PROMETEO 68

8/19/2019 PROMETEO 68

1/66REVISTA MEXICANA DE PSICOLOGÍA HUMANISTA Y DESARROLLO HUMANO $75.

No. 682014 / 1405-0951 I n t e g r i d a

d

I n t

e g r i d a

dAcompañamiento desde el dolor

José Gómez del Campo

El proceso de perdonar

Juan Lafarga

Facilitando el encuentro con

el potencial profundo de la

experienciaSergio Michel y Rosario Chávez

Conversión de Simone Weil

Guillermo Delahanty

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Fundador / Juan Lafarga CoronaEditor General / José Gómez del CampoGerente de Administración / Patricia de la MoraGerente de Producción / Alejandro MoralesSupervisión de Arte / Luis Mariano Acévez

Consejo Editorial / Luis Mariano Acévez, Jackeline Butcher, RosarioChávez, Gabriela Delgado, Georgina Díaz Barreiro, Amparo Espinosa,Loreto Garcia Muriel, Eduardo Garza, Carlos Garza, José Gómez delCampo, Ana María González, Patricia Jardón, Juan Lafarga, Sergio Mi-

chel, Beatriz Pelcastre, Carlos Pulido, Lourdes Quintanilla, Samara Quin-tanilla, Alberto S. Segrera.

Suscripciones y administración / Pilar GarcíaCorrección de estilo / Luis Mariano Acévez

PROMETEO se publica cuatro veces al año, por Proyecto Espiral S.C.Certificado de licitud de título y contenido números 6855 y 7351, otor-gados por la Secretaria de Gobernación. Reserva al título en Derechosde Autor número 04-2005-052411111100-102. Toda correspondencia,intercambio y colaboraciones se reciben en las oficinas de PROMETEO ,Moliere 43 colonia Polanco, Delegación Miguel Hidalgo, C.P 11560 Mé-xico Distrito Federal. Teléfonos (55) 5516-0590, (55) 5273-3667. Publi-cación indizada en clase.

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Coordinación de acreditación y certificación /José Gómez del CampoCoordinación ejecutiva / Georgina Díaz BarreiroAsistente de coordinación / Patricia de la Mora

Integridad

Revista 68

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Prometeo No. 68 / 2014

En la segunda escena del acto primero del Hamlet de

Shakespeare, Polonio habla con su hijo Laertes quienestá por partir para Francia. Termina sus recomenda-ciones con esta frase:

“… Esto ante todo: sé fel a ti mismo y de ello se se-guirá, como la noche al día… no puedes ser falso connadie.”

Esta es la esencia de la integridad: ser fel a ti mis-mo, ser la mejor persona que puedas llegar a ser y si lacongruencia se convierte para ti en un estilo de vida,irás bien acompañado el resto de tu viaje.

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1

Editor invitado: José Gómez Del Campo

Fernando Rivera MeloHacia la integridad 2

Malú de la RosaLa integridad, valor imprescindible

del líder de empresa del siglo XXI 10

Luis ReyLa persona es lo importante 11

Guillermo DelahantyConversión de Simone Weil 28

José Gómez del Campo Acompañamiento desde el dolor 40 Juan LafargaEl proceso de perdonar 46

Atizando el Fuego/

María José Treviño y Samara QuintanillaElección de estrategias y plan de acción 52

Hoguera/ Sergio Michel y Rosario Chávez Facilitando el encuentro conel potencial profundo de la experiencia 54

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No hay trabajo más difícil, bajo el cielo de nuestra propia cosmovisión, que elde educarnos en la propia preparación sobre nuestrosasuntos. El hombre engeneral ha querido dominaresta materia a su antojo, y

poco le da importancia a loverdaderamente importantesobre la preparación queocupa hacer consigo mismo, para atender los asuntosde su vida. El hombre ha penetrado en casi todas las profundidades submarinas ydescendido miles de leguas

para encontrar satisfacer sused de conocimientos; havolado por el espacio conmás rapidez que la del sonido,y ha situado en el espacioorbital y físico, todo tipo desatélites que muestran sugrandeza, intentando revelarlos secretos del cosmos.

Nunca antes como ahora hallegado la humanidad tancerca de ver cristalizadostodos sus anhelos sobre elespacio exterior, y en generalcon todas sus aspiracionesde grandeza. El avancecientíco y tecnológico sigue

abriéndonos las puertas que

conducen a los misterios delmacro y micro universo.

Todos estos progresos queel hombre ha realizado,que ha podido o pretendidodominar como a un león feroz(dormido), han ocupado deél, mucha de su energía; sinembargo, no le han sidosucientes o satisfactorios

cuando tiene que voltear averse a sí mismo, cuando dehablar con el propio espejo setrata. Las relaciones humanasy su propia persona ocupan unespacio aun muy desconocidoy complejo, y esto es pordemás latente no sólo cuandode él se trata, sino inclusocuando sus propios hijos lo

Hacia la integridad

Fernando Rivera Melo

miran a los ojos buscando milrespuestas.

Hay interrogantes aun sinrespuesta porque el serhumano es y no es al mismotiempo. Piensa una cosa yhace otra cosa, siente unaemoción y expresa una razón,razona un acontecimientoy al mismo tiempo, se pone

a chillar lleno de angustia;en n, el problema vital-humanístico- al que sehan enfrentado todos losestudiosos del saber humano, busca interpretar y lidiar conel comportamiento, conductay potencialidades del hombre, para entender sus estímulos,

sentimientos, emociones,

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auto motivaciones, razones,aprendizajes y conocimientos,que se derivan en su diariovivir. La vida psíquica de pensamientos, impulsos,instintos, emociones y sen-timientos descontrolados,que arrojan al hombre ensu proceder hacia deseosconfesables y a la vezinconfesables, con todas sus preocupaciones y quebrantosnerviosos; así como todassus prisas por llenar de vidasu eterna subsistencia, en elmarco de veinticuatro horasde vida diaria que tenemos,hacen que en ocasiones se levea como aun más peligrosoque la misma bombaatómica. El comportamientohumano dentro de ese marcode referencia se funda en unasinergia individual tremendaque ha de ligarse a la sumay resta de las conductasindividuales de los miembrosque integran sus grupos,sus comunidades y sus so-ciedades, así de sencilloy a la vez, así también decomplicado.Este ir y venir en busca de

respuestas que llenen esoshuecos vacios con los que elhombre se pasea por doquier,de calle en calle, de casa encasa y de persona en persona,son los que pretenden hacerlocada día más entero, cada díamás integral.

Todos estos deseos dellenarnos de alguna sustanciaque nos haga más enteros, parten de sentimientos de“escases”, de sentirnos in-completos para afrontar“algo” a lo que tenemos queresponder, y que cargamosa cuestas en el fondo denuestro ser. El ser humano, halevantado cada piedra que sele cruza o que ha cruzado élmismo en su camino, en eseafán de búsqueda, creyendoque allí debajo ha de encontrartan anhelada parte. Todos

-creo-, hemos hecho algunavez algo similar; lo cierto es,que mientras hemos indagadoen todo tipo de lugares, lamayoría de las veces , éstos,nos han puesto de frenteante la realidad insoslayablede que esas pequeñas cosasestán y han estado dentro de

nosotros siempre; al menosen potencia dentro de loque llamamos nuestro fuerointerno.

Cuando pensamos enINTEGRIDAD, podemosrápidamente deducir quelo que se busca es hacerse

cada vez más ENTERO,más COMPLETO; luegoentonces, caemos en cuentaque al obtener cierto gradode conciencia sobre laintegridad a ese respecto, la persona humana, se da cuentatambién casi de inmediato,que está carente de innidad

de cosas para poder alcanzardicho estado. Hemos estadoacostumbrados a obtenerciertos aprendizajes sobrelas cosas que nos rodean,y de nosotros mismos enformas convencionales; esdecir, que forman parte deconvencionalismos hechos por y para el hombre, en formastradicionales, atendiendoa cosas como: costumbres,tradiciones, observaciones,determinaciones y todo tipode pre establecimientos porel mismo hombre, a travésde alguna escuela, de algúnmaestro, de nuestros padres ode alguna cultura o de nuestrasociedad, desplazando oalejándonos cada día másde nosotros mismos. Cosascomo el aprendizaje vivo,el aprendizaje signicativo

que pudiera originar cambios

interiores que se puedanver reejados en nuevas

conductas y perspectivas, hanquedado cada vez más y máslejos de nuestro alcance. Estatarea aun sigue pendiente por realizar y ocupa grancontenido de todos los librossobre el saber humano; sin

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embargo, al parecer, ya estiempo de comenzar a cambiaresta manera de abordar el planteamiento mismo sobrelo que es y ha de ser, esa granidea sobre la integridad en el

ser humano.

”No podemos resolver los

problemas utilizando el

mismo tipo de pensamiento

que usamos cuando se

crearon”

Albert Einstein

Atrevernos es la clave.Cuestionar nuestras creenciasy darnos cuenta de que esoque llamamos “nuestrascreencias”, en realidad nolo son; y si creemos quealgo merece ser cambiado, probar otras alternativas. Lo peor que nos puede pasar es

que aprendamos algo en elcamino. Lo mejor que nos podría pasar es terminarsiendo mejores personas.Personas más enteras.El concepto que tenemossobre el ser humano, hasido creado por la cienciaque nosotros mismos hemos

creado, así es como la mismaciencia crea las historias quenos contamos y que rigennuestras vidas. Nos hemosseparado tanto de nosotrosmismos, que la manera devolver a acercarnos a eseconocimiento, sin duda hade ser planteada bajo nuevos principios, bajo nuevos

paradigmas de pensamiento.La historia objetiva de laciencia nos ha dicho enque creer y como debemoscreerlo. No hace muchosaños, la ciencia nos mostró

que nuestro universo debíaser concebido como unaespecie de gran máquinacon la precisión de unmajestuoso reloj, y que todoese gran orden, correspondíaa un sistema de relacionesque podía manifestarse, lomismo para el macro que

para el micro cosmos, yque era muy convenientecontemplar a nuestro universodesde este paradigma; sinembargo, algunos avancescientícos más halagüeños,

han venido evolucionandomás allá de este pensamientomecanicista del universo,

para ser contemplado hoy porhoy, más que como una granmaquinaria de reloj, comoun gran organismo, en dondetodos estamos conectadosa él, hasta el más pequeñoelemento de nuestro ser.

