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CAPITULO I ANTROPOLOGIA CRISTIANA INTRODUCCION na de las lecciones que sacamos del anterior artlculo/" era la posibilidad de ampliar los principios de la experiencia religiosa en general a la experiencia cristiana. Algunas sugerencias de Giussani nos permit ían llegar a es a conclusión: existe la posibilidad de formular la hipót esis de una continuidad entre experiencia humana y religiosa en general y la experiencia cristiana. Giussani no niega la validez de otras experiencias religiosas. No es tampoco su objetivo. Concentrando sus reflexiones en torno a la experiencia cristiana, el desarrollo de su pensamiento quiere asegurarse que la experiencia cristiana no sólo no contradice la experiencia humana en general y la experiencia religiosa en particular, sino que las complementa y las lleva a su pleno desarrollo. No hay que olvidar que la preocupación de Giussa ni se inscribe en una corriente de pensamiento t eológico y pastoral que evalúa las con- sec uencias del pensamiento ilustrado en las culturas contempor éneas/" Por un lado, la presencia de corrient es crít icas radica les en las expresio- nes religiosas generó respuestas antropológicas encontradas. y, por 11J Ver revísta "Cultu ra tvo 10, p.47-59.

Bases para una antropología cristiana y eclesiológica, Johan Leuridan Huys

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Tomando como base el importante aporte de Luigi Giussani, el doctor Johan Leuridan Huys ahonda en las tensiones entre la experiencia cristiana y la cultura contemporánea trata, a la vez que busca identificar y definir la situación religiosa del hombre.

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CAPITULO I

ANTROPOLOGIA CRISTIANA

INTRODUCCION

na de las lecciones que sacamos del anterior artlculo/" era laposibilidad de ampliar los principios de la experiencia relig iosaen general a la experiencia cristiana. Algunas sugerencias de

Giussani nos permitían llegar a esa conclusión: existe la posibilidad deformular la hipótesis de una continuidad entre exper iencia humana yreligiosa en general y la experiencia cristiana. Giussani no niega lavalidez de otras experiencias religiosas. No es tampoco su objetivo.Concentrando sus reflexiones en torno a la experiencia cristiana, eldesarrollo de su pensamiento quiere asegurarse que la experienciacristiana no sólo no contradice la experiencia humana en general y laexperiencia religiosa en particular, sino que las complementa y laslleva a su pleno desarrollo.

No hay que olvidar que la preocupación de Giussani se inscribe enuna corriente de pensamiento t eológico y pastoral que evalúa las con­secuencias del pensamiento ilustrado en las culturas contempor éneas/"Por un lado, la presencia de corrientes críticas radicales en lasexpresio­nes religiosas generó respuestas antropológicas encontradas. y, por

11J Ver revísta "Cultura tvo 10, p.47-59.

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otro lado, la antropología cristiana, con el afán de apaciguar los ges­tos desesperados de muchos no siempre acertó con el mejor caminopara dar respuesta cabal al problema que el pensamiento ilustradoplanteó a la conciencia del hombre contemporáneo. La contribuciónde Giussani a este problema fundamental de la cultura contemperé­nea abarca varias dimensiones. Recordaré, en primer lugar, un cortoanálisis de Giussani en que él trata de identificar y definir la actualsituación religiosa del hombre.

1.- LA EXPERIENCIA CRISTIANA Y LA CULTURA CONTEMPO­RANEA

a.-Tensiones entre la experiencia cristiana y la cu!tura contemporánea.

Giussani identifica tres fuentes de tensión entre el hombre mo­- derno y la experiencia cristiana.

La primera es la que nace en el humanismo. Con ella ... :

N •• • el ideal de la santidad medieval es sustituído (...) porel ideal del éxito humano: ya no es Dios, en quien tododebe confluir en una unidad armónica, sino el "divo",el hombre de éxito que sólo cuenta con sus fuerzas" (3)

La segunda fuente de tensión nace con lo que Giussani llama elnaturalismo renacentista:

"el naturalismo que constituye de esta manera la éticarenacentista marca un cambio sistemático que va a re-

PI Haynumerosos trabajos sobre el tema, A titulo de sugerencia ~ale la pena leerlaspágina$ de GeorgesCre$py. ES$ais sur la situation aCfUelle de la foi, Cerf. Paris, 1970, donde el autor re~i$a lasiKtuale$lectu·ras antropoi6gicas de la experiencia religiosa ymern:iona losaportes de lascorrientes a una problemá­tica de conjuntoen torno a la experiencia cristiana. Para una visi6n de conjunto de la cultura latinoame­ricana yde losproblemas que ella plantea a una antropologla de laexperiencia cristiana, leer laslumi.ncses páginas de Pedro Morandé, Cultura y modernizaci6n en América latin<¡, Santiago, 1984.

(J:l L. Glu55an( U r;oncienciare-/i9ios. en el homb... moderno,.Encuentro Edio'ones. Madn'do 1986:18.19.

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ner luga r en el cuerpo entero de la moral. CuandoRdbelais escribía -hdZlo que quieras, porque por na tu­retere el hombre está impulsado a realizar actos virtuo­sos"', explicitaba esta mutación, y con ello exoresetss yaperfectamente un principio de la ética actuaIH'.J.

La te rcera fuente de tensión resulta de la importancia que a par­t ir de la expansión marít ima europea y de los descubrim ientos den­t if icos se da a la ciencia y a la técnica:

"Cada vez más el ideal del caminar humano se ve deter­minado por la ciencia y la té cnica, las cuales, por mediode la intervención sobre la rftalidad. prometen al hom­bre un mundo determinado según sus propios proyec­tos, El hombre es dueño de su destino" (SJ.

Es, pues, en este contexto de tensión permanente que se desar rollala experiencia crist iana. No es una dificul tad como las que asaltaronlas fronteras de l crist ianismo primitivo o la ciudad crist iana medieva l.Es más profunda y ataca los fundamentos mismos de la experienciareligiosa. Por e llo, insiste Giussani, estas tensiones dem uestran que elhombre contemporáneo se aleja cada día más de Dios hasta dispensa rsu presencia. Con el humanismo prometeko, con la ética nacida delesfuerzo humano y con la razón todopoderosa, el hombre contempo­ráneo ni siquiera se preg unta lo que es la experiencia cristiana, y hastala razón de ser de la dimensión religiosa de l hombre le es indiferente.Este es, sin duda, el gran desafio que la cultura contemporánea plan­tea a la experiencia cristiana'"

Las consecuencias de la existencia de esta men talidad crít ica yprof undamente indife ren te al problema religioso pueden verse enalgu nos de los rasgos de las prácticas cotidianas del hombre moder­no , Giussani distingue algunos, l os rea grupa alrededor de la ideade laicismo. Analkémoslos más detalladament e,

". L. GiuJ$i!Jfli, op. eit. 1986: 22.

