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Por un Bistec.
Condicionantes socioculturales del estado nutricional de un grupo de boxeadores de
Medellín-Colombia
David Camilo Gutiérrez Pacheco
Trabajo de grado para optar al título de Antropólogo.
Asesora:
Timisay Monsalve Vargas
Doctora en Antropología. Universidad Autónoma de México
Universidad de Antioquia
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
Departamento de Antropología
Medellín, 2017
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Agradecimientos.
En primer lugar agradecer a todos los deportistas y entrenadores que me apoyaron e
hicieron posible este trabajo. Pues sin su disposición y participación este texto no hubiera
podido ver la luz.
Gracias al profesor Beibis Mendoza y al profesor Johan de la Liga Antioqueña de boxeo,
igualmente a Jaime Agudelo y demás miembros de la academia MMA Colombia, por
abrirme las puertas y ser siempre tan amables. También y de manera especial quiero
agradecer al profesor de la liga Medellín de boxeo Gustavo Adolfo Ospina quien me
colaboro desde el inicio de este proyecto.
Un profundo agradecimiento a la profesora Julia María Monsalve de la escuela de
Nutrición y Dietética de la UdeA cuya asesoría y ayuda fue indispensable para lograr darle
forma a esta investigación. Igualmente a los otros miembros de la Escuela, administrativos
y maestros, que me ayudaron en algún momento a solucionar dudas y a dar con la profe
Julia.
Al laboratorio de Antropología biológica y a los profesores Andrés Felipe García y Javier
Rosique por facilitarme el antropómetro para la toma de la talla.
A la profesora Timisay Monsalve por tomar el riesgo de asesorarme, por su guía, y sobre
todo por darme ánimos y alentarme a finalizar “la tesis”.
A Patricia Pabón por su gran ayuda corrigiendo y puliendo este trabajo.
A mi familia y amigos por acompañarme y apoyarme en este proceso que no siempre fue
satisfactorio.
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Resumen:
Estudio cuantitativo de tipo correlacional-transversal que busca identificar la asociación
entre condicionantes socioculturales y el estado nutricional de un grupo de boxeadores de la
ciudad de Medellín (Antioquia-Colombia). Como condicionantes socioculturales se
evaluaron la capacidad económica, la ocupación y el uso del tiempo (actividad física fuera
de los entrenamientos y horas de sueño), la percepción de la imagen corporal y el peso, el
género, los conocimientos alimentarios, y las preferencias y aversiones alimentarias. Para la
evaluación de la composición corporal se utilizó una balanza tetrapolar monofrecuencia (50
kHz) Modelo BP-601 de la compañía TANITA, y se siguió un protocolo estandarizado. Por
su parte la evaluación de la ingesta dietética se realizó a partir de la aplicación de un
cuestionario de frecuencia alimentaría semi-cuantitativo. Las variables capacidad
económica, ocupación, uso del tiempo, género y conocimientos alimentarios se evaluaron a
través de un cuestionario elaborado por el autor, mientras que para las variables percepción
de la imagen corporal y preferencias y aversiones alimentarias se recurrió respectivamente
al Cuestionario de Hábitos Alimentarios del Deportista y a un cuestionario de preferencias
y aversiones alimentarias. Como principal resultado se obtuvo que el estado nutricional del
grupo evaluado se correlaciono en un grado estadísticamente significativo y de manera
coherente con el gusto por alimentos como los dulces y la leche, así como con las horas de
actividad física realizadas por los deportistas por fuera de los entrenamientos regulares.
Palabras clave: boxeo, deportes de categorías, control del peso corporal, estado
nutricional, condicionantes socioculturales.
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Tabla de contenido
Introducción e información general……………………………………………………..8
Capítulo 1. Marco Teórico………………………………………………………………17
1.2 El boxeo-generalidades…………………………………………………………...…..17
1.2.1 Boxeo deporte de categorías…………………………………………………..…….18
1.3 Requerimientos nutricionales del boxeador…………………………………………..19
1.3.1 Función de los HC en el ejercicio………………………………………………..….19
1.3.2 Función de las G en el ejercicio………………………………………………….….21
1.3.3 Función de las P en el ejercicio……………………………………………….……..22
1.3.4 Hidratación y estado nutricional…………………………………………….……….22
1.3.5 Sueño y estado nutricional………………………………………………...................23
1.3.6 Consumo de alcohol……………………………………………………………….....24
1.4 Prácticas inadecuadas para el control del peso corporal…………………………........24
1.5 Condicionantes del estado nutricional……………………………………..…………25
1.5.1 Sociedad y cultura……………………………………………………………….…..27
1.5.2 Formación Social……………………………………………………………………27
1.5.3 Superestructuras…………………………………………………………….……....28
1.5.4 Modo de vida……………………………………………………………..……...….29
1.5.5 La cultura………………………………………...………………………………….30
1.5.6 Especificidad de la investigación……………………………………………………30
Capítulo 2. Marco Metodológico………………………………………………………..35
2.1 Tipo de estudio………………………………………………………………………..35
5
2.2 Población……………………………………………………………..……………….35
2.2.1 Muestra………………………………………………………………………………36
2.3 Definición de las variables……………………………………………...…...………..36
2.3.1 Variables dependientes. ……………………………………...………………..…….37
2.3.1.1 Estado Nutricional……………………………………………………………...….37
2.3.1.2 Análisis de la composición corporal……………………………….………………37
2.3.1.3 Evaluación de la ingesta dietética……………………………….…………………41
2.3.2 Variables Independientes……………………………………………………………45
2.3.2.1 Ingresos económicos………………………………………………………...…….45
2.3.2.2 Ocupación y uso del tiempo……………………………………………………….46
2.3.2.3 Preocupación por la imagen corporal y el peso……………………………………48
2.3.2.4 Preferencias y aversiones alimentarias…………………………….………….…...49
2.3.2.5 Conocimientos alimentarios……………………………………………………….50
2.3.2.6 Género……………………………………………………………………………..51
2.4 Análisis de resultados………………………………………………………………….52
Capítulo 3. Resultados y Discusión……………………………………………………..53
3.1 Fase 1- Descriptiva…………………………………………………….……………..53
3.1.1 Características del grupo……………………………………………….…………...53
3.1.2 Género……………………………………………………………...……...…….…53
3.1.2 Edad…………………………………………………………………….….………54
3.1.3 Clasificación socioeconómica………………………………………………….….55
3.1.4 Ocupación………………………………………….………………...…………….56
3.1.5 Uso del tiempo: horas de actividad física diarias por fuera de los
entrenamiento…………………………………………………………………………….57
3.1.6 Uso del tiempo: horas de sueño……………………………………………………58
3.1.7 Conocimientos alimentarios……………..………………….……………………..59
3.1.8 Percepción de la imagen corporal y el peso………………………….……………60
3.1.9 Preferencias y aversiones alimentarias…………………………………………….61
6
3.1.10 Composición corporal…………………………………..…….……………….....62
3.1.11 Gasto calórico e Ingesta dietética……………………………………..……….…61
3.2 Fase 2 - Correlacional………………………………………………………….…...67
3.3 Discusión resultados. Fase 1-Descriptiva…………………………………..………69
3.4 Discusión resultados. Fase 2-Correlacional………………………………………...74
Conclusiones………………………………………………………………………..…..76
Bibliografía y
anexos…………………………………………………………………………...……...78
7
Lista de Gráficos
Gráfico 1. Resultados Género………………………………………………….…..51
Gráfico 2. Resultados-Clasificación socioeconómica………………………...……52
Gráfico 3. Resultados-Ocupación………………………………………………..…53
Gráfico 4. Resultados-Uso del tiempo: horas de actividad física diarias por fuera de los
entrenamiento………………………………………………………………………54
Gráfico 5. Resultados-Uso del tiempo: horas de sueño…………………………….55
Gráfico 6. Resultados-Conocimientos alimentarios………………………………...56
Gráfico 7. Resultados-Percepción de la imagen corporal y el peso…………….......57
Gráfico 8. Resultados-Adecuación valores de referencia % de Grasa…………..….60
Gráfico 9. Resultados- Adecuación ingesta calórica al gasto calórico
total………………………………………………………………………………….62
Gráfico 10. Resultados- Adecuación ingesta de macronutrientes…………………..63
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Lista de Tablas
Tabla.1 Requerimientos de HC en deportistas…………………………………………...20
Tabla 2. Coeficiente y niveles de correlación…………………………………………….52
Tabla.3 Resultados- Edad………………………………………………………………...54
Tabla.4 Resultados- Preferencias y aversiones alimentarias……………………………..61
Tabla.5 Resultados- Composición corporal……………………………….……………...62
Tabla.6 Resultados-Diferencia en Kg entre peso y categoría de competencia…………...63
Tabla.7 Resultados-Gasto calórico e Ingesta dietética………………………….…….….64
Tabla.8 Resultados-Pruebas de correlación significativas en el nivel 0,05 (bilateral)….. 67
Tabla.9 Anexos- Pruebas de correlación no significativas en el nivel 0,05 (bilateral)…..90
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Introducción
“..Tom King lanzó un gruñido por toda respuesta. Se acordaba del bulldog que tuvo en su
juventud, al que echaba continuamente bistecs crudos. En aquella época, Burke le habría
concedido crédito para mil bistecs. Pero los tiempos cambian. Tom King estaba
envejecido, y un viejo que tenía que enfrentarse con un boxeador joven en un club de
segunda categoría, no podía esperar que ningún comerciante le fiase….Aquella mañana se
había levantado con el deseo de comer un bistec, y aquel deseo no lo había abandonado.
No había podido entrenarse debidamente para aquel combate. En Australia el año había
sido de sequía y los tiempos eran difíciles… Cuando se anunció su combate con Sandel, los
tenderos apenas le concedieron un poco más de crédito. El secretario del Gayety Club le
adelantó tres libras -la cantidad que percibiría si perdía el combate-, y se negó a darle un
céntimo más. De vez en cuando consiguió que sus antiguos compañeros le prestasen unos
centavos, pero no pudieron prestarle más, porque corrían malos tiempos y ellos también
pasaban sus apuros. En resumen, que era inútil tratar de ocultarse que no estaba
debidamente preparado para la pelea. Le había faltado comida y le habían sobrado
preocupaciones. Además, ponerse «en forma» no es tan fácil para un hombre de cuarenta
años como para otro de veinte...” (London, 1909)
Así versa uno de los primeros párrafos de “A piece of Steak” (Por un Bistec en la
traducción al español) cuento del escritor Estadounidense Jack London (19091) cuya trama
gira en torno a la carrera pugilística y al relevo generacional en los ensogados. Pero que
además desde sus primeras líneas pone de manifiesto la importancia de la alimentación en
el boxeo, así como la influencia que tienen las condiciones sociales en la calidad de ésta y
otros elementos relevantes en la preparación del deportista, como el entrenamiento, por
ejemplo.
Por este motivo quise encabezar el trabajo con ese texto, pues nada mejor que la literatura,
o en general el arte, para entender de una manera entrañable la importancia y las
implicaciones que puede tener el estudio de un tema como la relación entre factores
sociales y el estado nutricional en deportistas, boxeadores en nuestro caso. No obstante se
sabe que este abrebocas no es suficiente para comprender completamente el asunto, y por
eso se presenta una explicación más detallada y técnica al respecto.
1 Originalmente apareció en The Saturday Evening Post: http://www.saturdayeveningpost.com/
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Breve reseña sobre la alimentación deportiva en la antigüedad.
El interés por la alimentación y preparación deportiva es un tema del que se podrían decir
muchas cosas, excepto que se trata de un tema reciente. Muestra de ello es que gracias a los
historiadores se ha tenido acceso a algunas de las recomendaciones y opiniones de los
filósofos griegos respecto a la alimentación y preparación física de los competidores que
participaban de los Juegos Panhelenicos (Sesé, 2008) incluidos por supuesto los juegos
Olímpicos Antiguos (776 a.c-393 d.c). Por ejemplo García (2012) apunta que según
Filostrato y Pansorias la dieta de los atletas de los primeros juegos era vegetariana y se
componía básicamente de higos, quesos, pastas de harina de trigo y cebada, aunque hacia el
siglo V a.c se introdujo el consumo de carne, que se generalizó rápidamente, sobre todo en
atletas de combate (lucha, boxeo, pancracio)
Asi mismo pensadores como Galeno, en sus escritos también dejaron registro de cómo era
la vida de los atletas de su época. Se levantaban tarde ya que el descanso se consideraba
fundamental para realizar correctamente el entrenamiento, la comida consistía en un poco
de pan fermentado tras lo que se disponían a entrenar hasta el momento de la cena que era
una comida abundate que se alargaba durante mucho tiempo para sacar la máxima sustancia
de los alimentos y realizar la digestión correctamente, aspecto al que también le daban gran
importancia (García, 2012).
Sin embargo filósofos como Platón o Aristóteles2 atacaron fuertemente el régimen de vida
de los atletas, el que consideraban insano para el cuerpo. Así mismo Hipócrates en “Sobre
la alimentación” expresa que: “La constitución del atleta no va de acuerdo con la
naturaleza” (Citado en García, 2005)
Alimentación y control del peso corporal en el boxeo.
Con el surgimiento del deporte contemporáneo3 estas preocupaciones y debates respecto a
la relación entre régimen de vida, salud y deporte vuelven a ser un tema de interés y, al
igual que sucedía en la antigua Grecia, se conforman a partir del conocimiento y
experiencias propias de entrenadores, atletas y afines al deporte todo un conjunto de saberes
en torno al deber ser de la alimentación y preparación deportiva.
El caso del boxeo no es ajeno a esa realidad, pues al igual que sucede en otros deportes en
los que se compite por categorías de peso, es común que los boxeadores(as) mantengan una
dieta inadecuada respecto a sus requerimientos nutricionales y objetivos deportivos
(Lombardo & Sirias, 2007; Wacquant, 2004; Castillo, 1998), así como la práctica de
2Su crítica recaía específicamente sobre los competidores profesionales, pues ambos consideraban que la
educación física ocupaba un lugar importante en la adquisición y mantenimiento de la salud y la belleza del
cuerpo y el “alma”. (García, 2005)
3Según Velázquez (2000, citado en Velázquez 2001) existe un consenso acerca de que “lo que hoy se conoce
como deporte -en cualquiera de los múltiples sentidos o significados que puede adoptar dicho término en la
actualidad- tuvo su origen en Inglaterra, a partir del siglo XVIII, mediante un proceso de transformación de
juegos y pasatiempos tradicionales iniciado por las élites sociales, y en el que tuvieron un papel clave las
«publicsschools» y los «clubs» ingleses”
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métodos inadecuados para controlar el peso corporal, tales como la deshidratación, el
sometimiento a dietas hipo o hiper calóricas o el sobre-entrenamiento, entre otros (Díaz &
Ceballos, 2012; Lombardo & Sirias, 2007; Alfonseca, 2006; Wacquant, 2004) para así
poder ajustar el peso a las categorías de competencia.
Estos métodos, como detalla Wacquant (2004) y lo puede comprobar cualquier persona que
esté inmersa en el mundo de los deportes de combate, hacen parte del conjunto de
conocimientos y prácticas propias de estas disciplinas donde un gran número de
practicantes entrenan con un peso por encima del de competición y pierden el exceso los
días previos a la misma (Morales, Sarola & Urdampilleta, 2012). En otras ocasiones los
peleadores aumentan de peso para participar en competencias o pactar una pelea.
El rol de la alimentación/nutrición en el deporte: más allá del éxito competitivo.
Lo anterior es preocupante tanto desde el punto de vista deportivo como el de la salud, pues
es sabido que la alimentación juega un papel preponderante en la preparación y el
performance competitivo de los deportistas, ya que posibilita sacar el máximo provecho de
los entrenamientos, acelerar la recuperación muscular, optimizar el peso y la composición
corporal. Además las prácticas para el control del peso corporal como la deshidratación o la
restricción extrema de alimentos unidas al entrenamiento pueden acarrear problemas de
salud como síndrome de sobre-entrenamiento, golpes de calor o daño renal (Lombardo &
Sirias 2007).
Por este motivo, con el fin de optimizar el estado físico y prevenir problemas de salud, son
continuas las investigaciones sobre el estado nutricional en los deportistas de combate, ya
sea con la evaluación de su ingesta dietética, de su composición corporal o de ambas. Sin
embargo sería un error plantear que la motivación de las personas que se dedican al estudio
de ese y otros problemas relativos a la alimentación/nutrición deportiva sea el éxito en sí
mismo. La primera razón para afirmar esto es que detrás del éxito están los anhelos de
realización personal del deportista, que son un conjunto de actos puramente emocionales de
los que es difícil escapar como ser humano. Lo cual es mucho más cierto cuando también
se practica una disciplina deportiva.
El boxeo es con seguridad el deporte donde mayor número de veces se han representado
estos aspectos en el arte4, pues como se dijo al comienzo, el arte es el medio que permite
acercarse de una manera sencilla pero a la vez profunda a los anhelos de los practicantes de
la dulce ciencia. En ese sentido y procurando no alargar la enumeración de artistas y sus
respectivas obras5, la siguiente frase, de F.X Toole (seudónimo de Jerry Boyd) autor de las
4 Por ejemplo la tenacidad, la fortaleza, el esfuerzo y/o espíritu de lucha (Dempsey and Firpo, 1924; Tiguer
Boxer, 1999; The Hurricane,1999; Millon Dollar Baby, 2004), los excesos, la redención, el levantarse tras el
fracaso (Raging Bull,1980; Requiem for a Heavyweight, 1956; The Boxer, 1997; Southpaw, 2015), la
necesidad (The Champion, 1915; City Lights,1931), el desarraigo (Le petit Voleur, 1999), la constancia y la
disciplina como camino al éxito (Rocky, 1976).
5Quienes deseen profundizar en este aspecto pueden revisar nombres como George Bellows, Eduardo Arroyo
o Alfredo García Revuelta en las artes plásticas; Julio Cortázar, Jack London, Ernest Hemingway, Joyce
Carol Oates, Arthur Conan Doyle, entre otros en la literatura, y por supuesto filmes como: The Champion
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novelas boxísticas “Rope Burns, Stories From the Corner” (2000) y Pound for Pund
(2006), resume en unas cuantas palabras la idea que se quiere expresar:
«La magia del ring es distinta de la del teatro, porque el telón nunca se cae –la
sangre en el ring es de verdad, así como las narices y los corazones rotos, que
a veces se rompen para siempre-. El boxeo es la magia de los hombres en
combate, la magia de la voluntad, la habilidad y el dolor, y de arriesgarlo todo
para poder respetarte a ti mismo durante el resto de tu vida. Se parece a
escribir.» (Toole, s.f recuperado de Albarrán, 2012)
En conclusión, cuando se estudian temas como los trastornos alimentarios, hábitos
alimenticios, el estado nutricional, etc, en deportistas, partimos de la comprensión de sus
motivaciones, de una empatía que deviene en el compromiso de aumentar las posibilidades
de éxito deportivo, pero a la vez en el ánimo de prevenir que, en aras del triunfo, el
deportista desperdicie su esfuerzo y afecte su salud o incluso arriesgue su vida.
Por otra parte, los deportistas conforman subgrupos dentro de las sociedades mayoritarias
de las que hacen parte (de las que se distinguen principalmente por la actividad física que
realizan). Por tanto no solo se encuentran inmersos dentro de las limitaciones y exigencias
de sus respectivos deportes sino también en las del medio que los rodea: trabajo (en el caso
de deportistas amateur o sin financiación suficiente); familia, violencia, cánones estéticos,
prevalencia de enfermedades, medios de comunicación. etc., elementos que de una u otra
forma explican el ¿por qué? X o Y deportista presenta determinada condición física.
De manera que la investigación sobre alimentación/nutrición deportiva también es un
espacio que permite acercarse a la compresión de otros problemas de estudio, a partir de la
relación que guarda con estos. Aspecto sin duda importante pues facilita información
relativa a temas cruciales a nivel político y social, como pueden ser la industria alimentaria,
la soberanía y la seguridad alimentaria, el modelo económico, la desigualdad económica,
los roles de género, entre otros elementos que ciertamente pueden ser nutridos a partir de
los hallazgos obtenidos al interior de las comunidades atléticas.
El por qué y el para qué de este estudio.
