ARTURO DÍAZ SUÁREZ
LA EDUCACIÓN FÍSICA Y EL DEPORTE
EN LA UNIVERSIDAD DE MURCIA
UNIVERSIDAD DE MURCIA 2021
ARTURO DÍAZ SUÁREZ Catedrático de Didáctica de la Expresión Corporal
Departamento de Actividad Física y Deporte
Facultad de Ciencias del Deporte
LA EDUCACIÓN FÍSICA Y EL DEPORTE
EN LA UNIVERSIDAD DE MURCIA
LECCIÓN MAGISTRAL LEÍDA EN EL ACTO ACADÉMICO DE SANTO TOMÁS DE AQUINO
EL 21 DE JUNIO DE 2021
UNIVERSIDAD DE MURCIA
2021
Arturo Díaz Suárez
Universidad de Murcia
Servicio de Publicaciones, 2021
Depósito Legal: MU 475 — 2021
Imprime: Servicio de Publicaciones. Universidad de Murcia
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SUMARIO
Preámbulo ............................................................................................................... 11
Proemio personal ................................................................................................... 11
Antecedentes Generales de la Educación Física y el Deporte ......................... 13
Antecedentes en Nuestra Universidad ............................................................... 19
Educación Física versus Deporte ......................................................................... 22
Situación Actual de las Ciencias del Deporte en la Universidad
de Murcia ........................................................................................................... 26
Futuro ...................................................................................................................... 28
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Excelentísimo Señor Rector Magnífico de la Universidad de Murcia.
Excelentísimas e Ilustrísimas Autoridades.
Estimados compañeros y compañeras de toda la Comunidad Universitaria.
Queridos y queridas Estudiantes.
Señoras y Señores.
PREÁMBULO
En los más de treinta años que llevo en la Universidad de Murcia, repartidos
al 50% entre la Facultad de Educación y la Facultad de Ciencias del Deporte es la
primera vez que un profesor de esta nueva Facultad de Ciencias del Deporte tiene
el honor de realizar la exposición de la lección en el acto de Santo Tomás. Quiero
hacer un agradecemiento a todas las personas que han hecho posible que hoy me
encuentre aquí ante todos ustedes.
Pido disculpas si algún nombre, persona o acontecimiento no quedaran refle‐
jados como hubiéramos querido.
PROEMIO PERSONAL
Ruego me permitan situarles en el contexto de la lección que impartiré para la
celebración de nuestro patrón Santo Tomás de Aquino, y que hace referencia a mi
incorporación a la Universidad de Murcia.
Para ello debemos remontarnos al curso 1990/91, año en el que obtengo una pla‐
za como Técnico del Servicio de Actividades Deportivas (SAD). En el siguiente curso
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1991/92 dejo este servicio, para incorporarme como docente a la actual Facultad de
Educación impartiendo docencia en la primera promoción de Maestros especialistas
en Educación Física, lo que abría un nuevo ámbito en la formación, tanto para el
alumnado como para los docentes noveles. El crecimiento de la Educación Física en
la Universidad de Murcia conllevaba ciertos elementos, como la escasa investigacion,
careciendo de doctores y sin publicaciones; situémonos hace treinta años.
Durante el mandato del Rector Monreal, año 1997, regresé al Servicio de Acti‐
vidades Deportivas, ya como Coordinador. Creo que era la primera vez que un do‐
cente de Educación Física coordinaba este Servicio, y tuve la oportunidad de vivir la
gestión universitaria mucho más de cerca, coincidiendo con Coordinadores de otros
Servicios, con los que a pesar del tiempo sigo manteniendo una buena amistad.
Me gustaría destacar la colaboración y ayuda recibida de los compañeros y
compañeras de Pedagogía, que, una vez incorporados a la nueva Facultad de Educa‐
ción, trabajaron desde sus departamentos para que pudiéramos hacer tesis doctora‐
les, las cuales permitieron empezar a incorporarnos con plenos derechos a la
Universidad. En Educación Física solo existían algunos Titulares de Escuela Univer‐
sitaria, y el Doctorado suponía un avance para toda nuestra área de conocimiento.
Gracias a nuestras tesis doctorales, pudimos comenzar con un programa de
doctorado propio en Educación Física y Deporte, en el año 1999, del cual fui el
primer coordinador. Llegado este momento, y con siete promociones de Maestros
Especialistas en Educación Física que reclamaban ampliar y continuar sus estudios,
tocaba trabajar para el siguiente objetivo: la licenciatura en Educación Física para la
universidad pública de la Región; pero estos detalles se los comentaré en los si‐
guientes epígrafes. Sí quisiera, para terminar esta primera parte, hacer míos los pá‐
rrafos del profesor JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ MUÑOZ en su lección de Santo
Tomás del curso pasado y que decía lo siguiente:
“Quiero expresar aquí que hay que tener valores académicos, sin duda, para subir
al tren, pero no olvidemos que siempre hay alguien que detiene ese tren para que po‐
damos hacerlo, quien lo olvide tendrá siempre un mal viaje o le dará una penosa tra‐
vesía a los demás. Mantener los valores de la Academia, también implica respetar los
valores humanos, el tránsito Maestro‐Discípulo”.
Cuánta verdad guardan estas palabras del Profesor José Vicente Rodríguez.
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ANTECEDENTES GENERALES
Para poder reflexionar sobre la Educación Física y el Deporte en nuestra Uni‐
versidad, es necesario situarnos en el contexto histórico de la materia.
