Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

Facultad de Ciencias Sociales.

Carrera Licenciatura en Periodismo.

Asignatura Economía General.

TRABAJO PRÁCTICO GRUPAL

“Economía versus Medio Ambiente”Entrega 30 de octubre, Segundo Cuatrimestre 2012.

Profesor teórico Rubén Telechea.

Profesora práctico Claudia Cabral.

ÍNDICE

Introducción.................................................................................................Página 3.

Punto de partida teórico..............................................................................Página 3.

Eje de desarrollo..........................................................................................Página 5.

El caso del petróleo.....................................................................................Página 7.

El caso de la papelera UPM.........................................................................Página 9.

Posibles soluciones para revertir externalidades negativas........................Página 11.

Conclusión...................................................................................................Página 20.

Materiales anexos.......................................................................................Página 24.

Bibliografía..................................................................................................Página 25.

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INTRODUCCIÓNEn el presente trabajo se analizarán a partir de los mercados y sus fallas, el perjuicio producido en el medio ambiente y la sociedad a raíz de las externalidades negativas del consumo y la producción. Principalmente se hará foco en la contaminación y se desplegarán dos casos, uno relevante a nivel global, “el petróleo”, y otro importante a nivel nacional, “la papelera Botnia”. Además se desarrollará el rol del Estado en estas situaciones, y las posibles soluciones a las que se podrían recurrir ante tales externalidades negativas para reducir de forma eficiente los costos sociales y medioambientales.

DESARROLLOPunto de partida teórico

Para desarrollar las acciones negativas de la economía sobre el medio ambiente es necesario comenzar teóricamente desde la concepción del mercado actual. Éste se puede definir como una institución social que reúne a los agentes económicos para efectuar transacciones, estos son los demandantes y los oferentes. Aquí todo lo que se intercambia tiene un determinado valor, es decir, un precio, y existe un mercado para cada bien. Hay que tener en cuenta que el productor es un maximizador de beneficios y un minimizador de costos, mientras que el consumidor es un maximizador de utilidades.

Cuando aparece una incapacidad en los mercados para alcanzar la eficiencia, se puede decir que hay fallas en el mercado. Estas pueden ser producidas por competencia imperfecta, información asimétrica o externalidades:

- La competencia imperfecta es causada por diversos factores, como escaso número de empresas que participan en el mercado, productos heterogéneos o diferenciados, poder de mercado para influir sobre el precio (precio/oferentes) y existencia de barreras de entrada o salida al mercado (legales o tecnológicas).

Los mercados de competencia imperfecta son los Monopolios, liderados por un solo productor u oferente, el cual controla la industria, y el bien o servicio que ofrece éste no tiene sustitutos aceptables. Los Oligopolios, en los que participan pocas empresas y el bien o servicio que ofrecen puede ser homogéneo o diferenciado mediante marcas (al caso extremo se lo denomina “duopolio”). Y los mercados de competencia monopolística, donde muchas empresas venden productos similares o sustitutos, pero no idénticos. Se puede decir que hay una diferenciación del producto, y generalmente guerras de precios (o carteles y colusiones) y publicitarias basadas en ésta diferenciación.

- La información asimétrica se refiere a que si bien cuando dos partes se sientan a negociar deben estar en igualdad de condiciones, es decir, ambos deben poseer la misma información para tomar sus decisiones, generalmente un agente económico maneja más información que el otro. A esto se lo puede asociar con dos cosas, por un lado con un riesgo moral, cuando una persona presta un servicio y no sabe como se comporta el consumidor (como al prestar un seguro médico); y por otro lado con una

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selección adversa, cuando una persona contrata un servicio o compra un bien sin saber si las características que se dan son ciertas (como al comprar un automóvil).

- Las externalidades, que son las fallas del mercado que se tomarán para el análisis y se desplegarán de forma más detallada, se dan cuando el comportamiento del agente económico individual impacta sobre el comportamiento de otro agente económico individual o social y esto no queda reflejado en los precios del mercado. Estas pueden ser de la producción o del consumo, y a su vez negativas o positivas en ambos casos. Se explicará brevemente como se constituye cada caso:

- Las externalidades negativas de la producción se dan cuando en el proceso productivo se perjudica a un agente económico individual o social y sin hacerse cargo de ese perjuicio.

- Las externalidades positivas de la producción se dan cuando en el proceso productivo se genera un beneficio a otro agente económico y no se cobra por ello.

- Las externalidades negativas del consumo se dan cuando un agente económico, al consumir un bien, perjudica a otro agente económico, pero solo está dispuesto a pagar un precio según la utilidad que le brinda el bien.

- Las externalidades positivas del consumo se dan cuando un agente económico consume un bien, demandando un beneficio sobre otro agente económico o social; pero no lo tuvo en cuenta a la hora de tomar la decisión de consumir.

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- También existe un caso especial de externalidades, que se da cuando no está bien definido el derecho de propiedad, es decir, que agente económico se beneficia y cual se perjudica. Para poder explicarlo mejor, es necesario señalar a priori las características esenciales de los bienes privados y públicos: los primeros tienen la particularidad de que en su consumo hay rivalidad (si alguien lo usa otro no lo puede usar), y exclusión (solo tiene acceso al bien quien lo paga). Los bienes públicos se diferencian por la ausencia de rivalidad (cualquiera puede usarlo), y ausencia de exclusión (ese uso es independiente de si se paga el bien).