La anterior explicación se hacía necesaria, pues este texto es una tesis de antropología, por
lo que es inevitable que algunos colegas vean este tema como un aspecto curioso, pero de
segunda importancia frente a elementos como el desplazamiento, la desigualdad o la
violencia, cuyo análisis ciertamente aparecen como más urgentes (sobre todo en un
contexto social como el de Colombia). No obstante, como ya se dijo, los deportistas no
constituyen grupos aislados de la totalidad social (aspecto en el que se profundizará más
adelante), por tanto sus condiciones físicas, psicológicas y sociales serán, en parte, reflejo
de las condiciones que caracterizan sus entornos.
(1915), City Lights (1931), Requiem for a Heavyweight (1956), Fat City (1972), Rocky (1976), Raging Bull
(1980), The Boxer (1997), The Hurricane (1999), The petit Voleur (1999), When were Kings (2000), Millon
Dollar Baby, (2004) o Southpaw (2015).
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Comprender esto posibilita hacer uso de la información que se genere en la investigación de
la alimentación/nutrición deportiva, para contribuir al entendimiento de aspectos sociales
relacionados con la misma. Pero también permite comenzar a tener en cuenta y a
preguntarse cada vez más por la relación y efecto que tienen las características de una
sociedad sobre la calidad de la alimentación y el estado nutricional de los deportistas, así
como por la medida en que estos factores inciden en la continuidad y éxito deportivo de los
mismos. Lo cual es de cierta manera preponderante pues desde hace varios años
organizaciones como la FAO6 (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación
y la Agricultura) y autores tales como de Garine (1995) o Restrepo (2000) han indicado
que la nutrición humana se ve afectada por elementos sociales y culturales tales como los
medios de producción, las creencias religiosas, la percepción de los alimentos, la
organización social, etc.
Antecedentes
A pesar de lo anterior no se encontraron investigaciones en Colombia que se plantearan
problemas de investigación similares en población de deportes de combate o deportista en
general. Sin embargo encontramos algunos estudios que guardan ciertas similitudes con el
aquí expuesto. Por ejemplo el realizado por Rangel, Rojas & Gamboa (2015) en el que
evalúan la asociación entre sobrepeso, obesidad y actividad física, en estudiantes de la
universidad Santo Tomas (Bucaramanga), así mismo Souza, Zea, Rodríguez & Molina
(2016) evaluaron la correlación entre estilos de vida y factores socioeconómicos con la
salud de los estudiantes de las electivas de actividad física y deporte de la Pontificia
Universidad Javeriana (sede Bogotá). Por otro lado en población de deportes de combate en
Colombia encontramos el trabajo de Chow (2017) en el que se describe la composición
corporal, somatotipo y nivel de actividad física de los karatekas universitarios de ambos
sexos del club de la Universidad de Antioquia. Específicamente en boxeadores destaca el
trabajo de Quitían (2010) quien aunque hace una exploración puramente etnográfica, en la
que intenta responder, entre otras, preguntas como: ¿qué significa ser boxeador?, rescata la
validez de la exploración antropológica en esta población, y el valor que tiene su estudio en
el esclarecimiento de circunstancias y condiciones sociales más amplias.
A nivel internacional se hallaron otras líneas de trabajo, en las que por ejemplo se indaga o
se discute la relación entre características psicológicas individuales y rendimiento
deportivo, o aspectos relativos al mismo (Morillo, Reigal, & Hernández, 2016; Montero,
Moreno, González, Pulido & Cervelló, 2012; González & Garcés, 2014; Ruiz & García,
2013; Pazo, López & Fradua, 2012; Torregrosa, Cruz, Sousa, Viladrich, Villamarín, Garcia
& Palou, 2007; Jaénes, Godoy & Román, 2009; Ortín, Garcés, Gosálvez, Ortega &
Olmedilla, 2011; de la Vega, Rivera & Ruiz, 2011; Irazusta & Arruza, 2006) o la incidencia
de ciertas patologías alimentarias en deporte o grupos deportivos específicos (Dosil & Díaz,
6 Ver por ejemplo: FAO (1992). Factores sociales y culturales de la nutrición, Nutrición Humana en el mundo
en desarrollo, p.35-43, Depósito de documentos de la FAO, recuperado del sitio web:
ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/005/w0073s/W0073S00.pdf
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2012 ; Dosil, Díaz, Viñolas & Díaz, 2012; Alfonseca, 2006; Márquez, 2008). De éstas la
realizada por Arbinaga & Caracuel (2008), aunque es muy similar a las anteriores, se
pregunta además por la relación entre rasgos de personalidad, variables antropométricas y
conductas deportivas en fisiculturistas. También cabe resaltar aquellos trabajos en los que
se analiza o propone el estudio de la influencia del contexto psicosocial7 de los deportistas
y su relación con el rendimiento profesional y personal (de la Paz, 2014; Díez, Zubiaur &
Requena, 2014; Carratalá, Gutiérrez, Guzmán & Pablos, 2011).
En otra línea, más cercana a la propuesta en este trabajo, observamos investigaciones que
se preguntan por la relación entre hábitos alimenticios y determinados elementos como
pueden ser el rendimiento deportivo, la ingesta dietética, la composición corporal, entre
otros. Algunos de éstos se han preguntado por la asociación entre adhesión a la dieta
mediterránea y el rendimiento deportivo (Rubio, Ramos, Ruiloba, Carrasco, Alcaraz &
Jiménez, 2015), o los parámetros antropométricos en mujeres Kayakistas (Alacid, Vaquero,
Sánchez, Muyor & López, 2014). En otras como la llevada a cabo por Úbeda, Palacios,
Montalvo, García, García & Iglesia (2010) se evalúan los hábitos alimenticios y
composición corporal de deportistas españoles de élite pertenecientes a disciplinas de
combate con el fin de recoger información sobre las prácticas dietéticas habituales y los
factores que influyen en la selección de alimentos en deportistas de combate.
Por último cabe mencionar el trabajo expuesto por Jacques, Flández, Monrroy, Arismendi,
Vergara, Maureira, Monrroy, Vargas, Cornejo, Martínez & Gajardo (2016) en el cual se
identifican los principales factores o variables que influyen tanto positiva como
negativamente en el surgimiento, mantención y desarrollo de los deportistas de alto
rendimiento en Chile. En éste “se constata que los deportistas de élite, presentan problemas
frente a la existencia de dificultades personales, económicas, sociales, familiares y
deportivas” (p.172) que se enmarcan tanto en un nivel micro (familia, entrenadores, etc.),
un nivel estatal (políticas públicas) y uno macro, compuesto por aspectos que caracterizan a
la sociedad a nivel general y que envuelven la actividad deportiva.
Justificación.
Como se observa, existe un cúmulo de trabajos en los que se reconoce que el deportista se
ve afectado por una serie de factores sociales, que condicionan o facilitan su rendimiento,
salud, estado físico, etc. Sin embargo, también se evidencia que son pocas las
investigaciones que se preguntan por los efectos que estos elementos pueden tener sobre el
estado físico y nutricional de los deportistas, siendo mucho menos las dirigidas a
practicantes de boxeo, población en la que, como ya se explicó, tener un peso y
composición corporal adecuadas son condiciones preponderantes para alcanzar el éxito
deportivo. Desconocer estos factores impide comprender la razón por la que algunos
practicantes de esta disciplina no llegan a las competencias con el mejor estado físico
posible, sino que controlan su peso a partir de métodos poco recomendados, lo que podría
implicar fuga de talentos (al mermar posibilidades de triunfo por el uso de malas prácticas
7 Según los estudios citados se considera que dicho contexto está conformado por los pares, la familia, los
entrenadores y el público en ciertos casos.
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de control del peso) y además supone un vacío a la hora de prevenir riesgos en la salud de
la población boxística y de deportes de combate en general.
Por lo anterior, la siguiente investigación tiene como objetivo conocer la correlación entre
condicionantes socioculturales y estado nutricional de un grupo de boxeadores de la ciudad
de Medellín (Antioquia-Colombia). Esta indagación constituirá un importante aporte para
la comunidad boxística de la región así como para la comunidad académica, pues permitirá
levantar información sobre el estado nutricional de estos deportistas, y posibilita trazar
líneas de trabajo en nutrición, salud y deporte. Al mismo tiempo se podrá profundizar en el
conocimiento de la relación entre factores socioculturales, condición física y desempeño
deportivo.
El lector encontrará que esta propuesta consta de 4 capítulos, que se desarrollan de la
siguiente manera: el primero expone el marco teórico del trabajo, el cual comienza con una
explicación somera de lo que es el boxeo como disciplina y las implicaciones que tiene
sobre sus practicantes al ser un deporte de categorías, las características morfológicas y de
composición corporal que se esperan encontrar en sus practicantes a nivel competitivo, y
las necesidades nutricionales de los mismos para alcanzar dichos objetivos. Luego se centra
en detallar las recomendaciones nutricionales para este deporte, haciendo una exposición de
qué y cuáles son los requerimientos, y la función que cumple cada uno de los diferentes
macronutrientes (Hidratos de carbono, Grasas y Proteínas), ejercicio que se desarrolla de
manera similar con otros elementos preponderantes en la nutrición deportiva como la
hidratación, el sueño, el consumo de alcohol y los efectos que tiene sobre la salud al
recurrir a prácticas inadecuadas de control del peso corporal como la deshidratación, las
dietas hipo o híper calóricas, entre otras.
Posteriormente el texto gira en torno a cómo la problemática de no alcanzar un estado
nutricional óptimo y las prácticas inadecuadas para el control del peso en boxeo pueden
tener relación con una serie de factores socioculturales. Para esto se ubica el estado
nutricional, en tanto condición del cuerpo, como un proceso biocultural, es decir como
producto de las interacciones entre los procesos biológicos de cada ser humano y los
procesos socioculturales ocurridos en diferentes niveles. Para esa tarea y con el fin de
definir qué se entiende por sociedad y cultura, se realizó un recorrido breve por la propuesta
teórica de Bate (1998) introduciendo al lector en categorías como formación social, modo
de vida, y cultura, las cuales serán claves para entender los conceptos antes mencionados, a
la vez que permite exponer los diferentes factores que pueden tener alguna relación con el
estado nutricional de los practicantes de boxeo, como son: capacidad económica,
ocupación, uso del tiempo (actividad física fuera de los entrenamientos y horas de sueño),
percepción de la imagen corporal y el peso, género, conocimientos alimentarios, y
preferencias y aversiones alimentarias.
El segundo capítulo se centra en la exposición del tipo de estudio realizado, la metodología
e instrumentos utilizados para la recolección de datos relativos tanto a la composición
corporal, gasto energético e ingesta dietética de los participantes del estudio, como a los
diferentes factores socioculturales que se pretendían evaluar. Se detallan además las
pruebas estadísticas que se utilizaron para la evaluación de las correlaciones entre las
16
diferentes variables, así como algunas de las dificultades encontradas a la hora de llevar a
cabo la investigación.
En el tercer capítulo inicialmente se describen los resultados encontrados a partir de
gráficas y tablas. En un segundo momento se discuten los hallazgos a partir de la
información contenida en fuentes de datos secundarias, y de la observación propia del
autor, que aunque no constituyó uno de los métodos de investigación, fue un elemento
presente antes, durante y después de la recolección de datos, pues él mismo practica de
manera recreativa esta disciplina, lo cual aporta un conocimiento extra sobre una parte del
grupo que participó del estudio.
El cuarto y último capítulo contiene las conclusiones que surgieron de este proceso de
investigación.
Objetivos.
General.
Conocer la correlación entre condicionantes socioculturales y estado nutricional de un
grupo de boxeadores de la ciudad de Medellín.
Específicos
1) Describir el estado nutricional de los deportistas participantes de este estudio.
2) Describir los condicionantes socioculturales evaluados dentro del grupo de
boxeadores.
3) Determinar si el estado nutricional de los boxeadores es adecuado según el gasto
energético estimado y los indicadores nutricionales y de composición corporal
existentes para boxeo.
17
Capítulo 1-Marco Teórico.
El boxeo - generalidades.
El boxeo es una disciplina de combate en la que se debe golpear al adversario
exclusivamente con los puños. Se sabe que ya se practicaba en las Olimpiadas antiguas,
donde fue incluido en el año 688 a.d.n.e. Como deporte moderno evolucionó a partir de las
normas de ese tiempo. En 1889 el Márquez de Queensberry estableció las reglas que
continúan vigentes hoy en día.
Tradicionalmente este deporte se consideró de exclusividad masculina, aunque
recientemente el boxeo femenino ha ido ganando espacios, siendo incluido en los Juegos
Olímpicos a partir de Londres 2012. Existen dos modalidades de competencia, amateur y
profesional. En amateur los hombres compiten a 3 rounds de 3 minutos y las mujeres a 4
rounds de 2 minutos. En profesional hombres y mujeres pelean durante un máximo de 12 y
10 rounds de 3 y 2 minutos respectivamente (inicialmente eran 20 y luego 15). El combate
lo gana quien logre conectar más golpes a las regiones asignadas como blancos (cabeza y
tronco) a menos de que el árbitro detenga el combate antes de la campana final por K.O,
inferioridad técnica o rendición de uno de los peleadores.
Respecto a los movimientos musculares, predomina el uso de los miembros superiores. Al
igual que en otros deportes de combate la energía se produce principalmente a partir de la
glucosis lactacída, con gran énfasis en la fuerza muscular. En cuanto a la morfología
predomina el somatotipo mesoectomorfo, caracterizado por un cuerpo delgado, de
extremidades largas, con una gran proporción de músculo esquelético y baja grasa corporal
(Lentini, 2006 y Betancourt, 2009 citados en Correa, 2012)
Boxeo deporte de categorías.
En boxeo se compite por categorías de peso8, ello con el fin de proteger a los peleadores
con menor masa corporal, y evitar que ésta represente una ventaja para cualquiera de los
adversarios. Por este motivo gran parte de los practicantes de este deporte suelen entrenar
con un peso por encima del de competición y pierden el exceso los días previos a la misma
(Morales, Sarola & Urdampilleta, 2012), pues les permite tener ventaja respecto al alcance.
8Para las olimpiadas de Rio 2016 la AIBA (International Boxing Asossiation) determinó las siguientes
categorías de competencia para boxeo amateur: minimosca (40-46 kg), mosca (52 kg), gallo (56 kg), ligero
(60 kg), semiwelter (64 kg), welter ( 69 kg), medio (75 kg), semipesado (81 kg), peso completo (91 kg),
peso súper completo (+ 91 kg), peso mosca femenino (48-51 kg), peso ligero femenino (57-60 kg), peso
medio femenino (69-75 kg)
Por su parte el boxeo profesional se divide en las siguientes categorías: paja (105 libras), minimosca (108
libras), mosca (112 libras), supermosca (115 libras), gallo (118 libras), supergallo (122 libras), pluma (126
libras), superpluma o ligeros junior (130 libras), ligero (135 libras), superligeros o welters junior (140 libras),
welters (147 libras), superwelters o medios juniors (154 libras), medianos (160 libras), super medianos (168
libras), semipesados (175 libras), cruceros (190 libras) y pesos pesados (por encima de las 190 libras).
18
Sin embargo en ocasiones los peleadores también aumentan de peso con el fin de participar
en competencias o pactar una pelea.
Debido a lo anterior, el estado nutricional, entendido como la “condición del organismo que
resulta de la relación entre las necesidades nutritivas individuales y la ingestión, absorción
y utilización de los nutrientes contenidos en los alimentos” (Farré, 2012), es un elemento
íntimamente ligado al rendimiento y éxito deportivo. Un estado nutricional adecuado
permite sacar el máximo provecho de los entrenamientos, acelerar la recuperación
muscular, optimizar el peso y la composición corporal, lo que representa una ventaja
competitiva porque posibilita alcanzar un porcentaje de grasa lo más bajo posible y
aumentar la proporción de masa muscular.
Recordemos que la acumulación de masa grasa puede reducir la velocidad de los
movimientos, la habilidad en los desplazamientos y la resistencia aérobica, provocando un
gasto calórico mayor (Ramírez & Cordero, 2009). Por su parte la masa muscular se
relaciona con los niveles de fuerza, resistencia y potencia muscular (Lentini, 2006 y
Betancourt, 2009, citados en Correa, 2012; Lombardo & Sirias, 2007), todos elementos
preponderantes en deportes de combate como el boxeo.
En ese sentido autores como Lombardo & Sirias (2007) plantean que en boxeo la masa
grasa debe representar entre el 5 y el 12% del total del peso corporal, en varones, mientras
que en mujeres deportistas se sabe que teóricamente el valor mínimo de grasa corporal es
aproximadamente 12% (Boileauand & Horswill, 2000) y según muestras como la utilizada
por Canda (2010) el valor medio de grasa corporal en las categorías de peso menores a 63,5
kg se encuentra en un rango que va de 15,4 a 16,6% , en categorías que van de los 67 a los
81 kg se ubica entre 17 a 18% ; y en las categorías de 81 a 91 kg entre 21,9 y 23%.
Requerimientos nutricionales del boxeador
Para alcanzar un óptimo estado nutricional es necesario que el deportista mantenga una
alimentación adecuada a su gasto calórico y requerimientos de nutrientes. Según Correa
(2012) en boxeo, durante la actividad física, el músculo esquelético satisface sus demandas
energéticas a través de sustratos que provienen tanto de las reservas del organismo como de
la ingesta diaria de nutrientes. Sin embargo la energía para el desarrollo de las funciones
musculares proviene más de las grasas (G) e hidratos de carbono (HC) que de las proteínas
(P). Por ello autores como Gonzáles et. al. (2008) recomiendan que del total de kilocalorías
(Kcal) consumidas al día, las P aporten entre un 16 al 18 % de las mismas; las G un 30% y
los HC entre el 51 y 55%. Por su parte Weatherwax (2003, citado en Lombardo & Sirias,
2007) hace el equilibrio de macronutrientes para pruebas de larga duración9 (aquellas que
duran más de 10 minutos) dividiendo el total de calorías en 60% a 70% para los hidratos de
carbono, 20 a 30% para las grasas y 10 a 15% para las proteínas.
9 Aunque un combate de boxeo puede durar desde 1 a 48 minutos según lo que pase en el ring, el boxeador se
somete a entrenamientos de larga duración que involucran un gasto energético alto.
19
Función de los HC en el ejercicio.
Los HC y las G son las principales fuentes de energía para nuestro cuerpo. Sin embargo los
HC aportan la energía para que haya una correcta contracción muscular y constituyen el
principal combustible para el tejido muscular durante ejercicios de mediana y alta
intensidad. Esto debido a que se puede obtener más ATP a partir de HC que de las G, lo
que hace que los HC tengan una función más relevante durante los esfuerzos físicos de
mayor intensidad, en donde la utilización del ATP es alta (Olivos, Cuevas, Álvarez &
Jorquera, 2012).
Además las reservas de HC, en forma de glicógeno, son un componente esencial para
evitar la fatiga muscular que comienzan a disminuir aproximadamente luego de dos horas y
su reposición puede durar entre 36 y 48 horas dependiendo la intensidad del ejercicio y del
estado de entrenamiento del deportista (López & Fernández, 1998). Éstas se encuentran
almacenadas en el músculo, el hígado y el plasma. En actividad la primera fuente de
glucosa para el músculo es su reserva de glicógeno, aunque cuando comienza a disminuir el
aporte de glucosa depende de las reservas de glicógeno del hígado (Mahan, 2000 citado en
Lombardo & Sirias, 2007). Sin embargo cabe aclarar que la principal función de las
reservas del hígado no es abastecer las necesidades del músculo para llevar a cabo la
actividad física, sino regular la concentración de glucosa en sangre, la cual alimenta el
cerebro de forma constante (el cual no contienen reservas) garantizando la capacidad de
concentración y un buen estado de ánimo (Guía de alimentación y salud, s.f)
Según Pérez (2009) los atletas que tienen niveles de intensidad de entrenamiento
moderados (de 2-3 horas/día 5-6 veces a la semana) requieren aproximadamente 5-8 g de
HC/kg/día para mantener los niveles de glucógeno hepático y muscular. Aunque si los
niveles de intensidad de entrenamiento son altos (aproximadamente 3-6 horas al día, 1-2
veces al día, 5-6 veces por semana), estas necesidades resultan aún más altas, pues pasan a
ser de 8-10 g/kg/día. Por su parte atletas cuya carga de entrenamiento sea inferior a 6 horas
a la semana, no requieren cantidades de HC superiores a los 5g/ kg/ día.
En este sentido las necesidades de HC (así como de los demás macronutrientes) dependerán
de la etapa de preparación u objetivos del deportista, pues estos modificarán los tiempos e
intensidades de la actividad física realizada. Lo anterior se resume en la siguiente tabla
elaborada por Olivos, et. al, (2012), acorde a las recomendaciones de otros autores tales
como Ruud, Grandjean & Reimers (1996), Rankin (2000) o Pérez (2009).
