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Aprendizaje y Desarrollo Humano

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Manual de la maestría en Educación, Neurocognición y Aprendizaje.

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Page 1: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 

 

Page 2: Aprendizaje y Desarrollo Humano

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APRENDIZAJE Y DESARROLLO HUMANO

GUÍA DE TRABAJO

SEMESTRE IV

CLAVE DE ASIGNATURA: IV-ADH-17

ÁREA: APRENDIZAJE

INSTITUTO DE ENLACES EDUCATIVOS

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN, NEUROCOGNICIÓN Y APRENDIZAJE

Page 3: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 3 

 

Índice

 

  ¡ERROR! MARCADOR NO DEFINIDO. 

DATOS DE LA ASIGNATURA  5 

CURRICULUM VITAE- PRESENTACIÓN TUTOR  5 

CARTA AL ALUMNO  6 

OBJETIVOS  6 

RESUMEN DE CONTENIDO  7 

ESQUEMA CONCEPTUAL  7 

METODOLOGÍA DE ESTUDIO  7 

CRITERIOS DE EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN  8 

PALABRAS CLAVE  9 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS  9 

1. DESARROLLO HUMANO  13 1.1 El ciclo vital  13 

1.2 Dimensiones desarrollo humano  13 

1.3 Teoría del Desarrollo  15 

2. DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD  23 2.1 El yo  24 

2.1.1 La imagen de sí mismo  25 

2.2 El desarrollo moral  27 

2.3 Desarrollo de la voluntad en el niño  31 

3. DESARROLLO EMOCIONAL EN LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA  37 3.1 Desarrollo emocional en la primera etapa de 0 a 6 años  38 

Page 4: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 4 

 

3.2 Desarrollo emocional en la segunda etapa de 6 a 11 años  43 

3.3 Desarrollo emocional en la adolescencia  46 

3.3.1 Maduración cerebral en la adolescencia  47 

4. EL PAPEL DE LA FAMILIA EN EL DESARROLLO EMOCIONAL  52 4.1 Estilos de interacción familiar y desarrollo socioemocional  53 

4.2 Estilos de interacción familiar y aprendizaje escolar  56 

5. EL PAPEL DE LA ESCUELA EN EL DESARROLLO EMOCIONAL  65 5.1 Clima escolar y el desarrollo socioemocional de los niños y adolescentes  65 

5.1.1 Resiliencia en la escuela  66 

5.2 El docente en el desarrollo de la inteligencia emocional del niño y el adolescente  68 

5.3 Estrategias de enseñanza e inteligencia emocional  72 

6. NEUROCIENCIAS SOCIALES Y APRENDIZAJE  80 6.1 Modelos de cognición social  80 

6.1.1 El planteamiento de Damasio  80 

6.1.2. Empatizar y sistematizar  83 

6.1.3 Modelo dual de procesamiento  84 

6.2 Percepción social  84 

6.3. Conocimiento interpersonal  86 

6.4 Investigación sobre sí mismo  89 

6.5 Tipos de procesamiento en la cognición social  93 

6.6 Cognición social y comunicación intercultural  96 

6.7. Teoría de la mente  98 

6.8. La autorregulación  100 

 

Page 5: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 5 

 

GUÍA DE TRABAJO

Datos de la asignatura

Curriculum Vitae- Presentación tutor

Mtra. Sonia Amador Jiménez

Licenciada en Diseño de los Asentamientos

Humanos

Maestría en Educación Familiar

Experiencia profesional

Consultora familiar a nivel privado, docente en la escuela para padres del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey en la Dirección de Asesoría y Prevención. Ha impartido cursos, seminarios y talleres; en los diplomados de Desarrollo Humano y Administración del Hogar del ESDAI; así como la impartición de talleres y conferencias sobre Educación Familiar en distintos lugares de la República.

NOMBRE DE LA ASIGNATURA APRENDIZAJE Y DESARROLLO HUMANO

CLAVE IV-ADH-17

ÁREA Aprendizaje

NIVEL (grado, posgrado) Posgrado

PLAN DE ESTUDIOS EN QUE SE

INTEGRA

Maestría en Educación, Neurocognición y

Aprendizaje

TIPO (obligatoria, optativa) Obligatoria

CALENDARIO (semestre) Semestre IV

CRÉDITOS (teóricos y prácticos) 4

HORAS CLASE 32 prácticas 32 teóricas: 64

Page 6: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 6 

 

Carta al alumno  

El contexto escolar es un espacio donde se generan relaciones interpersonales

significativas y se aprenden formas de comportamiento social. El proceso de

enseñanza- aprendizaje demanda del estudiante, habilidades cognitivas, afectivas

y sociales para resolver situaciones de la vida cotidiana.

Desde el contexto sociofamiliar y educativo es importante promover en el niño el

desarrollo de competencias cognitivas, afectivas y sociales que le permitan ir

fortaleciendo y poniendo en práctica los procesos atencionales, la memoria, la

regulación de la conducta, la reflexión, la planificación, organización y monitoreo

de las acciones, la resolución de problemas y la toma de decisiones.

Siendo importante la reestructuración de la práctica pedagógica, si pretendemos

vincular el funcionamiento cerebral y el aprendizaje, los aportes de las

neurociencias en el campo educativo pueden contribuir a la implementación de

estrategias de enseñanza que favorezcan el desarrollo de habilidades sociales y

cognitivas, el manejo de las emociones y la regulación de la conducta.

Objetivos General El estudiante analizará el desarrollo humano desde un

enfoque social y humanista para comprender la importancia

que tiene la familia y escuela en el desarrollo

socioemocional del niño y adolescente.

Específico

El estudiante analizará el desarrollo emocional del niño y

del adolescente y sus implicaciones en el proceso de

enseñanza-aprendizaje.

El estudiante analizará y comprenderá la importancia que

tiene la familia y la escuela en el desarrollo socioemocional

del niño y del adolescente.

Page 7: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 7 

 

Resumen de contenido El desarrollo socioemocional implica el conocimiento y el manejo de las emociones, así

como reconocer las emociones de los otros, a partir de la interrelación social, siendo

importante la influencia familiar y escolar en el desarrollo de habilidades sociales que

favorezcan una convivencia armónica. Sin olvidar la relación entre emoción, cognición y

conducta.

Esquema conceptual

Metodología de Estudio La metodología de estudio que se propone para esta guía de trabajo, está

pensada cuidadosamente para orientar el aprendizaje del estudiante, de tal forma

que pueda revisar y analizar los contenidos propuestos y, al mismo tiempo,

realizar los ejercicios y prácticas para reforzar lo aprendido,

•El ciclo vital

•Dimensiones

•Teorías explicativas

•Desarrollo emocional y social en la infancia

•Desarrollo emocional y social en la adolescencia

Desarrollo humano

• Familiar 

• EscolarContextos

• Modelos de Cognición Social

• Habilidades sociales

• Procesamiento en la Cognición Social

Neurociencias Sociales

Page 8: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 8 

 

Para que pueda concluir satisfactoriamente esta asignatura, tanto en tiempo como

en forma, se recomienda realizar las actividades de acuerdo a la programación,

considerando lo siguiente:

Revisar cuidadosamente el contenido de la antología antes de realizar

cualquiera de los ejercicios o prácticas propuestos.

Todos los ejercicios y prácticas son individuales, por ello aunque se analice

la lectura de manera colectiva, se compartan las dudas y comentarios para

la resolución de los mismos; la redacción de los trabajos es individual.

Al inicio de los ejercicios y las prácticas encontrará las instrucciones para la

resolución de los mismos.

Recuerde que es importante repasar los contenidos y poner en práctica lo

aprendido, además de la revisión de lecturas complementarias y la

investigación de otras fuentes de información especializadas.

A continuación se presenta un cuadro con la organización metodológica de la

propuesta de trabajo:

UNIDAD TEMÁTICA

EJERCICIO PRÁCTICA

1 P-1

2 E-1

3 P-2

4 E-2

5 P-3

6 E-3 P-4, P-5

1-6 P-6

Criterios de evaluación y acreditación  

Todas las actividades de aprendizaje que envíe deberán contar con las

siguientes características:

Page 9: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 9 

 

Nombre completo y sede

Escritos con mayúsculas y minúsculas

Interlineado 1.5

Alineación justificada (Ctrl + J)

Fuente: Arial

Tamaño de fuente: 12

El número de veces que se pueden realizar las actividades de aprendizaje son:

Autocalificables o de elaboración: 3 veces

Prácticas: 2 veces

Es importante que en la elaboración de las prácticas considere la

fundamentación teórica referida y la argumentación de sus respuestas.

El porcentaje asignado para cada una de las actividades se refiere en el siguiente

recuadro:

Palabras clave Desarrollo humano, emociones, personalidad, socialización, familia, neurociencia social.

Referencias bibliográficas Asociación Mundial Educadores Infantiles. (2008). Programa de Inteligencia Emocional.

México: Trillas. Valles A. A. (2007).Inteligencia emocional para la convivencia. El programa PIECE.

España: EOS. Chabot, D. (2009).Pedagogía Emocional: sentir para aprender, integración de la

inteligencia emocional en el aprendizaje. México: Alfaomega grupo editor.

Actividad de aprendizaje Porcentaje

Ejercicios 20%

Prácticas 80%

TOTAL 100%

Page 10: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 10 

 

Cohen, J. (2003).La Inteligencia emocional en el aula. Proyectos, estrategias e ideas.

Argentina: Troquel. Santrock, J. (2006). Psicología del Desarrollo. El Ciclo Vital. México: McGrawHill Trianes, T.M.V. y Gallardo, C. J. A (2004). Psicología de la educación y del desarrollo en

contextos escolares. España: Pirámide. Rodríguez Del, D. (2007). Las 3 inteligencias: Intelectual, Emocional y Moral. Una guía

para el desarrollo integral de nuestros hijos. México: Trillas.

Papalia, D. E. (2000).Desarrollo Humano. México: McGraw-Hill.

Links de apoyo http://www.youtube.com/watch?v=ebjSY0rZuW4&feature=related (Video sobre el

enfoque centrado en la persona de Carl Rogers)

http://www.youtube.com/watch?v=lPHQqU0gwtE (Video sobre las teorías

cognoscitivistas).

http://www.youtube.com/watch?v=XpZ8xynnYVI (video sobre la Gestalt).

Lecturas complementarias

L1 Romano Guardino. Las etapas de la vida

L2 Bisquerra, R. et al. (2012)¿Cómo educar las emociones? La inteligencia

emocional en la infancia y la adolescencia. Barcelona: Hospital Sant Joan de Déu.

L31. Viloria, C. (2005). La educación emocional en edades tempranas y el interés

de su aplicación en la escuela. Programas de educación emocional, nuevo reto en

la formación de los profesores. Tendencias Pedagógicas, 10.

www.tendenciaspedagogicas.com/articulos/2005_10_05.pdf

                                                            1 Es importante mencionar que este texto tiene un error de diseño, por ejemplo: “como 10 que aprenden. 

Por 10 tanto las emociones deben ser parte del currículum en la edad temprana”, los diez (10) quieren decir “lo”, por ejemplo: “como lo que aprenden. Por lo tanto las emociones deben ser parte del currículum en la edad temprana”. 

Page 11: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 11 

 

L4. Valdizán, J. R. (2008). Funciones cognitivas y redes neurales del cerebro

social. Revista de neurología. 46 (Sup. 1).65-68

Page 12: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 12 

 

UNIDAD TEMÁTICA 1

DESARROLLO HUMANO

Page 13: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 13 

 

1. DESARROLLO HUMANO

El desarrollo humano está en relación directa con una serie de factores:

biológicos, psicológicos, socioculturales. Diferentes enfoques teóricos han

intentado explicar cómo se da el desarrollo humano en las diferentes etapas del

ciclo vital.

La psicología del desarrollo estudia el cambio y la estabilidad de la persona

durante todo su ciclo de vida, considerando los cambios físicos, cognoscitivos,

afectivo-emocionales y sociales, desde el nacimiento hasta la vejez, así como los

factores externos e internos que influyen en cada etapa.

1.1 El ciclo vital En términos generales, podemos considerar las siguientes etapas:

En esta antología sólo se revisará el desarrollo socioafectivo y emocional en la

infancia y la adolescencia.

1.2 Dimensiones desarrollo humano El desarrollo humano es un proceso complejo que implica cuatro dimensiones:

a) Desarrollo Físico

b) Desarrollo Cognoscitivo

c) Desarrollo Emocional o socioafectivo

d) Desarrollo Social

Prenatal 

Infancia

Adolescencia 

Juventud

Adultez

Vejez

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Resaltado
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Resaltado
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Resaltado
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Resaltado
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Resaltado
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Resaltado
Page 14: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 14 

 

En la tabla 1 se describen cada uno de ellos:

Desarrollo Físico Desarrollo

Cognoscitivo Desarrollo

emocional/socioafectivoDesarrollo Social

En esta dimensión se incluyen las bases genéticas del crecimiento físico de todos los sistemas del cuerpo. Se relaciona con temas de cuidado de la salud, la nutrición, el sueño, el funcionamiento sexual, entre otros.

Se incluyen los cambios en los procesos cognitivos: pensamiento, memoria, lenguaje, resolución de problemas, percepción, etc. Incluye influencias tanto hereditarias, así como ambientales en el proceso del desarrollo.

Se refiere a las emociones, los sentimientos, además del temperamento, el apego, la confianza, la seguridad, el amor y el afecto. Incluye el desarrollo de la autoestima, así como la regulación de la conducta.

Implica el desarrollo moral y de las habilidades sociales que favorezcan la interacción con los otros en diferentes ámbitos y contextos. Incluye la influencia de la familia, de la escuela. Se relaciona con temas como el trabajo, los roles sociales, la vocación, etc.

Aunque cada dimensión, se centra en un aspecto específico del desarrollo, hay

una interdependencia entre las áreas, por ejemplo, el desarrollo cognoscitivo

puede depender de la salud física y emocional, así como de la influencia

sociocultural.

Es importante recordar que desde las neurociencias, se plantea la importancia de

comprender la embriología del sistema nervioso, la maduración cerebral y el

neurodesarrollo de las funciones cognitivas, considerando la influencia

sociocultural.

Para concluir este apartado, el estudio integral del desarrollo humano, requiere el

trabajo interdisciplinario de la psicología, la biología, la medicina, la antropología,

la sociología, la pedagogía y las neurociencias.

Page 15: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 15 

 

1.3 Teoría del Desarrollo Ninguna teoría del desarrollo es suficiente amplia e integral para explicar todos los

aspectos involucrados en la constitución del ser humano. Algunas teorías se

centran más en los factores internos (biológicos) y otros a los externos

(ambientales) en el desarrollo de las personal. Desde la psicología, se considera

que ambos factores, biológicos y ambientales (naturaleza y crianza) juegan un

papel importante en el moldeamiento de la mente y la conducta humana. Por otro

lado, algunas teorías consideran el criterio de discontinuidad para describir el

desarrollo humano, mediante etapas o estadios, en las cuales se describen las

características cognitivas, socioafectivas y psicomotoras del sujeto, en relación a

su edad; otras prefieren estudiar el desarrollo con un criterio de continuidad y

gradualidad (Morales, 2008).

Desde la psicología, han surgido infinidad de teorías del desarrollo y algunas de

ellas se centran en determinada dimensión. En el siguiente esquema se refieren

las perspectivas: psicoanalítica, cognoscitiva, aprendizaje (conductual) y

contextual.

a) Enfoque psicoanalítico

Plantea que el desarrollo está determinado en gran medida por la forma en que las

personas resuelven los conflictos que enfrentan en diferentes etapas. La teoría de

Freud (psicodinámica) considera en primer plano los factores biológicos e innatos,

subraya la maduración biológica en la interacción del niño con los demás, así

•Teoría del desarrollo psicosexual de Freud

•Teoría del desarrollo psicosocial de EriksonPsicoanalítica 

•Teoría sobre el desarrollo de la inteligencia ‐Piaget

•Teoría histórico‐cultural ‐ Vygotsky Cognoscitiva

•Teoría del Aprendizaje Social ‐ Bandura‐

•Teoría conductista‐Watson y SkinnerConductual

• Teoría ecológicaContextual

Page 16: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 16 

 

como la importancia de los instintos naturales. Freud, creía que el comportamiento

humano está gobernado por motivos y deseos inconscientes. Propuso una serie

de etapas críticas por las cuales pasamos en los primeros años de la vida (oral,

anal, fálica, de latencia y genital). Dicho autor, consideraba que cada etapa debía

ser superada, porque de lo contrario, esto generaría conflictos a lo largo de su vida

(citado en Sandoval. M. 2012).

Por su parte, Erik Erikson refirió que el desarrollo dependía de fases

psicosociales, hacía hincapié en los cambios del desarrollo a través del ciclo de la

vida, mientras que Freud, argumentaba que nuestra personalidad básica se

formaba en los primeros cinco años de vida. En la teoría de Erikson, las ochos

fases psicosociales del desarrollo se descubren a lo largo del ciclo vital. Cada

fase consta de tareas propias del desarrollo que confronta al individuo con una

nueva crisis que debe asumir. De acuerdo con esta teoría, estas crisis no son una

catástrofe, sino un punto decisivo de mayor vulnerabilidad y mayor potencial. A

continuación se describirán las etapas de la teoría psicosocial de Erik Erikson en

el cuadro No. 1:

Page 17: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 17 

 

Cuanto más crisis resuelve un individuo de manera satisfactoria, más saludable

será su desarrollo (Hopkins, 2000 citado en Papalia, 2000).

b) Enfoque cognoscitivo.

Piaget (1954), afirma que los niños crean de forma activa su propio conocimiento

del mundo, atravesando por diferentes periodos dentro del desarrollo cognitivo,

siendo fundamentales los procesos de asimilación y acomodación.

Piaget establece que atravesamos cuatro periodos en la comprensión del mundo,

los cuales se describen en el cuadro No. 2:

Cuadro No.1 Teoría de Erik Erikson (Cabrera, 2003).

