.

K. S. se emociona ao lembrar-se das saudades e das dificuldades vividas nos primeiros tempos no Brasil. Pela primeira e única vez, os seus olhos se enchem de lágrimas e sorri com timidez como se pedisse descul-pas. Da mesma forma, para F. C. chegar ao Brasil foi difícil, pois não dominava a língua, estranhava a comida que era bem diferente, vivencia-va temperaturas também diferentes, quando comparadas com seu país de origem.

O meu sotaque ainda está péssimo. Mas, sinceramente, eu nunca me preocupei com sotaque de nenhuma outra língua estrangeira que eu estou falando. Para mim é muito mais importante falar o máximo que eu consi-go (F. C., violinista romeno, 10/09/2015).

10 “O Projeto de Lei 2.516/15, que cria a Lei das Migrações, foi aprovado nesta terça-feira (6) pelo plenário da Câmara dos Deputados. A nova lei dispõe sobre os direitos e deveres do imigrante e do visitante, regula a sua entrada e estada no país e estabelece princípios e diretrizes sobre as políticas públicas para o migrante. Entre os princípios da Lei de Migrações está a garantia ao imigrante da condição de igualdade com os nacionais, a inviolabilidade do direito à vida, à liberdade, à igualdade, à segurança e à propriedade e o acesso aos serviços públicos de saúde e educação, bem como registro da documentação que permite ingresso no mercado de trabal-ho e direito à previdência social. Ao imigrante também será permitido exercer cargo, emprego e função pública, conforme definido em edital, excetuados aqueles reservados para brasileiro nato”. (Fonte: <http://agenciabrasil.ebc.com.br/direitos-humanos/noticia/2016-12/nova-lei-de-migracoes-e-aprovada-pela-camara>. Acesso em: 07/12/2016. No momento em que este artigo foi escrito, esse projeto ainda não era vigente no país).

Page 241: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

239 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

No entanto, ele reconhece que foi muito bem recebido pelos colegas.

Poderiam ter sido só palavras, mas graças a Deus que não aconteceu só assim. E da hora quando a gente chegou e futuramente a gente recebeu muita boa vontade da parte dos nossos colegas que me ensinaram muito. “Cuidado que vocês não podem sair depois das oito horas da noite”, “por-que vocês ainda não falam [o português], vocês não têm carro, etc” (F. C., violinista romeno, 10/09/2015).

Em 1998, ele morou num bairro próximo à osesp, num f lat alugado para os músicos que vieram para cá nesse período, ainda sem visto de permanência e de trabalho, enquanto a orquestra providenciava a docu-mentação necessária para tanto. Os trâmites demoraram um ano, mas a situação legal permanecia temporária. Posteriormente, firmaram contra-to de trabalho, mas ainda provisório porque a regulamentação só se daria após a criação da Fundação osesp, em 2005. Desde então, passaram a ter vínculo empregatício contratados pelo regime de trabalho Consolidação das Leis do Trabalho (clt), com direito ao décimo terceiro salário Fundo de Garantia por Tempo de Serviço (fgts), Plano de saúde, Seguro de vida em grupo, Previdência Privada, vale refeição mensal.11 De acordo com o último concurso realizado, o salario em 2015, para a Categoria IV –violi-no– era de R$ 11.590,70 (US$ 3.200, conforme cotação de R$ 3,20 naquela data). Os salários diferem em relação à classificação por naipe e instru-mento, numa classificação que varia de I a IV.12

As condições físicas de trabalho na Sala São Paulo tornaram-se melhores e representam uma referência positiva para os músicos, obser-vação reiterada em todas as entrevistas –a beleza arquitetônica da Sala que abriga a orquestra e as condições de trabalho que ela proporciona.

As condições estruturais da Sala São Paulo não deixam a desejar, os músi-cos e musicistas possuem excelente espaço, armários próprio, local específico para cada instrumento e ensaios. A acústica é maravilhosa (L. K., harpista, 16/06/2016).

11 Disponível em: <http://www.osesp.art.br/osesp/audicoes.aspx>. Acesso em: 14/07/2016.

12 O contrato formal por clt para músicos é observado tão somente para 6,6% dos profissionais no Brasil (ou seja, 7.943 músicos, entre os 120.756 que se declaram ocupados nesta profissão no país, em 2014). Esses dados adquirem maior relevância quando comparados com os ocupados no Brasil, ou seja, dos 46.081.982, 46,3% dos trabalhadores possuem vínculo formal de trabalho (Fonte: ibge, 2015). Entre eles estão os docentes e músicos de orquestra.

Page 242: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

240 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Na Bulgária não tem isso (Sala São Paulo). Tem uma sala ainda, que se chama Sala Bulgária, mas não se compara (I. K., violinista, São Paulo 20/08/2015).

No entanto, a intensificação do trabalho nessa orquestra considerada de excelência por seus membros é também reiterada nas entrevistas.

Nós tocamos agora quatro ou cinco vezes na semana. E toda semana muda a programação, muda o regente, já com uma sinfonia nova, um concerto novo, tem que aprender tudo em curto prazo. E são os mesmos músicos sempre. Quem toca violino e está no naipe dos tuttis, toca quase sempre. Os sopros, eles têm revezamento de 50 por cento, então eles tocam metade do tempo. Uma semana toca um, a outra semana toca outro, eles conse-guem revezar. Mas nos violinos tuttis, como não tem como ter orquestra dupla... de vez em quando temos semanas livres durante o ano. Mas é raro, não é tão comum. Aqui é muito mais puxado, porque toda semana muda. Hoje, por exemplo, vocês vão ouvir a nona de Shostakovich, dificílima a primeira. Eu toco o primeiro violino... quase exposta. Não dá. Dá para ouvir cada coisinha, assim, se você está fora, dá para ouvir. Dá para ouvir, e se sabe que você... é muito, é muito visível no palco (I. K., violinista, São Paulo 20/08/2015. Grifo nosso).

A intensificação do trabalho descrita não encontra correspondente nos salários recebidos. Eles reconhecem que em 1997/1998 eram bons salá-rios, representavam entorno de 4.400 dólares, mas atualmente a situação mudou, quer seja por razões cambiais ou porque eles não tiveram “nenhum aumento. São dez anos! Os únicos acréscimos no salário foram aqueles que reajustam a inf lação”. No presente (julho de 2016), os salários para os tutti representam em torno de 2.500 dólares, um problema finan-ceiro para aqueles que enviam dinheiro para suas famílias em seus países de origem.

O salário –acho que– de tutti, acho que é por volta de R$ 8 mil, uma coisa assim, que era muito bom, há dez anos. Quase não mudou nada; então, imagina há dez anos com esse dinheiro. Isso foi uma coisa que óbvio, me fez também repensar de deixar meu país, deixar minha família e me mudar para cá. Foi uma coisa que não foi só por dinheiro, não foi mesmo, não. [Considerei que era] uma boa orquestra, um bom salário, progra-mação, sala maravilhosa! (I. K., violinista, São Paulo, 20/08/2015).

O custo de vida aumentou e, considerando o aluguel, mais ainda:

Page 243: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

241 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

[...] só para pensar, se quero morar em um bairro. Não estou falando top, mas um bairro onde posso ter segurança, como é em Higienópolis. Se for para alugar –não estou falando também para pagar esses preços astronô-micos onde chegaram os apartamentos no Brasil, nos últimos cinco anos–. Ainda mais quando você tem dois filhos, mulher –que você precisa tam-bém de um quarto onde tem que estudar, onde tem que se preparar, um espaço que seja seu. Então a gente precisa de quê? Pelo menos uns três dormitórios. Então, um apartamento na Santa Cecília –vamos dizer– de três dormitórios, um aluguel, quanto que é? R$ 3 mil? Mais um condomí-nio, deve ser R$ 700, R$ 800, sei lá... dependendo. R$ 4 mil, arredonda para R$ 4 mil. É muito alto! (F. C., violinista romeno, 10/09/2015).

O salário compreende outros itens além do aluguel, como transporte, alimentação, escola. Todos estes gastos num orçamento dentro do qual o salário está defasado e representa a única fonte de renda na família num país onde a educação frequentemente não é estatal, mas privada, deter-mina a necessidade de complementação da renda por meio da docência e de cachês, na tentativa de trazer novamente a família para o Brasil.

Minha esposa não trabalha. Ela mesmo cuida das crianças. Quando eu tive que voltar depois da licença, a gente não tinha bastante dinheiro para reco-meçar, você sabe que necessita de bastante dinheiro. E a gente decidiu ficar um pouco afastados, na verdade; eu cheguei aqui e tento ganhar dinheiro, fazer alguma coisa, e assim também tento manter os gastos de lá até ser possível eles voltarem. O meu filho nesse tempo, ele começou a estudar lá na escola, que é gratuita, e entre outras coisas. A capital, Bucareste. Então é isso. O meu filho maior já começou, agora vai começar o segundo ano de violino; já ganhou um prêmio, primeiro prêmio em um curso de jovens talentos. Depois meus filhos e minha mulher retornam. Claro, somos uma família. Não? Ainda. (F. C., violinista romeno, 10/09/2015).

Além dessas condições descritas, o desemprego é uma realidade que ameaça o presente e o amedronta.

A osesp realizou cortes de orçamento; até o momento não afetou os músi-cos, os coralistas e as turnês; a programação de apresentações foi mantida, em uma instituição que é reconhecida como “um cartão de visita” não só do Estado, mas do país (F. C., violinista romeno, 10/09/2015).

A decisão de partir a procura de trabalho em melhores condições do que as encontradas nos países de origem, por meio de concorridas

Page 244: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

242 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

audições, impôs desafios no processo de adaptação no país de acolhimen-to, sobretudo relacionados às questões sociais e culturais (sociedade), legais (Estado), rompimento de antigos vínculos e construção de novos (país de origem e de imigração).

Nós somos ortodoxos. Cristão ortodoxo, a nossa religião lá. Eu tento sem-pre voltar, sinto falta, mas agora me sinto mais brasileira do que búlgara. Quando volto para Bulgária, às vezes não me entendo bem com as pessoas, o pensamento, e tudo mais; é impressionante isso, impressionante (I. K., violinista, São Paulo, 20/08/2015).

relações de gênero, imigração e o trabalho sinfônico

Musicistas entrevistadas expressam limites invisíveis que impedem as mulheres, nas mesmas condições de seus colegas, de ocuparem postos de prestígio em orquestras. Nesse sentido, vale destacar uma conquista importante: os concursos que adotaram biombos nas audições para ocul-tar a identidade do músico, como é o caso da osesp.

A orquestra é formada por 108 músicos: 80 homens (74%), sendo 20 chefes de naipe e um spalla, e 28 mulheres (26%). Entre elas, 5 são chefes de naipe (Segnini, 2016a: 42-43).

Os imigrantes do Leste europeu representam 20% da orquestra, ou seja, 21 músicos. Considerando as 28 musicistas, é compreendido que 11 são imigrantes do Leste europeu (40%), enquanto, dos 80 músicos, somente 10 tem a mesma origem (12%).

Considerando a orquestra como a totalidade de um espaço de traba-lho constituído por 108 músicos, 19% dos intérpretes do sexo masculino inscrevem-se nos prestigiosos postos de trabalho chefes de naipe/spalla/solistas, enquanto somente 4,5% das mulheres estão na mesma condição de trabalho (instrumentista I). Elas foram selecionadas sobretudo no grupo “instrumentista IV” ou tutti. Há diferenças salariais significativas entre um grupo e outro e de condições de trabalho, porque o número de folgas para esse grupo é bem menor.

Isso quer dizer que também no universo da música são observadas diferenças e desigualdades entre homens e mulheres, tal como em outros setores da sociedade, especialmente nas relações de trabalho.

Page 245: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

243 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

No entanto, elas informam também que, numa perspectiva geracio-nal, romperam interdições nesse campo quando comparadas com suas mães, avós, tias, que também eram musicistas, mas amadoras, por cum-prir os papéis atribuídos às mulheres –cuidar dos filhos e da casa–. Esta é ainda uma questão reiterada no presente, na articulação entre trabalho intenso e exigente no cotidiano da orquestra (sobretudo nas viagens em turnês) com as atividades domésticas, ainda compreendidas predomi-nantemente femininas, mesmo nesse universo altamente qualificado no qual se inscrevem os músicos eruditos do Leste europeu.

É inegável que com muito trabalho, apoio financeiro e estímulo as musicistas conquistam espaços nesse universo ainda masculino, até mesmo em postos de reconhecido prestígio, sobretudo quando percorrem os caminhos da formação internacional estimulada pelas famílias ou pelas redes sociais por elas estabelecidas, nas quais estão incluídas apro-vação em concursos e audições, bolsas de estudo e prêmios. A relevância da qualificação profissional para o rompimento de desigualdades aparen-temente imutáveis ou “naturais” é, mais uma vez, observada (Segnini, 2016b; 2016c). As musicistas entrevistadas reafirmaram essa possibilida-de concreta de superação, da criação de espaços igualitários de trabalho, por meio da qualificação demonstrada cotidianamente e com muito muito trabalho, inclusive no contexto da imigração do Leste europeu para o Brasil.

Entre as mulheres musicistas até então entrevistadas, com exceção de duas violinistas, todas as outras imigraram ainda jovens e solteiras para o Brasil. Aqui casaram-se com brasileiros, entre eles alguns músicos –também instrumentistas em orquestras sinfônicas (oseps e Teatro Municipal de São Paulo)–, mas também em outras profissões, como advo-cacia e jornalismo. Para elas, o casamento contribuiu para a tomada de decisão de permanecer no país. Inicialmente, uma experiência provisória que se tornou permanente por meio de relações afetivas e da construção de uma família no Brasil.

Eu o conheci no Brasil, porque na época o conservatório de Tatuí estava fazendo o festival de inverno de Campos do Jordão. Eu fui convidada atra-vés desse evento, e foi lá que eu conheci meu esposo; em 2003 nos casamos. Tenho hoje dois filhos: um de 11 anos e outro de quatro (L. K., harpista, São Paulo, 16/06/2016).

Page 246: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

244 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Para nenhuma delas o casamento representou dificuldades no exer-cício da profissão. No entanto, a maternidade colocou grandes desafios para essas mulheres altamente qualificadas.

K. S. salienta as dificuldades em conciliar o exigente trabalho de musicista violinista com a maternidade e reconhece que dividir essa tare-fa com o marido, também músico, possibilitou-lhe continuar no trabalho.

Em 1994, fui selecionada para tocar na osesp, com o regente Eleazar de Carvalho. Nessa audição foi selecionado um grupo de cinco músicos: 2 búlgaros e 3 brasileiros. Eu estou na osesp há 20 anos, e já passei por todas as mudanças de direção artística e regência. Daqui a pouco, meu marido estará aqui com minha filha; ele a traz para as aulas de coral. O trabalho nesta orquestra é muito intenso: eu ensaio 5 dias por semana das 10h às 12h30 e das 14h às 16h30. Fora isso, eu tenho os estudos individuais e os concertos, frequentemente quinta, sexta e sábado. Existem as turnês. É muito puxado (K. S., São Paulo, 18/01/2014).