De esta manera, se puede decir que los casos especiales tienen una propiedad que combina ambos tipos de bienes, es decir, hay recursos comunes (bienes públicos) por los que hay rivalidad y exclusión, ya que se agotan por el uso, pero sin definirse bien cuál es el caso de cada agente. Un ejemplo puede ser el ancho de banda.

Eje de desarrollo

Retomando las externalidades negativas, si bien de la producción y el consumo de ciertos bienes se puede obtener ciertos beneficios privados, es decir, ingresos de capital por parte de las empresas y utilidad o satisfacción a nivel particular, éstas acciones pueden tener perjuicios colaterales sobre el medio ambiente y afectar en gran medida a terceros.

El eje central del trabajo es fundado a partir aquí, del rol de estas externalidades negativas en relación a los perjuicios medioambientales y los costos sociales, donde al concepto se lo va a articular plenamente con el de contaminación. Con ésta nos referimos a alteraciones nocivas del estado natural de un medio, como consecuencia de la introducción de un agente totalmente ajeno a ese medio (contaminante), causando inestabilidad, desorden, daño o malestar en un ecosistema, en un medio físico o en un ser vivo.

En el caso de la producción, la externalidad negativa se evidencia en el método de fabricación del producto. El productor, al buscar el máximo beneficio y el mínimo costo, busca el punto de equilibrio entre la oferta y la demanda, pero éste punto es ineficiente en muchos casos por la existencia de la contaminación o costos sociales.

Por desgracia, es un hecho la ineficiencia e indiferencia de los productores hacia la contaminación, y por eso el costo social de la producción de un bien o servicio muchas veces se encuentra por encima del punto de equilibrio propuesto por el productor. El costo social, al no ser incluido en el precio de los productos, y al no afectar a los ingresos de capital de los productores, no es un problema internalizado, y por ende, carece de importancia desde el punto de vista de los empresarios.

Se pueden destacar de forma general diversos casos que ejemplifican ésto:

- El proceso de lavado de los tanques de las grandes petroleras, que es la principal causa de contaminación marina por el vertido de petróleo, de hecho el 32% de los vertidos de petróleo al mar corresponde a tal proceso de limpieza. Esta problemática, junto a los derrames accidentales, causan una gran destrucción de la fauna y flora marina, afectando al equilibrio del bioma de las aguas y a otras industrias como la pesca o el turismo que trabajan en la zona.

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- Los pesticidas que se utilizan en los cultivos, donde el 95% de los productos que utilizan no sólo afectan a las plagas de insectos, sino que se dispersan por el aire, quedan fijados a la tierra o se disuelven en el agua de los ríos. Esto afecta a la fauna existente en la zona, como aves, pequeños mamíferos o insectos; también el agua y el aire contaminados pueden ocasionan problemas graves en la salud de las personas, pudiendo provocar algunas sustancias daños enormes como alteraciones genéticas en los fetos en desarrollo.

- La industria química, donde las sustancias peligrosas que manipulan pueden producir efectos sobre la salud de las personas, como afecciones cardiovasculares, respiratorias y dermatológicas. Además muchos químicos producen consecuencias cancerígenas o mutágeas a los individuos que habitan las cercanías de las zonas de producción. De esta manera la ineficiencia en la aislación, manipulación o ventilación de tales sustancias, puede reducir considerablemente la calidad de vida de la población que se pueda ver afectada.

En estos casos de externalidades negativas de la producción, el costo social es superior que el valor privado marginal, es decir, la ganancia del productor no cubre los graves daños que ocasiona en el medio ambiente, los cuales directa o indirectamente afectan al medio ambiente y la salud y la calidad de vida de la población.

Por otra parte, como se señaló, los consumidores también inciden sobre el medio ambiente al consumir, generando externalidades negativas de consumo. En la mayoría de los casos esto se debe a los residuos que produce el consumo, que son los que no poseen ninguna utilidad una vez desenvuelto o agotado el producto. Dentro de este tipo de externalidades podemos encontrar los siguientes ejemplos:

- Las pilas no recargables, que poseen compuestos químicos utilizados para generar electricidad, pero que a su vez se componen de metales pesados que son tóxicos y

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A Mercado en equilibrio eficiente; costo social igual al valor privado.B Mercado en equilibrio ineficiente; costo social superior al valor privado marginal.F Costo social.O Curva de oferta; costo privado.D Curva de demanda; valor privado.

D

O

F

B

A

Q

Costo de Contaminación P

peligrosos. Una vez que los consumidores agotan este producto, es echado a la basura y estos metales pasan al medio ambiente, contaminando el agua y la tierra. En este sentido, en la actualidad se debate en Argentina la “Ley de basura electrónica” para tratar estos residuos de forma adecuada y reducir sus perjuicios ambientales.

- Los vertederos de basura, que por un lado los gases que escapan contaminan la atmósfera, y por el otro, el agua que se filtra a través de los residuos se combina con sustancias de la basura y posteriormente afecta los acuíferos subterráneos, muchas veces utilizados como fuentes de agua para abastecer las poblaciones cercanas.