Page 18: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 18 

 

Periodo

Edad

Descripción

Operaciones Cognitivas

Sensoriomotriz Nacimiento a los

2 años

El niño construye un mundo comprensible coordinando sus experiencias sensoriales con acciones físicas

El niño progresa de la acción refleja e instintiva del nacimiento al comienzo del pensamiento simbólico hacía el final de la etapa.

Preoperacional 2 a 7 años El niño desarrolla un sistema representativo y emplea símbolos.

Las imágenes y palabras, reflejan un creciente pensamiento simbólico y van más allá de la conexión entre la información sensorial y las acciones físicas.

Operaciones Concretas

7 a los 11 años

El niño puede resolver problemas si se enfocan en el aquí y el ahora.

El niño puede razonar lógicamente acerca de eventos concretos y clasificar objetos dentro de conjuntos diferentes.

Operaciones Formales

11 a la edad adulta

El adolescente razona de manera más abstracta, lógica e idealista.

La persona puede pensar en términos abstractos, enfrentar situaciones hipotéticas y diferentes posibilidades.

Elaborado a partir de Santrock, 2006.

Por su parte, Vygotsky considera al individuo como el resultado del proceso

histórico y social, el lenguaje juega un papel primordial en la organización de las

funciones psicológicas. El conocimiento es resultado de la interacción social,

aprendemos el uso de los símbolos que, a su vez, nos permiten pensar en formas

cada vez más complejas. Así, a mayor interacción social, mayor conocimiento,

más posibilidades de actuar (Santrock, 2006).

Vygotsky planteó que todo proceso psicológico superior o función cognitiva se

desarrolla y aparece en dos momentos: primero, en el ámbito social

(interpsicológica) y, en un segundo momento, en el ámbito individual

(intrapsicológica).

La posibilidad o potencial que los individuos tienen para ir desarrollando las

funciones psicológicas en un primer momento depende de los demás. Este

Page 19: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 19 

 

potencial de desarrollo mediante la interacción con los demás, es llamado por

Vygotsky, zona de desarrollo próximo (ZDP). La ZDP es la posibilidad de los

individuos de aprender en el ambiente social, en la interacción con los demás.

Nuestro conocimiento y la experiencia de los demás es lo que posibilita el

aprendizaje; mientras más enriquecedora y frecuente sea la interacción con los

demás, nuestro conocimiento será más amplio.

c) Enfoque conductual

Los principales conductistas son Watson y Skinner, sus teorías ya han sido

descritas en la asignatura de teorías del aprendizaje. Por lo que sólo haremos

referencia a la teoría del aprendizaje social de Albert Bandura, quien plantea que

el desarrollo tiene dos direcciones “determinismo recíproco, la persona actúa

sobre el mundo y el mundo actúa sobre la persona” (Papalia, 2010: 30). Las

personas aprenden de las conductas socialmente aceptadas a través del

aprendizaje por observación o imitación, de aquellos modelos que se eligen por

ser significativos como los padres o docentes.

Actualmente, esta teoría ha dado énfasis a que los procesos cognitivos son

mediadores importantes entre el ambiente y el comportamiento. Por lo que se

consideran tres factores que determinan la conducta humana: los conductuales,

cognoscitivos y los ambientales y, entre ellos, hay una acción recíproca.

d) Enfoque contextual

Las teorías ecológicas se han enfocado en las complejidades que suponen los

entornos y sus vínculos con el desarrollo. El desarrollo humano es inseparable del

contexto ambiental en el que se desenvuelve el individuo. El modelo ecológico de

Bronfenbrenner refiere un conjunto de estructuras ambientales en diferentes

niveles (microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema), dentro de los

cuales se desenvuelve el ser humano desde que nace (citado en Kail y

Cavanaugh, 2011). A continuación se describen los niveles:

a) Microsistema: personas y objetos en el entorno inmediato del individuo.

Page 20: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 20 

 

b) Mesosistema: conecta entre sí a todos los microsistemas.

c) Exosistema: situaciones sociales que la persona no experimenta

directamente, pero que influyen en su desarrollo.

d) Macrosistema: culturas y subculturas que engloban al microsistema, al

mesosistema y al exosistema.

El estudio del desarrollo requiere tener un enfoque integral. Considerando que las

teorías constructivistas y conductuales ya han sido revisadas en semestres

anteriores, esta antología quedará centrada en revisar el desarrollo emocional y

social en la niñez y adolescencia, incluyendo el desarrollo de la personalidad y la

moral.

Es importante elaborar la práctica 1 para valorar tu avance en el aprendizaje.

Page 21: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 21 

 

Referencias Kail. R.V. y Cavanaugh, J.C. (2011). Desarrollo humano: una perspectiva del ciclo

vital. México: editorial Cengage Learning. Molina González, D. (2009). La génesis de los procesos, una aproximación desde

el modelo neuropsicológico de Luria. Revista electrónica de psicología social «Poiésis»1692-0945, Nº 18.

Morales, E. (2008). Desarrollo humano y sexualidad. México: Subsecretaría de

Servicios Educativos para el D.F. Papalia D. (2000).Desarrollo humano. 9na edición. México: McGraw-Hill. Robles Martínez, B. (2008). La infancia y la niñez en el sentido de identidad.

Comentarios en torno a las etapas de la vida de Erik Erikson. Revista mexicana de pediatría, 75(1); 29-34.

Sandoval, M. (2012). Psicología del Desarrollo Humano I. México: Universidad

Autónoma de Sinaloa Santrock, J. (2006). Psicología del Desarrollo. El ciclo vital. México: McGraw-Hill.

Page 22: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 22 

 

UNIDAD TEMÁTICA 2

DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD

Page 23: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 23 

 

2. DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD

Cada niño manifiesta una personalidad única, es decir, una

perdurable organización o pauta de características o maneras de pensar,

sentir, relacionarse con los demás y adaptarse al ambiente. Cada cultura,

subcultura o grupo étnico tiene una personalidad típica, que es característica de

todos sus miembros (Castillo, 2007). Así mismo, en el comportamiento confluyen

varios elementos, que se convierten en indicadores en el desarrollo de la

personalidad en los niños, tales como:

Las actitudes, que son las predisposiciones positivas o negativas hacia algo o alguien y se componen de tres aspectos: lo afectivo, lo cognitivo y lo conductual.

El temperamento, es la peculiaridad e intensidad individual de los afectos psíquicos y de la estructura dominante de humor y motivación.

El carácter, constituido por el conjunto de cualidades psíquicas y afectivas que condicionan la conducta de cada individuo.

La voluntad, facultad de hacer o no hacer una cosa, es la facultad de perseverar en la tarea y superar las dificultades a través de la constancia y del esfuerzo.

La motivación, que promueve a actuar o no de una determinada manera (Carrillo, 2009).

Filloux, (2001, citado en Izquierdo, 2002) ha utilizado el concepto de personalidad

para designar esta individualidad psicológica. La definición que propone Filloux es

la siguiente: “La personalidad es la configuración única que toma, en el transcurso

de la historia del individuo, el conjunto de los sistemas responsables de su

conducta”. Y también considera aspectos como:

1) El temperamento, que designa los fenómenos característicos de la naturaleza

emocional de un individuo, entre los cuales se encuentran su susceptibilidad a

la estimulación emocional, su intensidad y velocidad de respuesta habituales,

la cualidad de su estado de ánimo predominante. Estos fenómenos son

Page 24: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 24 

 

considerados dependientes de su estructura constitucional y, por lo tanto, de

origen hereditario.

2) El carácter del hombre estaría determinado por la sociedad. El medio impone

frustraciones específicas, obstruye ciertos modos de reacción a ellas y facilita

otros.

El temperamento, está vinculado estrechamente a lo biológico, es decir a la carga

genética heredada por nuestros padres y condicionará de cierto modo, la forma

cómo reaccionamos al ambiente. La combinación e intensidad del temperamento y

el carácter forman nuestra personalidad, de allí que cada persona sea única e

irrepetible.

Durante la niñez temprana, el desarrollo emocional y de la personalidad de los

niños cambia de manera significativa y sus pequeños mundos se amplían.

Además, la influencia continua de las relaciones familiares y sus relaciones con

otros niños y niñas, adquieren un papel significativo en su desarrollo (Santrock,

2006).

2.1 El yo Durante la niñez temprana, que corresponde a la edad preescolar, tienen lugar

algunos avances importantes en el yo; entre otros están el desarrollo en el modo

de enfrentarse al tema de la iniciativa frente a la culpa y la mejora en el

conocimiento de sí mismo (Santrock, 2006).

Durante la niñez intermedia, que corresponde a la edad escolar, se considera que

el desarrollo socioemocional de los niños cambia de múltiples formas, se producen

transformaciones en sus relaciones con sus padres y con su grupo de iguales y la

escuela adquiere un tono más académico (Santrock, 2006).

Page 25: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 25 

 

2.1.1 La imagen de sí mismo El autoconcepto es una construcción cognitiva y social, que implica aspectos

afectivos, motivacionales y evaluativos; se considera que cualquier percepción

sobre sí mismo, está mediada por un juicio de valor que, de manera subjetiva

realiza el sujeto, conforme a su experiencia social, su relación con los otros y sus

patrones culturales (Loperena, 2008).

Desde que nace, el individuo comienza a construir una imagen sobre sí mismo, a

partir de identificarse como alguien diferente de los otros, de reconocer sus rasgos

físicos, de identificar sus habilidades y competencias, hasta ser capaz de valorar

su desempeño y su relación con los demás y definir su identidad personal; este

largo camino, único e irrepetible conlleva un proceso evolutivo y dinámico que

cambia a lo largo del proceso de desarrollo, pero que en la edad adulta tiende a

estabilizarse.

La construcción del autoconcepto en la edad preescolar sigue las mismas leyes

que la construcción de la inteligencia. En este sentido, en la primera infancia la

percepción de sí mismo está ligada al carácter preoperatorio del pensamiento. En

esta misma etapa, el niño realiza la descripción de su yo, a partir de su descripción

física, sus intereses, sus acciones u otros aspectos concretos, dándose así las

bases del autoconcepto. Si bien en esta edad el niño puede compararse con los

otros, esta información no la puede emplear adecuadamente y, por tanto, no le es

útil para efectos de valoración personal. Así, la valoración del yo del niño en la

primera infancia, se basa en lo que los demás piensan de él, es decir, en fuentes

externas (Loperena, 2008).

En relación con el proceso de aprendizaje, lo más importante es que el niño tenga

la seguridad y el apoyo necesario para confiar y creer en su propia capacidad. La

construcción de una autoestima elevada, se da como resultado del apoyo social

de los otros; además, una baja discrepancia entre las capacidades que el niño

cree tener y su desempeño real, le ayudará a construir expectativas de

Page 26: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 26 

 

autoeficacia positiva. Estos dos aspectos deben considerarse en la planeación de

estrategias didácticas, para así apoyar la construcción de un autoconcepto positivo

del niño, de manera conjunta con su aprendizaje (Loperena, 2008).

También Santrock (2006) refiere que la imagen de sí mismo es la representación

cognitiva para el niño del yo, su solidez y el contenido de la idea propia del niño.

Por ejemplo, una niña de cinco años comprende que ella es niña, que tiene el pelo

rubio, le gusta montar en bicicleta, tiene un amigo y es nadadora. Un niño de 11

años comprende que es estudiante, jugador de futbol, un miembro de la familia,

que le gustan los videojuegos y es fan de la música rock. Los principios

rudimentarios del conocimiento de sí mismo, empiezan con el reconocimiento

propio, que tiene lugar aproximadamente a los 18 meses. Desde que los niños

pueden comunicar verbalmente sus ideas, la investigación sobre la comprensión

propia en la niñez no se limita al reconocimiento visual de sí mismo, como ocurre

durante la primera infancia.

Los investigadores del desarrollo humano, a través de las entrevistas con los

niños, han comprobado su concepción sobre muchos aspectos del conocimiento

de sí mismo (Moore y Lemmon, 2001). Entre otros, la mente y el cuerpo, las

reacciones con otros y el tener orgullo y vergüenza de sí mismos. La mayoría de

los niños piensan en el yo, como parte de su cuerpo. Generalmente los niños

confunden el yo, la mente y el cuerpo, puesto que el yo es una parte de su cuerpo.

Los niños pequeños se distinguen así mismos de otros, a través de distintos

atributos físicos y materiales (Santrock, 2006).Sandra, una niña de cuatro años

dice: “Yo soy diferente a Jennifer porque tengo el pelo castaño y ella lo tiene

rubio”. Ralph, de cuatro años dice: “Yo soy diferente a Hank porque soy más alto y

soy diferente a mi hermana, porque tengo una bicicleta”.

Page 27: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 27 

 

Durante la niñez intermedia, los niños no sólo reconocen diferencias entre estados

internos y externos, sino que, además, suelen hacer referencia a estados internos

al definirse a sí mismos.

Además, del aumento de las características psicológicas en las autodefiniciones

que se producen en los años de la educación primaria, también se detecta un

incremento de los aspectos sociales del yo. Según una investigación, los niños de

primaria solían hacer referencia a grupos sociales en sus descripciones (Livesly y

Bromley, 1973, citados en Santrock, 2006).

Para la infancia intermedia, la escuela tiene una importante influencia sobre la

imagen que los niños se forman de sí mismos, la larga permanencia del niño en la

escuela, condiciona la formación del autoconcepto, sobre todo en los aspectos

académicos, la escuela proporciona el medio no sólo para los aprendizajes

académicos, sino también para el aprendizaje de la conducta social, el aprendizaje

afectivo y de las actitudes de la conducta social. La escuela ofrece, después de la

familia, la mejor oportunidad para probar sus habilidades y ganar el respeto de los

demás (Loperena, 2008).

Posteriormente, durante los años de la educación primaria, la auto-comprensión

de los niños presenta cada vez mayores referencias a las comparaciones sociales.

De esta manera, los niños escolares ya no piensan acerca de lo que hacen o no

hacen, sino acerca de qué pueden hacer en comparación con otros. Este cambio

en el desarrollo aumenta la tendencia a establecer las diferencias que existen

entre uno mismo como individuo y los demás para continuar con la siguiente etapa

del desarrollo de vida.

2.2 El desarrollo moral El desarrollo moral implica el desarrollo de los pensamientos, sentimientos y

comportamientos relacionados con las reglas y acuerdos sobre lo que la gente

logra en la convivencia con otras personas (Santrock, 2006).

Page 28: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 28 

 

El estudio del comportamiento moral durante la niñez temprana, está influenciado

por las teorías conductuales y sociales (Grusec, 2005). Se utilizan procesos de

refuerzo, castigo e imitación para explicar el comportamiento moral de los niños.

Cuando se recompensa a los niños por comportamientos que son consistentes

con las leyes y las convenciones sociales, es probable que lo repitan. Cuando se

proporcionan modelos que se comportan moralmente, los niños son propensos a

adoptar sus acciones. Y cuando se castiga a los niños por su comportamiento

inmoral, es más probable que éstos desaparezcan o se eliminen. Sin embargo,

debido a que el castigo puede tener efectos secundarios adversos, es necesario

utilizarlo de forma prudente y cautelosa.

Desde el enfoque social-cognitivo, el desarrollo moral está influenciado en gran

medida por el contexto. Lo que los niños hacen en un momento, está a menudo

relacionado sólo débilmente con lo que hacen en otro. Un niño puede hacer

trampas en clase de matemáticas, pero no en clase de inglés; pueden robar un

dulce cuando no hay nadie presente, pero no lo hacen cuando hay alguien

(Berkowitz, 2002).

Los teóricos cognitivos sociales consideran que la habilidad para resistirse a la

tentación está fuertemente relacionada con el desarrollo del auto control. Los

niños deben superar los impulsos hacia algo que quieren, pero que está prohibido.

Desde esta postura, los factores cognitivos son importantes en el desarrollo del

auto control (Bandura, 2002).

Kohlberg, toma los conceptos de Piaget (heterónomo y autónomo). Ambos

autores concluyeron que el pensamiento moral de los niños depende tanto del

desarrollo cognitivo o intelectual, como también de aspectos de carácter y de

educación. Kohlberg define el desarrollo moral como “el desarrollo de un sentido

individual de justicia”, y hace referencia a los juicios morales, a diferencia de

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 29 

 

Selman que desarrolla un concepto más relacional, diciendo que la moralidad es la

"ética de las relaciones" (citado enCárdenas, 2004).

En la etapa de la niñez intermedia, se ha criticado la teoría de Kohlberg, por

centrarse demasiado en el pensamiento moral (razonamientos morales) y no lo

suficiente en el comportamiento moral (el sujeto moral no cuestiona, ni se

pregunta por el origen de la norma, hay una aceptación de la autoridad

incuestionadamente), (Berkowitz, 2002). En la figura 2.1, se muestra la estructura

moral en el ámbito social.

En ocasiones, las razones morales pueden constituir un refugio para el

comportamiento inmoral. Tanto los políticos y los directivos de grandes

compañías, como los desfalcadores de bancos, se adhieren a las más elevadas

Figura. 2.1. Estructura moral en el ámbito social (Berkowitz, 2002).

Page 30: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 30 

 

virtudes morales cuando se refieren a dilemas morales, pero su propio

comportamiento puede ser inmoral (Santrock, 2006).

La inteligencia moral, se define como “la capacidad que se desarrolla

gradualmente para poder tomar decisiones y actuar de manera correcta o

incorrecta, es decir, tener un comportamiento que beneficia a quien lo ejercita y a

quien lo recibe” (Rodríguez, 2010).

Hay estudiantes que son brillantes intelectualmente, pero las deficiencias en su

conducta moral les impiden avanzar, su conducta no les permite asimilar el

aprendizaje y van teniendo tropiezos, ya sea porque son despedidos de la escuela

por mala conducta o porque reprueban, no porque sean incapaces, sino porque su

atención está puesta en cómo pasarla bien, sin hacer nada y molestando a los

demás, esto puede ejemplificarse con la opinión de una maestra cercana de su

alumno “Reconozco y aprecio su mente inteligente, pero no aprecio su corazón”.

