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UNIVERSIDAD DE COLIMA
POSGRADO INTERINSTITUCIONAL EN CIENCIAS PECUARIAS
ENGORDA INTENSIVA DE OVINOS CON RACIONES INTEGRALES BASADAS EN SACCHARINA
TESIS
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE DOCTOR EN CIENCIAS PECUARIAS
P R E S E N T A
JUAN JESÚS RUIZ CERVANTES.
Asesor: Dr. FERNANDO PEREZ GIL ROMO.
COMITE TUTORIAL DRS:
FERNANDO PEREZ GIL ROMO
JOSE MANUEL PALMA GARCIA MIGUEL A. GALINA HIDALGO RAFAEL MACEDO BARRAGAN
ENRIQUE SILVA PEÑA
Colima, Col., México. Febrero de 2004.
INDICE GENERAL
Índice general. i Índice de cuadros. iii Índice de gráficas. iv Resumen. 1 Summary. 3 I. Introducción. 5 II. Revision de la literatura. 8 2.1. La ovinocultura en México. 8 2.2. La caña de azúcar como fuente de forraje para rumiantes. 9 2.3. Capacidad forrajera de la caña de azúcar. 11 2.4. Valor nutritivo de la caña de azúcar. 15 2.4.1. Variedades. 17 2.4.2. Edad. 17 2.5. Limitaciones nutricionales de la caña. 18 2.6. Saccharina. 20 2.6.1. Uso de la Saccharina en las dietas para rumiantes. 22 2.6.1.1. Bovinos. 22 2.6.1.2. Ovinos. 24 2.6.1.3. El uso de la Saccharina en otras especies. 25 2.7. Harina de pescado (proteína sobrepasante). 25 III. Hipótesis General. 27 IV. Objetivos. 28 V. Material y Métodos. 29 5.1. Experimento uno. 30 5.2. Experimento dos. 32 5.3. Experimento tres. 34
5.4. Experimento cuatro. 36 VI. Resultados. 38 6.1. Experimento uno. 38 6.2. Experimento dos. 43 6.3. Experimento tres. 46 6.4. Experimento cuatro. 50 VII. Discusión. 53 7.1. Experimento uno. 53 7.2. Experimento dos. 56 7.3. Experimento tres. 58 7.4. Experimento cuatro. 62 VIII. Conclusiones. 66 Literatura citada. 68
Índice de Cuadros.
1. Principales indicadores del desarrollo de la producción de carne ovina durante la década de 1990, en México y otros países seleccionados. 9
2. Principales índices de producción de la caña de
azúcar y otras plantas forrajeras. 10 3. Estimación del número de animales, que pueden ser alimentados con una hectárea de caña de azúcar (oferta 20 kg/animal día-1) durante la época de estío
o durante todo el año según su rendimiento de materia verde (MV). 11
4. Comportamiento de novillos alimentados con dietas basadas en caña de azúcar con y sin suplementos comerciales. 13 5. Resumen de análisis de 66 cultivares de caña. 14 6. Valor nutritivo del forraje de la caña de azúcar, el bagazo y la melaza utilizados en la alimentación de rumiantes. 16 7. Efecto de la madurez en la composición promedio de proteína bruta (PB) y energía
metabolizable (Mj. EM/k) de 286 variantes de gramíneas de 49 géneros y 133 especies en base a MS. 17
8. Principales limitaciones nutricionales y fisiológicas de la Caña de azúcar como alimento básico para rumiantes. 19
9. Resumen de soluciones de tipo fisiológico y nutricional propuestas para optimizar el uso de la caña
de azúcar transformada en Saccharina como alimento básico para rumiantes. 20
10. Composición bromatológica de l a Saccharina. 21 11. Cantidad (%) de aditivos en base fresca para
elaborar Saccharina, según los tratamientos experimentales (niveles de SAF). 30
12. Niveles de inclusión de pulidura de arroz y balance nutricional de las dietas experimentales según tratamiento. 32
13. Composición porcentual de las dietas integrales y de la concentración de harina de pescado. 34 14. Composición de las dietas integrales expresadas como el porciento de sus ingredientes. 36
15. Valores porcentuales de sulfato de amonio,
temperatura ambiente,temperatura interna y pH de la Saccharina durante su proceso fermentativo. 39
16. Estadígrafos de dispersión para los indicadores del proceso fermentativo de la Saccharina. 40
17. Coeficientes de correlación entre los indicadores
observados en el proceso de fermentación de la Saccharina. TA, temperatura ambiente; TF, temperatura de fermentación; NSAF, nivel de sulfato de amonio. 40
18. Efecto del Sulfato de Amonio en la evolución del contenido y la pérdida de MS durante la fermentación de la Saccharina. 41
19. Efectos del Sulfato de amonio en la composición de la Saccharina. 42
20. Efecto del % inclusión de pulidura de arroz en los
consumos de MS, PB yEM con dietas integrales sustentadas en Saccharina. 43
21. Efecto de la pulidura de arroz sobre la digestibilidad aparente de la fibra neutra detergente, la celulosa, y la lignina en dietas de Saccharina. 45
22. Análisis químico de las dietas integrales con diferentes concentraciones porcentuales de harina de pescado. 46
23. Coeficientes de correlación (r) entre el consumo de MS (Y) y los componentes del CLC (X) en las dietas integrales. 48
24. Consumos proteicos por dieta/tratamiento. 49
25. Composición química (g kg -1 de MS) de las raciones experimentales sustentadas en granos de cereales o Saccharina, más fuentes de almidones y proteína sobrepasantes. 50
26. Consumo voluntario de las dietas como promedio durante
la engorda de 60 días. 51 27. Comportamiento del peso vivo durante la ceba intensiva
en relación a los tratamientos utilizados. 52
28. Consumo de nutrientes y su relación con los requerimientos (%)
para una ganancia de 240 g. Requerimientos propuestos por Kearl 1982. 52
Índice de Gráficas
1. Variaciones de las temperaturas ambiente (TA) y temperatura de fermentación (TF) en °C de los montículos de caña molidos y preparados, durante el proceso fermentativo de la Saccharina. 38
2. Efecto del nivel de la pulidura de arroz en la digestibilidad de la MS. 44
3. Efectos del nivel de harina de pescado sobre el consumo de MS de dietas integrales basadas en Saccharina expresadas en porcentaje del peso vivo y g dia -1. 47
I. INTRODUCCION.
La capacidad demostrada por México como país ganadero, es tal vez una de sus mayores
fortalezas en cuanto a su producción agropecuaria. Sin embargo, existen áreas de la misma
que no han alcanzado su máximo potencial. Tal es el caso de la ovinocultura descrita por
Salas desde el año de 1988ab como una actividad de lento crecimiento. Una década después,
(Sánchez del Real, 1998), describe no obstante la elevada demanda de la carne de ovino
generada por la tradición mexicana de consumir borrego en forma de barbacoa, una
situación poco diferente a la mencionada para esta industria.
Los sistemas empleados en México para la producción ovina son tradicionales y por lo
general se desarrollan en sistemas de pastoreo extensivo aunque en los últimos años se ha
comenzado a emplear como opción alternativa, la engorda intensiva en corrales, gracias al
elevado precio que ha ido adquiriendo la carne de borrego en el mercado nacional
comparado con otras especies (Rodríguez et al.,1991). No obstante y a pesar de su éxito
económico actual de este tipo de explotaciones, siempre están sujetas a los cambios en los
precios y la disponibilidad de los granos que limitan esta alternativa a un reducido número
de productores (Sánchez del Real, 1998; SAGAR, 2000). Lo mismo se observa con los
precios que se obtienen en el mercado para los animales cebados (Jiménez et al., 1992). Otro
factor limitante, es la deprimida productividad del rebaño ovino nacional, resultado entre
otras cosas de una reducida tasa de crecimiento de su población (3.2%, datos calculados a
partir de cifras proporcionadas por FAOSTAT de 1991 a 1998). La consecuencia durante
varios años ha sido un incremento de la importación de ganado en pie y de carne en canales,
esto lejos de ayudar a la solución del problema, somete a los ganaderos a una competencia
desleal, resultado del menor desarrollo tecnológico general y deficiencias alimenticias en sus
rebaños. Todo esto les impide competir con los precios con que estos productos arriban a
México procedentes de lugares tan remotos como Nueva Zelanda y Australia, además de
Canadá, EEUU, Chile Argentina y Uruguay (INEGI, 1998).
Concomitantemente, la necesidad del desarrollo de tecnologías que permitan elaborar
alimentos de alto valor nutritivo para el ganado con recursos propios de cada país y de cada
región se hace cada día más aguda. Entre las alternativas propuestas el uso de esquilmos y
residuos agrícolas proporcionan una amplia gama de posibilidades. Otra posibilidad es el
uso de cultivos tropicales entre las cuales se encuentra la Caña de azúcar (Saccharum
officinarum) (Gleaves y Pérez, 1981; González, 1989) la cual además de su alto contenido
energético en forma de azucares, constituye un recurso forrajero de elevados rendimientos en
las regiones tropicales (Mancera et al., 1977; Molina, 1990).
En México, existe una amplia experiencia en la producción de caña de azúcar, (CA) lo que
facilitaría las posibilidades de utilizar los excedentes no consumidos para la producción de
azúcar o como alimento en explotaciones ganaderas adyacentes, o propias donde podrían
ser elaboradas raciones alimenticias para diferentes especies de rumiantes, si se utilizan
técnicas adecuadas para enriquecer su calidad. Uno de los mayores problemas de este
cultivo, es el bajo consumo por parte de lo animales cuando se les suministra solo caña para
su alimentación (González, 1995).
Sin embargo, al mismo tiempo se ha demostrado la importancia de la presencia de proteínas
de baja solubilidad en el rumen a los que se les ha denominado “sobrepasantes” (PS) cuyo
efecto principal ha sido elevar la producción de los animales (Chalupa, 1975), incluyendo a
los que consumen dietas altas en fibra y satisfacen sus requerimientos energéticos y minerales
(Montpellier y Preston, 1977; Leng, 1978). Este efecto fue reportado por Leng y Preston
(1976), para dietas basadas en CA y suplementadas con harina de pescado (HP). La HP por
su escasa degradación en el rumen se utiliza con frecuencia con otras fuentes de proteína más
solubles para estimular la actividad fibrolítica microbiana, aun cuando falta información para
conocer el nivel óptimo de PS para rumiantes sustentados con dietas altas en fibra como es
el caso de la CA.
Una propuesta desarrollada en Cuba para enriquecer el valor nutritivo de la CA, es la
elaboración de Saccharina (SC), según la tecnología original creada por Elías et al (1990).
De una manera, relativamente simple, su valor proteico de la CA, (N x 6.25) se puede
incrementar hasta porcentajes entre el 11 y 16 %, (Anon, 1994; Valdivié et al., 1997). No
obstante sus proporciones de fibra bruta alcanzan entre el 24 al 26% (Elías et al., 1990), la
PS absorbida en el intestino podría llegar hasta los 15 g por kg de materia seca (MS) (Ruiz
et al., 1990). Así, aunque se hallan resultados disponibles de pruebas prácticas de
alimentación con SC en animales generalmente satisfactorios (Delgado et al.,1992), existen
procesos fermentativos a nivel ruminal que aún no se estudian. Por ejemplo, los efectos de
suministrarla en dietas balanceadas con otros alimentos portadores de almidones y/o
proteínas con diferentes grados de solubilidad ruminal.
Por otra parte se conoce que diferentes grupos de microorganismos son capaces de incorporar
fuentes de azufre inorgánico a su protoplasma en forma de aminoácidos azufrados esenciales
(Kahlon et al., 1975a), esto sugiere que la incorporación de este elemento en el aditivo
pudiera resultar en un incremento cuantitativo y cualitativo de la proteína presente en la SC.
Además sería posible utilizar una fuente de bajo costo y sencilla aplicación como el sulfato
de amonio de grado fertilizante (SAF), al existir antecedentes de su uso para este propósito
(Ruiz, 1983; Buttrey et al., 1986; Molina et al.,1997).
En estas circunstancias, se diseñó una secuencia experimental comprendida en esta Tesis
con el objetivo de iniciar estudios para valorar los efectos nutricionales en ovinos con dietas
integrales basadas en SC, balanceadas con fuentes convencionales de proteína de diferente
grado de solubilidad ruminal, así como con fuentes de energía comúnmente disponibles para
la ganadería mexicana. Asimismo se pretende establecer las proporciones más adecuadas de
SAF como aditivo para la elaboración de la SC en condiciones ambientales de producción
comercial, además de diseñar dietas integrales para la engorda intensiva de borregos en
condiciones comerciales, con ganancia de peso no inferior a los 100 gr. diarios, para una
producción de carne eficiente y competitiva, desde el punto de vista tecnológico y
económico.
II. REVISIÓN DE LA LITERATURA.
2.1 La Ovinocultura en México.
Los ovinos en México se han mantenido como una especie marginada a través de los años.
Así existe una cantidad considerable de instalaciones o ranchos donde los ovinos son
utilizados comercialmente con diferentes grados de éxito productivo y económico. Al
mismo tiempo se conoce de unas 50,000 familias practicantes de esta actividad aun cuando
solo el 25% de ellas, viven totalmente de ejercerla. El resto la consideran una actividad
secundaria como un apoyo a la economía familiar, por lo cual no son considerados como
productores importantes en el ámbito nacional (Pérez, 1981).
Esta es una realidad si bien poco halagüeña debido a sus deprimidos indicadores de
producción y productividad, no es posible ignorarla a la hora de enjuiciar cualquier aspecto
separado o el conjunto de esta ganadería de particular importancia para los índices
financieros y de consumo de alimentos de la población mexicana. En México, la
producción de carne de ovino se realiza, como ya se ha expresado, según métodos
tradicionales de pastoreo extensivo y/o semitranshumante, con muy baja productividad.
Pero la engorda o finalización en corrales con métodos de alimentación intensiva en la
práctica solo se aplican a muy pequeña escala y está reducida a unas pocas instalaciones
establecidas cerca de grandes centros urbanos debido, por una parte, a que los concentrados
no siempre están disponibles y al mismo tiempo sus elevados costos disminuyen la
rentabilidad para los productores primarios. (FIRA, 1985).
El resultado final de este conjunto de factores sobre la producción de carne de borrego en
México durante la década de 1990 se resume a continuación en el cuadro uno, según FAO
(1998).
