Upload
inma-melgar
View
87
Download
2
Embed Size (px)
Citation preview
Las vivencias de Pedro
Este es Pedro… Un chico de 1º ESO, en un instituto de Córdoba, al que le gusta el deporte, salir con sus amigos y jugar a la PS3.
A Pedro le pasan miles de historias todos los días: en casa, en el instituto, con sus amigos, con su familia…
La semana pasada, por ejemplo, Pedro pasó un mal rato. Había suspendido un examen para el que había estudiado toda la semana. Cuando miró la nota pensó: “Soy un inútil, jamás lograré nada como estudiante”. Pensar eso le hizo sentir
TRISTEZA
Luego, camino a casa pensó… “Ya verás mis padres. Me van a regañar y los profesores seguro que les dicen que no sirvo para esto cuando vengan a hablar con ellos…” Pedro se puso nervioso y empezó a sentir
ANSIEDAD
Pedro se sentía demasiado nervioso, así que pensó que lo mejor era tranquilizarse antes de llegar a casa… Empezó a respirar profundamente y a pensar más positivamente. Se dijo: “Aunque estudié mucho, el examen tipo test no se me da bien. A lo mejor lo único que tengo que hacer es practicar más ese tipo de examen; ¡¡así seguro que apruebo la próxima vez!!” Pedro entró en casa por fin con bastante
TRANQUILIDAD
Al final, no fue para tanto. Sus padres pensaban lo mismo que él. Le habían visto estudiar y esforzarse así que le animaron y le dijeron que seguro que si practicaba más al final aprobaba. “Si lo llego a saber”, pensó, “no lo habría pasado tan mal”.
Otro día Pedro tenía que ir a una fiesta donde no conocía a casi nadie y tenía que conocer a gente nueva. Pedro no paraba de pensar en lo mismo: «¿Quién habrá en la fiesta? ¿Será una fiesta divertida? ¿Lo pasaremos bien?»… Sentía bastante expectación
Más tarde al volver a pensar en el tema y ver que realmente no conocía a nadie se agobió y pensó: «Seguro que no sabré con quién hablar, haré el ridículo y lo pasaré mal». Sintió NERVIOSISMO
Pedro pasó unos días con dolor de estómago y apenas probaba bocado. Un día se encontró con Ana, que muy sonriente, le dijo: “¡Pedro! ¡Me he enterado de que vas a la fiesta! ¡Nos vemos allí!” Pedro empezó a pensar de modo diferente: “Habrá mucha gente, seguro que conozco a alguien interesante y puedo pasar un buen rato. Además, estará Ana…” Así empezó a sentir ALEGRIA E ILUSIÓN
Al final, Pedro fue a la fiesta y se lo pasó genial. Como ya estaba contento y con ganas de pasar un buen rato, estuvo todo el tiempo sonriendo. Ya no tenía que hacer ningún esfuerzo para conocer a nadie porque ahora eran todos ellos los que querían conocer a ese chico tan simpático y alegre. Pero él ya sólo tenía ojos para… Ana.