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131684522 Koch Karl El Test Del Arbol El Dibujo Del Arbol Como Medio Psicodiagnostico Auxiliar

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    L.l .l~L::a cont.-ibun al prQb[~ma de ;:1 re;r~in 129 Sltom35 de regresin . 132

    E..1.!iayos acerca de la expresin grfica 134 La linea no figurativa 134 E.'qJerimentos en estado hipntico 136

    La fr.:nl1[a de instruccin para el test dd rbol lO Variaciones . . . , . 170 ~raterial . . . . . . . 1I La impresin general. 171 Las races .. 174La base del tronco 172 Tronco en media T, tronco en T 180 Contornos del tronco. 184 Contornos del tronco ondulados . 185 Contornos del trOIlCO dllusos, dist:e1t05 185 E:tcrecencas y concavidades en el tro'nco 186 Super...icie del tronco (corteza) 187 S uperi:icie 1'arada, rugosa, spera, ;.grietada (corte:za) 188 L--presin del trazo , . 1. 189 Ensanchamientos y estrech!!.!Il.ie:lto, . 191 Ramas que se ensanchan" ramas pa:rzlelas 192 Arbol de copa esfrica 195 Ramaje cubierto por una memnr!.:!a 197 PUlltas de ramas envueltas .,_. .\Ibol de espaldera. 199 Orientacin respecto del centro 200 Copa radial con ramas en raya ~centrifuga) 201 Copa concntrica (en forma de cc;todia) 202 Ramas tubulares (forma abierta) 202 Copa rizada (movilidad) ...... 211 Copa de lineas enmaraadas (diso~ucin de la forDIl!.) 212 Coordinacin de las ral:nas 214Interra:pcione:! en el ramaje y en el. tronco 214Tronco y rama soldadas . . . . . . . . 215 Formas aadidas, agregadas. . . . . . 220 La rama rectangular (forma rudimentaria) 222 Curvatnras . 225 Torsiones . 227 La regalaridad. 228 Estereotipias . 230 Tronco recto, paralela 232

    FOn.!13 reC~a3 .? J.""1dtzi1)J~ 233 F.lr:Da3 red,)!d:l.~. . . . . ~34

    i Co.!oi:lci:1 s~cur:l : . 231.i Tror.r::o de r::c10T.lcin oscura 235 Copa sombreada . . . . 239

    I Coloracin oscura de las ramas

    ," 239

    Coloracin O~tt.r3. de frutos y hojas 240 Lo negro, ete..rno silencio 241 Asce!1deote cescendeote . . . . . 243 Formas opuestas. . . . . . . , . 246 '~'Parntesis" desplazados uno contra otro 246i Ramas en direcciones opuesta.'J. . . . . - 246

    ! -Cruces. de rayas (cruces de ramas) . . 243 Acent'acin del lada derecho o izquierdo, eqnilibrio 249 Doblamiento a la izquierda y a la derecha . . . 251 rncimacin a la izquierda y a la derecha . . 252 Palo, tarugo, $Ostn en el tronco, ramas apu:::t:!.l.adas . 254 La rama cort..ada . . . . . . . . . 257 La tercera dimensin (ramas frontales) 260 Corte de ra:::a frontal (aja) 262 Espacios vac:os ',' . . . 263 Copa achatach, aplastada 264 Ra;:nlficacio;::es abundantes y fina.'J 265 For.:las degeneradas . . . . . . 266 Transicin de rama a ramita (proporcin y CHarenciacin ) 266 For::r:.as de espina y pual 267 Fo=as impropias . . . 267 Caracterstica; cambiantes. 268 La disposicin. ~ 269 Paisaje . . . : . 270 Lle3S de suelo '.' . . 276 Lnea del suelo por debajo de la. base del tronco 217 Tronco sobre colina e isla 278 Accesorios . . . . 279 Antropomocizaciones . 283 La flor . 285 Hojas . . . . 287 Frut:a!I. . . 290 Frutas aisladas en el espacio 299, Frt:ttu, hojas o ramas cayndose o cadas " 300 PIIIp

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    PREFACIO PARA LA TERCERA EDICiN

    En esta nueva edicin del Test del rbol se han introducido unas pocas aclaraciones y complementos. Nos pareci necesario diferenciar el simbolismo espacial, aun corriendo el peligro de chocar con opiniones ajenas. Ya que en este campo mudtas veces se afirma ms de lo que se puede probar y que, adems, es raro encontrarse con alguien que est familiarizado con el pensamiento simblico o que no halle contradicciones insalvables en la ambigedad de los fenmenos de expresin, ser til discnsin ese tema tan fructfero y que . an no est agotado.

    Cumpliendo con un permanente deseo, ofrecemos ahora la posibilidad de hacer comparaciones con otros mtodos de investigacin, publicando extractos del trabajo de lIermann Stadl li. Al mismo tiempo'. se tratan los sntomas de,ls neurosis. Uno de los descubrimientos ms sorprendentes, relacionado con el mismo tema, se lo debemos al conde Dr. Wittgenstein, y lo describimos brevemente por no querer adelantarnos de manera alguna a una publicacin especia.l del autor. Un voluminoso estudio, en forma de tesis, llevado a cabo por EIsa Arruda, de Ro de Janeiro, sobre el Test del rbol en psiquiatra, lamentablemente no pudo ser aprovechado an, pbr razones meramente formales.

    Las oomprobaciones estadsticas fueron reunidas. en las escuelas y jardines de. infantes de la ciudad de. Zurich, n las escuelas para niIos retrascidos de Beroo, Fribur,go y Sto 10se1. Bremgarten, as como en dos empresas industriales. L03 resultado:: de la estadstica han de tomarse con prudencia como primera.~ indicaciones.

    Por lo dems, no ha de exigirse de un test ms de. lo que, por su propia ndolr., es capaz de dar. No se trata de responder a cualquier pregunta con un solo test. Las diferencias de reactividad, que pone en uego un test, exigen de por s que ste sea complementado.

    EL AUTOR.

    Lucerna, en otoo de 1957.

    Instituto de P6icologa Aplicada (ln&titut fii.r Aogellwandte Psycholo:1e).

    DE LA HISTORIA CULTURAL DEL RBOL

    El rbol es una de las primeras cosas que han llamado la atencin al gnero humano. El smbolo del rbol es el .primero y el ltimo de la Sagrada Escritura, y a partir de l se abre el mundo de la significacin espiritual del rbol en el Cristianismo. Gn. 1, 29: "y dijo Dios: He aqu que os he dado toda hierba que da simiente, que est sobre la faz de toda la tierra; y todo rbol en que hay fruto de rbol que da simiente, seras ha para comer." Gn. 2, 9: "y haba Jehov Dios hecho nacer de la tierra todo rbol hennoso a la vista, y bueno para comer: tambin el rbol de la vida en medio del paraso, y el rbol de la ciencia del bien y del mal." 10: "Y sala de Edn un ro para regar el paraso, y de all se reparta en cuatro brazos." Gn. 2, 1617: "y mand Jehov Dios al hombre diciendo: De todo rbol del huerto comers; mas del rbol de ciencia del bien y del mal no comers de l; porque el da que de l comieres, morirs." La Escritura termina con el Apocalipsis 22, 2: "En el medio de la plaza de ella, y de la una y de la otra parte del ro, estaba el rbol de la vida, que lleva doce frutos, dando cada. mes su fruto: y las hojas del rbol eran para la sanidad de las nnciones."

    El pecado original, el alejamiento del hombre del mano dato de Dios y del estado paradisaco y su entrada en el mun do de la cognicin del bien y del mal, tiene lugar al pie del rbol. En muchos pasajes de la Biblia, el rbol simboliza al hombre: Salmo 1, 3: ''Y ser como el rbol plantado junto a arroyos de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja

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    no cae; y todo lo que hace prosperar." O en el Nue\'o T~. tamento, 5an }I::ttco 3, 10: "Ahor::J., ya tambin la segur est.. puesta .3. la raz de los rboles; y todo rbol que no hace buen frJto, es cortado y echado en el fuego." 7, 16-20: "Por sus frutos los conoceris. Coschanse uvas de los espinos, o higos de los abrojos? As, todo buen rbol lleva bu~nos frutos; ms el rbol maleado lleva malos frutos. No puede el buen rbol llevar malos frutos, ni el rbol maleado llevar trutos buenos. Todo rbol que no lleva buen fruto crtase y cha5e en el fuego. As que, por sus frutos los conoceris." Entre el principio y el fin, entre el rbol de la vida del pa raSo y el rbol de la vida del nuevo Cielo, el cristiano antl- . guo ve elevarse entonces un rbol de la vida en el cual se decide la suerte de la familia de Aclam: la Cruz~. Y en su :visin de msterios contempla a esos rboles como fonnando parte de un 5010 cuadro. El rbol del paraso no es sino un presagio de la Cruz, y esa es el centro del mundo y del drama de la salvacin del hombre. Del Glgota se t el Cielo, reuniendo el COSIDOS. Y a su pie surgen los cuatro [ ros paradisacos del misterio hautismal, por meda los descendientes de Adam reivindican su derecho al rbol de la vida.

    .

    eternamente verde (Hugo Rahner)., ,I~

    ."'-parte de su mencin en la Historia Sagrada judea-cristiana, en que' el smbolo del rbol desempea un papel ceno tral, pertenece el rbol a los smbolos ms antiguos que ~e conocen. Escribe Jean PrzyllJ",.. : "N ~si ,eLmanantial y la lluvia y toda agua son distribuidos por una divinidad invisi. ble, bajo qu forma hemos de imaginarnos ese Ser bienhe. chor? Dos de los smbolo!; ms arcaicos son la piedra sagrada 'f el rbol sagrado ... " Los primeros jonios conocieron la di. vinidad, en el siglo rr antes de nuestra era, probablemente en forma de rbol. El rhol, que parece morir al comienzo del invierno, para re-verdecer en primavera, hace surgir de una manera misteriosa la idea de que 1as ninfas interrumpen

    1 Lo "rma Ada .... ""ti ""," ... l. que tn:"" tu edicio..... "'p"iiolu de las Sec-i.. d.d"" Bblicti U,,du.. l' es l.

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    EL RBOL nEL MUNDO "corcel de Ygg"; es decir de Odin, o "fresno del corcel de

    "La metafsica marcadamente orgamca de lQs indouro3 se revela en su forma ms clara por el smbolo del rbol del mundo (J. W. Hauer) que brota como germen 'de la esencia primaria." Recordamos aquel pasaje del Chandogya Upanishad VI, 12, donde el maestro, preguntado por el discpulo acerca de la esencia del alma 1 le hace traer un fruto del rbol Nyagrodha y partirlo tantas veces hasta que pOI 1.fin llegue a aquella invisible finura de In cual ha nacido -el tgrande rbol. Respecto de ella dice el maestro: "Ella es todo el Universo, ella es 10 eternamente real, ella es el alma yeso eres t, oh Qvetaketu." Esa doctrina bsica del alma primaria como germen del cual surge el mundo, ha sido ex puesta, con extraordinuria emocin metafsica, sobre todo en los cnticos Skambha del Atharva~eda 7 y 8. Por eso no nos sorprende el que all el smbolo del rbol del mundo se mezcle con el del hombre universal del Rigveda X, 90. Es que ambas imgenes, el mundo como hombre universal hecho visible y el mundo como rbol nacido del alma pri maria, significan, en el fondo, lo mismo: todo lo formado es un despliegue orgnico, compenetrado por el alma primaria en cada uno de sus puntos, ncluido en la energa crea

    ::.dora, siempre viva y presente, del alma eterna. "l (el mundo) es aquella higuera, arriba en lo alto est su raz, hacia :abajo se extienden .sus ramas. Ello es lo luminoso, ello es el brahman, ello es lo que no conoce la muerte. En ello se apoyan todos los mundos, nadie 10 traspasa. Esto, por cierto, es aquello (es decir, lo imponderable e inefable a lo cual DO nos atrevemos ya a darle nombre alguno)." Katha Upa.