(JI L Giun ani, op. eit. 7986: 24.

tu AI9u n OJ tt'ó/ogoJ eontempor¡jneoJ han an.Uz,do eJte problema. Ca bEo m('OC/onar la $(nte1jJ monu­mental de lCa rl fu.hner. Para e~te temo¡ w ede I('('f$e J(J rrabaj o robre t('() log~ y .mrrop o/og ,",) publica­do en Ttl Mlogie d', uj ourd 'hl'i et de demil itl, Cerf, I'l rff. 1% 7.

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b.- El laicismo

Para Giussani el laicismo es:

"la profesión de que el hombre se pertenece y se bastaa sí mismo (Camelia FabroJ, la presunción de una auto­nomía total por parte del hombre" (7)

El laicismo es un hecho muy novedoso en la historia de las ideolo­gías . En las sociedades antiguas y arcaicas era desconocido. Con él,Dios se vuelve inútil, indiferente, ajeno al hombre, a los negociosdel mundo, a la marcha de la historia. O, en lo mejor de los casos,deviene algo que forma parte de la vida privada, de las decisiones uopiniones que cada hombre guarda para sí mismo.

Por regla general, la cultura contemporánea, al afirmar la capaci­dad del hombre en sus propios recursos pone de lado lo transcendente,lo sobrenatural. Ignora que hay otras fuerzas fuera de la simple ra­zón humana. la opinión de Giussani sobre el tema es contundente:

"E! verdadero enemigo de una auténtica religiosidad, ami parecer, no es tanto el ateísmo cuanto ese laicismo; enefecto, un ámbito sagrado que no tenga que ver con elcampo concreto de losintereses cotidianos del hombre haceconcebible larelación con Diossólo como algo totalmentesubjetivo. Y la realidad humana queda con sus problemas ·y sus intereses a merced de los criterios del hombre, en lapráctica fácilmente determinables por el poder"!"

Una de lasconsecuencias del laicismo es relegar la experiencia cris­tiana hacia el espacio de las experiencias en general, sin suscitar en elhombre el interés que la experiencia histórica de Jesús despertó nosólo en el tiempo en que compartió con la sociedad judaica las espe­ranzas, alegrías y tristezas, sino también desde que su testimonio nu­trió la experiencia de la Iglesia y la comunidad cristiana en generaL

m 1. Giu5:lani, op. df. 1985: 25.

,~ L. Giu«anl, op. cit" 1985:27.

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Gl ussan i argumenta que la idea laicista reduce el hombre. fe restaenerqía, lo encierra en los límites de una existencia sin ventanas haciael horizonte exterior. La razón alzada contra lo transcendente, restaal ho mbre posibilidades. fe impide acceder el misterio.

Otra consecue ncia no menos grave es la reducción de la libertadhumana:

.....para el cristianismo la libertad es ene rgia de adhesión a /0 real.a/ ser. Es adhesión a o tra cosa distin ta de uno mismo. que completa.hace crece r; construye y realiza nuestra persona. Libertad, por consi­guiente, es una fuerza a fectiva que conduce a un último "Tú". uber­tad es energfa constructiva de! yo mediante la adhesióñ a "Otro"..".1'1

Dos otras consecuencias señala Giussani: la primera es fa concien­cia como única fuente no rmativa para e l qu ehacer del hombre. y lasegunda. la cultura como ciencia y técnica sin la human ización quela t radici ón cristian a siem pre exigió de ella. En cuanto a fa primera,la experiencia cristiana la tiene como el lugar donde la libe rtad es­t ucha la voz del Ot ro.(lo/

Como se acaba de ver; e! enéllsls de Giussanl se constr uye en basea! cont raste y a fas tensiones en t re fa experiencia cristiana y fa s prin­cipios y valores de la experie ncia y cultu ra del hombre co ntemporá­neo. Importa, pues, sobre manera. seguirle los pasos hasta la afir­mación de los fu ndamentos mismos de la experiencia cristiana . ParaGlussan i, hay una característ ica que de alguna mane ra expre sa faactitud del hombre contemporáneo frente a la experiencia cristia ­na: la actitud optimista. Profund izaremos esta dimensión.

c.: El optimismo, obstáculo a la experiencia cristiana.

Todos los qrandes pensadores que se abocaron a caracterizar la cul­tura contemporánea subrayaron el hecho de que el hombre nacido de

.. L Giwwni, op. Uf . p. 19.

~-

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la Ilustración en el siglo XVIII es un hombre que confía en sus propíasfuerzas y deshecha la dimensíón religiosa como inútil y poco conformecon la confianza que la ciencia y la técnica imprimieron a las actualesqenereoones.

El humanismo ateo y los logros alcanzados en el campo de la inves­tigación científica pueden justificar esta actitud agresiva o despreciativadel hombre contemporáneo frente al mensaje cristíano, y religioso engeneral. Dealguna manera, Nietzsche encarna gran parte de este idealcritico al desprestigiar las virtudes que hacen del hombre un ser pre­ocupado por sus semejantes o atento a las necesidades del prójimo. Eloptimísmo y la confian za de Nietzsche se basan en la afirmación de lavoluntad de poder, en la energía que anima el hombre en su afán dedominar la naturaleza, al mundo y a sus propios semejantes. .

,

No olvidemos que Nietzsche atacaba frontalmente al crlsttanlsmo aldeclararlo promotor de.la flaqueza de la naturaleza humana, amantede la desgracia y del sacrificio.

Giussani recuerda cómo la experiencia de la joven revolución ameri­cana se entregaba de cuerpo y alma a la tarea de encargar a la cienciaya la técnica el futuro de la humanidad . Y refiere a este propósito untexto de un historiador y teólogo americano, Walter Rauschen (1907) :

"La velocidad de la evolución en nuestro país documen­ta la inmensa capacidad de perfección que late en lanaturaleza humana (...J. Quizá estos diecinueve siglosde influencia cristiana han sido un largo período preli­minar de crecimiento, y ahora el final y el fruto estáncasi al alcance de la meno'"'!',

La reflexión de Rauschen es algo ingenua, pero demuestra hastala saciedad qué grado de optimismo nutrían las generacionesdecimonónicas y cómo su fe inquebrantable en la ciencia les haciacreer que todo era posible.

,n , L GilJssilnl, op. <il" 1986 p. 32.

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El hombre no d uda ba de las posibilidades que se le ofrecla n desolucionar todos los problemas tanto de orden científico como éti·ce.

Al optimismo lo frena ron dos gran des acontecimientos: la Prime­ra y la Segunda Guerra mund iales. Co n estos dos g randes cataclls­mas, el hombre contemporáneo se día cuenta de que su confia nzaciega en la técnica y la ciencia no conduelen necesariamente a lafelicidad y al bienestar.

La ciencia y la técnica no eran suficientes para dar a l hombre loque él necesitaba en e l fondo de su ser. Algo hay que los avances dela ciencia y de la técnica son incapa ces de satisfacer. Y. una y ot ra nose abocan de por sI a solucionar' los problemas de las sociedadescontemporáneas.

