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 6  u tar la vida el  m rión y  l feto EL PRO LEM Pocos son los problemas éticos sobre los que hoy en día se discute tanto como el aborto y mientras el péndulo ha ido balanceándose de un lado a otro ninguna posición ha conseguido alterar de forma significativa las opiniones de sus oponen- tes Hasta 1967 el aborto era il egal en la mayoría de las democracias occidenta- les excepto Suecia y Dinamarca. Posteriormente los británicos modificaron su legislación permitiendo el aborto po r motivos soci al es amplios y en 1973 en el caso de  o contra  ade elTribunal Supremo de los Estados Unidos dictó a favor del derecho constitucional de las mujeres a abortar en los seis primeros meses de embarazo.Todas las naci ones de Europa Occidental incl uidos pa ís es cat ólico s como Italia España y Francia liberalizar on su legislación sobre el aborto excepto la R e - pública de Irlanda qu e se mantuvo al margen de esta tendencia. Pero los oponentes al aborto no abandonaron su lucha. En los Estados Uni- dos los presidentes conservadores ha n modificado la composición del Tribunal Supremo el que a su vez ha limado los márgenes de la decisión de  o contra  ade permitiendo así qu e los est ados restrinjan de diferentes formas el acceso al abor- to Fuera de la frontera de los Estados Unidos el tema del aborto volvió a aflorar en la Europa del Este tras la caída del comunismo. Los estados comunistas habían permitido el aborto pero a medida que las fuerz as nac ionalistas y religio sas se hicie- ron fuertes hubo int ensos movimientos en países como Polonia para reimplantar leyes restrictivas. También surgió un gran debate po r la necesidad de introducir una legislación única para la nueva Alemania unida ya que las leyes de la Repú- blica Federal eran más restrictivas que las de la República Democrática. En 1978 el nacimiento de Louise  rown creó un nuevo problema acerca del estatus de la vida humana en su primera etapa ya que fue el primer ser humano nacido de un embrión que había sido fecundado fuera del cuerpo humano. El éxi- to de Robert Edwards y Patrick Steptoe al demostrar la posibilidad de la fecun- dación in vitro se basó en varios años de experimentos co n embriones humanos en una primera etapa ninguno de los cuales había sobrevivido. La fecundación in vitro es un procedimiento rutinario para ciertos tipos de infertilidad y ha dado lugar a miles de bebés sanos. Sin embargo para alcanzar este punto ha n sido des 107 6  u tar la vida el  m rión y  l feto EL PRO LEM Pocos son los problemas éticos sobre los que hoy en día se discute tanto como el aborto y mientras el péndulo ha ido balanceándose de un lado a otro ninguna posición ha conseguido alterar de forma significativa las opiniones de sus oponen- tes Hasta 1967 el aborto era il egal en la mayoría de las democracias occidenta- les excepto Suecia y Dinamarca. Posteriormente los británicos modificaron su legislación permitiendo el aborto po r motivos soci al es amplios y en 1973 en el caso de  o contra  ade elTribunal Supremo de los Estados Unidos dictó a favor del derecho constitucional de las mujeres a abortar en los seis primeros meses de embarazo.Todas las naci ones de Europa Occidental incl uidos pa ís es cat ólico s como Italia España y Francia liberalizar on su legislación sobre el aborto excepto la R e - pública de Irlanda qu e se mantuvo al margen de esta tendencia. Pero los oponentes al aborto no abandonaron su lucha. En los Estados Uni- dos los presidentes conservadores ha n modificado la composición del Tribunal Supremo el que a su vez ha limado los márgenes de la decisión de  o contra  ade permitiendo así qu e los est ados restrinjan de diferentes formas el acceso al abor- to Fuera de la frontera de los Estados Unidos el tema del aborto volvió a aflorar en la Europa del Este tras la caída del comunismo. Los estados comunistas habían permitido el aborto pero a medida que las fuerz as nac ionalistas y religio sas se hicie- ron fuertes hubo int ensos movimientos en países como Polonia para reimplantar leyes restrictivas. También surgió un gran debate po r la necesidad de introducir una legislación única para la nueva Alemania unida ya que las leyes de la Repú- blica Federal eran más restrictivas que las de la República Democrática. En 1978 el nacimiento de Louise  rown creó un nuevo problema acerca del estatus de la vida humana en su primera etapa ya que fue el primer ser humano nacido de un embrión que había sido fecundado fuera del cuerpo humano. El éxi- to de Robert Edwards y Patrick Steptoe al demostrar la posibilidad de la fecun- dación in vitro se basó en varios años de experimentos co n embriones humanos en una primera etapa ninguno de los cuales había sobrevivido. La fecundación in vitro es un procedimiento rutinario para ciertos tipos de infertilidad y ha dado lugar a miles de bebés sanos. Sin embargo para alcanzar este punto ha n sido des 107

Aborto Peter Singer

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Aborto

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  • 6Quitar la vida: el embrin y el feto

    EL PROBLEMA

    Pocos son los problemas ticos sobre los que hoy en da se discute tanto como elaborto y, mientras el pndulo ha ido balancendose de un lado a otro, ningunaposicin ha conseguido alterar de forma significativa las opiniones de sus oponen-tes. Hasta 1967, el aborto era ilegal en la mayora de las democracias occidenta-les, excepto en Suecia y Dinamarca. Posteriormente, los britnicos modificaronsu legislacin permitiendo el aborto por motivos sociales amplios y, en 1973, en elcaso de Roe contra Wade, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dict a favordel derecho constitucional de las mujeres a abortar en los seis primeros meses deembarazo.Todas las naciones de Europa Occidental, incluidos pases catlicos comoItalia, Espaa y Francia, liberalizaron su legislacin sobre el aborto, excepto la Re-pblica de Irlanda, que se mantuvo al margen de esta tendencia.

    Pero los oponentes al aborto no abandonaron su lucha. En los Estados Uni-dos, los presidentes conservadores han modificado la composicin del TribunalSupremo, el que a su vez ha limado los mrgenes de la decisin de Roe contra Wade,permitiendo as que los estados restrinjan, de diferentes formas, el acceso al abor-to. Fuera de la frontera de los Estados Unidos, el tema del aborto volvi a afloraren la Europa del Este tras la cada del comunismo. Los estados comunistas habanpermitido el aborto, pero a medida que las fuerzas nacionalistas y religiosas se hicie-ron fuertes, hubo intensos movimientos en pases como Polonia para reimplantarleyes restrictivas. Tambin surgi un gran debate por la necesidad de introduciruna legislacin nica para la nueva Alemania unida, ya que las leyes de la Rep-blica Federal eran ms restrictivas que las de la Repblica Democrtica.

    En 1978 el nacimiento de Louise Brown cre un nuevo problema acerca delestatus de la vida humana en su primera etapa, ya que fue el primer ser humanonacido de un embrin que haba sido fecundado fuera del cuerpo humano. El xi-to de Robert Edwards y Patrick Steptoe al demostrar la posibilidad de la fecun-dacin in vitro se bas en varios aos de experimentos con embriones humanosen una primera etapa, ninguno de los cuales haba sobrevivido. La fecundacin invitro es un procedimiento rutinario para ciertos tipos de infertilidad, y ha dadolugar a miles de bebs sanos. Sin embargo, para alcanzar este punto, han sido des-

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    Quitar la vida: el embrin y el feto

    EL PROBLEMA

    Pocos son los problemas ticos sobre los que hoy en da se discute tanto como elaborto y, mientras el pndulo ha ido balancendose de un lado a otro, ningunaposicin ha conseguido alterar de forma significativa las opiniones de sus oponen-tes. Hasta 1967, el aborto era ilegal en la mayora de las democracias occidenta-les, excepto en Suecia y Dinamarca. Posteriormente, los britnicos modificaronsu legislacin permitiendo el aborto por motivos sociales amplios y, en 1973, en elcaso de Roe contra Wade, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dict a favordel derecho constitucional de las mujeres a abortar en los seis primeros meses deembarazo.Todas las naciones de Europa Occidental, incluidos pases catlicos comoItalia, Espaa y Francia, liberalizaron su legislacin sobre el aborto, excepto la Re-pblica de Irlanda, que se mantuvo al margen de esta tendencia.

    Pero los oponentes al aborto no abandonaron su lucha. En los Estados Uni-dos, los presidentes conservadores han modificado la composicin del TribunalSupremo, el que a su vez ha limado los mrgenes de la decisin de Roe contra Wade,permitiendo as que los estados restrinjan, de diferentes formas, el acceso al abor-to. Fuera de la frontera de los Estados Unidos, el tema del aborto volvi a afloraren la Europa del Este tras la cada del comunismo. Los estados comunistas habanpermitido el aborto, pero a medida que las fuerzas nacionalistas y religiosas se hicie-ron fuertes, hubo intensos movimientos en pases como Polonia para reimplantarleyes restrictivas. Tambin surgi un gran debate por la necesidad de introduciruna legislacin nica para la nueva Alemania unida, ya que las leyes de la Rep-blica Federal eran ms restrictivas que las de la Repblica Democrtica.

    En 1978 el nacimiento de Louise Brown cre un nuevo problema acerca delestatus de la vida humana en su primera etapa, ya que fue el primer ser humanonacido de un embrin que haba sido fecundado fuera del cuerpo humano. El xi-to de Robert Edwards y Patrick Steptoe al demostrar la posibilidad de la fecun-dacin in vitro se bas en varios aos de experimentos con embriones humanosen una primera etapa, ninguno de los cuales haba sobrevivido. La fecundacin invitro es un procedimiento rutinario para ciertos tipos de infertilidad, y ha dadolugar a miles de bebs sanos. Sin embargo, para alcanzar este punto, han sido des-

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  • tica prctica

    truidos muchos ms embriones en experimentos, y se necesita seguir experimen-tando para mejorar las tcnicas de la fecundacin in vitro. Quiz sean todava mssignificativas, a largo plazo, las posibilidades de otras formas de experimentacinabiertas por la existencia de un embrin viable fuera dd cuerpo humano. Hoy enda los embriones pueden permanecer congelados y almacenados muchos aospara posteriormente ser descongelados e implantados en una mujer. De estos em-briones se desarrollan nios perfectamente normales, pero esta tcnica implica quehaya un gran nmero de embriones preservados en congeladores especiales en todoel mundo. (En el momento en que escribo tan solo en Australia hay unos 11.000embriones congelados). Debido a que el proceso de fecundacin in vitro a me-nudo produce ms embriones de los que de forma segura se pueden transferir altero de la mujer de la cual provino e! vulo, muchos de estos embriones conge-lados nunca se necesitarn, y seguramente sern destruidos, donados para investi-gar o cedidos a otras parejas infrtiles.

    En poco tiempo parece que aparecern otras nuevas tecnologias. Los embrio-nes se pueden analizar para ver si contienen anormalidades genticas y, en casode existir, se descartan. Edwards ha adelantado que pronto ser cientficamente via-ble criar embriones in !litro hasta e! punto de que, unos 17 das despus de la ferti-lizacin, desarrollen clulas de origen sanguneo, que podran utilizarse para trataralgunas enfermedades sanguneas que ahora son mortales. Otros, especulando sobreun futuro lejano, se han preguntado si algn da habr bancos de embriones ofetos que proporcionen rganos para aquellos que los necesiten.

