Valenzuela - La Experiencia Nacional-popular

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Valenzuela - La Experiencia Nacional-popular

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  • 'EORIAS SOBI(E EL NAUONAL - popULlsM0

    h el caso de las brias de origen marxista, 10s reginrenes donal-popukues heron vistos corn una variante latinoamericana del bonapartism~. El 'b~partismo" surgirh en una sihma6n de equilibria cataslT6ficu de la luchp de class, en la cual el Estado, aparentmmnte situado por encima de la socie&&segUrorir un minim0 de cohe5i6n y ebilidad. En d IIUICO de UM teorlp de las clases, eta autonomia del &tad0 se revela puramente Uusorla: el Estado b0naparList.a no a m& que un instrumento de neutrakaci6n de la lucha de clases y, en particular, de control del movimiento obrem. El ~ci~nal-populismo fue visto de eta manera como una forma particular del Estado burgu&, d e b d o a hut el ascenso revolucionario del proletariado.' La tesis 'bnapartista" supone no 5610 la existencia previa de las clam, sin0 tarnbig un petiodo previo de intensos antagontsmos sociaks y de lucha catas- Idfica por el poder -corn0 ocwi6 en la Francia avoludowia de 1846-1851- lo que es manifiestammte fala0 en el cas0 latinoimmicmo. Una tesh d s rmtizada f u ~ swteni& por autores como Weffort (1970 y 1978), quien define 10s nacional-popularescomo"Estadosde compromiso",o h n i (1973 y 1973, p e n habla de "pacto populista". En este cas0 noes el exce50, sirio la debtlidad de la eslructura de clases, y en especial de la burguesia industrial incdpaz de resolver por su cuenta la c r i s i i r q u i c a , lo que obliga a constituir un compromiso amplio y heterOgQle0 entre las dases. El Estado nadonal-popular fue visto ent0nce-s como aptesih de un ~ p r e c a r i o e i n e s t a b l e . q u e l r c o g e l o s d i f e r e n t e s i n t e r e s e s ~ e s ~ ~ ~ 1 ~ con un pmyecto de indusbialiaaci6n nacional. La nod6n de "compmbo" o "pacto" supone, otra vez, que las clases esaa premnstituidas como tales h t e al Estado. Weffort, es cierto, sostiene UM opini6n m6s m~ a Gemwi traWose de la dase obrera: la k5gica del compromiso de clases est6 amortiguada por una Mgica poUW El nadonal-populism0 se define tambig por una 'politics de masas", vale decir, por una conjunci6n especffica enhe Estado y masas (mediatizada por liderazgos auismbticos). que fundan la capacidad y fortaleza del Estado para adtninistmr el compromh de cbe. El Estado no aparece como un simple escenah donde se alojan lasdases,BiMque~onstituyeunafuerraespedfica,cuyalegitimidadprovienedesu qacidaddemndtarlaadhesi6ndelasmasas~populam. Ianni,ytambib Murmis y Portantiem (197l), en cambio, que Bcent6en la inteqmhd6n mmista del

    B P ( * 0 ~ . o l l ~ ~ b m u t b i & & I m m d a ~ ~ u u e o p d k i c e O t O r n qlabriqm4npdPPaad6nbmidpbriplmca!immdo~ &e@- ~ 5 m h r ~ m u J n v & b ~ ~ . p o r 0 ~ ~ ~ ( 1 ~

    13

  • IS

  • 'co -demo&ada, indu&ialibmo, MCiOtidiSlllD, en un nuevo suje+o hist6iro y desarrollar w pOrea- mn el punto mismo en que el discu~o oli&ub

    $4 priocipio de articulaci6n: el liberalismo" (Ladau 1977: PlX El ~ ~ F O N S ~ O , por lo tanto, no se identifica con un esbecho proyecto de c W el hesarrollo dhl capitalismonaaonaI.Su6xito y fortaleza pvienen, pOrdrOntrsrb,de

    ' la '*rwiicaIizaab de as intmpelaciones populares anliliberdes", I0 que

  • forma institudonal pua encamme en la figura obstante, utilies todavls y esencialmmte la palabra como instrumento de movillzad6n.PerolaaatoNpopulistanoesmesquedanagogla,qwlndicarotantD ~(ce9o dedimno, coma la vacuidad del diSruR0 que se manifiesta en un exceso de pplabras. Estn d d a d del dixurw es justamente el carisma. La relaci6n entre liderazgo y masas nopasa entMIcesa tradsdel discur~~, sinodel carisma del jefe