    _ nishad, VI, 1. Con el nombre de Y ggdrasill o Y ggdrasils askr designan

    'la Voluspa de la Edda y la Grimmicmal al rbol del mundo que, siempre verde, se eleva sobre la fuente de Urdr v de ,cuyas ramas cae el roco a los valles. La palabra significa

    1 Opto por traducir "S.lb,:" por "alIllA", pu ....1 Ip tr.duc. Den......... 111 ...... lIlo .ri,inal del Upaaiahad (N. tltJ T.).

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    Odin"..Es el ms imponente de todos los rboles. Segn los germanos, los nicos que n05 han dado una descripcin del rbol, tiene tres raices, una en el reino de Hel/ otra en el de los gigantes de la escarcha y la tercera' en el de los hombres. Las raices son rodas por serpientes y por el dragn Nidhaggr, los hrotes por cuatro ciervos; en sus ramas anida un guila cuyas palabras son trasmitidas por la ardilla Ratatoskr (diente roedor) al dragn en la raz.

    La Snorra Edda, que sigue desarrollando la imagen del fresno del mundo, ve una fuente en cada una de las races. En Nillwim, es decir, en el reino de Hel, se halla la fuente Hvergelmir; en el dominio de los gigantes de la escarcha, la .fuente Mimir, y slo en la tercera raz, que segn esta versin se encontrara en el reino de los Ases, surge la fuente de Urd, donde Jos jueces administran justicia. AlH moran tambin las tres nomas que con el agua de la fuente riegan al fresno para que no muera. La fuente Mimir se deduce de Voluspa 47, segn la cual los hijos de Mimr poseen la fuente luego de la muerte del padre. Por eso, el rbol del mundo se llama tambin Mimameidr. Hvergelmir es entonces la fuente en el rbol Laradr que extiende sus ramas sobre la sala de Odiny ser idntico con el Y ggdrasill.

    El concepto del rbol del mundo estaha muy difuldido en la Edad Media. En la cancin de un manuscrito de Kol mar leemos: "Un rbol precioso est crecido en un jardn, con un arte tan delicioso, sus races han' penetrado la tierra clara,sus umbelas alcanzan el trono donde Dios quiere en gendrar el galardn de nuestra querida Seora, el primero ya abraza a todo el jardn".

    Esta misma idea lleg tambin al Norte, y all fue desarrollada por los escaldos, particularmente bajo la influencia del tejo siempre verde en el santuario de Upsala. (Reallexikon der germanischen Altertumskl.l1U!.e, V. 4, p. 573).

    Una de las yariantes ms difundidas del smbolo del cen

    l Dio ... del "

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    tro ~scribe :.\Iircea Elliade '':ll Psychologic el Histoire des)

    Religions-, el rbol del mundo se hana en el centro del)

    f Univer::o apoyando tres mnndos como un eje. La India v ) dica, la antigua China, la mitologa germana, as como las ~

    religiones de los primitivos conocen el rbol del mundo bajo )

    distintas formas; sus races llegan hasta el infierno y sus

    ramas tocan el Cielo. En la mitologa del centro y norte de

    ) Asia, sus siete o nueve ramas simbolizan las siete o nnew

    esferas celestiales 0, mejor dicho, las siete esferas planetarias.

    Eo trminos generales podemos decir que la mayora de los

    6;: rboles 5agrados o rituales, mencionados en la historia de

    ) las religiones, no son otra cosn que copias imperfectas de!6:

    rbol del mundo arquetpico.~ Vale decir: todos los rboles ~e hallan en el centro del mundo. v todos los rboles rituales

    ) o los palos que se sacrIfican ante~ o durante una ceremonia.'... religiosa, estn proyectaaos, como por magia, sobre el centro )

    del mundo. ) ... La amalgama del rbol ritual con el rbol del mucdo

    ) ~; es ms evidente an en el shamanismo del norte v centro de

    Asia. Si el shamn trtaro se trepa sobre uno d~esos rho) i. les, simboliza con ello la ascensin al Cielo. Hace de siete ) t a nueve muescas en el rn04 y subindose por ellas 3:,:eyera

    t. categricamente que se e~.. subiendo al Cielo. De!;cribe al acompaante todo lo que ve en cada una de las esferas celes .. tiales que _atraviesa. En el seno_ci!!l9 ,contempla la Luna,

    ) t en el sptimo, el Sol. En el noveno, finalmente, se halla ante ) Bai lgan, el Ser Supremo, y le ofrenda el alma del caballo

    '" sagrado.) (. El rbol de los sbamanes 00 es sino un retoo del r:bol t del mundo que se eleva en el centro del Universo y en cuya (, cima mora. el Dios Supremo. Las siete o nueve muescas del) rbol shamnico son las siete o nueve ramas del rbol

    del mundo. El shamn se siente vinculado con el rbol del , '-- mundo an por otras relaciones mgicas. En sus sueos de

    iniciacin, el futuro shamn est destinado a acercarse al r) t. bol del mundo para recibir de la mano de Dios tres ramas de) t_ ese rbol que le han de rernr como caja de tambor ... Te) t, ) f. ) ) )

    nienuo presente qlle el tambor est hecho de la misma madera del rbol del mund.J, comprendemos el valor simblico y re ligioso del ::on del tambor shamnico: batiendo el tambor, el shamn cae en xtasis y se siente transportado al lado del rbol del mundo. .

    El atravesar las siete o nueve esferas implica al mismo tiempo un smbolo de transubstanciacin.

    El misterio, tan viejo como el mundo mismo, del VlVU r morir de la natu.raIeza, que se rep~te todos los aos; el crecer, engendrar y perecer de los seres vivientes, el hombre lo condensa en un smbolo en el cual los prpcesos naturales, o sea lo que se percibe con los sentidos, es slo una mitad del fenmeno, mientras q!le la otra apunta haciu un algo que se halla detrs de todo ello, hacia el sentido que a menudo rebasa la muerte para penetrar en el ms all. Lo rrue nos ha quedado de los misterios de 105 tiempos arcaicos son los cultos de las religiones matriarcales, cuyo centro lo constituyen la mujer divina y su compaero masculino. Desde el primiti,o folklore, de carcter vegetal, lleva el camino a travs de la leyenda religiosa al rito de misterios, siendo todos ello:, en un principio, cultos de la vegetacin y ritos de la fecundidad. La Gran Madre es la encarnacin de la siempre desbordante fuerza de la naturaleza. Los rboles tienen una uncin regeneradora, son smbolos de la vida frtil, son dadores de vida. En la mitologa griega, los fresnos son las madres de la raza nea, y en la nrdica, Askr, el fresno, es el primer padre. La sustancia vivificada por el dios, de acuerdo con el mito nrdico, se llamaba tr = madera, r. bol l. En el tronco del fresno Y ggdrasill se esconde, al llegar el fin del mundo, una pareja humana de la cual descienden las generaciones del mundo renovado. En el momento del !!ran- cataclismo, el fresno ~e convierte en madre protectora,;0 el rhol ritual de la vida. .

    Tambin elfntto del rbol reviste el significado de un smbolo de fecundidad. Como tal desempea un eminente

    ~ -Vu

  • 1 papel la manzana, tanto en la antigedad clsica como en la saga nrdica. En cuentos y leyendas la fecundidad deseada es obtenida comindose una manzana. Confirma la ambigedad de tod smbolo el hecho de que la manzana es tambin el manjar de los muertos, de modo que su inges. tin se considera nefasta en ci~rtas pocas. Si un moribundo come una manzana poco antes de su ltima hora, no puede recibir la Comunin y ser condenado. Ese simbolismo degenerado en supersticin tiene, sin embargo, su gran analoga en el rbol de la vida y de la muerte del Paraso, en la fruta que garantiza la vida eterna, y la fruta que trae la muerte. El rbol es el dador y la fuente de la vida, pero tambin es el sepulcro en forma del rbol de la muerte (yen la sepultura sobre los rboles). El muerto se entrega a la madre para que le haga renacer. Donde ms se pone de relieve la antinomia del simbolismo es en la Cruz de Cristo como rbol

    ;." de la vida y madero de la muerte. La ambivalencia del' smbolo seala en cada caso dos fases, una sensitiva y otra espiritual, lo vivo y 10 muerto, lo de aqu y lo de ms all, en fin, seala algo que armoniza y unifica los opuestos. El smbolo no ha sido creado por el hombre, sino que. le es dado a priori. Si Ludwig Klages llama una y otra vez la atencin a la ambigedad de los rasgos caractersticos de la expresin, se refiere, en el fondo, a la peculiaridad del smbolo en s. La psicologa que ha de comprender los fenmenos. no puede pasar por alto tales bechos dados a priori, sino tiene que reconocerlos como uno de sus fundamentos.

    Entre los smbolos de fel'undidad ha de contarse, sin duda, tambin la insignia del globo imperial 'l, igual que el cetro = rbol de la vida, simboliza el poder real.

    Casi todos los pueblo indo germanos carecan, en la poca prehistrica, de templos, altares y efigies divinas hechos por el hombre. Hicieron ofrenda a los dioses en las cumbres de las montaas, o se imaginaban lo sobrenatural en piedras, troncos, en el rbol vivo y en los bosques. La veneracin de

    :..

    1 En alemn: Reich.Dp!tl = m .. ntanl imperial (N. el.! T.J.

    s

    T , rboles y bosques sagrados ha sido comprobada an en el siglo XY entre los pueblos litueslavos. Ciertas encinas (auzulas) estaban consagradas a Perkunas (dios del tmeno). En la ciudad de Kowno existe a,n hoy una avenida de Perkunas, un gran parque .de robles. En Lituania se hl! conservado el culto de la ruda, un rbol enano, smbolo de la virginidad. Especial veneracin se brinda a los rboles conexos (Rumo buta,Romove, de lo cual tiene su nombre un lugar sacrosanto). Tambin existe un hombre del pino y numerosos hombres y mujeres del bosque, con lo cual slo queremos dejar constancia de que entre las figuras legendarias lituanas y

    ..~ centroeuropeasno hay demasiada diferencia. El hombrecillo

    del bosque y ante todo el hombre salvaje, armado de un abeto entero arrancado de raz (el portaescudos del blasn de Lucerna) no podr borrarse jams del mundo legendario de Suiza y del folklore que an vive.

