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LOS SANTUARIOS


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Mario Alberto Njera Espinoza

LOS SANTUARIOSASPECTOS DE LA RELIGIOSIDAD POP

EN JALISCO


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La Secretara de Cultura del Estado de Jalisco agradece a Ediformadory a la Direccin de Culturas Populares e Indgenas d

apoyo para la realizacin de la coleccinLas Culturas Popula

especial agradecimiento a Juan Carlos Maytorena Martnez Ne

Primera edicin en espaol, 2006

Por los textos:

D.R. Mario Alberto Njera Espinoza

Por la edicin:

D.R. Secretara de Cultura

G bi d l E t d d J li


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NDICE

LAS CULTURAS POPULARES DE JALISCO

PRLOGO

INTRODUCCIN

LOS LUGARES SAGRADOS

ELTERRITORIOELCONCEPTODE LO SAGRADO

LASIGNIFICACINDE PRIVILEGIOSANTU ARIOSYRELIQUIASCAPACID AD DE LO SSANTUARIOS

IMGENES Y FRAILES EN NUEVA GALICIA

LAEVANGELIZACINLACONQUISTAYLASNUEVASCREENCIASDE DOCTRINA Y HOSPITALES


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MARA EN LA FORMACIN HISTRICA DE LA REGMOMENTOSYCIRCUNSTANCIASMARAEN EL CORAZN

GUADALUPE EN TIERRAS DE NUEVA GALICIALAORTODOXIA

DOCTRINAYRESISTENCIALACOMPOSICINSIMBLICA

LOLOCAL, LAMIGRACINYEL CENTROLALLEGADADE GUADALUPEAL OCCIDENTEDE MX

ORIENTACIN MARIANA DE LA REGINELAUGE DE LFERVORPASAD OYPRESENTE

CONFORMACIN DE SANTUARIOSLAVIRGENDE SAN JUA NDE LO SLAG OS

NUESTRASEORADE TALPALAVIRGENDE ZAP OPA N

LA VIRGEN DE LA CANDELARIA DE ACATICLAFIJACINDE LAIMAGEN

ELSIGNIFICADONUESTRASEORADE LACANDE LARIAEN LAREGILATRADICINYEL IMAGINARIO

MANIFESTACIONES RELIGIOSAS DEL CATOLICISM


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EL SANTUARIO DEL SEOR DE LOS RAYOSDE TEMASTINELSANTUARIOYLACULTURAPOPULAR

ELDESPLIEGUEESPIRITUALELSANTUARIODE TEMASTINPRESENCIATLAXCALTECAEN EL NORTEDE JALISCO

CORPORALIDAD EN LA RELIGIOSIDAD LOCAL

ELCUERPOHUMANOYLO DIVINOUNSISTEMAMETAFRICOELCORAZNYLAFE

LAGESTUALIDADADEMANESY MOVIMIENTOSELCUERPOYLOSOTROS

LAS DANZASAL CIELOELCUERPODE DIOS

EL CANTO POPULAR A LO SAGRADO

CONSIDERACIN FINAL

SOLIDARIDADDE LAIMAGENLARELIGIOSIDADPOPULAR

BIBLIOGRAFA


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LAS CULTURAS POPULARES DE JALI

Jalisco en su historia, en su amplia geografa, en el tempera

de su gente, ha sido un pueblo creador de arraigadas tradicde ser, de costumbres, que han conformado a lo largo de lmentos culturales que han contribuido a forjar los smbolos

nacional.La fortaleza de las culturas populares e indgenas de

ha trascendido los siglos y sigue siendo sustento imp

mexicanidad. Por ello, era inaplazable emprender un ampinvestigacin con el concurso de acadmicos, promotores

diosos del acontecer cultural rural, indgena y urbano, paraun equipo humano, profesional e interdisciplinario, registresa, el estado que guardan las culturas del pueblo jalisciens

dad, en su constante transformacin, en sus arraigados mitvas manifestaciones, insertas en la globalizacin, a la que

incorpora aceleradamente.Los investigadores y coordinadores de este trabajo en

sultaron libros y bibliotecas y caminaron por las diversas mo


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El Gobierno del Estado pretende que esta coleccin bvalioso apoyo para que los jaliscienses conozcamos nuestfestaciones culturales y para que futuros investigadores p

nuestras races histricas y sus constantes transformacionEste esfuerzo de la Secretara de Cultura, a travs de s

ral de Fomento y Difusin, y de su Direccin de Culturas

gran valor por haber concertado con importantes instituciocon prestigiados investigadores, un estudio integral que c

volmenes las expresiones culturales del pueblo jaliscienslento y del corazn palpitante del pueblo, pero sobre todo,oral y cotidiana de tradiciones y costumbres que han mant

raciones de jaliscienses.Jalisco es una entidad repleta de tradiciones de ndolligadas a sus respectivos santuarios. La presente obra de Ma

Espinoza reflexiona sobre el proceso y la trascendencia dela religiosidad popular en Jalisco, as como sus manifestacineas. Por tanto, una lectura atenta deLos santuarios. Aspe

sidad popular en Jaliscoofrece la posibilidad de comprentimientos de nuestra gente.

Francisco Javier Ramrez Acua

Gobernador Constitucional del Estado de Ja


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Haciendo el camino de Talpa, Mario Alberto Njera analiz,

nmeno que desde hace algunos aos han denominado relar; un fenmeno que tenemos en comn con todo el gnerocual le hemos dado, en el occidente mexicano, la impronta d

cultura.En el mbito estrictamente eclesistico, este conjunto d

tudes y expresiones fue denominado como piedad popular

as de la liturgia oficial de la comunidad cristiana que gira todla administracin de los sacramentos. Los rituales de cualqu

nos a estos sacramentos, as como tantas otras acciones reliles, se acogen entonces a esta denominacin: oraciones, perecesiones, devociones, mandas, ofrendas, mortificaciones,

constituyen el rico mosaico de la piedad popular, son el entorla aportacin de las diversas culturas del mundo a la propue

De por s todas las religiones han generado, ms all dciales, de origen, este tipo de acciones devocionales privadauna o ms personas pero que no forman parte del culto pblic

PRLOGO


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cubriera. En el evangelio de san Juan se habla de la creenciaque muchos judos tenan acerca de los poderes curativos dciudad de Jerusaln. Tambin hay que recordar que divers

la religiosidad popular fueron tomadas de las costumbres jCristo, muy en especial el ritual de la peregrinacin, e includanza religiosa o la mortificacin corporal, por dems igua

bles en otros credos religiosos.Con la llegada de los espaoles a Amrica, no solam

misioneros que anunciaban el Evangelio puro de los primerosino tambin innumerables colonos laicos que traan junttodo el conjunto de expresiones de piedad popular que a lo

haban ellos mismos generado, y que muy pronto entra ennefitos indgenas, produciendo en ellos un notable impacpor los fuegos artificiales, particularmente los cohetes, el s

panas, la abundancia de ceras y veladoras, las procesionesdo y exuberante de los altares. Otras expresiones coincidirmismos ya tenan en sus antiguas creencias, en especial la

ofrenda o la mortificacin corporal.Pero los propios misioneros, en un momento dado,

muchas de estas costumbres prehispnicas en el mundo de

catlica; un caso notable de esta accin fue la asimilacin dgenas en las fiestas catlicas, danzas que podan celebrars

las iglesias, y que modifican su misma concepcin: ya no derecha en honor del sol, sino de Cristo, y el giro a la izquiehonor de la luna, sino de la virgen Mara.

Pronto podemos constatar el surgimiento de una nl tli i l l di t b


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PRLOGO

Centro generador de buena parte de estas expresionestuario, ttulo que cannicamente se otorga hoy slo a iglescon determinados requisitos, uno de ellos, el ser lugares de un

ble y supralocal. Hay que recordar que los santuarios comde los siglos romnicos y bizantinos, en parte inspirados en plo de Jerusaln, en parte consecuencia natural y espontne

del culto cristiano; en el fondo, manifestacin de la tendencmorial proclive a sealar lugares sacros en el espacio profan

les es posible tener la experiencia de lo sobrenatural. Por esonacen los clebres santuarios de Santa Mara de las Nieves, Nuestra Seora de Blaquernes en Bizancio, junto a todos los

zados en Tierra Santa, relacionados con la vida de Jess y la ddel Evangelio. La Edad Media ser prdiga en esta floracin dtodas partes, mientras que en Espaa, la aparicin o reapar

tuarios ir a la zaga de la reconquista. El surgimiento de los canos, a partir de la evangelizacin, fue por lo mismo lento, nneo, sin fechas ni personas precisas, si bien, la documentaci

sin excepcin alguna, comienza a darse en la primera mitaaccin que lleva desde luego a la bsqueda de fundamentos ubicables en los orgenes, es decir, en el siglo precedente.

En lo que mira a la religiosidad popular del occidentedel presente estudio, hay que sealar que toda ella est do

figuras preponderantes, el crucifijo doliente y las vrgenes triamuchos cristos del siglo XVI, se han ido derivando ttulos espimagen, y en torno a ellos la construccin de los santuarios chace siglos o de apenas ayer. De las muchas pursimas de aq

t i t fi tt l ig l t fi


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indgena revestidas de ropaje andaluz, triangulado, a la usande la Soledad sevillanas, e incluso con nuevos nombres, procomo sera el caso muy concreto de Zapopan o Talpa. Cristo

factura coronados de potencias espaolas y sendales de fantasiosos, con cuerpos espaoles y rostros indgenas.

Desde luego que Zapopan, por su misma situacin g

permanentemente el centro aglutinador y el modelo maestrluego todos los dems santuarios marianos del Occidente

pectos, como tendr ocasin de constatar el amable lectortrabajo realizado por el doctor Njera; se trata, adems, de lms antigua de Mxico, si nos atenemos al testimonio de cr

dores que datan su arribo, procedente de Michoacn, en torPero desgranndose como en rosario vinieron ensegyade de espacios sacros especialmente destacados, que ce

de Mara en el relato cristiano, acabaron haciendo de la virgte sustantiva del propio relato histrico regional, lo mismograndes y famosos santuarios de Zapopan, San Juan y Ta

lugares acaso menos conocidos, pero que reproducen elintegrador, simblico y generador de mltiples expresiones

La fuerza de esta religiosidad o piedad popular ha que

por lo menos en dos lneas, el de su pervivencia, ya que ha sfrente a las leyes mexicanas que ya desde el siglo XIXpret

nar uno de sus aspectos ms importantes, el culto externo, te a disposiciones o actitudes eclesisticas que particularmConcilio Vaticano II, se interpretaron como contrarias a ePervivencia que se mantiene tambin a pesar del secularism

i d d t l L t l l d i i t


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PRLOGO

sos que comprometen la imaginacin y la fantasa, son cosase aprecian en estas expresiones. En nuestro medio bastarade las recepciones que los barrios tapatos hacen a la Virgen

la imponente romera del 12 de octubre, para constatar hastaquier anlisis es siempre limitado frente al fenmeno en toprodigalidad.