Los datos muestran en el periodo señalado para México, como mientras la población
existente de ovinos aumento en 10 % aproximadamente, la cantidad de animales
sacrificados y su producción de carne en canales aumentaron en 15 %. Esta desproporción
puede ser indicativa de fuertes importaciones de animales y/o carnes, porque el peso
promedio de las canales ha permanecido constante. Este, sin embargo, no ha sido el
comportamiento de los indicadores productivos del ganado ovino en los otros países
seleccionados, donde se muestran incrementos netos. Así, por ejemplo, en Egipto, con
condiciones naturales adversas, no solo existen altos niveles de producción, sino también
obtienen canales a pesos comparativamente altos en el ámbito mundial. Al mismo tiempo, en
otros países (Australia y Nueva Zelanda), de donde procede la mayoría de las importaciones
de carne de ovinos hacia México, se reducen las existencias y las producciones totales de
ovinos, pero el peso promedio de sus canales se incrementa en un 5 %. Además, el peso en
promedio de las canales de los ovinos sacrificados en nuestro país permanece sin superar los
16 kg que es el promedio de algunos de los países pobres y de baja tradición en la
ovinocultura de Centro y Sur América.
Cuadro 1. Principales indicadores del desarrollo de la producción de carne ovina durante la década de 1990, en México y otros países seleccionados.
Indicadores Año México Egipto Australia N .Zelanda Existencia x1000 89-91 5,862 3,310 165,046 57,861
Existencia x 1000 98 6,500 4,300 119,600 47,595
Sacrificio x 1000 89-91 1,614 2,122 32,090 37,134
Sacrificio x 1000 98 1,900 2,670 31,245 33,159
Canales 1000 tm* 89-91 25 52 613 565
Canales 1000 tm* 98 30 66 615 547
Cada canal kg 89-91 16 24 19 15
Cada canal kg 98 16 25 20 16
* Toneladas Métricas (FAO, 1998).
2.2 La caña de azúcar como fuente de forraje para rumiantes.
En las áreas tropicales, la tradición de mantener al ganado en pastoreo resulta ser la forma
más extendida para la cría de ganado (Shimada, 1986). En estas condiciones, los resultados
productivos están sometidos a los altibajos de la disponibilidad estacional de pastos,
influenciada a su vez, por las variaciones climáticas (Valdés et al., 1988).
Como alternativa de solución a esta problemática en México y otros países tropicales, se ha
utilizado el forraje de la CA principalmente en raciones de mantenimiento con bajas
ganancias de peso para los bovinos y otras especies de tiro y/o carga (Molina, 1990).
Algunos ejemplos acerca de la importancia que puede alcanzar este forraje para la ganadería
fueron reseñados por Molina (1990). Así, en particular, en Cuba, durante la campaña de
alimentación del ganado bovino para la estación seca 1988 – 1989, la caña fresca representó
el 18.3 % del total de los alimentos voluminosos, mientras otras cinco gramíneas aportaron
en conjunto, el 22.5 % de los alimentos distribuidos al ganado en ese año, en un contexto
donde la melaza de caña de azúcar se utiliza en grandes proporciones debido a situaciones
locales de disponibilidad.
En el cuadro dos, se compara la capacidad de la CA con otros forrajes cultivados, en
cuanto a rendimiento y composición química y pudiera tomarse como expresión indicativa
del potencial forrajero de la caña, especialmente considerando que los datos para los forrajes
cultivados se refieren a cultivos con riego y fertilización elevada, mientras para la CA
proceden de campos sin riego y con fertilización de mantenimiento, condiciones que
ocasionalmente pueden encontrarse en la ganadería tropical.
Cuadro 2. Principales índices de producción de la caña de azúcar y otras plantas forrajeras.
Forraje Rendimiento MS t
ha año-1 % de N x 6.25 E M
Mcal kg -1
Caña de azúcar 32.2 2.40 2.33
Hierba elefante 38.0 11.00 2.28
Estrella africana 30.6 7.60 2.04
Maíz forrajero 20.5 6.80 2.11
Sorgo forrajero 20.1 10.60 2.41
(Molina, 1990).
2.3 - Capacidad forrajera de la caña de azúcar.
La capacidad de la CA como forraje, se ha definido como la cantidad de animales que
pueden ser alimentados por unidad de área dedicada a la siembra de ésta planta con propósito
forrajero (Molina et al., 1996). Aparte de su producción principal de azúcar, de la CA es
posible utilizar sus subproductos principales, como el bagazo y la melaza, para elaborar
otros productos industriales, alcoholes, levadura forrajera y otros (Paturau, 1988; ICIDCA,
1998).
Se ha sugerido que la CA puede ser uno de los cultivos más productivo entre todas las
plantas cultivadas por el hombre (Alexander, 1986), hecho sustentado en su elevada facultad
para captar la energía solar para convertirla en biomasa utilizable por la industria y/o la
alimentación (Mena, 1988). Debido a ello ha sido denominada la reina de los cultivos
tropicales (Alcántara, 1982; Mena, 1988; Muñoz et al., 1990), pues se han alcanzado
rendimientos potenciales de biomasa total de hasta 276 a 395 t ha-1 de caña para las regiones
tropicales y subtropicales respectivamente, aunque sus rendimientos en promedio para el
área del Caribe son de 55 a 65 t ha-1 de tallo molible para la obtención de azúcar (Alexander,
1988).
Así, por ejemplo, en la República Dominicana, la producción de MS a partir de la caña
azucarera, fue de 26 t ha-1 que al ser comparadas con las 6 t ha-1 que produce el pasto
estrella, muestran la gran diferencia entre estas dos fuentes de forraje (Piña, 1988).
En el cuadro tres, se ilustra la producción de forraje de la caña y el número estimado de
animales que pueden sustentarse por hectárea de caña, según Molina, (1990).
Cuadro 3. Estimación del número de animales, (oferta 20 kg/animal día-1) que pueden ser alimentados con una hectárea (ha) de caña de azúcar durante la época de estío, o durante todo el año según su rendimiento de materia fresca (MF).
Rendimiento No de animales ha-1
MF t ha–1 Época seca Año completo 56 15.5 7.7
107a 29.7 14.6278b 77.5 38.2
(Molina, 1990). a) Rendimiento comercial con cultivo intensivo. b) Máximo teórico estimado por hectárea.
Molina (1990), planteó que el rendimiento de la MS no es una medida suficiente respecto de
la capacidad de carga de una planta forrajera como la CA, por lo mismo, diseñar sistemas de
alimentación para grupos de animales con capacidad para productividades altas o medianas
es difícil aun conociendo la disponibilidad de MS. Otros autores (Garza y Shimada, 1979;
Rodríguez, 1984) sugieren analizar la ganancia de peso, el consumo de alimento y la
digestibilidad para integrar un perfil nutritivo y capacidad forrajera de una planta más
completos.
Por otra parte, si se comparan la producción de energía de cereales y de la caña, esta última
produce 3.5 veces más calorías por ha. Esto se observa también cuando se le compara con
tubérculos o raíces (García, et al.,1991).
En el año de 1966, Armas y González calcularon respecto del total de la energía obtenida
durante la cosecha de la CA, que la cantidad de energía utilizada en el procesamiento
industrial para su transformación en azúcar, era de únicamente el 5%, el 95% restante fue
considerado como materia energética acumulada.
No obstante el potencial mostrado por la CA, las experiencias y los resultados prácticos
efectuados en la alimentación de los rumiantes con el forraje de la caña de azúcar, y la
aparición de la literatura especializada comienza a proliferar a partir de 1970 (Molina, 1990).
Por eso, mientras uno de los primeros resultados relevantes sobre la engorda de ganado
con raciones basadas en la caña de azúcar fueron publicados en Estados Unidos por Pate
y Coleman (1975), en México en esa misma época (1973-1978) se realizaron estudios
tendientes al perfeccionamiento de las raciones para diferente tipo de ganado, en una serie
de trabajos en los cuales se incluyeron variables como el tamaño de partícula del forraje
molido, hasta los niveles de suplementación con diferentes fuentes de energía y de proteína
de diferentes grados de solubilidad, sin faltar NNP-Urea (Gleaves y Pérez 1981; Álvarez,
1988). Pero generalmente como suplementos al forraje de caña suministrado a voluntad y
no como dietas integrales. En el cuadro cuatro se resumen algunos de estos trabajos.
Cuadro 4. Comportamiento de novillos alimentados con dietas basadas en caña de azúcar con y sin suplementos comerciales.
Suplemento Ganancia peso
(g día-1) Índice de Consumoa No de pruebas
1 kg de pulidura de arroz 559 – 896 1.90 – 2.60 8 1 kg de maíz molido 296 – 600 2.05 – 2.32 2
1 kg de sorgo 308 – 347 -- 1 0.5 kg de harina de algodón 291 – 402 -- 1 0.4 kg de harina de sangre 92 – 432 1.90 – 2.01 2 0.7 kg de pescado / soya 333 – 669 1.93 – 2.17 1 Sin suplemento 37 – 225 1.46 – 2.19 6
a Consumo de MS en kg/ 100 kg de peso vivo. (Álvarez, 1988).
También se ha demostrado, que la fibra de la CA se degrada poco a nivel ruminal y su
acumulación dentro de este órgano, provoca una disminución del consumo de alimento. Así
se ha recomendado seleccionar cañas con bajo contenido de fibra (Gooding, 1982). Este
mismo autor informó de diferencias importantes en cuanto al contenido de fibra y MS,
para ello utilizó datos de Pate y Coleman (1975) cuadro cinco.
El problema del consumo voluntario de los ovinos alimentados con CA es un aspecto que
también requiere atención, pues rara vez se alcanzan los dos kg de MS por 100 kg de PV
aunque se incluyan suplementos proteicos y minerales (Molina, 1990). Experimentalmente se
ha comprobado en ovinos un consumo de no más de 60 g de MS/kg 0.75 (Alcántara et al.,
1989).
Por todo esto, deberá considerarse, si el consumo de la MS de caña tiene un límite físico
que no puede ser sobrepasado solo con el estímulo de la suplementación nitrogenada. En la
práctica, la complementación de una ración basada en caña con otro alimento proteico
voluminoso, puede considerarse para minimizar el uso de concentrados (García et al., 1990;
Martín y Brito, 1996).
Cuadro 5. Resumen del análisis de 66 cultivares de caña. Rango
Promedio
Alto Bajo
Materia seca1 25.75 30.5 17.0
(Gooding, 1982).
Proteína cruda 2.32 3.06 1.06
Fibra cruda 28.12 35.93 22.68
Extracto de éter 1.24 1.87 0.70
Ceniza 4.33 7.12 2.74
Calcio 0.20 0.35 0.06
Fósforo 0.05 0.09 0.02
Lignina 6.31 8.43 4.60
Celulosa 26.99 31.97 21.89
FND2 52.70 67.70 42.56
SND3 47.29 57.44 32.30
MODIV4 56.60 64.10 40.04
Materia Seca reportada como % de peso fresco1; todos los otros datos están reportados como % de MS. Fibra Neutro Detergente2. Solubles neutrales detergentes3. Se presume que SND se aproxima a los porcentajes de azúcares totales. Materia orgánica digerible in vitro4. Por otra parte, para la adecuada evaluación y ajuste de esta característica del forraje de CA,
no debe obviarse el hecho clásico conocido respecto a los carbohidratos solubles en las
dietas de los rumiantes, en cuanto a la inhibición de la celulolisis ruminal (Elías, 1983).
Esto implica a la sacarosa y otros azúcares contenidos en la CA que pueden afectar
digestibilidad ruminal de la fracción fibrosa de la caña de azúcar como una fuente básica de
energía para esta especie (Galindo, 1988), pero se conoce, que esta aparente contradicción,
se puede armonizar estimulando un ambiente ruminal apropiado mediante la
suplementación de fuentes de proteína adecuados (Pedraza et al., 1998).
En estas condiciones se ha pensado que en las dietas para rumiantes basadas en CA o sus
derivados, se necesita establecer un ecosistema ruminal eficiente para optimizar el
crecimiento bacteriano y maximizar la digestibilidad de la fibra (Leng y Preston 1988;
Preston, 1988; Preston y Leng, 1987). Para ello se requiere incluir en las dietas portadores
adecuados de proteína, almidones y grasas, que a su vez contengan apropiados niveles
sobrepasantes de estos nutrimentos (Preston et al., 1976; Preston, 1989; Preston, 1995). De
esta manera se garantiza el estímulo de la función ruminal y el aporte a los requerimientos
nutricionales del animal hospedero. Estas recomendaciones fueron consideradas por López et
al (1976); Álvarez et al. (1977); Álvarez et al (1978); Álvarez (1988) y Ravelo et al (1978),
cuando agregaron pulidura de arroz (PA) a dietas para bovinos consumiendo CA.
Cabe agregar que por su composición química, rica en almidones, proteínas y grasas la PA
representa un suplemento potencialmente adecuado para estas funciones, no obstante, en
esos trabajos la PA se suministró como un suplemento ofrecido en cantidades fijas por
separado de la dieta básica, y aparentemente no se dispone de antecedentes acerca de su
inclusión en dietas integrales de alto contenido de MS en forma de SC deshidratada al sol.
2.4 Valor nutritivo de la caña de azúcar.
En América Latina, al comienzo de la década de los 70, se estudió el valor nutritivo de la
caña como alimento para los animales. En México, Barbados, Cuba y República Dominicana,
se realizaron diferentes estudios para confeccionar y perfeccionar raciones basadas en caña
de azúcar (González, 1995). Así se ha conocido que la CA modifica su valor nutricional
para los rumiantes de acuerdo a diversos factores, entre estos se encuentran la variedad, la
edad y los diferentes tratamientos agronómicos a los cuales es sometida durante su
desarrollo (Preston, 1977). Este autor informa acerca de la relación entre el comportamiento
animal y los cambios efectuados en la planta durante su proceso de madurez,
principalmente respecto a la concentración de azúcares totales y a la lignificación de sus
paredes celulares. Este hallazgo es de gran importancia para la calidad alimenticia del
forraje, y se han señalado limitaciones para esta gramínea, principalmente en referencia a
la capacidad de ingestión en diferentes especies de animales domésticos medida como
consumo de MS (González et al., 1987). Al mismo tiempo, casi todos sus subproductos
agroindustriales (cogollo con hojas verdes, paja o esquilmos con hojas secas, cachaza, melaza,
bagazo y bagacillo), son utilizables para la alimentación de las especies rumiantes (Abdalla et
al., 1990). En cuanto a las especies monogástricas algunas pueden consumir como parte de
sus raciones, subproductos de la CA con bajo contenido de fibra, como la melaza
(Gaztambide, 1975). Sin embargo, según Molina (1990), el contenido celular de la CA está
representado casi en su totalidad por azúcares, estos constituyen una fuente de energía
fácilmente disponible que generalmente se encuentra en proporción 1:1 con la fibra total.