    Las wnsecuencias del prinapio caridtic0 de fudaci6n del n a M - populismo I n v i e r t e n e l r d e L a d a u : ~ ~ ~ d ~ d e l d i ~ ~ , antioligaquisnu y antiimperialism0 en particular, son y n p b t e

    sido subrayado por doquier- no se detinen por su oposi& a las esL~cturas de domi~Ci6nolig4rquicas,sinoqueantesqueru sufi&lidadpol~bsmasas son, antes que nada, peronism, getulistas, d e n b t a s , gaitiudstas, apristas, etc., y 610 secundariamente, y de un modo por completo irrelevante, antiolig4rquicas o

    punto: la foniunci6n entre realh a hvOS de lid-zgm earism6ticoa que, en b sustan plan0 del discurso. Cermani, sin

    s6lo puede mnshtuvse d h v a m e n l e . Germani, en ekao, termina por reducir la experienda nacional -~~~~bta a un mero efecto de manipUlaci6n carisndtica. Las masas en- y permanecen en dicha experiencia como "masas en dispddidad", comomasasva~soan6micas,carentesdetbdasustanciaculhual.Todoelpesodela p r u e b a r e c a e w b r e l a a u d a d a v ~ d e ~ d o s l i d ~ ~ ~ ~ ~ ~ y s o b r e una oscura "psiwlogia de maw" pmclive al contagio emoci~nal. La noci6n de "pueMo"carece,porlotan~,detodaconslstenda;esunartifi~odela~ricapoli~. Cermani s610 recmoce la presenda de sujetos mnstituidm discursivamente: "dases" y,mbretodo,~udadanos",~locualdescarta laexperienda ~ci~nal-popularcom~

    aparece en Laclau: la nocibn de "pueblo" 0610 tiene sentido como sujeto discunrivamente orientado contra el Estado. Lsdau tnslaQ esta noci6n, elaborada m6s tard(amente por UM izquierda iluminista, al coraz6n del nacional-populismo, qwpaman4ecmobaante,completammtea~a unndefinid6n deesta nahualeza.

    Lasoaologfadelnacionabpopll ismo,end~tlva,~~conelHmite de sua ploplas c a w w!omce? la existencia de .ua suplo no discursive ha d t a d o una tarpe impo6ibk para ella. Ia condici6n de poslbludad del national- popdam, dnanbargo, d d l u predsamRlteen la exlstenda deun ajetodeeste tipo,

    ~,eclahudMeeamMNd6n~br~Mcuidedde~dianvsofMgM",qUe 17

    naaonal-popular.

    vecias,noconstituyarreelmenteunanrpto.LasmaJasnacronal-popu~stas~~~

    antiimperialistas. La arguwnta~i6n de Germard es esendahente Correaaen*

    e m b a r g 0 , c o m p a p ~ ~ queest6presRlteenIaclau: unsuw

    experienela constituyente de un su@. B mism0 nzonamiento, pem invertkio,

    vale deck, en la pmemta de un apo "pueblo" cuya especlfiddrd consisle en ~ ~ f u e n d e l hori&mlede laculhvp uuslr&ie. la FandojadelnsaDME

    d d m d 6 d ~ h d e k 4 m J m ~ , i r e n k d w m ~ m 6 e r e m e d i o q u e c m d u ) e a ~ d o a j e t a ~ d e l ~ J e t o i n v o l w ~ ) y ~ h i s l 6 r l c s ( q u e

  • WLMENES NACIFAL - d-populismo no ea &lo un modelo de fusi6n que se v d c a ritualmenle; es

    tambih un modelo institudonal. La relaci6n germnniana entre car ism y masas - caracterktica del modelo de fusi6n- se transfoma en una relaci6n part iah entre Estado (0 partido) y actom sociales. ~Gmo se realiza eata tnnsf-ia del carisma hacia el Estado y la t r a n s f 0 ~ 6 n de las masas en fusi6n en actom sociales? La singularidaddelorregimenesnad~~l-po~,~AlainTouraine (1989),esla ausenda de diferen&ci6n entre Estado, si- politico y actom sociales. "Un