El hombre no puede confiarles lo que el mismo tie ne que qaren­tiza r: una cierta conducta ética, basada en pri ncipios comunes y enideales que no brote n de la ciencia y de la técnica.

d.- La desilusión y la nostalgia .

El o pt im ismo fue dando lugar paulatinamente a la nostalgia y aldesengaño. Ycon ellos nació también un fuerte sentimiento de des­enca nto y desolación. Como es su costumbre. Giussani recurre a losautores li terarios para fundamentarsus aserciones. Co n notable aguodeza. se ref iere a los personajes de las novela s de u ostoyevsk j. lbsen,Kafka, Lagerkvist y a muchos otros autores q ue crean figuras Queexpresan cabalmente la ang ust ia y la desesperación humana .

lo que preocupa Giussani es sacar a la luz del día las prácticascot idianas que los personajes de la nove la mundial expresan. En ellosde tecta Giussani, en primer lugar, la angustia que se a poderó delhombre actual. Abandonado a sí mismo, el hombre escucha una voz,pero no sabe de donde vie ne y no sabe q ué contestar. Esta voz esprecisamente la que proviene de la experiencia cristiana:

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"El hombre de hoy, como ya hemosdicho, comprende losvaloresque le llegan del cristianismo, pero no logra creer,y esto lo hace tem"blemente incompleto" La tristeza porfalta de plenitudespff~cisdmente el contenido de las gran­des concienciasde hoy. Aun no logrando creer, el hombremoderno, en un extremo y desesperado gesto de lealtad,lanza un grito de nostalgia de una afirmación última ypositiva, aquelgrito que Cristo lanzó bien concientementeantes de morir:" A ti encomiendo mi espírituJUJ

e.· Angust ia, de sesperación y so ledad.

Son otros dos síntomas que menciona Giussani para diagnost icarel estado espiritualdel hombre contemporáneo. la eusencte delsen­t ido que dar a l gesto cotidia no, el vacío que las activida desscciceccncrnfces y politicas dejan en el alma, el absurdo de una vidaabandon ada a sus propias fuerzas, hacen del hombre un ser impo­ten te, sin fuerza anímica para dar sentido a su propia existencia:

"El hombre, que constata su incapacidad para realizarse a simismo, cae desde un optimismo a ultranza en un pesimismoprofundo, totet: todo acto está empapado de mal (...)" (U}

Las consecuencias antropológicas de los obstáculos que e l hom­bre contemporáneo alzó contra su propia necesidad de apertura alo t ranscendente son evidentes y se expresen según Giussani. de lamanera siguien te:

• la pérd ida de l gusto de vivir.• la búsqueda de refugio en ideologías ydogmatismospolíticos para

satisfacer la neceslded intrínseca de ir más allá de sus propias llmi­tedcoes existenciales;

• l a destrucción del presente. del instante que vivimos. por ha-

tu>1. GjllSW<ll. "Po cif. 1986. p . P.J.

.... 1. GiIIuItI,~ "Po cif. 1985. P.41.

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berle negado sentido y ahogado e un horizonte sin destino.

De todo ello resulta la soledad del hombre contemporáneo:

"Se podría captar esa soledad en diversos aspectos. dede sigual procedencia y vividos en momentos históricosdistintos, pero todos ellos tienen en común la exoerten­cía del hombre separado de S(JS relaciones con las coses,con los demás, consigo mismowru,.

2.- LA EXPERIENOA CRISTIANA COMO POSIBILIDAD

•a .- La lectura "prctestente" de la experiencia cristiana.

Giussan i posee una conciencia aguda del problema que planteaal hom bre contemporáneo el abandono de los idea les re ligiosos. Sinembargo, está convencido también de que la experiencia religiosaES fundamental para llevar los ideales del hom bre a su ple nitud. Lasseñales de una experiencia t runcada son numerosas. A todas ellas,e l mensaje crist iano y la experiencia relig iosa en genera l que elvehicule pued en a portar respuestas que no niegan el misterio peroque ayuda n el hombre a alcanzar lo que el esplri t u crítico no permi­te desarrollar. la experi encia cristiana. hemos dicho, recordando aGiussani, no puede contradecir la experiencia humana en general.El gran esfuerzo de Giussani es demostrarlo.

Pe ro sabe que no es solo el esplritu crítico que hace falta comba- .t iroHay algunas lecturas cristianas que intervienen en la expresiónrelig iosa y que merecen algunos reparos. Giussani llama la atenciónsobre la o pción protestante.

Giussani no quiere hacer una crítica del prot estantismo como tal nide lo que significa para la t radición cristiana e laporte protestante. lo

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que le interesa es denunciar dentro del catolicismo los que sin darsecuenta o sin quererlo proponen lecturas poco conformes a la tradi­ción católica de la experiencia religiosa .

El tema tiene mucha importancia para lo que luego Giussanj pro,po ne como características y opciones de la experiencia cristiana. Poreso, vale la pena recordar las páginas que él consagra a este tema,aunque algo marginales a la definición de la experiencia cristiana.

De una manera general, lo que Giussani critica en la lectura pro­testante es la reducción del cristianismo a un conjunto de pa labras o a"Palabra". Ahora bien, esta opción no es algo sin consecuencias sobrela manera de enfocar y vivir la experiencia cristiana.

La primera consecuencia de la lectura de corte "protestante" esla tendencia hacia el subjetivismo:

"t....) esta reducción lleva, desde el punto de vistametodológico a un subjetivismo inevitable que, en lapráctica, favorece cierto sentimentalismo y pietismo.Pues, según esto, la palabra de Dios tendría como últi­mo criterio interpretativo la conciencia personal: dra­mática relativización en la que cada hombre se convier­te en fuente del dictado, última cátedra y profeta de simismo, a merced de su sensibilidad, de sus resentimien­tos, del momento vital que etrevíese" (1!>J

La segunda consecuencia es el moralismo. Giussani analiza cómo elsubjetivismo de la lectura de la Palabra se convierte en moralismo enla medida en que el hombre se deja llevar por los poderes y definicio­nes que lo rodean. La mayoría define lo que cada uno debe hacer:

"Siel cristianismo es reducido a palabra, viene a coincidircon una emoción de la conciencia que tiene el derecho a

"~L. Giu""'m~ op. dt. 1986. p. 59.

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interpretarla, y tal conciencia no puede independizarsedel flujo de valores. que más se estiman en el momentohistórico en que vive" ("J

La tercera consecuencia es el "debilitamiento de la unidad orgáni­ca del hecho cristiano". Con esta expresión, Giussani hace referencia ala estructura que en la experiencia cristiana une el pasado al presente.

La dimensión "protestante" en el catol icismo desconecta al hom­bre de la historia para darle la impresión de que él vive sólo del pre­sente y en el presente se real iza. Y una señal de ello es precisamentela concepción de la persona del obispo de Roma en el juego de lavida de la Iglesia. Ahora bien, Giussani insiste en la importancia de laIglesia universal, simbolizada y unificada en la persona del Vicario deCristo, para la defensa de la propia experiencia cristiana, la cual, si seabandonara al solo cuidado de las iglesias locales sería incapaz deresponder a fos desafíos universales de l hombre contemporáneo.

b.- La experiencia cristiana como hecho objetivo.

