Trabajo Caníbales

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relación entre el canibalismo bélico practicado por los tupíes y el practicado por los asesinos en serie

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El canibalismo: cuerpos consumidos ayer y hoy: Estudio comparado de la antropofagia en Hans Staden y el culto a los asesinos en serie.

Cristian Barrueto FloresUniversidad de Concepcin

IntroduccinEl canibalismo siempre ha sido en nuestra cultura un objeto de estudio extrao, siniestro, un autntico tab. Aun cuando actualmente sabemos por qu algunas culturas practican la antropofagia, no deja de provocar repulsin y un profundo cuestionamiento del por qu los seres humanos sostienen determinadas prcticas.La propuesta de este anlisis es revisar dos momentos especficos del canibalismo: el rito antropofgico de los indgenas tupinambs y la actual prctica canbal de los asesinos en serie, adems de analizar cmo Occidente ha ido configurando esta prctica, bien como costumbre salvaje y reprobable, bien como una costumbre igualmente condenable, pero entendible (en el contexto guerrero de los indgenas) y tambin como un enigma. Actualmente, el canibalismo ha dejado de tener ese tinte antropolgico de expedicin a culturas arcaicas para dar paso a una realidad cercana, pero que no se quiere ver. Nos referimos al canibalismo de los asesinos en serie. Ya sea porque es reciente o porque lo sentimos como igualmente abominable y como una alteridad tan absoluta como la muerte (de la cual est muy cerca), este tipo de canibalismo se ha intentado explicar, triangulndolo mediante diversas disciplinas (medicina forense, psicologa, psiquiatra, literatura y muchas otras), siendo sus resultados muy poco concluyentes. Esta incomprensibilidad del fenmeno, su carcter hermtico hace que sea un tema muy interesante de tratar en el arte y en los medios de comunicacin; en estos ltimos el tema ha sido referido en sus aristas ms superficiales y grficas, lo que ha devenido en un extrasimo culto que gira en torno a los asesinos en serie que han practicado el canibalismo, como Ed Gein o Jeffrey Dahmer. Es fascinante constatar como un tema tan enigmtico y cruel provoca tanto inters.Para analizar el fenmeno en sus distintas pocas, se recurrir a autores clsicos en el tema, como Hans Staden (citar ao) (el canibalismo en la Amrica de la Conquista y la Colonia), Freud (Freud, 1991) (el canibalismo y su carcter de tab). Todo este recorrido ir de la mano con las concepciones del cuerpo que el ser humano ha ido elaborando a travs de los tiempos, tema desarrollado por David Le Breton (Le Breton, David, 2002); como el canibalismo tiene por principal escenario el cuerpo, quizs es all donde el enigma haya dejado alguna pista.

1. El tab del canibalismoEl horror al canibalismo en nuestra cultura es algo naturalizado. Cuando los primeros conquistadores y colonos constataron que algunas tribus americanas lo practicaban, el horror y el sacrilegio fue lo primero que experimentaron. El canibalismo como tab puede estudiarse a travs de Freud y el cristianismo. Freud trata el tema del canibalismo, aunque lo hace someramente y sin profundizar en l; sin embargo, es de inters citarlo para establecer las diversas explicaciones (de varias disciplinas) que han tratado de develar este concepto tan perturbador.Freud se refiere varias veces al concepto:

El significado del tab se nos explicita siguiendo dos direcciones contrapuestas. Por una parte, nos dice sagrado, santificado, y, por otra, ominoso, peligroso, prohibido, impuro...Wundt (1906, pg. 308) llama al tab el cdigo legal no escrito ms antiguo de la humanidad. Universalmente se supone que el tab es ms antiguo que los dioses y se remonta a las pocas anteriores a cualquier religin (Freud, 1991, p. 27).

En las palabras de Freud vemos cmo el concepto de tab (siempre aplicado a pueblos ancestrales y poco desarrollados tecnolgicamente, como los batta, de Sumatra, los basoga, instalados cerca de las fuentes del Nilo, etc.) guarda un sentido enigmtico y terrible, por lo que debe ser evitado. Lo que s es constatable es la finalidad del tab, que es proteger a los seres humanos contra diversos peligros.En los tabes referidos a los muertos, Freud consigna comportamientos observados en diversos pueblos, como, por ejemplo, no tocar cadveres y tomar precauciones para que el espritu del difunto no perturbe la paz de los vivos. Sin embargo, Freud tambin habla del canibalismo:

El canibalismo de los primitivos deriva de parecida manera su motivacin ms alta. Si mediante el acto de la devoracin uno recibe en s partes del cuerpo de una persona, al mismo tiempo se apropia de las cualidades que a ella pertenecieron.(Freud, 1991, p. 85)

La cita de Freud se enmarca en sus elucubraciones sobre la magia de los pueblos primitivos, donde nos refiere que los antiguos crean que el universo se hallaba poblado de espritus y demonios, los cuales deban ser dominados para as tener control sobre la realidad. Tambin crean que las personas posean almas; as, mediante la magia se poda dominar a otros seres humanos.Una de las formas de lograr control sobre otros era tomar algo que perteneciera a la persona (trozos de ua, vestimenta, cabello) y obrar sobre ellos alguna accin; si lo que se quera era provocar dao, la accin deba ser hostil (quemar el cabello, por ejemplo). El canibalismo descansa sobre este principio: se devora a una persona para que sta est bajo nuestro control, para que nos pertenezca.Vemos cmo el canibalismo era tab en algunos pueblos, pero que en otras era una costumbre justificada.Dentro de los canibalismos justificados en algunas culturas, tenemos, entre otros, el canibalismo ritual, prctica cuyas razones pueden entenderse en la siguiente cita:

Formaba parte de las ofrendas a los dioses, del culto a los muertos y de ceremoniales destinados a adquirir las propiedades vitales de la vctima o dones sobrenaturales. Segn E. Volhard: Es a la vez ms fcil de entender para la mentalidad europea, puesto que estas razones atribuyen al canibalismo un proceder dirigido y ajustado a un fin (). En estos casos se conoce como canibalismo ritual, que puede dividirse en exocanibalismo (devorar la carne de enemigos o de personas ajenas a la comunidad) y endocanibalismo (devorar la carne de familiares o personas pertenecientes al grupo) (Moros Pea, 2011, p. 37).

