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I. SUPLICIO 1. EL CUERPO DE LOS CONDENADOS He aquí, pues un suplicio y un empleo de tiempo. Menos de un siglo los separa. Es la época en la que fue redistribuida en Europa y en los Estados Unidos, toda la economía del castigo. Por lo que toca a la justicia penal una nueva era, entre tantas modificaciones, señalare una. La desaparición de los suplicios. Tenemos un hecho; en cuantas décadas, ha desaparecido el cuerpo supliciado, descuartizado, amputado, marcado simbólicamente en el rostro o en el hombre, expuesto vivo o muerto, ofrecido en espectáculo. Ha desaparecido el cuerpo como blanco mayor de la represión penal. El castigo ha dejado poco a poco de ser teatro. Y todo lo que podía tener de espectáculo se encontrara en adelante marcado con un índice negativo. A partir de este momento, el escándalo y la luz se repartirán de modo distinto, dado que es la propia condena la que supone que maraca al delincuente con un signo negativo y univoco, por lo tanto los debates y las sentencias, pero la ejecución misma es como una vergüenza suplementaria, que la justicia se avergüenza de imponerle al condenado, que se mantiene, pues a

VIGILAR Y CASTIGAR .docx

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Resumen de la obra Vigilar y castigar de foucault en la que explica los metodos de castigo del siglo XVIII.

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I. SUPLICIO

1. EL CUERPO DE LOS CONDENADOSHe aqu, pues un suplicio y un empleo de tiempo. Menos de un siglo los separa. Es la poca en la que fue redistribuida en Europa y en los Estados Unidos, toda la economa del castigo. Por lo que toca a la justicia penal una nueva era, entre tantas modificaciones, sealare una. La desaparicin de los suplicios.Tenemos un hecho; en cuantas dcadas, ha desaparecido el cuerpo supliciado, descuartizado, amputado, marcado simblicamente en el rostro o en el hombre, expuesto vivo o muerto, ofrecido en espectculo. Ha desaparecido el cuerpo como blanco mayor de la represin penal.El castigo ha dejado poco a poco de ser teatro. Y todo lo que poda tener de espectculo se encontrara en adelante marcado con un ndice negativo.A partir de este momento, el escndalo y la luz se repartirn de modo distinto, dado que es la propia condena la que supone que maraca al delincuente con un signo negativo y univoco, por lo tanto los debates y las sentencias, pero la ejecucin misma es como una vergenza suplementaria, que la justicia se avergenza de imponerle al condenado, que se mantiene, pues a distancia, y tiene siempre ser confiada a otros y bajo secreto. Es feo ser digno de castigo, pero poco glorioso castigar. La ejecucin de la pena pasa a convertirse, en un sector autnomo, un mecanismo administrativo del cual la justicia se desentiende, liberndose as de su sorda desazn por un escamoteo burocrtico de la pena. Loesencial de la pena que nosotros, los jueces infligimos, no crean ustedes que consiste en castigar; trata de corregir, reformar, curar una tcnica del mejoramiento rechaza en la pena, la estricta expiacin del mal y libera a los magistrados de la fea misin de castigar.Se dir que la prisin, la reclusin, los trabajos forzados, el presidio, la interdiccin de residencia, la deportacin que han ocupado un lugar tan importante en los sistemas penales modernos- son realmente penas fsicas que, a diferencia de la multa, recaen y directamente sobre el cuerpo. Pero en ellas la relacin castigo-cuerpo no es idntica a la que haba en los suplicios. El cuerpo se encuentra aqu en situacin de instrumento o de intermediario y, si se interviene sobre l encerrndolo o hacindolo trabajar, es para privar al individuo de una libertad considerada a la vez como un derecho y un bien. La reduccin de estas mil muertes a la estricta ejecucin capital define toda una nueva moral propia del acto de castigar.Desaparece, pues, en los comienzos del siglo XIX, el gran espectculo de la pena fsica, se disimula el cuerpo suplicando y se excluye del castigo el aparato teatral del sufrimiento. Se entra en la era de la sobriedad punitiva.Pero basta mencionar tantas precauciones para comprender que la muerte penal sigue siendo en su fondo, todava hoy, un espectculo, que es necesario, precisamente, prohibir. En cuanto a la accin sobre el cuerpo, tampoco se suprime por completo amediados del siglo XIX. Sin duda, la pena ha dejado de estar centrada en el suplicio como tcnica de sufrimiento para pasar a tener por objeto principal la prdida de un bien o de un derecho. Pero castigos como los trabajos forzados o incluso la prisin mera privacin de libertad- no han funcionado jams sin cierto suplemento punitivo que concierne realmente en el cuerpo mismo: racionamiento alimentario, privacin sexual, golpes, celda. Consecuencia no perseguida, pero inevitable, del encierro.Mably ha formulado el principio, de una vez para siempre: Que el castigo, si se me permite hablar as, caiga sobre el alma ms que sobre el cuerpo. La definicin de las infracciones, la jerarqua de su gravedad, los mrgenes de indulgencia, lo que se toleraba de hecho y lo que estaba legalmente permitido, todo esto se ha modificado ampliamente desde hace 200 aos; muchos delitos han dejado de serlo por estar vinculados a determinado ejercicio de la autoridad religiosa o a un tipo de vida econmica: la divisin entre lo permitido y lo prohibido ha conservado, de un siglo a otro, cierta constancia, el objeto crimen. Aquello sobre lo que se ejerce la practica penal, ha sido profundamente modificado.Todo un conjunto de juicios apreciativos, diagnsticos, pronsticos, normativos, referente al individuo delincuente se ha alojado en el armazn del juicio penal. El cdigo francs de 1810, no se planteaba hasta el final del artculo 64 que dice que no hay ningn crimen nidelito si el infractor se hallaba en estado de demencia en el momento del acto. No solo el examen del delincuente sospechoso de demencia, sino los efectos mismos, de tal examen deban ser externos y anteriores a la sentencia. Han admitido que se podra ser culpable y loco (tanto menos culpable cuanto un poco ms loco) culpable indudablemente pero para encerrarlo y cuidarlo que para castigarlo; culpable peligroso ya que se hallaba manifiestamente enfermo. La reforma de 1832 que introduca las circunstancias atenuantes, pero permita modular la sentencia de acuerdo con los grados supuestos de una enfermedad o a las formas de una semilocura. El juez de nuestros das hace algo muy distinto que juzgar.Y no es el nico que juzga. A lo largo del procedimiento penal, y de la ejecucin de la pena, bulle toda una serie de instancias aejas. En torno del juicio principal se han multiplicado justicias menores y jueces paralelos expertos psiquiatras y expertos siclogos, manifestados de la aplicacin de las penas, educadores y funcionarios de la administracin penitenciaria se reparten el poder legal de castigar. El papel del psiquiatra en materia penal? No experto en responsabilidad sino consejero en castigo; a el le toca decir si el sujeto es peligroso. De qu manera protegerse de el, como intervenir para modificarlo y si es preferible tratar de reprimir o de curar.Resumamos: desde que funciona el nuevo sistema penal un proceso global ha conducido a los jueces a juzgarotra cosa que los delitos. La operacin penal entera se ha llenado de elementos y personajes extrajurdicos. Si