Contestando en tono positivo a los obstáculos que ciertos medioscatólicos levantan al acomodar sus lecturas a ciertos estilos protes­tantes, Gtussen¡ insiste mucho en la idea de que:

"el cristianismo es el anuncio del Hecho, un Hecho bue­no para el hombre, un Evangelio: Cristo nacido, muertoy resucitado. No es una definición abstracta, un pensa­miento interpretable. La Palabra de Dios, "el Verbo", esun hecho que tomó cuerpo en el seno de una mujer;que se hizo niño, se convirtió en un hombre que hablóen las plazas, comió y bebió en la mesa con otros, fuecondenado a muerte y lo mataron. La Palabra de Dioses un hecho humano, plenamente humano N

(17J.

f''' L. Giu",mi, op. dt., 1g86. p. 60."'J LuigiGiunanl, op. <Ir., 1986. p. 6S-{j6.

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Es el hecho fundamental de la experiencia cristiana y es tambiénlo más objetivo que se pueda. No depende del sentimiento que elhombre pueda tener según las épocas o según las opiniones. No. Esun hecho fundamental, históricamente fechado y comprobado.Tam­bién es un hecho frente al cual el hombre puede reaccionar y puededar su asentimiento sin caer en la ilusión de una lectura subjetiva.Giussani menciona a este propósito lo que el poeta Pau l Claudelhacre decir a uno de sus personajes: "Por qué afanarse tanto cuandoes tan sencillo obedecer?"

"Una realidad viviente a fa que seguir: ésta es la caraere­rmica propia del hecho cristiano. Y ésta es hoy la vida dela Iglesia que es, si, la lectura del Evangelio, de la Palabrade Dios, pero interpretada por fa conciencia viva de uncuerpo viviente, guiado por una reafidad viviente, et ma­gisterio, un cuerpo con su propio ritmo ante el paso deltiempo, que es la liturgia"f!' )

Contra el moralismo que es la invasión de la moral social y políti­ca en los destinos de l creyente y que corrompe los fundamentos dela propia experiencia cristiana, Giussani evoca el papel de la graciaen el hecho objetivo de la vivencia cristiana:

"En oposición, pues, al moralismo que reduce el horizontede los valores humanos y obfiga a un conformismoculpabilizante, el cristianismo, mediante el planteamientoobjetivo del hecho que lleva al hombre hacia su destino,nos propone la salvacióncomo gracia, es decir. como algoque nos es dado permaneciendo y perseverando en unarealidad viva. De esta manera, también el hombre adultose "salva ", esto es, crece, se ve cambiar con el tiempo, ma­dura, se descubre cada vez más inminente en Aquel paraquien está hecho, y a Quien toda su naturaleza clama "(l~)

" " L. Giu...ni. op. cit., 1986. p. 67-68.

I''' L. Giu".nf. op. dt. 1986. p. 59.

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c.- La Experienda Cristiana Como Hecho Totalizante.

En varias oportunidadesGiussani subraya esta dimensión de la expe­riencia cristiana. Al hablar de la exper iencia religiosa en general y ald isc.uti r las d ificuttades que e l hombre ccntempor éneo enfrenta paraacceder al mensaje histórico de Jesús, Giussani insiste en la totalidad delhecho único que estructura la experiencia cristiana. y menciona lo quefue para los primeros discípulos de Jesús el encuentro con el Maestro:cada uno de ell os abandonó todo. porque el Hecho fu ndamental queJesús encarnaba no podía ser a lgo simplemente subjet ivo. pasaje ro. No.Por su propia estructura intrínseca, la experiencia crist iana es totalizante:

"Un Dios que se ha hecho uno de nosotros, entre naso- ,tros, compañero de nuestra vida, si no ten diese a de ter­minar todos nuestrospensamientos, nuestros proyec tosy nuestros sentimientos, si no se concebiese con estatotalidad, sencillamen te no seda Dios"m,.

Tal es la importancia q ue S iussani atribuye a esta dimensión dela expenencla cristiana. Según él, no sentirla y no se r consciente dee lla lleva el hombre contemporáneo y a muchos creyentes a cae r enun t ipo de experiencia religiosa guiada por va lores y normas socia­les, es decir, po r aque llasmás de moda, vividas por e l medio ambien­te, pe ro no inform adas po r la experiencia de fe. Es este, pues, unode los combates a que se de be entregar todo aq ue lque se inspira enlas fue ntes del me nsaje evangélico.

Con la experiencia cristiana totaüzente se difu nde en la cult urala propia exper iencia de fe. O sea, a partir de la propia experienciarelig iosa, la cu ltura queda ernpe pada de los principios q ue la expe­riencia crea en el hombre. Los valores y las normas, en vez de se ralgo pasivo e impuesto desde el exterior al hombre. brotan del lnte­rtcr y de la plenitud de la experiencia crist iana hada la sccted eo: Esentonces que llegan a ser va lores cristianos que se difunden en elquehacer del hombre contemporáneo:

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"La genialidad radical de! sujeto reside en le fuerza desu conciencia de pertenencia. Poresto, e! pueblo de Diosse convierte en nuevo horizonte cultura! para cada su­jeto que pertenece a él" 21} -

3. LA RELAClON CON DiOS COMO EXPRESiON CABAL DE LAEXPERIENCIA CRISTIANA

a.· la Relación con Dios, una experiencia concreta totalizante.

Giussani enmarca sus preocupaciones antropológicas en torno a laexperiencia cristiana con un conjunto de expresiones que apuntan haciala definición de la relación del hombre contemporáneo con Dios. Losobstáculos que la cultura actual levanta al hombre con sed de absolu­to y de transcendencia son muchos. Sin embargo, la propia historia dela experiencia cristiana afirma la posibilidad de reafirmar y proseguirlos rasgos que hicieron de ella una experiencia religiosa única.

Giussani afirma con vigor esa posibilidad y cree indefectiblemen­te en la capacidad del hombre contemporáneo para alcanzar esarelación profunda y cabal con Dios. Por eso, no hay que te rg ive rsarla experiencia cristiana tal como la definieron los primeros cristianosy el propio Jesús en el mensaje y práctica que nos legó. Y por esotambién los cuidados y los esfue rzos que Giussani despliega pa raencontrar [as expresiones justas y pertinentes que la definen.

La antropologia teológica de Giussani echa raíces a partir de undato fundamental: la experiencia cristiana es un hecho totalizante,concreto. Abarca toda la existencia del individuo, su ser, su persona.Nada le escapa. No es, pues, una abstracción o, como decían los teó­logos del siglo XVI un "estado de gra cia" simplemente. Es algo más.Mucho más.

mJ L. Giu. ,ani, op. dt., 1986. p. 73.

