¿Revolución o Evolución?
Eduardo Mendoza
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¿Revolución o Evolución?
“Nada es demasiado maravilloso para ser cierto si obedece a las leyes de la
naturaleza”, Michael Faraday.
Desde el principio de la era humana han surgido pensamientos revolucionarios.
Desde el primero que observo la repetición de los ciclos climáticos y la forma en
cómo las diferentes etapas de estos ciclos modificaban su entorno; pasando por
todos los pensamientos revolucionarios del entendimiento de la vida y la
naturaleza, las relaciones sociales y sus interacciones; llegando hasta ahora con
la revolución del pensamiento científico y sus nuevas ideas con relación a su
nuevo descubrimiento: el bosón de Higgs o la también llamada “partícula de
Dios”.
En este ensayo tomaremos algunos de estos pensamientos revolucionarios y los
analizaremos de tal forma que podamos responder a la pregunta ¿Son sólo
pensamientos revolucionarios creados a partir de la imaginación humana o se
trata de la perfecta armonía simbiótica de la naturaleza decodificada mediante el
intelecto humano, es decir, eso que en muchos niveles hemos llamado evolución?
Para responder a esta interrogante daremos un paseo fugaz pero concreto por la
historia de la humanidad, con lo que sentaremos las bases para la realización de
un análisis, no de la forma, es decir, de cómo han sucedido las cosas, sino más
bien de la esencia, de lo que cada acontecimiento ha significado para lo que
podríamos llamar la evolución humana.
Todo lo que aquí se escribirá es un compendio de ideas que de una forma u otra
ya han sido pensadas y consideradas por muchos a lo largo de la historia, quizás
no en la forma, pero ciertamente sí en parte de la esencia y de la intención que en
tiempos pasados algunos pensadores quisieron comunicar y expresar. La idea
fundamental de estas líneas no es nueva, – quien les escribe no se tomará el
crédito por reeditar pensamientos e inquietudes de otros autores a lo largo de la
historia – pero ciertamente la perspectiva en la forma en cómo he de presentar la
información, las observaciones, las apreciaciones y las consideraciones, es decir,
la forma, es el aporte que haré como autor de este ensayo.
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La historia y sus acontecimientos.
Según los científicos, el universo tiene cerca de catorce mil millones de años;
nuestra galaxia tiene unos trece mil quinientos millones de años; nuestro sistema
solar tiene más de cuatro mil quinientos millones de años; el planeta tierra se
formó poco después que nuestro sistema solar y la existencia de vida humana
sobre el solo tiene cerca de setenta mil años; relativamente muy poco si hablamos
de la existencia en general (Cosmos: A Spacetime Odyssey, 2014).
Tomando en consideración la información anterior, la primera idea revolucionaria
después del surgimiento de la especie humana fue la concepción y creación de
herramientas muy básicas que les ayudarían en sus tareas de búsqueda, caza y
recolección de alimentos para su supervivencia. Hemos de suponer a este punto,
que siendo humanos primitivos, estas características se dieron por instinto o
intuición. Este es el mismo instinto o intuición que los llevo a buscar mejoras en la
obtención de alimentos, tanto para la caza como para la recolección, surgiendo así
los primeros “chuchillos”, pedazos de piedras en forma de lajas con la propiedad
de cortar y rasgar, y las primeras “cestas”, hechas con grandes hojas tomadas de
los árboles (Humanidad: La historia de todos nosotros, 2012). Es evidente aquí,
hacer notar que se ha hablado de instinto o intuición, lo que ciertamente no sería
estrictamente una idea revolucionaria, sino más bien una acción revolucionaria, ya
que logró cambiar el modo en como transportaban la comida y como se la comían.
Otro acontecimiento importante en el desarrollo de esta época, fue la primera
intención de comunicar, es decir, el surgimiento del lenguaje en su forma más
básica y primitiva, esta intención comunicativa necesaria para poder coordinar
acciones en grupo, se fue convirtiendo en una necesidad de comunicar a través
del tiempo, de compartir, de hacer llegar el conocimiento a las generaciones
futuras, y lo hicieron mediante la documentación, en ese punto, nuestros ancestros
crearon las primeras pinturas o dibujos sobre piedra de nuestra especie que
servían de ayuda a los más ancianos para narrar ciertos acontecimientos
importantes para ellos como tribu.
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Luego de un tiempo, estos humanos primitivos se hicieron de un gran
descubrimiento, el fuego. Este descubrimiento, que nosotros vemos tan simple
ahora, en su momento, creó una revolución. Los alimentos ya no eran consumidos
crudos, sino que ahora podían cocinarse, lo que hizo que nuestra biología humana
obtuviera de manera más fácil y directa los nutrientes necesarios para su
formación y desarrollo. Se hicieron más inteligentes, ya que sus cerebros
comenzaron a aumentar en tamaño y complejidad, es decir, evolucionaron. Esta
evolución les permitió crear más herramientas y les dio una habilidad adicional, un
razonamiento básico, es decir, la capacidad de poder hilar hechos y
acontecimientos de manera lógica y obtener conclusiones a partir de estas
observaciones (Cosmos: A Spacetime Odyssey, 2014). He aquí el surgimiento de
la posible primera idea revolucionaria, la agricultura. En algún momento, algún o
algunos individuos del grupo se tomaron el tiempo de observar su entorno. Se
dieron cuenta que la posición de los astros cambiaba con el transcurrir de los días,
al hacerlo, su entorno próximo se iba modificando, y surgían así las estaciones, lo
que conocemos como: primavera, verano, otoño e invierno. Al darse cuenta de
que este ciclo se repetía, una y otra vez de manera precisa según la posición de
los astros, decidieron dejar de caminar – dejaron de ser nómadas – y se asentaron
en un lugar particular para desarrollar su más reciente idea, seguir los ciclos que
les marcaban los astros para luego planificar como cultivar y donde cazar según la
estación en la que se encontraran. Este nuevo estilo de vida les permitió dedicar
más tiempo a la acción del pensamiento. Curiosidad y ganas de conocer y
entender fueron unos de las primeras actitudes de nuestros ancestros. – No muy
diferentes de los niños de nuestra era – Estas mismas actitudes hicieron que
algunos de nuestros antepasados decidieran quedarse donde estaban y otros
decidieran moverse, buscar algo mas allá de lo que ya conocían, comenzaron a
explorar su mundo, nuestro mundo. Los que se quedaron tuvieron la oportunidad
de desarrollarse como miembros fundamentales de sus sociedades básicas, ya
que teniendo la protección de estar juntos en sus aldeas y tener la habilidad de
conocer cómo y cuándo cultivar, y dónde y cuándo cazar, les otorgó más tiempo
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libre para observar y pensar. Luego de esto, usaron sus recién obtenidos
conocimientos para mejorar su forma de comunicarse, mejorar su lenguaje,
teniendo así una mejor capacidad de legar sus conocimientos a las generaciones
que vendrían.
Los que decidieron explorar el mundo, obtuvieron nuevos y diferentes
conocimientos, es decir, conocieron más cosas en la medida que caminaban por
este planeta tan activo, cambiante y lleno de vida. Este caminar y estas ganas de
seguir conociendo, los hicieron llegar hasta el rincón más pequeño del mundo. En
ese momento nuestros antepasados habían logrado poblar el mundo o al menos
se habían dispersado por él (Humanidad: La historia de todos nosotros, 2012).
Tomemos en consideración y perspectiva que para lograr todo lo hasta ahora
mencionado, transcurrieron más de sesenta mil años de los casi setenta mil que la
raza humana ha estado sobre la tierra. Y que en muchas oportunidades nuestra
raza estuvo a punto de perecer pero la habilidad de razonamiento, observación y
adaptación, bien sean innatas, instintivas o intuitivas del humano los mantuvo
vivos.
Hasta ahora hemos hablado de eventos particulares que al momento de ser
experimentados, crearon una revolución; con el tiempo, los cambios generados
por estas “revoluciones” son entendidos ahora como la evolución de nuestra
especie, la raza humana.
En tiempos más recientes, digamos, unos diez mil años de nuestra era común,
surgieron otras revoluciones inherentes al contexto de cada uno de los lugares de
donde salieron. Una vez que el humano se supo “superior”, y comenzaron a
desarrollarse las sociedades, esa supuesta superioridad se vio distorsionada. – Si
bien, nosotros los humanos contamos con habilidades intelectuales superiores a
los demás seres vivos que habitan en el planeta, solo tenemos que saber lo
siguiente: le ha tomado más del ochenta por ciento del tiempo de la existencia del
hombre en llegar al punto en el que estamos ahora; otras formas de vida en el
planeta han existido por centenares y miles de años, en perfecta armonía
simbiótica con su entorno cumpliendo con la prima más básica de la existencia,
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preservar y darle continuidad a su especie (Cosmos: A Spacetime Odyssey,
2014). Ahora es válido hacernos la pregunta: ¿Somos tan superiores como
creemos? – Esta distorsión se magnifico en la medida en que los individuos que
poseían el tiempo para observar y buscar el entendimiento de su existencia,
hacían valer sus aptitudes y mediante la comunicación de sus ideas y
conclusiones, ganaban adeptos a sus ideas. Ahí surgió la idea revolucionaria de
un jerarca, alguien que estaba por encima de los demás por el hecho de poseer
más “inteligencia” o “conexión con la existencia”. Los primeros jerarcas fueron los
que con razonamiento y voluntad lograron que sus “sociedades” tuvieran una
mejor forma de obtener recursos y usarlos de una cierta manera para mejorar la
calidad de vida de todos. Estos “jerarcas” surgieron a partir de los llamados
místicos o chamanes, que afirmaban entender la existencia de nuestra vida por el
supuesto conocimiento que llegaba a ellos mediante “fuerzas superiores”,
utilizando a los astros y los acontecimientos naturales del planeta, para validar sus
argumentos. – Quien les escribe no pretende validar o negar que pueda existir una
“fuerza superior” –
Como mencionamos anteriormente, fue la observación de la posición de los astros
que permitió a nuestros antepasados darse cuenta de los ciclos naturales del
planeta. Lo que agregamos ahora a esta idea es lo siguiente: nuestros ancestros
eran conscientes de lo vulnerable que eran, la fragilidad de la vida, en cualquiera
de sus presentaciones, sea humano, animal o vegetal, existe un nivel de fragilidad
en cada uno. Esa sensibilidad los llevo a darse cuenta que formaban parte de algo
más grande; que solo eran una pieza más en todas las demostraciones de
existencia que conocían, dentro o fuera de nuestro planeta. Esas nociones de
conexión entre todos los seres vivos que en suma, crean el “Espíritu”, bien sea
humano, animal, vegetal o universal, genera un ente energético mayor a todo eso.
– El todo es mayor que la suma de sus partes – Esta idea, fundada además en
algo tangible y observable por todos, aunque desde un punto de vista sensorial,
les dio a los místicos, brujos o chamanes la confianza de sus iguales.
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Precisamente este hecho, que en esencia no tiene ningún otro motivo más que
mejorar la vida de todos los que hacían parte de las “sociedades” y llevarlos a
entender la vida desde un punto de vista espiritual o energético en relación plena
con el planeta – y me atrevo a decir que con el universo – terminó derivando en un
pensamiento distorsionado y generó otra idea revolucionaria, el reinado.
Existe un rey que es elegido por un ente superior a todos nosotros. Es una
decisión irrefutable y nada puede ir en contra de ese designio, sería antinatural;
nada ni nadie está o puede estar en contra de la naturaleza. Esa naturaleza que
“sería capaz de acabar con la vida de toda una sociedad si se ve amenazada”. –
una afirmación válida para el contexto y basada en una posible analogía del
instinto animal reflejada en el supuesto desarrollo de la naturaleza para ese
entonces – Estas distorsiones del “pensamiento primitivo” derivaron en la creación
y adoración de cualquier cantidad de dioses. Dios sol, Diosa luna, el Dios del cielo,
el Dios animal, el Dios rey, cualquier cosa que tuviese relación con algunos
eventos naturales importantes o con supuestos designios divinos era suficiente
razón para adorar su existencia. Todas estas ideas en las mentes de los
individuos, ideas que no se atrevían ni a refutar ni a validar por ellos mismos, los
llevó al caos. Un individuo que se cree un Dios por designio de la divinidad,
termina enfrentando inexorablemente una realidad: todo aquel que viva bajo las
mismas creencias o concepciones de la divinidad, tenga una firme voluntad y crea
de cualquier modo que ha sido elegido por cualquier deidad para enfrentar los
abusos de un rey “enfermo por el poder de dominar” ó la simple ambición de
cualquier otro individuo que sólo quiera sentirse parte de alguna idea de lo divino,
son motivos suficientes para intentar acabar con él y apoderarse de su reino.
Esto fue un juego de voluntades y de poder entre quien quiso dominar y quien
quiso ser libre y que los demás lo fueran también. Todo bajo el dominio mal
entendido de la espiritualidad.
En la evolución, todo se trata de que las cosas se vayan equilibrando, y haciendo
uso de este principio, aunque de forma inconsciente, en el momento de muchos
dioses, surgió otra idea revolucionaria: ¡existe un sólo Dios!
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Ahora todo girará en torno a este pensamiento en la cabeza de unos cuantos
individuos. ¿De dónde ha surgido tal pensamiento? De la misma sensibilidad hacia
la naturaleza, a esa búsqueda continua de la humanidad del entendimiento de la
existencia de la vida y a la unidad a la que en definitiva todos pertenecemos.
Una vez más, el entendimiento y voluntad de unos toman el mando para hacer
surgir una nueva sociedad, donde ninguno sea dominado por ningún hombre, solo
por Dios. Ha comenzado una nueva revolución.