Además, se ha encontrado un efecto represivo, de estos azúcares, aunque limitado, sobre la
digestibilidad de la fibra de la CA (Galindo et al., 1993).
En el cuadro seis, se muestran los valores del análisis químico proximal (promedio), como
alimento animal, de los componentes morfológicos de esta gramínea y de sus principales
subproductos.
Cuadro 6. Valor nutritivo del forraje de la caña de azúcar, el bagazo y la melaza utilizados en la alimentación de rumiantes.
Alimento MS % PB % FB % EM Mcal Ca % P %
Caña, planta entera 26.2 2.6 27.9 2.10 0.55 0.14
Cogollo(hojas verdes) 42.0 4.5 34.7 1.88 0.36 0.05
Hojas secas 75.9 1.6 36.8 1.22 0.46 0.02
Bagazo 50.1 2.3 53.6 1.18 1.18 0.07
Melaza 76.6 2.4 -- 2.58 1.31 0.91
(García et al., 1991). Así, acorde a sus características fisiológicas (Alexander, 1988) y a los trabajos de
selección y mejora de variedades para la industria azucarera, la CA y sus subproductos
presentan peculiaridades comunes con relación a su análisis químico, elevados contenidos
de MS y FB, y muy bajos contenidos de PB y fósforo, mientras su valor energético
estimado se corresponde con la presencia de azúcares en cada uno de ellos. Estos elementos
le imprimen distintivos particulares a su valor nutritivo, que deben considerarse
cuidadosamente al estudiar y/o elaborar raciones para los rumiantes (Priego, 1980). Por
ejemplo, González et al. (1989), hicieron notar que el consumo voluntario del forraje de
CA resulta muy bajo con relación a su aparente alta digestibilidad de la MS, especialmente
cuando al cortar el forraje no se incorpora el cogollo, su fracción de mayor valor forrajero.
2.4.1. Variedades.
Los problemas o ventajas que pueden representar las variedades de caña en cuanto a su valor
nutritivo no ha recibido mucha atención después de que Gooding (1982), informó que las
variedades de CA con bajo contenido fibroso y con un alto nivel de grados Brix, serían las
más adecuadas para ser usadas en la alimentación de rumiantes y sugiere desarrollar
variedades de caña específicamente para este propósito. En 1977, en México se analizó la
digestibilidad de seis variedades de CA, sin encontrarse diferencias en cuanto a MS, MO, PC
incluyendo además a los diversos componentes del complejo lignocelulósico (Garza y
Shimada 1979). Estos autores atribuyeron la homogeneidad entre las variedades estudiadas al
hecho de ser todas seleccionadas para la producción de azúcar.
No obstante, algunos autores han demostrado la existencia de importantes diferencias en
la digestibilidad de la MS, la materia orgánica (MO) y la pared celular, utilizando para ello
muestras de 62 variedades comerciales de tres regiones cubanas. Entre estas se
identificaron 12 variedades que mostraron una digestibilidad aparente en rumen entre el 50
y 54% de la MS, por lo que se recomendaron para su uso preferencial en la alimentación
del ganado. En sentido contrario se detectaron 6 variedades con solo el 35 a 37 % de la
digestibilidad de MS, cuyo uso se recomendó descartar para propósito forrajero, aun
considerando que algunas de estas presentan un alto rendimiento azucarero en la industria
(Traba, 1990; Molina et al., 1996; Molina et al., 1999).
2.4.2. Edad.
Respecto de la edad, en el caso de las gramíneas, su influencia es positiva para el rendimiento
de la MS, pero no así para su calidad, según el estudio de Martín (1998) y cuyos resultados
resumidos se muestran en el cuadro siete.
Cuadro 7. Efecto de la madurez en la composición promedio de proteína bruta (PB) y energía metabolizable (MJ EM kg -1) de 286 variantes de gramíneas de 49 géneros y 133 especies en base a MS.
Estado % PB ES ± MJ EM/kg MS ES ±
Maduras 8.1 0.26 8.318 0.08
Tiernas 10.5 0.27 8.557 0.034
(Martín, 1998).
En apariencia la CA, es la excepción de la regla como se demuestra por las observaciones
hechas por Preston (1977), quien explicó como la calidad de la caña se relaciona a la edad.
Para la producción azucarera la CA deberá permanecer en la etapa de crecimiento por un
periodo de 18 a 24 meses. Periodo durante el cual suceden una serie de cambios; aumento en
proporción del tallo con respecto a las hojas; aumento en la concentración de azúcares totales
en el jugo; conversión de los azúcares reductores en sacarosa y una lignificación creciente de
los carbohidratos estructurales de la pared celular. Además dilucidó como la acumulación
del contenido soluble intracelular, compensa la reducción de la digestibilidad de las paredes
celulares. Ferreiro et al., 1977abc detectaron una prueba de la superioridad nutricional de la
caña madura sobre la caña inmadura, y midieron además el consumo voluntario en tallo de
caña descortezado o no y mencionan sus limitaciones como ingredientes de las dietas. Un año
antes, Álvarez y Preston (1976), encontraron en la caña tierna menos eficiencia (270 g vs.
520 g de ganancia diaria de peso, P<0.05) como alimento para el crecimiento de los
bovinos. En cuanto a la digestibilidad de la CA in vitro y relacionada a la edad, Banda y
Valdez (1976), reportan cifras de 57.5 vs 70.5 en caña de 8 y 16 meses de edad
respectivamente, reiterando los resultados para la CA, de a mayor edad mayor calidad del
forraje.
2.5. Limitaciones nutricionales de la Caña.
La CA como cualquier otro alimento, presenta algunos factores limitantes para su
aprovechamiento como ingrediente dentro de una dieta para un tipo de animal y con un
propósito productivo determinado. Se han sugerido como factores limitantes en la
obtención de productos de origen animal de individuos alimentados con CA, a los
precursores de glucosa, aun cuando estos son proporcionados más fácilmente por fuentes
de almidón y parte del cual, se espera pase directo al duodeno (Silvestre et al., 1977). En el
cuadro ocho, se sintetizan las principales limitantes de la CA cuando se suministra como
alimento.
Cuadro 8. Principales limitantes nutricionales y fisiológicas de la caña de azúcar como alimento básico para rumiantes.
Limitaciones Nutricionales. Limitaciones Fisiológicas. Carbohidratos solubles y estructurales en estrecha relación: Inhibición parcial de la
Elevada proporción de la pared celular: Mayor trabajo de rumia.
celulolisis ruminal. Insuficiente contenido proteico para la nutrición microbiana y del animal.
Lenta reducción del tamaño de las partículas
Déficit y desbalance mineral Elevado tiempo de permanencia de las partículas en el retículo rumen.
Pobre contenido de grasa (0.7%) Ausencia virtual del almidón.
(Delgado, 1995)
Sin embargo, hay posibilidades si se tiene el cuidado de provocar condiciones ambientales
favorables para la fauna y flora ruminales tal y como lo sugirieron Leng (1982) y Leng y
Preston (1984; 1986; 1988) y estas son:
Establecer un ecosistema ruminal eficiente para:
1. Optimizar el crecimiento microbiano para obtener la mayor cantidad de proteína microbiana, acorde a la energía de los productos finales de la fermentación ruminal.
2. Procurar la máxima digestibilidad para la fibra cuyo contenido es elevado en dietas basadas en CA.
Equilibrar los nutrientes de la dieta con su absorción para cubrir los requerimientos
del animal. Para lo cual es necesario suministrar:
1. Aminoácidos esenciales utilizando proteína sobrepasante. 2. Glucógeno extra a través de almidón sobrepasante. 3. Ácidos grasos de cadena larga (grasa) para la síntesis de grasa de la leche y
crecimiento corporal Una muestra de ello se presenta a continuación en el cuadro 9, donde se resumen algunas de las soluciones de tipo fisiológico y/o nutricional que han sido propuestas por varios autores, según las resumió Delgado (1995). Cuadro 9. Resumen de soluciones de tipo fisiológico y nutricional propuestas para optimizar el uso de la caña de azúcar transformada en Saccharina como alimento básico para rumiantes.
Saccharina
Soluciones nutricionales. Soluciones fisiológicas.1. Carbohidratos solubles en menor proporción actividad celulolítica adecuada. 2. Niveles proteicos adecuados, altos en NNP y bajos en proteína verdadera. 3. Balance adecuado de minerales excepto K. 4. Contenido graso superior al de la caña (1.10%)5. Puede fermentarse con fuentes amiláceas.
¿
(Delgado, 1995).
2.6. Saccharina.
Las fermentaciones microbianas en el ámbito doméstico se conocen desde épocas remotas.
De acuerdo con Elías et al (1990), hoy existe una proporción importante de procesos
biotecnológicos donde se utilizan microorganismos cuya capacidad de biosíntesis mediante
procesos de fermentación relativamente simples, se orienta a la producción de determinadas
sustancias útiles a la alimentación del hombre y los animales.
En los estudios realizados con la CA, con detección de elevados tenores de contenido
celular rico en azúcares, así como de carbohidratos estructurales que unidos a un bajo
contenido de proteína bruta, se corresponden con una alta digestibilidad de la materia
orgánica, revelaron la factibilidad de incluir urea u otra fuente de nitrógeno no proteico
(NNP), para estimular la síntesis de proteína microbiana. Tales observaciones permitieron
a Elías et al (1990), utilizarlas como uno de los principios básicos en la elaboración de la
SC. Estos investigadores desarrollaron una tecnología simple, factible de ser aplicada por
el productor primario, y puede permitirle en su propio rancho, disponer de una base
alimenticia confiable, para elaborar sus alimentos balanceados para sus animales, mediante
un procedimiento rústico de acuerdo a los siguientes requisitos:
1. Disponer de los tallos de caña limpia de hojas secas (paja) y preferiblemente
también de las hojas verdes.
2. Moler los tallos de caña en una picadora convencional para forraje.
3. Mezclar este forraje picado con 1.0 % (en peso fresco) de urea y 0.5 % de sales
minerales para alimento animal.
4. Secar esta mezcla al sol, sobre una superficie de asfalto o cemento limpia durante
uno o dos días.
5. Moler el producto final en un molino de martillos para convertirlo en harina, que es
la base para elaborar el alimento balanceado.
Excepto por su contenido de fibra bruta, el análisis proximal de la SC se acerca al de los
granos de cereales, cuando es usado como alimento para animales. La diferencia es que su
contenido energético, está representado por azúcares en lugar de almidones. En el cuadro 10
se observan los valores de proteína y energía para este coproducto de la caña de azúcar.
Cuadro 10. Composición bromatológica de la Saccharina.
Indicador Rango, %
Materia seca 87.1 - 89.5
Proteína bruta 11.1 - 16.0
Nitrógeno precipitable (TCA) (N x 6.25) 8.9 - 13.8
Ceniza 3.3 - 4.0
Fibra Bruta 24.6 - 26.5
Calcio 0.3 - 0.4
Fósforo 0.24 - 0.30
Potasio 0.04 - 0.05
Magnesio 0.15 - 0.25
EB (MJ/kg) 14.5 - 16.5
Extracto Etéreo 1.0 - 1.1
(Elías et al., 1990)
2.6.1 Uso de Saccharina en las dietas para rumiantes.
2.6.1.1. Bovinos. La mayoría de las investigaciones con la SC como alimento para los
rumiantes se han realizado con bovinos y se dispone de información para su aplicación en
condiciones prácticas de producción. En particular, la SC se ha utilizado para la producción
de carne y leche, así como en diferentes etapas de crecimiento de esta especie. (Reyes et al.,
1993).
En un estudio sobre la fisiología digestiva de vacas consumiendo un concentrado comercial,
comparado con otros conteniendo 50, 70 o 90 % de SC, Delgado et al (1992), no hallaron
diferencias significativas en cuanto al consumo de MS y MO, ni para el volumen ruminal
expresado en litros o como % del PV, asimismo, el pH del rumen se mantuvo casi constante.
Los autores concluyeron que es posible incluir hasta 90 % de SC en los piensos para vacas
sin la presencia de cambios considerables en el recambio y el pasaje de nutrientes hacia las
partes posteriores del tracto digestivo. Sin embargo hay evidencias de que los volúmenes del
rumen e intestino, pueden ser utilizados como índices para seleccionar rumiantes, a mayor
capacidad de estos órganos se observó más probabilidad para digerir y utilizar los forrajes
(Ørskov, 1998).
Marrero et al (1992a), utilizaron 44 terneros Holstein lactantes para estudiar la sustitución
parcial de cereales por SC en el concentrado y recomendaron la posibilidad de incluir en la
dieta hasta el 33 % de este nuevo alimento, obteniendo ganancias de peso superiores a los
600 g día-1. Con terneros destetados en crecimiento, (Marrero et al., 1992b), obtuvieron un
comportamiento similar cuando el concentrado contenía el 35 % de SC; mientras que con el
67 % observaron un estímulo adecuado en el desarrollo del rumen en animales jóvenes
(Marrero et al., 1993).
En un experimento con hembras de reemplazo en crecimiento a partir de los 200 kg sobre
pasto Bermuda cruza 68, se utilizó la suplementación con un concentrado elaborado con base
de SC (Zarragoitia et al., 1990), los autores observaron la posibilidad de sustituir el 58 % de
los cereales del concentrado comercial por SC, sugiriendo esta opción como útil y
económica para este tipo de explotaciones y animales.
Posteriormente Zarragoitia et al (1992), tampoco encontraron diferencias significativas en
la ganancia de peso de novillas lecheras en crecimiento sobre pasto Bermuda 68, al comparar
la suplementación con 2.0 kg día-1 de un concentrado balanceado con 80% de SC, (569 g
día-1) con otros grupos de novillas alimentadas en pastoreo sobre Bermuda 68 y bancos de
Leucaena leucocephala, (530 g día-1).
El consumo de SC ad libitum mas forraje verde restringido a razón de 3 kg /100 kg de PV,
permitió ganancias de peso superiores a los 560 g día-1 cuando las novillas recibieron
suplementos diarios que incluyeron 600 g de soya mas miel final a voluntad. La SC aportó
entre el 48 al 77% de la MS consumida, aunque en las raciones con más del 50% de SC las
ganancias de PV disminuyeron significativamente (Fundora et al., 1996).
