Un Conjunto DeArte Plumario Mexicano EnManurgaAlava-2653229

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Texto que narra sobre la importancia artística del arte plumario en américa latina durante la época prehispánica

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    Un conjunto de arte plumario mexicano enManurga (lava)

    FERNANDO R. BARTOLOM GARCA*

    El arte plumario fue una manifestacin artstica de gran importancia en laAmrica prehispnica. Su belleza y exotismo hizo que fuera adaptada por losconquistadores convirtindose en objetos de lujo dignos de la elite social y cul-tural del momento. Es por ello curioso destacar que en la iglesia de San Martnde Manurga se conserven dos interesantes piezas plumarias del siglo XVII conescenas de la Virgen y San Jos relacionadas con don Andrs Martnez deMurguia destacado comerciante afincado en Cdiz.

    Luma-artea garrantzi handiko adierazpen artistikoa izan zen Amerika prehispa-nikoan. Adierazpen horren edertasunaren eta exotismoaren ondorioz, konkistat-zaileek egokitu egin zuten, eta unean uneko elite sozial eta kulturalak bere eginzituen luxuzko objektu bihurtu ziren. Horregatik, nabarmentzekoa da SanMartn de Manurgako elizan bi luma-pieza interesgarri gordetzen direla, AmaBirjinaren eta San Joseren eszenekin, Andrs Martnez de Murguia jaunarekinloturikoak, Cadizen finkaturiko merkatari garrantzitsuarekin, alegia.

    Feather art was a very important artistic manifestation in pre-Hispanic America.Due to its beauty and exoticism the conquistadors adapted this art to luxuryitems for the social and cultural elite of the period. The church of San Martn deManurga has two interesting 17th century feather pieces with scenes of theVirgin and Saint Joseph associated with don Andrs Martnez de Murguia, well-known merchant who became established in Cadiz.

    Arte plumario, pluma, Amrica prehispnica, Mxico, Manurga, lava.

    Luma-artea, luma, Amerika prehispanikoa, Mexiko, Manurga, Araba.

    Feather art, feather, pre-Hispanic America, Mexico, Manurga, Alava.

    RESUMENLABURPENA

    ABSTRACT

    PALABRAS CLAVEHITZ KLABEAK

    KEY WORDS

    Sancho el Sabio, 28, 2008, 157-169

    * Universidad delPas Vasco

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    El arte plumario fue una expresin artstica de gran importanciay popularidad en la Amrica prehispnica, adaptada por losconquistadores para cubrir sus necesidades litrgicas, devocionales yartsticas, y que alcanz desde el siglo XVI un gran nivel de perfec-cionamiento en los talleres mexicanos de Tlaxcala, Tzintzuntzan yPatzcuaro. Es por eso curioso y digno de destacar que en la iglesia deSan Martn de Manurga se conserven dos piezas con escenas de laVirgen y San Jos con el Nio. La llegada de obras tan excepciona-les a estas tierras est siempre detrs de comitentes o benefactoresestablecidos en las colonias espaolas de ultramar, en la corte o enimportantes ciudades portuarias a las que llegaban productos exti-cos de Amrica y Oriente. Estos intrpidos hombres y mujeres estu-vieron dedicados al comercio, la administracin, el gobierno, lacarrera militar o la vida religiosa, y para remarcar su xito en suaventura por tierras lejanas, fundaron lujosas capillas dotadas de todotipo de objetos exticos rara vez vistos en sus pequeos pueblos ociudades de origen.