Según los teólogos – no es que quien les escribe sea un gran entendido de la
materia – esta revolución surgió, como todo, de un ente superior, algo más allá de
la razón, el espíritu. Entonces, tomando esto en consideración voy a aseverar lo
siguiente: Supuestamente Dios, el único, decidió castigar y acabar con esas
sociedades viciadas por la distorsión y mal interpretación de la esencia de la
naturaleza, es decir, del espíritu, por lo que escogió a unos cuantos individuos
“puros”, “dignos” o “rectos” y les hizo saber su plan con anterioridad para que
salvaran tantos como les fuera posible y llegado el momento en que Dios ya
estuviese seguro que sus elegidos hicieron lo que les encomendó, procedería a
acabar con el resto de los humanos “impuros”, como efectivamente se dice que
sucedió. – palabras más, palabras menos es, a opinión de quien les escribe, lo
que básicamente sucedió –
Siendo consecuentes con las ideas anteriores en cuanto a la sensibilidad y
observación hacia la naturaleza, me es válido mencionar que si un acontecimiento
natural de gran magnitud se está gestando y que su eventual desenlace puede
terminar con una civilización, probablemente, al menos un individuo lo bastante
sensible, observador y de cierto modo espiritual, podría tener una visión de lo que
podría pasar y como consecuencia haría lo posible por salvar a tantos como le sea
posible, ya que los humanos para podar sobrevivir y hacer que nuestra raza haya
perdurado en el tiempo, necesitamos estar en sociedad. – Quien les escribe no
pretende negar ni afirmar algo que durante todo este tiempo nos han dicho o nos
han mostrado, simplemente busca ponerlo en perspectiva; La perspectiva, otra
idea revolucionaria –
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Según la historia conocida, hechos como el anteriormente descrito han sucedido
por lo menos en un par de ocasiones, y según historias poco conocidas han
pasado por lo menos cuatro veces (Wikipedia Cultura Maya, 2014), – no estamos
aquí para refutar la historia o ponerla en discusión, sólo es una referencia – e
independientemente de la historia que se conozca, el principio es el mismo: han
existido, en su momento, individuos con una cierta sensibilidad hacia la naturaleza
y han hecho uso de sus habilidades sensoriales y comunicativas para salvar a
tantas personas como les sea posible, tomando en cuenta la naturaleza de la
sensibilidad de esos individuos – Hay historias donde estos individuos sensibles
han “sacrificado” ciudades por la naturaleza de sus observaciones – (Humanidad:
La historia de todos nosotros, 2012).
Es propio mencionar que en la expansión de la raza humana a través del mundo,
en cada lugar donde se estableció y desarrolló una sociedad, estas historias,
desde su esencia pero con diferente forma, se repitieron a lo largo del tiempo.
Ya hemos hablado de la era de la observación y sensibilidad hacia la naturaleza y
de cómo esas habilidades del humano de observar y razonar, pero más intensa
que estas dos, la habilidad para sentir, ser sensible a los cambios del entorno, han
marcado el inicio de nuestra civilización.
Luego de todo el tiempo transcurrido en esta narración, en términos de la
evolución de nuestra civilización, nos ubicamos ahora en un periodo de hace unos
dos mil quinientos años de la era común y la entrada en la historia a la refutación
del espíritu, es decir, a estudiar la naturaleza del hombre y de cómo percibe el
mundo, ahora se ha de validar cada acto según el conocimiento propio, ha surgido
otra revolución, la filosofía (Humanidad: La historia de todos nosotros, 2012).
Ciertamente fueron pocos los filósofos y surgieron en lugares muy puntuales de la
geografía de nuestro planeta. – Para quien les escribe, el primer gran filósofo fue
Siddharta Gautama, el buda – Y mientras la dualidad entre el poder del reinado o
imperio y esa supuesta espiritualidad, ahora llamada religión, continuaba, estos
filósofos, en sus escuelas de filosofía se ocupaban de tratar de entender la
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naturaleza del hombre, de cómo pensaba, de por qué pensaba pero sobre todo de
cuál era la esencia de su existencia.
Tenían suficiente tiempo para pensar y debatir sus argumentos y observaciones.
De los pocos que emprendieron esta tarea, fueron aun menos los que
verdaderamente transcendieron en la labor a la que se dedicaron. De todos, muy
pocos se dedicaron a estudiar solamente al hombre, y paulatinamente, por esa
misma necesidad de entendimiento de la existencia y de experimentar para
comprender, comenzaron a observar y analizar la naturaleza de las cosas, formas,
texturas, olores, colores, interacciones, funciones, en fin, de filósofos pasaron a
ser científicos, una nueva revolución del pensamiento y de la forma de ver la vida.
Se puede decir que ese momento fue un punto crucial de nuestra historia como
humanidad ya que con la invención del papel y la escritura, ese conocimiento que
obtuvieron en aquel momento ha llegado hasta nosotros.
Para entonces, las civilizaciones más adelantadas y de cierto modo más
entendidas, eran aquellas que, como mencionamos hace unas cuantas líneas
atrás, decidieron asentarse en vez de explorar, – lo cual no significa que los que
decidieron explorar no tuviesen su cuota de conocimiento y entendimiento en otras
áreas – también eran las más hostiles y violentas, imponían sus supuestos
designios divinos y los no tan divinos, a sangre y acero (Humanidad: La historia de
todos nosotros, 2012). En ese momento surgió de entre tantos, un individuo que
refutó el estatus hasta ese momento conocido y utilizó la espiritualidad y el espíritu
como fuente de inspiración para él y para los otros, ha surgido otro revolucionario,
llegó Jesús de Nazareth. Con sus ideas y su forma de ver el mundo, puso en
perspectiva las ideas y las visiones de aquellos que le escuchaban, lo que,
después de su muerte y ser convertido en mártir, derivó en una gran revolución
religiosa. A tal punto llego la revolución, que el poder que sustentaba el imperio y
su pseudo espiritualidad liberal, tuvo que ser replanteado, dando origen a una
religión única, de un solo Dios, con una gran cantidad de manipulación y la firme
convicción de infundir el miedo en la mente de sus gobernados y hacerlos creer en
la intangibilidad de una fe que no se ocupaban de explicar.
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Después de estos acontecimientos llegó el momento del oscurantismo. Poco o
nada se logro en el mundo y en las sociedades dominantes de aquellos tiempos,
solo en el campo militar y el desarrollo de armas hubo algún tipo de avance. Sólo,
en un momento de tanta oscuridad, algunas sociedades encontraron una luz, hubo
otro cambio de perspectiva, se creó otra gran religión concebida por otro
revolucionario, Mahoma.
Luego de estos acontecimientos, en el mundo se desato una gran competencia:
quien era capaz de hacer que su religión y sus ideas fueran las predominantes en
el mundo. – Esto solo era una excusa para conquistar territorios, adquirir recursos
y ejercer el poder mediante la esclavitud de los individuos – Más de mil años duró
este escenario de violencia, dominio y muerte; no solo en lo que entonces era
conocido como el centro de civilización, sino también en el resto del mundo,
aunque en una magnitud mucho menor, ya que en el resto del mundo seguían
viviendo bajo cierta ingenuidad basada en una espiritualidad mas enfocada en la
naturaleza y el funcionamiento de ella , aunque igual eran guiadas por ciertos
individuos con una supuesta capacidad espiritual y su conexión con el mundo.
En nuestro recorrido histórico hemos dado un vistazo fugaz a casi setenta mil años
desde el surgimiento de la especie humana y de cómo, pensamientos y acciones
revolucionarias, han derivado en lo que podríamos llamar la evolución de la
humanidad. Por los acontecimientos hasta ahora mencionados podemos darnos
cuenta que las limitaciones del entorno – la naturaleza y la estructura del poder – y
del desarrollo individual de los seres humanos han hecho que la evolución de
nuestras sociedades se torne algo difícil. Pero poniendo las cosas nuevamente en
perspectiva, si aceptamos el concepto de Darwin y nuestra evolución a partir del
chimpancé (Wikipedia, Teoría de la evolución), cabe destacar que le tomó a la
naturaleza hacernos evolucionar del mono al humano como lo conocemos ahora
de unos cinco a siete millones de años (Wikipedia, Evolución humana);
continuando con la perspectiva, en la narración que llevamos hasta ahora nos falta
mencionar los últimos quinientos años de nuestra era común. En estos últimos
años el salto evolutivo del pensamiento y de la acción del hombre ha sido
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considerable. Hagamos pues ese último trecho de camino en la historia para luego
poner todo lo que sabemos, lo que nos han dicho y lo que somos capaces de
observar en perspectiva.
Ha llegado el tiempo del renacimiento. El renacimiento de la humanidad, otro
acontecimiento revolucionario. El poder y el dogma religioso son puestos en el ojo
del discernimiento. Si bien algunos pocos se atreven a enfrentar el oscurantismo
que ha dominado hasta ese momento, los que se atrevieron, se vieron duramente
castigados e incluso asesinados y los que de cierta lograron sortear las
dificultades que se encontraron en el camino, fueron el motor de esa revolución
renacentista. Sembraron la idea de discernimiento y cambio en algunas mentes;
estas mentes a su vez, haciendo uso del poco conocimiento científico que
poseían, y que básicamente se resume a la capacidad de observar, cuantificar,
replicar y validar las leyes que puedan ser descubiertas a razón de la naturaleza,
decidieron omitir cualquier dogma o doctrina y actuar según sus intereses;
intereses motivados por esa gran curiosidad humana en la necesidad de entender
cómo funcionan las cosas para en última instancia, mediante el razonamiento y la
“sensibilidad espiritual”, intentar descubrir cuál es el significado de nuestra
existencia.
Giordano Bruno, Galileo Galilei, Leonardo Da Vinci, Miguelángel, entre otros,
fueron algunos de los personajes que dieron principio al renacimiento. Algunos de
ellos se manifestaron mediante la expresión de los sentimientos a través del arte y
otros mediante el estudio de las artes científicas. Esta particular combinación de
visiones logró legarnos un conocimiento y una visión más amplia de las cosas.
Fueron los cimientos sobre los que otros posteriormente edificarían al tomar la
decisión de seguir sus propios pasos en esa búsqueda y descubrimiento de algún
nuevo entendimiento sobre la existencia que luego será comunicado y transferido
a otros. Esta naturaleza humana del compartir es lo que nos ha permitido seguir
esbozando un entendimiento mayor, no solo del sentido de nuestra existencia,
sino de la existencia del universo y de todo en él.
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Del renacimiento, llegó la revolución científica, René Descartes, Voltaire, Jean-
Jacques Rousseau, John Locke, fueron algunos de los que dieron comienzo a la
revolución del pensamiento; todos tuvieron más de una disciplina en la que
destacaban: música, artes, filosofía, ciencias, ingeniería; Isaac Newton, James
Clerk Maxwell, Michael Faraday continuaron con la observación de los fenómenos
del mundo expresados mediante la naturaleza. Todos ellos, junto a otros más,
sentaron las bases para otra gran revolución, la revolución industrial.
Entendimiento de sistemas naturales, emulados en una serie de máquinas que
permitían hacer más cosas, llegar más lejos, “dominar” la tierra, los océanos y el
cielo. Había, de cierta forma, una abundancia de oportunidades para todos. Se
hace la salvedad de que aun existían centros de poder, doctrina y dogmatismo
religioso, conductas represivas del libre pensamiento que frenaron un desarrollo
que prometía ser aún mayor.
Hemos llegado a los últimos cien años de la era común, la idea de la relatividad, el
estilo y la moda, las clases sociales, la idea general del conocimiento, entre otras
tantas cosas, era lo que formaba parte del desarrollo del intelecto y del saber de la
civilización. Pero como a lo largo de la historia hasta ahora aquí mencionada, el
uso del poder y la doctrina, ahora llamada política, ejecutada mediante el ejercicio
de la economía y todavía bajo ciertos dogmas religiosos, dieron forma al siglo de
las guerras, el conflicto, el hambre, la discordia, el detrimento de la vida de los
individuos en favor del poder y de los que lo ejercen. Hubo más muertes en este
último siglo por la guerras que por los conflictos y la naturaleza en los casi setenta
mil años de la existencia del hombre (Humanidad: La historia de todos nosotros,
2012), y todo esto causado por individuos con supuestas tendencias mesiánicas
que utilizaron la espiritualidad, el conocimiento y el entendimiento que hasta ese
momento se había logrado para distorsionarlo, mal interpretarlo y crear a partir de
eso, un discurso y una argumentación para justificar y validar sus supuestas
observaciones, no de cómo es el mundo, sino de cómo, según ellos, debería ser. –
tal fue la distorsión a la que se llegó, que lo que hasta ese momento había
enriquecido la mente, el conocimiento y el entendimiento de la vida fue utilizado
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para crear algo que tuviese la capacidad de destruirlo todo, usaron la ciencia para
crear la bomba atómica. Cabe decir también que todas las distorsiones que se han
dado a lo largo de la historia no necesariamente son de carácter estrictamente
premeditado en la baja ética y moralidad, a fin de cuentas, como reza un viejo
refrán: “de buenas intenciones está pavimentado el camino al infierno”–
Después de semejante episodio, el conflicto siguió en casi todas las partes del
mundo. Aunque este conflicto generalizado mermo la ingenuidad y la naturaleza
curiosa del colectivo, unos pocos, ahora trabajando a favor del poder y de la
doctrina, forjaron otra gran revolución, la revolución tecnológica.
Más allá de lo que representa el conjunto de conocimientos y recursos utilizados
para crear esta tecnología, la verdadera revolución surgió a partir del uso que se le
dio a esa tecnología; lo que ahora nosotros conocemos como la revolución de las
comunicaciones y en la que nos encontramos actualmente.