A desvalorização financeira do trabalho do músico intérprete em orquestra é considerada um dos argumentos que, somado à crescente participação das mulheres nos conservatórios e ensino superior em músi-ca, possibilita a hipótese formulada abaixo:

O que aconteceu nos últimos anos, e está acontecendo cada vez mais, é que os homens não escolhem mais a profissão no campo da música. Quem começou e estudou continua trabalhando. Mas, a tendência é cada vez mais mulheres tocarem nas orquestras, e estudarem música, porque os homens, eles percebem que não conseguem sustentar família com salário de músico. O que está acontecendo é que se você ver, principalmente orquestras de fora também, a maioria são mulheres, excluindo as que por tradição não permitiam mulheres. Hoje em dia, até na Filarmônica de Viena, por exemplo, a primeira spalla mulher é uma búlgara, ela é fantásti-ca. Fantástica. Ela pode falar que teve dificuldade de ser aceita como mul-her e ainda num cargo de spalla na Filarmônica de Viena, lugar de trabalho onde nunca pisou uma mulher antes (I. K., violinista, São Paulo, 20/08/2015).

No entanto, os dados estatísticos no Brasil não confirmam a hipótese acima e apontam para o crescimento do número de mulheres no campo da música, no período 2005 a 2015, de 3,5% a.a., inferior a porcentagem do crescimento de mulheres entre os ocupados no país no mesmo período

Page 247: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

245 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

–5,4% a.a.– e ainda mais distante do grupo Espetáculo e das Artes que registrou um crescimento de 10,4% (rais/mte, 2015).

considerações finais

A convergência histórica entre a desconstrução do bloco comunista, a crise política do Leste europeu e a expansão das políticas neoliberais do Estado brasileiro possibilitou um rearranjo no campo da música erudita no Brasil. A gestão dos teatros públicos por meio das fundações e organi-zações sociais privadas possibilitou a reestruturação das orquestras, demissões de músicos brasileiros, submetidos a audições, novas contra-tações de músicos, inclusive oriundos do Leste europeu. A reestruturação da osesp, em 1998, expressou essa convergência no contexto da elaboração do discurso da excelência: por um lado, o reconhecimento de que a for-mação profissional dos músicos do Leste europeu expressava a dimensão procurada; por outro lado, na construção de uma orquestra brasileira que se pretendia também excelente.

Quais são os paradoxos da imigração que os dados analisados per-mitiram observar, de acordo com o horizonte teórico no qual foi reconhe-cido que a contradição fundamental da condição migratória se inscreveu em múltiplas perspectivas constituídas por várias dimensões –o Estado e suas regras jurídicas, o próprio imigrante e sua condição, a sociedade de origem e a sociedade de destino– (Sayad, 1998)?

O paradoxo inscreve-se nas múltiplas possibilidades de compreen-são dessa condição, sem que nenhuma delas possa ser negligenciada. Assim, os imigrantes que se veem e se representam como provisórios; as comunidades de origem que os veem como temporariamente ausentes, mas que um dia retornarão; a sociedade de imigração, com a colaboração do Estado, os definem como trabalhador e outorgam o direito de perma-nência por meio de um estatuto e de um visto de trabalho.

Os depoimentos reiteraram que “quem parte e quem chega é o mesmo trabalhador”, e que essa força de trabalho se compreende “provi-sória, temporária, em trânsito” (Sayad, 1998: 54).

As análises das entrevistas informaram a condição vivida por homens e mulheres músicos, nos seus países de origem. A relevância do Estado socialista na formação profissional desse grupo foi reafirmada em todos os depoimentos, bem como os estímulos recebidos no contexto familiar.

Page 248: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

246 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Os músicos entrevistados enfrentaram questões legais definidas pelo Estado brasileiro, antes da obtenção dos documentos necessários para trabalhar. Elas foram solucionadas por meio de diferentes estraté-gias (entrar e sair periodicamente do país, por exemplo) e, para tanto, contaram com o apoio da osesp.

A intensificação do trabalho foi reiterada nas entrevistas no cotidia-no da orquestra, traduzida em estudos individuais, ensaios, concertos, turnês, gravações, mas acompanhada por uma desvalorização do salário por determinações políticas (ausência de reajustes) e cambiais. Os cachês realizados fora do intenso trabalho na orquestra tendem a ser realizados sobretudo por aqueles que têm filhos e precisam de um salário maior. A docência é uma forma recorrente de complementação salarial, tanto para músicos como para musicistas.

No mundo sinfônico, observou-se que diferenças nas relações sociais de gênero expressam desigualdades. Os dados informaram que, conside-rando a orquestra como a totalidade de um espaço de trabalho constituí-do por 108 músicos, 19% dos intérpretes do sexo masculino inscrevem-se nos prestigiosos postos de trabalho chefes de naipe/spalla/solistas, enquanto somente 4,5% das mulheres estão na mesma condição de traba-lho (instrumentista I). Elas encontram-se sobretudo no grupo “instru-mentista IV” ou tutti. Há diferenças salariais significativas entre um grupo e outro e de condições de trabalho porque o número de folgas para esse grupo é bem menor, mas as atividades complementares de docência são mais expressivas.

O maior número de mulheres entrevistadas constituiu família no Brasil, casou-se com brasileiros e hoje são mães de filhos brasileiros. Elas não pretendem voltar para os seus países de origem e reafirmam a rele-vância da família nessa decisão. Trata-se de um pequeno grupo que não se compreende provisório no país, mesmo que isso signifique a vivência da ausência do seu país de origem, conforme sintetiza a violinista russa, mãe de filhos brasileiros: “Eu não pretendo quebrá-los, tirando-os do Brasil. Eles são muito brasileiros. Eu já estou quebrada” (E. K., São Paulo, 22/11/2016).

Essa questão é mais complexa para aqueles que constituíram famí-lias em seus países de origem e as trouxeram para cá enfrentando alguns desafios tais como a formação escolar e musical dos filhos, o trabalho dos

Page 249: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

247 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

cônjuges e a insuficiência salarial quando um só é responsável pela renda familiar.

Essa pesquisa reiterou a relevância do trabalho na construção do processo imigratório, destacou as diferenças e desigualdades entre o tra-balho de homens e mulheres, bem como os paradoxos já referidos na construção dos argumentos. Além disso, evidenciou que os atores envol-vidos com a imigração tendem a partilhar uma ilusão coletiva elaborada sobre a condição migratória: “de um estado que só é admitido ora como provisório (de direito), com a condição de que esse ‘provisório’ possa durar indefinidamente, ora como definitivo (de fato), com a condição de que esse ‘definitivo’ jamais seja enunciado como tal”, mesmo consideran-do um seleto grupo de profissionais altamente qualificados, em uma orquestra de excelência (Sayad, 1998: 46), um ícone cívico, como foi nome-ada no momento de sua criação, após a reestruturação da osesp e inaugu-ração da Sala São Paulo, sua sede.

Essa pesquisa evidenciou e reiterou que o trabalhador artista no mundo das mercadorias vivencia constrangimentos entre o fazer artísti-co criativo e a compra e venda do seu trabalho, quer seja sob a forma do assalariamento ou do trabalho intermitente financiado, sobretudo, por cachês e pela docência. O trabalho artístico para os profissionais altamen-te qualificados como os músicos do Leste europeu é fonte de rendimento e de criação, mas também de submissão às normas vigentes.

As entrevistas analisadas evidenciaram ainda que a consubstanciali-dade das relações sociais de classe e de gênero (acrescento nacionalida-des) representa um recurso heurístico que possibilita a melhor compreensão das diferenças e das desigualdades no mundo do trabalho heterônomo, tal como expresso no início deste artigo. No entanto, elas informaram também a potencialidade de autonomia, quer seja no agir individual ou coletivo desse grupo de imigrantes oriundos do Leste europeu.

Page 250: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

248 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

bibliografía

Abreu, Alice Rangel de Paiva, Helena Hirata e Maria Rosa Lombardi (org.) (2016), Gênero e trabalho no Brasil e na França: perspectivas interseccionais. São Paulo, Editora Boitempo.

Arbex Jr., José (2005), Guerra Fria: o Estado terrorista. São Paulo, Editora Moderna Ltda.

Baeninger, Rosana, Roberta Peres, Demétrio Guimarães e Natália Belmonte (2013), Atlas da Temático: Observatório das Migrações em São Paulo. Campinas, Núcleo de Estudos de População-nepo/unicamp.

Berman, Marshall (1986), Tudo que é sólido desmancha no ar. A aventura da moderni-dade. São Paulo, Companhia das Letras.

Bueno, Marco Aurélio Scarpinella (2015), Sons por detrás da cortina: música no Leste Europeu durante a Guerra Fria. São Paulo, Intermeios.

Centro de Apoio e Pastoral do Imigrante (cami) (2016), Direitos do Trabalhador Imigrante. São Paulo, cami.

Di Pietro, Maria Sylvia Zanella (2009), Parcerias na Administração Pública: conces-são, permissão, franquia, terceirização, parceria público-privada e outras formas. São Paulo, Atlas.

Elias, Norbert (1995), Mozart. Sociologia de um gênio. Rio de Janeiro, Jorge Zahar Editor.

Falquet, Jules, Helena Hirata, Danièle Kergoat, Brahim Labari, Nicky Le Feuvre e Fatou Sow (2010), Le sexe de la mondialisation: genre, classe, race et nouvelle divi-sion du travail. Paris, Presses de Sciences Politiques.

Gall, Norman (2000), “Sinfonia São Paulo: renasce uma orquestra como ícone cívico”. Braudel Papers, 26: 3-14. Em: <http://www.normangall.com/brazil_art19.htm>. Acceso: 26/04/2017.

Hirata, Helena, Françoise Laborie, Hélène Le Doaré e Danièle Senotier (2009), Dicionário crítico do feminismo. São Paulo, Editora unesp.

Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (ibge) (2015), Pesquisa Nacional de Amostra por Domicílio (pnad). Período 2003/2014. Brasília, ibge/pnad.

Kergoat, Danièle (2016), “O cuidado e a imbricação das relações sociais”. Em: Alice Rangel de Paiva Abreu, Helena Hirata e Maria Rosa Lombardi (org.), Gênero e trabalho no Brasil e na França: perspectivas interseccionais. São Paulo, Editora Boitempo.

Page 251: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

249 Trabalho, imigração e relações de gênero... | págs. 221-250

Massin, Jeanee e Brigitte Massin (2003), Histoire de la Musique occidentale. Paris, Fayard/Messidor-Temps Actuels.

Minczuk, Arcádio (2005), Orquestra Sinfônica do Estado de São Paulo: uma visão de sua história e concepção. Dissertação apresentada como exigência parcial para a obtenção do título de Mestre. São Paulo, Programa de Pós-Graduação em Música, Instituto de Artes da Universidade Estadual Paulista (unesp) Júlio de Mesquita Filho, Presidencia da República/Casa Civil-Subchefia para Assuntos Jurídicos. Lei no. 6.815, 19 de agosto de 1980. Em: <http://www.planal-to.gov.br/ccivil_03/leis/L6815.htm>. Acceso: 12/02/2017.

Sayad, Abdelmalek (1998), A Imigração ou os Paradoxos da Alteridade. São Paulo, edusp.

Segnini, Liliana (2006), “Accords dissonants: rapports salariaux et rapports sociaux de sexe dans des orchestres”. Em: Jules Falquet, Helena Hirat y Bruno Lautier (org.), Travail et mondialisation. Confrontations Nord/Sud. Cahiers du Genre 40/2006. Paris, L’ Harmattan.

––––– (2008), “Relações de gênero nas profissões artísticas: comparação Brasil-França”. Em: Albertina de Oliveira Costa, Bila Sorj, Cristina Bruschini e Helena Hirata (org.), Mercado de trabalho e gênero: comparações internacionais. São Paulo, Editora fgv.

––––– (2015), “Migrações internacionais, trabalho e formação no campo da música. GT 16: Mobilidade: um retrato dos movimentos migratórios con-temporâneos”. Em: XII Congresso Luso-Afro-Brasileiro (conlab). Lisboa: Associação Internacional de Ciências Sociais e Humanas em Língua Portuguesa, Faculdade de Ciências Sociais e Humanas da Universidade Nova de Lisboa; Lisboa. Disponível em: <[email protected]>.

––––– (2016a), “Mulheres no mundo sinfônico”. Revista osesp, 1, 42-43. Em: <ht t p :// w w w. o s e s p. a r t . br/u p l o a d /d o c u me nt o s/ R e v i s t a O s e s p/RevistaOsesp_2016>. Acceso: 26/04/2017.

––––– (2016b), “Questions sur les carrières des femmes musiciennes”. Em: Nadya Araujo Guimarães, Margaret Maruani e Bila Sorj (org.), Genre, race, classe: travailler en France et au Brésil. Paris, L’Harmattan.

––––– (2016c), “Superar limites nas carreiras de mulheres musicistas.” Em: Alice Rangel de Paiva, Helena Hirata e Maria Rosa Lombardi (org.), Gênero e traba-lho no Brasil e na França: perspectivas interseccionais. São Paulo, Editora Boitempo.

Wu, Chin-tao (2006), Privatização da cultura: a intervenção corporativa na arte desde os anos 1980. São Paulo, Boitempo. 

Page 252: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

250 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Sites consultados<http://www.cidadesdobrasil.com.br>. Acesso: 20/12/2008.

<http://www.bresserpereira.org.br/rgp.asp>. Acesso: 15/06/2016.

<http://www.osesp.art.br/osesp/audicoes.aspx>. Acesso: 14/07/2016.

<http://portal.mte.gov.br/geral/estatisticas.htm>. Acesso: 07/08/2016.

<http://www.ibge.gov.br/home/estatistica/indicadores/trabalhoerendimento/pnad_continua/default.shtm>. Acesso: 13/04/2014.

<http://www.normangall.com/brazil_art19.htm>. Acesso: 19/07/2016.

<http://obmigra.mte.gov.br/>. Acesso: 20/05/2016.

<http://www.mtps.gov.br/rais>. Acesso: 12/04/2016.

<http://www.ibge.gov.br>. Acesso: 10/04/2016.

<http://www.osesp.art.br>. Acesso: 21/07/2016.

Page 253: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

Reseñas bibliográficas

Page 254: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST
Page 255: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

253 Reseña bibliográfica | págs. 251-258

El libro que aquí se reseña es, ante todo, una tarea inmensa. Cumple con creces su objetivo original: proveer a la asignatura que sustenta de material bibliográfico, coherente y organizado. Pero va más allá. Se trata de una propuesta interpretativa que otorga sentido, propósito y cohesión al amplio campo de los estudios organizacionales. Se trata, como dice el título, de un enfoque crítico, histórico y situado: y eso es mucho decir.