Siendo una manifestacin, tan compleja, se entiendenutrido nmero de aspectos, y exija de igual modo el conc

disciplinas a la hora de intentar su comprensin y valoracinla religin es, sin embargo, una puerta obligada, cuyos planblecen herramientas probadas para la inteligencia de las mo

del modo en que se construyen los universos religiosos, disfuncin, etctera. Es a partir de esta puerta que se abren yvas vetas de estudio para posteriores trabajos y que convocan

de Apolo, pues de todas las artes por ellas representadas, segiosidad popular para expresarse.

Considerando desde luego la importante y singular ap

santuarios han hecho a la cultura religiosa de Jalisco en partdente mexicano en general, se entiende el que se haya dedicaa su anlisis y estudio.

Armando Gonzlez Escoto


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El estado de Jalisco ocupa una amplia porcin de territorio tro pas. Es una regin que en su formacin histrica cont coma respecto al centro, pues, como se sabe, cont con unasede de la autoridad de una audiencia, al tiempo que tambi

obispado desde mediados del siglo XVI.Al paso del tiempo, la evangelizacin fue dotando de ca

todo el territorio conquistado que por siglos fue denominado

que lleg a contar con dimensiones enormes, pues inclua aZacatecas, Aguascalientes y parte de los estados de San Luis

Durango y Coahuila. En las poblaciones surgieron imgenechas de ellas han llegado hasta nuestros das investidas de untaumatrgico por parte de los creyentes. Cristos, vrgediversifican y pueblan los espacios del catolicismo popular d

Pero la historia es compleja, a la visin de patronos mil

se unen los episodios y los desarrollos sociales y culturales dealcance en el tiempo. La gente requiri de sus propias imgepios relatos de maravillas y con esto se fue gestando una m

INTRODUCCIN


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tosas fiestas, en las que ao con ao se produce una cuantnmica, al tiempo que son visitadas por peregrinos de la rems lejanos.

En este trabajo se estudia el significado e importanciallamar los santuarios,como prembulo para iniciar un recchos, decisiones y acciones que jugaron un papel definitor

cin de la fe catlica, particularmente la devocin por la voeste mexicano, tomando en cuenta las diferencias cultura

ron los formadores de la regin, sus intereses y sus proyecque este volumen es slo un modesto aporte, no pretende ss ofrece ideas centrales de reflexin acerca de la religiosid

blo. Despus de estudiar a lo largo de los primeros apartaparticularmente mariana del occidente, se incluye un textorio cristocntrico, luego se hace un breve periplo por el nor

de Zacatecas, para culminar con dos captulos sobre la religuna consideracin final. Algunos de los textos de este libro sus adecuaciones, matices y correcciones, de una investiga

que se encuentra en proceso de revisin.


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ELTERRITORIOUna regin geogrfica comprende un territorio y la poblacinarticula segn su visin del mundo, sus proyectos e intererepresenta el pasado de quienes lo habitan, ah est su hist

del conglomerado. Pero tambin asegura el presente y permfuturo. La pertenencia a un territorio determinado implica la ciedad-naturaleza; en l se genera el mbito sociocultural q

interaccin histrica que se va fortaleciendo al paso de las geste modo, tenemos una realidad culturalmente construida,

tremezclan el sentimiento de pertenencia, la apropiacin de tradiciones de todo tipo: fiestas, canciones y leyendas, msicembargo, son las creencias religiosas las que con mayor frecla regin con elementos simblicos que le dan a las poblaciola presencia de lo sagrado.

Desde el remoto pasado los seres humanos poblaronlos territorios que habitaron. En un primer momento, los temnocido a los eventos fsicos en el planeta al poder de las fie

LOS LUGARES SAGRADOS


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los lugares imponentes e inquietantes, como, por ejemplo, lnas, montaas, barrancas, montes, bosques, orillas de venagua, los lugares alejados y solitarios, marginados o escond

pueden reunir las caractersticas necesarias para que en elhecho inexplicable. Pero antes de que esto fuera una preobre convivi con la naturaleza de forma intensa, y ms tarde

miento de las fases de la luna, se impuso el cazador sobre lament con los ciclos agrcolas; los seres humanos entendie

la naturaleza y se fueron desarrollando las culturas.

ELCONCEPTODE LO SAGRADO

En qu momento irrumpe la idea de lo sagrado en la menmanos? Es interesante ver que a la simbologa de lo naturaltramo de la historia una de lo sobrenatural. Para uno de lo

cientficos sociales que han estudiado el fenmeno religiosola nocin de sobrenaturalno corresponde a los grupos hugedad. Este autor propone que

La idea de sobrenatural, tal como nosotros la entendemos, data d

en efecto, la idea contraria cuya negacin es, y no tiene nada de

pudiera decirse que ciertos hechos eran sobrenaturales, deba

cin de que existe un orden natural de las cosas, es decir, que

universo estn ligados entre ellos segn relaciones necesarias llaheim, 1995: 35).

Por tanto, si los hombres siempre lidiaron con la na

h gi d l d di i i


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LOS LUGARESSAGRADOS

de lo natural. Adems, Durkheim vio en lo sagrado una manorigen est en la conciencia colectiva, teora que ha sido discdurante mucho tiempo. En tanto que Rudolf Otto propone q

sagrado surge de una intuicin experimentada por el indivme como una criatura porque est ante unmysterium, una tuna cualidad tal que lleva a los msticos a proclamar su nada

Este autor habla de la posibilidad de que el individuo llegue pClaramente se pueden observar posiciones diferentes:

Otto sustituye el postulado de Durkheim de la conciencia colectiva

lacin interior [] En el lugar de la conciencia colectiva postula

Otto sita el genio creador de los grandes fundadores religiosos

facultad de adivinacin, han podido descifrar los signos de lo sagr

res directos de lo sagrado (Ries, 1995: 29-30).

Aunque no existen indicios claros acerca del momentohumano comenz su relacin con aquello que supuso estar

te fuera de este mundo, esto es, con lo sobrenatural, lo cestudiosos de las religiones nos informan sobre tradicionestos y mitos que hablan de potencias divinas desde muchos sig

1951; Eliade 1984). As, los territorios se llenaron de sealedio el carcter de pruebas de la presencia de fuerzas superio

les eran revelaciones de origen divino y los lugares en doncontrado seran catalogados como espacios sagrados que servde orientacin en la geografa ocupada por los grupos humarenciales con simbolismos que ayudaban a marcar territor

t it


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que es objeto de una garanta sobrenatural (Abbagnanotiene relacin con lo divino o que est dedicado a ello.

LASIGNIFICACINDE PRIVILEGIOPara el hombre religioso, los lugares sagrados no slo son rficas o lmites entre territorios marcados por las divinida

sitios que en el mundo dan seguridad a la existencia, pues lespacio sagrado permite obtener un punto fijo, orientarse

dad catica, fundar el mundo y vivirrealmente(Eliade, 1Dado que los lugares de lo sagrado denotan un poder

al orden natural y que estn contenidos en el territorio repropio de una poblacin o comunidad, constituyen un privican una distincin particular de parte de quien es todopodereligioso no se cuestiona sobre el lugar sagrado, ms bien

busca de un contacto con lo trascendente, con lo indescripLa experiencia humana de lo sagrado tiene un peso ex

religioso que se esfuerza en visitar peridicamente el lug

tambin los lugares sagrados son sitios de convergencia, deindividuales y colectivas que se desplazan por la regin atracia divina que es especial y nica, pues todo espacio sag

hierofana, una irrupcin de lo sagrado, que tiene por efectotorio del medio csmico circundante y el de hacerlo cualitate (Eliade, 1994: 29). Muchos de estos lugares de privilegcon el tiempo en sitios de importantes confluencias de creypasar del mundo comn, profano, al hbitat santo, aunque

tantes o por unas horas al ao; estos son los santuarios.


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LOS LUGARESSAGRADOS

rior como para la reciente en una regin, esto es, puntos en lover devociones nuevas empalmadas sobre otras antiguas. Delos santuarios son lugares sagrados complejos y polifact

marcan emblemticamente el territorio donde se ubican, sinres principales de interaccin social (Barabas, 2001: 17).

Se ha dicho que existen lugares en la vasta geografa que

rsticas especiales para estimular la aprehensin misteriosa natural; junto a ellos solan construirse ermitas y templos du

dad cristiana. Estos espacios devinieron santuarios al consieficaces por su comunicacin directa con lo santo. Otros saerigidos por contener en su interior cuerpos o fragmentos detas en estado de santidad. En efecto, en los primeros siglos dedesarroll la prctica de conservar restos mortales de indivimujeres considerados ejemplares y sealados por la divinid

tuarios han sido depositarios de objetos pertenecientes a apcomo sudarios, sandalias, clices, o bien fragmentos corporcomo cabellos, dedos y huesos. Las reliquias de los santos s

venerar en tumbas especiales que eran visitadas desde lugareto estos objetos de veneracin encontraran cobijo en enorm

los habitantes de las ciudades romanas de los siglos IVyV, sobre to

eran cristianos, quedaron impresionados por un hecho inslito en

los obispos catlicos, que desde el 312 ya contaban con el apoyo

trasladando los huesos de los mrtires (vctimas de las persecuci

anteriores) desde las catacumbas hasta los hermosos templos cons

para contenerlos. Para una sociedad que tena delimitado el mun

(f d l d l i d d) d l d l i l i


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que fueron hallados sus restos mortales. Tambin en la regvocin popular estaba ms bien centrada en los cuerpos santos, como San Martn de Tours en Galicia, Santa Eulali

Vicente Mrtir en Valencia, Zaragoza y Sevilla (Christian, de estos personajes considerados santos fueron vctimas nes llevadas a cabo por Roma. A las reliquias se les ha atri

curar enfermedades y obrar milagros. Con el tiempo, los saron en aquellos espacios en los que hubiera ocurrido una h

nifestacin de lo sagrado, una revelacin, un milagro, la apto, de la Virgen o de Cristo.