Son conocidos los estudiantes que son populares por su comportamiento

irrespetuoso, que no respetan las reglas establecidas y les cuesta mucho esfuerzo

lograr un comportamiento moral adecuado. Cuando los mismos compañeros

identifican a alguno de sus pares como “patán”, se refieren a una persona que

abusa, se burla, ofende, golpea o intimida a los demás; esta situación podría

parecer que se presenta en los adolescentes, pero la realidad indica que estas

mismas conductas se presentan desde los cinco o seis años (Rodríguez, 2010).

Los alumnos que tienen deficiencias en el desarrollo de la inteligencia moral, por

lo general manifiestan una inteligencia intelectual superior, la cual emplean para

pensar en actos o conductas negativas (Rodríguez, 2010).

Desde las primeras edades, los amigos influyen en el comportamiento, es común

observar a un niño o niña de cinco años que después de estar jugando con otro

amiguito empiezan a hablar de la misma manera, incluso utilizan las mismas

Page 31: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 31 

 

palabras y esto se acrecienta conforme tienen más edad. Limitan a los amigos, no

sólo en actitudes, sino en conductas, y es el tiempo en que los padres deben estar

en alerta respecto de las compañías de sus hijos, porque el deseo de hacer y decir

lo mismo que los demás, puede ser tan fuerte que si no está bien afianzado el

desarrollo moral, con mucha facilidad pueden ser presa de las influencias

negativas de los amigos, como fumar, tomar, drogarse, faltar a clases, mentir o

robar (Rodríguez, 2010).

2.3 Desarrollo de la voluntad en el niño La edad preescolar, es la edad del surgimiento de la voluntad, de la constante

regulación de la conducta, de las acciones externas e internas. En el niño, surge la

posibilidad de subordinar sus acciones a las necesidades del cumplimiento de

determinadas tareas. El control consciente de la conducta, comienza a formarse.

Las acciones volitivas coexisten con acciones impulsivas, que surgen como

resultados de deseos y sentimientos circunstanciales. A finales de la etapa, el niño

es capaz de realizar esfuerzos volitivos relativamente prolongados, aunque en

este sentido, están por debajo de lo niños en edad escolar (Berger, 2007).

De acuerdo con Erikson (1968, citado en Izquierdo, 2002), la fase psicosocial que

caracteriza la niñez temprana es la iniciativa frente a la culpa. Ahora, los niños se

han convencido de que ellos son una persona por sí solos, durante ésta etapa

deben descubrir qué tipo de persona serán. Se identifican en gran medida con sus

padres, que aparecen ante él, como poderosos y maravillosos, aunque también a

menudo como irracionales, desagradables e incluso peligrosos. Durante la niñez

temprana, los menores utilizan sus habilidades perceptivas, motoras, cognitivas y

del lenguaje, para hacer que las cosas ocurran. Con una gran cantidad de energía

que les permite olvidar los fracasos rápidamente y realizar nuevas tareas que

parezcan apetecibles, incluso si son peligrosas, sin disminuir el entusiasmo y con

un sentido de la dirección mejorado. En esta etapa por su propia iniciativa, los

niños pasan a ampliar su mundo social.

Page 32: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 32 

 

La guía principal es la conciencia, ahora los niños no sólo sienten miedo de ser

descubiertos, sino que también comienzan a oír la voz interna de sus propios

actos. Su iniciativa y su entusiasmo pueden traerles no sólo recompensas, sino

también castigos. Las desilusiones generalizadas en esta época pueden llevarle a

dar rienda suelta a la culpa y reducir la autoestima del niño (Bybee, 1999).

Durante la niñez intermedia, los niños tienden a definirse a sí mismos basándose

en características y comparaciones sociales (Harter, 1999). Cuando se apoya a

los niños en sus esfuerzos para crear, construir y trabajar fabricando una maqueta,

una pequeña cabaña, arreglando la bicicleta, resolviendo una suma o cocinando,

logramos que aumente su sentido de productividad. No obstante, los padres que

consideran que los esfuerzos de sus hijos son “travesuras” o “desastres” fomentan

que el niño desarrolle un sentimiento de inferioridad. También contribuye a crear

ese sentido de productividad el mundo social del niño que va más allá de la

familia, en especial la escuela.

Determinados aspectos del ambiente familiar pueden favorecer que los niños

logren la adaptación a la escuela, fomentándose la autonomía y la voluntad. De

acuerdo a Epstein y Sanders (2002), las dimensiones del funcionamiento familiar

que propician el acceso de niños y niñas a nuevas experiencias escolares, son:

Una estructuración del ambiente familiar cuyas características físicas y

materiales respondan a las necesidades educativas propias de la edad

infantil, favoreciendo así una estimulación suficiente y variada, pero en el

seno de actividades regulares y sistemáticas.

La organización de actividades y situaciones de aprendizaje diversas, en

las que se permita la exploración, se propongan tareas, se evalúen las

consecuencias de las acciones, se planteen preguntas y se aporten nuevos

conocimientos.

Page 33: Aprendizaje y Desarrollo Humano

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El uso de un lenguaje descontextualizado a través de interacciones

verbales frecuentes y de calidad favoreciendo, el desarrollo de formas

complejas de pensamiento, que posibilitan los aprendizajes escolares.

El establecimiento de relaciones interpersonales en las que los progenitores

manifiesten altas expectativas sobre los hijos como aprendices y

demuestren afecto e interés por su desarrollo personal y académico. A este

respecto, un estilo educativo que estimule, regule y estructure el

comportamiento de los hijos, favorece una mejor adaptación a las

exigencias escolares en sus vertientes social y académica y una mayor

satisfacción con el trabajo escolar.

Ejercer un control ajustado en las tareas escolares, a través de reglas

claras y consistentes, así como fomentar las recompensas internas,

planteando retos óptimos y apoyando la conducta autónoma.

La existencia de una cultura compartida entre familia y escuela que

favorezca la complementariedad de las demandas propuestas a los

menores de forma congruente entre ambos contextos y que potencie las

relaciones entre ellos. En este sentido, la existencia de actitudes y valores

educativos compartidos entre familia y escuela, favorece la adaptación

positiva del niño al entorno escolar.

En definitiva, las familias en las que en mejor medida se satisfacen las

necesidades educativas de niños y niñas durante la etapa infantil, tienden a ser

microsistemas diferentes, pero moderadamente parecidos al escolar, propiciando

que ambos contextos funcionen de forma coherente y complementaria en su labor

educativa (Epstein y Sanders, 2002).

Es importante elaborar el ejercicio 1, para valorar tu avance en el aprendizaje.

Page 34: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 34 

 

Referencias Izquierdo Martínez A. (2002). Temperamento, carácter y personalidad, una

aproximación a su concepto e interacción. Revista Complutense de Educación. Madrid, 13 (2), pp. 617 – 643.

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Page 35: Aprendizaje y Desarrollo Humano

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Page 36: Aprendizaje y Desarrollo Humano

36 

UNIDAD TEMÁTICA 3

DESARROLLO EMOCIONAL EN LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

Page 37: Aprendizaje y Desarrollo Humano

37 

3. DESARROLLO EMOCIONAL EN LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

El término emoción se deriva de la palabra latina emovere que significa remover,

agitar o excitar (Rodríguez de Ibarra, 2010).Se describe la emoción como un

sentimiento o afecto que se produce cuando una persona se encuentra en un

estado o una interacción que es importante para ella, especialmente para su

bienestar (Campos, Frankel y Camras, 2004).

De acuerdo al Diccionario de Neurociencias de Mora y Sanguinetti (2004), la

emoción es definida como: una reacción conductual y subjetiva producida por una

información proveniente del mundo externo o interno (memoria) del individuo, se

acompaña de reacciones neurovegetativas. Es importante recordar que el sistema

límbico se encuentra relacionado a las emociones.

Las emociones pueden ser específicas, por ejemplo, la alegría, el miedo, el enojo

y demás, las cuales pueden variar en intensidad (Austin y Chorpita, 2004).

Hoy en día, se reconoce la importancia de las emociones en la toma de

decisiones, en la construcción de valores y expectativas, en los aprendizajes y en

las relaciones sociales. Por su parte, la neurociencia aporta información sobre el

control emocional, de manera que se pueda lograr una mayor armonía entre el

pensamiento, el sentimiento y la conducta (aquello que pensamos, que sentimos y

hacemos) con el fin de ser capaces de construir un proyecto de vida y de contribuir

al bienestar individual y social. Este enfoque neurocientífico nos acerca a la

comprensión del ser humano y de su educación. Es a través de la educación como

pueden ponerse en marcha procesos de desarrollo de las distintas competencias

humanas.

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3.1 Desarrollo emocional en la primera etapa de 0 a 6 años El niño muestra la capacidad fundamental de relacionarse socialmente. Pero

podrá desarrollarla, siempre y cuando se establezca la interacción con los otros.

Las experiencias afectivas, en los primeros años de vida tienen una enorme

influencia en el desarrollo cognitivo, social y emocional, íntimamente relacionados

(Armus, 2012).

El sostén emocional es la respuesta adecuada al sentimiento universal de

desamparo con el que todo bebé llega al mundo. Este sostén permite que se

construya entre el bebé y las personas encargadas de su crianza, un vínculo lo

suficientemente fuerte como para que se den las condiciones propicias para la

satisfacción de todas sus necesidades. El sostén emocional se da en el marco de

un vínculo estable, un vínculo de apego, con los cuidadores primarios. Este

vínculo se establece desde el momento del nacimiento y permite construir un lazo

emocional íntimo con ellos. Por estable, se entiende “un vínculo cotidiano y

previsible”, y en los primeros tiempos, con la presencia central de una o más

personas que se ocupen de la crianza del bebé. La estabilidad y la previsibilidad

en el vínculo con sus cuidadores, le permiten al niño construir una relación de

apego seguro (Armus, 2012).

Los bebés al nacer sólo tienen una manera de expresar sus emociones y esto es

a través del llanto. Esta es la primera y al parecer la única manifestación de que

necesitan o sienten algo. Un bebé llora al nacer y sonríe semanas después,

aunque no se ríe realmente hasta los cuatro meses como respuesta al estímulo;

esto es resultado del desarrollo neurofisiológico.

Los bebés angustiados lloran más fuerte por más tiempo y en forma más irregular;

son los niños que por alguna razón demandan más atención, por lo que necesitan

paciencia y amor, para evitar que desborden sus emociones. Está demostrado

que los bebés cuyas madres han respondido al llanto en forma regular, oportuna,

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con ternura y proporcionándoles calma, lloran menos y son más estables, se

comunican más en forma de balbuceos, gestos y expresiones faciales, que los que

han sido tratados con rudeza, desesperación y medidas disciplinarias

equivocadas.

En la primera infancia, el niño carece de la capacidad de regular por sí mismo sus

estados emocionales y queda a merced de reacciones emocionales intensas. La

regulación afectiva sólo puede tener lugar en el contexto de una relación con otro

ser humano. El contacto físico y emocional —hablar, abrazar, tranquilizar—

permite al niño establecer la calma en situaciones de necesidad e ir aprendiendo a

regular por sí mismo sus emociones. Las respuestas emocionales del adulto en

sintonía con el estado interior del bebé generan primero, un estado de

corregulación afectiva o regulación diádica que lleva unos meses más tarde al

logro de la autorregulación afectiva por parte del bebé (Schejtman y Vardy, 2008;

Tronick, E, 2008).

A nivel emocional, la confianza básica, es un logro que se da como resultado de

numerosas interacciones satisfactorias entre el bebé y sus cuidadores primarios.

El niño que ha construido su confianza básica, puede luego explorar el mundo,

crecer, separarse e individuarse. La confianza se relaciona con la seguridad que

un niño tiene de saber que sus cuidadores son sensibles a sus necesidades

físicas y emocionales, y que van a estar disponibles si los necesita. Un niño que

se siente seguro respecto de los adultos que lo cuidan, no ignora los riesgos de

aventurarse alejándose un tanto de ellos, pero avanza de todos modos sabiendo

que tiene dónde respaldarse en caso de necesidad. Los vínculos afectivos

estables y contenedores reducen el malestar emocional y potencian los

sentimientos positivos en el niño. La expectativa que tiene el niño sobre lo que se

puede esperar de los demás, se crea a partir de experiencias tempranas concretas

de interacciones positivas y repetidas en el tiempo. Se construyen así esquemas

mentales acerca de cómo es estar con el otro (Stern, 2005).

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Por otro lado, el neurodesarrollo depende en parte de las experiencias que vive el

niño. El vínculo temprano tiene un impacto directo en la organización cerebral.

Existen períodos específicos, llamados períodos ventana (o críticos).Esta

estimulación adecuada depende del establecimiento de un vínculo temprano

satisfactorio (Rodríguez, 2010).

Las emociones influyen en el pensamiento, la voluntad y el estado psicofisiológico.

Las emociones tienen un correlato neuroanatómico, de manera específica

intervienen el sistema límbico y la corteza prefrontal (Ver figura 3.1). La corteza

prefrontal se relaciona a la autorregulación emocional y comportamental, el

Figura. 3.1. Las estructuras cerebrales, las emociones y las diferentes conductas (Rodríguez, 2010).

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sistema límbico es la parte más arcaica y primitiva del cerebro y se relaciona a la

emociones y los instintos, incluye el hipocampo, estructura donde se almacenan

los recuerdos emocionales y sociales, además de la amígdala, relacionada con el

miedo (Rodríguez, 2010). Ver figura 3.2.

Por otra parte, durante una experiencia emocional profunda, el organismo

manifiesta las siguientes reacciones:

Respuesta galvánica cutánea, son cambios en la resistencia eléctrica de la piel.

Elevación de la presión arterial y alteración del nivel sanguíneo. Aumento de la frecuencia cardiaca. Respiración acelerada. Pupilas dilatadas. Secreción salival disminuida, por tanto, resequedad de la boca y la

garganta. Respuesta pilomotora conocida como “carne de gallina”. Alteración del aparato digestivo, aumento o disminución de la motilidad. Músculos tensos y temblor en las extremidades. Cambio en la composición de la sangre, elevación del azúcar sanguíneo.

Figura 3.2. Las emociones y sus estructuras participantes, hipocampo y amígdala.

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Todas las reacciones emocionales fisiológicas pueden aparecer en niños y

adultos. Los niños deben aprender a manejar una amplia variedad de sentimientos

desde los primeros años, como la alegría, el cariño y el amor propio, y otros como

el enojo, el miedo, la angustia, los celos, la frustración o el dolor. Los últimos no

son agradables; sin embargo, hay que aprender a lidiar con ellos para desarrollar

los sentimientos de independencia y autonomía necesarios para ser competentes

y exitosos (Rodríguez, 2010).

En la tabla 3.1 se presentan las principales características del desarrollo de las

emociones en los primeros años de vida:

DESARROLLO EMOCIONAL EN LOS PRIMEROS AÑOS DE VIDA

PRIMER AÑO DE VIDA

SEGUNDO AÑO DE VIDA

TERCER AÑO DE VIDA

Tono emocional o estado de ánimo general

Es altamente variable, íntimamente relacionado con estados internos (hambre), y hacia la segunda mitad del primer año, también relacionado con señales sociales externas (el padre puede hacer sonreír a un niño aunque éste tenga hambre). Cuando el bebé está confortable internamente prevalece un sentimiento de interés y placer en el mundo y hacia el cuidador primario.

El humor es aún variable, pero más organizado y estable durante períodos más largos. Existe un sentimiento de seguridad, curiosidad y necesidad de exploración que domina el humor, así como están presentes también la tendencia a “pegarse” al adulto, el negativismo, el miedo y la aprehensión.

El estado de ánimo general puede ser variable (triste, ansioso o presentar una tendencia a quedarse “pegado” al adulto junto a una segura exploración), pero luego gradualmente se estabiliza dentro de un modelo organizado alrededor de un sentimiento básico de seguridad y optimismo, con la presencia no dominante de las siguientes capacidades: la excitación, el negativismo, la pasividad, la tendencia al “pegoteo” hacia el adulto, entre otras.

La variación entre la indiferencia y la

En este período, los sentimientos se

Los afectos, gradualmente, tienen

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Sentimientos

excitación con el mundo se torna más organizada y queda bajo el control de la interacción social. Los sentimientos específicos iniciales de excitación placentera o la protesta por la falta de placer llevan a graduaciones más diferenciadas y el bebé incluye gestos con los que negocia la dependencia, el placer, la afirmación de sí mismo, la exploración, el enojo, el miedo y la ansiedad. El sistema de afectos o sentimientos permanece altamente variable, y es fácilmente dominado por el contexto.

vuelven más diferenciados. Se observa la emoción por la exploración y el descubrimiento, y el placer por la autoafirmación. Existen negociaciones gestuales más complejas de dependencia, autoafirmación enojo y la búsqueda de límites. El bebé desarrolla la capacidad de demostración organizada de amor (correr y abrazar, sonreír y besar a los padres, todo junto) y también protestar (alejarse, patalear, llorar, todo junto). El negativismo organizado (el no) y una gran demanda están también presentes. El equilibrio debe volcarse en dirección a las expresiones organizadas del placer en el descubrimiento, la iniciativa y el amor. Aparece más desarrollado el sentimiento de comodidad con la familia y la aprehensión ante los extraños.

más “significado” (en el nivel representacional o simbólico). Después de la posible inestabilidad inicial en el sistema afectivo (por ejemplo, regresivo, enojo con “pegoteo” y dependencia), es posible una mayor organización del sistema afectivo, con afectos complejos tales como amor, tristeza, celos y envidia, que se expresan en ambos niveles: el preverbal y el verbal, que está surgiendo. La afectividad se ve fácilmente influenciada por las situaciones físicas (cansancio, hambre). Los afectos se encuentran todavía en un nivel egocéntrico.

Tabla 3.1. Desarrollo emocional en los primeros años de vida. Fuente: Greenspan. S. (2003).

3.2 Desarrollo emocional en la segunda etapa de 6 a 11 años El periodo de los 6 a los 11 años constituye un momento crucial en el desarrollo de

la personalidad y la escuela como generadora de conocimientos debe basar el

aprendizaje tanto en la dimensión cognitiva como en la afectiva, dado que en las

diferentes etapas del desarrollo, los aspectos emocionales juegan un papel

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esencial en la vida y constituyen la base o condición necesaria para la formación

de la personalidad (Santrock, 2006).