Los estudios organizacionales son un desarrollo académico foráneo. Surgen en Europa en la segunda mitad del siglo pasado, en un intento de alternativa para la corriente dominante de pensamiento organizacional proveniente de los Estados Unidos (González-Miranda, 2014). Dicha corriente dominante, la teoría de la administración, es principalmente positivista; se preocupa del quehacer de empresas lucrativas con foco en sus prácticas y resultados concretos. Los estudios organizacionales, en cambio, sostienen una mirada amplia hacia las organizaciones de todo tipo y prestan especial atención al proceso de organizar. Así, estos estu-dios estarían más interesados en comprender los procesos organizaciona-les que en prescribir estrategias para el logro de ciertos objetivos (Medina, 2010). En nuestra Latinoamérica su desarrollo es posterior. Aun cuando Eduardo Ibarra-Colado en México ya dedicaba tiempo a su discusión y

Teorías de la organización. Un enfoque crítico, histórico y situadoDiego Szlechter (coordinador) Buenos Aires, Editorial ungs. 2018

Page 256: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

254 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

análisis a fines de los años 80, él mismo declaró, en una publicación de 2006, que no había algo así como un campo de estudios organizacionales que ref lexione acerca de nuestras propias problemáticas. Lo que se ha desarrollado, principalmente en México, Colombia y Brasil, combina la continuidad de las tradiciones anglosajonas junto con escasas ref lexiones alrededor de nuestras prácticas basadas aún en conceptos y metodologías foráneas. El libro que aquí reseñamos se hace cargo de estas y otras discu-siones respecto de este elusivo campo de estudio.

Este trabajo de Szlechter y colaboradores adopta un enfoque crítico. Por crítico debemos entender una postura epistemológica y política que, independientemente de su marco teórico, busca el escrutinio de los supuestos que sostienen a cualquier articulación teórica. Ese escrutinio contribuye a evitar la mera reproducción de contenidos y, con ello, su imposición descontextualizada. En el caso de este libro, el enfoque crítico se articula desde el momento en que se conciben los contenidos a tratar y el modo en el que van a ser abordados. La teoría organizacional es una disciplina amplia, algo difusa dirían algunos, muy interdisciplinaria y, de alguna manera, joven. De tal modo que no es posible abocarse a un mero recuento lineal; no obstante, dicho recuento si podría ser acrítico y repe-titivo. El libro, en cambio, hace sus énfasis, establece cierta secuencia, discute, cuestiona y propone. Plantea su propia mirada de la organización y su consiguiente teorización, mirada que define como crítica, histórica y situada. A estos tres aspectos queremos referirnos en esta reseña.

enfoque CrítiCo

Comenzar definiendo a la organización como un fenómeno complejo es plantear desde el principio un objeto de análisis problematizado, poniendo de relieve lo contingente de su surgimiento y desarrollo. Los autores de este trabajo develan su posicionamiento crítico ya en el primer párrafo, cuando plantean que las diferentes concepciones de organización respon-den a contextos e intereses diversos. Inmediatamente después, explicitan y desarrollan los marcos conceptuales desde los cuales realizarán su análi-sis. Este ejercicio teórico no es solo una muestra de rigurosidad académica; es, en realidad, la materialización de la ref lexión crítica, a saber el cuestio-namiento de lo dado por sentado y la discusión de los intereses tras la construcción de conocimiento. Convengamos además que esta introduc-ción crítica no es un lugar común en los estudios organizacionales y menos aún lo es en la enseñanza de la administración. Si estamos hablando de un

Page 257: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

255 Reseña bibliográfica | págs. 251-258

libro que estimula y apoya la docencia, podemos asumir que su opción crítica implicará el involucramiento de los estudiantes en la discusión y problematización de lo organizacional. Esto porque, como sabemos, toda definición es parcial y política y la propuesta del texto también lo es.

La opción crítica no solo se devela en lo metodológico. A lo largo del libro, los contenidos y enfoques escogidos también hablan de esa opción analítica. Los abordajes de la corriente principal acerca de las organizacio-nes están presentes en cada capítulo, a saber: la administración científica, las relaciones humanas, la teoría general de sistemas, la nueva gestión pública, entre otros. No obstante, en lugar de ser reproducidos, se someten a discusión y se hacen dialogar (o no) con posturas de orientación diferente que buscan hacerse cargo de aquello que el mainstream tiende a dejar de lado, esta vez, el pensamiento del sur, lo autopoiético, las economías socia-les, las empresas recuperadas, el acento en el poder y lo político. De este modo, la organización no se presenta como algo que es sino, en realidad, como algo que va surgiendo, se construye y se deconstruye cada vez. Cada capítulo hace en este sentido una contribución original, tanto en el modo de proponer la mirada analítica hacia las teorías de la organización, como en los autores y enfoques que elige para ese desafío.

Mención especial merece el capítulo dedicado a la cultura organiza-cional y la relevancia que se le da a este concepto. A diferencia de los textos tradicionales, donde la cultura aparece solo como una variable organiza-cional, un algo que se puede administrar para lograr objetivos específicos, aquí la cultura devela el rol de vehículo político que permitió movilizar amplios intereses sectoriales en su irrupción en los estudios organizacio-nales. En esa misma línea, se valora que, a lo largo del texto, se diversifi-que y tensione permanentemente el alcance de lo que se considera una organización. Con esto queremos decir que no se trata al constructo como sinónimo exclusivo de la empresa privada con fines de lucro, sino que se extiende a lo público, a lo sin fines de lucro e, incluso, a las configuracio-nes que desafían la lógica de mercado.

El capítulo VII se hace cargo de estas diferentes configuraciones, dedicándole las páginas necesarias. Se destaca la narrativa elegida donde se entiende que, en un principio, la consideración de otras configuracio-nes no estuvo necesariamente relacionada con la amplitud del concepto; por el contrario, se trató más bien de la homogeneización de la práctica organizacional bajo un solo modelo de comprensión: el neoliberal. Este

Page 258: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

256 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

modelo colonizó ámbitos diferentes al de los negocios bajo la promesa de eficiencia, eficacia y productividad. Esto conecta muy claramente con el capítulo siguiente que elige a la dominación como elemento articulante de la crítica que se ha levantado contra este modelo organizacional. La centralidad otorgada al poder permite cuestionar incluso, siguiendo a Ibarra-Colado, al concepto mismo de organización que, lejos de ser neu-tral, ha logrado diseminar el mainstream como sinónimo natural de la “mejor forma de organizar”.

Asistimos así a una combinación muy única de miradas globales (o globalizantes) y enfoques locales, de interdisciplinaridad, de foco en lo privado y lo público, de miradas económicistas junto a la consideración de la radicalidad del pensamiento del sur. Se trata de una propuesta ambi-ciosa, pero que logra ser articulada, nunca cerrada completamente. Si bien los capítulos fueron desarrollados por grupos diferentes de autores, se hace evidente un hilo conductor y una coherencia cronológica en su secuencia. De eso trata su enfoque histórico.

enfoque históriCo

El enfoque histórico del libro se devela en ese trayecto cronológico que ata a la secuencia de capítulos y también a cada capítulo internamente. Ahora bien, no se trata de una cronología puramente lineal y secuencial; a ratos avanza en el tiempo, a ratos retrocede, a ratos permanece. La ubicación temporal no es el criterio que se respeta; son los acontecimientos político-culturales que encarna cada postura y el modo en el que inciden en el derrotero de lo organizacional los que condicionan su presencia en el recuento. De este modo, lo histórico cumple aquí un doble rol: ofrece una periodización que hace posible una narrativa secuencial y, lo más impor-tante, permite la recuperación de la contingencia detrás de toda articula-ción conceptual. Tal vez unos más que otros, pero de todas maneras todos, los capítulos del libro van conectando la discusión teórica de los contenidos con la contingencia política e histórica que les da contexto. De este modo, se visibilizan las conexiones que pueden dar cuenta de los intereses detrás de cada postura. Así, se hace comprensible lo que se ofre-ce en las primeras páginas,donde se relaciona estos intereses con el modo de comprensión de lo organizacional.

Con esto relevamos la contribución crítica de lo histórico, la necesaria desnaturalización de lo que se ha constituido como hegemónico y, con ello, la aparición de la oportunidad para el cambio, la intención emancipatoria

Page 259: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

257 Reseña bibliográfica | págs. 251-258

de toda mirada crítica. De este modo, se muestran los enfoques elegidos en relación unos con otros, pero como condiciones de posibilidad más que como causa-efecto. Se presenta una historia más orientada al conocimien-to latente (Sudabby, 2016), aquel recuento que, en todo momento, pone de manifiesto los lentes con los cuales se están leyendo los acontecimientos. Las puntadas que hilvanan esta historia contada es el lugar de enuncia-ción, la Argentina, el enfoque situado que declara el libro.

enfoque situado

Uno de los aspectos más relevantes de la crítica al mainstream en teoría organizacional tiene que ver con su pretendida universalidad y neutrali-dad. Esa postura le permite presentarse como una propuesta que puede (y debe) ser considerada y aplicada sin riesgo en cualquier contexto. De hecho, así ha sido. Esa desconsideración de los contextos ha presionado a las organizaciones de todas partes del mundo a “acomodarse” a un modo de gestión en particular, a jugar de acuerdo con reglas foráneas y a perse-guir ideales y valores también importados. Las implicaciones de esto son inmensas; la mirada decolonial, ampliamente cubierta en el texto, lo deta-lla y explica.

En el caso del libro que aquí reseñamos, se hace un esfuerzo impor-tante por contrarrestar esta tendencia a la importación de conocimiento. Un enfoque situado implica justamente, situar, ubicar, conectar una prác-tica en particular con su contexto geopolítico. Se trata de reivindicar el lugar de enunciación. En este caso, toda la ref lexión acerca de la organi-zación y la práctica de organizar se ubica y relaciona directamente con la realidad argentina, con su historia, su política y su cultura. Los autores lo plantean directamente, se preguntan por el organizar en su propio país; y esto les permite interrogar las teorías extranjeras desde su realidad. Se debe reconocer el aspecto favorable de contar con un acervo significativo de teoría y ref lexión local en distintos ámbitos de las ciencias sociales, lo que hace posible ese diálogo.

¿Teoría parcial?, ¿local? La pregunta, en realidad, es por la pretendida universalidad, esa que incluso habla otro idioma. Puede que este libro no se lea nunca en las aulas norteamericanas, pero, al mismo tiempo, colabo-ra en que aquí, en el sur, dejemos de leer solo gestión anglosajona. Des-situar la universalidad.

Page 260: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

258 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

para cerrar

Como si todo lo anterior fuera poco, el texto, fiel a su objetivo docente, ofrece a sus lectores tareas concretas de ref lexión crítica, apoyándose en la creación fílmica –crítica, histórica y situada– la que permite a quienes se aventuren en el texto materializar su propia capacidad de escrutinio a través de dichas tareas. Junto a estas situaciones de evaluación, el libro ofrece una muy completa guía de apoyo para la lectura y escritura univer-sitaria. Se ofrece el qué, el cómo y el para qué.

Como señalamos al principio, una tarea inmensa. Un texto que des-pliega y combina lo crítico, lo histórico y lo situado sobre un cuerpo teóri-co complejo de abordar. Este esfuerzo nos provee de un material docente único en su tipo, toda una propuesta para la comprensión, ref lexión y discusión de la teoría organizacional desde la mirada situada del sur. No obstante, es evidente que, por más inmensa que haya sido la tarea, no era posible incluir todo aquello que los estudios organizacionales han produ-cido en su historia. Sin embargo, es también crítico, histórico y situado mostrar a los autores que han omitido la perspectiva de género. Una omi-sión dolorosa. Quedamos expectantes, entonces, por su segunda edición.

Marcela Mandiola Ph.D.

Facultad de Economía y Negocios Universidad Alberto Hurtado

Chile

bibliografía Gonzales-Miranda, Diego (2014), “Los estudios organizacionales. Un campo de

conocimiento comprensivo para el estudio de las organizaciones”. Innovar, 24 (54), pp. 43-58.

Ibarra-Colado, Eduardo (2006), “¿Estudios Organizacionales en América Latina? Transitando desde el centro a las orillas”. En: Enrique de la Garza, Teoría Sociales y Estudios del Trabajo: Nuevos Enfoques”. México, Anthropos.

Medina, César (2010), “Los Estudios Organizacionales entre la Unidad y la Fragmentación”. Cinta de moebio, (38), pp. 91-109.

Sudabby, Roy (2016), “Toward a Historical Consciousness: Following the Historic Turn in Management Thought”. M@n@gement, 19 (1), pp. 46-60.

Page 261: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

Repertorio de Tesis

Page 262: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST
Page 263: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

261 Acción sindical frente a la integración regional... | págs. 261-272

La reseña de esta tesis presenta los principales aspectos de la investigación sobre la acción sindical de las centrales argentinas frente al mercosur correspondiente a la Maestría en Sociología Económica del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad de San Martín (idaes/unsam). La investigación se realizó en el marco de la beca interna de posgrado tipo I (2013-2016) financiada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (conicet) bajo la dirección de la Dra. Cecilia Senén González.

El siglo xxi marcó en la región suramericana un giro político que implicó la llegada de proyectos progresistas, conformados por partidos y alianzas de tradición popular y en algunos casos de izquierda. Los llama-dos gobiernos posneoliberales1 inauguraron una nueva etapa basados en la

1 La referencia a gobiernos, proyectos, bloques de poder “posneoliberales” alude a definiciones en términos de posterioridad respecto de la hegemonía del neoliberalismo en América Latina desde la década de los setenta hasta los 2000. En esta caracterización, el término significa a las experiencias de cooperación e integración entre países de América Latina (Riggirozzi y Tussie, 2012) partir de una nueva configuración de bloques de poder sobre la base de articula-ciones entre partidos de tradición popular o nuevos partidos populares y movimientos socia-les (Sader, 2008).

Acción sindical frente a la integración regional. Agendas regionales de las centrales sindicales argentinas en el mercosur (2003-2015)

Page 264: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

262 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

necesidad de construir consensos para reactivar las economías de la región luego de un período de crisis y recesión, resultado de políticas de apertura económica y desindustrialización implementadas durante la década de 1990. En este contexto, el mercosur se constituyó como plata-forma para la coordinación de políticas económicas y de reconstrucción de un ideario de fortalecimiento de las naciones a través de la integra-ción regional.

El período de la “ola rosa” en la región, que se inicia en 2003 y con-cluye en 2015,2 es considerado en la tesis como un cambio en la estructu-ra de oportunidades para la acción sindical, y nos preguntamos qué factores incidieron en la construcción de agendas sindicales regionales. Asimismo, consideramos las condiciones económicas y políticas a nivel nacional, factores de incidencia para la definición de estrategias de las organizaciones sindicales. La salida del régimen de convertibilidad cam-biaria en Argentina y la devaluación de 2002 iniciaron un período de reactivación económica e impulso de la actividad industrial que se pro-fundizó durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández del Frente para la Victoria-Partido Justicialista (fpv-pj) con el impulso de un modelo económico basado en el consumo interno, aumento de los niveles de empleo y recuperación de instituciones laborales como el sala-rio mínimo vital y móvil, las paritarias, los convenios colectivos de traba-jo, entre otras. Hay quienes afirman que, a partir de estas políticas, aumentó la conf lictividad laboral y que las organizaciones sindicales recobraron el protagonismo en la disputa salarial que habían perdido durante la década anterior. Este resurgimiento o revitalización sindical (Senén González, 2013; Natalucci, 2013) se explica por las transformacio-nes en la estructura de oportunidades económicas y políticas que identi-ficamos en el período del modelo de acumulación de la Postconvertibilidad (2003-2015), entre las que destacamos la política de diálogo del gobierno nacional con sindicatos industriales y de servicios (afiliados a la cgt) que integran la coalición de fuerzas políticas que sostienen al gobierno del fpv. El carácter renovador del resurgimiento sindical ha sido debatido en la literatura argentina desde la perspectiva de los estudios de

2 Se trata de un período de convergencia política y crecimiento económico desde el que se re-lanzó el mercosur. La renovación de los gobiernos, con la elección de los presidentes Lula da Silva en Brasil (2002) y Néstor Kirchner en Argentina (2003), inició esta etapa en la que se im-pulsaron políticas de expansión de los mercados internos, creación de empleo y fomento del consumo.