incorpora tantos elementos extrajurdicos, no es para poderlos calificar jurdicamente e integrarlos poco a poco al estricto poder de castigar; es, por el contrario, para poder hacerlos funcionar en el interior de la operacin penal como elementos no jurdicos, para evitar que esta operacin sea simplemente un castigo legal, para disculpar al juez de ser pura y simplemente el que castiga: naturalmente damos un veredicto; pero aunque haya sido este provocado por un delito, para nosotros funciona como una manera de tratar a un criminal: castigamos, pero es como si dirigiramos que queremos obtener una curacin.En primer lugar, de la ilusin de que la penalidad es arte todo (ya que no exclusivamente) una manera de reprimir los delitos y que, este papel, de acuerdo con las formas sociales con los sistemas polticos o las creencias, puede ser severo o indulgente, dirigida a la expiacin o encaminada a obtener una reparacin, a la persecucin de los individuos. Demostrar que las medidas punitivas no son simplemente mecanismo negativos que permiten reprimir, impedir, excluir, suprimir si no estn ligadas a toda una serie de efectos positivos y tiles a los que tienen por misin sostener. En una economa servil los mecanismos punitivos tendran el cometido de aportar una mano de obra suplementaria y de constituir una esclavitud civil al lado de la quemantienen las guerras o el comercio.Pero el cuerpo esta tambin directamente inmerso en un campo poltico. Este cerco poltico del cuerpo va unido, en funcin de relaciones complejas y reciprocas a la utilizacin econmica del cuerpo. El cuerpo solo se convierte en fuerza til cuando es a la vez cuerpo productivo y cuerpo sometido. No obstante es te sometimiento no se obtiene solo mediante instrumentos ya sean de violencia, ya de ideologa; puede bien ser directo, fsico, emplear a la fuerza contra la fuerza obrar sobre elementos materiales y , a pesar de todo esto, no ser violento; puede ser calculado, organizado, tcnicamente reflexivo, puede ser til sin hacer uso de las armas ni del terror y, sin embargo, permanecer dentro del orden fsico.Hay que admitir ms bien que el poder produce saber (y no simplemente favorecindolo porque les sirva o aplicndolo porque sea til); que poder saber ser implican directamente el uno al otro. En suma, no es la actividad del sujeto de conocimiento lo que producir un saber til o renuente al poder, sino que el poder saber, los procesos y las luchas que lo atraviesan y que lo constituyen son los que determinan las formas y los dominios posibles del conocimiento.Se trata de reincorporar las tcnicas punitivas -bien se apoderen del cuerpo en el ritual de los suplicios, bien se dirijan al alma- a la historia de ese cuerpo poltico.No se debera decir que el alma es una ilusin, o un efecto ideolgico. Porque existe,tiene una realidad de que esta producida permanentemente entorno, en la superficie y en el interior del cuerpo por el funcionamiento de un poder que ejerce sobre aquellos a quienes se castiga y, de una manera ms general sobre aquellos a quienes se vigila, se educa y corrige sobre los locos, los nios, los colegiales, los colonizados sobre aquellos a quienes se sujeta a un aparato de produccin y se controla a lo largo de toda su existencia. Realidad histrica de esa alma, que a diferencia de las presentadas por la tecnologa cristiana no nace culpable y castigable, sino que nace ms bien de procedimientos de castigo, de vigilancia, de pena y de coaccin.En el transcurso de estos ltimos aos, se han producido en el mundo por todos lados rebeliones de presos. Revelaciones contra toda una miseria fiscal que trata de ms de un siglo: contra el frio, el hacinamiento a la falta de aire, contra muros de vetustos, contra el hambre, contra los golpes. Pero eran tambin rebeliones contra las prisiones modelo, los tranquilizantes, el aislamiento, el servicio mdico o educativo.

2. LA RESONANCIA DE LOS SUPLICIOS.He aqu la jerarqua de los castigos que prescriban: la muerte, el tormento con reserva de pruebas las galeras por un tiempo determinado, el ltigo, la retractacin pblica, el destierro. Era pues considerable la parte de las penas fsicas. Adems, las costumbres, la ndole de los delitos, el estatuto de los condenados variaban.Y Soulatges, como de pasada,aade que existen penas ligeras de las que la Ordenanza no habla: satisfaccin a la persona ofendida, armonizacin, censura, prisin por un tiempo determinado, abstencin de ir a determinado lugar, y finalmente, las penas pecuniarias; multas o confiscaciones de bienes. Tanto en las grandes sentencias de muerte solemnes como en esta forma anexa, el suplicio manifestaba la parte significativa que tena en la penalidad: toda pena, en tanto debera llevar consigo algo de suplicio. Qu es un suplicio? Pena corporal, dolorosa, ms o menos Pena corporal, dolorosa, ms o menos atroz. Una pena para ser un suplicio debe responder a tres criterios principales, ha de producir cierta cantidad de sufrimiento que no se puede medir con exactitud, aunque si al menos apreciar, comparar y jerarquizar. La muerte es un suplicio en la medida en que no es simplemente la privacin del derecho a vivir, si no la ocasin y el termino de una gradacin calculada de sufrimientos desde la decapitacin, hasta el descuartizamiento que los lleva al infinito, pasando por la horca, la hoguera y la rueda, sobre la cual se agoniza durante un largo tiempo. La muerte Suplicio es un arte de retener la vida en el dolor subdividindola en mil muertes y obteniendo con ella, antes de que cese la existencia, la ms exquisita de las agonas. El suplicio descansa sobre todo en un arte cuantitativo del sufrimiento esta produccin est sometida a reglas. Existe un cdigo jurdico del dolor; la pena, cuandocondena un suplicio, no cae al azar o de una vez sobre el cuerpo, si no que est calculada de acuerdo, si no que est calculada de acuerdo con reglas escrupulosas, numero de latigazos, emplazamiento del hierro al rojo duracin de la agona en la hoguera o en la rueda.El suplicio penal es una produccin diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado para la marcacin de las vctimas y la manifestacin del poder que castiga.El cuerpo supliciado se inscribe, en primer lugar en el ceremonial judicial que debe exhibir, a la luz del da, la verdad del crimen.En Francia todo el procedimiento criminal, hasta la sentencia, se mantena en secreto, obscuro tanto para el pblico como para el propio acusado. Se desarrollaba si el, o al menos sin que pudiese conocer la acusacin, los cargos, las declaraciones, las pruebas. Era imposible para el acusado tener acceso a los autos, imposible conocer la identidad de los denunciantes, saber el sentido de las declaraciones antes de recusar a los testigos, hacer valer, hasta en los ltimos momentos del proceso, los hechos justificativos, tener un abogado. El magistrado tena el derecho de recibir denuncias annimas, de ocultar al acusado la ndole de la causa, de interrogarlo de manera capciosa, templar insinuaciones. No vean al acusado ms que una vez para interrogarlo antes de dictar su sentencia. La forma secreta y escrita del procedimiento responde al principio de que, en materia penal, el establecimiento de la verdad erapara el soberano y sus jueces un derecho absoluto y un poder exclusivo. Ante la justicia del soberano, todas las voces deben callar.Y por ello mismo, aunque en derecho estricto no lo