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COSTA RICA: 1986 UNA DEMOCRACIA AMENAZADA MANUEL ROJAS SOLANOS Desmenuza el autor los antecedentes que explican el tono de la campaña y resultados electorales. Entre los antecedentes destaca tres: la crisis eco- nómica, la evolución del Partido liberación Nacional y el influjo de los Estados Unidos en la contención la crisis. Efectivamente, dentro del clima de estabilidad política que carac- teriza la moderna democracia costarri- cense, las conquistas reformistas del Punido Liberación Nacional, keyne- siano en economía, debieron evolucio- \ hacia el nealiberalismo por motivo la crisis económica. Los Estados Unidos apoyaron este cambio y el go- I Memo saliente pudo ufanarse de haber contenido la crisis. La campaña se ins- \ en este contexto y por ello se u/o a un debate que no afrontó los \ fundamentales, privilegió el \marketing político y, desde el Partido Liberación, capitalizó el afán de paz y el repudio de la guerra como solución [al Conflicto Regional por parte de una i mayoría de costarricenses. Señala el I autor el influjo de los sondeos en la lekboración de los discursos políticos, leí clima de beligerancia ideológica en \torno al conflicto del Itsmo, clima ati- bado por la versión unilateral de los {grandes medios y pone en perspectiva leí futuro de la democracia en Costa \Rica, constreñida a un modelo formal I por la crisis económica y el conflicto Mía Región. D esde finales de la década ante- rior, Costa Rica, al igual que las demás sociedades centroamerica- nas, entró en una etapa de abierta cri- sis económica. Los precios crecieron aceleradamente, hasta alcanzar la infla- ción en 1982 el punto más alto en lo que va de la década: 81.8 por ciento. Los salarios promedio reales decrecie- ron aproximadamente el 42 por ciento entre 1979 y 1982; el desempleo aumen- (8.5 por ciento para el desempleo abierto y 21.8 por ciento para la subuti- lización total de la mano de obra); la producción descendió hasta llegar al —7.3 por ciento en 1982; la moneda na- cional, el colón, se devaluó cerca del 600 por ciento; las exportaciones y las importaciones descendieron ese año a niveles similares a los de la segunda mi- tad de la década anterior. Sin embargo, la sociedad costa- rricense ha logrado conservar una gran estabilidad política, sobre todo si se la compara con la situación del resto de A pesar de la crisis económica, la sociedad costarricense ha conservado una gran estabilidad política. En este sentido, la crisis en lo político ha asumido una forma larvado . los países del Istmo, desgarrados por profundas luchas intestinas. Esto no sig- nifica ausencia de conflictos sociales ni de perturbaciones políticas, pero unos y otras han podido mantenerse dentro de límites manejables para el sistema. En ese sentido es posible afirmar que en Costa Rica la crisis ha asumido, en el plano de lo político, una forma larvada. Varias son las causas que explican esta situación: en primer lugar, entre 1948 y 1978, la sociedad costarricense pasó por un largo período de auge eco- nómico y reformismo político que le permitió elevar substancialmente el nivel de vida de amplios sectores sociales: los salarios reales crecieron moderada pero constantemente entre 1950 y 1970; se mejoraron los servicios de salud y educación; y, en general, el Es- tado mostró una sostenida preocupa- ción por las llamadas funciones de le- gitimación, lo que significó creación de instituciones y programas, con una considerable elevación de los gastos so- ciales del sector público. Todo esto auna- do a la existencia de un régimen de li- bertades públicas bastante desarrollado, a un perfeccionamiento sostenido del mecanismo democrático de elección de gobernantes, y a la ausencia institucio- nal del ejército. Ello favoreció la canalización ins- titucional del conflicto, inhibiendo los enfrentamientos abiertos entre clases sociales, y otorgando a la "democra- cia" costarricense una legitimidad sor- prendente en un contexto regional donde lo normal ha sido la presencia de regímenes de fuerza, y la margina- lidad política y social de amplios sec- tores sociales. ensayos I 19

Una democracia amenazada

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MANUEL ROJAS SOLANOS COSTA RICA: 1986 ensayos I 19 La estrategia de contención de la crisis dio inicio a una nueva etapa caracterizada por el creciente influjo del gobierno de los Estados Unidos y de los organismos financieros internacionales . 20 I ensayos _____^___^^_^__ alcanzada durante los últimos años del gobierno de Luis Alberto Monge (1982- 1986), fue posible gracias a la copiosa ayuda externa que le fue proporciona- da, fundamentalmente por el gobierno