- El uso intensivo de automóviles, que sus escapes de monóxido de carbono y otros gases producen alteraciones del transporte de oxígeno en la sangre, afecciones respiratorias, propiedades cancerígenas, afecciones renales y del sistema nervioso central, así como contaminación auditiva y estrés. También se deben tener en cuenta las consecuencias relacionadas al medio ambiente, ya que aquellos gases favorecen el efecto invernadero, tema que se retomará más adelante en el caso del petróleo.

La principal causa de estas externalidades negativas del consumo, es la falta de conocimiento acerca de formas alternativas de cubrir ciertas necesidades, es decir, saber distinguir entre un producto más contaminante y otro que no sea perjudicial para el medio ambiente y la sociedad, y que sin embargo produzca una similar utilidad o satisfacción por su uso. Es necesario que los individuos como consumidores sean advertidos del alcance que poseen los efectos negativos de aquello que consumen, ya que muchas veces es la ignorancia y la falta de costumbre a nivel ciudadano lo que ocasiona éste tipo de contaminación.

El caso del petróleo

La externalidad negativa de la producción y el consumo más significativa, por los efectos locales y globales, es la contaminación ambiental y los costos sociales como perjuicios producidos por la explotación del petróleo. Este es un recurso apropiable y no renovable, cuya oferta es limitada y conlleva una distribución de una cantidad finita a lo largo el tiempo.

Esta sustancia altamente valiosa, hasta el punto de ser llamada “oro negro”, es utilizada para la producción de innumerable cantidad de mercancías, como textiles (nailon, suelas, fibras sintéticas), artículos de limpieza (shampoo, detergentes, limpiadores), productos agrícolas (insecticidas, fertilizantes, herbicidas), productos médicos (prótesis, implantes odontológicos, ungüentos), para construcciones (carreteras, pavimentos, hormigón), y por supuesto, como combustible, en su utilidad más valiosa para los consumidores. Además, de los yacimientos petrolíferos se extraen gases ligeros, a partir de los que se produce el gas natural, principal fuente de calefacción.

Esta elevada demanda de la sustancia es fuente de la necesidad de los productores en el aumento de la oferta del petróleo, lo que provoca que recurran para su extracción a métodos perjudiciales para el ambiente y la sociedad en razón de aumentar su oferta o mantenerla. A raíz de esto han surgido yacimientos petrolíferos con costos sociales muy altos de las poblaciones circundantes, así como gran cantidad de desastres ambientales relacionados con su distribución.

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Para ejemplificar los costos sociales y medioambientales de la producción es necesario hacer referencia a los yacimientos petrolíferos de “Shell” en África, especialmente en Nigeria, en donde las poblaciones se ven sumamente perjudicadas por constantes derrames de petróleo. Es clave la mención de la contaminación de las aguas, en las que hubo en treinta años (1970 - 2000) más de siete mil vertidos de petróleo y aún lugares sin limpiar. En este sentido, también es de mención el ineficiente mecanismo de desecho de los gases no utilizados durante la explotación de los yacimientos o plataformas petrolíferas, los cuales son incinerados a escasa distancia de poblaciones, que ven contaminada no solo su agua potable y sus costas, sino el aire que respiran a diario.

Pero no es la única economía que permite tales costos sociales y medioambientales, ya que en los últimos treinta años ha habido derrames en Kuwait, Arabia Saudita, Irak, Estados Unidos, México, Francia, Italia, Canadá, Reino Unido, Portugal, España, Turquía, Trinidad y Tobago, Puerto Rico, Grecia, Noruega, Marruecos e Irán, entre otros (Imagen N° 1 en materiales anexos).

Pero aún más alarmante es la expectativa actual de las petroleras “Shell” y “Gazprom” de extraer petróleo del Ártico, donde un derrame podría tener efectos perjudiciales

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Fuente: Diario El País, “el periódico global en español”, versión web.

sobre el mundo entero, más allá de la fauna autóctona e irremplazable que desaparecería por contaminaciones en el área. En este sentido se ve el arduo trabajo de organizaciones sociales no gubernamentales, como Greenpeace, en su tarea de difusión de éste tipo de problemáticas y en la limitación de la inconmensurable codicia de las petroleras. Estas organizaciones buscan la participación de civiles para solucionar de forma pacífica y diplomática las lagunas legales que dejan los Estados y las organizaciones internacionales encargadas de la regulación en el área, como El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente que opera, entre otros, en nuestro país.

Por otro lado, también se debe tener en cuenta que el petróleo no solo contamina el medio ambiente en su producción y distribución, sino que como combustible en su consumo también produce costos medioambientales y sociales. Son varios los gases contaminantes que emiten los escapes de las máquinas a combustión interna, principalmente los automóviles y las maquinarias industriales; pero los efectos más nocivos son los que presenta el monóxido de carbono. Este favorece el efecto invernadero, y por consecuencia, es la principal fuente del calentamiento global, del cual ya se comienzan a sentir a sentir los trastornos climáticos muy relacionados con el derretimiento de los hielos polares.