Podemos considerar que la Educación Física tiene sus inicios en nuestro país a
partir de la fundación del Real Instituto Militar Pestalozziano por el capitán Vöilet,
que en 1806 pasó a ser dirigido por la figura del humanista Francisco Amorós, con‐
siderado el fundador de la Educación Física en España. No obstante, su existencia
fue corta, ya que a raíz de la Guerra de la Independencia desapareció en 1814, al
mismo tiempo que Amorós se trasladaba a Francia desterrado por cuestiones polí‐
ticas, en donde jugó un papel fundamental en el desarrollo la Educación Física
Francesa.
El Instituto cerró sus puertas en 1808 por orden de Godoy. El primer docu‐
mento que trata aspectos de Educación Física en el ámbito educativo se remonta a
1809 (Piernavieja, 1962), siendo atribuido a Melchor Gaspar de Jovellanos (1744‐
1810) con el título de “Bases para la formación de un Plan General de Instrucción
Pública”. En dicho proyecto, Jovellanos destacaba la necesidad de instaurar la
Educación Física dentro del sistema educativo. Posteriormente, en 1842 es digna de
destacar la figura de Francisco de Aguilera y Becerril (1817‐1867 “XIII Conde de
Villalobos”), quien mantuvo estrechos contactos con Amorós, publicando la obra
“Ojeada sobre la gimnasia”, creando y dirigiendo ese mismo año el primer gimna‐
sio en España, concretamente en Madrid. En 1844 elevaría una petición al Gobierno
para fundar un gimnasio normal (para la formación de profesores de Educación
Física), que sería desestimada. El interés que la gimnasia despertó en el ejército
ocasionó que se comisionara al capitán José María Aparici y Biedma (1791‐1857)
para que estudiara sobre el terreno los métodos que aplicaba el ejército francés en
la preparación de los soldados. A la vuelta de París, Aparici recibió el encargo de
crear el Gimnasio de Guadalajara, dotado con materiales traídos de Francia y en el
que se desarrolló el primer curso de Instructores de Educación Física del Ejército,
donde se diplomaron 21 militares. Este Gimnasio desapareció en 1860 debido a la
reorganización de unidades del ejército.
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La Educación Física es contemplada como materia de estudio por primera vez
en la formación de los oficiales del ejército en el Colegio General Militar, una vez
que fue trasladado a Madrid. En 1844, el nuevo reglamento del Colegio establecía:
“Será esta educación teórica y práctica. Se procurará en ella desarrollar las fuerzas
físicas como las intelectuales de los alumnos. Esta educación durará tres años. Con‐
cluido el curso, y previo examen en que conste la aptitud física y profesional...”.
Así mismo se estableció como manual de estudio el libro de Amorós “Manual de
Educación Física, Gimnasia y Moral”.
Con posterioridad, el 6 de noviembre de 1861 se dicta una Real Orden en la
que se especificaba que los Colegios de Segunda Enseñanza deberían disponer de
gimnasios bien preparados donde los alumnos: “se ocupen preferentemente de
hacer los ejercicios físicos”. En 1873, el Ministro de Fomento, Eduardo Chao, pre‐
tendió reformar la enseñanza introduciendo la gimnasia como asignatura. Seis
años más tarde, esta iniciativa es retomada por el diputado Manuel Becerra, quién
propuso la Educación Física como materia obligatoria en la enseñanza oficial de los
Institutos de Segunda Enseñanza y en las Escuelas Normales de maestros y maes‐
tras. La insistencia de Becerra daría origen a la Ley de 9 de marzo de 1883 (Ley Be‐
cerra) que dispuso la creación de la Escuela Central de Profesores de Gimnástica,
que se inauguró el 1 de abril de 1887, siendo su primer director Mariano Marcos
Ordax. A dicha Escuela Central competía la formación del profesorado cuya labor
era impartir la docencia en Educación Física en las escuelas. Los alumnos de la es‐
cuela fueron formados bajo una concepción higienista del ejercicio, muy influen‐
ciada por la Escuela Sueca, despreocupándose casi con totalidad de los valores
pedagógicos de la Educación Física. La Escuela Central fue cerrada por problemas
presupuestarios en 1892. No obstante se formaron 87 profesores, que tendrían una
influencia decisiva en el devenir de la Educación Física en los años venideros. Du‐
rante los siguientes 27 años, se pasaría por un período de incertidumbre que se ca‐
racterizó por la promulgación de varios Reales Decretos, incluyendo y excluyendo
la Educación Física de los currículum escolares. Retrasando la incorporación defi‐
nitiva de la Educación Física al sistema educativo español, con relación al resto de
los países europeos, por los que ya se extienden las ideas de la Gimnasia Natural
Austríaca. Así mismo se asiste en estos países a un despertar del interés por el es‐
tudio de la salud y la fatiga en los escolares.
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Tras este paréntesis, en 1919 se crea la Escuela Central de Gimnasia del Ejérci‐
to, bajo los auspicios de José Villalba Riquelme, Ministro de la Guerra (Real Orden
de 29 de diciembre de 1919). No obstante, dada su orientación militar, la influencia
que tuvo en la población civil fue inicialmente escasa, sin embargo en ella se for‐
maron numerosos instructores militares, algunos de los cuales extendieron su acti‐
vidad al ámbito civil. Por otro lado, se editaron algunos libros como la “Cartilla
Gimnástica Infantil” que se ocupó de la Educación Física para los niños y tuvo una
tirada de 50.000 ejemplares acompañados de un Real Decreto (Real Decreto de 18
de junio de 1924) por el que se instaba a la aplicación de los mismos en las Escuelas
Normales de ambos sexos. Como consecuencia de ello, fue necesario que en la Es‐
cuela Central de Gimnasia se impartieran cursos dirigidos a maestros e inspecto‐
res, con el fin de facilitar la aplicación de las disposiciones de la Cartilla Infantil.