Constituida como la cuarta

fuerza, La Psicología Trans-personal, encabezada porAbraham Maslow y AnthonySutich son quienes sistemati-zan y establecen ciertas basesde inicio; sin embargo, susplanteamientos datan de prin-cipios del siglo pasado conRichard Bucke quien escribe

en 1902 sobre la Concien-

cia Cósmica, que trasciendealgunos principios de la psi-cología de su época, otro quetambién lo hace es WilliamJames, en su obra “Las Varie-dades de la Experiencia Re-

ligiosa” en 1913, planteandoestados de conciencia que vanmás allá de los que entonces lapsicología consideraba comonormal. Carl Jung al plantearsu teoría sobre el inconscien-te colectivo también trascien-de su tiempo. Jung entra encontacto con las tradiciones

espirituales de oriente y es elprimer psicólogo que, preo-cupado por el fenómeno hu-mano, incursiona en aspectosreligiosos y espirituales delhombre. Los postulados de laciencia nos han sugerido mu-chas cosas al mismo tiempo.Carl Sagan, un Astrólogo físi-

co de fama internacional nos

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dijo alguna vez que el hombrees “Polvo de estrellas”, al re-ferirse al origen de la vida, ytodos le creímos porque noslo estaba diciendo un grancientífico. Se nos afirmó que

el hombre no era sino unafortuita agregación de mate-ria originada por un universoespirituales del hombre. Aho-ra comprendemos que no so-mos solamente un cuerpo, niuna estructura central, sinoenergía procedente más alláde los milenios, y así, como

nuestro hogar es el univer-so, el universo está formadoy habitado por nosotros, so-mos polvo de estrellas, somosenergía infinita. De ahí quehemos nacido para dar luz enel eterno continuo. Todo, ab-solutamente todo lo conocidopor el hombre en el cosmos

(incluyéndose a sí mismo)comparte una estructura, deacuerdo a los estudios de lafísica por la llamada “partícu-la de Higgs” o “partícula deDios”. “Todos somos -visto deesta manera- como un fractalde Dios” (Oscoy).

“Seres luminosos somos”Yoda, en la guerra de las

galaxias.

Desde el punto de vistacientíco, ese pequeño ele-

mento de nuestro ser, esconocido como: “partícula deHiggs”, y al respecto, valdríala pena mencionar una de

las conclusiones del premio Nobel de Física Max Planck,autor de la teoría de los“quantos”, en una conferenciadada en Florencia cuándoexpresó: “Como físico que

soy, o sea como un hombreque ha servido toda su vida ala ciencia más sobria, quierodecir, a la investigación dela materia, ciertamente estoylibre de sospecha de ser iluso.

Así lo digo después de misinvestigaciones del átomo.

¡No existe materia en sí! Todala materia se origina y semantiene gracias a la fuerzaque producen las vibracionesde las partículas elementales,la misma que las mantieneunidas hasta en los elementosmás minúsculos del sistemadel átomo. Ya que en todo

el cosmos no hay tal fuerzainteligente ni eterna, debemossuponer que esta fuerzaemana del espíritu conscientee inteligente. Este espíritu esel origen de toda la materia.

Ya que no puede haberespíritu por sí solo, sino queel espíritu debe ser parte deun ser, nos vemos obligados acreer en la existencia de un talser espiritual. El átomo abre ala humanidad la puerta a unmundo perdido y olvidadodel espíritu”.

De aquí que con este pensamiento novedoso sobreel cosmos en general, se haya permeado la idea de ver alhombre mismo desde una perspectiva de tipo holística,y con ello, la gran necesidadde voltear a ver al tannecesario humanismo, como parte fundamental, en el granmacro cosmos del desarrollohumano en su conjunto, puesa la luz del desarrollo humano propiamente dicho, y desde laóptica del enfoque humanista-holístico, el hombre esvisto siguiendo un procesoevolutivo orgánico que tiendenaturalmente hacia la plenaautorrealización de todas sus potencialidades, incluidas lastrascendentales. El términoholístico u holismo, que sederiva en holon (para esteenfoque), no es sino para laciencia, lo que en términoscientícos se conoce como

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partícula de Higgs; de ahíque, a la persona humana, lesean reconocidas todas susfacultades y potencialidades,tanto las biológicas comolas psíquicas, espirituales,

éticas, culturales, sociales,energéticas (motivacionales)y más, pues el hombre, ensu innita potencia alberga

aspectos que se siguendescubriendo e incluyendoa todo lo largo y anchodel estudio del fenómenohumano.

Lo que esto sugiere es queel más pequeño elementode nuestro ser, ese llamadonúcleo del hombre (segúneste enfoque) es también denaturaleza espiritual, entoncessus mismas necesidades en lofundamental deben ser de esta

misma naturaleza; y por ende,si para llegar a la vida plena oa ese estado de integridad, elhombre debe satisfacer todasy cada una de sus necesidadesfundamentales de lo que sees, de lo que se tiene y de loque puede llegar a ser si sedesarrolla, no cabe duda de

que ha de procurar no soloobservar dicha naturaleza,sino fomentar y desarrollarsu condición natural, que noes otra sino la de un ser (en lofundamental) espiritual.

La espiritualidad en el hombre,es el llamado que le hace eluniverso en su conjunto hacia

lo más profundo de su ser, yal que su ser ha de responder,

si es que éste es estimulado ydesarrollado en su potencia deser espiritual, pues de hecho,no es sino por medio delespíritu que esas diminutas partículas detectadas en elmicro cosmos orgánico queadquieren vida, y no es sino por medio de estas mismas

partículas que han de hacerfuncionar a todo el macrouniverso en su conjunto,llamado: persona humana.La respuesta a la preguntasobre ¿Cómo llegar a ser una persona íntegra? Se encuentraen absoluta reciprocidad ycorrespondencia en la mismamedida en que la personahumana, consciente de estas potencias internas, cultive ydesarrolle su espiritualidad.

La pregunta que aparececomo impostergable aquí es¿desde qué perspectivas hade hacerse?, ya que al ritmoque vamos, se presenta ante

nosotros un futuro bastante predecible: el de que se

lleguen a cumplir todas las profecías que se han hechosobre el mismísimo caos on del mundo. ¡Necesitamos

detenernos! Parar nuestroritmo acelerado para volteara ver los daños que -comohumanidad-, no sólo hemoscreado en nosotros mismos,

sino a nuestro entornocircundante. El peor dañoque ha causado el hombreno es hacia el planeta ensí (que bastante aporreadolo tenemos), sino hacia su propio ser. ¿Será en la mismamedida en que la personahumana vuelva a reconstruir

su mundo exterior, como losea ya el trabajo que haga consu propio mundo interior?

Cuando observamos lacondición real en la quenos encontramos a nivelmundial, y somos aguzados,rápidamente nos podemosdar cuenta que de seguir

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saber qué podemos

crear nuestro entorno,

sino más importante aún es

saber desde dónde

se quiere hacer.


Desde hace no muchos años,la principal preocupacióndel hombre en el ámbitocientíco, ha sido la

dominación y entendimientodel universo, y eso, en algunamedida (pequeña) se ha

logrado. El hombre ha salidode su órbita terrestre paraexplorar el innito y más allá;

todo hacia fuera de él y conla bandera de la ciencia comoestandarte; y si bien es ciertotambién se ha dado cuentade que esta empresa humanasólo le ha servido para aplacar

su sed de saber (poquitatambién), se ha visto en lanecesidad de voltear a verse,con la intención de aprendera dominarse, a entenderse yarmarse integralmente a símismo.

Sucede que en la actualidad (y

para quienes hemos llegado aesa conclusión), el hombrese siente como acorralado-metafóricamente hablando-a las orillas de un precipicio(sin fondo), sintiendo sobresus espaldas el constanteempuje de quienes estándetrás… ellos, quienes no

se han dado cuenta de tan

así, nuestro futuro resultaincierto y desconcertante.Caótico si se quiere hablarcon propiedad, y podría serfactible que en un futuro -nomuy lejano-, el hombre tenga

que volver a enfrentarsecon la misma condiciónque ya se creía superada entiempos de la modernidad:con un problema serio deadaptación, pero esta vez detipo masivo. El problemaque se ve ya en el horizontecercano, es el hecho de llegar

a un colapso, como lo hanreferido autores futuristasallá desde hace más de sietedécadas como: Alvin Tofer

con sus libros (El “Shock”del Futuro, El Cambio delPoder o La Tercera ola), oBarbara Ward y René Duboscon (Una Sola Tierra), Rhea

Powers con (Cambios enla Tierra) o el matrimonioMeadows con (Los Límitesdel Crecimiento), etc. Seríainnumerable la cantidadde estudios al respecto de:¿hacia dónde vamos, deseguir haciendo más delo mismo? y es motivo de

reexión personal volver arevisar el tipo de cosas queestamos haciendo, y másimportante aún -pienso-, elhecho de saber desde dóndelas hacemos.

No sólo es urgente

importante “paso hacia latrascendencia humana”,siguen pujando y apostando

por el mundo de las cosas;siguen “cosicando” al serhumano hasta reducirlo aun objeto intercambiable odesechable, y lo que es ciertoes que el tiempo -rebasado enmuchos sentidos- se nos estáacabando.

La cuestión planteada aquí,es que como seres humanosdebemos revisar nuevamente,no sólo nuestras característicasmorales (desconocidas porcompleto para algunos), sinolas propias característicaséticas personales, sobrela base de nuestra propia

responsabilidad objetiva

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ante nosotros mismos yante los demás con quienescompartimos la vida presentey también la vida futura porvenir.

Hemos pasado del mundode las cosas al mundo de lasideas, al mundo en donde las posibilidades existen y sonreales, dándonos cuenta deque también lo que pensamosafecta nuestro mundo… por eso es importante quecambiemos nuestra propia

visión personal y la visiónque tenemos del mundo…hay que abrir nuestras mentesa nuevos paradigmas porquela conciencia es real y estáconformada de un sin fín de potencialidades en la persona.Anteriormente, percibíamosnuestra vida y nuestro entorno

por medio de los sentidos yvivíamos la vida pensandocosas como: Si es real, quieroverlo, si no lo puedo ver, esque no existe. Hoy sabemoscon esta visión holística delhombre, que hay que incluira los sentidos aspectos quetambién se perciben con el

espíritu y que existen grandesinterrelaciones entre ellos,que somos mucho más de loque pensamos y que hay queaprender a percibir distinto,a pensar distinto y a serdistintos. En el mundo hay máscosas que las que percibimos,vemos, olemos, escuchamos,

probamos y tocamos, pero

debemos entenderlo, porquehemos sido preparados paraatender a nuestros sentidos,y para ltrar con ellos, el

mundo que nos acontece. Larealidad se crea en nuestro

cerebro todo el tiempo yno podemos seguir dándolesentido a esas pequeñas partes, sin considerar a todonuestro organismo. Estamosllamados a algo más que soloal aquí y al ahora.

