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Sociedad de Estudios en Economía Política
Artículo publicado en el Semanario Boliviano “La Época”, el Año XI
No. 534. Julio, 2012.
Socialícese y difúndase: ¡Que disientan las ideas!
El des-encubrimiento de los neoliberales y la transformación: Parte I
Ariel Ibañez1
“…el único camino para que un país se desarrolle es la
industrialización, la única forma para que un país se industrialice es
protegerse así mismo y ¡cualquiera que diga otra cosa está siendo
deshonesto…”.
Nicholas Kaldor
Este artículo pretende analizar la evolución del paradigma neoliberal, posterior a la
caída del paradigma del “Estado de bienestar” inspirado por las ideas keynesianas desde
el fin de la segunda guerra mundial, hasta su posterior extensión en lo que se denominó
el “Post Consenso”. La revisión y análisis crítico corresponde al paradigma del
desarrollo inspirado en las premisas de liberalización, privatización y apertura, que
marcan el escenario para el acrecentamiento de los procesos de mundialización del
capital2.
Para este fin, en una primera parte desarrollaremos los límites de las premisas
neoliberales en cuestiones de desarrollo, y las soluciones “disidentes” por parte de
economistas renegados3, buscando mostrar la falsa distinción en dichas posiciones:
“cambiar la apariencia y no la esencia”. Posteriormente, en una segunda entrega,
discutiré las propuestas que van más allá del paradigma neoliberal, desde el
pensamiento estructuralista latinoamericano y la escuela post keynesiana, enfatizando
los problemas de timidez en sus propuestas para la transformación estructural y la
industrialización.
Al final, nuestra conclusión hace referencia a la frase inicial de N. Kaldor, que motivo la
realización de este breve artículo.
El extenso flujo de recursos para cubrir el déficit de balanza de pagos de EE.UU., y la
consecuente alza sostenida de la moneda estadounidense hacia finales de los 70’s,
determinó el encarecimiento de las importaciones y la deuda externa en América Latina;
generando profundos desequilibrios externos. Esta década es conocida en la región
como la “década perdida”, producto del fenómeno de sobreendeudamiento, y la
1 Economista de la UMSA.
2 Aquí entiéndase el capital como la relación social de producción entre trabajadores asalariados y
capitalistas. 3 Para un ejemplo citese a J. Stiglitz.
generación de procesos “hiperinflacionarios” en las economías latinoamericanas, hechos
que generaron un bajo desempeño en términos de crecimiento económico.
Fue John Williamson en 1989, economista miembro del Banco Mundial, que ante los
problemas de sobreendeudamiento de las economías latinoamericanas, elaboró una
agenda que procuraría el pago de la deuda de estos países, con “transparencia” y
estabilidad económica; lo que se conoce como el “Consenso de Washington”. Dicho
consenso, entre el F.M.I. y el B.M., determinó condiciones para la renegociación de la
deuda o la adjudicación de nuevos préstamos, sí y solo sí se procedía a la
implementación de políticas de: liberalización del comercio exterior, reforma del estado
–privatización-, liberalización del sistema financiero, y atracción de la inversión
extranjera. Lo anterior, determinó que las premisas para la recuperación de la
productividad y el crecimiento, enfocados en el excesivo peso impositivo y regulación
económica, fueran aplicadas en la región bajo el denominativo de “reformas
estructurales”; caracterizadas por el alto costo recesivo ante el control de la inflación y
logro de estabilidad macroeconómica. (M. Aguilera 1998 y P. Bustelo 2003)
Para mediados de la década de los 90’s los resultados del Consenso de Washington en
términos de crecimiento económico y reducción de pobreza, eran un fracaso,
precisamente en América Latina, Rusia y parte de África contenientes y países donde
mejor se habían implementado las sugerencias del FMI y el BM. Posteriormente, dicha
posición de desmedro se reflejo en las crisis de México, Brasil, Rusia y los tigres
Asiáticos. (P. Bustelo 2003) A lo cual habría que agregar las crisis en los mercados
financieros de la actualidad, producto de su desregularización a nivel mundial, que pone
en jaque las premisas ortodoxas.