De esta manera, este recurso demuestra claramente que las industrias, al menos las relacionadas a la explotación y distribución del petróleo, aún no han tomado medidas eficientes para combatir esta externalidad, aún sabiéndose los grandes costos medioambientales y sociales que trae su indiferencia, y de la tecnología de avanzada actual con la que se podría trabajar para una solución. Talvez es tiempo de meditar que sucedería si las empresas pudieran seguir adelante con sus expectativas, combinándose el calentamiento global con la explotación de petróleo en el Ártico, en conjunto con sus métodos ineficaces y su indiferencia a lo ajeno al beneficio.

El caso de la papelera UPM

El artículo periodístico adjunto a continuación permite observar el intenso conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de una planta de celulosa perteneciente a la empresa finlandesa UPM, en el país uruguayo y sobre las aguas binacionales del Río Uruguay. Aquí se puede apreciar una disputa internacional por una externalidad negativa de la producción y su desenlace. En un principio el conflicto incluyó a una planta que se intentaba construir, perteneciente a la empresa española ENCE, que finalmente trasladó su proyecto hacia otro lugar.

El conflicto, que duró 7 años, comenzó en el 2003 cuando un grupo de argentinos de la ciudad entrerriana de Gualeguaychú comenzó a manifestarse en contra de la instalación de la planta, alegando tener efectos contaminantes en las aguas del Río Uruguay lo cual traería consecuencias ambientales y sociales. En 2007 la empresa UPM finalizó la construcción de la planta, y puso en marcha la misma el 8 de noviembre del mismo año. A raíz de ésto sucedieron los cortes en la ruta internacional 136 a cargo de los ciudadanos entrerrianos, que fueron cada vez más frecuentes.

Al respecto, Argentina sostenía que la instalación de la planta de celulosa era contaminante, y que se había realizado en violación del Estatuto del Río Uruguay. Este

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es un tratado internacional celebrado en 1975 entre los dos países para arreglar los usos, actividades y conservación del río en el tramo que ambos comparten. Ese fue el argumento con el cual se presento a la Corte Internacional de Justicia.

Uruguay, por su parte demandó al país argentino ante el sistema de solución de controversias del MERCOSUR, y también ante la Corte Internacional de Justicia, argumentando en primer lugar que los cortes de ruta constituyen una violación al principio de libre circulación, y en segundo lugar, que los mismos son tolerados y utilizados por el gobierno argentino para presionar al gobierno uruguayo en las negociaciones referidas a la instalación de las plantas de celulosa.

Finalmente, el 20 de abril de 2010, la Corte Internacional de Justicia dictó el fallo definitivo resolviendo que “Uruguay violó sus obligaciones procesales establecidas por

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el Estatuto del Río Uruguay de notificar e informar de buena fe”. Sin embargo, si bien Argentina pudo demostrar que algunos parámetros de contaminación de las aguas del río se habían elevado desde la puesta en marcha de la pastera de celulosa, falló en probar que la planta de celulosa era la causante y no otros factores ajenos a ella, por lo que la Corte entendió que Uruguay no violó sus obligaciones para evitar la contaminación ambiental. Por este motivo la Corte consideró que resultaba desproporcionado ordenar el cierre de la planta de la empresa UPM, pero instruyó a ambos países a realizar un monitoreo del río en conjunto, a través de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) y aplicando el Estatuto del Río Uruguay.

Por último, el 30 de agosto de 2010, en Montevideo, se firmó un acuerdo para conformar un Comité Científico en el seno de la Comisión Administradora del Río Uruguay. Lo interesante en esta cuestión, más allá de cual haya sido la resolución de la Corte Internacional de Justicia, es destacar las constantes y numerosas manifestaciones que el pueblo argentino ha realizado con el objetivo de expresar su descontento ante la instalación de una fábrica que contaminaría el Río Uruguay teniendo como consecuencia el daño ambiental y consiguientemente social.

Pero no fue la única medida que adoptó ese grupo de argentinos, oriundos de la provincia de Entre Ríos, ya que crearon además la ASAMBLEA CIUDADANA AMBIENTAL DE GUALEGUAYCHÚ. Se trata de una ONG, creada por los mismos vecinos de la ciudad en 2005, con el objetivo de organizar un frente opositor a la instalación de la planta de celulosa en la ciudad Uruguaya de Fray Bentos, argumentando que tal industria tendría un efecto negativo.

Durante ese mismo año se dedicó a informar a la ciudad sobre la problemática, considerando una indiferencia por parte de los gobiernos de ambos países. De ese modo organizaron su lucha. También participaron de la lucha, organizaciones ecologistas como “Greenpeace” alegando que se debía establecer entre Argentina y Uruguay un plan de producción limpia para la industria de papel en los países.

En resumen, es evidente como esta externalidad negativa de la producción señala nuevamente, como en el caso anterior, la indiferencia de las industrias, la ineficiencia de los Estados y de organizaciones internacionales en el área, como en éste caso la Corte de Justicia. Además muestra como cobran importancia los movimientos sociales que se desarrollan bajo éstas cuestiones, ya que como se ha señalado las empresas no dejarán voluntariamente de contaminar, si esto no se les presenta como un beneficio capitalista de los que persiguen.

Posibles soluciones para revertir externalidades negativas

Desde el punto de vista económico existen dos aproximaciones generales para revertir las externalidades negativas, es decir, dos posibles soluciones. La primera deriva de la aproximación de Pigou (economista inglés), que se refiere principalmente a la necesidad de acción e intervención estatal; la segunda deriva de una propuesta de Ronald Coase, conocida como el Teorema de Coase.

