84

Ultratumba Nº33

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Nº33 de la revista Ultratumba de Javier Herce www.javierherce.com

Citation preview

Page 1: Ultratumba Nº33
Page 2: Ultratumba Nº33

2

¿Quieres colaborar con Ultratumba?¿Escribes relatos de terror? ¿Haces

fotografía o ilustración oscura?

Puedes escribirnos a:[email protected]

Para seguirnos en Facebook:www.facebook.com/ultratumbajh

Y también puedes seguirnos enTwitter:

@ultratumbajh

Si quieres pertenecer a nuestro clubde lectura, escríbenos un mail.

Poco a poco el año se va acabando y ya tengo la mente puesta en la Segunda Edición delos Premios Ultratumba. Después del buen recibimiento que tuvo la primera, ahora lo voy a cogercon ganas. Este año, además, ha habido artistas muy buenos que se lo van a merecer. Despuésde calentar motores con los primeros premios, ahora ya tengo ideas para cambiar y formas dehacerlo. Las votaciones fueron una locura (la gente votó casi 4.000 veces), así que es posible queesta vez las votaciones sean para elegir las candidaturas y los ganadores los elijan un grupo degente seleccionada. Aún tengo tiempo para pensarlo. Ha sido un año lleno de literatura, música,fotografía/ seguro que las categorías van a estar repletas de cultura gótica.

Por lo que respecta a este nuevo número, la moda es una de las protagonistas, debido aldesfile de la Semana Gótica de Madrid, Plataforma G, que supo estar a la altura de otros años, ya Laura Diamond, una de las diseñadoras que mostró allí su colección y a la que he entrevistadoy fotografiado. Tengo que decir que Laura ha sido un gran descubrimiento porque, aunque ya co-nocía su trabajo, debido a esta entrevista he podido conocer a la persona, incluso más interesanteque sus diseños.

Siguiendo con la fotografía, quiero destacar el trabajo de Dark Memories Photography, quehan colaborado con Ultratumba desde el principio y es un placer ver cómo sus imágenes van evo-lucionando a la par que la revista, con un reportaje de zombis que a mí, personalmente, me haencantado.

Muchos más contenidos, como el estreno madrileño de Megamuerte, una de las películasdel año en la escena española, la tercera edición del Festival Melodías de Sombras, unas foto-grafías que le hice a la televisiva Sara Escudero (Zapeando, de La Sexta) y demás cosas. Megustaría hacer hincapié en los relatos de terror y animaros a que los leáis, porque los relatos sonel alma de Ultratumba, lo que hizo que naciera en su día y lo que la mantiene viva.

Una vez más gracias a todos por seguir ahí. Nos vemos en diciembre. Javier Herce.@javierherce

Page 3: Ultratumba Nº33

3

Libros – pag 04

Entrevista – Nerea Aznar– pag 08

Música – Punkenstein – pag 11

Relato – RF Jódar – pag 12

Moda – Plataforma G – pag 18

Entrevista – Laura Diamond

– pag 32

Relato – Panxo E Costa

– pag 40

Música – Festival Melodías

De Sombras – pag 46

Cine – Megamuerte – pag 50

Fotografía – Sara Escudero

– pag 54

Relato – Sebastián Marín

– pag 58

Cine – The Apparition

– pag 60

Fotografía – Dark Memories

– pag 66

Serie – Guillermo Gala Arias – pag 76

Page 4: Ultratumba Nº33

4

Nos llega la nueva no-vela de uno de los colaborado-res de Ultratumba más incan-sables e incondicionales, TonyJiménez. De la mano de Apple-Head Team se publica “Tor-menta Sangrienta”, una obra deterror que viene a confirmar laemergente carrera de su autor.Después de trabajos como“Cinco lápidas sin tumba” o“Drácula vs La Momia: Batallapor Chicago”, “tormenta san-grienta” supone, según palabrasdel propio Tony Jiménez, su tra-bajo más ambicioso.

Esta es la sinopsis quenos ofrece la editorial:

Manhattan, Nueva York.Lisey, la tormenta del siglo, seacerca a la isla. La lluvia, lasinundaciones y la oscuridad seharán con Manhattan durantetoda una semana, lo cual pro-voca que la mayor parte de sushabitantes evacuen sus hoga-res, aunque no todos, pues elantiguo hotel conocido como elChapel, convertido en un bloquede apartamentos, sirve como re-fugio a muchos de sus vecinos.Sin embargo, el lugar escondemuchos secretos, siniestrosmisterios que sobrevuelan eltenso ambiente que se liberacuando llega la tormenta, unatempestad sin precedentes queoculta tanto como el viejo edifi-cio. Es posible que los habitan-tes del Chapel no sólo tenganque preocuparse por el interiorde las entrañas del antiguohotel, sino también por lo que

trae Lisey, cosas horribles queposeen siete días para convertirManhattan en un infierno. Ytodo comienza con una gota desangre en la lluvia.

Una buena forma quetiene Tony Jiménez de despe-dirse de este año, con un nuevovolumen que añadir a su prolí-fera colección de trabajos litera-rios y colaboraciones en dis-tintas antologías y revistas. Ade-más, lo hace con una nueva edi-torial, que seguramente poco apoco se vaya abriendo caminoen el panorama literario espa-ñol.

Javier Herce.

Más información en:appleheadteam.blogspot.com.es

www.nafracoleccion.com

Page 5: Ultratumba Nº33

5

Un nuevo libro de JavierQuevedo Puchal es siempremotivo de celebración, así queestamos de enhorabuena con lapublicación de “El manjar in-mundo”, su nueva colección derelatos que beben de los cuen-tos clásicos que todos conoce-mos. Aquí tenéis informacióncon la nota de prensa de su edi-torial, Punto en Boca:

Sinopsis Cazadores urbanos tras

las presas más codiciadas. Unaextraña torre sin puertas. Ancia-nas obsesionadas con la be-lleza perdida. Demoniosfamiliares encerrados en elático. El corazón de una brujaenterrado bajo un rosal. Nochesde bodas negras como crespo-nes/

Javier Quevedo Puchal,ganador del Premio Nocte, nospresenta con El manjar in-mundo una fascinante antolo-gía de relatos de terror góticoinspirados en cuentos de hadasclásicos, desde los hermanosGrimm hasta Andersen o Pe-rrault. Trece asombrosas de-construcciones de las historiascon las que todos hemos cre-cido. Trece perturbadoras narra-ciones que reflexionan sobrenuestro lado más oscuro, perotambién sobre aquellas debili-dades que nos vuelven más hu-manos. El manjar inmundo es,en definitiva, el banquete per-fecto para degustar como unbuen vino tinto. A sorbos espa-ciados. Sin prisas. Igual queaquellos cuentos de nuestra in-

fancia que, a la luz de la lampa-rilla, leíamos cada noche antesde dormir.

«Javier Quevedo Puchalreformula el arquetipo del cuen-to clásico extrayendo de lospredecesores su savia más co-rrupta, la que subyace en lascapas más profundas. A partirde esa esencia de perversión,reinterpreta la propuesta paradotar sus relatos de una bellezagrotesca, repleta de imágenesevocadoras que quedan impre-sas en el inconsciente del lec-tor». Darío Vilas.

«En El manjar inmundo,Javier Quevedo Puchal nos sir-ve un menú de platos que creí-amos conocer y que ahora apa-

recen aderezados con toquesturbiamente exóticos. Como side un opíparo banquete literariose tratara, lo mejor es leer losrelatos despacio, saboreándo-los; dejarse acariciar por suaroma y acompañarlos de unacopa de buen vino. Una cosamás, futuros comensales: pres-cindid del café al final. Los es-pléndidos cuentos que com-ponen El manjar inmundo ya ostendrán desvelados durantegran parte de la noche sin nece-sidad de estimulantes. Es unconsejo de amigo. Me lo agra-deceréis». Toni Hill.

www.puntoenboca.com

Page 6: Ultratumba Nº33

6

Estamos ya por el tercerlibro leído por el Club Del Lec-tura Ultratumba. En este caso laobra elegida ha sido una la co-lección de relatos de RichardMatheson, “Pesadillas a 20.000pies”.

Para este libro, pareceque la opinión de los miembrosdel club ha sido muy parecida:

“Lo terminé y casi no loconsigo. Se me ha hecho largo.Los primeros cuentos son bue-nos y dan ánimos para seguirleyendo, pero luego para mí lacalidad decrece paulatina-mente. Son historias de terrormuy clásicas y no he pasadomucho miedo. Me quedo con"Pesadilla a 20.000 pies" y "Através de los canales". Eso sí,tengo en cuenta que son relatosescritos entre 1950 y 1960, enaquella época originales y terro-ríficos”.

“Coincido en que el re-sultado es irregular. Hay relatosmuy notables, sobre todo por sutrabajo de exploración psicoló-gica ("Pesadilla a 20.000 pies","Una casa enloquecida"), otroscon un conseguido aliento gó-tico ("La casa Slaughter"), al-guno muy original ("A través delos canales", "La voz de losmuertos"), pero también encon-tramos historias cuya trama noacaba de ser interesante y dis-tan mucho de impactar (podríahablar de "Llamada a larga dis-tancia", "Presa", "Paja húmeda",etc.). De todas formas, pese aesta desigualdad de contenido,a nivel formal hay que recono-cerle a Matheson sus cualida-des narrativas y su prosa sen-

cilla y adictiva. Es muy cinema-tográfico y creo que eso le per-judica a veces. Muchos relatosparecen efectivamente másbien episodios de "Twlightzone", la serie en la que tra-bajó”.

“Coincido totalmente convosotros. Al leerlo iba teniendola sensación de estar leyendotemas ya tocados y estilos yaescritos, pero claro, eso es por-que Richard Matheson fue de

los primeros en hacer este tipode relatos, ya que como decís,están escritos hace sesentaaños, pero claro, precisamentepor eso el estilo suena anti-cuado, que no clásico, porqueleer literatura clásica es un pla-cer y esto no está escrito encorte clásico, sino anticuadopara leerlo hoy en día. Seguroque en su momento los relatosfueron trascendentales, ya queél rompería muchas barreras de

Page 7: Ultratumba Nº33

7

la época, pero supongo que nohan envejecido bien. Aun asíhay ideas muy buenas y relatosmuy buenos, pero claro, algunose hace un poco largo”.

“También pienso igualque vosotros. Es un autor quemarcó época, pero que hoy esaburrido. Tiene relatos buenos,pero en cantidad se hacen pe-sados. A mí Stephen King meencantó en su época dorada. Escierto que ahora ya no es lo queera. Puede que le pase como aMathesson, sí”.

“El tema de StephenKing no creo que sea un pro-blema de envejecer, sino de quesu literatura no es ahora lo queera. Sus primeros libros me si-guen pareciendo muy buenoshoy en día”.

“A mí me ha gustadobastante el libro. Hay relatosmuy buenos como "Vestido deseda blanca", "El distribuidor","La casa Slaughter" o el que datítulo al libro y otros que igual noson tan buenos, pero aun así,como Richard Matheson es ma-estro de maestros, se lo perdo-nas. Algunos me suenan dehaberlos visto en una serie dehistorias de terror que ponían enCuatro hace unos años, tituladaMaestros del Terror".

“Solo he leído unoscuántos relatos y estoy comple-tamente de acuerdo con voso-tros. Se me hace predecible,pero es lógico teniendo encuenta que de estos relatos hansalido muchos otros. Una penaque se haga tan pesado, Me loleeré poco a poco, porque aúncon todo esto, merece la pena”.

Si quieres pertenecer alClub De Lectura Ultratumba,envía un mail a:

[email protected]

Page 8: Ultratumba Nº33

8

Con los tiempos que co-rren, la verdad es que es ungusto y un placer ver que al-guien escribe y publica una no-vela de este tipo, que aunqueno es típicamente literatura gó-tica, sí que es una historia sobrelos góticos, sobre una llamadasubcultura que para el públicogeneral aún es muy descono-cida.

La andaluza Nerea Aznarpublica su primera novela, “Losgóticos también lloran”, una in-teresante historia sobre lo quesuponía ser gótico en unaépoca en la que serlo estabamucho más en auge que hoy endía, o al menos se vivía de otraforma, los 80.

He podido charlar unpoco con la autora para poderprofundizar un poco más en lanovela y en ella misma.

JAVIER HERCE:¿Cómo creció en ti la inquie-tud por escribir?

NEREA AZNAR: Cuandotenía unos doce años ya teníamucha afición lectora, y la ideade inventar historias y plasmar-las surgió en mí de manera na-tural. Creo que para mí era unmodo de crear una realidad al-ternativa y también una manerade reflexionar sobre las cosasque me sucedían o sobre lascosas que no podía conseguir.

JH: ¿Te has alimentadode literatura gótica a la hora

de escribir “Los góticos tam-bién lloran”?

NA: Bueno, soy una granaficionada a la novela gótica bri-tánica de finales del siglo XVIII,pero en este caso he recurridomás al apoyo de ensayos comolos de Espectra. Descenso a lascriptas de la literatura y el cinede Pilar Pedraza, o Los ángelesel pecado, de Gavin Baddeley,por poner un par de ejemplos.Tengo que reconocer que la no-vela tiene bastante aparato do-cumental detrás en lo querespecta a la cultura gótica,aunque no tanto en lo que se re-fiere al “relato gótico” propia-mente dicho. Mi novela es másde corte urbano y psicológico yestá muy centrada en nuestrotiempo.

JH: Lo primero quellama la atención de tu novelaes el título. Reconozco quenada más verlo, me sentí atra-ído por el libro. ¿De dónde sa-caste a idea de hacer un títuloasí, jugando con el nombredel famoso culebrón?