El mundo de la física moder-

na, con esta nueva luz sobretodo el cosmos en general,y cuya visión se ha permea-do naturalmente al fenómenohumano, ha venido a plan-tear la deconstrucción de los presupuestos losócos que

teníamos del mundo, y porende, del ser humano. Si el

mundo ha venido funcio-

nando en forma clásica y hasido visto y entendido comouna gran máquina, es natu-ral que los acontecimientosque pasan en el mundo -y lasmismas personas-, se com-

porten como tales máquinascon resultados también pre-decibles, y merecemos enten-der que no hay tal mecánicasino un sistema que funcionacomo un gran organismoPara que la persona huma-na pueda ser vislumbradadesarrollando sus grandes

potencias como un ser ten-diente a la plenitud, a ser unser integral, es menester quenuestros paradigmas cambien para verlo como un ser llenode potencialidades, que vanmarchando en el mismo ca-mino y con rumbo a su inte-gración, a esa gran unidad or-

ganísmica que es el universo.Pero hay quienes se siguenresistiendo a ello. La posibi-lidad al cambio de concienciaes lo que estamos viviendo enla actualidad, y quizás sea el primer paradigma que hayaque cambiar, pues la era de lainformación y la era de ver alcosmos como un nuevo pen-samiento sólo nos orillan ala interpretación, a la nuevainterpretación sobre nuestrasituación presente y futura,en donde ya no se trata de verquien llega más lejos o másalto sino más consciente, másentero, más integro, no sólode él mismo, sino también

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Maestro en Desarrollo Humano, Coach y Entrenador de vidaemail: [email protected] Tel: 04455 27585225Facebook: Fernando Rivera Melo Twitter: @friveramelo

volteando a ver a sus seme- jantes. La posibilidad al cambio es lo que sigue, y en estocoinciden psicólogos, lóso-fos, físicos, premios Nobel,hombres de negocios, amas

de casa y casi cualquier per-sona consciente de la situa-ción actual, donde -y parafra-seando a Carl Rogers-, venal futuro con una apertura ala nueva experiencia y conuna mirada de exibilidad al

cambio y no de cerrazón in-dividualista.

Bibliografía consultada

• González Garza, Ana María (2004). El Enfoque centrado en laPersona –Aplicaciones a la educación. México: Ed. Trillas.

• González Garza, Ana María. (2009). Educación Holística. La

pedagogía del siglo XXI. Barcelona: Editorial Kairós.

• Mosqueira R. Salvador. (2003). Cosmografía y Astrofísica. Mé-xico: Ed. Patria.

• Ouspensky, P. D. (2009). Psicología de la Posible Evolución delHombre. México: 1ª Ed. Eneagrama.

• Rivera Melo M., Vicente Fernando. (2013). Reorientando-Me.México: Ed. Coaching Conductual, S.C.

• Rogers, Carl R. (1961). El Proceso de Convertirse en Persona.Buenos Aires: Ed. Paidós.

• Rogers, Carl. (1966). Psicoterapia centrada en el cliente. BuenosAires: Paidós. pág. 18.

• Ruíz, M. S. (1999). Educación Integral ó Como Promover alHombre a Ser Persona. México: Ed. Kyrios.

• Sagan, Carl. (1980). Cosmos: Un viaje personal. Barcelona: Ed.

Planeta.

• Tofer, Alvin. (1972). El Shock del Futuro. Barcelona: Ed. Plaza& Janés, S. A.

• Tofer, Alvin. (1981). La Tercera Ola. México: 1ª Ed. Edivisión.

• Villanueva Reinbeck, Martín A. (1988) Más allá del principio dela autodestrucción. México. Ed. Manual Moderno.

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Etimología: integridad deriva del latín integri-tas que signica la cualidad o condición de ser

íntegro, es decir completo.

La palabra de hoy es integridad, creo que laintegridad es el fundamento del liderazgo,entendiéndose liderazgo como el conjunto de

habilidades gerenciales o directivas que un in-dividuo tiene para inuir en la forma de ser delas personas o un grupo determinado, hacien-do que este equipo trabaje con entusiasmo, enel logro de metas y objetivos.

Integridad es quien yo soy, es la cualidad quetengo dentro, es por ello que el buen líderdeberá ser más grande en su interior que en

su exterior, una persona asertiva, consciente,congruente, disciplinada, con fuerza, exibili-dad, honestidad, perseverancia y respeto haciasus compañeros de trabajo, siendo de esta for-ma ganará la reputación digna de ser seguida por la gente. La conducta integra de todos ycada uno de los empleados de una empresa esuna de las piedras angulares de los esfuerzoshacia la sostenibilidad corporativa. Se debe

actuar de esta manera con el n de asegurarel éxito y la permanencia de la empresa para benecio de los clientes, proveedores, accio-nistas y empleados.

Es por ello que la integridad es la caracte-rística mas importante que debe tener un lí-der empresarial, ya que va a ser él el que vaa potenciar y a la vez fortalecer la integridad

de su equipo, la falta de esta afectaría la repu-

La integridad,

valor imprescindibledel líder de empresa del siglo XXI

Malú de la Rosa

tación de toda la empresa. Lamentablementevivimos en un mundo de concesiones, en unasociedad que ha abandonado los parámetrosmorales y los principios a cambio de la con-veniencia o el pragmatismo. Hoy en día se pregona con mucha fuerza: “el n justica los

medios”, pero esta noción lleva inevitable-

mente a comprometer la conciencia, las con-vicciones y nuestros valores fundamentales.Ya sea en el campo de batalla o en una empresa los mejores líderes siempre han sido ca- paces de inspirar grandeza en los demás a tra-vés de sus palabras y acciones. Y aunque los problemas a los cuales se enfrentan los paísesy las compañías han cambiado con el pasarde los años, las cualidades de los líderes efec-

tivos deben permanecer. La integridad comovalor fundamental no puede ser negociable,mucho menos en el liderazgo. Los lideres delsiglo XXI deberán ser eles a si mismos, sin

asumir estereotipos, ser auténticos, deben vi-vir por convicciones y valores. No sacricar

sus creencias, en un altar, por conveniencia.

“Toda organización crece bajo la sombra de

un gran líder” Emerson

Malú de la Rosa Licenciada en Administración deEmpresas; Maestría en Administración, UniversidadLa Salle; diplomado en Logoterapia, UniversidadAnáhuac; Master en Historia Contemporánea, Uni-versidad Anáhuac; Master en Grandes Religiones,Universidad Anáhuac; Coordinadora de la Maestríaen Administración de la Universidad Aztlán; ademásde Conferencista y docente.

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Tradicionalmente las organi-zaciones, sean gubernamen-tales, industriales, educativaso médicas, han sido adminis-tradas mediante una distri- bución jerárquica del poder.

En lo más alto de la jerarquíaesta una persona o un peque-ño grupo. La organización esgeneralmente experimentadacomo un proceso de controlque va de arriba abajo a travésde directrices y reglamentoso mediante recompensas se-lectivas: promociones y au-

mentos de salario.

Muchas empresas e institu-ciones de todos tamaños hanmodicando esta forma de

control jerárquico. Muchosde los esfuerzos de cambioapuntan a la modicación

de comportamientos en este

sentido; se esfuerzan pordistribuir autoridad, respon-sabilidad e iniciativa, prin-cipalmente en mandos inter-medios. En algunos casos, laexperiencia se lleva hasta elnivel de los obreros.

En todos estos esfuerzos,los ejecutivos han tratado de

promover una comunicaciónabierta en todas las direccio-nes, permitiendo que “todosasuman su responsabilidad,su derecho y su obligación

de comunicar” de arriba aabajo, de abajo hacia arriba,horizontalmente entre depar-tamentos y de especialista aespecialista. En algunas in-dustrias se han sentido efec-tos constructivos, mucho hadependido de la autenticidadde los altos directivos para fa-

vorecer y crear estas oportu-nidades, de tal manera que elindividuo en la organizaciónincremente al máximo su de-sarrollo personal.

La convicción es que el desa-rrollo de las personas conllevael desarrollo de la organiza-

ción. Sin embargo a menudoestos esfuerzos constructivosson neutralizados o contra-decidos por varios factores,entre ellos y uno de los másimportantes, es el aumentode las ganancias consideradocomo el objetivo principal in-mediato y no el crecimiento

de las personas, no se visua-

liza que en el mediano plazoaumentarán sustancialmentelas ganancias si aumenta eldesarrollo de las personas.

Difícil pero posible desarro-llar una organización dondela persona sea realmente importante y no sólo una retóri-ca de “principios” escritos oun bello texto de “políticas” ynada más. Pero es posible quecada uno de los individuos deuna organización experimen-

te la base del poder y controldentro de sí mismo. Hay evi-dencia sólida que indica queen una organización que searriesga con este enfoque adesarrollar individuos, estos pueden y de hecho trabajanresponsablemente, en formaconjunta para plantear obje-

tivos, determinar políticas,resolver detalles administra-tivos, usar formas diversasde organización y manejar lascrisis que se presentan. Estasorganizaciones que están sur-giendo trabajan sobre prin-cipios y valores distintos…Distintos en el sentido de queson reales, cotidianos, con-

La personaes lo

importante Luis Rey

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gruentes y permanentes… Yno solo buenas intenciones.

LA MADUREZ HUMANA:UN PROCESO

Lo primero que hay que ar -mar de la madurez es, que esun proceso, un “ya pero toda-vía no”; no podemos armar

categóricamente que “ya soy

una persona madura”, sinoque estoy en el proceso de irmadurando en los diferentesaspectos de la vida intelec-tual, evolutiva, bioemocional personal y en todas las inte-racciones humanas, es decir:la vida familiar, social, labo-ral, cultural, etc. De tal suerte

que la madurez no es un es-tado que se alcanza, es más bien un continuo de la vida,un “desarrollo armónico detodas las capacidades huma-nas con las cuales se actúaconvenientemente ante cual-quier circunstancia que se presenta en la vida”.

Hablaríamos de inmadurezcuando algunas de nuestrascapacidades se desarrollanmucho y otras no se desarro-llan, es decir no existe armo-nía y equilibrio. El desarrollofísico es armónico: no noscrece más un brazo que una pierna, sino que el crecimien-

to y la madurez corporal esequilibrada y armónica. Lomismo para otras capaci-dades, cuando se desarrollamucho la inteligencia, perola voluntad se queda “enana”

no existe armonía ni equilibrio, lo cual nos hablaría deinmadurez.