CAPACID AD DE LOSSANTUARIOSPara William Christian (1976: 87), un santuario es el lugimagen o reliquia que recibe una devocin particular. Un s

por la devocin de la gente. Aunque tambin lo ha definiperegrinacin, esto es, un lugar a donde van los creyentes de distancias considerables, superando la nocin geogr

Aunque esto no fue siempre as, ya que el cristianismo recdel santuario de lo que ste era para el pueblo de Israel (D272), y en este caso no se caminaba al santuario, no se per

que se iba junto con l:

para los israelitas el santuario tiene un valor, el de la presencia de

medio de su pueblo. Es un Dios cercano que ha pactado con su p

miento de esta presencia de Dios es una expresin central y funda

la Biblia. En el tiempo que el pueblo de Israel andaba nmada por

b t i ttil d t bl t b d t b


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LOS LUGARESSAGRADOS

Finalmente, Gimnez (1978: 14) hace una observacin acerca de los santuarios y apunta que

se definen como centros sagrados donde se venera una virgen, un s

hacia donde convergen peridicamente las peregrinaciones del ca

Se dice, adems, que se caracterizan por la amplitud geogrfica de

cin (que sobrepasa siempre el mbito puramente local), y por el cnos multitudinario de las manifestaciones religiosas a las que sirve

Y es que los santuarios poseen singularidad, su origencho maravilloso slo ocurri all y no se repetir en otro sitio lugar elegido, por tanto, el santuario tiene su origen en unhechos que son interpretados religiosamente por la fe de unael santuario permanece como tal, mientras la fe de los devot

les a l como centro de una espiritualidad, o sea, de una viddimensin sobrenatural (Dez Taboada, 1989: 273).

Como se sabe, los primeros santuarios en el Mxico n

gieron en lugares en los que se veneraban deidades del muejemplo los casos del Seor de Chalma (Cfr.: Rodrguez y ShVirgen de Guadalupe. Otros, como el caso temprano de Nues

Remedios (Cfr.: Miranda, 2002), surgieron como una coproddos tiempos espaola-indgena. Los territorios colonizados propios lugares sagrados sancionados por la nueva religin ola multiplicacin de estos con sus imgenes portentosas y condo son consecuencia tanto del inters de los frailes por prom

festaciones religiosas como de la necesidad de la poblaciti tifi d (R bi l 1998 16)


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LAEVANGELIZACINLa orden franciscana fund en lo que sera Nueva Galicia susnes evangelizadoras a partir de 1531, comenzando en Ajijic, hicieron convento. La movilidad de estos religiosos fue algo

ya que aprovecharon la libertad que les otorg el hecho de nmente quin les disputara el territorio. Actuaron segn su procual se inclinaba a construir una nueva iglesia dentro del or

institucin eclesistica ms cercana a la de los orgenes, sicmodas y relajantes que se vivan en Europa en esos aos. E

de los decenios iniciales

Pensaban, por consiguiente, que iban a realizar en Amrica lo que h

su patria sin lograr un xito completo y que el nuevo continente les

tunidad nica. Consideraban que el Viejo Mundo cristiano se haba

haba vuelto la Ciudad del Hombre, y que el Nuevo Mundo, intacto

tornarse la Ciudad de Dios (Ricard, 1995: 28-29).

IMGENES Y FRAILES EN NUEVA GAL


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Desde este lugar salieron otros muchos misioneros haeste. Por estas fechas estaba al frente del convento de Ahuacco Lorenzo, que despus pasara a ser guardin del conven

dispora franciscana fue siguiendo las poblaciones indgenallas, conventos, casas y hospitales de indios por los territGalicia y ms all, avanzando junto con la frontera y cruznd

como exploradores espirituales. Dice Ricard que en tanto dores espirituales recorran as, como relmpagos, amplias

sas an, lo grueso del ejrcito se organizaba atrs y consolnes (1995: 144). Era el oeste y norte una tierra toda novedaprisa por develar sus misterios, ganar las almas para la religiintento de hacer una iglesia renovada, era la prueba supremciones de religiosos, muchos de ellos en bsqueda (y algunodel martirio santo. As, vale la pena mencionar la siguiente re

por el ao de 1542 la instalacin de fray Miguel de Bolonia en Juc

irradi su accin por todo el sur de Zacatecas, en 1546 la presenc

de Mendoza y otros tres frailes menores en el sitio donde hoy estcas, y, a partir de 1553, los grandes viajes apostlicos del mismo re

Vizcaya, o sea la regin que forma hoy los estados de Durango

terminar, la larga gira de fray Juan de Tapia por Durango y Sinal

1995: 144).

De hecho, como lo explica el autor citado, en el casfranciscana del territorio neogallego, para 1570 el centro lo lajara, hacia la zona lacustre estaban los conventos de Ajijic,

h i l f d l d C li Z titl Z tl


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IMGENESYFRAILESEN N UEVAGAL IC IA

trol de recursos y mercados, con las justificaciones ideolgictra los moros gener en los castellanos y sus aliados un disclgica era sencilla: hacerse de toda la pennsula para instau

cristiana, sobre la base de que los hijos del Islam, adems dede esas tierras, pues haban llegado apenas siete siglos atrrepresentaban las fuerzas del mal.

As las cosas, Santiago, en su papel de santo guerrero,tiempo de bajar de su caballo blanco, desde los campos del s

la, ltimo reducto de los seguidores del profeta Mahoma, sdilacin ni respiro a la enorme y variada geografa del Nuevimaginario de los capitanes y soldados de Corts estaban vven las que Santiago entraba al combate en su auxilio por volse podan sentir personajes de los nombrados en los cantaretagonistas heroicos como en los romances de caballera. Re

dicin de lucha entre dos mundos, el musulmn y el cristianode la conquista a nivel de una representacin justificadora. Pen que se esparcan por el territorio, los vencedores se con

menderos de indios, explotaban las minas de oro y plata que buscaban por todas partes, se imaginaban ciudades de orotrata y esclavitud de africanos, soaban con ser marqueses o

la Corona; todo, menos irse pobres al cielo.Se dice que Corts siempre llev en su persona una im

Mara, cuyo amartelado devoto fue (Ricard, 1995: 75), no obpas natal el patrono era en ese tiempo el apstol Santiago. Segel conquistador y su gente llegaron el 21 de abril de 1519 a Sa

al da siguiente desembarcaron; era Viernes Santo. De ah d t d t i C l i i lt


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acontecimientos un autor haba publicado un millar de hnes milagrosas de la virgen Mara (Carrillo Czares, 1991:

A mediados del siglo XVIya se tienen dos devocion

valle de Mxico: se inician apenas los cultos a la Virgen dela de Guadalupe. En el primer caso se trata de una imagendigio inicial auxiliando a los conquistadores durante la b

Tenochtitlan luego de la masacre del templo mayor, esto esealada como la noche triste. En esa urgente huda la

levantando tierra para cegar a los guerreros aztecas y dediar la angustia de los peninsulares. En el caso de la vitenemos la segunda mariofana en tierra mexica. Comotradicin, las apariciones se dieron en 1531, a diez aosciudad de Mxico-Tenochtitlan, y pronto se fue arraigandla Nueva Espaa

DEDOCTRINAYHOSPITALESEra prctica comn de los religiosos de la Orden de San F

todas sus fundaciones hospitales para indios; en algunos llas condiciones eran ms favorables stos eran grandes, mcon atencin constante. En lugares ms humildes, de zona

ser espacios rsticos junto a capillas. Esta institucin fundalivio o mitigar enfermedades entre los indgenas se amplquista espiritual de los franciscanos. En suDescripcin dSan Pedro y San Pablo de Michoacn cuando formaba una

Diego Muoz habla de la edificacin de estos hospitales ende los beneficios que dan a la poblacin necesitada, y d

lt l f t d t t b j t d f


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tran los Sacramentos de Penitencia y Extrema-Uncin. Todos tien

Cofrada de Nuestra Seora de la Concepcin (Muoz, 1965: 44).

Estos hospitales vendrn a constituirse en el impulso svocin a Mara en toda la Nueva Galicia. Esto es, la entrada adel oeste se da bajo el signo de la virgen. Franciscanos y hom

ta van imponiendo rpidamente una veneracin especial por ly aunque ya establecido el Obispado de Mxico con autorida

obstante que aquel primer obispo, fray Juan de Zumrraga, bin, reforz en su lnea de adoctrinamiento el carcter crisiglesia en la Nueva Espaa, los frailes de la Nueva Galicia se imagen femenina de Mara, algo que estaba ms cerca del imreligioso de los naturales, quienes es de suponer no olvidades protectoras. Ahora, en los hospitales, la madre de los

por los enfermos y los reconfortaba:

son tan provechosos y de tanto efecto estos hospitales, que en una

hubo agora siete aos, en que muri ms de la mitad de los indalgunos, pasados de cuatrocientos enfermos juntos, donde eran se

con mucho cuidado y caridad, y se les administraban con facilidad

lo cual era de todo punto dificultoso fuera de all [] en otras Provi

do a hacer hospitales, y se van edificando cada da (Muoz, 1965: 4

En la informacin que nos ofrece fray Diego Muoz sefuncionaban y se autofinanciaban los hospitales. Los indios pse para atender a los enfermos, se turnaban varios junto c

g f i b t l ti


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deca el oficio por los difuntos, y todos los sbados haba unhonor de la Pursima Concepcin, patrona de los hospital259).

Est claro que para los misioneros el hospital era mespacio para atender a los humildes, era mucho ms que prctica constante de auxilio y solidaridad para con su pr

dios desarrollaban el sentido de hermandad cristiana que inculcar. En el hospital se adoctrinaban enfermos y sanos, t

de la accin de misericordia y se garantizaba el mantenimiecotidiana de la oracin y la propagacin de la fe.

MAR AYLALEGITIMACINDE LTERRITORIOGANADOTanto Tello como Mota Padilla relatan la entrada de Nuo dinmediatamente reclamara como su propia conquista, lue

afanosamente un lugar apropiado para atravesar el ro que adelante llamaran con el nombre de Santiago. Por fin se den el que, como seal de que entraba en un territorio de

mariana, dedic a la virgen. Dice fray Antonio Tello que el tde la primera Audiencia de Mxico sali

al principio del mes de noviembre del ao de mil y quinientos y v

marchando a la Provincia de Gilotepec, arrimndose a la Provin

ro que va de Toluca, al qual lleg da de la Concepcin de Nuest

ao, y descubri el vado junto al pueblo de Conguripo, al qual puso

por haber llegado en su da [] Nuo de Guzmn mand que se hi

toda la gente para decir misa, y fue cosa maravillosa, porque en un

d t d Di i b hi t l i d


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Es importante ver que el mismo capitn general decidi ponconquista a la virgen Mara. El considerado primer historiadode la Mota Padilla escribi en 1742 el episodio narrado por T

Unironse las tropas auxiliares junto al pueblo de Conguripo, en

Diciembre se descubri el vado del ro, por lo que se le puso este

Nuestra Seora, y en l hizo sus autos y aprehendi posesin de suprocur engrandecer con el ttulo de Castilla la Nueva de la Mayo

puestas as sus tropas, pasaban muestra enderezndose para una ca

breve se levant con el ttulo de Nuestra Seora (De la Mota Pad

As tenemos que la imagen de la virgen Mara estuvo prtando el imaginario de los indios, a travs de la labor misionros frailes con su obsesiva devocin a la Inmaculada Concep

la creencia, renovada en las tierras ignotas, de los nuevos collos pueblos indios del oeste, la imagen mariana devino opcipoda fcilmente ser asociada con sus divinidades femeninas

la fertilidad y la vida, con la madre de los dioses, en fin, la mMientras que para los peninsulares, y luego criollos, era entrMara, la madre de Jess, intercesora para los indios, protec

da en que el santo militar, Santiago, se alejaba a las zonasfrontera, y en la medida en que sta la frontera se movnorte, atrs, en la dilatada regin en proceso ya de colonizacde las nuevas poblaciones, villas y ciudades, slo quedaba casa, haciendo morada, haciendo esperanza, tanto para indcomo para frailes y habitantes hispanos.