    naciolrcll-popular d o puede existir si Estado, r;i$tem@ politico y actom sodales IIO e s t h separados de otros, si no son acteres que tendrian que negociar sus relaciones" (Touraine 1389: 167). Este s i e c a que lw actores &des est4n constituidosatrav6sdelEstado (hetwonot-&) e,invendmmt,queelEstado sedefine por una politica de movilizaei6n c incorporaci6n social (pprMeipaci6n). Egta reci- procidad entre Estado y actom soeiales se esgedficpmente del modelo d e modtic0 reprrsmtPtivo, que prwpone la difetpnciadb entre Estado y sociedad y la constitud6n de un oishmu polirico au&tonm apaz de nepchr esa relad6n. Per0

    la eliminad6ndelsistamn politic Tales reghme M definm, poi

    El mecanisrno de partic confunde a mdnudo con uno preconstituido freniealaaobedad, de las cuales !os sujetos pucden a (v.gr. polfticas d e s o demn ~ c i ~ n a l - p o p d a r ~ es okra: en es pnrficip&n, del mismo modo mmo d lidw msta &mda N p g ~ o i U ty a vece su c u q o ) como mecanism de constihreidn simWea dul rujeb.

    Este mecanism0 de partibppc6n impide obviamcllta la formad& de actores sociales autbnomos. La pmtidpacidn obrera no ripe la puta dc la acd6n de dase en sentidoeurop,esddr. no secunstituyea pa& dglaconcjenciacomtlndeinterese de clase y la Wsqueda de aubr rewn@@n polifb. TmpOCO K dlrige a la formaa6n de dudadanos que afirmen SUI dWechos cam0 deaehos antedores al Estado, que pudan, por lo tantb, wr validador fitera de &e. h s actores d e s ae fomnsiempre a travkdel Estado. La concienciadeclase y lacondenciademoa&iica esth subordinadas a la preencia del Estado que, por este m i m hedro, l a defonna, puesto que Ins priva de su atributo e9encial: precisamie su cuplidad de condencia anterior e independienle del Estado. Per0 eta kteronomia de 10s actores SOChles, sobrelacualAlainTourainehaindstido j u F ~ t e , s e r e v ~ b r e e l E r t a d o m i s m que IIO pede dejar de definirse COW mecanism, de participci6n orientado hacia la protecci6ndelasmasaspopuluesy,~a~n,comoescenariodeconjund6nwnestas El Estado 110 puede, en efecto, constituirse como UM voluntad independiente de la &&d y definir sus objetivorr al mugen de %118 n d d a d e s . Hetemnomfa y p&@dn.definen, de este d o , un modelo de reciprocidad 10s actores d a l e s

    sobera& frente el Estado, per0 kte, en contrapartid& est4 obligado a definirse en &minos socialea, perdiendo con ello au naturalem eapecificunente

    tampoco 10s reghenes ruclond

    . & 21

    ?WpkiMUZO. lseC

  • stado.Eldiscurmanti la 16gica desanullista

    deexcedentesmnelfindefinanciar de las nsrionalizacione~ del capital extranjem contrasta con la indolencia naciod- populists htealtemaagrario: ~qu~excedentespobtenemedela expropiaci6n de una clase terrateniente, la mayor parte de las veces econ6micamente e&ril? La

    ec0116mica de estos regimenes consiste, por lo tanto, en ampliar la capacidad distributiva del Estado a trads de UM politica simple de naaonaliiciones, y.0- el Estado c o w inshumento de participaci611, ya sea de un modo regulado (pnnapal- mente con la fijaa6n de la politica salarial y de precios o con el crecirmento de la bumcracia p~blica) o no regdado (con la conupci6n, mal end6mico de tales regime- nesZ

