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Ciencias Sociales y otras formas de conocimiento Nombre: Clotilde Rivera La ciencia es una hermosa mujer, plena en su contenido de conocimientos, pero al ser mujer, también posee muchos pretendientes que aspiran a ser los amos de las verdades que ella envuelve. Vamos a pasar un rato adentrándonos en sus reflexiones de existencia: Entre mis pretendientes, que han sido innumerables, recuerdo con especial cariño a algunos hombres que se acercaron, cada cual en su época, a mi formación: nunca podré olvidar mi pretendiente infantil, Aristóteles, que para su época fue muy adelantado, pues trató de explicar los sucesos de la naturaleza usando una visión simplista, pues era geocéntrica, finita y cerrada; una hermosa joya que me dejó fue la formulación de los métodos de investigación inductivo y deductivo, pero más adelante encontré a Tomás de Aquino, el cual reinterpretó las ideas de Aristóteles y las adecuó para ser usadas por la Iglesia, por eso no me terminaba de convencer, pero eran los tiempos, y los hechos sociales hay que dejarlos desarrollarse. Luego me cansé de la monotonía del paradigma aristotélico, y me atrajeron las revolucionarias y enérgicas palabras de Copérnico, que con su teoría heliocéntrica trajo nuevos aires a mi corazón ya adormecido en la rutina, la formulación de leyes sobre el movimiento planetario de Kepler abrió las ventanas de mi alma, pero lo que me deslumbró totalmente en la época renacentista fue la valentía de Galileo exponiendo la necesidad de que para llegar a mí, debía separar sus proposiciones de la fe… ¡¡Por fin!! Un hombre que arriesgaba todo por mí, develando que soy un instrumento objetivo, pero cayó en manos de una institución obscurantista como la Iglesia, que me lo “arrebató”.

Ciencias sociales y otras formas de conocimiento, 2do informe

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Mi informe sobre el tema Ciencias Sociales y otras formas de conocimiento.

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Ciencias Sociales y otras formas de conocimiento

Nombre: Clotilde Rivera

La ciencia es una hermosa mujer, plena en su contenido de conocimientos, pero al ser mujer, también posee muchos pretendientes que aspiran a ser los amos de las verdades que ella envuelve. Vamos a pasar un rato adentrándonos en sus reflexiones de existencia:

Entre mis pretendientes, que han sido innumerables, recuerdo con especial cariño a algunos hombres que se acercaron, cada cual en su época, a mi formación: nunca podré olvidar mi pretendiente infantil, Aristóteles, que para su época fue muy adelantado, pues trató de explicar los sucesos de la naturaleza usando una visión simplista, pues era geocéntrica, finita y cerrada; una hermosa joya que me dejó fue la formulación de los métodos de investigación inductivo y deductivo, pero más adelante encontré a Tomás de Aquino, el cual reinterpretó las ideas de Aristóteles y las adecuó para ser usadas por la Iglesia, por eso no me terminaba de convencer, pero eran los tiempos, y los hechos sociales hay que dejarlos desarrollarse.

Luego me cansé de la monotonía del paradigma aristotélico, y me atrajeron las revolucionarias y enérgicas palabras de Copérnico, que con su teoría heliocéntrica trajo nuevos aires a mi corazón ya adormecido en la rutina, la formulación de leyes sobre el movimiento planetario de Kepler abrió las ventanas de mi alma, pero lo que me deslumbró totalmente en la época renacentista fue la valentía de Galileo exponiendo la necesidad de que para llegar a mí, debía separar sus proposiciones de la fe… ¡¡Por fin!! Un hombre que arriesgaba todo por mí, develando que soy un instrumento objetivo, pero cayó en manos de una institución obscurantista como la Iglesia, que me lo “arrebató”.

Para ser franca, me consolé con un inglés apellido Bacon, el cual tenía claro que mi objetivo era conocer las causas de los fenómenos, pero se equivocó al orientarse al dominio y control de la naturaleza, pues no estoy para dominar, estoy para servir. Lo verdaderamente importante de la época en que vivieron estos hombres con los que sostuve hermosas relaciones es que el método científico, aquella joya que inició Aristóteles, se realza con el engarce de piezas como el uso del método hipotético-deductivo, el tratamiento matemático de la naturaleza, el rechazo de la física aristotélica (bueno, lo dije, su visión era simplista), y el uso de la experimentación en la investigación científica.

Ya en mi juventud, comencé a insuflar en los hombres más realismo en sus planteamientos… ¿Cómo olvidar a Descartes, ese francés que dejó bien en claro que la corriente indicada para conocerme era el racionalismo?, esos franceses saben llegar al corazón de una mujer como yo. Con él me sentí plena, actué sin miedos y fui yo misma. Puso la razón como instrumento para alcanzar el conocimiento científico, gracias a los paradigmas mecanicista y racionalista. A eso lo llamo yo adorarme!!. No puedo negar que fue una relación avasalladora, pero pronto mis ojos se desviaron a otro inglés: Newton.

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Aunque flemático, logró imponer su paradigma de explicación del mundo desde una perspectiva mecanicista. Él estableció que mi objetivo es enunciar leyes para explicar y predecir hechos o fenómenos. También otro inglés, Locke, fundó una corriente de pensamiento llamada empirismo, crucial para el desarrollo del positivismo. De Descartes y Newton quedó el reconocimiento del método científico como explicativo, descriptivo, predictivo, controlado, empírico, metódico, sistemático, objetivo y verificable.

En cuanto al positivismo, no niego que tuve una relación muy estable con Augusto Comte, pues él sostuvo que el conocimiento científico provenía de los hechos, lo cual dió un excelente sostén a mi pensamiento social por mucho tiempo. Es de acuerdo a Benedicto que se esclarece que esta doctrina me convirtió en un modelo acumulativo, lineal, continuo y sin saltos… pero me faltaba algo: el espíritu, la subjetividad de mis primeros años, y con el Neopositivismo Karl Popper trae el criterio de falsibilidad. Esta postura fue ampliamente criticada, porque sostiene que yo evoluciono porque las teorías son abandonadas y sustituidas por otras que se refutarán en su momento.

Luego de un largo periodo de tranquilidad, disfrutando del progreso realizado por la humanidad, actualmente este método está siendo cuestionado, pues si bien aplica para las Ciencias Naturales, con las Ciencias Sociales ocurre que el carácter impredecible de la conducta humana impide elaborar datos que permitan la predicción, de acuerdo a Maritza Montero, y Kenneth Gergen por igual, mientras Gloria Benedito afirma que mi objetivo de prever y predecir hechos es adaptacionista. Esto crea en mí la llamada crisis de los 40, pues hace que me cuestione nuevamente en mis fundamentos. Actualmente los científicos se están planteando que en la construcción del método científico intervienen valores, orientaciones, disposiciones, intenciones y creencias. También se está refutando la verificación empírica de los resultados en el aspecto de los hechos.

Me gusta esta situación, pues la forma de conquistarme está siendo analizada minuciosamente, y esto promete traer nuevos elementos para mí. Me gusta que ahora se hable de pluralidad de saberes, que a nivel social se me reexamine, se tome en cuenta el enfoque feminista, porque las mujeres me tenían un poco de temor por considerarme muy estricta y cerrada, y ahora me valoran como ellas: libre, con valores y con una parte subjetiva. Creo que ahora viviré el llamado amor de la tercera edad, pero no sé quiénes serán mis pretendientes en esta etapa, pero igual me emociona.