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CURSO DE POSGRADO:
<Descripción, análisis e interpretación del texto.La hermenéutica literaria>
Profesora: Dra: Sofía M. Carrizo Rueda
Autora: Lic. Graciela Gómez de Aso
1
TÍTULO DEL TRABAJO:
<El análisis y la interpretación de la obra ¨Historia contra los paganos ¨ del historiador Paulo Orosio en tiempos de la consolidación de la Cristiandad>
2
Cuando el filósofo Gadamer (1968) dijo: ¨… el método es un camino hacia la verdad1…
¨ pretendía llamar la atención de los científicos hacia una concepción hermenéutica de las ciencias,
que había aprendido en los cenáculos universitarios alemanes de la mano de su maestro: Martín
Heidegger
Tanto Heidegger en su obra <Ser y Tiempo> (1927)2 como su discípulo Gadamer, en
<Verdad y Método>, vivenciaron la hermenéutica como una vuelta a la situación existencial del
narrador y del hermeneuta, unidos por el lenguaje como mediador y como puente que fusionaba
horizontes.
Paul Ricoeur, uno de los más importantes analistas de la hermenéutica o <ciencia de la
interpretación> de nuestro tiempo, se destacó por las investigaciones realizadas tanto en la
Universidad de Estrasburgo (1948-1957), como en la Sorbona (1957-1967) o las más recientes
realizadas para las Universidades de Nanterre (Francia) (1967-1987) y Chicago en América (1970)
donde además ocupó la silla de Teólogo.
Ricoeur analizó los movimientos filosóficos de su época, en particular la fenomenología de
Husserl, pero enriqueció sus estudios con una filosofía de la lengua, no con el fin de arribar a un
simple análisis de la persuasión, sino, como un instrumento de la revelación.
En el universo científico de Ricoeur, la hermenéutica estaba firmemente enlazada a la
exégesis; es decir, a la explicación y comprensión, pero también a la interpretación de los textos,
en especial los textos bíblicos. Ricoeur ha dicho:
¨…no es inútil recordar que el problema hermenéutico se plantea ante todo dentro de
los límites de la exégesis es decir en el marco de una disciplina que se propone comprender
un texto, comprenderlo a partir de su intención, sobre la base de lo que quiere decir. 3¨
EL TEMA
Para Paul Ricoeur, toda lectura de un texto está ligada a aquello en vista de lo cual fue
escrito4. Así cobran importancia la comunidad de la cual el texto emerge, la tradición a la que
responde y los condicionamientos que rodean al autor.
Como se puede observar todo texto resulta de un pensamiento vivo, de una existencia
determinada y determinante que el hermeneuta debe valorar en el momento de su interpretación.
El trabajo mismo de la hermenéutica revela un propósito profundo: ¨…toda interpretación se
propone superar un alejamiento, una distancia entre la época cultural pasada, a la cual pertenece
1 GADAMER, Hans Georg, Verdad y método, Salamanca, Sígueme, 1996, pag. 232 HEIDEGGER, Martín, Ser y tiempo, Universitaria, Santiago de Chile, 19983 RICOEUR, Paul, El conflicto de las interpretaciones (ensayos de hermenéutica). Buenos Aires, FCE, 2003. Pag. 9. El texto resaltado ha sido seleccionado por la autora del trabajo4 Ibidem
3
el texto y la del intérprete mismo. Al superar esa distancia, al volverse contemporáneo del
texto, el exegeta (hermeneuta) puede apropiarse del sentido: hacer propio lo que le era ajeno,
es decir, hacerlo suyo. En este sentido, lo que persigue es el ensanchamiento de la propia
comprensión de sí mismo a través de la comprensión de lo otro. En consecuencia, toda
hermenéutica es, explícita o implícitamente, comprensión de sí por el desvío de la comprensión
del otro.¨5
El tema de este trabajo es el análisis e interpretación de la obra Historiarum adversus
paganos6 del historiador hispano Paulo Orosio, escrita en los difíciles tiempos de la Antigüedad
Tardía (inicios del siglo V de la era cristiana), época en la cual se puede vislumbrar la
desaparición de una cultura: la Romanitas y el ascenso de otra: la Cristianitas.
Para tal emprendimiento considero imprescindible realizar un análisis hermenéutico del
mundo del texto; con el fin de re-figurar el sentido de la obra, de reconstruir el mundo imaginario
textual que me permitirá interpretar el sentido historiográfico del autor al realizarla.
EL PROBLEMA
Como se ha presentado precedentemente, la hermenéutica no busca la convergencia de dos
subjetividades: la del autor y la del intérprete, sino la confluencia de dos discursos: el del texto y el
del intérprete.
Esta confluencia exige que el texto sea interpretado en su sentido, por lo cual el acto de
apropiación es una fusión del mundo del lector-hermeneuta y del mundo del texto, más que una
proyección del intérprete sobre el texto. Así se llega al concepto de hermenéutica como fusión de
horizontes, tal como ya afirmaba Hanz Gadamer7
El texto habla ahora por sí mismo, el texto es un <en sí>8 del que parte la interpretación.
Para Paul Ricoeur en su obra Tiempo y Narración, la hermenéutica requiere de un análisis de los tres
momentos de la mimesis9, que el autor llamó:
Mimesis I: Prefiguración: En esta etapa el hermeneuta debe comprender previamente en que
consiste el obrar humano: su temporalidad y su realidad simbólica. Sobre esta precomprensión
que comunica el tiempo del autor y de su lector se construye la mimética textual de la obra.
5 Idem, pag. 21. La negrita ha sido un recurso de la autora de este trabajo para destacar aquellas partes del pensamiento de Ricoeur que pretende tomar como centrales en sus análisis6 Historia contra los paganos o Moesta Mundi (contra los paganos)7 MACEIRAS, Manuel en (prólogo a la obra de RICOEUR, Paul, Tiempo y narración, configuración del tiempo en el relato histórico) (v.1), México, Siglo XXI, 1995, pag. 98 Ibidem9 Mimesis: Cfr. ARISTÓTELES, Poética: el sentido dado en dicha obra es el de imitación creadora
4
Mimesis II: Configuración: El intérprete transforma la sucesión de acontecimientos en una
totalidad significante, puesto que realiza un análisis interno del texto.
Mimesis III: Re-figuración: Este estadio corresponde al de la intersección del mundo del texto y
del mundo del lector vista también como la intersección del mundo configurado por el autor y el
de su intérprete o hermeneuta. Aquí el lector experto despliega sus herramientas de análisis para
dar aportes valiosos sobre el autor y su contexto, así como, sobre el texto interpretado.10
El contexto histórico en el que se ha escrito <Historia contra los paganos> de Paulo Orosio,
ha sido uno de los más dinámicos y cambiantes de la historia de la humanidad. Para hurgar en él y
abrir caminos hermenéuticos de análisis, considero de fundamental importancia delinear el modelo de
mundo en el que estaba inserto Paulo Orosio y del que emergió su obra.
El texto a interpretar está inserto en una gran encrucijada histórica, política y religiosa.
Dicho autor, relata esta obra desde el perfil de sacerdote español, estudioso de los grandes
historiadores griegos y romanos y en la cual brinda su visión particular de los hechos pasados.
Es mi pretensión, por ello, desentrañar las condiciones del encuentro entre los cristianos y
los otros: paganos, herejes y bárbaros a partir del análisis de este autor y su obra.11
Para ello configuraré mi trabajo, en consonancia con el perfil hermenéutico de Paul Ricoeur,
en tres instancias básicas:
El contexto histórico durante el pasaje de la Romanitas a la Cristianitas y el contexto biográfico
del autor y sus maestros
Análisis del discurso en la obra de Paulo Orosio
La re-figuración como confluencia entre el mundo del texto y el del hermeneuta
10 RICOEUR, Paul, Tiempo y narración, configuración del tiempo en el relato histórico (v.1), México, Siglo XXI, 1995. pag 139-14011 Este trabajo se inserta en el proceso de estudio y redacción de mi tesis doctoral: ¨ El desarrollo histórico del uso político de los términos <paganos>, <herejes> y <bárbaros> en el pasaje de la Romanidad a la Cristiandad ¨
5
EL CONTEXTO HISTÓRICO DURANTE EL PASAJE DE LA ROMANITAS A LA
CRISTIANITAS
El contexto histórico que nos rodea es, a que dudarlo, un tiempo crítico. Los que vivimos esta
actualidad observamos perplejos que la cristiandad católica esta siendo ahogada por ¨…el peso del
materialismo hedonista, el egoísmo y la mística del bienestar ¨12 . Las acciones humanas de hoy
responden a una aguda crisis espiritual y moral del hombre; la que pone en riesgo su propia identidad
cristiana.