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Page 1: Una democracia amenazada

COSTA RICA: 1986

UNA DEMOCRACIAAMENAZADA

MANUEL ROJAS SOLANOS

Desmenuza el autor los antecedentesque explican el tono de la campaña y

resultados electorales. Entre losantecedentes destaca tres: la crisis eco-nómica, la evolución del Partidoliberación Nacional y el influjo delos Estados Unidos en la contención

la crisis. Efectivamente, dentro delclima de estabilidad política que carac-teriza la moderna democracia costarri-cense, las conquistas reformistas delPunido Liberación Nacional, keyne-siano en economía, debieron evolucio-

\ hacia el nealiberalismo por motivola crisis económica. Los Estados

Unidos apoyaron este cambio y el go-I Memo saliente pudo ufanarse de habercontenido la crisis. La campaña se ins-

\ en este contexto y por ello seu/o a un debate que no afrontó los

\ fundamentales, privilegió el\marketing político y, desde el PartidoLiberación, capitalizó el afán de paz yel repudio de la guerra como solución

[al Conflicto Regional por parte de unai mayoría de costarricenses. Señala elI autor el influjo de los sondeos en lalekboración de los discursos políticos,leí clima de beligerancia ideológica en\torno al conflicto del Itsmo, clima ati-bado por la versión unilateral de los{grandes medios y pone en perspectivaleí futuro de la democracia en Costa\Rica, constreñida a un modelo formalI por la crisis económica y el conflictoMía Región.

D esde finales de la década ante-rior, Costa Rica, al igual que lasdemás sociedades centroamerica-

nas, entró en una etapa de abierta cri-sis económica. Los precios crecieronaceleradamente, hasta alcanzar la infla-ción en 1982 el punto más alto en loque va de la década: 81.8 por ciento.Los salarios promedio reales decrecie-ron aproximadamente el 42 por cientoentre 1979 y 1982; el desempleo aumen-tó (8.5 por ciento para el desempleoabierto y 21.8 por ciento para la subuti-lización total de la mano de obra);la producción descendió hasta llegar al—7.3 por ciento en 1982; la moneda na-cional, el colón, se devaluó cerca del600 por ciento; las exportaciones y lasimportaciones descendieron ese año aniveles similares a los de la segunda mi-tad de la década anterior.

Sin embargo, la sociedad costa-rricense ha logrado conservar una granestabilidad política, sobre todo si se lacompara con la situación del resto de

A pesar de la crisis económica,la sociedad costarricense ha

conservado una granestabilidad política.

En este sentido, la crisis en lopolítico ha asumidouna forma larvado .

los países del Istmo, desgarrados porprofundas luchas intestinas. Esto no sig-nifica ausencia de conflictos sociales nide perturbaciones políticas, pero unosy otras han podido mantenerse dentrode límites manejables para el sistema.En ese sentido es posible afirmar que enCosta Rica la crisis ha asumido, en elplano de lo político, una forma larvada.

Varias son las causas que explicanesta situación: en primer lugar, entre1948 y 1978, la sociedad costarricensepasó por un largo período de auge eco-nómico y reformismo político que lepermitió elevar substancialmente el nivelde vida de amplios sectores sociales:los salarios reales crecieron moderadapero constantemente entre 1950 y1970; se mejoraron los servicios desalud y educación; y, en general, el Es-tado mostró una sostenida preocupa-ción por las llamadas funciones de le-gitimación, lo que significó creaciónde instituciones y programas, con unaconsiderable elevación de los gastos so-ciales del sector público. Todo esto auna-do a la existencia de un régimen de li-bertades públicas bastante desarrollado,a un perfeccionamiento sostenido delmecanismo democrático de elección degobernantes, y a la ausencia institucio-nal del ejército.

