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ARISTIDES ROJAS

Aristides Rojas

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Aristides rojas

INTRODUCCINEl siguiente trabajo se refiere a la vida de Arstides Rojas fue un ilustre, medico, historiador y periodista, tambin se menciona quienes fueron sus padres y hermanos. Se puede acotar que hizo muchos viajes pero siempre con la esperanza y sentimiento de volver a su pas Venezuela, tambin fue un escritor y uno de sus libros ms destacados se llam Rayo Azul.El objetivo principal de la elaboracin de este trabajo es conocer la vida de Rojas ya que fue un ilustre de nuestra Nacin, cumple un papel importante para todos los Venezolanos como historiador.Se describen sus monumentos y parques que sirven como sitio de recreacin y cultura para todos los habitantes y turistas.Rojas Ha sido considerado uno de los ms Ilustres y destacados Eruditos de la poca pos independentista, al margen de su destacada labor como galeno fue un eterno indagador de la historia, Dado su inters en los temas Indgenas y Arqueolgicos, tuvo una gran coleccin de objetos indgenas, tal es el caso de las placas pectorales.

El 5 de Noviembre de 1826, hace 186 aos, naci en Caracas el Ilustre, naturalista, medico, historiador y periodista Arstides Rojas, quien cultivo las letras y estudio con amor el pasado venezolano, desarrollando una obra civilizadora de divulgar cultura y sembrar inquietudes.Sus padres fueron Jos Mara Rojas Ramos y Dolores Espaillat, dominicanos, siendo hermano de Carlos Eduardo, Jos Mara y Marco Aurelio Rojas Espaillat, que haban llegado a Venezuela en 1822 huyendo de las conmociones que agitaban a su isla nativa. Su padre llego a ser administrador de la aduana de La Guaira, concejal y diputado al Congreso Nacional.Realizo sus estudios primarios en el Colegio Independencia, Donde tiene compaeros a los Hijos de Jos Antonio Pez y de Antonio Leocadio Guzmn y como Maestro a Fermn Toro, a sus 18 aos de edad comienza sus estudios de filosofa en la Universidad Central de Venezuela. Bajo seudnimo aparecen sus primeros artculos sobre aspectos costumbristas y de Folklore. En 1846 comenz la carrera de Medicina, gradundose en 1852, a los 26 aos de edad e inicindose como Mdico Rural en Escuque y Betijoque (Estado Trujillo). En 1855, debe regresar bruscamente a Caracas, al morir su padre, vctima de la epidemia de clera que azota a la capital durante ese ao En 1857 viajo hacia los Estados Unidos y Francia. En Paris perfecciono sus estudios en los campos de las ciencias naturales y medicas interesndose profundamente por la obra de Alexander von Humboldt. Aunque deseaba regresar a Venezuela, los acontecimientos de la Guerra Federal lo obligaron a radicarse en puerto rico, donde ejerci su profesin de Mdico al tiempo que se dedicaba al estudio y a la escritura. En 1864 regreso a Caracas bajo la Influencia de los Escritores Franceses hace tentativas para asociar la ciencia y la literatura, como exponente de esta concepcin, fundo la Editorial Rojas Hermanos, cuyos locales fueron el lugar de reunin de la intelectualidad caraquea, junto a su hermano Marco Aurelio publica una serie de Estudios Cientficos sobre las Ciencias de la naturaleza. Fue miembro de la sociedad Zoolgica de Francia de la Academia de ciencias fsicas y naturales de Cuba y la de Bellas Artes de Chile. Una de sus Monografas fue publicada en los Anales de la Academia de Ciencias del Instituto de Francia. Tanto en Venezuela como en el Extranjero, Rojas recibi numerosos Honores y Distinciones. Su huella luminosa es visible en la generacin de intelectuales que continuaron su obra. En 1868 es editado la Publicacin el rayo azul en la naturaleza y en la Historia, esto lo hace con el fin de dedicar el beneficio econmico a los hospitales de sangre y a los hermanos. Escribe sobre sismologa, describiendo los movimientos de la cordillera central y definiendo sus variaciones en altura, a partir de las mediciones de Humboldt. Actualiza la geografa de Venezuela de Agustn Codazzi y la adapta para nios (1870). A mediados de la dcada de 1870, despus de enviudar de Emilia Ugarte, quien falleci cuando llevaban apenas un ao de matrimonio, Rojas abandona el ejercicio de la profesin mdica y se encierra a escribir, rodeado de sus colecciones de libros, obras de arte, antigedades, numismtica, herldica, objetos indgenas, orqudeas. De 1875 hasta 1882, dirige las ediciones anuales del clebre Almanaque para todos editado por la empresa Rojas Hermanos. Realiza espordicas excursiones de naturalista a los alrededores de Caracas. En 1876 publica Un libro en prosa: miscelnea de literatura, ciencia e historia, prologado por el poeta Jos Antonio Calcao. Esta obra presenta una seleccin y clasificacin de sus publicaciones hemerogrficas. En la Universidad Central de Venezuela se le confiere medalla de oro en atencin a su obra El elemento vasco en la historia de Venezuela (1874). La Academia de Ciencias Sociales premia en 1878, su obra Estudios indgenas, contribucin a la historia antigua de Venezuela. Considera Rojas el conocimiento cientfico de las civilizaciones indgenas como el prembulo necesario de todo estudio histrico de la nacionalidad. En 1889, declina el silln que se le ofrece en la recin fundada Academia Nacional de la Historia, por dejarle el honor a otros. En 1890, celebra un contrato con el Gobierno para dedicarse, mediante el pago de una pensin de Bs. 1.000 mensuales, a terminar y ordenar sus libros de historia para que el Estado los edite. Pero slo se publica, en 1891, el primer tomo de sus Estudios histricos, orgenes venezolanos. En 1892, junto con Adolfo Ernst y otros colegas, prepara el material que conforma el pabelln de Venezuela en la Exposicin Universal de Chicago. En esa oportunidad, se envan muestras botnicas y objetos de uso tradicional, histricos y de arte; el folleto que describe la exhibicin contiene varios artculos de Rojas sobre Venezuela y sus recursos. A su muerte, deja indita su obra Folklore venezolano (publicada en 1967), as como los dems tomos contratados de su obra histrica. En 1944, en el cincuentenario de su muerte, una bibliografa de sus obras es elaborada por Pedro Grases para la Biblioteca Nacional. Espritu de curiosidad universal, Arstides Rojas puede ser considerado como uno de los ms destacados divulgadores cientficos que ha tenido Venezuela y como el padre de la investigacin cientfica de la historia nacionalEntre los ttulos que Arstides Rojas escribi, se cuenta: Estudios