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Relaciones de liderazgo Creativo-Éticas en Reciprocidad en la enseñanza-transmisión

Nos adentramos a ejemplificar el Cuerpo teórico 3, que hace referencia a un supraconsciente esencialmente humano y su lógica-razón éticamente re-creada: LRER; jerarquizando relaciones de liderazgo (entre líderes y liderados) que giran alrededor de la enseñanza-transmisión creativo-ética; en aras de formas más evolucionadas para

pensar y poner en práctica la educación humana.

Cuerpo Teórico 3 que implica la clase creativo-ética en reciprocidad (cCER), paradigma de las vetas evolutivas de la Ciencia Social (ver ‘Reciprocidad creativo-ética’), la cual es factible de validación empírica (a través de una recreación del método científico).

Y lo ejemplificamos por mediación de las inéditas relaciones de liderazgo que caracterizan una transmisión educativa creativo-ética: TECE. Relaciones de liderazgo creativo-éticas que también desplegaremos en ‘política’, en ‘economía’, en las ‘artes’, etc.; acorde a inéditas perspectivas de lo que es ‘realidad humana’.

Recordando que tales relaciones de liderazgo incluyen relaciones entre líderes: docentes-maestros, especialistas, profesores, padres, etc., y liderados: alumnos, aprendices, discípulos, hijos, etc. Y que transmisión educativa implica una educación sistemática: niveles elementales, secundarios, terciarios, etc.; y asistemática: familiar, generacional, política, científica, laboral-empresarial, cultural, las artes, deportivas, etc.

Y que ello está en la perspectiva de un esencialmente humano que nos trasciende, cual motor evolutivo de la humanidad; que es acorde a las 4 leyes de la lógica-razón éticamente re-creada (LRER) que siguen:

1) Un social originario supraconsciente en reciprocidad, ligado a esa ‘humanidad esencial

que nos trasciende’. Que enmarca:

2) Relaciones de liderazgo ‘educativas’ creativo-éticas (lo social antes que lo individual).

Y:

3) Líderes (y liderados) ‘educativos’ creativo-éticos. De lo que se devienen:

4) Efectos o producciones creativo-éticos en reciprocidad (en todos los campos).

Reiterando que lo decisivo de la Clase creativo-ética en reciprocidad es la hipótesis de que lo esencialmente humano que nos trasciende, misteriosamente creado, genéticamente transmitido (parte del universo neuronal que aún no utilizamos) y de pobre transmisión generacional y sociocultural, preludia las relaciones de liderazgo de una transmisión educativa creativo-ética.

Relaciones de liderazgo que se ponen en juego por mediación de un supraconsciente que tiene ‘vida propia’ y que funciona acorde a una lógica-razón éticamente recreada (LRER). La cual implica que las relaciones de reciprocidad creativo-ética entre líderes y liderados preceden a las relaciones entre líderes y liderados considerados aisladamente (surge que la noción de líderes y liderados puros es un mito narcisista).

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Lo cual es de enorme importancia en cuanto a sus consecuencias prácticas en la realidad y, sobre todo, en cuanto a sus efectos y consecuencias prácticas que hacen referencia a inéditas versiones de lo que es realidad, o sea, acerca de un futuro más evolucionado de la humanidad. De gran importancia, por otra parte, en aras de posibilitar la ‘validación empírica’ (predicción y recreación éticas).

De modo que, en base a lo esencialmente humano que nos trasciende y al supraconsciente y su LRER, nos centramos en cómo promover una consciencia creativo-ética más evolucionada (acorde a dicha LRER), que presida las relaciones de liderazgo que caracterizan a una transmisión educativa creativo-ética en reciprocidad (con lo más genuino del prójimo en el Amor).

Reiterando el contexto es la hipótesis de que: todo lo que se enseña o transmite, en cualquier aspecto de la vida, está supeditado a sistemas (clases o tipologías) de relación subyacentes entre líderes y liderados (no visibles a simple vista, sí con ayuda de este microscopio-telescopio viviente), considerando a los contenidos que se transmiten y a la lógica (incluso a la ‘retórica’) como valiosos ‘complementos’.

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Siendo en tal perspectiva que daré un rodeo para reiterar lo que interpreto son los antecedentes o contexto de dicha transmisión educativa creativo-ética (TECE).

Comenzando con los modos de relación de enseñanza-transmisión entre líderes y liderados, cuando siguen los dictados del primitivo pensamiento mágico, mítico y religioso (sus vetas involutivas). Que sistematizo desde las soberbias creencias narcisistas dogmático-maniqueas, que participan de la ‘lógica del maquiavelismo’ (ver ‘vetas involutivas de la Ciencia Social’).

Las cuales incluyen fundamentalismos, totalitarismos, sectarismos, corporativismos, racismos y una patética cotidianeidad. Un ejemplo es el modelo educativo prusiano (s. XVIII). El sistema de relación implícito predominante, congruente con el de las ‘soberbias creencias dogmático-maniqueas’, implica líderes absolutos e idolatrados tenidos como únicos representantes de la doctrina, el dogma, el catecismo, la verdad, el bien o la creencia inmutable de turno.

Cuya contracara son liderados atrozmente sometidos, donde todo atisbo de ‘autenticidad’ es tenido por malsano o hereje; lo cual lleva a una ‘reduplicación o clonación’ con tales líderes, cual espíritu de manada, enjambre o rebaño (justificados de múltiples maneras).

Tales líderes, y por consiguiente sus liderados, son cómplices no conscientes de la ‘manipulación en las sombras’. De ello surge que cualquier tendencia a ‘relaciones de liderazgo educativas creativo-éticas’ será considerada una herejía pasible de ser re-adoctrinada o destruida.

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Continuamos con los modos de relación acordes al modelo positivista de educación (de actualidad), que, interpreto, es congruente con el pensamiento pedagógico moderno e ilustrado, en cuanto imprime al proceso de enseñanza-transmisión del conocimiento una orientación racional y científica; en la perspectiva de lo que sistematizo como tipología creativo-intuitiva.

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Reiterando que la misma, si bien preludia una ‘enseñanza-transmisión educativa creativo ética’; lo habitual es que, por falta de sistema para transmitir auténtica creatividad (los hasta ahora ignotos procesos mentales inconscientes), ‘sobrevalore’ la enseñanza de las ‘producciones creativas de otros’ (la obra se traga al autor) y una ‘creatividad puramente lógico-racional’ (engañosamente confundida con la genuina creatividad).

De modo que la transmisión entre líderes (educadores) y liderados (educandos) se centra en los ‘contenidos curriculares’: conocimientos, cultura, arte (frecuentes creaciones de otros), lógica-matemática, retórica, etc.; en desmedro de una transmisión de genuina creatividad, congruente con una patética ignorancia de la ‘creatividad intuitiva’ que subyace en los ‘liderados’ (niños, adolescentes, etc.).

Lo cual motiva que se tienda a una ‘puesta en práctica’ entre líderes y liderados supeditada (sin saberlo) a lo que sistematizo son las soberbias creencias narcisistas burócratas y tecnócratas.

Las cuales son acordes a un aprender-repetir de memoria el conocimiento adquirido y el saber consolidado (incluyendo las ‘producciones creativas de otros’, ignorando el proceso de creación), así como una versión puramente objetiva de la realidad ligada a una ‘perfecta comunicación’ y a una ‘creatividad puramente lógico-racional-mecánica-matemática’.

Lo cual promueve modos de enseñanza-transmisión entre líderes y liderados centrados en la objetiva mera repetición (‘inteligencia repetitiva’, espíritu de ‘fotocopia’), acorde a la ‘tipología burócrata’; y a la pura deducción lógica (apología de la ‘creatividad tecnológico-matemática-artificial’), acorde a la ‘tipología tecnócrata’.