    La presencia de estas dos piezas en la iglesia de Manurga la debe-mos poner en relacin con don Andrs Martnez de Murgua, nacidoen esta localidad en 1654 y fundador de la capilla de Santo Cristo,junto al presbiterio, en el lado del Evangelio. Era hijo de JuanMartnez de Murgua y de Catalina de Zrate Guinea, naturales deMurgia y Manurga respectivamente. De este matrimonio nacierontambin Pedro y Mateo. Andrs y su hermano mayor, Pedro, se trasla-daron a Cdiz con apenas veinte aos para trabajar en la casa decomercio que haba fundado su to, el capitn Juan Senz de Murgua,un respetado y piadoso hombre de negocios que al morir sin descen-dencia, en 1687, dej como heredera de todo sus bienes a su mujer,Juana Conti, adems de fundar varias capellanas, una de ellas enManurga, dotada con ocho mil reales de renta, de la que nombrpatrn a Juan Martnez de Murgua. Aos despus, en 1691, testaba suviuda, Juana Conti, dejando como herederos de su fortuna a AndrsMartnez de Murgua y Francisco Senz de Zuazo. Estos dos herma-nos, Andrs y Pedro, tuvieron gran xito en los negocios, por lo querecibieron la Orden de Santiago en 1688. La fortuna de Andrsaument considerablemente tras la muerte de Pedro en 1703, convir-tindose en uno de los ms importantes hombres de negocios deCdiz, llegando a disponer de tres barcos propios para comerciar alpor mayor e innumerables bienes; su fama fue tal que muchos alave-ses confiaron en l para iniciar su carrera en Cdiz o en las Indias.Muri en Cdiz, el 14 de abril de 1732, con 78 aos y siendo uno delos comerciantes ms importantes de la ciudad. Con todas sus pose-siones fund un mayorazgo que dej en manos de su sobrino carnal,Toms de Asteguieta. Entre algunos de los bienes recibidos destaca elimpresionante palacio que haba mandado construir en Manurga, la

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    capilla del Santo Cristo de la misma localidad, varias casas y terrenosen Murgia, y cuatro casas en Cdiz (1).

    En agosto de 1700 se consegua la licencia para la construccin dela capilla en la que se fund la cofrada del Santo Cristo de laExpiracin, para la que se haba obtenido bula en 1715, pero que noqued protocolizada hasta el 24 de abril de 1724. Se nombr abad adon Francisco Ortiz de Zrate y mayordomo a don Toms deAsteguieta. Contaba adems con Bula Apostlica papal para los cofra-des que entraran en la capilla el 3 de mayo de cada ao. Tambin sehaban dispuesto unos estatutos de cinco captulos en los que se enu-meraban las obligaciones de los cofrades, y para su mantenimiento secontaba con los rditos de un capital invertido de 14600 reales (2). Lacapilla propiamente dicha est junto al altar mayor y consta de dos tra-mos, uno sobre cpula de pechinas decorada con estructuras geom-tricas y el segundo cubierto por la tradicional bveda de arista rema-tado en su clave por un florn. Se abre al presbiterio para que lospatronos pudieran seguir el oficio y al exterior de la iglesia medianteuna puerta, hoy cegada. Tambin dispona de sacrista propia, de plan-ta rectangular, cubierta por bveda de arista y rematada por un florn.La posesin de esta capilla queda confirmada con el escudo de losfundadores y con tres letreros que cuelgan de sus paredes en los quese recogen datos relativos a indulgencias y a sus propietarios. Laentrada principal queda cerrada por una espectacular reja barroca demedio punto, compuesta por dos cuerpos y remate semicircular; elinferior se abre a una puerta a dos batientes y en el superior destacaun gran rosetn en el que los barrotes aparecen dispuestos radialmen-te, llevando un remate semicircular de barrotaje radial que parte delanagrama IHS. Sigue el modelo empleado para la reja de la capillade Pedro Muiz de Godoy en la Catedral de Crdoba y para la de SanJuan de Sahagn, de la parroquia de San Martn de Valladolid, obrasdel importante rejero castellano Matas Ruiz.

    Esta capilla de San Juan est dotada de un rico ajuar mueble.Dispone de un retablo mayor en la cabecera, un buen ejemplar churri-gueresco realizado a principios del siglo XVIII, probablemente hacia1720. Consta de banco, un nico cuerpo, dividido en tres calles porcuatro columnas salomnicas, que sustentan un potente entablamentosobre el que descansa un gran tico semicircular rematado por uncurioso tondo con la figura de Dios Padre bendiciendo, flanqueado

    (1) GARMENDIA ARRUEBARRENA, J., Un arcediano alavs en Cdiz y el testamen-to de Andrs Martnez de Murgua Sancho el Sabio, 7, 1997, pags. 357-368. GARMEN-DIA ARRUEBARRENA, J., Los Martnez de Murgua comerciantes con las Indias,BRSBP, T. 3-4, 1988, pags. 425-451.VIDAL-ABARCA, J., Panorama Geogrfica-Histrica, en PORTILLA, M., y Otros, Catlogo Monumental Dicesis de Vitoria, TomoIX, El valle de Zuia y las tierras de Legutiano, Vitoria, 2007, pgs. 87-88.(2) PORTILLA, M., y Otros, Catlogo Monumental, Dicesis de Vitoria, tomo VIII,Vitoria, 1995, Pgs 369-694.