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Europa contra los moros, pero en los nuevos dominios era d

doce primeros evangelizadores y otros que siguieron sus papiadoso y bsicamente humano saban muy bien de la tra

las guerras en Espaa, el dogmatismo prepotente de la fucodicia de un mundo crecientemente metalizado unidos acio que siempre ha sentido toda civilizacin por aquello qu

(Garca, 1986: 17). En efecto, la Corona y su maquinaria de czacin fueron con todo al continente descubierto, a hac

de la gente sometida a sus intereses, a meter en la historia Lo desconocido, por serlo, no tiene una historia, slo

a a Amrica comenzara ah la verdadera historia para esaEuropa, sede de la cultura y asiento de la Cristiandad, asucin del destino inmanente y trascendente de la humanidadpea era el nico devenir humano preado de autntica sign

man, 1984: 148).Por tanto, los frailes de la Orden de San Francisco se

celeridad a fijar en estas tierras la imagen maternal de Mar

mitigar el enorme trauma, la tragedia humana de los vencidLos misioneros aprendan la lengua indgena para adoctrinsultados, y en no pocos casos utilizaron dibujos, pinturas, e

Saban que en el pasado indgena hubo la prctica de pictogrficas. Segn Mendieta, algunos predicadores

usaron un modo de predicar muy provechoso para los indios por ser

ellos tenan de tratar todas sus cosas por pintura. Y era de esta manera

lienzo los artculos de la fe, y en otro los diez mandamientos de Dio

t l d d l d t i i ti Y d


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modo sera ms fcil, usando imgenes en vez de textos, ens

la enseanza de la doctrina. De cualquier modo, desde Eurobin una tradicin de representar a Cristo, la Virgen y los sa

imgenes. La cuestin era convencer a los indios, sin ms trracin y el temor a Dios por delante, de que haba llegado eltuir unas imgenes por otras: los dolos indgenas haban su

de las imgenes del cristianismo y de los europeos (GruzinsEl proceso debi ser largo y complejo, con todo y los l

de aprendizaje de las lenguas indgenas por parte de los frailecin del castellano por los naturales, se present el conflicto ciones culturales: una imagen no siempre tena su corresplengua a otra, es decir, los significantes podan llevar a signif

tos, ejemplo

era aplicar las palabras que en su lengua conformaban algo en la p

las latinas, y ponanlas en un papel por su orden; no las palabras, sin

ellas, porque ellos no tenan otras letras sino la pintura, y as se ente

res [] el vocablo que ellos tienen que ms tira a la pronunciacin dque significa una como banderita con que cuentan el nmero veint

darse del vocabloPater, ponen aquella banderita que significapan

Pater (Mendieta, 1997, tomo I: 399).

Estos complicados ejercicios debieron propiciar un sinnsiones, sobre todo en las primeros decenios de la instruccinCon el tiempo el desplazamiento de imgenes y significados funo a favor de los colonizadores, ms rpidamente en los cas

j d t di l h h d


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haba distintas deidades con funciones tambin diversas

entre los grupos indgenas de lo que fue la gran regin de NuConsiderando lo anterior, muy pronto la imagen con

mento de referencia, y luego de aculturacin y de dominio12). De esta forma la matriz iconogrfica plasmada en elcolonial por los incansables y tesoneros religiosos fue pre

la Virgen de la Inmaculada Concepcin. Una imagen sagradespacio que por tanto tiempo haban tenido las diosas ind

dad catlica de los mendicantes traspuso los diques defensde la mentalidad india.

Despus del trauma de verse sin su tierra, sin sus disus instituciones, en el mundo enajenado de convivencia co

nipotente soberano, slo quedaba el manto protector de untodas las madres, deba ser buena con sus hijos. A partir d

virgen se fue conformando un nuevo horizonte de religiosilas imgenes no son slo producto de una determinada mseen slo un valor de uso, sino que, fundamentalmente, son

sacralmente y su cometido es contribuir a configurar un dde pensamiento (Valencia Garca, 1999: 138).

La Europa hispnica fue trasplantndose en Amrica,

por accin del programa apostlico franciscano. Ellos vivierque el inmenso poder de la iglesia y del rey se interpusierorumbo que desembocara, de lograrlo, en la fundacin de la

iglesia novohispana, con caractersticas propias, tendiente ades espirituales locales. Hubo, entre los misioneros, la firme

el nuevo orden eclesial necesitaba volver a los humildes, coigl i tli Y l j i ll g


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de algunos frailes provoc una airada respuesta de parte de l

y, que amenaz con castigos a los que as pensaban. Mendielos alegatos de fray Jacobo de Dacia, explica que el mision

Esta nueva Iglesia indiana iba errada por no tener ministrosconvertidos, como la Iglesia primitiva; teniendo esta opininse deban dar rdenes sacros y hacerlos ministros de la igl

1997, tomo II: 120).En la opinin de fray Diego Muoz, en tiempos en que

que los indios recibieran la comunin, fray Jacobo se las aocup y hizo grandsimo fruto en la conversin, doctrina y los naturales, ganando tierra al demonio y desterrando la abtra [] fue el primero que les administr el Santsimo Sacra

carista, y despus se las ha administrado y administra (MuNo obstante que la labor evangelizadora franciscana se

cia 1572 con las medidas tomadas por la Corona, lo realizadmento tendr tal peso en el ulterior desarrollo de la formacide Mxico que esa impronta es notable y est presente en n

hecho, como lo observ Ricard, con el advenimiento de los jeel plan oficial de limitar y luego desmantelar toda una red dellas, casas, hospitales, pero sobre todo el proyecto de evange

deca a una concepcin integradora de cristiandad primordialtruccin de la iglesia de los apstoles, basada en el espritu dmisioneros, en la que los indios seran organizados segn la

aqullos, para lograr la nueva iglesia en Amrica: la Iglesia InOtro elemento marcado por la decisin desde el pod

organizacin eclesistica franciscana fue la llegada a Mxicod M d C t l bj t d ll b t


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nelas Mendoza y Valdivia (2001), que a principios del siglo XV

to, entre otras cosas, de la infraestructura evangelizadora erciscanos hasta esos aos. En sus crnicas aparecen los inco

fundados y las respectivas cofradas consagradas a la virgenConcepcin, finalmente semilla sembrada que abon a favmariana que se mantiene todava. El recuento nos lleva a en

ciones de religiosos en las que existan, para 1719-1722, en fradas y hospitales consagrados a la Inmaculada Concepci

Convento de San Andrs de Axixic, fundado en 1531, dta por cinco pueblos: San Juan Cutzaln, San AntoniCristbal, San Luis y San Andrs de Axixic. Haba cNuestra Seora de la Pursima Concepcin, una en c

con hospitales. Convento de Nuestra Seora de la Asuncin de Tza

este lugar hubo una imagen de Nuestra Seora que efray Blas de Mendoza, que era provincial, se testimonlagros que haba hecho (Ornelas, 2001: 41). Doctrin

San Andrs, San Sebastin y Tzapotln, existan dos cocepcin, una de espaoles y otra de mestizos.

Convento de San Juan Bautista de Tuxpan (1536),

muy buenos cristianos, y muy devotos de la Virgen Seora, y del Santsimo Sacramento; en especial siendfray Antonio de Segovia (Ornelas, 2001: 48).

Convento de Nuestra Seora de la Concepcin de Etzat1535. Con iglesia dedicada a la Pursima Concepcin d

tena tres pueblos de visita: Oconahua, Amatln y Sai t f d h it l


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Convento de San Francisco de Xuchipila (1543), doct

Xuchipila, Metzquituta, Moyahua y Apotzolco. Haba ehospitales y cofradas de Nuestra Seora de la Concep

Convento de San Salvador de Autln (1546). Se reportcia de una imagen de la Virgen del Rosario con poder gros. Sin dar la lista de lugares de visita, afirma el cro

sus pueblos tiene Hospitales y cofradas de Nuestra Scepcin (Ornelas, 2001: 63).

Convento de Amacueca (1547), atenda a los pueblosJuan, se informa que tiene muy aseados estos tres putales y Cofradas (Ornelas, 2001: 69).

Convento de Atzacoalco. En este pueblo haba una ima

del Rosario, adems, cuatro cofradas de Nuestra Seocin con sus hospitales. Tambin se consignan dos co

de Ntra. Sra. de Guadalupe, y la otra de las nimas Benes de llamar la atencin que aparezca aqu ya una dedicpe, de las primeras en el occidente, con la aclaracin

dcadas iniciales del siglo XVIII. Convento de Tlaxomulco. Se le pusieron como doctr

Tistaque, San Sebastin Caxititln, Coscomatitln, Sa

Cruz, el propio Tlaxomulco y dos pequeas fundacioneEvangelista y San Lucas. En todos hay muy aseadas iclices y ornamentos bastantes para el culto divino: to

das de la Pursima Concepcin de Nuestra Seora, funtud e instancias de los religiosos (Ornelas, 2001: 82).Hasta aqu el fraile Ornelas deja el recuento de las fund

t l h h l f i l igl XVI t


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tra Seora de la Concepcin que se venera en este

santuario de San Juan de los Lagos, y agrega tambin de Santiago de Len Garabito dio a la imprenta sus

patrona de su obispado (Ornelas, 2001: 146). Ornelas destaca varias imgenes, todas milagrosas, d

especial le merecen Nuestra Seora de Tzapopan, N

Huaxicori (cerca de Acaponeta), Nuestra Seora de tra Seora de Santa Ana Tistac, Nuestra Seora de lo

Pedro Tlaquepaque, Nuestra Seora de la Concepcnuestra Seora de la Concepcin de Ixtln, Nuestra Sde Pontzitln, La Virgen del Rosario de Zoatln y NRosario de Techalotln.