    El aborto y la experimentacin destructiva con embriones plantean temas ti-cos difciles ya que el desarrollo de! ser humano es un proceso gradual. Si tomamosel vulo fecundado inmediatamente despus de la concepcin, es dificil entris-tecerse con su muerte. El vulo fecundado es una clula individual. Despus deunos das, sigue siendo un diminuto conjunto de clulas sin ningn rasgo anat-mico del ser en el que se convertir posteriormente. Las clulas que al final seconvertirn en el propio embrin no se pueden distinguir en esta etapa de las clu-las que se convertirn en la placenta y la bolsa amnitica. Hasta unos 14 das des-pus de la fertilizacin, ni siquiera podemos saber si e! embrin va a ser uno o dosindividuos, porque es posible que se produzca una divisin que d lugar a la for-macin de gemelos.A los 14 das, el primer rasgo anatmico aparecer en la posi-cin en la cual se desarrollar posteriormente la columna vertebral. En esta fasee! embrin no puede sentir dolor o estar consciente. En el otro extremo est el serhumano adulto. Matar a un adulto humano es un asesinato y, excepto en algunascircunstancias especiales como las que debatiremos en el prximo captulo, sin dudacondenable de forma universal. Sin embargo, no hay ninguna lnea evidente quedivida al vulo fecundado del adulto, y de ah e! problema.

    En la mayor parte de este captulo trataremos el problema del aborto, pero ladiscusin sobre e! estatus del feto tendr implicaciones evidentes en dos temas rela-

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    tica prctica

    truidos muchos ms embriones en experimentos, y se necesita seguir experimen-tando para mejorar las tcnicas de la fecundacin in vitro. Quiz sean todava mssignificativas, a largo plazo, las posibilidades de otras formas de experimentacinabiertas por la existencia de un embrin viable fuera dd cuerpo humano. Hoy enda los embriones pueden permanecer congelados y almacenados muchos aospara posteriormente ser descongelados e implantados en una mujer. De estos em-briones se desarrollan nios perfectamente normales, pero esta tcnica implica quehaya un gran nmero de embriones preservados en congeladores especiales en todoel mundo. (En el momento en que escribo tan solo en Australia hay unos 11.000embriones congelados). Debido a que el proceso de fecundacin in vitro a me-nudo produce ms embriones de los que de forma segura se pueden transferir altero de la mujer de la cual provino e! vulo, muchos de estos embriones conge-lados nunca se necesitarn, y seguramente sern destruidos, donados para investi-gar o cedidos a otras parejas infrtiles.

    En poco tiempo parece que aparecern otras nuevas tecnologias. Los embrio-nes se pueden analizar para ver si contienen anormalidades genticas y, en casode existir, se descartan. Edwards ha adelantado que pronto ser cientficamente via-ble criar embriones in !litro hasta e! punto de que, unos 17 das despus de la ferti-lizacin, desarrollen clulas de origen sanguneo, que podran utilizarse para trataralgunas enfermedades sanguneas que ahora son mortales. Otros, especulando sobreun futuro lejano, se han preguntado si algn da habr bancos de embriones ofetos que proporcionen rganos para aquellos que los necesiten.

    El aborto y la experimentacin destructiva con embriones plantean temas ti-cos difciles ya que el desarrollo de! ser humano es un proceso gradual. Si tomamosel vulo fecundado inmediatamente despus de la concepcin, es dificil entris-tecerse con su muerte. El vulo fecundado es una clula individual. Despus deunos das, sigue siendo un diminuto conjunto de clulas sin ningn rasgo anat-mico del ser en el que se convertir posteriormente. Las clulas que al final seconvertirn en el propio embrin no se pueden distinguir en esta etapa de las clu-las que se convertirn en la placenta y la bolsa amnitica. Hasta unos 14 das des-pus de la fertilizacin, ni siquiera podemos saber si e! embrin va a ser uno o dosindividuos, porque es posible que se produzca una divisin que d lugar a la for-macin de gemelos.A los 14 das, el primer rasgo anatmico aparecer en la posi-cin en la cual se desarrollar posteriormente la columna vertebral. En esta fasee! embrin no puede sentir dolor o estar consciente. En el otro extremo est el serhumano adulto. Matar a un adulto humano es un asesinato y, excepto en algunascircunstancias especiales como las que debatiremos en el prximo captulo, sin dudacondenable de forma universal. Sin embargo, no hay ninguna lnea evidente quedivida al vulo fecundado del adulto, y de ah e! problema.

    En la mayor parte de este captulo trataremos el problema del aborto, pero ladiscusin sobre e! estatus del feto tendr implicaciones evidentes en dos temas rela-

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  • Quitar la Fida: el embrin y elfeto

    cionados: la experimentacin embrionaria y la utilizacin de tejidos fetales confines mdicos. Empezaremos la discusin sobre el aborto estableciendo la posicinde los que se oponen a l, a la cual nos referiremos como posicin conservadora.Despus examinaremos algunas de las respuestas liberales que se pueden conside-rar como generales, y veremos por qu no son adecuadas. Por ltimo utilizaremosnuestro anterior anlisis sobre el valor de la vida para abordar el tema desde unaperspectiva ms amplia. En contraste con la opinin generalizada de que la cues-tin moral sobre el aborto es un dilema sin solucin, veremos que, al menos den-tro de los lmites de la tica no religiosa, existe una respuesta bien definida y losque adoptan un punto de vista diferente estn sencillamente equivocados.

    LA POSICIN CONSERVADORA

    El razonamiento principal contra el aborto, de una manera formal, sera algo as:

    Primera premisa: es malo matar a un ser humano inocente.Segunda premisa: un feto humano es un ser humano inocente.Conclusin: por tanto, es malo matar a un feto humano.

    La respuesta liberal normalmente consiste en negar la segunda premisa de esterazonamiento. As que se trata de ver si el feto es un ser humano, ya que a menu-do la controversia sobre el aborto es una polmica sobre cundo se inicia la vidahumana.

    Sobre este tema la posicin conservadora es dificil que vacile. Los conservado-res apuntan a la continuidad entre el vulo fecundado y el nio y retan a los libe-rales a sealar cualquier etapa de este proceso gradual que marque una lnea divisoriamoralmente significativa. A menos que exista dicha lnea, indican los conservadores,debemos o bien elevar la categora de los embriones en su primera etapa hasta la delnio, o descender la categora del nio hasta la del embrin; pero nadie quiere quese permita que se mate a los nios a peticin de sus padres, as que la nica posi-cin sostenible es ofrecer al feto la misma proteccin que ahora ofrecemos al nio.

    Es cierto que no existe ninguna lnea divisoria moralmente significativa entreel vulo fecundado y el nio? Las que normalmente se sugieren son: el nacimien-to, la viabilidad, el movimiento del feto y el inicio de la conciencia.Vemoslas deuna en una.

    El nacimiento

    El nacimiento es la lnea divisoria ms visible de todas las posibles, y la que mejorencaja con las posiciones liberales. Coincide hasta cierto punto con nuestra mane-

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    Quitar la Fida: el embrin y elfeto

    cionados: la experimentacin embrionaria y la utilizacin de tejidos fetales confines mdicos. Empezaremos la discusin sobre el aborto estableciendo la posicinde los que se oponen a l, a la cual nos referiremos como posicin conservadora.Despus examinaremos algunas de las respuestas liberales que se pueden conside-rar como generales, y veremos por qu no son adecuadas. Por ltimo utilizaremosnuestro anterior anlisis sobre el valor de la vida para abordar el tema desde unaperspectiva ms amplia. En contraste con la opinin generalizada de que la cues-tin moral sobre el aborto es un dilema sin solucin, veremos que, al menos den-tro de los lmites de la tica no religiosa, existe una respuesta bien definida y losque adoptan un punto de vista diferente estn sencillamente equivocados.

    LA POSICIN CONSERVADORA

    El razonamiento principal contra el aborto, de una manera formal, sera algo as:

    Primera premisa: es malo matar a un ser humano inocente.Segunda premisa: un feto humano es un ser humano inocente.Conclusin: por tanto, es malo matar a un feto humano.

    La respuesta liberal normalmente consiste en negar la segunda premisa de esterazonamiento. As que se trata de ver si el feto es un ser humano, ya que a menu-do la controversia sobre el aborto es una polmica sobre cundo se inicia la vidahumana.

    Sobre este tema la posicin conservadora es dificil que vacile. Los conservado-res apuntan a la continuidad entre el vulo fecundado y el nio y retan a los libe-rales a sealar cualquier etapa de este proceso gradual que marque una lnea divisoriamoralmente significativa. A menos que exista dicha lnea, indican los conservadores,debemos o bien elevar la categora de los embriones en su primera etapa hasta la delnio, o descender la categora del nio hasta la del embrin; pero nadie quiere quese permita que se mate a los nios a peticin de sus padres, as que la nica posi-cin sostenible es ofrecer al feto la misma proteccin que ahora ofrecemos al nio.

    Es cierto que no existe ninguna lnea divisoria moralmente significativa entreel vulo fecundado y el nio? Las que normalmente se sugieren son: el nacimien-to, la viabilidad, el movimiento del feto y el inicio de la conciencia.Vemoslas deuna en una.

    El nacimiento

    El nacimiento es la lnea divisoria ms visible de todas las posibles, y la que mejorencaja con las posiciones liberales. Coincide hasta cierto punto con nuestra mane-

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  • tica prctica

    ra de ver el problema: nos sentimos menos molestos por la destruccin de un fetoque no hemos visto nunca que por la muerte de un ser que todos podemos ver,or y abrazar. Pero, basta esto para que sea el nacimiento la lnea que decida si sepuede o no matar a un ser? La posicin conservadora podra, de forma admisible,responder que el feto/beb es la misma entidad, ya se encuentre fuera o dentro deltero, con los mismos rasgos humanos (los veamos o no) y el mismo grado de co-nocimiento y capacidad para sentir dolor. Puede que un nio prematuro est menosdesarrollado en estos aspectos que un feto que se aproxime al fin de un embarazonormal. Parece extrao mantener que no podemos matar al nio prematuro, y sal feto ms desarrollado. La situacin de un ser -dentro o fuera del tero- nodebera afectar mucho al que sea malo matarlo.

    La viabilidad

    Si el nacimiento no marca una distincin moral definitiva, debemos retrasar lalnea al periodo en el que el feto pueda sobrevivir fuera del tero? Esto eliminala objecin de tomar el nacimiento como el punto decisivo, ya que trata al fetoviable en igualdad con el nio nacido de forma prematura, en la misma etapa deldesarrollo. En la viabilidad fue donde el Tribunal Supremo de los Estados Unidosseal la lnea en el caso de Roe contra Wade. El tribunal mantuvo que el Estadotiene un inters legtimo en proteger la vida potencial, y que este inters se haceobligatorio) en el momento de alcanzar la viabilidad porque el feto entoncestiene presumiblemente la capacidad de la vida significativa fuera del tero de lamadre). Por consiguiente, las leyes que prohben el aborto tras la viabilidad, segnel tribunal, no seran anticonstitucionales. Pero los jueces que redactaron la deci-sin mayoritaria no indicaron por qu la mera capacidad de existir fuera del terodebera suponer tal diferencia para el inters del Estado en proteger la vida po-tencial. Despus de todo, si hablamos, como lo hace el tribunal, de vida humanapotencial, el feto no viable es tan humano adulto potencial como el feto viable. (Vol-ver a este tema de la potencialidad en breve; pero es diferente del razonamientoconservador que ahora estamos tratando, segn el cual el feto es un ser humano yno solo un ser humano potencial).

