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V I.:I\LAS ALLi ASLSINAIJAS, el último 4 de marzo, a las cuatro Misioneras <le la Caridad en Ycmcn, cuando se había anunciado la inminente canonización de la Madre Teresa de Calcuta, nos confirma clue el más alto grado de la caridad en la Iglesia es el martirio. Fue así como encontraron la muerte las hermanas Margarita, Judilh, Reginet y Ansclm, lejos de Ruanda, de Kcnia y de la India, los países oc origen de donde salieron en otro de los grandes actos de heroísmo de un cristiano: la misión. y su vida de misioneras no solo estuvo expuesta a una zona conllictiva, donde la guerra interna las colocaba entre dos frentes étnicos radicales musulmanes, sino que tuvo con una opción más: el servicio a los ancianos, esos «desechables» que nos ha advertido el papa Francisco. Es así que una conjunción de hechos les abrieron las puertas del Cielo: murieron por amar, fueron torturadas «por salir» y hoy son mártires por quedarse a pesar de las amenazas. Las cifras del último año de la agencia vaticana Fielesnos reclaman atención en 22 agentes pastorales asesinados violentamente durante el 2015 Yun no menos doloroso número de muertes durante el 2014, Yasí sumando. ¿Algtlien piensa que amenazando o matando cristianos estos huirán? ¿O que atacándola así, la Iglesia va a retroceder en sus obras socio-caritativas, en sus denuncias y en sus recla- mos? Pues ni la histor-ia ni el martirologio tan amplio 10 avalan .... 20 I Cooperador paulino_ComulJi((Je/ófI y pOI/ami José Antonio Vareta Vidal Que estos testimonios de martirio de aHos recientes -y lamenta- blemente de las últimas semanas-, no sean solo semilla de nuevos cristianos, sino que movilicen a toda la Iglesia a anunciar y denun- ciar con mayor coraje. Mártires de hoy A un año de la beatificación de Mons. Óscar Romero

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V I.:I\LAS ALLi ASLSINAIJAS, el último 4 de marzo, a las cuatro Misioneras <le la Caridad enYcmcn, cuando se había anunciado la inminente canonización de la Madre Teresa de

Calcuta, nos confirma clue el más alto grado de la caridad en la Iglesia es el martirio.Fue así como encontraron la muerte las hermanas Margarita, Judilh, Reginet y Ansclm,

lejos de Ruanda, de Kcnia y de la India, los países oc origen de donde salieron en otro delos grandes actos de heroísmo de un cristiano: la misión.

y su vida de misioneras no solo estuvo expuesta a una zona conllictiva, donde la guerrainterna las colocaba entre dos frentes étnicos radicales musulmanes, sino que tuvo con unaopción más: el servicio a los ancianos, esos «desechables» que nos ha advertido el papaFrancisco.

Es así que una conjunción de hechos les abrieron las puertas del Cielo: murieron poramar, fueron torturadas «por salir» y hoy son mártires por quedarse a pesar de las amenazas.

Las cifras del último año de la agencia vaticana Fielesnos reclaman atención en 22 agentespastorales asesinados violentamente durante el 2015 Yun no menos doloroso número demuertes durante el 2014, Yasí sumando.

¿Algtlien piensa que amenazando o matando cristianos estos huirán? ¿O que atacándolaasí, la Iglesia va a retroceder en sus obras socio-caritativas, en sus denuncias y en sus recla­mos? Pues ni la histor-ia ni el martirologio tan amplio 10 avalan ....20 I Cooperador paulino_ComulJi((Je/ófIy pOI/ami

José Antonio Vareta Vidal

Que estos testimonios de martirio de aHos recientes -y lamenta­blemente de las últimas semanas-, no sean solo semilla de nuevoscristianos, sino que movilicen a toda la Iglesia a anunciar y denun­ciar con mayor coraje.

Mártires de hoyA un año de la beatificación de Mons. Óscar Romero

«Testigo del evangelio», según lo referidopor su secretario de entonces)' hoy cardenaly arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz.

Tengamos claro eluc Romero está en losaltares porque siempre fue un hombre deIglesia, nunca el símbolo de una políticaopositora a un régimen, sino elue supo darlea la práctica de esta una dimensión religiosa.

En este u-abajo se sintió alentado por locjue le dijo el beato papa Pablo VI, en unade las primeras audiencias donde llegó tem­bloroso, LLl1afrase que consigna clara en suDiario. «Usted es el eILlemanda», Iuc la fraseCjLlele hada falta escuchar, del SUcesor dePedro, para retornar el timón de SLl barcasalvadorcña.

A pesar del enfrentamiento cILletuvo conalgunos obispos del episcopado salvadoreño(y más allá), supo decir lo que otros evitabanenfrentar, debido a la ya desusada diploma­cia de que «el obispo debe llevar buenasrelaciones con los gohernantes». Este es unargumento que funciona si quien guía losdestinos de una nación respeta lo que pro­metió, )' no se deja llevar por la ambición yla prepotencia.