El exocanibalismo era practicado por varias culturas en contextos blicos. Se devoraba al enemigo para apoderarse de sus virtudes en la guerra, como el coraje, por ejemplo.El endocanibalismo se manifiesta sobre todo en la costumbre de algunas tribus de comer los restos de sus difuntos. El cuerpo de los vivos serva como sepulcro y el canibalismo es entendido en este contexto como amor hacia los que ya no estn. Tambin serva para que el espritu del muerto quedara entre sus familiares. Esto era la que hacan los wari del Amazonas. Nuestro estudio del canibalismo primitivo tomar como objeto de estudio principalmente al texto de Hans Staden Viaje y cautiverio entre los canbales, el cual constituye un relato de tipo biogrfico a la vez que etnogrfico que relata como ste, en uno de sus viajes a Amrica, (1550) debe desembarcar en la que hoy es la Baha de Paranagua, cerca de Curitiba (Brasil actual) donde es capturado por los tupinambs, una tribu de canbales.Cuando Staden es capturado y luego encarcelado para su posterior devoracin, ste nos relata con horror todo el proceso que lo preparar para ser el plato principal de un festn que tiene por contexto la guerra: Staden estaba al servicio de un fuerte portugus como caonero. Los portugueses eran enemigos de los tupinambs, por lo que la captura de Staden es celebrada como un gran triunfo y oportunidad de venganza.El canibalismo no era un tab para los tupinambs, sino todo lo contario: era una forma de absorber las cualidades blicas del enemigo, como el coraje o la fuerza. Para ello, devoraban solamente a aquellos enemigos que les parecan los ms valientes. Escribe Staden en el captulo XXV: Por qu un enemigo devora a otro

No lo hacen por hambre, sino por grande odio y envidia, y cuando ellos combaten, gritan uno a otro con grande odio: Dete Immeraya Shermiuramme heiwoe, a ti sucedan todas las desgracias, comida ma. Der kange Juca cypota kurine, yo quiero, an hoy, cortar tu cabeza. Sche Junan me pepicke keseagu, para vengar la muerte de mis amigos, estoy aqu. Rande soo schemocken Sera Quora Osorine Rire, etc., tu carne ser hoy, antes que el sol entre, mi asado. Todo esto lo hacen por pura enemistad (Staden, Hans, s.f.-a, p.226).

Staden se horroriza ante su destino, pero por sobre todo al espectculo que le ofrecen los tupinambs. Cuando lo capturan, le muestran cmo se muerden los brazos, en seal de que le van a comer. Al momento en que llegan a su aldea, las mujeres lo abofetean, le arrancan parte de la barba a tirones, mientras le dicen: Vengo en ti el golpe que mat a mi amigo, el cual fue muerto por aquellos entre los cuales t estuviste (Staden, Hans, s.f.-a, p. 81). Luego, le cortan las pestaas y la barba, lo visten con adornos de plumas y una sonaja y lo obligan a bailar al frente de la cabaa del Rey. Das despus, lo llevan a otra aldea para que lo vea su rey supremo, Konyan Beb. Delante de las casas de la aldea, dice Staden, hay cerca de quince cabezas clavadas en largos palos.Dado que el texto de Staden tiene un gran componente etnogrfico, contiene, al final del relato de su estada con los tupinambs, otro libro donde describe las costumbres de esta tribu. Especial atencin merecen aquellos captulos dedicados al canibalismo ritual, los cuales estn ilustrados con grabados.La ceremonia canbal consiste en una fiesta, en donde se bebe mucho licor, el cual es preparado por las mujeres. Al condenado, luego de prepararlo con vestimenta y pintura corporal, se le obliga a representar el papel de vctima iracunda, la que ser vengada por quienes lo aprecian. Esto se advierte en ciertas partes del ritual; en una de ellas, el prisionero es amarrado con una cuerda, en el cuello y alrededor del cuerpo, siendo tirado para un lado y otro por los presentes, lo dejan estar as por algn tiempo, le dan piedritas para que l las arroje sobre sobre las mujeres que corren alrededor de l y amenazan devorarlo(Staden, Hans, s.f.). Ms adelante, Aquel que debe matar al prisionero toma otra vez la clava y dice: S, aqu estoy, quiero matarte, porque los tuyos tambin mataron a muchos de mis amigos y los devoraron. Responde el otro: Cuando est muerto, tengo an muchos amigos que de seguro me han de vengar(Staden, Hans, 1945). En la cita se percibe claramente el carcter teatral de la ceremonia, ya que incita y obliga al condenado a mostrarse hostil e iracundo, an cuando no se sienta as. Esto ocurre ya que el enemigo a devorar debe ser ante todo fiero y valiente, ya que stas son las cualidades que quieren absorber los tupinambs mediante la antropofagiaUnos momentos despus, al condenado le es asestado un golpe con un palo (ibera pema) y, una vez muerto, los indgenas proceden a limpiar y descuartizar el cadver para su posterior consumo.Todo esto fue presenciado en primera persona por Hans Staden, Esto yo lo vi y lo presenci., nos dice en la pgina 243 de su libro. Resulta muy impactante ver en uno de los grabados del libro a Staden observando como los indios cocinan una cabeza humana en un gran caldero. Staden se nos representa mirando la cabeza, con las manos juntas como si estuviera orando. Claramente, en el contexto de la venganza de los tupinambs, el canibalismo es la conclusin de una ceremonia muy importante; tambin es una fiesta muy alegre que congrega a hombres, mujeres y nios, fiesta donde se bebe mucho alcohol. No as para Staden, para quien esta experiencia le parece horrible, horror que transcribe de primera fuente y que sirve para informar a Europa de las salvajes y espantosas costumbres de los habitantes del Nuevo Mundo.Saber por qu el canibalismo era tab para unos y no para otros es algo que puede inferirse a travs de las concepciones de cuerpo que tienen las distintas sociedades; despus de todo, es el cuerpo el escenario del canibalismo y es la profanacin de ste lo que ha perturbado al occidental desde siempre.El cuerpo, pese a lo que se cree, no es una realidad en s misma para el hombre, sino que es una representacin mental que proviene de los condicionamientos culturales a los que es sometido un grupo humano. Al ser cultural, la concepcin de cuerpo vara de un grupo a otro y vara tambin a travs del tiempo.Para los tupinambs y para muchas de las llamadas sociedades tradicionales (grupos de individuos sin un gran desarrollo tecnolgico) la concepcin del cuerpo es comunitaria y no individual. Los lmites entre una persona y otra no estn claramente delimitados y tampoco es claro el lmite de los seres humanos respecto de la naturaleza.Para desarrollar los rasgos identitarios comunes de los tupinambs con las sociedades tradicionales, es necesario hacer un paralelo con otra cultura. David le Breton (2002) utiliza a los canacos (pueblo autctono de Nueva Caledonia, ubicado en la zona conocida como Melanesia) como metonimia de este tipo de sociedades.El texto de Breton establece varios rasgos comunes entre los canacos y otras sociedades similares. Algunos de ellos son el que se trata de sociedades en que el individuo conforma un todo con su comunidad y no existe como parte indiferenciada de sta. Y cuando hablamos de comunidad, comenzamos por el grupo humano hasta abarcar los animales, el reino vegetal y finalmente, el cosmos. El sujeto se funde con su comunidad. La muerte es vista como una transformacin del hombre en parte de la naturaleza, ya sea en un rbol o en un animal.Otro rasgo caracterstico de estas sociedades es el animismo, en donde el hombre se haya conectado a los dems y a las fuerzas de la naturaleza a travs de la cercana en que conviven los espritus de los hombres y las cosas.Los tupinambs se inscriben en este tipo de sociedades: las aldeas tups se caracterizan porque las chozas estn muy cercas unas de otras, no tienen conciencia de la desnudez (es decir, no se ven a s mismos como cuerpos individuales); legalmente, Staden nos dice:

No tienen rgimen especial, ni justicia. Cada cabaa tiene un jefe, que es su rey. Todos los reyes son de una misma raza, con mando y rgimen, y pueden hacer todo lo que quieran. Puede haberse distinguido uno de ellos en la guerra ms que otro, ste entonces es siempre ms odo cuando se trata de nuevas generaciones, como el ya referido Koniam-Bbe. Por lo dems, no vi derecho alguno especial entre ellos, porque los mozos son obedientes a los viejos viendo sus costumbres (Staden, Hans, s.f.).

La falta de leyes o el que stas slo estn circunscritas a la venganza en tiempos de guerra, permite inferir que no era importante para ellos la propiedad privada, dada la inexistencia de reglamentacin respecto de delitos como el robo, por ejemplo. Tal vez no haba necesidad, ya que la propiedad era comunitaria; la comida se reparta entre todos. La nica excepcin era lo relativo a la tenencia de tierras para el cultivo y cosecha. Cada hombre y mujer tena su propia plantacin, pero la cosecha se comparta.En cuanto a los nombres, estos son tomados de animales feroces. El nombre lo conservan hasta que matan algn enemigo; cuando lo hacen, toman el nombre de l y les van agregando el de otros enemigos muertos por sus manos. La individuacin dada por el nombre no es radical y est en cambio constante. Las mujeres reciben los nombres de los enemigos que maten sus padres y sus maridos.Respecto del matrimonio, desde una mirada occidental es una institucin con mandatos muy laxos, ya que los hombres regalaban a sus mujeres cuando se aburran de ellas, pudiendo tambin regalar a hijas y hermanas.Adems de que no tenan la necesidad de separarse identitariamente uno del otro, observamos su conexin con la naturaleza (tomar por nombre el de un animal), el servir su propio cuerpo como sepulcro, a travs del canibalismo y el carcter animista de ste, ya que serva tambin para obtener las cualidades de aqul a quien haba pertenecido el cuerpo.La forma de vida y el cmo la conceban no daba lugar a que el canibalismo fuera considerado tab. Obviamente s lo era para Staden y el europeo, debido a que su concepcin del cuerpo era diferente.

2. La concepcin del cuerpo del europeo del siglo XVI

Hasta el siglo XV, era posible observar una concepcin comunitaria del cuerpo en Europa, la que se manifestaba sobre todo, segn Bajtn, en la fiesta popular medieval conocida como Carnaval (Fernndez Gonzalo, Jorge, 2015). All, el pueblo en todas sus capas sociales participaba, establecindose una alegre igualdad entre todos. Era una fiesta de jbilos y excesos de todo tipo, que serva como purificacin, como liberacin de las tensiones anuales, de las enemistades, recelos y desigualdades. Toda la seriedad, la gravedad, lo opresivo, desapareca en los das de fiesta. La comunin serva para ello y para manifestar la alegra de vivir y de pertenecer a una colectividad humana, de ser distintos y a la vez iguales. Dicha alegra y comunin pueden apreciarse, por ejemplo, en la obra de Rabelais, Cervantes y Bocaccio.En el siglo XVI, comienza a manifestarse una retirada de la concepcin del cuerpo comunitario en las capas ms altas. Por el contrario, en los sectores populares (an en nuestros tiempos), la percepcin de un cuerpo comunitario permanece. Bretn lo ilustra como sigue:

Lvy-Bruhl hablaba de una mentalidad primitiva de las sociedades tradicionales. sta estaba regida por las leyes de la participacin, vinculada en una relacin de simpata con todas las formas animadas o inertes que se juntan en el medio en que vive el hombre. E. Cassirer tambin hizo referencia a este sentimiento de continuidad de todo lo viviente, que imposibilita la separacin de una forma de vida del resto del mundo (Le Breton, David, 2002, p.33).