    Existe otra importante objecin a convertir la viabilidad en el punto deciso-rio. El punto en el que el feto puede sobrevivir fuera del cuerpo de la madre varasegn el estado de la tecnologa mdica. Hace treinta aos era generalmente acep-tado que un beb nacido ms de dos meses prematuro no tena posibilidades desobrevivir. Hoy en da, un feto de seis meses -es decir, un beb prematuro tresmeses- a menudo sale adelante, gracias a tcnicas mdicas sofisticadas, e inclu-so han llegado a sobrevivir fetos nacidos tras cinco meses y medio de gestacin.Esto amenaza con socavar la clara divisin, hecha por el Tribunal Supremo de los

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    tica prctica

    ra de ver el problema: nos sentimos menos molestos por la destruccin de un fetoque no hemos visto nunca que por la muerte de un ser que todos podemos ver,or y abrazar. Pero, basta esto para que sea el nacimiento la lnea que decida si sepuede o no matar a un ser? La posicin conservadora podra, de forma admisible,responder que el feto/beb es la misma entidad, ya se encuentre fuera o dentro deltero, con los mismos rasgos humanos (los veamos o no) y el mismo grado de co-nocimiento y capacidad para sentir dolor. Puede que un nio prematuro est menosdesarrollado en estos aspectos que un feto que se aproxime al fin de un embarazonormal. Parece extrao mantener que no podemos matar al nio prematuro, y sal feto ms desarrollado. La situacin de un ser -dentro o fuera del tero- nodebera afectar mucho al que sea malo matarlo.

    La viabilidad

    Si el nacimiento no marca una distincin moral definitiva, debemos retrasar lalnea al periodo en el que el feto pueda sobrevivir fuera del tero? Esto eliminala objecin de tomar el nacimiento como el punto decisivo, ya que trata al fetoviable en igualdad con el nio nacido de forma prematura, en la misma etapa deldesarrollo. En la viabilidad fue donde el Tribunal Supremo de los Estados Unidosseal la lnea en el caso de Roe contra Wade. El tribunal mantuvo que el Estadotiene un inters legtimo en proteger la vida potencial, y que este inters se haceobligatorio) en el momento de alcanzar la viabilidad porque el feto entoncestiene presumiblemente la capacidad de la vida significativa fuera del tero de lamadre). Por consiguiente, las leyes que prohben el aborto tras la viabilidad, segnel tribunal, no seran anticonstitucionales. Pero los jueces que redactaron la deci-sin mayoritaria no indicaron por qu la mera capacidad de existir fuera del terodebera suponer tal diferencia para el inters del Estado en proteger la vida po-tencial. Despus de todo, si hablamos, como lo hace el tribunal, de vida humanapotencial, el feto no viable es tan humano adulto potencial como el feto viable. (Vol-ver a este tema de la potencialidad en breve; pero es diferente del razonamientoconservador que ahora estamos tratando, segn el cual el feto es un ser humano yno solo un ser humano potencial).

    Existe otra importante objecin a convertir la viabilidad en el punto deciso-rio. El punto en el que el feto puede sobrevivir fuera del cuerpo de la madre varasegn el estado de la tecnologa mdica. Hace treinta aos era generalmente acep-tado que un beb nacido ms de dos meses prematuro no tena posibilidades desobrevivir. Hoy en da, un feto de seis meses -es decir, un beb prematuro tresmeses- a menudo sale adelante, gracias a tcnicas mdicas sofisticadas, e inclu-so han llegado a sobrevivir fetos nacidos tras cinco meses y medio de gestacin.Esto amenaza con socavar la clara divisin, hecha por el Tribunal Supremo de los

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  • Quitar la vida: el embrin)' elfeto

    Estados Unidos, del embarazo en trimestres, con el lmite de viabilidad entre elsegundo y el tercer trimestre.

    A la luz de estos adelantos mdicos, podemos decir que ahora no se puedepracticar un aborto sobre un feto de seis meses, pero s que se poda haber hechohace treinta aos sin que estuviera mal? La misma comparacin tambin se pue-de hacer, no entre el presente y el pasado, sino entre diferentes lugares. Un feto deseis meses podra tener una buena posibilidad de sobrevivir si nace en una ciudaddonde se utiliza la ms reciente tecnologa mdica, y ninguna en absoluto si naceen un pueblo lejano del Chad o de Nueva Guinea. Supongamos que por algn mo-tivo, una mujer embarazada de seis meses ha de volar de Nueva York a un pueblode Nueva Guinea y que, una vez que llega al pueblo, no hay forma de que puedavolver rpidamente a una ciudad con instalaciones mdicas modernas. Hemos dedecir que hubiera estado mal de su parte haber abortado antes de salir de NuevaYork, pero ahora que est en el pueblo s que puede hacerlo? Si el viaje no cambiala naturaleza del feto, por qu ha de suprimir su derecho a la vida? La posicinliberal podra responder que el hecho de que el feto sea totalmente dependientede la madre para su supervivencia implica que no tiene derecho a la vida indepen-diente de los deseos de la madre. En otros casos, sin embargo, no mantenemos quela total dependencia de otra persona signifique que esa persona pueda decidir siuno ha de vivir o morir. Un beb recin nacido es totalmente dependiente de sumadre, si nace en una zona aislada en la cual no hay otra madre lactante, ni mediospara alimentarlo con bibern. Una l111tier mayor puede ser totalmente dependien-te de que su hijo la cuide, y una excursionista que se rompa una pierna a cinco dasde camino a pie de la carretera ms cercana puede morir si su compaero no letrae ayuda. No pensamos que en estas situaciones la madre pueda quitar la vidade su hijo, el hijo la de su anciana madre o el excursionista la de su compaeraherida. De modo que no es admisible sugerir que la dependencia del feto no via-ble de su madre le d derecho a matarlo; y si la dependencia no justifica conver-tir la viabilidad en la lnea divisoria, es dificil ver qu lo justifica.

    El movimiento del feto

    Si ni el nacimiento ni la viabilidad marcan una distincin moralmente significati-va, menos an hay que decir de un tercer candidato, el movimiento del feto. Poreste se entiende el momento en el que la madre empieza a sentir por primera vezcmo se mueve el feto, y segn la teologa catlica tradicional, se pensaba que esteera el momento en el que el feto ganaba su alma. Si aceptramos ese punto devista, podramos pensar que el movimiento es importante, ya que el alma es, segnel cristianismo, lo que diferencia a los humanos de los animales. Pero la idea deque e! alma entre en e! feto en el momento de! movimiento fetal es una supers-

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    Quitar la vida: el embrin)' elfeto

    Estados Unidos, del embarazo en trimestres, con el lmite de viabilidad entre elsegundo y el tercer trimestre.

    A la luz de estos adelantos mdicos, podemos decir que ahora no se puedepracticar un aborto sobre un feto de seis meses, pero s que se poda haber hechohace treinta aos sin que estuviera mal? La misma comparacin tambin se pue-de hacer, no entre el presente y el pasado, sino entre diferentes lugares. Un feto deseis meses podra tener una buena posibilidad de sobrevivir si nace en una ciudaddonde se utiliza la ms reciente tecnologa mdica, y ninguna en absoluto si naceen un pueblo lejano del Chad o de Nueva Guinea. Supongamos que por algn mo-tivo, una mujer embarazada de seis meses ha de volar de Nueva York a un pueblode Nueva Guinea y que, una vez que llega al pueblo, no hay forma de que puedavolver rpidamente a una ciudad con instalaciones mdicas modernas. Hemos dedecir que hubiera estado mal de su parte haber abortado antes de salir de NuevaYork, pero ahora que est en el pueblo s que puede hacerlo? Si el viaje no cambiala naturaleza del feto, por qu ha de suprimir su derecho a la vida? La posicinliberal podra responder que el hecho de que el feto sea totalmente dependientede la madre para su supervivencia implica que no tiene derecho a la vida indepen-diente de los deseos de la madre. En otros casos, sin embargo, no mantenemos quela total dependencia de otra persona signifique que esa persona pueda decidir siuno ha de vivir o morir. Un beb recin nacido es totalmente dependiente de sumadre, si nace en una zona aislada en la cual no hay otra madre lactante, ni mediospara alimentarlo con bibern. Una l111tier mayor puede ser totalmente dependien-te de que su hijo la cuide, y una excursionista que se rompa una pierna a cinco dasde camino a pie de la carretera ms cercana puede morir si su compaero no letrae ayuda. No pensamos que en estas situaciones la madre pueda quitar la vidade su hijo, el hijo la de su anciana madre o el excursionista la de su compaeraherida. De modo que no es admisible sugerir que la dependencia del feto no via-ble de su madre le d derecho a matarlo; y si la dependencia no justifica conver-tir la viabilidad en la lnea divisoria, es dificil ver qu lo justifica.

    El movimiento del feto

    Si ni el nacimiento ni la viabilidad marcan una distincin moralmente significati-va, menos an hay que decir de un tercer candidato, el movimiento del feto. Poreste se entiende el momento en el que la madre empieza a sentir por primera vezcmo se mueve el feto, y segn la teologa catlica tradicional, se pensaba que esteera el momento en el que el feto ganaba su alma. Si aceptramos ese punto devista, podramos pensar que el movimiento es importante, ya que el alma es, segnel cristianismo, lo que diferencia a los humanos de los animales. Pero la idea deque e! alma entre en e! feto en el momento de! movimiento fetal es una supers-

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  • tica prctica

    ticin anticuada, descartada hoy en da hasta por los telogos catlicos. Dejar aun lado estas doctrinas catlicas hace que el movimiento del feto sea insignifi-cante para nuestro anlisis. No es ms que el momento en el que por primera vezse siente mover al feto espontneamente; est vivo antes de este punto y estudioscon ultrasonidos han demostrado que en realidad el feto empieza a moverse unasseis semanas despus de la fecundacin, mucho antes de que se pueda sentir sumovimiento. En todo caso, la capacidad de movimiento fisico -o la falta de l-no tiene nada que ver con la seriedad de la pretensin de una vida continuada. Novemos la falta de tal capacidad como un argumento para negar a la gente paral-tica sus aspiraciones a seguir viviendo.

    La conciencia

    Se puede considerar que el movimiento tiene indirectamente una importanciamoral, en cuanto que es una indicacin de alguna forma de conciencia y, como yahemos visto, la conciencia y la capacidad para sentir placer o dolor son de una im-portancia moral real. A pesar de esto, ninguna de las dos posiciones en la polmicasobre el aborto ha hecho mucha mencin del desarrollo de la conciencia en el feto.Los que se oponen al aborto pueden ensear documentales sobre el grito silen-cioso del feto cuando se produce el aborto, pero la intencin que hay detrs deestos documentales es conmover a los no comprometidos. Las personas que se opo-nen al aborto realmente quieren defender el derecho a la vida de los seres humanosdesde la concepcin, independientemente de que sean o no conscientes. Para losque estn a favor del aborto, apelar a una ausencia de capacidad de conciencia haparecido una estrategia muy arriesgada. Sobre la base de los estudios que demues-tran que el movimiento tiene lugar unas seis semanas despus de la fecundacin,junto con otras investigaciones que han encontrado cierta actividad cerebral en lasptima semana, se ha sugerido que el feto podra ser capaz de sentir dolor en estatemprana etapa del embarazo. Esa posibilidad ha hecho que los liberales sean muyprecavidos a la hora de apuntar al inicio de la conciencia como el punto en el cualel feto tiene derecho a la vida.Volveremos al tema de la conciencia en el feto msadelante en este mismo captulo, ya que es pertinente para la cuestin de la expe-rimentacin fetal y embrionaria. Tambin consideraremos un punto anterior quepudiera ser importante para la experimentacin embrionaria, pero no para la pol-mica sobre el aborto. En lo que se refiere al aborto, la discusin hasta ahora ha mos-trado que la bsqueda de la posicin liberal de una lnea divisoria moralmentecrucial entre el recin nacido y el feto no ha sido capaz de identificar cualquieracontecimiento o etapa del desarrollo que pueda soportar el peso de separar a losque tienen derecho a la vida de los que no lo tienen, de una forma en la que elfeto aparece claramente en la ltima categora en la etapa del desarrollo en la que

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    tica prctica

    ticin anticuada, descartada hoy en da hasta por los telogos catlicos. Dejar aun lado estas doctrinas catlicas hace que el movimiento del feto sea insignifi-cante para nuestro anlisis. No es ms que el momento en el que por primera vezse siente mover al feto espontneamente; est vivo antes de este punto y estudioscon ultrasonidos han demostrado que en realidad el feto empieza a moverse unasseis semanas despus de la fecundacin, mucho antes de que se pueda sentir sumovimiento. En todo caso, la capacidad de movimiento fisico -o la falta de l-no tiene nada que ver con la seriedad de la pretensin de una vida continuada. Novemos la falta de tal capacidad como un argumento para negar a la gente paral-tica sus aspiraciones a seguir viviendo.

