FátimaArchidiócesis de Valladolid

Año XXII – Época IIIN.º 207 – Julio-Agosto 2016N.º 256

EDITA: Apostolado Mundial de Fátima —Ejército Azul de Nuestra Señora— de ValladolidMonasterio de la Visitación - Juan Mambrilla, 33. Tlfs. 983 209 376, 699 834 276

MAQUETA: José Emilio Mori Recio, Administrador informático del ArzobispadoEN INTERNET: www.archivalladolid.org (boletines disponibles en formato PDF, en color)

Carta del Director del BoletínPrimera aparición del Ángelde Portugal o de la Paz .......2-3

Los Pastorcitos de FátimaFinal de la Introduccióny comienzo del capítulo I.....4-6

La última vidente de FátimaTransformada por el conjuntode las revelaciones (II).........7-9

Actividades diversas ...............9

Intercesores y modelosSan Buenaventura..........10-11

Catecismo de la I. CatólicaLa oración cristiana .............12

Intenciones del Papa y la CEE12

Tesorería ...............................13

Sonreír y reír .........................13

Nuestras actividadesPeregrinación a Galicia ..14-15

Peregrinación a Lourdes .......16

Sumario

MONS. CABECINHAS,RECTOR DEL

SANTUARIO DE FÁTIMA,JUNTO A LAS ESCULTURAS

DEL POZO ARNEIRO, QUE RECUERDAN

LA 2.ª APARICIÓN

DEL ÁNGEL DE LA PAZ

1916-2016: Centenario de las Aparicionesdel Ángel de la Paz o de Portugal

2 N.º 2562 FÁTIMAFÁTIMA

Muy queridos hermanos todos del Apos-tolado Mundial de Fátima:

En la carta del número anterior deeste Boletín os decía que conmotivo del Centenario de las Apa-

riciones del Ángel comentaría sus con-tenidos con la intención de que cadauno, personalmente, pusiésemos enpráctica tan estupendos mensajes.

Fue Lucía quien, en su segundaMemoria y sobre todo en la cuarta, noshabló de las tres Apariciones del Ángel.Posiblemente no lo hizo antes, ni tampo-co sus primos, para evitar más comenta-rios, ya que se sabía que ella misma, conotras tres amigas y en tres ocasiones, deabril a octubre de 1915, habían visto «…una especie de nube más blanca que lanieve, algo transparente y con forma huma-na», y que a ella le pareció un Ángel; otambién, como ella narra, porque «lamisma aparición parecía imponernos silen-cio». Lo cierto es que Lucía se lo cuentaal Sr. Obispo en la segunda Memoriaentre los días 7 y 21 de noviembre de1937, es decir, 21 años después, de estaforma:

«No recuerdo exactamente los datos,puesto que en aquel tiempo no sabíanada de años, ni de meses, ni tampocode los días de la semana. Me parece quedebe de haber sido en la primavera de1916 cuando apareció el Ángel por pri-mera vez en nuestro “Loca de Cabeço”.

»Como ya he escrito en el relato sobreJacinta, subimos con el ganado cerro

arriba en busca de abrigo, y después dehaber tomado nuestro bocadillo y dichonuestras oraciones, vimos a cierta dis-tancia, sobre la cúspide de los árboles,dirigiéndose hacia el saliente, una luzmás blanca que la nieve, distinguiéndosela forma de un joven transparente y másbrillante que el cristal traspasado por losrayos del sol. Al acercarse más, pudimosdistinguir y discernir los rasgos. Estába-mos sorprendidos y asombrados. Al lle-gar junto a nosotros dijo:

—No temáis. Soy el Ángel de la Paz.¡Orad conmigo!

»Y arrodillado en tierra inclinó la fren-te hasta el suelo. Le imitamos, llevadospor un movimiento sobrenatural, y repe-timos las palabras que le oímos decir:

Carta del Director del BoletínPrimera aparición del Ángel de Portugal o de la Paz

3JULIO-AGOSTO 2016 3

—Dios mío, yo creo, adoro, espero y teamo. Te pido perdón por los que no creen,no adoran, no esperan y no te aman.

»Después de repetir esto tres veces, selevantó y dijo:

—Orad así. Los Corazones de Jesús y deMaría están atentos a la voz de vuestrassúplicas.

»Y desapareció. La atmósfera sobre-natural que nos envolvió era tan densa,que casi no nos dábamos cuenta duranteun espacio largo de tiempo de nuestrapropia existencia, permaneciendo en laposición que el Ángel nos había dejado,repitiendo siempre la misma oración.Tan íntima e intensa era la conciencia dela presencia de Dios, que ni siquieraintentamos hablar el uno con el otro. Aldía siguiente todavía sentimos la influen-cia de esa santa atmósfera, que iba desa-pareciendo solo poco a poco».