    L a vigencia de la pauta nacional-populista como modo de orienla&n politica del mundo popular, se prolonga d s alii de los regimenes que h encamaron hist6ricamente. Un error de perspectiva llev6 a la sociologia a ignorar este hecho: la probabilidad de transformar la pauta de constihrci6n del subto, ya sea en un sentido demwAtico o WJO~UCIOM~~O, se dio por descontada una vez que 10s grand- lideres naaonal-populistas desaparecian de la wena (todos eUos, sin excepci6n, viaimas de "golpes rmlitares", detalleho mente de significaci6n para nuestros pr@sitob). La hip6teois d s corriente ha sido aquella que pronostica la radicalizaa6n de la movilizacih popular en un marc0 de descomporici6n de 10s regimenes nacional- ~pulistas,quecilenpuntualmentepor~radeu~fflsisesauctural (agotamientodel modelo de industriali~ci6n hacia adenbo'? y poEtica (surgimrento de regbnenes autontarios destinadas a frenar por medios represivos dicha movllizaci6n). Paupenzacdny represidnofrecenuncuadroinmeprablepararetomarel hilodeuna movilizaci6n popular aut6nom, comtituida fuera del sistema politico y dirigida contra el Eotado.

    ta hip6tesis radxal invlerte la noci6n de "pueblo" caracterhtica del nacional- populismo: "pueblo" es todo ru]eto discursivammte orientado confm el Estado. La pro- babilidad de existencia de un su@o de este tip no ha sido nunca demasiado alta. El radicalism0 politico latinoamencan0 ha seguido sustancialmente dos modelor que confirman su impotencra histbria. Por UM put@, el modelo "foquista" de 10s afios sesenta, que promueve explicitamente la sushtuci6n de las masas popdares por una vanguardla iluminista. R Debray, en su conoddo folleto 'Revolua6n en la Rev0 luci6n" (1%1), desaibe la esencla del modelo foquista en estos ~ ~ n 0 ~ "El c a m p sin0 y el obrero de que hablamos no tienen derecho a la palabra; en primer lugar, porqueno se les ha dado esederecho, ylwgo porque no henen posiblementenadaque decir, porque no tienen mnguna necesidad de tiberarse, a1 n0 saberse explotados y humillados.Esunaperoplladareconocerquelaconoendadeserpuebloydeserun pueblo es dada a eSte por el intelectual" (p. 1%). El fcquim es un recOMcimient0 ewplicito de la ausenaa de discursividad de las msas populares y deposita, por eonsigumte, la tarea revolucionana fuera de &as. Pem el foquismo n0 expresa tanto la -tad de mvilizar discursivamente a las masas, sin0 la renuncia a b l m G-a, en efecto, no se instala cerca de las ZOMS ppulares, sin0 en la selva, entre in&- que sasamente hablaban la misma Imp; al mi- timpo, sus p m

    "d pueblo boliviano" quedaron olvidadas entre el qupo de 10s gudlems, mimm b esfuerzos por instalar.una radio ocupban un lugar secundario en la

    ~ 1 0 , l Q l l \

  • MT mprendi6 mejor que ohosel &ckr.no disculslvo del sujeto pop&). Ellnihmmm , que implica constituachdel supto por difemwiadh, contrasta con lasaspodaosastendenciashaciala~paa6nquepervivenenlasmasaspopulare4: sobre todo, su incorporaci6ndentro de la d m a de masas (bap f6nnulas sindticas presentes en la mdsica "chicha", por epmplo, verdadero dolor de c a b de la intelectualidad que se identifica con la pwwa de la exp& andina) y la persistente orientad6n popular hacia liderazgos politicos de car&& plebiscitarios, si no dere chamate ~ c i ~ ~ l - p ~ p l i ~ t a ~ (Alan We&, Eelmont o Fufimori), que d d e n t e n &am&ticamentelas ilusionespreviasde~d~a6npopular (parcialmentepresea- tes en lap votaciones de H. Blanc0 y A. Barrantes en afms anteriores).

