Sinopsis
Se supone que el verano después de la graduación es la primera
muestra real de libertad, pero no para Chloe Branson, de 18 años. Justo
cuando la brisa de la libertad está llegando a su galaxia, su padre, un
agente del servicio secreto, le lanza una bomba de malas noticias del
tamaño de un meteorito a ella y a sus hermanas. Ha habido un atentado
contra la vida de los integrantes de la banda canadiense Spaceships
Around Saturn, durante su gira en Estados Unidos, y los chicos tienen
que esconderse tan pronto como sea posible. ¿El único problema? En el
medio de la crisis y el frenesí mediático, su padre se ofreció voluntario
para esconder a los chicos. . . en su casa.
Emery, de seis años, está tan extasiada como cualquier
autoproclamada Saturnite estaría, pero Chloe y su hermana de diecisiete
años Aralie ven como sus planes para el verano se destruyen y queman
como una estrella fugaz. Los chicos de SAS no están muy felices con la
situación, tampoco. El chico malo Jules pelea con Aralie por todo, desde
sus seguidores en twitter hasta por su ropa sucia. Y el rompecorazones
Benji no puede escapar del fangirleo de Emery por más de tres minutos.
Pero después de que el súper lindo Milo besa a Chloe durante el juego
de las escondidas, finalmente entiende a qué se refería Emery con que
SAS es “de otro planeta”. Si así se siente Saturno, Chloe no quiere volver
a la Tierra.
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Contenido
Sinopsis .......................................................................................................... 1
¡Únete al Staff! ............................................................................................... 2
Dedicatoria ..................................................................................................... 6
Capítulo Uno .............................................................................................. 7
Capítulo Dos ............................................................................................... 7
Capítulo Tres ............................................................................................ 16
Capítulo Cuatro ........................................................................................ 26
Capítulo Cinco ......................................................................................... 37
Capítulo Seis ............................................................................................ 44
Capítulo Siete ........................................................................................... 54
Capítulo Ocho .......................................................................................... 66
Capítulo Nueve ......................................................................................... 75
Capítulo Diez............................................................................................ 98
Capítulo Once ........................................................................................... 98
Capítulo Doce ......................................................................................... 106
Capítulo Trece ........................................................................................ 116
Capítulo Catorce ..................................................................................... 126
Capítulo Quince ..................................................................................... 137
Capítulo Dieciséis .................................................................................. 149
Capítulo Diecisiete ................................................................................. 159
Capítulo Dieciocho ................................................................................. 170
Capítulo Diecinueve ............................................................................... 181
Capítulo Veinte ...................................................................................... 187
Capítulo Veintiuno ................................................................................. 200
Capítulo Veintidós ................................................................................. 209
Capítulo Veintitrés ................................................................................. 220
Capítulo Veinticuatro ............................................................................. 228
Capítulo Veinticinco .............................................................................. 235
Capítulo Veintiséis ................................................................................. 242
Capítulo Veintisiete ................................................................................ 248
Capítulo Veintiocho ............................................................................... 255
Capítulo Veintinueve ............................................................................. 263
Capítulo Treinta ..................................................................................... 274
Agradecimientos......................................................................................... 284
Staff ............................................................................................................ 289
Sobre la Autora........................................................................................... 292
Nota Importante.......................................................................................... 294
Dedicatoria
A David Desrosiers de Simple Plan, por convertirme en una fangirl.
A Liam Payne de One Direction, por mantenerme como una fangirl.
A Benji Madden de Good Charlotte, por convertir a Emily en una fangirl.
Y obviamente, a Emily, por la Emery que eras entonces y la Aralie que eres
ahora.
Capítulo Uno
Mi corazón no podría soportar una noche del tipo Moo-llennium Crunch1.
La luz de mi celular ilumina el auto por completo. La cara de papá vibra sobre
el portavasos del auto como una luciérnaga eléctrica.
Aparco el auto en la señal de “Pare” e inhalo lo que se siente como mi
último respiro antes de responder. Siempre se siente como si fuera mi último
respiro cuando llama mi papá. Quizás porque sé lo que me va a decir.
―¿Hola? ―Mi corazón no palpita ni late con fuerza. Se convierte en el de
un cadáver, completamente sin vida dentro de mi pecho.
―Oye, Chloe, ¿ya dejaron a Paige? ―pregunta papá. Asiento, aunque él no
puede verme.
―Sí, acabamos de salir de su casa.
―Bien, necesitamos que Aralie y tú vengan a casa. Estamos pensando en ir
por un helado ―dice.
―Oh… ―respondo―. ¿Qué quieres esta noche?
Por favor no digas Moo-llennium Crunch. Por favor no digas Moo-
llennium Crunch.
Miro de reojo a Aralie, quien está escribiendo un mensaje desde el asiento
de pasajeros como si la conversación de helados no estuviera ocurriendo a su
lado. No sé cómo hace para permanecer tan condenadamente calmada en
momentos como estos. La conversación de helados siempre significa que algo
malo ha pasado, algo verdaderamente malo a un nivel nacional, y cuando el
agente del servicio secreto que es tu padre te dice que tienes que volver a casa,
hay motivo para entrar en pánico. Pero Aralie nunca se altera.
1 Helado de vainilla a la crema con chispas de chocolate negro, trozos de caramelo, nuez tostada y almendras
picadas.
―Estoy pensando en solo vainilla esta noche ―responde papá.
Los dioses de las transmisiones celulares se regocijan ante las palabras que
viajan a través del aire. Se pone a darme el típico sermón de padre acerca de
manejar con precaución, pero estoy demasiado aliviada por la resurrección de
mi corazón al escuchar la palabra “vainilla”, que ni lo escucho. Probablemente
digo la palabra “Bueno” unas ocho veces antes de finalizar la llamada con él.
―Así que un desastre vainilla ―dice Aralie después de comentarle lo que
papá me ha dicho―. Vamos a ver qué tipo de títulos nos da la CNN.
Su rostro se ilumina con la luz azul del teléfono celular. Los desastres
vainilla suelen ser grandes desastres que no nos afectarían directamente a
nosotros, huracanes, tornados o reclusos que escaparon. Siguen siendo
cuestiones serias, y para quienes están envueltos sería un desastre del tipo
Moo-llenium Crunch, pero para nosotros es vainilla. Los desastres Moo-
llennium Crunch son para problemas realmente grandes como el 11 de
septiembre, ataques terroristas, o cualquier cosa que pudiese poner a Estados
Unidos en alerta máxima.
―Bueno, mira esto. Un elefante del circo estuvo involucrado en un tiroteo
―lee Aralie―. Ya sabes que los de PETA2 están en ello. Uhmm. Aumentaron
la recompensa por cualquier información que pueda ayudar a encontrar el
cuerpo robado de la morgue de aquel chico.
Ese título ha estado en todos los canales de noticias, sitios de internet y
siendo tendencia en Twitter durante semanas. Incluso papá está harto de
escuchar acerca de ese chico, y él es del tipo que se ofrece para ese tipo de
casos extraños. El cuerpo lleva mucho tiempo desaparecido y los enfermos
que lo hayan robado tendrán que vivir con ello en sus conciencias.
―Oh, Dios mío ―dice Aralie. Entierra el celular en su pecho mientras
mueve la cabeza hacia atrás riendo―. ¡Le dispararon a Spaceships around
Saturn3 en el show de Nueva York!
2 People for the Ethical Treatment of Animals (PETA). Organización de Defensa de los Derechos de los
Animales. 3 Astronaves alrededor de Saturno.
Casi me río también hasta que imaginé la expresión de la pequeña Emery,
de cinco años, si algo llegara a pasarle a su querida banda, o peor, a su
precioso Benji Baccarini. Dejo de presionar el acelerador y me detengo en el
borde de la calles esperando a que Aralie diga algo.
―No me mires así ―me dice―. Están todos bien. Incluso Benji Bikini,
merezco un poco de alegría después de haberme quedado sentada durante dos
horas y media de lujuria entre hombres lobos y escuchando a la molesta de tu
mejor amiga todo el tiempo.
Ella tiene un buen punto, así que sigo conduciendo. Aralie y Paige eran mis
únicas opciones para ver “Río de Sangre”, la segunda parte de la Trilogía
Agua de Lluvia, en cine. No era como si pudiese ir con mi antiguo novio
después de la ruptura que sabe todo el mundo. A decir verdad, si nunca más
fuera a ver a Deacon McCullough, sería demasiado pronto. Él es un desastre
del tipo Moo-llennium Crunch.
Autos negros y SUVs4 llenan la acera antes de que siquiera terminemos de
llegar a casa. Doy la vuelta por uno de los lados para poder estacionarme.
Nadie lo piensa dos veces cuando tu casa está rodeada de agentes federales.
Podría estar habiendo una crisis nacional en nuestro living y nadie en la
ciudad podría notarlo. Tristemente esto es típico.
―Yo le apuesto al elefante ―dice Aralie―. ¿Tú qué piensas?
―Dado que no hay vehículos del PETA, me inclino por lo del chico de la
morgue ―le respondo.
Sostengo mi cartera por encima de mi hombro y sigo a mi hermana hacia la
puerta principal. Como predije, oficiales uniformados deambulan alrededor de
nuestra casa. Mamá está alisando sábanas y toallas limpias mientras papá se
4 Sport Utility Vehicles (SUVs), autos, camionetas, vans todoterrenos. Generalmente ligeros y resultado de la
mezcla de tecnología de avanzada y vehículos todoterrenos.
enfrasca en una conversación con agentes federales. No necesito una
conversación de helado para saber que esto va más allá del circo de elefantes o
conducir disparando.
Me pongo en modo torbellino. El uniforme se vuelve una mancha borrosa,
yendo en espiral a mi alrededor como un agujero negro succionándome hacia
las profundidades del espacio. Hay tanta estática y un efervescente ruido
yendo y viniendo. Ya no se siente como si estuviera en nuestra sala de estar.
Papá nos encuentra a Aralie y a mí en algún punto de esta mezcla y nos
lleva al comedor. Mamá se sienta a la mesa y Godfrey, nuestro mayordomo y
abuelo falso se queda detrás de ella. ¿Acaso alguien había muerto? Sus rostros
se veían más viejos en cuestión de minutos.
―No le explicamos el porqué a Emery aún ―comienza a decir papá.
Se sienta junto a nuestra madre y nos hace señas para que nos sentemos
frente a ellos. Godfrey se mantiene como una estatua.
―No queremos que ella se altere ―continúa papá―. Hubo disparos
durante la noche en Nueva York en…
Oh, sé que esto no está ocurriendo. ¿En serio nos llamó a casa para que
volviéramos por la banda que le gusta a Emery? Papá realmente no entiende el
alboroto por el que tuve que pasar desde la graduación cuando fui oficialmente
nombrada “La Reina de Hielo” de la clase superior. Mis planes para el verano
eran olvidarme de los chicos estúpidos. Aun así ¿papá nos llama para decirnos
que alguien le había disparado a cinco, aunque hay que admitir, bonitos chicos
canadienses?
Pero eso ni siquiera es lo peor del asunto.
―…al estar en suelo Estadounidense… estamos obligados a protegerlos…
algo así como protección a testigos ―las palabras de papá salen entrecortadas.
Emery aparece en la cocina y papá guarda silencio. Sus rulos rubios rebotan
en el aire mientras corre hacia nosotros, abrazando su almohada de Spaceships
Around Saturn contra su pecho.
―¿Crees que la firmarían? ¡Necesito un marcador! ¡Chloe! ¡Necesito
marcadores! ―me grita esas palabras en la cara. Su mirada completamente
emocionada, como los de una hiena embalsamada riendo.
Mamá le dirige a papá una de esas miradas, y ella y Godfrey se apresuran a
llevar a Emery escaleras arriba, mientras papá se inclina sobre la mesa. Usa su
voz seria.
―Este es el asunto. No tenemos un plan de acción para estas situaciones.
La prensa estalló en frenesí ante el escándalo, y nuestra prioridad número uno
era la seguridad de estos chicos ―dice―. Así que en el medio de todo esto,
alguien sugirió esconderlos mientras buscamos pistas, y me ofrecí para
dejarlos quedarse aquí.
―Oh, Dios ―gruñe Aralie―. Creí que habías dicho que era un desastre
vainilla. Esto se siente bastante como uno Moo-llennium Crunch. ¿Crees que
Emery realmente podrá mantener su boca cerrada cuando su Benji Bikini esté
en nuestra casa? El mundo se enterará en tres minutos a los sumo con su boca.
―Baccarini ―la corrige papá―. Por favor sé respetuosa mientras estén
aquí, Aralie. Ninguno de esos nombre tontos. Emery va a mantenerse en
silencio porque vamos a estar encerrados. Los chicos de Saturno y, bueno,
ustedes chicas.
Encerrados. Ni siquiera sé cuál es la definición de papá para "encerrados"
pero automáticamente suena como a sufrimiento. El encontrarse encerrado con
Spaceships Around Saturn es el sueño de casi todas las adolescentes del
mundo, pero tenemos planes para este verano. Nuestros calendarios sociales
están completos y ese viaje a Cancún nos costó meses de suplicas, persuasión
y negociación.
Ahora nuestro verano es una sentencia de prisión.
―No debería tomar mucho tiempo ―dice papá, como si eso fuera a
mejorar las cosas―. Una semana, quizás dos. Ya tenemos algunas pistas, y
tenemos un gran equipo de personas que trabajan día y noche para atrapar al o
los responsables.
A veces creo que se olvida de cuando se supone que debe estar en modo
padre. Siempre se adentra en la jerga del gobierno fácilmente. Una
conversación sencilla siempre suena como una declaración de prensa. Incluso
tiene ese tono político.
Aralie suspira a mi lado.
―¿Por qué no puedes ponerlos en protección de testigos o algo así?
Papá sacude la cabeza.
―Protección de testigos sería mantenerlos en la sociedad bajo alias.
Necesitamos que desaparezcan del mapa. Esta será su casa de seguridad hasta
que la situación esté bajo control. Pero esto significa que no pueden ser vistos,
y que ustedes, chicas, no pueden permitirse el lujo de dejarse ver más de lo
absolutamente necesario. Cuanto menos estés expuestas al público menos
posibilidades de que se filtre el secreto.
No puedo permitirme escuchar a papá recitar la lista de cosas que
tendremos que perdernos durante este encierro. Ahí va mi verano, el verano de
Aralie y todo nuestro calendario de fiestas de piscina y festivales. Ahí va
Cancún.
Esos gloriosos planes se encogen, cada vez más lejos de mí hasta que son
sólo pequeños puntos siendo absorbidos en la galaxia... todo el camino a
Saturno.
Nuestro salón es como un pedazo de caramelo en la acera, lleno de
hormigas del gobierno y personal de SAS. Papá nos conduce de nuevo a todos
hacia el sofá. Emery está allí, abrazada a su almohada púrpura de SAS con la
forma del planeta Saturno y fotos de los chicos. Si hay una chica a la que
llamar Saturnite, es a Emery. Esta no es la primera impresión que queremos
que tengan de nosotros.
Papá asiente a una señora de pelo oscuro en la habitación. Probablemente es
bastante más mayor que mi madre pero lleva un vestido de cóctel negro y
brillante. Probablemente se dirigía a alguna afterparty5 increíble en Nueva
York. Ella va hacia un rincón con su teléfono móvil. Ese movimiento de
cabeza de papá debe haber sido algún tipo de señal de agente secreto.
―Soy Wendy Smith-Lewey con Kathryn Hunter Public Relations
Company ―le dice a su teléfono―. Nuestra declaración oficial a la prensa es
la siguiente.
Se aclara la garganta antes de proceder a la lectura de un documento
cuidadosamente redactado.
"Esta noche se efectuaron disparos en el concierto de los chicos en la
ciudad de Nueva York. Los chicos de Spaceships Around Saturn fueron
evacuados inmediatamente del lugar y llevados a una casa de seguridad hasta
nuevo aviso. El gobierno de Estados Unidos respondió rápidamente a la
amenaza y han eliminado la posibilidad de un peligro mayor. Los conciertos
para Boston, Washington D.C., y Nashville serán reprogramados para una
fecha posterior. Pueden efectuarse más cancelaciones o reprogramaciones
conforme avance la situación. En este momento nuestra prioridad es la
seguridad de Spaceships Around Saturn y los muchos fans que asisten a sus
conciertos cada noche. Estaremos en contacto constante con el gobierno a lo
largo de esta investigación. Gracias."
Sale de la habitación tan rápido como entró para leer su comunicado de
prensa. Una gran cantidad de agentes la siguen hacia afuera. Mientras la
multitud disminuye y papá acecha las ventanas me doy cuenta de que nos
encontramos a minutos de distancia de ser la envidia de las chicas de todo el
mundo.
Emery tararea junto a mí y se tira en el sofá.
―Benji... Bikini... Baccarini ―canta a sí misma en una canción aleatoria.
5 Se refiera a la fiesta que se hace cuando acaba la fiesta o el evento principal.
Esto es mil veces peor que cuando perdí en cara o cruz y tuve que seguir a
los chicos en Twitter por Emery. A Aralie le gusta informar a la gente que
sigo, no sólo a la cuenta general de la banda, sino también a cada miembro.
No tener que seguirlos fue una victoria definitiva para ella.
Sin embargo, no puedo ver qué pasa con mi banda de rock favorita porque
@Benji_Baccarini twittea todo el día todos los días. Si pudiera rebobinar esta
noche y recuperar mi verano incluso retwittearía divagaciones sin sentido de
Benji sobre sus zapatos nuevos, o el clima lluvioso y la fea alfombra del hotel.
Las luces giran alrededor de la habitación. Papá se precipita hacia la puerta
pero el amado Benji Bikini de Emery no está aquí todavía. En su lugar un
chico cubano alto con brazos musculosos y una apretada camiseta negra viene
hacia aquí.
―¡Hola, Tank! ―Exclama Emery desde el otro lado de la habitación,
agitando los brazos con entusiasmo.
Me estremezco y me gustaría que hubiese una manera de deslizarme entre
los cojines del sofá a la tierra de los peniques perdidos, las motas de polvo y
las migas de pan. Si Emery está emocionada por ver al guardaespaldas de SAS,
no me quiero ni imaginar el momento en el que esos muchachos canadienses
traspasen el marco de la puerta.
Tank ríe y se vuelve hacia ella. Me siento como la perdedora definitiva de
dieciocho años, perdedora porque yo, Chloe Branson, estoy familiarizada con
Tank Rodríguez y ninguna chica de mi edad debería saber quién es, a menos
que esté directamente relacionada con Spaceships Around Saturn.
Supongo que, de alguna forma, estoy vinculada a ellos ahora. Estoy
conectada por una fuerza cósmica llamada encierro.
Aralie se estira al otro lado de Emery y formula la pregunta de la que
ninguna de nosotras quiere una respuesta.
―¿Cuándo se supone que deben llegar aquí?
Los ojos de Emery se iluminan con esa risa de hiena, esperando que papá
anuncie la llegada de Benji Bikini y sus cuatro hermanos de Saturno.
Capítulo Dos
La idea de colocar a Emery entre Aralie y yo no fue estratégica, pero creo
que fue un plan genial. Ella se contornea a mi lado, estirando el cuello para
observar dentro del vestíbulo. Cada posible persona del planeta Saturno pasa a
través de nuestra puerta. No reconozco a nadie más, así que supongo que
probablemente sean los equipos directivos, personal de relaciones públicas,
profesores de canto, y cualquiera que viaje con la banda.
El equipo Saturn circula desde el vestíbulo a la sala, revistiendo las paredes
de nuestra sala de estar como pintura. Entonces Papá y Tank se apresuran
hacia la puerta, y los brazos de Emery se agitan con entusiasmo. Aralie coloca
su mano sobre la boca de Emery en el momento en que vemos el cabello rubio.
Benji Baccarini, el rostro de Spaceships Around Saturn, se para en nuestro
vestíbulo, en nuestros pisos de madera, respirando nuestro aire acondicionado
americano.
Incluso yo estoy un poco deslumbrada.
Él luce como lo hace en los carteles en las paredes del dormitorio Emery.
Tiene un perfecto cabello rubio con un corte al estilo surfista y ojos azules
brillantes, parece que fue sacado justo de una playa de arena en vez de en
algún lugar de Canadá. Estira los brazos hacia atrás mientras habla con Tank.
Los anillos en su tatuaje de Saturno se borronean en su brazo.
Esa mirada de hiena en los ojos de Emery empieza a asustarme. Apenas
puede respirar, por lo que sus palabras salen en un susurro enloquecido:
―¡Benji Bikini está en nuestra casa!
―Baccarini ―le susurro.
Admito que solía ser divertido cuando Aralie lo llamaba “Benji Bikini” sólo
para irritar a Emery, pero ahora que está a diez metros de distancia de nosotros,
en nuestra maldita casa, el apodo no es tan gracioso.
Papá le presenta los chicos a mamá y Godfrey, luego apunta hacia el sofá.
Benji es el único en mi línea de visión, pero no sonríe cuando levanta la vista.
Me pregunto si es porque su gira de verano se ha arruinado. O tal vez es por
esa estúpida almohada violeta que Emery está agarrando. De cualquier manera,
no me gusta su expresión.
Papá les hace un gesto hacia la sala de estar, diciéndoles que tomen un
asiento, y juro que siento el pánico burbujeando en mi pecho. Esta debe ser la
forma en que se siente Emery cada vez que mira su DVD y se emociona como
una fanática. Si mi corazón está cerca de explotar, no puedo imaginar lo
rápido que su corazoncito está latiendo en estos momentos.
Esto es una locura. Ni siquiera soy del tipo de bandas de moda. Sebastian’s
Shadow, mi banda favorita, es rock, screaming rock6, con intensos riffs de
guitarra y serpenteantes baterías hardcore y letras metafóricas sobre arrancarte
el corazón. ¡¿Quién diría que los chicos de Spaceships Around Saturn, en
realidad son diez veces más ardientes en persona que en Twitter?!
Puedo ser capaz de tolerar el encierro por cosas bellas. Aralie, en cambio,
suspira dramáticamente y se encorva en el sofá. Si cualquiera de nosotros
pudiera pasar como una estrella de rock esa sería Aralie. Es tan chica del
cartel de la escena punk rock como Emery es una Saturnite. Benji Bikini no
clasifica muy alto en la lista de Aralie.
Afortunadamente para mi salud cardiovascular y la de Emery, Benji
encuentra un lugar en el sofá de dos plazas en la habitación.
Noah, el moreno tatuado, se sienta a su lado. Él no se ve como el tipo
“banda de moda” en absoluto. Tiene un aire emo, punk-rock a su alrededor.
Está tan fuera de lugar como Aralie.
Tate se instala en el otro lado de Aralie, se presenta y le dice:
―Bienvenido al verano del infierno ―¡Qué dulce! Tiene mi edad, pero
juro, el tipo parece tener quince. Tiene el tipo de cara de bebé por el que las
niñas pre-adolescentes se sienten atraídas.
6 Screaming Rock: género musical.
El chico malo de SAS, Jules, golpea contra la pared al más puro estilo idiota.
Cruza los brazos sobre el pecho y dispara con ojos malvados hacia Benji.
Probablemente esté transmitiéndole algún mensaje telepático Saturnístico
sobre lo malo que será esto.
―¿Te importa si me siento? ―Una voz interrumpe mi desciframiento de la
comunicación cósmica entre el bromance7 conocido como Jenji.
Echo un vistazo para ver a Milo, el único miembro de SAS con sentido de
madurez, de pie junto a mí. Él señala con la cabeza hacia el reposa brazos, y
recojo rápidamente mi brazo de nuevo hacia mí. Se sienta en el reposa brazos,
y el olor de su gel de baño hace que mi cabeza gire. ¿Puedes desmayarte por la
increíble esencia de hombre?
Emery nunca dice mucho acerca de alguno de los chicos, aparte de Benji,
pero me siento como si conociera la esencia básica de lo que son por sus
tweets. Noah y Tate son tontos e inmaduros. Jules se esfuerza demasiado para
mantener una imagen de chico malo.
Milo es el que permanece tranquilo y sereno a pesar de todo. Es el más
persuasivo cuando habla. Lleva tatuajes visibles aunque la gerencia quiere
mantenerlo saludable. Sólo es rudo cuando lo empujan a los límites, y añade
un montón de letras adicionales al final de las palabras, porque Spaceships
Around Saturn tiene "los mejores fans del mundooooo”
Pero ni una sola vez twitteó que huele como el cielo o tiene los ojos del
color del caramelo en el interior de una barra de chocolate Milky Way. ¡Estas
son el tipo de cosas que las chicas necesitan saber, Milo! ¡Especialmente antes
de sentarse en el reposa brazos al lado de ellas!
Papá se aclara la garganta, toma su lugar en el centro de la habitación y se
presenta como agente del servicio secreto Scott Branson. Él usa su voz de
oficial del gobierno. Luego mira a mamá. Ella corre hacia el sofá, detrás de
nosotros, y se inclina.
―Emery, cariño, necesito que vengas a ayudar ―dice en voz baja.
7 Relación muy estrecha de amistad entre dos personas: broma *romance.
La cara de Emery se arruga como una fea muñeca. Entorna los ojos, y hace
una mueca con sus labios. Mamá no compra su cara triste, y a pesar de las
lágrimas que gotean por las mejillas de Emery, mamá la lleva fuera de la
habitación. Esa almohada violeta permanece en el agarre de Emery. Gracias a
Dios, la llevó consigo.
Esa pobre niña no tiene ni idea de que su precioso Benji Bikini... Baccarini...
disparaba con sus ojos contra la almohada esta noche. Me enfoco en Papá para
poder evitar el contacto visual con nadie más en la habitación, pero Milo me
da un codazo en el hombro.
―Deslízate ―dice. Señala con la cabeza hacia los lados.
Me acerco a Aralie, forzándola a acercarse más a Tate, y Milo se desliza
abajo sobre el sofá con nosotros. Me aprieta entre él y Aralie. Se acomoda lo
mejor que puede, luego me mira y articula:
―Gracias.
Me quedo lo más quieta posible porque si me muevo la más mínima
pulgada, su piel rozará la mía y no creo poder soportarlo.
Si Emery alguna vez tuvo razón sobre algo, fue sobre Spaceships Around
Saturn. Sí, fue lamentable y cliché y totalmente estúpido cuando dijo que eran
"de otro planeta", pero en serio, estos chicos no son de la Tierra. Al menos no
Milo.
Ningún chico humano huele así de bien o tiene esos ojos caramelo. Nunca
he visto un chico al que le quede tan bien una camiseta. La tela gris oscuro
abraza cada curva de su cuerpo, cada músculo de su brazo, cada parte de sus
abdominales. Ohdiosmío esto no está pasando. No estoy evaluando a Milo
Grayson de Spaceships Around Saturn.
Estoy soñando porque algo tan loco sólo pasaría en mis sueños. O en los
sueños de Emery. Esto no es real.
Parte de mí quiere dar un respiro profundo y calmarme, pero sé que si
inhalo demasiado profundo, su perfume viajará a través de mis senos
paranasales hasta mi cerebro y bajará por los glóbulos, y entonces mi corazón
estallará en pequeños pedazos de Saturno.
Decido dar breves respiros y recordarme a mí misma que es sólo un chico,
un chico humano, que resulta estar en una banda canadiense
internacionalmente famosa. Sólo que resulta ser incluso más hermoso en
persona que en Twitter, y al diablo con esto... es completamente de Saturno.
Los terrícolas no se ven así.
Papá carraspea, trayéndome de vuelta al planeta Tierra, y explica la
situación, repitiendo lo que todos ya sabemos: se ejecutaron disparos, el
gobierno está siguiendo las pistas, los chicos se tienen que ocultar, mientras
todos pretendemos que esta es la primera vez que lo oímos.
―Pero ahora mismo, tenemos que descubrir qué pistas son reales y cuáles
son rumores ―dice papá―. Tenemos oficiales trabajando las 24 horas para
regresarlos a su gira tan rápido como sea posible. Con suerte, esto no tomara
más de dos semanas.
―¿Dos semanas? ―Jules golpea la pared como el impacto de un
asteroide―. ¿Sabes cuántos conciertos tenemos a lo largo de dos semanas?
¡La gente organizó su verano de acuerdo a nosotros!
Benji salta y toma el brazo de Jules, empujándolo hacia la pared, pero es
inútil. Jules aleja a Benji y corre a través de la sala, hasta el vestíbulo, y sale
por la puerta principal. Milo se levanta del sofá y va tras Jules, pero Tank
levanta su mano y detiene a Milo. En su lugar, el guardaespaldas va tras el
chico malo, y Milo se aprieta de nuevo entre yo y el reposa brazos. Desearía
que dejara de moverse tanto.
―Lo siento tanto, Sr. Banson ―dice Milo cuando está cómodo de nuevo―.
Jules tiene una tendencia a explotar por cosas.
Mi papá dice algo sobre las situaciones estresantes y como es entendible
estar tenso en momentos como este, pero yo sigo reproduciendo "Sr. Branson"
en mi cabeza e imaginando cómo sería si Milo fuese un terrícola normal al
cual podría llevar a casa para que conozca a mi papá. Gracias a los dioses de
Saturno que no haya podido ver el momento cuando se conocieron en el
vestíbulo. Podría haber temblado presenciando el apretón de manos paternal
inicial.
Papá espera algunos momentos antes de continuar. Jules y Tank no regresan,
así que nos aventuramos a las explicaciones sobre “las reglas de la ceremonia”.
Los chicos tienen que permanecer en nuestra casa, ya sea dentro o en el
patio trasero, en todo momento. No pueden aventurarse fuera de la propiedad
y arriesgarse a ser vistos por los vecinos, medios, o peatones. No pueden
acceder a sus cuentas sociales o estar en línea en ningún momento. Deben
entregar sus teléfonos celulares para que los hackers no puedan localizarlos a
través de torres de telefonía y revelar las coordenadas de su ubicación.
―Pero conocí a una chica realmente asombrosa esta noche ―dice Tate
desde el otro lado de Aralie―. Ella era como… la chica más genial. La conocí
en el hotel, antes del concierto, y prometí que la llamaría cuando el concierto
terminara.
―Deberás contactarla una vez que todo esto termine ―dice papá―. Sí
estuvo ahí esta noche, ella sabe lo que pasó y debe entender la situación.
―No lo comprendes ―dice Tate―. Ella era asombrosa y muy bonita. Su
nombre es Hannah, y casi no me da su número porque no creía que llamaría
realmente.
Milo se inclina hacia adelante y mira, más allá de mí y Aralie, a Tate.
―¿Era la rubia con blusa rosa? ―él pregunta.
Tate asiente con su cabeza, casi en pánico.
―Me recordó a aquella chica de la que conseguiste el número la vez pasada
―dice Milo―. Y la noche anterior a esa.
Tate le saca la lengua.
―Realmente iba a llamar a esta, sin embargo ―dice.
Papá interviene con algunas palabras perfectamente ensayadas acerca de
cómo esta no es la situación ideal para nadie y de tener que hacer lo mejor,
pero él es sólo estática para mis oídos.
¿Quién se cree que es esta chica Hannah? ¿Qué la hace tan especial que un
chico de Spaceships Around Saturn le pediría su número? Si Milo me
preguntara mi número en un concierto, no creo que yo pudiera garabatearlo lo
suficientemente rápido para él. Pero por la manera en la que Milo habla, suena
como que Tate consigue muchos números.
Se menciona algo acerca de teléfonos de prepago y “agentes los traerán si
necesitan llamar a casa” mientras la gente de administración monitorea sus
llamadas telefónicas a miembros de su familia durante el encierro. Por suerte,
Aralie y yo tendremos que mantener tanto como nos sea posible una vida
normal… sólo que sin una gran parte de nuestra agenda social. Al menos
podemos mantener nuestros teléfonos. No sé cómo Benji va a sobrevivir a
posiblemente dos semanas sin Twitter.
―Y no queremos que Emery, nuestra hija más joven, sepa lo que pasó esta
noche ―dice papá mientras Jules camina de regreso a la sala.
El chico malo camina entre nosotros y se apoya contra la pared detrás del
sillón. Él huele como a cigarros podridos.
―Es una gran fan, y es demasiado joven para comprender del todo por qué
alguien haría algo como lo que pasó esta noche, así que si pudiéramos
mantener esto en secreto para ella, lo apreciaríamos mucho ―concluye papá.
Con los medios sociales y la tecnología de ahora, Emery lo sabrá antes de la
salida del sol. No hay manera de mantener esto en secreto. Papá debería
saberlo.
Los chicos salen con su equipo de gestión poco después para tomar lo que
queda de sus pertenencias en los coches afuera y entregan sus teléfonos
celulares para que no tengamos lunáticos disparando en nuestra casa. O peor:
fans enloquecidos tirando abajo nuestra casa para llegar a sus chicos
canadienses favoritos.
Momentos después, Godfrey les enseña a los chicos nuestros cuartos de
huéspedes en el piso de arriba y mamá regresa a la sala. Aralie y yo no
hablamos cuando ella se sienta en la otomana frente a nosotros.
―Emery finalmente se durmió ―dice ella―. Esperemos que los chicos
puedan establecerse esta noche antes de que ella recupere toda su energía en la
mañana.
Mamá es la única que se ríe, sin embargo. Emery es la última de mis
preocupaciones. Ahora mi verano entero no existe, y estoy deseando a Milo
Grayson. ¿En serio? Tengo problemas más grandes. Emery no es un
problema… por una vez.
―Escucha, Chloe ―dice ella en esa voz de mamá simpática. Ella tenía el
mismo tono la noche que Deacon y yo terminamos―, realmente necesitas
llamar a Paige y hacerle saber que Cancún está cancelado para este verano.
Ella dice todas las cosas de madre correctas: “Yo sé cuánto estaban
esperando esto chicas”, “Odio que tengamos que cancelarlo, pero esto no
estaba en nuestros planes”, “Tal vez el próximo verano puedan ir aún más
tiempo de lo que habíamos planeado esta vez”.
No es su culpa. Ni siquiera puedo culpar a los chicos de Spaceships Around
Saturn. Honestamente, e incluso si esto fuera parcialmente su culpa, son muy
lindos como para culparlos… excepto tal vez Jules porque él realmente parece
un idiota. Espero que cuando sea que el gobierno de Estados Unidos atrape a
ese idiota, mi papá tenga una larga charla con él o ella acerca de cuánta basura
hemos sufrido todos a causa de esas balas.
Hace dos horas, yo le estaba agradeciendo a dios por enviarme a Paige
porque ella es la única amiga que no me abandonó después de romper con
Deacon. Fui ingenua por pensar que alguien se quedaría conmigo al final.
Deacon tenía la secundaria entera en su bolsillo trasero. Aparentemente, ser su
novia significaba que yo debía darle lo que él quería cuando él lo quería.
¿Quién sabría que tener principios me perjudicaría?
Me detengo afuera, cerca de la piscina, por un momento de silencio para
hacer la llamada. Puertas de autos son cerradas alrededor la casa, y los
motores se encienden. El equipo de gestión y los últimos agentes finalmente
se están yendo, lo que significa que pronto estaremos solos con Spaceships
Around Saturn. Recorro mis contactos, selecciono el nombre de Paige, y
presiono el botón de llamar antes de que pueda arrepentirme.
―¡Hola! ―ella grita a través del auricular―. Estaba por mandarte un
mensaje de texto.
Ella recita algo acerca de unos adelantos del tráiler para la última entrega de
la trilogía Rainwater, y a la mitad de sus palabras lo dejo escapar.
―Nuestro viaje a Cancún fue cancelado. ―Ugh. Eso se escuchó muy cruel.
―¿Qué? ¿Por qué? ¿Desde cuándo? ¿Cómo pudo pasar esto? ―Sus
preguntas salen sin que ella tome oxígeno.
―Mi papá nos dijo cuando llegamos a casa ―digo―, algo acerca de…
terroristas… y cosas. Él no pudo darnos detalles reales, tú sabes, todos esos
asuntos de servicios secretos.
Me pregunto si Paige se da cuenta de que estoy tartamudeando. Odio
mentirle. Odio arruinar sus planes de verano. Esto también era un viaje de
graduación, y ella sólo estaba yendo porque mis padres pagaron por ello
cuando sus padres no podían.
―¿Rogaste e imploraste? ―pregunta―. Seremos cuidadosas. Vamos a ser
tres: yo, tú y Aralie. No vamos a dejar que nadie nos lastime o lo que sea.
Le debí rogar a Aralie que hiciera esta llamada en mi lugar. A ella no le
agrada Paige de todas formas. Ella no tendría problema en herir sus
sentimientos. Aralie es franca y brutal en maneras que no siempre son buenas.
Esto hará un verano interesante con Spaceships Around Saturn. Ugh, esto
apesta. Tengo a una banda de chicos mundialmente famosos en mi casa, y ni
siquiera puedo decirle a mi mejor amiga.
―Bueno, Chloe, gracias por arruinar mi verano. Después de todo lo que he
hecho por ti, ¿así es como me pagas? ¿En serio? Eres la peor amiga. ―Con
esto, Paige me cuelga.
Mamá me da una mirada triste cuando regreso dentro de la casa.
―¿Cómo fue? ―pregunta.
Encojo los hombros y digo buenas noches, entonces me dirijo a mi cuarto.
No quiero pensar o sentir nada por el resto de la noche.
Tate estaba en lo correcto… bienvenidos al verano del infierno.
Capítulo Tres
Mi teléfono vibra en la almohada por millonésima vez esta mañana. Es
Paige. De nuevo. Abro el mensaje, pero sólo lo leo a medias. Es solamente
una repetición de lo que ya me ha enviado: otra plegaria para que hable con
mis padres y una bien pensada disculpa por las horribles cosas que dijo
anoche.
Sabía que lo superaría. Ni siquiera estoy realmente enojada. Sólo no quiero
lidiar con ella además de con Spaceships Around Saturn. Pero no puedo
decirle eso. Se siente raro incluso pensar el tenerlos en casa. Tal vez todo era
un sueño. Tal vez la obsesión de Emery se pasó a mi cerebro, y todo fue una
dosis de ficción extraterrestre.
Pero sólo en caso de que haya sido real, procuro peinarme, usar algo de
maquillaje y vestirme en ropa que no sean pijamas antes de bajar las escaleras.
Las quejas de Aralie suben por la escalera desde la cocina mientras desciendo.
Se siente como una típica mañana en la casa Branson.
Típica... hasta que doblo y veo a Benji Baccarini sentado en la mesa del
comedor. La noche de ayer vuelve a mi cerebro. El aroma de Milo, sus ojos
caramelo, él llamando a mi padre “señor Branson” cuando Jules apareció.
Bueno, “la noche de ayer” no vuelve a mi cerebro, pero Milo sí lo hace.
—Tengo que lavar la ropa —dice Aralie.
—Puedes hacerlo cuando vuelvas. Chloe irá contigo —dice mamá.
Aralie no ha querido lavar ropa un solo día de su vida, así que si usa esa
excusa para no hacer algo, ese “algo” debe ser horrible.
Y mamá me acaba de ofrecer para hacerlo con ella.
Mi hermana me nota mientras entro en la cocina.
—Chloe —dice Aralie—. Dile a mamá que no podemos ir de compras para
la banda. Es muy riesgoso, ¿verdad? —Me lanza esa mirada de “más te vale
estar de acuerdo” y espera por mi respuesta—. ¿De compras para la banda?
Son cinco chicos. Comprar tantas cosas se verá ciertamente sospechoso.
—Tiene un punto —estoy de acuerdo—. Alguien podría notar que no es
todo para nosotros. Nuestra familia no podría comer tanto aunque tratara.
Mamá suspira y aparta la mirada de su marco brillante en el mostrador.
—Ustedes vuelven todo tan complicado —dice—. Ya mandé a Godfrey por
los congelados, y está comprando cualquier cosa de chicos que ellos necesiten.
Su papá se fue esta mañana, para seguir la investigación. No puedo
arriesgarme a salir en público con Emery. Está demasiado emocionada.
Lo odio, pero el argumento de mamá es más fuerte que el de Aralie. No hay
manera de introducir a Emery en la sociedad justo luego de ver a Benji Bikini
sentado en nuestro sofá. Lanzo un “suspiro de rendición.”
—Lo haremos —digo.
Aralie arranca un montón de papeles de la encimera.
—¡No has visto sus listas! —grita—. La de Benji tiene dos páginas, y la de
Noah tiene instrucciones especiales. En serio, describió los envases para
asegurarnos de traer las marcas correctas.
Los ojos de mamá se sobresaltan, pero no habla. Ya sabemos lo que diría
pero no va a regañar a Aralie frente a Benji para atraer más atención a lo que
acaba de decir. Camino hacia Aralie, tomo las listas y las miro. Tiene razón, la
de Benji es larga y la de Noah detallada, y...
—Bueno, esta es fácil —digo, sosteniendo la tercera lista—. ¿Oreos y
leche? ¿En serio? Eso suena a mi lista.
Benji se ríe detrás de nosotros. Me volteo a verlo, pero sus ojos están
concentrados en una revista de tatuajes, probablemente ocupados en escoger
su próximo.
—Es la lista de Milo —dice Aralie—. Claramente es el menos complicado
del grupo.
Ay, querida hermana. Eso es lo que crees. Él no había estado atestándola en
el sofá la noche anterior, retorciéndose y cepillando su piel con la de ella cada
pocos segundos. Ella no tuvo que respirar su aire, o verlo a los ojos, o sufrir
las cicatrices de la quemadura por haberlo escuchado decir “Señor Branson.”
¿Siquiera estaba ella en la sala anoche?
Aralie toma sus llaves de la mesa, y me lanza una mirada sobre su hombro.
—Yo conduzco —dice.
Mamá me da su tarjeta de crédito y una lista de cosas que necesita para su
clase de manualidades. Junto las listas y las meto en el bolsillo de mis jeans
hasta que pueda volver a mi cuarto y tomar la cartera. Probablemente haría
una fortuna con estas listas en línea una vez que todo esto acabe.
Pero no sé si podría dar Oreos y leche tan fácilmente.
—¡Aralie! —mamá exclama mientras me encamino hacia arriba—. No
olvides el pedido especial de Emery.
Me detengo en el tercer escalón y miro a mi hermana, que está esperándome
en el vestíbulo.
—¿Pedido especial? —pregunto.
—Oh, sólo espera. Te dejaré encargarte de ese —se ríe Aralie.
Si hubiera sabido el pedido especial de Emery, habría peleado aún más por
no ir de compras. Habría usado la excusa de Aralie sobre la ropa. Incluso me
habría ofrecido a encargarme de arreglar el patio. Pero aquí estoy, con dos
carritos de compras llenos, a un lado de las tarjetas de regalo, mirando al
montón de posters y esperando que nadie que conozca me vea tomando los de
Benji Baccarini.
Aralie juega con su celular detrás del otro carrito, dejándome la decisión
final. Emery quería uno donde estuviera sonriendo, porque si se ve serio
parece malo como Jules (las palabras de Emery, no las mías). Le gusta más en
camisetas porque se ve “normal, como nosotros”. Elijo el que tiene el fondo
verde lima. Hay suficiente espacio para que escriba mensajes para ella.
Deslizo el poster de tamaño A7 en el carrito, junto a la leche y las Oreos y
los fideos de pasta bajos en grasa con el logotipo rojo y verde de Noah. Aralie
llega antes que yo a la fila para pagar y descarga su carrito. Los objetos se
deslizan por la banda transportadora negra.
—¿Una fiesta? ¿O visitantes veraniegos? —pregunta la cajera.
Mastica su chicle mientras habla, y quiero masticarle la cara entera. No es
de su incumbencia.
—Visitantes de otra ciudad... parientes lejanos —dice Aralie—. Tan
lejanos que creerías que son de otro planeta.
Mi rostro se pone en tonos de rojo que avergonzarían a Marte, y siento
como si esta chica rubia de detrás de la caja registradora supiera. Supiera que
tenemos una banda de chicos escondida en nuestra casa. Supiera que Benji
estaba sentado en nuestra mesa esta mañana mientras Emery le mostraba a
Noah y Tate el patio. Aparto la mirada para no darle demasiada información
mediante el contacto visual. No pensé que llegaría a este nivel de paranoia.
Los periódicos y revistas juveniles me miran ahora. Y ahí están. Incluso en
la maldita fila en el supermercado. Spaceships Around Saturn, plasmados en
la portada de una revista, vestidos en esmoquin para una premiación. Ni
siquiera me gusta el color bronce, pero el traje y la corbata de Milo son de ese
color, y, rayos, se le ve muy bien.
Para este punto he sobrepasado Marte, y estoy segura que mi rostro flamea
como esa gran burbuja en Júpiter. No puedo ver a la cajera, no puedo mirar a
los periódicos, y siento que cada persona en la tienda nos está mirando porque
¡saben!
—No voltees —susurra Aralie mientras se inclina hacia mi carrito. Toma
unos cuantos objetos, los pone en el cinturón, y vuelve a susurrar—. Deacon
está a dos cajas de aquí.
Volteo rápidamente, esperando que no nos vea si nos encorvamos lo
suficiente para escondernos detrás de los aparadores de dulces.
—¿Nos vio? —pregunto.
Sacude la cabeza.
—No lo creo. Sólo agáchate, y se habrá ido en un minuto. Probablemente ni
siquiera reconocerá mi auto afuera.
Empiezo a vaciar el segundo carrito. Los objetos son registrados
constantemente hasta que escucho a la cajera quejarse porque algo no se
escanea. Antes de que pueda terminar de procesar cuál es el problema, la
escucho por el altavoz.
—Chequeo de precio en la caja tres. Necesito el precio del poster A7 de
Benji Baccarini —anuncia—. Chequeo de precio en la caja tres. Poster A7 de
Benji Baccarini.
Su voz hace eco por todo el universo. Una mujer mayor se apresura a
ayudarla, explicando que sólo necesita decir “chequeo de precio” y el número
de caja. Dice algo acerca de la privacidad del consumidor y cómo no todos
quieren un anuncio público de lo que compran. La cajera contesta el teléfono
de la registradora y escribe algunos números para obtener el precio del poster.
Podría haberle dicho yo misma el precio. El equivalente canadiense a un
millón de dólares estadounidenses de humillación.
No puedo entrar a casa lo suficientemente rápido. Hay una gran
probabilidad de que mamá reciba una llamada del supermercado diciendo que
Aralie y yo tenemos prohibido comprar ahí hasta próximo aviso. Hubiera
estado todo bien si Aralie no hubiera abierto la boca. Yo estaba bien. Abracé
lo último de mi dignidad y realicé el camino de la vergüenza hacia la salida
con el poster de Emery en la mano. Estaba bien.
Hasta que vimos ese hermoso auto azul bloquearnos el paso hacia la
camioneta de Aralie. Deacon estaba colgando de la ventana, con sus dos
mejores amigos, cacareando las palabras “Cocococ, Baccarini”.
Si eso no fue suficiente para querer camuflarme con el pavimento y
volverme parte de él, las obscenidades de Aralie lo fueron. Y al más puro
estilo de la secundaria, el administrador llegó corriendo, saltando en el cuello
de Aralie por su “uso de palabrotas en el local” y amablemente le pidió a
Deacon que se fuera para no “provocarla” más. Deacon brindó la clásica
sonrisa de Deacon McCullough. Luego dijo:
—Sí señor —y se fue de la tienda.
Ahora, pasando por el garaje hacia la puerta de la cocina, no creo poder
encontrar palabras para describirle a mamá qué tan horrible fue. Incluso si
citara a Deacon, no creo poder decir las palabras “Cococ, Baccarini”.
Sí, no hay forma alguna en la que pueda cacarear el apellido de Benji en
voz alta. Especialmente cuando está en casa.
La puerta se abre frente a mí, pero mantengo baja mi cabeza. No puedo ver
a un chico Saturn justo ahora, y menos uno cuyo apellido es Baccarini. Me
apresuro hacia la cocina, pero me tropiezo con un quinto de Spaceships
Around Saturn. Ni siquiera tengo que levantar la mirada. Sé quién es por el
olor de su gel de baño.
—¿Estás bien? —pregunta Milo.
No lo miro. No puedo. Esos ojos caramelo son muy bellos para volver a
verlos. No hay forma.
Asiento.
—Sí, estoy bien.
Trato de empujarlo para pasar, pero no me deja hacerlo. En vez de eso, me
jala hacia un lado y deja a Godfrey pasar más allá de nosotros. Aralie entra
detrás de mí. Sin embargo, ella no tropieza con un quinto de Saturn.
—Dios. ¡Mamá! —grita instantáneamente.
Milo no puede detenerme esta vez. Me apresuro a rodearlo para ir tras
Aralie, pero mamá se mete en la cocina antes de poder escapar a la tierra de
conversaciones privadas entre madre e hija. Debes estar bromeado. No vamos
a tener la charla de Cococ Baccarini frente a Milo, ¿o sí?
Aralie comienza la historia con el poster de Emery que no pudo pasar. Lo
dice tan dramáticamente, con lujo de detalles, para luego pasar al anuncio de
la cajera.
Para este punto, Tate y Noah han llegado a la “Hora de Cuentos con Aralie”
y están en el arco que separa la cocina y el comedor. Milo vacila entre
nosotros y la puerta del garaje hasta que Godfrey entra cargando muchas
bolsas juntas.
Milo se apresura y agarra dos de las bolsas.
—Te ayudo a llevar estas adentro —se ofrece.
Godfrey le agradece la oferta, pero le dice que no será necesario.
Milo duda como por tres segundos antes de caminar hacia el auto de Aralie.
—Lame botas —murmura Noah detrás de nosotros.
—Cállate —dice Tate—. Sabes que le gusta dar buenas impresiones.
—¿En serio? Estamos encerrados. Nos perdemos nuestras vidas, ¿y Milo se
preocupa por buenas impresiones? Dame un descanso —dice Noah.
Estoy de acuerdo con Noah. ¡Necesito un descanso! Descansar del drama de
Deacon, los ojos de Milo, y Cococ Baccarini. Embestí contra Tate y Noah en
mi camino hacia las escaleras. No puedo escuchar a Aralie cacarear el nombre
de Benji. No soporto la humillación de Tate y Noah riéndose mientras Milo
trata de jugar a ser buen tipo porque siente pena por mí y mi desgracia.
―¡Chloe! ―grita mamá.
Oh, Dios, por favor no me obligues a volver y escuchar esto. Estaba ahí. Sé
muy bien cómo pasó todo.
—¿Podrías liberar a Benji de Emery? Ha estado en el Infierno Saturnite
desde que te fuiste —dice.
Asiento y continúo mi ascenso hacia el señor Baccarini.
Por una vez, no me importa lidiar con Emery.
Me las arreglo para esconderme en las paredes cubiertas de Saturn de
Emery por dos horas. Ordenamos sus cinco millones de cuentas por colores,
para que las pueda usar luego para hacer adornos. Quiere hacer uno verde y
azul para Benji. Hacemos juntas seis intentos de pulseras de la amistad hasta
que finalmente tenemos una que se ve lo suficientemente masculina. La
cuerda azul está un poco deshilachada, pero no lo menciono porque no quiero
intentar una séptima vez. Es para Benji.
Pero aparte de hacer cosas para el señor Cococ Baccarini, Emery me ha
iluminado con conocimientos sobre Spaceships Around Saturn.
1. Noah tiene cara de idiota (sus palabras) hasta que toma su leche
saborizada de fresa cada día, y ahí se vuelve divertido. O eso es lo que
Benji le dijo.
2. Tate se ríe de todo.
3. Milo es muy serio y actúa como un adulto. Emery dice que es
realmente aburrido.
4. Benji canta en la ducha.
5. Jules huele como a mariquitas aplastadas, pero estoy segura de
que lo que Emery huele son sus cigarrillos.
Aralie grita en el piso de abajo, y tiro un bol de cuentas rosadas en el
proceso de saltar. Los ojos de Emery se abren con sorpresa, pero no la detengo
de seguirme. Ropas vuelan en el pasillo tan pronto como salimos de la
habitación.
—¿Quién te crees que eres? —grita Aralie—. ¡No soy tu madre, o tu
sirvienta, o lo que sea que tengas cuando estás en giras!
Jules se tropieza hacia fuera de la habitación de ella. Dos camisetas y un par
de jeans salen volando por su puerta que lo golpean en el pecho.
Él vuelve a tomar la compostura y entra en la habitación.
—Dijiste que lavarías la ropa —dice.
¿Realmente es tan estúpido? Un par de calzoncillos negros y una camiseta
azul salen volando de la habitación de Aralie hacia el salón. Mantengo a
Emery lejos y ni siquiera me atrevo a aventurarme. Jules está solo. La ira de
Aralie es algo con lo que evitas meterte.
Grita sobre la ropa, el olor a cigarrillos, el hecho de que él claramente tiñe
su pelo negro para lucir mejor, ya que sus cejas no son tan oscuras, y hay una
mención de sus tatuajes antes de que mamá y Godfrey lleguen al segundo
piso.
Y aún sobre las protestas de Aralie, mamá sigue diciendo:
—Estoy segura de que esto es sólo un gran malentendido.
Godfrey recoge las ropas de Jules mientras Tate hace su mejor esfuerzo
para calmarlo. Emery estaba en lo cierto: Tate se ríe de todo. Aprenderá
rápido a no reírse cuando Aralie está enojada, o será el próximo en recibir su
masacre verbal, justo como Deacon y Jules. Lleva dos de dos hoy. Tate no
debería buscarla.
Me alejo de Emery para desaparecer en mi propia habitación, cerrar la
puerta y ponerme los audífonos para hundirme en el mundo de los gritos de
Sebastian's Shadow.
La luz de mi habitación me ciega cuando abro los ojos. Entierro mi cara en
la almohada y miro mi teléfono. 12:37 A.M.
Un mensaje de Aralie: Te perdiste la cena. Jules es una mierda.
Un mensaje de Emery: Prdist la comida. Aralie odia a Shuls.
Me sorprende que mis padres la dejaran quedarse con su teléfono. Luego
recuerdo, los únicos números que tiene son los nuestros y el de Godfrey. Ese
teléfono no es una gran amenaza. Aralie y yo tenemos que decirle cómo
deletrear de todas formas, así que podemos saber qué está escribiendo.
Un mensaje de mamá. Es el más largo de todos, y es desalentador:
Decidí no despertarte. Lamento que tu verano no saliera como lo planeado.
No dejes que Deacon y esos otros chicos te molesten. Eres una chica hermosa
con mucho frente a ti. No quiero verte deprimida por un chico. Las cosas
mejorarán. Hay comida en el refrigerador si despiertas.
Oficialmente me muero de hambre, y mamá piensa que estoy deprimida.
Genial. Estoy lejos de estarlo. ¿Humillada? Sí. ¿Molesta? Sí. ¿Pero
deprimida? No. Ese chico no me sacará más lágrimas. Salgo de la cama,
sacudo mi cabello hasta que se ve medianamente decente, me pongo un poco
de delineador, y me aventuro abajo. Con suerte todo el mundo está dormido, y
nadie verá este maquillaje de zombie que llevo.
La luz fluorescente del fregadero de la cocina parpadea cuando la enciendo.
Excavo en el refrigerador, pero no se me antoja nada. Nada excepto leche y
Oreos. Abro el gabinete, tomo las galletas y me siento sola en la mesa del
comedor. La revista de tatuajes de Benji me mira, así que paso las páginas
para buscar diseños bonitos y fáciles que podría dibujar luego.
Entre comer las Oreos y pasar las páginas, ni siquiera escucho los pasos
hasta que está en el comedor, parado al otro lado de la mesa.
—Buenas noches, señorita Branson —dice Milo—. ¿Esta es una fiesta
privada o puedo unirme?
Capítulo Cuatro
Sé inteligente. Sé linda. Sé lo que quieras ¡Pero no te quedes sentada allí
con la boca abierta sin hacer nada!
―¿Eres siempre tan formal, Sr. Grayson? ―le pregunto.
Me sorprendo de mí misma al notar lo firme que suena mi voz. Estaba
segura de que tartamudearía.
Él frunce los labios hacia un lado, da un vistazo rápido a su camiseta y
pantalones de chándal antes de volver la vista a mí.
―Si estuviese usando caquis, te diría que sí, pero en este caso, eh, no
demasiado ―me responde.
Este chico es tan lindo que lo llevaría a un restaurante elegante de cinco
estrellas en traje de baño y flip-flops. Es modesto también, lo que lo hace más
atractivo. Maldito.
―Bueno, esto no se parece demasiado a una fiesta, pero definitivamente
estás invitado a unirte ―le digo.
Miro hacia abajo donde el tatuaje de un trébol me mira desde la imagen de
la revista de tatuajes de Benji. Espero que Milo no planee quedarse aquí por
demasiado tiempo porque no estoy segura de que mi corazón lo pueda
soportar. Podría literalmente saltar fuera de mi pecho hacia la mesa.
―Ahí es donde te equivocas ―dice Milo.
Se inclina sobre la mesa apoyándose sobre sus codos. Su figura está algo
oscurecida por la poca luz en la habitación por lo que me veo forzada a
mirarlo directamente.
―Es pasada la medianoche, y estoy solo con una chica linda y unas Oreos.
Eso definitivamente es una fiesta ―dice―. Lo único que falta es un vaso de
leche, así que si me guías en la dirección correcta, podemos poner esta fiesta
en marcha.
Oh. Por. Saturno.
Está coqueteando conmigo sin lugar a dudas. Porque esto es coquetear
¿verdad? Quizás estoy pensándolo demasiado. Quizás sólo está siendo amable
¡Ugh! ¡¿Por qué Aralie está durmiendo cuando la necesito para que descifre el
raro código de los chicos para mí?! Aunque pensándolo bien, si ella estuviera
aquí conmigo, el alíen de Saturno y las Oreos, tendría que admitirle que estoy
más ansiosa por él de lo que alguna vez lo estaría por estas galletas.
Me las ingenio para apuntar hacia el gabinete y evitar el contacto visual
mientras él toma la leche y se sirve un poco. Luego, se detiene frente a mí en
la mesa.
―Palabras de un consejo no pedido ―me dice, inclinándose sobre la mesa
y tomando la revista de Benji―. Los tatuajes en la parte baja de la espalda son
para promiscuas, las mariposas son un diseño aburrido porque todas las chicas
lo tienen. Y nunca uses “era bonito” como respuesta cuando alguien te
pregunte por qué elegiste ese motivo.
Sus manos se mueven de la revista hacia la bandeja de las Oreos. Elige la
tercera galletita desde la izquierda, dejando un notorio hueco entre las Oreos.
―No te preocupes ―le contesto―. No tengo planeado tatuarme por el
momento.
―Espero que no ―responde―. Dudo que tengas la preparación adecuada
para hacértelo tú misma8.
Él sonríe dejando caer su Oreo dentro del vaso de leche, permitiendo que se
hunda hasta el fondo. La alcanza nuevamente y la recoge, mientras toma la
galletita que estaba frente a su tesoro hundido, dejando una Oreo tambaleando
fuera del paquete.
8 En inglés Chloe dice "inking myself" que es literalmente "tatuarse a sí misma" pero también "hacerse un
tatuaje para sí", por eso Milo juega con la interpretación de las palabras
―Entonces, ¿tuviste un día emocionante? ―dice cambiando el tema de
conversación―. Sonaba como si lo fuera, según la historia de tu hermana,
mientras esperaban en la fila para pagar. ¿O lo estaba actuando?
Ojalá lo hubiese hecho. Aralie siempre había tenido un talento para el
dramatismo, pero incluso si había interpretado las ridículas expresiones
faciales de Deacon y encontrado un apodo para el apellido de Benji, estaba
segura de que había hecho una reconstrucción estelar acerca de cómo había
sido. Gracias a Dios que no había tenido que verlo.
―Me temo que no ―le dije―. Fue tan horrible como probablemente ella
dijo que lo fue, si no peor.
Él sumerge su Oreo brevemente en la leche y le da una mordida. Alcanzo la
bandeja y debato conmigo misma si debería agarrar la galletita que había
dejado sola. Quizás tiene una buena razón para dejarla apartada. Tomo una
distinta, dejando la marginada a su suerte.
Doy vuelta la página de la revista y me concentro en un tatuaje de una hoja
de arce. Apuesto a que Milo desearía poder volver a su propio hogar en
Canadá en vez de quedarse atrapado aquí.
―Pero seguramente tu vida es mucho más dramática que la mía ―le
menciono.
Preferiría no hablar acerca de Deacon en este momento, especialmente
teniendo a un hermoso chico de Spaceships Around Saturn.
―Tiene sus momentos ―dice riendo―. A veces las fans pueden
desquiciarse un poco. Los paparazzi también. No solemos dormir demasiado.
Pero esta es la primera vez que nos han disparado.
―Tal vez sean capaces de poder descansar un poco más mientras estén aquí
― le digo.
Dios, Chloe. Patético. No están interesados en dormir. Se mantienen a base
de cafeína, adrenalina, Oreos y jugo mágico propio de una banda de Saturno.
Preferirían estar en una gira sin dormir que encerrados durmiendo.
―Lo dudo ―me responde―. Bueno, los otros chicos dormirán, pero soy
más del tipo nocturno. Y, sin ofender, pero es difícil dormir hasta tarde cuando
tienes a la pequeña Saturnite corriendo por la casa.
No debería sonreír a expensas de Emery, pero no puedo evitarlo.
―Es algo serio. Vivo con ella a tiempo completo. Tengo que mantenerme
despierta hasta tarde para poder hacer las cosas. Pero sigue siendo extraño ver
adolescentes agotados antes de la medianoche ―le digo.
Milo mira hacia un lado con su Oreo a medio comer y frunce los labios
hacia un costado, como si quisiera besar a alguien a su lado sin tener que
mover su cabeza.
―Realmente no has hecho tu trivia de Saturn ¿no es así? ―me cuestiona―.
Cumplí veintiuno en noviembre, muchas gracias.
Eso explica su nivel de madurez. Él es tan sensato, pulcro y el sueño de
todo padre acerca del tipo de chico que le gustaría que su hija lleve a casa. Por
no mencionar que es moreno y súper sexy por si fuera poco. Es todo un chico
estadounidense no-estadounidense. Todo un canadiense ¿quizás?
―Y Jules tendrá veinte en un mes ―continúa―. No es como si actuara
como tal, de cualquier modo. Benji y Noah tienen diecinueve. Y Tate es el
bebé, con dieciocho.
Me pregunto si Emery siquiera sabe cuántos años tienen. En su mente,
probablemente crea que tienen dieciséis y que aún tiene una oportunidad con
Benji cuando crezca. Con suerte, ellos ya se habrán ido para el cumpleaños de
Jules. Estoy segura de que estaría bastante molesto si tuviera que terminar la
aventura de su adolescencia encerrado con las hermanas Branson.
―Esperaba más de ti ―me dice Milo―. Mis seguidoras de Twitter
deberían al menos saber mi edad.
―¿Cómo lo…?