Después de leer atentamente lo ante-rior, podríamos considerar las verdadessiguientes:

1.ª La existencia de los ángeles. Loslibros de la Sagrada Escritura o SantaBiblia, tanto del Antiguo Testamentocomo del Nuevo, hablan con plena clari-dad de ella. El Compendio del Catecis-mo de la Iglesia Católica, en su número60, enseña que «son criaturas puramenteespirituales, incorpóreas, invisibles e inmor-tales; son seres personales dotados de inteli-gencia y voluntad. Los ángeles, contemplan-do cara a cara incesantemente a Dios, loglorifican, lo sirven y son sus mensajeros enel cumplimiento de la misión de salvaciónpara todos los hombres».

2.ª Que Dios debe ser adorado y desa-graviado por ellos. El Ángel de la Paz,arrodillado en tierra e inclinando la fren-te hasta el suelo, como mensajero deDios, enseña a los niños la oración queellos, como hijos de Dios y hermanos delresto de los hombres, repetirían, con lamisma reverencia, infinidad de vecessegún el ángel les mandó:

—Dios mío, yo creo, adoro, espero yte amo. Te pido perdón por los que nocreen, no adoran, no esperan y no teaman.

Y después añadió:—Orad así. Los Corazones de Jesús y

de María están atentos a la voz de vues-tras súplicas.

3.ª Que debemos examinarnos sobre lasdos partes de la oración del Ángel:

Sobre la primera:—¿Acepto todas y cada una de las

verdades de fe contenidas en el Credo? —¿Adoro a Jesucristo, como Perfecto

Dios y Perfecto Hombre, en la Eucaris-tía, tanto en la Santa Misa como en lasExposiciones Eucarísticas?

—¿Espero en Dios en todas las cir-cunstancias, adversas y menos adversas?

—¿Amo a Dios haciendo lo que él mepida en cada momento, y cuando ledesobedezco le pido perdón?

Sobre la segunda:—¿Desagravio a Dios, como los niños,

por los que no creen, no adoran, noesperan y no le aman? ¿De qué manerasy en qué situaciones?

Valladolid, 16 de julio de 2016,Memoria obligatoria de N.ª S.ª del Carmen

Jesús Hernández Sahagún

Fátima, patrimoniodel mundo (III)

Nuestro Señor, en su providencia,dispuso que pudiésemos contarcon un testigo altamente cuali-

ficado de los acontecimientos de Covada Iria: Lucía de Jesús, lamayor de los tres Pastorci-tos, y prima de Jacinta y deFrancisco, que, por desig-nio del Altísimo, profetiza-do por la Señora durantelas apariciones, permane-cerá en este mundo paradifundir la devoción alCorazón Inmaculado deMaría, y vivirá en el Car-melo de Coimbra.

Felizmente, el entoncesobispo de Leiría, D. JoséAlves Correia da Silva, ejer-ció su autoridad para que tuviésemos lasMemorias. Las dos últimas (V y VI) fue-ron escritas a petición del Rector delSantuario de Fátima, Mons. Dr. LucianoGuerra. Es encantador conocer la vidade los Pastorcitos, saboreando lo que laprima Lucía escribió acerca de ellos: «Nopocas personas se admiran de la memoriaque Dios se dignó concederme. Por una bon-dad infinita, tengo una memoria bastanteprivilegiada, en todo sentido. Mas, en lascosas sobrenaturales, no es de admirar, por-que se graban en el espíritu de tal forma que

es casi imposible olvidarlas. Por lo menos, elsentido que contienen nunca se olvida, a noser que Dios quiera hacerlo olvidar».

De hecho, las seis Memorias sonpunto de referencia indispensable parareconstruir minuciosamente los aconte-cimientos de Fátima. Existen otros testi-monios y documentos recogidos, así

como otros escritos de laVidente, que es aconsejabletener en cuenta, siempreque se indique la fuente,para que el lector puedaaquilatar por sí mismo lacredibilidad que nos mere-cen.

Los tres Pastorcitos reci-ben el mismo Mensaje delCielo, pero son conducidospor el Espíritu Santo porcaminos diferentes. Dios nose repite en sus obras.Mientras Jacinta queda

impresionada por la desgracia de lospecadores, Francisco sufre por la ofensaque el pecado causa a la Majestad deDios y se esmera en desagraviarlo. Conla misma espontaneidad con que pide alas cigarras, en el calor del verano, que secallen, Jacinta se desdice, con infantilsinceridad, para decir que las dejen con-tinuar el canto, porque desea ofrecer esesacrificio por la conversión de los peca-dores. Francisco es, por naturaleza, calla-do y observador. Se aísla de su hermanay de su prima y permanece largas horas

N.º 2564 FÁTIMA

Los Pastorcitos de FátimaFinal de la Introducción y comienzo del capítulo I

JULIO-AGOSTO 2016 5

en contemplación. De este modo, cadauno de los videntes vive el Mensaje deFátima con toda normalidad, según elcarisma recibido.

Con esa misma simplicidad y con pro-fundo respeto, deseamos contemplar lavida de los Pastorcitos de Fátima a quienla Señora se apareció.

