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Agosto de 2010 ANUARIO Nº2

Anuario FOPEA 2010

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Anuario 2010 del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA). Editado por Tesy de Biase y Mariel Fitzpatrick

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Page 1: Anuario FOPEA 2010

Agosto de 2010ANUARIO Nº2

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Los desafíos de hoyy del futuro

En este segundo Anuario del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA), queremos ra-tifi car nuestra apuesta en pos de mejorar la calidad y la ética en la prensa del país, así como reivindicar el compromiso por la libertad de expresión y los derechos de los

periodistas de toda la Argentina.En 2010 fueron muchos los desafíos que debió afrontar la prensa, en medio de un clima

de mucha confrontación y polarización. Hacer periodismo en ese contexto es, sin duda, una tarea más que difícil, porque se confunden los intereses de los medios donde los periodistas desarrollan su tarea con la búsqueda de la verdad (o las múltiples verdades), que es la esencia de nuestra actividad.

Frente a esa situación, FOPEA ha venido planteando en todos los espacios donde estuvo presente la necesidad de que en la Argentina exista una ley que proteja la libertad de con-ciencia de los periodistas. Dado que todo trabajador de prensa deposita su credibilidad y su prestigio en cada nota, en cada programa o en cada una de las múltiples expresiones donde se transmite información, debería preservarse ese trabajo en benefi cio de todos los ciudadanos. El deber del ejercicio responsable del periodismo tiene también como correlato el derecho de los profesionales de prensa a negarse a participar de procesos informativos —que muchas veces son todo lo contrario— que vulneran sus convicciones.

Pero no solo eso. También nos enfrentamos al desafío que signifi can los cambios tecnoló-gicos y su incidencia en los procesos de comunicación e información. Junto con las ventajas que las nuevas tecnologías aportaron a nuestro trabajo, se sumaron algunos peligros a la hora de hacer periodismo. Tentaciones de facilismo, falta de rigurosidad, falta de chequeo de datos dentro de una lógica de competencia por la vorágine de la información acorralaron también la calidad de la labor periodística. Y a eso se agregó la posibilidad —la mayoría de las veces positiva— de poder interactuar con la audiencia a partir de los cambios que esos desarrollos facilitaron.

Ahora nos encontramos frente al enorme enigma de cuál es el futuro del periodismo, con un público que es cada vez más fragmentado y que tiene la ventaja comparativa de poder desarrollar su propia agenda de interés periodístico. Desde FOPEA creemos que una de las mejores herramientas para afrontar esa incógnita es “volviendo a las fuentes”. Es decir, reto-mando valores de calidad en la información que parecen haberse olvidado en algún arcón de los recuerdos. Y también encontrar la manera de narrar historias que las audiencias del nuevo milenio encuentren atractivas.

Por eso, el V Congreso Nacional e Internacional de FOPEA —que se realizará en los primeros días de noviembre de este año— tendrá como lema: “Volver a las fuentes: Cómo narrar historias ante las audiencias del siglo XXI”. Porque creemos que el futuro del periodis-mo está en la construcción de un puente entre los valores tradicionales de la prensa con las necesidades informativas de los públicos de hoy, cuyo espíritu es mucho más participativo y buscan que la prensa no solo les cuente lo que pasa, sino también que sus intereses estén representados en el refl ejo de los medios.

Todo eso, en un clima donde el periodismo sigue siendo un actor central de la vida insti-tucional de un país, de la defensa del sistema democrático y de un compromiso inclaudica-ble con la libertad de expresión. En eso trabaja FOPEA. En defi nitiva, eso es FOPEA.

GABRIEL MICHI

PRESIDENTE DE FOPEAEDITORIAL GAGAGABRBRBRIEIEIELLL MIMIMICHCHCHIII

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Presidente: Gabriel Michi - Radio América, Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Vicepresidente: Fabio Ladetto - Diario La Gaceta, Tucumán

Secretario: Gabriel Bermúdez - Canal 9, Bahía Blanca, Buenos Aires

Prosecretario: Sebastián Lacunza - Diario Ámbito Financiero. Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Vocales titulares: Alicia Miller - Diario Río Negro, Río Negro

Laura Urbano - Nuevo Diario, Salta

Rodolfo Barros - Diario Perfi l, Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Vocales suplentes: Pablo Icardi - Diario Los Andes, Mendoza

Gastón Roitberg - Diario La Nación, Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Alejandra Conti - Diario La Voz del Interior, Córdoba

Tesorero: Fernando Ruiz - Universidad Austral, Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Protesorera Mariel Fitz Patrick - Periodista freelancer Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Órgano de Fiscalización: Titular: Alfredo Zacarías - Corresponsal Diario Clarín, Corrientes

Suplente: María Oliva - Diario El Cronista, Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Andrés D´Alessandro - Director ejecutivo

Soledad de Marco – Coordinadora institucional

Mónica Baumgratz - Responsable del Programa de Monitoreo de la Libertad de Expresión

Beatriz Pazos - Asistente administrativa

COORDINACIÓN EDITORIALMariel Fitz Patrick

Tesy de Biase

DISEÑOPablo Korkuniec - Diseño por diseñadores (DxD)

CORRECCIÓNMarianela Casanova - Escriptoria Servicios Editoriales

ILUSTRACIÓN DE TAPA - Rep

El origen de FOPEA

El Foro de Periodismo Argentino nació a fi nes de 2002 como un espacio

de refl exión, diálogo y promoción de la calidad de la profesión periodís-

tica, impulsado por un grupo de profesionales de medios y profesores

del área de la comunicación. Compartíamos la convicción de que la calidad del

periodismo es decisiva para la calidad de la democracia.

No nos agrupamos para ocupar el espacio de otras asociaciones o sindicatos,

sino para trabajar en conjunto con todos, sin exclusiones. Como objetivos, nos

planteamos contribuir a mejorar el ejercicio profesional a través de la capaci-

tación, la elevación de los estándares éticos y de calidad, el debate sobre la res-

ponsabilidad de los medios y los periodistas, así como mediante la defensa de la

libertad de expresión.

Asimismo, buscamos estrechar lazos entre los profesionales y los docentes de

Periodismo, ya que creemos que esta articulación puede contribuir a mejorar

tanto la práctica como también la enseñanza profesional que, a menudo, está

demasiado alejada de la experiencia periodística real.

De aquella veintena de socios iniciales, hoy somos casi trescientos, distribuidos

a lo largo y ancho del país. Todos suscribimos el Código de Ética cuya elabora-

ción concluimos en 2006.

COMISIÓN DIRECTIVA DE FOPEA

EQUIPO DE TRABAJO

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CÓDIGO DE ÉTICA DE FOPEAEste documento de referencia ética para los integrantes

de FOPEA es producto de un año de debate específi co y

de varios más de trabajo, en busca de una refl exión y una

autocrítica que permitieran encontrar algunos principios

comunes sobre la práctica profesional.

El último tramo de esta senda comenzó en diciembre

de 2005, cuando FOPEA publicó, junto a la Fundación

Konrad Adenauer, un estudio comparativo de códigos de

ética en el mundo y un análisis de la situación en la Argen-

tina. El trabajo incluía un anteproyecto de código que fue

debatido por los socios y fue puesto en la mesa de discusión

en la ciudad de Buenos Aires y 15 provincias del país.

El documento fi nal fue fi rmado el 25 de noviembre de

2006 como cierre del Congreso Nacional de Ética Perio-

dística, realizado por FOPEA en Buenos Aires, y desde

entonces es de carácter obligatorio para todos los que in-

tegran FOPEA.

I - VALORES ESENCIALES1. Los periodistas que integran FOPEA se comprometen

a buscar la verdad, a resguardar su independencia y a dar

un tratamiento honesto a la información.

2. Son objetivos irrenunciables para el periodista el rigor

y la precisión en el manejo de datos con el fi n de alcanzar

una información completa, exacta y diversa. La distor-

sión deliberada jamás está permitida.

3. Los valores esenciales de los periodistas que adhieren a

este Código son el respeto a los principios de la democra-

cia, la honestidad, el pluralismo y la tolerancia.

4. Las restricciones, presiones y amenazas forman parte

del ejercicio periodístico cotidiano, pero ello no justifi ca

ningún tipo de recurso prepotente ni ilegítimo para ob-

tener información. El periodista debe evitar ejercer cual-

quier tipo de acoso.

5. El buen gusto es un valor periodístico, por lo que la

curiosidad escatológica, la estridencia innecesaria y la

morbosidad son actitudes a evitar.

II - MÉTODOS6. El buen uso del idioma español es una rigurosa obli-

gación del periodista. El léxico debe ser rico, cultivado y

respetuoso de la diversidad hablada por la sociedad en la

que el periodista ejerce su profesión.

7. Los métodos para obtener información merecen ser

conocidos por el público.

8. En casos de necesidad, cuando no exista otra forma

de obtener una información, el periodista puede acordar

con la fuente que no será identifi cada, es decir, que su

testimonio estará bajo un convenio de off the record. Las

condiciones del diálogo establecidas al comienzo de la

conversación serán estrictamente respetadas por el perio-

dista, sin que la catadura moral del entrevistado justifi que

el incumplimiento de lo pactado. En el caso de que se

conviniera con la fuente, el concepto del off the record

debe ser tomado en la forma más extensiva, que impide

no sólo identifi car al informante, sino también publicar

el contenido de la información suministrada.

9. Ninguna nota requiere el permiso de una fuente antes

de ser publicada, como así tampoco el texto de las entre-

vistas necesita ser revisado por el entrevistado.

10. Los periodistas no aplican métodos propios de los ser-

vicios de inteligencia para obtener información. El uso de

procedimientos no convencionales para conseguir datos

u obtener testimonios puede ser considerado sólo cuando

se viera involucrado un bien o valor público. Nunca debe

afectarse con ese fi n la intimidad de las personas.

11. Corresponde que el periodista se identifi que como tal.

12. Las citas deben respetar fi elmente lo que las fuentes

dicen, tanto en su contenido como en su espíritu, sin su-

presiones distorsivas. Cuando se trate de fuentes no espe-

cialistas, se evitará potenciar una difi cultad de expresión

o una mala sintaxis.

13. Las fotografías y tomas de video deben ser exactas y

fi eles a la realidad que intentan refl ejar. Eso excluye las es-

cenas montadas con propósitos de manipulación. Cuan-

do se realice un montaje, debe ser claramente explicitado

que se trata de una recreación.

14. La información debe ser claramente distinguida de

la opinión.

15. Copiar fragmentos de trabajos existentes sin men-

cionarlos con carácter de citas constituye plagio y es una

falta grave.

16. No indicar que un suceso noticioso fue descubierto

por otro periodista e informar el hecho como si fuera un

hallazgo propio es una explotación deshonesta del trabajo

ajeno y constituye, por lo tanto, una forma de plagio.

17. Ninguna noticia justifi ca poner en riesgo una vida.

En las coberturas periodísticas de tomas de rehenes, el

periodista no obstaculizará la tarea policial y judicial, y

dejará que exclusivamente los funcionarios públicos se

ocupen de resolver la situación.

III - EL PERIODISTA COMO INDIVIDUO18. Es incompatible con la profesión periodística la difu-

sión de mensajes publicitarios explícitos o implícitos.

19. La información noticiosa y la publicidad deben ser

claramente diferenciadas. La publicidad informativa, a

veces denominada “publinota”, contraviene el principio

fundamental e indispensable de caracterización, por lo

que debe ser identifi cada como tal.

20. Los periodistas no deben participar de la negociación

o tramitación de pautas publicitarias, tarea que está a car-

go de áreas comerciales. En el caso de ser propietarios de

publicaciones o espacios de radio y televisión que reciben

publicidad, los periodistas deben derivar la contratación

de anuncios a las áreas específi cas.

21. Los periodistas jamás deben prestarse a realizar opera-

ciones de prensa ni a difundir información tendenciosa.

Si una información de interés público proviniera de una

operación de prensa, corresponde aclarar su origen.

22. Ningún periodista debe aceptar pagos, retribuciones,

dádivas ni privilegios de ningún tipo que pudieran pre-

tender, de manera explícita o no, incidir sobre un manejo

informativo particular. Los sobornos y las prácticas extor-

sivas son una falta grave.

23. Los periodistas no deben pagar por información.

24. La búsqueda de la excelencia es una constante en la

vida del periodista y eso incluye su capacitación perma-

nente y la mejora de sus prácticas.

25. El periodista sirve al interés público, nunca a obje-

tivos sectoriales ni personales, y se debe considerar a la

información como un bien social. El ejercicio de la pro-

fesión de un servidor público no habilita la obtención de

benefi cios personales. Ello no contradice el hecho de que,

como trabajador, el periodista tiene derecho a una com-

pensación equivalente a su utilidad a la sociedad, que le

permita ejercer su profesión en las mejores condiciones.

26. En virtud de su compromiso con el interés público, el

periodista debe evitar una vida condicionada por los lujos

y aislada de las preocupaciones sociales.

27. Deben rechazarse los regalos y atenciones que pudie-

ran ofrecerse como resultado de su trabajo o sus conexio-

nes profesionales. Corresponde devolver al remitente los

regalos con una explicación sobre los principios de ética

periodística que impiden aceptar cualquier tipo de retri-

bución de terceros. Podrían exceptuarse de esta regla los

obsequios de cortesía, siempre que su valor no exceda los

30 dólares estadounidenses.

28. Es recomendable que los periodistas solo acepten via-

jes si son pagados por los medios en los que trabajan. En

caso de acceder a una invitación paga, esta situación debe

ser indefectiblemente explicitada en la cobertura para que

el lector, oyente o televidente, pueda evaluar la imparcia-

lidad del trabajo del periodista. Los viajes que fueran me-

ramente de placer o recreación no deben ser aceptados.

29. Es incompatible con la profesión del periodista cual-

quier tipo de actividad que afecte su independencia y el

derecho del público a ser informado con honestidad.

30. Ningún periodista puede ser obligado a fi rmar un

trabajo profesional que contradiga sus valores y creencias.

De la misma manera, los periodistas no pueden aducir

que fueron obligados a violar normas éticas.

31. El periodista debe rectifi car la información difundida,

en el caso de que así correspondiera.

IV - RESPETO POR LA CIUDADANÍA32. El periodista debe respetar la privacidad de las

personas. Sólo cuando se viera afectado un bien o valor

público por un aspecto relacionado con la intimidad de

una persona, puede prevalecer el derecho a la informa-

ción de los ciudadanos por encima de la privacidad de

un particular.

33. El periodista sólo podría mencionar cuestiones de

religión, etnia, nacionalidad, orientación sexual, discapa-

cidades físicas o psíquicas, etc., si ello fuera indispensable

para comprender la información y dicha referencia no

resultara ofensiva ni discriminatoria.

34. Deben evitarse las generalizaciones que dañen a gru-

pos minoritarios, las demarcaciones sexistas, las observa-

ciones provocativas y los prejuicios de cualquier tipo.

35. En toda información debe respetarse el principio

constitucional de inocencia de cualquier persona mien-

tras una culpabilidad no sea probada judicialmente. Los

pronunciamientos de las fuentes policiales no son sufi -

cientes para determinar culpas, ni siquiera cuando tienen

la forma de comunicados ofi ciales.

36. Siempre se debe buscar que la persona acusada de

participar de un delito dé su visión de los hechos en la

información.

37. En el caso de que víctimas de tragedias o incidentes,

o sus familiares y allegados, prefi rieran no exponerse a

la prensa, debe respetarse su posición y evitar difundir

imágenes o sonido del momento en el que rehúsan la re-

quisitoria periodística.

38. No deben publicarse los nombres de víctimas de deli-

tos sexuales, a menos que se cuente con su consentimien-

to explícito.

39. En ningún caso deben consignarse los nombres e imá-

genes de niños o adolescentes involucrados en actos crimi-

nales, ni siquiera por su nombre de pila, alias o apodo.

40. Debe evitarse la publicación de suicidios, a menos

que se trate de casos de ostensible valor informativo.

V - APLICACIÓN DEL CÓDIGO41. Este Código considera las mejores prácticas profe-

sionales y es de cumplimiento estricto para las personas

integrantes de FOPEA, que están obligadas a respetarlo

y hacerlo respetar.

42. La adhesión a estos principios y su cumplimiento es

un requisito para formar parte de FOPEA. Su incum-

plimiento es motivo sufi ciente para dejar de pertenecer

a FOPEA.

6 :::: ANUARIO 2010

Page 5: Anuario FOPEA 2010

Editorial. Los desafíos de hoy y del futuro. Por Gabriel Michi

Comisión Directiva y equipo de trabajo

El origen de FOPEA

Código de ética de FOPEA

Congreso 2009 de FOPEA. Juicio público al periodismo

Presentación del Anuario 2009. Un lanzamiento público con homenaje a Robert Cox

La calidad de la comunicación y el uso del idioma. “La mejor noticia no es siempre la que se da primero, sino la que se da mejor”. Por Pedro Luis Barcia

Nuevos perfi les profesionales. El desafío actual es aprender a gestionar la incertidumbre. Por Gastón Roitberg

Rediseño de los medios. Las redacciones funcionan como organismos vivos y participativos. Por Pablo Mancini

Profesionalización en debate. Las ambigüedades del periodismo eluden las defi niciones unánimes. Por Silvio Waisbord

La credibilidad del periodismo y los periodistas. Juicio a la calidad profesional. Por Adriana Amado

Investigaciones FOPEA 2009-2010 Una apuesta al periodismo de investigación sin fi nes de lucro La cocina de los trabajos realizados Sub$idios de la política El día después de la minería La ruta de la merluza. De la sobrepesca al negocio de los intermediariosMonitoreo de la Libertad de Expresión de FOPEA Agresiones físicas, amenazas y atentados a la prensa en el país durante 2009 y 2010. Por Mónica Baumgratz Hacia una agenda integral de la libertad periodística. Por Fernando Ruiz

La agenda de FOPEA. Actividades en el primer semestre de 2010

Seminario-taller en La Rioja. Debate y aportes para la cobertura de la actividad minera

Comunicados 2010. La voz de FOPEA.La trata de personas: Un negocio despreciable e ilegal que se publica en los clasifi cados La trama de la explotación sexual oculta en los avisos de los diarios. Por Alicia Miller. La responsabilidad de los medios. Por Sonia Santoro

Primer Encuentro de Ética en el Periodismo Deportivo. “Es la ética, estúpido…”. Por Marcelo Andreotto

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IOLa cobertura periodística del caso Pomar en debate: análisis, críticas y enseñanzas La encrucijada que envuelve a la prensa de Pergamino. Por Guillermo Baduy Periodismo, fantasía e intereses políticos: una mala combinación. Por Eduardo Molas

Transparencia del Estado y ejercicio profesional. La democracia adeuda una ley de acceso a la información pública. Por Oscar Londero

Derechos profesionales en confl icto. Dignidad periodística y cláusula de conciencia. Por Miguel J. Rodríguez Villafañe Denuncia de manipulación informativa en La Pampa. Por Gustavo Tamer Schnan

Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual “Defender la democracia es defender sus leyes”. Por Néstor Busso “Los disparos verbales sustituyeron al diálogo”. Por Miguel Wiñazki

El futuro de los medios públicos audiovisuales. Las dudas envuelven al proyecto nacional de TV digital. Por Rodolfo Barros

Usos y abusos de la pauta ofi cial. ¿Es comunicación estatal o instrumento de propaganda? Por Eleonora Rabinovich

Las nuevas tecnologías y la situación laboral. La tarea es la que determina la aplicación del Estatuto Profesional. Por Mariano Román

Homenaje a Rodolfo Walsh. El paradigma de la mejor literatura y el mejor periodismo. Por Horacio Verbitsky

Juan Bautista Alberdi, a 200 años de su nacimiento. “Rara vez un periodista de ofi cio se hace hombre de Estado”. Por Miguel Alberto Velárdez

Historia del periodismo nacional. El rol de la prensa en la formación de la nacionalidad. Por Julio Moyano

Noticias, el diario de Montoneros. Mini-Bang del periodismo militante y revolucionario. Por Gabriela Esquivada

Bicentenario del primer periódico revolucionario. Mariano Moreno y la Gazeta de Buenos-Ayres. Por Fernando Sánchez Zinny

Violencia y censuras en América Latina. El crimen transnacional organizado amenaza la libertad de expresión. Por Carlos Lauría

Sangrientos ataques a periodistas. Una escalada de crímenes hostiga a la prensa en Honduras. Por C-Libre, Comité por la Libre Expresión

La soledad de los periodistas en el contexto de guerra contra el narcotráfi co. Muertes impunes y amenazas a la libertad de expresión en México. Por Elia Baltazar y Brisa Maya Solís

Listado de socios de FOPEACómo asociarse a FOPEAPolítica de fi nanciamiento de FOPEAPublicaciones de FOPEA

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10 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 11

CONGRESO 2009 DE FOPEA

Juicio público al periodismoDoscientos periodistas y profesores de Periodismo debatieron las críticas realizadas por representantes de distintos sectores políticos, económicos, sociales y culturales. Aquí, la síntesis.

Cuando se buscan las causas de las recurrentes crisis del país, pocas se veces se piensa en el rol de las pro-

fesiones. Y es posible que parte de la crisis sea provocada porque los profesionales no están a la altura de los compromisos que su profesión les exige.

Una crisis de salud pública tiene que ver con varias cosas, pero seguramente también con el compromiso de la profesión médica argentina. Una crisis de la Justicia también tiene que ver con la calidad del compromi-so de nuestros abogados. Si el Poder Judi-cial no tiene la fuerza que nos gustaría que tuviera, esto puede tener que ver con que el colectivo de los abogados no tiene tam-poco ese compromiso. Y, por su parte, los periodistas tienen que ver con que exista en la sociedad algo parecido a un honesto tratamiento de la información en la conver-sación pública. No podemos echar la culpa a los Gobiernos y a los otros factores de poder de la recurrente crisis de desarrollo nacional. Tenemos que hacer la autocrítica para descubrir qué es lo que se está hacien-do mal desde la profesión periodística.

Por eso, el congreso de FOPEA de 2009 fue histórico. Una profesión pidió a la socie-dad que la juzgue. Durante un día y medio desfi laron los distintos sectores políticos, económicos, sociales y culturales para criti-car al periodismo. Algunos fueron tibios en sus críticas, pero otros fueron directos. Se-guramente también hubo dardos más justos que otros.

Sobre el fi nal del encuentro, los más de doscientos periodistas y profesores de Perio-dismo presentes debatieron en sesiones ple-narias las críticas recibidas en cada uno de los paneles previos. Y con esas conclusiones se elaboró fi nalmente un documento que recopila las críticas consideradas esenciales. Muchos de esos debates no tienen que ver

con el control del Gobierno sobre los me-dios, o el de los dueños de medios sobre los periodistas, sino que reclaman una profesio-nalidad periodística más básica. Esto impli-ca que para mejorar estas falencias que nos marcan referentes sociales no es necesario cambiar la estructura del poder en las redac-ciones o en el país, sino simplemente aplicar normas profesionales elementales.

Las siguientes son las principales críticas formuladas al periodismo argentino:

1. Tiene extrema facilidad de pasar del caso particular a la generalización, y allí co-mete la injusticia de poner a todos en la “mis-ma bolsa”. El que más generaliza es el que más ignora. Esta crítica se mencionó en las mesas relacionadas con la cobertura del Poder Judi-cial, de las religiones y de la actividad política.

2. Ignorancia estructural sobre el funcio-namiento de algunas áreas específi cas del Es-tado, como el Poder Judicial, los organismos de control, las áreas de salud y educación, el Poder Legislativo y la estructura estatal en ge-neral. Se dijo que los periodistas utilizan poco los informes que el propio Estado genera en sus distintas áreas.

3. Coberturas reduccionistas de temas públicos de enorme importancia. En el caso del Poder Judicial, la cobertura se limi-ta sobre todo al fuero penal. En el caso de la violencia de género, esta tiende a apare-cer como problema policial y no como un tema social. También en esta mesa se dijo que la mujer tiende a ser considerada como testimonio y no tanto como especialista. En la mesa sobre derechos humanos, también se indicó que la agenda de este tema se ha-bía ampliado pero, sin embargo, los medios seguían reduciéndolo a las violaciones de la etapa de la última dictadura. En el caso de

los chicos en situación de delito, nada se dice de la cantidad de veces que la Policía los detiene en forma arbitraria. En el caso de los políticos, el reduccionismo consiste en cubrir solamente las diferentes internas partidarias de los partidos más grandes. Para los movimientos sociales, consiste en cubrir las formas de protesta y no tanto las demandas que tiene ese actor social para protestar.

4. Difusión de mitos. En la mesa sobre la niñez, se habló de cómo los medios dis-tribuyen mitos sin verifi cación (por ejem-plo: “Entran por una puerta y salen por la otra”, o “Cada vez hay más chicos que roban”).

5. Falta chequeo de la veracidad y pre-cisión de la información. Esta crítica se mencionó en la mesa sobre el Poder Judi-cial y los organismos de control. En la mesa acerca de la salud, se indicó que hay falta de verifi cación de la pertinencia de fuentes supuestamente expertas.

6. Tendencia a sostener prejuicios en sus coberturas. Esta crítica se mencionó en la mesas sobre Justicia, organismos de control y educación. En la mesa sobre empresas, se habló de un prejuicio anti-empresario que aparentemente no es exclusivo de los perio-distas sino que también forma parte de la cultura argentina.

7. Sospechas de connivencia entre los periodistas y los intereses políticos y em-presarios. En la mesa sobre los políticos, se refi rieron a la “permeabilidad” de los medios a las operaciones de prensa.

8. Tendencia a la estigmatización y a la discriminación. Esta crítica surgió en la mesa sobre educación para señalar que a los jóvenes se los estigmatiza como “una genera-

ción poco comprometida”. También surgió en la mesa sobre géneros y en la mesa sobre niñez al referirse a los chicos en situación de delito.

9. Ausencia de buenas noticias. Esta crítica se mencionó en la mesa sobre temas educativos. Se afi rmó que la cotidianeidad de las aulas no aparece en la cobertura in-formativa, mientras que se sobredimensiona la violencia y la confl ictividad en la escuela. En la mesa sobre niñez, también se dijo que la enorme mayoría de noticias vincula a los chicos con la violencia.

10. Centralización informativa. Se mencionó la preeminencia de la Ciudad de Buenos Aires en la agenda mediática nacio-nal. Y lo mismo suele ocurrir en las provin-cias con la ciudad principal.

11. Tendencia a la “emocionalización”. Algunos temas tienen poca cobertura en la televisión pues los enfoques periodísticos que se utilizan no pueden darle un sufi cien-te nivel de atracción para la audiencia.

12. Falta de contextualización. Esta crí-tica se mencionó en la mesa sobre género, para señalar que la violencia machista mu-chas veces se cubre en forma aislada, y no como un problema social.

13. Mucha dependencia informativa de las fuentes ofi ciales. Para el caso de la vio-lencia de género, se indicó que la dependen-cia de fuentes policiales refuerza la visión machista. Para el caso de los chicos en situa-ción de delito, rara vez estos son fuente.

14. Difi cultad para informar en situacio-nes de gran incertidumbre. En la mesa sobre salud, haciendo referencia a las epidemias ocu-rridas durante 2009, se dijo que el periodismo contribuyó a aumentar la incertidumbre.

15. Falta de seguimiento de los temas. Se mencionó en la mesa sobre género.

Congreso 2010 : Volver a las fuentesCuando las aguas están revueltas, lo me-

jor es concentrarse en lo esencial. Y en el periodismo actual las turbulencias son altas, desde varios frentes.

La revolución digital avanza imparable-mente transformando las redacciones de los diferentes tipos de medios, creando medios nuevos o híbridos de un potencial impensa-ble, pero también amenazando severamente la supervivencia de otros.

Por su parte, los políticos, más allá de su orientación ideológica, están cada vez más agresivos con el periodismo. Pretenden re-cuperar para la política un espacio que dicen que está invadido por los medios.

Y los periodistas presienten que sus com-petencias para su profesión están cambian-do aceleradamente y que su inserción labo-ral puede verse amenazada si no adquieren nuevas capacidades.

Por esto, después de una amplia consulta, la Comisión Directiva defi nió que es preciso aferrarnos a la función principal del perio-dismo: contar historias.

Es ahí donde está el núcleo duro del periodis-mo. En la posibilidad de llegar a los ciudadanos con historias que lo informen, lo enriquezcan y lo ayuden a tener una vida más plena.

Ese será el lema de nuestro Congreso 2010: “Volver a las fuentes. Cómo narrar historias a las nuevas audiencias”. Nuestros invitados internacionales y locales serán maestros en el arte de narrar. Se debatirá cómo narrar his-torias multimedia, cómo narrar con medios audiovisuales, cómo narrar historias para la inclusión social, cómo narrar historias de interés público muy complejas. Habrá ta-lleres donde expertos podrán ofrecer clases prácticas, y también plenarios en los cuales debatiremos entre los socios asistentes, como se hizo en el anterior congreso.

Si conocés un ataque a la libertad de expresión, llamanos al

0800-666-4822o escribinos a

[email protected]

Page 7: Anuario FOPEA 2010

12 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 13

PRESENTACIÓN DEL ANUARIO 2009

Un lanzamiento público con homenaje a Robert CoxAdemás de una memoria institucional, la publicación incluyó notas de reconocidos periodistas nacionales e internacionales sobre temas vinculados a la profesión. En la presentación pública de noviembre pasado, FOPEA le entregó una plaqueta a Robert Cox, ex director del Buenos Aires Herald durante la dictadura militar.

El 19 de noviembre de 2009 se pre-sentó públicamente la primera edi-ción del Anuario de FOPEA, en un

concurrido encuentro que convocó a socios de todo el país —muchos de los cuales via-jaron especialmente para nuestro IV Con-greso Internacional, que comenzaba al día siguiente—, colegas, invitados especiales y amigos de la institución. La presentación estuvo a cargo del presidente de FOPEA, Gabriel Michi, reelecto tan solo unas horas antes en nuestra asamblea ordinaria anual, y de Mariel Fitz Patrick, coeditora de la publi-cación junto con Inés Selvood.

El objetivo de ese primer Anuario era, por un lado, contribuir a elaborar una suerte de memoria institucional que reuniera en una publicación las principales actividades, do-cumentos y posiciones públicas de FOPEA que fuimos elaborando durante 2009. Y, a la vez, refl ejar en distintos artículos aquellos temas sobre los cuales FOPEA había venido trabajando desde sus comienzos, hace siete años, para aportar a la discusión sobre el ejercicio profesional.

Para ello, convocamos a socios y reconoci-dos periodistas nacionales e internacionales a escribir, entre otras temáticas, sobre la mejo-ra del periodismo y la ética profesional; el ac-ceso a la información pública; el manejo de la publicidad ofi cial; la crisis del periodismo gráfi co a partir de la irrupción de las nuevas tecnologías y su impacto en las redacciones; las condiciones laborales de los trabajadores

de prensa en la Argentina; las posibilidades de hacer periodismo de investigación en el país; las amenazas a la libertad de expresión y la tarea del monitoreo que realizamos a nivel nacional a través de nuestra red de corres-ponsales; y los nuevos marcos regulatorios para la radiodifusión y la comunicación au-diovisual, tanto en la región como en el país, uno de los temas que más debate ha venido suscitando en el último año en el ambiente periodístico.

Periodismo comprometidoLa presentación fue coronada por el ho-

menaje que le realizó FOPEA al periodista inglés Robert Cox, ex director del Buenos Aires Herald, quien en 1979 debió exiliarse después de ser detenido y amenazado por las informaciones sobre violaciones a los dere-chos humanos de la dictadura que publica-ba ese diario en aquellos años.

Cox estuvo presente en el acto y pudo escuchar de su amigo y colega en el Herald Andrew Graham Yooll el reconocimiento que hizo a su fi gura, su tarea y algunas de las anécdotas que compartieron en la redac-ción de ese diario. Graham Yooll destacó que el valor de Cox para contar lo que esta-ba sucediendo durante el régimen militar, cuando nadie se animaba aún a publicar nada, permitió “salvarles la vida a muchos secuestrados, detenidos y desaparecidos por el simple hecho de dar constancia de ello”. Tras mencionar que “la pesadilla argentina

A lo largo de 1975, el Buenos Aires Herald llevó una lista de los asesinados de todos los bandos. Hoy, el juez federal Oyarbide está usando la cifra de 1.500 víctimas del diario de entonces.

no empezó el 24 de marzo, como bien lo demuestran las cifras de asesinatos ocurri-dos en 1975”, Graham Yooll recordó que “a lo largo de ese año, el Buenos Aires Herald llevó una lista de los asesinados de todos los bandos, que un colega llamó, tristemente, el ranking”. Quien sería también luego di-rector del Herald —entre 1998 y 2007— agregó sobre aquellos tiempos oscuros: “Me acuerdo que anotaba en una libreta cada noche la lista de muertos, los apellidos o simplemente como NN, porque muchas veces no teníamos ni siquiera los nombres de los que mataban o secuestraban. Llevá-bamos esa lista día a día, con Bob; éramos los únicos que lo hacíamos en ese momento. Y, hoy, el juez federal Oyarbide está usando la cifra de 1.500 víctimas del Buenos Aires Herald de entonces. En ese tiempo, mi pe-sadilla recurrente era que alguien se senta-ba en mi escritorio y tipiaba mi nombre al fi nal de la lista. Esas cosas solo podíamos hablarlas con Bob, en esa enorme soledad que sentíamos en la redacción de la calle Azopardo, de la que salíamos muy tarde a la noche y no sabía qué nos podía pasar ca-mino a casa”.

Finalmente, Graham Yooll relató una anécdota que revela la dimensión de la tarea profesional —y esencialmente humana— que llevaba adelante Cox al frente del único diario de habla inglesa en esos años: “Era viernes a la noche y el capitán Corti, secuaz del almirante Carpintero, quien entonces ocupaba la Ofi cina de Información Pública, me llamó para ir a la Casa Rosada. Cuando

llegué, Corti me dijo ‘sentate’ y me dio un papelito, más o menos del tamaño de un mostacho, aplastado sin sello, sin membrete ni fi rma, que decía: ‘A partir del 28 de abril, la prensa no podrá publicar los nombres de los desaparecidos caídos en combate, sal-vo que surja de información ofi cial’. Y me dijo: ‘Ya estás advertido, llevátelo y decíselo a todos’. Yo volví al diario. Ya era bien tarde y casi todo el diario estaba cerrado menos la primera plana. Puse el papelito sobre la mesa y nos sentamos con Bob. Los viernes a la noche, por lo general, comíamos un paté casero que hacía yo, y Bob traía una botella de coñac. Y entonces sentados ahí, Bob me dijo: ‘A ver, leelo otra vez, ¿cómo lo traduci-mos?’. Y bueno, ensayamos la traducción e hicimos un largo silencio. Bob ya había es-crito el editorial y sólo faltaba cerrar la tapa. Y me volvió a preguntar: ‘¿Pero cómo te lo dijo Corti? ¿Que le digas a todos?’. Y otro largo silencio. Al cabo de un último lar-guísimo silencio, quizá el más largo de mi vida, Bob dijo: ‘¿Vamos?’. Y yo le contesté: ‘Dale’. Y ese sábado, a la mañana siguiente, apareció a lo ancho de caja en la tapa del Herald: ‘El Gobierno militar prohíbe men-cionar muertos y abatidos’. Al día siguien-te, entiendo que tanto Carpintero como (el ex ministro del Interior) Harguindeguy y otros más nos estaban buscando por todas partes. Bob se fue a su casa de Del Viso y yo a la de mi suegra. Esta es una de las memo-rias que tengo de aquellos años que com-partí con Bob. Y por eso también es que estoy aquí para decirle: ‘Gracias por todo, fue muy bueno acompañarte’”.

Algunas fi rmas

Para la primera edición del Anuario, contamos

con la colaboración de dos socios honorarios

de FOPEA. Uno, Guillermo Alfieri, quien contó

la experiencia de El Independiente en La Rioja,

en el que participó junto a Atilio Tito Paoletti

hasta que la dictadura hizo estragos con esa

publicación y persiguió a sus trabajadores. El

otro, Armando Vidal, decano de los cronistas

parlamentarios y ex periodista de Clarín, quien

repasó la actuación del Parlamento desde la

democracia hasta nuestros días.

Asimismo, socios de FOPEA de distintas

provincias pintaron un panorama de la situa-

ción del periodismo y sus dificultades en las

distintas regiones, en una suerte de mapa fe-

deral sobre la profesión en nuestros días.

Como orgullo, el dibujo de la tapa fue rea-

lizado especialmente por Hermenegildo Sá-

bat y, entre los periodistas extranjeros que

escribieron para ese primer Anuario, figura el

colombiano Javier Darío Restrepo, que, de

alguna manera, fue el inspirador de FOPEA a

partir de aquel primer taller de ética que dictó

en 2002 en Buenos Aires. También, se pue-

den leer notas de dos “padrinos” y amigos de

nuestra institución como Rosental Alves y Jim

Rowe, así como de los colegas Mónica Gon-

zález, de Chile, Gustavo Gómez Germano,

de Uruguay, y Vicente Vallés y Gumersindo

Lafuente, ambos de España.

Por último, también invitamos a escribir artí-

culos a representantes de distintos sectores,

como Ricardo Lorenzetti, presidente de la

Corte, institución con la que FOPEA firmó

un acuerdo para la transparencia de la in-

formación del Poder Judicial; Carlos March,

responsable de la Fundación Avina en la Ar-

gentina; Delia Ferreiro Rubio, presidenta de

la Fundación Poder Ciudadano; y especia-

listas como el académico Guillermo Mastrini

y los abogados especializados en el derecho

a la información Miguel Rodríguez Villafañe y

Mariano Román.

Finalmente, como decimos en la profesión,

una “perlita”: tuvimos la última entrevista

que dio Tomás Eloy Martínez antes de su

falle-cimiento, especialmente hecha para el

Anuario de FOPEA y realizada por su cole-

ga y amigo Daniel Santoro.

Page 8: Anuario FOPEA 2010

DESTACADOS“La mejor noticia no es siempre la que se da primero,

sino la que se da mejor”por PEDRO LUIS BARCIA

16

El desafío actual es aprendera gestionar la incertidumbre

por GASTÓN ROITBERG18

Las redacciones funcionan comoorganismos vivos y participativos

por PABLO MANCINI20

Page 9: Anuario FOPEA 2010

16 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 17

LA CALIDAD DE LA COMUNICACIÓN Y EL USO DEL IDIOMA

“La mejor noticia no essiempre la que se da primero, sino la que se da mejor”La responsabilidad de los comunicadores es contribuir a mantener una lengua apta, como el mayor factor de coherencia comunitaria. Sin ella no hay diálogo, y sin diálogo no hay democracia.

El periodista, de prensa oral o escrita, vive en tensión permanente con la lengua en que se expresa y comunica.

Esa agonía o lucha es común a todo hablan-te consciente de su palabra. Lo que diferen-cia a unos de otros en el manejo de la lengua es la conciencia de un pleito constante con las frases y los vocablos para traerlos dóciles a la boca o al papel, y “hacerlos decir” lo que se quiere. Esto no es un acto de voluntad ni de magia: es producto del trabajo.

No es cierto en todos los casos que “el uso hace maestro”. Eso se da en la fabri-cación de alpargatas, pero no en lo ex-presivo. La mayoría de las veces, lo que el uso personal hace es grabar las pifi adas y consolidar los defectos, con la reitera-ción. La frase del Marqués de Santillana, “Al siniestro lo hace diestro el amor por el ofi cio”, tampoco tiene valor absoluto,

porque el enamorado suele enmudecer, tartamudear o tartajear (no conocía esta voz, ¿no?) y aparecer como un pazguato (¡qué antigüedad!); pero, hay algo positivo en ese dicho: el amor hace prestar atención a su objeto. Las palabras son mujeres y el periodista no puede ser misógino: debe atenderlas, escucharlas en sus intenciones y acepciones primeras y segundas, debe enlabiarlas, seducirlas, hacerlas amigables y convivientes (si usted es una periodista, cambie “palabra” por “vocablo”, y lo dicho vale; gracias).

Si no sabe manejar estas relaciones peli-grosas, será un mero escribiente; ese señor, dice Cortázar, que tiene “una lengua hecha

de frases preacuñadas para transmitir ideas archiconocidas”.

El bisturí del comunicador FOPEA, recién nacida, comienza un pro-

misorio camino. En sus bien defi nidos obje-tivos precisa: “La calidad del periodismo es decisiva para la calidad de la democracia”; e insiste en que son necesarios “parámetros de calidad relativos a la actividad periodísti-ca”. Uno de los aspectos con que esa calidad se acrisola es la del nivel de la lengua del periodista. “La mejor noticia no es siempre la que se da primero, sino muchas veces la que se da mejor”, dice García Márquez, y en ese mejor, el colombiano carga el pedal en el manejo diestro del lenguaje.

Para el comunicador profesional, es im-prescindible el dominio competente del ins-trumento de comunicación, así como para el cirujano el bisturí afi lado. “Los periodis-

tas deben tener una formación de sufi ciente nivel, preferentemente universitaria, que les permita manejar todas las herramientas necesarias para ejercer con calidad su profe-sión”, dice FOPEA.

Aun pareja a la actualización electrónica va la aptitud lingüística. Porque usted lleva a los medios electrónicos su nivel, poco o mucho, de competencia expresiva. Por eso, ya se están publicando obras como el Ma-nual de redacción ciberperiodística, de Díaz Noci y Salaverría Aliaga (2010) o Cómo es-cribir en Internet, de Vilamor (2008). Si a la inefi cacia de la escuela argentina, que lanza al mercado adolescentes discapacitados para hablar y escribir, le sumamos la escasa pre-sencia de cursos de lengua en las facultades

PEDRO LUIS BARCIA

PRESIDENTE DE LA ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS

Doctor en Letras por la Universidad

Nacional de La Plata. Investigador del

Conicet. Presidente de la Academia

Argentina de Letras y vicepresidente

de la Academia Nacional de Educación.

Miembro correspondiente de la Real

Academia Española, de la

Norteamericana,Dominicana y de Letras

del Uruguay. Doctor Honoris Causa por

las universidades Ricardo Palma (Perú),

Nacionalde Tucumán y la de Salta.

Emérito de la Universidad Austral, donde

dirige el doctorado en Comunicación.

Es autor de más de 50 libros y de 200

monografías y estudios. Últimos libros:

Un inédito Diccionario de argentinismos

del siglo XIX (2006), La lengua

en las nuevas tecnologías (2007),

No seamos ingenuos. Manual para la

lectura inteligente de los medios (2008).

Diccionario fraseológico del habla

argentina, con G. Pauer (2009),

y Cancionero de las Invasiones Inglesas,

con J. Raffo (2010).

de Comunicación, el egresado será un des-valido y todo tendrá que compensarlo con su esfuerzo para alcanzar un manejo idóneo de su instrumento fundamental.

Colonialismo lingüísticoDurante mucho tiempo, las Academias

adoptaron una actitud inquisitorial fren-te a los medios, en lugar de asistirlos en su expresión. Y, en respuesta, los medios se desentendían de las normas en vigencia con actitud libertaria. Las Academias tienen autoridad y los medios de comunicación tienen el poder. Buen maridaje es sumar ambos en pro del bien común de la unidad de la lengua. Todas las Academias han inte-grado en su seno a periodistas. La Asocia-ción de Academias de la Lengua Española y los principales medios de toda la hispanidad formalizaron un acuerdo trascendental en 2005: aceptar el Diccionario panhispánico de dudas (DPD) como base de referencia en cuestiones de idioma. Esa obra sintetiza los aportes de todos los diccionarios de su índo-le y los contenidos lingüísticos de los libros periodísticos de estilo. Es la obra más com-pleta en su especie. Nuestra Academia ela-bora hoy, sobre aquella base, una obra más ágil a la consulta y más adecuada a nuestra realidad regional, un Diccionario argentino de dudas gramaticales frecuentes.

Este lexicón ya ha incorporado cerca de medio millar de novedades propias de nues-tro uso. No existe, desde fi nes del siglo XIX, el Greenwich lingüístico, que pasaba por la norma castellana encarnada en Madrid, y que dio unidad a la lengua de ambos lados del Atlántico. Con enorme error se habla-ba del “español de España” y el “español de América”, como si fueran comparables una

nación, con el 5% de los hispanohablantes, y un continente, con el 95%. El realismo muestra hoy a la panhispanidad integrada por nueve zonas diferenciadas, con sus nor-mas cultas que orientan su lengua comuni-taria. El principio es la convivencia de va-riedades regionales de la lengua común, en el marco de la unidad básica. Rige un plu-ricentrismo lingüístico en lo panhispánico. España es una región, como la chilena o la del Caribe. Nuestra región es la rioplatense (junto a Uruguay y Paraguay). Son norma culta nuestra el voseo, el peculiar uso de re-cién sin necesidad de participio, el uso de arquero y de penal, frente al guardameta y

penalti, que escuchamos en boca de los rela-tores españoles del Mundial. No obstante, los organismos ofi ciales del Gobierno, ante una duda idiomática, consultan a la Real Academia Española y no a la nuestra. Con-denan toda forma de colonialismo y acep-tan el lingüístico. Curiosa conducta.

En estos momentos, hemos avanzado en la Academia en una labor conjunta con la Fundeu —que lanzaremos el 1º de enero de 2011— y que necesitará, para su difusión, de organismos colegiados de comunicadores.

El puente hacia la unidad culturalLos medios, aunque no lo pretendan, son

una cátedra incesante, insomne, de lengua oral y escrita, en lo bueno y en lo malo. La responsabilidad de los comunicadores —y de los dueños de los medios y los publicis-tas— en este plano es contribuir a mante-ner una lengua apta como el mayor factor de coherencia comunitaria. Sin ella no hay diálogo, y sin diálogo no hay democracia. El puente para todo ello es la palabra. La inclusión social comienza por el lenguaje.

No se trata de preocuparse de trasnocha-dos purismos, ni casticismos ni de exquisi-teces sintácticas: se trata de la noble empresa de mantener la unidad de nuestra cultura, y su base es la lengua común: la de las tres “C”: clara, concisa, correcta. La corrección tiene dos caras, como toda moneda. Una su-pone el decoro expresivo, que evita lo soez y lo cloacal, que, lamentablemente, se desbor-da, por veces, en los medios orales; y la otra faz es la adecuación de la lengua periodística a las normas que defi ne la Academia, pero que ella no genera, sino que se impone en el uso culto de la comunidad, que le da su sanción social.

Los medios de comunicación, aunque no lo pretendan, son una cátedra incesante, insomne, de lengua oral y escrita.

Manejo de unaherramienta esencialEl deficiente uso de la lengua es un mal

generalizado que exhiben profesionales,

deportistas, políticos, gremialistas y un largo

etcétera. Para el periodista, la lengua es su

herramienta esencial; su manejo compe-

tente es un valor agregado definitivo para

una labor de calidad profesional. Nada jus-

tifica la desidia frente a su instrumento. Está

“tupacamareado” desde cuatro flancos:

la ignorancia del sistema, la insensibilidad

idiomática, la vulgaridad expresiva y la po-

breza lingüística. Bastarían 15 minutos dia-

rios dedicados a leer dos o tres artículos del

Diccionario Panhispánico de Dudas para

mejorar su conciencia expresiva vigilante y

el dominio del idioma.

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web

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Page 10: Anuario FOPEA 2010

18 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 19

NUEVOS PERFILES PROFESIONALES

El desafío actual es aprendera gestionar la incertidumbreLa digitalización produjo una transformación irreversible en los medios. El desafío de los periodistas es convertirse en arquitectos del presente y del futuro de la profesión.

A la luz del creciente y veloz proce-so de digitalización de los medios, los periodistas percibimos que hay

una transformación en marcha. Si bien la esencia del ejercicio de nuestro ofi cio no se modifi ca porque tanto la rigurosidad, la defensa de los estándares éticos y de calidad como las técnicas profesionales se sostienen y marcan la diferencia, nuestra relación con Internet y otras incipientes plataformas exi-gen nuevas competencias y un trabajo de mayor cercanía con las audiencias (el prin-cipio y el fi n de la actividad periodística) presentes y potenciales.

En este camino de cambio, resulta clave entender que las oportunidades son innu-merables. Es cierto, algunas de las posiciones que poblaron históricamente las organizacio-nes de noticias se modifi can, se entrecruzan o se reciclan, pero sea cual fuere el movimien-to aparecen algunas certezas: esta mutación es un proceso irreversible (marcado por el pulso del consumo cultural de nuevas gene-raciones y un mercado cada vez más “multi-plataforma”); el periodista tiene una ventaja comparativa gracias a su cercanía con temas cotidianos de gran relevancia social; el nuevo ecosistema requiere un profesional apto para coproducir con nuevas audiencias y expan-dirse a zonas ubicadas fuera del medio en el que desarrolla su actividad.

Nuevos profesionalesEn un juego arbitrario de semejanzas y diferencias entre el pasado y el presente del periodismo, se pueden distinguir algunas categorías de profesionales que rompen el molde que conocíamos:

· Periodista de enlace y contenido distribuido. El rol de productor de con-tenidos periodísticos sigue siendo de vital

importancia, pero también lo es aprender a gestionar enlaces útiles para los lectores (usuarios o consumidores). Es un trabajo que facilita el circuito de lectura y que tie-ne alto valor de servicio para las audiencias. Los links no son complementos, también son noticias.

· Periodista “ecológico”. Una de las grandes problemáticas de las nuevas re-des digitales es saber distinguir lo verda-deramente importante en medio de tanta contaminación visual y auditiva. Por eso la apuesta a la calidad desde un medio de comunicación es la mejor red de conten-ción para los “virus” de la confusión y la desinformación.

· Periodista “persona”. Al profesional de los medios también le pasan cosas, compar-te vivencias con su audiencia y se anima a utilizar la primera persona para enriquecer el contacto punto a punto.

· Periodista de autogestión. No espera que el medio lo entrene o capacite. Él mis-mo genera oportunidades y experimenta gracias a la tecnología disponible en la Web.

· Periodista social. No escribe sobre las redes, las utiliza activamente y tiene una gran apertura mental para involucrarse en aquellos espacios (incluso fuera de los me-dios) donde están los usuarios on-line.

· Periodista visual. Piensa en imágenes y enlaces (y no exclusivamente en textos).

· Periodista mashup. Combina, frag-menta, mezcla, recicla y recrea. Utiliza con-tenidos de terceros y transparenta la autoría original de ese contenido.

GASTÓN ROITBERG

PERIODISTA Y DOCENTE

Secretario de Redacción Multimedia

de La Nación. Licenciado en Ciencias

de la Comunicación y periodista.

Docente de Nuevas Tecnologías

y Periodismo Digital en la carrera de

Ciencias de la Comunicación de la UBA

y del Máster en Periodismo Multimedia

de La Nación y la Universidad Torcuato

Di Tella. Autor del blog Conectados

(blogs.lanacion.com.ar/conectados).

Integrante de la Comisión Directiva

de FOPEA.

Desafíos para construir el futuro¿Por qué miramos todo el tiempo el pasa-

do para buscar soluciones del futuro? Tal vez haya llegado el momento de romper el mol-de y mirar mejor el presente para proyectar el tiempo venidero. Pensar en las redes so-ciales puede ser clave para entender mejor el arte de escuchar, aprender y compartir, tal la fórmula que guía a las grandes masas de usuarios que se vinculan en estos espacios de Internet. El primer desafío, entonces, es subirnos a la ola de las redes sociales, pero con un compromiso profesional: el objetivo es llevar allí nuestro contenido y distribuirlo a una audiencia cada vez más global.

El segundo desafío es el trabajo con so-portes múltiples. Es posible potenciar las investigaciones periodísticas con opciones multimedia. Además, ya podemos agregar

otras tendencias: la posibilidad de trans-mitir en vivo, la coproducción con los usuarios (crowdsourcing), el foco en cuatro temas que marquen la diferencia por fue-ra de la noticia (que en la Web es casi un commodity), mostrar la “cocina del medio” para hacer más transparentes los procesos de producción, acercar el análisis y la opi-nión a las noticias de último momento e incorporar posiciones nuevas a las organi-zaciones de noticias.

En este último punto ya se vislumbran nuevos ofi cios que hacen a los procesos de innovación dentro de los medios. Así apare-cen editores de medios sociales (social media editors) encargados de transportar el conteni-do periodístico a Facebook, Twitter y cual-quier otra red digital de alta concentración de usuarios. También surgen youtubers que rastrean y visualizan producción audiovi-sual publicada por los usuarios en la Web; especialistas en optimización de contenido para motores de búsqueda (SEO) que lo re-dactan para lograr una mayor efectividad en los resultados de Google; o, una categoría muy novedosa, los expertos en administra-ción de bases de datos, que gracias a ciertos conocimientos técnicos sistematizan y pre-sentan información estadística con registro periodístico, dando lugar a piezas visuales de gran impacto en la producción de un tema de interés público.

El tercer desafío es el trabajo con el tiem-po como eje central de la organización. Cuando los usuarios llegan al medio tie-nen que encontrar aquello que buscan. A

ellos no les preocupa mezclar contenidos actuales con archivo, textos con fotogra-fías, videos con opciones de participación. El trabajo en “tomas” convierte la produc-ción informativa en un rompecabezas que se va armando durante toda la jornada. La Web ya no se construye con contenidos remanentes de otras plataformas sino con la producción original potenciada por nue-vos lenguajes y posibilidades tecnológicas, muchas de ellas gratuitas y al alcance de los medios y las audiencias.

Los nuevos perfi les profesionales están en permanente reelaboración. Las seccio-nes clásicas de un medio comienzan a ser superadas por los tags (palabras clave), que se convierten en el faro de las audiencias. Considerar, entonces, que el periodista es un arquitecto de fl ujos diversos (importados y exportados) puede allanar el camino para comprender mejor el presente y el futuro de nuestra profesión. Como dice Gumersindo Lafuente, periodista y creador de nuevos medios, “si lo que se demanda es certidum-bre, pues no la hay. En realidad hay que aprender a gestionar la incertidumbre y tal vez experimentando encontraremos algu-nas respuestas. Si no aprendemos a trabajar constructivamente la ansiedad, corremos el riesgo de paralizarnos”.

Las herramientas tecnológicas convierten

a los nuevos profesionales en productores

de contenidos periodísticos multimedia.

Las nuevas redacciones multiplataforma

integran a los periodistas de gráfica y

on-line en un espacio común, dotado

con tecnología de última generación.

Esta propuesta no tiene objetivos científicos

sino que busca construir un espacio de re-

flexión sobre el proceso de transformación

en el que se encuentran los medios y sus

audiencias. Hágase estas preguntas y lue-

go compare afirmativas y negativas:

1. ¿Tenemos predisposición para trabajar

en equipo?

2. ¿Somos capaces de quitarle dramatismo

al error?

3. ¿Contamos con elasticidad para mover-

nos en una dimensión desconocida?

4. ¿Sabemos escuchar a quienes nos si-

guen y a aquellos que no?

5. ¿Consideramos Internet como un espa-

cio marginal o uno experimental?

6. ¿Podemos pensar en otros formatos, so-

portes y lenguajes por fuera del texto?

7. ¿Estamos dispuestos a aceptar la crítica

directa de la audiencia?

8. ¿Consideramos que nuestras marcas son

importantes para las nuevas audiencias?

9. ¿Es sensato en este momento no involu-

crarse con la tecnología?

10. ¿Tiene sentido cobrar por los contenidos

en el mercado de la abundancia informativa?

Page 11: Anuario FOPEA 2010

20 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 21

REDISEÑO DE LOS MEDIOS

Las redacciones funcionan comoorganismos vivos y participativosEl debate ya no se centra en la guerra Internet vs. papel sino en el rediseño de los medios, que deben ir al encuentro de las audiencias con productos múltiples en diversos soportes.

La integración de redacciones es una oportunidad invalorable para redi-señar la organización de medios. Lo

que está en juego no son los formatos de distribución ni cómo quedarán dispuestas las mesas de trabajo en la redacción. La efi -ciencia de los equipos y el valor de lo que producen están en el ojo del huracán.

Los medios tienen el desafío de volverse empresas mucho más efi cientes. La escala corporativa que adoptaron hasta fi nes del siglo pasado se vuelve insostenible. El ne-gocio se está reduciendo y atomizando a la vez. La integración de redacciones es apenas un primer paso hacia un rediseño organiza-cional y de producto mucho más profundo e inevitable.

Es un error seguir centrando el debate de la integración en la guerra Internet vs. pa-pel. Sepultemos esa discusión. En la coyun-tura extrema que atravesamos, con medios periodísticos tradicionales inmersos en una doble crisis fi nanciera y de credibilidad, y con medios digitales que aún no encuentran modelos de negocios sustentables, lo prime-ro que tenemos que hacer es declararnos agnósticos del soporte. Y enfocar todo nues-tro esfuerzo en el periodismo y el futuro del negocio.

Todo divergeEl hardware, los soportes y los formatos

son la expresión más acelerada de la di-vergencia. Una barra de progreso similar, aunque no tan veloz, está compuesta por las nuevas audiencias, las habilidades de los periodistas, las estrategias publicitarias y las nuevas narrativas. La expansión para el pe-riodismo es, en ese contexto, potencialmen-te ilimitada.

Atar los modelos de negocios y la crea-ción de valor a un soporte específi co fue

rentable durante mucho tiempo. Pero como ocurrió con la industria discográfi ca, la di-gitalización del consumo cambió las reglas del juego. Los medios enfrentan la tarea de ir al encuentro de las audiencias en soportes cada vez más diversos, en distintas tempora-lidades de la vida cotidiana y con productos múltiples.

La convergencia de redacciones atiende ese fenómeno. Y es, sobre todo, un proceso, no un resultado. Su mayor desafío es diseñar un equipo periodístico integral y encontrar fórmulas de trabajo para atender mercados con tiempos de consumo y soportes cada vez más diferenciados y cambiantes. Esta-mos migrando de la economía del broadcast (un producto para muchos) a la economía del broadband (muchos productos para mu-chos).

La clave del éxitoGerentes y editores de toda la región vue-

lan decenas de miles de kilómetros por año en busca de la receta perfecta para la integra-ción. Consultoras de variado calibre ofrecen servicios para dejarnos integrados. Durante estos diez años hemos visto de todo.

El faro de la integración en el que habíamos convertido a The New York Times comenzó a dejar de iluminarnos en 2009, cuando la cri-sis fi nanciera internacional terminó por de-sestabilizarlo. Aprendimos también a tomar con pinzas la integración del Guardian, que motivó a media industria: es propiedad de un fi deicomiso sin fi nes de lucro que puede correr los riesgos que otros no.

PABLO MANCINI

PERIODISTA Y DOCENTE

Tiene 28 años, es argentino y

actualmente vive en Lima, Perú. Es

gerente de Contenidos y Servicios de

Medios Digitales del Grupo El Comercio,

donde también fue gerente de Servicios

Interactivos. Tiene a cargo los sitios

web de cinco diarios: elcomercio.

pe, peru21.pe, gestion.pe, depor.pe

y trome.pe. Además es profesor del

Magíster Internacional en Comunicación

y Periodismo Digital de la Universidad

Mayor en Chile. En la Argentina fue

editor de Perfi l.com, redactor de la

revista Noticias y colaborador de los

diarios La Nación y La Capital, entre

otras publicaciones. En la Red, escribe

en www.amphibia.com.ar.