necesitaba, este procedimiento va a tender necesariamente a la confesin por dos razones: porque constituye una prueba tan decisiva que no hay necesidad apenas de aadir otras, ni de entrar en la difcil y dudosa combinatoria de los indicios; la confesin, con tal de que sea hecha con arreglo a los usos, dispensa casi al acusador del cuidado de suministrar otras pruebas. En el clculo general de de las pruebas; se hace valer que no es nada mas una de ella: no es la evidentia rei; tampoco la confesin puede conseguir por si sola la condena, sino que debe ir acompaada de indicios anexos y de presunciones, porque ya se ha visto a acusados que se declaraban culpables de delitos que no haban cometido. El juez, si no posee otra confesin regular del culpable, habr de hacer entonces investigaciones complementarias. Pero, por otra parte, la confesin aventaja a cualquier otra prueba. Debe ir rodeada de garantas y de formalidades. Conservar en si algo de la transaccin, por eso, se exige que se haga de modo consciente, que no se refiera a cosas imposibles.El tormento es un medio peligroso para llegar al conocimiento de la verdad; por eso los jueces no deben recurrir a l sin reflexionar. Hay culpables con la firmeza suficientes para ocultar un crimen verdadero; otros inocentes, a quienesla intensidad de los tormentos hace confesar crmenes de los que no son culpables.El juez conservaba todas sus cartas, excepto la principal. Omnia cifra mortem. De ah, la recomendacin que a menudo se haca a los jueces de no someter a tormento a un sospechoso suficientemente con victo de los crmenes ms graves porque, si suceda que resista a la tortura, el juez ya no tendra ya el derecho de infligirle la pena de muerte que, sin embargo, mereca.Si el paciente es culpable, los sufrimientos que se le imponen no son injustos; pero es tambin un signo de disculpa en el caso de que sea inocente. La bsqueda de la verdad por medio del tormento es realmente una manera de provocar la aparicin de un ndico, el ms grave de todos, la confesin del culpable.El verdugo no es simplemente aquel que aplica la ley, sino el que despliega la fuerza; es el agente de una violencia que se aplica, para dominarla, a la violencia del crimen. Si el verdugo triunfa, se consigue desprender de un golpe la cabeza que le han pedido que corte, se la muestra al pueblo, la deja en el suelo y saluda despus al pblico, que le dedica un aplauso con fuerte batir de palmas. Por el contrario, si fracasa, si no logra matar como es debido, se hace merecedor de un castigo. Detrs del castigo al verdugo torpe se perfila una tradicin muy prxima todava que el condenado fuese perdonado si la ejecucin fracasaba. Para hacer desaparecer esta costumbre y esta esperanza fue preciso invocar eladagio el cadalso no pierde su presa , colgado y estrangulado hasta que sobrevenga la muerte, hasta la extincin de la vida. Por ms que, fuera la espada justiciera del rey, el verdugo compartira la infamia de su adversario.En toda infraccin hay un crimen majestatis y en el menor de los criminales un pequeo regicida en potencia. Y el regicida, a su vez, no es ni ms ni menos que el criminal total y absoluto.El primer da, fue conducido a la plaza, donde encontr un caldero de agua hirviendo, en la que fue introducido el brazo con que haba asestado el golpe. Al da siguiente, le fue cortado este brazo y, como cayera a sus pies en el acto, lo empujo con el pie, hacindolo caer junto al patbulo; al tercer da, fue atenaceado por delante en las tetillas y en la parte delantera del brazo; al cuarto, fue igualmente a tenaceado por detrs en los brazos y en las nalgas; y as consecutivamente, este hombre fue martirizado por espacio de dieciocho das.El ultimo da, fue enrodado y finalmente fajado. Al cabo de 6 horas, contino pidiendo agua, pero no se la dieron. finalmente se le pidi al lugarteniente de lo criminal que lo hiciera rematar y estrangular, con el fin de que su alma no se desesperara y se perdiera. La atrocidad es esa parte del crimen que el castigo vuelve suplicio para hacer que se manifieste a la luz del da. Que el poder que castiga no se manche ya por un crimen mayor a aquel que ha querido castigar, que se mantenga inocente de la pena queinflige.Los ms pobres no tienen la posibilidad de acudir a la justicia y hacerse escuchar por ella. La ejecucin de estos criados daba lugar con frecuencia a protestas el terror de los suplicios encenda de hechos focos de ilegalismo; los das de ejecucin se interrumpa el trabajo, se llenaban las tabernas, se insultaba al gobierno, se lanzaban injurias y hasta piedras al verdugo. Si el condenado se mostraba arrepentido pidiendo perdn a dios y a los hombres por sus crmenes, se le vea purificado: mora, a su manera, como un santo. Los bellos asesinatos no son para los artesanos del ilegalismo. El hombre del pueblo es ahora demasiado sencillo para ser el protagonista de las verdades sutiles. En este nuevo gnero no hay ya ni hroes populares ni grandes ejecuciones; se es perverso, pero inteligente, y de ser castigado, no hay que sufrir.

II. CASTIGO.

1. EL CASTIGO GENERALIZADOQue las penas sean moderadas y proporcionadas a los delitos, que la muerte no se pronuncie ya si no contra los culpables de asesinato y que los suplicios que indignan a la humanidad sean abolidos.Es preciso que la justicia criminal, en lugar de vengarse, castigue al fin. Esta necesidad de un castigo sin suplicio se formule en primer lugar como un grito del corazn o de la naturaleza indignada; en el peor de los asesinos, hay una cosa al menos que debe respetarse cuando se castiga su humanidad.El 24 de marzo de 1970, Thouret abre en la constituyente la discusin sobre lanueva organizaci9on del poder judicial. Poder que, segn el, se haya desnaturalizado en Francia de tres maneras. Por una apropiacin privada: los oficios del juez se venden, se transmiten por herencia, tienen un valor comercial y la justicia que se administra es, por eso mismo, honrosa. Por una confusin entre dos tipos de poder: en la que administra la justicia y formula una sentencia aplicando la ley y el que hace la ley misma. Finalmente, por la existencia de toda unas serie de privilegios que vuelven desigual el ejercicio de la justicia: hay tribunales, procedimientos, litigantes, delitos incluso, que son privilegiados y que quedan fuera del derecho comn.Ms que debilidad o crueldad, la crtica del reformador apunta a una mala economa del poder. Exceso del poder en las jurisdicciones inferiores que pueden ayudadas por la ignorancia y la pobreza de los condenados pasar por alto las apelaciones del derecho y hacer ejecutar sin control sentencias arbitrarias.El verdadero objetivo de la reforma es menos fundar un nuevo de derecho de castigar a partir de principios ms equitativos que establecer una nueva economa del poder de castigar, asegurar una mejor distribucin de este poder.Es necesario controlar y hacer entrar en el cdigo todas estas prcticas ilcitas. Es preciso que las infracciones estn bien definidas y seguramente castigadas, que en esta masa de irregularidades toleradas y sancionadas de manera discontinua con una resonancia desproporcionada sedetermine lo que es infraccin intolerable y que se someta a su autor a un castigo que no puede eludir. Se firma la necesidad de definir como estrategia y tcnicas de castigo en las que una econmica de la continuidad y de la permanencia reemplace