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Mural de la iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán que muestra el nacimiento de Jesucrist
d e l a s C u l t u r a s d e l M u n d o
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Vol. IX, número 81, 15 de marzo de 2011 Centro de Estudios sobre la Diversidad Cultural
En este número:
• Caral, la ciudad más antigua de América• Palabras de Ruth Shady Solís sobre Caral• Tronos del mundo en Versalles• La herencia budista de Pakistán• Málaga milenaria• Los budas de Bamiyan, policromados• La crisis de Gaza según Noam Chomsky e Ilan Pappé• Dimite ministro de antigüedades egipcio• El Museo Británico adquiere los marfilers de Nimrud• Secretos de la ruta de la seda• Samarcanda de Amin Malouff
Correo de las Culturas del Mundo
DirectorLeonel Durán Solís
Editor en jefeMariano Flores Castro
Consejo editorialLourdes Arizpe
Luis BarjauRaffaela Cedraschi
José FierrosMariano Flores Castro
Alejandra Gómez ColoradoLinda Manzanilla
Carlos Montemayor †Gerardo P. Taber
Benjamín Preciado (Colmex)Juan José Ramírez Bonilla (Colmex)
Silvia SeligsonRodolfo Stavenhagen (Colmex)
≈
“Levantemos la mirada fuera de las fronteras de México para captar y analizar los nuevos desafíos que enfrentamos en la era de la globalización”.
Lourdes Arizpe
“ […] el pluralismo cultural constituye la respuesta política al hecho de la diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, el pluralismo cultural es propicio a los intercambios culturales y al desarrollo de las capacidades creadoras que alimentan la vida pública.”
“La defensa de la diversidad cultural es un imperativo ético, inseparable del respeto de la dignidad de la persona humana.”
Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural
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Caral, la ciudad más antigua de Américapor Mario Vargas Llosa
Cuando la arqueóloga Ruth Shady Solís llegó hasta aquí, en 1993, y se instaló a vivir
en una carpa para iniciar sus investigaciones, esta gigantesca explanada salpicada de
colinas (que en verdad eran adoratorios y templos) y cercada por los contrafuertes
color tierra de las estribaciones de la Cordillera de los Andes debía parecer un
paisaje lunar. Imponente y bellísimo, eso sí, con su profundo silencio, su soledad, sus
piedras milenarias y la miríada de estrellas chisporroteantes iluminando las noches
despejadas. Durante mucho tiempo sus únicos compañeros fueron los zorros, las
lagartijas y alguna que otra culebra del desierto.
Ruth no fue el primer arqueólogo en saber que la zona de Supe-Barranca-Pativilca
del litoral peruano escondía restos arqueológicos. Existía un catastro que, desde años
atrás, lo señalaba. Pero lo que ni ella, ni nadie, podía sospechar era la magnitud de
las construcciones –templos, sepulturas, plazas, anfiteatros, altares– enterrados en
aquel páramo y, mucho menos, su milenaria antigüedad.
Algún día se escribirá una biografía de Ruth Shady Solís y, aunque todo lo que
en ella se cuente sea estricta verdad, se leerá con el hechizo que se leen las buenas
novelas. Su padre era un judío centro-europeo que llegó al Perú huyendo de las
persecuciones antisemitas, un hombre culto y apasionado del pasado y de las piedras
cargadas de historia, que la llevaba de niña a recorrer los monumentos prehispánicos
de los alrededores de Lima y, más tarde, del resto del Perú. Su vocación por la
arqueología fue, pues, precoz. Estudió en San Marcos. En los años ochenta hacía
trabajo de campo en Bagua, una región amazónica que por aquella época se vio
ensangrentada por las acciones terroristas y antiterroristas, que causaron estragos
entre las comunidades nativas. Ruth debió dejar Bagua, muy a su pesar, y estuvo
un tiempo vacilando entre distintos lugares donde concentrar su trabajo. El día que
Arqueología
5
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
eligió Caral se encontró con su destino, como diría
Borges.
Diecisiete años después se puede decir que ella ha
protagonizado la más extraordinaria aventura que
puede vivir un arqueólogo: haber sacado a la luz, de
cabo a rabo, toda una civilización, de un elaborado
refinamiento en su organización social y económica
y en su destreza constructora, que ha añadido algunos miles de años de historia al
continente americano. Porque los templos y las murallas de Caral, sus pirámides, sus
plazas circulares y sus entierros y depósitos se extienden por un espacio considerable:
unos 300 km de ancho por 400 km de largo. Su apogeo es contemporáneo del
Egipto de los faraones, las ciudades sumerias de Mesopotamia y unos 1,800 años
anterior al de los mayas.
No sólo fue suerte y oportunidad lo que le permitió esta formidable hazaña creativa.