Este proceso desembocó en la convocatoria de un curso de “Ensayo de Educación
Física para maestros nacionales”, que se impartió durante tres semanas, al que asis‐
tieron 25 maestros que obtuvieron el título de Profesor de Educación Física de Pri‐
mera Enseñanza, era el año 1926. Esta fue la primera promoción de profesores
civiles de Educación Física desde el cierre de la Escuela Central de Profesores de
Gimnástica.
En 1931 aparece la Educación Física en los planes de formación de los maes‐
tros, con el nombre de Educación Física y Juegos Infantiles en el área de gestión de
la Administración Central, y con el nombre de Educación Física en el plan de estu‐
dios de Magisterio de la Generalitat de Cataluña. Tanto la Administración Central
como la Catalana proceden a la creación de Escuelas de Formación de Profesorado
de Educación Física. En 1933 se creó en Madrid la Escuela Nacional de Educación
Física, dependiente de la Facultad de Medicina de San Carlos y de la sección de
Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras. La Escuela de San Carlos estuvo
vinculada a la Cátedra de Fisiología. No obstante su actividad estuvo relacionada
con la titulación de estudiantes de medicina interesados por la Educación Física. Su
andadura finalizó al promulgarse la Ley General de la Cultura Física y el Deporte
de 1980.
Tanto en la Escuela Central de Gimnasia del Ejército como en la Escuela Na‐
cional de Educación Física se impartían cursos con una duración de seis a nueve
meses que contemplaban el estudio, entre otras materias, de Fisiología y Anatomía
e Higiene aplicadas al ejercicio.
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Tras el paréntesis de la Guerra Civil española (1936‐1939), la Escuela Central
de Gimnasia del Ejército pasa a denominarse Escuela Central de Educación Física,
aunque seguirá siendo conocida como Escuela de Gimnasia de Toledo. Para paliar
la necesidad de maestros en la posguerra, en 1940 se pone en marcha el plan acele‐
rado de conversión de Bachilleres en Maestros. La ley de 16 de diciembre de 1940
de Fundación del Frente de Juventudes y de Sección Femenina encomienda, entre
otros, la enseñanza de la Educación Física a estos organismos. En 1941 se crea la
Academia José Antonio (dependiente del Frente de Juventudes) y la Escuela Isabel
la Católica (dependiente de la Sección Femenina), a través del Decreto de 2 de sep‐
tiembre de 1941. Posteriormente se creará también para la formación de mujeres la
Escuela Nacional de Educación Física de la Almudena, también vinculada a la Sec‐
ción Femenina. Estas instituciones impartían programas de estudios con una dura‐
ción de tres años. Los títulos otorgados a la finalización de los estudios fueron los
de Oficiales Instructores de Juventudes e Instructores Generales de la Sección Fe‐
menina.
En 1966 se crea el I.N.E.F. de Madrid. Siendo su primer director el profesor
Cagigal, que trabajó para elevar el reconocimiento de estos estudios y poder in‐
cluirlos en la Universidad.
Los estudios fueron establecidos con una duración de cuatro años; sin embar‐
go, la titulación no tenía rango universitario. La fuerte demanda que tenían estos
estudios originó la apertura de otros centros similares en el estado español, que
compartieron el mismo plan de estudios. Así, en 1975 se crea el Instituto Nacional
de Educación Física de Cataluña en Barcelona y en 1982 el I.N.E.F de Granada. La
polémica existente en la década de los 70 acerca de la discriminación académica y
económica que sufren los profesores de Educación Física en los Institutos de Bachi‐
llerato se saldó con la creación de los títulos de Licenciado y Diplomado en Educa‐
ción Física, a través de la Ley General de la Cultura Física y el Deporte, 13/1980 de
31 de Marzo. No obstante, el primer paso hacia la integración de los estudios de
Educación Física en la Universidad se dio diez años antes, con la Ley General de
Educación y Financiación de la Reforma Educativa de 4 de agosto de 1970, que
confirió al I.N.E.F. de Madrid rango de Instituto Universitario.
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A finales de los años 70 desaparecen la Academia José Antonio y la Escuela
Ruiz de Alda, pasando profesores y alumnos a integrarse al I.N.E.F. de Madrid. En
1980 también desaparecen la Escuela Central de Educación Física de Toledo y la
Facultad de Medicina de San Carlos. No obstante, la vinculación de la Facultad de
Medicina con la Educación Física persiste a través de la impartición de la Especia‐
lidad de Medicina Deportiva y, posteriormente de Medicina de la Educación Física
y el Deporte.
Con la Ley de Educación de 1970, las Escuelas de Magisterio son equiparadas
a Escuelas Universitarias y se integran en la Universidad. En el Plan de Estudios de
1971, la Educación Física era entendida en el marco de formación del maestro glo‐
balista, sin necesidad de una especialidad. La Ley regulaba la impartición de la
Educación Física, diferenciando entre la primera etapa de Enseñanza General Bási‐
ca (E.G.B.), responsabilidad del maestro globalista y la segunda etapa, reservada a
maestros especialistas, es decir, profesionales con título de profesor de Educación
Física otorgado por una de las escuelas anteriormente citadas.