Indgenas, Contribucin a la Historia Antigua de Venezuela, orgenes de la Revolucin Venezolana, Estudios Histricos, y Orgenes Venezolanos.Muri en Caracas el 4 de Marzo de 1894, y sus restos reposan en el Panten Nacional desde el 21 de Septiembre de 1983.Aunque se haba graduado de Doctor en Medicina Rojas no ejerci esta profesin, Sino por poco tiempo, ya que se dedic a la investigacin cientfica y a las letras. En 1876 publica su primer libro Un libro en prosa ; En este entonces tena 50 aos de edad. Rojas Ha sido considerado uno de los ms Ilustres y destacados Eruditos de la poca pos independentista, al margen de su destacada labor como galeno fue un eterno indagador de la historia. En el campo Espelelogo (Estudio de Cavernas o Grutas) produjo la obra titulada La Cueva del gucharo. Este estudio fue publicado por primera vez en la Revista la Tertulia en 1875 posteriormente se reimprimi en 1879, 1924 y 1942. Dado su inters en los temas Indgenas y Arqueolgicos, tuvo una gran coleccin de objetos indgenas, tal es el caso de las placas pectorales.En la Espeleologa Venezolana el Epnimo de Arstides Rojas lo llevaron a varios lugares. En la Cueva Cajigal, descubierta por Roberto Contreras el 20 de Julio de 1952 fue bautizada con el nombre de galera Arstides Rojas. Est situada al norte de Birongo en el Estado Miranda. En San Juan de los Morros en el Estado Gurico estn los famosos Morros, que contienen numerosas cuevas o simas. EL Monumento Natural se llama Arstides Rojas, as sucesivamente muchas Instituciones pblicas y privadas tienen el Honor de llevar su nombre. Su obra espeleolgicaArstides Rojas produjo una sola obra estrictamente espeleolgica titulada "La Cueva del Gucharo", artculo ste publicado por primera vez en la revista caraquea La Tertulia en 1875, reimprimindose posteriormente en 1879, 1924 y 1942 (ROJAS, 1875). En su conocida obra Estudios Indgenas de 1878, tambin publica algunos prrafos de inters espeleolgico. Se desconoce si Arstides Rojas visit alguna cueva, ya que en sus escritos no es especfico a este aspecto. Por otra parte y debido a su inters en los temas indgenas y arqueolgicos, fue poseedor de una gran coleccin de objetos indgenas, destacndose las placas pectorales, procedentes de diversas cuevas de los Andes. Reproduccin de la Obra EspeleolgicaA continuacin se reproducir el artculo de ROJAS (1875) manteniendo la gramtica original sin modificaciones. Esta obra tiene cuatro reediciones presentando el mismo texto, con la excepcin del siguiente prrafo: "Pero, al enviar a los redactores de La Tertulia la ms bella y completa descripcin...", el cual en las tres ltimas ediciones fue modificado por: "Al incorporar a nuestras Humboldtianas la ms bella y completa descripcin...". Tambin cambia la cifra de aos transcurridos desde la visita de Humboldt a la cueva del Gucharo. Las dos primeras ediciones presentan una ortografa diferente a la actual, la cual fue modificada en las recopilaciones de Rohl.Recuerdos de Humboldt y Codazzi"La Cueva del GucharoHe aqu un tema inagotable; la descripcion de esta maravilla de Venezuela, clebre desde el da, en que ahora setenta y seis aos, la visit aquel Humboldt que ha dejado su nombre en ambos mundos, por donde quiera que su jenio interpret los fenmenos de la Creacin. He aqu un tema para el naturalista, y para el viajero, y para el jelogo, y para el pintor, y para el hombre de la naturaleza, y para el hombre de la historia, porque en la Cueva del Gucharo no es solo la armona plstica lo que cautiva, sino tambin la vida en su mltiple belleza, la tradicin en sus orjenes, el mito que hermosea con sus luces indecisas los recuerdos del pasado.Pero, al enviar los Redactores de LA TERTULIA la ms bella y completa descripcion que hasta hoi se ha publicado de la clebre caverna, rindamos un homenaje al jegrafo de Venezuela, que la explor de una manera notable en 1835, y saludemos al mismo tiempo, esa memoria de Humboldt, el primero que di a conocer al mundo de las ciencias esta maravilla del Continente americano, situada en la rejion oriental de Venezuela.- Unas lneas, por lo tanto, sobre el gran Humboldt, lijeras reminiscencias histricas que sirven de apndice al trabajo de Codazzi, no serian para el rector que desea conocer la gruta, como esos tenues rayos de la luz del dia, que acompaan al viajero hasta cierta distancia, en que armado con la tea encendida penetra con seguridad en las salas mjcas del palacio subterrneo?Cuentan que en los primitivos dias de la conquista castellana, los primeros misioneros que se establecieron en las cercanas de la Cueva del Gucharo, tuvieron que refujiarse en esta, huyendo de los caciques chaimas, que los perseguian; y que all, en medio de las tinieblas, celebraron los misterios de la relijion de Cristo, hasta que triunfantes las armas castellanas, se entregaron libres y contentos al desempeo de su misin evanjlica. Y refirese tambin que en la mitoloja de los chaimas la Cueva del Gucharo era la mansin de las almas, y que los indios respetaban aquel recinto en cuyo centro reposaban sus antepasados. Por esto en la lengua de los chaimas, bajar al Gucharo, quiere decir: morir, descender a la eterna noche.Estas tradiciones, unidas a relatos fantsticos, y a leyendas extraordinarias, relacionadas con la caverna, exaltaron la curiosidad de Humboldt, quien, a los pocos das de su llegada a Cuman en 1799, emprendi su viaje de exploracin hcia las rejiones occidentales de la provincia, con el principal objeto de estudiar la cueva, tema constante de tantos relatos.Seguiremos las huellas del sabio en sus variadas excursiones? Nos detendremos en cada uno de los sitios que deleitaron sus miradas y cautivaron su espritu, lleno de emociones al encontrarse en medio de una naturaleza selvtica, siempre renovada? No; nos detendremos solamente, cuando despus de haberle visto recorrer las alturas del Cuchivano y de Cumanacoa, se detenga en la meseta de Cocollar, para contemplar el paisaje nocturno.De su diario personal refiere:"Nada hai comparable a la impresin de la calma majestuosa que deja el aspecto del firmamento en aquel lugar solitario. Al anochecer, fijando la mirada en aquellas praderas que cien el horizonte, y en aquellas llanuras cubiertas de yerbas, lijeramente onduladas, creamos divisar a lo lejos la superficie del Ocano que sostenia la bveda estrellada del cielo. El rbol, bajo el cual estbamos sentados; los insectos luminosos que vagaban en torno de nosotros; las constelaciones que brillaban hacia el Sud: todo parecia indicarnos que estbamos lejos de nuestro suelo natal: si entonces, en medio de aquella naturaleza extica, se oia en el fondo del valle, el sonido de un cencerro, el mujido de una vaca, venia al instante el recuerdo de nuestra patria; y eran como voces lejanas que resonaban al otro lado de los mares, y cuyo mjico poder nos trasportaba de uno otro hemisferio.Poco despus de la noche en que Humboldt contemplaba este paisaje tropical, se encontraba frente la gran maravilla que deseaba estudiar, en el pintoresco valle de Caripe. Nuevo panorama el que debia exhibirse sus ojos, cuando acompaado de los padres misioneros del convento de Caripe, y de algunos indios chaimas, quiso visitar en cierto dia la espaciosa gruta del Gucharo.