―La antes mencionada pequeña Saturnite nos llenó de información sobre tu
mala suerte en el juego de la moneda ―me explica, interrumpiéndome a mitad
de la pregunta.
Nota para mí: No decir frente a Emery algo que no quiera que los chicos
sepan. Evidentemente, le gusta compartir historias aunque afortunadamente no
parece que les haya dicho demasiado.
―No sería tan malo si Benji no tuviera algo que decir cada cinco segundos
―le respondo―. ¿Crees que será capaz de contenerse mientras esté aquí?
―Estoy seguro de que Emery oirá cualquier cosa que Benji quiera twitear,
ella podría ser su cable a tierra ―dice Milo encogiéndose de hombros.
Hablando de Twitter…
―¿Por qué las letras extra? ¿En verdad necesitas cuatro letras “S” para la
palabra “asombroso”? ―le pregunto
―Sí, en realidad sí ―me sonríe―. No puedes poner en negrita o en cursiva
en Twitter. Tengo que encontrar un modo de remarcar mi punto.
Se inclina hacia la bandeja de Oreos para agarrar la última que queda.
―Bien, esta es la última de la noche ―me dice―. ¿La compartes conmigo?
¿En serio? Si no estaba siendo la envidia de cada Saturnite en el mundo tan
solo por sentarme frente a él, definitivamente lo sería ahora porque Milo
Grayson quiere compartir la mitad de su preciosa Oreo conmigo. ¡Y lo que
apesta de esta situación es que nadie lo sabe como para estar celosa de mí!
Sostiene la galleta frente a mí mientras espera por una respuesta de mi
parte.
―Sí, vamos a compartirla ―le respondo.
Me extiendo sobre la mesa para alcanzarla, pero él aparta un poco el brazo.
La manga de su camiseta abrazando sus bíceps fuertemente. ¡Cómo me
gustaría ser ese pedazo de tela!
―No tan rápido ―me dice―. Vamos a hacer esto más interesante.
¿Hay algún modo de hacer esto más interesante? Hola, eres atractivo,
famoso y ¡quieres compartir tu galleta conmigo! Hazlo más “interesante” y
puede que me encienda como un fuego artificial.
―Si obtienes el lado con la crema, te daré mi honesta opinión de hombre
acerca del drama en la fila de compras del el día de hoy ―me dice―. Pero si
yo tengo la parte con crema, me tendrás que decir, con toda honestidad, quién
crees que es el chico más atractivo de Spaceships Around Saturn.
Oh, por Dios. Lo dice en serio ¿Acaso lo sabe? Definitivamente lo sabe.
Sabe que me estoy babeando por él desde detrás del vaso de leche y la revista
de tatuajes. Sabe que sus ojos me derriten y que claramente lo sigo en Twitter
porque quiero saber todo sobre “asombrosssso”. Y ahora me quiere hacer
confesar.
―Trato ―acepto antes de poder acobardarme.
Siempre puedo mentir y decir el nombre de Benji. Él es el favorito de los
fans después de todo. Benji Baccarini es Spaceships Around Saturn para
muchas fans.
Milo se inclina nuevamente, posicionándose sobre la mesa y sosteniendo la
bendita Oreo. Muevo el vaso de leche hacia un lado porque lo último que
quiero es tirarlo producto de mis nervios crecientes. Entonces me inclino un
poco hacia él, sujeto la galleta con mis dedos e inhalo tanto como me es
posible el aroma de su cuerpo recién bañado mientras giro mi mitad de la
Oreos y la aparto de la suya.
―Diablos ―murmura.
Nunca estuve tan agradecida por obtener la tapa con crema de la Oreos
como lo estaba ahora. Instantáneamente, exploto en risitas de fangirl tal y
como si provinieran del Planeta Emery. Puedo guardarme mi dignidad para
otro día, y ni siquiera tuve que mentirle al chico bonito. Toda mi ansiedad
voló hacia alguna parte del universo donde los estúpidos nervios van a morir.
―En verdad creí que iba a obtener alimento para mi ego con esto ―dice
como si fuera una derrota terrible el haber perdido la parte con crema de la
galletita.
―Aparentemente no lo necesitas viendo claramente que asumiste que iba a
decir tu nombre ―le respondo.
―Me imaginé que quizás era tu tipo ―me dice riendo―. Supongo que
nunca lo sabremos ¿verdad?
Sumerjo la mitad de Oreo en el vaso de leche y tomo un bocado. No puedo
ni siquiera mirar en este momento. Esas mariposas en mi estómago
probablemente vuelen hacia mis ojos para mirarlo. Si fuera una mariposa
producto de los nervios, definitivamente arriesgaría mi ansiedad para volver y
mirarlo.
―Pero un trato es un trato ―continúa. Suspira derrotado otra vez antes de
volver a hablar―. Creo que estás mucho mejor sin ese tipo. Es inmaduro, no
tiene dignidad, y necesita que lo bajen a golpes de su pedestal. Puedes tener
algo mucho mejor que ese tipo que cloqueó el apellido de Benji a través del
estacionamiento de la tienda de comestibles.
Se toma el último trago de leche y toma la Oreo embebida en el fondo del
vaso. La introduce en su boca, camina hacia el fregadero para lavar el vaso y
lo coloca en la pileta extra donde mamá nos pidió colocar los platos usados.
Es tan educado.
Camina nuevamente hacia la mesa, arrima la silla hacia la mesa y pasa la
lengua por sus dientes.
―Bien, señorita Branson, ha sido un placer pero necesito mis horas de
sueño o de lo contrario podría terminar pareciéndome a Jules y eso sería una
pena para todos ―dice―. Deberíamos hacer esto nuevamente algún día.
Buenas noches.
Se dirige hacia las escaleras, se detiene y me devuelve la mirada.
―Y de acuerdo a lo que Emery dice, eres demasiado hermosa para ese
imbécil, de todas formas.
Capítulo Cinco
La campana suena en el instante en el que mi pie toca el piso de madera
dura del vestíbulo. Perfectamente puntual. No me preocupo en esperar a
Godfrey. Probablemente es algún agente gubernamental o alguien a quien
Papá envió a revisar las cosas. Miro a través del vidrio, pero el hombre
musculoso en camiseta con cuello V definitivamente no es un agente.
―Buenos días ―Tank dice tan pronto como abro la puerta―. Me han
encargado que le traiga esto personalmente a Milo. ―Sostiene un estuche de
guitarra.
―Entra ―le digo, haciéndole señas con mi brazo.
No he estado levantada lo suficiente como para saber dónde está Milo, y en
serio, después de anoche, no estoy lista para verlo. Tomó horas y un montón
de privación de sueño poder hacer que las mariposas se calmaran. Ahora que
están finalmente dormidas, no quiero despertarlas.
―¡Sabía que había oído tu voz! ―Benji pasa por mi lado y ataca a Tank
con un abrazo enorme―. ¿Qué estás haciendo aquí?
Tank empuja a la superestrella rubia lejos de él con un brazo y sostiene el
estuche de guitarra con la otra. Benji lo bombardea con un millón de preguntas
sobre la investigación y sobre cuándo estarán libres y sobre qué está diciendo
la gente en el exterior, pero Tank no le da muchas respuestas. Él suena casi
como un discurso ensayado cuando le dice a Benji que el gobierno de los
Estados Unidos “está trabajando en esto día y noche.”
Miro hacia afuera. Una camioneta negra está estacionada en nuestro
estacionamiento. Me pregunto si Tank está usando un comunicador. No
confiaría en ellos. Podrían haber enviado a un agente a traer la guitarra de
Milo, pero les enviaron a Tank para tranquilizar los nervios de los chicos y
darles un rostro familiar. Es uno de sus trucos más obvios. Papá nos dijo eso
antes.
―Lo siento, hombre, tengo que irme ―Tank dice más pronto de lo que
Benji querría―. Me tienen en la mira a mí también.
Tank baja su camiseta en V y señala al comunicador. ¿En serio? ¿Qué
demonios creen que estamos haciendo aquí? Estoy asustada de entrar en
Internet o usar mi propio celular ahora. Ellos probablemente están observando
todo lo que pasa en nuestra casa. Tal vez deba bañarme en la oscuridad de
ahora en adelante. Por lo menos hasta que el encierro termine.
Benji toma la guitarra de Milo, y yo lo hago volver antes de dejar que Tank
se vaya. Van a saber que Benji habló con él, pero por el amor a Benji, no
quiero que los agentes vean ni una pizca de él. Ellos asumirán que los dejamos
salir todo el tiempo.
La camioneta conduce por el camino y sale por la reja. No hay forma de que
puedan mantenernos observados en este lugar. Vivimos en una increíble
mansión con más habitaciones de invitados que un hotel de cama y desayuno.
Deberían confiar más en mi papá. Nos ha enseñado bien. Puede que no nos
guste el encierro, pero aseguro que no discutimos.
Entro al comedor detrás de Benji. Noah toma leche de frutilla mientras
Emery habla de pintar latas de café para que mamá plante flores en ellas.
Aralie y Jules se sientan al otro extremo de la mesa. Aralie juega con su
teléfono mientras Jules la mira como si pudiera quemar hoyos en su piel con
sus ojos.
No hay rastros de Tate o Milo también conocido como el bromance llamado
Tito, también conocido como el peor nombre de bromance que he escuchado.
Tal vez Milo está durmiendo. Tal vez va a dormir todo el día, y podré evitarlo.
Jules aleja su mirada de Aralie lo suficiente como para notar el estuche de
guitarra.
―¿Quién trajo eso? ―pregunta.
―Tank ―dice Benji―. No era el mismo, de todas formas. Los agentes lo
trajeron. Lo hicieron usar un comunicador. Esto es una mierda.
Los ojos de Emery saltan de su lugar, y Benji al instante lo nota.
―Lo siento, Emery ―dice―. Tendré que conseguirte unos auriculares
como los que usamos cuando estamos en el escenario. Entonces puedes cantar
para ti misma y bloquear todos los otros sonidos, como mis palabrotas.
Emery se baja de su silla junto a Noah y camina hacia donde Benji y yo
estamos parados. Está usando su cara de seria, y lleva ese brazalete de amistad
con una cinta azul en su mano.
―No puedes decir esa palabra o mi mamá se pondrá loca porque le dije que
eras mi mejor amigo, y los mejores amigos no pueden decir malas palabras
―ella dice, como algo muy importante.
Luego se ríe. Oh Dios, ¿por qué tiene que reírse? Nunca tuvo esta cosa loca
de hiena en sus ojos hasta que Spaceships Around Saturn apareció, y ahora
luce demoníaca y como un payaso cada vez que se ríe o sonríe.
―Pero no le diré a Mami que dijiste una mala palabra si usas mi brazalete
de la amistad ―dice con voz cantarina.
Le toma como cinco segundos a Benji conseguir atar el brazalete azul y
verde alrededor de su muñeca. Le dice que la va a tener por siempre y promete
usarla en su primer show cuando vuelvan a la gira. Le pregunta si él podría
subir una foto de este a Twitter, y luego me dice que lo retwittée cuando lo
haga.
Jules da vuelta en su silla cuando Benji, Emery y yo nos sentamos en la
mesa.
―Así que, Emery, ¿dónde está mi brazalete de la amistad? —pregunta el
chico malo.
Aralie deja su teléfono en la mesa.
―Tú no tienes uno porque nadie quiere ser tu amigo ―le dice.
Su silla se mueve de un lado al otro. Si pierde su pie, va a ser un gran
triunfo para Aralie.
―Tengo admiradoras en todo el mundo. Mucha gente quiere ser mi amigo
―Jules argumenta.
Aralie se ríe.
―Ah, claro, tus 6,9 millones de seguidores en Twitter. ¿Te das cuenta de
que Benji tiene 11,3 millones, no? Esos son números en tiempo real. Acabo de
fijarme.
Jules golpea su silla contra el suelo.
―Esas son 6,9 millones de personas que me aman y quienes felizmente
lavarían mi ropa —dice él―. Eres la envidia de 6,9 millones de personas, y ni
siquiera puedes apreciarlo.
Noah sonríe con suficiencia bajo su leche de frutilla. Supongo que los
rumores son ciertos sobre que él no habla hasta que no ha tomado su leche de
frutilla cada mañana. Extraño.
Decido hablar en defensa de Arelie.
―En realidad, estás equivocado ―digo―. Soy una de esos 6,9 millones de
personas, y no puedo decir que te amo, y definitivamente no quiero lavar tu
ropa.
Afortunadamente, por el bien de todos, mamá entra en la habitación justo a
tiempo para intervenir y terminar con lo que podría haber sido la segunda
pelea de Aralie contra Jules. Ella carga el lavaplatos antes de volver a la mesa.
Tiene la cara de ‘mamá comprensiva’ puesta.
―Chicas, probablemente es una buena idea que falten a la fiesta de Lauren
esta noche ―ella dice. Levanta su mano para frenar a Aralie antes de que
empiece a objetar―. Sé que han planeado esto por un tiempo, pero su padre
llamó esta mañana y dijo que él se sentiría mucho mejor si ustedes chicas se
quedaran aquí esta noche. Habrá otras fiestas.
En realidad, no iba a haber otras. Éstas son mis fiestas post-graduación que
sólo pasarán una vez porque sólo me graduaré de la secundaria una vez.
Apesta, sí, y no me gusta, pero creo que Aralie está más molesta que yo, y ella
no se gradúa hasta el otro año.
Mi hermana salta de la mesa y sigue a mamá a las profundidades de la
cocina.
―¿Qué se supone que digamos? ―pregunta Aralie―. No es como si
pudiera decir: “Lo siento Lauren, estoy escondiendo una banda en mi casa” o
algo así.
Mamá suspira.
―Dile que Emery está enferma por algún virus y que es contagioso. Tú y
Chloe estuvieron expuestas y tus padres no te dejan salir de la casa. Cúlpanos
a papá y a mí.
Esquivo a Benji para ir a la cocina. Aralie se inclina contra el refrigerador.
―¡No es justo que tenga que perderme mi vida sólo porque alguien quiere
dispararle a Jules! ¡En serio, no puedo culparlos! ―Aralie grita antes de
empujar el refrigerador y correr a las escaleras.
Dos horas después, ya he enviado todos los mensajes apropiados diciendo
“Lo siento, Emery está enferma, y estamos contagiadas”. Me tocó ocuparme
de eso luego de la rabieta de Aralie. Todavía tengo que ver a Milo hoy,
aunque sé que está en el piso de abajo. Él y Tate no se molestaron en salir de
la cama hasta mucho después de que estaba de vuelta en la seguridad de mi
habitación. Estoy tentada a ir abajo sólo para ver qué está usando.
Probablemente una camiseta. Pero esa camiseta abraza su cuerpo como
desearía hacerlo yo.
Sí, definitivamente no bajaré luego de un pensamiento como ese.
Pero, eso no detiene a Emery de subir. Sus pasos son rápidos y ruidosos,
por lo que sé que es ella. Corro a la puerta y la abro antes de que ella tenga la
oportunidad de golpear.
―Te estás haciendo más rápida ―ella dice. Sonríe normalmente, por
suerte, y mira hacia el corredor―. ¿Vas a ver el estreno con nosotros?
Busco en mi cerebro sobre qué estreno está hablando, pero no tengo ni idea.
Ella sabe esto también porque abre su boca inmediatamente.
―¡El estreno de “Music Up, Windows Down!”! ―grita en mi rostro.
―¡Ah! ¡Su nueva canción! ―Estoy casi tan emocionada como ella cuando
me doy cuenta.
Puedo disimular totalmente mi emoción. Puedo pretender que lo estoy
mirando sólo porque Emery lo convirtió en algo muy importante y me rogó
que lo mirara. Sería una buena forma de romper el hielo luego de ayer por la
noche. Gracias a Dios por mi pequeña Saturnite.
―Sí, supongo ―digo practicando todo el tema de disimular mi emoción.
Emery me abraza y me dice que irá a preguntarle a Aralie. Dudo que ella
tenga mucha suerte con la hermana del medio, pero me da una chance de ir
abajo y culpar a la hermana más chica por hacerme mirar el estreno.
Los chicos están en nuestra segunda sala de estar, la que tiene un sofá
gigante, una pantalla de TV flotante, y el equipo de sonido de papá. Papá tiene
la Xbox y todos sus juegos de chico aquí. Yo sólo la uso por la pantalla
flotante. Nos referimos a esta como la sala de juegos de papá.
Jules tiene su brazo sobre los hombros de Benji mientras mira una revista
de tatuajes con él. Desearía haber traído mi teléfono. Esa hubiera sido una
excelente toma para esos ridículos fans de Jenji. Tate habla para sí mismo en
una esquina del sofá.
Noah me saluda.
―¿Quieres sentarte con nosotros?
Por “nosotros”, se refiere a él y Milo. Demonios sí, quiero sentarme con
ellos. Noah lo hace mucho más fácil para mí. Se aleja de su hermoso
compañero de banda y me permite sentarme en el espacio entre ellos dos.
―Que bueno verte aquí ―Milo dice.
Mis mejillas se sonrojan, y rezo para que no estén tan calientes como se
sienten. Busco alrededor por el control remoto para prender la TV. Milo coge
mi brazo y me empuja hacia atrás cuando trato de alcanzar el control de la
mesa de café frente a nosotros.
―Emery quiere que la esperemos ―dice. Él pasa su brazo alrededor de mis
hombros y se inclina para hablar más bajo―. Así que estás atrapada en este
silencio incómodo con nosotros.
Noah se inclina del otro lado.
―¿Ya es incómodo? ―susurra.
Los dos explotan en una risa, como si hubiera sido planeado incluso antes
de que entrara en la habitación. Empujo a ambos lejos con mis codos.
―Creo que iré a sentarme con Jenji ―digo.
Agarro la rodilla de Noah para levantarme del sofá porque Dios sabe que
podría nerviosamente deslizarme y coger algo que no debería si siquiera
tocara a Milo. Pero esta fue una idea estúpida porque todavía tengo que pasar
por los miembros conocidos como las piernas de Milo para siquiera estar cerca
del bromance Jules Rossi-Benji Baccarini.
―Buen trabajo ―dice Noah―. La hiciste irse, Milo.
Estoy un paso entre las piernas de Milo cuando él a propósito me hace
trastabillar y a propósito me atrapa. Sus brazos se sienten tan fuertes y cálidos
y perfectos como imaginaba que serían. Podría seriamente derretirme en su
piel y volverme una con él ahora mismo.
Me gira hacia su derecha, se desliza hacia el lado de Noah y me pone a mí
en el espacio entre él mismo y la esquina del sofá.
―No puedes sentarte con Jenji. Emery no permitiría eso ―Milo dice. Mira
a Noah y luego de nuevo a mí―. No estoy acostumbrado a que las chicas
corran de mí así. Como que hiere mis sentimientos, sabes.
Él hace puchero, justo como Emery haría, y Noah pretende falsamente
consolarlo. Milo esconde su rostro en el hombro de Noah para llorar
falsamente. Tan maduro.
Soy salvada por mis hermanas, quienes entran en la habitación y hacen a
Milo levantar la vista de su mohín. Aralie le susurra algo a Tate, y él se mueve
para dejarle a ella el lugar de la esquina. Ella lo empuja hacia sí y lo abraza
como si fueran los mejores amigos. Creo que me estoy perdiendo de algo,
pero no tengo tiempo para preocuparme por Aralie y sus amores de la banda.
Tengo que ocuparme de los míos. Justo ahora él está sentado junto a mí con su
perfecta sonrisa de suficiencia, y estoy casi muriendo.
Emery toma el control remoto, prende la TV y se dirige directamente al
canal de música por el estreno. Como el hermoso chico junto a mí predijo, ella
se invita a dividir Jenji a la mitad y se inserta a sí misma en la ecuación.
Diez segundos después, Emery se levanta.
―No me puedo sentar a tu lado, Jules ―dice.
Ella viene hacia nosotros y se sienta en el espacio entre Tate y Noah.
Luego hace su anuncio.
―Jules huele como a mariquitas muertas.
Cualquier tensión que podría haber en la habitación instantáneamente
desaparece con nuestras risas. Yo casi esperaba que Jules se fuera del sofá
maldiciendo y gritando. En vez de eso, está riendo.
―Son sus cigarrillos ―Benji aclara. Se inclina hacia su compañero de
bromance y olfatea―. Lo siento amigo, Emery tiene razón.
Jules lo empuja, pero una sonrisa permanece en su rostro, por una vez, y
estoy aliviada.
Emery sube el volumen, y la TV silencia la habitación. Pongo atención en
el comercial de champú que hay en la pantalla así no me permito mirar de
reojo a Milo. En serio, no quiero mirar a ninguno de ellos porque tienen que
mirar su estreno en nuestra sala en vez de estar en Nueva York debutando su
video frente a miles de fans gritando.
Dos chicos al lado, escucho a Emery inhalar sonoramente cuando la chica
en la TV dice algo sobre el momento que todos han estado esperando. Milo se
inclina y pone sus codos en sus rodillas. Esta hubiera sido su primera
aparición luego de su concierto en Nueva York hasta hace menos de cuarenta
y ocho horas. En cambio, nadie sabe dónde están.
―Como todos saben ―la chica pixelada dice―. Hubo tiros en el concierto
de Spaceships Around Saturn la noche del sábado, y los chicos no pudieron
estar aquí con nosotros hoy. Pero ha habido muchas especulaciones sobre
dónde podrían estar escondiéndose. ¡Iremos a nuestra audiencia y veremos
dónde piensan que estos ardientes canadienses están!
―¿Qué? ―Emery salta, parándose como un ninja en el sofá― ¡Alguien les
disparó!
Es demasiado para calmarla. Tate la mueve para que se vuelva a sentar y
dice algo sobre gente loca tratando de romper los parlantes. Noah se pone de
acuerdo y dice que esos idiotas odian la música de Spaceships Around Saturn
y querían arruinar su concierto. Por lo que ahora ellos tienen que esconderse
hasta que nuestro padre los atrape.
Emery parece convencida con sus explicaciones y se concentra de nuevo en
la TV. Estoy extremadamente sorprendida de la simpleza con la que Tate y
Noah resolvieron lo que podría haber sido un momento Moo-llenium Cunch.
Lo hicieron tan vainilla.
La conductora se dirige a una chica pelirroja con una brillante camiseta sin
mangas rosa de SAS.
―Creo que están en una isla privada, tal vez en Hawaii ―la pelirroja dice.
―Probablemente volvieron a Canadá y están realmente en casa ―dice otra
chica.
Luce como si hubiera estado llorando. Apuesto a que su verano giraba en
torno a este estreno y a ver a los chicos en vivo.
La conductora de TV toma una teoría más de un miembro de la audiencia.
La chica se para, usando una camiseta blanca con la foto de los chicos en ella,
y mira directamente a la cámara.
―Escuché que Milo está muerto.
Capítulo Seis
Milo salta del sillón.
No ayuda que otras chicas en la audiencia comiencen a asentir, y los
rumores circulan rápidamente. Él fue golpeado durante el tiroteo. Tomó la
bala empujando a Tate fuera del camino. Murió en el hospital más tarde.
Murió entre bastidores. Los rumores continúan y continúan.
Noah empuja a Milo de nuevo abajo entre nosotros.
―Amigo, no estás muerto. Administración aclarará esto tan pronto como lo
vean. Sólo cálmate, ¿sí? ―dice Noah.
―Para ti es fácil decirlo ―dice Milo instantáneamente―. Nuestros fans no
están diciendo que tú estás muerto.
―¡Milo! ―grita Tate desde su lugar―. Moriste como un héroe. Salvaste
mi vida. ¿Por qué no puedes sólo estar feliz por eso?
No entiendo completamente el bromance, pero la sonrisa en la cara de Milo
es obviamente una buena señal. Aceptaré que Tito existe si hace a Milo
sonreír así. Él estrecha un brazo alrededor de Noah y envuelve el otro
alrededor mío. Cae de nuevo contra los cojines y se acomoda antes de que
debute su video.
Me pregunto si el movimiento del “brazo alrededor de Noah” fue sólo una
táctica para envolver su otro brazo alrededor mío. Quizá está tratando de
serenarse. Probablemente no quería que nadie pensara nada sobre esto.
―Esas pobres chicas ―dice Milo tranquilamente―. ¿Viste cuántas de ellas
estaban llorando? Esto se suponía que fuera uno de los momentos más
destacados de sus veranos, pero nosotros ni siquiera estamos ahí.
Ah al infierno. Él ni siquiera está preocupado por mí. ¡Está preocupado por
sus estúpidas fans! Sólo puso su brazo alrededor mío porque no quería que me
sintiera dejada de lado, dado que le estaba dándole algo de amor a Noah. Tate
tenía razón sobre el verano del infierno.
―¡Aquí esta! ¡Silencio! ―grita Emery.
Muerdo mi labio para no reírme. Sólo mi hermana pequeña le gritaría a una
banda para que hagan silencio durante la premier de su propio video. Emery lo
mantiene real. Emery me mantiene en la tierra.
El video de “Music Up, Windows Down” es todo lo que esperaba de un
video musical de Spaceship Around Saturn. Benji está sin camisa, para que
pueda presumir sus múltiples tatuajes. Jules trata de lucir como un chico malo.
Tate y Milo fastidian a la cámara un montón. Pero Noah…
―¿Quién era su estilista para este video? ―pregunto tan pronto como
termina el video―. Esos shorts eran la cosa más fea que he visto.
Quizá tengo un poco de la franqueza de Emery en mí también.
Probablemente no. Los shorts de Noah eran así de feos.
―¿No te gustaron? ―pregunta Noah.
Aralie se ahoga en su propia risa.
―Noah, eran azul aciano ―dice ella―. Y llegaban hasta tus canillas. Esos
shorts eran de hombres viejos. Tú sabes, como los que los tipos viejos usan
cuando van a jugar al golf o algo. Se supone que seas la estrella de rock del
grupo, no que uses la ropa de Godfrey.
Siempre puedo contar con Aralie para que me respalde. Ella y Tate se ríen
de algo más que ella murmura que sólo ellos dos pueden oír.
Noah mira a Milo.
―Amigo, todos están en mi contra, ¿y tú ni siquiera vas a ayudarme?
―pregunta él.
Milo se encoje de hombros.
―No creo que un chico muerto pueda ser de mucha ayuda.
Espero otra crisis de Milo sobre los rumores de su fallecimiento, pero
Godfrey entra en la habitación, y todos se callan. Emery enmudece.
―Sr. Kingsley―dice Godfrey, mirando hacia Tate―. Su pedido.
Tate sonríe con la sonrisa más grande de todas las sonrisas y agarra la caja
de las manos de Godfrey. Es un juego de Twister. Salta y corre hacia el chico
lindo al lado mío.
Tate agarra el brazo de Milo, lo saca de su lugar, y lo arrastra fuera de la
habitación. Aralie está cerca detrás de ellos, y Jules sorprendentemente la
sigue. Él probablemente quiere un cigarrillo justo ahora. Emery corre detrás
de ellos, como para no perderse ninguna acción, por lo que calculo que es
mejor si los sigo.
―Chloe ―dice Benji―. Espera.
Me detengo a medio camino de la habitación. Benji y Noah ambos me
miran fijamente.
―Necesitamos hablarte sobre algo ―dice Noah.
Las mariposas latentes en mi estómago se despiertan y se disparan
alrededor tan pronto como las palabras de Noah salen de su boca. Oh mi Dios.
Por favor no dejes que sepan.
Benji desliza su brazo alrededor de mis hombros y procede hacia la cocina.
La puerta del patio se cierra. Todos los demás están afuera. Noah se escabulle
al lado mío, y odio sus sonrisas traviesas. Algo está pasando.
―Entonces, eh, un pequeño pájaro me dijo algo ―dice Benji.
―Sí ―concuerda Noah―. Escuchamos que eres bastante buena con los
Sharpies.
―Y obras de arte ―agrega Benji.
Bien, esto no es sobre Milo o mariposas de estómago. Oxígeno se apresura
de vuelta a mis pulmones, y mi pecho retorna a su forma normal. Dulce aroma
de verano. Puedo respirar.
―Este pequeño pájaro no se llama Emery, ¿no? ―pregunto.
No imagino a los chicos llamando a nadie más “pequeño pájaro”. Emery es
la única a la que se le ocurriría decirles que puedo dibujar. No dibujo
realmente. No puedo bosquejar gente o arte o nada magnificentemente
increíble. Sólo garabateo, estrellas fugaces, mariposas no-nerviosas, flores,
espirales, lo que sea.
―Ella nos mostró algunos de los imanes que haces ―dice Benji―. Actúa
como si fueras Van Gogh, por lo que le seguimos la corriente.
Wow, gracias por el cumplido. Es lindo saber que estos chicos pretenden
que soy una gran artista cuando saben que no lo soy. Benji claramente necesita
algunas lecciones en Adulación 101 de Milo. Ese chico sabe lo que es hablar
dulce.
Noah salta de nuevo adentro.
―Esperábamos que quizás nos pudieras dar alguna tinta de práctica.
Olvido cuán tatuados están estos chicos. Apuesto a que están tratando de
perder esa imagen santurrona de banda de chicos y añadir un poco de filo,
pero con caras como esas, ellos están lejos de estrellas rockeras roñosas. Son
demasiado lindos.
Noah se levanta su camiseta sobre su cabeza y se da vuelta para mostrarme
las obras de arte sobre sus hombros y espalda. Internet juró que Noah tenía
más tinta que Benji, pero él lo esconde muy bien. Internet tenía razón.
Hay una galaxia entera de dibujos y garabatos y manchas de tinta en su piel.
La parte superior de su espalda está pintada con estrellas, lunas y naves
espaciales. La aleta de una sirena asoma fuera de sus shorts. Ni siquiera quiero
saber qué más hay debajo de ahí.
―Realmente necesito ideas ―dice Noah―. Por eso, ¿quizá podrías
ayudarme?
―Pero pido exclusividad de tu parte ―dice Benji.
Ellos se mueven con cuidado delante de mí y bloquean la puerta del patio
hasta que acepto. No me importa si soy una artista terrible. Soy una
garabateadora decente. Y cualquier chica que le dice que no a Benji Baccarini
y Noah Winters es una idiota.
Treinta minutos después, Noah se acerca a nosotros y se queja porque tuvo
que jugar dos rondas de Twister con Emery mientras yo garabateaba diseños
en el brazo de Benji.
―Bueno, está bien ―se queja Benji y se para―. Mantendré al pequeño
pájaro entretenido por un tiempo.
―Finalmente ―farfulla Noah.
Él reemplaza a Benji en la tumbona al lado de la piscina, pero al contrario
del rubio lindo, Noah realmente me da suficiente espacio para sentarme
cómodamente con él. Creo que Benji estaba más concentrado en su bronceado
que en el falso-tatuaje de todas formas. Debería haber dibujado mariposas y
gatitos sobre su brazo. Él nunca lo hubiera sabido.
Pero me siento mal por ser tan dura con Benji. Hace un buen trabajo al
jugar a los mejores amigos con Emery. Creo que el retiro de Twitter está
empezando a golpearlo. Al menos de eso culpo a su actitud sarcástica de a
veces.
Noah va directo al trabajo.
―Realmente quiero un diseño de espalda completa ―dice él―. Solo que
no sé cómo hacer para que el mar se encuentre con el espacio exterior en una
forma que fluya, ¿sabes? ¿Qué piensas?
Me río completamente a carcajadas.
―No soy una consultante de tatuajes o una artista gráfica ―le recuerdo―.
Ni siquiera puedo dibujar tan bien. Simplemente garabateo y dibujo cosas
graciosas para Emery.
Él levanta una Sharpie verde lima y la prueba en su muñeca.
―No estoy esperando una pieza maestra. Sólo algo divertido ―dice él―.
Además, tengo que atraparte mientras puedo. Aparentemente le perteneces a
Milo más tarde.
Allí fueron mis Sharpies. Rosa fuerte, naranja brillante y azul cielo saltaron
de la silla de salón por mi repentino movimiento y rodaron a través del
concreto. Me zambullo hacia ellas, como si esos marcadores fueran la cosa
más importante en el universo, y Noah se ríe.
―Supongo que dije la palabra mágica, ¿no? Detalles. Ahora ―dice él.
Afortunadamente mantiene su voz baja, y todos los demás están fuera del
alcance del oído. No sé cuánto sabe o qué le dijo Milo, pero no estoy a punto
de divulgar más información de la que debería sobre anoche. Dudo que
pudiera hablar sobre eso en palabras reales de todas formas. Sólo el
pensamiento de decir que encuentro a Milo atractivo me pone nerviosa.
―Oh, vamos ―gimotea Noah. Me da un codazo y agarra las Sharpies de
mi mano para que no pueda usarlas como una distracción―. El chico se sentó
en mi habitación durante quince minutos anoche, trabajando en sus nervios
para ir abajo y hablarte. Después volvió y dijo: “Comimos galletas. Te veo en
la mañana”, y se fue a su habitación. Dame algo, Chloe.
Ohdiosmío ohdiosmío ohdiosmío. ¡Este encierro es mucho mejor que la
escuela secundaria! Gracias a Dios que ya me gradué o el año final hubiese
sido miserable. No puedo imaginar cuánto va a apestar la vida para Aralie este
otoño cuando vuelva a la existencia mundana después de un verano como este.
Pero después, de nuevo, el maravilloso y siempre-tan-perfecto Milo Grayson
no bajó para hablar con ella.
Inhalo el aroma de Sharpies y protector solar.
―No tendremos esta conversación ―digo.
Noah da vuelta el Sharpie azul cielo y dibuja un rayo brillante en su
antebrazo.
―Esto apesta. Finalmente estoy al corriente sobre algo y nadie me da
detalles ―dice él.
Él puede hacer pucheros con sus labios y batir esos bonitos ojos verdes todo
el día. No voy a hablar. Si Noah quiere saber algo, le puede preguntar a Milo.
Mi cerebro cambia en una sentimental gota de caramelo, Oreos y gotas
calientes y borrosas de Saturno. Ni siquiera puedo procesar esto.
Me atrevo a mirar a los otros en el jardín. Jules se reclina en una silla del
patio mientras Aralie y Tate se enfrentar en una ronda de Twister. Desde aquí,
parece que Aralie está ganando. Benji y Emery controlan el tablero, y Milo le
dispara a Tate repetidamente con una pistola de agua.
Cuando Tate no puede poner su mano izquierda en el azul y se cae, culpa a
Milo por disparar agua en su ojo y demanda que Milo juegue la próxima ronda
como castigo.
―¡Chloe!
Mi nombre hace eco a través del jardín y rebota en la casa cuando Tate lo
grita. Él salta al lado de Aralie, sacudiendo sus brazos como si necesitara un
salvavidas que lo saque del peligro.
―¡Te necesitamos! ―grita él―. ¡Ven a jugar contra Milo!
Noah esconde su cara para que los otros no vean su risa ante mi
predicamento.
―Ve ―dice él―. Ve a enredarte con Milo. Voy a obtener un asiento en
primera fila para eso.
Él agarra mi brazo y me arrastra contra mi voluntad. No me deja ir hasta
que nos unimos a los otros. Ese juego plástico de Twister me mira fijamente
desde el pasto, completamente desalentador.
Todavía intento objetar.
―¿Por qué no puede Noah jugar contra él? ¿O Jules? Ellos tampoco han
jugado una ronda todavía.
Milo se adelanta y dobla sus brazos contra su pecho. Su camisa abraza su
piel, y él me derrite antes de lo que el verano derrite una paleta.
―Sólo estás asustada de que te venceré ―se mofa de mí.
Oh a la mierda. No me puedo acobardar después de un comentario como
ese.
―Está bien entonces ―digo―. Juguemos.
Proyecto un plan de juego en mi cabeza mientras Benji y Emery se
posicionan con el tablero. Emery demanda la primera vuelta. Yo pateo mis
flip-flops y me paro en el plástico.
Cuatro colores. Seis círculos por color. Veinticuatro círculos. Tomaré los
doce más cercanos a mí. Pienso que soy lo suficientemente flexible para
vencer a Milo.
―Bueno, estas son las reglas ―dice Benji―. Tenemos que jugar del modo
de Emery. Por lo que ella va a girar por Chloe y yo giraré por Milo.
Emery le da un golpecito a la flecha giradora.
―¡Pie izquierdo en amarillo! ―grita ella.
Me mantengo en mi mitad del plástico. Pero es el círculo amarillo más
cercano a la mitad de Milo.
―¡Pie derecho en azul! ―grita Benji.
Milo sonríe satisfecho y refleja mi posición, parado directamente en frente
de mí. Estoy a nivel de ojo con su pecho, y el sol nos hornea.
Emery dice pie derecho en azul, y Benji lo revoca con pie izquierdo en
amarillo.
Por un segundo, casi pienso que están haciendo esto a propósito, pero nadie
más, aparte de Noah, tiene idea de mi noche de Oreos con Milo. Ahora
estamos cara-a-pecho. Miro fijamente a su camisa, preguntándome si su
corazón golpea como un bombo cuando está así de cerca de mí. Ah lo que
daría por ser la chica que hace que su corazón palpite como vibraciones a
través del piso de un escenario.
Espero que Emery grite mi próxima orden, pero me encuentro con silencio.
Miro alrededor de Milo. Emery se escapa de Benji y persigue una mariposa.
―Ya que ella está fuera de alcance, ésta es para ambos ―grita Benji―.
¡Mano derecha en rojo!
Me toma dos segundos demasiado largos para planear mi siguiente
movimiento. Milo se inclina hacia adelante, llega sobre mí, y posiciona su
mano derecha en rojo, en mi mitad del plástico, lo que me fuerza a doblarme
hacia atrás. Su posición es incómoda, pero la mía es peor.
―Oh, lo siento ―dice―. ¿Querías ese lugar?
Nadie más puede ver la sonrisa furtiva envuelta alrededor su cara, y estoy
tan, tan agradecida. Es un claro indicio de que aquí está sucediendo un
coqueteo al menos. Él probablemente escucha a mi corazón. Quizá él escriba
una canción a su ritmo, y sea el próximo gran single de Spaceship Around
Saturn.
Yo me inclino diagonalmente y coloco mi mano en el círculo rojo sobre el
de Milo. Él tiene la ventaja, y lo sabe. Espero que mamá y Godfrey se queden
adentro hasta que esta ronda de Twister termine. Esta posición no es muy
PG13. Oh Dios, colapsaría completamente en el plástico y moriría si mamá
saliera y me viera prácticamente atrapada debajo de Milo. No es mi culpa
mamá. ¡Era mano derecha en rojo!
Emery grita que la próxima vuelta es suya, pero el anuncio de Benji hace
esta posición-porno incluso peor.
―¡Emery rompió la flecha! ¡Mantengan lo que tienen! ―grita él.
Mi “mano derecha en rojo” hace lo mejor que puede para sostener mi peso
corporal, lo que sería mucho más fácil si yo no estuviera distraída por el
hermoso chico con ojos caramelos. Él está demasiado cerca como para que sea
cómodo, tan cerca que puedo escuchar los frufrús de su camiseta cada vez que
se mueve.
En algún lugar del universo, fuera de Milo Grayson, Aralie le grita a Emery
por tirar la flecha en el pasto. Benji nos dice que “aguantemos” de nuevo, y
Tate dice que encontrar la flecha va a ser imposible.
Noah se ríe. Él es el único riéndose. Supongo que la broma está en mí.
Milo se aclara la garganta.
―¿Te gustaría algo de entretenimiento? Puedo cantar para ti ―ofrece él.
Mira hacía Noah―. ¡Oye Winters, elige una canción!
Los ojos de Noah se encojen mientras va a través de su lista mental de
reproducción. Su cara se ilumina con una de las sonrisas de hiena de Emery.
―“Boyfriend” de Bieber ―sugiere Noah―. Ya sabes, nuestro hermano
canadiense y eso.
Desearía tener una pistola de tatuajes en vez de Sharpies. Tomaría esas
agujas y las apretaría contra la piel de Noah hasta que él fuera una pasta con
tinta de Saturno.
Y no hay absolutamente nada que pueda hacer porque Milo está a punto de
decir hola al falsetto en tres… dos…
Los dedos de Milo encuentran su camino hacia mi caja torácica.
―¡No! ―colapso en los puntos multicolores en un ataque de risa de fangirl.
―¿Punto dulce? ―pregunta él. Sonríe sobre mí, completamente victorioso.
Lo empujo.
―¡Hiciste trampa!
―¡Milo gana! ―grita Noah―. Realmente pensé que lo tenías Chloe. No
puedo creer que simplemente te desmoronaras así.
―Él hizo trampa ―repito yo.
Milo sacude su cabeza en protesta. Noah tiene la audacia de estar de
acuerdo con él. Y gracias a la flecha de Emery perdida en el pasto, el plástico
es mi único otro testigo.
Noah se pasea hacia nosotros como un rapero tratando de lograr un clásico
pavoneo.
―Buen trabajo, Milo ―dice él―. Ya sabes cuán torpe pueden ser las
chicas. Sabía que la vencerías.
Me despego del plástico, agarro mis flip-flops, y me dirijo hacia la casa. He
tenido suficiente regocijo y ansiedad por una tarde. La premier del video fue
bastante. Twister de posiciones-porno con Milo fue demasiado. Pero no puedo
escapar de Spaceship Around Saturn aunque trate.
Milo y Noah vienen detrás de mí como un hoyo negro engullendo una
estrella fugaz.
―Wow, ¿a dónde vas? ―pregunta Noah―. Necesito que hagas una magia
Sharpie para mí.
Doblo por la piscina. El agua azul reluce detrás de él.
―¿Por qué no le pides a tu hermano canadiense que te ayude? Yo hasta te
prestaré las Sharpies, traidor ―digo.
Noah intenta una expresión impactada de mandíbula-abierta, pero sus
hoyuelos aparecen y hacen imposible que él luzca asombrado. Se acerca más a
mí.
―Si no me ocultaras secretos, entonces te habría respaldado ―dice él a
través de sus dientes―. Necesito estar al tanto.
Un pensamiento maligno cruza mi mente, e instantáneamente hago lo que
puedo por borrarlo. Pero es como escribir un ensayo de Inglés. Escribes una
línea. Piensas que apesta. Lentamente retrocedes. Después te das cuenta de
que ayuda a llegar a ese criterio de tres páginas y media, por lo que la
mantienes. Este pensamiento maligno es demasiado bueno para el botón de
borrar.
―¿Quieres estar al tanto? ―pregunto.
Él asiente rápidamente y su sonrisa rebota arriba y abajo.
―Bueno ―digo―. Deletrea “tanto”9 al revés, y estarás totalmente en él.
Espero medio segundo para que la palabra aparezca en su mente y después
lo empujo con toda mi energía al agua fría detrás de él. Una salpicadura de
H2O inunda el concreto al lado de la pileta y rocía mis pies mientras Noah se
agita hacia la superficie. Yo me apresuro a la puerta del patio antes de que él
tenga oportunidad de salir y tirarme adentro.
Pero Milo bloquea mi escape.
―¿Estás libre esta noche? ―pregunta él.
―Tan libre como puedo estar en un encierro ―replico.
Él desliza para abrir la puerta del patio y me hace señas para que entre.
―Detendré a Noah ―dice él―. Mientras prometas encontrarte conmigo
aquí a medianoche.
9 “Estar al tanto” en inglés es “to be in the loop”. Loop al revés sería pool, es decir piscina. Es un juego de
palabras intraducible de inglés a castellano.
Capítulo Siete
Los números de mi teléfono saltan desde 11:59 PM a 12:00 AM. Media
noche. Pongo mi teléfono en silencio, lo deslizo debajo de mi almohada y
echo una mirada hacia el vestíbulo antes de salir de puntillas de mi habitación.
Me apresuro hacia las escaleras, luego por la cocina y recupero el aliento antes
de caminar hacia la puerta del patio.
Toda esta cosa de “Noche con Milo” fue mucho más fácil cuando yo estaba
sentada en la mesa y él apareció. De hecho, ahora tengo que mantenerme de
pie sin que mis rodillas tiemblen. Tengo que hablarle sin tropezar. Debería
haber llegado aquí más temprano pero odiaba lucir ansiosa.
Él mira hacia arriba desde la silla del salón junto a la piscina cuando abro la
puerta de cristal. Se pone de pie y camina hacia mí pero se detiene a la mitad
del camino y toma el frasco de luciérnagas de Emery. Examina la tapa con sus
agujeros.
―¿De la pequeña Saturnite, asumo? ―pregunta, sacudiendo el frasco vacío.
¿Es en serio? ¿Me pide salir afuera en medio de la noche para hablar sobre
el frasco de Emery para atrapar bichos brillantes? Sólo porque es famoso y
hermoso y puede cantar maravillosamente bien no significa que me quiero
sentar fuera con él a hablar sobre bichos en una calurosa noche de verano.
―Sí ―digo, en lugar de atacarlo sobre la charla de bichos―. A ella le
gusta atrapar todas las luciérnagas que pueda en el camino. Luego, cuando
llega a su tienda, sube la cremallera, así está totalmente obscuro y las mira
brillar.
―¿En el camino a dónde?―pregunta.
―Nuestra propiedad ―digo―. Su tienda está cerca de nuestra casa del
árbol. Es una larga caminata, aunque creo que está fuera de tus límites. No se
supone que ustedes se aventuren allí afuera.
Él sonríe.
―Bueno, me siento rebelde. Además, eso nos dará tiempo suficiente para
hablar. Vamos.
Él extiende su mano y yo me quedo de pie como idiota porque no tengo ni
idea de qué hacer. Las mariposas en mi estómago participan en un combate de
boxeo unas contra otras. ¿Qué pasa si alcanzo su mano y él la quita riéndose
de mí por pensar si quiera que yo le guste?
―Bueno, no importa ―dice. Pone su brazo de vuelta a su cuerpo―.
¿Podrías al menos caminar conmigo aún?
Sí. Soy oficialmente una idiota. Todo lo que puedo pensar es sobre las
millones de chicas que matarían, literalmente asesinarían, por estar en mi
lugar ahora. ¿Y qué es lo que hago? Rechazo al chico con los ojos color
caramelo.
Ni siquiera puedo hablar, así que sólo asiento y hago un movimiento hacia
el patio. El camina unos pocos pasos por delante de mí, frasco en mano y mi
mente se retuerce de dolor al pensar algo para decir.
Él golpea sus dedos contra la tapa y luego la desenrosca.
―¿Vas a ayudarme a atrapar luciérnagas o voy a tener que hacer esta cosa
de los bichos yo solo?―me pregunta.
―Puedo manejar a estas luciérnagas ―digo.
Las luciérnagas no son nada en comparación con las mariposas que estoy
sintiendo.
Caminamos un par de metros a través del patio y la luz de la luna le da
brillo a un lado de su cara. Me pregunto si sabe lo hermoso que es… estoy
segura de que sí. Le dicen cada día que es perfecto, maravilloso y asombroso.
Tal vez está pasando por un retiro de no tener fans tirándosele sobre él. Tal
vez me necesita para un impulso de su ego. Tal vez soy su ratificación
mientras él está aquí. Ugh, eso apesta. Realmente no quiero ser una
ratificación.
Una chispa de color amarillo brilla delante de nosotros y Milo corre
rápidamente en su dirección. Mis flip-flops no son de mucha ayuda para
protegerme del pasto húmedo, se siente viscoso sobre mi piel.
―Lo tengo ―dice Milo, mientras gira la tapa de vuelta al frasco y me lo
entrega―. Los atraparé si puedes sostener la tapa.
El pequeño bicho brilla. Es como sostener una estrella o atrapar un rayo en
una botella. Sostengo el frasco en contra del cielo nocturno y miro a la
luciérnaga parpadear.
―Juguemos a las veinte preguntas ―dice Milo.
Sin embargo, él no me mira. Se queda de pie en la distancia, probablemente
pensando cuán rápido necesitará correr para atrapar esa masa de brillantes
luciérnagas a través del patio.
―Eso podría volverse peligroso ―digo.
“Veinte preguntas” está en el mismo nivel que verdad o reto. Hay algunas
cosas de las cuales estoy demasiado asustada de responder. Y de verdad, hay
algunas preguntas de las cuales estoy demasiado asustada de saber sus
respuestas.
―Está bien, iremos al estilo Emery y haremos nuestras propias reglas
―dice―. No preguntaremos cosas que ni nosotros mismos estaríamos
dispuestos a responder y si en algún punto nos sentimos incómodos sobre
alguna, no tendremos que responderla. ¿Te parece justo?
Esto es como mi propia sesión de preguntas y respuestas en Twitter con
Milo Grayson. ¿A quién le importa si soy una idiota? Ahora, soy la chica con
más suerte del universo.
―Bastante justo ―digo―. Tú primero.
―Pregunta número uno ―Milo dice mientras caminamos hacia la cadena
de árboles que bordean nuestra propiedad―: Honestamente, ¿cuál es el chico
más apuesto de Spaceships Around Saturn?
Me siento como Aralie al instante en el que pongo mi mano sobre mi cadera.
Milo me echa una mirada y explota en risa, luego sacude su cabeza.
―Sabía que no responderías esa. Déjame intentar otra vez ―dice.
La sonrisa tonta jamás se va de su rostro. La luna actúa como su reflector,
haciéndose cargo de que el mundo vea su sonrisa. Ilumina por completo la
oscura noche.
―¿Canción favorita de todos los tiempos? ―pregunta.
―“Bleeding Butterflies” de Sebastian’s Shadow ―respondo.
Siento como si estuviera sangrando mariposas estos días. Sebastian’s
Shadow estaba en lo cierto. Tal vez podían ver el futuro y saber que
Spaceships Around Saturn se formaría y se volverían famosos, y cada chica en
el universo entero desde la Tierra hasta Saturno sangraría mariposas cada vez
que uno de los chicos de la banda estuviera en la vecindad.
―¿Eres fan de Sebastian’s Shadow? Isaac Torrey es la razón por la cual
aprendí a tocar guitarra ―dice.
Dios mío. Es fan de una de mis bandas favoritas en el mundo entero. Nadie
cerca de aquí escucha a Sebastian’s Shadow. Bueno, ninguno de mis amigos
lo hace. Sebastian’s Shadow es demasiado screamy, demasiado oscuro,
demasiado emo, demasiado lo que sea para mis amigos. Ninguna persona que
conozco aprecia esos asombrosos acordes o las profundas y simbólicas letras,
¡pero Milo Grayson lo hace!
―Los amo ―digo, casi demasiado rápido―. Ha sido mi banda favorita por
los últimos tres años. Los vi el año pasado, y son asombrosos en vivo. Y son
las mejores personas del mundo.
Milo asiente demasiado rápido.
―Los conocí detrás de escena en unos premios ―dice―, me quedé
completamente sin habla, me congelé y apenas pude hablarle a Isaac. Él está
subestimado. Es un genio musical.
No puedo imaginarme a Milo quedándose sin habla. Es más famoso de lo
que Isaac Torrey jamás podría imaginar. Sonrío al pensamiento de Milo
estando entusiasmado y con la lengua trabada.
―Tengo una foto con Isaac ―digo―, fue en el encuentro después de su
concierto. Mi ex novio me acusó de engañarlo cuando puse la foto en
Facebook. Fue el mejor cumplido.
―Bueno, tal vez necesito llevarte conmigo al siguiente evento en donde tal
vez me cruce con Sebastian’s Shadow. Podrías presentarme y ayudarme a que
las palabras salgan ―dice Milo.
Tengo suerte de que la luna-reflector no está apuntando hacia mí. Soy la
única que está entusiasmada y con la lengua trabada ahora. Agradezco que
Milo esté más concentrado en atrapar luciérnagas.
―Tu turno ―dice Milo.
Cada Saturnite por allí probablemente sabría la pregunta, y Emery podría
respondérmela en el desayuno, pero le pregunto de todas formas.
―El bromance con Tate, ¿qué pasa? Pareces más cercano a Noah ―digo.
Él ríe y asiente.
―Soy más cercano a Noah ―admite―. Pero cuando fuimos contratados la
primera vez, por alguna razón terminé al lado de Tate en la mayoría de
nuestras fotos promocionales, y porque mi brazo estaba alrededor de él, las
fans empezaron con eso.
―Ohhhhh, así que, ¿Noah es más de tu tipo entonces? ―no puedo
controlarme a mí misma.
―Oye ―dice Milo―, no querías decirme tu tipo, así que es posible que no
me sienta cómodo diciéndote el mío.
Trece luciérnagas y muchas preguntas después, mis mariposas se han
calmado. Él me ha dicho sobre su familia, sobre crecer en Canadá y que su
color favorito es el azul. Prefiere el aderezo Italiano por sobre el ranchero y su
parte favorita de estar en una banda es la fraternidad, la parte de “vivir tu
sueño” y los fans. ¿Lo peor? La falta de privacidad, de sueño y los fans. Si mi
cerebro no me recordara cada tres segundos de que él es famoso, perfecto y
está en las paredes de la habitación de Emery, podría pasar como un chico
interesante y regular.
Abre la cremallera de la frágil puerta de la tienda de Emery mientras
sostengo el frasco brillante.
―Las damas primero ―dice, indicándome que vaya adentro.
Me arrastro dentro de la tienda y la silueta de Milo entra después, se sienta
frente a mí antes de cerrar la cremallera y dejarnos dentro. Caemos en la
oscuridad excepto por las pequeñas motas de luz en mi mano.
―Así que ―Milo dice desde algún lugar dentro de la tienda―, ¿cuál es el
problema con Godfrey? Pensé que los mayordomos llevaban esmoquin y eran
increíblemente correctos.
Río. Godfrey ha estado aquí antes que yo. A veces la gente lo confunde con
mi abuelo, y los dejamos pensar que lo es. Los padres de papá fallecieron
cuando él era joven y la familia de mamá vive al otro lado del país. Vemos a
nuestros abuelos dos veces al año, como mucho. Godfrey encaja en el rol
mucho mejor, de todas formas.
―Su esposa tenía una floristería antes de que yo naciera ―explico―,
mamá las usaba religiosamente, pero su esposa fue diagnosticada con cáncer y
murió poco tiempo después, fue muy rápido. Godfrey perdió la tienda
pagando por facturas médicas, y estuvo a punto de perder su casa también.
Mamá y papá estaban recién casados, yo estaba en camino y mamá le dio la
casa de huéspedes y un trabajo.
―¿Y él ha estado aquí desde entonces? ―asume Milo.
Asiento, pero él no puede verme.
―Él es más como un asistente personal de mamá. O un mensajero
―digo―. Ahora tiene mucho tiempo libre ya que Aralie y yo podemos
conducir por nuestra cuenta. Pero con el trabajo de papá, él casi nunca estaba
aquí para ayudar a mamá a correr en diferentes direcciones, así que Godfrey lo
hacía.
―Bueno, suena como que tienes una vida bastante impresionante
aquí―dice.
Eso sería tan poco convincente si no viniera de la boca de una súper estrella
internacional.
―¿Puedo citar esta frase después de que el encierro termine? ―pregunto.
―Puedes citarme en cualquier cosa que gustes ―dice.
Escucho la sonrisa en su voz y estoy agradecida por la oscuridad. Ahora
puedo enyesar esa tonta sonrisa de fangirl en mi cara, y él nunca lo sabrá.
Nos sentamos en la tienda con nuestro frasco brillante por otros cinco
minutos mientras él divaga sobre la letra de una canción, las estúpidas tácticas
de publicidad que han usado recientemente y todos los asombrosos lugares
que han visitado. Me habla sobre la vez en la que fueron expulsados (y
prohibidos) de un hotel porque Benji y Jules decidieron ir a nadar en la fuente
que estaba en la entrada. Luego habla sobre los terribles tatuajes de Noah y
cómo Tate junta números de teléfono en casi todos los conciertos.
―Esto es tan raro ―dice finalmente, terminando completamente toda la
charla sobre sus hermanos Saturn.
―¿Qué es raro? ―pregunto.
Ahora es uno de esos momentos en los que desearía que no estuviéramos en
una tienda oscura. No puedo ver su rostro. Apuesto a que está haciendo
aquella cosa con sus labios, esa cosa del beso fruncido hacia un lado que él
hace.
―Nunca he llegado a tener conversaciones reales con chicas ―dice―, la
mayoría de ellas sólo gritan o lloran, y las otras están demasiado impactadas
para hablar.
¡Los ángeles de Saturno están cantando! Es totalmente ignorante de mis
revoloteantes nervios. Mis intentos de esconder mi recién encontrado estado
Saturno han funcionado.
―Soy muy buena manteniendo mi normalidad alrededor de chicos famosos
―digo―. Isaac Torrey podría apoyarme en eso totalmente.
Pero Isaac Torrey no luce para nada como este hermoso chico. Claro que
me mantuve normal al estar con él, tiene como treinta años… y está casado.
No está siquiera en el mismo planeta que Milo.
―No me cabe duda ―dice―. ¿Qué dices si soltamos a estos chicos? ―él
alcanza el frasco y su piel roza la mía.
No gritaré como una fangirl, no gritaré como una fangirl.
Agarra el frasco y arrastra sus pies hacia la puerta con cremallera, gatea a
través del aire nocturno y extiende su mano para ayudarme a salir. Esta vez, la
recibo.
Caminamos de la mano la mitad del camino a través del patio hasta que él
decide que es el lugar perfecto para liberar nuestro frasco de estrellas, así que
libera mi mano para desenroscar la tapa. Una por una, las luciérnagas se
disuelven y se reincorporan al aire de verano.
―¿Por qué no me dijiste que puedes dibujar? ―pregunta Milo mientras
vuelve a cerrar el frasco.
―¿Por qué no me dijiste que puedes tocar la guitarra? ―contrarresto.
―Nunca lo preguntaste ―dice.
Sonrío.
―Tú tampoco.
Él me da un codazo y camina en dirección a la casa, sacudiendo el frasco de
Emery de aquí para allá con sus manos, y espero que no se rompa en el patio o
todos los ocupantes de la casa saldrían para ver qué pasa.
Afortunadamente deja el frasco justo en donde lo había encontrado y
camina hacia la puerta corrediza de cristal. Antes de abrirla, vuelve a mirarme.
―¿Podrías darme alguna tinta de práctica también? ―pregunta.
―Hmm ―digo―, depende. ¿Puedes escribirme una canción?
Una sonrisa se extiende a través de su cara, y sé que estoy sonriendo como
una fangirl total por mi valentía.
―La próxima vez que hagamos esto, tú traerás Sharpies. Yo mi guitarra
―dice.
Capítulo Ocho
—Chloooooeeeeeee —Emery susurra mi nombre desde el lado de mi
cama—. Chloooooeeeeeee.
Tanteo a mi alrededor buscando mi celular y le doy una mirada a la hora. Es
demasiado temprano para que Emery esté en mi habitación susurrando mi
nombre durante tanto tiempo.
—¿Qué? —murmuro contra mi almohada.
—La cabeza de Tate está en tu puerta —dice ella.
Sus palabras son tan claras como las ventanas después de que Godfrey les
ha pasado Windex10 encima.
Me empujo fuera de la cama lo suficiente para verle la cara. Está seria, pero
no hay forma de que la cabeza de Tate esté en mi puerta. ¿Acaso Emery se
puso feliz como hiena en la noche y lo decapitó o algo?
—¿De qué estás hablando? —le pregunto.
Mi intento de echar un vistazo a la puerta es inútil. Ella la cerró tras de sí
cuando entraba. Oh, Dios. ¿Y si se había vuelto loca y decapitó a Tate y
planea colgar mi cabeza en la puerta siguiente a la suya? ¿Qué si somos sus
trofeos del verano de encierro?
Emery no es una guillotina o una cazadora. Esa sesión nocturna de atrapar
luciérnagas definitivamente me había freído el cerebro. Necesito dormir más.
Pero estoy despierta ahora. Mi mente explota con luciérnagas y chispas de
Saturno y el hecho de que Milo dijo que habría una próxima vez.
—La cabeza de Tate está en tu puerta —repite ella—. Aralie la puso ahí
10Windex es el nombre de una marca específica de producto de limpieza de cristales.
Lanzo las mantas. Aralie sin duda podría pasar por una guillotina.
Probablemente podría pasar incluso por una cazadora de humanos. Pero si así
fuera, debería ser la cabeza de Jules la que cuelgue de mi puerta. Lo sé bien.
Bajo el riesgo de ser vista con el cabello mañanero desaliñado, manchada
con restos de maquillaje, me aventuro a través del dormitorio y tiro de mi
puerta para abrirla. Emery no estaba mintiendo. Un recorte de revista de la
cabeza de Tate está adherido a mi puerta.
—Iba a quitarlo por ti —dice Emery. Se acerca a mí—. Pero no puedo
alcanzarlo. Creo que deberías pegarlo de nuevo en la puerta de Aralie. Está
loca.
La cinta aún está fresca en la parte posterior de la foto y se despega
fácilmente de mi puerta. Recorro los escasos pasos por el pasillo hacia la
puerta de Aralie y presiono suavemente la cabeza de Tate a la superficie, para
no alertarla. Probablemente lo hizo solamente para entretener a Emery de
todas formas, así que seguiré el juego. Emery me choca los cinco al ver mi
obra y se apresura a bajar las escaleras soltando risitas.
Desaparezco nuevamente en mi habitación para cepillarme el cabello y
retocar mi maquillaje. De ninguna manera voy a bajar las escaleras luciendo
como una muerta recalentada. ¿Cualquier otro día de verano? Claro, a quién le
importa. ¿Con Spaceships Around Saturn alojándose en mi casa? Nunca.
Emery acosa a Benji con más preguntas durante el desayuno. Sí, le gusta la
pulsera de la amistad. No, nadie se ha referido alguna vez a él como “Benji
Bikini”, al menos no que él supiera. Sí, la leche chocolatada es mejor que la
leche regular. No, no le gustan las bananas. ¿De dónde se le ocurren este tipo
de cosas?
—Vi algo acerca de ti en el Twitter —dice ella.
Siempre me ha chocado la forma en que ella lo llama, “el” Twitter. Ella
también ve “el” YouTube. A pesar de todo lo molesta, gritona y salvaje que
puede ser, son momentos como estos los que me hacen apreciar su mente de
cinco años.
Benji toma otro trago de leche.
—Por favor, no hables de Twitter —dice él—. Llevo tres días sin utilizarlo,
y lo estoy sintiendo.
Emery lo ignora y continúa.
—Dijo que tienes veintisiete tatuajes. ¿Los tienes? —dice él.
Benji entierra su rostro en sus manos.
—Tengo muchos —dice contra su piel.
—¿¡Veintisiete!? —los ojos de Emery se ponen como los de una rana
asustada resbalando de un nenúfar.
—¡Sí! —Benji alza sus brazos en el aire—. Sí, tengo veintisiete tatuajes y
planeo hacerme veintisiete más.
Nota para las chicas en Twitter: A @Benji_Baccarini no le gusta hablar de
sus tatuajes durante el desayuno.