la del derroche y del exceso.Le Trosne en 1764 publica una memoria sobre la vagancia: semillero de ladrones y de asesinos que viven en el seno de la sociedad sin ser miembros de sta, que hacen una verdadera guerra a todos los ciudadanos En 1777, el mismo Le Trosne pide, en las Vues sur la justicia criminalle (opiniones sobre la justicia criminal), que se reduzcan las prerrogativas de la parte civil, que se consideren los acusados como inocentes hasta su condena eventual, que el juez sea un rbitro justo entre ellos y la sociedad, que las leyes sean fijas, constantes, determinadas de la manera ms precisa, de modo que los ciudadanos sepan a que se exponen y los magistrados no sean ms que el rgano de la ley. Es decir que si, en apariencia, la nueva legislacin criminal se caracteriza por un suaviza miento de las penas, una codificacin ms clara, una disminucin notable de la arbitrariedad, un consenso mejor establecido respecto del poder de castigar a falta de una divisin mas real de su ejercicio .Encontrar nuevas tcnicas para adecuar los castigos y adaptar los efectos. Fijar nuevos principios para regularizar, afinar, universalizar el arte de castigar. Disminuir su costo econmico y poltico aumentando sueficacia y multiplicando sus circuitos, constituir una nueva economa y una nueva tecnologa del poder de castigar.El criminal aparece entonces como un ser jurdicamente paradjico. ha roto el pacto con lo que se vuelve enemigo de toda la sociedad, pero participa en el castigo que se ejerce sobre el.La infraccin opone, un individuo al cuerpo social entero para castigarlo, la sociedad tiene el derecho de alzarse toda contra l. La lucha desigual de un solo lado, todas las fuerzas, todo el poder, todos los derechos. Y es preciso que sea as ya que se juega en ello la defensa de cada uno. Se constituye de esta suerte un formidable derecho de castigar, ya que el infractor se convierte en el enemigo comn. Peor que un enemigo, incluso puesto que se asesta sus golpes desde el interior de la sociedad y contra este un traidor, un monstruo.No se deben aplicar ms que castigos humanos a un delincuente que sin embargo pueden muy bien ser un traidor y un monstruo. La razn de que la ley deba tratar ahora humanamente a aquel que se haya fuera de la naturaleza. No est en una humanidad profunda que el delincuente escondiera dentro de si sino en la regulacin necesaria de los efectos de poder. Esta racionalidad econmica es la que debe proporcionar la pena y prescribir sus tcnicas afirmadas. Humanidad es el nombre respetuoso que se da a esta economa y a sus clculos minuciosos.De qu utilidad podra ser su castigo en la economa del poder de castigar? Sera til enla medida de que pudiera reparar el mal mal hecho a la sociedad. Para ser til el castigo debe tener como objetivo las consecuencias del delito entendidas como la serie de desordenes que es capaz de iniciar. La proporcin entre la pena y la calidad del delito est determinada por la influencia que tiene, sobre el orden social, el pacto que se viola. Calcular una pena no tanto en funcin del crimen como la de su posible repeticin. No atender a la ofensa pasada sino al desorden futuro. Actuar de modo de que el malhechor no pueda tener ni el deseo de reincidir.Vieja concepcin. Hay que castigar exactamente lo bastante como para impedir. Desplazamiento, por lo tanto, en la mecnica del ejemplo: en una penalidad de suplicio con el ejemplo era la rplica del crimen. El ejemplo no es ya un ritual que manifiesta, es un siglo que obstaculiza.Regla de la cantidad mnima. Se comente un crimen porque procura ventajas. Si se vinculara la idea del crimen a la de una desventaja un poco mayor, cesara de ser deseable. Para que el castigo produzca el efecto que se debe esperar de el basta con el dao que causa exceda el beneficio que el culpable ha obtenido del crimen. Es una cuasiequivalencia en el plano de los intereses: un poco mas de inters en evitar la pena que el arraigar el delito.Regla de la idealidad suficiente. Si el motivo de un delito es la ventaja de que uno se representa que este conlleva, la eficacia de la pena est en la desventaja que de l se espera.Eliseon del cuerpo como sujeto de la pena, pero no forzosamente como el elemento de un espectculo.Regla de los efectos laterales. Si se pudiera estar seguro de que el culpable no va a reincidir, bastara con hacer creer a los dems que ha sido castigado. Excepto si es capaz de volver a cometer el delito. Becaria ha ilustrado esta paradoja en el castigo que propona en lugar de que pena de muerte: la esclavitud a perpetuidad. Deca, por que el dolor de la esclavitud est dividido para el condenado en tantas parcelas como instantes le quedan por vivir. Es la pena econmicamente ideal: es mnima para aquel que la sufre y es mxima para aquel que se la representa.Regla de la certidumbre absoluta. Que las leyes que definen los delitos y prescriben las penas sean absolutamente claras, con el fin de que cada miembro de la sociedad pueda distinguir las acciones criminales de las acciones virtuosas que estas leyes se publiquen, que cada cual pueda tener acceso a ella; se dan por terminadas las tradiciones orales y las costumbres. Que el monarca renuncie al derecho de gracia, para que la fuerza presente en la idea de la pena no quede atenuada por la esperanza de dicha investigacin: Si se deja ver a los hombres que el crimen puede perdonarse y que el castigo no es su consecuencia necesaria se alimenta en ellos la esperanza de la impunidad. Polica y justicia deben marchar juntas como las dos acciones complementarias de un mismo proceso, garantizado la poltica la accinde la sociedad sobre cada individuo y la justicia, los derechos de los individuos contra la sociedad ; as, cada crimen saldr a la luz y ser castigado con toda certeza. Pero es preciso adems que los procedimientos no se mantengan secretos, que los motivos por los que se ha condenado o puesto en libertad a un inculpado sean conocidos por todos y cada cual pueda reconocer los motivos de castigar.Regla de la verdad comn. La verificacin del crimen debe obedece a los crmenes generales de la verdad. La verdad del delito no podr ser admitida sino una vez que ha sido enteramente probado hasta la demostracin final de su delito, debe reputarse inocente al inculpado. Las pruebas y los indicios deben deducirse de esas circunstancias.Regla de la especificacin optima. Se vuelve necesario, por un cdigo, y un cdigo de lo suficientemente preciso como para que cada tipo de infraccin pueda estar en el claramente presente. Se debe evitar que en el silencio de la ley, se precipite la esperanza de la impunidad.De dos hombres que han cometido el mismo robo, Hasta qu punto aquel que tena apenas lo necesario es menos culpable que el que nadaba en la abundancia? Entre dos perjuros, Hasta qu punto aquel en quien se procuro, desde la infancia, imprimir unos sentimientos de honor es mas criminal que el otro, que abandonado a la naturaleza, no recibi jams educacin alguna?.Se ve apuntar, a la vez que la necesidad de una clasificacin paralela de los crimines y de loscastigos, a la de una individualizacin de las penas conforme a los caracteres singulares de cada delincuente. La individualizacin aparece como un objeto ultimo de un cdigo adaptado en forma exacta.Se percibe el lugar en el que, en la prctica penal, el saber sicolgico sustituir la jurisprudencia casustica.

