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Athenea Digital - 15(1): 3-29 (marzo 2015) -ARTÍCULOS- ISSN: 1578-8946 BAJTIN Y LO SOCIAL: HACIA LA ACTIVIDAD DIALÓGICA HETEROGLÓSICA 1 BAKHTIN AND THE SOCIAL: TOWARDS DIALOGIC HETEROGLOSSIC ACTIVITY Vicente Sisto Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; [email protected] Historia editorial Resumen Recibido: 06/10/2011 Aceptado: 03/03/2015 Este artículo revisa el trabajo de Mijail Bajtín, un autor que se ha transformado en referencial para las Ciencias Sociales contemporáneas. Es así, que se abordan algu- nas de sus propuestas conceptuales más relevantes tales como las nociones de enunciación, dialogismo, responsividad, géneros discursivos y heteroglosia, en el marco de una teoría centrada en el acontecimiento y en la actividad. A partir de esta revisión se discuten algunos efectos que estos conceptos tienen para la consi- deración de sujeto y de lo social como objetos de la teoría e investigación en cien- cias sociales. Palabras clave Mijail Bajtín; Dialogismo Teoría Social; Heteroglosia Actividad Abstract Keywords Mikhail Bakhtin; Dialogism Social eory; Heteroglossia Activity is article reviews the work of Mikhail Bakhtin, an author who has become ref- erent for contemporary social science. Here we review some of its most important conceptual proposals such as the notions of uerance, dialogue, responsiveness, and heteroglossia discourse genres, as part of a theory centered on the activity. From this review we discuss some effects that these concepts have to consider the subject and the social as objects of theory and research in social sciences. Sisto, Vicente (2015). Bajtin y lo Social: Hacia la Actividad Dialógica Heteroglósica. Athenea Digital, 15(1), 3-29. hp://dx.doi.org/10.5565/rev/athenea.957 Introducción Este 7 de marzo de 2015 se cumplieron 40 años del fallecimiento del Mijaíl Mijáilovich Bajtín (Михаил Михайлович Бахтин), lingüista y teórico social, nacido en 1895 en Oriol, en territorios de lo que en ese momento era el Imperio Ruso. Hoy su trabajo y el de su círculo, es reconocido como uno de los principales aportes al devenir contempo- ráneo de las ciencias sociales, siendo ya considerado un clásico de la teoría social ac- tual (Brandist & Tihanov, 2000; Cresswell & Cor, 2011; Emerson, 2002). Va a ser a par- tir de la publicación en 1981 de e Dialogic Imagination, una compilación de textos de Mijail Bajtín realizada por Caryl Emerson y Michael Holquist, que comenzarán a suce- derse una serie de trabajos inspirados en las ideas bajtinianas que trascenderán el cam- po de las teorías literarias y lingüísticas, dando cuenta de su impacto a la hora de com- prender lo subjetivo y lo social. Biografías, antologías, monográficos en prestigiosas revistas, seminarios de pregrado y postgrado, así como Centros de Estudios exclusiva- mente dedicados al trabajo de este autor muestran lo que Caryl Emerson (2002) ha de- nominado la institucionalización del pensamiento Bajtiniano en el corazón de nuestras 1 Este trabajo ha sido apoyado por el Fondo Nacional de Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología de Chile a través del Proyecto Fondecyt Nº 1151209. 3

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  • Athenea Digital - 15(1): 3-29 (marzo 2015) -ARTCULOS- ISSN: 1578-8946

    BAJTIN Y LO SOCIAL: HACIA LA ACTIVIDAD DIALGICA HETEROGLSICA1

    BAKHTIN AND THE SOCIAL: TOWARDS DIALOGIC HETEROGLOSSIC ACTIVITY

    Vicente Sisto

    Pontificia Universidad Catlica de Valparaso; [email protected]

    Historia editorial ResumenRecibido: 06/10/2011

    Aceptado: 03/03/2015

    Este artculo revisa el trabajo de Mijail Bajtn, un autor que se ha transformado enreferencial para las Ciencias Sociales contemporneas. Es as, que se abordan algu-nas de sus propuestas conceptuales ms relevantes tales como las nociones deenunciacin, dialogismo, responsividad, gneros discursivos y heteroglosia, en elmarco de una teora centrada en el acontecimiento y en la actividad. A partir deesta revisin se discuten algunos efectos que estos conceptos tienen para la consi-deracin de sujeto y de lo social como objetos de la teora e investigacin en cien-cias sociales.

    Palabras claveMijail Bajtn; DialogismoTeora Social; HeteroglosiaActividad

    Abstract

    KeywordsMikhail Bakhtin; DialogismSocial Theory; HeteroglossiaActivity

    This article reviews the work of Mikhail Bakhtin, an author who has become ref-erent for contemporary social science. Here we review some of its most importantconceptual proposals such as the notions of utterance, dialogue, responsiveness,and heteroglossia discourse genres, as part of a theory centered on the activity.From this review we discuss some effects that these concepts have to consider thesubject and the social as objects of theory and research in social sciences.

    Sisto, Vicente (2015). Bajtin y lo Social: Hacia la Actividad Dialgica Heteroglsica. Athenea Digital, 15(1), 3-29. http://dx.doi.org/10.5565/rev/athenea.957

    Introduccin

    Este 7 de marzo de 2015 se cumplieron 40 aos del fallecimiento del Mijal MijilovichBajtn ( ), lingista y terico social, nacido en 1895 enOriol, en territorios de lo que en ese momento era el Imperio Ruso. Hoy su trabajo y elde su crculo, es reconocido como uno de los principales aportes al devenir contempo-rneo de las ciencias sociales, siendo ya considerado un clsico de la teora social ac-tual (Brandist & Tihanov, 2000; Cresswell & Cor, 2011; Emerson, 2002). Va a ser a par-tir de la publicacin en 1981 de The Dialogic Imagination, una compilacin de textos deMijail Bajtn realizada por Caryl Emerson y Michael Holquist, que comenzarn a suce-derse una serie de trabajos inspirados en las ideas bajtinianas que trascendern el cam-po de las teoras literarias y lingsticas, dando cuenta de su impacto a la hora de com-prender lo subjetivo y lo social. Biografas, antologas, monogrficos en prestigiosasrevistas, seminarios de pregrado y postgrado, as como Centros de Estudios exclusiva-mente dedicados al trabajo de este autor muestran lo que Caryl Emerson (2002) ha de-nominado la institucionalizacin del pensamiento Bajtiniano en el corazn de nuestras

    1 Este trabajo ha sido apoyado por el Fondo Nacional de Desarrollo de la Ciencia y la Tecnologa de Chile a travsdel Proyecto Fondecyt N 1151209.

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    disciplinas. Ideas tales como que el sujeto debe ser comprendido como constitutiva-mente dialgico y que lo social debe ser abordado como un proceso polifnico nuncaacabado, siempre en construccin, han sido fundamentales para el desarrollo contem-porneo de campos tan diversos como los estudios urbanos (Collins, 1999), los estudiosorganizacionales (ver, por ejemplo el nmero especial de Organization Studies publica-do por Belova, King & Sliwa, 2008), la Teora Psicolgica (Burkitt, 2010; Tappan, 2005;Valsiner, 2009), incluyendo la Psicologa Discursiva (Shotter & Billig, 1998) y la Investi-gacin Cualitativa (Ellis & Bochner, 2003; Gergen, 2003; Larran & Moretti, 2011; Sisto,2008; Sisto & Fardella, 2009; Smith & Sparkes, 2008; van Enk, 2009), por nombrar sloalgunos. A pesar de lo anterior, si bien las ideas de este semilogo y terico social so-vitico se han constituido en un referente esencial, segn Michael Gardiner (2000),parte de sus usos se han caracterizado por la simple asimilacin de conceptos bajtnia-nos como dialogismo o heteroglosia a marcos conceptuales previos no siempre consis-tentes con la propuesta del autor ruso. Ejemplo de ello se puede encontrar en algunostrabajos de la llamada Psicologa Cultural, en los cuales se utilizan conceptos bajtinia-nos insertos en marcos propios de las perspectivas cognitivistas de cognicin social,aislados de su marco de origen (ver, como ilustracin, Di Maggio, 1997 o Tomasello,Carpenter, Call, Behne & Moll, 2005).