La combinación de la SC con maíz o trigo en el concentrado para vacas lecheras en pastoreo,
con una capacidad de producción de 4,000 kg de leche por lactancia, no mostró ventajas
significativas al compararlas con un concentrado comercial. Sin embargo, la combinación
de la SC con maíz mostró ventajas (P<0.01) sobre la ración con trigo. Por otra parte se
encontraron diferencias (P<0.05) en las proporciones de grasa y de proteína en la leche. La
leche de las vacas alimentadas con las raciones elaboradas con SC, maíz y trigo, contenía
más grasa y menos proteína en comparación con la leche de vacas alimentadas con la dieta
comercial (Reyes et al., 1997).
En un estudio realizado en el Instituto de Ciencia Animal, (Anon, 1994) se concluyó en
referencia al valor nutritivo de la SC como comparable al de los concentrados comerciales
para bovinos debido a que presenta entre 8 a 16% de PB, de la cual aproximadamente 6%
es considerada proteína verdadera, medida como nitrógeno soluble en ácido tricloroacético
(N-TCA). En ese mismo estudio se sugiere cuanta proteína sobrepasante (PS) se puede
absorber en el intestino aportada por este alimento. Esta, podría llegar hasta los 15 g kg -1
de materia seca (MS) lo cual es de suma importancia, según ha sido sugerido por Ruiz et al
(1990), al estudiar la suplementación nitrogenada (N x 6.25) para este alimento derivado de
la CA.
El uso de la SC en la engorda intensiva de rumiantes ha sido poco estudiado hasta el presente.
Sin embargo, Plaza declaró (2000, comunicación personal) que obtuvo ganancias próximas a
los 985 g/día con becerros lecheros destetados a los 90 días de edad, cuando se someten a
engorda intensiva en corrales consumiendo a voluntad, como dieta única, un concentrado
integral de alta energía y proteína (2.85 Mcal EM y 14.3 % PB, respectivamente)
balanceado con 65 % de SC.
2.6.1.2. Ovinos.
En un experimento de carácter básico y utilizando SC como el 100% de la ración, se
encontraron bajos niveles de retención de N, pero suficientes para obtener moderadas tasas
de ganancia de PV diario (Fundora et al., 1995). Este resultado se atribuyó, a una posible
influencia sobre el consumo voluntario, por el tamaño de partícula de la SC empleada en este
experimento, el cual fue mayor al recomendado para esta especie, determinando así un bajo
consumo de energía (6.2 MJ de EM por día).
Cuando se utilizaron carneros adultos para estudiar el consumo y la digestibilidad de
concentrados formulados con diferentes proporciones de SC sustituyendo maíz o trigo los
resultados para consumos de MS, al incluir hasta 65 % de SC en la ración, han sido de los
más altos reportados para ésta especie en condiciones tropicales. Asimismo el consumo neto
de 80 g de MS kg 0.75 en forma de SC, es muy superior a cualquier comunicado para
productos o subproductos de la caña de azúcar. Al mismo tiempo, resulta 13% superior al
índice de consumo ovino recomendado para pastos y forrajes tropicales, así como 7% mayor
al porcentaje señalado para las especies templadas (Ruiz et al., 1990).
Ventajas adicionales acerca de las posibilidades de uso de la SC en dietas integrales para
ovinos fueron demostradas por García y Elías (1990), con borregos Pelibuey consumiendo a
voluntad concentrado con inclusión de un 60% de SC, donde se obtuvieron ganancias diarias
de peso de 108 g día-1, contra 122 g obtenidos con una ración sustentada en levadura
forrajera industrial, como suplemento a una dieta con base en heno y melaza con 3 % de urea,
ambos a voluntad. Se considera que este trabajo puede tomarse como inicial de las
posibilidades de la SC para esta especie, pues se realizó con pocos animales y durante un
periodo relativamente corto.
2.6.1.3. El uso de Saccharina en otras especies.
En el Instituto de Ciencia Animal de la Habana Cuba, se efectuaron una serie de trabajos con
resultados satisfactorios para los principales indicadores fisiológicos y productivos para
diferentes etapas en la explotación de cerdos en pre y post destete y en crecimiento-ceba
(Lezcano et al., 1990; Castro et al., 1990; Díaz et al., 1990; Díaz et al., 1992; Lezcano et al.,
1992; González et al., 1995; Ly y Castro, 1995).
Para las aves de corral, se ha logrado definir los niveles apropiados de inclusión de SC en los
piensos para los pollos de engorda, hasta el nivel del 10 % (Valdivié et al., 1990ac; Marrero
et al., 1995; González et al., 1995; González et al., 1996). También se ha utilizado para
alimentar gansos con resultados similares a los obtenidos en los pollos de engorda (Valdivié
et al., 1990b).
Además, se han ensayado para este propósito, la denominada SC mulata y diferentes tipos
nuevos de SC, designados Sachamaíz, Sachasoya, Sachasoyamaíz y Sachaboniato,
dependiendo de la adición de estos alimentos molidos frescos en el proceso fermentativo de
la SC (Valdivié et al., 1996ab; Valdivié et al., 1997).
Finalmente las investigaciones realizadas acerca de la inclusión de la SC en las dietas para
gansos, han mostrado la posibilidad de utilizar este coproducto sin afectar el comportamiento
de esta especie, con el 30 % de inclusión para las raciones de la etapa de inicio de estas aves
y hasta el 40 a 60 % para la fase de terminación de su ceba (Valdivié, 1990ab).
2.7 Harina de pescado (proteína sobrepasante).
Se conoce que la celulosis ruminal se apoya en el adecuado balance de proteínas solubles
presentes en el rumen (Allen y Miller, 1987), tanto para las dietas donde se incluyen
granos de cereales (Church, 1969) o melaza (Veitia, 1986) o en las fibrosas (Van Soest,
1983).
Al mismo tiempo, se ha demostrado que la importancia de la presencia de las proteínas de
baja solubilidad en el rumen, denominadas como “sobrepasantes” (PS) radica cuando al
ser absorbidas en el intestino, contribuyen a elevar el “pool” de aminoácidos y potencian la
respuesta productiva de los animales (Chalupa, 1975) incluyendo aquellos que con un
consumo de dietas altas en fibra, satisfacen sus requerimientos energéticos y minerales
(Leng, 1978). Este efecto también fue reportado por Leng y Preston (1976) para dietas
basadas en CA suplementadas con harina de pescado.
De acuerdo con Guedes y Días da Silva (1994), la harina de pescado, debido a su lenta
degradación ruminal, se utiliza frecuentemente combinada con otras fuentes mas solubles
para estimular la actividad fibrolítica microbiana, pero aun falta información para conocer
el nivel óptimo de PS para los rumiantes cuando consumen dietas relativamente altas en
fibra, como puede ser el caso de la caña de azúcar.
III. HIPOTESIS GENERAL
En la engorda comercial intensiva de borregos, las dietas integrales sustentadas en
Saccharina, pueden competir con dietas tradicionales sin aparentes diferencias en la
ganancia diaria de peso.
IV. OBJETIVOS.
4.1. OBJETIVO GENERAL: Evaluar dietas sustentadas en Saccharina enriquecidas
con proteína y almidón con diferentes grados de solubilidad (harina de pescado y pulidora
de arroz respectivamente), y confrontarlas con una dieta tradicional para alimentar ovinos
de manera comercial bajo un sistema de confinamiento.
4.1.1. Objetivos particulares:
1. Mostrar la efectividad del sulfato de amonio grado fertilizante, como estimulante del
crecimiento microbiano durante la fermentación de la SC, para alcanzar un aumento
importante de su contenido proteico.
2. Identificar la proporción óptima de inclusión de sulfato de amonio, de grado
fertilizante, en el aditivo para el proceso fermentativo de la SC, como nutriente para
estimular el crecimiento microbiano y mejorar el contenido proteico obtenido con la
fórmula original.
3. Comparar los efectos estimuladores de la adición de diferentes proporciones de
almidón y de proteínas de diferente solubilidad ruminal, sobre el consumo voluntario
y la digestibilidad de raciones integrales para ovinos, soportadas en SC.
4. Determinar las mejores proporciones de inclusión de una fuente de almidón y otra de
proteína con diferente grado de solubilidad ruminal en raciones integrales con base en
SC para ovinos, caracterizando el consumo voluntario y la digestibilidad ruminal
como elementos básicos para diseñar sistemas de engorda intensiva de borregos,
aplicables en explotaciones comerciales.
5. Combinar los resultados anteriores de nutrición básica, con experimentos de
carácter aplicado y diseñar dietas integrales, con base en SC, apropiadas para la
engorda intensiva de borregos.
6. Validar los resultados experimentales anteriores a través de un trabajo en condiciones
comerciales.
V. Material y Métodos.
Los experimentos uno y cuatro se ejecutaron en la población de Etzatlán Jalisco, ubicada
entre los 20º 46´ de latitud norte y 104º 05´ de longitud oeste, a 1,400 metros sobre el
nivel del mar, con clima Acw, con una temperatura promedio de 20.9 ºC y precipitación
de 980 mm anuales durante los últimos 40 años, (INEGI, 1996). Los experimentos dos y
tres, se realizaron en las instalaciones del Dpto. de nutrición animal del hoy Instituto
Nacional de Ciencias Médicas “Salvador Zubiran” de la Ciudad de México.
En los experimentos uno y cuatro los resultados se analizaron con base a un modelo
completamente aleatorizado. El modelo matemático correspondiente fue:
Y = µ + τi + εj.
Donde µ: media general.
τi: efecto del ésimo tratamiento.
εj : error aleatorio normal.
Los datos fueron analizados con el programa para computadora SPSS Ver. 10. Las
diferencias entre medias se calcularon mediante la dócima de Duncan, (1955).
En los ensayos dos y tres, se utilizaron como diseños cuadrados latinos de 4 x 4. El modelo
matemático correspondiente fue:
yijk =µ + Pi + Aj + Tk + eijk donde
µ: media general
Pi : efecto del – ésimo periodo,(i = 1,2,3,4).
Aj: efecto del – ésimo animal, (j =1, 2, 3, 4).
Tj: efecto del – ésimo tratamiento (k = 1, 2, 3,4).
eijk: error aleatorio normal e independientemente distribuido.
En estos mismos experimentos se utilizó el método de análisis de regresión lineal simple
entre los indicadores medidos y los niveles de tratamientos correspondientes a pulidura de
arroz y harina de pescado. Las unidades experimentales fueron cuatro borregos fistulados
con una cánula permanente. La técnica y forma de manejo se explican en los capítulos
correspondientes.
Experimento Uno
Durante la época en que se realizó este trabajo (mayo de 1998) la temperatura ambiente
presentó un rango entre 15 y 36º C, con una humedad relativa entre 10 y 55% y sin
precipitación pluvial.
Se utilizaron 50 kg de tallo limpio (sin cogollo y sin hojas), de una variedad comercial de
CA, los cuales después de ser molidos en una máquina forrajera convencional, de
fabricación rústica, a tamaño de partícula entre 8 y 20 mm, fueron subdivididos en cinco
lotes de 10 kg cada uno. A cada tratamiento se les agregaron los aditivos correspondientes,
acorde a las recomendaciones de Ruiz (1997), como se muestra a continuación (cuadro
11).
Cuadro 11. Cantidad (%) de aditivos en base fresca para elaborar Saccharina, según los tratamientos experimentales (niveles de SAF).
Aditivos % base fresca.
SAF* 0.00 0.25 0.50 0.75 1.0
Urea 1.5 1.5 1.5 1.5 1.5
Minerales 0.5 0.5 0.5 0.5 0.5
*Sulfato de amonio de grado fertilizante.
Procedimiento. De acuerdo a las recomendaciones originales de Elías et al (1990), la caña
se molió por la tarde (17.00 a 18.00 horas). Se le agregaron los aditivos a mano, de manera
homogénea y posteriormente se formaron pilas por separado de aproximadamente
80x40x15 cm de largo, ancho y alto respectivamente.
Se estableció un periodo para el proceso de fermentación con duración aproximada de 16
horas (desde las 18.00 hasta las 10.00 horas del día siguiente). Cada 4 horas, se midieron la
temperatura ambiental (TA) y la temperatura de fermentación (TF) de cada pila/tratamiento.
Simultáneamente se midió el pH (pHmetro marca Corning pH/isometer 620) utilizando un
electrodo de penetración de 10 cm.
Se recolectaron muestras aleatorias de 200 g (peso fresco) de cada tratamiento al inicio y al
final del proceso fermentativo para medir sus contenidos de MS. Al finalizar la
fermentación las pilas de material de cada tratamiento se dispersaron por separado sobre
una superficie de cemento en capas delgadas de 2 cm de alto, para permitir su secado al
sol, revolviendo el contenido cada hora. Una vez realizado el secado, se tomaron cuatro
muestras aleatorias de 100 g cada una de cada tratamiento. En cada muestra se analizaron
los contenidos de MS y PB (N x 6.25) según AOAC (1995). Además se determinó la
fracción precipitable al ácido tricloroacético (N – TCA) para calcular el porcentaje de
proteína verdadera, (AOAC 1990).
Experimento Dos.
Para este caso se utilizaron cuatro borregos criollos machos de 46 kg de PV promedio,
confinados y distribuidos en jaulas metabólicas de acuerdo al diseño experimental
propuesto. Los tratamientos consistieron en dietas integrales basadas en SC conteniendo 0,
10, 20, ó 30 % de pulidora de arroz (PA). Todas las dietas se balancearon además con
(harina de soya, melaza y minerales) para alcanzar 15 % de PB y 2.74 Mcal de EM kg -1 en
base seca. Los ingredientes y sus porcentajes de inclusión se muestran en el cuadro 12.
Los valores utilizados como referencia de las necesidades del tipo de animales usados en el
presente experimento fueron tomados de las tablas elaboradas por Kearl (1982).
Cuadro 12. - Niveles de inclusión de pulidura de arroz y balance nutricional de las dietas experimentales según tratamiento.
Componentes (% base fresca) Pulidura de arroz 0 10 20 30
Saccharina 78.5 67.5 58.5 48.5
Harina de soya 10.0 11.0 10.0 10.0
Melaza 10.0 10.0 10.0 10.0
Minerales 1.5 1.5 1.5 1.5
Composición (% base seca) Materia seca. 87.5 87.7 87.9 88.1
Proteína bruta. 15.0 15.4 14.9 15.0
EM. Mcal kg MS - 1 2.74 2.75 2.75 2.76
Procedimiento.