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BU.,5 P"'" un" Antropologi" Cristía". y fde.loI6gl~ 97

Giussani en diversos escrttos y en varias ocas iones llama la a ten­ción sobre ello: la experiencia crist iana es una re lación total con Dios.es una relación concreta . Const ituye de por si u na un idad orgánicaestructurada en la cual el hombre se t ransfo rma en nu eva criat ura.en una perso na tota lmente recreada y viviendo un a nueva vida. Y laestructura de la pe rsona está tota lmente orga nizada por la propiare lación q ue la ata a Dios. por la cual la vida crist iana se vue lve cc- .murn ón permanente con üíos.

Creerán alquncs que la relación tota l exigida por la experienciacristiana definida por Giussa ni es un sentir espiritual en e l que Di osse manifiest a por sena les a trav és de las cua les e l alma entra en con­tacto con la divinidad y la ex presa visiblemente . Este f ue e l error demuchos en e l pasado. Pa ra ellos, la experi encia crist íana era visibleen su pro pio ser y los at ributos de Dios se ve lan en e l hombre. ElEspíritu se t rensrntt re a l propio se r de l hombre y en é l actuaba direc­tamente y visiblemente . Giussani rechaza estas explicaciones parace nt ra r su definición en el hecho de que la experiencia crist iana esun a: experiencia con una energ ía y un ím pulso estructu rados, es de­cir. una energ ía haci a DiO!> ron todas las fue rzas de l hombre. contoda la energ ía, con sus posíbilidades activas y pasivas. A ese propó­sito. Jesús es el propi o modelo de la relación absoluta con Dios, lacua l sigue presente y actuante en la comu nidad crist iana q ue el dejóy al rededor de la cua l se mantiene e l mensa je original y la vivenciade su propia expe riencia:

"¿,Cómo se hace presente el Hecho cristiano, o el Cueropo de Cristo, o el pueblo de Dios, de modo que resulteposible, experimen table y operante la pertenencia a él'!Análogament@a cuanto decia la primera carta de Juan:Lo que hemos otao. lo que hemos visto con nues trospropios ojos, lo que con templamos y palparon nuestrasmanos; la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible.nosotros la hemos visto. os damos testimonio de e!1o yos anunciamos la vida eterna que estaba con e f Padre yse nos manifestó... Jn. J, J- 2)" ~1}

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98 10han Leuridan Huys

Como se acaba de ver; la experiencia cristiana es por definiciónentrega total de la persona con todas sus fuerzas a la comunidadque forman todos los que se relacionan con Dios en Jesucristo. Noes, pues, una experiencia humana de vida compartida. Es muchomás y muy diferente: es-la comun idad de los "hijos de Dios", delPueblo de Dios. Por eso, es una experiencia transcendente y única.

CAPITULO 11

ANTROPOLOGIA ECLESIOLOGICA <

INTRODUCCION

Giussani afirma que la experiencia humana busca un sentido. Lavivencia religiosa le da una respuesta. Y entre las muchas a las quetiene acceso, el hombre contemporáneo, libre y crítico frente a to­das ellas, puede escoger la que Jesús inauguró e introdujo en el tiem­po de los hombres. Sin embargo, en la experiencia cristiana hay algomás que una simple respuesta a las preguntas existenciales del hom­brecontemporáneo. Giussani afirma la singularidad de la experien­cia histórica de Jesús y la capacidad de la práctica religiosa que Elinauguró de llenar el vacío que las experiencias humanas crttlcas.ateas o agnósticas, crearon. De esa manera, la experiencia cristianano es una experiencia que se añade a las otras experiencias.

Como quedó demostrado en el capitulo anterior, Giussani afirmaque la experiencia cristiana posee todos los elementos necesarios

, para ser elegida como experiencia totalizante y capaz de satisfacerlos impulsos y el deseo más exigente de búsqueda del Absoluto, in­herente a todo ser humano.

Ahora bien, entre las características que hacen de la experienciacristiana una experiencia única, la de la existencia de la lqlesla esfundamental:

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-La Iglesia esla pro longación de Cris to en la historia, enel t iempo y el espacio. y. al ser di(h~ prolongación, enella consiste el modo en que Cristo continúa estandoparticularmente presente en la historia, ypor consiguie~te, ella esel método que tiene el Espíritu de Cristo paramOVE'r al mundo hacia la verdad, la j ust icia y fa fe lici­dad"()J)

Esta es, pues, la vía que trata remos de explora r en este capituloconsagrado a la antropología de la Iglesia según Giussani. Téngaseen cuenta que toda la Tradición crist iana afirma esta singularidad dela experiencia religiosa iniciada por Jesús. La persona de Jesús encar­na esta característica ún ica: ser la presencia de 10 divino en la histo­ria, vale decir la presencia de lo divino en lo humano. Y la Iglesia es laexpresión misma de su presencia. Ella es el plel'CJltM de Cristo, laseñal de su presencia ganada por la sangre derramada por El (4)

LA EXPERIENCIA ECLESIAL COMO ENCUENTRO

a .· El Acontecimiento del Encuentro

Para comp render el pensamiento de ülussen¡ sobre los fun da­mentos de su ant ropologia eclesial, es necesario tener en cuentaque la experiencia crist ia na estoda ella existencia en Iglesia. En Ig le­sia, la experiencia crist iana es, pues, un conjunto de relaciones quedan a la práct ica cot idiana un sentido basado en la experienci a deJesús, que la comunidad ecl esial expresa '1 prolonga desde la Aseen­si 6n hasta la Par us fa.

la exper iencia de la Iglesia es el testimonio de la permanenciade l propio Cristo en la historia '1 de la responsabilidad frente a lasalvación que El ha tra ído a todos los hombres. Por eso, la experíen-

- 1.. Gir.o~ t 1'<w qW" "P'w. lo2; El>9>0 riOz '*/o~ ... ,. _ CUIfQ bMiCO~ crnll'<lM­mQ. ....r.~ Enwt'nfl'o Edidon~ M~ ' 993;" Ja.

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100 Johan L..uridan Huys

cia eclesial es una experiencia de salvación del hombre y como talbaña en el misterio que es la presencia de Cristo en la historia. Im­porta definir los elementos del misterio de la presencia de Jesús enel seno de la experiencia cristiana.