    En este contexto, este artculo se presenta como una revisin de algunas de lasprincipales ideas de Bajtn desarrolladas a travs de sus diferentes textos en torno a lacomprensin del lenguaje como cuerpo esencial en el cual se materializa la vida social,cuerpo entendido a la vez como construido y reconstruido por esa misma vida socialheterognea y cotidiana, rechazando las miradas estructurales. Nociones como enun-ciacin, dilogo, responsividad, gneros discursivos y heteroglosia, sern presentadasmostrando cmo estos conceptos estn marcados por un fuerte nfasis en la actividadcomo realizacin situada, dando cuenta de la influencia de la dialctica marxista. Estarevisin nos permitir sugerir algunos lineamientos acerca de cmo las propuestas deBajtn pueden abrir nuevas miradas para comprender lo social y lo subjetivo, en elcontexto de los debates actuales en ciencias sociales. Se espera con ello contribuir auna comprensin del trabajo bajtiniano que trascienda el mero uso de conceptos o eti-quetas aisladas, y permita avizorar las sugerencias, invitaciones y provocaciones queemergen para la teora social hoy. Para ello, iniciaremos este texto presentando algu-nos datos introductorios acerca de la biografa intelectual del autor, con el fin de darcontexto a estas ideas que hoy dialogan en nuestro presente.

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    Algunos apuntes para una Biografa Intelectual deBajtn

    Bajtn alcanz a publicar en vida, y bajo su nombre, slo tres textos en formato de li -bro2: Problemas del arte creativo de Dostoievski en 1929, Problemas de la Potica deDostoievski publicada por primera vez en 1963 y con una segunda edicin en ruso en1979 (Batjin, 1963-1979/1986)3, que era una reformulacin de su anterior obra, y Lacultura popular en la edad media en 1965 (1965/1987). Adems realiz numerosos es-critos de los cuales slo unos pocos fueron publicados en revistas especializadas en te-ora literaria, quedando la mayor parte en forma de manuscritos, algunos de los cualesslo al final de su vida organiz para su publicacin en la compilacin: Teora y Est-tica de la Novela editado en 1975 (1975/1989), dejando como tarea para sus seguidoresla edicin de una segundo libro compuesto de diversos ensayos, bajo el ttulo de Est-tica de la Creacin Verbal publicado en 1979 (1979/1982). Esto se explicara segnGary Morson y Caryl Emerson (1990), por la censura poltica que sufri el trabajo inte-lectual en la Unin Sovitica luego del ascenso de Stalin, quien con la fuerza legal deldecreto design cual sera la teora del lenguaje propiamente marxista, as como ocu-rri con otras disciplinas, como la psicologa. Todo trabajo fuera de este marco no slosera realizado sin apoyo estatal, sino que sera perseguido como ilegal ya que seracontrarrevolucionario.

    As, Bajtn, al igual que muchos otros intelectuales en desacuerdo con los modelosescogidos como los propiamente marxistas, fue alejado de la labor acadmica e inclusofue arrestado y exiliado en 1929. Hasta ese momento Bajtn mantena un activo crculointelectual, junto con Valentin Voloshinov y Pavel Medvedev, entre otros; de este tra-bajo conjunto surgieron diversos textos adems del estudio de la obra de Dostoievski.De hecho existe una polmica hasta hoy vigente acerca de la autora de los trabajos delcrculo de Bajtn; al respecto me acojo a la versin de Sergei Bocharov (citado en Zava-la, 1996; 1997), editor ruso de los trabajos del crculo y tal vez la fuente disponible msprxima a ste, quien seala que los trabajos Freudismo, una Crtica Marxista (edita-do en 1927)4 y Marxismo y la Filosofa del Lenguaje (de 1930) (1930/1992) publicadosbajo el nombre de Voloshinov, y El mtodo formal de los estudios literarios (publica-do en 1928) (1928/1994), firmado por Medvedev, perteneceran a la autora de Bajtn, el

    2 Al igual que en el resto de citas bibliogrficas aparecidas en este trabajo, el nmero aparecido entre parntesis secorresponde con el ao de publicacin de la primera edicin en el idioma original en que fue publicado, en estecaso en ruso. Hago esta aclaracin, teniendo en cuanta que gran parte de los textos de Bajtn se publicaron sloluego de su muerte.

    3 Siguiendo la frmula empleada por Gary Morson y Caryl Emerson (1990), esta obra ser citada indicando ambosaos: Bajtn, 1963-1979.

    4 Parte importante de este texto fue traducido al espaol bajo el ttulo Ms all de lo social: un ensayo sobre la teorafreudiana (Bajtn 1927/1998).

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    que, intentando protegerse de la amenaza de la censura, prefiere publicar bajo losnombres de sus compaeros, amplindose as a seis sus libros publicados en vida. Sinembargo es necesario reconocer en toda su obra la fuerza del dilogo intelectual quemantuvo con su crculo. En este escrito, estos trabajos sern citados siguiendo la pro-puesta de Holquist (1994), como Bajtn/Voloshinov y Bajtn/Medvedev, utilizando labarra oblicua (/).

    Tal como describen Morson y Emerson (1990), desde su arresto y exilio, que durseis aos, Bajtn se mantuvo al margen de la produccin intelectual durante algntiempo, trabajando como administrativo contable en una granja comunal, tiempo en elcual desarroll algunos escritos que slo fueron publicados despus de su muerte. Esen 1941 cuando decide volver al mundo acadmico, para presentar su tesis doctoralacerca de Ravelais, la cual se publica recin en 1965. Con esta vuelta al mundo acad-mico, paulatinamente el trabajo de Bajtn comenzar a ser recuperado por una serie deestudiantes impresionados por el trabajo en torno a Dostoievski y sorprendidos por elhecho de que su autor aun siguiera vivo. Es as que se publica en 1963 una nueva edi-cin revisada del trabajo de Dostoievski, comenzando as la lenta recuperacin y valo-racin de sus textos en la Unin Sovitica, en la cual la importante Escuela de Tart deteora semitica tendra un papel relevante. Incluso, hasta hace muy poco han seguidoapareciendo nuevos escritos de Bajtn nunca antes publicados tales como los compila-dos en Hacia una Filosofa del Acto tico, publicado en 1986,y en De los Borradoresde 1992).

    Los trabajos de Bajtn tienen la caracterstica de aparecer dispersos, enfocados adiversas temticas, sin existir ningn trabajo propio en que articule explcitamente lasdiversas ideas que estarn presentes en sus escritos. Lo anterior dar lugar a algunospara hablar de dos Bajtn, uno de los aos 20 y 30, ms centrado en la actividad, y otrode los 50 en adelante, abocado al dilogo intralingstico como componente de lo so-cial; esta interpretacin ha sido realizada sobre todo en los aos 80 por tericos anglo-sajones (como Wertch, 1991/1993) basada en los textos disponibles en ingls, los quehasta hace muy poco eran bastante reducidos. Sin embargo la minuciosa revisin desus textos completos, tal como lo sealan Gary Morson (1986), Michael Holquist(1994), principal editor en ingls de Bajtn, e Iris Zavala (1997), mostraran una signifi-cativa coherencia en las ideas que intentaban expresar, aun en la heterogeneidad de es-critos. De acuerdo a estos estudiosos del pensamiento de Bajtn, en los escritos de losprimeros aos el autor deja sentadas condensadamente sus principales ideas, las quesern desarrolladas luego, aplicndolas en la teora y anlisis de la novela. El hecho deque la totalidad de los textos publicados de Bajtn que han sido traducidos a algunalengua occidental, ya estn en Espaol, en muchos casos mucho antes que en ingls,

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    me permite compartir la segunda opinin, la que parece confirmarse en De los Apun-tes de 1970 y 1971 (1979/1982) en los que Bajtn retoma algunas de las principales ideasdesarrolladas a comienzos de los aos veinte, confirmando la permanencia de unasideas.

    Es as que a partir de los textos publicados de Bajtn que en algunos casos puedenparecer inexactos o incompletos, siempre provocadores, intentar a continuacin pre-sentar algunas ideas que hoy pueden servirnos de referente y de huella que desafanuestros pasos y nuestras voces en las ciencias sociales.

    Bajtn, Lenguaje, Dilogo y lo Social

    Bajtn, al igual que otros pensadores contemporneos a su tiempo, tambin encontren el lenguaje el cuerpo esencial en el cual se desarrolla la vida social, incluyendo a lasubjetividad humana y la conciencia. Como l mismo lo declara (1975/1989), su trabajono es slo el de un terico del lenguaje y la novela, sino que tambin el de un psiclo-go y un socilogo, que intentaba acercarse al lenguaje en tanto rea fundamental parael encuentro de lo social y lo subjetivo. Lo peculiar que distingue su trabajo es que de -sarroll toda su obra bajo el signo de lo uno y lo mltiple, en el misterio de la plurali -dad. El sentido de la plena multiplicidad del mundo, de lo social, de lo subjetivo, le im-puls a repensar las estrategias con que las ciencias humanas haban disfrazado deunidad la heterogeneidad. Este enorme sentido de heterogenidad empuj a Bajtn amovilizarse continuamente para no ofrecer jams un esquema conceptual al cual su-bordinar toda multiplicidad y variabilidad, en la intencin de no sacrificar la tensinentre la identidad y la diferencia, que inspirar su obra. Por lo anterior no es de extra-ar que su voz se haya escuchado en occidente slo varios aos despus de su muerte,cuando el deconstruccionismo y las propuestas postestructuralistas ya haban logradoposicionarse respetablemente en el mundo acadmico.

