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Boletin 2011

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Prepartida 2011

María Madre de todas las Partidas, enseñanos a decir que si

Un poco de historia

Se cumplen este año 35 años de vida del Movimiento de Partida. Son más años de los que tienen todos los que fueron a Partida en los últimos quince años por lo menos. Digamos que es un número. Todavía me acuerdo cuando celebramos los 25 años. Fue apenas hace diez.Por mi edad me parece inevitable hacer algo de historia y retomar el origen allá por junio de 1973 cuando Checo, el Negro, Jorge y Gustavo junto con Jorge Blanc, decidieron compartir con compañeros del 6º año del Santa Isabel una vivencia que quemaba adentro del corazón. Y así fue como se hizo la primera Partida de varones. La llamamos “En la tierra del Señor”. Cuando volvimos todos medio dados vuelta, quisimos compartir con el resto de los compañeros que no habían ido, esa vivencia que quemaba por dentro. Y fue la segunda Partida. Y después esa vivencia que quemaba por dentro la quisimos compartir con novias, amigas, hermanas y así nació la primera Partida de mujeres. Y vino 1974 con nuevas Partidas de mujeres y de varones y vino “Vale la pena” y los jóvenes de aquel entonces referenciábamos a Jesús encarnado en el prójimo, en la historia, en la vida.Partida significó mucho en mi vida, fue descubrir un Dios Padre, misericordioso, paciente y un Jesús amigo fiel aunque lo negase, hermano aunque me alejase, compañero en las buenas y en las malas, que lloraba y reía, que gozaba y sufría. Podría decir que lo encontré o quizás me encontró o nos encontramos, no importa, lo concreto es que lo sentí de una manera fuerte, interna, vivencial, profunda, existencial. De esas experiencias de vida que no se olvidan. Por supuesto que en estos 35 años nos peleamos muchas veces, la primera en 1976 después del golpe. En otras veces la pelea no fue con El sino con los que quieren encerrarlo en una cajita con moñito y decirnos lo que tenemos que hacer para seguirlo.Tuve períodos largos sin ir a misa, como el actual, pero nunca dejé de buscar una espiritualidad que me haga encontrar con lo que soy, que me haga encontrar la Verdad para ser libre.Y hoy quisiera rescatar esta forma de vivir como fruto de eso que quema adentro y que descubrí

hace 35 años en la Partida I. En el movimiento también descubrí al amor de mi vida con la que tuvimos siete amores, de los cuales cinco de ellos han hecho una Partida. Ese también fue un momento fuerte, cuando mi primer hijo fue en 1998 a una Partida, era como que daba vuelta una generación. Ahora son muchos los hijos de “partidistas” y esto también nos habla de algo.Los caminos de Dios son inescrutables (gracias a Dios), nadie tiene recetas únicas o hegemónicas para llegar a El (gracias a Dios), y hoy a la distancia en el tiempo significo a mi Partida como justamente eso, una partida en un camino de búsqueda, con sus patinadas, choques y desvíos, detenciones y retrocesos, pero siempre teniendo, para cuando lo quiera, una memoria en la mente y en el corazón de eso que quema por dentro y que te ayuda a saber por donde sigue el camino de la vida.Muchas de esas vueltas tuvieron que ver con la presencia de Dios en las personas, la mas importante mi mujer (no le digan esto a ella porque se agranda), mis hijos (el regalo mas grande que tenemos los hombres en la tierra), mis alumnos (lo mas parecido a mis hijos). También gente que no conozco, pequeños hechos de la vida cotidiana, contemplaciones de la maravilla de la naturaleza estando en algún bosque en el sur, en una plaza sintiendo que estaba haciendo la historia, los signos de los tiempos, la palabra sabia de los humildes, de los desposeídos, de los pobres.En todos esos momentos siento que algo me quema por dentro, que me emociona y me conmueve, yo le digo “experiencias de cielo” y en cada momento que me pasan las reconozco precisamente porque hace 35 años la viví en una Partida. Es la constatación de que eso que quema adentro nos plenifica y que para que no se apague hay que compartirlo. Por eso la felicidad se encuentra en la búsqueda de los otros, especialmente de los mas pobres. Eso le debo a Partida. Eso nada más. Y les aseguro que me alcanza para ser feliz.