Lo segundo que hay que ar -mar de la madurez es queésta es relativa; relativa a laetapa de la vida que se estáviviendo, por tanto no pode-

mos armar que un niño esinmaduro por el hecho de serniño, sino que tiene la ma-durez relativa a su edad, secomporta, actúa, piensa y sedesenvuelve con la madurezdel niño, y en su caso el ado-lescente tiene la madurez dela adolescencia como el adul-

to tiene la madurez deladulto. Podemos hablarde inmadurez cuandoun adulto no se comporta con los rasgoscaracterísticos relativosde la etapa de su vida yse comporta como unniño, entonces se mani-

esta la inmadurez.

Obviamente si en eladulto existen conduc-tas infantiles o de ado-lescente estamos frentea una inmadurez, unadulto que distorsionela realidad, que viva enla fantasía, que no sepa

lo que quiere o no lo alcancea denir sus intereses de lar -go plazo o que no sea capazde controlar sus instintos (decomer, sexuales etc.) es una persona inmadura.

Pero también habrá que ar -mar que la madurez no ter-mina o que es un proceso quenaliza sólo con la muerte,

lo cual quiere decir que te-nemos toda la vida para irmadurando, para desplegary desarrollar todas nuestras

capacidades humanas, paraconstruirnos a nosotros mis-mos en la dirección de la au-torrealización personal.

Cuando existe una madurez personal adulta también es posible una Madurez social,que se maniesta en Capa-

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cidad de diálogo: aceptación,interpretación benévola y re-ciprocidad. Así mismo en capacidad de cooperación: ser-vicio, disponibilidad y sanacompetencia.

Mente clara

Cuando nos sentimos ago-tados y necesitamos “des-estresarnos”, buscamoslibrarnos de nuestras preocupaciones, angustias y respon-sabilidades... en cierta forma,

dejar la mente “en blanco”.Para lograrlo, solemos pensaren hacer cosas que nos per-mitan “vaciarnos” y -así- al-canzar un estado de frescura, paz y tranquilidad. Muchas personas llaman a esto “reno-vación”. Pero renovarse pocotiene que ver con “vaciarse”.

Nuestra mente se parecemucho a una piscina: nor-malmente está llena de con-tenidos (pensamientos, com- promisos, metas, proyectos,ideas, estados emocionales,etc...), que con el tiempo sevan enturbiando. Esta turbi-

dez nos estresa, agota y des-motiva. Para sentirnos biennecesitamos eliminar esa turbidez.

Pero -al igual que ocurre conel agua de una piscina- el va-cío no es la forma de eliminarla turbidez: para permitirnosalcanzar un estado de bien-

estar, nuestra mente debe es-tar clara... no vacía. Vaciarlaes prácticamente imposible para una persona normal, porque la mente siempre trabaja y absorbe informacióndel entorno, es decir, “se lle-na”. Esa es su razón de ser.Si nos esforzamos por vaciar

la mente, lo único que logra-remos es que ella se resistay termine creando más pen-samientos. No alcanzar unestado de vacío mental, sinouno de claridad mental.

Para recuperar energía, ne-cesitamos que nuestra mente

esté lo sucientemente clara, para poder ver aquello quenecesitamos ver: reexionar

sobre nuestros proyectos, va-lores, prioridades, emocio-nes, deseos y necesidades.

Los ejercicios de renovaciónefectivos nos ayudan a man-

tener la mente fértil y percep-tiva, no “nula”. No anulan sucontenido, sino que modi-can la experiencia de ese

contenido, volviéndola másreexiva y calma. Las prác-ticas introspectivas -como larelajación, la meditación, ola oración- no se centran tan-to en aquello que pensamos,

sino en el estado de nues-tra mente cuando pensamos.Las mismas procuran sumer-girnos en un estado diáfano,creativo y esclarecedor.

La claridad es un estado al-tamente positivo y deseable,que se asocia con la sinceri-dad, la naturalidad, la pureza,la lucidez y la precisión.

Si siente que su mente está“turbia” y desea renovarseefectivamente, no aspire al

vacío... busque la claridad.

Actitud

Construir una actitud es fun-damental en la aventura de lavida y está relacionada con la posibilidad de alcanzar nues-tras metas, éxito y prosperi-

dad. La actitud, además es la posición o disposición con laque afrontamos y responde-mos a cada situación.

La actitud involucra pensa-mientos y creencias acerca denosotros mismos y de las cir-cunstancias que vivimos. La

actitud, cuando es positiva, es básicamente la conanza quetenemos en nosotros mismosy la capacidad que poseemos para resolver cada situaciónde manera satisfactoria. Laactitud afecta directamen-te nuestro estado de ánimo,nuestras acciones, nuestra sa-lud y nuestra calidad de vida.

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La actitud negativa o positi-va depende de las “grabacio-nes” realizadas a través de lainfancia, por ejemplo: si cre-cimos rodeados de personasque se quejaban y lamentaban

de su situación sin hacer nada para mejorarla o si crecimosescuchando frases como: “túno puedes”, “no lo hagas porque te va a ir mal”, “no tie-nes suerte”, seguramente ten-dremos una actitud negativafrente a la vida. En cambio,si tuvimos una o varias per-

sonas que nos estimularon aconar en nosotros mismos,que reforzaron nuestras capacidades y nos apoyaron encuanto a superar con optimis-mo nuestros momentos difí-ciles, tendremos una actitud positiva.

La actitud positiva es fuerzaque impulsa y nos mantienemotivados. La actitud tam- bién se maniesta a través de

nuestra expresión corporal yse reeja en nuestros gestos,

palabras y hasta en el tonoemocional con el que nos co-municamos.

Existen personas que se le-vantan entusiastas y piensan:“hoy es un día formidable,hoy voy a superar ese reto enel que estoy trabajando”. Ytambién existen las personasque se despiertan quejándo-se por levantarse temprano o

lamentándose del trabajo que

tienen o imaginando el fasti-dio que les espera… Es cues-tión, pues, de actitud.

No podemos cambiar nuestro pasado. Sólo podemos cam-

biar lo que sentimos respec-to a él y la forma en que nosafecta en este momento. Serlibre de malos recuerdos, per-donar al que nos hizo daño.Dejar de jar la atención sólo

en las cosas negativas queocurren en el trabajo, en casa,en el país y reconocer todo lo

positivo, bueno e importanteque también sucede alrede-dor.

Tener metas pequeñas y co-tidianas, como: levantarsetemprano, hacer ejercicio,cumplir con ecacia en el trabajo, ser amable con las per-

sonas que nos rodean. Cum- plir con propósitos cada díanos hace sentir más segurosy motivados para lograr me-tas mayores. “Al mal tiempo, buena cara”. Todo es cuestiónde actitud.

Personas de “Alma noble”

En las conversaciones coti-dianas tendemos a usar unlenguaje empobrecido queno logra describir cualidadesespirituales y morales de una persona. Y, cuando no sabe-mos cómo nombrarlas, deja-mos de verlas y distinguirlas.

Sin embargo podemos usar

una expresión antigua como“alma noble” para distinguir-las de las personas de “almamezquina”.

Tiene un alma noble el que no

está encerrado en sí mismo yse ocupa sólo de su interés propio, sino que tiene energíay riqueza interior para dedi-carse también a otros, paraapoyar sus necesidades y fa-cilitar, aunque sea un poco,la vida a los demás. Es decir,una persona generosa, pero

con algo más. Ya que hay per-sonas de buen carácter, ho-nestas pero con un horizontemental limitado: están con-vencidas de que su partido esel mejor, que su religión es laúnica, siempre saben lo queestá bien y lo que está mal.En realidad no saben salir de

su punto de vista unilateral.

Existe en cambio una gene-rosidad intelectual, una aper-tura mental con la capacidadde comprender, en el propiouniverso, también el punto devista de los otros. La personaque tiene un alma noble no se

sobreestima, sabe aprender yes agradecida.

Las personas de alma mise-rable, mezquina, ven sólo su propia meta. Confunden su propio interés con la justicia.Si alguien obstaculiza sus de-seos lo odian, lo insultan, lodenigran, están dispuestas a

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cometer cualquier atropello,cualquier maldad.

La persona de alma noble tra-ta de alcanzar la meta, perono odia a su adversario, lo

respeta, le reconoce su valory su dignidad. Una vez ter-minada la lucha o contienda,olvida la cólera, no cultiva enel corazón el deseo de ven-ganza, perdona. La personacon un corazón noble es muysensible y solidaria con las personas temerosas, humilla-

das, lastimadas… En contra- posición la persona de almamezquina es insensible a losdemás y es capaz de burlaante la fragilidad del otro. La persona con alma noble es unser “crecido“, ha desarrolla-do constructivamente su ser personal y social, promue-

ve el progreso sin cálculosegoístas.

Así el alma noble es una especie de energía primigeniaque lleva a los hombres acrear, a hacer más y mejorescosas, a dar antes que recibir. Nos podemos preguntar,

si este tipo de personas exis-ten realmente o pertenecenal mito de los caballeros sinmancha y sin miedo… Porfortuna existen, y en todoslos niveles sociales. Si mira-mos el mundo con serenidad,les reconoceremos. Es gra-cias a estas personas de alma

noble que nuestra vida siguesiendo agradable.

Amabilidad y cortesíaEn el trato personal“Candil de la calle,

oscuridad de la casa”

Todos deseamos ser tratados

bien, con cortesía y amabili-dad, por que es la manera deser tomados en cuenta y sabemos que somos dignos deun trato que respete nuestradignidad como personas.

Además que, al ser tratadoscon amabilidad y respeto, sa-

bemos que somos importan-tes para quien nos trata bien,es una muestra de afecto yconsideración.

En general todos somos personas amables, damoslos buenos días a los demásaunque sean desconocidos,saludamos amablemente al

encontrarnos con alguien enalguna ocina al hacer trá-mites; en el mercado y en lastiendas cedemos el paso a losdemás, ayudamos a quienapenas puede cargar algún

bulto, disculpamos a quientiene prisa y damos las gra-cias a quien nos cede el paso.

Todas las formas de conductaamable son como naturales,así nos educaron en casa, nosenseñaron a ser condescen-dientes con los demás, a dar

las gracias, a saludar amablemente porque nuestros padres sabían que este tratoes recíproco, ser amable conlos demás es esperar que seanamables con uno; son formassociales de cortesía y amabi-lidad que hacen nuestra vidamas llevadera.

Cuando recibimos a alguienen casa, que viene de visitacon sus hijos y uno de ellostira el agua le decimos “note preocupes a cualquiera le pasa” los disculpamos fácil-mente aunque haya mancha-do el mantel elegante de la fa-

milia. Cuando rompe un vasoo un adorno de la mesa, mi-nimizamos el hecho para queno se sienta apenado y disculpamos fácilmente su torpeza.