Las comunicaciones se extendieron por el mundo, permitiendo a los individuos
conectarse a una red de información que les da la oportunidad de incrementar sus
conocimientos de manera exponencial; ya no estamos aislados, estamos todos
conectados en lo que llamamos el ciber espacio. – como todo lo que ha surgido de
una gran revolución, tiene su “lado oscuro”, esta no es la excepción, ya que esta
tecnología nos ha envuelto en un mundo que no es precisamente real, que nos
absorbe y mediante el cual el poder y la doctrina buscan seguir con el dominio de
las mentes de todos aquellos que se dejen llevar. Si bien, cerca del comienzo de
esta narración, mencionamos que en su momento los individuos que habían
alcanzado cierto entendimiento, decidieron asentarse y otros con el mismo
conocimiento decidieron explorar, en ese momento cada uno de esos individuos
era tomado por lo que realmente era, un ser con la mismas capacidades que otro
de sus iguales, y aunque también mencionamos que fueron las ideas de uno o de
un pequeño grupo lo que logró que mejoraran su calidad y su entendimiento de la
vida, eran sociedades con una tendencia más horizontal y no, tan estrictamente
vertical como se encuentra estructurada ahora –
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Toda esta narración me servirá para bosquejar una teoría, que espero me permita
mostrarles que, si bien todos los hechos acaecidos desde el comienzo de la raza
humana pueden ser categorizados como buenos o malos desde una perspectiva
moral, todos y cada uno de esos acontecimientos nos sirven para ensamblar una
idea revolucionaria de lo que podría ser nuestra evolución como especie humana,
y podremos lograrlo haciendo uso de nuestra capacidad de observación, nuestra
habilidad de razonar y de sentir, validándola en el estricto orden armónico y
simbiótico de la naturaleza.
La naturaleza y estructura humana.
El humano – entiéndase por humano, tanto femenino como masculino, adulto o
niño – está conformado por un cuerpo biológico, dentro de ese cuerpo se
encuentra el cerebro, que es, no solo el responsable de coordinar todos los
mecanismos del cuerpo: vista, olfato, gusto, audición y el tacto, el funcionamiento
de los órganos sensibles, de los músculos y todo aquello que conforma ese
cuerpo biológico, – visto desde el punto de vista de una máquina, el cerebro sería
quien controla esa máquina – sino que también es el responsable de darnos lo
que nosotros conocemos como conciencia; a través de las percepciones del
cuerpo, el individuo se sabe, se conoce, se ve como individual, se forja lo que
llamamos el Ego, que no es más que ser consciente de su existencia. Esta
conciencia se va creando en la medida en que los individuos desde que se están
gestando dentro del vientre materno, interactúan con lo que está fuera de ellos, –
de la madre, el cuerpo del feto va recopilando información biológica de las
condiciones externas, es decir, la biología de ese cuerpo en gestación se prepara
para salir al exterior según sean las condiciones donde su madre se desenvuelve.
Pongamos un ejemplo: unos investigadores habían realizado un descubrimiento
que con relación a la obesidad que padecían ciertos individuos sin una aparente
relación a la cantidad de comida o la calidad de la alimentación que tuviesen (En
el vientre materno, 2005). En su investigación descubrieron que estos individuos
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habían sido gestados en una época de hambruna; que sus madres al momento de
la gestación tenían una alimentación muy pobre y deficiente, lo que provocó que
los cuerpos de estos individuos en gestación se prepararan biológicamente para
enfrentar esas condiciones adversas, ¿Cómo lo hicieron? Sus cuerpos se
adaptaron de tal forma para poder almacenar cada minúscula caloría, obteniendo
así sus reservas calóricas para un eventual contexto de hambruna; lo que siguió a
continuación fue que sus padres lograron salir de la pobreza y como consecuencia
de esto, la alimentación de todos mejoró, al mejorar, sus cuerpos programados
biológicamente seguían las instrucciones previas, almacenar cada valiosa caloría,
por lo que estos individuos padecían de una tendencia biológica a ser obesos.
Esto nos sirve, no para comprobar el Ego, solo nos sirve para validar un punto: los
seres humanos desde su gestación recopilan información útil para su
supervivencia – al hacerlo, van tomando información valiosa que luego usaran,
consciente o inconscientemente a lo largo de su vida. Esta información es – a
opinión de quien les escribe – de dos naturalezas: racional y emocional, siendo
esta última, con frecuencia, más fuerte que la primera. A partir de todas las
interacciones en las que el individuo se ve involucrado, su cerebro va
construyendo, de manera natural, una estructura intelectual-sentimental que le
proporciona las herramientas para seguir interactuando y aprendiendo de esas
interacciones. Ahora bien, el cuerpo biológico y el cerebro con su capacidad
racional y emocional, suman algo más grande, algo que podríamos llamar espíritu.
Si hacemos una breve introspección, podríamos darnos cuenta de que cualquier
“sensación” que podríamos llamar espiritual, no es más que un equilibrio
momentáneo de estas tres partes, el cuerpo biológico, la razón y la emoción.
Nunca se está demasiado emocional, o demasiado racional, o con un cuerpo
desequilibrado, cuando se experimenta una “sensación espiritual”. Cuando
hablamos al comienzo de lo revolucionario que fue descubrir el fuego y que a
partir de ahí, el cerebro del humano evolucionó de tal forma que ahora sus
pensamientos podían ser más estructurados y complejos, – se equilibró su cuerpo
biológico – decíamos que fue el momento en que, basándose en la observación de
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su entorno, se dieron cuenta de que el planeta era rítmico y cíclico, con lo que,
cuando comprobaron sus observaciones racionales, entraron en un estado
emocional positivo; si a eso le sumamos la idea de que esos humanos primitivos
vincularon esa sensación gratificante biológica-racional-emocional a una conexión
con la “madre tierra”, entonces tenemos la primera sensación espiritual real,
porque ya no se veían sólo como individuos indefensos y aislados, sino que se
habían conectado con algo mucho más grande que ellos y que les produjo un gran
bienestar. Esta historia se ha repetido una y otra vez en todos los momentos
espirituales revolucionarios de nuestra historia común. –Con la salvedad de ciertos
acontecimientos donde algunos individuos, aprovechándose de la ingenuidad de
otros individuos y valiéndose de las ganas o de la necesidad de estos, de formar
parte de algo más grande, lograron manipularlos y aprovecharse de ellos –
Cuando hablamos de espiritualidad, hablamos de una conexión con el todo, con la
energía natural superior derivada de la suma de todo lo que existe. Si hacemos un
paneo rápido y no necesariamente muy profundo de las grandes religiones del
mundo, nos daremos cuenta de que aunque en sus formas pueden ser diferentes,
en su esencia son bastante similares. Todas tratan de hacernos ver que no solo
somos individuos separados unos de otros, sino que todos formamos parte de
algo más grande. Las diferencias en las formas se deben al contexto en la que
cada una se creó y las observaciones y apreciaciones de quienes las crearon.
Las premisas básicas son el respeto por la naturaleza, – amar a Dios sobre todas
las cosas; Dios es y está en todo lo que existe; todo lo que existe es lo que en
términos generales llamamos naturaleza – el respeto por nosotros y por nuestros
iguales y la disciplina que hay que tener en la vida.
Si tomamos estas afirmaciones y las comparamos al funcionamiento natural de
todo lo que existe, veremos que nada ocurre fuera de las leyes naturales – la
energía no se crea ni se destruye, solo se transforma; el ecosistema se regula así
mismo, se equilibra; la evolución toma en cuenta todos los factores del contexto y
la naturaleza o esencia de las cosas para poder actuar –
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Siempre habrá quien quiera comparar nuestros comportamientos con los
comportamientos del mundo animal, justificando y validando ciertas acciones de
los individuos, como: “sólo los más fuertes sobreviven”, “el pez grande se come al
chico”, “el león es el rey de la selva” – procuran entonces “ser como un león” –.
Poniendo todo esto es perspectiva, los insectos llevan más tiempo en este mundo
que nosotros y no son precisamente lo que podríamos llamar “fuertes”;
ciertamente nunca veremos a una sardina perseguir a un tiburón, pero tampoco
veremos a un tiburón perseguir a otro tiburón para comérselo, quizás puedan
llegar a pelear por territorio o por conseguir pareja, pero muy pocos animales o
insectos son caníbales – les puedo mencionar un ejemplo de canibalismo entre
insectos, se da en algunas especies de arañas y mantis religiosas, y es que el
macho, después de la copulación con la hembra, es comido por ella, pero cuando
nacen los nuevos insectos, estos se comen a su madre. Básicamente se
convierten en una comida fácil para poder perpetuar su existencia (Planeta tierra,
2006). Esto se podría comparar con el sacrificio diario de los padres por
procurarles un mejor futuro a sus hijos, y eso se repite una y otra vez a lo largo de
nuestra historia –; si el león es el rey de la selva ¿Por qué le huye a un elefante?
O ¿Por qué no se acerca a un cocodrilo? El que es rey, supuestamente rige sobre
todos ¿o no? Lo cierto de esto es que siempre habrá quien pretenda justificar y
validar ciertos comportamientos, pero si esa justificación esta fuera de los
parámetros del equilibrio entre la biología, la razón y la emoción, no será válido y
por ende esos comportamientos serán injustificados.
Cuando hablamos de biología, nos referimos a toda esa cantidad de reacciones
químicas y físicas que ocurren dentro de los entes biológicos, es decir, los seres
vivos de cualquier especie o reino – animal (mamíferos, reptiles, insectos, etc.) y
vegetal – en reacción a las interacciones con su contexto más próximo.
Al hablar de la razón, hablamos de la capacidad lógica de hilar eventos y
vincularlos entre sí para la obtención de conclusiones válidas con las que
podríamos repetir la misma acción de hilar y vincular para obtener nuevas y más
precisas conclusiones, y así al infinito – o hasta que el ser que razona perezca –
19
Hablar de las emociones es un tema más complejo ya que básicamente son
reacciones químicas fuertes que se originan en el cerebro de los individuos y que
luego son manifestadas mediante sensaciones corporales y pensamientos que no
son precisamente racionales, pero que tienen su razón de ser en las sensaciones
y la sensibilidad del individuo en un contexto especifico. – quien les escribe ha
llegado a la conclusión de que todos los sentimientos positivos hacen referencia a
una sensación de plenitud y que los negativos hacen referencia a lo contrario de
esta –
El contexto y la época actual.
En el mundo de hoy, vivimos bajos estructuras sociales, políticas y económicas de
las que muy poco sabemos realmente. La estructura social está centrada en la
capacidad económica de los individuos, las clases sociales. La estructura política
está centrada en cómo, mediante la economía, se puede desarrollar una sociedad
“funcional”. Y la economía se estructura en la capacidad de producción de “cosas”
y servicios y la necesidad de los individuos en consumir estas “cosas” y servicios.
Para hablar de nuestro contexto actual, es necesario saber que este está dividido
en esas tres estructuras; social, política y económica. Pero aquí no las vamos a
tratar por separado, sino en conjunto como efectivamente se manifiestan. La
principal de estas tres estructuras es la economía, por ella se rige la política y la
sociedad. Es la que marca la supuesta calidad de los individuos y las naciones.
Según la economía, la felicidad o el bienestar social se mide con algo que ellos
llaman PIB (producto interno bruto) que no es más que la oferta y demanda de
bienes de consumo – cosas – y servicios, por lo que si la capacidad de compra de
los individuos y la oferta de los bienes y servicios es amplia, entonces los
individuos son “felices”. Hablemos aquí de capitalismo, comunismo, socialismo o
cualquier “ismo” o mezcla de ellos que exista, todos tratan de lo mismo, buscar la
forma de ejercer un modelo económico que procure el mayor bien social. La
cuestión está en que si las necesidades básicas de los individuos estuviesen
20
satisfechas, quizás podríamos hablar no de felicidad, pero sí de tranquilidad. Por
ejemplo: una papa sembrada el cono sur del continente americano, es comprada
por un comerciante a una unidad de moneda, cualquiera que sea. Este
comerciante ha de trasladar esta papa desde donde fue cosechada hasta el lugar
donde se ofertara al público, pero ha de tomar en consideración los costos de
trasporte de la mercancía que equivale a otra unidad de moneda. Ahora a esta
papa cuesta dos unidades de moneda, como ha de esperarse el comerciante, por
“razones lógicas”, ha de percibir alguna ganancia por tomarse la molestia de ir a
buscar la papa, se le suma otra unidad de moneda, es decir que ahora la papa
cuesta tres unidades de moneda. Dependiendo de qué tan urbanizado sea el lugar
donde este comerciante oferte esa papa, podrá incrementar el costo según su
apreciación del esfuerzo necesario para conseguir esa papa, además que
mientras más lejos este el lugar donde se cosecha la papa del lugar donde se va a
ofertar, entonces su valor, en términos monetarios se incrementará. Ahora
supongamos que viene un segundo comerciante y le compra esa papa al primer
comerciante, y que los costos tanto de transporte como de esfuerzo del
comerciante es el mismo, entonces se incrementaría el costo de esa papa a cinco
unidades de moneda. Es válido hacer notar que quien cosecho la papa en primer
lugar tomo en consideración los costos de su trabajo y de la reposición de la
cosecha, por lo que realmente la papa cuesta mucho menos de una unidad de
moneda que fue por lo que se vendió al principio. Eso es lo que en economía se
llama “valor agregado”, y por lo que entonces esta papa ya está valorada en cinco
unidades de moneda. Así funciona y nosotros no tenemos ningún problema con
esta forma de comercio, es decir, todos estamos en el derecho de cobrar por
nuestro esfuerzo lo que consideremos justo por proveerle un producto a otro
individuo que “simplemente” está esperando que se lo provean.