También, y acaso sobre todo, perseverancia, fe, pasión, y un espíritu pragmático que,
enriquecido por una vocación vivida como una mística, permitieron a Ruth ir venciendo
los innumerables obstáculos que jalonaron estos 17 años. Ella es una persona discreta
y no se jacta de sus logros. Pero basta escucharla explicar lo que se ha podido saber
de la civilización Caral –su aguzado espíritu comercial y de intercambios con todo
su entorno, el protagonismo de la mujer en la vida social, su ingeniosa manera de
servirse del medio ambiente adaptándose a él sin depredarlo– para sentir la energía
que la anima. Es algo que Ruth ha sabido contagiar a sus colaboradores, una
veintena de arqueólogos, hombres y mujeres jóvenes en su mayoría, que transpiran
entusiasmo y cuyos esfuerzos han convertido estas ruinas en uno de los lugares más
interesantes y bellos del Perú. Pues, ahora, hay en Caral centros de información,
laboratorios, tiendas, librerías, comercios de objetos folclóricos y guías para turistas,
construidos con buen gusto y perfecta adecuación al paisaje. Gracias a acuerdos
suscritos con diversas universidades del mundo, científicos de muchos lugares vienen
a participar en los trabajos e investigaciones que continúan en toda la región. El día
que yo estuve allí, llegaba una vasta delegación de japoneses.
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Entre los percances que debió vencer Ruth en estos 17 años consagrados a Caral,
figura una emboscada a la camioneta en que ella venía de la costa, acompañada de
un chófer, con el dinero de la planilla para los trabajadores. La pandilla de asaltantes
había bloqueado la trocha con pedruscos. Recibió al vehículo con una lluvia de balas.
Ruth ordenó a gritos al conductor que no se detuviera. La camioneta consiguió
franquear las piedras dando bandazos y escapar. Pero tanto Ruth como el chófer
recibieron disparos en el cuerpo y llegaron al hospital desangrándose. Ocurrió en
el año 2003 y el jefe de la banda de los frustrados forajidos, apodado Orejas, anda
todavía suelto, cebando su gran panza cervecera en los bares de Supe y de Huacho. A
quien quiera escucharlo acostumbra decir que con los dólares que lleva en el bolsillo
no hay policía ni juez que lo ponga entre rejas. Ahora, esos sobresaltos son anécdotas
que Ruth comparte con los amigos, pero no debieron ser divertidos cuando los
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
padeció. Ellos dan apenas un indicio de todas las pruebas que la arqueóloga de Caral
debió enfrentar para sacar adelante su magna obra.
Hay gente que tiene una fértil imaginación arqueológica, que fácilmente le permite
reconstruir, a partir de los restos y vestigios desenterrados por los arqueólogos, los
palacios, los puentes, los templos y las plazas que alguna vez fueron y las costumbres
de los hombres y mujeres que los habitaron. Yo carezco de esa aptitud. A mí me
cuesta llevar a cabo esa restitución de lo ido y, por eso, las ruinas arqueológicas me
suelen dejar indiferente y aburrirme. A no ser que la belleza del entorno natural sea
un atractivo suplementario al histórico, como ocurre en Machu Picchu.
Pero, en la visita a Caral, me he sentido no sólo interesado, también conmovido.
Tal vez porque el paisaje en que se alzan los templos, hecho de desiertos y montañas
peladas, es sobrecogedor y deslumbrante, un gran estímulo para la imaginación.
Tal vez porque las construcciones desenterradas están en buen estado y facilitan
al visitante concebir más fácilmente que otras aquellos ritos y funciones para las
que sirvieron. O tal vez por la vivacidad y el amor con que Ruth Shady Solís nos va
informando –indiferente al destemplado sol que taladra los cráneos de los visitantes–
sobre aquellos antiquísimos ancestros. Eran gente bastante atractiva, a primera vista.
No parecían tener una inclinación preferencial por la guerra y la matanza, porque casi
no figuran las armas entre los utensilios que colocaron en sus entierros. Practicaban
los sacrificios humanos, desde luego, pero, al parecer, de manera esporádica. De
otro lado, su sentido musical debía ser muy desarrollado, a juzgar por las delicadas
cornetas y flautas traversas de hueso de auquénidos y de venados que se han
encontrado a orillas del gran anfiteatro circular –el círculo y la espiral son figuras
constantes de su arquitectura– que preside la ronda de pirámides de Caral.
Me despido de este lugar sin esa anticipada melancolía que suele embargarnos al
partir de un lugar hermoso y hospitalario. Porque tengo la absoluta certeza de que
volveré aquí muchas veces todavía.
Fuente: © www.elpais.com/articulo/opinion/
8
La Ciudad Sagrada de Caral fue descubierta por
la arqueóloga Ruth Shady Solís y fue puesta en
valor por un equipo de jóvenes arqueólogos que
sienten un justificado orgullo. Ruth ha brindado
varias entrevistas, de las cuales reproducimos aquí
algunos fragmentos relevantes.
Desde niña, mi padre, Gerardo Shady, un agrónomo
que nació en Praga y vino al Perú por el problema
de la guerra, me llevaba a pasear por los restos arqueológicos del Perú, y me
traía libros de historia que me fascinaron, yo me los devoraba. Él adoraba la
historia del Perú y sus restos arqueológicos. Todos los domingos programaba
visitas a los pueblos. “Él me llevó a Cantamarca y me hacía ver los restos
arqueológicos. A mi madre, una peruana más bien tradicional, no le gustaba
que me llevara a los lugares arqueológicos, pero yo estaba encantada.”
Mi padre me tradujo el libro de Ernst Wilhem Middendorf sobre Chavín de
Huantar. Cada cumpleaños me regalaba libros de Historia. El me compró la
colección de Garcilaso de la Vega. La Historia de América. Varias colecciones.
Yo me he leído todos los premios Nobel de Literatura. Él nos reunía con mis
primos, y nos premiaba con plata a los que contestaban sus preguntas. Así, a
los 9 años, yo sabía bastante sobre literatura.
