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Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Semana Bíblica con el evangelio de Marcos verbo divino

Y vosotros, ¿quié n decís que soy yo?

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Y vosotros, ¿quié�n decís que soy yo?

Semana Bíblica con el evangelio de Marcos

verbo divino

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Presentación ........................................................................................................... 3

Introducción .......................................................................................................... 6

1. Tú eres mi hijo amado (Mc 1,6-11) .................................................. 11

2. Enseñaba con autoridad (Mc 1,21-28) ............................................. 15

3. Eres el Mesías (Mc 8,27-35) .................................................................... 19

4. El Hijo del Hombre ha venido a servir (Mc 10,35-45) ............ 23

Tu rostro, Señor, es lo que busco (Celebración de la Palabra) ....... 27

índice

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L as Semanas Bíblicas (en adelante SB) tienenuna larga tradición entre nosotros. En los añosposteriores al Concilio Vaticano II, La Casa de

la Biblia organizó varias en diversas ciu dades españo-las. En otros países, sobre todo de América Latina, lasSB se han convertido en una ac tividad habitual, y ca-da año los Departamentos Bíblicos de las diferen-tes Conferencias Episcopales facilitan materialespara celebrarlas en parroquias y grupos cristianos.

En estas páginas queremos ofrecer unas guíassencillas que puedan servir para realizar una SB enuna parroquia o en una comunidad cristiana. Conesta propuesta queremos compartir el fruto delargas reflexiones y de algunas experiencias recientesen diversas parroquias de España.

1. CÓMO ES LA SEMANA BÍBLICA QUE PROPONEMOS

Hay muchas maneras de celebrar una SB. Unamuy común consiste en una serie de conferenciassobre la Biblia, que se imparten a lo largo de seisdías y cuyo objetivo es informar, transmitir cono-cimientos. Nosotros queremos ofrecer un tipo deSB diferente, centrado en el encuentro directocon la Palabra, que incida en la vida, que tenga encuenta la comunidad de los creyentes y que se realice desde la fe en Jesús resucitado.

Un encuentro vivo con la Palabra de Dios...El objetivo principal es despertar el “gusto”, el deseo de continuar leyendo la Escritura. Para ellointentamos favorecer una experiencia de encuen-tro con una Palabra viva que sigue hablando hoy.Evidentemente, en la SB no buscamos convertir-nos en especialistas de la Escritura. Queremos leerla Biblia de manera que nos ayude a entender la vida, de forma que nos ofrezca luz y orientación enel camino de cada día.

Despertando el “gusto” por la Palabra, el deseo deconocerla mejor y leerla más, es posible y deseableque se formen grupos de lectura creyente de la Biblia. Estos grupos no son un fin en sí mismos. Loideal es que los distintos grupos y comunidadesexistentes en la parroquia comiencen a hacer dela Escritura, leída como Palabra de Dios, el centrode su vida y de la labor pastoral que tienen enco-mendada por la Iglesia.

...que nos ayude a iluminar la vidaMás preocupados por la experiencia del encuentrocon la Palabra que por la mera erudición, hemos op-tado por seguir el itinerario de la lectio divina. Con-sideramos que esta forma de lectura creyente de laBiblia, de amplia tradición en la Iglesia, aplicada a lalectura bíblica en grupos responde a las necesidadesque pueden tener los participantes en una SB de

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sensibilización. Posteriormente, con este u otro mé-todo de lectura creyente, se puede seguir profundi-zando en el conocimiento de la Escritura.

El desarrollo de cada encuentro, según el itinerariode la lectio divina, consta de tres pasos, que señala-mos brevemente:

– Lectura: el objetivo es comprender el significadodel texto y captar la experiencia de fe que quisosuscitar en sus primeros destinatarios. Para descu-brir qué dice el texto, nos ayudamos de la explica-ción de un animador o animadora., que no deberíaexceder los 15 minutos.