20
Tabla.1 Requerimientos de HC en deportistas (Olivos, et. al, 2012)
Situación Recomendación
Ingesta diaria para una recuperación
depósito de glucógeno muscular en
individuos con ejercicio de baja intensidad
y/o deportistas que busquen bajar su % de
grasa corporal.
3 - 5 gr. *kg peso
Recuperación de depósitos de glucógeno y
combustible diario en deportistas con
programas de ejercicios de moderada
intensidad.
5 - 7 gr. *kg peso
Recuperación de depósitos de glucógeno y
combustible diario en deportistas con
programas de ejercicios de alta intensidad
y/o busquen aumentar su peso corporal.
7 - 12 gr. *kg peso
Recuperación de depósitos de glucógeno y
combustible diario en deportistas con
programas de ejercicios de extrema
intensidad (ej. Tour de Francia, Ironman).
> 10 - 12 gr. *kg peso
Función de las G en el ejercicio.
Las grasas se almacenan en las células grasas del organismo en forma de triglicéridos.
Forman el tejido adiposo, aunque una pequeña parte se almacena en las células musculares
y otras circulan por la sangre unida a la albúmina (Onzari, 2004). Constituyen la principal
reserva energética del cuerpo, aunque energéticamente son menos rentables que los HC.
Tienen mayor disponibilidad dado que no necesitan de agua para almacenarse (1 gr de HC
necesita de 2,7 gr de agua para almacenarse) lo cual las hace más eficientes por unidad de
peso. Además aportan 9 kcal por gramo (gr), casi el doble que los HC que aportan solo 4
kcal por gr. Del mismo modo el aporte de ATP de las G también es superior al de los HC.
Sin embargo el metabolismo de las grasas requiere de mayor aporte de oxígeno que los HC,
por lo que se puede obtener más ATP por unidad de tiempo de estos últimos (Olivos, et. al
2012).
21
Las G además de ser una reserva energética, son indispensables para el aporte de vitaminas
liposolubles. No obstante, ello no debe inducir a una dieta muy rica en grasas para los
deportistas, pues ésta contribuye a disminuir el almacenamiento de glucógeno, con la
consiguiente disminución de la capacidad de potencia (Guía de alimentación y salud, s.f.)
Según Pérez (2009) se recomienda consumir al menos 0,5-1 gr de grasa/kg de peso al día,
aún en deportistas cuyo objetivo sea la disminución de peso. Además este autor resalta que
además de cuidar el aporte total de grasas, es importante diferenciar entre los diferentes
tipos de ácidos grasos que existen, pues algunos como los omega 3 (poliinsaturados)
pueden ser muy benéficos ya que, entre otras propiedades, poseen cualidades
antinflamatorias que favorecen la recuperación de los procesos inflamatorios derivados de
la práctica deportiva. Por otra parte las grasas hidrogenadas artificialmente o grasas trans
pueden ser bastante perjudiciales debido a que su consumo excesivo se considera como un
factor de riesgo para sufrir enfermedades crónicas no transmisibles (OMS, 2003; 2015)
Este autor recomienda un aporte aproximado del 10% de ácidos grasos saturados,
monoinsaturados y poliinsaturados, completando un total de 30% del aporte calórico total.
Función de las P en el ejercicio.
Las P son un componente estructural que entre otras funciones juega un papel esencial en la
formación de la membrana de las células. Aun así para el caso de los deportistas estas
pueden llegar a aportar entre el 5 y el 10% del total de energía utilizada (Olivos, et. al,
2012)
Su degradación es proporcional a la duración e intensidad del ejercicio, pero en deportistas
la síntesis proteica se aumenta luego de terminada la actividad física, lo cual determina
finalmente un balance nitrogenado positivo. En ese sentido el aporte de P que necesita el
deportista dependerá del tipo de entrenamiento, la intensidad y frecuencia de los ejercicios,
la ingesta energética en la dieta y de las reservas de HC del organismo (Olivos, et. al, 2012)
El aporte de P en deportistas se puede resumir de la siguiente forma:
-Entrenamiento de fuerza, etapa de mantenimiento: 1,2-1,4 gr/kg de peso corporal.
-Entrenamiento de fuerza, etapa de aumento de masa muscular: 1,8-2 gr/kg de peso
corporal
-Entrenamiento de resistencia: 1,4-1,6 gr gr/kg de peso corporal.
-Actividades intermitentes de alta intensidad: 1,4-1,7 gr/kg de peso corporal (Olivos, et.
al, 2012)
Cabe resaltar que según Pérez (2009) parece estar claro que rebasar los 2 g/kg/día no
supone un beneficio extra en la formación de masa muscular, ya que incluso con el
consumo de anabolizantes no se han encontrado evidencias de que una ingesta de proteína
22
superior a esa cantidad se asocie con una mayor ganancia de masa muscular. Esta posición
coincide con las recomendaciones de otros autores como Campbell. B, Kreider. B,
Ziegenfuss. T, La Bounty. P, Roberts. M, Burke. D, Landis. J, Lopez. H & José Antonio
(2007).
Hidratación y estado nutricional.
Otro aspecto fundamental para el rendimiento deportivo y el mantenimiento de un óptimo
estado nutricional es la hidratación. Ello se debe a que el agua es un nutriente esencial que
el organismo necesita en cantidades superiores a las que puede producir (Onzari, 2004).
Entre las funciones que cumple el agua, las más relacionadas con el deporte son:
-Controlar la temperatura corporal, permitir que los nutrientes puedan realizar sus funciones
en forma correcta dentro del organismo, transportar los glóbulos rojos con oxígeno hacia
los músculos, permitir que el dióxido de carbono y otros productos metabólicos sean
eliminados del organismo y regular la presión arterial para una función cardiovascular
adecuada (Wilmore, 2001 citado en Lombardo & Sirias, 2007), además mantiene la
concentración de los electrolitos, lo cual es importante en la transmisión del impulso
nervioso, la contracción muscular, el aumento del gasto cardíaco y la regulación del ph
(Olivos, et. al, 2012)
Es importante tener en cuenta que la sensación de sed no es un mecanismo de control
primario, sino una señal de alerta que aparece cuando ya se ha perdido entre un 1 y 2% del
agua corporal, por lo cual un deportista (que puede llegar a perder hasta 3 litros de agua por
hora de ejercicio) puede deshidratarse antes de que aparezca dicha sensación (Olivos, et. al,
2012). En este orden de ideas mantener una buena hidratación antes, durante y después de
la actividad física es muy importante no solo porque está relacionada con el rendimiento
físico, sino porque puede prevenir riesgos para la salud.
Las necesidades de hidratación varían según diferentes factores como son: el tipo de
entrenamiento, el clima, el nivel de adaptación al calor, condiciones fisiológicas
individuales, etc. (Franco et. al, 2008). Según la Federación Española de Medicina del
Deporte una buena hidratación antes del ejercicio se consigue si se consume suficientes
líquidos junto con las comidas y si hay un descanso adecuado (entre 8 y 12 horas). Durante
el ejercicio se recomienda comenzar a reponer líquidos a partir de los 30 minutos de
comenzada la actividad en cantidades que varíen entre 400 a 500 ml/hora. Como pauta de
hidratación post-esfuerzo se recomienda como mínimo ingerir el 150% de la pérdida del
peso en las primeras 6 horas (Franco et. al, 2008). Por su parte Vázquez (2005) indica que
utilizamos 1.5 litros de bebida por cada 2.2 libras de peso perdido; de acuerdo a esto se
puede clasificar la ingesta de líquido por porcentaje de adecuación, menor a 70%
inadecuada, de 70%-90% baja, de 90%-110% adecuada y mayor a 110% excesiva
(Lombardo & Sirias, 2007).
23
Sueño y estado nutricional
Otro aspecto que cabe destacar es el papel del sueño en la optimización del estado
nutricional, pues durante éste se recargan las reservas energéticas del cuerpo y se aumenta
la síntesis proteica, permitiendo la reparación de las fibras musculares dañadas y la
formación de nuevos tejidos, entre otros beneficios10. Por el contrario la falta de sueño
disminuye los niveles de atención y alerta, y provoca un aumento en los niveles de cortisol,
hormona que favorece la pérdida de tejido muscular pues lo degrada con el fin de obtener
energía, además favorece la aparición de síndrome de sobreentrenamiento11.
Consumo de alcohol.
El consumo de licor en deportistas también afecta el rendimiento entre otras cosas porque
si hay un consumo agudo este conlleva la disminución de la capacidad cardiovascular, la
velocidad, la resistencia, la fuerza y las capacidades psicomotoras. Además el alcohol no es
una buena fuente de HC y si se consume tarde en la noche no permite un descanso efectivo,
y en casos como la cerveza favorece la deshidratación por la evacuación de líquido que
produce (Lombardo & Sirias 2007).
Prácticas inadecuadas para el control del peso corporal.
A pesar de estas recomendaciones, es común que los deportistas, especialmente aquellos
que practican disciplinas de combate como boxeo, mantengan una dieta inadecuada
respecto a sus requerimientos nutricionales y objetivos deportivos (Guisado, 2009;
Lombardo & Sirias, 2007; Wacquant, 2004; Castillo, 1998), así como que practiquen
métodos inadecuados para el control del peso corporal, como la deshidratación, el
sometimiento a dietas hipo o híper calóricas, el aumento excesivo de las sesiones de
entrenamiento, entre otras (Díaz & Ceballos 2012, Lombardo & Sirias 2007; Wacquant,
2004).
Lo anterior representa un problema pues una alimentación inadecuada conlleva graves
consecuencias para la salud y el desempeño deportivo, ya que una escasa alimentación
unida a un entrenamiento intenso incrementa el catabolismo proteico y disminuye la
10 Durante el sueño también se recupera el sistema nervioso central y se aumenta la producción de hormona
del crecimiento la cual refuerza el proceso de síntesis proteica.
11El sobre-entrenamiento aparece cuando no hay una suficiente o adecuada recuperación muscular, se
manifiesta con signos y síntomas de agotamiento que pueden afectar tanto la parte física como la psicológica.
Cómo indican Díaz & Ceballos (2012) es común que practicantes de deportes donde el peso juega un papel
preponderante (deportes por categorías, de estética, de resistencia) se sobre-entrenen con el fin de alcanzar el
peso necesario para competir. Entre las principales consecuencias del sobre-entrenamiento se encuentra la
reducción del rendimiento, la fatiga marcada, dolores musculares, lesiones por sobrecarga, alteración del
apetito, problemas de sueño, reducción de la capacidad inmunitaria, cambios de carácter, valores más bajos de
respuesta cardiaca y reducción de la capacidad de las células para recuperar las reservas de glicógeno
(Lombardo & Sirias, 2007)
24
concentración de glucógeno muscular. Dicha situación termina afectando el estado
nutricional, principalmente la masa muscular, que se relaciona, como ya se indicó, con los
niveles de fuerza, resistencia y potencia (Cillo, 2012; Del Vecchio & Franchini, 2011;
Ubeda, Palacios, Montalvo, García, García e Iglesias, 2010). Además la reducción rápida
de peso tiene consecuencias como la pérdida de agua, la disminución del metabolismo basal
y del volumen plasmático, mayor susceptibilidad a golpes de calor, alteraciones
hormonales, disminución de la capacidad buffer de la sangre, deficiencia de nutrientes,
reducción de la masa ósea y aparición de síndrome de sobre-entrenamiento (Lombardo &
Sirias, 2007).
Por su parte, el aumento acelerado de peso a partir del aumento del aporte energético a
través de la dieta, aunque favorece la ganancia de peso, no contribuye al aumento de la
masa muscular pues aproximadamente entre el 60 y el 70% de la ganancia es grasa (Pérez,
2009; Ruud et.al., 1996).
Así mismo, la deshidratación también tiene diferentes consecuencias sobre el rendimiento y
la salud de los deportistas. Según el grado de deshidratación se pueden producir las
siguientes alteraciones:
Pérdida 2%: descenso de la capacidad termorreguladora.
Pérdida del 3%: disminución de la resistencia al ejercicio, calambres, mareos, aumento
del riesgo de sufrir lipotimias e incremento de la temperatura corporal hasta 38 grados.
Pérdida del 4-6%: disminución de la fuerza muscular, contracturas, cefaleas y aumento de
la temperatura corporal hasta 39 grados.
Pérdida del 7-8%: contracturas graves, agotamiento, parestesias, posible fallo orgánico,
golpe de calor. (Lombardo & Sirias, 2007).
Condicionantes del estado nutricional.
Para entender el porqué de esta situación se debe partir del hecho de que el estado
nutricional, como condición del organismo, es el resultado de la interacción entre los
factores biológicos y socioculturales que condicionan la ingesta alimentaria, el gasto
energético y/o la absorción de los nutrientes.
En ese sentido, para abordar este problema partimos de la idea de la síntesis biocultural,
propuesta teórica de la antropología física que se origina en los años 80 a partir de los
trabajos de diferentes autores en México, Estados Unidos y Gran Bretaña y que redefine el
objeto de estudio de esta disciplina como “las interacciones de los procesos biológicos y
sociales y sus efectos sobre los seres humanos" (Sandoval, 1982, p. 35)
En esa línea de ideas, la comprensión del cuerpo como unidad no puede hacerse a través de
la desarticulación analítica de cada una de sus partes o niveles (por ejemplo el atómico,
celular, psicológico, sociológico, etc.) ni a partir de un proceso de sumatoria (la totalidad
25
igual a la suma de sus partes) pues la totalidad constituye una nueva determinación
producto de la relación entre las partes. Se propone entonces comprender el cuerpo a partir
del estudio de la forma particular en la que se articulan los procesos sociales, culturales y
biológicos en el cuerpo humano (Monsalve, 2006).
Según Monsalve (2006) en la síntesis biocultural se reconocen tres formas en las que se da
la relación entre lo biológico, lo cultural y lo social, a saber:
- Las formas y funciones biológicas se mantienen al igual que la significación
fisiológica, pero adquieren un sentido y significado socioculturales: Por ejemplo
la gordura, como proceso adaptativo del organismo a condiciones alimentarias
favorables ha tenido diferentes significados a lo largo de la historia, siendo símbolo
de prestigio y respetabilidad en las comunidades europeas del siglo XIX y
principios del XX, incluso en niveles excesivos. Por el contrario en la actualidad es
considerada antiestética aún en niveles mínimos que no representan riesgo de sufrir
patologías crónicas (de Garine, 1997).
- Lo biológico se transforma en lo social perdiendo su significación fisiológica: Así el consumo de bebidas alcohólicas en la actualidad no se encuentra asociado a
suplir necesidades nutritivas o de líquidos, sino que hace parte de los rituales de
socialización, motivo por el cual incluso se consume en cantidades superiores a las
que podrían suponer algún beneficio para el organismo.
- Lo social establece nuevas relaciones biológicas. En este tipo de relación se crea
el significado fisiológico: Muestra de ello es la eficacia de ciertas prácticas mágicas
que llegan a crear condiciones fisiológicas nuevas en el organismo, tal y como lo
presenta Levi Strauss (1961) en “Antropología estructural” cuando relata la
inducción de partos difíciles por medio del canto shamanistico (p.168-156).
Como vemos, pensar el cuerpo, en este caso su estado nutricional, requiere interpretar y
explicar las determinantes biológicas en el marco del condicionante sociocultural. Por
ejemplo, variaciones históricas en el estado nutricional de las poblaciones como las
crecientes tasas de sobrepeso y obesidad en la actualidad (OMS,2016), no pueden
entenderse únicamente a partir de elementos como el de que nuestra especie posee la
capacidad de acumular grandes porcentajes de masa grasa, o una preferencia
fisiológica/organoléptica por alimentos ricos en azúcares, sino a partir del hecho de que
estas características derivaron en sobrepeso y obesidad a causa de factores socioculturales
como la producción industrial de alimentos y la ocupación de las personas en actividades
principalmente sedentarias (OMS, 2015; Fischler,1995).
Es entonces coherente preguntarse qué factores socioculturales pueden estar condicionando
el estado nutricional de los boxeadores. Para ello, sin embargo, es necesario primero
definir los conceptos de sociedad y cultura.
26
Sociedad y cultura
Partiendo de la idea anteriormente expuesta, de que lo sociocultural es uno de los niveles
que da forma (en su interacción con otros niveles) al cuerpo en su totalidad, es necesario
comprender los conceptos de sociedad y cultura a partir de una explicación que de cuenta
de los mismos de manera articulada. Para esto se tomará como base el materialismo
histórico, específicamente en la propuesta teórico-metodológica de Bate (1998) en su texto
“El proceso de investigación en arqueología”.
Lo primero que habría que aclarar es que la postura materialista parte de la idea de que la
realidad es objetiva y concreta en tanto posee propiedades que existen independientemente
de cómo sean reflejadas por la conciencia de los sujetos que la conocen. Es esta realidad la
que se intenta dar cuenta a través de conceptos, categorías o leyes que buscan reflejar de
manera lógica el sistema y propiedades lógicas de la realidad. Por este motivo, para
exponer lo que entendemos por sociedad y cultura se partirá del concepto de sociedad
concreta (Bate, 1998) que es la relación tricategorial establecida entre los conceptos de
formación social, modo de vida y cultura, los cuales en su unidad e interrelaciones expresan
los distintos niveles de existencia de la sociedad, desde el mayor nivel de esencialidad hasta
sus expresiones fenoménicas singulares, permitiendo conceptualizar la sociedad como una
totalidad concreta.
Formación Social
Se refiere al sistema general de contenidos y relaciones de la sociedad concreta. Ésta se
constituye a través de la unidad orgánica entre la base material del ser social y la
superestructura.
El ser social comprende la totalidad de las relaciones materiales y objetivas establecidas
entre los seres humanos, directamente o mediadas por su relación con los objetos naturales
o socialmente producidos, independientemente de cómo sean reflejadas
superestructuralmente. Esta categoría integra las relaciones sociales de producción y las
relaciones sociales de filiación o parentesco, las cuales responden respectivamente a las dos
condiciones básicas para la reproducción social: la reproducción económica de las
condiciones materiales de vida y la reproducción biológica.
La reproducción económica de las condiciones materiales de vida se da a través del modo
de producción, concepto que se refiere a la unidad de los procesos económicos básicos de la
sociedad: producción, distribución, cambio y consumo. Sin embargo son las relaciones que
se establecen alrededor del proceso de producción las que tienen un papel preponderante en
la determinación de la estructura social.
El sistema de producción lo conforman los diferentes procesos de trabajo concreto con los
que se elaboran los bienes para la satisfacción de necesidades y la organización general del
27
proceso de producción se da a través de la unidad de las fuerzas productivas y las relaciones
sociales de producción, tanto en sus aspectos cuantitativos como cualitativos.
La composición cualitativa corresponde a las propiedades específicas del proceso
productivo: fuerza de trabajo, objetos de trabajo, medios o instrumentos de trabajo,
productos, desechos y las formas en como éstos se integran a los diferentes procesos. Por
su parte la composición cuantitativa se refiere a la organización social del trabajo, a la
organización social de la producción y al grado de desarrollo de las fuerzas productivas
medidas en el rendimiento promedio de la fuerza de trabajo. Las relaciones sociales de
producción se conforman esencialmente a partir de las relaciones de la propiedad objetiva
de los agentes de producción sobre los elementos del proceso productivo, de manera que
este último aspecto determina la posición del sujeto y la forma y proporciones de
apropiación de la riqueza social producida.
Por otra parte la reproducción biológica de los grupos humanos se configura sobre la base
de los sistemas de parentesco o afinidad. Sin embargo la categoría de modo de
reproducción es mucho más amplia para entender este aspecto, pues se refiere no solo al
conjunto de actividades que permiten la procreación, sino también el mantenimiento y
reposición de la población y la fuerza de trabajo (alimentación, aprendizaje, conservación
de la salud, diversión, etc.). En la medida que la sociedad se hace más compleja dichas
actividades y condiciones de existencia son organizadas institucionalmente.
Superestructuras
Las superestructuras constituyen la esencialidad del ser social (modo de producción y
reproducción) que se refleja en las formas de conciencia social y de institucionalidad. En
las sociedades de clases estos conceptos adquieren la categorización específica de
superestructura político ideológico y jurídico política.