Pero algo sucede, muy dife-rente con los “seres queri-dos”, con los que están cerca,

con los que queremos y que

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son muy signicativos: la esposa, el esposo, los hijos, lamadre, el padre… incluso losabuelos y abuelas. De repentenuestra amabilidad se acaba,nos enfadamos fácilmente

con su torpeza, regañamosásperamente al hijo que tira elagua diciéndole “eres un tor- pe me tienes harto” “fíjate enlo que haces”, se acaba nues-tra consideración, amabilidady cortesía precisamente conlas personas que más quere-mos…

Como si nos diéramos el per-miso y tuviéramos el derechode ofender y además el reper-torio de conductas agresivasy de falta de respeto se incre-mentan. Nos sentimos con elderecho de mandar, dirigir,ordenar. Amenazar, advertir.

Moralizar, predicar, implo-rar. Aconsejar, solucionar.Persuadir, reprender. Juzgar,culpar, criticar. Insultar, aver-gonzar. Interpretar, analizar.Sondear, examinar, distraer, bromear… Como si querer aalguien nos diera el derechode faltarle al respeto, como si

querer a alguien fuera el per-miso para tratarle mal.

¿Por qué somos amablescon los de afuera y no conlos de casa? ¿Por qué notratamos con respeto, cortesíay amabilidad a las personasque más queremos? ¿Quiénnos dio el “permiso” de ser

agresivos, insolentes y pocoamables con los nuestros?Tal parece que esto viene desentir “que ellos no se van air” que no los vamos a perdery por tanto las normas de la

cortesía y la amabilidad noaplica a la familia.

Esto llega a límites grotescosde agresividad, la violenciaintrafamiliar, niños golpea-dos y maltratados, esposasagredidas y lastimadas, es- posos maltrechos e incluso

abuelitos y abuelitas despre-ciadas por los que recibierontodo su afecto… Tal pareceque vivimos en un mundo so-cial de amabilidad y cortesía pero en casa en un mundo deagresiones y de falta de respeto a la dignidad de la per-sona.

Conviene revisar nuestra co-herencia de vida, convieneatender con consideración yrespeto a los que más quere-

mos, conviene ser amables,considerados, atentos, agra-decidos, corteses… con losmiembros de nuestra familia.Dar los buenos días, apoyar yayudar con las cargas, ceder

el turno, dar el lugar a todos ya cada uno, escuchar atentosy mirarlos a los ojos, atendercon amabilidad sus necesida-des… Todo ello precisamente porque son los seres queridos.

La amabilidad y la cortesía,como muchas cosas, también

comienzan en casa.

Compartir.

Nadie es capaz de abarcartodo lo que necesita, somosindividuos absolutamente in-terdependientes. Es posibleque años de romanticismo in-

dividualista haya implantadola creencia de que cada cuales un ente aislado que a veces busca relacionarse con sus se-mejantes. Lo cual es un errorde base; somos mas bien se-res comunitarios que a veces buscan aislarse un poco.

La convivencia armónica re-sulta un ideal.

Es una paradoja que todosnos necesitamos pero pocasveces encontramos la maneraadecuada de compartir y apo-yarnos. Relaciones de com- petencia y de suspicacia mu-tuas impiden que se obtengan

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benecios de una coopera-ción creativa.

Muchas veces contempla-mos (con tristeza) como di-lapidamos las posibilidadesde cooperación simplemente porque nos dejamos llevar por cuestiones superciales.

Dos personas que no com- parten iguales ideas políticas,religiosas o losócas tienen,

sin embargo, muchos puntosde encuentro que descubrir; posibles anidades literarias,

algunos gustos y que necesi-ten cosas o habilidades queel otro posee en mayor abun-dancia.

Pero casi siempre las dife-

rencias generan fronteras im- permeables y poca pacienciaqueda para buscar anidades.

Es imposible que dos perso-nas no compartan algo y quese privilegie la hostilidad y elenfrentamiento. Quizá estaviolencia haya sido un fac-tor de supervivencia en unmundo primitivo; pero he-

mos avanzado tanto desde losorígenes que las mismas “vir-tudes” ahora se convierten en

verdaderos obstáculos. Aun-que nos alienta un deseo dellevarnos bien con nuestrossemejantes y de enlazarnos aellos en tareas productivas ycreativas.

Si deseamos ser más podero-sos, necesitamos de los de-

más. Si deseamos saber más,necesitamos de los demás. Sideseamos un mejor trabajo,también necesitamos de losdemás. Incluso, sí necesita-mos estar solos, paradójica-mente necesitamos de los de-más.

Necesitamos de los demás pero no estamos dispuestos aapostar, a arriesgarnos a fon-do. Es decir a entregar nuestrointerés, trabajo y afectos sin probabilidad cierta de ganan-cia. Y aquí la cosa se enreda porque al practicar la mis-ma estrategia todos... el fon-do común se acaba. Si todos

queremos sacar y sólo poneruna vez que estamos seguros,no hay forma de tener una ri-queza compartida suciente.

No es tarde para aprender a

compartir.

Conar

Es frecuente oír exclamacio-nes indignadas: “¡Esto me pasa por haber conado en él!

¡Parezco un niño ingenuo!”.Consideran que conar re-

presenta debilidad y que abrelas puertas a las traiciones,disgustos y engaños. Se optaentonces por la desconanza,

por la “prudencia”, conside-rada más “inteligente”.Conar siempre y en todas

las situaciones obvia y deni-tivamente no es aconsejable,

sin embargo al que desconfíade los demás posiblementenadie le perturbe, le “trai-cione” o le llegue a afectar, pero tampoco nadie le tendráestima o afecto, vivirá en unestado continuo de miedo ysospecha pero sobre todo sinllegar a ser plenamente libre.

Las sospechas, la descon-anza, las dudas, el miedo

generan energía negativa ydestructiva y hace que la vidasea una especie de esclavi-tud continua: “¡Cuidado me puede engañar! ¡Seguro queme está mintiendo! ¡Tras esacara!.

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El Afecto

Identicamos el afecto con la

emoción, pero son cosas dis-tintas aunque relacionadas.Mientras que la emoción es

una respuesta individual in-terna, el afecto es un proce-so de interacción social entredos o más.

El afecto es algo que puededarse a otro. Decimos que“damos afecto” o que “recibi-mos afecto”. Por el contrario,las emociones ni se dan ni sequitan, sólo se experimentanen uno mismo. La emociónes algo que se produce den-tro, mientras que el afecto esalgo que uye y se traslada

de una persona a otra.

A diferencia de las emocio-nes, el afecto es algo que puede almacenarse (acumu-larse). Utilizamos, la expre-sión “cargar baterías” en va-caciones, para referirnos a lamejoría de nuestra disposi-ción para atender a nuestros

hijos, amigos, clientes, alum-nos, compañeros, etc. Lo quesignica que en determina-das circunstancias, almace-namos una mayor capacidadde afecto que podemos dar a

los demás. El afecto es un fe-nómeno como la energía, que puede almacenarse y trasla-darse.

Nuestra experiencia nos en-seña que dar afecto es algoque requiere esfuerzo. Cui-dar, ayudar, comprender, etc.,

a otra persona no puede rea-lizarse sin esfuerzo. A veces,no nos damos cuenta de esteesfuerzo. Por ejemplo, la ilu-sión de una nueva relaciónno nos deja ver el esfuerzoque realizamos para agradaral otro y para proporcionarle bienestar. Pero, en la mayo-

ría de los casos, todos expe-rimentamos el esfuerzo máso menos intenso que realiza-mos para proporcionar bien-estar al otro.

Por ejemplo, cuidar a alguienque está enfermorequiere un esfuer-

zo y es una formade proporcionarafecto. Tratar decomprender los problemas de otroes un esfuerzo yes otra forma dedar afecto. Tratarde agradar a otro,

respetar su liber-

tad, alegrarle con un regalo,etc., son acciones que re-quieren un esfuerzo y todasellas son formas distintas de proporcionar afecto. Aunque parezca, pues, que designa-mos el afecto recibido por laemoción particular que nos produce.

Todos estamos de acuerdo enque el afecto es algo esencialen los humanos. No oiremosninguna opinión que nieguela necesidad de afecto que to-dos los seres humanos tene-mos. Todos sabemos que ne-cesitamos una gran cantidadde afecto. Esta necesidad seacentúa al máximo en cier-tas circunstancias, como porejemplo en la infancia y en laenfermedad.Habrá que estudiarnos, es-forzarnos y estar atentos enla cantidad y en la manera enque damos y recibimos afec-to, de ello depende nuestrotejido social y nuestro bien-estar como comunidad.

Identidad personal

La identidad personal y lamanera como nos identicanlos demás tienen muchas va-riaciones y es un asunto complejo. Existe una periferia dela personalidad en la cual nosafanamos la mayoría de las personas que tiene que vercon las características físi-cas y también con las perte-

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nencias, la fama o el estatus,con lo cual queremos que nosidentiquen como los exito-sos, los que saben o pueden.

Así nuestra vida transcurre

presumiendo lo que tene-mos pero ocultando lo quesomos. No necesariamenteel que tiene “algo valioso”es una “persona valiosa” sinembargo nuestros esfuerzosse encaminan en presentar-nos como alguien que tieneun excelente automóvil o una

gran casa, pensando que esonos identica, sin embargonuestra identidad esta mas enotro nivel que en los asuntos periféricos de papeles o fun-ciones, títulos o posesiones,incluso del grado de inuen-cia de una persona.

Si nos queremos identicar yque nos identiquen los de-más son mucho más relevan-tes asuntos menos periféricoscomo lo es nuestro carácter y

temperamento, nuestros ras-gos psicológicos: si somosintrovertidos o extrovertidos,si somos apasionados o tran-quilos, o si somos personastensas o distensas. Así identi-

camos al gruñón o al “malaleche” o al bondadoso y ser-vicial.

Más allá de los temas perifé-ricos nos identicamos mas

por nuestras creencias o -losofía de vida, por nuestroscompromisos personales; es

decir, si me he comprometidoen matrimonio seré identica-do por ser “el esposo de...” o“la esposa de...”, si he asumi-do el compromiso de ser papao mama, seré identicado por

ser “papa o mama de...” estoscompromisos me dan ma-yor identidad, así como mis

características más internascomo los rasgos psicológi-cos o mis cualidades morales,mis virtudes o vicios.