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    160(3) TABAR ANITUA, F., Barroco importado en lava, escultura y pintura, Vitoria,1995, pg. 135

    por dos ngeles con smbolos de la pasin sentados sobre un frontncurvo partido. Est presidido por un interesante Cristo crucificadoacompaado por las tallas de la Virgen y San Juan en las calles late-rales. El retablo parece haber sido realizado en estas tierras, a la medi-da de las tres imgenes que lo completan y que nada tienen que vercon lo que, por estas fechas, se produce en esta zona. Son tres tallasimportadas de excelente factura y gran naturalismo: la imagen deCristo parece inspirada en la esttica italianizante andaluza de pro-funda huella en la plstica granadina cercana a la esttica de JosRisueo; las de la Virgen y San Juan siguen en la misma lnea, decanon alargado aunque algo ms movidas. Sus rostros y extremidadesmuestran una expresin contenida, con pieles brillantes y amarfiladosque contrastan con la tez plida de un Cristo ya moribundo.

    En la sacrista de la misma capilla se conserva una vistosa cajoneracon ocho cajones y dos alacenas, decoradas con una talla de carnososroleos vegetales que se acompaa de finos tiradores de forja. El res-paldar est decorado con dos espejos con sus respectivos marcos yrematado por una crestera de volutas, con pinculos y bolas; en elcentro se colocaba un Cristo de marfil, del siglo XVII y origen filipi-no, hoy en el Museo Diocesano de Arte Sacro. Es una figura muy rgi-da, de anatoma desproporcionada y de rasgos chinescos. Se repre-senta expirante, con la cabeza ligeramente ladeada y ojos entreabier-tos, larga melena que cae sobre los hombros, barba negra y pao depureza anudado a la derecha. De la capilla cuelgan seis interesanteslienzos de finales del XVII o principios del XVIII, con marcos origi-nales de hojas de talla a lo canesco, representando El Sueo de SanJos, Descanso en la Huida a Egipto, Jess y San Pedro, el Bautismode Cristo, Jess y la Samaritana y la Aparicin de Jess a laMagdalena. Son pinturas importadas, muy correctas en lo que a latcnica se refiere, con buenas composiciones y llenas de dulzura ydinamismo, que el profesor Fernando Tabar ha considerado de origenitaliano y en relacin con el estilo de Carlo Maratta (3).

    En relacin con los patronos de esta capilla, don Andrs Martnezde Murgua y su hermano Pedro, hay que poner varias piezas de orfe-brera de origen mexicano conservadas en la iglesia: un magnificocliz decorado con hojas, cabezas aladas, costillas y gallones; una cus-todia del mismo taller con un viril al que se le han aadido unos rayosms largos y una campanilla de algn servicio de altar perdido. A losmismos comitentes se les debe un incensario, naveta y cuchara hoyperdidas y varios ornamentos, entre los que se incluyen dos casullas yun esplndido palio del siglo XVIII, probablemente procedente deManila, bordado en seda y repleto de motivos decorativos vegetales y

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    Lmina 1 Manurga. Inmaculada Concepcin (Fotos Laura Calvo)

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    animales. Sin embargo, fueron muchos ms los objetos de culto yparamentos litrgicos enviados por estos dos hermanos a su iglesianatal y de los que hoy slo queda constancia en los inventarios debienes de la parroquia.

    Como ya hemos comentado, las dos piezas de arte plumario queaqu presentamos debemos ponerlas en relacin con estos importantesbenefactores y comerciantes. Estas dos obras son fruto de sus trans-acciones con productos exticos procedentes de Amrica, lo mismoque los Cristos de marfil filipinos y el resto de objetos importados quecontiene esta parroquia. No hay duda de que buscaban productosextraos y poco vistos por estas tierras con los que deslumbrar a lafeligresa y al resto de los poseedores de capillas, buscando destacaren el ambiente social de sus localidades de origen.

