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Lección 6 .

06 discipular gente

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Lección 6 .

TEXTO CLAVE

“Andando junto al mar de

Galilea, vio a Simón y a

Andrés su hermano, que

echaban la red en el mar;

porque eran pescadores. Y

les dijo Jesús: Venid en pos

de mí, y haré que seáis

pescadores de hombres.

Y dejando luego sus redes, le

siguieron”Marcos 1:16-18

Tema: El discipulado de la gente “común”: carpinteros, pescadores, labriegos, dueñas de casa, pastores, soldados y siervosObjetivo de aprendizaje: Reconocer que el discipulado a la gente “común” significa seguir el ejemplo de Jesús, considerando que Dios no hace acepción de personas.

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte”(1ª de Corintios 1:26-27)

A. Jesús y las personas comunes.

Jesús, ejemplo de persona común.

Trabajando con las personas comunes.

Transformando a las personas comunes.

B. Las personas comunes a los ojos de Dios.

C. La igualdad de todos los hombres.

Pudiendo haber escogido su hogar de nacimiento, Jesús no escogió nacer en un hogar adinerado o socialmente influyente.

Su lugar de nacimiento:

“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”

(Lucas 2:7)

Su nivel económico:

“y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos” (Lucas 2:24)“Y si no tiene lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos…” (Levítico 12:8 p.p.)

El “barrio” donde se crió:

“Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve” (Juan 1:46)

Comienzos humildes

Lee Lucas 2:21 al 28, Marcos 6:2 al 4 y Levítico 12:8. ¿Qué nos dicen estos versículos acerca de la clase económica en la cual nació Jesús? ¿Cómo influiría esa clase en su ministerio?

El Creador de todo lo que fue hecho (ver Juan 1:1-3) entró en la humanidad no simplemente como un ser humano, un infante –lo que ya habría sido asombroso–, ¡sino en el hogar de una familia relativamente empobrecida! ¿Cómo hemos de responder a algo tan increíble? ¿Cuál es la única manera de responder?

La ofrenda de purificación de José y María claramente indicaba su trasfondo económicamente pobre.

De este modo, desde el mismo comienzo –desde su nacimiento en un establo hasta la ofrenda que dieron sus padres– se describe a Jesús como habiendo asumido su humanidad en un hogar de gente pobre y “común”.

“Los padres de Jesús eran pobres y dependían de su trabajo diario

para su sostén. Él conoció la pobreza, la abnegación y las

privaciones.

“El Redentor del mundo

fue hijo de padres

pobres, y cuando en su

infancia fue presentado

en el templo, su madre

pudo llevar tan sólo la

ofrenda establecida para

los pobres: un par de

tórtolas o dos palominos.

El constituyó el don más

precioso hecho por el

cielo a nuestro mundo,

un don que escapa a todo

cálculo, y sin embargo se

dio testimonio de él sólo

mediante la ofrenda más

pequeña. Nuestro

Salvador, durante su

estada en el mundo,

compartió la suerte de

los pobres y humildes. La

abnegación y el sacrificio

caracterizaron su vida” E.G.W. (Consejos sobre mayordomía cristiana, cp. 33, pg. 166-167)

Jesús trabajó especialmente entre la gente común, preocupándose por sus necesidades.

Realizó su primer milagro para sacar de apuros a una pareja de recién casados, transformando en vino unos 500 litros de agua (Juan 2:1-11)

En dos ocasiones, se compadeció de las multitudes que le seguían proveyéndoles de alimento con solo unos pocos panes y un poco de pescado (Mateo 16:9-10)

Muy a menudo, Jesús buscó personas que eran consideradas comunes u ordinarias, que no tenían suficiencia propia y estaban preparadas para confiar completamente en Dios para su éxito.

El llamado de un pescador con fallas

Lee los siguientes textos. ¿Cómo nos ayudan a comprender la manera en que Pedro fue tan radicalmente transformado a pesar de sus tremendas fallas?Lucas 5:1 al 11. ¿Qué dijo Pedro aquí que mostraba que estaba abierto a su necesidad de Jesús? ¿Por qué este rasgo es tan vital para cultivarlo en nuestra propia vida?

Mateo 16:13 al 17. ¿Qué nos dicen estos versículos acerca de Pedro y su apertura al Espíritu Santo?

Mateo 26:75. ¿Qué vemos también aquí, que nos da una

vislumbre de Pedro y del modo en que Dios pudo

usarlo?

¿Por qué debemos ser muy cuidadosos al emitir juicio sobre quienes podríamos considerar no “salvables”? ¿Por qué es tan fácil hacer esto?

“Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús” (Hechos 4:13)

Pedro era una persona común, un pescador que vivía del fruto de su trabajo.

Pedro fue transformado de hombre común a un gran predicador, siendo usado por Dios para llevar el Evangelio a judíos y gentiles por todo el mundo.

Al igual que a él, Dios te puede transformar también a ti.

1. Percibió su indignidad, se postró a los pies de Jesús y le siguió (Lucas 5:1-11)

2. Se dejó influenciar por el Espíritu Santo (Mateo 16:13-17)

3. Se arrepintió sinceramente cuando pecó (Mateo 26:75)

¿Cómo fue transformado?