Nuestra cultura esta siendo atacada por una pléyade de nuevos <paganos>, <herejes> y <bárbaros>
que bombardean virtual y realmente al cristiano y a sus convicciones y tradiciones religiosas.
Es desde este tiempo y espacio crítico que abordaré esta investigación, con el fin de desentrañar el
contexto en el cual Paulo Orosio escribió su obra más difundida: Historiarum adversus paganos.
Por ello es necesario preguntarse: ¿De que comunidad emerge este texto? ¿En que tradición
cristiana se apoya? ¿Cuál es el modelo de mundo en el que vivía el autor?
Paulo Orosio ha sido un fiel exponente de la <Comunidad Cristiana>. Las Comunidades de
cristianos se habían multiplicado a lo largo del Imperio romano, desde los tiempos de Jesús de Nazareth.
Estas comunidades cristianas o iglesias13 se organizaron bajo la conducción de
presbíteros14durante el tiempo apostólico. Tras la muerte del último apóstol las comunidades locales se
convirtieron en las primeras diócesis y los presbíteros relacionados con algún apóstol pasaron a ser los
primeros obispos15locales.
El mensaje de Jesús se dirigió primero a los judíos principalmente a aquellos que llegaban a
Jerusalén para asistir a las festividades religiosas.
Fue Saulo de Tarso16 el primer gran difusor del cristianismo en lengua griega. Los diálogos y
discusiones con judíos durante sus viajes se estructuraron según las argumentaciones de la lógica
aristotélica. La formación helénica de Pablo le permitió usar la forma literaria griega de la ¨ epístola ¨
para dirigirse a las comunidades cristianas dispersas por todo el Imperio romano (sobre todo las de
Chipre, Asia Menor, Corinto, Éfeso y Roma). En sus discursos, en particular aquel que dirigiera al
Areópago de Atenas, Pablo se propuso colocar el elemento cristiano sobre el elemento pagano, para
después fundir uno en el otro. Por su prédica a los no judíos, en general vinculados a cultos
tradicionales, Pablo fue llamado ¨ el Apóstol de los gentiles ¨17.
12 Ideas de Juan Pablo II sobre la primera evangelización de Europa, dichas en Santiago de Compostela en 1982. Cfr. ORLANDIS, José. La conversión de Europa al cristianismo. Madrid, Rialp, 1988, p. 1013 Del griego ecclessia: asamblea de fieles14 Etimológicamente: ancianos15 Del griego epíscopos16 Conocido en las comunidades como Shaul: Pablo17 Pablo dijo: ¨… Atenienses, veo que vosotros sois por todos los conceptos, los más respetuosos de la divinidad. Pues al pasar y contemplar vuestros monumentos sagrados, he encontrado también un altar en el que estaba grabada la inscripción <Al Dios desconocido>. Pues bien, lo que adoráis sin conocer, eso os vengo yo a anunciar. El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él, que es el Señor del cielo y de la tierra, no habita en santuarios fabricados por el hombre, ni es servido por manos humanas, como si de algo estuviera necesitado, Él que a todos da la vida, el aliento y todas las cosas ¨ (según Biblia de Jerusalem. Hechos 17. 22-25)
6
Durante el siglo II de la era cristiana, el Imperio romano consolidó el ideal de la ¨ pax ¨. El
emperador pretendía brindar a todos los habitantes de su Estado, seguridad y armonía social, beneficios
que Roma daba a todos aquellos que participaban de sus cultos y tradiciones ancestrales. Los excluidos
de este esquema imperial eran <los otros>, los que no gozaban de estos privilegios y que debían
incluirse en la cultura y las costumbres romanas para disfrutar de la pertenencia.
Entre ¨ los otros ¨, que no obedecían los dictados imperiales, comenzaron a distinguirse los
cristianos. Entre los cristianos y el Estado romano emergió un importante punto de fricción: el
cumplimiento de los ritos y sacrificios correspondientes al culto imperial, en el cual se adoraba a Roma,
en la figura del emperador.
El emperador exigía, a lo largo de todo su territorio, un férreo respeto a la religión oficial romana, a
través del juramento de fidelidad a Roma y a su gobernante.
Por su parte, el cristianismo exigía a los fieles la adoración exclusiva de Dios, ya que el culto
debía ser un homenaje sólo dirigido a Él. Esta circunstancia llevó a los cristianos a no concurrir a esas
manifestaciones cívico-religiosas y provocó, que se los acusara de ¨ ateísmo ¨ y se los persiguiera por su
llamativa irreverencia.
Durante el siglo II, el Cristianismo tuvo un importante desarrollo doctrinal. Sus escritores más
prominentes, tal el caso de Justino de Flavia Neápolis, Ireneo de Lyon o Hipólito de Roma, imbricaron
la religiosidad del cristianismo con el saber difundido en las escuelas de filosofía.
El mundo romano homogéneo, civilizado y pacífico fue el mejor vehículo para la rápida difusión
de la nueva fe.
Ya afirmaba Marta Sordi, ¨ Cuando el Cristianismo hizo su entrada en la historia del mundo
conocido, la ecumene, se presentaba unificada por la cultura griega y por la política romana. El
encuentro entre las dos tradiciones civilizadas del mundo antiguo, fortaleció en la humanidad el
convencimiento de que, por primera vez vivía una experiencia verdaderamente universal...¨18.
El contacto creador del Cristianismo con el helenismo y con ciertos conceptos básicos y
estructuras de pensamiento de la tradición griega, parecen haberle dado, al pensamiento cristiano, la
seguridad en su propia universalidad (catolicidad)19. Si el Cristianismo predicaba la Verdad Revelada,
era viable que recurriera a los instrumentos de difusión propios de la cultura helenística y al orden
político romano para llegar a todo el mundo conocido.
Para adaptarse a este camino de difusión fue necesario que la Iglesia cristiana en su conjunto,
utilizara a sus hombres mejor formados en la mentalidad filosófica de su tiempo, para lograr el
afianzamiento del corpus de Verdades Reveladas y, al mismo tiempo, la difusión eficaz de las mismas,
sin perder su sentido universalista. Esta tarea la llevaron adelante, desde el siglo II, los Apologistas20.
Los Apologistas debieron contestar con prontitud a los ataques de su tiempo.
18 SORDI, Marta. Los cristianos y el Imperio romano. Madrid, 1988, p. 149. 19 JAEGER, W. op. cit. P. 62. 20 ORLANDIS, J. op. cit. p. 77
7
La sociedad romana asestaba golpes dolorosos a la Comunidad cristiana, al acusar a sus miembros
de impiedad, ateísmo y antropofagia
Frente a estos ataques, los apologistas, levantaron su voz. Justino, entre ellos, escribía: ¨... en
defensa de aquellos que, (llamados) en todo linaje de hombres, son injustamente aborrecidos y
maltratados...¨21.
En el siglo III, la situación política y social del Imperio romano se vio desestabilizada por la
invasión masiva y constante de pueblos bárbaros a lo largo del limes imperial. Ya no solo migraban
poblaciones germanas, sino tribus de origen godo que provenían de las mesetas de Rusia meridional,
empujadas por los pueblos de las estepas, que desde el Lejano Oriente, se habían puesto en movimiento.
Uno de los acontecimientos que empeoró la situación institucional y política del Imperio romano,
fue el desastre militar de Adrianópolis (378), en el cual los visigodos y los ostrogodos22, con la ayuda de
mercenarios hunos, aplastaron a las legiones romanas e incluso asesinaron al emperador Valente.
A partir de este hecho, que no se compatibilizaba con el favor que los dioses tradicionales habían
dispensado a Roma, los pensadores, entre ellos los cristianos, comenzaron a interrogarse sobre las
implicancias políticas y religiosas del avance de los bárbaros sobre el Imperio romano.