Aunque siendo justos, este individuo no está “simplemente” esperando que le
provean algo, este individuo trabaja diariamente durante una jornada laboral, o
media jornada laboral o cualquier cantidad de tiempo especifico, para poder tener
el dinero para obtener su papa. La economía ha usado el principio de la disciplina
21
para mantener a los individuos ocupados en poder obtener dinero para poder
satisfacer sus necesidades básicas. Ahora entra en juego la política. El sistema
político es quien “regula” a la ciudadanía, creando leyes y argumentos para que
los individuos de una sociedad en específico vivan y funcionen. Como el ejercicio
del gobierno requiere de recursos para su funcionamiento, se vale de la economía
para obtenerlos y crea algo llamado IVA (impuesto al valor agregado) con lo que
se asegura una entrada de recursos ya que todos los individuos que forman parte
de cualquier sociedad se ven en la necesidad de obtener sus bienes y servicios
para poder vivir. Este impuesto, como otros muchos son recaudados con la
función principal de crear, mejorar y desarrollar infraestructura y avances en la
capacitación de los individuos que forman parte de la sociedad. A simple vista se
observa que esto no se cumple y que entre burócratas y burocracia se crean
distracciones para que los ciudadanos no tengan el poder de regular y controlar
las acciones de los gobiernos. Siempre se habla de la separación de poderes que
debe existir en la estructura de cualquier gobierno, pero realmente ¿Cuan
separados están? ¿Todos sus representantes son tan éticos, morales y sinceros
como para velar por los intereses del colectivo y no dejarse llevar por ideas
corruptas? Sin más, la repercusión de todo esto se ve reflejada en la sociedad, ya
que, aunque resulte irónico, el que más trabaja, menos gana, porque en la
mayoría de las sociedades, el conocimiento de los individuos repercute
directamente en la capacidad de poder obtener más beneficio económico, pero por
contradictorio que parezca, para poder elevar el conocimiento de los individuos, se
necesitan recursos económicos, con lo cual estaríamos en presencia de un círculo
vicioso que no permite que la gran mayoría de los individuos mejoren su calidad
de vida. Se dice, y efectivamente se comprueba a través de la historia, que son la
sociedades quienes al unirse, producen cambios radicales en la formas de
gobierno y por asociación en las formas de la economía. Pero una sociedad que
este ocupada en satisfacer sus necesidades básicas, no tendrá el tiempo ni la
capacidad de poder ponerse a pensar en cómo su entorno podría mejorar. Es aquí
donde la política hace uso de la estrategia de separar a los individuos, porque al
22
separarlos, domina. Es difícil ver una sociedad donde estén todos unidos a pesar
de sus diferencias, y las pocas que existen, se creen superiores y se aíslan de
aquellos que consideran inferiores.
El principio del ejercicio del gobierno es hacer que una sociedad sea sustentable,
procure el bienestar para cada uno de los individuos que formen parte de ella y
que éste sea perdurable en el tiempo. Debe procurar que las necesidades básicas
de los individuos estén cubiertas de manera íntegra: alimentación, vestido,
vivienda, educación y desarrollo individual, lo que en suma se transforma en un
desarrollo social general.
Por otro lado, las sociedades no deben esperar que los políticos resuelvan sus
necesidades, como efectivamente ocurre. Si hacemos una analogía de la sociedad
con el cuerpo humano, veremos que sería la mayoría de la sociedad quien
conforma el cuerpo en casi toda su totalidad, espera que el gobierno, que le dan la
posición del cerebro, haga algo para que ese cuerpo funcione. Lo que no se han
dado cuenta es que sin el cuerpo, el cerebro no funciona. Que sin la información
que el cuerpo provee al cerebro, este no puede hacer nada más que estar ahí y
consumir recursos. – el cerebro consume en promedio, más del 20% de los
recursos calóricos del cuerpo – (En el vientre materno, 2005).
Entonces tenemos una sociedad dirigida por la política que a su vez está regida
por la economía, es decir, la gran mayoría se deja guiar por una minoría.
Ciertamente esa gran mayoría no es consciente de lo que ocurre a una escala
mayor porque están concentrados en sobrevivir. Y los que puedan estar
conscientes de lo que ocurre, o no hacen nada por cambiarlo y siguen viviendo
bajo esos paradigmas o si deciden hacer algo, se ven sistemáticamente
obstaculizados por el sistema. No es justo pasar por alto a aquellos individuos que
han podido hacer algo por cambiar el estatus de una sociedad, pero son
verdaderamente pocos, los que no se han visto viciados por el poder que les
procura ser los lideres de un gran número de personas. La mayoría de estos
líderes que han logrado estar en esa posición de poder cambiar las cosas, se
valen de la psicología de las emociones para llegar a su meta, y una vez ahí, el
23
poder y el vicio que hay es tal, que terminan sucumbiendo a ellos. No son
personas de integridad fuerte, sólo son manipuladores de mentes que utilizan ese
poder para satisfacer sus necesidades personales. – no quiero aquí satanizar o
menos preciar a nadie, las intenciones de estos individuos pueden ser muy puras
y verdaderamente sinceras, pero si no son tomadas con seriedad, procurando
tomar la mayor cantidad de vectores que les sea posible, se rodeen de individuos
con las mismas intenciones y voluntad de cambiar y saberse que ellos no
imprescindibles, sino que en la medida que se hagan los cambios correctos, como
en la naturaleza, todo se equilibrará por sí solo, entonces seguiremos en
presencia de manipuladores de mentes y nada más –
¿Cómo nos damos cuenta verdaderamente que un sistema político no cumple con
las obligaciones propias del ejercicio del gobierno? Cuando estos políticos, no
dedican tiempo y recursos a una educación de calidad. No se trata sólo de saber
leer y escribir, o cumplir con un pensum, o llenar la cabeza de los individuos de
información; se trata de darles herramientas intelectuales a los individuos para que
tengan la capacidad de discernir sobre sí mismos y sobre su entorno. Es ampliar
la capacidad de cada individuo y sacar lo mejor de cada uno. No pensando en que
la economía necesita cierto tipo de profesional, o que la nación-estado necesita
desarrollarse por un camino en particular; sino pensando en la multiplicidad de
capacidades que el ser humano es capaz de desarrollar y que por ende las
necesidades de cualquier sociedad podrían ir siendo solventadas en la medida
que los individuos tengan la confianza y puedan desarrollar las habilidades
necesarias para observar su entorno y saber por cual camino transcurrir y de esa
forma mejorar el contexto para todos. En la medida que todos los individuos de
una sociedad sean educados a favor del trabajo común, de saber que todos
formamos parte de un sistema, de que en la medida que cada uno pueda
desarrollar su potencial se abrirá un camino de verdadera evolución social. La
preocupación fundamental de los gobiernos no deben ser los factores económicos;
la ocupación fundamental de los gobiernos es que todos y cada uno de los
individuos que forman parte de su sistema social puedan evolucionar, de tal
24
manera que la raza, el credo, la nacionalidad y la cultura de todos los habitantes
del planeta puedan confluir de manera armónica y plena en el desarrollo de sus
vidas.
Ya hemos hablado del sistema económico-político-social en el que nos
encontramos, algunas características de su funcionamiento y algunas de las
debilidades que presentan. Ahora hay que hablar de las tendencias en el
comportamiento colectivo en base a la estructura cultural que se nos muestra en
esta revolución tecnológica y de comunicaciones que estamos viviendo.
Como podemos observar, el auge de las llamadas redes sociales va en ascenso,
lo que nos quiere decir que había y hay una necesidad de compartir y
comunicarnos, no importa el lugar geográfico donde estén ubicados, la premisa es
compartir intereses comunes. Estas redes sociales también sirven de plataforma
para que las personas desarrollen y compartan sus ideas. El punto débil de esta
tecnología comunicativa, es que hay tanta información y los individuos están tan
necesitados de aprobación, que si la integridad intelectual, moral y ética de los
individuos no están bien formadas, se corre el peligro de que estos individuos
dejen de vivir en la “realidad” y solo vivan en la “realidad virtual”. Un ejemplo: hay
un individuo que le es muy difícil interactuar con otros de manera espontanea y
tranquila, ya que no pudo desarrollar ciertas habilidades sociales, de tal manera
que tiene ahora la oportunidad de sentarse frente a un computador y ponerse a
jugar el juego de moda. Tiene tanto tiempo libre de la interacción social que lo
emplea en jugar, y al estar conectado con miles o millones de individuos que
también están jugando, ve ahí la oportunidad para interactuar “socialmente” de
manera “virtual” con otros jugadores. No voy a negar que existan compañías que
desarrollan videojuegos que están a la caza de estos individuos, de alguna forma
adictos a estos juegos, para poder crear más y “mejores” juegos que atraigan la
atención de más y más individuos cada vez, a fin de cuentas, mientras más
individuos jueguen, más beneficio económico tendrán estas compañías; no
importa la habilidad que tenga el individuo para desarrollarse naturalmente en un
contexto social sano, solo importa la ganancia económica que puedan percibir, de
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todos modos estas compañías no amenazan o violentan de alguna forma a estos
individuos, ellos son los que, por su voluntad, terminan sirviendo a este tipo de
economía virtual.
Otro tópico que es tendencia por estos días, es la llamada “Espiritualidad New
Age”, que no es más que un replanteamiento de las religiones, porque cuando se
habla de espiritualidad, no necesariamente se habla de religión. Es por eso que
esta nueva forma de ver al espíritu es un compendio de actitudes religiosas,
tradiciones ancestrales, un poco de razonamiento y una gran carga emocional.
¿Por qué digo “una gran carga emocional”? porque es precisamente de la
emoción que surgió la necesidad de buscar más allá de lo que las religiones
estructuradas plantean, surgió la necesidad de entender el misticismo y la
verdadera intención, fuera de los ritos y rituales, fuera de hacer estricto caso a lo
que las religiones exigen y comenzar a discernir de esto, comenzar a justificar y
validar las creencias que hasta ahora le han impuesto a la humanidad.
Dentro de esta onda “New Age”, también existe la tendencia a cultivar el cuerpo,
ya que dentro del tema de espiritualidad, el cuerpo hace la función del templo, por
lo que es necesario ponerle tanta atención como al espíritu mismo. Esta
tendencia, más orientada a una serie de ejercicios y disciplinas orientales en su
mayoría, consiste en equilibrar el cuerpo mediante el movimiento y la respiración,
lo que permite drenar tensión y ganar energía. Al igual que el ejercicio, la
alimentación tiene una relación directa con el cuerpo, por ahí se sigue la expresión
“eres lo que comes”, y es por eso que el tema de una alimentación sana y
balanceada es la premisa para tener un cuerpo saludable que nos permita
disfrutar la vida plenamente.
La esencia de esta tendencia “New Age” es en sí misma, noble y bien fundada
desde un punto de vista racional, como ya mencionamos antes – es así para quien
les escribe; si el que lee se toma el tiempo de meditar lo que aquí se expresa,
capaz concluiría algo similar – el ser humano consta de un cuerpo biológico y
cerebro que le proporciona una capacidad racional y emocional, lo que en su
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totalidad – la suma de las tres cosas – es lo que nos permite llegar a la
espiritualidad y al espíritu.
Esta forma “New Age” de ver la vida ha resultado una verdadera revolución. En
todos los medios que disponen la sociedades para informase y comunicarse, la
idea de la “verdadera espiritualidad”, el “cultivar el cuerpo y equilibrar la mente”
esta por todos lados. Las redes sociales están abarrotadas de estos temas. Las
librerías tienen una gran selección que hace referencia a estos temas. La prensa
escrita, radial, televisada y por internet, le dedica tiempo a estas ideas. Hasta los
científicos se han avocado a validar estos temas. – la verdad es que, para quien
les escribe, esto resulta un avance positivo –
La cuestión ahora es la siguiente: como hemos mencionado anteriormente, el
mundo se centra en la economía y no en la sociedad, por lo que cualquier cosa en
esencia buena y que los individuos busquen para poder equilibrarse, entonces
según la economía, se ha creado un mercado. Con este mercado, se venden
también estereotipos; entonces pensando desde un enfoque meramente de
beneficio económico, la esencia de esta idea se distorsiona. Cualquiera crea un
producto, una técnica, un método “New Age” para la vida, y como los individuos
están tan ávidos de equilibrio y superación personal, no reparan en observar
detenidamente si eso que les ofrecen es verdaderamente valioso y necesario para
ellos.
Como hemos visto – y no han de validar si más, todo lo que quien les escribe aquí
les dice – la distorsión de nuestras sociedades se debe a que el foco del desarrollo
no está en los individuos, sino que está en algo fuera de ellos. Como reza un viejo
refrán “quien no sabe, es como quien no ve”. Y precisamente este es el punto,
mientras los individuos que formamos parte de esta o cualquier sociedad, no nos
ocupemos de procurar para nosotros y para todos, una forma de “saber y ver” más
allá de lo que nos enseñan y muestran, entonces seguiremos en este camino de
evolución incompleta ¿Y por qué digo “evolución incompleta”? porque cuando
hablamos de evolución, hablamos de que hay que tomar en consideración todos
los vectores o factores que se encuentren relacionados al sistema que pretende
27
evolucionar; si no es así, entonces no hablamos de evolución humana o social,
estaríamos hablando evolución económica o política. – que a humilde opinión de
quien les escribe, nada tienen que ver, en el sentido como están planteadas ahora
tanto la economía como la política, con el verdadero desarrollo individual y
colectivo de la humanidad –
Las ciencias y las observaciones científicas.
La ciencia es una de las cosas aparentemente más infalibles y que más se acerca
a la “verdad” de las cosas y los fenómenos. Ciertamente al ser originada por los
humanos, es indudable que en algún punto puede fallar o contener errores, pero lo
especial de las ciencias es que, al estar sustentadas en leyes universales,
cualquier individuo, en cualquier parte del mundo ha de tener de la capacidad de
reproducir con éxito cualquier experimento, pudiendo así comprobar cualquier ley
natural y obtener su sustentación en base a la comprobación y la observación de
su experimentación.