Además, en la actualidad, se plantea una atrayente alternativa para las empresas que producen contaminación y costos sociales durante la producción, que es la posibilidad

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de la prevención de la contaminación de acuerdo a metas económicas y medioambientales.

Estas tres posibilidades se analizan a continuación:

1. Posición del estado

Una empresa que contamine el medio ambiente con sustancias, desechos o gases utilizados en el proceso de producción no dejara de hacerlo voluntariamente. En todo caso, puede ocurrir que, debido a la creciente toma de conciencia en materia de medio ambiente de sus gestores, éstos se decidan a actuar y eliminen algunos de los residuos por la buena imagen que ello proporcionaría a la empresa y por el beneficio que reporta la supresión de malos olores al entorno.

De esta manera, en un entorno productivo no regulado, la situación que se alcance será ineficiente, ya que las empresas solo toman medidas hasta el punto que empiezan a tener amplios costos que se reflejan en sus ingresos, y no en todos los casos toman medidas acerca del medio ambiente, pues no se tiene en cuenta éstos ni los costos sociales ya que son "externos" a la empresa.

Para luchar contra las externalidades, las ineficiencias derivadas de éstas y los costos sociales, el Estado suele establecer controles directos, esto es, regulaciones sociales; este rol que desarrolla se debe a que uno de los principales papeles del Estado es corregir las ineficiencias que provocan las fallas del mercado, y por ende, las externalidades.

Existen esencialmente tres razones por las que e Estado debería intervenir. La primera está relacionada con el problema de los bienes públicos, ya que muchas externalidades implican la utilización de éstos en el proceso productivo (aire puro, agua limpia). La segunda razón esta relacionada con los costos de transacción, en el sentido de que es muy difícil conseguir que los individuos se unan voluntariamente para internalizar estas externalidades. La tercera razón se basa en que los derechos de propiedad establecidos generan frecuentemente ineficiencias.

De esta manera, la inclusión del Estado como vehiculo para resolver las externalidades tiene la ventaja de que se ahorran costos de transacción, y se resuelven de forma más eficiente los problemas que generalmente plantean los conflictos entre agentes.

En este sentido existen cuatro grandes categorías para resolver las externalidades, las que se materializan como la imposición de multas, subvención de los gastos para reducir los costos de las externalidades negativas para los productores, dictado de normas para atenuar los perjuicios que imponen unos grupos a otros, o definiendo a través del sistema jurídico, un conjunto de derechos de propiedad que desanime a los individuos de ocasionar externalidades negativas.

Sin embargo, el Estado no puede eliminar totalmente las externalidades, sino que su tarea es ayudar al sector privado a lograr el nivel socialmente eficiente, e inducir a las personas y a las empresas a actuar de tal forma que tengan en cuenta las repercusiones de sus actos en los demás agentes económicos y el medio ambiente.

A continuación se desplegará de forma más profunda el rol del Estado y sus problemáticas relacionadas a las externalidades negativas:

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- Las regulaciones: la respuesta mas rigurosa que puede dar el Estado a los conflictos surgidos por las externalidades negativas, y por ende la contaminación, es declararlas ilegales. Por ejemplo, puede definir el nivel permisible de contaminación y sancionar a las empresas que lo traspasen.

La regulación demanda atención e intervención intensa del Estado, primero averiguando cual es el nivel en el que las emisiones son peligrosas, en segundo lugar fijando normas y reglamentos uniformes para la práctica, tercero ordenando que todo el mundo adecue el grado de contaminación en cierto lapso de tiempo a éstas normas sin tener en cuenta las diferencias entre los costos de tener que eliminarla, y en cuarto lugar controlando su cumplimiento, para lo cual hay que crear la inspección adecuada que lo vigile. Sin embargo, una vez que la empresa ha cumplido la norma no tiene ningún incentivo para buscar y aplicar métodos que reduzcan más la contaminación.

Este sistema es muy criticado, ya que como es previsible muchas las empresas gastan mas en tratar de que se modifique la norma o en quedar exentos de ella, que en investigar para conseguir una tecnología menos contaminante.

- Las multas y las subvenciones: las multas se imponen para remediar la ineficiencia que generan las externalidades negativas, como en el caso de la contaminación de los ríos. Una multa calculada correctamente muestra al individuo o a la empresa los verdaderos costos, y por consiguiente, los beneficios de que sus actos se atengan a la ley. Generalmente aquellas consiguen que la empresa gaste una cantidad socialmente eficiente en la reducción de la contaminación.

Asimismo, cabe agregar, que en el caso contrario donde hay externalidades positivas, el Estado suele conceder subvenciones.

Cuando analizamos las externalidades en el caso de la contaminación, dado que

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probablemente la empresa contaminante obtendría un beneficio directo insignificante de la eliminación de la contaminación o nulo (en la visión que tienen los empresarios), aquella tendría pocos incentivos que hagan gastar dinero es su reducción. En este sentido, el Estado, puede subvencionar los gastos que se efectúan para reducirla a modo de incentivo. La subvención a la reducción de la contaminación reduce el costo social marginal de la producción, pero también los costos privados marginales.