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En el captulo anterior se expusieron las circunstancias porconquistadores como frailes mendicantes de la Orden de S

llevar a cabo la ocupacin de los enormes territorios del oeEspaa, llevaron consigo su inclinacin espiritual en torno a

La metodologa misionera logr implantar la veneracin mala imagen de la Inmaculada Concepcin de Nuestra Seora. Eel aporte de datos que demuestran el apabullante trabajo de

de este culto, tarea que, por cierto, fue continuada y reforzadabros de la Compaa de Jess, ya por obispos y clrigos dio

de los siglos el caudal mariano fue ensanchndose en Nuevaen otras regiones, una cantidad considerable de imgenes ernichos y altares. Aquellos hospitales franciscanos que habcofradas de Nuestra Seora, sus capillas, doctrina y misas s

clave para fijar la devocin.

COFRADASAFINALESDELSIGLOXVIIILlama la atencin ver que entre 1797 y 1803 hay todava m

LA VENERACIN PRIORITARIA


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Limpia Concepcin de Mara (Serrera, 1991). Aunque Serre

to de cofradas con la intencin, segn el plan de su investiglos tipos y cantidades de ganado en propiedad de las mism

interesante dato para este trabajo, y l mismo se sorprendesta simple estadstica dice mucho acerca de la religiosidna y de la orientacin predominante del sentir colectivo d

nes, nacidas la mayor parte de ellas despus de que Roma imciera esta devocin (principios del siglo XVIII), cuyo dogm

dos centurias ms tarde (Serrera, 1991: 370).As pues, a fines del siglo XVIIIencontramos datos d

de las cofradas dedicadas a la virgen, y de entre ellas, lasligadas a algn hospital haciendo posible su sostenimiento

que hace el bachiller don Jos Lino Castellanos y Pacheco, crino del pueblo de Mascota, como se desprende del come

(1991: 378) al decir que un

captulo importante de gastos era el destinado al culto de la Virgen

El cura se mostraba orgulloso de los ornamentos que tena la capigrandsima decencia, afirmaba y de la solemnidad con que se c

todos los sbados en su presencia, y de forma especial el da de su

tenan contratado a un cantor por 25 pesos anuales porque a m

rgano. Pagaban igualmente cuatro pesos a un sacristn y contr

pesos anuales para el mantenimiento del Colegio Seminario de la

jara.

A estas alturas, ya para finalizar el siglo XVIII, no se

ligi id d l l i dg l ti j


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LAVE NERA CI N PRIORITARIA

la cofradas contaban entre sus bienes, en ocasiones, con num

de ganado, cifras que a veces competan con algunas prspeconocidos ganaderos (Serrera, 1991: 371).

DEFINICINTEOLGICACuando el papa Po IX , mediante la bulaIneffabilis Deus, pr

culada Concepcin de Mara en 1854, pona coto a una controde muchos siglos.1 De los cuatro dogmas de fe en torno a M

dad divina y su virginidad fueron de antiguo aceptados por lados generaran por siglos polmicas tan profundas que signdel cristianismo y an generaran divisiones de trascendenci

Tanto la Inmaculada Concepcin, como la asuncin en

los cielos de Mara (este dogma fue formulado por el papa costaran discusiones casi interminables, pero ambas creenc

para los catlicos, fueron siempre prcticamente aceptadasbajos del pueblo. La Inmaculada Concepcin, dogma defenarduamente por los franciscanos, resulta ser el principio e

plantacin del culto a Mara en Mxico, y particularmente eSi para los catlicos comunes colonizadores del Nuevo Munexplicar la idea de lo que esta doctrina significa, result ms

car esta creencia a los indios por parte de los doctrineros. Ause haba convertido de siglos atrs en una creencia popularencontraban los argumentos convincentes para llenar los hu

los evangelios, ya que el Nuevo Testamento es muy limitadocias a la madre de Jess (vaseSagrada Biblia, BA C, 1985).

La concepcin de Mara fue objeto de celebracin dura

O i t l id d i f i


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progresar despus del siglo IX en Occidente. Ya en el siglo

terreno la creencia en la Inmaculada Concepcin, sobre tofluyentes de la iglesia de Inglaterra: el snodo celebrado en

prescribi la fiesta de la Inmaculada Concepcin para todassas (Gretenkord, 1997: 72), de aqu se fue extendiendo chacia Francia e Italia (Cfr.:Warner, 1991). En Roma, sin em

la tercera dcada del siglo XIIIque en la curia se pudo escda 8 de diciembre como da de la fiesta de la Inmaculada C

Warner, 1991: 314). Los frailes de la Orden de San Franciprimeros que se definieron con firmeza a favor de la Inmacuy fue hasta el siglo XV, apoyados por un papa miembro de sudujeron un oficio ritual solemne. En efecto,

los franciscanos fueron la primera congregacin que la adopt en

vo en 1263. En los siguientes siglos los franciscanos continuar

impulsora en el fomento de la creencia en la Inmaculada Concep

no es de extraar que fuese el constructor de la Capilla Sixtina, el

1484), que haba sido miembro de la Orden de San Francisco, quien el Misal Romano de la Curia en el ao de 1476. La fiesta ma

poca relativamente tarda en Bizancio, se acept as, en forma m

sia latina (Gretenkord, 1997: 73).

Sin embargo, el Concilio de Trento, el cual deliber de

de lado la discusin acerca de la Inmaculada Concepcin, auun escndalo, un legado papal propag que el Concilio no respecto), aunque sera piadoso creer en ella (Gretenkord

E i t t g g d d l i b d


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En el noroeste novohispano se puede observar que la imagenlos frailes franciscanos primero, y clrigos doctrineros y jesu

ocupando nichos, altares, capillas y parroquias, y se convirtprincipal de la evangelizacin en toda la Nueva Galicia. En 1

Mota Padilla nos informa acerca de la preferencia de los habterritorios por la madre de Dios:

Tenemos ya visto que la ciudad de Guadalaxara est murada de fuprotegen, pues en el pueblo de Pontzitlan, que est doce leguas en

est la imagen de Nuestra Seora del Rosario, una de las cuatro qu

CarlosV, y es dicho pueblo raya del obispado. En la jurisdiccin de L

te y Norte de dicha ciudad, est la imagen de Nuestra Seora de Sa

jurisdiccin raya que divide el reino de la Galicia, del de la Nueva-

niente y Norte de dicha ciudad, tenemos la imagen de Nuestra Selegua y media de distancia. Y porque por todas partes se halle defen

Poniente y Sur otra milagrosa imagen, que es Nuestra Seora que lla

Tistac nombre de un pueblo que dista tres leguas y se administra

MARA EN LA FORMACIN HISTRICA DE L


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caciones, pero principalmente de la Pursima Concepcin

abund, fue introducida en estas tierras por los franciscanocin prioritaria. Estos frailes tambin introdujeron, entre ot

culto a la Virgen del Rosario, aunque esta imagen es la prede Santo Domingo.

As pues, los franciscanos fundan la primera cofrad

Nueva Galicia, pues segn informa Luis E. Orozco (1977, toesta singular devocin a la Virgen del Rosario se remonta ha

que los frailes de N. P. San Francisco hicieron la fundacinRosario en la Iglesia del Convento de San Francisco. Estopus de que, efectivamente, los religiosos fundaran su convorden en la ciudad de Guadalajara, en 1554.

MOMENTOSYCIRCUNSTANCIAS

La virgen estuvo en los momentos decisivos en la formacin ddesde la conquista, pasando por la cristianizacin, hasta lmos, a las grandes y famosas romeras de los grandes sant

actual. Como en ningn otro lugar de Mxico, y quiz del ccunstancias histricas fueron propicias para el desarrollo dque parece acentuarse a travs del tiempo y del espacio e

sis, hoy arquidicesis de Guadalajara (Dvila Garibi, 1943Es un hecho de importancia el que fuera este obispad

todos los del virreinato en jurar solemnemente defender el m

sima Concepcin de Mara. Lo anterior aconteci en 1655, yprepar el acto en la catedral con la asistencia de autoridadeticas y con gran concurrencia de creyentes. El acta de protes

i t t l l d d l li i it l d t


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MAR AEN LAFORMACINHISTRICADE LAREGIN

suyos, con su amado Evangelista en el madero de la cruz, recibin

seora debajo de su patrocinio, como l recibi bajo la sombra deciudad sintindose prendada y agradecida, no solo como hijos qu

por la honra mayor de Nuestra Madre y Seora, sino como catlic

dientes nuestra suprema cabeza espiritual el pontfice sagrado, si

sente acto se contradiga su voluntad, ni las resoluciones del Santo C

y especial la de nuestro muy santo padre Pablo V, de felice memoria la Santa Cruz, y por los cuatro Evangelios santos de la Iglesia,

siempre jams, que la Virgen Mara Madre de Dios y Seora Nues

limpia, sin contagio, sin sospecha de presuncin de pecado origin

hijos de Adan lo fueron, y lo somos, y votamos por mas consentn

ajustada la honra de Dios y nuestros deseos esta opinin; y para

to y promesa tenga solemnidad, lo jura esta ciudad y repblica, ycapitulares en las manos de Dios, y en su lugar las del Illmo. y Rm

Ruiz Colmenero, del consejo de su Magestad y Obispo de este rei

fuere al cumplimiento de esta lealtad y promesa; esta ciudad, sus ca

y republicanos, perderemos la vida y hacienda en su defensa, sin qu

pensamiento, sintamos ni digamos, persuadamos sentir, ni aconsetrario, porque tenemos esta por la mayor grandeza del Verbo de Dio

que le concibiese l y le pariese, quedando virgen antes del parto

pus del parto, sin que la pureza de su virginidad cesase; as previno

alma con la fealdad del pecado original, para hacerse hombre y nac

gida, sin borrn en su limpieza, sin malicia en su concepcin com

Iglesia lo afirman y sienten. Todo lo cual solemnemente jura esta ello se afirma y ratifica, y promete debajo de la censura de nuestra

sia, as nos ayude Dios Nuestro Seor. El cual dicho juramento hic

l S it D Di d C d T l d l ld di


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todas las colonias espaolas a la Inmaculada Concepcin

1788) expidi esta orden, poniendo a su imperio bajo la prgen (Gretenkord, 1997: 70). En realidad, debe verse el jura

dalajara de 1655 como una declaracin dogmtica de princms prioritaria, en la cual estaba la impronta evangelizadociales. Es cierto que en el tercer concilio mexicano de 1585

la celebracin de la fiesta de la Inmaculada Concepcin, pms hasta que Carlos III decret su patronazgo en todo e

modo, la devocin guadalupana, ya fuerte en la capital novoalgunas resistencias para extenderse en la provincia neoga

El protagonismo otorgado a la virgen en Nueva Galiciade y contina en el Jalisco actual. Ella contribuy con su po

cin del territorio; es aceptada la circunstancia de haber sNueva Galicia: pacificadora de los indios, imn de los nefit

misioneros, ncora de salvacin de los conquistadores, y que mantuvo en buena armona a vencedores y vencidos (8-9). La virgen, en su advocacin del Rosario, fue tambin

aceptada por los habitantes de Guadalajara, que en 1727 lasu patrona. En efecto, el da 20 de diciembre del ao citaoidores de la audiencia de esta ciudad asentaban que Por e

con las mismas circunstancias que esta ciudad lo hace en laRosario (como) Patrona de esta dicha ciudad, para lluviasotras necesidades comunes (Orozco, 1977, tomo II: 162

Mucho antes, que los aires poltico-eclesiticos del cepromocin por Guadalupe, ya los criollos neogallegos, su

dios y mestizos levantaban patrocinios de la virgen en vat l i h g d i d t i


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MAR AEN LAFORMACINHISTRICADE LAREGIN

abogada en esta ciudad para todos sus conflictos y necesidades, y e

que, mediante su intercesin, consiga la salud pblica y la abundantiempos y as se libre de las epidemias y escacs (sic) de sem

acongojarla y se han experimentado y del mismo modo se obliga

asistir en Cuerpo de Cabildo, con todo el Clero, por la maana y tard

el Novenario que anualmente se celebra a la Santsima Seora con e

de El Rosario (Orozco, 1977, tomo II: 167).