Podemos identicar a per -sonas sabias, prudentes, ale-gres, valientes, etc... Por susrasgos personales más que

por sus posesiones o títulos.Sin embargo el Núcleo dela Identidad Personal es aunmás complejo. Tiene quever con la conciencia de símismo, con el yo profundo yno con valores periféricos.

El yo profundo, es mi singu-

laridad única, mi única vida,

el destino que me tocó y las posibilidades que me handado mis elecciones.

Vivir es elegir, es proyectar,es seleccionar una entre va-

rias posibilidades.

Para Reexionar

La culpa…Una emoción paralizanteque inhibe el crecimiento

La culpa es una emoción “ne-gativa” que va de la mano

con el miedo. Así como la an-gustia es el miedo acerca delfuturo, la culpa viene de algoque sentimos mal acerca del pasado.

Cuando tenemos culpa siempre creamos formas de autocastigo, incluso la culpa mis-

ma es en sí misma un casti-go y entonces ya no hacemosnada para resolver el asunto.Es, la culpa, una de las cau-sas que desatan dinámicas de problemas, víctimas y perse-guidores o situaciones com- plejas de sufrimiento y des-ánimo.

Tal parece que el propósito deexperimentar la culpa (que esuna emoción interna) es “pro-tegernos” de movernos haciaadelante y tomar el siguien-te paso (es decir, resolver elasunto externo que la provo-ca) y mientras más atención

le damos a la culpa más rea-

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rmamos su existencia y au-menta su intensidad. Usamosla culpa para tratar de contro-larnos y exagerar la parte que jugamos en una situación,y cuando culpamos a otros,

la usamos para controlarlosa ellos. Es decir, la culpa esun “ardid” de protección queinhibe nuestra acción respon-sable o una forma de “mani- pular” a los demás pasándo-les la responsabilidad de lasituación.

Podemos llegar a ser agresi-vos con los demás o rendir-nos (víctimas); podemos, porotro lado, ser agresivos “pa-sivos” hacia nosotros mismosa través del sacricio, no va-lorándonos adecuadamente yacentuando una pobre auto-estima y auto-imagen.

El mecanismo es fatal: cuan-do tenemos culpa nos senti-mos mal, entonces actuamosmal o compensamos tratandode actuar muy bien, esta cla-se de “buen” comportamientono trae recompensas, porqueel comportamiento es acer-

ca de “probar” que eres una buena persona cuando en rea-lidad crees (o “sabes”) queeres culpable.

La culpa no nos permite ha-cer correcciones, porque “or-dena” que debes castigarte por el problema en lugar de

corregirlo. Como forma de

auto-ataque o auto-castigo esuna de las experiencias másauto-destructivas, e incluso puede hacernos llegar a ren-dirnos ante la vida y las re-laciones que queremos, y en

esa renuncia no podemos serexitosos.

Podemos observar en qué aspectos nos estamos atacandoo castigando o haciéndoloa otros. Es momento de co-rregir el error en lugar deestar atrapado en el círculo

de culpa y castigo, mientrasmás nos castigamos peor nossentimos, mientras peor nossentimos más nos convence-mos de nuestra culpa y enton-ces nos castigamos aún más.Mientras que nos atrapamosen este círculo el problema nose encuentra y, por tanto no se

puede resolver. Y lo peor esculpar constantemente a losdemás y castigarlos sin reco-nocer la parte que nos toca.Es difícil, pero posible, ponerla responsabilidad en el lugarque le corresponde.

La integridad Como un valor personal

Una persona de integridad esla misma persona en privadocomo en público

La integridad podríamos de-cir que es una cualidad del

carácter de la que hablamosa menudo pero que no vemostan frecuentemente en la vidade los funcionarios públicoso aun en la vida de las per-sonas con las que vivimos y

trabajamos.

La palabra integridad vienede la misma raíz latina queentero, y sugiere la totalidadde la persona. Así como ha- blaríamos de un número en-tero, también podemos hablar de una persona entera,

no dividida. Una persona deintegridad vive correctamen-te, no está dividida, ni es una persona diferente en circuns-tancias diferentes. Una per-sona de integridad es la mis-ma persona en privado que loque es en público.

La integridad, no solo impli-ca una actitud clara, transpa-rente y recta, sino una pure-za moral también. Desde la perspectiva bíblica sería una persona limpia de corazón.

Al examinar la integridad,descubrimos su opuesto que

es la corrupción. Decimosser una nación que exige in-tegridad, pero ¿realmentelo hacemos? Decimos quequeremos que los políticossean honestos, pero enrealidad no esperamos que losean, tal vez porque a menudono somos nosotros tan

honestos como deberíamos

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serlo. Decimos que somosuna nación de leyes, pero amenudo quebrantamos esasmismas leyes -como el límitede velocidad o cruzando lacalle imprudentemente- y

tratamos de justicar nuestrasacciones.

Una persona integra tieneautoridad moral reconoci-da por otros pero a menudomás bien reconocemos a losque no son honestos. Alguienincluso ha llegado a armar

que “La mentira ha llegadoa ser una parte integral de lacultura”, un rasgo de la per-sonalidad colectiva. Menti-mos, y ni pensamos en ello.Mentimos sin ningún motivo.

Algunos estudios sociales es-timan que el 91 por ciento de

nosotros mentimos regular-mente.

El matrimonio y la familia yano son instituciones sagradas.Si bien seguimos casándonos,hemos perdido conanza en

la institución del matrimo-nio. Una tercera parte de los

hombres y mujeres casadosconesan que han tenido almenos una aventura. El trein-ta por ciento ni siquiera estánseguros de que aún aman a su pareja.Podemos decir que somosuna cultura que desea la in-tegridad, pero parece ser quela mayoría de nosotros carece

de ella en nuestra propia vida personal.

Algunos rasgos de la inte-

gridad

La honestidad es un rasgo dela integridad. Queremos serhonestos, pero a veces nos re-sulta más fácil ser deshones-tos. Así que intentamos bus-car una forma de transigir ennuestros valores para que un poco de mentira no perturbenuestra conciencia.

Otra ca-racterística de una persona deintegridad es la conabilidad.

Una persona de integridad esirreprochable. Permanece el

a principios, sin importar lasconsecuencias. Una persona

de integridad se da cuenta deque hay absolutos moralesaun en un mundo de valoresrelativos.

“Quién eres cuando nadiemira”. Es el título de un libro muy sugerente ¿Quiénessomos cuando nadie nos mira?

¿Verán la misma persona

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que ven que cuando estamoscon un grupo de personas?¿Hacemos lo correcto, noimporta las circunstancias?La prueba del ácido de laintegridad es que seamos los

mismos con o sin gente alre-dedor.

La integridad

y los acuerdos

Salvo las enfermedades y losdesastres climáticos, más del90% de los problemas del

mundo son resultado de per-sonas que no mantienen susacuerdos...

Pensemos acerca de esto.Desde los países hasta las cor- poraciones, pasando por lasfamilias y los amigos, cadaconicto (grande o pequeño)

puede rastrearse hasta alguienque no cumplió un acuerdohasta el nal. Las guerras se

desatan, las compañías caen,los matrimonios se terminan,las amistades se fracturan ylos tratos se anulan, debido ala ruptura de acuerdos.

Nosotros realizamos acuerdostodos los días. Algunos pare-cen pequeños e insignican-tes (convenir una hora paraencontrarse, prometer ejecu-tar un mandado…) Otros, se perciben como más grandesy más importantes (sellar uncontrato, rmar para un cré-dito…) Pero todos ellos son

signicativos. Porque ésta es

la manera en que la conanza

se gana. La reputación de una persona se construye sobre suhabilidad para hacer y mante-ner acuerdos.

1. Tome todos los acuerdosen serio: cuando usted acuer-da hacer algo, hágalo. Y há-galo cuando usted dijo que loharía y de la manera en queusted acordó hacerlo. Cuan-do usted acuerda encontrarsecon alguien, asegúrese de es-

tar allí y a tiempo. Los acuer-dos con usted mismo también

3. Registre y no olvide susacuerdos: Usted puede te-ner grandes intenciones, perosi se olvida de hacer lo queacordó hacer, el resultadoserá el mismo que si eligiera

romper el acuerdo.

4. Asegúrese de que susacuerdos estén claros: conun acuerdo escrito usted tie-ne algo. Con un acuerdo ver- bal no tiene más que aire.Siempre es mejor tener unacuerdo por escrito, aunque

sea simplemente una cartao nota de entendimiento. Esmucho más fácil después di-rimir cualquier confusión, siestaba escrito. Así nadie tieneque conar en su memoria.

5. Tenga cuidado con quiénhace acuerdos: hay un viejo

adagio que dice algo así: “Es-táfeme una vez y la vergüen-za será suya; estáfeme dosveces y será mía”.

Si hace acuerdos con perso-nas, cuya historia demuestraque no mantienen acuerdos,usted está preparando el ca-

mino para la desilusión.6. Renegocie cuando nopueda mantener un acuer-do: cuando no sea capaz decompletar un acuerdo, siempre vaya con la otra parte -o partes- y renegocie. Puede serincómodo, pero mantendrásu integridad y tendrá mucha

cuentan. Si se prometió hacergimnasia hoy, mantenga su promesa. Desarrolle el hábitode mantener sus acuerdos.

2. Sea cuidadoso con lo que

acuerda: no dé su palabra ala ligera. Muchas personasencuentran más fácil decir síque no. Pero es mucho mejormantener cierta reserva conlo que aceptamos hacer, yaque de lo contrario podríamosestar sobre-comprometidos yasí, ser incapaces de realizarlo que dijimos.

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más “clase” que ignorar o nosolucionar el problema.

7. Condúzcase por acuer-dos: en lugar de decirle simplemente a alguien que haga

algo, pregúntele si aceptaríahacerlo de esa manera y porun cierto tiempo. Si pedimosa alguien hacer algo, segura-mente lo hará porque le dije-ron que lo hiciera, pero si le preguntamos y obtenemos suacuerdo, aseguramos la opor-tunidad de que sea realiza-

do, además usted averiguarátambién si su pedido fue cla-ramente comprendido.

Prestando mucha atención alos acuerdos que hacemos,registrándolos y desarrollan-do el hábito de mantenerlos,nos volvemos personas ínte-

gras.

Nuestra vida (y las de aque-llos a nuestro alrededor) fun-cionará mejor cuando losacuerdos sean cuidadosa-mente realizados y diligen-temente mantenidos. Ten-gamos algo por seguro: la

calidad de la vida está en di-recta relación con la calidadde los acuerdos.

Hay que hacer honor a losacuerdos.