Promoviendo, en el caso de la ‘tipología burócrata’, que líderes-educadores: maestros, padres, docentes, profesores, directivos, personal jerárquico, políticos, artísticos, musicales, de los medios, deportivos, institucionales, nacionales y globales; sean influidos e influyan moldeando patéticamente a los liderados-educandos: alumnos, estudiantes, hijos y aprendices (laborales, artísticos, políticos, deportivos, etc.).

Renegando de lo genuinamente humano que somos, que sistematizo como ‘auténtica identidad creativo-ética en reciprocidad’. De modo que el reconocimiento del otro como prójimo (líderes o liderados, y de ambos entre sí) es prácticamente inexistente; por lo tanto, mientras más seguros estamos de conocer objetivamente la realidad, menos la conocemos: a la realidad, al prójimo, a nosotros mismos y a la naturaleza.

Así como en el caso de la ‘tipología tecnócrata’, que en cuanto sobrevalora lo puramente lógico-mecánico-matemático-racional de la creatividad (juegos electrónicos incluidos), ignora que una subjetividad que la trasciende, esencial del espíritu científico (que ligo a una inteligencia sensitivo-corporal), es lo que ha promovido los grandes avances científicos y artísticos de toda ‘época y cultura’.

Y, es más, que para convalidar dicha idolatría, hace uso de ‘sofismas’ y de ‘argucias’; por ej.: confundirla con la ‘auténtica creatividad’; denominar al 98% desconocido de los genes como ‘genoma basura’; al 96% desconocido del universo como ‘materia oscura’; y al 90% de nuestro cerebro aún no conocido como inexistente. Ignorando que las computadoras más avanzadas apenas se acercan a la inteligencia de un ‘batracio’.

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No obstante, dicha idolatría hace que las máquinas, ricas en velocidad pero nulas en auténtica identidad, genuina creatividad y reciprocidad creativo-ética, tiendan a ser cada vez más nuestros ignotos amos (de líderes y liderados). Conjeturo entonces que dicha idolatría mecánica (más aún que la ‘propiedad privada de los medios de producción’) facilita al manipulador en las sombras ejercer su degradante poder.

Sin embargo, considero que sería de una ‘pobreza franciscana’ ignorar que la inteligencia lógico-mecánico-matemático-racional (al igual que el conocimiento adquirido, la cultura y las artes), son un muy valioso complemento de una reciprocidad creativo-ética con lo genuino del prójimo (que ponga ‘coto’ al ‘manipulador silencioso’). Y facilite una ‘validación empírica’ que conlleve recrear éticamente el método científico.

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En este rodeo por los antecedentes, nos adentramos ahora a los modos de transmisión de los modelos educativos postmodernos, que promueven una enseñanza-transmisión educativa (entre líderes-educadores y liderados-educandos) que privilegia la creatividad, tendiendo a la tipología creativo-intuitiva (W. Benjamin, A. Vieira Pinto, P. Furter, J.

Sacristán).

Pero cuyo intríngulis es lo ambiguo de su noción de creatividad y, sobre todo, la carencia de un sistema riguroso para enseñarla-transmitir creatividad (y, menos, ‘reciprocidad ética’). Lo cual conlleva una puesta en práctica que tiende a un espontáneo o azaroso despliegue de ‘expresiones discursivas’, ligadas a ‘asociaciones imaginativas’ (retórico-poéticas) y a ideas meramente novedosas.

De modo que, llámense como se llamen (sus variantes son casi infinitas), jerarquizan una ambigua noción de creatividad que gira alrededor de una transmisión centrada en una ‘retórica sin contenidos’, ‘apartadas de las corrientes vigentes’ (positivistas), de la lógica y de las motivaciones externas (objetivas); promoviendo modos de pensar diferentes que generen nuevos modelos mentales (de gran ambigüedad).

Lo cual hace que tiendan a lo que sistematizo como soberbias creencias narcisistas hedonistas retóricas transgresoras, frecuentes en la cultura posmoderna, relativismos culturales, contraculturas y culturas marginales de las más variadas épocas.

Las cuales son congruentes con una retórica individualista, básicamente mecánica (técnica), aunque se haga apología de la subjetividad, al servicio de las meras aperturas o novedades o lo meramente diferente, que nos extravía en el ambiguo universo discursivo de lo marginal, en esa inconmensurable tierra de nadie, en lo meramente transgresor-cuestionador, en una idolatría por el caos y la confusión, acorde a mascaradas de creatividad que incluyen un desprecio por la sabiduría, la lógica-razón, toda creatividad sistemática y el criterio objetivo de realidad.

Extravío que encuentra un ‘cable a tierra’ en sus incuestionables cuestionamientos, transgresiones u oposiciones (incluye síntomas, caos, drogas) hacia todo aspecto de la educación positivista (y ante cualquier propuesta educativa sistemática); y ello, como un fin en sí (no como un medio para). Desvalorizando las refutaciones o recreaciones (que requieren de un conocimiento previo de aquello que se refuta o recrea).

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Soberbias creencias retóricas que implican un modo de enseñanza-transmisión que tiende a la imitación o identificación no consciente. Por la cual los liderados (educandos) asumen como propias (enajenándose en ellas) los rasgos, pautas y retórica de los idealizados líderes (educadores). De ahí que los denomine: ‘mascaradas de identidad, de libertad y de creatividad’; creyéndose modelos de libertad y originalidad.

Y donde su ‘personalidad líquida’, al modo de una ‘bomba explosiva’, es acorde a un exhibicionismo retórico que hace apología del ‘aquí y ahora’ (cual ‘esquirlas’); que implica la necesidad de recurrir a esas protéticas muletas narcisistas que son las soberbias creencias burócratas y tecnócratas (incluso dogmáticas), centradas en que el mecánico ‘cambiar de signo’ (de positivo en negativo) les permite ocupar un lugar en el mundo.

Y donde también le son inestimables ‘puntos de apoyo’ tanto la complicidad no consciente con el manipulador en las sombras como su imitación o identificación no consciente con tales manipuladores (generalmente en base a sus ‘vetas camaleónicas’). Acorde a que ‘nadie está más desesperanzadoramente esclavizado que aquellos que falsamente creen ser libres’ (V. Goethe). Y añado: que se creen el paradigma de la libertad.

No obstante, dichas ‘soberbias creencias hedonistas retóricas’ (al igual que sus cómplices no conscientes) consideran a una ‘auténtica identidad’, a una ‘genuina creatividad’ y, sobre todo, a una ‘creatividad-ética en reciprocidad con lo más genuino del prójimo en el Amor’, como aquello que les despoja dicho modelo de libertad, originalidad e innovación perpetuas (de ahí lo decisivo de precisas estrategias para trascenderlas).

Secuencia que, considero, puede ser mejor comprendida desde la metáfora del pescador; donde: los peces grandes (líderes políticos de las tipologías: dogmática, burócrata, tecnócrata, hedonista retórica, etc.) se comen a los peces chicos (liderados de tales tipologías). Y el gran pescador (líderes políticos manipuladores en las sombras), a todos los demás peces.

Y si conjeturamos que las precitadas relaciones de liderazgo se producen en un alto porcentual (factibles de validar), en la ‘transmisión educativa sistemática’ y ‘asistemática’; y al margen de épocas y culturas (aunque con sus particularidades); no es difícil deducir (y validar) que éstas sean una de las formas predilectas en que, bajo el esperanzador pretexto de la educación, se recicle ese primitivismo humano donde estamos inmersos.

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Este fue un rodeo a través de los antecedentes que, interpreto, son los sistemas de relación de enseñanza-transmisión predominantes, en los que reconozco la importancia de los orígenes del ‘Modelo positivista de educación’ y de los ‘Modelos educativos posmodernos’, pero a condición de su recreación acorde a una transmisión educativa creativo-ética (TECE).