Por lo tanto, (Kuebli, 1994 y Wintre, 1994, citados en Santrock, 2006) refieren que

algunos cambios importantes en el desarrollo emocional que se manifiestan en la

edad escolar:

Una mayor capacidad para comprender emociones complejas, como el orgullo y la vergüenza, estas emociones se interiorizan y se integran en el sentido de la responsabilidad personal.

La compresión de que se puede experimentar más de una emoción concreta en una situación determinada.

Una mayor tendencia a tomar en consideración los hechos que dan lugar a una reacción emocional.

Una notable mejoría en la capacidad para suprimir u ocultar reacciones emocionales negativas.

El empleo de estrategias personales para reconducir los sentimientos.

Así mismo, Bisquerra, R. y Begoña I. (2002), describen la transición emocional a lo

largo de la educación primaria y, mencionan que existen cinco puntos importantes

a considerar en el desarrollo emocional:

1. Conciencia emocional

Implica el conocimiento y comprensión de las emociones propias y las de los

demás. A continuación se describen algunas pautas importantes en su desarrollo.

Se debe favorecer el lenguaje y la comunicación como vehículo de identificación, comprensión y expresión emocional.

Las emociones se van diferenciando entre sí y se manifiestan con mayor rapidez, intensidad y duración, pudiendo llegar a transformarse en sentimientos.

A los 6 años, el niño empieza a comprender que la manifestación de sus emociones es conocida por los demás.

A partir de los 7 años, toma conciencia de que las emociones no perduran y pierden intensidad.

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A la edad de los 8 años, se empieza a desarrollar la comprensión de la ambivalencia emocional, es decir, a sentir emociones contrarias ante una misma situación.

Las emociones vividas influyen ante situaciones similares, dado que en esta etapa se desarrolla el recuerdo de las vivencias unido a las emociones que generan las mismas.

Empiezan a ser capaces de ponerse en el lugar del otro (empatía).

2. Regulación emocional

En la etapa escolar, ha aumentado la capacidad de autocontrol, regulación y comunicación.

Se va adquiriendo la capacidad de regular, controlar y expresar las emociones efectivamente.

Es importante, el entrenamiento en estrategias de regulación emocional y la evaluación de su utilidad y consecuencias.

La regulación emocional favorece la interacción social.

3. Autonomía emocional

Entre 6 y 8 años, se define el yo a través de la comparación con uno mismo en su pasado.

Sin embargo, entre 8 y 12 años se incorpora la comparación social (yo – mis compañeros).

A nivel de autoestima, hasta los 8 años, la percepción de sí mismo es positiva.

A partir de los 8 años, la percepción es más realista, aunque no siempre favorable, lo que pone en peligro la autoestima.

4. La empatía

Empieza a desarrollarse fuertemente a partir de los 9 años. “Estoy contento, porque mi papá está contento”.

Si antes se ha entrenado a regular las emociones, se facilita el desarrollo de la empatía.

La comprensión de las emociones ajenas es la base de la empatía y del desarrollo social.

5. Habilidades socioemocionales

La capacidad de querer y ser querido por los iguales es fundamental para el desarrollo de la autoestima y para el bienestar social. Al comienzo de esta

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etapa, se alcanza un conocimiento social suficiente para el inicio de las críticas y valoraciones personales.

Se van sustituyendo las agresiones físicas por las verbales (insultos, amenazas, desprecios).

Se pasa de juegos de imitación a juegos que contienen normas y reglas (deportes, juegos de mesa, etc.).

El grupo pasa a ser la base de las relaciones sociales. La amistad pasa a ser de cooperación, confianza mutua y ayuda recíproca. Para tener amigos es necesario, conocer a los demás, comunicarse,

expresar de manera adecuada las emociones (positivas y negativas) y ser capaces de comprender lo que sienten los demás.

3.3 Desarrollo emocional en la adolescencia Durante mucho tiempo, se ha descrito la adolescencia como una etapa

caracterizada por los altibajos emocionales (Hall, 1994 citado en Santrock, 2006).

La adolescencia es un estado evolutivo en el que los altibajos emocionales se

acentúan (Rosenblum y Lewis, 2003 y Conger, 2004, citado enSantrock, 2006). En

muchas ocasiones, la intensidad de sus emociones parece superar con creces el

hecho que las origina, con un mínimo de provocación o sin ella pueden explotar

ante padres o hermanos, lo que tal vez se deba al mecanismo de defensa basado

en la proyección de sus sentimientos en otra persona, (Santrock, 2006).

De acuerdo con Gesell (1998) la vida emocional del adolescente no se halla

limitada, por supuesto, a las grandes emociones como la ira, el miedo, el amor, los

celos. Abarca una innumerable cantidad de situaciones en que surgen o son

reprimidos muchos sentimientos sin nombre, sentimientos que de forma discreta o

constante, intensa o atemperada, tiñen toda la vida del adolescente. No hay una

sola actividad en la mente o de la personalidad que no reciba el inevitable influjo

de alguno de estos sentimientos, que tanto pueden ser estados del humor, como

deseos, fobias, aceptaciones o rechazos (citado enAlcántara, 2002).

Por otro lado, Natalia López (2011), refiere que la adolescencia lleva consigo

cambios emocionales, psicológicos, sociales, mentales y también físicos y en el

crecimiento. Además de una transición desde la dependencia del núcleo familiar a

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las relaciones interpersonales y sociales. Esto es, la maduración del llamado

cerebro social que integra lo afectivo y lo cognitivo en relación a los demás.

3.3.1 Maduración cerebral en la adolescencia La maduración cerebral sigue un proceso secuencial, que comienza en la parte

posterior baja del cerebro, hacia adelante y hacia arriba; la maduración de las

áreas frontales se extiende desde edades tempranas hasta los primeros años de

la vida adulta. Ahora bien, la acción sobre el cerebro de las hormonas sexuales,

cuya concentración se incrementa con la pubertad, no sigue una curva paralela.

Las hormonas afectan la motivación, impulsos, emociones, es decir, la esfera

afectivo personal (López, 2011).

La adolescencia es, como se ha descrito (Casey, 2010citado enLópez 2011), un

periodo de activación funcional de los sistemas de motivación y emociones, al

tiempo en que aún los sistemas que integran las emociones en las decisiones

racionales, localizados en la corteza cerebral frontal, no está aún madura. La

pubertad está influida por diversos factores genéticos o bien ambientales.

Sin embargo, la adolescencia es la época de reordenación del cerebro, por lo que

las estructuras decisivas se renuevan: unas áreas crecen, otras se reducen y otras

se reorganizan. Hay una auténtica poda que elimina lo superfluo y, como

consecuencia, la maduración está ligada al adelgazamiento de la materia gris

(López, 2011).

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Page 48: Aprendizaje y Desarrollo Humano

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Fig. 3.3. Desarrollo y maduración cerebral.www/cerebrosadolescentes.com

El volumen cerebral permanece constante, pero varía su composición. La

sustancia blanca aumenta entre los 8 y 18 años, con el adelgazamiento de la

materia gris y en paralelo al perfeccionamiento de funciones cognitivas. El

volumen total del cerebro, alcanza el máximo a los 14.5 años en los chicos y a los

11.5 en las chicas. Y el de los chicos es un 9% mayor que el de las chicas como

media; esta diferencia global no tiene en sí misma ventajas ni desventajas

funcionales (López, 2011). Ver figura 3.3.

Las modificaciones funcionales están mediadas por el incremento de la

mielinización, cambios en el diámetro axonal, densidad de sinapsis y cambios en

los neurotransmisores. La eficiencia de la capacidad de conexión estructural y

funcional es inversamente proporcional a la difusibilidad a lo largo de la fibra. De

forma global, la eficacia crece con la edad y hay mayor velocidad en los nudos de

Page 49: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 49 

 

conexión, permitiendo alcanzar coherencia y sincronización de los flujos de

funcionamiento cerebral (López, 2011).

En conclusión, el comportamiento del adolescente y sus procesos emocionales

puede ser visto como una inestabilidad, una falta de equilibrio entre la maduración

de las áreas subcorticales límbicas y la maduración de la corteza frontal que

regula y controla las respuestas emocionales, de forma dependiente de la edad. El

desarrollo del circuito de control cognitivo-emocional, cambia o se refuerza, con el

impacto de las experiencias relativas a diferentes personas y situaciones y que

indudablemente contribuyen a cómo cada uno estabiliza su cerebro social (López,

2011).

Es importante elaborar la práctica 2 para valorar tu avance en el aprendizaje.

Page 50: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 50 

 

Referencias bibliográficas

Rodríguez de Ibarra, D. (2010).Las 3 inteligencias: intelectual, emocional y moral. México: Trillas.

Santrock, J. (2006). Psicología del Desarrollo. El ciclo vital. México: Mc Graw Hill. Armus, M., Duhalde, C., Oliver, M., y Woscoboinik, N. (2012).Desarrollo

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Bisquerra, R., Punsent, E., Mora, F., y García, E. (2012). ¿Cómo educar las

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López Moratalla, N. (2011). Neurobiología de la Adolescencia. El control del

Circuito Afectivo-Cognitivo. Revista Clínica y Análisis Grupal, Departamento Interfacultativo de Bioquímica y Biología Molecular, Universidad de Navarra, 1, pp. 1- 16.

Page 51: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 51 

 

UNIDAD TEMÁTICA 4

EL PAPEL DE LA FAMILIA EN EL DESARROLLO EMOCIONAL

Page 52: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 52 

 

4. EL PAPEL DE LA FAMILIA EN EL DESARROLLO EMOCIONAL

La familia juega un papel crucial en el desarrollo de los niños, niñas y

adolescentes. Para Palacios (1999citado en Muñoz, 2005) la familia es el contexto

más deseable de crianza y educación, dado que promueve el desarrollo personal,

social e intelectual y, además, los protege de diversas situaciones de riesgo.

Siguiendo a diversos autores (Bornstein, 2002; Bradley, 2002; Bradley y Caldwell,

1995; Palacios y Rodrigo, 1998 citados en Muñoz 2005), desde un punto de vista

educativo podríamos resumir las funciones de la familia en relación a los hijos:

Asegurar su supervivencia y su crecimiento sano.

Aportarles el clima de afecto y apoyo emocional necesarios para un

desarrollo psicológico saludable.

Favorecer la capacidad para relacionarse de modo competente con su

entorno físico y social.

Tomar decisiones respecto a la apertura hacia otros contextos educativos

que van a compartir con la familia, la tarea de educación y socialización del

niño o la niña.

Aunque la mayoría de los padres desarrollan un apego profundo con sus hijos y la

mayoría de los hijos desarrollan durante su primer año de vida un fuerte apego

hacia sus padres, el encuentro entre los sentimientos y las formas de relación

familiar intensas, claras, firmes, ambivalentes o incluso rechazadoras, se

complementan con las características de los niños y niñas dando lugar a

diferentes tipos de apego (Rodrigo y Palacios, 1998 citado en Muñoz, 2005).

Por otro parte, los padres promueven el desarrollo infantil a través de la

organización de los aspectos estructurales y materiales del hogar, de la

planificación de las actividades de sus hijos y de las interacciones que mantienen

con ellos (Muñoz, 2005).

Page 53: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 53 

 

4.1 Estilos de interacción familiar y desarrollo socioemocional La familia es la unidad básica de salud y debe educar con normas y límites,

ejerciendo una autoridad afectiva, compartida y responsable. Es la entidad idónea

como transmisora de factores protectores (Castellano, 2005).

En el seno de la familia se establecen desde muy temprano relaciones

interpersonales muy profundas y estables. Para los hijos, el lazo emocional más

importante, al menos en la primera infancia, es el vínculo de apego que el niño

establece con una o varias personas del sistema familiar, principalmente con los

padres. El apego tiene una función adaptativa, tanto para el niño como para los

padres y el sistema familiar en conjunto, así como para la supervivencia de la

especie. Además, este vínculo permite desarrollar un sentimiento básico de

confianza y seguridad en el niño, constituyendo además un prototipo o un modelo

interno de relaciones que guiará las relaciones sociales y afectivas posteriores

(López y Ortiz, 1999; Ortiz, Fuentes y López, 1999 citados en Muñoz, 2005).

Pero, además de velar por el bienestar físico y emocional de niños y niñas, la

tarea de ser padre o madre conlleva la intervención educativa para modelar el tipo

de conductas y actitudes que se consideran adecuadas para que el desarrollo

personal y social de los hijos, les permita adaptarse a las normas y valores del

entorno social y cultural próximo, lo que se ha llamado estrategias de

socialización. Esta misión comienza una vez que se han establecido las relaciones

afectivas o vínculos de apego entre los padres y los hijos y son pilares

fundamentales de relaciones, pero también implican la adopción por parte de los

padres de comportamientos que suponen normas y restricciones a la conducta

infantil, lo que provoca tensiones que no se dan en las relaciones de apego

(Palacios y Moreno, 1994; Rodrigo y Palacios, 1998; Sorribes y García, 1996

citados en Muñoz, 2005).

Un aspecto estudiado de la vida familiar en relación con el desarrollo personal,

emocional, social y moral de los hijos e hijas, ha sido el tipo de disciplina y

Page 54: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 54 

 

prácticas de crianza empleadas en el hogar (Boyes y Allen, 1993; Hoelter y

Harper, 1987; Hurlock, Allen, Scout, Harper y Mclanahan 1988; Marks y

Mclanahan, 1993; Scoutt y Scoutt, 1991 citados en Henao, 2009).

La investigación más conocida sobre los estilos de interacción familiar son los

estudios de Diana Baumrind (1967, 1971, citado en Henao 2009), sobre niños y

niñas preescolares y sus padres y madres. El término utilizado por esta

investigadora es estilos parentales, que se definen como aquella forma manifiesta

en que los padres y madres ejercen el proceso de normalización y el manejo de

autoridad en sus hijos e hijas.

Baumrind propuso cuatro estilos parentales: autoritario, equilibrado (o

democrático), permisivo y no implicado

Padres autoritarios: Este es un patrón muy restrictivo de crianza en el que

las personas adultas imponen muchas reglas, esperan una obediencia

estricta, rara vez o nunca explican al niño o niña por qué es necesario

obedecer todas estas regulaciones y a menudo se basan en tácticas

punitivas enérgicas (es decir, en la afirmación del poder o retiro del amor)

para conseguir la obediencia. Los padres y madres autoritarios no son

sensibles a los puntos de vista en conflicto de un niño o una niña,

esperando en lugar de ello que el niño o niña acepte su palabra como ley y

respete su autoridad.

Padres y madres equilibrados: Este es un estilo controlador, pero flexible,

en el que los padres y madres implicados realizan muchas demandas

razonables a sus hijos e hijas. Tienen cuidado en proporcionar fundamentos

para obedecer los límites que establecen y se aseguran de que sus hijos e

hijas sigan estos lineamientos. Son mucho más aceptadores y sensibles a

los puntos de vista de sus hijos e hijas que los padres y madres autoritarios,

y a menudo buscan la participación de sus hijos e hijas en la toma de

Page 55: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 55 

 

decisiones familiares. Por lo tanto, los padres y madres con autoridad

ejercen un control racional y democrático (en lugar de dominante) que

reconoce y respeta las perspectivas de sus hijos e hijas.

Padres permisivos: permiten que sus hijos e hijas expresen con libertad

sus sentimientos e impulsos, no supervisan en forma estrecha las

actividades de sus hijos e hijas y rara vez ejercen un control firme sobre su

comportamiento.

Padres no implicados: es el estilo parental menos exitoso, un enfoque sin

exigencias, exhibido por padres y madres que han rechazado a sus hijos e

hijas o que están tan abrumados por sus propias tensiones psicológicas y

problemas que no tienen mucho tiempo, ni energía para dedicarse a la

crianza de éstos. Los padres y madres no usan estilos educativos puros,

aunque haya una tendencia hacia un estilo u otro.

Por otro lado, en las familias con hijos adolescentes, los padres se ven en la

necesidad de modificar las normas y reglas familiares utilizadas hasta ese

momento. En esta etapa resulta más adecuado, por ejemplo, negociar con el hijo

el grado de supervisión y control ejercido por los padres dentro de un marco de

afecto y apoyo, que utilizar la autoridad unilateral.

Éstas son algunas de las características de los hogares autoritarios, que han sido

considerados por muchos profesionales como las fuentes más importantes de

bienestar y ajuste en la adolescencia, es decir, el balance entre el control y la

autonomía del hijo, la negociación y los intercambios comunicativos entre padres e

hijos con calidez y afecto (Steinberg y Silk, 2002, citado enMusitu, 2007).

A lo largo de la infancia, los niños, niñas y adolescentes toman conciencia de sus

propias emociones y de las causas de las mismas; es decir, establecen relaciones

sobre el porqué de diferentes emociones en ellos y en los demás. Comienzan a

Page 56: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 56 

 

reconocer en la expresión facial diferentes emociones y a establecer acciones en

torno a lo que observan en la expresión de los demás (Izard, 1994, citado

enHenao, 2009).Por esta razón, los objetivos que se plantea el niño, la niña y los

adolescentes en torno a los otros y hacia sí mismos, presentan un cambio con

relación a la manera previa de abordarlos. La forma en que él o ella han de poner

de manifiesto distintos tipos de emociones, varía sustancialmente dependiendo del

repertorio previo del niño o niña y del tipo de situación a la que se vean abocados.

Esto lleva a que se produzcan logros importantes a nivel de la comprensión,

regulación emocional y respuesta empática (López, Etxebarria, Fuentes y Ortiz,

1999, citado enHenao, 2009).

La familia y de manera particular los padres, proporcionan a los hijos e hijas

alimento, cuidados, protección, afecto, apoyo para conocer progresivamente el

mundo físico y social en el que viven, todos ellos elementos fundamentales para

su desarrollo. Pero además, los padres también promueven el desarrollo infantil a

través de la organización de los aspectos estructurales y materiales del hogar, de

la planificación de las actividades de sus hijos y de las interacciones que

mantienen con ellos. Esta función educativa de la familia parece estrechamente

relacionada con las ideas que padres y madres tienen sobre el desarrollo y la

educación de los niños y niñas.