- La maravilla pareca aguardarle, pues la maana se ostent risuea; y dispuesto estuvo el nimo de los viajeros. Afuera la vejetacion esplndida, espontnea, rica en formas y en especies, que coronaba la gruta con sus penachos de plantas: adentro, la vejetacion subterrnea, pobre; pero como un fenmeno de las fuerzas fisioljicas: afuera el ave libre y la luz del dia: adentro los propietarios feudales de la cueva, el gucharo y su prole entre tinieblas, y el rio subterrneo y las prolongadas galeras trabajadas por la gota de agua, que debian en breve retumbar los gritos de las aves nocturnal en su choque contra la luz artificial y contra el hombre, intruso en aquellos antros de la muerte. El recuerdo de los mitos y supersticiones locales; lo sagrado del recinto por la tradicin indjena y por la celebracin de los misterios cristianos, cuando los patriarcas de la selva, huyendo de las belicosas tribus chaimas, se refujiaron en la gruta, como los primitivos mrtires en las catacumbas de Roma; todo contribuia hacer clebre la visita del hombre de ciencia en aquel templo de la naturaleza subterrnea. El hombre primitivo de Amrica y el pastor del Evangelio, el ave nocturna y la flor de los campos, he aqu el cortejo del explorador ansioso que, armado de instrumentos, debia herir la roca calcrea, establecer la edad de la gruta; fijar la temperatura del ambiente y de las aguas, estudiar la anatoma del gucharo, y recrearse la vista de las cristalizaciones caprichosas que cual obeliscos se levantan en el Trtaro de los chaimas.Inspirado por la idea de lo desconocido, y guiado por la laz del jenio, Humboldt penetra en la gruta. Sus miradas se fijan por todas partes, y con la curiosidad del nio se detiene cada instante: la roca, la planta, el insecto, todo lo cautiva y de todo se ocupa, mientras el silencioso cortejo sigue sus pasos. A poco andar llegan sus odos los gritos lastimeros de las ayes nocturnal, que han divisado los nuevos huspedes de la caverna. Humboldt sigue, y proporcin que avanza, la gritera de las aves se aumenta, la luz del ida escasea y el claro oscuro de la cueva se ostenta con sus primeras sombras. Encindense las teas, y su estremecimiento involuntario se apodera de los indios chaimas, al tener que penetrar en aquel recinto sagrado por la tradicion y respetado por ellos. La comitiva contina, impelida ya por Humboldt, en medio de aquella espantosa algazara en que las ayes se defender del hombre y de la luz artificial. A los resplandores de esta, se proyectan en la bveda las numerosas estalactitas, y el hombre, el ave, y las paredes de rocas, todo participa de aquella naturaleza terrible envuelta por las sombras del misterio. Adelante! dice Humboldt.- Adelante! repiten los misioneros: unos y otros en pos de la verdad; mas el chaima se revela: mientras en unos domina el ardor del entusiasmo, en los otros se pinta el espanto: son dos civilizaciones que se encuentran. A pesar de todo, los indios son vencidos y la caverna, contina; pero llega un momento en que los chaimas dominados por el terror, se niegan firmemente seguir: habase llegado aquel limite en que la fuerza es impotente ante la supersticion religiosa. Ni las splicas de los misioneros, ni las promesas del sabio, pudieron desvanecer las creencias de los indjenas; y cuando Humboldt habia alcanzado apenas la distancia de 570 varas, hubo de retroceder. Un obispo de Guayana habia sido mas afortunado, en remotos tiempos, pues habia podido llegar hasta la distancia de 960 varas.Bastbale al sabio lo que habia visto: habia examinado la estructura de las capas calcreas, y conocia la edad jeoljica de la montaa: estaba en posesion del ave nocturna, nuevo tipo de la seri animal, con el cual debia enriquecer la ciencia ornitolgica: habia sorprendido las fuerzas vitales en sus antros subterrneos, y la temperatura interior en sus cambiantes la sombra, habia, en fin, elevando su planta en aquel Aqueronte de los chaimas que, semejanza del de los griegos, tenia sus aguas y aves estijias, su Cocito y sus sombras, como para revelar que la humanidad ha tenido en toda parte un orijen mtico, que ha hermoseado con lo maravilloso la cuna de todos los pueblos. Qu mas podia desear? Habia dejado su nombre, que debia ser para los futuros exploradores del continente americano, lo que las estrellas para el navegante.Pertenecia el jegrafo de Venezuela, treinta y seis anos mas tarde, descubrir por completo aquella maravilla de la naturaleza, cruzar sus aguas subterrneas, sobreponerse a las preocupaciones indjenas, fijar las alturas jeogrficas interiores, descubrir las dilatadas galeras tachonadas de estalactitas, vencer la sublevacin de los gucharos armados en defensa de su prole, pasar de la algazara al silencio eterno, y seguir hasta grabar en la ltima roca de aquel dilatado recinto, all, la distancia de 1.285 varas, el NON PLUS ULTRA. Cuanta gloria, seguir las huellas de Humboldt y complementar la obra del sabio!