– Meditación: se trata de descubrir lo que la Palabradice a nuestra realidad de hoy. Para ello nos ayudanlas preguntas que encontramos en este apartado,que pueden responderse en pequeños grupos. Des-pués, uno de los animadores de la SB puede haceruna pequeña puesta en común recogiendo las ac-tualizaciones más relevantes. Este segundo momen-to no debería exceder los 25 minutos.

– Oración: la Palabra escuchada y meditada nos exige dar una respuesta. Espontáneamente o apartir de una oración preparada de antemano,podemos expresar lo que el pasaje nos hace de-cirle a Dios. Este momento vendrá a durar unos 15minutos.

Todos los pasos del itinerario son importantes,pero cabría subrayar la conveniencia de una bue-na explicación del texto que motive la meditación

personal y el posterior diálogo en grupo, así como la posibilidad de compartir con otros laoración. Es el encuentro con la Palabra y con loshermanos lo que hará de la SB una experiencia viva.

2. CÓMO REALIZAR ESTA PROPUESTAEsta propuesta concreta consiste en dedicar unahora al día, durante una semana, para leer y refle-xionar en grupo sobre algunos textos escogidosdel evangelio de Marcos. Evidentemente, esta reali-zación práctica debe ser precedida de una adecua-da planificación y organización previa, que no esobjeto de esta breve introducción y que puedeencontrarse en la página web de La Casa de la Bi-blia (www.lacasadelabiblia.es).

El equipo responsable debe ocuparse de preveralgunos elementos, como la decoración que pro-ponemos para esta SB: cuatro cartulinas en lasque se escribirán los títulos de las cuatro sesionesy en las que se irán pegando los dibujos específicosde cada día. Al final, en la celebración, podremosunir estos dibujos y descubrir un mosaico quemuestra el rostro de Jesús.

Comentamos, brevemente, las características decada una de las reuniones que tendrán lugar a lolargo de esta SB:

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1ª a 4ª reuniones: Introducción y cuatro sesiones con textos escogidosEl primer día podemos dedicar unos quince minu-tos para hacer una pequeña presentación de la in-troducción de la SB. En ella se explicará breve-mente cuál es el plan de Marcos a la hora deescribir su evangelio, haciendo hincapié en la pre-gunta por la identidad de Jesús que recorre todasu obra. De este modo podremos situar los cua-tro pasajes escogidos como un intento de com-poner el verdadero rostro de Jesús. A continua-ción comenzaremos con la primera sesión delectio divina.

Los pasajes elegidos muestran cuatro miradas dediversos personajes que intervienen en el evangeliode Marcos. Todos ellos nos ayudarán en la tareade construir un pequeño mosaico que desvele losprincipales rasgos del rostro de Jesús, Mesías eHijo de Dios.

La explicación del texto por parte del animadoro animadora debe hacerse con esmero, claridady sencillez. Cada ficha incluye unas indicacionesque pueden ayudar a preparar esta intervención,orientada a descubrir la experiencia de fe que seencuentra reflejada en cada pasaje. Más que im-partir una lección magistral, se ha de pretenderayudar a los participantes a comprender lo quedice el texto, llevarles a “saborearlo”. Sólo de es-ta manera la explicación motivará la meditaciónpersonal, el diálogo en grupo y la oración com-partida.

5ª reunión: CelebraciónEl último día de la SB lo dedicamos a celebrar nues-tra fe en comunidad. Esta celebración comunitariaretoma los distintos elementos de la Semana e invi-ta a los participantes a descubrir la verdadera iden-tidad de Jesús a partir de las diversas miradas deDios, la gente, los espíritus, los discípulos y el mis-mo Jesús. Puede finalizarse con un pequeño con-vite en el que todos han contribuido y aportadoalgo.

Buscamos, pues, con esta SB un encuentro comu-nitario con la Palabra de Dios, que debe ser el cen-tro de la vida de nuestros grupos cristianos. Comoha subrayado Benedicto XVI en la exhortaciónVerbum Domini, “la Palabra de Dios está en la basede toda espiritualidad auténticamente cristiana…A este propósito se ha de evitar el riesgo de unacercamiento individualista, teniendo presenteque la Palabra de Dios se nos da precisamentepara construir comunión, para unirnos en la Ver-dad en nuestro camino hacia Dios… También esuna Palabra que construye comunidad, que cons-truye la Iglesia. Por tanto, hemos de acercarnos altexto sagrado en la comunión eclesial” (nº 86).