En la Argentina, La Nación comenzó hace unos cuantos meses un proceso gra-dual sui géneris, poniendo el acento en la transferencia de habilidades y la colabora-ción entre periodistas. El País, en España, comenzó en marzo de 2010 una integra-ción con una marcada prioridad en su edi-ción on-line. ABC publicó ese mismo mes un videoclip en Youtube con los “resulta-dos” de la integración física recién consu-mada. También los hubo arrepentidos: 20 Minutos integró en 2007 y desintegró en 2009. ¿Qué hacemos?

Integración a lo Dr. HouseBuena parte de los procesos de integración

de redacciones tienen mucho de la fi losofía del Dr. Gregory House, el protagonista de la serie de televisión estadounidense estrenada en 2004 por la cadena Fox. A cargo de un departamento de diagnóstico médico, Dr. House recibe pacientes muy complejos. Su forma de tratarlos invierte el procedimiento formal de la medicina: prescribe primero y diagnostica después. Somete a los pacientes a un proceso de investigación lógico-em-pírico, exponiéndolos a sus hipótesis hasta encontrar soluciones.

El periodismo y los medios son pacientes difíciles en esta época en la que todo ter-

mina topándose con Internet, un entorno donde las reglas, especializaciones, proce-dimientos, productos y servicios están en permanente revisión. En ese contexto, la integración de redacciones es una prescrip-ción con diagnóstico postergado. Como Dr. House, estamos sometiendo a nuestro paciente —la industria, el medio, la pro-fesión— a una serie de hipótesis. Un tra-tamiento de integración que tiene un com-ponente de experimentación, de prueba y error, inusual en los medios.

Integración expandidaDurante la primera década del siglo XXI,

en las organizaciones de medios aprendi-mos que el código fuente de las redaccio-nes necesita actualizaciones. Comenzamos

puertas adentro, reorganizando los equipos, las funciones y los objetivos. La asociación de la producción a los soportes de dis-tribución aun es compleja de extirpar del mindset de la profesión. Pero la amateuri-zación masiva de la producción de conteni-

dos nos está llevando a repensar, incluso, el concepto de integración.

Las audiencias nos están dando cátedra. Modos de organización inéditos en su esca-la, división espontánea del trabajo, colabo-ración como infraestructura y ubicuidad en coberturas están volviendo a las audiencias parte central de la vida de las redacciones. La gestión de contenidos está mutando ra-dicalmente su naturaleza. Antes enfocada en la producción interna, ahora atiende tam-bién a los materiales y las conversaciones distribuidas por toda la Red.

La expansión irreversible de la cadena de creación de valor está cambiando el negocio de los medios. La producción de plusvalía se está descentralizando. La redacción, an-

tes un lugar, ahora es un organismo vivo. La aparición de los community managers y los social media editors fue el primer intento de los medios de integrarse con las audiencias y mimetizarse con las arquitecturas participa-tivas de Internet.

La integración de redacciones puertas adentro es un proceso para poner a prueba nuevos mecanismos de efi ciencia en la ges-tión de contenidos. La integración expandi-da con las audiencias es parte de un cambio más profundo que se gesta silenciosamente y sin demasiada planifi cación.

El cambio en los medios es un proceso en marcha. Algunos anuncian integración, otros buscan formas de colaboración y convergencia parcial. Con toda probabili-dad, buena parte de la diferencia entre el periodismo que pasó y el que viene sea el management. La gestión de equipos y de contenidos ha desbordado la fábrica de noticias del siglo pasado. La nueva fábrica, además de integrar múltiples perfi les pro-fesionales y estar enfocada en la produc-ción de valor, estará expandida.

La convergencia de redacciones es un proceso, no un resultado.

La digitalización del consumo cambió las reglas del juego.

Los sitios web que más crecen, también aquellos que son rentables o están alcanzando su

break even point (punto de equilibrio), tienen todos un denominador común: no solo han re-

visado su forma de organizar la producción, también están ampliando su cartera de productos y

servicios. Los saltos que dan son de calidad y diversidad. Transversalmente a esos conceptos,

están cediendo cada vez más control a la audiencia. ¿Quiénes tienen el control en la portada

de Google? ¿Y en la de Yahoo!? ¿Cuál de los dos sitios factura más? En los medios The

Huffington Post, Politico.com, Newser.com y Lepost.fr trabajan en esa dirección. Del rediseño

de la organización al rediseño del producto.

Page 12: Anuario FOPEA 2010

22 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 23

PROFESIONALIZACIÓN EN DEBATE

Las ambigüedades del periodismo eluden las defi niciones unánimesLa profesionalización, como la democracia, requiere ciertosniveles de consenso dentro y fuera de la prensa. Hoy, lascondiciones políticas atentan contra su total establecimiento.

Como profesión, el periodismo siempre ocupó un lugar particular. A pesar de los variados intentos

de profesionalización, nunca encajó exac-tamente dentro del modelo de profesión históricamente defi nido por la medicina, la abogacía y otras disciplinas modernas.

En América Latina, hay una larga tra-yectoria de esfuerzos de profesionalizar el periodismo, impulsados por asociaciones de periodistas, sindicatos, académicos y em-presarios. Una serie de iniciativas intentaron profesionalizar el periodismo a través de la exigencia de acreditación y de diplomados, y la aplicación de códigos de ética. Más allá de sus virtudes y defectos, tales esfuerzos en-frentaron contextos políticos contrarios a la profesionalización.

La existencia de Gobiernos autoritarios y la censura como política formal ofi cial soca-varon cualquier posibilidad de profesionali-zar el periodismo. Más aún: la ausencia de consenso dentro del periodismo, tanto sobre los ideales de la profesionalización como so-bre la necesidad de esta, difi cultó cualquier intento de sentar bases fi rmes.

Desafi os profesionales¿Qué signifi ca “profesionalización”? ¿Es de seable? ¿A quién benefi cia el periodismo profesional? ¿Qué ocurrió con tales esfuer-zos durante la consolidación democrática en las últimas tres décadas?

Vale formular estas preguntas considerando el estado actual del periodismo en la región.

Los confl ictos actuales entre empresas de noticias y gobiernos agudizan las divisiones entre periodistas y refl otan viejas cuestiones sobre el peso de políticas editoriales y guber-namentales acerca de la presunta autonomía del periodismo. Los desafíos planteados por

las nuevas tecnologías descolocan al perio-dismo de su rol histórico de gran mediador (gatekeeper) del fl ujo masivo de noticias, in-formación y opinión.

La riqueza de información sin fi ltro en Internet nos recuerda que el rol cotidia-no del periodismo, su saber que lo defi ne como profesión, es precisamente tamizar los hechos de la realidad para convertirlos en noticia.

La idea de periodismo profesional es irremediablemente ambigua, se desliza de manera permanente y elude defi niciones unánimes.

Para algunos, se refi ere a la posición nor-mativa frente a la noticia, cristalizada en códigos de ética que encapsulan un modelo determinado de prensa (y de democracia y de ciudadanía).

Para otros, alude a un saber especializado, ya sea adquirido a través de la formación educacional o en el trabajo mismo, por el cual se ejerce jurisdicción soberana en cierta área laboral. Es el saber que decide qué es noticia, cómo se reporta, qué fuentes se uti-lizan, qué lenguaje se usa, y otras cuestiones similares que defi nen el métier.

La quimera del consensoTal consenso sobre los signifi cados del

periodismo profesional requiere ciertas condiciones. Si tomamos como referencia el modelo de “periodismo profesional” que imperó en los Estados Unidos, entre el pe-riodo posterior a la Primera Guerra Mun-dial y el fi n de la Guerra Fría, es claro que ninguna de las tres patas que sostuvieron tal modelo existen. Fue preciso un consenso entre elites sobre temas básicos de política nacional e internacional en un contexto de democracia liberal. Asimismo, los magna-

SILVIO WAISBORD

PERIODISTA, ESCRITOR Y DOCENTE

Es profesor asociado y director de

programas de posgrado en la Escuela

de Medios de Comunicación y Asuntos

Públicos de la Universidad George

Washington. Es editor general del

International Journal of Press/Politics.

Es el autor de Watchdog Journalism

in South America (Columbia University

Press, 2000) y El gran desfi le

(Sudamericana, 1995), y coeditor de

Medios y globa-lización: Por qué importa

el Estado (Rowman and Littlefi eld, 2001).

Asimismo, ha publicado trabajos en

importantes revistas académicas, libros,

periódicos y semanarios. Es el autor de

la novela Duelo (Biblos, 2009).

Ha realizado investigación y ha dictado

conferencias en Latinoamérica y África.

tes de prensa coincidieron en pregonar cierto tipo de periodismo (y fi nanciaron varias de las escuelas pioneras), motivados por objeti-vos puramente industriales en una sociedad de masas emergente. Finalmente, periodistas y columnistas infl uyentes acordaron que, en búsqueda de prestigio social, el periodismo debía convertirse en profesión que observara principios del modelo científi co en boga y abandonar su rol de propagandista.

Ninguna de estas condiciones existe en América Latina. La polarización política en varias democracias de la región no solo excluye la búsqueda de consensos míni-mos, sino que tiene a la prensa como gran fogoneadora de confl ictos. Las prioridades comerciales dominantes no incluyen culti-var un periodismo con objetivos comunes. A pesar de los esfuerzos de agrupaciones de

periodistas, es difícil pensar que gran parte del periodismo acuerde prácticas comunes. Consensuar temas es quimérico, dadas las presentes circunstancias.

La partidización del periodismo corre a contramano de la necesidad de un periodis-mo que, sin importar cuál sea el Gobierno de turno, cumpla las tareas críticas que defi nen la idea de profesionalización en democracia.

Es limitado pensar la profesionalización en términos de credencialismo, prácticas estandarizadas o disciplina industrial. De hecho, estas características se encuentran, pero no necesariamente producen un pe-riodismo acorde con las necesidades de las democracias contemporáneas. Hay países donde se exige una formación determinada. Hay prácticas estándares en las redacciones. Cualquiera que haya trabajado en una re-dacción sabe que hay disciplinas que se ob-servan, en términos de rutinas de trabajo: jerarquía de la noticia, procesos de toma de decisión y otros. Todos estos atributos entran en el paquete de signifi cados del periodismo profesional. Sin embargo, son

incompletos, ya que no ofrecen una defi -nición sobre el deber ser del periodismo en las democracias actuales en América Lati-na. Claro está, este es un tema muy difícil, lleno de mitos y proclamas. Democracia y periodismo no son sinónimos. Hay pe-riodismo bajo dictaduras. Las democracias pueden existir con un periodismo que per-siga fi nes desvinculados de las necesidades de regímenes constitucionales.

Para algunos, el periodismo es necesaria-mente partidario, defi ende posiciones y, por lo tanto, no puede alcanzar aspiraciones de profesionalismo sujetas a principios éticos comunes. El periodismo refl eja las divisio-nes políticas y sociales existentes. Por ende, el periodismo profesional en el molde de las profesiones clásicas es imposible y no desea-ble. No es ciencia ni es ley.

El nuevo contexto tecnológicoLas profundas transformaciones tecnoló-

gicas y los cambios en los hábitos de consu-mo/producción de información jaquean los roles tradicionales del periodismo, ya que aceleran el proceso de “desintermediación”. Permiten desbordar los cauces de la infor-mación que durante las dos últimas décadas fueron relativamente controladas por el pe-riodismo.

Por más que las nuevas tecnologías ha-gan realidad el sueño posmodernista de la relatividad del conocimiento y la plu-ralización de perspectivas, aún se requiere un periodismo que reporte hechos, que investigue al detalle, que dedique tiempo a analizar información, que sospeche del poder. En épocas en las cuales supuesta-mente “todos somos periodistas”, se re-quiere un periodismo profesional que pro-duzca información de calidad, que utilice criterios de interés público para hacer un mapa cotidiano de temas importantes. Las nuevas plataformas digitales no solo per-miten la multiplicación de la información,

sino también de la opinión, del rumor, del prejuicio. Estos desafíos reubican al perio-dismo y requieren una mayor profesiona-lización.

Es preciso repensar la profesionalización en un contexto tecnológicamente cam-biante donde el periodismo no monopo-liza ni los circuitos de la información ni la formación de opinión. Asimismo, el periodismo suele estar fracturado al calor de la polarización política y la exacerba-ción del confl icto planteado en términos de amigo/enemigo. La profesionalización, como la democracia, requiere ciertos nive-les de consenso dentro y fuera de la pren-sa. Mientras no existan consensos básicos, quizás haya que darles la razón a los escép-ticos que no avizoran el afi anzamiento del periodismo profesional.

A pesar de los esfuerzos de agrupaciones de periodistas, es difícil pensar que gran parte del periodismo acuerde prácticas comunes. Consensuar temas es quimérico, dadas las presentescircunstancias.

‘‘La riqueza de información sin fi ltro en Internet nos recuerda que el rol cotidiano del periodismo es tamizar los hechos de la realidad para convertirlos en noticia.’’

En democracias saturadas por la lógica

amigo/enemigo, sujetas al conflicto perma-

nente, sacudidas por amenazas oficiales y

la prepotencia industrial, el periodismo que

alimenta tales dinámicas es contraprodu-

cente. Agudiza conflictos y engarza con la

tendencia arraigada en la política latinoa-

mericana de ver a la prensa como mero

brazo del poder.

Se requiere, en cambio, que el periodis-

mo guarde una actitud escéptica frente al

poder, ofrezca información diversa, coteje

fuentes y voces, y ponga sobre el tapete

cuestiones urgentes, aunque no sean de in-

terés ni de los anunciantes ni de audiencias

ensimismadas con su entorno inmediato.

Evidentemente, no hay hoja de ruta clara

sobre cómo “profesionalizar” el periodismo.

La tendencia desde el Estado de sofocar al

periodismo y desde la prensa de abrazarse

al Estado, más allá de quién ocupe cargos

y de simpatías ideológicas, es antitética a la

idea del periodismo crítico.

Page 13: Anuario FOPEA 2010

24 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 25

LA CREDIBILIDAD DEL PERIODISMO Y LOS PERIODISTAS

Juicio a la calidad profesional Las pocas encuestas sobre la imagen de los periodistas argentinos revelan una buena imagen de la profesión que no se transfiere a los medios ni a los trabajadores.

Periodistas y propietarios de medios parecen coincidir en que la credi-bilidad es lo más importante en su

trabajo, suponiendo que es un atributo que se tiene de por sí, al punto de que muchos descansan en la relativa buena imagen del periodismo en la sociedad argentina para asumir que les corresponde parte de ese prestigio.

Sin embargo, los estudios de opinión se-ñalan que el beneplácito de la actividad en general no exime de un juicio crítico a las fi -guras ni a los medios en particular. Ignoran además que la reputación es el resultado de un proceso acumulativo, que lleva muchos años consolidar, pero que con un único epi-sodio, una única sospecha, puede desmo-ronarse. Eso explica por qué un periodista que gozaba del favor del público o un me-dio que fue de referencia durante muchos años pasen a ser cuestionados, desconfi ados,

abandonados por esa misma audiencia que les dio su aprobación durante años.

Las glorias pasadas suelen pesar más entre los colegas que entre la opinión pública, que puede ser impiadosa con aquel que entró en una espiral de imagen negativa (o peor, en el olvido).

Zygmunt Baumann ha explicado cuánto dura el amor eterno en estos días, y parecie-ra que el periodismo no es ajeno a la volati-lidad de los vínculos contemporáneos

Periodismo sí, periodistas no A fi nes del año 2009, Ipsos-Mora y Arau-

jo aportó a FOPEA una investigación que indagaba la imagen pública de ciertos gru-pos sociales desde 1984. La investigación

preguntaba sobre la contribución social de cada grupo. La respuesta que condensaba las opciones “mucho” y “algo” estuvo alrededor del 70% para el periodismo, con oscilacio-nes de no más de 10 puntos a lo largo de los años. Esta posición de privilegio lo acerca al pequeño grupo conformado por ganaderos, comerciantes, industriales e intelectuales y científi cos que en los últimos años estuvo al tope de la imagen con más del 80% de respuestas positivas. Cerca de ellos aparece el periodismo, y muy separados de ambos, con porcentajes inferiores al 40%, sacerdo-tes, militares, jueces, políticos, banqueros, sindicalistas.

En lo que hace a la confi anza en los me-dios, la Argentina se acerca a la media lati-noamericana.

Según el estudio de opinión pública que en 2009 realizó la ONG Latinobarómetro, radios, televisión y diarios de Argentina solo

son superados por la Iglesia en confi anza pública. Pero se diferencia en que en el con-tinente gozan de credibilidad instituciones que en la Argentina tienen un índice bajísi-mo como Fuerzas Armadas, Gobierno, ban-cos y empresas. Este desbalance muestra que el periodismo argentino tiene una máxima confi abilidad en un contexto de descrédito institucional extendido. Sin embargo, esta relativa buena imagen de la profesión no se transfi ere a los medios ni a los periodistas.

Las escasas encuestas sobre la imagen pública de los periodistas argentinos mues-tran que no existen fi guras que mantengan la consideración unánime de las audiencias a lo largo del tiempo. Las encuestas de la consultora Equis realizadas en 2002, 2005

ADRIANA AMADO

INVESTIGADORA Y DOCENTE

Investigadora y profesora concursada de

la Universidad Nacional de La Matanza y

docente de posgrado en las universidades

de Buenos Aires, Rosario y Córdoba.

De formación en Letras (UBA), cuenta

con una maestría en Comunicación

Institucional y un doctorado en Ciencias

Sociales de la Flacso. Participa como

columnista especializada en diversos

medios gráfi cos y en radio. Es consultora

en comunicación pública. Ha publicado

artículos de su especialidad en el

ámbito universitario y dirige un sitio de

intercambio académico (www.catedraa.

com.ar) y un observatorio de medios

(www.alosmedios.com.ar). Tiene editados

varios libros, los más recientes son

Periodismo de calidad (2007), Auditoría

de comunicación (2009) y Prensa y

comunicación (2010).

y 2008 muestran que las menciones se con-centran en unos pocos periodistas con visibi-lidad pública, pero que justamente por ello su inclusión en la lista varía sustancialmente de año a año. Lo único constante en las su-cesivas investigaciones es que la suma de las opciones “ninguno” y “no sabe/no contesta (NS/NC)” concentra la mayoría de respues-tas, superando siempre al primer periodista en menciones. Tratándose de una investi-gación que pregunta por personas públicas, que un tercio de las respuestas se concentren en estas opciones es de suyo elocuente.

Otra investigación de Ipsos/Mora y Araujo, de abril de 2010, confi rma esta tendencia. En la lista de periodistas que incluye ese trabajo, aun para aquellos que tienen mejor percepción entre los entrevis-tados, la imagen negativa suele ser mayor, con lo que el resultado neto con la imagen positiva queda en rojo. Lo mismo pasa en-tre diarios de referencia y radios con gran audiencia.

Pero más llamativo que el saldo neto ne-gativo es, nuevamente, el importante por-centaje de respuestas que se encuadran en NS/NC, que supera la mitad en el caso de Radio Nacional, la radio pública que tiene una presencia sostenida en todo el país des-

de hace décadas. Las audiencias, esquivas y contradictorias, parecerían decir que creen en el periodismo y en su aporte a la demo-cracia, pero también que no reconocen fi -guras, ni medios, ni programas que merez-can su credibilidad. Convive así un voto de confi anza a la profesión con un descrédito de la labor personal.

¿Libertad de prensa? No es esta la única variable que demues-

tra que el vínculo de las audiencias con los medios es, al menos, tenso. Por caso, la opinión pública percibe que la labor periodística no se desarrolla en libertad. Unos estudios realizados por la consultora CIO incluían la pregunta “¿Ud. cree que en la Argentina hay más o menos libertad de prensa que hace cinco años?”. En 2004 quienes decían que había menos represen-taban el 15%; y en 2009, 32%. En cambio quienes pensaban que había más libertad de prensa en 2004 eran el 47% frente a un 22% que lo creía en 2009. Es decir que la intensa discusión sobre el marco legal y la pluralidad del espacio público no fue re-gistrada por la opinión pública como un aumento de libertad para los medios, sino más bien lo contrario.

Calidad profesional Por otra parte, los consumi-

dores de información (esto es, los destinatarios de la labor pe-riodística) disminuyen y nadie parece asumir que eso tenga algo que ver con la calidad de lo que se les ofrece. Prefi eren pensar que es porque la gente solo quiere entretenerse. En-tonces no se les ocurre mejor idea que entretener y frivolizar la información, con el resultado de que cada vez hay menos in-teresados para noticieros y dia-rios. O peor, suponen que las nuevas tecnologías los sustraen de los medios, a pesar de que en las sociedades latinoamericanas Internet apenas si llega a un ter-cio de la población.

Ni todo el comercialismo que atacó a los medios en las últimas décadas los llevó a evaluar el pro-ducto que ofrecen a las audiencias ni pensar en atraerlas dándoles

más y mejor de lo que hacen, o sea, informa-ción producida por periodistas capacitados y reconocidos en su tarea. Por el contrario, en los noticieros aumentan los espacios de pro-moción de autos, espectáculos y políticos, y el periodismo de investigación es solamente una materia que se cursó en la facultad. Para colmo, son las fuentes ofi ciales las que marcan la agen-da y no solamente representan más del 70% de las voces citadas, sino que en una de cada cuatro oportunidades en las que aparece se le concede el privilegio del anonimato. Justamen-te en información que es, ante todo, pública.

Credibilidad Entre aquellos grupos con los que lidera

la confi abilidad social, el periodismo es el único que requiere de esa variable para de-sarrollar plenamente su tarea, el único cuya labor se concentra en generar credibilidad sobre lo que dice y hace. Con periodistas poco creíbles es difícil que la profesión pue-da legitimarse. Con periodismo de poca calidad, es poco probable que el lazo de confi anza se reestablezca. Vuelve a hacerse patente la observación del sociólogo francés Pierre Bourdieu cuando decía que se trataba de una profesión muy poderosa compuesta de individuos débiles.

Con periodistas poco creíbles, es difícil que la profesión pueda legitimarse. La opinión pública percibe que la labor periodística no se desarrolla en libertad.

Page 14: Anuario FOPEA 2010

DESTACADOSSub$idios de la política por RICARDO L. MOSSO

y ABEL ESCUDERO ZADRAYEC 30

El día después de la mineríapor HUGO MACCHIAVELLI

34

La ruta de la merluza: de la sobrepescaal negocio de los intermediarios

por RICARDO L. MOSSO y Unidad de Investigaciones de FOPEA

48

Page 15: Anuario FOPEA 2010

28 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 29

INVESTIGACIONES FOPEA 2009-2010

Una apuesta al periodismo de investigación sin fi nes de lucro

Desde hace años, en FOPEA veni-mos sosteniendo la necesidad de que en la Argentina se apueste al

periodismo de investigación. Creemos que esta práctica ayuda a elevar los estándares del periodismo en general. Y, de un tiempo a esta parte, en la Comisión Directiva empezamos a estudiar de qué manera desde nuestra org anización podíamos hacer algo al respecto. Hubo actividades, talleres y capacitaciones en la materia, pero queríamos ir más allá. La idea de crear una unidad de investigaciones propia surgió a fi nes de 2008, y durante varios meses estuvimos analizando las expe-riencias de equipos especiales en diferentes lugares del mundo que venían trabajando fuera de los medios de comunicación.

La idea de apostar al periodismo de inves-tigación se cruzaba no solo con la mejora de la calidad de la información sino también con el convencimiento del rol social que debe tener la prensa. Así, pensamos en una iniciativa de periodismo sin fi nes de lucro, apuntando a temas de alto interés para la ciudadanía que no estuviesen tan presen-tes en la agenda de los medios. Con ello, avanzaríamos hacia la visibilización de esas problemáticas, a partir de un buen ejercicio

de periodismo de investigación que utilice herramientas digitales (algo ineludible en el mundo actual) y también una vieja bandera de FOPEA: los instrumentos de acceso a la información pública.

Por eso se diseñó un plan piloto que gozó de recursos económicos (aportados en un 66% por el Knight Center Institute y un 33% por parte de FOPEA) para seis meses, con equipos periodísticos rotativos cada dos meses (un trabajo por cada uno de ellos) y cuyo resultado se brindaría en forma simultánea y gratuita a todos los medios del país. En esto también estuvo presente el rol del servicio, porque la idea era que esa información de interés ciudada-no llegue a la mayor cantidad de personas posible y que los medios puedan utilizarlo

sin ninguna limitación, a través de la pági-na web de FOPEA (www.fopea.org). Tam-bién contamos con donaciones del colega y socio de FOPEA Jim Rowe, desde los Esta-dos Unidos, mediante la Fundación Cinfo, —del periodista John Dinges—, que sir-vieron para fi nanciar parte del desarrollo multimedia.

El resultado fueron tres investigaciones nunca antes vistas en la Argentina: “Los sub$idios de la política”, acerca los recursos estatales que giran el Poder Ejecutivo y el Legislativo a fundaciones de dudoso origen; “El día después de las minas”, sobre la terrible herencia sin control que dejan los emprendi-mientos mineros cuando se van; y “La ruta de la merluza”, que aborda cómo se encarece y se sobreexplota el pescado más consumido en la Argentina. Todos fueron temas de enorme interés social que tuvieron una muy buena recepción en medios nacionales —sobre todo de las provincias— e internacionales, así como también en organizaciones periodísticas y otras especializadas en los temas en cuestión.

A su vez, el desarrollo multimedia permi-tió que se pueda reproducir en decenas de sitios webs y blogs (la Unidad de Investiga-ciones además usó las redes sociales Facebo-

ok y Twitter) y también abrió la posibilidad de colocar material para ser utilizado en los más diversos soportes (Web, televisión, ra-dio y gráfi ca), para potenciar su difusión y su acceso. Además, se destacaron los links que sirvieron para explicar cómo se hizo la investigación, los cuales pueden ser utiliza-dos como instructivos por otros periodistas, ciudadanos o, incluso, para las facultades de Periodismo en la enseñanza de la materia.

Nuestro objetivo ahora es poder conseguir fi nanciamiento para continuar este proyecto tan exitoso, que permitió demostrar cómo el buen periodismo de investigación puede tender puentes permanentes con los intereses de los ciudadanos. Y hacerlo con la indepen-dencia que caracterizó a este proyecto. Ese es nuestro sueño. Y no parece imposible.

GABRIEL MICHI

PERIODISTA YPRESIDENTE DE FOPEA

El buen periodismo de investigación puede tender puentes permanentes con los intereses de los ciudadanos.

Datos ofi ciales sobre los subsidios políticos, el “descubrimiento” de las minas abandonadas en todo

el país, los mapas interactivos sobre la ruta comercial de un pescado, el más amado por los argentinos: los logros de la Unidad de Investigaciones de FOPEA pueden ser me-didos en el terreno periodístico, por cier-to, pero solo de una manera más integral o quizá más moderna. Hay que detenerse también en el aspecto formal (haber apro-vechado las herramientas tecnológicas), en el imprescindible costado emotivo (cada investigación periodística supuso un riesgo) y, sobre todo, en el aprovechamiento del recurso humano: participaron, en total, 15 periodistas, de ocho provincias, además de unos 20 colaboradores eventuales o estables que se ocuparon, desde sostener una cámara en medio de la Patagonia, hasta diseñar la portada para el formato multimedia.

¿Pudo haber salido mejor? Sí, pero no hubiera sido tan útil, ni tan emocionante. Se admitió de entrada que estas investiga-ciones debían ser una experiencia piloto, en la que siempre se priorizó la exploración de las posibilidades, lo que supone, muchas veces, aprender sobre la marcha a hacer cosas que no habíamos hecho. La premisa fue simple: hacer periodismo, serio, responsable, de ninguna ma-nera supone que debe ser aburrido, de ninguna manera debe hacernos olvidar que el ofi cio (o la vida) es un juego (¿o está mal decirlo?).

Los trabajos fueron fi nanciados por el Knight Center Institute y FOPEA. Se pre-tendían tres investigaciones bimestrales, con algún formato digital que pudiera ser tomado por cualquier interesado. ¿Qué in-vestigaciones? ¿Qué formato? La idea, como suele ocurrir, se fue gestando sobre la cinta en movimiento. En la primera investiga-ción (Los sub$idios de la política), se prio-rizó poner a prueba una herramienta por la que FOPEA viene luchando hace años, el decreto (que algún día será ley) de acceso a la información. Se pidieron informes a ofi -cinas públicas para conocer el destino de los subsidios, y esos informes fueron el sostén informativo, la novedad, sobre el cual se hi-cieron las averiguaciones periodísticas más clásicas. ¿Quiénes eran los que manejaban esas fundaciones? ¿Existían realmente? Pero

además había que salir a la calle y fi lmar y fi lmarse, y los periodistas debían hacer cá-mara. ¿Se podría haber evitado? Sí, pero ha-bía que hacer el intento. Los límites eran los que nos impusiéramos nosotros.

En la investigación sobre las minas aban-donadas, fue aún más complejo. Primero, la elección de un enfoque original sobre un tema de interés en FOPEA suponía de por sí un riesgo. Segundo, avanzar sobre un te-rreno donde hay poca información y cuyo trabajo de campo implicaba viajar, cono-cer. Pocas o ninguna empresa periodística podrían haber hecho lo que hizo FOPEA. Periodistas de distintas provincias viajaron a minas abandonadas de todo el país, retrata-ron esa notable belleza de los paisajes desola-dos, cotejaron testimonios contradictorios o intencionados. Desde una computadora de Bahía Blanca, otra periodista pudo, gracias a un admirable conocimiento del universo informativo digital, hacer una base de datos que no existía en ningún organismo públi-co. Otra vez: se experimentó, se luchó con-tra los vientos más ruidosos de la montaña, hubo que descartar un millón de datos para poder concentrarse en los necesarios. Y por supuesto: convivir entre tantos periodistas, de tantas latitudes, desde tantas historias.

El último trabajo fue, acaso, el más ries-goso. Porque la trilogía debía ser original también en la elección de sus temas y enfo-ques. La política ya había sido puesta sobre la lupa, también los poderes económicos (de las minerías) y la ausencia del Estado. Optamos entonces por una investigación sobre una ca-dena alimenticia de mucha infl uencia en el consumo. La clave debía estar, esta vez, en la puesta en escena de la investigación. El mapa multimedia, con videos y fotos de puertos, testimonios en las distintas etapas de la cadena de valores, fueron un hallazgo. Ni hablar de la importancia, sobre todo en esta investigación, de los especialistas en multimedia.

La puesta en marcha de la Unidad de Inves-tigaciones de FOPEA fue maravillosa, excitante, compleja y divertida. También dejó mil enseñan-zas, como la necesidad de fortalecernos en algu-nos conocimientos sobre las nuevas tecnologías y la convicción de que nada de lo que se hizo ni que se hará de ahora en más puede lograrse con miedo. Hay que ser serios. Pero jugando.

La cocina de los trabajos realizados

GERARDO YOUNG

PERIODISTA

Licenciado en Ciencias de la

Comunicación en la Universidad de

Buenos Aires (UBA). Trabajó durante diez

años en la Revista Noticias. Fue miembro

fundador FOPEA. Conduce el programa

radial Diapositivas en Radio América y es

profesor de Investigación Periodística en

la Universidad de Belgrano.

Editor del Equipo de

Investigación de Clarín.

Editor de la Unidad

de Investigaciones de FOPEA

INVESTIGACIONES FOPEA 2009-2010

Page 16: Anuario FOPEA 2010

30 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 31

INVESTIGACIONES FOPEA 2009-2010

Sub$idios de la política

El Gobierno y el Congreso subsi-dian a gente que no lo necesita. El Presupuesto Nacional 2010 reser-

va $6.300 millones para que el Gobierno subsidie a entidades sin fi nes de lucro. Y los legisladores nacionales destinaron más de siete millones de pesos para ayuda social durante 2008, cifra que probablemente se haya repetido en 2009 y se repita durante el año del Bicentenario, aunque todavía no hay datos disponibles para constatarlo.

Tras hurgar dos meses en los distritos de la burocracia estatal, Unidad de

Investigaciones de FOPEA comprobó que, lejos de sus objetivos teóricos, millo-nes y millones de pesos terminan en cuentas bancarias de políticos, familiares, amigos y conocidos de estos, y de empresarios y fa-mosos. Se trata de dinero público. Pero la política no elige transparentar el manejo: hay que pedírselo, invocando el decreto 1.172/03 de acceso a la información. Y a veces no cumple. Tampoco, a quienes les llegan los subsidios les parece necesario ex-plicar en qué gastan los fondos del Estado.

En la inmoralidad de ciertos silencios, uno que calla, otorga, y otro que calla, recibe.

Gobierno: billetes a la bartolaLlamémoslo “Bartolo” por tres razones:

1) el hombre exige anonimato, 2) su abuelo quería que le pusieran “Bartolomé” y 3) re-pite el verbo “bartolear”.

—El Gobierno bartolea mucha guita en subsidios —dice Bartolo, que trabaja para el Gobierno, pero no en la primera línea. Tam-poco en la segunda: más bien, es un emplea-do poco político, un técnico sin compromiso partidario que de lunes a viernes ve pasar el dinero público por la computadora que usa en el Ministerio de Economía de la Nación.

Esperemos que “Bartolo” termine de re-volver el café (con el dedo meñique de la mano derecha separado de la cucharita) así sigue:

—Y no está mal. ¡Si en el país hay de un 10 a un 12% de pobres según mis amigos del Indec y el doble realmente...! No está mal que el Estado fi nancie a ONG que ayu-dan a los que menos tienen —dice—. El problema es cuando bartolean en favor de los que tienen mucho.

—¿Y por qué no los denunciás?—Porque no es necesariamente ilegal. Sí

es inmoral.

Dinero desaparecidoLa entrega de $6.300 millones en carác-

ter de subsidios “es una de las principales fuentes de gasto público discrecional”, una manera elegante de decir que hacen lo que quieren con esa plata, de acuerdo con un informe sobre transparencia del Centro de

Miles de millones de pesos provenientes de fondos públicos engordan cada año las cuentas bancarias de políticos, familiares, amigos y cono-cidos de estos, así como de empresarios y famosos millonarios.

la burocracia estatal, Unidad de

Investigaciones de FOPEA comprobó A

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Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec). La entidad marcó otras dos razones por las que los subsidios “son irresistibles para los polí-ticos”: 1) benefi cian a un sector específi co de la sociedad y el resto paga los costos; 2) la gente no tiene información, hecho que restringe el control social, aumentando las posibilidades de corrupción y clientelismo.

Durante tres años, el Cippec le pidió al Poder Ejecutivo datos sobre los subsidios que otorga. Y elaboró un índice de transparencia: en promedio, no se sabe adónde van a parar casi cuatro de cada diez pesos que salen.

“El escenario empeoró en los últimos dos años”, sostiene Victoria Pereyra Iraola, coautora de los informes. Es por falta de vo-luntad política: cuanta menos transparen-cia, más oportunidad de corrupción.

Invocando el decreto 1.172/03 de acce-so a la información pública, la Unidad de Investigaciones de FOPEA presentó varios pedidos en dependencias gubernamentales para conocer cuánta plata entregan, a qué instituciones y para qué.

Aun con demoras o imprecisiones, con-testaron todas menos tres: la Jefatura de Gabinete, el Ministerio de Economía y la Secretaría General de la Presidencia.

En los listados de benefi ciarios aparecen varias sorpresas. Hay amigos, ricos y famo-sos, cajas políticas, entidades poderosas, be-nefi ciarios insólitos...

Inefi cacia millonariaA la Secretaría de Programación para la

Prevención de la Drogadicción y la Lucha

contra el Narcotráfi co (Sedronar) se le da para fi nanciar una revista propia bastante cara y un par de iniciativas de un millonario.

La publicación se llama Hablemos y la edita la Fundación de las Américas, que recibió en los últimos cuatro años más de $1.600.000. Y el millonario es el conductor televisivo Marcelo Tinelli, que le pidió dine-ro al Estado para hacer dos actividades; y el Estado se lo dio.

El responsable de la Secretaría es José Ramón Granero, un ex vicegobernador de Santa Cruz que fue antikirchnerista hasta que Néstor Kirchner asumió la Presidencia en 2003.

Según la resolución 04/09 de la Audito-ría General de la Nación, el plan nacional contra las drogas que comanda la Sedronar “no se erigió en un instrumento efi caz para enfrentar el problema”.

La titular de la Fundación Jama tampoco enfrentó nuestra consulta... Cuando llama-mos por teléfono, una voz melódica y bajita nos atendió:

—Estudio, buen día.—Ah, perdón, pensé que estaba hablan-

do con la fundación...—Sí, sí, es acá.—¿La Fundación Jama?, ¿de la diputada

Carolina Moisés?—Es de la madre, Graciela Suárez.En los últimos dos años, el Ministerio de

Desarrollo Social le giró $345.300,53 a la Fundación Jama de San Pedro, Jujuy. Y la Cámara de Diputados le entregó $12.000 en 2006, $22.000 en 2007 y $10.000 en 2008.

—¿Me podría informar en qué gastaron

el dinero que les mandó el Estado?—Primero debería pedirle autorización a

Carolina.—¿No es Graciela la responsable?—Bueno, sí. La respuesta todavía no llegó. Se supone

que la diputada Moisés tuvo un cierre de mandato turbulento. Había sido una férrea crítica del proyecto de la Ley de Medios; pero acabó dando un potente discurso a fa-vor, luego de que un gesto le valiera las acu-saciones de haber vendido su voto. Sobre su madre, se desconoce si ha estado demasiado ocupada o qué.

Entidades con fi nes de lucro (político)A otras instituciones que albergan a polí-

ticos y empresarios también les llega dinero del Gobierno. Mucho dinero.

Tres casos:1) La Conferencia Permanente de Parti-

dos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal) se fundó hace 30 años como un foro de partidos “nacionales y populares”. Desde 2005 ejerce la presidencia el pero-nismo, con el ex gobernador, ex senador, ex diputado y ex ministro Antonio Cafi ero; y desde ese mismo año esta institución recibe millones de pesos.

2) El Consejo Argentino para las Rela-ciones Internacionales (CARI) estimula “el estudio y el debate de los problemas inter-nacionales”. Lo dirige el ex canciller de la Alianza, Adalberto Rodríguez Giavarini, e integran el Comité Ejecutivo, entre otros, los ex candidatos a presidente José Octavio Bordón y Roberto Lavagna. Cancillería le

RICARDO L. MOSSO

PERIODISTA

Licenciado en Ciencias

de la Comunicación y Magíster

en Periodismo.

Colaborador de la revista Viva.

ABEL ESCUDERO ZADRAYEC

PERIODISTA

Nació en Bahía Blanca en 1974. Desde

los 16 años, cuando comenzó como

cronista den la sección Deportes, trabaja

en el diario La Nueva Provincia. Desde

2005 es el editor jefe de lanueva.

com. En 2007 ganó el único cupo

latinoamericano en el Instituto Reuters

de la Universidad de Oxford (Inglaterra).

En 2008 resultó fi nalista del premio

FNPI y este año estuvo entre los 10

periodistas del mundo que participaron

en el programa del World Press Institute

(Estados Unidos). Mantiene el blog

http://yelresto.blogspot.com.

Page 17: Anuario FOPEA 2010

32 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 33

destinó al menos 2,1 millones de pesos en-tre 2006 y este año.

3) La Federación Argentina de Munici-pios (FAM) nuclea a intendentes de todo el país dedicados a “fortalecer una democracia participativa, pluralista y federal”. Le dieron más de un millón y medio de pesos en los últimos cuatro años. Y según consta en la Inspección General de Justicia, no presentó ni un solo balance obligatorio.

Las tres entidades coinciden en otra cosa: aunque están integradas por gente de la de-mocracia, ninguna explicó qué han hecho con ese dinero público. La Unidad de Investi-gaciones de FOPEA intentó aclararlo durante más de 45 días. Y sólo consiguió promesas in-cumplidas y ásperos silencios. Ningún papel de respaldo, ninguna rendición.

ONG pingüinasEl origen geográfi co de una ONG debe

de ser una gran ayuda. Lo mismo que su afi nidad con el poder. Por algo les llegaron varios miles de pesos a los clubes Bancruz y Británico, a la Mutual de Empleados Mu-nicipales y al grupo de jardinería José Cri-sante Poseiro. ¿Acaso hay algo que los una? Sí: son todos de Río Gallegos, Santa Cruz, la tierra K. Y el dinero salió de la Secretaría General de la Presidencia, casualmente una de las dependencias que no cumplió con el pedido de información que hizo la Unidad de Investigaciones de FOPEA.

El yachting, en estado vulnerableCon razón, el Ministerio de Desarrollo So-

cial es una de las principales fuentes de subsi-dios. Su resolución 2.458/04 explicita clara-mente esa razón: el dinero se destina a “sectores con alta vulnerabilidad social y población con necesidades básicas insatisfechas”.

Sin embargo, desde que la Secretaría de De-porte pasó a su órbita en 2007 parece que el tipo de destinatarios se amplió... casi hasta el extremo opuesto: ahí están los $2.260.758,75 que fueron a la Federación Argentina de Yachting o los $2.530.778,76 que le giraron a la Confederación Argentina de Hockey.

Y hablando de deportes, todos sabemos que el ex presidente Néstor Kirchner es fanático de Racing Club de Avellaneda. También sabemos que conserva cierto po-der en el gobierno de su esposa, Cristina Fernández. Por eso resulta muy curioso que este año, según los registros ofi ciales, el Ministerio de Desarrollo Social que co-manda su propia hermana, Alicia, le haya destinado cinco veces más plata a Indepen-diente que a Racing: $152.762,20 para uno y $30.759,70 para el otro. ¿Lo sabrá Néstor? ¿Se pondrá nervioso?

Congreso: fundaciones amigasLos diputados y senadores nacionales entre-

gan becas y pensiones que implican, a veces, una buena ayuda social. Pero también aquí se bartolea, que en este caso signifi ca que se en-vían fondos para “fundaciones” amigas.

La Unidad de Investigaciones de FOPEA se metió a hurgar. Y también encontró mu-chas sorpresas.

Los legisladores nacionales otorgaron, du-rante 2008, “ayuda social” por más de siete millones de pesos, exactamente $7.480.400, cifra que incluye subsidios, becas a estudian-

tes y pensiones graciables, y se compone de unos seis millones —$6.112.400— entre-gados por la Cámara de Diputados, y de $1.368.000 que donó el Senado.

Los controles son nulos, o casi nulos. Según las reglamentaciones del Congreso, a quién se le otorga el dinero y cuánto queda sujeto al criterio personal de cada legislador. El único requisito es que las organizaciones que reci-ben los subsidios estén autorizadas por el re-gistro de personas jurídicas del distrito al que pertenecen. La realidad es que muchas ONG subsidiadas no presentan a tiempo (a veces nunca) los balances que les exige la Ley.

Rehenes del dineroUn legislador nacional —que también

pidió reserva de identidad como “Barto-lo”— le reveló a la Unidad de Investigaciones de FOPEA que cuando ingresó en el Congreso, en 2005, un colega “muy conocido” de su partido le pidió que derivara el dinero que tenía disponible a su fundación. A pesar de ser “nuevo”, la fuente se negó y terminó otorgándoles las donaciones a asociaciones civiles de su provincia y de su confi anza.

El senador radical Gerardo Morales opina que los subsidios que otorga la Cámara alta implican “ayuda social, pero en un marco de mayor transparencia”; y asegura que los que él gestiona los publica en su sitio web. “Cuando denunciamos clientelismo —dice el jujeño—, nos referimos a mecanismos que mantienen como rehenes a las personas que, por no tener recursos, deben pedirlos a punteros, quienes los otorgan discrecional-mente a cambio de que esa persona quede a merced de actos o cortes de ruta”. Morales

INVESTIGACIONES FOPEA 2009-2010

le apunta a Milagro Sala, la más famosa pi-quetera jujeña.

Subsidios en listas sábanasLa Cámara de Diputados presenta en su

sitio de Internet la razón social de los recepto-res de los subsidios en una sola “lista sábana”, pero oculta el nombre de los diputados que otorgan el dinero. Y los datos más recientes disponibles son de 2008. Este año, cada uno de los 257 diputados contó con un máximo de $22.000 para subsidios, $13.000 para be-cas y $3.000 para pensiones.

El Senado es un poco más transparen-te. En la página cuelga información de los montos, destinatarios y otorgantes de la ayuda económica, entre 2004 y 2009. Es un avance que incorporó tiempo después de la crisis de 2001. Pero no por eso deja de es-conder sorpresas.

El senador por Misiones, Luis Alberto Viana, se las habría arreglado para cubrir gastos de la Fundación Misiones 2016, que él mismo creó y que es parte de su armado político en su provincia. Y eso habría sido por medio de una maniobra: entre 2006 y 2009, le otorgó $70.000 a dos ONG que —tal como confi rmaron varias fuentes— son la misma con distinto nombre: Instituto de Género y Desarrollo Humano (conocido por su sigla, IGEDHU) e Instituto de Gé-nero y Desarrollo Humano, un Lugar en el Mundo. Viana no es integrante de esas en-tidades, pero su directora, Silvana Martínez —reconocida en Misiones por su trabajo sobre violencia contra la mujer—, dicta los cursos que Misiones 2016 organiza para fu-turos “cuadros políticos”. Así, el círculo del

autofi nanciamiento se cierra.Y hay más. La Fundación Misiones 2016

—según comprobó FOPEA— funciona en las mismas ofi cinas en las que Viana realiza sus actividades políticas en Posadas. “El senador no me dio ninguna respuesta y ahora viaja al exterior por 20 días”, fue todo lo que explicó su secretaria luego de varios llamados. Oscar Benini, codirector del semanario El Parla-mentario, asegura: “Me consta que han orga-nizado fundaciones y ONG justamente para las campañas. Y habría que estudiar cuántas se crean para las épocas de elecciones”. Corrupción naturalizada

La senadora por Córdoba Norma Moran-dini (Frente Cívico) asegura que “el error es creer que alcanza con la Ley” para evitar el mal uso de los fondos del Congreso. Y agre-ga: “Nosotros tenemos leyes muy progre-sistas, pero falta que haya un control social para que el deber ser esté incorporado. No como pasa ahora, que tenemos naturaliza-das cosas que son antidemocráticas, que son corruptas”. En el caso de la entrega de sub-sidios, refl exiona Morandini, hace falta sufi -ciente transparencia para “quitar la sospecha de que las ONG son una cáscara para tomar este dinero del Estado”.

Existen organizaciones sociales, religiosas o deportivas que reciben fondos del Con-greso y a la vez realizan acciones de verda-dero bien público. Pero en todas las listas de benefi ciarios revisadas por la Unidad de In-vestigaciones de FOPEA existen receptores con perfi l mucho más bajo que se dedican a tareas netamente políticas. Un caso es la Fundación Leandro N. Alem, la “ONG ofi -

cial” de la Unión Cívica Radical, que durante 2008 recibió $92.000, en 23 pagos de $4.000 cada uno. Esto quiere decir que todos menos uno de los integrantes del bloque radical en la Cámara baja dirigieron ese año, disciplinada-mente, parte del dinero que tenían disponible a esa organización del partido.

“Nuestro argumento —defi ne María Ba-rón, directora ejecutiva de la ONG Directo-rio Legislativo— es que si en el Parlamento no hubiera algún tipo de giro de fondos a lugares indebidos, ¿cuál sería el problema de que esa información se publicara?”, y luego arremete: “Y si ese dinero fue adonde no de-bería haber ido, ¿por qué el Congreso de la Nación como institución tiene que hacerse cargo de esa ilegalidad? ¡Protejamos al Esta-do y no a esa persona!”.

Solidaridad argentina a juicioOtro senador con “entidad propia” es

Juan Carlos Romero (Salta, Frente para la Victoria), quien a través de su vocero aseguró que sólo dona a la Fundación Ro-berto Romero (bautizada así por un tío) de su propia dieta y no de la Tesorería del Senado. En 2007, Romero fue investigado judicialmente por el ingreso de dinero a la Fundación Argentina Solidaria (creada por su esposa, Lucía Marcuzzi de Romero), que según el entonces fi scal nacional de Investi-gaciones Administrativas, Manuel Garrido, le habría servido de pantalla para fi nanciar la campaña electoral nacional de 2003, en la fórmula que compartió con Carlos Me-nem. Para felicidad de “Bartolo”, la Justicia pudo, esa vez, golpear una puerta. Pero si-gue siendo poco.

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INVESTIGACIONES FOPEA 2009-2010

El día después de la minería

HUGO MACCHIAVELLI

PERIODISTA

La imagen de la depredación y el abandono se repite en las ruinas de cinco minas de San Juan, Río Negro, Chubut, La Rioja y Catamarca. El saqueo se extiende a otras 70 abandonadas sin reparar y fuera del control estatal. Reflejo de la minería vaciada de la Argentina.

Hay olor a almendras amargas. Un olor que se recuerda en la novela de García Márquez, El amor en los

tiempos del cólera, cuando “el refugiado Jere-miah de Saint-Amour (...) se había puesto a salvo de los tormentos de la memoria con un sahumerio de cianuro de oro”.

Una relación extraña se da con el cianuro que se pega al oro. Desde los tiempos sin memoria, se usa el cianuro para extraer el oro. Arrancarlo de la piedra. Lixiviarlo. Ve-nerarlo a más de mil cien dólares la onza, un valor sin precedentes.

Hay olor a almendras amargas, sobre todo, cuando sopla el viento Zonda y vuela el polvo y algunos otros desechos que dejó la minería abandonada en San Juan. Tierra de Francisco de Laprida y del autor de la frase “las ideas no se matan”, Domingo Faustino Sarmiento.

No se matan las ideas pero “muere gente por la minería en San Juan”, dice Oscar Zia-de, físico químico e investigador, que reco-rrió buena parte del mundo estudiando los efectos del día después de la minería.

El olor aumenta en la autopista, la que separa la capital del resto, la que te arroja en pocos minutos sobre las fi ncas de una de las mejores uvas del país —superiores a las mendocinas, dicen—; sauces de un lado, piedra viva y minerales del otro. Yendo ha-cia el Sur, los caminos son una enseñanza perfecta para los puntos de vista. Más tarde, el desierto.

Riguroso, desierto y abandonado“Es tedioso el desierto sanjuanino, tanto

como el de Atacama, en Chile, o incluso el del Sahara, en África”, dice Carlos Gonzá-lez, que me acompaña en la recorrida hasta la mina abandonada de Marayes, a unos 150 kilómetros de la capital sanjuanina. “Acá el sol te mata”, acota.

“Te mata pero también da vida”, pienso, mientras pasamos por el pueblo de La Di-funta Correa, la madre que murió acosada

por ese sol pero que igualmente siguió ama-mantando a sus hijos hasta que fueron res-catados. Aguantaron las noches frías, gracias a los días de sol.

El olor a almendras es más fuerte y, en-seguida, las ruinas del pueblo abandonado alrededor de la mina empiezan a asomarse entre pequeños cerros donde rebota el sol, que hace olas de calor, y de repente aparecen las casas, todas juntas, que se ven desde la ruta como si dijeran “acá estamos”.

Parece que explotó una bomba: casas de piedra destruidas, sin techo, envejecidas, abandonadas por el tiempo. Son el despojo de una mina. Los residuos del oro. Sus con-tradicciones. Y consecuencias.

Es como en las películas hollywoodenses que muestran esos pueblos utilizados para pruebas nucleares. Acá no. Acá lo utilizaron para sacar el oro, la plata y, después, a la gente. Había unos 6.000 habitantes y unas 1.500 familias. Ahora quedan 35.

Había una escuela, un hospital, una esta-ción de tren ahora tapada por el pasto y un

cartel que dice “Marayes”. Paradójicamente, pintado en letras color oro —del ferrocarril San Martín—, que instalaron los mismos ingleses que explotaban la mina hace más de 30 años. Todos vivieron y murieron (o se esfumaron) con la mina.

De repente, aparecen una mujer mayor que se hamaca en una silla vieja y una niña girando alrededor. La niña canta y salta pero no se escucha lo que dice. ¿Cómo hacen para vivir allí? Tal vez no quieran dejar el pueblo o su casa. O no quieran desprender-se de su historia.

Igual a nadaNada cambió en Marayes en los últimos

años. El frente era azul y ahora está celes-te, pero igual. Igual que la familia Herrera, que vive allí desde siempre, entre “restos de cianuro, arsénico, mercurio” y un almacén de provisiones para viajeros en muchos ki-lómetros de nada. Los hijos de los Herrera no van a la escuela “porque está muy lejos” y

porque no lo consideran necesario para vivir en Marayes, donde cada día se repite: “Nos levantamos, vamos a buscar agua, regamos la tierra, les damos de comer a los anima-les” —unas cuantas cabras fl acas— y des-pués duermen la siesta “para no terminar cocinados por el sol”. Más tarde cuentan las provisiones del almacén y llaman, por el único teléfono que tienen —está en la escuela—, a sus proveedores que vienen una vez por semana.

Tal vez no se viva tan mal en el pueblo fantasma de Marayes. Los Herrera tienen

huellas de sol, pero están curtidos (sin pro-tector). Oscar y Silvina están fl acos, y sus hi-jos, Lucía y Joaquín, ya pegaron el estirón.

Todos los Herrera utilizan pocas palabras para comunicarse, como si hicieran econo-mía hasta con el lenguaje. A Lucía, dice, le gustaría estudiar, pero papá Herrera aclara que es muy difícil estando allí, “porque hay que caminar muchos kilómetros para en-contrar una escuela”.

En Alemania no se consigueEn eso aparece una pareja de ciclistas ale-

manes —sacados de otra escena— buscan-do “algo de comida y un lugar donde acam-par”. Los alemanes llevan recorridos “en tres meses 5.578 kilómetros” de tierra argentina, en bicicleta y con una carpa y una mochi-la cada uno. Parecen grandes, pero menos de los 63 años que dicen tener ambos. En tres meses volverán a sus casas y cuentan que en Alemania está prohibida la minería y que hace poco hubo un debate para insta-

lar un teleférico en la montaña y no lo per-mitieron. Dicen que hasta en Croacia hubo un problema por una minera que no reparó el daño causado. Pero estamos en la Argenti-na. Y en San Juan.

El país a la mitadLa provincia cuyana

divide a la Argentina más pobre (la del Nor-te) de la más rica. Es la única que contiene un proyecto nacional que lleva 40 años (desde el gobierno de Illia) y

que termina este 2010: está en Leoncito, donde alguna vez aterrizó el Tango 01 y que tiene el cielo más limpio del hemisferio, donde los científi cos de la Universidad de Yale estudian el cielo y sus astros.

Más terrenal es la foto repetida del día después de la minería. Una foto de dos caras. En una es difícil encontrar algo que esté a la altura de tanta belleza en medio del desierto. La ruta que parte al medio esa ari-dez entre la Cordillera y los badenes. Esas cumbres brillan y confi guran rostros con un sol solitario. Las montañas con sus colores,

gigantes de piedra que ayer, hoy y siempre (¿?) esconden el oro que buscaron los incas (unos de los primeros en venerarlo) y gran parte de las civilizaciones pasadas.

Las minas abiertas de América LatinaDesde el Alto Perú, pasando por Poto-

sí en Bolivia, la búsqueda del oro tiene su historia. E incluye un debate en la Prime-ra Junta, en 1811, en la cual se establecen los primeros acuerdos para la explotación minera en la Argentina. Sarmiento ofreció 25.000 pesos ley al que encontrara un ya-cimiento de minerales en nuestro país. Pero el primer Código Minero es de 1886, la ley 1919, en el gobierno de Julio Argentino Roca. La ley llega no solo por la cuestión de la explotación y los derechos, sino también por el trabajo esclavo que incluía.

Otro presidente preocupado por la mi-nería fue Juan Domingo Perón. Nacionali-zó la industria a través del decreto 40 y lo dejó establecido en la Constitución del 49, donde decía “que los minerales extraídos en territorio nacional son propiedad impres-criptible del Estado argentino”. Perón creó la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) que explota las minas de uranio en el país. Hasta ese momento las explota-ciones mineras eran especialmente de mica y plomo. Y, por supuesto, oro. Estaban en Malargüe, Mendoza; Jachal, San Juan; Abra Pampa en Jujuy y Chilecito en La Rioja. Más tarde, Eugenio Aramburu, el 1º de mayo del 56, derogaría el decreto de Pe-rón. En 1980 hubo una serie de reformas “al estilo napoleónico” con una ley sobre la minería de fomento para establecer normas sobre el derecho de propiedad y explota-ción. También se determinan las regalías hacia las provincias (con topes máximos y mínimos) y la formación de la Policía Mi-nera para controlar que las empresas no se vayan luego de su explotación.

El plano escondidoEn el otro plano aparecen las montañas,

mucho más vulnerables a la dinamita que al pico y la pala de otro tiempo. Los cerros temen, como Superman a la criptonita, ser desconados, desollados, descabezados para que suelten el oro que esa cordillera escondió al salir del fondo del mar. Una vez explota-das las montañas ya no son sino gradas mul-ticolores, tribunas que rodean un anfi teatro

HUGO MACCHIAVELLI

PERIODISTA

Profesor y licenciado en Ciencias de

la Comunicación en la Universidad de

Buenos Aires (UBA) y de la Maestría

en Periodismo de Investigación en la

Universidad del Salvador (USAL). Cronista

y productor periodístico del programa

GPS, para saber dónde estás parado (de

América TV). Escribe para el portal y la

revista 24CON. Colabora en el programa

Calles Salvajes (de América TV).

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36 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 37

como una olla natural donde se buscará el mineral tan deseado y que se logra por una cadena de explosiones y un posterior proce-so de decantación o lixiviación con cianuro, agua y, más tarde, mercurio.

Esta foto de la depredación y el abando-no de las minas que no están se repite en Marayes y en La Rinconada (San Juan); en Gonzalito (Río Negro); en Los Adobes (Chubut); en Los Colorados (La Rioja) y en La Alumbrera (Catamarca). Las cinco las recorrió la Unidad de Investigaciones de FO-PEA. Y la imagen de las ruinas, el saqueo y el abandono es una postal a modo de con-clusión, que surge de esta investigación que recopiló al menos 75 minas abandonadas sin reparar. Algo que ni siquiera el Estado tiene registrado (y mucho menos restaura), tal como surge del pedido de información basado en el decreto 1172 a la Secretaría de Energía de la Nación. Y así, a la vez, surgió el inédito “Mapa de minas abandonadas de la Argentina” que forma parte de este trabajo.

Ayer y hoyNos preguntamos si pasará lo mismo con

las explotaciones mineras de hoy.“Lo peor de la minería ocurre cuando

termina la explotación, cuando se van del lugar”, le dijo Pino Solanas a FOPEA. Para el conocido cineasta y político, “la minería solo trae muerte”. Sin embargo, en la otra orilla están los que piensan que una minería responsable es necesaria y posible “para todo lo que usan”. Como para el abogado Mario Valls, quien hace 30 años, desde Perón hasta hoy, trabaja en derecho minero. “La minería es necesaria para casi todo. El problema es que nadie cumple la Ley. Ni el Estado, ni las empresas. Y las empresas se van y dejan todo destruido.”

¿Y los encuentran? Generalmente, no. Desaparecen. Y dejan un clavo. El mismo clavo oxidado y carcomido en el suelo mul-ticolor de Marayes. Parece pintoresco pero está contaminado.