-"Aqu estuvo Humboldt" es la primera frase con la cual saluda el viajero explorador la Cueva del Gucharo; y todos siguen las huellas de Humboldt y de Codazzi, no ya en solicitud del ave nocturna que ha dado su nombre a la gruta, y la cual se encuentra en muchos lugares de Venezuela; no en solicitud de nuevas leyes y de nuevos fenmenos naturales, sino en solicitud del arte jeoljico, de las salas mjicas, trabajo inmortal de la gota de agua, que no tomo de la paleta de la naturaleza sino el calcreo para formar los obeliscos y las cristalizaciones del infierno chaima Dos nombres se destacan en el vestbulo de este templo del arte divino.... HUMBOLDT .... CODAZZI.Caracas, marzo 1 de 1875.ARSTIDES ROJASA continuacin se reproducirn algunos prrafos de la obra Estudios Indgenas:Refirindose a las descripciones de HUMBOLDT en su viaje por el Orinoco nos dice (ROJAS, 1874: 2, 1878: 20 1908: 190, 1944: 29).Refiere Humboldt, que un misionero franciscano, habindose refugiado, en cierta ocasin por casualidad, en una caverna cerca de Uruana, en la villa occidental del Caura, tropez de pronto con una gran roca de granito que tena esculpidos caracteres reunidos en muchos grupos y colocados en una misma lnea.Luego al referirse al origen y significado de diversas palabras de uso en Venezuela, nos habla de la palabra gucharo (ROJAS, 1878: 96; 1944: 100):El adjetivo gucharo que trae el Diccionario de la lengua, y significa, el que esta constantemente llorando lamentndose, el hombre enfermizo y por lo comn el hidrpico y abotagado, es vocablo castellano? Larramendi dice que se origina del vascuence y significa el enfermizo, de la voz gucharo, adverbio que significa enfermamente, de gacho que en otro dialecto es gaitza. Gucharo, llorn. Pero, como para este autor, casi todas las voces castellanas se derivan de aquella lengua madre, sucede que la duda, en lugar de ser resuelta, se aumenta ante la notable mana etimolgica del escritor vasco. Gucharo, guacharaca, son vocablos venezolanos que pertenecen a la lengua caribe y sus dialectos chaima, cumanagoto y tamanaco. Los caribes y tamanacos, llaman la guacharaca vachiaraca. Hai, en la ltima parte de este vocablo, algo onomatpico. La guacharaca, como el gucharo, son aves mui gritonas, i la primera, que por lo comn habita los pantanos y cinagas, anuncia la proximidad del invierno: es una de las aves meteorologicas de Venezuela.No sern estos vocablos de origen quecha? En el Per, el gucharo habita las cavernas; como en Venezuela huakhua significa ave, del snscrito vak (gritar), segn Lpez. Huakani equivale llorar, invocar, llorar con grito, y se aplica tambien al chillido de los animales. Huako es el nombre quechua del halcn. Una de las races madres del idioma quecha es huac que equivale a voz. Por otra parte, huakcha significa pobre, miserable, lleno de desgracia (como gucharo en espaol). Lo que ms caracteriza a las aves mencionadas son sus gritos lastimeros .El nombre de Arstides Rojas en la Espeleologa de VenezuelaGalera Arstides Rojas de la Cueva Cajigal (Mi. 40)Esta cueva fue descubierta el 20-7-52 por Roberto Contreras, al norte de Birongo, Estado Miranda. Su descripcin catastral y planos aparecen en SOCIEDAD VENEZOLANA DE ESPELEOLOGIA (1973). Desde las primeras exploraciones, la galera E- N del plano arriba sealado, fue bautizada con el nombre de Galera Arstides Rojas (DE BELLARD & CONTRERAS, 1952), mientras que otra galera que corre casi paralela a esta, se denomin Galera Anton Gering.Monumento Natural Arstides Rojas o Morros de San Juan, Estado Gurico. Comprende un rea de 1,63 Km2 que incluyen los famosos morros, o localidad tipo Venezolana del carso tipo mogotes o torre. Estos morros encierran numerosas cuevas y simas. El Monumento Nacional fue creado por el decreto 318 del 11-11-49 y publicado en la Caceta Oficial, No. 23.073 del 1411-49, pginas 167.650 a 167.651.Un Pas que se rehaciaLA CURIOSIDAD y un infatigable afn por explicar los hechos de la historia venezolana, llevaron a Arstides Rojas (1826-1894) a ser un atento observador de su pasado y su presente, intrprete y custodio de la memoria colectiva. Su pasin por conocer, clasificar, explicar e interpretar la historia, lo llev a convertirse en un pionero de la disciplina historiogrfica. Gracias a su acuciosidad se salvaron, no solamente invalorables testimonios, sino los documentos y, ms an, los vestigios de un patrimonio colectivo que se conserv gracias a su esfuerzo.Sus primeros artculos de prensa estuvieron signados por el inters que en l despertaron los misterios de la naturaleza. Los mismos expresan el placer que experimenta frente al lenguaje y sus posibilidades explicativas, lo cual se traduce en una conciencia creativa que se mueve en el umbral de la revelacin y la reserva intuitiva. Rojas fue un atento y lcido difusor de la ciencia moderna de su poca. Por ello reuni sus primero artculos periodsticos bajo el binomio de Ciencia y poesa, entre los cuales se destacan: El rayo de luz en la naturaleza y en la historia, La gota de agua, Las arpas eolias, El esquife de perlas, El grano de arena, entre otros, que conformaron su primer volumen orgnico publicado y que lleva por ttulo Ciencia y poesa (1868). Este volumen fue refundido luego en Un libro en prosa (1876), libro estructurado por Rojas ya en su madurez. Es un compendio de bsquedas expresivas que trasciende la varia leccin de su contenido. En el prlogo que Jos Antonio Calcao firma desde Liverpool, hace una importante acotacin sobre el estilo:Los lectores patrios, como los extranjeros, vern respectivamente con el inters del que recuerda y el que aprende, consignados aqu en gran copia, noticias, tradiciones y conocimientos relativamente (sic) a la historia antigua y la moderna de Venezuela, a sus pobladores, a la fundacin de sus ciudades, a las producciones de su suelo y la exuberancia de ellas en todos los reinos; y a sus costumbres, las que han desaparecido y las que subsisten; en la narracin de todo lo cual an ser muchas veces una gran novedad para los ultramarinos el lenguaje mismo, que, ora por los giros y construcciones, ora por lo extrao de las locuciones y frases, ya por lo provincial de las voces, deja ver que el autor ha querido expresamente narrar en venezolano lo que a venezolanos tan slo se refiere (Calcao, 1876: III-IV).Tambin son de este perodo y los incluye en el mencionado volumen algunos de los textos que, haciendo homenaje al barn Alejandro de Humboldt, conforman los textos que Eduardo Rhl compil bajo el ttulo genrico de Humboldtianas, editado en 1924.Rojas se propone hacer amar a Humboldt, incorporarlo en la dbil memoria nacional de los venezolanos (Picn-Salas, 1940: 133). En esa devocin que manifest Rojas por la obra de Humboldt est expresada su propia perspectiva cientfica e intelectual, la cual reside en el hecho de que ambos procuraron en su obra hacer la interpretacin esttica de la naturaleza.Con estos primeros trabajos, Rojas emprendi la tarea de cuidar de la historia nacional. Nada que tuviera relacin con lo incgnito fue ajeno a su curiosidad intelectual, y la indagacin era una forma de relacionarse con su presente, pero tambin con los retos del futuro. Muchos de estos escritos de su primera etapa como investigador de la geografa, la historia y las ciencias naturales, pasaron a formar sus monografas