"Es admirable reflexionar cómo también en la trama deltiempo natural es a través del fenómeno del encuentrocomo la Potencia divina llama a los hombres a asumir su 'parte en el plan providencial. Mientras todo un aspectodel mundo es gobernado por un desarrollo mecánico talque se pueden barruntar y descubrir sus leyes, el aspectomás únicamente humano - aquel en que entra en juego 'la libertad, la intuición y el amor- está todo él apremiadopor este surgirde encuentros aparentemente casuales, casicomo una irracionalidad intraducible en leyes. y, sin em­bargo, precisamente es esto lo que crea la historia huma­na, la historia humana dentro de la evolución cósmica"(lS)

En la reflexión de Giussani sobre la experiencia cristiana, la no­ción de "encuentro" es fundamental:

"Apareció como una noticia, como el anuncio de la ve­nida de Dios, de que el Misterio se ha hecho "carne",adquiriendo una presencia integralmente humana exac­tamente igual que un am igo resulta una presenciaintegralmente humana para el que se lo encuentra porla cal/e, igual que la madre es una presencia integralmen­te humana para el hijo que convive con ella. Con Jesússe podía hablar y discutir; le podían rechazar o estar deacuerdo con lo que iba diciendo por las plazas, y él po­día responder y corregir: había una objetividad precisa,que educaba la sujetivídad del hombre.""Una presencia integralmente humana lleva consigopara conocerla, el método del encuentro, el toparse conuna realidad exterior a uno mismo, con una presenciaobjetiva y, por tanto, eminentemente encontrable, que

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llega al corazón pero que se encuentrd " fuera" de no­SOU05: por eso el termino "encuen tro" tiene un aspectoexterior tan decisivo como el interior 4

(J IJ.

El mtsmo cardenal Ratzinger en su int roducción a la última obrapu blicada por Giu~~ani, destaca la "ínt ima pasión y la racio na lidadde la fe que inspira a este gran guía espiritual de hombres jóvenes yno tan jóvenes" y reconoce que la esencia del carlsma del movimien­to fundado por qtussenl es "la expe riencia de la fe como rea lidad" :

U¿Qué es, en efecto, el cristianismo? ¿ Es quizás un ooctrí­na que se puede repetir en una escuela de religión?¿ Estal vez un ttsts de leyes morates?¿,Es quizás un conjuntode ritos? Pero todo esto es secundario, viene después. Elcristianismo es un hecho, un acontecimiento" tm .

l a intuición metod ológ ica cerecte rrstica de Giussani describe lafenomenolo gia de la Revelación de Dios en la historia hu mana, esdecir la man era en que Dios se ha he cho encuentro y presencia pa ralos hombres y ent re los hombres. A través de un mirada re t rcspectl­va a los textos de Gi ussani, se observa cómo la palabra "encuent re "describe precisamente la crónica de aq uel primer día en que comen­zó a resultar pat ente lo d ivino en la historia:

"Estamos aqu(p~ra decir que (. ..) estábamos caminandoa lo largo de un camino y escuchábamos a un hombreque le hablaba a la gente, un ideólogo - pero era más queun ideólogo, era un tipo serio:Se llamaba Juan el Bautis­ta - y nos detuvimos a escucharlo. En un de terminadomomento, uno que estaba allí con nosotros amagó conirse . Entonces Juan e/Bautista inmediatamente se detuvoa mirar a aquel hombre que se iba y dirigiéndose a Él sep uso a gritar: "'He aquí el Cordero de Dios. He aquí el quequita eí pecs ao del mundo". Cierto un pro feta siemp~

....L.~ 1'ofque"/gIf'ria. 1 / \obI. IN. ...... .. ,........~ fJI<uM/(Q.~ 1.991: p. ] 1';B.

""Jo Il4r:;ngH. e<1 JO l>i.~ 1.991 ' Oct<Jbrf.

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102 Mar> Leurida,,-Huys

habla de un modo extraño. Pero nosotros dos que está­bamos allí por primera vea nos separamos del grupo ynos pegamos a los talones de aquel hombre, por una cu­riosidad que no era curiosidad, por un extraño interésiquíén sabe quién lo había puesto en nosotros! . En undeterminado momento Él se dio vuelta: ¿ Qué quieren?"Ynosotros: ¿Dónde moras? Respuesta: "'Vengan a ver", ,y fuímos y permanecimos con El todo el día mirándolohablar; porque no se entendían las palabras que decía perohablaba en tal modo, tenia un rostro tal. que nosotrosestábamos allí estupefactos mirándolo hablar. Y cuandonos fuimos porque ya era de noche, volvimos a casa, no-.sotros con otra cara. Vimos a nuestras mujeres y a nues-

- tros hijos de un modo diverso, entre ellos y nosotros ne­bla como un velo, el velo de aquella cara. Durante la no-che, ninguno de los dos durmió "tranquilamente", y aldla siguiente fuimos nuevamente a buscai/o. Habla pro­nunciado una frase que nosotros repetimos a nuestrosamigos: "Vengan a ver a uno que es el Meslas que deblavenir". (Lo había dicho Él: "Yo soy el Mesías"). Nuestrosamigos vinieron y también ellos quedaron atraídos porese hombre. Ya la noche, cuando nos encontrábamos al- ,rededor del fuego, con los cuatro peces pescados la no­che anterior; era como si dijésemos: "Si no creemos en unhombre así, no debemos creer más en nuestros oios", (26)

Es conmovedor yestadísticamente frecuente en las conversaciones- de Gtussanl lo que podríamos llamar el primer instante, la primera sa­

cudida del problema de Cristo tal como se ha planteado en la historia.

La página (Jn. 1,35-51) refleja la memoria de un hombre que ha. retenido durante toda su vida en los ojos y en el corazón el instanteen que cierta presencia arrolló y cambió radicalmente su existencia.

""L. Giussan¡, NRe<(;no<er uM l'T~eTK;ía",30 Di.s, M.yo 1,993.

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Bases para un~ Antropologi~ Cristian. y Eclesiologjca 103

Como en Juan así en Santiago, Pedro, Mateo, Zaqueo y Andrés, alorigen de la historia del Cristianismo encontramos gente común quese ha topado con uno, con una presencia excepcional, y lo ha seguido.

Pero, se pregunta Giussani: "¿Cómo podemos nosotros ahoradespués de dos mil años encontrar a Jesucristo?".

"Un encuentro humano por el cual aquel que se llamaJesús, ese hombre que nació en Belén, en un determi­nado momento del tiempo se revela como significativopara el corazón de nuestra vida. El acontecimiento cris­tiano no solo tiene el rostro de Jesús, sino también laforma de caras humanas, de compañeros, de gente comotú y YO"(29J.

A partir de esta intuición existenc ial, es posible enfocar el méto­do educativo de Giusseni, puesto que su «obra» principal y verdade­ra es la generación de una experiencia de educación en la fe, de unmovimiento.

En esta perspectíva en su texto "Los orígenes de la pretensióncristiana" es muy significativo el capítulo dedicado a "La pedagogíade Cristo al reve larse", donde se describe el progresivo surgimientoen los discípu los, tras el primer encuentro, de una convicción madu­ra que llegará hasta la certeza total y definitiva'>".

Volvemos ahora a la misma pregunta, tal como la formula Giussanien el tomo I de su Tercer volumen sobre la Iglesia.

¿,Cómo puede encontrarse con esta misma presencía el homb-ede dos mi l años después? Precisamente en la Introducción al 11 tomose desarrolla sintéticamente la respuesta.

~" L. Giu,..m, WEn C~mino ', 30 Dla, 1,992 · Agoffi>.

!J" L. Gius<ani. los orlgenude la pretensión crl5tlan•. Pago 77-89.