    La relacin entre el pensamiento bajtiniano y el desarrollo del postestructuralis-mo se puede apreciar en Mil Mesetas, trabajo de Deleuze y Guattari (1980/1997), en elcual realizan una crtica radical a todo intento de ocultamiento de lo mltiple, en dis-fraces esquemticos incapaces de comprender la multiplicidad. Ah propondrn a losagenciamientos como nica referencia posible del lenguaje, en tanto conjunto detransformaciones incorporales que tienen lugar en una sociedad determinada, y que seatribuyen a los cuerpos de esa sociedad, remitiendo as al lenguaje a la vida misma,por lo que debe considerrsele en su multiplicidad, la que lo une intrnsecamente a lasotras dimensiones de la vida social en una relacin que no libera a ninguna dimensinde la otra, constituyndose en esa multiplicidad de lo uno (Deleuze & Guattari,

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    1980/1997). Por lo anterior no es de extraar que estos autores se adelanten en la recu-peracin de los escritos de Bajtn, utilizando algunos como parte fundamental de suargumento en especial en lo que dice relacin a su crtica a la lingstica (captulo 4).

    Segn Bajtn, su proyecto no era propiamente lingstico, sino translingstico(Bajtn, 1963-1979/1986). Su objetivo era desarrollar una visin del lenguaje que evitaralos esencialismos y lo mostrara como un emergente, producido en la heterogeneidadde la vida social cotidiana, a la vez que producindola. Gran parte de la labor de Bajtntomar la forma de una crtica a las posiciones de carcter estructural herederas deSaussure en la consideracin del lenguaje. Tal como plantea (1929/1993a), el lenguajeno debe ser concebido como una estructura abstracta plena de reglas gramaticalesaplicables en casos concretos. Contra la diferencia entre lengua y habla, el autor mues-tra al lenguaje como un proceso vivo slo existente en la actividad prctica que reali -zan los hablantes.

    El lenguaje no es un don divino, ni un regalo de la naturaleza. Es el productode la actividad humana colectiva, y refleja en todos sus elementos tanto la or-ganizacin econmica como la sociopoltica de la sociedad que lo ha genera-do (Bajtn, 1929/1993a, p. 227).

    Para Bajtn, y contra la lingstica tradicional, el lenguaje no puede ser considera-do como un sistema abstracto de significacin. Los sistemas de cdigos que determi-nan correspondencias entre significantes y significados son determinados continua-mente por los sujetos actuando el lenguaje. Un pensamiento formal, sistemtico, so-bre el lenguaje es incompatible con una comprensin viva, histrica del lenguaje. Des-de el punto de vista del sistema, la historia siempre parece ser una simple serie detransgresiones accidentales (Bajtn/Medvedev, 1928/1994, p. 78).

    Si bien, es cierto que las nociones sistemticas surgen a partir de la necesidad deorganizar la diversidad del lenguaje para su estudio, las disciplinas sociales, en general,y lingsticas en particular, finalmente han acogido a los mapas sistemticos y estruc-turales como el terreno propiamente tal, olvidando la diversidad de la vida social, a laque responden estas organizaciones sistemticas (Bajtn, 1975/1989).

    El lenguaje es social, las estructuras lingsticas slo pueden ser consideradascomo organizaciones momentneas y dinmicas que dependen en todo momento de lavida social del lenguaje. La palabra (como todo signo en general) es interindividual(Bajtn, 1979/1982, p. 313). Respondiendo la oposicin saussiriana entre forma y conte-nido, Bajtn explcita que La forma y el contenido van unidos en la palabra entendidacomo fenmeno social; social en todas las esferas de su existencia y en todos sus ele-

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    mentos -desde la imagen sonora hasta las capas semnticas ms abstractas (Bajtn,1975/1989, p. 77)

    La palabra as slo puede existir en la interaccin viva, concebida como una arenaen la que tienen lugar las distintas luchas sociales, cruzndose en ella como fuerzas so-ciales vivas (Bajtn, 1979/1982). La palabra no es la palabra pronunciada por una perso-na individual, es el campo donde tiene lugar la interaccin y disputa de las fuerzas so-ciales vivas. Profundizaremos en esta idea.

    El enunciado como unidad del lenguaje social vivo

    Al enfatizar la necesidad de realizar un estudio del lenguaje en su vida misma, y contralas estructuras tericas abstractas alejadas de los desempeos cotidianos de las perso-nas usando al lenguaje, es necesario considerar una unidad de estudio capaz de abor-dar al lenguaje en su vida cotidiana. As, adelantndose a los lingistas occidentales,Bajtn encontrar en el enunciado una compresin interindividual del lenguaje en suuso, que presupone explcitamente la existencia no slo de un hablante, sino de unoyente, la enunciacin es una accin lingstica siempre orientada hacia un otro, in-cluso en la aparente ausencia fsica de ste en el contexto (Bajtn/Voloshinov,1930/1992).

    El enunciado se diferencia de la palabra porque, tal como ha sido concebida tradi-cionalmente, sta se define por su correspondencia unvoca con un significado, corres-pondencia asignada por un cdigo lingstico. El enunciado, en cambio, es una compo-sicin que puede tener una o ms palabras desenvolvindose en un proceso comunica-tivo concreto, por lo que no posee significado, sino sentido (es decir es una totalidadde sentido que tiene que ver con los valores: verdad, belleza, etc., que exige como com-prensin una respuesta que incluya la valoracin) (Bajtn, 1979/1982, p. 318).

    Es decir, el enunciado al pertenecer a la comunicacin discursiva cotidiana nopuede sostener un significado abstracto consensual, su significacin slo cobra exis-tencia en su relacin con las circunstancias concretas de enunciacin, y estas circuns-tancias no son simplemente referidas al sistema lingstico, sino que sealan al con-texto sociohistrico y material en el cual es llevada a cabo la comunicacin discursiva.Hablante, oyente, materia de expresin y objeto referido, teidos por valoraciones de-sarrolladas sociohistricamente, emergen del enunciado, determinndolo tambin:

    El enunciado es una totalidad de sentido. Una actitud hacia los enunciadosno puede ser separada de la actitud hacia el objeto (porque con respecto alobjeto se discute, se pone de acuerdo, se entra en contacto) y de la actitud ha-cia el hablante mismo (Bajtn, 1979/1982, pp. 314-315).

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    En su referencia hacia un objeto, el enunciado se orienta a un oyente concreto re-lacionando a hablante y oyente en esta referencialidad objetal. Por lo anterior el enun-ciado considera al lenguaje ocurriendo enteramente en el flujo de relaciones cotidianasocurriendo entre personas, siempre relaciona entre s a los participantes de una situa-cin en cuanto copartcipes (Bajtn/Voloshinov, 1929/1997, p. 115).

    Sin embargo, su sentido no se agota en su referencia al objeto y su orientacin ha-cia el hablante. El enunciado, no desconoce el flujo lingstico de lo social. Todo enun-ciado se apoya en otros enunciados anteriores y establece una relacin con otros con-textuales, dirigindose hacia ellos, hablndoles.

    El enunciado se determina no tan slo por su actitud hacia el objeto y haciael sujeto hablante o autor (y por su actitud hacia la lengua como sistema deposibilidades, como dacin), sino directamente hacia otros enunciados en loslmites de una esfera de comunicacin dada (Bajtn, 1979/1982, p. 314).

    As el enunciado empuja a comprender al lenguaje slo existiendo en cuanto talen la comunicacin discursiva como una comunicacin comprometida con el flujo dela actividad social, donde el enunciado nunca est aislado, y es slo un eslabn de lacadena. La esencia efectiva del lenguaje est representada por el hecho social del lainteraccin verbal, que es realizado por una o ms enunciaciones (Bajtn, 1929/1993b,p. 246). Por ello el enunciado como totalidad no puede ser definido en trminos de lalingstica o de la semitica. El termino texto no corresponde en absoluto a la esenciade un enunciado entero (Bajtn, 1979/1982, p. 357), el enunciado no es slo textuali-dad, sino que cumple una funcin en la vida social, comprometindose en ella:

    No comprenderemos nunca la construccin de una enunciacin cualquiera por completa e independiente que ella pueda parecer si, no tenemos encuenta el hecho de que ella es slo un momento, una gota en el ro de la co-municacin verbal, ro ininterrumpido, as como es ininterrumpida la vidasocial misma, la historia misma (Bajtn, 1929/1993a, p. 246).