Todo lo que los hombres hacen pasa por la conciencia, de manera que la práctica del ser
social está ligada a la conciencia social. Esta es un sistema de reflejos cognitivos de la
realidad que puede darse en diferentes niveles (empírico-espontáneo, lógico, teórico,
científico) y se presenta en diferentes formas (mágico-fantásticas, lógicas, etc.). Sin
embargo, la realidad de la que los seres humanos participan no solo es reflejada por la
conciencia social sino por la afectividad, la cual muestra como la realidad afecta al sujeto
social, y cuyos reflejos dan forma a los sistemas de valores, los cuales a su vez condicionan
las posiciones del sujeto social frente a la realidad, es decir que pueden motivar distintas
conductas sociales frente a un mismo fenómeno real.
Cabe aclarar que por sujeto social se entienden los grupos sociales que comparten
características en algún nivel de la práctica social o en varios niveles al mismo tiempo,
como la posición de clase, la pertenencia a un mismo espacio geográfico, el género, grupos
de afinidad etc. Según el sistema de valores estos grupos tendrán distintas conductas
Por su parte la institucionalidad es el sistema de organizaciones sociales a través de las
cuales se ejercen las actividades de coerción y administración que permiten el
mantenimiento o los cambios en el sistema de relaciones sociales de producción o
28
parentesco. Esta se corresponde con una normativa de la realidad que se estructura en la
conciencia social, por tanto no solo incide recíprocamente en la base material que la
origina, sino en la reproducción o cambios de determinados contenidos y formas de la
conciencia social.
Modo de vida.
Esta categoría se refiere a las particularidades de la formación social, como elementos
intermedios entre el carácter esencial de la formación social y su manifestación fenoménica
en la cultura. La especificad de la organización técnica y social, condicionada por el medio
ambiente que habitan los grupos sociales, así como las especificidades de la organización y
dinámica social, y el contacto con otros grupos, son los factores que inciden en la
particularización de la formación social.
Además esta categoría también se refiere a la dimensión histórica: ritmos de desarrollo y
posibilidades de cambio condicionados por sus particularidades estructurales, los cuales a
su vez condicionan particularidades de las vías de desarrollo, o “líneas” de modos de vida,
los cuales se distinguen cualitativamente como momentos del desarrollo de un modo de
producción y una formación social determinada.
En las sociedades donde las formas específicas de producción se han diferenciado
internamente se pueden encontrar modos de vida como particularidad de la totalidad social,
o submodos de vida como particularidades de los grupos sociales que integran la totalidad
social. Los submodos de vida corresponden a grupos sociales que adquieren
particularidades debido a: la posición que ocupan dentro del sistema de relaciones sociales
de producción, las relaciones técnicas y situaciones específicas respecto a la relación social
condicionada por los sectores de producción (agraria, minera, industrial, artesanal,
intelectual, industrial), las particularidades de relación de los diferentes grupos de la misma
sociedad o exteriores a ella; los ritmos de desarrollo y viabilidad histórica de participación
en el desarrollo social.
La cultura.
La cultura es el reflejo de la esencialidad social y se define como el conjunto de formas
fenoménicas que presenta toda sociedad concreta. Ésta se caracteriza por ser una
manifestación perceptible, que es efecto multideterminado de las condiciones de existencia
de la formación social, es decir que es específica y por tanto característica de diferenciación
de los grupos sociales.
Por ello se plantea que los grupos sociales en tanto partes que integran la totalidad de la
formación social, se manifiestan fenoménicamente como subculturas de una cultura global.
Estos se definen por las relaciones que establecen y desarrollan en la base material del ser
social y de las superestructuras. Se distinguen a partir de los siguientes criterios: 1) la
posición en el sistema de relaciones sociales de producción; 2) la posición en la división
social o doméstica del trabajo: 3) el origen histórico-geográfico particular (barrio, nación,
etnia); 4) posición en un sistema de parentesco; 5) género. Aunque vale aclarar que estos
criterios no son excluyentes unos de otros y no son los únicos aplicables en tal distinción
29
En ese sentido cada subcultura posee singularidades que las distinguen de las demás
(siendo una parte expresión de la interacción con otros grupos) y también comparte formas
culturales con otros grupos sociales que integran la misma formación social.
Por su parte la cultura global estaría configurada por las diferentes subculturas que la
componen y constituiría la manifestación fenoménica de la sociedad concreta, como
totalidad. Es decir que manifiesta de manera aparente lo que diferencia y une los
diferentes grupos sociales en una totalidad dinámica.
Especificidad de la investigación
La importancia de la exposición de la propuesta teórica de Bate (1998) para este trabajo,
recae en el hecho de que nos permite situar dentro de un marco general los elementos que
conforman nuestra pregunta de investigación, es decir: el estado nutricional de los
boxeadores y el concepto de condicionantes socioculturales.
Partiendo entonces del concepto de sociedad concreta se puede proponer que los
condicionantes socioculturales del estado nutricional estarían determinados por los
elementos que conforman los procesos de producción y reproducción al interior de la
totalidad, así como en cada grupo o subgrupo específico. En este caso proponemos que
dichos elementos condicionan el estado nutricional en la medida que los procesos de
producción y reproducción regulan, entre otras cosas, elementos fundamentales para el
mantenimiento del mismo tales como la producción, el acceso y la selección de alimentos;
o la ocupación, la cual afecta el gasto energético.
Tales aspectos, según lo planteado, se ubican dentro del marco general de la formación
social. Sin embargo el grado y forma en que afectan a un grupo dependerá de la posición
específica que ocupe dentro de la totalidad social (modos y submodos de vida) y estará
reflejado en el nivel particular de la cultura. Así por ejemplo, se puede decir que
actualmente hay una alta producción de alimentos debido a la existencia de medios de
producción industrializados, lo que en términos generales aumentó la cantidad de alimentos
disponibles para la totalidad de la sociedad facilitando fenómenos como el crecimiento
demográfico, cambios seculares en talla y peso, o el aumento de la obesidad en la totalidad
social (Rosique, 2002). No obstante algunos de estos efectos como la obesidad, por
ejemplo, no se perciben en el mismo grado en grupos como el de los boxeadores, debido a
que por su actividad deportiva poseen un sistema de valores particular respecto al peso
corporal, el cual los lleva a recurrir a métodos para el control del mismo.
En ese sentido, situar el grupo de los boxeadores que se pretende investigar es de suma
importancia para definir los condicionantes socioculturales que pueden tener relación con el
estado nutricional de los mismos. Como ya se dijo la principal particularidad y elemento
distintivo de los boxeadores dentro de la totalidad social es su práctica deportiva, la forma
en que valoran el peso corporal y los métodos que utilizan para el control del mismo. A
pesar de tal distinción el subgrupo de los boxeadores puede dividirse entre boxeadores
profesionales y amateur, los cuales se distinguen debido al nivel de financiación y
30
dedicación a este deporte. Además los boxeadores como totalidad no comparten un grupo
de edad ni una procedencia y/o residencia geográfica de manera que también se conforman
subgrupos de acuerdo a esos elementos.
Para este estudio se trabajó con peleadores profesionales y amateur de la ciudad de
Medellín (Antioquia-Colombia) entre los 16 y 37 años de edad. Estos constituirían
subgrupos dentro de la totalidad del grupo de los boxeadores y a su vez un subgrupo dentro
de una comunidad regional (Valle de Aburra-Antioquia). De esta manera los
condicionantes socioculturales del estado nutricional de este grupo específico, aunque se
desprenden de la situación general de la totalidad social se caracterizan por la pertenencia a
los grupos señalados.
En ese sentido se considera que los siguientes elementos pueden guardar alguna relación
con su estado nutricional: capacidad económica, ocupación y uso del tiempo (actividad
física fuera de los entrenamientos y horas de sueño) percepción de la imagen corporal y el
peso, género, y conocimientos alimentarios. Las razones para proponer cada uno se
exponen a continuación.
Capacidad económica: al tratarse de individuos que habitan espacios principalmente
urbanos, donde la capacidad económica es un marcador fundamental del acceso a los
alimentos (de Garine, 1995) podemos suponer que ésta tiene una fuerte influencia en el
estado nutricional de los mismos. En Antioquia el 42% de los hogares presenta inseguridad
alimentaria (ENSIN, 2010) y en Colombia la capacidad económica, respecto al acceso de
los alimentos, se ha visto reducida desde el año 2015 producto de un proceso de inflación12
aumentando su precio, alcanzando en algunos casos más del 30% con relación al precio
inicial de enero del mismo año (El País, 2016; Arias, 2016).
Ocupación y uso del tiempo: igualmente la ocupación y el uso del tiempo pueden tener
importantes efectos sobre el estado nutricional. En trabajos como el de Wacquant (2004) es
posible observar como éstos limitan el tiempo que los deportistas dedican a su preparación,
en otras palabras, condicionan su gasto energético. Además también tiene efectos sobre los
tiempo de sueño de los mismos, pues como indican Salcedo, Rodríguez, Monterde, García,
Redondo & Marcos (2005) durante la segunda infancia y la adolescencia se produce una
disminución fisiológica del tiempo de sueño nocturno en la que influyen factores como el
horario escolar (ocupación) y las salidas nocturnas (uso del tiempo) lo cual podría tener
efectos sobre el balance proteico y la recuperación muscular en los deportistas.
Además estos elementos se encuentran relacionados con el tipo, cantidades y momentos de
consumo de los alimentos; estudios como los de Contreras (2000) y Contreras & Ribas
(2012) muestran que las variaciones de las pautas alimenticias tradicionales que se
presentan en la actualidad (consumo de comidas de fácil preparación, comer fuera del
hogar, comer solo, etc.) se deben entre otras cosas a cambios ocupacionales y del uso del
tiempo (uso del tiempo en actividades sedentarias como ver t.v., reducción del tiempo y
12 Como efecto del aumento de las temperaturas, el incremento de la importación de alimentos y al paro
camionero del 2016.
31
actividad física para el desplazamiento gracias a la aparición del transporte motorizado,
ocupación en actividades con poco gasto energético como los trabajos de oficina, etc.).
Percepción de la imagen corporal y el peso: por otra parte, la percepción de la imagen
corporal y del peso tienen una fuerte influencia sobre el estado nutricional de practicantes
de deportes de combate (Dosil & Díaz, 2012) pues en éstos existe una constante
preocupación por mantener un peso adecuado para la competición y por ajustar el físico a
los estándares de la disciplina o al de ídolos deportivos. Por esto los practicantes de estos
deportes tienen un alto riesgo de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y
suelen recurrir a prácticas inadecuadas para el control del peso (Ubeda et. al, 2010;
Lombardo & Sirias, 2007; Alfonseca, 2006). Además es sabido que en el medio deportivo
existe, a nivel general, un consumo de suplementos nutricionales no medicados así como de
esteroides anabólicos (aunque principalmente en practicante de deportes de estética como el
fisioculturismo o gimnasio) como consecuencia de la misma preocupación (Colls, Gómez,
Cañadas & Fernández, 2015; Rodríguez, Crovetto, González, Morant & Santibáñez, 2011;
Sambade, 2011; Sánchez, Miranda & Guerra, 2008).
Conocimientos alimentarios: está relacionado con el tipo de conocimientos alimentarios y
de control del peso corporal que poseen los deportistas, que como se ha indicado en el caso
de los boxeadores, se encuentran asociados en varios casos al uso de prácticas inadecuadas
para el control del peso corporal (Lombardo & Sirias, 2007; Wacquant, 2004). Sin embargo
en estudios como el de Ubeda et. al. (2010) en el que participaron boxeadores y otros
deportistas de combate de la selección nacional española, encontraron que los deportistas
llevaban una buena alimentación en términos generales, y que tenían conocimientos
adecuados respecto a prácticas para el control del peso. En vista de ello se puede pensar que
el tipo de conocimientos alimentarios que posea el deportista afecta su estado nutricional,
pues condicionaría las prácticas que éste utiliza para el control del peso.
Género: de forma similar el género parece tener alguna influencia sobre el estado
nutricional, pues en el ámbito deportivo las mujeres tienen un mayor riesgo de presentar
TCA (Dosil & Diaz, 2012; Dosil, Díaz, Viñolas & Díaz, 2012; Alfonseca, 2006), lo que
lleva a suponer que aunque en el grupo a evaluar no se identifiquen este tipo de trastornos,
sí existan diferencias en el estado nutricional como producto de las posibles diferencias
respecto a la valoración corporal entre géneros. Además se sabe que en el ámbito laboral las
mujeres colombianas tienen una menor remuneración económica que los hombres
(Vásquez, 2016; Escuela Nacional Sindical, 2015) lo cual podría afectar su acceso a los
alimentos.
Preferencias y aversiones alimentarias: Finalmente, cabe mencionar que los gustos y
aversiones alimentarias también pueden tener un peso importante sobre el estado
nutricional de los deportistas a evaluar, pues aunque existe un código cultural que
constituye la base del gusto de cada comunidad en general, éstos se incorporan a los
individuos y por tanto están sujetos a las historias personales, por lo cual se pueden
observar gustos y aversiones a nivel individual (Leroi-Gourthan citado en De Garine, 1995)
que modifican la ingesta de alimentos. En ese sentido y debido a que se trabaja con
deportistas que no reciben asistencia alimentaria (es decir que tienen un grado considerable
de libertad para elegir entre los alimentos a los que tienen acceso) se puede suponer que los
32
gustos y aversiones personales tienen un alto grado de influencia sobre las decisiones
alimentarias de los púgiles que participarán del estudio.
33
Capítulo 2. Marco Metodológico
Tipo de estudio
La presente investigación corresponde a un estudio cuantitativo de tipo correlacional-
transversal en el que se busca identificar la correlación entre condicionantes socioculturales
y estado nutricional de un grupo de boxeadores del Medellín. Lo anterior quiere decir que
se pretende medir el grado de asociación que existe entre condicionantes socioculturales y
estado nutricional en el momento específico en el que se desarrolle el trabajo.
Cabe aclarar que la investigación, analíticamente hablando, consta de dos etapas. Una
primera etapa en la que se evalúa el estado nutricional de los deportistas, así como cada una
de las variables definidas anteriormente. Y una segunda en la cual se utilizan los resultados
de dicha medición con el fin de determinar si existe o no correlación entre las variables
definidas.
Población
Durante esta investigación se trabajó con deportistas, específicamente boxeadores
pertenecientes a academias y ligas de boxeo (aunque éstas no se dediquen exclusivamente a
este deporte) en Medellín. En ese sentido es importante definir qué es un deportista, pues es
común que se confunda deporte con actividad física. Igualmente relevante sería diferenciar
entre un deportista amateur y un deportista élite o de alta competencia (Correa, 2012)
Un deportista es aquella persona que perteneciendo a una federación, liga, o club deportivo,
realiza una actividad física o mental de acuerdo con un plan de entrenamiento y compite de
forma regular en eventos locales, regionales, nacionales o internacionales (Correa, 2012).
Por su parte la actividad física puede entenderse como cualquier movimiento corporal
producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía (OMS, s.f). Es decir
que todo deporte puede ser una actividad física más no toda actividad física puede ser
considerada como deporte (Correa, 2012).
En cuanto al deporte aficionado o amateur podemos decir que es el que se practica extra a
las actividades habituales como estudiar o trabajar. Por su parte los deportistas de alta
competencia o élite son aquellos que poseen financiamiento gubernamental o privado para
dedicarse únicamente a la práctica deportiva con el único fin del perfeccionamiento atlético
(Maughan, 2001, citado en Correa, 2012).
En nuestro caso aunque se trabajó con un peleador profesional y otros 14 amateur, se debe
aclarar que el profesional, también reportó desempeñar una actividad laboral.
34
Muestra
Inicialmente se consideró que la muestra fuera de tipo probabilístico, sin embargo no fue
posible conocer toda la población de boxeadores y boxeadoras en la ciudad de Medellín, de
manera que por cuestiones de tiempo fue necesario optar por una muestra de tipo no
probabilístico o dirigida, con base en las ligas y gimnasios de boxeo a los que se podía tener
relativamente fácil acceso para realizar el estudio. Lo anterior significa que los resultados
de esta investigación no se pueden generalizar al resto de la población boxística de la
ciudad (Medellín), aunque estos si tienen un valor para la muestra en sí.
Además se utilizaron los siguientes criterios de inclusión para seleccionar a los deportistas
que participaron del estudio, para tener la certeza de que los boxeadores efectivamente
participaban de competiciones y evitar que elementos como el estado de salud y/o la
ausencia prolongada de los entrenamientos se convirtieran en un sesgo a la hora de evaluar
los resultados de la estimación de la composición corporal.
Criterios de Inclusión
Los deportistas incluidos debían cumplir con las siguientes condiciones:
-Aceptar participar del estudio.
-Tener mínimo 2 peleas amateur
-No tener problemas de salud recientes o en el momento del estudio.
-Tener constancia en los entrenamientos (criterio del entrenador).
Definición de las variables
A continuación presentamos cada una de las variables que se tomaron en cuenta para el
desarrollo del estudio, divididas en dependientes e independientes. Vale recordar que una
variable independiente es aquella que es la causa o condición antecedente de la situación
estudiada, mientras que las variables dependientes son el efecto provocado por dicha causa
(Hernández, 2010).
Para la organización de las mismas se tendrán en cuenta el nivel de medición de cada una,
que puede ser en este caso, nominal u ordinal. El nivel de medición nominal corresponde a
aquellas variables en las que sus ítems no tienen orden ni jerarquía, por lo que aquello que
se mide se ubica en una u otra categoría (que pueden ser dos o más), lo cual tan solo indica
diferencias en una o más características. Por su parte las variables cuyo nivel de medición
es ordinal tienen varias categorías que sí mantienen un orden de mayor a menor, sin
embargo, a pesar de que existe una escala de jerarquía, estas no se encuentran distanciadas
por los mismo intervalos unas de otras. Además tampoco se pueden utilizar las operaciones
aritméticas.
35
Variables dependientes
Ordinales
Estado Nutricional
El estado nutricional se puede definir como “la condición del organismo que resulta de la
relación entre las necesidades nutritivas individuales y la ingestión, absorción y utilización
de los nutrientes contenidos en los alimentos” (FAO, s.f). Su evaluación permite conocer el
grado en que la alimentación cubre las necesidades del organismo, es decir que permite
detectar situaciones de deficiencia o exceso (Farré, 2012).
Entre los métodos más utilizados para su evaluación en deportistas se encuentran la
evaluación de la ingesta dietética y de la composición corporal.
Análisis de la composición corporal
El estudio de la composición corporal (CC) es importante para evaluar el estado nutricional
en deportistas debido a que el peso y la talla resultan insuficientes para medir sus
posibilidades de rendimiento, sin con ello decir que esos factores no sean importantes para
esa población.
Esta se define como la combinación de los componentes químicos y/o estructurales que
comprenden la totalidad del organismo (Carvajal, Deturnell, Echevarría, Martínez &
Castillo, 2011). Se puede representar a partir de diferentes modelos, que se clasifican en 5
niveles de complejidad creciente: atómico, molecular, celular, tisular y corporal total
(Farré, 2012). El modelo químico, divide el cuerpo en grasas, proteínas, carbohidratos, agua
y minerales; en el modelo anatómico, se hace referencia al tejido adiposo, al músculo, a los
órganos, huesos y otros tejidos (Lombardo & Sirias, 2007). En deporte se suelen evaluar 2
de los principales componentes de la masa o peso corporal, la masa grasa y la masa magra
(todo tejido corporal libre de grasa) pues variaciones en cualquiera de estos tejidos tiene
diferentes efectos sobre el rendimiento de acuerdo a la disciplina que se practique.
En esta ocasión se utilizó el último modelo, bicompartimental, de la CC. Para su evaluación
se recurrió a la bioimpedancia eléctrica (BIA), que es una técnica utilizada para medir la
composición corporal de un organismo basándose en la capacidad que tiene para conducir
corriente eléctrica (Rodón, Vallejo & García 2014). Al igual que la antropometría consiste
en un método doblemente indirecto, sin embargo es poco invasiva, de bajo coste y de
mayor reproductibilidad, si se le compara con otros de los métodos comúnmente usados
para este fin13. Además según Rodón et. al. (2014) se ha comprobado que algunas
variaciones de BIA son especialmente eficaces a la hora de evaluar la composición corporal
en deportistas de alto rendimiento.
13 Otros métodos para la estimación de la composición corporal son: la densitometría, la dilución isotópica, el
análisis de activación de neutrones, la absorciometría dual de rayos X (DEXA), la resonancia magnética y la
tomografía computarizada.
36
¿Qué es la impedancia eléctrica y cómo se mide?