Agarro un muffin del plato que está encima de la mesa, le digo adiós con la
mano a mamá que se encuentra en la cocina, y desaparezco hacia el patio
trasero. Los chicos de Saturn tendrán que arreglárselas con Emery por su
cuenta. Es demasiado temprano, ella es demasiado fanática, y yo tengo que
lidiar con ella todo el tiempo. Ellos pueden tenerla durante el encierro.
Una hora más tarde, Emery me arrastra de nuevo al interior, lejos de la
calidez del sol mañanero. La sigo de regreso a la sala de juegos de papá. Los
chicos ya están ahí. Aralie se acurruca en la esquina de la estancia.
—Todos estamos aquí —dice Emery con una sonrisa orgullosa—. Ahora
podemos ver el DVD.
—¿Qué DVD? —pregunto.
—Nuestro DVD en vivo —responde Milo, señalando la pantalla plana—.
Ya sabes lo arrogantes que somos. Nos gusta vernos a nosotros mismos.
Noah me mira.
—Y necesitas estar aquí para que puedas decirme lo horrible que es mi
estilista de gira —dice él—. De hecho, deberías venir a sentarte al otro lado de
Milo. De esa manera, puedes inclinarte hacia él y darme esa mirada disgustada
que me diste ayer cuando despreciaste mis shorts.
Si todos en la habitación no estuvieran mirándome, le daría a Noah la mejor
mirada maligna posible, pero con esta audiencia, probablemente levantaría
preguntas. Así que me muerdo la lengua, me arrastro sobre las piernas
extendidas de Noah y Milo, y me deslizo en el espacio vacío al lado de Milo.
Huelo su gel de baño desde aquí. Tengo que dejar de sentarme tan cerca de
este chico.
Emery hace callar a todos y reproduce el DVD. Pasa más tiempo mirando
alrededor para asegurarse de que todos estamos prestando atención de lo que
mira la TV. Siento como si fuera a darnos un cuestionario sobre Spaceships
Around Saturn cuando termine. Tal vez debería tomar nota de lo que los
chicos están usando, sólo en caso de que pregunte. O tal vez debería contar el
número de cambios de vestuario.
Nos sentamos en silencio durante las dos primeras canciones. Luego, en el
estilo único de Emery, ella es la primera en hablar en medio de la tercera
canción.
—¿Por qué llora esa chica? —pregunta—. Yo sería feliz en su show, no una
estúpida bebita llorona.
Benji responde, probablemente, en un impulso, debido a que ella siempre lo
está acosando.
—Ellas se ponen sentimentales porque somos su banda favorita —dice.
Emery estudia la TV por un momento.
—¿Por qué todas esas personas hacen carteles? —dice.
—Para que los notemos —dice Benji—. Quieren destacar.
Noah se ríe a carcajadas, y el temor se precipita a través de mis venas. No
sé lo que está a punto de decir pero sé que va involucrarme.
—Chloe haría uno —dice Noah—. A ella le gusta dibujar. Probablemente
diría: “Me encantan los shorts de Noah.”
Milo codea a Noah en las costillas.
—Ella no desperdiciaría un cartel en tus shorts —dice Milo—. Diría: “Milo
no estaba muerto, ¡estaba conmigo!”
— Oh là là —suelta Tate—. Que los rumores comiencen. Chloe Branson, la
chica que destruyó Tito. ¡Cómo te atreves!
Milo me dispara esa sonrisa astuta, y me derrumbo absolutamente en un
millón de piezas. Puedo manejar un poco su coquetería cuando estamos
solos… en una tienda oscura… donde no puede ver mi cara. Pero aquí, en la
sala de juegos de mi padre, con sus cuatro hermanos de Saturno y mis dos
hermanas de la Tierra, simplemente no puedo.
—¿Sabes? —dice Milo—. Tendrías todo tipo de rumores jugosos acerca de
ti. Destruir a Tito, salir con el chico muerto de Saturno…
Lo que sea que estuviera yendo a enlistar es interrumpido inmediatamente
por Jules, que salta desde su lugar y apunta a Aralie.
—¡Los chicos muertos son lo tuyo! —grita—. Tú eres a la que le gusta esa
banda zombie…
Se da la vuelta y mira a Benji, pidiendo ayuda.
—Amigo, tú sabes cuál —dice Jules, hablando con gestos—. Siempre nos
reímos de sus lentes de contacto y extraños colores de cabello, de la forma en
que intentan ser estrellas de rock y estar de moda y cantan sobre sangre y esa
mierda.
—¡Esa boca! —grita Milo—. Emery está en el cuarto.
Jules suspira dramáticamente, y me pregunto cómo puede siquiera tener
toda esta vibra de chico malo. Claro, él tiene lo suyo. Pelo negro, ojos oscuros,
perforación en la ceja, tatuajes, olor a cigarrillo. Estereotípicamente es de lo
mejor. Al menos el “chico malo” de One Direction, Zayn, puede cantar… y
dibujar. Jules ni siquiera es tan talentoso. Simplemente está aquí para llenar el
espacio, supongo.
Las cejas de Benji se estrechan juntas y luego sus ojos se abren.
—¡Sí! —dice él—. ¿Mutated Arteries o algo así? Ese tipo tiene el pelo rojo
y negro. Están jodidos.
—Mutilated Arteries —Emery, de todas las personas, corrige a Benji—. Es
Mutilated. Y esa es la banda favorita de mi hermana, así que tienen que ser
agradables.
Ella agarra el control remoto y detiene su DVD olvidado. La pantalla se
congela en la imagen de una mujer demasiado mayor para estar sosteniendo
ese cartel de “QUIERO SALIR Y APAREARME CON TATE”. Es lo
suficientemente mayor como para ser la madre de Tate.
—Gracias, Emery —dice Aralie. Se empuja fuera de su asiento y cruza la
habitación para enfrentar a Jules—. Por lo menos mi banda toca realmente sus
instrumentos. Es más de lo que he visto hacer a cualquiera de los de la tuya.
Milo se aclara la garganta junto a mí, pero yo niego con la cabeza. No tiene
que meterse en esta batalla. En su lugar, Benji lo hace. Por supuesto que iba a
hacerlo. Tiene que defender a Jenji. Este es uno de esos momentos que son
especialmente para rodar los ojos de forma épica, pero no quiero llevar mi
atención lejos de ellos.
—Yo sé tocar el piano —dice Benji—. Milo toca la guitarra. Noah sabe
tocar la batería. Y de hecho tenemos otros talentos, sólo para que conste.
Aralie ríe.
—Entonces, ¿qué talento tiene Jules? No he oído su pequeño nombre en tu
lista instrumental, y es malditamente claro que no tiene la mejor voz de
ustedes.
Milo se retuerce a mi lado, reajustando su camiseta y mirando torpemente
alrededor de la habitación. Tate tira de sus piernas hacia su pecho y entierra la
cara en las rodillas. Emery intercambia expresiones de pánico con Noah. Yo
me siento de la misma forma que todos lucen.
Benji cruza los brazos sobre su pecho, y estoy bastante segura de que va a
defender a Jules a muerte. Pero echa un vistazo en nuestra dirección. Emery
forma un puchero con sus labios, y sus ojos se abren con esa mira de gacela
entristecida. ¿En serio acababa de crear una abolladura en Jenji? Santo
infierno. ¿Por qué tenemos que estar encerrados? El Twitterverso necesita
saber que mi hermanita acaba de reventar la burbuja de bromance de Jenji.
Jules niega con la cabeza y ríe. Es casi condescendiente.
—Cuando seas una estrella internacional, entonces puedes despotricar sobre
si alguien tiene o no talento —dice él, dando un paso un poco demasiado cerca
de Aralie—. No eres más que una chica rockera bonita que busca un chico
rockero rudo.
Aralie empuja a Jules con ambas manos, golpeándolo de vuelta a su asiento,
estrellándose con la mitad derecha del cuerpo de Benji. Benji empuja a Jules
fuera de sí y se arrastra a la zona de seguridad, con nosotros. Se sienta al lado
de Emery, y ella se acurruca entre él y Noah como si estuviera en el paraíso de
chicos.
—Al menos cuando encuentre un chico rockero rudo, ¡él sabrá hacer más
que sólo pararse en un escenario e intentar verse bien, mientras que sus
compañeros de banda cantan por él!
La voz de Aralie se eleva una octava que no estoy segura de que siquiera
Milo pueda alcanzar.
Jules salta de su asiento, pero no avanza hacia mi hermana.
—¡Esto es una mierda! —grita—. Debería estar ahí, viviendo nuestro DVD,
no viendo la maldita cosa mientras permanezco encerrado.
—Bueno —dice Aralie, cruzando los brazos—, no puedo culparlos por
dispararle a un idiota como tú.
A través del intercambio de maldiciones y gritos, Emery ni se ha
estremecido, hasta que Aralie dijo “idiota”
—Uuuh, ¿Aralie? —Emery habla—. ¿Recuerdas lo que dijo mamá? Debes
decir “cara de tonto” si es que estoy en la habitación.
Oh, Emery, ¿por qué? ¿Por qué tienes que burlarte de Aralie cuando está a
dos pasos de estampar su puño en la cara de Jules y hacer que su piercing se
hunda en su cráneo?
—¡Cállate! —chilla Aralie.
Mamá se apresura a entrar en la habitación, sus brazos agitándose y su
mandíbula abierta. Realmente está empeorando con sus habilidades de
arbitraje. Nunca se toma tanto tiempo para entrar en una pelea a gritos. Aralie
y Jules quedan como estatuas, aún frente a frente junto a la imagen congelada
de una puma que quiere aparearse con Tate.
—Bueno, bueno, vamos a calmarnos —dice Mamá en su tranquilizante voz
de madre—. ¿Qué está pasando? ¿Por qué los gritos?
Jules habla primero.
—Aralie dijo que yo no podía cantar. Insultó todos mis talentos.
—¡Después de que se burló de Mutilated Arteries! —Aralie aclara—. Lo
único que hice fue decir lo que todos ya han declarado en Twitter.
Mamá suspira y mira al resto de nosotros. Nos quedamos plantados, como
un jurado mirando a un juez, demasiado asustados para dar un veredicto final.
Así que nos quedamos callados y sin expresar nada.
—Aralie, ¿puedes por favor no insultar a nuestros acompañantes? —mamá
pregunta.
Mi hermana abre la boca para discutir, pero mamá alza un dedo para
detenerla. Entonces, mamá se vuelve a Jules.
—Y tú, ¿podrías por favor no insultar la banda favorita de mi hija sólo
porque tal vez no te agraden? Haces un gran trabajo provocándola —regaña al
chico malo.
Ella da un paso atrás y examina a los competidores.
—Ustedes dos son tan parecidos —les dice—. Esas personalidades tan
explosivas. ¿No pueden sólo intentar llevarse bien, o evitarse el uno al otro,
hasta que termine este encierro?
Aralie le da a Jules una mirada mortecina y sale como un rayo fuera de la
habitación. Benji se aclara la garganta para llamar la atención de Jules y de
mamá.
—Creo que voy a ir a nadar —dice Benji—. Para refrescarme. Jules debería
venir conmigo.
Mamá dice que es una idea grandiosa, y el bromance Jenji sale de la
habitación. Emery salta para seguirlos, pero mamá se lo impide. Dice que los
muchachos necesitan un “tiempo de chicos”.
Emery desaparece escaleras arriba, dejándome con Tate, Milo y Noah… y
la puma pixelada de la pantalla. ¿Cómo es que nadie ha mencionado a esta
vieja loca que quiere meterse en los pantalones de Tate?
—Probablemente deberíamos ir con Benji y Jules —Tate sugiere.
Noah está de acuerdo, algo acerca de mostrarle a Jules que todos están ahí
para él. Noah y Tate se dirigen afuera, dejándome sola con Milo y la captura
de pantalla.
Capítulo Nueve ―Probablemente debería ir con ellos ―dice Milo―. Jules lo tiene difícil
con este pedazo de bloqueo más que cualquiera de nosotros.
Obviamente. Él inicia peleas con mi hermana ante cualquier oportunidad
que pueda. Ropa sucia. Seguidores de Twitter. Ahora, su banda favorita. Es
como si su prioridad fuera molestar a Aralie. Él sabe que la va a provocar y
que se meterá debajo de su piel, y aun así lo hace. ¿Cómo se atreve a fingir ser
la víctima frente a mamá de esa manera? Ese idiota sin talento.
―Tienes razón ―le digo. Tengo que deshacerme de Milo antes de que
vuelque mi cólera hacia Jules en él―. Ve a darle uno de esos sermones del
maduro Milo Grayson. Ofrécele algunas Oreos.
―¿Es una broma? Yo sólo comparto Oreos contigo. ―Sonríe una sonrisa
perfecta y se dirige hacia la piscina. Pero se detiene y mira hacia atrás―. ¿Nos
vemos más tarde?
―Por supuesto ―digo la palabra demasiado rápido.
Por suerte, él desaparece en la esquina. La puerta del patio chirria cuando la
abre. Espero oír un chasquido de enganche antes de tomar el control remoto.
Detengo el DVD de Emery. Esa vieja puede salir y aparearse con Tate en otro
momento. Subo corriendo las escaleras a mi habitación, lejos de las hermanas
que discuten, chicos malos sin talento, y pumas en busca de Saturno.
Y ahí está en mi puerta. La cabeza de Tate. Una vez más. Lo despego, lo
regreso a la puerta de Aralie y me encierro en mi cuarto. No sé qué es tan
gracioso sobre la cabeza de Tate en nuestras puertas de los dormitorios, pero
ni siquiera tengo ganas de discutir.
Me arrastro sobre mi cama, abro mi portátil y navego por columnas de
chismes para ver cuales nuevas teorías han escrito acerca de Spaceships
Around Saturn y donde pueden estar. He leído todo desde una isla tropical
desierta cerca de Cuba hasta una cueva subterránea en las profundidades de las
Montañas Rocosas. Es increíble lo que la gente hace con Internet.
Me dirijo a Twitter para ver lo que dicen, pero en su lugar, me detengo en la
cuenta de Milo. Su último tweet fue la noche del tiroteo.
Dice así:
¡A punto de tocar, Ciudad de Nueva York! ¡Prepárenseeeee! ¡Tengo la
mejor vida del mundoooo!
Sus letras adicionales me hacen sonreír. Debajo de su tweet hay un Retweet
de Noah.
¡La Ciudad de Nueva York está a punto de ser Saturnizada! ¡Más alto!
¡Queremos oírte gritar!
Mi corazón realmente se hunde como una arteria mutilada. Me siento muy
triste por ellos. Allí estaban, en sus habitaciones de hotel o tal vez detrás del
escenario, entrando en calor, twitteando a sus millones de fans. Todas esas
Saturnites estaban entre el público, esperando por ese gran show en la ciudad
de Nueva York, con sus carteles y sus camisetas de Spaceships Around
Saturn.
Milo pensaba que tenía la mejor vida, del mundoooo y Noah estaba
emocionado acerca de los ruidosos fans. Dios, esto es una mierda para ellos.
Incluso hay una punzada de pena en mi corazón vacilante por Jules. No
debería haber dicho que no tenía talento, incluso si nunca lo verbalizaba.
Obviamente él tiene algo que atrae a 6,9 millones de seguidores. Esto es a lo
que se refería, sin embargo. Él debería estar viviendo ese DVD, no viéndolo
encerrado con nosotros mientras discutía con Aralie.
No sé cuánto tiempo paso mirando aquel Twitter de Milo antes de que
alguien llamara a mi puerta. Desconectó mi ordenador, así nadie sabrá lo que
estaba haciendo, y anuncio que la puerta está abierta. Emery asoma su cabeza
en el interior.
―Oye ―dice―. ¿Puedes hacerme un favor e ingresar a Twitter y ver lo
que está pasando?
Ella se desliza entre la puerta y el marco como una pequeña serpiente
deslizándose en mi dormitorio. Luego rebota hacia mi cama y salta con una
gran sonrisa.
―Los muchachos no han estado en Twitter ―le recuerdo―. Ellos no
tienen acceso, ¿recuerdas?
Ella asiente con la cabeza.
—Lo sé. Sólo quiero ver lo que todas esas chicas estúpidas dicen acerca de
nuestros muchachos.
Ella dice “nuestros muchachos” con aquella misma voz insinuante que Tate
utilizó cuando dijo “Oh là là”. Una parte de mí sabe que ella sólo escogió mi
habitación para entrar porque yo los sigo en Twitter. Pero otra parte de mí
quiere creer que ella sabe que estoy por convertirme secretamente en una
Saturnite.
Me río y abro mi portátil.
Hago clic en el botón “inicio” en Twitter antes de que pueda ver el re-tweet
de Milo pegado en mi pantalla. La pantalla se actualiza en nanosegundos
récord.
—¿Que estoy buscando en primer lugar? —pregunto.
—Busca a esa chica Zoe que siempre está hablando de Benji —dice.
Tristemente, sé exactamente de quién está hablando. Zoe tal vez tiene
quince años, una gran fan de Benji, y tiene rayas de color rosa en su pelo
rubio. Su foto de perfil es una de ella con Benji cuando conoció a SAS en
enero. También twittea entre cincuenta y cien veces al día, sobre todo a Benji,
y tiene dos millones de seguidores. La gente la re-twittea religiosamente. Ella
es como un líder de culto Saturnite.
Escribo la Z en la barra de búsqueda. Al instante aparece Zayn Malik de
One Direction. Sin pensarlo, hago clic en él, y Emery ve el botón azul que
dice que estoy siguiendo a Zayn.
Clikeo el botón “Atrás” en el navegador.
Ella corta su respiración.
—¿Sigues a un tipo de One Direction?
Debería mentir. Decir que fue un accidente. No sé cómo le hice clic a
“seguir”. Tiene que ser un error. Pero ella verá a través de mí.
―Puede cantar, casi, sorprendentemente bien —le digo en mi defensa―. Y
dibuja, él twitea fotos de sus dibujos, y me gusta verlas. Es su mejor cantante.
Dame un respiro.
Ella estudia mi rostro por un segundo, mira el Twitter raramente actualizado
de Zayn, y entrecierra los ojos hacia mí.
—¿Quién es el mejor cantante de Spaceships Around Saturn? —pregunta,
todo seria y formal.
Titubeo falsamente para hacerle creer que estoy debatiendo mi respuesta.
—Milo —digo finalmente, conteniendo todas mis ansias.
Ella me mira aún más duro ahora.
―¿Quién es el mejor cantante: Milo o Zayn de One Direction?
Esta vez, no lo dudo.
—Milo —le digo—. Definitivamente Milo.
Sonríe una sonrisa de certamen de premios, lenta y felizmente.
—¡Bien! —Dice—. Puedes seguir a Zayn.
Es bueno saber que tengo el permiso de una niña de cinco años de edad,
para seguir a un tipo que no sea de Spaceships Around Saturn. No creí que
pudiera ser así de amable con un terrícola.
Navegamos a través del Twitter de Zoe, que no son más que deseos de
regresos de “nuestros chicos”. Exploro a través de algunos otras cuentas que
sugiere Emery, pero no hay nada por ahí que no sepamos ya.
En realidad, sabemos más, sabemos exactamente dónde están. En este
momento están en nuestra piscina.
—No puedo creer que alguien les disparó —dice Emery dice en voz baja―.
Eso es triste. ¿Y si los herían o algo así? Entonces me pondría a llorar como
un bebé llorón.
Su rostro se pone todo triste, como un cachorro con los ojos grandes y
orejas caídas. Ella se queda mirando a la pantalla de mi laptop, y sus ojos se
desvían. No estoy segura de si ella está a punto de llorar, así que le cuento el
último chisme que poseo.
—¿Has visto alguna vez “Dosis Diaria de Drama de Darby”? —le
pregunto—. Es una chica de YouTube.
Emery niega con la cabeza mientras busco en la URL el canal de Darby. Lo
acabo de descubrir hace días, cuando los chicos de Saturno aparecieron por
primera vez en nuestra casa, pero he visto la mayoría de sus videos y me he
enamorado de su ingenio y chismes tontos.
Su foto aparece en la pantalla. Ella es una chica morena con reflejos rubios,
de tal vez dieciséis años. Como que se parece a un delfín con los ojos muy
abiertos y una sonrisa tonta en la boca cerrada. Al menos ella no pone esa cara
de pato estúpido.
Emery y yo nos extendemos en mi cama, y coloco el portátil en mi
almohada. Los segmentos de Darby duran sólo alrededor de un minuto o dos
de largo, pero ella sube a diario. La mayoría de los días, trata sobre Spaceships
Around Saturn.
Ella es una Saturnite autoproclamada, y es del equipo Tate, así que me
imagino que a Emery le gustará. Lo admito, me ayuda a que me agrade el
saber que no quiere a Milo.
Hago clic en el post de hoy, todavía no lo he visto. El título aparece, y me
echo a reír. Planto mis manos en las sabanas.
Emery pausa el vídeo y dice:
―¡¿Qué? ¡¿Qué?! —Sin parar en un pánico total de fangirl.
Me alejo de las mantas, inhalo, y levanto la vista en la pantalla. Las
palabras se congelan en la aguamarina azul. ¿El tiroteo a SAS fue falso para
que Jules se pueda hacer una cirugía facial?
Tan pronto como veo las palabras, caigo de nuevo en mis mantas. Emery
tira de la pantalla del ordenador por lo que no puedo verlo y me espera para
recuperar la compostura. Por último, me empujo hacia arriba en una posición
sentada.
—Ella quiere saber si el tiroteo fue falsificado para que Jules tuviera una
excusa para hacerse una cirugía plástica —le digo.
Emery me mira como si fuera la cosa más tonta que jamás haya escuchado.
Tal vez ella no entiende.
Bueno, tal vez no es tan gracioso. Empujo la pantalla hacia atrás y le doy a
reproducir. A continuación aparece una foto de Jules haciendo una mueca de
dolor mientras se rascaba la perforación de la ceja.
—Así que chicos —Darby dice a través de los altavoces—. Todos sabemos
que Jules ha tenido ese piercing en la ceja durante bastante tiempo. Algunos
de ustedes lo aman y lo encuentran muy atractivo. Y algunos de ustedes, como
yo, piensan que es una atroz pieza de metal que brota de su rostro.
Ella frunce la nariz, y la pantalla parpadea con una foto de Jules. Lo admito,
es una mejor foto suya. Lleva una camisa de color negro apretado y haciendo
esa sonrisa macarra que por lo general no se puede lograr. El piercing no se ve
tan mal. Realmente encaja con su mirada.
La foto se esfuma, y una nueva toma su lugar. Él parece que está en medio
de un estornudo cuando un paparazzi acosador lo capturó. La mitad de su
rostro está arrugada, con la boca en una mueca espeluznante y medio ojo
cerrado. La imagen se agranda lentamente, haciendo zoom sobre el ojo y
piercing.
Emery se dobla de risa. Hago una pausa al video, medio ojo de Jules
plasmado en la pantalla, y me río con ella. Es como que la perforación se ha
hundido en su cara y se ha enganchado como en un pez en su globo ocular por
dentro. Ugh, desagradable. Espero realmente que estuviera a medio
estornudar.
Aprieto reproducir porque no puedo soportar esa cara por más tiempo.
Emery y yo centramos nuestra atención en Darby, que ha vuelto a aparecer por
suerte después de esas imágenes.
―Así que aquí está la última exclusiva —dice ella—. Dicen en las calles
que nunca hubo un tiroteo en Nueva York. Un portavoz. Pero los chicos
tuvieron que desaparecer de la Tierra por ahora porque Jules necesitaba un
poco de... trabajo cosmético... para arreglar su rostro.
Intercambio miradas con mi hermanita. Me encojo de hombros. No tengo ni
idea de lo que Darby está hablando, pero rápidamente nos informa.
—Estoy segura de que todos ustedes chicas que usan pendientes, saben
acerca de las infecciones —dice—. Imagínese la gravedad de una infección
que tendría si su piercing en la ceja se infectó —Ella se encoge y enseña la
lengua.
—Asqueroso —Emery susurra―. ¿Él tiene la cara infectada? ¡Está en
nuestra casa! Yo no quiero pegarme sus gérmenes de la ceja.
Hago una pausa de vídeo de Darby por lo que parece la enésima vez. Nunca
tengo que hacer una pausa durante sus segmentos, incluso cuando son
divertidos. Mirarlos con Emery lo lleva a un nuevo nivel de hilarante. Vi dos
horas de estas cosas la noche anterior después de llegar de la caza de
luciérnagas con Milo.
Sin embargo, aparte de su táctica para salvar vidas, no hay mucho en el
canal de Darby acerca de él. Emery golpea reproducir antes de que pueda
explicar que el rostro de Jules está perfectamente sano.
—Bueno —dice Darby—. Adivina quién está infectado. Síp. Nuestro
propio chico malo de Saturn, Jules Rossi. Los informes están por todo el
mapa, pero algunos dicen que le dejó una cicatriz menor. ¿Otros? ¡Dicen que
necesita una reconstrucción facial completa en el lado izquierdo de la cara!
Emery inhala fuertemente.
—¡Oh Dios!
—Emery —le digo—. Su rostro está muy bien. Él está aquí, con nosotros.
Tú lo ves todos los días. Todo esto sólo son chismes.
Darby continúa hablando.
—Pensé que ustedes podrían necesitar prepararse para lo que Jules pueda
parecer una vez que la gira se reanude, así que aquí están algunas
posibilidades gracias a las maravillas del Photoshop. ¡Hasta mañana, esto es
Darby despidiéndose de Dosis Diaria de Drama de Darby!
Ella sopla un beso a la pantalla. A continuación, las imágenes alteradas de
la cara de Jules saltan en una presentación de diapositivas. La primera tiene un
ojo de cristal azul en su cuenca. Emery se encoge, pero me río. La siguiente
muestra la nariz aplastada en una delgada línea en el centro de su cara y sus
ojos caídos. Emery se ríe.
El último de ellos tiene su ojo tenso con fuerza hacia un lado, estirándolo.
Su ceja también se tira hacia su oreja, aplanada para no mostrar la ceja
infectada.
—Se parece a Mulan —dice Emery—. Pero más feo.
Salgo del navegador. No puedo soportarlo más.
—No se lo digas a los chicos —le digo―. No podemos dejar que sepan
acerca de Darby. La miro todos los días, así que tú también puedes empezar a
verla. Pero tiene que ser nuestro secreto. No puedes decírselo a Jules.
Ella asiente con la cabeza mientras la amenazo con su vida. Pero entonces
ella suspira.
—Tengo que decirte algo —dice, agachando la cabeza—. Es un gran
secreto.
En realidad, esto me aterroriza.
—Yo... me gusta... —Ella se congela—. Me gusta Harry Styles más que
Jules aunque Jules está en Spaceships Around Saturn.
Sus hombros se caen, y pecho se relaja como si hubiera derramado sus
entrañas y finalmente pudiera respirar de nuevo. Arrastro una cremallera
imaginaria a través de mis labios y arrojo la llave imaginaria.
—Está seguro conmigo —le digo.
—Va a ser nuestro secreto de hermanas —dice—. Podemos ser Saturnites
secretas. Y tú puedes seguir a Zayn, y a mí me gustará más Harry que Jules.
Oh Dios. ¿Acaso piensa que soy una verdadera Saturnite ahora? Quiero
decir, sí, a puerta cerrada o escondida en tiendas de campaña, seguro. ¿Pero
con Emery? Eso está un poco más allá de mi zona de confort. Sin embargo, es
demasiado tarde para dar marcha atrás.
Tate murmura sobre que su piel tiene aspecto de una uva pasa mientras
camina por delante de mi puerta que se abrió ligeramente. Los chicos han
estado en la piscina desde el anterior enfrentamiento entre Aralie y Jules.
Benji dice algo acerca de la forma en que está a punto de morir de inanición.
No miro por encima de mi reproductor de DVD dañado. He aprendido sus
voces a estas alturas. Así que sé que es Milo cuando alguien pregunta si
necesito ayuda.
Se pone de pie en mi puerta abierta con su traje de baño azul oscuro. Sin
camisa. Oh mi Saturno, ¿por qué tiene que estar sin camisa en mi marco de la
puerta? Una toalla blanca se cierne sobre sus hombros como la capa de un
héroe.
—Se ha atascado —le digo, jugueteando con el reproductor de DVD para
no mirar su cuerpo―. Lo hace a veces.
Se invita a sí mismo en mi dormitorio. Su toalla húmeda se desliza por la
espalda cuando se estira para alcanzar el reproductor de DVD, pero él la
atrapa antes de que toque el suelo. Mira a su alrededor y envuelve la toalla
alrededor de su cintura, ocultando sus pantalones cortos. Entonces él se
encoge de hombros.
—No quiero tirar la toalla mojada en el piso —dice.
Probablemente estoy echando espuma por la boca como lo haría Jules si su
perforación realmente estuviera infectada y la infección se extendiera por todo
su cerebro. Milo Grayson está en mi dormitorio, con una toalla envuelta
alrededor de él a través de su traje de baño, luciendo como si acabara de salir
de una ducha de vapor caliente. Él está sin camisa, y está toqueteando mi
reproductor de DVD.
¡Mueran de celos Saturnites! ¡Mueran de celos!
A pesar de que huele a cloro y protector solar, inhalo tanto de él como sea
posible sin que sea raro, porque ninguna chica nunca debe oler a un chico, no
importa lo maravilloso que huela.
—¿Qué películas tienes aquí de todos modos? —pregunta.
Él me mira, y me siento increíblemente corta. La puesta del sol se arrastra a
través de mi ventana y golpea sus ojos de caramelo, y juro que se iluminan
como una lluvia de meteoritos.
—Rainwater —logro decir de alguna manera.
—Ahhhh, la película del hombre lobo —dice—. La segunda estrenó hace
poco, ¿no?
Asiento con la cabeza.
Si, Bloodstream estrenó recientemente. De ahí era de donde acababa de
salir cuando Papá llamó con su “desastre vainilla” que era en realidad un
desastre del tipo Moo-llennium Crunch porque yo no sabía que me enamoraría
de Milo Grayson.
—Probablemente podría conseguir entradas para el estreno de la tercera
―dice―. De hecho, voy a hacer esa llamada tan pronto como este encierro
haya terminado. Deberías ir conmigo.
Me siento tan sin pulso como la banda favorita de Aralie sobre zombies, a
pesar de que en realidad no son zombies, sino que simplemente cantan sobre
ellos. ¿En serio acaba de preguntarme si quiero ir con al estreno de la próxima
película? Oh Chloe, cállate. Él ni siquiera tiene entradas. Sólo está
fanfarroneando porque podría conseguir entradas sólo dejando caer su nombre
y batiendo esos hermosos ojos de caramelo. Me dijo que debería ir con él, no
que quería que yo fuera con él.
—¿Sin palabras? —pregunta―. Lo he hecho a unas cuantas Saturnites, pero
no lo esperaba de ti, señorita Branson.
Él me empuja con el codo sin camisa, y examino los tatuajes de nota
musical que se envuelven alrededor de su antebrazo hasta su bíceps. Mi cara
arde con la sombra de la manzana en la portada del libro de Crepúsculo. ¿Por
qué él tenía que sacar el tema de criaturas paranormales?
El reproductor de DVD escupe la bandeja, junto con Rainwater. Milo saca
el disco y me lo da. Él tira de su mano antes de que pueda agarrarlo.
—No tan rápido —dice―. Si puedo conseguir entradas para la final de la
trilogía, ¿quieres ir conmigo? Quiero decir, parece bueno para la promoción si
voy, pero yo no quiero tener reputación de amante de los hombres lobo o algo
así. Te necesito conmigo.
Esto es una locura. Esto es una locura. ¡Loco, loco, loco!
—Sí —le digo —. Definitivamente iré.
Me entrega el DVD.
—Bien —dice―. Voy a añadirlo a la lista de cosas que hablar con mi
publicista cuando hable con ella de nuevo. Primero tengo que convencer al
mundo de que no estoy muerto. Entonces hablaremos de boletos.
Estoy totalmente de acuerdo con el último tweet de Milo. ¡Tengo la mejor
vida del mundoooo! Mi mente nada en ojos de caramelo, estrenos de cine, y su
cuerpo perfectamente esculpido, de pie delante de mí. Luego todo se viene
abajo en un segundo. Emery baila delante de mi puerta. Ella corre de nuevo y
hace una toma doble en nosotros. Y entonces ella grita. Sus pequeños pasos
martillean bajando las escaleras, y antes de que tenga la oportunidad de correr
tras ella y preguntarle qué le pasa, ella lo anuncia a toda la casa.
—¡Milo está desnudo en la habitación de Chloe!
Mis cuerdas vocales se tuercen como el cabello de Medusa. Maldita sea,
Emery. Cállate, cállate, ¡cállate! Milo maldice entre dientes. Los dos nos
precipitamos hacia el pasillo, justo a tiempo para ver a mamá y Godfrey correr
aquí, casi tropezando entre sí.
—Este es un gran malentendido, señora Branson —dice Milo
inmediatamente—. Su reproductor de DVD se ha atascado, y me detuve para
ayudarla.
—Y él no quería dejar una toalla mojada en el suelo de mi habitación —le
digo, saltando en su defensa―. Así que la envolvió sobre su traje de baño.
—La puerta estuvo abierta todo el tiempo ―dice Milo―. No pasó nada.
Arreglé su reproductor de DVD. Eso es todo. Nada más.
Me duele el corazón un poco cuando lo dice. ¿Nada más? Te ofreciste para
conseguir entradas para el estreno de la trilogía de la película más grande del
momento, y entonces, básicamente me rogaste para que sea tu cita. ¿Cómo es
que no hay nada?
—Su traje de baño se encuentran bajo la toalla —digo en cambio, sólo para
volver a insistir en que Milo no estaba desnudo en mi dormitorio.
Una multitud se ha reunido detrás de nosotros. No miro por encima del
hombro a los otros chicos de Saturno, pero escucho las risitas Noah, y Tate
murmura algo acerca de “atrapados”. Aralie ríe. ¡Traidora! Por otra parte, yo
no la he ayudado con Jules. El verdadero traidor es Emery. ¿Qué pasó con las
hermanas secretas Saturnite? Yo guardo el secreto de Harry Styles. ¿Cómo se
sentiría si dijera que le gustaba un chico de 1D más que uno de los chico
Saturn? Si no fuera una niña de cinco años de edad, lo gritaría.
—Puedo mostrártelos —dice Milo—. Son de color azul.
Mamá abre la boca, pero Emery vuelve a gritar. Nunca me di cuenta de que
estaba oculta detrás de Godfrey.
—¡Nooooo! —Los pasos de Emery se apresuran a bajar las escaleras—.
¡No quiero ver su trasero!
Queridas criaturas de Saturno, por favor inyéctenme con la infección que
destruyó el rostro de Jules. No me vengas con la cirugía estética. Sólo déjame
morir y llevaré mi vergüenza a la tumba conmigo.
Atentamente, Chloe Branson
Mamá da un paso adelante.
—Lo siento, chicos. Esto fue sólo un gran malentendido. Emery es
pequeña, y ella sólo... Lo siento.
Agita a la multitud detrás de nosotros para que sigan su camino. Hay unos
cuantos pasos y derrapes. Asumo que todos se han ido hasta que mamá espera
un momento para hablar.
—Realmente lo siento, Milo. Chloe está acostumbrada a la boca de Emery
hasta ahora ―dice. Ella está usando ese tono. El tono de cuando Deacon
terminó conmigo―. Realmente espero no haberte avergonzado demasiado. Sé
que no pasó nada, así que por favor no te preocupes por eso.
Infección, ahora por favor. Directamente a mi cerebro. ¡Mátame ya! ¡Por
favor!
Milo niega con la cabeza.
—Está bien —dice—. La próxima vez, voy a cambiarme antes de intentar
cualquier cosa en la casa. Voy a vestirme ahora.
Rápidamente se excusa y desaparece alrededor de la esquina en el pasillo.
Mama gesticula un “Lo siento” con la boca, pero el daño ya está hecho. La
humillación, la vergüenza y la difamación son todas ofertas hechas. Ella se
apresura a bajar, probablemente para darle un sermón a Emery, y me dirijo de
nuevo a la puerta de mi dormitorio.
Y ahí está. La maldita cabeza de Tate pegada en mi puerta. Probablemente
Emery corrió a la habitación de Aralie tan pronto como nuestra sesión
“Darby” hubo terminado. Qué pequeña Saturnite traidora. Considero arrancar
la cara de Tate a otro lado porque él está sonriendo tontamente. En el fondo de
mi mente, literalmente, oigo su risa. En cambio, miro directamente en la
imagen, diciendo, “Cállate”, en voz alta, y golpeo mi puerta.
Capítulo Diez
Dos días.
Dos días largos, aburridos y desgarradores.
Dos días de silencio, distancia y evitar el contacto visual.
Esto debe de ser lo que se siente permanecer fuera de un lugar mirando a tu
persona favorita en el mundo firmar autógrafos para cientos de otras chicas, y
luego que los guardaespaldas lo alejen justo antes de que él escriba esa
primera letra en la cubierta de tu CD o foto de la banda. No puedo ni obtener
una M de Milo. Me siento como esas chicas sin esperanza con carteles
gigantes esperando destacarse en los auditorios llenos. O las chicas que
acampan en los estacionamientos del hotel y nunca logran acercarse lo
suficiente para tomar una foto. Pfff. Me siento como la puma que desea salir y
aparearse con Tate, menos la parte de Tate, obviamente.
Noah me ha dado miradas simpáticas por encima de su leche de fresa cada
mañana. Quiero preguntarle qué es lo que él sabe, lo que Milo ha dicho detrás
de escena, pero Noah no me lo dirá, porque yo no le digo nada a él. Ya nada
ha sido lo mismo desde que Emery bajó corriendo las escaleras gritando que
Milo estaba desnudo en mi habitación.
Aunque no entiendo por qué él no me habla. Yo también estaba ahí. Yo fui
humillada, avergonzada y difamada al igual que él. Todas las miradas estaban
sobre nosotros, no sólo sobre él. ¡Soy parte de esto también, Milo! No puedes
estar “desnudo en la habitación de Chloe” sin la parte de Chloe.
Un trueno agita el vidrio de la ventana en mi habitación. Esa tormenta que
se avecina estará aquí pronto y le prometí a mamá que correría a la tienda por
ella para conseguir más baterías para sus linternas. Sugerí que Godfrey fuera,
pero mamá dijo que le dio el día libre después de todo el drama reciente en la
casa. Supongo que esa es su forma de referirse al error del desnudo y el casi
combate de boxeo de mi hermana con Jules.
Cruzo mi habitación, cierro mi puerta y la maldita cara de Tate aún está fija
en la superficie. Apuesto que los chicos se han estado preguntando los últimos
dos días por qué diablos tengo la cara de Tate Kingsley en mi puerta. Desearía
tener la respuesta. Lo despego y lo regreso a la puerta de Aralie. No sé lo que
ella sacará de esto, pero le seguiré la corriente.
Los chicos están jugando Xbox en el cuarto de juego de papá cuando yo
bajo. Benji y Jules discuten con Noah acerca de cómo ganar este nivel. Tito
permanece en silencio. Me pregunto si ellos siquiera están ahí. Mamá levanta
la vista de la mesa del comedor cuando entro. Está sola.
―Siento que tengas que ir sola ―dice ella―. Pero Emery no es segura para
el público y después del episodio de Aralie en el mercado, creo que ella
tampoco.
―Está bien ―le digo. Tomo su tarjeta de crédito de la mesa―. ¿Sólo
baterías para las linternas?
Ella asiente.
―Te enviaré un mensaje de texto con los tamaños exactos.
Yo asiento y me apresuro a subir al segundo piso a tomar mis llaves, mi
móvil y mi bolso. Unas pisadas me siguen, pero estoy muy por delante para
ver quién es. Empujo mi puerta hasta casi cerrarla detrás de mí, sólo así puedo
disfrutar el momento en que Milo la empuja para abrirla. Hay un suave toque.
Sonrío para mí misma y le digo que está abierto.
Yo me volteo, emocionada de ver sus ojos color caramelo otra vez en otro
momento que no sea el pedirme que le pase la sal, pero no hay caramelo o
chocolate o cualquier otro tipo de dulce en este caso. Hay una perforación en
la ceja.
―Hola ―dice Jules, casi inquieto―. Mmm, ¿puedo preguntarte algo?
Él duda pero cierra la puerta tras de él. Genial. Ahora estoy tras puertas
cerradas con Jules. Después de que Milo estuviera “desnudo” en mi
habitación. Emery va a convertirme en una puta Saturnite antes de que este
encierro termine.
―Yo, eh, en cierto modo necesito, algo como un gran favor ―él
tartamudea―. ¿Tienes dieciocho, verdad?
¿Acaso está a punto de pedirme que compre porno para él? Dios mío, por
favor no permitas que esto esté relacionado con algo etiquetado con X.
―Eso depende de qué favor sea el que necesites ―le digo.
Él ríe y la expresión de su cara se suaviza. Él no ríe lo suficiente. Ni sonríe
lo suficiente. Deseo que este encierro no apestara tanto para él.
―Estoy a punto de gastar mis últimos dos cigarrillos ―dice él―. He
estado economizándolos, pero no resistiré el resto de tiempo aquí sin ellos. No
puedo pedirle a Godfrey que me los consiga. Me sentiría como un perdedor.
Con todo, a él no le interesa lo que yo piense de él. O si lo juzgo. Por
alguna muy extraña razón, eso me hace sentir embarazosamente cómoda.
¿Existe tal cosa como embarazosamente cómoda?
―No lo sé ―le digo―. Nunca he comprado cigarrillos y realmente no
quiero ser vista comprándolos. La gente habla.
―Por favoooor, Chloe ―él ruega―. ¿No hay algún pequeño lugar familiar
al que pudieras ir? ¿O alguna estación de gasolina casual a la que usualmente
no vas?
Él casi me recuerda a Emery con esos ojos tristes.
Hay una pequeña estación de servicio a tres cuadras de aquí, hacia fuera del
parque. Yo podría ir ahí. Nadie frecuenta ese lugar y no mucha gente estará
fuera con este clima tempestuoso. Las pocas veces que he estado ahí, el nieto
drogadicto del propietario ha estado trabajando en la caja registradora. Él
estará demasiado drogado incluso para darse cuenta que entré y compré
cigarrillos.
―Bien, genial ―le digo―. Pero si dices una sola palabra a alguien…
Él levanta su mano.
―Entendido ―dice él.
Me entrega un billete de diez dólares de su billetera y me dice lo que
necesita.
Dudo que un paquete le dure el resto del encierro, pero tal vez le ayude a
acortarlo. Quizás decida dejar de fumar. Luego podrá tomar lecciones de
canto. Detente, Chloe. Eso es malvado.
―Muchas, muchas gracias. Eres mi salvavidas ―dice él.
Yo sólo asiento como una boba y lo miro escabullirse de mi habitación.
Estoy metiéndome mucho con este asunto Saturnite.
Me estaciono en la estación de servicio. Hay un viejo camión golpeado
fuera. Luce como la única forma de vida humana. Tomo mis llaves, el dinero
de Jules y tiro mi bolso en el asiento trasero. Cierro las puertas, echo un
vistazo alrededor y me apresuro dentro. Si alguien me vio, habría agentes del
servicio secreto vigilando cada uno de mis movimientos. Aunque creo que
estoy despejada.
La puerta cruje abierta y una campana suena sobre mi cabeza. El chico
drogadicto se voltea y sonríe con una sonrisa tonta.
―¿Qué tal? ―dice él.
Qué profesional. ¿No es “¿En qué puedo servirle?” un saludo de negocios
estándar?
Yo tartamudeo al preguntar por un paquete de mariquitas trituradas en una
barra de cáncer. Él busca en el estante de arriba de la caja registradora y
registra mi compra. Es más rápido y menos doloroso que arrancar un vendaje.
Una vez que estoy de regreso en el auto, tomo mi bolso, meto sus barras de
cáncer y el cambio dentro y me dirijo de regreso a la casa por más segregación
de Milo. Sólo desearía saber qué es lo que él está pensando. ¿Está evitándome
porque se siente avergonzado por el incidente de la toalla? ¿Está asustado de
que alguien piense mal y que eso será filtrado y arruine su imagen de chico
lindo?
Oh Dios. Hace clic en mi cerebro y quiero saltar dentro de mi propia nave
espacial y volar lejos hacia Saturno. Él teme que yo esté pensando mal. ¡Eso
tiene que ser! Él sabe que estoy levemente enamorada de él (está bien,
levemente es la más grande mentira) y no quiere darme esperanzas. Él no
quiere ser el chico que rompió mi corazón, porque no sintió lo mismo. Él no
quiere entrar en la misma categoría de Deacon y ser un idiota que termine en
mi lista de odio por siempre.
Es la única cosa que tiene sentido. Ni siquiera puedo odiarlo por ello. ¿Al
menos él me ha evitado, no? Él no mintió y arrastró mi nombre por el lodo. Él
no me llamó Reina de hielo. Fue perfectamente agradable y eso me hace sentir
aún peor. Milo sabe que, una vez que este encierro termine él regresará a la
gira, yo iré a la universidad y él será lindo conmigo en Twitter de vez en
cuando. Yo obtendré un seguidor de todo este asunto del encierro. Mi vida
apesta. Voy a hacer una camiseta cuando todo esto termine que diga “Escondo
a Spaceships Around Saturn y Lo Único que Consigo es un Vil Seguidor en
Twitter.”
Alcanzo el reproductor de CD para hacer sonar a Sebastian’s Shadow por el
resto del camino a casa. Tal vez esto ahogue mis inseguridades y falsas
esperanzas y cualquier pensamiento de chicos canadienses. Siento el botón
para CD, lo presiono y subo el volumen. Pero no presioné el botón del CD. Le
di al de FM. La voz de Milo se derrama por mis altavoces.
Este es el verano del infierno.
Jules me encuentra en el garaje en el momento que me estaciono. O él está
increíblemente impaciente o Aralie lo sacó de sus casillas cuando yo me fui, lo
cual puede haber resultado en que se fumara sus últimos dos cigarrillos. Él se
apresura alrededor de la puerta de mi auto y la abre de un tirón.
―¿Los conseguiste? ―pregunta.
―¿Has estado ahí esperándome? ―le pregunto.
―Soy adicto a la nicotina, ¿está bien? ―dice él―. Estoy desesperado aquí.
He sido discreto. Nadie sabe que estoy aquí afuera.
Yo escarbo en mi bolso, tomo el paquete de cigarrillos e intento pescar el
cambio suelto. Entonces él me dice que lo conserve como si yo fuera una
maldita mesera o algo y se precipita de regreso adentro. Yo recojo las baterías
de mamá y me dirijo adentro detrás de Jules.
Cuando llego arriba, mi puerta está libre de la cabeza de Tate, por una vez.
Lo tomo como una señal de que mi suerte está cambiando. Todos los demás
están abajo cuando llego a casa, así que no sería obvio que esté acechando a
Milo si voy abajo.
Después de darle una cepillada a mi cabello, sólo como una buena medida,
me aventuro abajo al cuarto de juegos de papá, lo cual parece ser el
pasatiempo estos días en nuestra casa. Benji y Noah se extienden sobre un
colchón de sábanas en el piso con Emery. Aralie está sentada en medio de
Jules y Tate. Supongo que el “por favor llévense bien o evítense el uno al
otro” de mamá resultó en un llevarse bien… por ahora. Y después ahí está
Milo, con su guitarra acústica olvidada por Dios.
Los ojos de Milo encuentran los míos por medio segundo, luego él mira a
Noah. Noah echa un vistazo por encima de su hombro y se coloca en una
postura sentada.
―¡Chloe! ―exclama Noah demasiado alegremente―. ¿Te unirás a
nosotros?
Todo en mí quiere responderle “no”, porque su Mejor Amigo Por siempre
Milo está ignorándome y aplastando mi pequeño patético corazón. Ahora ellos
esperan que me les una en su propio set acústico… escuchando a Milo
cantar… y tocar guitarra… y ser perfecto.
Yo dudo un segundo demasiado largo y Noah se levanta de repente y me
jala hacia la sección.
―Siéntate conmigo ―dice él.
Él sabe algo. Milo ha dicho algo. Probablemente le dijo a Noah que me
mantenga alejada de él, que siempre llene el espacio entre nosotros, que me
mantenga atrás si me acerco demasiado por consuelo. Noah sigue las órdenes
bien. Él estratégicamente se coloca en medio de Milo y yo, más cerca de mí,
sólo en caso de que yo haga cualquier movimiento imprudente hacia su chico.
Benji se sienta al lado de Emery y pregunta si hay alguna petición de una
canción. Él le permite hacer la primera elección, ya que ella es la suma
Saturnite.
―“Too Close to the Edge” ―ella sonríe ampliamente después de hacer su
petición―. A Chloe realmente le gusta esa.
Ella está tan orgullosa de sí misma, desinteresadamente eligiendo una
canción que sabe que yo amo. Quizás es su forma de agradecerme por guardar
su secreto de Harry Styles o por presentarle a Darby. O tal vez es por ayudarle
a hacer ese brazalete de la amistad que todavía está atado alrededor de la
muñeca de Benji. O por la humillación que sufrí comprando el afiche A7 de
Benji Cococ Baccarini.
Ella probablemente la escogió, porque mamá le dio una “charla de mamá”
extremadamente larga acerca de las acusaciones y los anuncios escandalosos a
toda la casa. Sí, es un asunto de culpabilidad.
Milo me mira, pero aparta la mirada en el momento que hace contacto
visual. Él rasguea los primeros acordes y yo muero. Literalmente muero justo
aquí en este lugar, al lado de Noah Winters, frente a SAS y mis hermanas y las
nubes de tormenta.
No hay forma de que yo pueda escucharlos tocar “Too Close to the Edge”
con una guitarra acústica en mi maldita casa. Realmente me gustaba, porque
era la única canción que de verdad capturaba cómo me sentía cuando todos me
daban la espalda y yo era el hazmerreír de la clase de último año. Estaba muy
cerca del abismo entonces y ahora estaba incluso mucho más cerca del
abismo.
Yo intercambio miradas con Noah y creo que estoy agarrándole el truco a
este asunto de la conexión cósmica, porque él entiende completamente.
―Oye, espera ―dice él―. Dejemos esa para el final, ya que es su favorita.
Hagamos algo un poco más animado.
Yo rápidamente concuerdo y Emery no hace ninguna objeción. Ella baila
alrededor estúpidamente y hace su mejor bombeo de puño por unas cuantas
canciones. Yo no muevo ni un músculo. Noah tampoco. Al menos alguien en
esta habitación es consciente de que me rompo en pedazos.
Podría ser verano, pero estoy agradecida por esa brizna de invierno.
Capítulo Once
La tormenta de anoche se robó nuestra electricidad y nos forzó a todos a
subir antes de que los chicos pudieran volver a cantar "Too Close to the Edge”
para mí. Adoro a la Tierra y su atmósfera y el mal clima. No creo que vuelva a
quejarme por un día lluvioso jamás.
Noah es el único en la mesa cuando entro al comedor esta mañana. Es una
copia al carbón de cualquier otra mañana, Noah, silencio y leche de fresa.
―¿Estás bien? ―pregunta.
Bueno, eso es nuevo.
―No has terminado tu leche ―le digo.
Él se encoge de hombros.
―Lo sé. No importa. ¿Estás bien?
―Síp ―le digo en la voz más monótona en la que creo poder hablar. Sueno
varonil y robótica. Ugh.
Él toma su vaso y me sigue a la cocina. Mamá tampoco está aquí. ¿Acaso
Noah y yo nos perdimos de algún aviso especial que dice que se supone que
no salgamos de nuestras camas hoy? Me sirvo un vaso de leche mientras Noah
dice que la leche de fresa es mejor. Me siento medio hambrienta, pero al
mismo tiempo, si me atrevo a poner algo en mi boca, podría vomitar y eso es
más grosero que mi voz de robot.
―Él no te culpa ―dice Noah casi en un suspiro―. Estaba apenado. Nunca
jamás haría algo así y no quería que tu familia pensara que siquiera podría
intentarlo. Si quisieras tener a Milo desnudo, tendrías que desnudarlo tú
misma.
Yo me rio a carcajadas, no porque sea divertido o porque quiera reír, sino
porque por fin alguien trajo a colación el error del desnudo. Todos piensan en
ello, así que sólo vamos a despejar el aire y cortar la tensión ya. Gracias,
Noah.
Aunque él todavía evita el contacto visual mientras habla. ¿No se supone
que los chicos sean todos perversos e inmaduros acerca de la desnudez? En
cambio, Noah juega con un imán que yo hice hace unos meses. Es una flor
púrpura brillante. Emery pegó sus ojos saltones al imán.
―Eso no le da derecho a ser un imbécil ―le digo.
Me tomo mi leche, pero sabe asquerosa.
―Él sólo… Milo es un buen tipo. Realmente agradable. Es ese chico de
quien todos toman ventaja y esperan que tenga todas las respuestas ―Noah le
explica a la flor―. Él no quiere que pienses que estaba intentando algo o que
estaba tratando de tentarte o no sé. Simplemente fue un golpe bajo para él y
está avergonzado.
Alguien se mueve por la casa y nosotros aún permanecemos ahí,
sosteniendo nuestros vasos de leche y quedándonos por el refrigerador como
dos completos bichos raros. Milo y Jules doblan la esquina y nos miran
fijamente, como si fuéramos dos completos bichos raros bebedores de leche.
―Buenos días ―dice Milo.
Él pasa más allá de mí, ignorándome completamente y toma la leche del
refrigerador.
Jules nos ondea un cigarrillo y se aventura al patio de atrás para su dosis de
nicotina de la mañana. Milo se sirve un vaso de leche, escarba dentro de la
alacena buscando las Oreos y camina de regreso al comedor. Él no dice una
sola maldita palabra.
Noah hace ruidos terminando el resto de su leche de fresa.
―Voy a tratar de que razone un poco ―susurra él.
Pone su vaso en la pila y me deja con el refrigerador y sus muchos
portarretratos magnéticos brillantes. La mueca tonta de Emery destella de
todos ellos. Algún día, espero que ella tenga un chico enrollado en una toalla
en su habitación y espero que alguien lo malentienda como algo más.
No puedo entender los susurros en la habitación continua y Jules hace más
ruido del necesario cuando regresa adentro. Él se les une en la mesa, pregunta
algo de deportes y se reanuda una conversación normal.
He trabajado mis nervios parcialmente para pasar corriendo y regresar al
confinamiento de mi habitación. Aunque vería Dosis Diaria de Drama de
Darby y me obsesionaría como una típica Saturnite, al menos no tendría que
ver a Milo en persona.
Mamá entra en la cocina y hace trizas todo mi medio valor.
―Chloe, cariño, tengo que hablar contigo ―dice.
No hay ni un solo evento social en el que pueda pensar que pudiera
necesitar cancelar hoy. Ninguna fiesta. Ningún festival. Ninguna cita para
almorzar. Quizás Aralie ha planeado algo y yo tengo que hacer el control de
los daños.
―Es muy difícil para mí decir esto, pero la señora Sue me llamó esta
mañana ―dice ella.
¿Quién demonios es la señora Sue?
―Dijo que tú pasaste por su tienda anoche ―continúa mamá―. Ella no
estaba tratando de delatarte, pero estaba muy preocupada y quiso advertirme
de lo que estaba pasando.
Oh Dios. ¡Los cigarrillos! Yo aligero unos cuantos pasos y miro al
comedor. Jules me mira fijamente, una mirada amplia y estúpida. Luego él
aleja la mirada y oculta su cara. Noah golpea el brazo de Jules y Jules les hace
gestos para callarlos. ¡Él de verdad va a dejarme caer con esto! Le doy la
espalda al comedor, porque tengo que mantener la compostura en esto, y ver a
Jules Rossi ahora mismo no está ayudando a mi compostura.
―Chloe, sé que las cosas han sido muy difíciles estos últimos meses ―dice
mamá. Es el tono simpático―. Pero fumar no es la respuesta. Si necesitas
hablar con alguien, tú siempre puedes venir a mí o tu papá o incluso Godfrey.
O podemos pagar sesiones de terapia.
―Mamá, yo no fumo ―le insisto―. Y no necesito terapia. Estoy
completamente bien. De verdad.
Ella ladea su cabeza y me estudia como lo hizo en la noche de graduación
mientras lloraba, porque su bebé había crecido. Ella ahora tiene esos mismos
ojos preocupados que tenía cuando habló acerca de ceder espacio a su pajarito
para volar por sí mismo. Por favor, mamá. No me llames pajarito mientras 3/5
de SAS están escuchando.
―Cariño ―dice ella―. Yo sólo sé que pasaste por mucho con esa ruptura y
ver a Deacon el otro día no pudo haber hecho las cosas más fáciles,
especialmente cuando él actuó como lo hizo. Sé que tenías grandes planes este
verano y deseo que las cosas hubiesen sido como estaban planeadas.
―Estoy bien, mamá ―le digo a través de mis dientes.
―¿Entonces, por qué estabas comprando cigarrillos, Chloe? La señora Sue
simplemente no inventaría algo así ―dice ella.
Su voz me implora, como si ella tuviera de verdad el corazón roto y
estuviera preocupada. Ni siquiera parece estar molesta por ello. No sé quién es
esta señora Sue o dónde estaba escondida ella en la estación de servicio, pero
la maldigo todo el camino a través del universo por abrir su gran maldita boca.
―Eran para mí. ―La voz está directamente detrás de mí.
Pero no es Jules.
Es Milo.
―Yo de verdad, de verdad lo siento ―dice él, mirando a mamá en lugar de
a mí―. No debí pedirle a Chloe que los consiguiera para mí.
Él pone una mano sobre mi hombro y hace un verdadero contacto visual
caramelizado conmigo.
―Lo siento, Chloe. No debí haberte hecho eso a ti y realmente desearía
poder retractarme ―dice él.
Yo pestañeo unas pocas veces, rápidamente, como una idiota que sólo llenó
de rímel su globo ocular, pero eso hace retroceder a las lágrimas. Mamá no
podría estar leyendo entre líneas, pero esta es una disculpa real, no sólo por los
cigarrillos.
―Milo ―dice mamá, casi en estado de shock―. Tu voz… ¿cómo puedes
ponerla en riesgo con cigarrillos? No sabía que fumabas. Nunca lo habría
imaginado.
Él aclara su garganta y retira su mano de mi hombro.
―Yo, eh, normalmente no lo hago ―él tartamudea. Es un terrible
mentiroso―. Es sólo, con el encierro… y todo lo demás… sólo he estado
realmente estresado. Es mucha presión, y yo cargo con demasiado, y sólo
necesitaba algo para calmar mis nervios.
Sus palabras salen juntas a rápida velocidad. Me pregunto si mamá sabe que
él está mintiendo. El pánico fluye por su cara como si pudiera deteriorarse en
cualquier segundo y confesar que los cigarrillos no eran de él después de todo.
Si mamá sabe que está mintiendo, no lo demuestra. De hecho, ella le sigue el
juego, o le cree, y le da el discurso acerca del cáncer de pulmón, no fumar en
frente de Emery y no tirar basura afuera.
Él sólo asiente con su cabeza y dice “Sí, señora” todo el tiempo.
Jules realmente necesitará cirugía facial reconstructiva en el momento en
que yo termine con él. Ha pasado una hora desde que se sentó en la mesa,
mirando a otro lado, dejando a Milo caer por su hábito a la nicotina y mi
sangre sigue hirviendo.
Yo caigo de regreso en mi cama y miro mi móvil. Ese pequeño símbolo de
buzón de voz me devuelve la mirada fijamente. Paige me llamó mientras Milo
estaba defendiendo mi honor. Por suerte mi móvil todavía estaba arriba, así
que no pudo arruinar el momento para mí.
Milo Grayson interpretó a mi caballero de brillante armadura esta mañana y
no puedo contarle a Paige sobre ello. Detesto ignorarla, pero también detesto
mentirle. Cuanto más tiempo Spaceships Around Saturn esté encerrado en
nuestra casa, más grande será la red de mentiras que tengo que tejer.
Deslizo mi móvil a mi oreja y marco al buzón de voz. La señorita robot me
dice que tengo un mensaje sin escuchar. ¡En serio!
Hola Chloe, soy Paige. Mmm, espero que ya no estés enojada. Pensé que
darte unos cuantos días para calmarte podría ayudar, pero ehm, quisiera que
nos viéramos, sólo para hablar o lo que sea. ¿Podrías llamarme? Realmente
te extraño… bien, eh, adiós.
¿Unos días? ¡Se siente como si los chicos SAS hubieran estado aquí por tres
semanas! Ugh. No es que no quiera hablarle. Sí quiero, sólo que no puedo
hablarle acerca de nada de lo que está pasando. No hay forma de que pueda
verla. Estoy en encierro. Está bien, es una excusa. Podría escabullirme por
unas cuantas horas. Pero, ¿quién querría hacerlo?
Decido tragármelo y devolverle la llamada. Ella contesta al segundo tono.
―¡Chloe! ¡Hola! ―grita ella por mi auricular.
Ella instantáneamente se enreda en una larga disculpa por llamarme la peor
amiga del mundo, dice que ella irá a Florida más adelante este verano con la
familia de Lauren, ya que Cancún fue cancelado, y luego me pregunta cómo la
está pasando Emery.
―¿Emery? ―le pregunto.
―Sí, ¿su neumonía de verano o lo que sea? ―dice ella como si yo debiera
recordar de lo que está hablando.
―Ahhh ―le digo, recordando la pequeña mentira blanca―. Ella está
mejor. Definitivamente de vuelta a su usualmente molesto yo.
—¿Está volviéndose loca por Spaceships Around Saturn? ―pregunta Paige.
Mi garganta se siente como el Desierto del Sahara, seca y abrasadora. Yo
succiono mis mejillas fuera y dentro como un pez globo delirante, tratando de
encontrar algún tipo de humedad en mi boca.
―¿A qué te refieres? ―eventualmente digo.
―El tiroteo ―dice Paige―. El asunto de esconderse. ¿No está
enloqueciendo por saber dónde están y si están bien? Yo escuché que le
dispararon a uno de los chicos.
Estoy llena de emociones encontradas. Es un alivio, Paige no sabe y Paige
no sospecha. ¡Pero entonces estoy cabreada! Ese chico tiene un nombre. Es
Milo Grayson, y no, no compartiré. Yo finjo una risa aunque estoy segura que
tengo mi cara de enojada activada.
―Hemos tratado de mantenerla alejada de las noticias tanto como sea
posible. Ella no entiende por qué alguien les dispararía ―le digo.
Desearía que ella cambiara de tema.
―¿Cómo pueden hacerlo? ―Paige habla como una demente―. Está en
todos lados, literalmente en todo maldito lugar. No puedo encender la TV o
conectarme a internet o ir a cualquier parte sin verlos. Aunque supongo que
Emery estará bien mientras su chico Benji esté bien, ¿eh?
Correcto. Larga vida a Benji Baccarini. ¿A quién diablos le importa Milo
Grayson?