    La conciencia

    Se puede considerar que el movimiento tiene indirectamente una importanciamoral, en cuanto que es una indicacin de alguna forma de conciencia y, como yahemos visto, la conciencia y la capacidad para sentir placer o dolor son de una im-portancia moral real. A pesar de esto, ninguna de las dos posiciones en la polmicasobre el aborto ha hecho mucha mencin del desarrollo de la conciencia en el feto.Los que se oponen al aborto pueden ensear documentales sobre el grito silen-cioso del feto cuando se produce el aborto, pero la intencin que hay detrs deestos documentales es conmover a los no comprometidos. Las personas que se opo-nen al aborto realmente quieren defender el derecho a la vida de los seres humanosdesde la concepcin, independientemente de que sean o no conscientes. Para losque estn a favor del aborto, apelar a una ausencia de capacidad de conciencia haparecido una estrategia muy arriesgada. Sobre la base de los estudios que demues-tran que el movimiento tiene lugar unas seis semanas despus de la fecundacin,junto con otras investigaciones que han encontrado cierta actividad cerebral en lasptima semana, se ha sugerido que el feto podra ser capaz de sentir dolor en estatemprana etapa del embarazo. Esa posibilidad ha hecho que los liberales sean muyprecavidos a la hora de apuntar al inicio de la conciencia como el punto en el cualel feto tiene derecho a la vida.Volveremos al tema de la conciencia en el feto msadelante en este mismo captulo, ya que es pertinente para la cuestin de la expe-rimentacin fetal y embrionaria. Tambin consideraremos un punto anterior quepudiera ser importante para la experimentacin embrionaria, pero no para la pol-mica sobre el aborto. En lo que se refiere al aborto, la discusin hasta ahora ha mos-trado que la bsqueda de la posicin liberal de una lnea divisoria moralmentecrucial entre el recin nacido y el feto no ha sido capaz de identificar cualquieracontecimiento o etapa del desarrollo que pueda soportar el peso de separar a losque tienen derecho a la vida de los que no lo tienen, de una forma en la que elfeto aparece claramente en la ltima categora en la etapa del desarrollo en la que

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  • Quitar la vida: el embrin y elJeto

    tienen lugar la mayor parte de los abortos. La posicin conservadora se mueve enterreno firme al insistir que el paso del embrin al nio es un proceso gradual.

    ALGUNOS ARGUMENTOS LIBERALES

    Algunos liberales no ponen en duda la afirmacin conservadora de que el feto seaun ser humano inocente, pero argumentan que el aborto es, sin embargo, per-misible. Consideraremos tres argumentos que apoyan este punto de vista.

    Las consecuencias de una legislacin restrictiva

    El primer argumento consiste en que las leyes que prohben el aborto no evitanque este se lleve a cabo, sino que hacen que se realice de forma clandestina. Lasmujeres que quieren abortar estn generalmente desesperadas, y acuden a abor-tistas ilegales o intentan remedios caseros. Los abortos practicados por mdicos cua-lificados son tan seguros como cualquier otra operacin, pero los que se llevan acabo por personas no cualificadas a menudo tienen como resultado graves com-plicaciones mdicas y a veces la muerte. De este modo, el efecto que produce laprohibicin del aborto no es tanto reducir el nmero de abortos sino ms bienaumentar las dificultades y peligros para las mujeres con un embarazo no deseado.

    Este argumento ha tenido gran influencia a la hora de ganar apoyo para con-seguir una legislacin abortiva ms liberal. Fue aceptado por la Real ComisinCanadiense sobre el Estatus de la Mujer, que conclua que: Una ley que tiene msefectos negativos que positivos es una mala ley... Mientras exista en su forma actual,miles de mujeres la quebrantarn.

    Lo principal de este argumento es que va en contra de las leyes que prohbenel aborto, y no en contra del punto de vista que sostiene que abortar est mal. Estadistincin es importante y a menudo se ha dejado a un lado en la polmica sobreel aborto. Este argumento ilustra bien la distincin, ya que una mujer podra acep-tarlo de forma consecuente y defender que la ley debiera permitir el aborto libre,mientras que al mismo tiempo decide -si est embarazada- o aconseja a otramujer que lo est, que abortar no est bien. Es un error asumir que la ley debierasiempre imponer la moralidad. Quiz sea que, como se ha alegado en el caso delaborto, los intentos por imponer una conducta correcta conduzcan a consecuen-cias que nadie desea, y no se produzca un descenso en lo que est mal hecho; oquiz sea que, como propone el siguiente argumento que consideraremos, existeun rea de la tica privada en la cual las leyes no debieran interferir.

    Por consiguiente, este primer argumento trata de la legislacin sobre el abortoy no sobre la tica del mismo. Incluso dentro de esos lmites, sin embargo, se pue-

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    Quitar la vida: el embrin y elJeto

    tienen lugar la mayor parte de los abortos. La posicin conservadora se mueve enterreno firme al insistir que el paso del embrin al nio es un proceso gradual.

    ALGUNOS ARGUMENTOS LIBERALES

    Algunos liberales no ponen en duda la afirmacin conservadora de que el feto seaun ser humano inocente, pero argumentan que el aborto es, sin embargo, per-misible. Consideraremos tres argumentos que apoyan este punto de vista.

    Las consecuencias de una legislacin restrictiva

    El primer argumento consiste en que las leyes que prohben el aborto no evitanque este se lleve a cabo, sino que hacen que se realice de forma clandestina. Lasmujeres que quieren abortar estn generalmente desesperadas, y acuden a abor-tistas ilegales o intentan remedios caseros. Los abortos practicados por mdicos cua-lificados son tan seguros como cualquier otra operacin, pero los que se llevan acabo por personas no cualificadas a menudo tienen como resultado graves com-plicaciones mdicas y a veces la muerte. De este modo, el efecto que produce laprohibicin del aborto no es tanto reducir el nmero de abortos sino ms bienaumentar las dificultades y peligros para las mujeres con un embarazo no deseado.

    Este argumento ha tenido gran influencia a la hora de ganar apoyo para con-seguir una legislacin abortiva ms liberal. Fue aceptado por la Real ComisinCanadiense sobre el Estatus de la Mujer, que conclua que: Una ley que tiene msefectos negativos que positivos es una mala ley... Mientras exista en su forma actual,miles de mujeres la quebrantarn.

    Lo principal de este argumento es que va en contra de las leyes que prohbenel aborto, y no en contra del punto de vista que sostiene que abortar est mal. Estadistincin es importante y a menudo se ha dejado a un lado en la polmica sobreel aborto. Este argumento ilustra bien la distincin, ya que una mujer podra acep-tarlo de forma consecuente y defender que la ley debiera permitir el aborto libre,mientras que al mismo tiempo decide -si est embarazada- o aconseja a otramujer que lo est, que abortar no est bien. Es un error asumir que la ley debierasiempre imponer la moralidad. Quiz sea que, como se ha alegado en el caso delaborto, los intentos por imponer una conducta correcta conduzcan a consecuen-cias que nadie desea, y no se produzca un descenso en lo que est mal hecho; oquiz sea que, como propone el siguiente argumento que consideraremos, existeun rea de la tica privada en la cual las leyes no debieran interferir.

    Por consiguiente, este primer argumento trata de la legislacin sobre el abortoy no sobre la tica del mismo. Incluso dentro de esos lmites, sin embargo, se pue-

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  • tica prctica

    de poner en duda, ya que no satisface la afirmacin conservadora de que abortares matar deliberadamente a un ser humano inocente, con la misma categora ticaque el asesinato. Los que apoyan este punto de vista no quedarn contentos conla aseveracin de que la legislacin restrictiva del aborto no hace ms que condu-cir a la mujer a abortar de forma clandestina. Insistirn en que se puede cambiaresta situacin y que las leyes se pueden hacer cumplir de forma adecuada. Quiztambin sugieran medidas que faciliten la aceptacin del embarazo por parte delas mujeres que se quedan embarazadas sin desearlo. Dado el juicio tico inicialcontra el aborto, esta respuesta es perfectamente razonable y por este motivo elprimer argumento no logra evitar la cuestin tica.

    Es competencia del derecho?

    Este segundo argumento tambin se refiere a la legislacin sobre el aborto ms quea la tica del mismo. Utiliza el criterio de que, como aparece en un informe lle-vado a cabo por una comisin gubernamental britnica sobre la legislacin acercade la homosexualidad y la prostitucin: Debe haber una esfera de la moralidade inmoralidad privadas que, dicho en trminos breves y claros, no sea competen-cia del Derecha. Este punto de vista est ampliamente aceptado entre los pen-sadores liberales, y se remonta a la obra de John Stuart MilI Sobre la libertad, en lacual, el principio nico y muy simple es, segn sus propias palabras:

    Que el nico propsito por el cual se puede legtimamente ejercitar el poder sobrecualquier miembro de una comunidad civilizada, contra su voluntad, es impedirque haga daflO a otros... No se le puede legtimamente obligar a hacer o a abs-tenerse de hacer algo porque ser en su beneficio, porque le har ms feliz, oporque, segn otros, actuar de esa forma sera acertado o incluso justo.

    La postura de Mill a menudo se cita de forma adecuada en apoyo de la revoca-cin de la legislacin que crea los delitos sin vctimas, como las leyes que proh-ben las relaciones homosexuales entre adultos con el consentimiento de ambos, lautilizacin de marihuana y otras drogas, la prostitucin, el juego, etctera. Nor-malmente se incluye al aborto en esta lista, como por ejemplo lo hizo el crimi-nlogo Edwin Schur en su libro Crimes Without Victims. Los que consideran elaborto como un delito sin vctimas dicen que, mientras todo el mundo tengaderecho a mantener o actuar segn su propio punto de vista acerca de la mora-lidad del aborto, ningn sector de la comunidad debera intentar forzar a los demsa adherirse a su propia y particular postura. En una sociedad pluralista, debera-mos tolerar a aquellos que no comparten nuestras posiciones morales y dejar ladecisin de abortar a la interesada.

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    tica prctica

    de poner en duda, ya que no satisface la afirmacin conservadora de que abortares matar deliberadamente a un ser humano inocente, con la misma categora ticaque el asesinato. Los que apoyan este punto de vista no quedarn contentos conla aseveracin de que la legislacin restrictiva del aborto no hace ms que condu-cir a la mujer a abortar de forma clandestina. Insistirn en que se puede cambiaresta situacin y que las leyes se pueden hacer cumplir de forma adecuada. Quiztambin sugieran medidas que faciliten la aceptacin del embarazo por parte delas mujeres que se quedan embarazadas sin desearlo. Dado el juicio tico inicialcontra el aborto, esta respuesta es perfectamente razonable y por este motivo elprimer argumento no logra evitar la cuestin tica.