Los relatos históricos de la Antigüedad tardía nos permiten reconocer las cualidades y
sentimientos religiosos del hombre mediterráneo. En el siglo III la crisis institucional y política del
Imperio provocó en la existencia del hombre común, angustia y desesperación ante el porvenir.
Marrou, llegó a escribir que entre los siglos III y IV ¨ las preocupaciones religiosas pasaron a ocupar el
primer plano de la existencia del hombre¨23
En el desarrollo cultural de esta época, la controversia religiosa fue uno de los aspectos más
destacados. Los conflictos entre paganos y cristianos; herejes y ortodoxos se dilucidaban en medio de
un contexto histórico enmarcado por el ingreso de bárbaros al Imperio.
Entre los filósofos, escritores y obispos cristianos comenzó a circular una postura apocalíptica de
la época. Se interpretó a esta circunstancia decadente y ruinosa como un mensaje que Dios daba a sus
hijos terrenales.
Así Lactancio, quien retomaba las visiones de los autores romanos del fin de la República
advertía a sus lectores:
¨ La caída y decadencia del mundo tendrá lugar pronto, pero no ocurrirá mientras la ciudad de
Roma permanezca intacta...¨ 24
Ambrosio, obispo de Milán, reconocido Padre de la Iglesia y ávido lector de autores clásicos,
difundió la hipótesis de que la catástrofe de sus tiempos, podría llegar a ser una verdadera señal del fin 21 JUSTINO. Apología 1, 1. Apologías (Introducción, prólogo y notas de Hilario Yaben- Vicario capitular de Sigüenza) Madrid. Ed. Aspas. 1943 p. 6922 Visigodos (godos del oeste) y Ostrogodos (o godos del este) Cfr, SANTOS YANGUAS, Narciso. Los pueblos germánicos en la segunda mitad del siglo IV d.C, Universidad de Oviedo, 1976.23 MARROU, H-I.¿Decadencia romana o antigüedad tardía?(siglosIII-VI). Madrid. Rialp. 1980. p. 4724 LACTANCIO, retor romano nacido en Nicomedia. Fue maestro de Crispo, hijo de Constantino el grande. Cfr. Instituciones Divinas, VII, 25.
8
del mundo. Ambrosio creía que la gran tragedia tenía dos aristas, por un lado, hablaba de los enemigos
externos (hostes extranei)25 a los que él asimilaba con los pueblos bárbaros llegados desde el lejano
oriente:
¨ Es un diluvio de pueblos cuyos orígenes son lejanos; una brusca plaga endémica en la que
reposa el arca antigua, testimonio del primer diluvio (...) Pero, contra estos bárbaros salvajes,
emergidos de la lejanía del desconocido oriente o del frío septentrión silencioso, que encarnan la
potencia diabólica en el mundo...¨26
Por otro lado, Ambrosio también hablaba de los enemigos internos (hostes domestici) como las
pasiones, la primera de todas, la ambición de dinero y de dominio que habían alejado a los hombres del
camino primitivo y en el fondo del derecho natural27:
¨ Pero hay guerras también, que el cristiano debe afrontar: las batallas contra la codicia y los
conflictos de las pasiones: los enemigos internos son todavía más graves que los externos...¨ 28
En sus palabras apreciamos, no solo su condición de lector de autores clásicos como Polibio,
sino su profunda convicción de hombre de la Iglesia, preocupado por la torturada alma del hombre
tardo-antiguo. Por ello pudo, incluso ofrecer una solución ante tiempos tan aciagos:
¨ La Romanidad cristiana debe erguirse y retornar a la sombra del signo triunfal de la cruz,
vestigio de su prístina virtud...¨29
Posteriormente, otro Padre de la Iglesia, Jerónimo de Estridón, fue un testigo de excepción de la
invasión de los hunos a Oriente. Al respecto, no trepidó en identificarlos con el sanguinario pueblo
bíblico de Magog (Ezequiel 38,1; 39,20.), que según la tradición había sido encerrado por Alejandro de
Macedonia entre los montes del Cáucaso para evitar que estos seres monstruosos invadieran otros
territorios y los asolaran con su crueldad.30
Sobre la invasión de los hunos al Oriente, Jerónimo agregaba, con la intención de alertar a los
cristianos:
¨ Estos invasores (los hunos) se dirigen a Jerusalén atraídos por los sagrados tesoros cristianos
guardados allí...¨31
Como se ha podido observar la visión de algunos intelectuales cristianos, era particularmente
apocalíptica.
25 MAZZARINO, S. El fin del mundo antiguo. México. UTEHA. 1961, P. 4526 Cfr. HUBEÑAK,F. Roma el mito político. Buenos Aires. Ciudad Argentina, 1997. p. 22127 MAZZARINO, S. op. cit. P. 45.28 Idem. p. 4629 HUBEÑAK, F. Roma el mito....p. 221.30 Ver BOCK, Susana. Los hunos: tradición e historia (en Antigüedad y Cristianismo). Murcia. Universidad de Murcia. 1988.p. 125 a 12731 Jerónimo de Estridón (347-420). Tradujo las Sagradas Escrituras al latín en la versión llamada vulgata
9
Tras la invasión de Roma del 410 en la cual Alarico incendió y destruyó la ciudad, los
pensadores cristianos, entre ellos Agustín de Hipona, vislumbraron el fin de la vieja Roma y los
comienzos de una nueva Roma, remozada por la ayuda de Cristo. En ese contexto Agustín dijo:
¨ No quieras uncirte a este viejo mundo; no quieras no querer remozarte en Cristo que te dice: el
mundo se muere, el mundo envejece, el mundo se acaba, tiene ya un jadeo de senectud...¨32
La visión que Agustín tenía de la realidad que lo rodeaba, produjo un punto de inflexión en la
relación entre los cristianos y <los otros>, paganos, herejes y bárbaros. En sus sermones y escritos
intentó responder a los paganos que culpaban al cristianismo de la decadencia romana:
¨ Ahí véis, dicen los paganos, que perece Roma en los tiempos cristianos. Quizá no es esto la
desaparición de Roma; es quizá un azote y no una ruina; tal vez no perezca Roma si no perecen los
romanos; y no perecerán si bendicen a Dios; perecerán si le blasfeman ¨33
¿A quiénes asimilaba Agustín con este azote de Dios?¿Quiénes debían entender el mensaje
divino para remozarse de cara a los nuevos tiempos?
Acerca de la primera cuestión, Agustín asimiló ese azote o castigo con los pueblos de Gog y
Magog. Al igual que Jerónimo los consideraba ¨ gentes en quienes estaría encerrado el demonio...¨34 y
a los que caracterizaba como ubicados ¨ sobre la latitud de la tierra y quienes cercaron el ejército de
los santos y la ciudad amada...¨35
Esto nos lleva resolver la segunda cuestión. Recordemos que el ejército de santos debe
asimilarse al cuerpo de fieles de la Cristiandad y la ciudad amada no es otra que la Iglesia de Cristo, a
la que Agustín pretendía salvar del azote de Dios.
Así como la corriente apocalíptica era obra del sistemático ingreso de bárbaros dentro del
Imperio romano, en el corazón de la Iglesia se vivenciaron otras dos problemáticas:
1. La actitud de la comunidad cristiana ante los herejes.
2. La actitud de la comunidad cristiana ante los paganos.
Acerca de la <problemática herética> la comunidad cristiana adoptó una postura que, aunque con
matices desplazó y/o excluyó a aquellos que pretendían desviarse total o parcialmente de la Verdad
Revelada.
32 HUBEÑAK, F. Roma, el mito...p. 221.33 SAN AGUSTÍN. Sermón 81. (en Hubeñak, F. Roma, el mito...p. 221)34 SAN AGUSTÍN .La Ciudad de Dios. Cap. XX, 11. p. 23135 Idem. p. 231.
10
Los cristianos de los siglos II y III delinearon, según García Bazán,36 las diferencias
substanciales entre los términos secta y herejía. El término Secta era un vocablo que provenía del
verbo latino sequor que era seguir, optar; su correspondiente griego háiresis provenía de
hairéo/hairéomai, y encerraba el significado de opción, elección en torno a una corriente o escuela
filosófica.