Cuesta respirar dentro de la planta aban-donada. Es insoportable el olor. Los labios y la boca se empiezan a secar y eso indica que está cerca el centro de la explotación, un sitio típico y simbólico de la minería vaciada de la Argentina, que suele repetirse siempre en tres planos: el pueblo abando-nado (donde viven los Herrera y un par de familias más), el pozo de la mina que está en

la montaña (que aquí dejaron los topos de la Corona británica) y la planta de extracción y tratamiento de los metales, donde las rui-nas y los desechos son la más clara postal del día después de la minería nacional.

Las otras montañasHay montañas de restos de mercurio (que

es lo que deja el cianuro cuando se despren-de el oro y se rocía con cinc), arsénico y vaya a saber qué otros residuos contaminan-tes. Todo eso en medio de paredes rotas y esqueletos de hierros oxidados del proceso de extracción de oro y plata, y estragos no remediados.

Pero el desierto es tan riguroso como le-jano y a nadie parece importarle demasia-do este pasivo ambiental. “No restauramos porque vive poca gente”, reconoció Aníbal Núñez, del Programa de Restauración de la Minería de la CNEA, refi riéndose a las mi-nas de uranio no restauradas aún.

Ahora aparece una procesión de cabras que pasean por las ruinas de la mina cual parque de diversiones. “Yo no dejo a mis cabras llegar hasta acá, porque cuando llue-ve y toman el agua aparecen muertas”, dice Oscar Herrera, parado sobre una pila de es-coria roja. A su lado, se descubre un pozo con varios tonos de amarillo: ¿Qué es eso? “Ahí puede haber de todo…, cianuro, ácido sulfúrico”, dice González.

Pica picaFuera de la planta se ve a unos chicos ju-

gando entre pilas de desechos químicos que parecen pirámides históricas sin ornamentos.

Los chicos van con su papá, que los lleva hasta una de las casitas abandonadas. Todos corren entre la tierra seca y algunas cabras fl acas: “Acá no tenemos agua. Mire, mire”, dice Cintia Britos como pidiendo auxilio, y abre una canilla que no es de utilería. “A veces nos traen agua en estos tanques pero ahora se nos acabó. Necesitamos un motor que nos traiga el agua porque así no po-demos vivir”. Los chicos se le cuelgan a la mamá y ella levanta al que más grita: “Ellos suelen enfermarse de los bronquios (...) yo estuve con neumónia (sic) y ellos se enfer-man siempre y no sé por qué”. El abuelo, desconfi ado, al fi nal habla: “Mire cómo tengo la piel (…), me dicen que es alergia y me mandan a casa”. Pero ¿qué le responden cuando usted les dice que vive frente a una

mina abandonada? “Me dan una crema y me mandan para casa.”

Lo único que abunda en Marayes son chi-cos y perros. Todos están fl acos. Los Britos viven, como la mayoría de la gente, en casas de abobe (de barro multicolor) con techos de paja. Cintia dice que produce harina con el fruto de algunos algarrobos anémicos en los alrededores y come de la carne que sacan de aquellas cabras que paseaban por la plan-ta. Tose Cintia —entretanto cuenta que su padre murió en la mina—, mientras sus cin-co hijos siguen corriendo alrededor de ella.

No hay muchos estudios ni estadísticas de enfermos por la minería abandonada en San Juan, pero los casos saltan a la vista.

¿Seguro?Para Alfredo Avelín, médico y ex goberna-

dor de San Juan, “las minas hicieron aumentar los problemas en la piel, los cánceres y hasta los abortos por la contaminación del agua”.

En las antípodas de Avelín, el actual gober-nador, José Luis Gioja, defi ende la minería sanjuanina y, en particular, a la empresa ca-nadiense Barrick que explota Veladero desde 2005 (y tiene concesión hasta 2025) y está trabajando en el proyecto multinacional más grande de Latinoamérica: Pascua Lama.

Uno de los mayores cuestionamientos a la empresa es la falta de un seguro minero, tal como exige el Código de Minería y que el propio senador César Gioja reconoció que Barrick no tiene.

Gonzalito, Río Negro: en la dulce esperaSe ve igual, parece Marayes en San Juan,

pero es Gonzalito en Río Negro. Hasta ahí también llegó la Unidad de Investigaciones de FOPEA, para sacar casi la misma foto. Y ver las ruinas y la falta de remediación. Ese reservorio, de 9 hectáreas de extensión divi-didas en tres montículos, está en permanen-

INVESTIGACIONES FOPEA 2009-2010

te contacto con la ría de mar que baña las costas de la lo-calidad, y los minerales que contiene se dispersan por el casco urbano, arrastrados por el viento del Oeste que predomina en la Patagonia. Esta situación ocurre desde que la desaparecida empre-sa minera Geotécnica S.A. explotara en Mina Gonza-lito —a algo más de 100 kilómetros al sudoeste de San Antonio Oeste— un yacimiento de plomo, plata, vanadio, cinc y otros meta-les que eran fundidos en una planta situada en la localidad portuaria, hasta la cual se transportaban los materiales extraídos (ver recuadro “Río Negro: Mina Gonzalito”).

Los Adobes, Chubut: los distintosYendo hacia el Sur, cambia la geografía

en el centro de la Patagonia, pero la foto de la mina abandonada de Los Adobes se parece a la de Marayes y a la de Gonzalito, En cuestiones de remediación, es una excep-ción. En Los Adobes, los informes técnicos ofi ciales basados en monitoreos que orga-nismos especializados realizan desde hace décadas para analizar la presencia minerales en el agua del río Chubut y en los pozos de agua, y también los niveles de radón, un gas radioactivo relacionado con el uranio, aseguran que la actividad no tuvo conse-cuencias perjudiciales para el ambiente (ver recuadro “Chubut: la excepción”).

Mendoza no está pintadaVolvemos a Cuyo. San Rafael corre entre

sus ríos, riscos y montañas que cuentan una geografía única. Una tierra generosa que tie-ne su contracara ni bien uno recorre el cen-tro de la ciudad, cuando surge la incómoda pregunta por la mina de Sierra Pintada. San Rafael también tiene su pasivo ambiental, paradójicamente, en (una) Sierra Pintada. Allí las montañas de cianuro amarillo están al aire libre en un proyecto sin concluir.

“En Sierra Pintada desviaron el arroyo El Tigre, porque debajo se encontraban los yacimientos de uranio. Los técnicos de la CNEA me dijeron que le hicieron un by-pass al arroyo. ¿Qué es hacer un by-pass? Desviar-lo a través de un cerro y hacerlo volver a su

cauce, porque ahí tenían que sacar el uranio. El arroyo El Tigre le da agua, le da vida al río Diamante, y del río Diamante vive todo San Rafael. Por eso el pueblo se puso de pie. Formaron una multisectorial, se moviliza-ron y de ahí salió la Ley 7722 que prohíbe hoy el uso de compuestos tóxicos, como el cianuro, el ácido sulfúrico y otros”, le dijo a FOPEA el periodista y escritor Javier Ro-dríguez Pardo.

Para Carlos Difonso, intendente de San Carlos en Mendoza y autor del proyecto de Ley 7722, consultado por FOPEA, “en Sie-rra Pintada se dejó un pasivo muy impor-tante, que todavía no se ha remediado”. “Si bien tengo entendido que se han afectado partidas presupuestarias específi cas, no ha llegado nunca la remediación a Mendoza, y es una preocupación latente de todos los vecinos”, agregó.

Los Colorados, La Rioja: en verdeLa cuestión de la remediación de las

minas abandonadas de uranio alcanza a la mina Los Colorados, en la tierra del caudi-llo Facundo Quiroga, que se oponía a Sar-miento en el tema minería hace 140 años. Y siguiendo el modelo de Mendoza se opo-nen a la actual minería aunque en la vieja y abandonada mina de uranio en Los colo-rados esté, según dicen en la CNEA, “todo bajo control”.

El foco principal de la atención de las Asambleas Ciudadanas por la Vida de La Rioja se organizó contra las exploraciones y posibles explotaciones de oro y otros mine-rales a cielo abierto con uso de sustancias contaminantes, como el cianuro; y contra las exploraciones de uranio, en las que in-

tentan construir acuer-dos básicos.

Llegamos al lugar in-dicado, en el momento justo.

Cuando se trata de ura-nio, la CNEA, además de explotar las minas, es la responsable de su re-mediación. Sin embargo, todo está por resolverse en Chubut, Mendoza y La Rioja (donde en ma-yor o menor grado las minas no fueron reme-diadas). Por esto FOPEA

entrevistó, primero, al gerente de Relacio-nes Institucionales de la CNEA, Gabriel Barceló. Y luego a Aníbal Núñez, que está a cargo de la coordinación del Programa de restauración de las minas de la CNEA.

—¡Acá tengo el Boletín Ofi cial! —dijo exultante Núñez al asegurar que minutos antes de la entrevista le habían otorgado ofi cialmente los 30 millones de dólares para restaurar y remediar las siete minas abandonadas de uranio que dependen de la CNEA.

—Pero el Proyecto de Restitución Am-biental de la Minería del Uranio que se creó hace 14 años, ¿qué hizo hasta ahora?

—Bueno, estamos controlando las minas (…) pero hemos trabajado especialmente la remediación de la mina de Malargüe. ¿Quiere visitarla? Quedó hermoso el lugar —dice Núñez.

—De nuestra recorrida —le dijimos— surge que en San Rafael, Chubut y La Rioja las minas abandonadas no fueron remedia-das como corresponde.

—Bueno, en San Rafael el proyecto está parado y a resolverse (…), en el resto ha-cemos controles y no detectamos contami-nación (…), además vive poca gente ahí (sic)..

Así es: poca gente.—¿La CNEA necesitó del Banco Mun-

dial para llevar adelante su trabajo?—No, pero hicimos lo que pudimos con

nuestro presupuesto.—Ahora que llegó el crédito, ¿en cuánto

tiempo van a remediar las minas?—En siete u ocho años, máximo.Creer o reventar.En el Proyecto de Restitución Ambien-

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38 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 39

tal de la Minería del Uranio aseguran que habrá solución pero solo en las siete minas de uranio, sobre un total de 75 explotacio-nes mineras de otros metales que registró la Unidad de Investigaciones de FOPEA en todo el país.

Y la responsabilidad del Estado sobre las minas no termina ahí. Más bien, ahí empie-

za, ya que es la Secretaría de Minería la res-ponsable de remediar las más de 60 minas explotadas y abandonadas.

Alumbrera, Catamarca: la pruebaEl día después de la actual minería ya

empieza a mostrarse y La Alumbrera, en Catamarca, es la prueba. Ya hay denuncias de fi ltración de los desechos químicos en el dique de cola. Pero la empresa explotadora se justifi ca y asegura que cuenta con un plan de cierre para morigerar todo impacto am-biental y con las reservas económicas para afrontarlo. El Gobierno provincial declama control sobre la situación, pero la preocu-pación por “el día después” quita el sueño a mucha gente (ver recuadro “Catamarca: Alumbrera 2017: ¿y después?”).

La Rinconada, San Juan: al tachoVolvemos a San Juan, hasta la mina aban-

donada de La Rinconada. Está más cerca de la ciudad y es más chica que Marayes. Sin embargo, si uno la busca en el Google Ear-th, se ven los diques de cola de La Rinco-nada, mientras que Marayes aparece como tapada por extrañas ramas: “Eso es porque allí hay oro y no quieren que se sepa”, dice

el suspicaz González. Ahí nomás, pasando las fi ncas, se puede reconocer que uno va llegando a la mina por los grandes tachos que hay en la puerta de cada casa. Algunas casas tienen uno, las más ambiciosas dos y hasta tres. Todos están en la puerta expec-tantes, esperando al camión de la Munici-palidad que llegue con el agua potable.

La provincia de San Juan se alimenta espe-cialmente de dos ríos: el San Juan y el Jachal, y también por el agua subterránea que per-mite el riego artifi cial de los campos de ce-bolla, olivos, viñedos y otros cultivos de los deshielos que provie-nen de los glaciares. “Nos quieren tomar de tontos. Nos dicen que van a correr los glaciares para permitir la explotación minera (…) como si le pudié-ramos poner rueditas a

los glaciares”, dice enojado Pino Solanas al referirse al controvertido veto de la ley que prohibía la explotación minera en donde están los glaciares.

Pero nuestra investigación está relacio-nada con las minas abandonadas, las que se explotaron hace 10, 20 o 30 años. Y

para el ingeniero químico Juan José Ra-mos, el problema es que “por la minería se está perdiendo la poca agua que tenemos en la agricultura”. “Pero lo peor es que ya tenemos algunas muestras de ríos conta-minados por la vieja actividad minera que, además, deja zonas muertas, desérticas”, agrega.

¿Y el agua?Cruzamos un puente. Abajo debía cruzar

un río que ya no está. Más adelante aparecen más casitas, más deterioradas, y la foto es la misma, chicos corriendo en la tierra seca, multicolor, llena de desechos de la mina

que se ven mejor más arriba, en la monta-ña. Vuelve el olor a almendras amargas. Los vecinos no toman el agua. Antes le ponían lavandina, pero ya no. Ahora esperan que el municipio les arrime agua potable.

Verónica tiene 31 años y seis hijos. Como casi todos los habitantes de alrededor de las minas abandonadas, su esposo sale a traba-jar a las fi ncas y no vuelve en semanas. Ella vive comiendo gallinas que cría en la casa de adobe y piso de tierra, donde ahora cami-nan sus hijos, descalzos.

—¿Son tus hijos? —Sí.—¿Cuánto hace que vivís acá? —Siete años. Me vine cuando estaba

embarazada de Joel. No tenía donde vivir y terminé acá (…) Pero Joel tiene hemofi -lia (enfermedad que produce trastornos en la coagulación de la sangre) y tengo miedo porque a veces no puedo darle el remedio que necesita. Porque es muy caro.

Lo que dice es esto: si Joel, hemofílico, se corta, entonces puede desangrarse.

La tarde se pierde con el sol detrás de la montaña, y recorriendo los restos de la mina que muchos conocieron como “La Cormina” en La Rinconada, lo primero que asombra es una gran montaña color verde. Se nota que no es natural, sino restos de de-sechos químicos con olor a podrido.

González, el anfi trión de la Unidad de Investigaciones de FOPEA, dice que el Go-bierno de San Juan intentó remediar esta

mina y para eso plantó algunos algarrobos que ya se secaron. Las ruinas, demasiado similares a la de Marayes, Gonzalito, Los Adobes, Sierra Pintada, Los Colorados, cuentan la desolación y el olvido. Volvemos a Verónica, la mamá de Joel.

—¿Tenés esperanza de vivir en un lugar mejor?—La esperanza es lo último que se pierde.

Pero pienso en cada día.Llega la noche a San Juan. Hoy Verónica

está preocupada porque no sabe qué van a co-mer y por el medicamento que necesita Joel.

Lo más probable es que lo peor del día después de la minería no sea la falta de con-trol, sino el olvido.

Las minas hicieron aumentar los problemas de piel, los cánceres y hasta los abortos por la contaminación del agua.

INVESTIGACIONES FOPEA 2009-2010

Donde había una montaña con buena dosis de oro y cobre

habrá una olla gigante, de unos 4 kilómetros por 2,5 kilóme-

tros, y una profundidad que superará los 450 metros. Y don-

de existía una depresión natural del terreno, que fue donde se instaló

el dique de colas, quedarán todos los desechos mineros enterrados

bajo una “capa inerte” de material de mina, bajo la promesa de unos

y el ruego de otros de que ese líquido no filtrará

aguas abajo, contaminando el río Vis Vis y, de esa

forma, a sus afluentes.

Ese será el paisaje que quedará tras el cierre defi-

nitivo del yacimiento de Bajo La Alumbrera, ubica-

do en el oeste de la provincia de Catamarca, que

está previsto para 2017. Para entonces, se habrán

extraído del yacimiento —según datos de la em-

presa— 10.450.000 toneladas de concentrado

de oro, cobre y plata, a razón de 550.000 toneladas anuales si se toma

como punto de partida febrero de 1998, cuando arrancó la explotación

comercial, aunque ya un año antes la mina estaba operativa.

La compañía obtuvo otros permisos de concesión minera y está exploran-

do zonas aledañas al yacimiento en procura de sumar vida útil a la opera-

ción, sin embargo, hoy por hoy, el cierre de Alumbrera sería en 2017.

La preocupación de todos es qué pasará el día después.

“La rehabilitación del dique de colas y de las escombreras de estériles

—dice Jorge Montaldi, gerente de Relaciones Institucionales de Minera

Alumbrera— son los dos componentes principales y de mayor sensibi-

lidad del plan de cierre de mina”.

¿Cómo se rehabilitarán esos pasivos ambientales adonde van a parar

los desechos —muchos de ellos tóxicos— del emprendimiento? Sim-

plemente se los cubrirá con “una capa inerte de material minero” de un

metro de altura y luego se reforestará esa cobertura con plantas autóc-

tonas.

Montaldi asegura que eso será suficiente para evitar el drenaje ácido

de roca que se produce cuando el agua entra en contacto con los

desechos sulfurosos del mineral.

Aunque esa es la tarea de cierre de mina que arrojan los modelos

matemáticos de simulación que utiliza la empresa, hay otros especialis-

tas que aseguran que el cierre de mina dejará severas consecuencias

ambientales no solo para Catamarca, sino también para provincias ve-

cinas, como Tucumán y Santiago del Estero.

¿Bienestar de los catamarqueños?Eduardo Pastoriza fue diputado nacional por Catamarca hasta diciembre

de 2009 y director de la empresa estatal Yacimientos Mineros Aguas de

Dionisio (YMAD), dueña del yacimiento, cuando se realizó el estudio de

prefactibilidad para la puesta en marcha del proyecto Bajo La Alumbrera.

El plan original (y nacional) de explotación de Alumbrera planteaba, entre

otras cosas, que todos los minerales que se extrajeran del yacimiento

fueran procesados en Andalgalá, la ciudad más cercana a la mina, a par-

tir de la instalación de una planta de fundición, una

planta para procesar el azufre y transformarlo en

ácido sulfúrico, una planta de peletización de hierro

y una refinería, entre otras instalaciones industria-

les que darían gran dinamismo a la zona. Nada de

eso pasó porque el contrato de unión transitoria de

empresas celebrado entre la estatal YMAD y Mine-

ra Alumbrera Ltd. (la operadora) desestimó todas

aquellas previsiones. Y habilitó que la operadora

se lleve el material —prácticamente en crudo— al exterior.

“Cuando se hizo el proyecto de prefactibilidad original, lo primero que

se analizó fue cómo se iba a eliminar la contaminación ambiental. Los

expertos propusieron la forma de eliminar el azufre: haciendo una plan-

ta de tratamiento para eliminarlo y transformarlo en un elemento in-

dustrial, ácido sulfúrico. Si bien ese elemento que se iba a sacar no

generaba mucha riqueza, era imprescindible para evitar la contamina-

ción. Prácticamente lo íbamos a regalar por costo”, explica Pastoriza.

Y a continuación, lamenta: “Ese era el proyecto nacional, pero como a

la empresa no le importa el bienestar ni los intereses de los catamar-

queños, a esa planta no se la hizo, y el azufre, en lugar de rescatarlo,

tomarlo y separarlo, se lo tira al dique de colas para que después ese

dique filtre y se vaya a todos los ríos de Catamarca”.

El yacimiento La Alumbrera contiene mucho material pirítico, combi-

nación de azufre y metales, tales como hierro y cobre en forma de

sulfuros. Estos minerales, una vez extraídos del yacimiento y expuestos

al aire y al agua, sufren un cambio químico muy importante, que genera

soluciones ácidas.

De ahí la obligación de la empresa de preservar esos desechos sul-

furosos para evitar que, en contacto con el aire y el agua, afecten los

parámetros químicos del agua o bien se conviertan en lluvia ácida y

afecten luego, al precipitarse, las tierras donde caen.

El temor es que, en realidad, eso ya esté pasando. Al menos así surge

de denuncias públicas y judiciales realizadas por personas que asegu-

ran haber sido afectadas por el emprendimiento minero que inauguró,

en los noventa, la megaminería en el país.

* Licenciada en Comunicación Social y Magíster en Periodismo. Jefa de la sección Política y Economía del diario

El Ancasti de Catamarca y redactora de la Revista Express, publicación dominical de El Ancasti.

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Catamarca: Alumbrera 2017 ¿y después?Por Evangelina Quiroga*

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La Rioja: la contaminación política

La minería contamina. Que lo haga más o menos es una cuestión

de control sobre la actividad. Que el control no sea negligente o

cómplice de los grandes intereses que se mueven alrededor es

un problema político. Pero las prácticas políticas habituales resultan el

peor de los agentes contaminantes. Una gestión política ineficaz acer-

ca del control de las actividades económicas a gran escala, en todos

los sectores de la economía primaria, como la minería o la agricultura (la

sojización, por ejemplo); secundaria, como los efluentes industriales de

las plantas textiles o las curtiembres; y terciaria, como la usura legal e

ilegal para fomentar el consumo ilimitado, genera pasivos ambientales,

sociales, culturales que soportamos y sufrimos todos los días.

Todo lo dicho es comprobable en La Rioja. Solo hace falta observar,

seguir durante casi tres décadas las prácticas políticas, económicas y

sociales, y constatar que esta provincia sigue siendo en un 95% depen-

diente de los recursos que le envía la Nación. Aun si La Rioja explotara

sus riquezas mineras y lograra que quede aquí, como se estableció por

ley, la misma cantidad de regalías que cobraría la Nación, el grueso de la

rentabilidad pasaría igual a las empresas y al Estado nacional.

Los españoles, y antes los incas, por hablar únicamente de potencias

invasoras, llegaron a La Rioja atraídos

por “la promesa del Famatina”, un cor-

dón montañoso ubicado al oeste de la

provincia, a unos 300 kilómetros de la

capital, famoso por atesorar minerales

muy preciados por el hombre, empezan-

do por el oro. Ni siquiera es precordillera.

Pero es alto. Y es, a la vez, como glaciar,

una de las fuentes de agua fundamen-

tales de una provincia estructuralmente

seca. A unos 4.000 metros de altura,

todavía están allí las minas que explota-

ron los españoles y luego los ingleses,

entre finales del siglo XIX y principios del

XX. Allí se sigue oxidando un cablecarril construido para bajar el mineral

desde La Mejicana hasta Chilecito. Durante el siglo pasado se realizaron

trabajos de exploración, perforaciones, labores mineras, ejecutados por

Fabricaciones Militares y el Plan La Rioja de la Secretaría de Minería de

la Nación. Y en los últimos años, las empresas CRA y Barrick hicieron

miles de metros de perforaciones y de trincheras para verificar qué mi-

neral había quedado diseminado, hasta que la población —organizada

en Asambleas Ciudadanas por la Vida, que no se autotitulan “ambienta-

listas”— les impidió continuar, por ahora, por el riesgo que implicaría la

explotación a cielo abierto.

Explotación históricaLa pregunta de rigor es si se puede saber con cierto grado de certeza

qué consecuencias ha tenido para la zona la explotación histórica de

oro y otros minerales en el cordón del Famatina.

Según el geólogo Romero, el Famatina “es un pasivo ambiental minero”

pero en su momento “no se midieron las consecuencias, ya que no

son inmediatas, pero cada vez están más presentes”, y “aunque no

hay un seguimiento de los casos concretos, se comprobaron el bocio

y los problemas de tiroides, como otros relacionados con el boro y el

flúor”. Según la zona, este pasivo ambiental presenta “drenaje ácido

de rocas y posibilidades ciertas de migración de metales pesados,

además de otros problemas ambientales, como la existencia de es-

combreras, estériles, acidificación de las vertientes, degradación del

glaciar, contaminación de la cuenca hídrica, deforestación por la utiliza-

ción de la madera en construcciones y como combustible, disminución

y extinción de la fauna, etcétera.”

Para Romero, es necesario “tocar” el Famatina para “tener un diagnóstico

real de la situación ambiental y no continuar con la negación del pasivo

ambiental minero”, lo que permitiría “buscar las soluciones técnicas que

contrarresten y mitiguen la contaminación, especialmente del recurso hí-

drico” con contaminantes como “arsénico, plomo u otros elementos”. En

lugar de hacer esto, el Gobierno actual intenta desarrollar una “minería

responsable”, por ejemplo a través de la explotación —si se justificara—

de una gran mina a cielo abierto que empeoraría las cosas. Barrick Gold

y Yamiri Gold —una empresa que originalmente era estatal y propietaria

de buena parte de los yacimientos de la provincia, y que el ex goberna-

dor Ángel Maza privatizó— están a la espera de un pronunciamiento

judicial que les habilite el camino, aunque queda pendiente la “licencia

social”, es decir, que los pueblos acepten que quieren ser mineros.

Eduardo Masramón, geólogo y ex inte-

grante de la Dirección Provincial de Mi-

nería, sostiene que “se podrían saber”

las consecuencias de la explotación

histórica del Famatina si se hicieran

“estudios interdisciplinarios”. “A primera

vista surgen indicios, pero para valorar-

los deben ser estudiados en detalle”,

agrega, y eso todavía está pendiente,

a menos que sea un secreto tan bien

guardado como las propias riquezas

mineras. En este sentido, el mismo Ro-

mero admite que para ser exactos en la

valoración se debería realizar un estudio

de campo pero “desgraciadamente, para permitir el saqueo de los re-

cursos naturales, no se realizó” y encima se “desmantelan los equipos

humanos colocando personeros que solo saben realizar informes vir-

tuales con pensamiento circular: repiten lo que dice el mandamás de

turno”. Abel Nonino, que estuvo a cargo de Ambiente y Minería a la vez,

admite que el Famatina es un “pasivo ambiental” generado en que no

había “legislación respecto al cuidado ambiental” a principios del siglo

XX, pero “no hay estudios específicos sobre las consecuencias, posi-

tivas o negativas, de la explotación de oro y otros minerales en dicha

época”, salvo las referencias en libros de historia. Se sabe únicamente

que “hubo en la zona cierto desarrollo socioeconómico” cuando los

ingleses extraían el oro del Famatina y lo trataban cerca de Chilecito

(La Rioja), pero que esa actividad solo aportaba “mínimos” impuestos,

poco significativos, al Estado.

La explotación minera como fuente alternativa de ingresos para un Es-

tado provincial cuyo motor económico es el propio Estado es un gran

proyecto pero no una realidad, al menos por ahora.

*Licenciada en Comunicación Social (ECI-UNC). Magíster en Sociología y Ciencias Políticas (FLACSO). Corresponsal

de Agencia DyN en La Rioja. Docente titular e interina de Comunicación, Periodismo, Metodología y Comunicación

Institucional en los institutos superiores Otto Krause y Alberto Mario Crulcich de La Rioja en las carreras técnicas

superiores de Locución Nacional; Realización Audiovisual; Operación Técnica de Radio y TV, y Archivos y Bibliotecas.

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INVESTIGACIONES FOPEA 2009-2010

El Estado nacional licitó el 19

de enero de este año los es-

tudios de evaluación de los

daños producidos por el depósito

a cielo abierto de toneladas de re-

siduos contaminantes en el ingreso

a la ciudad rionegrina de San An-

tonio Oeste. La inversión total para

remediar ese pasivo ambiental le

demandará a las arcas públicas

USD4,5 millones en el marco del

programa Geamin, que se financia-

rá con préstamos del BID.

Ese reservorio, de 9 hectáreas de

extensión divididas en tres montículos, está

en permanente contacto con la ría de mar que

baña las costas de la localidad y los minerales

que contiene se dispersan por el casco ur-

bano, arrastrados por el viento del Oeste que

predomina en la Patagonia.

Esta situación ocurre desde que la desapa-

recida empresa minera Geotécnica S.A. ex-

plotara en Mina Gonzalito —a algo más de

100 kilómetros al sudoeste de San Antonio

Oeste— un yacimiento de plomo, plata,

vanadio, cinc y otros metales que eran fun-

didos en una planta situada en la localidad

portuaria, hasta la cual se transportaban los

materiales extraídos.

Desde la década del 50 hasta principios de

los ochenta, se conformó Mina Gonzalito,

un pequeño poblado con algo más de 300

familias. Allí, en la más árida estepa patagóni-

ca, sin agua ni mínimos servicios, la actividad

minera creó un pueblo de la nada. Se radi-

caron obreros bolivianos, chilenos, peruanos

y del Norte argentino para llevar adelante la

sacrificada labor. Expertos en minas llegaron

desde distintos puntos del país para sumarse

a los extranjeros, conformando así un extraño

y pintoresco pueblo multicultural.

“Había un hombre que era de la India”, recuer-

da Néstor Chávez, quien hace 42 años nació

en ese lugar, donde su padre era minero y

su madre lavaba la ropa y cocinaba para los

trabajadores. Pequeñas casas se construye-

ron para los obreros y otras un poco más có-

modas para los profesionales y jefes. Se creó

una escuela, un destacamento policial y un

pequeño centro de salud.

Durante 30 años, la comunidad empezó a

echar raíces. “Pero es como siempre pasa

con los pueblos mineros, las empresas ex-

traen lo que necesitan, después se van y no

les importa la gente”, dice Chávez, que días

atrás regresó a ese sitio junto a la Unidad de

Investigaciones de FOPEA, después de tres

décadas de ausencia.

Pila de escoriaGeotécnica, en la provincia de Río Negro,

cerró a principios de los ochenta. Mina Gon-

zalito es hoy un pueblo en ruinas. Sus habi-

tantes partieron a Sierra Grande, donde se

explota el hierro, o hacia las ciudades cerca-

nas a buscar nuevas ocupaciones. Hierros

crujientes que penden sobre el bloqueado

socavón otorgan al lugar la lúgubre música

de fondo. Geotécnica creó ese pueblo y su

partida lo hizo desaparecer. No hay un alma,

solamente quedan restos de casas y una

mina abandonada.

Mientras tanto, en San Antonio Oeste, el lega-

do de la firma minera fue aún más grave. Du-

rante esas tres décadas depositó allí, a dos

kilómetros de la zona urbanizada y a pocos

metros de la ría, millones de kilos de material

cargado de plomo y otros metales pesados.

Recién en 1995, casi 15 años después del

cierre de la mina, estudios llevados adelante

por científicos de Fundación Patagonia Natu-

ral (FPN) sorprendieron por sus resultados.

Determinaron que en la Bahía San Antonio

había niveles elevadísimos de plomo, cinc y

cadmio. La mirada del campo científico de la

región se dirigió hacia esa pila de escoria que

depositó Geotécnica.

Pasaron otros diez años hasta que una biólo-

ga, también de la FPN, Nuria Vázquez, descu-

brió a través de su tesis de grado que los me-

jillines de la ría contenían plomo. “Supusimos

que si esos organismos contenían plomo, era

probable que también estuviera en

la población”, dijo entonces la in-

vestigadora.

Cuando la comunidad supo de

esos resultados, comenzó a movi-

lizarse. Representantes del Institu-

to de Biología Marina, la fundación

ambientalista Inalafquen, medios

de comunicación, profesionales

de la salud, vecinos y autorida-

des conformaron un equipo mul-

tisectorial que comenzó a analizar

la situación. Mediante un arduo y

coordinado trabajo, sumado a la

permanente insistencia ante los distintos or-

ganismos públicos, se logró la medición de

los niveles sanguíneos de plomo en 200 ni-

ños de la ciudad. El muestreo arrojó que casi

el 20% de ellos tenía más elevado el plomo en

sangre que lo aceptado por la Organización

Mundial de la Salud.

Desde entonces, el Estado provincial y el

nacional prometen la remediación del pasivo

ambiental que dejó Geotécnica. Cuatro años

después de los estudios en los niños, el 19

de enero pasado, se licitó el análisis profundo

de la problemática. La empresa internacional

a la que se le adjudicaron los trabajos deberá

sugerir la mejor intervención. Luego, mediante

otra licitación, se elegirá la firma que realice la

tarea de poner fin a ese foco permanente de

contaminación.

Mientras tanto, el reloj sigue corriendo. Las

secuelas de la minería irresponsable y sin

control del Estado perduran y son evidentes

en Mina Gonzalito, donde un pueblo quedó

en ruinas, y en San Antonio Oeste, donde sus

habitantes esperan que el legado de Geotéc-

nica deje de enfermarlos. Lo ocurrido en Mina

Gonzalito y en San Antonio Oeste constituye

una enseñanza que debe impedir que estas

situaciones vuelvan a producirse. Pero los in-

tereses económicos son tan importantes que

solamente la mirada atenta de las comunida-

des podrá evitar que se reiteren.

Alertas encendidasEn Río Negro hay avances todavía no del

todo sólidos, por lo que los habitantes de

la provincia deben estar en alerta ante cual-

quier posible impacto inesperado de las ac-

tividades en marcha o de otras que pudieran

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continúa en la página siguiente

Río Negro: Mina GonzalitoPor Pedro Caram*

Por María Rosa Di Santo*

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42 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 43

Chubut: la excepción

Chubut tuvo explotación de uranio hace más de 30 años en el centro

de la provincia, a 1.700 kilómetros de Buenos Aires, en una zona

próxima a la localidad de Paso de Indios. Aunque los informes técnicos

y de los expertos aseguran que la actividad no tuvo consecuencias per-

judiciales para el ambiente, distintos organismos especializados realizan,

desde hace décadas, periódicos monitoreos en el ambiente.

Se analiza la presencia de minerales en el agua del río Chubut y en

los pozos de agua, y también los niveles de

radón, un gas radioactivo relacionado con el

uranio. Los informes oficiales indican que los

niveles detectados en ambos casos varían

pero están dentro de los límites tolerables.

El uranio de Chubut se extrajo, en los prime-

ros años de la dictadura militar, de los yaci-

mientos Los Adobes (1977-1978) y de Cerro

Cóndor (1978-1979), ambos ubicados en

plena meseta patagónica, y próximos entre

sí. La posterior concentración de óxido de uranio se hizo en la planta

denominada “Pichiñán”, ubicada a 40 kilómetros de Los Adobes y a

escasos 500 metros del río Chubut. Allí, los 60 empleados del lugar

procesaban el mineral que traían los camiones cargados desde las

minas. Para el proceso de lixiviado (separación del mineral), se regaban

las pilas de mineral con ácido sulfúrico, el que decantaba en plateas

especialmente diseñadas y que derivaban en diques de evaporación

y de colas.

Estos trabajos permitieron a la CNEA extraer 120 toneladas de uranio

destinado a abastecer a la entonces flamante central de energía Atucha.

El 80% del mineral provenía de Los Adobes y el 20% restante del Cerro

Cóndor. Un reciente monitoreo ambiental de la CNEA, de septiembre de

2009, contiene lecturas de radioactividad en el lugar en el que funcionó

la planta, “todas ellas muy por debajo de los límites establecidos por las

normas internacionales para radiaciones”. “Esto quiere decir que ni en

las inmediaciones de la planta ni en las aguas del río Chubut habría efec-

tos sobre esto que operó hace casi 30 años”,

sostuvo el ingeniero químico y ambientalista Ariel

Testino, quien entre 1977 y 1983 se desempe-

ñó como jefe de la planta de concentración de

uranio Pichiñán. La planta cerró en 1981 y en

1986 se inició su desmantelamiento. Informes

de la CNEA indican que en el lugar (un área de

85.000 m2 con acceso restringido y rodeada por

un cerco perimetral) quedan 85.000 toneladas

de mineral tratado (colas) acumuladas en las

“planchadas” de las antiguas pilas de lixiviación y 60.000 toneladas de

colas acumuladas en otro sector acondicionado para tal fin.

Los informes elaborados en el marco del Programa de Restitución Am-

biental de la Minería de Uranio indican que las cisternas de lixiviado y

el dique de evaporación de los efluentes líquidos de la planta fueron

rellenados con los escombros de la s construcciones desmanteladas

y recubiertos con ripio, como también las superficies de las colas, para

evitar la erosión y favorecer el crecimiento de la vegetación. La restitución

INVESTIGACIONES FOPEA 2009-2010

radicarse. Por ejemplo, aunque la minería de

oro mediante el uso de cianuro o mercurio se

prohibió en 2005 mediante la Ley 3981, el

gobernador, Miguel Saiz, manifestó en varias

ocasiones que esta puede derogarse y men-

cionó esa prohibición como uno de los puntos

a tener en cuenta en una posible reforma de

la Constitución provincial. Sin embargo, no se

descarta que esa intención de revisar el texto

de la Carta Magna esconda sus pretensiones

re-reeleccionistas, lo que hace que el debate

se diluya en cuestiones político-partidarias.

Mientras tanto, está confirmado que la em-

presa Grosso Group, con inversiones mine-

ras en otras provincias, puso el ojo en Río

Negro y pretende explorar y explotar oro a

cielo abierto en la zona del Bajo Santa Rosa,

en cercanías de la localidad de Valcheta.

Grosso Group habría presentado durante

2009 una “carta de intención” al secretario

de Empresas Públicas, Gabriel Savini, quien

tiene su despacho en el piso superior al del

gobernador. En estos días, el presidente del

Consejo de Ecología y Medio Ambiente, Os-

car Echeverría, repitió que desconoce cual-

quier anteproyecto al respecto, y la titular de

Hidrocarburos y Minería, Tamara Pérez Bal-

da, afirma que no sabe sobre el tema. Pero

la luz de alerta ya está encendida.

Otra actividad que comienza a tornarse preocu-

pante es la de la empresa Álcalis de la Patagonia,

que extrae sal del Bajo El Gualicho, y caliza de

Aguada Cecilio, con lo que produce carbonato

de sodio mediante el método Solvay (soda Sol-

vay) en su planta industrial ubicada a 6 kilómetros

de San Antonio Oeste.

Alpat, empresa que integra el grupo económi-

co Oil M&S —ligado al empresario Cristóbal

López—, deposita sus residuos en el sitio de-

finido tras un largo debate con la comunidad.

A 8 kilómetros al oeste de San Antonio Oeste,

en un bajo denominado “El Riñón”, Alpat envía

mediante un ducto miles de metros cúbicos

por día de agua cargada de cloruro de calcio

y otros componentes que se utilizan en el pro-

ceso industrial. La empresa, antes de funcio-

nar, se comprometió a que en esos cuencos

debía formarse un blanket (una lámina imper-

meable) que evitara la lixiviación hacia la ría y

también la voladura de polvillo. Pero hace un

par de años, el Consejo de Ecol ogía confir-

mó que ese blanket no estaba funcionando

y amenazó con obligar a Alpat a revestir los

cuencos. Hubo algunos cambios pero nada

asegura que la situación haya cambiado sus-

tancialmente.

Por otro lado, tras poco más de cinco años

de funcionamiento, los habitantes de San

Antonio ya empezaron a percibir que el

viento del Oeste provoca permanentes nu-

bes blancas que se acercan a la ciudad y

muchos temen consecuencias en la sa-

lud, especialmente en las vías respiratorias.

*Es redactor en la agencia Viedma del diario Río Negro y conductor y responsable del programa Algo Personal de la capital provincial.

viene de página anterior

continúa en la página siguiente

Ni en las inmediaciones de la planta ni en el

río Chubut habría efectos sobre los yacimientos que operaron hace 30 años.

Tributos comparados

En América Latina, los derechos y las

regalías por la extracción de recursos

naturales (clasificados como ingresos

no tributarios en los cuadros de ingresos de los

Gobiernos) promedian el 28% de la renta total

del Gobierno. Esta cifra oculta significativas di-

ferencias entre países.

En el caso de Bolivia, Colombia y Panamá, la

tributación por la extracción de recursos natu-

rales aporta más de 40% de la renta guberna-

mental, y en Venezuela dicha cifra llega al 67%.

Las cifras para Guatemala, Honduras y Perú

están muy por debajo del promedio regional.

La tributación minera adopta normalmente la

forma de regalías e impuestos.

El pago de regalías se basa en el hecho de

que un país posee el recurso natural (y no

renovable) y la compañía está esencialmente

pagando por ella al Estado. La mayoría de

los países con sectores mineros aplica tanto

regalías como impuestos (Venezuela, Argen-

tina, Brasil, Bolivia, Colombia, Honduras y

Guatemala).

Dos grandes excepciones han sido Perú y

Chile; ninguno de los dos países cobró rega-

lías durante muchos años. Como Perú y Chile

tienen sectores mineros significativos, estas

decisiones de política se han visto sometidas a

intenso escrutinio y se ha producido un amplio

examen y debate sobre sus políticas de tributa-

ción minera durante los últimos cinco años.

Benefi cios impositivosEl régimen fiscal que afecta al sector minero

en la Argentina es complejo: incluye desde el

Impuesto a las Ganancias, que para las so-

ciedades de capital es del orden del 35%,

hasta el impuesto a la minería provincial, cuya

tasa varía dependiendo de la provincia donde

se encuentre el yacimiento. La Ley sobre In-

versiones Mineras establece beneficios para

aquellos inscritos en el Registro de Inversio-

nes Mineras que lleva la Secretaría de Minería

de la Nación.

Un panorama completo del marco tributario en la

Argentina se observa en este enlace:

www.mineria.gov.ar/marcotributario.htm, en

el que se grafican, además, las diferencias

en la materia que se aplican a diferentes

provincias.

En cuanto a los beneficios impositivos, la lista

es larga e incluye:

1. Doble Deducción de Gastos de Explora-

ción (Ley 24.196).

2. Devolución del IVA a la Exploración (Ley

25.429).

3. Estabilidad Fiscal y Cambiaria (Ley 24196).

4. Amortización Acelerada (Ley 241.96).

5. Exenciones de Aranceles y Tasas Adua-

neras (Ley Inversiones Mineras - Resolución

112/2000).

6. Deducción por Gastos de Conservación

de Medio Ambiente (Ley Inversiones Mineras)

7. Exención de Ganancias (Ley Inversiones

Mineras).

8. Regalías (Ley de Inversiones Mineras- Ley

25.161- artículo 22 bis): El tope fijado en el

país es del 3%.

9. Exención del Impuesto a la Ganancia Míni-

ma Presunta (Ley de Inversiones Mineras).

10. Devolución Anticipada y Financiamiento

del IVA.

11. Exención de Contribución sobre la Pro-

piedad Minera.

12. En el acuerdo Federal Minero (Ley 24228)

los Estados nacional y provinciales acordaron

eliminar todo gravamen y tasa municipal e im-

puesto a los sellos (exención a Ingresos Bru-

tos, sellos, etcétera).

13. Exención de Retenciones a las Exporta-

ciones.

14. Exención del Impuesto al Cheque (decre-

to N.º 613/2001).

15. Deducción del 100% del Impuesto a los

Combustibles Líquidos.

El caso peruanoEn Perú, el impuesto a las utilidades es la prin-

cipal carga fiscal para las compañías mineras.

Estas pagan el impuesto empresarial normal

del 30%.

Sin embargo, las empresas mineras han recibi-

do importantes beneficios debido a generosos

incentivos tributarios otorgados al sector: pue-

den deducir todos los costos de exploración y

desarrollo. En términos contables, esto significa

reducir su base de ingresos imponibles al dedu-

cir inmediatamente de sus ingresos imponibles

los gastos de capital en exploración y desarrollo

de minas (mientras que la mayoría de las demás

compañías lo hacen sobre la vida esperada de

sus activos).

de pasivos ambientales en los lugares en los que hubo actividad minera

de uranio fue considerada por la presidenta de la CNEA, Norma Boero,

como una condición sine qua non para el reinicio de las actividades de

producción de uranio. Lo dijo en noviembre de 2009 en el marco de la

reunión anual de la Asociación Argentina de Tecnología Nuclear.

Debate pendiente Las tareas de remediación realizadas en Chubut por la explotación de

uranio recibieron el visto bueno del Gobierno provincial. “Se hizo el cie-

rre (de la planta Pichiñán) a pesar de la carencia de la legislación, y apa-

rentemente la cuestión fue bien manejada porque no hubo implicancias

ambientales… y eso que el área de lixiviación se encuentra a unos

400 metros del río Chubut... Tampoco hubo efectos en la salud de

los mismos empleados de la CNEA”, sostuvo el licenciado en Geología,

Juan Arens, director provincial de Evaluación de Estudios Ambientales.

Qué se hará con el uranio que hay en Chubut es un debate pendiente.

El yacimiento Cerro Solo tiene reservas comprobadas por más de 8.000

toneladas y la CNEA quiere explotarlas. La ley vigente lo prohíbe.

“En mi opinión personal, al uranio hay que sacarlo de la categoría de

mineral y ubicarlo como combustible. Su fin y utilización es justamente

combustible, y se usa para la producción de energía atómica”, opinó

el ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de Chubut, Juan

Garitano, quien además se encargó de subrayar la vigencia de las leyes

que restringen la actividad minera metalífera en Chubut.

Licenciada en Comunicación Social con orientación en Periodismo. Editora

y directora del portal Infochubut (www.infochubut.com)

continúa en la página siguiente

Por Sandra Crucianelli*

Por Silvina Martínez*

Page 23: Anuario FOPEA 2010

44 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 45

Desechos contaminantes detrás de la desinformación

Si no fuera por la minería, no podría

estar escribiendo estas líneas, ni us-

tedes ver el material audiovisual de

la investigación, porque las computadoras,

filmadoras, celulares, MP3 y casi todos los

elementos que nos rodean vienen de alguna

forma de extracción bajo tierra. Sin quedar-

nos ahí, el calcio que toman las embaraza-

das, la medicina nuclear y hasta las viejas

radiografías también provienen de la minería.

“La minería es la madre de todas las indus-

trias”, afirma una máxima y ese es un buen

punto de partida para el análisis. Con esa

idea fuimos a la oficina de Acceso a la In-

formación Pública, a preguntar por las minas

abandonadas, las que sirvieron para extraer

los minerales que necesita el cuerpo y los

metales como el aluminio, plomo, wolframio,

que permitieron el desarrollo textil, el automo-

triz y de todas las máquinas conocidas.

En ellas observamos una peligrosa dejadez

por parte del Estado argentino, en las últimas

tres décadas por lo menos. Y con ese olvido,

vino la corrosión del suelo y del agua en su

mayor parte, pero también del aire en esos

pequeños pueblitos mineros que se quedaron

respirando montañas de desechos de plomo.

El acceso a la Información Pública es una he-

rramienta moderna que, junto a otras como

la Publicidad de Gestión y la obligat oriedad

de Audiencias Públicas, fue creada en 2003

a través de un decreto presidencial. El obje-

tivo era controlar la corrupción y optimizar la

eficiencia el Gobierno, por lo tanto, nuestras

expectativas eran altas.

Sin embargo, sus respuestas a nuestras re-

quisitorias transitaron las evasivas, contes-

taron lo que no se les había preguntado y,

llamativamente, también lo hicieron mal.

La primera pregunta apuntaba a conocer so-

bre los registros de minas abandonadas que

tiene la Nación y dónde estaban ubicadas,

por lo que la contestación llegó muy diligente

y decía que “el tema de recurrencia es de

estricta competencia provincial”. Y en suce-

sivas respuestas se hace hincapié en que la

información sobre minas debe ser requerida

a las autoridades de aplicación de cada una

de las provincias, ya que a ellas les corres-

ponde la exploración y la explotación minera.

Que la explotación se reserva a las provincias

está muy claro en la historia argentina, desde

que en la presidencia de Rivadavia, Facundo

Quiroga humilló y expulsó a los empresarios

ingleses que habían llegado con avales para

explotar el Cerro Famatina (del que se decía

que “el oro brotaba con las lluvias como en

otros la semilla”).

Entonces el punto es cuál es el rol que le

cabe al Estado, ya que en numerosas opor-

tunidades tuvo que hacerse cargo del de-

sastre ambiental que dejaron los empresarios

mineros cuando de golpe levantaron sus

cosas y se fueron del lugar sin preparar la

remediación.

Un especialista en la materia, Mario Valls, es

categórico al afirmar que “la Nación realiza

auditorías y controles, pero no lleva ningún

registro de minas abandonadas”.

Tutor de la riqueza públicaEl primer Código de Minería de 1887 esta-

blecía al Estado como “tutor de la riqueza

pública y como representante de los inte-

reses generales” y otorgaba al Ejército la

clasificación periódica de “las sustancias

minerales”. Además, en 1919 se suprimie-

ron las concesiones perpetuas y dispuso “la

reversión de las minas al Estado al expirar

los términos de estas”.

INVESTIGACIONES FOPEA 2009-2010

En este país, las normas sobre depreciación

acelerada implican que las compañías recu-

peran su inversión en cinco años mediante

una tasa de depreciación anual del 20%. Esto

ha permitido que muchas compañías mineras

declaren pérdidas con propósitos contables

año tras año y, por tanto, eviten pagar impues-

tos a la renta. Desde luego, esta es una forma

significativa de subsidio tributario para ellas.

Además de los generosos incentivos tributa-

rios, Perú también está fuera de lo usual ya

que no cobró regalías sobre los minerales

hasta junio de 2004. El hecho de que Perú

no cobrase regalías puede ser considerado

excepcional y es una decisión de política que

conlleva una pérdida de ingresos significativos

para el país.

La minería se ha expandido rápidamente en Perú

desde principios del decenio de 1990. El país

es ahora uno de los principales productores de

minerales en el mundo, y es el máximo produc-

tor de oro, plata, cinc, plomo y estaño en Amé-

rica Latina. La bonanza de las materias primas

ha generado enormes ganancias para el sector

minero peruano. El valor de las exportaciones

en 2008 fue de USD18,657 millones, y cobre,

oro y cinc son los minerales que más ganancias

produjeron.

Impuestos a la renta empresarial pagados por

compañías mineras en Perú (en USD):

2006: 1.761,2 millones.

2007: 2.781,5 millones.

2008: 2.304,7 millones.

Al otro lado de la CordilleraChile sigue sobresaliendo en lo que respecta

a materia tributaria en el área minera en com-

paración con sus pares latinoamericanos. Con

royalty incluido, Chile sería uno de los países

que tienen una carga tributaria inferior, com-

parado con jurisdicciones mineras como la

Argentina y Brasil, principalmente en materia

de Impuesto a la Renta y en la medida que

el inversor minero reinvierta las utilidades tri-

butarias.

Este último efecto se logra con el gravamen

sobre las remesas (dividendos) que no exis-

te en la Argentina, México ni Brasil y es bajo

en Perú. En materia de tributos específicos a

la minería, en Chile el Estado nacional aplica

una única tasa que no depende de las regalías

provinciales (como en la Argentina), ni del tipo

de mineral (como en Brasil). En cuanto al valor,

es más bajo que en Bolivia, aunque puede ser

superior a Perú y al propio Brasil. Está en rela-

tiva desventaja con respecto a México, donde

no se aplica tasa específica.

Desde hace tiempo, este país tiene una de

las tasas de tributación minera más bajas del

mundo. Esto podría considerarse excepcional

porque Chile ya era un lugar extremadamente

atractivo para los inversionistas debido a sus

enormes reservas cupríferas, su entorno políti-

camente estable y una infraestructura general-

mente mejor que la de la mayoría de los países

latinoamericanos.

Los bajos niveles tributarios de Chile se ven

mejor ilustrados con las contribuciones tribu-

tarias extremadamente bajas de las empresas

privadas en comparación con la compañía cu-

prífera estatal, Corporación Chilena del Cobre

(Codelco). Entre 1990 y 2001, Codelco trans-

firió USD10,600 millones al Tesoro chileno,

mientras que las compañías privadas pagaron

solo USD1,600 millones, incluso pese a que

los niveles de producción de las compañías

privadas fueron un 25% más altos que los de

Codelco.

Fuentes en línea:www.pwc.com/en_GX/gx/mining/school

-of-mines/pdf/plenary-update-on-latin

america.pdf

www.latindadd.org/images/PDF/soca

vando_informe_christian_aid.pdf

www.pwc.com/es_MX/mx/publicaciones/

archivo/mining_taxation06.pdf

goliath.ecnext.com/coms2/gi_0199-

9991429/El-impuesto-a-las-ganancias.html

www.argentinatradenet.gov.ar/sitio/estrategias/

Informe%20Sectorial%20de%20Mineria.pdf

www.mineria.gov.ar/marcotributario.htm

Tutor de la riqueza públicaEl primer Código de Minería de 1887 estable-

cía al Estado como “tutor de la riqueza pública

y como representante de los intereses gene-

rales” y otorgaba al Ejército la clasificación pe-

riódica de “las sustancias minerales”. Además,

en 1919 se suprimieron las concesiones per-

petuas y se dispuso “la reversión de las minas

al Estado al expirar los términos de estas”.

Por eso, a pesar de que el Estado cuenta con

información, imaginemos que no está clasifi-

cada y que tampoco se hayan cumplido esas

normas. Sin embargo podrían haber respondi-

do, por lo menos, sobre las minas en las que

la Nación sí tiene participación directa, como

las de uranio.

Es más, la Secretaría de Minería en su página

web dedica un enlace a los proyectos de reme-

diación de esos yacimientos que en su mayoría

fueron dejados de lado allá por los ochenta. El

mapa muestra ocho lugares en que se trabaja-

ba el uranio en seis provincias, con un pasivo

ambiental enorme medido en toneladas y, en

algunos casos, en metros cúbicos.

Todo indica que durante el siglo XX el Estado

sí tenía la información de la apertura de mu-

chas minas, pero no de su cierre. Nunca fue

visto como un problema en sí mismo, ni se

sabía qué hacer.

En 1993, la Ley de Inversiones Mineras esta-

bleció que la Secretaría de Minería sea la en-

cargada de recibir el cronograma de “estudios

e inversiones” y hasta de recibir las modificacio-

nes al proyecto original. Incluso, expresa que “la

Nación y las provincias desarrollarán mancomu-

nadamente acciones para organizar y mantener

actualizado el Catastro Minero”.

La ley también se encarga de aclarar las diferen-

cias tributarias que hay entre Nación y las provin-

cias. Un 3% es lo que le toca a las provincias,

aunque en alguna le toca un punto más ya que

hay pequeñas variaciones de acuerdo al arreglo

que haya firmado por su parte. Y a la Nación, por

supuesto, le corresponde 0 como impuesto neto,

sólo percibe ganancias por lo que declare la em-

presa extractora.

Aunque exporten metales, pocos son los decla-

rados al pasar aduanas, y es la Administración

Federal de Ingresos Públicos (AFIP)la única en

el organigrama que eventualmente ha tomado

acciones contra una minera.

Además de la Inspección General de Justicia

que “fiscaliza las sociedades”, la Secretaría de

Minería también lleva un registro de compa-

ñías mineras.

De hecho, la oficina remitió a esta investiga-

ción un listado completo sobre las empresas

registradas que operan en la actualidad (es

decir que la Nación lleva controles, aunque en

realidad nuestra demanda no era sobre com-

pañías sino sobre áreas de exploración). Pero

al fin de cuentas, aunque no en el pasado,

por lo menos cierto seguimiento podría hacer-

se en la actualidad.

También en la misma ley de inversiones, un

artículo crea “el Banco Nacional de Informa-

ción Geológica bajo dependencia orgánica

y funcional de la Secretaría de Minería de la

Nación”, que se encargará de “relevar, pro-

cesar y poner en disponibilidad pública toda

información que genere la investigación, pros-

pección y la exploración geológica y geofísica

en el territorio nacional”.

Luego llegaron las primeras leyes de protección

ambiental que se dictaron en este país de la

mano de la minería, por supuesto. Aunque no

siempre se cumplen, ya que los paradigmas de

qué es protección y qué no también cambian de

criterio según las provincias.

Tampoco fue contestado el oficio en el que

preguntábamos puntualmente sobre una

treintena de minas abandonadas que había-

mos determinado al 14 de diciembre.

Desconocimiento peligrosoEste desconocimiento sobre las minas es lo que

hizo que en estos últimos 30 años la mayor parte

de ellas hayan estado desparramando sus dese-

chos contaminantes por todos lados.

Sí contestó la oficina de Acceso a la Informa-

ción sobre las auditorías que se realizaron en

la última década. Alrededor de 300 por año.

Un número impresionante, pero no dice nada,

porque no fueron tomadas en cuenta las pre-

guntas siguientes: cuántas irregularidades se

encontraron, de qué tipo y qué sanciones me-

recieron. No lo sabremos.

Para acelerar los tiempos, fuimos por enésima

vez al Ministerio de Planificación para hablar

personalmente con la oficina de Acceso…

Nos indicaron “piso 11, oficina 1141” y al llegar

observamos un lugar con demasiadas oficinas.

Elegimos la primera a nuestra izquierda y pregun-

tamos por su titular, Gabriela Menéndez. Nadie

la conocía a ella ni a la oficina y comenzaron con

conjeturas audaces. Para orientar, les mencio-

namos a su secretaria Rosario. “Ah, Rosarito…”.

“Ah, ¡¡vos preguntabas por Gaby!! Sí, es acá”, y

nos señalaron el escritorio que estaba a su lado.

Sus vecinos de oficina ni siquiera sabían de la

existencia de Acceso a la Información ni para

qué sirve.

Ah, por supuesto, el escritorio de Gaby y de

Rosarito estaban tapados de papeles, como

si no dieran abasto.

*Periodista especializada en Periodismo de Investigación y Periodismo de

Precisión. Docente del Programa de Educación Virtual del Knight Center de

la Universidad de Texas, del Media Center de la Universidad Internacional de

La Florida y miembro del Consejo Asesor del Trust de la OEA. Conductora

del Servicio Informativo de Canal 7 de Bahía Blanca.

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Por Miguel Paschetta*

Page 24: Anuario FOPEA 2010

46 :::: ANUARIO 2010

Por eso, a pesar de que el Estado cuenta

con información, imaginemos que no está

clasificada y que tampoco se hayan cumpli-

do esas normas. Sin embargo podrían haber

respondido por lo menos sobre las minas en

las que la Nación sí tiene participación direc-

ta, como las minas de uranio.

Es más, la Secretaría de Minería en su pági-

na web dedica un enlace a los proyectos de

remediación de esos yacimientos que en su

mayoría fueron dejados de lado allá por los

ochenta. El mapa muestra ocho lugares en

que se trabajaba el uranio en seis provincias

y con un pasivo ambiental enorme medido

en toneladas y en algunos casos en metros

cúbicos.

Todo indica que durante el siglo XX el Estado

sí tenía la información de la apertura de mu-

chas minas, pero no de su cierre. Nunca fue

visto como un problema en sí mismo, ni se

sabía qué hacer.

En 1993 la Ley de Inversiones Mineras es-

tableció que la Secretaría de Minería sea la

encargada de recibir el cronograma de “es-

tudios e inversiones” y hasta de recibir las

modificaciones al proyecto original. Incluso,

expresa que “la Nación y las Provincias desa-

rrollarán mancomunadamente acciones para

organizar y mantener actualizado el Catastro

Minero”.

La ley también se encarga de aclarar las di-

ferencias tributarias que hay entre Nación y

las provincias. Un 3% es lo que le toca a las

provincias, aunque en alguna le toca un pun-

to más ya que hay pequeñas variaciones de

acuerdo al arreglo que haya firmado por su

parte. Y a la Nación, por supuesto, le corres-

ponde 0 como impuesto neto, solo percibe

ganancias por lo que declare la empresa ex-

tractora.

Aunque exporten metales, pocos son los de-

clarados al pasar aduanas y es la AFIP (Ad-

ministración Federal de Ingresos Públicos) la

única en el organigrama que eventualmente

ha tomado acciones contra una minera.

