ACTIVIDADES CULTURALES

Criollismo. Para estudiar la cultura novohispana, es conveniente primero hablar del

“criollismo”, como hecho de cultura, de actitud y de conciencia. Este nombre se le

da a la incertidumbre que vivió el hombre español nacido en México, que se

debate entre el ser y no ser europeo, y tampoco el ser indígena. En su búsqueda

de un lugar en el mundo “... acudió al pasado indígena para exaltarlo,

transfigurarlo en un equivalente a las tradiciones culturales europeas... acudió a la

alabanza de la tierra: la más pródiga, la más hermosa... acudió al arte y produjo -

para él- “octavas maravillas” que en efecto maravillas fueron ... acudió a la

religión... consiguiendo por fin la satisfacción en la Guadalupana... tuvo que

sentirse orgulloso de la gente, de la tierra de sus obras...”1

Así los artistas novohipanos van a crear una serie de obras en las que se

muestran influencias europeas, pero de un estilo particular y propio de la Nueva

España.

1 Manrique Alberto “Del Barroco a la Ilustración” en Historia Gral. De México op. Cit p. 649

ARQUITECTURA COLONIAL OBJETIVO: Explicar los principales estilos arquitectónicos, por medio de las construcciones más representativas, identificando características de: románico (monástico),plateresco, barroco y neoclásico. La arquitectura novohispana es una de las muestras más significativas del arte colonial. Varias de sus manifestaciones se pueden apreciar en nuestros días, majestuosas construcciones que siguen desafiando al tiempo. Las primeras obras, tanto religiosas como civiles, siguieron el modelo europeo, pero las necesidades y soluciones empleadas, le dan un desarrollo propio. ARTE CONVENTUAL (monástico) Los conventos son la expresión material de la labor evangelizadora que se desarrolló en la Nueva España, tras la caída de Tenochtitlan, “además de su función como centro de expansión de la obra catequizadora, era el eventual refugio para la población española en caso de levantamientos indígenas, por ello eran verdaderas fortalezas, de muros fortísimos, con pocas aberturas al exterior, coronados de almenas...”2 Un conjunto conventual, en general estaba integrado por una iglesia, un claustro de dos plantas con arcos en sus cuatro lados, un gran patio llamado atrio, que enmarcaba todo el conjunto, delimitando con un muro almenado, una cruz atrial al centro, algunos tenían cuatro capillas posas, que “constituyen junto a las capillas abiertas, las aportaciones absolutamente novedosas del convento mexicano a la arquitectura religiosa occidental”.3 Esta primera etapa de la arquitectura colonial, se considera como medieval, pero en realidad es una mezcla de distintos estilos: románico, gótico, mudéjar y el renacentista, algunos ejemplos son los conventos de : Huejotzingo y Tlaxcala (franciscanos); Actopan, Atotonilco el Grande (agustinos).

2 Manrique,Alberto, op.cit., p.1342

3 Ibidem.,p.1344

Ejemplo de arte conventual, el Convento Agustino de Actopan, (siglo XVI)

PLATERESCO. Era el estilo más propio de la España del siglo XVI, en los conventos novohispanos es común encontrarlo en portadas y elementos decorativos. En la Nueva España este estilo tiende a tornarse más libre en cuanto a la conjunción de elementos renacentistas, góticos y mudéjar: “La columna abalaustrada, el gusto por los medallones, la decoración de frutas y veneros se combinan con elementos mudéjares, góticos o tequitqui, hasta el punto de que la afiliación de ciertas obras al estilo plateresco resulta problemática”.4 Ejemplos de este estilo son: la iglesia de Xochimilco, Yuririapúndaro y sorprendente por la cantidad de nichos es la de Coixtlahuaca. A finales del siglo XVI se introduce en Nueva España el Manierismo, que consiste en la aplicación de las normas descubiertas por los artífices del alto Renacimiento, es un arte culto y citadino que en los primeros años del siglo XVII había desplazado definitivamente la actividad constructiva del mundo rural (los

4 Ibidem.,p. 1348

conventos). “L primera obra definitivamente manierista es el Túmulo Imperial que construyó en madera Claudio de Arciniega”.5 El manierismo coincide con el inicio de las grandes catedrales, como la de Mérida, Guadalajara, Puebla y México, que serán terminadas durante el barroco. BARROCO Las iglesias catedrales son los edificios citadinos por excelencia, símbolo religioso y civil, representaba lo que era la ciudad y era su orgullo. Son bellas expresiones del arte barroco mexicano; al principio lo que podría llamarse como barroco sobrio, consistió en jugar con los elementos centrales de la arquitectura, la columna o la pilastra, a las que se dotó de estrías, follaje, etc. Y se alteró su proporción. Así mismo se dota de movimiento ondulante a fachadas o retablos, como ejemplos pueden citarse la Iglesia de Santa Mónica de Guadalajara y las de San Bernardo y San Agustín de México. En los siglos XVII y XVIII, encontramos portadas más adornadas, el llamado barroco exuberante, es lujo y fantasía que asombra, desborda todos los límites, busca una gran riqueza de ornato; respeta la estructura, pero llena todos los rincones y espacios, con relieves, de yeso , argamasa y policromía, algunos ejemplos son: la Capilla del Rosario, la Iglesia de San Cristóbal de Puebla, el Colegio de San Ildefonso. Colegio de San Ildefonso ,portada siglo XVIII (México, D.F.)

5 Ibidem.,p.1352

Fuente: Toussaint, Manuel, Arte Colonial en México. NEOCLÁSICO El pensamiento ilustrado, transformó también la manera de ver el arte. Después de llegar al delirio y a los extremos con el barroco, se va a buscar una vuelta a las formas clásicas que implica el uso de otros materiales para la construcción..El Neoclásico se caracteriza por su elegancia y sobriedad, sus líneas rectas y espacios abiertos, que abarcará solamente “cuarenta años, 11 de los cuales se gastan en la Guerra de Independencia”.6 Destacan en esta etapa dos arquitectos por la magnificencia de sus obras: Manuel Tolsá, que edificó el Palacio de Minería, y Francisco Tres Guerras que construyó el Palacio Rul en Guanajuato.

6 Toussaint, Manuel, Arte Colonial en México, 5ª. Ed.,México, UNAM, Instituto de Investigaciones Estéticas,

1990, p. 216

Fuente: Brom, Juan, Esbozo de Historia de México.