La impedancia se define como la oposición de un conductor al flujo de una corriente
alterna. Su medida está compuesta por dos vectores que se denominan resistencia (R) y
reactancia (Xc). La R representa la resistencia de los tejidos al paso de una corriente
eléctrica y Xc indica la oposición adicional debida a la capacitancia de esos tejidos y las
membranas celulares (lo cual se denomina componente dieléctrico) y depende a su vez de
la frecuencia de la corriente eléctrica (Alvero, Correas, Ronconi, Vazquez & Porta, 2011;
Rodón et. al, 2014). El cálculo de la impedancia en el cuerpo se hace a partir del agua
presente principalmente en el tejido magro, ya que este contiene más agua y electrolitos que
el tejido adiposo. Cabe anotar que la conductividad de la sangre o la orina es alta, la del
músculo intermedia y la de huesos, grasa o aire es baja. (Rodón et. al, 2014)
Posterior a esto los resultados de la impedancia son contrastados en función del sexo, la
altura y el peso de la persona, para así poder calcular de manera personalizada la lectura de
la CC, en este caso el porcentaje (%) de grasa corporal. Actualmente, los
impedanciómetros segmentales realizan mediciones con electrodos mano-mano o pie-pie,
normalmente con el individuo en posición de bipedestación, y todo ello siempre sujeto a las
instrucciones de cada modelo de bioimpedanciómetro y del fabricante (Alvero, et.al 2011).
Factores que influyen en la estimación de la composición corporal a partir de la
bioimpedancia eléctrica.
Al igual que otros métodos de estimación de la CC, la BIA está sujeta a una serie de
elementos como las propiedades eléctricas del cuerpo humano, su hidratación, la densidad
de los tejidos, la edad, el sexo, la ascendencia genética, y el grado de condición física, por
lo que la selección de las ecuaciones utilizadas constituye un elemento bastante relevante,
pues se debe saber si han sido válidas dentro de la población en la que se van a utilizar
(Alvero et.al, 2011; Sánchez & Barón, 2009).
En este caso se usó una balanza tetrapolar monofrecuencia (50 kHz) Modelo BP-601 de la
compañía TANITA para estimar el porcentaje de grasa de los participantes del estudio. Este
equipo ya tiene integradas las ecuaciones que determinan estos datos. Los productos de
TANITA han sido certificados por la AFNOR (Asociación francesa por la normalización)
la cual garantiza la precisión de la tecnología BIA14.
Además de lo anterior también existen una serie de condiciones que pueden alterar los
resultados de la BIA, como posición del cuerpo, el ejercicio físico, el consumo de bebidas,
comidas o alcohol, procesos menstruales, temperatura, deshidratación, condiciones clínicas
que alteren los niveles de agua y/o electrolitos (Alvero et. al, 2011)
14 Ver: http://www.tanita.com/en/why-choose-tanita/
37
Por este motivo se deben seguir una serie de recomendaciones a la hora de llevar a cabo las
pruebas de BIA15. Para este caso se utilizó el protocolo estandarizado por González, San
Mauro, García, Fajardo & Garicano (2014) quienes utilizaron el mismo equipo para evaluar
la CC en mujeres futbolistas, el cual es bastante similar a las recomendaciones hechas por
otros autores como Alvero et. al. (2011) y Sánchez & Barón (2009):
- Ayuno de 3 horas como mínimo.
- Orinar antes de la medición.
- No haber bebido café, té o mate, ni haber realizado actividad física desde 12 horas antes
de hacer la medición.
- No ingerir bebidas alcohólicas ni diuréticos desde 24 horas antes de realizar la
impedancia.
Finalmente cabe señalar que para evaluar la talla, necesaria para realizar la medición de la
CC, se tuvo que recurrir al auto reporte de los deportistas, pues aunque inicialmente se
pensó utilizar un antropómetro Sibber–Hegner GPM (precisión ± 0,1mm), el cual inclusive
fue facilitado en una ocasión por el Laboratorio de Antropología biológica de la
Universidad de Antioquia, la intermitencia en las citas para hacer las mediciones dificultó
el proceso para el préstamo del antropómetro en otras ocasiones.
Los valores obtenidos para el peso fueron ubicados en las siguientes categorías según su
adecuación a las categorías de competencia de los deportistas.
Adecuación peso
1- De -2 kg a 1,9 kg de peso de diferencia con la categoría de competencia.
2-Diferencia de 2 a 5 kg con la categoría de competencia.
3-Diferencia de + de 5 kg con la categoría de competencia.
Por su parte los valores obtenidos para él % de grasa de los participantes se ubicaron en los
siguientes grupos de acuerdo a si se ajustaban o no a los valores de referencia utilizados.
1- Composición corporal adecuada para boxeo: % de grasa entre el 5-12% en hombres y
entre 15,4 a 16,6% en mujeres (Lombardo & Sirias, 2007 y Canda, 2010).
2- Composición corporal inadecuada: los porcentajes de masa grasa son inferiores o
superiores a los valores de referencia.
15 En este caso se omitieron las recomendaciones respecto a condiciones clínicas pues se parte de que uno de
los criterios para participar del mismo es no presentar enfermedades recientes.
38
Para evaluar la masa libre de grasa se utilizaron las variables de masa grasa en kg, la masa
corporal activa en kg., y el índice de sustancia activa o AKS (por sus siglas en alemán) el
cual evalúa la cantidad de masa corporal activa (que es igual a la masa magra o libre de
grasa) en relación a la talla, el cual es comúnmente utilizado en el medio deportivo cubano
(Nortey, Vázquez, Mora, Sánchez & García, 2004; Ramírez & Cordero, 2009; González,
Gutiérrez, Piñeiro & Rojas, 2008).
La ecuación para determinar este índice fue diseñado en Alemania Oriental por Tittel y
Wutscherk, y se calcula a partir de la siguiente ecuación (Holway, 2010):
Índice AKS (g/cm3) = [masa corporal activa (g) × 100] / estatura (cm)3
Los resultados de este índice fueron analizados a partir de los valores de referencia tomados
de Holway (2010):
- Hombres: 1.01 hasta 1.55 g/cm3.
- Mujeres: 0.93 hasta 1.24 g/cm3.
Los resultados que se encontraban dentro de los valores de referencia fueron codificados
como 1, mientras los que se encontraron por fuera se codificaron como 2.
Evaluación de la ingesta dietética
La evaluación de la ingesta dietética permite conocer los patrones de consumo de alimentos
(cantidad, calidad, forma de preparación, frecuencia) e identificar alteraciones (por defecto
o exceso) en la dieta. Entre los métodos existentes para su estimación se pueden nombrar:
el recordatorio de 24 horas, los cuestionarios de frecuencia de consumo alimentario, la
pesada directa de los alimentos, el registro de consumo, entre otros (Farré, 2012).
Para este estudio se utilizó el cuestionario de frecuencia de ingesta alimentaria (CFIA)
semicuantitativo16 diseñado por Monsalve & Zapata (2011). Se eligió este método debido a
que permite tener un conocimiento mucho más profundo de la dieta usual que otros
métodos como el recordatorio de 24 horas. Además su aplicación es mucho más sencilla
pues este es un cuestionario autorreportado.
Dicho cuestionario se compone de una lista de 144 alimentos divididos en 9 grupos
(Lácteos, Huevos, Carnes, Pescados, Leguminosas y Harinas, Frutas, Verduras y
Hortalizas, Aceites y Grasas, Dulces y Postres, Miscelánea, y Bebidas) y 9 categorías de
ingesta usual durante el año17. La selección de los alimentos presentes en el cuestionario se
realizó teniendo en cuenta el Perfil alimentario y Nutricional de Antioquia, la lista de
16Existen dos tipos de CFIA, los cuantitativos y los semicuantitativos. Mientras que los primeros requieren
ayudas visuales para su diligenciamiento (para indagar el peso del alimento) los CFIA semicuantitativos
incluyen en el cuestionario el tamaño de la porción, por ende no requieren de ayudas visuales y puede ser auto
reportados. Sin embargo su uso es limitado en adultos con bajo nivel educativo, en niños y en ancianos
(Monsalve & Zapata, 2011)
17 Las frecuencias son: nunca/casi nunca, 1-3 veces al mes, 1 ves a la semana, 2-4 veces a la semana, 5-6
veces a la semana, 1 ves al día, 2-3 veces al día, 4-6 veces al día, 6 o más veces al día.
39
alimentos y preparaciones autorizado por la UdeA y los alimentos reportados por la
población Antioqueña entre 15 y 60 años en la Encuesta Nacional de Situación Nutricional
(ENSIN) que cumplieron con el criterio de patrón de ingesta alimentaria según la definición
de Morón y Viteri18. El cuestionario también incluye preguntas abiertas para identificar
posibles alimentos y suplementos alimentarios no contemplados en la lista (Monsalve &
Zapata, 2011).
Los tamaños de referencia utilizados en el cuestionario se definieron a partir de la unidad
de medida de mayor frecuencia de ingesta por alimento reportada en la ENSIN (2005) y en
el caso de algunas preparaciones regionales como empanadas, pasteles, etc, los tamaños se
determinaron en base a la reglamentación de la Universidad de Antioquia (UdeA) sobre
pesos y medidas de los alimentos para el servicio de cafeterías al interior del campus
universitario.
Para calcular el consumo energético y de macronutrientes se convirtieron las frecuencias de
consumo de alimentos registradas en el CFIA a una unidad común de consumo de veces
por día, luego estas se multiplicaron por el peso del alimento (indicado en el CFIA) para
poder obtener la cantidad de alimento consumida por día. El valor energético y de
macronutrientes se estimó a partir del ingreso de estos datos a una base de datos construida
en Excel a partir de la Tabla de composición de alimentos Colombianos (ICBF, 2015) y la
Lista de Intercambios de la escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de
Antioquia (Manjarrés, García, Rodríguez, Arango, Uribe, Sepúlveda, Espinal, Cadavid &
Vanegas, 2016).
Los valores obtenidos fueron clasificados en las siguientes categorías de acuerdo a su
nivel de adecuación al gasto energético estimado para cada uno de los deportistas.
0- Consumo inadecuado: Se adecua al gasto energético en valores inferiores al 70%
1- Consumo bajo: Se adecua al gasto energético entre un 70% y un 90%
2- Consumo Adecuado: Se adecua al gasto energético entre un 90% y un 110%.
3- Consumo excesivo: Se adecua al gasto energético en valores superiores al 110%
En cuanto a la clasificación de consumo de macronutrientes se partió de las
recomendaciones de Pérez (2009) y Olivos et. al. (2012). Según estas recomendaciones y
partiendo del hecho de que los deportistas podían estar en diferentes periodos de
preparación (pues no todos pertenecen a un mismo grupo ni compiten en los mismos
circuitos) se establecieron los siguientes rangos como referencia para clasificar el consumo
de macronutrientes:
Proteínas: entre 1,4 y 1,7 gr/kg de peso corporal; 1,8-2 gr/kg si se está en etapa de aumento
de masa muscular.
Hidratos de Carbono: mínimo 3-5 gr/kg de peso; máximo 10 gr/kg; 12 si se está en etapa
de aumento de la masa corporal.
18 Es decir aquellos alimentos consumidos por el 30% o más de la población con una frecuencia semanal
(Monsalve & Zapata , 2011, p.1335)
40
Grasas: entre 20 y 30% del total de calorías consumidas, no menos de 0,5-1 gr/kg de peso.
La adecuación o no al consumo de macronutrientes recomendado se clasificará como:
1) Ingesta inferior a lo recomendado.
2) Ingesta adecuada
3) Ingesta superior a lo recomendado.
Gasto energético: El gasto energético se define como la cantidad de energía que el
organismo gasta en las funciones vitales y el movimiento. Se obtiene a través del
metabolismo, el cual puede entenderse como una serie de reacciones y procesos físico-
químicos en los que se obtiene ATP (adenosin trifosfato) a partir de la oxidación de los
nutrientes contenidos en las reservas del organismo gracias a los alimentos ingeridos. Este
ATP, que es un compuesto de alta energía, es el encargado de transferir dicha energía para
el cumplimiento de todas las funciones vitales del organismo, y a su vez, hacer que la
energía química de los alimentos se transforme en energía mecánica para el movimiento
(McArdle & Katch, 2004 citado en Correa, 2012).
La energía producida durante el metabolismo se trasforma en calor. Así el total de la
energía liberada durante este proceso se calcula a partir de la cantidad de calor producido.
Por este motivo durante mucho tiempo se ha utilizado la caloría (cal) como unidad de
medida. Una cal seria la unidad térmica necesaria para elevar la temperatura de un litro de
agua de 14,5 C° a 15,5 C° (Giannini & Vega, s.f) Por esto, y aunque el Joul19 se reconozca
como la unidad internacional de energía, la unidad de referencia para este estudio será la
caloría.
Lo anterior quiere decir que el cálculo del gasto energético se hizo a partir de la estimación
del Gasto Calórico Total (GCT), el cual se puede definir como la cantidad de calorías que
el organismo gasta en las funciones vitales y el movimiento. Comúnmente se expresa en
función de la energía gastada en 24 horas. Para su estimación se recurrió a los MET, los
cuales se definen como el número de calorías consumidas por minuto en una actividad,
relativa al metabolismo basal (Martínez et al, 2013)
De manera que: 1 MET = 1 kcal/kg/h
Se registraron entonces los MET en una semana, es decir que a los deportistas se les aplicó
un recordatorio para registrar las actividades llevadas a cabo en una semana promedio
(incluidos los entrenamientos) el número de días que se lleva a cabo cada actividad y el
tiempo dedicado a las mismas, para obtener el promedio de MET gastados en 24 horas para
cada participante. Luego estos valores fueron multiplicados por la TMB x hora de cada
participante, para así finalmente obtener un valor estimado del GCT.
19Es la energía necesaria para desplazar una masa de un Kg a una distancia de un metro aplicando la fuerza de
Newton (Giannini & Vega, s.f)
41
De manera que el GCT= TMB x hora * METS 24H
Para conocer el número de MET gastados en cada una de las actividades reportadas se
recurrió a las tablas de gasto de actividad fisca de Ainsworth et. al. (2000). Por su parte
para calcular el MB se utilizó la fórmula predictiva de Harris-Benedit pues aunque existen
métodos más exactos para calcular este componente del GCT, como por ejemplo la
calorimetría directa, la calorimetría indirecta, el agua doblemente marcada, bicarbonato
marcado, frecuencia cardíaca, detectores de movimiento, entre otros, no contamos con los
equipos para aplicarlos. Además en un estudio realizado por Bauce y Cordoba (2009) en el
que estiman el requerimiento energético para jóvenes venezolanos que realizan actividad
física a partir de 4 métodos diferentes20, el método de Harris-Benedict resultó ser el más
apropiado cuando se tienen grupos de deportistas, porque mide con más precisión el efecto
del gasto energético por actividad física.
Vale recordar que la fórmula de Harris-Bededict no mide propiamente el MB sino el Gasto
calórico en reposo (GCR), pues debido a que pocas veces los individuos se encuentran en
estado de reposo basal21, se recurre al cálculo del GCR definido como la cantidad de
calorías perdidas mientras el individuo está en reposo (Giannini & Vega, s.f). El GCR
constituye aproximadamente el 70% del gasto energético total diario en adultos sedentarios
mientras que en las personas activas físicamente representa aproximadamente el 50%
(Estévez de Oliveira y col, 2008 citado en Correa, 2012).
Harris Benedict.
GCR hombres= 66 + (peso (kg) * 13,7) + (Talla (cm) * 5) - (Edad (años) *6,8)
GCR mujeres= 655 + (peso (kg) * 9,6) + (Talla (cm) * 1,8) - (Edad (años) *4,7)
Variables Independientes
Ordinales
Ingresos económicos: los ingresos hacen referencia a las entradas económicas que recibe
una persona, una familia o una empresa. Según la actividad que realice recibirá un tipo de
ingreso, es decir que el ingreso es la remuneración que obtiene por realizar dicha actividad
(Banco de la república, s.f).
20 Métodos revisados: 1-Harris-Benedict, 2- el del Comité de Expertos de la FAO/ OMS, 3- Los valores de
referencia de energía y nutrientes para la población venezolana y 4- Las recomendaciones FAO/OMS/INN
1985
21El término MB fue propuesto por Magnus- Levy en 1899 y corresponde al gasto energético que necesita el
organismo para el mantenimiento de las funciones fisiológicas esenciales. También se define como la
cantidad de calor perdida en condiciones de ayuno de aproximadamente 10-12 horas, reposo físico y psíquico,
vigilia y neutralidad termoambiental (Correa, 2012).
42
La clasificación se hizo a partir de las categorías utilizadas por el Banco Mundial para
valorar los ingresos en América latina (Ferreira, Messina, Rigolini, Lopéz, Lugo & Vakis,
2013) como son: pobre, clase vulnerable, clase media, y rico. Cada una de estas categorías
corresponde a un nivel de ingresos diarios por persona (medido en dólares valorados en
paridad de poder adquisitivo22-PPA) según los ingresos totales del hogar al que pertenece.
Los ingresos por categoría en dólares PPA y pesos son los siguientes:
Pobres: menos de 4 dólares x día (menos de 7.064 pesos x día /menos de 211.920 pesos x
mes)
Vulnerable: Entre 4 y 10 dólares x día (Entre 7.064 y 17.660 pesos x día/ entre 211.920 y
529.800 x mes)
Clase media: Entre 10 y 50 dólares x día (Entre 17.660 pesos y 88.300 pesos x día / entre
529.800 y 2.649.000 pesos x mes)
Ricos: Más de 50 dólares x día (más de 88.300 pesos x día / más de 2.649.000 pesos x mes)
En la recolección de datos se aplicó una entrevista semiestructurada en la que entre otras se
incluyó una pregunta para saber el número de personas con las que habitan los deportistas y
otra para conocer aproximadamente los ingresos totales del hogar, medidos en número de
salarios mínimos legales vigentes al mes. Esto debido a que es difícil que las personas
revelen estos datos con precisión.
Las preguntas fueron las siguientes:
- ¿Con cuantas personas vive actualmente?
- ¿Aproximadamente a cuantos salarios mínimos equivalen los ingresos totales de su
hogar? (Recuerde que el salario mínimo para el 2017 es de $737,717 pesos)
Luego de obtenidos los datos el número SMLV reportados fue dividido entre el número de
personas que habitaban el hogar, el resultado se clasificó en una de las 4 categorías
propuestas anteriormente, las cuales fueron codificadas de la siguiente manera: pobres (1);
vulnerable (2); clase media (3); ricos (4).
Ocupación y uso del tiempo: Según la RAE podemos entender por ocupación todo trabajo
o cuidado que impida emplear el tiempo en otra cosa. Por su parte, por uso del tiempo
entendemos las actividades a las que se dedica una persona en su vida cotidiana. Sin
embargo, dado que para esta investigación este factor interesa en la medida en que altere
los requerimientos nutricionales o los procesos de recuperación muscular únicamente, se
indaga sobre el uso del tiempo referido a actividades que impliquen esfuerzos físicos
22Es decir, ingresos que alcancen para comprar lo que en Estados Unidos se adquiere con 50 dólares. Según
The Big Mac Index publicado por The Economist (2016), para el momento en que se llevó a cabo la toma de
datos un dólar PPA equivalía a 1.766 pesos colombianos.
43
moderados o intensos, diferentes al entrenamiento (desplazamiento, labores de hogar, etc.)
y al dedicado a dormir.
Para la recolección de estos datos se aplicó una entrevista semiestructurada en la que se
incluyó una pregunta con respuesta múltiple para indagar por la principal ocupación u
ocupaciones de los deportistas. En cuanto al uso del tiempo se preguntó por el número
aproximado de horas de sueño nocturno de los participantes del estudio, así como por el
número de horas a la semana dedicadas a actividades que impliquen un gasto físico
moderado o intenso, específicamente el desplazamiento, las actividades del hogar, o a la
práctica de actividad física por fuera del entrenamiento.
Las preguntas fueron:
- Dentro de las siguientes opciones marque cuál es su principal ocupación en la
actualidad.
*Estudiante.
*Trabajador
*Estudio y trabajo
*Solo Boxeo
- Normalmente cuantas horas duerme en la noche:
* -espacio para respuesta-
- Aproximadamente cuantas horas a la semana invierte en las siguientes actividades.
*Desplazamiento caminando o en bicicleta
*Oficios de hogar (Barrer, tapiar y limpieza en general)
*Práctica de deportes por fuera de los entrenamientos de boxeo.