    Es competencia del derecho?

    Este segundo argumento tambin se refiere a la legislacin sobre el aborto ms quea la tica del mismo. Utiliza el criterio de que, como aparece en un informe lle-vado a cabo por una comisin gubernamental britnica sobre la legislacin acercade la homosexualidad y la prostitucin: Debe haber una esfera de la moralidade inmoralidad privadas que, dicho en trminos breves y claros, no sea competen-cia del Derecha. Este punto de vista est ampliamente aceptado entre los pen-sadores liberales, y se remonta a la obra de John Stuart MilI Sobre la libertad, en lacual, el principio nico y muy simple es, segn sus propias palabras:

    Que el nico propsito por el cual se puede legtimamente ejercitar el poder sobrecualquier miembro de una comunidad civilizada, contra su voluntad, es impedirque haga daflO a otros... No se le puede legtimamente obligar a hacer o a abs-tenerse de hacer algo porque ser en su beneficio, porque le har ms feliz, oporque, segn otros, actuar de esa forma sera acertado o incluso justo.

    La postura de Mill a menudo se cita de forma adecuada en apoyo de la revoca-cin de la legislacin que crea los delitos sin vctimas, como las leyes que proh-ben las relaciones homosexuales entre adultos con el consentimiento de ambos, lautilizacin de marihuana y otras drogas, la prostitucin, el juego, etctera. Nor-malmente se incluye al aborto en esta lista, como por ejemplo lo hizo el crimi-nlogo Edwin Schur en su libro Crimes Without Victims. Los que consideran elaborto como un delito sin vctimas dicen que, mientras todo el mundo tengaderecho a mantener o actuar segn su propio punto de vista acerca de la mora-lidad del aborto, ningn sector de la comunidad debera intentar forzar a los demsa adherirse a su propia y particular postura. En una sociedad pluralista, debera-mos tolerar a aquellos que no comparten nuestras posiciones morales y dejar ladecisin de abortar a la interesada.

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  • Quitar la vida: el embrin y el feto

    La falacia de enumerar el aborto entre los delitos sin vctimas debera ser evi-dente. La polmica sobre el aborto es, en general, una polmica sobre si el abortotiene o no una vctima. Los que se oponen al aborto mantienen que la vctima esel feto, mientras que los que no se oponen puede que nieguen que el feto cuentecomo vctima de una manera seria. Estos ltimos quiz dijeran, por ejemplo, que unser no puede ser vctima a no ser que tenga unos intereses que sean violados, y elfeto no tiene intereses. Pero sea cual sea la manera en que se desarrolle la polmi-ca, no puede simplemente ignorarse sobre la base de que las personas no debemosintentar forzar a los dems a seguir nuestros propios criterios morales. Mi posturade que lo que Hitler hizo con los judos era malo es un criterio moral, y si existie-ra algn atisbo de que el nazismo pudiera volver a producirse, seguramente yo haratodo lo posible por obligar a los dems a que no actuaran de forma contraria a estapostura. El principio de MilI es defendible solo si se restringe, como MilI lo hizo,a actos que no daan a los dems. Utilizar el principio como forma de evitar lasdificultades de resolver la polmica tica sobre el aborto es dar por sentado que elaborto no daa a otro, lo cual constituye precisamente el aspecto que hay queprobar antes de que legtimamente podamos aplicar el principio al caso del aborto.

    Un argumento feminista

    El ltimo de los tres argumentos que buscan justificar el aborto sin negar que elfeto es un ser humano inocente consiste en que la mujer tiene derecho a elegirlo que le ocurra a su propio cuerpo. Este argumento empez a destacar con laaparicin del movimiento de liberacin de la mujer y lo han elaborado filsofosnorteamericanos simpatizantes del feminismo. Judith Jarvis Thomson, por mediode una ingeniosa analoga, ha presentado un argumento que ha tenido mucha in-fluencia. Imaginemos, dice ella, que una maana nos despertamos en la cama deun hospital, conectados de alguna manera a un hombre inconsciente que se en-cuentra en la cama junto a la nuestra. Se nos dice que este hombre es un famosoviolinista que padece una enfermedad renal. La nica forma que tiene de sobre-vivir es teniendo su sistema circulatorio conectado al de otra persona con el mis-mo grupo sanguneo, y nosotros somos la nica persona con la sangre adecuada.De modo que una asociacin de amantes de la msica nos secuestr y llev a cabola operacin de conexin. Como nos encontramos en un hospital con buena re-putacin, podramos, si quisiramos, decirle a un mdico que nos desconectara delviolinista; en cuyo caso el violinista morira irremediablemente. Por otra parte, sipermaneciramos conectados durante solo (solo?) nueve meses, el violinista serecuperara y podramos ser desconectados sin poner su vida en peligro.

    Thomson cree que si nos viramos inmersos en esta situacin inesperada, noestaramos moralmente obligados a permitir que el violinista utilizara nuestros rio-

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    Quitar la vida: el embrin y el feto

    La falacia de enumerar el aborto entre los delitos sin vctimas debera ser evi-dente. La polmica sobre el aborto es, en general, una polmica sobre si el abortotiene o no una vctima. Los que se oponen al aborto mantienen que la vctima esel feto, mientras que los que no se oponen puede que nieguen que el feto cuentecomo vctima de una manera seria. Estos ltimos quiz dijeran, por ejemplo, que unser no puede ser vctima a no ser que tenga unos intereses que sean violados, y elfeto no tiene intereses. Pero sea cual sea la manera en que se desarrolle la polmi-ca, no puede simplemente ignorarse sobre la base de que las personas no debemosintentar forzar a los dems a seguir nuestros propios criterios morales. Mi posturade que lo que Hitler hizo con los judos era malo es un criterio moral, y si existie-ra algn atisbo de que el nazismo pudiera volver a producirse, seguramente yo haratodo lo posible por obligar a los dems a que no actuaran de forma contraria a estapostura. El principio de MilI es defendible solo si se restringe, como MilI lo hizo,a actos que no daan a los dems. Utilizar el principio como forma de evitar lasdificultades de resolver la polmica tica sobre el aborto es dar por sentado que elaborto no daa a otro, lo cual constituye precisamente el aspecto que hay queprobar antes de que legtimamente podamos aplicar el principio al caso del aborto.

    Un argumento feminista

    El ltimo de los tres argumentos que buscan justificar el aborto sin negar que elfeto es un ser humano inocente consiste en que la mujer tiene derecho a elegirlo que le ocurra a su propio cuerpo. Este argumento empez a destacar con laaparicin del movimiento de liberacin de la mujer y lo han elaborado filsofosnorteamericanos simpatizantes del feminismo. Judith Jarvis Thomson, por mediode una ingeniosa analoga, ha presentado un argumento que ha tenido mucha in-fluencia. Imaginemos, dice ella, que una maana nos despertamos en la cama deun hospital, conectados de alguna manera a un hombre inconsciente que se en-cuentra en la cama junto a la nuestra. Se nos dice que este hombre es un famosoviolinista que padece una enfermedad renal. La nica forma que tiene de sobre-vivir es teniendo su sistema circulatorio conectado al de otra persona con el mis-mo grupo sanguneo, y nosotros somos la nica persona con la sangre adecuada.De modo que una asociacin de amantes de la msica nos secuestr y llev a cabola operacin de conexin. Como nos encontramos en un hospital con buena re-putacin, podramos, si quisiramos, decirle a un mdico que nos desconectara delviolinista; en cuyo caso el violinista morira irremediablemente. Por otra parte, sipermaneciramos conectados durante solo (solo?) nueve meses, el violinista serecuperara y podramos ser desconectados sin poner su vida en peligro.

    Thomson cree que si nos viramos inmersos en esta situacin inesperada, noestaramos moralmente obligados a permitir que el violinista utilizara nuestros rio-

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  • tica prctica

    nes durante nueve meses. Ayudar al violinista sera un acto muy generoso y amablede nuestra parte, pero decir esto, afirma Thomson, es bastante diferente de decirque haramos mal si acturamos de forma contraria.

    Hay que resaltar que la conclusin de Thomson no depende de negar que elviolinista sea un ser humano inocente, con el mismo derecho a la vida que cual-quier otro ser humano inocente. Al contrario, Thomson afirma que el violinistatiene derecho a la vida, pero tener derecho a la vida, segn ella, no implica el de-recho a utilizar el cuerpo de otra persona, incluso aunque no utilizarlo nos supongala muerte.

    El paralelismo de este caso con el del embarazo, especialmente el embarazo aconsecuencia de una violacin, es evidente. Una mujer que haya quedado emba-razada como resultado de una violacin se encuentra a s misma, sin haberlo ele-gido, conectada a un feto de la misma manera que nosotros nos encontrbamosconectados al violinista. Cierto es que una mujer embarazada no tiene normal-mente que pasar nueve meses en cama, pero los que se oponen al aborto no con-sideraran esto como una justificacin suficiente para abortar. Dar un recin nacidoen adopcin podra ser ms difcil, psicolgicamente, que abandonar al violinistaal final de su enfermedad; pero esto en s mismo no parece una razn suficientepara matar al feto. Si se acepta que el feto no cuenta como un ser humano con todaslas de la ley, abortar cuando el feto no es viable tiene la misma relevancia moralque desconectarnos del violinista. As que si estamos de acuerdo con Thomsonen que no estara mal desconectarnos del violinista, debemos aceptar tambin quecualquiera que sea el estado del feto, el aborto tampoco es malo, al menos cuandoel embarazo es consecuencia de una violacin.

    El argumento de Thomson probablemente se puede aplicar a otros casos queno sean el de la violacin. Supongamos que nos encontramos conectados al violi-nista, no porque furamos secuestrados por los amantes de la msica, sino porquehabamos ido al hospital a visitar a un amigo enfermo, y cuando entramos en elascensor, pulsamos un botn equivocado, acabando as en una parte del hospitalnormalmente visitada solamente por los que se ofrecen voluntarios para conec-tarse a pacientes que de otra forma no podran sobrevivir. Un equipo de mdicos,que espera al siguiente voluntario, supone que somos el prximo voluntario y nosanestesia para despus conectarnos a un paciente. Si el argumento de Thomson eravlido en el caso del secuestro, probablemente tambin lo es aqu, ya que ayudara otra persona nueve meses en contra de nuestra voluntad es un precio muy alto apagar por ignorancia o descuido. En este sentido el argumento podra aplicarse msall de los casos de violacin al mucho mayor nmero de mujeres que se quedanembarazadas por ignorancia, descuido o un [.1110 en el anticonceptivo utilizado.

    Pero, es vlido este argumento? La respuesta breve es esta: es vlido si la par-ticular teora de los derechos en que se basa es vlida; y no es vlido si dicha teorano es vlida.

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    tica prctica

    nes durante nueve meses. Ayudar al violinista sera un acto muy generoso y amablede nuestra parte, pero decir esto, afirma Thomson, es bastante diferente de decirque haramos mal si acturamos de forma contraria.

    Hay que resaltar que la conclusin de Thomson no depende de negar que elviolinista sea un ser humano inocente, con el mismo derecho a la vida que cual-quier otro ser humano inocente. Al contrario, Thomson afirma que el violinistatiene derecho a la vida, pero tener derecho a la vida, segn ella, no implica el de-recho a utilizar el cuerpo de otra persona, incluso aunque no utilizarlo nos supongala muerte.