y estudios, los cuales, tambin en parte fueron publicados de manera independiente, conformando folletos difciles de encontrar hoy en da.Maestro de s y de su generacinRojas tuvo desde siempre predileccin por comunicar sus hallazgos, comparta sus preguntas y daba prolijamente a sus ms cercanos condiscpulos el reto de la enseanza. Ya lo deca muy claramente en un texto de 1891: La enseanza es una de las conquistas del progreso Por qu no aspirar a ella? Contribuyamos por una vez ms, con nuevos granos de arena y con buena voluntad, al monumento que levante a la historia patria la juventud del porvenir (Rojas, 1890: III-IV).Es una manera de expresar la conciencia de su presente y es tambin un guio al futuro. Lo paradjico es que el legado de Rojas pareciera circunscribirse al entorno de su tiempo. Luego de su muerte, ocurrida en 1894, su herencia intelectual pareci oscurecerse con su ausencia. En parte, su presencia tena que ver con la utilidad de su trabajo en la respetuosa valoracin de sus contemporneos; luego el silencio de la muerte cay tambin sobre sus papeles.Quizs se perdi de vista un proyecto de publicacin conjuntiva y sistemtica, que propusiera una sintaxis para leer su obra toda en la variedad de temas y formas de expresin. Sin embargo, hay que subrayar el hecho de que an muy parcialmente, su obra sigue siendo una referencia obligada a la hora de fijar las pautas fundacionales de la cultura, la historia y la ciencia en Venezuela.Rojas, con humildad no reclama para s la primaca de todo cuanto pueda significar la recuperacin de una memoria histrica, que de no ser por su esfuerzo se hubiese perdido definitivamente; lo que llama leyenda y que ms precisamente quiso llamar literatura de la historia de Venezuela, conforma lo ms extenso de su produccin y sistemticamente, el tema de sus mayores recurrencias. Consciente del valor de lo histrico como formador de la herencia de los pueblos, exige para la Historia su condicin de ciencia de la verdad:Es necesario despojar a nuestra historia de los mitos con que hasta hoy la han hermoseado los pasados cronistas, restablecer la verdad de los sucesos, y fijar el verdadero punto de partida de los futuros historiadores de Venezuela. Reconstruyamos la historia: no, que esto sera excesiva presuncin de nuestra parte: tratemos de despejar las incgnitas marcando rumbo seguro a los que nos sucedan. En materias histricas, ms que en ninguna otra, todo aquello que no est apoyado en documentos autnticos y narraciones fieles, debe despreciarse como una cantidad negativa, y toda aseveracin que no haya sido inspirada por la verdad, basada en el estudio y la crtica, es de ningn valor (Rojas, 1890: VI).Su perspectiva histrica mucho se haba nutrido de la escuela positivista. Su asimilacin de los elementos cientficos y, ms an, la filigrana de sus postulados aparece frecuentemente interpolada con sus reflexiones sobre las orientaciones que deban sustentar a la disciplina histrica.Los aos de su formacin intelectual coinciden con los de la construccin de la nacin venezolana. La continuidad de las guerras, desde la de Independencia (1810-1830) hasta la Federal (1859-1863), y las constantes escaramuzas que propendan al control del poder, dieron durante la mayor parte del siglo XIX una gran inestabilidad poltica. El caudillismo, con sus diversos tintes y objetivos, fue dando un perfil a la nacin que se vera un poco ms delineada hacia el ltimo tercio del siglo XIX. Gobiernos como los sucesivos de Antonio Guzmn Blanco (1829-1899), fueron aportando algunas de las bases de la modernizacin de las ciudades, sobre todo de la capital y una incipiente transformacin urbana que coincide con la institucionalizacin de la cultura. Caracas, la ciudad capital se rehace; se construyen nuevas redes simblicas que son captadas por el discurso periodstico y literario de manera inmediata. Tambin la ciudad se consolida en el recuento histrico, que toma distancia y promueve el contraste entre los hechos y sus escenarios dentro de un clima que se muestra a todas luces como modernizador.Como un testigo excepcional de las propuestas modernizadoras que fueron implantadas en Venezuela, Rojas vivi de cerca la creacin de las Academias. La de Ciencias Sociales y Bellas Letras, que haba sido fundada en 1869, dio paso a la de la Lengua en 1883. Luego sera la de la Historia (1888), la conversin de la Universidad de Caracas a Universidad Central de Venezuela, la creacin de la Biblioteca Nacional, y cuando pareca que el poder poltico era omnmodo, l logr sellar su compromiso no con las coyunturas polticas que parecan desdibujarse casi siempre, sino con el saber, con la investigacin, sus documentos y cacharros. As, en los breves remansos de la pacificacin, se hizo propicio el cultivo de las artes y las letras. Su fe cristiana, su liberalismo, el romanticismo que se dilataba en su ocaso, y al mismo, tiempo una probada confianza en la ciencia y el progreso, fueron los ingredientes de tan avasalladora personalidad sin cuyo concurso Venezuela no tendra la fisonoma histrica que hoy podemos leer como herencia.Su perspectiva de historiador lo pone en el camino de comprender los procesos de la manera ms exhaustiva posible, y la mayor parte de sus monografas son pioneras en ese sentido de organizar por primea vez la informacin, ofrecer la documentacin que sustenta la explicacin histrica, lo cual le otorga en el sentido historiogrfico su impronta fundacional. De una manera novedosa establece un modelo de propuesta bibliogrfica que combina, en un mismo volumen, el conjunto de recreaciones histricas, cargadas de sus elementos creativos, plenas de su propio estilo literario y las hace acompaar con los documentos que le sirvieron de base. Los orgenes venezolanos estn asentados sobre esas investigaciones y sobre el acervo documental que le sirvi de hipotexto. En ellas est el germen de las que habran de sucederse, tratando de dar explicacin cientfica a los hechos del pasado y, sobe todo, aportando sustentacin documental para comprender e interpretar su presente. La Venezuela que ausculta, se ha reconstruido ante sus ojos a partir de los vestigios de una espacialidad y una temporalidad que corresponden a una sociedad ya desaparecida.Muchos de los elementos que sustentan su curiosidad histrica y documental eran parte de una atmsfera de poca que cunda en algunos lugares del continente, forjando tradiciones muy fuertes e influyentes como, por ejemplo, la de Ricardo Palma en el Per. Aunque con otros