    Del enunciado a la nocin de lenguaje como dilogo

    De este modo el lenguaje ya no aparece como un set de estructuras abstractas, sinocomo un flujo de acciones discursivas entrelazadas e interdependientes, cada una delas cuales siempre est orientada hacia un otro, hacia su escucha y contestacin. Lapalabra viva vinculada indisolublemente a la comunicacin dialgica por su naturalezaquiere ser oda y contestada (Bajtn, 1979/1982, p. 342). As, el lenguaje emerge comointeraccin, surgiendo la nocin de dilogo: puede decirse que cualquier comunica-cin verbal, cualquier interaccin verbal, se desenvuelve bajo la forma de interaccin

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    verbal, se desenvuelve bajo la forma de intercambio de enunciaciones, o sea bajo laforma de dilogo (Bajtn, 1929/1993b, p. 250). Esta nocin es influencia del formalistaruso Liev Petrvich Yakubinskii (1892- 1945), lingista e historiador de literatura ruso,quien seala que toda emisin lingstica, en la forma de habla o escritura, se dirige aun otro, comprendiendo as a cada emisin como una intervencin al interior de unaconversacin, sea directa o indirectamente con un oyente o un lector. Estas ideas deYakubinskii no slo influenciarn a Bajtn sino tambin a Vygotsky y su nocin de len-guaje interno, evidencindose en las citas que cada uno le realiza.

    La idea del dialogismo surge en los primeros escritos de Bajtn indicando que todaenunciacin se dirige a otro, orientndose a su comprensin y a su respuesta, a su con-senso o disenso (Bajtn, 1929/1993b). Bajtn comprender al lenguaje, y, en especfico,al despliegue discursivo, no como una mera actualizacin y utilizacin de ciertos cdi-gos arbitrarios o repertorios discursivos existentes a nivel de lo social, sino como unacompleja situacin social en la que cada enunciado se inserta de un modo singular ysiempre diverso en mundo en que ya se ha hablado, plagado de enunciados, a los cua-les inevitablemente se conecta, basndose en ellos o posicionndose frente a ellos. Es-tos estn en el objeto referido del enunciado, en las palabras utilizadas, y en el sujetoal cual se dirige, el oyente o lector. Cada enunciado es, por lo tanto una respuesta a laotredad.

    El dilogo como actividad orientada responsivamente

    Al considerar como principal caracterstica del lenguaje su constitucin dialgica todaenunciacin puede ser considerada una respuesta que, en el marco del flujo del lengua-je vivo, reclama una respuesta, por lo que todo hablante resulta un contestador. Enefecto, un acto humano es un texto en potencia y puede ser comprendido (como actohumano, no como accin fsica) tan slo dentro del contexto dialgico de su tiempo(como rplica, como postura llena de sentido, como sistema de motivos) (Bajtn,1979/1982, p. 298). Todo lenguaje, bajo la comprensin dialgica, slo puede ser conce-bido como actos lingsticos, como lenguaje viviendo en el continuo intercambio queda cuerpo y esencia a lo social. Estos intercambios se constituyen como respuestas aotros enunciados. Se dirigen a otros que ya hablaron y a quienes hablarn, reclamandorespuestas. En este sentido,

    Toda comprensin real y total tiene un carcter de respuesta activa y no essino una fase inicial y preparativa de la respuesta (cualquiera sea su forma).Tambin el hablante mismo cuenta con esta activa comprensin preada derespuesta: no espera una comprensin pasiva, que tan slo reproduzca su

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    idea en la cabeza ajena, sino que quiere una contestacin, consentimiento,participacin, objecin, cumplimiento, etc. (Bajtn, 1979/1982, p. 258).

    Desde este punto de vista, el lenguaje slo es posible comprenderlo en el flujo dela vida social, flujo estructurado responsivamente.

    Y el hombre responde al otro de un modo corporizado. La entonacin del habla, lapostura, el ritmo del habla, y en general todo medio expresivo, son sealados por Baj-tn como parte de la respuesta con que cada sujeto se posiciona en la vida social y enla vida del lenguaje.

    En todo aquello en que el hombre se est expresando hacia el exterior (y porconsiguiente para otro) desde el cuerpo a la palabra tiene lugar una in-tensa interaccin del yo y del otro (...) esta lucha se realiza en todo aquellomediante lo cual el hombre se expresa (se revela) hacia el exterior (paraotros), y abarca desde el cuerpo hasta la palabra (Bajtn, 1979/1982, p. 336).

    Permaneciendo as en el dilogo que contina y donde la respuesta ser escucha-da, respondida y comprendida.

    De este modo el lenguaje es rescatado de las estructuras tericas a las que habasido confinado y es aterrizado en la arena del habla cotidiana, encontrando su nicaestructuracin posible en el dilogo. Un dilogo complejo que se establece no slo conel interlocutor inmediato, pues cada enunciado dialoga con su interlocutor y con todoel resto de palabras ajenas a travs de las cuales se conecta y se posiciona, siendo asun dilogo con el resto de su contexto sociohistrico. La palabra, por lo tanto, estmuy lejos de dormir en el lecho seguro de una enciclopedia de alguna Real Academia oun Centro de Normalizacin Lingstica; la palabra es un drama (Bajtn, 1979/1982,p. 314), y si no se considera en su relacin responsiva, tan textual como corporal, conlos enunciados de otros realizados y expresados, tambin, de algn modo, la palabramuere quedando como pieza de museo, enajenada a su propia vida social. Sin embargoesa vida social de la cual emerge el lenguaje, no puede ser considerada como una uni -dad coherente, consistente, a la cual se sometan todas las respuestas.

    No hay un lenguaje, slo dialectos: la Heteroglosia como el principal componente de lo social

    Segn Bajtn, el hablante se dirige a otro, sin embargo a travs de ese otro le habla alresto de los contextos que conforman su propia vida social. Es ah que el lenguaje seorganiza, pero no en pos de un sistema nico. Lo social es heterogneo y multiverso,por lo anterior los ordenes responsivos son mltiples. Es en relacin a esto que Bajtn

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    considera a la heteroglosia, como el principal fenmeno que caracteriza al lenguajevivo en su continua organizacin-desorganizacin.

    Bajtn considera a la esfera comunicativa un terreno de constante lucha entre lasfuerzas que orientan hacia la sistematizacin y estructuracin social y aquellas queconstantemente lo empujan a la diversidad dndole dinamismo e impredecibilidad. Esen Teora y Esttica de la Novela (1975/1989), la ltima compilacin de trabajos suyosque l mismo organiza antes de su muerte, donde explica claramente la nocin de he-teroglosia, particularmente en el ensayo que ocupa ms de la mitad de la edicin, LaPalabra en la Novela (Bajtn, 1975/1989).

    Las teoras lingsticas y del discurso, tal como lo expone Bajtn, se han centradoslo en el proceso estructurador de la vida social, el que da lugar a que el lenguajepueda ser comprendido como un sistema nico. Sin embargo esto no significa que ellenguaje est constituido estructural y sistemticamente. La categora del lenguajenico es expresin terica de los proceso histricos de unificacin y centralizacin lin-gstica, expresin de las fuerzas centrpetas del lenguaje (Bajtn, 1975/1989, p. 88). Losistemtico y estructural no es una realidad esttica alcanzada, al contrario es un pro-ceso, un movimiento hacia la estructuracin.

    Sin embargo estas fuerzas centrpetas que explican los procesos centralizadoresno son nicas, por lo anterior, la nocin terica de lenguaje como entidad esttica ynica a la cual deben ajustarse el resto de desempeos lingsticos, no es ms que unaimposicin.

    El lenguaje nico no viene dado, sino que de hecho se impone siempre; y seopone al pluralismo real en todo momento de la vida del lenguaje. Pero, almismo tiempo es real, en tanto que fuerza que trasciende ese plurilingismo,ponindole ciertas barreras que aseguran el mximo entendimiento recpro-co, que cristaliza en una unidad real aunque relativa del lenguaje hablado(usual) predominante y del lenguaje literario, del lenguaje correcto (Bajtn,1975/1989, p. 88)

    El lenguaje nico, entendiendo a ste como el lenguaje comn, con ciertas normaslingsticas convencionales, es as comprendido no como emergiendo de un imperati-vo abstracto. Para Bajtn tales normas son efectivamente:

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  • Bajtin y lo Social: Hacia la Actividad Dialgica Heteroglsica

    Fuerzas creadoras de la vida del lenguaje que sobrepasan el plurilingismo5,unifican y centralizan el pensamiento ideolgico literario, crean, dentro de lalengua nacional plurilinge, un ncleo lingstico duro y estable del lenguajeliterario oficial, reconocido, o defienden el lenguaje ya formado de la presincreciente del plurilingismo (Bajtn, 1975/1982, p. 88).