Ahora bien, la hipótesis central es que lo esencialmente humano que nos trasciende y el supraconsciente (y su LRER), preludian el promover una consciencia creativo-ética más evolucionada (acorde a dicha LRER), que presida las relaciones de liderazgo que tienden hacia una transmisión educativa creativo-ética. Y lo haremos a través de las 4 leyes de la estructura básica éticamente recreada (EBER).

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Reiterando que el contexto es la hipótesis de que: todo lo que se enseña o transmite está básicamente supeditado a las clases o tipologías (evolutivas e involutivas) que subyacen a las relaciones entre líderes y liderados (no visibles a simple vista, sí con ayuda de este microscopio viviente ético); considerando a los contenidos que se transmiten y a la ‘lógica’ (incluso a la ‘retórica’), como valiosos ‘complementos’.

Recordando que tales leyes de la EBER, si bien tienden a emerger a una ‘consciencia que va evolucionando’ de maneras ‘intuitivas’ o ‘espontáneas’ (en cualquier disciplina o actividad; época y cultura), por falta de ‘sistema’ para tabularlas, suelen pasar desapercibidas. De ahí que sean ‘guías estratégicas’ para favorecer su reconocimiento y puesta en práctica voluntaria y consciente; no tanto para aprenderlas objetivamente.

Resaltando que cada una de tales leyes implica un ‘estar a la expectativa’ de los espacios-tiempo de misterio, enigma o incertidumbre que giran alrededor de las relaciones de reciprocidad subyacentes a ‘líderes’ y ‘liderados’. Y donde se reconocen para trascender las tendencias hacia la ‘lógica del maquiavelismo’ y los ‘talones de Aquiles’ de la ‘creatividad intuitiva’; propias y del prójimo.

Ello, en la perspectiva de un goce-pasión creador en reciprocidad, en desmedro de los goces narcisistas supeditados a las ‘soberbias creencias’ y a las ‘manipulaciones’ (acorde a los precitados desvíos de los modelos educativos predominantes). Para que los habituales estreses insalubres, motivados por la frustración implícita en tales ‘goces narcisistas’, vayan dando lugar a vitales e inéditos ‘estreses creativo-éticos saludables’.

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Nos adentramos entonces al advenimiento de la 1ra ley de la EBER, que implica a líderes educadores (en sentido genérico) que valoran la hipótesis de una humanidad esencial que nos trasciende que lleva en su seno preludios de relaciones de liderazgo creativo-éticas; las cuales cumplen la función de contextualizar evolutivamente toda enseñanza-transmisión curricular (en sentido amplio).

Y que tienden intuitivamente a un enseñar-transmitir cercano a la ‘genuina creatividad’ (y a reconocer para trascender la ‘aparente normalidad’). Alrededor de lo cual giren la enseñanza de contenidos, lógica y retórica, o sea, los habituales contenidos curriculares.

Resaltando a potenciales ‘líderes educadores’ que se arriesguen a los espacios-tiempo de enigma, misterio o incertidumbre (aunque la sabiduría curricular los tapone), mientras ‘están a la expectativa’ (imán) de las conjeturales ‘vibraciones al unísono’ (ej.: vibraciones de las cuerdas de un violín), mediada esa ‘caja de resonancia’ que es la inteligencia sensitivo corporal en reciprocidad con la del prójimo (que trasciende el cuerpo biológico y psicológico).

Vibraciones al unísono (congruentes con el 1er momento de la EBER, del Cuerpo teórico 3) que son pulsadas por esa música supraconsciente ligada a lo ‘esencialmente humano’, que lleva en su seno inéditas vetas de ‘líderes (educadores) creativo-éticos’. Y cuyo ‘advenimiento’ será facilitado por las resonancias en las profundidades de nuestros cuerpos, en aras de preludiar relaciones de liderazgo educativas creativo-éticas (próximas leyes).

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Siendo de importancia una serie de estrategias para favorecer su ‘desarrollo espontáneo’, en aras de que eso ‘genéticamente transmitido’ encuentre su necesario cauce evolutivo; con la expectativa de que también desde lo familiar-sociocultural-generacional se vayan poniendo en juego las más evolucionadas relaciones de liderazgo educativas creativo-éticas.

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Se deviene entonces la 2da ley de la EBER, que implica el proceso de despertar y recrear (porque ya han sido creados en el supraconsciente) nuevos líderes y liderados educacionales con tendencia a la creatividad-ética. A diferencia de ‘líderes’ y ‘liderados’ considerados aisladamente, subliminalmente masificados (típico de los precitados desvíos narcisistas de los modelos educativos imperantes).

Reiterando que se privilegian inicialmente las ‘relaciones entre líderes y liderados (individuales) tendiendo a la creatividad ética’, en vez de las ‘relaciones de liderazgo entre líderes y liderados’ (acorde a la LRER), sólo como una ‘abstracción teórica’ para facilitar su comprensión; debido a que la consciencia habitual, y más aún sus vetas involutivas, no soportan acceder directamente a la estructura de la LRER del supraconsciente.

Ahora bien, en camino de continuar esta 2da ley, creo oportuno destacar a grandes rasgos la experiencia personal e interpersonal como ‘potencial científico’, en camino a ‘líderes potencialmente creativo-éticos’ (lo de potencial es hasta ser validado empíricamente desde una recreación del método científico y las nociones de ‘predicción y recreación éticas’), que me ha ido llevando a las sistematizaciones que presento.

Lo inicio con un ‘invitar a repensar’ (con los nuevos elementos conceptuales que voy presentando) dicha experiencia, en aras de su mejor comprensión, a través del Cuerpo teórico 1 y sus hipótesis acerca del poner en juego las ideas o pensamientos creativos (PDF 4. Cómo ser creativo). Y del Cuerpo teórico 2 y el poner en juego los pensamientos creativos en base a una ‘lógica-razón recreada’ y a una ‘inteligencia sensitivo corporal’ (PDF 5. Creatividad Sensitivo-corporal ).

Continuando con el Cuerpo teórico 3 y el jerarquizar lo ‘esencialmente humano que nos trasciende’ y la ‘reciprocidad creativo-ética supraconsciente con lo genuino del prójimo’, que articulo con una ‘lógica razón éticamente recreada’ (LRER), que va poniendo un estricto límite a cualquier noción de creatividad individual (ya que incluso los más individualistas Cuerpos teóricos 1 y 2 pasan a ser una subclase del 3).

Veamos ahora cuando el líder que tiende a la creatividad ética, que ‘espero representar’, se dirige al prójimo liderado-lector en base a reconocer la relación de reciprocidad supraconsciente que nos trasciende. Y donde nos subyacería una tendencia a una ‘auténtica identidad creativo-ética’, así como a reconocer para trascender las ‘distorsiones o carencias de identidad’ que predominan en los modelos educativos precitados.

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Subrayando que dicho proceso es más fácilmente comprendido y puesto en juego a través de las funciones de una auténtica personalidad (AP), que he representado por un doble campo energético-cualitativo que ‘delimita’ y ‘discrimina’ a cada uno de tales ‘líderes’ y ‘liderados’ (educadores y educandos), y que contiene dinámicamente (interdicción recreadora ética) la ‘relación entre ambos’.

Destacando que dicha contención dinámica implica que se conforma entre ambos ‘campos energéticos’ una especie de prisma (que abre el juego al ‘arco iris’) que recrea las relaciones entre líderes y liderados con tendencia a la creatividad ética e, incluso, a la ‘creatividad intuitiva’ (incluye ‘niños’, ‘adolescentes’ y adultos, a quienes los desvíos de los modelos educativos precedentes no han subordinado aún).

Resaltando que el ‘prisma’ que recrea las relaciones entre ‘líderes y liderados’ es muy poco permeable a las relaciones con las ‘distorsiones-carencias de auténtica identidad’ de las ‘soberbias creencias narcisistas’. Y que se pone más en juego cuando se trabaja para reconocerlas y trascenderlas (a las SCN); ello, en base a la ‘creatividad intuitiva’, incluso ‘ética’, que subyace en hibernación a tales SCN (debido a lo esencialmente humano).