Cuando nosotros deseábamos trabajar en los restos arqueológicos de Bagua
y no se encontraba el Apu de la región, no lo podíamos hacer. Teníamos que
esperarlo para que él decidiera darnos el permiso. Sus valores culturales son
Ruth Shady Solís sobre Caral
Arqueología
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
diferentes a los de otros lugares del Perú. Y lo que menos soportan es que se
ingrese a sus asuntos inconsultamente.
Los pobladores actuales participan en la valoración de Caral. Nosotros hemos
trabajado de tal modo que ellos sientan que Caral es suyo, parte de ellos, de
su historia, y por el que deben sentirse orgullosos. El Perú debe integrarse en
torno a la idea de una civilización originaria, la que ahora se descubre estaba
a la altura de las civilizaciones más prestigiosas del planeta, simultáneamente
con Mesopotamia, Egipto, India y China.
La única forma para sobrevivir en un territorio como este es con creatividad.
Los que no eran creativos se quedaron. Yo he leído sobre Mesopotamia y
Egipto. Acá fueron diferentes pero exitosos. Caral es un punto de reflexión
para los peruanos.
** Lo que les puedo decir es que en Caral no hay indicios de violencia militar,
aunque sí hubo violencia para aquel que no cumplía con las normas de
la sociedad; el control se hacía a través de la religión. Fue la religión el
instrumento de control y coerción que la sociedad tuvo, y que fue ejercido
por el grupo que la dirigía. El poder en la población de Caral lo detentaba
un grupo de individuos, sobre la base de sus conocimientos directamente
vinculados con la reproducción de las condiciones materiales para la
supervivencia de la población. Este grupo de dirigentes era el encargado de
hacer las observaciones astronómicas para elaborar el calendario y así indicar
los períodos de tiempo más convenientes para realizar las diversas actividades
económicas. Ellos fijaban las fechas de la siembra y de la cosecha; dirigían la
construcción de las terrazas de cultivo y la apertura de los canales de riego;
conducían el comercio entre pescadores y agricultores; y hacían llegar los
productos hasta largas distancias, en la costa, sierra y selva.
Las construcciones que se hicieron en Caral estuvieron relacionadas con
ciertas orientaciones obtenidas de observaciones astronómicas, y es probable
que ellas fueran erigidas para ciertos astros, que representaban a los dioses,
10
reguladores de la vida social. Al Sol, la Luna y las cuatro cabrillas, el lucero,
etc. (que ellos representaban como seres divinos) les construyeron templos
en los cuales se celebraba una serie de rituales de reconocimiento por los
beneficios que de ellos recibían. En esas ceremonias y rituales comprometían a
toda la sociedad. En suma, el poder que alcanzaron estos señores se cimentó
en el conocimiento que ellos poseían y en el ser intermediarios con los dioses,
para garantizar el orden social y la reproducción de las condiciones de vida
materiales de la sociedad. Ellos desarrollaron conocimientos de matemáticas,
geometría, medicina, que quedaron plasmados en las obras que ahora
excavamos los arqueólogos. Hemos descubierto templos de 18 metros de
altura que se han mantenido estables por miles de años, construidos con
piedras y barro, conformados por terrazas y plazas. También observamos los
tratamientos médicos que administraban, por ejemplo, con hojas de sauce,
que ahora sabemos contienen ácido salicílico, principio activo de la aspirina y
se usa para aliviar el dolor; y otros preparados que aún no conocemos bien,
cuyas evidencias estamos recuperando.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
La religión, entonces, fue el instrumento de cohesión, pero también
de control. Al que no cumplía, al que no iba a trabajar a la ciudad, en la
construcción, en la limpieza y mantenimiento de los canales, en la siembra
y cuidado de las chacras de los
dioses, entonces le iba a ir mal,
no iba a tener buenas cosechas,
sus acciones fracasarían. A través
de la religión, por otro lado, esas
formas de vida colectiva se lograron
fijar, fortaleciendo la congregación
y la celebración en ciertas fechas.
Así la gente fue desarrollando una
identidad de colectivo, de grupo.
La religión cumplió un rol muy importante en esta etapa del desarrollo de la
civilización, como cohesionador social y como control de la población, para el
cumplimiento de las normas que la clase dirigente imponía.
Los arqueólogos norteamericanos que aparecen en algún documental que se
hizo sobre Caral, y que se mostró en algunos países europeos, se presentaron
ante nosotros manifestando su deseo de ayudarnos, pero después mostraron
su verdadero interés de pasar como los investigadores de Caral, como
los directores del proyecto, cosa que jamás fueron. Nosotros hicimos las
aclaraciones pertinentes, reconocimos su aporte económico para la realización
de algunos análisis radiocarbónicos de Caral, con fondos que obtuvieron de
las instituciones para las cuales trabajan, pero hemos sido enfáticos en afirmar
que ellos jamás hicieron excavaciones en Caral, que no participaron en las
investigaciones en el sitio y que no formaron parte del Proyecto Arqueológico.