―¡Oh Dios! ―Paige chilla en mi oído―. Hablando de Benji, escuché
acerca de tu drama con Deacon en la tienda. De hecho, todos lo escucharon,
pero qué imbécil. ¿Por qué hace esta mierda? Él sólo logra lucir como un
tonto.
Genial. Todos lo escucharon. Todos saben que yo, Chloe Branson, compré
el afiche de Benji Baccarini, anteriormente conocido en nuestra casa como
Benji Bikini. La parte más triste de esto es que todos se ríen de mí en lugar de
Deacon. Yo no era ni siquiera la que cacareaba.
Abro mi boca para afirmar que Deacon es estúpido. Hay un golpe en mi
puerta, así que inmediatamente le digo a Paige que espere y silencio el
teléfono sólo por si acaso. Mientras camino hacia la puerta, de verdad espero
que sea Jules quien esté al otro lado, así puedo patearlo a través de la galaxia.
O peor aún, dentro de la habitación de Aralie. Ella podría hacerle más daño
que un agujero negro, o la colisión de un asteroide.
En lugar de eso, abro mi puerta a un moreno bien definido con ojos color
caramelo, una sonrisa perfecta y una camiseta ajustada. Esa misma camiseta
gris oscuro que él estaba usando la noche que llegó y que yo quería derretirme
dentro de sus brazos en el sillón. Toma cada pizca de fuerza que no tengo no
permitirle a mi quijada golpear el piso. Él comienza a decir algo, pero le
detengo con mi mano y le ondeo mi móvil.
―¿Oye Paige? ―le digo, tan pronto como le quito el modo silencio a mi
teléfono―. Tengo que irme, pero puedes enviarme mensajes.
Termino la llamada incluso antes de que ella pueda dejar salir un adiós de
su boca.
―Oye ―dice Milo, permaneciendo fuera de mi habitación―. Estoy
completamente vestido esta vez. ¿Crees que pueda entrar?
Es divertido como él pide permiso cuando está completamente vestido
aunque se invitó a sí mismo a entrar cuando estaba casi desnudo. Aunque no
señalo la ironía de todo esto. No quiero arriesgarme a alejarlo cuando por fin
lo tengo a un brazo de distancia. Le indico que puede pasar.
Él duda con la puerta. Dejarla abierta evita que mamá piense que está
pasando algo tras puertas cerradas, pero eso también le da a Emery la
oportunidad de verlo de regreso aquí. Al menos no está en una toalla esta vez.
Él la deja abierta y me sigue a mi cama.
Yo me siento y recojo mis piernas hacia mí, pero él se detiene y examina el
gabinete de ficheros cerca del estribo. Está cubierto de toneladas de imanes
caseros, cortesía mía y mi traidora hermanita, y unas pocas instantáneas. De
hecho luce bastante desnudo en comparación a como solía estar. Cada
ex‐amigo y ex‐novio y ex‐recuerdo han sido quitados.
Él me echa un vistazo y se aleja de estudiar mi aburrida vida en la pizarra
de metal. Él se pone cómodo al pie de mi cama, a una buena distancia de mí
en caso de que seamos vistos y mira alrededor otra vez antes de hablar.
―Te debo una disculpa ―dice él―. Por los últimos días. Por cómo he
actuado. Yo sólo… no sabía cómo manejarlo.
Y ahí está, la afirmación de que él no podía manejar el incidente del error
del desnudo. Me pregunto si eso podría ser archivado como “falla de
vestuario.” Probablemente no. No hay mucha falla de vestuario ahí. El error
del desnudo es más adecuado.
Él suspira.
―Yo estaba avergonzado, por así decirlo. Todo el asunto dio una impresión
equivocada, y yo nunca…
―Está bien ―le digo, cortando su disculpa completamente por la mitad―.
Ya lo sé. Y Noah ha estado defendiéndote desde que pasó, no es que yo
necesitara que me lo dijera, pero él definitivamente defendió tu honor.
Hablando de… Siento mis ojos ampliarse instantáneamente y abro mi boca
para agradecerle por lo de esta mañana, pero él lo capta antes de que yo diga
las palabras.
―No ―dice―. Con mucho gusto, pero no tienes que agradecerme. Sólo
trataba de hacer lo correcto.
―¿Dejando a mi mamá darte un discurso acerca del cáncer de pulmón y
arruinar tu perfecta voz? ―le pregunto.
Él ríe.
―Ella nunca dijo que mi voz fuera perfecta. Aunque yo no podía dejarte
caer por ello. Y Jules lo pagará caro. No estoy seguro de cómo o cuándo, pero
él lo hará. Yo me encargaré de ello.
Un millón de pensamientos suben vertiginosamente por mi mente. Quiero
saber que estamos bien, como, realmente bien y no sólo bien en el sentido de
que estamos superando esto. Quiero saber si quizás él aún está interesado, y
tal vez todavía tengamos noches donde nos escabullimos fuera y jugamos a las
veinte preguntas o partimos Oreos a la mitad. Siento como si estuviera
viviendo el sueño de cualquier chica alrededor del globo. Excepto que es real.
Y cuando las cosas se vuelven reales, dan miedo, al menos cuando un
hermoso chico de Spaceships Around Saturn está involucrado.
El oxígeno se precipita dentro de mis pulmones y me mantengo firme a mí
misma para empezar a hacer preguntas. Decido empezar preguntando si
estamos bien ahora, pero la cabeza de mamá se asoma en mi puerta antes de
que diga la primera palabra. Ella sonríe y me pregunto si siquiera se da cuenta
de que tengo un chico precioso y completamente vestido al final de mi cama.
―Me complace encontrarlos chicos ―dice ella―. Ustedes dos son a los
que andaba buscando. Necesito tener una conversación con ustedes… con
ambos.
Capítulo Doce
Yo no muevo ni una fibra de mi cuerpo mientras mamá cruza mi habitación.
Ni siquiera respiro. Mi cerebro se vuelve completamente borroso y me siento
mareada. ¿De qué quiere hablar ella conmigo y con Milo? ¿Por qué no yo y
después Milo? ¿Por qué nosotros?
Tiene que ser acerca de lo que pasó. Ella no quiere que estemos juntos y
solos, porque Milo se contoneó en toalla dentro de mi habitación y Emery
pensó mal y no somos dignos de confianza e hicimos un desastre del encierro.
Ella junta sus manos en frente de ella y se pasea en frente de mi cama. Sólo
escúpelo, mamá. Dinos que no confías en que estemos juntos y solos.
―Mi clase de arte es esta tarde ―dice en su lugar―. Tu padre dijo que yo
necesitaba mantener un horario normal, pero ya sabes que no puedo sacar a
Emery. Es muy pronto.
Está bien, tal vez esto no se trata de la toalla o asuntos de confianza. ¿Pero
qué tiene que ver el cuidar a Emery con Milo?
―Godfrey está haciendo algunos mandados para mí y pasará un rato hasta
que él regrese, así que tendré que dejarlos a todos ustedes aquí… sin
supervisión. ―Pone uno de esos ceños preocupados.
De hecho me siento horrible por mi mamá. Cada vez que ella me habla,
tiene esa cara y esos ojos tristes y habla con esa voz de hija desconsolada.
Probablemente odia venir a hablarme. Ella automáticamente se pone en modo
melancólico, refugiando al pajarito tanto como sea posible, porque piensa que
soy demasiado frágil para volar.
―Emery estará bien ―le digo―. Ella estará aquí todo el tiempo con Aralie
y conmigo.
Mamá asiente.
―Lo sé. Es sólo que con el encierro, siento que debo estar aquí. No quiero
que la casa se incendie o que algo malo ocurra ―dice ella—. Es por esa razón
que estoy dejándolos a ustedes dos a cargo.
Los ojos de Milo se amplían y se ve tan confundido como yo me siento.
Hace una hora, mamá estaba sermoneándonos acerca de los cigarrillos,
individualmente. Ahora ella nos deja a cargo, juntos.
―Mira ―dice mamá, usando esa voz de “directo al grano”―. Tú eres el
único de los chicos que ha demostrado un sentido real de madurez, y como
madre, yo capto estas cosas. Ustedes dos son los mayores y los más maduros.
Por eso, confío en dejarlos a los dos a cargo.
Guau. Y yo que pensaba que ella venía a decirnos todo lo contrario.
―Mm, mamá, todos los chicos son mayores que yo ―le recuerdo.
―Tú eres la mayor de las chicas ―contrarresta ella―. Sólo los necesito a
ustedes dos para mantener este lugar intacto para mí. No dejen que Aralie y
Jules se maten el uno al otro. No permitan que Emery torture a Benji. Ya
saben, lo usual.
Me encanta como el comportamiento “usual” de la casa se ha convertido en
separar a Aralie y Jules y salvar a Benji del fangirleo. ¿Qué hacíamos antes de
que los chicos de Spaceships Around Saturn aparecieran? Y mucho peor aún,
¿qué haremos después de que se marchen?
Un momento después, mamá anuncia al resto de la casa que ella nos ha
dejado a cargo mientras asiste a su clase de arte. Milo se deja caer de espaldas
sobre mi cama y me mira.
―Creí que ella diría algo acerca de que estuviéramos juntos y solos ―dice
él, expresando el temor que yo tenía hace tan sólo unos minutos.
Concuerdo, pero nuevos temores se arrastran hacia arriba en mi mente. No
hay forma de que Milo y yo podamos controlar a mis hermanas terrestres y a
sus hermanos de Saturno. Somos una monarquía que pronto será derrocada.
Pero cuando pienso de esa forma, no es tan malo. Al menos yo sería la reina
para este rey.
Quince minutos después de que mamá se va, la casa aún está en pie. Jules y
Aralie todavía respiran. No creo que Emery le haya hecho una sola pregunta a
Benji en al menos los últimos siete minutos. Podemos sacar adelante esto
después de todo. Milo va a buscar las Oreos mientras yo espero en mi
habitación a que regrese.
―Estoy aburriiiidooo ―dice Tate, arrastrándose a sí mismo por el pasillo
como un zombi con una pierna coja que tiene que ser jalada detrás de él.
―Y yo estoy privado de Twitter, así que cállate ―le grita Benji después.
Yo estoy atenta para ver al chico lindo y rubio tirarse por mi puerta, pero él
no sigue. Probablemente Emery lo agarró y lo encerró en su habitación para
más sesiones de preguntas y respuestas acerca de si a él le gusta la sal en su
melón y si sus cuentas rosas son más lindas que sus cuentas púrpuras.
Yo corro en el pasillo para buscar a Benji, pero lo encuentro
inmediatamente. Él está de pie en la puerta de Aralie, lo cual es una primicia.
Ella usualmente la pasa con Tate o arrojándole cosas a Jules.
―Tendrás que preguntarle a Chloe por los imanes ―dice Aralie―. Tal vez
ella pueda hacer uno de los pequeños pájaros de Twitter para ti.
Benji me mira y rebosa de alegría.
―Tu hermana me dio fichas ―dice él.
Nadie debería sonreír tanto por unas fichas. Él ondea hacia mí el montón de
tarjetas color neón y sus ojos bailan alrededor con su sonrisa tonta. Ha pasado
mucho tiempo con Emery. No podría haber ninguna salvación para él en este
punto.
Aralie me encuentra en su puerta.
―Es para sus retiros de Twitter ―explica ella―. Le dije que podía usar
estos, pegarlos en el refrigerador y nosotros los contestaríamos. Así que tienes
que responder.
―No te preocupes ―le digo. Sé todo acerca de “Benji Subrayar Baccarini.”
Estoy completamente consciente de la mierda que él twittea. Tengo suficientes
respuestas listas preparadas para él.
Espero que Benji me lance una de sus miradas malvadas que son clásicas
del Equipo Jenji, pero no lo hace. En lugar de eso, se ríe.
―Recuérdame seguirte en Twitter después de que este encierro se termine
―dice él―. Te twittearé todo el tiempo.
Antes de que pueda pensar en alguna respuesta ingeniosa, pasos se acercan
a mí a una velocidad supersónica. Los brazos de Tate se cuelgan alrededor de
mí, encerrándome en su agarre y él da traspiés alrededor tratando de recuperar
su equilibrio, zigzagueándome junto con él.
―Estoy aburrido, Chloeeeeeee ―gime él.
Tate me deja ir, pero sus hombros se hunden en este patético intento de
depresión. Yo intento darle una disculpa para su aburrimiento, pero no
funciona nada bien. Él sólo me pone unos ojos tristes y una cara de lástima.
Luego su cara se enciende como una luciérnaga.
―Juguemos un juego ―sugiere.
Una sonrisa rodea su rostro de oreja a oreja y luce como de doce años en
lugar de dieciocho. Él se ve como el más joven de los chicos. En cierto modo
me recuerda a un personaje de anime, porque raramente ves sus ojos y siempre
sonríe demasiado feliz.
―No ―le digo―. La última vez que jugamos Milo hizo trampa. No puedo
tolerar eso.
―¿Todavía estás molesta por eso?
Yo me giro y Milo camina hacia mí con el paquete de Oreos en su mano.
―Porque si lo estás ―dice él, rodeándome―. Admitiré que hice trampa,
¿está bien? Hice trampa. Tú debiste haber ganado. Noah incluso puede
confirmar que hice trampa.
Yo miro a Tate, Aralie y Benji. ¿Dónde está Noah? Oh Dios, ¿dónde está
Emery?
―¿Dónde está Emery? ―pregunto, dirigiendo la pregunta más a Milo que a
cualquier otro, porque es el único al que probablemente le importará
calmarme.
―Con Noah ―dice él―. Y con Jules. Están abajo viendo una de las
películas de Toy Story en DVD.
Es bueno que mamá haya dejado a Milo a cargo. Yo estoy fallando en todo
este asunto de la hermana mayor y madura. Debería saber dónde está Emery,
no que Tate está aburrido y que Benji extraña Twitter.
Tate brinca alrededor de mí.
―Voy a atraparlos ―dice él―. Vamos a jugar al escondite… en la
oscuridad. Tienen que haber toneladas de lugares para esconderse en esta casa.
Aralie ríe y sale de su habitación.
―Me uno ―dice ella.
Ella cruza brazos con Tate, le dice que ella se esconderá con él y brinca a
las escaleras para buscar a Noah, Jules y Emery. Benji se encoje de hombros y
los sigue.
―Mucho para las Oreos ―dice Milo.
Él da la vuelta y camina a mi habitación, arroja el paquete de galletas sobre
mi cama y se reúne conmigo en la puerta nuevamente.
―Creo que deberías esconderte conmigo ―me dice.
Él toma mi muñeca y me jala hacia las escaleras junto con él.
Una vez que estamos en el piso de abajo, Emery explica cómo esto va a
ponerse, ya que obviamente ella es quien pone las reglas para todo en nuestra
casa. Se pone de pie sobre la mesa de centro, pero ni Milo ni yo nos
molestamos en decirle que se baje.
―Conozco cada buen escondite oscuro en esta casa ―Emery alardea.
―Yo buscaré ―interviene Benji.
―Ohhhh ―dice Emery―. Yo te ayudaré. Yo conozco todos los buenos
lugares, así que podré encontrar cualquiera.
Benji camina con los hombros caídos a mi lado. Él debió haber pensado que
iba a conseguir librarse de ella por un momento. Ella les grita a Noah y a Jules
antes de tiempo y les dice que no salten o hagan nada que pueda asustarla.
También asume, en voz alta, que Tate será el más fácil de encontrar, porque
ella lo escuchará riendo.
Tan pronto como ella y Benji cierran la puerta para contar hasta cien, todos
nosotros nos dispersamos. Noah y Jules ya tienen un plan y Aralie arrastra a
Tate en dirección opuesta.
―¿Hacia dónde? ―pregunta Milo.
Yo miro alrededor para asegurarme de que de verdad estamos solos antes de
tomar su mano y correr de regreso arriba. Él procede con calma, rápidamente
y calladamente, mientras nos apuramos por el pasillo del segundo piso.
Pasamos mi habitación, la habitación de Aralie y la habitación de Emery. En
lugar de doblar a la izquierda rumbo a los cuartos de los invitados, donde SAS
han estado estrellándose, guío a Milo hasta la escalera del tercer piso.
―A Emery le da miedo el tercer piso ―le digo―. Podemos estar solos por
un rato.
Subimos la escalera un poco más silenciosamente. Luego llevo a Milo por
el pasillo hasta la vieja habitación de arte de mamá. La luz del sol se derrama
por las cortinas de un blanco puro y se refleja en el piso de madera. Milo nota
que probablemente los acústicos sonarían genial aquí con este cielo raso tan
alto. Gruesas capas de polvo abrazan las viejas mesas y el piano que mamá
dejó de tocar hace diez años. Dentro de la pared hay un enorme armario. Yo
alcanzo el interior para encender la luz, pero la bombilla está dañada.
―¿Puedes soportar la oscuridad? ―le pregunto, girando sobre mis talones
para enfrentar a Milo.
―¿No te esconderás aquí conmigo? ―pregunta él―. Ya sabes, no
conseguiré luciérnagas para hacerme sentir seguro esta vez. En cierto modo te
necesito.
¿Oyeron eso, Saturnites? Milo Grayson en cierto modo me necesita.
Aunque, por supuesto, no lo oyeron. Este es el encierro. No puedo compartir
mi emoción con nadie. Quizás Noah esté dispuesto a escuchar los detalles más
tarde. Puedo hacer que se sienta “al tanto” de las cosas.
Milo entra en el armario y extiende su mano hacia mí. No hay una pregunta
en mi mente de que si quiero esconderme en un armario oscuro con él, ¿quién
no querría? Pero mi lado de hermana mayor madura me da patadas.
―¿Sabes qué tan malo es esto? ―le pregunto―. Se supone que estamos a
cargo, pero nos estamos escondiendo dentro de un armario oscuro los dos
juntos.
Su boca se mueve a un lado mientras él se encoje de hombros.
―Técnicamente, tú no estás dentro del armario oscuro conmigo todavía
―dice él.
Yo tomo su mano y lo dejo arrastrarme hacia él. Él no cierra la puerta del
armario completamente, permitiendo que entre sólo la suficiente luz para que
se filtre dentro, así que puedo ver su silueta. Él apoya la espalda contra la
pared, hundiéndose entre las sombras y me jala hacia él.
Su aliento es tibio contra mi oreja mientras me acerca a él.
―Ya sabes ―susurra él―. Cuando nos enteramos sobre el encierro, nunca
esperé que esto pasara.
Su agarre se aprieta alrededor de mi cintura y yo deslizo mis manos por sus
brazos.
―Esa camisa te queda muy bien ―le digo ahora, ya que sé que nunca seré
capaz de admitirlo fuera de nuestro escondite oscuro.
―Ni siquiera puedes ver mi camisa ahora mismo ―susurra él directamente
en mi oreja.
―No tengo que hacerlo ―le digo, en algo un poco más que un suspiro―.
Lo pensé la primera noche que llegaste aquí, cuando estabas sentado en el
reposa brazos.
Su mano se mueve hasta mi cara y empuja mi cabello atrás sobre mi
hombro. Entonces sus dedos trazan a lo largo de mi mejilla y bajan por la línea
de mi mandíbula.
―¿Quieres saber un secreto? ―pregunta él.
Yo asiento aunque no estoy segura de que él me vea. Asumo que sí, porque
continúa hablando.
―Sólo te pedí que te movieras en el sillón, porque podía oler tu champú de
melocotón y deseaba estar más cerca.
Él pasa sus dedos por mi cabello.
Ah, Duchas de Albaricoque, nunca usaré otro champú mientras viva. Si
hubiera alguna vez una ceremonia de compromiso entre una terrestre y su
champú, sería entre nosotros, porque estoy comprometiendo mi cabello a la
esencia de los melocotones por la eternidad. De verdad yo tendría que decir
algunos votos la próxima vez que lave mi cabello.
Él inhala.
―¿Quieres saber otro secreto?
―Si es como el último secreto, entonces sí, por favor ―le digo.
Él ríe por medio segundo, pero sus brazos se tensan y sé que va en serio.
Me gusta el lado serio de Milo. Es una de las principales razones que me
atrajo de él en primer lugar. Pero en este preciso momento, su seriedad me
asusta. Es intenso y real.
―Siempre he sido el chico de la banda que dijo que nunca sería atrapado
por una chica ―confiesa él―. Soy el que sermonea a los otros chicos acerca
de nuestra imagen y las novias y qué tan complicadas se pueden poner las
cosas si tratamos de balancear una relación en la cima de nuestras carreras,
y…
Él se detiene, justo en medio de lo que estaba tratando de decir. Juro que, en
este silencio, él probablemente oye mi corazón aplastándose como un globo de
agua roto golpeando el suelo de madera debajo de nosotros. Así que aquí es
donde él me desilusiona... en un armario oscuro… en una habitación con
grandiosos acústicos… mientras Emery está buscándonos por toda la casa.
―Chloe ―suspira él―. Estaba equivocado.
Él levanta mi barbilla hacia él, toma mi mejilla con su mano y me besa sin
vacilar. Sus labios son suaves y tibios y cada onza de perfectos, que siempre
supe que serían. Cualquier Saturnite que alguna vez haya soñado despierta con
besar a Milo Grayson probablemente soñó que sería de esta forma, menos el
armario oscuro y yo soy la afortunada chica que de hecho consiguió vivir este
sueño.
Me rindo a todas las cosas Saturno y dejo a mis manos moverse a su pecho
y abdominales, finalmente explorando lugares que sólo mis ojos se habían
atrevido a aventurar. Esa camiseta gris oscuro se adhiere a él como una capa
delgada, separando nuestra piel. Pero la tela huele a lavandería y a Milo, así
que ni siquiera puedo odiarla por interponerse entre nosotros. En lugar de eso,
yo agarro la camisa, apretándola e incluso tirando de ella.
Él aleja su boca y ríe.
―Si deseas tanto esta camiseta, te la daré ―dice él.
Yo me hundo en su pecho con mis manos aún entrelazadas con su tela gris
oscuro. Pasos suenan en el pasillo y Milo aprieta sus brazos alrededor de mí.
La voz de Emery se oye a la distancia.
―¡No! ¡Ahí da miedo!
Los pasos de hace un momento son de Benji. La puerta de la vieja
habitación de arte de mamá cruje abierta. Yo aguanto la respiración mientras
espero que Benji cruce la habitación y nos descubra, pero la puerta se cierra
tan rápido como fue abierta y ellos se han ido. Supongo que Benji pensó que
no valía la pena o que nosotros no nos molestaríamos en venir hasta aquí.
―Creo que estamos despejados ―dice Milo.
Él pasa sus dedos por mi cabello y empuja la puerta del armario para
abrirla. La luz golpea el lado de su cara, justo como la luz de luna hacía
cuando estábamos atrapando luciérnagas, y lo juro, pueden ver el brillo todo el
camino hasta Saturno. Este chico es hermoso.
―¿Así que tú crees que nos podamos juntar esta noche otra vez?
―pregunta él― ¿Afuera, a media noche? ¿Guitarra y Sharpies?
Yo asiento.
―Es una cita.
Capítulo Trece
Milo espera en el patio trasero por mí. Él es puntual, justo a medianoche.
Yo siempre estoy un minuto o dos más tarde, lo cual es irónico porque llevo
mirando el reloj más de una hora, esperando que den las 12:00 a.m. Creo que
un chico debe esperar por una chica, incluso si sólo es un par de minutos.
Las fichas en el refrigerador me desvían en mi salida. Voy hacia allá para
ver lo que la bandeja de twitter de Benji tiene que decir. Sus tweets están
escritos a mano en las fichas color verde lima. Hay una pila de tarjetas
multicolores en la encimera para que respondamos. Creo que Benji ha
reclamado las verdes para él.
La primera dice: Desearía que Aralie no odiara a Jules. Amo a ese chico.
#Bromance.
La siguiente: Pero ella me dio las fichas, así que es genial #FalsoTwitter
#GraciasAralie.
Pongo mi bolsa de Sharpies en la encimera, busco el negro, agarro una ficha
rosa y escribo: @Benji_Baccarini Tal vez TÚ deberías hacer su colada por él
entonces. #JenjiForever – Chloe.
Después de recuperar mi bolsa de maquillaje llena de Sharpies, salgo.
Milo está extendido en un sillón con su guitarra descansando sobre él.
―Llega tarde, señorita Branson ―dice.
―La bandeja de Twitter de Benji me estaba llamando ―digo.
―Creo que lo dejaré pasar esta vez ―dice él. Se para y sostiene en alto su
guitarra, orgulloso―. ¿Algún lugar donde podamos ir para que nadie nos
oiga?
―La casa del árbol es un muy buen lugar ―sugiero.
Él toma mi mano.
―Guíame.
La mayor parte del trayecto lo hacemos en silencio, y por una vez es
realmente incómodo, porque todo lo que puedo pensar es en esa camiseta gris
oscuro y en su boca contra la mía, y cómo él ha sido bastante discreto toda la
tarde, como si el beso en la oscuridad nunca hubiese pasado. Incluso durante
toda la segunda y tercera película de Toy Story se sentó con Noah, Emery y
Jules. ¿Realmente no fantaseé toda la escena?
La casa del árbol se siente más lejos de casa que lo usual, pero más bien
creo que es por el estado frenético de mi mente. Emery es la única que se ha
molestado en venir aquí este verano, lo que significa que adentro estará casi
todo decorado en rosa y morado, y posiblemente con posters de Spaceships
Around Saturn.
Milo me deja subir primero mientras él sostiene mis Sharpies. Luego me los
pasa y yo me estiro hacia abajo para subir su guitarra cuidadosamente. Me
pregunto cuántas chicas han tenido la oportunidad de tomar así la guitarra de
Milo. Algo me dice que soy la primera. Uso mi celular como linterna hasta
que encuentro el negro cable en el piso. Enchufo las luces de Navidad, y todo
brilla cuando Milo llega al piso.
Mamá pensaba que papá estaba loco por tener la casa del árbol conectada a
la electricidad durante todos esos años. Me pregunto si esto era lo que tenía
papá en mente en ese tiempo, que un día su hija adolescente estaría
escabulléndose ahí después de medianoche con un guapísimo chico que toca
la guitarra. Tal vez no, si no, papá nunca hubiera construido la casa del árbol,
para empezar.
Me siento en el cojín verde lima con su guitarra y mi bolsa de marcadores.
Milo camina alrededor observando la habitación. Como predije, hay mucho
rosa aquí dentro.
El juego de té de plástico de Emery está en una mesa con un mantel color
rosa brillante. El marco de pintura lanzada de Aralie con espejo aún cuelga en
la pared.
Milo se detiene enfrente de la sección de la pared pintada con Sharpie.
―¿Puedo asumir que ésta fue tu contribución para el diseño interior?
―pregunta.
Mi mano se hunde en el cojín cuando trato de tomar impulso para
levantarme. No he mirado mis dibujos en las paredes de la casa del árbol en
tanto tiempo que me avergüenzo de ver lo que tal vez tenga ahí. Me uno a
Milo enfrente de mi obra de arte.
―Emery usualmente me dice qué dibujar ―le digo al ver libélulas y
estrellas fugaces.
Al menos no hay gatitos dibujados en la pared.
―Así qué… ―dice Milo― ¿Cuándo obtendré mi obra de arte?
―¿Cuándo obtendré mi canción? ―pregunto.
Él sonríe.
―Es un trabajo en progreso.
Yo pellizco su bícep.
―Bueno, tal vez deba dibujar un trabajo en progreso justo aquí.
Él se voltea hacia mí y envuelve sus brazos alrededor de mi cintura. Luego
me jala junto a él en un cálido y apretado abrazo. Las luces navideñas brillan
en mi visión periférica, se apagan y encienden fuera de mi foco de atención,
como luciérnagas bailando alrededor de nosotros.
―Está bien ―dice él―. La verdad es que sí tengo una canción para ti, pero
no es una que yo escribí. Es una que trabajé al estilo Milo Grayson.
Toma mi mano y me dirige hacia el cojín. Me caigo sobre el de color verde
lima, y él jala el cojín negro junto a mí. Se acomoda con su guitarra,
mandando sonrisas furtivas mientras espero.
Rasguea algunos acordes.
―¿Estás lista para esto?
Estoy más lista que un campo de polvo antes de un tornado. Estoy lista para
ser arrojada fuera de mi control. Los cojínes hacen ruido al arrugarse y yo
quiero acallarlos. Esta noche sólo debería estar llena con los sonidos de la voz
de Milo y su guitarra.
Tal vez es una nueva canción para su próximo disco, un vistazo de a lo que
el mundo estará condenado después de los hermosos chicos canadienses.
―Si arruino esto, no te enojes ―me advierte. Y luego canta estas palabras:
Nos sentamos solos a la luz de la mañana. Pides un deseo al cielo nocturno
ennegrecido. Veo las lágrimas caer de tus ojos porque el mundo se pinta a sí
mismo con mariposas sangrantes.
―Oh Dios mío ―suelto.
Milo se ríe y deja de tocar.
―No se supone que usted interrumpa a una súper estrella mientras trabaja,
señorita Branson ―dice.
Cierro mis labios, justo como lo hice con Emery y su secreto de Harry
Styles, y tiro la llave. Milo asiente aprobatoriamente y toca de nuevo el inicio
de la canción.
Me toma cada onza de mi autocontrol el no atacarlo con el más fuerte
abrazo del mundo. Mis amigos nunca entendieron esta canción. No creo que
siquiera Aralie la entienda. Cuando Sebastian’s Shadow la canta, Issac toca
pesadas y complicadas notas, y Nolan grita la mitad de sus líneas.
Pero aquí con Milo, oyendo parte de la canción, una simple versión acústica
con su perfecta y cálida voz, la canción se siente nostálgica, incluso triste.
Estoy finalmente despierta y escuchando esta canción de una nueva manera.
¿Por qué me tomó tres años y un encierro con una banda de chicos poder
encontrar otra alma que entendiera esta canción?
Milo exhala un gran suspiro cuando rasga el último acorde.
―¿Fue horrible? ―pregunta.
Deja su guitarra en el piso junto a él, y yo instantáneamente atravieso el
cojín negro y arrojo mis brazos a su alrededor. No ríe audiblemente, pero lo
siento en su pecho. Se inclina y me mira directamente a los ojos.
―Fue perfecto ―digo yo.
Su sonrisa es también perfecta, pero no le digo esa parte. El universo entero
se siente equilibrado en este momento. Las luciérnagas encienden el oscuro
cielo y la mañana está siempre lejos. Por esta noche puedo ser la chica en la
canción de Sebastian’s Shadow que llora en el techo con un chico que trata de
reconfortarla. Puedo ser esa chica que está triste por el hecho de que las
mariposas tienen que sangrar para darle color al mundo. Esta noche, puedo ser
ella, y Milo puede cantar, y podemos pretender que este encierro durará por
siempre.
―He estado trabajando en ella desde que me dijiste que era tu canción
favorita ―dice―. Tu canción está aún en progreso.
No puedo luchar más contra esto. Deslizo mi mano por la parte de atrás de
su cuello y lo atraigo hacia mí para que podamos seguir lo que dejamos en el
armario hoy. Pero él me detiene.
―Todavía no ―dice―. Aún me debes algo de tinta.
Después de reposicionar el cojín junto a él, Milo se estira hacia atrás y sube
la manga de su camisa hasta el hombro para que pueda tener su brazo
completo para dibujar. Aunque yo creo que lo único que quiere hacer es
presumir sus bíceps, y yo no lo culpo, ni me quejo de ello. Quito la tapa de mi
Sharpie negro.
Su otro bíceps ya está tatuado con una imagen de Saturno y las viejas letras
inglesas de MDG debajo.
―¿Algo en particular que quieras? ―pregunto.
Él sacude la cabeza, justo como Benji y Noah lo hicieron hace unos días.
Estos chicos me dan demasiado crédito. Aunque este Noah finalmente se las
arregló para sacarme un delfín, y Benji tiene difuminados restos de su cohete
en su antebrazo.
Examino el brazo de Milo y espero que pueda mantener firme mi mano.
Incluso ahora, puedo sentir mi estómago aletear cuando estoy cerca de él,
especialmente cuando me mira con esos ojos color caramelo.
―Así que, ¿qué fue lo que le twitteaste de vuelta a Benji? ―pregunta él,
interrumpiendo el canturreo de los grillos y sapos afuera.
―Le dije que debería lavar la ropa de Jules por él ―respondo.
Milo se ríe, y su brazo se aleja de mí. En este punto, debería mejor sólo
dibujar un atlas de EUA en su brazo, porque líneas torcidas es todo lo que él
ha podido sacar de mí.
―Jules no es tan malo ―dice―. Yo sé que parece un verdadero idiota,
pero este encierro lo está matando. Tiene ese miedo irracional al fracaso, y
estando aquí y no en la gira, sin trabajar, lo hace sentir como si estuviera
decayendo.
Trato de entender lo mejor que puedo, pero aun así creo que él no tiene
derecho a dejar una pila de su ropa al final de la cama de Aralie. No tenía
ningún derecho a atacar a su banda favorita. Y definitivamente él no tenía
derecho a dejar que Milo y yo fuéramos atrapados por sus cigarrillos.
Mi sangre corre caliente tan pronto como huelo el aroma de mariquitas
aplastadas volviendo a mí.
―¿Es por eso que mentiste acerca de los cigarrillos? ―pregunto.
Tapo el marcador negro y lo cambio por uno rojo.
Milo agita su cabeza.
―No, debería haberse puesto los pantalones ―dice―. Eso me molesta.
Nunca debió haberte arrojado debajo del autobús de esa forma, así que tuve
que hacer algo.
―Bueno ―digo yo―. Fue sumamente apreciado.
Él se inclina y besa mi mejilla.
―No hay problema.
―Así que… dime más acerca de Canadá ―digo, esperando que mientras él
hable yo dibuje, para que las mariposas en mi estómago no se despierten de
nuevo.
Veinte minutos después, estudio el contorno de la hoja de maple en el brazo
de Milo. Dibujé un corazón dentro de ésta y llené el resto de la hoja con
marcador rojo. Ha hablado del clima canadiense y cómo odia el estereotipo de
que a todos los chicos de Canadá les guste el hockey. Él prefiere el
basquetbol. Dijo que Emery le había preguntado si alguna vez había visto un
reno real, y Aralie piensa que es raro que ellos no tengan presidente.
Aparentemente no me perdí mucho durante esos dos días que él me ignoró.
―También le dije a Emery que Justin Bieber vivía a mi lado, pero a ella no
le importó. Pienso que no me creyó ―dice.
―Es más lista de lo que yo creo, entonces ―digo, trazando las líneas de la
hoja de maple con un marcador morado.
Dudo que Milo vaya a pensar que este pequeño pedazo de Canadá sea
asombroso, pero yo pienso que es súper lindo.
El hecho de que yo piense que es “súper lindo” es confirmación suficiente
para que Milo lo odie.
―Listo ―digo.
Milo tuerce su brazo para ver mi intento de trabajo de tinta. No es tan
flexible como quisiera ser. Así que yo habría pateado su trasero en el Twister
si él no hubiera hecho trampa. Camino hacia el espejo para quitarlo de la
pared. Él me sigue y examina mi obra de arte en su reflejo.
Una sonrisa aparece en su rostro mientras pasa su dedo índice sobre el
recién pintado corazón dentro de la hoja.
―Así que, si la hoja representa mi hogar, ¿qué representa el corazón?
―pregunta. Cuelgo de vuelta el marco pintado de Aralie en la pared.
―Tú ―digo.
Esta vez él avanza para el beso. Mientras mi mente dice que sería divertido
empujarlo y alejarlo o tirarle alguna clase de línea ingeniosa como lo hizo
conmigo, mi corazón dice que absorba cada beso que pueda mientras él está
todavía aquí.
Dejo que mi cuerpo colapse entre sus brazos y la esencia de su gel de baño.
Sus labios son suaves al contacto con los míos, como yo imaginaba que serían
los besos de las nubes. No hay duros pinchazos de lengua o intentos de jugar
hockey con mis amígdalas. No hay toqueteos incómodos o contacto
inapropiado. Nunca pensé que besar pudiera ser realmente tan dulce. No es
como los chicos que he conocido. Él me hace sentir que no quiero conocer a
ningún otro chico.
―Deberíamos volver ―murmura cuando se aleja―. No es que quiera
hacerlo.
―Yo tampoco ―digo―. Pero tienes razón.
Junto mis Sharpies mientras él recoge su guitarra. Lo mando abajo primero
con nuestras cosas. Luego saco el celular de mi bolsillo para usarlo como
linterna una vez que desconecto nuestras luciérnagas en el cordel.
―Oye, espera ―dice al pie de la escalera.
Miro alrededor para ver si se ha dejado algo, pero estoy segura que sólo
tenía su guitarra con él. Me paro a la mitad de la casa del árbol y espero
mientras él sube nuevamente. Camina hacia mí una vez que ha subido.
―Déjame ver tu teléfono ―dice.
Sin pensarlo dos veces, se lo doy. Pasa su brazo alrededor de mí, me atrae
hacia él y estira su otro brazo fuera para sostener mi teléfono frente a nosotros.
―Sonríe ―dice.
Una vez que pone el celular de vuelta con nosotros, me muestra nuestra
foto. Es irreal verme acurrucada cerca de Milo Grayson mientras él está
usando esa perfecta camiseta gris oscuro. El marco del espejo de Aralie está
detrás de nosotros, y las luces de Navidad brillan alrededor. Esto podría pasar
por una perfecta noche de verano con un novio sexy, si no supiera que él es
increíblemente famoso.
El camino de vuelta a casa lo hacemos en silencio, interrumpido sólo por
los sonidos de los grillos y sapos de los que Milo había hablado antes. Ahora
trinan sonidos extraños que hacen eco a través del cielo nocturno.
―¿Sabes a qué suenan? ―pregunto, rompiendo su canción de noche. Milo
me mira a la luz de la luna. Su boca se estruja a un lado, y yo sé que esa es su
manera de preguntarme a qué me refiero. Una sonrisa se posa en mi rostro―.
Alienígenas haciendo código Morse.
―Eres una clase de genio, Chloe ―dice él, envolviendo un brazo alrededor
de mí y manteniéndolo ahí hasta que llegamos al patio trasero.
Estamos callados cuando nos escabullimos dentro. Milo camina lenta y
cuidadosamente para que su guitarra no haga ningún ruido. Llegamos hasta la
cima de las escaleras y casi hasta mi habitación, cuando oigo pasos. La luz de
la habitación de Aralie se apaga instantáneamente. Hay un sonido de “shh” y
todo vuelve a quedarse en silencio.
Milo pone un dedo sobre su boca y yo asiento. Por suerte la puerta de mi
habitación no hace ningún ruido cuando la empujo para abrirla. Enciendo la
luz de mi habitación el tiempo suficiente para entrar y encender la TV. Mi
cuarto brilla con una sombra azul del logo de DVD. Milo apaga la luz de la
habitación tan rápido como Aralie hizo con la suya.
―Ya vuelvo ―murmura, sosteniendo su guitarra.
Cierra la puerta casi totalmente detrás de él.
Cuando regresa tiene puesto nada más que unos pantalones de ejercicio
negros. Cierra la puerta y camina hacia donde estoy sentada en mi cama.
Incluso con sólo el brillo azul de mi TV, no puedo evitar ver la camiseta en su
mano.
―Tu hermana no está sola ―dice, manteniendo su voz baja. Se sienta a mi
lado con una traviesa sonrisa―. ¿Quién crees que es? ―pregunta.
―Tate ―digo sin pensarlo dos veces.
Aralie ha estado claramente coqueteando con él desde que los chicos han
estado aquí, y sólo tendría sentido para ella terminar con la otra mitad de Tito.
Podríamos ser las hermanas que destruyeron el bromance
―Yo pienso que es Jules ―dice Milo―. Son de ese tipo de parejas que
siempre pelean, pero que están locas el uno por el otro, ¿sabes?
―Lo siento, señor Grayson ―digo yo―. No hay ninguna manera de que
eso pase. Ellos sólo pelean. Nunca tienen esos “momentos de estar locos el
uno por el otro”.
Él encoge los hombros.
―Tal vez. Pero es Jules o Tate.
―No hay ningún “o”. Es definitivamente Tate.
―Está bien ―dice―. Me voy a la cama, pero antes quería darte las buenas
noches. Y sabes, tenía que decirte que tu hermana está tratando de destrozar
nuestra banda metiéndose con Jules.
Milo me besa antes de que pueda argumentar algo en defensa de Aralie.
Luego lo acompaño a la puerta de mi habitación, principalmente para que
pueda echar un vistazo al corredor y ver si hay alguna pista de quién está en la
habitación de mi hermana.
―Oye ―dice―. Iba a preguntarte, ¿quieres que lave esto primero?
Sostiene la camiseta, y siento mis cejas contorsionarte a una extraña
expresión, como Jules en el canal de chismes de Darby. Milo se ríe.
―Te dije que te daría la camiseta.
―¿Hablabas en serio? ―le pregunto.
Él asiente y me entrega la camiseta. No hay ninguna manera de que vaya a
dejarlo lavar esta cosa. Quiero que huela a él tanto como pueda.
―Lo tomaré como que tú quieres lavar mi ropa por mí, ¿no? ―Una sonrisa
se forma en su rostro.
―No ―le digo―. Creo que esto pertenece a mi ropa ahora.
Capítulo Catorce
Mi mente está atrapada esta mañana en algún lugar entre hojas de arce y
mariposas sangrantes.
No dejo que mis pensamientos vaguen más lejos porque una pequeña voz
detrás en mi cabeza se mantiene repitiendo lo que dijo Milo anoche:
―Tenía que decirte que tu hermana está tratando de destrozar nuestra
banda metiéndose con Jules.
Me había preguntado si sus estados de soltería eran mentira para hacerlos
más dignos de desmayos para las fans, pero después de tenerlos aquí por tanto
tiempo, está bastante claro el por qué sus novias no están en las fotos. Quizás
realmente crean que involucrarse con chicas destruirá a la banda. Si es verdad,
¿qué está haciendo Milo conmigo? ¿Y qué es lo que Tate o Jules o quién sea,
está haciendo con mi hermana?
Alejo mis preocupaciones y las remplazo con el recuerdo de una hoja de
arce con un corazón en ella. A continuación, un pánico frenético se precipita
sobre mi piel y me dan nauseas escalofriantes. ¿De qué manera explico la obra
de arte en el brazo de Milo?
Parpadeo algunas veces para estar segura de que mi rímel se ha secado
antes. Corro escaleras abajo para ver qué pasa en Saturno. Aralie, Tate y Jules
están en el cuarto de juegos de papá. Aralie ondea su brazo hacia atrás,
teniendo el control del Wii. El pequeño avatar en verde hace rodar la bola de
boliche.
―Sí, demonios, ¿ahora qué? ―grita después que su Aralie animada hiciera
una anotación en el boliche.
Jules hace un ruido de náuseas y se extiende en su lugar mientras Tate
felicita a Aralie por su anotación. Verlos a los tres juntos me hace sentir más
incómoda hoy que los tengo adelante.
―Chloe ―grita Aralie, corriendo por la habitación hacia mí―. Ven acá.
¿Has visto a Milo? Lo necesito aquí también.
Mi garganta se cierra como si estuviese teniendo una reacción alérgica. No
puedo hablar, me encojo de hombros y niego con la cabeza. ¿Esta es la parte
donde ella anuncia que es una Saturnite y que es la primera novia de un SAS?
Obviamente necesita a Milo ya que él se ha convertido en el maduro y sensato
del grupo. Él es el único al que ella tendrá que convencer. Quizás realmente
está saliendo con Tate. Oh Dios, espero que no haga un cartel para su
concierto de regreso que diga “Yo estoy saliendo y apareándome con Tate”.
Tate corre alrededor de la habitación y es voluntario para ir a buscar a Milo.
Aralie busca sobre la repisa de DVDs de papá y pone en las manos de Jules
unas pocas hojas de papel. Apuesto a que desearía tener un palo de mariquitas
trituradas justo ahora. Él luce miserable.
Milo camina con Tate montado en su espalda. Tate salta hacia abajo y le
sonríe arrogantemente a mi hermana. Sí. Ella conecta totalmente con Tate.
―Bien, estás aquí ―dice Aralie―. Ustedes dos siéntense. ―Nos señala a
Milo y a mí.
Esta es la primera vez que lo veo desde que me trajo mi camiseta. Hoy está
vistiendo azul real. Se ve bien con él también. Me pregunto si puedo conservar
su guardarropa entero cuando se vaya. Emery ya lo acusó de estar desnudo
una vez. Una segunda ronda no va a matarlo.
―Las damas primero ―dice Milo, indicando que vaya por delante de él.
Me siento en el sofá y se sienta junto a mí, demasiado cerca para la
comodidad pública. Es difícil concentrarse cuando su pierna se restriega con la
mía. Tate se ríe y se une a nosotros al otro lado de Milo. Una sonrisa fingida
se extiende en la cara de Aralie cuando Jules se levanta y camina hacia el
centro de la habitación.
Jules revuelve las hojas que Aralie le entregó hasta que encuentra la
indicada. Se despeja la garganta y nos evita mirando por encima de nosotros.
―Querida Chloe ―comienza con una voz monótona―: Lo siento, no fui lo
suficientemente hombre para hacerme cargo de los cigarrillos. Soy un
cobarde, y tengo una horrible adicción. Necesito dejar de fumar o tal vez me
saquen de la banda… ¿Qué demonios, Aralie?
Mira a mi hermana, pero ella tiene una expresión firme.
―Lee ―le exige.
Él suelta un suspiro.
―…o tal vez me saquen de la banda y sea reemplazado por un chico malo
que se vea y cante mejor. Fumar podría darme cáncer de pulmón, no puedo
darme el lujo porque soy el peor cantante… diablos no.
Aralie carraspea, y Tate se ríe. Me pregunto qué clase de chantaje tiene con
Jules para hacerlo sufrir leyendo una disculpa que claramente se ve que ella
escribió para él.
Jules sacude la cabeza.
―…Soy el peor cantante de Spaceships Around Saturn. Nunca voy a sonar
tan bien como Milo. Estoy avergonzado de mí mismo. Emery tenía razón.
Huelo a mariquitas trituradas. Por favor, perdóname.
Tate lanza la cabeza hacia atrás y se ríe como el científico que trajo a
Frankenstein a la vida. Aralie ahoga su risa y le pide que lea la otra disculpa.
Jules le lanza una mirada asesina. Uff, me gustaría saber lo que sea que ella
sabe. Debe ser jugoso.
―Querido Milo ―lee Jules―: Eres dos veces mejor cantante de lo que yo
nunca seré. Eres el doble de hombre de lo que yo jamás seré. Eres guapo,
maduro y piensas con la cabeza fría, a diferencia de mí. Lo siento por mentirte
acerca de los cigarrillos. Soy un idiota.
Jules arruga las cartas de disculpa, se las tira a Tate y abandona la
habitación.
Aralie camina hacia Jules.
―Estás despedido ―le dice.
Una hora más tarde, después de convencer a Milo (más bien rogarle a Milo)
de dejarme poner color dentro de la hoja de arce, deambulo por la casa
buscando a mi hermana. Paige nos invitó a almorzar con ella y Lauren, y no
pienso ir sola. No quiero ir pero creo que un descanso de la casa me hará
sentir mejor. Me servirá para dejar de pensar en Milo y lo que está pasando
entre nosotros.
Reviso la sala de juegos de papá, pero Tate y Jules están solos usando los
videojuegos. Benji está en la ducha. Lo sé porque puedo oírlo cantar una
canción de One Direction con todo su corazón. Odio tener que decírselo, pero
tiene que dejarle las notas altas a Liam Payne. Afortunadamente, los covers de
Milo son mucho mejores que las canciones en la ducha de Benji.
Nota: No pienses en los covers de Milo. Eso sólo podría volverte loca.
Encuentro a Aralie afuera en la piscina con Milo y Noah. Emery está con
ellos. Probablemente sólo está esperando a que Benji salga de la ducha. ¿Por
qué parece que las cosas sólo consiguen ser más extrañas y raras aquí?
―Oye Chloe ―dice Noah en cuanto doy un paso sobre el concreto del
patio―. Vi la hoja de arce de Milo. Definitivamente es un Chloe Branson
original.
Aralie rueda los ojos épica y dramáticamente.
―Noah, es una hoja ―murmura.
Él alza sus cejas.
―¿Viste la versión de antes o después?
―Lo que sea ―dice Aralie―. Eres molesto. Por esa razón no salgo
contigo.
Se levanta y camina hacia la puerta del patio, pero yo la detengo.
Rápidamente le digo lo del almuerzo con Paige, y que no quiero ir sola. Aralie
no soporta a Paige, así que me sorprende cuando dice que irá. Tal vez sólo
quiere unos instantes en el planeta Tierra también.
Emery se va junto con Aralie, dejándome con las únicas personas en esta
casa que conocen mi secreto.
Noah sonríe.
―Me gustó el corazón. Lo deberías haber dejado.
―Noah ―dice Milo con su voz grave―, ¿te acuerdas de lo que ella te hizo
la última vez que la provocaste, no?
―¡No! ―grita Noah mientras abraza su propio cuerpo―. Me encanta esta
camisa. Me callo, lo juro.
La puerta del patio se abre de nuevo antes de que Milo o yo podamos
regañar a Noah por hablar de nuestra relación (o lo que sea que es) en voz alta.
Aralie nos mira fijamente.
―Tenemos un problema ―dice―. Mamá ha dicho que debemos llevar a
Emery con nosotras.
Mi corazón parece un tambor rápido latiendo fuera de control. Miro la
puerta doble de entrada de la pizzería, pero no me atrevo a salir del auto.
Aralie mira hacia adelante, sabiendo que Paige y Lauren están dentro
esperándonos.
―Mi estómago está gruñendo ―gime Emery desde el asiento trasero.
Le hemos estado dando una lección durante todo el camino hasta aquí, pero
aún no me siento segura. Mamá le dio una conferencia antes de salir de casa.
No puedo creer que mamá nos haya puesto en esta situación. Sí, ya sé que
Emery está empujando a Benji hasta el punto del Prozac, pero todos vamos a
necesitar una receta cuando a Emery se le escape y nuestra casa esté
bombardeada con Saturnites.
―Está bien, este es el asunto ―dice Aralie, torciendo alrededor para mirar
a Emery―. No menciones a Spaceships Around Saturn en absoluto.
―Pero… pero, ¿qué tal si me preguntan quién es mi cantante favorito?
―pregunta Emery.
La miro por el espejo retrovisor. Su rostro se arruga otra vez como una
muñeca fea. Oh, Dios por favor, no empieces a llorar.
―Ehm ―digo―. Nadie te va a preguntar. A ellos no les importan los
chicos. Ni siquiera los mencionarán.
Suspira muy fuerte, y deja que sus hombros caigan hacia adelante. Tiene
que haber algo más en el pequeño cerebro de Emery además de naves
espaciales, Saturno y Benji Baccarani. Tal vez pueda sentarse en silencio y
comer pizza, así podremos irnos pronto con la excusa de que ella está con
nosotros. Será nuestro boleto de salida. ¿A quién engaño? Va a sentarse, gritar
el nombre de Benji y contorsionar su rostro con la sonrisa de una hiena
disecada.
Aralie abre la puerta del lado del pasajero.
―Vamos a acabar con esto ―dice.
Caminamos como en una marcha fúnebre, como si nos llevaran a nuestras
ejecuciones. Emery se aferra a mi brazo, apretando mis muñecas cada pocos
segundos. Aralie alcanza a Lauren y Paige en una mesa con bancos corridos
de la esquina. Al menos no estaremos en medio del lugar. Si Emery no se
calla, tal vez podamos deslizarnos y escapar antes de que se extienda el rumor
por toda la pizzería.
Otra vez, con Lauren y Paige, es imposible que Emery se calle, jamás
podría permanecer el secreto. Será mejor que Emery no respire ni una palabra
sobre Spaceships Around Saturn. Paige ondea su brazo cuando nos descubre.
Aralie es la primera en deslizarse dentro de la mesa de esquinas redondeadas.
Pegamos a Emery entre nosotras, y tomo el asiento más cercano a la salida. Si
esto va mal, nuestro plan es que Aralie hable lo suficientemente alto para que
ahogue la voz de Emery, mientras que yo la arrastro a toda prisa hacia el
coche.
―Finalmente ―dice Lauren. Deja caer su pelo sobre su hombro―. Ahora
podremos ordenar. Muero de hambre y las hermanas Branson nunca llegan a
tiempo.
Muerdo mis labios y veo cómo la camarera garabatea la orden de Lauren.
Sabía que Lauren estaría enojada con nosotras. Nos perdimos su fiesta después
de que lo del encierro pasara. Debido a ello, se siente obligada a llevar a Paige
a Florida con ella. Además, siempre pensó que yo era una tonta por no dormir
con Deacon porque “todas las chicas en la escuela quieren estar con él”.
Y no me gusta que se refiera a nosotras como las hermanas Branson. La
única persona que se refiere a mí por mi apellido es Milo. Es prácticamente la
única persona que tiene ese privilegio.
Emery se retuerce junto a mí.
―¿Cuánto tiempo les toma tenerlas listas? ―le pregunta.
Ha tomado un repentino gusto por el peperonni, el favorito de Benji, y tiene
ansia de algunos en este momento.
―Tomará un poco ―digo yo―. Tienen que…
No termino mi oración porque escucho su voz. Mi cuerpo se mueve en
cámara lenta y mi cabeza gira hacia la pantalla de la pared. ¡El video musical
de “Music up, Windows Down” en la maldita pantalla plana! ¡Y es el verso de
Milo!
Antes de que pueda morir completamente por dentro, la voz de Emery
suena a través del Universo.
―¡Esta es mi canción favorita! ―grita―. Me encanta Spaceships Around
Saturn. ¡Benji es mi persona favorita de la banda!
―Él es lindo ―Paige está de acuerdo―. No puedo creer que alguien les
haya disparado. Me pregunto dónde están. Apuesto a que están en Canadá con
sus familias.
Lauren asiente con la cabeza en señal de acuerdo
―Ellos probablemente no terminen su gira aquí, y si lo hacen, nunca
volverán.
Emery arruga las cejas. Sus labios en un semi-puchero, pero supongo que es
su cara de cuando está enojada.
―Benji es mío ―dice rechinando los dientes.
Oh, ¿en serio, Emery? ¿Alguien acaba de decir que tu banda favorita podría
no volver nunca a Estados Unidos y te preocupas porque crees que alguien te
está robando a Benji? Tiene diecinueve años. No va a salir contigo.
Paige se ríe.
―No te preocupes, Emery. No es mi tipo. Creo que me gustaría más un
chico maaaalo ―dice, casi cantando la palabra malo.
Emery sacude la cabeza
―Uhm, Jules no le va a gustar. Y huele a mariquitas aplastadas de todos
modos.
Lauren mueve su nariz.
―¿Cómo sabes a qué huele?
Tan segura como nunca, Emery sonríe.
―Fuma cigarrillos ―afirma.
―Bueno, sí ―dice Paige―. Es el chico malo, se supone que lo haga.
No puedo creer que estemos teniendo esta conversación. Tengo que
terminarla antes de que las cosas vayan demasiado lejos. Puesto que Aralie no
ha saltado a defender a Jules, es seguro que es Equipo Tate. No puedo esperar
a decírselo a Milo en cuanto regresemos. ¿Oh Dios, Chloe, en serio? ¡No
pienses en Milo!
―Entonces ―interrumpo―, ¿cuándo se van a Florida?
―El mes que viene ―contesta Lauren―. Habíamos planeado el viaje para
antes, pero ya que inesperadamente se canceló el vuelo de Paige, lo hemos
reprogramado, así podrá ir con nosotras. No es justo que no pueda ir ya que
otras personas aparentemente tienen problemas.
―Sí ―Emery está de acuerdo. Apoya los codos sobre la mesa y se inclina
hacia adelante.
Todas esperamos en ese momento épico de silencio, como en una película,
a que el edificio explote, o aparezcan zombis o haya una erupción desde el
suelo. Tal vez nos rescataría la banda de rock obsesionada con zombies de
Aralie. Ya conocí a Sebastian’s Shadows, y Emery conoció a Spaceships
Around Saturn. Es justo que Mutilated Arteries sea el siguiente. Las hermanas
Branson son dos por tres. Podemos hacerlo.
―Es como… ―Emery hace una pausa y me mira. Luego mira hacia
Lauren y Paige―. Es como cuando te quejas de alguien por estar desnudo en
el cuarto de tu hermana. Entonces te metes en problemas por acusarlos, pero la
persona desnuda no se mete en problemas por estar desnuda.
Oh, mi Saturno. Quiero no morir completamente ahora mimo. Si hay algo
que quiero olvidar de este encierro, es la malinterpretada desnudez.
Malentendido que me costó dos días sin Milo. Eso ni siquiera incluye la
vergüenza, la humillación o el corazón roto.
―Aralie ―dice Lauren―. ¿Estás saliendo con alguien?
Claro, la Reina del Hielo Chloe nunca tendría un chico desnudo en su
habitación. Menos aún al siempre glorioso Milo de Spaceships Around Saturn.
No puedo creer que haya pensado por un momento que creerían que era yo. La
palabra novio estaba prohibida en mi vocabulario en ese momento.
Haber salido de casa fue una mala idea. Desde un inicio debí de haberme
quedado en casa con los chistes de Noah, las malas notas altas de Benji y los
ojos color caramelo de Milo. Dispara, podía tomar a Aralie y a Jules otra
ronda de boxeo. Incluso dejaría que Tate riera todo el tiempo.
Lauren mira hacia atrás a la pantalla plana. El video musical acabó hace
unos instantes. Pero hay un segmento de noticias sobre los chicos. Todas las
chicas lloran a las cámaras antes de perderse los espectáculos. Todas hablan
sobre cómo va a terminar el verano.
―Ellos nunca volverán a venir aquí ―dice Lauren―. Quiero decir, llegan
a Estados Unidos para su primera gira y ¡BAM! Alguien intenta matarlos.
Apuesto a que odian América.
―¡No! ―grita Emery. Salta hacia delante, encima de la mesa―. ¡Les
encanta América!
Aralie y yo tomamos a nuestra hermanita simultáneamente y tiramos de su
espalda. Esto ha ido demasiado lejos. Va a decirlo en cualquier momento.
Mamá debería saber que lo mejor es dejar a Emery en casa. No hay ninguna
forma de contener una Saturnite de casi seis años de edad. El universo no está
preparado para gente como Emery. Tacha eso, no hay quien se pueda
comparar a Emery.
―Tranquila ―le digo―. Estoy segura de que la banda regresará a Estados
Unidos y apuesto a que mamá y papá comprarán boletos para ti. Lo haremos si
tú te caaaalmaaaas.
Arrastro la última palabra como Milo en su Twitter. No creo que la pequeña
Saturnite sepa qué hacer con ella. Está en un mundo donde no puede decir su
secreto más grande ni una vez. ¿Por qué no pudo la pantalla plana reproducir
imágenes de One Direction? Son más famosos que Spaceships Around Saturn.
La camarera interrumpe el pánico de Emery y coloca dos grandes pizzas
sobre la mesa, delante de nosotras.
Tomo una rebanada de peperonni para Emery. No mentía acerca de tener
hambre. Esta es la primera vez que la veo más atenta con la comida que con lo
del encierro con Benji.
Doy tres mordidas a mi pizza cuando suena mi celular. Mamá está llamando
y el celular parpadea.
―¿Hola? ―digo, con la esperanza de que no me diga que el encierro ha
acabado y los chicos ya se van.
―Hola. Señorita Branson ―dice Milo.
―Hola... mamá ―tartamudeo―. ¿Hay alguna razón para que llames en un
momento tan inoportuno? Sabes que estoy con Paige y Lauren, ¿verdad?
―Oh, Chloe ―dice Milo―. ¿Estoy haciendo esto incómodo para ti?
Incomodo es ironía. Ruego porque Emery no escuche su voz a través del
parlante. Seguramente Milo sabe que debe bajar el tono de voz. No puedo
creer que mamá le deje utilizar su celular para llamarme. Ella tiene que estar
con él. No se arriesgaría dándole el teléfono para que hablen sin control. Por
otra parte, ella confía en Milo.
Él aclara su garganta.
―Estoy con mi amigo de mierda Julian Rossi, quien quería saber si serías
tan amable de traer comida.
―Mantente en línea, mamá ―digo al teléfono y me levanto de la mesa.
Aralie me lanza una mirada fraternal en la que me deja ver que entiende que
la llamada no es de mamá. De hecho, le habla a la mesera y le pide una caja
para llevar cuando me alejo de la mesa. No digo nada más hasta que estoy en
el estacionamiento.
―Milo Grayson. ¿Tienes idea de lo que me hiciste pasar? ―pregunto.
Se ríe, ni siquiera puedo enojarme.
―Lo siento, realmente morimos de hambre. Aralie le dijo a Jules que nunca
le haría un favor, y tú no lo harías por él por la última vez que te pidió un
favor. Así que estoy llamando. Tu madre dijo que no lo harías a menos que te
sintieras culpable y sugirió que yo llamara ya que yo he defendido tu honor
antes. ―Suspiro y busco una lapicera en mi bolso.
Capítulo Quince
Me quedo merodeando en la cocina, en mis pantalones de pijama y una
camiseta sin mangas. El sol apenas ha salido afuera y no sé ni cómo estoy
despierta. Noah y Milo me mantuvieron viendo películas hasta muy tarde en la
noche.
El microondas da vueltas, calentando sobras de pizza de la noche anterior.
Aralie, Emery, y yo tuvimos que conducir alrededor de la cuadra unas cuantas
veces hasta que Paige y Lauren salieron, antes de que pudiéramos recoger la
enorme orden que Milo y Jules pidieron. El microondas emite un pitido y lo
abro antes de que despierte a toda la casa.
―Buenos días, hermosa ―Milo dice detrás de mí.
Me giro, deseando que me hubiese tomado el tiempo para quitarme el
maquillaje de ayer y volver a pintarme la cara. Al menos me pasé el cepillo
por el cabello, lo que es más de lo que él ha hecho. ¿Cómo es que él se ve aún
lindo con el cabello desordenado y ojos soñolientos?
Él envuelve sus brazos alrededor de mí, me tira contra su pecho, y besa mi
frente.
―¿Por qué estás despierta? ―pregunta.
―Podría preguntarte lo mismo ―le digo.
Él bosteza en respuesta, y me río. Eso es más o menos lo que siento. Agarro
mi pizza medio caliente y Milo me sigue a la mesa del comedor. Se sienta a
mi lado, comiendo los pepperonis que extraigo de la tajada, pero él no dice
nada más.
Después de un silencioso desayuno, salimos al patio para ver el sol
colándose entre las nubes. Milo se sienta en un lado de la piscina y deja
colgados sus pies dentro del agua, enviando ondas a través de la tranquila
piscina mañanera.
―Nademos esta noche ―dice―. Ya sabes, sólo los dos. Después de
medianoche.