En ciertos contextos, sin embargo, y sobre todo en nuestros tiempos, lo popular ya no se asocia tanto al jbilo y la comunin. Tupinambs, clases bajas, habitantes de los guetos modernos y otras residencias de lo tradicional viven (o se ven obligadas) a compartir, a sentirse como un colectivo, sentimiento que llamamos solidaridad en su acepcin ms aceptable, pero que encarnamos en un grupo llamado plebe, chusma, populacho; el conjunto de cuerpos vulgares que tanto asustan a las dems clases sociales, tanto as que son relegadas a barrios alejados y controladas por dispositivos de seguridad que encuentran casi su nica justificacin en el orden y apaciguamiento de estas personas. La conciencia del hombre como individuo, como cuerpo, rostro y mente independiente y con un destino nico comienza a insinuarse en el Renacimiento. La burguesa es la clase social que comienza a construir este paradigma corporal y mental. Se trata de un grupo donde individuos y sus familias comienzan a controlar la banca y el comercio con un fin individualista, personal, en oposicin al bienestar grupal. Es lo contrario de aquella solidaridad que ya mencionamos. El burgus es, como dice Bretn (Ibd, p. 39) el prototipo del individuo moderno.La promocin del individualismo en la burguesa del Renacimiento fue debilitando y acabando con la economa medieval, parte de cuya esencia era evitar la acumulacin de riqueza y asegurar cierta estabilidad econmica, prohibiendo la usura, por ejemplo. La economa medieval no era propicia para prcticas capitalistas como el crdito y el pago de intereses; dichos prcticas estaban prohibidas jurdicamente por la Iglesia.El debilitamiento progresivo de la Iglesia Catlica que culmina con la Reforma es aprovechado por los gobernantes de ciertos pases para independizarse del poder poltico del Papa. Sin el control de la Iglesia, las fortunas familiares adquieren legitimidad. A esto agreguemos la tica protestante, que rechaza la intermediacin catlica entre el hombre y Dios y que valora muchsimo la voluntad personal.Una nueva concepcin del cuerpo que explique el naciente individualismo del europeo renacentista, opuesto al sujeto de la Edad Media, es notoriamente constatable en la pintura. Es en el siglo XV cuando se aprecia el cambio, con la figura del artista que firma su obra y con el surgimiento del retrato en la pintura. Tanto el artista como autor de un retrato como el retrato en s no existan en la Edad media, debido al cristianismo imperante en Europa. Firmar la obra era considerado vano y sin importancia; lo importante era que la obra de arte estuviera al servicio de la religin, es decir slo se poda retratar a personajes bblicos y de la iconografa catlica. El retrato en s, la representacin del rostro, slo estaba permitida para los personajes religiosos y prohibidos para los vivos, por motivos bastante singulares:

El retrato no es percibido como un signo, una mirada, sino como una realidad que permite aprehender a la persona. En la Alta Edad Media slo los altos dignatarios de la Iglesia o del Reino dejaban retratos de sus personas, pero protegidos de los maleficios por la aprobacin religiosa de las escenas en que figuraban rodeados por personajes celestiales (Ibd, p. 42).

Paulatinamente, durante del siglo XV, el retrato comienza a despojarse de su contenido religioso, para dar paso al retrato como signo de individuacin. El rostro toma importancia, ya que es la parte ms distintiva del ser humano, la que nos da identidad, es el signo evidente y legal de nuestra existencia. El sujeto exitoso debe distinguirse del grupo y deja de ser as parte inseparable de una comunidad. La pintura refleja esto, dotando al retrato de la acentuacin de los rasgos, primero de forma realista para luego preocuparse slo de acentuar la particularidad del retratado.El hombre renacentista, ya ms como individuo y menos como parte del tejido social, va cristalizando una concepcin de cuerpo que se va alejando del resto. Cuerpo y sobre todo rostros van constituyendo identidades, las cuales permanecen, sobre todo si van de la mano de un apellido y cierta acumulacin de bienes materiales, que vendran a ser extensiones de ese cuerpo cada vez ms atomizado.El canibalismo, en la sociedad europea, despojada de lo comunitario (ya no hay Carnaval y la solidaridad de las clases bajas se opone a la acumulacin, xito individual y riqueza de los burgueses) no tiene razn de ser; el linaje, las fortunas y los aportes de personajes destacados que constituyen las bases de las nuevas sociedades necesitan de la perpetuacin de los nombres, las imgenes, los cuerpos. En una sencilla semitica de los cementerios, incluso hoy vemos como algunos de estos estn claramente divididos en clases sociales. Grandes mausoleos para las familias prestigiadas, tumbas familiares para los menos acomodados y nichos, adems de rsticas tumbas rodeadas de cercas de madera para los ms pobres. De alguna forma, los seres humanos no acaban con la muerte y siguen existiendo en instituciones, fotografas y documentos legales, al menos aquellos que pueden perpetuarse a travs del recio concreto del mausoleo y de todo vestigio ms o menos duradero que dejaron como legado.El canibalismo y quienes lo practican constituyen una de las ms rotundas alteridades, al acabar y borrar la existencia; no deja rastros del cuerpo, no hay donde ir a visitar a las deudos. Adems, ya no es necesario consumir un cuerpo para absorber sus cualidades, pues constituye una ilegalidad. Ahora hay otras formas de hacerlo. Podemos absorber al otro, podemos poseerlo y aprovecharlo adquirindolo como fuerza de trabajo, adoctrinndolo para ser un votante, un consumidor. Podemos quitarle su voluntad, dejarlo indefenso, hacindole creer que su existencia slo tiene sentido si se somete. Podemos proyectar en l nuestros defectos y convencerlo de que le son propios.A pesar de la atomizacin del hombre, de su progresivo alejamiento de su naturaleza grupal, hasta el Renacimiento el canibalismo y cualquier clase de profanacin del cuerpo estaba prohibida moral y legalmente. Las races de esta prohibicin estaban en el cristianismo. El cristianismo no es tan distinto al animismo, en el sentido que existe la creencia en el alma, un smil de cuerpo, otro cuerpo, uno duradero, incorruptible y que contiene ms bondad que el cuerpo verdadero. Se le representa transparente, calmo, puede que triste, pero nunca con suficiente energa como para provocar preocupacin. El alma constituye en el cristianismo uno de sus aspectos centrales.La religiosidad de la Edad Media, la creencia en el alma y su concepcin popular del cuerpo hacan impensable la investigacin mdica basada en la actividad forense. La actividad en torno a la investigacin mdica se haca, hasta el siglo XVI en cadveres porcinos. Esto se haca por razones religiosas:

En el 1300, todava, el papa Bonifacio VIII se opona a los cruzados que hervan el cuerpo de los personajes importantes muertos en tierra extranjera para poder transportar con mayor comodidad el esqueleto hasta su tierra natal, para su inhumacin. Esto constituye, por otra parte, un signo de que para los contemporneos el hombre sigue estando indisociado de su cuerpo, y de que no sera posible distinguir uno del otro. Pero Bonifacio VIII, en su bula De Sepulturis, condena vigorosamente la reduccin del cadver al estado de esqueleto en nombre del dogma de la resurreccin. El cadver no debe desmembrarse, arruinarse, dividirse, sin que se comprometan las condiciones de salvacin del hombre al que encarna. Esta es una prueba, tambin, pero de otro orden, de que el cuerpo sigue siendo el signo del hombre. Cortar al cuerpo en pedazos es romper la integridad humana, es arriesgarse a comprometer sus posibilidades ante la perspectiva de la resurreccin (Ibd, p. 48).

La creencia en el alma y el dogma de la resurreccin pueden advertirse en el Staden de los grabados. En aqul donde ve cmo cocinan una cabeza humana, Staden reza por el difunto. El rezo sirve para pedir por la salvacin del alma. Pero al tratarse de una cabeza y un cuerpo que van a ser consumidos, el rezo se vuelve estril y trgico. Lo que cocinan los tupinambs es el distintivo del cuerpo, su smbolo, su sincdoque. Es perturbador para Staden ver cmo es cocinada una cabeza ya que, en nuestra cultura, una persona recin muerta debe lucir como si estuviera durmiendo, como si fuera a despertar alguna vez. En la Biblia, se describe en varios pasajes a la muerte como un sueo, como la ausencia de conciencia, la que podra volver a surgir en la vida eterna, luego de la segunda venida de Cristo (Qu dice la Biblia sobre la Muerte?, s.f.) La actitud de Staden (horrorizado, temeroso y suplicante) lo salva de ser devorado. No es su fe en dios lo que convence a los indgenas de no devorarlo, sino su cobarda: Escena 2. Hans Staden, un aventurero alemn, ha sido capturado por los indios Tupinamb, que estn preparndose para matarlo y transformarlo en el exquisito plato principal de una comida colectiva. Pero llegado el momento, los nativos deciden renunciar al banquete: en sus mentes, a su carne le faltaran los sabores de la valenta. La evidente cobarda del extranjero ha quitado a los indios todo el deseo de saborearlo, y el apetito antropofgico, esta vez, se qued con hambre. La narracin de esta aventura, contada por el mismo Staden, fund la literatura de viajes del Brasil colonial. (Rolnik, 2005)

3. Canibalismo modernoCuando el canibalismo ritual es explicado, pierde algo de su misterio y su horror; es como empezar a hablar de los tabes y las prohibiciones en general. Se trata de verdades inmviles, que se enquistan y no van a la par con el desarrollo de las culturas y sus paradigmas mentales. Como muchas realidades inmviles, no pueden evitar el cuestionamiento, lo que anuncia su muerte. Sin embargo, algunos tabes perviven sumergidos en el misterio.El canibalismo moderno, tambin llamado patolgico, constituye uno de esos raros casos en donde mientras ms se habla de algo, pareciera ser que menos se entiende. Algo tan inaprehensible lo constituye tambin el inters que despierta en la gente la figura de quien comete tales actos. Tanto Ed Gein como otros asesinos en serie que practicaron el canibalismo, (Jeffrey Dahmer o Andrei Chikatilo) se convirtieron en celebridades una vez descubiertos. Inspiraron pelculas, documentales, se escribieron y se siguen escribiendo muchos libros sobre ellos. Existen en la internet una variedad de sitios donde podemos ver fotografas de sus vctimas (algunas de ellas muertas y otras vivas, mientras son torturadas) ([Pablogonzae], 2005). En general, gran parte de lo que se encuentra en internet sobre asesinos en serie (hayan practicado el canibalismo o no) constituye una especie de homenaje. Incluso existen pginas web que se especializan en subastar objetos que estn relacionados con los crmenes de estos sujetos: Dibujos hechos por ellos, souvenirs, certificados de nacimiento, autgrafos, fotografas, etc. Todos ellos pueden conseguirse en sitios de subastas en lnea como murderauction.com, supermaught.com y serialkillersink.net (Murderabilia: el comercio macabro de artculos de crmenes se dispara en EEUU, 2012a)Aunque siempre la muerte ha constituido una alteridad (cada cultura tiene su teora sobre la muerte y si constituye el paso hacia otro tipo de existencia), pareciera ser que es en los tiempos modernos cuando la muerte se transforma en una alteridad absoluta, totalmente desvinculada de la condicin humana (Le Breton, 2002, p. 224)El saber mdico, desde Vesalio, ha ido paulatinamente separando el cuerpo de la persona, para estudiarlo con objetividad y rigurosidad. Esta separacin ha convertido al cuerpo en una mquina, donde se curan rganos, se exploran partes del cuerpo, todo ello en parcelas aisladas; esta superespecializacin ha sido de gran ayuda en la evolucin de los tratamientos y la cura de las enfermedades, pero, al no considerar al hombre como parte de su propio cuerpo, al no darle importancia a lo que ste siente respecto de su existencia corprea, ha transformado a la muerte en un hecho angustiante e incomprensible. La medicina y el racionalismo van creando el cuerpo como entidad en s y lo transforman en una mquina fragmentada y ontolgicamente vaca. La muerte, que la medicina trata de retardar, se niega a mirar a la muerte con los ojos abiertos, la muerte la obsesiona. E impide que la gente tenga una relacin ntima con la muerte porque convierte a este proceso en un fracaso de su empresa (Ibd). De ah el horror y fascinacin que provoca. A lo anterior hay que agregar que el material que circula sobre estos casos (documentales, libros y reportajes) no se diferencia mucho en sus objetivos respecto del texto de Staden. Ambos apelan a la necesidad de las masas por lo prohibido, lo desconocido y perturbador; en definitiva, estriles intentos por entender la alteridad.Muchos de estos canbales caen en la categora del llamado asesino en serie, trmino acuado por el ex agente del FBI, Robert Ressler, quien fue el creador de los perfiles sicolgicos, que consisten en inferir las caractersticas del asesino tomando como punto de partida las escenas del crimen, el tipo de vctima, y las lesiones provocadas por el agresor. Con todo ello, se establecen las caractersticas probables del asesino. Ressler aplica tanto los perfiles como la categora de asesino en serie a aquellos que cometieran al menos tres homicidios sin una motivacin clsica (robo o venganza) y con un espacio de tiempo entre uno y otro crimen.Este canbal moderno se hace muy evidente en la cultura popular a partir de la pelcula Psicosis, de Alfred Hitchcock, la cual est basada en la figura de Ed Gein, uno de los primeros asesinos en serie de Norteamrica. Aunque no est del todo claro si Gein practic en canibalismo (se encontr un corazn humano en su casa. Estaba sobre una cafetera, encima del horno), la profanacin que practic en numerosos cadveres lo volvi lo suficientemente perturbador. Gein mat a dos mujeres y desenterr varios cadveres tambin de mujeres y los llev a su casa. Us los crneos como objetos decorativos (fabric con ellos ceniceros, platos y otros los puso sobre los postes de la cama). Us la piel de sus vctimas para fabricar pantallas de lmparas y para confeccionarse un traje de mujer. Volviendo a Psicosis, es en la dcada del 60, en Estados Unidos, cuando el cine inicia nueva tradicin del horror cinematogrfico. La maldad, antes encarnada por criaturas como el Conde Drcula o el Hombre Lobo, los cuales tenan por hbitat la noche y lugares sombros, ahora resurge en la figura del asesino en serie, el cual no tiene las limitaciones del monstruo antiguo; circula a plena luz del da, tiene trabajo, vivienda, auto, sus vecinos tienen una buena impresin de l. Los primeros personajes del horror contemporneo figuran en la ya mencionada Psicosis y en Peeping Tom, de Michael Powell (1960). El tema ya se estaba instalando en la cultura popular.