A raíz del Decreto 425/77 de 4 de marzo, la docencia de la Educación Física en
las Escuelas de Profesorado de E.G.B. se ve gravemente afectada, quizá por una
errónea interpretación del citado Decreto. En él se recogía que la Educación Física
quedaba suprimida como asignatura sometida a la superación de pruebas obliga‐
torias de evaluación en el marco de la Universidad. Esto fue entendido por muchas
Escuelas como una puerta abierta a la supresión de la obligatoriedad de dicha ma‐
teria en sus planes de estudios. Una Orden emitida el 13 de junio de 1977 consigue
corregir tal circunstancia. El artículo sexto de la mencionada Orden reconoce la
importancia de la Didáctica de la Educación Física y, con el fin de garantizar la ad‐
quisición de conocimientos y experiencias por parte del profesorado de E.G.B., los
planes de estudios incluirán como asignatura común a todas las secciones la Didác‐
tica de la Educación Física. Con ello, quedaría integrada en el cuadro de materias
comunes a todas las especialidades que los planes de estudio recogían. Sin embar‐
go y, en lo que atañe a sus contenidos y volumen de créditos, la situación seguía
prácticamente igual.
Con la publicación de los nuevos programas del M.E.C., se produce una trans‐
formación sustancial en la concepción de la Educación Física en la formación del
profesorado de E.G.B. En los nuevos programas se dispone que la asignatura debe
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atender al desarrollo motor del alumnado, atendiendo a lo perceptivo, la condición
física y dándole posibilidades para trabajar la coordinación dinámica general, la
danza, la expresión, los deportes y su contacto con la naturaleza.
A principios de los 80 se va generando y extendiendo la necesidad de promo‐
ver en las Escuelas de Formación del Profesorado una especialidad de Educación
Física para el profesorado. Fruto de esta inquietud, comienzan a llevarse a cabo
cursos de especialización de Educación Física para el profesorado de E.G.B. en di‐
versos puntos de España. Este proceso culmina con la instauración definitiva de la
Especialidad de Educación Física en las Escuelas de Formación del Profesorado a
partir del curso 1991‐92, según lo establecido en la Ley de Ordenación General del
Sistema Educativo (L.O.G.S.E).
Gracias a las Olimpiadas de Barcelona, se desarrollaron programas e instala‐
ciones deportivas, muchas de las cuales se construyeron en los centros educativos.
De esta forma, Ayuntamientos y Educación podían desarrollar los programas edu‐
cativos, de entrenamiento y de gestión en dichos equipamientos.
La importancia de la actividad física y el deporte en nuestra sociedad, como
agentes de promoción de salud y aprovechamiento del tiempo de ocio, demanda la
presencia de profesionales de alta cualificación, que serán formados en las Escuelas
Universitarias de Formación de Maestros y en las Facultades de Ciencias de la Ac‐
tividad Física y el Deporte. Es en este sentido que durante la década de los 90 se
experimentó un fuerte crecimiento de los estudios en Educación Física y se convo‐
caron las primeras oposiciones de la Especialidad.
Para concluir este apartado, he de comentar que hasta finales de los noventa
se contabilizaron 400 Congresos o Jornadas y más de 350 tesis relacionadas con los
contenidos de Educación Física y Deporte. Esto provocó una difusa, ambigua y po‐
co definida situación en la investigación sobre la definición y diferencias entre
Educación Física y Deportes, la cual analizaremos mas adelante.
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ANTECEDENTES EN LA UNIVERSIDAD DE MURCIA
Muchos de los datos de este apartado están extraídos de las memorias utiliza‐
das para la creación del ICD y la Facultad de Ciencias del Deporte.
La implantación de los estudios de Maestro especialista en Educación Física
en la Universidad de Murcia, en virtud de la L.O.G.S.E en 1990, supone un punto
de partida fundamental en el estudio y desarrollo de la Educación Física y el De‐
porte en la Región de Murcia. En este período se formaron en Murcia a mas de
1.500 Maestros Especialistas en Educación Física, cuyo desempeño de sus funcio‐
nes profesionales doto a la Región de una mayor calidad pedagógica en la ense‐
ñanza de la Educación Física y el Deporte.
Del mismo modo, la Universidad de Murcia iniciaba en el año 1992 una anda‐
dura en formación inicial y permanente en Educación Física desarrollándose diver‐
sos cursos de promoción educativa y extensión universitaria. De este modo, la
formación se abre a la sociedad y alcanza a diversos sectores imbricados con el
mundo del deporte.
La semilla institucional para conseguir el objetivo de los estudios de Licencia‐
tura fue el Instituto Propio de Ciencias del Deporte, del cual fui su director y que
vendría a cubrir las necesidades de apoyo en investigación que eran tan necesarias
en materia deportiva. Así mismo, se desarrollo un plan de formación permanente
para los profesionales que se encontraban en contacto directo con la promoción y
desarrollo del deporte.
La creación del Instituto Propio de Ciencias del Deporte constituyó un apoyo
esencial, promoviendo en nuestra universidad el trabajo interdisciplinar entre nu‐
merosos departamentos, los cuales fueron una referencia nacional e internacional
en las Ciencias del Deporte.
La madurez y consolidación de la Educación Física y el Deporte en la Univer‐
sidad de Murcia quedaron patentes con la instauración de programas de doctorado
que acogieron a más de sesenta Licenciados en Educación Física. Desde su implan‐
tación en el bienio 1999‐2001, se desarrollaron tres programas con diversas líneas
de investigación; abordando de forma prioritaria, el estudio del deporte.