Juanjo Partida I, Junio de 1973

Testimonio de 2008 para el cumpleaños 35 del Movimiento de Partida:

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Testimonio Movimiento

Cuando me preguntaron si quería escribir para el boletín de Partida, lo primero que pensé fue “Vale la pena”, aunque suene repetitivo y se haya escuchado tantas veces dentro del Movimiento.Y es que siempre vale la pena descubrir un poco más del amor de Dios.Mi paso por el retiro de Partida, me dejó muchas risas, un gran aprendizaje y muy lindos recuerdos pero, sobre todo, me brindó las herramientas para afrontar mi vida cotidiana- y de Fe, que no va separada- de una manera más tranquila y confiada, así como la certeza de saberme amada, pensada y elegida por Dios, más allá mis defectos y de las cosas que a veces no me salen como quiero o como me gustaría.Esta certeza, que descubrí de manera mucho más profunda en Partida, es la que me acompaña cada uno de mis días y me es suficiente para seguir adelante, a pesar de las idas y vueltas de la vida.En Partida descubrí muchas cosas que se convirtieron en pilares en mi vida: que uno vale por lo que es y el amor que pone en lo que hace, y no por qué o cuánto hace, que Dios siempre nos perdona y nos espera con los brazos abiertos –y que muchas veces somos nosotros mismos los que ponemos trabas a ese amor tan misericordioso-, que nos da total libertad para emprender nuestras búsquedas y elegir los caminos de nuestra vida, y que la mejor manera de vivir esos caminos es mirándolo siempre a Jesús, nuestro ideal. En lo personal, la certeza de saberme amada, pensada y elegida por Dios, como dije antes, me hizo darme cuenta de que yo también puedo ser instrumento Suyo para con los demás y de que así como yo descubro a Jesús en la mirada de las personas que me rodean, ellos pueden (¿por qué no?) descubrirlo en mí. Y a pesar de mis inseguridades y mis miedos, y aunque a veces todavía me cueste, siempre me acuerdo y tengo presente esta certeza que Partida me ayudó a descubrir.Además de todo esto, Partida me dio las ganas y la necesidad de ahondar en mi Fe e ir conociendo más y más de Dios. Y, mirando hacia atrás (hice Partida LXXIV en el año 2008, no lo había aclarado), fue justamente eso, un

punto de Partida, ya que me abrió el camino y el corazón para emprender más búsquedas en cuanto a mi Fe. Y de esta manera, todas esas búsquedas se hicieron mucho más ricas.No quiero olvidarme de otra cosa fundamental que Partida me dejó: los vínculos. En Partida aprendí que el amor y la alegría de Dios se multiplican al compartirlo con los demás. Y de Partida me llevé muchas personas que hoy por hoy me acompañan de una manera fundamental y son, sin lugar a duda, presencia y testimonio del amor de Dios en mi vida.Para terminar, todo esto que descubrí y que me enriqueció tanto, no tendría sentido si lo guardara para mí sola. De la misma manera, la posibilidad de vivir esta experiencia tan linda tampoco hubiera llegado a mí si otros no la hubieran compartido. Por eso creo que es fundamental el rol del Movimiento. Personalmente, fue muy lindo saberme acompañada en la Partida por un montón de chicos y chicas que no conocía pero que formaban parte del Movimiento, y que estaban rezando por cada una de nosotras. Esa oración y esa fuerza se sienten muchísimo. Es por eso que disfruto mucho de formar parte de este Movimiento y, a pesar de que muchas veces los tiempos no me cierran o de que asumo compromisos en la Parroquia o en otros lugares, siempre me llena el alma el participar de las oraciones, de las palancas para las Partidas, de los preparativos… Cada vez que lo hago no solo revivo todas las cosas lindas que me llevé de Partida, sino que también me alegro al ver que el amor de Dios y la fuerza de todo un movimiento siguen obrando en los corazones de más chicos y chicas que cada año vuelven gritando que “vale la pena”.Por todo esto que descubrí y que al día de hoy sigo viviendo, doy gracias a Partida. ¡Gracias! Es una alegría inmensa ser parte de este Movimiento y verlo crecer y llenarse de nuevos rostros año a año. Esto me da la certeza de que verdaderamente “¡Vale la pena!”