    .,. Los eslavos del Oeste, siguiendo el modelo centro europeo, estaban muy familiarizados con estatuas de dioses e dolos. Pero tambin entre ellos el antiguo culto del rbol est arrai gado en el sentimiento del pueblo. Segn cuenta Otto van Bramberg permitieron tranquilamente la demplicin de cua tro templos e incluso ayudaron en ella, pero protestaron cuando s quiso poner manos en un roble de ancha copa que se hallaba cerca. Entre los germanos se conoce la devocin en el culto al rbol por los robles sagrados, uno de los cuales fue derribado por San Bonifacio cerca de Gei!lmar. Tambin hay testimonio de un peral venerado por los paga.nos en Auxerre. En Ga.lia y Bretaa los bosques sgrados son freo cuentes. No menos arraigado estaba el culto al rbol en el sur de Europa. Recordemos tan slo la veneracin que desde los tiempos ms remotos se brindaba en Grecia al Zeus de Dodona y en Roma a Jpiter capitolino. Aqul vive de la sustancia del rbol sagrado: arbor numen habet, como lo ex presa Silisius Itlicus. Suena su voz en el murmullo de la

    ...

    encina. Entre los arios, particularmente los indios, el culto del rbol desempea un papel menos importante. Segn la l'edische Mythologie de Hillebra:adt, pocos rastros del culto

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  • JIIlJ ) ) ".. -.) rbol se remont..1n has~a el Rigveda. 'Se mencun.:m un

    !.:anaspati bo;:que) y una aranyans (di05q de la :3el U 1 ) fj

    va). Emil escribe en ro Indische Psychologie (Ras. cher, Zurich, , pg. 64: '"'El Smkhya 3.tr~uye tambin fl). a. las plantas una conciencia embotada (antahjnana), porque 11

    ,

    ellas tambin son "luga.reS de gozo para un ser" 1 como 11 tales, son escalones de la reencarnacin. Pero mientras que q,) ~;1los teXos del Sfunkhya niegan a las plantas los sen

    tidos de sensacin y tacto, un pasaje Siimkhya del )Iahb

    ) hiirata se los atribuye. Cuando las hojas de los rboles se

    ;t". 4., marchitan por el cruor', debe de haber sentimiento (span;a)

    ) 6.., en ellas, y :si el rugir del nento, de un incendio en el bosque

    o de una tormenta echa a perder flores y frutos, los rboles

    ,", deben tener un odo. La enredadera que abraza al rbol ) ~ ha de disponer de una capacidad' de ver y de movimiento

    ) ,~. espontneo, El hecho de que el rbol absorbe agua con sus

    races (por lo cual 5e llama en snscrito padapa = el que ) 4,. bebe con el pie) prueba tambin que tiene sentidos de tacto

    ) t..' (karma.irulrya) , La a..n:imacin, el estar provisto de' una

    ) t .., j!Ya" se desprende tambin del reverdecer de una planta

    cortada; esto nos hace recordar la metfora de una upanishad) (1 que habla del rbol pleno de fuerza vitaL"

    t, Si el indio odo al rbol, el sacerdote antiguo

    a su vez escuchaba en murmullo de la encina de Zeus en ) t Dodona la YOZ qle le hizo profetizar. La creencia popular alemana se muchas veces los rboles como

    'lo I:'aticinadores. la leyenda del rbol reseco, su re.erdecer) t, anuncia la batalla que ha de venir. Los rhole3 ) t cantan y hablan; de ello nos informan no slo la . creencia

    t popular y los , poeta tambin conoce el lenguaje del bosque as como cualquier amante de la naturaleza con) un poco de fantasa.

    El rhol y el tienen alguna relacin intima, y el rhol es un modelo arquitectnico. Columnas son troncos de

    ...rboles, mostrando incluso capiteles con hojas, como en el ) ) (, 1 ,1Jm. iadyicltUJ (.Y. dd Tj. ) LO ) l. ) ~.

    (- -;)

    )

    ,,:,:,tuo., . . El'oosque sagrado, elIdu~ar e '1' gonco. 3acn lelOS la antigeJad, ::;e ha coovertido en ~emplo griego, portado

    por.colu.mnas, y en el hosque de columnas de la catedd gtica. Dos columnas (rboles) estn ante el templo, como en la Iglesia de C::lIlos, de Viena~ coronadas de gr:mada::., como smbolos de los rboles del' parasO. :Nestra Seor$. de Ftima aparece en una encina. Numerosos, mitos mue..."tran al hroe encerrado en el tronco maternal, como 05i..-is muerto en la columna, .-\.donis en el mirto. Algunos sanb:!.2.nos edificados en piedra perpetan el culto al rbol. .~, segn Edv. Lehrmann, la irminsul de los antiguos sajones no es otra cosa que un "palo de mayo ::obredimensionado". El rbol se considera como portador de una fuerza, y a se rinde culto de diyersas maneras, sea que se unja el reol, como en Grecia, o que ::.e cuelguen de sus ramas los prisioneros de guerra, como lo hicieron los germanos. En 'G.'D3 poca posterior, esa fuerza. se personifica en un demonio o un dios, considerado como propietario o habitante del rbol .::rue anuncia al hombre su voluntad en el murmullo de las r3I!:'''''''. A l se le brindan ofrendas. 'El sacrificio bajo cualquier ir-

    es una costumbre difundida ::obre toda la Tie=:;9.. Es cierto que adems de los rboles haba aun otras plaI:'"...as consideradas como salutferas y dotadas de "..-irtudes mgi~....s; se las tena pOI sagradas y se las veneraba.

    El rbol sera la sede del alma, idea que, en algunos ..::::l. debe probablemente a la costumbre de que los mori

    bundos se esconda.n en el bosque. El bosque. en generaL se considera como morada de los muertos.. En la leyenda.,. el espritu es retenido en el rbol; las hrujas residen entre la corteza y el leo. La representacin del rbol como ser ani mado habr hecho surgir la costumbre de que los leadores piden perdn al rbol que van a cortar. Del rbol herido con el hacha mana sangre. Los sacrificios que se brindan al espritu del rbol estaran mencionados en antiguos libros penitenciales. Se conoceo. mitos segn los cuales los hombres nacen de los rholes, La leyenda popular hace salir los n';os de rboles. La partera .10s 5,aca d

  • ) ) ) ) ) )

    hueco. Es frecuente la co~tumhre de plantar un arbolito para cada recin nacido. Scgn se de;:;arrolle aqul, se desarrollar ste. Lo que le sucede al rbol protector de la familia, suce

    ..-..

    der tambin a las personas. Sobre todo en Escandinavia est muy difundido el rbol protector de familias. En el V rdtrad sueco, generalmente un tilo o fresno, se supone la morada

    ,' del espritu protector de la casa, que socorre a Jos hombres en todos los casos de enfermedad. Igual que las casas particulares, comunas enteras tienen su rbol protector, al que Be hacian ofrendas sangrientas e incruentas. Tal vez los tilos centenarios de las aldeas sean descendientes de ese rbol protector. El rbol se convierte en rbol del destino. El .alma humana dentro del rbol se haba hecho espritu elfo. Una vez llegado a esto, aquel elfo poda trasladarse junto con el tronco que le serva de morada, de lo cual se explica la le

    .. yenda del trasgo de los marineros del norte de Alemania (Klabautermann) , quien, encerrado en el tronco cortado, habita entonce!,! el mstil del barco cuyo espritu llega a ser guardin s. los marin~ros le hacen ofrendas y le alimentan segn sus deseos. En Bohemia, luego del banquete de Navidad, se alimenta a los rboles: "Llevar la Nochebuena a los rboles". Al pie del Kaiserwald dicen: "Toma, zampa tu comida y no te olvides de nosotros". En Hals, cerca de Tachau, la muchacha, echando los restos de comida al pie de un rbol, consulta el orculo respecto de su amor. Las ofrendas de comida han de trasmitir la fertilidad, sobre todo a los frutales. El rbol es el dador de nueva vida y fecundidad. En primavera se le lleva, con variados rituales, del bosque a. la habitacin de los hombres. En la aldea se erige el rbol de mayo, el amante 10 pone ante la vivienda de su amada, o ante los establos de los animales para que la fertilidad del !

    rbol se transfiera a ellos. En Lituania, para la fiesta de I

    Pentecosts, se colocan pequeos abedules no slo ante la

    iglesia, sino tambin ante las casas. Un smbolo de fecundi

    dad es, por otra parte, el golpe dado con la varilla de la vida. I Con ramas frescas y verdes de abedul se pega a las nias, a la novia el da de la boda, los animales hembras y los

    12

    ~

    campos de labranza, para que In fuerza vital de la rama

    despierte nueva vida en ellos.

    La rama de nspero que se lleva a las habit.ciones alre

    ,dedor de Navidad, es la varilla de la vida que .brinda salud.

    El mismo sentido tienen ]05 arbolitos que se hace florecer

    en invierno dentro de la casa. Hasta alrededor dyl ao 1870,

    I )tuvieron en Suabia, en lugar del rbol de Navidad, el rbol de Santa Brbara, adornado de manzanas, peras, nueces, pan ) de miel y mazapn. En otras partes adornaron ramas de )abeto con grandes rosas de papel blanco o rosceo. En el )Narrenschiff (Barca de los Tontos) de Brant (1494) leemos que la gente no crea vivir hasta el fin del ao si no ) metan ramas de abeto en sus casas, ello probablemente en )relacin con el significado esotrico central de la fiesta de

    invierno: la entrada en la casa, de divinidades y muertos, y )

    la conservacin y trasmisin de la fecundidad. En el si )

    glo xvn, en Alemania y Escandinavia, se colocaron al aire )libre rboles de invierno, llamados mayos de invierno. Los rboles de Navidad en Suecia (Julbiiume) est~n, en parte, ) desramados como los rboles de mayo alemanes, y en parte )son palos con distintas figuras en la punta. La varilla de la vida o la rama de mayo muchas veces serva de obsequio. En la antigua Roma se regalaron ramas benditas para Ao Nuevo. Ya en el siglo XVI exista una firme :relacin: entre )el rbol de los regalos y el nio Jess,. aunque tal vez el

    )regalo se remonte a la antigua fiesta de San Nicols. El rbol de Navidad, primeramente mencionado eX). Estrasburgo, ) en el ao 1605, adornado de frutas, pasteles y oropel, nos )hace recordar tanto el regalo de la rama bendita como las

    ofrendas que se colgaron de los rboles, costllmbre en boga )

    an hoy entre los primitivos del frica Central, para que el )

    espritu del rbol aleje el mal o proteja contra la venganza

    del animal de caza matado. La frula que el acompaante

    de Santa Claus trae para los nios desobedientes y los amena )

    za con ella, ser ms bien una varilla de la vida que, mal in )terpretada, convirti a un sant9 en figura temible. Similar )al de la frula es el significado de la escoba j la escoba es

    ) ) ) )

    13

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    " : )

    .. ) 1; una varilla de la vida. En japons, la palabra escoba h.rJ-taki

    \ ) puede descomponerse en lur.ha.-ki, o sea, "madre-rbol",6: ) ., cual ya entra en el crculo de ideas del rbol de la vida.

    Anlogamente, la Iglesia catlica bendice el Domingo de Ra) ~.. mos las hojas de palmera como smbolos de proteccin contra

    ) .. el infortunio y la tempestad.

    La varilla mgica del zahor es una horqueta de avellano

    ) '*' o abedul. Quien baya experimentado una vez la fuerza con que reacciona esa varilla, comprender que se le atribuya una ~ .::::::,' ,

    ) fuerza vital particular. El rlJol bifurcado (o sea una vario " 6: lla mgica de grandes dimensiones) atraena el rayo y adver..