NA: ¡En efecto! Me ale-gra que surta el efecto deseado.En un momento de la narración,una de las protagonistas se dacuenta de que convivir en unatribu urbana tan rica, compleja ymarginada como la gótica haciamediados de los años 90, con-tando con tan poco apoyo y su-friendo tantas adversidadespara desarrollarse plenamente,es poco más o menos comoestar viviendo en un culebróntelevisivo. Por otra parte, se en-

Page 9: Ultratumba Nº33

9

salza el hecho de que de entretodas las tribus existentes enaquel momento, la del movi-miento gótico, sin menospreciara ninguna otra, es la que máscarga tiene de recursos litera-rios, cinematográficos, pictóri-cos, y de ahí la comparacióncon una especie de “clase aris-tocrática” dentro de las tribus.Todo esto siempre en clave dehumor, claro, que nadie se con-funda.

JH: ¿Cómo fue el pro-ceso de escritura de “Los gó-ticos también lloran”?

NA: Largo pero muy en-tretenido y enriquecedor. Mellevó unos cinco años entretomar notas, perfilar personajes

y montar ambas partes. Disfrutémuchísimo, era algo que queríahacer desde hace muchotiempo, prácticamente desdeque era una adolescente y bai-laba al ritmo de Siouxsie andThe Banshees en una discotecade la Costa del Sol a finales delos años 80 y pensaba en mifuero interno que alguien ten-dría que contar algún día todasnuestras vicisitudes como movi-miento cultural.

JH: La música es unelemento importantísimo enla novela, casi tanto como lahistoria. ¿Cuál es el papel quedesempeña para ti?

NA: La música ha sidosiempre mi alimento, mi sus-

tento para seguir viviendo en unmundo hostil y vacío. Me refu-giaba muchísimo en ella cuandoera adolescente (y luego ya notan joven) cuando veía que nopodía compartir con mis compa-ñeros de clase mis inquietudesliterarias o musicales, en aque-lla época en la que recuerdoque la conversación más intere-sante en el Instituto versabasobre anuncios de televisión. Lamúsica fue mi refugio, la fuerzaque me hizo seguir adelante enun mundo tan hosco, y luegome dio muchas alegrías cuandotiempo más tarde pude compar-tirla con otros que pensaban ysentían como yo.

JH: Leyendo tu novela“Los góticos también lloran”,uno no puede evitar sentirque está leyendo algo auto-biográfico. Hay muchas pis-tas: la protagonista es unachica, la época y edad quedescribe, el lugar< ¿Era algopremeditado que se notara?

NA: Je, je, cuando mepreguntan eso siempre digo: vá-monos de cañas y te cuento loque fue real y lo que es inven-tado. No, ya en serio, la novelatiene una importante carga bio-gráfica, es cierto, y todos aque-llos que me conozcan lo saben.Pero también es cierto que hayun poco de mí en todos los per-sonajes. Soy un poco Liturgiaen la primera aparte, y un pocoAmanda en la segunda parte.Pero también soy un poco Fe-lipe, soy un poco Yolanda, soyun poco Valery, etc.

Yo creo que cualquierautor de novela occidental quetenga componentes psicoló-gico-reflexivos y se sitúe a fina-les de siglo XX o principios desiglo XXI se tiene que nutrir le-gítimamente de sus propios su-cesos vitales. Es a través de lasvivencias vitales y las experien-

Page 10: Ultratumba Nº33

10

cias como uno se forma, sufre odisfruta, y también interactúa yobserva a los demás. Esta teo-ría no es mía, de hecho, sepuede leer en grandes novelis-tas que a la vez son explorado-res del alma humana comoMilan Kundera, J.M Coetzee,etc.

JH: ¿Qué ha signifi-cado para ti escribir esta no-vela?

NA: Ha significado paramí dos cosas: antes que nada laconfirmación de que no puedoconcebir mi vida sin escribir lite-ratura: es lo que más deseoahora mismo, seguir escri-biendo. Y en particular, por otrolado, la publicación de Los góti-cos también lloran ha sido mipequeño alegato en defensa deuna cultura tan hermosa y tanrica como es la gótica.

JH: ¿Y verla publica-da? ¿Cómo lo has vivido?

NA: Ha sido maravilloso.Lo que más he apreciado hasido las palabras de calor y re-conocimiento de los lectorescuando tras leerla se han sen-tido identificados con partes dela narración.

JH: ¿Veremos una se-gunda novela tuya publicada?

NA: Sí, ahora estoy in-tentando publicar un libro de re-latos que se llama Diez relatosde neuro-ciencia ficción, en unalarde de dar a conocer un sub-género literario nuevo que mehe inventado. De nuevo, he dis-frutado muchísimo escribiendo,siempre a medio camino entrelo reflexivo y lo humorístico. Encuanto a novela, tengo algunasideas ya para empezar a tomarnotas, lo que pasa es que me es

difícil escribir y llevar un trabajoa la vez; esto es un poco comollevar una doble vida.

JH: ¿Qué cosas sueleleer Nerea Aznar?

NA: Novela occidentalcontemporánea, básicamentede autores como Kundera,Houellebecq, Franzen, FosterWallace, Palahniuk, Coetzee,McEwan, Barnes, etc . En espa-ñol, mi autores favoritos son:Landero, Gopegui, Casavella,Vila-Matas, etc.

JH: Muchas gracias porla entrevista.

NA: Muchas gracias a tipor esta estupenda difusión dela cultura gótica que llevas acabo.

Texto: Javier Herce

Page 11: Ultratumba Nº33

11

¿Qué pasa si mezclamosa Parálisis Permanente, Alaskay los Pegamoides, Sex Pixtols oJoy Division entre otros y losjuntamos con un aire fresco yactual? Sale Punkenstein, unanueva formación que surgeahora y que sorprende por sucontundente sonido.

Es muy probable que loslectores de Ultratumba conoz-can a Turboesqueletos, esegrupo de punkrock dirigido a unpúblico muy, muy joven, puestoque a él pertenecieron JesúsHorror y Annie Baby (compo-nentes de Baby Horror). Des-pués de que estos dos salierandel grupo, entró en él Hugo LS.En Turboesqueletos Lía Punkes también un miembro impor-tante y los dos se han unidoahora para dar forma a Pun-kenstein, dejando que sus in-fluencias más puras afloren ydando vida a su primer EP, Jó-venes Ocultos, que podéis es-cuchar en Bandcamp en este

enlace: punkenstein.bandcamp.com

En Jóvenes Ocultos en-contramos un sonido punk que nos hace recordar a losochenta, pero con la fuerza delnuevo siglo. Canciones que en-tran con facilidad, pegadizas yque seguro que van a darmucho de qué hablar. Comodato curioso, Ana Curra cola-

bora en el último tema, Re-cuerda. Destaco el corte uno,La Morgue, todo un hit que po-dría sonar mucho, mucho.

A la espera de que salgasu primer largo, nos quedamoscon Jóvenes Ocultos, que es unmuy buen primer bocado paraabrir el apetito de Punkenstein.

Su Facebook: www.facebook.com/PunkensteinOfficial

Javier Herce.

Page 12: Ultratumba Nº33

12

-La tecnología que mehará inmortal es la misma queprimero ha de matarme- refle-xionó Frederick en voz altamientras se frotaba los ojos. Elhumo de la cafetería Goethe, enla Plaza de la Lonja de Leipzig,le hacia lagrimear.

-¿Nos vamos?Joachim, el mejor y único

amigo de Frederick, se mesabael bigote mirándole fijamente,en silencio, mientras pensabauna réplica ingeniosa. Joachimestaba entrado en carnes, loque provocaba que sus ojos sal-tones le hicieran parecer apunto de explotar. Pero era demente ágil y de discusión fácil.

-Querido Frederick, tam-bién podrías verlo al revés. Latecnología que ha de matarte esla misma que te hará inmortal.

Joachim se levantó y seacercó al perchero deslizandosu barriga por entre los clientesde las otras mesas. Cogió suabrigo y se lo puso con cierta di-ficultad.

-¿Para qué quieres veniraquí si te molesta el humo?-preguntó a Frederick.

-Para demostrarme quesoy único e impredecible.

Caía una lluvia fina y per-sistente. Abrieron los paraguasy se dirigieron al Instituto de As-trofísica y Biotecnología. Lasgotas eran tan finas que no so-naban al chocar contra los para-guas. “Pero están ahí”, pensóFrederick. “Como mis otros mu-chos yo a los que no veo, peroestán ahí.”

-Si tanto interés teníasen demostrar que eres único,siento decirte que ha sido unaauténtica estupidez demostrar

lo contrario.-Tienes razón. Es una

paradoja que el hecho de haberdemostrado que nuestro cere-bro se moldea gracias a impul-sos electromagnéticos de loscerebros que nos rodean, sea lacausa de que mi nombre pase ala historia de la ciencia.

-Y no sólo eso. Has de-mostrado que tenemos un cere-bro colectivo que heredamosgeneración tras generación, quenuestro cerebro es un emisor yreceptor de imágenes, senti-mientos, emociones, ideas...Deun plumazo has dado explica-ción al origen y perpetuación delas religiones, de los fantasmas,del instinto y de no sé cuantascosas más. Jung y Freud esta-rían muy contentos de cono-certe.

-Bah. Quien quiera creeren Dios, lo seguirá haciendo pormucho que le expliquen que noes más que un reflejo ancestralcon el que ha nacido. Además,nosotros somos ya tan viejos ynos queda tan poca vida quebien haríamos en creer tambiénen Dios.

El Instituto de Astrofísicay Biotecnología se encontraba a200 metros de la cafetería Go-ethe, en un edificio del siglo XIXdonde antes se había hallado lasede central de un banco. En-traron y saludaron al ujier.

-Buenas noches, seño-res. El director les espera en lasala de reuniones.

Frederick sabía que a Jo-achim no le gustaba resollar de-lante del director, así que to-maron el ascensor para subir ala primera planta, donde se en-contraba la sala de reuniones.

-Buenas noches, seño-res. Gracias por venir a la reu-nión mensual de control. Y depaso me gustaría felicitarle porsu cumpleaños, señor Frede-rick. Cumplirá ochenta y seisaños dentro de unos días si nome equivoco.

-No, no se equivoca.Gracias por recordármelo- con-testó Frederick de mala gana.

-Señor Gurrard, somostan viejos que ya no celebramoslos cumpleaños- dijo Joachimcon una sonrisa.- No sé si esporque nos flaquea la memoriapor la edad o porque nos re-cuerda lo poco que nos quedaen este mundo.

-Ustedes dos ya estánen los libros de historia. Perovamos al grano. La de hoy esuna reunión importante porquehay novedades. No en cuanto alArca, la cual, según los últimosinformes recibidos, sigue suviaje sin incidencias. Pero vaya-mos por partes...

2Frederick iba a celebrar

su cumpleaños con sus herma-nos. Se levantó de la litera y sepuso el mono de trabajo. Seaseó y se peinó las canas. Esedía cumplía 60 años, 60 ciclosde 365 días, y estaba en unanave espacial llamada Arca aaños luz de la Tierra.

Se dirigió por el caminoprincipal hasta la sala de man-dos. Hacía frío en los pasillos.Siempre hacía frío en el Arcapero había que administrar laenergía porque al viaje aún lequedaban unas cuantas gene-raciones por delante. Una vezen la sala de mandos comprobó

Page 13: Ultratumba Nº33
Page 14: Ultratumba Nº33

14

que ningún piloto parpadeaba.Repasó las actividades progra-madas del día. Era un ritual queno volvería a hacer. Esa nochemoriría y su cadáver sería lan-zado al espacio. Había que ad-ministrar la energía y laspersonas mayores son innece-sarias en el Arca. No podía jus-tificar lo contrario. Su expe-riencia adquirida en todos esosaños de soledad en el espaciono se perderían sino que erancompartidos por sus hermanosmenores. Aun así repasó las ac-tividades del día y decidió modi-ficar la programación del día.

En la habitación comúnle estaban esperando sus her-manos. Frederick, de 60 años,saludó a Frederick de 40 años ya Frederick de 20 años. Eran lamisma persona en tres momen-tos diferentes de su vida, aun-que a veces se sentían comotres personas diferentes vi-viendo el mismo momento.

-Hermanos. Como biensabéis hoy es mi último cumple-años. Lo que significa que de-béis a partir de ahora asumirmis tareas, cosa que estoy se-guro no os resultará difícil.Joven,¿Qué tal el bebé?

-Bien, Mayor. Ha eclosio-nado hace cinco horas y se ali-menta sin problemas. Laherencia está garantizada.

-Me alegro.Sabían que todos eran

clones de una misma persona ypor eso compartían el nombre,pero habían desarrollado un có-digo para dirigirse entre ellos. Almayor le llamaban simplementeMayor, al menor Joven y al me-diano Frederick. Ahora que Fre-derick el mayor iba a morir, elmediano pasaría a llamarseMayor y Joven se llamaría Fre-derick. Y así sucesivamente.

-Pues si no hay ningúnproblema, éstas son las activi-dades del día- dijo Mayor mien-

tras compartía un archivo ensus tabletas-. Como veréis, parahoy hay programadas básica-mente actividades físicas paratodos. Así que si no hay ningunapregunta, eso es todo.

Mayor se levantó de lamesa.

-Mayor.-¿Sí?-Felicidades- le deseó

Joven.Frederick le miró inex-

presivo.-¿Por qué? ¿Por mi cum-

pleaños o por mi muerte?-Por su cumpleaños,

claro.Mayor salió de la habita-

ción común sin contestar y sedirigió de nuevo a la sala demandos. Frederick, el que apartir del dia siguiente seriaapodado Mayor, salió corriendotras él.

-Perdona, hermanoMayor. Desde mañana me en-cargo de la sala de mandos.¿No crees que debería estarhoy allí contigo para recibir lasúltimas indicaciones?

-No. Las actividades pro-gramadas del día que os he pa-sado están muy claras. Tienestareas de mantenimento delArca. Las nuevas tareas queasumirás mañana ya las cono-ces perfectamente.

-Aun así me parece ex-traño.

-¿Estás cuestionando elprograma del viaje?