Page 265: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

263 Acción sindical frente a la integración regional... | págs. 261-272

sindicalismo de movimiento social como desde los estudios sobre la revi-talización3 en las bases sindicales o en los lugares de trabajo.

La tesis se inserta en el debate de los estudios sobre la acción inter-nacional del sindicalismo, particularmente, las acciones de articulación entre la esfera nacional y la regional (Robinson, 1998; Bensusán, 2000). Se sostiene, desde algunos enfoques de la teoría de la acción colectiva, que las propias instituciones internacionales se erigen como estructura de opor-tunidades políticas y/o inciden e interactúan con esta, sin que ello impli-que que una estructura de oportunidad política internacional desplaza a las estructuras domésticas (Khagram, Riker y Sikkink, 2002). Las creen-cias compartidas y las normas representan para las redes, coaliciones y movimientos transnacionales los “recursos” y “oportunidades políticas”.

En cuanto a la metodología, se trata de una investigación cualitativa de carácter exploratorio y descriptivo considerando la vacancia en los estudios que aborden las agendas regionales sindicales ante el mercosur desde una perspectiva que articula la esfera local y la esfera regional.

el mercosur como plataforma de acción sindical¿Qué tipo de participación ha tenido el sindicalismo argentino en el mercosur? ¿En qué medida pudieron las organizaciones sindicales canalizar demandas y propuestas hacia la estructura institucional del bloque regional?

Planteamos como hipótesis inicial que los factores que incidieron en la construcción de las agendas regionales de la Confederación General del

3 El concepto de revitalización sindical remite a los debates que en Europa y los Estados Unidos analizaron las estrategias mediante las cuales los sindicatos buscaban mantenerse a flote frente a los impactos del neoliberalismo y la globalización (Fairbrother, 2008; Frege y Kelly, 2004). La literatura argentina retoma y reedita estos debates en un contexto “posneoliberal” desde diferentes perspectivas que van desde la economía política y el neocorporativismo (Etchemendy y Collier, 2008) y estudios con eje en la dinámica sectorial (Senén González, 2013; Palomino y Trajtemberg, 2006) hasta otros estudios que cuestionan estas lecturas y enfocan el resurgimiento sindical desde nuevas formas de militancia y sindicalización en los lugares de trabajo o “desde abajo” (Duhalde, 2012; Varela, 2013; Atzeni y Ghigliani, 2008).

Page 266: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

264 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Trabajo (cgt)4 y de la Central de Trabajadores de la Argentina (cta)5 durante el período 2003-2015 fueron:

• Económicos: a nivel nacional, el nuevo modelo de acumulación en la Argentina a partir de la salida de la Ley de Convertibilidad en 2002 y de la llegada del gobierno del Frente Para la Victoria en 2003; a nivel regional, el período de crecimiento y estabilidad de las economías de los países que integran el mercosur;

• Político-institucionales: a nivel nacional, consideramos el proceso de revitalización sindical que tiene lugar en la Argentina en estos años y los posicionamientos y despliegue de recursos de poder ante los gobiernos del fpv; a nivel regional, la consolidación de una etapa de agendas positi-vas en el mercosur.6

Para el desarrollo analítico de las variables de la investigación, defi-nimos tres niveles:

i) En el nivel macro, estudiamos los efectos del proceso de integración del mercosur sobre el mercado de trabajo y de la institucionalidad sociola-boral del bloque sobre la acción sindical. La descripción de la dimensión sociolaboral del proceso de integración del mercosur nos posibilitó recons-truir en términos históricos cuáles han sido los ámbitos formales para la participación, consulta y negociación de las organizaciones sindicales.

ii) En el nivel meso, analizamos las respuestas y estrategias de acción de la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (ccscs)7 como

4 Se trata de la central mayoritaria. En el modelo sindical argentino, organizado por unicato (re-presentación única del sindicato mayoritario en el sector), la cgt es la central “reconocida” por el Estado con personería gremial.

5 La cta es una central surgida a partir de un grupo de sindicatos (de trabajadores estatales y de la educación) que en 1991 abandonan la cgt críticos de un modelo sindical que definían como “dependiente del poder político y cómplice del económico” (Declaración de Burzaco, 1992). En esta investigación estudiamos dos agrupamientos de la cta derivados de la ruptura que atravesó la central sindical en 2010 tras una fallida elección. De allí surgieron la cta de los Trabajadores (cta-t) y la cta Autónoma (cta-a).

6 Etapa de integración del mercosur que se inicia en 2003 con los nuevos gobiernos, en la que tuvo lugar una progresiva incorporación de agendas de integración que habían sido posterga-das o excluidas del modelo de integración en la etapa “fenicia” del mercosur.

7 La ccscs se creó en 1986 como espacios de coordinación entre centrales sindicales de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia con el objetivo de defender las recientes democracias y luchar contra los efectos del endeudamiento externo. Actualmente la integran diecisiete centrales. (Fuente: <https://www.coordinadoraconosur.org/>. Consultado: 22/02/2018).

Page 267: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

265 Acción sindical frente a la integración regional... | págs. 261-272

una experiencia de coordinación de estrategias sindicales a nivel regio-nal. Tras el rechazo inicial a la creación de un bloque regional, las centra-les sindicales buscaron que sus demandas y propuestas cristalizaran en la estructura institucional del mercosur y consolidaron una posición pro-tagónica como representantes de las/os trabajadoras/es de la región a lo largo de la primera década de integración. La experiencia de la ccscs es un antecedente empírico directo para la investigación de esta tesis.

iii) En el nivel micro, estudiamos las agendas regionales de la cgt, cta-t y cta-a a partir del despliegue de recursos de poder: coordinación vertical y horizontal y capacidad política observables en la participación de las centrales argentinas en las reuniones de la ccscs, en los órganos sociolaborales del mercosur y en la dinámica relacional con el gobierno argentino durante 2003-2015.

A partir de los niveles de análisis y presentado el tema en la introduc-ción, estructuramos la tesis en cuatro capítulos y conclusiones. En el pri-mer capítulo, el marco teórico de la investigación promueve un diálogo entre teorías de la acción colectiva, teorías de los recursos de poder y teorías de la integración regional para estudiar la construcción de agendas sindicales regionales definidas como el despliegue de tres recursos de poder sindical (coordinación vertical y horizontal, capacidad política) frente a las transformaciones de la regionalización económica y la institucionali-zación de este proceso a partir de 1991 con la creación del mercosur.

¿Cómo se conjugan los aportes de las teorías de la integración regio-nal con la acción colectiva? Desde un enfoque institucionalista, algunos estudios afirman que la globalización ha minado decisivamente el poder tanto institucional como de mercado del sindicato y esto ha modificado las estrategias de internacionalización del sindicalismo (Godio, 1997), mientras que otros destacan el accionar sindical ante los fenómenos de transnacionalización del capital y la firma de acuerdos regionales como manifestación de nuevas formas de internacionalismo sindical (Badaró, 2003; Medwid, 2007; Botto,2014).

Retomamos los estudios sobre acciones globales o transnacionales de actores no estatales y su incidencia en el juego de la política interna y externa (Della Porta y Tarrow, 2004; Mc Adam, Tarrow y Tilly, 2001) para indagar sobre las formas y mecanismos de construcción de agendas sin-dicales a nivel regional a partir del desafío común que generan estructu-ras de conexión y marcos culturales consensuados (Tilly, 1978).

Page 268: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

266 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Los trabajos sobre la acción de la ccscs, antecedentes directos para los casos definidos en nuestra tesis, analizan de qué modo actores trasna-cionales buscaron incidir en la dimensión social del proceso integracio-nista. A través de la construcción de espacios de participación y de la elaboración de instrumentos jurídicos normativos, desde la ccscs las centrales sindicales construyeron marcos de acción para limitar e impedir que el proceso de desprotección laboral y social se trasladara al ámbito legal supranacional e impulsaron espacios de coordinación intersindical y mesas de diálogo social con funcionarios de gobierno y empresarios. De este modo, en el transcurso de la primera década del mercosur (1991-2000), el sindicalismo de la región consolidó una amplia agenda de temas vinculados a la llamada dimensión social de la integración regional que contempló fundamentalmente aquellas iniciativas y políticas comunes de los Estados miembros del bloque relativas a las condiciones de trabajo dentro del bloque.8

En el segundo capítulo describimos el proceso de creación de los órganos sociolaborales del mercosur y las estrategias desarrolladas por la ccscs a partir de los efectos del proceso de integración regional en el mercado de trabajo. Definimos estrategias sindicales como el despliegue de capacidades de la organización sindical para comprender los cambios y transformaciones que tienen lugar en el escenario económico, político y social en el que actúan –en este caso, el escenario regional del mercosur en simultáneo con el escenario local/nacional– y la capacidad para definir acciones que le permitan un aprovechamiento adecuado y/o la renovación de las fuentes y recursos de poder de que dispone, a partir de la evalua-ción que realice de dichos cambios (Robinson, 1998; Bensusán, 2000).

Durante las primeras etapas de creación y consolidación institucio-nal del mercosur, la ccscs se propuso como objetivo la incorporación de la dimensión sociolaboral en la agenda del bloque. A través de la presión y articulación con organismos gubernamentales y de la participación en mesas de diálogo social para la creación de espacios institucionales

8 En la tesis se desarrolla la conformación de los órganos sociolaborales del mercosur: Subgrupo de Trabajo N° 10 (sgt 10), Foro Consultivo Económico y Social (fces), Comisión Sociolaboral (csl) de seguimiento a la Declaración Sociolaboral (dsl) y Grupo de Alto Nivel de Empleo del mercosur (ganemple). Además ,se caracteriza el impacto de la Nueva Declaración Sociolaboral (2015).

Page 269: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

267 Acción sindical frente a la integración regional... | págs. 261-272

relativos a la agenda sociolaboral regional, la ccscs logró constituirse en actor protagónico en la agenda laboral.

En el desarrollo de este capítulo, en línea con la caracterización de Vigevani y Viega (1996) y sobre la base del trabajo de campo realizado durante la elaboración de esta tesis, presentamos una caracterización de las estrategias sindicales frente al mercosur. Entre 1986, año de confor-mación de la Coordinadora, y 2015 identificamos los siguientes posiciona-mientos: 1) Rechazo y reconocimiento crítico (1986 a 1990); 2) Participación sectorial consultiva (1991-1998); 3) Crítica y defensa de la unidad (1999-2002); 4) Estrategia de integración institucional (2003-2015). En relación con este últi-mo período, la caracterización se realizó sobre la base de los casos de las centrales argentinas (correspondiente al cuarto capítulo).

La caracterización de las estrategias sindicales frente a los cambios que se generaron en la estructura de oportunidades a nivel regional per-mitió identificar márgenes de acción para las organizaciones ante las distintas etapas de institucionalización del mercosur.

En el caso de las centrales sindicales argentinas, si bien las líneas de acción ante el mercosur se manifestaron en el marco de la ccscs, inter-locutor válido para los órganos sociolaborales del mercosur, pudimos delinear algunas características propias de la definición de agendas de la cgt y la cta a partir de indagar en las condiciones económicas y políticas a nivel nacional.

En el tercer capítulo, realizamos un recorrido por la agenda de las centrales argentinas durante el período 1991-2002 a fin de identificar en qué medida “lo nacional” incidió en la capacidad de construir agenda en el plano regional. Para ello, definimos como variables:

a) la estructura de oportunidades económicas y políticas que genera el modelo de la Convertibilidad y la creación y consolidación del merco-sur presentada en el primer capítulo;

b) la relación de las centrales sindicales con el gobierno y el partido de gobierno durante la década de los noventa;

c) la definición de acciones/posicionamientos de carácter regional de las centrales sindicales argentinas cgt y cta, ambas integrantes de la ccscs.

Una de las hipótesis específicas que formulamos, en línea con los estudios de integración regional, es que el accionar de las centrales

Page 270: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

268 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

sindicales a partir de la regionalización del mercado comercial y de traba-jo responde a un “juego de doble nivel” (Putnam, 1988) o la “lógica bifocal” (Vigevani y Viega, 1996). Es decir, que los sindicatos utilizaron las nego-ciaciones sobre el proceso de integración regional con el objetivo de ganar espacio político en el ámbito nacional.

En el cuarto capítulo, desarrollamos un análisis del accionar sindical en el período 2003-2015 y recuperamos este concepto para afirmar que el sindicalismo argentino desplegó estrategias regionales de acción bajo una lógica bifocal invertida: a nivel local, el aumento y fortalecimiento de los recursos de poder económico producto de la recuperación económica de estos años y del fenómeno de la “revitalización sindical”, permitió a las centrales sindicales argentinas re-posicionarse como actores nacionales y, a la vez, desplegar los recursos de poder políticos para sostener posiciona-mientos sectoriales en las definiciones de política regional en el merco-sur durante el período de “consolidación positiva” del bloque. Con el objetivo de validar el análisis de las agendas sindicales argentinas de participación en los órganos sociolaborales del mercosur en la etapa 2003-2015 con las opiniones de los actores sindicales, presentamos datos de la información recolectada de fuentes primarias a través de entrevis-tas a informantes claves del sindicalismo argentino.

Concluimos en este capítulo que la estrategia definida para el perío-do 2003-2015 fue la integración institucional que permitió a las centrales sindicales argentinas el despliegue de recursos económicos o industriales, políticos y sostener los recursos organizativos (Korpi, 1985; Robinson, 1998; Murillo, 1997) en el plano regional sobre la base del fortalecimiento de recursos sindicales a nivel nacional.

nuevos desafíos para la acción sindical. reflexiones finales Desde su creación, las instituciones que componen al “mercosur sociola-boral” tuvieron inf luencia sobre la acción sindical, por la consolidación de una nueva plataforma institucional de comercio regional. Observamos que, ante la construcción de instituciones sociolaborales, las centrales sindicales definieron acciones coordinadas para lograr participación e incidencia en las definiciones de dichos órganos.