Ello favoreció la canalización ins-titucional del conflicto, inhibiendo losenfrentamientos abiertos entre clasessociales, y otorgando a la "democra-cia" costarricense una legitimidad sor-prendente en un contexto regionaldonde lo normal ha sido la presenciade regímenes de fuerza, y la margina-lidad política y social de amplios sec-tores sociales.

ensayos I 19

Page 2: Una democracia amenazada

Ia crisis ha producido un desme-joramiento de las condiciones de

^ vida de los sectores medios, delcampesinado y de los trabajadores delcampo y de la ciudad; sin embargo,puesto que en el pasado reciente elEstado fue relativamente efectivo pararesponder a las demandas de los secto-res sociales subalternos, la mayoríade los costarricenses aún parece mante-ner su confianza en la posibilidad deuna resolución más o menos rápida dela crisis y de un retorno a los niveles devida anteriores a 1979. En ese sentido,el peso del pasado sigue aún determi-nando las visiones de los costarricensessobre los orígenes de la crisis y sus posi-bles formas de solución, al margen delos cambios que están ocurriendo, yque posiblemente arrojarán en la próxi-ma década una sociedad y un Estadomuy diferentes a los del período de pre-crisis.

En segundo lugar, entre 1982 yprincipios de 1986, la crisis económicapudo ser contenida artificialmente, re-forzando las imágenes del pasado,con la consiguiente renovación de laesperanza en los partidos políticos tra-dicionales y en sus promesas de solu-ción a corto plazo de los problemas.

En efecto, la situación del país afinales de 1985 era considerablementemejor que la de 1982. Había descendi-do la inflación, situándose en un 10.9por ciento; los salarios reales recupera-ron parte del poder adquisitivo perdi-do; descendió la tasa de desempleoabierto, y la producción había nueva-mente crecido después de 1982. ¿Ha-bía ocurrido un milagro?

A riesgo de sobresimplificar, sepodría decir que la contención de lacrisis, con la consiguiente estabilidad

El peso del pasadoinstitucionalista determina

todavía la visión de loscostarricenses sobre el origen

de la crisis y sus posibles formasde solución .

alcanzada durante los últimos años delgobierno de Luis Alberto Monge (1982-1986), fue posible gracias a la copiosaayuda externa que le fue proporciona-da, fundamentalmente por el gobierno

20 I ensayos _____^___^^_^__

de los Estados Unidos. Según datos delDepartamento de Estado, entre 1982y 1985, Costa Rica recibió asistenciaeconómica por valor de 643 millones dedólares, aproximadamente. De ese total,el 73 por ciento iba dirigido hacia ellogro de la estabilización económica(Edelman, 1985:41).

Esa estrategia de contención de lacrisis también marcó el inicio de unanueva etapa en el país, caracterizadapor la creciente influencia del gobiernode los Estados Unidos y de los organis-mos financieros internacionales, en ladefinición de las políticas económico-sociales del gobierno, y en el manejode las relaciones exteriores, sobre todoen lo que atañe a Nicaragua y al conflic-to regional. Desde entonces el paísse ha tornado más dependiente en loeconómico, y menos soberano en lopolítico; además de que ha entrado enuna vía de modificaciones en la estruc-tura económica de la sociedad y en elámbito estatal, cuyas consecuencias ape-nas comienzan a ser observables.

La estrategia de contenciónde la crisis dio inicio a una

nueva etapa caracterizada porel creciente influjo del gobiernode los Estados Unidos y de los

organismos financierosinternacionales .

Sin embargo, la AdministraciónMonge no llevó hasta sus últimasconsecuencias los cambios sugeri-

dos por el FMI, el Banco Mundial yla1 AID, quizá por el temor a desatarun clima incontrolable de protesta so-cial, como lo dejó entrever el movi-miento contra las alzas de las tarifaseléctricas, ocurrido en junio de 1983.Por supuesto que también pesaba elpasado reformista de las principalesfiguras del gobierno. En todo caso,logró atenuar las demandas de presta-mistas y donantes, dando "como resul-tado una especie de híbrido entre lavisión ortodoxa de la economía y elmodelo de desarrollo vigente en elpaís en el período anterior a la crisis"(CEPAS, 1985:6).

En el plano de lo externo, estasolución de compromiso se refleja enla proclama de neutralidad lanzada en

Osear Arias: al Estado no puede seguir en-ciendo al ritmo que creció en el pasado

noviembre de 1983, mediante la cuald|país se declaró neutral en los conflic-tos armados entre otros estados, peroabsolutamente beligerante en el campoideológico.