El autor francés Pascal Boulhol37 ha indicado que las generaciones cristianas latinófonas
utilizaron mayormente el término helénico hairesis.
La más antigua acepción del término secta, y el más próximo a su etimología es ¨ regla de
conducta ¨, ¨ máxima ¨ o ¨ partido ¨ (que se toma).
En época de Cicerón el término secta se había utilizado para designar tendencias, escuelas o
movimientos intelectuales y tuvo la función sintáctica de complemento del objeto del verbo. En este
sentido secta hacía pareja con el griego háiresis, cuya etimología deriva de un verbo activo haireo
(tomar-asir) o de su forma media hairoûmai (elegir). La herejía, por tanto, se define como la toma o la
aprehensión de una cuestión puntual, de una parte del conjunto; dicho de otro modo, es selección,
elección personal38.
Cuando el término secta ingresó al medio judío helenizado se produjo la transformación
semántica de la palabra. En dicho medio y en relación con el Cristianismo naciente, el término dejó su
significación genérica y profana y se usó en forma técnica y negativa.
Tanto para los judíos como para los cristianos de los siglos II a V de la era cristiana, el uso del
término ¨ hereje ¨ pasó a tener un significado peyorativo.
Desde el apologista Justino de Flavia Neapolis y hasta los tiempos de Agustín de Hipona y
Paulo Orosio, período y contexto en el que se centra esta investigación, la filosofía cristiana era el
camino que permitía llegar a la Verdad Revelada.
Las ¨ herejías ¨ eran opciones equivocadas, puesto que no se inspiraban en el Verdadero
Maestro, Cristo.
La Iglesia católica a través de sus más encumbrados letrados e intelectuales puntualizó los
principios de sustentación de la filosofía y del dogma cristiano, con el objetivo concreto de reforzar la
identidad de los cristianos y proteger las tradiciones de la comunidad frente a los que querían desviarse
del mensaje revelado.
Vale recordar que tanto la <problemática herética> cuanto la <problemática pagana>
formaron parte del modelo de mundo en el que Paulo Orosio estaba inserto y del que emergió la obra
Historia contra los paganos.
36 Cfr. GARCÍA BAZÁN, F. Aspectos inusuales de lo sagrado (op.cit) p. 185; GARCÍA BAZÁN, F. Neoplatonismo-Gnosticismo-Cristianismo ( en Cuadernos NAO) Año 2 Nº 4. 1986, p. 11537 BOULHOL, PASCAL. Secta: de la ligne de conduite au groupe hétérodoxe (Évolution sémantique jusqu’ au début du Moyen Âge) (en Revue de l’Histoire des religions. Tome 219- Fascicule 1.Janvier-Mars), Paris, Presses Universitaires de France. Année, 2002, p. 23 a 2538 Idem, ps. 7 a 11.
11
Durante los siglos IV y V las relaciones entre cristianos y paganos se tensaron
peligrosamente. Ya Constantino, en el año 330 decidió fundar una nueva Roma en el viejo enclave de
Estambul en la costa del Mar Negro, con el fin de rodearse en un nuevo espacio, de una nobilitas
cristiana en un nuevo ciclo político con centro en la Pars Orientalis del Imperio.
En Occidente, la vieja nobilitas seguía atraída por los cultos ancestrales. La
literatura cristiana desde el siglo I había dado a estos enemigos religiosos el nombre de gentiles
esto es: los adoradores de antiguos dioses tribales o no cristianos.
El término paganus parece encontrarse por primera vez en el lenguaje corriente desde el año
365d. C. Cinco años más tarde se lo encuentra en el primer texto legal, un edicto de los emperadores
Valentiniano I y Valente al procónsul en África Claudio fechado el 17 de febrero de 37039.
Este nuevo término que se estaba imponiendo provenía de pagus y designaba al
campesino o como diríamos nosotros a quien vivía en el <pago> (campo).
A medida que pasaba el tiempo y la conversión del campesino (tradicionalmente más
conservador y apegado a sus ritos y costumbres) se hacía más difícil, la palabra comenzó a
fortalecer su matiz religioso.
Del análisis de las fuentes resulta evidente que en torno al siglo V de la era cristiana,
la religión que ahora conocemos como paganismo era fundamentalmente el sincretismo confuso
y a-sistemático de antiguas creencias, conformadas bajo el nombre genérico de <religión
oficial> cuya base eran las mores maiorum40, la fides al culto capitolino fortalecido por el
culto imperial y el respeto a los antiguos ritos (vinculados al fuego y a los antepasados) así
como, la popularización intelectualizada de la filosofía neoplatónica y los cultos orientales41.
Tal como se ha descrito el contexto del que emerge el texto de Paulo Orosio es el pasaje de la
<Romanidad> a la <Cristiandad>.
Este período ha sido una época de transición entre una entidad cultural: la Romanidad; signada
por los ¨ ideales y las cualidades romanas de la pietas, de la humanitas, de las mores, de la auctoritas y
de la fides42y la entidad cultural que la sucedió: la Cristiandad, que se reconoce como aquella en la
cual el cristianismo asumió en Occidente una estructura político-cultural basada en la Ciudad de Dios,
de Agustín de Hipona y en la armonía entre la Iglesia y el Imperio, núcleos centrales de ese universo
cultural43.
En esta variada y compleja realidad, Paulo Orosio escribió su <Historia contra los
paganos>. Los condicionantes externos dejaron como en todo hombre de la historia, su impronta
39 Cum paganorum animi contra sanctissimam legem quibusdam sunt depravarionibus excitati 40 Costumbres de los antepasados41 Cfr. HUBEÑAK, F, El hispano Teodosio y la cristianización del Imperio, Hispania Sacra, 51,Centro de Estudios Históricos. Consejo Superior de Investigaciones científicas, 1999, pag 28 42 Cfr. BARROW, R. Los romanos. México, FCE, 1980, pag. 17
43 Cfr. HUBEÑAK, F. Formación de la Cultura Occidental. Buenos Aires. Ciudad Argentina. 2000. (p. 212)
12
específica. En el contexto biográfico del autor ese mundo exterior se fusionará con sus vivencias
cotidianas en las que se nos presentará el narrador enmarcado en su propia realidad existencial.
CONTEXTO BIOGRÁFICO DEL AUTOR
Pocos son los datos que se pueden reunir sobre Orosio44. Fue un sacerdote de origen hispano, que al
parecer nació en el Convento Jurídico Bracarense45 en las últimas décadas del siglo IV.
Se sabe que Galicia, su tierra natal, fue uno de los más importantes centros del priscilianismo46y
que la decapitación de Prisciliano y de sus principales seguidores en Tréveris en el 383 provocó
violentas reacciones y enconados rencores en tierra española. Luego de estos trágicos hechos se produjo
la invasión de los Suevos a Galicia.
Orosio vivió su niñez y primera adolescencia en este ambiente. Se tienen firmes indicios sobre su
militancia entre los priscilianistas a los que luego abandonó. Esta circunstancia lo expuso a sus
represalias47
Según Torres Rodríguez, Orosio depuso su actitud herética y se convirtió gracias a la acción de los
obispos locales Eutropio y Paulo48.
Entre los años 410 y 415, Orosio llegó al norte de África para buscar consejos teológicos de Agustín
de Hipona50. El obispo africano pareciera haberse interesado en Orosio por su pasado priscilianista, ya
que en aquel tiempo, estaba profundamente interesado en la temática de las herejías.