Al inicio del experimento, los borregos se trataron con Ivermectina a dosis de 200 mcg kg-1
vía subcutánea, y se les suministró una dosis de 500 mil UI de vitamina A, por vía
intramuscular. Los animales se introdujeron a las dietas de manera gradual, por lo que al
día catorce, los borregos se encontraban adaptados y consumiendo a voluntad su dieta
correspondiente. La cantidad total de alimento se distribuyó en dos porciones ofrecidas a
las 08.00 y 15.00 horas. El día dieciséis, se introdujeron vía cánulas ruminales, 3 bolsas
con su paralelo (seis bolsas en cada borrego) con 10 g conteniendo la misma dieta que
estaba consumiendo cada animal. Se utilizó un dispositivo de plástico inerte para fijación,
de manera que cada bolsa permaneciera en los sacos dorsal y ventral así como en el
centro del retículo – rumen respectivamente, para un periodo de incubación de 48 horas.
Al final de la fermentación in situ, las bolsas se lavaron con agua corriente, para su
posterior secado en estufa a 60 ºC y pesadas para calcular la digestibilidad de la MS,
de la fibra neutro detergente (FND), de la lignina (LIG) y la celulosa (CEL). Todos los
procedimientos de preparación y manipulación de las bolsas se realizaron según la
metodología propuesta por Ørskov et al, (1980).
En los análisis de laboratorio, los contenidos de MS y PB se midieron por las técnicas
recomendadas por la AOAC (1995), mientras que la FND se determinó según el método de
Van Soest y Wine (1967). El análisis estadístico se realizó según el diseño experimental ya
mencionado y se aplicó la dócima de comparación múltiple de Duncan (1955), en los casos
necesarios. También fueron utilizados los métodos de correlación o de regresión en
dependencia de los objetivos y de las variables utilizadas. Para el procesamiento de los
datos se uso el sistema SPSS versión 10.0 (1999).
Experimento Tres.
En este caso, se usaron cuatro borregos adultos del tipo criollo, con peso vivo (PV) en
promedio de 58 kg, utilizados conforme al modelo matemático y diseño experimental
propuestos. Los tratamientos, según se muestra en el cuadro 13, consistieron en la inclusión
de diferentes niveles de harina de pescado (HP) como fuente de proteína sobrepasante (PS),
incluidos en el balance proteico, calculado para 14 %, de cada ración.
Cuadro 13. Composición porcentual de las dietas integrales y de la concentración de harina de pescado.
Harina de Pescado %
Ingredientes. 0 2 4 6
Saccharina 62.0 62.0 62.0 62.0
Pulidura de arroz. 20.0 20.0 20.0 20.0 Harinolina. 6.0 4.0 2.0 0.0 Sales minerales. 2.0 2.0 2.0 2.0 Melaza. 10.0 10.0 10.0 10.0
El diseño experimental correspondió a un Cuadrado Latino de 4 x 4 con periodos de 18 días
distribuidos en 14 días para la adaptación de los animales a la dieta correspondiente y
cuatro para la recolección de muestras. El alimento se distribuyó diariamente en dos
ocasiones (08.00 y 15.00 horas) según asignación total correspondiente considerando un
15% más sobre el consumo promedio diario de la semana inicial de cada periodo. El
consumo se calculó por diferencias entre esta asignación y el rechazo medido al día
siguiente, durante todo el experimento. Los borregos permanecieron todo el tiempo en las
jaulas metabólicas a las que fueron asignados en forma aleatoria.
Al inicio del experimento los animales fueron tratados contra parásitos con Ivermectina a
dosis de 200 mcg kg-1 vía subcutánea, y se les suministró una dosis de 500 mil UI de
vitamina A por vía intramuscular.
Se utilizó la técnica de la digestibilidad in situ descrita por Ørskov et al (1978; 1980; 1988),
para estimar las digestibilidades de la MS y de los componentes del complejo
lignocelulósico (CLC) de las dietas, en cada periodo. La técnica citada se modificó
introduciendo en cada oportunidad tres réplicas con su paralelo (seis bolsas en cada borrego
y en cada periodo) atadas a un bastón rígido de plástico PVC, así las muestras quedaron
suspendidas, cada una, en el saco ventral, en el centro y en el saco dorsal del rumen
aproximadamente. Para su fermentación las muestras permanecieron en el rumen durante
48 horas, en todos los casos. Los residuos de estas bolsas, después de lavadas fueron
secadas en estufa a 60 ºC durante 48 horas, sus contenidos se mezclaron y mediante
muestreos aleatorios se determinaron sus contenidos de MS y CLC; (FND, FAD, celulosa,
hemicelulosa y lignina) incluyendo además una muestra similar de cada dieta sin fermentar
como control. Para el análisis del CLC se utilizó el equipo ANCOM FIBER ANALYZER
220/220 y sus respectivas bolsas (FILTER BAGS) FS7. La proteína bruta se determinó
mediante el aparato BÜCHI DESTILLATION UNIT B34.
El análisis estadístico se realizó según el diseño experimental ya mencionado y se aplicó la
dócima de comparación múltiple de Duncan (1955) en los casos necesarios. Se utilizaron
las técnicas de correlación o de regresión. El procesamiento de los datos se efectuó con el
sistema SPSS versión 10.0 (1999).
Experimento Cuatro.
En este trabajo se utilizaron 27 ovinos, machos, enteros, con peso promedio de 18 ± 2 kg,
cruza de Rambouillet X Suffolk originarios del estado de San Luis Potosí México, los cuales
se distribuyeron aleatoriamente en nueve grupos de tres animales cada uno. Cada grupo se
alojó en un corral de 6 m2, con pisos de cemento, comedero, bebedero y buen drenaje. Toda
el área estuvo cubierta por una lona para proporcionar sombra a los animales.
Los tratamientos consistieron en tres dietas integrales, cuya composición aparece en el cuadro
14. Como control (dieta uno) se usó una ración típica para engorda intensiva de ovinos
formulada con cebada mas harina de soya (Castilla y Gómez, 1993) y dos dietas
experimentales con base en Saccharina mas harina de pescado y en SC mas harina de soya
(dietas dos y tres respectivamente). La Saccharina se elaboró según la metodología empleada
en el experimento uno (con 0.75 % de SAF incluido en el aditivo).
Cuadro 14. Composición de las dietas integrales expresadas como el porciento de sus ingredientes.
Dietas
% Ingredientes 1 2 3
Cebada, grano molido 80.0 -- --
Saccharina -- 60.0 58.0
Harina de soya 18.0 5.00 15.0
Harina de pescado -- 8.0 --
Pulidura de arroz -- 15.0 15.0
Sales minerales 2.0 2.0 2.0
Melaza -- 10.0 10.0
Para cada tratamiento se utilizaron nueve animales distribuidos en tres repeticiones y cada
repetición se integró con tres animales.
A la llegada de los animales se les desparasitó con Ivermectina a dosis de 200 mcg kg -1
vía subcutánea, y se les suministró una dosis de 500 mil UI de vitamina “A” de marca
registrada vía intramuscular, además se inmunizaron con Bacterina Multibac – 7.
El consumo de agua y de alimento fue a libre acceso. El tiempo de adaptación a las dietas
fue de 14 días, a partir del arribo de los animales a las instalaciones.
La dieta de recepción estuvo constituida por heno de alfalfa, la cual se sustituyó
progresivamente en 10 días por la dieta experimental correspondiente, esta se suministró a
libre acceso. Las cantidades ofrecidas de cada dieta integral se registraron diariamente, así
como los rechazos. El registro de los pesos de los animales se realizó de forma individual
cada 14 días. El día anterior a cada pesaje se retiró el alimento a partir de las 18.00 horas y
se suministró de nuevo a la mañana siguiente, al terminar de recolectar el total de los pesos.
El reparto de alimento se realizó en dos horarios; a las 07.00 horas se ofertó el 60 % del
total de la ración correspondiente a cada corral y el resto se entregaba a las 16.00 horas. Los
indicadores registrados fueron el consumo voluntario de cada dieta por corral, así como los
pesos vivos individuales al inicio y al final y cada 14 días. El contenido de nutrientes de las
dietas se analizó en dos oportunidades (en el primero y tercer periodos), mediante los
procedimientos sugeridos por AOAC (1990).
VI. RESULTADOS.
EXPERIMENTO UNO.
El monitoreo de las temperaturas ambiental (TA) y de fermentación (TF) de la SC (gráfica
número uno), mostró que aunque la TA tuvo una variación de hasta 10 °C entre sus valores
extremos, los valores de la TF fueron de solo 2 °C de diferencia entre el inicio a las 20.00
horas y en el punto mas bajo de la TA, a las 06.00 horas. Sin embargo, el estudio de
regresión sugiere una relación de dependencia, expresada por la ecuación:
Y = 13.56 + 0.29x R2 = 0.57 ES (b) ± 0.11
(P< 0.05)
Donde: Y = TF
x = TA
La ecuación anterior, infiere los valores que tomaría Y (TF) según los valores reales que se
midieron para X (TA) en °C.
Gráfica 1.- Variaciones de las temperaturas ambiente (TA) y temperatura de fermentación (TF) en °C, de los montículos de caña molidos y preparados, durante el proceso fermentativo con relación a la temperatura ambiente.
TF = 13.56 + 0.29 X
21.12
20.46
Temperatura defermentación °C
B TTF
14.50
19.80
19.14
18.4817.25 20.00 22.75 25.50
Temperatura ambiente °C
La gráfica 1 muestra durante el proceso fermentativo de la SC, una tendencia natural de la
masa, a mantener la temperatura interna con una estabilidad relativa. Así, para las
condiciones del presente experimento, con una TA promedio de 21 °C (15 a 25 °C) las
TF solo variaron entre 17 y 23 °C, con una tendencia (NS) a reducirse dentro de estos
parámetros, a medida que avanzó la fermentación.
El estudio de la dinámica fermentativa (cuadro 15), no mostró diferencias significativas
entre los diferentes tratamientos y se observaron valores promedios de 5.6 sin SAF y de 5.9
con la inclusión de 0.75 y 1% de SAF.
Cuadro 15.- Valores porcentuales de sulfato de amonio, temperatura ambiente y su probable efecto de éstos sobre la temperatura y pH durante el proceso fermentativo de la Saccharina.
Dosis de sulfato de amonio % en la dieta base fresca. Temperatura
ambiente*
Temperatura de
fermentación* pH 0.00 21.0 19.9 5.7 0.25 20.2 5.6 0.50 20.1 5.7 0.75 19.6 5.9 1.00 19.7 5.9 ESX ± 0.9 ± 0.1 Sign NS NS
* Unidad de medida oC. P>0.05 Una interpretación ulterior de estos resultados pudiera encontrarse en los estadígrafos de
dispersión y los coeficientes calculados para el conjunto de todos los datos del estudio
dinámico de la temperatura y de los parámetros de la fermentación según aparecen en el
cuadro 16. En ellos se observa, que las DS fueron relativamente reducidas y los CV para
la temperatura ambiente (20.20) y de solo 8.56 y 4.08 para la temperatura de fermentación
y el pH respectivamente.
Cuadro 16. - Estadígrafos de dispersión para los indicadores del proceso fermentativo de la SC.
Estadígrafos Temperatura ambiente
Temperatura de fermentación
pH
Promedio 21.00 19.91 5.79
DS 4.35 1.70 0.24
CV 20.20 8.56 4.08
La relación de dependencia sugerida anteriormente entre la temperatura ambiente y la
temperatura de fermentación parece confirmarse con la correlación (r) de 0.76 calculada
con el total de medidas obtenidas para ambos indicadores. Asimismo, el coeficiente de
correlación calculado entre temperatura ambiente y pH (0.25) y entre la temperatura de
fermentación y pH (0.36) parecen confirmar que el pH no tiene dependencia significativa
con las temperaturas. Esto mismo sucedió con la correlación alcanzada entre el SAF y la TF,
(0.48), al menos, en el caso concreto de las condiciones en que se desarrolló el proceso
fermentativo de la elaboración de la SC en este experimento, (Cuadro 17).
Por otra parte, el pH mostró un comportamiento independiente (NS) con relación a la TA a
las diferentes horas, ya que inició con valor de 6.1 a las 22.00 horas, y descendió a 5.7 a las
02.00 horas, manteniéndose uniforme hasta el final de la fermentación a las 10.00 horas.
Desde el punto de vista fermentativo, este comportamiento fue posible expresarlo a través
de coeficientes de correlación calculados, por una parte, entre el nivel de SAF y el pH
(0.37), así como entre la TF y el pH (0.25), los que también se muestran en el cuadro 17.
Cuadro 17. – Coeficientes de correlación entre los indicadores observados en el proceso de fermentación de la SC. TA, temperatura ambiente; TF, temperatura de fermentación; NSAF, nivel de sulfato de amonio
TA TF pH NSAF
TA 1
TF 0.76** 1
pH 0.25 0.36 1
NSAF 0.48 0.37 1
** (P<0.01).
En el cuadro 18 se observan las mayores pérdidas de MS, (2.08 y de 2.22%) para el
tratamiento control y con 0.25 % de SAF respectivamente. Pero hubo una reducción
importante del nivel de descenso a medida que fue aumentando la proporción de SAF en
el aditivo, hasta resultar menores de una unidad en %, cuando la fuente de azufre
representó el 0.75 y el 1.00 %.
Cuadro 18. - Efecto del sulfato de amonio en la evolución del contenido y la pérdida de MS durante la fermentación de la Saccharina.
Sulfato de Amonio Materia seca % Pérdida de MS
% en Base fresca Inicio Final (Unidades de %)
0 .00 31.87 29.79 2.08
0.25 33.10 30.88 2.22
0.50 33.56 32.32 1.24
0.75 34.65 34.07 0.58
1.00 32.52 32.50 0.02
Media 33.14 31.91 1.23
DS 1.06 1.64 0.95
CV 3.18 5.13 77.14
El cuadro 19 muestra un importante incremento (P <0.01) en el contenido final de proteína
bruta total (N x 6.25) de la SC atribuible a la inclusión del SAF en el aditivo, así, la PB se
elevó desde 9.76% sin SAF, hasta un máximo de 15.58 % cuando se incorporó a nivel del
0.75 %.
Cuadro 19.- Efectos del sulfato de amonio en la composición de la Saccharina.
Sulfato de amonio % Materia Seca Proteína (N x 6.25)
Base fresca % Total
(% base seca)Precipitable
al TCA+
0.00 23.8 9.76a 8.21a
0.25 30.1 10.87b 14.83b
0.50 30.6 12.43c 38.64c
0.75 31.3 15.58e 67.45e
1.00 32.5 13.17d 54.19d
ES ± 1.1 0.12*** 1.41***
Letras diferentes en la misma columna difieren P< 0.01. +Como porcentaje del total de la proteína (N x 6,25)
EXPERIMENTO DOS.