Las ciencias básicas o exactas son cuatro: las matemáticas, la física, la química y
la biología.
Las matemáticas surgieron como producto del estudio de la geometría, y fueron
los griegos hace más de dos mil años quienes la descubrieron y la estructuraron.
A través del tiempo, muchos fueron los individuos que se destacaron en esta
ciencia y fueron ampliando el alcance de la misma. Se dice que la matemática en
su estado puro, es sumamente abstracta y muy compleja. Tal es su complejidad
que, aunque universalmente se conoce y así se comprueba que uno y uno suman
dos en la matemática más elemental, – si tienes un lápiz y consigues otro, ahora
tienes dos lápices – si nos vamos a lo abstracto, es decir, a las ideas, la suma de
uno y uno, no es necesariamente dos y existen varias formas y teoremas para
demostrarlo. Otro ejemplo curioso es el caso de dos líneas paralelas. Si se dibujan
dos líneas estrictamente paralelas una de la otra sobre una hoja de papel, por muy
larga que sea la hoja, las líneas no se tocaran, son paralelas; ahora supongamos
28
que vamos por una carretera muy larga, recta y sin pendientes. Cuando miramos
al horizonte, se puede observar que los laterales de la carretera por la que se
transita, que son estrictamente paralelos, se juntan, se da una ilusión visual de dos
líneas paralelas uniéndose en el horizonte. Esto puede ser explicado en las
matemáticas mediante fórmulas que concluyen que dos líneas paralelas se tocan
en el infinito. Una idea bastante abstracta y por demás compleja.
Todas las ciencias son estudiadas y expresadas bajo términos matemáticos. Sin
las matemáticas no tendríamos noción de cantidades ni de relaciones. Esta
ciencia es la herramienta que hace posible poder explicar las otras ciencias
exactas.
La física es –para quien les escribe – la ciencia universal y más elemental de la
existencia, con ella se pueden explicar todas y cada una de las interacciones que
en cualquier nivel se dan en el universo – claro está, explicada mediante el uso de
las matemáticas –; desde las interacciones de los átomos de los elementos,
pasando por el simple movimiento de una hoja de un árbol, hasta las interacciones
planetarias y galácticas del universo. – en la opinión de quien les escribe, toda la
existencia puede ser descrita matemáticamente, pero sería enteramente estática.
La física es el movimiento, el cambio, la voluntad de vida –
Tan amplia y simple es la física que nos maravilla con su naturaleza, – cuando
quien les escribe, utiliza el término simple, no quiere decir sencillo; sencillo es
lanzar una moneda al aire; simple es lo que ocurre en todo lo referente a esa
acción; pero en la acción hay un cierto nivel de complejidad para poder ser
entendida – es decir, mediante esta ciencia es posible entender la química y la
biología. Como se dan las interacciones entres ellas, como de interacciones
eléctricas y electromagnéticas, los elementos químicos se organizaron para crear
las formas biológicas más simples que en la medida que fueron interactuando con
más elementos y en condiciones específicas, fueron evolucionando hasta llegar a
formas más complejas como por ejemplo el ser humano. Un ejemplo muy hermoso
de la física, tiene que ver con la naturaleza de la luz y los colores. Es famoso el
experimento de hacer pasar un haz de luz a través de un prisma, lo que ocasiona
29
que la luz se separe en diferentes longitudes de onda y generen los colores. Ahora
bien, ¿alguna vez se han preguntado de donde vienen esos colores tan hermosos
de la naturaleza, el carmín de las rosas o la multiplicidad de colores y tonos de los
lirios? Pues resulta que, dependiendo de la naturaleza y la composición química
que posea cualquier planta, floral o no, ésta captura una longitud onda específica
de la luz, por lo cual obtienen sus colores y tonalidades características (Cosmos: A
Spacetime Odyssey, 2014).
Existe un experimento en física que demuestra la armonía y la belleza del sonido.
En el experimento se toma una laminilla de metal de unos 30 cm por 30 cm y se
ancla a una base por una esquina, a continuación se vierte sobre ella un puñado
de sal. Luego se toma un arco de violín y se pasa por cualquier parte de los
bordes de la laminilla, dependiendo de la fuerza, la inclinación y el lugar por donde
se frote el arco, esto generará una onda vibratoria específica, – lo que llamamos
sonido – y estas ondas vibratorias harán que la sal se disperse sobre la lamilla
creando formas espectaculares.
La física es capaz de explicar cualquier fenómeno que tenga que ver con la
interacción de cualquier cosa existente en el universo, solo se tiene que contar con
la dedicación y las ganas de entender la naturaleza de algún individuo interesado
en maravillarse, asombrarse y conocer cómo funciona eso que nosotros llamamos
existencia.
Es turno de hablar de la química. Esta ciencia es tan maravillosa como las
anteriores. Con ella podemos conocer, no sobre las interacciones, – de eso se
encarga la física – sino de las cosas que interactúan, los bloques de construcción
de todo lo que vemos, sentimos, olemos y saboreamos. La química explica la
naturaleza estructural de las cosas. Porqué un elemento es líquido, sólido,
gaseoso; que ocurre en ellos para existir en un estado u otro. Porque unos
elementos se combinan con otros y cuáles son las condiciones para combinarse.
Con la química somos capaces de explicar los cambios que ocurren dentro del
cuerpo humano. De hecho, todas las reacciones que se dan dentro del cuerpo son
de naturaleza química. Si un individuo está feliz, lo sabe porque en su cerebro se
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segrego unas sustancias llamadas endorfinas; si está bajo estrés o presión, el
cerebro produce cortisol; si está en una situación de riesgo o peligro, el cerebro
produce adrenalina. Todas estas sustancias químicas tienen su respectiva
respuesta o manifestación física en el cuerpo. Si el cerebro segregó endorfinas, el
cuerpo se siente ligero y equilibrado; si el cerebro segregó cortisol, el cuerpo se
pone tenso y poco flexible; si el cuerpo segregó adrenalina, el cuerpo adquiere o
aumenta sus capacidades motoras, se torna fuerte, flexible, ágil.
La química nos ayuda también a conocer cuáles son los requerimientos del cuerpo
para estar sano y de donde podemos obtenerlos, es decir, el cuerpo necesita
vitaminas, minerales, proteínas, aminoácidos, etc. Y estos elementos los
obtenemos mediante la alimentación.
Por último y ciertamente no menos importante se encuentra la biología. Esta es la
ciencia que explica cómo se originó la vida en cualquier forma: bacterias, insectos,
vegetales y animales. Como se da la interacción entre ellas y con el entorno. Es la
ciencia que nos explica cuales fueron los cambios estructurales que se dieron a
través del tiempo en todas las formas de vida y como evolucionaron.
La biología en conjunto con la química son las que nos proveen el conocimiento
para proteger a nuestros cuerpos de las enfermedades o qué usar para
combatirlas.
La biología nos explica el ecosistema: como funciona, que lo compone y como
tiene relación con los humanos.
En general las ciencias exactas o básicas son las que nos han ayudado a conocer
y entender, no solo nuestro entorno, sino, de cierta forma, a nosotros mismos, ya
que mediante el conocimiento y entendimiento del funcionamiento de lo que está
fuera de nosotros, podemos llegar a entender lo que pasa dentro de nosotros,
física, racional, emocional o espiritualmente. Todo está conectado.
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La filosofía y la psicología.
Hace poco más de dos mil años, cuando el hombre comenzó a preguntarse por el
significado de su existencia, surgió la filosofía. La disciplina de inquirir y meditar
sobre la naturaleza del hombre y procurar el entendimiento de todo cuanto existe.
Los primeros filósofos fueron naturalistas, es decir, se concentraron en cómo
funcionaba y se relacionaban las cosas naturales. En la medida en que fueron
avanzando en sus pensamientos comenzaron a inquirir y meditar sobre el
pensamiento y las acciones del hombre. Una vez comenzaron con esta tarea
introspectiva, surgió la necesidad de postular unas leyes universales en las que se
validaran sus observaciones de la sociedad. Básicamente, aunque en la filosofía
se habla de las emociones, es un pensamiento estrictamente lógico.
La psicología es una ciencia mas reciente que se encarga, no del entendimiento
universal de la existencia, sino que procura que los individuos puedan lograr el
entendimiento y el equilibrio de sus pensamientos y acciones. En la diversidad
inherente de los individuos, la psicología también ha procurado estructurar ciertas
leyes universales que permitan lograr un consenso en el significado de la vida.
Ciertamente a lo largo el tiempo, el hombre ha creado y a buscado la forma de
estructurar leyes que expliquen, justifiquen y validen los pensamientos y las
acciones de los individuos. El desarrollo de estas ciencias ha servido de guía para
muchos en el trascurrir de la historia y han sido un pilar fundamental en la
evolución del pensamiento del hombre.
El desarrollo tecnológico y la capacidad del conocimiento.
Es notable el desarrollo tecnológico de la humanidad en los últimos doscientos
años y cómo se ha incrementado de manera exponencial. Con la llegada de la
revolución industrial, llegó la primera invención tecnológica de transcendencia, la
locomotora a vapor. Después del barco, este era el invento con el que se podía
transportar a personas y carga en un tiempo más corto. Después de esta
32
innovación, el mundo cambió. Muchos individuos quisieron dar su aporte para
cambiar el mundo. Científicos, filósofos, inventores, artistas, políticos. Todos
dieron forma a un contexto social necesitado de una nueva perspectiva
(Humanidad: La historia de todos nosotros, 2012).
Todos los individuos que quisieran formar parte de semejante acontecimiento,
acudían a las grandes ciudades en busca de oportunidades.
Una de las necesidades de esos años, era llegar más lejos, más rápido y con todo
lo que pudiesen cargar. Se invento el dirigible y se dieron las primeras
concepciones de los vehículos y los aviones. Con esta necesidad de llegar más
lejos, se creó también la necesidad de mantenerse comunicados con los que se
habían quedado atrás, se invento el teléfono (Wikipedia Siglo XIX, 2014)
Si observamos con detenimiento, la humanidad siempre ha sido consecuente con
dos grandes ideas: llegar más lejos y comunicar sus ideas o pensamientos ó
transmitir y legar los conocimientos obtenidos.
Todos estos inventos y descubrimientos fueron los impulsores de la imaginación
de quienes sucesivamente quisieron cambiar al mundo.
Cuando se descubrió el petróleo y la capacidad de obtener energía a partir de su
combustión, fue otra revolución. Se desarrollo un invento que se había estado
gestando desde hacía un tiempo, un vehículo con motor de combustión interna.
Estos vehículos eran capaces de concentrar la fuerza de muchos caballos y
sumarlos a este pequeño motor, que incrustado en un armazón como el de un
carruaje, tenía la posibilidad de recorrer largas distancias en tiempos más cortos.
El petróleo y el carbón eran los combustibles del progreso. La invención de la
llamada producción en serie y la creciente creación de industrias, sumada a la
necesidad de muchos individuos por querer mejorar sus vidas, era lo que
impulsaba a las sociedades a migrar a las ciudades que les presentaban más y
mejores oportunidades para desarrollarse económicamente. Otro cambio
importante en las ciudades fue la llegada de la electricidad. La migración y el
crecimiento económico de ese momento fue tal, que las ciudades comenzaron a
crecer rápidamente. La mano de obra barata y abundante, y la invención de una
33
nueva máquina llamada ascensor, impulsaron la construcción de los rascacielos.
El acero y el concreto eran los materiales usados para construir estas enormes
edificaciones. Cincuenta pisos, setenta pisos, cien pisos de altura; la competencia
por diseñar y construir el edificio más alto fue toda una “revolución urbanística”.
El ritmo de vida se iba acelerando en la medida que iban pasando los años.
Aviones, trenes, carros más rápidos; había una necesidad por ir de un lado a otro
con la mayor brevedad posible. El tiempo se había convertido en dinero.
El surgimiento de la primera y segunda guerra mundial trajo como consecuencia la
creación de nuevas fábricas para suministrar a las tropas los equipos necesarios
que serían usados en los campos de batalla. Se mejoraron los vehículos, los
trenes, los aviones, las comunicaciones. La guerra, aunque suene contradictorio,
trajo consigo crecimiento económico y tecnológico (Wikipedia Siglo XX, 2014).
Luego de este capítulo bélico, el mundo se concentró en crecer económicamente.
Surgieron una serie de invenciones que mejoraron la calidad de vida de los
individuos. Se desarrollaron los electrodomésticos: las cocinas eléctricas, los
hornos eléctricos, los frigoríficos, las lavadoras. Las comunicaciones cambiaron
cuando surgió el televisor. Ahora por medio de una caja de madera se podía
conocer qué pasaba en el mundo. Se creó el entretenimiento televisivo. Después
que se inventaron los cohetes, fue mediante la televisión que el mundo pudo
observar con asombro como el hombre había alcanzado llegar a la luna.
La medicina también se desarrolló. La creación de los antibióticos y la capacidad
de poder trasplantar órganos salvaron muchas vidas y ayudó a comprender más a
fondo el funcionamiento del cuerpo humano y les dieron libertad sexual a las
mujeres con la invención de los anticonceptivos (Wikipedia Siglo XX, 2014).
De todos los avances e invenciones científicas, uno de los más importantes fueron
los circuitos integrados. Por muy simple que parezca, estos circuitos integrados
son la base de lo que luego conoceremos como ordenadores o computadores.