La huída de Orosio de manos de los Suevos está documentada por él mismo en su obra:
¨…cuando hablo de mí mismo, por ejemplo, que, en un primer momento, me vi frente a frente con
los bárbaros a los que no había visto nunca, que los esquivé cuando se dirigían hostiles contra mí, que
los ablandé cuando se apoderaron de mí, que les he rogado a pesar de ser infieles, que los he burlado 44 Algunos autores han sostenido que el nombre Paulo es un invento de copistas del siglo XIII. JORDANES, en el año 551 lo cita como Paulo Orosio (Historia de los godos, IX, 58) por lo cual desde aquella época se lo conoce con su nombre actual. TORRES RODRÍGUEZ se inclina por la teoría de que Orosio era su nombre hispano y Paulo el nombre romano cristiano adoptado en el bautismo o en su ordenación presbiterial, Cfr. TORRES RODRÍGUEZ, Casimiro, Paulo Orosio. Su vida y sus obras, Santiago, Fudación Pedro Barrie de la Maza conde de Fenosa, 1985, pag. 1945 Para SANCHEZ SALOR acerca de su origen existen dos posturas encontradas: la de aquellos que defienden su origen tarraconense y la de aquellos que defienden su origen en Braga, provincia Gallaecia (que incluía la actual Portugal). Sobre su origen en Braga se destaca la carta de San Braulio a San Fructuoso (Epist. XLIV, p. 205) Cfr. SANCHEZ SALOR, Eustaquio, Introducción, traducción y notas, en Historias, Madrid, Gredos, 1982, vol 1, p. 8. Ver la postura de FINK-ERRERA acerca de algunos autores del siglo XVI que han puesto en duda su nacimiento en Galicia. Cfr FINK-ERRERA, Guy, San Agustín y Orosio (esquema par el estudio de las fuentes del <De Civitate Dei>La Ciudad de Dios, tII, CLXVII, nov. 1954, (Instituto Enrique Florez, Madrid)46 La herejía de Prisciliano parecía tener un marcado acento gnóstico y maniqueo así como un ascetismo puritano que lo hacía excesivamente rigorista. Se sabe que debido a este rigor extremo llegó a aceptar libros escriturísticos, además del canon oficial, de los que emergían ideas proféticas y la negación de una Iglesia institucional. Cfr. CHADWICK, Henry, Prisciliano de Ávila, Madrid, Espasa Calpe, 1978.47 Así lo afirma San Braulio en su carta a San Fructuoso de Braga (Epist. XLIV, p. 205)48 Cfr. TORRES RODRÍGUEZ, C, op. cit, p17-18. 50 Cfr. HUBEÑAK, F, El papel de Orosio en el pasaje de la Romanidad a la Cristiandad, , Semana de Estudios Romanos, Vol, XI, Valparaíso, 2000 Acerca de la fecha de arribo a África SANCHEZ SALOR y CORSINI adhieren a la fecha indicada, pero FINK-ERRERA sugiere como fecha de llegada el 410 puesto que deduce la fecha de ingreso de los Suevos y Vándalos al territorio español (409) y la importante labor que debió desarrollar en el centro de investigaciones de Hipona y Cartago junto al obispo Agustín y a Julián, diácono de Cartago.
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cuando me retenían, y finalmente que he escapado de ellos, cubierto con una repentina niebla, cuando
me perseguían por el mar, cuando trataban de alcanzarme con piedras y dardos y cuando ya incluso me
alcanzaban con sus manos…¨51
Orosio fue a África, en particular a Hipona convencido de la importancia de esta ciudad dentro de
la Cristiandad de Occidente. Los datos aportados por el epistolario y las obras de ambos religiosos
hacen inferir que Agustín tuvo poco tiempo para ocuparse de Orosio puesto que su obra tanto al frente
del obispado, como en el plano teológico ha debido ser abundante y profunda.
FINK-ERRERA afirma que Agustín, tras tomar los ejemplos de Cicerón y Jerónimo se rodeó de
varios taquígrafos y letrados con los que constituyó en Hipona un <centro de investigaciones> del que
obtenía la base documental para sus obras. En Cartago su amigo Aurelio y el diácono Julián sirvieron
de apoyatura a la tarea teológica de Agustín52
Orosio, presbítero de aquel centro de letrados, dijo de su maestro Agustín:
¨ He sido enviado por Dios junto a ti. De ti por Él espero que me recibas, después de poner a tu
consideración, cual fue el móvil de venir acá. Soy consciente de cómo he venido: sin voluntad, sin
necesidad, sin meditarlo; he salido de mi patria movido por una fuerza oculta y he llegado al litoral de
estas tierras. Aquí me he percatado que se me mandaba venir junto a ti. No me juzgues descarado, si
escuchas mi confesión. La verdad de Cristo está en mí ¨53
Desde su comunidad monástica, Agustín irradió a Occidente las ideas moldeadas en el centro
cultural de Hipona del cual era la cabeza, guía y maestro. Sus discípulos y colaboradores reunían los
documentos y ordenaban la información para la amplia tarea literaria del obispo54
Según Fink-Errera, Orosio trabajó durante un tiempo en Cartago55 en la búsqueda, organización y
presentación de un bosquejo de la historia universal que pudiera servir de apoyo <La Ciudad de Dios> la
emblemática obra del obispo de Hipona.
Hacia el año 414, Agustín envió a Orosio ante Jerónimo en Jerusalén, acompañado de la siguiente
y elogiosa carta de presentación:
¨ Hasta mí ha venido, escribía el santo Doctor, un joven piadoso, hermano mío por el vínculo, de
la paz católica, hijo por la edad, compresbítero nuestro por el honor, Orosio, despierto de ingenio, de
fácil palabra, ardiente en el estudio y deseoso de ser vaso útil en la casa del Señor, para rechazar las
falsas y perniciosas doctrinas, que destrozaron las almas de los españoles harto más cruelmente que la
espada de los bárbaros sus cuerpos ¨ 56
La labor de Orosio en Jerusalén se relacionaba directamente con la defensa de la ortodoxia y el
ataque a la herejía priscilianista que se sustancia en la redacción del Commonitorium de errore
51 OROSIO, Historias, III, 20, 6-752 FINK-ERRERA, G, op. cit, p. 46053 OROSIO, Commonitorio, 2 y 454 HUBEÑAK, F. El papel…p. 12055 Los años 411 a 414 en los que dio por terminado el bosquejo general de su obra. Cfr. FINK-ERRERA, op. cit, p. 462
56 AGUSTÍN, Epístola 166 Nª 2 Opp. tII, 583
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Priscillianistarum et origenistarum (Commonitorio o Consulta) dedicadas Al muy bienaventurado padre
Agustín-obispo. A partir de este texto de base, Agustín redactó el Liber ad Orosium contra
Priscilianistas et Origenistas177
La mayoría de los historiadores coinciden en afirmar que a su regreso de Palestina (año 416)58
Paulo Orosio redactó su libro más conocido: Historiarum adversum paganos libri septem59.
La obra de Orosio sirvió de base de datos a las teorías que Agustín desarrollo en <La Ciudad de
Dios> tal como pudo demostrar Vaz de Carvalho60en un estudio de las relaciones de dependencia entre
el maestro y su discípulo.
El agradecimiento del discípulo a su padre y maestro ha sido recurrente a lo largo de sus Historias,
tal como puede apreciarse en este pasaje:
¨ He obedecido a tus mandatos, venerable padre Agustín y ojalá con tanto acierto como buena
voluntad. Aunque poco me voy a detener en explicar si he hecho bien o mal; pues tú serás responsable
de juzgar si puedo o no, cumplir debidamente lo que me has encomendado. Yo solo me he limitado a
obedece, si bien procuré adornar esta obediencia con toda mi voluntad y mis esfuerzos ¨61
La obra de Orosio, es resultante de una necesidad teológica imprescindible de Agustín de Hipona.
El ataque sistemático de los paganos al cristianismo lastimaba a las comunidades de creyentes. La
Cristianitas, como nueva cultura, emergía de las cenizas de un Imperio pagano desarticulado y
desesperado.