Fuentes: www.encuentrocientificointernacional.org/
http://terraeantiqvaefotos.zoomblog.com
Editado por el Correo
Ruth no fue el primer arqueólogo en saber que la zona de Supe-Barranca-Pativilca del litoral peruano escondía restos arqueológicos. Existía un catastro que, desde años atrás, lo señalaba. Pero lo que ni ella, ni nadie, podía sospechar era la magnitud de las construcciones –templos, sepulturas, plazas, anfiteatros, altares– enterrados en aquel páramo y, mucho menos, su milenaria antigüedad.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
En los grandes salones del castillo de Versalles, hasta el 19 de junio, se presentan algunos
tronos llevados de todos los horizontes, de todos los tiempos, símbolos de la autoridad y de su per-manencia. Estos asientos, del más extravagante
al más extremadamente simple, de la portantina del papa León XIII enguirlandada de ninfas desnudas en madera dorada, regalo de Grassi de Venecia, hasta el taburete real del Camerún, forrado de perlas de vidrio coloreado, nos hablan de la representación del poder imaginado por el hombre a través de las eda-des, del antiguo Egipto a Persépolis hasta la pequeña isla de Negaste, en Indonesia, y de ahí al reino de Siam. Cualquiera que sea el continente, el arsenal simbólico del poder sigue siendo el mismo: silla magnificada
sobre una grada, pies colocados sobre un taburete, techumbre protectora, composición animada de un bestiario fantástico. Un enfoque inédito.
“Tronos en majestad”. Abierto todos los días excepto el lunes, de 9 a 17:30 horas, hasta el 31 de marzo de 2011.
Fuente: www.trones.chateauversailles.fr
Tronos del mundo en Versalles
Exposición
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Trono de Luis XVI
Trono veneciano, siglo XVIII
Palanquín real, Tailandia, s. XIX
Trono de Inocencio X
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
El arte de Gandhara es el
nombre de la exposición
que acoge la Asia Society y
que será presentada hasta
el 29 de mayo en su sede
neoyorquina. Se trata de una
muestra sin precedentes que
brinda la oportunidad de
conocer el rico patrimonio
artístico, heredado de la tra-
dición budista, de la región
pakistaní de Gandhara. La
muestra comprende tanto
ejemplos de escultura monu-
mental, como relieves y
pequeñas piezas de oro y
bronce, objetos muchos de
ellos nunca expuestos con
anterioridad en Estados
Unidos.
La herencia budista de Pakistán refleja la coyuntura histórica y cultural que
vivió Gandhara en la antigüedad, llegando incluso a desarrollar un estilo de
La herencia budista de Pakistán:el arte de Gandharapor Carmen Fernández-Daza
Exposición
16
arte totalmente original e independiente, fruto
de un complejo entramado de influencias.
Tradiciones como la escita, la persa o la greco-
rromana alimentaron la extraordinaria producción
artística de esta región del siglo I a.C. hasta el V
d.C. “A pesar de la idea actual de Pakistán como
un lugar de un violento extremismo, la región
tiene una antigua tradición de tolerancia y plura-
lismo, como pone de manifiesto la supervivencia
de estos espectaculares ejemplos de arte de
Gandhara”, explica Melissa Chiu, directora del
Asia Society Museum.
El budismo y el arte Gandhara
En su época de esplendor, el reino de Gandhara
ocupaba un vasto territorio que abarcaba desde
Bamiyán –en Afganistán–, Bactria y el Hindu Kush, hasta la región india del
Punjab. Prácticamente todo el arte legado por esa dilatada región es de origen
budista.
El budismo llegó a Gandhara por primera vez en el siglo III a.C., gracias sobre
todo a la Ruta de la Seda, que conectaba las culturas del Mediterráneo con
China, y que a través de sus largos recorridos expandió esta novedosa religión.
Sin embargo, fue entre los siglos II y IV d.C., bajo el dominio de la dinastía
Kushana, cuando Gandhara vivió su época dorada y el arte alcanzó su mayor
esplendor. Los Kushana eran un pueblo procedente de las estepas de Asia
Oriental que invadieron Bactria y posteriormente el noroeste de la India y lo
que hoy es Pakistán. Si bien no eran inicialmente seguidores del budismo,
Kanishka, monarca del siglo II, se convirtió en uno de los mayores mecenas y
patrocinadores de esta filosofía. Como consecuencia, fue también una región
Bodhisattva-Maitreya de pie
17
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
de gran importancia para el desarrollo de las imágenes de Buda y de su
vida, así como por su novedoso concepto de bodhisattvas, que finalmente
se convirtió en un componente esencial de la tradición budista Mahayana.
La exposición está organizada en tres secciones atendiendo a su
temática. Conexiones con lo clásico, la primera sección, examina
los tempranos vínculos con el mundo clásico, en contraste con
el arte budista procedente de la India. La influencia de la cultura
grecorromana en la región se inició con su conquista por Alejandro
Magno, aunque los indo-griegos que ocupaban Gandhara alrededor
de 180 a.C. fueron los responsables de la influencia helenística evidente
en los primeros trabajos artísticos. Decoración de temática mitológica de Grecia
y elementos arquitectónicos occidentales, como capiteles corintios, se pueden
admirar en esta sección.
La segunda sección, Narrativa y contexto arquitectónico, examina la
combinación de las características locales con elementos derivados tanto
de India como de occidente encontrados en la arquitectura de Gandhara.
Ejemplo de ello es un estupa característico del arte de Gandhara. Esta
sección también incluye relieves narrativos que representan escenas de la
vida de Buda, y que proceden de estupas y otros monumentos. Los relatos
muestran las grandes diferencias estilísticas entre la obra de artistas de
Gandhara con representaciones procedentes de artistas del norte de India.