MAR AEN EL CORAZNCabe aclarar que tambin por esos aos, en 1734 para ser prepatrona contra las tempestades a la virgen de Zapopan, comadelante, lo cual se realiz con toda solemnidad y fiesta (Flo

1995: 352). Ms tarde, en marzo de 1772, fue proclamada NueSoledad patrona contra los temblores (Cfr.:Dvila, 1943). C

probado, el culto mariano introducido por los misioneros yuna plyade de insignes obispos y sacerdotes era algo que esvinculado en el corazn de la sociedad neogallega (Dvila,

lo anterior se debe agregar que en 1548 Carlos Vhaba hechcuatro imgenes de la virgen en su advocacin del Rosariotomo II). Algunos autores narran el hecho, aunque sin precis

Mota Padilla refiere:

el Sr. Don Carlos V remiti a la Nueva Galicia cuatro imgenes d

todas iguales en sus tamaos, en ser de talla y al parecer de una mcon el nio Dios en los brazos, y la mano derecha con demostracin

santsimo rosario; tosa cuatro de rostros afables y venerables, que

l li i d N t P d S F i ( f

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muro tan inexpugnable; este pueblo est entre Oriente Sur de G

leguas de ella.De las otras tres, la una colocaron los primeros conquistado

y esta es la que se venera en la iglesia catedral en el suntuoso pr

nave izquierda de dicha iglesia han costeado los cannigos []

Rosario es el imn de los corazones. La otra retienen en s los rel

cisco, con el ttulo de Nuestra Seora de los ngeles (Mota, 1973

La Iglesia neogallega pronto se dio cuenta de que la imcon su femineidad, era afn a las circunstancias de la colonificaba con su piedad y mansedumbre. Ella era bondadosaen la maternidad Mara fue glorificada y, por medio de su p

hijo, alcanz mayor gloria por su humildad (Warner, 1991: torias de imgenes milagrosas de la virgen Mara, que en Eu

por miles a fines del siglo XVIy principios del XVII, logranestas tierras en el testimonio de la obra del P. Florencia, en109 historias particulares de vrgenes cuyos relatos de vi

llenaron de asombro a la poblacin a todo lo largo y ancho a (Cfr.: Florencia y Oviedo, 1995).


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LAORTODOXIAFray Juan de Zumrraga, primer obispo de Mxico, pertenec

San Francisco. Su posicin como autoridad de la iglesia en les muy importante. Es innovador por necesidad, tiene bajo

dad ordenar y sistematizar el adoctrinamiento de los naturarumbos por donde las fronteras se iban ensanchando. Su mpo, y al final, como arzobispo, abarc de 1528 a 1548. Influid

franciscana de la espiritualidad exaltada y el iluminismo milemostr cercanas con el erasmismo llevado a un humanismo

refleja en su quehacer episcopal.El celo de Zumrraga por erradicar la idolatra, lo ubic

historiadores, como alguien sin tacto ni respeto por los rasgconquistado, sin embargo, era la manera lgica de procede

ms pronto posible, a la enorme masa indgena de esos aonico Dios. A Zumrraga y a los religiosos no cabe reprobarlpues eran consecuentes con sus principios; habra que plantde la evangelizacin como se la plantearon los misioneros m

GUADALUPE EN TIERRAS DE NUEVA GA

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ss, la Virgen y Santiago en sus tres facetas (apstol, evang

ro). Como se mostr ya, fue la figura de Mara el vehculo ms redituable en la regin de Nueva Galicia.

El obispo Zumrraga, siguiendo su formacin teolfue, al igual que los dems miembros de su orden, dado amilagros, ni a aceptar la invencin de imgenes, no, en

donde la tarea de implantacin de la fe implicaba quitar protagonismo visionario-espiritual indgena, pues antes que

zarse la doctrina cristiana, la nica verdadera. En Occidenhaban habido las suficientes hierofanas, y se haban engrde santos y santas como para dejar algn pequeo resquicnes sagradas en estas tierras americanas tan alejadas d

ilustrativas las palabras del primer obispo de Mxico cumente afirma que

ya no quiere el redemptor (sic) del mundo que se hagan milagros

nester, pues est nuestra sancta fe tan fundada por tantos millare

tenemos en el testamento viejo y nuevo. Lo que pide e quiere expianos humildes, pacientes y caritativos, porque la vida de un

nuado milagro es en la tierra. Lo que podeys, hermanos, pedir es

sant Augustn peda diciendo. Seor suplico a vuestra majestad m

dos y no quiero ver otra cosa en esta vida, para que, puestos los oj

dome tan pecador, de bozes y diga como aquel publicano. Dios mi

de m. Estas maravillas pedid, hermanos, y desead porque en esteay ms que ver. No querays como Herodes, ver milagros ni nov

quedeys sin respuesta quitando os Jesu Christo la habla, como

b bi ll l it (Z 1951 58 63)

GUADALUPE EN TIERRAS DE NUEVA GAL IC IA


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GUADALUPEEN TIERRASDE NUEVAGAL IC IA

con el evangelio, o que las mismas imgenes fueran tomadas, p

tos de veneracin. Otro franciscano, fray Maturino Gilberti, hacer conciencia entre los indios de que las imgenes slo rep

soporte deleznable a lo que en verdad deba ser objeto de vencin, esto es, a la Virgen o a Dios. El acto de venerar o adorar uqueda ah, sino que la trasciende y se dirige a la divinidad.

DOCTRINAYRESISTENCIA

Esta actitud franciscana por erradicar la idolatra y la confugenes entre los indios, los lleva, entre otras cosas, a enseala lengua de los naturales. No se trata de quitarles su vehcupropia y de comunicacin con en el mundo, sino del recon

ferencias culturales capaces de nombrar las cosas de otra guas indgenas sobrevivientes hoy da, fueron de alguna

por la prctica protectora del misionero. El indgena, al accatolicismo que posee, pudo conservar con su lengua unaindgena (Duverger, 1993: 211). Tambin edificaron escue

anza del castellano, y aun del latn, como se haca en el coCruz de Tlatelolco. Por supuesto, todo este esfuerzo llevabaprograma de la nueva iglesia, en la que las almas eran gan

desde el principio con un plan de evangelizacin sin contidolatras ni supersticiones solapadas, por lo que los primnos, como frecuentemente lo haran misioneros de otras

ron sus conventos y capillas sobre las ruinas de los templosindgenas.

La resistencia indgena a adoptar el panten sagrado cri l it l t l ib i d l ti

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Es fcil comprender que los frailes no estuvieran de

zobispo Alonso de Montfar, que a poco de asumir su responsen Mxico, en sustitucin de fray Juan de Zumrraga, en el

di favorecer una devocin de reciente inicio en los alrededla devocin a la Virgen de Guadalupe. Para los frailes, alenpopular hacia una imagen que ms bien recordaba a la no m

tzin en el mismo lugar de su adoratorio, era transigir a favoen dos planos: la idolatra tolerada de fondo con la imagen

sobrepuesta.La leyenda aludida en 1555 por el virrey Martn Enrq

la devocin comenz a crecer porque un ganadero publicdo la salud yendo a aquella ermita (Cfr.: Lafaye, 1985: 34

persticiosa. De tal manera, que cerrar los ojos ante aquellapredicar la confusin y dar marcha atrs en lo ganado en la

Contemporneo del arzobispo Montfar y denunciaperniciosos que ocasionara entre los creyentes el culto nape, el provincial de los franciscanos, fray Francisco de Bu

septiembre de 1556, se levant con violencia contra el cuora de Guadalupe y los milagros que se le atribuan puevano, deca l, haber hecho a los indios comprender que

deben ser adoradas, porque son de madera o de piedra, y ahsin a sus espritus, al decirles que la imagen de Nuestra Sgros (Ricard, 1995: 192).

No slo Bustamante era de ese parecer, por cierto; la giosos en general fue por mucho tiempo de distanciamien

imagen del Tepeyac, devocin que simbolizara en adelante i g d l lt t l i di d l lti l d



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suelo los esfuerzos de los religiosos, tan empeados en comb

inculcar a los indios nociones exactas acerca del culto y vimgenes (Ricard, 1995: 297-298).

Es conocida la preocupacin de fray Bernardino de Sahclaro el carcter de santuario antiguo que para los indios tendonde anteriormente exista un adoratorio dedicado a la dio

tzin: el riesgo del sincretismo era evidente. Sahagn, en suHde las cosas de Nueva Espaa, al hablar acerca de las divinida

canos, explica que la primera destas diosas se llamaba Cihquiere decir mujer de la culebra. Y tambin la llamaban Tonadecir Nuestra Madre (Sahagn, 1989: 39-40). Por su parte, quemada refiere, en suMonarqua Indiana,que

en otro lugar que est una legua de esta ciudad de Mxico, a la part

fiesta a una diosa, llamada Tonan, que quiere decir: nuestra madre

Dioses prevaleca, cuando nuestros Frailes vinieron a esta tierra, y

des concurran grandsimos Gentos de muchas leguas a la redon

remediar este gran dao, nuestros primeros religiosos [] deteriglesia [] en Tonantzin, junto a Mxico; ah constituyeron casa a la

que es Nuestra Seora Madre (Torquemada, 1986: 245-246).