    El arte de la pluma es una constante de las culturas indgenas yconstituye una manifestacin del sentido esttico de estas poblacionesy de su equilibrio y comunicacin con la naturaleza (4). De esta sim-biosis nace el arte plumario con toda su riqueza tcnica y cromtica,un mundo de vistosidad y color que deslumbr a los primeros euro-peos que tomaron contacto con estas culturas. No es de extraar quequisieran adaptarlo a su contexto cultural y artstico y que enviaran asus tierras de origen exticas colecciones plumarias. Esta expresinartstica haba alcanzado en el mundo prehispnico un gran nivel deperfeccionamiento, por lo que fue considerada por encima de lasdems artes mecnicas. Son muchos los relatos y crnicas que cuen-tan la importancia que alcanz, y cmo los recin llegados se apro-piaron de este arte desconocido en Europa.

    El amantecyotl o trabajo del mosaico de la pluma lo realizaban losamantecas o plumajeros. Este nombre tiene su origen en Amantla,barrio de la Antigua Tenochtitlan en el que residan estos maestros. Suprestigio fue tal que gozaron de privilegios especiales, como el de quesus hijos se pudieran formar junto con los vstagos de las clases msaltas, donde aprendan todos los oficios artsticos y mecnicos. Para

    (4) Para profundizar en el tema es de necesaria consulta: CARCER DISOLIER, M.,Ejemplares de arte plumario mexicano, Revista Mexicana de Estudios Antropolgicos,Mxico, 1949, pgs. 99-113. FERDINAND, A.; DE LA MAZA, F.; CASTELLO YTUR-BIDE, T.; MARTNEZ DEL RO DE REDO, M. J., Tesoros de Mxico. Arte plumario yde mosaico. Artes de Mxico, ao XVII, nm. 137, Mxico, 1960, MARTNEZ DEL RODE REDO, M. J., La plumaria mexicana, en Buenavista de Indias, Junio, 1992, v. 1,nm. 3, Sevilla. ESTERAS MARTN, C., Una obra plumaria de los talleres de San Josde los Naturales, en arte y coercin. Primer Coloquio del Comit Mexicano de Historiadel Arte, Mxico, UNAM, 1992, pgs. 97-108. CASTELL YTURBIDE, T.; CORTINA,M.; MARA Y CAMPOS, T.; CUE, A.; IRMGARD, J.; MARTNEZ DEL RO DE REDO,M. J.; MAPELLI, C.; OLVIDO, M.: El Arte plumaria en Mxico, Mxico, 1993. ESTRA-DA DE GERLERO, E. I., La plumaria, expresin artstica por excelencia en Mxico enel mundo de las colecciones de arte, vol. 1, Mxico, 1994, pgs. 73-117. ESTRADA DEGERLERO, E. I., El arte plumario colonial novohispano y el grabado europeo. Un ejem-plo de integracin, Nuevo Mundo Mundos Nuevos, N 6, 2006.

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    Lmina 2 Manurga. Inmaculada Concepcin (detalle)

    su formacin disponan de libros ilustrados de gran belleza descritospor Fray Diego Durn y Fray Bernardino de Sahagn (5). Estosmanuscritos fueron quemados por el celo catlico de los primeros reli-giosos que vieron en ellos una amenaza, pensando que se trataban delibros rituales paganos. La prdida de estos valiosos textos no supusola desaparicin de este arte, que fue asumido y fomentado por lasescuelas conventuales anexas a los monasterios. De aqu salieron lujo-sos trabajos destinados a las necesidades litrgicas de la Iglesia, quepor su exquisitez y exotismo hicieron las delicias de los nuevos habi-tantes de estas tierras y de viajeros y comerciantes, ansiosos de hacer-se con mercancas desconocidas en la vieja Europa.

    (5) SAHAGN, Fray B., Historia general de las cosas de la Nueva Espaa, 1955, t II, p.167. DURN, Fray D., Historia de las Indias de la Nueva Espaa e islas de tierra firme,1967, t I, p. 191.