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J04 Johan L<>uridan Huys

En sus escritos sobre la Iglesia, Giussani formula varias veces la mis­ma pregunta acerca del "encuentro".y casi siempre la respuesta dacuenta de una intuición original y de una certidumbre indefectible:

"La Iglesia es el método con el cual se comunica Cristoen el tiempo y el espacio, análogamente a como Cristoes el método con el que Dios ha considerado oportuno 'comunicarse a los hombres para establecer la forma desu salvación" {J 1}

y llevando hasta las extremas consecuencias esta propuesta, Giussaniescribe en el apéndice al libro En busca del,ostro humano:

"Todo grupo, todo movimiento, toda asociación entrecreyentes constituye la punta más periférica, más preca­ria, más contingente en el gran fenómeno de' aconteci­miento de Cristo en la historia; pero paradójicamente,es el punto más decisivo para la vida del indivíduo" (JI)

De esta manera, Cristo se revela al hombre a través de una histo­ria concreta, hecha de cosas reale s, cotidianas, personales, situacio­nes, circunstancias normales; lo que al mismo tiempo constituye aquelfenómeno que en la historia de la Iglesia se llama "carisma":

"El carisma de un movimiento es el terminal del granmisterio de la encarnación" (33)

En otro texto Giussani define el valor ontológico de la compañíacristiana y a la vez su alcance mora l, como presencia viva de Cristo y'como seguimiento, el seguimiento de una realidad histórica y con­creta, porque "hablar de carisma sin historicidad es no hablar de uncarisma católico".

"f) L. Giussani, Porque La Ig/e.ia, L II Vol. 111: EI.igrIQ eficaz de lo divina en la historia, Madrid, 1,993. p.9.

(W L. Giussani, fn bu>cadel ro.tro hu"",,,,,. Madrjd, 1985: p.107

1m L. Gjul5i!n i, MDe la fe """" el método·, ¡itterae communjonj.. abril 1994.

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S~leJ ¡»ra l/na Antropo1og/~ Cristiana y EclfJ/ológlc. 10S

En @I orlqen de la vida de la Iglesia y por lo tanto de una ccmuní­dad particular. de un movimiento. están, ~ncuentrns significa t ivosúnicos y originarios. Igualmente "cada uno de nosotros puede eco-vernrse en encuentro para los compañeros y amigos", .

Dirigimos ahora nuestra atención sobre algunas característ icas de le-ncu~n tl'O tal como las indica y describe Giussani en uno de sus pri- :meros textos: Huellasde experiencia cristiana (Primera edición 1960).

El ~ncuentro tiene características propias.

En uno de sus primeros escritos Giussa ni habla de la novedad quebrota de una tradición viva. es decir uno se queda lmpresíonadc por­que experimenta a través de una frase. de una palabra. de un gesto elimpacto con una realidad presente donde aflora toda la riqueza delmensaje de una vida que tiene sus raíces en el tiempo que los precedió.

La experiencia del e ncuen tro es. por lo tanto, a lgo que escapa anu est ra voluntad. Su va rar es definitivo en la vida del hombre, quelo acoge como la ún ica postura adecuada al miste rio, ton aquelladisponibilidad que el evangelio llama "l ibe rtad de espírttu".

Una segunda característ ica del encuentro es la de ejercer unall amada : «Toda llamada es siempre objetivamente una propuesta ».En el inmenso coro de propuestas que la existencia sugiere, e l hcm­bre por naturaleza compara cada una de aq uel las con ese complejode est ructuras originales que constituye el ser humano. Por eso:

"te llamada implica la propuesta de una verdad tanexistencial, tan pe-rtinente a nuestra natura feza originalque nos sentimos empujados a adherimos a ella"."No se trata antes qu@nada de estudiar teolog ía o de ha·cer una asooación, sino de todo. de toda la vida porque lapropuesta nos llega, nos alcanza como vida nueva ".

Una vida nueva en la que nuestro propio yo se compromete enun seguimiento de la comunidad d e la Iglesia... : .

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106 Johart LeurldartHuys

"identificando la vida de la comunidad de la Iglesia connuestra vida: entonces "se ve", es decir, nos damos cuen­ta de qué significa para nosotros.Es una auténtica verificación a llevar a cabo. u (34)

Las características del compromiso con una determinada propues­ta son aquellas que la propuesta misma exige, "el método por se­guir lo impone la propuesta".

Todo esto quiere decir que "la realidad cristiana nos llama mu­cho más a un camino que a una meta". Debido a la totalidad y a laradicalidad de la pretensión cristiana se puede decir que, frente atal llamada no hay margen:

"o la'adhesión que establece su drama bien concreto, eldrama del compromiso y de la santidad, o la búsqueda,igualmente cargada de consecuencias. Esto es - vsotemen­te esto-lo que permite una capacidad de apertura cordialante cualquier tentativa y búsqueda sincera: hay una in­sospechadaconsanguineidad entre quien verdaderamentebusca y quien sinceramente ha encontrado",l3$)

Por último, siempre reflexionando la categoría de encuentro comopropuesta y verificación, cabe señalar que el anuncio del cristiano alprójimo es "la contribución más aguda él su libertad, porque liber­tad significa ser uno mismo. Por eso nuestra llamada es el gesto su­premo de amistad" .

"De ahl que la nuestra no sea nunca ante todo_unallamada a determinadas formas, criterios o esquemas, auna organización particular, sino a esa promesa queconstituye el corazón mismo del hombre" (36)

"" L Giu,sani. Huelhs de E"p~rtd.. (risri..,.... Emuentro. Madri d. 1, 978; p. 120.,m Idem. op. cit. 1,97& 123

"" L. Gius<anl, Huellas. 124.

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Sas.., para una Alltropologia Cristianay Ed...iológica 107

b., El Encuentro Como "Gracia"

En el Sínodo sobre los laicos (1987), Giussani resume las grandeslíneas pedagógicas de su propuesta:

"El corazón de nuestra propuesta es el anuncio de unacon tecimiento sucedido que sorprende a los hombresdel mismo modo en que hace dos mil años el anunciode fas ángeles en Belén sorprendió a los pobres pasto­res. Un acontecimiento que acaece antes de toda consi­deración en el hombre religioso o no religioso" (37)

Más tarde, respondiendo a una pregunta sobre el "dónde" y"cómo " se hace la experienci a de l encuentro, el mismo Giussaniprecisa:

"Se encuentra el hecho cristiano topándose con personasque han realizadoya este encuentro, cuya vida, desde quese dio, de algún modo ha cambiado. Por consiguiente, el"cómo" es un impacto humano que sucede: una persona,un grupo, una realidad social. El "dónde", por el contra­rio puede ser en cualquier sitio, donde sea".(38)

Por lo tanto la conciencia de la gratuidad absoluta de las inter­venciones de Dios en la historia de l hombre es la verdad más grandey exaltante de la vida cristiana: Dios se hace encuentro con el horn­bre por un puro don, una gracia. Sintetizando el it inerario educati­vo de la fe que propone la experiencia del movimiento, en aquellamisma entrevista, Giussani afirma:

"Ante todo la Gracia del encuentro, el testimonio deuna persona por el cual el hecho cristiano se hace reali­dad presente"J39J

,..; lbidem.