Le comprendía perfecta-mente. Él también había tenido40 años y había creído que elprograma espacial del Arca eravital para la humanidad y estabapor encima de todo. Pero esofue antes de sentir el aliento dela muerte tras la oreja.

Cuando llegó a la sala demandos, se dejó caer sobre elsillón en el que había pasadotantas horas mirando las es-

trellas lejanas que nunca acaba-ban de aproximarse. Alargó elbrazo y presionó el botón deemergencia que cerraba lagruesa compuerta que aislabala sala de mandos del resto dela nave. Se respaldó de nuevoen el sillón y cerró los ojos.

Horas más tarde Frede-rick le llamó por el intercomuni-cador. Pero Mayor no contestó.

-Mayor, ya es la hora. Teestamos esperando en la salade las cápsulas.

Mayor no contestó.Al poco tiempo Mayor

escuchó golpes en la com-puerta cerrada. Pero no abrió.Presionó el botón del intercomu-nicador. Sin embargo, no supoqué decir y cerró la comunica-ción.

-Mayor, ¿te encuentrasbien?

“Qué más dará cómo meencuentre si lo que queréis esmatarme”, pensó Mayor.

-Mayor, si no realizamosel trámite toda la misión correpeligro de fracasar.

“El trámite. ¿Realmenteyo hubiera utilizado esa pala-bra? Somos clones, pero desdeluego no somos la misma per-sona.”

Presionó el botón del in-tercomunicador y esta vez síque habló.

-Hermano, he decididovivir algunos días más. No va aperjudicar a la misión paranada. Tengo algunas provisio-nes almacenadas de días en losque no consumí nada. Así queno es necesario que estés de-trás de la compuerta. Vete a re-alizar tus tareas.

Frederick había pasadomuchos años encargándose delmantenimiento de la nave ysabía perfectamente que habíatres formas de abrir la com-puerta, dos electrónicas y unamanual. Y las tres se podían

Page 15: Ultratumba Nº33
Page 16: Ultratumba Nº33

16

realizar desde ambos lados dela compuerta. Así que no com-prendía la actitud ilógica deMayor. Pensó que sería conse-cuencia de la edad y se reafirmóen sus convicciones de que eranecesario desactivar a Mayorantes de que perjudicara másseriamente la misión.

Primero intentó abrir lacompuerta introduciendo lascontraseñas. Pero Mayor habíadesactivado el flujo eléctrico dela compuerta y no reaccionó.Entonces, extrajo la palanca si-tuada en el panel de la izquierday la introdujo en una ranura.Empezó a subirla y a bajarla. Lapalanca hidráulica empezó aabrir la compuerta. Cuandohubo espacio suficiente se intro-dujo de lado por la apertura,justo en el momento en el queMayor reactivó el flujo eléctricohacia la compuerta, la cual secerró dejando a Frederick atra-pado entre la compuerta y elmarco de ésta.

-Abre la compuerta. Lapresión no me deja respirar- dijoFrederick.

-Y no sólo eso. La pre-sión te va a romper las costillasy después te las clavará en lospulmones.

-Estás enfermo.-Estoy vivo. Sólo quería

vivir unos días más.-La humanidad no puede

permitirse nuestros caprichos.Necesita el éxito de nuestra mi-sión.

-Mi vida no es un capri-cho.

Mayor cogió la réplica dela palanca hidráulica que habíaen el interior de la sala de man-dos y la alzó. Frederick levantóel brazo derecho e intentó dete-ner el primer golpe pero Mayorle rompió los dedos. El segundogolpe lo estampó contra la ca-beza de su hermano menor. Enalgún momento posterior Frede-

rick dejó de respirar.Mayor se sentó en el si-

llón para tomar aire y presionóel botón para abrir la compuerta.Frederick se desplomó. Mayorno esperó a recuperar el aliento.Se levantó del sillón y se echó aFrederick a los hombros comosi fuera un estibador porteandoun saco. Se dirigió a la sala delas cápsulas, llamada así por-que allí había ataúdes a los quellamaban cápsulas en los quese debían meter con una cáp-sula en la boca que les mataríadulcemente en el espacio. Perono ese día y no a él. Metió aFrederick en una de las cápsu-las e introdujo el código de ex-pulsión. La cápsula salió escu-pida hacia el espacio.

Mayor regresó a la salade mandos y limpió la sangre.Después llamó por el intercomu-nicador a Joven, quien a partirde entonces se llamaría simple-mente Frederick. Cuando Fre-derick, el antiguo Joven, sepresentó en la sala de mandospareció relativamente sorpren-dido.

-Hermano Mayor, ¿nodeberías estar desactivado?

-Frederick ha sufrido unlamentable accidente y hamuerto. Así que he tenido querecurrir al protocolo 101. Mi ge-neración suple a la de Fredericky viviré otros 20 años. Encuanto a ti, no hay cambios res-pecto a lo previsto. Debes asu-mir las tareas de cría y parte delas de mantenimiento. En unmomento te envío las nuevasactividades programadas parahoy. Eso es todo.

Frederick salió de la salade mandos sin cuestionar lasórdenes. La misión estaba porencima de cualquier percance.

3-Le escuchamos atenta-

mente, señor Gurrard- dijo Joa-

chim.-La cuestión es la si-

guiente. Como ustedes biensaben, sus descubrimientos sonla base de la misión que esta-mos llevando a cabo. Por unaparte, tenemos los descubri-mientos del señor Frederick, loscuales han permitido de maneraempírica, demostrar la existen-cia de una red cerebral interco-nectada. El cerebro es unabatería que recibe y aporta ex-periencias vividas por la genteque nos rodea.

-Señor Gurrard...-No me interrumpa. Ya

sé que fue usted quien lo des-cubrió. Lo importante es queusted describió y demostrócómo el cerebro se moldeasegún la información que recibede las generaciones pasadas yde la gente que nos rodea. Megustó mucho eso de que de-mostrara que los fantasmas noson espíritus de muertos quequedan por ahí sino el reflejoque los vivos emiten de susamigos y familiares fallecidos.

-Gracias.-Y lo que más me gustó

es que además demostrara quese puede manipular el cerebro yreplicar la mente de las perso-nas. –El señor Gurrard bebió unsorbo de té.- La descripción dela intervención en los paráme-tros neuronales es simplementegenial.

-Espero que no nos vayaa dar una conferencia sobre loque nosotros mismos hemosdescubierto.-dijo Joachim.

-No, mi querido Joachim.Tan solo es una introducción ne-cesaria. Como decía, los descu-brimientos del señor Frederickno serían nada sin los suyos.Usted fue el pionero en genéticaque consiguió clonar a un serhumano. Y estas dos cosas nospermitieron iniciar el programaArca, una nave que desde hace

Page 17: Ultratumba Nº33

17

60 años viaja en dirección a AN-351-03 para establecer la pri-mera colonia científico-mineraque permitirá al planeta Tierrano desaparecer.

-El planeta Tierra no ibaa desaparecer sino los huma-nos.- le puntualizó Joachim.

-Tanto monta, montatanto. Según he leído en los in-formes, ustedes se negaron acodificar un programa de desac-tivación de los individuos a de-terminada edad.

-Los individuos, comousted los llama, no pueden sertratados como máquinas siquiere que su conciencia per-manezca humana- dijo Frede-rick.

-Cierto, cierto- concedióel señor Gurrard.- Aun así debodecirle que si el proyecto fue ad-mitido por los estados y empre-sas participantes es porque losindividuos clonados no son tra-tados como personas jurídicas,vamos, que no tienen derechos.

-La mía no era una pun-tualización legal sino científica.

El señor Gurrard se en-cogió de hombros.

-Otros científicos afirma-ban y afirman lo contrario.

-Científicos mercantilis-tas- dijo con desprecio Frede-rick.

-Como usted diga. Perocreo que lo que le voy a decir lehará cambiar de opinión. El pro-yecto Arca tiene un hermanogemelo. Para mantener un pro-ceso de observación lo máspreciso posible y para obtenerdatos exactos para futuras ex-pediciones, conjuntamente conla nave Arca se construyó elbúnker Arca, en los sótanos deeste mismo edificio.

-¿Y qué hay en el bún-ker? – preguntó Joachim sospe-chando la respuesta.

-Una réplica exacta de lanave incluidos los pasajeros.

-Hijo de... –Frederick seincorporó.

-No se excite ni me recri-mine a mí nada. Yo no estabaen la organización cuando seinició el proyecto.

-Pero todo el tiempo losabía.

-Sí, eso sí. Pero siéntesey escuche hasta el final- dijo elseñor Gurrard en tono apaci-guador-. El proyecto del búnkeres una réplica en la que se si-guen los parámetros por uste-des impuestos. Los individuosno tienen programa de desacti-vación codificado genética-mente. Hace unos días el mayorde los individuos debía desacti-varse pero se rebeló y asesinóa uno de sus hermanos.

-¿Cómo?-Lo que oye. Ustedes pa-

saron por alto el mayor de losinstintos humanos, el de super-vivencia. Cuando vemos lamuerte de cerca nuestro com-portamiento es impredecible,por mucho que se nos haya es-tado inculcando en la menteque no hay otro camino.

-No me lo puedo creer-dijo Frederick.

-Si no lo cree sólo tieneque ver este vídeo.

El señor Gurrard giró lapantalla plana del ordenador yles dejó ver el momento en elque un Frederick de 60 añosgolpeaba en la cabeza a un Fre-derick de 40 años.

-Como ve, por muchoque se haya intentado eliminarla existencia de la violencia,ésta surge en los momentosmenos esperados.

Tanto Frederick como Jo-achim se hundieron en sus sillo-nes. Esa muestra de violenciano era lo que ellos tenían pre-visto. Además, Frederick nopudo dejar de verse a sí mismoen la pantalla, asesinando y mu-riendo al mismo tiempo.

-Por todo esto- dijo el señor Gu-rrard-, debo confesarles quepara el proyecto real de la navese optó afortunadamente porcrear individuos con el pro-grama de desactivación insta-lado, lo que permitirá el éxito delviaje al evitarse estos incove-nientes. Creía que debían sa-berlo tarde o temprano. Pero heesperado a tener pruebas con-tundentes para exponerles la si-tuación. Espero que loentiendan.

4A años luz de la Tierra el

Arca viajaba en el mayor de lossilencios espaciales. Ese díaFrederick iba a celebrar su cum-pleaños con sus hermanos.Pero no llegó ni a despertarse.

R.F.Jódar.

Page 18: Ultratumba Nº33

18

El pasado 26 de octubrela sala We Rock volvió a ves-tirse de largo para acoger unanueva edición de Plataforma G,dentro de la VI Semana Góticade Madrid, una vez más coordi-nado por Jacq The Rimmel.

Este año la propuestaera muy interesante, ya quecontaban con la presencia dedos repetidoras (Steamkatt yLaura Diamond, nuestra fla-mante Chica Ultratumba) y dosdiseñadoras que acudían porprimera vez (Redlipstick, queademás debutaba con su primerdesfile y primera colección, yMaura Sullivan). Prometía seruna gran noche.

El que suscribe no es unerudito en el mundo de la moda.Entiendo lo que puede entendercualquiera que aprecia el arte ylas tendencias a modo usuario,así, como el office, por lo que mivisión del acto es la de un artistaque quiere nutrirse con el tra-bajo de otros artistas, abriendola mente a expresiones que notienen por qué ser la suya,como en este caso la moda.

Plataforma G ya empezópor todo lo alto con una presen-tadora que introdujo a cada di-

señadora vestida para la oca-sión con un diseño hecho paraesa noche por Jacq The Rimmely en el que vimos por primeravez toques steampunk en sutrabajo, algo diferente a lo quehabía hecho hasta ahora, peromanteniendo su esencia.

A destacar en este des-file gótico atípico que ya se ha establecido en la escena es-pañola, hablaría de estos pun-tos:

-Redlipstick. Los lectoresde Ultratumba ya conocen a ladiseñadora Lydia Redlipstick(también conocida como Dead-Doll), puesto que en el númeroanterior la entrevisté y en ve-rano hicimos juntos una sesiónde fotos. Este ha sido su grandebut oficial en el mundo de lamoda, aunque ella ya estabahaciendo sus pinitos desdehace un tiempo. Con ambienterock’n’roll y aires de Elvis Pres-ley nos enseñó una colecciónen la que sobresalieron unasfaldas que pueden tener muchasalida comercial. Un gran debutque seguro que la ayudará acrecer y a abrirse hueco en lamoda alternativa.

-Laura Diamond. Nuestra

nueva Chica Ultratumba fue loque a mi parecer más destacó,por lo espectacular de sus dise-ños y puesta en escena, y porser la única de las cuatro enmostrar una colección gótica deverdad. Pudimos ver sobre elescenario todo un ritual satánicocon su colección Kvlt Ov Sa-tana. El toque Diamond estabapatente en unos modelos sinies-tros en los que reinaba el negro,la oscuridad, ligeros toques derojo sangre y cortes que estiliza-ban la figura femenina. Tambiénfue un gusto ver que, aunque noeran los protagonistas, LauraDiamond también tuvo unhueco para vestir a tres mode-los masculinos, que hay vecesque parece que las únicas quepueden vestir bien son las mu-jeres y los hombres no pode-mos vernos reflejados en nin-gún aspecto de la moda gótica.

-Steamkatt. Esta diseña-dora es ya todo un clásico enPlataforma G con sus modelossteampunk y unas prendas deespectacular acabado. Se havisto una evolución enorme encuanto al año pasado, aunqueparecía difícil. Se superó conunos diseños mucho más deta-llados y espectaculares, sobretodo esa novia de esgrima quepuso la guinda a una colecciónque dejó muy claro que Steam-katt es una de las grandes.

Plataforma G fue todo unéxito y los que asistimos nos fui-mos con un buen sabor de bocaa la espera de lo que nos van apreparar el año que viene.

Texto y fotos: Javier Herce.