    As lo sistemtico y estructural de la lengua es comprendido, ms que como enti-dades fijas que rigen al lenguaje, como tendencias vivas hacia la centralizacin y unifi-cacin social, es decir, como fuerzas centrpetas, las que se oponen a la heteroglosia (elplurilingismo) constante de la vida social, presentndose as cada enunciado como uncampo de lucha entre estas fuerzas homogeneizantes y las fuerzas centrfugas que em-pujan hacia lo diverso y mltiple; observando con ello a la vida social, ms que comoestructuras, como fuerzas. Unas se orientan a la estructuracin, permitiendo con ellopuntos de encuentro en tanto base para la comunicacin. Pero otras pugnan por la de-sestructuracin, dando movimiento a lo social, orientndolo constantemente a la nosistematizacin y a la desorganizacin en pos de lo variable y diverso.

    De este modo, segn Bajtn, las fuerzas estructuradoras del lenguaje son expre-sin de las fuerzas de unificacin y centralizacin concretas desarrolladas en indisolu-ble relacin con los procesos de centralizacin poltico-social y cultural (Bajtn,1975/1989), las que encuentran su base en las actividades e interacciones concretas hu-manas (Bajtn, 1979/1982). El lenguaje no se sustrae al horizonte concreto sociohistri-co y cultural en el que se despliega por el contrario se constituye en ste, pleno de vo-ces tanto con fuerza centralizadora como abiertas, oponindose a la unificacin.

    Ante la necesidad de encontrar un concepto que describa de un modo ms din-mico los efectos de las esfuerzos estructuradoras del lenguaje, que Bajtn propone laidea de los Gneros Discursivos. Los gneros discursivos describen la organizacin dela diversidad social sin necesidad de estructuras estticas, sino como tendencias siste-matizadoras en constante movimiento que abordan la estratificacin real interna dellenguaje

    En dialectos sociales, en grupos, argots profesionales, lenguajes de gnero, deedades, de corrientes; lenguajes de autoridades, de horas, de crculos y modaspasajeras; lenguajes de los das, e incluso de las horas; socio-polticos (cadada tiene su lema, su vocabulario, sus acentos); as como la estratificacin in-

    5 La traduccin al castellano de Teora y Esttica de la Novela realizada por Helena Kriukova y Vicente Cazcarrapara la editorial Taurus, traduce plurilingsmo donde otras traducciones al castellano de fragmentos de este mis-mo texto han traducido heteroglosia, notoriamente influidos por la traduccin al ingls de unos captulos de estaobra realizada por Caryl Emerson y Michael Holquist, las que aparecieron junto a otros textos en The DialogicImagination (Austin: University of Texas Press, 1981). Por haber tenido mayores efectos la nocin de heteroglosiaque la de plurilingismo, durante este escrito sern asimiladas estas dos palabras.

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    terna de una lengua en cada momento de su existencia histrica (Bajtn,1975/1989, p. 81).

    Frente a esta diversidad infinita del lenguaje resultan impotentes las estructurasabstractas, los sistemas gramticos nicos, y el resto de posibles sistematizaciones conque se ha intentado estudiar al lenguaje, por lo cual terminan construyendo ideacionesabstractas de lo que sera una vida ordenada y tranquila del lenguaje, desconociendoabsolutamente la lucha constante del lenguaje en su estructuracin continua desde ladiversidad siempre en movimiento.

    Es por esto que para abordar la diversidad de voces sociales y la diversidad de re-laciones, as como las correlaciones siempre dialogizadas existentes entre ellas, los g-neros discursivos son propuestos como descripciones en movimiento de las fuerzascentralizadoras del lenguaje, apegadas a las interrelaciones concretas de los sujetos ac-tuando: cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos relativamente estables deenunciados a los que denominamos gneros discursivos (Bajtn, 1979/1982, p. 248).

    Los gneros discursivos son presentados como alternativa a las estructuras pro-fundas, a los sistemas gramaticales y a los conjuntos de convenciones y otras estructu-ras postuladas para clasificar el habla. En contraste a stas, los gneros son en granmedida heterogneos e incluso desordenados. Los gneros son considerados comoformas tpicas para la estructuracin de la totalidad, relativamente estables (Bajtn,1979/1982, p. 267); un conjunto de hbitos elaborados en las prcticas lingsticas coti-dianas ligadas indisolublemente a las diversas esferas de actividad humana, ofreciendouna regularidad necesaria para la comunicacin, permaneciendo as abierto y determi-nado por las presiones transformadoras de la vida diaria.

    Los gneros discursivos temporalmente cristalizan en una red de relaciones entresus interlocutores, lo que permite un estilo de comunicacin relativamente estable, sinembargo, ya que las relaciones sociales que se estratifican en los gneros discursivoscambian, entonces los mismos gneros varan, proponindose como una clara alterna-tiva para un estudio ms dinmico de los efectos de las fuerzas centrpetas del lengua-je.

    Los gneros discursivos se constituyen en virtud de la repeticin y de la accin deposiciones de enunciacin con mayor fuerza estructuradora. Las constantes interpela-ciones al sujeto para constituirse como emprendedor, responsable y autor por su pro-pia vida; interpelaciones actuadas por mltiples posiciones: la publicidad que reprodu-ce conos de emprendimiento, historias contadas por los medios de comunicacin quemuestran modelos y hroes emprendedores, la creciente proliferacin de polticas so-ciales orientadas a los sectores ms vulnerables que llaman al sujeto a hacerse cargo y

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    responsable para aprovechar las oportunidades, hacerse empleable y alcanzar los mo-delos de vida promovidos. Este ejemplo nos muestra cmo el discurso del emprendi-miento se ha transformado en un gnero discursivo que cobra una fuerza altamenteestructurante en la vida social, siendo utilizado no slo como modelo a alcanzar sinoque permitiendo explicaciones acerca del fracaso del los sujetos, por su poca capaci-dad emprendedora.

    Pero estas fuerzas centrpetas se oponen a otras de direcciones mltiples y diver-sas, es a esto a lo que estrictamente Bajtn llama Heteroglosia. Si bien en el dilogo so-cial vivo se configuran tendencias centralizadoras, posibles de ser vistas como talesmediante la ptica de los gneros discursivos, las tendencias centrfugas resultan bas-tante ms complejas que eso y, al igual que la cualidad responsiva, no se agotan en elhabla dirigida a un interlocutor.

    Bajtn en esto es implacable. Todas las lenguas no existen ms que como dialectos,lo mismo que los sistemas lingsticos y gramticos:

    La victoria de una lengua (dialecto) predominante, la eliminacin de otras, suesclavizacin, la educacin a travs de la palabra autntica, la instruccin delos brbaros y de las capas sociales bajas en el lenguaje nico de la cultura yde la verdad, la canonizacin de los sistemas ideolgicos, la filologa con susmtodos de estudio y aprendizaje de las lenguas muertas (y, de hecho, comotodo lo que est muerto, unitarias), la lingstica indoeuropea que restableceuna sola lengua matriz, comn a la multitud de lenguas, ha determinado,todo ello, el contenido y la fuerza de la categora del lenguaje nico en elpensamiento lingstico y estilstico (Bajtn, 1975/1989, p. 89).

    Pero, tal como se haba sealado, estas fuerzas que encarnan lo que es observadocomo lenguaje nico, slo son tal actuando, movindose dentro de la heteroglosia(plurilingismo) efectiva.