Cuando los paganos culparon a los cristianos de atraer los males por no respetar a los dioses
ancestrales, la voz de Agustín resonó desde Hipona a todo el Occidente cristiano. Orosio fue el
obediente narrador de la Historia Universal en la que Cristo ocupaba un sitial privilegiado. Para
referirse a la confluencia de intereses dijo Orosio:
¨ Me has ordenado que en contra de la insidiosa propaganda de la maldad de aquellos que, por ser
extraños a la ciudad de Dios, de las encrucijadas, de los lugares agrestes y de las aldeas, de donde
proceden, se les da el nombre de paganos, o de gentiles, porque no aprecian más que los bienes
terrenos, los cuales, no preocupándose de lo futuro, olvidan e ignoran el pasado, pero en cambio
propagan las mentiras que los tiempos actuales son extraordinariamente calamitosos por el sólo hecho
de que se cree en Cristo, se honra a Dios y son abandonados los ídolos: me has ordenado, pues, que
recoja de las relaciones de toda las historias y anales, que se han hecho hasta el presente y explique en
177 P.L XLII, 669. Cfr. HUBEÑAK, F, El papel…p. 121-122. También en Jerusalén el obispo Juan invitó a Orosio a una reunión del clero para escuchar a Pelagio, acusado de propagar una nueva herejía de raíz origenista, por la cual éste afirmaba la bondad natural del ser humano y negaba el pecado original y la gracia; por ello la salvación dependía exclusivamente del obrar humano. Orosio asumió con vehemencia el papel de defensor de la recta fe. Dado que el obispo Juan lo acusara de hereje por algunos dicho aportados en la reunión ante Pelagio, Orosio redactó en su defensa el Liber apologeticus contra Pelagium de Aebitrii libertate o <defensa propia>58 Acerca de la fecha de redacción FINK-ERRERA indica que redactó la obra antes de partir hacia Palestina y que al volver ya había circulado en el centro cultural de Cartago para poder servir como base de los diez primeros libros de la obra de Agustín de Hipona: <Civitate Dei>Cfr. FINK-ERRERA, G, op. cit, p. 469 59 Los siete libros de Historias contra los paganos60 Cfr. VAZ DE CARVALHO, J, ¿Dependerá S Agostinho de Paulo Orósio?, Revista Portuguesa de Filosofía, 2, 1955, pags. 143-146 61 OROSIO, Historias I, 1-2
15
un breve y ordenado volumen todas las penalidades de las guerras, los estragos de las pestes, las
calamidades producidas por el hambre, las desgracias causadas por los terremotos, por las
inundaciones, por las erupciones volcánicas, o por los rayos y las pérdidas producidas por el pedrisco;
también los delitos de parricidio y demás crímenes cometidos en los tiempos pasados. Sobre todo
vuestra reverencia ocupada en componer el undécimo libro de vuestra obra contra estos mismos
paganos…¨62
El hombre de fe, el presbítero hispano desapareció de la escena de la historia, tras dejar
las reliquias de San Esteban en África y en Hispania. Los datos sobre su vida y su obra se pierden hacia
el 423. Su obra, que dedicó y compuso en tiempos aciagos, sirvió de base de sustentación a la labor
misional que, desde los monasterios medievales, se irradió luego, por toda Europa.
Para completar nuestro análisis hermenéutico del texto de Orosio es imprescindible
internarse en él, cuestión que se abordará a continuación.
ANÁLISIS DEL DISCURSO EN LA OBRA DE PAULO OROSIO
62 OROSIO, Historias I, 9-12
16
Así como el discurso de Orosio responde a una tradición cristiana, que como hombre de la Iglesia
se empeñó en dejar trascender; también refleja la tradición literaria de aquella época, esto es, la
retórica.
¿Qué se entiende por retórica? y, además ¿Cuáles fueron las características distintivas de la
retórica en la Antigüedad Tardía?
La retórica fue el ¨…metalenguaje (discurso sobre el discurso) que reinó en Occidente desde el
siglo V a.C al siglo XIX d. C.¨63
En la antigüedad quería decir ¨ ciencia del habla ¨64 . Enseñaba a construir de manera artística el
discurso. Era, aunque una técnica, un arte en el sentido clásico del término. Era concebida como el arte
de la persuasión. En la retórica confluían un conjunto de reglas cuya aplicación permitía convencer al
oyente del discurso o al lector de la obra; incluso, cuando aquello sobre lo que persuadía, era falso.
Su uso a lo largo de catorce siglos dio acceso a lo que Roland Barthes llama:la sobre-civilización
de Occidente65. Gracias a la retórica, Occidente ha forjado la soberanía de su lenguaje y ha impuesto
rasgos comunes a los conjuntos de expresión histórica y literaria.
A partir del siglo II a. C, la retórica llegó a Roma y adoptó fines más prácticos. El derecho y la vida
judicial se regodearon con su uso y, por que no decirlo, con su abuso.
Ya en el Imperio el griego pasó a ser la lengua culta por excelencia. Roma se entregó
espiritualmente a Grecia; ya que el griego como lengua culta universal se utilizó, incluso, en la liturgia y
literatura cristiana de los primeros siglos. Recién en el siglo IV de la era cristiana se utilizó el latín
como lengua litúrgica y literaria.
Los escritores de los siglos IV y V narraban a partir de la retórica latina que había abrevado en los
hitos retóricos básicos: En la teoría de Aristóteles, en la práctica de Cicerón, en la postura pedagógica
de Quintiliano y en la transformación por generalización y difusión masiva, de las obras de Dionisio de
Halicarnaso y Plutarco66.
Han existido a lo largo de la historia tres géneros de discursos retóricos: el deliberativo, el judicial y
el epidíctico.
Lo propio de la deliberación era el consejo y la disuasión; pues una de estas dos cosas era lo que hacían
siempre.
Lo propio del proceso judicial era la acusación o la defensa, dado que los que pleiteaban forzosamente
debían hacer una de estas cosas.
Lo propio del discurso epidíctico era el elogio y la censura67
63 BARTHES, Roland, Investigaciones retóricas I. La antigua retórica. Ayuda-memoria, Buenos Aires, Ed Tiempo contemporáneo, 1970, p. 9.64 CURTIUS, Ernest Robert, Literatura europea y Edad Media latina. México, F.C.E. 1955, p. 9965 BARTHES, R, op. cit, p. 11.66 Idem p. 16.
67 ARISTÓTELES, Retórica, Gredos, Madrid, 2000, p. 60
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Los tiempos de cada uno de estos géneros eran: para la deliberación, el futuro; para la acción
judicial, el pasado (ya que las acusaciones o defensas se hacían en relación con acontecimientos ya
sucedidos) y para el discurso epidíctico, el presente, puesto que todos alababan o censuraban conforme
a lo que era pertinente.
Tras un análisis integral del discurso retórico se puede afirmar que el estudio de la retórica
comprendía cinco partes:
La invención: que suministraba un repertorio de topoi68
La disposición: que permitía elaborar un plan que organizaba el discurso en las siguientes partes:
1. Exordio: Introducción
2. Narración: En la que se relataban los hechos tal como sucedieron
3. Argumentación: En la que se exponían las razones o argumentos que sostenían el discurso
4. Epílogo: En el que se compendiaban las consideraciones que darían un cierre definitivo al texto
La elocución: en la que se cuidaba el estilo y las figuras adaptándolas al tema
La acción: como el arte de presentar la palabra y el gesto para lograr llegar al receptor.
Entre los siglos II y IV de la era cristiana, se difundió la neo-retórica como estética literaria
(retórica, poética y crítica).
Agustín de Hipona adhirió desde África a esta retórica por ser preferentemente ecuménica.
En la época de transición entre la Romanidad y la Cristiandad, se utilizó este recurso retórico rico
en claroscuros y en variados estilos lingüísticos y literarios.
En los círculos cristianos, tanto Jerónimo de Estridón como Agustín de Hipona tuvieron una sólida
formación en retórica latina, pues fueron ávidos lectores de la obra Ciceroniana.
Desde África, Agustín plasmó sus obras, reconocidas por su sutil emotividad, su pasión espiritual y
sus ansias puestas en la comprensión y difusión de la esencia de las cosas de este mundo. Agustín fue no
sólo un erudito sino un gran pensador de su época69. En él retórica y teología se fundían para dar forma
a discursos no sólo coherentes, sino de gran hondura espiritual y racional.
Así como Cicerón des-intelectualizó y quiso impregnar sus obras de especulaciones ganadas por el
<buen gusto> y la <naturalidad>, la retórica sacra de Agustín trató de aunar elocuencia y búsqueda de la
Verdad de fe70
Dado que, tal como se ha expuesto precedentemente, Paulo Orosio perteneció al <circulo de
letrados> que Agustín organizó desde su sede obispal en Hipona; podemos afirmar, tras las pruebas
presentadas en los apartados precedentes, que hubo entre ellos una estrecha relación de maestro y
discípulo. Agustín lo guió en el dominio de la retórica y recibió de Orosio los argumentos históricos que
sustentaron el desarrollo de <La Ciudad de Dios>, la mayor obra escrita por autor cristiano en tiempos
de la consolidación de la nueva cultura: la Cristianitas.