Transformar lo “común”Lee Juan 2:1 al 11 y Mateo 15:32 al 39. ¿Cómo usó Jesús los deseos y necesidades sencillos de todos los días para hacer discípulos y transformar vidas?

Todos tendemos a admirar a los muy exitosos y muy ricos, ¿verdad? ¿Cuánto de esa actitud ves en ti? ¿Cómo puedes aprender a mantener ante ti el valor de todas las personas, no importa su situación, fama o riqueza?

Personas “comunes” comparten los deseos físicos, emocionales y sociales naturales. Quieren alimento físico, importancia personal y amistad. Muy a menudo buscó Jesús personas que eran consideradas

comunes u ordinarias, que no tenían suficiencia propia y estaban preparadas para confiar completamente en Dios para su éxito.

Los espectadores con frecuencia le pedían a Jesús sus credenciales personales (Marcos 6:3) o cuestionaban la ausencia de ostentación.

¿Qué valor concede Dios a las personas?

“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé”

(Isaías 43:4 p.p.)

“Es sólo por medio de la cruz como podemos

estimar el valor del alma humana. Es tan

grande el valor de los hombres por quienes

Cristo murió que el Padre está satisfecho con el

precio infinito que él paga por la salvación del

hombre al entregar a su propio Hijo para morir

por su redención. ¡Qué sabiduría, qué

misericordia y qué amor en su plenitud se

manifiestan aquí! El valor del hombre se

comprende sólo al ir al Calvario. En el misterio

de la cruz de Cristo podemos estimar el valor

del hombre” E.G.W. (Exaltad a Jesús, 16 de agosto)

Evaluación del cielo

Lee Lucas 12:6 y 7, 13:1 al 5, y Mateo 6:25 al 30. ¿Qué enseñan estos textos acerca del valor de cada persona? Por supuesto, es fácil para nosotros decir que creemos esto, pero ¿de qué modo podríamos ser culpables de hacer distinciones que la universalidad de la Cruz ha erradicado para siempre?

Elena de White escribió que “Cristo habría muerto por una sola alma para que ella viva por los siglos sin fin” (TI 8:80). ¡Un alma! Medita en las implicaciones de este concepto increíble. ¿Cómo debería esto influir en la manera en que consideramos no solo a los demás, sino también a nosotros mismos?

Con Cristo no existen distinciones de clases; ninguna era “ordinaria”; todos eran una excepción.

Las aves más baratas en el mercado eran los gorriones. Se podía comprar un par de ellos por un assarion, la moneda de cobre más pequeña y de

menor valor. No obstante, el Cielo no olvidó a los gorriones aunque fueran vulgares e insignificantes.

“Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28)

Es importante comprender que, ante Dios, todas las personas tienen el mismo valor(1ª de Pedro 1:17)

Por esta razón, no debemos nosotros despreciar ni ensalzar desmedidamente a nadie.

Ricos y pobres, hombres y mujeres, foráneos y extranjeros, personas de todas las razas… todos son ciudadanos del Cielo en potencia.

A todos debemos enseñar que Jesús es su Salvador.

Una sociedad sin clases

Qué enseña cada uno de los siguientes textos acerca de que todos somos humanos por igual? Considerando el trasfondo cultural de la época y el de los escritores bíblicos mismos, ¿por qué puede no haber sido fácil para ellos captar este concepto vital?

Gálatas 3:28, 29

Santiago 2:1-9

1 Pedro 1:17

1 Juan 3:16-19

Lee Hechos 2:43 al 47 y 4:32 al 37. ¿De qué manera aplicó la iglesia primitiva, en la práctica, el principio de la aceptación universal? ¿Cómo permitió la expansión del cristianismo primitivo el concepto de que Dios ama a las personas comunes, ordinarias? Al mismo tiempo, necesitamos preguntarnos: ¿Cuán bien aplicamos nosotros, individual y colectivamente, estos principios al modo en que ministramos al mundo? ¿Qué clase de cosas nos dificultan mejorar en esta área importante?

1 Pedro 2:9

“Porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.

“Que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas”

“Y si invocáis por Padre aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno…”

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncies las virtudes de aquel que os llamo de las tinieblas a su luz admirable”

Él puso su vida por nosotros... No amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y de verdad.

“No es la posición, no es la sabiduría finita, no son las

cualidades, no son los dones de una persona los que la colocan

en eminencia en la estima de Dios. El intelecto, la razón, los

talentos de los hombres son los dones de Dios que han de ser

empleados para la gloria divina, para la edificación de su reino

eterno. Lo que es de valor a la vista del cielo es el carácter

espiritual y moral, y éste es el que sobrevivirá a la tumba y será

hecho glorioso con inmortalidad por los siglos infinitos de la

eternidad. La realeza mundanal, tan altamente honrada por los

hombres, nunca saldrá del sepulcro en el que entra. Las

riquezas, los honores, la sabiduría de los hombres que han

servido a los propósitos del enemigo, no pueden proporcionar a

sus poseedores una herencia, un honor, o una posición de

confianza en el mundo venidero. Tan sólo los que han apreciado

la gracia de Cristo, que los ha hecho herederos de Dios y

coherederos con Jesús, se levantarán de la tumba llevando la

imagen de su Redentor” E.G.W. (Mensajes selectos, tomo 1, pg. 303)

El

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