Este encuentro con la Palabra y con los hermanoses el que hará de la SB una experiencia viva queluego ha de cuidarse y desarrollarse, hasta hacerde la Sagrada Escritura el centro de la pastoral y dela vida de nuestras iglesias.

El equipo de La Casa de la Biblia

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Marcos, el evangelista del rostro de JesúsEl evangelista Marcos es el “inventor” de este gé-nero llamado evangelio. Marcos, antes que escri-tor, es creyente. Su gran preocupación a la horade narrar la actividad de Jesús es, por una parte,ser fiel a las tradiciones que conoce acerca del Se-ñor (dichos, parábolas, milagros, relato de la pa-sión...) y, por otra, iluminar la realidad y los proble-mas de la comunidad en la que vive. Para elloelabora este primer evangelio, que servirá de guíapara los otros dos evangelios sinópticos: Lucas yMateo.

En el trasfondo del evangelio de Marcos se encuen-tra una pregunta a la que intentan responder todosy cada uno de los personajes que aparecen a lo lar-go de la narración: ¿quién es Jesús? El evangelistaMarcos invita a acercarse a él con un espíritu de bús-queda, estando atentos a las diversas respuestas y ac-titudes de todos los personajes de su evangelio. Pa-rece como si nos fuese entregando paso a paso unmontón de teselas con las que formar un mosaicoque al final es capaz de revelar el auténtico rostrode Jesús. Cada tesela proporciona un rasgo, pero no

agota la riqueza de la identidad de Jesús. Solo el con-junto bien ensamblado de teselas desvelará el siem-pre misterioso y paradójico rostro del Nazareno.

Un proyecto bien pensadoEntre esas respuestas que proporcionan los distin-tos personajes destacan dos que estructuran todala narración y descorren el velo que permite en-trever el auténtico rostro de Jesús. Pedro y el cen-turión toman la palabra en dos momentos culmi-nantes del evangelio para decir quién es realmenteeste Jesús que cura, expulsa demonios, enseña conautoridad y muere en la cruz. Estos dos personajesexpresan lo que el evangelista nos adelanta en eltítulo del libro: “Comienzo de la buena noticia deJesús, Mesías, Hijo de Dios” (Mc 1,1).

� Pedro: “Tú eres el Mesías”Pedro, en el centro del evangelio (Mc 8,27-30), res-ponde en nombre de los discípulos a las pregun-tas de Jesús: “¿Quién dice la gente que soy yo?...Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. El primerdiscípulo al que Jesús llamó contesta atendiendoa la opinión de la gente: “Unos, que Juan Bautista;

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7otros, que Elías, y otros, que uno de los profe-tas”. Después responde desde lo que él piensa:“Tú eres el Mesías”. De este modo expresa loque se intuye sobre Jesús a lo largo de los ochoprimeros capítulos del evangelio. En ellos, Jesús haanunciado el Reino de Dios con palabras y conacciones de sanación y de exorcismo, revelándosecomo el Mesías esperado.

� Centurión: “Verdaderamente este hombre eraHijo de Dios”

Pero llama la atención cómo Jesús parece quererocultar su condición de Mesías mandando callar adistintos personajes. Estas órdenes de silencio seconocen como “secreto mesiánico”. Mediante esterecurso, el evangelista advierte que para conocerverdaderamente a Jesús no es suficiente con que-dar boquiabierto ante sus palabras y los prodigiosque realiza. Jesús es el Mesías, pero es un Mesíassufriente, que manifiesta su condición de Hijo deDios en la cruz. Hay que caminar con él hasta lapasión, muerte y resurrección para llegar a cono-cer su auténtica identidad.