,m Ibídem.

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108 Johan Leuridan HUYS

c., El Encuentro Como Experiencia

Antes que nada, es preciso aclarar cómo Giussani entiende el con­cepto de experiencia es un método fundamental mediante el cualla naturaleza favorece el desarrollo de la concie ncia y el crecimientode la persona. Por eso no hay experiencia si el hombre no se dacuenta de que en ella "crece" . Sin embargo para creer verdadera­mente el hombre tiene necesidad de ser provocado o ayudado poralgo distinto a él, por algo objetivo.

En efecto la presencia de Cristo en la Iglesia se manifiesta en la his­toria del hombre consciente a través de una verdadera y objetiva ex­periencia.

Esta experiencia es un acto vital que, afirma Giussani, resulta de untriple factor:

• "El encuentro con un hecho objetivo originalmente independientede la persona que realiza la experiencia u, un encuentro que se 'pone como cargado de autoridad, por la referencia a una comu­nidad concreta y a la autoridad última que la guia.

• El poder de percepción adecuado del significado de este encuen­tro; el mismo gesto con el cual Dios se hace presente al hombre enel acontecimiento cristiano, exalta también la capacidad cognocitivade la conciencia, adecúa la lente de la mirada humana a la realidadexpecional que la provoca; se llama gracia de la fe.

• La conciencia de la correspondencia entre el significado delhecho con que nos topamos y el sign ificado de la propia exis­tencia, entre el Encuentro y e l propio destino" (40)

Es precisamente en esta verificación donde el misterio de la iniciativadivina revaloriza existencialmente la razón del hombre. Yes en esta ve­rificación donde se demuestra la libertad humana que pone en marchaal hombre alcanzado por Cristo, haciéndolo protagonista de la historia.

,.., Wase L. Giussani. Huelias. p. 135-136.

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Bases pata una Antrop<Jlogla Cristiana y Ecle.iológka 109

Es lo que emerge en le Yel mencionada Entrevisté! de 1987 : H ¿En efec­to qué es e lcrtstianismo s¡ noel advenimiento de un hombre nuevo que,por su naturaleza, se convierte en un nuevo protaqonista en el escenariodel mundo?".

Si por lo tanto la cuestión eminente de la realidad cristiana es el acon­tecer de un hombre nuevo, "la criatura nueva" como lo llama Santiago,el ámbito de su educaclón es la experiencia vive de la comunión eclesialen sus múltiples formas.

En su discurso en ocasión de! trigésimo aniversario de fundación deComunión y Liberación, el Santo Padre Juan Pablo IJ lo expresó muy cla-ramente: ~

"Para continuar con el hombre actual el diálogo iniciadopor Dios en Cristo y proseguido durante toda la historiaCristiana, ef Espíritu ha suscitado en la Iglesia contemporá­nea múltiples movimientoseclesiales. Estos son un signodelibertad de formas en las que se realiza la única Iglesia yrepresentan una novedad segura, que, todavía espere seradecuadamente comprendida en toda su eficacia positivapara el Reino de Dios, actuante en el hoy de fa historia".

Por eso, comentando aquellas confortantes palabras, Giussani mani­fiesta que:

"Un movimiento es pues una manera segura en laque Cris­to, que es fa relación entre Dios y el hombre, se comunica ytoma en el presente. O sea, es la modalidad con la que laacción de Cristo ysu Ministerio en la historia, -te Iglesia -hallegado a tu vida, de manera evocadora, persuasiva,tectlttedore, educadora, revelándose comosustancialmenteverdadera " .(41)

"" u Idea de Movimiento, Tre. a/ocucione. de Juan Pablo ¡ ¡ a Comunión y IJber..dón; con Comenta·rio de L Giu¡sani, 1987· Madrid. fd. fnwentfO.

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110 k>Mn Leuridlln Huys

Entonces se podría decir que si uno pertenece y comparte la ex­periencia de un movimiento es porque. al menos como present i­miento, comienza él vivir un conocimiento '1 una experiencia de la feen lo concreto de la vida.

En uno de los últ imos ten as publicados por Giussani - Noviembre93- se destaca que la genialidad del movimiento está por entero ensu método, siendo el método elcamino con el cual un hombre llegaa tener conciencia de la experiencia que se le propo ne.

El método t iene su o rig en en la fe. qu e es e l reconoc imiento en lapropia vida de una presen cia excepcional que tiene que ver co n e ldestino. una presencia que corresponde al corazón. la esencia de lmétodo es, por lo tanto, "seguir" aquella realidad personal que in­troduce en e l acontecimiento de una presencia excepciona l.

Para comprender ahora cuales en Giussani la raízde su concepto deseguimiento no hay mejor camino que acudir a aquellos lugares en loscuales él mismo describe los primeros encuentros evangélicos. Secun­dariamente remitimosa todos los pasosen que se describeelsurgimientoen la historia de la Iglesia de les grandes experiencias de movimientos,ordenes, fraternidades, comunidades de lmltedón de Cristo. '

Citando a Santo Tomás, Giussani recuerda: "La vida del hombreconsiste en el afecto qu e princi palmente la sost iene y en e l cual en­cuent ra su mayor sat isfacción". Y Romano Guardi ni añad ía: " En laexpe rtencla de un gran amor todo lo que sucede se convierte en unacontecimiento dentro de su ám bito ".

Así que el gran est upor del encuentro, la mirada definit iva de.Cristo qu e marcó la vida de Zaqueo, de la Magda lena, de Mateo....constituye y fundamenta en la persona la co ncienci a de la perte­nencia. l a compañía cristiana. la comunidad se vuelve en el luga rde pertenencia del propio "yo".

Apoyándose en una famosa cita de Charles Peguy, Giussani ad a­ra que, la verdadera caracter ís tica del seguimiento (y de la perte-

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Bases para una Antropologi", CrisUan", y Eclesiológica 111

nencia) del cristiano no está en una repetición de fórmulas, en unapasiva recepción y aplicación de normas, sino más bien en el com­promiso de la libertad._Giussani remarca esta disyuntiva, citandotextualmente el gran poeta francés:

"Un dtsctouto no comienza a crearhasta que introduceél mismo una resonancia nueva (es decir en la medídaen que no es discípulo). No es que no se deba tener unmaestro, sino que uno debe proceder del otro por la víanatural de la filiación, no por la vía escolástica deldiscipulado" (~J

No discipulado, no repetlvldad, sino filiación. Introducir un eco,una resonancia nueva, propia del hijo que tiene la naturaleza delpadre. Tiene la misma naturaleza, pero es una cosa nueva. Pero aque­llo que el hijo t iene de mas grande, lo tiene precisamente en cuantoque realiza más profundamente lo que ha escuchado de su padre.

"" 1. Gfm,an i. HComo nace un Movlmiento HAgo,1O 1.989. 3Q Di...