Y otro decisivo paso evolutivo está centrado en cuando tales ‘líderes educadores’ (autor) privilegian el despertar-conformar ‘liderados educandos’ (lectores) que tiendan a redescubrir o recrear (desde sí mismos) los contenidos curriculares (y la teoría) que les transmiten. Al tiempo que la ‘auténtica identidad’ de tales ‘liderados’ va siendo redescubierta y recreada.

De modo que los contenidos curriculares (la lógica, etc.) y la transmisión teórica pasan a estar ‘supeditados’ a una reciprocidad ética entre líderes (docentes, autores) y liderados (educandos, lectores), por razones de sus orígenes (social originario o esencialmente humano). Trascendiendo el transmitir ‘meros contenidos (retórica, etc.)’ y pura teoría, que, conjeturo, es un mito típico de las ‘autoconsciencias’ que subyacen a las ‘soberbias creencias narcisistas’.

Proceso que implica reconocer para trascender tales ‘SCN’: propias y del prójimo liderado, en camino a ‘reconocer para recrear éticamente’ los sistemas de transmisión educativa (y teórica) que tienden a la aparente normalidad, que hemos resaltado en las tendencias regresivas de los modelos educativos imperantes y sus efectos (no visibles a simple vista, sí con ayuda de estos instrumentos conceptuales).

Siendo entonces decisivo que al tiempo que ‘líderes-educadores’ enseñen-transmitan información curricular, lógica, retórica, etc. (y teoría) a los ‘liderados-educandos’, se vayan abriendo espacios a las relaciones de liderazgo creativo-éticas. Promoviendo, de tal modo, que se redescubra-recree dicha ‘información curricular’ (y cuerpo teórico) desde los liderados, y poniendo en juego su ‘auténtica identidad creativa y ética’.

A diferencia del relanzar las ‘corazas de identidad’ (de los ‘dogmatismos maniqueos’), la ‘seudo personalidad’ (de las ‘burocracias’), la ‘tecno personalidad’ (de las ‘tecnocracias’) y las ‘mascaradas de personalidad’ (de los hedonismos retóricos) que, conjeturo, abonan el campo del ‘negativo de personalidad’ (de la manipulación en las sombras); con sus patéticos efectos en todos los campos (incluyendo la transmisión teórica).

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Contexto donde presento ciertas ‘líneas estratégicas’ en camino hacia su puesta en práctica; que comienzan con la siguiente hipótesis: la enseñanza-transmisión curricular y teórica desde ‘líderes’ (educadores-autores) que tienden a la ‘creatividad ética’, supone una ‘consciencia más evolucionada’ de éstos, desde la cual pueden ‘reconocer y despertar’ el supraconsciente creativo ético de los ‘liderados’ (educandos-lectores).

Siendo una expectativa que éstos (liderados) redescubran dicha enseñanza-transmisión desde su auténtica identidad. A diferencia de los modos de enseñar-transmitir predominantes (en toda época y cultura, actividad o disciplina, aunque con sus particularidades), que sintetizamos en ‘Modelos educativos predominantes’, que van en desmedro de una ‘auténtica identidad’, una ‘genuina creatividad’ y una ‘reciprocidad creativo-ética’.

Momento donde nos adentramos a los ‘tiempos lógicos’ (no cronológicos) o Fases de los Encuentros en Reciprocidad alrededor de la transmisión educativa creativo-ética (sistemática y asistemática). Donde la relación entre líderes-educadores y liderados-educandos es precedida por una reciprocidad ética entre ambos (acorde a la LRER).

Comenzando por la Fase 1 de los Encuentros en Reciprocidad (F1 ER), donde el pensamiento del líder y/o equipo docente con tendencia a la creatividad ética, supeditado a la supraconsciencia, transmite contenidos curriculares (y teoría) a liderados o participantes, quienes van comprendiendo desde su consciencia aquello que se les transmite.

Al mismo tiempo, el líder ha puesto en práctica su inteligencia sensitivo-corporal en reciprocidad con lo genuino del prójimo, especialmente a través de su caja de resonancia, con el objetivo de ir despertando dicha inteligencia sensitivo-corporal (vibraciones al unísono y caja de resonancia) en los participantes, con la expectativa de que se les vaya despertando su auténtica identidad creativa.

Promoviendo que los participantes sostengan los ‘espacios-tiempo de incertidumbre’, para que se les vayan despertando bocetos de auténtica identidad ‘supraconsciente’, en camino a ir despertando la ‘creatividad ética’ que hiberna en ellos (ligado a lo genuinamente Humano del prójimo). Ello presupone reconocer para trascender los obstáculos de la consciencia habitual, predominantemente narcisista (ligada a la ‘lógica del maquiavelismo’), que sistematizo.

Lo cual contextualiza y promueve la Fase 2 de los Encuentros en Reciprocidad (F2 ER), donde, es la expectativa, el pensamiento de los participantes o liderados va redescubriendo los contenidos (y teoría) que se les transmiten, a partir del despertar de su inteligencia sensitivo-corporal, mientras va recreando su identidad creativa. Dando lugar a las Fecundas Diferencias de mutua potenciación entre docentes y participantes.

Lo cual implica un acceso al supraconsciente desde los liderados, que fue previamente movilizado y despertado por el líder. Así se va conformando en ellos una consciencia más evolucionada que recrea los contenidos (que el líder les ha transmitido). Y va dando lugar a una auténtica creatividad (inteligencia sensitivo-corporal incluida), que les permite redescubrir creativa y éticamente dichos contenidos.

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De modo que los contenidos transmitidos (y la transmisión teórica) pasan a estar ‘supeditados’ a una reciprocidad ética entre líderes (educadores, autores) y participantes (educandos, lectores). Trascendiendo el transmitir ‘meros contenidos (retórica, etc.)’ y pura teoría, que, conjeturo, es un mito típico de las ‘autoconsciencias’ que subyacen a las ‘soberbias creencias narcisistas’.

Destacando que este proceso no suele ser consciente para los participantes, lo que puede ser ejemplificado cuando éstos redescubren ‘de golpe’ (espacios-tiempo mediante, que pueden ser minutos, horas, días, etc.) lo que el líder y/o equipo docente les ha transmitido. Lo cual, si bien está vinculado a aquello que se les transmite, tiene un componente propio (es parecido más no idéntico), abriendo el juego a redescubrir la auténtica identidad creativa de los participantes, mientras recrean la información recibida.

Proceso que puede ser estimulado voluntariamente por líderes con tendencia a la creatividad ética en reciprocidad y por participantes con una tendencia similar, o creativo-intuitivos, o que logran reconocer para superar sus obstáculos narcisistas (‘lógica del maquiavelismo’).

De lograrse esto, surgen ‘fecundas diferencias éticamente recreadas’ entre líderes y participantes-liderados. A diferencia de las ‘igualdades masificantes’ (dogmáticas, burócratas) y de ‘diferencias anárquicas’ masificadas a través de sus transgresiones y oposiciones (hedonismos retóricos). ‘Fecundas diferencias éticamente recreables’ que, conjeturo, son el paradigma de todo proceso de transmisión sistemática y asistemática, y de las relaciones de reciprocidad en el Amor.

Recordando que este proceso implica reconocer para trascender las ‘soberbias creencias narcisistas’: propias y del prójimo participante. En camino a ‘reconocer para recrear éticamente’ los sistemas de transmisión educativa que tienden a la ‘aparente normalidad’, que resaltamos previamente en las tendencias regresivas de los modelos educativos imperantes y sus efectos (no visibles a simple vista, sí con ayuda de estos instrumentos conceptuales).