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Es preciso no pasar de largo por el funcionamiento del Servicio de Activida‐
des Deportivas de la Universidad de Murcia, garante de la práctica deportiva ge‐
neral para la Comunidad Universitaria y que permitía el desempeño de la
competición deportiva al alumnado.
Coincidiendo con mi etapa como coordinador en 1997, se ponen en funciona‐
miento los créditos de libre configuración por práctica deportiva, los primeros cur‐
sos de voluntarios deportivos universitarios, y se pasa, además, de participar en los
campeonatos universitarios, a la organización de campeonatos sectoriales y nacio‐
nales.
Un apartado importante lo constituyeron la organización de Congresos nacio‐
nales e internacionales relacionados con las temáticas de educación física, deportes
y ciencias afines, que colocaron a nuestra Universidad como referencia en investi‐
gación en la década de los 90 y principios del 2000.
El deporte empieza a ser un fenómeno social de primera magnitud que, aus‐
piciado por el desarrollo de la sociedad del bienestar, se convierte en un elemento
esencial para los ciudadanos.
Las Instituciones mostraban un gran interés y preocupación por satisfacer las
necesidades culturales, educativas y deportivas en nuestro país en general y de
nuestra región en particular. El surgimiento de centros de formación de Especialis‐
tas en Educación Física, una mayor concienciación de los dirigentes políticos en el
fomento de la cultura y el deporte, así como la confluencia de diferentes áreas de
estudio, que señalan al deporte como un factor de primer orden para una sociedad
de bienestar, son hechos que ayudaron definitivamente a poner al alcance del ciu‐
dadano medio la posibilidad de realizar una actividad que hasta hacía relativa‐
mente poco tiempo estaba sólo en manos de privilegiados.
Un fenómeno social de esta dimensión demanda un método educativo que
vincule al ciudadano con las necesidades de la sociedad. Lo que nos lleva a presa‐
giar que el tratamiento del deporte escolar puede ser un escenario propicio para
adquirir comportamientos positivos de cara al futuro.
Si tenemos claro que una de las funciones esenciales de la Universidad se cen‐
tra en servir a la sociedad y aportarle el fruto del trabajo científico que atesora, de‐
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be ser la Universidad la que, en relación con el deporte, defina correctamente todo
el proceso que generó las controversias sobre el tratamiento de la materia a nivel
educativo.
La Universidad es la plataforma adecuada de análisis de dicha realidad, para
mejorar así la gestión y desempeño de dicho fenómeno social.
La realidad era que debían abandonar la Región para cursar estos estudios en
otras universidades españolas, o bien, pagar altas tasas en universidades privadas.
Aunque, la mayoría de las veces, otra de las opciones menos deseadas era licen‐
ciarse en otras especialidades, tales como Pedagogía, Psicología o Psicopedagogía.
La migración de alumnos de la Universidad de Murcia a otras universidades
por la carencia de estudios de Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y el
Deporte, era muy popular, a pesar de que dichos estudios, estaban fuertemente de‐
mandados en la Región de Murcia. Esta circunstancia venía a corroborar los datos
ofrecidos en el libro ʺBases para un plan estratégico para la Universidad de Murciaʺ,
donde el saldo migratorio de alumnos estaba siendo sistemáticamente negativo.
Con la creación de los estudios de Licenciatura en Educación Física se permiti‐
ría que los Maestros Especialistas en Educación Física de Murcia, permanecieran
durante todos sus ciclos formativos en la Universidad de Murcia, sobre todo, te‐
niendo en cuenta como decía anteriormente que en el bienio 1999‐2000 fueron
creados en Murcia los estudios de tercer ciclo específicos en Actividad Física y De‐
portes, mostrando una importante respuesta por parte del colectivo de Licenciados
de la Región de Murcia. Por tanto, existía un peldaño intermedio que era necesario
cubrir en la Universidad de Murcia.
Teníamos la certeza que la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el
Deporte de Murcia sería creada con unos altos niveles de calidad docente, ya que
se vería apoyada por Departamentos fuertemente consolidados de la Universidad.
Pero seguíamos teniendo una carencia vital en todo el proceso de formación y,
según nuestros sondeos efectuados desde el área de Didáctica de la Expresión
Corporal de esta Universidad, más del 80% del alumnado de cada promoción ma‐
nifestaba su intención de seguir estudios de Licenciatura en la Especialidad de
Educación Física.
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Buscar el rigor y la calidad en la docencia, en la investigación y en la prestación de
sus servicios universitarios fue prioridad del análisis del plan estratégico en la
Universidad de Murcia.
La fuerte demanda en los estudios de Educación Física en nuestra Región,
unida a la gran cantidad de maestros formados que demandaban continuar estu‐
dios, fueron la clave para obtener la aprobación de la Universidad del Titulo de
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. No fue nada fácil con‐
seguir la aprobación del Gobierno Regional, el cual forzó su ubicación fuera del
Campus de Espinardo, condición para poner en funcionamiento dichos estudios en
la Universidad de Murcia.
La Facultad de Ciencias del Deporte se inició en el curso académico 2006/2007,
en la localidad de San Javier. Destacar el importante papel que desempeñó el Excmo.