    El paralelismo de este caso con el del embarazo, especialmente el embarazo aconsecuencia de una violacin, es evidente. Una mujer que haya quedado emba-razada como resultado de una violacin se encuentra a s misma, sin haberlo ele-gido, conectada a un feto de la misma manera que nosotros nos encontrbamosconectados al violinista. Cierto es que una mujer embarazada no tiene normal-mente que pasar nueve meses en cama, pero los que se oponen al aborto no con-sideraran esto como una justificacin suficiente para abortar. Dar un recin nacidoen adopcin podra ser ms difcil, psicolgicamente, que abandonar al violinistaal final de su enfermedad; pero esto en s mismo no parece una razn suficientepara matar al feto. Si se acepta que el feto no cuenta como un ser humano con todaslas de la ley, abortar cuando el feto no es viable tiene la misma relevancia moralque desconectarnos del violinista. As que si estamos de acuerdo con Thomsonen que no estara mal desconectarnos del violinista, debemos aceptar tambin quecualquiera que sea el estado del feto, el aborto tampoco es malo, al menos cuandoel embarazo es consecuencia de una violacin.

    El argumento de Thomson probablemente se puede aplicar a otros casos queno sean el de la violacin. Supongamos que nos encontramos conectados al violi-nista, no porque furamos secuestrados por los amantes de la msica, sino porquehabamos ido al hospital a visitar a un amigo enfermo, y cuando entramos en elascensor, pulsamos un botn equivocado, acabando as en una parte del hospitalnormalmente visitada solamente por los que se ofrecen voluntarios para conec-tarse a pacientes que de otra forma no podran sobrevivir. Un equipo de mdicos,que espera al siguiente voluntario, supone que somos el prximo voluntario y nosanestesia para despus conectarnos a un paciente. Si el argumento de Thomson eravlido en el caso del secuestro, probablemente tambin lo es aqu, ya que ayudara otra persona nueve meses en contra de nuestra voluntad es un precio muy alto apagar por ignorancia o descuido. En este sentido el argumento podra aplicarse msall de los casos de violacin al mucho mayor nmero de mujeres que se quedanembarazadas por ignorancia, descuido o un [.1110 en el anticonceptivo utilizado.

    Pero, es vlido este argumento? La respuesta breve es esta: es vlido si la par-ticular teora de los derechos en que se basa es vlida; y no es vlido si dicha teorano es vlida.

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  • Quitar la vida: el embrin y elJeto

    La teora de los d~n~chos en cuestin se puede ilustrar con otro de los imagi-narios ejemplos de Thornson: supongamos que nos encontLlmos desesperadamen-te enfermos y que lo nico que puede salvarnos es que nos toque nuestra estrellade cine favorita con su fn;) mano en nuestra febril frente. Pues blen,Thomson diceque aunque tengamos derecho a la vida, no quiere decir que tengamos derecho aforzar a la estrella de cine a venir a nosotros, o que estJ se encuentre en ningunaobligacin moral de venir a salvarnos, aunque sera muy amable de su parte quelo hiciera. De este modo Thomson no acepta que estemos siempre obligados atomar la mejor lnea de accin, una vez considerados todos los puntos, o haceraquello que tenga las mejores consecuencias. En cambio, acepta un sistema de de-rechos y obligaciones que nos permita justificar nu~stras ,Icciones independien-temente de sus consecuencias.

    Hablaremos ms d~ esta concepcin de 1m d~r~chos en el captulo 8. Por aho-ra, basta con indLcar que el utilitari

  • tica prctica

    vadora de que el feto es un ser humano inocente No obstante, sera precipitadoque los conservadores supusieran que su teora contra el aborto es vlida. En estemomento hay que incluir en este debate algunas conclusiones ms generales sobreel valor de la vida.

    EL VALOR DE LA VIDA DEL FETO

    Volvamos al principio. El argumento principal contra el aborto desde el cual em-pezamos era e! siguiente:

    Primera premisa: es malo matar a un ser humano inocente.Segunda premisa: un feto humano es un ser humano inocente.Conclusin: por tanto, es malo matar a un feto humano.

    El primer grupo de respuestas que consideramos aceptaban la primera pre-misa de este argumento pero se oponan a la segunda. El segundo grupo de res-puestas no rechazaban ninguna premisa, pero se opona a establecer la conclusinpartiendo de estas premisas (o se opona a la concl usin de que el aborto deberaestar prohibido por la ley). Ninguna de las respuestas cuestionaba la primera pre-misa de este argumento. Dada la amplia aceptacin de la doctrina de la santidadde la vida humana, esto no sorprende; pero la discusin de esta doctrina en loscaptulos anteriores muestra que esta premisa es menos segura de lo que muchagente cree.

    La debilidad de la primera premisa de! argumento conservador consiste en quedescansa en nuestra aceptacin de la categora especial de la vida humana. Hemosvisto que e! trmino humano encuadra a dos nociones distintas: pertenecer a laespecie Homo sapens y ser persona. Una vez que e! trmino se examina deteni-damente en este sentido, la debilidad de la primera premisa conservadora se haceevidente. Si se toma humano como equivalente de persona, la segunda pre-misa de! argumento, que sostiene que e! feto es un ser humano, es claramentefalsa, porque no se puede argumentar que el feto sea racional o consciente de smismo. Si, por otra parte, se toma humano en e! sentido de simplemente miem-bro de la especie Homo sapens> la defensa conservadora de la vida de! feto se basaen una caracterstica a la que le falta pertinencia moral y, por tanto, la primerapremisa es falsa. El centro de la cuestin hasta ahora nos debe parecer familiar:que un ser sea o no miembro de nuestra especie no es en s mismo ms pertinenteal hecho de que matar est mal que el hecho de que sea o no miembro de nues-tra raza. La creencia de que e! mero hecho de pertenecer a nuestra especie, inde-pendientemente de otras caractersticas, constituye una gran diferencia sobre e!hecho de que matar a un ser est mal, es un legado de las doctrinas religiosas queincluso los que se oponen al aborto dudan en incluir en el debate.

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    tica prctica

    vadora de que el feto es un ser humano inocente No obstante, sera precipitadoque los conservadores supusieran que su teora contra el aborto es vlida. En estemomento hay que incluir en este debate algunas conclusiones ms generales sobreel valor de la vida.

    EL VALOR DE LA VIDA DEL FETO

    Volvamos al principio. El argumento principal contra el aborto desde el cual em-pezamos era e! siguiente:

    Primera premisa: es malo matar a un ser humano inocente.Segunda premisa: un feto humano es un ser humano inocente.Conclusin: por tanto, es malo matar a un feto humano.

    El primer grupo de respuestas que consideramos aceptaban la primera pre-misa de este argumento pero se oponan a la segunda. El segundo grupo de res-puestas no rechazaban ninguna premisa, pero se opona a establecer la conclusinpartiendo de estas premisas (o se opona a la concl usin de que el aborto deberaestar prohibido por la ley). Ninguna de las respuestas cuestionaba la primera pre-misa de este argumento. Dada la amplia aceptacin de la doctrina de la santidadde la vida humana, esto no sorprende; pero la discusin de esta doctrina en loscaptulos anteriores muestra que esta premisa es menos segura de lo que muchagente cree.

    La debilidad de la primera premisa de! argumento conservador consiste en quedescansa en nuestra aceptacin de la categora especial de la vida humana. Hemosvisto que e! trmino humano encuadra a dos nociones distintas: pertenecer a laespecie Homo sapens y ser persona. Una vez que e! trmino se examina deteni-damente en este sentido, la debilidad de la primera premisa conservadora se haceevidente. Si se toma humano como equivalente de persona, la segunda pre-misa de! argumento, que sostiene que e! feto es un ser humano, es claramentefalsa, porque no se puede argumentar que el feto sea racional o consciente de smismo. Si, por otra parte, se toma humano en e! sentido de simplemente miem-bro de la especie Homo sapens> la defensa conservadora de la vida de! feto se basaen una caracterstica a la que le falta pertinencia moral y, por tanto, la primerapremisa es falsa. El centro de la cuestin hasta ahora nos debe parecer familiar:que un ser sea o no miembro de nuestra especie no es en s mismo ms pertinenteal hecho de que matar est mal que el hecho de que sea o no miembro de nues-tra raza. La creencia de que e! mero hecho de pertenecer a nuestra especie, inde-pendientemente de otras caractersticas, constituye una gran diferencia sobre e!hecho de que matar a un ser est mal, es un legado de las doctrinas religiosas queincluso los que se oponen al aborto dudan en incluir en el debate.

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  • Quitar la vida: el embrin y elJeto

    Reconocer este sencillo punto transforma el tema del aborto. Ahora podemosmirar al feto por lo que es -las caractersticas reales que posee- y valorar su vidaen la misma escala que las vidas de seres con similares caractersticas que no per-tenecen a nuestra especie. Ahora se hace evidente que al movimiento Pro vidao Derecho a laVida se le ha denominado de forma errnea. Lejos de sentir preo-cupacin por toda vida, o una escala de preocupacin imparcialmente basada en lanaturaleza de la vida en cuestin, los que protestan contra el aborto pero comenhabitualmente a base de los cuerpos de gallinas, cerdos y terneras, muestran sola-mente una preocupacin parcial por las vidas de los miembros de nuestra propiaespecie. Porque en cualquier comparacin justa de las caractersticas moralmentepertinentes, como la racionalidad, la conciencia de s mismo, el conocimiento, laautonoma, el placer, el dolor, etctera, la ternera, el cerdo y la tan ridiculizadagallina se encuentran muy por delante del feto en cualquier etapa del embarazo,mientras que si hacemos la comparacin con un feto de menos de tres meses, unpez mostrara ms sei1ales de conciencia.

    Por tanto, lo que sugiero es que acordemos no dar ms valor a la vida del fetoque a la vida de un animal no humano dado un nivel similar de racionalidad, con-ciencia de s mismo, conocimiento, capacidad de sentir, etctera. Ya que ningnfeto es persona, ningn feto tiene el mismo derecho a la vida que una persona.Todava tenemos que considerar en qu punto es probable que el feto sea capaz desentir dolor. Porque ahora bastar con decir que hasta que esa capacidad exista,un aborto termina una existencia que no tiene valor

  • tica prctica

    EL FETO COMO VIDA POTENCIAL

    Una posible objecin al argumento que hemos ofrecido en la seccin anterior esque tiene en cuenta solo las caractersticas reales del feto, y no sus caractersticaspotenciales. Sobre la base de estas caractersticas reales, como admitirn algunosde los que se oponen al aborto, la comparacin entre el feto y muchos animales nohumanos no es favorable a aquel. Es al considerar su potencial para convertirse enun ser humano maduro cuando el pertenecer a la especie Horno sapiens se hace im-portante, y el feto sobrepasa con mucho a cualquier gallina, cerdo o ternera.

    Hasta este momento no he planteado la cuestin del potencial del feto porquepens que era mejor concentrarse en el argumento principal contra el aborto; peroes cierto que se puede esgrimir un argumento diferente, basado en el potencial delfeto. Este es el momento de analizar este otro argumento, que podemos enunciarde la siguiente forma:

    Primera premisa: es malo matar a un ser humano potencial.Segunda premisa: un feto humano es un ser humano potencial.Conclusin: por tanto, es malo matar a un feto humano.