Finalmente, desde 1982 Costa Ri-ca vive una situación de enfrentamien-to con al régimen sandinista, enfrenta-miento que es en su mayor parte induci-do por los Estados Unidos, sin que elpaís pueda, dentro de la lógica que priva en los hombres de gobierno, actuaren forma diferente, so pena de perdeila ayuda financiera, el acceso a los mer-cados norteamericanos y el apoyo enlas rondas de negociación de la deudaexterna. Las supuestas o reales agresio-nes del sandinismo, además, han servido para montar una campaña de exacer-bación del patriotismo, que raya en lixenofobia; que crea falsos enemigosinternos (como los campesinos quemandan tierras o los trabajadores quepiden mejores condiciones salariales);que llama a la defensa de la democra-cia, pero despojando al concepto dttoda referencia a la igualdad económi-ca, y que asocia esta defensa con la delos valores de la libre empresa y e!mercado.

Democracia y estabilidad políti-ca in abstracto, son presentadas comovalores intrínsecos de la nacionalidadcostarricense, frente a "pueblos levan-tiscos", como los del resto de la región,acostumbrados a solventar sus conflic-1

tos violentamente. En el fondo lo quese maneja es el par civilización-barba-rie, con las connotaciones ideológicasy políticas que tal presentación iraplica.

Page 3: Una democracia amenazada

LAS ELECCIONES DE 1986

En tal contexto se desarrollaronlas elecciones del domingo 2 defebrero de 1986. Como era de

esperar, los costarricenses acudieronmasivamente a las 6.751 urnas electo-rales establecidas a lo largo y a lo an-cho de este pequeño país, de 51.100kilómetros cuadrados y poco más de2.5 millones de habitantes. En un am-biente plagado de banderas y de tranqui-lidad, depositaron el voto por el candi-dato de su preferencia, en las eleccio-nes que normalmente se realizan cadacuatro años para elegir presidente dela República, vicepresidentes, diputadosymunícipes.

De 1.486.474 1 votantes potencia-les (el 50.4 por ciento hombres y elresto mujeres), votaron 1.216.300, loque arroja un porcentaje de abstencio-nismo de 18.2 por ciento. Del total devotos válidos para presidente (1.185.2 22 )el candidato del Partido Liberación Na-cional (PLN), Osear Arias Sánchez,

Democracia y estabilidadpolítica in abstracto son

presentadas como valoresintrínsecos de la nacionalidad

costarricense, frente a "puebloslevantiscos " —el resto de laregión— acostumbrados asolventar sus problemas

violentamente .

resultó triunfador, con el 52.3 por cien-to de los votos, frente a un 45.8 porciento alcanzado por el candidato delPartido Unidad Social Cristiana(PUSC), Rafael A. Calderón.

Los restantes cuatro candidatos,entre los que se contaban dos de izquier-da, Rodrigo Gutiérrez de Alianza Po-pular y Alvaro Montero de la CoaliciónPueblo Unido, apenas alcanzaron el

11.9 por ciento del total de votos váli-dos, lo que señala un desmedido apoyo

1. Del total de votantes potenciales,el 68.1 por ciento lo conforma-

kn personas entre los 18 y 39 años de\tU. En Costa Rica el 49 por cientok la población, aproximadamente, vi-

ve en áreas urbanas; el resto en áreasmíales.

para las fórmulas tradicionales de lapolítica costarricense.

En lo que se refiere a diputados,también el PLN obtuvo una aplastan-te victoria, con el 47.8 por ciento deltotal de votos válidos, eligiendo a 29diputados de un total de SJ; mientrasque el PUSC eligió 25 diputados, y lasdos agrupaciones de la izquierda y elPartido Agrícola Cartaginés, uno cadauno.

Una vez más la sociedad costa-rricense había dado muestras de la le-gitimidad de la democracia como for-ma de elección de los gobernantes,en medio de la peor crisis económicade su historia. Como cada cuatro años,se había cumplido con el ritual estable-cido, pero esta vez había adquirido elcarácter de un exorcismo colectivo y elfuturo se veía con optimismo, libre delos demonios de la miseria, el desem-pleo, la violencia y la incertidumbre.El gobierno saliente había proclamado

CJTWO

la muerte de la crisis; el nuevo anun-ciaba un futuro promisorio. Pero lasexpectativas de mayor bienestar pron-to se estrellarían contra el muro de lasduras realidades.