    La auusenda de radicalism0 politico no debe interpretam cow conformismo, apatia o retraimtento, c0mo suelm hacmlo las teorias sociol6gicas sobre la pobreza Las masa$populares son perfectamente susceptiblesde movilizarse contra el Estado, encuanto estructuradedominaci6n, per0 lo h e n de un modo que permanecedentro de la puta naaonal-populista que vimos anterionnente. Dos formas tipicas de movilizaci6n popular ilustran esto. La primera caebap la denominaci6n de "motines de subsistencia", acuibda por el historiador in@& E. P. Thompson, como estructura caracterhtica de la "violencia de 10s pobe". Lo$%otines de subsistencia" pmvienen de aisis agudas de pauperizdci6n, genenlmente aisis inflationarias que deprimen stibitamente el nivel de subsistencia popular, ubic6ndolo bap el umbral de lo humanamente tolerable. El modelo hisl6rico de estas revueltas son 10s "motines antifiscales" del campesinado del Antiguo R6gimen. o 10s "motines propiamente de subsistencias" de las masas urbanas, cuyo detonante solia ser la ca%& del pan (por ejemplo, en los albores de la Revoluci6n Francesa). Este modelo de violencia popular no implica n u m un cuestionamiento de las bases tradicionales de legitimaa6n del poder. Las masas campesinas del Antiguo IGgimen continuaban siendo perfecta- mente legitimistas, asi como las masas urbanas sigum estando referidas al Estado como mecanismo de proteca6n social (la captura de Luis XVI se him para que &te cumpliera su funci6n de "panadero", y en ningin cas0 para destronarlo). Los moKneS de subsisteneia no estan conectados, por consiguiente, con ninguna volun mocrCtica o radical: no es la mperaa6n del Estado lo que est& en juego, sin0 cmt~ario, la demanda por Estado como instrument0 de defensa de una com anenazada por la crisis.

    - ,Este modelo de "violencia de 10s marginales" es claramente reco

  • constimci6n del supto dada previamente. sin mhw, o m rnodelo de radicalizad6n e

    d e n m a r (utimnd~ UM scprepibn de A. Touraine, aunque en mtido e &&ne) "hipqwticipaa6n". En este cam, la mOViliZaci6n fqeradelosmarcosdela in~a6nesta~quecaracterlzaaI~regimeaesnt populistas, per0 no abandons JU modalidad especifiCa: la -taCi6ll la @- cipaci6n con cahcter festivo.

    risticas centnles de la movilizaci6n de masas en este cam deben Ser tomadas en cuenta. En primes lugar,&ta semnsigue a aavbdeunaumentosfibito y espeftanrlat del Eonsumo de masas, que virtuplmente se descOneaa de toda d i & P h fiMaEiera y&erz~productivo. Elprogramacontemplrrbau~politicade~~stesdeswldoa -0s (que excedi6 lo imaginado, e n S. Raws USnl, uno de 10s mepreS

    :omentaristasdelapolol i t icaffon~~delaUP:al~~timadaentre~y~pora~~ :n M n o s reales), el aumento de 10s "fondos de consumo social': que cumprende ksicamente el gasto fiscal de car4cter social (que se elev6 de la0 a 157 en el period0 :onslderado), y un pmgrama de al~orci6n de -Ma, que culmin6 en una situaci6n de pleno emple~ (la tasa de de~ocupaci6nbaf5 hasta Nveles de desempleo friccid, ualedecir,menoJde5poraento).Todoesto rrealiz6mdmdeunapoUicade conhol de precios y expansi6n del gasto ~ b l i c o (que ech6 mano en gran medida de las reservas intemaciondes disponibles y, a la postre, de la emisi6n de d i m ) , destinada a sstener la polit~ca de prticipaa6n. est0 es, a evitar la inflaci6n )r el desabastecimiento. Esta Fepenti~ elevaci6n del nivel adquidtivo de las masas se tradup, por ejmplo, en el a u m t o del consumo de alimentor "el consumo de P.IIM devacunohaaumentadoenun 15prciento.eldepordnoen 18por ciento,eldeovino en 5 por aento, el de aves en 16 por eiento, el de papas en 55 por ciento, el de mefa en21 p o r d e n t o , e l d e l i m o n e s e n ~ p o r a e n t o , e l d e l e c h IOporciento, el deamicaren 37por aento, el de fideos en 28 p r aento y el decerveza en 20 por- cien~.Pa~ela~te,aurnent6elconsumo debienesdurablesenm@ e* mayor, por efecto de una politica de redisbibucibn que favored6 tsmbih a las c b medias. El W e r -mente populists del programade la UP admite p a s d+ el financiamiento de esta politica de participaci6n debm proven ir del a*&- miento de las " p o w d a d - productivas existentes" (stock a m & & , -@

    la transfe~naa ' d e excedentes privados (de laa llamadas "empresas monop6xcas" en de e s t a t i u e i 6 n ) h a c h e l s t o r ~ b ~ . ~ q u e p transf0-6n w a l b d a de excedente prod~&vo~ & -, 9ue quebr6 A P a m t e L s podbilidades de acurna6n tanto en 4 plan0 & &

    0

    se

    EL ejemplo d s notable es el de la Unidad Popular (UP) C M a . ms

    dad industrial ociosa, subutilizad6n de h n m n ~ & o h ) y

    eflpresas (Obli&S a disminuir S W "@as de grwncia" por efeeto de la e. 4- Y de W), O J ~ enel plaro del Estado, donde el grwao &+ m m

  • para ampliar la base popular del Gobierno y la UP" (p. 169). El imperativo de la participaci6n popular se anmuso s i m m al .muisit0 de la acumuIaci6n. como . . ocurre en tod& L esquemas i.Iopulista*."