    La segunda premisa de este argumento es ms fuerte que la segunda premisadel argumento anterior. Mientras que es problemtico concluir si un feto es real-mente un ser humano -depende de lo que queramos decir por dicho trmi-no-, no se puede negar que s que es un ser humano potencial. Esto es cierto tantosi por ser humano entendemos miembro de la especie Horno sapiens o un serracional y consciente de s mismo, es decir, una persona. La segunda premisa fuer-te de este nuevo argumento se adquiere, sin embargo, bajo el coste de una prime-ra premisa ms dbil, porque el hecho de que matar a un ser humano potencial-incluso a una persona potencial- sea malo es ms fcil que se ponga en dudaque el hecho de que matar a un ser humano real sea malo.

    Es cierto naturalmente que la racionalidad, conciencia de s mismo y otrascualidades potenciales de un feto Horno sapiens sobrepasan a las de una vaca o uncerdo; pero de ah no se desprende que el feto tenga un mayor derecho a la vida.No hay ninguna regla que diga que una X potencial tenga el mismo valor queuna X, o que tenga todos los derechos de una X. Hay muchos ejemplos que mues-tran justo lo contrario. Arrancar una bellota en brote no es lo mismo que talar unroble venerable. Meter una gallina viva en una olla de agua hirviendo sera muchopeor que hacer lo mismo con un huevo. El prncipe Carlos es el rey potencial deInglaterra, pero ahora no tiene los derechos de un rey.

    En ausencia de cualquier deduccin general que nos lleve a decir que A esuna X potencial y, por tanto, A tiene los derechos de X, no debemos aceptarque una persona potencial tenga los derechos de una persona, a menos que se nospueda dar alguna razn especfica por la cual esto se d en este caso particular.

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    tica prctica

    EL FETO COMO VIDA POTENCIAL

    Una posible objecin al argumento que hemos ofrecido en la seccin anterior esque tiene en cuenta solo las caractersticas reales del feto, y no sus caractersticaspotenciales. Sobre la base de estas caractersticas reales, como admitirn algunosde los que se oponen al aborto, la comparacin entre el feto y muchos animales nohumanos no es favorable a aquel. Es al considerar su potencial para convertirse enun ser humano maduro cuando el pertenecer a la especie Horno sapiens se hace im-portante, y el feto sobrepasa con mucho a cualquier gallina, cerdo o ternera.

    Hasta este momento no he planteado la cuestin del potencial del feto porquepens que era mejor concentrarse en el argumento principal contra el aborto; peroes cierto que se puede esgrimir un argumento diferente, basado en el potencial delfeto. Este es el momento de analizar este otro argumento, que podemos enunciarde la siguiente forma:

    Primera premisa: es malo matar a un ser humano potencial.Segunda premisa: un feto humano es un ser humano potencial.Conclusin: por tanto, es malo matar a un feto humano.

    La segunda premisa de este argumento es ms fuerte que la segunda premisadel argumento anterior. Mientras que es problemtico concluir si un feto es real-mente un ser humano -depende de lo que queramos decir por dicho trmi-no-, no se puede negar que s que es un ser humano potencial. Esto es cierto tantosi por ser humano entendemos miembro de la especie Horno sapiens o un serracional y consciente de s mismo, es decir, una persona. La segunda premisa fuer-te de este nuevo argumento se adquiere, sin embargo, bajo el coste de una prime-ra premisa ms dbil, porque el hecho de que matar a un ser humano potencial-incluso a una persona potencial- sea malo es ms fcil que se ponga en dudaque el hecho de que matar a un ser humano real sea malo.

    Es cierto naturalmente que la racionalidad, conciencia de s mismo y otrascualidades potenciales de un feto Horno sapiens sobrepasan a las de una vaca o uncerdo; pero de ah no se desprende que el feto tenga un mayor derecho a la vida.No hay ninguna regla que diga que una X potencial tenga el mismo valor queuna X, o que tenga todos los derechos de una X. Hay muchos ejemplos que mues-tran justo lo contrario. Arrancar una bellota en brote no es lo mismo que talar unroble venerable. Meter una gallina viva en una olla de agua hirviendo sera muchopeor que hacer lo mismo con un huevo. El prncipe Carlos es el rey potencial deInglaterra, pero ahora no tiene los derechos de un rey.

    En ausencia de cualquier deduccin general que nos lleve a decir que A esuna X potencial y, por tanto, A tiene los derechos de X, no debemos aceptarque una persona potencial tenga los derechos de una persona, a menos que se nospueda dar alguna razn especfica por la cual esto se d en este caso particular.

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  • Quitar la vida: el embrin y elJeto

    Pero, cul podra ser esa razn? Esta cuestin es especialmente pertinente si vol-vemos a la base sobre la cual, en el captulo anterior, se sugera que la vida de unapersona merece mayor proteccin que la vida de un ser que no sea persona. Estosmotivos -desde la preocupacin indirecta del utilitarismo clsico por no atemo-rizar a otros con que puedan ser los prximos en ser matados, el peso dado porel utilitarismo de preferencia a los deseos de una persona, la conexin de Tooleyentre el derecho a la vida y la capacidad de verse a uno mismo como un sujetomental que contina, y el principio del respeto por la autonoma- estn todosbasados en el hecho de que las personas se ven a ellas mismas como entidadesdistintas con un pasado y un futuro. No se aplican a los que ni ahora ni nunca hansido capaces de verse a ellos mismos de esta forma. Si estos son los motivos parano matar a las personas, el mero potencial de llegar a ser persona no es un argu-mento vlido para no matar.

    Se podra decir que esta respuesta interpreta mal el significado del potencialdel feto humano, y que este potencial es importante, no porque cree en el feto underecho o pretensin a la vida, sino porque todo el que mate a un feto humanopriva al mundo de un futuro ser racional y consciente de s mismo. Si los seres ra-cionales y conscientes de s mismos son intrnsecamente valiosos, matar a un fetohumano es privar al mundo de algo intrnsecamente valioso y, por tanto, est mal.El problema principal que hay en esto como argumento en contra del aborto-aparte de la dificultad que existe en establecer que los seres racionales y cons-cientes de s mismos tienen un valor intrnseco- es que no se puede sostenercomo una razn para oponerse a todos los abortos, o incluso a los abortos practi-cados meramente porque el embarazo se produce en una fecha poco adecuada.Adems, el argumento nos conduce a condenar otras prcticas distintas del abortoque la mayora de los antiabortistas aceptan.

    La afirmacin de que los seres racionales y conscientes de s mismos son in-trnsecamente valiosos no es motivo para oponerse a todos los abortos porque notodos los abortos privan al mundo de un ser racional y consciente de s mismo.Supongamos que una mujer ha estado planeando incorporarse a una expedicinde escalada en junio, y en enero descubre que est embarazada de dos meses. Por elmomento no tiene hijos, pero pretende tener uno en el plazo de uno o dos aos.El embarazo no es deseado solo porque no es el momento adecuado. Los que seoponen al aborto presumiblemente pensaran que abortar en estas circunstanciassera una atrocidad, porque ni la vida ni la salud de la madre estn en juego, sola-mente el placer que siente al escalar montaas. Sin embargo, si el aborto est malsolo porque priva al mundo de una futura persona, en este caso no lo est, ya queno hace sino retrasar la entrada de una persona al mundo.

    Por otra parte, este argumento nos lleva a condenar las prcticas que reducenla poblacin humana futura: la contracepcin, bien por medios artificialesi> o bienpor medios naturalesi> tales como la abstinencia durante los das en que es ms

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    Quitar la vida: el embrin y elJeto

    Pero, cul podra ser esa razn? Esta cuestin es especialmente pertinente si vol-vemos a la base sobre la cual, en el captulo anterior, se sugera que la vida de unapersona merece mayor proteccin que la vida de un ser que no sea persona. Estosmotivos -desde la preocupacin indirecta del utilitarismo clsico por no atemo-rizar a otros con que puedan ser los prximos en ser matados, el peso dado porel utilitarismo de preferencia a los deseos de una persona, la conexin de Tooleyentre el derecho a la vida y la capacidad de verse a uno mismo como un sujetomental que contina, y el principio del respeto por la autonoma- estn todosbasados en el hecho de que las personas se ven a ellas mismas como entidadesdistintas con un pasado y un futuro. No se aplican a los que ni ahora ni nunca hansido capaces de verse a ellos mismos de esta forma. Si estos son los motivos parano matar a las personas, el mero potencial de llegar a ser persona no es un argu-mento vlido para no matar.

    Se podra decir que esta respuesta interpreta mal el significado del potencialdel feto humano, y que este potencial es importante, no porque cree en el feto underecho o pretensin a la vida, sino porque todo el que mate a un feto humanopriva al mundo de un futuro ser racional y consciente de s mismo. Si los seres ra-cionales y conscientes de s mismos son intrnsecamente valiosos, matar a un fetohumano es privar al mundo de algo intrnsecamente valioso y, por tanto, est mal.El problema principal que hay en esto como argumento en contra del aborto-aparte de la dificultad que existe en establecer que los seres racionales y cons-cientes de s mismos tienen un valor intrnseco- es que no se puede sostenercomo una razn para oponerse a todos los abortos, o incluso a los abortos practi-cados meramente porque el embarazo se produce en una fecha poco adecuada.Adems, el argumento nos conduce a condenar otras prcticas distintas del abortoque la mayora de los antiabortistas aceptan.

    La afirmacin de que los seres racionales y conscientes de s mismos son in-trnsecamente valiosos no es motivo para oponerse a todos los abortos porque notodos los abortos privan al mundo de un ser racional y consciente de s mismo.Supongamos que una mujer ha estado planeando incorporarse a una expedicinde escalada en junio, y en enero descubre que est embarazada de dos meses. Por elmomento no tiene hijos, pero pretende tener uno en el plazo de uno o dos aos.El embarazo no es deseado solo porque no es el momento adecuado. Los que seoponen al aborto presumiblemente pensaran que abortar en estas circunstanciassera una atrocidad, porque ni la vida ni la salud de la madre estn en juego, sola-mente el placer que siente al escalar montaas. Sin embargo, si el aborto est malsolo porque priva al mundo de una futura persona, en este caso no lo est, ya queno hace sino retrasar la entrada de una persona al mundo.

    Por otra parte, este argumento nos lleva a condenar las prcticas que reducenla poblacin humana futura: la contracepcin, bien por medios artificialesi> o bienpor medios naturalesi> tales como la abstinencia durante los das en que es ms

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  • tica prctica

    probable que la mujer sea frtil, y tambin el celibato. Este argumento tiene, enrealidad, todas las dificultades de la forma total del utilitarismo, analizado en losdos captulos anteriores, y no aporta ninguna razn para pensar que el aborto seapeor que cualquier otro medio de control de poblacin. Si el mundo ya se encuen-tra superpoblado, este argumento no ofrece ninguna razn en contra del aborto.