La tercera sección de la muestra, Budas y Bodhisattvas, explora la diversidad
visual de la imaginería en torno a budas y bodhisattvas en Gandhara y cómo
esto se relaciona con el carácter polifacético del budismo en la región. En este
apartado se encuentra la llamada estela de Mohammed Neri, una enorme
talla considerada una de las obras maestras del arte de Gandhara.
Asia Society Museum, New York. La herencia budista de Pakistán:
El arte de Gandhara. Del 1º de marzo al 29 de mayo de 2011.
18
Málaga milenaria
La arqueología nos dice que el hombre del Neardental vivió en un complejo
laberinto de cavernas cerca de Málaga hace muchos miles de años. Con
el paso del tiempo la población se fue incrementando y con el comienzo de la
edad del bronce la presencia humana se extendió por toda la costa.
“Malaka” (lonja de pescado salado), fue fundada por los fenicios sobre
el año 800 a.C., y fue usada cómo un enclave comercial, continuando la
colonización que se había iniciado en el año 1100 A.C. con la fundación de
Gadiz (Cádiz).
Teat
ro ro
man
o - M
álag
a
Historia
19
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
El siglo VI a.C. los fenicios fueron reemplazados por los griegos que ocuparon
la ciudad durante 70 años hasta que fue conquistada por los cartaginenses.
Ellos participaron en las guerras púnicas, a cuyo fin, en el año 202 a.C.,
fueron a su vez expulsados de Málaga por los romanos, y finalmente de toda
la península ibérica. Málaga fue entonces llamada Flavia Malacita por los
romanos y más adelante convertida en un punto de paso importante, ya que
estaba conectada con otras ciudades romanas de la península y puertos del
mar Mediterráneo. El teatro romano, a los pies de la fortaleza árabe de La
Alcazaba, data de esta época, y a pesar de sus pequeñas dimensiones, es uno
de los más antiguos de toda la Hispania.
Después de la caída del imperio romano, Málaga se vió afectada por
grandes migraciones y colonizaciones de tribus de origen germano, en
particular los vándalos silingos que introdujeron el credo ario desde oriente.
En el principio del siglo VIII, la decadencia de la monarquía gótica comenzó
a hacerse notar, y desde la costa norte de África, los árabes invadieron la
península ibérica.
Málaga cayó bajo dominio árabe en el año 743. Entonces se convirtió en
una ciudad floreciente, rodeada por una muralla con 5 enormes puertas.
Numerosos suburbios componían la ciudad de Málaga con una ruta que
los recorría de este a oeste conectando el puerto y la alcazaba con toda la
zona interior a la muralla. Los suburbios fueron ocupados por mercaderes
genoveses y judíos que se establecieron de manera independiente al resto
de la ciudad. Abderramán III construyó la Puerta de Atarazanas en el siglo
XIII (esta es la puerta de acceso al mercado central actualmente). Aunque el
primer intento de conquista se llevó a cabo en el siglo XIV, no fue hasta cerca
del siglo XV cuando los reyes católicos tomaron al fin Málaga.
Málaga fue conquistada el 19 de Agosto de 1487 (la última ciudad en ser
conquistada fue Granada en 1492). Junto con la conquista, las comunidades
religiosas fueron fundamentales en el desarrollo urbano, ya que promovían la
integración de los suburbios de la periferia. Se construyó una gran plaza en el
puerto por primera vez, la plaza principal, (hoy plaza de la Constitución), y se
fundaron los conventos de La Victoria y de La trinidad.
Tras un periodo de una gran prosperidad llegó una época de ruina en las
grandes fortunas de Málaga. Los siglos XVI y XVII estuvieron plagados de
epidemias y malas cosechas en los campos, ello unido a la crisis económica
como resultado de la expulsión de los moros.
En el siglo XVII se construyó el puerto, que más tarde sería ampliado. Pese a
que los trabajos para la construcción de la catedral empezaron en 1528, ésta
no fue terminada hasta el siglo XVIII, cuando ya el estilo barroco se hallaba
en un estado avanzado de desarrollo. En la misma época, otra extensión del
puerto se llevó a cabo, y así, se fue consiguiendo reactivar la economía.
Fuente: www.webmalaga.com
Carlos II, “el hechizado”.Óleo sobre tela, Juan Carreño de Miranda, c. 1650
Batalla de Málaga, 24 de agosto de 1704. Isaac Sailmaker
La batalla de Vélez-Málaga (o de Málaga) fue el mayor combate naval de la Guerra de Sucesión española, un conflicto internacional por la sucesión al trono de España tras la muerte de Carlos II, que duró desde 1701 hasta 1713, aunque la resistencia en Cataluña
se mantuvo hasta 1714 y en Mallorca hasta 1715, y que se saldó con la instauración de la Casa de Borbón en España.
22
Los budas de Bamiyan, policromados
Las dos monumentales estatuas de buda del valle de Bamiyan, datadas
en el siglo VI y destruidas por los talibanes hace una década, empiezan
a desvelar sus secretos a los científicos que están estudiando sus fragmentos
desde hace un año y medio. En origen y antes de la conversión de la región
al islam, los dos budas eran de colores brillantes (uno de ellos, el mayor, en
tonos rojizos y el otro en blanco) y se repintaron varias veces, con diferentes
colores en el interior y el exterior de los ropajes, según han averiguado los
científicos europeos y japoneses que están examinando los restos. También
han logrado una datación exacta de las estatuas mediante espectrometría de
los materiales orgánicos intercalados en las capas de arcilla, determinando que
la estatua más pequeña (de 38 metros de altura) fue construida entre 544 y
595, mientras que la más alta (de 55 metros), entre 591 y 644.