    Estapoliticademo~izaa6necon6mica~tradaenlaampliaci6ndel corn- mo popular ynoenel trabap,canoocurreenlosesqu~s~tas,v.gr.elmodelo "stajanovista" o de la "&a cubana"- se complementaba con la ampliaci6n de la participaa6n politica, canalizada en lo sustanaal a havk del "'allendism"' y del crecimiento inusual del Partido socialists. El fonnato ~ a d - p o p ~ l i ~ t a de esta movi l iza~6nsemanif ies tasobretodoeneldes~rdede1a~a6n~1~~,va1e decir, en la pFesencia de una movilizacibn popular que cae fuera del sistema politico y de toda politica de representa136n sodal al interior del aistema idtuaonal. Dicho de otra manera, la movilizaci6n se orienta y se constituye a t r a k del Estado. Sin embargo, de la misma manera como el Estado no h e un agente de 01ganizaa6n de la pmducci6n, tampom fueun a p t e de 0rganizaa6ne institucionalizaci6n politica. La movilici6n popular desbord6 ampliamente la funci6n rep-tativa del sistema politico, per0 a1 misno tiempo cay6 en manos de un aparato estatal atravesado por la lucha faCci0~1 de 10s partidos. Falt6 lo que es caracterfstico de 10s w+menes nacional-populistas la centraIizad6n del poder estatal en manos del presidente, la burocralizaa6n de 10s interepes miales denho de la administraa6n p~blica y la conformaci6n de un partido dnico dominado por la voluntad del Mer populista.

    EL cardcter populiita de la UP chilena, no obstante, pmviene menos de la naturalem del r&imen que de la pmpia movilizaa6n popular. No olvidemos que el r6gimen se definia en thninos socialistas, que estaba dirigido por partidos politicos premnstituidos frente al lider, que pretendh dexansar & en organizariones de clase que en movilizaciones de masas y que asignaba mAs unportancia a la hansfor- maa6n F ~ V O I U ~ O M M de la sociedad que al aumento de la partiapaci6n popular. La 16gicapopulistano s e a l o ~ b a t a n t o e n l o s p ~ m o e n ~ ~ e ( ~ ~ f 6 ~ ~ a d e l "socialisno con vino tinto y empanadas" significaba mAs o memesto: partiapacih + consume), y esenc-te en las dases~populares. La movilizaa6n popular se ai&, en &to, ,al modelo de la "hiperpartiapaci6n" que ofreda el "allendismo". Por una parte. la movilizaci6n mn6mica se orientaba hacia la ampliaci6n del consumo privado y la insera6n denho de la &a de redistribuabn estatal del inpreso. Las tomas de terreno, las tomas de ernpmas (que desbordawn la lista de empresas privadassusceptib1esde~ta~abn)ylas invasiones de tierras, tuvieron este sentido precise: colocarse al abrigo de la polrtica populista del Estado. La eficaaa de esta movilizac6n M d d nunca en la expectativa de control obrem-popular de la .m@, en la expectativa deobtener 10s benefiaos de la politica redistributiva delEstado.Losobrerrwserovilizaronmuynbaplasco~~asdela'~ataUa