68 Lugares comunes69 CURTIUS, E, op. cit, p. 11070 BARTHES, R, op. cit,, p. 20.
18
Fue en aquel <Centro cultural de Hipona> en donde Orosio recibió, de su maestro Agustín, las
bases teóricas retóricas a partir de las cuales dio forma a su obra: Historia contra los paganos. Para
demostrarlo realizaré un análisis puntual de las partes de la obra.
La obra de Paulo Orosio sigue los lineamientos de toda oratio o discurso retórico, puesto que en
ella se reconocen las siguientes partes:
Exordio o introducción
Narración o relato de los hechos
Argumentación o prueba
Epílogo o cierre definitivo del texto en el que se compendia la finalidad de la obra
En el exordio o prólogo de la obra, el autor describe las razones que lo han llevado a realizarla:
¨ He comprobado que los tiempos pasados no sólo fueron tan opresores como estos actuales, sino
que aquellos fueron tanto más atrozmente desgraciados cuanto más alejados estaban de la medicina de
la auténtica religión; de forma que con razón, tras mi análisis ha quedado claro que reina la sangrienta
muerte, cuando la religión, enemiga de la sangre es olvidada; que, mientras la religión brilla, la muerte
se obscurece; que la muerte termina cuando la religión prevalece; que la muerte no ha de existir en
absoluto cuando impere sólo la religión ¨71
Como puede verse en este párrafo Orosio trata de demostrar, desde el inicio de la obra, que el
hombre ligado a Dios se acercaba a la vida y el que se alejaba de él se vinculaba a la muerte.
En la narración o relato de los hechos Orosio despliega el objetivo teológico de su obra: el
accionar humano había sido corrompido por el pecado original. En esta parte de la obra realiza un
despliegue histórico que comienza en los tiempos de Adán y concluye en la época del autor.
Su división de la historia buscaba ensamblar la historia universal romana de Polibio (y sus
seguidores los historiadores Pompeyo Trogo, Justino, Eutropio y Floro) con la historia de la salvación o
la historia del pueblo elegido por Dios.
Su relato puede encuadrarse en una teología de la historia. Orosio ha universalizado la historia
anterior a Cristo al ponerla en relación con la Creación y el pecado original. Al respecto ha dicho:
¨ Tanto entre los griegos como entre los latinos, casi todos los escritores que propagaron con sus
palabras en aras de un largo recuerdo las acciones de reyes y pueblos, comenzaron sus obras con
Nino, hijo de Belo rey de los Asirios.
Los mismos autores (…) aceptan que los reinos y las guerras empezaron con ese rey, como si el
género humano hubiese vivido hasta ese momento a modo de animales y sólo entonces por primera vez
abría los ojos como golpeado y despertado a nueva luz. Por ello he decidido contar el comienzo de las
desgracias humanas partiendo del primer pecado humano, escogiendo sólo unos pocos y breves
ejemplos ¨72
71 OROSIO, Historias, prólogo, p. 80
72 OROSIO, Historias, Libro I, 1,1 . Las negritas pretender resaltar el sentido dado por Orosio al texto
19
En su pretensión universalista Dios es providente y le ha guiado la mano para enlazar la Romanidad
y la Cristiandad para que ésta se consolide definitivamente:
Por el espacioso Oriente y el inmenso Septentrión por las tierras esparcidas al Mediodía y por las
dilatadas islas y riberas del Océano, véanse gentes con nuestra ley y nuestro nombre; para los
cristianos y romanos, romano y cristiano soy. Es el único y verdadero Dios el que ha establecido
esta unidad del reino, soy romano entre romanos, cristiano entre cristianos, hombre entre
hombres; miro con amor la tierra, que me sirve de patria y anhelo aquella otra patria verdadera,
que está muy por encima de este mundo. Allí esta mi patria en donde está mi ley y mi religión.
Nada he perdido, porque nada he amado; y tengo todo lo que amo conmigo, pues en todos los lugares
está conmigo Aquél que hace que todos me conozcan y me amen, porque de él es la tierra y todas las
cosas ¨73
Los argumentos y pruebas que ha desplegado Paulo Orosio se centran en demostrar que hasta el
advenimiento del Imperio romano y por tanto de Cristo, la historia ha transitado un derrotero de cuatro
Imperios caracterizados por el desconocimiento del único y verdadero Dios que por tanto castiga a los
hombres que, desde el pecado original, transitan ese período histórico. Los cuatro Imperios descritos
fueron: el Babilonio, el Macedonio, el Cartaginés y por último el Romano.
El Imperio romano, según Orosio se ha consolidado en el mundo conocido, gracias a la Providencia
divina. Fue en los tiempos romanos que se unificó a todos los pueblos de Asia, África y Europa, bajo un
solo dominio.
Su división de la historia anterior a Cristo abarca los primeros seis libros del relato. En el séptimo
libro relata los acontecimientos ocurridos desde el nacimiento de Cristo hasta los tiempos de Orosio en
los cuales se ha producido un giro histórico que conducirá al hombre hacia su eterna morada en la que
alcanzará la felicidad eterna.
Orosio recurrió al sincronismo Augusto-Cristo para vincular lo romano con lo cristiano en la
historia.
¨ …ese Dios que gobierna los cambios de imperio o de épocas, que castiga todos los pecados,
ha elegido lo que es débil en el mundo para confundir lo que es fuerte, y ha fundado el Imperio
romano, sirviéndose para ello de un pastor de paupérrima condición. Ese Imperio que se mantuvo
largo tiempo en manos de reyes y cónsules, tras apoderarse de Asia, África y Europa, Cayó en toda su
administración en manos de un solo emperador, poderosísimo él y clementísimo. Durante el
reinado de este emperador, al que casi todos los pueblos honrarían justamente con cariño y temor
al mismo tiempo, el Dios verdadero que ya era adorado en inquieta superstición por los que lo
desconocían, abrió el abundante manantial de su inteligencia y con el fin de empeñar más fácilmente
bajo la apariencia humana de los hombres, envió a su propio hijo, el cual realizaría milagros que
73 Idem V, II, 1-8
20
sobrepasarían la condición humana y, demostraría la falsedad de los espíritus a los que algunos
habían considerado como dioses, e hizo esto para que los mismos que no habían creído en él como
hombre, creyeran en sus obras como obras de Dios; y lo hizo también para que, en medio de aquella
tranquilidad y de aquella paz que se extendía ampliamente corriese, sin peligro y rápidamente, la
gloria de la buena nueva y la rápida fama de la anunciada salvación; e incluso también para que, al ir
sus discípulos por todas partes y repartir además los bienes de la salvación entre todos, tuviesen como
ciudadanos romanos que eran, segura libertad para acercarse y discutir entre ciudadanos romanos ¨74
En el cierre de su obra o epílogo se vivencia el sentido general del texto. Orosio puso especial
esmero en brindar un último mensaje de persuasión a los paganos con el fin de convencerlos de las
virtudes de la conversión:
¨ Hemos mostrado a nuestro parecer y puesto ante los ojos, no más casi con la palabra que con el
dedo que hemos terminado muchas guerras que hemos extinguido muchos tiranos que muchos
pueblos han sido reprimidos, estrechados, sometidos y aniquilados con la menor cantidad de
sangre, sin ninguna lucha y casi sin muertes. Resta que nuestros detractores se arrepientan de sus
maquinaciones y se avergüencen ante la verdad y crean, teman, amen y sigan al Dios verdadero y
único que todo lo puede de quien han podido aprender que proceden todos los bienes, aún los que
consideran como males. He explicado con la ayuda de Cristo, según tu precepto bienaventurado padre
Agustín, desde el principio del mundo hasta el día presente, esto es: durante cinco mil seiscientos
dieciocho años, las ambiciones y castigos de los pecadores, los conflictos del siglo y los juicios de
Dios, lo más breve y sencillamente que he podido, separando los tiempos cristianos de aquella
confusión de la incredulidad por estar más presente en ellos la gracia de Cristo ¨75
LA REFIGURACIÓN COMO CONFLUENCIA ENTRE EL MUNDO DEL TEXTO Y EL DEL
HERMENEUTA
74 Idem VI, XX, 1-475 Idem, VII, XLIII, 17-20
21
A esta altura del trabajo, la pregunta de Ricoeur resurge espontáneamente: ¿Qué nos quiere decir
Orosio en este texto?