La segunda parte del evangelio se dedica precisa-mente a mostrar ese camino hacia Jerusalén, en elque Jesús anuncia tres veces su pasión y se revela co-mo un Mesías que renuncia a sí mismo, que ha veni-do a servir y a no ser servido. El desvelamiento de laidentidad de Jesús culmina con la confesión de fe delcenturión romano a los pies de la cruz: “Verdadera-mente este hombre era Hijo de Dios” (Mc 15,39).

Atendiendo a esta revelación progresiva de laidentidad de Jesús, el esquema general del evange-lio de Marcos sería el siguiente:Mc 1,1-13: Prólogo.Mc 1,14–8,30: Jesús Mesías.Mc 8,31–16,8: Mesías sufriente e Hijo de Dios.Mc 16,9-20: Apéndice canónico.

Cuatro miradas al rostro de JesúsYa hemos dicho que el tema central del evangelio esla identidad de Jesús. El interés que tiene el evange-lista Marcos por anunciar la buena noticia del Mesíase Hijo de Dios es evidente. A cada paso del relatoaparecen preguntas directas o indirectas, manifesta-ciones más o menos claras, que hacen surgir el inte-rrogante sobre quién es realmente este Jesús. Al igualque aquellos primeros cristianos de la comunidad ala que escribe Marcos, nosotros, al leer su evangelio,nos vemos obligados a plantearnos continuamentepreguntas sobre Jesús. Más aún cuando comproba-mos que su verdadera identidad siempre terminapor escapársenos de las manos. El misterio de supersona nunca deja de ser un misterio.

Ciertamente, son muchas y diversas las perspectivasdesde las que se contempla el rostro de Jesús en elevangelio de Marcos. Son tantas como personajeshablan o actúan en torno a Jesús. No queda nadieindiferente: desde los demonios, pasando por las au-toridades judías y romanas, la gente, sus familiares ypaisanos, los discípulos. Todos dicen algo respecto aeste hombre poderoso en palabras y acciones. Con

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todas estas opiniones, confesiones de fe, reacciones,manifestaciones..., el evangelista Marcos nos va ofre-ciendo las teselas con las que construir un mosaicoque revele la identidad de Jesús. No podemos abar-car todas, ni mucho menos, por eso vamos a pre-sentar la perspectiva de cuatro textos que nos vana permitir esbozar el auténtico rostro de Jesús.

1. La mirada de Dios y del BautistaEn un primer texto (Mc 1,6-11), Dios mismo tomala palabra y –a través de la voz del cielo– presentaa Jesús. Él es su Hijo amado. Los lectores del evan-gelio tienen así una clave fundamental, desde la pa-labra autorizada del Padre, para comprender otrasexpresiones que aparecerán referidas a Jesús a lolargo del texto (por ejemplo, “el hijo del hombretambién es señor del sábado”, en Mc 2,28). De es-te modo, el lector conoce desde el principio elhorizonte hacia el que camina en ese desvela-miento de la identidad profunda de Jesús: su con-dición de Hijo amado de Dios.

Junto a Dios, Juan el Bautista, en el papel del pro-feta Elías, precursor del Mesías, ofrece con sus ac-titudes, costumbres y palabras el punto de compa-ración y de contraste para comprender la figura yla misión de este hombre que es Hijo de Dios yviene como Mesías definitivo.

2. La mirada de la genteEn un segundo momento, el evangelista Marcosnos ofrece un texto en el que aparece la reacción

de la gente ante la enseñanza y un exorcismo deJesús (Mc 1,21-28). Se trata de la opinión de unamultitud sin rostro, pero con capacidad de juicio.Son gente receptiva, que acoge a Jesús y su men-saje, que muchas veces muestra más fe que los dis-cípulos y que tiene necesidad de muchas cosas,porque se sienten como ovejas sin pastor. La ma-nera como enseña Jesús y sus sanaciones constitu-yen muestras de una identidad fuera de lo comúnque las masas son capaces de apreciar. La autori-dad que se trasluce en sus palabras y acciones estotalmente nueva y distinta a la que tienen los es-cribas, maestros de la ley. Por eso, esta gente co-mienza desde el principio a interrogarse: “¿Qué esesto?”, e irán dando sus respuestas.