Las dos estatuas estaban alojadas en nichos en un acantilado de un kiló-
metro de largo del valle de Bamiyan, en la Ruta de la Seda, y constituyeron,
hasta el siglo X, el centro de un gran complejo budista. En 2001, los talibanes
las destruyeron a tiros y con explosivos hasta convertirlas en varios cientos de
fragmentos que los investigadores, trabajando en nombre de la Unesco, están
examinando. Los dos budas apenas habían sido estudiados hasta ahora con
técnicas modernas de análisis. Estos estudios, además, permiten evaluar la
perspectiva de su reconstrucción, al menos en parte.
“Los budas estuvieron durante un tiempo intensamente coloreados”, expli-
ca Erwin Emmerling, de la Universidad Técnica de Munich (TUM). Sus inves-
tigaciones han permitido desvelar que, antes de la conversión de la región al
islam, las estatuas fueron pintadas y repintadas, probablemente porque los
colores se iban desvaneciendo. Las túnicas estaban pintadas de azul oscuro
Patrimonio
23
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
en su interior y rosa y naranja brillante por fuera. Al final el buda grande
estaba pintado de rojo y el pequeño de blanco, con el interior de la ropa en
azul pálido en ambos casos, según explican los especialistas de la TUM en un
comunicado. Estos detalles de los análisis confirman los relatos del siglo XI,
que hablaban de un buda rojo y un monje blanco.
Las dos estatuas (la grande, de 12 metros de fondo, y la pequeña, de dos)
fueron esculpidas directamente en la roca del acantilado quedando encajados
en nichos. Pero los adornos se hicieron separadamente y se añadieron con
diferentes técnicas. Eran adornos de arcilla aplicados en dos o tres capas con
maestría que asombra a los científicos actuales: “Las superficies están per-
fectamente lisas, algo que solo encuentras en materiales elaborados al horno
como porcelana”, explica Emmerling. Dentro de la arcilla hay paja que absor-
be bien la humedad, pelos de animales que estabilizan el material y cuarzo y
otros aditivos que evitan el agrietamiento. La capa de abajo está sujeta con
Nicho de uno de los grandes budas
24
cuerdas amarradas a estaquillas de madera. Esta técnica permitía al artesano
aplicar capas gruesas, de hasta ocho centímetros de grosor, “que han sobre-
vivido no solo 1.500 años, sino incluso a los efectos de las explosiones, en
algunos fragmentos”, dice Emmerling.
La cuestión de la conservación y posible reconstruc-
ción in situ de las dos piezas es controvertida. Se
está preparando una simulación por ordenador, en
tres dimensiones, de todo el acantilado con las esta-
tuas en su posición original. Emmerling es escéptico
acerca de las posibilidades de rehacer la grande, la
de 55 metros con 12 de fondo, mientras la pequeña
tiene más posibilidades. La idea, en cualquier caso,
es recomponer los fragmentos más que intentar una
reconstrucción. La misma conservación de los trozos
es complicada y la restauración de las figuras podría
chocar incluso con obstáculos políticos.
El equipo de Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Yacimientos,
de la Unesco), que coordina todos los trabajos, ha recuperado y albergado
todos los fragmentos de los budas en almacenes temporales en la zona y las
piezas más grandes se han protegido in situ. Pero es una solución solo tem-
poral, porque la piedra es una arenisca muy porosa y frágil. Los especialistas
no están muy seguros del resultado que pudiera dar a largo plazo, en las con-
diciones climatológicas del valle de Bamiyan, las resinas sintéticas habituales
en los trabajos de restauración y se están planteando utilizar una nueva téc-
nica de inyección en la piedra de un compuesto de silicio. Las operaciones de
conservación de los fragmentos exigirían construir una pequeña planta en la
misma zona de Bamiyan; la alternativa sería transportar hasta laboratorios en
Alemania unos 1,400 trozos de las esculturas de hasta dos toneladas algunos
de ellos para los trabajos.
Fuente: www.elpais.es/cultura
25
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Gaza en crisis: reflexiones sobre la guerra de Israel contra los palestinos
por Luis Gómez García
Bajo el título genérico de Gaza en crisis, Noam Chomsky e Ilan Pappé
reflexionan sobre las distintas formas de violencia que, desde hace
más de sesenta años, Israel emplea con los palestinos. Sus voces, de las
más autorizadas, poseen registros distintos: en Chomsky, Israel/Palestina
es un epítome de la visión imperial del capitalismo estadounidense; para
Pappé, historiador israelí, es materia de estudio y de supervivencia moral.