En camino al trabajo creativo en dignidad de la Fase 3 (F3 ER), donde los participantes (educandos, lectores), mientras van logrando recrear la información recibida, reconocen la precedencia de la relación con la auténtica identidad creativa del emisor, o sea, de la relación de reciprocidad con el líder en tal proceso. Dando lugar a liderados o participantes-educandos que tienden a reconocer a los ‘líderes educadores creativo-éticos’ que los ponen en juego.

Es decir, que la consciencia de tales participantes va evolucionando mientras va comprendiendo que este proceso es comandado por la reciprocidad ética con los líderes, en base a las relaciones de reciprocidad entre supraconscientes, y se va haciendo cargo de ello. De lo cual surge que la consciencia más evolucionada de tales participantes va reconociendo la puesta en juego de una reciprocidad creativo-ética que precede incluso a los líderes, en base a lo ‘esencialmente humano que nos trasciende’.

Recordando que dicho proceso es más fácilmente puesto en juego desde las funciones de una auténtica personalidad (AP) y fertilizado por una inteligencia sensitivo-corporal. Y que preludia el goce-pasión creador en reciprocidad con lo genuino del prójimo en el Amor, en camino al ser genuinamente social que somos.

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Y que con mucha frecuencia es obturado por las ‘corazas de identidad’ (de los ‘dogmatismos maniqueos’), la ‘seudo personalidad’ (de las ‘burocracias’), la ‘tecno personalidad’ (de las ‘tecnocracias’) y las ‘mascaradas de personalidad’ (de los hedonismos retóricos), que, conjeturo, abonan el campo del ‘negativo de personalidad’ (de la manipulación en las sombras), deteniendo el proceso de reciprocidad ética.

Se deviene entonces la Fase 4 de los Encuentros en Reciprocidad (F4 ER) donde, es la expectativa (predicción), se vaya reiterando el precitado proceso (fases 1 a 3), conformando participantes educandos con tendencia a la creatividad ética en reciprocidad.

Los cuales, múltiples reiteraciones de tal proceso mediante, inicialmente como fugaces flashes (metáfora de ‘tañidos de campana’), vayan asumiendo paulatinamente el rol de ‘nuevos líderes’ educativos (creativo-éticos en reciprocidad) con relación a nuevos ‘participantes-liderados’ (que incluso pueden haber sido sus pares o sus líderes anteriores).

Siendo un especial anhelo, supeditado a un cuerpo teórico subjetivo científicamente validable, no meras utopías o ilusiones, el que los complejos senderos de la ‘creatividad ética en reciprocidad’ vayan siendo gozosamente transitados por ‘líderes-educadores’ y ‘participantes-educandos’ (y ambos entre sí). Lo cual promueva el despertar y desarrollar una identidad creativo-ética en relaciones de reciprocidad de mutua potenciación, al servicio de apasionantes re-descubrimientos (propios y del prójimo).

En camino a ir conformando nuevos líderes que se vayan poniendo en juego en relaciones de reciprocidad con sus líderes (anteriores), conformando así nuevos liderados.

Relanzando este trabajo creativo en dignidad al infinito (operacional) o trabajo de vida, decisivo en todo proceso de ‘transmisión’ (sistemática y asistemática, que incluye cualquier rol, disciplina o actividad). Y que conecto a la validación empírica por recreación ética sistemática (que recrea a la refutación).

En aras de una reciprocidad creativo-ética como sujeto y como objeto de validación. Donde el objeto de validación empírica es el sujeto en reciprocidad ética con lo genuino del prójimo en cualquier actividad, potenciando lo esencialmente humano en la enseñanza-transmisión y en cualquier ámbito de la vida.

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Nos adentramos ahora a la 3ra ley de la EBER, que hace referencia a un estadio humano más evolucionado, ligado a un descentramiento clave, acorde al reconocer que la relación de reciprocidad educativa creativo-ética precede al líder (educadores-autores) y a los liderados (educandos-lectores). Acorde a la Fase 3 de los Encuentros en Reciprocidad, que ahora precede a las fases ‘1’ y ‘2’. En vez de ‘un líder’ que tiende a la creatividad ética y se dirige al prójimo liderado en base a reconocer la reciprocidad supraconsciente (2da ley).

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Y donde les subyace a ambos (líder y liderados) una tendencia a una auténtica identidad creativo-ética, así como a reconocer para trascender las ‘distorsiones o carencias de identidad’ que predominan en los modelos educativos precitados; lo cual conlleva que el descentramiento de la posición del líder no implica prescindir de su responsabilidad. De enorme importancia en Política en sentido genérico.

En camino a que los ‘liderados’ (educandos, lectores) redescubran los contenidos curriculares (y la teoría) que se les transmite. Al tiempo que su ‘auténtica identidad’ va siendo redescubierta y recreada éticamente. Trascendiendo el transmitir ‘meros contenidos (retórica, etc.)’ y/o ‘pura teoría’, que conjeturo es típico de las ‘autoconsciencias’ que subyacen a las ‘soberbias creencias narcisistas’.

Proceso que puede ser metaforizado por una ‘contención dinámica’ (interdicción creadora-ética) que rodea ambos ‘campos energéticos’ (del líder y de liderados), que está antes que sus ‘campos energéticos’ particulares (de líderes y liderados), ‘delimitados y discriminados’; y mediados por un ‘prisma’ que las recrea, y que es poco permeable a las ‘distorsiones-carencias de auténtica identidad’, salvo para trascenderlas.

Contexto donde creo oportuno recrear ‘líneas estratégicas’ para su puesta en práctica, que giran alrededor de la mencionada ‘Fase 3ER’, que precede a las fases ‘1’ y ‘2’. Donde, por un lado, la reciprocidad creativo-ética le subyace a un ’líder’ (educador, autor) que desde una consciencia con tendencia a la creatividad ética transmite contenidos curriculares (y teoría) a ‘liderados’ (educandos, lectores) que la van comprendiendo directamente (Fase 1ER).

Y, por otro lado, el ‘líder’ (educador, autor) va movilizando y despertando el supraconsciente (que tiene ‘vida propia’) de los ‘liderados’ (educandos, lectores), en aras de que vayan redescubriendo dicha información (Fase 1 ER). En camino a las ‘fecundas diferencias éticamente recreadas’ entre líderes (educandos) y liderados (educadores). A diferencia de las ‘igualdades masificantes’ y de las ‘diferencias anárquicas y sometedoras’.

Los cuales (liderados) reconozcan y pongan en juego la relación de reciprocidad con el líder (Fase 3ER).

Dando lugar a ‘fecundas diferencias éticamente recreables’ que sean el paradigma de todo proceso de transmisión: sistemática y asistemática (familiar, educacional, empresarial, profesional, laboral, artístico, social, cultural y con relación al entorno ‘no humano’ y la naturaleza); sostenidas por los ‘espacios-tiempo de misterio’, la ISC, los ‘estrés creativo-saludables’ y al ‘goce-pasión creador’ en camino a la vital reciprocidad en el Amor.

En el contexto de la precedencia de la relación de reciprocidad creativo-ética entre auténticas identidades en el Amor (dinámicamente contenidas). Donde el advenimiento de una versión de la feminidad que tiende a recrear la masculinidad de la pareja y, recíprocamente, de una versión de la masculinidad que tiende a recrear la femineidad del semejante (delimitadas y discriminadas). Vaya abriendo caminos en aras de preludiar ‘sinfonías de Amor’ (al infinito), que incluye ese paradigma de vida que es el sexo en el Amor.

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Siendo el próximo momento evolutivo el que dicho proceso conlleve el advenimiento de liderados-educandos (lectores) con tendencia a líderes educadores (autores) creativo-éticos. Los cuales vayan transmitiendo a su vez creatividad-ética e ‘información curricular’ (y teórica) a sus nuevos liderados (antes pares); al infinito. Los cuales tiendan a reconocer, en reciprocidad ética, a los líderes educadores creativos que los gestan (Fase 4 ER).