2. LA BENIGNIDAD DE LAS PENASEncontrar para un delito el castigo que conviene es encontrar la desventaja cuya idea sea tal que anule el atractivo de la idea de una accin reprobable.Pero del principio de una comunicacin simblica es claramente formulado tambin por Le Peletier cuando presenta en 1791 la nueva legislacin criminal: Son necesarias unas relaciones exactas entre la naturaleza del delito y la naturaleza del castigo; el que ha sido feroz en su crimen padecer dolores fsicos; el que haya sido holgazn se ver forzado a un trabajo penoso; el que ha sido abyecto sufrir como pena la infamia.Disminuir el deseo que hace atractivo el delito, aumentar el inters que convierte la pena en algo terrible.Quitarle toda fuerza al inters que lo ha hecho nacer. Tras de los delitos de vagancia esta la pereza; es a ella a la que hay que combatir. No se lograra nada encerrando a los mendigos en prisiones infectas que son ms bien cloacas; habr que obligarlos a trabajar. Utilizarlos es el mejor medio de castigarlos. Contra una mala pasin, una buena costumbre.El sentimiento de respeto a la propiedad, ha desaparecido del malhechor cuandoroba, calumnia, secuestra o mata. Es preciso por lo tanto, hacrselo aprender de nuevo. Y se le enseara en el mismo; se le har experimentar lo que es perder la libre disposicin de sus bienes, de su honor, de su tiempo y de su cuerpo, para que a su vez la respete a los dems.UNA PENA QUE NO TUVIERA TRMINO SERIA CONTRADICTORIA: TODAS LAS COACCIONES QUE IMPONE AL CONDENADO Y LAS QUE UNA VEZ VUELTO VIRTUOSO, NO PODRA JAMS APROVECHAR, NO SERIAN YA SINO SUPLICIOS Y EL ESFUERZO HECHO YA PARA REFORMARLO SERIAN TRABAJO Y COSTOS PERDIDOS POR PARTE DE LA SOCIEDAD. LAS PENAS NO PUEDEN FUNCIONAR MS QUE SI TIENEN UN TRMINO.Lo ideal seria que el condenado apareciera como una especie de propiedad rentable; un esclavo puesto al servicio de todos. Seria ms til hacerlo servir al Estado en una esclavitud mas o menos amplia segn la ndole de su delito. Habr que ser un bien social, objeto de una apropiacin colectiva y til. De ah que los reformadores hayan propuesto casi siempre los trabajos pblicos como una de las mejores penas posibles.La publicidad del castigo no debe difundir un efecto fsico de terror, debe abrir un libro de lectura.Deben poder consultar a cada instante el lxico permanente del crimen y del castigo. Pena secreta, pena casi perdida. Seria preciso que los nios pudieran acudir a los lugares en que aquella se ejecuta.He aqu, pues, como hay que imaginar la ciudad punitiva. Para cada delito, su ley; para cada criminal, su pena. Pena visible, penahabladora, que lo dice todo, que explica, se justifica, convence.Esta prevista la prisin, pero como una pena ms entonces el castigo especifico del ciertos delitos, los que atentan a la libertad de los individuos (como el rapto) o los que resultan del abuso de la libertad (el desorden, la violencia). Porque el oficio de privar a un hombre de su libertad y de vigilarlo en la prisin es un ejercicio de tirana. La prisin en resumen es la oscuridad, la violencia y la sospecha.El principio formulado al comienzo es el de que es preciso que haya relaciones exactas entre la ndole del delito y la ndole del castigo: dolores para quienes han sido feroces, trabajo para quienes han sido perezosos, infamia para aquellos cuya alma esta degradada. Hubo, de algunos diputados que se asombraron de que, en lugar de haber establecido una relacin de ndole entre delitos y penas, se siguiera un plan completamente distinto: De manera que si he traicionado a mi pas, se me encierra; si he matado a mi padre, se me encierra; todos los delitos imaginables se castigan de la manera mas uniforme. Me parece estar viendo un medico que para todos los males tiene el mismo remedio. La humanidad se levanta contra el espantoso pensamiento de que no es un castigo privar a un ciudadano del mas precioso de los bienes, sumirlo ignominiosamente en la morada del crimen, arrancarlo a cuanto tiene de querido, precipitarlo quiz a la ruina y arrebatarle no solamente a el sino a su desventuradafamilia todos los medios de subsistencia. Los reclusorios deben ser arrasados.El correccional de Gante sobre todo ha organizado el trabajo penal en torno a imperativos econmicos. Se aduce la razn de que la ociosidad es la causa general de la mayora de los delitos. Una informacin hecha sobre los condenados en la jurisdiccin de Alost, en 1749, demuestra que los malhechores no eran artesanos ni labradores, sino holgazanes dedicados a la mendicidad. De ah la idea de una casa que garantizase en cierto modo la pedagoga universal del trabajo para aquellos que se muestran refractarios a el. Cuatro ventajas: disminuir el nmero de las diligencias criminales que son costosas para el estado. No estar ya obligado a hacer remisiones de impuestos a los propietarios de bosques asolados por los vagabundos; formar una multitud de obreros nuevos. Esta pedagoga tan til reconstituir en el individuo perezoso la aficin al trabajo, lo obligara a colocarse en un sistema de intereses en el que el trabajo ser mas ventajoso que la pereza y formara en torno de si una pequea sociedad reducida, simplificada y coercitiva en la que aparecer claramente la mxima: quien quiera vivir debe trabajar. Obligacin del trabajo, pero tambin retribucin que permita al preso mejorar su suerte durante el periodo de detencin y despus de el. En realidad solo se constituyo una penitenciaria, la de Gloucester, que solo responda parcialmente al esquema inicial: confinamiento total para loscriminales ms peligrosos; para los otros, trabajo en comn de da y separacin de noche.El modelo de Filadelfia. El mas famoso sin duda porque apareca unido a las innovaciones polticas del sistema norteamericano y tambin, porque no estuvo condenado como los otros al fracaso inmediato y al abandono; fue continuamente proseguido y transformado hasta las grandes discusiones de los aos 1830 sobre la reforma penitenciaria. La prisin de Walnut Street, abierta en 1790, reproduca el modelo de Gante y de Gloucester. Trabajo obligatorio en talleres, ocupacin constante de los presos, financiacin de la prisin mediante este trabajo, pero tambin retribucin individual de los presos para garantizar su reinsercin moral y material en el mundo estricto de la economa, los condenados son pues, empleados constantemente en trabajos productivos para a caer que soporten los gastos de la prisin, para no dejarlos inactivos y para que tengan preparados algunos recursos en el momento en que su cautiverio haya de cesar. La vida esta, por lo tanto dividida de acuerdo con un empleo del tiempo absolutamente estricto, bajo una vigilancia ininterrumpida; cada instante del da tiene marcada una ocupacin, prescrito un tipo de actividad y conlleva obligaciones y prohibiciones.Los reformatorios se atribuyen como funcin, ellos tambin, no la de borrar un delito, sino la de evitar que se repita. Son dispositivos dirigidos hacia el futuro y dispuestos para bloquear la repeticin del hechopunible. Afirmaba Buxton la prevencin de los delitos es el nico fin del castigo; el castigo debe llevar consigo cierta tcnica correctiva. El sistema de las penas debe estar abierto a las variables individuales.El punto de aplicar esta pena debe reposar sobre una manipulacin reflexiva del individuo: Todo delito tiene su curacin en la influencia fsica y moral. En cuanto los instrumentos utilizados son ejercicios, no signos: horarios, empleo de tiempo, movimientos obligatorios, actividades regulares, meditacin solitaria, trabajo en comn, silencio, aplicacin, respeto, buenas costumbres. En todo caso debe decirse, que al final del siglo XVIII nos encontramos ante tres maneras de organizar el poder de castigar: la primera es la que funciona todava y se apoyaba en el viejo derecho monrquico. Las otras corresponden, ambas, a una concepcin preventiva, utilitaria, correctiva, a un derecho de castigar que perteneca a la sociedad entera; puede decirse que, en el derecho monrquico, el castigo ceremonial de soberana; utiliza las marcas rituales de la venganza, que aplica sobre el cuerpo del condenado. En el proyecto de los juristas reformadores, el castigo es un procedimiento para recalificar a los individuos como sujetos de derecho.

III. DICIPLINA

1. LOS CUERPOS DOCILES.A estos mtodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujecin constante de sus fuerzas y les imponen una relacin de docilidad utilidades a lo que se le puede llamar Disciplina. Muchos procedimientos disciplinarios existan desde largo tiempo atrs, en los conventos, en los ejercicios, tambin en los talleres. Pero esa disciplina ah llegado a ser en el transcurso de los siglos XVII y XVIII, formulas generales de dominacin. Distintas de la esclavitud, puesto que no se fundan sobre una relacin de apropiacin de los cuerpos, constituye incluso la elegancia de la disciplina efectos de la utilidad. Una anatoma poltica, que es as mismo una mecnica del poder, esta naciendo; define como se puede apresar el cuerpo de los dems. No simplemente para que ellos hagan lo que se desea, si no para que operen como se quiere, con las tcnicas, segn la rapidez y eficacia que se les determina. La disciplina fabrica casi cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos dciles.Para el hombre disciplinado, como para el verdadero creyente, ningn detalles es indiferente, pero menos por el sentido que en el se oculta que por la presa. Caracterstico, ese gran himno las cosas pequeas y a su eterna importancia, cantado por Juan Bautista de La Salle:Cuan peligroso es no hacer caso de las cosas pequeas! Las cosas pequeas disponen para las grandes. Si, cosas pequeas; pero grandes mviles, grandes sentimientos, gran fervor, gran ardor, por consiguiente, grandes meritos, grandes tesoros, grandes recompensas.Una observacin minuciosa del detalle a las vez, una consideracin poltica de estas pequeas cosas,para el control y la utilizacin de los hombres, se abren paso a travs de la poca clsica, acarreando todo un conjunto de tcnicas, todo un corpus de procedimiento y de saber de descripciones, de recetas y de datos. Y, de estas fursilerias, sin duda coma ha nacido el hombre del humanismo moderno. El arte de las distribuciones.La sala de clase formara un gran cuadro nico, bajo la mirada cuidadosamente Clasificadora del maestro: Cada uno de los alumnos tendr un lugar determinado y ninguno lo abandonara, mas por orden y con el consentimiento del inspector de la escuela.Habr que procurar que aquellos cuyos padres son descuidados y tienen parsitos separados de los que van limpios y no lo tienen; que un escolar frvolo y disipado este entre dos sensatos y sosegados, uno libertino o bien solo o entre dos piadosos.El control de la actividad

1) El empleo del tiempo es una vieja, herencia. Durante siglos, las ordenes religiosas han sido maestras de diciplina: eran los especialistas del tiempo, grandes tcnicos del ritmo y de las actividades regulares.El tiempo medido y apagado debe ser tambin un tiempo sin esperanza ni efecto un tiempo de buena calidad, a lo largo del cual el tiempo este aplicado a su ejercicio. La exactitud y la aplicacin son, junto con la regularidad, las virtudes fundamentales del tiempo disciplinario.