Capítulo I. La familiade los Pastorcitos

Tuve la dicha de conocer personal-mente a los padres de Francisco y Jacin-ta. Mi encuentro con ellos está marcadopor un episodio en el que recibí una lec-ción de Ti Marto sobre lo que debe ser elmatrimonio.

Una tarde de septiembre de 1955,coronada por el inigualable cielo azul deCova da Iria, me encontraba en Fátimaparticipando en un curso de Canto Gre-goriano. El tiempo pasaba vertiginosoentre las clases, ensayos, preparación deexámenes, celebraciones y conciertos deórgano en la Basílica.

Para tomar un poco el aire en progra-ma tan asfixiante, un amigo y yo decidi-mos hacer en aquella tarde una pausa enmedio del horario tan apretado, y nosfuimos a Aljustrel.

Los dos, todavía seminaristas, nospusimos decididamente en camino atra-vesando el descampado que en aquellostiempos separaba la Basílica del lugaradonde nos dirigíamos. Había más de unkilómetro entre el Santuario y el lugar denacimiento de los Pastorcitos.

Pasamos unos buenos veinte minutos,una parte por carretera, otra entre arbus-tos y pedregales, maladivinando el cami-no que nos llevaría hasta Aljustrel. Enuna de las primeras casas de piedrasennegrecidas por el musgo, en aquelprincipio de otoño, nos encontramos a laseñora Olimpia, la madre de Francisco yJacinta, hemipléjica y en silla de ruedas.

Había un terreno rodeado por unmuro de reducida altura, al que se acce-día por un portal tosco, providencial-mente abierto en aquella ocasión.

Allí estaba, inmóvil como una esta-tua, rezando el Rosario con leves movi-mientos de labios y dedos. Con miradaperdida en el horizonte, bien a causa dela sordera que padecía, o por estar yaacostumbrada a las visitas, o porquevivía en un mundo distinto al nuestro,pareció no apercibirse de nuestra llega-da.

Era una dicha no fácilmente olvidableel encontrar a la madre de Francisco yJacinta, una persona tan vinculada a lasapariciones. Con la imprudencia que laedad fácilmente disculpa, sin darnoscuenta que podríamos fatigarla o agravarsu delicado estado de salud, como segu-ramente ya lo habrían hecho otros pere-grinos, nos atrevimos a hablar con lavenerable anciana.

La señora Olimpia nos fue contestan-do con movimientos de cabeza y mono-sílabos casi ininteligibles. El estado deextrema flaqueza en que se encontrabano le permitía otra cosa. Incluso nosasaltó la duda de si nos entendía real-mente.

N.º 2566 FÁTIMA

Fue entonces cuando oímos pasosdentro de la casa de alguien que anun-ciaba su presencia vigilante. Ti Marto —como cariñosamente le llamábamos—manifestaba así su presencia por delica-deza, para advertirnos de su llegada ydarnos tiempo a que nos apartáramos, afin de no ser sorprendidos en flagrantedelito.

Mi compañero, mejor conocedor deaquel ambiente, me susurró que TiMarto se molestaba si encontraba aalguien hablando con su esposa. Pensépara mí: «¿Son posibles los celos a estaedad, y con la agravante de ser una personaque ya casi no está en este mundo?».

Por si acaso, nos alejamos y dejamospara mejor ocasión las restantes pregun-tas, antes de que la sombra de Ti Martose asomase a la puerta.

Sin embargo, Manuel Pedro Martonos acogió bien, correspondiendo anuestro saludo, y comenzó la conversa-ción diciéndonos, más o menos losiguiente: «No me agrada que hablen conmi mujer. Está muy enferma, la cansan, y siella se muere, yo también moriré, porque esla mayor riqueza que tengo en este mundo».

Me impresionó profundamente elcariño de estos dos viejecitos. Cuando yase había apagado el ardor de los sentidosy la belleza del cuerpo era apenas unasombra huidiza, el amor de los dos con-tinuaba joven. Habían criado hijos,enfrentado juntos grandes dificultades ytodo eso había acrecentado la amistadentre ellos.

Y ahora, curvados por el peso de losaños, llenos de limitaciones, eran más

amigos que nunca el uno del otro. Elamor matrimonial, cuando se vive congenerosa seriedad, es como el buen vino:gana calidad a medida que pasan losaños.

La Hermana Lucía, principal fuentede información de todos los escritos queentregamos a los posibles lectores, pre-senta así a las familias de los Pastorcitos:

«Eran dos familias cristianas, unidasentre sí por estrechos lazos de parentesco.Tía Olimpia era la hermana de mi padre yestaba casada en primeras nupcias con unhermano de mi madre, de cuyo matrimonionacieron dos hijos: Antonio y Manuel.Fallecido el marido, casó después con TiMarto, que era —no sé en qué grado—primo de mi madre. De este segundo matri-monio, nacieron siete hijos [...].

A mis padres, Antonio dos Santos yMaría Rosa, dio el Señor siete hijos [...].