Subrayando que es un especial anhelo, supeditado a un cuerpo teórico científicamente validable, no a meras utopías o ilusiones, el que los complejos senderos de la ‘creatividad ética en reciprocidad’, vayan siendo gozosamente transitados por ‘líderes-educadores’ y ‘liderados-educandos’. Y sin importar el tiempo que lleve, pues no es tiempo que se pierde, sino que es tiempo donde se gesta vida.

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Recuerdo que estamos sistematizando la Clase creativo-ética en reciprocidad (cCER), paradigma de las ‘vertientes evolutivas de la genuina Ciencia Social’, cuyo hipotético origen supone lo esencialmente humano que nos trasciende, en cuanto preludia relaciones de liderazgo educativas creativo-éticas. Esencialmente humano que es misteriosamente creado y transmitido genéticamente y, desde ahora, generacional y socioculturalmente.

Lo cual implica la mediación de un supraconsciente que tiene ‘vida propia’, que funciona acorde a una lógica-razón éticamente recreada (LRER) y a una inteligencia sensitivo-corporal en reciprocidad, que se pone en juego por mediación de una consciencia más evolucionada con tendencia a la reciprocidad educativa creativo-ética entre líderes y liderados, en camino de hacernos cargo del fuego sagrado de la vida.

Contexto donde nos centramos en la 4ta ley de la EBER, que gira alrededor de poner en juego el universo en expansión que somos (‘tenemos tantas neuronas como galaxias y usamos un ínfimo porcentaje’) ahora en el ámbito de la transmisión educativa creativo-ética, desde donde se van redescubriendo o recreando inéditas perspectivas de lo que es realidad humana.

Surgen entonces los efectos y consecuencias del advenimiento-reconocimiento de relaciones de liderazgo educativas creativo-éticas en reciprocidad (RLECE), que

llevan en su seno las relaciones entre líderes y liderados educativos creativo-éticos.

Relaciones de liderazgo educativas con tendencia hacia la creatividad-ética: RLECE (factibles de predicción y de re-creación éticas), que promueven algunos conjeturales efectos y consecuencias, que implican no sólo nuevas vetas de la realidad, sino inéditas perspectivas de lo que es realidad humana.

Abriendo el cauce a que tales ‘RLECE’ re-creen éticamente los programas educativos oficiales y las materias curriculares. Recordando que tales relaciones de liderazgo incluyen relaciones entre líderes: docentes-maestros, especialistas, profesores, padres, etc., y liderados: alumnos, aprendices, discípulos, hijos, etc. Algunos de cuyos efectos en la práctica concreta despliego a continuación.

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a) Una gradual y progresiva puesta en práctica que promueva líderes educadores con tendencia a la creatividad-ética; y que, en el contexto de transmitir información curricular, privilegien el despertar-conformar ‘liderados educandos que tiendan a re-descubrir o re-crear el conocimiento y la sabiduría impartidas, la lógica-razón y el criterio objetivo de realidad. Congruente con la Fase 1 de los Encuentros en Reciprocidad.

Lo cual incluya trabajar el precitado ‘mar de fondo’ que subyace a las transmisiones educativas habituales; en lugar de las meras transformaciones metodológicas que tienden a perpetrar un ‘cambiar para que nada cambie’. Procesos de transmisión que implican una educación sistemática: niveles elementales, secundarios, terciarios, etc.; y a-sistemática: familiar, generacional, política, científica, laboral-empresarial, cultural, las artes, deportivas, etc.

Resaltando que este trabajo centrado en las relaciones de liderazgo educativas creativo-éticas (RLECE), puede llevarse a cabo en cualquier lugar, rol o actividad; como por ej.: en individuos (niños, adolescentes, etc.), en parejas, padres e hijos, familias, amigos, las más variadas agrupaciones (de estudio, de talleres, de intereses comunes, de problemas escolares: agresividad, alcohol, drogas), etc.

Y ello, por mediación de encuentros individuales, familiares, grupales, talleres, conferencias, ‘internet’, ‘redes sociales’, reuniones de todo tipo (intelectuales, laborales, deportivos), etc.

b) Dando lugar a una ‘enseñanza-transmisión educativa’ que promueva una espiral evolutiva entre información y formación; la cual gire alrededor de lo esencialmente humano que somos (o podríamos ser): auténtica identidad creativo-ética en reciprocidad con lo genuino del prójimo (en el amor). Y en los diferentes estamentos (entre maestros y alumnos, y de ambos entre sí); incluyendo el entorno familiar y socio-económico-cultural (educación a-sistemática).

Se deviene entonces la posibilidad de que, en vez de trabajar con recetas pre-digeridas, acorde a la esclavitud imperante en los habituales modos de enseñar-transmitir, se vaya trabajando con el despertar inéditas recetas creativo-éticas en reciprocidad inscriptas en nuestras profundidades. Recreando de tal modo nuestra auténtica identidad individual. Acorde a la Fase 1ER.

Donde se pondrán en juego precisas estrategias para facilitar su puesta en práctica en las más variadas situaciones y experiencias. Destacando que la puesta en práctica inicial de dichas estrategias es bastante simple, pues cuenta con los basamentos de una teoría y de su instrumentación clara y precisa desarrollada en niveles de complejidad creciente (más que de ‘técnicas’ y ‘métodos’). La cual, de manera paulatina, se irá re-creando éticamente en espiral evolutiva.

c) Una mejor calidad de lo transmitido y del proceso de transmisión. Que incluya el despertar y desarrollar una identidad creativo-ética en relaciones de reciprocidad de mutua potenciación; al servicio de apasionantes re-descubrimientos (propios y del prójimo). Re-creando éticamente el proceso de aprendizaje habitual, teñido de la enajenante transmisión ‘aparentemente normal’.

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Lo cual incluye el reconocer para re-crear el creciente privilegio de una ‘versión de ciencia’ ligada a la mera creatividad lógico-mecánica-racional, es decir, mucha tecnología y eficacia práctica (al margen de ética alguna). Y donde las máquinas (nulas en cuanto a genuina creatividad) tienden a ser nuestros idolatrados amos (en vez de un muy valioso complemento).

Reiterando la esperanzadora perspectiva acorde a la hipótesis de que los contenidos curriculares que se transmiten y la ‘lógica’ (incluso la ‘retórica’), son el valioso contexto para poner en juego una auténtica identidad creativa y una reciprocidad creativo-ética con lo más genuino del prójimo (en el Amor); los cuales (contenidos) son de tal modo recreados éticamente (en reciprocidad). Acorde a la ‘Fase 3 ER’.

d) Siendo una expectativa que las diferentes ‘identidades individuales’ (delimitadas, discriminadas y dinámicamente contenidas) tiendan hacia las fecundas diferencias éticamente re-creables (a diferencia de igualdades masificantes y diferencias anárquicas, sometedoras y manipuladoras), reciclándose mutuamente en relaciones de reciprocidad, en cuanto impliquen una conciencia social y generacional auténticamente participativas. Poniéndose en juego en aras de objetivos educacionales, familiares, sociales, económicos, culturales y esencialmente humanos.

Dando lugar a que: o ‘nos recreamos-evolucionamos mutuamente’ o involucionamos en ese ‘cada uno en la suya’ o en el ‘todos somos uno’ (acorde a la lógica de los narcisismos).

A diferencia del habitual individualismo que tiende hacia un caos indiscriminado (con negación de una auténtica identidad propia y del prójimo) y hacia una pululante retórica entre pares de iguales a la moda. De los que se devienen los consabidos choques o coaliciones de una supuesta libre competencia cual ‘motor evolutivo’ (resabios de las feroces guerras, típicas de nuestra aún primitiva humanidad).

Los cuales contextualizan los enajenantes modos de enseñanza-transmisión ‘aparentemente normales’, caldo de cultivo de los más variados síntomas escolares, familiares y socio-económico-culturales, de una cada vez mayor agresividad explícita y, sobre todo, implícita. Incluyendo esos modos de relación virales (de virus) que promueven las injusticias, la pobreza, las hambrunas, las pestes, etc.