2. La utilizacin exhaustiva. Est prohibido poder perder un tiempo contado por dios y pagado por los hombres.La organizacin delas gnesis.El ejercicio de la tcnica por la cual se imponen a los cuerpos tareas a la vez repetitivas y diferentes, pero siempre graduadas. Influyendo en el comportamiento en un sentido que disponga hacia un estado terminal el ejercicio permite una perpetua caracterizacin del individuo ya sea en relacin con este trmino, con los dems individuos o con un tipo de trayecto. Bajo su forma mstica o actica, el ejercicio era una manera de ordenar el tiempo terrenal en la conquista de la salvacin. Gradualmente, en la historia del accidente, invertir su sentido conservando algunas de sus caractersticas: Sirve para economizar el tiempo de la vida, para acumularlo en forma til y para ejercer poder sobre los hombres por medio del tiempo as dispuesto.La composicin de fuerzas.Aparece una exigencia nueva a la cual debe responder la disciplina: construir una maquina cuyo efecto se llevara al mximo por la articulacin concentrada de las piezas elementales de que esta compuesta. La disciplina no es ya simplemente un arte de distribuir cuerpos, de extreles tiempo y de acomunarlo, si no de componer fuerzas para obtener un aparato eficaz.El cuerpo se constituye como pieza de maquina multisegmentaria.La vida militar comenzara en la edad mas tierna, en la que se enseara a los nios, en casa de campo militar, la profesin de las armas, y terminara en esas mismas casa de campo cuando los veteranos, hasta su ultimo da, ensearan a los nios, que hicieranmaniobrar a los reclutas, dirigieran los ejercicios de los soldados y los vigilaran cuando realizan trabajos de inters publicoSituar los cuerpos en un pequeo mundo se seales a cada uno de las cuales esta ligada una y solo una respuesta obligada: Tcnica de la educacin. El soldado disciplinado comienza a obedecer mndesele lo que se le mande; su obediencia es rpida y ciega; la actitud de indocilidad, el menor titubeo sera un crimen. La educacin de los escolares debe de ser de la misma manera: pocas palabras, ninguna explicacin, en el limite un silencio total que no ser interrumpido mas que con seales campanas, palmadas, gestos, simple mirada del maestro, o tambin, del pequeo utensilio de madera que empleaban.2) LOS MEDIOS DEL BUEN ENCAUZAMIENTO. Walhausen, al principio del siglo XVI, hablaba de la recta disciplina como de un arte del buen encauzamiento de la conducta. El poder disciplinario en efecto, es un poder que, en lugar de sacar y retirar todo, tiene como funcin principal enderezar conductas. Sin duda, para poder retirar y sacar mas.La Sancin NormalizadoraEn el corazn de todos los sistemas disciplinarios funciona un pequeo mecanismo penal. Goza de cierto privilegio de justicia, con sus propias leyes, sus delitos especificados, sus formas particulares sancin, sus instancias de juicio. Que todo pueda servir para castigar la menor cosa. Por la palabra castigo debe entenderse todo lo que es capaz de hacer sentir a los niosla falta que han cometido, todo lo que es capaz de humillarlos, de causarles confusin : () cierta frialdad, cierta indiferencia, una pregunta, una humillacin, una destitucin de puesto.El castigo disciplinario tiene por funcin reducir las desviaciones. Debe por lo tanto, ser esencialmente correctivo. Como deca, por su parte, J.-B. de la Salle, los trabajos impuestos como castigo (pensum) son, lo mas honesto para un maestro, lo mas ventajoso y lo mas agradable para los padres; permiten obtener de las faltas mismas de los nios, medios para hacerlos progresar al corregir sus defectos. Castigar es ejercitar.El castigo, en la disciplina, no es sino un elemento de un sistema doble: gratificacin-sancin.El maestro debe evitar, tanto como se pueda, usar castigos; por el contrario, debe tratar de hacer que las recompensas sean mas frecuentes que las penas, ya que los perezosos se sienten mas incitados por el deseo de ser recompensados como los diligentes que por el temor de los castigo.La disciplina recompensa a travs del juego nico de los ascensos, permitiendo ganar rangos y puestos y castiga haciendo retroceder y degradando.En suma. La penalidad perfecta que atraviesa todos los puntos y controla todos los instantes de las instituciones disciplinarias, compara, diferencia, jerarquiza, homogeiniza, excluye. En una palabra, normaliza.El examenEl examen combina las tcnicas de la jerarqua que vigila y las de la sancin que normaliza. Establecesobre los individuos una visibilidad a travs de la cual se los diferencia y se los sanciona.El examen en la escuela, crea un verdadero y constante intercambio de saberes, garantiza el paso de los conocimientos del maestro discpulo, pero toma del discpulo un saber reservado y destinado al maestro.En la disciplina son los sometidos los que tienen que ser vistos. El hecho de ser visto constantemente, es lo que mantiene sometido al individuo disciplinario.Los procedimientos de examen han sido inmediatamente acompaados de un sistema de registro intenso y de acumulacin documental. El registro sirve para recurrir a l en el tiempo y lugar oportunos, para conocer las costumbres de los nios.De ah la formacin de toda una serie de cdigos de individualidad disciplinaria que permiten transcribir, homogeneizndolos, los rasgos individuales establecidos por el examen, cdigo fsico de la sealizacin, cdigo medico de los sntomas, cdigo escolar o militar de las de las conductas y de los hechos destacados.En un sistema disciplinario, el nio est ms individualizado que el adulto, el enfermo ms que el hombre normal y el no delincuente.