La razón por la que los contaminadores prefieran subvenciones para la reducción de la contaminación antes que las multas es evidente: los beneficios son mayores con el primer sistema que con el segundo, esto se debe a que las consecuencias distributivas en el caso de las multas no afectan únicamente a las empresas contaminantes y a sus accionistas, sino que por éste elevado costo marginal la producción será menor, subirán los precios y los consumidores de los productos de la empresa contaminante también resultaran perjudicados. En este sentido, los que tienen que pagar los impuestos para financiar las subvenciones a la reducción de la contaminación resultaran claramente beneficiados, ya que se protegerá el medio ambiente, y por ente la salud de la sociedad (ellos mismos). Sin embargo, debe hacerse hincapié en que la elección entre las subvenciones y las multas es solamente una cuestión distributiva.

- Los costos de transacción: las regulaciones que derivan en sistema de multas o incentivos requieren diferentes tipos de seguimiento estatal, ya que en ninguno de los dos casos le interesa a las empresas revelar cuanta contaminación producen. Tampoco les interesa a ninguno de los compradores, ya que las regulaciones y multas que se impongan como consecuencia de una contaminación excesiva, y los costos por la adquisición de dispositivos para controlar aquella, se trasladan al usuario, que no suele ver el beneficio detrás del impuesto. Aquí se cae nuevamente ante un problema clásico de bienes públicos, donde la responsabilidad del seguimiento debe recaer en el Estado.

- La información: Igualmente importante es el hecho de que la aplicación de sistemas de control de las externalidades exige información transparente. Sin embargo, los fabricantes carecen de incentivos para revelar su información al gobierno (o muestran información falsa), y tienen por el contrario todas las razones para tratar de convencerlos de que la tecnología para eliminar la contaminación es extraordinariamente difícil de desarrollar, por lo que resultaría imposible cumplir una normativa excesivamente rigurosa. Además, las empresas jugarán con la poco probabilidad de que el gobierno cierre la industria si no se ha desarrollado la tecnología adecuada cuando venza el lapso de tiempo dado para desarrollarla y cumplir las nuevas regulaciones.

Si la reducción de la contaminación tiene costos diferentes para cada empresa, debido a los distintos métodos, elementos, maquinarias y materias primas utilizadas en cada proceso productivo, el nivel eficiente de reducción de contaminación también será diferente. Así, para fijar un nivel eficiente, los legisladores deben conocer las funciones de costo de cada empresa de la economía. Aquí se produce el inconveniente, dado que para desarrollar regulaciones de reducción de contaminación el Estado depende en buena medida de la información que les suministren las empresas, la cual se reitera que no suele ser transparente o real.

Por otra parte si en el sistema regulador el gobierno evalúa erróneamente los costos

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de control de la contaminación, el nivel de contaminación será ineficiente, y si subestima los costos y dicta una normativa rigurosa, es posible que las empresas tengan que gastar abundantes recursos para cumplirla. En estos casos el costo de cumplimiento será superior al beneficio social.

Se debe tener en cuenta que la variabilidad de los costos y beneficios marginales del control de la contaminación cambian de un lugar a otro, de una época a otra y de una empresa a otra, y toda regulación debe tener en cuentas estas diferencias.

- Plano jurídico: en lugar que sea el Estado el encargado de garantizar que no haya externalidades, muchas veces es el área jurídica la que asume la responsabilidad de las externalidades negativas producidas por las empresas. Para que sea eficaz el proceso judicial ha de establecerse una serie de derechos de propiedad precisos y coherentes. Por lo tanto no puede utilizarse este sistema para resolver las externalidades de casos especiales donde hay recursos comunes.

Este sistema tiene cinco limitaciones: En primer lugar los litigios conllevan unos elevados costos de transacción. En segundo lugar puede ser un largo proceso burocrático, marcado por los grandes costos de los litigios, donde las empresas suelen prolongar el proceso para que los demandantes se abstengan de seguir la demanda, además de que suelen querer compensar a los damnificados con dinero, lo cual calla sus voces de queja, y permite que el perjuicio medioambiental y social prosiga sin que la empresa deba tomar ninguna medida en la reducción de la contaminación. En tercer lugar, existe una incertidumbre sobre la magnitud del daño, lo que induce a los particulares a no recurrir al sistema judicial para resolver las externalidades. En cuarto lugar, los elevados costos de litigios y los resultados inciertos de los procesos judiciales implican que no hay igualdad de oportunidades en la posibilidad de acceder a los remedios legales, lo que impacta con la idea justicia y democracia.

El sistema jurídico constituye un marco en el que se pueden resolver determinadas problemáticas relativas a las externalidades negativas, pero sus limitaciones en muchos casos suelen ser claras.

2. Teorema de Coase

En algunos casos, para revertir externalidades negativas que afectan a otros agentes económicos o que tienen altos costos medioambientales y sociales, no es necesaria la intervención del Estado.

En este sentido, se puede aplicar el Teorema de Coase, siempre y cuando esté bien delimitado el derecho de propiedad, es decir, cuando está claro quien se beneficia y quien se perjudica por la externalidad. Cuando se aplica el teorema, los agentes económicos privados (individuos) pueden negociar sin costos de transacción, es decir, sin costos de intermediarios como mediadores o abogados. Entonces se resuelve la externalidad y se alcanza la eficiencia llegando a una solución o acuerdo entre los afectados.