Me siento a su lado y sumerjo mis pies en el agua. Está más fría de lo que
esperaba en una mañana de verano. Un escalofrío se precipita sobre mi piel, y
la piel de gallina brota en mis piernas.
―Te estás volviendo valiente ―le digo, dándole un codazo en el costado―.
Sabes que nos podrían atrapar ¿verdad?
Se encoge de hombros.
―Ya he estado desnudo en tu dormitorio. No puede ser mucho peor que eso.
Cierro mi brazo alrededor del suyo y descanso mi cabeza en su hombro. Las
tonalidades de rosa y naranja surcan el cielo. Una enorme tristeza me golpea
cuando pienso en las mariposas que tienen que sangrar y morir para dar color
a nuestro mundo cada día.
―¿Sabes qué? ―pregunta― Deberíamos…
Él deja de hablar, y oigo por qué.
Voces. Bueno, una voz.
Aralie se ríe de algo, y Milo salpica el pie en el agua para alertarla de que
alguien más está afuera.
Ella se queda en silencio. Hay un "shhh" de nuevo, como la otra noche en
su dormitorio. Pasos corretean por el césped en otra dirección.
Los ojos de Milo se iluminan.
―Deberíamos ir a ver quién está con ella ―susurra.
―Entonces tendríamos que explicar lo que estamos haciendo aquí solos
―le susurro de vuelta.
Él entrecierra los ojos para ver, pero la cerca bloquea nuestra visión. Me
pregunto si pueden vernos, si están mirando a través de las grietas y
preguntándose por qué estoy acurrucada junto a Milo al amanecer.
Un “whoosh” corta el aire, y la pelota de playa purpura de Emery vuela
sobre la cerca. Esta golpea el agua de la piscina y flota hacia nosotros. Me
levanto de un salto y corro a través del patio, dejando un rastro de huellas
mojadas detrás de mí.
Pero a Milo le gusta demasiado jugar esto. Él agarra la red de la piscina y
tira la pelota de plástico hacia él. Sacude el agua de esta y da unos pasos hacia
atrás. Luego, como una estrella de la NFL a punto de ganar el Súper Tazón,
patea la pelota con todas sus fuerzas. Esta se eleva sobre las cerca como un
planeta purpura cayendo del espacio.
―¡Ve! ―susurra mientras se precipita hacia mí.
Tan pronto como estamos a salvo dentro de la cocina, Milo toma la cortina
y tira de ella a través de la puerta de vidrio corrediza. Esta se balancea por un
momento, como si estuviese insegura de sí misma. Rara vez bloqueamos
nuestra vista de la piscina.
―Necesitamos una ventana ―dice Milo, aun manteniendo la voz baja.
A veces creo que los chicos están más metidos en el drama y el chisme que
las chicas. Él me mira fijamente con ojos bien abiertos y a la espera de una
respuesta.
―Arriba ―digo―, pero tenemos que ser silenciosos.
Nos apresuramos hacia el viejo cuarto de artesanías con el piano de mi
mamá. Cuenta con la mejor vista del patio trasero, desde la piscina hasta la
casa del árbol, aunque la casa del árbol se ve muy pequeña desde aquí.
Sin embargo, el patio está vacío. No hay señales de Aralie. No hay señales
de Tate o Jules. Ellos tampoco encontraron una manera de volver adentro
mientras los buscábamos o han encontrado un gran escondite afuera. Por lo
que sé, ellos pueden estar en la casa del árbol.
Pero apuesto a que un chico de Saturn no le está cantando un cover a mi
hermana.
Milo estira su cuello para ver por la ventana. Suspira en derrota.
―Debería simplemente echar un vistazo en sus cuartos y ver quien esta aun
aquí ―dice.
Incluso cuando no puedo ver la expresión de mi cara, siento como que
tengo una de esas caras de mamá. Soy muy joven para empezar a sonar como
ella, así que no digo nada. Desearía poder volver a tener un rostro inexpresivo.
―¿Qué? ―pregunta Milo―. Sólo quiero saber.
Él se encoge de hombros como si no fuera gran cosa y camina por la
habitación hacia la puerta. Yo sigo detrás de él, por la escalera y de regreso a
su habitación. Es raro estar aquí. Las habitaciones para huéspedes se
encuentran en un ala distinta, afuera del pasillo de Aralie, Emery y mío.
Nunca nos molestamos en venir aquí, y si lo hacemos, tenemos compañía
durante la noche, por lo general consta de amistades de la escuela secundaria
de mamá. Por eso definitivamente evitamos aventurarnos por este camino.
Milo lo ha hecho suyo. Papeles dispersados por todo el escritorio con letras
de canciones al azar. Hay unas pocas páginas con partituras y un paquete de
nuevas cuerdas de guitarra. Su guitarra descansa en la pared, junto a una pila
de ropa sucia. Si hubiera un Xbox aquí, se sentiría como si fuera realmente su
cuarto.
―Lo siento ―dice, tumbándose en la cama―. Me sentiría mejor si…
Su voz se apaga, y se da la vuelta para enterrar su cara en la almohada. Está
claro que no quiere tener esta conversación. Me siento al final de la cama,
sintiéndome tan no deseada como la ropa de Jules en el extremo de la cama de
Aralie. Él quiere saber con quién se está escapando Aralie y así poder darles
un sermón sobre los peligros de tener una novia mientras se está en una banda
de chicos.
―¿Te sentirías mejor si qué? ―pregunto― ¿Si supieras? ¿Y entonces
podrías detener lo que está pasando con ellos? ¿Y entonces podrías detener a
Aralie de “destrozar” la banda?
Su rostro permanece enterrado. Por lo tanto se pierde mis comillas en el aire
alrededor de la palabra “destrozar”. No me gusta cómo ahora todo esto es
repentinamente culpa de Aralie. Tate es tan culpable como ella, y Milo no
tiene ninguna razón para juzgarlos porque él me dio un beso cuando
jugábamos al escondite.
Él se voltea y se fuerza a sentarse.
―No ―dice―. Quería que ellos se confesaran primero así los de
administración no van a explotar tanto cuando les cuente sobre nosotros.
Nosotros. Él acaba de decir nosotros. Como si los dos Milo y yo…
fuéramos uno. No solo eso, también uso la gran palabra con A: administración.
Mis labios tiemblan mientras inhalo y trato de formar palabras. En vez de eso
sólo exhalo inestablemente, como si estuviera hiperventilando o agitándome.
Me mira por medio segundo y luego se desliza hacia el final de la cama. No
dice nada, pero toma mi mano y la aprieta. Luego la pone contra su pecho.
―Esta es mi teoría ―dice―. Si uno de nosotros tiene una novia, ese chico
va sufrir el infierno. Pero si dos de nosotros tenemos novias, entonces
podemos aliarnos y defender nuestro punto.
Novia. ¿Por qué esta increíblemente maravillosa y aun así aterradora
palabra, Milo? ¿Cómo puede siquiera esperar que responda a eso? Ni siquiera
puedo respirar, ¡mucho menos hablar!
―Lo siento ―escupe después de ver el evidente pánico en mi cara. Suelta
mí mano―. Nunca dijiste que querías ser mi novia. Estoy apresurando las
cosas, ¿verdad? Esto es una locura, ¿no? Ni siquiera sabes mi cumpleaños o
mi segundo nombre o todas esas otras cosas que probablemente deberías saber
antes de que yo empiece a decir locuras.
Su cumpleaños es el veintiuno de Noviembre. Su segundo nombre es David.
Su película favorita es Point Break, y le gustaría vivir cerca de una playa. Él
podría sobrevivir con leche y Oreos, y sería feliz.
No le digo que conozco esas cosas o entonces sabrá que paso demasiadas
horas googleándolo y memorizando cada detalle de su existencia. Siento que
el término “fangirl” se queda corto. Saturnite ni siquiera lo cubre.
Definitivamente soy merecedora de un ascenso de Saturnite. ¿Tal vez soy una
súper Saturnite? Me refiero a que el chico me besó. Eso cuenta aún más ¿o
no?
―Chloe ―dice Milo, interrumpiendo mi fangirleo―. Di algo ¿Por favor?
Dime que me calle o que me odias ¿Algo?
―No te odio ―digo, deseando instantáneamente que hubiese dicho algo
más primero.
―Eso es un comienzo ―dice.
Quiero decirle que sí, se está apresurando, y sí, esto es una locura, pero no,
no me importa ni un poco. Estoy absolutamente loca por él, incluso en este
súper corto periodo de tiempo. Ni siquiera sería un problema si él fuese tan
sólo un chico de la escuela. Entonces sería completamente normal estar
obsesionada después de una semana porque soy una chica, ¡y eso es lo que
hacemos! Pero él es famoso, y yo no soy nada, y su equipo de administración
no va a estar tranquilo con todo el asunto del encierro y el noviazgo.
Sin embargo, ni siquiera puedo empezar a decir esas cosas. En cambio, sólo
las dejo ir completamente y me río.
―Al menos no estás llorando ―dice Milo.
―No hay razón para llorar ―le aseguro.
Pero luego eso me golpea. Hay una razón. El encierro no va a durar toda la
vida. Creo que puede ser peor que las suicidas mariposas que esparcen color.
Él tiene que regresar a la gira, obviamente. Tiene que seguir haciendo música
y viviendo su sueño y haciendo millones de personas (chicas) felices
diariamente. El encierro está impidiéndole hacer lo que hace mejor. Sí, eso me
beneficia, pero es como vivir en un mundo a blanco y negro.
Es por eso que las mariposas tienen que morir. El mundo necesita color. El
mundo necesita a Milo.
Me inclino hacia él y lo beso en la mejilla.
―Voy a tomar una ducha ―digo―. ¿Hablaremos más tarde?
Él asiente, pero creo que asentiría si dijera que voy a saltar del techo. Está
en ese modo de chico robótico donde estará de acuerdo con cualquier cosa que
haga o diga para no empeorar las cosas más de lo que cree que ya hizo.
Me tumbo de nuevo en la cama y dejo que mi pelo mojado humedezca mi
almohada. Me hubiera quedado en la ducha durante horas si el agua no
hubiese comenzado a ponerse fría. Hay demasiadas personas utilizando el
suministro de agua caliente en nuestra casa en estos días.
Por el pasillo, Aralie grita algo sobre Mutilated Arteries y cierra de golpe su
puerta. Momentos más tarde, Emery pasa por mi dormitorio corriendo. Sus
pasos son muy distintos. Ella grita algo sobre Twitter. Debe estar buscando a
Benji. Yo podría estar en la cama todo el día, evitar el mundo, y estar
perfectamente contenta con eso.
Eso es una mentira. Me lamentaría porque estaría evitando a Milo también.
Me obligo a levantarme, reponerme ir de vuelta a abajo. No puedo
acobardarme. Una vez el encierro haya terminado, los chicos van a estar de
vuelta en la carretera, con millones de chicas arrojándoseles todo el tiempo.
Esta puede ser la única oportunidad que alguna vez tenga para hacer realmente
a este chico mío.
Emery está hablando sin parar cuando doblo la esquina de la planta baja.
Sigo sus palabras hasta que la encuentro en la sala más pequeña afuera del
vestíbulo, donde nos sentamos la noche en la que nos enteramos del encierro.
―Estoy vistiendo verde, y tú estás vistiendo verde, eso significa que
estaremos juntos para siempre ―le explica a Benji.
Le echo un vistazo a mi camiseta blanca con borde negro. Gracias a Dios no
estoy de verde o Emery me acusaría de arruinarle su relación con Benji. Milo
me observa mientras entro a la sala de estar. Esta vistiendo una camiseta
blanca. Un triángulo negro está en el centro de su camisa. Es un botón de play,
como en un reproductor de CD. Hay un botón de pausa junto a él.
Genial. Ambos estamos vistiendo algo blanco con un toque de negro.
Estamos destinados a estar juntos para siempre.
―Oooooooh ―Emery hace un arrullo cuando me ve―. Chloe y Milo están
vistiendo los mismos colores.
Por supuesto, Emery notaría algo así. Una tonta sonrisa aparece en el rostro
de Milo.
―Lo siento Chloe ―dice Milo―. Estás atrapada conmigo para siempre
ahora. Son las reglas de Emery.
Benji se quita su camisa y se la lanza a Milo.
―¿Quieres intercambiar, hermano?
Milo le lanza la camisa verde de vuelta a Benji.
―De ninguna manera… hermano.
Benji se queda mirando la camisa en su mano por un momento, como si no
quisiera ponérsela de nuevo ya que esta maldita con lazos eternos con Emery.
Un corazón con una cerradura decora su pecho. Me pregunto si tiene una llave
tatuada en algún otro lado.
―Ayer la amiga de Chloe, Lauren, dio que no serías mi mejor amigo si me
conocieras ―ella le informa a Benji.
Uno, Lauren no es mi amiga. Y dos, felicitaciones a Emery por realmente
mantener nuestro secreto a través de los rudos comentarios de Lauren. Me
atrevo a atravesar la sala y sentarme en el sofá con Milo. Es un poco
nostálgico, sentarme en el mismo sofá donde nos conocimos por primera
vez… cuando estaba cautivada por sus ojos caramelo y su increíble esencia
masculina.
―Pero ―dice Emery―, ¿sabes que le dije? Le dije que si te conociera, te
haría un brazalete de amistad, y te gustaría, y te lo pondrías todos los días.
Benji sostiene su muñeca. Ese brazalete azul y verde tejido a mano me mira.
La fibra azul se ha desenredado un poco más, pero no lo menciono o Emery
querrá arreglarla o hacer una completamente nueva.
Milo me mira con su pícara pero adorable sonrisa. Me gustaría saber lo que
está pensando. Justo cuando creo que está a punto de decir algo, Emery lo
interrumpe.
―Un día ―dice, encarando a Benji mientras este se rinde a ponerse su
camisa de nuevo―, ¿entrarás a Twitter y le dirás a todo el mundo que yo soy
realmente tu mejor amiga? ¿Y puedes publicar fotografías de nosotros? ¿Y
una fotografía de tu brazalete? ¿Y decirle a todo el mundo mi nombre? En el
Twitter real, no en la nevera.
Mamá aclara su garganta desde el pasillo.
―Emery, cariño, estoy segura de que Benji le contará a todos acerca de la
nueva amiga que hizo durante el encierro ―dice―. Ahora, ve a ponerte los
zapatos. Irás a mi clase de artesanías conmigo hoy.
Una salpicadura de “¡Aleluya!” empapa la cara de Benji. Este encierro
puede ser un descanso de la locura de ir de gira y de las enloquecidas fans,
pero el pobre chico no ha podido descansar de Emery desde que ha estado
aquí. Apuesto a que ella le balbucea incluso mientras duerme.
Los hombros de Emery se desploman, y ella se arrastra hacia las escaleras,
mirando hacia atrás con ojos tristes cada pocos segundos con la esperanza de
que mamá le deje quedarse aquí con nosotros. Mamá no le da tregua, sin
embargo, y Emery finalmente camina lentamente por las escaleras, pisando
cada una como si estuviera aplastando mariquitas para el próximo paquete de
cigarrillos de Jules.
Mama nos voltea a mirar.
―Disfruta el silencio ―dice mirando a Benji.
Benji se ríe y murmura algo acerca de ponerse al día con el sueño. Él vuela
hacia arriba antes de que Emery baje, probablemente con la esperanza de
escapar antes de cruzar su camino con la pequeña Saturnite otra vez.
Mamá agarra las llaves y nos pide a Milo y a mí que "mantengamos las
cosas bien aquí". Ella nos deja solos en la sala de estar.
Milo toma mi mano.
―Parece que estamos solos otra vez ―dice―. ¿Estás lista para hablar
sobre esta mañana?
Capítulo Dieciséis
Esta puede llegar a ser la conversación más aterradora a la que me haya
enfrentado en toda mi vida. Bueno, quizás no “toda”, pero hasta el momento
sí. Aun así, esta conversación tenía que llegar y no sería menos intimidante
ahora que al final del encierro.
―Aquí no ―digo―. Vayamos a algún otro lugar y hablemos.
Quizás mamá y Emery se hayan ido, y puede que no tenga ni idea de dónde
se encuentra Godfrey, pero aun así hay demasiados oídos en esta casa para una
conversación así. Milo hace un mohín mientras se encoge de hombros. Tiene
razón: aquí no hay ningún lugar seguro para hablar.
Me levanto y le hago señas para que me siga. La casa del árbol está
demasiado lejos de la casa principal como para ocultarse en este momento.
Cualquiera podría vernos haciendo esa caminata a través del patio. Cuanto
menos expuestos estemos, más oportunidades tendremos de no ser
interrumpidos. No sé qué estarán haciendo sus hermanos de Saturno, aparte de
Benji, quien está tomando una siesta, pero afortunadamente estarán ocupados
por el momento.
En la parte alta de las escaleras veo una sombra apoyada en el marco de la
puerta de Aralie. Tate se aleja un poco y veo el pánico reflejado su rostro.
―Así que... sí, claro ¿puedo tomar prestada esa película? ―pregunta hacia
el interior de la habitación, mucha más alto de lo necesario.
Le dirijo una mirada a Milo, quien se detiene en los escalones y me anima a
continuar. Formo las palabras “mi habitación” con los labios y continúo hacia
mi puerta sin él. Tate sostiene cualquiera que haya sido el DVD que Aralie le
haya entregado, y se apresura a volver al ala donde están las habitaciones de
Saturn, fuera de nuestro pasillo. Dejo la puerta abierta y espero. Instantes
después de que la puerto de Tate se cierre haciendo eco, Milo entra a mi
habitación.
―Tenías razón ―me dice Milo, tan pronto como cierra la puerta de mi
habitación. Traba la puerta con un giro del pomo y me mira―,
definitivamente es Tate.
―Sabe que fue atrapado ―le respondo.
Milo se recuesta sobre la puerta.
―No puedo creer que no me lo haya dicho ―menciona―. Somos Tito. Se
supone que me mantendría al tanto de estas cosas.
―Claro ―le respondo―, porque tú lo mantienes completamente al tanto.
Milo intenta mostrarme una expresión sarcástica, pero falla completamente
porque no puede dejar de sonreír.
Se pasea por mi habitación hasta llegar a mi cama y sentarse a mi lado.
―Bueno... ―comienza a decir tras un minuto o dos de silencio―. Esto
puede seguir de una de dos maneras. Uno: puedo disculparme por haberme ido
por las ramas con mi imaginación y nunca más sacarlo a relucir. O dos:
podemos intentar encontrar un modo de hacer que esto funcione.
Tomo un bocado profundo de aire para prepararme a mí misma acerca de lo
que estoy a punto de decir.
―Entonces, haremos que funcione.
―¿Estás segura de eso? ―me cuestiona―. ¿No necesitas tiempo para
pensarlo mejor o para sopesar tus opciones o ver todos los pros y los contras?
―No ―le respondo sacudiendo mi cabeza―. Estoy muy segura.
―Eso es bueno.
Me empuja sobre la cama, el peso de su cuerpo me atrapa entre él y las
sábanas violáceas. Sus labios trazan ligeramente un mapa desde la línea de mi
mandíbula hasta encontrar mi boca. Todo acerca del modo en que me besa es
perfecto.
Se aleja un poco y sonríe.
―¿Sabes una cosa? ―me susurra―. El encierro es lo mejor que me ha
pasado desde Spaceships Around Saturn.
No puedo evitar reírme.
―¿Sabes? Alguien intentó matarlos ―le recuerdo.
―Lo sé ―menciona, quedándose junto a mí en la cama―, pero estamos
vivos, te conocí y las cosas resultaron bien, ¿no crees?
Por ahora. Aún no entiendo cómo pretende hacer que las cosas funcionen
después del encierro. Nunca seré capaz de verlo. Estará constantemente
ocupado en el estudio, viajando y acercándose a las millones de chicas que lo
adoran. Para el final del verano, seré afortunada si siquiera recuerda mi
nombre.
Entrelazo mis dedos en su cabello y lo aparto un poco para poder sentarme.
―¿Qué le dirás al equipo de administración? ―le pregunto.
Por mucho que me gustaría poder fundirme con él en este momento y
disfrutar de cada segundo que está aquí conmigo, no puedo dejar de pensar
acerca de qué tan diferente será una vez él se haya marchado.
Se sienta junto a mí en silencio, como si estuviese intentando pensar en qué
le diría a su manager, ya que aún no había pensado en ello.
―Te seré honesto ―me dice―. Eres la primera chica real con la que he
sido capaz de pasar un rato en bastante tiempo, y me quieres por mí y no
porque soy famoso e increíblemente sexy.
Me sonríe y espera por mi reacción. Cuando nota que no digo nada, me
rodea con sus brazos y me sostiene más cerca de él.
―No dejaré de verte sólo porque el encierro termine ―me asegura―, y las
fans lo superarán. No puedo estar soltero por siempre sólo porque les guste
soñar con estar en tu lugar. Aún tendrán a Benji, a menos que Emery las mate
a todas.
No puedo evitar reírme. Pensar en la Emery después de que el encierro
termine es algo aterrador. Estuvo estancada hablándonos de Benji Bikini
desde hacía demasiado tiempo, pero ahora su clamor se había elevado a un
nuevo nivel. Él en verdad está usando su brazalete de la amistad. Jugó con ella
a las escondidas, la ayudó a mover las agujas del tablero de Twister, y le
enseñó a que le gustara el pepperoni. Emery es verdaderamente la envidia de
cualquier fan de Benji Baccarini en el universo, y ella se encargará de que
todo el mundo lo sepa.
Milo estrecha sus brazos a mi alrededor.
―Lo resolveremos ―me asegura.
―¿Y qué hay de los otros chicos? ―le pregunto.
―Tate está saliendo con tu hermana, así que tendrá que lidiar con las
mismas cosas ―me dice―. Estoy seguro de que puede pasarle esos números
telefónicos a cualquiera de los otros chicos.
―¿Y cómo les diremos a ellos? ¿Y a mi familia? ―Estoy acelerando
demasiado con mis pensamientos.
―A tu mamá ya le caigo bien ―Milo sonríe―. Será simple. Podremos
decirle una vez esté de regreso si quieres.
Por mucho que me guste la idea de hacer público lo nuestro, no creo estar
lista aún. Ser el centro de atención va a ser duro. Las amenazas por Twitter me
van a desbordar. Habrá flashes de cámaras a cualquier lado al que vaya. Estaré
adentrándome en la locura.
―Aún no ―le digo―. Si mamá lo sabe, querrá tenernos vigilados.
Esperaremos hasta el final del encierro. Entonces Aralie y Tate podrán
esclarecer su situación también, y los cuatro podremos enfrentarnos a lo que
se nos presente.
―Lo que usted quiera, señorita Branson ―asiente.
Mamá me envía un mensaje algunos minutos antes de que termine su clase
de manualidades para saber si alguien necesita algo mientras aún está fuera.
Forcé a Milo a que se sentara a ver la primera película de Rainwater en DVD,
mientras Emery y mamá aún estaban fuera. Extrañamente, nadie llegó a ver
qué estábamos haciendo. Imagino que Benji aún está durmiendo, que Aralie
está con Tate, y Noah y Jules se estaban entreteniendo juntos. Quién sabe.
Tampoco me interesaba.
―Vamos a dar una vuelta y ver si alguien necesita algo ―le digo,
forzándome a salir de la cama.
Primero asomo la cabeza fuera para asegurarme de que no hay nadie cerca
espiando. Luego empujo la puerta para que se abra y Milo se me una. Él lo ve
tan pronto como yo.
―¿Por qué hay un recorte de la cabeza de Tate en tu puerta? ―me
pregunta―. La he visto un par de veces, pero no me sentía con el derecho de
preguntártelo hasta ahora.
―Ni idea ―admito―, sigue apareciendo. Emery cree que es Aralie quien
la pone ahí.
Quito la cara sonriente de Tate de la puerta de mi habitación y la devuelvo a
la habitación de Aralie. Me pregunto si esto continuará hasta el final del
encierro o si tendré la cara de Tate Kingsley sonriéndome cada vez que salga
de mi habitación.
Aralie, Jules y Tate están escaleras abajo jugando otra ronda de bowling en
la Wii de papá. De acuerdo con Tate, Noah y Benji están durmiendo. Intento
ver el lenguaje corporal de mi hermana en relación con Tate, y respecto a
Jules también, por si acaso, para ver si podía adivinarse una relación, pero ella
no muestra más que sus brazos moviéndose alrededor y saltos de emoción
cada vez que asesta un golpe.
Básicamente me ignoraron cuando les pregunté si necesitaban algo, así que
me llevé a Milo hacia la cocina para asegurarme de que no nos hacía falta
nada esencial. Le entrego mi teléfono y le digo que le escriba a mi mamá una
lista de compra a medida que indago en la alacena y hago un inventario.
Estamos escasos de Oreos. Noah necesita más leche de fresa, aun cuando no
esté aquí para decírmelo.
―Y limones ―le digo―. Dile que compre tres veces más de lo necesario.
A Benji le gusta el agua con limón. Nunca nos lo ha dicho, pero siempre le
pone limón a su agua y sólo nos quedan dos. No creo que ninguno de los sitios
de fan de las Saturnites lo haya mencionado. Quizás no sea algo demasiado
importante como para decir en las revistas, pero viviendo con él en lo
cotidiano, lo he notado. Creo que mamá lo ha hecho también. No compra
limones a menudo, pero sí lo ha estado haciendo recientemente. Me pregunto
si extrañará a los chicos de SAS cuando esto termine.
―¿Algo más? ―me pregunta, mirando mi celular como si fuera un objeto
extraño.
―Con eso debería alcanzar ―le respondo.
Me devuelve el celular.
―Es raro mandar un mensaje ―me dice―. Finalmente me estoy
acostumbrando a no tener un celular conmigo y luego me regresas a ello.
Extraño el mundo real.
Oh, este chico me parte el alma. No quiero entregárselo al mundo real, pero
detesto ver cuánto le duele esto.
―Oye ―le digo, alcanzando su mano―. Vamos nuevamente al piso de
arriba y miremos el canal de chismes en YouTube que Emery y yo siempre
vemos. Hablan siempre de ustedes.
Es pasada la medianoche, pero Milo está doblado sobre mi cama porque no
puede dejar de reírse de Jules y la infección en la ceja. Ambos estamos
retrasados para nuestra cita de nado, pero creo que la Dosis Diaria de Drama
de Darby era lo que necesitaba para sentirse nuevamente conectado a la
realidad y a sus fans.
En contra del código de chica protectora, incluso le dejé ver los miles de
tweets que las fans le habían enviado. No estaba loggeado a su cuenta, y no
estaba presente en línea, así que en realidad no rompimos ninguna de las
reglas del encierro. La mayoría de los tweets eran similares, chicas deseando
que SAS vuelva a retomar la gira, chicas esperando que estén bien, chicas
implorándole a Milo que haga una aparición online para asegurar que seguía
con vida, y por supuesto, los típicos tweets de “te amo, cásate conmigo”.
Bloquearé a esas chicas luego.
Se inclina hacia mí y me besa en la mejilla.
―Eres la mejor ―me susurra―. Necesitaba eso.
―Entonces, ¿iremos a nadar o acosarás al Internet durante toda la noche, sr.
Grayson? ―le pregunto.
―Déjame que vaya a cambiarme ―me dice―. ¿Te veo abajo?
Asiento y cierro la puerta detrás de él. Las mariposas en mi estómago
vuelan, bailando a mi alrededor en tontos círculos, como hace Noah en el
escenario según el concierto en vivo en DVD. Es como si supieran que estoy a
punto de tener un momento a solas con Milo, y se despiertan y alborotan para
la ocasión. Casi no les doy importancia. En la medida en que estén conmigo
no tendrán que sangrar para el amanecer.
Tomo mi bikini, pensando excesivamente acerca de cada centímetro de mi
cuerpo, cómo me veía y qué pensaría él de mí. Sin importar la cantidad de
veces que he estado en la pileta con los chicos, nunca me había sentido tan
insegura. Pero después de haber tenido la conversación “vamos a estar juntos
después de encierro” con Milo, estoy poniéndome crítica respecto a todo lo
que digo y, especialmente, el modo en que me veo. Me ato la toalla alrededor
y bajo las escaleras.
La puerta corrediza de vidrio se deslizó cuando la moví hacia atrás. Milo
me mira por encima de su hombro.
―Te has tardado ―me dice―. Creí que quizás habrías cambiado de
opinión.
Cinco minutos no es nada en “tiempos de chica”. Él debería saberlo. Lidia
con cientos de mujeres diariamente, aunque sea fuera del encierro. Avanzo por
el camino de concreto, dejo la toalla en una de las reposeras y entro al agua.
―Está fría ―le digo, sacando las piernas de la pileta.
―Vamos, Chloe ―se queja―. Ven aquí y yo mantendré tu calor.
Al diablo. Escalofríos se extienden por toda mi piel y me adentro en el
agua. Tomo una bocanada profunda de aire y me fuerzo a nadar hacia él,
permitiéndole al agua fresca tragarme.
Rodeo su cuello con mis brazos, y él me acerca para un beso. Uno muy
cálido. Sus manos acarician mi espalda. Creo que me está haciendo temblar
más de lo que el agua fría lo hace.
Me mantiene cerca mientras hablamos de Tate y Aralie, de cómo lidiar con
las fans molestas, de tener que ponerle a mi teléfono el servicio de llamadas y
mensajes internacionales, ya que los necesitaríamos una vez termine el
encierro. Meses atrás, mientras superaba lo que había sido el peor
rompimiento, nunca creí que confiaría en un chico tan rápido. Y heme aquí,
aunque nunca imaginé a Milo entrando en mi vida tampoco.
Se inclina para besarme, pero las luces de la cocina se encienden y nos
llegan a través de la ventana, entonces me aparto.
―Alguien está despierto ―le digo―. Y está levantado. Oh, Dios, ¿qué
haremos si se asoma afuera?
Milo se desliza hacia abajo en el agua, apenas manteniendo la coronilla por
encima del agua. Estiro el cuello para ver a través de la ventana, pero sólo
alcanzo a ver una sombra moviéndose alrededor del refrigerador. Si es mamá
y me encuentra sola en la pileta pasada la medianoche con Milo, no me
quedará más que confesar. Lo sabrá. Mamá siempre lo sabe.
Esperamos en medio de un silencio ensordecedor. Es como si mis oídos
zumbaran con una extrema ansiedad y anticipación. La sombra se mueve a
través de la cocina hacia la puerta de vidrio, y entro en pánico.
―Ohdiosmío, ohdiosmío, ohdiosmío. ¡Está viniendo! ―susurro entre
dientes.
―Puedo contener el aliento por cerca de dos minutos ―me dice Milo―.
Así que apresúrate.
Inhala profundamente y se sumerge en el agua. Sujeta mi espinilla con el
brazo y presiona mi piel con su mano. Intento relajarme tanto como me es
posible. Apoyo mis codos sobre el cemento y relajo los hombros, así que
quizás pueda hacerlo pasar como “sólo me relajo en la oscuridad”. Si es
mamá, le diré que sólo necesitaba esclarecer la mente y pasar un tiempo sola.
Con suerte, no notará al chico guapo bajo el agua sujeto a mis piernas.
Pero no es la cabeza de mamá la que se asoma.
―¡Noah! ―le digo, medio aliviada y medio enojada por haber hecho que
me asustara así.
Me agacho y presiono el hombro de Milo. Él no emerge instantáneamente,
así que tanteo en busca de su brazo y tiro de él. Milo busca aire y luego
parpadea varias veces para quitarse el agua de los ojos.
Noah se detiene al costado de la piscina con las manos en las caderas.
―Bueno, Milo David Grayson ―dice―. Por cómo se ven las cosas parece
que te estabas escondiendo de mí.
―Bueno, Noah Pierre Winters ―dice Milo, mientras el agua recorre su
rostro―, estaba escondiéndome de ti, incluso sin saber que eras tú.
Ahora es cuando realmente relajo mis hombros sabiendo que no era mi
mamá andando a hurtadillas y descubriendo mis secretos. Si tenía que ser
alguien, Noah era mi primera opción.
―Creímos que era mi mamá ―le digo―, o Godfrey. Ya sabes, alguien que
no podía vernos juntos… en la piscina… después de la medianoche.
Esta situación al tornarse tan no-escandalosa, se siente como una historia
digna de revista. A decir verdad, con Milo son muchas las cosas que se sienten
dignas de revistas, y él es el menos involucrado en eso de todos los chicos de
Spaceships Around Saturn. Eso probablemente cambie una vez hagamos
público lo nuestro.
Noah se sienta sobre el suelo con las rodillas flexionadas, del mismo modo
en que Tate se acurruca en las esquinas del sofá.
―¿Esto es lo que hacen por diversión? ―nos pregunta―. ¿Escabullirse
mientras todos duermen?
―Aparentemente no todos están durmiendo esta noche ―le responde Milo
encogiéndose de hombros.
Hay un dejo de sarcasmo, o quizás molestia, en su voz. Noah esboza una
sonrisa de “chico listo” y se levanta.
―Ustedes son tan aburridos ―nos dice―. No sé por qué creí que habría
algo de acción. Quiero decir, es Milo de quien estamos hablando, después de
todo.
Me debato entre decirle que la acción ocurre tras las puertas de Aralie, pero
decido no hacerlo en pos de proteger la reputación de mi hermana. No sé qué
tanto ocurre tras su puerta, del mismo modo en que ella no sabe acerca de la
mía. Cuando esté lista para anunciar que está saliendo con Tate, lo sabremos.
Mientras, esperaré impacientemente el momento.
―Voy a dormir ―nos gruñe―. Los veré por la mañana, tortolitos.
Y mientras camina hacia la puerta, suenan dos fuertes chirridos en la noche.
Noah se voltea y me mira. Él lo oyó también. Camina lenta y tranquilamente
hacia la pileta. Sostengo el brazo de Milo para mantenerlo junto a mí. El agua
chapotea a nuestro derredor.
―¿Qué ha sido eso? ―susurra Noah.
―¿Qué ha sido eso? ―pregunta en voz alta Milo.
Tanto Noah como yo lo callamos y el doble chirrido hace eco otra vez.
Siento el pánico dispersarse en mi cara. Mis ojos se abren y estoy al tanto de
que tengo esa expresión al estilo Emery en mi cara, pero no puedo evitarlo.
Conozco el doble chirrido.
Es el auto de papá.
―Ese es mi papá ―le susurro―. No se suponía que volviera hasta mañana.
Noah regresa hacia la puerta, pero no parece tener ningún plan de acción.
Seguro puede ir dentro pero hay una gran posibilidad de que se encuentre con
mi papá.
―¡Espera! ―le susurro―. Noah por favor. Ven aquí. Necesito que hagas
algo por mí.
Me odiará por esto. Quizás me perdone. No tengo opción. No puedo ser
atrapada sola con Milo. Hay una sola cosa que puedo hacer.
Noah se aproxima a la piscina.
―Tu papá los matará. Y no me veré envuelto en esto con ustedes ―me
dice.
―No tienes que hacerlo ―le digo invitándolo a acercarse más con una seña
de mi mano.
Se inclina hacia el agua, preparado para oír el gran plan secreto para salir de
esto. Pero no digo ni una sola palabra. Lo tomo del cuello de su camisa y tiro
de él hacia la pileta.
Capítulo Diecisiete
―Noah ―lo llamo a la puerta, golpeando por tercera vez―. ¿Podrías abrir
la puerta de una vez? Tengo tu ropa aquí.
La sombra de sus pies se mantiene a un lado, pero aún así no me abre. Sabía
que se iba a enojar cuando tiré de él hacia la piscina la noche pasada, pero no
se me había ocurrido ninguna otra manera para ocultar lo mío con Milo.
Papá es tan distraído respecto a cosas de chicas. Él realmente creyó que
ninguno de los tres podía dormir y que por eso decidimos ir a nadar sin que
Emery estuviera dando vueltas. De hecho, se rió y dijo que no nos culpaba.
Luego nos dijo que no nos mantuviésemos despiertos hasta demasiado tarde
dado que tenía “grandes cosas” preparadas para esa mañana. Y finalmente
cuestionó la vestimenta de Noah para nadar.
―Es que estaba muy emocionado y simplemente salté dentro ―Noah le
dijo, forzando una sonrisa mientras la camisa se pegaba a su piel.
Y es por eso que Milo y yo tuvimos que levantarnos extra, extra temprano
para lavar la ropa de Noah. Golpeo la puerta una vez más, pero Noah me dice
que me vaya porque quiere permanecer seco. Me rindo.
Arrastro la cesta azul de la ropa hacia la habitación siguiente, la cual está
abierta. Milo me mira desde la pequeña bolsa de lona que usa para empacar.
―Noah está haciéndose la diva ―le digo―. ¿Puedes guardar su ropa con la
tuya?
―Genial ―dice Milo con un toque de sarcasmo en sus palabras―.Tendré
que oírlo gruñir y quejarse durante los próximos dos días.
Eso significa que yo no tendré que oírlo gimotear durante los próximos dos
días. Entiendo a lo que papá quiere llegar, queriendo darles a los chicos un
descanso de nuestra casa, pero esos dos días de “sólo chicos” pescando van a
ser una miseria para las hermanas Branson. Bueno, al menos para Emery y
para mí.
Llevo la ropa lavada de Noah hasta la cama y le voy entregando prenda por
prenda a Milo. Él toma otra bolsa y empieza a empacar.
―Quizás pase rápido ―me dice, leyendo la expresión entristecida que está
estampada en mi rostro―. Estaré de vuelta antes de que te des cuenta.
―O el encierro puede terminar y los enviarán directo a la gira ―comento.
Esa podría ser mi suerte. Papá y Godfrey llevarían a los chicos de SAS
hacia nuestra cabaña en una prueba de dos días de video juegos, pesca y
comida asada, mientras el gobierno de Estados Unidos atrapa a quien sea que
haya disparado. Así que en vez de volver aquí, los agentes los enviarían hacia
la siguiente ciudad de la gira y les enviarían sus pertenencias desde nuestra
casa.
―Si me envían hacia cualquier otro lugar, tomaré el primer vuelo de vuelta
a ti ¿está bien? ―dice.
Se inclina y me da un rápido beso en la frente antes de seguir empacando.
Así es como será una vez que el encierro termine. Excepto que me imagino
que habrá mucha más gente en nuestra casa. Todo el equipo de SAS estaría
acá. El equipo administrativo estaría metiendo a los chicos dentro de autos
negros con vidrios polarizados. La seguridad estaría cercando la propiedad.
Me pregunto si Milo siquiera tendrá la oportunidad de darme un beso en la
frente.
―¿Chloe? ―Milo me llama intentado regresarme a la Tierra.
―Lo siento ―le digo, entregándole otra camisa de Noah―. Sólo estaba
pensando.
―¿Estás bien? ―me pregunta.
Toma la camisa de Noah pero no se toma la molestia de guardarla. Sólo la
sostiene contra su pecho y me mira esperando por una respuesta.
No, no estoy bien porque me estás dejando por dos días. No estoy bien
porque el encierro terminará en algún momento. No estoy bien porque estoy
aterrada acerca del futuro y qué es lo que va a pasar una vez que vuelvas al
tour y estés lejos de mí. Soy una chica más de entre, literalmente, millones que
te desean ¿Cómo se supone que esté bien?
―Estoy bien ―le miento―. Simplemente no me agrada perder dos días del
encierro contigo.
―No eres buena mentirosa ¿sabes? ―me dice, metiendo la camisa dentro
de la bolsa.
Un golpe en la puerta me hace voltearme. Benji está parado en el marco de
la puerta, con una mano en el otro extremo de la puerta. La palabra “PUTA”
trazada en letras negras en la remera rojo pálido. No debería hacerme sonreír
tanto.
―Oye hombre, cinco minutos más y estamos fuera ―Benji le dice a Milo,
ignorando por completo el hecho de que yo también estoy allí―, y si tenemos
que compartir camas, me la pido contigo.
―Suena bien ―Milo ríe―. Te veo abajo.
Benji me agita la mano a medias a modo de saludo antes de desaparecer. Es
lo más feliz que lo he visto desde que llegó. Estos dos días serán una
bendición para él: sin Emery, sin discusiones entre Aralie y Jules, sin drama ni
nada. Serán sólo él y sus chicos relajándose como si estuviesen en vacaciones
de sus alocadas vidas.
―¿Por qué Benji está pidiéndote como pareja? Creí que tomaría preferencia
por Jules ―le expreso.
Me siento en su cama deseando que estos cinco minutos duren por siempre.
Milo cierra la primera bolsa de lona y coloca la última remera de Noah en la
otra.
―Benji y yo compartimos habitación allá en Montreal, teníamos un
apartamento antes de eso, y él solía quedarse conmigo si tenía visitas
familiares. Tengo un sueño profundo y nunca me muevo, Noah patea toda la
noche y despertarás con moretones si duermes con Tate.
Ah, me haría rica si pudiese tomar fotos de ellos durmiendo en una cama
juntos. Las fans del bromance se volverían locas con eso. Pero en verdad no
creo que pueda hacerlo. Me gusta demasiado Jenji juntos como para
destruirlos.
―No te preocupes ―me dice Milo―. Sólo porque Benji vaya a estar en mi
cama, no significa que no te prefiera a ti en ella.
Él cierra la bolsa de Noah y la cuelga en su hombro. Espero en la cama
mientras lleva las pertenencias de Noah hacia la diva en persona. Esta
habitación está inmaculada, como si Milo hubiese limpiado para evitar
pruebas forenses de que había estado allí en caso de que no fuese a volver.
Incluso había hecho la cama. Me pregunto si las sábanas tendrán su aroma.
Quisiera dormir aquí esta noche.
―Muy bien, señorita Branson ―me dice desde el marco de la puerta―.
Parece que estoy a punto de marcharme, ¿le importaría despedirme?
Atraviesa la habitación caminando, alza su bolsa y me alcanza con su otro
brazo. Le permito levantarme de la cama. Suelta el bolso y me sostiene en alto
en un abrazo que es cálido más que una galletitas recién horneadas.
―Dos días y luego soy tuyo otra vez. Técnicamente, aún seguiría siendo
tuyo aunque duerma con Benji.
Entonces me sonríe, dedicándome el más rápido de los besos, sólo para
mantenernos en lo seguro. Vuelve a sujetar el bolso y lo sigo hacia la puerta.
Busco el interruptor y es en ese instante en que noto la única cosa que dejó
atrás.
―¿No llevarás tu guitarra? ―le pregunto.
―No ―niega―. Dudo siquiera tener la oportunidad de tocarla.
Bajamos trabajosamente las escaleras para entregarlo a sus captores, y me
siento como si estuviese caminando hacia la pizzería para encontrarme con
Paige y Lauren. Nunca que creí que compararía a papá y a Godfrey con
Lauren y Paige. Eww.
Todo el mundo está abajo esperando, rodeados de bolsos y cañas de pescar.
Papá sostiene un celular en su oído y dice algo respecto a ETA11. El transporte
debe de estar cerca. Godfrey aparece en la habitación con una remera de polo,
bermudas de anciano golfista como los que Noah usa en su nuevo video y una
gorra de pesca. Sosteniendo sólo una bolsa de plástico en la mano.
La cara de Tate se ilumina como una de esas calabazas de Halloween.
―¡G-man, eres el mejor! ―le grita Tate.
Hurga en su bolso y saca un paquete de dulces de goma en forma de
lombriz. No dice ni una sola palabra, mientras tira del plástico para abrirlo y
saca una lombriz naranja y roja. Extiende la cabeza hacia atrás y se alimenta a
sí mismo con el dulce, como una mamá pájaro alimentando a su pichón.
―Amigo, ¿en serio? ―le dice Jules, caminando hacia Tate―. Sabes que no
puedes atrapar peces con dulces en forma de gusanos, ¿verdad?
Tate se ríe mientras se traga el dulce.
―Lo sé ―dice―. Pero estaba buscando un cebo más temprano y todos
ellos eran brillantes y pegajosos y todo en lo que podía pensar era lo bien que
sabrían si fueran golosinas.
¿De verdad? Tate quiere comer cebos para pesca y aun así tiene 8 millones
de seguidores en Twitter que probablemente quieran salir con él. Nunca
entenderé qué es lo que ve Aralie en él.
Mi padre camina hacia nosotros, finalmente fuera del teléfono, con una caja
de trastos. Está vestido de civil. Él probablemente vuelva a poner su voz de
agente del gobierno antes de que entre al auto. Y es una hora de manejo.
―Está bien ―me dice papá―. Tengo una sorpresa más para ustedes antes
de irnos.
11 ETA: Organización extremista, acusado de actos terroristas que pretende la creación de un estado
independiente socialista.
―¿No tendremos que volver aquí? ―Jules le mira esperanzado.
―Lo siento, señor Rossi, pero no es eso ―le dice papá―. Tuve que mover
un montón de conexiones sólo para obtener este permiso y dejarlos salir de la
casa, y me tomó un montón de autorizaciones para conseguir que lo
aprobaran, pero alguien más nos estará acompañando a la cabaña.
Papá se aventura hacia la puerta delantera. Él no dice nada hasta que el
sonido de los motores ronronea afuera. Dos SUVs negras y un auto negro
pequeño se detienen frente a la casa, con vidrios súper tintados, tal y como me
lo imaginaba.
Todos nos dirigimos hacia la parte de atrás de las SUVs. Cada una de ellas
con las puertas abiertas, invitando a los chicos a que depositaran sus bolsos.
Hasta que la puerta trasera de una de las SUVs se abre y Benji suelta todo.
―¡Tank! ―grita, lanzándose hacia el hombre musculoso―. Espera ¿sigues
atrapado?
La pregunta de Benji naciendo de su pecho, haciendo referencia al día en
que Tank trajo la guitarra de Milo y estaba atado con un cabe.
―No, hombre ―dice Tank―. Me dejaron libre de bolas y cadenas por los
próximos dos días.
Le ayuda a Benji a entrar a la parte trasera de la SUV y Jenji se apresura a
adentrarse al todo-terreno con su esbirro favorito. Emery hace un puchero
porque ni siquiera recibió un abrazo de despedida y Aralie le roba algunas de
las lombrices a Tate.
―Diablos ―Milo dice, volteándose a mi papá―. Realmente lo siento.
Olvidé mi guitarra. No puedo irme dos días sin ella. Ya regreso.
Se voltea y corre hacia las escaleras. Hacía cinco minutos había dicho que
no iba a tener la oportunidad de tocarla y ahora no puede vivir sin ella.
Noah sonríe desde detrás del pequeño cartón de leche de fresa antes de
desaparecer en la segunda SUV con Tate y Godfrey. Amaría ser una mosca en
la pared en el interior del vehículo. La amistad de Tate con G-man sería
suficiente para entretenerme durante esos dos días.
Papá se queda allí por un momento, esperando a Milo, pero el típico chico
estadounidense no-estadounidense no regresa.
―¿Puede alguien ver dónde se encuentra? ―Pregunta papá, incitándonos a
volver hacia la casa.
―Sí, Chloe ―dice Noah asomando la cabeza fuera de la SUV―. Ve y dile
a Milo que se apresure.
Soy tan idiota. Asiento hacia mi papá y corro pasando por el frente del
porche, adentrándome en la casa, subiendo las escaleras hacia el pasillo. Milo
sabía que regresaría por su guitarra. ¿Cómo no entendí la indirecta?
―Milo ―digo, entrando a su habitación―. Lo lamente, no me di cuenta de
que tú…
Él me agarra y me atrapa en un beso antes de que siquiera pueda terminar
de dejar salir mis palabras. Es un beso asustado, apresurado, voraz y
enloquecido. Sus dedos se entrelazan en mi cabello y se aparta de mí lo
suficiente como para inhalar un poco de aire y vuelve a mí.
Me las ingenio para apartarlo un poco antes de hablarle.
―Papá te está esperando.
―Lo sé ―me dice―. Sólo necesitaba un verdadero sorprendente beso de
“me iré por un tiempo”.
―Ese es el porqué dejaste la guitarra ―razono en voz alta.
―Sí ―se ríe―. Supuse que captarías la indirecta y me seguirías escaleras
arriba.
Mi cerebro estaba nublado en preocupación ante la idea de no verlo nunca
más. Captar indirectas estaba lejos de mis pensamientos en ese momento.
Milo sostiene su guitarra y se dirige escaleras abajo. Me abraza brevemente en
el vestíbulo y me roba un beso antes de volver a salir. Ahí es como si el
“nosotros” no existiera.
―Lo siento por eso, señor Branson ―le dice, pasando a mi papá y
adentrándose en la SUV con Tate y Noah. No mira hacia atrás ni una sola vez.
Papá le brinda a mamá las instrucciones de último momento, números de
teléfono y mientras espero en los escalones con Aralie y Emery. Aralie
mastica una de las golosinas con forma de gusanos, y el rostro de Emery
tiembla mientras lucha contra las lágrimas. Si duele tanto dejarlos ir por dos
días, no hay modo de que mantengamos la cordura una vez que vuelvan a la
gira o se vayan a otros países. No quiero siquiera que crucen los límites hacia
Canadá. Emery va a ser un desastre cuando el encierro termine. Ya estoy
sintiendo su dolor.
Dos horas más tarde, a lo largo de la mesa del comedor, Emery pinta
furiosamente el dibujo de un elefante de su libro para colorear. La habitación
estaría en completo silencio si no fuera por los trazos de sus crayones. Ella
mira el papel como si intentara crear marcas de quemaduras en el elefante.
Mamá se sienta al final de la mesa, tomando sorbos de una copa de té y
pretendiendo estar leyendo una revista de artesanías. Sus ojos no se enfocan el
tiempo suficiente en nada como para estar realmente leyendo.
Aralie baja las escaleras pisando fuertemente, o quizás sea debido al
silencio, y se nos une en el comedor.
―¿Acaso nuestra casa siempre fue tan malditamente silenciosa? ―pregunta
con las manos en su cintura.
―Aralie, la boca ―le recuerda mi mamá―. Sólo es que estamos
acostumbradas a tener compañía.
―Mamá ―Aralie le dice en su tono de “¿a quién engañas?”―. La casa
nunca había estado tan silenciosa antes del encierro. Emery ni siquiera está
hablando. Es como si alguien hubiese muerto. ¿Se dan una idea de cuánto van
a apestar nuestras vidas una vez termine el encierro?
Emery apuñala el elefante con su crayón gris, una y otra vez, como si
estuviese asesinando el papel. El mismo se rompe y quedan marcas del crayón
en la mesa.
―¡Mi vida apesta justo en este momento! ―grita Emery, tirando su crayón
contra la pared.
―Oye, Emery, corazón, cálmate ―le dice mamá, abandonando su té y la
revista para juntar los pedazos rotos del crayón―. Ellos volverán el jueves.
―Sí, claro ―se burla Aralie―, pero… ¿por cuánto tiempo? El encierro no
durará por siempre.
Mamá deposita los pedazos más grandes en la mesa y con la uña raspa el
lugar donde quedó la marca del crayón. Ella se ve exhausta, tan solo por
recoger el crayón. Ella nos mira a las tres y nos dedica un suspiro pesado,
resignada respira nuevamente antes de regresar a su asiento al final de la mesa.
―Nunca creí que estaríamos en esta situación ―dice mamá―. Sabía que
Emery largaría un berrinche una vez que el encierro terminara, pero nunca
esperé que tú, de todas las personas, siquiera te importara Spaceships Around
Saturn.
Aralie se cruza de brazos y no dice ni una palabra ¿Qué le sucede? Ningún
argumento en su defensa… ninguna explicación. Sólo se queda allí.
―¿Aralie es una Saturnite? ―grita Emery―. ¿Cómo Chloe y yo?
―¿Chloe? ―mamá y Aralie dicen mi nombre al unísono.
Todas las miradas se depositan en mí, y quisiera rodar debajo de la mesa y
desaparecer. Podría negarlo, pero ¿qué bien haría? Eso sólo me haría ver con
una Saturnite en negación. Así que lo devolví con el único contraataque que
tenía en mi arsenal.
―Muchas gracias, Harry Styles ―le digo la traidora de mi hermana menor
―¡Chloe! ―me grita―. ¡No se suponía que les dijeras que me gusta Harry
Styles!
―Ella no lo hizo ―se rió Aralie―. Eso lo acabas de hacer tú.
―Chloe… me… engañó ―soltó Emery a través de los dientes.
Mamá entierra su cara entre sus manos, bastante similar a como Benji lo
hace cuando Emery se pone a molestarlo durante el desayuno.
Toda la cara de Emery se sacude, y aunque sé que lo hace adrede para
demostrar todo su enojo, sigue viéndose enloquecidamente aterradora. Salta
de su silla y se dirige a pisotones hacia mí.
―Bueno, ¿sabes qué? ―ella me pregunta con esa actitud que me recuerda a
Aralie, mirando alrededor de la habitación―. Chloe dijo que Milo era el mejor
cantante de Spaceships Around Saturn y usa los mismos colores que él, así
que… ¡Estarás atrapada con él por sieeeeempreeee! ―dice volviendo a
mirarme―. ¡Y tendrás que casarte con él y eso apesta porque él es
aburridísimo!
Se voltea en frente mío, dándome la espalda y sube las escaleras antes de
que pueda decir ni una palabra. Sólo me quedo allí, de algún modo entre el
asombro y el shock. ¿Estar atrapada con Milo para siempre? Lo siento, Emery,
pero eso definitivamente no apesta para mí.
Apuesto a que ella está arriba en su habitación soñando acerca de nuestros
futuros casamientos (el mío con Milo y el suyo con Benji) y riéndose de mi
desgracia.
―¿Lo ven? ―pregunta mi mamá―. No tomará demasiado tiempo para ella
volver a la normalidad una vez finalice el encierro. Los chicos se han ido hace
una par de horas y Emery ya parece ser ella misma.
―No me lo recuerdes ―gruñe Aralie―. Chloe ¿por qué tuviste que
provocarla?
Me encojo de hombros. No es como si fuera lo que buscaba.
―Porque… ―empiezo intentando pensar en una buena respuesta― no le
hemos dado suficiente crédito a Benji Bikini por darnos un descanso de
Emery.
Capítulo Dieciocho
Mamá saca una última bolsa de basura. Abro la tapa y lanza la bolsa en el
cesto. Esa era la última caja de pizza. Pasamos toda la mañana escondiendo
cualquier rastro de Spaceships Around Saturn en la casa. Emery estaba todo
menos alegre cuando mamá le pidió que quitara el poster A7 de Benji de su
pared. Había muchos mensajes de “Querida Emery” escritos a mano. Emery
incluso cuenta las horas hasta el jueves en la mañana cuando los chicos
regresen y Benji pueda sentarse al lado de su cama una vez más.
Me pongo frente al fregadero y restriego mis manos con jabón de mango-
mandarina. Llámame mimada, pero no recuerdo la última vez que ayudé a
sacar la basura.
—Días como este me hacen apreciar a Godfrey —le digo a mamá. Ella ríe.
—Godfrey ha tenido unas buenas vacaciones con los chicos aquí. Milo
siempre ayuda con lo que puede, así que Godfrey ha tenido un poco de
descanso.
Creo que he alcanzado un nuevo récord. No había pensado en Milo desde
que fui a sacar la basura. Eso es… mmm ¿dos minutos? Podría llegar a tres la
próxima.
—Es un gran chico, ¿no crees? —pregunta mamá.
Aparentemente ella no quiere ayudarme a lograr los tres minutos. Oh, al
diablo con todo. Soy una causa perdida por la próxima hora, ahora que ella lo
ha traído a mi mente. Cierro la llave del agua y me seco las manos, medio
asintiendo hacia mamá porque no quiero tener esta conversación.
—Pregunta mucho por ti —dice—. Si quieres continuar tu... amistad con él
luego de que el encierro se acabe, no me importaría, sólo para que sepas.
Ugh. Esa pausa antes de “amistad”. Ella sabe. Estoy segura de que sabe.
—Me seguirá en Twitter —digo—. Y eso será la mayor parte. Son famosos,
mamá. Sólo seremos un recuerdo.
Se cruza de brazos y se inclina sobre la encimera. Me ocupo leyendo las
actualizaciones de las fichas de Twitter de Benji en el refrigerador.
Aparentemente ahora le gusta el té dulce, no puede esperar a tener más
tatuajes cuando el encierro se acabe, y jura por su vida que escribirá en su
Twitter real sobre su nueva mejor amiga Emery, tan pronto como recupere su
teléfono.
Tomo una ficha rosada y debato sobre qué “twittearle” a Benji. Le doy toda
mi atención a la ficha, aunque veo a mamá mirándome con mi visión
periférica.
—Por lo que he visto —dice—, no eres material de “sólo un recuerdo”.
Dijo que eras especial.
Mamá está usando esa misma voz cantarina que usó Emery cuando señaló
que tanto Milo como yo estábamos usando blanco con un toque de negro.
Gracias a Dios que no es la voz de avecilla triste.
Mi corazón palpita con fuerza, como lo hizo la noche en que llegaron,
mientras entraba en pánico en el sofá y me preguntaba qué tan rápido latía el
corazón de Emery. Con calma, Chloe. Con calma.
—¿Dijo qué? —pregunto, haciendo mi mejor esfuerzo para fingir
entretenimiento, o incluso confusión.
—Bueeeeno —mamá arrastra la palabra—. Noah dijo algo sobre el nombre
de Aralie, y comenté que quería llamarte de una forma única y especial, pero
Scott no me dejó. Así que hicimos un trato de que él podría escoger tu
nombre, Chloe, y yo podría hacerlo con el de la siguiente niña.
Bien, mamá, pero llega al punto. Lo sé. Papá me llamó así porque pensó
que estabas en una fase hippie de inventar nombres. Quedaste embarazada
poco después de que yo naciera, le reclamaste eso a papá, y el nombre Aralie
surgió.
—¿Y? —la presiono.
—Y Milo dijo que eras especial, aún sin un nombre creativo —dice—.
Luego añadió que le gustaba mucho tu nombre.
Miro las fichas en el refrigerador. Hay una para Benji de Milo. Es una línea
sobre acosarlo viéndolo por la ventana. Algunas veces me pregunto qué tan
bien conozco a Milo Grayson, después de todo. Destapo el bolígrafo de la
encimera.
—¿Y? —pregunto nuevamente.
—Eso es todo —dice—. Noah lo molestó mientras bebía leche, y la regó
toda por el piso. Salió riendo y Milo se disculpó y se ofreció a limpiar por mí.
—Tan detallista —digo, fingiendo sarcasmo.
Escribo las palabras “alerta de acosador” en mi ficha rosada, dibujo una
flecha apuntando hacia arriba, y la pego en el refrigerador sobre la nota de la
ventana de Milo.
El timbre suena. Mamá finaliza toda la charla sobre Spaceships Around
Saturn y aclara su garganta.
—Es Paige —dice. Suena tan entusiasmada como yo.
—¿Qué pasará con las fichas de Benji en el refrigerador? —pregunto.
—Limpiaré —dice—. Sólo mantenla entretenida y fuera de la cocina.
Mamá me empuja hacia la puerta principal. Sé que se supone que es mi
mejor amiga, pero últimamente cambiaría a Paige por el trigueño tatuado que
escupe leche en nuestra cocina cualquier día.
—Ella me envió un mensaje después de eso, y dijo que lo vio en el cine con
Sydney, así que lo mandé al diablo. —Paige se pasea por el lugar—. Puedo
hacerlo mejor, ¿cierto?
Asiento con la cabeza, justo como he hecho durante los últimos treinta y
cinco minutos, mientras me contaba cada detalle de sus decepciones amorosas
desde que el verano empezó. Qué pérdida de treinta y cinco minutos. Podría
estar viendo la Dosis Diaria de Drama de Darby, o vídeos tontos de YouTube
sobre los chicos. Podría estar repasando mi trivia de SAS o incluso acechar el
verdadero Twitter de Benji en busca de nuevos chismes. Podría estar
ayudando a Emery a hacer un brazalete de la amistad para Jules. ¿Desde
cuándo mi vida orbita alrededor de una banda canadiense?
—¿Chloe? —pregunta Paige—. ¿Estás aquí siquiera? Pareces estar a años
luz de distancia.
Oh, no tienes idea, Paige.
—Sí, aquí estoy —digo—. Sólo estaba escuchando. No quería
interrumpirte.
—Genial —dice—. Y. ¿tú qué has hecho?
Se acomoda extendiéndose en mi cama. Se apoya en un codo y debato sobre
qué decirle que suene al menos un poco creíble. No puedo decirle lo que
realmente he estado haciendo.
Y en ese punto sus ojos se ensanchan y se sienta, mirando a su alrededor
con expresión de pánico, como si hubiera perdido su celular o algo así. Toma
la camisa gris de Milo que pude o no usar anoche para dormir. Aún huele a él.
—Chloe, en serio. ¿De quién es? Huele delicioso —dice de un tirón—. No
puedo creer que tengas un chico en tu vida y no me dijeras. Esa es la razón por
la que siempre estás ocupada y te toma tres días responder mis mensajes.
¡Escúpelo!
Fuerzo una risa a salir antes de escupir un montón de mentiras en mi cama.
—No es lo que crees —le digo, aunque sí es lo que cree.
De todas formas, debido a regulaciones del encierro, no estoy en libertad de
decirle que sí, hay un chico en mi vida. Es famoso, y hermoso, y talentoso.
Tiene ojos color caramelo, un gran sentido de madurez, y recrea mi canción
favorita en acústico. Es más o menos perfecto, Paige.
—El hijo de una amiga de mamá... —digo, inventando en el proceso—.
Está en la escuela de verano porque reprobó Inglés, y mamá me ofreció para
ayudarlo con su trabajo.
Se me queda mirando, aún sosteniendo la camiseta de Milo. Quiero
arrancársela de las manos. Cada segundo que la toca, la contamina. La esencia
de su gel de baño es absorbida por sus manos. Estoy a punto de quitársela al
estilo Emery.
Paige mira la camisa
—¿Y sólo se quitó la camisa en tu habitación?
—No —digo, alcanzándola—. Derramó su botella de agua en ella y se puso
como una diva, así que mamá le prestó una de las camisas de papá. La dejó
aquí cuando se fue. Mamá se la devolverá.
La aparto de ella y la pongo en mi pila de ropa sucia. Se ve impresionada.
—Chloe, sé que ha pasado mucha mierda entre el baile y la graduación —
dice en el tono Deacon de mamá—. Y comprendo que quieras mantener el
secreto sobre nuevos chicos por todo el drama y los chismes, pero puedes
decirme. Sabes eso, ¿cierto?
Paso los siguientes treinta minutos asegurándole que sí, sé que puedo hablar
con ella sobre chicos, y sí, le diría si un chico nuevo estuviera en mi vida. Una
pizca de culpa me apuñala porque sé que estoy mintiendo entre dientes. Por la
mirada que me da, ella también sabe que miento. Tan pronto como el encierro
se acabe, le contaré todo. Bueno, casi todo. Algunos de los momentos con
Milo son demasiado privados para compartirlos.