    .~

    tira de l a los hombres que huyen.. El pasar por en medio ) t;, de tal horqueta dara virtudes de hechicero. Bifurcaciones, sean naturales, provocadas por el rayo o hechas a prop.~ sito,santifican el rbol. Cuando dos ramas se anastomo) 6 5an, formando un lazo, se ser un lazo de. bruja que ofrece

    ... ciertas seguridades. La bifurcacin tiene un significado en Ta medicina popplar. El enfermo tiene que andar, arrastrarse6;;. 1) ser empujado a travs de la horqueta. No slo nios y ) adultos obtienen as la salud, sino tambin el animal. Si la

    ) " hendedura ;;e hizo a propsito, hay que cerrarla despus. La"-Sifurcacn o el tronco bipartito contribuyen precisamente - )

    ' al renacimiento, relacionndose as' con las creencias en torno ) ~ de la fertilidad y fecundidad. El mol bipartito de Ltzow ) L, debera su eficacia a la semejanza con una mujer con las

    ,~ , pie:fs sepradas. El llamado "San Leonardo en la horque ta", un mueco e...'CVoto de cera, procedente de San Leonardo ) t" cerca de Tamsweg en el distrito de Salzburgo (Museo Fol

    t. klrico de Graz), representa a San Leonardo metido en una

    horcadura. El papel especial de San Leonardo es el de pro) e... teger a, las parturientas; en general se le consideraba como

    ) (., mdico. Es evidente la relacin entre el simbolismo arbreo y el' sexual, sobre todo teniendo en cuenta la analoga con) t el parto (desli:r.arse por entre las piernas separadas del r) l. bol), pero de rigor pertenece al simbolismo -de generacin

    ) l.o y fecundidad en general. Entre las costumbres de medicina popular conocemos tambin el confinamiento de-enfermeda.) t

    ) ,~ 14 ) t", ) , ) )

    des en los rboles. V~tas y astillas, leos, etc., se usaban como salutferos en el tratamiento de las muelas; las astilla!! de rboles heridos por el rayo se consideraban como remedios contra la gota; se ataban en el arado contra las malas hierhas o bien la gente las llevaba consigo pai::f' obtener ~ gran

    "fuerza~', una certera puntera o la invulnerabilidad contra las balas, es decir, que las fuerzas inherentes al rbol se habran trasmitido al hombre, exactamente como en la pan;" cipaiion mystique de los primitivos. Objetos que el enfermo' llevaba consigo se meten en un agujero del rbol que se tapa luego con:un tarugo, para que la enfermedad sea trasmitida a aquL Contra la gota se planta un "rbol de la gota", y a. medida que ste crece, la enfennedad disminuye.

    VIuchas veces se ha mencionado el rbol de frutos ,h-i Ecadores y hojas curativas.

    "La sucesin de las doce ,operaciones alquimistas se re presentan como m"bor philosophica, similar a la estructura del rbol de la vida, simbolizando las fases de la transmutacin alquimista" (C. G. Jung). El rbol tiene, adems, la capacidad de convertirse en cualquier ser viviente.

    Pertenece tambin al simbolismo de fecundidad la costumbre de envolver el rboL La magia de fecundidad y el ale jamiento de espritus malos estarn amalgamados en el gesto del rodeo.

    No es de extraarse que haya fiestas especiales dedicz.das al rbol. El 14 de febrero se celebra, sobre todo en Israel,... el jamish asar bishuxrt, el cumpleaos de los rboles en que

    -~ ...stos sacan nuevas fuerzas de la tierra. ......La escritura se ha servido del smbolo del rbol de una

    manera casi natural. Especialmente ilustrativas, en tal sentido, son las escrituras ideogrficas. El ideograma SIne.l"'O de vergel es una lnea ondulada doble que sirve de' base a dos rboles similares a abetos. El antiguo ideograma chino de ,. rbol y madera muestra una lnea vertical con dos ramas '. que se e:rtienden en redondo' hacia arriba y dos trazos dirigidos hacia abajo que simbolizan la~ races (Jan Tschichold, Schriftkunde, Schreihbungen urul Skizneren fii.r Setzer,' Ba

    l~

  • ) ) ) )

    ailea, 1942). Anja y Georg Mendelsohn (Der Mensch in der Handschrift, Leipzig, 1928) publicaron de Weule Die Schrift, la carta de una muchacha de la tribu siberiana de 108 jubgiros, carta grabada en ideogramas en la corteza de un abedul. '": En ella, las figuras humanas muestran sin ~cepci6n la forma _. de rboles, o propiamente dicho, de abetos. Tambin en nuestras latitudes hay gente que tiende a escribir en la corteza :'.

    e

    de los rboles, aunque en forma mucho menos sensata,' como lo prueban los rboles en ms de uno de nuestros parques y paseos. El Muse de l'Homme, de Pars, conserva una escri- . tura ideogrfica mexicana de la tribu de los inqutaros. La imagen de un rbol de tres ramas con ralces es el ideograma de rbol (quauhitl). Si el mismo rbol presenta en la mitad del tronco, del Jado izquierdo, una muesca, ello significa el nombre de un lugar (quauh-titlan); el mismo smbolo, pero mostrando adems UDa vara con empuadura, colocada a la izquierda perpendicularmente a la muesca, es el signo del habla (quahnakuag), lo cual hace recordar el rbol que bahla. La psi 1f1 griega. es el ms puro simbolismo arbreo, mientras que la mayscula latina T est derivada de la cruz

    que a su vez "es afn al simbolismo del rbol.

    Como hemos visto, el rbol es siempre smbolo de algo -ante todo, de generacin y fecundidad. Es la sede de las almas yde los dioses, como. por ejemplo de las drada!! (ninfas de los rboles) griegas que pertenecan cada una a un rbol; La interpreta.cin del smbolo puede haber sufrido

    . cambios. El smbolo ya es un lenguaje de por s, un lenguaje arcaico y poderoso en la mitologa, a veces an. cQuservado en el folklore de los pueblos, ya puro, ya degenerado en supersticin. Por doquier el rbol es smbolo de lo humano (y de la figura humana), incluso de la autoevolucn humana, smbolo de 10 csmiCo por la figura de la cruz y seal de 10 divino al mismo tiempo. Respecto de una de sus mayores preocupaciones, la demostracin de la llegada del hombre a la conciencia y la indicacin del camino al s-mismo, C. G. Jung se refiere al smbolo de] rbol, sobre el cual se expresa en forma muy acertada por ejemplo en su estudio Der Geist )i

    .,

    '''''' ~:

    des Merkurius, publicado en el Eranos-Jahrbuch de 1942. Como punto de pa11ida le sirve el cuento de Grimm del espritu en la botella: un joven pobre escucha en el bosque una voz: "Quiero salir, quiero salirI". Entre las races de un viejo roble encuentra una botella bien cerrflda, de la cual evidentemente le haba llegado la voz.

    Hacemos un extracto del artculo de Jung: " ...el bosque como lugar oscuro e impenetrable para la vista; igual que la profundidad del agua y el mar, continente de lo desconocido, misterioso. Smbolo exacto de lo inconsciente. Entre los muchos rboles, los seres vivientes que constituyen el bosque, hay uno que se destaca por su gran tamao. Los rboles son, como los peces en el agua, los contenidos vivos del inconsciente. Entre ellos se encuentra un contenido de significativo especial, sealado como "roble". Los rboles tienen individualidad, por lo cual son muchas veces smbolo de personalidad. Dicen que Luis II de Baviera honraba ciertos rboles, especialmente impresionantes, de su parque, ordenando que se les hiciera el saludo militar. El viejo y enonne roble es, en cierto sentido, el rey del bosque. Representa pues un tipo central entre los contenidos del inconsciente, destacado por su personalidad ms fuerte. Es el prototipo del s-mismo, sm bolo del origen y de la meta del proceso de individuacin. El roble representa el ncleo, an inconsciente, de la personalidad, cuyo simbolismo vegetal indica un estado profunda. mente inconsciente. De ello habra que concluir que el hroe del cuento es inconsciente de s mismo en grado sumo. Pertenece a los "dormidos", los "ciegos", los que tienen "los ojos vendados", tales como los encontramos en las ilustraciones de ciertos tratados alqumicos. Son los no despiertos, inconscientes todava de s mismos, es decir aquellos que an no han consumado su futura personalidad mayor, su "integridad" o, para hablar en el lenguaje de los msticos: son los "an no iluminados". As pues, para nuestro hroe, el rbol es un gran misterio.

    "El misterio est escondido no en la copa sino en la raz del rbol. Ya que es o tiene personalidad, posee tambin una

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    de las caractersticas ms modernas de la personalidad, o sea )

    'Woz, habla e intencin consciente: exige que el hroe 10 libere.

    ) Est., pues, cautivo y encerrado contra su voluntad, en la Lerra, entre las races del rbol. Las races entran en el mundo )

    de lo no animado, en el reino mineral. Traducido al lenguaje)

    de la psicologa, ello significara que el s-mismo radica en el ) cuerpo (= tierra), o mejor dicho en los elementos qumicos

    del mEmo. Signifique lo que quiera ese notable enunciado ) del cuento, no es de manera alguna ms extrao que el por) 6: te.!lto de la planta viva arraigada en la tierra inanimada. La ) \ alquimia describe los elementos (es decir sus cuatro elemen tos) como radices (races), viendo en ellas tambin la cons) ~ tituyente de su smbolo ms importante y central, el lapisI / 6.: pAilosophorum, que representa un smbolo-meta del proceso ) de individuacin". La. relacin entre el espritu y el rbol. "Mas antes de

    proseguir en la contemplacin del espritu Mercurio, quisiera ) ) 'it.. subrayar el hecho no carente de importancia de que el lugar ) al cual est coniinado el espritu, no es uno cualquiera, ;ino t.

    un 5itio muy esencial, debajo del roble, rey del bosque, ,ale) l. decir, en lenguaje psicolgico, que el espritu malo yace en) (. cerrado en las races del s-mismo, como el misterio oC"'.l!to ) en el principio individuationis. No es idntico con el rbol ni l.

    con sus races, sino que fue llevado all a propsito. El cuento) ~". no nos da motivo alguno para pensar que el roble, represen, ) t,. tando el smismo, haya penetrado en la botella partiendo del ) espritu; ms bien podramos suponer que el roble ya ros~.

    teme constitua el lugar ms indicado para guardar un secreto ) ('. que deba ocultarse. Un tesoro, por ejemplo, suele enterrarse ) donde e.uste una marca exterior, si no, el lugar ser marc:!do t

    pos:eriormente. La pauta que ha servido muchas veces para ) tal figuracin es' el rbol del Para::o que tampoco se iden

    ) e tifica con la voz que en l se percibe, la de la serpiente. Por ) L otra parte no hemos de pasar por alto que tales motivos mito

    lgicos no carecen de importantes relaciones con ciertos fen1) L menos psquicos de los primitivos. En este caso existe lIlla ) t. con.:,-iderable analoga con el hecho primitivo, llamado mi

