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Arístides Rojas y Eugenio Méndez y Mendoza
Ejemplos de los primeros cronistas populares venezolanos
Introducción
• Desde mediados del siglo XIX, en Venezuela nació cierta curiosidad por las tradiciones populares que identificaban o caracterizaban a los venezolanos. Esto correspondía al interés de artistas e intelectuales en contribuir a la construcción de la nación y en fijar aquellos elementos que constituían lo venezolano. • Tal es el caso de los dos cronistas que se leerán en esta unidad: Arístides Rojas y
Eugenio Méndez y Mendoza.
Arístides Rojas Eugenio Méndez
Arístides Rojas
Arístides Rojas nace el 5 de noviembre de 1826 y comienza a publicar textos de carácter literario en la prensa de la época cuando contaba con 18 años de edad. Durante el siglo XIX la prensa funcionó como la televisión para los venezolanos: creaba un sentido de identidad, de pertenencia y de simultaneidad que nos consolidó como nación pese a tener una amplia geografía y una gran variedad de culturas. • Motivado por su ansia de conocimiento y por el interés en
otras realidades, realiza en 1856 un viaje por Estados Unidos, Francia y Puerto Rico. • En 1864 decide regresar a Caracas. Allí, junto con su hermano,
inicia tertulias en la editorial Rojas Hermanos. Estas son de carácter político, histórico y literario. • Rojas colecciona artículos históricos “cacharros”, y escribe
monografías sobre historia, heráldica y folklore.
Sobre el estilo
• Lo interesante en Arístides Rojas es que en una Venezuela donde el tono de la escritura era siempre grandilocuente, rimbombante y altisonante, su obra parece la observación de un curioso que, motivado en llegar a la verdad, intenta ver los aspectos más característicos de la realidad cotidiana.
• Esto último es lo que hace la crónica, como género literario, y lo que haría en ese momento autores del costumbrismo y tradicionalismo.
Eugenio Méndez y Mendoza
De Méndez y Mendoza hay menos datos. No obstante, según palabras de su hija, se rescata lo siguiente:Nació en Caracas, el 13 de marzo de 1857, y murió en la misma ciudad el 15 de agosto de 1903. Fue escritor, poeta, costumbrista, humorista de finísima calidad, muy leído en la revista “EL COJO ILUSTRADO”, y descendiente de los Méndez de DON DIEGO (compañero de COLÓN) y los Mendoza de DON CRISTOBAL (primer presidente de Venezuela).
El Cojo Ilustrado
El Cojo Ilustrado funcionó en Venezuela como quincenal entre 1892 y 1915. Una vez más, el periódico funcionó como herramienta para construir al país imaginariamente hablando: daba sensación de simultaneidad y de pertenencia (como hoy en día la Televisión). Por ella pasaron las mejores plumas de la literatura venezolana: Rómulo Gallegos, Manuel Díaz Rodríguez, José Gil Fortoul, Rufino Blanco Fombona, Eduardo Blanco, entre otros.
Crónicas vs. Cuadros costumbristas
Ahora bien, aunque son considerados precursores de la crónica contemporánea, cuando no cronistas en sí, existen diferencias esenciales entre el cuadro de costumbres y la crónica escrita. Esto es lo que hace que hoy en día podamos fijarnos en temas similares a los que los costumbristas proponían, pero escribamos los textos de manera distinta. Tanto la crónica como los textos costumbristas funcionaron (y funcionan hoy en día) para recoger las historias populares y tradicionales de las regiones de un país. Arístides Rojas, entre muchas, escribiría las siguientes con esta intención:
“La leyenda del moriche”“Bolívar y la Santísima Trinidad”
“Más malo que Guardajumo”“Drake y los historiadores de Venezuela”
“Peor que el olonés es el inglés”“Los platos de Paraguachí”
Crónicas vs. Cuadros costumbristas
De Eugenio Méndez y Mendoza, pueden rescatarse textos como “Los muchachos de Caracas” o “El tendero caraqueño”Pero las intenciones de las crónicas y los cuadros costumbristas son distintas. El cuadro de costumbre busca mostrar la realidad cotidiana con cierta gracia y moralismo. La crónica, en cambio, parte de la realidad para mostrar su lado ficticio: ver el lado “cuento” de las cosas que en realidad ocurrieron.
Breve cuadro comparativo
Crónica ¿otro cuento?
• No hay que confundir, sin embargo, a la crónica con los cuentos. Aunque las crónicas utilicen elementos de la ficción, o “ficcionalicen” desde el lenguaje, ellas parten de hechos reales, constatables, existentes. Los cuentos suelen ser más ficticios.
• Esto no impide, por supuesto, que haya cuentos que se basen en hechos reales. Y estos cuentos se conocen como cuentos, no como crónicas. La frontera entre ambos géneros es muy pequeña, por eso se suele decir que la crónica es un género híbrido, contaminado, un “ornitorrinco” (así la llama Vargas Llosa) entre el periodismo y la ficción.
Crónicas populares
• En toda comunidad existen historias o leyendas fantásticas, cuya dosis de realidad la proporcionan o los científicos o los cronistas. Estos últimos intentan mirar objetivamente, aunque siempre en tono irónico, los hechos narrados. • Con la crónica, no obstante, no importa tanto el suceso contado sino el
lenguaje empleado: que pueda ser leída cien años después, y aún diga “cosas” a los lectores del momento.