Además de la Inspección General de Justicia

que “fiscaliza las sociedades”, la Secretaría

de Minería también lleva un registro de com-

pañías mineras.

De hecho, la oficina remitió a esta investiga-

ción un listado completo sobre las empresas

registradas que operan en la actualidad (es

decir que la Nación lleva controles, aunque

en realidad nuestra demanda no era sobre

compañías sino sobre áreas de exploración).

Pero al fin de cuentas, aunque no en el pa-

sado, por lo menos cierto seguimiento podría

hacerse en la actualidad.

También en la misma ley de inversiones, un

artículo crea “el Banco Nacional de Informa-

ción Geológica bajo dependencia orgánica

y funcional de la Secretaría de Minería de

la Nación”, que se encargará de “relevar,

procesar y poner en disponibilidad pública

toda información que genere la investigación,

prospección y la exploración geológica y

geofísica en el territorio nacional”.

Luego llegaron las primeras leyes de pro-

tección ambiental que se dictaron en este

país de la mano de la minería, por supuesto.

Aunque no siempre se cumplen, ya que los

paradigmas de qué es protección y qué no

también cambian de criterio en algunas las

provincias.

Tampoco fue contestado el oficio en el que

preguntábamos puntualmente sobre una

treintena de minas abandonadas que había-

mos determinado al 14 de diciembre.

Desconocimiento contaminanteEste desconocimiento sobre minas es lo

que hizo que en estos últimos 30 años la

mayor parte de ellas hayan estado despa-

rramando sus deshechos contaminantes

por todos lados.

Sí contestó la oficina de Acceso a la Infor-

mación sobre las auditorías que se realizaron

en la última década. Alrededor de 300 por

año. Un número impresionante, pero no dice

nada, porque no fueron tomadas en cuenta

las preguntas siguientes: cuántas irregula-

ridades se encontraron, de qué tipo y qué

sanciones merecieron. No lo sabremos.

Para acelerar los tiempos, fuimos por ené-

sima vez al Ministerio de Planificación para

hablar personalmente con la oficina de Ac-

ceso… Nos indicaron “piso 11, oficina 1141”

y al llegar observamos un lugar con dema-

siadas oficinas. Elegimos la primera a nues-

tra izquierda y preguntamos por su titular,

Gabriela Menéndez. Nadie la conocía a ella

ni a la oficina y comenzaron con conjeturas

audaces. Para orientar, les mencionamos a

su secretaria Rosario “Ah, Rosarito…”. “Ah,

¡¡vos preguntabas por Gaby!! Sí, es acá” y

nos señalaron el escritorio que estaba a su

lado. Sus vecinos de oficina ni siquiera sa-

bían de la existencia de Acceso a la Informa-

ción ni para qué sirve.

Ah, por supuesto, el escritorio de Gaby y de

Rosarito estaban tapados de papeles, como

si no dieran abasto.

*Periodista especializado en temas de justicia.

Productor de programas para Radio Cultura.

El desconocimiento sobre las minas es lo que hizo que en estos últimos 30 años la mayor parte de ellas hayan estado desparramando sus desechos contaminantes por todos lados.

Si conocés un ataque a la libertad de expresión, llamanos al

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Page 25: Anuario FOPEA 2010

48 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 49

INVESTIGACIONES FOPEA 2009-2010

La ruta de la merluzaDe la sobrepesca al negocio de los intermediarios

RICARDO L. MOSSOy Unidad de Investigación de FOPEA

PERIODISTA

Es el pescado que más se consume en el país, pero su precio lo aleja del bolsillo promedio por un escandaloso incremento que trepa al 300% desde que llega al puerto hasta que se comercializa.

Publicado on-line 8/4/2010—¿Tres fi letitos de merluza? —pregunta

la empleada de la pescadería Boris, en el ba-rrio porteño de Boedo, mientras los acomo-da en la balanza.

—Sí, ¿cuánto es? —responde el cliente, un señor bajito de pelo azabache.

—Son chiquitos, un cuarto de kilo.—¿Cuánto es en plata?—5,30…Igual que la carne o los lácteos, en la

Argentina el fi lete de merluza cuesta caro para el poder adquisitivo del promedio de los salarios; en pescaderías o supermercados de varios puntos del país durante marzo

pasado su precio era entre $18,50 y $28 el kilo. Y mientras ecologistas y funcionarios nacionales y provinciales, asociaciones de consumidores, gremios de marinos, dueños de barcos y empresarios marplatenses pe-lean por imponer su propia visión acerca de por qué está tan caro —trepa más del 300% desde que llega al puerto hasta que termina en la pescadería o en la góndola del super-

mercado—, la merluza sigue siendo el pes-cado fresco que más se consume en el país, por eso impacta en el cálculo de la infl ación de los alimentos en general. Además, es la principal exportación argentina de mar.

No por nada la merluza tuvo mucha presencia en los medios hacia mediados de ese mes, cuando la presidenta Cristina Fernández se dejó fotografi ar comprando 750 gramos de fi lete en uno de los tres ca-miones frigorífi cos que —según anunció el Gobierno— girarían justo antes de Semana Santa por la ciudad de Buenos Aires y par-te del Conurbano bonaerense con un stock limitado a un precio reducido. Lo triste es

que, por más exitosa que haya resultado la promoción, de ninguna manera fue pensada para modifi car la estructura del mercado de la merluza que rige hoy, en la que infl uyen la exportación de casi todo lo capturado, la preocupante baja en la cantidad de peces y hasta los crecientes costos de los barcos pes-queros.

Según los resultados de una investigación

realizada por el equipo de FOPEA, el ca-mino de este aumento escandaloso puede sintetizarse así: en Mar del Plata, a fi nes de marzo la merluza entera costaba en la ban-quina de los barcos $3,70 el kilo. Como para hacer un kilo de fi lete hacen falta unos 2,300 kilos de pescado entero, el costo de la materia prima se eleva a $7,50. Luego se le suma el fi leteado, que se cobra alrededor de $1,10 por kilo. Así, los proveedores mayo-ristas arrancaban en los primeros meses del año con un fi lete a $8,60 el kilo.

A esta cifra, distribuidores intermedios, transportistas y minoristas le recargan, en conjunto, un promedio de 200%. Un gran negocio para los intermediarios.

“Si sale USD2,5 (casi 10 pesos) el kilo para exportación, entonces acá ¿por qué me llega a $16?”, se pregunta retóricamente Gregorio Barbieri, dueño de una pescadería porteña. Aunque esa cifra es el precio mayo-rista del fi lete a granel congelado de marca premium y no el del fi lete refrigerado que vende en su local a $21,99 el kilo, el inte-rrogante es igual de válido. Porque es poco lógico que en los grandes supermercados metropolitanos la merluza cueste lo mismo que en España, donde el precio varía entre €5 y €6 ($25 a $30).

Claro que hay explicaciones. Dice Da-vid Lavanchy, miembro del directorio de la pesquera marplatense Mardi: “La diferencia de precios entre la merluza de consumo in-terno y la de exportación es por dos cosas fundamentales: primero, la merluza que sale para el mercado interno es de mejor calidad, ya que un 95% es ‘sin espinas’, mientras la de exportación es de tipo ‘poca espina’, o sea que tiene menor costo de mano de obra y rinde menos”.

El ejecutivo se explaya: “Además, es más barato hacer pescado congelado que hacerlo fresco, porque el fresco lleva insumos como la caja, el hielo y el polietileno. Y después, el transporte lo paga el que lo compra”.

Para Lavanchy, en la Argentina la merlu-za fresca tiene un alto costo de distribución porque en general viaja en camiones refrige-rados que no llevan muchos kilos. “En un contenedor, uno puede poner 27 toneladas de pescado congelado, pero en un camión se pueden llevar 10 ó 12 toneladas, no más”, agrega.

Más allá de estas diferencias, también exis-ten razones económicas bien concretas para

que el clásico “fi lete” se haya convertido casi en un bien de lujo en el país, comenzando por las características de la fl ota pesque-ra que opera en el Mar Argentino. Según aseguró a FOPEA el subsecretario de Pesca y Acuicultura de la Nación, el chubutense Norberto Yauhar, esta situación no tiene que ver con las grandes empresas pesqueras dueñas de barcos en los que se congela la merluza para exportar, sino con “una fl ota muy grande de gente que pesca y no tiene plantas (frigorífi cos)”. “En este caso venden en banquinas o a frigorífi cos que no tienen barcos ni permisos pesqueros. Ahí ya em-pieza el trabajo de la oferta y la demanda”, afi rmó Yauhar.

Hasta hoy, en el país no hay un “mercado central” que pueda transparentar los precios de los productos de mar, y el funcionario agrega que por eso el Gobierno está “tratando” de instalar uno en Mar del Plata, para “empezar a regular algunos precios bási-cos del pescado”.

Cuestión de manejoTodos los entrevistados por FOPEA coin-

cidieron en mencionar un “factor cultural” relacionado con la merluza, porque es evi-dente que no tiene la misma prioridad para el paladar argentino promedio que el asado o el lomo, y ni siquiera que el de un pesca-do considerado “de moda” como el salmón rosado. Sin embargo, con el aumento en los precios de la carne, los consumidores buscan comprar más pescado, empujando también su precio hacia arriba.

Según interpretan varias fuentes, a par-tir de los mismos datos ofi ciales, una de las causas de la actual “crisis de la merluza” —término que aparece seguido, al menos desde 1996— tiene raíz biológica: “La si-tuación del recurso es muy crítica, porque ya se ha perdido el 80% de la biomasa de adultos reproductores con respecto al inicio del período de evaluación, en1988”, asegura el responsable del Programa Marino de la Fundación Vida Silvestre Argentina, Gui-llermo Cañete. “Según el último informe de evaluación del stock sur (merluza que se encuentra bajo el Paralelo 41°), realizado por el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) y publicado

el 16 de diciembre de 2009 por el Consejo Federal Pesquero, hay una pérdida muy no-toria de adultos reproductores que ha gene-rado una reducción muy importante desde el año 2007 hasta ahora”.

Por esto la ONG ecologista lanzó, el 17 de marzo pasado, un comunicado en el que denuncia: “Donde hace 20 años había 10 merluzas adultas, hoy sólo quedan dos. Y ante la desaparición de adultos, se están cap-turando peces chicos, alterando todo el ciclo de reproducción de esta especie, agravando la crisis que actualmente atraviesa y que ya ha afectado a miles de trabajadores y a una

decena de empresas en los últimos años”. Está de acuerdo con la postura de Cañe-

te la científi ca del Inidep —y delegada del gremio ATE—, Elena Louge, quien asegu-ra que en la Argentina se está dando una “marcada sobrepesca de individuos de muy corta edad que provoca que casi no queden adultos”. Y agrega: “Además, hay un sobre-dimensionamiento de la fl ota pesquera”.

Esto también es así para el subsecreta-rio de Pesca del gobierno de Raúl Alfonsín —entre 1985 y 1989—, Luis Jaimes: “Para solucionarlo hay que tener una decisión política importante; el Estado puede re-comprar las cuotas de pesca a los privados cuando hay menos pescado”.

“Para que funcione un sistema de admi-nistración pesquera por cuotas, como el que está hoy aplicando la Argentina, es funda-mental que la investigación del Inidep sea tenida en cuenta para determinar qué se hace”, sostiene el ex funcionario. Y alerta: “En Canadá se produjo, hace muchos años, el colapso del bacalao por el mismo proceso que se está dando acá con la merluza. Por somnolencia de las autoridades que no mi-raron muy de cerca la investigación y por la

RICARDO L. MOSSOy Unidad de Investigación de FOPEA

PERIODISTA

Licenciado en Ciencias de la

Comunicación y Magíster en Periodismo.

Colaborador de la revista Viva.

Page 26: Anuario FOPEA 2010

50 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 51

inconducta de los pescadores, la crisis se convirtió en un fenómeno casi mundial. Tu-vieron que declarar la emer-gencia y 35.000 personas se quedaron sin trabajo. Todavía el recurso no está totalmente recuperado en Canadá: im-plica un enorme riesgo violar el ciclo biológico de una pes-quería”.

En su opinión, el Institu-to Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero es un organismo que tiene “gente muy valiosa que ha hecho ca-rrera, aunque ahora depende funcionalmente de la Subse-cretaría”. “Por eso hoy se dice que el Inidep es un nuevo In-dec… ¡sólo que de la pesca!”, fustiga.

Igual de lapidario es el bió-logo pesquero Raúl González, investigador y profesor de la Universidad Nacional del Comahue en San Antonio Oeste: “El mo-delo de pesca actual no va más, tiene un problema cíclico que trae frecuentes proce-sos de auge y ruina. En lugar de producir pescado habría que jerarquizar produciendo alimentos de mar, y para eso es importante el ingreso de tecnología”. Además, recalca el científi co —ex director del Instituto de Biología Marina y Pesquera Almirante Stor-ni—: “Hay que recordar que el recurso pes-quero es un bien público y ver la forma en la que se concesiona y a quién”.

Ecología y comercioObviamente, existe un correlato comer-

cial a la situación de escasez natural. Según datos ofi ciales compilados y analizados por FOPEA, en enero de 2009 el total de desembarques de merluza fue de 6.708 to-neladas menos que en igual mes de 2008, un descenso porcentual del 36%. Y si se analiza el período 1996-2007, se ve que el total de desembarques de merluza bajó nada menos que un 40%.

El subsecretario Yauhar declara lo contra-rio: “En el último año subió la biomasa en un 70%, no es que bajó, lo cual nos permi-te tener una cuotifi cación de 295.000 tone-ladas, cuando teníamos una captura máxi-ma permisible de 160.000. Hoy la biomasa

de la merluza es de 1.350.000, 1.400.000 toneladas”.

Para el funcionario, se puede pescar más que antes porque “se están poniendo todos los controles que van a garantizar que, en vez de tener 43.000 toneladas de by catch (o sea de pescado que se está arrojando al mar), la cifra baje a los niveles que indican los estu-dios técnicos: menos del 10 o del 15%”.

Lejos del antiguo pero lujoso despacho del subsecretario, Sergio —que pide que no lo identifi quen— es dueño de dos barcos pes-queros y comprueba en carne propia la falta de merluza: “Hacemos viajes más largos y traemos menos cantidad y menor calidad de pescado. Antes zarpábamos durante 10 días, pero ahora viajamos 13 o 14”. Y tira un diagnóstico sobre el precio al público, más allá de los aumentos estacionales como los de Semana Santa: “Si hubiera la canti-dad de pescado que había hace 15 años, al público valdría un 50% menos; además, nuestros gastos son monstruosos. Aunque no existimos como empresa y nos tenés que buscar con lupa en el puerto, de nosotros dependen 60 familias”.

El lado político de la pescaAdemás del aspecto económico y biológi-

co del mercado de la merluza, que desvela a funcionarios y ecologistas, no es menor su costado político, en el que se cruzan gre-

mios, funcionarios provinciales y empresas que infl uyen sobre todo en la zona de Mar del Plata —el principal puerto merlucero del país—, pero también en lugares tan disími-les como San Antonio Oeste (Río Negro) y Puerto Deseado (Santa Cruz). “Acá, en Mar del Plata, de la pesca dependen 12.000 pues-tos de trabajo directos e indirectos —detalla Roberto Garrone, editor de la publicación web especializada Revista Puerto—. Para dar una idea, este es el peor año, porque entre enero de 2009 y enero de 2010 hubo una reducción del 60% en la captura”.

Quien nació en la Ciudad Feliz es Mila-gros Gismondi, economista del Centro de Estudios Económicos Orlando Ferreres & Asociados. Ella cuenta que desde siempre se ha comentado en su ciudad que la “mer-luza no da para más”, lo que no necesaria-mente implica que sea tan así. Pero tam-bién asegura que allí nadie quiere pagar el costo político de no pescar por un tiempo, algo que considera necesario por como “se ha ido degradando la cuenca, tanto por arriba como por debajo del Paralelo 41° por una pesca excesiva durante mu-chos años”. “A partir de la crisis de 2001 —agrega—, en Mar del Plata las empresas pesqueras contratan cooperativas de fi le-teros —muchas son en realidad empresas paralelas— en las que prácticamente todo el trabajo es en negro”.

El Golfo San Jorge contiene una in-

mensa porción de mar compartida por

Chubut y Santa Cruz. Su nombre es

sinónimo de recursos naturales: en él yacen

riquezas pesqueras e hidrocarburíferas que

generan el interés, la exploración y la explota-

ción casi permanente por parte de empresas

de ambos rubros. Allí, donde las flotas coste-

ras de las provincias vecinas van a pescar, el

problema de la escasez de merluza comenzó

a ser atribuido desde mediados del año pasa-

do a una prospección sísmica —es decir, una

exploración petrolera— realizada por un buque

de la empresa Pan American Energy (PAE).

Esta firma, controlada por los hermanos Carlos

y Alejandro Bulgheroni, explota el principal yaci-

miento petrolero de la Argentina: Cerro Dragón,

ubicado en Comodoro Rivadavia, el corazón de

la cuenca del Golfo San Jorge, junto con la tam-

bién chubutense Sarmiento. Como parte de las

millonarias inversiones comprometidas a partir

de la renegociación del contrato petrolero con el

Gobierno de Mario Das Neves hace tres años,

PAE realiza exploraciones petroleras off shore.

Es decir, busca el oro negro en el mar.

Las flotas chubutenses y santacruceñas advir-

tieron la escasez de merluza, e incluso la Sub-

secretaría de Pesca de la Nación prohibió la

pesca de merluza y de langostino en ese lugar,

dada la falta de ambos recursos. Pero la deci-

sión se mantuvo apenas unas horas: luego de

una reunión con autoridades pesqueras de am-

bas provincias, el subsecretario Norberto Yau-

har —chubutense— revirtió la medida, aunque

con un compromiso conjunto de cuidar el recur-

so. “El funcionario nacional mantuvo una reunión

con los titulares de Pesca y Consejeros de am-

bas provincias y resolvió no firmar y dejar en

suspenso la disposición de cierre del caladero,

ante el compromiso de comenzar a trabajar de

inmediato en un plan de manejo conjunto que

contemple la apertura coordinada de la zona

con vedas dinámicas y el uso de dispositivos

de selectividad para evitar la pesca incidental

de merluza”, se informó en una gacetilla enviada

por el organismo que encabeza Yauhar.

“El recurso ha disminuido. Y donde ha dismi-

nuido mucho, y no se ha dicho porque estuvi-

mos abocados al langostino, es en el Golfo San

Jorge, que es donde está nuestra flota por lo

menos seis meses al año. Ahora sabemos que

hay una falta muy grande del recurso. Aparente-

mente sería por un experimento que están ha-

ciendo las empresas petroleras, a tal punto que

en Santa Cruz ya no están saliendo los barcos”,

le dijo a FOPEA el presidente de la Cámara de

la Flota Amarilla de Rawson, Renato Aleua.

Aleua agregó: “Hay una

disminución del recurso

por un montón de motivos.

Pero esta fuerte disminu-

ción se debe a estas em-

presas que están haciendo

experiencias en el Golfo

para ver si hay petróleo.

Caleta Paula (Santa Cruz),

por ejemplo, no pudo tra-

bajar este año”.

Fue en la provincia de los

Kirchner donde más po-

lémica se generó por el

tema. La Flota Amarilla se paralizó y acusó a

PAE por la falta de merluza en el Golfo San

Jorge. Las empresas pesqueras pidieron,

además, que la petrolera realice un resarci-

miento económico para compensar la falta de

trabajo. Y hubo incluso una presentación rea-

lizada por algunos marineros ante la Justicia

Federal santacruceña para que determine si

PAE es la responsable de la situación.

La petrolera no se quedó callada. A principios de

febrero de este año respondió con un informe de

150 páginas que fue presentado a las autorida-

des santacruceñas, en el que deslindó respon-

sabilidades. Dijo que las prospecciones sísmicas

estuvieron precedidas de su correspondiente

estudio de impacto ambiental y que se realizó un

monitoreo de la biomasa antes, durante y des-

pués de la operación. Su conclusión fue que el

estado del recurso no presentó variantes.

El propio Carlos Bulgheroni no esquivó el tema

en una entrevista que organizó PAE en Buenos

Aires con medios del interior del país, donde la

empresa tiene operaciones. “Por la actividad

que desarrollamos y que desarrollaremos en el

futuro respecto a los recursos pesqueros, no

hemos causado ni causaremos ningún daño.

En absoluto”, dijo, terminante, en declaraciones

publicadas por el diario Jornada, de Trelew. Y

agregó: “Estas discusiones entre sectores pes-

queros por el desarrollo en los mares no es sólo

en el Golfo San Jorge: es en todo el mundo”.

“No tenemos ninguna responsabilidad —insis-

tió— y en consecuencia, no tenemos nada que

ver con el tema de la pesca. Acá lo que pasó es

que parte de los recursos que pescaban en el

Golfo ahora están fuera de él. Y la madre natu-

raleza es así”.

También descartó que la pe-

trolera vaya a resarcir a aque-

llas firmas pesqueras que no

pudieron encontrar merluza.

“No pagamos ni pensamos

pagar compensaciones por-

que esto no tiene nada que ver

con nosotros”, sostuvo.

Y concluyó: “Estudiamos el

tema y no hay que olvidar que

hace años teníamos una par-

ticipación importante en una

empresa pesquera, así que al

tema lo conocemos bastante bien. Después la

vendimos, pero sabemos perfectamente bien

sobre la migración que hay de las especies por

la temperatura o por el exceso de pesca, y que,

lamentablemente, en la Argentina muchas veces

superó lo que debería haber sido”.

De hecho, aunque la pelea llegó a instancias judi-

ciales, tampoco se descarta que la falta de mer-

luza sea consecuencia del cambio climático. El

Inidep se preocupó por el tema, realizó una pros-

pección del recurso y se inclinó por esa hipótesis.

El buque de investigación Eduardo Holmberg, de

ese organismo, hizo un recorrido por el Golfo San

Jorge y comprobó la alarmante escasez de mer-

luza y también la merma de la población de lan-

gostino. Sin embargo, en el Inidep apuntan más

a la sobrepesca y a los factores climáticos como

causas de la falta de merluza.

A la misma conclusión habrían llegado algunos

informes realizados por autoridades provincia-

les, tanto de Chubut como de Santa Cruz.

Aunque no existen certezas, es probable que

tanto las empresas pesqueras como PAE tengan

algo de razón. De hecho, en el fondo, de lo que

se habla es de lo mismo: las consecuencias de

las actividades humanas sobre la naturaleza.

*Licenciado en Ciencias de la Comunicación, docente en la Facultad de

Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de

la Patagonia y jefe de Redacción del diario Jornada, de Trelew, Chubut.

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Chubut: falta de merluza, petróleo y cambio climáticoPor Adrián Sandler*

Page 27: Anuario FOPEA 2010

52 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 53

Merluza, un recurso que se exporta

Durante los últimos años, Brasil se ha man-

tenido en el primer puesto de los países

que importan la merluza argentina, mientras

que la Unión Europea (uno de los principales

destinos de las exportaciones pesqueras ar-

gentinas) es en este momento un mercado en

crecimiento, al igual que varios países asiáti-

cos como China y Japón. Los precios que se

pagan por nuestro producto varían ostensible-

mente conforme sea el país destino; por ejem-

plo, Israel paga menos de dos dólares por kilo,

mientras que Italia paga USD2,70 el kilo.

Según el informe “Exportaciones Pesqueras”,

publicado a fines de 2009 por la Dirección de

Economía Pesquera, los distintos sectores de la

industria pesquera a nivel mundial fueron afecta-

dos por la crisis internacional, que impactó en

las ventas y en los volúmenes exportados hacia

los principales mercados mundiales.

En el documento se menciona también que

la demanda de productos pesqueros ha dis-

minuido en todos los mercados de la Unión

Europea. No obstante ello, la situación varió de

país a país, dado que algunos de ellos entraron

técnicamente en recesión durante 2008, con

lo cual el comportamiento en el consumo se

diferenció en cada mercado.

En el golfo San Matías, 2009 finalizó

con la pesca sumergida en una nue-

va y profunda crisis. Casi doscientos

trabajadores en la calle y los barcos amarra-

dos a la banquina esperando mejores vientos.

“La pesca en Río Negro es una actividad mar-

ginal, los empresarios en general optan por

venir acá cuando no pescan bien en otros

lugares o como alternativa secundaria frente

a otros caladeros”, explica el

biólogo pesquero Raúl Gonzá-

lez. En la actualidad, la captura

permitida de 10.000 toneladas

anuales de merluza hubbsi

genera 1.000 empleos y un

movimiento de entre USD10 y

USD12 millones. “Es rentable”,

asegura Rubén Marziale, ex

subsecretario de Pesca de la

Nación y referente de la pesca

en la ciudad marítima rionegri-

na, San Antonio Oeste.

Sin embargo, con cíclica frecuen-

cia, la pesca transita por procesos

de “auge-ruina” que parecerían, a

esta altura, casi inevitables. Los

empresarios, ante la caída de precios, la aparición

de mejores oportunidades, los conflictos con los

trabajadores o cambios en las variables econó-

micas, deciden bajar las persianas y buscar nue-

vos horizontes. Cada dos o tres años, decenas

de trabajadores recorren las calles, queman neu-

máticos, cortan rutas o desarrollan diversas pro-

testas para recuperar su empleo. Llegan nuevas

firmas —no demasiado sólidas— para apagar

los incendios, pero el problema —luego de un

tiempo— vuelve a repetirse.

Para el ex funcionario Marziale, la pesca del

San Matías tiene privilegios que no se supie-

ron aprovechar. Uno de ellos es la autonomía

biológica del stock de merluza que lo habita,

independiente de la merluza del resto del mar

argentino y aun inmune a los problemas de

conservación que sí afectan a la población de

plataforma. Y el otro, la autarquía administrati-

va del Gobierno provincial para manejar el re-

curso, separado de las políticas nacionales.

En cuanto a lo biológico, las medidas de ma-

nejo impuestas y la misma veda económica

que redujo las capturas hacen que el stock no

atraviese serios inconvenientes y que su sa-

lud ecológica no esté en riesgo. Sin embargo,

la política de distribución de cupos entre las

empresas y la intervención del Gobierno pro-

vincial en los asuntos pesqueros dejaron en

evidencia la falta de resolución de los graves

problemas surgidos en los últimos años.

Algunos factores que afectan a la pesca en Río

Negro son compartidos con la situación nacio-

nal. Por caso, sostiene González: “Casi la totali-

dad de la producción pesquera del golfo, al igual

que en el resto del país, se exporta. Y la venta

al exterior de commodities pesqueros hace que

la actividad sea fuertemente dependiente de los

vaivenes de la economía mundial”.

Frente a este panorama, la propuesta del bió-

logo especializado radica en la elaboración de

productos derivados de la pesca que otorguen

valor agregado a los recursos extraídos, la di-

versificación de las especies que se pescan y

la redistribución de cupos entre las firmas que

acrediten seriedad, solidez y que garanticen la

preservación de los puestos de trabajo.

Por otro lado, ambos expertos coinciden en

que la pesca en la Argentina implica altos cos-

tos. “Cualquier gasto en el mar significa el doble

que en tierra”, explica González. El combustible

es el costo fijo más significativo. Frente a esta

realidad, los recursos pesqueros, propiedad

de los Estados y no de las empresas, deberían

ser administrados de manera

tal que permitan dar seguridad,

especialmente a los obreros.

“Además de la exportación,

hay que favorecer el consumo

interno”, agrega Marziale. Pero

lo cierto es que culturalmente,

en el país, es exiguo el consu-

mo de pescado. Un paso clave

para iniciar la recuperación de la

actividad sería incrementar los

niveles de venta en el mercado

local mediante fuertes campa-

ñas de promoción.

Finalmente, otro problema que

subyace a la actividad pesque-

ra es la corrupción. “La falta de

declaración de los desembarcos implica un gra-

ve daño a la actividad pesquera. Y esa práctica

está institucionalizada en los distintos puertos

del país”, coinciden González y Marziale. Las

responsabilidades involucran a patrones de los

barcos, inspectores, funcionarios y otros agen-

tes de la cadena productiva que por acción u

omisión permiten que se labren actas en las que

las declaraciones de las capturas son inferiores

a las que realmente se produjeron.

Mientras muchas de estas cuestiones no se

resuelvan, en Río Negro —como en el resto

del país— la actividad pesquera seguirá siendo

una actividad en crisis, siempre a merced de

los vientos lejanos, que a veces soplan de cola

y en otras ocasiones son fuertes temporales

que amenazan con hacer zozobrar el barco en

el que navegan miles de obreros.

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Desembarques de merluza: un análisis cuantitativo variable

Analizando el período 2000-2009, en-

contramos que los desembarques

de merluza en puertos argentinos son

fluctuantes. Por caso, en 2002 se registra un

fuerte aumento respecto al 2000 y 2001, al

superar las 340 mil toneladas,

debido al efecto de la recupe-

ración económica posterior a

la caída de la convertibilidad,

en la que tuvieron mucha

importancia actividades pri-

marias como la agricultura, la

ganadería y la pesca.

En 2004 se registraron algo

más de 400 mil toneladas de

merluza desembarcada, lo que

implicó un salto del 24,7% con

respecto al año anterior.

Por otro lado, la merluza des-

embarcada en 2008 y 2009

muestra una tendencia as-

cendente del 6,04%. El mes

de enero es el más significati-

vo para analizar los desembarques, ya que la

temporada de pesca de la variedad hubbsi se

extiende de octubre a marzo.

Durante 2008 se registraron 263.322,5 to-

neladas de merluza desembarcada, mientras

que en 2009 se descargaron 279.236 tone-

ladas. En estas cifras, se suman los desem-

barques del pescado capturado tanto al Sur

como al Norte del Paralelo 41.

Este aumento puede deberse a varios fac-

tores, aunque el más relevante parece ser la

sobrepesca de merluza, una práctica que se

considera ilegal.

Más allá de este crecimiento de la merluza

pescada entre 2008 y 2009, la revisión de los

datos a lo largo de los años permite visualizar

una tendencia a la baja de los desembarques

de esta especie en la Argentina. Por ejemplo,

en enero de 2009, se trajeron a tierra 6.708

toneladas de merluza menos que en igual

mes del año anterior, equivalente a un des-

censo del 36%.

Esta variación negativa fue más acentuada (un

6% mayor) que la que se registró para todas

las especies en igual período (-30%). Si anali-

zamos un periodo de 12 años (1996 -2007) se

verá que el total de desembarques de merluza

bajó en un 40%

La mayor caída se produjo en 2000, cuando

cayó un 50% con relación

a 1996. La actividad mos-

tró una recuperación entre

el 2000 y el 2004 (del 63%)

pero volvió a descender (un

25%) en 2007 con relación

a 2004.

Datos ofi ciales En enero de 2009, el total de

desembarques de la merluza

hubbsi fue de 13.717,2 tone-

ladas. Un año más tarde, el

volumen cayó notoriamente

a más de la mitad: 5.846,5

toneladas, lo cual representa

un descenso porcentual del 57,4%.

Esta variación fue más acentuada con relación

al total de los desembarques para todas las es-

pecies en el mismo período. Así, en enero del

año pasado, todo el pescado desembarcado

en el país sumó 29.803,7 toneladas, mientras

que en enero de 2010 ese total alcanzó las

16.515,5, toneladas, es decir un 44,6% me-

nos respecto al año anterior.

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GUILLERMO S

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Río Negro: la pesca siempre navega entre crisisPor Pedro Caram

Por Sandra Crucianelli

Por Sandra Crucianelli

Page 28: Anuario FOPEA 2010

54 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 55

PROGRAMA DE MONITOREO DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Agresiones físicas, amenazas y atentados a la prensa en el país durante 2009 y 2010

El Programa de Monitoreo de la Li-bertad de Expresión se inició a fi nes del año 2006, y cumple este año su

cuarto año de ejecución. Tiene como fi nali-dad dar a conocer las violaciones a la liber-tad de expresión, con el foco en la libertad de prensa, que ocurren en cualquier punto del país y que afectan a periodistas, medios de comunicación o auxiliares de la produc-ción de la información, como camarógra-fos, fotógrafos, etcétera. Para esto, investiga y documenta los diversos tipos de ataques, procura la protección de los agredidos, rea-liza alertas públicas y busca el compromiso público de las autoridades involucradas en la garantía de los derechos afectados.

En su tercer año de ejecución, el proyecto tuvo como objetivo una ampliación del alcan-ce de su cobertura tanto en su naturaleza te-rritorial como en su capacidad para detectar y actuar contra las variedades más importantes de limitaciones a la libertad de expresión de nuestro país. Consolidó una mayor presencia y alcance geográfi co del monitoreo enrique-ciendo el trabajo de las corresponsalías ya instaladas y buscando una mayor visibilidad e impacto social de la problemática de la liber-tad de expresión en la Argentina, mediante la difusión de la casuística por diversos medios (publicaciones en papel y digital, eventos, conferencias de prensa).

A ello se le suma el diálogo interinstitu-cional con otros actores sociales, como enti-dades gremiales, asociaciones de editores de medios y organizaciones de la sociedad civil. Asimismo, a través del trabajo con las institu-ciones del Gobierno, legislativas y judiciales, se busca el compromiso de los poderes del Estado a favor de una legislación de acceso a la información pública acorde a los principios internacionales, y de regulación de la distribu-ción de la publicidad ofi cial en todo el país.

Además, el Programa de Monitoreo bus-có consolidar la participación de FOPEA en redes internacionales que bregan por la libertad de expresión, principalmente en

América Latina, promoviendo con especial énfasis alianzas con los países del Cono Sur. Es importante remarcar que la plataforma fundamental de esta estrategia es la partici-pación de FOPEA, desde hace varios años, en la red de Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión (IFEX), que ha surgido como un mecanismo coordinado para denunciar rápidamente las infracciones a la libre expresión alrededor del mundo.

Balance 2009A comienzos de 2010 FOPEA presentó los

resultados de las investigaciones del programa durante el año 2009. Esta es la síntesis:

En 2009 se registraron 147 agresiones a la libertad de expresión, 17 casos más que en 2008. Si bien la mayoría de ellos tuvo lugar en los centros poblacionales más gran-des —lo que tiene relación directa con la cantidad de medios—, hay que resaltar la cantidad y el tipo de casos que ocurrieron en diversas provincias o localidades del inte-rior del país. Así, luego de la Ciudad Autó-noma de Buenos Aires y la propia Provincia de Buenos Aires, con 20 y 22 casos respecti-vamente, le sigue la provincia de Salta con 11 casos, entre los que, además, se encuentran al-gunos de los de más impacto. La tendencia en Salta no se revirtió, ya que algunos de los casos más graves de 2010 también tuvieron lugar en

MÓNICA BAUMGRATZ

PERIODISTA, LOCUTORA Y DOCENTE

Monitoreo 2009Agresiones a la libertad de expresión: 147

Ciudad Autónoma de Buenos Aires: 20

Provincia de Buenos Aires: 22

Dónde: Salta 11 Entre Ríos: 10

Corrientes: 9 Río Negro: 8

Mendoza: 7 Misiones: 7

Salta. Le siguen las provincias de Entre Ríos y Corrientes, con 10 y 9 casos respectivamente; Río Negro con 8, y las provincias de Mendoza y Misiones con 7 casos cada una.

Tipo de agresionesEn cuanto al tipo de agresiones, los casos

más comunes son, claramente, las agresio-nes físicas o psíquicas directas. Le siguen en cantidad los atentados a la propiedad, la emisión o la difusión. Seguramente, los más graves en este tipo de casos son los derribos de antenas transmisoras de radio, que im-plican un corte inmediato de la transmisión y dejan a una gran población sin el servicio radiofónico, pero también implican un altí-simo costo de reposición de estas, a lo que se añade que la radio permanece largo tiempo fuera del aire, dejando a los trabajadores de prensa en la incertidumbre y, muchas veces, sin ingresos económicos.

En númerosEn cantidad de casos, le siguen las ame-

nazas, incluidas amenazas de muerte, la mayoría de ellas anónimas, que envuel-ven al periodista, a su equipo de trabajo y a su entorno personal, en un clima de temor e inseguridad que afecta de manera directa e inmediata el desempeño profe-sional de este.

Tipo de agresorRespecto del tipo de

agresor, la investigación de FOPEA encontró el siguiente ranking:

1. El primer lu-gar le corresponde al “desconocido”, lo que habla del nivel de im-punidad y cobardía para atacar el discurso crítico o de denuncia, pero también de la incapacidad de la Jus-ticia para dar cuenta de su responsabilidad en la resolución de los ataques fuera de la Ley, y de las autoridades que deben garantizar el libre ejercicio del periodismo.

2. El segundo lugar de agresores lo ocu-pan los funcionarios municipales, que en general tienen relación con la forma de abu-so de poder más burdo y desenfadado.

3. En las estadísticas, le sigue el personal policial, de fuerzas militares y de seguridad en general. Estas agresiones son comunes en lugares y eventos públicos en los que actúan

más allá de los límites que su trabajo les exi-ge y refl ejan su fuerte desconocimiento del rol social del periodismo.

4. Agresiones realizadas por los propieta-rios de medios y empresarios, que se expre-san principalmente en la censura solapada pero también con agresiones directas.

5. A continuación en el ranking, están los funcionarios provinciales y nacionales, y la propia Justicia, con diversos tipos de abusos, hostigamientos y ataques.

Corresponsales del Programa de MonitoreoEl Programa de Monitoreo coordinado por Mónica Baumgratz cuenta con una red de corresponsales en las provincias

argentinas para que la acción sea inmediata y efectiva.

• Catamarca: Alejandra Saravia (diario El Ancasti)

• Córdoba: Juan Carlos Simo (diario La Voz del Interior)

• Corrientes: Agustín Alfredo Zacarías (corresponsal diario Clarín)

• Chaco: Darío Díaz (Diario Norte)

• Chubut: Diego Pérez (FM Ciudad)

• Entre Ríos: Fabián Magnotta (Agencia Diarios y Noticias)

• Jujuy: Amalia Eizayaga

• La Pampa: Gustavo Laurnagaray (El Diario de La Pampa)

• La Rioja: Julio Aiub Morales (corresponsal diario Clarín)

• Mendoza: Paola Bruno y Felipe Acevedo (diario Los Andes)

• Misiones: Itumelia Torres (Radio Nacional Misiones)

• Neuquén: Elio Brat (corresponsal diario Página/12)

• Pcia. de Buenos Aires, Conurbano Oeste: Alejandro Suárez (Diario

Mi Ciudad, Florencio Varela)

• Pcia. de Buenos Aires, Zona Sur: Sandra Crucianelli (Canal 7)

• Río Negro: Hugo Alonso (diario Río Negro)

• Salta: Elena Corvalán (Nuevo Diario)

• San Luis: Oscar Ángel Flores (corresponsal diario Clarín)

• Santa Cruz: Mariela Arias (corresponsal diario La Nación)

• Santa Fe: Gastón Neffen (diario El Litoral)

• Santiago del Estero: Julio Rodríguez (corresponsal diario Clarín)

• Tucumán: Fernando Stanich (diario La Gaceta)

• Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Soledad de Marco

MÓNICA BAUMGRATZ

PERIODISTA, LOCUTORA

Periodista y Locutora Nacional de la Escuela

Superior de Periodismo Obispo

Trejo y Sanabria, (Adscripta al Instituto

de Enseñanza Radiofónica) de Córdoba.

Licenciada en Comunicación Social de

la Universidad CAECE de Buenos Aires.

Magíster en Comunicación por la Pontifi cia

Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia.

Docente del ISER, desde 1997. Coordinadora

de Prensa y Comunicación de la Asociación

por los Derechos Civiles (ADC) desde 2003.

Miembro de FOPEA y Coordinadora de su

Programa Monitoreo de la Libertad

de Expresión.

Page 29: Anuario FOPEA 2010

56 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 57

PROGRAMA DE MONITOREO DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

FOPEA alza la voz para denunciar amenazas y agresiones a periodistas FOPEA alza la voz para denunciar amenazas y agresiones a periodistas

01/07/2010 - Alerta sobre proyecto de ordenanza contrario a la libertad de expresión en General MadariagaUn proyecto de ordenanza presentado por el bloque de concejales de Unión Pro de la localidad de General Madariaga, provincia de Bue-nos Aires, propone quitar la pauta oficial a los medios que agravien u ofendan a quienes desempeñen alguna función pública. El proyecto presentado por el concejal Santiago Arrachea también prevé sancio-nar al funcionario que mantenga la pauta a medios acusados de ofen-der, así como no darle publicidad oficial al medio por un período de dos años a partir del episodio. El proyecto propone que las personas que se sientan agraviadas denuncien ante la Municipalidad el hecho, lo que será prueba suficiente para que esta “tome los recaudos ne-cesarios”. El concejal Arrachea reconoció a FOPEA que el proyecto debe mejorarse y que fue motivado por el accionar de una emisora local en particular.

28/06/2010 - Preocupación de FOPEA por amenazas y clima hostil contra el periodismo en BarilocheFOPEA manifiesta su preocupación por las dificultades, intimidaciones y agresiones que han venido sufriendo periodistas de Bariloche que realizan su tarea informativa tras los trágicos sucesos derivados del asesinato de un joven de 15 años por un efectivo policial. Tales expre-siones de intolerancia por parte de diferentes sectores reflejan incom-prensión sobre la naturaleza de la tarea periodística y la función que esta desempeña en favor de la libertad de información y de expresión.

23/06/2010 - FOPEA repudia agresiones e intimidación de la dueña del diario Hoy a periodista de La PlataFOPEA repudia las agresiones verbales y físicas y las intimidaciones por parte de Myriam Renée Chávez de Balcedo, propietaria del diario Hoy (La Plata), contra el periodista Ramiro García Morete. Antes de ser despedido de la empresa editora del periódico platense, García Morete fue insultado y menospreciado por la directora, y luego cuando fue a reclamar una explicación acerca del motivo del despido, Chávez de Balcedo se negó a recibirlo, lo amenazó con llamar a un custodio armado y lo echó de la redacción violentamente.

17/06/2010 - FOPEA repudia las agresiones del director propietario del periódico Castellanos (Rafaela, Santa Fe) a delegados gremialesFOPEA repudia las agresiones verbales y físicas por parte de Pablo Visconti, director y propietario del diario Castellanos (de la ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fe), contra los delegados de la Asociación de Prensa de Santa Fe, que intentaban realizar el lunes 14 de junio una inspección en la redacción del medio junto a funcionarios del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de esa provincia.

10/06/2010 - FOPEA repudia trato violento y detención a un equipo periodístico de Salta por parte de gendarmesFOPEA repudia el trato violento a un equipo periodístico salteño, cuan-do sus integrantes intentaban regresar desde la provincia de Jujuy y

fueron interceptados por oficiales de la Gendarmería Nacional. Ade-más, los gendarmes les secuestraron material de video a los periodis-tas, les rompieron sus equipos de trabajo y detuvieron violentamente al conductor del ciclo televisivo Zona Franca, Jorge Alberto Martínez, quien estaba acompañado por sus dos hijos camarógrafos y el técnico José Rueda.

14/05/2010 - FOPEA repudia agresiones a periodistas de Canal 5 deCatamarca y su exclusión de una conferencia de prensa del gobernadorFOPEA repudia la agresión al camarógrafo de Canal 5 de Catamar-ca, Fabio Guardone, por parte de la custodia del gobernador de esa provincia, Eduardo Brizuela del Moral, y la exclusión del periodista Axel Romero de la conferencia de prensa que iba dar el mandatario el 11 de mayo.

14/05/2010 -FOPEA repudia y alerta por graves hostigamientos policialesa periodista de TartagalFOPEA repudia y alerta por la persecución policial al periodista José Piedra, de FM Chaco, en la ciudad de Tartagal, en el extremo norte de la provincia de Salta. El periodista relaciona el hostigamiento con la cobertura periodística que realizó de presuntas torturas a detenidos por parte de efectivos policiales.

11/05/2010 - FOPEA repudia hostigamiento y agresión a dos periodistas de la provincia de SaltaFOPEA repudia el hostigamiento judicial y la persecución policial contra el reportero gráfico Rolando Díaz, que se desempeña en el matutino Nuevo Diario, de la provincia de Salta. También alerta sobre la agresión de la que habría sido objeto el pasado 28 de abril el periodista Jaime Barrera, corresponsal del diario El Tribuno en la localidad de Rosario de Lerma, en esa misma provincia. Barrera además sufre una continua discriminación por ser extranjero.

27/04/2010 - FOPEA repudia agresiones a fotógrafos en Chaco y Santa CruzFOPEA repudia la detención de Gustavo Torres, fotógrafo de El Dia-rio de la Región, de Resistencia (Chaco), mientras cubría un hecho policial, y la eliminación de algunas de las fotos que había sacado del incidente. Asimismo, FOPEA rechaza la intimidación sufrida por el reportero gráfico Alcides Quiroga, del diario La Prensa de Santa Cruz, quien fue amenazado por dirigentes sindicales el viernes 16 de abril, en Caleta Olivia, y obligado también a borrar el material foto-gráfico que había tomado de un piquete que estaban realizando en la madrugada.

16/04/2010 - FOPEA repudia aparición de afi ches contra periodistasAnte la aparición de carteles anónimos pegados en algunas zonas de la ciudad de Buenos Aires que intentan deshonrar y denigrar a profesionales que se desempeñan en diferentes medios del grupo Clarín, con un procedimiento cobarde que se acerca a las prácticas de señalamiento fascistas, FOPEA advierte sobre la peligrosidad de

este hecho para toda la sociedad argentina, no solo para quienes ejercemos el periodismo. Esta clase de hostigamiento genera un cli-ma de presión a los profesionales y podría desencadenar situaciones de mayor gravedad.

08/04/2010 - FOPEA repudia amenazas de muerte a periodistas de La Voz del interior y Canal 10 de CórdobaFOPEA repudia las amenazas de muerte y las intimidaciones recibidas por parte de los periodistas cordobeses Guillermo Bahr, Juan Federico y Tomás Méndez, y reclama a las autoridades locales protección para los colegas y sus familias, así como una exhaustiva investigación de los hechos.

29/03/2010 - FOPEA repudia ataque incendiario contra el automóvil de periodista de Caleta OliviaFOPEA repudia el ataque incendiario del que fuera víctima la periodis-ta Adela Gómez, en Caleta Olivia, Santa Cruz, y solicita a la Justicia el rápido esclarecimiento de los hechos, y al Gobierno de Santa Cruz que tome todas las medidas para garantizar el ejercicio libre e inde-pendiente del periodismo en la provincia.

23/03/2010 - FOPEA reclama el esclarecimiento por interferencias a tres radios en la ciudad de Orán, SaltaFOPEA reclama a la municipalidad de San Ramón de la Nueva Orán, Salta, que aporte a la Justicia local información relevante para determinar quiénes fueron los responsables de las interferencias cau-sadas contra tres radios locales, las que habrían sido afectadas mediante la utilización de equipos de transmisión instalados deliberadamente en la Casa de la Cultura, organismo dependiente de di-cho municipio.

25/02/2010 - Alerta por detención irregular de un camarógrafo de Canal 9 mientras cubría un episodio policialFOPEA reclama a las autoridades de la Policía Fe-deral y del Ministerio del Interior que investiguen y sancionen a los responsables de la detención irre-gular del camarógrafo de Canal 9 Gastón Reyes, por parte de efectivos de la citada fuerza el pasado martes 23 de febrero. De acuerdo a versiones pe-riodísticas y al propio relato de Reyes, los agresores serían el oficial subinspector Julio Ricardo Kieffer Suárez, de la comisaría 29.º, y un cabo pertene-ciente a la comisaría 53.ª, quien habría participado de la golpiza y detención del trabajador de prensa.

20/02/2010 - FOPEA alerta por intimidaciones a periodistas en Andalgalá, Catamarca en el medio de la confl ictiva situación social

FOPEA reclama que en medio de la conflictiva situación que se vive en la localidad de Andalgalá (Catamarca) entre pobladores que protestan contra el emprendimiento minero de Agua Rica y las fuerzas de segu-ridad que días atrás reprimieron a los manifestantes, se permita a los profesionales de prensa realizar su trabajo informativo sin agresiones, presiones ni amenazas.

17/02/2010 - FOPEA repudia la agresión a periodista en La Leonesa, Chaco, cuando cubría una movilización vecinalFOPEA repudia la agresión sufrida el pasado martes 9 de febrero por el periodista Dante Gustavo Fernández, en La Leonesa, Chaco, y solicita a la Justicia el esclarecimiento de lo ocurrido y la sanción a los atacantes.

13/02/2010 - FOPEA condena las intimidaciones y el daño intencional a un equipo periodístico de Canal 13 en FormosaFOPEA condena el hostigamiento sufrido por el equipo del noticiero de Canal 13 y Todo Noticias en Formosa, por considerarlo un intento de impedir el libre ejercicio de la tarea periodística, con el consiguiente perjuicio al derecho de los ciudadanos a estar informados.

25/01/2010 - A trece años del crimen de José Luis Cabezas, FOPEA reclama el encarcelamiento de todos sus asesinos

En un nuevo aniversario del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, FOPEA vuelve a exigir que se haga efectiva la prisión para todos sus responsables, tal como se ha dictaminado en distintas instancias de la Justicia.

Page 30: Anuario FOPEA 2010

58 :::: ANUARIO 2010

Ataques a la libertad de expresión durante 2010Entre los casos más destacados de los últimos meses, podemos encontrar los siguientes:

Atacan nuevamente a la radio neuquina FM Arco Iris - 09/01/2010El 9 de enero FM Arco Iris de Loncopué sufrió el robo y daño intencional

de equipos de transmisión, en la localidad de Loncopué, provincia de

Neuquén, lo que la dejó fuera del aire hasta el 25 de enero, cuando

retomó la transmisión de manera precaria. Este es el tercer atentado que

sufre la emisora en menos de un año.

Agresión a periodista radial en Chaco - 9/02/2010Dante Gustavo Fernández, titular de FM Frontera, de Las Palmas (localidad

ubicada a unos 90 km de Resistencia), y conductor del programa La Maña-

na de Todos, concurrió a La Leonesa para cubrir una movilización vecinal en

reclamo del cese de fumigaciones por avión con agrotóxicos en las planta-

ciones de arroz. Cuando se preparaba para salir al aire, llegó el intendente

José Ramón Carbajal (Partido Justicialista), de cuya camioneta descendie-

ron dos colaboradores, quienes comenzaron a golpear a Fernández.

Intimidaciones y daño intencional a equipo periodístico de Canal 13 en Formosa - 12/02/2010El amedrentamiento sufrido en la ciudad de Formosa por los periodistas

y camarógrafos de Canal 13 y Todo Noticias en Formosa se reiteró en

diversas ocasiones durante la cobertura del estado sanitario del Hospital

Central y el de la Madre y el Niño, al punto de que debieron salir escol-

tados de la provincia por oficiales de Gendarmería por temor a posibles

agresiones en la ruta.

Intimidaciones a periodistas en Andalgalá, Catamarca - 20/02/2010FOPEA alertó sobre la conflictiva situación que se vive en la localidad de An-

dalgalá, Catamarca, entre pobladores que protestan contra el emprendimien-

to minero de Agua Rica y las fuerzas de seguridad que días atrás reprimieron

a los manifestantes, debido a que no se permite a los profesionales de prensa

realizar su trabajo informativo libre de agresiones, presiones o amenazas.

Detención irregular de un camarógrafo de Canal 9, de la ciudad de Buenos Aires - 23/02/2010El camarógrafo de Canal 9 Gastón Reyes fue detenido de manera irre-

gular por efectivos de la Policía Federal el 23 de febrero. De acuerdo a

versiones periodísticas y al propio relato de Reyes, los agresores serían

el oficial subinspector Julio Ricardo Kieffer Suárez, de la comisaría 29.º, y

un cabo perteneciente a la comisaría 53.º, quien habría participado de la

golpiza y detención del trabajador de prensa.

Juicio en Río Cuarto a periodistas por la cobertura del caso de Nora Dalmasso - 25/2/2010El viudo de Nora Dalmasso, Marcelo Macarrón, lleva adelante un juicio

contra el periodista de Río Cuarto, provincia de Córdoba, Hernán Vaca

Narvaja, director de la revista El Sur, y contra Alejandra Elstein, directo-

ra del semanario local Otro Punto, por supuesto daño moral. Macarrón

cuestiona sus coberturas del crimen de Nora Dalmasso, ocurrido el 25

de noviembre de 2006.

Interferencias intencionales a tres radios de Orán, Salta - 23/03/2010Los directores de Radio Cadena NOA, Samuel Huerga; Radio Ciudad,

Gloria Seco, y Radio A, Raúl Sánchez, presentaron el 15 de marzo una

denuncia ante la Fiscalía Federal de Orán, a cargo de José Luis Bruno,

dando detalles de las interferencias sufridas, que en algunos casos datan

de bastante tiempo atrás. El equipo que realizaba las interferencias había

sido instalado en la Casa de la Cultura municipal.

Ataque incendiario contra automóvil de periodista de Caleta Olivia, Santa Cruz - 29/03/2010 Adela Gómez es cronista de la emisora Radio 21, de Caleta Olivia (lo-

calidad ubicada a 80 km al sur de Comodoro Rivadavia, capital de la

provincia de Santa Cruz) y, en la madrugada del 28 de marzo pasado,

entre las 3.30 y 4 AM, su automóvil fue rociado con un líquido inflamable

y prendido fuego. El auto se encontraba estacionado frente a la casa de

la periodista, quien fue alertada por vecinos del incidente. Las pericias

realizadas la madrugada determinaron que la Policía provincial investigue

los hechos bajo la figura de “daño intencional”.

Amenazas de muerte a periodistas de Córdoba - 08/04/2010Los periodistas Juan Federico, del diario La Voz del Interior; Tomás Mén-

dez, conductor del programa periodístico ADN, que se transmite por

Canal 10, y su productor Guillermo Bahr denunciaron haber recibido

amenazas de muerte e intimidaciones entre el día 6 y 7 de abril, y las

relacionaron con sus respectivas coberturas periodísticas sobre la distri-

bución minorista de droga en la ciudad de Córdoba.

Carteles anónimos contra periodistas en la ciudad de Buenos Aires - 15/4/2010El mismo día en que se realizó una multitudinaria marcha a favor de la

vigencia de la nueva ley de servicios audiovisuales, aparecieron en algu-

nas zonas de la ciudad de Buenos Aires carteles anónimos pegados en

que intentan deshonrar y denigrar a profesionales que se desempeñan

en diferentes medios del Grupo Clarín.

Detención arbitraria de fotógrafo por policías en Chaco - 20/4/2010Gustavo Torres, fotógrafo de El Diario de la Región, de Resistencia (Cha-

co), fue insultado y apresado por el agente de la Policía provincial Hugo

Gustavo Olivello, el 20 de abril, cuando el reportero gráfico intentaba to-

mar fotos de una mujer que yacía sin conocimiento en la vía pública.

Agresiones a periodistas de Canal 5 de Catamarca y su exclusión de una conferencia de prensa del gobernador - 11/05/2010El camarógrafo de Canal 5 de Catamarca, Fabio Guardone, fue agredido

por parte de la custodia del gobernador de esa provincia, Eduardo Bri-

zuela del Moral, y el periodista Axel Romero fue excluido de la conferencia

de prensa que iba dar el mandatario provincial.

Graves hostigamientos policiales a periodista de Tartagal - 14/05/2010FOPEA alertó por la persecución policial al periodista José Piedra, de FM

Chaco, en la ciudad de Tartagal, en el extremo norte de la provincia de Salta.

El periodista relaciona el hostigamiento con la cobertura periodística de pre-

suntas torturas que realizó a detenidos por parte de efectivos policiales. Piedra

se vio obligado a sacar a su familia de la provincia para resguardarla.

Trato violento y detención de equipo periodístico de Salta por parte de gendarmes - 10/06/2010El hecho tuvo lugar cuando los periodistas intentaban regresar desde la

provincia de Jujuy y fueron interceptados por oficiales de la Gendarmería

Nacional. Además, los gendarmes les secuestraron material en video, les

rompieron sus equipos de trabajo y detuvieron violentamente al conduc-

tor del ciclo televisivo Zona Franca, Jorge Alberto Martínez, quien estaba

acompañado por sus dos hijos camarógrafos y el técnico José Rueda.

PROGRAMA DE MONITOREO DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

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60 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 61

PROGRAMA DE MONITOREO DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

FERNANDO J. RUIZ

INVESTIGADOR Y DOCENTE

Es profesor e investigador de Periodismo y

Democracia en la Facultad de Comunicación

de la Universidad Austral, donde también es

secretario académico.

Autor de los libros Las palabras son

acciones. Historia política y profesional de La

Opinión de Jacobo Timerman (Perfi l, 2001),

Otra grieta en la pared. Informe y testimonios

de la nueva prensa cubana (Fundación

Adenauer/La Crujía, 2003), El señor de

los mercados. Ambito Financiero, la City y

el poder del periodismo económico desde

Martínez de Hoz a Cavallo (El Ateneo, 2005).

Escribe regularmente artículos académicos

en revistas especializadas. Elabora

semestralmente el Informe de Indicadores

de Periodismo y Democracia a Nivel Local

en América Latina para la fundación CADAL.

Su última publicación fue Fronteras móviles:

caos y control en la relación entre medios y

políticos en América Latina. Es miembro de

la Comisión Directiva de FOPEA.

“Hacia una agenda integral de la libertad periodística”

Este documento pretende promover la discusión sobre una visión más abarcativa de la libertad de prensa en

la Argentina. Es fruto de las actividades e inquietudes que viene desplegando FOPEA desde hace varios años para contribuir a la mejora del periodismo.

Entre esas lecciones de la vida cotidiana de la organización, se encuentra el Progra-ma de Monitoreo, que intenta proteger al periodismo local desde Jujuy hasta Tierra del Fuego. Este trabajo está basado en la recolección y el procesamiento de informa-ción que realiza la red completa de moni-tores coordinados por Mónica Baumgratz. Por lo tanto, si bien este documento tiene un responsable fi nal, su inspiración provie-ne más bien del pensamiento colectivo y en movimiento de una organización con pre-sencia nacional.

El Monitoreo de FOPEA se ha consoli-dado en estos últimos años y está en todas las provincias, es cada vez más el referente principal en el país. Durante 2009 se ana-lizaron 147 casos, de los cuales la mayoría correspondía a agresiones directas. Pero en este documento no vamos a profundizar so-bre lo que ya está funcionando bien, sino sobre lo que consideramos que todavía nos falta desarrollar.

Para esto, elaboramos un cuestionario, con Andrés D’Alessandro y Mónica Baum-gratz, con el cual poder hacer una radiogra-fía de las actuales limitaciones geográfi cas y conceptuales del Monitoreo. Lo respon-dieron 23 monitores en sus respectivas pro-vincias, por lo que podemos ofrecer ahora información muy fresca y local sobre el es-tado de situación de esta herramienta clave de FOPEA.

Funciones del monitoreoLos sistemas de monitoreo cumplen, por

lo menos, cinco funciones:1. Función defensiva. Intenta fortalecer

la posición de las víctimas y potenciales víc-timas para defenderlas frente a todo tipo de agresiones.

2. Función reparadora. Intenta reparar el daño realizado contra la libertad periodís-tica mediante la alerta o la denuncia.

3. Función preventiva. Avisa a los po-tenciales agresores de la libertad periodística que su reputación pública puede ser seria-mente afectada.