La variable de ocupación se clasificó a partir de las categorías de cada una de las opciones
de respuesta y se codificaran así: Solo Boxeo (1), estudiante (2), trabajador (3), Estudio y
trabajo (4). Cabe señalar que en este caso se consideró esta variable como ordinal en la
medida que podemos asumir que existe una diferencia de grado entre las diferentes
ocupaciones respecto a la cantidad de ocupaciones, diferentes al entrenamiento, que suma
al día a día del deportista.
La variable uso del tiempo se dividió en las variables actividad física (diferente al
entrenamiento) y horas de sueño.
La actividad física se clasificó en las siguientes categorías:
1: más de 3 horas/día de actividad física al día.
2: entre 1 y 3 horas/día de actividad física
3: menos de una hora/día de actividad física.
44
Por su parte el sueño se clasificó de acuerdo a las horas de sueño remendadas por
Hirshkowitz, Whiton, Albert, Alessi, Bruni, DonCarlo, Hazen, Herman, Katz, Kheirandish-
Gozal, Neubauer, O’Donnell, Ohayon, Peever, Rawding, Sachdeva, Setters, Vitiello, Ware
& Adams (2017).
1-Horas de sueño recomendadas: entre 8 y 10 horas para quienes están entre los 14 y 17
años; entre 7 y 9 para adultos jóvenes (18 a 25 años) y adultos (26 a 64 años).
2-Horas de sueño posiblemente apropiadas: entre 7 y 11 horas para quienes están entre
los 14 y 17 años; entre 6 y 11 para adultos jóvenes (18 a 25 años) y entre 6 y 10 para
adultos (26 a 64 años).
3-Horas de sueño no recomendadas: menos de 7 o más de 11 horas para quienes están
entre los 14 y 17 años; menos de 6 y más de 11 horas para adultos jóvenes (18 a 25 años) y
menos de 6 y más de 10 para adultos (26 a 64 años).
Preocupación por la imagen corporal y el peso: La imagen corporal es una construcción
que implica la forma en la que se piensa, siente, percibe y actúa en relación al propio
cuerpo (Raich, Torras & Figueras, 1996 citados en Baile, 2003). Ésta implica elementos
cognitivos, emotivos, perceptivos y conductuales del cuerpo que se tiene o que se desea
tener (Toro, Walters & Sánchez, 2012). Autores como Pruzinsky y Cash (1990) también
indican que la imagen corporal es un concepto socialmente determinado, que no
necesariamente es acorde a la realidad social del individuo y que está sujeto al cambio, ya
que varía conforme a las experiencias y etapas por las que esté pasando el individuo
(Salaberria, Rodríguez & Cruz, 2007).
Cómo indican Castrillón, Luna, Avendaño & Acosta (2007) se puede afirmar que la
preocupación por el peso y la imagen corporal es normal en la población general, sin
embargo un exceso de dicha preocupación se asocia a un mayor riesgo de padecer algún
tipo de TCA (Trastornos de la conducta alimentaria).
Actualmente existen diferentes métodos para la evaluación de la percepción de la imagen
corporal. Entre estos cabria mencionar el BQS-Body Shape Questionarie (Cooper, Tylor,
Cooper y Fairburn, 1987) que evalúa la preocupación por el peso y la imagen corporal y
puede ser utilizado para la identificación de trastornos de la imagen corporal en puntajes
elevados. Además está validado por Castrillón et. al. (2007) en población femenina
Colombiana.
Sin embargo debido a que ese cuestionario fue construido y validado exclusivamente en
población femenina no deportista, se ha decidido utilizar el CHAD-cuestionario de hábitos
alimentarios del deportista (Dosil & Diaz 2012) puesto que fue validado en ambos sexos y
en deportistas élite y amateur de diferentes disciplinas.
Dicho cuestionario se compone de 30 items distribuidos en 4 factores que valoran los
siguientes aspectos: 1-Miedo a engordar en periodos de descanso y práctica de ejercicio
45
físico como método de pérdida de peso; 2-Malestar psíquico asociado al peso y la figura
ante comentarios de otros significativos; 3-Preocupación obsesiva por los alimentos y el
peso en relación a sus compañeros; 4-Cogniciones relativas a la satisfacción corporal y a la
autoimagen. Como opción de respuesta cuenta con una escala tipo Likert con una amplitud
de 1-6, con opción de respuesta única, donde 1= completamente en desacuerdo y 6=
totalmente de acuerdo. La puntuación máxima es de 180 y la mínima de 30, siendo 100 el
punto de corte elegido por dichos autores, es decir que por encima de dicha puntuación hay
riesgo de presentar sintomatología TCA.
Los puntajes obtenidos por los participantes se clasificaron a partir de los percentiles 25,
50, 75, 90 y 100. Un percentil es el valor de las variables a observar que está por debajo del
porcentaje que se ha dado. Por ejemplo el percentil 25 corresponde a los valores que se
encuentran por debajo del 25% del total de los valores ordenados que se han obtenido. Cada
uno de los percentiles se codificó a partir de su propio valor, así por ejemplo el percentil 50
se codificó con ese mismo número.
Preferencias y aversiones alimentarias: se refiere a la predilección o rechazo hacia
determinados alimentos. Se encuentran sujetos tanto al código cultural que constituye el
gusto de cada sociedad, como a las historias personales de los individuos que las
conforman. Es decir que se pueden encontrar tanto preferencias y aversiones alimentarias a
nivel de toda una sociedad, como preferencias y aversiones a nivel individual dentro de la
misma comunidad (de Garine, 1995).
Para la evaluación de este aspecto se aplicó una adaptación del cuestionario utilizado por
Úbeda et. al. (2010) en el que los deportistas deben indicar su gusto por 20 alimentos
ajustados al CFIA utilizando una escala de 1 a 9 donde 1 = no me gusta nada y 9= me gusta
muchísimo. De acuerdo a la puntación, se clasificó en los siguientes grupos: entre 1 y 3
“Aversión”; entre 4 y 6 “Indiferente”; entre 7 y 9 “Preferencia”. Los que a su vez se
codificaron respectivamente como 3, 2 y 1.
Conocimientos alimentarios: podemos entender este concepto como el conjunto de
prácticas y representaciones alimentarias que poseen los individuos así como los grupos a
los que hacen parte (Fischler, 2010)
En este caso sabemos que en boxeo se recurre y acepta el uso de prácticas como la
deshidratación o la restricción alimentaria con el fin de ajustar el peso para la competencia,
lo que, como ya se señaló, puede tener efectos adversos sobre el estado nutricional,
especialmente sobre la masa muscular. Por este motivo durante esta investigación al hablar
de conocimientos alimentarios se hace referencia a las prácticas y representaciones de los
boxeadores respecto a la necesidad de ajustar el peso.
Para la recolección de la información se incluyeron dentro de una entrevista
semiestructurada las siguientes preguntas abiertas.
1) En qué peso suele competir.
2) En competiciones pasadas, ¿cómo ha dado el peso?
3) Actualmente cómo pretende dar el peso para la competencia.
46
4) ¿Qué efectos sabe o cree que tienen en el cuerpo la deshidratación, dejar de comer bien,
o el comer en exceso?
Luego, según sus respuestas, se agrupará a los deportistas en los siguientes grupos,
codificados con los números señalados en la definición de cada uno.
1) Conocimientos alimentarios adecuados. Cualquier conocimiento que en teoría
permita alcanzar el peso de competencia sin afectar mucho la composición corporal o el
estado de salud. Es decir adaptar con suficiente tiempo la dieta y las cargas de los
entrenamientos a la necesidad que se tenga, sea esta aumentar o reducir el peso.
Además de tener alguna noción sobre los riesgos que implica la utilización de prácticas
inadecuadas para el control del peso.
2) Conocimientos poco claros: En esta categoría se ubicaron los deportistas que no
conocen las consecuencias de utilizar prácticas inadecuadas para el control del peso,
pero cuyos conocimientos alimentarios no se encuentras orientados a hacer uso de
dichos métodos para ajustar el peso.
3) Conocimientos alimentarios inadecuados. Aquellos deportistas que desconocen del
todo las consecuencias de recurrir a prácticas inadecuadas para el control del peso
corporal y cuyos conocimientos están orientados al uso de las mismas para controlar el
peso.
Nominales
Género: La OMS (2015) define el género como aquellos conceptos sociales de los
comportamientos, funciones, atributos y roles que cada sociedad considera apropiados para
los hombres y las mujeres. Tales diferencias pueden generar desigualdades entre los
géneros, es decir ente hombres y mujeres, favoreciendo a uno de los grupos. Para este caso
se tiene conocimiento de que las mujeres tienen menor remuneración económica que los
hombres (Vásquez, 2016; Escuela Nacional Sindical, 2015), así como que la mujeres
deportistas son objeto de una mayor presión por mantener un peso y una figura acordes a la
concepción social de belleza que sus pares masculinos (Dosil & Diaz, 2012; Dosil et al,
2012; Alfonseca, 2006).
Para la recolección de esta información se incluyó dentro de una encuesta semiestructurada
la siguiente pregunta:
- Cuál es su género ( marque con un X su respuesta)
Hombre:
Mujer:
Hombre se codificara como 1 y Mujer como 2.
47
Análisis de resultados.
Todos los datos fueron ingresados al programa SPSS 24.0 a partir de los códigos definidos
anteriormente. Se aplicaron estadísticos descriptivos a cada una de las variables, y
posteriormente, para evaluar la correlación entre las condicionantes socioculturales
(variables independientes) y el estado nutricional (variables dependientes) de los
participantes del estudio, se utilizó la prueba de correlación de Spearman, que permite
obtener un coeficiente de asociación entre variables cuantitativas que no se comportan
normalmente, y entre variables ordinales. Se calcula en base a una serie de rangos
asignados, y sus valores van de -1 a 1, siendo 0 el valor que indica no correlación, mientras
que los signos indican correlación directa o inversa (Lizama, Boccardo, Díaz, García, León,
Ruiz & Torres, 2014).
En ese sentido, para evaluar el coeficiente de correlación se debe tener en cuenta la
siguiente tabla:
Tabla.2 Coeficiente y niveles de correlación (Lizama, Boccardo, Díaz, García, León,
Ruiz & Torres, 2014)
Valor coeficiente de correlación Nivel de correlación
Entre 0 y 0,2 Mínima
Entre 0,2 y 0,4 Baja
Entre 0,4 y 0,6 Moderada
Entre 0,6 y 0,8 Alta
Entre 0,8 y 1 Muy Alta
Otro aspecto que se debe considerar a la hora de interpretar la prueba de correlación, es el
nivel de significación, cuyo valor indica si existe o no asociación entre las variables. En
este caso se trabajó con un nivel de confianza del 95%, es decir que existe un 5% de
probabilidad de equivocarse, de manera que valores menores o iguales a 0,05 en la
significación corroboran que existe asociación entre las variables analizadas. Pero si la
significación es mayor no se puede indicar que haya asociación entre las variables porque la
probabilidad de equivocarse es más alta que el nivel de confianza establecido (Lizama et al,
2014).
48
Capítulo 3. Resultados
Fase.1-Descriptiva
Características del grupo
El grupo estuvo compuesto por 15 deportistas, 7 pertenecientes a la liga Medellín de boxeo,
3 adscritos al equipo de competencia de la academia MMA Colombia y 5 a la liga
antioqueña de boxeo. Solo 1 de los participantes es peleador profesional, los demás se
identificaron como amateur.
Cabe aclarar que los deportistas pertenecientes a la academia MMA Colombia entrenan y
participan de competiciones de Artes Marciales Mixtas (MMA por sus siglas en inglés) sin
embargo como parte su preparación incluyen entrenamientos de boxeo, y en ocasiones
compiten en circuitos de este deporte (torneos, exhibiciones, fogueos, etc.). Con base a
esto y a que cada vez se encuentran más peleadores que migran de diferentes disciplinas de
combate a las MMA y/o combinan la competición en ambas modalidades, se consideró
correcto incluir a estos individuos dentro del grupo estudiado.
A continuación se describen las características sociodemográficas del grupo:
Género.
Gráfico 1
El género de los participantes coincidió con los sexos socialmente asociados a cada uno de
los roles de género. Es decir que los participantes del sexo masculino se identificaron como
hombres, y las del sexo femenino como mujeres. Obteniendo una relación numérica de 12
hombres y 3 mujeres (Gráfico 1)
0
2
4
6
8
10
12
14
Hombres Mujeres
Hombres Mujeres
49
Edad.
Tabla.3- Edad.
Media +/- DS 23 +/- 6
Mediana 22
Mínimo
16
Máximo
37
El promedio de edad del grupo +/- la desviación estándar fue de 23 años +/- 6. Igualmente
la mediana y los valores mínimo y máximo nos indican que el 50% del grupo tenía edades
comprendidas entre los 16 y 22 años y el otro 50% entre los 22 y los 37 años.
50
Clasificación socioeconómica.
Gráfico 2
La totalidad del grupo estudiado se ubicó en 2 de las categorías socioeconómicas
previamente establecidas. El 33% se ubicó en la categoría vulnerable, es decir que tienen
ingresos mensuales desde 211.920 a 529.800 pesos, mientras que el 67% restante tiene
ingresos entre 529.800 y 2,649.000 pesos mensuales, por lo que se ubicó dentro de la
categoría clase media (grafíco.2). Cabe resaltar que dentro de ambos grupos se encontraron
variaciones considerables en lo que respecta a los ingresos, especialmente en la categoría
clase media la cual tiene un rango más amplio.
0
2
4
6
8
10
12
Clasificación Socioeconómica
Pobre Vulnerable2 Clase Media Rico
51
Ocupación
Gráfico 3
Solo 1 persona (7%) se dedicaba exclusivamente a la práctica de boxeo (aunque no se trata
del deportista profesional) mientras que el resto del grupo tenía como principal ocupación
una actividad laboral (20%); el curso de estudios secundarios o de educación superior
(53%); o el desarrollo de ambas, estudio y trabajo, de manera conjunta (20%).
0
2
4
6
8
10
Ocupación
Estudiante Trabajador Estudia y trabaja Solo boxea
52
Uso del tiempo: horas de actividad física diarias por fuera de los entrenamientos.
Gráfico 4
Más de la mitad (60%) realiza entre 1 y 3 horas de actividad física extra, el resto del grupo
realiza menos de una hora diaria (27%) o más de 3 horas de actividad física diarias (13%).
Cabe aclarar que en el caso de los deportistas dedicados a practicar MMA, no se tuvieron
en cuenta como horas extra los entrenamientos de otras disciplinas de combate diferentes al
boxeo, pues en su caso esa es su principal actividad física. Sí se tuvieron en cuenta otros
deportes que no fueran de combate y que se desarrollaran por fuera de los entrenamientos
regulares.
0
2
4
6
8
10
Actividad física
Menos de una hora/día de actividad física.
Entre 1 y 3 horas de actividad física
Más de 3 horas de actividad física al día.
53
Uso del tiempo: horas de sueño.
Gráfico 5
40% del grupo descansa según las recomendaciones de sueño nocturno para sus respectivos
grupos de edad, y un 33% duerme una cantidad de horas que pueden ser apropiadas
dependiendo la persona, aunque no cumplen con el tiempo recomendado. Sin embargo el
27% de los participantes duerme una cantidad de horas poco apropiadas de acuerdo a las
referencias utilizadas.
0
1
2
3
4
5
6
7
Horas de sueño
Horas de sueño recomendadas Horas de sueño posiblemente apropiadas
Horas de sueño no recomendadas
54
Conocimientos alimentarios
Gráfico 6
Ninguno de los participantes se ubicó dentro de la categoría “conocimientos alimentarios
inadecuados”, ya que nadie reportó como opción para dar el peso de competencia algún
método inadecuado de control del peso corporal. El grupo se ubicó entonces en las dos
categorías restantes, el 73% en la categoría conocimientos alimentarios adecuados, pues
además mostraron tener claridad respecto a las consecuencias que pueden tener estos
métodos sobre el rendimiento y salud del deportista, y el 27% restante en la categoría
conocimientos alimentarios poco claros, ya que no tenían mucha certeza respecto a este
último aspecto.
0
2
4
6
8
10
12
Conocimientos alimentarios
Conocimientos alimentarios inadecuados
Conocimientos alimentarios adecuados
Conocimientos poco claros.
55
Percepción de la imagen corporal y el peso.
Gráfico 7
El puntaje más alto obtenido por los participantes en el CHAD (cuestionario de hábitos
alimentarios del deportista; Dosil & Diaz, 2012) fue de 121, el menor de 46 y el puntaje
medio de 70 (de 180 posibles).
Para establecer los percentiles se estableció un puntaje máximo de 130 como percentil 100,
y partir de éste se calcularon los demás percentiles, de manera que el percentil 25
correspondió a los puntajes menores a 33 puntos, el 50 menores a 65, el 75 menores a 98 y
el 90 menores a 117. Como detalla el gráfico 7 más de la mitad del grupo (47%) obtuvo
puntajes que se ubicaron entre los percentiles 50 y 75, mientras que ningún puntaje se ubicó
en el percentil 25 , y solo 1 se ubicó en los percentiles 90 y 100 respectivamente.
Además de lo anterior es importante destacar que a diferencia de lo encontrado por Dosil &
Díaz (2012) en nuestro caso las mujeres presentaron un puntaje promedio muy similar al de
los hombres (78 y 75 respectivamente) aunque la desviación estándar en las mujeres (+/-
39) fue mucho mayor que la de los hombres 17,25). De manera que no podemos plantear
que para el caso evaluado las mujeres en tanto grupo tengan una peor percepción corporal
de sí mismas y un mayor riego de presentar TCA respecto a sus compañeros hombres.
0
1
2
3
4
5
6
7
8
percentiles
25 50 75 90 100
56
Tabla.4- Preferencias y aversiones alimentarias
Alimento Preferencia
%
Indiferencia % Aversión
%
Puntaje
Leche 67 27 7 7 (2-9)
Yogurth 73 13 13 8 (3-9)
Queso -cuajada 80 13 7 9 (1-9)
Carnes 87 13 9 (4-9)
Pescado 67 27 7 8 (3-9)
Derivados cárnicos 53 47 0 7 (5-9)
Mariscos 60 13 27 7 (1-9)
Leguminosas 80 13 7 8 (2-9)
Pan 67 27 7 8 (3-9)
Arepa 53 33 13 7 (1-9)
Fritos 47 47 7 6 (3-9)
Pasta 80 7 13 7 (2-9)
Arroz 60 27 13 7 (3-7)
Tubérculos 67 20 13 8 (2-9)
Frutas 100 0 0 9 (7-9)
Verduras y
hortalizas
80 13 7 8 (1-9)
Dulces y postres 73 20 7 8 (2-9)
Frutos secos 67 27 7 8 (1-9)
Aguacate 73 20 7 9 (1-9)
Huevo 80 20 0 9 (5-9)
Los puntajes asignados a cada alimento del cuestionario de preferencias y aversiones
alimentarias se organizaron en las categorías previamente establecidas: Aversión si el grupo
se puntuaba entre 1 y 3; Indiferencia entre 4 y 6; y Preferencia entre 7 y 9. Los datos están
expresados como mediana y rango.
El grupo con mayor puntaje fue el de las frutas (100% preferencia) y el de menor el de los
fritos (puntaje de 6). Las carnes, el huevo, las verduras y las hortalizas, el queso y las pastas
también obtuvieron puntajes altos (preferencia por el 80% o más del grupo) mientras que
los derivados cárnicos y el pan solo obtuvieron puntajes similares del 53% del grupo.
57
Tabla. 5- Composición corporal
Talla
(cm)
Peso
(K.g)
% grasa
(total
grupo)
% grasa
(Hombres)
% grasa
(Mujeres)
Índice AKS
(total
grupo)
Índc. AKS
(hombres)
Índc. AKS
(Mujeres)
Media +/- DS
169,06
+/- 6,44
65,48
+/-
11,79
13,15
+/-5,32
11,95 +/-
5,18
17,9 +/-
2,59 1,17 +/- 0,11
1,18 +/-
0,11
1,13 +/-
0,13
Mediana
171 60,9 15,3 11,3 17,4 1,19 1,21 1,1
Min.
160 50,4 5 5 15,7 0,94 0,94 1,01
Max.
180 92 20,8 18,5 20,8 1,38 1,38 1,28
La tabla. 3 resume los resultados de la evaluación de la composición corporal de los
participantes del estudio. Las medidas se presentan como mediana +/- la desviación
estándar, mediana y los valores mínimo y máximo.
Debido a que el grupo estuvo compuesto por hombres y mujeres, los valores de porcentaje
(%) de grasa e índice AKS se presentan de manera diferenciada para cada uno, pues su
análisis así lo requiere, ya que poseen distintos valores de referencia.