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    mistn, de qu.e ciertos rboles rmsten el carcter de lo psqui. camerite animado -nosotros diramos de lo personal- poseyendo una voz y siendo capaces de dar"por ejemplo, rdenes a los hombres. Amaury TaIhot (In. th.e shadaw ol the bush, Londres, 1912, pg. 31 y sig.) .informa sobre un tal caso de Nigeria, donde un rbol Oyi llam~ a un Askari, quien entonces trat desesperadamente de escaparse del cuartel para acudir hacia el rbol. Durante el interrogatorio afirm que todos aquellos que llevaban el nombre del rbol escuchaban de vez en cuando su voz. En este caEO es indudable que la voz es idntica al rbol. Teniendo en cuenta estos fenmenos ps. quicos, es de suponer pues que primitivamente rboles ')' demonios son una y la misma cosa y que, por ende, la separacin de los dos representa un fenmeno secundario, pertene ciente a un nivel superior de cultura respectivamente de conciencia. El fenmeno primitivo es el de una divinidad de la naturaleza, un "tremendum" en s, indiferente desde el punto de vista moral. El fenmeno :ecundario, en cambio, es una diferenciacin que produce una esci:;in de 10 natural, desta cndose con ello como una conciencia ms altamente diferen ciada. Y por aadidura se ag!"ega a ello, tal vez como tercer fenmeno y por ende como u::t nivel de conciencia ms alto an, una calificacin moral que declara la voz como la de un espritu malo conjurado. Se sobreentiende que ese tercer grado 5e caracteriza por la creencia en un dios "superior" y "buena", quien, aunque no haya aniquilado totalmente a su adversario, 10 puso, encerrndolo, fuera de accin por algn tiempo (.1.pocalipsLs, 20/1-3)_

    Pue...o:to que, desde nuestro nivel de conciencia actual, no podemos presumir la existencia de demonios arbreos, esta mos compelidos a afirmar que el.primitivo tiene alucinaciones, es decir que oye a su inconsciente proyectado en el rbol. Si tal afirmacin es acertada -y no s qu otra cosa podramos decir hoy- entonces el segundo grado antes mencionado hubiera conseguido d~

  • Despus, el tercer grado se eleva ms an, atribuyendo a1 contenido psquico separado del objeto la cualidad de "malo". y finalmente, el cuarto grado1 o sea el de nuestra conciencia J. actual, avanza ms an en el esclarecimiento negando la e.'{is ,. tencia objetiva del "espritu" 1 y asegurando que el primitivo

    ."no oy nada, que slo se alucin y crey haber odo algo. ~ " .. Con ello queda reconoqida la no existencia del esp

    ...:';ritu malo . El quinto grado, finalmente, opina que algo debe de haber sucedido, y ya que e1 contenido psquico no era el rbol, ni ningn espritu dentro del rbol, ni espritu alguno, era de todos modos un fenmeno surgido del inconsciente, fenmeno al cual no se le puede negar la existencia si es que atribuimos realidad a1guna a la psique. Si no se la atribuimos, entonces la divina creatio ex nihilo, que tanto choca al intelecto moderno, tendra que ampliarse 'mucho ms an, o sea a las mquinas de vapor, los motores de .explosin, la radio y todas las biblitecas del mundo, que todos hubieran nacido de conglomeraciones de tomos inconcebiblemente coincidentes, con lo 'cual no habra sucedido otra cosa que un cambio de nombre: el de Creador en el de conglomeratio . ....

    El lector podr considerar esta breve digresin dentro de la historia del simbolismo, que ser completada en algunos lugares de los siguientes captulos y que es inusitada en el lenguaje sobrio de la psicologa experimental.. La ciencia de la expresin no puede prescindir del pensar simblico ni de la comprensin de los smholos. El que desee poner fin a su . pensar psicolgico con la lectura de una curva de frecuencias, naturalmente no sabr qu hacer con el pensar en forma de metforas, de opuestos, de. espacios csmicos y psquicos, y no comprender jams cmo es posible que una e.."q>resin pueda significar algo y al mismo tiempo lo contrario. Lo peculiar es esto: si en psicologa queremos dar un paso hacia adelante, tenemos que dar simultneamente uno hacia atrs, hacia

    1 Con lo cual tiene toda 14 ratn del mundo ea eu."lo la propio 'e.plrilu" .., refiero (N. lid T.).

    20

    el origen, hacia lo primario. No slo estamos inclinados il conceder a lo antiguo su gran. coutenido de verdad y autenti cidad, sino que 10 primario es al mismo tiempo lo eternamente nuevo y sobreviviente.

    En el ao 1955 apareci en la Editorial Ra,5chcr. de Zurich. la obra df C. G. Jung, Von der Wu.rzel" de.s Bewu.:ut.seiu (De las Race~ de la Concien eia) con un articulo Der phosophische Baum (El rbol Filosfico) I pgs. 353 496. Ese trabajo profusamente iluatrado Irata tlel simbolismo arb6reo desde el punlo. de vista de la psicologa de profundidad y presenta, en cnanto a las anlropomorizncionca, unos upectol nuevos pero Jlo condicionalmente u.tlizablCII po, la paico!opa del leal.

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    (, L resiva en s, que nos pueden servir de punto de partida, pero que requieren

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    al mismo tiempo un cambio de nuestro pensamiento. Pero la indagacin de 10 que por de pronto se esconde en la oscuridad va siempre acompaada por un preguntar, un preguntar a tra ,~

    .,fvs de das, semanas, meses y aos, hasta que el proceso de .~ maduracin de la visin llegue a un punto donde algo se '5 revele del misterio, a menudo !altando a la vista cual un relmpago o desbordando, de suerte que, una vez encontrado un punto clave, podemos recoger y cIasicar los frutos. Si esas

    ..."".

    excursiones de exploracin se inician con una recoleccin y '::~ comparacin sistemticas, con procedimientos estadsticos o -.:: sirvindonos de apuntes acerca de la "ocurrencia" genuina que a menudo pueden controlarse slo mucho ms tarde, eso es cuestin de predisposicin y entrenamiento personales. Hemos aplicado casi todas las tcnicas al mismo tiempo, incluso ensayos en estado hipntico. Un mtodo nico merece ense arse, y s6lo por medio de l puedo ponerme de llcuerdo. Frente a un fenmeno accesible incluso por la intuicin, vale la palabra del gran "regisseur" ruso Stanislawski quien sola decir a sus alumnos del teatro de Mosc: "Cuando estn ins pirados actuarn a la perfeccin; mas como no siempre esta rn inspirados, necesitan una tcnica y tienen que dominarla a tal punto que el espectador no se d cuenta de si estn inspirados o no". Para el que establezca el diagnstico se trata tambin de economizar fuerzas. Un mtodo ahorra fuerz,as y tiemp.o - la labor metdica despierta la inspiracin. Esto tienen que tenerlo presente sobre todo aquellos que a menudo tienen demasiada prisa para aplicar un test.

    Ahora bien, si el test del rbol es tan fascinador, ello no se debe, por cierto, en primer lugar al mtodo, sino a la convincente correspondencia entre el fenmeno y la realidad.

    LA SITUACIN DEL TEST

    Es la ms favorable que puede imaginarse. Una boja de papel, un lpiz, y la invitacin: "Dibuja un rbol frutal!" eso es lo mnimo que materialmente puede pedirse de un test.

    24

    ........

    t )

    )El sujeto se somete a la prueba sin prejuicios, creyendo que se trata de averiguar sus aptitudes para el dibujo. Mas para ) esto el test sirve muy poco. Dibujar un rbol es una tarea )bastante difcil en cuanto a la tcnica del dibujo se refiere

    )En el sujeto no se produce la desconfianza que suele oponerse a ciertos medios diagnsticos cuyo significado uno no est dis ) puesto a comprender y que se consideran como trampas. La )nica inhibicin posible podr surgir de la conciepcia de no

    saber dibujar. Con una palabra alentadora salvamos tal si )

    tuacin. Es muy raro que alguien se niegue a hacer el dibujo, )y aun as, una vez establecido un contacto mejor, 10 har 8

    pesar de todo. Incluso los ancianos estn dispuestos a dibujar.

    Si no planteamos el problema en una forma como para difi.

    cultarlo de antemano, lo cual desva la crtica consciente, ha )de producirse un mximo de expresion espontnea utilizable.

    )Es cierto que la publicidad dada al mtodo por periodistas ms o. menos serios ha tenido por consecuencia el que algunos ) examinados saben de qu se trata, pero sin embargo colaboran )muy interesados. Los ms impedidos son los jardineros, pues

    para ellos el rbol constituye un objeto de su profesn. Mas

    a pesar de la favorable situacin del test, no pueqe esperarse

    una proyeccin total de la personalidad. Raras v~ces los re )sultados alcanzan para proveer una imagen integr~ de la pero

    sonalidad, pero procuran valiosas contribuciones. Su mrito

    intrnseco lo revelan al combinarse con otros mtodos. Son )valiosos no slo en s mismos, sino importantes ~dems por arrojar muchas veces una luz sobre la significacin de. los ) resultados de otras investigaciones. Precisamente el hecho de ) obtenerse en un tiempo relativamente breve un material que )aclara el valor especfico de otros resultados, logrados con otras tcnicas (siendo aclarado a su vez por ellos), nos parece ) de valor para el diagnstico sin menoscabar la importancia )propia de los resultados.

    ) ) ) ) ) )

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    25

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    ( ) ) t EL A.ROOL Y EL. HOMBRE )

    El explorador del frica, Henry M. Stanley, describe en) su libro 1m dunkeln Afrika, de una manera imuperable, cmo

    t el rbol, aisladamente yen su asociacin al formar el bosque, ) y por ende como fenmeno sociolgico, llama a establecer

    .. analogas con el hombre y la sociedad humana. Dice as:) . "Generalmente el bO-"qUe es una mezcla de escenas. 'All se

    ) j; eleva tal vez un grupo de rboles, grises y solemnes cual co) luamas de una catedral a media luz, y en el centro se yergue ~.

    un patriarca esculido, desnudo, blanqueado, en cuyo derredor I . \ !~1' se ha formado una nueva comunidad; en que cada arbolito

    ) joven se estira hacia arriba para heredar la zona de luz y sol anteriormente ocupada por el gran seor. Aqu tambin rige

    ;

    ~':" 1a ley de primogenitura. ) !!-...: "La muerte debida a heridas, enfermedad, decadencia, tao

    ) ';", ras hereditarias, vejez y accidentes de distinta ndole, diezma r,o

    el bosque eliminando a los inservibles y dbiles, as como sucede entre los hombres. Supongamos que un gran jefe entre ) lo:! gigantes de la selva fuera como un petulante hijo de Enae.

    ) Con su copa sobresale por encima de sus compaeros, y es el ) monarca de todo lo que su vista abarca. :\fas su soberbia

    atr:te el rayo que le pa.'ie hasta las races; se cee, 5e derrumba )

    v en su cada lesiona una docena de otros rboles. Es ste el ) '~otivo por el cual se ven tantas excrecencias a modo de tu

    mores, grandes hinchazones' como bocios, troncos desfigura.) dos. A menudo los rboles sobreviven alas plantas parsitas, ) que por poco los asfiriaron, y hasta la alta:ra de las ramas ) podemos ver las incisiones causadas por la fuerte presin de

    la enredadera. Algunos rboles han padecido achaques por ) los celos violentos de otras especies, murindose inmaduros; otros han sufrido una fuerte curvatura del tronco por haberse cado sobre ellos olro rbol pesado, derribndolos a medias; otros, en fin, han perdido ramas arrancadas" por la tonnenta

    ) y por ello han quedado enanos. Otros fueron daados por los ) roedores o quebrados por los elefantes que se apoyaron con

    tra ellos para rascarse la piel, y las hormigas han causado) ~

    )

    devastaciones en su interior. Algunos rboles fueronpicdos por las aves y muestran por tanto unas tumefacciones ulcero~as que segregan grandes gotas de caucho, y muchas veces, los nmadas grandes y pequeos probaron en los trODCOS SU!! ha

  • ) ) )

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    ')

    "

    continuar la lucha por la existencia basta que no puedan ms. Encontramos all todos 105 caracteres humanos, con excepcin del mrtir y el suicida, porque el sacrificio no est en la na. turaleza del rbol que probablemente no conozca ms que dos mandamientos: "La obediencia es mejor que el sacrificio" y' "vivid y multiplicaos". ~

    El bosque abriga algunos secretos que uno llega a cono

    cer con el tiempo, sin tener un mentor de economa forestal".