Emery viene a mi habitación minutos después de que Paige se vaya. Pongo
pausa a la Dosis Diaria de Drama de Darby para ver qué tiene que decir la
pequeña Saturnite.
—Lamento haber dicho que tenías que casarte con Milo —dice—. Es
aburrido. No deberías casarte con alguien aburrido.
—Está bien —le digo. No me importa la parte “aburrida” de Milo—.
Lamento haberte hecho confesar tu secreto de Harry Styles.
Se encoge de hombros.
—Sólo no le digas a Benji.
Reordena los imanes de mi escritorio y se sienta conmigo a ver dos
episodios de la Dosis Diaria de Darby antes de admitir la verdadera razón por
la que vino.
—Necesito tu ayuda —dice—. Necesito hacer un poster y algunos
brazaletes. Ya elegí los colores.
Luego de las horas gastadas con Paige, no tengo problema en sucumbir al
fandom de Spaceships Around Saturn. Al menos me ayudará a pasar el tiempo
antes de que Milo vuelva conmigo.
Capítulo Diecinueve
Emery se sienta en el piso de madera del vestíbulo con su poster gigante.
Mamá estará barriendo el brillo durante los siguientes tres años. Destellos
brillan en el rostro de Emery. El letrero dice “¡Bienvenidos de vuelta! ¡Los
extrañé!”, dibujé un corazón con anillos a su alrededor, como Saturno. Es
insoportablemente lindo y estoy secretamente orgullosa de mi creatividad.
Estoy segura de que Jules se reirá y me hará sentir como una idiota desde el
momento en que lleguen, así que disfruto el momento mientras dura.
Los chicos deberían haber llegado hace tres horas, pero papá dijo que hubo
un retraso en la seguridad, así que han estado atrapados en la cabaña. Estoy
tan ansiosa como Emery por que los chicos regresen. Aralie ha mirado la hora
demasiado a menudo y ha roto el record de Emery de preguntarle a mamá
sobre las últimas noticias. Creo que estos dos días han derrotado a Aralie
también porque anoche bailaba alrededor de la cocina cantando la letra de
“Music Up, Windows Down” como sólo una Saturnite podría hacerlo.
―Ehm, ¿por qué no vas a tu habitación y juegas? ―pregunta mamá―. Te
gritaré cuando lleguen. Tienes un montón de tiempo para llegar aquí abajo.
―No ―dice Emery―. No me voy a mover.
La pequeña Saturnite sigue siendo una parte del suelo del vestíbulo por la
siguiente hora mientras me entretengo en mi habitación mirando videos en
Youtube de los chicos.
La sirena, más conocida como Emery, se enciende tan pronto como los
vehículos llegan a nuestra entrada de coches.
Aralie se apresura hacia el vestíbulo al mismo tiempo que yo, la emoción se
traga su cara. Es raro verla sonreír así. Ni siquiera está tratando de parecer
ruda esta noche.
―Actúa normal ―dice―. Ya sabes, como de nuestra edad, no la de Emery.
Asiento con la cabeza y la sigo escaleras abajo lo más rápido y con toda la
calma posible. La puerta delantera ya está abierta cuando llegamos abajo, con
Tate y Godfrey entrando primero.
―¡Tater Tot12! ―grita Aralie, corriendo hacia él.
Él tira sus bolsos al piso y la abraza, girándola en círculos. Emery salta a un
lado, toda sonrisas aun cuando no está interesada en Tate Kingsley. Ella canta
el nombre de Benji silenciosamente y mira la puerta delantera al mismo
tiempo que sacude su cartel.
Noah me saluda mientras sube los escalones de nuestra casa. Milo está
detrás de él, enganchado profundamente en una conversación con Tank. Las
mariposas en mi estómago danzan su propia y pequeña rutina coreográfica,
sólo guardada para Milo. Ni siquiera me importa esta noche.
Noah camina hacia mí con un brazo extendido.
―¿Murieron por dentro sin nosotros? ―pregunta, tirando de mí a un abrazo
con un solo brazo.
―Yo sí ―responde Emery―. Chloe sólo algunas veces.
Noah se ríe.
―Sé en donde estuvo su mente durante esas “algunas veces”.
Le doy un codazo en el costado y lo aparto mientras Milo camina hacia
nosotros. Oh por Dios, he extrañado su sonrisa, sus ojos y toda su maldita
cara. Nunca pensé que sería esa chica que usara la patética frase “extraño tu
cara”, pero lo soy, soy esa chica porque extrañé su cara. Dejemos que la
corrupción Saturnite siga.
―Sobrevivimos ―me susurra Milo.
Me toma cada gota de fuerza de mi cuerpo no lanzarme hacia él y
envolverme a su alrededor. Quiero abrazarlo hasta que mis brazos no den más.
12 Juego de palabras entre el nombre de Tate y los Tater Tots (conocido también como "Tots"), que son una marca
registrada de los hash browns, y consisten en un fritura de patatas. Los Tater Tots son conocidos por ser crujientes, de
forma cilíndrica y de pequeño tamaño.
―¿Quieres ayudarme a cargar estas cosas arriba? ―pregunta Milo,
sosteniendo su guitarra hacia mí.
Pista o no, la entiendo totalmente esta vez. Mis dedos se aprietan contra las
cuerdas de la guitarra y se introducen en mi piel. Quiero presionarlas más y
más hasta que haya una abolladura en las yemas de mis dedos. De esa manera,
cuando todo esto termine, habrá una cicatriz del encierro para recordarme que
esto de verdad pasó.
De vuelta en la habitación de Milo, tira su bolso al piso y yo dejo su
guitarra cuidadosamente en la cama. Luego doy una vuelta y estoy sumergida
en sus brazos. Si la Tierra cayera de la Vía Láctea y fuera consumida por un
agujero negro, ni siquiera me importaría ahora. Al menos habré muerto feliz
en los brazos de Milo Grayson. Acuna mi rostro en sus manos y besa mi
frente.
Noah aclara su garganta en el camino hacia la puerta. Milo se aparta de mí
con un tipo de fuerza eléctrica. Perfectamente pude haber gritado
“¡Despejen!” y empujarlo en el pecho.
―Amigo ―le dice a Noah―, no me asustes de esa manera.
―Tú eres el idiota que dejó la puerta abierta ―dice Noah.
Él se pasea por la habitación y se sienta al final de la cama de Milo. Por
mucho que odie el hecho de que haya interrumpido nuestro momento,
probablemente es mejor así. Pasos avanzan por la escalera y Tate ríe, Aralie
está con él. La voz de Emery es débil, pero se dirige hacia aquí también. Benji
debe estar dos pasos por delante de ella.
Milo alcanza su guitarra y la coloca de nuevo en contra de la pared.
―Escribí una canción por cada día que no hablamos ―dice.
Noah se cae de vuelta a la cama riendo.
―¿Es en serio, Milo? Esa es la línea más patética que he oído.
―No, en serio ―dice Milo―. Escribí una canción.
―Exactamente ―dice Noah―. Una canción. Una canción. Porque nos
fuimos el martes y hoy es jueves.
Milo sonríe.
―Y escribí una canción el miércoles.
―Perdedor ―Noah murmura antes de sacarle la lengua a Milo.
Nuestro triángulo es interrumpido por Benji y su sombra llamada Emery.
―Oye, el Sr. Scott nos quiere a todos abajo. Tiene nuevas noticias sobre el
caso ―dice Benji.
La tristeza inunda los ojos de Emery y desearía tener un pañuelo para
ofrecerle. Benji luce optimista, como si tal vez no tuviera que sufrir la
emoción de Emery por mucho tiempo más, pero mi espíritu se siente
aplastado. Mis mariposas ni siquiera danzan con nerviosismo o con miedo.
Ellas sólo se desmoronan en mi interior.
Todo el equipo de gestión, agentes de servicio secreto y guarda espaldas se
han ido una vez que papá nos reúne en su sala de juego. Nos separamos en
sectores; las hermanas Branson, los chicos Saturn, mamá y Godfrey. Es
mucho menos formal que la última gran reunión de papá con todos nosotros.
Jules está usando una camiseta negra con un cohete blanco en ella. Las
palabras “Mi cohete es más grande que el tuyo” adornan su pecho. Creo que
esto puede ser mucho peor que la camiseta de Benji con la palabra PUTA.
―Quería darles a todos las nuevas noticias tan pronto en cuanto al caso
concierne ―dice papá, caminando de un lado a otro entre nosotros y su
pantalla plana.
Milo no se mueve para nada. Miro su pecho por un segundo, sólo para
asegurarme de que está respirando. Benji, por otro lado, aún no puede
sentarse. Su pierna brinca y su rodilla golpea la mía cada tres segundos.
―Hay buenas y malas noticias ―dice papá―. Tenemos una pista muy
sólida y estamos en proceso de seguirla ahora mismo. Si esto sale bien,
ustedes deberían ser libres de irse para el final de esta semana. Pero hasta
ahora, el encierro continúa.
Él espera un momento, que alguien se queje, interponga o pregunte cosas,
pero nadie habla. Ni siquiera Jules y su cohete gigante.
―Así que, uhm, las malas noticias ―papá continúa, después de darse
cuenta de que ninguno de nosotros iba a preguntar.
Y luego Jules habla.
―Pensé que “el encierro continúa” era la mala noticia.
―Para ustedes, sí, esas son las malas noticias ―dice papá―. Si quieren ir
arriba y desempacar, pueden hacerlo. El resto de esto no los afecta, pero
pueden quedarse si quieren. Sólo necesito que mi familia se quede aquí
durante un minuto más.
Benji es el primero en irse, dejando un espacio entre la sección de Emery y
yo. Noah lo sigue escaleras arriba. Jules y Tate intercambian miradas. Espero
a que Jules se levante y siga a sus hermanos, pero se queda. Milo no se mueve.
―Bueno ―dice papá, con su voz de padre―. Odio hacer esto, pero no
vamos a poder ir al festival Up, Up and Away este año.
―¡Papá! ―grita Aralie―. Esa es la única cosa que hacemos como familia,
aparte de las vacaciones o lo que sea. Mamá tiene fotos de mí recién nacida en
el festival.
Sé a qué foto se está refiriendo. Está colgada en la pared del vestíbulo cerca
de la habitación de mamá y papá. Yo tenía un año y usaba ese horrible vestido
rojo con volados que me tragaba. Mis ojos y mi boca estaban abiertos de par
en par y parecía la beba más tonta del mundo. Aralie sólo tenía unas semanas
de edad. Fue antes de que mamá tuviera que teñir su cabello y antes de que
papá tuviera círculos debajo de sus ojos por sus horas de trabajo.
―Esto no es justo ―dice Aralie―. Ya compré mi vestido para el festival, y
sabes que nunca me visto para nada excepto para Up, Up and Away.
―¿Qué es eso? ―pregunta Jules.
Aralie lo explica como el festival anual de globos aerostáticos que viene
cada año. Usualmente es justo antes del cuatro de julio, como una especie de
precuela para juntar a la comunidad. Hay un show de un globo aerostático
gigante cerca del río, y puedes ver los globos desde todas las partes de la
ciudad. Es totalmente hermoso.
Mamá se levanta y camina hacia papá, discutiendo algo con él por lo bajo
así nadie puede escucharlos. Milo me mira con sus ojos comprensivos.
―Bueno ―dice mamá―. ¿Qué opinan de esto? Tú y Chloe pueden ir, pero
papá, Emery y yo vamos a tener que perdérnoslo este año. Pero tienes razón,
no es justo para ustedes el tener que perderse algo que hacemos todos los años
por este encierro.
Emery salta en su modo argumentativo, demandando que ella merece ver
los globos aerostáticos de cerca también. Gruesas lágrimas recorren sus
manchadas mejillas mientras mamá trata de calmarla. Papá le ofrece un
pañuelo pero ella golpea su mano y continúa llorando.
―No iremos, Emery ―dice Aralie, dejándose caer pesadamente en el sofá.
Jules le da a Aralie un abrazo de un brazo mientras ella asiente a lo que sea
que él le esté diciendo. Parece que a alguien le creció el corazón estando en la
cabaña. Nunca vi eso venir.
Mamá le da a Aralie una sonrisa agradecida-orgullosa-comprensiva… si es
que eso existe.
Emery suena su nariz con un puñado de pañuelos Kleenex. Su respiración
tiembla mientras inhala para hablar.
―Al menos aún tendré mi cumpleaños ―anuncia Emery.
Papá se sienta en la otomana en el medio de la habitación y entierra su cara
en sus manos al estilo Benji.
―Sí ―dice―, uhm, acerca de tu cumpleaños…
Es después de media noche y finalmente pude ir escaleras abajo hasta el
patio de atrás con Milo. Él no dice nada cuando camino hacia afuera, se pone
de pie y camina conmigo, me envuelve en un abrazo y nos quedamos en el
patio durante unos minutos hasta que finalmente quito mi cabeza de su pecho
para mirarlo.
―Qué noche ―dice.
―Honestamente ―coincido―. Caminemos.
Damos un paseo por el pasto hacia la casa del árbol y mi cerebro repite la
locura del retraso de la fiesta de Emery y sobre el eventual colapso de Aralie
ante perder el festival Up, Up, and Away. Además de eso, mamá me informó
que papá piensa muy positivamente sobre todos los chicos americanos/no-
americanos también.
Milo trepa primero y conecta las luces. Esto se ha convertido en tal rutina
para nosotros que él ya conoce el camino a la casa del árbol en la oscuridad.
Evité siquiera haber mirado la casa mientras él no estaba porque el recuerdo
era demasiado. Tendremos que quemar la casa del árbol cuando el encierro
termine, no puedo imaginarme estar aquí sin él.
Egoístamente, espero que esta pista no tenga éxito. Es horrible en mí
sentirme de esa manera, lo sé, pero no quiero que los chicos se vayan. Este
encierro se ha convertido en nuestra normalidad, no quiero volver al silencio.
Quiero que nuestra casa esté llena de ecos de juegos de Xbox, las discusiones
de Aralie y Jules, las canciones de Benji en la ducha y la guitarra de Milo. ¿No
podemos mantenerlos para siempre?
Ahora, Milo es mi mariposa; esperando a sangrar su tinta para darle al
mundo un poco de color, aun cuando está atrapado bajo un cristal, siendo
observado y mantenido como una muestra de investigación. Al mismo tiempo,
me siento aquí y le digo cuán hermosos son sus colores y cómo el mundo
necesita verlos, pero secretamente, soy cómplice de los científicos locos que
lo quieren en un frasco.
―Oye, ¿estás bien? ―pregunta.
Camino a través de la casa del árbol en dirección a él y nos sentamos en el
pequeño futón que sirve como el sofá de Emery, luego envuelve su brazo
alrededor de mí y me atrae más cerca de él. Mmm, había extrañado el aroma
de su gel de baño. Paige tenía razón, huele delicioso.
―Háblame ―dice―. ¿Qué hay en tu mente?
Oh, tú sabes, sólo quiero que te quedes aquí para siempre bajo el cristal aun
cuando estoy plenamente consciente de que el mundo necesita que sangres por
él.
―Si fueras una mariposa, ¿de qué color sangrarías? ―pregunto.
Él me mira como si le acabara de pedir que arrancara sus ojos, luego su cara
se suaviza un poco.
―Azul ―responde―. ¿Y tú, Señorita Branson?
Pienso en mi propia pregunta un momento. No quiero hacer lo usual y decir
mi color favorito como lo hizo él.
―Naranja ―digo.
Él estudia mi rostro.
―¿Por qué naranja?
Trato de soñar sobre alguna línea bonita acerca del amanecer y cómo los
rosas y naranjas se iluminan en el cielo, pero se escucharía mejor en una
canción de Sebastian’s Shadow que en mi boca. Así que le digo la verdad.
―Porque el azul quema al naranja ―digo―. Me imagino que ningunos
otros colores podrían estar más cerca que esos, encendiendo una llama.
―Tal vez tú deberías ser la que escriba canciones en vez de mí ―dice―.
Eso es profundo.
―Cállate ―digo, mirando a la difusa alfombra roja que Emery debe haber
traído durante los últimos dos días.
―Oye, estoy hablando en serio ―dice. Alcanza mi mejilla y gira mi cabeza
de vuelta hacia su cara―. Sería el azul de tu naranja cualquier día.
Me recuesto contra él, bajo la seguridad de su brazo, y trato de pensar en
algo para decir que no esté empapado en preocupación, tristeza y sangre de
mariposa.
Él me cuenta sobre el viaje de pesca, como él y Benji trabajaron en algunas
canciones y que Noah se resbaló en el lodo y cayó al río todo por su propia
cuenta.
―Y luego Benji me dijo que tal vez necesitamos formar un nuevo
bromance porque Tate y Jules se han convertido en mejores amigos durante el
encierro ―dice―. Creo que es por todo esto de jugar Xbox.
―Bueno, eres el único mirando a Benji por la ventana ―digo―, y él quería
compartir una cama contigo. Tal vez Benlo sea lo siguiente, ¿o Minji?
Milo ríe y se aparta de mí, camina hacia la esquina de la casa del árbol y
toma dos almohadas verde lima y púrpura de Emery. Gracias a Dios que no
tiene su almohada SAS aquí. Los apoya en la esquina del futón y se recuesta
devuelta a ellos.
―Ven aquí ―dice, estirando su pierna detrás de mí.
Él es demasiado grande como para caber cómodamente en el futón, pero
hace lo mejor que puede. Me recuesto con él, descansando en su pecho. Sus
brazos, seguros a mi alrededor.
―¿Sabes?, no me gusta que me llames un acosador en lo del twitter falso
de Benji ―dice―. En realidad, hay una historia detrás de eso.
Me pregunto si las fans del twitter real saben algo que yo no. Tengo esta
hambre demencial de devorar todas las cosas de Spaceships Around Saturn así
nunca me sentiría fuera del circuito, ahora. Estoy segura de que otros
Saturnites saben que Benji y Milo compartieron una casa en Montreal. Estoy
segura de que alguien hasta sabe que a Benji le gusta el agua de limón.
Internet tuvo que decirme que Jules es rubio natural y tiñe su cabello negro
para encajar en la imagen de chico malo. Estos chicos han estado viviendo
aquí. Debería saber estas cosas por defecto.
―Justo después de que volvimos de Australia, Benji se mudó a la casa que
tenemos ahora ―explica―. Sufrimos un desfase horario, así que Benji
decidió dormir por veintitantas horas y yo decidí ser nocturno y quedarme
despierto por veintitantas horas.
Esto tiene sentido. A Benji le gusta dormir. A Milo le gusta vagar con los
vampiros.
―Habría grabado un montón de cosas para ver cuando volviéramos, como
Bruno Mars en Saturday Night Live ―dice.
Nunca lo tomé como un fan de Bruno. Hmm. Lo agregaré a mis
conocimientos de SAS.
―Así que, estaba en el sofá, en bóxers, cantando a todo pulmón mientras
Benji dormía escaleras arriba. ¿Conoces ese sentimiento, así como de que
alguien te está mirando? ―pregunta.
―Claro que sí ―digo, asintiendo―, vivo con Emery. Siempre siento que
alguien me está mirando porque usualmente, ella lo hace.
Emery es definitivamente la definición de una acosadora. Tal vez no sea un
bicho raro mirando por las ventanas, usando una máscara de ski o asechando
con una cámara, pero está en un nivel de acosadora a su propia manera. Benji
tal vez hasta aprecie a los paparazzi después del encierro con Emery.
―Bueno, tuve ese presentimiento de que alguien estaba allí, así que traté de
actuar normal. Eché una mirada hacia la ventana y ahí estaba esta chica (desde
la nariz hacia arriba) literalmente mirándome por la ventana ―dice.
Bueno, tal vez Emery no ha alcanzado el último nivel de acosadora en el
mundo de los Saturnites. Aún. En el futuro, todo vale; especialmente cuando
Benji anuncie al mundo que ella es su nueva mejor amiga. Ella será la
Saturnite más popular en el mundo. La gente la adorará y pensará que es linda.
Tal vez hasta se haga famosa en twitter. Estoy segura de que las fans le
responderán más amablemente a ella que a Aralie y a mí.
―¿Qué hiciste cuando la encontraste? ―pregunto.
―Grité ―dice―. Sólo… grité. Como un completo idiota. Gritando.
Me reí a carcajadas imaginando a Milo (el genial, calmado y serio Milo)
gritando como un alma en pena en sus bóxers mientras Bruno Mars cantaba en
segundo plano.
―No es gracioso ―dice―. Benji corrió escaleras abajo medio dormido,
tropezando con las cosas y la pobre chica… creo que la asusté más de lo que
ella me asustó a mí porque huyó rápido.
Unas risitas más salen de mi boca por mucho que trato de no reírme de él.
La escena se reproduce en mi mente como si la hubiera visto en un video de
Youtube.
Milo me abraza hacia él.
―Al menos te estás riendo ahora ―dice.
Tiene razón. Siento como que no me he reído de verdad en días. Mis
pensamientos han estado en el fin del encierro, Milo yéndose y perderme mi
show de globos aerostáticos por primera vez en dieciocho años.
Me obligo a mí misma a sonreír y luego lo beso antes de que pueda decir
cualquier cosa. Probablemente querría que hablara sobre las cosas que hay en
mi mente y así podría tranquilizarme y hacer todo mejor. Él es bueno haciendo
que las cosas estén mejor, pero ahora, realmente no tengo ganas de eso.
Grillos y sapos omiten chirridos en la noche mientras caminamos de vuelta
a la casa. Aún me gusta creer que son verdaderos alienígenas hablando en
código morse. Eso suena mucho más emocionante.
―Así que, mi mariposa naranja, ¿puedo despertarte temprano en la
mañana? ―pregunta Milo.
―No puedo ser tu mariposa ―digo, deseando inmediatamente no haberlo
hecho―. Tú tampoco puedes ser la mía.
―Espera, ¿qué? ―se detiene en medio del pasto y me atrae hacia él.
Su piel brilla a la luz de la luna. Él está hecho para brillar. Él está hecho
para sangrar colores.
―Chloe ―dice―. Habla. Explícame. ¿Algo?
―No sé cómo ―digo, tratando de desenredar mis pensamientos.
―¡Palabras! ―dice, demasiado alto―. ¡Con palabras! ¡Habla! ¡Palabras!
―Shhhh ―digo, acercándolo hacia mí―. No puedes ser mi mariposa
porque… ellas sangran y mueren, se disuelven en partículas. Pero tienes que
sangrar, aunque yo lo odie.
―Está bien, si quieres hablar con metáforas, puedo hacerlo ―dice.
Oh Saturno. ¿Por qué? ¿Por qué tiene que ser tan hermoso, talentoso e
inteligente?
―Tienes razón ―dice, liberando sus brazos de mi alcance y tomando mis
manos con las suyas―. Eventualmente, el sol saldrá, y yo tendré que sangrar
con mis hermanos mariposa, y el resto del mundo podrá ver mi tinta azul, no
sólo tú.
Nunca pensé que podría sonreír al pensamiento de Milo yéndose, pero este
chico seriamente hizo que pasara.
―Pero el asunto es ―dice―, que tal vez sangre cada día por el mundo,
pero sangro más por ti.
Capítulo Veinte
El sol brilla a través del adorno azul y verde que Emery hizo para Benji. Se
balancea en la brisa, meciéndose adelante y atrás en nuestro patio. Él la ayudo
a colgarlo ahí ayer en la mañana. Él le dijo que cualquier vez que atrapara el
sol, significaba que él estaba pensando en ella. Si ella no tuviera casi seis,
hubiera sido absolutamente romántico.
Nuestra casa ha vuelto a la normalidad en los últimos dos días… casi. Algo
debe haber pasado mientras estaban en la cabaña porque todos han cambiado
un poco. Desde que los chicos volvieron el jueves en la noche, Aralie y Jules
no han peleado una vez, excepto por su rivalidad por las mejores puntuaciones
en el bowling y baseball de la Wii. Noah dijo “buen día” a todos ayer antes de
que siquiera hubiera tomado su leche de fresa. Y Milo, bueno él siempre ha
sido súper dulce, por lo que no mucho ha cambiado con él.
Al principio, pensé que papá quizá les había dicho algo paternal y firme a
ellos, pero papá se fue el jueves a la noche y no ha estado aquí para ver los
resultados. Pero ahora, viendo el adorno de Benji y Emery en la mañana de un
domingo, siento como que algo está realmente fuera.
―Chloe ―dice Emery, deslizando la puerta del patio―. Benji dice que
tienes que dejar de estar sentada sola e ir a ayudarlo.
Por supuesto, él dijo eso. Él tiene un malditamente perfecto bronceado con
sólo mirar al sol. Algunos de nosotros necesitamos más tiempo con la fuente
de Vitamina-D.
―¿Por qué me necesita? ―pregunto, levantando mis anteojos de sol para
verla―. ¿No pueden Noah, Jules o tú ayudarlo?
Ella pliega sus brazos y pisa con su pie.
―Él dijo que te necesitaba a ti, Chloeeeeeeeeee ―dice ella, arrastrando mi
nombre para hacer énfasis.
Agarro mi camiseta de la silla de salón, la pongo sobre mi cabeza, y la sigo
dentro de la cocina. Benji está parado en frente del mostrador con los moldes
para muffins de mamá y muchas rodajas de limón.
―Hola ―dice él―. Necesito tu ayuda, ¿ustedes tienen un congelador
profundo, no?
Más vale que él no me haya sacado del sol para preguntarme sobre un
congelador. Él corta otro limón, y yo noto que la pulsera azul y verde todavía
está alrededor de su muñeca. Él la usa cada día. Todos los chicos de SAS
tienen pulseras ahora gracias a Emery. La de Milo es azul y gris. Me pregunto
si él la cambiaría por la mía rosa y negra.
―Sí ―respondo―. ¿Por qué necesitas un congelador profundo?
―Estoy probando algo ―dice él―. La Sra. Shelley envió al G-man por
algunas cosas. Voy a hacer limonada cuando él vuelva. Ahora mismo, estamos
haciendo cubos de hielo.
Es tan raro escuchar referirse a mis padres como Sr. Scott y Sra. Shelley. Ni
siquiera puedo soportar G-man para Godfrey. Emery lo ayuda a llenar los
agujeros del muffin en el molde con agua, y Benji tira una gran rebanada de
limón en cada uno. Creo que la astucia de mamá se ha pegado en él.
Ayudo a Benji a llevar los moldes para muffin al congelador y a encontrar
una forma de, milagrosamente mantenerlos planos entre los otros artículos.
Cuando caminamos de vuelta a la cocina, Emery está en una silla cerca del
fregadero con el rociador de agua apuntado como un arma. El agua ya está
corriendo, así que hago la única cosa que puedo hacer: me escondo detrás de
Benji.
Emery se ríe como hace cuando vemos la Dosis Diaria de Drama de Darby.
Benji murmura palabras de maldición debajo de su aliento. Emery
rápidamente apaga el agua y corre por la casa riéndose.
―Genial ―dice Benji―. Sabes, estoy tratando muy duro de ser bueno con
esa niña, y esto es lo que obtengo por eso.
Él se saca su remera sobre la cabeza y examina el daño de agua.
―Aquí ―digo, tomándola de él―. La pondremos afuera, estará seca en
una hora.
Tomo la remera y la cuelgo en una silla de salón mientras Benji limpia el
agua en el piso de la cocina. Quizá él no debería haber sido bueno con Emery.
Ella está tomando ventaja de eso ahora.
Las letras BACCARINI se extienden sobre la parte superior de la espalda
de Benji, como un nombre en un jersey deportivo. Hay un anime de la Muerte
con alas gigantes volando en la mitad de su espalda, entre sus omoplatos. Me
estremezco cuando pienso en cuánto debieron haber dolido esos.
―Gracias ―dice él, mirándome sobre su hombro cuando deslizo la puerta
del patio cerrada.
Él devuelve su atención a las fichas en la heladera y garabatea otro “tweet”.
No me quedo alrededor para leerlo.
―¿Qué piensas que están haciendo? ―pregunta Aralie, desde los confines
de su habitación―. Hemos estado atrapadas aquí por cerca de una hora.
Desearía tener una respuesta para ella. Emery rueda sobre el piso,
completamente indiferente de que el pequeño lindo vestido amarillo se está
arrugando al infierno y de vuelta.
Mamá nos pidió que nos quedáramos en un uno de nuestros cuartos, las tres
juntas, hasta que ellas y los chicos estuvieran listos para nosotros. Eso sólo me
asusta. Ella además nos dijo que nos pusiéramos lo que habíamos comprado
para usar en el Festival Up, Up, and Away, lo que me asusta más.
Aralie pega otra capa de brillos sobre su párpado y retoca su odioso lápiz
labial rojo al que le ha tomado el gusto. Se tira un beso a sí misma en el
espejo.
Me tiro hacia atrás en su cama, al igual que Emery en el piso. Más
temprano, Emery dijo que mi vestido le recordaba a una magdalena, por lo
que me estoy sintiendo menos que glamorosa ahora mismo. Mi cabello cae
alrededor mío cuando me doy la vuelta para ver a Aralie modelar delante del
espejo. Ella es tan diva como Noah.
Emery cuenta los cubos de hielo de limón de Benji y como mamá envío a
Godfrey a la tienda por más artículos…Quizá estamos teniendo la celebración
del cumpleaños de Emery un día antes. Aparentemente vamos a celebrarlo con
un montón de cosas de sabor limón. Eww.
―Lo tengo ―dice Aralie―. Di que tienes que hacer pis, camina por el
pasillo, y fíjate si ves algo.
―¡Yo lo haré! ―se ofrece Emery, saltando del piso―. Ahora que dijiste
eso, realmente tengo que hacer pis.
Aralie suspira.
―Bien ―dice ella―. Pero no actúes sospechoso.
Ella quizá le acaba de decir a Emery que no respire. Esa niña va a ser más
sospechosa que el perdedor que le disparó a Spaceships Around Saturn.
Emery se desliza fuera de la habitación, y la veo vagar alrededor hacia el
baño. Ella camina demasiado lento y de alguna forma baila por el pasillo.
Cierro la puerta cuando escucho voces. Mamá dijo no espiar, y estoy segura
de que todos los chicos nos delatarían.
Aralie gira alrededor en su vestido verde y plateado, tarareando el tono de
una canción de Mutilated Arteries. Los chicos de SAS no la han corrompido
enteramente.
Espero al final de su cama, en donde la ropa sucia de Jules está prohibida, y
escucho cualquier cosa que nos pueda dar una pista de qué está pasando. Pero
lo único que escucho son las pisadas de Emery.
Ella irrumpe a través de la puerta y la cierra de un golpe detrás de ella. Su
cara es toda locura hiena de nuevo.
―Vi a Noah ―dice ella―. Está usando un pantalón caqui.
Aralie y yo la miramos fijamente, esperando por más.
―¿Y? ―pregunta Aralie, haciendo señas con su mano en círculos para
decirle a Emery que continúe.
―Eso es todo ―dice ella―. Él estaba en pantalones caqui y una camisa de
polo y lucía bien.
¿Lucía bien? No raro o presumido o aburrido, ¿sino que bien? Oh Dios.
¡Emery se está convirtiendo en mamá! Continúo mirándola, con los ojos muy
abiertos, estoy segura. Ni siquiera sé qué decir a eso.
Pero es extraño que Noah esté usando caquis. Él ha estado en jeans,
pantalones cortos, y trajes de baño cada vez que lo he visto durante este
encierro. No imaginé que él siquiera tuviera caquis. No es del tipo de vestirse
formal, pero tampoco lo es la hermana girando en su vestido de colores de
Slytherin.
Hay un golpe en la puerta, y todas saltamos atrás, tratando de actuar
completamente normal. Mamá asoma su cabeza adentro y sonríe antes de
entrar y cerrar la puerta detrás de ella. Está usando esa seductora remera
violeta y negra que Aralie eligió para ella y un par de capris negros. Ella luce
bien, si alguien lo hace.
―Siéntense ―dice mamá, señalando hacia la cama de Aralie.
Me siento cerca de la cabecera y pronto me arrepiento. Un poster de
Mutilated Arteries mira hacia mí, y aunque es sólo una fotografía, siento como
que su baterista demasiado-tatuado está mirándome literalmente. Él pliega sus
baquetas en forma de X sobre su pecho. Luce atemorizador. Espero que Noah
no se pase con la tinta como ese chico.
―Tengo un anuncio a través de Spaceships Around Saturn ―dice mamá
como una publicista real―. Porque el cumpleaños de Emery tuvo que ser
pospuesto, y debido a que ustedes se tendrán que perder el Festival Up, Up,
and Away, los chicos de Spaceships Around Saturn, junto con una señora muy
útil y astuta, organizaron un evento alternativo para nosotros y les gustaría que
ustedes chicas se unieran a ellos. Ahora mismo, patio trasero.
Me río con esa última línea. Demasiada mamá de ella.
―Esto debería ser interesante ―dice Aralie.
Ella es la primera parada y fuera de la habitación. Emery baila alrededor
detrás de ella, cantando su pequeña canción sobre cómo esta es la mejor
noche. Mamá se ríe y me mira a mí.
―Personalmente ―dice ella―. Pienso que los chicos afuera son más lindos
que cualquier chico que hubieses conocido en el festival esta noche.
Decido complacerla.
―¿Sabes qué? Tienes razón ―digo. Me paro, aliso mi vestido y sonrío―.
Al menos, tres quintos de ellos.
El patio está iluminado con luces parpadeantes y antorchas tiki. Jules ayuda
a papá a manejar la parrilla. Él se ríe de algo con Aralie, y me resulta raro que
ellos son como amigos ahora. Supongo que Tate llego a través de él.
Benji se apresura hacia mí tan pronto como piso afuera.
―Tienes que ver esto ―dice él, agarrando mi brazo y arrastrándome hacia
la jarra de limonada―. ¿Cuán increíble soy?
¿Qué pasa con estos chicos y los estímulos de ego? Miro en la limonada, y
ahí están, limones congelados en agua, de forma redonda como si hubiesen
sido congelados en un molde de muffin. La creatividad de Benji en realidad es
casi increíble, por lo que me rindo y asiento a su pregunta. Él esta vestido
menos formal, en jeans ajustados negros y una camisa de polo.
Emery pisa hacia nosotros.
―¿Por qué estás tratando de ser el amigo de Chloe hoy? ―demanda saber
ella.
―Sí ―dice Noah, caminando detrás de mí. Él cuelga un brazo sobre mi
hombro―. Sabes el trato, Benji. Aralie se junta con Tate y pelea con Jules. Tú
entretienes a Emery. Y Milo y yo tenemos a Chloe porque somos el mejor
triángulo en la casa.
Noah me arrastra con él para ver a Milo. Él está solo con Tate, quizá
salvando lo que queda de Tito, pero mira hacia nosotros cuando Noah se
aclara la garganta. Noah toma el control de la conversación con Tate y me
entrega a Milo. Hola, mariposas.
―Lindo verte aquí ―dice Milo. Él se inclina y me susurra―. Te ves
increíble.
Siento que soy la estrella en alguna película de adolescentes cliché. Lo
tengo todo, tiempo de verano, un hermoso chico en una camisa abotonada, el
vestido, y luces parpadeantes. Los fuegos artificiales se deberían disparar en
cualquier minuto, y alguna banda popular tocará durante los créditos finales.
Oye, mira eso, también tengo a la banda. ¿Es tiempo para mi toma de cierre?
Justo mientras trato de encontrar palabras para decir “gracias” o “tú
también”, atrapo la mirada de mamá y su sonrisa maternal, y mi corazón
chisporrotea.
―Mi mamá sabe ―susurro.
―¿Ella qué? ¿Cómo? ―pregunta él, moviendo sus ojos alrededor pero
rehusándose a mirar hacia mis padres.
―Ella sospecha ―me corrijo a mí misma―. Ella me ha preguntado qué
pienso de ti.
Por primera vez en algunos días, él hace esa cosa tonta del beso de costado
con sus labios. Obviamente está pensando profundamente en algo.
―Entonces, Señorita Branson ―dice él―. ¿Qué piensas de mí?
Me acerco a él, para que los otros chicos no escuchen, y le digo la cosa que
sé que ha querido que admita desde que comenzó este encierro.
―Creo que eres el chico más apuesto de Spaceships Around Saturn.
Horas más tarde, Aralie compara el exterminador de mosquitos con una
silla eléctrica para mosquitos. Ella está sentada entre Tate y Jules y se queja
del olor a cigarrillos. Ella es bastante encantadora. Por supuesto, Tate se ríe.
Milo finalmente le da un descanso a su guitarra. Él ha tocado demasiadas
canciones de SAS, demasiadas antiguas que pidió papá, y cualquier canción al
azar que Benji y Jules pudieran pensar porque aparentemente ellos saben la
letra de cada canción desde el principio de la música.
Noah se instala de nuevo en la silla de salón que hemos estado
compartiendo la mayor parte de la noche. Tiene un plato de papas picantes con
él, y me robo una mano entera.
―¡Milo! ―grita Noah―. Chloe ha estado robándome mis papas toda la
noche. Cambia asientos conmigo.
Noah se aprieta entre Benji y Emery mientras mi chico se acomoda al lado
mío.
―Si tanto quieres papas, puedo ir a traerte algunas ―se ofrece Milo.
Sacudo mi cabeza.
―No es tan divertido si no las estoy robando.
―Bueno ―responde él―. Iré a traer papas para mí mismo. Después estaré
de vuelta para unirme a ti, ¿sí?
Asiento con la cabeza.
―No te olvides del kétchup.
Los ojos de mamá se encuentran con los míos por medio segundo cuando
miro de nuevo para asegurarme de que Milo realmente agarra kétchup. Su cara
está radiante como un foco. Realmente no esperé que ella estuviera contenta
con que su hija quizá tenga algo con una superestrella internacional. ¿No se
supone que eso saque banderas rojas sobre corazones rotos y lágrimas de
noches tardes? Oh, Chloe. Cállate. No pienses en mierda como esa.
Milo me deja robarle tantas papas picantes como quiero y, a diferencia de
Noah, nunca se queja. Me concentro en las papas para no mirar arriba y ver
los globos aerostáticos en el cielo nocturno. Ellos parecen tan lejanos, tan
pequeños.
Mamá, papá y Godfrey se sientan adentro, con el aire acondicionado.
Cuando la puerta del patio finalmente se abre de nuevo, es Godfrey quien
emerge de la casa. Él sostiene una caja en sus manos, y espero que se acerque
a Tate, porque es usualmente a dónde va.
―Oh ―dice Milo―. ¿Puedes sostener esto?
Él me entrega el plato casi vacío y se apresura para encontrarse con
Godfrey. Toma la caja y va adentro. Mamá y papá ambos se paran y caminan
hacia él, después mamá desaparece en la cocina. Yo termino las últimas papas,
me tomo media jarra de la limonada de Benji, y espero que vuelva Milo.
Todos los adultos lo siguen.
―Aww, el G-man nos sacó de un apuro ―dice Tate―. ¿Qué hay en la
caja?
Wow, ni siquiera Tate sabe. Bueno, él no sabe que hay en la caja, pero
obviamente sabe que Milo quería algo y Godfrey probablemente tuvo que tirar
algunas cuerdas para conseguirlo.
Mamá sonríe.
―Es nuestra última sorpresa esta noche. Fue idea de Milo.
Capítulo Veintiuno
Mamá se apresura hacia el resto de nosotros demasiado feliz. Levanta la
vista a los globos aerostáticos a la distancia. Son pequeña esferas (azules,
rojas, naranjas, verdes, amarillas) por encima de la línea de árboles, brillando
en la noche. Lucen como planetas distantes y soy la triste y pequeña
alienígena quién desea verlos más de cerca.
―Ya que no pudimos ver los globos este año ―explica mamá―, Milo tuvo
la idea de traer los globos a nosotros. Y de alguna manera, Godfrey hizo su
magia y encontró lo que Milo quería.
Mientras Milo se pone de pie cerca de nosotros, veo las palabras en la caja:
“Faroles del deseo13”. Hay un diagrama al lado de la caja, mostrando como
encenderlos y lanzarlos.
Emery jadea y salta con una mirada totalmente emocionada.
―¡Esos! ―grita apuntando a la caja―. ¡Son como en Enredados14!
Mi corazón se desborda con sangre de mariposa. La escena de los faroles en
Enredados es la escena más hermosa de una película animada. La mejor.
Emery está totalmente fuera de sí, saltando alrededor e inhalando
bruscamente porque esto es mucho más grande de lo que su pequeño cerebro
Saturnite puede soportar. Probablemente se siente como una princesa ahora
mismo.
Milo abre la caja y saca los cinco faroles pre-frabricados. Emery es la
primera en la fila, queriendo sostenerlo, amarlo y derramar todo su corazón de
Saturnite encima de él. Papá y Benji hacen equipo para vigilarla dándole el
doble de seguridad.
Noah agarra el siguiente y camina hacia mamá.
13 También conocido como Linterna voladora, globo del deseo o linterna china. 14 Película de Disney del 2010.
―Parece que puede ser mi actriz principal esta noche, ya que su esposo está
ocupado ―dice.
Aralie rueda sus ojos hacia él. Desearía que ella conociera a Noah de la
forma en la que lo conozco yo. La mayoría de sus observaciones “sarcásticas”
son realmente burlándose de Milo y de mí. Él no es el molesto idiota que ella
cree que es. Y por otro lado, tal vez Tate no sea tan molesto e inmaduro como
yo creo que es. Una vez que ellos lo confiesen todo, después del encierro, tal
vez llegue a conocerlo a otro nivel.
Aralie toma el farol siguiente al de Milo y desenvuelve el plástico. Examina
las instrucciones sólo por un momento antes de que Jules camine hacia ella.
―Ni siquiera lo pienses ―advierte Jules, quitándole el farol―. Sabes
demasiado bien que no tienes que jugar con fuego sin un hombre de verdad
alrededor que te ayude.
―Hmmm ―empieza ella―. ¿Planeas ayudarme a encontrar un hombre de
verdad?
―Oh, yo conozco un hombre de verdad ―contraataca Jules―. Y tiene un
gran cohete.
El codo de Aralie se encuentra con su caja torácica, pero él sólo ríe y la
sigue hacia el patio con los demás. Tate se tumba cerca de Milo y alcanza el
siguiente farol.
―No deberías jugar con fuego ―le avisa Milo.
―Amigo, G-man me ayudará a enganchar esto ―replica Tate.
Creo que la primera cosa que le preguntaré a Aralie después del encierro es
cómo Tate y Godfrey se convirtieron en tan buenos amigos… y cómo se
siente Godfrey respecto a ser llamado G-man todo el tiempo.
Tate y Godfrey caminan a través del patio. Tate habla sin parar mientras
Godfrey asiente y sonríe.
Milo sostiene el último farol del deseo empacado y lo sacude hacia mí.
―Parece que estás atrapada conmigo, Señorita Branson ―comenta Milo―.
Justo como Emery lo predijo.
―Ugh ―protesto―. Y tú eres tan aburrido.
―Por Dios, Chloe. Deja de hacer que quiera besarte cuando estamos en
público ―dice.
Él toma el último farol y me atrae junto a él hacia el patio con todos los
demás.
Papá pela el papel de cera del farol y examina el paquete de combustible
como si estuviera investigando un caso del gobierno. Pre-fabricado, papá,
sólo sigue las instrucciones.
Dejamos que tome las riendas y encienda el primero. Probablemente piensa
que somos todos unos niños pequeños que necesitamos supervisión en exceso.
El paquete de combustible se enciende lentamente convirtiéndose en una
llama, y papá lanza el farol amarillo.
―Esta cosa es tan grande como yo —señala Emery.
Tiene razón. Los de Enredados deben ser diferentes porque estos son mucho
más grandes. Son como mini globos de arostáticos. Tate y Godfrey se ponen
detrás de papá y lanzan su farol también. Me sorprende que papá o Godfrey no
hayan dado un discurso sobre la mecánica de la naturaleza y la física, y de
cómo estas cosas se lanzan realmente.
―Bueno, Emery ―habla Benji―, tienes que pedir un deseo especial antes
de enviar esto al cielo.
Ella salta.
―¿Estará en las nubes?
Milo ríe.
―Irá directamente hacia Saturno ―contesta―. De ahí es donde vienen.
Si no estuviera ocupada pelando este papel de cera, le daría un codazo a
Milo por eso. Emery volverá a la escuela este otoño, y será la chica de primer
grado que pasó el verano con una banda, hablando sobre los faroles de deseos
que Milo importó desde Saturno.
Emery exclama que ya ha hecho su deseo y ayuda a papá y Benji a
balancear el farol gigante hasta que el viento finalmente lo toma y lo lleva
hacia la noche.
―¡Deseé que no te vayas nunca! ―le grita a Benji.
Benji gime.
―No puedes decirles a las personas lo que deseaste o no se cumplirá.
Emery patea el pasto y se deja caer al piso. Tiene esa fea cara de muñeca
bebé. Además, es pasada su hora de dormir. Esto debería volverse interesante.
―¡Odio mi vida! ―grita.
Mamá abandona a Noah y su farol encendido para levantar a Emery del
pasto mojado. El ataque de llanto viene con toda su fuerza.
Noah y Tate lanzan sus faroles al mismo tiempo. Mamá lleva a Emery
adentro y papá los sigue. Godfrey está tres pasos detrás, es pasada su hora de
dormir también.
Benji se sitúa cerca de Aralie y Jules mientras trabajan en encender el
paquete de combustible de sus faroles. Él probablemente está esperando
desear algo también. Deseará que el deseo de Emery nunca se cumpla.
Milo chasquea el encendedor en sus manos y pone el farol hacia él para
encenderlo.
―Tenías razón ―admite―. El azul quema al naranja y no hay otros
colores que puedan estar más cerca.
Enciende el farol al revés y yo lo ayudo a balancearlo con mis manos. Es
tan parecido a un globo amarillo de aire caliente, sólo que más pequeño… y
nuestro.
―Bueno, pide un deseo antes de que el viento se lo lleve ―propone Milo.
¿Mi deseo? Oh, qué desear. A través de todas las estrellas fugaces y deseos
de las 11:1115, he deseado tonterías sin sentido. Este, el farol del deseo con
Milo, debe ser especial. Por mucho que me encantaría hacer como Emery y
desear tener a Milo para siempre, no puedo. Él tiene que ser Milo Grayson de
Spaceships Around Saturn. Y debo ser fuerte por él.
Deseo fuerza.
Y luego el viento se lleva nuestro farol.
Es mucho más tarde que nuestras citas habituales una vez que todos están
dormidos. Para Benji estar tan cansado como un zombie sin un arreglo
cerebral, se ha quedado más tiempo despierto de lo que me gustaría. Pensé que
nunca nos libraríamos de él.
Milo me dijo que no me cambiara el vestido, pero me siento tan rara
escabulléndome cerca de las dos de la mañana vestida así. Él camina a través
del patio cuando llego escaleras abajo. Todavía lleva sus caquis y su camisa
abotonada puesta.
―Vamos ―dice incluso antes de que cierre la puerta del patio.
Él agarra mi mano y se apresura hacia la casa del árbol. Estamos
usualmente infiltrándonos en la casa ahora. Esto es todos los tipos de rebelde y
salvaje. Me gusta en cierto modo.
15 Se cree que es el momento del día en que se deben pedir deseos mirando al reloj.
Cuando llegamos a la casa del árbol, Milo no escala. En vez de eso, se
apoya en la escalera y toma mis manos, halándome hacia él.
―Sabes que hasta la otra noche ―empieza―, no me había dado cuenta de
lo mucho que se ha puesto de cabeza tu vida. Quiero decir, ustedes tenían
vidas antes de que nosotros llegáramos aquí. Tenían planes, amigos que ver y
cosas que hacer.
Si él está tratando de disculparse por hacernos perder el festival Up, Up,
and Away, puede detenerse ahora. Nuestra noche fue mágica y maravillosa
gracias a ellos. No creo que me importe ir al festival Up, Up, and Away otra
vez. El festival no tiene faroles de deseos, o el asado a la parrilla de papá, o un
show en vivo y acústico de Spaceships Around Saturn.
―Está bien ―le afirmo―. Te conseguí a ti gracias al asunto, así que es
suficientemente justo.
Él fija sus manos detrás de mi cuello y presiona su frente contra la mía.
―Sólo estás siendo buena ―susurra.
Dos semanas atrás, este chico trataba de darme impulso y estimular su ego a
costa mía. ¿Ahora está tratando de ser tímido? Me alejo para mirarlo a la cara,
pero la mayoría del tiempo, él evade mis ojos y sonríe tímidamente. Desearía
poder capturar este momento. Nadie jamás creería que Milo Grayson tiene
momentos débiles.
Las luciérnagas parpadean en la noche, pequeñas motas amarillas en el cielo
oscuro. Una flota cerca de nosotros, parpadeando. Me pregunto, si de alguna
manera, es una de las luciérnagas que capturamos durante nuestras otras citas
nocturnas. Tal vez nos recuerda.
Milo trata de alcanzarla y la atrapa con sus manos. La acuna entre sus
palmas y me inclino para mirarla. Se enciende y se apaga, se enciende y se
apaga.
―El bicho más genial de todos ―opina Milo.
―Y ni siquiera tienen que sangrar por alguien ―contesto.
Él libera a la luciérnaga y ella brilla un par de veces mientras danza
alejándose de nosotros.
―Es raro ―comento, mirándola brillar a la distancia como los globos de
aire caliente que lanzamos temprano―, ellas sólo brillan por un segundo o
dos, pero siempre me hacen sonreír.
―Algo así como una estrella fugaz ―propone Milo.
Mis pensamientos me consumen otra vez. Mariposas que sangran.
Luciérnagas que parpadean. Voy a llorar la pérdida del encierro con bichos.
Tal vez debería poner en la lista a los grillos y sapos para que canten en los
funerales. “Código Morse Alienígena” podría ser un nuevo himno de funeral.
―¿En qué estás pensando? ―pregunta Milo.
No le diré que estoy viviendo de esto otra vez. ¡No más charla sobre bichos!
―¿Por qué me dijiste que no me cambiara el vestido? ―pregunto.
No es una mentira, realmente. Estaba pensando en eso… cuando me dijo
que no me cambiara, temprano.
Él sólo sonríe.
―Escalemos.
Él da un par de pasos hacia la escalera y va por delante de mí esta vez,
debido al vestido. Me pregunto cuántos chicos de mi escuela serían tan
caballeros para hacer lo mismo. De mi ex grupo de amigos, mi respuesta sería
ninguno.
Milo me ayuda a entrar a la casa, lo que se vuelve mucho más raro gracias a
mi vestido. Al menos me puse sandalias en vez de esos tacos altos que mamá
compró “sólo en caso” de que cambiara mi opinión. No me importa si los
tacones están de moda. Soy una chica de superficie plana.
―Baila conmigo ―pide Milo, extendiendo su mano.
Las luces de navidad se reflejan en sus ojos, y juro que hacen su sonrisa
mucho más brillante.
―¿Qué? ―pregunto. ¿Realmente dijo eso?
Él da un paso más cerca.
―Me escuchaste. Baila conmigo ―repite.
Sí, realmente dijo eso. Alcanzo su mano pero me detengo. Esto es
demasiado ‘película adolescente’. ¿No es esta una escena de una de ellas?
Pero no estaban en una casa del árbol… tal vez, ¿cerca de una piscina?
Recuerdo luces de navidad. Esto es surrealista.
―¿Por qué? ―cuestiono, aun cuando es un insulto total y sólo debería
bailar con el chico.
―Eres imposible ―suspira y se pasea por el piso de la casa del árbol―. Te
ahorraré los detalles, pero tu mamá me habló de cuán horrible fue tu noche de
graduación, y pensé que, tal vez, podría ayudar a arreglarlo. Quiero decir, ya
tienes un vestido puesto, así que, ¿por qué no?
Desearía saber por qué tengo que preguntar por todo y complicar las cosas.
Necesito parar de ser tan lógica y racional y sólo dejar que este chico me haga
feliz cuando quiera en vez de preguntar todo lo que hace y dice. No debería
hacerlo pagar por los errores de Deacon.
―Si no quieres hacerlo ―continúa―, puedo tomar mi sentido del orgullo
roto y sólo bailar con él en vez de contigo.
―No ―digo, deseando con mi mente que deje al sentido del orgullo roto en
el piso―. Bailaré contigo.
Él sonríe y extiende su mano hacia mí de nuevo. Y esta vez, la tomo sin
reserva. Me da una vuelta antes de acercarme hacia él.
―Así que, ¿los grillos nos proporcionarán música? ―pregunto.
Obviamente mi mente sigue pensando en el himno de funeral del encierro,
los grillos y los sapos.
―Estaba pensando que yo podría cantar para ti ―responde Milo, su aliento
tibio en mi oreja―. ¿Alguna petición, Señorita Branson?
Uhmm, sí, ¿podría evaporarme completamente y convertirme en parte de
los anillos de Saturno ahora? Espera, tal vez estén hechos de hielo. Debí haber
prestado más atención cuando tuve que construir ese estúpido modelo del
sistema solar en segundo grado. El nacimiento de Emery fue después de eso
así que la usaré como mi excusa por perder células del cerebro.
―Tu canción favorita de Saturn ―pido.
No tengo idea de cuál es, pero hay una manera clara de averiguarlo. Él se
aleja y me mira, sus labios arrugados a un lado.
―No conseguimos grabar mi canción favorita de Saturn ―declara―. La
escribimos Benji y yo, pero la disquera dijo que no era lo suficientemente
limpia para una banda de chicos y que eso corrompería nuestra imagen.
Una inundación de paranoia corre en mí. ¿Qué podía ser tan malo que la
disquera no los dejaría grabar? Probablemente se trata de alguna chica que
conocieron en una gira y se divirtieron demasiado con ella en un afterparty o
en un hotel de cinco estrellas.
―¿De qué se trata la canción? ―pregunto, inmediatamente
arrepintiéndome de eso. Pero sé que él quiere que pregunte.
―Es sobre una chica, que ha sido lastimada por un chico estúpido ―me
cuenta. Luego pasa sus dedos por mi cabello mientras habla―. Ella va a un
bar para ahogar sus penas en un par de copas de vino. Y luego otro chico la ve
y quiere juntar sus piezas de nuevo, pero ella está demasiado asustada de dar
su corazón porque ha sido destrozado antes.
Me atrevo a inclinar la cabeza hacia arriba así puedo ver su rostro. Sus ojos
se ven aún más caramelizados con las luces de navidad brillando en ellos.
―Se llama “Un-Shattered” porque es sobre des-destrozar el corazón de
alguien ―explica.
―¿Y esa chica lastimada de verdad existió? ―pregunto. Dispárenme.
Tengo que saberlo.
Él sacude su cabeza.
―No en ese tiempo, no ―dice―. A menos que Benji tuviera una de la que
nunca supe. Sólo nos gustó la idea y la escribimos. La disquera dijo que la
escena del bar no era buena para nuestras fans jóvenes. No querían que ellas
pensaran que ahogar las penas e irse con un extraño estaba bien. Se perdió el
verdadero significado.
Supongo que viene con el oficio. Las bandas de chicos no pueden ser
Clasificación R. Sin sexo, sin humo, sin noches en los bares. Al menos las
bandas de chicos están avanzando, a pesar de todo. Hubo un tiempo en el que
sólo el estereotípico chico malo estaba autorizado a tener tatuajes.
―Así que ―sigue Milo―, ¿me harías el honor de escuchar mi canción y
bailar conmigo?
Asiento, dejándome a mí misma caer como víctima de Milo Grayson.
Mientras me acerque a él y cante una suave melodía, todo está bien.
Espero en los pies de la escalera a Milo mientras apaga las luces de la casa
del árbol. Él camina arrastrando los pies y pliegues de plástico se arrugan por
encima de mí. Miro alrededor, pero no puedo ver lo que está haciendo. La
casa del árbol se apaga.
―Oye, tengo algo para ti ―informa mientras baja.
Sujeta un paquete de papel de seda azul. Sólo papel de seda. Luego lo
sacude suavemente y se abre. Es otro farol de deseos. Un farol de deseos azul.
―Quería que nosotros tuviésemos uno especial ―dice, sacando un
encendedor de su bolsillo―. Así que este es nuestro. Sólo nuestro. Y vamos a
desear algo juntos con él.
Él estabiliza el farol a la luz de la luna y chasquea el encendedor para
volverlo una llama. El azul quema el naranja y enciende el paquete de
combustible. Él se inclina y lo enciende hasta que todo el paquete esté en
llamas, luego voltea el farol. Balanceo el bambú prefabricado con las yemas
de mis dedos mientras el viento lentamente reúne la fuerza para hacerlo volar.
―Bueno, este es para nosotros. ¿Cuál es tu deseo? Será nuestro secreto.
Lo pienso por un segundo, mirando el papel azul del farol brillar entre
nosotros. Va a alejarse en un momento, lejos hacia el cielo nocturno, perdido
entre las nubes. Eventualmente parpadeará como una luciérnaga, pero ahora
mismo, mientras brilla, sonrío.
―Mi deseo es que seas mi luciérnaga ―le digo―. Después de que termine
el encierro, sólo nos veremos el uno al otro en momentos, por cortos
parpadeos de tiempo.
―Y eso siempre me hará sonreír ―responde Milo―. Seré tu luciérnaga.
Creo que me gusta incluso más, que ser una mariposa que sangra. ¿Sé la mía
también?
Nuestro farol se levanta de nuestros dedos y se tambalea sólo por un
momento, extendiendo sus alas de papel imaginarias y tomando vuelo. Brilla
como una nave espacial azul, orbitando su vuelo de vuelta a Saturno, donde
pertenece.
―Seré tu luciérnaga, también.
Él me acerca en un abrazo y miramos nuestro farol parpadear alejándose en
la noche.
Capítulo Veintidós
La pantalla de mi laptop se enciende, y espero impacientemente a que el
internet se conecte. Tarda alrededor de tres segundos, pero he querido ver las
fotos del festival Up, Up, and Away desde anoche cuando vi los globos
aerostáticos en la distancia.
Ni siquiera estoy triste por habérmelo perdido. Más que nada, quiero ver las
fotos para poder sonreir porque mi noche con Milo y Spaceships Around
Saturn fue mucho mejor de lo que pudo haber sido el festival.
Entro a mi cuenta de Facebook y encuentro múltiples notificaciones.
Paige Harding te ha etiquetado en 36 fotos.
¿Treinta y seis fotos? ¿De qué? Apenas la he visto durante todo el verano, y
el último recuerdo que tengo de ella sosteniendo una cámara cerca de mí fue
en la noche de graduación. Subió esas fotos tan pronto como llegó a casa.
Abro la primera foto. Es de Deacon. Con Paige. Besándose. No de la forma
en la que Milo me besa, sino de la forma en que esos perros rabiosos se
muerden la cara el uno al otro. Su descripción dice: A veces sólo tienes que
darle a un hombre lo que quiere. ¡A veces tienes que ser una mujer!
Veinticuatro comentarios salen debajo.
Lauren: Demonios, Paige. Hacerlo es una cosa, pero ¿etiquetarla? Qué bajo.
Un idiota de la escuela: ¡Ja! ¡La Reina de Hielo acaba de quemarse!
Las bromas continúan a través de la conversación, todas a mis expensas.
¿Por qué soy el hazmerreír? ¿Por qué soy de la que hablan mal? Deacon
cacareó, cacareó locamente, el apellido de Benji en el estacionamiento
mientras me molestaba a mí y a mi hermana, y Paige es una amiga traicionera
que sólo hizo esto para poder etiquetarme y actuar como una chica ruda.
Cierro mi laptop de un golpe al tiempo que la puerta de mi habitación se
abre.
―¡No entres a Facebook! ―grita Aralie, corriendo hacia mi cama.
Agarra mi laptop y la aferra contra su pecho.
―Ya lo vi ―le digo, agarrando mi laptop.
Ella se para y cierra la puerta, y luego vuelve a unirse a mí en la cama.
―No puedo creer lo que hizo esa pequeña perra ―Aralie dice―. Sabía que
la odiaba por una razón. Voy a eliminarla ahora mismo, tan pronto como le
diga lo que pienso de su trasero de zorra.
―No lo hagas ―digo, alcanzando a Aralie para evitar que se vaya o se
mueva, o lo que sea que esté pensando hacer ahora mismo.
Mi primera reacción fue eliminar a Paige y a todos los demás de la escuela.
No importaba si me había deshecho de Deacon hace mucho. Él sabrá que vi
las fotos. Estoy etiquetada en todas las treinta y seis, y sólo he visto la primera.
―No podemos eliminarla ―digo, volviendo a levantar la pantalla―. Voy a
eliminar mi etiqueta de estas fotos, y vamos a pretender que nada pasó.
Aralie se levanta y pisa mi alfombra verde limón.
―Chloe ―dice a través de sus dientes―. Eres demasiado buena con ella y
con ese imbécil exnovio tuyo. Necesitan obtener lo suyo. Lo sé, lo sé, el
karma lo hará, pero maldición, no tengo tiempo para el karma. Quiero
venganza ahora.
Esa es mi Aralie. La chica que insulta a cualquiera que diga algo sobre
alguien que ella ama. La chica que tiene que ser retenida porque realmente
golpeará a un chico en sus partes. La chica que vivía al otro lado del pasillo
antes de que Spaceships Around Saturn se nos unieran en un encierro. Ellos la
han suavizado… mucho. Me gusta la Aralie más amable y menos histérica.
Pero en algunos días, necesito que esa niña salvaje resurja. Como hoy.
―Mira ―digo―. Cuando se termine el encierro, tienes una tarjeta de
memoria llena de fotos que serán la envidia de chicas alrededor del mundo.
Puedes publicarlas. Etiquétame. Etiqueta a mamá. Asegúrate de que todo el
que posiblemente pueda verlas lo haga. Incluyendo a Paige. Así que tienes que
tenerla por ahora, sólo lo suficiente para la venganza.
Mi hermana se ríe maniáticamente.
―¡Oh! Tengo que mostrarte algo ―dice.
Sale de mi habitación y vuelve con su cámara digital. La ha estado usando
más durante el encierro que lo que la ha usado en el último año. La única otra
vez que recuerdo haberla visto tomando tantas fotos fue en el concierto de
Sebastian’s Shadow.
―Mira ―ella dice, mostrando una foto de Milo y mía de anoche.
Estamos en el patio trasero con luces centellantes brillando detrás de
nosotros. Recuerdo ese momento. Aralie nos interrumpió mientras
discutíamos cómo podríamos escaparnos después. Ella gritó que nos
“viéramos felices”, así que Milo me atrajo hacía él y sonrió. Nos vemos
increíblemente felices.
―Sabes ―dice Aralie―, si no fuera famoso y todo eso, podría parecer tu
novio.
Cierto. Porque un chico famoso no sería en realidad mi novio. Sé que ella
no lo dice de la forma en la que suena. Ni siquiera me importa. Al menos no
estoy saliendo con Tate.