    estmctura de ppiedad y poder; m6s bien, se despleg6 y adquiri6

  • llamados "cordones induslriales", iniciativas de 'poder popular" Ustlahkmte silhl radas de militantes de origen universitario). La movilizaa6n W l a r tampoco tuvo un carkter marcadamente obrero: en la experiencia chilena no aparece el p'otagoNsm0 obrero que czlracteriza las situaciones rwolucionarias; las ocupaciones de fibrica, las huelgas, loscomitk de defema no dan la t6Nca general; la presencia smdical (y engranmedidacomurusta), por6ltimo,apecedesbrdada pormasasque se movilizan m&s en las dies que en las fAbricas. La importancia del "allendism" es, pues, innegable. Y el "allendismo" no se distingue mstancialmente de la movilizad6n nacional-popuIista: la movilizaci6n, en efecto, adqu ie un cadcter de c o m ~ d n festiva antes que de lucha dedases; M es la confmntaci6n politica lo que predomina, sin0 la particlpaa6n bap 10s auspiaos de un lideraago carism6tico. La ausencia, pdcticamente completa, de violencia popular durante el peaodo, cpe sorprendi6 siempre a 10s @res obsewadores, es un indicador de esto. Pero tambih lo es la liquidad6n final de la expienda chilema: tennin6 mmo tOd0s 10s IVghmes M- cional-populista, sin resistencia popular a l p . No existe nada d s paWm que la dihencia entre k gigantem manifestaci6n del 4 de septiembre y la d i m a resistencia del dia 11: esta evaporaci6n de Iss masas es la mzjar seiial del tip0 de moviliuci6n existente, populists y 110 revolucionaria.

    p w d e h a b b realmente de un promo de radidizaci6n de masas durante este periodo? La importancia de la I6gica populists, que h- seiialado, se contra- pone con la 16gica revolucionaria de 10s militan- La moviliurci6n popular de entonces tiene poco que ver con la "agudizacirjn de k lucha de clam", y probable- mente se eshrvo tan lejos mmo siempre & una siluaa6n auh-te rwoludo- naria. Pero la W se distingue de 10s mghgnes nacional-populistag en amto 110 impuso limites instituciodea a la m o M 6 n de t~sas. La d ' '6n dd sistema politico y de los regimeneS de empnesas, nun- fue c o m z p una

    . ~ ~ ~ ~ ~ e f i c i e n t e ~ m o d e r a d o r a . L a e m a p a s n o ~ ~ ~ ~ ~ n ~ u n a ' M t i - - V % ? - - ~ - Y m y p & , ~ ~ & se~o~nal~detoda~t ih lc io~dad.Lamovl luaa6npopuleradquir i6 ,cn este sentido, una wbra&5n esw hada finales del suspensi6n del habap; por otro, la transgresi6h ~a dawn

    p un a, la efectoAuedentementereeientementeacompaAadaporelabendonodel babepqwse 4

    I

  • sistema pol5tico aparece constituida. El '

    cdtica del carisma, como lo remenla Weber, radicaj~stamente en =to: &I C a r i M rll, dependedelescrutiniopfiblico,esunacualidadanteriord E c e m b d F obtenga. Los suje@s que se orientan a trav& de l i d ~ p d d ~ s , por lo cwlb. no StinMemmtituidos frentea &te, sin0 aue seconstituyena trav& de su m.

    &mismo,el "voto~-tativo"i;nplica sujetosbiscuxsivamenteorientados entre Sk el vinculo entre rep-tanies y repra9entadm * valida a travh * la palabra. Losrepresentadossaconstituyen,enefecto,atrav&deun'~Otodeopi~': d s que las personrs, importan 10s programas. La eficacia de un -tan&, a su vez,radica entaamente en su capacidad de persoadir o de consthir opinibn Ye sobre todo, en su capacidad de "cumplir la palabra" empeiiada mte a sus electom. El crite& de eficada diwaiva atraviesa todo modelo democr6tico que F U p O " e , en atirno t&m, la facHbilidad de constituir el mundo real a partir dela palah 0 de rmduciila palabraen hechos. La naturalezadel"wtoplebi$cihrio"es completammte distinm la tarea, e incluso la obligaci6n de un lid- plebisdtario no es persuadu, sin0 rnanifestarss, hawze p-te en medio de la comunidad de sus eledores. El lid- plebiscitario nunca sa valid. en Mmrinos diwmsivos: el mundo popular, en efedo, tolera perfectamente la dmagogia mcumto desconoce lapretensi6nde fundar loreal 8 partir de la @bra. La eficada del liderazp plebiscidtario no descansa, pees, en su capacidad de rea lm lo prometido, sin0 en 9u habilidad para generar identificad6n y reconocimento publico.