4. Razones para cazar y devorar.

Ya establecidas las razones de algunas tribus de Amrica que practicaban el canibalismo, lo siguiente es tratar de inferir por qu sujetos contemporneos hacen lo mismo.La creacin de perfiles sicolgicos proviene de saber biomdico de hoy en da, el cual slo establece certezas sobre el cuerpo como mquina. Las explicaciones sobre el canibalismo que ofrece el mtodo ideado por Ressler no arrojan demasiada luz. Ni los propios criminales saben por qu lo practican; a veces dan razones, pero son tan descabelladas como las que dara un psictico.Ed Gein, al parecer, trat de revivir a su madre convirtindose en ella: mataba mujeres e inhumaba ilegalmente a otras para sacarles la piel y confeccionarse un traje de mujer. Fritz Harmaann, conocido como el Carnicero de Hannover (que mat a 24 mujeres, las viol y luego las vendi como carne de res en el mercado en una poca donde haba escasez de alimento, como lo fue la Alemania de la Segunda Guerra Mundial), confes luego de ser atrapado que sus crmenes no eran para sacar beneficio con la venta de carne humana, sino que estaban motivados por un momento de frenes ertico que me conduca a matar para satisfacer mis irrefrenables deseos. (Moros Pea, pp, 156-157.) Para analizar el canibalismo en nuestros tiempos, usaremos la figura de Jeffrey Dahmer, protagonista del caso de canibalismo ms famoso de nuestros tiempos.Jeffrey Dahmer (1960-1994), conocido como El Carnicero de Milwaukee, viol mat, descuartiz y comi los restos humanos de 17 vctimas, todos hombres, la mayora de raza negra, cuyas edades iban desde los 14 a los 30 aos. Conserv los restos de varias de sus vctimas (cabezas, torsos, crneos) en el departamento en que viva. Comi algunas partes de ellos, como los bceps y los muslos. Coma las partes del cuerpo que, en vida, le haban parecido hermosas, proporcionadas. En una entrevista dijo que Eso [comrselos] me hizo sentir que ellos se convertan en una parte permanente de m(Carroza, Daro, 2014). Casi todos los muchachos fueron conquistas de una noche (Dahmer era gay). Los drogaba y luego los asesinaba; con algunos de ellos trat de hacer algo bastante extrao: les perfor el hueso cerca de la sien en ambos lados del crneo con un taladro y verti sobre los agujeros lquido destapacaos. Su objetivo era, mediante una lobotoma casera, crear una especie de zombie-amante sin voluntad, que respondiera a todos sus requerimientos sin poner problemas, lo que hace rememorar una fantasa recurrente que tena desde nio: quera recostarse al lado de un hombre inconsciente.En apariencia, Dahmer tuvo una infancia normal. Era hijo de una familia de clase media, era tranquilo y muy tmido, por lo que su padre trat de involucrarlo en actividades que permitieran su desarrollo social. Eventos ms o menos perturbadores en su vida, fueron el difcil embarazo de su madre, Joyce; durante el embarazo de Jeff, tuvo que tomar muchos barbitricos, debido a una extrema ansiedad que, con el tiempo, provoc que fuera ingresada 2 veces en instituciones psiquitricas. Termin divorcindose de Lionel, el padre de Jeffrey, cuando ste tena 18 aos. Otro elemento algo fuera de lo normal era su fascinacin por los cadveres de animales, los cuales recoga de la carretera para practicarle disecciones.En su etapa escolar fue de pocos amigos y destac por su sentido del humor atpico y fuera de lugar. Trataba de llamar la atencin imitando a enfermos de parlisis cerebral y retrasados mentales. Fue en el colegio donde comenz a probar el alcohol, el que aos ms tarde usara para reprimir sus impulsos homicidas, los cuales empezaron en la pubertad. Fantaseaba constantemente estar con hombres inconscientes o muertos, lo que le provoc mucha culpa. No cont esto a nadie.Muchos asesinos en serie (quizs todos) muestran, desde temprana incapacidad para desarrollar relaciones profundas con su prjimo. Muchos tratan de socializar (como Dahmer cuando trataba de llamar la atencin en sus das de colegio), pero no lo logran. Tal vez llegue un momento en que tienen la certeza que vivirn y morirn solos. El fracaso como sujeto social hace que se instale una fantasa (Tengo poder, Soy importante, Los dems me respetan, Los dems me temen) la que, por alguna razn desconocida, siempre tiene componentes sdicos.Lionel Dahmer, el padre de Jeffrey, escribi A Fathers Son, un texto perteneciente al gnero llamado memoir, un galicismo para distinguir las memorias parciales de las totales, y es aquel que cuenta slo un fragmento de la vida de quien los escribe, muchas veces en relacin a alguna persona ntima(Hermann, 2015). En ellas, Lionel Dahmer relata algunos pasajes de su experiencia como padre. Lo ms llamativo de estas memorias son las conclusiones que saca Lionel Dahmer respecto de su rol paterno y de la crianza dada a su hijo. Al principio, parece no entender cmo ni por qu su hijo se convirti en un monstruo. Trat de ayudarlo con su timidez, lo oblig a enrolarse en el ejrcito para curar su alcoholismo y darle cauce a su vida, lo matricul en un instituto para que tuviera una carreranada funcion. Jeff es enviado a vivir con su abuela y luego termina viviendo slo en un departamento, lugar donde comete la mayora de sus crmenes. Sin embargo, Lionel Dahmer sospecha que es lo que podra haber hecho mal; l nos revela cmo fue un padre distante, que slo se dedic a repetir los patrones paternos que conoca. Lionel tambin fue tmido en su niez y juventud, pero nunca lo consider un problema:

Lionel feels that he has not been a father, that he has been role-playing the scripts given to him by his culture (on the scripts the men are given to play, see Dittes 1985). He felt that his fatherhood had been reduced to . . . a set of routine and relatively undemanding tasks(Carlin, 2011a, p. 153).

Al no ser consciente de su rol paterno, Lionel no logr advertir ciertos detalles inquietantes en el pequeo Jeff, como que su timidez no era tal, sino que era algo parecido a una total desconexin de l con su entorno. Era la misma desconexin emocional que Jeff mostr en la crcel, an cuando peda perdn a su padre por los asesinatos cometidos. Cuando Lionel logr conectar ambos momentos en la vida de su hijo, pudo entender algo que haba pasado por alto:

Then Lionel had a moment of self-realizationthat he, too, was like Jeff, that he, too, was a man who found it hard to express his emotions, and that he, too, was one who focused on the minutiae of social life and often lost track of its overall design; who relied on others to direct his responses to life because he could not trust his own sense of the way it really worked (pp.184185). Jeff, Lionel realized, was perhaps only the deeper, darker shadow of himself (p. 185).(Carlin, 2011a, p. 185)Al parecer, el antecedente familiar ms relevante de Jeffrey Dahmer, segn su padre, fue el abandono emocional, la negligencia involuntaria del padre en advertir que ms que timidez, lo que su hijo tena era un trastorno mental ms o menos severo desde la infancia, trastorno que Lionel advirti demasiado tarde. Lionel Dahmer nota que, luego de que a su hijo le fueran prescritos antidepresivos en su estada en la crcel, su nimo mejor notablemente; ya no pareca estar tan aislado.La soledad en las sociedades desarrolladas es tal vez el gran tema de la literatura de nuestros tiempos. Libros como El guardin entre el centeno, de J.D. Salinger o El tnel, de Ernesto Sbato se han transformado en clsicos instantneos, pues (adems de su valor literario) tratan la gran tragedia de Occidente: la incomunicacin en ciudades abarrotadas de gente. Es una soledad que asla a los sujetos, pero ms que volverlos tristes, los vuelve ansiosos y violentos tanto contra s mismos como contra los dems. Una pelcula tan importante como Taxi Driver, de Martin Scorsese, trata de algo muy parecido: un sujeto patolgicamente solitario que cree ser una especie de enviado a restablecer la moral, pero con mtodos en extremo sangrientos.Aunque la perfilacin psicolgica de Ressler, el psicoanlisis y las neurociencias han tratado de explicar el fenmeno de los serial-killers, lo cierto es que estas disciplinas, absolutamente especficas e independientes una de la otra (gracias a Vesalio y al Racionalismo), al no retroalimentarse, quedan como parcelas de conocimiento aislado y, por lo tanto, truncas. El canibalismo moderno o patolgico queda en la esfera misteriosa y horrorosa de la alteridad; esfera cmoda, ya que la patologa mental, en nuestros tiempos, es explicada slo en trminos bioqumicos, siendo su nica respuesta la farmacologa. Lo cierto es que este fenmeno (los asesinatos en serie) es un signo de los tiempos. Los asesinos en serie, segn varios autores, inician su tradicin con Jack el Destripador.