propsitos, explcitamente irnicos, pintorescos y humorsticos que subyacen en el relato de las tradiciones: Palma dictamin que la tradicin era un gnero ancilar de la historia, un sucedneo para ilustrar a un pueblo poco letrado sobre su propio pasado; una graciosa hermana menor que le agregaba a la otra la dimensin de la fantasa, la supersticin y la voluntad mitificadora y legendaria del espritu popular (Oviedo, 2001: 123). Y con ese criterio se model todo un gnero que tena como estrategia discursiva incorporar elementos de la historia, la remota y la prxima a la literatura.Venezuela: la escritura de su historiaEn la revisin de las fuentes primeras sobre la historia de Venezuela, Rojas advierte muy claramente que a Jos de Oviedo y Baos la historiografa nacional le ha levantado un nicho. Y opta por reconocer que ste mucho copi del verdadero cronista, que es fray Pedro Simn. Por ello seala que hay muy poca materia original en Oviedo: Oviedo y Baos no es el historiador primitivo de Venezuela sino un compilador del verdadero, que es fray Pedro Simn. Oviedo y Baos para la elaboracin de su historia no tuvo necesidad de apelar a los archivos, en los cuales nada poda hallar respecto a la conquista de Venezuela, sino a la lectura y estudio de su predecesor, tan rico en pormenores, tan minucioso en la narracin de los incidentes (Rojas, 1890: IX).No slo estos antecedentes llaman la atencin de Rojas, tambin las aportaciones que alemanes, ingleses, franceses, italianos y holandeses hicieron a nuestra historiografa a travs de testimonios, relatos de viajes, crnicas y otros documentos escritos en aquellas lenguas; muchos de ellos no traducidos en su momento y donde se dan detalles de todo cuanto signific la conquista, colonizacin, poblamiento y por supuesto, los detalles blicos que dieron continuidad a la saga de los filibusteros de finales del siglo XVII y comienzos del XVIII.Para conformar sus escritos Rojas echa mano de todas las fuentes que tiene a disposicin, por ello la riqueza de vertientes informativas descansa en buena medida en testimonios de la oralidad y en documentos inditos, en las crnicas coloniales, los relatos de viajeros y archivos eclesisticos, entre otras fuentes.Por supuesto que toda esta gran amalgama de versiones, aportes y relaciones, tiene un punto de partida que Rojas reconoce en los primeros cronistas, a quienes llama cronistas de Indias, de nombramiento regio, entre quienes nombra a Gonzalo Fernndez de Oviedo y Valds, cronista mayor de Carlos V y Antonio de Herrera, cronista de Felipe II, al igual que Bartolom de las Casas, y la muy particular obra de Juan de Castellanos, Elega de Varones Ilustres de Indias (1589), la cual, no obstante la belleza y colorido en que abundan las descripciones, adolece de errores capitales, ya en la narracin de los sucesos, ya en las fechas cronolgicas. Debe por lo tanto consultarse con cuidado (Rojas, 1890: XVI).Con atencin anota Rojas los aportes de la historia escrita por Rafael Mara Baralt; reconoce el modo como el zuliano incorpor muchos de los documentos disponibles en su poca, pero sin embargo, repara en que dej de lado otros de suma importancia, entre ellos, los escritos de fray Pedro Simn. Para Rojas, Baralt tuvo ms abundancia de compiladores que de historiadores, no obstante, reconoce los aciertos de su obra y su legado:De manera que sin haber conocido Baralt a Oviedo y Valdez, Las Casas, Castellanos, Benzoni, Fray Simn, Cauln, etc., etc. ni los cronistas ingleses, holandeses y franceses de la poca de los filibusteros, obras muchas de ellas de muy fcil adquisicin en estos das, el trabajo de Baralt, acerca de la historia antigua de Venezuela, a pesar de sus lagunas, puede reputarse como brillante sntesis, tanto por la belleza y claridad del estilo cuanto por lo selecto de cada resumen histrico (Rojas, 1890: XXVI-XXVII).Para Rojas lo ms importante es reconstituir lo que l denomina la historia patria. Est consciente de los esfuerzos que se han hecho y se hacen para esclarecer los dramas humanos del pasado.En su papel de resguardo, se convierte en una especie de arquelogo del pasado nacional. Encomienda la responsabilidad a un nmero importante de intelectuales, historiadores e investigadores que en diversas partes del pas sostienen una labor en ese sentido, como los hermanos Ramos, en Cuman, Lpez Rivas, de Maracaibo y Febres Cordero, de Mrida, dediquen sus fuerzas y talentos al estudio de la crnica local, obedeciendo a las atracciones de la familia; que otros, como Gil Fortoul y Alvarado, tiendan a la disquisicin filosfica y social, y al engrandecimiento del todo contribuyan con fuerzas superiores; que otros, en fin, como Martel Larruscain, Yanes, Aguilera, Zumeta y otros ms, se fijen en la biografa, en la leyenda o en rectificaciones histricas, es lo cierto que todos, animados de nobles sentimientos, converjan en un centro: la historia patria (Rojas, 1972: 17). No pierde de vista que el desarrollo de la nacin va en sintona con los aspectos econmicos, sociales, polticos y culturales; ve con optimismo a su pas y reconoce los adelantos logrados por otras naciones cuya influencia se evidencia de diversas maneras.En ese sentido, Rojas resalta las transformaciones que han propiciado culturas como la estadounidense desde la proclamacin de su independencia, de la cual se haba celebrado ya el primer centenario (1776-1876). Destaca de este pueblo su portentosa industria, su comercio que cruza todos los ocanos y penetra en todos los pueblos de la Tierra; su ciencia representada por las conquistas de la mecnica, de la nutica, de la astronoma, de la meteorologa, de la medicina, etc., etc.; y esos otros luminosos factores que se llaman imprenta, telgrafo, telfono, motor. Ha dado tambin al mundo, grandes escritores, historiadores que no contentos con estudiar la influencia de la raza anglosajona en el continente de Coln, han penetrado en los archivos espaoles para regalarnos obras selectas sobre la conquista castellana y las galas de su esplndida literatura (Rojas, 1972: 15).Igualmente subraya los logros alcanzados por la cultura francesa al punto de haber celebrado tambin el primer centenario de su revolucin (1789-1889). De esta cultura resea sus adelantos, y aade que la misma ha revelado a todos los pueblos que la Repblica inspirada por el sentimiento patrio, puede sostenerse en medio de monarquas enemigas; y ha pasmado al mundo con las obras de su industria, con las creaciones del arte moderno y con sabias monografas en todos