Las dos familias vivían tan unidas entresí que los hijos se sentían en la casa de sustíos como en la propia. Y, con el mismo agra-do, comían en ambas la merienda: el panrecién salido del horno acompañado de sar-dinas traídas de Nazaré, trozos de bacalao orodajas de chorizo.

Otras veces, las piezas de caza, en ciertasépocas del año, venían a llenar de alegría elambiente familiar: los conejos de monte caí-dos en las trampas, las perdices o los tordospresos en los lazos armados bajos los olivoscargados de aceitunas».

Manuel Fernando Sousa e Silva(Continuará.

“Los Pastorcitos de Fátima”, págs. 13-21)

JULIO-AGOSTO 2016 7

Era Lucía, de hecho, la que les dabaexplicaciones a sus pequeños primos.Jacinta y Francisco escuchaban y

veían, pero no entendían. Era Lucía la que tenía el papel de

comunicar. Qué explicaba y qué no, esoya no sabría decírselo; sobre ese puntono le hice preguntas específicas. Pero lapersona que conservó el «Secreto»,especialmente la tercera parte, duranteuna vida entera, fue Lucía.

• ¿Qué efecto tuvieron lasapariciones sobre Lucía?Usted la conoció ya en edadavanzada. De aquella expe-riencia de lo divino, de aquella«gramática celeste», le debióquedar algo en el ánimo.

Las apariciones estuvie-ron siempre en el trasfondo.Sor Lucía extraía de ellas su flor y nata;yo intuía entonces su íntima alegría, quetransmitía una misma paz y felicidad.Debía hablar y contar aquello que sabía,y callar si la «Señora» así se lo ordenaba.Fue, durante años, la «mujer del silen-cio»; en ese silencio, en vez de flaquezafísica, encontró, cómo decirlo... una cier-ta agilidad expansiva. En vez de la anu-lación en la presencia divina, típica detantos místicos, halló un exultar de ale-gría; en vez de dificultad de palabra,entusiasmo comunicativo. Un signosobrenatural le hizo entender cuándodebía callar, sobre todo ante las pregun-tas insidiosas que se le formularon a

cuenta del «Secreto». Existía en ella unacensura interior y, con una simple mira-da, sabía cómo desembarazarse de unasituación inoportuna. «En los interrogato-rios», escribe sor Lucía, «sentía la inspira-ción íntima que me indicaba cómo respon-der de forma que, sin faltar a la verdad, notuviese que revelar lo que entonces debíaocultar. En este sentido, solo tengo unaduda: ¿no habría sido mejor decirlo todo

durante el interrogatoriocanónico? Pero no tengoremordimientos por habercallado porque en esa épocayo desconocía aún la impor-tancia de aquel interrogato-rio. Me pareció extraño»,prosigue la religiosa, «quese me ordenara jurar que ibaa decir la verdad. Lo juré sin

problemas. ¡No podía sospechar, en esemomento, que el demonio iba a aprovechar-se de esto para atormentarme más tarde,con remordimientos sin fin! Sin embargo,gracias a Dios, todo pasó».

• La objeción de Massimo Cacciari(foto) ha surgido de forma espontánea:¿por qué no escribió antes acerca de suexperiencia? Es evidente que la memoriaretrospectiva, de alguna forma, estuvo con-dicionada por los libros leídos, las homilíasescuchadas. ¡Cuántos filtros! ¡Cuántasinfluencias! No es tarea mía responder aCacciari. Umberto Eco plantea el mismoproblema y opina que en la «memoria deLucía ha desempeñado un importante papel

La última vidente de FátimaTransformada por el conjunto de las revelaciones (II)

N.º 2568 FÁTIMA

la tradición iconográfica», especialmente larepresentación del Apocalipsis. «Una alego-ría no es un vaticinio que haya que tomarseal pie de la letra [...] Lo que, dicho de formaalgo laica, significa que, salvo que existanarquetipos jungianos, cada vidente ve aque-llo que su cultura le ha enseñado a ver».Como verá, eminencia, terminar perdidosen el laberinto de las interpretaciones escuestión de segundos. A mi modesto juicio,si tuviésemos que tomar algún ejemplo leja-namente comparable, los evangelistas tam-bién escribieron bastantes años después dela muerte y resurrección de ]esucristo. Ytambién la resurrección de Jesús está descri-ta como una «aparición».

Sin duda. En los tiempos de Jesús latransmisión de los acontecimientos eraoral; luego se pasó a la narración escrita.Sor Lucía solo empezó a manejarse biencon la lectura y la escritura hacia losveinte años. Había recibido de María laorden de conservar en su corazón lo quehabía visto. Fue el obispo José Correia daSilva (1872-1957), primer pastor de ladiócesis de Leiría, el que la convenciópara que escribiera; y empezó con treintay ocho folios escritos por las dos caras,con una letra cerrada, de un tirón y sincorrecciones. El obispo pedía informa-ciones sobre Jacinta y Francisco, un tes-timonio que sirviese para encauzar lacausa de la beatificación. «Pese al recha-zo que me produce hacerlo, obedeceré», fuela respuesta telegráfica. Con la adverten-cia: «No obstante la buena voluntad con laque le obedezco, le pido, Excelencia Reve-rendísima, que me permita reservarme algu-nas cosas que, por el hecho de que se refie-

ren a mí, me gustaría que fuesen leídas soloen el umbral de la eternidad».