Al partir el teorema de los supuestos de que los costes de la negociación para las partes son bajos, y que quienes tienen la propiedad de los recursos pueden identificar la causa de los daños a su propiedad e impedirlos por medios legales, la intervención pública deja de ser necesaria para tratar el problema de las externalidades negativas en cuestión.

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3. Prevención de la contaminación

El concepto de prevención de la contaminación comienza a tener resonancia en la actualidad en relación a la eficiencia del mercado, ya que vincula metas económicas y ambientales en una forma que el comportamiento empresarial es acorde con el desarrollo sustentable, al integrar el crecimiento económico con el mejoramiento del desempeño ambiental de las empresas.

La dimensión económica implícita en el concepto de prevención de la contaminación lo hace atractivo para la industria y otras actividades productivas, ya que es más razonable no producir residuos que gastar dinero y recursos en el tratamiento y disposición final de éstos. Además, existe una mejora en la eficiencia de los procesos a través del uso más eficiente de las materias primas que deriva en beneficios económicos para la empresa.

En este sentido, la prevención de la contaminación es un aspecto sumamente importante desde el punto de vista de sustentabilidad, debido a que un programa de prevención de la contaminación bien establecido y organizado, en la práctica representa una alternativa que no es considerada un obstáculo para la operación de la empresa, sino un estímulo para mejorar la posición de la misma haciéndola más limpia, eficiente y competitiva.

CONCLUSIÓN

Como se ha señalado anteriormente, el medio ambiente provee al sistema económico de materias primas e insumos, como energía, sin los cuales sería imposible la producción, y por ende, el consumo masivo. Esto da por consecuencia directa que el sistema económico explote a la naturaleza con el fin de proveerse de materias primas que le permitan seguir funcionando; desde ésta óptica, entonces, se puede afirmar que los bienes ambientales extraídos son el combustible que pone en funcionamiento al motor de la economía.

Sin embargo, a pesar de la importancia que esto demuestra del sustento del medio ambiente, actualmente una tragedia ambiental se fundamenta en el hecho de la existencia masiva de externalidades negativas, como bien hemos demostrado en el caso del petróleo y la papelera al margen del Río Uruguay. Aquí las empresas se niegan a internalizar los costos sociales y medioambientales.

En este sentido, la naturaleza ha sido considerada como un bien ilimitado y de libre disposición y adquisición, lo que genera en muchos casos la sobreexplotación y uso irracional. A esto se debe agregar la carencia de incentivos para su uso racional, que si bien se ha señalado el rol del Estado en estos casos con subvenciones, no parece ser suficiente. Así, tarde o temprano aparece la contaminación ambiental y las consecuencias sociales.

Además, es notorio que las actividades económicas de producción y consumo generan productos de desecho, residuos, que necesariamente vuelven al entorno. Éstos, dependiendo de la forma que se los manipule, y la capacidad de asimilación de los ecosistemas, pueden constituirse en agentes contaminantes, lo cual muchas veces escapa de algún tipo de regulación, como en el caso de la basura electrónica (principalmente pilas). Aquí es necesario que tome fuerza el concepto de reciclaje y de

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forma adecuada de desecho de los residuos, especialmente los industriales, y es imperante que con aún más fuerza se lleven medidas a la práctica, y se instauren como costumbre empresarial y ciudadana.

En el caso del consumo creemos necesaria una fuerte regulación, que ya se vive en otros países como Alemania, Estados Unidos, Suiza o Japón, donde está prohibido tirar basura en las calles y se recicla gran parte de los residuos. Desde la perspectiva de una multa, la concientización o un lapso aceptado de transición, se debe lograr motivar una nueva costumbre radicada en la mejoría del espacio público, recurso común de todas las personas.

El derecho también deja lagunas de ineficiencia, ya que no funciona como un mecanismo que prevé y se anticipa a la aparición del daño ambiental, sino que se centra en utilizar mecanismos judiciales para solventar los daños ya acontecidos, solo aminorando los efectos nocivos una vez que han presentado, obligando al responsable a realizar su recomposición o cubrir los gastos que ello genere.

Además se hacen presentes las limitaciones, tanto del Estado como el sistema judicial, cuando el derecho de propiedad no está claramente establecido, como en los casos especiales de externalidad, que se refieren usualmente a recursos comunes de alto valor económico y patrimonial, como la pesca en alta mar, las tierras, contaminación atmosférica, marítima, y todo lo relacionado con explotaciones en zonas fronterizas o internacionales, como el actual caso del petróleo y el ártico que se ha mencionado. Aquí los recursos comunes (por los que hay rivalidad y difusa exclusión) en vez de ser manejados con cuidado y transformarse en un recurso renovable o sustentable, son agotados por la sobreexplotación, por el abuso del derecho de utilización o por el usufructo, ya que es dificultoso excluir a los agentes de su uso para el consumo o producción. Este tipo de inconvenientes son a los que usualmente se enfrentan los recursos comunes, y debido a ello y la ineficiencia general al marco del tema, creemos necesaria una regulación para su explotación, uso, preservación, manutención y consumo. De esta manera, como señala Elinor Ostrom (premio novel de economía en 2009) y como consentimos en el análisis, la administración comunal sería la más viable solución al respecto, a través de normas complejas de decisión comunal, tratando a los recursos naturales como propiedades comunales.