Con la invención de los ordenadores o computadores, el manejo y procesamiento
de información y datos mejoró. Cuando los científicos dedicados a crear esta
tecnología se vieron en la necesidad de compartirla, en procura de poder
34
mejorarla rápidamente, fabricaron grandes computadores en diferentes lugares e
intentaron vincularlos para poder compartir la información que se procesaba en
cada uno de estos lugares, este fue el inicio de la revolución de las
comunicaciones y la creación del internet. El internet conectó a todos en todos
lados. Creó nuevas formas de negocio. Cambió la forma en cómo vemos el
mundo. De cierta forma borró las fronteras. Cualquier individuo, en cualquier parte
del mundo puede conectarse con otro a miles de kilómetros de distancia; puede
saber que está ocurriendo, en tiempo real en cualquier parte del mundo en
cualquier momento. Es una herramienta súper eficaz para obtener cualquier tipo
de información.
Como hemos visto, los últimos dos siglos de la humanidad han sido, desde varios
puntos de vista, los que han tenido un amplio desarrollo científico e intelectual que
he derivado en una mejor calidad de vida para los individuos de una sociedad.
Las conclusiones y apreciaciones.
Todo lo escrito hasta ahora nos servirá de base para plantear una teoría que
pretenderá responder a la pregunta ¿Viviremos esperando la próxima revolución o
viviremos para ser conscientes de que lo que ocurre a nuestro alrededor no son
más que cambios drásticos que nos llevan a la evolución?
Para responder esta pregunta necesitamos de una perspectiva amplia. Al
comienzo de este ensayo dimos un breve recorrido histórico por ciertos
acontecimientos de la humanidad que en su momento fueron catalogados como
revolucionarios. Descubrir el fuego y mejorar la alimentación. Darse cuenta de la
repetición cíclica de la naturaleza. Saberse más que un simple ser individual y
vincularse con algo mucho más grande. Crecer como conjunto. Descubrir en
conjunto. Entendernos como piezas que deben funcionar según las leyes más
básicas de la naturaleza. La necesidad de compartir y crecer.
Si bien la historia nos ha enseñado que el mundo ha sido un lugar hostil y que el
hombre es capaz de generar una violencia y una destrucción sin medida, esa sólo
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ha sido la forma de presentarnos la información. Pongamos un ejemplo: no es lo
mismo decir que “alguien perdió por poco” a decir “alguien casi ganó”. La
naturaleza de la esencia cambia. Aunque quizás pueda parecer que las dos
sentencias quieren decir lo mismo, no es así. Cuando se dice: “perdió por poco”,
se crea, inconscientemente una tendencia negativa; cuando se dice: “casi ganó”,
inconscientemente te hace recapitular y generar un pensamiento positivo. Las
palabras que se usan tienen un componente psicológico importante. La sentencia
“perdió por poco” puede generar la sensación de que el esfuerzo que se realizó no
fue el necesario y por ende puede llegar a desmotivar al individuo. Si bien es cierto
que esa afirmación puede ser usada como motivación para esforzarse un poco
más, la palabra “perder” deja una impresión negativa en la psique. Por otro lado, la
sentencia “casi ganó” hace ver en retrospectiva qué faltó para ganar, por lo cual se
genera una sensación positiva a pesar de la derrota, porque al saber cuál fue la
deficiencia, se trabajará por mejorarla y esto deja una impresión positiva en la
psique.
Siempre se ha dicho que la naturaleza del hombre es egoísta, violenta y poco
racional. Cuando se ve que nuestros antepasados cuando tuvieron la oportunidad
de descubrir o darse cuenta de algo, lo primero que hicieron fue compartirlo con
los demás, no es tan necesariamente así. Es lógico pensar que la naturaleza del
hombre sea egoísta, no hay nada de malo en ello, después de todo, el ego es
quien nos hacer saber que somos seres individuales con características propias.
Pongamos un ejemplo de un pensamiento netamente egoísta: alguien quiere salir
lo más pronto que pueda de su trabajo, pero nadie se puede ir hasta que el último
haya terminado con sus labores ¿Qué harías? Hay infinidad de opciones, pero si
verdaderamente quieres salir lo más rápido que puedas del lugar, la mejor opción
es ayudar en cuanto puedas a que los otros terminen sus labores. No
necesariamente se tiene que hacer el trabajo de los demás, pero motivarlos a
terminar es una forma de ayuda. Éste, aunque no lo parezca, es un pensamiento
egoísta, porque se está pensando desde uno para uno.
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Entonces ¿Por qué si en la historia de la humanidad existen los dos tipos de
aptitudes, positivas y negativas, nos hemos concentrado en hablar de las
negativas con tanta fuerza? Ciertamente este enfoque de la perspectiva ha hecho
que se acentúen cada vez más las actitudes y aptitudes decadentes que hoy
padecemos.
Hablemos de le educación actual. Básicamente es una acumulación de
información, que sin importar de donde salió y para que sea útil, se empeñan en
hacernos memorizar. No solo que esto es así, si no que se crea un ambiente de
competencia en torno a un supuesto nivel de inteligencia de los alumnos que está
basado sólo en la capacidad de memorizar cosas. Educan para seguir patrones o
conductas, no para desarrollar el intelecto y el entendimiento de los individuos. Si
se quiere que los individuos desarrollen su potencial, hay que hacerlos desarrollar
aptitudes como la curiosidad y el razonamiento y junto con esto proveerles
herramientas de calidad para que ellos mismos descubran y puedan verle el
sentido a las cosas. Es precisamente este adoctrinamiento lo que limita la
capacidad de observación y discernimiento y por lo que los individuos no pueden
auto regularse.
Lo que ha pasado en el mundo de revolución en revolución, es que como son tan
drásticas, a muy pocas personas les da tiempo de pensar el origen, el desarrollo y
el desenlace de esa idea que en primer lugar las generó. Las revoluciones son
casi estrictamente emocionales, muy pocas han tenido una alta cuota de razón.
Si pretendemos hablar de evolución, en el más estricto sentido de la palabra,
tenemos no sólo que tomar en cuenta las emociones, sino también la razón. Esto
nos permitirá vincularnos de una manera sutil con el funcionamiento de la
naturaleza. Es cierto que en la naturaleza no existen emociones ni razón, pero
existen leyes, elementos y condiciones, lo que científicamente se conoce como
sistema. Si se tiene un poco de agua – elemento – en un recipiente y se le
suministra calor mediante un mechero – condiciones – el agua eventualmente
comenzará a bullir, es decir, comenzará a pasar de su estado liquido al estado
gaseoso – leyes –. Lo mismo ocurre en los individuos y las sociedades. El
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contexto de los individuos desde que nacen hasta que crecen, los moldea. Si un
niño es criado en un ambiente emocional, seguramente cuando crezca será una
persona sensible a las emociones. Si crece en un entorno netamente racional,
seguramente sea, en su edad adulta, un célebre científico o pensador. Si el niño
crece en un ambiente hostil, seguramente será propenso a la violencia y el
descontrol. Ahora si vemos como nuestras sociedades se ocupan más del
desarrollo económico que del desarrollo de los individuos, tenemos, como
efectivamente lo vemos, una sociedad de cierta forma insensible hacia las
personas. No es fácil acumular riquezas y ciertamente no es nada rápido hacerlo,
por lo que ¿Por qué tendría alguien que compartir sus riquezas? Si ese alguien fue
capaz de lograrla, otro alguien también podrá lograrla. Hay quien pueda apelar a la
naturaleza, digamos moral, de ayudar a los necesitados, pero son muy pocos
quienes lo hacen. Los que ayudan a los demás igual lo hacen por egoísmo, por
sentirse bien ayudando a otros o porque la simple apariencia ante los demás de
ser caritativo y piadoso. Muy pocos lo hacen por lo que realmente significa – para
quien les escribe -, que no es más que si se ayuda a alguien, quien quiera que sea
o como sea que se la ayude, ese alguien estará en una mejor condición y por
ende podrá eventualmente ayudar a otro que este una situación apremiante. Que
si se sienten una gratificación después de ayudar a una persona que lo necesitó,
perfecto, es un buen efecto secundario. Ciertamente que esta naturaleza no deja
de ser también egoísta, porque en realidad se está buscando que el sistema
mejore con una mayor amplitud, lo que se traduce directamente en una mejora
personal y eventualmente en un “sentirse bien”; pero como dijimos anteriormente
hay que dejar de ver el ego como algo malo. El ego es simplemente eso, ego. La
calidad, es decir, lo positivo o negativo, depende del enfoque y la apertura que
posea al querer satisfacerse a sí mismo. Lo que quiero dar a entender es que el
ego podrá sentirse más pleno y realizado en la medida en que esa necesidad de
satisfacerse a sí mismo sea perdurable en el tiempo. Pongamos un ejemplo:
vamos por la calle, vemos un indigente y le damos dinero, comida, vestido,
calzado, algo. La sensación de satisfacción por haber ayudado a alguien es
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inmediata pero no es duradera. Basta con ver a otro indigente unos pasos más
allá y saber que no podrás ayudarlo porque ya se hizo lo que se pudo con el
anterior, y que si los ayudas a todos, el próximo indigente podrías ser tú. Ahora
piensen en la idea de un hijo. Por un hijo se da hasta lo que no se tiene. Se le da
comida, cobijo, vestido, calzado, educación y se ocupan de su salud ¿Para qué?
Para que ese hijo cuando crezca, sea un hombre o una mujer “de bien”. La
satisfacción en eso es todo menos inmediata. Se podrán sentir orgullosos y
satisfechos por un logro alcanzado por sus hijos, pero al mismo tiempo ya están
pensando en cómo ayudarlos a conseguir su siguiente meta. A esta amplitud o
apertura del ego es a la que me refiero. El individuo se sentirá bien por ayudar a
alguien aunque sea un poco, pero se sentirá verdaderamente pleno cuando esa
ayuda que presta perdura en el tiempo. Esa es la naturaleza humana.
Hagamos la analogía de la sociedad con un cuerpo humano. Cuando el cuerpo
humano se está gestando, se va construyendo a partir de un tipo de célula
llamada células madre. Estas células tienen el potencial de convertirse en
cualquier otro tipo de célula en la medida que se va “armando” el feto. Comienzan
por formar la columna vertebral, el cerebro y el corazón, de ahí van formando el
resto de órganos y partes del cuerpo. Una vez completado el proceso de
“ensamblaje”, el cuerpo del bebé completamente formado sale a la luz. Aun
cuando siguen siendo muy pequeños, estos bebés todavía poseen células madre
en sus cuerpos que los ayudan a “acondicionarse” al contexto en el que se
encuentren. Una vez “listos y acondicionados” estos bebés comienzan el viaje de
la vida. El proceso de crecimiento es lento y son muy vulnerables en esta etapa.
La lentitud del crecimiento se da porque gran parte de la energía que consumen a
manera de alimentos, se destina al funcionamiento del cerebro (En el vientre
materno, 2005). – Si comparamos a un recién nacido con cualquier otro mamífero
recién nacido, nos damos cuenta que el proceso de crecimiento de los otros
mamíferos es exponencialmente más rápido una vez que han nacido, ya que la
necesidad de un animal no es pensar, sino sobrevivir. – Mediante el cerebro, los
humanos percibimos al mundo y es lógico pensar que se tome su tiempo para
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desarrollarse y entender cómo vivir. Es por eso válida esa vieja afirmación que
dice: “los niños son como una esponja”. Claro, deben aprender todo cuanto les
sea posible para poder desarrollarse plenamente. – En esta parte, la analogía del
cuerpo del humano y la sociedad nos hace referencia al proceso por el cual ya
hemos vivido, como sociedad, de entender cómo funciona el mundo, la naturaleza
y cualquier interacción que se dé en ellos. Como ya mencionamos anteriormente,
el contexto de los niños define su potencial como adultos. Efectivamente ocurre lo
mismo con la sociedad: el contexto bajo el que se rigen las sociedades definen su
potencial. – en la medida que estos niños van creciendo y van siendo adolecentes,
la perspectiva va cambiando, se van sabiendo más un ser individual con sus
características particulares. Aunque van tomando consciencia de su individualidad,
también quieren formar parte de algo más grande. Se identifican con algo que les
guste o que les llame la atención y se congregan en grupos con intereses en
común. En las sociedades ocurre lo mismo, si observan y detallan la estructura de
las sociedades, podrán darse cuenta que además de las tres grandes religiones
existen muchas más. Y no solo religiones, sino también formas de pensamientos
políticos, económicos y sociales, y según estos intereses en común se cimentan
las sociedades.
Cuando se van acercando a la adultez, estos individuos comienzan a crear y a lo
que llamamos “producir”. Este “producir”, en términos actuales, hace referencia a
la producción de recursos económicos a causa de un trabajo cotidiano, pero es
más que eso. Ese interés por obtener bienes materiales o económicos hace que
los individuos procuren desarrollar ciertas habilidades según sea lo que quieran
hacer con sus vidas. Artes, ciencias, medicina, negocios, son algunas de las
opciones, entre muchas otras, que los individuos tienen para tomar en
consideración y dedicar su vida a trabajar en ellas. Mientras más afín sea el oficio
o carrera con el individuo, éste, será más creativo y podrá desarrollar mejores
habilidades en su campo laboral. Esta etapa de “producción” y estabilidad
económica hace que los individuos tomen en consideración otra parte importante
para el desarrollo del ser, y no es más que compartir sus vidas con alguien que le
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enaltezca las emociones y ambos se puedan sentir lo más plenos posible. En las
sociedades ocurre también algo similar. Las ciudades por ejemplo, van cambiando
en la medida que los individuos que las conforman se dedican a una cosa u otra, y
como los individuos son los que crean las sociedades, es lógico pensar que ellos
la modifican según su desarrollo natural dentro de los parámetros establecidos.