Page 19: Ultratumba Nº33
Page 20: Ultratumba Nº33
Page 21: Ultratumba Nº33
Page 22: Ultratumba Nº33
Page 23: Ultratumba Nº33
Page 24: Ultratumba Nº33
Page 25: Ultratumba Nº33
Page 26: Ultratumba Nº33

26

Page 27: Ultratumba Nº33
Page 28: Ultratumba Nº33
Page 29: Ultratumba Nº33
Page 30: Ultratumba Nº33
Page 31: Ultratumba Nº33
Page 32: Ultratumba Nº33

32

En esta última edición dePlataforma G pudimos ver acuatro diseñadoras muy diferen-tes entre sí, pero hubo uno quedestacó por lo siniestro, oscuroe inquietante tanto de la colec-ción, como de la puesta en es-cena. Con la colección de LauraDiamond, llamada Kvlt ov Sa-tana, pudimos presenciar todoun ritual satánico, un sacrificioque nos hizo temblar a los asis-tentes.

Sus diseños, en los quehan predominado el negro, loscortes asimétricos, detalles enrojo, todo con formas que estili-zaban mucho el cuerpo de lasmodelos, dándoles un aire sexy,casi maligno, no pasaron desa-percibidos para nadie.

Debido a ello he queridocharlas un rato con esta diseña-dora, para que la conozcamosmejor tanto a ella como a su co-lección, que podéis consultar enwww.lauradiamond.co.

JAVIER HERCE: Cuén-tame cuál es tu relación conPlataforma G. ¿Cómo entras-te a formar parte de estos desfiles?

LAURA DIAMOND: Ha-bía hecho algún desfile cuandovivía en Londres y al llegar a Es-paña te das cuenta que no haytanta oferta, y menos para lamoda alternativa, así quecuando conocí Plataforma G vila luz (risas). Les mandé mi pro-puesta para ese año, les gustóy me dieron la oportunidad. Yahe repetido dos años, esperoque haya muchos más y cadavez se apueste más por ello.

JH: ¿Cómo empezasteen el mundo de la moda?

LD: En realidad no hayuna fecha concreta. Es algo quehago desde pequeña. He sidomuy inconformista siempre y megustaba hacerme mi propia ro-pa. Mis estudios no tienen quever con la moda. Siempre hanestado orientados hacia el artey el diseño hasta que un día meharté de agencias de publicidad,de dibujar y pintar para los de-más y de tatuar cosas que noquería y me centré solo en loque de verdad me gusta y de laforma que me gusta. Así nació Laura Diamond.

JH: ¿Puedes definir tusdiseños de alguna forma?

LD: Únicos. No me gustarepetir. Además creo que cadapieza es como una obra de artey no se debe duplicar, así que sialguien tiene una de mis piezaspuede estar seguro que jamáscoincidirá con nadie que lleve elmismo modelo.

JH: ¿En qué te basas ala hora de diseñar?

LD: Me baso en sensa-ciones. Cuando recibo un en-cargo siempre pregunto qué eslo que se quiere transmitir yparto de ahí. No hago diseñosprevios, ni patrones. Busco losmateriales que me inspiren ytrabajo paso a paso según el di-seño me va pidiendo.

JH: ¿Cuál es el concep-to de Laura Diamond?

LD: El principal es hacerropa fuera de lo común y nadacomercial, única, a medida y porencargo con inspiraciones de lamúsica que escucho, libros, pe-lículas.

JH: He advertido una

Page 33: Ultratumba Nº33
Page 34: Ultratumba Nº33

34

gran evolución, un cambiomuy radical de colecciónentre tu desfile del año pa-sado y el de este. ¿Por quédos líneas tan diferentes?

LD: Yo veo cada colec-ción como un proyecto nuevo.No veo la necesidad de queestén relacionados. Busco laidea sobre una temática que meapetece y empieza la labor dedocumentación sobre el tema,libros, películas, arte, música/Lo que sea. Cuando estoy delleno metida en el ambiente escuando empieza la labor de cre-ación.

JH: Háblame sobre losdiseños que has mostradoeste año.

LD: Quería que fueransexys y provocadores en laschicas. Puedes encontrar vesti-dos muy cortos, chalecos, mini-faldas, tops y algunas chaque-tas. Para chicos necesitaba algomás tétrico y muy blacker, ade-más de una pieza realizada encuero de alta calidad.

JH: ¿En qué te has ins-pirado?

LD: No hay nada especí-fico. Ha sido más bien una mez-cla de cosas, la simbologíademoniaca, los flecos de los´80, capuchas por los ritualespaganos/

JH: ¿Qué tipo de teji-dos has usado y cómo hascreado esta colección?

LD: Predomina la pielnegra. También he usado en al-gunos modelos piel sintética decalidad, transparencias, lanas,una gran variedad de tejidosque después han sido modifica-dos con tintes y pigmentos. Lle-van muchas piezas metálicas,cruces, cadenas y todas las im-presiones están realizadas amano. Muchas de ellas literal-

mente a mano.

JH: ¿Tienes un equipocontigo, o haces la ropa túsola?

LD: No. Lo hago sola.Me gusta que mantenga miidentidad, aunque muchas ve-ces necesitaría a alguna per-sona más para poder adelantarla lista de espera, pero sería in-capaz de explicar mi forma caó-tica de trabajo y acabaría ha-ciéndolo yo, pero si hay unagran parte en mi equipo que esmi fotógrafo Phlegeton Art Stu-dio, que hace que mis diseños

luzcan como se merecen y endesfiles y eventos también ten-go grandes profesionales conlos que siempre cuento.

JH: Este año hemossido testigos de todo un ritualsatánico en el escenario.¿Cómo preparaste el show?

LD: Primero documenta-ción para meterme de lleno enel ambiente, Lavey, Crowley,Church of Satan, textos de ri-tuales, leyendas, olores ymucho Black metal. Una vezque tengo claras las sensacio-nes que quiero transmitir, voy in-

Page 35: Ultratumba Nº33
Page 36: Ultratumba Nº33

36

troduciendo al resto del equipopara que ellos sientan lo mismoque yo y así poder estar todosen la misma sintonía.

JH: Algo que me llamóla atención fue el mal rollo(supongo que premeditado)que transmitía la música in-quietante que sonó durante tucolección. ¿Es original?

LD: En mis desfiles megusta que todo sea original y siempre cuento con los chicosde Delta 314 Sound Studio para ello. Esta vez lo que se buscaba mas allá de un ri-tual era la sensación de mal rollo, de que algo iba a pasar y lo consiguieron, aparte de que el texto era una autenticainvocación a Satán escrita enlatín y con la atmosfera oscurade la percusión, manteniendolas voces a frecuencias de 110Hz que favorece la generaciónde experiencias de tipo reli-gioso.

JH: Personalmente pien-so que todos los modelos es-tuvieron muy bien en su pa-pel, pero destaco sobre todosese fauno que llegó a ha-cerme estremecer. ¿Cómo semetieron todos en su papel?

LD: Pues dando muchoel coñazo durante las últimassemanas (risas). Pues como elresto del equipo, a base de es-cuchar la música, leer el guiónque escribí y dejándose influen-ciar por el mal rollo de las histo-rias que les contaba. Así todosconsiguieron meterse duranteunas horas en el mundo satá-nico que tenía dentro de mi ca-beza.

JH: El año pasado nosmostraste una colección másbasada en colores tierra, unpoco como si fuera una mez-cla entre los trogloditas y MadMax. Este año optas por elnegro, satán, y diseños mu-cho más góticos. ¿A qué seha debido este cambio?

LD: Bueno, las experien-cias personales y la forma dever el mundo en el que vivimostambién influyen. El año pasadocon la colección “Post-apo-calyptic“ veía el mundo de unaforma más apocalíptica y asíera mi visión del futuro si llegasea pasar. Con “Kvlt ov Satana” esmas bien un presente oculto, esel lado oscuro y necesario de lahumanidad.

JH: ¿Cómo has vividoesta nueva edición de Plata-forma G?

LD: ¡Casi como en casa!Ya es el segundo año que cuen-tan conmigo y la verdad es quetodo el equipo, organización ydemás te facilitan mucho lascosas. Solo eché de menos queeste año se organizara en do-mingo, ya que la afluencia delpúblico no es la misma que unviernes o un sábado.

JH: ¿Hay alguna formaen la que la gente puede con-

Page 37: Ultratumba Nº33
Page 38: Ultratumba Nº33

38

seguir tus diseños?LD: Normalmente trabajo

bajo encargo. Esta opción es laque uso principalmente paragrupos de música, artistas ogente que quiera algo más es-pecial, aunque todas mis colec-ciones y diseños que voyhaciendo por mi cuenta a me-nudo están a la venta espe-rando a su nuevo dueño enwww.lauradiamond.co

JH: ¿Estás pensandoya en una nueva colección?

LD: ¡Claro! Antes de ter-minar una colección ya tengoideas rondando por la cabeza. Ahora me centraré en los encar-gos y en hacer mini coleccionesque irán saliendo cada pocotiempo. Las colecciones gran-des solo las hago para desfileso eventos.

JH: ¿Cómo ve el futuroLaura Diamond?

LD: Con esperanza. Voyconsiguiendo mis metas y am-pliando a proyectos cada vezmás ambiciosos y como soyuna inconformista, no me hepuesto limites, así que, ¿quiénsabe?

JH: Muchas gracias porla entrevista.

LD: Muchas gracias a ti,Javier, por darme la oportunidadpara que se me conozca un po-quito mas en mi país. Y a todoslos lectores, ¡¡nos veremos en elmaldito infierno!!

Texto y fotos: Javier Herce.

Page 39: Ultratumba Nº33
Page 40: Ultratumba Nº33

40

Se sentía a gusto con sutrabajo, pero era un hombretriste y solitario. Sabia que noera bien visto por muchos desus conciudadanos, pero él,solo acataba las ordenes que lereportaban un pequeño sueldoy algo de ropa; Que dada sugran estatura vendía o daba alos más pobres, mucha de ella,muy a su pesar, volvía a pasarpor sus manos. Metódico, talen-toso y preciso. Cualidades quehabía aprendido siendo un niño,cuando ejercía de aprendiz desu abuelo y más tarde de supadre. Aunque este, fue encon-trado muerto a una tempranaedad. Por eso, pronto se convir-tió en el sucesor de una gransaja de verdugos, que dada sutimidez estaba predestinada adesaparecer.

Antes del anochecer,cargo con sus robustos brazosel tronco hasta la plaza y lo co-loco en el sitio indicado por lasautoridades. Luego se dirigió asu fría casa y afilo el hacha. Eltajo tenia que ser fino y perfectopara los condenados que debíadecapitar la mañana siguiente,desdichados que ya esperabansu hora en el calabozo, en la ca-pilla de los llantos. Intentandopedir a dios otra oportunidad,que nunca llegaba.

Cuando las estrellas seescondieron, el gallo canto, selevanto sin sonrisa ni legañas,lavó su cara con el agua de uncubo y se puso la negra capu-cha que ocultaba su rostro,abrió la puerta con su gran armade matar descansando en suhombro. Fuera ya le esperabanniños risueños y andrajosos quele acompañaban hasta el lugar

de las ejecuciones entre saltosy canciones, inocentes infantesque desconocían que muchasde sus cabezas iban a pasar porel infalible filo de su hachapocos años más tarde. Peroahora todo eran risas y nervio-sismo para ver el abominableespectáculo que tanto divertía ala muchedumbre.

Faltaba una hora paralas decapitaciones y en la plazase respiraba una mortífera ale-gría, la gente se congregabafrente a la tarima de nogal. Gro-tesco escenario decorado consecos lunares de sangre.Donde se impartía justicia. Nosiempre bien avenida, peronunca cuestionada por miedo aser el siguiente en perder la ca-beza.

Solo había una cosa quele incomodaba enormemente alverdugo y no era otra, quesegar la vida a mujeres. Su fra-gilidad, delicadeza, el aromaafrutado de su piel y sus caba-llos hacían temblar sus robustasmanos. Se le quedaban grava-dos en la memoria los ojos vi-driosos pidiendo clemencia deaquellos seres tan delicados,antes que la cesta amortiguaraél último golpe de sus vidas.

Solitario y huraño habíadejado pasar la vida sin conocerel sabor de un beso, el escalo-frió de una caricia solidaria re-corriendo su cuerpo. Concebirun sucesor para seguir la tradi-ción familiar, poblar su hogar denuevas vidas, para equiparar labalanza y que dios fuera másbenévolo el día de su muerte,en su cabeza vivían deseos,sueños y dudas. Un deseo leatormentaba y era encontrar el-

amor. Ese del que todos habla-ban y él desconocía.

Preparo estratégica-mente la cesta de mimbre en laque caían las cabezas, junto alsanguinoso y desgastado tron-co. Cerca ya esperaba la carre-ta para transportar los cuer-pos sin vida hasta una zanga.Un mausoleo infame de tierramal cavada, un triste hoyodonde arrogarlos para darlessepultura.

La fría mañana le erizabael bello de su pecho descu-bierto, mientras esperaba er-guido y pensativo a los conde-nados, daba gracias de poderllevar aquella capucha que le ta-paba el rostro, auque de sobraera conocido por todos los allíreunidos, pero por alguna ex-traña razón se sentía protegidopor aquel trozo de tela negraque escondía la verdadera carade la muerte a todos los presen-tes.

Llego el sequito en silen-cioso desfile, custodiando a dospobres desdichados. Cuyo úni-co delito había sido unos pe-queños hurtos en el mercadopara llevarse algo a sus vacíaspanzas. Llevaban la cabeza cu-bierta por un saco sucio y ama-rillento, recomido por las ratas.El verdugo observaba y anali-zaba a sus victimas con granprecisión, mientras se acerca-ban a su posición:

El primero: De enclen-ques piernas y torso esqueléticoes un hombre enfermo. Tuber-culoso tal vez, famélico comouna loba después de un parto.Apenas se sostiene, creo quees un regalo divino que haya lle-gado su hora. Hacia sus aden-

Page 41: Ultratumba Nº33
Page 42: Ultratumba Nº33

42

tros pensaba mientras agarrabafuertemente el hacha que dor-mía apoyada en el tronco.

