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EL MUSEO ES UN HUB

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resumen de la ponencia presentada en el congreso internacional los museos en la educación. Madrid España, nov 2012

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NOTAS PARA LA COMUNICACION II CONGRESO INTERNACIONAL "LOS MUSEOS EN LA EDUCACIÓN"De la Acción a la Reflexión. EL MUSEO y LA CIUDAD, El MUSEO COMO HUB Anotaciones para pensar el museo, su función educativa y de producción cultural a la luz de los procesos de desarrollo cultural en Medellín-Colombia.

“Partimos de la comprensión de que la museología y los museos iberoamericanos están en movimiento y de que la renovación del campo museal tiene propiciado una mayor aproximación de los movimientos sociales. Su diferencial actual está ubicado en el compromiso con la educación, en la valorización de la función social de los museos y en el reconocimiento de que ellos son tecnologías y herramientas que necesitan ser democratizadas y utilizadas en favor de la dignidad humana y del desarrollo social.” (De la declaración de Bahía. 2007) La redefinición del museo como pos museo sugiere su asimilación como dispositivo en forma de puerto, hub o transductor: Una institucionmovimiento,… expandida, polivalente, transdisciplinar, y mixturada con el concepto de centro cultural. Una estructura flexible, receptiva a nuevas ideas y tecnologías,… un espacio propicio para proponer diálogos e innovaciones sobre educación y producción cultural en nuestros tiempos.

En un artículo sobre la emblemática exposición de finales de los años sesenta que tuvo por título WhenAttitudesBecomeForm (Cuando las actitudes se transforman en formas), Hans UlrichObrist se refiere, además de lo que está exposición significó para la historia del arte, al legado de Alexander Dorner como un visionario que se las arregló, ya en los años veinte, para proponer unas funciones museísticas innovadoras para su tiempo: el museo como central eléctrica, el museo como espacio en movimiento, como espacio elástico y procesual. La mención al nombre de esta exposición y las ideas de Dorner referidas por Obrist son sólo detonantes para introducir las reflexiones que desde Medellín, vengo a exponer a este congreso.

Esta ponencia se trata de una propuesta híbrida y glocal, en la que se mezclan nociones de arte, educación y producción cultural –entre otras–, a la que intentaré darles un orden: Tras realizar algunos comentarios sobre las condiciones históricas y los imaginarios que suele haber sobre Colombia y Medellín –ya que no se puede sustraer la producción cultural de su contexto–, me centraré luego en el Museo de Arte Moderno de Medellín y su departamento de Educación y Cultura, como zona de prototipado de programas pedagógicos, proyectos culturales y metodologías de trabajo que, atendiendo al derrotero del congreso, son susceptibles de ser conceptualizadas, buscando pasar De la acción a la reflexión.

Empecemos entonces por un contexto del lugar del cual vengo: el escritor William Ospina, en su ensayo Colombia en el Planeta, ha logrado sintetizar de forma poética un diagnóstico del país y, a su vez, propone de forma directa a la cultura y la educación como elementos fundamentales para resolver laencrucijada nacional.

“Hoy los colombianos somos víctimas de los tres grandes males que echaron a perder a Macondo: la fiebre del insomnio, el huracán de las guerras, la hojarasca de la compañía bananera. Vale decir: la peste del olvido, la locura de la venganza, la ignorancia de nosotros mismos que nos hizo incapaces de resistir a la dependencia, a la depredación y al

saqueo.(…)La urgente tarea de refundación de Colombia es antes que todo una tarea cultural: debemos emprender una gran expedición por el olvido, debemos pronunciar un

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conjuro contra la venganza desde las encrucijadas de nuestro territorio en peligro, debemos vivir una original aventura estética, mirando la naturaleza equinoccial, las ciudades nacidas del choque de la modernidad con la tradición, y explorando las riquezas del mestizaje, para encontrar los rostros y los lenguajes que definen nuestro lugar en el planeta”.

La historia de Colombia ha estado marcada por un conflicto que la ha sumido en décadas de violencia y olvido. Y la ciudad de Medellín no ha sido ajena a esta realidad; por el contrario, ha sido uno de sus epicentros. Hasta hace poco, sobre esta ciudad pesaba más en el contexto internacional el imaginario de guerra y narcotráfico que el de ser un lugar con efervescencia cultural.

Las personas que han hecho parte de la movida cultural en épocas más adversas, tan sólo una generación anterior a la mía, cuentan cómo en los momentos de mayor violencia las pocas organizaciones culturales y comunitarias de aquel entonces lograron mantenerse en pie como alternativas para muchos jóvenes y barrios enteros; organizando actividades, festivales, exposiciones y encuentros que se asumían –y que aún hoy se mantienen vigentes– como formas de resistencia. Fue quizás en este proceso y sin proponérselo que la gente fue aprendiendo a organizarse y trabajar en comunidad1.