Las dietas con porcentajes de 10, 20 ó 30 de pulidora de arroz en su fórmula, provocaron
un aumento en el consumo de MS medido en g día-1, de los ovinos utilizados con respecto
al testigo. Ninguno de los tres niveles mencionados presentó diferencias significativas entre
si (<0.05). Sin embargo, las dietas con 10 o 20 % de pulidora de arroz (PA), si mostraron
diferencias con respecto al testigo. El consumo medido como función del peso metabólico
(k0.75) todas las dietas con PA, presentaron diferencias significativas respecto a la dieta
testigo. Cuando se utilizó el mismo nivel de significancia referidas a los consumos de PB,
se observaron las mismas tendencias, así, las dietas adicionadas con PA, no mostraron
diferencias, entre si, pero el consumo de MS de la dieta con el 0 % de PA, estadísticamente
fue igual al de la dieta con 30%. Al compararse los consumos de EM, en las dietas con 10 y
20% de PA, se detectaron los mayores consumos, entre ellas no hubo diferencia
significativa, como tampoco hubo diferencia entre el nivel de 20 y 30 % y de éste último
tratamiento, con el testigo.
Cuadro 20. Efecto del % de inclusión de pulidura de arroz en los consumos de MS, PB y EM con dietas integrales sustentadas en Saccharina.
Inclusión de pulidura de arroz en %
Medidas 0 10 20 30 ES ± Sign.
Materia seca
g/animal día-1 988b 1578a 1406a 1302ab 124 *
g/kg 0.75 48b 77a 79a 74a 7.24 *
Proteína bruta
g/animal día-1 148b 243a 209a 195ab 19.69 *
Energía Metab.
Mcal/animal día-1 2.71c 4.34a 3.87ab 3.59bc 0.34 *
Medias con diferentes literales en las filas difieren estadísticamente P< 0.05
En cuanto a la digestibilidad aparente de la MS consumida (gráfica dos), se observó un
incremento (NS) atribuible y relacionado al nivel de inclusión de la PA en las raciones
integrales en estudio.
Las medias de este estimador no fueron significativas, sin embargo, per se, las cifras
sugieren una tendencia de como la presencia de la PA en estas dietas integrales basadas en
un alimento fibroso como la SC probablemente ejerció un efecto estimulador de la
actividad ruminal sobre la ración. Así, la digestibilidad aparente de la MS se incrementó
desde un nivel próximo al 57 % cuando no se incluyo la PA, hasta un máximo de 66 % con
el 20 % de PA, pero con valores intermedios en los niveles inferior y superior de inclusión
de PA.
Gráfica 2. – Efecto del nivel de la pulidura de arroz en la digestibilidad de la MS.
0 5 10 15 20 25 3056
58
60
62
64
66
Dig
estib
ilida
d %
Porcentaje de inclusión de pulidura de arroz
digestibilidad
Un análisis detallado acerca de los efectos de la PA sobre la digestibilidad de los
componentes lignocelulósicos (CLC), de la fracción fibrosa de las dietas se muestra en el
cuadro 21 en donde se observa que las diferencias entre las medias por tratamiento fueron
NS, pero muestran una tendencia hacia una mayor digestibilidad aparente con la presencia
e incremento de la proporción de PA en la ración alcanzando el mayor porcentaje con el 20
%.
Cuadro 21. - Efecto de la pulidura de arroz sobre la digestibilidad aparente de la fibra neutra detergente†, la celulosa, y la lignina en dietas de Saccharina.
MEDIDAS PULIDURA DE ARROZ (% en base fresca) ES ± Sig
0 10 20 30
FND† 45.18 47.70 48.61 47.58 1.27 NS
Celulosa 41.9 41.9 43.3 39.5 1.0 NS
Lignina 13.2 12.5 13.9 13.6 1.8 NS
Si bien no se alcanzó la significación estadística entre los CLC, de la fracción fibrosa,
cuadro 21. El análisis de regresión permitió ajustar una ecuación cuadrática significativa
entre la digestibilidad de la MS (Y) y el nivel de PA (X). Este resultado permite analizar el
incremento de la digestibilidad de la MS cuando se aumenta la proporción de PA hasta
valores máximos para el 20% de inclusión de PA.
Y = 57.0+0.70X - 0.017X2
ES (b1)= ± 0.40
ES (b2)= ± 0.01
R2 = 0.82 P < 0.05
EXPERIMENTO TRES.
El análisis químico de las dietas integrales (cuadro 22), mostró una alta uniformidad en los
contenidos de energía y proteína, cuyos niveles satisfacen los requerimientos para borregos
de 30 kg de PV en ceba final aumentando entre 100 y 150 g diarios en el caso de la
proteína, conforme a los valores tabulados por (Kearl, 1982). Al mismo tiempo y de
acuerdo al diseño del experimento, el contenido de proteína sobrepasante, representó
desde el 8.73 % de la proteína total en la dieta sin harina de pescado (HP), aumentando
hasta 19.26 % en la dieta donde se incluyo el 6 % de HP.
Cuadro 22. Análisis químico de las dietas integrales con diferentes concentraciones porcentuales de harina de pescado.
% Harina de pescado en la dieta.
Conceptos 0 2 4 6
Materia seca. 91.90 91.90 91.80 91.80
EM, Mcal/kg de MS. 2.38 2.38 2.38 2.39
Proteína bruta %. 13.85 14.07 14.30 14.52
Prot. sobrepasante %. 8.73 11.90 14.88 19.26
Fibra bruta. 18.40 18.10 19.90 17.80
Fibra neutro detergente 26.93 25.93 27.26 25.25
Fibra ácido detergente 14.73 15.34 15.44 13.92
Celulosa 10.86 11.61 11.21 10.18
Hemicelulosa 12.29 10.59 11.80 11.29
Lignina 3.87 3.74 4.25 3.64
Calcio 0.80 0.81 0.84 0.86
Fósforo 0.38 0.38 0.40 0.41
Por otra parte, el fraccionamiento de los componentes del complejo lignocelulósico (CLC)
también mostró una alta semejanza entre las dietas integrales de este experimento, lo cual
pudiera atribuirse a que en sus formulaciones se incluyó la misma proporción de SC.
Para los consumos de MS, se detectaron cifras de: 2.39; 2.35; 2.40 y 2.48 kg/100 kg de PV.
Estos mismos consumos expresados en g como función del PV fueron de: 1405; 1403;
1432; y 1431 para las concentraciones de 0, 2, 4, y 6% de HP respectivamente (gráfica
tres).
Gráfica 3. Efectos del nivel de harina de pescado sobre el consumo de MS de dietas integrales basadas en Saccharina expresadas como porcentaje del peso vivo y g día -1.
0 2 4 6
2.34
2.36
2.38
2.40
2.42
2.44
2.46
2.48
2.50
kg/100 kg PV gr día-1
Porciento de inclusión de harina de pescado
kg./1
00 k
g de
pes
o vi
vo
140014021404140614081410141214141416141814201422142414261428143014321434
g día-1
El análisis de varianza no mostró diferencias significativas entre tratamientos para el
consumo de MS en g d-1 cuando se expresaron sobre la base del PV para compararlos con
los requerimientos de MS.
En el estudio de regresiones para tratar de predecir el consumo esperado en dietas de este
tipo y en función de los contenidos y de las digestibilidades de la MS y de las fracciones
del CLC, solo se encontró ajuste significativo (P<0.01) para la relación lineal con la
digestibilidad de la MS como se muestra en la ecuación siguiente.
Y = - 19.04 + 0.27X
ESb = ± 0.09
R2 = 0.90 P < 0.01
Los coeficientes de correlación, entre el consumo de MS y el nivel de los componentes del
CLC, utilizando dos de estos como variables seleccionadas, aparecen en el cuadro 23.
Se observó que las estimaciones más confiables (≥ 0.70) se obtuvieron combinando el
contenido de lignina con el de los demás componentes del CLC. Sin embargo, las
probabilidades de predicción a partir de otras combinaciones entre estos componentes
fueron bajas. La única combinación que presentó un valor significativo P< 0.05, fue la
correspondiente a lignina mas fibra neutro detergente.
Cuadro 23. Coeficientes de correlación (r) entre el consumo de MS (Y) y los componentes del CLC (X) en las dietas integrales.
LIG# + FND1 = 0.75* FND + FAD = 0.33 CEL + FAD = 0.69
LIG + FAD2 = 0.70 FND + CEL = 0.56 CEL + HCEL = 0.52
LIG + CEL3 = 0.74 FND + HCEL = 0.30
LIG + HCEL4 = 0.72 #Lignina; 1 Fibra neutro detergente; 2 Fibra ácido detergente; 3 Celulosa; 4 Hemicelulosa. * P<0.05
Los consumos de PB total entre tratamientos no presentaron diferencias significativas
<P0.05 entre si. Medidas las cantidades de proteína sobrepasante en g día-1, es posible
detectar diferencias entre tratamientos y correspondió a las dietas con 0 y 6 % de inclusión
de HP las cifras más baja y más alta (18 y 79 g día-1) respectivamente (cuadro 24), aun
cuando fueron calculadas para ser aproximadamente isoproteicas, de acuerdo a los valores
propuestos por Kearl (1982), para animales consumiendo dietas fibrosas y bajo condiciones
ambientales de los países en vías de desarrollo.
Cuadro 24. Consumos proteicos por dieta/tratamiento.
Dieta PB total Sobrepasante Fermentable H. pescado (%) g día-1 g día-1 % del total g día-1 % del total
0 239 18c 7.5 221 92.5
2 449 53b 11.8 396 88.2
4 432 64ab 14.8 368 85.2
6 427 79a 18.6 348 81.4
Medias con diferentes literales en las filas difieren estadísticamente P<0.05
EXPERIMENTO CUATRO. La composición química proximal de las dietas elaboradas se muestra en el cuadro 25, no
resultaron ser isoproteicas pero tuvieron valores aproximados de proteína (N x 6.25) entre
185 y 179 g kg -1 de MS, los cuales se encuentran en el rango sugerido por el NRC, (1985)
para este propósito.
En función de uno de los objetivos de esta secuencia experimental se calculó que las
fracciones de la proteína dietética insolubles en el líquido ruminal alcanzaran valores de 19
% en la dieta control (cebada + soya) y de 9 y 23% en las dietas sobre la base de SC con
harina de soya y con harina de pescado, respectivamente.
Cuadro 25. Composición química (g kg -1 de MS) de las raciones experimentales sustentadas en granos de cereal y Saccharina más fuentes de almidones y proteína sobrepasantes.
Cebada + soya Saccharina +
Indicadores Soya Pescado
Materia seca 896 868 875
Proteína bruta 185 181 179
Fibra cruda 102 159 156
Calcio 7.1 8.2 7.8
Fósforo 3.6 3.1 2.9
Energía metabolizable, g kg -1 MS
2.63 2.54 2.48
El estudio del consumo voluntario, como promedio a los 60 días del periodo de engorda,
según aparece en el cuadro 26, no mostró diferencias significativas, en ninguna de las dos
formas de expresión utilizadas para estos dos tipos de dietas de notables diferencias físico-
químicas
Cuadro 26 - Consumo voluntario de las dietas como promedio durante la engorda de 60 días.
Medidas Control Saccharina
ES ±
Consumo de las dietas: Pescado Soya
Materia seca g día-1 1078 1046 1014 18.48 NS
Índice de consumo kg MS/100 kg peso vivo 3.71 3.58 3.50 0.06 NS
Los consumos voluntarios de MS, como promedio diario (1014 a 1078 g día-1) y
especialmente los índices de consumo (3.71 a 3.50 kg/100 kg PV) no mostraron diferencias
significativas entre tratamientos.
La gráfica cinco, muestra la evolución del índice de consumo de MS durante los cuatro
periodos de registro de datos. Se observa, en el primer periodo los consumos superiores al
3.0 % del PV, evolucionando rápidamente hasta los máximos próximos al 4.0 % del PV
hacia los 60 días.
Gráfica 4. Evolución del índice de consumo (kg MS/100 kg de peso vivo) durante los 60 días de la engorda.
10 20 30 40 50 603.1
3.2
3.3
3.4
3.5
3.6
3.7
3.8
3.9
4.0
% M
S P
V
D ías
D1 D2 D3
Dietas 1 = cebada + soya; 2 = Saccharina + H pescado; 3 = Saccharina + soya. El comportamiento del PV (cuadro 27), muestra que la ganancia diaria en promedio de los
animales alimentados con la dieta control (cebada + soya) fue significativamente (P<0.05)
mayor a la alcanzada por los sustentados con las dietas basadas en SC, (que fueron no
significativas entre si). Debe notarse que esta superioridad fue solo de 6 %, ya que la
diferencia con la ganancia con la SC + HP solo fue de 14 g día-1 con relación a la
alcanzada con la cebada + soya.
Cuadro 27. Comportamiento del peso vivo durante la ceba intensiva en relación a los tratamientos utilizados.
Saccharina +
Indicadores.
Cebada+
Soya Pescado Soya ES ±
Peso Inicial (kg) 18.9a 18.6b 18.8b 0.14*
Peso final (kg) 33.1a 32.2b 30.3b 0.15*
Aumento diario de peso (g) 238a 224ab 198b 1.24*
Conversión alimenticia kg MS/kg PV 4.05 4.05 4.46 ---
Medias en las mismas líneas con diferente literal difieren P<0.05 (Duncan, 1955).
Las necesidades calculadas y recomendadas por Kearl en 1982, se comparan con el de los
nutrientes consumidos como promedio diario de todo el experimento y se muestran en el
cuadro 28 para sustentar una interpretación nutricional de los resultados productivos.
Cuadro 28.- Consumo de nutrientes y su relación con los requerimientos (%) para una ganancia de 240 g día-1. Requerimientos propuestos por Kearl (1982).
Saccharina +
Indicadores
Cebada
+ soya Pescado Soya
Materia seca, g día-1 965 908 887
Energía Metab. Mcal día -1
% del requerimiento 2.55 121
2.29 109
2.23 106
Proteína bruta g día -1 % del requerimiento
178 113
164 104
161 102
Calcio g día -1
% del requerimiento 6.8 173
7.4 188
7.0 178
Fósforo g día -1
% del requerimiento 3.5 127
2.8 102
2.6 95
VII. DISCUSION. Experimento uno La caña molida utilizada en este trabajo tuvo 33.6% de MS y concuerda con el material
utilizado por Molina (1990). Cañas de edad de rebrote (14 meses) y época del año
similares a las de este experimento.
En referencia a la relación entre la TA y la TF los datos observados, sugieren la presencia
de un efecto medianamente regulador de la TA sobre la TF de la SC. Este puede ser un
elemento de importancia para confirmar la tecnología que se ha diseñado para la
fabricación rústica de la Saccharina en condiciones prácticas de producción, al ambiente.