—¡Pero el segundo, ono, Dios mío!

El vestido azul que ro-zaba el suelo lleno de descosi-dos y desgarros, aquellosbrazos de piel inmaculada amo-ratada por las fuertes ataduras.Le hizo adivinar enseguida quese trataba de una mujer joven,largos tirabuzones doradoscomo el oro le sobresalían delzurrón que ocultaba su sem-blante, sus pasos recios y fir-mes aun sabiendo cual era sudestino argumentaban un corajesobrenatural.

Su sosiego se trasformoen drama y empezó a sudar amares, pero la justicia era impla-cable y él, un profesional en sutarea, así que no se dejo ame-drentar, respiro hondo y se cen-tro en su cometido.

Subió al macabro es-trado un pequeño hombre sinfuerza alguna, violentamenteayudado por dos de los guar-dias. Hombres del orden sin es-crúpulos que le destaparon lacabeza. Sus labios violáceos yunas ojeras descomunales nohacían más que acrecentar elmiedo en su rostro, horrorizadoy rebosante de angustia susojos rojos no dejaban de llorar.Pero las lagrimas quedaron sus-pendidas en el aire cuando condureza su cuello fue a encon-trarse con el tronco. Inmóvil, susescasos recuerdos le vinieron ala cabeza. Todos enmudecieronmientras el verdugo alzaba supesada arma de leñador. El si-lencio fue violado por el silbidodel hacha y un golpe seco, queseparo la cabeza del cuerpo deaquel pobre diablo. Su cabezacon la lengua fuera y pestañe-ando caía en aquella cesta mu-grienta mientras los aplausosllenaban la plaza de un espan-

toso ruido.Dejaron pasar unos mi-

nutos dejando que el chorro deescandalosa sangre vaciara elcuerpo y precipitaron el cadávera la carreta. Luego el verdugocogió la cabeza de aquel hom-bre por los escapos pelos quetenia y la enseño orgulloso alpublico, la deposito dentro de labolsa amarillenta y la arrojo alcarro.

La siguiente en subir fuela mujer mostrando su fiereza yagallas, luchando en la oscuri-dad contra aquellos hombresque le superaban en fuerzabruta, bramando su inocencia,recibiendo golpes y patadashasta caer en el suelo inde-fensa. Fue entonces cuandouno de los guardias le quito lacapucha y todos pudieron admi-rar su belleza, la cara de unángel que pedía a gritos un in-dulto, no había miedo en aque-llos verdes ojos como losprados primaverales que mira-ban desafiantes, millones derizos dorados se amontonabansalvajes hasta su cintura.

El verdugo quedo pren-dado de aquella mujer, temblo-roso, un cosquilleo recorrió suestomago sus brazos apenaspodían sostener el hacha, quese le deslizaba lentamente desus manos sudorosas y notopor primera vez en su vida sucorazón acelerarse. Compren-dió en un instante que aquelloque le ocurría no era otra cosaque el amor.

Absorto en su descubri-miento no se dio cuenta de queel cuello de aquella muchachaya le esperaba en el tronco.Quieta y silenciosa se habíadado por vencida, pero aquellamujer no le tenia a la muerte, seentregaba a ella sin mostrarle elmínimo respeto.

—Bien, cortarme la ca-beza, si eso os divierte, por una

onza de pan, no seré yo, si novosotros quien entrareis en elinfierno. — Grito, condenando atodos los presentes.

El verdugo se sentía in-capacitado, no podía realizaraquella atrocidad, amaba aque-lla mujer. Las miradas se dispa-raban hacia su persona, lossegundos pasaban lentos, elnerviosismos se hacia evidente,reproches y silbidos empezarona inundar aquella mañana. Len-tamente alzo el hacha, de susojos ocultos en la capuchanegra empezaron a nacer lagri-mas frías y dolorosas, miro alcielo, cerro los ojos y disparo elfilo hacia el cuello. El cual hizoun tajo perfecto que acabo conla vida de la joven. Apenas seoyeron aplausos cuando la san-gre roja y vigorosa empezó abrotar. Él por primera vez sintiómás dolor que su victima.

El trabajo de verdugo, nosolo consistía en decapitar, tam-bién tenia la obligación de darsepultura a los condenados.Conducía la carreta hasta unlugar apartado y sombrío. Cam-biaba el hacha por una pala yenterraba a los muertos sinponer una mísera Cruz paraque no fueran a rezar familiares.Le estaba permitido quedarsecon la ropa y esta no seria unaexcepción quería conservar elvestido de su primer amor.

Sus pensamientos le hi-cieron el viaje más duro que re-cordaba. Como había sidocapaz de matar algo tan bello.Tenía razón la muchacha, ar-deré en el infierno, moriré su-friendo por mis pecados y eldiablo sonreirá al verme llegar.

La niebla vestía el bos-que, los pájaros entonaban untriste cantar. Se detuvo y em-pezó a cavar un primer hoyo,con la experiencia que dan losaños y sus brazos de ogro haciavolar la tierra por encima de su

Page 43: Ultratumba Nº33
Page 44: Ultratumba Nº33

44

persona, con una rapidez mere-cedora de elogio. En pocos mi-nutos lo tuvo finalizado. Agarroel ligero cuerpo del hombre y loarrogo en aquella fosa, saco delsaco la cabeza y la depositojunto a él, se apresuro a tapar elagujero. Acto seguido empezó acavar la tumba para su amadavictima, a perforar pensativo ellecho donde descansarían susrestos, cavo hondo para que elir y venir de carretas y caballosno perturbaran su sueño eterno,y esculpiendo la tierra con supala hizo un geométrico agujeroen forma de ataúd.

El cuerpo decapitado dela mujer le esperaba en la carreta, lentamente empezó adesvestirla, aquel vestido ce-leste manchado de sangre seriaun fetiche macabro de su primerencontronazo con el amor. Pocoa poco la desnudez de la mu-chacha empezó a deslumbrar alverdugo. Tenia los pechos er-guidos, bonitos como las mon-tañas del un horizonte soleado,no pudo contenerse, con susmanos los acaricio suave-mente, sin prisas, dejando caersus dedos por su frío vientre,merodeando su ombligo, pei-nando su sexo sin maldad al-guna.

He matado a una diosapensó. La cogió como una flor,delicada y misteriosa suave-mente la introdujo en el féretrodonde las curiosas lombrices sedivertían. Desenfundo la cabezadel saco con la extraña sensa-ción de encontrarse otra vezcon un ser amado, sus cabellossuaves se enredaban por susdedos como serpientes, vivos yamarillentos como los rayos delsol, paciente los fue domandohasta dejar su angelical cara aldescubierto.

Era preciosa, sublime,una luz majestuosa que pene-tra. No podía dejar de mirarla,

estudiando sus fracciones divi-nas, mientras la sujetada conlas manos que le sajaron lavida. El corazón del verdugolatía con la fuerza de diez caba-llos al galope, los verdes ojos dela muerta de serenidad conte-nida le embrujaban. Y de suboca de hermosos labios carno-sos creyó oír, llévame contigo.

Su indomable excitaciónhizo que su mala conciencia ylas buenas maneras fueran de-voradas por el amor.

Sin dejar tiempo a pen-samientos absurdos avispadosen cometer estupideces. Echotierra sobre el cuerpo desnudo.Rezo como nunca antes lohabía hecho ante una tumba,plegó el vestido con la técnicade un sastre. Volvió a meter lacabeza en el saco. Y se fue acasa, feliz con su amada, sil-bando como un jilguero.

Encontró su casa tanvacía y gélida como la dejo.Solo un rallito de sol amarillentoy luminoso se abría paso poruna de las ventanas. Pero él, sesentía lleno de luz, de vida, afor-tunado tras el hallazgo de un te-soro, con ganas de rugir comoun león. Incansable y nerviosopor ver de nuevo a su amor.Cuidadoso saco la cabeza delmugriento saco. Su vista denuevo descubrió el paraíso queescondía aquel rostro blanco ybello como la luna, la observodurante horas, cansado se echoa dormir en su compañía. Y tuvolos sueños más hermosos de suapenada existencia.

Al día siguiente se le-vanto temprano, lavo con deli-cadeza el vestido de la muerta.Mientras el sol lo secaba, cortovarias ramas de un seco árbol.Las ato creando un esqueletonatural y le puso tripas con ropay viejos trapos creando uncuerpo blandito y apacible. Unlindo espantapájaros con el

compartir su nueva vida, lo vis-tió con dulzura y maña. Y en larama que sobresalía por el cue-llo, clavo la cabeza.

Sonrió como un infantecon los bolsillos llenos de cara-melos al ver de nuevo en todosu esplendor a la mujer que lehabía robado el corazón. Mara-villosa, vigorosa, desprendiendoarmonía y vida.

Así fue como llegaronsus años más felices y gozosos.Dedicaba cada segundo a estaren su compañía. Auque no dejode ejercer su tarea como ver-dugo. Cada vez se le hacia másdifícil e insoportable matar. Perono podía crear sospechas. Lohabrían decapitado si se cono-cía tal atrocidad. Era conscientede ello, auque él, no veía la mal-dad de su hecho, al contrariohabía encontrado un sentido asu miserable existencia.

Las interminables char-las cotidianas eran amenas ydistraídas, auque siempre faltasde repuestas, en el silencio en-contraba una aprobación porparte de su esposa, su mujer, suamada.

Le relato innumerablesveces y siempre con lagrimasen los ojos el tormento de haberperdido a sus padres siendo unniño. Su madre murió de escar-latina, enfermedad que él su-pero, pero que trágicamenteinfecto la vida de su madre. Élla contagió, aquello le atormen-taba enormemente. Su ya evi-dente fortaleza pudo salvarlesiendo un niño, pero se llevo pordelante a su delicada madre. Suprimera victima. Su padre fueencontrado muerto una nochetras un día de injustificadas de-capitaciones. Sin miramiento ysiempre bajo órdenes corto elcuello de un joven del puebloacusado de seducir a la mujerdel alguacil. Se cuenta que elpadre del muchacho hizo justi-

Page 45: Ultratumba Nº33

45

cia, mato al alguacil y al ver-dugo. Y esa misma noche desa-parecieron él y su mujer, puesnunca más se les volvió a verpor el pueblo

Habían pasado dos añosy sus preocupaciones crecíanconforme pasaban los meses.La cabeza de su mujer perdía labelleza, olía a demonios, searrugaba y ennegrecía, sus lar-gos cabellos ondulados se vol-vieron grisáceos y lisos. Y elrumor de una nueva forma deejecutar venida desde Franciacada vez se hacia más latente.Pronto una guillotina se instala-ría en el pueblo y él veía peligrarsu puesto de verdugo, auqueaquello era la menor de sus pre-ocupaciones.

Su porvenir sé deterio-raba lentamente como la ca-beza. Maldecía a la farsantenaturaleza que le estaba ro-bando su bien más preciado.Vejez decrepita asesina devenus, por que me haces esto,porque estropeas a este ángelfastuoso, se preguntaba al verla figura espectral de su seramada. La miseria se apode-

raba de su corazón, un empe-drado camino de tristeza apare-cía solo de pensar endeshacerse de ella. No podía.Rezaba para que el proceso dedescomposición parara, pero lamisericordia no tiene amigos yel rostro de su compañera fielse marchitaba.

La mañana de aquel ca-luroso día de agosto, fue dura einsultante. Dos mujeres encon-traron la muerte, él las lleno desilencio y sangre, mientras re-proches y maldiciones le llovíande su pueblo enojado. No quisosaber por que eran sentencia-das, para que su sufrimiento nose acentuara. Volvió a casaabatido, cansado y triste des-pués de enterrar los cuerpos,allí encontró a su alma gemela,devorada por el sofocante calor,sudando gusanos y despren-diendo un hedor infame. Fueentonces cuando compendioque el también estaba conde-nado. Semejante tortura eracosa del diablo, tal vez celosode su amor, podía escuchar susburlas en un dialecto ebrio y sinpiedad, acaricio la cabeza, el

prototipo de una vida soñada,lloro mares y le susurro al oído.

—Desaparezcamos, es-capemos juntos al cielo, bus-quemos la eternidad decostumbres religiosas y estam-pas misericordiosas, para queDios nos acune en su sino.

—Yo cause tu muerte. Tucaritativa has de causar la mía,estaremos salvados al fin.

Agarro los largos cabe-llos de su amada y los enredóen su cuello. Estiro por los dosextremos, complaciente y feliz.Sin descanso, incansable porencontrar la muerte. Ahogán-dose con la cabellera, ansiosopor saber el destino que dios lestenía preparados. Su agonía,fiereza y talante, los precipito alsuelo. Apretaba los cabellos ensu cuello, mientras sus bocasse besaban.

Y así murió dichoso yafortunado, abrazado a la mujerque le dio sus años más ama-bles.

Panxo E.Costa.

Page 46: Ultratumba Nº33

46

El festival organizado porMelodías De sombras llega a sutercera edición, lo que ya lo es-tablece como un festival establey con fuerza. Para esta ocasión,los grupos elegidos han sidoLarva, Jafi Marvel, ITCN, DeNew Technocrats y el lugar, lasala Maravillas.

Larva es posiblemente laformación más conocida y lon-geva de todas. Llegados desdeBarcelona, donde la escenaestá muy viva y hay una granoferta cultural, surgieron en1998 con otro nombre (pasarona ser Larva hace 10 años) ydesde entonces han creado susonido electro-industrial no solopor España, sino también porotros países del mundo, comoEEUU y México, lo que ha sidoun gran aval para el III FestivalMelodías De Sombras.

Jafi Marvel también esun gran conocido por el público(En Ultratumba ya fue entrevis-tado por Jacq The Rimmel).Con su pop-rock electrónico, hapertenecido a bandas comoNiños del Brasil o The Los Ner-vios. Sus tres discos han so-nado tanto en Europa, como enAmérica.