En la última década este panorama ha ido cediendo camino a la comprensión de la cultura como forma no sólo de resistencia, sino de cambio y desarrollo; como forma de pasar del miedo a la esperanza, a un nuevo paradigma que liga entre otras cosas al urbanismo social y desarrollo cultural.

Hoy cobra sentido pensar el papel que las instituciones culturales –y en particular los museos– pueden jugar como escenarios propicios para reconfigurar una nueva relación con la creación, el patrimonio y la vida en comunidad.

En la actualidad las dinámicas de la escena cultural en Medellín permiten dar cuenta de transformaciones importantes ligadas a políticas públicas inspiradas en conceptos como urbanismo social, cultura ciudadana e innovación. De ello dan cuenta los numerosos emprendimientos que se han creado o fortalecido: Redes de bibliotecas, de música, de literatura, de museos, de juventud, escuelas de hip hop, programas digitales, centros culturales, movimientos urbanos, de uso de la bicicleta, festivales, periódicos e iniciativas comunitarias de memoria y derechos humanos, entre otros.

Por su parte, los museos –en un papel que se acerca decididamente al de ´centros culturales`-han entrado a jugar un papel importante al liderar programas y proyectos educativos, culturales y expositivos que traspasan los muros de la institución para llegar a barrios, veredas, comunas y corregimientos. De puertas para adentro, reinventan continuamente las formas de relacionarse con sus públicos, de innovar en educación y en gestión cultural a partir de nuevas dinámicas con el patrimonio, el arte, las tecnologías y el trabajo en red.

Hacia afuera,proyectos como Museo y Territorio pone énfasis en la regionalización y difusión de las colecciones ligadas a componentes expositivos itinerantes en los que confluyela educación patrimonial, al arte, las ciencias humanas, el diseño y el trabajo social. Por su parte emprendimientos como el museo del Peñol, en el oriente y el museo de Jericó en suroccidente de Antioquia,así como el Salón del Nunca Más de Granada,-creado para reivindicar la memoria de las víctimas del conflicto armado-nos acercan a las prácticas organizativas y los formatos de losMuseos Comunitarios.

1 Hoy, una nueva ola de paz invade el ambiente, quizás un proceso que esta vez pueda dar frutos; un premio a la persistencia

de todos los que han resistido.

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Por su parte elMAMM, -Adecuado en un antiguo taller de fundiciones de metal desde hace tres años en el sector de los Industriales- se ha ido consolidando como uno de los museos más activo del panorama colombiano, ocupando un lugar estratégico en la ciudad por sus programa expositivo, pero especialmente por sus dinámicas de educación y cultura.

En esta perspectiva vale la pena preguntarnos: ¿Cuáles son los principios que han orientado nuestras acciones?, ¿Cuáles son las fortalezas, lo propio, y las diferencias?, ¿Cuáles los problemas frecuentes a los que nos hemos enfrentado?, ¿Cuáles son las oportunidades nuevas, y las amenazas a estas oportunidades?

La búsqueda de respuestas a estas preguntas ha de llevarnos a asumir la construcción de confianza como uno de los principios que ha orientado nuestras acciones: un fino, perseverante y delicado ejercicio en el que nos hemos valido del trabajo colaborativo y en red como una herramienta clave a la hora de gestar nuestros proyectos desde el museo, y por medio del cual hemos ido construyendo cartografías de una escena cultural cada vez mas expandida de la cual dan cuenta varios de nuestros proyectos2. Desde el museo, por medio de la construcción de mapas de la escena, estamos creando relaciones de sentido entre los actores de la cultura en la ciudad, el continente y el mundo, buscando vincular cada vez a más grupos sociales, identitarios, profesionales, así como a instituciones, universidades, emprendimientos, proyectos y comunidades, para la creación y movilización de ideales. La definición de una escena cultural ha sido pues un instrumento fundamental en los procesos de creación cultural desde el museo.

Un siguiente elemento ha estado dirigido a la exploración de nuevas definiciones para lo que comúnmente llamamos gestión cultural, buscando conferirle a este ejercicio todo el poder creativo que alberga, a partir de modelos abiertos que permitan reinventar las relaciones de creación, circulación y apropiación, reconociendo que al igual que en las prácticas artísticas, en los proyectos que realizamos buena parte del trabajo de creación radica en la misma gestión. Necesariamente esta situación ha de convocarnos también a repensar los roles y relaciones –entre quien crea, quien recibe, quien educa, quien exhibe y quien gestiona–, y a la par en una transformación de los campos disciplinares.

Otro elemento tiene que ver con vincular el trabajo como activistas, productores culturales y educadores a las nuevas herramientas digitales, pues el devenir de 'la cultura' en 'cultura digital' hace que haya un cambio en la forma de pensar y de actuar que –más allá de los aspectos meramente técnicos– alberga nuevos formatos para la educación, la producción cultural y el activismo. Los procesos culturales y artísticos ligados a las tecnologías y la cultura digital son hoy territorios de límite, frontera y de cambio, y el museo es un lugar estratégico desde el cual activar estos procesos.