    La importancia de la orlentaci6n plebiscihria en el mundo popular admite poas dudas: m6s que UM elecd6n, lo que importa es la adamaCi6n de un Mer y la bfisqueda de umnimidad a travk suyo. Los regimenes naciona~-po~istag estu- vieron estrictamente fundados en un mecanismo de este tip0 que siempre suscit6 la adhesi6npopular: hp~d~cibnpoliticasel~ta~aLaaclam;ld6ndeuncandidato p i a m e n t e designado y de antemano electo; por contrapartida, skmp resultaba imperdonable que el candidat0 no diera la ocasi6n de ser vitomdo p6blica y solemnemente. EstemeCanismonoperdi6suvigendamlosregimenesdemwdticos con cornpetencia electoral abierta: tambi6n aquila importpnda de 10s lideres mele superior a la de 10s partidosy su presen~ia much0 m6s importante que su

    Esta importancia de la orientad611 plebisdtuiil tiene cow con&apm& h h0~ti~dadpopularhaciaelsistemapolitico.~criticapopular~~~~partidos, sin &go, no debe c~nfundirse con autoritarismo. El a u e h f i o estg enteramente -0 en un principio de eficacia dscursiva: b polrticos Wn "&mL gOgOs" iwpam de m d h r suli promems o de generar con~enw que g~kwbikkd. sistema politico aparece mmm un espa

    n ehpotenciadiscursiva. Lo quecar-d &&mea

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  • eficada inslrumental

    ES~OS sintomas -electorado flotante y abstmidn poutica- no apareCen Wcta- mente en nuestm caw. El sistema politico no e~ desbordado Por un a m de oentaci6n de mercado y de comportamientos eStral6gkW S i n 0 PO un ~~ de onentaci6nhacia el Estado,queserealiua trlv6sdeliderazgosplebiscitarlos. b q u e prevalece, a1 menos en las claw populares, es una mo*ci6n a travb de c a r i s m electodes que se sitiran en la frontera o dmhamente fuera del sistema politico. La mumci6n del cardenismo mxicanoa trav&deCuauctemocydeI aplismopauano por medio de Alan Garcia, la vitaliiad del fr&mo chileno (que, como en el caw mexicano, aplica el criterio del crslsnu hereditario y da soporte politico a su p m - tela),lavig~~adelbFizolismobrasi~~o(sobr~do,noobstrmte,porun fen6meno enteramentenuev0,el PartidodelosTrabajdos, IT, cuyoscomponentespopulistas no responden a1 modelo dlaro) muestrpn la v i p c i a del populismo de vi+ cuflo. A el10 se a w n populismos nuevos, como el de Max Femindez y Palenque en Bolivia o Betmont y Fujtmon en Ped, crslsmas electorales que K constituyen en gran medida por su excentncidad respecto del dstema politico. Jil deficit de voto rapresentativo adquiore, pus, esta forma espSica: onentPci6n sistedtlca y deUkada fuera de las ertructuns diwfSivas de representaa6n politica.

    Estareaparici6n del populismo no @$ti d aboigo, win embargo, de una creciente banaliZa66n, sobre todo cuando se aproxinu y canstituye, como ocum por doquier, desde la cultura de maws. El populkmo parece bber prdido, m efecto, su cualidad propia: la capacidad de conrtruir una identidad colectiva. Los liderazgor plebisdtpticw no tienen la densidad del psado, la Iealtad popular es 116s vedtil, 10s carismas politicar .?an purpmente electorales y desaparecen sin dejar huellar Si@- hcativas. La degradaci6n del voto popdish en voto de mms, definldo romo w simple demands por p~otec&n esshtd que e ban-& fuera del &stems politico, parace estar cfectivamente en cur-. La politica, tanto reprerntativa como plebisdtana, ha d w o en nuestrcw dial de ser un ethos, un lugm de constituci6n de la mdenda co~e*iva. et locus donde antaflo se cmttituy6 -te un aleto. ~~l vez el P O P ~ ~ ~ ~ O , e- pan &quina a trav& de la cud ce transf0-n m m s en pueblo, $e incline tambibn ante el ~SLI de sodedades qw no w- oh -- NSmO de coordma6n que el m a d o .

    REFERENCUS BJBLIOORAFIGAS

    .I. C. Bumasr% N. L m i s t a d m s l r m Nvavo Mu&. IE~.

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