Las manos

Las manos juegan un papelfundamental en el desarrollode las relaciones humanas,son parte del intercambio,

están presentes signicativa-mente en el dar y recibir. Sonel vehículo de expresión delo que cada quien carga en sucorazón y en sus pensamien-tos, y además son las herra-mientas del hacer, construiry señalar; son altamente sig-nicativas para cuando nos

saludamos o nos ofendemos,cuando oramos o expresamosenojo; usamos las manos paraescribir o para declamar, paraagredir o expresar ternura…toda la gama de emocionesse expresan al otro a travésde las manos.

Existen la mano amiga, lamano amorosa, la manoafectuosa y muchas más queexpresiones populares se re-eren a ellas. Decimos, por

ejemplo: “es mi mano de-recha”, para signicar que

alguien es importante paralas tareas que uno realiza, o

bien, pedimos que nos denuna mano cuando estamosen apuros. Expresamos tam- bién: “ese médico tiene bue-nas manos”, o cuando nosreferimos a un músico, escri-tor, pintor o escultor, deci-mos que: “esas manos valenoro”, igual cuando hablamos

de un amigo... y hasta cuan-do hablamos de la reparacióndel carro, decimos: “ese me-cánico tiene buenas manos”.Hablamos de: malas manoscuando vemos a alguien aco

y con problemas con su pareja... como también decimos:estar en buenas manos, o ac-tuar con manos fuertes... Lassuaves y tiernas manos de lamadre que con gran dulzuraacaricia a sus hijos.

La piel de las manos tiene re-

ceptores nerviosos, y cuandoalguien, a quien le tenemosafecto nos toma la mano, in-mediatamente llega a nuestrocerebro esa información.

Vemos en los parques o porlas avenidas y calles, comose cruzan las manos las pare-

jas de enamorados o cuandolos amigos se saludan conun fuerte apretón de manos.Cuando nos gusta algo aplau-dimos con gran euforia, y el palmoteo transmite esa ale-gría. Las manos forman partede un código de los pueblos yhay algunos que mueven más

las manos para hablar, comolos italianos, otros puebloslas juntan y hacen reveren-cias delante del interlocutor,como en la India, Japón yChina. Incluso se utilizan lasmanos para bendecir.

La mano en el arte está todo el

tiempo presente. Las manos

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del David de Miguel ÁngelBuonarroti nos impresionan por su fuerza y a pesar que esen mármol pareciese que fue-sen de verdad. También en laCapilla Sixtina, admiramos

ese gran fresco,- obra delmismo autor- “La creaciónde Adán”. En innidades de

obras de arte podemos apre-ciar las manos.

En el amor las manos se con-vierten en herramienta deternura y de conquista, y un

apretón de manos se transfor-ma en un código de acepta-ción, y no hay edad para co-municar la ternura, el afecto,el compromiso, la aceptación,el acuerdo; con las manos expresamos nuestra amistad asícomo nuestra consideración.

Regularmente expresamos:“dame la mano, por favor”,en los momentos difíciles dela vida, cuando la ayuda o elapoyo que necesitamos lo so-licitamos a alguien... Tambiénse dice popularmente que en-contramos a alguien con “lasmanos en la masa”; para ex-

plicar que se ha encontradoa la persona transgrediendouna ley o cometiendo un actomoralmente malo.

Algunas veces vemos a loshijos con sus padres o abue-los que los llevan tomados dela mano. Los padres saben de

la importancia de tocar a sus

hijos, de llevarlos de la manocuando lo necesitan, de ser lamano fuerte donde se apoyan.

Las manos, son muy signi-cativas. En los negocios,

son el código de aceptacióndel trato, del intercambiode servicios o del acuerdo oconvenio y en las relacionesinterpersonales son el signode comunicación más impor-tante después de las palabras, pasan hacer algo de vital importancia en las relaciones

humanas. Los movimientos

Aprender a ver la vidacon ojos nuevos

Alguna vez un buen profesorde Filosofía, por allá de misaños de juventud, nos decía

con cierta insistencia que “Elser humano se siente llamadoa cuestionarse y a cuestio-nar la realidad que le rodea; pero sin admiración, su vidase convierte en algo insípidoy anodino, termina perdiendosentido”. Ahora le encuentromucha sensatez a eso que nos

decía.

Porque precisamente no esla vida quien nos enseña, elverdadero aprendizaje está enla lectura que hacemos de lavida, es decir, cómo la esta-mos interpretando.

No basta con ver las cosas, esnecesario “observarlas bien” para descubrir lo diferenteo nuevo que siempre llevanconsigo. Se requiere un espí-ritu joven y una sensibilidadcultivada para conservar elánimo receptivo a esos chis- pazos, sucesos novedosos y

matices con que la realidadnos asombra incesantemente.

De igual forma es primordialy valioso aprender a admirara las personas. No se confun-da la admiración con ingenui-dad, ni con una visión sim- plista de la vida. Se trata dever con ojos buenos a las per-

de las manos, en el lenguajede los sordomudos se con-vierten en herramientas decomunicación.

En n, las manos en sí mis-mas, la mano amiga y el len-guaje de las manos son ele-mentos que habrá que cuidarmuy bien pues son verdade-ras fuerzas para el impulsar eldesarrollo humano.

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sonas. Si observamos, aun-que sea poco más, los aspec-tos positivos de cada persona, podremos admirarlos. Cierta-mente al admirar a alguien lehacemos mucho bien, tanto a

ese alguien como a nosotrosmismos.

Cuando queremos admirar auna persona conocida y conla cual convivimos habitual-mente hemos de evitar las barreras de la costumbre, ladesestimación y la rutina.

La costumbre inhabilita paraver en la otra persona cual-quier aspecto que no sea loya conocido: predecimos lascontestaciones, suponemos yestamos predispuestos a de-terminada actitud, damos porhecho sus comportamientos,

no estamos abiertos a la po-sibilidad de que cambie y ode que se comporte de formadistinta a la prevista.

La tendencia a desestimara las personas, o anteponersiempre los comportamien-tos o hechos pasados a los

presentes, además de tomaren cuenta lo que era o fue an-teriormente a lo que es aquíy ahora; o limitarnos y acor-darse más de los aspectosnegativos que los positivos.Con ello nos cerramos a la posibilidad de incluir otrosaspectos que enriquecen a las

personas.

La rutina es la gran ladronay depredadora del caudal denuestra vida. La batalla alcansancio de la vida se ganacon alma de niños, con la capacidad de sorpresa y nove-

dad con que miran los niños.Hay que tomar medidas con-tra la desilusión, el desencan-to y la rutina, para no perderánimo por vivir. Seguramen-te la vida nos regala momen-tos y ocasiones de alborozo,alegrías y regocijo, pero he-mos de empeñarnos muchasveces, con nuestros propiosrecursos internos, y darle unsentido positivo a lo que en primera instancia parece locontrario.

Si desarrollamos, nos en-trenamos y practicamos el“observar con ojos nuevos”e iniciamos cada día con el

propósito de ver aquello queno hemos visto y que “estaahí”, ciertamente nos sor- prenderemos ante cosas quenos son muy conocidas y que por lo tanto se nos mostrarán

como nuevas o inéditas.

Fácilmente damos las cosas por supuestas, cuando real-mente debería ser al revés ysiempre interrogar nuestromundo cotidiano por lo nue-vo y sorprendente. La vidade todos nosotros debería ser

mirada por unos ojos que se- pan descubrir en lo ya sabi-do o conocido, la ilusión y elánimo de la novedad.

Ciertamente otro aspecto importante de mirar con ojosnuevos es la autoestima, tanrelegada por muchos y tanmal explicada por otros. Ad-

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mirar no es llenarse de orgu-llo, ese no es el objetivo de laautoestima, pero si lo es el seragradecido con la propia vida.El que agradece, se complacecon la realidad, quien sonríe

a la vida, la vida le retribuyesonriéndole.

Aunque obsesivamente ten-demos a buscar fuera de no-sotros, la clave sigue estandoen nuestro interior. Desdela habilidad de ver con ojosnuevos y la capacidad de ad-

miración podremos construiruna nueva manera, más via- ble, armónica y feliz, de ser yde estar en el mundo.

SENTIDO DEL HUMOR

En toda relación, especial-mente en aquellas relaciones

que nos son altamente signi-cativas como las de familiay del trabajo, el sentido delhumor es fundamental. Pode-mos observar cómo el humorobra el milagro de que unacomunicación se torne de mo-nólogo en diálogo. O comodirían los expertos, que pase

de ser asimétrica-vertical, aser simétrica-horizontal. Quedos personas comiencen a hablar de ser a ser.

Los expertos arman que el

sentido del humor originauna serie de cambios a nivelneurosiológico, aumento

de la secreción de opiáceos,

aumento de la respuesta in-mune, etc. Origina una rela- jación del sistema nerviosoy la persona pasa a estar másen calma y consciente; pasade estar auto centrada a una

posición más ecuánime. Esdecir que el humor “mata”el ego. Es un buen antídotocontra el egoísmo. Es algoasí como el quiebre de lo ló-gico. Si estamos demasiadometidos en el mundo de lalógica, un poco de humor nonos hará daño.

Necesitamos del humor comovehículo de integración. El buen humor es la vía de in-tegración de contenidos pro- blemáticos de conciencia, enotras palabras, se relativizanlas experiencias y se colocanen su justa dimensión.

El humor implica la necesi-dad de comunicar verdade-ramente... no a un nivel deroles o funciones (padres /hijos, jefe/subordinados, em- pleado/usuarios) sino a un ni-vel más alto, a un nivel dondeuno no sólo se siente tratado

justamente, sino reconocido.(Todos somos mucho másque nuestra función). El hu-mor nos devuelve la capaci-dad de saborear las cosas, enlugar de “simplemente” te-nerlas.

Todos los otros sentimientos

e impulsos tienen una inten-

ción, puesto que parten deldeseo de conseguir algo, porejemplo, me enojo por unaexpectativa no satisfecha, ycon mi enojo maniesto mi

intención de conseguir lo que

esperaba mientras que el hu-mor es autosuciente. El hu-mor refuerza la espontanei-dad y la curiosidad, abre víasde comunicación al espíritu,refuerza el sentimiento de in-timidad.

Pero la mayor conquista es

la capacidad de reírse de unomismo puesto que ésta implica que se ha sobrepasadoun punto débil, se ha tomadoconciencia de una limitación,

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y ¡ya!... ha empezado a sertranscendida.Implica que la persona ha ac-cedido a una nueva compren-sión de sí misma. Y, por ende,de comprensión de los otros.

La persona que es capaz dereírse de sí misma, ha dadoun paso fundamental haciala salud y la integración quetrae paz al mundo y buenavoluntad hacia la gente.