Entre las conclusiones de la tesis, señalamos que, en el período 2003-2015, la dinámica de la agenda sociolaboral del mercosur se estancó y

Page 271: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

269 Acción sindical frente a la integración regional... | págs. 261-272

hubo un desplazamiento de la acción sindical de las centrales argentinas hacia el plano nacional. El término integración institucional nos permitió caracterizar el proceso de construcción de agendas regionales sindicales entre los años 2003 y 2015 en el que la capacidad política de los sindicatos de incidir en las definiciones de política pública a nivel regional fue decre-ciendo a lo largo del período en contraposición con lo que se manifiesta en el plano nacional durante el mismo período. En estos años, se produjo el fortalecimiento de los recursos de poder sindical, lo que posibilitó a los sindicatos recuperar un papel protagónico en la puja salarial y distributiva.

A partir del trabajo empírico de la investigamos pudimos contrastar la resonancia que tiene para las centrales sindicales argentinas en el esce-nario mercosureño integrar la ccscs: la cgt, la cta-t y la cta-a comparten que, a través de su participación en la Coordinadora, incorporaron “lo regional” a sus agendas.

Como ref lexión final afirmamos que en la construcción de las agen-das regionales de estas centrales sindicales inf luyeron las transformacio-nes en la estructura de oportunidades económicas y políticas del modelo de integración regional y las características del modelo económico-políti-co nacional de estos años. Este esquema analítico nos permitirá indagar sobre la situación actual de la región y las condiciones para la acción sin-dical ante los indicios de una etapa de parálisis institucional del mercosur.

Podemos formular algunos interrogantes acerca de la incidencia que tendrán sobre las agendas regionales sindicales los cambios de gobierno en la Argentina, Brasil, Paraguay y la expulsión de Venezuela del merco-sur. Repensar el proyecto de integración regional como estrategia de inserción económica en el mundo y de desarrollo para los países que lo integran puede ser una de las claves de lectura posible desde la cual los actores sindicales recuperen protagonismo regional.

Tania Julieta RodriguezDocente Ciencia Política (uba)

Mg. Sociología Económica (idaes/unsam)

Page 272: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

270 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

BiBliografía

Atzeni, Mauricio y Pablo Ghigliani (2013), “The Re-Emergence of Workplace-Based Organization as the New Expression of Conf lict in Argentina”. En: Gregor Gall (ed.), New Forms and Expressions of Conf lict at Work. UK, Palgrave Macmillan, pp. 66-85. Disponible en: <https://doi.org/10.1057/9781137304483_5>.

Badaró, Máximo (2003), “El movimiento sindical regional: los camioneros y los judiciales”. En: Elizabeth Jelin (comp.), Más allá de la nación: las escalas múlti-ples de los movimientos sociales. Buenos Aires, Libros del Zorzal.

Bensusán, Graciela (2000), “El impacto de la reestructuración neoliberal: com-paración de las estrategias sindicales en la Argentina, Brasil, México, Canadá y Estados Unidos”. En: III Congreso Latinoamericano de Sociología del Trabajo (lasa). Miami. Disponible en: <http://lasa.international.pitt.edu/Lasa2000/Bensusan.PDF>.

Botto, Mercedes (2014), La transnacionalización del capital y las nuevas forma de activismo sindical en América latina. Buenos Aires, Pensamiento Propio.

Della Porta, Donatella y Sidney Tarrow (2004), “Transnational Processes and Social Activism: An Introduction”. En: Donatella Della Porta (ed.), Transnational Protest and Global Activism. People, Passion, Power. Cheltenham, Rowman & Littlefield.

Duhalde, Santiago (2012), “Las potencialidades políticas de lo gremial y sus lími-tes: Un caso de sindicalismo clasista”. Sociohistórica. Cuadernos del cish, 30, pp. 121-145.

Etchemendy, Sebastián y Ruth Collier (2008), “Golpeados pero de Pie: Resurgimiento Sindical y Neocorporativismo Segmentado en Argentina (2003-2007)”. POSTData. Revista de Ref lexión y Análisis Político, vol. 13, Buenos Aires, pp. 145-192.

Fairbrother, Peter (2008), “Social Movement Unionism or Trade Unions as Social Movements”. Employee Responsibilities and Rights Journal, vol. 20, pp. 213-220.

Fairbrother, Peter y Nikolaus Hammer (2005), “Global Unions: Past Efforts and Future Prospects”. Relations industrielles, 60 (3), pp. 405-431. Disponible en <https://doi.org/10.7202/012153ar>.

Frege, Carola y John Kelly (2004), “Union Strategies in Comparative Context”. En: Carola Frege, y John Kelly, Varieties of Unionism: Strategies for Union Revitalization in a Globalizing Economy. Oxford, Oxford University Press. Handbook.

Page 273: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

271 Acción sindical frente a la integración regional... | págs. 261-272

Godio, Julio (1997), “El Mercosur: evolución institucional y papel de las organiza-ciones sindicales”. oit, El Mercado Común del Sur: Mercosur. Estudio de caso sobre una experiencia de integración económica. Educación Obrera, Nº 109, pp. 28-42.

Khagram, Sanjee, James Riker y Kathryn Sikkink (eds.) (2002), Restructuring World Politics: Transnational Social Movements, Networks and Norms, Minneapolis, University of Minnesota Press.

Korpi, Walter (1985), “Power Resources Approach vs. Action and Conf lict: On Causal and Intentional Explanations in the Study of Power”. Sociological Theory, vol. 3, N° 2, American Sociological Association.

Mc Adam Dough, Sidney Tarrow y Charles Tilly (2001), Dynamics of Contention. Cambridge, Cambridge University Press.

Medwid, Bárbara (2007), “Estrategias sindicales frente al MERCOSUR ¿Por qué no todos participan?”. En: XXVI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. Guadalajara. Asociación Latinoamericana de Sociología.

Murillo, Victoria (1997), “La adaptación del sindicalismo argentino a las reformas de mercado en la primera presidencia de Menem”. Desarrollo Económico, N° 147, vol. 37, Buenos Aires.

Natalucci, Ana (2013), “Revitalización sindical y sindicalismo peronista: encruci-jadas entre el corporativismo y la política (Argentina, 2003-2012)”. Les Cahiers alhim, 26; 8. París, Université Paris 8, Groupe de Recherche Amérique Latine Histoire et Mémoire, pp. 1-10.

Palomino, Héctor y David Trajtember. (2006), “Nueva dinámica de las relaciones laborales y negociación colectiva en Argentina”. Revista de Trabajo, N° 3, Buenos Aires, mteyss,

Putnam, Robert (1988), Diplomacy and Domestic Politics: The Logic of Two-Level Games, USA, International Organization.

Riggirozzi, Pia y Diana Tussie (2012), The rise of Post-hegemonic regionalism: the case of Latin America.. Estados Unidos, United Nations University Series on Regionalism/ Springer.

Robinson, Ian (1998), “Introducción”. En: conacyt-Fideicomiso para Estudios de América del Norte/Colmex, Proyecto «Estrategias sindicales frente a la reestruc-turación neoliberal y el TLCAN». México.

Sader, Emir (2008), Posneoliberalismo en América Latina. Buenos Aires, clacso/cta Ediciones.

Senén González, Cecilia (2013), La revitalización sindical en Argentina: alcances y perspectivas. Buenos Aires, Ed. Prometeo.

Page 274: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

272 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Tarrow, Sidney (1997), El poder en Movimiento. Madrid, Alianza.

Tilly, Charles (1978), From Mobilization to Revolution. Mass., Addison-Wesley (Mass.)/ Reading.

Varela, Paula (2013), “El sindicalismo de base en la Argentina postdevaluación. Hipótesis sobre sus alcances y potencialidades.”. En: Juan Grigera (comp.), La Argentina después de la convertibilidad (2002-2011). Buenos Aires, Imago Mundi.

Vigevani Tullo y João Paulo Viega (1996), “Mercosul: interesses e movilizaçao sindical”. En: Hélio Zylberstajn, Iram Rodrigues, María Portella de Catro y Tullo Vigevani (eds.)., Processos de Integraçao Regional e a Sociedade. Sao Paulo, Paz e Terra,.

Sitios web consultados:Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur: <http://www.ccscs.org/>

Secretaría Administrativa del mercosur: <http://www.mercosur.int/>

unasur: <http://www.pptunasur.com/>

Page 275: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

Actividades académicas

Page 276: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST
Page 277: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

275 Actividades académicas | págs. 275-288

8ª ConferenCia latinoameriCana y Caribeña de CienCias soCiales

Las luchas por la Igualdad, la Justicia Social y la Democracia en un mundo turbulento

Primer foro mundial del Pensamiento CrítiCo

Buenos Aires, 19 al 23 de noviembre de 2018 

Se puede acceder a todas las informaciones del evento en: <http://www.clacso.org /conferencia2018/>.

Asimismo, se recomienda especialmente acceder a la sección “Cómo par-ticipar” de la página de la 8ª Conferencia: <http://www.clacso. org/conferen-cia2018/como_parti cipar.php?s=2>.

La lectura de esta sección ayudará a comprender mejor los espacios de participación de los Grupos de Trabajo y de los asistentes en general.

Programa de Grupos de TrabajoCoordinador: Pablo A. Vommaro

Equipo de gestión académica:  Teresa Arteaga,  Ángel Dávila,  Giovanny Daza, Rodolfo Gómez y Alessandro Lotti

CLACSO(+5411) 4304 9145 / 4304 9505 <www.clacso.org>Facebook: Clacso - Consejo Latinoamericano de Ciencias SocialesTwitter: @_CLACSO

Page 278: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

276 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

CUARTA CIRCULAR - NOVEDADES

Presentación

El Comité Académico de Desarrollo Regional (cadr), perteneciente a la Asocia-ción de Universidades del Grupo Montevideo (augm), tiene el agrado de invi-tarlos a participar en la XIIª Bienal del Coloquio de Transformaciones Territo-riales. La misma se desarrollará durante los días 8, 9 y 10 de agosto del año 2018, en la sede del Departamento de Geografía y Turismo de la Universidad Nacional del Sur (12 de octubre y San Juan, Bahía Blanca, Argentina).

Este evento es organizado cada dos años por el conjunto de universidades que participan del cadr. El mismo tiene por objetivo promover el encuentro perió-dico de profesionales, investigadores y estudiantes de posgrado de diversas disciplinas involucrados en el estudio de las transformaciones que enfrentan los territorios de la región.

En este marco, el objetivo específico del encuentro se refleja en el lema: “Inte-rrogantes y desafíos en las territorialidades emergentes”. Para ello, se espera que tanto las ponencias, como las mesas redondas previstas y las conferencias programadas contribuyan a conocer las diversas problemáticas que enfrenta la región, así como posibles propuestas de acción sobre el territorio, tanto desde la academia como desde la gestión pública y la sociedad civil.

Page 279: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

277 Actividades académicas | págs. 275-288

Ejes temáticos y mail de contacto del coordinador1. Ordenamiento territorial y políticas públicas [email protected]  

2. Procesos urbanos, sistemas y redes de ciudades [email protected]

3. Redes y sistemas en la organización e integración socioterritorial [email protected]

4. Territorialización de los modelos de producción y acumulación [email protected]

5. Transformaciones rurales, cuestión agraria y desarrollo territorial [email protected]

6. Cultura, patrimonio e identidad [email protected]

7. Fronteras, procesos de integración y fragmentación territorial [email protected]

8. Gestión ambiental y transformaciones territoriales [email protected] de Observatorios Socioterritoriales de América Latina [email protected]

Contacto: [email protected]

Página web: https://xiibienal.wixsite.com/territorio

Sedes del evento: Inauguración: Sede Rectorado – Av. Colón 80Mesas y Conferencias: Complejo Palihue UNS (Edificio Rosa)

Page 280: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

278 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

IX Congreso de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Trabajo (alast)

“El futuro del trabajo: desigualdades, precariedades y modelos de desarrollo”

10 al 12 de julio de 2019Universidad Nacional de Colombia, Bogotá D.C.

Copresidencia de alastFernando Urrea GiraldoJuan Carlos Celis Ospina

Comisión directiva de alast

ColombiaOlga Lucía Anzola MoralesNatalia BertiJorge CoronelOscar FresnedaDan HawkinsAlba Luz Giraldo TamayoGermán GonzálezJairo Guillermo IsazaMauricio LenisCarolina Mosquera VeraLaura Moisá ElicabidePompeyo Parada SanabriaJavier Armando Pineda DuqueLaura Porras SantanillaJeanny Posso QuicenoHernán Camilo PulidoNatalia RamírezErico RenteríaLuis Hernando Ríos AldanaMercedes Rodríguez LópezRoberto Mauricio Sánchez TorresCarmen TangarifeNelcy Yoly Valencia OliveroSamuel Vanegas MahechaLiliana Vargas MonroyLaura Zaraza Martínez

Jorge Walter Claudia JacintoArgentinaAna MirandaCecilia SenénDiego Szlechter

BrasilMaría Aparecida BridiRoberto Veras

ChileAntonio AravenaSandra LeivaAntonio Stecher

CubaJuan Carlos CamposJosé Luis Martín Romero

MéxicoJuan José MoralesMaría Eugenia Martínez de Ita

PerúAlejandra Irene Cueto PiazzaOmar Manky

UruguaySoledad NionFrancisco PucciMariela Quiñones

VenezuelaConsuelo IranzoJaqueline Richter

Page 281: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

279 Actividades académicas | págs. 275-288

En 2019, la Organización Internacional de Trabajo cumplirá cien años de existencia, y su lema será el del futuro del trabajo. Frente a ello, los investigadores laborales de América Latina pretendemos mostrar el proceso de cambios y recambios que ha veni-do atravesando el subcontinente en cuanto a la orientación de los gobiernos de varios países en el intento de construir modelos de desarrollo diferentes al neoliberalismo. La imposición de dicho modelo, iniciado en la segunda mitad de la década de los años setenta, se hizo a través de dictaduras mi-litares en algunos países, mientras que en otros fue agenciado por actores políticos y gremiales que ya se habían beneficiado con la sustitución de importaciones, a costa del debilitamiento del movimiento sindical y de otros movimientos sociales.Sin embargo, desde finales de la década de los años noventa se produjeron acciones colectivas heterogéneas en distintos países en las que se expresó el inconformismo pro-ducido por el deterioro de las condiciones sociales y laborales de sectores medios y la profundización de la exclusión de vastos grupos sociales, donde se evidenciaron las discriminaciones de género y las étnico-raciales. Estas expresiones, en países como Venezuela, Argentina, Uruguay, Brasil, Ecuador y Bolivia se tradujeron en acciones de gobierno que, en su momento, fueron denominadas “progresistas” y “neolibera-les”. En ambos casos y coincidiendo con un auge del precio de los commodities en el mercado internacional, nacieron algunos modelos denominados “desarrollismo social” o “social-desarrollismo” y, en otros, “nacional-populismo distribucionista”. Hoy, estos modelos han resultado derrotados en el plano político, tanto en Argentina como en Brasil, y se encuentra en crisis en Venezuela pues su proyecto de gobierno atraviesa se-rias dificultades de sostenimiento político y económico.Estos giros, ocurridos en los países mencio-nados, lograron reducir drásticamente las desigualdades; se posicionaron las políticas públicas con perspectivas inclusivas, como la de género y las diferenciales en torno a lo

