La Humildad

Texto tomado de los escr itos Camino de Infancia

de Santa Teresita de Lis ieux

Nuestro amado Señor no tiene necesidad de nuestros grandes

pensamientos ni de nuestras obras deslumbrantes.

Le gusta la sencillez.

Lo que agrada a Dios es verte amar tu pequeñez

y tu pobreza , es la esperanza c iega que t ienes en

su miser icordia.

Para ser sólo de Jesús, es preciso ser pequeños, ¡pequeños como gotas de rocío …!

¡Y qué pocas son las almas que aspiran a ser así de pequeñas …!

Para amar a Jesús, para ser su víct ima de amor, cuanto más

débi l se es , s in deseos ni virtudes,

más cerca se está de las operaciones de este Amor

consumidor y transformante.

Al verdadero pobre de espír itu hay que buscarlo no entre las

almas grandes, s ino muy le jos , en la bajeza en la nada.

Si eres pobre de espír itu, Jesús vendrá a buscarte , por le jos que te encuentres

y te transformara en l lamas de amor.

Las r iquezas espir ituales hacen injusto al hombre cuando se

apoya en el las con complacencia,

creyendo que son algo grande.

El mérito no consiste en hacer mucho ni en dar mucho,

sino más bien en recibir, en amar mucho.

Jesús es un tesoro escondido, un bien inestimable que pocas almas saben encontrar porque

está escondido y e l mundo ama lo que bri l la .

Nuestra vida ha de ser un misterio .

Vive escondida para conocerte.

Ten confianza i l imitada en e l amor

de Dios y todo te será fáci l .

La confianza y nada más que la confianza en Dios puede

conducirte al Amor.

Cuando no tengas acciones, repite muchas veces que amas al

Señor

Es fáci l agradar a Jesús, cautivar su Corazón:

Lo único que hay que hacer es amarle s in mirarse uno a s í mismo

y s in examinar demasiado los propios defectos.

Jesús te enseña a sacar provecho de todo, del bien y del mal que halla en ti.

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Y que permanezcamos unidos en el amor a Jesús.