    En realidad habra que atribuir a Stanley el invento de]

    test del rbol, igual que a Leonardo de Vinci se le puede

    considerar como el precursor del test de Rorschach. HermaW1

    Hiltbrunner penetra ms profundamente an en esa afinidad

    entre el rbol y el hombre: "No dijimos al principio que

    entre la figura del rbol y la del hombre exista una rela.

    cin, que lo vegetal alcanzaba en el rbol,' siendo ste una

    forma duradera erecta, la mayor semejanza con el hombre

    y que los encuentros memorables con rboles eran, en el

    fondo, encuentros con uno mismo? .. Mas en qu reside

    lo diferencial y qu motivos nos hacen oponer lo vegetal a

    ~o animal-humano?

    ,"Ved, la planta es un sistema abierto; todo en ella empuja

    hacia afuera; todo sucede en la periferia, se forma debajo de la corteza y en el extremo de los ejes de los brotes. Ningn otro tipo de planta nos lo revela ms claramente que el rbol j y un corte transversal por Bulronco que muestra vasos nicamente en la madera de los anillos ms jvenes y.exteriores_ En el dominio humano-animal, en cambio, lo'corporal se muestra como un sistema cerrado,en el cual todo est ubicado en el interior y es alimentado y dirigido por rganos centrales. La existencia vegetal significa, pues, una exteriorizacin de la vida; las zonas de crecimiento se alejan de la mdula, centro ms bien simblico y sin funciones. El ser animal, en cambio, introvie11e la vida fsica, la traslada hacia el interior, la concentra en un cuerpo y en el interior del mismo, que, en todas sus partes y rganos es animado ~ irri. gado, durante toda la vida, por la misma corriente de fuerzas. As est referido y dirigido en todos sus rganos hacia un

    28

    j

    ..J centro, ]0 que muestra que semejante funcionamiento cen ~ trpeto tiene que estar acabado desde un principio, y consu wi

    marse ya en estado juvenil, que en este aspecto podra de. crse adulto. Una planta, empero, en realidad no es nunca adulta; puede decirse que es joven hasta el final; basta su muerte natural sigue formando yemas que segn las condiciones reinantes pueden brotar. Lo vemos claramente en un ) .rbol: su desarrollo no se detiene nunca, sigue creciendo en )la ancianidad, y aunque no podamos comprobar un aumento de altura y grosor, sigue viviendo, sigue sacando renuevos ) y cambia BU vestido ao tras ao, como las conferas 10 hacen )trienio tras trienio." )

    ) LA PROYECCIN )

    Con respecto al dibujo del rbol, ste no es otra cosa que ) el portador de la proyeccin, el objeto que como un espejo )refleja la imagen que se proyecta sobre l. Es cierto que el )objeto, el rbol, no es un esquema adquirido mediante entre namiento, anlogo a la estructura de la letra, pero es, sin embargo, una percepcin bastante conocida por experiencia ) y esencialmente determinada por su estructura y forma in. confundibles. La pantalla de proyeccin llamada "rbol" es ) como una invitacin ms o menos intensa, que evoca en el ) dibujante fenmenos expresivos de formacin subjetiva, im. )genes que se funden con el objeto. Con ello, el dibujo pro yectado contiene un recorte del mundo objetivo (Alphons ) Rosenberg) el cual posee. por cierto, una afinidad ntima )con el esquema espacial del alma. La proyeccin de lo inte )rior bacia afuera no es asunto de la volicin consciente. Lo nico conscientemente propuesto es la representacin del ob ) jeto. porque ste an no est preformado como una lmina )de Rorschach, sino incluido en la expresin subjetiva, vale decir en 10 proyectado. A pesar de ello, la proyeccin no obedece a un acto de voluntad, sucede, ocurre. Los trasuntos ) de la realidad ntima. se producen, no son intencionales. El

    29 )

    ) -.. --_.- - --- --- -------

  • objeto es el gancho, y donde no haya gancho, nada puede colgarse (Rosenberg).

    .A pesar de ello existe un antagonismo entre el predominio de la representacin del objeto y de la expresin subjetiva, antagonismo dado ya por la variabilidad de las aptitudes grficas y la influencia. ms o menos consciente, de un modelo escolar, el cual ha de ser vencido por la invitacin

  • '.

    Inda por la fusin de la vista Ironlal con la lateral)' la imposihilidad de distinguirlas. En ningn dibujo de rbol se ve qu es rente y qu es perfil. As se confunden sin distin .~,

    'l. cin la faz del hacer (perfil) con la del ser (l'ente) (Piccard). $

    EL SIMBOLISMO DE LA CRUZ

    El esquema fundamental del rbol es la cruz. No es sta una proyeccin intro~ucida desde afuera. Hacia ~rriba y abajo, hacia izquierda y derecha, la cruz de cuatro miem .. bros o ramas es anloga tanto al rbol cuanto a la figura i humana con los brazos extendidos. Ambos radican en el mismosmbolismo, O sea en algo que trasciende ampliamente' lo individual. Lo exteriormente perceptible del smbolo es algo concreto y figurativo que expresa al mismo tiempo un contenido espiritual~ Los smbolos se encuentran merced a la

    , analoga entre el mundo sensible y el espiritual (Alphons Rosenberg); son ambiguos y, en el fondo, ambivalentes, conteniendo simultneamente un signo negativo y otro positivo. El .rbol, como objeto primario, es eu realidad un smbolo de fertilidad, pero ese simbolismo, comprendido desde el . punto de vista de la religin natural, contiene desde el principio mismo el smbolo de la cruz, y es interesante ,descubrIrlo incluso en las ramificaciones de 'los esquemas de diagnstico, ya que encuadra lo concreto y sensible en un orden superior y nos hace vislumbrar la estructuracin del espacio universal y ,del campo de fuerzas del alma. Al ver unidos 10 aercat'!o Y lo lejano, lo pequeo y lo grande, y afirmando as lo aparentemente paradjico, ampliar precisamente el horizonte del investigador psicodiagnstico, librndole de caer en sutilezas demasiado delicadas. El smbolo de la cruz DO es nuevo para la ciencia de la expresin. En grafologa, la autora fraJicesa Duparchy.Jeannez fue la primera en introducir, casi tmidamente, una cruz de ejes, como lnea 'auxiliar por decirlo as, y sin reconocer en el fondo el significado de tal proceder. Max Pulver, cuya enorme erudicin en mito

    32

    logia cra casi desconocidn para el pblico en general, basndose en las imgenes alli encontradas, describi el simbolismo espacial del campo de la escritura y cre la llamada teora zonal que no es otra cosa que una interpretacin de la cruz.

    En las 'tini~blas de la supersticin, la fonna. de la cruz es el gesto que aleja el mal. Agujas o cuchillos dispuestos en cruz, el extender los dedos en fonna de horquilla, protegeran contra la desgracia. Ramas o escobas cruzadas surten efec tos mgicos, siendo en parte signos de prohibicin y clausura (reminiscencias de ellos vemos an en nuestras seales de trnsito) .

    La cruz es el smbolo de la unin de los opuestos, de lo masculino y femenino, en una totalidad. En la cruz, todo est unido y al mismo tiempo fundido en algo nuevo. Su ambigedad expresa la vida que le es inherente. Lo sensible en el smbolo jams puede insinuar y agotar ~nteramente el .sentido espiritual. (Seguimos aqu los trabajostIe Hugo Rahner). El smbolo tiene sus fondos secretos, es como un vestido que deja ver las fonnas del cuerpo encubrindolas. Ese carcter concreto del smbolo es imprescindible, precisamente para velar el esplendor de su trascendencia y descubrirlo slo a aquellos que tienen ojos para verlo.

    La mirada del mstico cristiano, iluminada por la fe, se eleva de la cruz en que muri el Verbo Creador del Mundo, hacia el cielo estrellado, donde giran Helios y Selene, entra en las estructuras ms profundas de la configuracin csmica universal, penetra en las leyes de la conformacin del cuerpo humano e incluso en las fonnas de las cosas cotidianas que .le sirven, y por doquier ve revelada la fOrIlla de la cruz. Para l (el mstico cristiano), la' fonna de ta cruz es, en , primer lugar, el esquema bsico, la ley de la construccin del mundo, impreso al universo por Dios (quien desde el principio contemplaba disimuladamente la que ibl:. II ser la cruz de su Hijo). Los dos grandes crculos celestes, el ecuador y la eclptica, que se cruzan formando una Ji acostada \ y en

    1 Ji =22' letra del allnbeto I:l'i~c:o (,V: del T.). 33

    _______-'-_____________",_______

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    ) torno a los cuales gira en maravilloso ritmo la bveda entera 1 del cilo estrellado, se convierten para. la mirada del cristiano rranentas que muestran esa forma. La forma del cue!1:1J)

    .,'1 i:1O se distingue de la de los animales irracio

    ,

    en cruz del cielo. El simple signo de la cruz es sntesis y exnales sino por estar erecta y extender las manos ... " (JlLtnO) _

    ) presin .'"sible de todo suceder csmicot porque el drama de ') la redencin del mundo en -la cruz ha de incluir tambin la

    naturaleza de todas las cosas, y en las cuatro dimensiones .... E3 una de las tesis fundamentales de la Jeologa sim1liC3 de los leos atravesados ve el cristiano antiguo, siguiendo y de cristianismo primitivo, que todo lo que Dios ha revelado

    en el Antiguo Testamento, desde el "'rbol de la ,ida" (Gn. 2/9) ha5ta la sabidura personal de Dios en la cual se .per

    rebasando audazmente el pensamiento de San Pablo (Ef. ~ 3/18) las cuatro dimensiones del Cosmos insinnadas por un) "

    sonifica ese rbol (Prov. 3/18), se ha dicho nicamen~econsmbolo mstico. La cruz es la "recapitulacin" de la obra .,.) miras a la salvacin futura por la muerte en la cruz, de la

    sabidura encarnada. Entre el rbol de la vida del Paraso del Creador, vale decir, el esquema, el modesto signo, el sm

    sensible de algo inaudito - un misterio, pues.