étnico-racial; el sindicalismo alcanzó alguna revitalización en la mayoría de los casos, con repercusiones geopolíticas interesantes, como aquellas que lograron frenar el pro-yecto estadounidense de Asociación de Libre Comercio de las Américas (alca), mientras se construían espacios alternativos orientados a la integración latinoamericana. Sin embar-go, no se transformaron las estructuras de los sistemas productivos ni de poder político. Así pues, aunque el movimiento de los traba-jadores y trabajadoras y otros movimientos sociales empoderaron y profundizaron la democracia participativa, con algunas ex-cepciones notables, no lograron cumplir con las promesas de reindustrialización, pues sus acciones se soportaron en el extractivismo.A raíz del cambio de signo político en dichos gobiernos, surge entonces la pregunta por cuál es la configuración socioeconómica de neoliberalismo que se está fraguando, tal como lo dejan entrever tanto los conflictos como los pactos en el mundo del trabajo; además de que ello se da de cara al repo-sicionamiento geopolítico de los Estados Unidos en la región, mientras se evidencia el debilitamiento de los diferentes movi-mientos sociales y los sectores políticos que apoyaron los proyectos progresistas durante más de tres lustros.Además, los cambios en los gobiernos del norte indican también que el neoliberalismo está llegando a su límite, lo cual quedó claro con el voto de los estadounidenses por un candidato de derecha y abiertamente anti-globalización. Ese fue el voto de los trabaja-dores y las trabajadoras que perdieron con la globalización neoliberal, caracterizados por ser poco calificados, exmanufactureros y blancos. Ese voto fue una protesta por la pérdida de empleos, por la precarización laboral, por el aumento de la pobreza y, en general, por una distribución negativa del ingreso. Es cierto que las explicaciones a dicho fenómeno apuntan hacia el racismo, la misoginia, la homofobia; pero, en el fondo sobrevive el malestar por el modelo neolibe-ral. Es de advertir, además, que los sectores políticos cercanos al movimiento sindical y a otros movimientos sociales no han sabi-

Page 282: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

280 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

do capitalizar aquel malestar, sobre todo, aquellos que desde hace varios lustros han propuesto una alternativa razonada a ese paradigma socioeconómico.Las ciencias sociales en América Latina y, en particular, en los estudios del trabajo, no han sido ajenas a esta situación, pues se han percatado de las incertidumbres que hoy se presentan en la sociedad y de las encru-cijadas en que se encuentran los proyectos alternativos. Esto se expresa en un amplio y plural abanico de esperanzas y propues-tas de otros mundos posibles, elaborados y construidos en categorías, propuestas, teorías y replanteamientos del pensamiento estratégico, tanto en la academia como en los movimientos sociales y políticos.Al respecto, podemos decir que el tema de la desigualdad ha trascendido la prepon-derancia del enfoque exclusivo de ingresos e, igualmente, se han ampliado las exclu-siones inmateriales referidas al acceso a las oportunidades y al disfrute de derechos y libertades, en razón a condiciones de clase, género, étnico-raciales, generacionales y territoriales, las cuales se materializan en desigualdades por discriminación, exclusión, jerarquización y explotación. Sin embargo, aún no se han generado propuestas expli-cativas que se conecten con los modelos o configuraciones de desarrollo propias de la globalización. Es en este vector que los estu-dios laborales podrían hacer un aporte muy valioso, en tanto entendamos el mundo del trabajo como el entrecruce de las distintas desigualdades y como vínculo entre los pro-cesos micro y macro sociales, en especial con la precarización del empleo.Es por todo esto que el IX Congreso de alasT propone que en sus paneles, simposios y mesas se hagan aportes con estudios críticos de nuestra realidad y se formulen diagnós-ticos y propuestas para enfrentar el nuevo contexto. Detrás de ello, hay un llamado de atención sobre la tendencia al freno o, incluso, al retroceso en los avances contra la desigualdad, la discriminación y precari-zación laboral, en los que se han puesto en juego los debates propios de una comunidad

académica en la que confluyen distintas disciplinas, paradigmas y programas de in-vestigación.

1. Subjetividad, experiencias e identidades laborales en América Latina: Aportes de la Psicología Social del Trabajo y otras disciplinasCoordinadores: Hernán Camilo Pulido, Pontificia Universidad Javeriana; Álvaro Soto, Universidad Alberto Hurtado; Marcela Zangaro, Universidad de Quilmes; Leny Sato, Universidade de São Paulo; Vicente Sisto, Pontificia Universidad Católica de ValparaísoSe propone discutir las articulaciones entre trabajo y subjetividad en la modernidad con-temporánea en América Latina. Se esperan contribuciones que aporten a conceptualizar y comprender diversos procesos referidos a las dimensiones subjetivas o psicosociales de las transformaciones del trabajo ocurridas en los países de la región en las últimas déca-das: subjetividades, identidades, experien-cias, salud/enfermedad/malestar, relaciones de poder y prácticas de resistencia, culturas e imaginarios laborales, trayectorias labo-rales, género y trabajo, discursos neomana-geriales, etc. Se espera la presentación de estudios empíricos y reflexiones conceptua-les que desde la Psicología Social y otras dis-ciplinas contribuyan a: (i) pensar y analizar las dimensiones psicosociales y subjetivas de los procesos de reestructuración productiva, modernización empresarial y flexibilización laboral en América Latina; (ii) articular en el análisis de los procesos de producción de su-jetos laborales otros ejes de estructuración social (género, edad, etnia, clase) y otros ám-bitos de la vida social (familia, ocio, consu-mo, religiosidad, territorio, etc.); (iii) aportar a la construcción de perspectivas analíticas y estrategias metodológicas innovadoras; (iv) iluminar los desafíos que las nuevas articula-ciones entre trabajo y subjetividad suponen para la acción colectiva y luchas política; (v) visibilizar la heterogeneidad histórica de los mundos del trabajo y de los sujetos laborales en América Latina.

Page 283: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

281 Actividades académicas | págs. 275-288

2. Historia del trabajoCoordinadores: Patricio Herrera González, Universidad de Valparaíso; Mario Barbosa Cruz, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa; Sonia Pérez Toledo, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa; Karina Inés Ramacciotti, Universidad de Buenos Aires; Juan Carlos Jurado Jurado, Universidad EafitSi se cuestiona la fascinación de la sociedad contemporánea por el trabajo, se reconoce que no se trata de un factor antropológico, sino de una categoría fundamentalmente histórica inventada por la economía en los albores de la vida moderna. No obstante su prevalente sentido económico, el trabajo es un concepto complejo que desde su histori-cidad reúne un amplio conjunto de estratos de significado cuya actualidad es necesario indagar. Como lo ha mostrado Karl Marx, la paradoja de la sociedad capitalista es la confluencia entre “trabajo alienado”, que cosifica a los seres humanos, pero al mismo tiempo los socializa e integra. Este carácter contradictorio motiva a pensarlo crítica e históricamente. Las indagaciones atinentes al trabajo indican que este ha sido objeto de estudio desde el inicio de las ciencias socia-les. Sin embargo, el hecho de que solo desde nuestra actualidad, cuando el funcionamien-to de la sociedad está en serio riesgo con la precarización del trabajo, por un lado, y su enriquecimiento, por el otro, a más de la crisis del “pleno empleo”, se puede ver con mayor claridad el inmenso protagonismo que ocupa el trabajo en la sociedad lleva a problemati-zarlo como objeto de la disciplina histórica.

3. Las Organizaciones, el Trabajo y los Sujetos Laborales, en el Management contemporáneoCoordinadores: Olga Lucía Anzola Morales, Universidad Externado de Colombia; Diego Marín Idárraga, Universidad Tadeo Lozano; Diego Szlechter, Universidad Nacional de General Sarmiento; Francisca Cecilia Encinas, Universidad de SonoraEl reconocimiento del conflicto entre dos formas de racionalidad presentes en la teo-

ría (instrumental-valorativa) y el abordaje crítico-comprensivo de las organizaciones se constituye actualmente en una crítica re-flexiva a la sociedad contemporánea, carac-terizada por explotación, represión, relacio-nes asimétricas, comunicación distorsiona-da, falta de conciencia y mercantilización de la vida. Se asume que en la racionalidad ins-trumental prima un carácter performativo y funcionalista basado en valores económicos, orientados a maximizar las ganancias y el producto de la vida laboral de los sujetos. Por otra parte, en la racionalidad valorativa, se busca la consecución de bienestar en y por el trabajo, en aspectos como salud física y mental, satisfacción y desarrollo basado en valores emancipatorios.Por lo anterior, se requiere contextualizar y problematizar la mirada tradicional y orto-doxa de las empresas como organizaciones productivas orientadas a la maximización de rentabilidad y ganancia económica, a la vez que desnaturalizar los supuestos sobre los que se fundan el pensamiento adminis-trativo y la teoría organizacional, la gestión empresarial contemporánea, la gestión humana y la cultura organizacional y la con-formación de un tipo de trabajador inmerso en la reificación de las formas de empleo y condiciones actuales de trabajo.

4. Dinámicas de trabajo en los sectores populares: deuda, protección social y conflictos por los bienes comunesCoordinadores: Ricardo Antunes, Universidade Estadual de Campinas; César Giraldo Giraldo, Universidad Nacional de Colombia; Yenny Carolina Ramírez, Universidad del Rosario; Alexandre Roig, Universidad Nacional de San Martín; Verónica Gago, Universidad de Buenos AiresEn las sociedades latinoamericanas, solo una parte de los trabajadores inscribe su trabajo dentro de un contrato salarial; los otros se encuentran en el mundo de lo que tradicionalmente se ha denominado el sec-tor informal o lo que estudios más recientes denominan la economía de los sectores populares. Desde el mundo de las prácti-cas económicas, existen múltiples formas

Page 284: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

282 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

de producción de ingresos que incluyen el trabajo asalariado, pero también el trabajo en la calle, la labor del reciclaje y todos los oficios populares. El objetivo de la Mesa es promover la reflexión sobre diversos enfoques de comprensión del trabajo en los sectores populares desde sus significados y prácticas que permitan repensar la realidad del trabajo en diferentes países de la región y las consecuencias políticas y sociales de su precarización.La Mesa busca abrir el espacio para la discu-sión de los siguientes temas: a) dinámicas de protección social en el trabajo de los sectores populares; b) conflictos por el territorio y los bienes públicos en las prácticas de trabajo de los sectores populares; c) explotación, ex-cedente y deuda en el trabajo de los sectores populares.

5. Las empresas y los empresarios: enfoques, controversias, nuevas alternativas de análisis en América LatinaCoordinadores: Marcela A. Hernández Romo, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa; Mario Cerutti Pigmnat, Universidad Autónoma de Nuevo León; Juan Carlos López Díez, Univerdiad Eafit; José Ricardo Ramalho, Universidade Federal do Río de Janeiro; John T. Hyatt, University of Carolina, Charlotte A treinta años de instaurado el neoliberalis-mo y en plena crisis económica y en un esta-do de incertidumbre, se vuelve pertinente volver a preguntar sobre las relaciones entre las estrategias empresariales en el contexto globalizado, de los nuevos procesos globales y las grandes revoluciones tecnológicas y la relación con el Estado. En América Latina, hay recambio y alternancia política, hay una nueva participación y toma de poder por empresarios/gerentes, relación que se complejiza, en un nuevo contexto politizado, de participación individual o de grupo (aso-ciaciones).Se trata de discutir sobre las empresas y empresarios desde diferentes disciplinas y tradiciones. Los ejes de discusión, como punto de partida son: ¿desde cuál enfoque

es más pertinente hacer investigación? ¿Cuál concepto de actor sería el más apropiado para explicar la acción empresarial? ¿Cómo superar la división entre empresas y empre-sario para su estudio desde una posición de ver al empresario como sujeto activo? En lo político, lo que nos interesa en particular dis-cutir es el impacto que tiene en el sector em-presarial y el modo en que se potencializan y adquieren nuevas formas de representación la participación y acción política para pasar a formar parte del Estado.

6. Trabajo no clásico (trabajo emocional, estético, cognitivo, subjetivo, inmaterial)Coordinadores: Enrique de la Garza Toledo, Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa; Beatriz Soria, Universidad Nacional de Cuyo; Patricia Félix, Universidade de PernabucoEntendemos por trabajo no clásico el que ge-nera básicamente interacciones con el usua-rio, interacciones que implican construcción de significados y el trabajo del cliente para recibir su propio servicio. También puede ser no clásico cuando se generan símbolos obje-tivados sin intervención del cliente.Sin embargo, hay conceptos que compiten con el primero como el de trabajo emocio-nal, el estético, el cognitivo, el subjetivo o el inmaterial. Se trata de dilucidar las semejan-zas y diferencias y aglutinar a los interesados en esta temática, con la finalidad de afinar conceptos teóricos, compartir metodologías y hallazgos empíricos.Estos temas que implican, de una manera o de otra, la subjetividad del trabajador y del cliente o bien cuando se pone en el centro la construcción de símbolos y significados se han convertido en la temática más in-novadora de la sociología del trabajo. Este giro simbólico ha permitido un diálogo muy fluido con las teorías sociales que ponen su acento en los sujetos, desde que Horschild hizo su propuesta de trabajo emocional ha-cia los años ochenta del siglo xx.

Page 285: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

283 Actividades académicas | págs. 275-288

7. Trayectorias juveniles hacia el mundo del trabajo: nuevas configuraciones, calificación profesional, subjetividades y políticas públicasCoordinadores: Laís Abramo, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Santiago de Chile; María Carla Corrochano, Universidade Federal de São Carlos; Gustavo Garabito Ballesteros, Universidad de Guanajuato; Claudia Jacinto, Instituto de Desarrollo Económico y Social; Ana Miranda, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales ArgentinaLa mesa convoca a ponentes que analicen las configuraciones del trabajo juvenil, su vín-culo con las desigualdades de clase, capital social, educativo, género/sexo, color/raza, territorio; que estudien la relación entre educación y trabajo en diferentes espacios; que analicen las políticas públicas en torno a la inserción y formación profesional de los y las jóvenes, así como su contribución a la reproducción y las transformaciones de las desigualdades sociales y laborales en América Latina.Los trabajos podrán abordar la temática desde una perspectiva macro-social o local, y de sectores económicos específicos hasta las relaciones educación-trabajo a nivel de las instituciones educativas, en particular la educación técnica, la formación profesional y educación superior, y/o de las políticas públicas de apoyo a la inserción laboral, así como las representaciones y trayectorias laborales de los sujetos jóvenes.La mesa propone el diálogo de investiga-dores de diferentes perspectivas teóricas y metodológicas, así como con responsables de políticas públicas. En ese sentido, espera recibir contribuciones sobre los siguientes temas: Juventud, trabajo e desigualdades de género/sexo, color/raza; Juventud, educación y formación profesional; Heterogeneidades de la inserción laboral en diferentes sectores y ocupaciones; Políticas públicas de empleo, juventud y formación profesional; Nuevas dinámicas del mercado de trabajo e iden-tidades profesionales; Trabajo juvenil en las fronteras: formal, informal, legal, ilegal,

lícito, ilícito; Experiencias, acción social y sig-nificados del trabajo en los jóvenes.