Por estos motivos, consideramos como grupo, que las tareas de protección medioambiental y social no deben limitarse a ser una corrección de las fallas del mercado, sino que deberían ser variables tratadas desde un primer momento por las industrias, y como eje central de la economía a nivel micro y macroeconómico. Después de todo no existiría economía ni producción como hoy la conocemos sin la existencia de la naturaleza, que alberga todas las materias primas y fuentes de energía, y por consiguiente, todos los recursos a partir de los cuales la sociedad se puede desenvolver productivamente como lo hace en la actualidad.

Así, es necesario concebir el daño ambiental como un daño irreparable e inmensurable a la sociedad, a todos los seres que habitan en el planeta y a los recursos de los cuales no prescindimos (son escasos), por lo que es necesario no caer en la paradoja de que la indiferencia hacia el estado del medio ambiente signifique el padecimiento de la economía y la sociedad por el agotamiento y la contaminación que nuestra forma de vida conlleva.

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En este sentido, preveer las externalidades y revertir los daños ambientales ya constituidos, debe cobrar importancia y generar mayor participación estatal y ciudadana para la conservación del medio ambiente, ya que las empresas no demuestran interés en el tema. De esta forma, éstos actores económicos, junto a las organizaciones no gubernamentales ambientalistas, que se convierten en los sujetos ideales para llevar a cabo la recomposición de los daños ambientales, deben llegar a una verdadera labor de restitución del medio ambiente global.

De esta manera creemos necesaria una actualización de las políticas globales acerca de las externalidades negativas que perjudiquen al medio ambiente y generan costos sociales, lo que debe ir de la mano con las herramientas que brinda la tecnología para la prevención de la contaminación. Se debe hacer presente una reestructuración legislativa y judicial, donde se reevalúen los sistemas de multas e incentivos, y se tenga una regulación más rígida en cuanto a la información que deben prestar las empresas para hacer más efectiva la reparación de los daños. Para esto podría ser muy útil la aparición de un órgano estatal realmente dirigido para la resolución de los daños o inminentes daños ambientales y sociales, lo cual debería articularse con las organizaciones no gubernamentales de lucha ambiental y las acciones ciudadanas.

Somos conscientes que una lucha por la restitución del estado ambiental, o al menos la máxima restitución posible, conlleva grandes gastos, aún más si se implementan medidas a nivel global, por lo que somos partidarias de una política donde haya nuevos y fuertes gravados contributivos destinados específicamente a la sustentabilidad del medio ambiente, tanto para los consumidores como los productores, ya que todos somos culpables por la indiferencia o ignorancia de la contaminación ambiental y los costos sociales que nos provocamos, al fin y al cabo, a nosotros mismos como seres humanos.

A nuestro parecer, según lo señalado, la propuesta que debe fijar la economía en la actualidad, no es solo alcanzar el crecimiento, el pleno empleo, equilibrar el mercado o satisfacer necesidades, sino que, sin dejar de lado éstas variables y otras, debe presentar soluciones concretas y eficientes acerca de las externalidades negativas que se presentan en la producción y el consumo, ya que el medio ambiente es la materia prima que nutre tanto la economía como la vida humana en todo sentido material.

MATERIALES ANEXOS

Imagen N° 1

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Se indican los mayores derrames de petróleo en relación a las toneladas derramadas;

la mayoría son accidentes de barcos petroleros y plataformas petrolíferas.

BIBLIOGRAFÍA DE LA MATERIA

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* Libro “Economía, principios y aplicaciones” 4ta edición, de Mochón, Francisco y

Beker, Víctor.

BIBLIOGRAFÍA EXTERNA

* Contaminación: http://es.wikipedia.org/wiki/Contaminaci%C3%B3n

* Usos del petróleo: http://neurotransmisores.blogspot.com.ar/2010/02/usos-del-petroleo.html

* Derrames de petróleo: es.wikipedia.org/wiki/Derrame_de_petr%C3%B3leo#Los_mayores_derrames_de_petr.C3.B3leo

* Petroleras y el ártico: http://savetheartic.org

* Conflicto papelera UMP: http://es.wikipedia.org/wiki/Conflicto_entre_Argentina_y_Uruguay_por_plantas_de_celulosa

* Comunicado Greenpeace: http://www.colaboras.com/tema.php?tema=La-carta-que-envio-Greenpeace-a-las-papeleras-en-el-2006&id=1120

* Externalidades: http://es.wikipedia.org/wiki/Externalidad

* Externalidades y medio ambiente: http://beatrizsastreadl.blogspot.com.ar/2010/11/externalidades-negativas.html

- Quim Regas, Enciclopedia Visual de la Ecología, Clarín, 1996, Buenos Aires, República Argentina.

* Portales de Internet: www.infobae.com; www.lanacion.com.ar; www.clarin.com.ar; www.perfil.com.ar

* Elinor Ostrom: http://es.wikipedia.org/wiki/Elinor_Ostrom

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