Ahora bien, ante los límites teóricos y políticos de los fundamentalistas del mercado
para solucionar la crisis financiera y su fracaso en términos de desarrollo, surgen los
“renegados” que pretenden desprenderse de la academia ortodoxa, y más bien buscan
mostrarse como “disidentes heterodoxos”. En esta parte, primero comentaremos la
revisión desde el mismo seno de las instituciones multinacionales con el caso concreto
de Stiglitz y Sachs, y segundo la apertura “heterodoxa” de la nueva economía
institucionalista.
Ante las limitaciones del paradigma neoclásico, se hace una revisión de sus premisas y
hacia finales de los 90’s se empieza a abogar por la complementariedad del Estado y el
Mercado; el famoso crowding-in4 y la implementación de políticas sociales, como
parches de contención ante el fracaso de sus premisas para el desarrollo. En este
contexto, surge el renegado J. Stiglitz quien propone la necesidad de la regularización
del sistema financiero y de la implementación gradual de los procesos de estabilización
y liberalización en las economías. (P. Bustelos 2003)
4 El término hace referencia a la complementariedad de la inversión pública para el desarrollo de la
inversión privada; como es la inversión pública en carreteras.
Otro gran renegado contra los ortodoxos es J. Sachs, que anecdóticamente fue la vos
mundial de las reformas estructurales. Alineándose con las nuevas corrientes del
pensamiento del crecimiento económico dirigido por la oferta, adscribe a la tecnología
como elemento fundamental de la estrategia del desarrollo para superar la pobreza. Y
propone, inversión en capital físico y humano, el incremento de las exportaciones, la
complementariedad del sector público y privado, y la consideración de temas
ecológicos, como los factores indispensables para la estrategia del desarrollo. De esta
forma, reconoce explícitamente que el mercado no asegura por sí mismo el desarrollo.
Por otra parte, reconociendo las limitaciones de los pobres para generar ahorro interno,
destaca el papel de la ayuda externa para este fin, para la preservación de los valores
democráticos y el desarrollo. (J. Sachs 2005 y 2008)
Ahora bien, luego de la revisión de las propuestas de estos renegados, es evidente que
en ninguna de las dos se rompe con las premisas de estabilización, privatización y
liberalización, es decir en ambos casos lo único que se pretende es cambiar la forma de
implementación del Consenso de Washington y añadir más apoyos que sostengan la
caída vertiginosa del paradigma. Como lo ha llamado P. Bustelos “un Consenso con
rostro humano”. Respecto a las nuevas teorías del crecimiento endógeno, A. Thirlwall
(2002) apunta que es la misma teoría del crecimiento neoclásica con la única diferencia
que contiene rendimientos crecientes de los factores, de esta forma concluye con que
dicha teoría adolece de los mismos problemas que la presentación neoclásica; en alusión
a la crítica de Cambridge5.
Por otra parte, se presenta la alternativa “heterodoxa” de la nueva economía
institucionalista. Dicha escuela considera las instituciones como las reglas del juego,
pensadas por los hombres para el desenvolvimiento de las relaciones interpersonales, es
decir las instituciones son leyes, normas, pactos de convivencia, etc. El impacto de las
instituciones sobre el desempeño económico tiene como canal a los costos de
transacción, que pueden edificarse en relación a las reglas de juego que se imponga una
economía. Las instituciones al reducir la incertidumbre pueden reducir los costes de
transacción. (D. North 1990a, 1990b) De esta forma, D. Rodrik (2007) propone que son
las instituciones de la globalización económica las que deben apoyar el desarrollo de las
naciones pobres, y apuesta por una nueva gobernanza global.
Lo primero que se puede criticar al enfoque de la nueva economía institucionalista, es el
coqueteo que hace con la teoría neoclásica, es decir ningún autor, en especial D.