8. Terciarización y subcontratación laboral en América LatinaCoordinadoras: Andrea Del Bono, Universidad Nacional Arturo Jauretche; Consuelo Iranzo, Universidad Central de Venezuela; Marcia Leite, Universidad Estadual de CampinasLos países de América Latina, durante la últi-ma década, han trazado diferentes trayecto-rias económicas, políticas y sociales. Una tra-yectoria común es la profundización de los procesos de tercerización y de subcontrata-ción laboral, que hoy representan tendencias centrales de las estrategias de organización empresarial. Este grupo de trabajo plantea la necesidad de analizar articuladamente dichos fenómenos, tanto en sus formas clá-sicas como en las renovadas, ya que avanzan sostenidamente y contribuyen a complejizar la relación laboral tradicional. En esta clave, la preocupación del grupo de trabajo estriba en las consecuencias de la tercerización en términos de deterioro de las condiciones de trabajo y de pérdida de derechos laborales. El interés está puesto, también, en analizar las estrategias particulares desplegadas por los trabajadores y las organizaciones sindica-les para dar respuestas a los efectos laborales más dañinos de los procesos de tercerización y de subcontratación laboral. En el marco de estos lineamientos, adquiere relevancia el análisis comparado de las dinámicas exis-tentes en los distintos países de la región y el intercambio entre investigadores y equipos de investigación abocados al estudio de las consecuencias de los procesos de terceriza-ción en los distintos países de América Latina.

9. Trabajo de cuidado, género y políticasCoordinadores: Karina Batthyány, Universidad de la República; Sandra Leiva Gómez, Universidad Arturo Prat; Andrea Comelin Fornés, Universidad Arturo Prat; Natacha Borgeaud Garciandía, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Argentina; Javier Armando Pineda Duque, Universidad de los Andes.

Page 286: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

284 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

El concepto de cuidado, de reciente reela-boración, está aún lejos de contar con un consenso teórico. Por su riqueza y densidad teórica, el cuidado es un concepto potente y estratégico, capaz de articular debates y agendas antes dispersas. Como trabajo, el cuidado ha interpelado el concepto mismo de trabajo a partir de la tradición del pensa-miento feminista centrado en la división se-xual del trabajo y los procesos de comerciali-zación e institucionalización del cuidado, sus aspectos materiales y económicos, como los culturales alrededor del trabajo emocional y corporal, la estética del trabajo y los afectos.Este grupo de trabajo tiene el doble objetivo de abordar teórica y analíticamente las teo-rías del cuidado, así como conocer los resul-tados de investigaciones empíricas en curso en América Latina y en otras partes del mun-do. En el primer caso, se incluyen tanto las aproximaciones teóricas desde la tradición feminista como desde múltiples disciplinas; en el segundo, los trabajos empíricos pueden provenir de una gran diversidad de tipos de trabajo, contextos de relación, grupos dife-renciados de cuidado (edad, habilidad, etc.) y de cuidadores y cuidadoras (remunerados o no, etc.) y arreglos institucionales (de larga duración, en tiempos de crisis, públicos o privados, etc.).

10. Desigualdad, pobreza, estructura de clases y reconocimientoCoordinadores: Roberto Mauricio Sánchez, Universidad de La Salle; Oscar Fresneda, Universidad Externado de Colombia; Luis Beccaria, Universidad Nacional de General Sarmiento; Roxana Maurizio, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas; Fabrício Maciel, Universidade Federal FluminenseEl objetivo de esta mesa de trabajo es abor-dar diferentes experiencias de pobreza y desigualdad económica y social vinculadas con las variantes características en el empleo y en la configuración de la estructura social y ocupacional, considerando factores como la conformación de actores sociales colec-tivos, las identidades y el reconocimiento. Se espera reunir estudios sobre diferentes

grupos y clases sociales, de diversos tipos de desigualdades, así como desde distintos enfoques y perspectivas metodológicas y conceptuales. Algunas de las temáticas que se espera abordar en la mesa de trabajo son: Vulnerabilidades sociales y articulación de políticas sociales y macroeconómicas; Discriminaciones laborales, brechas en re-muneración, informalidad, segmentación la-boral y pobreza; Trabajo, movimientos socia-les laborales, reconocimiento, identidades y precariedad; Reproducción social, transfor-maciones laborales y desigualdades de clase; Instituciones laborales y de seguridad social, cambios distributivos y reducción de la po-breza; Dinámica regional de la distribución personal del ingreso, la riqueza y cambios distributivos, en los niveles de pobreza y en los regímenes de protección social; Estudios de grupos poblacionales (género, etnia, gru-pos etarios, nacionalidades, etc.), pobreza, protección social, desigualdad del ingreso, estructuras ocupacionales e identidades.

11. Cartografías, imágenes y tipologías de la(s) precariedad(es) del trabajo en América LatinaCoordinadores: Octavio Maza, Universidad Autónoma de Aguascalientes; Dasten Julián, Universidad Católica de Temuco; Jacob Lima, Universidad Federal da Paraíba; Noelba Millán, Universidad del TolimaLa discusión con respecto a la precariedad del trabajo se ha instalado a nivel global. Mientras distintas tendencias sociales se vie-nen configurando globalmente, tales como la migración, la guerra, la tecnificación, la virtualización de las relaciones sociales y la informatización, la precariedad del trabajo parece anclarse como elemento estratégico de soporte a dichos procesos en el mapa glo-bal de reproducción del capitalismo. Así el trabajo precario ha dejado de ser analizado como una excepción en los “países desarro-llados” del capitalismo, para convertirse en una tendencia hegemónica del “nuevo mun-do del trabajo” en el siglo xxi.Este hecho hace necesario introducir nuevas metodologías y técnicas en el estudio del tra-bajo como una práctica y relación social loca-

Page 287: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

285 Actividades académicas | págs. 275-288

lizada-situada. Este desafío requiere articular conceptual y teóricamente las complejidades y diferencias de las configuraciones sociales latinoamericanas, con nuevas metodologías que puedan transmitir los resultados en el campo de los estudios del trabajo.Por ello, en esta mesa pretendemos generar un debate sobre los debates contemporá-neos en América Latina con respecto a la(s) precariedad(es) del trabajo, así como inves-tigaciones empíricas que logren integrar una propuesta reflexiva-crítica integrando soportes visuales, fotografías y videos.

12. Migraciones laborales y desigualdades transnacionales: ¿la globalización a debate?Coordinadores: Rocío Bedoya Bedoya, Universidad de Antioquia; María Lourdes Santos Pérez, Universidad de Salamanca; Nelcy Yoly Valencia Olivero, Asociación Pares Académicos en Red-Par; Oscar Calderón Morrillon, Benemérita Universidad de Puebla; Marcela Tapia Ladino, Universidad Arturo PratEl informe de Migraciones laborales de la oiT (2015) estima que, de los 232 millones de mi-grantes globales, 150,3 son trabajadores mi-grantes; de los cuales el trabajo doméstico atrae a más de 11 millones. De la migración global 48,2% son mujeres; 10,4% son meno-res de 14 años; y 21,2% son jóvenes de 15 a 29 años. La migración global se hace en todas las direcciones, pero en esta última década, se destaca la dirección Sur-Sur, qu eocmpleji-zan las condiciones y las relaciones laborales en los países de llegada.Estos datos evidencian que estamos ante un fenómeno no solo relevante desde el punto de vista cuantitativo; también se problematizan las políticas del mercado de trabajo y sobre el futuro del trabajo en general. Además de la discusión en torno al desarrollo, desigualdades, cuestiones de género, pobreza, acceso a salud, educa-ción. Dimensiones que también implican la construcción de vínculos en las sociedades de destino y origen, que sitúa el tema de la simultaneidad en las trayectorias de vida de los migrantes, lo cual conlleva a un replan-

teamiento de la gobernanza local frente a una gobernanza transfronteriza.Desde estas coordenadas, la Mesa busca articular un espacio para el intercambio de ideas, enfatizando en particular la compleji-dad del fenómeno migratorio, lo que sugiere su abordaje desde diferentes presupuestos teóricos, metodológicos y una discusión en torno a los límites de la globalización y las respuestas locales.

13. Políticas laborales en América Latina y el giro a la derecha: ¿continuidades o rupturas en el siglo xxi?Coordinadores: Cecilia Senén González, Universidad de Buenos Aires; Jose Dari Krein, Universidade Estadual de Campinas; Ana Paula Colombi, Universidade Estadual de Campinas; Laura Moisá, Universidad Nacional de ColombiaEl siglo xxi para América Latina es un pe-riodo de cambios y contradicciones desa-rrollado en dos etapas. Durante la primera década se configuraron procesos en pugna en materia de derechos laborales: un grupo de países avanzó en su defensa con la acti-vación de la regulación en apoyo al trabajo, y otro grupo de países dio continuidad a las políticas flexibles definidas por el proyecto neoliberal. La segunda década mudó el pa-norama drásticamente, con el retorno de al-gunos países a las reformas flexibilizadoras, incluso avanzando en la pérdida de derechos adquiridos históricamente.En este contexto, la mesa de trabajo se pro-pone generar un espacio para el análisis de la política laboral en América Latina durante las primeras dos décadas del siglo xxi, los avances o retrocesos de los derechos de los trabajadores y sus posibilidades de resisten-cia. En este sentido, se abre la convocatoria para recibir trabajos que analicen casos particulares o análisis comparativos sobre estos temas con el fin de generar un espacio de reflexión sobre los límites, las rupturas y las contradicciones que los diferentes países vivieron durante este periodo para construir alternativas futuras para el avance de los derechos laborales en la región.

Page 288: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

286 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

14. Trabajo y territorio: desigualdades y precariedadesCoordinadores: Edgar Valero Julio, Universidad Nacional de Colombia; Alice Amandine Beuf, Universidad Nacional de Colombia; Gustavo Montañez, Universidad Externado de Colombia; Pablo Ciccollela, Universidad de Buenos Aires; Thiago Barros, Universidade Estadual PaulistaEn las últimas décadas, el despliegue mun-dial del capitalismo ha quedado plasmado en dinámicas y configuraciones territoriales generadoras de formas de desplazamiento y movilidad del capital e intercambios metró-polis–periferias. Las viejas certezas dan paso a interrogantes sobre complejas y discretas cadenas que conectan lugares centrales estratégicos y nodos específicos; geogra-fías impactadas por lo global reflejado en inversiones, plantas y puestos de trabajo; y también en contratación of f shore y servicios que discurren por Tics.La sociología examina la evolución de procesos y estructuras como el distrito marshaliano, cadenas productivas, clusters, generando temáticas y campos de estudio desde los cuales pueden seguirse analizando el trabajo y el ámbito territorial: economías de localización, concentración y políticas del atractivo inversionista propicias a los enfo-ques estructurales, en relación con tópicos como maquilas, exenciones tributarias, zo-nas francas, reformas laborales. Asimismo, analiza cuestiones referentes a la inversión, trasferencia tecnológica, culturas de trabajo.A otro nivel, son de interés: nuevas estruc-turas, sujetos identidades y precariedades, pero también estrategias de resistencia ante discursos y prácticas empresariales de so-metimiento y control. Igualmente, impactos sobre grupos humanos y espacios: restructu-raciones territoriales y desterritorialización; empobrecimiento y expulsión; fragmenta-ción y segmentación socio-económica entre zonas; grados de afectación y destrucción ambiental.

15. Los retos de la acción colectiva y el sindicalismo en América LatinaCoordinadores: Marco Santana, Universidade Federal do Rio de Janeiro; Edgar Belmont, Universidad Autónoma de Querétaro; Marcos Supervielle, Universidad de la República; Jacqueline Richter, Universidad Central de Venezuela; Nicolás Diana Menéndez, Universidad de San MartínLa región presenta gran diversidad de ex-periencias sindicales. Con todo, en general, sigue siendo una reconocida expresión de organización de trabajadores.Los retos al sindicalismo tienden a ser aun más complejos con los cambios tecnológi-cos, productivos y el avance de la flexibi-lización de las relaciones de trabajo. A los problemas de cumplimiento de la legislación laboral, se suman las nuevas estrategias empresariales y, muchas veces, guberna-mentales, que, como la tercerización, retiran derechos de los trabajadores y dificultan su organización colectiva.A pesar de que la región ha vivido en el último período experiencias de gobiernos progresistas (que parecen agotados), sus relaciones con el sindicalismo fueron dispa-res, variando de posiciones amigables hasta las más hostiles. Con los actuales retrocesos políticos e institucionales, la organización de trabajadores está ante el desafío de enfren-tar un cuadro aun más adverso, sin haber superado sus limitaciones ante la flexibiliza-ción, ni sus insuficiencias históricas.Esta mesa intenta enfocar en las estrategias sindicales y otras formas de organización la-boral para afrontar dificultades históricas y actuales, haciendo énfasis en el desempleo, la tercerización y la informalidad, así como los retos de recomposición de las bases socio-profesionales, de renovación de las dirigencias, de formas diversas de reordena-miento organizativo, etcétera.

16. Cambio tecnológico, dinámicas sectoriales: impactos en el trabajo y en los trabajadoresCoordinadores: Mario Henrique Guedes Ladosky, Universidade Federal de Campina

Page 289: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

287 Actividades académicas | págs. 275-288

Grande; Aline Pires, Universidade Federal de São Carlos; Pablo Míguez, Universidad Nacional de General Sarmiento, Universidad Nacional de San Martín y Universidad de Buenos Aires; Juan Montes Cató, Centro de Estudios e Investigaciones Laborales; Mariela Quiñones, Universidad de la RepúblicaLas transformaciones del trabajo que se vienen procesando en todo el mundo des-de los años setenta presentan múltiples direcciones y asumen sentidos diversos, considerando el contexto social y el sector de actividad donde inciden. Así, el capitalismo contemporáneo genera una creciente infor-malidad basada en trabajo precario, ejercido por trabajadores en situación de extrema vulnerabilidad social, de la misma forma que surgen nuevos sectores de actividad y ocu-paciones, conectados a las innovaciones tec-nológicas más sofisticadas. La frontera entre las actividades de servicio e industriales está cada vez más diluida a medida que diversas actividades, sobre todo aquellas ligadas a la tecnología de la información son cada vez más importantes para dar soporte a las innovaciones organizacionales, como el just in time. De la misma manera el home of fice, el coworking y otras modalidades nuevas de trabajo ganan mayor proporción en la asignación de personas y ponen en jaque la relación asalariada del mercado formal de trabajo, la cual sigue siendo una referencia importante para la organización sindical. Tal escenario del trabajo, aquí muy resumi-damente presentado, se revela totalmente diferente cuando se analizan los países de América Latina, los del extremo oriente asiá-tico, la Europa central o los Estados Unidos y los países de África. Ante la enorme comple-jidad del cuadro que se presenta para quie-nes estudian las relaciones laborales en el capitalismo contemporáneo, esta mesa invi-ta a reflexionar sobre la base de estudios de casos acerca de las nuevas configuraciones del trabajo y sobre las acciones de los traba-jadores, en el marco de las nuevas dinámicas sectoriales y el cambio tecnológico.