En el fondo lo que se mane/aes el par civilización-barbarie

con las connotacionesideológicas y políticas que tal

presentación implica

LOS ACTORES POLÍTICOS

En las elecciones de 1986 parti-ciparon seis partidos con candi-daturas para presidente y vicepre-

•M0E5BU0JOCAMBAR P6_CABALLO AMITAP DEL RIO"

SOBRETODOSILOSJ/VETTS

SOHBUENOSy

CCHOC'OOS

SOBKETOPO SI YA

VAMOS ALLEGARALABUEUA

OKfLLA

jsnsayos / 21

Page 4: Una democracia amenazada

sidente, y trece con candidatos paradiputados y munícipes. Sin embargo,dos de ellos, el PLN y el PUSC, acapa-raron el 98.1 por ciento de los votosválidos para presidente, y el 89.2 porciento de los votos para diputados.Una vez más el espacio político habíasido copado por las fórmulas partida-rias que tradicionalmente se habíanvenido enfrentando desde 1953, y cu-yos orígenes, de una u otra forma, sesitúan en los convulsos años cuarentay en la Guerra Civil de 1948.

E l Partido Liberación Nacional,nuevamente ganador en las elec-ciones de febrero, es el viejo par-

tido de José Figueres, que a través decasi tres décadas empujó un proyectopolítico que contenía elementos dekeynesianismo, ingredientes cepalinos ypostulados socialdemócratas, todo elloadobado con la herencia de un libera-lismo criollo progresista. Un proyectopolítico que significó la moderniza-ción del país, aun cuando los problemasbásicos de la sociedad no fueran re-.sueltos.

Pero al sobrevenir la crisis, el pa-radigma liberacionista perdió viabilidady credibilidad, puesto que aquella, enel fondo, no era otra cosa que la crisisde ese paradigma. Después de 1978el PLN ha vivido en un vacío progra-mático que lentamente comenzó a serllenado por elementos tomados de lavisión neoliberal de la sociedad y laeconomía. Este cambio, que en el go-bierno de Luis Alberto Monge dio lugara una especie de solución de compro-miso entre el anterior proyecto polí-tico y las nuevas determinantes de lasituación, parece que avanzará aún más

LA NACIÓN. lnn«s 13 d« erwo de 1986Campo pagado

Una vez más la sociedadcostarricense había dado

muestras de la legitimidadde la democracia como forma

de elección de los gobernantes,en medio de la peor crisiseconómica de su historia .

durante el gobierno de Arias, por lomenos si nos atenemos a sus propiaspalabras: "Llegó el momento, en 1986,treinta y ocho años después de habercreado el Movimiento de LiberaciónNacional, de modificar algunas cosas.Una es que el Estado no puede seguir

Costa Ricanecesita tu

aravivir enPAZ

Deja tu huella'en el camino del futuro

scor ariacreciendo al ritmo que creció en elpasado. El Estado no puede seguir te-niendo un papel de ser una especie deempleador residual porque, en primerlugar, están satisfechas gran parte delas necesidades que le correspondíasatisfacer: educación y salud son dosbuenos ejemplos. Ha llegado el momen-to de repensar el rol del Estado, debe-mos ahora fortalecer más al individuo"(López, 1986:9). Esta transformaciónprogramática parece ir acompañada,además, de la renovación de los cuadrosdirigentes del Partido, renovación de lacual Arias es un ejemplo.

F rente a Liberación Nacional se si-tuó el PUSC, producto de unacoalición de grupos antiliberacio-

nistas, que adquirió el carácter de par-tido permanente después de las eleccio-nes de 1982. Pese a sus protestas de

socialcristianismo, la propuesta delPUSC es abiertamente neoliberal;concibe al individuo como un consumi-dor, cuyo ingreso real hay que prote-ger de la voracidad del Estado. Aunqueen su programa se admite que "Elhombre sólo puede darse su vida y de-sarrollar su personalidad con otroshombres", y que "esto lo hace depen-diente y responsable de sus semejantes,frente a cuyas necesidades básicas essolidario", se insiste en que "Competeen primera instancia al hombre, a cadahombre capacitado y responsable, la-brarse su condición espiritual, cultu-ral y material" (PUSC, 1985b: 3 y 22).