4. Función docente. Permite hacer el mapa de limitaciones que tiene la libertad periodística y analizar sus problemas princi-pales. También permite que los medios, los periodistas y la sociedad en general conoz-can mejor sus derechos.

5. Función concientizadora. Hacer ver esos obstáculos a los propios periodistas, quienes muchas veces naturalizan esas ba-rreras y de esa forma contribuyen a soste-nerlas. Esta es una de las funciones clave del Monitoreo: desnaturalizar. De esa forma se puede contar con la fuerza de los periodistas de cada provincia para poder enfrentar esas barreras, visibles o invisibles, pero constan-tes, a la libertad de desarrollar su trabajo. Es habitual que los periodistas no denuncien determinadas situaciones porque las con-sideran inmodifi cables por haber existido siempre.

El planteo conceptualNuestra principal herramienta para de-

fender la libertad periodística es el Moni-toreo, pero debemos ampliarlo y comple-mentarlo con otras iniciativas para poder sostener este enfoque conceptual más am-plio. Nuestra función consiste en contribuir

Síntesis de la presentación realizada durante la Conferencia“La libertad de expresión más allá de las fronteras”. Análisissobre la situación en la Argentina, Brasil, Chile y Paraguay.

a hacer cada vez más amplio el criterio de noticiabilidad, y a evitar que se reduzcan sus márgenes. Los actores con recursos violen-tos, las presiones políticas, económicas y so-ciales, las ideologías, las rutinas periodísticas e incluso variantes de la propia autocensura del periodista son todos fi ltros que reducen la noticiabilidad.

La noticiabilidad periodística se va cons-truyendo en un conjunto de interacciones entre varios actores externos e internos del medio. Cualquiera de esas interacciones puede matar una noticia de gran interés público, y así la ciudadanía se pierde esa in-formación.

Por eso, en FOPEA debemos ir ajustan-do nuestra visión conceptual y los procedi-mientos para visibilizar lo más posible todas esas interacciones que limitan la noticiabi-lidad, y así poder liberar esa información sensible atrapada en esos controles general-mente invisibles.

Gestión y control de la informaciónEn nuestro análisis, hay cuatro niveles

de gestión y control de la información en el interior de un medio: dueños, directivos, editores y periodistas. A partir de diferen-tes relaciones que establecen con el entorno exterior, cada nivel construye una red de vínculos que condiciona su criterio de no-ticiabilidad. Como si fueran muñecas rusas, cada nivel en el interior del medio va limi-tando un poco más la noticiabilidad hasta que, fi nalmente, ese medio de comunica-

ción produce su mensaje.El entorno exterior está formado por ac-

tores políticos, económicos y sociales que intentan infl uir sobre la producción perio-dística. Son actores que incluyen a los pode-res políticos y económicos más infl uyentes, una cada vez más amplia y sofi sticada red de comunicadores institucionales, fuentes in-formativas de distinta jerarquía distribuidas por toda la sociedad, hasta difusas concep-ciones de la audiencia y concepciones ideo-lógicas que condicionan la noticiabilidad periodística.

Todo ese magma de infl uencias es proce-sado por cada nivel de la pirámide de gestión y control, que internaliza esas demandas del entorno externo y luego se confronta en el interior del medio de comunicación, para fi -nalmente producir una resultante que cons-tituye la oferta periodística de este medio.

La relación entre los cuatro niveles de ges-tión y control depende de cada medio de comunicación y de cada circunstancia his-tórica, pero en todos los medios se produce una interacción entre ellos que da fi nalmen-te un determinado producto periodístico.

En general, esta pirámide es invertida, pues el mayor poder se encuentra en el nivel 1 (dueños) y el menor poder, en el nivel 4 (periodistas), pero eso también puede variar en cada medio y en cada circunstancia. Hay momentos históricos en los que los niveles superiores conceden casi total autonomía

a su redacción, y otros en los que esa

autonomía se redu-ce mucho.

Dueños y directivos El primer y el segundo

nivel de control son los de los dueños y directivos de los me-

dios, que establecen relaciones políticas y económicas con el poder

político y económico, y eso defi ne la primera frontera de la libertad perio-

dística. En la Argentina, las relaciones económicas van desde fondos directos a través de publicidad ofi cial o de la banca pública hasta la concesión de negocios a los directivos de los medios en otros ru-bros, como empresas constructoras, pro-visión de medicamentos, organización

de eventos musicales, trabajos de imprenta para épocas electorales, etcétera.

Hay un ejercicio pendiente que consiste en analizar la diferencia entre censura inter-na, línea editorial y criterio periodístico. No es fácil precisar los límites, pero existe una distinción entre esos tres elementos que, en la medida en que se conceptualicen mejor, será muy útil poner a disposición de los profesionales. La línea editorial y el criterio periodístico forman parte de los derechos de los directivos y editores de un medio de comunicación. Pero hay algunos casos en los que es legítimo argumentar que hay censura interna, que excede el ámbito de una legítima decisión editorial y periodísti-ca, y que nos indicaría que estamos frente a una eventual situación de censura. Este es el caso, por ejemplo, en que un medio de comunicación, el cual sostiene que pretende hacer periodismo de calidad, conoce infor-mación decisiva para entender un tema de gran interés público y no se la ofrece a la comunidad. En muchos medios argentinos privados y estatales, esta práctica es genera-lizada, y hasta ahora nuestro Monitoreo no da cuenta en esto. Por este y otros temas, es necesario ir mejorando nuestra conceptua-lización para poder liberar esas informacio-nes, perspectivas o temas que quedan fuera de la agenda.

En el análisis de nuestros monitores, sur-ge una enorme cantidad de situaciones en las cuales los directivos establecen un “corra-lito” muy estrecho. Varios medios grandes y chicos, enfrascados en batallas políticas, es-trechan notablemente la libertad de la redac-ción. En el Gran Buenos Aires, la mayoría de los medios está al servicio de las estructuras de poder político local pero, generalmente, sin propiedad directa de algún político. Si bien la propiedad directa de medios de co-municación por parte de los políticos existe, no es un modelo tan extendido como en otros países, como por ejemplo Brasil. Hay algunos sistemas de medios provinciales casi totalmente controlados por políticos, como ocurre en Jujuy o en San Luis. La novedad sería que la propiedad directa de medios por parte de los políticos estaría creciendo.

Las radios de AM en Santa Fe, Neu-quén y Entre Ríos, así como la prensa gráfica en Catamarca y Santiago del Es-tero, son ejemplos de medios con poca

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PROGRAMA DE MONITOREO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

libertad periodística, según nuestros mo-nitores. A estos se suman lógicamente los medios que incuba la política —la ma-yoría ahora digitales y algunos en papel y gratuitos— y los programas de radio y televisión pensados para incorporarse a la maquinaria propagandística de algún interés político particular. Hay medios que se convierten en voceros electorales, como en el caso de Corrientes, y diarios en la mayor parte de las provincias que están al servicio manifiesto de un interés político o económico. Santa Cruz es un caso notable de creación de medios de comunicación que son solventados por la publicidad oficial, y en una provincia de la Mesopotamia, un multimedio nuevo se quedaría con más de la mitad de la pauta publicitaria provincial total.

En el caso de los medios estatales, mu-chos de ellos están al servicio de la propa-ganda ofi cial, como ocurre en La Rioja, Río Negro, La Pampa, Misiones, Tucumán, Neuquén, Chubut y Entre Ríos. Existen, por supuesto, islas de calidad en estos me-dios estatales pero suelen durar solamente mientras sobrevive el poder ocasional de al-gún funcionario.

Las relaciones de censura y de propa-ganda que se pueden establecer entre el entorno exterior y la cúpula empresarial de los medios son a veces voluntarias y otras veces no tanto, pero el efecto es el mismo: la noticiabilidad en ese medio se restringe severamente.

Aquí queremos destacar cinco elementos que deben incorporarse a nuestra visión de la libertad periodística:

1. Publicidad ofi cial. La relación que los dueños y directivos mantienen con la pauta ofi cial en su comunidad es un factor esen-cial en la delimitación del “corralito” de no-ticiabilidad que hacen en su redacción. Es verdad también que, en muchas comunida-des del país, la forma más estable y duradera de hacer sustentable un medio proviene de los fondos públicos.

La publicidad ofi cial tiene esa doble faz de control y subsidio que es necesario anali-zar y reglamentar más fi namente.

2. Agentes de concentración publicitaria. El poder de fi jación de agenda de un anunciante

está directamente relacionado con la depen-dencia económica que genera para la susten-tabilidad del medio. Y hay un factor clave que facilita esta relación de censura y propaganda. En varias plazas, la concentración publicitaria es un mecanismo de coerción tanto por parte de empresas como de funcionarios. Cuando una agencia de publicidad controla una gran cartera de anunciantes, tiene el poder de in-ducir la censura de los medios. Agencias de este tipo existen, por lo menos, en Bahía Blanca, Corrientes, San Luis, Chaco y Entre Ríos. En algunas de estas provincias, el Esta-do las subcontrata para coordinar parte de su gasto publicitario. Un empresario asesinado en octubre de 2009 en Corrientes gestionaba una de estas agencias.

3. Megaanunciantes. Las cámaras y em-presas privadas son también un actor con el cual dueños y directivos de medios es-tablecen relaciones políticas y económicas que pueden afectar la calidad de la agenda informativa. Nuestros monitores indicaron petroleras en varias provincias patagónicas, empresas de colectivos en Entre Ríos, hote-les en Mendoza, mineras en el Noroeste y Cuyo, tanineras en el Chaco, casinos en La Pampa y provincias del Sur, pesqueras en Chubut, exportadoras de frutas en el valle del Río Negro, plantas industriales elabo-radoras de celulosa y papel en Misiones, tabacaleras en Jujuy y Misiones, y diversas concesionarias de servicios públicos clave en varias ciudades. En algunas provincias, como Santa Fe, también fueron señaladas organizaciones sindicales que presionan a la prensa con su gasto publicitario.

4. Abuso de posición dominante. Son ejercidas por un medio pueden limitar el desarrollo periodístico en esa comunidad.

En otras industrias argentinas hay más experiencia en el análisis de estos abusos, pero en el campo de los medios recién está creciendo. En general, los medios más po-derosos de cada zona suelen ningunear a los más pequeños, por ejemplo, en las primicias informativas que estos pueden obtener. En una provincia, las radios de AM presiona-ron al Gobierno para que no paute en las FM si estas no tienen aprobación de la auto-ridad regulatoria. En otra provincia, un gru-po periodístico muy importante obligaría a funcionarios, jueces y legisladores a que les

informen exclusivamente a ellos. Hay varias comunidades donde solo hay una AM o un solo cable, y curiosamente no puede lograr su aprobación ningún otro operador. Pero en la mayoría de las provincias, nuestros monitores no detectan prácticas de abuso dominante por parte de algún medio po-deroso u ofrecen comentarios creíbles pero poco fundamentados.

Debemos estudiar más a fondo estas prác-ticas para aprender a detectarlas donde efec-tivamente existen. En la medida en que el desarrollo de los medios siga estando muy limitado, es más posible que se produzcan situaciones de concentración que afecten la calidad de la agenda.

5. La autoridad regulatoria. Es también un factor importante dado que los empresa-rios de radio y televisión dependen de estas autoridades para obtener y conservar sus licencias.

Varios monitores señalaron prácticas res-trictivas de la autoridad regulatoria. Hay muchas emisoras que viven con incerti-dumbre sobre su continuidad, lo que termi-na funcionando como una presión sobre su agenda periodística; y hay también procesos de inspección, multas o cierres como repre-salia por parte de las autoridades locales.

Nuestros monitores deberán ir desarro-llando la pericia necesaria para monitorear la actuación de la autoridad regulatoria en cada comunidad.

Editores y periodistasEl tercer y el cuarto nivel de control en

el interior de los medios tienen que ver con los editores y los periodistas. Los periodistas en sus medios perciben claramente el clima de lo que es noticiable y lo que no. Por la línea editorial expresada en un medio, por la ideología, por la tradición que existe en cada redacción sobre los límites de lo que se puede decir y lo que no, y por señales diver-sas que se emiten desde la cúpula, se va con-formando un “corralito” de noticiabilidad en el interior del cual editores y periodistas realizan su trabajo.

Los periodistas perciben señales de censu-ra desde la cúpula, generalmente ambiguas, y eso genera un efecto de ampliación hacia la base de la redacción. Ese conjunto de se-

ñales va construyendo un clima que funcio-na como un corsé para determinados temas, y no suele ser muy necesario explicitarlo.

Por ejemplo, cuando los periodistas perci-ben que su sueldo lo paga la publicidad ofi -cial, es posible que ellos mismos se cuiden de no afectar la llegada de ese fl ujo de dine-ro. Y en algunos casos, hasta puede ocurrir que sean más precavidos con el tratamiento de determinada información de lo que lo serían los propios directivos.

Pero respecto a ese “corralito” establecido por los dueños y directivos, hay que agre-gar que en la Argentina muchos editores y periodistas también establecen relaciones de censura y de propaganda con poderes polí-ticos y económicos. Por lo tanto, hay una construcción de nuevos “corralitos” en el interior del primer “corralito” diseñado por los directivos. En este nuevo círculo, son algunos editores, o incluso periodistas, los que confi guran sus propias relaciones polí-ticas y económicas con el entorno exterior al medio, y así se estrechan aún más los lí-mites de lo noticiable. De acuerdo a varios de nuestros monitores, esta es una práctica conocida y aceptada por jefes, dueños de medios y por el periodismo en general.

Como mucho, por ejemplo, el pedido de los superiores a estos periodistas es que “no se excedan” en la publicación de notas favo-rables a determinado candidato.

Nuestros monitores han reseñado varios distritos donde los periodistas reciben la pu-blicidad ofi cial o privada en forma directa, ya sea a través de programas propios, a tra-vés de un pago directo sin contrapartida pu-blicitaria (aunque sí periodística), o a través de un cargo en alguna dependencia estatal. A veces también se trata de la contratación de familiares o la cesión de viviendas. Es habitual, por otro lado, que cámaras em-presarias o empresas importantes de la zona contraten periodistas relevantes para produ-cir algún material informativo, o para que los asesoren en la relación con la prensa y su imagen. En provincias como Chaco, Co-rrientes y Chubut, los monitores sostienen que la distribución de dinero entre periodis-tas es una práctica común.

Hay dos factores decisivos que se suman en este nivel de editores y periodistas para

limitar la información difundida a los ciu-dadanos:

a) Bloqueo a las fuentes informativas. Otro de los campos en el que posiblemente el Monitoreo deba ingresar es en la libertad de expresión de las fuentes informativas. Hay numerosos casos en los cuales en forma arbitraria se silencia a personas que tienen información de bien público para proteger a algún poder establecido.

Hace poco tiempo, en la provincia de Santa Cruz, una empleada municipal fue sancionada por haber hecho una denuncia en una radio sobre el mal estado de los ba-ños de una escuela. En temas de sanidad, es frecuente, en todo el país, la restricción de hablar con los medios a los empleados de los hospitales, no por razones preventivas, sino para evitar difundir situaciones críticas. La calidad de la información, todos lo sabe-mos, también depende de la protección de las fuentes.

b) Las audiencias. Las audiencias en va-rios casos también suelen reforzar la censura interna. En el confl icto entre el Gobierno y el campo, muchos medios se sintieron pre-sionados para acompañar el reclamo social a favor del campo; lo mismo con otras activi-dades productivas de las que la comunidad es muy dependiente.

Esas empresas generan muchos puestos de trabajo y eso también presiona la agenda y a los periodistas. Se genera un clima de bene-volencia y protección con el emprendimien-to empresario que representa un actor priva-do clave del desarrollo de esa comunidad.

Huecos informativosTenemos que avanzar también sobre las

sombras geográfi cas del Monitoreo, y para eso debemos revisar nuestros vacíos. En ge-neral, son dos tipos de zonas las que tienen un monitoreo de baja intensidad: las zonas rurales y las zonas que tienen muy baja ca-lidad democrática (zonas muy pobres en las grandes ciudades, departamentos de muy poco desarrollo en el interior de las provin-cias, etcétera). Esas zonas no son visibles en nuestro Monitoreo porque prácticamente no hay actividad periodística o, si la hay, no alcanzan a tener la capacidad de alertar so-

bre lo que está pasando.Nuestros monitores señalan los siguien-

tes como lugares donde existen difi cultades para llevar a cabo el Monitoreo: en el Gran Buenos Aires, tiene muy poca intensidad, excepto en la Zona Sur y las zonas cerca-nas a Florencio Varela, por lo tanto falta cubrir mejor el Oeste y el Norte; el norte de la provincia de Neuquén; Feliciano y otras localidades en el norte de Entre Ríos; la zona oeste de Catamarca; el noroeste del Chaco; localidades de La Rioja alejadas de la capital, como Chepe al Sur o Vinchina al Norte; las poblaciones de menos de 2 mil habitantes en Santiago del Estero, donde no hay servicios básicos, como señal de celular o Internet; la zona de Caleta Olivia, Pico Truncado, Las Heras y Los Antiguos en San-ta Cruz; el oeste de La Pampa; el noreste de Misiones, sobre todo los departamentos de 25 de Mayo, San Pedro, General Belgrano y Guaraní; la provincia de Santa Fe donde sería bueno desdoblar el Monitoreo en las ciudades de Santa Fe, para cubrir el Norte, y Rosario, para abarcar también el Sur.

ConclusiónLa consecuencia de esta superposición de

censuras es la organización de cierto silencio estructural sobre algunos temas o perspec-tivas que son esenciales para la comunidad. Al preguntarles a nuestros monitores qué te-mas percibían que se quedaban afuera de la agenda, los más mencionados fueron:

• Corrupción política.

• Problemas ecológicos producidos por las empresas.

• Comercio de drogas.

El objetivo de la acción de FOPEA es que estos tres temas y los otros que pue-dan surgir en el futuro lleguen a la agenda en forma sostenida y profesional en todas las provincias argentinas. Por eso, es nece-sario seguir trabajando para poder hacer visibles las diferentes formas de censurar la información. Todos los actores del pro-ceso informativo son también potenciales censuradores, por lo tanto, hay que anali-zar en qué medida cada actor contribuye o no al bloqueo de información sensible de interés público.

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LA AGENDA DE FOPEA

Actividades en el primer semestre de 2010 6 de julioBahía Blanca, provincia de Buenos Aires

EXPOSICIÓN DE JIM ROWE: LA CRISIS FINANCIERA EN EL PERIODISMO Y EL SURGIMIENTODE NUEVOS MODELOS INFORMATIVOS Rowe fue durante 35 años editor y reportero en The Washington Post. Comenzó con la cobertura de temas vinculados a la política econó-mica norteamericana y mundial, en particular la rusa. En 1979 pasó a ser corresponsal en la ciudad de Nueva York hasta 1982, cuando regresó a Washington para seguir la crisis económica de América Latina. En 1987 comenzó a desempeñarse como editor y en 2000 creó la edición temprana dominical, al frente de la cual estuvo hasta su retiro en 2006. Actualmente es miembro del directorio del World Press Institute.

2 de julioSan Salvador de Jujuy

TALLER SOBRE PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN El taller se extendió a lo largo de media jornada y estuvo dictado por Gabriel Michi. El presidente de FOPEA se refi rió a las condi-ciones para realizar periodismo de investigación en la Argentina, e hizo un repaso de algunas de las principales investigaciones de los últimos años en el país.

2 de julioSan Salvador de Jujuy

CHARLA-DEBATE SOBRE LOS DESAFÍOS DEL PERIODISMO Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓNParticiparon María Inés Zigarán, docente de la Universidad Católica de Santiago del Estero; Jim Rowe, ex editor de The Washington Post; Amalia Eizayaga, periodista; César Arrueta, docente de la Universi-dad Nacional de Jujuy; y Fabio Ladetto, periodista de La Gaceta de Tucumán y vicepresidente de FOPEA. El encuentro fue moderado por Andrés D´Alessandro, director ejecutivo de FOPEA.

20 de mayoCiudad Autónoma de Buenos Aires

PRIMER ENCUENTRO DE ÉTICA EN EL PERIODISMO DEPORTIVOParticiparon Ezequiel Fernández Moores (agencia ANSA y La Nación); Alejandro Apo (Canal 7); Juan José Panno (Página/12 y DeporTea); En-

rique Macaya Márquez (Radio Del Plata, Fox Sport y Universidad de Palermo); Walter Vargas (Olé y Universidad de Palermo); Sergio Gendler (Canal 13 - TN); Eduardo Caimi (ESPN); Sergio Danishewsky (Clarín Digital) y Marcelo Gantman (Radio Rock and Pop y La Nación).Los moderadores fueron Alejandro Di Giacomo (agencia ANSA y Universidad de Palermo); Marcelo Androetto (agencia DPA y FOPEA) y Pablo Viola (Fox Sports y Universidad de Palermo).

11 de mayoCiudad de Neuquén

CHARLA-DEBATE SOBRE LOS DESAFÍOS DEL PERIODISMO Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓNParticiparon como panelistas Ricardo Villar, ex gerente de Noticias de LU5 Radio Neuquén y fundador de la revista La Trastienda, de Neuquén; Fernando Cabrera, de la Cooperativa de trabajo 8300 y Radio Universidad, de Neuquén; Norberto Guerrero, propieta-rio de FM Arco Iris, de Loncopué; Walter Pérez, corresponsal de la Agencia Telam y Radio Universidad CALF FM 103.7, de Neuquén; y Andrés D´Alessandro, director ejecutivo de FOPEA. Actuó como

moderador Elio Brat, corresponsal del diario Página/12, del Canal 26 TV y de Radio Universidad CALF FM 103.7, de Neuquén.

10 de mayoViedma, Río Negro

CHARLA-DEBATE SOBRE LOS DESAFÍOS DEL PERIODISMO Y LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Participaron los panelistas Abner Lobos, conductor de Radio En-cuentro, Viedma; Hugo Alonso, periodista del diario Río Negro, de General Roca; Sandra Crucianelli, periodista y conductora de Canal 7, de Bahía Blanca; Daniela Navarro, periodista del diario La Pala-bra y de FM de la Costa, de Patagones; y Andrés D´Alessandro, di-rector ejecutivo de FOPEA. Actuó como moderador Pedro Caram, del diario Río Negro, de Viedma.

4 de mayoCiudad Autónoma de Buenos Aires

MESA REDONDA SOBRE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ANTE LOS DILEMAS ÉTICOS DE LA SALUD

Convocado por la Confederación Médica Argentina, Andrés D’Alessandro participó en nombre de FOPEA de una mesa redonda de apertura del tercer Foro Iberoamericano de Entidades Médicas. El panel estuvo compuesto, además, por Omar Maresca, médico y periodista científi co; Daniela Visillac, periodista especializada en temas sanitarios; y Valeria Román, vicepresidenta de la Federación Mundial de Periodistas Científi cos y periodista científi ca del diario Clarín.Nuestro director ejecutivo tuvo la oportunidad de presentar los postulados de FOPEA en relación con la ética y la calidad profesio-nal, y de resaltar la necesidad de que los periodistas que tratan temas relacionados con el origen de la vida, la muerte, la procreación y las enfermedades lo hagan desde una perspectiva de responsabilidad social. También planteó la necesidad de autocrítica por parte de los periodistas y de la capacitación permanente en temas tan complejos y delicados.

28 de abrilCiudad Autónoma de Buenos Aires

PRESENTACIÓN DE LA AGENDA DE FOPEA SOBRE LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN EL SENADO DE LA NACIÓN

Una delegación integrada por Fernando Ruiz, Andrés D’Alessandro y Mónica Baumgratz participó en nombre de FOPEA de un plena-rio de la comisión de Medios, Sistemas y Libertad de Expresión del Senado de la Nación.Estuvieron invitados también varios periodistas que habían apare-cido en afi ches anónimos o cuyo desempeño fue cuestionado por la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Entre ellos participaron tres socios de FOPEA: Daniel Santoro, Magdalena Ruiz Guiñazú y Joaquín Morales Solá.El objetivo fue aprovechar la reunión plenaria, donde hubo legisla-dores opositores y ofi cialistas, para promover la agenda de FOPEA en cuestiones relacionadas con una visión integral de la libertad de expresión y el ejercicio profesional del periodismo.

GEN

TILEZA

DIARIO LA

NACION

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15 de abrilSantiago del Estero

JORNADAS DE REFLEXIÓN SOBRE LA FIGURA Y LA OBRA DEL COLEGA Y SOCIO DE FOPEA RAÚL DARGOLTZ

La Universidad Nacional de Santiago del Estero organizó unas jor-nadas para homenajear a nuestro querido colega y socio honorario Raúl Dargoltz, quien falleció el pasado diciembre.En nombre de FOPEA, participó Fabio Ladetto, vicepresidente de nuestra asociación y periodista de La Gaceta de Tucumán, quien dic-tó la conferencia “El escritor y periodista (presentación de escritos inéditos)” junto a Carlos Virgilio Zurita.

13 de abrilCiudad Autónoma de Buenos Aires

CHARLA SOBRE EL PRESENTE Y EL FUTURO DEL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN EN LA ARGENTINAParticiparon como panelistas Miriam Lewin, periodista de Canal 13 y Radio Nacional; Luis Majul, autor del libro El Dueño y con-ductor del programa La Cornisa en radio y TV; Gerardo Young, periodista del diario Clarín y editor de la Unidad de Investigaciones de FOPEA; Roberto Caballero, ex director del semanario Veintitrés; y Hugo Alconada Mon, autor del libro Los secretos de la valija y pe-riodista del diario La Nación. Gabriel Michi, presidente de FOPEA y conductor de Radio América, estuvo como moderador.

9 de abrilCiudad Autónoma de Buenos Aires

CONFERENCIA DE PEDRO BARCIACena para los socios porteños de FOPEA organizada por Daniel Santoro, en el restaurante Armenia. Asistieron unos 70 colegas y tuvo como cierre

una magnífi ca exposición del presidente de la Academia Argentina de Le-tras, Pedro Luis Barcia, sobre el uso del lenguaje en el periodismo.

6 de abrilCiudad Autónoma de Buenos Aires

CONFERENCIA SOBRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN LAREGIÓN. PRESENTACIÓN DEL INFORME 2009 DEL CPJAnálisis de los casos de la Argentina, Brasil, Chile y Paraguay, a car-go de Mónica Baumgratz (Argentina), Claudia Lagos (Chile), Ivana Moreira (Brasil), Dionisio Arce y Cristian Cantero (Paraguay). Fer-nando Ruiz ofi ció de moderador.Se presentó el informe regional 2009 del Comité de Protec-ción de Periodistas (CPJ) a cargo de Carlos Lauría, coordi-nador senior del Programa de las Américas del CPJ. Además, Fernando Basch y Bárbara Schreiber, de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), presentaron el Manual para perio-distas sobre el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. La actividad fue organizada por FOPEA y la red Intercambio Inter-nacional por la Libertad de Expresión (IFEX, por sus siglas en inglés),con la participación de la ADC.

30 de marzoSanta Rosa, La Pampa

CHARLA SOBRE PERIODISMO Y DEMOCRACIAColegas, docentes y alumnos dieron su visión sobre cómo informa hoy el periodismo pampeano. La organización corrió por cuenta del socio de FOPEA en Santa Rosa Gustavo Laurnagaray.

29 de marzoRealicó, La Pampa

CHARLA-DEBATE SOBRE LA AUTOCRÍTICA DEL PERIODISMOParticiparon Gabriel Bermúdez (miembro de la Comisión Directiva de FOPEA y periodista de Bahía Blanca), Luis González y Gladis Sago (periodistas locales). Andrés D´Alessandro, director ejecutivo de FOPEA, actuó como moderador.El socio local José María González cumplió una activa y efectiva tarea en la organización.Asistieron unas 30 personas, entre ellas colegas de las localidades de Embajador Martini, Intendente Alvear e Ingeniero Luiggi, y vecinos que expresaron sus cuestionamientos al periodismo que se hace en la región y en el país.

19 de marzoPergamino, provincia de Buenos Aires

CHARLA-DEBATE SOBRE PERIODISMO, ÉTICA Y LIBERTAD DE EXPRESIÓNEn el encuentro participaron los socios Gabriel Michi, presidente de FOPEA y conductor de Radio América; Rafael Flaiman, secretario de Redacción de La Opinión semanario, de San Pedro; y Guillermo Baduy, secretario de Redacción del diario La Opinión de Pergamino. El encuentro fue moderado por el director ejecutivo de FOPEA, Andrés D´Alessandro.

4 de marzoCiudad Autónoma de Buenos Aires

TALLER DE CAPACITACIÓN EN HERRAMIENTAS DE INVESTIGACIÓN PERIODÍSTICA SOBRE RECUPERACIÓN DE ACTIVOS DE LA CORRUPCIÓN

Fue dictado por Guillermo Jorge, abogado experto en recupera-ción de activos de la corrupción y profesor de la Universidad de San Andrés; Manuel Garrido, ex fi scal de Investigaciones Admi-nistrativas y director de los programas de Justicia y Transparencia del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equi-dad y el Crecimiento (CIPPEC), y Daniel Santoro, profesor de Investigación Periodística y editor de Política del diario Clarín.Durante el taller se presentó y discutió el documento “Recuperación de Activos de la Corrupción en Argentina. Recomendaciones de Política Institucional y Agenda Legislativa”, preparado por el Área de Derecho de la Universidad de San Andrés y la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), que analiza el funcionamiento de los mecanismos estatales que existen en la Argentina para detectar, incautar y recuperar el provecho obtenido a través de actos de corrupción. El material está disponible en www.guillermojorge.com.ar.

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SEMINARIO-TALLER EN LA RIOJA

Debate y aportes para lacobertura de la actividad minera Conclusiones del primer taller que organizó FOPEA sobre la tarea de la prensa en relación a la minería. Participaron periodistas, ambientalistas, funcionarios y representantes de las empresas

Con el objetivo de generar un es-pacio de refl exión y debatir sobre la cobertura periodística y el tra-

tamiento de los medios, tanto nacionales como locales, en relación a los temas de mi-nería y medioambiente, el 11 de diciembre de 2009, FOPEA organizó un seminario-taller en la ciudad de La Rioja del que par-ticiparon periodistas de todo el país, orga-nizaciones defensoras del medio ambiente, especialistas, funcionarios y representantes del sector. Entre ellos, expusieron el ex di-putado nacional por Catamarca Eduardo Pastoriza, el geólogo riojano Jorge Romero, el director de Minería de La Rioja Héctor Romero y Julián Rooney, vicepresidente re-gional para América de La Xstrata, empresa que explota Minera Alumbrera, así como su gerente de Relaciones y Asuntos Públicos, Jorge Montaldi.

Esta actividad de FOPEA surgió a partir de una denuncia de una situación de cen-sura por parte de un diario de San Juan, en junio de 2009, que prohibió la circulación de la revista dominical Rumbos, por conte-ner un artículo en el que se cuestionaban aspectos de las explotaciones a cielo abierto con el uso de cianuro en la región Cuyo y el noroeste argentino.

Teniendo en cuenta el peso económico de esta actividad en las economías de las provin-cias que albergan yacimientos y la oposición de las organizaciones ambientalistas a este tipo de megaexplotaciones, FOPEA creyó necesario abordar esta temática, desde una visión de la ética y la calidad periodística.

Como resultado del taller, se consensua-ron un diagnóstico y recomendaciones en-tre los colegas asistentes. Su fi nalidad es que sirvan para la refl exión y como marco para un ejercicio responsable del periodismo en el tratamiento del tema, desde una visión que involucre tanto aspectos económicos y

de desarrollo como aquellos vinculados a la salud pública y al cuidado del medio am-biente.

Diagnóstico• Los medios y periodistas no abordan

con la profundidad y complejidad sufi cien-tes el tema de la minería, para tratarlo desde diferentes aspectos sociales y económicos, o por ejemplo, para referirse a los potenciales efectos contaminantes. Esta situación con-tribuye a la ignorancia existente en la comu-nidad sobre esta actividad, las características de su explotación, sus potenciales benefi cios y su real impacto en el medio ambiente y poblaciones aledañas.

• Faltan periodistas especializados en la temática de la minería, como sí los hay en temas agropecuarios.

• Falta manejo de terminología específi ca de la actividad que genera confusión y mal uso de los vocablos más técnicos.

• Falta conocimiento de fuentes confi a-bles e imparciales a las que consultar.

• Es escasa o nula la información am-biental disponible de consulta pública, ya sea para los periodistas, los ciudadanos o las ONG.

• Hay un fuerte condicionamiento polí-tico en la cobertura desde los Gobiernos a favor de los supuestos benefi cios económi-cos que genera la actividad.

• La dependencia de los medios de la publicidad ofi cial, con frecuencia, no per-mite que se escuchen o publiquen diversas posturas sobre el tema, así como tampoco críticas.

• Por otro lado, hay presiones de orga-nizaciones ambientalistas, con posiciones de fuerte rechazo a las megaexplotaciones mi-neras, para que los periodistas suscriban sus posiciones sin cuestionamientos o visiones contrapuestas.

• El tema de la explotación de los recursos nacionales y los reclamos ciudadanos a favor de un mayor control del Estado no forman parte de la agenda nacional. O cuando son noticia, están descontextualizados del mar-co político, social y económico. No hay un seguimiento del tema ni se atiende la pro-blemática macro, más allá de un corte de ruta o reclamo puntual.

• Hay una simplifi cación y tergiversa-

ción de las posturas y accionar de las ONG ambientalistas en los medios.

Recomendaciones• Como periodistas, se debe buscar la

imparcialidad en la cobertura y evitar ser manipulado o convertirse en militantes a favor o en contra de la minería u otras causas ambientales. No quedarse con una “única campana”. No ofi ciar de voceros de las ONG ambientalistas ni de las empresas mineras.

• Hacer un esfuerzo por incluir las voces de todos los actores y los diferentes ángulos de la problemática.

• Tratar de contar siempre con la opinión

o el análisis de un tercero que sea un exper-to, técnico o académico.

• No dar por naturalizada la falta de control del Estado sobre la actividad o el marco legal existente. Investigar cómo es en otros países.

• Para realizar una cobertura en el lugar, tratar de evitar las invitaciones de las em-presas mineras a visitar las explotaciones, ya que pueden infl uir en la nota o volverla demasiado parcial. En caso de ser la única manera de acceder al yacimiento, no acep-tar condicionamientos en las preguntas o con quiénes se puede hablar o no. Infor-mar siempre al lector, oyente o espectador si la visita a una mina fue una invitación de la empresa.

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COMUNICADOS 2010

La voz de FOPEA En la primera mitad de 2010, FOPEA se manifestó públicamente sobre distintos

acontecimientos. A continuación, una síntesis de los comunicados emitidos.

30 DE JUNIO

Preocupación por la publicación de avisos vinculados al proxenetismo y la trata de personas en los medios gráfi cos

FOPEA quiere manifestar su preocupación por la persistente pu-

blicación, en diferentes medios gráfi cos nacionales y regionales, de publicidades que promueven la prostitución y la trata de personas en sus distintas formas.

Las investigaciones judiciales y de organizaciones gubernamenta-les y sociales han demostrado que detrás de estas ofertas, que apare-cen de manera sistemática y organizada en los medios de comunica-ción, existen vastas redes de captación, circulación y sometimiento de personas, con ramifi caciones nacionales, regionales e internacio-nales de tráfi co.

La trata de personas para su sometimiento sexual y laboral es uno de los negocios más lucrativos del planeta. Incluye niñas, ni-ños y personas con alta vulnerabilidad social, y está penada por las legislaciones internacionales y nacionales. Esta forma moderna de esclavitud que incluye el secuestro, la vejación y el sometimiento está siendo cada vez más expuesta a la luz pública y modifi cando las agendas gubernamentales y la acción judicial, gracias al aporte creciente de las organizaciones sociales que trabajan para denunciar y hacer visibles estas redes de prostitución y trata. El tema suma también repercusión por el aporte que realizan los periodistas y medios de comunicación, investigando, publicando y denunciando estos hechos.

En este marco, FOPEA observa que, al menos, es contradicto-ria la conducta de medios de comunicación que en su defi nición editorial y su construcción noticiosa, colaboran con la denun-cia de estas formas modernas de sometimiento pero, al mismo tiempo, favorecen desde sus páginas de publicidad la expansión del negocio de la prostitución y la trata de personas publicando avisos clasifi cados de proxenetismo y explotación sexual o ligados a evidentes fi nes de reclutar a menores o personas socialmente vulnerables. Un dato adicional es la creciente naturalización de estos avisos entre las ofertas comerciales de automotores, vivien-das, electrodomésticos y búsqueda de personal, como si fueran parte de una oferta lícita.

En razón de todas estas observaciones, FOPEA hace un llamado de atención a la opinión pública en general y a las empresas pe-riodísticas en particular —en especial a los medios gráfi cos, en los cuales este tipo de anuncios adquiere mayor preeminencia— solici-tándoles que revisen sus criterios de publicación de avisos, a fi n de no ser cómplices de un delito aberrante.

13 DE MAYO

Solidaridad con los periodistas del diario Crítica de la Argentina

FOPEA manifestó su total solidaridad con los periodistas del diario Crítica de la Argentina y su enorme preocupación ante la posibilidad de la pérdida de esa fuente de trabajo que alcanza a 170 familias.

FOPEA sostiene que el deterioro de las condiciones laborales de los periodistas y, en este caso, la amenaza sobre su empleo no solo afecta los derechos de estos trabajadores sino también la información que llega a los ciudadanos. Además, la posible desaparición de un me-dio signifi ca un retroceso en los espacios que permiten la pluralidad de voces, elemento fundamental en la vida democrática de un país. Por ello, FOPEA anhela una inmediata solución a esta situación para que los trabajadores de Crítica puedan regresar al trabajo que cotidianamente desarrollan, en benefi cio de una ciudadanía más in-formada.

11 DE MAYO

En defensa de la función sindical en las empresas informativas FOPEA quiere llamar la atención sobre la importancia de la labor

sindical para el desarrollo de la profesión. Consideramos que uno de los factores principales para promover la calidad periodística está constituido por las condiciones laborales adecuadas y con respeto a las pautas legales.

Queremos recordar el derecho de los periodistas a organizarse y a participar en distintas instancias, como los gremios específi cos y las comisiones internas, sin que eso implique sufrir represalias de ningún tipo por esa labor. Existen muchas empresas informativas en el país donde la actividad sindical es hostigada, sus representantes han sufrido represalias o directamente no fueron reconocidos como interlocutores para la discusión de las condiciones laborales.

Dado que estamos convencidos de que la calidad periodística se ve afectada dramáticamente en un contexto donde las condiciones laborales no sean debidamente defendidas, hacemos un llamado a los empresarios a que reconozcan y respeten la labor sindical en el marco de sus empresas periodísticas.

Como ya hemos expresado en otras oportunidades, FOPEA no es un sindicato sino una asociación profesional, pero promueve entre sus socios la participación gremial y pide a las empresas que garan-ticen su ejercicio.

25 DE MARZO

Homenaje a Rodolfo Walsh a 33 años de su desaparición Rodolfo Walsh murió ejerciendo su trabajo de periodista. Y tam-

bién su compromiso militante. Dos actitudes ante la vida que eran imposible separar en él. Hoy, 33 años después, se convirtió en un gran referente para los periodistas argentinos. Aquel 25 de marzo, la dictadura lo asesinó mientras inten-taba difundir la verdadera magnitud del genocidio que los militares esta-ban implementando para acallar a los que no tenían voz. Y Walsh, en su lucha, dejó atrás fama, prestigio y

dinero en pos de la verdad, sabiendo que con la propagación de su “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar” se jugaba la vida.

El fi nal de esa carta debe ser un ejemplo para todos: “Sin espe-ranza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fi el al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en los tiempos difíciles”.

Pero, además, la precisión de los datos y la exactitud de las ci-fras que incluyó en ella, producto de una investigación periodísti-ca realizada en la clandestinidad, magnifi can el rol de Walsh como periodista. Por eso FOPEA quiere rendirle homenaje en un nuevo aniversario de su asesinato.

En estos tiempos en que se está desarrollando el juicio por las violacio-nes a los derechos humanos en la ESMA, donde Walsh murió y fue exhi-bido como un trofeo, el deseo de llegar a “un luminoso día de Justicia” es también una reivindicación a su compromiso con el periodismo.

En sus cincuenta años de vida fue limpiador de ventanas, escri-tor, lavacopas, traductor, comerciante de antigüedades, periodista y criptógrafo, entre sus tantos ofi cios terrestres. Pero sin dudas, sus investigaciones periodísticas como Operación Masacre, ¿Quién mató a Rosendo? o El caso Satanovsky fueron su aporte más tras-cendente para que muchos periodistas hayan abrazado esta pro-fesión.

Por eso, a 33 años de su desaparición, Rodolfo Walsh sigue vivo en cada redacción en la que un periodista se pregunta por qué no in-vestigar más a fondo un determinado tema. Y eso, sigue mereciendo nuestro reconocimiento.

14 DE FEBRERO

Pesar por el fallecimiento de José María Pasquini Durán FOPEA lamentó el fa-

llecimiento del reconocido columnista político y fun-dador de Página/12, José María Pasquini Durán.

El compromiso de Pas-quini Durán, en sus 70 años de vida, con las instituciones y los valores democráticos y con los principios éticos del periodismo hacen que su partida sea una sensible pérdida para la profesión.

Pasquini Durán trabajó en el periódico de la CGT de los Argen-tinos, en la revista Panorama y en el diario La Opinión, y durante la dictadura militar debió exiliarse en Italia, donde se incorporó a la agencia Inter Press Service de Roma. También realizó coberturas especiales y dictó clases, conferencias y seminarios en Bolivia, Co-lombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Venezuela. Fue consultor de Unesco, del Sistema Económico Latinoamericano, del Pacto Andino, del Fondo de Población de Na-ciones Unidas, de World Association for Christian Communication y del Consejo Latinoamericano de Iglesias.

“(Cada nota periodística) es una de las miradas posibles, cuya mejor aspiración es que cada lector la complete con sus experien-cias y recuerdos personales. Espero que ese diálogo entre autor y lector, con los consentimientos y disidencias que merezca, contribu-ya a impulsarnos a todos hacia el futuro mejor que nos acompaña como una permanente ilusión”, escribió en el prólogo de su libro Transiciones 1983/2003, donde reúne refl exiones a los 20 años de funcionamiento del sistema democrático, sintetizando los mismos conceptos que defi ende FOPEA. También fue autor de Comunica-ción, el Tercer Mundo frente a las Nuevas Tecnologías y de Precisiones sobre la radio en Argentina.

FOPEA le hizo llegar su pesar a la familia Pasquini Durán y a sus amigos más cercanos por la pérdida de este destacado colega.

11 DE FEBRERO

Pesar por el fallecimiento de Eduardo Kimel

El periodismo argentino su-frió nuevamente la pérdida de un gran cronista, quien pade-ció durante años una absurda persecución judicial en repre-salia por una brillante investi-

gación. Eduardo Kimel, autor del libro La Masacre de San Patricio, falleció el miércoles 10 de febrero a los 57 años, pocos meses después de que su lucha redundara en un trascendente benefi cio para la de-mocracia y el ejercicio profesional, como fue la derogación de las sanciones penales por los delitos de calumnias e injurias dispuesta el año pasado por el Congreso de la Nación, a partir de un proyecto del Poder Ejecutivo.

La Masacre de San Patricio plasmó una investigación sobre la matanza, en 1976, de cinco religiosos de la congregación católica palotina que se atrevieron a denunciar los crímenes de la dictadura. Entre otros aspectos, Kimel abordó la evidente negación de justicia que impidió, durante años, el esclarecimiento del hecho. Por esto último, Kimel fue llevado a Tribunales, y recibió una insólita con-dena en su contra que fue ratifi cada en diversas instancias. La sen-tencia implicó un año de prisión en suspenso y la indemnización por USD20.000 al juez Guillermo Rivarola.

A raíz de ello, con el patrocinio del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el periodista acudió en 2007 a la Corte Interameri-cana de Derechos Humanos, que falló al año siguiente en contra del Estado argentino. El Gobierno nacional acordó ante este tribunal internacional la derogación de los delitos de calumnias e injurias, lo que fue llevado a cabo en 2009.

Al participar en la primera reunión de corresponsales del Pro-grama de Monitoreo de la Libertad de Expresión de todo el país, que organizó FOPEA en agosto de 2009 en Buenos Aires, Ki-mel hizo un valioso aporte ante los colegas presentes al explayar-se sobre el sistema interamericano de libertad de expresión. En su exposición contó con gran precisión e información su propia experiencia, ya que la condena que había recibido en el país se convirtió en un leading case, al llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Sin el tesón de Kimel y su convencimiento de las implicancias para la profesión de esa injusta condena, más allá de las complicaciones personales que le trajo, hoy, probable-mente seguirían existiendo estas fi guras penales coercitivas del trabajo periodístico.

“Es una enorme tristeza que tenemos hoy aquellos que conocimos de cerca sus ideales, su pasión, su visión de nuestra profesión... y la alegría profunda por el fallo judicial favorable por el cual luchó (y sufrió) unos 17 largos años. Polemista de raza, Eduardo fue un hura-cán que revolucionó nuestra redacción, con sus opiniones y también su ternura. Lo bueno es que dejó una huella en el periodismo ar-gentino y nos abrió a todos una puerta”, declaró uno de sus colegas en la agencia DPA, Marcelo Androetto, donde trabajaba Kimel al momento de su fallecimiento.

FOPEA expresa su pesar y solidaridad con la familia y allegados de Kimel, cuya lucha legó una conquista fundamental para el ejer-cicio profesional.

ACCION D

IGITAL

Page 37: Anuario FOPEA 2010

72 :::: ANUARIO 2010

1.º DE FEBRERO

Tomás Eloy Martínez, socio honorario de FOPEA

FOPEA nombró socio honorario post mórtem al colega Tomás Eloy Martínez, quien falleció el 31 de enero, a los 75 años, tras desempe-ñarse como periodista, escritor, en-sayista y columnista durante más de cuatro décadas.

Luego de graduarse como licen-ciado en Literatura en Tucumán, Eloy Martínez comenzó una exten-sa trayectoria periodística, primero como crítico de cine en el diario La Nación (1957-1961), luego fue jefe de Redacción del semanario Primera Plana (1962-1969), corresponsal de la Editorial Abril en París (1969 y 1970), director del semanario Panorama (1970-1972) y del suplemento cultural del diario La Opinión(1972-1975).

Entre 1975 y 1983 vivió exiliado en Caracas (Venezuela), donde fue editor del suplemento “Papel Literario” del diario El Nacional (1975-1977) y asesor de la Dirección de ese mismo diario (1977-1978). Tam-bién fundó y dirigió la redacción de El Diario de Caracas (1979).

En 1991 fue uno de los creadores del diario Siglo 21 de Guadala-

jara (México) y ese mismo año creó y dirigió el suplemento literario Primer Plano, del diario Página/12 (Argentina). En los últimos años escribió artículos y columnas en La Nación (Argentina), The New York Times Syndicate (Estados Unidos) y El País (España).

Más allá de su trayectoria periodística, Tomás Eloy Martínez es uno de los escritores más importantes de la literatura latinoameri-cana contemporánea. Publicó numerosos ensayos, libros de relatos y crónicas. Entre ellos, La pasión según Trelew (1974), Lugar común la muerte (1979), Las memorias del general (1996), y las novelas La novela de Perón (1985), La mano del amo (1991) y Santa Evita (1995), el libro argentino de su género más traducido de todos los tiempos.

En paralelo a su prolífi ca labor periodística y literaria, desarrolló una extensa carrera académica que incluyó conferencias y cursos en diversas universidades de Europa, los Estados Unidos y América La-tina. Desde 1995 ocupó el cargo de profesor distinguido de Rutgers University en New Jersey (EE.UU.) y director del Programa de Es-tudios Latinoamericanos de esa universidad.

FOPEA lamenta profundamente la pérdida de Tomás Eloy Mar-tínez, una fi gura ejemplar para los colegas argentinos y latinoameri-canos, de una enorme calidad humana y profesional, que se destacó por una gran generosidad hacia las generaciones de periodistas que compartieron su tarea. Asimismo, hace llegar sus condolencias a los familiares y amigos de este verdadero maestro del periodismo y la cultura.

COMUNICADOS FOPEA 2010

Page 38: Anuario FOPEA 2010

DESTACADOSLa trama de explotación sexual

oculta en los avisos de los diarios - por ALICIA MILLERLa responsabilidad de los medios - por SONIA SANTORO

76 - 77

La encrucijada que envuelve a la prensa de Pergamino - por GUILLEROM BADUYPeriodismo, fantasía e intereses políticos: una mala combinación

por EDUARDO MOLAS80 - 81

“Es la ética, estúpido…”por MARCELO R. ANDROETTO

78

Page 39: Anuario FOPEA 2010

76 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 77

La trama de explotación sexual oculta en los avisos de los diarios

La responsabilidad social de los medios de comunicación en relación con fe-nómenos sociales como la trata y la

explotación sexual de personas debe ser revi-sada a la luz de la nueva conceptualización en la materia, que ha generado un marco jurídico más específi co a nivel nacional e internacional.

Hasta ahora, los medios escritos basaban su criterio para aceptar y publicar avisos clasifi ca-dos de oferta sexual o de demanda de perso-nal con esos fi nes en el concepto de la libertad individual. Se consideraba que la prostitución o todo servicio sexual brindado o contratado por adultos era un acto de libertad y que, en virtud del criterio de no discriminación, de ningún modo su ejercicio o promoción po-drían ser restringidos por los diarios, como no lo puede ser ningún derecho.

En la actualidad, los organismos nacio-nales y supranacionales tienen por probado que la relación entre quien ejerce la prosti-tución y quien la explota generalmente no es un contrato entre personas libres para elegir, sino un vínculo desigual, de poder, basado como mínimo en el abuso de vulne-rabilidad individual o necesidades económi-cas y, la mayoría de las veces, en el engaño o la violencia.

Es decir que la explotación de la prostitu-ción constituye un delito de los previstos en los artículos 125 bis, 126 o 127 del Código Penal. Cuando, además, se traslada a per-sonas de un lugar a otro, de un país a otro, para explotar su prostitución, se incurre en el delito de trata, previsto en los artículos 127 bis y 127 ter.

Está probado que las redes de trata de personas con fi nes de esclavitud sexual se sirven de los avisos que publican en los me-dios de comunicación masivos para reclutar a personas incautas o muy jóvenes y para publicitar los servicios que prestan. Por ello, los diarios y revistas deben estar advertidos a fi n de no actuar, por ignorancia o sin ella, como partícipes en el éxito de negocios des-preciables e ilegales. Esto, aun cuando en sus páginas dedicadas a información gene-ral den cobertura amplia a la prevención y combate contra esos mismos delitos.

Conviene, por lo tanto, revisar el marco jurídico en que se desarrollan estas activi-dades, que suelen estar amparadas por la corrupción policial y la indiferencia de gran parte de la sociedad.

En la Argentina, la prostitución no está prohibida, pero sí lo está el proxenetismo, es decir, la explotación económica de la pros-titución ajena mediante el aprovechamiento de circunstancias, el abuso o la violencia.

Un marco más amplio incluso se obtiene con la aplicación de los convenios interna-cionales de derechos humanos. La Argen-tina ratifi có en 1985 la Convención sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Cedaw) que, en lo referente a los avisos vinculados con la oferta sexual o la solicitud de empleo sexual, comprometió a los Estados parte a adoptar medidas para modifi car los patrones socioculturales y las prácticas consuetudinarias basados en la inferioridad de cualquiera de los sexos. El órgano de aplicación de la Cedaw, por su parte, defi nió que discriminación no es solo la cometida por los Gobiernos o en su nom-bre, sino también por personas, organiza-ciones o empresas.

Los medios de comunicación han avan-zado mucho en modifi car sus criterios para evitar que los avisos clasifi cados promocio-nen la prostitución infantil o promuevan imágenes que aludan a menores en relación con prácticas sexuales.

Resta entonces redefi nir posturas en tor-no de dos tipos de avisos:

- Los avisos que ofrecen empleo con evi-dentes fi nes de ejercicio de la prostitución. El medio que publica este tipo de anuncios no puede ignorar que se refi eren a un proxe-neta que recluta personas a las que va a explo-tar obteniendo una ganancia, y que consume un engaño cuando promete una ganancia abundante o condiciones laborales que no se condicen con la situación generalmente de-gradante que presenta ese tipo de locales.

-Los avisos en los que es evidente la explo-tación por un proxeneta de la prostitución ajena, puesto que aluden a lugares donde puede hallarse una oferta variada de servicios sexuales. Esto implica el concepto de prostí-bulos, sea con el nombre y la tarifa que fuere, puesto que suelen estar identifi cados como whiskerías, agencias vip, agencias de escorts, casas de masajes, cabarets o pubs.

Desde FOPEA sostenemos que la comu-nicación lleva a la transparencia, y la transpa-rencia lleva a derribar hipocresías y eufemis-mos que pretenden ocultar padecimientos que se sufren ante los ojos de todos.

ALICIA MILLER

PERIODISTA

Estudió Comunicación Social en la

Universidad Nacional del Comahue

y actualmente cursa Abogacía. Fue

directora de una escuela rural. Trabaja

para el diario Río Negro desde 1983.

Durante 11 años fue jefa de la agencia

Viedma de ese medio y desde 1998

es prosecretaria de Redacción. Su

especialidad es el periodismo político

y de investigación. Es autora de

numerosos artículos e investigaciones

sobre corrupción en el Estado,

contaminación, política, seguridad,

salud, educación y cultura que han sido

publicados en el diario y en el libro Las

investigaciones Río Negro (2003).

Los diarios y revistas deben estar advertidos a fi n de no actuar, por ignorancia o sin ella, como partícipesen el éxito de negociosdespreciables e ilegales.

LA TRATA DE PERSONAS: UN NEGOCIO DESPRECIABLE E ILEGAL QUE SE PUBLICA EN LOS CLASIFICADOS

La trata de personas se ha instalado en los últimos años en los medios de co-municación con mucha fuerza. Sin

embargo, el periodismo arrastra viejas prác-ticas y los artículos suelen presentar proble-mas en su tratamiento, que en algunos casos atentan contra la vida de las propias víctimas (pienso especialmente en la trata con fi nes de explotación sexual, en la cual la mayoría de las víctimas son mujeres y niñas). Por eso es importante desmantelar mitos en torno a la prostitución y plantear su relación con este delito de magnitud mundial.

Sin embargo, más allá de lo que podemos hacer como periodistas, también hay otro tipo de responsabilidades a niveles gerencia-les y de políticas empresariales de los propios medios. Hablo puntualmente de los avisos de prostitución que publican muchos diarios y que son una fuente de ingresos sustancial.

En febrero de 2007, el diario español 20 minutos eliminó los anuncios de contactos sexuales. “Ha sido una decisión empresa-rial difícil y una decisión profesional y éti-ca muy sencilla”, dijo su director. Luego lo hizo el diario Público y, de a poco, después de la polémica suscitada en 2009 por una nota del diario El País, en la que mostra-ban a mujeres ejerciendo la prostitución en la calle, se han ido sumando otros medios españoles como La Razón, La Gaceta y Qué. Los diarios más grandes, no obstante, siguen

publicando esa clase de avisos, con grandes réditos. El País recauda unos €15.000 al día por ellos. Y no parece nada sencillo que re-nuncie a ellos aun cuando lectores y lectoras lo reclamen y la propia defensora del lector del diario dijo que sería lo correcto.

La resistencia es grande y la tendencia desde el Estado español es que los medios se auto-rregulen por lo que parece un camino largo. Cuando le pregunté sobre el tema a María Jesús Ortiz Gómez, jefa del Servicio de Co-municación e Imagen del Instituto de la Mujer de España, dijo: “Un camino sería probar que estos anuncios están ligados con redes de trata. Es un pellizco de benefi cios importantes”.

Desde las políticas no se quiere adoptar

una obligación, lo que se quiere es que sean los propios medios los que acaben llegando a ese camino. Pero, como siempre, vamos un poquito atrasados. Porque podemos lle-gar a conseguir que desaparezcan los anun-cios pero hoy en día los tienen por Internet. Tendría un efecto simbólico —que es im-portante— más que efectivo.

Otro carril En nuestro país, no hay siquiera propues-

tas formales para modifi car la situación. Hay un proyecto de ley de Marina Riofrío, sena-dora nacional por la provincia de San Juan, con estado parlamentario, pero cuyo espíritu tiene más que ver con proteger a los niños de lo que podría considerarse una afrenta moral que con desactivar redes de trata.

Lo que es visible desde hace algunos años y cada vez con más fuerza es una línea de activistas que batalla en contra de la trata de personas y la prostitución, y que reclama que los medios dejen de publicar avisos de contactos sexuales porque consideran que tanto la trata como la prostitución son for-mas de violencia contra las mujeres y que estos anuncios las avalan. Desde este lugar, también reclama que eliminen historietas o humor gráfi co donde se denigre a las muje-res con este tipo de contenidos.

Los medios, sin embargo, no han sido permeables a estas propuestas.

Al plantearle a Silvia Fesquet, prosecreta-ria de Redacción del diario Clarín, sobre la crí-tica del movimiento feminista a la publicación de estos anuncios, ella contestó: “Son avisos, van en un carril aparte de lo periodístico”.

¿Se deben prohibir los anuncios? ¿Esto ayu-dará a desarticular redes de trata? ¿Qué pasa con las mujeres que se dicen independientes, aunque sean un mínima parte? ¿Qué pasará con el mundo aparte que signifi ca Internet?

Preguntas para sumar al debate de un tema controvertido que, sin embargo, requiere de un compromiso ético y profesional, ya que más allá de las posturas que se adopten re-presenta una de las más graves violaciones a los derechos humanos de las mujeres.

La responsabilidad de los medios

SONIA SANTORO

PERIODISTA

Es licenciada en Comunicación, con un

diplomado en Género y Comunicación.

Es fundadora y directora ejecutiva de la

Asociación Civil Artemisa Comunicación.

Es colaboradora en el diario Página/12.

Asesora en género y comunicación. Dicta

cursos y conferencias de periodismo con

perspectiva de género. Escribe artículos

y libros y edita materiales sobre esta

temática (y otras). En 2009 coordinó el

video documental La mujer mediatizada.

Presencia Femenina en los medios

argentinos, y editó el libro ¡Sin nosotras se

les acaba la fi esta!

Escribió el artículo “Cómo abordar la trata

de personas desde el periodismo”, que será

publicado en el libro Las palabras tienen

sexo II. Herramientas para un periodismo de

género, de próxima aparición.

Los avisos que ofrecen contactos sexuales constituyen una fuente de ingresos sustancial para algunos medios.

Page 40: Anuario FOPEA 2010

78 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 79

PRIMER ENCUENTRO DE ÉTICA EN EL PERIODISMO DEPORTIVO

“Es la ética, estúpido…”FOPEA reunió a un panel de prestigiosos periodistas deportivos en la Universidad de Palermo. Frente a 120 participantes, debatieron las condiciones de un profesionalismo ético.

En vísperas de los festejos por el Bi-centenario de la Revolución de Mayo, un grupo de periodistas se

anima a hacerle frente a una pregunta fre-cuentemente esquivada: ¿Es posible la ética en el periodismo deportivo?