De las que se deviene una mayoría de los síntomas escolares; como falta de interés y de atención por las actividades escolares, el estar pasivamente sometido a ellas, una libertad caótica y confusa, hiperactividad e, incluso, adicciones de todo tipo: desde el consumismo cultural y mecánico-tecnológico (internet incluida) hasta las drogas y el alcohol (a las cuales nos vamos patéticamente acostumbrando).

Surge entonces que un significativo porcentaje de tales síntomas está supeditado a modos de transmisión educativa y entre pares ‘aparentemente normales’ y, por ende, que lo decisivo es que sean tenidos como un grito de auxilio en aras del despertar nuestras potencialidades dormidas: ‘auténtica creatividad ética en reciprocidad con lo genuino del prójimo en el amor’ (en educadores y educandos).

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Contexto donde, si bien acepto que el alcohol y las drogas despiertan cierta sensibilidad e innovación, lo hacen sólo de manera individualista, superficial y fragmentaria. Pues si bien permiten eludir adormecedores dogmatismos, burocracias y tecnocracias, lo hacen al precio de ignorar esa ‘música sensitivo corporal creativa en reciprocidad con lo genuino del prójimo (en el amor)’ que somos (o deberíamos ser).

e) Donde esa música sensitivo-corporal creativo-ética vaya promoviendo el surgimiento de auténticos afectos en reciprocidad (propios y del prójimo), como la pasión transformadora, el goce creador y una vital felicidad en espiral evolutiva que vaya de la mano de cuando lo individual ‘y’ lo social se van re-creando recíprocamente (aunque al estado actual de la humanidad ello sea prácticamente impensable).

f) Lo cual vaya de la mano de promover y potenciar estados saludables superiores (ej.: ‘estrés creativo saludables’ en desmedro de ‘estrés insalubre’); en camino a activar ‘complejos sistemas neuronales’ habitualmente en desuso (utilizamos solo un 10%); lo cual esté al servicio de despertar y poner en juego nuestra energía vital potencial (cualitativa y cuantitativa). En aras de más y mejores años de vida.

g) Una conciencia social y generacional auténticamente participativas, que promuevan un accionar ético. Acorde a dos vertientes de reciprocidad ética; por un lado, la que surge de una educación creativa fertilizada por dicha relación de reciprocidad con el prójimo; por el otro, la que se abre a partir del destino creativo ético (individual, social, económico y cultural) del ‘generoso excedente’ que se deviene de dichas RLECE.

h) Una ‘libertad ética’ ligada a un enseñar-aprender enmarcada por una ‘interdicción re-creadora’; donde lo que se pierde en ‘engañosos-tramposos espejismos’ se gana en ‘reciprocidad creativo-ética en el amor’. Haciendo impensable una ‘libertad individual’ en desmedro de una ‘libertad supeditada a las relaciones de reciprocidad ética con el prójimo’. En aras del sutil arte de recrear lo éticamente evolutivo (nuestra versión de lo ‘bueno’), y de trascender lo éticamente involutivo (nuestra versión de lo ‘malo’).

Nociones de libertad ética centradas en compartir el generoso excedente que produce el descubrimiento, desarrollo y puesta en práctica de nuestras potencialidades (de sabiduría, cultura, creatividad, dignidad, sin excluir lo económico) y de una consciencia social donde una libertad individual que ignore a la del prójimo en reciprocidad sea tenida como una falacia narcisista.

i) Siendo otras de las expectativas el que tales ‘relaciones de liderazgo educativas’ sean acordes al recrear éticamente las grandes producciones-creaciones de la Humanidad (de toda época y cultura; trascendiendo los ‘relativismos culturales’): Históricas, Filosóficas, Religiosas, Artísticas, Sociales, Políticas, Científicas, Psicológicas, Antropológicas, Mitológicas, etc.; que estarían a la espera de sucesivas recreaciones éticas desde nuestro lugar de genuino prójimo en el Amor.

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En congruencia con la hipótesis de que los líderes creativo (éticos) que las construyeron-crearon dan lugar a que se mantengan en hibernación durante siglos, a la espera de que ocupemos nuestro lugar en aras de su prolífico despertar.

En camino a recrear éticamente la historia (individual, sociocultural, generacional y trascendental), que trascienda las tendencias a idolatrarla-repetirla (dogmatismos, burocracias) y a desvalorizarla-relativizarla (hedonismos retóricos); cual genuino motor evolutivo humano (en vez de los darwinismos en boga, los creacionismos mágicos, simples o mecánicos, y los azarosos indeterminismos).

Acorde a modos de enseñar-transmitir creativo-éticos en lo social, cultural y generacional, que vaya gestando una insólita antropología futurista, pues en vez del mero ‘descubrir ignotos pasados que sí existieron’, pueda ir dando a luz vitales y esperanzadores porvenires.

j) Donde ‘relaciones de liderazgo educativas’ tiendan a re-crear éticamente las Ciencias físico-naturales, las denominadas Ciencias Sociales, las Filosofías, los Psicoanálisis y Psicologías, la Medicina, la Biología, la Politología, la Democracia y, muy especialmente, la Ciencia Económica Capitalista, esa especie de madre absorbente de las demás ciencias, disciplinas y actividades.

De lo que se deviene que algunas de las principales expectativas de los mencionados desarrollos teórico-prácticos no están centradas sólo en compatibilizar (interdisciplinariamente), sino en tender a promover como disciplinas éticamente re-creables a: la filosofía, la ciencia, la economía, la educación, la política, las artes en general e, incluso, el espíritu de trascendencia (al margen del pensamiento mágico y dogmático).

k) En camino hacia una reciprocidad educativa creativo-ética en el amor que nos brinde la esperanza, cuando la caída de los espejismos narcisistas (aparentemente normales) nos evidencia el desierto. Modulando esa música al infinito que hiberna en esos instrumentos musicales que son nuestros cuerpos. A la espera de que sus vitales acordes nos hagan sentir dignos partícipes de un misterioso y nada azaroso proyecto universal.

l) Con la expectativa de ir develando los misterios del complejísimo universo en expansión que somos, ligado a lo esencialmente humano que nos trasciende: ‘tenemos tantas neuronas como galaxias y usamos un ínfimo porcentaje’. Lo cual implique un ‘re-crear éticamente’ el básicamente ignorado universo exterior, predominante en los modelos de transmisión educativa hasta ahora imperantes, que sólo nuestra ‘consciencia narcisista’ nos hace creer que es terreno sabido. Ignorando su tendencia a ponerse en juego al margen de una ‘auténtica identidad’, una ‘genuina creatividad’ y una ‘reciprocidad ética con lo genuino del prójimo’.

Resaltando que las mencionadas relaciones de liderazgo educativas creativo éticas (RLECE) se devienen de lo esencialmente humano que nos trasciende; lo cual se plasma a través de una consciencia que así va evolucionando. Promoviendo una transmisión genética que va abriendo caminos a una transmisión generacional y cultural, en los más variados roles, disciplinas y actividades.

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m) Resaltando en tal perspectiva nociones Trascendentales de Humanidad (espíritu de trascendencia o alma trascendental), que re-creen (sin desconocer) las identidades individuales, familiares, sociales, culturales y religiosas. Mientras se van abriendo espacios en aras de un paulatino develar nuestros misteriosos orígenes y destinos; incluyendo los misterios del antes de nacer y del después de lo que denominamos muerte.

Reiterando que los ‘dogmatismos maniqueos’, las ‘burocracias’, las ‘tecnocracias’, las ‘contraculturas, relativismos culturales’, clausuran las aperturas a los grandes misterios.