La acción del Estado, entonces,debe ser subsidiaria, a fin de no limitarlas libertades económicas del ciudadanoy la propiedad privada: su misión noes "absorber y destruir a los miembrosdel cuerpo social, sino ayudarlos de ma-

22 I ensayos

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ñera supletoria y hacer aquello que lassociedades privadas y particulares no al-canzan a realizar" (PUSC, 1985c:3).

•_ y ¿cuál es entonces la diferencia%T fundamental entre ambos plantea-1, mientes? Aunque en el plantea-

miento liberacionista subsiste aún unsubstrato estatista y una visión máscolectiva de la vida del individuo, comoha sido señalado, las diferencias hantendido a borrarse. El propio OsearArias se ha encargado de subrayar elelemento que todavía parte las aguasentre los dos partidos: "yo he insisti-do mucho en que los cambios hay quehacerlos de una manera muy gradual,de una manera muy a la "tica", sin tras-tornos de ninguna especie. Después dehaberles dado una protección exageradaa nuestros industriales, no podemos

¿Cuál entonces la diferenciafundamental entre los

planteamientos de los dospartidos principales?

Acuerdo en la dirección delos cambios en la economía y

el Estado, diferencias en lo quese refiere a la velocidad de

esos cambios .

adoptar una política liberal en veinti-cuatro horas, una economía de mercadoideal como la de los textos de econo-mía" (Torres, 1985: 12). En otras pa-labras, mientras que parece haber acuer-do en la dirección de los cambios quese deben introducir en la economíay el Estado, hay diferencias en lo quese refiere a su velocidad.

Esta similitud en los planteamien-tos fue evidente en la serie de debatespúblicos que los candidatos de ambospartidos celebraron durante el mes deagosto de 1985. Quizá por eso los son-deos de opinión revelaron un escasointerés de los ciudadanos en la campa-ña, y un virtual empate en sus prefe-rencias partidarias. Se recurrió enton-ces a los trucos más o menos conocidosde las campañas políticas en Costa Ri-ca: las acusaciones mutuas de corrup-ción, la alusión a los conflictos del pa-

¡ sado, y la elevación del tono de la pro-ganda, buscando encender artificial-

I mente las pasiones de los votantes.

La campaña de losdos grandes partidos fue

dirigida a estimular la pasividaddel electorado. Lo convirtieron

en simple receptor deimágenes y sonidos .

Sin embargo, en el mes de octubrela campaña dio un vuelco que ala postre resultó ser definitivo:

los estrategas de Arias introdujeron den-tro del debate electoral el tema de lapaz y el rechazo a la guerra como formade solución de los conflictos en la re-gión. Y tuvieron éxito, pues se tocaroncuerdas sensibles del electorado, reacioen su mayoría a una participación di-recta del país en el conflicto regional.El PUSC y su candidato fueron presen-tados como "guerreristas", es decir,como partidarios de un enfrentamientoabierto con Nicaragua, sin parar mientesen los costos sociales para el país; yesta imagen, reforzada por algunas de-claraciones imprudentes de Calderón,no pudo ser contrarrestada en los me-ses siguientes. La situación de empatecomenzó a desaparecer: en el mes deagosto de 1985 las encuestas todavíaseñalaban una ligera ventaja para Calde-rón; en noviembre Arias se encontrabaadelante, con una ligera ventaja que sefue ampliando hasta el mes de febrerode 1986.

Es interesante señalar, además,que en la pasada campaña se introdujoabiertamente el tema de la participa-ción política de la mujer; ambos candi-datos se ocuparon de destacar la impor-tancia de esa participación, pero quizálos liberacionistas llevaron la delanteraal nombrar a una mujer como candida-ta a la segunda vicepresidencia de laRepública.

LA CAMPAÑA POLÍTICA

Hay varias cosas que llaman laatención dentro de la campañaelectoral de 1985-86. En primer

lugar, la campaña no constituyó unaoportunidad para debatir acerca delfuturo del país y las posibilidades dedesarrollar una estrategia de enfrenta-miento a la crisis, alternativa a la pro-puesta del FMI, el Banco Mundial yla AID. Puesto que los dos grandes par-tidos asumían como inevitables los cam-

bios propuestos por los organismos mul-tinacionales y la necesidad del subsi-dio norteamericano para mantener la es-tabilidad, poco debate podría darse alrespecto. Con tales premisas, la discu-sión fácilmente derivó hacia aspectossecundarios y mezquinas intrigas.