ITCN tampoco son unosrecién llegados. Se formaron en2008 y tocan una mezcla degothic rock con electrónica in-dustrial. Empezaron colabo-rando con temas en diversosrecopilatorios y no tardaron endar sus primeros conciertos. En2012 por fin vio su primer álbumy también han publicado variosEP’s.

De New Technocratspuede que sean lo menos cono-cidos, pero no porque su mú-sica no esté al nivel, sinoporque son los más jóvenes detodos como formación. Hasta la

fecha tienen solo un EP, queahora sale en EEUU. Su electrosynth ha sonado tanto en Es-paña, como en Alemania.

Cuatro formaciones parauna noche de música de lamano de Melodías De Sombras,cada vez más asentados en laescena española.

www.melodiasdesombras.com

Fotos: Anhoa TilveGema Marco

Page 47: Ultratumba Nº33

47

Page 48: Ultratumba Nº33

48

Page 49: Ultratumba Nº33

49

Page 50: Ultratumba Nº33

50

Allá por el 2011, J. Os-kura Najera y Adrián Cardonanos sorprendieron con un diver-tidísimo corto protagonizadospor unos simpáticos monstrui-llos y que llevaba por titulo“Metal Creepers”.

El corto rodó por nume-rosos festivales como el ButFilm Festival, el Fright Fest deLondres, el Fantosfreak, el Ho-rrorFest de South Africa, el RojoSangre de Buenos Aires o elmismísimo festival de cine fan-tástico de Sitges, arrasando entodos ellos y llevándose algúnque otro merecidísimo premio.

Pero “Metal Creepers”solo fue el principio. Algo másgrande y más sorprendente seestaba incubando en la oscuray retorcida mente de J. OskuraNajera, algo tan jodidamentegenial que tenia que ver la luz sio si: “Megamuerte” estaba na-ciendo.

Después de una cam-paña de crowdfunding, “Mega-

Podéis escuchar la BSO de Megamuerte, con 35 temas, eneste enlace:

https://megamuerte.bandcamp.com/album/megamuerte-soundtrack

Page 51: Ultratumba Nº33
Page 52: Ultratumba Nº33

52

muerte” comenzó a ver la luz ydespués de muchos esfuerzos ymúltiples aventuras, lo que em-pezó siendo una loca idea derevivir el cine más gamberro yochentero, lleno de monstruitos,sangre a tutiplen y heavy metal(y otros sonidos oscuros realiza-dos por malas personas y en-gendros del mal), se hizorealidad.

Y que mejor sitio para es-trenar la película que el festivalde cine fantástico de Sitges: Elescaparate ideal y el mejor delos escenarios para empezarcon buen pie la distribución delfilm y/ ¡vaya si triunfó! El esce-nario elegido fue la carpa de Bri-gadoon, una elección que,como se vio, fue equivocada, yaque la cola de gente ansiosa porver la película era mucho más

larga de lo que los organizado-res calcularon y la carpa quedoabarrotada, con lo que muchagente se tuvo que quedar fuerade la sala comiéndose las uñasy maldiciendo su mala suerte.Señor Ángel Sala, hay que pen-sar más a lo grande, ¡que estoschicos vienen pisando fuerte!

La proyección del filmaparte de un éxito de asistencia,fue toda una fiesta: Las risas ylos aplausos fueron constantesy la película no defraudó anadie. “Megamuerte” es un filmde bajo presupuesto, si, peroofrece más que muchas produc-ciones que cuentan con muchosmás medios, porque suple suscarencias con ingenio, buenhacer y sobretodo amor por elgénero, porque esto es cine deterror hecho por fans y para

fans. Si lo tuyo son las películasde serie b ochenteras, si amasla Troma, si alucinas pepinilloscon subproductos llenos demonstruitos dicharacheros ycargados de mala baba, no pue-des dejar pasar “Megamuerte” ysi lo haces/ ¡atente a las con-secuencias!

Texto: Zombillo

El próximo 4 de diciem-bre Megamuerte se proyecta enMadrid con un único pase. Seráen la sala Artistic Metropol, en lacalle Cigarreras Nº6.

Tenéis las entradas a laventa en Rara Avis:

www.raraavisstore.com

Page 53: Ultratumba Nº33
Page 54: Ultratumba Nº33

54

La televisiva Sara Escudero (ganadora del concurso de monólogos delClub De La Comedia y actualmente colaboradora del programa de la Sexta, Zapeando), ha hecho un cambio de registro radical para meterse en la estéticapunk-gótica en esta sesión de fotos que hicimos con la participación de la ma-quilladora Ana Huertas, que también se encargó del estilismo.

La sesión en realidad fue doble, porque hay otras fotos en color de estiloTwiggy que forman parte de otra historia. Aquí podemos ver a Sara Escuderometida en la piel de alguien muy diferente a lo que vemos cada día en la tele yeso fue lo que hizo interesante esta sesión.

Fue un placer trabajar con ella, que hizo que el trabajo se convirtiera enalgo fácil, ameno y divertido.

Javier Herce.

Fotografía: Javier HerceModelo: Sara Escudero

Maquillaje y peluquería: Ana Huertas

Page 55: Ultratumba Nº33
Page 56: Ultratumba Nº33
Page 57: Ultratumba Nº33
Page 58: Ultratumba Nº33

58

Harry Sanders fue unade esas grises figuras que sedesplazan por el mundo como sinunca hubiesen existido. No sele conocía familia ni amigos.Había llegado al pueblo comoun hombre viejo y cansado. Nohablaba con nadie y su minús-cula pensión la gastaba en elbar del pueblo.

Siempre se lo podía en-contrar en la misma mesa.Atento a quien entraba, comoesperando a alguien. Esa rutina,durante los ocho años quegastó en el lugar, solo era per-turbada por la lluvia.

Sus borracheras, esosdías, eran terribles.

Yo estaba en el pueblopor trabajo e inmediatamentellamó mi atención el viejo. Comogane su confianza es algo queno vale la pena contar, bastadecir que mi trabajo me dabamucho tiempo libre y el dineropara invitarle las copas que élquisiera.

Llovía, estábamos solosen el bar, y el viejo me contó suhistoria.

Me dijo que era el 1952 yque en esa época trabajaba desereno en un cementerio a lasafueras de Wenston. Su laborconsistía en paseos nocturnospara evitar el vandalismo, es-pantar a adolescentes borra-chos. Era aburrido y monótono,pero pagaba las cuentas.

Esa noche llovía muchí-simo, y por eso desde la garitaapenas llego a ver las luces dela camioneta.

Del enorme vehículo ba-jaron dos hombres. No entendíaque podían querer a esas ho-ras, la parte administrativa del

cementerio estaba en la ciudad.Cuando entraron uno le tendióla mano y el otro, detrás, lo miróen silencio. Se presentó y sinmás sacó un fajo de billetes di-ciéndole que necesitaba ente-rrar algo. Al instante entendióque se trataba de mafiosos. Re-chazar la oferta no era opción.

La transacción no duromucho. En unos minutos losdos hombres se fueron dejandoa Harry con cinco bolsas negrasy el sueldo de un año en el bol-sillo.

Al salir del asombro ini-cial entendió que mientras másrápido se deshiciera de esasbolsas más rápido terminaríatodo. Las subió a una carretillay fue a uno de los fosos. Sabíaque mientras menos supierasería mejor, pero no podía evitarla curiosidad. No podía dejar demirarlas.

Las cuatro primeras de-saparecieron en la profundidaddel agujero, pero cuando estuvoa punto de tirar la última se de-tuvo. Un cierre la recorría delado a lado y la curiosidad fuedemasiado.

Las manos le temblabanal abrirla, los ojos estaban aten-tos.

La bolsa se movió.Dio un salto hacia atrás.

Pensó; “Ha sido la lluvia, hasido el miedo”

No supo decirme cuantotiempo tardó en tomar el valorsuficiente. Pero finalmente seacercó, y de rodillas, ni bienapoyó sus manos sobre el cie-rre algo dio un salto y el movi-miento hizo rodar la bolsa hacíael pozo. Parecían, me dijo, par-tes de cuerpo. Y creo/ que

algo me miraba.“¿Pero que era? ¿Qué

carajo fue lo que viste?” Re-cuerdo haberle preguntarleexaltado.

El viejo bajó la cabeza yme dijo que al asomarse al pozovio que “eso” se seguía mo-viendo, pero ahí abajo la oscu-ridad hacía imposible distin-guirlo.

“¿Y qué hiciste?” Pre-gunté con miedo.

“Lo que debí hacerdesde el principio. Tape el pozo.Lo llene de tierra y me fui.”

Lo miré decepcio-nando, creyendo terminada lahistoria, pero de pronto me pre-guntó con una sonrisa extraña.

“¿Sabes qué pasa conlos gusanos cuando llueve?”

Yo lo mire sin entender.“Cuando llueve la tierra

se ablanda -me explicó-, y losgusanos reptan hasta la super-ficie.” Se me quedó mirando y alver que no entendía siguió.“Reptan ¿Entendés? Reptanpacientemente hasta llegararriba. Y lo que yo enterré aque-lla noche -me dijo acercándosehasta sentir su aliento-, tambiénparecía reptar.”

El viejo empinó el vaso yno dijo nada más.

Pensé en esas cosas y elcuerpo se me estremeció al in-tentar imaginarlas.

Miré hacia afuera y mimiedo se volvió terror. La lluviaseguía humedeciendo la tierra,las gotas golpeaban la ventana.Yo también me emborraché esanoche.

Sebastián Marín.

Page 59: Ultratumba Nº33
Page 60: Ultratumba Nº33

60

Título original: The ApparitionDirector: Todd LincolnIntérpretes: Sebastian Stan,Ashley Greene, Tom Felton, Ju-lianna Guill, Luke Pasqualino,Rick Gomez, Suzanne Ford,Anna Clark, Marti Matulis, Me-lissa Goldberg, Tim Williams,Meena Serendib, John Grady.Guión: Todd LincolnMúsica: TomandandyGénero: TerrorNacionalidad: Estados UnidosDuración: 82 minutosAño: 2012

SinopsisBen y Kelly forman una

feliz y joven pareja que está a punto de mudarse a una adorable casita situada en un solitario y perdido barrio residencial. La vivienda, pro-piedad de los padres de ella, nunca ha estado habi-tada, es adorable y parece perfecta, hasta que extra-ños acontecimientos pertur-ban la apacible vida de am-bos. Comienzan a escuchar extraños ruidos en la casa que parecen no tener ningu-na causa, los muebles se mueven solos cuando no miran,les da la impresión de que alguien se pasea por su nue-vo hogar cuando están dormi-dos/ Sin embargo, lo peor esque, por las paredes, comien-zan a aparecer una serie demanchas llenas de hongos.Poco a poco, Ben y Kelly se su-mergen en un infierno sobrena-tural del que, quizá, no puedansalir.

ReseñaHoy voy a ser amable.

Vale, sé que no suelo ser dema-siado duro con las películas flo-jas de terror, lo reconozco. Pero,¿qué os puedo decir? Si unfilme me da un buen rato de en-tretenimiento, a pesar de queluego tenga mil defectos, ya meha ganado. Sin embargo, tam-bién admito que, cuando unapelícula no me gusta, soy el pri-mero en darle palos hasta en elcarnet de identidad, cosa quees divertido hacer de cuando encuando, aunque nunca tomarlopor costumbre. Ya sabéis, por elpeligro de convertirse en uno deesos críticos pedantes de cine

o, peor todavía, el riesgo detransformarse en un troll llorónincapaz de disfrutar de nada.

“The Apparition” es floja.Menuda manera de comenzar ahablar de ella, ¿verdad? No esalgo que pueda negar. Es floja,bastante floja y muchas críticasla ponen de vuelta y medio, ycon razón, porque estamos anteuna película que se olvida encuanto se acaba, con múltiplesdefectos y con un presupuestodemasiado elevado para suscaracterísticas que luego no sedeja notar en el metraje final,bastante corto por fortuna. Sinembargo, voy a ser amable conella, no porque me haya encan-

Page 61: Ultratumba Nº33

61

tado, no, sino porque los pocoselementos que me han gustadode ella me han gustado bas-tante. Han sido pocos, sí, y esun filme que no podría reco-mendar salvo por curiosidad,pero cuando algo me gustadebo admitirlo. El cómputo ge-neral de “The Apparition” esflojo, pero sus virtudes son bas-tante buenas, así que laapruebo por los pelos. Aunque,¿cuáles son esas virtudes? Ha-blemos de fantasmas antes deadentrarnos en ellas.

Los fantasmas son losprotagonistas de “The Appari-tion” junto a la pareja protago-nistas. Fantasmas, espíritus,apariciones, espectros, entes/Reciben cientos de nombres yhan estado ahí desde el co-mienzo de la humanidad por in-finidad de razones, tantoesperanzadoras (ya sabéis;gusta saber que puede haberalgo más allá de la muerte),como más terroríficas (los seresinvisibles que nos vigilan, a

veces con intenciones nadaamables). Los espectros siem-pre han existido y, a menudo, seles considera entes reales, e in-cluso a veces se ha tratado dedemostrar científicamente condesiguales resultados. Despuésde todo, la energía nunca sedestruye, simplemente se trans-forma y, ¿acaso no somos ener-gía? ¿No podría ser esa nuestraalma? Alma que, cuando mori-mos, podría sobrevivir de algúnmodo.

Pero no entremos dema-siado en cuestiones filosóficas,porque venimos a hablar decine, de cine de terror. No esque vayan reñido ambos temas,pero “The Apparition” es lo prin-cipal. Y es que, si los fantasmasse han usado desde el principiode los tiempos en la literatura,tanto oral como escrita, igual haocurrido en el cine. Los fantas-mas siempre han sido los entesparanormales más usados enlos filmes de terror, con permisode los vampiros y los zombis.