Convocados por FOPEA y la Univer-sidad de Palermo (UP), Ezequiel Fernán-dez Moores (agencia ANSA y La Nación), Alejandro Apo (Canal 7), Juan José Panno (Página/12 y Deportea), Marcelo Gantman (Rock and Pop y La Nación), Román Iucht (Radio Continental y La Nación) y Sergio Danishewsky (Clarín Digital), con la agude-za de su mirada y la experiencia de sus trayec-

torias, debatieron acerca de un tema que es tan viejo como el periodismo mismo y que en la actualidad presenta aristas inéditas debido al “Big Bang” de las nuevas tecnologías.

El Primer Encuentro de Ética en el Perio-dismo Deportivo se desarrolló en el Audito-

rio de la UP con los periodistas Alejandro Di Giacomo, Pablo Viola y el autor de esta nota como moderadores, y contó con la ac-tiva participación de unos 120 asistentes que escucharon con atención y también cuestio-naron a la hora de las preguntas a los seis pres-tigiosos panelistas. Aquí, algunos pasajes del debate, que promete repetirse en el futuro.

Precariedad y ética“Me parece extraordinaria la iniciativa

porque se está discutiendo mucho del pe-riodismo en la Argentina y no del periodis-mo deportivo. Me parece que esto de incluir también al deporte en la narración de lo que

nos pasa está cada vez más presente”, dijo Fernández Moores como puntapié inicial de la discusión. Y enseguida, agregó: “Yo creo que de la ética cuanto menos se hable, me-jor; y cuanto más se practique y se ejerza va a ser más saludable para todos”.

MARCELO R. ANDROETTO

PERIODISTA

Periodista especializado en deportes, se

desempeña como editor de la Agencia

Alemana de Prensa (DPA) desde 1997.

Entre sus coberturas internacionales

se cuentan los mundiales de fútbol

de Francia 1998, Corea/Japón 2002,

Alemania 2006 y Sudáfrica 2010,

además de la Eurocopa de Austria/Suiza

2008 y la copas América de Paraguay

1999, Colombia 2001 y Perú 2004.

También cubrió Juegos Panamericanos

y los abier-tos de tenis de Australia y de

Estados Unidos, entre otros certámenes.

Nacido en la provincia de Santa Fe,

estudió Periodismo en Córdoba y trabajó

durante siete años en Catamarca, donde

fue secretario de redacción del diario

La Unión y trabajó en radio y televisión.

Posteriormente dirigió la publicación

El Centinela de los Hispanos, en Portland,

Oregon (EE.UU.).

Estuvo becado en Alemania y en Estados

Unidos, es licenciado en Comunicación

Social (Universidad CAECE, Buenos Aires)

y socio de FOPEA desde 2009.

“Se vive éticamente y esto va más allá de la profesión que uno elige. Los límites éticos los marca uno mismo”.

Minutos antes de que trabajadores del diario Crítica expusieran brevemente ante los asistentes el estado de situación de su confl icto con la patronal, Fernández Moo-res trazó un crudo panorama de las preca-rias condiciones laborales imperantes en el mundo del periodismo.

“¿Cómo vamos a juzgar la ética cuando todavía no se respeta la del laburante?”, seña-ló tras dar cuenta de casos de trabajadores en negro, bajos salarios y despidos en el sector. Y agregó: “Yo no le puedo pedir a ellos (los medios) que me defi nan mi ética, el límite de la ética lo fi jamos individualmente”.

Panno coincidió: “Se vive éticamente y esto va más allá de la profesión que uno elige. Los límites éticos los marca uno mismo. Podrá haber cláusulas en general que las empresas no van a respetar. Podrá haber códigos éticos, que tampoco se van a respetar. Y sin embargo habrá tipos que responderán y actuarán ética-mente todo el tiempo, más allá de todo”.

Cambia, todo cambiaPara Gantman, el sino de los tiempos

actuales para el periodista es el cambio. “El trabajo de un periodista deportivo de hace 20 años no es el mismo de hoy. Me atrevería a decir que el trabajo de un periodista hoy no es igual a como era hace dos años. Y se-guramente el trabajo de hoy no va a ser igual a como va a ser dentro de dos años”.

En ese sentido, Gantman aludió a la “trin-chera del público”. En un medio periodísti-co on-line, “el público ahora opina y al ins-tante, y por lo general opina mal del trabajo que hacemos nosotros. Tenemos una devo-lución inmediata, que son los comentarios, llamados en las redacciones ‘la cloaca’”.

“Acá se da una situación nueva también para el periodista, porque más allá de que muchas veces eso hiera el ego de cada uno, representa también otra situación muy ac-tual ahora, que es la horizontalidad en la que está planteado nuestro trabajo”, dijo.

Y citó el caso de Emanuel Ginóbili, quien dio a conocer en su cuenta de Twitter la re-novación de su contrato con San Antonio Spurs. “De una manera simbólica pensé: ‘Es la muerte de la primicia’. Ahora todo lo que es objeto de ser investigado en un buen sentido, no en el sentido de ir a buscar algo turbio, ya no hace falta hacerlo porque es el propio involucrado el que nos cuenta lo que antes el periodista investigaba”.

Calidad, el antídotoGantman postuló que “frente a la pre-

sión y a las condiciones de trabajo, frente a los protagonistas que son los deportistas y otros que tengan que ver con la indus-tria del deporte y frente a la audiencia o ‘la cloaca’, la respuesta es hacer periodismo de calidad”. “Si se tiene algo que no le gusta ni al protagonista ni a la gente y está debida-mente chequeado y es cierto, hay que darlo a conocer”, afi rmó.

En el debate también se mencionó el caso de un usuario de Twitter que sin dar fuen-tes escribió que se decía que Gustavo Cerati había muerto, ante lo cual Danishewsky se interrogó: “¿Cómo empezar a aplicar crite-rios para discernir lo que puede ser cierto de lo que no? ¿Hasta dónde le doy crédito a un mensaje anónimo de Twitter? ¿Hasta dónde Facebook es una herramienta convincente y hasta dónde no?”. “Y así como recomiendo por un lado el escepticismo, también digo ‘no’ al prejuicio. Es un equilibrio muy de-licado el que hay que encontrar. Es decir, ¿todo lo que dicen Wikipedia, Google, In-ternet es verdad? No. ¿Nada de lo que di-cen es verdad? Tampoco. Y esa es la primera pregunta, ¿cómo vamos a pararnos nosotros frente a este aluvión de cambio tecnológi-co?”, agregó Danishewsky.

CredibilidadRomán Iucht también hizo su aporte: “La ética va de la mano de la credibilidad, es

como la virginidad, una vez que se pierde no se recupera más. Y creo que es un gran desafío porque además atravesamos tiempos en los cuales es bastante complejo creerle a alguien, y mucho más complejo todavía poder creerle a alguien que comunica”.

En opinión de Danishewsky, “la hori-zontalidad del proceso de comunicación es enorme, infi nita y además incontrolable. Entonces todo está en entredicho: la legitimi-dad o el prestigio o la racionalidad de quien cuenta. Todo es posible de ser dicho, todo es posible de ser refrendado o cotejado”. “Frente a semejantes desafíos de toda índole, a mí me queda el margen, y más que el margen, la obligación de hacer el ejercicio de la pro-fesión lo más ético que pueda ser. Y cuando digo ético digo ser fi el a mis convicciones, digo prepararme cada día para ser mejor profesional, digo leer con espíritu crítico, digo desconfi ar, digo chequear todas las fuentes, digo ser solidario en mi trabajo, digo tener conciencia de lo que es ser hoy un trabajador de prensa en este mundo tan cambiante”, argumentó Danishewsky.

Parafraseando el eslogan que el comité de campaña de Bill Clinton hizo histórico y lo empujó a ganar la presidencia, “es la economía, estúpido”, hoy aparece la ética como la clave que hará posible marcar una diferencia en el periodismo (en el depor-tivo también, claro) durante los difíciles y apasionantes tiempos que corren. Y los que vendrán.

La ética va de la mano de la credibilidad, es como la virginidad, una vez quese pierde no serecupera más.

Fútbol para todos y Ley de MediosLlegó sobre el final del encuentro y su sola presencia disparó el debate sobre dos temas de

candente actualidad: la transmisión del fútbol de Primera División por la televisión pública y

la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Alejandro Apo no esquivó el bulto y

sentó su posición sobre ambos temas. “Lo que hizo el Gobierno fue ponerle un límite a una si-

tuación que era un escándalo, avalado por la gente que estaba haciendo negocios”, argumentó

Apo, una de las principales caras visibles de Fútbol para Todos, de Canal 7.

“Por supuesto que el Gobierno se equivocó en algunas cosas, por supuesto que hay algunas

cosas que no comparto, pero me parece que en lo esencial abrió el juego y generó una cosa

normal, que es que nosotros tenemos derecho a ver un partido de fútbol sin pagar”, agregó.

Apo también se refirió a la nueva Ley de Medios:“¿Qué periodista puede estar a favor de una

ley que construyeron los dictadores? Por lo pronto hay una ley sancionada, aprobada y que no

puede estar en vigencia, o sea que hay alguien que quiere que no se abra el juego, que no se

maneje el derecho a la información con la amplitud democrática que me parece que le es ajena

a unos grupos monopólicos. Es una ley que me parece le debíamos a la democracia”.

Page 41: Anuario FOPEA 2010

80 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 81

La encrucijada que envuelvea la prensa de Pergamino

Dos periodistas socios de FOPEA analizan la actuación de los medios frente a la desaparición y muerte de la familia Pomar, de Pergamino. Durante veinte días de inoperancia policial, se tejieron innumerables conjeturas insólitas que dejaron dos víctimas adicionales: el profesionalismo y la verdad.

Hay una gran diferencia entre ha-cer periodismo en una ciudad del interior, con su idiosincrasia,

costumbres y estilos, y hacerlo en una gran urbe, donde no existe la relación cotidiana entre el periodista y los protagonistas de la noticia.

En las ciudades chicas, que son como pueblos grandes, en general todos se cono-cen con todos y el periodista, en ese contex-to, está muy presionado por la comunidad a ser extremadamente cauto.

Es allí donde muchas veces, dentro de lo que es la actividad periodística, se encienden las luces que indican que algún límite se está corriendo. ¿Qué elige el vecino-periodista entre publicar —dentro de lo publicable— todo lo que sabe o no proporcionar datos para preservar la identidad o intimidad de un convecino, sea este víctima o sospechoso de haber cometido una mala acción? ¿El pe-riodista le gana al vecino o viceversa?

Naturalmente habrá para todos los gus-tos, porque mientras algunos van a priorizar la difusión del hecho en cuestión, otros op-tarán por no informarlo, y también estarán aquellos que adoptarán una tercera posición: brindar los datos parcial y cuidadosamente, tratando de no herir susceptibilidades.

En este tipo de encrucijadas también jue-ga un rol preponderante el medio para el que trabaja el periodista. Están los que tie-nen una línea más conservadora y tienden a proteger al vecino (sea este víctima o victi-mario de un hecho en particular) y entonces el periodista debe responder a esa línea; y también están los medios que no se detie-nen en esos miramientos y difunden los hechos tal cual les parece, aun a sabiendas de que pueden sufrir el reproche de alguien que se sienta perjudicado.

En cierto modo aquí también subyace nuestra declamada y no siempre bien pro-

tegida libertad de expresión. En aras de ella, en tanto lo que se difunda se ajuste a la ver-dad, nadie debería reclamar ni reprochar, ni mucho menos tomar represalias de ningún tipo cuando un medio difunde un hecho que considera de interés para su público.

Pero ¿es posible en una ciudad con ca-racterísticas de pueblo, donde todos se co-nocen, ajustarse siempre a los parámetros teóricos de la ortodoxia periodística?

La prensa de Pergamino debió afrontar el desafío de informar con mucha cautela so-bre un caso paradigmático como lo fue la tragedia de la familia Pomar.

El aluvión de datos imprecisos que la prensa nacional difundió durante 24 días nos puso contra la pared, porque si bien na-die tenía el dato preciso, aquí conocíamos a los familiares de los desaparecidos y no podíamos ponernos al servicio de la especu-lación periodística, alimentada —vale decir-lo— por la poco seria labor de los investiga-dores. Pero al mismo tiempo no podíamos quedar expuestos a la desinformación.

Entonces, los medios locales, en general, optaron por no subirse a la vorágine de im-precisiones y mantener el tema en el tapete pero limitándose a comunicar lo que parecía coherente, con el solo propósito de respetar a dos familias de la comunidad que naufra-gaban entre la angustia y la desesperación.

Los deudos de las víctimas supieron reco-nocer el rol de los medios locales.

Todos los que hacemos periodismo segu-ramente creemos que nuestro camino es el correcto y que a la par hay colegas y medios más explosivos o más conservadores, por catalogarlos de alguna manera.

En defi nitiva, el límite de lo comunicable lo impone un balance entre la responsabili-dad social con la que se trabaja, la línea edi-torial de cada medio y los principios éticos de cada individuo periodista.

GUILLERMO BADUY

PERIODISTA

Se desempeña como jefe de Redacción

del diario La Opinión de Pergamino,

medio al que ingresó apenas culminó de

cursar sus estudios de periodista integral

y deportivo, en 1994, en Rosario.

Anteriormente cumplió labores en

otros medios de Pergamino, como

Semanario El Tiempo y LT 35 Radio

Mon, en el área deportiva.

En La Opinión comenzó como redactor

de la sección Deportes, de la que llegó a

ser jefe; luego pasó a integrar el equipo

de Información General, hasta que en

2003 fue designado jefe de Redacción.

En la faz dirigencial, luego de ocupar

varios cargos, fue presidente del Círculo

de Periodistas Deportivos de Pergamino

en dos períodos.

¿Es posible en unaciudad con característicasde pueblo, donde todosse conocen, ajustarsesiempre a los parámetrosteóricos de la ortodoxiaperiodística?

LA COBERTURA PERIODÍSTICA DEL CASO POMAR EN DEBATE: ANÁLISIS, CRÍTICAS Y ENSEÑANZAS

La relación entre el periodismo y la ciudadanía, más allá del ruinoso en-frentamiento de poderosas empresas

con el poder político, no pasa por el mejor momento. Los excesos, la exaltación de la morbosidad y otros peligrosos extremos co-lisionan con la verdad, esencia y razón de ser de la profesión.

Cuando ocurren estos hechos, que no son pocos o infrecuentes, tiembla el periodismo. La calidad y la transparencia son pisoteadas por la irresponsabilidad, y no hay defensa que justifi que posiciones que comprome-ten a todos por igual. Por ello, hoy más que nunca, FOPEA debe reivindicar su código de ética para establecer los límites entre el compromiso con los ciudadanos y las des-viaciones que, lamentablemente, colocan a la noble actividad en el ojo de la tormenta.

A manera de ejemplo, entre muchas otras, voy a referirme en esta columna a dos situaciones que me impresionaron por sus niveles de desidia y falta de compromiso con la verdad. Uno de ellos, el llamado “caso Pomar”, y otro más alejado en el tiempo, el caso Morales, todavía irresuelto, aunque la prensa nacional diga lo contrario.

El hallazgo de los cuerpos de la familia Pomar, en diciembre de 2009, a la vera de una ruta bonaerense, puso punto fi nal a una usina de noticias que alimentó durante cua-tro semanas las agendas de los principales medios informativos del país.

El último capítulo de la historia, contra-riamente a lo que suele ocurrir, fue también el menos impactante. No hubo intrigas, traiciones, tramas vinculadas al poder ni escándalos de larga duración: fue una tra-gedia. Un accidente automovilístico terrible que terminó con la vida de un matrimonio y sus dos pequeñas hijas.

Una curva traicionera, quizás potenciada por una mala maniobra o un ataque repenti-

no de sueño en el conductor. Nada más: un drama gigantesco, una noticia pequeña o, al menos, empequeñecida por la triste realidad vial del país, que por la multiplicación de tragedias de este tipo le resta novedad a las miles de vidas que se pierden, año tras año, en las rutas y calles argentinas.

Lo menos que deben haber sentido quie-nes explotaron durante más de 20 días la historia de la desaparición de esta familia debe haber sido decepción. Otros, proba-blemente, vergüenza. Ocurre que, como pocas veces sucede, el fi nal del culebrón po-licial desnudó completamente la nula con-sistencia de las infi nitas especulaciones que se habían manejado en torno al caso.

Luis Fernando Pomar, su esposa Gabriela Viagrán y sus dos hijas Pilar y Candelaria protagonizaron las situaciones más invero-símiles en el imaginario periodístico, que, conforme se extendía la incógnita de su paradero, libraba la imaginación para que volara hacia los campos más insólitos.

Se dijo que la desaparición de los Pomar era motivada por violentas disputas ma-trimoniales, con maltratos como moneda corriente; se dijo que el hombre estaba as-fi xiado por las deudas, y que había huido voluntariamente como último intento por escapar de sus acreedores; se dijo que estaba involucrado en problemas de drogas, y que escapaba de un posible ajuste de cuentas; se dijo que sus actividades lo relacionaban con la mafi a de los medicamentos, y que era po-sible que los mafi osos hubieran terminado con su vida; se dijo que, rodeado de delin-cuentes que buscaban matarlo, huyó para proteger a su familia; se dijo que tampoco se descartaba que él mismo hubiera atacado a su familia, y que así tomaba distancia de la Justicia; se dijo que su caso era notablemen-te cercano al del triple crimen de General Rodríguez; etcétera.

Periodismo, fantasía e interesespolíticos: una mala combinación EDUARDO MOLAS

PERIODISTA

Nació el 17 de agosto de 1952 y

desarrolló la actividad periodística

en San Fernando del Valle de Catamarca.

En 1969 ingresó al diario La Unión, en

el que llegó a ocupar el cargo de jefe de

Redacción. En 1990, se convirtió en director

del diario El Ancasti, fundado dos

años antes, y actualmente ejerce

la dirección periodística en el

Canal 5 de la capital catamarqueña.

Fue uno de los fundadores del

Círculo de Periodistas Deportivos, en 1973,

y normalizador de la fi lial FATPREN, en

1985. También fue, durante varios años,

representante en Adepa.

Page 42: Anuario FOPEA 2010

82 :::: ANUARIO 2010

Los Pomar, se supo más tarde, tuvieron un fatal accidente automovilístico. Y para sostener todas las demás versiones, no había indicios ni sustento alguno.

El “misterio” del caso no era más que igno-rancia de quienes lo observaban. De la difusión de rumores y supuestas pistas solo emerge con claridad meridiana una verdad: la fantasía y el periodismo juntos son un cóctel fatal.

Autocrítica necesariaEl periodista puede analizar, calcular,

pensar y construir hipótesis, pero no puede dar por cierto algo simplemente porque lo supone. No puede jugar con sus lectores o su audiencia, compartiendo meras divaga-ciones; ni puede esforzarse de forma delibe-rada por agigantar una noticia, añadiéndo-le matices inexistentes solo para despertar, cautivar o mantener el interés del público.

Lo grave de inventar información es que el siguiente paso es comenzar a desear que

aquello que se inventó sea cierto, puesto que la propia credibilidad entra en jue-go. Y en ese marco, el medio que inventa se preocupa más en manipular datos para sostener su teoría que en informar lo que ocurre: en consecuencia, desinforma en lu-gar de informar. O dicho de manera más sencilla, miente.

Rara vez, como ocurrió con los Pomar, esta clase de maniobras quedan abierta-mente expuestas. Por lo general, derivan en confusión y en una cadena de imprecisio-nes imposible de decodifi car.

En estas cuestiones, los medios tienen una clara ventaja, y es que siempre son quienes proponen el tema por discutir. En el caso de la familia Pomar, con rápidos refl ejos, viraron la mira para encañonar a los investigadores y hacer de la demora del hallazgo el eje de la cuestión. Un punto de vista válido, que no debería, sin embargo, pasar por alto la autocrítica necesaria.

Lo grave de inventarinformación es que elsiguiente paso es comenzara desear que aquello quese inventó sea cierto, puestoque la propia credibilidadentra en juego.

EL CASO SOLEDAD MORALES: El show mediático no honró a la verdadCatamarca conoce bien las prácticas no profesionales, que alcanzaron

niveles inéditos a comienzos de los años noventa, con un agravante

imperdonable: con el mismo ritmo incoherente del show mediático se

construía el expediente del caso judicial de mayor repercusión en la

historia argentina.

La teoría de orgías y fiestas negras entre los hijos del poder, en una

provincia de crudo nepotismo y características feudales, enterró para

siempre la verdad objetiva y, 20 años después del crimen de María

Soledad, se observan las consecuencias funestas de la acción desa-

prensiva de la prensa, la que vivió no menos de 10 años en Catamarca

y, honestamente, no puede refrendar que haya logrado el objetivo de

honrar a la verdad.

Veamos los hechos concretos y no los anuncios generales. Decenas de

causas paralelas dentro del caso Morales murieron en algún escritorio.

Nadie investigó a los supuestos mentirosos del juicio. Nadie investigó a

los supuestos encubridores. Nadie investigó a los coautores del crimen

que señalaba la misma sentencia. Nadie investigó las confesiones de

quienes incriminaron a Guillermo Luque por órdenes precisas. Nadie in-

vestigó las denuncias del presidente del primer tribunal. Con Luque en la

cárcel, todos se sintieron satisfechos, y el tema se dio por terminado.

Los beneficiarios del caso Morales olvidaron su libreto, descuidaron la actua-

ción y desatendieron la puesta en escena, ya más preocupados por cues-

tiones de mayor relevancia, como el sostenimiento del poder obtenido.

Y ante tanta desatención, las grietas del caso se hicieron más y más

visibles. Evidentes, podría decirse. Por eso, la historia oficial, la teoría de

Luque asesino, no ofrece hoy elementos que la sostengan.

La historia oficial sobrevive apenas en el discurso obsoleto de algunos

medios nacionales, los mismos que desembarcaron excitadísimos

en Catamarca para cubrir la salida en libertad condicional de Luque.

Querían reabrir el circo, querían filmar el reinicio de las marchas de si-

lencio, la indignación popular, el estallido social. Nada encontraron, y se

fueron muy rápido, y muy decepcionados.

Después, un domingo cualquiera, apareció publicada como título central

de tapa del diario La Unión una encuesta que indica que, de cada 100

catamarqueños, 91 creen — en contraposición a lo que se piensa en

el resto del país y sobre todo en la Capital Federal— que Luque no fue

bien condenado. Solo el 9% respalda la actuación judicial.

La Unión es, como se sabe, el principal órgano de difusión del Frente

Cívico y Social, el Gobierno radical que, con el apoyo de la prensa,

supuestamente llegaba para reparar el Estado de Derecho y restaurar

la dignidad de la gente. ¿Sabe la prensa nacional que, tras 20 años

de gobierno, Catamarca es mucho más pobre que en 1990, a pesar

de haber recibido riadas de dinero como nunca antes había ocurrido?

¿Desconoce que la división de poderes no es más que una entelequia?

¿Ignora que el reparto del erario es un festín de los amigos y de tres o

cuatro familias que llegaron al poder tomados de los goznes del féretro

de una niña asesinada?

Si no existen respuestas para estas y otras preguntas, es una falacia

que alguien quiera adjudicarse como un triunfo periodístico al caso Mo-

rales. A no ser que se acepte que el objetivo era, aun sin una mínima

prueba, encarcelar a una persona predeterminada y, complementaria-

mente, tumbar a un Gobierno.

Conclusión definitiva: las únicas victorias —si de eso se trata —que

sirven al periodismo están emparentadas con la verdad y la justicia.

TRANSPARENCIA DEL ESTADO Y EJERCICIO PROFESIONALTRANSPARENCIA DEL ESTADO Y EJERCICIO PROFESIONAL

Page 43: Anuario FOPEA 2010

84 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 85

La democracia adeuda una ley de acceso a la información pública FOPEA y un colectivo de ONG suman esfuerzos paraimpulsar la sanción de una norma jurídica que estimulela transparencia republicana de los actos de gobierno.

La defensa y el ejercicio del derecho de acceso a la información pública forman parte de las líneas de trabajo

de FOPEA. Y es algo que se nota al ver los informes multimediales elaborados por la Unidad de Investigaciones de FOPEA que coordinó Gerardo Young.

Aunque no es reciente el compromiso de FOPEA por estos tópicos, así lo confi r-man, por ejemplo, los talleres organizados en 2008 junto con la Subsecretaría para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia y la ofi cina local del Ban-co Mundial, o la edición de una guía para periodistas sobre la aplicación del decreto 1172/03, que en su anexo VII reglamen-ta el derecho de acceso a la información pública en el ámbito del Poder Ejecutivo nacional.

Todo eso explica la participación, jun-to con un colectivo de organizaciones no gubernamentales, en la ronda de consultas efectuadas este año desde el Congreso de la Nación, donde hay 21 proyectos presenta-dos para reglamentar el derecho de acceso a la información pública: 14 en la Cámara de Diputados y el resto en el Senado.

La postura de FOPEA fue explicitada por su director ejecutivo, Andrés D’Alessandro, quien expuso en las plenarias de las co-misiones de Asuntos Constitucionales de Diputados, y de Libertad de Expresión del Senado. Ante los legisladores, D’Alessandro precisó que la sanción de una ley de acce-so a la información pública “es una deuda de la democracia”. Y señaló que “el uso de las herramientas de acceso a la información

pública por parte de los periodistas redun-da en un ejercicio profesional con respon-sabilidad social”.

En ese sentido, destacó que la formula-ción de pedidos de acceso a información pública permite comunicar datos atribui-bles a una fuente ofi cial y sirve para con-trastar información obtenida de manera ex-traofi cial o mediante testimonios. Además precisó que promueve un acceso igualitario a las fuentes de información sobre los actos del Estado, estimulando así la investigación por parte de los periodistas.

Sumado a eso, la formulación de peticio-nes permite acceder a un amplio espectro de información, datos y documentos, lo que posibilita la incorporación de otros te-mas a la agenda de la opinión pública. Por

eso insistió en la necesidad de contar con un trámite sencillo para la formulación de peticiones ante las autoridades públicas, ya que esto facilitaría la tarea periodística y contribuiría al control de los actos de gobierno y al fortalecimiento de la demo-cracia.

Oportunidad legislativaLa nueva composición del Parlamento,

producto del resultado de los comicios del 28 de junio de 2009, abrió un escenario proclive y hasta inesperado para la discu-sión del tema, que había sufrido una larga postergación. Fue así que, desde febrero pa-sado, FOPEA mantuvo reuniones para de-fi nir una estrategia junto con la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), Poder

Es miembro de la Red de Periodismo por

el Acceso a la Información Pública y editor

responsable de Accesolibre.org (www.

accesolibre.org), primer portal del país

que promueve y ejerce ese derecho a

partir de la difusión de noticias elaboradas

con respuestas a peticiones presentadas

ante el Poder Ejecutivo nacional y el

Gobierno de Entre Ríos. En 2006 obtuvo

una mención especial en el Primer

Concurso de Periodismo Basado en

Pedidos de Acceso a Información Pública,

organizado por la Asociación por los

Derechos Civiles (ADC), el British Council

y la Open Society Initiative. Integra FOPEA

desde 2004.

Ciudadano, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), la Asociación Ci-vil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). A estos encuentros se su-maron contactos con consultores y expertos en acceso a la información pública.

Ese trabajo se plasmó en un documento que plantea requisitos mínimos que debería respetar una ley en la materia con alcance para los tres poderes del Estado. Esta tarea retomó el planteo que en 2003, cuando se inició la discusión de un proyecto elaborado desde el Poder Ejecutivo, efectuaron las ONG con las que se vinculó FOPEA para esta nueva ins-tancia de debate parlamentario.

Ese proceso sirvió para destacar la nece-sidad de una legitimación activa amplia. Es decir, que cualquier persona pueda acceder a la información producida por o en poder del Estado, ya que así se cumpliría con el principio republicano de la publicidad de los actos de gobierno.

También se resaltó la necesidad de defi nir con precisión el tipo de información que el Estado tiene obligación de brindar y que toda política de transparencia debe tener como principio a la publicidad y al secreto como excepción.

Período para la desclasifi caciónOtro de los tópicos abordados fue el de

la reserva o secreto de la información, con el acuerdo de que los plazos deben ser dis-puestos por autoridades competentes y se

deben fi jar los mecanismos para la oportu-na desclasifi cación.

Sin olvidar la búsqueda del respeto a los estándares internacionales en materia de ac-ceso a la información pública, el documen-to precisó que las denegatorias a los pedidos de información deben ser fundadas previo dictamen jurídico y técnico, los que debe-rían ser publicados.

Asimismo, se exigieron instancias de ca-pacitación para el personal de la adminis-

tración pública y campañas de difusión de la norma que eventualmente sancione el Congreso. También se pidió la gratuidad de las peticiones, la alternativa del recurso judicial ante cualquier negativa y la enume-ración de las sanciones para los funciona-rios que impidan u obstaculicen el acceso a la información pública.

Esas consideraciones se complementa-ron con los lineamientos expresados en el proyecto interamericano de ley modelo que fue aprobado por el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) y ratifi cado en los primeros días de junio por su Asamblea General.

“Toda política de transparencia del estadodebe tener como principio a la publicidad y al secreto como excepción”.

OSCAR LONDERO

PERIODISTA

Andrés D´Alessandro, director ejecutivo de

FOPEA, participó junto con representantes

de varias ONG en la ronda de consultas

organizadas por legisladores nacionales.

TRANSPARENCIA DEL ESTADO Y EJERCICIO PROFESIONAL

Page 44: Anuario FOPEA 2010

DESTACADOS

“Defender la democracia es defender sus leyes”

por NÉSTOR BUSSO90

“Los disparos verbalessustituyeron al diálogo”

por MIGUEL WIÑAZKI94

Dignidad periodística y cláusula de conciencia por MIGUEL J. RODRÍGUEZ VILLAFAÑE

Denuncia de manipulación informativa en La Pampapor GUSTAVO TAMER SCHNAN | 88 - 89

Page 45: Anuario FOPEA 2010

88 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 89

Dignidad periodística y cláusula de conciencia

La llamada “cláusula de conciencia” tiene su justifi cación en la particu-laridad de la función del periodista

profesional y la necesidad de evitar condicio-namientos que violenten la tarea, en razón y con motivo de la relación de dependencia laboral. Busca tutelar la dignidad, la calidad profesional, la ideología y las convicciones éticas o creencias de los informadores.

El ejercicio del periodismo libre necesita la tranquilidad de espíritu que permita tra-bajar en un medio que no violente las pers-pectivas ideológicas y convicciones morales, principios o religión de los informadores sobre las cuales construye su actitud profe-sional. Generalmente, los destinatarios del trabajo periodístico, en muchos casos, co-nocen al periodista y su pensamiento, y desde ello juzgan su desempeño profesio-nal y coherencia de opinión. Un cambio de concepción o de propuesta profesional implica una interfe-rencia en la conexión existente entre el in-formador y el informado. Ello puede afectar gravemente el concepto que su público lec-tor, oyente o televidente tiene sobre la tarea del periodista. Además, se suma la violencia moral que puede sufrir el o la periodista ante órdenes que no comparte, incluso siente que ello compromete negativamente también su prestigio y conducta personal.

A su vez, con la cláusula de conciencia, se intenta garantizar también la calidad de in-formación, asegurando un equilibrio entre la búsqueda de la rentabilidad de los medios de difusión y la seriedad de la información que se brinda, ya que esta se asocia, nece-sariamente, a la responsabilidad profesional del periodista que trabajó en la confección de lo que se hace saber. Permite asegurar a las personas y a la sociedad que, en la re-lación laboral, la subordinación patrón-em-pleado no opere como un modo de presión que pueda desnaturalizar la tarea periodísti-ca y su responsabilidad ante la veracidad y calidad de lo informado.

La cláusula de conciencia pretende hacer respetar los derechos profesionales esencia-

les en la relación de trabajo, ya que el perio-dista no es un “mercenario de la pluma”. Al respecto, Jorge Carpizo señala: “La cláusula de conciencia es la facultad que tiene el co-municador de rescindir su vínculo laboral con la empresa informativa y a recibir una indemnización equivalente por lo menos a la de despido por voluntad del patrón, cuando ocurre un cambio notable en la orientación ideológica de la empresa o esta afecte su reputación o su dignidad moral”.

La institución aparece cuando el trabaja-dor de prensa ejerce una verdadera objeción de conciencia ante el poder de dirección del dueño o de quien tiene la superioridad de mando, en el medio de difusión en el que recibe un salario por su tarea. De esta for-

ma, ante un pedido o un cambio de la patronal que violente la postura esencial del accionar de la persona de prensa, de no revertirse lo cuestio-nado por el periodista, la cláusula permite trans-formar la situación en

un autodespido remunerado. Esta opción refuerza la independencia del informador, le permite defender su dignidad y ayuda a la calidad informativa.

Francia incluyó esta institución en su Có-digo de Trabajo, en 1935. Esta legislación ha sido la base para una serie de normativas al respecto, en diversos países, y fue incor-porada constitucionalmente por España en su constitución de 1978. Existen consti-tuciones latinoamericanas, posteriores a la española, que incorporaron la cláusula de conciencia. Tal es el caso de las de Paraguay, Bolivia y Ecuador. En la Argentina todavía no ha sido contemplada por una legislación específi ca, no obstante podría hacerse, a te-nor de las garantías surgidas de los Pactos de Derechos Humanos incorporados con jerarquía constitucional en 1994, en coor-dinación con disposiciones constituciona-les vigentes. Hay peticiones para que ello se concrete e, incluso, hay varios proyectos de regulación de este instrumento jurídico de defensa de la información y del infor-mador. Es importante que la normatividad pertinente se concrete pronto.

MIGUEL J. RODRÍGUEZ VILLAFAÑE

ABOGADO, PERIODISTA Y DOCENTE

Periodista y presidente de la Asociación

Iberoamericana de Derecho de la

Información y de la Comunicación (AIDIC).

Ex juez federal de Córdoba. Ha recibido el

Premio “Abogacía Argentina”, en los años

1997, 2001 y 2006, por la Asociación de

Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa)

y la Federación Argentina de Colegios de

Abogados (FACA). Profesor de Derecho

Constitucional y de Derecho de la

Información, dictó cátedras en distintas

universidades nacionales e internacionales.

Autor de diversos trabajos en temas de su

especialidad. Fue fundador y dirigió, desde

2002 hasta 2008, la Sala de Derecho de

la Información del Colegio de Abogados de

Córdoba. Miembro fundador e integrante de

la Mesa Ejecutiva de la Comisión de Control

y Defensa de la Libertad de Expresión y

del Derecho Social a la Información de la

Provincia de Córdoba (Comipren). Miembro

de FOPEA y del Consejo Asesor de la

Fundación para la Libertad de Expresión

(Fundalex) de México.

DERECHOS PROFESIONALES EN CONFLICTO

GUSTAVO TAMER SCHNAN

PERIODISTA

Es licenciado en Comunicación Social.

Trabajó en SH1 Propaladora de Benito

Juárez, LU 24 Radio Tres Arroyos (AM).

Desde 1998, se desempeñó en La

Pampa, provincia donde vive, en Radio

Nacional Santa Rosa (AM) en Saltar la

Pared y Sombras Chinas. En FM estuvo

en El Show de las Noticias (Radio Show) y

en La mañana a Full (Radio FM Full).

Desde el mismo año, trabaja en televisión

en el canal estatal LU 89, TV Canal 3

de La Pampa. Estuvo ocho años en el

Servicio Informativo, dos años en el área

de Computación y Animación Digital, y

desde hace tres años trabaja en el área

de Programación. También se desempeñó

como conductor en el programa 2+1.

En esa provincia también es primer

vocal titular en la actual conducción del

Sindicato de Prensa (Sipren) Zona Sur.

Denuncia de manipulación informativa en La Pampa

Un canal pensado como medio cultural de todos los pampeanos acaba por convertirse en una ex-

presión comunicacional empobrecida por la manipulación informativa de los diferentes Gobiernos de turno.

Los trabajadores de Canal 3 de la pro-vincia de La Pampa sostenemos una lucha atípica en el escenario nacional. Aspira-mos a redefi nir qué es un canal público y abierto. Y por ello planteamos el acceso a la información pública, la transparencia ins-titucional y el plura-lismo. Canal 3, que pertenece al Estado provincial, inmerso en un ofi cialismo y clientelismo cróni-cos, con gran parte de la sociedad censurada en la pantalla, no está a la altura de estos ob-jetivos esenciales para la vida democrática. Ello resulta grave en un medio en el que debie-ran respetarse los pos-tulados que le dieron origen en 1972: “Los servicios de la emisora se organizarán tomando como base y fi n de su orientación el de ser útiles a la sociedad y al interés público, sirviendo a sus necesida-des culturales, educativas y de información (…)” (Art. 1.) y bajo principios tales como imparcialidad y objetividad en “los progra-mas destinados a la discusión de los proble-mas e inquietudes de la comunidad (…)” (Art. 10.).

Canal 3 no cumple con estos requisitos, porque su práctica comunicacional es ajena a la problemática social. Así, los reclamos y confl ictos en temas sensibles como sa-lud, educación y viviendas no aparecen en

la pantalla. La emisora se ha convertido en un apéndice político, partidario y sectorial, ejerciendo actualmente la mayor censura desde el retorno a la vida democrática.

A casi cuarenta años de su nacimiento, luego de marchas, asambleas y paros de ac-tividades, la lucha de los trabajadores por democratizar la emisora instaló conceptos como transparencia, dignidad, televisión pú-blica y pluralismo y avanzó con pedidos de investigación elevados a la Fiscalía de Inves-tigaciones Administrativas sobre funciona-

rios, por irregularidades, incompatibilidades en la función pública, de-terioro del patrimonio audiovisual y denuncias sobre censura. Se recla-mó que se investigue el incumplimiento del Art. 9 del Decreto N.º 2239/71 reglamenta-rio de la emisora, que prescribe: “En los pro-gramas informativos la veracidad prevalecerá por sobre la primicia, observándose una to-tal independencia con respecto a otros órga-nos de difusión (…).

Serán sus características la

prescindencia, la objetividad, la seriedad y la comprobación de la información que emi-ta”. Esta normativa no respetada se vincula también con el Art. 6. : “En la emisora se respetará el principio de la libertad de expre-sión, sin más límite que el respeto a la ley,

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El periodismo local ha señalado los nivelesde impunidad en el poderpolítico.

El periodista no es un ‘mercenario de la pluma’.

Page 46: Anuario FOPEA 2010

90 :::: ANUARIO 2010

a las instituciones, al decoro y a la dignidad de la persona humana”.

El periodismo local ha señalado los nive-les de impunidad en el poder político: “El que mejor defi nió las políticas que se apli-can en ese medio de comunicación estatal fue el ultramenemista Miguel Solé, cuando dijo que en el Canal 3 no se puede hablar mal del patrón” (junio 2009).

Los primeros censurados hemos sido los trabajadores que evidenciamos compromiso reclamando sobre la función social de un canal estatal, que debiera caracterizarse por refl ejar diversidad de expresiones. Una de las respues-tas del Gobierno pampeano ha sido sumariar a un empleado con la intención de impedir ex-presiones de protesta y críticas sobre el manejo del único canal que llega a toda la provincia.

La situación se torna tanto más grave si se tiene en cuenta que estamos hablando de un trabajador de un medio de comunicación, entendiéndose el doble mensaje que lleva implícito, ya que no sólo se restringe y san-ciona la protesta, sino que se busca silenciar a quienes tienen la obligación, la labor y la función de informar diariamente con serie-dad sobre la vida cotidiana. Y si consideramos

que para muchos hogares pampeanos la señal de Canal 3 estatal es la única que se recibe, estamos ante otra acción que atenta contra la libertad de expresión y contra el derecho a re-cibir información veraz y confi able.

En el documento del 13 de junio de 2009 “Por una televisión democrática”, señalábamos:

“La lucha de los trabajadores de Canal 3 en busca de recuperar la identidad como canal estatal, con sus propias reivindica-ciones, está siendo comprendida por más amplios sectores de la sociedad. (…) El Gobierno ni siquiera se atreve a llamar ‘te-levisión pública’ a una herramienta de una línea partidaria (…)”.

Han sido muchos nuestros reclamos de mayor diálogo y de democratización de la emisora y en contra de prácticas autorita-rias. La respuesta ha sido mayor censura, mayor encapsulamiento, concentración de poder con un vaciamiento de valores demo-cráticos y de credibilidad periodística y una pantalla para muy pocos.

En sintonía con la ciudadanía pampeana de la cual formamos parte, reclamamos que Canal 3 no se utilice como un mero apéndi-ce propagandístico del partido gobernante y que garantice el respeto al pluralismo en todas sus manifestaciones.

Mientras, vamos sumando voces en la construcción de una sociedad más igualita-ria, solidaria y justa.

Los reclamos de los trabajadores de Canal 3

por recuperar la identidad y la función

social de la televisión pública se maniefestan

en las calles de Santa Rosa, La Pampa.

Page 47: Anuario FOPEA 2010

92 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 93

LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL I

“Defender la democracia es defender sus leyes”Con la aplicación de la Ley 26.522, que llevó 26 años conseguir, se abren amplias perspectivas para democratizar la comunicación, con diversidad y pluralidad.

Durante 2009 logramos lo que fue postergado durante 26 años, la Ley de Servicios de Comunica-

ción Audiovisual, que reemplaza al Decreto-ley de Radiodifusión 22.285. Se ha saldado una deuda de la democracia. Trabajamos por esto muchos años, con la convicción de que no hay posibilidad de afi anzamiento de la democracia política y económica sin de-mocratización de la comunicación.

La fuerte y creciente concentración en la propiedad de los medios y la mercanti-lización de la comunicación son formas de violación de la libertad de expresión que debemos superar asegurando pluralidad y diversidad de voces.

En 2004, unidos bajo el concepto de que la ley es siempre producto de una co-rrelación de fuerzas sociales y políticas, nos propusimos buscar acuerdos y construimos lo que luego denominamos “Coalición por

una Radiodifusión Democrática”. Nos con-vocamos representantes de organizaciones sindicales de los trabajadores, sus centrales obreras, de los movimientos sociales, de derechos humanos, de emisoras y claustros universitarios, del movimiento coopera-tivista, de radios y canales comunitarias y pequeñas pymes, de los pueblos originarios, ciudadanas y ciudadanos en general.

Las distintas organizaciones que integra-mos este espacio multisectorial y plural, au-toras de “Los 21 puntos”, nos movilizamos para pedir que la Justicia “libere la palabra” y permita la pluralidad de voces y la demo-cratización de la comunicación audiovisual.

Reclamamos por la inmediata aplicación de la Ley 26.522 de la democracia, que nos lle-vó 26 años conseguir.

Desde 1983, la mayoría de los partidos políticos llevó en su plataforma el mandato de derogar el decreto-ley 22.285 de Radio-difusión de la dictadura. Recordemos tam-bién que más de 73 iniciativas legislativas se presentaron en el Congreso de la Nación y que, debido a la presión de los grupos mo-nopólicos, ninguna llegó siquiera a debatir-se en el recinto. Ante esta realidad, más de 300 organizaciones se nuclearon en el año 2004 en la Coalición por una Radiodifu-sión Democrática y elaboraron los 21 pun-tos básicos para una ley de radiodifusión de la democracia. Este núcleo de coincidencias básicas fue tomado por la presidenta de los argentinos, Cristina Fernández, para ela-borar el anteproyecto de ley que presentó en el Teatro Argentino de La Plata el 18 de marzo de 2009.

El proyecto de Ley de Servicios de Co-municación Audiovisual se enriqueció con un amplísimo debate de la sociedad imple-mentado mediante mecanismos de con-sulta pública, a través de foros regionales coordinados con universidades nacionales, organizaciones de la sociedad, cámaras em-presarias, sindicatos, asociaciones de radio-difusores y público en general. El proceso de consulta pública incluyó una apertura sin precedentes, que abarcó también la re-cepción de aportes y documentos por vía electrónica o soporte digital, y la realiza-ción de más de 45 encuentros y actividades

NÉSTOR BUSSO

PERIODISTA

Actualmente es presidente del Consejo

Federal de Comunicación Audiovisual;

director de Radio Encuentro, de

Viedma (Río Negro); presidente del

Foro Argentino de Radios Comunitarias

(Farco); vicepresidente de la Asociación

Latinoamericana de Educación

Radiofónica (Aler). Además es integrante

de la Coalición por una Radiodifusión

Democrática, que elaboró y presentó las

bases para la nueva Ley de Radiodifusión

que se debate actualmente en la

Argentina; y secretario técnico y miembro

fundador de la Fundación Alternativa

Popular en Comunicación Social.

Fue secuestrado desaparecido en 1976.

Vivió en el exilio en Brasil desde ese

año hasta 1983. Al regresar al país, fue

secretario de Comunicación del Obispado

de Viedma, dirigió la Revista De Pie

y participó en la Cumbre Mundial de

Sociedad de la Información, convocada

por Naciones Unidas. Fue secretario

general del Sindicato de Trabajadores

de Prensa de Viedma, y congresal

nacional de la Federación Argentina de

Trabajadores de Prensa.

“Reclamamos por la inmediata aplicación de la Ley 26.522de la democracia, que nos llevó 26 años conseguir” .

sobre el proyecto realizadas por distintas organizaciones sociales y universidades en todo el país.

El relator especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la libertad de opinión y expresión, Frank R. La Rue, consideró de manera muy positiva esta consulta pública y felicitó el proceso segui-do para la e l a b o r a -ción de esta p r o p u e s t a de ley. Pues pudo verifi -car personal-mente en la Argentina que aquella “surge del documento de principios propuesto por organizaciones de la sociedad civil, y posterior-mente fue sometida a consulta popular en todas las regiones del país”. “Esto también constituye un gran precedente en materia de propuestas legislativas que estoy seguro el Congreso de la República sabrá valorar”, afi rmó.

Para garantizar una mayor contribución popular y participación de los diputados na-cionales, la Comisión de Comunicaciones e Informática llamó a una audiencia pública. Toda persona que quiso presentarse pudo hacerlo libremente; así se inscribieron más de doscientos ponentes que durante cuatro jornadas de ocho horas cada una realizaron importantes aportes que enriquecieron la letra y el espíritu del proyecto de ley.

El 16 de septiembre de 2009 se realizó la sesión especial de la Cámara de Diputa-dos de la Nación, para tratar la orden del día número 2005, el dictamen de mayoría y cuatro dictámenes de minoría, cuyos au-tores eran: a) Arturo M. Heredia, Graciela Camaño, María C. Cremer de Busti, Irma A. García, Marcelo E. López Arias y Jorge L. Montoya; b) Silvana M. Giudici, Gustavo Cusinato, Miguel A. Giubergia y Heriberto A. Martínez Oddone; c) Miguel A. Bona-sso; d) José R. Brillo.

En el debate de Diputados se introduje-ron más de cien modifi caciones al proyecto

enviado por el Poder Ejecutivo. La votación del dictamen de mayoría —con los aportes incorporados en el recinto— obtuvo una mayoría contundente: 147 votos a favor y 4 en contra.

En la Cámara revisora también se imple-mentó un sistema de consultas a expertos y representantes de organizaciones, y asistie-ron integrantes de todos los bloques políti-cos. Así se llegó al 9 de octubre, día en que la sanción de Diputados llegó al recinto. Con la presencia de todos los bloques po-líticos se votó, en la madrugada del 10 de octubre, y se obtuvieron 44 votos a favor y 24 en contra.

Como se puede apreciar, ninguna ley fue tan estudiada, analizada ni discutida como la Ley de Servicios de Comunicación Au-

diovisual; ninguna tuvo tanta participación popular en su elaboración. Intervinieron, cumpliendo el mandato constitucional, am-bas cámaras: la de Diputados como Cámara de origen y la de Senadores como revisora. Y en esta última participaron y votaron todos los bloques políticos validando de esta for-ma todo el proceso político.

Una vez que la Ley 26.522 se encuentre en plena vigencia será el momento de las organizaciones sociales y de las entidades sin fi nes de lucro de ocupar el 33% de las frecuencias que la misma norma les reserva. Esos nuevos medios que se sumarán a las ra-dios y TV comunitarias y populares que ya funcionan desde hace mucho tendrán que mostrar que otra comunicación es posible. Serán medios que refl ejen la identidad y el sentir de sus comunidades, que contribuyan al debate ciudadano y a la construcción de la democracia. Para que eso sea posible que-dan pendientes dos desafíos, la formación y capacitación de comunicadores y los recur-sos necesarios para sostener esos medios.

Con la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se abren amplias perspectivas para democratizar la comunica-ción, con diversidad y pluralidad.

Ninguna ley fue tan estudiada, analizada ni tan discutida; ninguna tuvo tanta participación popular en su elaboración como la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

so segui-

os

oresador-

metida a consulta popular en NingunaMotorizadas por la Coalición, hubo marchas

de apoyo a la ley en varios puntos del país.

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94 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 95

LEY DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL II

“Los disparos verbalessustituyeron al diálogo”El espectáculo político del debate de la Ley de Medios fue más una conflagración que una conversación argumental racional. El maniqueísmo y la descalificación impiden pensar.

Ciertamente, la democracia requería de una nueva Ley de Medios y de una explícita ruptura con el clima

en el que la dictadura sancionó un esquema regulatorio atado al espíritu “de la seguridad nacional” y “de los valores cristianos” conce-bidos como cepos morales, según la distorsi-va óptica militar.

Pero el montaje del espectáculo político del debate de la Ley de Medios fue más una confl agración que una conversación argu-mental racional. Se confi guró el escenario del teatro de las colisiones públicas más espectaculares durante 2010. Se instituyó una discusión legal y cultural, y una reyerta masiva que levantó parapetos y trincheras discursivas donde los disparos verbales sus-tituyeron al diálogo.

Se produjo en el país, paradojalmente, tratándose de una discusión sobre modelos comunicacionales, un avance del consig-nismo, de blasfemias indiscriminadas y de generalizaciones descalifi catorias.

Si un periodista coincide con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual sancionada, probablemente sea acusado de “ofi cialista”, como si esto fuese per se un es-tigma y un tatuaje eterno de deshonestidad. Y si coincide con la opinión de la empresa periodística en la que trabaja, será acusado entonces de “subordinado”, de “esclavo“ y de “mercenario”.

Se devaluó, en general, el derecho a la opinión honesta, situando a quienes exhi-bían sus posiciones como defensores inevi-tablemente de intereses non sanctos de un lado o del otro.

Más allá de esa beligerancia tangible, la discusión sobre la nueva legislación referida a los medios en la Argentina y en otros paí-ses de América Latina se apoya en axiomas que se suponen indiscutibles y que, sin em-bargo, no lo son.

Un ítem central es el de la concentración. Se ha olvidado, sin embargo, el concepto crucial de la convergencia y la revolución de la nueva economía mediática, que pro-pone vender pluralismo y multiplicidad de contenidos divergentes a públicos cada vez más fragmentados. En general, hay acuer-do entre los analistas de los nuevos modelos de negocios mediáticos, que ese es el único modelo rentable ante la mutación del com-plejo informacional.

En el marco de la controversia sobre la Ley de Medios, sus apólogos en la Argenti-na afi rman que en el país hay una alta tasa

de concentración de la propiedad de los medios. Se alude a una “ratio de concen-tración”. Una ecuación para medir lo que se denomina “tamaño crítico” de los mul-timedios, superado el cual se distorsionaría gravemente el mercado.

Guillermo Mastrini y Martín Becerra afi rman: “La concentración de medios e industrias infocomunicacionales tiende a la unifi cación de la línea editorial”. Más allá de excepciones, opinan que “es difícil que en un mismo grupo de comunicación se ha-llen divergencias profundas sobre temas que son sensibles a los intereses del grupo”.

MIGUEL WIÑAZKI

PERIODISTA, ESCRITOR Y DOCENTE

Es secretario de Redacción del diario

Clarín y director periodístico del Máster

de Periodismo de Clarín y la Universidad

de San Andrés. Profesor y licenciado en

Filosofía por la Universidad de Morón.

Fellow de Periodismo de la Knight

Wallace Foundation de la Universidad

de Michigan. Fue director de la carrera

de Periodismo en la Universidad de

Belgrano. Escribió 10 libros, novelas e

investigaciones y también ensayos sobre

fenómenos mediáticos como La noticia

deseada y Periodismo: fi cción y realidad.

Fue también autor y compilador de Puro

periodismo, un ensayo colectivo sobre

medios. Trabajó, entre otros medios, en

Radio Antártida, diario La Voz y en las

revistas Somos y Noticias.

Fue profesor de grado y de posgrado en

las universidades de Buenos Aires, de La

Plata, de Morón, de Lomas de Zamora

y la Universidad Nacional de San Luis,

entre otras.

Si un periodista coincide con la Ley de Medios, es muy probable que sea acusado de ‘ofi cialista’... Si coincide con la opinión de la empresa en la que trabaja, será acusado de ‘subordinado, esclavo y mercenario’.

Sin embargo, los propios Mastrini y Be-cerra, en su libro Los dueños de la palabra, dicen que una vez medida la concentración resulta muy complejo “cuantifi car los efec-tos que ello produce sobre el pluralismo y la diversidad”.

Esquema feudal en las provinciasHay otro elemento crucial —y más bien

soslayado por los defensores de la Ley—, es el esquema feudal, Paleolítico de los medios en las provincias argentinas, de las que Santa Cruz o San Luis, para citar solo dos ejemplos, son paradigmáticas. El con-trol ofi cial sobre la información se basa en

el control ofi cial sobre la propiedad de los medios.

Críticos del modelo ofi cialista de la Ley observaron un intento de hiperfeudaliza-ción de la prensa en el país, replicando a nivel nacional lo acontecido en ciertas pro-vincias, donde la dependencia de la publi-cidad ofi cial decapita toda posibilidad de independencia editorial.

En simultáneo, se observó en 2010 el crecimiento exponencial de un conjunto de medios, diarios, revistas, sitios webs, radios y canales de TV sostenidos por el dinero de la publicidad ofi cial, que circula sin control legal y se distribuye de manera arbitraria.

Hay que decir que los así denomi-nados “medios independientes” no están fuera del juego de los intereses creados. La problemática de estos intereses conforma un confl icto de interpretaciones editoriales sobre los hechos. A ese fenómeno, interesado e interesante, se lo llama “libertad de prensa”. No es una diversidad en abstracto, sino una puja concreta en que los ciudadanos verifi can toman-do partido, además de defendiendo a la vez sus propios intereses.

Estado burocrático autoritario Los medios independientes son

los que por potencial económico pueden tomar distancia del lazo

con el que suele ahorcarlos la publicidad ofi cial. Por el contrario, el control centrali-zado y gubernamental de lo que se difunde elimina el juego diverso crudo de los intere-ses creados e impone como tendencia el del Estado burocrático autoritario, que minimiza toda competencia a su hegemonía.

Los críticos de la Ley advirtieron contra esa hegemonía, y los que la sostuvieron advirtieron contra la concentración y la su-puesta hegemonía tutelar empresaria sobre los fl ujos de la opinión pública.

La cuestión es que los medios, afi rma Jean François Fogel, viven la era de su cen-trifugación. Se abren a las redes sociales, a los celulares, a la Web, que es ilimitada. El

periodismo asiste a una diáspora de la cen-tralidad de una organización que articula la agenda cívica. Esa es la tesis del mediólogo francés. Sin ese el paradigma, la Ley de Me-dios correspondería a un estadio anterior y sobrepasado ya por los hechos.

Audiencia activa y participativaLa teoría de la concentración surge a me-

diados de los ochenta, antes de la revolución más profunda de Internet en particular y de los medios en general.

Los medios hoy son “híbridos”, centrífu-gos, y dispersan la información a través de sus distintas plataformas. La convergencia

es la puerta de entrada a la nueva tecno-logía y a la audiencia interactiva y parti-cipativa. Es el camino hacia la pluralidad, puesto que no hay medios convergentes sin convocatoria a la participación efectiva y sistemática de la gente que deja de ser un colectivo pasivo y meramente receptor de noticias para convertirse, más bien, en un polo activo y emisor.

La imposición estatal sobre la prensa, para evitar la convergencia, atentaría contra la in-novación y contra la revolución copernicana de los hábitos de consumos culturales.

¿Eso signifi ca que la convergencia no requiere de regulación alguna? De ningu-na manera. Signifi ca que las regulaciones deben instalarse en el espacio abierto de la convergencia para sostener su apertura y no para favorecer la tutela ofi cial y ofi cialista sobre el campo comunicacional.

Sujetada por el Gobierno, la comuni-cación se vuelve un bien escaso, vertical y verticalista. Prevalece ya, sin embargo, lo contrario: la opulencia comunicacional. Vi-vimos ya una nueva situación en la que las personas disponen de mucha más comuni-cación de la que pueden consumir.

Ese episodio trascendental, la permanente transmutación mediática y el desafío del pe-riodismo en la era de la “noticiabilidad“ vir-tual, de las redes sociales y del periodismo cí-vico son el desafío que nos convoca a pensar.

Y el maniqueísmo y la descalifi cación de la disímil variedad de posiciones argumen-tales son lo que nos impide pensar.

Nota escrita en mayo de 2010

“Los así denominados ‘medios independientes’ no están fuera del juego de los intereses creados.”

Sin embargo, los propios Mastrini y Be-

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EL FUTURO DE LOS MEDIOS PÚBLICOS AUDIOVISUALES

Las dudas envuelven al proyecto nacional de TV digital El Gobierno nacional teje el lanzamiento de un nuevo sistemade televisión digital que aspira a enviar veinte señales de contenidos producidos bajo la órbita estatal al 80% de la población.

De concretarse algunos de los anun-cios del Poder Ejecutivo nacional, hasta 2011 se hará la ampliación

del conjunto de medios dependiente del Estado más importante desde la creación de la red de Radio Nacional a mediados del siglo pasado. A pesar de la dimensión de la expansión, las autoridades gubernamenta-les no implementan estándares de calidad ni de ética que aseguren un universo de medios públicos no gubernamentales, entre otras cuestiones, por las que FOPEA brega desde su fundación.

El proceso que se inició a fi nales de 2009 se basa en dos pilares: la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audio-visual, que entre otras cosas reserva espacio en el espectro radioeléctrico para que los municipios y Estados provinciales creen sus propios medios y, a su vez, en el caso de que se trate de señales audiovisuales, sean obligatoriamente distribuidos por los ope-radores de servicios de televisión paga; y el

lanzamiento del sistema de televisión digi-tal terrestre, que promete multiplicar varias veces a la única señal dependiente del Go-bierno nacional en la TV abierta. En otras palabras, el Gobierno espera cubrir al 80% de la población argentina con la nueva red que transportará unas veinte señales de con-tenidos producidos bajo la órbita estatal.

En mayo pasado, el Gobierno nacional inició la distribución gratuita de deco-dificadores de televisión digital terrestre entre beneficiarios de planes sociales y “jubilación universal” que viven en la Ciudad de Buenos Aires y algunos muni-cipios del primer cinturón del conurba-no bonaerense. Al cierre de esta nota, en julio de 2010, fuentes gubernamentales

estimaban en 40 mil las unidades distri-buidas, aunque ni este cronista ni legisla-dores que solicitaron precisiones sobre el tema lograron obtener datos oficiales.

Tampoco se logró confi rmar por parte de las autoridades gubernamentales a cargo de la iniciativa los planes de desarrollo de señales que nutrirán al nuevo sistema ni su expansión geográfi ca.