Esto implica que la fermentación de la SC durante horas diurnas y al aire libre,
probablemente no sería posible debido a que la acción conjunta de una mayor TA y de la
radiación solar inhibiría la acción microbiana en que se fundamenta el proceso. El
relativamente rápido desarrollo de secado natural producido durante la exposición a los
rayos solares confirma estas observaciones. No obstante, existen antecedentes prácticos de
que el proceso fermentativo de la SC se puede realizar durante las horas del día, siempre y
cuando se haga bajo la sombra (Elías, A. 2000, comunicación personal).
En relación al pH, existen antecedentes contradictorios en el proceso fermentativo de la SC.
Elías et al (1990), informaron de un pH entre 4.3 y 4.8, inferior al medido en este
experimento y pudo estar influenciado por el método de determinación empleado, ya que
ellos trabajaron con frascos Roux en laboratorio. En tanto, Valiño et al (1996), elaboraron
la SC en cámaras de ventilación forzada y temperaturas entre 42.1 y 49.3 °C, registraron
valores para el pH entre 5.4 y 5.7, similares al rango detectado en este experimento.
En otras investigaciones los resultados observados para el pH, fue de 4.4 con
temperaturas de fermentación de 35 y 36 ºC durante la fabricación de la SC en condiciones
experimentales (Lezcano y Martí, 1997). Ellos atribuyeron tal acidez, a que la temperatura
de fermentación, en ese medio de caña de azúcar, permitió el crecimiento de bacterias
lácticas. En el trabajo de Molina et al (1997), sobre ensilaje de caña de azúcar enriquecida
con urea minerales y SAF, se expresa la presencia de cepas no identificadas de levaduras
relacionadas con el alto contenido de N – TCA. Este resultado sugiere la presencia de
condiciones favorables para el crecimiento microbiano, facilitadas por el aditivo con SAF,
que justifican los tenores proteicos medidos en forma de N – TCA, según se muestra en el
cuadro 19.
No obstante, en todos los resultados consultados, incluyendo los de este experimento, es
notable la estabilidad observada en el proceso fermentativo de la SC en referencia al pH, lo
cual resulta beneficioso para el crecimiento de la población microbiana anexa a la CA
desde el campo, ya que en ninguno de los casos mencionados se utilizaron inoculantes.
El hecho de que en los experimentos anteriores no se incluyó una fuente de NH3 permite
considerar, que en el presente trabajo, los valores registrados para el pH pueden estimarse
como valores indicativos para estas condiciones específicas, donde el ion NH3 puede estar
ejerciendo su efecto regulador del pH, lo cual lejos de afectar la actividad microbiana,
representó un estímulo apoyado por la presencia de iones de azufre para su nutrición, según
se puede interpretar en base a los tenores de proteína, medidos como N –TCA.
Durante el proceso de la fermentación de la SC, se detectaron pérdidas de MS entre 1.2 y
4.7 unidades porcentuales, atribuidos al incremento del nivel de urea en el aditivo, desde 0
hasta 1.5% en base fresca (Elías et al., 1990). Los compuestos minerales que conformaron
el aditivo para la SC, por su solubilidad y/o higroscopicidad, deben incorporarse a la masa
de caña fermentada, ya sea como electrolitos o a través de las células microbianas que
crecen en ese medio durante el periodo fermentativo (Grieve et al 1973; Buttrey et al.,
1986). Esto sugiere que las reducciones en el contenido de MS de la SC durante su
fermentación nocturna cuando baja la temperatura ambiente y se eleva la humedad relativa
atmosférica pudieran estar asociadas a un proceso de captación de agua por la
higroscopicidad de los aditivos en forma de sales minerales no incorporados a las células
microbianas.
En este trabajo el nivel proteico resultó superior al informado por Elías et al (1990),
durante el desarrollo original de esta tecnología y similar a los niveles reportados
posteriormente por Valdivié et al (1997), cuando incorporaron fuentes proteicas naturales
durante su elaboración. Un efecto similar en este sentido fue informado por Molina et al
(1997), al superar el 13 % de PB al preparar un ensilaje de caña de azúcar con un aditivo
de composición parecida al de este experimento. Una diferencia es que los autores
mencionados adicionaron zeolita al elaborar sus ensilajes.
No se dispone de otros antecedentes acerca del uso del azufre (S) con propósitos similares a
los de estos trabajos, pero, Kahlon et al (1975a), realizaron un estudio del metabolismo
ruminal de este elemento donde no solo demostraron su importancia en la síntesis de
proteína microbiana, sino también detectaron, la existencia de límites mínimos donde se
produce poco o ningún estímulo y un límite máximo con efecto inhibitorio, así como un
nivel óptimo para estimular la actividad microbiana.
En el caso de la SC de este trabajo, no se midieron las concentraciones de azufre, pero sus
tenores de PB total y más aún de proteína precipitable al TCA (cuadro 19) pudieran
apoyar el argumento acerca de un efecto de tendencia similar al encontrado por Kahlon et
al (1975b), quienes relacionaron la suplementación de azufre inorgánico con un estímulo a
la síntesis ruminal de proteína microbiana. A conclusiones similares arribaron Bull y
Vandergall (1973) acerca del efecto del S sobre la digestión in vitro de la celulosa y sobre
la eficiencia alimenticia in vivo.
Experimento Dos Como estimación de la importancia práctica del nivel de consumo posible de alcanzar con
la inclusión de la PA en estas dietas integrales basadas en SC, debe notarse que los 77 y 69
g de MS kg 0.75 (con 10 y 20 % de PA, respectivamente) consumidos por los animales en
este caso, superó en 11 % los 71 g de MS kg 0.75 reportados por García-Trujillo y
Cáceres (1984) como el consumo máximo potencial de MS por ovinos adultos para un
forraje patrón del área tropical, lo cual significa un aumento a los bajos niveles de
consumo tradicionalmente reportados para los alimentos fibrosos derivados de la CA.
También se observó, como el mayor nivel de consumo de MS total se colocó en los 1406 g
día -1 con la inclusión de Saccharina al 58.5%.
Estos resultados sugieren que, cuando se incluye entre 10 y 20 % de PA en dietas basadas en SC, los consumos de MS también se acercan al máximo teórico y concuerdan conlas recomendaciones de Kearl (1982) para este indicador, con dietas de forrajes altos en fibra como los es la SC. Por su parte, Ruiz et al (1990), registraron consumos de MS próximos al máximo teórico para los ovinos cuandoalcanzaron hasta 123 g k0.75 equivalentes al 4.64% del PV, en animales de 45 kg, ellos suministraron dietasconteniendo Saccharina en proporciones de 0 hasta 70% ycomplementadas con cereales, además de heno a voluntad. Probablemente, la inclusión del heno en esta ración provocó un estímulo e incremento en la eficiencia de digestibilidad de la MS y se reflejó en los consumos totales de MS de hasta 2275 g día-1 en el caso de la dieta básica conteniendo 70 % de Saccharina.
El resultado de la inclusión de los diferentes niveles de PA en las dietas, se puede explicar
en función de los criterios de acuerdo con Leng y Preston (1988), así debe tenerse en
cuenta al balancear las dietas basadas en la CA al crear un ecosistema ruminal eficiente
se necesita optimizar el crecimiento bacteriano para incrementar la proteína microbiana
relativa a la energía de la fermentación ruminal de los componentes fibrosos, además sería
factible maximizar la digestibilidad de la fibra, como resultado de lo anterior, debido a su
alta proporción en estas dietas.
Es decir, el complejo lignocelulósico de la SC, en presencia de la PA muestra en
apariencia en su digestibilidad un comportamiento similar al de la MS.
Sin embargo, Leaver et al (1969), trabajando con borregos consumiendo forrajes de baja
calidad, encontraron que el incremento de la proporción forraje: concentrado desde 1:1
hasta 1:4 aumenta la digestibilidad de la MS, pero restringe la digestibilidad de la fibra
bruta. Esto lo atribuyeron a una reducción de la digestibilidad de los carbohidratos
estructurales.
Este efecto no se refleja en las digestibilidades de la MS ni del complejo lignocelulósico
del presente trabajo (gráfica 2 y cuadro 21) pues, aunque las diferencias entre medias
fueron NS, se correspondieron a los niveles crecientes de PA incluidos en dietas con base a
Saccharina. Además, según los resultados de Graham y Searle (1981), si los ovinos
consumen dietas fibrosas y altas en proteína, se puede esperar una respuesta positiva en
estos indicadores al aumentar la cantidad de la energía dietética.
Otro aspecto a considerar en el diseño y formulación de este experimento se refiere a las
cantidades de inclusión de PB (15.1 %) y de EM (2.75 Mcal) utilizadas al preparar estas
dietas. En efecto, el propósito de estimular el consumo voluntario y digestibilidad aparente
de la MS incrementando hasta 15.1 % el nivel de proteína, de acuerdo a las
recomendaciones de Wlyatt et al (1967), aparentemente estuvo acertado, a juzgar por el
comportamiento de estos indicadores, según aparece reportado en los párrafos anteriores.
Sugerencias similares fueron presentadas anteriormente en relación a pastos tropicales
(Hodgson, 1982) y para el forraje de caña de azúcar (Gooding, 1982).
El conjunto de resultados observados, permiten considerar, por una parte, que existe un
efecto positivo atribuible a la PA, en el consumo y la digestibilidad de las dietas integrales
basadas en SC, el óptimo de inclusión de PA, en cuanto a consumo de MS, fue de 10 %.
Respecto de la digestibilidad aparente de la MS, fue el 20% fue mejor nivel. Este efecto
positivo fue observado por Elliot et al (1978), al utilizar dosis de 0.4; 0.8 y 1.2 kg de PA ,
en ganado cebú.
Experimento Tres
En referencia a los efectos de la cantidad de inclusión de harina de pescado (HP), sobre el
% de PS, se observó que el 18.6% alcanzado en la dieta con 6% de HP, superó
notablemente el 5.5 % reportado por Anon (1994), para la SC semindustrial. En cuanto al
complejo lignocelulósico (CLC), los valores utilizados son acordes al rango reportado,
durante los controles de calidad para este componente en una fábrica para la elaboración
semindustrial de SC (González, 1989).
Al calcular los consumos de energía en este experimento, para animales en proceso de
finalización de engorda (20 – 30 kg), se obtuvo un promedio de ingestión esperado de
aproximadamente 20% superior al propuesto por Kearl (1982) para borregos ganando 100 a
200 g por día (9.7 vs. 8.1 Mcal / 100 kg de PV y 2.9 vs. 2.13 Mcal / kg 0.75).
Por otra parte al comparar el consumo de MS obtenido con el propuesto por Kearl (1982),
se comprobó que la capacidad de ingestión con las dietas integrales basadas en SC, también
satisfacen estos requisitos para ovinos en crecimiento-ceba con ganancias próximas a los
200 g día -1. Además y de acuerdo con diferentes autores, el consumo voluntario de MS por
los ovinos en crecimiento y engorda, depende de la naturaleza de la dieta básica y del
suplemento ofrecido. Así por ejemplo Louca et al (1982), reportaron que el consumo de
MS de ovinos consumiendo paja de cebada a voluntad sin suplemento, fue de 44.1 g de MS
por kg 0.75. Similarmente Hadjipanayiotou et al (1975), reportaron en su trabajo con
corderos en crecimiento y comiendo paja de cebada ad libitum un consumo de 36.6 g de
MS por kg 0.75, esta cifra aumentó a 65.2 g kg -1 cuando se les ofreció a los corderos un
suplemento con melaza más urea.
En este ensayo, se registraron consumos de MS entre 65.1 a 71.7 g kg 0.75, los que
coinciden con los reportados por Ruiz et al (1990), considerados entre los más altos
encontrados en el trópico para esta especie. No obstante, existen reportes (Anon, 1994)
para ovinos con consumos de hasta 85 g kg 0.75 de MS total cuando se les suministra SC
complementada con un alto nivel de granos. En México, Mota (1993) reportó consumos
de MS entre 41.2 y 66.4 g kg 0.75 utilizando dietas con 50 y 100% de SC, respectivamente.
Estos aparentes desacuerdos entre los niveles de consumo de MS que se pueden alcanzar
con las dietas basadas en SC, tienden a confirmar los efectos ya conocidos, acerca de los
incrementos en el consumo y atribuibles a una balanceada suplementación proteico-
energética en las dietas altas en fibras, según informes de diferentes autores para dietas
altas en fibra (Ørskov et al 1971; Hussein y Jordan 1991; Keiserlingk y Mathison 1993)
En el estudio de regresiones realizado para tratar de predecir el consumo esperado en dietas
de este tipo, en función de los contenidos y de las digestibilidades de la MS y de las
fracciones del CLC, solo se encontró ajuste significativo (P < 0.01) para la relación lineal
con la digestibilidad de la MS. La ecuación encontrada ( Υ = -19.04 + 0.27 Dig. MS, ES
(b) = ± 0.09) tuvo un elevado coeficiente de determinación (R2 = 0.90). Este resultado no es
sorprendente considerando la frecuencia de reportes con efectos similares para las dietas
altas en fibra. Esto ha sido demostrado por Sauvant (1990). Este autor mencionó como por
cada punto porcentual de aumento en la lignina suplementaria sobre MS, se incrementa la
cantidad de paredes celulares no digestibles en un 3.8 % situación que debe tenerse
presente al elaborar dietas como la usada en este trabajo.
Lo anterior parece corroborar que la función principal de la lignina, es proporcionar la
resistencia necesaria a las paredes celulares de los vegetales y que su proporción varía
dependiendo de que tipo de planta se trate (Jung y Fahey, 1983). También se hace evidente
que la unión entre la LIG y los demás componentes de la pared celular integran el
complejo lignocelulósico donde la LIG constituye una barrera física, obstáculo contra la
degradación de estos compuestos misma que debiera llevarse a cabo por las bacterias
celulolíticas. Así observaciones de Elías (1983), de que las paredes celulares pueden
resultar afectadas en su digestibilidad por altos porcentajes de LIG incluidos en una ración,
coinciden con los resultados de este experimento.