De todos modos, mien-tras que estos últimos entran enel grupo de los monstruos, losfantasmas comprenden a todoslos demás entes sobrenaturalesde apariencia espectral y espiri-tual. Estos seres, como decía,se han usado mucho en el cinede terror, por muchas razones;por ejemplo, nos encontramosmás cercanos a ellos que a losvampiros, los hombres lobo ylos zombis (volveríamos al de-bate filosófico de cuanto de realhay en el tema), suelen dar másmiedo que estos y tambiénsalen más baratos a la hora deponerlos en una producción ci-nematográfica. No es lo mismoen términos de coste “Dráculade Bram Stoker” que “Paranor-mal Activity”, ¿verdad?

La lista de películas defantasmas es interminable, yabarca todas las épocas, todoslos estilos, todos los géneros ytodos los enfoques. Desde “Pol-tergeist” hasta “Los Cazafantas-mas”, pasando por clásicos de

Page 62: Ultratumba Nº33

62

este subgénero como “Al finalde la escalera”, que contiene al-gunos de los momentos másaterradores que podáis disfrutaren una película de miedo deestas características. No dejade ser curioso que mientras enlos 90 el subgénero vivió unapequeña época de semi-sequía,a principios del presente sigloocurrió todo lo contrario, ya queasistimos a una especie de po-deroso “resurgir” de los fantas-mas en el cine mediante dosvertientes. Por un lado, el thrillersobrenatural que comenzó “Elsexto sentido” y prosiguió “Losotros”, ambas con sorpresafinal, giros argumentales quecomenzaron a extenderse poreste subgénero; por otro lado,las películas orientales de espí-ritus y sus correspondientes re-makes norteamericanos, losque verdaderamente las popu-larizaron.

“Ringu”, “The Ring: Laseñal”, “Dark Water”, “La maldi-ción”, “La huella”, “Shutter”,

“The eye”, “Llamada perdida”,“Visiones” y un largo etcéterallevaron al cine, y a nuestrasvidas, a esos espectros de pelolargo y cara oculta que tantomiedo dan, sin dejar de lado lasmaldiciones y leyendas urbanasmás orientales, lo cual fue unsoplo de aire fresco que se fueagotando debido, sobre todo, ala sobreexplotación que sufrió.¿El siguiente paso? Lo dio unaproducción tan barata que supresupuesto da risa. Hablo de“Paranormal Activity”, la primeraentrega de la saga, que nos de-volvía a los fantasmas del modomás clásico (aunque realmenteno era un fantasma, pero sí unapresencia “espectral” e invisi-ble), con puertas que chirrían denoche, muebles que se muevensolos, protagonistas pasándolomal porque sienten que algo lesobserva de noche, sonidos sinorigen concreto y, en general,todos esos detalles aterradoresque contienen las mejores his-torias de fantasmas.

Tras “Paranormal Activity” llega-ron “Insidious”, “Sinister”, “Expe-diente Warren: The Conjuring”,“Insidious: Capítulo 2” y unalarga lista de filmes con entessobrenaturales de por mediodonde también encontramos a“The Apparition”, aunque convarias diferencias con respectoa las mencionadas. La primeraes su presupuesto, demasiadogrande como para pertenecesal terror low cost que tan demoda está de un tiempo a estaparte; y, la segunda, su calidad.Mientras que todas las demásofrecían algo más y se atrevíana meternos el miedo en elcuerpo, “The Apparition” no sóloes más de lo mismo sino que, yeso es peor, contiene buenasideas que se quedan en absolu-tamente nada.

La historia es bien cono-cida por todos los amantes delterror cinematográfico con fan-tasmas de por medio. Tenemosa una joven pareja que se mudaa una casa aparentemente nor-

Page 63: Ultratumba Nº33

63

mal, situada en un barrio resi-dencial lejos de toda la civiliza-ción y donde apenas hayvecinos. La vivienda es prácti-camente nueva, por lo quenadie ha vivido en ella antes, locual resulta bastante extrañocuando comienzan a ocurrir su-cesos paranormales en el lugar,sobre todo si tenemos encuenta la forma con la que em-pieza la película, con ese ex-traño experimento parapsicoló-gico en una universidad. ¿Po-dría ser la misma presencia laque habita la casa de nuestrosjóvenes protagonistas? Todo in-dica que sí pero, ¿qué es? ¿Ypor qué va tras ellos?

Como decía más arriba,“The Apparition” contiene muybuenas ideas, pero mal ejecuta-das y peor desaprovechadas.Sin soltar ningún spoiler al res-pecto, todo lo que rodea al fan-tasma, el experimento que serealiza para atraerlo, su origeny lo que podría haber dado desí, es lo más interesante del

filme junto a unos actores bienconocidos por los que somosfans del cine fantástico. Su me-traje no es muy largo, por lo quees un filme que se puede ver sinnecesidad de que sea una tor-tura interminable y, además,contiene un par de sustos efec-tivos; no es que funcionen de-masiado bien, ni que os vayan ahacer saltar en el sofá, pero amí me han gustado. Por no ha-blar de la atmosfera que se res-pira durante todo el filme y lapotente imagen que nos da elpóster.

Sin embargo, no tienenada más. La mayoría deltiempo no sólo parece una pelí-cula más de fantasmas, sinoque, además, da la impresiónde que es una especie de pró-logo a la auténtica película defantasmas que nos deberíaofrecer, sólo que eso no ocurre,ya que cuando creemos que vaa comenzar lo bueno/ seacaba. Es entonces cuando unose pone a pensar, especial-

mente al visionar ciertas partesdel filme, que a éste le faltan es-cenas, como si hubiera sufridoun duro recorte en la sala demontaje. Además, ¿dóndeestán los diecisiete millones dedólares que ha costado? Por nohablar de la falta de momentosespectaculares y de que pa-rezca a veces que el director nosepa por dónde ir con una his-toria que, en el fondo, es intere-sante.

Antes os hablaba de quelos actores de “The Apparition”son de las pocas cosas positi-vas que podemos sacarle alfilme. En realidad, lo son paramí, porque de actuacionesandan justitos pero eficacespara la producción en la que seencuentran. Y es que, el plantelde actores que nos presenta lapelícula es de esos que, almenos a mí, me resulta muy,muy interesante. Tenemos, porejemplo, a la guapa Ashley Gre-ene (Luna nueva, El crepúsculode Summer) como sufrida pro-

Page 64: Ultratumba Nº33

64

tagonista que aparece en el car-tel del filme, acompañada en lahistoria por el carismático y másde moda que nunca, SebastianStan (Capitán América: El pri-mer vengador, Capitán América:El Soldado de Invierno), aunquedebo admitir que la sorpresa dela película es ver a Tom Felton(Harry Potter y la cámara se-creta, El origen del planeta delos simios) dejando en paz aHarry Potter durante la casi horay media que dura el filme paravérselas cara a cara con un fan-tasma. Actores reconociblessobre todo para los que ama-mos el fantástico y que a mí mecaen muy bien, lo bastantecomo para que sean ellos unode las principales razones porlas que le doy un cinco raspado,muy raspado a “The Apparition”.

En conclusión, como cu-riosidad, “The Apparition” me-rece la pena, sobre todo si notenéis nada más que ver y pa-sáis una tarde aburrida y, espe-cialmente, si os gustan susactores protagonistas o queréis

averiguar a qué me refiero cuando os comento lo desaprovechadaque está su historia. Además, dura poco, por lo que en menos dehora y media la tendréis despachada. Sinceramente, esperabamucha más; tenía ganas de verla y, al final, me he llevado unchasco. En este caso, era crónica de una decepción anunciada,ya que fue un fracaso de taquilla en Estados Unidos y nos he lle-gado tiempo después directa al mercado domestico. Aun así laperdono. Qué puedo decir, me siento amable con ella, aunque es-pero que no se vuelva a repetir.

Nota: 5/10

Tony Jiménez.

Page 65: Ultratumba Nº33
Page 66: Ultratumba Nº33

66

Fotografía: Dark Memories Photography

Los Zombies: Sergio Lorenzo

María SenraAna DarkMemoriesCarla MagdalenaSergio Trabazo

La superviviente:Nana Harmony.

Making Off: https://vimeo.com/112611575

Page 67: Ultratumba Nº33
Page 68: Ultratumba Nº33
Page 69: Ultratumba Nº33

69

Page 70: Ultratumba Nº33
Page 71: Ultratumba Nº33

71

Page 72: Ultratumba Nº33
Page 73: Ultratumba Nº33
Page 74: Ultratumba Nº33

74

Page 75: Ultratumba Nº33
Page 76: Ultratumba Nº33

76

SinopsisEste mundo es parecido al nuestro pero no igual. La magia existe así como las criaturas

del Otro Lado que amenazan a la existencia de la humanidad. Para combatir estas manifesta-ciones sobrenaturales la sociedad se sirve de las Órdenes Militares de la Iglesia, asimismo,en un intento de los estados de enfrentar el problema con independencia de la Iglesia, loscuerpos de policía de todo el mundo habilitaron las Brigadas Anti-Magia. La Brigada Anti-Magia de Madrid se acaba de refundar hace menos de una semana y sus nuevos miembrostienen que resolver un extraño asesinato de carácter ritual: una anciana aparece muerta y mu-tilada en su piso junto al cadáver resucitado de su mascota, un gato.

Poco a poco, a medida que la investigación avanza, una serie de sucesos revelarán laverdadera magnitud del problema al que se enfrentan los policías que luchan contra la para-delincuencia, mostrando lo cerca que está el género humano sucumbir ante los embates delmal absoluto por culpa de su propia ignorancia.

—¿Cómo sabes quehabía una mascota reanimada?¿Y cómo sabes que la llevo en-cima?

Periquito enarcó unaceja he imitó la voz de Rodrigocon un falsete agudo que resul-taba muy cómico en un hombrede su tamaño:

—Ya sabes que megusta mantener el suspense —se rió de su propio chiste y justoantes de ahogarse, retomóaire—. A ver genio, lo pone enel expediente: “encontrado gatopresuntamente sometido a pro-cedimientos mágicos de reani-mación en la escena”, y sé quelo tienes encima por dos cosas:Primera, esa mochila raída devagabundo que llevas siempreno ha dejado de moverse ni uninstante. Segunda, te conozcodesde hace años y tienes lacostumbre de cargar con todaslas inmundicias que te encuen-tras, en conclusión, llevas elgato —sentenció Periquito al

terminar de exponer su razona-miento.

—Me has pillado —sus-piró Rodrigo—, no sé por quéquieres ver esta porquería debicho, es nauseabundo.

Abrió la mochila y sacó algato que aún se debatía dentrode la bolsa. Periquito extendiósus rechonchas manos para al-canzarlo.

—Tienes razón, es as-queroso joder —dijo Periquitomientras contemplaba a la cosade dentro de la bolsa.

—¿Qué te esperabas?.Por cierto —dijo Rodrigo conuna siniestra y teatral muecapintada en el rostro—, le hepuesto nombre, se llama Pus-cas.

—Estás chalado tío —dijo Periquito devolviéndole aPuscas y arrugando su orondorostro de luna por el asco—.¿Por qué llevas esa mierda con-tigo?.

—El Inspector me dejó

anoche directamente en casa yse me olvidó dárselo para que lodejase en la comisaría. Así desimple.

—¿Cuándo vas a madu-rar y a comprarte un coche ouna moto para moverte por laciudad?

—¿Para qué? Prefieroque me lleven. Anda, avisa a tuscompañeros, no quiero que sevayan sin mí y darme otropaseo hasta la boca del metro yterminar calado hasta los cal-zoncillos.

—Qué morro tienes —dijo Periquito inclinándose paraalcanzar el teléfono, que estabaen una de las esquinas de lamesa, semienterrado bajo losrestos de una bolsa de patatascon sabor a jamón.

Justo 12:37—¿Cuándo encontró el

cuerpo? —preguntó el Inspec-tor. Estaba harto y quería aca-bar con aquello cuanto antes.

Page 77: Ultratumba Nº33
Page 78: Ultratumba Nº33

78

Aún había muchísima tarea quehacer, interrogar a los vecinos,comprobar el número de telé-fono del anuncio que había en-contrado Rodrigo, llamar alespecialista para que exami-nase el cuerpo, gestionar eldestino del cuerpo/

—Fui a ayudar a Primi-tiva a preparar la cena —dijocon voz temblorosa la asistentesocial—, y/

—Perdone, Primitiva esla fallecida ¿no es así? —inte-rrumpió el Inspector. No sabía elnombre de la mujer ya que apesar de tener el cadáver, no te-nían su ficha de datos.

—Sí, así se llamaba —labarbilla de la chica empezó atemblar—, y ahora está muerta,abrí la puerta y estaba tirada enel suelo —incapaz de seguir ha-blando, como en las otras veinteocasiones que habían intentadodar comienzo al interrogatorio,estalló en llanto. Al menos a lavigésima había logrado formulardos preguntas.

Simón por su parte tratóde consolarla, al tiempo que, sinningún disimulo, dirigía una fríamirada a su superior, dándole aentender que había vuelto ameter la pata.

La cosa se torcía cadavez más, y eso que el día habíaempezado ya de por sí bastantemal. Después de una noche sindormir dedicada por entero adiscutir con su esposa, que lehabía esperado levantada paralo que ella llamaba “simple-mente poner las cosas enorden”. La obra surrealista en laque se había convertido su vidahabía alcanzado una cota supe-rior.