Es evidente que los religiosos, que tan arduamente hdesde los comienzos de la evangelizacin, luchaban contra l

ya tomada desde el poder de desmontar lo construido por elexpectativas milagreras en los indios era abrir una brecha dtre los doctrineros y sus ovejas, era poner en duda su pedago

i b l i i i i l t l gi

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Tonantzin: el nombre significanuestra madre, y no dudo que er

diosa Centeotl [] Tonantzin tena templo en un monte distante ual norte, y era all venerada de los pueblos con inmenso concurso

nmero de sacrificios. Hoy est al pie del mismo monte el ms c

toda la Amrica, dedicado a la Madre de Dios (Clavijero, 1991: 15

LACOMPOSICINSIMBLICAEl relato maravilloso de la Virgen de Guadalupe contiene

centes, en un momento y clima espiritual en el que se hrelevo de las divinidades: se retiran los tremendos dioses dcana, el lugar debe tomarlo el panten construido en la cdios reconocieron como su igual al macehual Juan Dieg

iglesia lo ha elevado a la nobleza indgena como condicinzado); las apariciones ocurrieron en un lugar que de suyo

el mundo indgena; una imagen femenina sustituye a otratena su color de piel similar a la de los naturales, es moban perdido interlocucin lograban, con la Seora del

notar en un mundo carente de sentido.En poco tiempo los criollos tambin vieron surgir, en no, una fuente de identidad espiritual que se afincaba en la

no imaginada, pues no proceda de Espaa. Se haba amaseuropea, s, pero el diseo y el acabado se gest en Amricarencia con el horizonte devocional espaol, en los mis

sacralidad catlica, pero con matiz y factura surgidos en la La imagen guadalupana reuna los componentes tnicos es

con Guadalupe surga un gran mito nacional mucho ms t l h ll b l d i t l d l i dg



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en tierras donde se gest desde los primeros das el sueo d

mn: un clima socio-poltico y espiritual con inclinaciones aPara el arzobispo de Mxico, promotor de Guadalupe

contener la obra franciscana en lugares que se haban organorganizndose) con rasgos y avatares diferentes a la histcentral y su entorno. Sin embargo, el desplazamiento de lFrancisco en el centro de la Nueva Espaa se puso en marchte de la llegada de Alonso de Montfar al poder en la estruc

novohispana. El arzobispo granadino tena razones para msigencia de los religiosos que se empecinaban en prohibiacomodo entre el paganismo antiguo y el cristianismo d(Gruzinski, 1994: 103).

La inicial ermita, luego pequea capilla, con Montfar sprimer santuario de Guadalupe, construido por l mismo, si

fundador, propiciando de este modo la resemantizacin de lnes que de antao honraban a Tonantzin, al tiempo que aumetos de las limosnas recogidas, las ofrendas y regalos, as comda por la imagen que aos despus sera portadora de un ctrascendente. En este contexto,

el impulso repentino de la devocin del Tepeyac fue sentido con

por los pioneros franciscanos como el primer golpe de zapa de lo

aquella Iglesia indiana que ellos haban tratado de construir en

favor que el clero secular concedi a la nueva devocin, cuyo xitoautorizar a los pioneros de la evangelizacin, empaando su ascen

los indios como sobre los criollos (Lafaye, 1985: 339).

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Otras historias de prodigios no opacaron la fuerza e

poltica del santuario del Tepeyac en la regin de los volcaobstante que en este tiempo se hacen imgenes de Nuest

santos, las cuales se adoran ahora por todas partes (GruNingn otro intento generador de prodigios tuvo prospeccGuadalupe en la capital novohispana.

La iglesia secular hizo todo para meter en su lnea a lonos, sin embargo, stos iban ms rpido, abriendo espacio

pronta en lugares ms alejados del asiento episcopal metroqua, previsora, puso bajo su autoridad a las rdenes menditercer concilio provincial mexicano, efectuado en 1585. De cdevocin guadalupana continu desarrollndose al amparo

en medio de la indiferencia de dominicos y agustinos y a pesgada hostilidad de los franciscanos (Ricard, 1995: 300). Por

bros de la Compaa de Jess, incorporados a la conquistacios a partir de su llegada en 1572, reforzaron la propagacidalupe en el centro de la Nueva Espaa, al tiempo que ayudla a los estratos criollos.

Hemos visto que las diferencias entre el clero secular la Orden de San Francisco se ahondaron, por una parte p

mostraba su decisin de desplazar a los frailes de todos lostos a la fe por ellos mismos. Los misioneros mendicantes harar un terreno feraz y fertilizarlo, y aun, en medio de obst

ahora el arzobispo y la estructura eclesial mexicana prescinpudiera, de los frailes.

Pero el fomento de la devocin a una imagen consii t i t h b i it d l i Sl



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LOLOCAL, LAMIGRACINYEL CENTRO

En los enormes territorios de la Nueva Galicia, donde el baluculada Concepcin de Mara reinaba, el guadalupanismo te

paso muy tmidamente de la mano de clrigos que llegan pcapital del virreinato y otros migrantes. En varias observacioque

El elemento determinante es aqu las migraciones incesantes de d

rios de la ciudad de Mxico o que han vivido ah y que favorecen un

en los territorios del Norte. En Guadalajara, un personaje clave fue a

ller don Juan Isidro Rojo de Costa, natural de la ciudad de Mxico

Guadalupana, a la cual mand construir un colateral en el Sagrario e

posea un cuadro, donado a su muerte a la Merced (Calvo, 1992: 18

La devocin a la Virgen de la Inmaculada Concepcin ees un aspecto particular de un fenmeno ms general. Hay qlos hispanos trajeron consigo el fervor mariano, el cual se dislas colonias americanas, pero en cada lugar fue tomando particularidades locales. En el centro de la Nueva Espaa hunes notables por la toma de posicin que suscitaban en los c

gen de los Remedios y la Guadalupana: al paso de los siglosotra tom proporciones de representacin social-cultural. Enva Galicia, el culto de la Inmaculada Concepcin pas de la d

para la poblacin indgena, a la poblacin mestiza y criolla entiempo se multiplic en diversas advocaciones tradicionalmen la pennsula:

N t S d l R i

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Nuestra Seora del Carmen

Nuestra Seora de la Asuncin Nuestra Seora del Patrocinio

Nuestra Seora de la Candelaria Nuestra Seora de la Expectacin

Todas estas imgenes fueron generando devociones yles en barrios y en poblaciones, desde Guadalajara hasta Zalientes, Charcas, Huaxicori en el Nayar, Texas, Poncitln, G

tln, Mascota, Santa Ana Tistac, en fin, hacia todos los vienproducirse los tres grandes santuarios marianos que, habiimgenes de la Inmaculada Concepcin, devinieron advocala Virgen de San Juan de los Lagos, la Virgen de Zapopan y l

Esta ltima imagen transmut de Inmaculada a del Rosario

LALLEGADADE GUADALUPEAL OCCIDENTEDE MXICONinguno de los cronistas iniciales reportan alguna noticia tencia de devocin guadalupana en Nueva Galicia: fray Di44), Alonso de la Mota y Escobar (1993), Domingo Lzaro dfray Antonio Tello (1968). Si para cuando escribe Tello, 1varios devotos guadalupanos en el territorio neogallego, de

derado sin importancia. Slo Matas de la Mota Padilla, enmencin en cinco o seis ocasiones al nombre de Guadalupea reforzar la hiptesis de que la imagen sagrada que emana d

poder poltico en Mxico encontr resistencias en el occidSin embargo, Matas de la Mota Padilla hizo un gran

de promocin de la imagen del Tepeyac, el nico histori

i t l g d l i gi l ibi



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ciudad convenci al gremio del comercio para que la iglesi

ra a San Roque, patrn de la hermandad, se cambiara por llupana.

El empeo del cronista fructific, los comerciantes tuvipero lo que no pudo lograr, aunque hubo la peticin, es quetambin como su patrona a la Virgen de Guadalupe. Es interetras Brading (2002: 205) da por consumado que fue en 1746 qa Guadalupe como patrona universal, en ese ao slo los

Guadalajara la juraban como su patrona.Por su parte, aunque Dvila Garibi est convencido de

guadalupana tuvo un comienzo temprano en Nueva Galicia,convencer de ello a los lectores, la realidad es que sus propi

los datos de que dispone muestran fehacientemente que el cpe fue ms bien tardo e introducido desde las altas jerarqua

sistico, y como ya se observ, por la accin de inmigranteCiudad de Mxico. Este mismo autor explica que

para los antiguos cronistas e historiadores neogallegos la devoci

Virgen de Guadalupe, aunque introducida ya en la Nueva Galicia e

ellos escriban, no debi haber sido a lo que parece, un tema de espe

del plan general de sus obras. Proceda de la capital del virreinato y

terior a las devociones introducidas en la Nueva Galicia por los con

tuales (Dvila, 1948: 18).

Todo parece indicar que la devocin a la InmaculadaMara, principalmente, y muchas otras advocaciones ms de

b tid t di i gi l l G d l

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Es cierto que los sucesivos obispos del ltimo cuart

adelante procuraron favorecer el culto guadalupano, pero que a las advocaciones regionales ya investidas de recono

entre el pueblo. Hubo tambin religiosos franciscanos, cMargil de Jess, que participaron en alguna medida en la prpana ya entrado el siglo XVIII, aunque los ms activos en eslos jesuitas en las misiones norteas.

En este periodo, la Virgen de Guadalupe slo pudo s

en Aguascalientes en 1738, as como en Zacatecas en mediodematlazhuatl ese mismo ao. Algo que probablemente sin zacatecana fue la juramentacin que se hizo un ao ande la Ciudad de Mxico y a propsito de haber sufrido la mi

medad que caus decenas de miles de muertes: en 1737, lasciudad de Mxico proclamaron a Nuestra Seora de Guada

cipal de la capital, una iniciativa que rpidamente se extemientos del vasto territorio del virreinato. La intensidad una epidemia de fiebre tifoidea que atac a la poblacin destimul su aceptacin entre la elite (Brading, 2002: 194). TSanta Mara de los Lagos patentiz su juramento en abril de de Guadalajara es significativo ver que es apenas en el lt

siglo que se inaugura el Santuario de Nuestra Seora de Gmente el da 7 de enero de 1781 la bendeca con toda solemAlcalde (Santoscoy, 1984, tomo I: 207).

Es claro que en el centro del virreinato el culto guadalugar a sentimientos identitarios de confluencias intertnica

del siglo XVI. En la siguiente centuria, al conocerse oficia

f id l Ni M h l i di t



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gidas y propagadas desde la capital colonial, sera un erro

mecanicista aseverar tal cosa; en una regin como el occidhaban germinado tradiciones religiosas locales que vendr

integracin espiritual y poltica que se pondra de manifiestcurrente.