Según Chomsky, somos cándidos: siempre tendemos a “infravalorar la
eficacia de la violencia”, lo útil que es para el que la ejerce. Conforme a su
análisis, el Estado de Israel se ha construido apostando una y otra vez por
el expansionismo y la colonización frente a la seguridad. En los momentos
decisivos (partición de 1947, guerra de 1967, invasión del Líbano en 1982,
masacres de Gaza de 2008-2009) la brutalidad ha sido la estrategia israelí
contra la “amenaza” de un acuerdo político. Los réditos de esta violencia
han sido múltiples: confiscación imparable de territorios, limpieza étnica
sostenida, política de hechos consumados, alienación de la ciudadanía
israelí, militarización de la vida pública. Incluso en el plano de las relaciones
internacionales Israel ha conseguido legalizar de facto su ejecutoria, gracias
al apoyo de Estados Unidos. El libro, que va alternando capítulos de cada
autor, no es precisamente monocorde. La apuesta ilusionada de Pappé por
un Estado único, multiconfesional y multiétnico, de resonancias binacionales,
que parta de la reparación histórica, moral y legal de la Nakba (la limpieza
étnica de Palestina de 1948), no casa con el escepticismo general de Chomsky.
Para Pappé, el problema no es sólo la negación de la Nakba histórica, sino
Ideas
26
su continua actualización, hoy manifiesta en la guetización de Cisjordania y
en la mera idea del desplazamiento forzoso de los palestinos israelíes. Ante
esta situación, Pappé se transforma en activista que explica y defiende los
beneficios del boicot académico y económico a Israel. Chomsky, si acaso,
confía en Gaza, en su historia de resistencia agónica, para que no se produzca
el politicidio, el asesinato de Palestina como nación, que él, siguiendo al
sociólogo israelí Baruch Kimmerling, pronostica.
Fuente: Babelia
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Dimite ministro de antigüedades egipcio
El terremoto político que la revolución del 25 de
enero ha causado en todo Egipto ha terminado
alcanzando al faraón de la egiptología Zahi Hawass.
El arqueólogo, que ejerció como secretario general del
Consejo Superior de Antigüedades egipcio durante la última década, había
sido elevado a los cielos ministeriales por el presidente Hosni Mubarak en
los estertores de su reinado. Fue nombrado ministro del nuevo gabinete
que perdió la cabeza con la dimisión del primer ministro Ahmed Shafik.
Hawass ha declarado a The New York Times que no formará parte del nuevo
gobierno. Y que está contento de haber tomado “la decisión correcta”.
En las últimas semanas, Hawass ha sido el blanco de las críticas que le acusan
de corrupto, así como de intentar buscar su beneficio y popularidad personal
a costa del patrimonio egipcio. También se le ha asociado personalmente
con Mubarak, aunque él ha negado desde la caída del rais ser “un hombre
del régimen”.
En la entrevista telefónica con el diario, Hawass critica a sus críticos, y
asegura que se va porque ya no puede proteger las antigüedades de Egipto.
“Esas personas son insectos, no son nada, pero lo que realmente me molesta
es la situación que usted lee hoy en mi sitio web”, dijo.
A lo que Hawass se refiere es a la publicación en detalle de los sitios
arqueológicos que han sido dañados o saqueados desde el inicio de la
revuelta egipcia. Esta es la primera información completa que se conoce a
de la situación del patrimonio egipcio en medio de la volátil situación de las
últimas semanas.
Arqueología
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Inventario de los saqueos
En Saqqara, donde se encuentra la pirámide escalonada de Zoser y donde
hay numerosas tumbas de alto valor arqueológico “varios candados han
sido abiertos. Al parecer, según cita el egiptólogo en la web, la necrópolis
de Saqqara, uno de los principales yacimientos del país, “ha sido atacado
sistemáticamente por criminales”. En la tumba de Ptahshepses, han robado
piedras con jeroglíficos y partes de las puertas falsas. También se ha robado
parte de los jeroglíficos de la tumba homónima en Abusir.
Unos kilómetros más allá, en Dashur, donde se encuentra la pirámide Roja,
han atacado las instalaciones de la misión arqueológica del Metropolitan
Museum, reduciendo y atando a los guardias para ejecutar el robo. En Abusir,
los expoliadores han entrado en los almacenes de la expedición checa. Lo
mismo ha ocurrido en lugares como Tel el Basta y Wadi el Feiran, muy cerca
de Sharm el Sheikh.
También en Giza, en cuya meseta se
encuentran las pirámides de Keops,
Kefrén y Micerinos los “criminales
lograron entrar en el almacén
Selim Hasan”. Hawass detalla que
los asaltadores “iban armados y
redujeron rápidamente a los guardias
que no portaban armas y temieron
por sus vidas”. Cerca de la Esfinge
también ha sido expoliada la tumba
de Impy. Los inspectores están aún
valorando el expolio y comprobando
los inventarios arqueológicos tras
cuya investigación redactarán un
informe.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
La tumba de Ken-Amun en Tel el Maskhuta, cerca de Ismailia, ha sido
destruida completamente, de acuerdo con la información de Hawass. Era la
única tumba que se conocía de la XIX dinastía en el bajo Egipto. Los guardias
en los sitios de Nekhen, al norte de Edfu, han logrado detener a numerosos
expoliadores, en una zona muy conocida al norte de Asuán, por encontrarse
en la ruta del turismo de cruceros en el Nilo. En la propia ciudad de Asuán
trataron de robar una estatua de Ramses II, pero los vigilantes, ayudados por
arqueólogos, lograron impedirlo.
En lugares como Abydos se han registrado
ataques casi cada noche, y se han abierto
trincheras de excavaciones ilegales. Esta
práctica se está extendiendo a numerosos
lugares, desde Alejandría hasta el sur.