    \) .. Gregorio Niseno pondera la cruz como el troquel csmico, y el rhol de la vida del Nuevo Cielo, el cristiano antiguo

    impreso en el cielo y en las honduras de la tierra. ve le,:,antarse otro rbol de la vida en que se decide la suerte de la familia de Adm; la Cruz. El rbol del Paraso DO~. Ms tarde, ante todo, en la beatitud bizantina sobrevivi es ms que un presagio de la Cruz, y esa Cruz es el centro ) iI" la comprensin csmica del misterio de la cruz. "Oh cruz, del ~rundo y del drama de la salvacin de los hombres. Deconciliacin del Cosmos -leemos en uno de esos panegiri"~.,.')

    cos-, t, lmite de las amplitudes terrqueas, altura del las leyendas que han surgido en derredor de la madera del 'l....) rbol de la vida, cabe mencionar la de Adm moribundoCielo t profundidad de la Tierra, atadura de la Creacin, vas

    que enva a su hijo Seth al Paraso para que le traiga el tedad de todo lo visible, anchura de la oikumene."'"

    fruto de la inmortalidad del rbol de la vida. Pero el ngel "El signo del leo de la cruz mantiene unida la mquina que guarda la entradaaI Paraso le da slo tres semillas del Cielo, fortalece los fundamentos de la Tierra, conduce a

    ) los hombres, que de ella penden, a la vida" (Frmicus Ma de las cuales nace la triple madera de cedro, pino negro y ciprs; sale de la boca del cadver de Adm, y en una historiaternus) . extraa y llena de vicisil:'.:tdes se conserva esa madera a tra

    "Conozco tu misterio, oh cruz, por el cual has sido erig. ,:

    da. Ests hincada en el mundo para afianzar -lo inestable. vs de todo el Antiguo Testamento, hasta que los verdHgos ) y Uegs hasta el Cielo para anunciar el Logos que desciende hacen de ella la CI"llZ de Cristo.

    de las alturas. Ests extendida a del eCha e izquierda a fin La Cruz es el rbol de la vida y portadora de la luz al ) mismo tiempo_ Por eso, sien la liturgia romana, an viva.,de que ahuyentes las terribles huestes del enemigo y unas al

    ',.1 mundo. Y ests af:irmada en la profundidad de la Tierra de la consagracin del agua de bautismo, .el sacerdote sopla

    sobre el agua haciendo la figura de una 'JI griega, ello nada para que unas con el Cielo lo que est encima y dehajo de ella." (Actas apcrifas de San Andrs). tiene que ver con un incomprendido signo de vida helenista..

    -"Observad, pues, todo 10 que se halla en el Universo, si sino que es simplemente el smbolo del rbol de la vida, de la Cruz (Rugo Rahner, ''Das christlic.he Mysterium und diepuede ;ser manejado o conservado sin esa figura de la cruz. heidnischen Mysterien", Eranos-Jahrbuch, 1944, tomo Il,No ;se puede atravesar el mar si no permanece intacto el tro

    paion, es decir, la verga en el mstil. La tierra no se ara sin pg. 347 y sig.).) Pero la cruz es tambin el pal< del martirio en que Cristo la cruz. Excavadores y artesanos ejecutan sus tareas con he) se sacriiic. Respecto ael signific...c.do de ese sacrificio y de

    <

    34 35

  • ..'"

    la va crucis como misin nuestra, dice C. G. ung: "Si DiOl! ;;.

    ~quiere nacer como hombre y unir el gnero humano en la . comunidad del Espritu Santo, sufre el horrible tormento de ,1

    ;jtener que soportar el mundo en toda su realidad. Es una :~ cruz (Crux), y hasta l es una cruz en s mismo. El Mundo f.es el sufrimiento de Dios, y cada uno de los hombres que quisiera llegar a ser, aunque fuera rudimentariamentc, un jtodo en s mismo, sabe con toda seguridad que se trata de ~,

    . una va crucis. Pero la eterna promesa de esa va crucis es i .,t

    .~el parclito." ;:.: La cruz, siendo la sntesis de los opuestos ab:::olutos, es .:!

    iel smbolo del si mismo. Gebhard Frei: "El s mismo es la meta del hombre: debe integrarse, llegar a ser un hombre ~" ntegro por la bien entendida unin de pulsin y espritu dentro de sU estado de criatura. He aqu el significado humano-mtico de la crui: tenemos que aceptar nuestra cruz, vale decITt la cruz de estar tendidos entre espritu y carne. Tendidos entre la carne y el espritu, entre Cielo y Tierra pasado y futuro, Yo y comunidad - esto es la cruz; en la tensin de SUs fuerzas vivimos, luchando por lograr la unifi cacin de esa mnltiplicidad, la afirmacin de esos opuestos diametrales, en cuya unin bien entendida hallamos nuestra meta, el s mismo.t '

    Max Pnlver utiliza la cruz como esquema espacial para su teora zonal. Pone el rengln sobre el leo horizontal de la cruz, de modo que el traio alto de la letra siga la direccin del madero sJlperior,. y el bajo la del inferior. As} se pro ducen: una zona superior S, otra inferior l, y partir del punto central C el rengln hacia izquierda y derecha, dando el siguiente esquema de significaciones:

    s I

    1 -

    ,i ....Izq. - e

    I 1

    Der. ...

    " ~

    ; . ..t

    ~

    ... ..::~c~.::n-.:l._

    efzq.: Relaciones del Yo y del pasado, de la esfera sen.

    sible. Introversin. Lo pasado, lo "eliminado", lo

    olvidado. .

    .C - Der.: Relacicmes del T y del porvenir (meta), de la es

    fera sensible. Extraversin. Lo futuro, lo aspira>

    do, lo ofrecido.

    Grupo de significaciones segn la forma de la conciencia: S: Conciencia supra individual, forma o figura de la

    intelectualidad. . )Izq. C . Der.: Conciencia despierta individual, esfera emp .

    rica del Yo.

    r: La subconciencia, mls abajo se baIla 10 incons. )

    ciente. ) Grupo de significaciones segn el contenido de la conciencia:

    . s: Zona intelectual, espiritual, eticorreligiosa, senti mientos espirituales. )Izq. C Der.: Sensibilidad, egosmo. altruismo, vida ntima

    )com:ciente, sentimientos psquicos y condicionados. 1: Lo material, fsico, erticu sexual, produccin do

    smbolos colectivos, sueos y estados afines. ) Puede preguntarse si es suficiente esta topografa, esta )

    localizadn esquemtica de las distinta.s zonas de la concien

    cia, como Pulver llama a su teora zonal. La diferenciaci6n

    ulterior del esquema de proyeccin ms all de los dos pares

    direccionales de la cruz de ejes se verifica, en el mtodo de

    Pulver, mediante la intercalacin de la llamada "zona .i.", )b altura de las minsculas. Con ello reencuentra en la letra

    la antigua triparticin en espritu, alma, cuerpo, o sea que

    el trazo alto corresponde a la zona del espritu; la altura de

    las minsculas, a la zona del alma y el trazo bajo a la cel

    cuerpo. La triparticin de la vertical, tan adecuada a la es

    tructura de la letra, de manera alguna puede aplicarse sin

    ms a otro matei:inl de expresin o proyeccin.

    En la misma escritura, las direcciones no son simplemcn

    37 36

  • j ) 1) r

    ~ ~ ) t 'J ~ te verticales u horizontales. sino diagonaleJ, segn el esquema ~

    "-:!1) . de la rosa de los vientos. Hertz llega as a una derenciacin ]) . de las zocas que parece apoyarse en ensayos hechos fuera ) I de la grafologa. 1

    .1 El esquema, basado por cierto en experiencias mltiples, ) i, pero que, a pesar de 511S plausibles aciertos desde el punto 1 1

    ." de vista del autor de la escritura, no es ms controlable que 1 ) ii. el simbolismo de la cruz, presenta, en un nivel ms concreto, .~

    una lejana analoga en cuanto al esquema de la proyeccin.) ) flpif:tuondod

    I'roy~Qn

  • uldicll si lo logrado guarda una proporciln normal ;on el liempo empleado en ello.

    La linea de la vida nos impresiona como una curva de rendimiento que, trazada entre comienzo y fin, representa la proyeccin inconsciente-consciente de la senda 'de la vida vi. vendado. e imaginada. De paso, cabe recordar que el pintor Paul Klee fue el primero en plantear las cuestiones de dnde vena ya dnde iba una lnea; acaso haya sido la primera vez que~ esas preguntas se hicieran conscientemente, despus que otros; tanto contemporneos como antecesores, han segui. do en forma inconsciente a ese "de dnde" y "a dnde". En un esquema que permite hacer una proyeccin casi directa, no pertP.rbada por ningn medio propiamente dicho, los resultadOS'liern seguramente ms puros que los obtenidos mediante un material de proyeccin, por ms que se asemeje a los cuerpos. En el fondo, el esquema corpreG slo con grandes reservas puede considerarse como fund~mento de la proyeccin espacial, puesto que el cuerpo se h~lla dentro de un espacio que, si lo representamos, es casi sif1mpre un cua drngulo. Grnwald quiere comprender el rectngulo en par. te como campo de movimiento, en parte como ca,mpo de fuer. zas o de sensacin espacial. Descartando el qinamismo del "de dnde" y "a dnde", aparece un campo q~ fuerzas que muestra una compleja interrelacin de sus localizaciones. Lo que se coloque dentro' de ese campo de fuerzas, ese cosmos, sea una escritura o un dibujo de rbol, tien~ una relacin ntima, aunque por cierto en sentido metafrico', con la figura del hombre, quien, a partir de su propio yo, trata de relacionarse con ese espa~io, un espacio que l se fmagina como exterior y que, al mismo tiempo, lleva dentro de s mismo.

    La fig. a muestra un rbol que, colocado de una manera particular en el espacio, adquiere, por esa misma colocacin, un sentido determinado. Al mismo tiempo, pos::e el rbol en s tambin su figura y su imagen de movimiento. Se halla, por decirlo as, una configuracin espacial dentro de otra. La Hg. b ocupa por s sola todo el espacio disponible. Por la JJobreacentuacin U ocupacin de URa zona, In fisonoma del

    41

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    ~Supongamos que el disco est colocado en el primer tercio nde la diagonal que une el ngulo izquierdo inferior con el .i

    superior derecho. El sentido de esta colocacin es aprehensi '; ble nicamente si conocemos el significado de los dems puntos del espacio. En respuesta a la pregunta: de dnde viene el disco al punto actual? y la dnde ir cuando siga su camino?, obtendremos ya una linea y direccin que en la mayor parte de los sujetos sigue el sentido del ngulo inferior izquierdo al superior derecho. Esta lnea se denomina la lnea de la vida. Si preguntamos qu significa, obtenemos aproximadamente esta contestacin: ngulo inferior izquierdo: co mienzo, origen, all yo era pequeo y muy joven, no era na

    'ti:."",die an, Superiol' derecho: sta es la meta, all estara la ..i "

    vida frtil, el final, el xito. ngulo inferior derecho: arrui".:':" nado, en la miseria, sin medios, desagradable, condenado y

    perdido. ngulo superior izg;uierdo: un rey o capitalista. '", ~ uno que ha subido sin derecho, un estafador, descartado, in

    activo, espectador. Reducido al esquema ms simple, un mero rectngulo,

    que es propiamente el

    ';;

    2

    Ccmi .. "LO

    sentimiento del espacio, caciones cuyo sentido . coincide en ms de un 80 % de los r:: sujetos. En su fonTIa ms sencilla, la proyeccin espacial se '1" rpresenta como un sistema de coordenadas en que el punto cero ! significa el comienzo; la abscisa hacia la derecha, el tiempo: la ordenada, el nivel alcanzado, l rendimiento, el xito, la posicin social. La resultante de xito y tiempo corresponde 1. la . lnea de la vida que, en nuestras latitudes geogrficas,

    40

    marco en que se despliega nuestro

    Final

    ~:

    ~ ;;,

    .~

    .,. ~

    ...

    .Tiempo

    ~ evoca una gran cantidad de signifi ...-.

  • j ,

    ) \i ~t ) ~ rbol parece determinada desde aquella direccin, de modo

    \ 1 ~ que cabe 5uponer que el espacio exterior, el ~ampo en el cual

    est colocado el rbol, y el campo que requiere para s mis.. (

    mo, coinciden. El significado de aspiracin a una meta de

    ) i);' teI1I1rlada y de actividad es ms verosmil respecto de la ,.