Los dos grandes partidos rehu-yeron la discusión sobre los aspectosmás decisivos de la coyuntura, disfra-zando en muchos casos sus verdaderasintenciones con tal de atraer votantes.Por otra parte, los planteamientos crí-ticos de los pequeños partidos teníanpocas probabilidades de penetrar la ma-sa de los electores, dentro de un sistemaque cada vez más se define como bi-partidista.

En segundo lugar, la campaña delos dos grandes partidos fue dise-ñada para estimular la pasividad

del electorado, convirtiéndolo en simplereceptor de imágenes y sonidos; la pa-labra escrita perdió importancia, puestoque interesaba golpear los sentidos, nohacer funcionar la razón. La calidad delas imágenes y el mensaje implícito en

Los dos grandes partidosrehuyeron la discusión sobre

los aspectos más decisivosde la coyuntura .

los spots, denotaban la presencia de es-pecialistas y la disposición de grandesrecursos económicos y técnicps2. Setrataba de vender un producto al esti-lo de las grandes campañas de "marke-ting", dejando al margen de la compe-tencia a los pequeños partidos.

Por otra parte, durante esta cam-paña se pusieron de moda los sondeosde opinión. Los dos grandes partidosdisponían de equipos especializadosque se encargaban de medir la popula-ridad de los candidatos, el impacto de

2. Los dos grandes partidos conta-ron con asesoría internacional.

Por ejemplo, Liberación Nacional reci-bió asesoría de Sergio Bendixen, asesorde la campaña de Alan García, y JoeNapolitan, conocido especialista nor-teamericano.

ensayos / 23

Page 6: Una democracia amenazada

los discursos y las preocupaciones ciu-dadanas en torno a determinados pro-blemas. Quizá por esa razón los candi-datos, en sus presentaciones, daban laimpresión de actuar demasiado apegados

Se pusieron de modalos sondeos de opinión.

Quizás por ello los candidatosparecían actuar demasiado

apegados a un guiónpreestablecido

a un guión cuidadosamente preestable-cido; decían y hacían lo que los poten-ciales electores querían ver u oír, perose evitaba colocar en cuestión imágenespreconcebidas del electorado, dejandode lado la función ética de la política.

Un ejemplo de ello lo constituyeel tratamiento que se le dio al conflic-to regional y a los problemas con Ni-caragua. Cuidadosamente se evitó vio-lentar las imágenes que el costarricen-

se medio se ha formado de la situa-ción; imágenes distorsionadas que losgrandes medios de información se hanencargado de forjar, y que poco tienenque ver con la realidad de los hechos.Ello tiene que ver con el sistema de me-dios de información que existe en Cos-ta Rica, que transmite una visión casisiempre unidimensional de los hechos,sobre todo en lo que se refiere al planointernacional; mientras que las visionesalternativas tienen una circulación suma-mente restringida. El pluralismo en eldebate prácticamente es inexistente, sal-vo en el medio intelectual.

E n resumen, durante la pasada cam-paña electoral se impuso un mode-lo de "marketing" en la políti-

ca; un modelo donde lo fundamentalno parece ser el debate, el choque deideas, sino la venta de una mercancíapolítica a votantes que se comportansupuestamente como compradores(Macpherson, 1981 : 95 y s.s.). Un mo-delo acorde con las limitaciones paradesarrollar propuestas políticas alterna-tivas, que se derivan de los condicio-nantes externos que sufre en la actuali-dad la sociedad costarricense.

Si a ello sumamos una desigualdadsocial creciente, la aparición de nuevosproblemas provocados por la crisis,una mayor solidez de los aparatos re-presivos, un cierto auge del pensamien-

Rafael Calderón, el "guerrerista" según losopositores

to conservador y la dispersión degrupos contéstanos, necesariamente tenJdremos que abrir interrogantes sobre!el destino de la democracia costairi-jcense, un destino que, por otra parte!inevitablemente está ligado a la suerte]que corra la región centroamericana.