Ayuntamiento de la localidad, apostando desde el primer momento por un Campus
Universitario en su municipio. Colaboró decididamente para que se pudiera impar‐
tir y desarrollar el plan de estudios de Licenciado en Ciencias de la Actividad Física
y del Deporte, siendo el primer paso para crear el Campus periférico de San Javier
de la Universidad de Murcia. Los primeros cursos se desarrollaron en la actual Es‐
cuela de Idiomas, en el Parque Almansa, mientras se construía el edificio que alber‐
garía los estudios oficiales universitarios. El edificio donde se ubica actualmente la
Facultad de Ciencias del Deporte se inauguró el 9 de diciembre del 2009.
Desde su inicio en el curso académico 2006/2007, la Facultad contó con dos
Decanos‐Comisarios, José Margineda Puigpelat y Miguel López Bachero. En el año
2015, siendo Rector D. José Orihuela, se convocaron las primeras elecciones a De‐
cano de la Facultad, siendo el que les habla el primer decano electo.
EDUCACION FISICA VERSUS DEPORTE
La Educación Física se encuentra en un impasse identitario, como disciplina y
como profesión. Arrastrando ese devenir histórico que ha impregnado el área de
elementos contaminantes, que, de una forma u otra forma, están lastrando los be‐
neficios individuales y colectivos que proporciona a lo largo de toda la vida. Pocas
materias pueden decir lo mismo.
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Debe ser la Universidad la que entienda que es preciso establecer de forma
clara y definitiva las diferencias existentes entre educación física y deporte.
El cuerpo y el movimiento, según Cagigal (1979), son las dos grandes realida‐
des antropológicas sobre las que se apoya la Educación Física. «Si consideramos
que toda educación se basa en un determinado concepto de hombre, de igual ma‐
nera la concepción de Educación Física variará dependiendo del concepto y de la
idea que sobre el cuerpo se posea».
Por lo que hemos de lograr una percepción más extensa en el significado de lo
corporal, superando la percepción de cuerpo máquina, y conseguir una concepción
global del individuo, experiencias vividas, ideas, sentimientos, deseos, relaciones
sociales, etc., y todo lo que implique algo más que meramente lo físico.
Así, la Educación Física debe ser el principal vehículo para obtener una ver‐
dadera formación integral del sujeto, utilizando el cuerpo como el medio especial
para conseguir ese proceso educativo.
Atendiendo a las características propias de la Educación Física, ésta se puede
relacionar con otras ciencias tan variadas como la Medicina, la Pedagogía, la Psico‐
logía, la Sociología, la Economía, la Biología, etc…
Asimismo, términos como Educación por el Movimiento, Educación de lo
Corporal, Educación Psicomotriz, Educación Física, han servido para denominar
un fenómeno casi único con las diferencias marcadas y establecidas por cada autor.
Con la aparición del Deporte en los colegios ingleses, se tenía la creencia de
que la competición contribuye de forma intrínseca a la construcción y desarrollo de
valores morales socialmente aceptables, cuyo origen hay que situar en el siglo XIX,
en un contexto socio‐cultural muy diferente al actual, se encuentra muy cuestiona‐
da, por lo que parece conveniente exponer algunas consideraciones al respecto.
En primer lugar, el ecosistema selectivo de la competición segrega una valora‐
ción personal en función de la competencia motriz y del género, que, en muchos
casos impulsa a los deportistas a la búsqueda de procedimientos poco éticos que se
suponen deben respetar.
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Arnold (1991), expone tres formas de entender la deportividad como forma de
unión social, como un medio en la promoción del deleite y como una forma de al‐
truismo. Es muy difícil situar en términos generales el planteamiento que hace pen‐
sando en el deporte profesional o de alto rendimiento, aunque puedan ser ciertas
muchas de sus afirmaciones en situaciones particulares y con personas concretas.
Este planteamiento instrumental del deporte nos lleva a otra perspectiva que,
como indica Devís (1996), es bastante diferente a la adoptada hasta ahora. Se trata
de considerar al deporte como un medio que el profesor o la profesora utiliza para
alcanzar sus objetivos de formación moral. En este sentido, se ha de señalar que
muchos autores (Arnold ,1991; Maraj, 1965, en Gutiérrez Sanmartin; Bredemeier y
cols., en Devis, 1996...) reconocen que el deporte ofrece un contexto con un alto po‐
tencial educativo para la adquisición de valores y el desarrollo de actitudes necesa‐
rias socialmente.
En relación con las controversias del carácter educativo del deporte, procede
ahora acercarnos a la dimensión educativa del deporte que, precisamente, le con‐
fieren su especificidad como área de conocimiento en el currículo escolar. Para ello
nos apoyaremos en la clasificación que establece Arnold (1991) en relación con el
tipo de conocimiento que subyace en el ʺmovimientoʺ, entendido éste como capa‐
cidad humana susceptible de ser enfocada de manera educativa. El movimiento se
relaciona con la educación, la escolarización y el currículo desde tres dimensiones,
diferenciales pero interrelacionadas, que aluden a la educación: ʺa través delʺ mo‐
vimiento, ʺacerca delʺ movimiento, y ʺenʺ el movimiento.
En nuestro caso adaptaremos tales dimensiones a nuestros propósitos y res‐
tringiremos el sentido del concepto ʺmovimientoʺ que utiliza Arnold al de deporte,
o práctica deportiva, por ser este tema el objeto de nuestro planteamiento.
Desde un punto de vista educativo, el conocimiento relativo al ʺsaber cómoʺ
no debe quedarse en su forma débil, sino que se debe intentar que el alumnado se
enriquezca y logre una mayor comprensión de lo que hacen mediante un conoci‐
miento de ʺlo que sucedeʺ en cada momento de la práctica deportiva (Ar‐
nold,1991).