    La heteroglosia es la cualidad real del lenguaje, con la unificacin se desarrollaininterrumpidamente el proceso de descentralizacin y separacin (Bajtn, 1975/1989,pp. 89-90). Y esta diferenciacin continua ocurre en cada enunciado, en cada actividaddialgica, en que, al posicionarse frente al resto de enunciados expresados corporiza-damente, se aplican tanto las fuerzas de unificacin como las centrfugas, implicndoseas cada enunciado en las tendencias centrpetas, al mismo tiempo, que en la hetero-glosia social e histrica: el medio autntico del enunciado, en el que vive y se est for-mando es el plurilingismo dialogizante, annimo y social como lenguaje, pero con-creto, saturado de contenido y acentuado, en tanto que enunciado individual (Bajtn,1975/1989, p. 90). El emprendimiento, como gnero discursivo, se despliega a travs de

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    actos situados concretamente. El taller de formacin de emprendedores dirigido a mi-cropempresarios de un barrio popular, contiene las voces altisonantes de las polticaspblicas, con sus mandatos y teleologas para los sujetos. Estas coinciden con otras vo-ces altisonantes que se reproducen en los medios de comunicacin, a travs de conose historias, no slo en publicidad, sino que en telenovelas y noticiarios, imgenes queinterpelan al sujeto con modelos de xito individual, competencia, y responsabiliza-cin por la propia trayectoria. En efecto, las fuerzas centrpetas, unificadoras, actanen el presente promoviendo modelos de s formas de constitucin de lo social que di-bujan el orden social de una poca y una cultura. Sin embargo esto se despliega situa-damente. El emprendimiento como gnero discursivo vive en su actuacin. As, en eltaller de emprendimiento las narrativas de este gnero se encuentran con las historiassituadas de los participes, incluso del relator o docente del taller, y se despliegan mate-rialmente en un entorno concreto (la sede del club social, por ejemplo). Y ah resuenanotras voces, entonaciones que hablan de historias locales de pequeas solidaridadescotidianas, de formas de organizamiento cooperativo; voces que murmullan, susurran,pero que aun as participacin de la realizacin a nivel local de la gran voz, en estecaso del gnero discursivo del emprendimiento. He ah que el espacio social aparecemucho ms heterorregulado, aun a pesar de la fuerza enunciativa con la que se instalala voz predominante.

    En efecto, las prcticas sociales son dialgicas, esto es una lucha activa entre dis-tintas voces con entonaciones diversas, volmenes y formas heterogneas, que reco-rren cada enunciado, situando a este enunciado concreto entre otros enunciados cor-porizados que se encuentran en los medios expresivos, en los interlocutores, en su pro-pia historia como enunciador y en el objeto referido, el cual es configurado en mlti-ples actos enunciatorios. Un enunciado concreto siempre encuentra al objeto al cual seorienta condicionado, contestado, evaluado, envuelto en una bruma que lo enmascara;o, por el contrario, inmerso en la luz de las palabras ajenas que se han dicho de l(Bajtn, 1975/1989, p. 94). Toda palabra en su incesante orientacin a un objeto, de re-ferencia, o al cual se dirige la enunciacin como un otro interlocutor, entra en el medioagitado y tenso propio de lo dialgico, pleno de palabras, de valoraciones y acentosajenos; entrelazndose con ellos en complejas relaciones de unin, de rechazo, de in-corporacin parcial, de cruce, etctera; todo lo cual modela el acto mismo de enuncia-cin comprendido como un complejo acto material y textual.

    Las complejas relaciones que establece la palabra comprendida como enunciadoen el ocano de la heteroglosia social en su orientacin hacia su objeto, Bajtn lo des-cribe de este modo:

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    Si imaginamos la intensin de esa palabra, su orientacin hacia el objetocomo un rayo, podremos entonces explicar el juego vivo e irrepetible de co-lores y de luz en las facetas de la imagen creadas por la palabra a travs de larefraccin del rayo-palabra, no ya en el interior del objeto mismo (como eljuego de la imagen tropo del lenguaje potico en sentido restringido, dentrode la palabra enajenada), sino en medio de las palabras, las valoraciones ylos acentos ajenos atravesados por el rayo en su caminos hacia el objeto: laatmsfera social de la palabra, que rodea al objeto, hace que brillen las face-tas de su imagen (Bajtn, 1975/1989, p. 95).

    La heteroglosia como orientacin hacia la multiplicidad se visualiza en el paso dela palabra por el camino de palabras y acentos ajenos, en consonancia o disonanciacon sus distintos elementos; pero no se agota como una discusin al interior de un sis-tema lingstico entre sus elementos. Bajtn siempre encontrar a la palabra indisolu-blemente ligada a la actividad cotidiana. Es en esta relacin de carcter constitutivoque el enunciado se encuentra con otros enunciados, tambin corporizados, ligados ala atmsfera social del objeto y tambin del sujeto de enunciacin, a gneros discursi -vos, en tanto conformaciones histrico sociales, elementos todos que tienen su lugarde encuentro y lucha en la palabra concreta situada en un lugar entre otras configura-ciones enunciativas, situndose as la palabra (el enunciado) en el contexto sociohist-rico. Por ello la heteroglosia no puede explicarse intralingsticamente. La compren-sin del lenguaje que sostiene Bajtn, se liga ms al concepto de actividad que al de sis-temas de coherencia semntica o al de algn tipo de estructura semntica o sintctica.El lenguaje vive en las acciones cotidianas corporizadas, sometido a la diversidad de laaccin humana cotidiana (Bajtn, 1975/1989). Es esto lo que Bajtn reitera una y otravez como el gran quizs, la absoluta singularidad de cada enunciado concreto, su con-sideracin como una presencia nica y jams explicable, apenas describible(1979/1982).

    De este modo Bajtn intenta abordar al lenguaje en su vida social: la palabra delos anchos espacios de las plazas pblicas, de las calles, de las ciudades y aldeas, de losgrupos sociales, de las generaciones y las pocas (Bajtn, 1975/1989, p. 77), esa palabraque vive en la pluralidad de un lenguaje comprendido como una actividad tan corpori -zada como textual.

    Dilogo como Actividad en BajtnLamentablemente, aunque ellos no lo sepan, en el mundo actual casi cu-alquiera es un marxista. Continan teniendo ideas marxistas (Augusto

    Pinochet Ugarte; Dictador; citado por Gardiner, 2000, p. 119).

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    Entender al lenguaje como actividad resulta fundamental para penetrar en las ideasbajtinianas, ya que esta idea ser una de las principales cualidades que marcan la dife-rencia de ste con otros tericos.

    Bajtn rechaza la asuncin de lo lingstico como existente slo en un plano se-mntico, en el cual el habla podra comprenderse como un desempeo reproductivo deestructuras coherentes de significacin. El autor sovitico seala que este pensamientoestablece:

    Una escisin de principio entre el contenido-sentido de un acto (actividad)determinado y la realidad histrica de su existencia (como vivencia experi-mentada en la realidad por una sola vez), cuya consecuencia es que el actopierde su capacidad de ser valorado, lo mismo que se pierde la unidad entresu devenir viviente y la autodeterminacin (Bajtn, 1986/1997, p. 8).

    Ante esto enfatiza que:

    Slo el acto en su totalidad es real y participa en el acontecimiento unitariodel ser, slo este acto es vivo y ES plena e inextrincablemente, es decir, esten el proceso de generacin, deviene, se realiza, siendo partcipe viviente delacontecimiento del ser (Bajtn, 1986/1997, p. 8).

    Desde una concepcin dialgica heteroglsica, cada enunciado slo en tanto actotan material como textual se constituye efectivamente como un enunciado concretonico, y no hay ninguna otra forma de llegar a adquirir una existencia efectiva en elmundo entre sujetos sino como acto singular.

    Por lo anterior, asumir la importancia de lo lingstico en Bajtn no significa abs-traer la diversidad de la vida social hacia el plano de lo semntico, el lenguaje slo entanto actividad se constituye de un modo concreto y situado. Lo semntico tal cual re-sulta comprendido en el pensamiento discursivo pretende autodeterminarse plena ydefinitivamente dentro de la unidad de una u otra rea del sentido (Bajtn, 1986/1997,p. 8). Sin embargo estas reas de lo semntico, ms all del acto que las integra, noson reales (Bajtn, 1986/1997, p. 8).

    La nocin de actividad en la que se funda la concepcin bajtiniana, encuentra en-tre los interlocutores contemporneos a su tiempo a los psiclogos Vygotsky y Leon-tiev entre otros, por lo anterior no es de extraar que muchos estudiosos hayan trata-do de interconectar a estos pensadores no slo por su nocin de habla interna (como lohace Wertch, 1985/1988; 1991/1993), sino que en el plano de la actividad como fundan-te del proceso de conformacin del sujeto y del objeto (Burkitt, 1990; Gardiner, 2000;Holquist, 1994; Morson & Emerson, 1990) considerndose as como un proceso de sub-

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    jetivacin y objetivacin tan material como lingstico. Esto se explica por la profundaraz marxista que une a estos pensadores.

    Karl Marx y Friedrich Engels (1846/1970) sealan que el gran defecto de los mate-rialismos previos est en considerar las cosas, la realidad sensitiva slo en la forma deobjeto o de contemplacin, no en forma de actividad humana. A su vez, las tradicionesidealistas tampoco han logrado explicar a la actividad en su dimensin material, ca-yendo en subjetivismos extremos limtrofes con el solipsismo. Es siguiendo esta no-cin que Bajtn sealar que es en la actividad que el sujeto y el objeto participan delacontecimiento de venir a ser.