Esto 10 supo bien Romero, quien como elsalmista dice: guió a su pueblo por «escurase-

Cooperador paulino_comuniWCiónypaswraf 121

Hna. Anse/m

Verlas allf asesinadas, el 4 demarzo de 2016, a las cuatroMisioneras de la Caridad enYemén, cuando se habla anun­ciado la Inminente canoniza­ción de la Madre Teresa deCalcuta. nos confirma que elmás atto grado de la caridaden la Iglesia es el martirio.

En el mes de marzo la Iglesia universal haconmemorado el primer aniversario de labeatificación de monseñor Óscar Rom el-O,arzobispo de San Salvador desde 1977 a1980, año en que fue asesinado celebrandola santa misa.

El hoy heato Óscar Romero fue elhombre indicado, pero en el momentomenos indicado. Es decir, el pueblo salvado­reño y hoy toda la Iglesia ,tuvo a un pastorque se enfrentó entonces a la peor catadurague puede alcanzar un gobernante: descono­cer la dignidad de las personas en su derechoa la vida, al trabajo y a las libertades.

Por eso el santo papa Juan Pahlo 11,cuando visitó su tumha en la Catedral deSan Salvador, dijo de él: «Romero es nues­tro». Ya antes lo había reconocido como un

UnBeato valiente

Por el contrario, la sangre de los márti­res no solo es semilla de nuevos cristianos,como dijo Tertuliano, sino elue le da a loscreyentes mayor coraje, les hace perdermiedo ante las provocaciones)' los pone enprimera fila para defender 10 'Iue no se toca:la dignidad humana.

Hna. RegmetteHna. JudlthHna. Marguerlte

hermana Berta, y que presenció los últimosminutos de vida de los franciscanos conven­tuales, el comando terrorista los acusaba de«distraer a los jóvenes con la Biblia y alejar­los de la revolución» que ellos alentaban.

También fueron acusados por «asistir» a lapoblación con ayuda alimentaria y proyectosde desarrollo productivo a través de Caritas,que lo único que buscaba en aquellas)' en lasactuales circunstancias, es mantener erguidala dignida.d de las personas.

Fue así que asesinados muy cerca de susparroq uias, en las localidades de Paria cotoy Santa, el pueblo de Dios tuvo (lUC recogerentre llantos los cuerpos ensangrentadosde sus mártires. Por ello fue muy alentadorlo que dijo ellcgado papal, Ángelo Amato,en su homilía durante la beatificación: «Elauténtico "sendero luminoso" es la caridadque trae vida y no muerte, paz y no guerra,fraternidad y no división».

Que estos testimonios de martirio de añosrecientes -y lamentablemente de las últimassemanas-, no sean solo semilla de nuevoscristianos, sino (lue movilicen a toda la Iglesiaa anunciar y denunciar con mayor coraje.CP

Enun actomultitudinario, endiciembre último,en la ciudad norteñade Chimbote, dondederramaron la sangreel padre AlessandroDordl (en primerplano) italiano, y losfrailes franciscanosconventualesMichelTomaszek (el másalto) y ZblgnlewStrzalkowskl,polacos, el cardenalAngeloAmato,

prefecto de la Congregaciónpara las causasde los santos,elevó a los altares a quienesel pueblo ya los llamaba..Mártires de la fe y la canaoa-.

Aunque no ha pasado un año, sino solo cincomeses desde su beatificación, es también unmotivo de gozo la proclamación como talesde los tres presbíteros extranjeros asesinadosa principios de los noventa en el Perú, pOloelgrupo terrorista Sendero Luminoso.

En un acto multitudinario, en diciembreúltimo, en la ciudad norteña de Chimhote,donde derramaron la sangre el padre Ales­sandro Dordi, italiano, y los frailes fran­ciscanos conventuales Míchcl Tornaszck yZbignicv., Strzalkowski, polacos, el cardenalAngclo Amato, prefecto de la Congregaciónpara las causas de los santos, elevó a los alta­res a quienes el pueblo ya los llamaba «Már­tires de la fe y la caridad».

Las circunstancias de la muerte de estosmisioneros no hace sino confirmar la insania(lue demostraron los terroristas lideradosentonces por Abimacl Guzmán, quien purgauna condena de cadena perpetua en unacárcel de alta seguridad en Lima. Desde allíreconoció ante el obispo emérito de Chim­bote, Luis Barnbarcn, que su grupo habríamatado a los presbíteros «por odio a la fe».

¿De qué se le acusaba a estos extran­jeros, que dejaron todo por servir a unpueblo generoso pero a la vez carente delas necesidades básicas )' de mayor evange­lización? Según una religiosa de las Esclavasdel Sagrado Corazón, conocida como la

221 Cooperador paulino_Com!}f)iwción ypostorai

Mórtires de la caridad

quebradas», apoyado en «su vara y su cayado»;tratando de que «nada les falte» y dándolescon su sangre a beber «aguas tranquilas».