los ramos del saber humano (Rojas, 1972: 15-16).El balance que hace Rojas de estas dos culturas al filo de la celebracin del centenario de hitos claves de su historia, lo contrasta con aquellos logros alcanzados por Venezuela, que se apresta a celebrar el primer centenario de su independencia (1810-1910). Aunque est consciente de que no presenciar este momento, muestra su optimismo en cuanto a que podrn presentarse con orgullo el desarrollo de nuestras conquistas intelectuales, industriales y sociales; cree de manera optimista que los venezolanos habremos biografiado a los principales actores del gran drama; habremos acabado de completar las colecciones histricas hasta hoy conocidas; habremos estudiado con ms criterio la poca de la revolucin y el carcter de sus hombres (Rojas, 1972:16).Su aporte entonces, va guiado no slo por un optimismo declarativo sino por una contribucin germinal que supera no solamente el sentido coyuntural del centenario de la revolucin de independencia, sino que cimienta la piedra angular para el conocimiento de la historia cultural del pas. De tal manera que sus estudios histricos, que l denomina orgenes histricos, son su contribucin anticipada para esa necesaria tarea de conocer y comprender el proceso histrico del pas:Remontarnos a los orgenes de nuestra historia, en cada una de sus grandes etapas; aplicar al estudio de los hechos la crtica filosfica; rectificar sucesos muy mal apreciados por ausencia de documentos y de estudio; sacar del olvido figuras histricas que traen a la memoria hechos gloriosos; estudiar las costumbres y tendencias de cada poca; presentar, en suma, a la historia lo que sea digno de la historia, segn la clebre frase de Voltaire: tales son los propsitos que nos guan en esta labor continuada hace ya algunos aos (Rojas, 1890: V).l mismo se ocupa de ofrecer la nmina de estudios que contribuiran con esa tarea llena de amor patrio y de fe en el porvenir. De este entramado temtico se puede deducir la amplitud de sus intereses, comprendidos en la necesidad de esclarecer las incgnitas del pasado y, ms an, de explicar gradualmente los procesos de conformacin de la cultura nacional a lo largo de su historia:Los filibusteros en las costas venezolanas, durante el siglo XVI; Los filibusteros en las costas venezolanas, durante el siglo XVII; Las escuadras extranjeras en las costas venezolanas, durante el siglo XVIII; La obra de los misioneros, El elemento alemn en la conquista de Venezuela, El gran Solano y su obra, Orgenes de la imprenta en Venezuela, La Revolucin de 1810 y sus hombres, El General Emparam. El Cannigo Corts Madariaga, El Constituyente de 1811 y sus hombres, Las campaas de Miranda en Venezuela, Orgenes de los partidos polticos en Venezuela, La monomana sobre monarqua es hija de la Revolucin, Orgenes sobre la diplomacia en Venezuela, Campaa de 1813, Boves, Las legiones extranjeras auxiliadoras de la Revolucin, Miguel Jos Sanz, El General Morillo, La familia caraquea, etc., etc. (Rojas, 1972: 16-17).Muchas de estas monografas se escribieron, otras, como la referida al elemento alemn en la conquista de Venezuela, se quedaron en proyecto.Es importante destacar que en su conjunto, la mayor parte de estos estudios corresponde a un sentido fundacional de la nacionalidad. Sus monografas se asumen como elemento constitutivo de una tarea necesaria, que consiste en el develamiento de los hitos fundamentales de la historia patria, tanto la remota como la ms prxima. Por esta razn son abundantes sus datos respecto de los elementos constitutivos del orden jurdico, de los deslindes territoriales, la conformacin de las instituciones polticas y civiles. Es esa la Venezuela que se est fundando, que est construyendo su propio camino.Funcin y honra de precursorA Rojas le debe la historiografa venezolana su reconocimiento como pionero. Una serie de ciencias nuevas y de orientaciones tambin novedosas en el tratamiento de las ya existentes, ubican a Rojas como un obsecuente revelador de secretos. Por ello, sus aportes a la sismologa, la arqueologa y el folklore, a la herldica y la numismtica, se suman a su inters por la espeleologa y de una manera mucho ms palpable a la antropologa, la historia y a una ciencia que como tal era novedosa, la lingstica.Pero a todas esas disciplinas, que aparentemente distanciaran los focos de inters, Rojas las vincul principalmente con un mtodo que daba cuenta de los procesos constitutivos de las ciencias, las artes y la historia, tanto en Venezuela como en Hispanoamrica. En aquella Venezuela carente de recursos materiales, plagada de enfermedades y conflictos internos, el ambiente no era muy cnsono con una vocacin estimulada por el estudio y la investigacin.Sin embargo, pese a las dificultades, se impuso su voluntad de auscultador de la realidad; su amor por el pas, por el pasado que forj la razn de ser de sus das, fue el aliciente que le permiti darse a la tarea de ayudar a la construccin espiritual de la nueva nacin. Y en ello influy necesariamente la reciprocidad que recibi de muchos de sus contemporneos, la aceptacin de su trabajo intelectual, la estima de sus compaeros de generacin, que se convirti en respeto incondicional con el correr de los aos: Don Arstides pudo ejercer accin benvola y benfica, porque la sociedad de su poca supo orlo, y de l aprendi a reconocerse mejor, a tener confianza discreta en s misma, a buscar su mejoramiento (Key-Ayala, 1955: 608). Quizs el paso de los aos y los nuevos derroteros que fue tomando el pas son la clave de su magisterio y la ensea de su vocacin profundamente venezolanista.Parque Arstides RojasEl Parque Arstides Rojas es un parque de esparcimiento pblico localizado en la Parroquia El Recreo del Municipio Libertador de Caracas, Venezuela. El parque se encuentra localizado entre las avenidas Andrs Bello y Principal de Mariprez. Debe su nombre al escritor, historiado, mdico y poltico Arstides Rojas (1826-1894).El parque fue inaugurado por el gobierno de Rmulo Betancourt el 22 de mayo de 1962. Posee adems de las reas verdes, quioscos para fiestas, canchas deportivas, la Biblioteca Mariano Picn Salas, antes denominada Rmulo Betancourt y el Teatro Tilingo, ste ltimo inaugurado en 1967. Tambin participa una organizacin de scouts.En 2007 la Alcalda Metropolitana de Caracas bajo la administracin de Juan Barreto inici la rehabilitacin del parque. A finales de ese ao el alcalde anunci la transferencia del parque al grupo Circo Extremo, para que stos los administren.