17. Violencia y riesgos en el trabajoCoordinadores: Jorge Walter, Universidad de San Andrés; Francisco Pucci, Universidad de la República; Sergio Guadalupe Sánchez, Centro de Investigación y Estudios Sociales en Antropología SocialComo una continuación de los grupos convocados a partir del sexto congreso, realizado en México (http://www.izt.uam.mx/sotraem/VIALAST/17.pdf), y dado que la próxima reunión tendrá lugar en Colombia, donde el problema constituye un desafío de alcance societal, retomamos el debate del 8º Congreso sobre la centralidad del trabajo como ámbito de construcción de identida-des donde, sin embargo, la violencia interna (en las relaciones con colegas o la jerarquía, en las relaciones laborales) y/o externa (fa-miliar, in itínere, por parte de los prestatarios de servicios) puede siempre primar.La literatura internacional, y la latinoameri-cana con especial énfasis (pero sin enfocarse sobre las actividades de alto riesgo), pusie-ron de manifiesto que la tercerización ha servido a la reducción de costos mediante la precarización del empleo y la transfe-rencia de riesgos, con el consiguiente grave impacto sobre la salud de los trabajadores. Asimismo, las nuevas formas de reestructu-ración de los procesos laborales, que agre-gan a los contratos típicos obligaciones de resultado, han tenido como efecto perverso la intensificación de los riesgos.Les proponemos presentar ponencias que no necesariamente se refieran a las cuestiones evocadas pero que contribuyan a la variedad de enfoques y aproximaciones sobre un tema con amplias perspectivas de desarrollo en la región.

18. Trabajo y empleo rural en América LatinaCoordinadores: Jairo Guillermo Isaza Castro, Universidad de La Salle; Sara María Lara Flores, Universidad Nacional Autónoma de México; Germán Quaranta, Centro de Estudios e Investigaciones Laborales, coniceT, Universidad de Buenos Aires; Moisés Villamil Balestro, Universidade de Brasília; Fernando Urrea-Giraldo, Universidad del Valle

Page 290: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

288 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

Algunos análisis de encuestas de hogares en América Latina, así como estudios regiona-les o microsociales, están dando cuenta de las tendencias del empleo rural en la región, observándose la pérdida de la centralidad del sector agropecuario en las áreas rura-les, la diversificación de fuentes de empleo en los hogares rurales (pluriactividad), el incremento de los ingresos provenientes de la migración, del trabajo asalariado y de las transferencias estatales.Sin duda, la emergencia de actividades re-lacionadas al extractivismo, los complejos agroindustriales y las cadenas de commodi-ties crean enclaves productivos que compi-ten fuertemente con las economías campesi-nas no solo en términos de los recursos natu-rales sino de la fuerza de trabajo disponible, a la vez que provocan migraciones a distintas escalas para acceder a los mercados de tra-bajo. Con todo, las economías campesinas se reproducen articuladas a diferentes tipos de cultivos, jugando un papel importante el autoconsumo y el uso de fuerza de trabajo familiar.La diversidad de mercados de trabajo, las modalidades de empleo y de intermediación laboral, las formas de gestión y de movilidad del trabajo constituyen preguntas particu-larmente importantes para los estudiosos del trabajo en contextos rurales, donde predomina la precariedad laboral y de condi-ciones de vida.

19. ¿Profesionalizaciones problemáticas o desprofesionalizaciones?Coordinadores: Marta Panaia, Universidad de Buenos Aires; María da Gloria Bonelli, Universidade Federal de São Carlos; Alfredo Hualde, Colegio de la Frontera NorteLa brecha entre la teoría anglosajona y la teoría marxista, lejos de estar superada, sufre una fuerte tensión entre los interro-gantes que la Sociología del Trabajo no puede responder, particularmente en el área

de formación y empleo y los procesos de profesionalización problemáticos, y en la in-cidencia de la flexibilización de los mercados de trabajo, que genera procesos crecientes de desprofesionalización, que obligan a una vuelta a las preguntas teóricas que fundaron el campo de la Sociología de las Profesiones.La declinación o las transformaciones de al-gunas profesiones que son hoy enclaves para el desarrollo, como la ingeniería, de profe-siones que se han expandido hacia sectores más informales de todos los niveles, como la informática, o los casi inexistentes pero acuciantes estudios sobre el personal de se-guridad, ha generado un área de indagación que interpela los límites entre la Sociología del Trabajo y la de las Profesiones.Es así como se presenta la necesidad de repensar sus aportes teóricos para buscar resolver la tensión en la frontera de ambas disciplinas, sobre todo en el análisis de ca-tegorías socio-profesionales, procesos de inserción en el mercado de trabajo de profe-siones que han adquirido cierta notoriedad y masividad –como las vinculadas a la comu-nicación, a la informática, al cuerpo, al arte y a los servicios o que muestran desajustes en la formación y el trabajo, y se alejan de los procesos clásicos de profesionalización.Finalmente, muchos saberes profesionales actuales en el seno del aparato estatal se constituyen en áreas específicas (como es el caso de abogados, médicos, ingenieros, so-ciólogos, etc.), y también en casos en que el saber profesional se ejerce exclusivamente, o casi, en el mismo Estado (científicos, diplo-máticos, policías, militares, magistrados), en donde se están generando procesos de pro-fesionalización problemáticos, burocráticos o dominados por estructuras externas a la profesión misma.La idea de este Grupo de Trabajo es la de re-pensar estos procesos sobre la base del análi-sis de casos, con criterios de género, de forma-ción-empleo y de trayectoria profesional.

Page 291: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

289 Actividades académicas | págs. 271-280

Instrucciones para los colaboradoresLa Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo (relet) es una publicación de la Asociación

Latinoamericana de Estudios del Trabajo (alasT). Acepta colaboraciones multidisciplinarias que aborden cuestiones relacionadas con el campo de los estudios del trabajo, pertinentes a América Latina, independientemente de la nacionalidad del/de la colaborador/a. La Revista publica trabajos en portugués, español, inglés y francés.

Las propuestas deberán responder a los siguientes requisitos formales:1. Los trabajos deberán ser enviados a la dirección de correo electrónico [email protected] sin identi-ficación del autor en la portada o en el cuerpo del texto.

2. La Revista solo publica trabajos inéditos. No se consideran como tales: a) los trabajos que hayan sido propuestos simultáneamente a otras publicaciones; b) las ponencias de Congresos, Simposios, etc. que ya han sido publicadas en cd-rom o en cualquier otro soporte digital o analógico, salvo que se modifique esa versión original. Los editores y el Comité de Redacción se reservan el derecho de hacer las modificaciones que consideren necesarias para asegurar el anonimato del trabajo, que será sometido a la evaluación ad hoc. 3. Los trabajos que los editores y el Comité de Redacción estimen apropiados para publicación y que cumplan con los requisitos indicados en estas instrucciones serán sometidos a arbitraje por especia-listas en las áreas temáticas de los trabajos. Los artículos que no cumplan todos los requisitos o que no sean juzgados apropiados serán devueltos y, por lo tanto, no serán sometidos a arbitraje. 4. Los resultados de los arbitrajes ad hoc serán enviados a los autores, respetando el principio de no identificación del evaluador. 5. La extensión máxima de los textos no puede superar las 30 páginas (incluidos cuadros, gráficos, bibliografía, notas y anexos) a doble espacio en Times New Roman, Arial o Verdana, cuerpo 12. 6. Los/as autores/as deberán adjuntar en hoja aparte los siguientes datos: nombre completo, per-tenencia institucional, dirección, teléfono y dirección de correo electrónico. 7. Las notas al pie de página deberán reducirse al mínimo posible (65 palabras como máximo)y su contenido se limitará a ampliaciones o precisiones de asuntos elaborados en el texto. Dichas notas no deben usarse en reemplazo de citas bibliográficas. 8. Las citas bibliográficas deberán integrarse en el cuerpo del artículo a través de los siguientes formatos:

a. (Autor/es, año: página). Ejemplo: (Cordillera, 2002: 13). b. En caso de haber varias referencias a los/as mismos/as autores/as, en el mismo año, la distinción se hará de la siguiente forma: (Autor/es, año a: páginas; Autor/es, año b: páginas). Ejemplo: (Cordillera y Valdivia, 2002a: 21; Cordillera y Valdivia, 2002b: 12). c. Para referencias a los/as mismos/as autores/as en años diferentes: (Autor/es, año: páginas; Autor/es año: páginas). Ejemplo: (Cordillera y Valdivia, 2007: 21; Cordillera y Valdivia, 2010: 12).d. En caso de autores diferentes sobre un mismo asunto: (Autor/es, año: página; Autor/es, año: página…). Ejemplo: (Melgoza, 2001; Martínez, 2010; García, 2001).e. En caso de trabajos de varios autores, sus nombres figurarán en la Bibliografía en forma completa, pero en la referencia intratextual se incluirá hasta cuatro autores. Si son más, se agregará et al. luego del cuarto apellido. Ejemplo: (Flood, Caracciolo, Baudrón, Dourrón et al., 1972),

Instrucciones para los colaboradores

Page 292: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

290 Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo

9. La bibliografía correspondiente a las citas bibliográficas deberá incluirse al final del texto, siem-pre respetando el siguiente formato:Libros: Apellido, Nombre (año de publicación), Título. Lugar de edición, editorial, página/s (p. o pp.) Ejemplos: Lucena, Héctor (2004), Lo laboral en tiempos de transición. Valencia, Universidad de Carabobo.Berg, Janine, Chistroph Ernst y Peter Auer (2006), Enfrentando el desafío del empleo. Argentina, Brasil y México en una economía globalizada. Ginebra/Madrid, oiT/Plaza y Valdés Editores.Capítulos en obras colectivas: Autor/es (año de publicación), “Titulo”. En: Compilador/es o editor/es, Título de la obra colectiva. Lugar de edición, editorial, páginas del capítulo.Ejemplo:Salerno, Mario S. (1994), “Producción, trabajo y participación: Círculos de control de calidad y kan-ban, una nueva inmigración japonesa”. En: Óscar Martínez (comp.), Pensando la Reconversión: Una Visión Crítica de la Flexibilidad y la Calidad Total. Buenos Aires, cipes, pp. 212-236. Artículos en Revistas: Autor/es (año de edición), “Título”. Nombre de la Revista, volumen (vol.) o tomo, número (Nº). Lugar de edición, editorial, páginas del artículo. Ejemplo:Cingolani, Patrick (2009), “Marginalidad(es). Esbozo de diálogo Europa-América Latina acerca de una categoría sociológica”. Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo (releT), año 14, Nº 22. Caracas, alasT, pp. 157-166.Fuentes electrónicas: Apellido, nombre del autor (año), “Título”. En: <pág. web-dirección URL>. Día, mes y año de la consulta.Ejemplo:Lasemann, Frédéric (2006), “Reflexiones sobre la comparación y la metodología comparativa”. En: <http://reco.concordia.ca/pdf/WPLesemann06Esp.pdf>. Consultada: 20/11/2004. 10. Todos los elementos paratextuales (Tablas/Cuadros, Gráficos, Fotos/Ilustraciones) deberán remi-tirse en archivo aparte, en el  formato original en que fueron editados, numerados, con su respectivo título y fuente y con indicación clara de su ubicación en el texto. Los formatos sugeridos son:

Tablas/Cuadros: a) formato Word, fuente tipográfica Times New Roman, Verdana o Arial 12 puntos a doble espacio; b) Excel.

Gráficos:  formato Excel, tipografía Arial o Verdana.  No se admitirán gráficos en forma-to jpeg o similar.

Ilustraciones: Deben ser de un tamaño mínimo de 10 cc de ancho a una definición de 300 dpi y se presentarán en formato tiff (aunque se aceptan, además, los formatos jpeg y eps). No se acepta-rán ilustraciones cuya clara visualización resulte imposible.

No se aceptará más de 5 elementos paratextuales (cuadros/gráficos/ilustraciones) ya que esto significa-ría costos adicionales. 11. Los textos deberán acompañarse con un resumen de hasta 10 líneas en dos versiones, una en el idioma en que fue escrito (castellano, portugués o francés) y otra en inglés. Se incluirán hasta 5 (cinco) palabras clave. 12. La Revista acepta reseñas sobre libros con un máximo de cinco páginas a doble espacio y en cuerpo 12. Acepta también notas críticas sobre eventos de relevancia para la comunidad científica latinoamericana, como Congresos o Seminarios sobre temas del área. 13. En todos los casos –artículos, notas, reseñas, etc.–, las autoridades de la Revista se reservan el derecho de encargar la revisión editorial de estilo y de adecuación de los trabajos presentados a las normas de publicación establecidas.

Page 293: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

Asociación Latinoamericana de Estudios del Trabajo (alast)

La Asociación Latinoamericana de Estudios del Trabajo (www.alast.info) es una asociación sin fines de lucro que tiene como objetivo promover la colaboración entre científicos latinoamericanos dedicados a los estudios del trabajo. Fundada en 1993, publica la Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo (relet), de edición semestral, y realiza un congreso cada tres años. Hasta el momento se realizaron 7 congresos: 2 en México, 2 en Brasil y los restantes en Cuba, Argentina y Uruguay. Así como los congresos, la sede de la Asociación y la editora de la Revista relet son itinerantes, alternando entre países y por períodos según la decisión de la Asamblea de los Asociados que se reúne al final de cada Congreso. El último Congreso se realizó en Buenos Aires en setiembre de 2016 y la Argentina será sede de la Revista entre 2016 y 2019.

Comisión Directiva

Presidente Jorge Walter (conicet-udesa/uba)

Claudia Jacinto (conicet-cis-ides)Ana Miranda (conicet-flacso)Diego Szlechter (ungs/idei-conicet)Andrea Del Bono (conicet/unaj/unlp)Gabriela Pontoni (conicet gret-unmdp/unlam)Florencia Luci (conicet-uba/iigg)Marcela Zangaro (unq)Cecilia Senén González (conicet-uba/iigg)Verónica Milenaar (conicet-ides)Martín Moreno (cenep-uba/fsoc)Cynthia Pok (uba, flacso, ate-indec, cta)María Noel Bulloni (conicet en icsya-unaj)

Delegados Nacionales de alast

Chile: Magdalena Echeverría Asesora del Departamento de Estudios del Ministerio de Trabajo y PrevisiónAntonio Stecher Universidad Diego Portales

Uruguay: Francisco Pucci Universidad de la RepúblicaMariela Quiñones Universidad de la República

Colombia: Juan Carlos Celis Ospina Universidad Nacional de ColombiaFernando Urrea cids, Universidad del Valle

Venezuela: Diony Alvarado Universidad de CaraboboJacqueline Richter Universidad Central de Venezuela

México: Alex Covarrubias Colegio de Sonora Marcela Hernández uam-Iztapalapa

Cuba: Juan Carlos Campos cips, Universidad de La HabanaJosé Luis Martín cedem, Universidad de La Habana

Brasil: Roberto Veras de Oliveira Universidade Federal de ParaibaMaria Aparecida da Cruz Bridi Universidade Federal de Paraná

Page 294: Trabajo, arte y cultura Dossier - ALAST

Trabalho, arte e cultura Dossier

Número 37

2018

ISSN 1405-1311

Ano 23