    El ser en Bajtn, est definido por esa relacin entre sujeto y objeto, concebidacomo la verdad del acontecimiento singular y nico que nos vincula, en el cual parti-cipamos (Bajtn, 1986/1997, p. 25). Sujeto y objeto quedan definidos en la unidad de laexistencia en la cual transcurre el acto que los abarca por igual. Slo desde el interiordel acto se puede hallar una salida hacia esta unidad del ser, que no del producto delacto concebido inconcretamente (Bajtn, 1986/1997, p. 25). De este modo, la actividaddebe pensarse como un proceso en el cual se concretan las transiciones recprocas en-tre sujeto y objeto. Es en la actividad, situada en condiciones de una colectividad abier-ta, desplegando su horizonte concreto sociohistrico y cultural, que se subjetiviza elobjeto y se objetiviza el sujeto, emergiendo as ambos. Por lo tanto, la actividad est lo-calizada en un determinado lugar en la sociedad, encontrando en ello no slo condicio-nes a las que se debe acomodar, sino que esas mismas condiciones sociales conllevansus motivos y fines, sus procedimientos y medios; tal como sealara Leontiev, autorcontemporneo a Bajtn, con quien comparte este enfoque centrado en la actividad:en una palabra, la sociedad produce la actividad de los individuos que la forman (Le-ontiev, 1978/1993, p. 68).

    La actividad es primariamente una funcin social objetiva: toma lugar en la inte-raccin entre personas, orientndose a objetos sociales, de cuya constitucin se haceparte. He aqu una idea que es necesario dejar muy clara: se habla de objetividad, sinembargo cuando se habla de objetividad en sta teora, no se habla de una entidadaparte de la actividad humana, as como tampoco se puede hablar de una subjetividadper se. Los objetos son constituidos por la misma actividad situada, producindose ycontextundose. Tal como lo seala Bajtn, un objeto es inseparable en su funcin deacontecer conmigo (1986/1997, p. 41). De este modo el objeto slo puede ser consi-derado artefactualmente, es decir nacido en la actividad de la que surge un sujeto ensu orientacin hacia un objeto; por lo anterior el objeto, objetivado en la actividad esmateria plena de sentido y participa como tal en el proceso de subjetivacin. En la ob-jetivacin el sujeto se extrapone hacia una materia exteriorizndose y sometindose a

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    sta, esto es el carcter a su vez activo del objeto que se conoce (Bajtn, 1979/1982, p.395). He aqu el proceso de objetivacin: el objeto se produce en tanto actividad focali-zndose. Y he aqu la produccin del sujeto o subjetivacin: el sujeto se conforma, lainterioridad se conforma desde las relaciones sociales, la internalizacin, de la que noshablaran tanto Lev Vygotsky (1978/1979; 1982/1993) como Bajtn (1929/1993b), es elproceso de formacin de interioridad a partir de una prctica con otros objetivada. As,la objetivacin es concebida por Bajtn como una enajenacin propia, al mismo tiempoque posibilidad del sujeto (Bajtn, 1979/1982). Es decir, subjetivacin y objetivacinvienen a ser el mismo proceso. El objeto deviene en tal en tanto objeto subjetivado,pleno de relacin humana, el objeto no puede ser concebido como otra cosa que sus-tancia material y semitica a la vez. A su vez el sujeto deviene en tal en tanto objetiva-do inmerso activamente en una colectividad situada con y en objetos.

    El centramiento en el acto como fuente de sujeto y de objeto, implica a la subjeti -vacin, as como a la objetivacin, como un acontecimiento irrepetible y continuo. Enla actividad el sujeto deviene en tanto tal y es construido y reconstruido continuamen-te en su constante actividad orientada al objeto, considerando objetos humanos y nohumanos como otredad (Holquist, 1994). As el subjetivarse es enfocado como unacontecimiento nico a travs del sujeto que se constituye como tal y de los objetos yotros, participando de l. Por ello la unicidad singular no puede ser concebida, sinoque tan slo puede ser vivida participativamente (Bajtn, 1986/1997, p. 20). Por lo an-terior las coherencias semnticas que sirven de base para la construccin de discursos,en los cuales son construidos sujetos como hablantes en un pensamiento discursivo,no son sino momentos de una vivencia eficientemente participativa de la singularidadconcreta del mundo (Bajtn, 1986/1997, p. 20). El lenguaje constituyndose en la prc-tica objetivadora/subjetivadora conecta a sujetos con objetos, como copartcipes delproceso de distincin, interconectando con las prcticas sociales precedentes que con-forman el contexto dialgico el cual se inserta cada accin humana, considerada comoacontecimiento singular.

    Esto es claramente coherente con el rechazo siempre explcito de Bajtn a la consi-deracin del lenguaje como abstracto constitutivo y fundamento ontolgico. Ante todoes un producto en continua creacin de la actividad humana; slo el lenguaje en su in-tegracin con la actividad subjetivadora/objetivadora puede ser considerado como unacontecimiento, de modo que los sistemas de cdigos que determinan corresponden-cias entre significantes y significados son determinados continuamente por los sujetosactuando el lenguaje. Los significados no estn muertos y no son una estructura queest ms all de la vida social; es la actividad la que lo corporiza dando vida al lengua-je, en su constitucin de sujetos y otredades (humanas y no humanas), contactndose

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  • Bajtin y lo Social: Hacia la Actividad Dialgica Heteroglsica

    con el resto de actividades sociales establecindose como un dilogo heteroglsico conellas desde su situacin contextual singular. Ser, para Bajtn, es no slo un aconteci -miento, un acontecimiento que es compartido. Ser es una simultaneidad, es siempre unco-ser (Holquist, 1994, p. 25). Por lo anterior, en la actividad es posible encontrar lastensiones hacia la centralizacin social, como tambin lugar de la multiplicidad, diver-gencia e irrepetivilidad.

    El acto de nuestra accin, de nuestra vivencia, como Jano binofonte, mira ha-cia lados opuestos: hacia la unidad objetiva del rea cultural y hacia la unici-dad irrepetible de la vida transcurrida, sin que exista un plano nico y unita-rio en el cual sus dos caras se determinen recprocamente en su relacin conuna y nica unidad. Esta unidad nica puede ser tan slo el acontecimientonico de ser que se produce, de modo que todo lo terico y todo lo estticoha de definirse como uno de sus aspectos y, desde luego, ya no en trminostericos o estticos (Bajtn, 1986/1997, p. 8).

    El concepto de actividad as, ser usada como un pilar fundamental en el cual sesostendrn las nociones de dilogo y de heteroglosia social, situando al lenguaje, lomismo que a la vida social, como acontecimiento nico ocurriendo como actividad.

    La concepcin de actividad propuesta por Bajtn, aparentemente resulta muy cer-cana a la nocin dialctica de actividad posible de encontrarse en Marx, y en otros au-tores marxistas, especialmente en Evald Ilyenkov (1977); sin embargo, a pesar de ello,y como lo han notado distintos autores (Clarke & Holquist, 1984; Gardiner, 1992; 1998;2000; Holquist, 1994; Morson & Emerson, 1990), Bajtn mantena una lejana explcitacon la dialctica. De hecho parte de la recuperacin de Bajtn ha sido realizada inten-tando desvincularlo de sus races marxistas, tal como evidencian Iris Zavala (1990) yMichael Gardiner (2000). Sin embargo las crticas bajtinianas al marxismo, como hanotado Gardiner (2000), son crticas dirigidas especialmente a una dialctica hegelianaabstracta y al marxismo estalinista que en la creencia de que el Estado sera un buenadministrador del bien comn, era a la vez el acallamiento de las voces de la diversi-dad.

    Bajtn se acerca a los escritos del Marx ms joven, que centra el problema ontol-gico en el acontecimiento. As Bajtn plantear que la dialctica es el producto abs-tracto del dilogo (Bajtn, 1979/1982, p. 334), acercndose a dialcticos occidentalescomo Merleau Ponty y su nocin de dialctica abierta o Gramsci (1992; 1998; 2000). Enefecto, el texto De los Apuntes de 1970-1971 (Bajtn 1979/1982) explicita que su re-chazo a la dialctica no es un rechazo a la nocin de actividad, como fundamento de losubjetivo y de lo objetivo, como lo supuso James Wertch (1991/1993), sino ms bien ala abstraccin implcita en los anlisis dialcticos propios de la intelectualidad soviti-

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    ca, como por ejemplo se puede analizar en la lingstica de Marr, lingstica oficializa-da por Stalin, que subsuma todo fenmeno heterogneo a una conciencia abstracta.Tal como Bajtn seala, este tipo de abstraccin dialctica requiere de la supresin deldilogo:

    Se hacen desaparecer las voces (separacin entre las voces), se eliminan lasentonaciones (emocionales y personales), de las palabras vivas y de las rpli-cas se extraen nociones y juicios abstractos, todo se introduce en una solaconciencia abstracta, y el resultado es la dialctica (Bajtn, 1979/1982, pp.369-370).