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    En la elaboracin de estos trabajos intervenan distintos profesiona-les: el dibujo empleado por los amantecas lo sola realizar un tlacuilo.Este artesano poda incluso policromar algunas zonas que quedabansin cubrir por las plumas. Su mano en la ejecucin del dibujo no erademasiado diestra, por lo que, cuando la calidad del mismo es buena,se piensa en la intervencin de un artista europeo. Tambin exista laposibilidad de que la pluma se pudiera colocar sobre un grabado o unaxilografa. Una vez conseguido el dibujo, entraban en accin losamantecas. Si la obra era de buenas dimensiones trabajaban en equi-po; si por el contrario, era pequea, las manos se reducan. La tcnicaempleada consista en cortar las plumas grandes en el tamao ade-cuado mediante finas navajas de obsidiana. El corte se realizaba sobreuna tabla, y con unas pinzas se iban pegando sobre el dibujo. La mate-ria prima proceda de las plumas de aves exticas, y entre las msempleadas estuvieron las de papagayo, quetzal, chamulli, cuitlalexotliy xiuhttotl. Se cazaban y recogan con especial cuidado para nodaar a las plumas, e incluso en las casas ms poderosas se criabancon gran esmero y dedicacin. Este delicado producto se venda en eltinguez junto con todo tipo de objetos preciosos, y su valor era talalto como el del oro o el cacao. En los tesoros que Hernn Cortsenvi al emperador haba infinidad de trabajos de plumaria prehisp-nica. l mismo en sus cartas hace alusin a estos tesoros, y comoMontezuma dispona de magnificas colecciones plumarias como si deoro o plata se tratara. El propio Carlos V obsequi a su pariente elarchiduque Fernando del Tirol con algunas piezas para la Cmara deMaravillas que dispona en su castillo de Ambras (Austria). Felipe IIy su hijo Felipe III guardaban entre sus joyas y rarezas obras de plu-mera. Ilustres coleccionistas de objetos exticos, en las que no pod-an faltar estas exquisiteces plumarias, fueron tambin las del archidu-que Rodolfo II de Praga, el Duque de Baviera o doa Mara deAragn. Algunas de las obras ms delicadas fueron destinadas a colec-ciones papales como la Misa de San Gregorio, hoy en el Museo de losJacobinos de Auch (Francia), que fue enviada por el gobernador ind-gena don Diego Alvarado Huanitzin al pontfice Paulo III en 1539.Nunca lleg a su destino, pues probablemente cayera en manos dealguno de los muchos corsarios que deambulaban por el Ocano, aun-que lo nico que se sabe con certeza es que en 1987 un vendedor deropa vieja parisino lo llev a una sala de ventas previendo el enormevalor del objeto. Tambin el papa Clemente VII recibi del dominicoFray Domingo de Betanzos delicados trabajos. Por su parte, los fran-ciscanos regalaron a Sixto V una imagen de su patrn. A todos estosregalos hay que aadir los enviados por particulares a sus iglesiaslocales, conventos y capillas (6).

    (6) CASTELL, T.; CORTINA, M.; MARA Y CAMPOS, T.; CUE, A.; IRMGARD, J.;MARTNEZ DEL RO, M.; MAPELLI, C.; OLVIDO, M.: El Arte plumaria en Mxico,Mxico, 1993.

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    165Lmina 3 Manurga. San Jos con el Nio

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    Fueron muchas las obras realizadas con este arte, la mayora confines litrgicos y temas religiosos, todos ellos ejecutados bajo la vigi-lancia de celosos frailes que encontraban en estas obras la simbiosisperfecta entre las tradiciones indgenas y la evangelizacin. La versa-tilidad tcnica de este arte permiti su adaptacin a infinidad de obje-tos: imgenes, retablos, relicarios o sacras fueron algunos de los tra-bajos llevados a cabo. Donde tuvo especial desarrollo fue en los con-juntos de ornamentos sagrados: casullas, manpulos, cubreclices,mitras e nfulas se cubrieron de vistosas plumas convirtindose enobjetos de un exotismo y belleza insuperable.