Manu ModaiP. LXXIV de mujeres

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Testimonio Equipo PLXXVII

Mi nombre es Flor, tengo 22 años, estudio abogacía en la UBA, trabajo en la parte comercial de una empresa y fui coordinadora de la partida 77 de mujeres, hace un poco más de un mes.Estoy en el Movimiento de Partida desde el año 2006, cuando viví el mismo retiro que esta vez vivieron el grupo de chicas que coordiné… con la diferencia que el mío, era la partida 71 de mujeres.Desde ese momento, que el Movimiento es “mi espacio”. Acá encontré a mis amigos en Jesús, encontré momentos irrepentibles, sensaciones en el corazón que pocas veces había sentido tan intensamente, encontré muchas risas, muchas alegrías, me encontré en intimidad y por sobre todo, encontré a Jesús cara a cara. Desde chica que me acompaña… pero no siempre se me hacía fácil encontrarlo en lo cotidiano.En marzo de este año me convocaron para ser equipo de la Partida 77 de mujeres. Hacía unos años que venia apoyando a las partidas que iban pasando desde “el afuera” (a lo Gran Hermano) y aunque ya otra vez había sido convocada, no me esperaba que este año así lo quisieran nuevamente. Digo “lo quisieran” en referencia al movimiento, pero la realidad es que no creo que sean ellos los que realmente lo definen. Jesús, se encarga perfectamente de ir eligiendo personas, que puedan ser instrumentos para transmitir su Palabra y darles esa misión.¡Me sentí muy alegre y con una terrible responsabilidad! Jesús me había elegido a mí para dar testimonio de Él en mi vida y lo iba a poder hacer rodeada de toda la gente que quiero y en mi lugar de pertenencia... ¿Se imaginan mi alegría? No lo dudé ni un segundo.No recorrí este camino sola: Male, Stefi, Cande, Cami, Romi, Guadi, Maque y Toki se encargaron de acompañarme; y entre los 9 formamos el equipo que estaría con las chicas en el retiro.Ahora que se terminó, me acuerdo casi con melancolía típica de mí (soy bastante sentimental) de todo lo vivido… y pensar

que fue hace tan poco tiempo. Las reuniones de preparación, nuestras charlas, contarnos como veníamos, que sentíamos, armar charlas, actividades, soñar a las chicas, pensar como podían ser, que podrían decirnos, que podrían hacer… todo fue realmente mágico.Creo que el testimonio de ser equipo termina acá. Esa es la única misión: poner las manos a la obra. La invitación es a confiar en Jesús, en el objetivo para el que nos eligieron y como nos dijeron allá cuando empezábamos… “hacernos chicas para que Él se haga grande”.El resto de lo ocurrido en esos días no es más que la fe que mueve montañas y que una vez más, es el motor que me mueve a mí día a día. El gran testimonio son los 25 soles de chicas que conocimos en esos días… todavía puedo cerrar los ojos y ver las caras de las chicas en mi cabeza. Ninguna entendía nada el miércoles a la noche cuando con bombos y redoblantes les gritábamos que suban al micro, como si nos conociéramos de toda la vida… Me acuerdo que llegamos, y se presentaban, contaban quienes eran, alguna mas atrevida se animaba a preguntarnos alguna cosa de “lo que íbamos a hacer” y yo pensaba lo mismo que pienso ahora: yo no hago nada, no soy más que un instrumento de Jesús. “Había a creer” era la frase cabecera de nuestro Equipo: Él va a hacer todo.Muchas gracias a todos los que conformaron el “Talk Show de Jesus”; muchas gracias al Equipo que me acompañó y sin el cual nada de esto habría sido posible. Por sobre todo gracias al Movimiento, que estuvo en todo momento con nosotras y me dio el espacio en la fe que yo estaba buscando, desde el primer día que conocí lo que es Partida.Todas las partidas vuelvo a redescubrir lo mucho que VALE LA PENA ir de la mano de los amigos, en el camino que nos señala Jesús.

Flor SalvadorP. LXXI (Eq. en P. LXXVII)

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La Partida 77 de mujeres fue para mí la primera. Empezar a conocer el Movimiento en acción evangelizadora. Fue ver al Espíritu Santo actuando en el corazón de todas; plasmando la maravillosa obra sanadora de Jesucristo.

Impresionante la sed de Amor y Verdad que mostraron las 25 chicas que recibieron el retiro.

La generosa disposición que el Equipo había demostrado en los meses previos al encuentro se puso de manifiesto en inspiradas y emocionantes charlas que brindaron cantidad de herramientas para que las chicas puedan vivir su fe.