Cuando hago referencia al compartir con alguien, en las sociedades se extrapola
al equilibrio que existe en el respeto a raíz del comportamiento de los individuos
según su estructura social, – política, economía, religión, cultura, etc. – y mientras
ese equilibrio sea más “gentil” y permita un desarrollo sostenido de quienes
conforman la sociedad, se llegará a un estado de plenitud social.
Cuando el humano se acerca a la vejez, medita en cuanto hizo y cuanto logró y
procura legarlo como enseñanza a los que vienen de “relevo”. En las sociedades
es igual, la cultura y sus fundamentos, se transmiten por tradición cuando han
alcanzado su mayor auge, aunque esto no significa que las sociedades
mantengan un estado óptimo constantemente, porque a diferencia de un humano
que vive sus etapas una a la vez, las sociedades las viven todas al mismo tiempo,
por lo que están en un constante cambio – como todo en el mundo y el universo –
Hasta el momento se ha hecho una comparación de actitudes y aptitudes entre las
sociedades y un individuo desde su gestación.
Ahora lo veremos desde otra perspectiva. – La perspectiva de quien les escribe –
Así como hacíamos referencia anteriormente a la formación de un feto y de cómo
las células madre tienen la capacidad de volverse cualquier otro tipo de célula que
sea necesaria para crear un cuerpo sano. Después de conformar el cuerpo, cada
célula realiza la tarea para la que fue creada, y se mantiene en una constante
renovación para mantener el ritmo de la vida. Los científicos dicen que el cuerpo
humano se regenera cada tres años. En ese tiempo la mayoría de las células del
cuerpo se regeneran, es decir, cumplen un ciclo de vida, – nacen, crecen, se auto
replican y mueren – esto mantiene el cuerpo en constante adaptación a las
exigencias a las que se ve sometido. Dentro del cuerpo existen células que tienen
la capacidad de reparar casi cualquier daño que ocurra dentro o fuera de él.
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Cuando es invadido por algún tipo de enfermedad, todo el cuerpo se torna en
alerta y ejecuta sus medidas de prevención y ataque de las enfermedades,
simplemente dedica una buena parte de su energía para erradicar dicha
enfermedad. Si existe un problema, por pequeño que pueda ser o parecer, el
cuerpo en su totalidad lo padece de cierta forma. Cada una de las partes del
cuerpo es estrictamente fundamental, algunos doctores por ejemplo, pueden llegar
a decir que el apéndice no es necesario para vivir, que si es extirpado no hay
ningún tipo de problema para llevar a cabo una vida tranquila. En parte, esta
afirmación es cierta, pero por muy prescindible que aparente ser el apéndice, es la
“válvula” de emergencia que si es necesario, se ha de sacrificar para evitar males
mayores, es decir, que el estomago, el colon, los intestinos y cualquier otra parte
que se relacione directamente con él no se vean afectados de manera directa por
una afección y se puedan mantener intactas o casi intactas todas sus funciones
regulares. En el cuerpo nada sobra. Algunos dicen que la evolución del cuerpo
humano llevará a que los dedos meñiques de las manos y los pies desaparezcan
porque no son útiles más que para recibir golpes por descuido. Ciertamente en
cuanto a los golpes en los meñiques – del pie sobre todo –, tienen parte de razón,
pero si la evolución del cuerpo humano cambiara esas estructuras, seguramente
será más que solo quitarlos. Ira reestructurando la mano y los pies de tal manera
que la función primaria que tienen esos dedos se adicione de alguna forma a la
estructura que posteriormente se formará.
Esta apreciación del cuerpo, desde su biología y su función me dan la perspectiva
de cómo debería ser el funcionamiento de las sociedades.
Cuando un individuo esta gestándose, tiene todas las capacidades para
desarrollar su potencial como ser humano. – siempre y cuando la madre este
equilibrada en la mayor cantidad de aspectos posibles – Este potencial humano
podríamos relacionarlo con la capacidad y el potencial de las células madre que
tienen de convertirse en cualquier cosa que necesite el cuerpo para funcionar
equilibradamente. La diferencia elemental entre el potencial humano y el de una
célula madre es que el potencial humano es desarrollado por el contexto y la
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educación, habilidades y herramientas con que cuente el individuo para poder
desarrollarlo, por otra parte, el potencial de la célula madre es intuitivo; de alguna
forma tiene conocimiento general de todo cuanto ocurre en el desarrollo del feto y
“sabe” donde es requerida para seguir la estructuración del cuerpo. – quien les
escribe piensa que esa intuición de la células madre se podría equiparar a esa
intuición espiritual del hombre – Por otro lado, como ya mencionamos, el cuerpo
dedica buena parte de su energía para combatir las enfermedades que lo aquejan,
y que por pequeño que pueda aparentar ser un problema o un mal funcionamiento
dentro o fuera de él, todo el cuerpo de una forma u otra se ve afectado. Si vemos
el funcionamiento de las sociedades mundiales, nos damos cuenta que está
enferma, y que lo poco que se hace para sanar esa enfermedad se diluye en el día
a día. Un funcionamiento adecuado – para quien les escribe – seria que la mayor
cantidad de individuos capacitados o no – el que está capacitado aumentará sus
conocimientos; el que carece de capacitación tendrá su cuota de conocimiento y
entendimiento mediante lo observación e introspección –, dediquen tiempo a
solventar cualquier problema de funcionamiento de la sociedad. Así podría estar
sana. Es cierto, desde un punto de vista práctico, según las estructuras actuales
del funcionamiento de las sociedades, que esta idea de funcionar como un cuerpo,
no es válida. Todos tienen tantas cosas de que preocuparse, que son
verdaderamente pocas en las que se ocupan.
Para que un cuerpo este sano, necesita estar bien alimentado, protegido de los
elementos – con vestido, calzado y “vivienda” – y tener las herramientas
necesarias para entender el funcionamiento de su entorno y sobre todo el de su
ser – un individuo sin conocimientos y sin una razón de vida, es un ser incompleto,
por ende disfuncional, y esto eventualmente lleva a un mal funcionamiento del
cuerpo –
Si lo pensamos bien y observamos nuestro entorno, nos podríamos dar cuenta de
que contamos con todo lo necesario para hacer práctica la idea de que la sociedad
funcione lo más parecido posible a un cuerpo humano sano.
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En el mundo existen infraestructuras de miles de metros cuadrados dedicadas a
guardar archivos, producir vehículos o fabricar cosas (Humanidad: La historia de
todos nosotros, 2012). Imaginen una infraestructura semejante pero donde se
produzcan o se cultiven frutas, verduras y hortalizas. Donde se pueda recrear un
rio en el cual se puedan criar peces como si estuvieran libres en la naturaleza. En
un lugar como este, no sólo se producirían alimentos, además de crear empleos,
sería un excelente lugar para educar y aprender. Se podría enseñar biología,
química y física, – las matemáticas vienen por asociación a las tres anteriores – se
podría enseñar el oficio de sembrar y cultivar; se podrían crear comedores y
aprovecharlos para enseñar el oficio de la cocina también. Todo esto es
perfectamente posible. Se podría decir, si hablamos de manera objetiva de este
planteamiento, que puede ser costoso en principio construir un lugar como este,
materiales, mano de obra, tecnología. Todo eso es necesario para llevar a cabo un
proyecto como este. Si se mira en términos económicos, la retribución del capital
invertido en el proyecto se obtendría muchos años después de ser terminado y
entrar en funcionamiento. Pero en cuanto comience a funcionar se convertiría en
un lugar de gran valor social.
Ustedes se preguntarán ¿Para qué sembrar dentro de un edificio, si existen
campos para eso? ¿Para qué criar peces dentro un rio artificial dentro de un
edificio si puedes ir al mar y conseguirlos? Existen restaurantes, escuelas de
cocinas y universidades ¿Para qué gastar tiempo y recursos en un lugar como
ese? Es cierto que en los campos se cultiva la gran mayoría de los alimentos que
consumimos, es verdad que en los ríos y mares hay peces al alcance de un
anzuelo o una red. Pero hacer esto requiere ir de un lado al otro buscando y
trayendo material y equipos. Algunos suelos cultivables del mundo, no sólo ya no
son cultivables porque se han extraído la mayoría de los nutrientes que habían en
ellos, sino que también se han contaminado las aguas de los ríos, aguas
subterráneas, que eventualmente terminan en el mar contaminándolo también,
ecosistemas naturales se han visto afectados por ese tipo de agricultura
industrializada que se ha llevado a cabo los últimos años. Una infraestructura
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como la que mencionamos, primero se puede ubicar en cualquier lugar,
preferiblemente en el centro de una localidad cualquiera. Lo que ahí se cultive,
además de fresco, será relativamente más barato porque los costos de trasporte y
el valor agregado por tomarse el trabajo de transportarlos ya no le será sumado al
producto final. Se puede cultivar casi cualquier tipo vegetal, fruta u hortaliza, sólo
se tienen que crear los ambientes controlados para hacerlo. La producción podría
ser más eficiente, - quien les escribe no pretende insinuar que la naturaleza no
sea eficiente, pero por ser la naturaleza, no siempre hará lo que cualquiera podría
esperar que haga – ya que al controlar el ambiente, se podría acelerar el proceso
natural de las plantas sólo con pequeñas variaciones en la cantidad de luz que
reciben diariamente. ¿Frutas de estación? Si se puede controlar el ambiente, todo
el año podrías tener “frutas de estación”. Es cierto que todo esto causaría un gran
impacto en la economía, los productores originales de los campos se verían
afectados, los que llevan el transporte, los que conciben la necesidad de
transporte – no todo el que piensa comprar en un lugar y vender en otro cuenta
con su propia flota de transporte – gran cantidad de personas, a través de sus
empleos se verían afectadas. Pero el punto de esto, es que si este tipo de
infraestructura se llevase a cabo, se haría en cualquier localidad y por ende si se
ven afectados porque sus empleos habituales han desaparecido, dentro de este
lugar tendrán suficientes tareas para emplear su tiempo y obtener beneficios de
ello. Además de todo eso, se contaría con un lugar social de encuentro,
aprendizaje y un lugar para compartir, tanto habilidades como conocimientos o
simplemente ideas. Una universidad que no sólo te llene de información teórica
sino que además de poder comprobarla con las manos y el hacer, eso deriva en
habilidad de un oficio, y mientras más habilidades tenga un individuo no sólo del
intelecto sino también en la artes manuales. – usar herramientas es un arte,
requiere paciencia para aprender a usarla, concentración cuando se usan y
terminan creando un ambiente pensado o imaginado – Ciertamente no pretendo
afirmar que esta idea es infalible, que es perfecta. Es evidente que un lugar así
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consumiría grandes cantidades de energía y de recursos para funcionar, pero
como todo, siempre se puede ir perfeccionando.
En el mundo actual hay tantos adelantos tecnológicos que pueden ser usados e
implementados para mejor la vida de todos, pero hay tan pocas ganas de hacerlo,
que todos se ocupan de lo que ya conocen y viven sin preguntarse si hay algo
más. Les han hecho perder su curiosidad y han limitado su imaginación. Las
herramientas que se han usado para tal fin han sido la educación y la economía.
Nos educan según los requerimientos de la economía y vivimos en mundo donde
el valor de un individuo se mide por lo que pueda llegar a tener y no por lo que es
como ser humano.
Si hablamos que cómo debería ser la educación, – según quien les escribe – ésta
debería centrarse en procurar sacar y exponer el potencial de cada individuo en
cualquier área. Como ya hemos dicho en varias oportunidades, los niños, así
como las células madre, tienen el potencial de convertirse en lo que sea – dentro
de sus contextos – y para poder convertirse en algo que les llene la vida y los
haga plenos tienen que desarrollar de algún modo su intuición. Así como las
células madre son “intuitivas” a la hora conformar el cuerpo de un feto que
posteriormente, si todo sale bien, se convertirá en una mujer o un hombre que
forme parte de un conjunto llamado sociedad, es esa intuición hay la que buscar
desarrollar en ellos. ¿Cómo? Se preguntarán. – la verdad es que quien les escribe
no es ni pedagogo, ni psicólogo, pero si considera que tiene una habilidad en la
observación – Si hablamos de las células madre y pensamos en qué o cuales
podrían ser los elementos que les permiten ser intuitivas – por lógica de quien les
escribe, no necesariamente es estrictamente así – serían los cambios químicos
que van ocurriendo en la medida que se va formando un cuerpo dentro de otro. Si
es así, podríamos hablar de una “sensación” o un “sentir” de las células con su
contexto, es decir, de algún lado tiene que salir la “motivación de hacer algo”, sin
necesidad de meter a Dios en esto. No es que las células “oyen” el designio de
Dios y entonces van formando el cuerpo, simplemente las células no tienen oídos.
Pero si queremos mantener la idea, lo más que podrían hacer las células, es
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“sentir” los designios de Dios. – Simplemente una perspectiva de quien les escribe
– Entonces si hablamos de “sentir”, la educación tiene que ayudar a los individuos
a desarrollar mejor sus sentidos. Con unos sentidos mejorados la percepción del
mundo cambia. Si bien es cierto que los sentidos algunas veces pueden llegar a
engañarnos y no son del todo cien por ciento confiables, si los mejoramos, quizás
nos puedan engañar menos. Hay un estudio que demostró que si un recién nacido
es bañado bajo un chorro de agua constante a una cierta temperatura y además
se acaricia y se masajea por un periodo de treinta minutos o más, este bebé
tendrá la tendencia a crecer más rápido y ser “tranquilo” (En el vientre materno,
2005). Ustedes creen que toda esta tecnología de los teléfonos inteligentes,
tabletas, computadoras y video juegos no han hecho que los niños de este tiempo
sean exponencialmente diferente, no a nuestros padres o nuestros abuelos, sino a
nosotros mismos, los adultos de esta generación. Tienen una fluidez de
comportamiento y pensamientos que se deben al desarrollo de ciertas habilidades
que por error o pensadas, el uso de estas tecnologías genera en los niños. Un
niño de diez años es capaz de usar un computador mejor que un adulto. Quizás
un adulto pueda usar programas complejos de cálculos o diseño o de cualquier
cosa, pero basta que al niño le llame la atención la utilización de estos programas
para que comience a experimentar y lograr aprender con fluidez a usar cualquiera
de ellos.