Sin declaracionesEl titular del sistema de medios públicos,

radio y televisión argentina, Tristán Bauer, es quien tiene a cargo el desarrollo de los contenidos que trasportará la TV digital dependiente del Estado. Bauer le negó a la Comisión Directiva de FOPEA la po-sibilidad de una reunión para interiorizar-se sobre los mecanismos que implementó o aplicará para el desarrollo de las nuevas señales. Lo mismo hizo con solicitudes de periodistas interesados en entrevistarlo sobre el tema. De Bauer sólo se registran

declaraciones referentes a la cuestión en los programas que están a su cargo en Canal 7 y en la agencia ofi cial de noticias Telam, además de las que le dedicó al conductor Víctor Hugo Morales, en consonancia con el Gobierno nacional en política de medios, que omitió preguntarle sobre detalles de la iniciativa.

Por su parte, el coordinador del Minis-terio de Planifi cación Federal del sistema de televisión digital terrestre, Osvaldo Ne-mirovsci, tiene a su cargo el desarrollo de la red de distribución de las señales de TV digital ofi cial. Nemirovsci, a diferencia de Bauer, aceptó responder preguntas a distin-tos periódicos que no están necesariamente alineados con la política ofi cial de medios.

RODOLFO BARROS

PERIODISTA

Ejerce el periodismo desde 1992. Pasó

por las corresponsalías en La Plata de

La Nación y Página/12; fue editor de

Economía del diario Hoy de esa ciudad

y trabajó en las revistas Mercado, TXT,

Veintitrés, Fortuna y en el semanario El

Economista. Actualmente es el subeditor

de Economía de Perfi l. Escribió un libro

de crónicas de la clase media argentina,

Fuimos, y un manual de autoayuda, La

marca y el deseo.

El 19 de julio se abrió el llamado a concurso para fi nanciar 160 nuevas producciones con un fondo de $35 millones.

De las declaraciones de ambos y de la in-formación ofi cial puede establecerse que el Gobierno nacional estima cubrir el 80% de la población de la Argentina con el sistema de TV digital para abril de 2011 y que, más allá de que el sistema comenzó a transmitir Canal 7 y Encuentro, se completará hasta llegar al menos a las 20 señales.

Entre ellas se encontrarían, según estas declaraciones, una dedicada al público in-fantil, cuyo desarrollo se encuentra bajo

la mirada de Bauer; otra especializada en cine, desarrollada bajo la órbita del Insti-tuto Nacional de Cine y Artes Audiovisua-les (INCAA); además de una de deportes. A su vez, se invitaría a productoras privadas y propietarios de señales a ingresar al sistema.

El desarrollo de los contenidos para nu-trir a esas señales estuvo exclusivamente bajo las pautas de Bauer y algunos “coor-dinadores” en distintos estamentos guber-namentales. No se llamó a concurso ni se realizaron convocatorias abiertas para la producción de esos contenidos. Tampoco

se fi jaron pautas para la recepción de pro-puestas que más bien quedaron al arbitrio de los delegados de Bauer sin criterios pa-rejos —en caso de que se los encontrara—, de acuerdo a lo que expresaron a este perio-dista tres productores independientes que intentaron promover sus propuestas tanto ante el director de Radio y Televisión Ar-gentina (RTA) como ante autoridades del INCAA y la Secretaría de Cultura de la Na-ción, que también desarrolla, aunque extra-

ofi cialmente, su propio set de contenidos para una señal propia.

Tímida aperturaPero el 19 de julio, aunque tímido, hubo

un vuelco en esta cerrada actitud por parte de las autoridades gubernamentales. Se abrió el llamado a concurso para la fi nanciación de programación. Se trata de un fondo de $35 millones, aportados por el Ministerio de Pla-nifi cación, que a través del INCAA designa-rá a los ganadores de 160 producciones. Al cierre de esta nota, no se habían publicado las bases ni condiciones del concurso.

Más allá de la órbita nacional, el gober-nador de la provincia de Buenos Aires, Da-niel Scioli, admitió que su equipo prepara el lanzamiento de su propio canal de tele-

visión abierto, que a su vez utilizará la in-fraestructura de TV digital de la Nación. En un reportaje concedido a diario Perfi l, Scioli dio pistas de la programación del canal bo-naerense. Se tratará, según sus declaraciones, de programas que apunten a informar sobre servicios, al estilo “sepa dónde pagar sus im-puestos o qué hacer ante un robo”. Este es solo un ejemplo de lo que puede esperarse de la expansión del sistema de medios de-pendientes del Estado, más allá de los relati-

vos aciertos de la programación de Encuentro, a menos que se fi jen reglas claras y homogéneas para aplicar estándares de calidad.

Universo amplio o cerradoOtra cuestión particular para

analizar es el carácter que tendrá la expansión del sistema. El ex secretario de Comunicaciones y abogado especializado en me-dios, Henoch Aguiar, trazó una tipifi cación de lo que se denomi-nan medios públicos:

• Medios públicos indepen-dientes del gobernante.

• Medios con altos niveles de control político-gubernamental.

• Medios que son el vector ideológico-formativo-difusor de un partido.

• Medios que han sido infi l-trados por una lógica de mana-gement y búsqueda de rating que en nada los distingue de los de-más medios comerciales.

“No tendría ningún inconveniente en que haya un medio puramente gubernamental que hable sólo bien del Gobierno de turno, en donde se expresen todos sus funciona-rios. Puede ser interesante tener un canal del Gobierno, reconocido como tal. Pero en paralelo debe haber un medio público no gubernamental, que haga gala de una plena independencia del poder político, poner en pantalla la gama más amplia de visiones, así como independiente de las presiones e im-posiciones de agenda setting de los medios comerciales”, sintetizó Aguiar.

La expansión está en marcha. Resta saber si las autoridades gubernamentales se volca-rán o no a que esta concluya en un universo de medios amplio, o cerrado.

Nota escrita en junio de 2010

El ministro de Planificación Julio de Vido y

el presidente de Radio y Televisión Argentina

(RTA), Tristán Bauer, anuncian el próximo

lanzamiento de la televisión digital en el país.

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98 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 99

se prohibió la inclusión en los avisos ofi ciales de “nombres, símbolos o imágenes que su-pongan promoción personal de las autoridades o funcionarios públicos”, un pequeño paso en la dirección correcta. Dicha norma fue primero vetada por el Ejecutivo local y luego ratifi -cada por la Legislatura.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a principios de este año el jefe de Gobierno vetó parcialmente la ley sobre publicidad ofi cial que la Legisla-tura había aprobado en diciem-bre de 2009. Si bien la norma presentaba serias falencias, en particular por la ausencia de cri-terios de asignación, proponía algunos avances en relación con la transparencia en el manejo de los fondos y prohibía el uso pro-pagandístico de la pauta estatal. El veto parcial recayó precisa-mente sobre dichos artículos, y vació de contenido a la ley.

A nivel nacional, la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual incorporó algunas menciones sobre el tema: exige a licenciatarios y autorizados a publicar los montos de publi-cidad ofi cial que reciben (una interesante disposición relacio-nada con la transparencia exi-gida a medios de comunicación). Además dispone que la pauta se distribuya de acuer-do con criterios de equidad y razonabilidad, y según los “objetivos comunicacionales del mensaje”. Mientras tanto, varios proyectos de ley presentados por diferen-tes partidos políticos esperan, desde hace años, ser tratados en el Congreso.

Estas iniciativas implican un reconocimiento de la ne-cesidad de efectuar reformas legales, pero aún falta volun-tad política para concretar los cambios necesarios.

Un asunto de diversidadEs fundamental tener en cuen-

ta que la libertad de expresión, además de proteger el derecho

individual del emisor, garantiza el derecho de todas las personas a acceder a la mayor cantidad y diversidad de informaciones e ideas, como requisito del debate robusto que exige el sistema democrático. La diver-

sidad se ve afectada cuando medios y pe-riodistas se autocensuran por temor a sufrir retiros de pauta en castigo por sus expre-siones, cuando el Estado favorece con sus recursos a quienes le son discursivamente

afi nes, o cuando funcionarios públicos se aprovechan de los avisos ofi ciales para canalizar mensajes proselitistas.

Un debate sobre la pauta ofi -cial debería enmarcarse dentro de esas ideas. Y debería servir como puente para pensar otros temas –los condicionamientos de los anunciantes privados, la precarización laboral de los pe-riodistas, la concentración de la propiedad de los medios, entre otros— que también impactan en nuestra diversidad informativa.

Principios rectores de la regulación

USOS Y ABUSABUSOS DE LA PAUTA OFICIAL

¿Es comunicación estatal o uninstrumento de propaganda?La falta de regulación sobre la contratación de la publicidadestatal favorece el uso de fondos públicos para premiar o castigar a medios y periodistas, y sirve como forma indirecta de censura.

El debate sobre la pauta ofi cial se en-cuentra, desde hace años, en el cen-tro de la agenda pública. En toda la

región, una multiplicidad de denuncias de periodistas, ONG y medios de comunica-ción dio visibilidad a un fenómeno que no es nuevo pero sí creciente: la utilización de —cada vez más abultados— fondos públi-cos para premiar o castigar a medios y pe-riodistas de acuerdo a su afi nidad con los Gobiernos, una práctica de censura indirec-ta prohibida por la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

La falta de reglas adecuadas para la con-tratación de la pauta estatal favorece su uso excesivamente discrecional y arbitrario. Así lo sostuvo la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, al precisar que son necesarias normas específi cas que establez-can “criterios claros, transparentes, objeti-vos y no discriminatorios”.

Un principio similar fue adoptado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación al fallar en el caso del diario Río Negro. La Corte condenó a Neuquén por el retiro de publicidad ofi cial de ese medio luego de que ese periódico publicara artículos críticos so-bre el Gobierno, y ordenó que presentara un esquema de distribución de pauta que no sea discriminatorio. Sentó asimismo un criterio muy importante: los medios no tie-nen un “derecho intrínseco” a recibir pauta, pero no pueden verse privados de ella por su línea editorial.

Avances y retrocesos regionalesEn varios países de la región, activistas

y funcionarios públicos han comenzado a impulsar la sanción de normas específi cas sobre la materia, con avances y retrocesos. En Chile, la Cámara de Diputados creó una

comisión especial que analizó las normas y prácticas sobre contratación de pauta ofi cial y emitió un informe en el que recomienda la sanción de un marco legal especial. En Uruguay, un proyecto de ley elaborado por la sociedad civil fue presentado con el apo-yo de legisladores ofi cialistas y de la oposi-ción. Perú sancionó una ley de publicidad en 2006 que no ha sido aún reglamentada pero es un indicio de la preocupación que existe sobre el tema. En Colombia, algunas alcaldías y gobernaciones comenzaron a im-plementar regulaciones en el marco de los llamados “pactos por la transparencia”.

En la Argentina, la situación no es muy alentadora, pese a algunos pasos aislados. Tierra del Fuego se convirtió en la primera provincia en aprobar un decreto regulatorio sobre el tema. Sin embargo, la implemen-tación de la norma fue sumamente proble-mática y recibió la embestida de medios de comunicación (mal)acostumbrados a ma-nejarse en un escenario desregulado. A fi nes de 2008, Río Negro sancionó una ley que

sigue sin ser reglamentada. En Entre Ríos, la reforma constitucional de 2008 incorpo-ró un artículo específi co sobre publicidad ofi cial, con pautas generales que debían ser reglamentadas en un plazo no mayor a un año, cosa que aún no sucedió. En Chaco,

ELEONORA RABINOVICH

ASOCIACIÓN POR LOS DERECHOS CIVILES

Es abogada (UBA), estudió Periodismo

(TEA) y cuenta con una maestría en

Estudios Latinoamericanos (New York

University). Fue becaria de la Fundación

Fulbright, la Fundación Reuters y New

York University. También es profesora de

Derecho a la Información. Trabajó

como periodista en distintas revistas y

diarios de la Argentina, fue editora del

portal Terra para la Argentina y América

Latina, y del servicio en español de

Wired News. Es miembro de la

International Media Lawyers Association

(IMLA). Desde 2006 trabaja en la

Asociación por los Derechos Civiles,

donde dirige el programa de Libertad

de Expresión.

La falta de reglas adecuadas para la contratación de la pauta estatal favorece su uso excesivamentediscrecional y arbitrario.

Para su exitosa implementación, una regulación de

la publicidad oficial requiere la modificación de cier-

tas prácticas por parte de funcionarios y medios de

comunicación. Sin embargo, es un paso muy im-

portante para acotar el margen de discrecionalidad

y brindar un marco de transparencia y control.

Estos son algunos principios rectores que podrían

guiar las regulaciones en la materia:

� UTILIDAD PÚBLICA. La publicidad oficial debe ser-

vir como un canal de comunicación entre el Estado

y la población.

� PUBLICIDAD OFICIAL VS. PROPAGANDA PARTIDARIA.

Deben establecerse mecanismos para evitar que

la pauta sea utilizada como un instrumento de

propaganda para el Gobierno, un partido político

o un funcionario público. En particular, en época

electoral.

� EQUIDAD. Para reducir la discrecionalidad, la asig-

nación debe responder a criterios claros, equitativos

y transparentes.

� PLANIFICACIÓN. La pauta debe responder a

necesidades concretas de comunicación, y los

Gobiernos deben realizar una adecuada y trans-

parente planificación presupuestaria de recursos.

� TRANSPARENCIA. La información sobre pauta ofi-

cial es información pública. Los Gobiernos deberían

publicar información sobre gastos y contratos pu-

blicitarios, y garantizar el acceso a estos datos de

acuerdo a las normas que rigen el derecho de ac-

ceso a la información pública.

� CONTROL EXTERNO. Los Gobiernos deben rendir

cuentas al público sobre los gastos y el modo en que

son empleados los recursos de publicidad oficial, a

través de adecuados mecanismos de control.

� PLURALISMO INFORMATIVO. La pauta estatal no de-

bería ser utilizada como subsidio, ya que ambos tienen

diferentes objetivos. Sin embargo, en un escenario de

concentración de la propiedad de los medios y de los

anunciantes privados, la pauta oficial resulta esencial

para la subsistencia de muchos medios, sobre todo a

nivel local. A fin de garantizar el pluralismo informativo

—una obligación del Estado argentino a la luz de trata-

dos internacionales— los Gobiernos pueden adoptar

mecanismos que promuevan la diversificación de la

pauta, evitando que se concentre en pocos medios,

y que medios pequeños o locales sean injustamente

excluidos de su asignación. La discusión sobre la pau-

ta oficial debe necesariamente complementarse con

un debate serio sobre las políticas públicas necesarias

para asegurar el pluralismo informativo.

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100 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 101

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y LA SITUACIÓN LABORAL

La tarea es la que determina la aplicación del Estatuto Profesional Las empresas con sitios de noticias, aunque no sean medios de comunicación, deben encuadrar a sus trabajadores que producen, redactan, editan y diagraman informaciones como periodistas.

El periodista profesional ha afrontado en los últimos años una vertiginosa serie de cambios que han transfor-

mado las relaciones laborales y las estructu-ras de las “empresas informativas”.

El nuevo mundo es digital y también im-preso. Pero una dimensión no excluye a la otra. Es decir que algunos medios actuales son una especie de “híbridos”: son a la vez digitales y materiales, y los periodistas que trabajan allí deberán ser capaces de realizar sus tareas en ambas dimensiones.

En términos laborales, la llamada “con-vergencia” (esto es, la fusión de las redaccio-nes “papel” y on-line) no ha llevado a gene-rar más puestos de trabajo sino a poner en competencia habilidades y sumar funciones al periodista.

Teniendo en cuenta las características particulares del actual contexto laboral, debemos remitirnos a las previsiones del Estatuto del Periodista Profesional, y a analizar las interpretaciones que ha hecho la jurisprudencia a la hora de terciar en las controversias laborales que se suscitan hoy y que son sometidas a su arbitrio.

Es pertinente recordar que el Estatuto del Periodista Profesional, en su artículo 2, considera periodistas profesionales a “las personas que realizan en forma regular, me-diante retribución pecuniaria, las tareas que le son propias”.

En la actual coyuntura de los medios, con las ediciones digitales de los diarios tradicionales, los periodistas se vieron obligados a incorporar nuevas tareas que demanda el trabajo multimedia. Esto ge-neró dudas de los trabajadores de prensa, al no tener claro si el Estatuto —una ley dictada en 1946 cuando aún no habían llegado las nuevas tecnologías de la infor-

mación a las redacciones— tutelaba a es-tas “nuevas tareas” y a los “nuevos traba-jadores” o, simplemente, definía cómo se iban a configurar los derechos laborales de los trabajadores de portales de noticias o de distintos sitios de Internet.

La vastísima jurisprudencia de los tri-bunales laborales argentinos ha saldado esta discusión, ya que ha entendido que para definir si a una relación de trabajo entre un periodista profesional y su em-pleador le corresponde aplicarse lo recep-tado en el Estatuto del Periodista Profesio-nal, se debe tener en cuenta la naturaleza

de la labor que cumple el trabajador y no el carácter de la empresa dadora de traba-jo, que puede ser periodística o no.

Siguiendo este principio rector de inter-pretación, los juzgados de trabajo —inclu-so la propia Cámara Nacional de Apelacio-nes del Trabajo— han entendido que en los siguientes casos —enumeramos solo dos para no aburrir al lector—, el trabajador que se desempeñaba en distintos portales de Internet se encontraba amparado por

MARIANO ROMÁN

ABOGADO

Abogado de la Universidad de Buenos

Aires (UBA) especializado en temas de

derecho penal y libertad de prensa.

Integra la Cátedra de Derecho a la

Información, cuyo titular es Damián

Loreti, en la Facultad de Ciencias

Sociales de la UBA. Entre los años 2002

y 2004, asistió al defensor público ofi cial

ante el Juzgado Criminal en lo Federal

N.° 9 en la causa AMIA residual.

Previamente, se desempeñó en la

relatoría de Mario Landaburu, defensor

público ofi cial, ante la Cámara de

Casación Penal de la Nación.

las previsiones del Estatuto del Periodista Profesional.

En el primero, el actor realizaba tareas de diseño, edición y diagramación de no-tas periodísticas para una página web —en la cual había contenidos de información y entretenimiento— de una importante pro-veedora del servicio de acceso a Internet.

El tribunal en su decisorio argumentó: “(...) Es justamente el contenido del alu-dido portal uno de los elementos que en el caso resulta determinante para considerar comprendida a la demandada dentro del marco normativo pretendido en el inicio, no sólo porque resulta innegable que en virtud de las nuevas expresiones del pe-riodismo, producto de la proliferación de distintos medios de comunicación, la actividad periodística no puede ser limi-tada por la idea tradicional de noticia y, por el contrario, comprende el concepto de información tanto general como espe-cializada, sino porque, además, es claro que dicho portal cumple con la fi nalidad de propalar o exhibir noticias de carácter periodístico, lo que conlleva el encuadra-miento en el Art. 2, primer párrafo de la Ley 12.908 (Estatuto del Periodista Pro-fesional)”.

Otro caso interesante para citar es el de un periodista que se desempeñaba como coordinador del área periodística del sitio de Internet www.xsalir.com. La Justicia entendió que la relación de trabajo debía estar encuadrada dentro de lo estipulado por el Estatuto del Periodista Profesional. En un pasaje de la sentencia, el juez ma-

nifestó: “Las nuevas tecnologías, entre ellas la de Internet, rebasan el contenido tradi-cional y real del periodismo escrito, oral o televisivo, para abrirse al aspecto virtual del mismo, entre el cual la existencia de un portal es uno de los más interesantes”.

En otra parte del fallo, sostuvo: “El sitio proporcionaba una guía de salidas para la ciudad incluyendo notas y reportajes perio-dísticos respecto de ellas, por ello concluyo que dicho portal era similar a un suplemen-

to de espectáculos de un diario, con la úni-ca diferencia que, en lugar de publicarse, se difundía en la Red”.

La difícil batalla estará, entonces, en lo-grar que las empresas que tienen sitios de noticias pero que no son específi camente medios de comunicación (hay varios ejem-plos de empresas telefónicas, sitios comer-ciales o de entretenimiento) encuadren a los trabajadores que redactan, editan, diagraman y producen las noticias de ma-nera correcta de acuerdo a las previsiones del Estatuto del Periodista Profesional, sin que estos se vean obligados a recurrir a una instancia judicial para que sus derechos sean respetados.

Para concluir quisiera destacar, a la luz de lo antes descripto, la interpretación di-námica que ha hecho la jurisprudencia de lo reglado en el estatuto, reconociendo las nuevas fi guras y tareas que continuamente se van originando en las redacciones de la mano de las “nuevas tecnologías”. Para defi nir si

corresponde aplicar el Estatuto del Periodista, se debe tener en cuenta la naturaleza de la labor que cumple el trabajador y no si la empresa es periodística o no”.

En virtud de la proliferación de distintosmedios de comunicación, la actividad periodística no puede ser limitada por la idea tradicional de noticia.

Periodistas asépticosRecientemente, varias “empresas periodísticas” han empezado a limitar las participaciones (léase

“opiniones”) de sus periodistas en las distintas redes sociales. Un claro ejemplo de ello es el Hand-

book of journalism de la agencia Reuters. Estas disposiciones no solo son contrarias al derecho a

la información, sino que también desnaturalizan la tarea del periodista profesional, reduciéndolas

a simples figuras asépticas y neutrales, dispuestas a actuar de acuerdo con los intereses de la

empresa, del medio de prensa o del grupo económico al que pertenece el medio.

Escriptoria Servicios EditorialesEdición y corrección de textos

www.escriptoria.com.ar - [email protected] (011) 4795-3355

Page 52: Anuario FOPEA 2010

DESTACADOSEl paradigma de la mejor

literatura y el mejor periodismopor HORACIO VERBITSKY

104

“Rara vez un periodista de ofi cio se hace hombre de Estado”

por MIGUEL ALBERTO VELÁRDEZ106

El rol de la prensa en laformación de la nacionalidad

por JULIO MOYANO108

Page 53: Anuario FOPEA 2010

104 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 105

HOMENAJE A RODOLFO WALSH

El paradigma de la mejorliteratura y el mejor periodismoRecorrido por el pensamiento del autor de Operación Masacre y Caso Satanowsky, a través de los indicios que dejó en sus cincuenta años de vida obstinada y feraz.

Mientras este anuario se escribía, un tribunal oral federal juzgaba a los miembros del grupo de ta-

reas de la Armada que el 25 de marzo de 1977 abrieron fuego sobre Rodolfo J. Walsh cuando se resistió a que lo secuestraran, y luego hicieron desaparecer su cuerpo y parte de su obra inédita. Queda el resto, lo que alcanzó a publicar en los cincuenta años de su vida obstinada y feraz.

Una pregunta frecuente en los últimos meses es qué posición hubiera asumido Walsh en el debate por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, sancionada por el Congreso en 2009 y paralizada por la Justicia en 2010.

Trasplantar a una persona y sus circuns-tancias a otro tiempo histórico es un ejercicio

imposible y poco aconsejable. Ni amigos, ni compañeros, ni familiares pueden arrogarse el derecho a decir cuál hubiera sido su po-sición en ese o en cualquier otro tema, sino limitarse a exponer cuál es la propia.

Proeza periodísticaPero es posible analizar cómo se condu-

jo él en las cuestiones afi nes que le tocaron vivir, que pueden tomarse como indicios. El propio Walsh orientó esa búsqueda al responder en 1970, en un reportaje de Ri-cardo Piglia: “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe

empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada, cuyos dueños son los dueños de las otras cosas”.

En 1958, como colaborador de una co-misión investigadora del Congreso, Walsh inició una inves tigación sobre el asesinato del abogado Marcos Satanowsky que ha go-zado de menos fama que Operación Masacre, pero que constituye otra proeza periodística. Con el diputado radical Agustín Rodríguez Araya, uno de los integrantes de la comi-sión, trabajaba Rogelio García Lupo, amigo y compañero de Rodolfo desde los años de adolescencia, cuando se manifestaban en las calles contra la ratifi cación argentina de las actas de Chapultepec. Juntos emprenderían después en Cuba la aventura de Prensa Lati-

na y volverían a reunirse diez años después en el Semanario CGT.

La investigación parlamentaria terminó cuando el asesor presidencial Rogelio Frige-rio le comunicó a Rodríguez Araya que si no paraba caía el Gobierno de Frondizi. El que no se detuvo fue Walsh. Con el título Caso Satanowsky, publicó 28 notas en la revista Mayoría para esclarecer el asesinato que ha-bía sido cometido por los servicios de in-formaciones de la denominada “Revolución Libertadora”, con el propósito de tomar el control del diario La Razón, por entonces uno de los más importantes. Su propietario Ricardo Peralta Ramos se lo había vendido al ministro de Economía de Perón, Miguel

PERIODISTA Y ESCRITOR

Preside el Centro de Estudios Legales

y Sociales (CELS). Presentaciones

realizadas con su fi rma derivaron en la

nulidad de las leyes de Punto Final y

de Obediencia Debida, así como en la

derogación del tipo penal del desacato

en la Argentina.

Es columnista político del diario

Página/12 y autor de 19 libros, entre

ellos, El vuelo, con la confesión del

capitán Adolfo Scilingo, quien arrojó a 30

personas al mar durante la guerra sucia

en la Argentina, crímenes por los que fue

condenado en Madrid.

La Latin American Studies Association,

que reúne a los más destacados

académicos del mundo especializados

en la región, le entregó su premio a los

medios de comunicación 1995-1996,

“en reconocimiento a la mejor cobertura

periodística de largo plazo en América

Latina”. Es miembro del Consejo Rector

de la Fundación Nuevo Periodismo

Iberoamericano, que preside Gabriel

García Márquez, e integra la junta

directiva de Human Rights Watch /

Americas.

Miranda, quien le regaló las accio-nes a Evita. La Razón formó parte de la cadena ofi cial de prensa. Los asesinos suponían que las acciones estaban en la caja fuerte de Sata-nowsky.

Amos de la prensaWalsh recuerda que “en 1945 los

diarios argentinos llevaban largos años de sujeción imperialista y, en la medi-da en que el peronismo expresaba una tentativa de ruptura, se opusieron a él sin excepción, usando las armas de la calumnia y la diatriba”. Atribuye la iniciativa de crear una prensa propia “al ala burguesa del movimiento”, adquirida “con dinero del Estado” y cuya “línea editorial se dictó desde la Secretaría de Prensa”.

Sobre esa cadena estatal se volcó “la furia de los empresarios de la prensa libre”. “En nombre de la iniciativa individual, reserva-da a media docena de individuos y negada a muchos millones, los amos de la prensa se quejaron del monopolio de un Estado cuyo presupuesto era inferior al de las tres agencias mundiales de noticias”, manifes-taba Walsh. El motivo de esa campaña no le parece misterioso: “La prensa peronista no era ya la voz del imperialismo, aunque siguiera publicando los cables con los que UP, AP y Reuters disfrazaban las luchas del Tercer Mundo. Los próceres de la oligarquía y aun del Clero o de las Fuerzas Armadas que entraron en colisión con el peronismo se vieron sometidos a inéditos ataques. La prensa peronista no expresaba directamente a la clase trabajadora, pero la defendía desde las alturas intermedias de la nueva burgue-sía. Las fallas de esa prensa desde el punto de vista de una liberación permanente estaban a la vista y se agravaron con el tiempo. La cadena se convirtió en terreno electivo de esa enfermedad parasitaria del Movimiento Peronista, la burocracia”.

Satanowsky era el abogado de Peralta Ra-mos, quien había sido interdicto por Aram-buru y Rojas, pero que intentaba recuperar el diario presentándose como un mártir de la libertad de prensa despojado por la segunda ti-ranía. Lo lograría poco después a cambio de la cesión vitalicia de su línea editorial al Ejército.

Envenenadores de concienciasEl “Retrato de un general”, el “Perfi l de

un asesino”, la “Instantánea de un juez” se leerán con provecho mientras haya Ar-gentina, ojalá algún día sólo con interés arqueológico. Ni la mejor literatura ni el mejor periodismo podrían haber llegado a paradigmas tan perfectos. Sólo Walsh, que cultivó a un tiempo la mejor literatura y el mejor periodismo, y que comprendió como nadie las reglas del juego político, las co-rrientes profundas, los choques inevitables de las clases y de las ideologías.

En el epílogo dice que el Ejército puso en práctica en La Razón “el encuentro ideal de la prensa capitalista con su meta última de servicio de informaciones para la explota-ción y la represión”.

Walsh recién actualizó como libro esa in-vestigación después de las elecciones del 11 de marzo de 1973, que terminaron con los siete años de la penúltima dictadura, y antes

de la asunción presidencial de Héctor Cám-pora. Su lectura es deliciosa porque con ella alcanzó la plenitud de su escritura, sin per-der nunca de vista el objetivo que persigue y que hizo explícito en una breve “Ubicación” que precede al texto.

Allí escribió: “Denunciar esos mecanis-mos, preparar su destrucción, es tarea que corresponde a los trabajadores de prensa en el marco más amplio de las luchas del pue-blo. Esta edición de Caso Satanowsky va di-rigida, pues, en primer término a los com-pañeros que desde las comisiones internas, las agrupaciones de base y en particular el Bloque Peronista de Prensa combaten dia-riamente a la raza de los envenenadores de conciencias: nuestros patrones”.

La prensa peronistano expresaba directamentea la clase trabajadora, pero la defendía desde lasalturas intermedias dela nueva burguesía.

Ni la mejor literatura ni el mejor periodismo podrían haber llegado a paradigmas tan perfectos. Sólo Walsh, que cultivóa un tiempo la mejor literatura y el mejor periodismo.

PERIODISTA Y ESCRITOR

HORACIO VERBITSKY

Page 54: Anuario FOPEA 2010

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JUAN BAUTISTA ALBERDI, A 200 AÑOS DE SU NACIMIENTO

“Rara vez un periodista de ofi cio se hace hombre de Estado”Pasional y obsesivo en sus ideales, el pensador tucumano nacido el 29 de agosto de 1810 dejó como legado las bases de laConstitución republicana escritas con su inconfundible estilo.

Si hoy viviera, usaría Twitter. Tendría su cuenta en Facebook, en Sónico, en Hi5 y en el resto de las redes sociales

que inundan la Web. Por supuesto, tendría su blog. Ni hablar de su propia página en Internet. No cabe duda de que, si hoy estu-viera entre nosotros, Juan Bautista Alberdi haría todo eso. Lo imagino con un iPhone chequeando el mail cada cuatro minutos, ya sea en una esquina de Buenos Aires, de Santiago de Chile, de Montevideo, de París o de Londres.

Era un hombre pasional, luchador, conver-sador empedernido, obsesivo en sus ideales.

No eran tiempos buenos. La Argentina estaba en ebullición. Gobernaba Juan Ma-nuel de Rosas y su régimen era impiadoso con quienes pensaban distinto. Se restringía la libertad de prensa, pero Alberdi no bajaba los brazos.

Un grupo afín al poder ejecutaba las amenazas y las persecuciones contra los lla-mados “enemigos”; y en esa lista, ¿quién es-taba?... Alberdi. Para publicar se requería un permiso previo, pero él se las ingenió para empezar a difundir su pensamiento. Firmaba con un seudónimo: Figarillo. Su letra era de molde, pero sus palabras, in-confundibles.

Con apenas 26 años, Alberdi escribía los artículos más punzantes contra el ro-sismo. En su premisa de no llamar “tan-to” la atención, fundó una revista a la que bautizó La Moda. Pero el Gobierno de Rosas, en Buenos Aires, tenía un grupo de gente que se ocupaba de hacerle en-tender a los enemigos que dos más dos no siempre es cuatro. Al cabo de unos pocos meses, clausuraron la revista y pulverizaron todo. Popularmente, a la fuerza de choque se la conocía como “la Mazorca”. Era el brazo ar-

mado de la Sociedad Popular Restauradora, que defendía el régimen rosista. Entre esos tipos y Alberdi había algo personal (diría hoy Joan Manuel Serrat). Tenían unos métodos de convencimiento muy efectivos. Y esos “métodos” funcionaron tan, pero tan bien, que un siglo después volvieron a ponerse en práctica en todo el país, en 1976, cuando llegó al poder la dictadura de Jorge Rafael Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti.

Tras la caída de Rosas, desapareció la Mazorca, y varios de sus integrantes comen-zaron a ser enjuiciados. Pero un abogado defensor del brazo armado argumentó que

MIGUEL ALBERTO VELÁRDEZ

PERIODISTA

Trabaja en la redacción de La Gaceta

de Tucumán. Fue cuatro veces becado

por la Fundación Nuevo Periodismo

Iberoamericano (FNPI), que preside

Gabriel García Márquez, en Colombia.

A través de la FNPI asistió a talleres

de especialización dictados por Tomás

Eloy Martínez (2004), Jon Lee Anderson

(2005), Javier Darío Restrepo (2006) y

Alberto Salcedo Ramos (2009).

En marzo de 2010, fue becado por la

Embajada de los Estados Unidos para

participar en el taller de Periodismo

Digital en San Diego, California. En 2000

fue fi nalista del concurso “Naciste para

ser periodista”, organizado por Clarín

y la BBC de Londres. Es colaborador

permanente de La Gaceta Literaria.

Actualmente cursa la carrera de

Licenciatura en Letras en la Universidad

Nacional de Tucumán. Desde 2007 es

socio de FOPEA.

el máximo responsable de todo era Rosas; decía que nadie había podido negarse a obe-decer sus órdenes. ¿Obediencia debida?...

Para escapar de las garras de la Mazorca, Alberdi cruzó a Montevideo, donde inten-tó vivir de su profesión de abogado. Pero al poco tiempo los tentáculos del rosismo lle-garon a Uruguay y el pensador tucumano no tuvo más alternativa que huir a Francia. Se instaló en París, luego en Londres. Después intentó regresar a Buenos Aires, pero no pudo. Lo más cercano a sus raíces argentinas era Santiago de Chile. Del otro lado de la Cordillera, instaló su estudio de abogado y rápidamente se reconoció su buen nombre y honor. Mientras tanto, escribía sus textos en borrador. Había comenzado una obra que todavía no tenía título, pero que ya le qui-taba horas de sueño. Después, a ese trabajo se llamó Bases y puntos de partida para la or-ganización política de la República Argentina.

Insultos epistolares“Hay que repasar la historia para no repe-

tir los mismos errores”, dice un viejo adagio. Sin embargo, los argentinos no aprendimos de los errores cometidos. Incluso parece que estamos condenados a repetirlos. Para el caso, sigamos revisando la historia. Apenas 30 años después de la Revolución de Mayo, había caído el régimen de Rosas al que Juan Bautista Alberdi había cuestionado con uñas y teclas. Asumió el poder Justo José de Urquiza, que no había terminado de aco-modarse en su sillón cuando aparecieron las voces en contra de sus políticas. Un maestro de aquella época, que después llegaría a la

presidencia de la nación, llamado Domingo Faustino Sarmiento, criticaba a Urquiza a los cuatro vientos.

No había Twitter, pero Sarmiento tam-bién se las ingeniaba para dar su punto de vista por escrito. Decía que Urquiza era un modelo continuista de Rosas y, espe-cialmente, muy peligroso para los intereses de Buenos Aires. En aquel entonces, Juan Bautista Alberdi vivía en Santiago de Chile, pero en su estudio jurídico, y a pesar de que no había alertas de Google ni Messenger, es-taba al tanto de lo que pasaba y de lo que se decía en la Argentina. En aquellos tiempos,

los ideales estaban en primer lugar. Estos hombres estaban construyendo la

nación. Habían nacido con la Revolución de Mayo. Defendían sus ideas a rajatabla y Alberdi no dudó en responderle a Sarmien-to. Entonces, ambos comenzaron a prota-gonizar uno de los debates más extensos y más tórridos de la historia argentina. Redac-taban y publicaban, cada uno por su lado, sus pensamientos. Eran periodistas. Perio-distas militantes, pero periodistas al fi n. Tal vez hoy en día los llamaríamos “periodistas ciudadanos”.

En medio de aquella histórica controver-sia, Alberdi presentaba a Sarmiento como un ambicioso que sólo buscaba el engran-decimiento personal intentando despresti-giar a Urquiza para derrocarlo. Lo defi nía como un “bárbaro”, “un gaucho malo de la prensa”. Para Sarmiento ser llamado “bárba-ro” era un insulto que no podía tolerar. En respuesta, Sarmiento publicó Cartas quillo-

tanas, en las que descargaba agravios contra Alberdi. “Doctorcito y abogadillo”, “autor de minués”, “templador de pianos”, le decía. Hoy podría parecer una agresiva conversa-ción por chat, pero en realidad eran publi-caciones que tardaban semanas en llegar de un lado al otro de la Cordillera. Las diferen-cias crecían en ofensas. Sarmiento decía que Alberdi tenía título de abogado en Chile y en Montevideo pero que en su patria no era “ni doctor”. Alberdi hirió el amor propio de Sarmiento al acusarlo de ser “un periodista a sueldo” y le enrostraba que “rara vez un periodista de ofi cio se hace hombre de Es-

tado”. Cualquier parecido con la actualidad no es mera coincidencia. Es una señal de que llevamos 200 años sin aprender de los errores del pasado.

Nuestro símboloUnos años después, en 1852, ambos hi-

cieron las paces. Al publicarse las Bases, Sarmiento elogiaba a Alberdi. “Su Cons-titución es un monumento —decía—, es nuestra bandera, nuestro símbolo. Su libro, pues, va a ser del decálogo argentino —in-sistía Sarmiento—, la bandera de todos los hombres de corazón.”

El elogio no era para menos. Alberdi ha-bía advertido que gobernar es poblar en el sentido de que poblar es educar, mejorar, civilizar y engrandecer. Sin embargo, los ar-gentinos seguían enfrentados. Buenos Aires dictaba una Constitución propia. El resto de las provincias formaba la Confederación Argentina, constituida en Paraná. Aunque antes había rechazado varias ofertas para ocupar cargos políticos, Alberdi cerró su estudio jurídico en Chile y aceptó el cargo de ministro plenipotenciario en Europa. Su misión era lograr que Francia y Gran Breta-ña aceptasen como único gobierno legítimo de la Argentina a la Confederación. En Pa-rís y en Londres, Alberdi desarrolló su rol diplomático.

Juicio a periodistasHace poco celebramos el Bicentenario de

la Patria. El Himno Nacional tronó hasta en los estadios de fútbol y en las iglesias. Pero seguimos cometiendo los mismos errores del pasado. El Gobierno por un lado, la oposi-ción por el otro. Llegamos al extremo de que un grupo afín al poder intentó desprestigiar a algunos periodistas con un juicio de carac-terísticas circenses. Pasaron 200 años, pero nos empecinamos en repetir los errores. La Patria tiene sus Bases. Alberdi las dejó escritas como un legado histórico, pero olvidamos repasarlas y, sobre todo, ponerlas en prácti-ca. Si hoy estuviera entre nosotros, Alberdi tendría su propia “bitácora” en la Web, por-que su obsesión era actuar como ciudadano, decir lo que pensaba, eludiendo la censura. Nos dejó muchas enseñanzas, como aquella que dice: “La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual”. Hoy po-dría ser un buen lema para publicarlo en un blog, pero un blog en serio.

La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual.

Llevamos 200 años sin aprender de los errores del pasado.

las lla-es-

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ía ar-

Sarmiento definió Bases y puntos de partida

para la organización política de la República

Argentina como “nuestra bandera, nuestro

símbolo, el decálogo argentino”.

Page 55: Anuario FOPEA 2010

108 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 109

La prensa en la construcción nacional

HISTORIA DEL PERIODISMO NACIONAL

El rol de la prensa en laformación de la nacionalidadLas generaciones pioneras de nuestra Independenciaconcedieron a la palabra escrita un rol trascendenteen la construcción del patrimonio histórico nacional.

Las contribuciones de la prensa argen-tina a la formación de nuestra nacio-nalidad son muchas y signifi cativas.

En un recuento mínimo, puede destacarse el temprano rol de agrupar y potenciar la articulación de las elites culturales y sus es-pacios de debate; apuntalar, a lo largo de si-nuosas y confl ictivas décadas, la formación de un Estado parlamentario de característi-cas modernas y de una sociedad civil con creciente autonomía; promover y difundir la incipiente literatura nacional; difundir en el exterior los inte-reses diplomáticos y comerciales del país —delimitando sus ca-racterísticas y forzan-do su reconocimiento internacional—; fa-cilitar la homogenei-zación cultural de los nuevos actores socia-les e imbuirlos de un discurso de identidad común en las distintas dimensiones de sus tramas: historia, jurisprudencia, geografía, literatura, formulación de las grandes tareas comunes de progreso.

Tal patrimonio no es casual, pues las ge-

neraciones pioneras de nuestra Independen-cia, hijas de la Ilustración e infl uenciadas por los cambios históricos que abrían la era del capitalismo liberal y del Estado parlamenta-rio, consideraban central la promoción de la palabra escrita, la abolición de la censura y de las restricciones a la libre expresión de las ideas, la construcción de un sistema de

periódicos, un marco jurídico que resguar-dase la libertad de prensa, la promoción del libro, la lectura y la enseñanza, tanto básica como superior.

Ya en mayo de 1810, tan pronto como se formó la Primera Junta, los temas de prensa surgieron a velocidad vertiginosa: crear una gaceta semanal para difundir los actos de go-bierno, crear la biblioteca pública, favorecer iniciativas por la educación y, aun en un gesto

conmovedor que habla de las enormes difi -cultades por atravesar antes de constituir una nación moderna, inten-tar desde el Estado, una y otra vez (y de modo fallido), el sostén de la presencia simultánea de periódicos que pu-diesen debatir entre sí, buscando imitar la rea-

lidad de las ciudades europeas, donde se po-día tomar contacto con voces plurales sobre política, literatura, economía y costumbres.

A lo largo de la década revolucionaria, co-mienzan a esbozarse los resultados: la apari-ción de las primeras fracciones políticas se

da a conocer por nuevos periódicos; la aper-tura a una tenue libertad de prensa se hace notar en la simultaneidad de imprentas en Buenos Aires, las que pasan de una a cinco en menos de una década.

Hacia 1820, la presencia de debates, in-cluso virulentos, resulta demasiado confl ic-tiva para un público no acostumbrado a

JULIO MOYANO

INVESTIGADOR Y DOCENTE

Licenciado en Comunicación Social

y magíster en Metodología de la

Investigación. Investigador de Historia

de los Medios y docente de grado y

posgrado en la Universidad de Buenos

Aires (UBA) y en la Universidad Nacional

de Lanús. Fue secretario académico de

la carrera Ciencias de la Comunicación

de la UBA y coordinador de la carrera

Comunicación en la Universidad

Nacional de Entre Ríos. Consultor en

Comunicación y colaborador regular en

medios gráfi cos y audiovisuales.

ella; suele terminar en clausuras y destierros, pero habilita una tendencia irreversible ha-cia la pluralidad.

Periódicos como agentes políticosLa época de las guerras civiles muestra re-

sultados contradictorios: los momentos de equilibrio entre la opresión y el panfl etaris-mo insultante son escasos, y una suerte de “división geográfi ca” habilita las distintas vertientes de la prensa. En la capital terri-torial, solo los periódicos ofi ciales, mientras las voces opositoras deben optar por reagru-parse en el destierro si quieren sobrevivir. Son ejemplos paradigmáticos la prensa ro-sista en Buenos Aires frente a la antirrosista en Montevideo, o la ciudad de Corrientes, con un periódico favorable a uno u otro bando, según quién controlase la plaza. Pero un hecho se tornaba irreversible: na-die dudaba ya que un agente político fuera tal si fundaba periódicos, argumentaba por medio de la prensa, publicaba ensayos en torno al programa de construcción de la nación e interactuaba con otras voces a un punto tal que, con el transcurso de las déca-das, ciertos temas comenzaban a ser patri-monio común de todos los contendientes; entre ellos, modernizar la infraestructura de transportes, fomentar la inmigración y colonización, educar masivamente, cons-truir un aparato estatal moderno y capaz de preservar la unidad e independencia. Que la prensa periódica de aquellas décadas sea una fuente esencial de la historiografía ac-tual habla a las claras de la importancia de su rol en tales procesos.

Presidentes-periodistasDesde poco antes de la sanción de la

Constitución de 1853 hasta la Organización Nacional en la década de 1880, ningún li-derazgo político prescinde del creciente rol de la prensa periódica para sus luchas y para el debate y difusión de los grandes progra-mas: Urquiza no escribía, pero respaldaba la creación de numerosos periódicos en lo-calidades de Entre Ríos, Santa Fe e incluso en Buenos Aires, y otras provincias. Los tres presidentes “históricos” (Mitre, Sarmiento, Avellaneda) ejercieron el periodismo, en especial, los dos primeros, y sabemos que Mitre fundó un diario que habría de prota-gonizar la historia política y cultural de tres

centurias distintas. Con sus periódicos, acompañaron el sinuoso reemplazo de la lógica militar y faccional por la electoral y argumentativa; fortalecieron la con-fi guración del compromiso del Estado de brindar garantías constitucionales y operativas a la publicidad de los actos de gobierno —en su momento, el Estado contrataba a los periódicos para difun-dir sus leyes, decretos y proclamas—, a la libertad de prensa y expresión, a la pluralidad política, a los mecanismos electorales de recambio, etc.; y, com-plementariamente, constituyeron, a través de sus páginas, las claves de los dis-cursos identitarios fundamentales: mitos de origen y destino, doctrinas y programas de las grandes fuerzas políticas, integración territorial y relato geográfi co de sus po-tencialidades económicas y demográfi cas, narración historiográfi ca común, difusión de libros de autores nacionales en el campo jurídico, literario o político.

Se trataba de construir un relato común de nacionalidad, tanto para las propias eli-tes como para el conjunto de la población, incluso frente a la comunidad internacio-nal. Sin dudas, el logro de tales metas fue realizado al costo de arrastrar numerosas contradicciones y difi cultades, propias del conjunto del modelo de desarrollo en cuyo marco se completó la construcción del Estado y la conexión de la economía nacional con el moderno mercado mun-

dial. Pero tampoco es posible dudar de la enorme tarea cumplida por un dispositivo institucional que hubo de construirse a sí mismo desde cero, en un territorio don-de, apenas unas décadas antes de 1810, no había siquiera una imprenta. La pren-sa aparece, así, como uno de los grandes protagonistas de la aventura de la nacio-nalidad y se prepara, a comienzos del siglo XX, para nuevos desafíos de moderniza-ción que acompañen las grandes transfor-maciones políticas, tecnológicas, sociales y culturales por venir.

La aparición de las primeras fracciones políticasse da a conocer por nuevas publicaciones.

Nadie dudaba que un agente político fuera tal si fundaba periódicos.

Ya desde fines de la colonia, las sociedades patrióticas, clubes y núcleos de intelectuales

motorizan proyectos de prensa dispuestos a aportar, desde la cultura, a la construcción

nacional. Desde el Telégrafo Mercantil en 1801, hasta la Revista de Buenos Aires en 1863,

los esfuerzos de estos grupos apuntaban a fortalecer la circulación de periódicos, favorecer

debates y consensos, e instalar discursos compartidos en sus bloques temáticos funda-

mentales. Así, la Revista del Paraná (1861) proponía —para hallar los elementos en común,

haciendo abstracción de los enfrentamientos políticos de la prensa diaria— las secciones

temáticas Historia, Literatura y Geografía, Jurisprudencia y Economía Política.

dicos, de la

ctoralcon-

stado les y os de tado fun-

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Los tres presidentes “históricos” – Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento y Nicolás Avellaneda– ejercieron el periodismo.

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Page 56: Anuario FOPEA 2010

110 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 111

NOTICIAS, EL DIARIO DE MONTONEROS

“Mini-Bang” del periodismo militante y revolucionarioPublicado durante solo nueve meses, el matutino fue un referente periodístico de calidad y un arma de influencia para la organización política de la principal agrupación guerrillera peronista.

Es difícil escribir en 2010 sobre un diario que formó parte de un pro-yecto político en 1973-1974. Los

criterios de viabilidad de la prensa han cambiado tanto como el país y el mundo. Un medio vinculado a una organización política tan única y contradictoria como la guerrilla peronista es difícil de imaginar; qué decir de un diario de esas características. Por más que se menee el papel de la prensa en la Revolución de Mayo, por más que la expresión “periodismo independiente” sirva tan bien a un conjunto de intereses como a sus opuestos, por más que se llame informa-ción a la operación política o a la búsqueda de ganancia, la idea de un diario propiedad de un grupo revolucionario pertenece a un pasado apenas menos remoto que el de los faraones.

Noticias, el diario de Montoneros, encar-nó una posibilidad inédita. Comenzó con una tirada de 40.000 ejemplares, rápida-mente creció hasta llegar a un promedio de 100.000 y tuvo picos de casi el doble du-rante la primera semana de julio de 1974 con su impactante cobertura de la muerte del presidente Perón. Desde su salida, el 20 de noviembre de 1973, hasta su clausura, el 27 de agosto de 1974, el matutino nunca hizo ofi cial el origen de su capital aunque entre sus columnistas se contaron a Mario Eduardo Firmenich o a Roberto Quieto, además de un arco de simpatizantes de las agrupaciones de superfi cie (la Tendencia) por medio de las cuales operaba el peronis-mo armado.

Igual que la vida política nacional, el dia-rio fue perdiendo el rumbo en sus nueve meses de vida, cuya densidad de aconteci-mientos relevantes los hacen parecer nueve años. Atravesó toda clase de confl ictos inter-nos, como la protesta de algunos redactores

que no encontraban justifi cación periodísti-ca a la aparición de una nota en cuatro en-tregas sucesivas donde Firmenich explicó su afecto y agradecimiento al asesinado padre Mugica. Pero en general, Noticias contradi-jo la creencia contemporánea que opone el buen periodismo a la representación de un ideario político (explícito).

Con una dirección editorial de inte-lectuales militantes (Francisco Urondo, Rodolfo Walsh, Horacio Verbitsky, Juan Gelman y Miguel Bonasso), resultó un matutino de calidad similar a la de la pren-sa comercial de su época, tanto como una herramienta de infl uencia masiva para Montoneros.

Eduardo Anguita y Martín Caparrós sostienen en La Voluntad que quienes hi-cieron Noticias “tenían una idea clara: no querían competir con La Opinión sino con Crónica. Aunque la formación de muchos de sus periodistas los inclinara más a la primera opción”. En efecto, muchos de los periodistas de primera línea que integraron esta redacción provenían de lo que en ese momento era el medio de vanguardia, el diario La Opinión, de Jacobo Timerman.

El staff del diario funciona como un mini-Bang del periodismo y la política del presente. Allí trabajaron Bonasso, hoy dipu-tado, y Patricia Walsh, legisladora; el radical Leopoldo Moreau; Verbitsky, uno de los principales columnistas políticos del país; Oscar Smoje, director del Palais de Glace; Juan Gelman, poeta y premio Cervantes; Roberto Guareschi, que durante años es-tuvo a cargo de la edición y la transforma-ción de Clarín, y Ricardo Roa, uno de sus principales editores en la actualidad; Carlos Ulanovsky, Sylvina Walger, Alicia Barrios, Caparrós, Carlos Eichelbaum y otros perio-

GABRIELA ESQUIVADA

PERIODISTA Y ESCRITORA

Nació en Buenos Aires en 1967.

A los 20 años recibió el ofrecimiento

de una pasantía en Página/12. Trabajó

allí hasta 1995 como redactora y

luego como subeditora del suplemento

literario Primer Plano. Más tarde

hizo los lanzamientos de las revistas

femeninas Cosmopolitan y Luna. En

1997 volvió a Página/12 y de allí

pasó a Revista Veintitrés. Escribió para

medios argentinos como Clarín, La

Nación, Latido, 3 Puntos, Crítica de la

Argentina y medios latinoamericanos

como Surcos y Gatopardo. Colaboró

con la Fundación Nuevo Periodismo

Iberoamericano. Publicó trabajos en las

antologías Mujeres argentinas y Vino

para contarnos, y escritos académicos

en Los Nuevos Cronistas de América

Latina y Juan Gelman: ècriture, mémoire

et politique. Aprobada su maestría

(UTPBA-UNLP), publicó su tesis “El diario

Noticias: los Montoneros en la prensa

argentina”, germen del libro publicado

con el mismo nombre.

distas protagonistas del presen-te en áreas muy distintas, desde la radio hasta el periodismo na-rrativo. La lista incluye a víctimas de la Triple A o la dictadura, cuya memoria late: Walsh, Urondo, Luis Guagnini, Eduardo Suárez, Norberto Habegger, el sobrevivien-te a los fusilamientos de 1956 Julio Troxler, el senador uruguayo exiliado en Buenos Aires Zelmar Michelini, Héctor G. Oesterheld, quien fi rmaba la tira La guerra de los Antartes con el seudónimo Francisco G. Vázquez.

Otro recorte posible del equipo muestra que algunos tenían militancia en Monto-neros (Bonasso, Habegger, Urondo, Gel-man, Walsh, Verbitsky) y otros en opcio-nes políticas diferentes (Pablo Piacentini, Pablo Giussani, Michelini, Moreau), y un tercer grupo no tenía otra identidad que la profesional (Ulanovsky, Carlos Tarsita-no, Pedro Uzquiza, Mario Stilman). Esta heterogeneidad de la redacción permitió producir un diario popular competitivo.

NoticiablesLas noticias se seleccionaban y jerarqui-

zaban casi como en cualquier periódico in-dependiente de información general. Pero si Noticias facilitaba información para apostar a los caballos y discutir el fútbol, la políti-ca estaba en el centro de su interés: todas sus tapas llevaban títulos de política nacio-nal, en ocasiones de modo excluyente, y la sección dedicada a esas noticias era la más amplia. Se destacaban acontecimientos que otros medios, en un gesto también políti-co, no siempre hallaban noticiables, como luchas obreras y otras manifestaciones del movimiento sindical, la vida en los barrios y villas de emergencia, el gatillo fácil de las fuerzas de seguridad y, en general, situacio-nes que califi caban como de “explotación” o “injusticia”.

Las páginas se cubrían en su mayoría con géneros informativos. Mayormente los tex-tos tenían un tono funcionalmente austero. Caparrós valora “el renunciamiento de una cantidad de personas que tenían otras ideas sobre el periodismo pero abandonaban cier-ta estética profesional en pos de una cierta

ética militante”. Por eso mismo, salvo excep-ciones, las noticias se escribían sin fi rmas, contra la tendencia de crear una fi gura de autor que impregnaba el periodismo mo-derno desde las revistas de Timerman. La fi rma, reservada casi siempre a las colum-nas, se empleaba para la opinión. También las fotos se publicaban de manera anónima, en contribución a la identidad grupal.

Como sucede en cualquier medio, las tareas periodísticas sufrieron interferencias de los propietarios del diario, Montoneros: el capital es el mensaje. Verbitsky recuer-da que recibían “órdenes sobre cómo cu-brir determinadas noticias” y “una presión constante para que el diario fuera más bien

de tipo agitador”. En la redacción, esas pre-tensiones de los dirigentes de Montoneros encontraban “una resistencia constante a hacer ese tipo de periodismo”; así lo defi ne el periodista: “Si bien no cuestionábamos la línea general, no estábamos de acuerdo con hacer un diario propagandístico, tachín-tachín, sino que queríamos hacer un diario que le sirviera a la gente. Noticias es una obra cuidadosa, de calidad profesional, de seriedad informativa, siempre en el borde, siempre en el límite”.

“Estúpidos mercenarios”Mucho antes de llamarlos ‘‘estúpidos y

mercenarios’’ en el acto del 1º de Mayo de 1974, Perón había comenzado a tomar dis-tancia de los Montoneros. Esos cambios en las condiciones políticas y las posiciones de Montoneros se refl ejaron en el diario. Re-cuerda Verbitsky que Noticias “desde el pri-

mer día fue muy confrontativo con la línea y las designaciones

que López Rega iba impulsando en el Gobierno, y ambiguo en

el manejo de la fi gura de Perón, pero sin engancharse en la teoría

del cerco. El Descamisado era pura ‘teoría del cerco’. La organización

era pura teoría del cerco. El diario, por supuesto, acompañaba informati-

vamente toda esa movida, pero no se enganchaba editorialmente”. En ese acom-pañamiento, a fi nes de enero y comienzos de febrero de 1974, Noticias comenzó a di-fundir cada vez más evidentemente la línea del peronismo revolucionario.

Al avanzar el año, el confl icto político creciente hizo cada vez más difícil de sos-tener el tenso equilibrio entre la indepen-dencia crítica de los intelectuales militan-tes que hacían el diario y las necesidades de la organización propietaria de la em-presa. En mayo, Urondo fue desplazado de la dirección política del diario y en su lugar se ubicó a Habegger. Tras la muerte de Perón, Noticias inclinó cada vez más sus criterios de noticiabilidad a dar cuenta del

avance de la derecha peronista, la creciente violencia política y las luchas de la izquier-da revolucionaria. Difundió cotidiana-mente los secuestros, las detenciones y los asesinatos políticos; también las acciones de los grupos armados —al ERP, luego de su proscripción, lo denominaba “la orga-nización ilegal”— y las declaraciones de Montoneros en las que se expresaba cada vez con más claridad su distanciamiento del Gobierno de la presidenta Isabel Pe-rón y su ministro López Rega. Diez días después del cierre del diario, Montoneros regresó a la clandestinidad.

El diario fue clausurado por Isabel Perón el 27 de agosto de 1974, una semana antes de que Montoneros regresara a la clandestinidad. El agotamiento de la estrategia movimientis-ta de la organización terminó también con la utilidad de un medio de masas.

Desde su salida hastasu clausura, el matutino nunca hizo ofi cial el origen de su capital.

Noticias contradijo la creencia contemporánea que opone el buen periodismo a la representación de un ideario político.

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Page 57: Anuario FOPEA 2010

112 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 113

BICENTENARIO DEL PRIMER PERIÓDICO REVOLUCIONARIO

Mariano Moreno y la Gazeta de Buenos-AyresLa publicación oficial de la Primera Junta fue una hoja de lucha que tenía el propósito de reclamar la adhesión de los pueblos del virreinato a las consignas revolucionarias.

En rigor, la Gazeta de Buenos-Ayres no fue sino un epifenómeno de la Re-volución de Mayo, a la que eviden-

temente expresa de modo solo parcial, con reticencias y mediante perífrasis arduas, con arrebatos retóricos que más que dar cuenta de los acontecimientos de una época lo dan de sus ideas y afecciones. Sin embargo, ese periódico constituye, a la vez, el único testi-monio público remanente de aquel trastor-no en que se tradujo en el Río de la Plata el afán libertario que destruyó al imperio es-pañol y dio nacimiento al marco emocional en que vivimos.

Se me hace que este es un dato inexcu-sable para tener en cuenta en el caso de plantearse cualquier consideración histórica acerca del periodismo argentino en su etapa inicial: la Gazeta... no fue el primer periódi-co de esa secuencia, ya que existen antece-dentes coloniales que de alguna manera son más característicos que él en cuanto a mani-festar ciertos rasgos propios de esa actividad entonces incipiente, pero la publicación de la Primera Junta destaca, además, junto con ellos, una actitud política inconcebible has-ta entonces, que inaugura un nuevo tipo de comunicación social entre nosotros, apun-tada al proselitismo y a la exaltación condu-cente a objetivos concretos.