4.2 Estilos de interacción familiar y aprendizaje escolar Por muchos años se ha considerado que las familias son las únicas responsables

de satisfacer las necesidades biológicas, afectivas y de formación en valores de

sus hijos/as, mientras que la escuela ha sido la institución destinada a la

satisfacción de sus necesidades intelectuales y académicas. Sin embargo, a partir

de múltiples estudios, se establece que no se pueden disociar las capacidades

formadoras de la familia y la escuela, siendo central el rol de ambas para el

desarrollo integral de los/as estudiantes.

Page 57: Aprendizaje y Desarrollo Humano

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Se distinguen tres categorías de variables familiares que afectan el éxito escolar

de los niños: 1) actitud y conductas de los padres frente al aprendizaje, 2) recursos

relacionados con el aprendizaje y 3) clima familiar y estilos de crianza. Favorecer

el conocimiento y desarrollo de estas variables al interior de la familia, podría ser

una estrategia muy relevante para mejorar los aprendizajes, a continuación

describiremos las características relevantes de cada uno:

1. Actitud y conductas de los padres frente al aprendizaje

Nivel de compromiso y participación: que los padres conozcan y se interesen

por lo que sus hijos viven, hacen y aprenden en el colegio es un elemento

clave en la educación de los niños. En general, las formas más activas de

participación producen mayor éxito escolar que aquéllas que son más pasivas.

El hecho de que las familias se involucren en las tareas escolares de sus hijos,

preguntando por el trabajo que realizan en diferentes asignaturas, mostrando

interés en su progreso escolar y que conversen sobre lo valioso de una buena

educación, permite que los niños y los jóvenes perciban que sus familias creen

que el trabajo de la escuela y la escuela en general es importante, que vale la

pena hablar de ello y esforzarse por aprender más. Todo esto redunda en

mejores desempeños escolares y una actitud positiva de los estudiantes hacia

la escuela (Romagnoli, 2007).

Nivel de expectativas: uno de los mejores predictores del éxito académico y

ajuste social de los niños son las expectativas que tienen los padres sobre sus

logros académicos y la satisfacción con la educación de sus hijos en la escuela

(Romagnoli, 2007). Es fundamental que las expectativas de los padres sean

altas, pero realistas, es decir, se debe incentivar metas y desempeños

apropiados a la edad, madurez y capacidad de los niños, de otro modo se

puede generar una gran presión y frustración en ellos.

Nivel de valoración activa y manifiesta de las capacidades: es fundamental que

los padres confíen en las habilidades de sus hijos y crean que son capaces de

Page 58: Aprendizaje y Desarrollo Humano

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aprender y tener buenos resultados académicos. Cuando la familia valora

explícitamente los esfuerzos y logros de sus hijos, reconoce sus talentos

especiales y les hace sentir que son capaces, los niños desarrollan una

percepción positiva acerca de sus propias capacidades (Romagnoli, 2007),

desarrollándose en ellos un mayor interés por aprender y asistir a la escuela.

2. Recursos relacionados con el aprendizaje

Disponibilidad de espacios para el estudio: una manera de ayudar a los

hijos a estudiar y hacer tareas para obtener buenos resultados académicos en

la escuela es procurando espacios adecuados en la casa, sin demasiado ruido,

lejos de la televisión, con buena luz y sin elementos que puedan distraer su

atención (UNICEF, 2005, citado enRomagnoli, 2007).

• Disponibilidad de materiales para el aprendizaje:el acceso a materiales

educativos es de gran relevancia para el aprendizaje, puesto que éstos

permiten ejercitar diversas habilidades, ofrecen una amplia gama de temas que

los niños pueden aprender y además hacen este proceso más entretenido. Es

así como las familias que ponen a disposición de sus hijos este tipo de recursos

colaboran enormemente en su aprendizaje. Algunos materiales importantes

son: libros sobre variados temas, que pueden ser desde textos escolares hasta

novelas y cuentos que sean de interés de los niños. Así mismo, las revistas son

un buen material y pueden versar sobre diferentes temas, como ciencia, arte,

deporte, etc. Incluso las revistas recreativas, como las de historietas, son muy

útiles. Lo importante es que sean temas del interés de los niños, dado que eso

los motivará a leer. El diario es también un buen recurso, pues los niños y

jóvenes pueden ejercitar la lectura a la vez que informarse de lo que está

pasando en su país y en el mundo. Por otra parte, en el mundo actual el acceso

a Internet es cada vez más importante para el proceso de aprendizaje de los

niños, considerandoque a través de este medio realizan búsquedas de

información para trabajos y tareas.

Page 59: Aprendizaje y Desarrollo Humano

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Participación familiar en actividades recreativas y culturales: algunas

actividades posibles son ir a eventos deportivos, parques de entretenimiento,

teatro, cine, exposiciones, circos, paseos para conocer la ciudad y otros

lugares.

Modelos parentales o familiares: la mayor parte de la conducta humana se

aprende por observación de las conductas que otras personas realizan, es

decir, mediante la observación de modelos. Se ha reconocido que el modelaje

es uno de los medios más poderosos de transmisión de patrones de

pensamiento, conducta, valores y actitudes (Bandura, 1987, citado

enRomagnoli, 2007). Es por esto que las personas de la familia o cercanas a

ella ejercen una enorme influencia en la actitud que asumen los niños frente al

aprendizaje, la escuela y la valoración de la educación en un sentido amplio.

3. Clima familiar y estilos de crianza

Las familias con climas familiares positivos y estilos de crianza adecuados

generan en los niños confianza general y un sentido de sí mismo positivo,

orientación positiva a metas de la escuela, interés general acerca de la

preparación para el futuro y ajuste positivo a la escuela. Dentro de las áreas que

componen el clima familiar y estilos de crianza se destacan como una influencia

relevante para el desempeño escolar de los niños y jóvenes las siguientes:

Calidad del vínculo y las relaciones: es predictiva de un gran número de

aspectos de actitudes y de conductas relacionadas al aprendizaje

autorregulado, tales como fijarse metas alcanzables, monitorearlas y mantener

su progreso hacia estas metas. La calidad del vínculo se relaciona con el grado

de cercanía y relación afectiva entre padres e hijos y cuán queridos y

aceptados se sienten. Las familias que tienen un efecto positivo en el

desempeño y ajuste escolar de sus hijos, tienden a favorecer el contacto entre

ellos y sus interacciones son afectuosas, abiertas, empáticas y confiadas

(Alcala, Flores, Milicic, Portales, yTorretti, 2003 citado enRomagnoli, 2007).

Page 60: Aprendizaje y Desarrollo Humano

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Estilo de disciplinase ha visto como una influencia relevante para los

desempeños escolares, tanto académicos como sociales, el estilo de disciplina,

las reglas establecidas y las rutinas al interior de la familia (Lin y Yan, 2005,

citado enRomagnoli, 2007). Algunos ejemplos cotidianos de reglas y rutinas

con influencia positiva son: mayor supervisión e incremento del tiempo que se

dedica a las tareas, restricción de la televisión, asistencia de los niños a la

escuela, ser firme respecto de la hora de ir a dormir, etc.

Estilo de comunicación y resolución de conflictos: un estilo de

comunicación fluida con buena interacción verbal entre padres e hijos también

actúa positivamente en el ajuste social de los niños al contexto escolar y su

rendimiento académico. En las familias con una buena comunicación los

padres escuchan activamente, dándoles una señal de que lo que dicen es

importante y valorado, lo que a su vez permite al niño sentirse valioso (Milicic,

2001 citado enRomagnoli, 2007). Por otra parte, cuando hay una comunicación

fluida, los niños aprenden a expresarse y escuchar, lo que resulta muy

importante a la hora de relacionarse con las personas del entorno, ya que la

forma en que los niños aprenden a comunicarse en la familia determinará

cómo se comunican con las demás personas. Por otra parte, la mejor forma

que tienen los padres para saber lo que sucede a sus hijos y las necesidades

que ellos tienen (tanto afectivas como relacionadas con el aprendizaje) es a

través de una buena comunicación que les permita recoger sus demandas y

atenderlas adecuadamente.

Formación socio afectiva: uno de los pilares de la formación socio-afectiva es

el desarrollo en los niños de una buena autoestima. Tener una buena imagen

personal, confianza en sí mismo y ser consciente de las habilidades que se

tienen depende de la actitud y modo de relacionarse de los padres con sus

hijos. Para todo esto, es imprescindible generar al interior de la familia un clima

Page 61: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 61 

 

emocional cálido, participativo, comprensivo y focalizado en lo positivo, donde

el aporte del niño sea reconocido (Milicic, 2001citado enRomagnoli, 2007).

Desde una perspectiva integradora de la educación cada vez se manifiesta la

necesidad de proporcionar instrumentos y recursos a los niños, niñas y

adolescentes, que les permitan crecer equilibradamente en este contexto que les

ha tocado vivir. El hecho de disponer de unas pautas de acción sobre uno mismo

les debe permitir la regulación de los estados emocionales y la orientación

equilibrada de la conducta, la adaptación crítica y constructiva a la complejidad y

la construcción de valores de convivencia.

Nadie ha cuestionado cuál ha de ser el papel de la familia en la educación

emocional, pero sí que se pone en duda si la escuela ha de tener o no

responsabilidades en la educación de esta dimensión del ser humano. En diversos

países existe una tendencia, aunque no generalizada, a incluir la educación

personal y social como eje transversal de los programas de estudios, poniendo la

mirada en la posibilidad de mejorar como persona dentro de las diferentes familias

y como instancia educativa en beneficio de la sociedad (Carpena, 2010).

Es importante elaborar el ejercicio 2 para valorar tu aprendizaje.

Page 62: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 62 

 

Referencias bibliográficas

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Page 63: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 63 

 

Page 64: Aprendizaje y Desarrollo Humano

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UNIDAD TEMÁTICA 5

EL PAPEL DE LA ESCUELA EN EL DESARROLLO EMOCIONAL

Page 65: Aprendizaje y Desarrollo Humano

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5. EL PAPEL DE LA ESCUELA EN EL DESARROLLO EMOCIONAL

La escuela es un lugar privilegiado para el aprendizaje de las habilidades sociales

y la formación de amistades, que en ocasiones se mantienen durante toda la vida.

El educador debe organizar las actividades de modo que faciliten las relaciones

sociales. Su intervención puede ayudar a que aprendan a escucharse, a tener en

cuenta los puntos de vista del otro y a negociar las soluciones, conscientes de que

los conflictos son una parte de la realidad, pero que se pueden resolver hablando

(Uriarte, 2006).

Los objetivos fundamentales transversales propuestos en la Reforma Educativa

constituyen un avance, en términos de asumir que a la escuela le corresponde un

importante rol en el desarrollo valórico y social de los estudiantes, compartiendo

una responsabilidad social. La posibilidad de desarrollar en los estudiantes

actitudes y conductas orientadas hacia el bien común, pasa por el compromiso de

todo el sistema educativo, en la búsqueda de crear instrumentos, proporcionar

espacios y generar actividades para que los alumnos puedan desarrollarlas

(Uriarte, 2006).

5.1 Clima escolar y el desarrollo socioemocional de los niños y adolescentes La escuela tiene la oportunidad de fomentar canales de conexión con la familia y

de favorecer la implicación parental en el entorno educativo, pudiendo así ejercer

un significativo papel como fuente de apoyo tanto para la familia como de cara a la

adaptación escolar y el desarrollo de los menores. Esta potencialidad del entorno

escolar en relación con las familias es, particularmente crítica en el caso de

contextos familiares de riesgo, sobre todo desde el principio de la escolaridad.

(Menéndez, 2008).

Redimensionar los ambientes educativos en la escuela implica, además de

modificar el medio físico, los recursos y materiales con los que se trabaja, exige un

Page 66: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 66 

 

replanteamiento de los proyectos educativos que en ella se desarrollan y

particularmente los modos de interacciones de sus protagonistas, de manera que

la escuela sea un verdadero sistema abierto, flexible, dinámico y que facilite la

articulación de los integrantes de la comunidad educativa: maestros, estudiantes,

padres, directivos y comunidad en general. En éste orden de ideas, la escuela

“permeable” se caracteriza porque se concibe abierta, lo más arraigada posible a

su medio, con fronteras no claramente delimitables y relaciones con el

conocimiento y entre los individuos que buscan establecer vivencias culturales

cruzadas por prácticas democráticas altamente participativas.

5.1.1 Resiliencia en la escuela El término resiliencia, define la capacidad que tienen las personas para

desarrollarse psicológicamente con normalidad, a pesar de vivir en contextos de

riesgo, como entornos de pobreza y familias multiproblemáticas, situaciones de

estrés prolongado, centros de internamiento, etc. Se refiere tanto a los individuos

en particular, como a los grupos familiares o escolares que son capaces de

minimizar y sobreponerse a los efectos nocivos de las adversidades y los

contextos desfavorecidos socioculturalmente (Uriarte, 2006).

La resiliencia es una perspectiva sobre el desarrollo humano, contraria al

determinismo genético y al determinismo social, que explica esa cualidad humana

universal que está en todo tipo de personas y en todas las situaciones difíciles y

contextos desfavorecidos que permite hacer frente a las adversidades y salir

fortalecido de las experiencias negativas (Vanistaendel, 2002). No es una

característica con la que nacen o que adquieren ciertos niños, sino un conjunto de

procesos sociales e intrapsíquicos que posibilitan tener una vida “sana “en un

medio insano (Rutter, 1990Citado en Uriarte, 2006).

En la escuela, la promoción de la resiliencia es un enfoque que destaca la

enseñanza individualizada y personalizada, que reconoce a cada alumno como

Page 67: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 67 

 

alguien único y valioso, que se apoya en las características positivas, en lo que el

alumno tiene y puede optimizar.

Las cualidades personales más importantes que facilitan la resiliencia han sido

descritas como:

a) Autoestima consistente.

b) Convivencia positiva, asertividad, altruismo.

c) Flexibilidad del pensamiento, creatividad.

d) Autocontrol emocional, independencia.

e) Confianza en sí mismo, sentimiento de autoeficacia y auto valía, optimismo.

f) Locus de control interno, iniciativa.

g) Sentido del humor.

h) Moralidad.

Éstas y otras características individuales asociadas a la resiliencia no son innatas,

sino que proceden de la educación y, por lo tanto, pueden aprenderse (Higgins,

1994Citado en Uriarte 2006).

Las cualidades que llevan a la resiliencia se construyen en la relación con el otro,

del mismo modo que el desarrollo normal o los trastornos psicológicos. Para bien

o para mal estamos modelados por el trato y las miradas de los demás (Cyrulnick,

2004Citado en Uriarte, 2006). En la infancia y adolescencia, la figura del profesor

y, en general, las experiencias escolares se convierten en constructores

especiales de resiliencia. En los primeros años de la escolaridad el profesor puede

ser enormemente admirado y actos que para otros son intrascendentes pueden

tener especial significación para niños procedentes de hogares conflictivos.

Cuando los padres no han creado un vínculo afectivo protector y estable, el

profesor puede resultar una figura sustitutoria y la experiencia escolar en su

conjunto una oportunidad para la “restitución” o “compensación” de un niño que sin

éxito escolar habría derivado hacia la inadaptación (Cyrulnick, 2002 citado en

Uriarte, 2006).

Page 68: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 68 

 

Henderson y Milstein (2003 Citado en Uriarte, 2006) señalan “seis pasos para

fortalecer la resiliencia” fomentados desde la familia, la escuela y la comunidad:

Para contrarrestar factores de riesgo

1. Enriquecer los vínculos prosociales.

2. Fijar límites claros en la acción educativa.

3. Enseñar habilidades para la vida.

Para favorecer la resiliencia

4. Ofrecer afecto y apoyo.

5. Establecer objetivos retadores.

6. Participación significativa.

5.2 El docente en el desarrollo de la inteligencia emocional del niño y el adolescente En las escuelas del siglo XX, el éxito del profesor ha estado vinculado

esencialmente a los logros académicos de sus alumnos, esto es, al rendimiento

escolar. Sin embargo, la sociedad del siglo XXI ha creado nuevas demandas y

retos tanto para la escuela como para los docentes que han cuestionado en

profundidad los principios y los objetivos educativos vigentes. En nuestras

escuelas ya no es suficiente conseguir un buen rendimiento del alumnado, el éxito

del profesorado queda también vinculado a desarrollar personas integradas en la

sociedad, con herramientas sociales y emocionales que les permitan afrontar los

desafíos de la vida cotidiana (Fernández–Berrocal y Ruiz–Aranda, 2008 citados en

Cabello, 2010).

La educación se ha centrado tradicionalmente en el desarrollo cognitivo, con un

olvido generalizado de la dimensión emocional. Sin embargo, hay acuerdos en

que la educación debe orientarse al pleno desarrollo de la personalidad del niño y

Page 69: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 69 

 

del adolescente. Esto implica que el desarrollo cognitivo debe contemplarse con el

desarrollo emocional. Hay varios motivos que inducen a pensar en la necesidad de

programas de educación emocional (Élia, 2003, Citado en De Andrés, 2005)

como:

• Las competencias socio-emocionales son un aspecto básico del desarrollo

humano y de la preparación para la vida.

• Hay un interés creciente por parte de los educadores sobre temas de educación

emocional.

• Los medios de comunicación transmiten contenidos con una elevada carga

emocional, que el receptor debe aprender a procesar.

• La necesidad de aprender a regular las emociones negativas para prevenir

comportamientos de riesgo.

• La necesidad de preparar a los niños en estrategias de afrontamiento para

enfrenarse a situaciones adversas con mayores probabilidades de éxito.

Mayer y Salovey (1997) definen la inteligencia emocional como:

la capacidad para percibir, valorar y expresar las emociones con exactitud; la

capacidad para acceder y generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la

capacidad para entender la emoción y el conocimiento emocional y la capacidad

para regular las emociones y promover el crecimiento emocional e intelectual

(Citado en Cabello, 2010: 10).

Los autores plantean un modelo de inteligencia emocional que implica un

conjunto de habilidades que abarcan desde los procesos psicológicos más básicos

(percepción de las emociones con exactitud) hasta los más complejos (regulación

de las emociones y promoción del crecimiento emocional e intelectual). A

continuación, definimos brevemente cada una de estas habilidades:

Percepción, evaluación y expresión de las emociones. Esta habilidad hace

referencia a la exactitud con la que los individuos pueden identificar en uno

mismo los correlatos fisiológicos y cognitivos que las emociones comportan.