Ella salta a través de sus cientos de fotos, mostrándome las más graciosas y
tiernas. Básicamente ha documentado todo el encierro en esa tarjeta de
memoria. Espero que haya guardado esas fotos en algún lado. Mi corazón se
mutilará si las perdemos.
Tan pronto como Aralie deja mi habitación para jugar al Xbox con Tate,
elimino mi etiqueta de todas las fotos de Paige. Hago lo mejor que puedo para
no leer los comentarios, pero por Dios, mucha gente se está comiendo el
drama como si fuera su postre favorito. Todos estos idiotas de la secundaria
tienen algo para decir, como si fuera su problema. La mayoría de estas
personas ni siquiera me hablaron en la escuela. No reconozco algunos
nombres, pero aparentemente todos saben quiénes somos.
La última foto es otra de Paige y Deacon. Todas las estúpidas treinta y seis
fotos fueron de ellos. Pero ésta es más genuina. Me recuerda a la foto de
Aralie de Milo y yo. Apuesto a que Paige le habló dulcemente y le dijo que se
viera tierno para poder publicarla en Facebook inmediatamente.
Sí, Facebook. Quiero eliminarme de la foto. Como de todas las demás.
Quisiera poder eliminar estas fotos de mi cabeza del todo. Quisiera poder
eliminar a Paige y a Deacon de mi vida de una vez por todas. Si tan sólo
pudieras eliminar y bloquear a la gente en la realidad como puedes hacerlo en
las redes sociales.
Cierro sesión y empujo mi laptop lejos de mí. Quiero llorar. Y no puedo
decirle a nadie que quiero llorar porque todos lo tomarán de la forma
equivocada.
No estoy triste por Deacon, y definitivamente no lo quiero. Hace mucho que
lo superé. Lo he superado porque es un idiota. De hecho, quiero que se vaya
con otra chica para que todos la observen y se olviden de mí.
Estoy triste por Paige, porque se suponía que era mi amiga. Porque ella fue
la única que se quedó a mi lado. Porque el encierro sucedió y ella sabe que le
he estado mintiendo, así que me hizo esto para vengarse. Pero más que todo,
estoy triste porque la persona que pensé que siempre estaría ahí terminó
siendo alguien que nunca fue verdaderamente mi amiga en primer lugar.
Ugh. Necesito desahogarme, llorar, maldecir y gritar, pero no puedo porque
mamá y Aralie pensarán que estoy herida por Deacon. No puedo decirle a
Milo porque eso sólo sería estúpido. Nadie le dice al chico nuevo nada que se
relacione con el chico de antes. Sólo necesito estar enojada con Paige.
Y sé quién me lo permitirá.
Noah lleva un vaso de leche de fresa afuera con nosotros. Ya escuchó todo
por mamá. Ella entró en pánico en el desayuno cuando vio las fotos. Por suerte,
Noah y Benji eran los únicos que estaban en la habitación con ella en ese
momento.
Nos sentamos en nuestro sillón de anoche. Hace menos de veinticuatro
horas, Noah obligó a Milo a cambiar de lugar con él para que yo ya no pudiera
robar sus papas. Desearía poder repetirlo todo. Aún tomaría sus papas, pero no
habría entrado a Facebook esta mañana.
―Entonces, hablemos sobre eso ―Noah dice después de tomar un sorbo.
No puedo esperar a presumirles a las Saturnites del mundo que Noah me
habla antes de terminar su vaso de leche de fresa cada mañana. Milo me dijo
que el encierro ha sido la primera vez que ha visto a Noah hablar antes de
terminar su leche. Me hace feliz, como que tengo un amigo verdadero que me
dejará quejarme sobre la vida y llorar en su hombro aunque interrumpa su
consumo de leche en las mañanas.
―Odio mi vida ―digo. Sueno justo como Emery―. Paige es una traidora,
Deacon es el más grande idiota viviente, y todos en esta condenada ciudad se
están riendo de mí.
―Umm ―dice Noah―. No me estoy riendo.
¿Por qué siento que el mundo se está derrumbando a mi alrededor? Después
de la graduación, pensé que las cosas no podrían empeorar. Luego sucedió el
encierro, y mi verano fue cancelado. Y Paige me traicionó y se burló de mí.
Lo admito, el encierro no ha sido malo. El encierro va a terminar, de todas
formas. ¿Qué pasará entonces? Sí, me gusta pensar que todo funcionará y
habrá un ‘felices para siempre’, ¿pero cuándo realmente sucede eso?
―¿Sabes qué necesitas? ―Noah pregunta.
Levanto la vista de mi autocompasión. Sus ojos verdes me observan a
través de su cabello desordenado. No pensé que podría verse más rockero
punk que cuando llegó aquí, pero en dos semanas, se ha vuelto muy grunge.
Parece más “chico malo” que Jules. Espero que su estilista nunca le haga
volver a usar pantalones cortos de golf de anciano. No son para nada Noah.
―¿Qué necesito, Noah? ―pregunto, a pesar de que no quiero escuchar su
ridícula respuesta, cualquiera que sea.
―Un nuevo mejor amigo ―dice―. Ya sabes, alguien que escuche tus
problemas, incluso cuando no haya tomado su leche todavía. Alguien que
mantenga a tu nuevo novio en secreto de los demás, incluso cuando lo haga
ver como un idiota a veces. O, incluso mejor, alguien que aún te cubre
después de que lo hayas halado a la piscina… totalmente vestido.
Por lo que se siente como la primera vez en mucho tiempo, me río. Noah
tiene razón. Necesito un nuevo mejor amigo, y él ha hecho más que demostrar
que puede serlo. Además, si voy a hacer que esto con Milo funcione, tendré
que dejar a Noah estar al tanto porque son una oferta de paquete de distintos
tipos.
―Nada de esto importará después del encierro de todas formas ―Noah
dice―. Tu vida cambiará mucho. Esas personas se sentirán como unos idiotas.
La cara de Aralie aparece en mi mente. Ella encontrará mucho placer en
publicar sus fotos del encierro cuando esto se termine. Ni siquiera puedo
culparla. Yo espero que me etiquete en cada una. ¿Y qué si no he sido cien por
ciento honesta este verano? No podía serlo. Toda mi familia tuvo que mentir
para proteger a Spaceships Around Saturn. El gobierno nos hizo hacerlo.
―¿Sabes qué más? ―Noah pregunta, poniendo una mano en mi espalda
como si yo tuviera la edad de Emery y necesitara consuelo.
Alzo la vista y espero su siguiente monólogo. Pobre chico. No se da cuenta
que estoy coincidiendo con todo lo que dice en mi cerebro.
―¿Qué? ―pregunto.
―No es por ponerme todo bromántico contigo o algo ―dice―, pero Milo
es mucho más ardiente que esa cosa con la que saliste antes.
―Tienes razón ―digo―. Eso no es para nada bromántico.
Noah se ríe y abre su boca para decir algo, pero las palabras nunca salen.
Mira detrás de mí, hacia la puerta del patio. Luego desvía la vista rápidamente.
―Tu chico está levantado ―dice―. Acaba de entrar a la cocina con Tate.
No puedo ver a Milo, no todavía. No puedo enfrentarlo cuando aún estoy
hecha un desastre de nervios y rabia por Paige. No puedo decirle por qué estoy
enojada, y me conozco a mí misma lo suficiente para saber que simplemente
no puedo fingir hasta sentirlo. No puedo dejar que piense por medio segundo
que estoy molesta por Deacon. Este no es el momento para impresiones
equivocadas.
―No puedo verlo ―le digo a Noah―. Necesito unas cuentas horas para…
organizar mis pensamientos sobre Paige. Sólo para estar molesta y luego
calmarme. Lo sé, es estúpido, pero tal vez es cosa de chicas. Sólo no puedo
enfrentarlo. No quiero que sepa que algo está mal.
Noah toma un gran trago de su leche, traqueteando un tercio del vaso de
una sola vez.
―Lo distraeré ―dice, limpiando su boca con el dorso de su mano―. Dame
un minuto para entrar ahí. Luego puedes deslizarte y volver arriba. Lo
mantendré lejos tanto como pueda.
―Eres el mejor ―digo.
Él ríe.
―Sólo recuerda eso la próxima vez que quieras empujarme o jalarme hacia
la piscina.
Observo a Noah a través de la puerta de vidrio cuando va hacia Milo. Habla
con sus manos. La boca de Milo se curva hacia un lado. Tal vez Noah le está
soltando alguna fantástica idea para una canción o un concepto para su
próximo vídeo. Sea lo que sea, Milo está sumergido en sus pensamientos.
Emery llega al patio antes de que yo pueda entrar. Espero que no quiera que
vea la Dosis Diaria de Drama de Darby hoy. O que haga brazaletes de la
amistad. O que dibuje más corazones Saturno con anillos en posters.
―¡Chloe! ―ella grita―. ¿Sabes qué día es hoy?
Sí, Emery, lo sé. Hoy es el día del encierro en que quiero evitar todas las
cosas Saturn y todas las cosas Milo… al menos hasta medianoche.
―¿Qué día es hoy?―pregunto.
Se cruza de brazos y me lanza una mirada fría.
―¡Será mejor que no lo hayas olvidado!
Las galaxias se alinean y las estrellas fugaces y los fuegos artificiales a
través del universo.
―Por supuesto que no ―digo, dándome cuenta de que estoy
completamente arruinada―. Nunca olvidaría tu cumpleaños.
Capítulo Veintitrés
Consigo entrar, subir las escaleras, y casi llegar a la puerta de mi dormitorio.
Sin embargo, no hago el viaje sola. El único e inigualable Benji Baccarini me
sigue. Para ser el cumpleaños de Emery, también conocido como el día en que
consigue todo lo que quiere, estoy sorprendida de que no esté detrás de
nosotros.
Él se tumba en mi cama, se estira y se siente demasiado en casa. Incuso con
las muchas veces que Milo ha estado en mi cuarto, se siente raro tener a Benji
aquí. No importa si he estado encerrada con él durante dos semanas. Él es
intangible para mí, aún. Él todavía es Benji Bikini. Ha estado en las paredes
de la habitación de Emery durante más de un año. Tenerlo en mi habitación
lleva la palabra irreal a un nivel completamente nuevo.
―Así que, creo que sé cómo quiero el cohete ―dice Benji, extendiendo su
brazo―. La tercera es la vencida, ¿eh?
He dibujado, redibujado y vuelto a dibujar su nave espacial. En su brazo, en
papel, en la portada interior de su revista de tatuajes. Él traza exactamente lo
que quiere a lo largo de su antebrazo. Tomo mi bolsa de Sharpies y ni siquiera
me molesto en decirle que lo haré más tarde. Necesito una distracción, y Benji
es una tan buena como cualquier otra.
Después de diez minutos Benji suspira fuertemente. Echo un vistazo al
cohete que he dibujado tantas veces.
―Tu amiga realmente apesta ―dice―. La señora Shelly nos mostró a
Noah y a mí las fotos esta mañana. Qué perra es por hacerte eso.
El resto de esta cuidad puede no estar de mi lado, pero Benji Baccarini y
Noah Winters lo están.
―Se solucionará ―digo. No sueno muy convincente, sin embargo―.
Aralie va a colapsar Facebook una vez el encierro se termine y publicará todas
las fotos que tenga.
―¡Amiga! Avísame por Twitter también ―dice―. Retwittearé todo el
maldito tiempo.
Emery corre a mi habitación.
―¡Y twittea acerca de mí! ―grita.
Agarro fuertemente mi Sharpie mientras Emery rebota en el extremo de la
cama. Ella nos da la espalda y juega con los imanes en mi archivador. Después
de que han sido reorganizados a su gusto, mira hacia atrás.
―Necesito que vengan abajo conmigo ―dice ella―. Los dos. Es mi
cumpleaños, y quiero jugar con todos.
Coloreo el resto del cohete rápidamente y luego Emery nos lleva hasta
abajo, al cuarto de juegos de papá, donde el resto de SAS y Aralie se han
reunido. Noah se sienta junto a Milo, en el lado más lejano del cuarto. Me
siento con Benji, más cerca de la entrada.
Emery salta hacia el centro del cuarto y se sube en la mesa ratona.
―Para mi cumpleaños, quiero que juguemos a la casita ―dice―, y Benji
va a casarse conmigo.
Ay Dios. No puedo permanecer sentada jugando a la casita con Emey. Esto
justo está abriendo una lata de gusanos mutantes de otro planeta y su pequeño
cerebro de ahora seis años no tiene ni idea. No puedes casar gente cuando hay
romances surgiendo a puerta cerrada.
―Aralie puede casarse con Jules ―dice Emery―. Porque mamá dice que
ustedes pelean como una pareja de casados todo el tiempo.
―No voy a casarme con Jules ―dice ella―. No puedo y no lo haré. No
hay manera.
―Bien ―dice Emery con los dientes apretados. Se sienta en la mesa debajo
de ella―. Solo cásate con Tate entonces.
Las cejas de Emery se juntan, y sus ojos se vuelven pequeñas rendijas. ¿Por
qué esta tan furiosa de que Aralie no se casara con Jules? Ahora lo entiendo,
es su cumpleaños y ella se sale con la suya, ¿pero a quien le importa si Aralie
se casa con Jules en el juego de la casita? Está saliendo con Tate de todos
modos. Es justo que se “case” con él.
―Chloe ―dice Emery. Oh eso es todo. Está a punto de revelar mi
destino―. Puedes casarte con Milo ya que él estuvo desnudo en tu habitación.
Nunca pensé que llegaría un día en que quisiera evitar a Milo, pero hoy es
ese día. No puedo manejarlo todavía. Mi mente todavía está destrozada por
culpa de Paige. No he tenido tiempo para llorar o romper cosas o destrozar
fotos de ella.
―No lo creo ―dice Noah―, Milo no estuvo desnudo en la habitación de
Chloe, y no es justo obligarlos a estar juntos sólo por un malentendido.
Además, eso sólo hace las cosas incomodas, así que yo me casaré con Chloe y
le daré un respiro a Milo.
―Oh, ¿lo harás? ―pregunta Milo.
La expresión en su rostro me mata. Es una mirada de confusión. Tal vez
dolor. ¿Tal vez traición?
Noah lo mira como “tú lo sabes mejor que nadie” y no creo que nadie más
lo entienda. Él se queda mirando a Milo en la manera como Benji y Jules se
miran cuando se transmiten mensajes cósmicos.
―Estaba tratando de defenderte ―dice Noah―. Puedes quedarte con Chloe
si la quieres.
―No ―dice Milo―, creo que tienes razón. Es simplemente incómodo. Es
toda tuya.
Bueno, eso duele. Hay veneno en su voz. Está furioso. ¿Qué es lo que
quiere que haga? ¿Que anuncie durante el pastel de cumpleaños de Emery que
hemos estado escapándonos juntos a medianoche por dos semanas? Ugh. Ni
siquiera puedo mirarlo. En su lugar, me quedo mirando el falso tatuaje de
cohete en el brazo de Benji.
Emery se pone de pie y camina alrededor del cuarto. Se detiene enfrente de
Jules.
―Como Aralie no se casará contigo, supongo que puedes ser mi perro
―dice.
La risa de Aralie hace eco en toda la casa. Recojo mis piernas, pongo mis
rodillas sobre mi pecho y oculto mi cara para no ver a nadie. No quiero ver a
Milo enloquecer con Emery cuando ella le diga que puede ser la mascota de
Noah y mía.
Jules grita que ni en el infierno hay manera de que él sea un perro. Aralie
hace un comentario sarcástico de que él puede salir con Milo. Entonces Noah
pregunta si el matrimonio gay es legal en nuestro estado.
Giro mi cabeza y miro a Benji. Él se encoje al lado mío, examinando el
cohete en su brazo como si estuviera haciendo cambios otra vez en su mente.
―¡Renuncio! ―grita Jules―. No voy a jugar este estúpido juego. No me
importa que día es.
―Aww ―se burla Aralie―, eres tan mal perdedor, Jules.
―Entonces sé tú su maldito perro y yo besaré a Tate ―dice.
Volteo a mirar justo cuando Jules pasa por mi lado. Benji corre detrás de él
mientras Aralie se ríe tontamente y le susurra algo a Tate.
Emery se pone de pie y sale a pisotones del cuarto detrás del bromance Jenji.
Demasiado para jugar a la casita. Por una vez, agradezco que Jules sea un
desgraciado.
Unas pocas horas y una larga siesta después, cierro la tapa de la caja de
zapatos con las fotos de Paige. Después del encierro, encontraré una
asombrosa fogata y pondré la cara de Paige en las llamas. Deslizo la caja bajo
mi cama cuando alguien toca mi puerta.
―Oye ―dice Noah―. ¿Puedo entrar?
Le digo que está abierta mientras me siento en la cama. Él entra con la
tarjeta de cumpleaños extra grande de Emery en su mano. Milo está con él.
―¿Quieres firmar la tarjeta que hicimos? ―Noah pregunta, sentándose al
lado mío.
Desenrollo la tarjeta poster y leo los tontos mensajes de cumpleaños para
Emery. Garabateo algo sobre que espero que tenga el mejor cumpleaños de su
vida, que la amo, y que me alegro de que pueda pasar los grandes seis años
con “Benji Bikini”.
―Asombroso, gracias ―dice Noah. Se gira hacia Milo―. Vamos hermano,
encontremos a Aralie para que la firme.
―Sigue tú ―dice Milo―, estaré allá en un minuto.
Noah permanece en la puerta con la tarjeta de Emery. Gesticula con la boca
un “lo siento” hacia mí antes de desaparecer por el pasillo. Escucho un golpe
en la puerta de Aralie, y la voz de Noah se desvanece mientras entra a su
habitación.
―Oye tú ―dice Milo, caminando hacia la cama―. ¿Qué pasa?
Se sienta junto a mí y todo sobre él me consume por enésima vez este
verano. Ese sexy aroma masculino. Sus siempre caramelizados ojos. La
manera en que pone su boca hacia un lado cuando está pensando.
Decido usar la vibra indiferente de “no pasa nada”. Simplemente dejo caer
mis hombres y sacudo mi cabeza. No necesita saber qué pasa.
―Chloe, eres una terrible mentirosa ―dice―. Ha estado escrito en toda tu
cara durante todo el día. Háblame. Algo está pasando. Puedo verlo.
Sólo dile, Chloe. Sé honesta. Paige se besó (y posiblemente mas) con tu ex
novio, tomo fotos de eso, las subió a Facebook, y te etiquetó en cada una de
ellas. Sólo dilo. Ella arruinó tu día, y te hizo ver como una idiota. Es por Paige.
Todo tiene que ver con Paige. Sólo dícelo. Él entenderá. Él es lógico y
racional y comprende las cosas y es increíble. Sólo dilo.
―Todo está bien, en serio ―miento de nuevo―. Sólo estoy cansada.
Me mira por un momento, probablemente intentando leer mi cara y
descubrir por qué le estoy mintiendo. Sabe que estoy mintiendo, pero no
puedo obligarme a escupir la verdad. Lo diré todo mal, y entonces tomará la
idea equivocada, y lo perderé.
―¿Qué estaban hablando tú y Noah hace un rato? ¿Afuera? ―pregunta,
mirando hacia las almohadas en mi cama.
Él tira de un hilo flojo en el edredón y evita contacto visual conmigo.
―Sólo sobre anoche… y otras cosas. ―Ya ni siquiera yo me creo a mí
misma.
Milo tiene razón, soy una terrible mentirosa. Me siento como en una fea tira
cómica con una gran burbuja de dialogo en frente de mi boca que dice:
“Mentira. Mentira. Mentira. Oh, mira, otra mentira”.
―Sólo detente ―dice―. ¿Es acerca de mí? ¿O nosotros? Has estado
evitándome todo el día, y no te atrevas a decir que no, porque sabes tan bien
como yo que prácticamente has estado huyendo de mí.
Luce tan confundido y triste como mamá cuando me dio un sermón sobre
fumar cigarrillos y cómo fumar no era la solución a mis problemas. Pero Milo
no va a venir a mi rescate esta vez. Maldición. ¿Por qué no puedo ser
simplemente honesta y escupir las palabras? Habla con palabras, Chloe.
¡Palabras! ¿Recuerdas?
―Entonces sí me estas evitando ―dice en respuesta a mi silencio―. Por
eso es que Noah ha estado reteniéndome todo el día. Él es el disfraz, la
distracción, ¿verdad?
Salta de mi cama, como si fuera venenosa repentinamente y no pudiera
entrar en contacto con ella. Da unos pasos hacia atrás. Nunca lo había visto así
de furioso.
―Déjame adivinar ―dice―. Noah sabe qué está pasando, y se supone que
él es quien me lo va a contar más adelante. Decepcionándome gentilmente
¿verdad? Sabes, si no querías estar conmigo sólo tenías que decírmelo.
Oh Dios mío. No, no, no, no, no. Esto no puede estar pasando. Es todo un
gran, enorme, gigantesco malentendido. Esto es mil veces peor que esa
errónea desnudez. Y pensé que no podía pasar algo peor que eso.
―No ―digo finalmente. Finalmente, ¡palabras!―. Estás entiendo mal todo
esto, Milo.
―Oh, ¿en serio? ―regresa el disparo―. Desde donde lo veo, está bastante
claro. Sabes, esto es por lo que administración no nos quiere en relaciones.
Demasiado drama. Demasiados problemas. Esto fue estúpido. No sé porque
pensé que podía realmente hacer funcionar esto contigo.
Él pasa el tapete, negando con la cabeza por un momento. Y luego se ríe.
―Soy muy estúpido ―dice―. Sabía que no debía dejar nunca que esto
sucediera. No te molestes en decirle a Noah que termine conmigo por ti. No lo
necesitas para decepcionarme sutilmente. Está bien. Lo puedo manejar. Se
acabó. Terminamos. Y estoy contando los minutos para que este encierro se
termine y así poder alejarme de esto de una vez por todas.
Cierra mi puerta de golpe detrás de él.
Y no tengo palabras todavía. Ni sonidos.
Sólo una compuerta que se abre de golpe y el río de lágrimas detrás de esta.
Capítulo Veinticuatro
Me miro por última vez al espejo. Las lágrimas por fin terminaron, pero no
quiero rastro alguno de ellas en mi rostro. Retoco mi delineador antes de
dirigirme abajo para la cena de cumpleaños de Emery.
Benji está sentado al final de la mesa, junto a un asiento vacío. Adivino que
es para Emery. Por suerte, el asiento que está justo enfrente de él está vacío.
Noah se sienta junto a la silla vacía. No miro a nadie y camino directamente
hacia el extremo de la mesa.
—Hola hija mayor —dice papá mientras paso apresuradamente a su lado—.
¿Te sientes más vieja ahora que Emery tiene seis años?
—¿Te sientes más viejo ahora que me gradué de secundaria? —respondo.
Papá se ríe.
—Buena respuesta —dice—. Finalmente estás aprendiendo.
—Benji me enseñó —le digo mientras acomodo mi silla para así no ver a
Milo, que está al lado de Noah.
Mamá llama a Emery, quien quiso hacer una gran entrada. Como siempre,
la apoyé en retrasarse para su cena. Todos ven hacia el arco de la puerta, a la
espera de su entrada, pero Noah voltea hacia mí.
Balbucea las palabras “¿Qué pasó?” y mira hacia Milo tan
despreocupadamente como puede. Parece que está teniendo un espasmo.
No tengo oportunidad siquiera de intentar responder.
—Buenas noticias —interrumpe papá—. Tenemos un sospechoso en
custodia relacionado con el tiroteo, y creemos que trabajaba solo. Aún
estamos interrogándolo, pero si todo sale según lo planeado, podrán retomar
su gira en unos días.
¿Por qué es que todo el mundo parece pensar que los asuntos oficiales del
gobierno son claramente más importantes que la destrucción de nuestro
"Chloe y Milo"?
Ahora estamos separados. Sólo Chloe. Sólo Milo. Una chica terrícola. Un
chico de Saturno. Separados.
En medio de los gritos de ¡oh sí! y el choque de manos, caigo en la cuenta
que el encierro terminará. Los chicos se irán, Noah no será mi nuevo mejor
amigo, Milo no volverá a hablarme, y Benji me enviará un “hola” por Twitter
cada tantos meses. Iré a la universidad y regresaré a una existencia mundana,
siempre preguntándome qué pudo haber pasado.
Emery aparece y nos silencia a todos cuando hace su entrada. Viste la
camiseta de Benji que dice PUTA, y esta le cuelga bajo las rodillas. Tiene
puesta una máscara, una máscara de… Benji. Salvo que recortó los ojos y la
boca del rostro de Benji, sacado de una revista. Y ha pegado su cara a un
palito de paleta gigante. Nunca he visto a un Benji Baccarini tan espeluznante.
Ni siquiera puedo reír.
—Es mi cumpleaños —dice Emery con voz profunda.
—Emery, ¿qué haces? —pregunta mamá—. Quítate eso de la cara.
—Mi nombre no es Emery —dice—. Soy Benji Baccarini.
Su típico ataque de risillas sale de su boca a través del espacio para la boca
en su máscara de Benji. Su risa rebota en las paredes del comedor.
Se dirige a la silla vacía al lado del verdadero Benji y sube a ella. Nos mira
a todos y sonríe con la más brillante de las sonrisas. Sus dientes relucen a
través del agujero en la cara de Benji. Esto hubiera sido gracioso de haber
ocurrido hace dos meses.
Por el contrario, es vergonzoso dado que estamos encerrados con
Spaceships Around Saturn, y Benji está sentado directamente frente a mí.
Realmente Benji es la última de mis preocupaciones. Con gusto cambiaría la
imagen mental de Milo por la de Benji si mi mente y corazón me lo
permitiesen.
Emery aclara su garganta mientras mamá recoge las cajas de pizza de la
cocina. Obviamente Emery no es pretenciosa con respecto a su cena de
cumpleaños. Ahora que lo pienso, no debería esperar mucho de la niña que
viste la camisa de Benji que dice PUTA.
—Este es el mejor cumpleaños de todos ―anuncia Emery—. Estoy feliz
que pudieran estar aquí. El encierro ha sido lo mejor que me ha pasado.
Excepto cuando Milo estaba desnudo en el cuarto de Chloe.
Los ojos de papá se salen de sus órbitas.
—¿De qué está hablando? —pregunta.
—Dios —dice Aralie—. Papá, eso fue un gran malentendido. Milo tenía
ropa puesta, y Emery estaba como loca.
Papá ignora a Aralie y se voltea hacia mamá.
—Ella tiene razón, Scott —concuerda mamá—. Emery sólo malinterpretó
algo y lo desproporcionó totalmente. No fue nada en absoluto.
Queridas criaturas de Saturno, hola, ¿me recuerdan? ¿Chloe del planeta
Tierra? Ehmm, aún estoy a la espera de que me inyecten la infección que
destruyó la cara de Jules. La necesito en este momento. No puedo esperar
más. Sinceramente, Chloe Branson.
Papá no se convence con la actitud casual de mamá acerca de la desnudez
accidental.
—¿Cómo es que…? —Se detiene y sacude su cabeza—. ¿Cómo es que se
puede tomar erróneamente a alguien desnudo en el cuarto de nuestra hija?
¿Cómo podría Emery malinterpretar eso?
—¿Es en serio? —grita Aralie—. Papá, es Chloe de la que estás hablando.
Ella es la hija perfecta, ¿recuerdas? Y Milo es inofensivo. Él es el menos
probable, de todos ello, en terminar desnudo en el cuarto de alguien.
—Aralie, sólo preguntaba —dijo papá.
Pero ella lo interrumpe.
—Papá, en serio —dice empujando hacia atrás su silla—. ¿Cómo es posible
que pienses que Emery sepa lo que dice? ¡Mírala!
Alza su brazo, golpeando a Tate en el pecho, y apunta a Emery.
Emery está furiosa, entrecerrando los ojos a través de los agujeros de su
máscara de Benji. Sus labios se fruncen en una mueca, como si estuviera
siendo forzada a besar el chico más feo del primer grado y eso le molesta.
—Bien —dice Jules—. Por más interesante y dramático que ha sido nuestro
tiempo aquí, definitivamente puedo decir que estoy contento de que el
encierro esté por terminar. Estoy listo para volver al ruedo, de vuelta en el
escenario...
—Y de regreso a Twitter —dice Benji, terminando la oración de Jules.
Éste se ríe.
—Sí, de regreso a la vida donde la gente lava la ropa por mí.
De ahora en adelante, “lavandería” debería ser la palabra prohibida.
Olvídense de la palabra “amor”. Lavandería debería ser un tema incómodo o
una mala palabra. Debería ser algo que, al ser discutido, la gente lo haga con
susurros, y que sea imposible de creer que alguien siquiera se atreva a
mencionarlo.
—Ya no puedo seguir con esto —dice Aralie poniéndose de pie—. Estoy
harta de que me hagas esto. No es divertido, y no eres simpático, y todo esto
realmente me enfurece.
—Espera, sabes que estaba sólo brome… —y Jules se queda a la mitad de
la palabra.
—¡No! —le grita Aralie—. No estabas bromeando, te encanta restregarme
que 6.9 millones de chicas te admiran y que debería estar agradecida de que
me des la hora. ¿Pero sabes qué?
—No —dice Jules, deslizando su silla hacia atrás—. Dijiste que
esperaríamos para hacer esto.
Aralie tira la silla de regreso a su lugar bajo la mesa.
—Hubiésemos esperado si tan sólo no hubieses mencionado tu condenada
ropa de nuevo —protesta—. Tú eres el que me ruega que veamos una película
juntos a cualquier hora de la noche. Y no olvidemos los “Cariño, sólo un
amanecer más por favor”. ¿Sabes a cuantas horas de sueño he renunciado
para pasar tiempo contigo?
Oh. Por. Dios. ¡Aralie y Jules!
—Oye —dice Tate, alzándose y tomando a Aralie del brazo—. Está bien,
sólo cálmate.
—Oh, no acabas de decirme eso —dice ella—. Tú, endemoniado Tate
Kingsley, se supone que estarías de mi lado. Debí suponer que tan pronto esto
saliera a relucir, correrías a defender a Jules. Eres un cobarde, y si encuentro
tu cabeza en mi puerta una vez más, ¡te mato!
Santo Saturno, estoy muriendo. Ni siquiera puedo procesar lo que está
pasando. ¿He estado tan concentrada en Milo Grayson que he obviado todo
esto? Milo tenía razón, todo el tiempo fue Jules. Así que, ¿Tate fue sólo un
señuelo? Oh Dios. Tate es su Noah. Estuvo al tanto todo el tiempo.
Seguramente siguió la corriente y fingió ser amigable con ella para que nadie
sospechara que ella estaba realmente viéndose a escondidas con el chico malo
que huele a mariquitas aplastadas. Jules no es el tercero en discordia, Tate lo
es.
Benji se inclina hacia atrás en su silla y abre la boca, pero Aralie es una
línea de bombas nucleares estallando una a una.
—No hables —exige ella—. Todos estamos hartos de tus insultos y
quejidos, y de que cubrieras el refrigerador con tus desvaríos sin sentido.
—Tú me diste las fichas —le responde Benji.
—Sí —dice ella—. Para hacer que te callaras, y no funcionó.
Al lado mío, Noah se ríe a carcajadas, y Aralie enfoca su atención en él.
—Oh Dios —suspira—. Jules puede ser un patán, Tate podrá ser un traidor,
Benji una diva, pero tú eres la persona más insoportable que he conocido, y es
decir mucho conociendo a las insoportables apuñala espaldas amistades de
Chloe.
—¿Yo que te he hecho? —pregunta Noah.
Trata de parecer molesto y ofendido, pero se ve como lo hacía la vez que lo
empujé en la piscina. Sus hoyuelos resaltan, lo que es suficiente para enojarte
aún más cuando ya de por sí estás molesta con él.
—¿Qué no? —pregunta Aralie—. Eres un dramático con lo que respecta a
tu estúpida leche, y crees que eres gracioso con tus comentarios sarcásticos y
bromas privadas con Chloe.
Entonces apunta a Milo.
—Y no sé lo que has hecho, pero sé que hiciste algo —le grita.
Oh sí que ha hecho algo. Destrozó completamente mi corazón. Acábalo,
Aralie.
—No lo tomes contra Milo —suspira Noah—. Él ni siquiera te dirige la
palabra.
—¡Cállate! —grita Aralie—. Me importa un comino si estás saliendo con
mi hermana. No me agradas, y eres molesto, espero que ella lo vea también
para que te deje.
Corre hacia la cocina, abre enérgicamente la puerta del patio y sale.
Desaparece detrás de la cerca que rodea la piscina.
—Señora Shelly, señor Scott —dice Noah—. No estoy saliendo con Chloe.
Ella es genial y todo, pero somos amigos, nada más.
—Sí —concuerda Emery a través de su máscara de Benji—. Noah no se ve
a escondidas con ella por las noches. Milo sí.
Estoy segura de que mi corazón se rompió en pequeñas piezas de planetas
rotos y estrellas moribundas. ¿Por qué estas estúpidas criaturas de Saturno no
me sacan de mi miseria? Es seguro que no van a ayudarme.
Así que hago lo único que puedo hacer.
Me levanto, atravieso corriendo la cocina, azoto la puerta del patio, y sigo a
Aralie.
Capítulo Veinticinco
El rocío se adhiere a mis sandalias cuando camino por el césped hacia la
casa del árbol. De todos los lugares, Aralie tenía que justo escoger el lugar al
que escapábamos Milo y yo tarde en la noche. Pensaba que sería rebelde.
Pensé que dejaría la casa y se iría a alguna fiesta, pero en su lugar, se esconde
ahí.
Este es el último lugar en el que quiero estar, pero me tranquilizo y subo la
escalera. Bueno, borra eso. Prefiero estar aquí que en el comedor mirando a
Milo.
Aralie me ve por sobre su hombro cuando subo.
—Gracias a Dios que eres tú —dice—. Si hubieses sido Tate Kingsley, te
hubiese decapitado y colgado tu cabeza en una puerta.
—¿No fuiste tú la que puso su cabeza en mi cuarto? —pregunto—. Emery
dijo que tú lo habías hecho, así que la puse en tu cuarto.
—No —dice, sentándose en el asiento negro—. ¿Por qué haría eso? Emery
dijo que tú habías empezado porque Tate estaba siempre conmigo.
Empiezo a creer que Emery está más involucrada en el satúrnico engaño de
lo que pensé. Probablemente, la cabeza de Tate fue su idea desde el comienzo.
Aralie se acuesta y observa el techo de madera. Se ve derrotada, lo que es
raro para ella. Nunca deja a nadie meterse bajo su piel. Quizás esa es la razón
por la que le gusta Jules. Él puede llegar a ella incluso si ella no lo quiere.
—Solíamos venir aquí todas las mañanas —agrega—. Lo juro, nunca seré
capaz de poner un pie aquí de nuevo sin imaginarme amaneceres y el olor de
cigarros.
Nunca podré venir aquí sin pensar en luciérnagas y escuchar la guitarra de
Milo. Nunca había imaginado que Aralie estaría en esta misma casita del árbol
con un chico Saturno también. Ella veía las mariposas sangrientas junto a
Jules mientras Milo me cantaba acerca de ellas.
—Todo el tiempo creí que era Tate —admito. Me siento en el cojín verde
lima al lado de ella―. Sólo creí que no podía ser Jules, considerando la
manera en la que pelean.
Justo cuando creo que está a punto de explotar sobre Tate, Jules, y todas las
cosas Saturno, la escalera cruje y pequeños pasos le siguen. La cabeza de
Emery se asoma en la casita, sin su máscara de Benji. Entra y la voz de mi
madre flota hasta la habitación.
Me levanto y camino hacia Emery que sigue mirando a mamá abajo. Veo
por qué, mi madre sostiene una pizza y un six-pack de Dr. Pepper. Alcanzo
nuestra cena y mamá sube para evaluar el daño emocional.
—¿Están bien chicas? —pregunta.
Su agradable y maternal voz está de vuelta, pero esta vez no va dirigida tan
sólo a mí. De hecho, Aralie ni siquiera sabe que estoy incluida en esa tristeza.
Ella aún cree que estoy con Noah y que todo está bien en mi mundo.
Sólo asiento con la cabeza porque no quiero hablar de los chicos. Aralie
debe sentirse igual, ya que sólo asiente y abre una lata de Dr. Pepper.
—Emery quería acompañarlas —dice mamá—. Dice que ella pasa todos sus
cumpleaños con sus hermanas, y que no se iba a quedar con idiotas que eran
malos con ellas.
—Sí —Emery agrega, moviendo la alfombra y sentándose a mi lado—.
Incluso dejé a Benji. Estúpidos cara de tontos.
—Bueno —dice mamá—. Si están bien aquí arriba, regresaré a la casa,
porque tu padre estaba arbitrando cuando me fui, y podría no tener un
comedor cuando vuelva.
A pesar de lo mucho que quiero interrogarla, no lo hago, porque Emery está
aquí y no he tenido la oportunidad de contarle a Aralie de Milo. No quiero que
lo escuche de mi madre.
Una vez que mi madre se va, Aralie continúa nuestra conversación con Dr.
Pepper y pizza.
—Pero sí, como decía —dice—. Adoro mi bufanda naranja. Es súper linda
y divertida, pero es algo ruidosa y puede molestarme a veces. Ya sabes, tela
rasposa y todo. Es una bufanda que ocupas cuando sales con tu mejor amigo.
Le sonrío por sobre mi lata de Dr. Pepper. Tate era un completo señuelo.
—¿Entonces prefieres tu bufanda negra? —le pregunto, cambiando el tema
a Jules nuevamente.
—Definitivamente —me dice—. Digo, es oscura y un poco malhumorada,
pero combina con todo. Se me ve muy bien. Sé que choca con mis camisetas
de bandas porque son negras también, pero es sólo que esa bufanda me
entiende ¿sabes? Puedo usarla donde sea, algo como tu bufanda roja.
Esa es mi señal. Aunque no imagino la esencia de Noah como roja.
—Em, no en realidad —le digo—. Mi bufanda roja es como tu bufanda
naranja. Es buena para días con mejores amigos, pero no es la que usaría para
escaparme de la casa a medianoche.
Los ojos de Aralie se abren con fuerza.
—¿Qué bufanda usarías a la medianoche? —me pregunta, inclinándose de
manera completamente seria.
—Mi bufanda azul —digo—. La azul es sutil y seria y…
—Aburrido —dice Emery con la boca llena—. ¿Podemos hablar de otra
cosa? Es mi cumpleaños y no quiero hablar de esos estúpidos chicos.
El juego ha comenzado. Emery sabe. No sé qué sabe o cómo lo sabe, pero
develó mi secreto sobre Milo adentro. Definitivamente sabe.
Aralie suspira.
—¿Nos escuchaste decir sus nombres? No. Estamos hablando de ropa y
accesorios.
—No, no lo están —dice Emery—. Nadie usa bufandas en verano. Hace
demasiado calor.
—Bufanda azul… —dice Aralie para sí misma, ignorando el comentario de
Emery.
¿Realmente tiene que debatirlo? ¿Cuántas veces Emery ha llamado aburrido
a Milo? He perdido la cuenta. Pero de nuevo, estaba atrapada en colores de
Halloween, así que quizás no lo pudo ver claramente.
—Oh, vamos Air —digo—. Emery ha tenido la verde toda para ella,
proceso de eliminación.
—Sí —agrega Emery—. Benji es mío así que Milo es de Chloe. Dios.
Aralie bofetea su cara con la palma de su mano.
—Soy una idiota —dice—. Eso tiene tanto sentido. Él es totalmente tu tipo,
y se veía tan feliz y enamorado en esas fotos la otra noche. Oh mi Dios.
¡Incluso dije que podría pasar por tu novio! No sabía que en realidad lo era.
Era. Correcto, Aralie. Pretérito. No actualmente. Eso fue tan sólo la noche
anterior en nuestro patio antes de que lanzáramos nuestras lámparas de deseos.
Antes de que Milo me trajera a esta misma casita del árbol y me invitara a
bailar mientras él cantaba sobre des-destrozar mi corazón. Antes de que él
explotara en mi cuarto y terminara lo nuestro por siempre.
Emery libera un profundo, pesado suspiro. Suena como alivio.
—Finalmente —murmura—. Estaba cansada de guardar esos secretos. Ni
siquiera le dije a Benji.
—¿Qué secretos? —pregunta Aralie.
Emery empuja su plato y su lata como si estuviera a punto de mostrar una
gran presentación y necesitara el mayor espacio posible.
—Sé que tienes un poster firmado por Jules adentro de tu closet —dice—.
Lo vi dártelo esa noche. Asomaste tu cabeza por tu puerta y susurraste “nooo
haaay mooooroooosss en la costaaaaa” y él entró corriendo a tu cuarto.
Su cara incluso se mueve en cámara lenta al recrear Aralie abriendo la
puerta, asomando su cabeza y susurrándole a Jules.
—Nunca dije que no hubiera moros en la costa —dice Aralie—. Le dije que
se apurara antes de que alguien lo viera. Debías haber estado dormida de todas
maneras.
Emery se encoje de hombros.
―Milo le dio a Chloe su camisa —continúa—. Caminó hacia su cuarto con
la camiseta en la mano, tenía miedo de que se desnudara en su habitación de
nuevo, pero tenía pantalones puestos.
Ni siquiera me cuestiono por qué está despierta a esas horas en la noche.
Probablemente se queda despierta sólo para espiarnos. No puedo siquiera
defenderme contra sus equivocadas acusaciones de desnudez. Estoy cansada
de pelear y guardar secretos y mentirle a todos sobre todo.
Y entonces recuerdo el comentario de mi madre sobre el arbitraje.
—¿Qué crees que pasó con los chicos? —pregunto—. ¿Por qué debía papá
hacer de árbitro?
Estoy feliz de que papá esté de vuelta hoy. Godfrey vino temprano, por
mucho que odiara perderse la cena de cumpleaños de Emery, pero creo que el
encierro lo deja exhausto. No podría haber soportado la explosión de Aralie, o
la máscara de Benji de Emery, o la reacción que pudo haber pasado luego de
que Aralie y yo fuimos a la casita del árbol.
Emery habla nuevamente.
—Jules le gritó a Milo. Luego Noah se enojó con Jules, y comenzaron a
pelear. Papá y Benji tuvieron que separarlos.
Corrí muy pronto. Parte de mí quiere volver a la casa ahora mismo para que
así 1) Me pueda asegurar de que Noah está bien, pero también 2) Pueda
obtener detalles de qué diablos pasó después de eso.
Aralie suspira.
—Los chicos serán chicos —dice—. Estoy sorprendida de que Benji no
saltara a la acción y lanzara golpes también.
Emery sacude su cabeza.
—Benji fue dulce —agrega—. Les dijo que no pelearan porque era mi
cumpleaños, y que ellos lo estaban arruinando. Pero aun así él es su mejor
amigo, así que tuve que dejarlo también.
Me acerqué y tomé a Emery en un apretado, gran abrazo. No me importa si
ella cree que Milo estaba desnudo en mi cuarto. Ella puede ser una traidora y
puede gustarle Harry Styles. Puede incluso mentir sobre por qué la cabeza de
Tate está en mi puerta. Ahora mismo, ella tiene seis años recién cumplidos, y
su celebración había sido arruinada gracias a su banda de chicos favorita y el
drama de sus hermanas mayores.
Aralie nos abraza y besa a Emery en la mejilla. Emery se ríe y nos dice que
somos molestas tal como Tate y Noah, pero se ríe hasta que escuchamos la
escalera crujir nuevamente.
Nos separamos inmediatamente y nos sentamos derechas. No puedo
siquiera escucharme respirar. Sabía que terminaría en esto. Alguien vendría
eventualmente a ofrecer una disculpa en nombre de la banda.
Luego Emery dice exactamente lo que todos estamos pensando.
—Oh oh. Aquí viene una bufanda.
Capítulo Veintiséis
—Rápido —dice Aralie—. ¿Quién piensas que es?
—Naranja —respondo.
—No, verde —contesta Aralie.
—¡Azul! —exclama Emery.
Las tres nos sentamos prácticamente en fila, como bebés pato, a la espera de
que cualquiera de los chicos Saturn haga su aparición. Suena la música
dramática.
Emery grita que ella es la ganadora tan pronto como Milo aparece desde la
escalera de mano. Habría dado cualquier cosa para que fuese Tate y su
siempre estúpida risa. O incluso Jules y su perfume de mariquita aplastada.
Cualquiera salvo Milo. Él ya no tiene derecho de poner un pie en la casa del
árbol.
Se detiene en la escalera y, en realidad, no viene. Nos mira como si hubiese
olvidado hablar. Palabras, Milo. Habla con palabras.
—Nunca antes he padecido miedo escénico —anuncia finalmente.
Termina de subir la escalera y por un momento pienso en empujarle hacia
ese agujero negro que le llevará de vuelta al suelo. La gravedad estaría de mi
parte esta noche.
Se queda quieto un segundo, todavía mirándonos, hasta que termina por
ponerse de rodillas frente a Emery.
—Pensarías que actuar delante de cientos de personas cada noche debería
prepararte para hablar en público, pero... como que quiero vomitar viéndolas
ahora mismo, la verdad.
Aralie tose.
—No eres muy encantador ¿eh, Milo? —pregunta.
—No quería ser el que viniera aquí —admite—. Tenías razón cuando dijiste
que haría algo para arruinarlo. En realidad... lo he arruinado magníficamente.
Me mira por el rabillo del ojo durante medio segundo antes de sacudir la
cabeza para evitar el contacto visual. Me alegra que lo haga. No aguanto
mirarle a los ojos ahora mismo. Nunca volveré a comer caramelo.
—Emery —empieza, mirando a mi hermana pequeña—, en nombre de
Spaceships Around Saturn, sientimos haber arruinado tu cena de cumpleaños.
Nos deberíamos haber comportado mejor porque fuiste lo suficientemente
amable como para compartir tu cumpleaños con nosotros.
Emery suspira y le mira con sus ojos tristes y sus labios carnosos.
—No pasa nada —responde con un gran suspiro—. Sólo es que no me gusta
que los cara de tontos sean crueles con mis hermanas.
—Tienes razón —acepta—. No deberíamos haber dicho algunas de las
cosas que hemos dicho hoy, y no sé los otros chicos, pero yo tengo muchas
cosas por las que pedir perdón después, si tu hermana mayor me deja.
La frente de Emery se arruga como si fuera un pedazo de tocino.
—No sé qué acabas de decir —le comunica—. Pero sea lo que sea, espero
que lo hagas.
—Oh, no te preocupes. Lo haré —le asegura él.
Él se levanta y mira alrededor de la casa del árbol. No tengo claro si tiene
algo más que decirle a Emery o si está esperando a que alguna de nosotras
hable. Quizás esté pensando en todas las otras veces que ha estado aquí y
cómo esos días eran mucho mejores que hoy. Quizás esté pensando en una
hoja de arce con un corazón dentro o quizá esté cantando la letra de "Bleeding
Butterflies" en su cabeza.
—Así que, Emery —dice—, ¿crees que podrías volver dentro y soplar las
velas? Tu madre ha trabajado mucho en el pastel y no quiero acabar
decepcionándola a ella también. Ya he hecho suficiente de eso hoy.
Aralie coge la caja de la pizza y le pide a Emery que la ayude a llevar todas
las cosas de vuelta a casa. No me muevo mientras Emery le pasa a Aralie las
cosas a través del agujero negro. Milo se queda ahí. Espero que vuelva a casa
en vez de esperarnos.
—Vale, Em —la llama Aralie—, vámonos.
Emery mira un segundo a Milo, después a mí, y después al agujero,
sacudiendo incesantemente la cabeza en dirección a Aralie.
—Quiero escuchar lo que este cara de tonto aburrido tiene que decir —
contesta Emery entre dientes.
Es de todo menos discreta. Cruza los brazos sobre el pecho, golpea el suelo
con el pie un par de veces para que Milo entienda que está esperando y nos
observa como si estuviera intentando disparar rayos láser espaciales desde sus
globos oculares.
—¡Emery! —Grita Aralie—. ¡Baja aquí ya!
Emery golpea el suelo con el pie y gruñe antes de bajar. Ella murmura algo
sobre que es su cumpleaños y lo injusto que es todo esto antes de que su voz
se desvanezca en la oscuridad.
—¿Tienes un minuto? —pregunta Milo en cuanto está seguro de que
estamos solos.
Mis ojos le siguen conforme camina hacia mí. Se sienta en el cojín negro
que Aralie acaba de abandonar y espera a que responda.
—¿Y qué fue eso de contar los minutos hasta que pudieras estar lejos de mí
para siempre? —pregunto, dirigiendo mi mirada de nuevo a la pared porque
no puedo aguantar esto.
—Lo arruiné —admite. Se estira y desliza su mano sobre mi brazo—. Lo
arruiné de la peor forma.
Aparto el brazo. No está diciendo nada que yo no sepa ya. Apoyo los brazos
contra las rodillas y entierro mi cara entre ellos para no tener que mirarlo. Si
veo su cara ahora, empezaré a llorar, y me niego a desmoronarme... al menos
mientras esté sola en la casa del árbol con él.
—Tienes todo el derecho del mundo a estar enojada conmigo —continúa—.
Yo también lo estoy.
El silencio nos traga durante unos minutos, aparte de la multitud nocturna
cantando en Código Morse Alienígena. Apuesto que los grillos y los sapos lo
saben ya. Se despertaron cuando el sol cayó en el cielo y leyeron todos los
titulares sobre Milo y yo. Este es su tributo a todo lo que éramos antes de hoy.
Esta es su canción de despedida. Las luciérnagas probablemente estarán
bailando alrededor de nosotros con sus bombillas apagadas, negándose a
parpadear para no brillar sobre las piezas sobrantes de mi ya roto corazón.
—¿Quedarás conmigo esta noche? —pregunta Milo, rompiendo el
silencio—. Sé que probablemente no quieras pero, ¿puedo tener al menos una
oportunidad para explicarme? ¿Para suplicar e implorar?
Realmente quiero escuchar lo que tiene que decir. Quiero saber qué pasó
por su estúpido cerebro esta mañana cuando se volvió loco y se puso a hacer
suposiciones que no tenían ningún sentido. Quiero saber si sabe la verdad
sobre Paige y las fotos.
Pero la parte lógica de mi mente dice que simplemente debería dejarlo
pasar. El encierro terminará en cuanto los colegas de papá terminen de
interrogar al chico que tienen en custodia. Milo volverá a su gira, y conocerá a
alguna supermodelo o a alguna nueva actriz guapísima que intenta abrirse
paso en Hollywood y yo sólo seré un recuerdo. Sólo seré un parpadeo en la
noche. Seré una mariposa sangrante que se desvaneció y dio todo su color al
mundo. Sólo seré la chica del encierro que era buena con los Sharpies.
—Lo pensaré —respondo. Me levanto y paso por su lado—. Emery está
esperando.
Emery se sienta en la mesa con su gigante pastel de cumpleaños turquesa
delante. Tiene forma de caracola, y estoy segura de que habría preferido un
pastel con forma de Saturno, pero mamá compró el molde de caracola hace un
mes cuando Emery estaba obsesionada con las sirenas.
Ella pide que los chicos le canten el cumpleaños feliz, lo que nos parece
bien porque nadie quiere intentar cantar cuando hay músicos profesionales en
la habitación contigo. Fijo la mirada en la caracola hasta que terminan de
cantar. Emery pide el trozo que lleva su nombre.
Le digo a mamá que voy arriba, ella no me interroga ni me fuerza a
quedarme en el nombre de Emery. Si Benji está allí, dudo que Emery se dé
cuenta siquiera de que me voy.
—Espera —me llama Noah a mi espalda.
Me paro a medio camino de las escaleras y lo espero. Él asiente para que
continúe subiendo, así que me dirijo a mi habitación. Él cierra la puerta detrás
de nosotros.
—Milo es un idiota —declara. Me sigue hasta mi cama y se sienta junto a
mí—. Me ha dicho lo que ha hecho hoy y yo le he dicho en todos los idiomas
lo estúpido que es. Y entonces le hablé de Paige. Lo siento.
—No pasa nada —contesto—. No quería tener que decírselo, así que es
mejor que lo hayas hecho tú. ¿Qué ha pasado entre tú y Jules?
Noah se ríe.
—Estamos bien —aclara—. Ya sabes, estas cosas pasan. Somos chicos. A
veces nos peleamos. No es la primera vez. Probablemente tampoco será la
última.
—Uhm, necesito más detalles que eso —reconozco.
Él me explica detalladamente lo que ha pasado. En cuanto salí detrás de
Aralie, Jules estalló con Milo por tener una relación secreta conmigo ya que él
está muy comprometido con hacer lo que la administración les pide. Como
siempre, Milo no se defendió, así que Noah salió en su defensa y le dijo a
Jules que metiera las narices en sus propios asuntos.
Jules le devolvió el mismo argumento a Noah, lo que derivó en que Noah se
levantó y rodeó la mesa para plantarle cara. Realmente me gustaría haber
podido verlo, incluso aunque sólo hubiera sido a través de la puerta del patio.
—Entonces Jules me empujó, lo golpeé en la mandíbula y lo siguiente que
recuerdo es a tu padre gritando y a Benji con sus brazos a mi alrededor
tratando de apartarme —termina Noah.
—No puedo creer que golpearas a Jules —digo— ¿Y Milo no dijo nada?
—Nop —niega Noah—. Tate y él se limitaron a apartarse y mirarnos junto
a tu madre. Ella dijo algo de que el encierro nos estaba afectando a todos y
que pelear no es la solución. Ya sabes, todas esas cosas de madres.
Y entonces mamá agarró a Emery y la llevó afuera con nosotras. Me
pregunto si Emery quería siquiera salir con Aralie y conmigo esta noche. No,
en realidad, sé que sí quería. Emery odia las peleas y los gritos, aunque es la
reina de los berrinches. Esa era una parte de Spaceships Around Saturn que
ella no había visto aún. Con suerte no la verá de nuevo.
—Tu padre nos dio un sermón y Benji me increpó por pelear —siguió
Noah—. Yo ya lo sabía, pero estaba tan jodidamente harto... Y entonces Milo
me sacó de la habitación y me dijo lo que te había dicho a ti y también quise
pegarle a él.
Recordatorio: Noah posiblemente tenga problemas de ira.
Noah se levanta y mira alrededor antes de caminar hacia la puerta.
—¿Quieres que te traiga un trozo de tarta de caracola? —me pregunta.
Sacudo la cabeza. No creo que pueda digerir nada ahora mismo. Me he
topado con el miedo escénico de Milo. No hay forma de que pueda
enfrentarme a él a medianoche. La administración tenía razón. Las relaciones
son demasiado dramáticas, dolorosas y destructivas.
—Si cambias de opinión, dímelo —me comunica Noah—. Seré tu
mensajero esta noche.
Cierra la puerta tras él, dejándome sola con mis emociones. Revivo en mi
cerebro los recuerdos de las últimas dos semanas de encierro. Desde las Oreos
al Twister pasando por las luciérnagas y el escondite. Desde el día en que
Milo estaba "desnudo" en mi habitación y a los dos días me ignoraba hasta la
mañana en que defendió mi honor y mintió sobre los cigarros de Jules. Desde
la versión acústica de "Bleeding Butterflies" hasta el baile lento y el
lanzamiento de los faroles de deseos.
Después, todos esos momentos se funden a negro con una conversación.
La celebración del cumpleaños de Emery se extiende abajo hasta que ella
está demasiado cansada para estar emocionada. Hay pasos detrás de mi puerta
durante una hora hasta que la casa se estabiliza para pasar la noche. Hay
silencio demasiado tiempo.
Me tumbo en la oscuridad y no miro mi móvil hasta que oigo pasos.
Es medianoche.
Es Milo.
Le permito tener suficiente tiempo para bajar las escaleras, atravesar la
puerta del patio y recorrer la mitad del patio antes de tomar una decisión.
A diferencia de nuestras medias noches anteriores, esta noche no le seguiré.
Capítulo Veintisiete
Ocho minutos más tarde, cierro la puerta del patio detrás de mí y me
apresuro a la casa del árbol como una Saturnite acosando a su chico Saturn
favorito. En realidad, soy una Saturnite acosando a su chico Saturn favorito.
Sólo soy lo suficientemente afortunada de que él me esté esperando en la casa
del árbol y no escondiéndose detrás de Tank como haría cualquier otra vez.
Subo la escalera en tiempo récord. Milo está parado en la mitad de la
habitación y me mira tan pronto como entro en la casa del árbol.
Él abre su boca, pero no dice nada. Su pecho se hunde, y sus ojos son piezas
derretidas de caramelo. Él luce tan vencido. Camina hacia el futón contra la
pared y colapsa en él con la última gota de energía en su cuerpo.
―Pensé que no vendrías ―comenta, su voz tan baja que apenas puedo
escucharlo.
―Cambié de parecer ―digo.
Diez minutos atrás, tampoco pensé que saldría. Pero la casa estaba tan
tranquila que todavía podía escuchar a los grillos y los sapos cantando nuestra
canción, llamándome para que me uniera a ellos en la noche. Las mariposas en
mi estómago despiertas, tirando puñetazos como Noah, y supe con todo en mí
que me arrepentiría por el resto de mi vida sino hacía esto.
Me uno a él en el futón, y duda antes de envolver un brazo alrededor mío.
Él está caliente. Huele como su loción corporal. Todavía es Milo, mi Milo.
―Me asusté ―susurra él. Inhala profundamente antes de decir más―. No
sé por qué tengo estas cosas en la cabeza, pero estaba seguro de que habías
cambiado de parecer sobre nosotros. Después cuando estabas evitándome y
Noah estaba actuando raro. Instantáneamente imaginé el peor escenario.
Ahora no es el mejor momento para coqueteos, pero estoy absolutamente
alagada de que su peor escenario incluya perderme. Él podría tener cualquier
chica en el mundo, pero está preocupado de que yo no lo quiera.
Por mucho que me gustaría mantenerme envuelta en su brazo evitando
contacto visual, me doy la vuelta para enfrentarlo, para realmente poder ver
sus ojos caramelos.
―No te quería decir de Paige porque estaba asustada de que lo tomaras
todo de la manera equivocada ―admito, aunque sé que Noah ya le dijo―.
Sólo necesitaba lidiar con eso primero.
―Podrías haberme dicho ―dice él, corriendo su mano por mi cabello―.
Soy un poco más comprensivo de lo que me has dado crédito. Bueno, sabes,
aparte de hoy. Todas mis inseguridades salieron con plena fuerza.
Reírse es probablemente la peor cosa que puedo hacer ahora mismo, pero
canalizo a Tate Kinsgley y me río a carcajadas completamente. Milo me mira
fijamente como si fuera un extraterrestre de tres cabezas.
―¿Inseguridades? ―pregunto―. Milo, realmente, ¿te has visto? ¿Te has
escuchado cantar? Eres el epítome de perfección para la mayoría de las chicas.
―Bueno, tú puedes ser la que les diga que estoy lejos de la perfección
―me responde. Baja su cabeza de nuevo, como si estuviera avergonzado―.
Lo siento mucho, Chloe. En serio. Sobre todo. Soy… ¿estúpido? ¿Loco? ¿Un
chico? ¿Un chico estúpido y loco?
Esta se suponía que fuera nuestra conversación seria y desgarradora, pero
yo no puedo parar de reírme. Me siento como Emery cuando empieza a reírse
sobre algo tan tonto y disparatado. Quizá sólo estoy exhausta o el encierro
realmente me ha desgastado como a todos los demás.
―Eres humano ―le informo.
Y esta vez, incluso yo lo creo. Todo el enojo y las lágrimas y el
quebrantamiento que sentí una hora atrás y esperaba sentir por días y semanas
futuras se han desvanecido con las nubes. No me importa lo que su equipo de
administración tiene que decir o con quién está besándose Paige o lo que la
ciudad entera tiene que decir sobre mí, porque Milo Grayson es un chico
estúpido y loco, pero demonios, él es mi chico estúpido y loco.
Él empieza a decir algo, pero lo reprimo con mi mano sobre su boca.
―Para ―le aviso―. Oh Dios. Me siento como Aralie. Pero en serio, para
de disculparte.
―Mmm ―dice él, señalando a su boca cubierta.
Yo retiro mi mano.
―Ella te dejo una nota ―anuncia, señalando detrás de mí.
Me doy vuelta y veo la vieja piscina para niños de Emery en la casa del
árbol. Es esa inflable gigante, pero alguien la ha inflado de vuelta. Está llena
con almohadas y frazadas.
Hay un sobre rojo brillante sentado en la cima. Es tan estridente como el
labial rojo de Aralie.
Salgo del futón y recupero lo que sea que mi hermana dejo atrás. Mi
nombre está garabateado a través de la parte delantera del sobre en grandes
letras negras. Ella no se molestó en sellarlo.
Adentro hay una copia impresa de la foto que nos sacó a Milo y a mí, en la
que dijo que él podría pasar por mi novio sino fuera famoso. Ella tenía razón,
lucíamos increíblemente felices juntos. Quiero verlo sonreír así de nuevo.
Quiero sonreír así de nuevo.
Abro el pedazo de papel de cuaderno que está incluido.
Chloe:
Jules en realidad arregló este pequeño y lindo plan para nosotros, pero me
imaginé que quizá lo necesitaras más que yo. No, no estoy siendo una
pervertida, por lo que deja de pensar eso. Sé que ustedes estarán aquí afuera
esta noche y aunque las cosas están disparadas al infierno ahora mismo, sé
que lo arreglarán. Seamos realistas, tú y Milo tiene mucho más potencial para
ser la pareja poderosa de Saturn que Jules y yo. Los paparazzi me amarán
más, igual. Sólo digo. De todas formas, dale esta foto a Milo. Dejaré una
copia en tu gabinete de archivos después de que te escabullas esta noche.
Olvida el resto del mundo, ¡y disfruta lo poco que queda de encierro con ese
ABURRIDO novio tuyo!
Te amo, Aralie.
PD: Por favor, sal de la casa del árbol antes del amanecer.
Para que ella recién se haya enterado de mi bufanda azul, nos tiene
definitivamente descifrados. Quizás somos más obvios de lo que nos damos
cuenta. Mamá ni siquiera se encogió cuando Emery anunció que Milo y yo
nos escabullíamos afuera cada noche. Nadie se quedó despierto para frenarnos
de hacerlo de nuevo. Tal vez somos los únicos dos que no se dan cuenta de lo
increíblemente perfectos que somos para cada uno.
Me acomodo en la piscina-cama de Jules y le señalo a Milo que se una a mí.
¿Quién sabía que Jules tenía un hueso romántico en su cuerpo? Quizás esa
infección en su ceja tuvo algo que ver con esto. No puedo esperar para
introducir a Aralie a la Dosis Diaria de Drama de Darby.
―Mi hermana dejó algo para ti ―le comunico, tendiendo la foto hacia
Milo.
