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PROMETEO DEVORADO PROMETEO DEVORADO

Prometeo Devorado

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Cuadro de Davinia Berkhoff UA 2009

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Page 1: Prometeo Devorado

PROMETEO DEVORADOPROMETEO DEVORADO

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Razones de la elección del trabajo

• He decidido hacer un cuadro sobre el castigo de Prometeo ya que me parecía uno de los momentos más fascinantes de este mito.

• La escena que he decidido plasmar en la pintura, es la imagen que representa el momento en que el águila le come el hígado a Prometeo y, de fondo, el por qué es castigado, es decir, la imagen de los hombres con posesión del fuego.

• Me parece increíble cómo en la antigua Grecia, ya sabían que el hígado se regeneraba.

• No me interesa tanto la parte en la que Zeus decide castigar a la humanidad creando a Pandora (la mujer, el deseo carnal y terrenal, lo visceral), ya que creo que es bastante conocida por casi todo el mundo, y, sin embargo, yo desconocía esta parte del mito en la que Prometeo es castigado por “salvar” a los hombres.

• Como en el anterior cuatrimestre, he creído oportuno realizar algo artístico, ya que pocas veces se nos brinda la posibilidad de crear este tipo de trabajos.

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El mito de Prometeo • Prometeo engañó a Zeus haciéndolo escoger la parte de los huesos recubiertos de deliciosa y apetecible grasa de un buey que había sacrificado, y quedándose él, Prometeo, con la parte de la piel, vísceras y carne. Así Zeus impuso un primer castigo a la humanidad creando a Pandora que más tarde desataría todos los males en la tierra.

• El mito cuenta que Prometeo robó el fuego a los dioses para entregárselo a los hombres y que éstos pudieran calentarse y crear las artes.

• Así Zeus, impuso un segundo castigo, pero éste sólo sobre el hurtador: Prometeo debía ser encadenado en el Cáucaso y cada día un águila le comía el hígado, y por las noches le volvía a crecer.

• Además, me gusta la versión del mito en la que se cuenta que Zeus permite que el castigado sea liberado, ya que Prometeo le desvela al poderoso dios la profecía que cuenta que si tuviera un hijo con Tetis, éste sería más poderoso que él, ya que el hijo de esta nereida se convertiría en un hombre más poderoso que su propio padre, fuera quien fuera. Por esta razón, al tener Tetis un hijo con Peleo, que sería Aquiles, se convirtió en un ser más poderoso que su propio padre.

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La imagen del cuadro • La imagen del lienzo tiene como fondo a una serie de individuos manejando el fuego, de él (el fuego) sale el águila que picotea el hígado de Prometeo con gran agresividad y sin piedad.

• A Prometeo lo he representado como un simple hígado, ya que como he dicho antes, me parece fascinante que tuvieran tantos conocimientos sobre el cuerpo humano.

• El animal que le come el hígado a Prometeo es, ni más ni menos, un águila (animal sagrado de Zeus), a la cual he representado como un ser feroz y lleno de rabia.

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Análisis del cuadro • El cuadro está realizado con unos tonos cálidos, que simbolizan el fuego, que además son tétricos, ya que intento representar la agonía que sufre Prometeo.

• Los colores se entremezclan y queda una imagen llena de contrastes.

• Está realizado con pinceladas sueltas y con un trazo hecho con espátula y, por ello, no se definen bien las líneas de las figuras y éstas no son del todo acabadas.

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Foto del cuadro

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Obra de José Ramón Zaragoza

• Me he basado en un cuadro titulado “Prometeo y el fuego” cuyo autor es José Ramón Zaragoza, quien donó su pintura al Museo Casa Natal de Jovellanos.

• Los tonos de mi lienzo, son similares a los suyos, y el trazo es del mismo estilo aunque no igual.

• Me gustó este cuadro ya que creo que con unas cuantas pinceladas, consigue retratar, de buena manera y sin necesidad de ser excesivamente realista, el momento en que Prometeo ofrece el fuego a los humanos.

• La escena, no es la misma, y mi cuadro es bastante más visceral que el del pintor asturiano José Ramón Zaragoza.

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Conclusión

• Como conclusión quisiera decir que ha sido muy gratificante hacer este trabajo, ya que me ha permitido conocer un poco más sobre esta parte del mito que, aunque supongo que será la más primordial, yo desconocía por completo.

• Hacía tiempo que no pintaba, así pues, también me ha servido para volver a retomar una afición que había dejado olvidada totalmente.

UA 2009