Page 70: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 70 

 

Asimismo, las emociones pueden ser reconocidas en otras personas y objetos

(obras de arte, sonidos, etc.). En esta rama se incluye, además, la capacidad

para expresar las emociones de una manera adecuada.

La emoción como facilitadora del pensamiento. Esta habilidad hace

referencia a cómo las emociones actúan sobre nuestro pensamiento y nuestra

forma de procesar la información. Las emociones van a determinar y mejorar el

pensamiento porque dirigen la atención de los individuos hacia la información

importante. Las variaciones emocionales nos van a permitir adoptar diferentes

puntos de vista y múltiples perspectivas de los problemas.

Conocimiento emocional. Incluye la capacidad para etiquetar las emociones

(significante) y relacionarlas con su significado. Encierra también la habilidad

para comprender emociones complejas, así como aquellas que se producen de

modo simultáneo.

Regulación de las emociones. Se trata del proceso emocional de mayor

complejidad y abarca la capacidad para estar abierto a las emociones, tanto

positivas como negativas. Además, hace referencia a la habilidad para manejar

las emociones en uno mismo y en los demás moderando las emociones

negativas y aumentando las positivas sin reprimir o exagerar la información

que ellas conllevan.

Posteriormente, Goleman (2002) propuso un modelo de inteligencia emocional

que incluyó cuatro aptitudes agrupadas en dos grandes tipos de competencias: la

personal y la social. La primera impactaría directamente en el tipo de relación que

uno entabla consigo mismo; en la segunda, la competencia social definiría el tipo

de vínculos que se establecen con los otros (Figura 5.1). De forma esquemática,

se presenta a continuación el contenido de cada uno de estos dominios:

1) Competencias personales:

Page 71: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 71 

 

Conciencia de uno mismo: comprender profundamente las emociones,

fortalezas y debilidades, valores y motivaciones. Se sustenta en el

desarrollo de tres habilidades: la conciencia emocional, la valoración

personal y la confianza en uno mismo.

Autogestión: regular los afectos y emociones para actuar con lucidez y

claridad, según las demandas de cada situación. En tal sentido, además de

la capacidad de regular la expresión de las emociones, se necesitan

habilidades como la transparencia, la capacidad de adaptarse a entornos

cambiantes y responder con iniciativa y optimismo, y la orientación hacia el

logro a través del esfuerzo.

2) Competencia social:

Conciencia social: ser capaces de comprender los sentimientos ajenos y

tomarlos en cuenta durante el proceso de toma de decisiones. Se resalta el

rol de la empatía, pero se requiere también del desarrollo de habilidades

complementarias, como la facultad de tomar conciencia en la organización

de los grupos humanos y la actitud de servicio.

Gestión de las relaciones: regular las emociones de las otras personas;

inspirarlas y movilizarlas en la dirección adecuada. Para ello, resulta

indispensable ser capaz de establecer vínculos auténticos y duraderos,

gestionar los conflictos, y trabajar en equipo en favor de los cambios

deseables.

Page 72: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 72 

 

Fig. 5.1. Modelo de inteligencia emocional. Fuente: Cabello, (2010).

La capacidad para identificar, comprender y regular las emociones es fundamental

entre el profesorado, dado que estas habilidades van a influir en los procesos de

aprendizaje, en la salud física, en la calidad de las relaciones interpersonales y en

el rendimiento académico y laboral (Brackett, Alster, Wolfe, Katulak y Fale, 2007;

Brackett y Caruso, 2007; Mayer, Roberts y Barsade, 2008 citados en Cabello,

2010). Este hecho ha propiciado que los docentes demanden una formación

adecuada en competencias emocionales.

Así, los docentes con una mayor capacidad para identificar, comprender y regular

las emociones, tendrán más recursos para conseguir alumnos emocionalmente

más preparados y para afrontar mejor los eventos estresantes que surgen con

frecuencia en el contexto educativo (Cabello, 2010).

5.3 Estrategias de enseñanza e inteligencia emocional

A continuación revisaremos algunas estrategias (Vivas, 2004) de enseñanza e

inteligencia emocional en la figura 5.2:

Percepción Emocional

Facilitación Emocional

Comprensión Emocional

Regulación Emocional

Inteligencia Emocional

Page 73: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 73 

 

Las competencias socio–emocionales que deben poseer los docentes están

asociadas a temas sobre emociones y sus implicaciones en los procesos

cognitivos, así como el papel que juega la inteligencia emocional en el bienestar

de las personas y en su adaptación al trabajo y en el establecimiento de relaciones

positivas y enriquecedoras con los otros. Igualmente, esas competencias socio –

emocionales están asociadas a habilidades que tienen que ver con el aprender a

ser (habilidades intrapersonales) y el aprender a convivir (habilidades

interpersonales), así como con habilidades didácticas referidas a su papel

profesional como enseñantes, Figura. 5.3 y 5.4.

Fig. 5.2. Competencias Socioemocionales del docente. Fuente: Vivas, (2004)

Page 74: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 74 

 

Las condiciones del ejercicio profesional de la enseñanza exigen un docente

fortalecido en sus condiciones personales, porque el profesor se convierte en un

modelo de aprendizaje vicario, a través del cual el alumno aprende a razonar,

expresar y regular sus emociones a través de todas estas pequeñas incidencias y

situaciones que transcurren durante el largo proceso de enseñanza y aprendizaje

en el aula; por lo tanto, los docentes deben poseer habilidades para identificar,

comprender e identificar sus propias emociones, preparándolo para hacer frente a

las presiones emocionales implicadas en el ejercicio de la profesión (Vivas, 2004).

Fig. 5.3. Habilidades intrapersonales del docente. Fuente: Vivas (2004).

Page 75: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 75 

 

Las habilidades interpersonales asociadas a las competencias socio –

emocionales del futuro docente, tienen que ver con el desarrollo de su capacidad

de identificar y comprender las emociones en los otros, especialmente en sus

alumnos, empatizando con ellos, sus padres y colegas, tener habilidades sociales

para crear y mantener relaciones, para reconocer el conflicto y saber solucionarlo

positivamente, encontrar el tono adecuado para dirigirse a alumnos, padres y

colegas, trabajar en grupo, entre otras capacidades (Vivas, 2004)

Fig. 5.4. Habilidades interpersonales del docente. Fuente: Vivas (2004)

Page 76: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 76 

 

Es importante mencionar que no es suficiente que el docente tenga un apropiado

desarrollo emocional como persona, también se requiere que tenga habilidades

específicas relacionadas con la competencia para poner en marcha estrategias

para la inclusión de la educación emocional en los proyectos educativos (Vivas,

2004).

Figura. 5.5. Requerimientos para la inserción de la educación emocional en la formación inicial del

docente. Fuente: Vivas (2004).

Por lo tanto, se concluye que la incorporación de la educación emocional en los

planes de formación del profesorado, no sólo serviría para conseguir alumnos

emocionalmente más preparados en correspondencia con las demandas de la

Page 77: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 77 

 

formación de la ciudadanía, sino que además ayudará al mismo profesor a

desarrollar habilidades que le permitan afrontar positivamente los diversos

desafíos que implica el ejercicio de la enseñanza y el aprendizaje.

En la siguiente unidad, daremos un salto a la perspectiva de la neurociencia

social, con la finalidad de analizar las habilidades sociales y la regulación

emocional en relación al funcionamiento cerebral.

Para profundizar en el tema, se sugieren las siguientes lecturas:

L2. Bisquerra, R. et al. (2012) ¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en

la infancia y la adolescencia. Barcelona: Hospital Sant Joan de Déu.

L3. Viloria, C. (2005). La educación emocional en edades tempranas y el interés de su

aplicación en la escuela. Programas de educación emocional, nuevo reto en la formación

de los profesores. Tendencias Pedagógicas, 10.

www.tendenciaspedagogicas.com/articulos/2005_10_05.pdf

Es importante elaborar la práctica 3 para valorar tu avance en el aprendizaje.

Page 78: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 78 

 

Referencias Bibliográficas

Uriarte, J. (2006). Construir la resiliencia en la escuela. Revista de Psicodidáctica, Universidad del país vasco, España. V 11(1), pp. 7-24.

Menéndez, S., Jiménez, L., y Lorence, B. (2008). Familia y adaptación escolar

durante la infancia. Revista de Educación, Universidades de Huelva y Sevilla, XXI. 10, pp. 107-108.

De Andrés Viloria C. (2005) La educación emocional en edades tempranas y el

interés de su aplicación en la escuela. Programas de educación emocional, nuevo reto en la formación de los profesores. lOS- Tendencias Pedagógicas, 10, pp. 107-123. Disponible en: http://www.tendenciaspedagogicas.com/articulos/2005_10_05.pdf

Cabello, R., Ruiz-Aranda, D., y Fernández-Berrocal, P. (2010). Docentes

emocionalmente inteligentes. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 13 (1), pp. 41-49.

Buitrón Buitrón, S., y Navarrete Talavera, P. (2008). El docente en el desarrollo de

la inteligencia emocional: reflexiones y estrategias. Revista Digital de Investigación en Docencia Universitaria, Año 4 (1), diciembre, pp. 1 – 8. Disponible en: http://info.upc.edu.pe/hemeroteca/Publicaciones/ridu5_art5_pn_sb.pdf

Vivas de Chacón M., (2004). Las competencias socioemocionales del docente:

una mirada desde los formadores de formadores. En 1ra Jornada Universitaria JUTEDU2004, realizado en: UNED-Madrid 29-30 de octubre de 2004. Disponible en: http://www.uned.es/jutedu/VivasChaconMireya-IJUTE-Comunicacion.PDF

Page 79: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 79 

 

UNIDAD TEMÁTICA 6

NEUROCIENCIA SOCIAL Y APRENDIZAJE

Page 80: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 80 

 

6. NEUROCIENCIAS SOCIALES Y APRENDIZAJE

La neurociencia social se encarga del estudio neurobiológico de la conducta social

desde una perspectiva comparada y estudia los sistemas motivacionales

(agresión, conducta paterna y sexual y juego) controlados por la interacción de

sistemas neuronales y endócrinos (Grande, 2009). Nos interesa aquí,

específicamente, la correlación con lo encontrado por la psicología social.

Los factores o experiencias a las cuales están expuestos los alumnos y alumnas

en el aula pueden estar armonizados o no con los sistemas naturales de

aprendizaje. El maestro es un agente significativo en la confluencia de la teoría y

la práctica y por ello, su formación, capacitación y competencia para la innovación

facilitarán la unión entre las neurociencias y la educación (Campos, 2010).

6.1 Modelos de cognición social Varios son los planteamientos que retoman las inquietudes que se han ido

trabajando a lo largo de los últimos treinta años sobre la cognición social; en

particular, la relación con la neurobiología. A continuación se presentan algunas

de éstas, aunque hay que tener en cuenta que su selección se debe a que se ha

publicado gran cantidad de información respecto a las mismas o que sus

propuestas han generado cambios en la forma de interpretar la relación entre

mente y cuerpo, que cada vez es más holística y compleja (Uribe, 2010).

6.1.1 El planteamiento de Damasio

Damasio (2011), clasifica las emociones en primarias, sociales y de fondo. Las

emociones primarias o básicas son miedo, ira, asco, sorpresa, tristeza, felicidad.

Las emociones sociales son las que se despliegan ante estímulos competentes

con contenido social: simpatía, turbación, vergüenza, culpa, orgullo, celos, envidia,

gratitud, admiración, indignación, desdén. Y las emociones de fondo son como su

Page 81: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 81 

 

nombre lo dice aquéllas que se consultan ante la pregunta “¿cómo estamos?”, es

decir que, son la consecuencia del despliegue de determinadas combinaciones de

la reacciones reguladoras más sencillas como procesos homeostáticos, dolor,

placer, apetitos (Damasio, 2011).

En tal sentido, Damasio refiere que la hipótesis del marcador somático trata de

explicar la implicación de algunas regiones del cortex prefrontal en el proceso de

razonamiento y toma de decisiones, esta hipótesis se desarrolló buscando dar

respuesta a una serie de observaciones clínicas en pacientes neurológicos

afectados de daño frontal focal.

La hipótesis del marcador somático (MS) debe entenderse como una teoría que

trata de explicar el papel de las emociones en el razonamiento y toma de

decisiones (muy relacionado con las denominadas funciones ejecutivas). Las

observaciones de Damasio (2011) señalaban que pacientes que padecían daño

cerebral adquirido en la corteza prefrontal ventromedial (CPFVM) realizaban

adecuadamente los test neuropsicológicos de laboratorio, pero tenían

comprometida su habilidad para expresar emociones.

Para Damasio (2006), el MS son sentimientos que se generan a partir de las

emociones secundarias (aquellos cambios en el estado corporal que están

relacionados con una imagen mental e implican activación de la CPFVM y no sólo

de la amígdala y el cíngulo anterior) y que, por aprendizaje, se han relacionado

con ciertos resultados futuros que, si son negativos, indicarán que la respuesta a

elegir debe ser diferente y, si son positivos, permiten seguir adelante.

El proceso de construcción de estos MS se da en la interacción temprana,

constante y eficaz de la cultura (que aporta situaciones, normas sociales y éticas)

con el cerebro (que demarca un conjunto de preferencias interno, basado en

disposiciones que contribuyen con la sobrevivencia), en el que la acción realizada

tendrá unas consecuencias a corto y mediano plazo que determinarán las

Page 82: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 82 

 

características del MS y que dependen de si son refuerzos o castigos (Damasio,

2006).

El planteamiento del marcador somático parte de algunas asunciones básicas,

como son:

• El razonamiento humano y la toma de decisiones dependen de múltiples

niveles de operaciones neurobiológicas, algunas de las cuales ocurren en la

mente y otras no.

• Las operaciones mentales dependen de imágenes sensoriales, que se

sustentan en la actividad coordinada de áreas corticales primarias.

• Todas las operaciones mentales dependen de algunos procesos básicos,

como la atención y la memoria de trabajo.

• El razonamiento y toma de decisiones depende de una disponibilidad de

conocimiento acerca de las situaciones y opciones para la acción; este

conocimiento está almacenado en forma de disposiciones en la corteza

cerebral y en núcleos subcorticales.

• El conocimiento se puede clasificar como conocimiento innato y adquirido

(estados corporales y procesos biorreguladores incluidas las emociones),

conocimiento acerca de hechos, eventos y acciones (que se hacen explícitas

como imágenes mentales), la unión entre conocimiento innato y conocimiento

‘acerca de’ refleja la experiencia individual y la categorización de este

conocimiento nos otorga nuestra capacidad de razonamiento.

Aunque es en la infancia y la adolescencia que se comienza la estructuración de

los MS, la interacción entre cerebro y cultura continúa toda la vida y por lo tanto es

posible seguir acumulando marcadores durante el ciclo vital, como un proceso de

aprendizaje continuo (Damasio, 2006).

Por lo tanto, para Damasio, (2011) la clave de una buena educación es ayudar al

niño a construir adecuadamente las emociones y sentimientos, dado que, aunque

algunas emociones son innatas, la mayoría de las emociones sociales son

Page 83: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 83 

 

adquiridas. Por esta razón la educación debe lograr que sean las más adecuadas

para la convivencia social, por ejemplo, que surja la compasión cuando se ve a

otros sufrir, que se sienta vergüenza tras actuar de forma incorrecta. Si la

educación le ayuda al niño a dar forma a estas emociones, éstas van a favorecer

el “buen” comportamiento o un comportamiento “ético” (Damasio, 2011).

6.1.2. Empatizar y sistematizar La propuesta de (Lawson, Baron, y Wheelwright, 2004 Citado enUribe 2010) se

relaciona con la existencia de dos dimensiones psicológicas: la empatía y la

sistematización. La empatía da sentido al comportamiento de otros, en la medida

en que permite identificar las emociones y los pensamientos ajenos, para emitir

respuestas adecuadas; puede considerarse como un sistema abierto, dispuesto a

evaluar cambios y contingencias y a ser flexible en sus posibilidades de acción.

La sistematización está conformada por los procesos de análisis y construcción de

sistemas frente a sucesos que no tienen relación con el mundo social, es decir, sin

agente humano; es un sistema cerrado que aplica reglas específicas, espera y

propone regularidades en las situaciones analizadas (Goldenfeld, Baron y

Wheelwright, 2005 citados en Uribe, 2010).

Ambas dimensiones son independientes (el aumento de una no supone el

aumento o disminución de la otra) y parecen expresarse de forma diferente en

mujeres y hombres, las primeras son más propensas a la empatía y los segundos

a la sistematización. Su interacción (o la falta de ella) ayuda a identificar diferentes

tipos de mente o de interpretación e interacción con el medio: un cerebro

balanceado entre la sistematización y la empatía; un cerebro extremadamente

empático; un cerebro extremadamente sistemático; y cerebros empáticos y

sistemáticos respectivamente (Goldenfeld, Baron-Cohen yWheelwright, 2005

Citado en Uribe, 2010).

Page 84: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 84 

 

6.1.3 Modelo dual de procesamiento Este modelo, planteado por Lieberman (2006, citada en Uribe, 2010), propone la

existencia del procesamiento de la información a partir de dos sistemas que

procesan diferentes tipos de datos. El sistema reflexivo o sistema X (de reflexive:

reflejo), se encarga de la información automática y no necesita ningún tipo de

esfuerzo; es de aprendizaje lento, pero operación rápida y se encuentra en

interacción bidireccional con el ambiente. Las áreas relacionadas con el sistema X

son la COF, los ganglios basales, la amígdala, la corteza temporal lateral y el

cíngulo dorsal anterior.

El sistema reflectivo o sistema C (de reflective: reflexionar) se encarga de la

información simbólica, que incluye datos contradictorios, casos especiales y

excepciones. Es de aprendizaje rápido, pero de acción lenta y requiere

pensamiento y esfuerzos explícitos; se relaciona con la emisión de habla interna.