Él la toma en sus manos y la examina antes de sentarse al lado mío. Una
sonrisa se envuelve en su cara, una sonrisa real, como una imagen reflejada de
la que tiene en su mano, y mi corazón revolotea.
Él se sienta al lado mío mientras yo guardo la carta de Aralie de vuelta en el
sobre rojo brillante.
―Nos vemos bien juntos ―observa Milo―. Creo que necesitas ser mía de
nuevo.
―¿Estás seguro de que tus inseguridades lo pueden manejar? ―pregunto.
―Si supone tenerte de vuelta, puedo manejar cualquier cosa. Y si tengo un
momento de debilidad, Noah me puede pegar ―responde.
Un cielo celeste se desliza en la casa del árbol con nosotros mientras yo
abro mis ojos. Maldito Saturno. Es de día. Aralie nos va a matar.
Me doy vuelta al moreno lindo al lado mío. Odio despertarlo. Su pecho se
levanta y se hunde mientras respira. Corro mis dedos a través de su pelo y
beso su mejilla.
―Milo ―susurro en su oreja―. Oye, despierta.
Él se revuelve sólo un poco pero no se despierta. Podría verlo dormir por
horas sólo porque es hermoso, y sé que nunca tiene suficiente sueño, pero la
cara de Aralie continúa apareciendo en mi mente. No puedo lidiar con su ira
antes del amanecer.
―Milo ―llamo de nuevo, en voz alta esta vez―. Despierta.
Sus párpados aletean como alas de mariposa, rápida y calmadamente.
Entonces él se dispara como si hubiera sido apuñalado con una jeringa llena
del jugo de la infección de la ceja de Jules.
―Oh Dios ―dice―. ¿Qué hora es?
Él se empuja así mismo hacia arriba para ver afuera. Ahora estoy deseando
haber traído mi celular conmigo. Ni siquiera recuerdo dormirme. Recuerdo
hablar de cuán locas las cosas serían después de que nos hiciéramos públicos y
sobre cuán contento estaba él de que ahora los chicos supieran sobre nosotros.
Recuerdo estar acostada en la piscina-cama con su brazo envuelto alrededor
mío. Sólo no recuerdo el cielo negro y las canciones de los grillos
convirtiéndose en nubes celestes y pájaros piando.
―No sé, pero nos tenemos que ir ―informo, sosteniendo el sobre rojo―.
Aralie nos matará si todavía estamos aquí cuando ella y Jules aparezcan.
Milo se ríe y me ayuda a levantarme de la piscina.
―Te dije que era Jules ―declara. Después, para demostrar su madurez,
saca su lengua.
―Oh silencio ―repongo―. Y arregla la cama-piscina de Jules de vuelta a
como estaba. Tú sabes, ya que lo conoces tan bien.
Él me dispara su mejor intento de un ojo maligno, pero no puede contra su
sonrisa, por lo que sólo luce absolutamente tonto. Respondo sacando mi
lengua. Puedo jugar en su nivel.
Después de acomodar las cosas a los estándares de Aralie, descendemos la
ladera y nos dirigimos de vuelta a la casa. Espero y rezo a las criaturas de
Saturno que mi papá no esté despierto. Lo puedo ver ahora, sentando al final
de la mesa del comedor. Él tendrá el periódico extendido en frente de él, una
taza de café caliente, y una mirada paternal de desaprobación… por dos.
Aralie y Jules estarán caminando delante de él justo cuando Milo y yo nos
escabullamos adentro. Oh Saturno, por favor. Sólo ven por mí ahora ya que no
lo has hecho ninguna otra vez que te he pedido.
El rocío matutino abraza mis flip-flops mientras nosotros emigramos por el
pasto. Milo envuelve su brazo alrededor mío y me acerca a él.
―Eres un alma valiente, Milo Grayson ―le digo.
Se detiene.
―¿Por qué es eso? ―pregunta.
―Me mantuviste afuera toda la noche mientras mi papá estaba en casa
―explico.
Se ríe, me agarra en un abrazo, y me gira alrededor. El sobre en mi mano se
presiona contra su espalda y se arruga contra su remera. El mundo puede
desangrar sus mariposas secas, y en este momento, yo ni siquiera les tendré
lástima.
―Tengo que ser valiente ―replica, esta vez todo serio―. Prefiero dejar
que tu papá me grite de una vez, que irme de aquí sabiendo que te perdí para
siempre.
La puerta del patio se cierra en la distancia, y la risa de Aralie flota a través
del aire de la mañana. Supongo que el sigilo no está alto en su lista desde que
maldijo a todos los chicos SAS sobre la pizza de cumpleaños de Emery
anoche.
Una raya de rosa-violeta decora las nubes mientras el sol trata de asomarse
a través. La primera mariposa de la mañana acaba de cortar su ala para
sangrar. Mi corazón quiere doler, pero creo que finalmente estoy viendo la
belleza en el amanecer. En realidad quiero que las mariposas sangren porque
sé que se curarán durante la noche y lo harán todo de nuevo. Ellas hacen
exactamente lo que el mundo necesita que hagan. Ellas comparten sus colores,
incluso si duele, y en la oscuridad de la noche, las luciérnagas toman el control
mientras las mariposas atienden sus heridas. Admiro su fortaleza. Espero
poder ser tan fuerte como ellas son cuando termine el encierro.
―Bueno, miren quienes son ―empieza Jules mientras él y Aralie caminan
hacia nosotros―. El Señor Administración-dijo-que-no-podíamos-tener-
novias… y su novia.
Aralie le da un codazo.
―Cállate o tu ropa sucia ira a la piscina ―le advierte ella.
A pesar de lo mucho que Jules quiere fastidiar a Milo, él se contiene. Está
escrito en su cara tan claro como la esencia de mariquitas aplastadas en su
ropa, pero él presta atención a la advertencia de Aralie bien.
Milo sonríe victoriosamente y me tira más cerca de él.
―Buenas noches tortolitos ―saluda antes de que nosotros continuemos
hacia la casa.
La risa de Emery me despierta unas horas después. Ella está en el otro lado
de la puerta de mi habitación. Hay un revoloteo de risas, como mariposas
sedientas, seguido por risas apagadas.
Me levanto poco a poco de mi cama y voy de puntillas hasta la puerta.
Estiro mis orejas para escuchar.
―Ponlo más alto ―dice Emery tan bajo como puede―. De esa forma ella
pensará que Aralie lo hizo.
¡Lo sabía! Nadie más pensaría en poner la cara de Tate en nuestras puertas.
Esa era Emery desde el principio. Ahora, es tiempo de ver quien ha sido su
cómplice todo este tiempo.
Me distancio de la puerta para poder abrirla de un tirón. Aprieto el pomo de
la puerta, y en velocidad supersónica, arrojo la puerta hacia mí.
Tate Kingsley está de pie con los ojos abiertos y la sonrisa tonta en el otro
lado.
―¿Tú? ―pregunto. Realmente pensé que iba a ser Benji―. ¿Por qué estás
poniendo tu propia cabeza en las puertas de nuestras habitaciones?
Él mira alrededor por alguna pista de qué decir. Emery pliega sus brazos
sobre su pecho y lo mira como si estuviera esperando por una respuesta
también.
―¡Emery me hizo hacerlo! ―grita él, alzando su brazo hacia ella―. Todo
fue su idea. Sólo necesitaba a alguien para cortar mi cabeza y alcanzar la parte
superior de la puerta. Fui forzado a ayudar.
Él se retira por el pasillo hacia las habitaciones de huéspedes. Emery corre
detrás de él, gritando que le va a tirar huevos revueltos porque es la comida
más desagradable en el mundo. No he tenido suficiente sueño para lidiar con
esto, pero no quiero desperdiciar otro segundo del encierro dormida.
Dejo la cabeza de Tate en mi puerta y voy en busca de Milo.
Capítulo Veintiocho
―Y sabes que eres bienvenido aquí cada vez que necesites un descanso de
las cosas, o incluso si sólo quieres pasara a visitar ―dice la voz de mamá
cuando entro en la cocina.
Milo se apoya contra el mostrador como si no fuera gran cosa que esté
pasando el rato en la cocina con mi madre. Su sonrisa es insoportablemente
encantadora. No es de extrañar que a mamá le guste tanto.
Mamá mira hacia mí una vez que se da cuenta de que Milo no está
prestando atención sobre lo que está parloteando.
―Lo sabía ―dice mamá, señalándome con el dedo―. Te dije que Milo era
un buen chico, y trataste de fingir ignorarlo, pero lo sabía... Lo supe en el
momento en que mintió sobre los cigarrillos.
Esto debía ser humillante y vergonzoso, pero mamá suena igual que una
mejor amiga de la secundaria enloqueciendo porque ella sabe que estás
enamorada del chico guapo de la clase de Inglés.
Me río.
―¿Eran Aralie y Jules obvios también? ―pregunto. Ella niega con la
cabeza.
―No, yo pensé que era Tate.
Espero a que Milo diga que él me dijo eso, pero no lo hace. Él sólo sigue
sonriendo con esa sonrisa oh-tan-perfecta, y me derrito como un caramelo
dulce bajo el sol. Me uno a Milo en el mostrador y veo como mamá revuelve a
través de los gabinetes por ingredientes al azar.
―Estoy tan lista para que termine el encierro ―dice a una bolsa de
malvaviscos gigantes―. Luego Aralie puede publicar esas fotos, y todo el
mundo sabrá exactamente lo que hemos estado haciendo este verano.
Milo se reía a carcajadas, pero no decía nada mientras mamá divagaba
sobre su amiga de la escuela, Jill que consiguió boletos a sus hijas para ver
SAS en diciembre.
Ella se ofreció a conseguir una camiseta para Emery del concierto, pero
mamá negó cortésmente la oferta. Emery lloró al conocer la noticia, y ella dijo
que no era justo que Santa trajera entradas para esas "niñas caras de
estúpidas", pero no le trajera boletos a ella por Navidad.
―Pero Emery reirá al último momento ―dice mamá―. Qué valor lo de esa
mujer para decir esas cosas delante de un niño de cinco años de edad, a
sabiendas de que Emery es su mayor fan.
Ella mueve la cabeza y busca a través de cajas de galletas y paquetes de
chocolate.
―¿Qué estás tratando de cocinar? ―le pregunto, dirigiendo la conversación
lejos de la no amiga de mamá, Jill.
―Oh ―dice ella, volteándose hacia Milo y yo―. Tu padre fue a buscar un
par de cosas. Él quiere tener una fogata esta noche.
Al instante me vuelvo hacia Milo y lo aprieto en el abrazo más apretado que
puedo dar. Aspiro el olor de su gel de baño y detergente para la ropa. Quiero
aferrarme a él hasta que sus partículas de piel se absorban en mi carne y se
mezclen con mi sangre.
―Oye, agarre anaconda ―dice―. ¿Qué pasa?
Papá quiere tener una fogata. Eso significa que estamos celebrando. Eso
significa que ellos atraparon al tipo.
―Te vas ―le digo.
Nadie habla en la sala de juegos de papá. Me siento entre Noah y Milo,
deseando que uno de ellos rompa el silencio. No le hemos dicho a Emery.
Técnicamente, papá ni siquiera nos lo dijo, pero yo sabía. Mamá no lo negó
tampoco, lo que es más que suficiente prueba. Este es el final del encierro.
―Nunca pensé que estaría triste por esto ―dice Noah―. Pensé que estaría
listo para irme.
Sé que quieren presentarse de nuevo. Ellos están listos para estar de vuelta
en el escenario, cantando con todo el corazón a miles de fans gritando y
viviendo sus sueños. Quiero que vayan a sangrar letras para el mundo. Quiero
que sangren para mí también. Ha empezado a gustarme tenerlos sólo para
nosotros. ¿Cuántas familias pueden decir que han escondido una banda de
chicos durante tres semanas?
Mis pensamientos son interrumpidos por la explosión conocida como Aralie
volando por la habitación.
―¿Acaso mamá te dijo que guardaras todo lo que tengas en tu teléfono a
una tarjeta de memoria? ―Pregunta ella, como si fuera una especie de crisis
Moo-llennium Crunch.
Asiento con la cabeza.
―Hace más o menos una hora ―le digo.
―¿Y ya está? ―pregunta Aralie―. ¿Sabes la cantidad de música que tengo
en mi teléfono? Y tengo como un millón de imágenes. Tengo una carpeta
llena solamente de memes de Jenji. Obviamente no usas tu teléfono como yo
lo hago.
―Van a conseguirnos nuevos teléfonos ―espeta Milo―. Y nuevos
números. Tu mamá estaba hablando sobre esto en la mañana.
Se siente real ahora. El encierro ha acabado. La familia Branson será un
artefacto público, la familia que escondió a Spaceship Around Saturn. Y todo
este pueblo estúpido publicará mi número de teléfono por toda la Internet.
Definitivamente apruebo un nuevo número que nadie sepa. Todos los textos
de disculpa de Paige y llamadas de explicación serán enviados a un número
que ya no existe.
―Y hay una parte aún mejor ―añade Milo―. Van a ser capaces de recibir
llamadas y mensajes de texto internacionales. De esa manera, puedes estar en
contacto conmigo sin importar en que zona horaria esté.
―Amordázame ―gime Noah―. Inventas las peores líneas. No es de
extrañar que estuvieses bien con todo el asunto "no novias”. Tenían que
dispararte para que una chica te prestara atención.
Aralie ríe, y aunque estoy segura que era un insulto indirecto hacia mí de
Noah, me río también porque por una vez, Aralie no está llamando a Noah un
idiota por algo que él dice.
―Sí ―dice Aralie―. Me voy en esa nota.
Ella corre al piso de arriba, probablemente para terminar la copia de
seguridad de todo en su teléfono. Noah debate en voz alta el número de
entrevistas y apariciones que tendrán que hacer sobre el tema del encierro
antes de que realmente vuelvan al escenario.
―Ellos nos tendrán en algún programa matutino, tan pronto como salgamos
―dice Milo―. Probablemente vayamos directamente a un hotel y nos
preparemos para entrevistas. Entonces tendremos una aparición a la mañana
siguiente. Ya tienen programas de entrevistas y programas de radio en espera
para cuando seamos libres.
Papá se aclara la garganta desde la puerta para alertarnos de su presencia. Él
sostiene un bolso negro en la mano.
―Negaré haber dicho esto ―dice papá―. Pero si tienen algo en particular
que quieran usar para esa aparición matutina en un show, lávenlo hoy porque
estarán en pantalla la mañana del jueves.
―¿Jueves? ―le pregunta Noah. Todo el color sale de su cara.
Papá asiente.
―Sí, el jueves, pero no lo escucharon de mí ―dice.
Si la teoría de Milo es correcta, se irán mañana. Ellos saldrán de viaje a
algún lujoso hotel de cinco estrellas, serán taladrados por la administración y
su equipo de relaciones públicas, y probablemente serán sermoneados sobre lo
que pueden y no pueden decir. A los chicos se les dirá que tengan una buena
noche de sueño y que estén bien descansados para las cámaras. Entonces
Aralie y yo estaremos despiertas súper temprano la mañana del jueves para
verlos en un programa matutino con una caja de pañuelos encima.
―Entonces, ¿qué significa eso para nosotros? ―pregunta Milo.
Papá camina hacia el sofá y le entrega la bolsa de color negro a Milo. Él
mira la bolsa y mira a papá con ojos confundidos.
―Esto significa que se van mañana ―dice papá, lo que confirma la teoría
de Milo y mis miedos―. Bienvenidos de vuelta a la realidad, chicos.
Cojo la bolsa de la mano de Milo y miró en ella. Saco una bolsa de plástico
Ziploc con un teléfono celular y el cargador en el mismo. El nombre de Tate
está escrito en la bolsa con un marcador negro.
Noah me arrebata el bolso negro y escarba alrededor hasta que encuentre su
propio teléfono celular. Sostiene el teléfono de Milo con él, y yo agarro la
bolsa de plástico con el nombre de Benji en él. Aprecio el momento, porque sé
que en cuestión de minutos mi cuenta de Twitter va a explotar con tweets de
@Benji_Baccarini y todos los Saturnites alrededor del mundo van a tenerlo de
vuelta. Noah agarra las otras bolsas y se precipita arriba para dejar a Tate y a
Jules volver al mundo.
Milo golpea a la bolsa de Benji en mi mano.
―Lo siento, Srta. Branson ―dice él―. Pero ya es hora.
Camino hacia los sonidos familiares de Código Morse Alienígena. Los
grillos y sapos cantan mucho, mucho más fuerte esta noche. Esta es su última
actuación del encierro. Mañana por la noche, cuando me aventure afuera, voy
a estar sola y Spaceships Around Saturn se habrá ido. Me pregunto si están
gorjeando mensajes de despedida a través del cielo nocturno. Probablemente
estén cantando buenos deseos para los chicos y canciones de esperanza para la
familia Branson.
Mi nuevo teléfono vibra en mi mano. Un nuevo mensaje. De Noah Winters.
¿Por qué estás de pie en el patio como un bicho raro?
Veo a través del patio, y me saluda. No creo que sepa lo mucho que lo
echaré de menos. Por supuesto, voy a extrañar más a Milo, pero Noah es
dueño de un pequeño pedazo de mi corazón, también. Yo no debería tener
favoritos, pero Noah es definitivamente el siguiente a Milo en la fila en la
jerarquía de mi chico favorito de Saturn.
Los últimos colores de la sangre de mariposa abandonan el cielo al caer la
noche. Tate arroja otra cerilla en el fuego, mientras que Benji actualiza su
Twitter de nuevo.
El regreso de Milo a Twitter fue bastante simple. Consistió en: "¡Estamos
de vueltaaaaaaa! #TiToVive!” Después me siguió y a Aralie. Pegó su teléfono
a su cargador, y eso fue todo. Benji no ha soltado su teléfono desde que lo
puse en sus manos.
Tres personas no se encuentran en torno a la hoguera: Jules, Milo, y papá.
Oh oh.
Miro a Aralie, y ella lee el código de hermana en mi cara antes de que yo
tenga que preguntar.
―Papá les está dando el sermón del novio ―dice ella―. Me quiero morir.
Me siento al lado de Noah, pero Aralie se levanta y se une a nosotros. Eso
es una primera vez. Incluso deja a Tate atrás. Ella elige una foto de su teléfono
y lo sostiene para que vea.
―Esa es la primera imagen que publicaré en Facebook tan pronto como
tenga autorización ―dice ella, casi hablando en la voz de gobierno de papá.
Es la imagen de Milo y yo, la noche que encendimos los faroles de deseos.
La noche en la que prometió ser mi luciérnaga. Creo que Aralie realmente
puede amar esa foto más que yo. Ella está orgullosa de ello.
―Y mi título va a decir “El nuevo novio de mi hermana es más ardiente
que el tuyo”. ¿Qué piensas? ―ella sonríe diabólicamente, algo así como
Emery hace a veces.
―Es perfecto ―dice la voz de Milo desde detrás de nosotros―. Gracias
por el cumplido, por cierto.
Jules pasa junto a nosotros y se une a Tate en el lugar anterior de Aralie.
Ella prácticamente se lanza sobre la hoguera para llegar a ellos. Milo se sienta
a mi lado y sonríe. La charla de papá no debe haber sido demasiado dura o
estaría evitándome como esos dos días después del momento del desnudo
erróneo de Emery.
Papá se hace cargo de la parrilla en lugar de Godfrey mientras mamá ayuda
a Emery a hacer s’more16. Dudo que Emery quiera comer algo de sustancia
real esta noche, pero ella dice que todavía está celebrando su cumpleaños ya
que la última noche de celebración fue arruinada por el arrebato de Aralie.
―¿Cómo te fue? ―le pregunto a Milo.
―No mal en realidad ―dice―. Creo que mucha de la charla fue más
dirigida a Jules. A tu padre le agrado.
Noah está de acuerdo.
―Él habló con Milo mucho durante ese viaje de pesca. Creo que tu madre
le dijo que lo hiciera.
Oh, ella lo haría. Mamá había sabido que algo estaba pasando entre Milo y
yo. Probablemente ella le dijo a papá que llegara a conocerlo y ver lo que
pensaba de él.
16 S’morees, un postre tradicional de Estados Unidos y Canadá, que se consume habitualmente en fogatas
nocturnas como las de los exploradores y que consiste en un malvavisco tostado y una capa de chocolate entre
dos trozos de galleta Graham.
―¡Papá! ―grita Aralie, corriendo hacia la parrilla―. ¿Podemos decirle a la
gente ahora? Quiero decir, ellos tienen sus teléfonos de vuelta, por lo que la
gente puede rastrear las coordenadas y toda esa otra mierda que dijiste antes.
Papá vacila cuando arremolina la espátula alrededor en su mano.
―No estoy seguro de que los chicos quisieran que anuncies eso, Air ―dice
él―. Tendríamos a chicas gritando en fila alrededor de nuestra propiedad.
Serían Emerys con esteroides.
―Podemos manejar la situación ―dice Jules, caminando al lado de
Aralie―. Nos ocupamos de eso todo el tiempo. Es sólo que no sé si Aralie
puede manejarlo.
Ella embiste su estómago con el codo y le sonríe a papá.
―Puedo manejarlo ―dice ella―. Y sé que mamá, Chloe, y Em también
pueden. Déjeme por favor publicar estas fotos ya. Estoy a punto de morir aquí.
Papá se ríe.
―No me esperaba esto de ti. Emery, claro. Chloe, tal vez. Pero tú, nunca.
―Dios, papá ―dice entre dientes―. Soy una Saturnite, ¿de acuerdo? Soy
una maldita Saturnite. Ahora, ¿puedes sólo darme la autorización para
publicar estas fotos estúpidas?
―Tienes la autorización ―dice papá en su voz de agente secreto.
―¡Diablos, sí! ―grita Aralie, saltando de arriba a abajo―. Voy a usar mi
ordenador portátil. Es más rápido que hacerlo de mi teléfono.
Jules le agarra el brazo.
―¿No vas a comer?
―No en este momento ―dice con una voz llena de pánico―. Tengo que
publicar esto.
Ella libera su brazo y corre hacia la casa. Tate dice que tiene que ver eso y
corre tras ella. Benji grita que no publiquen ninguna de las malas imágenes
sobre él, y Emery dice que publiquen cada foto de ella. Sólo estoy agradecida
de que mamá haya recogido nuestros nuevos teléfonos hoy en lugar de que
después de que termine oficialmente el encierro. Las cosas están a punto de
volverse una locura.
Una hora más tarde, ingreso a mi cuenta de Facebook. Me echo a reír tan
pronto como veo la notificación. Aralie Branson te ha etiquetado en 238 fotos.
Milo se aparta de su guitarra y me mira a través de la casa del árbol.
―¿Te importa compartir? ―pregunta.
Sostengo mi teléfono para que pueda ver la notificación. Sacude la cabeza y
me recuerda que debo recordarle más tarde que él tiene que enviar una
solicitud de amistad a Aralie. Al parecer, los chicos tienen todos los suyos
bloqueados para que nadie pueda solicitarlos. Esto es lo que el estado super-
Saturnite se siente. Me encanta. Es como si estuviera realmente con la banda.
Milo se instala en el futón, pero yo camino hacia la ventana. La fogata se
esfuma un poco y todo el mundo ha entrado en la casa, pero Jules y Aralie
todavía se acurrucan junto al último pedazo de llamas. Su brazo descansa
sobre su hombro, y ella le muestra algo en su teléfono. En realidad parece que
pertenecen juntos.
Miro de nuevo a mi teléfono celular y hago clic en su nombre en Facebook.
Su nueva foto de perfil es una de ella y Jules en su dormitorio. Ella usa su
camiseta de Mutilated Arteries con el brazo de Jules alrededor de ella.
Todavía me siento como una idiota por suponer que sería Tate. Se ve mucho
mejor con Jules.
Milo rasga unos acordes, y miró hacia atrás. Me hace un gesto hacia el
futón, así que me uno a él. Luego agarra mi teléfono.
―¿Qué es lo que Aralie tenía que decir acerca de todo esto? ―pregunta
mientras se desplaza por la pantalla.
Antes de que yo le pueda dar un resumen, él lo encuentra y se ríe. Lo leí
probablemente cincuenta veces seguidas después de que ella lo publicó.
Hola chicos, ¿ya saben que básicamente he estado mintiéndole
descaradamente a todo el mundo, cancelando los planes y haciendo que usted
piensen que soy muy mala en la vida? Adivinen qué. ¡Mi vida es mejor que las
de ustedes porque Spaceships Around Saturn se ha estado quedando en mi
casa durante su encierro!
Hay una actualización poco después de su estado que indica que Aralie
Branson se encuentra en una relación con Jules Rossi. Desearía poner “me
gusta” mil veces más.
Le saco mi teléfono a Milo y hago clic en el álbum “¡Encierro con
Spaceships Around Saturn!” de Aralie. Selecciono la foto de Milo y yo, y la
pongo como foto de perfil. Tengo que tomar lecciones de Aralie más a
menudo. Ella está orgullosa del encierro, y yo también planeo estarlo.
―Chloe ―dice Milo, arrastrándome fuera de los ensueños del encierro y de
vuelta a la Tierra―. Vas a tener un montón de tiempo para ver lo que dice la
gente cuando me vaya mañana. ¿Puedo, por favor, tenerte esta noche?
Apago mi teléfono y fácilmente me acerco a él en el futón. Él se inclina y
besa mi mejilla entonces tira de sí mismo de nuevo a la esquina, lejos de mí.
―Esta es una versión tosca ―me advierte―. Voy a grabarla cuando
volvamos a Montreal y Benji pueda hacer acordes para mí. Noah puede añadir
un poco de batería. Entonces se sentirá como una canción real.
Hago lo que puedo para calmar mi respiración y las mariposas siempre
constantes silbantes en mi estómago. Es tanto su canción como lo es mía.
Él toca algunos acordes, y mis mariposas se convierten en estatuas.
"Hay una salida del sol en sus ojos, el aroma de los melocotones en su
pelo,
Y sé lo mucho que lo odia, así que trato de no mirar,
Pero lo que yo no le he dicho es que me cuesta hablar
En esos momentos perfectos cuando ella está mirándome otra vez."
Mis mariposas se funden en un charco de sangre naranja de mariposa. Sus
letras hablan de todo, desde el baile lento en la oscuridad hasta ver
luciérnagas, y yo, literalmente, siento como si los grillos y sapos estuvieran en
sintonía con su guitarra. Toda la noche está cantando esta canción.
Esta canción. Mi canción. Una canción que puede terminar en un futuro
álbum de Spaceships Around Saturn. Una canción que puede ser cantada en
frente de miles de chicas en presentaciones futuras.
Milo estaba en lo cierto. Él tiene que sangrar por el mundo. Nació para esto.
El mundo necesita toda la sangre azul de mariposa que pueda tener. Él tiene
que sangrar esta canción para ellos.
Pero siempre va a sangrar más para mí.
Capítulo Veintinueve
Me despierto en el sofá modular con mi mejilla presionada a la playera de
Milo. Me separo de él y miro alrededor. Nadie está despierto. Emery, Noah, y
Tate están estirados en en el piso. Benji debió haberse movido después de que
mi hermana pequeña se quedó dormida. Jules y Aralie están abrazados en la
esquina del sofá. No entiendo cómo es que estoy despierta. Literalmente nos
quedamos despiertos hasta el amanecer. Ahora no puede ser muy tarde.
Milo se retuerce y se mueve mientras trato de levantarme sin despertarlo.
Fallo.
―¿A dónde vas? ―me pregunta en medio de un bostezo.
―¿Escuchaste eso? ―pregunto.
Frota sus ojos y sacude su cabeza. Tal vez lo soñé, pero juraría, que escuché
una pantera o alguna clase de gato salvaje. Tengo un poco de mi padre en mí.
Tengo que ir a investigar.
Tropiezo a través de la habitación apenas iluminada, tratando de
asegurarme de no pisar a ninguno de los hermanos Saturn de Milo. Él me
sigue, bostezando la mayor parte del camino.
Mamá está sentada en el comedor bebiendo café y jugando con su nuevo
celular. Levanta la mirada, nos ve y sonríe.
―Mira la fotografía que publiqué esta mañana ―dice, sosteniendo su
celular.
Es una fotografía de todos dormidos en el cuarto de juegos. En su
comentario dice: Esta es la primera vez en tres semanas que se duermen al mismo tiempo. ¡Mi casa por fin está en calma!
Milo se ríe. Pero yo escucho a la pantera otra vez. Observo la habitación
rápidamente. Entonces mamá señala a la ventana. Doy una ojeada a través de
las persianas. A pesar de que desde aquí son pequeñas manchas, veo una línea
de personas en la calle contra el portón de nuestra casa.
―¿Quiénes son esas personas? ―pregunto.
―Saturnites gritonas ―dice mamá―. Han estado aquí desde que me
levanté a buscar el periódico. Una chica me preguntó si Tate Kingsley
realmente estaba en nuestra casa. Comenzó a llorar cuando le dije que sí. Tu
padre dijo esta mañana que toda esa locura son gajes del oficio.
―¿Cuánto crees que me pagaría por la lista de compras de Tate?
―pregunto.
Milo cubre mi hombro con su brazo.
―Bienvenida a Saturno ―dice.
Milo camina hacia la cocina y saca unas Oreos del gabinete. No hay manera
de que yo venda su lista de compras. La leche y las Oreos serán mías para
siempre. Él sirve dos vasos de leche y me pasa uno.
―¿Quieres Oreos otra vez? ―pregunta.
No podría pedir algo mejor para desayunar.
Me siento en la cama de Milo mientras empaca todo lo que le pertenece en
dos maletas. Papá dijo que sus coches estarían aquí en una hora para
recogerlos. Juego en mi celular mientras él empaca. Benji publicó un tweet de
una fotografía de él y su “nueva mejor amiga Emery” esta mañana. Desearía
poder retwittearlo millones de veces. Creo que hizo a Emery más que feliz.
Mi Twitter va a ser mucho más alocado ahora que Spaceships Around
Saturn como que le pertenece a la familia Branson. Los constantes tweets de
Benji ni siquiera me molestan hoy, incluso uno sobre necesitar nuevos
cordones de zapatos.
Aralie pasa corriendo por la puerta de Milo como un perro salvaje,
llamando mi atención hacia el pasillo.
―¿Qué? ―ella grita afuera de la puerta de Jules.
No puedo escuchar su respuesta.
―¿Esas eran tus grandes noticias? ¿Me mandaste un mensaje para esto? ¡A
nadie le importa! ―grita.
―¡Le importa a siete millones de personas! ―él grita en respuesta.
Ella cruza sus brazos y suspira dramáticamente. Luego entra a la habitación
de Milo.
―Jules alcanzó los siete millones de seguidores en Twitter ―dice―. Y
aparentemente, como su novia, se supone que debería alegrarme el día. Para
que conste, no es así.
Ella regresa al pasillo. Azotando la puerta de su cuarto. Definitivamente
está volviendo en sí. Pienso que ella puede tomar el final del encierro peor que
el resto de nosotros. Tal vez ella sea la primera que llore. No quiero ser la
primera en llorar. Siempre soy la primera. Incluso antes que Emery. Voy a ser
fuerte hoy. No me vendré abajo hasta que alguien más lo haga.
Benji entra después, con Emery como su sombra. ¿Es el cuarto de Milo el
punto central de reunión hoy? ¿No recibí el memorándum que lo corrobora?
Sólo quiero pasar estos últimos minutos a solas con él.
―Creo que tienes algo para mí ―Benji me dice.
Mueve su celular de una mano a otra. No sé de qué está hablando.
―Chloe, la maqueta para mi nuevo tatuaje ―dice―. Vamos, ya sabes.
Quería tomarle una foto y mostrarla en Twitter.
Mando a Emery a mi cuarto por mi libreta de dibujo. El cohete de Benji está
dibujado allí. Al igual que los múltiples diseños de Noah para agregar a su
pieza trasera. Hay un par de alienígenas sentados debajo de un árbol en una
isla viendo las estrellas. Y también hay un pulpo que usa su tentáculo en el
espacio para jalar la nave espacial de vuelta a los alienígenas, para que
regresen a su hogar. Puede que no use ninguno de ellos, pero al menos tiene
algunas ideas ahora.
Una vez que Emery regresa, arranco el cohete y se lo entrego a Benji. Lo
estira en el escritorio de la habitación de Milo y le toma una foto. Dice que me
mencionará en su tweet. Se va con Emery detrás.
Milo me arrebata mi libro de dibujo y lo comienza a ojear.
―¿Puedo quedarme con este? ―pregunta.
Me enseña el cuaderno. Es el dibujo de un corazón con anillos alrededor de
él. El mismo que dibuje en el cartel de “bienvenida” de Emery.
―Quiero enseñárselo al equipo de diseño ―dice―. Es épico. Se odiarán
por no haberlo pensado.
Pasa al siguiente dibujo. Una mariposa azul… Sangrando notas musicales
azules que van bajando en la página. Milo posa sus dedos en ellas, y desearía
saber qué es lo que está pensando. La siguiente hoja sólo dice: “Nunca
cambies quien eres”. Luciérnagas bailan alrededor de las palabras.
Milo cierra el libro y lo abraza contra su pecho.
―¿Por favor? ―Pide ―. Por favor déjame quedármelo.
Asiento con la cabeza
―Es todo suyo, Señor Grayson.
El silencio escaleras abajo es tenso y triste. Maletas de lona nos rodean. El
estuche de la guitarra de Milo reposa en las escaleras. Todos los seguidores de
Twitter están en su lugar. Todas las solicitudes de amistad en Facebook
enviadas y aceptadas. Los números de celulares intercambiados. Las
fotografías finales han sido tomadas.
Todos nos sentamos en la sala a un lado del vestíbulo, justo como lo
hicimos la primera noche. Benji abraza a Emery por la millonésima vez,
tranquilizándola una y otra vez de que la verá muy pronto. Mamá y Godfrey
están callados, intercambiando expresiones tristes de vez en cuando. Tal vez
ya habían discutido lo difícil que sería la vida para “las chicas” cuando se
fuera SAS.
Papá pasea por el lugar mientras que el resto de nosotros está sentado
alrededor escuchando a las fans locas de afuera. Hay un amplio trecho hasta al
portón, pero se siente como si estuvieran afuera de la ventana. Aralie jura que
la multitud ha crecido a lo largo del día. Es cerca del mediodía.
Estoy segura que el anuncio de Facebook de Aralie se ha vuelto global a
esta hora. Sus fotos aparecieron en la búsqueda de Google esta mañana. Tal
vez Darby hable de nosotros en la Dosis Diaria de Drama de Darby. Me
sentiría legítimamente famosa entonces.
Un estruendo de gritos corta la atmosfera. Probablemente las criaturas de
Saturno los escucharon, incluso a todos esos años luz de distancia. Papá se
apresura a la puerta delantera, pero no sin antes decirnos que nos quedemos
donde estamos.
Los motores se apagan afuera, y Godfrey sale por la cocina para mover el
coche de papá. Él está aquí para cuidar de la casa mientras que nosotros
llevamos a los chicos al aeropuerto. Ese señor mayor es un alma valiente.
Unos pocos agentes entran y toman las maletas de los chicos. Papá les pide
que sean cuidadosos con la guitarra de Milo. Entonces cambia de parecer y
dice que él la llevará afuera. A papá definitivamente le agrada Milo.
Emery se aferra a Benji y le ruega que no se vaya.
―Sólo cinco minutos ―suplica―. No puedo dejar que te vayas aún. Te
extrañaré mucho.
Mi corazón anhela romperse con el de ella, pero estoy determinada a ser
fuerte, razón por la cual evito sus ojos color caramelo que sé que me están
viendo. La mano de Milo se mueve por mi brazo, y sus dedos juegan con el
brazalete en mi muñeca.
―¿Me lo cambias? ―me pregunta.
Pongo mi mano es su muñeca. Él está usando el brazalete hecho por Emery.
Gris oscuro y azul.
―¿Estás seguro de que el negro y el rosa son buenos colores para ti?
―pregunto.
No contesta mi pregunta. Inclina su cabeza contra la mía y desata mi
pulsera. Y envuelve la suya alrededor de mi muñeca y ata un nudo azul gris.
―¿Te importaría ayudarme con esto? ―me pregunta, forzándome a mirarlo.
Mis mariposas están agitadas justo en este momento. Desearía que me
prestaran sus alas para ayudarme a atar este nudo en lugar de volverme loca y
retorcer mis tripas en nudos.
Los motores retumban afuera mientras Milo me ayuda a atar el nudo. Esto
no se siente real.
―Muy bien chicos, vámonos. ―Papá grita desde la puerta delantera.
Cualquier cosa que podríamos haber dicho es inmediatamente ahogada por
los agudos gritos de afuera. Dos camionetas todo terreno negras están
ubicadas detrás del coche de papá.
―Emery ―dice papá―. Sé que te vas a enojar, pero tienes que ir al
aeropuerto conmigo. Hay mucho caos, y eres demasiado pequeña para quedar
atrapada en él. Lo siento, pero estas reglas son parte de los gajes del oficio.
Lagrimas caen por sus mejillas mientras suplica y jura por Santa que no
saldrá lastimada en la multitud, pero papá la fuerza a entrar en el asiento
trasero.
Godfrey baja los escalones frontales.
―Señor Kingsley ―le dice a Tate―. Su petición.
Tate observa la caja sin marcar por un momento. Levanta sus cejas,
preguntando con su rostro, pero Godfrey no contesta.
―Gracias G-man ―dice―. Voy a llamarte, lo prometo.
Tira sus brazos alrededor de Godfrey, y siento las lágrimas brotando. Tate
se ha convertido en una especie de nieto que Godfey nunca tuvo.
Aparentemente me perdí de todo eso porque estaba saliendo con la mitad
equivocada de Saturno. Espero que Aralie pueda darme detalles más tarde.
Tate es el primero en subir a la camioneta todo terreno con Aralie y Jules.
Benji le propone a mamá que se vaya con ellos, y se dirige al segundo
vehículo. El eco de los gritos resuena a nuestro alrededor. Ellas probablemente
vieron su cabello rubio. Noah sube detrás de Benji.
Milo estira su brazo.
―Después de usted, Señorita Branson.
La puerta se cierra detrás de él. Las ventanas son demasiado oscuras como
para que alguien de afuera vea, pero esas locas Saturnites de la reja y en la
calle lo saben. Espero que papá haya bloqueado sus ventanas. Ya que Emery
las bajaría en dos segundos sólo para gritar que Benji es suyo.
Estamos aparcados al final de la entrada. Escoltas de policías y vehículos
del servicio secreto facilitan el camino. Oficiales uniformados mantienen el
orden de las fans. El coche de papá se mete entre una patrulla y una camioneta
negra. Unos cuantos vehículos pasan antes de que el auto en el que van mi
hermana y mi mamá salga a la calle. Dos camionetas todo terreno nos separan
antes de que nos unamos al desfile de la locura. Más vienen detrás de nosotros.
―¿Quiénes son todas esas personas? ―Finalmente pregunto, mirando lo
mejor que puedo a través de la ventana.
―Vehículos de señuelo ―dice Noah―. Te acostumbrarás a ellos.
Escucho la voz de mi padre en mi cabeza. Gajes del oficio.
Damos vueltas alrededor del aeropuerto antes de detenernos. No me
molesto en preguntar por qué. Tal vez es alguna clase de medida de seguridad
para alejar a los locos. Es como papá había dicho la noche anterior mientras
volteaba las hamburguesas en la parrilla. Todo esto ocurrió sólo porque algún
idiota estaba enojado porque su novia había preferido ir a uno de los
conciertos de SAS en lugar de ir con él a su aniversario de un año. No sé cómo
pensó que disparándole a uno de los chicos lo haría mejor. Ahora él se
enfrentará a cargos de intento de asesinato y, probablemente, imprudencia
temeraria o cualquier otra cosa.
Pero ese novio celoso y loco nos dio un encierro. No sé si probablemente
debería odiarlo o mentalmente agradecerle por lo que hizo.
Agentes y miembros del staff de SAS descargan las maletas. Los chicos
probablemente tienen un equipo para el equipaje. No nos bajamos de las
camionetas hasta que papá abre la puerta y nos dice que bajemos.
Tate se apresura hacia Benji con un juego de Xbox en su mano.
―Amigo, mira lo que G-man me dio. Yo ni siquiera lo pedí. No sé cómo es
que supo que quería este.
Benji se ríe.
―Ese es el que ibas a comprar después del concierto en Nueva York, pero
nunca fuiste a la tienda.
Aralie sonríe con orgullo. Me pregunto si ella tuvo algo que ver con eso.
Emery corre a nosotros con sus brazos abiertos. Benji la recibe y la hace girar
en círculos. Él le promete enviarle entradas para conciertos. Ella le dice que le
hará un cartel para que vea que está allí.
Hago las rondas junto a mamá y Aralie, abrazando a los chicos y diciendo
algunas palabras de despedida. Mamá comienza a entablar una conversación
con Benji y Emery. Aralie toma a Jules y a su “Tater Tot” a un lado,
dejándome con mi mitad de Saturno.
Noah me abraza. No sé qué decirle. Solamente lo abrazo hasta que siento
que la tinta de sus tatuajes podría atravesar mi piel si lo abrazo más fuerte.
―No me olvides ―me dice―. Sé que estarás atrapada en el planeta Milo, y
que él es ardiente y esas cosas, pero sigo siendo tu nuevo mejor amigo.
¿Olvidar a Noah Winters? Lo empujé a nuestra piscina. Le hice hablar antes
de que tuviera su leche de fresa, y le dije mi oscuro secreto sobre Paige. Él fue
la primera persona que me mandó un mensaje a mi nuevo número. Y además
él fue el que anunció que era la novia de Milo al mundo mediante su tweet:
“Voy a extrañar a la novia de Milo después del encierro. #MiNuevaBBF”
Millones de personas me siguieron después de ver mi usuario de twitter al
final.
―Eres inolvidable en el mejor de los sentidos ―le digo.
Él sonríe.
―Te veré en… como una semana. Y si Milo se pone raro, yo me ocuparé
de él.
Frota el puño en la palma de su otra mano antes de abrazarme una vez más,
dejándome sola con el único Señor Grayson.
Milo me abraza inmediatamente. Trato de tomar cada parte de su existencia,
porque sé que las cosas jamás van a ser iguales. Nosotros jamás volveremos a
ser los mismos que fuimos en el encierro. Inhalo su jabón de baño. Paso mis
manos por su camiseta y noto la forma en que abraza su cuerpo a la perfección.
Trazo mis dedos sobre el tatuaje MGD debajo de su tatuaje de Saturno.
Sus ojos color caramelo se quedan viéndome cuando miro su rostro. Su
boca se arruga a un lado. ¿En qué está pensando? ¿Intenta encontrar las
palabras como yo lo hago?
―Te llamaré en cuanto lleguemos a donde vamos ―dice.
Típico. Te llamaré. Sé cuidadoso. Ten un buen vuelo. Te veré después. Esas
serían las cosas que le diría a Benji, no a Milo.
―Te voy a extrañar ―digo, mi voz apenas más fuerte que un susurro.
―Oye ―susurra, acercándose a mi oído―. Estoy contigo todas las
mañanas cuando las mariposas sangran y todas las noches cuando las
luciérnagas brillan con luz mortecina. ¿Está bien? Estoy a sólo una llamada o
un mensaje de distancia. Siempre.
―Siento como si hubieran miles de cosas que necesito decirte o debería
decirte ―le digo―. Pero no puedo encontrar las palabras.
―Está bien ―dice, asintiendo―. No necesitas decir algo. Yo ya lo sé.
Sus manos se entrelazan en mi cabello mientras se inclina y me besa.
Desearía que el sabor de su beso nunca abandonara mi boca.
Él retira mi cabello y lo cepilla detrás de mis hombros. Me mira por un
segundo, como mamá cuando habla de su pájaro bebé. Pero me siento como si
yo fuera la única que lo está dejando libre. Los científicos locos no pueden
retenerlo más. Tengo que levantar la copa y dejarlo volar.
―Tengo que irme ―dice, mirando hacia atrás sobre su hombro. Besa mi
frente―. Nos vemos pronto, luciérnaga.
Noah pasa un brazo alrededor de los hombros de Milo justo cuando mi
chico se une a sus hermanos Saturn. Él está en buenas manos, aunque odio
dejarlo ir.
Emery se inclina contra mi pierna. Es demasiado grande para ser cargada,
pero la cargo de cualquier manera. Ella presiona su cabello dorado contra mi
cabellera morena. Solloza fuertemente, pero no caen lágrimas. Está
determinada a ser fuerte también. Sigue despidiéndose hasta que desaparecen
en el aeropuerto vacío.
Mi familia camina en silencio al coche de papá. Aralie está estoica, no
refleja ninguna emoción en su rostro. Si no la pudiera ver respirar pensaría que
es un cadáver. Los labios de Emery tiemblan, y ella no habla. Las dos
sabemos que si trata de hablar, todas sus emociones se desbordarán. No puedo
creer que esté siendo tan fuerte. Es sólo una niña de seis años que acaba de
despedir a su amado Benji Bikini. Lágrimas, Emery. Derrámalas así yo
también puedo.
Nos subimos al asiento trasero en trance zombie. Aralie juega con su celular
para evadir la conversación. Emery agacha su cabeza, y yo miro la parte
trasera del asiento de papá, así no puedo ver el cielo y pensar en mariposas.
Las mariposas en mi estómago ya no se están moviendo. Me pregunto si
murieron cuando Milo se fue. Espero que no. Me han dado una sensación de
seguridad estos días, a pesar de que me gustaría que se comportaran mejor, a
veces.
Aralie me pasa su celular mientras salimos del estacionamiento del
aeropuerto. La pantalla de inicio de Twitter. Milo acaba de actualizar hace
cincuenta y tres segundos.
Ya extraño a mi chica. Nos vemos pronto, luciérnaga.
Sé que es mejor no ver la fotografía que twitteó, pero lo hago de cualquier
manera. Somos nosotros dos en el patio esta mañana. Emery tomó la
fotografía. El adorno de Benji cuelga detrás de nosotros. Estoy sonriendo
como en éxtasis mientras Milo besa mi mejilla. Es tan tontamente alegre.
Le regreso su celular a Aralie antes de que sea víctima de un colapso del
tamaño de Saturno. Y ahí es cuando la ruptura de la familia Branson ocurre.
Mamá comienza a sollozar.
Capítulo Treinta
#QuieroSerUnaHermanaBranson
Este probablemente sea mi hashtag favorito de todos los tiempos. Al menos
ha sido mi favorito desde que pusimos a los chicos de vuelta al universo hace
ocho días. Nuestra casa ha estado extrañamente tranquila. Mamá llora durante
el desayuno bastante a menudo. Las chicas locas siguen fuera de los portones
de nuestra casa y la gente toma fotos de nosotras en la tienda de comestibles.
Es extraño.
Tres días después del encierro, Milo le rogó a las fans de SAS que nos
dejaran en paz. Las esperadas amenazas de muerte llegaron. Algunas
Saturnites salieron en nuestra defensa. Otras señalaron el hecho de que papá es
un agente del servicio secreto y que las personas deberían cuidar lo que dicen.
Y algunos cuantos locos nos dijeron que nos muriéramos. No le dijimos a
Emery sobre ellos. Su cerebro no puede soportar demasiado entusiasmo. A
ella, en realidad, le gusta posar para las cámaras, así que la dejaremos disfrutar
la fama.
Creo que la cosa más grande que ha pasado desde que el encierro terminó,
fue cuando Darby le dedicó un segmento completo de Youtube a las hermanas
Branson. Todos los chicos de SAS la siguen ahora en Twitter gracias a mi
petición especial, y la Dosis Diaria de Drama de Darby se ha convertido en
defensor para ayudar a detener la locura Saturnite dirigida hacia la familia
Branson. Sabía que me gustaba Darby por una razón.
Está bien, Darby es la segunda mejor cosa. La mejor es estar acostada en
esta cama de hotel súper lujosa en la Ciudad de Nueva York. El concierto de
regreso de Spaceships Around Saturn es esta noche. Emery hizo un poster que
dice: “¡Yo SOY una hermana Branson!”. Aralie también hizo uno, pero en
realidad espero que no lo lleve. Tendremos suficiente atención sin su poster de
“¡Milo no estaba muerto, estaba con mi hermana!”
Tal vez ella se la pase de compras todo el día y no lo agarrará en el apuro de
las cosas por la noche. Esta será nuestra primera aparición pública con los
chicos desde que terminó el encierro y el mundo supo que nosotros éramos
todos oficiales. Aralie y yo miramos su entrevista en el programa matutino el
jueves pasado, justo como Milo había predicho.
Él actuó tímido cuando le preguntaron sobre el romance de encierro. Nunca
me negó, pero su rostro se puso de unos cuantos tonos de Marte, y eso hizo
que mi corazón se agitara. Y luego, me puso alocadamente triste porque mis
mariposas murieron con su salida. Incluso con las fans gritonas, cámaras
extrañas, y el constante drama de Internet, no he sentido nada siquiera como
un aleteo nervioso de mis mariposas. Las extraño tanto como extraño a Milo.
Mi móvil vibra en mi mano e interrumpe mi actualización de Twitter. Una
foto de Milo y yo salta en la pantalla, y Spaceships Around Saturn suena a
través de la bocina.
―Oye tú ―digo instantáneamente.
Él ríe.
―¿Qué hay, luciérnaga?
Le digo que estoy sola en mi habitación de hotel. Aralie insistió en que ella
necesitaba verse ardiente esta noche, dado que era su primera aparición
pública como la novia de Jules Rossi, así que mamá y papá la llevaron a ver
NYC. Emery exigió ropas nuevas, también. Estoy segura de que ella está
posando para los paparazzi en algún lugar de esta ciudad gigante. Papá tiene
seguridad suficiente en el hotel para mantenerme a salvo de una bomba
nuclear. Todo nuestro piso está bloqueado.
―Bueno, estoy enviándote algo a tu habitación ―él dice a través del
auricular―. Tampoco mires a través de la mirilla. Sólo abre la puerta cuando
ellos toquen. Quiero que sea una sorpresa. Pero mantente en el teléfono
conmigo así puedo oír tu reacción.
Salgo de la cama de un salto y me apresuro hacia la puerta antes de que
toquen. Estoy impaciente y emocionada, y no puedo esperar. Milo no sabrá si
abro…
―¡No esperaste a que tocara! ―grita desde el final del corredor.
Me precipito por el corredor hacia él y colapso en sus brazos. Él me aprieta
con fuerza y ríe antes de empujarme de vuelta a la habitación del hotel. Lanzo
mi teléfono en la cama, lo atraigo hacia el mejor beso de “te he extrañado” que
puedo hacer. Lo he extrañado mucho, demasiado.
Él se aparta, aún riendo. La luz del sol que mana de las persianas abiertas
baila en sus ojos, como motas de escarcha flotando en un pedazo de golosina.
―Es una locura allá afuera ―dice―. No estaba seguro de cómo iba a
entrar para verte.
―Y ahora las Saturnites y paparazzis saben que estás aquí ―digo.
Él asiente.
―Sabes que esta noche será un poco loca ¿no? ―pregunta, como un padre
preocupado.
Se aleja de mí y camina alrededor de la habitación del hotel. Tuerce su boca
hacia un lado. Mi corazón ya odia la forma en que eso se siente. Palabras,
Milo. Habla con palabras.
―Estaba pensando ―dice―. No quiero que toda esta cosa de la aparición
pública te arruine el espectáculo de esta noche. Tal vez esta noche no sea el
mejor momento para que seamos vistos juntos. La gente enloquecerá por
conseguir fotos. Sólo no quiero que te arruinen esta experiencia.
No. No, no, no, no, no. No volé a Nueva York con chicas fanáticas
amenazando mi vida sólo para que él decida que este no es el mejor momento.
No hay forma de que yo permita que sus inseguridades, preocupaciones y
actitud de “la administración dijo” arruinen esto. ¡¿Dónde está Noah cuando
necesito golpear a mi estúpido novio?!
―¿Qué sugieres, entonces? ―pregunto, intentando mantener la calma.
Él se encoje de hombros.
―Pensé que tal vez podríamos tomar el almuerzo y hacerlo todo de una vez
ahora, así no habrá presiones esta noche ―dice.
―Ahora ―repito la palabra―. Ahora es… perfecto.
No puedo ocultar el suspiro de alivio en mis palabras. Una sonrisa aparece
progresivamente en su cara.
―No habrás pensado realmente que yo estaba arrepintiéndome, ¿o sí?
―pregunta.
No respondo. No quiero admitir que en realidad dudé de él. Él tira de mí
hacia un abrazo fuerte, levanta mi cara hacia la suya y me besa la frente. Un
brazalete negro y blanco abraza su muñeca.
―No te puedes librar de mí tan fácil, Señorita Branson ―dice―. ¿Así que,
almorzamos? ¿Sólo nosotros tres? ¿Tú, yo y Tank?
Ahí está la voz de mi padre otra vez, corriendo a través de mi cerebro.
Gajes del Oficio.
―Eso suena bien ―digo. Agarro la llave de mi cuarto y mi celular.
―Jules y Tate se reunieron con Aralie más temprano, así que sabía que
estabas aquí sola ―Milo dice mientras caminamos hacia el corredor―. Le
pregunté a tu padre si estaba bien venir a verte y llevarte a almorzar.
¿Enviar a un chico a mi habitación de hotel cuando estoy sola? Sí, a Papá
realmente le agrada Milo.
Tank nos espera en el corredor. Camino entre el guardaespaldas y Milo
hacia el elevador.
―Sólo permanece directamente detrás de mí ―explica Tank―. Milo estará
detrás de ti. Es mejor para tu seguridad si estás entre nosotros.
―Lo que sea que hagas, mantente en movimiento ―dice Milo―. Esta
gente enloquece, así que permanece abriéndote camino. No te preocupes por
ser agradable.
―Hay seguridad afuera ―dice Tank―. Pero eso no garantiza nada. El auto
está esperando, así que caminen directo hacia él. Me detendré en la puerta del
auto y los dejaré entrar primero.
―No sueltes mi mano ―dice Milo.
Me siento como en esa escena de Titanic cuando el barco está hundiendo en
el océano helado. Jack dice que la succión los arrastrará hacia abajo. Él le pide
a Rose que no le suelte la mano. Así, exactamente, es como suena la voz de
Milo ahora.
Me mantengo asintiendo a lo que sea que digan. Sabía que el post-encierro
con Milo podría ser loco, pero no hay nada que yo pueda hacer para
prepararme para la locura afuera. Nada calmará mi errático palpitar o mi
nerviosa respiración.
Un océano de miedos me inunda mientras caminamos a través del lobby del
hotel hacia las puertas de vidrio. Dos oficiales de policía están de pie dentro.
Más uniformados esperan afuera.
Gritos agudos rebotan en las paredes del hotel.
Flashes brillantes estallan como un espectáculo de fuegos artificiales.
Y luego hay un aleteo siempre-familiar.
Una sonrisa barre mi rostro mientras las siento despertar de su siesta de
ocho días. Una calmada ola de alivio se precipita sobre mi océano de miedo.
El encierro puede haber terminado, pero esto es sólo el comienzo. Debí haber
sabido que no me abandonarían cuando más las necesitaba.
―Es ahora o nunca ―Milo grita por encima de los alaridos del exterior―.
¿Estás lista?
Él me aprieta la mano, y mis mariposas bailan al son de “Código Morse
Alien”.
Miro hacia atrás, a mi chico y sus ojos de caramelo.
―Nunca he estado más lista.
Agradecimientos
Si Spaceships Around Saturn fuera real, le daría boletos VIP de por vida,
brazaletes de amistad y galletas Oreo a las siguientes personas:
Los muchos blogueros/compañeros autores quienes promocionaron este
libro… Desde la revelación de la portada, hasta el explosivo día de
publicación y el bombardeo de la gira de blog, ustedes chicos han ayudado a
difundir información acerca de mi pequeño libro, y estoy muy agradecida. Mi
corazón palpitó cada vez que alguien agregaba mi libro a su lista “por leer” en
GoodReads o retwitteó acerca de American Girl on Saturn. Sus amables
palabras y emoción (Michelle Parsons, ¡hablo de ti!) me dieron la confianza
en este libro que no tenía antes. ¡Todas son dignas de ser llamadas Saturnites!
Las Directiones, Beliebers, y seguidores de muchos, muchos fandoms
allá afuera. Gracias por su fangirlismo. Todas son parte de este libro en sus
propias formas. Ustedes chica/os inspiraron las Saturnites.
Kelley mejor conocida como nanogeekette. ¡Gracias por todas las
palabras de aliento en Twitter! Unas buenas 20mil palabras de este libro
fueron escritas durante las conversaciones contigo. No creo haberlo podido
lograr tan rápidamente de otra forma. En pocas palabras, ¡rockeas!
One Direction, obviamente. Esos cinco hermosos chicos realmente
iluminan mi mundo como nadie más. Gracias por tanta inspiración y música
impresionante.
Simple Plan… Esta banda me enseñó todo sobre lo que era ser una
fangirl en el 2002. Gracias por ser la única banda que se ha mantenido junta
durante los años. He crecido con ustedes. Ustedes son los verdaderos amores
Canadienses en mi vida.
Hawthorne Heights. Ustedes chicos me dan fuerza. Gracias por ser MI
Sebastian’s Shadow.
Señora Wendy, mi segunda madre. No le permitiría a nadie ser
representante de relaciones públicas de Spaceships Around Saturn, pero sabía
que tú podrías manejarlo. Espero que te haya gustado tu aparición.
Mamá, gracias por no matarnos a Emily y a mí cuando casualmente
cambiamos el fondo de pantalla de tu celular por fotos de One Direction.
Gracias por ser una fan de Harry Styles (incluso si sólo es porque él es el
único cuyo nombre puedes recordar). Gracias por soportar años de fandoms de
música (desde boybands, hasta punk rockers y de vuelta a boybands
nuevamente) de Emily y míos. Siempre nos apoyas, incluso si no aprecias las
fotos dentro del armario de la cocina.
Mi compañera autora, amante de la música y amiga Rebecca. Estoy muy
agradecida de haber encontrado en ti a una amiga. Puedo fangirlear sobre
bandas (¡y 1D!), y sé que entiendes cómo es vivir para la música. Aún pienso
que debo sacar a patadas a tus vecinos y mudarme al lado tuyo así podremos
acosar bandas, divertirnos en la playa, y enloquecernos sobre 1D juntas.
Christina. Nunca tuve la intención de que te convirtieras en mi pre-
lectora o proofer, pero ¡oh, cuán feliz estoy de que hayas caído en mi mundo!
Gracias por leer una copia adelantada de este libro, incluso con mis tontas
cagadas, e incluso más, por ayudarme a encargarme de ellas antes de la fecha
de publicación. Gracias por nunca molestarte conmigo por preguntarte sobre
qué es canadiense y qué no. Gracias por permitirme enviarte e-mails extensos,
por compartir nombres de personajes conmigo ¡y por apreciar los ojos verdes!
¡Sabía que algún día conocería a mi pareja de escritura!
Rachel. Has estado conmigo a través de mis fangirlismos desde los
tiempos en que teníamos 16 años y estábamos enloqueciéndonos por David,
hasta ahora. ¿Recuerdas cuando te ibas a Alemania e íbamos a tener lo que
debería haber sido una despedida nostálgica, pero en cambio yo divagaba
sobre One Direction y Hawthorne Heights? Es por eso que eres mi mejor
amiga. Tú me entiendes cuando nadie más lo hace. Gracias por leer este libro
en su forma más tosca, mientras escribía capítulo por capítulo, y me animabas
a seguir (¡y a Chloe!). Me hizo chillar como una Saturnite cada vez que
atrapabas una referencia a una de nuestras bandas. Dudo que nadie más pueda
apreciar algunas de esas cosas, pero sé que tú siempre lo haces. Gracias por el
2008, ese año cambió mi vida. Estoy tan contenta de que estuvieras allí
durante el viaje y de que finalmente hayamos encontrado PALABRAS para
decir lo que sentimos. ¡♥♥♥ y deseos de 11:11 sólo para ti!
Emily. Este libro no existiría sin ti. Literalmente. Este libro fue una idea
que tú soñaste y compartiste conmigo en el estacionamiento de Taco Bell.
Gracias por leer medios-capítulos y me decirme cuán bien estaban, incluso
cuando yo los odiaba. Gracias por los memes casuales (hechos por Emily) de
Liam Payne que me enviaste en nombre de la inspiración. Gracias por elegir
(y nombrar) mis bromances. Gracias por ser Emery en el pasado y Aralie en el
presente. Gracias por asumir-erróneamente que los chicos de la casa de al lado
de la tía Danita estaban desnudos esa vez, sabía que algún día sería
divertidísimo. Gracias por convencerme para descargar el álbum de One
Direction mientras estábamos en la Florida. Y gracias por no matarme cuando
te envié ese texto el 21 de noviembre de 2012. Te dije que no estaba loca. ;) Ti
amooohhh.
David Desrosiers y Liam Payne, en particular. Érase una vez, una chica
que se volvió felizmente una fangirl enamorada de dos músicos
increíblemente talentosos y hermosos que comparten cumpleaños el 29 de
agosto. Fueron dos luces brillantes que nunca le fallaron y siempre la hacían
sonreír, incluso en sus días más oscuros. Muchíiiiiiiiiiiiiiiisimas gracias a los
dos por ser mis luciérnagas y compartir su cumpleaños con este libro. ♥
Staff Ministry of Lost Souls
Traducción
Hitomi Yagami
GideonL
Ivi04
MaidofHope
Alina-
EnchantedCrown
Mara
Maru
Patricia Heronlight♕
Riu di Angelo
Velyta05
Xoch
DianitaEverdeen
Bornt0fight
Chris G
Montse
Giss
Emma
Corrección
Alina-
HaniaCM98
Jodidamentesexynefil
im
•Anaid•
Carmen
Amentet
Sra. Norris
Tic-Tac
EnchantedCrown
Maru
Diseño
Koko-
Tessa_
Moderado por:
Alina-
Revisión Final:
Tessa_
Sobre la Autora
Nikki Godwin es una autora de Young Adult/LGBT del sudeste de Estados
Unidos. No puede vivir sin Mountain Dew, delineador de ojos negro, y música
de Hawthorne Heights. Cuando no escribe, acosa virtualmente a sus bandas
favoritas y vigila las competiciones de surf. Adora a Liam Payne de One
Direction y al surfista profesional John John Florence.
Puedes seguir a Nikki en Facebook y Twitter o descubrir más acerca de la
autora en su sitio web.
Nota Importante
Esta traducción no tiene fines de lucro; es el producto de un trabajo
realizado por un grupo de aficionadas que buscan ayudar por este medio a
personas que por una u otra razón no pueden disfrutar de maravillosas obras
como esta.
Ninguno de los miembros que participaron de esta traducción recibió, ni
recibirá ganancias monetarias por su trabajo.
El material antes expuesto es propiedad intelectual del autor y su respectiva
editorial.
Ministry of Lost Souls
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