Las horas fueron pasando y la fraternidad fue creciendo. La alegría lo fue llenando todo. Fue un antes y un después. Amigas en Cristo. La alegría de la Iglesia en acción. La felicidad de no tener que vivir solos la fe, sino acompañadas por el camino, como hermanas en Cristo.

El “cierre” fue la cereza que coronó la torta. Mostró la belleza de una Iglesia viva, amplia, familiar, para todos.En lo personal debo confesar que este retiro me renovó la vida, la paternidad. Me compartieron su juventud, sus sobremesas, su afecto. Muchas gracias.

Ahora me siento parte de una nueva familia, el Movimiento de Partida. Espero poder ser padre y hermano de muchos, y poder cumplir bien esta misión que me encomendó el obispo, acompañar con generosidad.

Que Dios vaya iluminando nuestro camino, como siempre lo hizo.Que nuestro barro porte, en toda circunstancia, el fuego de Cristo Jesús.Gracias a todos nuevamente.Padre Matías Morea (Toki).

Testimonio Equipo PLXXVII

Padre Matias Morea

(Toki)

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Soy Vanina, la mama de Nahuel (P. LXIX), Ayelen (P. LXXVII) y Ailin de 7 años.

El Movimiento de Partida pidió que comparta mi experiencia. En mi caso, siento que fueron dos experiencias distintas. Con la partida de Nahuel, fue todo nuevo organizar las comidas, ya que en ese momento las familias cocinaban y los chicos ni nos veían, fue todo un cambio en el ritmo de vida durante 3 días intensos, con mucha euforia, alegría, juntar cartas por todos lados, las oraciones, las palancas, juntarnos a rezar todas las noches, mucha mucha energía.

En cambio, la partida de Ayelen fue una experiencia distinta, mas relajada pero tan intensa como la anterior, con un grupo de chicos increíbles, con una energía que contagian, te llenaban de PAZ.

Realmente son infinitos los agradecimientos a todos estos chicos por su dedicación, sus ganas, su FE y su AMOR INCONDICIONES a DIOS y a sus HERMANOS.

GRACIAS, MIL GRACIAS, SIGAN ASI PORQUE VALE LA PENA

Es muy difícil sintetizar todo lo que viví en Partida y todo lo que significó para mí, pero una de las cosas más importantes es que no fue solamente un encuentro con Jesús y conmigo misma, sino mucho más que eso.

En Partida tuve la oportunidad de aprender a mirarme con otros ojos a mi misma en relación con los demás, tuve la oportunidad de conocer más a María y aprendí lo importante que es ir a Misa (entre muchas otras); tres cosas que en mi vida no las tenía muy presentes, pero ahora me doy cuenta de que son esenciales.Al principio no sabía con qué me iba a encontrar, ni con quienes, ni nada. Estaba muy ansiosa, con mucha expectativa, pero a medida que fuimos haciendo las actividades y conociéndonos, pudimos abrirnos y aprender de las demás.

Todas las actividades fueron muy significativas para mí, ya que de cada una aprendí muchísimo. Intentaba anotar todo, pero tenía tantas cosas para reflexionar que algunas las tuve que terminar cuando llegué a mi casa. Es increíble la cantidad de cosas que las actividades te dan a pensar y las ganas que te dan de cambiar todo eso en lo que estás pensando; y ahí es cuando se te mezclan las ganas de volver a tu vida cotidiana para poner en práctica todas las cosas que aprendiste y pensaste, y las ganas de quedarte en el retiro para siempre con ese ambiente tan lindo que se genera.

La paz que me dio Partida fue lo que la hizo diferenciarse de otros retiros. Cuando veía a mis amigas que volvían de Partida pensaba “¿Qué harán en este retiro que es tan diferente de los otros?” y a medida que iban pasando los días, me di cuenta de que no es lo que se hace, sino cómo se hace. El Movimiento hace todo con muchísimo amor, dedicación y compromiso, y aunque hasta el final de la Partida esto no se ve concretamente, se puede percibir y sentir desde el primer momento.

Siento que esos días fueron mi punto de partida, ya que empecé a vivir de una forma diferente. Ahora tengo herramientas y mucha seguridad para poder seguir creciendo tanto en mi relación con Jesús y María, como en mi relación con las personas que me rodean y a nivel personal.

Es una experiencia muy linda y muy enriquecedora; realmente vale la pena ir a Partida.

Testimonio FamiliaTestimonio Partidista LXXVII

Con cariño,

Vanina

Agus Pomarada

PA

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