Este es, sin duda, el punto capital: a las inquietudes formativas y docentes del perio-dismo regalista se añade, de pronto, la vo-luntad banderiza asumida como un derecho pleno por el grupo predominante; lo que venía siendo atributo de un poder remoto o de sus delegados pasa a ser, inopinadamen-te, elemento defi nitorio de la capacidad de obrar de una facción que se reconoce a sí misma como “la patria”, no con la azarosa disposición de un libelo o de un papel priva-do, sino como proyección de una autoridad

que se proclama legítima: en ese sentido, la aparición de la Gazeta... equivalió, poco más o menos, a una declaración anticipada —e inconsciente— de la independencia.

Debate de ideasAntes que de periodismo cabe hablar,

a su respecto, de política, de voluntad de acción y del deseo de hacer servir las con-vicciones individuales a una fi nalidad fi jada como necesaria. Es ahí donde aparece la fi gura de Mariano Moreno como factótum fugaz y decisivo de esa toma de posición. Por cierto, él no era periodista como no lo fueron, tampoco, Vieytes, Belgrano o Montegudo, sino que simplemente sirvió durante un momento –y lo hizo con pasmoso vigor y extraordinaria lucidez– al designio propagandista que la situación imponía a esos hombres.

Claro que en todo esto hay un inequí-voco inherente, referido a la noción misma de periodismo, que en una acepción amplia puede referirse al ejercicio de la actividad periodística, y en otra más restringida y ac-tual a la profesionalización de ese quehacer con vistas a aplicarlo a funciones de utili-dad social y de debate de ideas, propósitos obviamente derivados de la ideología libe-ral y que han tenido arquetípica y secular materialización en The Times, de Londres. Establecido el bipartidismo anglosajón, la prensa informa ideológicamente pero desde la perspectiva del bien común para propiciar e inducir las sucesivas opciones electorales. Pero en 1810 ese ordenamiento institucional sólo existía, justamente, en el ámbito anglófono. En el resto de Occidente circulaban los ríos de lava revolucionarios o los arroyuelos residuales del despotismo ilustrado. Y este había tenido también su patrón periodístico, de cuño francés, apun-

FERNANDO SÁNCHEZ ZINNY

PERIODISTA Y DOCENTE

Nació en Buenos Aires. Se ha

desempeñado en el periodismo escrito

y radiofónico. Durante 33 años integró

la redacción de La Nación, de la que se

retiró siendo editorialista. Es miembro

de número de la Academia Nacional

de Periodismo, y ejerce la docencia

específi ca de la actividad.

Publicó El periodismo en el Virreinato del

Río de la Plata, en 2008, y El periodismo

en la Revolución de Mayo, en 2010.

tado a difundir entre los súbditos los co-nocimientos y puntos de vista madurados en el refi namiento de las cortes, una vez transformada la arcaica relación feudal en aptitud de servicio del funcionario heredi-tario hacia la comunidad. Existió así otro periodismo no centrado en la prudente li-bertad de expresión sino en la propensión docente, que ha sido clásico durante el An-tiguo Régimen y que ha reaparecido poste-riormente, una y otra vez, allí donde se han implantado sistemas totalitarios o afi nes.

Tal fue el cartabón del periodismo por-teño en sus pininos. Así estaba concebido el Telégrafo Mercantil, así el Semanario de Agricultura y así el Correo de Comercio. Y no podía ser distinta la Gazeta tanto por falta de acostumbramiento de la sociedad en que se publicaba como por las urgencias doctri-narias que impulsaban su redacción.

Se da en este punto una contradicción de fondo en que es forzoso reparar: siendo un periódico afanosamente empeñado en el afi anzamiento de la libertad política y a la vez vocero de un conjunto de hombres ob-viamente ganados, en grandes líneas, para la concepción liberal, según lo mostraría de manera indubitable el ulterior desarrollo de los acontecimientos, en sí no era liberal, en

absoluto. Es más, ni siquiera nació como privilegio o con permiso del poder hacia alguien que se proponía secundar sus mi-ras, sino como inmediata dependencia del propio poder, pues la Gazeta era una pu-blicación gubernamental ordenada por la Junta, sin más propósito que el de explicitar sus criterios y de reclamar la adhesión de los pueblos del virreinato. Y si Mariano More-no fue su redactor se debió, sobremanera, a que era el secretario de esa Junta.

Por supuesto, esa tarea no constituía la profesión ni labor excluyente de nadie, a no ser del impresor que obviamente cobraba su trabajo. La tirada no pasaba de los 300 o 400 ejemplares, de los cuales tres o cuatro se remitían a cada población del interior, ya que con eso bastaba para llegar a los vecinos infl uyentes de esos lugares.

Al servicio de la patriaPero, asimismo, la Gazeta era una hoja de

lucha, representante de un movimiento in-surgente no obstante sus formales negativas de serlo, aparecida en medio de alteraciones que inevitablemente cristalizarían en la gue-rra que habría que permanecer por décadas. Con ademán se reclamaban apoyos y se pe-dían sacrifi cios. La patria era el nuevo nom-bre del rey inexistente y la lealtad se había transferido a esa denominación con tufi llo

jacobino: su invocación era acompañada de la exigencia de tomar las armas y castigar con dureza despiadada a los partidarios de la tiranía. Ni soñar con esos valores que la actual complacencia juzga “canónico” para el periodismo, como la improbable objeti-vidad y el exhaustivo e imparcial relato de los hechos, o esos emolientes intentos de moderación o de avenencia propios de un medio moderno de prensa aun sometido a las más intensas presiones. Por lo contrario, la Gazeta era una voz intemperante que cla-maba en los inicios de aquella batalla pro-longada en que transcurriría toda la vida argentina hasta la defi nitiva institucionali-zación del país.

Acordarán con Moreno, con quienes par-

ticiparon en su demanda y con la Gazetaaquellos que compartan, depuradas y ajus-tadas a la época presente, algunas de las vi-siones que notoriamente ese grupo tuvo del destino del hombre, como ser consciente de la transformación histórica, bien entendido que la mayor parte de los argentinos de hoy —sin que esto sea óbice para reconocer su patriotismo— poco y nada tienen que ver con ella. Y para nosotros, periodistas, acaso que percibir esa proyección de un tiempo tempestuoso que fue un día el de esta tierra sirva para comprender que manejamos co-sas más grandes que nosotros, que no siem-pre siguen el camino cauteloso que parece aconsejable, puesto uno en el cómodo sillón del incrédulo.

La aparición de la Gazeta de Buenos-Ayres equivalió a una declaración anticipada –e inconsciente– de la independencia.

La Gazeta de Buenos-Ayres, creada por

Moreno, inaugura un nuevo tipo de co-

municación social. Representa el designio

propagandista de una facción política que

se reconoce a sí misma como “la patria”.

“Un habitante de Buenos Aires, ni ebrio ni dormido, debe tener impresiones contra la libertadde su país.”El decreto de “supresión de honores” que

inmortaliza las páginas de la Gazeta y que

constituye referencia inevitable de nuestra

simbología patriótica es, en realidad, un

documento oficial y, ciertamente, es una

muestra óptima de la desmedida exaltación

que campeaba en aquellas jornadas: “Ha-

biendo echado un brindis don Atanasio

Duarte en que ofendió la probidad del presi-

dente y atacó los derechos de la patria, de-

bía perecer en un cadalso…”

La torva y exagerada —¡exageradísima!— ad-

monición lo dice todo y ningún espacio deja ni

para que aleteen derechos humanos ni para

el sosegado ejercicio de la judicatura.

Es curioso: se trata de un texto hasta de uso

escolar, que muy tranquilamente leemos sin

atender mayormente a lo que expresa, tal

como ocurre con muchos preceptos religio-

sos: ha terminado por constituir un dogma

significativo pero aislado de cualquier po-

sible materialización temporal, más allá de

su valor anecdótico: “Por el estado de em-

briaguez en que se hallaba, se le perdona la

vida; pero se le destierra perpetuamente de

esta ciudad, porque un habitante de Bue-

nos Aires, ni ebrio ni dormido, debe tener

impresiones contra la libertad de su país”.

Page 58: Anuario FOPEA 2010

DESTACADOSEl crimen transnacional organizado amenaza

la libertad de expresiónpor CARLOS LAURÍA

116

Una escalada de crímeneshostiga a la prensa en Honduras

por C-LIBRE. COMITÉ POR LA LIBRE EXPRESIÓN118

Muertes impunes y amenazas a la libertad de expresión en México

por ELIA BALTAZAR y BRISA MAYA SOLÍS120

Page 59: Anuario FOPEA 2010

116 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 117

VIOLENCIA Y CENSURAS EN AMÉRICA LATINA

El crimen transnacional organizado amenaza la libertad de expresiónLa prensa, antes amordazada por las dictaduras, sufre el rigor de grupos criminales que operan con impunidad frente a gobiernos democráticos incapaces de ofrecer seguridad a medios y periodistas.

Las organizaciones transnacionales del crimen organizado, con el narcotrá-fi co como principal soporte fi nan-

ciero de sus actividades, se han convertido en una de las amenazas más serias para la estabilidad democrática en América Latina. Los medios y periodistas que se dedican a indagar sobre sus ilícitos están pagando un precio altísimo: asesinatos, desapariciones y amenazas que causan un efecto devastador a medida que la prensa se autocensura por temor a represalias.

Durante el período en el cual la región se vio sometida a cruentos regímenes de facto, los periodistas eran asesinados, censurados y desaparecidos por la represión de los pro-pios aparatos estatales. La democratización

de América Latina, si bien permitió que la ciudadanía vote libremente a sus líderes en-tre otros numerosos benefi cios, no ha aleja-do la amenaza de violencia física. La prensa, antes amordazada por las dictaduras, sufre actualmente el rigor de grupos criminales que operan e interactúan en vastas regiones del continente.

El radio de acción de estas organizaciones crece en proporción con la magnitud de los negocios —cada vez más prósperos— que tienen al narcotráfi co como la actividad pri-mordial, aunque también incluyen el tráfi -co de personas, de órganos y de armas, así como la prostitución y el lavado de dinero, entre otros delitos.

Los carteles del narcotráfi co ya disputan el control territorial de extensas zonas en México; guerrilleros y paramilitares aún

mantienen ásperos combates en regiones asediadas por el confl icto armado en Co-lombia; bandas criminales amparadas por las fuerzas de seguridad hacen imposible la vida en las favelas brasileñas; mientras que en El Salvador, Honduras y Guatemala vio-lentas bandas callejeras están aterrorizando a la prensa.

Varios Gobiernos enfrentan una difícil encrucijada: debilitados por una corrup-ción generalizada y por sistemas judiciales tan disfuncionales como sobrecargados, se muestran cada vez más incompetentes e in-capaces de brindar garantías de seguridad mínimas para que los medios de comunica-ción y los reporteros puedan ejercer su labor informativa sin temor a retribuciones físicas.

Se ha creado así un vacío de responsabilidad que deja a los periodistas vulnerables y que acrecienta el peligro para la prensa.

Narcotráfi co y autocensuraDesde la asunción del presidente Felipe

Calderón en diciembre de 2006, el Gobier-no mexicano decidió la participación de decenas de miles de efectivos del Ejército y la Policía Federal en la lucha contra el nar-cotráfi co. Como resultado, según reconocen los expertos en temas de seguridad, la ola de violencia sin precedentes que conmociona al país se ha disparado a niveles astronó-micos. De acuerdo a un informe enviado al Congreso, desde la toma de posesión de Calderón, se han registrado más de 22 mil homicidios relacionados con el crimen or-ganizado, cifra solo comparable a niveles

CARLOS LAURÍA

PERIODISTA

Es argentino, nacido en Buenos Aires.

Radicado en Nueva York desde 1994, fue

corresponsal jefe de la revista Noticias

hasta 2002. Desde noviembre de ese

año, se desempeña como coordinador

del Programa de las Américas del Comité

para la Protección de Periodistas de

Nueva York, una ONG internacional de

libertad de expresión. Lideró misiones

a México, Colombia, Haití, Guatemala,

Brasil, Venezuela y Bolivia. Escribe con

regularidad sobre temas de libertad de

prensa para medios de la región.

de violencia en países en guerra como Irak, Afganistán y Somalia.

Más de 30 periodistas han sido asesinados y desaparecidos en este período, un guaris-mo que ubica a México como el peor país del hemisferio occidental para ejercer el pe-riodismo y como uno de los más violentos del mundo. Más allá de los números, por demás elocuentes, una de las consecuencias más no-civas de la violencia descontrolada producto de la guerra entre grupos criminales es que, en forma creciente, la prensa se autocensura por temor a represalias.

El accionar del crimen organizado no solo daña el trabajo de la prensa sino que perjudica el derecho de todos los ciudadanos mexicanos a estar informados. Silenciados los medios por la violencia de los narcotrafi cantes, la sociedad se ve impedida de recibir informa-ción vital que afecta la vida diaria de miles de mexicanos, como el impacto de la guerra entre narcos, las violaciones a los derechos hu-manos y la corrupción gubernamental.

El problema de la violencia excede por

demás a la prensa para convertirse en una cuestión que está lacerando el derecho hu-mano fundamental a la libertad de expre-sión, consagrado en la Constitución política de México. Los ciudadanos están inhibidos de comunicarse entre sí porque se respira un

clima de temor e intimidación que obstacu-liza la libre expresión. La estabilidad y la sa-lud del sistema democrático están en riesgo, ya que la discusión y el debate de temas de interés público se encuentran acotados.

Recordatorio brutal Aunque con menor intensidad, escena-

rios similares se repiten en el norte de Gua-

temala, donde la penetración de los carteles mexicanos de la droga se hace sentir desde hace años. Los periodistas que trabajan fue-ra de las zonas urbanas restringen al máxi-mo la cobertura sobre temas de seguridad para prevenir ataques y amenazas. En El Salvador, donde la violencia de las pandillas conocidas como “maras” produce un pro-medio de 10 a 15 asesinatos por día, los pe-riodistas locales están vedados de informar sobre la violencia de las bandas. El asesinato en 2009 del veterano fotoperiodista y ci-neasta francés Cristian Poveda, quien había fi lmado un documental sobre las maras y convivió con las pandillas durante meses, sirvió como un recordatorio brutal de los serios riesgos que entraña registrar la violen-cia de estos grupos violentos.

En Colombia, el confl icto civil de más de cinco décadas ha arrojado un saldo letal para la prensa, con más de 40 reporteros caídos en cumplimiento de su labor desde 1992. El crimen organizado en sus distintas formas, guerrilla, paramilitares y narcotrafi cantes, ha sido responsable de un buen porcentaje de estos crímenes. Las organizaciones crimi-nales también han echado raíces profundas en los barrios marginales de los grandes centros urbanos de Brasil. El brutal asesi-nato en 1992 del periodista Tim Lopes, un conocido reportero de investigación de TV Globo, evidenció los peligros que conlleva la cobertura de estos temas para los medios locales.

Derecho humano fundamentalEl combate contra el crimen organizado

es un problema global y, como tal, deman-dará una extraordinaria cooperación y el respaldo de la comunidad internacional. En este clima hostil en el cual grupos vio-lentos han sembrado el terror, medios y pe-riodistas deben actuar con cautela y evitar riesgos innecesarios. Los empresarios deben facilitar entrenamiento para la protección de sus reporteros e invertir en capacitación del personal. Pero, fi nalmente, para que la prensa pueda cumplir con su labor, los países afectados por el accionar del crimen organizado deberán crear estructuras lega-les apropiadas para que todos sus ciudada-nos, incluso los periodistas, puedan ejercer el derecho humano básico a la libertad de expresión.

En El Salvador, Honduras y Guatemala, violentas bandas callejeras están aterrorizando a la prensa.

Silenciados los medios por la violencia de losnarcotrafi cantes, la sociedad se ve impedida de recibir información vital.

Page 60: Anuario FOPEA 2010

118 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 119

SANGRIENTOS ATAQUES A PERIODISTAS

Una escalada de crímeneshostiga a la prensa en HondurasDiez periodistas fueron ejecutados impunemente desdeel golpe de Estado de junio de 2009. Las ame nazas y los secuestros de comunicadores persisten en el actual gobierno.

Honduras enfrenta en 2010 el más sangriento ataque a la prensa y a la libertad de expresión de su his-

toria. Siete periodistas y un locutor de radio fueron asesinados en menos de cuatro meses por desconocidos.

La autoría de los crímenes no ha sido esclarecida y atemoriza a los periodistas de esta pobre nación centroamericana afl igida por su insufi ciente y errático crecimiento económico, el extendido fenómeno de la corrupción y los violentos cárteles de la dro-ga de México y Colombia.

Los periodistas fueron asesinados en episo-dios de tiroteos. En cinco de los casos, fueron ejecutados por hombres que andaban en motocicleta y atacados cuando conducían o estaban en sus vehículos.

Los episodios son típicas ejecu-ciones de sicarios, en incremento en Honduras, en una escalada de ho-micidios atribuida por autoridades a la presencia de cárteles mexicanos desplazados al país por la guerra lan-zada en su contra por el Gobierno de México desde 2006.

El escenario es agravado por la persistencia de la división política en Honduras producida tras el golpe de Estado militar contra el ex presidente, Manuel Zelaya, en junio de 2009, alentado por polí-ticos y empresarios conservadores que temían que el mandatario llevara hacia la izquierda al país por su acercamiento al gobernante venezo-lano, Hugo Chávez.

El golpe de Estado desató allanamientos de radios, canales de televisión, incautación de equipo de transmisión, arrestos y perse-cución de periodistas y otros trabajadores de medios de comunicación que rechaza-ron la asunción al poder del mandatario de facto, Roberto Micheletti. El hostigamiento contra medios, las amenazas y secuestros

temporales de comunicadores por parte de desconocidos persisten en el gobierno del nuevo presidente, Porfi rio Lobo.

Los crímenes de los periodistas ocurrieron entre el 1º de marzo y el 14 de junio de este año en Tegucigalpa, en las ciudades de La Ceiba y Tocoa, en el litoral atlántico, en San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país y la más activa comercial e industrial-mente, y en los departamentos de Olancho y El Paraíso, situados en el este del país.

El departamento de Olancho es la pro-vincia natal del ex presidente Zelaya y del gobernante Lobo.

Estas ciudades, a excepción de Tegucigal-pa, son rutas y escenarios de una creciente

actividad de cárteles del narcotráfi co que utilizan a Honduras como sitio de tránsito de cocaína, a través de Centroamérica y el Caribe, destinada a los Estados Unidos.

¿Represión política o narcotráfi co?“Los periodistas estamos atemorizados

pues estamos en la línea de fuego de los ata-cantes, y no sabemos quiénes son”, dijo el presidente de la Asociación de Prensa Hon-dureña (APH), Carlos Ortiz. Esta organiza-ción tiene afi liados en la mayor parte del país, especialmente en las regiones semiurbanas.

“La muerte de ocho periodistas es grave

C-LIBRE, COMITÉ POR LA LIBRE EXPRESIÓN

HONDURAS

C-Libre es una coalición de periodistas

y miembros de la sociedad civil

constituida en junio de 2001 para

promover y defender la libertad de

expresión y el derecho a la información

en Honduras. Se gestó como respuesta

a las preocupaciones compartidas

por un grupo de periodistas cuando,

desde sectores del poder público y

privado, se impulsaron políticas y

mecanismos atentatorios contra el

ejercicio profesional de los periodistas

y violatorios de los preceptos

constitucionales que garantizan la libre

emisión del pensamiento.

Quienes integramos C-Libre estamos

convencidos de que, en la construcción

de un Estado de Derecho, es

imprescindible la existencia de un

periodismo ético, de investigación,

fi scalizador de la gestión pública,

que se desempeñe en un ambiente

de seguridad y acceso libre a la

información, y que promueva un régimen

de opinión pública que haga valer su

derecho a la información.

y una acción contra la libertad de prensa y ex-presión en Honduras”, agregó el dirigente gre-mial en una entrevista telefónica. Y concluyó: “Nosotros no sabemos a ciencia cierta sobre los autores, pero suponemos que en algunos de los casos los compañeros pudieron haber sido víctimas de grupos políticos o bandas de narcotrafi cantes sobre los que ellos hayan dicho algo”.

Escuadrones paramilitaresNahúm Palacios, asesinado el 14 de mar-

zo en la ciudad de Tocoa, era un periodista presuntamente partidario del ex presidente Zelaya para el que la Comisión Interameri-cana de Derechos Humanos (CIDH) había pedido medidas cautelares al Gobierno de Lobo. Los otros periodistas no tenían mili-tancia política relevante.

Organismos de defensa de los derechos humanos locales aseguran que tras el golpe de Estado se reactivaron las estructuras de escuadrones de la muerte integrados por mi-litares y policías, que en la década de 1980 desaparecieron a unas 184 personas y mata-ron a decenas más, en su mayoría miembros del brazo político de un incipiente movi-miento guerrillero de izquierda.

“Estos grupos están activos y participan en los episodios de crímenes selectivos entre los que estarían varios de los casos de los perio-

distas. Estas agrupaciones lo que pretenden es causar terror entre la ciudadanía y las organiza-ciones que luchan por los cambios y la justicia en el país”, dijo el presidente del privado Co-mité para la Defensa de los Derechos Huma-nos en Honduras (CODEH), Andrés Pavón.

El Gobierno aseguró que los asesinatos de periodistas no responden al ejercicio de su profesión y que tiene informes de los presuntos autores y sus motivaciones, pero no los ha revelado. Un hombre fue arres-tado por la policía acusado de asesinar al periodista de televisión, Jorge Alberto Ore-llana, en la norteña ciudad de San Pedro Sula, presuntamente para asaltarlo.

“En ningún momento hay un grupo or-ganizado queriendo silenciar a los periodis-tas. Ha sido en funciones personales no rela-cionadas al ejercicio de su profesión”, dijo el ministro de Seguridad, Oscar Álvarez.

El Comité por la Libre Expresión (C-Li-bre), una organización que lucha por el res-peto a la libertad de expresión y acceso a la información en Honduras, en un comuni-cado exigió al Gobierno frenar los crímenes de periodistas. “Demandamos al Gobierno de Honduras que ponga un alto a todo acto represor contra el ejercicio de la libertad de expresión”, dijo la organización, que descri-bió como “situación de indefensión” la de los periodistas ante la ola de asesinatos ro-

deados de impunidad.Pero evidentemente, las autoridades de

Honduras no son capaces de ofrecer seguri-dad para que los periodistas puedan desem-peñar su profesión sin temor a represalias y ni siquiera, hasta ahora, de esclarecer los asesinatos de los comunicadores. En Hon-duras fueron asesinados, desde 2003, 14 comunicadores. Hasta ahora, de ningún caso se ha esclarecido la autoría.

“Nosotros reclamamos al Gobierno y a las autoridades de Seguridad que se esclarezca la autoría de estos crímenes. Que se detenga la matanza de comunicadores. Nosotros espera-mos que se dé con los autores directos e inte-lectuales de estos crímenes, porque la impuni-dad alienta nuevos ataques”, dijo Ortiz.

Los periodistas han sido asesinados en medio de una escalada de crímenes colectivos, en los que casi a diario se encuentran hasta nueve per-sonas acribilladas a tiros en las calles de barrios marginales o sitios apartados, especialmente en las ciudades de Tegucigalpa y San Pedro Sula, sin que las autoridades puedan esclarecer la au-toría y sancionar a los responsables.

“El gremio periodístico entero se ha convertido en un grupo vulnerable que corre el inminente peligro de sufrir daños irreparables”, dijo el estatal comisionado nacional de los Derechos Humanos, Ra-món Custodio.

É

Periodistas y locutores asesinados desde enero de 2003 hasta abril de 2010HONDURAS :::: Total registrado por C-Libre: 14 (2003 = 1; 2007 = 1; 2009 = 4; 2010 = 8)

AÑO FECHA LUGAR NOMBRE MEDIO

2003 26 de noviembre Santa Rosa de Copán Germán Rivas CMB Noticias

2007 18 de octubre TegucigalpaCarlos Alberto Salgado Cruz

(locutor y comediante)Radio Cadena Voces

2009 31 de marzo San Pedro Sula Santiago Rafael Munguía Radio Cadena Voces

2009 21 de abril Tegucigalpa Osman López Ofi cina de Prensa de Casa Presidencial

2009 4 de julio San Juan Pueblo, Atlántida Gabriel Fino Noriega Radio América y Emisora Estelar

2009 10 de julio Aldea Buena VistaBernardo Rivera Paz

(ex diputado del Partido Liberal)Medios locales

2010 1 de marzo Tegucigalpa Joseph Hernández Ochoa Canal 51

2010 11 de marzo La Ceiba David Enrique Meza Montesinos Radio El Patio

2010 14 de marzo Tocoa, Colón Nahúm Palacios Arteaga Canal 5 Aguan

2010 26 de marzo Olancho José Ballardo Mairena Ramírez Canal 4 R. Z. Televisión y Radio Excélsior

2010 26 de marzo Olancho Manuel Juárez Canal 4 R. Z. Televisión y Radio Excélsior

2010 11 de abril San Pedro Sula Luis Chévez Hernández (locutor) Radio Activa

2010 21 de abril San Pedro Sula Jorge Alberto Orellana Cable TV Honduras

2010 14 de junio El Paraíso Luis Arturo Mondragón Canal 19

GEN

TILEZA

NOTICIAS 24

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120 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 121

Muertes impunes y amenazas a la libertad de expresión en MéxicoEl enemigo de la prensa en este país centroamericano se llama silencio. Llegó de la mano de la violencia, se alimenta del miedo, y se fortalece en la autocensura y a la sombra de la impunidad.

Ciudad Juárez, Chihuahua. Al nor-te de México, en la frontera con Estados Unidos. Allí han muerto

12 periodistas en los últimos diez años. Y allí, hoy, su vida no vale nada. Las empresas aseguradoras de esa ciudad, en lo que lla-maron una decisión corporativa, anunciaron la cancelación de pólizas para periodistas o la aplicación de una sobretasa al costo de cobertura.

“Aunque no creas, no valemos nada, ni muertos”, escribió una reportera en las redes sociales, el día que la prensa conoció la noticia.

Ninguna autoridad ha intervenido en el tema, porque en México, a las agresiones contra periodistas y medios siempre se agre-ga un elemento: la impunidad. Solo en lo que va de 2010, ya suman cuatro asesina-tos, tres desapariciones y 20 quejas ante la

Comisión Nacional de Derechos Humanos. En 2009 el recuento cerró con 244 agresio-nes, 11 asesinatos y una desaparición.

A pesar de la abultada cifra, ni la Fiscalía Especial para Delitos contra Periodistas de la Procuraduría General de la República (PGR), ni los programas de libertad de expresión de las comisiones de derechos humanos, locales o nacional, han servido para resolver, o siquiera inhibir, la violen-cia que acecha contra periodistas y medios en el escenario de violencia que desde hace tres años y medio se instaló en este país, a consecuencia de lo que el Gobierno mexi-cano denomina la guerra contra el narco-tráfi co. Esta ha cobrado ya la vida de poco más de 22 mil personas —9.300 solamen-

te en 2009—, de acuerdo con los reportes ofi ciales.

Asesinatos, secuestros, agresiones, amena-zas individuales y colectivas, ataques arma-dos a instalaciones de medios multiplican las alertas de las organizaciones dedicadas a la defensa de la libertad de expresión en México, que hoy enfrentan otro enemigo: el silencio. En regiones enteras del país, en el Norte, Centro y Sur, los medios han debido autoimponerse la censura, cancelar cober-turas, poner en marcha estrategias comunes —más imaginativas que efectivas— para cubrir temas que hoy clasifi can de riesgo, cuando ayer formaban parte de las agen-das cotidianas. Hoy un choque en carretera puede llevar implícito el peligro si acaso in-volucra a miembros del crimen organizado y cada día son más los directivos de medios,

los editores, que de plano han decido pres-cindir de asuntos de interés público, frente a la disyuntiva de la propia seguridad de sus periodistas y fotógrafos.

“Ya cancelamos las guardias nocturnas”, confi ó recientemente el editor de un diario en Zacatecas, un estado ubicado en el no-roeste del país, muy cerca de la zona cono-cida como la Comarca Lagunera, que com-parten los estados de Durango y Coahuila, donde los editores han tomado la decisión de retirar de algunas ciudades a sus repor-teros, frente a los altos índices de violencia y secuestro.

“No hay condiciones para el trabajo, y si pasa algo, tampoco podemos confi ar en presentar una denuncia”, dijo el editor de

ELIA BALTAZAR

BRISA MAYA SOLÍS

PERIODISTA, MÉXICO

DIRECTORA DEL CENTRO NACIONAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL, CENCOS, MÉXICO

Coeditora del periódico Excélsior en la

sección Nacional, cofundadora de la Red

de Periodistas de a Pie, que agrupa a

180 reporteros de todo el país. Directora

del Programa de Libertad de Expresión

del Centro de Periodismo y Ética Pública

(Cepet). Es periodista desde 1988 y ganó

el Premio Latinoamericano de Reportaje

sobre Violencia contra las Mujeres, de

Unifem-ONU (2000).

Magíster en Democracia y Derechos

Humanos, por la Facultad Latinoamericana

de Ciencias Sociales, Sede México.

Licenciada en Sociología Política por la

Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad

Azcapotzalco. Diplomada en Derechos

Humanos por la Academy on Human Rights

And Humanitarian Law, Washington College

of Law, American University; y diplomada en

Desarrollo y Política Social en México.

Cocoordinadora del número dedicado a la

libertad de expresión de la revista El Cotidiano.

También es autora de Protocolo para el

Registro de Agresiones a Periodistas (2008).

La disyuntiva que enfrenta el periodismo mexicano actualmente es el silencio o el exilio, si está en juego su seguridad.

un diario en Durango, cuyos periodistas han sido objeto de amenazas. En la capital de ese estado, el año pasado, tres periodis-tas murieron luego de recibir amenazas: Carlos Ortega Melo y Bladimir Antunes (ambos de El Tiempo, de Durango) y Eli-seo Barrón (La Opinión, de Torreón).

Impunidad y cinismoApenas en marzo pasado, la prensa en este

país enfrentó uno de sus peores episodios, por lo que revela: ocho reporteros habían sido secuestrados en un periodo de 15 días y nadie en México supo nada hasta que el periódico The Dallas Morning News publicó la nota del corresponsal Alfredo Corchado. De ellos, uno está muerto, dos fueron liberados y cinco siguen desaparecidos.

No hay denuncias ni investi-gación de los hechos, porque en México el secuestro de un pe-riodista no se persigue de ofi cio, lamentó en un momento Jean François Boyer, ex editor de la edición en español de Le Mon-de Diplomatique, quien actual-mente realiza un documental sobre periodistas desaparecidos en este país.

Este ambiente de impunidad es fermento de cinismo por parte de las autoridades. En Ve-racruz, al sureste del país, des-apareció en abril un periodista que a su vez se había lanzado como candidato a un puesto de elección popular. Lo último que recibió de él su familia fue un mensaje de teléfono celular en el que les informaba que lo ha-bían detenido. No ha aparecido. Los periodistas de ese estado se han organizado para exigir de las autoridades la investigación del caso y como respuesta han recibido la amenaza del poder. Al respecto, esto escri-bió Laura, una periodista de ese estado, en un foro virtual: “Seguimos con la esperan-za de que aparezca, pero no nos permiten publicar nada al respecto en ninguno de los medios donde trabajamos... y a los que han dado seguimiento al caso los han amenazado con quitarles los convenios de publicidad”.

Pacto de solidaridad silenciosaEstos son los espacios de la prensa ahora:

las redes sociales, los foros virtuales, donde hay implícito un pacto de solidaridad si-lenciosa. Únicamente allí los periodistas se atreven, a falta de garantías, a denunciar no solo la violencia, sino sus condiciones labo-rales. A excepción de la Ciudad de Méxi-co, capital del país, donde los periodistas “gozan” de un salario mínimo profesional

por ley —que en los hechos pocos medios aplican—, los salarios en los estados son de hambre: entre USD300 y USD770, para los mejor pagos, como ingreso mensual; y entre USD13 y USD15 por nota publicada para los corresponsales de la prensa nacional.

Para lo que alcanzan estos ingresos, de-penderá del estado donde vive el periodista, pues el nivel de vida en el norte y centro de la república es más costoso que en el Sur, donde se concentran la pobreza y los peores salarios del país.

Solo para comparar estos salarios, hay que decir que en México un automóvil compacto nuevo, austero, el más barato,

cuesta casi USD6.000, esto es, el salario íntegro de siete meses de los reporteros mejor pagos en los estados, y dos años y me-dio de quienes menos perciben. Para ellos, la vida en la Ciudad de México es un lujo inalcanza-ble, pues allí un salario integro de USD300 apenas alcanzaría para una renta de un departa-mento en una zona popular y periférica. Nada más.

Las prestaciones sociales también son un lujo del que pocos disponen y de ellas carecen por completo los freelances, aun cuando muchos tie-nen contratos que amarran su tra-bajo a un solo medio.

La disyuntiva que enfrenta la prensa mexicana actualmente es la siguiente: el silencio o el exilio, si está en juego su seguridad.

Hay tres periodistas mexica-nos que abandonaron el país en el último año, ya suman decenas los que se trasladan de estados, cambian de ciudad o hasta de profesión. Recientemente, en es-tados como Morelos (zona cen-tro) y Guerrero (en el Sur), un

grupo de periodistas ha tenido que irse por amenazas colectivas, como mensajes que reciben en sus redacciones o en sus correos electrónicos con listas de nombres en peli-gro. Y cada vez son menos lo que denun-cian... Ahora, el enemigo de la prensa en México se llama silencio. Llegó de la mano de la violencia, se alimenta del miedo, se fortalece en la autocensura y a la sombra de la impunidad.

Secuelas del narcotráfi co sobre el periodismo

2009: 244 agresiones, 11 asesinatos

y 1 desaparición.

2010: 4 asesinatos, 3 desapariciones y

20 quejas ante la Comisión Nacional de

Derechos Humanos.

LA SOLEDAD DE LOS PERIODISTAS EN EL CONTEXTO DE GUERRA CONTRA EL NARCOTRÁFICO

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122 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 123

Abrego, Luis - Universidad Nacional de Cuyo y diario Online Mendoza. Mendoza.Acevedo, Felipe - Diario Los Andes. Mendoza.Agosto, Silvia - Corresponsal Agencia Comunica Press. Ma-drid. España.Aguiar, Henoch – Universidad de Buenos Aires. Ciudad A. de Buenos Aires.Aiub Morales, Julio - Corresponsal diario Clarín. La Rioja.Alcaraz, Marcelo - Diario La República. San Luis.Alconada Mon, Hugo - Diario La Nación. Ciudad A. de Buenos Aires.Alhadeff, Diego - S.I.C.A. Ciudad A. de Buenos Aires.Allen, Carolina – Canal Todo Noticias. Ciudad A. de Bue-nos Aires.Alonso, Hugo Martín - Diario Río Negro y periódico La Co-lumna. General Roca. Río Negro.Alonso, Mariano – Artear. Ciudad A. de Buenos Aires.Amado Suárez, Adriana –Universidad Nacional de LaMatanza. Ciudad A. de Buenos Aires.Andrada, Ana María - Centro Blas Pascal. Ciudad A. deBuenos Aires.Androetto, Marcelo – Agencia DPA. Ciudad A. de Bue-nos Aires.Arancibia, Víctor – Universidad Nacional de Salta.Arias, Mariela - Corresponsal diario La Nación. Río Ga-llegos. Santa Cruz.Arrueta, Cesar – Conicet. San Salvador de Jujuy.Aurane, Álvaro - Diario La Gaceta. Tucumán.Autorino, Damián – Periodista freelance. Ciudad A. de Buenos Aires. Avellaneda, Silvana – Radio Nacional. Ciudad A. deBuenos Aires.Balbo, Christian - Canal América TV y Universidad de Belgra-no. Ciudad A. de Buenos Aires.Barili, Rodolfo - Canal Telefé. Ciudad A. de Buenos Aires.Becerra, Héctor – Escuela Tea & Deportea. Ciudad A. de Buenos Aires.Berardi, Lilí - Diario La Opinión. San Pedro. Buenos Aires.Berenfeld, Max - Diario Opinión Ciudadana. Formosa.Bertón, Anabella – Revista Repechaje. Santa Rosa. La Pampa.Bin, Stella - Revista Pymes del diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Blanc, Natalia - Suplemento ADN Cultura diario La Nación. Revista Veintitrés. Ciudad A. de Buenos Aires.Bondarenco, Violeta – Canal 4. Posadas. Misiones.Bongiovanni, Maximiliano – Universidades Nacional de La Matanza, de Palermo y del Salvador. Ciudad A. de Buenos Aires.Bossoer, Fabián - Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Bowland, Julia –Universidades de Buenos Aires y de Palermo. Ciudad A. de Buenos Aires.Brat, Elio - Corresponsal diario Página/12. Neuquén.Bruno, Paola - Diario Los Andes. Mendoza.Buchet, Juan Luis - Radio Francia Internacional, diario La Tri-bune. Ciudad A. de Buenos Aires.Caballero, Ulises - Diario Artículo 14 de Berazategui.

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Etkin, Eugenia –Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. Ciudad A. de Buenos Aires.Favarel, María Laura - Diario La Capital. Rosario. Santa Fe.Feldman, Pablo – Diario Rosario/12. Rosario. Santa Fe.Fernández Cronenbold, Agustín – Diario Democracia. Junín. Buenos Aires.Ferrareli, Fabián - Revista El Punteño. San Luis.Flores, Oscar - Diario Clarín, Radio Universidad Nacional de San Luis. San Luis.Flores, Sergio - Radio Independiente. La Rioja.Fontana, Guillermo - Canal CNN. Ciudad A. de Bue-nos Aires.Frade, Mónica - Multimedios Perpectiva Sur y FM Quilmes. Quilmes. Buenos Aires.Gallo, Alejandra - Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Garabeytian, Enrique - Diario Perfi l, revista Fortuna y revis-ta Noticias. Ciudad A. de Buenos Aires.García da Rosa, Carlos - Canal 12. Posadas, Misiones.García, Fabián - Diario Día a Día. Córdoba.García, Gustavo - Diario La Prensa. Ciudad A. de Buenos Aires.Gastaldi, Carlos - Diario Junio. Concordia. Entre Ríos.Gauffi n, Andrés –Universidad Nacional de Salta, portales www.iruya.com y www.saltalibre.com. Salta.Gerez, Jorge Oscar - Diario El Liberal. Santiago del Estero.Geuna, Luciana - Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Gilbert, Isidoro – Editorial Sudamericana. Ciudad A. de Buenos Aires.Goijman, Alfredo – Diario La Nación. Ciudad A. de Bue-nos Aires.González, José María – Canal 7 Realicó. La Pampa.Gregorio, Luis - Diarios La Nación y Uno. Mendoza.Guajardo, Carlos - Corresponsal diario Clarín. Trelew, Chubut.Guareschi, Roberto - Project Syndicate. Ciudad A. de Buenos Aires.Guirado, Gustavo – Universidad Nacional del Nordes-te. Resistencia. Chaco.Gutman, Daniel - Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Guyot, Carlos - Diario La Nación. Ciudad A. de Bue-nos Aires.Haskel, David - Agencia The Bureau of National Affairs. Ciudad A. de Buenos Aires.Hendel, Liliana – Canal Telefé. Ciudad A. de Buenos Aires. Herrera, Diego – Diario El Ancasti. San F. del Valle de Ca-tamarca.Hirschbrand, Jorge - Diario MDZ on line. Mendoza.Humacata, Oscar - Radio Salta AM 840. SaltaIrigaray, Juan Ignacio - Agencia Diarios y Noticias, corres-ponsal diario El Mundo. Ciudad A. de BuenosJacquelin, Claudio - Diario La Nación. Ciudad A. de Buenos Aires.Jafelle Fraga, Andrea – Periodista freelance. Ciudad A.

de Buenos Aires. Juri, Daniel - Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Lardizábal, Oscar - Diario La Capital. Mar del Plata, Bue-nos Aires.Lauría, Carlos - Comité de Protección de Periodistas (CPJ). Miami. EE.UU.Lauría Paz, María Sol – Fundación Directorio Legislativo. Ciudad A. de Buenos Aires. Laurnagaray, Gustavo - Corresponsal diario Clarín, El Dia-rio de La Pampa. Santa Rosa, La Pampa.Leiva, Luis - Diario Río Negro. General Roca, Río Negro.Levenberg, Rubén – Universidad de Buenos Aires, revista Pymes del diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Levinas, Gabriel - Radio Argentina. Ciudad A. de Bue-nos Aires.Lewin, Miriam - Canal 13, Radio Nacional. Ciudad A. de Buenos Aires.Liascovich, Carlos – Revista Pymes del diario Clarín. Ciu-dad A. de Buenos Aires.Litvinoff, Edgardo - Diario La Voz del Interior. Córdoba.Lloveras, Ernesto - Radio Municipal. San Juan.Londero, Oscar - Corresponsal diario Clarín. Sitio Accesolibre.org. Paraná. Entre Ríos.Longoni, Matías - Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.López Cattáneo, Clara - Radio FM Ya. Salta.López Mezanza, Silvia – Periódico El Expreso. Salta.López Recalde, Jaime - Periodista freelance. Ciudad A. de Buenos Aires.López San Miguel, Mercedes - Diario Página/12. Ciudad A. de Buenos Aires.López, José Ignacio - Ciudad A. de Buenos Aires.López, Julio - Ciudad A. de Buenos Aires.Lunge, Norma - Diario digital Misiones On line. Oberá. Misiones.Macchiavelli, Hugo - Canal América TV. Ciudad A. de Buenos Aires.Maciel, Lorena - Canal Todo Noticias. Ciudad A. de Buenos Aires.Madoery, Diego – Canal Visión Centenario. Formosa.Magnotta, Fabián - Radio Máxima, Agencia Diarios y Noti-cias. Ciudad A. de Buenos Aires.Majul, Luis - Canal América TV, Radio La Red. Ciudad A. de Buenos Aires. Manoni, María Gisela - Diario Los Andes, Mendoza.Mansilla, Juan Pablo – Diario Perfi l. Ciudad A. de Buenos Aires.Mansilla, Sebastián - Diario El Chubut. Trelew, Chubut. Manuli, Gabriela - Periodista freelance. Hungría. Maradona, María Soledad - Colaboradora diario La Na-ción. S. C de Bariloche, Río Negro.Mariani, Ana María - Diario La Voz del Interior. Córdoba.Martínez, Silvina - Diario digital InfoChubut.com. Tre-lew, Chubut.Martínez Cassina, Silvina - Canal 13. Ciudad A. de Buenos Aires.

LISTADO DE SOCIOS DE FOPEA

Page 63: Anuario FOPEA 2010

124 :::: ANUARIO 2010 ANUARIO 2010 :::: 125

Martínez Puga, Gustavo - Diario de Cuyo. San Juan.Massa, Jimena - Corresponsal diario La Nación. Córdoba.Melamed, Diego - Canal 7. Ciudad A. de Buenos Aires.Mendelevich, Pablo - Diario La Nación, revista Debate, Universidad de Palermo. Ciudad A. de Buenos Aires.Mercado, Silvia – Portal La Política On line. Ciudad A. de Buenos Aires.Miceli, Juan - Canal 7. Ciudad A. de Buenos Aires.Míndez, Leonardo. Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Minoldo, Claudio - Diario La Voz del Interior. Córdoba.Molas, Roque - Canal 5 de Aire Visión. S. F. del Valle de Cata-marca, Catamarca.Monteverdi, Caly - Periodista freelance, diario The Argentimes. Ciudad A. de Buenos Aires.Morales Solá, Joaquín - Diario La Nación, Canal Todo Noticias.Ciudad A. de Buenos Aires.Moreno Román, Paula - Radio FM Sol. Esquel. Chubut.Morresi, Maria Teresa – Colaboradora diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires. Mosso, Ricardo - Revista Rumbos. Ciudad A. de Buenos Aires.Mourelle, Rosa - Canal 13. Ciudad A. de Buenos Aires.Mucci, Cristina - Canal 7. Ciudad A. de Buenos Aires.Muchnik, Daniel - Diario Perfi l. Ciudad A. de Buenos Aires.Müller, María José - Universidad Austral. Ciudad A. deBuenos Aires.Naishtat, Silvia - Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Nazar, Claudia - Canal 3. Santiago del Estero.Neffen, Gastón - Diario El Litoral. Santa Fe.O’Donnell, María - Radio Continental. Ciudad A. de Buenos Aires.Ortega, Cristian - Diario El Sol. Mendoza.Ortega, Patricio - Diario Hoy Día. Córdoba.Paillet, Carlos - Diario La Voz del Interior. Córdoba.Paladini, Eduardo – Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Palou, Maximiliano - Diario La Nueva Provincia. Bahía Blanca, Buenos Aires.Parodi, Liliana - Canal América TV. Ciudad A. de Buenos Aires.Paul, José - Canal 8. Tucumán.Paschetta, Miguel - Radio Cultura. Ciudad A. de Buenos Aires.Pereyra, Facundo - Diario La Gaceta de Tucumán. Tucumán.Pérez, Cristina – Canal Telefé. Ciudad A. de Buenos Aires. Pérez, Diego - Radio FM Ciudad. Puerto Madryn, Chubut.Pérez, José - Canal 8. Tucumán.Pérez, Lorena - Canal 8. Tucumán.Perotti, Julio - Diario La Voz del Interior. Córdoba.Perret, Pablo - Radio FM Dimensión. El Calafate. Santa Cruz.Piracini, Rodolfo - Diario El Tiempo de Pergamino. Pergami-no, Buenos Aires

Platía, Marta - Corresponsal Diario Clarín. Córdoba.Politi, Daniel - Periodista freelance. Ciudad A. de Buenos Aires.Poulastrou, María Julia - Canal Telefé. Ciudad A. de Buenos Aires.Puentes, Raúl - Diario Línea Capital. Posadas, Misiones.Queijeiro, Walter - Canal TyC. Ciudad A. de Buenos Aires.Queimaliños, Raúl - Agencias Télam y AFP. Ciudad A. de Buenos Aires.Quiroga, Ana Evangelina - Diario El Ancasti. Catamarca.Ramírez, Ignacio - C5N. Ciudad A. de Buenos Aires.Reichertz, John - Agencia EFE. Ciudad A. de Buenos Aires.Reinoso, Alejandro - Diario El Independiente del Sur. Río Ga-llegos, Santa CruzRepiso, José Jorge - Revista Veintitrés. Ciudad A. de Buenos Aires.Rivas, Ricardo - Agencia Xinhua. Ciudad A. de Buenos Aires.Roberts, Darío - Radio Golfo Nuevo. Puerto Madryn. Chubut.Rodríguez Loredo, Tristán - Revista Noticias. Ciudad A. de Buenos Aires.Rodríguez Villafañe, Miguel Julio - Asociación Iberoameri-cana de Derecho de la Información y la Comunicación. Córdoba.Rodríguez Yebra, Martín - Diario La Nación. Ciudad A. de Buenos Aires.Rodríguez, Cristina - Radio Salud FM. Mendoza.Rodríguez, Julio César - Corresponsal diario Clarín. Santiago del Estero.Rodríguez, María Sol - Diario Hoy Día. Córdoba.Rossi, Pablo - Radio Cadena 3. Ciudad A. de Buenos Aires.Ruiz Guiñazú, Magdalena - Radio Continental. Ciudad A. de Buenos Aires.Sábat, Hermenegildo - Diario Clarín. Ciudad A. de Bue-nos Aires.Salvador, Claudio - Periodista freelance. Puerto Iguazú,Misiones.Salleras, Marcela - Radio FM Identidad. Ciudad A. de Buenos Aires.Sánchez, Gonzalo – Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Sánchez, Indalecio - Diario La Gaceta. Tucumán.Sánchez, Mariela - Radio Pilcomayo Salta, Salta.Sandler, Adrián - Diario Jornada de Trelew. Chubut.Santoro, Daniel – Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos AiresSaravia, Alejandra - Diario El Ancasti. Catamarca.Savoia, Claudio - Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Scagnetti, Mariana - Canal Telefé. Ciudad A. de Buenos Aires.Scándali, Susana - Diario La Capital. Mar del Plata, Bue-nos Aires.Sclauzero, Néstor – Radio Rivadavia. Ciudad A. de Buenos Aires.

Selvood, María Inés – Universidades de Buenos Aires y de Belgrano. Ciudad A. de Buenos Aires.Seminario, Francisco - Diario La Nación. Ciudad A. de Buenos Aires.Sequeira, Federico - Diario Mi Ciudad. Florencio Varela, Buenos Aires. Serra, Laura - Radio Provincia de Buenos Aires. Ciudad A. de Buenos Aires.Serrichio, Sergio - Corresponsal diario La Voz del Interior. Ciudad A. de Buenos Aires.Sierra, Gustavo - Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Simo, Juan Carlos - Diario La Voz del Interior. Córdoba.Simón, Carlos Manuel - Corresponsal diario Los Andes. San Rafael, Mendoza.Solomín, Hernán. Periodista freelance. Israel.Soto, Elisa – Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. Ciudad A. de Buenos Aires.Stanich, Fernando - Diario La Gaceta. Tucumán.Suárez, Alejandro César – Diario Mi ciudad. Florencio Varela, Buenos Aires.Subirats, Fernando - Radio Continental. Ciudad A. de Buenos Aires.Suppo, Sergio - Diario La Voz del Interior. Córdoba.Torreguitart, Julio – AND Digital. Coronel Pringles. Buenos Aires. Torre, Alfredo – Universidad Nacional de La Plata. Buenos Aires. Torres, María Itumelia – Radio Nacional. Posadas, Misiones. Tronfi , Ana María - Corresponsal diario La Nación. Comodo-ro Rivadavia, Chubut.Ure, Mariano - Canal 7. Ciudad A. de Buenos Aires.Van Dam, Martín - Nuevo Diario. Salta.Van Mameren, Federico - Diario La Gaceta. Tucumán.Velárdez, Miguel - Diario La Gaceta. Tucumán.Ventura, Florencia - Diario La Voz del Interior. Córdoba.Vergili, Alicia – Radio América. Ciudad A. de Buenos Aires.Villegas, Sergio – FM Dimensión. El Calafate, Santa Cruz. Villosio, María Fernanda - Revista Noticias. Ciudad A. de Buenos Aires.Viñals, Gabriel - Corresponsal agencia Diarios y Noticias. Mar del Plata, Buenos Aires.Walter, Erika - Universidad del Salvador. Ciudad A. de Buenos Aires.Wiñazki, Miguel - Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Young, Gerardo - Diario Clarín. Ciudad A. de Buenos Aires.Zigarán, María Inés – Universidad Católica de Santiago del Estero. San Salvador de Jujuy. Jujuy.

SOCIOS ADHERENTES

Bianco, Florencia - Kraft Foods. Ciudad A. de Buenos Aires.Comba, Diego – Prensa del Gobierno de la Provincia de Salta.Domínguez, Norma - Agencia Suiza. Ciudad A. de Bue-nos Aires.

Di Lázzaro, Alejandro - YPF. Ciudad A. de Buenos Aires.Espíndola, Marcela - Periodista freelance. Ciudad A. de Buenos Aires. Lerche, Jorge - Jefatura de Prensa Auditoría General de la Na-ción. Ciudad A. de Buenos Aires.Negrete, Claudio - Ciudad A. de Buenos Aires. Piccinin, Paula - Prensa del Mercado de Valores de Buenos Aires. Ciudad A. de Buenos Aires.Santos, Mónica - Electricidad de Misiones. Posadas, Misiones.Senatore, Daniel - Ediciones Carolina, revistas Ocio y Cultura y Posta Cultural. Colón, Entre Ríos.Staiolo, Marilé - Secretaría de Medios de la Presidencia de la Nación. Ciudad A. de Buenos Aires.Vaamonde, Sonia – Ofi cina de Comunicación Institucional de la Fiscalía, Circunscripción Esquel. Chubut.

SOCIOS HONORARIOS

Abello, Jaime - Fundación Nuevo Periodismo Iberoamerica-no. Colombia.Alfi eri, Guillermo – La RiojaAlves, Rosental - Knight Center for Journalism in the Ameri-cas University of Texas at Austin. EE.UU.Albarrán de Alba, Gerardo - Sala de Prensa. México.Beraba, Marcelo - Associação Brasileira de JornalismoInvestigativo (ABRAJI). Brasil.Cardoso, Oscar Raúl Chiaretti, Marco – Diario O Estado do Sao Paulo. Brasil.Corominola, Manuel - Radio Cuyo y LV10. Mendoza.Dargoltz, Raúl Dinges, John - Columbia University Graduate School ofJournalism. EE.UU.De Toledo, José - Associação Brasileira de Jornalismo Investi-gativo (ABRAJI). Brasil.Federman, Andrés - Embajada de Gran Bretaña en Buenos Aires. Ciudad A. de Buenos Aires.Fogel, Jean François - Francia.Giraldo, Carlos - Diario El Colombiano. Colombia.González, Mónica - Centro de Investigación e Información Periodística (CIPER). Chile.Harding, Philip - Gran Bretaña.Jennings, Andrew - Gran Bretaña.Joannon Errázuriz, Federico - Diario elmostrador.cl. Chile.Lafuente, Gumersindo - Diario digital Soitu.es. España.Lewis, Charles - Center for Public Integrity. EEUU.Martínez, Tomás Eloy Mc Adams, Melinda - Florida University. EE.UU.Rodríguez Reyna, Ignacio - Revista Emmequis. México.Rowe, Jim - Ex editor The Washington Post. EE.UU.Ruiz Nuñez, Héctor – Ciudad A. de Buenos AiresTorres, Jorge - Diario digital ABC Color. Paraguay. Uceda, Ricardo - Instituto Prensa y Sociedad. Perú.Vidal, Armando Wasserman, Edward - Washington and Lee University.EE.UU.

Page 64: Anuario FOPEA 2010

ANUARIO 2010 :::: 127

En la Asamblea Extraordinaria realizada el 17 de mayo

de 2008 se resolvió la política de financiamiento de

FOPEA, a partir de la experiencia acumulada a lo largo

de cinco años y de los aportes realizados por distintos socios.

Por sobre todo, primó una política que garantice la autonomía

de criterio y el funcionamiento de FOPEA:

1. La estructura de la Asociación y sus gastos operativos son

íntegramente financiados por los socios u organizaciones de

diferente tipo. No se aceptará financiamiento, para este rubro,

de parte del gobierno nacional, de administraciones provincia-

les, municipales o extranjeras, ni de empresas privadas.

2. Para afrontar los gastos que generan las actividades y pro-

gramas (seminarios, talleres, monitoreos, etc.), así como para

las publicaciones, FOPEA podrá recurrir al aporte de empresas

privadas, organismos oficiales, ONG nacionales o internacio-

nales, universidades públicas y privadas, gobiernos extranje-

ros, o cualquier otro tipo de institución. Estos fondos serán

específicamente aplicados para las actividades para las que

fueron previstos. FOPEA se compromete a publicar en su pági-

na de Internet o mandar al Foro por correo electrónico el origen

de los fondos aportados.

En ningún caso, la institución u organismo que apoye o auspi-

cie a FOPEA podrá fijar el tipo de actividad o programa, ni podrá

condicionar su contenido. Se tendrá en cuenta que no exista

conflicto de intereses entre las actividades y los anunciantes o

aportantes que las financien.

3. Asimismo, FOPEA podrá aceptar donaciones o aportes ex-

traordinarios de los socios; cobrar un monto por las inscripcio-

nes a cursos y actividades de capacitación a los asistentes;

pedir la cesión de un porcentaje o la totalidad de los honora-

rios que cobre cada capacitador en las actividades que sean

organizadas por FOPEA; y recaudar por la venta de las publica-

ciones que realice.

De acuerdo al artículo 4º del Estatuto, el patrimonio se com-

pone de los bienes que posee en la actualidad y de los que

adquiera en lo sucesivo por cualquier título, y de los recursos

que obtenga por 1) las cuotas ordinarias y extraordinarias que

abonan los asociados; 2) las rentas de sus bienes; 3) las do-

naciones, herencias, legados y subvenciones; 4) el producto

de beneficios, rifas, festivales y de toda otra entrada que pue-

da obtener lícitamente de conformidad al carácter no lucrativo

de la institución.

Política de fi nanciamiento de FOPEA

Los interesados en asociarse a FOPEA deberán completar la siguiente solicitud de inscripción y contar con el aval de, al menos, tres miem-bros actuales con dos años de antigüedad. En casos excepcionales, como que no haya tantos socios de FOPEA en determinado distrito, la Comisión Directiva puede co-avalar una candidatura. Además, es con-dición ineludible adherir al Código de Ética del Foro y comprometerse a cumplir los postulados allí expuestos.La presentación de esta solicitud no implica automáticamente la ins-cripción, que será analizada por las vías institucionales previstas.

FOPEA es una asociación civil creada en diciembre del 2002 por pe-riodistas en ejercicio y docentes de comunicación, con el objetivo de promover la mejora en la calidad del periodismoy la democracia. En concreto, los objetivos de FOPEA son:• Promover una autocrítica sobre la práctica profesional periodística.• Instar al debate sobre la ética en el ejercicio del periodismo.• Trabajar en defensa de la libertad de expresión.• Mejorar los estándares de calidad del periodismo.• Promover el diálogo con todos los sectores involucrados en la profe-sión y con diversos sectores sociales.• Realizar tareas de capacitación.Para cumplir con estos objetivos, se realizarán todas las actividades que los asociados consideren convenientes, como seminarios, talleres, cursos, conferencias, debates y publicaciones.La membresía plena se hace efectiva con el pago de una cuota men-sual que cada socio determinará de acuerdo a su voluntad, con una base mínima acordada por la Comisión Directiva.Una opción para quienes no desarrollen tareas periodísticas o de do-cencia en el área es la condición de “socio adherente”. Esta categoría no podrá participar de las asambleas del Foro, aunque sí tendrá voz en los debates.También podrán realizarse aportes extraordinarios por fuera del pago de las cuotas y a título de donación.

Nombre

Domicilio (con código postal)

Fecha de nacimiento

Ingrese su E-mail

Teléfonos

Describa brevemente su carrera profesional y su actual ocupación

Agradeceremos responda a esta breve encuesta destinada a evaluar las opiniones prevalecientes sobre el estado de la profesión.

1. ¿Cuáles son, en su opinión, los principales problemas del periodismo argentino?

2. ¿Qué tipo de actividades le gustaría a usted que FOPEA realizase?

Socios que dan su consentimiento y lo presentan (3):

Monto de la cuota (mínimo $35.-)

Asume el compromiso de cumplir el Código de Eticade FOPEA (disponible en www.fopea.org)

Para ser socio de FOPEA

Solicitud de inscripción al Foro de Periodismo Argentino (FOPEA)

SI NO

Publicaciones de FOPEA

Estándares profesionales e indicadores de calidad periodística. II Congreso Nacional e

Internacional del Foro de Periodismo Argentino

Editado por el Departamento de Diseño de la Facultadde Ciencias Sociales de la Universidad de Palermo.

Periodismo de calidad: debates y desafíos

Editado por La Crujía, con el apoyo de Petrobras.

Acceso a la información pública. Guía práctica para periodistas sobre el uso del decreto

del PEN 1172

Editado con la colaboración del Banco Mundial.

Ética Periodística en la Argentina yen el mundo

Editado por la Fundación Konrad Adenauer.

E tá d f i l i di d d Acceso a la información pública. Guía práctica