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Angiomiolipoma retroperitoneal en una embarazada

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Page 1: Angiomiolipoma retroperitoneal en una embarazada

realizados en un limitado número de pacien-tes. Por esta razón, es fundamental conseguirun adecuado funcionamiento de los sistemasde farmacovigilancia tras la comercialización.Por este motivo, sugerimos que el moxifloxaci-no sea utilizado con precaución en pacientescardiópatas, con anomalías electrolíticas o quetoman, de forma simultánea, otros fármacoscon efectos sobre el potencial de acción.

José Salvador García Morillo, Pablo Stiefel García-Junco,

Ignacio Vallejo Maroto y Joaquín Carneado de la Fuente

Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla.

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Angiomiolipoma retroperitoneal en una embarazadaSr. Editor: Los angiomiolipomas son tumoresmesenquimales benignos que se originan demodo preferente en el parénquima renal, tie-nen una estrecha relación con la esclerosis tu-berosa y con la linfangioleiomiomatosis pulmo-nar, y raras veces se desarrollan también enotros órganos como el hígado, el bazo, lastrompas de Falopio o útero1. La localización enel retroperitoneo extrarrenal es poco frecuente,con un total de 7 casos descritos en la biblio-grafía revisada (Medline 1966-2000), ningunodurante el embarazo2-7, como sucedió en elque comunicamos.

Mujer de 28 años primigesta, sin antecedentes de en-fermedad, comenzó a presentar en la semana 17 delembarazo dolor inespecífico en el flanco izquierdo ymalestar general durante 48 h. En una ecografía decontrol se observó gestación diferida, motivo por el queingresó, y pocas horas después expulsó el feto juntocon restos de placenta. Al día siguiente comenzó conpicos febriles sin focalidad, se resecaron por legradorestos de placenta y se inició tratamiento empírico conamoxicilina-ácido clavulánico, pese a lo cual no desa-pareció la fiebre y 3 días después, aunque en unanueva ecografía ginecológica no se apreciaron signosde endometritis, se practicó un nuevo legrado en elque sólo se obtuvieron coágulos sanguíneos.En la exploración física presentaba mal estado gene-ral, fiebre de 39 °C sudación, presión arterial de110/70 y frecuencia cardíaca de 100 lat/min. No sepalpaban adenopatías periféricas ni se auscultabansoplos cardíacos o ruidos pulmonares anómalos. Enel abdomen, se apreciaba un discreto abombamientodel hipocondrio izquierdo no doloroso, sin palparsemasas ni colecciones líquidas. No tenía ningún estig-ma cutáneo de esclerosis tuberosa.

Los datos analíticos objetivaron hemoglobina de110 g/l, hematócrito de 0,28 l/l, VSG de 130 mm/h,leucocitos de 6,3 × 109/l. Sedimento de orina con mi-crohematuria. Los hemocultivos, urinocultivo, copro-cultivo, serología vírica de la hepatitis A, B y C, cito-megalovirus y aglutinaciones frente a tifus, paratíficasy Brucella, así como la intradermorreacción de Man-toux, fueron negativos. La radiografía simple del tóraxno evidenciaba infiltrados ni condensaciones. La eco-grafía del abdomen puso de manifiesto la presenciade una masa de gran tamaño en el hipocondrio iz-quierdo, con áreas de densidad heterogénea. En latomografía computarizada (TC) se apreció que estabaencapsulada, era independiente del riñón, se exten-día desde el ángulo esplénico hasta la pala ilíaca deestructura sólida y heterogénea y muy vascularizada(fig. 1). La punción-aspiración no fue concluyentepara su diagnóstico al objetivar adipocitos de diversostamaños sin mitosis, de morfología seudovacuolada,mezclados con abundantes células epitelioides, sinapreciar ningún vaso sanguíneo.La paciente continuó con fiebre elevada durante unasemana, acompañada de nuevos episodios de doloren el flanco izquierdo y descenso del hematócritohasta 0,28 l/l con signos de inestabilidad hemodiná-mica, por lo que se transfundió y se practicó laparo-tomía en la que se resecó una tumoración de 24 ×20 × 6 cm, contenida en el interior de la fascia deGerota, con abundante vascularización dependientede una arteria situada en el polo superior del riñón iz-quierdo. El examen histológico objetivó gran cantidadde grasa madura, mezclada con abundantes célulasepiteliales de aspecto fusiforme que se teñían con elmarcador HMB 45, junto con vasos sanguíneos dedistinto calibre en los que destacaba el espesor irre-gular de su pared, con un componente añadido denecrosis isquémica e infiltrados intersticiales por cé-lulas inflamatorias. La fiebre desapareció tras la ciru-gía, y la paciente se encuentra asintomática un añodespués.