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ORIENTACIN MARIANA DE LA REG


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Como se ha mostrado, la imagen tutelar de Mara implantadsos del tiempo de la evangelizacin qued fuertemente enrai

cidente; desde la creacin del obispado de la Nueva Galicia lopos retomaron lo ya hecho por aquellos misioneros. Daremos

cia de la labor de algunos obispos.El primer obispo, cuyo asiento lo tuvo en Compostela a

ra trasladado a Guadalajara, fue Pedro Gomez Maraver. Segun fervoroso devoto de la Virgen Mara en su advocacin o Seora del Patrocinio, cuya ilustre archicofrada instituy en

quial de Zacatecas, inscribindose por su primer cofrade y primer capelln (Dvila, 1957: 465). Este obispo asumi sdiciembre de 1546 en que lleg a Guadalajara de paso a Comsu obispado, aunque decidi no quedarse en esa ciudad y pro

del asiento a Guadalajara (Cfr.:Romn Gutirrez, 1993).Aos ms tarde, otro obispo de inclinacin mariana fue

Alzola, que por el ao de 1589 fund la cofrada de Nuestra Sdad en Guadalajara Se le atribuye tambin ser propagador de

ORIENTACIN MARIANA DE LA REG

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Al obispo Leonel de Cervantes se le debe la promoci


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Al obispo Leonel de Cervantes se le debe la promoci

gen de San Juan, all por 1634, cuando en una visita diomejorar y adornar su pobre casa (Florencia, 1998: 52). El

Verdn Molina fue otro propulsor del culto mariano Sealadamente lo fueron Juan Ruiz Colmenero y Juan de Garavito, los dos muy destacados guardianes y continuadomariana.

El obispo Juan de Santiago de Len Garavito orden

informacin acerca de los milagros obrados por la Virgen 1693 y tambin mejor su santuario. De igual forma indagllas de Nuestra Seora de San Juan, que ha hecho desde presente (1691), con toda claridad, individuacin y distincin

114). Asimismo, peda que se informara acerca de

la devocin general que se tiene con la Seora; si es de pincel, o d

la Imagen; quanto dista de la Villa de los Lagos; quanto de esta ciud

la Iglesia que tiene, y su fbrica; los dones que le han dado, los or

poniendo en quanto a los milagros, el modo como Vmd lo sabe,

toda distincin, y los fundamentos que Vmd tuviere. Asimismo, p

zo del Santuario, y el estado que al presente tiene el Templo, y el a

esta ltima vez, con el adorno de las torres. Los Ministros que l

especial el da que se celebra su fiesta con tan grande concurso y d

1998: 114).

ELAUGE DE LFERVORNinguno de los prelados neogallegos tuvo tanta participaci

i d l lt d l t i i l i g i

ORIENTACINMARIANADE LAREGIN

Ruiz Colmenero fue recibido en Guadalajara el 24 de di


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Ruiz Colmenero fue recibido en Guadalajara el 24 de di

y al ao siguiente comenz una visita general por su dicems de un ao.1 Este recorrido le sirvi para conocer el clim

exista en Nueva Galicia. A su regreso empez a su cruzada desembols los recursos necesarios para la construccin derio de la Virgen de San Juan de los Lagos, sino que l mismo jos por algn tiempo. Se dice que este prelado

eminentemente mariano, se dedic con verdadero ahnco a propa

excelsa Madre de Dios: fue el primero de los prelados de esta iglesi

su cabildo, jur pblicamente la defensa del misterio de la Concepc

Mara Santsima; hizo obligatoria para su sede la celebracin de la

diciembre de cada ao, la cual haba de estar precedida de vigilia yconstituciones de la Cofrada de la Pura y Limpia Concepcin del h

de San Juan de Ocotn, de la feligresa de Zapopan (Dvila, 1949: 2

Orden la primera investigacin acerca de los milagrVirgen de Zapopan, tarea que realiz el cura de este pueblo, el de Herrera. Decidi cambiar la fecha de la fiesta de la virgenbre al 18 del mismo mes, con la finalidad de poder asistir p

santuario zapopano, dado que l deba presidir cada ao laPursima en su catedral. Para impulsar el culto de la virgen dese hizo mayordomo de esta fiesta y por espacio de nueve a

nizar con extraordinaria pompa (Dvila, 1949: 21). RespecTalpa promovi el Ilmo. Sr. Ruiz Colmenero las informacionela averiguacin y calificacin de los milagros y dems diligen

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el Santo Concilio de Trento; autoriz el culto y las mariana


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el Santo Concilio de Trento; autoriz el culto, y las mariana

diversos lugares del pas, acuden peridicamente a Talpa (Tenemos que la labor en pro del culto mariano e

neogallegos del obispo Ruiz Colmenero fructific en la cotres santuarios ms importantes del occidente del pas, y lozados en el actual estado de Jalisco. Las tres imgenes fuerautoridad pontificia: la Virgen de San Juan de los Lagos e1904; la Virgen de Zapopan el 18 de enero de 1921 y Nuestra

12 de mayo de 1923.Juan Ruiz Colmenero naci en la Villa de Budea, en la

dalajara, Espaa, entre 1596 y 1597. Fue hijo de Pedro ColmRuiz. Estudi en el Colegio de San Ildefonso de Cuenca, y d

y Pontificia Universidad de Alcal. Se le ofreci la mitra de Noa la cual declin. El papa Inocencio X fue quien lo design

Galicia el 25 de junio de 1646. Se incorporara a su dicesisiguiente como ya se mencion.

Como queda claro, este obispo se dedic por entero mariano en los tres santuarios marianos mencionados, peroci el fervor a Mara en general en todo el territorio. Aunqnes ordenadas entre 1648 y 1649, a su paso por los santu

visita, sirvieron para dar mayor impulso a la devocin, loaccin trascendi ms all de la simple promocin de las icarcter fundante, y al vigorizar lamariolatraneogallega

fuerte identidad regional, al tiempo que marcaba la diferencveniente con la devocin mariana guadalupana que poco a

desde el centro del poder poltico del pas.

ORIENTACINMARIANADE LAREGIN

posteriores apoyos para la construccin de mejores templos


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posteriores apoyos para la construccin de mejores templos

nes veneradas por cada vez ms gente, desde todos los confGalicia. En efecto, la ubicacin de los santuarios daba la pos

car o alcanzar la mayor parte del territorio: zonas ridas minecia, desde San Juan; Sierra y costa, desde Talpa; el centro y lajara, desde Zapopan.

A finales del siglo XVIII, se erige en forma el SantuarioGuadalajara, y aunque viene promocionado con alguna fuerz

la lista de santuarios marianos importantes de la ciudad, ciesas fechas no muestra mayores pretensiones de prioridad. cer la Nueva Galicia, el culto de Mara ya estaba lo suficienteen todo el territorio, tanto que dentro del imaginario religioso

constitua un smbolo integrador de la identidad regional, avatiempo por las distintas etapas de Jalisco, hasta nuestros da


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CONFORMACIN DE SANTUARIOS


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LAVIRGENDE SAN JUANDE LOSLAGOSGracias a fray Antonio Tello tenemos la noticia ms cercana a

comenzaron a circular los primeros relatos de milagros obrgen de la Inmaculada Concepcin del hoy San Juan de los

otros testimonios haban sido divulgados por autores como Frencia o el propio Matas de la Mota Padilla basndose en la trlas relaciones de milagros levantadas encargadas por las asisticas de la Nueva Galicia. Dice Tello que en el

pueblo de San Juan, deste Nuevo Reino de la Galicia, que dista v

ciudad de Guadalaxara, est una imagen milagrosa, llamada la Vi

tomando la denominacin de dicho pueblo, y queriendo averigua s

qu al bachiller Diego de Camarena, beneficiado que fue del partid

[] el cual me dixo y certifico, que a una india llamada Mara Magtena ms de ciento y diez aos de edad, le dio noticia de que el pad

Segovia le dio al dicho puesto dicha imagen aunque no le nombr, si

la dado un religioso de nuestro padre San Francisco y se presume

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por devocin el barrerla cada da; sucedi pues que en el ao d


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treinta, pasando por all un hombre que vena a la ciudad de GLuis Potos con su mujer e hijas, antes de llegar a San Juan, se le

y habiendo llegado con ella al dicho pueblo, se fue derecho a l

los indios fuesen a llamar al cura para que enterrase la difunta;

india Mara Magdalena de las lstimas que haca la madre de la

se encomendasse a aquella imagen de la Virgen que estaba en la ig

mujer, afectuosamente, con mucha fee y devocin, pidi a la

vida de su hija, y ponindosela delante, resucit, y se levant

imagen, y pidiendo a su madre no la sacase de all. Habiendo vi

madre, dieron muchas gracias a Dios y a la Virgen Sactssima; y q

su camino para ussar su exercicio en la ciudad de Guadalaxar

volantinero, con que pasaban la vida, viendo la imagen muy magedad del tiempo, pidi al cura y a los oficiales del hospital, el p

llevar a Guadalaxara, para aderezarla y vestirla, como se la dier

viniesen con l para volverla. Llegaron a esta Ciudad, y certific

Diego de Camarena, jura que le dijeron que antes de hacer dili

haba de aderezar, les sali al encuentro un hombre no conocido

si buscaba quien aderezasse la imagen, l lo hara; y conchavnd

la dio, ensendole la casa a donde viva; y en breve tiempo la t

solamente el rostro y las manos, y nunca supieron quien fue aquel

aquellos devotos agradecidos, pobremente, conforme a su cau

gen de esta sancta imagen, y el principio de sus milagros, o por

mero que se supo.[] Y para dar el dicho testimonio, sucedi otro milagro, y f

al dicho cura a los que presentes estaban, si haba alguno que es

ll d F i d A ll t di

CONFORMACINDE SANTUARIOS

Otros infinitos milagros ha obrado Nuestro Seor por su sa


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chos de los quales estn escritos en los libros que tienen los que capilla, y otros que no refiero, contentndome solo con dar razn d

gedad, y del principio que tuvo en hacer milagros, y por haber hec

ao de 1630, haber sido la sanctssima imagen dada por los religio

dre San Francisco, he querido poner aqu esta relacin (Tello, 198

volumen III: 401-403).

A partir de relatos que surgieron y fueron pasando de uotra, el padre Francisco de Florencia escribi el suceso del malgunas diferencias respecto a lo narrado por Tello. Por ejemra Magdalena de Tello es Ana Luca para De Florencia; el re

relato se convierte en dos jvenes en el otro, los cuales luegtrabajo desaparecen, con lo que queda demostrado que hab

enviados del cielo, con que sin dudas eran personas a quienches son das, o por mejor decir, de las que viven aquel da, qde tener noche: ngeles sin duda eran, que vinieron a empleade la imagen de aquella seora a quien sirven en su persona

sus Imgenes en la tierra (Florenci

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