3. EL PANOPTISMOSe apesta a los leprosos, se impone a los excluidos la tctico de las disciplinas individualizantes, y por otra la universalidad de los controles disciplinarios permite marcar quien es leproso y poner contra l los mecanismos dualistas de la exclusin.El panptioco de Bentham es la figura arquitectnica deesta composicin. Su principio es conocido, en la periferia una construccin en forma de anillo, en el centro, una torre con anchas ventanas que se abren en la cara interior del anillo. La construccin perifrica est dividida en celdas, cada una de las cuales atraviesa todo el ancho de la construccin. Tienen dos ventanas, una hacia el interior correspondiente a las ventanas de la torre y otra hacia el exterior, que permite que la luz atraviese la celda de lado a lado. Basta entonces situar un vigilante en la torre central y encerrar en cada celda un loco, enfermo, condenado, un obrero o un escolar. En suma se invierte el principio del calabozo o mas bien, de sus tres funciones; encerrar, privar de la luz y ocultar, solo se conserva la primera y se suprimen las otras dos.El panptico es una maquina de desasociar, la pareja ver-ser visto: en el anillo perifrico, se es totalmente visto, sin ver jams; en la torre central, se ve todo sin ser jams visto.La pesada mole de las viejas casas de seguridad, con su arquitectura de fortaleza, puede ser sustituida por la geometra simple y econmica de una casa de conviccin.El panptico, permite establecer las diferencias en los enfermos, observar los sntomas de cada uno sin que la proximidad de las camas, la circulacin de los miasmas, en los nios notar los hechos singulares, localizar las aptitudes, y distinguir lo que es pereza y terquedad de lo que es imbecilidad incurable. En cuanto al aspecto laboratorio, elpanptico puede ser utilizado como maquina para hacer experimentos, para modificar el comportamiento, encausar o reeducar la conducta de los individuos. Experimentar medicamentos, probar diferentes castigos sobre los presos. Intentar experiencias pedaggicas, y en particular repetir el celebre problema de la educacin reclusa utilizando nios expsitos.es un lugar privilegiado para hacer posible la experimentacin sobre los hombres, y analizar con toda certidumbre las trasformaciones que se pueden obtener sobre ellos.El panptismo es capaz de reformar la moral, reservar la salud, etc., todo esto por unja simple idea arquitectnica. Cualquier miembro de la sociedad tendr derecho a ir a comprobar con sus propios ojos como funcionas las escuelas, hospitales, fabricas, prisiones. No hay peligro de que el aumento de poder pueda degenerar en tirana en las manos de la corrupcin.En la famosa jaula transparente la cuestin para Bentham era la de proyectar una institucin disciplinaria perfecta. En los comienzos de la revolucin, el objetico prescrito a la enseanza primaria ser entre otras cosas, el de fortificar, desarrollar el cuerpo, disponer al nio para cualquier trabajo mecnico en el futuro. Las disciplinas funcionan cada vez ms como tcnicas que fabrican individuos tiles.Se ven tambin difundirse los procedimientos disciplinarios, a partir no de instituciones cerradas sino de focos de control diseminados en la sociedad como grupos religiosos, asociacionesde beneficencia que desempearon durante mucho tiempo este papel de organizacin de disciplina de la poblacin.El soberano, por medio de de una prudente polica, acostumbra al pueblo al orden y a la obediencia. La disciplina es un tipo de poder, una modalidad para ejercerlo que implica todo un conjunto de instrumentos, tcnicas, procedimientos, niveles de aplicacin, metas. Las disciplinas sustituyen el viejo principio de exaccin-violencia que rega la economa del poder, por el principio suavidad-produccin-provecho.IV. PRISIN

Esta evidencia de la prisin se funda en primer lugar, sobre la forma simple de la privacin de la libertad Cmo podra dejar de ser la prisin la pena por excelencia en una sociedad en la que la libertad es un bien que pertenece a todos de la misma manera? Tomando el tiempo del condenado, la prisin parece traducir completamente la idea de que la infraccin ha lesionado, ms all de la victima, a la sociedad entera. En suma el encarcelamiento penal, desde el principio del siglo XIX, ha recubierto, a la vez, la privacin de la libertad y la transformacin tcnica de los individuos.La prisin tiene un fin establecido desde un principio:La ley, infligiendo penas ms graves una que otras, no puede permitir que el individuo condenado a penas ligeras se encuentre encerrado en el mismo local que el criminal condenado por penas ms graves La prisin debe ser un aparato disciplinario exhaustivo. En varios sentidos: debeocuparse de todos los aspectos del individuo, de su educacin fsica, de su aptitud para el trabajo, de su conducta cotidiana, de su actitud moral etc.El aislamiento. Del penado respecto del mundo exterior, de todo lo que ha motivado la infraccin. Aislamiento de los detenidos entre s. La pena no solo debe ser individual, sino tambin individualizante. La soledad debe ser un instrumento positivo de reforma pues sumido en la soledad el recluso reflexiona. Pero ms que tener a los condenados bajo cerrojos como la fiera en su jaula hay que reunirlos con los dems, obligarlos en comn a buenos hbitos previniendo el contagio moral por ,medio de una vigilancia activa manteniendo el recogimiento por la regla del silencio. As este juego del aislamiento, reunin sin comunicacin y de la ley garantizada por un control in interrumpido debe de readaptar al criminal como individuo social.Varias polemicas bajo la restauracin o la monarqua de Julio, ilustran la funcin que se atribuye al trabajo penal. Discusin, en primer lugar, sobre el salario. El trabajo de los retenidos era remunerado en Francia, el problema es que si la retribucin recompensa el trabajo en la prisin, quiere decir que ste no forma realmente parte de la pena, y el detenido puede, por lo tanto negarse a realizarlo. Adems el beneficio recompensa la habilidad del obrero y no la enmienda del culpable: LOS PEORES INDIVIDUOS SUELEN SER EN TODAS PARTES LOS OBREROS MAS HABILES; SON LOS MEJOR RETRIBUIDOS Y,POR CONSIGUIENTE, LOS MS INTEMPERANTES Y LOS MENOS PROPICIOS AL ARREPENTIMIENTO.Lo que equivale a decir que si la pena debe ser individualizada, no es a partir del individuo-infractor, sujeto jurdico de su acto, autor responsable del delito, sino a partir del individuo castigado, objeto de una materia controlada de transformacin.El delincuente se distingue del infractor pro el hecho de que es menos se acto que su vida lo pertinente para caracterizarlo. Los ineptos o incapaces son aquellos a los que un organismo incompleto hace impropios para toda ocupacin que reclame esfuerzos reflexivos y voluntad sostenida, que se encuentran por ello imposibilitado s para tener la competencia del trabajo con los obreros inteligentes. Para estos la soledad no hara sino fomentar su inercia, deben pues, vivir en comn, pero de modo que formen grupos poco numerosos, siempre estimulados por ocupaciones colectivas y sometidos a una vigilancia rgida. As se establece progresivamente un conocimiento positivo de los delincuentes y de sus especies muy distintas de la calificacin jurdica de los delitos y sus circunstancias, pero distinto tambin del conocimiento medico que permite hacer valer la locura del individuo y anular por consiguiente el carcter delictivo del acto. 1. ILEGALISMOS Y DELINCUENCIASe acude tambin a contemplar tipos de criminales, tratando de distinguir por la ropa o el rostro la profesin del condenado, si es acecino o ladrn, juego de mascarasy de fantoches.Las prisiones no disminuyen la tasa de criminalidad: se puede muy bien extenderlas, multiplicarlas o transformarlas, y la cantidad de crmenes y de criminales se mantiene estable o lo que es peor, aumenta.La prisin por consiguiente en lugar de devolver la libertad a individuos corregidos, enjambra en la poblacin delincuentes peligrosos. La prisin no puede dejar de fabricar delincuentes: ya se los asle en celdas o se les imponga un trabajo intil, par el cual no encontrarn empleo, es de todos modos no pensar en el hombre