También esta última barrera defensivacaerá ante la insistencia del prelado. SorLucía era una religiosa, una carmelita,acostumbrada a la obediencia y la reser-va. La ignorancia de sus años de niña sele quedó como una cicatriz en el alma.Con frecuencia se quejaba de que se sen-tía insegura con las fechas. Ni ella, nimuchísimo menos sus primos, sabíancontar los días de la semana, los meses ylos años. El defecto de la ausencia dememoria cronológica lo suplió con elrealismo de los recuerdos, con la esen-cialidad del relato. No hay, pues, queasombrarse de que Lucía escribiera agran distancia de los acontecimientos.Lucía —es un detalle que se le ha esca-pado a Cacciari— nunca escribió nadapor iniciativa propia, por su propiavoluntad. Escribió porque así se lo orde-naron.

• Hablando de fechas, las dos primeraspartes del «Secreto» se refieren a la Memo-ria del 31 de agosto de 1941; el 8 de diciem-bre de 1941 sor Lucía añade algunas ano-taciones. La tercera parte fue escrita enTuy, España, el 3 de enero de 1944. Perdo-ne la pregunta: ¿al inicio del coloquio consor Lucía, el de abril de 2000, le hizo jurarque iba a decir la verdad?

No, no le pedí que hiciera juramentoalguno, me parecía superfluo y ligera-mente ofensivo y coercitivo. Le pregun-té: «¿Es este el único texto que ha escritousted?». «Sí, es este». Me encontraba anteuna mujer que tenía la modesta firmezadel que sabe que tiene una misión que

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cumplir. Y a la que sele pedía toda una vidapara testimoniarla.Una mujer así no tienenecesidad de juramen-to. No dudé ni por uninstante sobre su since-ridad, igual que no dudaba de esta lasuperiora del monasterio de Coimbra,sor María Celina de Jesús Crucificado,que le dedicó, a su muerte, un conmove-dor recuerdo a Lucía Rosa dos Santos.

• El Jubileo del fin del milenio estaba yamuy saturado de eventos religiosos. ¿Por quéañadir la publicación del «Tercer Secreto»?

Fue Juan Pablo II el que tomó la deci-sión. Entre las numerosas ceremoniasjubilares estaba la beatificación de lospastorcitos en Fátima. Proceder a beati-ficar a Jacinta y Francisco y no decirnada sobre el «Tercer Secreto» hubiesesido interpretado como una omisióninexplicable, imperdonable. Habríadesencadenado un sinfín de conjeturas.Las presiones de los «fatimistas» eranfortísimas; no se quería hacer un caso delasunto, echar leña al fuego e inflamar alas legiones de catastrofistas al acecho,

dando pábulo a lastesis más absurdas.Fue una preocupaciónpastoral la que desen-cadenó la cuestión.

• ¿Quién sostuvoque era oportuno, desde

el punto de vista pastoral, hacer frente a laopinión pública internacional con una ope-ración de transparencia?

A mí me parece que lo dijo el Papa, altérmino de una reflexión colegial.

• Según usted, Juan Pablo II, antes deordenar que le llevaran el «Tercer Secreto»al Policlínico Gemelli en julio de 1981,¿habíá leído ya el texto?

Estoy convencido de que no lo habíaleído.

• ¿Convencido o seguro?Seguro. Me baso en la documenta-

ción del Archivo de la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe, que he con-frontado con las resultantes del Archivode la Secretaría de Estado.

(“La última vidente de Fátima”,de Tarcisio Bertone y Giuseppe de Carli,

p. 66-71 – Continuará)

Actividades diversas

Devoción de los primeros sábados:6 de agosto y 3 de septiembre

18:00 Exposición del Santísimo18:15 Santo Rosario18:35 Meditación de los misterios del

Rosario y Bendición con el Santísimo.19:00 Santa Misa, Consagración al

Cora zón I. de María, Salve y veneraciónde la Medalla de la Virgen de Fátima.

Tiempo eucarístico-mariano-repara -dor: 13 de agosto y 13 de septiembre

16:00 Exposición del Santísimo18:00 Hora Santa con Rosario y

Bendición con el Santísimo Sacramento19:00 Santa Misa, Consagración al

Cora zón I. de María, Salve y veneraciónde la Medalla de la Virgen de Fátima.

N.º 25610 FÁTIMA

Se llamaba Juan Fidanza y nació enla aldea toscana de Bagnoreggio,cerca de Viterbo, en Italia. Se puso

de pequeño tan malo que su madre –como tantas– lo puso bajo laprotección del santo deAsís para que lo librara.Precisamente iba a serel franciscanismo elmodo de vida que eli-giera en la primerajuventud, y la causade que cambiara elnombre de Juan por elde Buenaventura.