Otra de las búsquedas ha estado orientada a generar diálogos creativos desde el museo como institución con muchos de los movimientos e iniciativas independientes de la ciudad, que van desde residencias artísticas, circuitos de música, hasta espacios no convencionales

2Para ampliar este aspecto son numerosas las experiencias que podrían citarse. Por la continuidad y derivaciones que se han

generado propongo como ejemplo LabSurLab. El Encuentro Internacional de Laboratorios de Medios realizado en abril de 2011, un espacio que pronto supero el carácter de evento para convertirse en una red de trabajo que congrega artistas, haktivistas, gestores, educadores, y personas de diferentes disciplinas, iniciativas independientes, auto gestionadas, emergentes e institucionales. En 2012 se logra realizar el segundo labSurlab en las instalaciones del Centro de Arte Contemporáneo de Quito Ecuador. En la actualidad mantenemos viva la iniciativa en Medellín por medio del proyecto co operaciones, y se empieza a conversar sobre un posible LabSurLab 2013 en Brasil. http://labsurlab.org/http://cooperaciones.mdelibre.co/

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de educación para sacar adelante proyectos desde la cooperación. Podemos sintetizar este aspecto de la producción cultural desde la dupla 'Instituciones - Movimientos'. El primer concepto define el contenedor habitual, con unos modos de acción regulados pero necesarios, y el segundo concepto, cobija los cambios que jalonan los grupos, y la práctica artística en sí, ligados a la voluntad de cambio y revolución molecular. En este orden de ideas el reto está en generar ambientes de diálogo para ambas esferas.

Son varios y heterogéneos los referentes teóricos que han motivado la práctica y que a su vez podrían ayudar a conceptualizarla: desde la declaración de Salvador de Bahía pasando por ideas de José do Nacimiento Junior, Paulo Freire, algo de metodología del movimiento de museos comunitarios en México, Edupunk3, procomún, cultura hacker, entre otros, y sobre los cuales se pueden tomar elementos para redefinir el museo en la actualidad.

Es Gerardo Mosquera4, el curador y crítico cubano, quien sugiere la idea del Museo como Hub. Tomando del significado técnico del término es un concentrador, centro de distribución, un equipo de redes que permite conectar entre sí otros equipos o dispositivos retransmitiendo los paquetes de datos desde cualquiera de ellos hacia todos los demás, con el cual podemos hacer un neologismo que abarca varias posibilidades para la 'institución Museo' como espacio post-utópico. Desde allí, nos proporciona elementos que permiten generar nuevos y alentadores agenciamientos:

.. “(...) Habría que pensar en museos centrífugos en lugar de centrípetos, transformados de 'un espacio donde se muestra el mundo' en 'una acción en el mundo'. Así, en vez de halar el arte hacia un espacio aurático, el museo podría actuar en el sitio mismo donde ocurre la práctica artística. Sería un museo como hub, descentralizado, en movimiento, diseminado por todos lados; una entidad dinámica que participaría simultáneamente en una diversidad de proyectos en diferentes lugares. El nivel de intervención resultaría muy flexible y casuístico, consistiendo sobre todo en proyectos comunes de colaboraciones con otras instituciones, grupos artísticos, asociaciones informales e individuos, en diversos grados de participación. Las actividades incluirían muestras, comunicaciones, blogs, eventos, arte urbano, arte en la red, talleres, publicaciones, encuentros, debates”...

“Este museo como un hub desarrollaría así una red internacional de acciones e intercambios con los que estaría conectado dinámicamente, interviniendo en un flujo de información, proyectos y actividades de varias maneras y en distintas direcciones. El museo tendría su propia comunidad en expansión de artistas, curadores, educadores, activistas, y otras instituciones por todo el orbe”.

Tal devenir nos lleva a considerar el museo –desde el punto de vista conceptual y organizativo– como espacio dinámico y evolutivo, al cual se adapta se asemeja al acontecer reciente del MAMM: La transformación de un centro industrial de Medellín en un espacio de diálogo, en un ecosistema creativo, dedicado al encuentro, la formación, la producción, la reflexión y el debate.

Jorge Bejarano Barco http://about.me/Nuevonomada www.mammedellin.org

3Edupunk, integrado a los diferentes formatos de la Educación Expandida, al que definirá como un bosquejo de movimiento

ante todo actitudinal que chispea por su sonoridad como concepto. A mi parecer, Edupunk llama la atención sobre un cambio libertario en la educación, de la mano de las herramientas que proporcionan las tecnologías de la información y la comunicación, asumiéndolas como campo para la autoformación y la confluencia. 4 Publicado en la revista Brumaria N 8: cuyo contenido se agrupo bajo el titulo Arte y Revolución, en el marco de la

DOCUMENTA de Kassel de 2007,