Respecto de los consumos de PB total (cuadro 24) tampoco difirieron entre tratamientos,
esto se interpretó como consecuencia de consumos de MS sin diferencias significativas
entre dietas aproximadamente isoproteicas. No obstante, se observó que los consumos
proteicos alcanzaron a cubrir los requerimientos propuestos por Kearl (1982), para animales
consumiendo dietas altas en fibra y soportando ganancias superiores a los 100 g día-1 en la
fase final de ceba. Según McAllister et al (1993), las diferencias entre las propiedades de
las proteínas de los cereales (maíz y cebada) utilizados en bovinos, no alteraron la
velocidad amilolítica y proteolítica del rumen situación que pudo haberse repetido en este
experimento. Aunque el aporte nutricional y la importancia productiva de las fuentes de
proteína sobrepasante fue destacado por Litherland et al (2000), como resultados de su
ensayo con harina de algodón, hidrolizado de plumas y harina de pescado en dietas altas en
fibra con 18 – 19 % de proteína, para cabritos en crecimiento. Se demostró que aunque los
consumos de MS fueron NS entre suplementos, las ganancias de peso aumentaron (P < 0.01)
con los contenidos de PS, pero siempre fueron mejores con la HP. Similarmente, Ortigues
et al (1990), calcularon un incremento de 54 % en la eficiencia energética de corderos
alimentados con pajas de cereales y pulpa de remolacha cuando aumentaron la proteína
dietética a más del 12 % suplementado con HP, lo cual puede apoyar nuestros resultados.
Además, en una revisión de la literatura sobre el uso de la HP como suplemento para
rumiantes, Hussein y Jordan (1991), concluyeron que los corderos jóvenes responden con
más eficacia durante la fase de crecimiento rápido si después del destete, se realiza la ceba
final con dietas con un adecuado balance proteico incluyendo PS.
Se dispone relativamente de poca información acerca de la presencia de la HP en dietas
altas en fibra, pero su importancia en dietas para rumiantes sustentadas en caña de azúcar
puede estimarse a partir de los trabajos de López y Preston (1977) y de Ferreiro et al
(1977ab). Conforme a los resultados de los autores mencionados, se puede asumir que,
aunque la proteína aportada por la HP no ejerce un efecto notable en la fermentación
ruminal en relación a la celulolisis y la síntesis de proteína microbiana, tanto la absorción
posruminal de la PS per se, como su aporte de aminoácidos esenciales constituyen un
fuerte apoyo al metabolismo del animal para un proceso intensivo de crecimiento-ceba con
dietas de alto contenido de fibra, como las fundamentadas en SC.
A partir de los consumos de PB en este experimento, se recalcularon sus equivalentes en
forma de proteínas sobrepasantes y fermentables en el rumen, los cuales también aparecen
en el cuadro 24. En este aspecto se ha considerado que la inclusión de HP en las dietas
integrales, representó ingresos de proteína no fermentable en rumen (PS), equivalentes
entre 11.8 y 18.6 % de la proteína total consumida en cada dieta, contra 7.5 % cuando no se
incluyo la HP. De acuerdo con las sugerencias de Leng (1978) y Preston y Leng (1987)
específicamente para dietas basadas en CA, este aporte al metabolismo proteico
postruminal por la HP, cuya proteína es 60 % insoluble en rumen (NRC, 2000), puede
potenciar la respuesta animal y apoyar la condición de engorda intensiva de los ovinos
mediante la utilización de dietas integrales basadas en SC.
Experimento Cuatro.
En este ensayo las cifras, en referencia a la proteína de "sobrepaso" o "escape" (PS) para su
digestión post - ruminal (Leng y Nolan 1984) fueron calculadas en función del contenido
de N-TCA determinado en cada dieta. Así, los niveles de proteína total y de N-TCA
resultantes en estas dietas integrales basadas en SC permiten estimar su adecuado valor
nutritivo y de acuerdo con Prestløkken (1999) el valor proteico de un alimento para
rumiantes, está determinado tanto por la cantidad de aminoácidos disponibles en el rumen,
como por la proteína insoluble o de sobrepaso aportada para su absorción intestinal.
Pese a que no se planteó obtener dietas isocalóricas, éstas resultaron aproximadas en sus
valores energéticos y solo hubo diferencias de 0.2 Mcal de EM entre ellas. Sin embargo,
como se esperaba en las dietas basadas en SC, el contenido de fibra cruda base seca resultó
50% mayor, aproximadamente, comparadas con la dieta de cebada, lo cual le confiere
características particulares para su consumo y digestión ruminal.
El conjunto de las principales características nutricionales aquí descritas para estas dietas,
además de las diferencias de sus portadores energéticos principales (almidón de la dieta
control y almidón mas azúcar con alto nivel de fibra en las dietas experimentales) muestran
que se trata de dos tipos de dieta de diferente naturaleza nutricional. Se conoce de las dietas
altas en fibra, como la respuesta animal puede variar con la naturaleza de la fracción
energética, pero principalmente con el tipo, la solubilidad y la cantidad de la proteína
dietética (Guedes y Días da Silva, 1994).
Estos consumos, aparentemente bajos para estas dietas, pueden interpretarse de acuerdo con
Forbes y France (1993), según la capacidad de los rumiantes para controlar su consumo de
energía cuando la densidad de la dieta es lo suficientemente alta evitando intervengan los
factores de restricción física del consumo voluntario, según fueron descritos por Dinius y
Baumgardt (1970). Pero representan solamente el 80% del máximo teórico sugerido como
requerimiento para los ovinos en crecimiento-engorda (Kearl, 1982).
Los rasgos más comunes entre estas dos dietas que soportaron ganancias superiores a los
200 g día-1, fueron las concentraciones energética (2.6 Mcal EM) y proteica (18 %) con
aportes de proteína sobrepasante próximos al 20 % de la proteína total. Así, estos patrones
de consumo de MS permitieron a pesar de que las concentraciones energéticas de las dietas
de este experimento no superaron las 2.6 Mcal de EM/kg de MS, que los consumos
calculados de EM como promedio de todo el periodo de engorda (cuadro 26) alcanzaran a
satisfacer el requerimiento sugerido por Kearl (1982) para las tasas de ganancia de peso
relativamente altas obtenidas en este experimento.
En el caso de las dietas basadas en SC, altas en fibra (159 y 156 g de fibra cruda kg -1 de
MS) se ha sugerido por Muñoz (1987), como su forma física, con las partículas fibrosas
secas y molidas finamente contribuyen a estimular el consumo.
Los consumos voluntarios de MS, como promedio diario (1014 a 1078 g día-1) y
especialmente los índices de consumo (3.71 a 3.58 kg/100 kg PV) no mostraron diferencias
significativas entre tratamientos, y representaron el 80% del máximo teórico sugerido por
Kearl (1982) como requerimiento para los ovinos en crecimiento-engorda.
El hecho de que las dietas basadas en SC siguieron un patrón de consumo paralelo y muy
próximo a la dieta típica de cereales puede considerarse como un rasgo positivo para la
engorda intensiva de ovinos con dietas altas en fibra basadas en SC, como las aquí
ensayadas.
Los resultados del cuadro 27, se encuentran en el entorno reportado por Plaisance et al
(1997), quienes obtuvieron ganancias de 238 g día-1 con ovinos entre los 25 y los 42 kg
con una dieta integral de ensilaje de gramíneas, suplementada con harina de pescado hasta
llevarla al 21.7 % de proteína. Un efecto similar había sido reportado por Seoane et al
(1993), con bovinos, sin afectar los consumos de MS. Otros estudios en este campo
muestran que la suplementación con PS incrementa notablemente la ganancia de peso en
los rumiantes, sin variaciones importantes en el consumo de MS, de donde resulta un
incremento en la eficiencia alimenticia (Veira et al 1991; Seoane et al 1993).
En el caso de la dieta con SC + HS, sus contenidos energético y proteico, también
estuvieron en el rango próximo a las dos anteriores, excepto que su PS no superó el 11%, y
fue su rasgo distintivo en este experimento. Puede decirse, la ganancia de peso de 198 g
día-1 resultó ser el 84% de la obtenida con la SC + HP y 81% de la lograda con la cebada
mas soya.
Las mejores ganancias de peso obtenidas en esta tesis mostraron ser casi 20% inferiores a
las reportadas por Sánchez et al (1999), en la engorda intensiva de ovinos de semejante tipo
racial. Ellos utilizaron una dieta basada en grano de sorgo molido y harina de pescado,
conteniendo 3.03 Mcal de EM y 158 g de PB por kg de MS, pero con una alta proporción
(45 %) de la proteína total en forma no degradable en rumen, cercana al doble de la usada
por Castilla y Gómez (1993) y en esta investigación.
El conjunto de argumentos esgrimidos sobre estos resultados, apoyan la hipótesis planteada
en este estudio acerca de la importancia de la PS para la engorda intensiva de ovinos con
dietas basadas en SC, con adecuado apoyo energético, como la PA utilizada en este caso.
Otros argumentos en este sentido fueron aportados por Nolan (1993) al sugerir que los
suplementos proteicos se utilizan eficientemente cuando en el rumen hay suficiente energía
disponible para la actividad celulolítica. Similarmente, Jetana et al (2000), concluyeron
que la suplementación con proteína y energía en dietas altas en fibra incrementan el
crecimiento microbiano y la digestión ruminal, esto, junto a un adecuado nivel de PS
soportan el metabolismo del crecimiento del animal hospedero.
La conversión alimenticia (kg de MS kg-1 de PV) alcanzada en este experimento de engorda
intensiva en condiciones comerciales tiene una relevante importancia económica para el
manejo del cebadero. En efecto, con la dieta basada en SC + PA + HP, la conversión fue de
4.05, mientras en el experimento de Sánchez et al (1999), con una dieta clásica, basada en
grano de sorgo mas HP, la conversión fue de 4.57, significa que se necesitaría un 13 %
más de un alimento más caro, para obtener la misma producción de carne (PV) que con la
dieta integral basada en SC.
También se observó al utilizar las dietas basadas en SC, un estrecho acuerdo entre
consumo y requerimientos, principalmente de energía y proteína, con la dieta clásica con
cebada hubo sobreconsumos de 21 y 13%, respectivamente y concuerdan con los resultados
reportados por Castilla y Gómez (1993), con dietas y animales similares a la dieta control
en este trabajo.
Hasta que punto estos hallazgos sugieren una mayor eficiencia alimenticia en la dieta
basada en SC + PA + HP, pudiera interpretarse a partir del incremento de la actividad
celulolítica y de la tasa de digestión ruminal sugerida por Jetana et al (2000), para
condiciones similares a las de este experimento en cuanto a la suplementación proteico-
energética para dietas altas en fibra. Así, de acuerdo a McIntyre et al (1993), las
proteínas de baja solubilidad, como la HP, tienen poco efecto sobre la digestibilidad
ruminal. Pero en el caso de las dietas de elevado contenido de fibra, como la SC, el mayor
tiempo de retención en el retículo rumen facilita una mas profunda actividad celulolítica
microbiana de donde resulta una mayor eficacia alimenticia (Mc Sweeney et al., 1999).
Además, el balance proteico-energético utilizado en esta dieta integral concuerda, por una
parte, con el nivel de proteína sugerido por Haddad et al (2001), para la finalización de
corderos Awasi, así como también con la concentración energética utilizada por Mahgoub
et al (2000), para optimizar el consumo, la ganancia, la conversión y la composición de la
canal de corderos Omanies.
Similarmente, Litherland et al (2000), concluyeron que en dietas integrales, con relación
concentrado: forraje de 40: 60, como es este caso, el 18 – 19 % de PB suministrado por
HP, incrementan las ganancias de peso significativamente (P < 0.05) con relación al uso de
una fuente de proteína más soluble, como es la harina de algodón.
También el 18 % de PB en la dieta integral para crecimiento y finalización de corderos en
clima cálido fue confirmado por Santra y Karim (1999), cuando ensayaron con tasas de
entre 15 y 27 % de PB y concluyeron que con menos de 18 % se obtienen ganancias de
peso inferiores (P < 0.01) mientras con niveles superiores, las ganancias de peso no
mejoran significativamente, y además disminuyen las tasas de retención de N y aumentan
las perdidas de N en orina.
En términos prácticos, los resultados de este experimento pueden tener un impacto en la
producción de carne ovina en México. Por una parte, es tecnológicamente factible la
engorda intensiva de ovinos mediante una dieta integral basada en 60% de SC (costo de
obtención de $ 0.72/kg según Villarruel et al., 1999) y 15% de pulidura de arroz
(subproducto relativamente abundante, a $1.60/kg), con un adecuado balance de proteína
(incluyendo PS) así como de energía. Además, se demostró la posibilidad de sustituir, con
igual eficiencia productiva, a una dieta clásica con 83% de granos de cebada y 15% de
harina de soya.
Los resultados y conclusiones de Marcof (1996) y de Villarruel et al (1999), acerca de la
utilidad de la SC para la alimentación de los de ovinos en México apoyan las observaciones
descritas.
VIII. CONCLUSIONES.
1. La inclusión del sulfato de amonio (grado fertilizante) en el aditivo recomendado
originalmente para la elaboración de la Saccharina, ejerce un efecto positivo en la
elevación de su contenido proteico hasta el 14 % como materia seca y de la cual el
67 % se considera proteína verdadera, o precipitable al TCA, encontrándose la
máxima concentración con un nivel de inclusión de 0.75 % base fresca.
2. La obtención de este resultado utilizando el sulfato de amonio de grado
fertilizante comercial representa una ventaja adicional para la innovación realizada
a la metodología original, por ser este un producto de precio relativamente bajo y de
fácil adquisición y manipulación por los ganaderos a nivel del rancho.
3. La inclusión de hasta 20 % de pulidura de arroz en la formulación de una dieta
integral basada en Saccharina para ovinos resulta positiva en términos de consumo
voluntario de MS (77 a 79 g/kg 0.75) y de su digestibilidad verdadera (66 %). Este
efecto se reduce (< 74 g kg0.75 y 62 %, respectivamente) cuando el nivel de
inclusión de pulidura de arroz se eleva hasta el 30 %.
4. La comprobación en condiciones comerciales de una dieta integral para engorda
de ovinos basada en SC incluyendo pulidura de arroz y harina de pescado para
balancear su contenido de PB en 18 % (de la cual 19 % de la proteína total fue
sobrepasante), aportada por la harina de pescado y de EM en 2.5 Mcal de EM/kg
MS demostró la posibilidad de obtener indicadores de productividad y eficiencia
semejantes a los de una dieta clásica basada en granos de cereales (ganando 238 g
día -1, índice de consumo de 3.5 kg MS kg -1 PV y conversión de 4.05 kg MS
kg-1 PV).
5. Fue importante comprobar la propuesta ensayada en este trabajo, de balancear a
18 % la PB, conteniendo 19 % de la proteína total en forma sobrepasante aportada
por la harina de pescado, en una dieta alta en FB (SC) para soportar la engorda
intensiva de ovinos con eficiencia similar a la de una dieta basada en granos.
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