En la universidadde París se le vio comoestudiante y diez añoscomo maestro. Cuandofray Buenaventura llegó aParís en 1235 para completar sus estu-dios bajo las enseñanzas de Alejandro deHales, aquel emporio del saber pasabauna racha de enormes tensiones entreteólogos rivales que discutían apasiona-damente sobre Aristóteles y Averroes;no era infrecuente pasar del arte de ladialéctica a las apasionadas discusiones,y de ahí se saltaba al terreno de lascalumnias, y hasta a la violencia física.En medio de tal algarabía, nada ejemplarse encontraban los frailes. La humildadaprendida del Poverello sirvió de freno alde Bagnoreggio para lograr la serenidad yel equilibrio, lo que hizo exclamar almaestro de Hales: «Conociéndole, se diría

que Adán no pecó», para expresar eldominio patente de las pasiones quedemostraba Buenaventura. En París tra-bajó para integrar la visión aristotélica

en la tradición de san Agustín,aceptando gran parte de la

filosofía científica deAristóteles, pero recha-zando cuanto conocíade su metafísica porinsuficiente, ya que,según Buenaventura, alfilósofo no le guiaba laluz de la fe cristiana. Ladoctrina de la ilumina-ción del alma por Dios

—una forma de identifi-car la verdad o falsedad

del juicio— la tomó de lasdoctrinas de san Agustín. Dejó

rastro en la universidad luchando porunir la verdad con la caridad, porque, sino fuera así, la ciencia teológica no pasa-ría de ser un burdo remedo de la verda-dera ciencia de Dios, sin Dios.

Lo eligieron general de la Orden fran-ciscana cuando solo tenía treinta y seisaños, el 2 de febrero de 1257. Las funcio-nes de gobierno le hicieron viajar porFrancia, Italia, Alemania y España paracelebrar capítulos generales y provincia-les y atender a las necesidades de losfranciscanos, que no eran pocas en esemomento, por encontrarse la Ordenabismalmente dividida. Puso empeño enprecisar y determinar los temas en los

Intercesores y modelos de vidaSan Buenaventura

11JULIO-AGOSTO 2016

que hacía falta buscar el punto medioentre dos peligrosos extremos, en mate-rias tan importantes como el cultivo dela ciencia teológica, en nada opuesto a lavirtud, y entre la observancia rigorista yel pernicioso relajo. Estructuró la Ordende forma tan sobrenatural y firmementeentroncada con el espíritu fundacional,que alguien llegó a decir de él que fuecomo el segundo fundador de los fran-ciscanos.

Fue un todoterreno para la predicación.Sin renunciar a la inteligencia y al saber,insistió siempre en que «cualquier muje-ruca ignorante puede amar y conocer mejora Dios que un sabio teólogo». Llevó lapalabra de Dios a la gente sencilla, a susfrailes, a ellas y ellos en los monasterios,a obispos y reyes, haciendo inteligible elmensaje de Dios, según el medio en quese situaba.

Los papas le consultaron asuntostrascendentales para el gobierno de laIglesia. Gregorio X lo consagró personal-mente obispo de Albano, y luego lonombró cardenal. Intervino como legadoen el II Concilio de Lyon, convocadopara solventar el cisma con la Iglesiaoriental y conseguir la unión de los grie-gos con Roma.

Dejó una importante obra científicaen los campos de la teología y de la mís-tica. Comentarios a la Sagrada Escrituracomo Breviloquium o Comentario al libro

de las Sentencias de Pedro Lombardo;numerosos sermones y pequeños trata-dos místicos, como Itinerario del alma aDios y la versión oficial de la Vida de sanFrancisco de Asís. En sus escritos estápresente un profundo cristocentrismo yuna devoción y afecto a la Virgen Maríaescritos con fina claridad, exactitud yprecisión, apreciándose en muchas oca-siones, no la fría inteligencia, sino elsabor añadido de la ciencia divina vividaen la experiencia personal de los fenó-menos tratados y expuestos.

Sus biógrafos resaltan entre las virtu-des apreciadas la humildad, la pobreza,la mortificación y la bendita paciencia.

Murió el 15 de julio de 1274, en Lyon,y lo canonizó el papa Sixto IV en 1482;Sixto V lo nombró doctor de la Iglesiacon el título de «Doctor Seráfico».

Se refiere como anécdota reveladorade su sencillez que, cuando le fueron atransmitir con júbilo la noticia de su ele-vación al cardenalato y le llevaban elpalio de cardenal, lo encontraron meti-do en la cocina, lavando los platosempleados en el día; para no tocar elatributo cardenalicio con las manoshúmedas y grasientas, pidió a los ilustresque le llevaban el encargo del papa quese lo dejaran colgado en la rama de unárbol próximo, mientras comentaba:«ahora, eso será más duro».