No deja de resultar irnico que despus de siglos de esfuerzos (supuestamente desinteresados) destinados por la civilizacin occidental a acabar con los empedernidos saboreadores de carne humana de lugares remotos, exagerando los horrores del canibalismo para realzar el mrito de conquistadores y misioneros, el peor de los canbales haya sido originado por esta misma sociedad. El psychokiller o el asesino canbal es un heredero directo de Jack el Destripador, un producto de la Inglaterra victoriana, unos aos en los que Alan Moore (el genial guionista de From Hell) cifra la quintaesencia simblica de lo que sera el ya cercano siglo XX.(Moros Pea, 2011, p. 167)

As, el siglo XX, entre sus seas de identidad, tiene a los asesinos en serie, junto a las guerras mundiales, la energa atmica y los viajes espaciales.No deja de ser muy extrao en que nuestra poca, cuyo centro esencial est formado por el mtodo cientfico y la sociedad de consumo ideada para el bienestar de las sociedades, surjan fenmenos como el canibalismo, tan lejano en la evolucin humana, tan irracional e inexplicable. Algunas luces sobre ello las ofrece Regis Debray en su ya clsico texto El Arcasmo Posmoderno. La tesis de Debray es que el desarrollo de las sociedades implica una regresin compensatoria, una agrarizacin, movimiento que servira para mantener la homeostasis de los grupos humanos. Este movimiento contario es el que hara convivir el progreso tecnolgico con

()sectas msticas de todos lados, comunidades sectarias, amuletos de las estrellas pop y bendicin papal a las muchedumbres en trance, suicidios colectivos o no, delirios paralgicos de grupsculos terroristas, fanatismo de organizacin y guerras de religin en medio de las fbricas, alucinaciones colectivas y alucingenos a domicilio, gures, grandes maestros, ciruga con las manos desnudas, torsin de metales a distancia, videncia e irradiacin por radio y televisin, etc. Lo folk inviste lo urbano desde dentro.(Debray, Regis, 1996, pp. 56-57)

Una pista de esta agrarizacin la da el propio canibalismo de Dahmer (absorber, poseer al otro) y prcticas mgicas asociadas, como la idea de ste de crear en su departamento un altar satnico:

En su espiral de asesinatos pareja a su prdida de contacto con la realidad, Dahmer proyectaba construir en su apartamento un centro de poder, con dos esqueletos completos y varias calaveras, a travs del cual acceder a un nuevo nivel de percepcin. Segn contaba, estaba solo a seis meses de materializarlo cuando la polica le detuvo.(Montaez, Tirso, s.f.)

La agrarizacin tambin evidencia un malestar, que parece ser que la soledad no es natural ni saludable en el contexto urbano. La sociedad actual, con individuos atomizados, es muy semejante al conjunto de neuronas de nuestro cerebro. Al realizar la sinapsis, solucionamos problemas y eventualmente evolucionamos, tal como lo hara un grupo humano cohesionado, pero si las neuronas (o lo individuos) no trabajan juntas (como pasa con las neuronas en enfermedades como la depresin o la bipolaridad, por la escases de neurotransmisores), se producen situaciones disruptivas. A este aislamiento contribuye muchsimo la atomizacin de la sociedad y la falta de movilidad que conlleva la urbanizacin, la que influye incluso en trminos fsicos. Un sujeto ms o menos aislado, desconectado de su prjimo, tiene menos actividad sensorial, menos contacto humano y por consiguiente menos empata. Bretn, respecto de la falta de movilidad en las ciudades, dice lo siguiente:

El cuerpo se hace tanto ms dificultoso de asumir cuanto ms se restringen sus actividades sobre el entorno. Pero la reduccin de las actividades fsicas y sensoriales no deja de tener incidencias en la existencia del sujeto. Desencadena su visin de mundo, limita el campo de accin sobre lo real, disminuyen el sentimiento de consistencia del yo, debilita el conocimiento de las cosas.(Le Breton, David, 2002, p. 162)

Personalmente, pienso que es sensato extrapolar un sujeto con poco contacto con su entorno fsico a uno con poco contacto humano. Ya se ha demostrado, en la sicologa aplicada a los nios institucionalizados (aquellos que viven en orfanatos) como el contacto humano ayuda al desarrollo de su sistema nervioso, de su inteligencia y contacto con la realidad.La agrarizacin de la que hablbamos en prrafos anteriores (aplicada al canibalismo patolgico) tambin tiene como manifestacin una vuelta a la vida en comunidad (el movimiento hippie, por ejemplo), lo que estara ms en consonancia con la salud del ser humano, con una forma de vida ms reconocible para l.Conclusin

Este trabajo no tiene por objetivo develar las verdades ltimas del canibalismo como prctica milenaria o como manifestacin de la locura de nuestros tiempos. Sabido es que la interpretacin de alteridades demasiado distintas a nosotros conlleva necesariamente el error de la proyeccin. Las observaciones de los primeros conquistadores y cronistas del Nuevo Mundo cayeron en aquello; redujeron al otro y malinterpretaron el canibalismo, adems de casi todo respecto de quienes lo practicaban. Relacionaron casi inmediatamente la antropofagia con instintos primarios, como la lujuria. No podan poseer humanidad como para tener prctica tan horrenda. La conquista fue, en muchos aspectos, una catastrfica seguidilla de malentendidos cimentados en la racionalidad que comienza a surgir con fuerza durante el Renacimiento. Esos malentendidos justificaron el sometimiento y aniquilamiento de varios pueblos originarios de nuestro continente.La posmodernidad y sus manifestaciones son un fenmeno asombrosamente reciente. La falta de perspectiva para poder entender las alteridades de nuestros das nos obligan a investigar y observar con objetividad, respeto e intuicin. Vivir el proceso antes que realizar una hiptesis. Acercarse a la materia de inters, investigarla y analizarla para luego someterla a un proceso de marinado, una conservacin, un proceso de suspenso que natural o fortuitamente permita efectuar una relacin de los factores y, ojal, establecer conclusiones.Dos canibalismos, dos momentos de la Historia. Ambos extraos, violentos, inquietantes, emocionantes para aquellos que gozan explicando misterios y explorando lo desconocido. Uno ms entendible que el otro, dada la gran cantidad de tiempo trascurrido y la enorme bibliografa que existe al respecto. El segundo, tan perturbador como el primero en sus comienzos, permanece sin una explicacin satisfactoria. Lo que podemos concluir es que no ser una la disciplina que devele el misterio; ser la colaboracin de ciencias exactas, humanas y otras herramientas de la cultura que despojen del horror a una prctica que, en nuestros tiempos, no tiene motivos heroicos (como en los tupinambs), sino que profundamente egostas y, en apariencia, torcidos.

Bibliografa

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