en sociedad: es crear una existencia contra natura intil y peligrosa. Las condiciones que se deparan a los detenidos liberados, los condenan fatalmente a la reincidencia, porque no salen de la prisin sino con un pasaporte que deben mostrar en todos los sitios adonde van y que menciona la condenas que han cumplido. El quebrantamiento del destierro, la imposibilidad de encontrar trabajo y la vagancia son los factores ms frecuentes de al reincidencia. La prisin fabrica indirectamente delincuentes al hacer caer en la miseria a la familia del detenido.LA PRISIN CONSTITUYE UN DOBLE ERROR ECONMICO: DIRECTAMENTE POR EL COSTO INTRNSECO DE SU ORGANIZACIN E INDIRECTAMENTE, POR EL COSTO DE LA DELINCUENCIA QUE NO REPRIME. a. La comisin Amor, de mayo de 1945, repite fielmente: la pena privativa de la libertad tiene por fin esencial la enmienda y la readaptacin social del condenado. Principio de correccin.b. Losdetenidos deben estar aislados o al menos repartidos segn la gravedad penal de su acto, pero sobre todo segn su edad, sus disposiciones, las tcnicas de correccin que se tiene intencin de utilizar con ellos y las fases de su transformacin. Principio de clasificacin.c. Siendo el objeto principal de la pena la reforma del culpable, sera deseable que se pudiera poner en libertada todo condenado cuando su regeneracin moral se halla suficientemente garantizada. Principio de la modulacin de las penas.d. El trabajo debe ser uno de los elementos esenciales de la transformacin y de la socializacin progresiva de los detenidos. Debe permitir aprender o practicar de oficio y procurar recursos al detenido y a su familia (Ducptiaux, 1857). Principio del trabajo como obligacin y como derecho.e. La cuestin del encarcelamiento penitenciario es una cuestin de educacin (Ch. Lucas, 1838). Principio de la educacin penitenciaria.f. El rgimen de la prisin debe, al menos en parte, se controlado y estar a cargo del personal especializado que posea la capacidad moral y tcnica para velar por la buena formacin de los individuos. Principio del control tcnico del la detencin.g. La prisin debe ir seguida de medidas de control y de asistencia hasta la readaptacin definitiva del ex detenido. En 1945, se presta asistencia a los presos durante y despus de la pena con objeto de facilitar su readaptacin. Principio de las instituciones anexas. Atravs del rechazo de la ley o los reglamentos, se reconocen fcilmente las luchas contra aquellos que se establecen de acuerdo con sus intereses: con la ley misma y la justicia que esta encargada de aplicarla, seria hipcrita o ingenuo creer que la ley se a echo para todo el mundo en nombre de todo el mundo que es mas prudente reconocer que se a echo para algunos y que recae sobre otros; que en principio obliga a todos los ciudadanos, pero que se dirige principalmente a las clases mas numerosas y menos ilustradas.Ley y justicia no vacilan en proclamar su necesaria asimetra de clase, la afirmacin de que la prisin fracasa en su propsito de reducir los crmenes hay que sustituirla quizs por la hiptesis de que la prisin ha logrado muy bien producir la delincuencia.Prisin y polica forman un dispositivo acoplado; entre las dos garantizan en todo el campo de los ilegalismos la diferenciacin, el aislamiento y la utilizacin de la delincuencia. En los ilegalismos es sistema polica-prisin asla la delincuencia manejable.El punto de origen de la delincuencia lo asignan no al individuo criminal (que no es otra cosa que la ocasin o la primera victima), si no a la sociedad: EL HOMBRE QUE NOS DA LA MUERTE NO ES LIBRE DE NO DARNOSLA. LA CULPABLE ES LA SOCIEDAD, O PARA ESTAR MAS EN LO SIERTO ES LA MALA ORGANIZACIN SOCIAL.No hay, pues, una naturaleza criminal si no juegos de fuerza que, segn la clase a la que pertenecen los individuos, los conducirn al poder oa la prisin: pobres, los magistrados de hoy poblaran sin duda los presidios; y los forzados de ser bien nacidos, FORMARIAN PARTE DE LOS TRIBUNALES Y ADMINISTRARIAN LA JUSTICIA. En el fondo, la existencia del delito manifiesta, afortunadamente, una INCOMPRENSIBILIDAD DE LA NATURALEZA HUMANA.Frente a la disciplina con rostro de ley, esta el ilegalismo que se hace pasar por un derecho; mas que por la infraccin, es por la indisciplina por lo que ocurre la rotura. Indisciplina que es la de la libertada natural e inmediata: indisciplina en las relaciones familiares: poco importa que el nio perdido halla sido abandonado o se haya liberado voluntariamente, porque NO A PODIDO TAMCO SOPORTAR LA ESCLAVITUD DE LA EDUCACION EN CASA DE LOS PADRES O DE UNOS EXTRAOS. Y, atreves de todas estas pequeas indisciplinas, es, finalmente, la CIVILIZADN entera la que se encuentra recusada y EL SALVAJISMO es lo que salea a la luz: el modelo judicial todos los das se hace en el locutorio una DISTRIBUCION DE JUSTICIA. LA MENOR DESOBEDIENCIA TIENE SU CASTIGO Y EL MEJOR MEDIO DE EVITAR DELITOS GRAVES ES CASTIGAR MUY SEBERAMENTE LAS FALTAS MAS LIJERAS: UNA PALABRA INUTIL SE REPRIME EN Mettray la funcin de encausamiento de al conducta. Los jefes y subjefes de Mettray no deben res del todo ni jueces ni profesores, ni contramaestres, ni suboficiales, ni la PADRES si no un poco de todo esto y con un modo de intervencin especifico. Son en cierta manera tcnicos delcomportamiento: Ing. de la conducto, ortopedistas de la individualidad. Educacin que va acompaada de una observacin permanente.La practica que normaliza por fuerza la conducta delos indisciplinados o los peligrosos pude ser, a su ves, mediante una elaboracin tcnica y una reflexin racional, NORMALIZADA.Las fronteras que ya estaban confundidas en la poca clsica, entre el encierro, los castigos judiciales y las instituciones de indisciplina, tienden a borrarse para constituir un gran continwm carcelario que difunden las tcnicas penitenciarias hasta las ms inocentes disciplinas, transmite las normas disciplinarias hasta el corazn del sistema penal. El sistema carcelario no rechaza lo inasimilable arrojndolo a un infierno confuso: no tiene exterior. Toma por un lado lo que parece excluir del otro. Economiza todo, incluido lo que sanciona. No consiente en perder siquiera lo que ha querido descalificar. En esta sociedad panptica de la que el encarcelamiento es la armadura omnipresente, el delincuente no esta fuera de la ley, esta y aun desde el comienzo, en la ley en el corazn mismo de la ley, pero el efecto mas importante quiz del sistema carcelario y de su extensin mas haya de la prisin legal es que logra volver natural y legitimo el poder de castigar y rebajar por lo menos el umbral de tolerancia a la penalidad en su funcin, este poder de castigar no es esencialmente diferente del de curar o de educar. Se trate de la tcnica y de la racionalidad. Locarcelario NATURALIZA el poder legal de castigar como legaliza el poder tcnico de disciplinar. El tejido carcelario de la sociedad asegura el castigo ms apropiado para la nueva economa del poder y el instrumento para la formacin del saber que esta economa misma necesita. Su funcionamiento panptico le permite desempear este doble papel.El sistema carcelario constituye una de las armazones de ese poder-saber que ha hecho histricamente posibles las ciencias humanas. La ciudad carcelaria, con su GEOPOLITICA imaginaria, se halla sometida a principios completamente distintos. El texto de La phalange recuerda algunos de los ms importantes: que en el corazn de esa ciudad, y como para que resista, no hay un CENTRO DE PODER, un ncleo de fuerzas, sino una red mltiple de elementos diversos: que el modelo de la ciudad carcelaria no es, pues, el cuerpo del rey con los poderes que de el emanan, sino una distribucin estratgica de elementos de ndole y de nivel diversos. Que la prisin no es la hija de las leyes, ni los cdigos, ni del aparato judicial.Que no esta subordinada al tribunal como instrumento dcil o torpe de las sentencias.QUE EN LA POSICIN CENTRAL QUE OCUPA LA PRISIN NO ESTA SOLA, SINO LIGADA A TODA UNA SERIE DE OTROS DISPOSITIVOS CARCELARIOS, QUE SON EN APARIENCIA MUY DISTINTOS YA QUE ESTN DESTINADOS A ALIVIAR, A CURAR, A SOCORRER- PERO QUE TIENDEN TODOS, COMO ELLA, A EJERCER UN PODER DE NORMALIZACIN.