(Adaptado de Archimadrid.org)

Donativos - Nueva cuenta: ES67 0075 5707 1606 0170 9528Arzobispado de Valladolid-Apostolado Mundial de Fátima, en Banco Popular

N.º 25612 FÁTIMA

Intenciones del Papa y de la Conf. EpiscopalJULIO 2016

General: Para que sean respetados lospueblos indígenas amenazados en su identi-dad y hasta en su misma existencia.

Misionera: Para que la Iglesia de Améri-ca Latina y el Caribe, a través de la misióncontinental, anuncie con ímpetu y entu-siasmo renovado el Evangelio.

CEE: Por los que circulan por las carrete-ras durante el período vacacional, para queadquieran cada vez más conciencia de suresponsabilidad en el tráfico. Por quienesparticipan en las actividades formativascristianas y en los diversos voluntariados deayuda a los demás, a fin de que este tiemposea de gran provecho espiritual y humano.

AGOSTO 2016

General: Para que el deportefomente el encuentro fraternal entrelos pueblos y contribuya a la paz en elmundo.

Misionera: Para que los cristianosvivan la exigencia del Evangeliodando testimonio de fe, honestidad yamor al prójimo.

CEE: Por los pensadores, poetas,artistas, educadores, científicos, téc-nicos, legisladores, gobernantes, ytodos los que colaboran en mejorareste mundo, para que su esfuerzo fruc-tifique en una sociedad más acordecon el plan de Dios.

El Catecismo de la Iglesia Católica nosenseña en los siguientes números:

2692. En su oración, la Iglesia pere-grina se asocia con la de los santos cuyaintercesión solicita.

2693. Las diferentes espiritualidadescristianas participan en la tradición vivade la oración y son guías preciosos parala vida espiritual.

2694. La familia cristiana es el primerlugar de educación para la oración.

2695. Los ministros ordenados, lavida consagrada, la catequesis, los gru-pos de oración y la “dirección espiritual”aseguran en la Iglesia una ayuda para laoración.

2696. Los lugares más favorables parala oración son el oratorio personal ofamiliar, los monasterios, los santuariosde peregrinación y, sobre todo, el templo,que es el lugar propio de la oración litúr-gica para la comunidad parroquial, y ellugar privilegiado de la adoración euca-rística.

Catecismo de la Iglesia CatólicaMaestros y lugares de oración

Retransmisión en directo por Internet de la Capelinha del Santuario de Fátima:www.fatima.pt è Transmissões/Transmisiones

JULIO-AGOSTO 2016 13

Visitas misionerascon la Imagen Peregrina de N.ª S.ª de Fátima

• A VALDESTILLAS: del 30 al 31 de julio• A VILLANUEVA DE DUERO: del 8 al 9 de octubre

Las visitas tendrán lugar en las respectivas parroquias,desde las 10 de la noche del sábado a las 9 de la mañana del domingo

J. E. M. (tomado de microsiervos.com)

Tesorería

Donativos: MAYO . . . . . . . . . .322 €JP . . . . . . . . . . . . . . .12 €Alejandro . . . . . . . . .40 €Anónimos . . . . . . . .120 €

Conchita . . . . . . . . .20 €Carmen González . . .50 €Rosalía . . . . . . . . . . .10 €Familia Moro . . . . . .20 €Carmen Arranz . . . .15 €

Candelas . . . . . . . . . .10 €Purita . . . . . . . . . . . .15 €Vitoria . . . . . . . . . . .10 €JUNIO . . . . . . . . . . . .0 €

Capillas visita domiciliaria: MAY.: N/A – JUN.: 18,64 €

José Antonio Campesino, tesorero

Colectas: MAYO JUNIO

1er sábado 63,89 € 85,82 €Día 13 122,80 € 26,85 €Totales 186,69 € 112,67 €

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PILAS RECARGABLES PERO NO RECARGABLES

Sonreír y reír es una cosa muy sana y muy santa

14 N.º 25614 FÁTIMAFÁTIMA

Nuestras actividades

XXV PeregrinaciónDiocesana a Santiago,

Pontevedra y Tuy

«Por fin mi Inmaculado Corazón triun-fará». Son palabras de la Virgen María ala vidente Sor Lucía, que en estos tiem-pos recios que vivimos, resultan bienesperanzadoras para todos nosotros. Poresta promesa de la Virgen de Fátima sehan sentido alentados de nuevo los 35peregrinos que han podido viajar hastaSantiago de Compostela, Tuy, Vigo, Pon-tevedra y Combarro.

Un año más, el Apostolado Mundialde Fátima organizó esta peregrinación enlos días 23, 24 y 25 de junio, presididapor D. Jesús Hernández Sahagún. El pri-mer destino fue Santiago de Composte-la. Allí pudieron abrazar al patrón deEspaña, poner ante él todas las necesida-des de nuestro país, y celebrar la SantaMisa, esta vez presidida por mí mismo,en el día en que además celebraba el ter-cer aniversario de mi ordenación sacer-dotal. Fue una ocasión para dar gracias

por este ministerio y pedir fidelidad yperseverancia para todos los sacerdotesde nuestra diócesis.