Rodrick (2007), rompe con la economía neoclásica, es más abiertamente afirman
5 La crítica de Cambridge hace referencia a los problemas de la función de producción neoclásica -es
decir a las famosas “parábolas neoclásicas”-, que es fundamento de la edificación teórica del paradigma
neoclásico. Esta controversia enfatiza en los problemas de agregación y medición del capital heterogéneo
y de distintas edades, la reversibilidad y el cambio del capital. Siendo Breves, se puede decir que la crítica
se fundamenta en la circularidad, valor agregado del capital - tasa de beneficios, es decir el valor del
capital agregado no puede ser definido paralelamente a la tasa de beneficio, de esta forma es improbable
que su productividad marginal explique el precio del factor. Para profundizar la crítica Véase a F.
Jiménez (2010).
trabajar bajo el manto neoclásico, pero sin ningún escrúpulo posteriormente pueden
afirmar:
“…los economistas son un grupo muy soberbio, con muy pocas cosas
por las cuales sentir soberbia.” (D. Rodrik 2007: 22)
Y de inmediato plantear la adopción de políticas distintas en contextos específicos,
como por ejemplo subsidios de exportación, protección del comercio, etc. Lo anterior
deja perplejo a cualquiera.
Entonces, producto del des-encubrimiento de estas tendencias como extensiones del
pensamiento y el paradigma neoclásico, no debería llamarnos la atención las
concesiones de la academia ortodoxa con sus pensadores como R. Coase, D. North y
otros, que fueron premios nobel de economía.
Lo más importante a tener en cuenta cuando se realiza la lectura de estas ideas
supuestamente “heterodoxas”, es su alineamiento a la nueva gobernanza global, es decir
su funcionalidad a la expansión mundializante del capital. En todas las “revisiones”
dentro del pensamiento neoclásico, de sus falsos renegados, se puede apreciar que todos
manifiestan sus buenas intensiones para la democracia, es decir para la democracia
occidental, esto tiene un alto grado de colonialismo pues pretende una práctica
homogenenizadora de las formas del ejercicio del gobierno de las naciones con otras
prácticas y principios culturales. Es más, esto atenta contra la soberanía de las naciones
como se puede apreciar en las últimas intervenciones hegemónicas de la OTAN a la
cabeza de EE.UU. en los países de oriente, con la justificación de una nueva gobernanza
global basada en la paz y la democracia. Por tanto este discurso es altamente peligroso
para los países no alineados, y debe merecer un estudio profundo.
Sin necesidad de redundar, podemos afirmar que des-encubrimos a los supuestos
“renegados” de la economía neoclásica, y encontramos que no son más que
instrumentos funcionales al mercado, tal cual propugnan los ortodoxos, en consecuencia
ninguno de ellos puede ser considerado como heterodoxo.
Referencias:
AGUILERA Manuel. Crecimiento Económico y Distribución del Ingreso. UNAM. México. 1998.
BUSTELO Pablo. Desarrollo Económico del consenso al Post-Consenso Washington y más allá. UCM.
España. 2003.
JIMÉNEZ Félix. Crecimiento Económico: Enfoques y modelos, Cap. 3. La Controversia sobre la teoría
del Capital y la teoría del crecimiento. Universidad Católica del Perú. Perú. 2010.
NORTH Douglass. Instituciones, Cambio Institucional y Desempeño Económico. Fondo de Cultura
Económica. México. 1990a.
NORTH Douglass. La nueva economía institucional. Journal of Institutional and Theoretical Economics
Vol. 142. 1990b.
RODRICK Dany. Una nueva economía, muchas recetas. La globalización, las instituciones y el
crecimiento económico.
SACHS Jeffrey. Economía para un planeta abarrotado. Argentina. 2008.
SACHS Jeffrey. El fin de la pobreza. España. 2005.
THIRLWALL Anthony. The nature of economic growth: an alternative framework for understanding the
performance of nations. UK. 2002.