Junto a la gente, aparece un espíritu impuro queentabla un diálogo con Jesús. El Señor, que viene devencer a Satanás en el desierto, comienza a mani-festar su autoridad contra todo poder esclavizante.Y el espíritu inmundo, al que Jesús manda callar,declara su identidad: es el Santo de Dios.

3. La mirada de los discípulosLa tercera perspectiva la ofrece la mirada de losdiscípulos (Mc 8,27-35), algunos de ellos llamadosprobablemente de entre las gentes que siguen aJesús. Son personas a las que les cuesta conocera Jesús realmente. En la primera parte del evan-gelio los vemos siempre con el Maestro, menos enel momento en el que son enviados a la misión(Mc 6,7-30). Como la gente, se admiran de lo que

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ven y oyen, y por eso no dejan de interrogarseacerca de la persona de Jesús: “¿Quién es este, quehasta el viento y el lago le obedecen?” (Mc 4,41).Pero a pesar de la cercanía y la enseñanza particu-lar que reciben, les cuesta entender sus palabras ysus signos (Mc 6,52; 8,17-18.21).

Al final de la primera parte del evangelio, Jesús lespregunta directamente qué dice la gente de él yqué piensan ellos mismos. Y Pedro muestra que,aunque a los discípulos les ha costado mucho en-tender a este Jesús tan complicado, han ido unpoco más lejos que la gente. La multitud lo ve co-mo un profeta, aunque sea el mismísimo Elías; éllo confiesa como Mesías (Mc 8,29).

Pero la consideración de Jesús como Mesías tienemucho peligro, ya que puede ser entendida, talcomo hace el mismo Pedro, en sentido político ycon categorías de poder humano. Por esta razón, elMaestro inicia su camino hacia Jerusalén, ya a solascon los discípulos, y los va formando sobre elmodo en que él es Mesías.

4. La mirada de JesúsY es precisamente en la última de esas enseñanzasque jalonan y estructuran el camino hacia Jerusalén(Mc 10,35-45) donde encontramos la cuarta y úl-tima mirada sobre la persona de Jesús. Él mismo esquien nos da alguna clave para entender su condi-ción de Mesías e Hijo de Dios. Más adelante lo di-rá abiertamente, cuando sea interrogado precisa-

mente sobre su identidad por el sumo sacerdote(Mc 14,61-62: “¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Ben-dito?”) y Pilato (Mc 15,2: “¿Eres tú el rey de los ju-díos?”). De momento, intenta hacer comprender elcamino de entrega, de servicio y de muerte que lle-va hasta Jerusalén. Pero los discípulos siguen mos-trando una gran incomprensión. Frente al camino delpoder, del dominio, de los privilegios, él presenta a susdiscípulos el del servicio, el no-poder, la renuncia a símismo, el ser los últimos, la entrega total. Peroellos no terminan de ver, y van discutiendo de es-paldas al Maestro sobre quién es el más impor-tante, e incluso, como en el texto que nos ocupa,los hijos de Zebedeo solicitan abiertamente dospuestos de privilegio en su Reino.

Concluyendo, podemos decir que el evangelistaMarcos nos presenta una narración apasionantecon el interés de revelar la verdad de la persona deJesús, su condición de Mesías e Hijo de Dios. Pa-ra ello va ofreciendo a cada paso opiniones, reac-ciones, confesiones de fe, contrastes con otrospersonajes, manifestaciones, enseñanzas... que soncomo pequeñas teselas que dicen alguna verdadsobre Jesús, pero que no terminan de agotar la ri-queza de su misterio.

El discípulo, el de entonces y el de ahora, tiene quecaminar tras el Maestro y no dejar de hacerse pre-guntas sobre Jesús ante lo que ve y oye. Con todasesas pequeñas teselas, podrá al final del camino es-bozar un mosaico del auténtico rostro de Jesús.