Las áreas relacionadas con este procesamiento son la corteza prefrontal lateral, el

lóbulo temporal medial, el parietal posterior, la corteza rostral, el prefrontal medial

y el dorso medial (Satpute y Lieberman, 2006 Citado en Uribe, 2010).

El procesamiento dual permite la emisión de respuestas inmediatas (automáticas)

o procesadas, según se requiera en la interacción; estas últimas son producidas

sólo si existe motivación y no hay distracción en otro proceso (Lieberman, 2005

Citado en Uribe, 2010). Así, las personas infieren de manera automática rasgos de

personalidad de los demás, a través de sus conductas; la corrección de estas

inferencias, si son erróneas, constituye un proceso controlado que depende de la

intención de la persona (Lieberman, 2005 Citado en Uribe, 2010).

6.2 Percepción social La cognición social involucra un conjunto de sistemas neurocognitivos. Sin

embargo, en un sentido estricto la cognición social tiene que ver básicamente con

el entendimiento de lo que hacen los demás y de sus estados mentales. Este

proceso comienza primero con la percepción de los rostros, cuerpos y acciones de

Page 85: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 85 

 

los demás. Con base en la percepción de estos estímulos visuales inferimos

además que sus acciones tienen intencionalidad y que tienen, como nosotros,

estados mentales privados. En este apartado veremos que hay una compleja serie

de procesos neuronales que nos permiten percibir y entender a los otros (Grande,

2009).

La investigación en psicología social ha encontrado que las personas hacen de

forma rápida y confiable una caracterización y valoración de los rasgos de

personalidad, intenciones y tipos sociales de las otras personas con quienes se

encuentra cotidianamente. Para esto, se desarrollan mecanismos de

categorización, evaluación de las conductas observadas o inferidas, así como a

diferentes estrategias de atribución de intencionalidad o causalidad de los actos

(López, 2010).

El significado emocional parece ser procesado de forma separada de la

codificación perceptiva. En ese sentido, algunos indicadores no verbales parecen

procesarse por parte de los ganglios basales, como es el caso de la expresión de

disgusto; o la amígdala para el caso del miedo. La corteza orbitofrontal parece

estar asociada con estas otras regiones cuando se trata del procesamiento

controlado o reflexivo. (Grande, 2009).

En diferentes estudios de cognición social, se encontró que la amígdala respondió

a los rostros familiares del grupo, pero no a los de afuera del grupo, también, se

encontró una correlación significativa entre la actividad de la amígdala y la

respuesta a los rostros. Lieberman, Hariri y Bookheimer (2001Citado en López,

2010), identificaron una mayor activación de la amígdala en el proceso de asociar

rostros de grupos étnicos pertenecientes con el grupo y, por otro lado, una menor

activación en el proceso de etiquetar (asociar rostro con palabra). Hubo resultados

inversos en la corteza prefrontal; es decir, menor activación en la asociación y

mayor en la etiquetación (López, 2010).

Page 86: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 86 

 

6.3. Conocimiento interpersonal Las personas coordinan su actividad con los que los rodean, usan la

retroalimentación de los demás para entenderse a sí mismos, dan sentido a los

demás basándose en sus propias teorías y desarrollan actitudes personales

acerca de los grupos sociales. También se preocupan por estar conectados con

sus seres queridos, para no ser rechazados y ser tratados de manera justa y digna

de confianza en sus interacciones con desconocidos. En conjunto, estos procesos

contribuyen a un mundo social coherente en el que los individuos continuamente

realizan ajustes para cumplir con las normas de la sociedad en general (Dunbar,

1998Citado en Piemontesi, 2010).

La cognición social abarca un amplio rango de procesos mentales, principalmente

se refiere a la capacidad de entender a otras personas (Lieberman, 2007Citado en

López, 2010). Hay al menos dos modos para tratar de entender la experiencia y

mente de los demás, uno es denominado “Teoría de la Mente” (TDM) de Perner y

Wimmer (1985, Citado en López, 2010) que profundizaremos más adelante y el

otro, empatía. Las investigaciones sobre TDM examinan la habilidad de las

personas para crear sus propias teorías de cómo las mentes operan y cómo las

situaciones sociales afectan los estados mentales en general, con el fin de

representar el estado mental de un individuo particular, dada una situación

particular (López, 2010).

La capacidad para representar el contenido de la mente de otra persona consiste

en dos componentes:

A) El reconocimiento de que, a diferencia de otros objetos en el mundo, las

personas tienen mentes con pensamientos y sentimientos.

B) El desarrollo de una teoría sobre cómo las mentes de otras personas

operan y responden a eventos en su entorno.

Page 87: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 87 

 

Así mismo, la empatía es la forma de conocer a los demás, pero de un modo más

corporizado y vivencial que la TDM (Lieberman, 2007Citado en Piemontesi, 2010).

La empatía se asocia con un aumento de la ayuda, el apoyo social (Batson,

1991Citado en Piemontesi, 2010) y el altruismo (Mathur, Harada, Lipke y Chiao,

2010), sin embargo, esta capacidad requiere que el individuo tenga conciencia de

que la respuesta emocional que percibe es una simulación interna de la

experiencia de otra persona, y que no debe confundirse con la propia experiencia.

Así, los dos criterios para las respuestas empáticas son: (a) una respuesta

emocional y vivencial que se aproxima a la de otra persona, y (b) el conocimiento

e identificación de que esta emoción hace referencia a la experiencia de esa otra

persona (Piemontesi, 2010).

Entre los estudios que han abordado el primero de estos criterios está

Wicker(2003Citado en Piemontesi, 2010), quienes encontraron dos regiones

asociadas con el procesamiento afectivo, la ínsula anterior (IA) y la corteza

cingulada anterior dorsal (CCAd) las cuales se activaron tanto cuando los

individuos olían olores repugnantes como cuando vieron videoclips de otras

personas sentir estos olores. Del mismo modo, varios estudios han encontrado

activación en estas dos regiones cuando las personas sentían dolor físico al igual

que cuando observaban a otra sentir dolor físico (Botvinicket al., 2005; Singer et

al., 2004Citado en Piemontesi, 2010), y la intensidad de la activación correlacionó

con el rasgo de empatía auto-informado (Singer et al., 2004Citado en Piemontesi,

2010). Por otra parte, Farrow y colaboradores (2001) observaron una mayor

actividad en la corteza prefrontal ventromedial (CPFVM), la corteza prefrontal

medial (CPFM), la CPFDM y la corteza parietal medial (CPAM) cuando a los

individuos se les pidió hacer juicios empáticos en relación con otras formas de

razonamiento social. Del mismo modo, Botvinick y colaboradores (2005)

encontraron una mayor actividad en la CPFVM al observar el sufrimiento de otro,

pero no cuando se siente dolor en uno mismo, lo que sugiere que esta región

puede contribuir a procesos adicionales evocados por la empatía.

Page 88: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 88 

 

Casi todos los aspectos de la conducta social dependen de la capacidad de

entender las emociones propias y de otros. Si bien las personas pueden

experimentar de manera directa las emociones de los demás como en la empatía,

no siempre resulta tan simple debido a que las señales no verbales de las

emociones a menudo son ambiguas. En tales casos, se necesita información

adicional para entender el estado emocional, como puede ser la experiencia previa

con la persona y el conocimiento acerca de la situación. Por ejemplo, los ojos muy

abiertos podrían significar que alguien siente miedo o sorpresa en función de lo

que uno sabe que acaba de ocurrirle (Kim et al., 2004). Del mismo modo, la

conexión empática podría ser bloqueada si se percibe que el otro es un

competidor pasado o potencial (Lanzetta y Englis, 2006Citado en Piemontesi,

2010). Por otro lado, encontraron que, si bien la empatía hacia la humanidad se

asocia a un procesamiento afectivo, con activaciones en la IA y la CCAd, las

personas que experimentan una empatía extraordinaria hacia miembros de su

mismo grupo social presentan mayor activación en la CPFM, indicando un

procesamiento cognitivo controlado de mayor complejidad en este tipo de empatía.

De igual forma, las actitudes se refieren a predisposiciones aprendidas para

responder positiva o negativamente ante objetos sociales particulares, es decir,

tipos de personas, instituciones sociales o situaciones (Aiken, 2003Citado en

Piemontesi, 2010). Las actitudes tienen una función fundamental en la vida social

porque sirven para apoyar y definir la identidad social de una persona. Cuando

una persona comparte sus actitudes con los demás, está proporcionando una guía

sobre sus inclinaciones conductuales y una referencia sobre sus posibles

reacciones ante diferentes situaciones. El trabajo de neuroimagen sobre actitudes

se enfoca principalmente en la identificación de los correlatos cerebrales de las

actitudes implícitas y explícitas (Lieberman, 2007 citado en Piemontesi, 2010).

Cuando las personas expresan actitudes explícitas hacia conceptos (Zysset,

Huber, Ferstl y Von Cramon, 2002Citado en Piemontesi, 2010), nombres famosos

Page 89: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 89 

 

(Cunningham, Johnson, Gatenby, Gore y Banaji, 2003 Citado en Piemontesi,

2010), formas geométricas (Jacobsen, Schubotz, Hofel y Cramon, 2006Citado en

Piemontesi, 2010) o pinturas (Vartanian y Goel, 2004 citados en Piemontesi,

2010), la activación tiende a aumentar en la red frontoparietal tanto medial como

lateral, en comparación a los juicios no evaluativos hechos sobre los mismos

estímulos. Esta red incluye la CPFM, la CPAM, la CPFVL y la CPAL. Estas

regiones han sido asociadas con procesos controlados y son coherentes con la

idea de que la expresión de actitudes explícitas depende del procesamiento

controlado.

La capacidad de las personas no se limita a comprender las emociones en el

momento presente, sino que además se puede aprender sobre los eventos que

provocan emociones y también formar impresiones duraderas de los rasgos

emocionales de los demás. Por ejemplo, ver la expresión de miedo de otra

persona hacia un perro desconocido podría proporcionar información valiosa sobre

un peligro potencial, sobre un rasgo ansioso del individuo o de ambos. Estas

habilidades para aprender de y sobre los demás dependen de manera crucial de

comprender las emociones (Olsson y Ochsner, 2008Citado en Piemontesi, 2010).

Así mismo, los modelos de neurociencia sobre aprendizaje emocional se basan

principalmente en estudios de condicionamiento del miedo donde se encuentra

que la amígdala es crucial para el aprendizaje mediante la experiencia directa de

estímulos que predicen consecuencias aversivas (LeDoux, 2000Citado en

Piemontesi, 2010).

6.4 Investigación sobre sí mismo En los procesos de autoconciencia se estudia lo que parece entrar en juego, son

tanto mecanismos de reconocimiento de sí mismo (visual), enfocado externamente

como la autorreflexión que es internamente enfocada (Beer y Ochsner 2006,

Lieberman, 2007 citados en Pérez, 2010).

zeuz_
Resaltado
Page 90: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 90 

 

El problema de la autoconciencia y de cómo se genera un “yo” o “sí mismo” (self),

ha sido tradicionalmente del interés de los filósofos, pero el auge reciente de los

estudios de la conciencia y el desarrollo de la neurociencia social han permitido su

abordaje con las herramientas de las neurociencias contemporáneas (para una

revisión actualizada véase Laureys y Tononi, 2009). Estas investigaciones han

dejado claro que la autoconciencia no puede explorarse sin atender a la

conciencia que tenemos de los demás.

De hecho la investigación en neurociencias cognitivas han mostrado que las

representaciones a nivel neuronal que tenemos de nosotros mismos y de los

demás se superponen, lo que ha conducido a la sugerencia de que a nivel

neuronal existen representaciones compartidas yo otro (Decety y Sommerville,

2003). La exploración a nivel neuronal consiste en determinar justamente qué es

lo que tienen en común y qué hace únicas a estas representaciones.

Ahora, aunque el yo se ha considerado como un sistema unitario, se puede

descomponer en diferentes sistemas neurocognitivos diferentes y disociables

(Gillihan y Farah, 2005; Heatherton, Macrae y Kelley, 2004; Klein, 2004; Klein,

Rozendal y Cosmides, 2002 citados en Grande, 2009): autorreconocimiento facial,

sentido de agencia y pertenencia, automonitorización, autorreflexión, autoconcepto

y memoria autobiográfica.

Autorreconocimiento facial

Varios estudios con IRM en sujetos normales (Devueet al., 2007; Platek y

Thomson, 2007 citados en Grande, 2009), han explorado los correlatos

neuronales del autorreconocimiento facial usando fotografías modificadas de

adultos y niños que se parecen a los rostros de los sujetos investigados. Cuando

los sujetos ven una de estas fotos que se parece a la suya en el cerebro se

activan regiones posteromediales (p. ej., corteza del cíngulo) y estructuras

límbicas (corteza cingulada anterior), lo cual sugiere una conexión entre el

zeuz_
Resaltado
zeuz_
Resaltado
Page 91: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 91 

 

procesamiento autorreferencial (estructuras mediales) y un componente afectivo

(estructuras límbicas) de la información (Grande, 2009).

Sentido de pertenencia: el papel de la automonitorización

Además del autorreconocimiento facial, también debemos ser capaces de

reconocer nuestros propios cuerpos y acciones. En general no tenemos dificultad

para detectar si un movimiento fue generado por nosotros mismos o por alguien

externo a nosotros. Por ejemplo, cuando se mueve un brazo, primero, que es mío

y que, además, yo generé el movimiento. De la misma forma, cuando hablo sé que

la voz que escucho es mía y que yo la generé y no la confundo con la de alguien

más que esté hablando. Asimismo, cuando pienso algo, sé que mi pensamiento

me pertenece a mí y que no es otra persona quien está pensando “dentro de mi

cabeza” (Campos, 2010).

De acuerdo con Jeannerod (2003Citado en Grande, 2009), el mecanismo por el

cual somos conscientes de nuestras propias acciones y que al mismo tiempo nos

permite distinguirlas de las acciones de los demás, es un mecanismo de vital

importancia ya que, en primer lugar, la capacidad para reconocernos a nosotros

mismos como los agentes (sentido de agencia) y los dueños (sentido de

pertenencia) de nuestras acciones, percepciones o emociones, es el proceso

mediante el cual el yo se construye como una entidad independiente del mundo

externo, y por otro lado, la capacidad para atribuir una acción a su agente correcto

(uno mismo u otra persona) es un prerrequisito para establecer la comunicación

social y por lo tanto es fundamental para la cognición social.

Aunque se han propuesto varias hipótesis sobre este mecanismo, la investigación

más reciente basada en estudios de neuroimagen sugiere cierto mecanismo de

automonitorización. Íntimamente relacionado con este mecanismo se encuentra la

anticipación de las consecuencias sensoriales de nuestras acciones. Esta

capacidad anticipatoria nos permite determinar si las señales sensoriales son

resultado de acciones autogeneradas o fueron provocadas por un evento ajeno a

Page 92: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 92 

 

nosotros. Para lograr esto, debe haber un mecanismo de predicción interno que

utilice una copia eferente del comando de las acciones motoras para poder

predecir las consecuencias sensoriales que tendrán nuestras acciones (Grande,

2009).

Autorreflexión

Diversos estudios con neuroimágenes han mostrado que la capacidad

autorreflexiva se correlaciona notablemente con actividad en la corteza prefrontal

media (CPFM) (Gillihan y Farah, 2005; Stuss, Rosenbaum, Malcolm, Christiana y

Keenan, 2005 citados en Grande, 2009).

Los estudios que aíslan de forma más directa el acto de autorreflexión han

examinado la activación neuronal cuando los participantes de los experimentos

indican su respuesta emocional en curso hacia una imagen en comparación con

juicios no autorrelevantes. En estos estudios (Gusnard, Akbudak, Shulman y

Raichele, 2001; Gusnard, 2006; Macrae, Heather-ton y Kelley, 2004; Ochsneret

al., 2005 citados en Grande, 2009) la CPFM era más activa durante la

autorreflexión que durante las tareas de control.

Autoconcepto

Dentro del estudio de los procesos de autorreferentes, la autorreflexión sobre

conceptos (p. ej., rasgos, adjetivos) que se aplican a nosotros mismos (auto-

concepto) ha recibido gran atención en la psicología y recientemente en la

neurociencia cognitiva. Algunos de estos estudios han examinado la actividad

cerebral involucrada en determinar si los conceptos y enunciados son auto-

descriptivos (“alto”, “sincero”, “saludable”, etc.). En la mayoría se utilizan tareas de

control. Se reporta gran actividad en la corteza prefrontal (especialmente la

CPFM) durante las tareas de autoconcepto.

Page 93: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 93 

 

Memoria autobiográfica

El término memoria autobiográfica se refiere a “la recuperación de experiencias

personales pasadas” (Fujiwara y Mar-kowitsch, 2005, p. 68Citado en Grande,

2009) y por lo tanto es esencial para nuestro sentido del yo. La vívida experiencia

de estos recuerdos se relaciona en parte con la evocación de estados

emocionales previamente experimentados (Grande, 2009).

La memoria autobiográfica es una de las funciones más complejas de investigar

usando las técnicas de neuroimagen. Esta complejidad se ve reflejada en el hecho

de que esta función se relaciona con la actividad de una gran red de regiones

cerebrales que implican regiones cerebrales centrales (la formación del

hipocampo), áreas relacionadas con el autorreconocimiento y la autorreflexión

(corteza prefrontal media) y sectores de integración sensorio-emocional (corteza

posterior de asociación y giro cingulado posterior) (Fink, Markowitsch,

Reinkemeier, Bruckbauer, Kessler y Heiss, 1996; Greenberg y Rubin, 2003Citado

en Grande, 2009).

Dado que la memoria autobiográfica requiere todas estas áreas, las alteraciones

en esta función en pacientes neurológicos y psiquiátricos, rara vez corresponden a

zonas cerebrales circunscritas. En cambio, según Fujiwara y Markowitsch (2005),

las alteraciones autobiográficas pueden ser resultado de lesiones o perturbaciones

funcionales que interrumpen el procesamiento de información dentro de esta red

distribuida de sectores cerebrales. Y aunque aún queda mucha investigación

acerca de este complejo fenómeno, lo cierto es que la memoria autobiográfica, las

emociones y los procesos autorreferentes están íntimamente interconectados

(Grande, 2009).