Los angiomiolipomas están compuestos poruna mezcla de tejido adiposo maduro, múscu-lo liso y vasos sanguíneos de pared engrosadae irregular. La mayor parte se localizan en losriñones y se suelen descubrir como conse-cuencia de su complicación más frecuente, lahemorragia en el retroperitoneo o, más rara-mente, en el interior del propio tumor, causa-da por su gran vascularización, así como porla estructura alterada de la pared vascular,que carece de fibras elásticas y tiene un espe-sor muy irregular1.No hay ninguna diferencia en las característi-cas y manifestaciones clínicas entre los tumo-res localizados en el parénquima renal y los si-tuados fuera de éste, en el retroperitoneo. Lahemorragia durante el embarazo o el parto esuna forma habitual de presentación clínica delos angiomiolipomas renales8,9 como conse-cuencia del enorme desarrollo que experimen-tan durante este período y que indica una cla-ra dependencia hormonal. A favor de éstaestarían diversos factores, como el predominioen mujeres en edad fértil, su rareza antes de

la pubertad, excepto cuando se asocian a es-clerosis tuberosa, y el hecho de que compar-tan características comunes con la linfangio-leiomiomatosis pulmonar, entidad con la quese asocian hasta en un 57% de ocasiones,como son la presencia de receptores celularesde estrógenos y progesterona en las célulasmusculares lisas y la positividad para el mar-cador del anticuerpo monoclonal HMB 45, au-sente en la mayoría de los procesos proliferati-vos de células musculares lisas10. Destacamosque nuestra paciente sea el primer caso des-crito de localización extrarrenal en el curso deun embarazo, puesto de manifiesto por la he-morragia en el interior del tumor, lo que tal vezcontribuyó a la interrupción de la gestación.En todos los casos2-6 que se han comunicadode angiomiolipomas extrarrenales en el retro-peritoneo, excepto en uno7, se ha practicadouna laparotomía, indicada para detener la he-morragia o para confirmar el diagnóstico; re-sulta además llamativo que en sólo dos ocasio-nes se evitara la nefrectomía. Tanto la TC, quedemuestra la presencia de un tumor con ungran componente graso en el retroperitoneo,como la punción con aspiración son muy úti-les en el diagnóstico si se tiene en cuenta laposible confusión en la TC con los liposarco-mas del retroperitoneo, que también presen-tan un componente graso en su interior peroque, a diferencia de los angiomiolipomas, quese desarrollan en la grasa perirrenal, se locali-zan por regla general fuera de la fascia de Ge-rota. Destacamos que en esta paciente se lo-gró resecar el tumor y conservar el riñón, delmismo modo que es posible, una vez estable-cido el diagnóstico de manera clara, con técni-cas de imagen y punción, el tratamiento sin ci-rugía con la embolización selectiva de laarteria que irriga el tumor7.

Manuel Molina, José Ruipérez,Nicolás Ortega y Pascual Parrilla*

Servicios de Medicina Interna y *Cirugía General.Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca.

El Palmar. Murcia.

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CARTAS AL EDITOR

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Fig. 1.Tomografía computarizada de abdomen. Masaencapsulada en el retroperitoneo, con áreas de dife-rente densidad en su interior.