Siempre la familia

Sófocles, poeta de la antiguaGrecia decía que: “el que es bueno en familia, es también buen ciudadano”. La familiaes el núcleo de la sociedad,en donde los hijos reciben loque más tarde reejarán en

la sociedad. La familia es elsemillero de buenos ciuda-danos. Sólo en una familiaestrechamente unida y amo-rosa, los hijos alcanzan lasana madurez, y lo hacen si-guiendo el ejemplo de amorgratuito, delidad, entrega

recíproca y respeto por lavida que en la familia, comoexperiencia cotidiana, se vivecon naturalidad.

Esto es verdad y al mismotiempo una aspiración y de-seo de que realmente así seaen la práctica, ya que innu-merables veces nos encontra-mos con personas agresivas o

violentas y seguramente nos preguntamos: “¿dónde edu-caron a esta persona?”Podemos decirles a los niñosque no griten, que no se eno- jen, que no digan malas pala-

bras, que no se alteren… Perosólo lo decimos, por que porotro lado, nuestros hijos vena papá y a mamá discutiendoacaloradamente, manifestán-dose agresivamente cuandomanejan o gritando y expre-sando mal sus frustraciones.

También el aprendizaje desdelos programas de televisión ovideojuegos agresivos y vio-lentos a los que muchas ve-ces los abandonamos durantehoras con la inocente excusade que “así están tranquilos”.

Mientras que en la mayoría

de los adultos la depresiónsignica decaimiento, en unniño la depresión se mani-esta con hiperactividad y,

en la mayoría de los casos,una hiperactividad con des-fogues de agresión.

El apego y el vínculo emo-cional que desarrolla el niñocon sus padres le proporcionala seguridad emocional indis- pensable para el desarrollo desu personalidad. El estado de

seguridad, ansiedad o temorde un niño, es determinado engran medida por la cercanía ycapacidad de respuesta de su principal gura de afecto, el

padre y la madre. Una rela-ción de cercanía y rmeza (al

mismo tiempo) es fundamen-tal para la construcción de un

individuo seguro de sí mismoy sensible a los demás.

El niño, en temprana edad, nodistingue conscientementeentre el hambre o el sueño, loque sí percibe con claridad esel cariño y amor con que sa-tisface esas necesidades. En

la medida en que la relaciónsea sana, el niño desarrollaráuna personalidad equilibrada.

La familia es el semillero de buenos y constructivos ciu-dadanos.

LUIS REY DELGADOLala Administración y Control S.A. de C.V.Comunicación y Relaciones PúblicasLázaro Cárdenas 185 Parque Industrial LaguneroGómez Palacio, Durango 35077(871) 7293102 (871) 7293100 ext. 3102correoelectrónico: [email protected]

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Escribir la historiaes darle su sonomía a las fechas

Water Benjamin

Datos biográcos

El 3 de febrero de 1909 nació Simone Adol- phine . De familia judía que habita en Boule-

vard Strasbourg 19. París. Los ocupantes delhogar son sus padres Bernard Weil y SelmaReinhertz, y su hermano André, tres años ma-yor que ella. El apellido materno procede deGalitzia cuyos los orígenes provienen desdeRostov sobre el Don, Rusia. La familia de par-te del padre procede de Alsacia. En rigor, Weiles un apellido judío alsaciano que surgió deLevi transformado en Weil durante la épocade Napoleón. Deletreaban el apellido weillhasta 1918.2

Simone estudió losofía en la École NormaleSupérieure de 1928 a 1931. Uno de sus maes-tros fue el lósofo Léon Brunschwicg, exper -to en Spinoza. Sobretodo, recibe la inuencia

del lósofo Alain. Una de sus condiscípulas

fue Simone de Beauvoir que comenta: “Undía logré acercarme a ella. Ya no sé cómo seinició la conversación; declaró en tono cortan-te que una sola cosa contaba hoy sobre la tie-rra: la revolución que daría de comer a todo elmundo. Respondí de manera no menos peren-toria, que el problema no era hacer la felicidadde los hombres, sino encontrar un sentido a suexistencia. Me miró de hito en hito: ‘se ve queusted nunca ha tenido hambre’, dijo. Nuestrasrelaciones se detuvieron ahí.”3 Dos ideologías

en germen, la existencial y la social confron-tadas en una breve conexión.

Con su diploma de agregación, o sea, comomaestra, trabaja enseñando losofía en varios

liceos para señoritas, con algunas interrupcio-nes, desde 1931 a 1937.4

Política- Económica

Como profesora dejaba su salario sobre elmostrador del café frecuentado por los huel-guistas para que tomaran lo que necesitaban:según su sobrina Sylvie Weil es la práctica dela tsedaká (caridad como forma de justicia).5 Su interés por los problemas sociales, al prin-cipio de los años treinta, la empuja a participar

Conversión de Simone WeilGuillermo Delahanty

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en manifestaciones de obreros, mineros. So- bre su acción política concreta en el sindica-lismo, Herbert Lottman relata que “organiza- ba también a los sindicalistas de izquierdas deRevolution prolétarienne . Pocos de sus corre-ligionarios llevarían tan lejos el compromisosocial como ella.”6

Comienza a trabajar como obrera en variasempresas. Inicia desde el martes 4 de diciembre de 1934 a 1935. Primero en la SociedadGeneral de Construcciones Eléctricas y Mecá-nicas en Alsthon. En seguida en otra empresa;y, nalmente, unos meses, desde el 6 de febre-ro de 1936, laboró en la Renault. Sus laboresfueron de tornera, empaquetadora, fresadora.En el trabajo vivencia como propio el sufri-miento de los obreros. Para Camus, quien laadmiró bastante, escribe: “Hay que leer lostextos de Simone Weil sobre la situación delobrero de fábrica para saber a qué grado deagotamiento moral y de desesperación silen-ciosa puede llevar la racionalización del trabajo.”7 De hecho, Simone escribió un diariosobre su experiencia como obrera que ulte-riormente se editó como libro.8 El comentariode Hannah Arendt sobre el texto es revelador porque considera que, “es el único libro de laenorme literatura sobre la cuestión laboral quetrata el problema sin prejuicio ni sentimenta-lismo.”9

En el mes de agosto de 1936 se enrola como“periodista” en la guerra civil de España. Su-fre de una quemadura con aceite hirviendo almeter el píe en un sartén con aceite hirviendo yes enviada a Francia. Le escribió a su amigo elescritor Georges Bernanos (1888-1948) cono-cido por su libro Diario de un cura rural (1936)que a través de una publicación suya sobre lalucha en Barcelona reconoció en si misma “elolor a guerra civil, a sangre y terror.”10.

Durante su participación política lee a Marx.Argumenta que sus seguidores han vaciadosu contenido de verdad. Admiró el amor es-toico en la vida de Rosa Luxemburg. Por otra parte, conoció personalmente a Trotsky el 31de diciembre de 1931. Considera que él “hasido el único que ha sabido guardar intacto suvalor, su esperanza y esa lucidez heroica quees su marca distintiva.”11 Sin embargo, llegóa despreciar la retórica marxista. Con todo, es plausible considerar su ideología como anar-quista. Aunque en su anarquismo inuía su

visión cristiana.

Religión.

Simone se enteró que era judía a los once añosde edad.12 Su proceso de socialización religio-sa estuvo bajo la egida del agnosticismo; “entoda mi vida jamás, en ningún momento, he buscado a Dios.”13 Ni sus padres, ni su herma-no transmitieron el judaísmo como religión.Eran judíos laicos. Hoy en día se denomina

judaísmo secular. Sobre el Pueblo del Librouna de sus expresiones consiste en que: “Los judíos –un puñado de desarraigados- han cau-sado el desarraigo en todo el globo terrestre.Su papel en el cristianismo ha hecho de lacristiandad algo desarraigado en relación a su propio pasado.”14

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Conversión. Simone se convirtió al catolicis-mo. Tuvo tres contactos con el mundo católi-co: el primero durante su estancia vacacional,después de la fábrica, antes del liceo, posible-mente en 1935, en una aldea de Portugal, don-de presenció una manifestación religiosa en

homenaje a la santa patrona del pueblo de pes-cadores, allí escuchó el lamento de los cantosde las mujeres expresadas con un tono pro-fundamente triste y desgarrador. Pensó que elcristianismo es una religión de esclavos.El segundo contacto cuando estuvo en Italia,en 1937, visitó la capilla romántica del sigloXII de Santa Maria Degli Angelí donde en sutiempo, oraba San Francisco de Asís; el san-

to fue su admiración pasional. Allí impulsada por una fuerza superior se arrodilló.

El tercero, en el año de 1938, en la iglesia delos dominicos en Solesmes, durante diez díasdesde el domingo de Ramos al martes de Pas-cua, en este lapso presenció todos los ocios.

El canto gregoriano representó la pasión deCristo. Fue un instrumento de revelación para

ella, ¡una iluminación! aquí sufrió “dolores decabeza intensos, cada sonido me dolía comoun golpe, y un extremo esfuerzo de atenciónme permitía salir de esta carne miserable, de- jarla sufrir sola, abandonada en su rincón, yencontrar una alegría pura y perfecta en la be-lleza indecible del canto y las palabras… Porsupuesto la Pasión de Cristo descendió y seapoderó de mí.”15

En Marsella, en junio de 1941, fue presenta-da por Hélène Honnorat, profesora de historiaal dominico J.-M. Perrin, O.P. (1905-2002)16;ella había llegado al puerto por las medidasadministrativas contra los judíos en Francia.El convento era una protección y abrigo paralos perseguidos judíos. Se reunían en la criptadel convento con unos amigos para compren-der las lecturas. Sus conversaciones fueron

sobre el bautismo y permanentemente, deba-tía con un método preciso.

El fraile de la Orden de los Predicadores leescribió a su amigo el lósofo y agricultor

Gustave Thibon (1903-2001) en el mismo

mes en que se encontraron, o sea, en junio de1941, para que trabaje en su granja agrícola enSaint-Marcel-d’Ardèche : “conozco aquí a una joven israelita, agregé de losofía y militante

de la extrema izquierda, que, excluida de launiversidad por las nuevas leyes, desearía trabajar un tiempo en el campo como criada enalguna granja.Creo que esa experiencia tendría que ser con-

trolada, y me gustaría que usted pudiera recibir a esa joven en su casa.”17

Entonces permanece en la villa varios meses.Trabaja con proletarios agrícolas en la granjahasta otoño. “Una semana después comencéla vendimia. Todos los días antes de empezarel trabajo recitaba el Pater (Padre N

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