6.5 Tipos de procesamiento en la cognición social Liberman (2007, Citado en Pérez, 2010) organiza diferentes resultados

encontrados a partir de lo que él considera dos tipos básicos de procesamiento de

las cogniciones sociales que se refieren a sistemas neuronales concretos: por un

Page 94: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 94 

 

lado, el procesamiento automático VS el controlado y, por el otro, el internamente

VS el externamente centrado, que a continuación se presentan:

El primer tipo de procesamiento se refiere al tipo de actividad que requiere

diferentes niveles de reflexividad y de actividad consciente. El procesamiento

automático está asociado con la actividad de regiones como la amígdala, los

ganglios basales, la corteza prefrontal ventromedial, la corteza lateral temporal

y la corteza cingulada anterior dorsal.

El procesamiento controlado se asocia con actividad de las regiones de la

corteza prefrontal medial, lateral parietal, medial parietal, lóbulo temporal y la

corteza cingulada anterior dorsal. Aquí entran en juego procesos básicos que

se podrían definir como fundamentalmente autónomos, controlados o mixtos.

Se trata de procesos como la autorreflexión, la toma de decisiones morales, el

sentimiento de rechazo, por una parte; el etiquetamiento afectivo, la teoría de

la mente, atribución disposicional, autoconocimiento o procesos actitudinales,

en otro orden. Ver figura 6.1.

Fig. 6.1 Procesamiento automático vs controlado (a partir de lo propuesto por Liberman, 2007 citado en

Pérez, 2010).

Procesamiento Automático Procesamiento Controlado

Corteza pre-frontal ventromedial (CPFVM) Corteza pre-frontal lateral (CPFL)

Amígdala (A) Corteza pre-frontal ventro-lateral (CPFVL)

Corteza cingulada anterior dorsal (CCAD Corteza parietal lateral y media (CPAL)

Page 95: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 95 

 

Corteza temporal lateral (CTL) Lóbulo temporal medio (LTM)

Surco superior temporal posterior (Sstp), polo temporal (pt)

Corteza pre-frontal media (CPFM)

Ganglios basales (GB) Corteza cingulada anterior rostral (CCAR)

El segundo tipo de procesamiento se concentra en la comprensión; por un

lado, de la actividad mental de las personas, incluyendo así mismo como

emociones, pensamientos, intencionalidad y; por otro lado, en los actos

sensorialmente percibidos o la actividad física, tanto de sí mismo, de los otros

o de la interacción entre ambos.

Procesamiento internamente centrado Procesamiento externamente centrado (Red frontotemporal lateral). (Red frontoparietal media)

Fig. 6.2. Procesamiento externamente vs. Internamente Centrado (a partir de lo propuesto por

Liberman, 2007 Citado en Pérez, 2010).

En el procesamiento de la actividad mental internamente focalizado, está

implicada una red frontoparietal medial.

Mientras que en el procesamiento de procesos mentales externamente

focalizados está implicada una red frontotemporoparietal lateral. Esta red

frontotemporoparietal lateral está asociada con la imitación, la observación de

la acción, el razonamiento social, reexaminación de eventos físicos y el

etiquetamiento afectivo de las expresiones visuales de otros. La red

Page 96: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 96 

 

frontotemporal está asociada con empatía, autorreflexión de experiencias

actuales, memoria autobiográfica, autorreflexión de los propios rasgos de

personalidad, y la reexaminación de la relación de uno mismo con otra persona

particular. Figura 6.2.

A partir de este modelo de organización básico de la actividad asociada con la

cognición social, se revisan las tres áreas de investigación psicosocial y

cogniciones; es decir, percepción de personas, percepción de sí mismo y la

interacción interpersonal (Pérez, 2010).

6.6 Cognición social y comunicación intercultural Como hemos visto, los neurocientíficos han encontrado áreas cerebrales

destinadas al tratamiento de los datos pertinentes que socialmente son, en cierta

medida independientes de las demás capacidades cognitivas; el ‘cerebro social’

sigue pautas específicas de adquisición y de desarrollo y tiene sus propias rutas

de procesamiento (Escandell, 2008). Ahora, es importante explorar las

consecuencias para el aprendizaje de una segunda lengua y la comunicación

intercultural. Entre los problemas más comunes que refieren quienes tienen que

comunicarse en una lengua que no es la propia encontramos, entre otros, los

siguientes:

Dificultades para comprender las expresiones faciales, los cambios de tono

de voz, los chistes y el sarcasmo, los refranes y las frases hechas.

Incapacidad de entender e interpretar los pensamientos, sentimientos y

acciones.

No entender algunas reglas sociales no escritas, como la de pie demasiado

cerca de otra persona o iniciar un tema de conversación inadecuado.

Sus interlocutores pueden pensar en ocasiones que se comportan de manera

‘extraña’, inapropiada o incorrecta, como el resultado de su incapacidad de

expresar sentimientos, emociones o contenidos en la forma esperada (Escandell,

2008).

Page 97: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 97 

 

Como se mencionó antes, la interiorización de las pautas culturales no se limita a

llenar los huecos disponibles en una “estantería” preexistente, sino que debe

asimismo construir la estantería. Los recursos de nuestro cerebro son potentes,

pero limitados, por lo que cualquier operación cognitiva siempre tiene un costo

(Escandell, 2008).

En cuanto a la información social, el hecho de que el almacenamiento de nuevos

patrones no sea completamente gratuito y no esté disponible después de un

determinado período, no convierte el aprendizaje en una tarea imposible; sigue

siendo posible, pero a través de una estrategia distinta, a saber, por el mismo

sistema que almacena información factual. En otras palabras, en la edad adulta

podemos aprender las normas de interacción de una cultura diferente, pero ya no

podemos beneficiarnos de la rapidez y la eficacia de procesamiento de nuestros

sistemas sociales. En lugar de ello, tenemos que almacenar tales normas como

información sobre los hechos, y no como conocimientos implícitos. Esto es,

efectivamente, lo que presumiblemente hacemos, como Blakemore y Frith (2005:

462Citado en Escandell, 2008) señalan:

[…] suponemos que hay, además, una “máquina mental” multiusos, que no está

específicamente orientada a determinados estímulos, sino que puede hacer

frente a casi cualquier cosa, es como un sistema de aprendizaje general, que

simplemente responde a las asociaciones de la experiencia. Siempre especu-

lativamente, sugerimos que este mecanismo general podría hacer el trabajo si un

módulo falla. Cualquier aprendizaje sería diferente del rápido aprendizaje normal,

pero aún viable.

Las dificultades para el aprendizaje de las pautas sociales de una cultura diferente

no se limitan a la incapacidad de interiorizar la nueva información de manera

implícita después de un período determinado; por si fuera poco, a éste se añade

un problema más: el hecho de que el alumno seguirá utilizando de manera

automática los valores culturales que tiene interiorizados y que pueden ser muy

diferentes a las de la lengua y la cultura meta, lo cual provocará interferencias y

Page 98: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 98 

 

malentendidos. Para evitarlos, el alumno tendrá que crear un segundo proceso de

autorregulación con el fin de inhibir la respuesta automática cada vez que

considere que es inadecuada a las normas de la nueva cultura. Ello implica la

necesidad de construir una primera representación explícita de la situación social

con todos los detalles pertinentes; luego, la inhibición de sus respuestas

automáticas; y, por último, la sustitución de éstas por otras reacciones

conscientemente monitorizadas. Esto explicaría la persistencia de la interferencia

pragmática (incluso a lo largo de varias generaciones de las familias inmigrantes,

como señala Kasper, (1992Citado en Escandell, 2008), y la lenta y trabajosa

interacción de los hablantes no nativos.

Lo que es diferente, por tanto, en la forma de procesar la información es la división

del trabajo entre procesos conscientes y automáticos en la interacción social: en

los no nativos, los procesos conscientes toman el control de la interacción, y

monitorizan constantemente la interacción para evitar la interferencia de procesos

interiorizados basados en las categorías sociales de su lengua materna.

6.7. Teoría de la mente En un artículo publicado en 1978, el psicólogo David Premack y su colega Guy

Woodruff (Citado en Grande, 2009), acuñaron el término teoría de la mente (TDM)

para referirse a la capacidad para mentalizar o mentalización (mentalizing), lectura

mental o mentalectura (mindreading).

Los seres humanos hacemos inferencias acerca de los estados mentales de los

demás e interpretamos su conducta en términos de estos estados que pueden

incluir, entre otros, emociones, deseos, metas, intenciones y creencias. Entonces

la capacidad de TDM comprende una variedad de procesos cognitivos que toman

varios años en desarrollarse durante la ontogenia (Moore, 2006Citado en López,

2010).

Page 99: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 99 

 

La psicóloga Valerie Stone (2007Citado en Grande, 2009) sugiere que la

capacidad de TDM se refiere específicamente a la habilidad para representar los

contenidos de los estados mentales de los demás. Pero de acuerdo con Stone,

inferir los estados emocionales de otra persona no requiere meta-

representaciones toda vez que no necesitamos para ello presentar las

representaciones de los otros, sino sólo su apariencia externa. Por esta razón,

Alan Leslie (1995Citado en Grande, 2009) ha propuesto que inferir los estados

emocionales no debería considerarse estrictamente como TDM. Inferir las

intenciones, metas y deseos tampoco requiere necesariamente meta

representaciones. Los niños, por ejemplo, pueden hacer estas inferencias

(Castillo, 2006). En la neurociencia social, sin embargo, TDM se utiliza para

referirse a la capacidad de inferir una variedad de estados mentales, no restringido

forzosamente a las meta representaciones (Grande, 2009).

Por estas razones, Stone propone que la capacidad de TDM está compuesta por

sistemas cognitivos básicos o bloques de construcción sobre los cuales

aparecerán más tarde durante el desarrollo ontogenético (y surgieron también

durante la evolución filogenética y la hominización) las capacidades

metacognitivas propias de la ToM (meta representación, recursividad y funciones

ejecutivas). Según Stone, los bloques de construcción de la capacidad de TDM

son, yendo de los más relativamente simples a los más complejos: la detección de

movimiento biológico, la detección y seguimiento de la dirección de la mirada, la

detección de intenciones y metas, la monitorización de la mirada, la atención

compartida, el juego simulado y dos capacidades de ‘mentalismo’ (como las llama

Stone): el entendimiento de los deseos ajenos y el entendimiento de las creencias

de los demás (Grande, 2009).

Sobre estos bloques de construcción de dominio específico se desarrollarán las

habilidades de dominio general que resultarán en una TDM explícita y quizá única,

en los seres humanos. Según Stone, estas habilidades metacognitivas son las

meta representaciones que ya hemos introducido, la recursividad (la capacidad

Page 100: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 100 

 

para enlazar una proposición sobre otra: “X representa que (proposición”) y el

control ejecutivo (el control inhibitorio sobre las respuestas).

6.8. La autorregulación Una gran variedad de habilidades han sido incluidas dentro de las llamadas

funciones ejecutivas o de alto nivel, tales como: la capacidad para establecer

metas, el desarrollo de planes de acción, la flexibilidad de pensamiento, la

inhibición de respuestas automáticas, la autorregulación del comportamiento, y la

fluidez verbal (Anderson, 2002, Fisk y Sharp, 2004; Lezak, 1983; Rosselli, Ardila,

Lopera, y Pineda, 1997, citados en Rosselli, 2008).

Desde diferentes aproximaciones teóricas, se considera la autorregulación como

la capacidad de los individuos para modificar su conducta en virtud de las

demandas de situaciones específicas (Block y Block, 1980; Kopp, 1982; Rothbart,

1989, Citado en Ato Lozano E., 2004). La autorregulación puede también ser

considerada como la integración exitosa de la emoción (lo que siente un niño) y la

percepción (lo que el niño sabe o puede hacer) que da como resultado un

comportamiento apropiado.

Recientemente, la investigación con niños pequeños ha demostrado que las

funciones ejecutivas y las habilidades de autorregulación tempranas en niños

preescolares predicen una “adaptación positiva a la escuela” (Blair y Diamond,

2008) y el desarrollo de otras habilidades académicas (Blair y Razza, 2007).

Específicamente, las habilidades tempranas de autorregulación emocional se han

asociado a la capacidad de los niños de seguir instrucciones, enfocar la atención y

cooperar con profesores y pares (Rubín y cols., 1999, Citado en Whitebread,

2012).

Bronson (2000) realizó una revisión exhaustiva muy útil de la investigación

relacionada con el desarrollo temprano de aspectos cognitivos, emocionales,

Page 101: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 101 

 

motivacionales y sociales de la autorregulación en niños hasta finalizar la

educación primaria o elemental, particularmente en relación a contextos

educativos. La aparición de las funciones ejecutivas y del control cognitivo

(Bronson, 2000) están relacionadas con las herramientas comunicativas y

simbólicas en el desarrollo temprano y su papel es clave en el origen de las

habilidades de autorregulación en niños pequeños. Bronson refiere una tabla,

adaptada y desarrollada por él, donde enumera los puntos clave que se habían

establecidos en las relaciones del desarrollo de la autorregulación cognitiva.

Funciones Ejecutivas y Control Cognitivo

Edad Características

De los 0 a

los 12 meses

Centra su atención en personas específicas, objetos y actividades propias (alcanzar y agarrar, manipular objetos)

Advierte regularidades y novedades en el entorno social y físico Comienza a participar y predecir las secuencias Comienza a iniciar las secuencias de conducta con personas y objetos Advierte efectos de sus propias acciones

De los 12

a los 36 meses

Quiere rutinas predecibles y se resiste al cambio Puede elegir entre un número limitado de alternativas Realiza conductas dirigida a meta Comienza a notar y corregir errores en las actividades dirigidas a un objetivo Utiliza un número cada vez mayor de estrategias para alcanzar los objetivos Muestra organización cognitiva, haciendo pares, ordenando y clasificando

De los 3 a

los 6 años

Puede participar en una amplia gama de actividades cognitivas Más capaz de llevar a cabo actividades que involucran varios pasos Más capaz de controlar la atención y resistir la distracción Puede aprender a usar estrategias más avanzadas de resolución de

problemas Más capaz de elegir tareas adecuadas para el propio nivel de habilidad

Tabla 6.1. Desarrollo temprano de la autorregulación cognitiva (adaptada de Bronson, 2000).

Whitebread (2009) ha llevado a cabo estudios observacionales de niños en

contextos naturales de las aulas preescolares, principalmente mientras participan

en actividades lúdicas, auto-iniciadas individuales y en actividades colaborativas

en grupos pequeños. En este tipo de contexto, estas observaciones han mostrado

una amplia gama de comportamientos autorregulatorios en este grupo de edad,

incluyendo ejemplos de ambos procesos complementarios de monitoreo y control,

Page 102: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 102 

 

de acuerdo con la definición de Nelson y Narens (1990, Citado en Whitebread,

2012).

Actualmente está establecido que el tipo de información revisada tiene

implicaciones claras y fundamentales para la educación. Las habilidades

metacognitivas y de autorregulación, sustentadas por un funcionamiento ejecutivo

eficiente, tienen un impacto importante en el desarrollo general y académico de los

niños. También es evidente que la intervención de los adultos y la mediación

social pueden tener una influencia significativa de este desarrollo, y que existen

marcadas diferencias individuales en la habilidad y la sensibilidad con la que los

adultos son capaces de desempeñar este papel. Así se desprende de los trabajos,

ahora razonablemente desarrollados, con padres y niños en edad preescolar

(Pasternak, Whitebread, 2010) y también se ha demostrado en un número más

reducido de estudios con niños un poco mayores en contextos educativos.

Aunque todavía queda mucho por investigar, es evidente que ya estamos en

condiciones de proporcionar alguna orientación de relevancia educativa que

permitiría mejorar la eficacia de la oferta educativa para los niños pequeños. Uno

de los autores, por ejemplo, ha escrito extensamente sobre los principios

pedagógicos para apoyar y fomentar la autorregulación de los niños en los

primeros años de escolaridad (Whitebread, 2007). Se espera que este trabajo

contribuya a la difusión de la investigación que pueda informar a los profesores de

los esfuerzos más efectivos para mediar el aprendizaje de los niños pequeños y

ayudarles a convertirse en aprendices independientes, con altas habilidades

metacognitivas y de autoregulación.

Para profundizar en el tema, se sugiere la siguiente lectura:

L4. Valdizán, J. R. (2008). Funciones cognitivas y redes neurales del cerebro

social. Revista de neurología. 46 (Sup. 1). 65-68.

Es importante elaborar el ejercicio 3, la práctica 4, para valorar tu avance en el aprendizaje y recuerda realizar la evaluación sumativa.

Page 103: Aprendizaje y Desarrollo Humano

 103 

 

Referencias bibliográficas Campos, A. (2010).Neuroeducación: Uniendo las neurociencias y la educación en

la búsqueda del desarrollo humano. La educ@ción, revista digital, 143, disponible en: http://www.educoea.org/portal/la_educacion_digital/laeducacion_143/articles/neuroeducacion.pdf

Pérez Sánchez, R. (2010). Neurociencias sociales: Nuevas posibilidades para la

investigación psicosocial. Revista Reflexiones, V. 89, Consultado el 12-20-2012. Disponible en Internet: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=72917905002. ISSN 1021-1209.

Grande García, I. (2009).Neurociencia social: El maridaje entre la psicología social

y las neurociencias cognitivas. Revisión e introducción a una nueva disciplina. Anales de psicología, 25 (1), junio, pp. 1-20.

Piemontesi, S. (2010).Procesos en Neurociencia Social Cognitiva y Afectiva para

la Comprensión e Interacción Social: un Marco Integrador. Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, 2 (3), pp. 30-44.

Escandell Vidal, M. V. (2009). La comunicación intercultural: aspectos cognitivos y

sociales. Jornadas de Formación del Profesorado en la Enseñanza de L2-ELE y la Literatura Española Contemporánea, abril de 2008, pp. 7-24. Sofía, Bulgaria: Editorial Universitaria “San Clemente de Ojrid”. Disponible en: http://www.mecd.gob.es/dms-static/04f901d2-65a0-4abf-8c23-9dabd12f492a/consejerias-ex

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