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Las dimensiones deben estar relacionadas funcionalmente, pues cada una de
ellas no excluye a las otras, sino que se solapa y se ensambla con ellas.
La interacción, a la que hacíamos referencia anteriormente, de los tres tipos de
conocimiento, es especialmente importante en el caso de la enseñanza deportiva
para que ésta se convierta realmente en un hecho educativo.
En definitiva, parafraseando a Contreras (1996), el deporte y, consecuente‐
mente, la iniciación deportiva como construcción sociocultural puede y, debe utili‐
zarse como elemento educativo, ayudando a crear un contexto propicio para el de‐
sarrollo de cualidades intelectuales, afectivas, motrices, extensible a otros ámbitos
de la vida.
El educador se encuentra indefenso para poder detener el inmenso poder que
el fenómeno deportivo en su vertiente espectáculo causa sobre los escolares. Sirva
al respecto la frase clarificadora de José María Cagigal:
“El negociante es económicamente más fuerte que el pedagogo, y con su dinero es
capaz de comprar muchas cosas: entidades, amigos, prensa... Termina haciéndose con
la opinión pública y logra instaurar un tinglado de intereses, que se coronan creando
necesidades públicas”.
El profesional de Educación Física ha de constituirse en tamiz y modulador de
la conducta errónea del escolar que practica deporte, para transformarlo en una
actividad cargada de valores para el desarrollo y educación de este.
En una concepción moderna, se entiende por deporte cualquier forma de acti‐
vidad física que, a través de participación organizada o no, tiene por objeto la ex‐
presión o mejoría de la condición física y psíquica, el desarrollo de las relaciones
sociales o la obtención de resultados en competición a todos los niveles. (Carta Eu‐
ropea del Deporte. CONSEJO DE EUROPA, 1992)
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SITUACIÓN ACTUAL
En estos momentos, la Educación Física y el Deporte en nuestra Universidad
se desarrollan principalmente en las Facultades de Educación, Grado en Primaria,
mención Educación Física y Facultad de Ciencias del Deporte, además de contar
para toda la comunidad educativa con el Servicio de Actividades Deportivas.
Cada curso académico, acceden una media de 190 alumnos/as entre las dos
Facultades. En la de Ciencias del Deporte, cursan un Máster en Investigación en
Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y el Plan Compartido de Estudios Ofi‐
ciales (PCEO) de Máster Universitario en Investigación en Ciencias de la Actividad
Física y del Deporte (Facultad de Ciencias del Deporte) y el Máster en Formación
del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación
Profesional, Enseñanza de Idiomas y Enseñanzas Artísticas, Especialidad en Edu‐
cación Física (Facultad de Educación).
Además, se cuenta con un programa de Doctorado especifico de Ciencias del
Deporte.
A partir del curso 2020/2021, la Facultad de Ciencias del Deporte acoge el Plan
Compartido de Estudios Oficiales (PCEO) de Grado en Ciencias de la Actividad
Física y del Deporte y, en Nutrición Humana y Dietética, con la Facultad de Cien‐
cias Sociosanitarias del Campus de Lorca.
El aumento de la oferta de los planes de estudio oficiales, de Grado, Másteres,
PCEOs y Doctorado, así como los diferentes Másteres Propios Universitarios ofer‐
tados en cada curso académico, hacen que la Educación Física, la Actividad Física y
el Deporte, convivan en cada curso académico, más de 1000 personas. Actividades
docentes y de investigación, de los más de 10 grupos de investigación existentes en
nuestras dos Facultades, contribuyen aun más a ampliar la presencia de la Univer‐
sidad en la sociedad.
En cuanto a investigación, nuestra Universidad cuenta con grupos de investi‐
gación punteros a nivel nacional e internacional, refrendado con numerosos pro‐
yectos para ayudar a las organizaciones y entidades deportivas a mejorar su
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competitividad, mediante la cooperación investigadora y la transferencia tecnoló‐
gica de resultados de investigación, lo que sin duda ayuda a mejorar la competiti‐
vidad empresarial y universitaria.
La Universidad de Murcia sigue consolidándose a nivel internacional gracias
a su elevado nivel de investigación, tal y como pone de manifiesto el Global Ran‐
king of Sport Science Schools and Departments 2020, que elaboran los autores del
prestigioso Shanghai Ranking y que se acaba de hacer público el pasado mes de
noviembre.
Según este estudio, la Universidad de Murcia ha conseguido situarse en el año
2020 entre los puestos 201‐300 mejores a nivel mundial (Academic Ranking of
World Universities, 2020).
Global Ranking of Sport Science Schools and Departments 2020 es un ranking
de investigación elaborado por el mismo equipo que realiza el Shanghai Rankingʹs,
una de las herramientas más empleadas para la evaluación de las universidades a
nivel internacional. Se basa en diferentes indicadores de producción e impacto,
como las publicaciones en revistas internacionales de prestigio indexadas en Web
of Science, las citas recibidas por dichos artículos, la calidad de las publicaciones y
la colaboración internacional.
En relación con el Servicio de Actividades Deportivas, esta última etapa ha
supuesto un punto de inflexión, consiguiendo cifras históricas en cuanto a partici‐
pación, número de actividades, resultados deportivos, número de eventos realiza‐
dos, cantidad de ingresos recibidos y vinculación con los agentes sociales
proyectando la imagen de la UMU con el Deporte.
La implantación de las Tarjetas Deportivas PremiUM y BasicUM, han propor‐
cionado importantes beneficios en el acceso a los productos y servicios deportivos
de la Universidad de Murcia.