De Santiago, los peregrinos marcharonhacia el Monasterio de Poyo, la hospede-ría en la que estuvieron alojados. Allípudieron celebrar la hora santa ante Jesússacramentado, y disfrutar durante todoslos días de ese precioso lugar, desde el quese divisa la ría de Pontevedra. Otrosacontecimientos que vivieron los pere-grinos fueron la celebración de la Eucaris-tía en Tuy y la visita a su Catedral (foto);la visita a Vigo y Combarro; el paseo porlas calles de Pontevedra y la vigilia maria-na, así como la celebración de la Eucaris-tía en la Casa Santuario del CorazónInmaculado de María de Pontevedra.

Una peregrinación que, un año más,sirvió para estrechar lazos entre unos yotros y renovar, ante el Corazón Inmacu-lado de María, nuestra adhesión total aJesucristo. Que no dejen de resonar ennosotros esas palabras que están escritasen la corona de la preciosa imagen de laVirgen en su Santuario de Pontevedra:«Mi corazón Inmaculado será tu refugio».

Cobijados en Su corazón deMadre, no tenemos miedo,y nos sentimos alentadospara seguir testimoniandoque conocer a Jesús es lomejor que nos ha pasado.

Jesús García Gañán,sacerdote y peregrino

15JULIO-AGOSTO 2016 15

Otras actividades

• Del 5 al 12 de mayo, se celebró laNovena de Fátima, en la que predicarondiferentes sacerdotes que nos han acom-pañado en las peregrinaciones: el día 12tuvo lugar el Rosario de la Velas, con lapresencia de D. Luis Argüello, y el día 13a las 11 h la Misa solemne con la impo-sición de insignias a los nuevos asocia-

dos: Alejandro González Pérez y Marga-rita Martínez Lourido.

• El Coro Virgen Blanca participó en laMisa celebrada en el Carmen de Extra-muros el día 16 de mayo.

• El día 11 de junio, con motivo de lacelebración de los 50 años de la parro-quia del Inmaculado Corazón deMaría, en la plaza Circular, se celebró unrosario de la aurora en la que procesionónuestra imagen peregrina.

In memoriamDolores Raigal

Nuestra querida Lola fue, durante másde veinte años, una asociada muy activa denuestro Apostolado, de cuya Junta diocesa-na fue vocal dos veces. El pasado 13 de juliola recordamos en nuestros cultos en eltemplo de las MM. Salesas. Su hijaMaría Jesús, durante el funeralcelebrado el 16 de julio en suparroquia vallisoletana de LaInmaculada (PP. Franciscanos),pronunció estas palabras:

En mi nombre y en el de mifamilia queremos expresar nues-tro agradecimiento a Dios y atodos los que habéis podido venir a lacelebración de la Eucaristía en recuerdode nuestra querida madre Lola, como aella le gustaba que se le llamase.

Gracias a Dios por el gran regalo de suvida, por los numerosos dones con que laenriqueció y que supo poner al serviciode los demás. Destacamos el don de lafe, que mantuvo vivo hasta el final de suvida, repitiendo con mucha frecuencia

las palabras «Dios mío, Madre Mía de mivida».

Mujer muy generosa, alegre, queinfundía ánimo a los que encontraba en

su camino, con gran capacidad para laamistad; nos decía muchas veces:

«Tengo una gran suerte de tenertantas personas que me quieren»,y se mostraba feliz de ello.

Gracias a todos y cada unopor lo compartido y vivido con

ella en distintos apostolados,que fueron muchos: gracias a la

Comunidad de los Franciscanos, alos que tanto quería, y al Apostolado deFátima, con muchos momentos especia-les de devoción a María que tanto enri-quecieron su fe.

Querida mamá, tenemos la certeza deque ya gozas de la presencia de Dios,que es compasivo y misericordioso, y tepedimos que intercedas por todos noso-tros.

Gracias de corazón.

N.º 25616 FÁTIMA16 FÁTIMA

Apostolado Mundial de Fátima - Ejército Azul de Nuestra Señora

XVI Peregrinación diocesana a

LourdesViernes 23 al Domingo 25 de Septiembre de 2016

visitando el Santuario de Estíbaliz, en Vitoria

INFORMACIÓN E INSCRIPCIONES*:C/ Juan Mambrilla, 33 (Monasterio de la Visitación - MM. Salesas)

Lunes y jueves, de 5:30 a 7 de la tarde, del 22 de agosto al 19 de septiembreLucía Núñez - ( 670 893 964; Manuel Fernández - ( 618 911 378;

Pilar Andrino - ( 675 491 548; José Antonio Campesino - ( 676 242 609;Manuel Calderón - ( 637 829 700

Hotel d’Espagne, 9 Avenue du Paradis, ( +33 562 945 002PRECIO POR PERSONA: 140 € (incluye viaje y dos días de pensión completa)

Debe ingresarse antes de la inscripción en la cuenta del Banco Popular:ES67 0075 5707 1606 0170 9528

* En caso de renuncia posterior al 19 de septiembre, solo se reintegrará el 85 % del importe