Respecto al peso de los participantes encontramos que el 33% presenta una diferencia de
peso entre -2 y 1,9 kg respecto a la categoría de competencia, 33% se encuentran entre 2 y
5 kg de peso por encima de la categoría de competencia reportada y 33% restante se
encuentran más de 5 kg por encima del peso de competencia (Tabla. 6)
En cuanto a los valores del porcentaje (%) de grasa corporal se encontró que el promedio de
los atletas hombres estaba en el límite de los valores de referencia (entre 5 y 12%), mientras
que el promedio de las mujeres se encontraba por encima del rango establecido para las
divisiones menores a 63,5 kg. Además en el gráfico 8 se dividió el grupo estudiado en
relación al porcentaje de grasa obtenido individualmente y su adecuación a los valores de
referencia utilizados. Como resultado se observa que el 53% de los deportistas obtuvieron
medidas dentro de lo esperado para boxeadores, y el 47% tuvo medidas por fuera de las
recomendaciones de porcentaje de grasa para este deporte.
Por último, en relación al índice AKS se halló que los promedios de ambos grupos
(hombres y mujeres) estaban dentro de los valores de referencia (Tabla. 5). Solo 2 valores,
el mínimo en el caso de los hombres (0,94) y el máximo en el de las mujeres (1,28) se
ubicaron por fuera de lo esperado. Es importante recordar que como señala Ramírez (2009)
en boxeo este parámetro no requiere ser tan alto como en otros deportes de combate,
incluso se encuentran medallistas olímpicos y mundiales con índices de 0,99 y 1, aunque en
esos casos deben manejar un estilo de larga distancia, estilista.
58
Tabla .6
Diferencia en Kg entre peso y
categoría de competencia
Entre -2 y 1,9 kg
por encima de la
categoría de
competición
5
De +2 a+5 kg 5
Más de +5 kg 5
Adecuación valores de referencia % de Grasa
.
Gráfico 8
6,4
6,6
6,8
7
7,2
7,4
7,6
7,8
8
8,2
% de grasaEntre los valores de referencia
59
Tabla. 7- Gasto calórico e Ingesta dietética
Gasto
cal. En
reposo
Gasto
calórico
total
Ingesta
Calórica
Promedio
Proteínas:
consumo
gr/kg de
peso
Hidratos de
carbono: consumo
gr/kg de peso
Grasas:
consumo
gr/kg de
peso
Media +/-
DS
1626 +/-
206
2856 +/-
607
3146 +/-
997 1,9 +/- 0,68 6,5 +/- 2,51 1,7 +/- o,58
Mediana 1566 2692 3177 1,75 5,81 1,8
Mínimo 1371 2096 1732 1,05 2,39 0,95
Máximo 2076 3896 5262 2,81 10,8 2,83
La tabla.4 resume la información resultante de la estimación del gasto calórico en reposo y
total del grupo estudiado, así como del consumo calórico y de macronutrientes promedio.
Los datos se muestran a partir de la media +/- la desviación estándar, la mediana, y los
valores mínimo y máximo.
Según el cálculo, el promedio del gasto calórico en reposo para el grupo fue de 1.626 cal,
mientras que el del gasto calórico total fue de 2.856 cal, ligeramente inferior a la ingesta
calórica promedio del grupo que fue de 3.146, aunque se adecua en un 110% a este valor.
En cuanto a los promedios de consumo de los macronutrientes, se observa que hay un
consumo elevado de proteínas y grasas, y normal de hidratos de carbono.
60
Adecuación ingesta calórica al gasto calórico total.
Gráfico 9
El 33% del grupo reportó un consumo excesivo de calorías, aunque una requería subir de
peso para una competición en un mes. Como esta persona con su ingesta no excedía el
límite semanal que recomiendan autores como Pérez (2009) que es de 1 kg x semana, se
interpretó como un consumo adecuado.
Por otra parte el 47% del grupo reportó una ingesta calórica adecuada a su gasto energético,
y el 20% reportó una ingesta baja respecto a su gasto calórico. Sin embargo en estos casos
se trataba de peleadores que necesitaban bajar de peso, por lo que interpretamos estos
valores como adecuados pues la restricción energética no era excesiva (se adecuaba entre
un 70 a 90% del gasto calórico)
No hubo deportistas cuya ingesta se adecuara por debajo del 70% al gasto energético, por lo
que a ninguno se le ubicó en la categoría de consumo inadecuado.
0
1
2
3
4
5
6
7
8
Adecuación de la ingesta al gasto energético total
Consumo excesivo Consumo Adecuado Consumo bajo Consumo inadecuado
61
Adecuación ingesta de macronutrientes.
Gráfico 10
En cuanto a la adecuación del consumo de macronutrientes a los valores de referencia
utilizados, encontramos que para el caso de las proteínas el 27% tuvo un consumo
adecuado, el 47%% tuvo un consumo por encima de lo recomendado y el 26% tuvo un
consumo bajo respecto a lo recomendado para deportes intermitentes como el boxeo
(menor a 1,3 gr/kg de peso). Por su parte para el grupo de los hidratos de carbono el 93%
reportó un consumo adecuado, y solo el 7% un consumo bajo (menor a 3 gr/kg de peso). Es
importante precisar que aunque esta correspondía a una de las personas que necesitaban
bajar de peso, el bajo consumo de HC si puede afectar el rendimiento del peleador en los
entrenamientos debido a que dificulta la reposición del glucógeno muscular, por lo que en
este caso no lo interpretaremos como un valor óptimo. Finalmente respecto a las grasas
encontramos que solo el 33% de los participantes tenía un consumo adecuado de este
macronutriente, mientras que el 67% reportó un consumo por fuera de lo recomendado
(superior al 30% de la ingesta calórica total).
0
2
4
6
8
10
12
14
16
Adecuación al consumorecomendado de proteinas
Adecuación al consumorecomendado de hidratos de
carbono
Adecuación al consumorecomendado de grasas
Consumo adecuado Consumo por encima de las recomendaciones
Consumo por debajo de las recomendaciones
62
Fase 2-Correlacional.
Tabla.8- Pruebas de correlación significativas en el nivel 0,05 (bilateral)
Variables Coeficiente de
correlación
Significación
(Bilateral)
Adecuación del peso y preferencia
dulces
0,561 0,03
Adecuación del peso y preferencia
Arroz
-0,626 0,013
Adecuación % de grasa corporal y
preferencia Dulces
0,639 0,01
Ingesta Calórica Promedio y
preferencia Arepa
-0,542 0,037
Ingesta de P y preferencia Leche
0,517 0,049
Ingesta de G y Horas de actividad
física (fuera de los
entrenamientos)
-0,542 0,037
La tabla muestra las pruebas de correlación que resultaron estadísticamente significativas
(significación menor a 0,05). De estas las que más probabilidad tienen de ocurrir en la
realidad son la asociación entre las variables Adecuación del peso y la preferencia por el
arroz, y la Adecuación % de grasa corporal y la preferencia por los Dulces, pues presentan
valores cercanos a 0 en la significación bilateral.
Además en la tabla también podemos observar los puntajes de los coeficientes de
correlación, los cuales nos indican el grado y la dirección de la asociación entre las
variables. De acuerdo con esto las variables Adecuación al peso de competencia y
Preferencia por los dulces presentan un nivel de correlación moderado, y positivo es decir
que a mayor preferencia por los dulces más van a ser los kilos de diferencia entre el peso
del deportista y el de la categoría de competencia.
En las variables Adecuación del peso y preferencia por el Arroz, el coeficiente de
correlación muestra una correlación alta y negativa, o inversa, es decir que a menor
preferencia por el arroz, más son los kilos de diferencia entre el peso del deportista y el de
la categoría de competencia, y viceversa.
63
Esto resulta extraño en tanto sería más factible suponer que quienes prefieren el arroz,
tienen pesos más altos respecto a su categoría de competencia, pues éste es un alimento con
una densidad energética considerable. Sin embargo según la información recolectada en los
cuestionarios de frecuencia alimentaria, evidenciamos que la preferencia por ese alimento
no afecta su consumo pues en general todos lo comían (aunque en diferentes frecuencias
claro está) lo cual es entendible partiendo de que es un alimento base en Antioquia y otras
regiones del país. Además según esta información podemos suponer que en los casos que
hay menor aceptación del arroz, este puede ser remplazado por otros alimentos no
necesariamente con menor carga calórica.
En cuanto al coeficiente de correlación de las variables Adecuación % de grasa corporal y
preferencia por los, este puede interpretarse como un grado de correlación alto y positivo,
lo que quiere decir que a mayor gusto por los dulces, más probable es que el deportista
presente valores de grasa corporal por fuera de las referencias de % de grasa para boxeo
utilizadas en este estudio. Esto nos lleva a pensar que el gusto por los dulces si se refleja en
un consumo regular de estos alimentos, lo cual llevaría a que los deportistas presenten un
balance energético positivo respecto a la relación entre calorías gastadas y consumidas.
Por otra parte vemos que las variables Ingesta Calórica promedio y preferencia por la
Arepa, presentan una correlación moderada y negativa, es decir que a menor preferencia
por la arepa más alta es la ingesta calórica del deportista en relación a su gasto energético y
viceversa.
Al igual que con el arroz esto resulta extraño si se parte del hecho de que la arepa es un
alimento base en Medellín, que también aporta una buena cantidad de calorías, por lo que
sería más factible pensar que a mayor gusto por la arepa mayor será la ingesta calórica. Sin
embargo según la información que registraron los deportistas en el Cuestionario de
frecuencia alimentaria, la arepa por lo general solo se consumía 1 vez al día, y teniendo en
cuenta la información arrojada por la tabla, indica que este alimento no influye mucho en el
balance energético de los deportistas.
Seguido a esto se observa que la correlación entre las variables Ingesta de P y preferencia
por la leche Leche es moderada y positiva, es decir que a mayor preferencia por la leche
mayor es la ingesta de proteínas. Situación que es razonable en la medida que la leche es un
alimento rico en proteínas cuyo consumo aumentaría el total de gr consumidos de este
nutriente.
Finalmente las variables ingesta de G y horas de actividad física muestran una correlación
moderada y negativa, lo que quiere decir que a mayor actividad física, menor consumo de
grasas y viceversa.
Las demás pruebas, en las que no se encontró asociación (significación mayor a 0,05) se
presentan en los anexos. Además para el caso de la variable género no se llevaron a cabo
pruebas de asociación debido a que la muestra de las mujeres era de un tamaño muy
pequeño (n=3) y se consideró que constituye un sesgo a la hora de interpretar los
resultados. Igualmente sucedió con la variable ingesta de HC, pero en ese caso debido a que
está presentaba una variación mínima la cual hacia que no se esperase ninguna correlación
positiva entre está y cualquiera de las variables independientes.
64
Discusión
Fase 1-Descriptiva.
Tras observar los resultados de la fase descriptiva del estudio se corroboró un elemento
evidente, el boxeo sigue siendo un deporte de predominancia masculina, por lo que en
posteriores estudios en los que se pretenda realizar análisis por sexo, o por género, sería
recomendable hacer un muestreo más exhaustivo de la población femenina, de manera que
se puedan obtener resultados que no estén sesgados por el tamaño de la muestra.
En cuanto a la clasificación socioeconómica del grupo, se puede observar que los sectores
sociales que conforman el grupo evaluado, según las clasificaciones socioeconómicas del
banco mundial, se ubican dentro de las clases económicas vulnerables y clase media,
aunque esta última categoría debido al rango presentado (entre 529.800 y 2.649.000 pesos x
mes) se puede decir que incluye lo que coloquialmente se le llama clase social media y
clase social media alta.
Lo anterior es acorde a situaciones como las encontradas por Wacquant (2004) durante su
estadía en un gimnasio del Gueto de Chicago (Estados Unidos) en la que describe que los
boxeadores no son los más pobres, pues aunque viven en el gueto tienen un mínimo de
estabilidad laboral y familiar, que precisamente les permite boxear (p.54-60). Pero también
menciona que al revisar datos y relatos originales sobre boxeadores encontró que parecía
ser que “la extracción social de los boxeadores, en lugar de bajar, asciende ligeramente a
medida que subimos en la jerarquía pugilística” (p.57). A esto se le añade el hecho de que
el boxeo y los deportes de combate recientemente han comenzado a cobrar popularidad
como una alternativa de actividad física en la ciudad (Medellín), de manera que algunas
personas de extracción social alta pueden terminar enroladas en el mundo de los ensogados,
lo cual incluso es facilitado por su capacidad económica. Aspecto que también observó, en
su momento, el profesor francés durante su experiencia en Chicago y que se encuentra
descrito en las páginas citadas.
Por otra parte lo encontrado en este grupo se diferencia en parte de lo observado por
Quitían (2010), quien trabajó con un grupo de 12 boxeadores pertenecientes a la Liga de
boxeo de Bogotá (aunque solo 3 habían nacido en la ciudad) quienes se ubicaban en su
totalidad, según el autor, dentro de las clases socioeconómicas menos favorecidas. Esto
puede deberse al tipo de muestra utilizada por dicho investigador quien no tuvo en cuenta
gimnasios donde la procedencia socioeconómica de los púgiles pudiera ser más alta que la
encontrada en su caso. Igualmente la diferencia en la metodología de los estudios también
puede explicar estas diferencias.
Respecto a la ocupación de los deportistas los resultados se ajustaron a la situación descrita
en el marco metodológico, donde se manifestó que debido al nivel en el que se practicaba
así como al nivel de financiación existente en la ciudad hacia esta disciplina, la mayor parte
de los deportistas no se dedican 100% a esta actividad. Por otra parte el hecho de que más
de la mitad de los deportistas sean estudiantes se debe en gran medida a la edad media del
grupo, pues una buena parte de éste se encuentra representado por estudiantes universitarios
y de secundaria. Situación que también indicaría que la ocupación laboral es un limitante
65
para la práctica competitiva de este deporte, lo cual también es mencionado por Wacquant
(2004) tras su experiencia en Chicago.
En relación a lo anterior observamos que los deportistas realizan una cantidad considerable
de actividad física extra a los entrenamientos (60% realiza entre 1 y 3 h, y 13% más de 3 h)
Lo cual puede darse de esa manera en la medida que a diferencia de deportistas
profesionales que pueden tener hasta 3 sesiones de entrenamiento diario, la gran mayoría de
los participantes (boxeadores amateur) complementan el boxeo con otras actividades como
trotar, calistenia o gimnasio. Además deben realizar algunas o varias actividades de
limpieza en sus hogares, y varios caminan o utilizan bicicleta como medio de transporte.
En cuanto a las horas de sueño reportadas por los deportistas es relevante el hecho de que el
60% duerme menos de lo recomendado para su grupo de edad, ya que de acuerdo a la
actividad física realizada (no solo la del entrenamiento) lo esperado sería que todos
durmieran una cantidad de horas suficientes, pues lo contrario puede suponer efectos
negativos sobre el rendimiento y diferentes funciones biológicas (Duran, Arroyo, Varas,
Herrera, Moya, Robledo & Valdés, 2015; Samuels, 2008; Relly & Edwars, 2007; Malhotra,
2017). Sin embargo esto no sorprende en la medida que los participantes tienen otras
ocupaciones que pueden interferir con los tiempos de sueño. Además esta situación es
común en deportistas, pues es similar a la encontrada por Duran et. al. (2015) que estudió la
calidad del sueño, la somnolencia y el insomnio en deportistas paralímpicos de élite
chilenos, de los cuales solo el 33,3% dormía las horas correspondientes. Igualmente en un
estudio con atletas de preparatoria Estadounidenses más del 80% tenía poca calidad de
sueño (Swinbourne, Gill & Vaile & Smart, 2016). Y en otro estudio con atletas
profesionales de Rugby y Criket, el 50% reportó una mala calidad de sueño (Samuels,
2008).
Respecto a los conocimientos alimentarios evaluados no se identificó una disposición al
uso de métodos inadecuados de control del peso corporal (situación frente a la cual se
manifestó como primera opción la adecuación de la dieta y el aumento de la intensidad o
cantidad de los entrenamientos) y en general se observó un conocimiento aceptable acerca
de las consecuencias de utilizar métodos inadecuados para ajustar el peso a las categorías
de competencia. Sin embargo fue evidente durante la experiencia de investigación que
existen vacíos respecto al cómo alimentarse debidamente, de manera que ésta se convierta
en una ayuda ergogénica23 o que por lo menos no afecte de manera considerable el
rendimiento en los entrenamientos ni el performance competitivo. Así mismo se observó un
distanciamiento entre los conocimientos mencionados y el estado nutricional que
presentaban los deportistas, quienes reportaron un consumo elevado de proteínas y grasas.
Esto es acorde a la condición que se enunció inicialmente en este estudio cuando se
manifestó la existencia de un conjunto de conocimientos y prácticas acerca de la
alimentación en deportes de combate, que no necesariamente están de acuerdo o no
terminan de ajustarse del todo a las recomendaciones generadas desde la investigación en
nutrición. Además es similar a los situaciones encontradas por otros autores como
Lombardo & Sirias (2007) en boxeadores Panameños, o Morales (2010) en la selección
Colombia de canotaje, quienes identificaron la necesidad de que los deportistas y/o los
23 Es decir una ayuda para mejorar el rendimiento físico (Santesteban & Ibáñez, 2017)
66
entrenadores tengan ciertos conocimientos respecto a las necesidades nutricionales de sus
respectivos deportes en aras del mejoramiento atlético y la prevención de la salud de los
competidores.
En cuanto a los puntajes obtenidos por los deportistas en el CHAD, solo dos personas
tuvieron puntajes por encima de 100, lo cual indica que la gran mayoría de participantes
tiene una buena percepción de su peso e imagen corporal. Sin embargo los individuos que
obtuvieron puntajes por encima de 100, de acuerdo a lo planteado por Dosil & Diaz,
(2012), tienen riesgo de presentar sintomatología TCA, pues superaron el puntaje de corte
elegido por estos autores. Además es interesante el hecho de que las mujeres obtuvieron un
puntaje promedio similar al de los hombres, lo cual podría evaluarse en una muestra más
grande en posteriores investigaciones, pues podría ser que en deportes de combate como el
boxeo a diferencia de deportes donde prima la estética, la percepción de la imagen y el peso
corporal no presente diferencias significativas entre géneros.
Por otra parte, los resultados del cuestionario de preferencia y aversiones alimentarias que
se aplicó, son similares a la situación que se describió respecto a los conocimientos
alimentarios, pues el hecho de que alimentos o grupos de alimentos ricos en grasas
saturadas como los fritos o lo derivados cárnicos hayan tenido una preferencia de tan solo
el 47% y 53% del grupo y que otros como las frutas y las verduras hayan obtenido
preferencias del 100% y el 80% respectivamente, evidencia que las preferencias de los
participantes se ajustan de alguna forma a lo que coloquialmente se considera como
saludable. Situación que supondría un beneficio para aquellos que deben controlar su peso
para las competencias. No obstante los resultados de la evaluación de la ingesta dietética,
sobre los cuales hablaremos a continuación, demuestran que a pesar de esto la mayoría de
los participantes presentan una ingesta por encima de lo recomendado de algunos
macronutrientes, lo que supondría que el consumo real de alimentos no se ajusta a las
preferencias indicadas por el grupo en el cuestionario aplicado.
Por ejemplo, se observó que la ingesta de proteínas promedio del grupo fue de 1,9 gr x kg
de peso, consumo bastante alto (aunque no se realizó una distinción entre el valor biológico
de las diferentes fuentes de donde provenían) si se considera que las recomendaciones para
deportes intermitentes como el boxeo están entre 1,4 y 1,7 gr/kg de peso cuando la
intensidad del entrenamiento es alta y no se pretende aumentar o disminuir el peso corporal.
Así mismo en el caso de las grasas 67% de los participantes reportaron consumir más del
porcentaje recomendado, el cual corresponde al 30% de la totalidad de las calorías
consumidas.