Por la mañana, nadamás llegar a la comisaría, conlos nervios destrozados y sinhaber dormido, le tocó lidiar conla estupidez cometida por algúnincapaz. Ese —por el momento

anónimo—, retrasado que habíadecidido que se llevase el cadá-ver de la anciana a la sede de labrigada de Anti-Magia, es decir,a la comisaría de la calle Estre-lla, en lugar de a la calle Ta-cona, que era donde seexaminaban los cuerpos cuan-do eran sacados del hospital,iba a enterarse de lo que eracapaz el Inspector Justo. Sinembargo, antes de volver a pen-sar en ajustar cuentas con elanónimo, se vio en la obligaciónde centrarse en arreglar el pro-blema, pero fue inútil, un des-perdicio de la poca energía quele quedaba. La agria y larguí-sima discusión a base de mí-mica, palabras en inglés eincluso dibujos que mantuvocon el conductor de la ambulan-cia y el camillero, no sirvió paraque se llevasen el cuerpo allugar correspondiente, porquesegún pudo entender, se supo-nía que no tenían autorizaciónpara acometer un nuevo tras-lado y que si le hacían esefavor, se podían ver envueltosen un lío que les haría perder eltrabajo. En consecuencia, cuan-do se le agotó la paciencia, dejóde pelear con aquel par de zo-quetes que apenas hablabanespañol y accedió a dejar tem-poralmente el cuerpo de la viejaen la comisaría. Los demásagentes, que observaron sin in-tervenir, como animales carro-ñeros alrededor de un/ ca-dáver, mostraron su disgusto abase de susurros y miradas ira-cundas, en todo caso dabaigual, aquello no iba a empeoraraún más el odio que le profesa-ban a él y a sus subordinados,podría bregar con aquella pan-dilla de vagos con los que com-partía pasillos (y cuartos debaño).

El siguiente problemavino cuando el sanitario y elconductor, al percatarse de que

no había ascensor, se negarona subir la bolsa con el cuerpohasta la sexta planta, que era ellugar donde finalmente habíadecidido dejar a la vieja. Ade-más, para darle más caos a laescena, se llevaron la camilla enla que la transportaban, di-ciendo otra vez mediante mí-mica y expresiones en algo queparecía rumano, que tenían queseguir trabajando, así que el ca-dáver se quedó plantado en lassillas de plástico de la entrada.Por tanto, él y Simón (que habíallegado tarde y con pinta deestar sufriendo la peor resacade la historia), junto con dos for-nidos agentes que habían te-nido la desgracia de estar allí enmal momento, se encargaronde la tarea.

Por fortuna los cien kiloslargos que pesaba la mujer noestaban siendo problema, sobretodo por el tamaño de los dosagentes que estaban ayudando,y gracias a ello pudieron alzarlasin muchas dificultades, pero ala altura de la quinta planta, gi-rando el cuerpo en el segundodescansillo del tramo de escale-ras, cuando ya casi habían lle-gado, Simón estornudó empa-pando a los agentes que esta-ban echando una mano y sol-tando su esquina de la bolsa einmediatamente después, deuna forma absurda que jamásconseguiría explicarse, el cuer-po en lugar de caerse al suelosin más, que habría sido la op-ción más probable de acuerdocon el método que estaban em-pleando, se escurrió muy des-pacio por encima de la baran-dilla, precipitándose por el hue-co hasta la planta baja. Ningunoasimiló lo que había pasadohasta que el golpe produjo unruido horroroso, como de crista-les rotos, que los trajo a la reali-dad, sirviendo para que loscuatro, al unísono, se asomaran

Page 79: Ultratumba Nº33
Page 80: Ultratumba Nº33

80

por el hueco y comprobaran queel desastre, ya de por si dan-tesco, superaba las previsionesmás pesimistas.

En la caída, la bolsa sehabía rasgado dejando su con-tenido a la vista de todo elmundo. Y por supuesto, como lasituación aún era susceptible deempeorar un poco más, una delas personas que lo vio fue laasistente social, que había deci-dido presentarse en la comisa-ría dos horas antes de la citaque habían convenido, dandopie a un coro de gritos que tuvoa todo el personal de la comisa-ría ocupado media mañana encalmar los ánimos y en limpiarlos excrementos que se le ha-bían escapado a un señor quehabía ido a renovarse el docu-mento nacional de identidad yque casi había terminado aplas-tado por una vieja muerta. Contodo aquel circo, o teatro delocos como ya consideraba loque le sucedía últimamente, es-tuvo a punto de desmayarse.Una sensación de ahogo seapoderó de su pecho casi hastael extremo de derribarle delantede todos. A duras penas consi-guió respirar hondo permitiendoque su corazón calmase el trotedesquiciado que había empren-dido.

Justo recordaba el inci-dente mientras contemplaba ala asistente, Cristina Esperia,que estaba sentada en su des-pacho sujetando una taza de tilacon manos temblorosas, recu-perándose de la crisis nerviosaque había sufrido al ver elcuerpo, y a Simón, que perma-necía de rodillas junto a la chica,hablándola de cosas intrans-cendentes para intentar cal-marla del todo.

Sobre el escritorio habíaun barreño verde que, lenta-mente, se llenaba con el aguaque se filtraba por una gigan-

tesca gotera que había apare-cido en el techo. El InspectorJusto no entendía cómo podíahaber una gotera en la quintaplanta, pero después de lo aca-ecido con el cadáver de la viejay la asistente social, parecíaque no podría volver a expli-carse nada en la vida. Tomó airey con no poco esfuerzo, logródecidirse a reanudar las pregun-tas.

El interrogatorio se pro-longó dos horas más en las queJusto no fue capaz de recabarni un solo dato útil, salvo que lamuerta vivía sola, y que padecíauna serie de enfermedades queprobablemente habrían termi-nado con ella en un par deaños. No tenía enemigos, ni es-taba metida en asuntos extra-ños.

La chica estaba firmandola declaración en una esquinade la mesa, recibiendo salpico-nes del barreño que a aquellasalturas estaba casi rebosando,cuando Rodrigo irrumpió en eldespacho. Estaba empapadode pies a cabeza y tan sofocadoque tardó unos momentos enrecuperar el aliento y hablar.

—Buenos días —dijo Ro-drigo a Simón y a Justo como sila chica no estuviese—. ¿Po-déis hacerle un par de pregun-tas más a la testigo?

—Hágaselas ustedmismo, la tiene delante —con-testó exasperado Justo. Aquellachica había logrado sacarle dequicio, una pérdida de tiempohorrible que sólo serviría paraque el cadáver de la vieja per-maneciese más tiempo de lacuenta en la comisaría.

Rodrigo miró de reojo ala mujer y se quedó en silencio,cambiando el peso de un pie aotro mientras los demás le mira-ban.

Rodrigo 15:05

—Está bien —Rodrigoresopló incómodo. Abrió la mo-chila y extrajo la bolsa de plás-tico transparente con el gatoreanimado, situándolo a la al-tura de los ojos de la asistentesocial—. ¿Reconoce este ani-mal?

Las lágrimas acudieronen torrente a la cara de la mujer.Simón y Justo se llevaron lasmanos a la cabeza, hartos deaguantar llantinas. Pero Rodrigono apartó la mirada de ella, laslágrimas no le importabanmucho, además, según pudoobservar, la tristeza no era lacausa del disgusto de aquellamujer, si no que tal y como sos-pechaba había una mentira y elconsiguiente miedo oculto trasla misma. Repitió la pregunta:

—¿Reconoce este ani-mal?

Simón iba a intervenirpara pedirle a Rodrigo que ladejase en paz que allí no habíamás de dónde tirar, pero éste lehizo callar con un gesto de lamano.

La mujer, al verse acorra-lada redobló sus gimoteos.

—Señorita, si no res-ponde tendremos que detenerlacomo cómplice de asesinato,así que por favor, colabore.

Simón y Justo miraron aRodrigo como si hubiese per-dido el juicio, pero éste, una vezmás, les pidió silencio.

La chica, sin dejar de llo-rar, y totalmente aterrada ante elgiro de los acontecimientos,optó por responder:

—Le regalé ese gato aPrimitiva porque pensé que leharía bien, estaba muy sola,pero cuando se lo di estabavivo, no soy una loca que regalaanimales resucitados. Ella locuidaba muy bien pero el animalenfermó y a pesar de todas lasatenciones se murió y Primitivase deprimió mucho, sufrió una

Page 81: Ultratumba Nº33
Page 82: Ultratumba Nº33

82

barbaridad, quería al gato, asíque le dije que podía preguntara ver si alguien lo resucitaba,que lo pagaría yo porque lapobre mujer apenas tenía paracomer, y le pareció buena idea.Entonces fui a preguntar a unosamigos y me recomendaron aCarlos, me dieron su teléfono.Les dejé el gato a mis amigos yellos se lo dieron a Carlos,luego, al día siguiente lo trajeronya revivido. Al principio estababien, parecía como si no le hu-biese pasado nada, pero esocambió enseguida, el animalitoestaba cada vez más apático yencima se fue pudriendo muyrápido, pero bueno como Primi-tiva era medio ciega no se dabamucha cuenta, así que se loquedó de todas formas. Y lascosas siguieron como siempre,hasta que me la encontré comoles dije, muerta en el suelo, perojuro que yo no tengo nada quever, no sé quien le hizo eso aPrimitiva, juro que no sé nadamás por favor, no he hechonada, no me metan en la cárcel.

Ya no lloraba, pero si chi-llaba y suplicaba convertida endos gigantescos ojos azules irri-tados.

—No se preocupe, conque nos facilite los datos de losamigos que le pusieron en con-tacto con el tal Carlos será sufi-ciente —dijo Rodrigo impasibleante el despliegue de ruegos ygritos de la asistente social.

La chica suspiró aliviada,y aún entre hipidos y lloriqueos,aportó la información que lehabía pedido el policía.

—¿Qué está pasando?—Gonzalo el administrativoasomó la cabeza en el diminutoy atestado despacho. Teníacara de sueño y de malaleche—. Estáis montando unescándalo que se oye por todoel edificio. Dejad tranquila a estapobre chica —cambió el tono, y

amablemente se dirigió a laasistente—. Señorita, si quiereyo la acompaño a la salida.

Todos estaban estupe-factos por la inesperada inte-rrupción. La mujer se levantó ydespidiéndose con un escueto“hasta luego”, se fue hacia lasalida que le ofrecían. Por for-tuna, se dijo Rodrigo, ya habíaapuntado las direcciones de losamigos del hechicero y por elmomento, no debían seguir pre-sionándola.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Simón cuando oyó lospasos de Gonzalo y la chica ale-jarse por el pasillo.

—No lo sé, tendrá unahija de la edad de la subnormalesa y le habrá dado pena —res-pondió el Inspector—. Ahora porfavor salid de mi despacho, e ida comer. Esta tarde nos pasare-mos a ver a los amigos de laasistente y llamaremos al telé-fono del tal Carlos.

—Eso ya lo he hecho yojefe. Salta el mensaje de lacompañía telefónica avisandode que ese número no corres-ponde a ningún usuario. Habráque pedir un oficio para que nosden los datos del dueño, peroeso puede tardar meses, esaempresa es un auténtico desas-tre —dijo Rodrigo.

—Por cierto —dijo Simóninterviniendo en la conversa-ción—, bien hecho lo del interro-gatorio Rodrigo, ¿cómo sabíasque la chica tenía que ver con lodel gato resucitado?

—He estado esta ma-ñana en la casa de la muerta yhe visto que tenía unas muletasde esas que son como un taca-taca para ancianos y que habíadejado marcas por toda la casadado el tremendísimo sobre-peso de la fallecida. Tambiénhabía cuatro pares de gafasmuy gruesos repartidos por eldomicilio. Por otro lado, los úni-

cos números de teléfono quetenía apuntados (estaban en unpapel pegado a la nevera conun imán) eran los del hospital, elsupermercado y “Cristina asis-tenta”. Y por último, los vecinos,todos ellos inmigrantes chinos ysudamericanos, no la conocíanni la habían visto nunca. Enconclusión, teniendo presentestodos esos datos, era fácil cole-gir que a esa señora le costabamuchísimo trabajo moverse ypor tanto no salía de su casa. Aeso hay que añadir que no teníacontacto con nadie. Lo que llevaa plantearse las siguientes pre-guntas: ¿De dónde habría sa-cado un animal doméstico?¿Dónde había logrado encon-trar a alguien que lo resucitaseuna vez muerto?. Es cierto quehabía un anuncio en la casa,pero ese anuncio lo había lle-vado hasta allí la asistente, por-que la muerta no podría habercaminado por si misma hastaningún sitio para conseguirloaunque le hubiese ido en ello lavida. Hemos tenido suerte conque la asistenta no contactasecon el hechicero sólo a travésdel anuncio, de ser así, habría-mos perdido la pista.

—¿Tiene algo que ver elgato zombi con que la mata-sen? —preguntó nuevamenteSimón.

—Definitivamente sí. Norobaron nada, además, acce-dieron a la vivienda sin forzarninguna puerta y sin montar nin-gún escándalo, lo que me hacepensar que debieron decirla quevenían a “arreglar el gato”/ o aalguna otra cosa similar que yasospecho y que no quiero ade-lantar hasta que se confirme, deesa otra “cosa” también tiene larespuesta la asistente social,pero no era aún el momento depreguntarla, tendremos que se-guir investigando un poco. Loqué no sé aún es por qué lo de

Page 83: Ultratumba Nº33

83

los dedos y por qué a esa an-ciana en concreto, quizá debe-ríamos estudiar algo sobrerituales o cosas así. ¿Quéopina, Jefe? —dijo Rodrigo diri-giéndose al Inspector.

Éste no respondió, sehabía quedado dormido con lacabeza apoyada en la mesa delescritorio, emitiendo suavesronquidos.

Simón miró a Rodrigo, yen voz baja le dijo:

—¿Oye, tú has probadoeso de meter la mano de al-guien dormido en un recipientecon agua alguna vez?

—No, pero siempre hetenido curiosidad de ver si real-mente pasa algo extraordinario,y creo que sería un desperdiciono probarlo ahora que tenemoslos dos elementos esenciales:un idiota dormido, y un barreñolleno de agua.

—Estoy completamente

de acuerdo con usted SeñorSub-inspector.

Ambos ahogaron las car-cajadas con la mano y procedie-ron a poner a prueba su expe-rimento.

(Continuará)

Guillermo Gala Arias.

Page 84: Ultratumba Nº33