Unas de las fallas en la educación y en general en el día a día – a parecer de
quien les escribe – es que tenemos un alto nivel de subestimar y menospreciar las
capacidades de otros. Al hacer esto, los individuos que son menospreciados o
subestimados pueden tener dos reacciones: una, no intentar más, subestimarse a
sí mismos y limitar sus capacidades; la otra es, que de esta subestimación de los
otros hacia ellos, tomen la motivación y la voluntad de demostrar sus capacidades.
¿Por qué alguien no podría ser capaz de hacer lo que otros ha hecho antes?
¿Porque otro individuo piense que no puede hacerlo?, ¿Porque otro refleja su
miedo en quien tiene la determinación de hacer algo que ellos “no podrían hacer”?
La verdad es que estas sutilizas del comportamiento marcan el funcionamiento de
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las personas. Es evidente que cuando más somos menospreciados y
subestimados es cuando somos niños. “No puedes hacer esto”, “te cuidado con
aquello”, “no digas eso”, “no tienes edad para entenderlo”, frases como esas son
una constante en la vida de los niños y el miedo o incapacidad de otros la toman
para sí con el transcurrir del tiempo. Ciertamente hay cosa peligrosas y de
cuidado, pero con una explicación o una motivación se podrían poner de
manifiesto las habilidades de un individuo.
Hablemos ahora del ejercicio de la política. La política hasta ahora no ha sido más
que el escenario en el cual los actores están subordinados, no ha su público si no
ha sus productores. – en la metáfora, el público es quien oye los planteamientos
demagógicos de un actor, cuyo tiempo en escena es pagado por sus “productores”
(Población, políticos, contribuyentes) – Es de suponerse que los actores se deben
a su público y que si la obra es buena, todos saldrán beneficiados. Pero la realidad
es diferente. Es este escenario llamado sociedad, los políticos presentan una obra
al pueblo, esta obra plantea ser la mejor jamás vista, – pura demagogia – no
tienen idea de cómo la llevarán a cabo pero la venden como si la tuvieran. Estos
políticos-actores no tendrían la oportunidad de presentarse al público si no
contasen con algún productor que les provea de recursos para poder presentar su
obra. El público compra su entrada, ve la obra y se da cuenta de que nada tiene
que ver con los planteamientos que se hicieron previamente. Se dan cuenta que
han sido estafados, pero ¿Quién tuvo beneficio de esto? Los políticos y sus
productores; aunque los primeros sólo tuvieron una pequeña parte del beneficio y
quienes más obtuvieron fueron los segundos. Entonces ¿Qué hacer con la
política? Hay gran diferencia entre la política y el ejercicio de la política. – Para
quien les escribe – La política no es más que simple manipulación de necesidades
y sentimientos en un discurso lleno de demagogia. El ejercicio de la política, o
mejor dicho del gobierno, es una labor de coordinar las capacidades de una
sociedad de manera que éstas puedan mejorar de manera sostenible y que las
necesidades básicas de todos los ciudadanos estén cubiertas. No sólo ha de
verse en el papel, sino que hay que sentir en el ambiente y en el día a día que
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efectivamente eso es así. Causa curiosidad que cuando se oye hablar que el
crecimiento del PIB anualizado de una nación se ha incrementado, no
necesariamente tiene que ver con los ciudadanos comunes. Un crecimiento
anualizado del PIB corresponde a que entró más dinero a la nación y que esto se
traduce en mayor poder de compra. Eso puede significar: uno, que todos los
individuos mejoraron sus ingresos y por ende su capacidad de compra o dos, que
los que llamamos “productores” anteriormente, han logrado estar en posiciones de
ventaja que les permite sacar un buen provecho económico sin la necesidad
estricta de que este provecho fuese compartido para todos de una forma u otra.
Pongamos un ejemplo: tenemos una nación de cien habitantes. Durante un año
estos habitantes tuvieron una ganancia de cien unidades de moneda cada uno, en
la nación hay una ganancia total de diez mil unidades de moneda. Al año
siguiente, noventa y nueve de esos cien habitantes continuaron ganando cien
unidades de moneda, pero hubo uno, que por la razón que sea, obtuvo una
ganancia de mil unidades de moneda – quien les escribe usa el término “unidades
de moneda” para ser más general – lo que significa que en la nación hubo una
ganancia total diez mil novecientas unidades de moneda, lo que se traduce en un
aumento del PIB de la nación del 0,9%. Ahora ¿este incremento beneficio a
todos? La verdad es que si la persona que obtuvo una ganancia mayor decidiera
compartirla, podríamos decir que de cierto modo el beneficio llegó a todos, pero si
esto no ocurre, entonces el beneficio es para uno solo y la nación solo podrá hacer
alarde de su crecimiento económico a manera de estadísticas. Y esto puede ser
usado como herramienta demagógica para ganar voluntades y asegurarse un
puesto en las instituciones encargadas de ejercer el gobierno. No hace falta ser
economista para darse cuenta de esto.
Entonces ustedes se preguntarán ¿Cómo sería un buen ejercicio del gobierno o la
política? Ciertamente – en opinión de quien les escribe – que el desarrollo de una
sociedad no cuente sólo por la habilidad o inteligencia que pueda tener un
individuo para plantear ideas que mejoren la calidad de vida de muchos, sino que
todos debemos ser parte de una forma u otra del ejercicio del gobierno. Ser
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fiscalizadores de los proyectos y recursos. Interesarse por los planteamientos
esenciales del funcionamiento de la legislación que promueven los gobiernos. Que
todos los individuos que formen parte una sociedad se vean involucrados en el
desarrollo del contexto en pro de una mejora general. Capaz se pregunten ¿Qué
beneficio obtengo al hacer esto? La respuesta es simple: un mejor contexto para
todos, y al mejorar el contexto de todos por asociación el mío también mejora.
Si bien es cierto que hay muchas cosas que funcionan bien el mundo que ahora
conocemos, si todos pensamos un poco más en al conjunto que se forma al
sumarnos como individuos o elementos de un sistema, podremos lograr cambiar lo
que no va o no funciona tan bien en nuestro mundo.
La hipótesis o teoría.
Cada cosa viviente o no – aunque para quien les escribe todo tiene vida, lo que
hace la diferencia es la complejidad inherente a los sistemas y la categorización
de lo que podríamos llamar vida – está en constante interacción. Estas
interacciones consumen energía o la transforman. Desde el origen del universo,
tomando como cierta y valida la teoría del Big Bang, todo lo se ha formado y de lo
que tenemos conciencia, se ha formado por la interacción de elementos. Un átomo
que es la pieza de ensamblaje de todo cuanto existe, tiene también sus partes
componentes. Y estas partes componentes tienen a su vez partes componentes
también. Y cuando nos adentramos en ese mundo, lo más subatómico que
podamos, nos damos cuenta que son atisbos de energía, una “intención” de
energía. Partir de aquí, en su constante interacción, y posterior formación de los
átomos y elementos químicos, que no sólo interactuaron entre ellos, sino con su
entorno y su contexto; estas condiciones provocaron interacciones de diferentes
naturalezas, lo que generaron más elementos y piezas componentes de este
universo, lo que tienen en común es que fueron ganando energía en la medida
que se hacían más complejos. – El todo es más que la suma de sus partes –
Estos elementos cada vez más complejos siguieron interactuando bajo diferentes
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condiciones, lo que eventualmente derivó en la formación de sistemas más
complejos, con niveles de energía cada vez más altos. Evolucionaron a partir de
todos estos elementos en interacción las galaxias, los sistemas planetarios, los
planetas, la vida como nosotros la conocemos (Cosmos: A Spacetime Odyssey,
2014). Evolución – para quien les escribe – no es más que pasar de un sistema
simple a otro más complejo, lo que significa o se traduce en una ganancia de
energía en dicho sistema. Esta evolución siempre ocurre de manera paciente. –
Han pasado más de trece millones de años, hasta donde sabemos, para llegar a
donde estamos ahora. – Siempre toma en consideración todos los aspectos que
interactúan en el sistema para poder incrementar su energía. Es algo que ocurre
de manera espontanea en la naturaleza. Sólo es guiada por esa “intuición” que no
es más que un sentir desde un punto de vista “inconsciente”, es decir, un átomo
de sodio no tiene conciencia de que al unirse a un átomo de cloro, se crea una
interacción equilibrada de esos átomos y generan el cloruro de sodio, lo que
nosotros conocemos como sal común. Eso simplemente ocurre porque la energía
compartida entre ellos, es decir, la interacción de sus electrones, se equilibra y da
como resultado un nuevo átomo o interacción entre ellos.
Cuando hablamos de cosas más grandes ocurre lo mismo. Por ejemplo las
grandes planicies del África. Ahí no hay estaciones marcadas. La mayoría del
tiempo hay un sol abrazador y durante un periodo corto de tiempo hay lluvias.
Cuando es verano, es decir, que el protagonista es el sol abrazador, solo unos
pocos animales deambulan por estos territorios en busca de alimentos. La poca
vegetación que hay, es consumida por el fuego y es convertida en cenizas.
Cuando llega la época de lluvia, todo ese paraje desolado se convierte en un lugar
lleno de vida. Aparecen un montón de animales que van de paso en su camino
migratorio. Las cenizas se convirtieron en abono y dieron vida a nuevas plantas.
Insectos que estaban debajo de la tierra salen a la luz para un festín de alimentos
y la oportunidad de reproducirse. Los animales propios del lugar también
aprovechan del festín de abundancia que ha traído la lluvia. Todo esto ocurre en
perfecta armonía, nada falta o sobra, todo está en perfecto equilibrio simbiótico. Si
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bien hablamos de animales, insectos y plantas, que se traduce de una forma u
otra en “seres vivos”, resulta que también es notable que la tierra está viva, es un
sistema autosustentable. Muchos tipos de vida han paso por su superficie durante
toda su existencia y ella sigue girando y girando a través del tiempo, dando las
condiciones necesarias para que los elementos que hay dentro de ella interactúen
y formen elementos más complejos (Planeta tierra, 2006). Un ecosistema es un
elemento complejo. Es como una orquesta sinfónica. Decenas o cientos de
músicos logra armar una armonía melódica con el uso de sus instrumentos.
La existencia humana, hasta donde sabemos, es la creación más evolucionada de
toda la vida sobre el planeta. Tenemos la capacidad de razonar y sentir. En cierto
modo tenemos una ventaja sobre todo lo demás, porque al razonar tenemos la
capacidad de adelantar pasos, de entender cómo funcionan las cosas, de tener la
capacidad no solo reproducirlas sino de mejorarlas en cierto modo. Es por eso que
cuando hacíamos el recuento histórico al principio de este ensayo, hablamos de
revoluciones. Estas revoluciones no son más que la ejecución de lo que acabamos
de mencionar. Después de entender cómo funcionan y tener la habilidad de
reproducirlas, queremos adelantar pasos y esto genera desde cualquier punto un
cambio drástico en el contexto y lo que al sumarse es lo que nosotros hemos
llamado la evolución de las sociedades.
Ahora bien, si lo que ocurre en la naturaleza son interacciones “intuitivas” o de
“sensaciones”, ya que no hay razonamiento por parte de la naturaleza para
expresarse, es lógico pensar que estamos en ventaja por lo que mencionamos
anteriormente.
Podría decirse que tener conciencia de esta ventaja nos podría llevar por un
camino evolutivo de cierta forma seguro.
Lo cierto es que si queremos aprovechar la ventaja y evolucionar, tenemos que
tomar en consideración todos los aspectos relativos a lo que sea que queramos
que evolucione. Desde nosotros como individuos hasta la sumatoria de todos
como sociedades.
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En este ensayo no se pretende darle un significado a la existencia, se pretende
ver las cosas desde otra perspectiva. Desde un punto de vista en cierta forma
evolucionista.
Si queremos evolucionar como individuos y como sociedades tenemos que prestar
más atención a todos los vectores que influyen en nuestras vidas día tras día. Esa
enseñanza religiosa de la disciplina, la dedicación, la humildad, la paciencia, el
vivir en sana convivencia con los otros y con todo lo que nos rodea, no son más –
a consideración de quien les escribe – que características del funcionamiento y la
esencia de la evolución.
En nuestras acciones y pensamientos tenemos la decisión de cambiar las cosas.
Los individuos conformamos las sociedades y por eso tenemos la capacidad de
poder cambiarlas.
Si pensamos en que hay un grupo de individuos que nos tienen oprimidos, la
historia nos ha enseñado que siempre son muchos más los oprimidos que lo
opresores, la única diferencia es la organización y los conocimientos que poseen
unos y otros.
Si queremos transitar el camino de la evolución tomemos esta observación en
consideración. Si queremos saber que nos depara un mundo donde solo
interactuemos por inercia y sin sentir, seguiremos viviendo en un mundo de
revoluciones. Si queremos crear nuestro contexto ideal como sociedad mundial,
debemos entender nuestros sentimientos, razonar sobre nuestro entorno,
equilibrar nuestros cuerpos, desarrollar la intuición y utilizar todas estas
habilidades juntas para poder observar de manera más total y universal el todo del
que formamos parte en pro de la premisa máxima que comprende evolucionar.
Ahora la pregunta es la siguiente ¿Cuál es tu decisión, evolución o revolución?
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