    Una vez realizado este breve acercamiento al tema, debemos anali-zar los dos cuadros que se conservan en la iglesia de Manurga.Forman un conjunto temtico, ya que juntos hacen referencia a laSagrada Familia, por un lado la Virgen y por otro San Jos con el Nio(0,31 x 0,43 m). Las dos piezas son de finales del siglo XVII, estnrealizadas en papel de Amate, extrado de una higuera de las regionesclidas de Mxico y fabricado por los indgenas con la albura delmismo rbol. Sobre este material se hace el dibujo y se pegan las plu-mas para posteriormente colocar la lmina sobre una plancha de cobreque sirve de base y apoyo. Los dos cuadros llevan cristal moderno ymarco de roble sin decorar con un perfil compuesto por filo, canto yentrecalle, que probablemente haya sustituido al original. El estado deconservacin no es muy bueno; algunas plumas se han movido o des-integrado y la mayor parte de ellas han perdido el cromatismo origi-nal quedando muy apagadas y descoloridas.

    La Virgen se representa como Inmaculada Concepcin enmarcadapor una banda decorada con motivos geomtricos y vegetales, mien-tras que el fondo se cubre con plumas oscuras y las decoraciones conotras ms claras y de tonalidad verdosa, para terminar rematando lasesquinas con trboles de cuatro hojas con una diminuta lmina de oroen cada una (Lms 1-2). La imagen se vuelve a enmarcar por otrafranja lisa sin decorar y por una delgada tira de oro. La Virgen apare-ce con las manos juntas en posicin de orar y apoyada en un crecien-te lunar con las puntas hacia abajo. Viste tnica y manto, tiene rostrosereno con larga cabellera que cae sobre sus hombros y una gran aure-ola de rayos dorados que la ilumina. Toda la imagen est delineada porfinas tiras de oro a modo de cenefa, sus ropas se cubren con plumasmarrones salvo el envs y el rostro y las manos se elaboran con otrasms claras y luminosas. Como es habitual en la representacin de laTota Pulchra, la Virgen est rodeada de nubes, letanas y smbolosmarianos entre los que se distinguen: el sol y la luna, el narciso, laazucena, la torre de David, la fuente, el pozo de agua, la iglesia, y lapalmera. Todo ello se cubre con variedad de plumas, y aunque hoyestn muy apagadas, todava se distinguen tonalidades rosas, verdes ymarrones. La composicin se remata con el Espritu Santo en formade paloma inscrito en una orla radiante y Dios padre bendiciendo conaureola dorada.

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    Lmina 4 Manurga. San Jos con el Nio (detalle)

    Casi idntico es el cuadro de San Jos con el Nio, un santo quealcanz gran popularidad durante la Edad Moderna en Espaa graciasa los escritos de Santa Teresa (Lms. 3-4). Esta enmarcado del mismomodo que la Virgen por una banda decorada con motivos geomtricosy vegetales, cubierta por diversidad de plumas y encuadrado con unfino galn de oro. En el centro se representa al Santo, siguiendo loscnones contrarreformistas, como un hombre de mediana edad, conbarba y pelo castao, del mismo modo que lo describa Milanus. Vistetnica y manto delineados por finas tiras de oro y cubierto por plumasmarrones salvo el envs, donde toman protagonismo los tonos claros.Con sus brazos sostiene al Nio y la vara florida que lo identificacomo el elegido y que se convirti en su atributo personal. Padre ehijo se miran con complicidad y cario; sus rostros se iluminan porsendos nimbos resplandecientes conseguidos mediante el empleo definsimas lminas de oro. Para todas las encarnaciones se utilizan plu-mas de tonalidades claras con las que se aporta mayor verismo a laescena. El Nio seala a su padre con su mano derecha como camino

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    de perfeccin, mientras que con la izquierda sujeta lo que podra serun pajarito. Sobre l desciende el Espritu Santo en forma de palomacon la intencin de coronarlo. La escena parece transcurrir en unaestancia invadida por las nubes, en cuyo interior se adivina una mesacon mantel sobre la que se coloca un jarrn con flores, como las quese esparcen a los pies del santo, todas ellas relacionadas con la Virgeny la castidad.

    Las dos piezas parecen salidas del mismo taller, tienen la esponta-neidad propia de las obras novohispanas, dibujadas por un tlacuilo yrematadas con el preciso trabajo de los amantecas. El enmarcado demotivos geomtricos y vegetales es muy propio de muchas obras delsiglo XVII con las que tambin se coincide en el tema; en concreto enel Museo de Amrica se conserva un ejemplar de San Jos con el Niocasi idntico al que se conserva en Manurga.

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