También ha habido daños en monumentos
islámicos. Hawass lo lamenta, aunque
también da una pincelada de esperanza al
confesar su alegría porque la protección a las
sinagogas e iglesias cristianas ha resultado
efectiva y ahí no se han producido daños.
Fuente: agencias/www.elpais.es/cultura
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Loby del Museo del Caribe
Museos
El Museo Británico adquiere los marfiles de Nimrud
El Museo Británico anunció el 8 de marzo haber adquirido una colección
de marfiles decorativos descubiertos a mediados del siglo pasado en
Nimrud, en el actual Irak, por Max Edgar Lucien Mallowan (1904-1978),
arqueólogo y marido de la novelista Agatha Christie.
Lucien Mallowan estuvo al frente de la Escuela Británica de Arqueología
en Irak entre 1947 y 1961 y dirigió las excavaciones de Nimrud, iniciadas por
Austen Henry Layard. Precisamente de esa antigua capital de Asiria proceden
las piezas, con 3,000 años de antigüedad, que ha comprado ahora el museo
por 1.17 millones de libras (1.37 millones de euros).
El propietario de las piezas, el British Institute for the Study of Iraq (BISI),
sucesor de la Escuela Británica de Arqueología en Irak, ha vendido un tercio
de los marfiles al Museo Británico, ha donado otro tercio y confía en poder
devolver el otro tercio a Irak, donde algunos de los objetos fueron expuestos
en el pasado.
“Nimrud es uno de los más importantes yacimientos arqueológicos del
Próximo Oriente y los marfiles allí encontrados figuran entre los productos
más exquisitos jamás descubiertos en una excavación arqueológica”, afirmó
John Curtis, del Departamento de Oriente Medio del Museo.
6,000 piezas
La colección, que ha estado almacenada desde 1963 y nunca se ha exhibido
al público, está integrada por cerca de 1,000 piezas completas numeradas, así
como otros 5,000 fragmentos sin numerar.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Los marfiles, hechos en su mayoría en ciudades sirias y fenicias y llevados
a Asiria como parte de algún botín o como tributos, datan de entre los siglos
nueve y séptimo antes de nuestra era. En su mayoría constituían elementos
decorativos de muebles, carruajes y arreos de caballos y muchos estaban
originalmente recubiertos de oro y engastados de piedras preciosas.
Muchos de ellos representan animales y figuras humanas o motivos florales
y geométricos. Uno de ellos, por ejemplo, muestra un grifo que descansa una
pata sobre una flor de loto al estilo egipcio.
La adquisición ha sido posible gracias a generosos donativos de los
Amigos del Museo Británico (725,000 libras), del Art Fund (200,000 libras),
del National Heritage Memorial Fund (150,000 libras), del The Headley Trust
(20,000 libras) y del propio Museo Británico (75,000 libras).
El tesoro de marfil se halló en Nimrud, una ciudad situada al sur de Mosul,
en el norte de Irak. Fue levantada por el rey asirio Shalmaneser I en el siglo XIII
antes de Cristo y llegó a ser capital del imperio asirio.
Fuente: www.hoyesarte.com/museos/
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Los secretos del camino de la seda ofrecen los famosos 3,800 años de la
“belleza de Xiaohe,” una momia infantil, y más de 100 artefactos recientemente
descubiertos, incluyendo ropa extraordinariamente bien preservada, materias
textiles, así como alimentos, joyería, monedas de oro y algunos artículos
personales. Esta exposición cuenta un cuento de culturas largamente olvidadas
a lo largo de la ruta comercial más legendaria del mundo.
Fuente: University of Pennsylvania Museum
of Archaeology and Anthropology
Exposición
En el Penn Museum
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Tomando como hilo conductor los avatares de un manuscrito
que, con el nombre de la mítica ciudad de Samarcanda,
contiene las famosas «Rubaiyyat» del poeta persa Omar
Jayyám, Amin Maalouf recrea en esta novela un fascinante
y tumultuoso mundo oriental. En el marco de la Persia
medieval, desgarrada por profundas contradicciones, dos
figuras destacan junto a la del que, además de poeta, fuera
astrónomo, geómetra y filósofo: la de Nizam el-Molk, gran
visir del sultán Malikxah, y la del misterioso ismaelí Hassan
Sabbah, fundador de la secta de los Asesinos, que desde su
fortaleza de Alamut mantuvo aterrorizado al país.
Alianza editorial, Madrid, 1988.
Libros
Samarcanda de Amin Maaluf
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INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
DIRECTOR GENERALALFONSO DE MARIA Y CAMPOS CASTELLÓ
SECRETARIO TÉCNICOMIGUEL ÁNGEL ECHEGARAY
SECRETARIO ADMINISTRATIVOEUGENIO REZA SOSA
COORDINADORA NACIONAL DE MUSEOS Y EXPOSICIONESLOURDES HERRASTI
DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURASY DEL CORREO DE LAS CULTURAS DEL MUNDO
LEONEL DURÁN SOLÍS
EDITORMARIANO FLORES CASTRO
ÉSTA ES UNA PUBLICACIÓN DELCENTRO DE ESTUDIOS SOBRE LA DIVERSIDAD CULTURAL (CEDICULT)
DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS POR LOS RESPECTIVOS AUTORES DE LOS ARTÍCULOS, NOTAS Y FOTOGRAFÍAS.
MÉXICO, D.F., 15 DE MARZO DE 2011.
Directorio