El texto analizado surge de aquel modelo de mundo en el cual convergían las propias ideas del
autor con las de su maestro Agustín.
Frente a aquella crítica realidad en la cual los paganos responsabilizaban a los cristianos de la
crisis institucional y política sufrida por el Imperio, Orosio respondió con su <Historia contra los
paganos>.
En la obra no hace más que encolumnarse detrás de otros escritores cristianos que realizaron un
planteo teológico de la historia. Entre los cuales se ubicaban Tertuliano, quien dijo: ¨ La historia no
puede ser más que una parte de la historia de Dios>; <la misma sabiduría ha unido dos períodos de
tiempo bien diferentes: el primero que ha comenzado con el mundo, del que formamos parte y que
terminará con él; la segunda que esperamos y que será la eternidad misma ¨18 y Lactancio para quien
¨ Toda historia es historia de la Providencia ¨76
Fue a partir de aquella apoyatura teórica que Orosio afirmó que su historia ¨…no era más que una
prueba de los designios de Dios ¨77
El texto se centra en un hecho histórico: la redención. Orosio opera una revolución en el
pensamiento histórico de su época, la redención ha abolido el tiempo. Desde allí ningún acontecimiento
alterará el sentido de la historia. Dios se ha hecho hombre por los hombres, quienes en lo sucesivo no
podrán encontrarse más que en Dios, único principio y fin del mundo78
Su obra narra hechos históricos. La redención se presenta como un dato central, pero se interpreta
desde una óptica apologética o providencialista. En concreto, en el mundo personal de Orosio, el
sacerdote desplazó al historiador.
El formó parte de un mundo en el que la Cristiandad tenía enemigos: los paganos. Por ellos y en
su afán de persuadirlos, escribió esta obra. Su obra es apologética porque para Orosio la encrucijada
histórica, política y religiosa lo requería:
¨ Tú (Agustín) me has ordenado responder al palabreo inútil y perverso de los, extraños en la
<Ciudad de Dios> son llamados bien paganos (pagani) porque vienen de caminos o de burgos (ex
pagis) bien gentiles, porque tienen el saber de las cosas de este mundo. Pues ninguno de ellos piensa
en el futuro y aunque no saben nada o han olvidado el pasado, estiman que nuestra época conoce las
desgracias más atroces por la única razón de que los hombres creen en Cristo y adoran a Dios,
mientras que los ídolos son cada vez más olvidados. Por eso me has ordenado descubrir, sirviéndome
de los documentos históricos que pudiese encontrar, todo lo que los tiempos pasados han conocido
18
76 Idem, p. 49077 Ibidem78 Idem p. 496
22
como desgracias provocadas por la guerra, estragos causados por las enfermedades, así como horrores
engendrados por el hambre, los terribles temblores de tierra, las extraordinarias inundaciones, las
erupciones volcánicas, las tormentas, los pedriscos y también las desgracias espantosas que han
engendrado los parricidas y otros crímenes repugnantes ¨79.
Para Orosio la simbiosis entre romanos y cristianos se produjo en el tiempo de Augusto. Aquel
<siglo de oro> de la cultura romana, fue también el tiempo del advenimiento de Cristo. La fusión de los
romanos con los cristianos se observa claramente en el siguiente párrafo:
¨ En el año setecientos veinticinco de la fundación de Roma (…) al regresar Augusto de Oriente
vencedor, celebró su triple triunfo, entrando en Roma el día ocho de las kalendas de enero (25 de
diciembre) y entonces, por primera vez, cerró las puertas del templo de Jano, Salvador, por haberse
terminado todas las guerras civiles. En este día, por primera vez, fue saludado con el nombre de
Augusto, cuyo nombre anteriormente se consideraba sagrado; y hasta el día de hoy ninguna
jerarquía se atreve a usarlo, siendo exclusivo de los que han llegado a la cumbre del Imperio; y desde
este día el dominio absoluto y el supremo poder empezó a concentrarse en las manos de uno sólo,
tomando estado de permanencia, a lo que los griegos llaman monarquía. Ahora bien, nadie ignora
que este día, esto es, el octavo de los idus de enero ( 6 de enero), es el mismo en que nosotros
celebramos la Epifanía, o sea, la aparición o manifestación del misterio del Señor; esto nadie lo
ignora, ni entre los creyentes, ni entre los incrédulos. (…) Solamente nos ha parecido oportuno
hacer de él mención en este lugar, para que quede demostrado que el Imperio de Augusto ha sido
preparado en todo con vistas a la venida de Cristo ¨80
La cultura romana y la cultura cristiana fueron fundidas por el estrecho abrazo del historiador.
¿Ha forzado los datos históricos en función de su necesidad apologética?
Para lograr la simbiosis antedicha hizo coincidir la entrada de Octaviano César en Roma (que
ocurrió el 13 de agosto del 29 a.C), su titulación como Augusto (ocurrida el 16 de enero del 27 a.C), la
confirmación de la realeza (Dada el 27 de junio del 23 a. C), el cierre de las puertas del templo de Jano
(Ocurrida por vez primera el 11 de enero del 29 a.C) con la manifestación de la realeza de Cristo
(epifanía) ocurrida el 6 de enero del año 1 y no 29 años antes de su nacimiento81.
Orosio respondió con sus Historias al esquema teológico agustiniano según el cual ¨ El Imperio
romano no había sido nada más que la historia del progresivo encumbramiento de un pueblo con
exclusiva finalidad de preparar la venida de Cristo ¨82
79 Cfr. FINK-ERRERA, op. cit, p. 50080 OROSIO, Historias VI,XX, 1-481 Cfr. HUBEÑAK, F, El papel…p. 132. 82 Cfr. SANCHEZ SALOR, op. cit t. I, p. 27/8.
23
De este modo para el historiador hispano toda la historia narrada en los seis primeros libros no es
más que una preparación a la venida del Salvador, como lo era para el, la historia de Israel. Roma pasó
a ser, casi imperceptiblemente el nuevo pueblo elegido que se dirige hacia el nacimiento de Cristo
entendido como: ¨…la piedra colocada en el centro de las cosas ¨83
Como diría Ricoeur, el texto de Orosio se nos ha presentado como el resultado de su propia
realidad humana inserta en un tiempo y un espacio de grandes cambios.
Mi labor ha sido buscar en este texto su esencia discursiva. Sus palabras nos refieren que los
elementos condicionantes lo llevaron a escribir una historia apologética con la que pretendió disuadir a
los desviados: los herejes y a los enemigos religiosos: los paganos.
A la comunidad cristiana tan solo les legó su obra que, a sabiendas, pretendía reforzar la identidad
de los convertidos con el fin expreso de consolidar la cultura naciente: la Cristianitas.
……………………………………………..
Lic. Graciela Gómez de Aso
(Marzo de 2004)
BIBLIOGRAFÍA:
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27. VAZ DE CARVALHO, J, ¿Dependerá S Agostinho de Paulo Orósio?, Revista Portuguesa de Filosofía, 2, 1955,
ÍNDICE:
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1. TEMA-PROBLEMA…………………………………………………………………………..p. 3-5
2. EL CONTEXTO HISTÓRICO DURANTE EL PASAJE DE LA ROMANITAS
A LA CRISTIANITAS………………………………………………………………………..p. 6-13
3. CONTEXTO BIOGRÁFICO DEL AUTOR………………………………………………..p. 13-16
4. ANÁLISIS DEL DISCURSO EN LA OBRA DE PAULO OROSIO……………………...p. 17-21
5. LA RE-FIGURACIÓN COMO INFLUENCIA ENTRE EL MUNDO
DEL TEXTO Y EL DEL HERMENEUTA………………………………………………….p. 22-24
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