    Existe algn otro factor pertinente en el hecho de que el feto sea una per-sona potencial? Si lo hay, no tengo ni idea de cul puede ser. En los escritos contrael aborto a menudo encontramos referencia al hecho de que cada feto humanoes nico. Paul Ramsey, antiguo profesor de Religin en la Universidad de Prin-ceton, ha afirmado que la gentica moderna, al ensdiarnos que la primera fusindel espermatozoide y el vulo crea una partcula de informacin que es irre-petible, parece llevarnos a la conclusin de que toda destruccin de la vida fetaldebera ser considerada asesinato,). Pero, por qu este hecho ha de llevarnos adicha conclusin? Sin lugar a dudas el feto de un perro es tambin genticamen-te nico. Quiere esto decir que est tan mal el aborto de un perro como el de unhumano? Si cuando se conciben gemelos homlogos, la informacin gentica serepite, pensara Ramsey, entonces, que es permisible practicar un aborto sobre unode los dos gemelos en cuestin? Los hijos que tendramos mi mujer y yo si noutilizramos anticonceptivos seran genticamente nicos. Constituye el hecho deque no se pueda determinar de forma precisa qu carcter genticamente nicotendran esos nifios que el uso de anticonceptivos sea menos malo que el abor-to? Por qu?Y si lo fuera, podra reducir la seriedad del aborto la perspectivaexistente de que se pueda llevar a cabo con xito la clonacin, una tcnica median-te la cual se utilizan las clulas de un individuo para reproducir un feto que es unafotocopia gentica del original? Supongamos que la mujer que desea ir a escalarabortara, tomara una clula del feto abortado y posteriormente la reimplantaraen su tero de manera que se desarrollara una rplica genticamente exacta del fetoabortado, siendo la nica diferencia que el parto tendra lugar seis meses despusy, as, podra disfrutar de la expedicin. Sera de esta forma aceptable el aborto?Dudo que lo tiJera para muchos de los que se oponen a l.

    LA CONDICIN DEL EMBRIN EN LABORATORIO

    Ahora es el momento de dar un giro a nuestro debate y centrarnos en la expe-rimentacin sobre en,briones humanos en su primera etapa, mantenidos vivosen un fluido especial, fuera del cuerpo humano. Esto es relativamente un deba-te nuevo, ya que la posibilidad de mantener un embrin vivo fuera del cuerpo esnueva, pero en muchos aspectos pisa el mismo terreno que el tema del aborto.Aunque uno de los argumentos principales del aborto -la afirmacin de que lamujer tiene derecho a controlar su propio cuerpo- no se puede aplicar directa-

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    tica prctica

    probable que la mujer sea frtil, y tambin el celibato. Este argumento tiene, enrealidad, todas las dificultades de la forma total del utilitarismo, analizado en losdos captulos anteriores, y no aporta ninguna razn para pensar que el aborto seapeor que cualquier otro medio de control de poblacin. Si el mundo ya se encuen-tra superpoblado, este argumento no ofrece ninguna razn en contra del aborto.

    Existe algn otro factor pertinente en el hecho de que el feto sea una per-sona potencial? Si lo hay, no tengo ni idea de cul puede ser. En los escritos contrael aborto a menudo encontramos referencia al hecho de que cada feto humanoes nico. Paul Ramsey, antiguo profesor de Religin en la Universidad de Prin-ceton, ha afirmado que la gentica moderna, al ensdiarnos que la primera fusindel espermatozoide y el vulo crea una partcula de informacin que es irre-petible, parece llevarnos a la conclusin de que toda destruccin de la vida fetaldebera ser considerada asesinato,). Pero, por qu este hecho ha de llevarnos adicha conclusin? Sin lugar a dudas el feto de un perro es tambin genticamen-te nico. Quiere esto decir que est tan mal el aborto de un perro como el de unhumano? Si cuando se conciben gemelos homlogos, la informacin gentica serepite, pensara Ramsey, entonces, que es permisible practicar un aborto sobre unode los dos gemelos en cuestin? Los hijos que tendramos mi mujer y yo si noutilizramos anticonceptivos seran genticamente nicos. Constituye el hecho deque no se pueda determinar de forma precisa qu carcter genticamente nicotendran esos nifios que el uso de anticonceptivos sea menos malo que el abor-to? Por qu?Y si lo fuera, podra reducir la seriedad del aborto la perspectivaexistente de que se pueda llevar a cabo con xito la clonacin, una tcnica median-te la cual se utilizan las clulas de un individuo para reproducir un feto que es unafotocopia gentica del original? Supongamos que la mujer que desea ir a escalarabortara, tomara una clula del feto abortado y posteriormente la reimplantaraen su tero de manera que se desarrollara una rplica genticamente exacta del fetoabortado, siendo la nica diferencia que el parto tendra lugar seis meses despusy, as, podra disfrutar de la expedicin. Sera de esta forma aceptable el aborto?Dudo que lo tiJera para muchos de los que se oponen a l.

    LA CONDICIN DEL EMBRIN EN LABORATORIO

    Ahora es el momento de dar un giro a nuestro debate y centrarnos en la expe-rimentacin sobre en,briones humanos en su primera etapa, mantenidos vivosen un fluido especial, fuera del cuerpo humano. Esto es relativamente un deba-te nuevo, ya que la posibilidad de mantener un embrin vivo fuera del cuerpo esnueva, pero en muchos aspectos pisa el mismo terreno que el tema del aborto.Aunque uno de los argumentos principales del aborto -la afirmacin de que lamujer tiene derecho a controlar su propio cuerpo- no se puede aplicar directa-

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  • Quitar la vida: el embrin yelfeto

    mente a este nuevo contexto, el argumento contra la experimentacin embrio-naria descansa en una de las dos afirmaciones que ya hemos analizado: o que elembrin tiene derecho a ser protegido debido a que es un ser humano, o que el em-brin tiene derecho a ser protegido debido a que es un ser humano potencial.

    Se podra pensar, por tanto, que los motivos contra la experimentacin em-brionaria son ms fuertes que los motivos contra el aborto, porque no se aplicauno de los argumentos en favor del aborto mientras que s se aplican los principa-les argumentos en contra del mismo. En realidad, sin embargo, los dos argumentosen contra del aborto no se aplican al embrin en laboratorio tan fcilmente comouno pudiera pensar.

    En primer lugar, es ya el embrin un ser humano? Ya hemos visto que laspretensiones por el derecho a la vida no deberan basarse en la pertenencia a unaespecie. As, el hecho de que el embrin sea de la especie Horno sapiens no demues-tra que el embrin sea un ser humano en ningn sentido moralmente pertinente.y si el feto no es una persona, es incluso ms evidente que el embrin tampocopuede serlo. Pero hay una cuestin mucho ms interesante en contra de la afir-macin de que el embrin en su primera etapa sea un ser humano: los seres huma-nos son individuos, y el embrin en su primera etapa ni siquiera es un individuo.En cualquier momento hasta unos 14 das tras la fecundacin -y esto es ms de loque los embriones humanos se han mantenido vivos hasta ahora fuera del cuer-pO-, el embrin se puede dividir en dos o ms embriones genticamente idnti-cos. Esto ocurre de forma natural y da lugar a la formacin de gemelos homlogos.Cuando tenemos un embrin anterior a este punto, no podemos estar seguros desi lo que estamos observando es el precursor de uno o dos individuos.

    Esto plantea un problema para los que enfatizan la continuidad de nuestraexistencia desde la concepcin a la madurez. Supongamos que tenemos un em-brin en un recipiente en un laboratorio. Si pensamos en este embrin como laprimera etapa de un ser humano individual, podramos llamarlo Mara. Pero ahorasupongamos que el embrin se divide en dos embriones idnticos. Sigue siendouno de ellos Mara, y el otro Ana? Si es as, cul de ellos es Mara? No hay nadaque distinga a los dos, ni manera de afirmar que al que llamamos Ana se dividieradel que llamamos Mara, o al revs. Podramos decir, entonces, que Mara ya noexiste y que ahora tenemos a Ana y a Elena? Pero, qu le ocurri a Mara? Muri?Debemos guardar luto por ella? Estas especulaciones son absurdas, ya que par-timos de pensar en el embrin como un individuo en un momento en el que soloes un conjunto de clulas. Por tanto, hasta que haya pasado la posibilidad de unadivisin embrionaria, es incluso ms difcil mantener que el embrin sea un serhumano, en un sentido moralmente pertinente, que mantener que el feto sea unser humano en un sentido moralmente pertinente. Esto sirve de base para la le-gislacin y las directrices en Gran Bretaa y algunos pases ms que permiten laexperimentacin embrionaria hasta los 14 das posteriores a la fecundacin. Pero

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    Quitar la vida: el embrin yelfeto

    mente a este nuevo contexto, el argumento contra la experimentacin embrio-naria descansa en una de las dos afirmaciones que ya hemos analizado: o que elembrin tiene derecho a ser protegido debido a que es un ser humano, o que el em-brin tiene derecho a ser protegido debido a que es un ser humano potencial.

    Se podra pensar, por tanto, que los motivos contra la experimentacin em-brionaria son ms fuertes que los motivos contra el aborto, porque no se aplicauno de los argumentos en favor del aborto mientras que s se aplican los principa-les argumentos en contra del mismo. En realidad, sin embargo, los dos argumentosen contra del aborto no se aplican al embrin en laboratorio tan fcilmente comouno pudiera pensar.

    En primer lugar, es ya el embrin un ser humano? Ya hemos visto que laspretensiones por el derecho a la vida no deberan basarse en la pertenencia a unaespecie. As, el hecho de que el embrin sea de la especie Horno sapiens no demues-tra que el embrin sea un ser humano en ningn sentido moralmente pertinente.y si el feto no es una persona, es incluso ms evidente que el embrin tampocopuede serlo. Pero hay una cuestin mucho ms interesante en contra de la afir-macin de que el embrin en su primera etapa sea un ser humano: los seres huma-nos son individuos, y el embrin en su primera etapa ni siquiera es un individuo.En cualquier momento hasta unos 14 das tras la fecundacin -y esto es ms de loque los embriones humanos se han mantenido vivos hasta ahora fuera del cuer-pO-, el embrin se puede dividir en dos o ms embriones genticamente idnti-cos. Esto ocurre de forma natural y da lugar a la formacin de gemelos homlogos.Cuando tenemos un embrin anterior a este punto, no podemos estar seguros desi lo que estamos observando es el precursor de uno o dos individuos.

    Esto plantea un problema para los que enfatizan la continuidad de nuestraexistencia desde la concepcin a la madurez. Supongamos que tenemos un em-brin en un recipiente en un laboratorio. Si pensamos en este embrin como laprimera etapa de un ser humano individual, podramos llamarlo Mara. Pero ahorasupongamos que el embrin se divide en dos embriones idnticos. Sigue siendouno de ellos Mara, y el otro Ana? Si es as, cul de ellos es Mara? No hay nadaque distinga a los dos, ni manera de afirmar que al que llamamos Ana se dividieradel que llamamos Mara, o al revs. Podramos decir, entonces, que Mara ya noexiste y que ahora tenemos a Ana y a Elena? Pero, qu le ocurri a Mara? Muri?Debemos guardar luto por ella? Estas especulaciones son absurdas, ya que par-timos de pensar en el embrin como un individuo en un momento en el que soloes un conjunto de clulas. Por tanto, hasta que haya pasado la posibilidad de unadivisin embrionaria, es incluso ms difcil mantener que el embrin sea un serhumano, en un sentido moralmente pertinente, que mantener que el feto sea unser humano en un sentido moralmente pertinente. Esto sirve de base para la le-gislacin y las directrices en Gran Bretaa y algunos pases ms que permiten laexperimentacin embrionaria hasta los 14 das posteriores a la fecundacin. Pero

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  • tica prctica

    por motivos ya analizados, y otros que estamos a punto de tratar, este lmite estodava innecesariamente restrictivo.

    Y, qu ocurre con el argumento de lo potencial? Pueden aplicarse las afir-maciones sobre el potencial del embrin en el tero al embrin en un recipienteen el laboratorio? Antes de que Robert Edwards empezara las investigaciones quecondujeron al procedimiento de la fecundacin in vitro, nadie haba observado unembrin humano viable anterior a la etapa en la que se implanta en las paredesdel tero. En el proceso normal de reproduccin dentro del cuerpo, el embrin,o pre-embrin, como ahora a veces se le denomina, permanece indep