De modo que, en base a lo esencialmente humano que nos trasciende, puesto en juego desde la relación de reciprocidad con el prójimo, se deviene el destino ético en reciprocidad del generoso excedente (de sabiduría, creatividad, cultura, dignidad y energía de vida, sin excluir lo económico), cuyos efectos sean una inédita perspectiva de lo que es la realidad; clave en novedosa versión de validación empírica que desplegamos.

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Vemos entonces los avatares de la validación empírica en las relaciones de liderazgo de una transmisión educativa creativo-ética (TECE).

Siendo decisiva la siguiente hipótesis de base: lo esencialmente humano que nos trasciende o social originario, por mediación de las relaciones de liderazgo educativas creativo-éticas supraconscientes (y su LRER), se pone en juego desde las relaciones de liderazgo educativas creativo-éticas conscientes (leyes de la EBER), que incluyen el reconocer para trascender las SCN (y la lógica del maquiavelismo) predominante en los modelos educativos habituales, y culminan en una innovadora versión de lo que es realidad.

Donde estamos delineando las leyes o reglas lógico-deductivas que conectan a las hipótesis (incluyendo a las no observacionales) con los precisos observables empíricos (4ta ley de la EBER). De manera que, si validamos a éstos, se validarán indirectamente las hipótesis precedentes: predicción y recreación éticas (transitoria y probabilísticamente, en un significativo porcentual que, es de esperar, se vaya acrecentando).

Se deviene que la inédita perspectiva de lo que es realidad incluye la siguiente ‘clave’: los efectos en la práctica (realidad) están supeditados a los destinos creativo-éticos en reciprocidad (individuales, sociales y económicos), articulados con la innovadora noción de generoso excedente (de sabiduría, cultura, dignidad y energía de vida, sin excluir lo económico). Decisivo como objeto de validación empírica (predicción ética).

Muy diferente a pensar que los objetos de la realidad a validar deben ser puramente objetivos; acorde a un despojo de la subjetividad como supuesta manera de superar las influencias narcisistas de la sugestión, profecías autocumplidas y manipulaciones (‘vemos lo que queremos ver’ o lo que ‘nos hacen querer ver’). Que conlleva una hipertrofia de los valores objetivos-económicos en desmedro de los ‘valores humanos’.

Con relación a ello, y respecto a ‘cómo validar empíricamente’ las Ciencias Humanas debido a las patéticas influencias narcisistas de la sugestión, profecías autocumplidas, manipulaciones y narcisismos (de las SCN manipuladas), la ‘predicción ética’ nos ofrece caminos de salida (recreando éticamente su antepasado: la ‘predicción’).

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De modo que con dicha noción (de predicción ética) giramos alrededor de las ‘influencias creativo-éticas en reciprocidad’ (acorde a las ‘ve CS’); y de las ‘influencias que surgen de las carencias-distorsiones de creatividad ética en reciprocidad’ (acorde a las ‘vi CS’), que hacen referencia tanto al lugar del observador-investigador-creador como al lugar de lo observado-investigado-creado (medibles).

Lo cual implica que la calidad ética de los cristales con que se mira (observador), se irá acrecentando en cuanto se tiende a las ‘vetas evolutivas de la CS’. Y se irá empobreciendo en cuanto se tiende a las ‘vetas involutivas de la CS’. Y, es más, éstas (vi CS) tienen sus propios criterios de validación (a predominio narcisistas), que vemos en los modelos educativos predominantes y sus SCN (y ‘lógica del maquiavelismo’).

Donde podemos reconocer que sus criterios de validación son acordes a sus propias expectativas (narcisistas, no explicitadas): ‘reduplicar el dogma, la creencia o la verdad’ (en la tipología dogmática maniquea); una ‘inteligencia repetitiva’ o ‘creatividad meramente lógico-racional (en las ‘burócrata’ y ‘tecnócrata’), y el ‘imitar o identificarse’ con las pautas o retórica (en la ‘hedonista retórica’).

Con el valor agregado de que, al ignorar que puedan estar supeditadas a la ‘complicidad inconsciente con la tipología manipuladora en las sombras’ al servicio de la lógica del maquiavelismo, su posición es al patético precio de ignorar y enajenar como criterio de validación: a lo esencialmente humano ligado a la identidad creativo-ética en reciprocidad con lo genuino del prójimo (en el amor).

Y el otro aspecto de la validación empírica es la: ‘recreación ética sistemática’ (que recrea su antepasado: la refutación). A partir de la cual, ya no es necesario encontrar errores o fallas en las teorías para refutarlas, sino que todo conocimiento científico y éticamente válido, desde esta perspectiva, implica que siempre es posible el inédito conocimiento creativo-ético en reciprocidad con el prójimo.

Siendo la esperanza que mientras voy presentando los pasos acerca de una ‘inteligencia creativo-ética más evolucionada’, se vaya recreando la calidad ética de los cristales para reconocer, transmitir, obrar y validar (que incluye las relaciones entre educadores y educandos y de ambos entre sí), tanto en lo relativo al proceso de construcción-creación como a sus efectos: el destino ético en reciprocidad de lo construido-creado.

De lo cual surge que es posible validar cada uno de tales efectos y destinos (en particular y en general), el Cuerpo teórico observacional que les subyace, y el Cuerpo teórico no observable (esencialmente humano supraconsciente). Y de manera probabilística (porcentaje de aciertos) y transitoria (siempre es posible una ‘recreación ética más).

Y si bien estas hipótesis son de alta complejidad (y llevará su tiempo y trabajo comprenderlas, llevarlas a la práctica y validarlas), quizás el proceso ya ha comenzado y las posibilidades que nos brinda valgan ese tiempo, que incluye tiempo de esperanza y de pasión por vivir. De modo tal de encontrarnos cada día con el vital placer de sostenernos en los descubrimientos por venir, que recreen en dignidad la sabiduría del pasado.

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Donde estamos delineando las leyes o reglas lógico-deductivas que conectan a las hipótesis (incluyendo a las no observacionales) con los precisos observables empíricos (4ta ley de la EBER), en aras de la predicción y recreación éticas.

Y que éstos (observables empíricos), que articulo con la transmisión educativa creativo-ética, implican una inédita perspectiva de lo que es realidad, que articulo con los efectos en la práctica (realidad) acorde a los destinos creativo-éticos en reciprocidad que giran alrededor de la innovadora noción de generoso excedente (de sabiduría, cultura, dignidad y energía de vida, sin excluir lo económico).

Que conlleve el recrear una ‘Ciencia Económica’ que idolatra al capital como generador por excelencia, de bienes, de riqueza, de cultura y de todo lo demás, que se ha convertido en la ‘Ciencia social implícita’ por excelencia y, por ende, en madre absorbente de las demás ciencias, disciplinas e ideologías, enajenando las identidades individuales, socioculturales y nacionales.

En camino hacia una genuina Ciencia Social que, al modo de tablas periódicas de elementos de Mendeleiev, permita pensar al ‘ser humano creativo-ético en reciprocidad’ como el generador-creador por excelencia, de bienes, de sabiduría, de riqueza, de arte, de cultura, de posibilidades y de esperanza; lo cual sea dignamente complementado por el Capital, o sea, valores humanos complementados por los económicos.

Con la expectativa de que ello esté al alcance del ‘pueblo’, la ‘ciudadanía’ y la Humanidad toda, en aras del despertar ese gigante dormido que nos trasciende, y que incluye la noción de Naturaleza humana creativo-ética. Que sea acorde al reconocer para trascender las metáforas hegelianas y marxistas del ‘amo y del esclavo’, así como las falacias de la Democracia, en camino a una Democracia creativo-ética en reciprocidad.

Y que, como dicha trasmisión educativa incluye la puesta en juego de una auténtica identidad creativo-ética en reciprocidad (en líderes y liderados, y de ambos entre sí), creo oportuno incluir los destinos creativo-éticos en reciprocidad y la noción de generoso excedente.

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