    Es as que el concepto de actividad, rescatado de la dialctica marxista, es puestocomo fundacin de sujeto y objeto, en su situacin como acontecimiento, lugar en elque la vida social y el lenguaje cobran vida como singularidades, en un mundo presen-tado como nunca cerrado, siempre abierto en la celebracin de la diferencia como pro-piedad constitutiva, en donde el discurso se realiza en su actuacin. Por ello, el sujetoemerge en el acontecimiento del ser, slo como su participante necesario (Bajtn,1986/1997, p. 44).

    Algunas conclusiones relevantes para la Teora Social: Hacia un Sujeto Dialgico Heteroglsico participando en lo Social como Polifona Abierta

    Tal como hemos revisado la comprensin del lenguaje que presenta Bajtn no slo re-basa los lmites de la teorizacin lingstica tradicional, de carcter ms estructural,sino que presenta una mirada que nos invita a comprender lo social desde la accinmisma, o como muchos tericos actuales lo sealan, su performance, como espacio derealizacin efectiva y constitutiva de lo social. Trminos como dilogo, responsividad yheteroglosia, enmarcados en este nfasis en la actividad situada, ponen al lenguaje, entrminos constitutivos, como un acontecimiento que emerge de las fuerzas socialesque pujan por la estructuracin a la vez que por la multiplicidad. Con ello nos invita aabordar a la actividad, o performance, cotidiana como un espacio en disputa. Cadaacto est marcado por la otredad y la multiplicidad; tanto lneas de tensin centrpetas,orientadas a la estructuracin, a la unificacin, a la solidificacin de un orden (las vo-ces altisonantes); como con lneas, o trazas, centrfugas, que apuntan a lo mltiple y si-tuado. Por ello lo social, nunca est cerrado, siempre est en el lmite, en la frontera,entre la estructuracin y la transformacin, en cada acto. Lo social debe ser pensadodesde el acontecimiento de la produccin situada heterognea y mltiple: una unidadabierta, en proceso de formacin no solucionada y no preformada, capaz de perecer y

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  • Bajtin y lo Social: Hacia la Actividad Dialgica Heteroglsica

    de renovarse, capaz de trascenderse (o sea de rebasar sus propios lmites) (Bajtn,1979/1982, p. 357). Por ello la cultura, con todas sus fuerzas estructurantes, debe pen-sarse como un fenmeno fronterizo, que si bien participa y organiza el acontecimiento,emerge a la vez de l:

    No debe imaginarse la zona de la cultura como cierta totalidad espacial quetenga fronteras y tambin con un territorio interno. No existe un territoriointerno en la cultura: toda ella se sita en las fronteras, las fronteras pasanpor todas partes atravesando cada momento de ellas, la unidad sistemtica deuna cultura se sumerge en los tomos de la vida cultural, se refleja en cadagota de ella como si fuera un sol. Todo acto cultural vive esencialmente enlas fronteras: en esto consiste su seriedad e importancia; al separarse de lasfronteras pierde terreno, se vuelve vacuo, presuntuoso y muere (Bajtn,1979/1982, p. 345)

    Es as que lo social no puede ser concebido de otro modo sino como una unidadabierta (Bajtn, 1979/1982), determinada y creada activamente, constituida por la mul-tiplicidad de voces que generan una polifona nunca organizada. Lo social, si bien essostenido por tendencias de estabilizacin y estructuracin, como son los gneros dis-cursivos, no alcanzan a constituirse como estructuras sistmicas posibles de explicar elacontecimiento. Las tendencias estructuradoras participan de cada actividad y luchanen su acotacin con las fuerzas de la heteroglosia social, es en este encuentro, que tie-ne lugar en cada actividad humana orientada hacia una otredad, en que lo social viverealmente, lo dems es una abstraccin que se aleja de la existencia real y singular delo social. Esto tiene consecuencias para la comprensin del sujeto.

    En efecto, el sujeto constituido en los procesos relacionales, necesariamente soninterpelados, responde a esta heterogeniedad en proceso, nunca cerrado. Como planteaBajtn, el sujeto es sujeto de otros, ser significa ser para otro y a travs del otro para smismo (1979/1982, p. 327), por ello ser concebido no como una composicin interna,sino ms bien fronteriza ya que en su propia constitucin, siempre estar compuestopor la otredad social, de la cual emerge en su direccin activa hacia ella. Est, todo ly siempre, sobre la frontera, mirando el fondo de s mismo el hombre encuentra losojos del otro o ve con los ojos del otro (Bajtn, 1979/1982, p. 328). Si se tiene en cuentala naturaleza profundamente diversa de la cual el sujeto emerge en su actividad dialo-gizante, no va a ser la coherencia la que caracterice a la subjetividad en su continuoemerger. Las fuerzas en pugna de la heteroglosia social toman tambin a la subjetiva-cin como campo de batalla:

    Dentro de m no existe el alma como una totalidad de valores ya dados yexistentes en m, en mi actitud hacia mi persona yo no tengo nada que ver

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    con el alma, y mi reflejo propio, puesto que es mo, no puede generar unalma, sino tan slo una subjetividad mala y desarticulada, algo que no debeser; mi vida interior que transcurre en el tiempo no puede concretarse param en algo de valor, algo que debera ser guardado y permanecer eternamen-te (Bajtn, 1979/1982, p. 93).

    Esta desintegracin de la subjetividad es vista por Bajtn como el hecho primariode la conciencia humana y de la vida del hombre (Bajtn, 1979/1982, p. 365). La multi-plicidad de voces internalizadas junto a las que el sujeto encuentra en lo social y decuya reunin emerge un sujeto se configurarn en cada momento entremezclndoseentre s las unas con las otras, en cada actividad, en su incesante orientacin al otro,posibilitando as una esfera de sentido en lo diverso e inacabado (Bajtn, 1979/1982). Elsujeto, por lo tanto, no es un ser prefabricado (...) sino un dilogo inconcluso con unsentido polifnico en proceso de formacin (Bajtn, 1979 /1982, p. 340), de modo quela subjetividad jams est concluida como una conformacin unitaria, continuamenteest en dilogo y no se estabiliza jams, como entidad fronteriza.

    Estos planteamientos desarrollados por el pensamiento bajtiniano, hoy tienen uneco relevante en el devenir del pensamiento social contemporneo, particularmente enel contexto de las actuales discusiones post construccionistas (ver iguez, 2007; Lyk-ke, 2010). Estas precisamente han discutido las miradas estructurales de lo social y losubjetivo, han cuestionado la unicidad del actor y de lo social, poniendo atencin a loperformativo del lenguaje y la actuacin social; a los objetos, no slo objetivados, sinoque considerados como actores; a lo situado y a los posicionamientos como fundantesde la accin. En este contexto, el trabajo del autor fallecido hace 40 aos parece seruna voz significativa en la comprensin de lo social, ya no como estructuras y entida-des, permitiendo escuchar esos susurros que se esconden en los intersticios, por dondese asoman los flujos que empujan a la multiplicidad y a la transformacin. Estos flujoslos encontramos en el anlisis concreto y situado de esta actividad dialgica y hetero-glsica en la cual somos producidos como sujetos y como socialidad, en un vnculo in-disoluble con los discursos estructurantes, los que nunca deben ser tomados como con-solidados y finalizados. He ah el desafo para una teora e investigacin que aborde alo social como proceso vivo en proceso de transformacin.

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    Resumen de licencia - Texto completo de la licencia

    BAJTIN Y LO SOCIAL: HACIA LA ACTIVIDAD DIALGICA HETEROGLSICA1IntroduccinAlgunos apuntes para una Biografa Intelectual de BajtnBajtn, Lenguaje, Dilogo y lo SocialEl enunciado como unidad del lenguaje social vivoDel enunciado a la nocin de lenguaje como dilogoEl dilogo como actividad orientada responsivamenteNo hay un lenguaje, slo dialectos: la Heteroglosia como el principal componente de lo social

    Dilogo como Actividad en BajtnAlgunas conclusiones relevantes para la Teora Social: Hacia un Sujeto Dialgico Heteroglsico participando en lo Social como Polifona AbiertaReferencias