Lo anterior puede presentarse debido a que un consumo alto de proteínas generalmente se
asocia en la mayoría de las dietas occidentales (a excepción de cuando se administra de
manera aislada) a una elevada ingesta de grasas, presentes en los alimentos cárnicos o
derivados animales (Aparicio, Nebot, Heredia & Aranda, 2010). Esta situación no
necesariamente representa problemas de salud, pues no existe un consenso acerca de si un
consumo elevado de proteínas tiene efectos nocivos sobre la salud, específicamente sobre el
metabolismo óseo y la función renal (Aparicio et al, 2010; Pivetta, Borgatello, Bove &
Fernández, 2013; y Pérez, 2008): de hecho la Sociedad Internacional de Nutrición
Deportiva (ISSN) indica que cuando hay un balance adecuado de nutrientes, el consumo
elevado de P no es perjudicial ni para la función renal ni para el metabolismo óseo. Además
67
“el ejercicio se presenta como una herramienta reguladora de los efectos negativos que esas
dietas pudieran ocasionar al fomentar un mejor perfil lipídico, reducir la inflamación renal, mejorar la
ratio de filtración glomerular y estimular el fortalecimiento óseo” (Aparicio, et. al, 2010, p.157), lo
cual también compensaría hasta cierto punto el elevado consumo de grasas cuando las P no
se consumen de forma aislada. No obstante autores como Friedman (2004) o Aparicio et. al.
(2010) opinan que como la insuficiencia renal crónica es una enfermedad silenciosa, cualquier persona
antes de asumir una dieta alta en P se debería realizarse una analítica de orina.
A pesar de lo anterior existe un consenso acerca de que más de 2 gr/kg de P no aportan un beneficio
adicional a la ganancia de masa muscular, pues a partir de esta cantidad no se obtiene un mayor efecto
anabolizante (Pérez, 2009). Además en la mayor parte de los casos que se reportó una ingesta elevada de
este nutriente los deportistas no requerían aumentar su peso y masa muscular, e inclusive algunos
necesitaban bajar de peso. Lo cual implicaría que el exceso de proteínas estaría siendo utilizado bien en
forma de energía o siendo convertido en carbohidratos o grasa (Williams, 2006); pues para que se produzca
hipertrofia muscular no solo es necesario aumentar el consumo de proteínas sino modificar las cargas de los
entrenamientos a dicho objetivo, así como el balance energético y de macronutrientes consumido (Pérez,
2008).
Aunque varias investigaciones indican que la mayoría de los atletas consumen valores de
proteína mayores a los recomendados (Phillips, Moore & Tang, 2007) se podría pensar que
esta situación también se relaciona con aspectos que implican a la sociedad colombiana en
general. Por ejemplo, en los últimos 20 años en Colombia ha aumentado la disponibilidad
de proteínas de tipo animal en un 18%, y se ha reducido en 29,1% la de proteínas de origen
vegetal, lo cual ha implicado el consiguiente aumento en la participación de la
disponibilidad de grasas de origen animal, las cuales ha tenido un crecimiento del 83,8%
(FAO, 2014). Además, según una investigación realizada por Euromonitor International el
consumo de calorías provenientes de alimentos y bebidas procesadas, en las que por lo
general se encuentran cantidades considerables de grasas y azucares, pero también de
proteínas de origen animal (hamburguesas, pizza, embutidos etc.) va en aumento en el país,
y equivalen a 928 calorías diarias (EL TIEMPO, 2015). En las Recomendaciones de ingesta
de Energía y Nutrientes (RIEN) para la población Colombiana, también se apunta que 1 de
cada 4 Colombianos consume comidas rápidas semanalmente (Ministerio de Salud, 2016).
Por otra parte, un 27% del grupo reportó consumir una cantidad insuficiente de proteína de
acuerdo a las recomendaciones para deporte intermitentes. Sin embargo estos no se
ubicaron por debajo de las recomendaciones para la población Colombiana en general24
(ENSIN, 2005) por lo que aunque esto no implicaría problemas de salud, con el tiempo si
podría generar una pérdida de masa muscular e intolerancia al ejercicio (Pérez, 2009)
especialmente durante determinados periodos en los que las cargas del entrenamiento
aumentan. Lo cual recalca la necesidad de formarse en temas como la alimentación durante
cada uno de los ciclos del entrenamiento, el timing de nutrientes, entre otros.
En relación a esto también se observó que el 67% del grupo se encontraba entre 2 y más kg
por encima de su categoría de competencia, lo que no necesariamente es malo porque para
el momento de la medición ninguno de los participantes con mayor exceso de peso tenía
una competición cercana, lo cual permitiría tomar las medidas requeridas para ajustarlo
68
adecuadamente. A pesar de esto solo 3 deportistas se encontraban haciendo algo al respecto
(quienes tenían un consumo calórico bajo en relación a su gasto energético), y de estos solo
1 se encontraba dentro del grupo de más de 5 kg por encima de la categoría de competición.
Esto queda evidenciado cuando se observa que el promedio de la ingesta calórica del grupo
supera ligeramente el del gasto energético total del mismo, pues aunque no se encuentra por
encima de los valores recomendados de adecuación a la ingesta (entre 90-110%) se podría
pensar que si los deportistas estuvieran regulando su consumo de alimentos este porcentaje
sería mucho menor, ya que este que se encuentra en el límite de lo adecuado.
Acerca de los demás valores de la composición corporal se encontró que el 87% de los
participantes poseía valores adecuados en el índice AKS, sin embargo un 47% presenta
valores por encima de lo esperado para la masa grasa en boxeo. Respecto a esto último el
grupo estudiado obtuvo, en el caso de los hombres, un promedio de masa grasa superior al
encontrado en otros grupos de boxeadores como los evaluados por Lombardo & Sirias
(2007) en un gimnasio de Ciudad de Panamá, Nortey et. al. (2004) en algunas divisiones de
la preselección Cubana de boxeo, y González et. al. (2008) en un grupo de boxeadores
cubanos. Aunque en éste último caso los investigadores hallaron un promedio de % grasa
superior en las divisiones pesadas. Sin embargo esto seguramente se debe al hecho de que
ellos obtuvieron resultados para cada división (ligeras, medianas, y pesadas) y a que en
nuestro caso no hubo una representación considerable de las categorías pesadas.
Para el caso de las mujeres no se encontraron estudios de referencia en los que se
describiera la composición corporal de boxeadoras, por lo que no se pudieron comparar los
resultados obtenidos en este caso.
Fase 2-Correlacional.
Pasando a los resultados de las pruebas de correlación se puede suponer que el hecho de
que tan pocas tablas hayan arrojado resultados con un nivel de significación menor a 0,05
se debió a la cantidad de datos recolectados, pues seguramente en una muestra más grande
se hubiera podido observar mayor número de asociaciones entre las variables.
Esta falta de información se debió en parte a la metodología escogida para su recolección,
pues aunque ciertamente utilizar cuestionarios de auto llenado agilizó los tiempos
invertidos en esta tarea, la coordinación con los deportistas para su devolución no fue la
mejor.
Retomando la información arrojada por la tabla. 5, se puede suponer que el gusto por
alimentos dulces está más relacionado con el grado de adecuación del peso y la masa grasa
a los valores de referencia, que el gusto y consumo de los alimentos base en Medellín,
como lo son la arepa y el arroz. Esto es coherente pues fisiológicamente hay mayor
inclinación a preferir este tipo de alimentos que otros menos gustosos organolépticamente
hablando (Fischer, 1995). Además los dulces aportan más calorías en proporción a su peso
que el arroz o la arepa pero generan menos saciedad, razón por lo que se pueden consumir
incluso sobre una comida. Adicionalmente son de fácil acceso (baratos, con mucha oferta)
y están presentes en diferentes situaciones sociales (cumpleaños, fiestas, comidas
familiares, bodas, etc.), siendo difícil evitar su consumo, aun a sabiendas de que deben
moderarse si se desea reducir el peso corporal.
69
En cuanto a la asociación entre consumo de proteínas y preferencia por la leche, se podría
pensar que el gusto si se asocia con el consumo real, y que por tanto este grupo de
alimentos aumentaría la carga de proteínas en la dieta, respecto a quienes no prefieren este
alimento. No obstante sería necesario investigar este aspecto más a fondo pues según la
información existente en Colombia y Medellín hay un consumo bajo de leche según las
recomendaciones propuestas por organizaciones como la ONU (Restrepo, Rodríguez &
Angulo, 2016).
Finalmente en relación a la ingesta de grasas y la actividad física se observó que la
información arrojada por la tabla es acorde a las opiniones de algunos de los deportistas con
los que se tuvo oportunidad de conversar al respecto durante el proceso de investigación en
calidad de observador participante, según estos entre menor es la carga de actividad física
mayor es la cantidad de alimentos que se consume, y en algunos casos se manifiesta
inclusive un aumento de la ansiedad. En investigaciones como la de Westerterp (1998,
citado en Morales 2010) también se señala que la ingesta dietética de los deportistas tiende
a ser menor los días en que el gasto calórico ha sido mayor debido al entrenamiento, ya que
aparentemente el apetito se ve disminuido con ejercicios de alta duración e intensidad, lo
cual se compensa con una ingesta calórica mayor los días en los que el entrenamiento es
menos intenso.
En esa linera de ideas se puede suponer que mayor actividad física fuera de los
entrenamientos implica un menor consumo de alimentos con una carga alta de grasas.
70
Conclusiones
1. Tras el proceso de investigación se encontró que el estado nutricional del grupo
evaluado se correlaciono en un grado estadísticamente significativo y de manera
coherente con el gusto por alimentos como los dulces y la leche, así como con las horas
de actividad física realizadas por fuera de los entrenamientos regulares.
2. Las variables género, ingresos económicos, percepción de la imagen corporal y el peso,
horas de sueño, y conocimientos alimentarios no presentaron ninguna asociación
estadísticamente significativa con las variables de peso, composición corporal, e ingesta
energética y de macronutrientes dentro del grupo de deportistas que participo de este
estudio.
3. Según el análisis realizado, en el grupo estudiado, el gusto por alimentos dulces parece
tener más asociación con el grado de adecuación del peso y la masa grasa a los valores
de referencia, que el gusto por los alimentos base en Medellín, como la arepa y el arroz.
4. A pesar de que en Medellín y en Colombia en general se ha reportado un consumo bajo
de leche respecto a las recomendaciones de la ONU, para el caso de nuestro grupo el
mayor gusto por este alimento se encuentra asociado con una mayor ingesta de
proteínas.
5. Las horas de actividad física fuera de los entrenamientos se encuentran asociadas
negativamente con la ingesta de grasas.
6. Respecto al estado nutricional del grupo se encontró que el promedio de la ingesta
calórica del grupo (3146 cal) se adecua en un 110% al gasto calórico promedio (2856
cal) del mismo. Por su parte el consumo promedio de macronutrientes medidos en gr/kg
de peso, fue de 1,9 para las proteínas, 6,5 para los hidratos de carbono y 1,7 para las
grasas. En cuanto a la composición corporal, se halló que los participantes tenían en
promedio 13,15% de masa grasa, y un valor promedio de 1,17 en el índice AKS.
7. La situación socioeconómica del grupo indica que en Medellín el boxeo aunque tiene
una participación considerable dentro de las clases socioeconómicas bajas, también
encuentra acogida dentro de sectores económicamente más favorecidos como la clase
media y media alta.
8. El hecho de que un poco más de la mitad del grupo (53%) sean estudiantes de tiempo
completo, indica que la ocupación laboral es un limitante para la práctica competitiva
de este deporte.
9. La percepción corporal de los participantes correspondió a lo esperado, pues solo el
13% puntuó por encima de 100 en el CHAD. Evidenciando que la gran mayoría del
grupo tienen una buena percepción de su imagen y peso corporal. Destaca el hecho de
71
que las mujeres no tuvieron diferencias significativas en su puntajes respecto a los
hombres, lo cual difiere de lo encontrado por otros autores como Dosil & Diaz (2012),
Dosil, Díaz, Viñolas & Díaz (2012), y Alfonseca (2006), lo cual amerita una revisión en
estudios que cuenten con una población femenina más amplia.
10. Las preferencias y aversiones alimentarias del grupo indican que los participantes
tienen nociones respecto a lo que coloquialmente se denomina como alimentación
saludable, sin embargo esto difiere de las condiciones reales de consumo de alimentos
según lo reportado por ellos mismos en el cuestionario de frecuencia de consumo
alimentario aplicado.
11. Lo valores reportados para las horas de sueño corresponden a lo obtenido en las
variable ocupación y de actividad física fuera de los entrenamientos, además es similar
a la situación descrita en estudios como los de Duran. et. al (2015), Swinbourne et. al
(2016) o Samuels (2008) en los que se evalúa la calidad del sueño y otros elementos
relacionados en deportistas
12. A pesar de que la mayor parte del grupo tiene conocimiento de los efectos nocivos de
recurrir a prácticas inadecuadas para el control del peso corporal, y/o no reportó
tenerlos como primera opción para lograr el peso de competencia. Se evidenció la
necesidad de que los deportistas reciban asesoría en conocimientos básicos de nutrición
para su deporte, de manera que estos puedan tener mejores decisiones en torno a su
alimentación de acuerdo a los objetivos y necesidades del periodo deportivo en el que
se encuentren.
13. En próximas investigaciones en las que se pretenda evaluar la variable género, es
necesario obtener una muestra que contenga un número similar de los diferentes
géneros a evaluar, de manera que el tamaño de la población no se convierta en un sesgo
a la hora del análisis.
14. El estado nutricional del grupo evaluado no es el más adecuado, pues aunque un 87%
presenta valores de masa magra óptimos, un 47% del mismo obtuvo porcentajes de
masa grasa superiores a lo esperado en boxeo. También un 33% de los deportistas tenía
un peso de más de 5 kg sobre su categoría de competencia, y de estos solo 1 se
encontraba tomando medidas al respecto. Sumando a esto el 67% de los participantes
reportó consumir un porcentaje de grasas superior a lo recomendado para este deporte,
lo cual estaría contribuyendo a la acumulación de tejido graso. Igualmente un 73% de
los participantes reportó un consumo inadecuado de proteínas, el 47% por consumo
excesivo y el 26% por uno deficiente.
15. La relación entre consumo y gasto energético dentro del grupo presento un balance que
se ubicó en el límite de lo adecuado, lo cual constata que la mayoría de los y las púgiles
no se encontraban realizando alguna acción con el fin de acercarse a sus pesos de
competencia. Lo cual se suma al exceso en el consumo de grasas y proteínas
identificado al interior del grupo.
72
16. Siguen siendo necesarias investigaciones que apunten a conocer la relación entre
diferentes condicionantes socioculturales y el estado nutricional de deportistas de
combate, pues el conocimiento de este tema es mínimo y continúa siendo necesario para
comprender el impacto que estos pueden tener sobre el rendimiento y salud de esta
población. Sobre todo cuando dentro de estas comunidades hay una presencia
considerable de individuos cuya situación social y/o económica no es la más idónea
para cumplir con los rigores que exige la vida del deportista de alto rendimiento.
73
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84
Anexos
Tabla.9- Pruebas de correlación no significativas en el nivel 0,05 (bilateral)
Variables Coeficiente de correlación Significación (Bilateral)
Adecuación del peso y
Clasificación
Socioeconómica.
0,173 0,537
Adecuación del peso y
Ocupación 0,145 0,607
Adecuación del peso y
Horas de sueño -0,181 0,519
Adecuación del peso y
Horas de actividad física
0,119 0,673
Adecuación del peso y
Conocimientos
alimentarios
0,185 0,510
Adecuación del peso y
Percepción corporal
-0,186 0,507
Adecuación del peso y
preferencia frutos secos
0,057 0,840
Adecuación del peso y
preferencia aguacate
-0,122 0,665
Adecuación del peso y
preferencia verduras
-0,149 0,596
Adecuación del peso y
preferencia Tubérculos.
-0,351 0,200
Adecuación del peso y
preferencia Pasta
-0,392 0,148
Adecuación del peso y
preferencia Fritos
0,380 0,162
Adecuación del peso y
preferencia Arepa
-0,482 0,069
Adecuación del peso y
preferencia Pan
0,376 0,167
Adecuación del peso y
preferencia Leguminosas
-0,420 0,120
Adecuación del peso y
preferencia Derivados
Cárnicos
-0,327 0,234
Adecuación % de grasa
corporal y Clasificación
socioeconómica
0,378 0,165
Adecuación % de grasa 0,068 0,811
85
corporal y Ocupación
Adecuación % de grasa
corporal y Horas de sueño
-0,345 0,207
Adecuación % de grasa
corporal y Horas de
actividad física (extra a los
entrenamientos)
0,018 0,950
Adecuación % de grasa
corporal y Conocimientos
alimentarios
0,040 0,887
Adecuación % de grasa
corporal y Percepción
corporal
-0,186 0,507
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Huevo
-0,134 0,635
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Aguacate
0,080 0,777
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Frutos secos
0,224 0,423
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Verduras
-0,089 0,754
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Tubérculos
0,074 0,793
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Arroz
-0,406 0,133
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Pasta
-0,111 0,694
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Fritos
0,380 0,162
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Arepa
-0,275 0,322
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Pan
0,485 0,067
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Leguminosas
-0,155 0,581
86
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Mariscos
-0,247 0,374
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Derivados Cárnicos
-0,339 0,216
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Pescado
-0,131 0,643
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Carnes
0,026 0,926
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Queso
-0,089 0,754
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Yogurth
-0,219 0,433
Adecuación % de grasa
corporal y preferencia
Leche
-0,037 0,895
Ingesta Calórica Promedio
y Clasificación
socioeconómica
-0,213 0,446
Ingesta Calórica Promedio
y Ocupación
0,153 0,587
Ingesta Calórica Promedio
y Horas de sueño
0,111 0,693
Ingesta Calórica Promedio
y Horas de actividad física
(extras al entrenamiento)
-0,159 0,570
Ingesta Calórica Promedio
y Conocimientos
alimentarios
-0,023 0,936
Ingesta Calórica Promedio
y Percepción corporal
0,057 0,840
Ingesta Calórica Promedio
y preferencia Aguacate
-0,360 0,187
Ingesta Calórica Promedio
y preferencia Frutos secos
0,274 0,324
Ingesta Calórica Promedio
y preferencia Dulces
-0,045 0,873
Ingesta Calórica Promedio
y preferencia Dulces
-0,300 0,278
Ingesta Calórica Promedio
y preferencia Tubérculos
-0,146 0,603
87
Ingesta Calórica Promedio
y preferencia Arroz
-0,478 0,71
Ingesta Calórica Promedio
y preferencia Arroz
-0,300 0,278
Ingesta Calórica Promedio
y preferencia Fritos
-0,078 0,782
Ingesta Calórica Promedio
y preferencia Pan
-0,021 0,941
Ingesta Calórica Promedio
y preferencia Tubérculos
-0,300 0,278
Ingesta Calórica Promedio
y preferencia Derivados
cárnicos
0,040 0,887
Ingesta de P y
Clasificación
Socioeconómica
-0,511 0,052
Ingesta de P y Ocupación 0,307 0,266
Ingesta de P y Horas de
sueño
0,153 0,586
Ingesta de P y Horas de
actividad física (extras al
entrenamiento)
0,041 0,886
Ingesta de P y
Conocimientos
alimentarios
0,038 0,894
Ingesta de P y Percepción
corporal
0,006 0,982
Ingesta de P y preferencia
Yogurt
0,185 0,508
Ingesta de P y preferencia
Queso
0,283 0,306
Ingesta de P y preferencia
Carnes
0,391 0,150
Ingesta de P y preferencia
Pescado
0,030 0,915
Ingesta de P y preferencia
Derivados cárnicos
0,433 0,107
Ingesta de P y preferencia
Mariscos
0,380 0,163
Ingesta de P y preferencia
Leguminosas
-0,083
0,770
Ingesta de P y preferencia
Pasta
-0,186 0,508
Ingesta de P y preferencia -0,100 0,724
88
Frutos secos
Ingesta de P y preferencia
Huevo
-0,124 0,658
Ingesta de G y
Clasificación
socioeconómica
0,400 0,140
Ingesta de G y Ocupación -0,197 0,482
Ingesta de G y Horas de
sueño
-0,296 0,284
Ingesta de G y
Conocimientos
alimentarios
-0,213 0,446
Ingesta de G y Percepción
corporal
0,429 0,110
Ingesta de G y preferencia
Huevo
0,000 1,000
Ingesta de G y preferencia
Aguacate
-0,254 0,362
Ingesta de G y preferencia
Frutos secos
0,493 0,062
Ingesta de G y preferencia
Dulces
0,042 0,881
Ingesta de G y preferencia
Fritos
-0,183 0,514
Ingesta de G y preferencia
pan
-0,059 0,834
Ingesta de G y preferencia
Derivados cárnicos
-0,472 0,075
Ingesta de G y preferencia
Pescado
0,118 0,674
Ingesta de G y preferencia
Carnes
0,277 0,317
Ingesta de G y preferencia
Queso
-0,305 0,269
Ingesta de G y preferencia
Leche
-0,059 0,834
89
90
91
92