    ) i,~ fig. b que de la fig. a, a menos que resultare de la conver

    sacin que la fig. a ha sido colocada en el ngulo superior

    ) ~. ) ~;

    i...) (IK.

    , 1 -"".,.. :;! ~ '" ) ;!, -::le,

    ) i.:.: )

  • )

    ,Yo!:

    mente significativos. Una rama doblada, por ejemplo, perte nece a una fase esquematizante del dibujo, un cruce entre )~~.

    .. ::.~ "

    dos ramas suele concebirse como una superposicin, mientras

    que el cambio sbito de direccin, como lo muestra la rama

    -ti'.en la fig. e, si prolongamos los ejes direccionales, da por .~resultado casi siempre una cruz de diagonales o, mejor dicho, ':i~el smbolo de la cruz de retencin. A lo espasmdico que 1h se desprende de la expresin se agrega el smb'olo de reten~ .:w.

    ~cin, de paralizacin psquica. .J\"C .i.t::;Puede preguntarse si el simbolismo espacial del cuadrn ,~,

    gulo tiene fundamentos aro .~ quetpicos comunes con la

    '"

    '1~'" cruz y el cruce de diagona. :~": les, arquetipos como fuerzas

    _.... II

    ordenadoras de nuestras representaciones. Las manda.

    ., j'..~.las, descubiertas por C. G. ._,Jung, se parecen a menudo

    sorprendentemente a un es " quema de proyeccin que/ de suyo es una tentativa de

    representar muchas cosas en Fi;.c una. ..

    J>or otra parte, es cierto )',. ..,! ..:',que toda mandala est referida al centro, mientras que la peri. :~:>:feria contiene en s todo lo que pertenece al s mismo, o sea

    las parejas de opuestos que constituyen el todo de la persona. ,

    lidad (C. G. Jung). Es muy probable que nuestra representa. ~' :

    cin del espacio arraigue en el inconsciente colectivo. Con .;;, I ~~~ todo, comprendemos las disparidades en la simplificacin o "f.

    diferenciacin de un simbolismo espacial por el desarrollo desigual de la aptitud de sentir espontneamente las locali. .:;.

    i.zaciones. Si aquellas personas ntimamente ligadas con los arquetipos, y que los llevan a la conciencia en forma dife. :![

    -~.renciada, se expresan en la letra y el dibujo de un modo ms .nit;..

    .:.;.. i ..,'! .fecundo que las otras cuya imagen espacial parece primitiva~ -.' . .~.eso es probable pero no ha sido demostrado. Las imgenes

    -1- i

    ;

    ")

    ) arquetpicas no SOl1, de manera alguna, independientes del ) mundo fenomnico al cual, por el contrario, han asimilado. )Incluso puede p~eguntar5e si hajo la impresin de nuevas )cosmovisiones cientficas se iniciar, con el tie!l1Po, una mo

    dificacin de nuestra representacin del espacio. Los esque )

    mas espaciales son, por cierto, magnitudes relativas, pero por )otra parLe tampoco son tan vagos como para carecer de utili

    )dad como medios de orientacin en los paisajes del alma. "

    J

    )ESQUEMA DE LA CONTEMPLACIN DEL DIBUJO )

    El dibujo del rbol con su marco, cruz de ejes y cruz )diagonal est en la superficie de dibujo u hoja. Las races,

    si estuvieren dibujadas, han de hallarse fuera del marco,

    tomndose la base del tronco como base de medicin. Para )

    el clculo del ndice de Wittgenstein, en cambio, tomamos la

    altura total desde el extremo de las races hasta el de la copa.

    Para examinar la imagen espacial conviene dibujar la ) crUz de ejes y el marco. El centro del tronco a la altura )de la transicin con la copa es el centro de la cruz de ejes. Do ese modo obtenemos mediciones unifonnes, aunque el tronco se halle en posicin oblicua. )

    Atribuir la zona superior (copa) a la capa del consciente, es lcito (con todas las reservas generales que puedan ha.

    ,

    cerse) slo mientras la altura de la copa no ocupe ms de )

    dos tercios de la altura total del rbol y la del tronco, no )

    menos de un tercio. La altura total para el ClClO del ndice ,

    )de Wittgenstein (pg. 58) incluye tambin as lneas de

    races y suelo. )

    Con la cruz de los ejes y el marco es fcil hacer las si )guientes mediciones: el tamao absoluto' del rbol, las pro' )porciones relativas (relacin entre la altura del tronco y la

    de la copa), ancho de la copa, mitad izquierda y derecha )

    de la copa, relacin entre el ancho y la altura de la copa,

    partes por debajo de la horizoptal, las posiciones oblicuas.

    En general, la disposicin espacial se aprende ms fcil con

    ) 45 )

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    44

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    t el esquema alL'tiliar, igual que las direcciones. A 'lf!Ces. ni t es posible establecer una separacin ntida entre tronco y,. copa. A menudo, los dos parecen ms bien metidos uno. en .., otro y no separados, lo cual DO favorece precisamente la com

    parahilidad de las mediciones. Todo el marco est dividido j; a su vez por una cruz de lneaS articuladas y dos diagonales. ~ jo;

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    _l ',~""lcontribuir a aclarar las consideraciones un tanto complicadas '~:;r!J:~'

    ~~,'t'acerca del tema "esquema espacial". En este asunto queda

    I -~ mucho por hacer y'por aclarar experimentalmente. ~,.:#,..i..

    LA FIGURA DEL RBOL

    ,i.yrRaz, tronco y copa son las partes principales del rbol. -'S-La raz suele estar oculta al espectador, o meramente insi i,t,

    nua,.da. Todos saben que la raz est ah, incluso los nios '~. ~~. .~pequeos lo saben muy pronto. .-~... :.:1',El tronco constituye el centro y mantiene el equilibrio

    entre izquierda y derecha. La funcin central del tronco, junto con su misi6nde ser portador de la copa, lo convierten en el elemento ms estable del esqueleto del rbol, al cual pertenecen tambin las ramas.

    El tronco y las ramas forman la "madera", la' sustancia. El tronco es el centro, adems 10 erecto, el medio, el sostn, el esqueleto, lo sustancial, lo duradero, estable, imperdible --en oposicin a la vestimenta del rbol que es su adorno. Es de suponer que al dibujar un rbol, ya que existe un saber en cuanto a la naturaleza de la madera, todo lo estructural ser proyectado ms ntidamente que el follaje que tambin envuelve y a menudo cubre. "Est hecho de buena madera" \ "la madera es buena"; "de madera mala no se pueden hacer pipas buenas", y otras expresiones similares suelen referirse a la estructuracin y disposicin humanas.

    Las partes exteriores de la copa. las extremidades, constituyen la zona de contacto con el exterior, la regin de interrelaciones entre lo interior y lo exterior, la zona del metabolismo, de la respiracin. All la copa se' ramifica cada vez

    .... ',.

    ......

    ms. La copa es, al mismo tiempo, portadora del follaje, d ,-,..:.

  • -,

    \ ) fi ....) { lo que expre:5a a la perfeccin la posicin erecta del hombre,

    ) ~: dis~cruindose esencial y tpicamente de la l:Omormacin k horizontal del animal. Para Vetter, la horizontal es "la ex) .i-., presin grficoespacial de actividad y relacin imnediata con

    . ) la vida; la vertical, en cambio, es la caracterStica fundamen. ) tal de la imagen, lo que la sostiene y configura, y que al

    .~ mismo tiempo pone de relieve la posicin que asume la con) '" ciencia. La posicin erecta libra al hombre de la marea de&,) movimientos sin descanso en que vive el animal. La figura

    l;" erecta del cuerpo no simboliza accin alguna sino tan slo ) ~., su permanente conciencia de s mismo." En este sentido mues) tra tambin la letra una predominancia de la vertical en. la ,) l.:) pierna., mientras que la horizontal no puede aceptarse sin

    reparos como signo de actividad. Dentro del rengln, la letra ~.~ aislada pierde mucho de su. independencia,' se convierte en )

    . ,eslabn de una cadena que transforma la visin espacial ) en lectura temporal, como Vetter lo comprueha sin lugar a

    " dudas. Con excepcin de las rayas transversales, las lineas) horizontales no son mis frecuentes en la escritura que en el ) dibujo del rbol, vale decir, que son raras. Movimientos ) a derecha 'o izquierda no pueden equipararse sin ms con

    movimientos sobre la horizontal, ya que la mayora de ellos ) corren en sentido diagonal. Thurner informa que los tipos esquizoides dibujan con

    preferencia rboles grandes. Piensa que es ms que un juego ) de palabras sTse-relaCiona este hecho con las ideas de gran

    ) deza de este grupo. Casi todos los depresivos endgenos, en ) cambio, dibujan arbolitos pequeos, a menudo diminutos.

    Un e:::d:enso estudio de Al1lda (trabajo de oposicin) sohre) el dibujo del rbol en psiquiatra, publicado en Ro de Ja

    } neiro, podr utilizarse, por razones administrativas, slo despus de la publicacin de la presente edicin. .)

    Her!IlannStiideli. eit- su disertacin: "El Test del rbol ) segn Koch como medio auxiliar en la seleccin mdico

    ) psicolgica de pilotos y mtodos afines", examina tambin. el problema de los pIestmtos neurticos. Como sntomas de neurosis interpreta las graves fallas en la estructuracin del' ) so

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    rbol que coinciden esencialmente cen nuestros sntomas r...di mentarios o sntomas de regresin." Stiideli llama a ese grupo sntomas cardinales y lo complementa con los llamados ,utomas de repercusin o de indicacin (4uswirkungs Hin-weisspnptome) que han de ilustrar las perturbadas relaciones del neurtico con el mundo circundante. Se trab de fallas en la estructura armoniosa del rbol y su relacin con el medio. Vase la tabla de sntomas rudimentarios en la pg. 78.

    SL'ITOMAS DE'REPERCUSIN E INDICACIN ,

    ,a) Perturbaciones en el arraigo del rbol: base del tron

    co en forma de races; races abiertas, desproporcionada mente largas; races pegadas (soldadas) ; races como sm?les :;~ rayas; la base del tronco se funde con la lnea del melo;

    tr~nco metido en el suelo como un hastn; base del tronco muy abierta, falta la . lnea de hase; lnea de hase ele>ada.

    b) Perturhaciones en la configuracin del tronco: tronco

    paralelo; tronco sin forma, contornos solamente.

    e) Perturhaciones en el lugar de separacin entre ranas y tronco.

    d) Perturbaciones en la configuracin de la copa: copa exageradamente grande en relacin con el tronco; raIIl3.S ca mo elementos de la copa uo coordinados; ramas deIIl.2.ri2.do 1 que "l" por el'espaCIO; ramas .argas revo otean retorc:!G1is:

    ramas toscas, informes; terminciones de las ramas des:f]eca

    das, aplastadas, en forma de hojas; excrecencias bulbosas,

    respectivamente estrechamientos en el ramaje; copa inoIl!le.

    Reproducimos a continuacin dos tablas del traba.jo de .,'Stadeli.

    I: Neurosis infantil; JI: Resultados del examen clnico; nI: Test de Rorschach; IV: Test de Jung; V: Test del r:bol.

    51

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    24

    pues

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