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LECTURA

Marcos comienza su evangelio con un breveprólogo, en el que anticipa los temas funda-

mentales que tratará a lo largo de todo el evange-lio. Y uno de ellos es la identidad de Jesús. Aquí yase nos ofrecen los dos títulos que presentan la mi-sión y el rostro auténtico de Jesús: Mesías e Hijo de

Dios. Escuchemos las definiciones que el Bautista yDios dan de él.

� Proclamación de Mc 1,6-11:

6 Iba Juan vestido con pelo de camello, llevaba unacorrea de cuero a su cintura y se alimentaba desaltamontes y de miel silvestre. 7 Esto era lo queproclamaba:

1. Tú eres mi hijo amadoMc 1,6-11

Ambientación de la salaSobre una cartulina:– Título de la sesión de hoy.– Imagen: una de las cuatro “teselas” que muestra

parte del rostro de Jesús

Monición de entradaCon esta sesión iniciamos la lectura creyente de cuatro textos del evangelio de Marcos. En ellos, distintos personajes nos irán desvelando el auténtico rostro de Jesús, Mesías e Hijo de Dios. Hoy, en el relato del bautismo de Jesús, escucharemos el testimonio de Juan Bautista y la voz de Dios, que nos muestra la verdadera identidad de su Hijo.

� Entonamos la canción Hoy, Señor, te damos gracias.

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–Detrás de mí viene el que es más fuerte queyo. Yo no soy digno ni de postrarme ante él pa-ra desatar la correa de sus sandalias. 8 Yo os bau-tizo con agua, pero él os bautizará con EspírituSanto.9 Por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret deGalilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. 10 Encuanto salió del agua, vio rasgarse los cielos y alEspíritu descender sobre él como una paloma.11 Se oyó entonces una voz desde los cielos:–Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco..

Explicación del texto– En estos versículos iniciales, Marcos intenta con-tar quién es Jesús a través de los testimonios queotros dan sobre él. Juan y la voz del cielo son losúnicos que toman la palabra. El bautismo es unmomento clave de esta presentación. Las palabrasde Juan y su vestimenta dan un testimonio acercade Jesús. Leed 2 Re 1,8 y comparad el modo de ves-tir de Juan con el de Elías. ¿Qué sugiere sobre elBautista esta alusión al gran profeta del Antiguo Tes-tamento?

– Evidentemente, el evangelista está señalando aJuan como el nuevo Elías. Como este, el Bautistatambién lleva “una correa de cuero a su cintura”.Elías es el gran profeta que, según la tradición ju-día, debía volver antes de la llegada del Mesías.Quien viene detrás de él es el esperado, y aparececaracterizado como más fuerte y acompañado por

el Espíritu. Según el profeta Isaías (Is 9,6; 11,2), estasson señales que identificarían al Mesías. Para elevangelista Marcos no cabe duda de que Jesús esel Mesías; ahora bien, ¿dónde vuelve a aparecer elEspíritu en este pasaje?

– A continuación surge Jesús en escena, comouno más que se acerca a bautizarse desde Galilea.Pero son los sucesos y las palabras de Dios en la“voz desde los cielos” los que aclaran la identi-dad de Jesús. Tras el bautismo, cuando Jesús saledel agua, se abre el cielo, desciende el Espíritu yhabla Dios. Lo que sucede es, ante todo, un mo-mento privilegiado de manifestación en el quese revela quién es Jesús. ¿Qué dice la voz del cielosobre él y qué pistas dan estas palabras acerca desu misión?

– Dios concedía su Espíritu a los antiguos profe-tas cuando les encomendaba una misión. La vozde Dios era para ellos una llamada. Pero de nin-guno de ellos se dijo nunca que fuera hijo deDios. La voz del cielo es, en este pasaje, una afir-mación en clave de amor paternal. La llamada queDios le hace a Jesús y la efusión sobre él del Es-píritu constituyen el punto de partida de su mi-nisterio: es el Hijo amado del Padre y el Hijo un-gido por el Espíritu. Al decir que Jesús es hijo deDios, se está diciendo que su misión consistirá enhacer la voluntad del Padre, movido siempre porla fuerza del Espíritu.

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