En lo referente a nuestra participación en los Campeonatos de España Univer‐
sitarios, el curso 2018/2019 fue especialmente relevante para la Universidad de
Murcia participando en veinte campeonatos, de los cuales en trece conseguimos un
importante número de medallas. Estas han posicionado a la UMU en octavo lugar
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en el medallero nacional, entre 83 universidades españolas, considerándose esta la
mejor posición obtenida en la larga historia de la UMU.
La Universidad de Murcia es referente en la organización de Campeonatos de
España Universitarios con gran éxito, posicionando a la misma como epicentro del
deporte universitario durante esas fechas.
Así mismo, cabe destacar el importante hito de haber conseguido el título de
Campeonas de Europa Universitarias en Fútbol Sala Femenino organizado EUSA
disputado en Braga. También nuestra participación en los Campeonatos de Europa
Universitarios de Judo, en la Universiada Nápoles 2019 en las modalidades de vela
(14º) y Taekwondo (7ª) organizado por FISU. Dichas actuaciones suponen una in‐
ternacionalización de la UMU también en el ámbito deportivo, que sirve para esti‐
mular, potenciar y apoyar la práctica deportiva, sin olvidar la importancia que ha
tenido para la Universidad de Murcia, la puesta en marcha de Convenios de cola‐
boración con diferentes entidades para promover la Salud y, el bienestar con la
práctica de la Actividad Física y el Deporte con federaciones deportivas, entidades
deportivas y sociales.
FUTURO
Debemos afrontar dos retos importantes: por un lado, el incremento de prácti‐
ca deportiva de nuestra comunidad universitaria; y, por otro, la docencia e investi‐
gación de nuestra materia en la Universidad. Esto último debe pasar,
necesariamente, por la unión y el trabajo interdisciplinar de las dos Áreas de cono‐
cimiento con las que contamos en la Institución, además de desarrollar participa‐
ciones mucho más activas con los diferentes departamentos implicados, directa o
indirectamente en el objeto de estudio y esto supondría trabajar con mas del 50 %
de los Departamentos de nuestra Universidad.
El trabajo interdepartamental, con las diversas áreas de conocimiento, favore‐
cería la consecución de un mayor número de proyectos de investigación nacionales
y europeos, así como el fomento de redes universitarias para ampliar las que ya
tenemos.
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Continuar con los trabajos iniciados en 2015 para conseguir que nuestra insti‐
tución cuente con más PCEOs, que puedan dar respuestas a las necesidades actua‐
les y de futuro que nos plantea nuestra sociedad, y entre los que destacarían los de
Ciencias del Deporte con Fisioterapia, Magisterio mención Educación Física y Tu‐
rismo, entre otros.
Este curso 2020‐21, en nuestro país son más de sesenta Facultades de Educa‐
ción con la Mención de Educación Física y cincuenta y tres con el Grado en Cien‐
cias de la Actividad Física y el Deporte. Esto podría justificar los datos que
tenemos de Europa para nuestro país que nos sitúa en un 54% de participación,
estando en la mitad de los países miembros, colocándonos en situación favorable
con respecto a los datos de la última encuesta y, con vistas de un futuro promete‐
dor por lo que nos queda por avanzar.
Los datos nos dicen que hacemos actividad física y deporte tres veces por se‐
mana, y la mujer se sumó de forma positiva a estos porcentajes reduciéndolos con
relación a los hombres.
Otra gran realidad es el cambio en el tipo de prácticas, donde aparecen nuevas
actividades, dejando atrás al deporte de competición como única forma de práctica.
En estos momentos se desarrollan más actividades de salud, recreación, tiempo
libre, condición física y, algo muy importante, se practica con el objeto de mantener
relaciones sociales.
Es una realidad el importante papel jugado por los medios de comunicación,
por la repercusión de los eventos deportivos nacionales e internacionales, juegos
olímpicos, campeonatos del mundo, competiciones cíclicas anuales (vueltas ciclis‐
tas, torneos de tenis, etc..). Esto ayuda mucho desde el punto de vista económico,
pues todo lo relacionado con el sector del deporte produce ingresos en servicios,
bienes y ocupación, además de las mejoras sociales y de salud.
Especial atención dedicaría a fomentar la especialización en los postgrado,
máster y doctorados, pues la sociedad actual demanda cada vez más a un profe‐
sional con formación en tecnologías aplicadas al deporte, idiomas y con una pre‐
disposición a la formación continua.
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En los últimos años hemos asistido a la eclosión y consolidación de los llama‐
dos eSports (deportes electrónicos), la industria de “competiciones organizadas de
videojuegos”.
Nuestra Universidad participa en un proyecto europeo sobre esta temática,
siendo evidente que la realidad no debe ser obviada al hablar del futuro del sector
del deporte, pues son los segmentos de población más jóvenes los más interesados
en este tipo de actividades.
En nuestros centros universitarios tendremos que plantearnos cómo avivar la
investigación y la docencia entre nuestro profesorado, afrontando así los retos de
futuro y favorecimiento del desarrollo académico y reflexivo de nuestro alumnado,
preparados para dar respuestas a las necesidades de nuestra sociedad.
Quisiera terminar con una frase publicada en enero de 2017 y que nos debe
hacer reflexionar sobre cómo estamos haciendo las cosas.
“Si a un huevo lo rompe una fuerza externa, acaba la vida. Si lo rompe una fuerza
interna, comienza la vida. Cambia desde tu interior”
Muchas Gracias