COSTA RICA: VOTOS PARA PRESIDENTE,

P A R T I D OP O L Í T I C O

IndependienteAlianza Nacional CristianaAlianza Popular (Coalición)

Unidad Social CristianaPueblo Unido (Coalición)Liberación Nacional

Total Votos VálidosVotos NulosVotos en Blanco

Total de Votos RecibidosSufragantes Inscritos

Costa Rica

1.1295.6479.099

542.4346.599

620.314

1.185.22226.029

5.049

1.216.3001.486.474

San José

4772.4073.943

207.6152.640

256.781

473.8637.6331.438

482.934

590.640

D A T O SAlajuela

197

112

21341

218257

123721044

560850928

226074

040

340

699

POR PROVINCIAS, 1986

P O R P R OCartago

58

71

1323

136

161

140695667

969538977

.986

.236561

783

467

V I NHeredia

45

53

1011

103

122

74503778

.972644.687

.658

.722317

.697

.123

C Í AGuanacaste

117289304

45.011440

46.301

92.4622.746

525

95.733114.457

Puntarenas Limón

125583

1.294

52.319757

51.200

106.278

3.768646

110.692

145.609

73449

1.06934.988

73027.440

64.749 i2.850 i

522

68.121

94.479

Fuente: Tribunal Supremo de Elecciones.

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Page 7: Una democracia amenazada

COSTA RICA: PRINCIPALES INDICADORES ECONÓMICOS,

I N D I C A D O R E S

PIB2

AgropecuarioIndustrialConstrucciónComercioOtros sectores

Tasa de desempleo abierto3

Tasa de subutilización total3

Precios al consumidor4

Precios al por mayor4

Salario real promedio5

Salario real mínimo5

Exportaciones (FOB)6

Importaciones (CIF)6

Saldo6

Deuda pública externa6

1 . Cifras preliminares2. Variación porcentual.3. Tasas anuales promedio.4. Variación porcentual de dic

1980

0.8- 0.5

0.8- 1.1- 3.0

3.7

5.313.5

17.819.3

8.6214.848

1.001.71.523.8-522.1

2.254.2

1981

- 2.35.1

- 0.5- 21.7- 10.6

0.6

8.317.2

65.1117.2

7.3024.440

1.008.11.208.5-200.4

2.732.7

1982

- 7.3- 4.7- 11.4- 31.9- 11.7

0.9

8.521.8

81.879.1

5.5354.139

870.4893.2-22.8

3.116.7

1983

2.94.01.84.73.22.3

7.918.1

10.75.9

6.5924.843

872.5-987.8-115.3

3.183.5

1980-1985

1984

7.57.3

11.622.611.52.3

6.715.4

17.312.2

7.4625.051

975.6-1.093.7

-118.1

3.419.4

19851

2.21.22.79.72.01.8

6.214.6

10.97.6

8.0595.470

927.9-1.103.5

-175.6

3.693.5

a dic. de cada año5 . En colones por mes, a precios constantes de6. En millones de USA dólares

1985.

FUENTE: Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica.

BIBLIOGRAFÍA

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Edelman, Afore. "Back from theBrink", NACLA: Report of the Americas,Volunte XIX, Number 6 (November-Decem-ber 1985), 37-48.

López, Gilberto. "Dr. Osear Arias:limitar el Estado, respaldar Contadora y darmás participación y paz", Universidad, No.11) (del 7 al 13 de febrero de 1986), 9-10.

Macpherson, C. B., La democracialiberal y su época. Madrid: Alianza Editorial,1981.

Partido Unidad Social Cristiana. Pro-grama de gobierno: una nueva forma degobernar. San José: s.e., 1985 (tres fascícu-los).

Torres, Osear. "La política económicam un gobierno de Osear Arias", APORTES,No. 25 (julio-agosto de 1985), 12-15.

MANUEL ROJAS SOLANOS, cos-tarricense, es doctor en Sociologíapor la Universidad Nacional Autó-noma de México, profesor de la Uni-versidad de Costa Ric.a e investiga-dor en el Centro de Estudios para laAcción Social (CEPAS). Ha publi-cado varios trabajos sobre la reali-dad social costarricense, como Luchasocial y guerra civil en Costa Rica,1940-1948 (1979), Sindicatos, Eco-nomía y Política (en colaboracióncon Elisa Donato, 1985), y otroslibros, más numerosos artículos y en-sayos en las Revistas Praxis, Polémi-ca, Anuario Centroamericano, Críti-ca, Nueva Sociedad, etc., y en colec-ciones de México y Alemania Fe-deral.

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