ConclusinComo expusimos al comienzo de la investigacin, la vida y obra de Arstides Rojas cumple un papel importante para todos los venezolanos como historiador debido a que cuida la historia venezolana, Rojas tuvo desde siempre predileccin por comunicar sus hallazgos, comparta sus preguntas y sus enseanzas. Luego de analizar el trabajo podemos concluir que Arstides Rojas, fue un testigo excepcional de las propuestas modernizadoras que fueron implantadas en Venezuela, Rojas vivi de cerca la creacin de las Academias. La de Ciencias Sociales y Bellas Letras. Su huella luminosa es visible en la generacin de intelectuales que continuaron su obra. Rojas le debe la historiografa venezolana su reconocimiento como pionero. Una serie de ciencias nuevas y de orientaciones tambin novedosas en el tratamiento de las ya existentes, ubican a Rojas como un obsecuente revelador de secretos. Por ello, sus aportes a la sismologa, la arqueologa y el folklore, a la herldica y la numismtica, se suman a su inters por la espeleologa y de una manera mucho ms palpable a la antropologa, la historia y a una ciencia que como tal era novedosa, la lingstica.Arstides Rojas siempre tena un infatigable afn por explicar los hechos de la historia venezolana, llevaron a Arstides Rojas (1826-1894) a ser un atento observador de su pasado y su presente, intrprete y custodio de la memoria colectiva. Su pasin por conocer, clasificar, explicar e interpretar la historia, lo llev a convertirse en un pionero de la disciplina historiogrfica. Gracias a su acuciosidad se salvaron, no solamente invalorables testimonios, sino los documentos y, ms an, los vestigios de un patrimonio colectivo que se conserv gracias a su esfuerzo.

Bibliografa http://www.pdv.com/lexico/pioneros/rojas.htmhttp://ilustres.com.ve/aristides-rojas-2/http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-95052007000100012&lng=es&nrm=isohttp&tlng=eshttp://aristidesrojas.8m.com/BiografiaAR.htmhttp://es.wikipedia.org/wiki/Parque_Ar%C3%ADstides_Rojashttp://www.pgr.gob.ve/index.php?option=com_content&view=article&id=5562:5-de-noviembre-de-1826-natalicio-de-aristides-rojas&catid=92:historico-efemerides&Itemid=28

Anexos

Doctor Arstides Rojas Doctor Arstides Rojas

Parque Nacional Aristides Rojas su Ubicacin

Parque Nacional Arstides Rojas

Monumento Natural Los Morros (San Juan de los Morros)

Monumento Natural Los Morros (San Juan de los Morros)Parque Nacional EL Guacharo

Parque Aristides Rojas Caracas Parque Nacional EL Guacharo

Parque Nacional EL Guacharo

Morros de San juan

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